La Preparación Espiritual Del Adulto
La Preparación Espiritual Del Adulto
La Preparación Espiritual Del Adulto
La filosofa Montessori abarca la nocin de que la vida del hombre es una realidad
bidimensional, una realidad que abarca lo que es material y una realidad de lo que no es
material, sino de naturaleza espiritual.
La filosofa Montessori es, por lo tanto, semejante a esta la antigua y gran tierra de China,
siendo a la vez un gran constructor y creador de realidades. (Conferencia impartida en ese
pas en el Congreso Internacional AMI 2007)
No hay tarea mayor que guiar a las nuevas generaciones de Individuos en la forja de sus
destinos particulares. Cuando los adultos miran a un recin nacido, estn profundamente
conmovidos. De alguna manera son capaces de ver ms all del pequeo cuerpo indefenso
que est frente a ellos. Consideran al nio como una esperanza para un maana mejor: un
futuro de vida pacfica y armoniosa, de erradicar la guerra, el hambre y la enfermedad para
todos. El adulto intuye esto como una nueva oportunidad para poner bien las cosas. Esto
slo puede significar una cosa: que el adulto reconozca el hecho de que los nios sealan un
nuevo comienzo. Ah est la realizacin, que estos nuevos seres nacen sin odio hacia nadie;
ellos tienen ningn desdn para nadie, que se vea diferente de lo que hacen, ni tampoco para
aquellos que practican otras costumbres o tradiciones. Dondequiera que se renen nios de
diferentes razas, credos, clases sociales, incluso diferentes lenguas, proceden
inmediatamente para interactuar, para jugar juntos, sin la menor sensacin de vacilacin
debido a estas diferencias. Esta es una escena tpica en Canad con su mezcla multicultural y
se est volviendo cada vez ms comn en el mundo a medida que nos convertimos en un
pueblo global.
Los nios heredan nuestras caractersticas raciales al nacer, pero no heredan nuestros rasgos
sociales, nuestros prejuicios, gustos y disgustos, el lenguaje que hablamos ni lo que
pensamos. Debido a esto son realmente capaces de convertirse en algo distinto de lo que ya
ha sido. Al hacerlo, son capaces de renovar la humanidad. La Dra. Montessori ve la
regeneracin de la humanidad como el destino (de hecho la misin) del nio. La esperanza
que ponemos en la infancia de crear una nueva sociedad.
Debido a esto, la preparacin adecuada del adulto que debe ayudar a los nios en su
desarrollo es de suma importancia. Esta persona debe comprender la naturaleza del nio, y
por lo tanto las leyes que la naturaleza ha proporcionado al nio, con el fin de guiar la
formacin de un individuo nico. Parece que aceptamos ms la idea que cada persona es
nica, pero no tenemos la idea de que cada persona est diseada para ser perfecta. Sin
embargo, perfecto slo significa terminado, completo, excelente. Se puede considerar que un
individuo se desarrolla perfectamente cuando cumple con los dictados de cada etapa del
desarrollo: cuando todo eso que la naturaleza propone durante la infancia (desde los 0-6
aos) y lo hace de manera ptima; Tambin durante la infancia (de 6 a 12) y ms tarde en la
adolescencia (12-18) y la madurez (18-24).
Esta plenitud no es en comparacin con alguna medida externa, sino en relacin con las
posibilidades innatas de cada individuo. El estado de perfeccin sera un proceso constante
de finalizacin donde el individuo alcanza las caractersticas particulares de cada etapa de
desarrollo.
Esto constituira una verdadera educacin. La palabra educacin viene de la palabra latina
educare, que significa "dar a luz y nutrir". Ambos implican que hay algo innato en el nio, algo
que ya est presente al nacer, que debe identificarse y responder.
Qu es lo que los nios traen al nacer?, ya que esto no puede significar que nacen
"sabiendo lo que es mejor para ellos", como una especie de comprensin? La Dra.
Montessori descubri que existen leyes del desarrollo que dictan el despliegue natural del
individuo.
La tarea de la educacin, por un lado, es identificar estos y, por otro lado, responder a ello,
para no dificultan su expresin. Entonces la educacin nunca podra entenderse como el
proceso de llenar una mente vaca de informacin, como una tabla rasa o una carta en blanco.
