776 Hebreos v2
776 Hebreos v2
776 Hebreos v2
Leyendo da a da en Hebreos
Introduccin
Aun cuando no se nos informa quin escribi esta epstola, su mensaje deja ms all de toda
duda quines la recibieron. La referencia a los padres, el tabernculo y el da de la expiacin
confirma el ttulo que conocemos. Tiene que haber una razn por la exclusin del nombre del
autor, pero no debe ser motivo de contencin.
Los dos temas de la Epstola son el sacerdocio de Cristo y su sacrificio. La Epstola se presta a
comparaciones interesantes:
captulos 1 al 6 lo incompleto y lo completo;
captulos 7 al 10 lo temporal y lo eternal;
captulos 11 al 13 lo terrenal y lo celestial.
Como palabra de exhortacin, 13.22, su mensaje es triple: vayamos adelante en el 6.1,
acerqumonos en el 6.22 y salgamos en el 13.13; all hay progreso, acercamiento y asociacin.
Hay varios parntesis en la Epstola, y en ellos el escritor desea probar al lector en cuanto a su
fe, a ver si es cristiano o no. Los parntesis principales son del 3.1 al 4.5; 5.11 al 6.20; 10.23
al 29. En aquellos tiempos primitivos haba judos que sentan atraccin a Cristo y el
cristianismo, pero sin que fuera ms que una prolongacin de sus creencias y prcticas
judaicas. Ellos no estaban establecidos en el carcter una-vez-para-siempre del sacrificio de
Cristo, ni el cumplimiento de los tipos (las figuras) del Antiguo Testamento, ni muchos otros
asuntos.
Por lo tanto, en esta epstola no se trata la posibilidad de un debilitamiento en la fe del
cristiano, ni que el cristiano vuelva al mundo. Se contempla ms bien la posibilidad de que un
judo, una vez atrado a Cristo y el cristianismo, vuelva a esos tiempos, y de esa manera niegue
su cumplimiento en Cristo. Semejante iniciativa involucrara una renuncia de Cristo y su
sacrificio. Muchos lectores de la Epstola hubieran sido guardados de gran dolor de corazn al
haber comprendido esto. Hijo de Dios: puede ser que usted falle para con Cristo, pero l nunca
lo renunciar. Su fe tal vez se debilite, pero usted nunca la pierde.
Cuando a cierto creyente se le pregunt si mejor sera la palabra clave en Hebreos, l
respondi: Y qu de perfecto y eterno? Seremos mejores slo al ser perfeccionados, y
perfectos slo en la eternidad.
1.1 al 3
El Hijo de Dios
En tiempos pasados Dios habl en los profetas, en muchos lugares y maneras, pero cada
revelacin fue parcial e imperfecta. Ellos hablaron a los padres y a la nacin entera, 1 Corin-
tios 10.1, y no a los patriarcas, Romanos 9.5. Al fin de estos das ha hablado Dios, no slo por
medio de su Hijo, ni en el Hijo al estilo de los profetas, sino en Hijo. No el Hijo ni su Hijo,
sino dando a entender que Dios ha hablado en Uno en este carcter, en Uno igual a l.
La revelacin divina se ha completado. El Hijo no es slo el mensajero sino el mensaje, y el
mensaje es definitivo. Lo recibimos; Dios nos ha hablado. En tiempos de antao se vea el sol
levantarse lentamente hasta que, en estos postreros tiempos, ha alcanzado su meridiano en un
cielo despejado, y nos regocijamos en su luz resplendente.
Pero quin es este Hijo que es objeto de la revelacin definitiva? El futuro dar testimonio de
su riqueza incalculable cual heredero designado; el pasado, a su poder creativo en hacer el
universo; el tiempo presente, a su majestad trascendental, habindose l sentado a la diestra de
la Majestad en las alturas. La secuencia es significativa: primeramente la constitucin de su
herencia y despus su obra creativa. Es apropiado que la mencin de su herencia siga a la de
ser Hijo en el 1.2, pero hay aqu un pensamiento ms rico y profundo. l fue constituido
heredero antes de hacer los mundos, y por lo tanto en l fueron creadas todas las cosas,
Colosenses 1.16.
Pero hay ms! En el 1.3 aprendemos tres cosas: Qu es, qu hace y dnde est. Qu es l,
cual resplandor de la gloria divina (no hay nube de gloria ahora). Es la expresin colectiva de
todo atributo de la Deidad, siendo la imagen misma de la sustancia de Dios, la representacin
perfecta del ser de Dios. Qu hace l, quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder. Es el timonero de todo lo que hizo. Habiendo efectuado la purificacin de nuestro
pecado, pone la purificacin al alcance de todos. Dnde est l: se sent a la diestra de la
Majestad en las alturas. La gramtica de las ltimas dos afirmaciones del 1.3 revela que fue
por s mismo que hizo la purificacin y por s mismo se sent.