Por el contrario, su mandato consiste en con el entorno ideal para su formacin psquica,
desde el vientre de la madre- ofrecer el entorno perfecto para su desarrollo fsico y su
formacin completada en el nacimiento.
Por esta razn, el que debe educar debe comprender la naturaleza intrnseca del nio en las
diferentes etapas de desarrollo. El educador tambin debe tener la capacidad de percibir las
sutiles manifestaciones de la naturaleza por encima de lo ruidoso y abrumador de los
dictmenes de la sociedad en general. Esta persona debe ser capaz de responder a todos los
nios, y no slo a sus dimensiones fsicas e intelectuales.
La educacin adecuada debe incluir y abordar el fenmeno psquico, muchas veces referido
por Montessori como las necesidades del espritu, y del alma del individuo. Sin la inclusin de
la dimensin psquica, el proceso educativo es fragmentado y vano en su intento de crear la
nueva humanidad de la que hablamos al principio de esta conferencia.
Cuando la Dra. Montessori habla de la formacin del educador, identifica la preparacin fsica,
mental y espiritual del adulto, teniendo en cuenta a todas las personas. Por eso ella da mayor
importancia al entrenamiento espiritual.
Contrariamente a lo que uno pudiera pensar, ella propone que esta formacin espiritual se
realice a lo largo de procedimientos cientficos bien definidos, y no siguiendo al camino de la
religin, como se pudiera esperar. Esto se debe a que los objetivos de la religin van ms all
de lo que es material, y la educacin, de la forma en la que ella la ve, debe responder a la vida
del individuo dentro de la realidad material.
Sin embargo, no dice que la ciencia y la religin sean incompatibles; Por el contrario, slo que
difieren en su enfoque sobre los misterios de la vida. En primer lugar, cada una de ellas tiene
diferente existencia. Est convencida de que el estudio cientfico de las necesidades del
hombre, como se expresa fsicamente y psicolgicamente, inevitablemente despertar en
nosotros a la naturaleza espiritual del hombre. Al acercarse y responder sobre una base
cientfica, el adulto encontrar el alma del nio y esto, a su vez, llamar a su propia alma.
"El estudio de un maestro es como un estudio del Alma. El maestro ve lo que se encuentra all
y tambin ve el camino que l mismo debe seguir para aprender.
Esta preparacin espiritual no se limita al adulto que va a realizar pues si bien es el papel
tradicional de la enseanza, es inevitable que se extiende a los padres, ya que son los
educadores clave de su descendencia. Sin embargo, el derecho de la preparacin del adulto
que debe ayudar al nio a desarrollarse ptimamente, es muy poco. En el caso de los
docentes, su formacin est reducida a un aluvin de informacin, gran parte de lo eclctico
que los individuos tienen dificultades para identificar un medio claro de enseanza; es el caso
clsico de "tratar de ser todo y terminar siendo nada".
En el caso de los padres, la situacin es, por lo general, peor, pues no hay nada que se haga
o en el mejor de los casos es muy poco para - para ayudarles a comprender las verdaderas
necesidades de sus hijos, aquello que va ms all de su bienestar fsico y mental.
Esperamos que los padres evoquen fsica, mental y psquicamente a nios sanos, con muy
poca comprensin de este enfoque multinivel y el proceso multidimensional. La proliferacin
de la enfermedad mental es una experiencia muy clara en la mayora de las sociedades, con
un enfoque fragmentado de la educacin. Por lo tanto, la tarea no es slo cuidar las
necesidades fsicas del recin nacido, sino, lo ms importante, ver sus necesidades
psicolgicas tambin.
Por esta razn, ambos grupos: los educadores profesionales y los educadores primordiales,
deben llegar a comprender las leyes del desarrollo de la naturaleza para identificar el
desarrollo fsico, mental y las necesidades psquicas de la vida que se despliega. Ambos
grupos deben ser capaces de comprender su papel particular en este drama del devenir.
La enseanza es tanto una ciencia como un arte. La intencin de la ciencia es conocer, para
recopilar conocimiento, y lo hace separando una cosa de otra, discerniendo. El arte, por otra
parte, estudia las formas en conjunto de cmo relacionar mejor una cosa con otra. Podemos
decir que el arte de ensear rene lo que la ciencia de la enseanza separa en su esfuerzo
por conocer y comprender. No volver a conectar las partes que estudiamos por separado
conduce inevitablemente a tener una vista fragmentada del mundo; es por eso que muchas
personas terminan despus de la escolarizacin tradicional, perdiendo de vista la
interconexin de la vida como un todo. Es por esto que Montessori propone que la
preparacin del adulto sea en tres niveles: fsico, intelectual y espiritual; en otras palabras,
formacional, informacional y transformacional.
La preparacin fsica del adulto tiene que ver con la formacin de todos los aspectos del
cuerpo, particularmente su movimiento. Montessori se centra en el movimiento, especialmente
con la persona que debe trabajar con el nio de cero a seis aos, porque los movimientos
rpidos del adulto tienden a ser uno de los factores que ms negativamente afecta la
comprensin del nio pequeo.
La incapacidad del nio para seguir todos nuestros movimientos, y mucho menos para
reproducir, se debe al hecho fisiolgico de que su sistema nervioso est inmaduro hasta la
edad de siete aos. La mielina, la vaina grasa que cubre el sistema nervioso es responsable
de la rpida transmisin de datos, desde el cerebro y hacia ella. Por lo tanto, cuando el adulto
trata de mostrar al nio cmo hacer algo, siguiendo el ritmo adulto, el nio es incapaz de
hacerlo y se produce un lo. Este es el aspecto formativo de la preparacin del adulto.
Debido al tiempo, no puedo ser ms especfico acerca de estos dos aspectos de la formacin
Montessori del adulto, ya que quiero enfocar mi pltica en la preparacin espiritual. Estoy
seguro de que, sin embargo, usted ver la conexin y la superposicin que se produce entre
los tres.
La formacin espiritual del adulto debe, en primer lugar, ayudar al educador para "ver", para ir
ms all de mirar casualmente. Hacer educacin requiere un despertar; El educador debe ser
capaz de ver que debe ayudar a "producir", es decir, para sacar de dentro.
Si no puede percibir estas expresiones interiores del alma, ser incapaz de guiar al nio en el
proceso de convertirse, no importa lo bien preparado que est fsicamente o intelectualmente
o ambas. El adulto debe tener conciencia de todo lo que sucede a su alrededor, en particular
del proceso formativo que est teniendo lugar en el nio al crear una persona. As viendo, el
educador desarrollar una sensibilidad especial, una conciencia que traer un vnculo nico
entre los dos: diferente de los lazos emocionales entre los padres y sus hijos; pero tan fuerte.
Esta profunda conexin se basa en la identificacin con el otro, no como una proyeccin de
uno mismo en el otro, sino como un profundo sentido de empata. Este fuerte sentimiento de
cohesin del adulto para ponerse en el lugar del nio, de encontrar al nio en el lugar en el
que l es.
Preparamos al adulto para "ver" de esta manera cuando se entrena en las habilidades de
observacin. Esta formacin es en s misma una ciencia, como un arte. Todos somos
conscientes del proceso de observacin cientfica, donde miramos atentamente las cosas
para reunir informacin imparcial. Entonces debemos aplicar el "arte de la observacin" donde
tomamos ese cuerpo de datos y proceder a explorar sus conexiones y esto se convierte en la
fuente de nuestras interpretaciones (nuestra hiptesis) y nuestras conclusiones (nuestras
teoras); los datos por s solos son intiles a menos que podamos descubrir cul es su
relevancia. La preparacin del profesor es doble: ser sensible al misterio y ser sensible a la
maravilla de la vida que se revela s mismo. Esta es una sensibilidad que genera el hbito de
ver milagros. A menudo la perdemos, por lo que ya no sentimos el misterio. As que, es
necesario cultivar esta sensibilidad para preguntarse introspectivamente y poder lograr una
observacin ms perfecta.
Montessori afirma que el nuevo educador debe ser primero un cientfico, capacitado para
abordar el desarrollo de la vida humana en la misma manera en la que es entrenado para
descubrir todas las otras leyes y principios de la vida, tanto orgnicos como inorgnicos. Dice
que este nuevo educador debe estar preparado para hacer pedagoga cientfica, estudiando a
cada individuo con el celo y la atencin con la que se estudian otros fascinantes fenmenos
de la vida. La personalidad que se despliega del nio debe ser de la mayor importancia para
nosotros, y abordarlo correctamente es el objetivo primordial. El educador debe dejar de lado
el orgullo, la sensacin de que ya sabe, y abrazar la humildad en su lugar. La humildad es la
marca del verdadero cientfico. En esa actitud, uno no puede asumir que sabe, y eso es lo que
le permite descubrir y aprender. Si esto es lo que permite al hombre de la ciencia explorar lo
desconocido, para inventar y crear horizontes en el mundo de las cosas, cunto ms
importante es en el estudio del hombre mismo como creador de una nueva humanidad?
El educador que se acerca a la vida humana como el cientfico observador ser capaz de
descubrir las particularidades de cada nio. Porque de su ingenio podr responder a las
capacidades de cada uno, segn sus talentos, estilo de aprendizaje y ritmo personal. Esto, a
su vez, permitir que cada individuo logre lo que ms le conviene; para poder contribuir con la
sociedad ese singular don que traer consigo alegra y una coexistencia pacfica, ya que la
sociedad no es sino la totalidad de sus individuos. Haciendo educacin y guiando eso que
est dentro de cada nio en su expresin ms plena, podemos construir la sociedad
perfeccionada con la que siempre hemos soado. Otra cosa que el educador debe aprender
es estar tranquilo, porque no debe dar lecciones y, por lo tanto, no debe dar discursos; el
maestro debe aprender a contener, retener el impulso de intervenir, o aconsejar. La
enseanza es un trabajo de inhibicin; Un trabajo de la voluntad que es difcil de seguir. La
mayor altura de la capacidad del maestro se alcanzar cuando haya llegado a ese punto
donde los nios pueden trabajar completamente solos, sin su ayuda.
Montessori dice que esta ciencia de la psique, contrariamente a lo que ocurre con la ciencia
de todas las otras reas, se trata de una transformacin en el adulto como ninguna otra.
Conforme uno observa las profundidades de lo que est ocurriendo en el nio no puede ms
que observar la transformacin de este milagro. Es inevitable no identificar el maravilloso
proceso creativo del nio para convertirse en el adulto. Es inevitable no identificar el
maravilloso proceso creativo del nio que se transforma en el proceso propio, estableciendo
una profunda empata, nica en la relacin entre educador y educando, es lo que testific
hace ms de 100 aos la Dra. Montessori. La empata profunda que se asemeja nicamente
al educador educado. El alma del adulto se encuentra con el alma del nio y esto produce una
conciencia compasiva que se libera del orgullo, y de los males producidos, como la ira, y la
tirana de la imposicin y la humillacin en la que ponemos a los nios con el pretexto de
educarlos.
La Dra. Montessori explica que en nuestro mtodo vemos la vida en desarrollo y, al mismo
tiempo, se desarrolla el amor por esta vida en desarrollo. En la enseanza del estudiante, el
maestro realmente se ve a s mismo en los fenmenos que est observando, en la vida que
est estudiando. Los profesores realmente desarrollan un inters personal viendo que la vida
humana est en sus inicios y evolucionando. Este es un sentimiento maravilloso y otro amor
nace en el maestro: all entra dentro del profesor y del cientfico un espritu apostlico. Este
espritu apostlico no slo ve el espritu de estudio sobre el nio sino tambin el objeto infantil
se convierte en un maestro lleno de lecciones para ensearnos como sus maestros.
La educacin verdadera no puede ocurrir sin esta combinacin equilibrada entre distancia y
proximidad: mantener el espacio necesario entre el observador y lo observado, mientras que
al mismo tiempo se observa ntimamente uno mismo. As, el descubrimiento del nio
transformar el adulto al momento en el que l encuentra la esencia de la vida misma, como
las formas de la vida van moldeando y se crea un nuevo ser. Esta realizacin nos permitir
dar a los nios la libertad que necesitan para expresar sus necesidades y, por lo tanto, guiarse
por estas particularidades expresadas en su comportamiento espontneo. El principio
subyacente es la exploracin cientfica para permitir que el objeto de nuestra investigacin
tenga completa libertad para actuar por su propia iniciativa, ya que esta es la nica forma en
que puede ser entendido por completo. Limitar este comportamiento podra alterar su
expresin y por lo tanto nos dara una falsa impresin, lo que conducira a una conclusin
errnea. De hecho, no estaramos describiendo lo observado, sino una distorsin provocada
por nuestra intervencin intempestiva.
"Reconocer y darse cuenta de que esto crece por s mismo y naturalmente y que esta otra
cosa es hecha por nosotros es un signo del gran arte de la inteligencia. Esta distincin es
fundamental y forma un grado de orden en la mente del profesor, es decir, la posibilidad de
reconocer los fenmenos y el deber del maestro hacia tales fenmenos. Esta es la actitud y la
formacin de la mente que el profesor, padre, madre y todos los seres humanos deberan
tener.
En el caso del nio, la indicacin de la Dra. Montessori de retroceder a fin de obtener una
mejor visin de la direccin de la naturaleza, esto no significa que se permita un
comportamiento destructivo. El nio que se daa a s mismo, a otros o al medio ambiente
debe ser detenido, ya que no es la patologa del nio lo que buscamos entender sino lograr lo
que es normal. Nuestro inters se encuentra en ese comportamiento que expresa las leyes
naturales del desarrollo, para que podamos identificar y responder a ellos. Esto es lo que la
Dra. Montessori quiso decir cuando dijo que debemos seguir al nio. No era seguir la
destructividad del nio, que slo reaccionar ante los obstculos en su camino de desarrollo,
sino a las manifestaciones que conducen a la construccin de la psique humana. Seguir al
nio (de esta manera) es amar al nio. Nos permite responder a lo que es apropiado para el
desarrollo y slo el nio es quien nos puede mostrar lo que necesita. Ninguna cantidad de
teoras o conjeturas divorcindonos de la vida real del nio puede ser el desarrollo apropiado.
Es el nio es quien nos revela su naturaleza, y las leyes naturales que guan su devenir. Al
encontrarse con stas y en silencio al estar en la presencia de la vida milagrosa desplegable
del hombre, el espritu del adulto es despertado y, por lo tanto, "sacado a luz" desde dentro",
para apasionadamente abarcar todo el ser y la sagrada tarea que se ha propuesto emprender.
Cuando el maestro llega a este punto de madurez, todo el resto vendr por s mismo. Cuando
el profesor desarrolla el mtodo del cientfico moderno, la paciencia y la constancia ya no
existen en esa forma, pues se han transformado en pasin, una pasin que la hace observar
alegremente el fenmeno ante sus ojos. Estos profesores ya no necesitan aprender a ser
silencioso e inmviles pues el propio inters es ver el desarrollo de este fenmeno en el nio
hace que podemos permanecer en silencio naturalmente. El nacimiento de esta pasin es un
punto central o fulcro sobre el cual es posible construir la personalidad del maestro.
Podramos llamar esta direccin positiva e impregna el desarrollo del profesor, del cientfico y
del nio. Entonces es cuando nosotros, que hemos sido observadores y hemos estado
siguiendo este desarrollo natural del nio, nos sentimos conmovidos como nos sentiramos
movidos por cualquier gran milagro de la naturaleza
La preparacin de este tro: cuerpo, mente y alma es esencial para la educacin adecuada;
educacin que considera al individuo no como un bloque vaco que debe ser llenado por el
adulto, sino que entiende la verdadera naturaleza de la educacin, ya que nuestra intencin
de llenar al nio con el ayer, con nuestros intentos fallidos de resolver las interminables
preguntas sobre la coexistencia pacfica y la vida gozosa, slo ha servido para perpetuar las
tradiciones y costumbres que nos separaron durante miles de aos. Imponer nuestro prejuicio
y el odio a nuestros hijos es el mayor obstculo para nuestra evolucin como especie, que
est muy por detrs de nuestro progreso intelectual y nuestra proeza fsica.