1.4 al 14
As est escrito
El escritor encuentra siete pasajes en el Antiguo Testamento para confirmar lo que ha venido
diciendo acerca del Hijo de Dios. El Salmo 2 y 2 Samuel 7 confirman que Dios ha hablado en
Hijo. Los Salmos 97, 104 y 45 hacen mencin del Hijo como heredero de todo; el 102 habla
del Hijo que hizo los mundos; y el 110 del que se ha sentado a la diestra de la Majestad en las
alturas.
El versculo 5, como en todo caso donde se cita Salmo 2.7, hace referencia al nacimiento del
Salvador. Luego fue en la madurez que hered un nombre ms excelente que el que era suyo
eternamente. Con qu contentamiento habr contemplado Dios aquel Nio Santo y dijo: Mi
Hijo eres t. 2 Samuel 7.14, citado en el 1.5, trata de la reciprocidad perfecta que exista
siempre entre Padre e Hijo cuando el Hijo estaba aqu.
Salmo 97.7 conduce la mente a la manifestacin futura: Pstrense a l todos los dioses.
Cuando vino a Beln, fue dado como el Unignito, pero al traerle de nuevo Dios, ser como el
Primognito. Al ser dado l como el Unignito, los ngeles dirigieron sus alabanzas a Dios,
Lucas 2.13,14; cuando Dios le trae de nuevo, dirigir a su Hijo la adoracin de todos los
ngeles de Dios. Qu da ser aquel! Los ngeles innumerables, Hebreos 12.22, adorando al
Hijo! Salmo 104.4 y 45.6,7, citados en 1.7 al 9, anticipan su reino venidero, cuando l, cual
Dios inmutable, se sentar sobre su trono mientras los ngeles sean trans-formados acorde con
su misin. Pero es hombre an, y Dios le ha ungido por encima de sus contemporneos.
Salmo 102.25 al 27, citado en los versculos 10 al 12, se refiere al fin, cuando Aquel que hizo
los mundos, y ahora los sostiene, los fundir. Aquel ser el da de Dios, el da de la eter-nidad.
Pero, cambiado todo, l no cambia.
2
Salmo 110.1, citado en el versculo 13, termina este captulo emocionante, presentando al Hijo
de Dios sentado a la diestra de la Majestad, y en el 13 se sienta all por decreto divino, hasta
que sus enemigos estn a estrado de sus pies. El Hijo se sienta pero los ngeles son
despechados para servicio, como lo expresa cierta traduccin, y esos servidores atienden a
los herederos de la salvacin: nosotros!
2.1 al 9
Ley y gracia
Los vv 1 al 4 pertenecen al captulo 1. Ahora aprendemos por qu el escritor ha enfatizado la
superioridad del Hijo de Dios sobre los ngeles. Es para proceder a comparar la ley y la
gracia. En los vv 5 al 9 aprendemos la superioridad del Hijo el Hombre sobre los ngeles, a ser
vista todava en el mundo venidero.
Al comienzo del captulo, no sea que vayamos a la deriva, la figura es la de una nave cuyos
armares estn sueltos y el ancla no puede detenerla, ilustrando un alma que no tiene el vnculo
vital de la fe. Si descuidamos, o si hemos sido negligentes, de la gran salvacin, contempla
un acto deliberado despus de haber hecho una profesin; es los primeros pasos de la
apostasa. La pregunta es: Cmo escaparemos?
Se responde con contrastar la solemnidad de la ley y la certeza de juicio por desobediencia con
la abundante grandeza del evangelio; e, implcitamente, la certeza del juicio por negligencia.
La palabra dicha por ngeles es la ley. (Vosotros que recibisteis la ley por disposicin de
ngeles, y no la guardasteis, Hechos 7.53. la ley fue ordenada por medio de ngeles en
mano de un mediador, Glatas 3.19). Fue una palabra firme; cada violacin tena que ser
castigada.
Si as fue de la palabra dicha por ngeles, cunto ms en el caso de esta salvacin tan
grande, ya que no depende simplemente de ngeles, sino de las tres Personas de la Deidad. El
Seor ha hablado, Dios ha afirmado y el Espritu Santo ha repartido.
En los vv 5 al 9 aprendemos que el mundo venidero no estar sujeto a ngeles sino al
hombre, al Hijo del Hombre, Jess. La cita del Salmo 8 tiene el fin de mostrar que el dominio
que le fue confiscado a Adn ser ms que restaurado en el Hijo del Hombre en el mundo
venidero. Jess, coronado actualmente de gloria y de honra, es el aval de esto. No habr nada
que no est puesto debajo de l; aun los ngeles, mayores en poder y fuerza que los hombres, 2
Pedro 2.11, estarn sujetos a l, aun cuando por un poco de tiempo l fue hecho menor que
ellos. Ahora podemos apreciar el futuro de Jess; nada que no sea sujeto a l, v. 8, en el
pasado; hecho por [sic] un poco menor que los ngeles, v. 9, en el presente; coronado de
gloria y de honra, v. 9.
Los ngeles adorarn al Hijo, 1.6; todas las cosas sern sujetadas al Hijo del Hombre, 2.8.
2.10 al 18
La encarnacin
Aprendemos ahora de nuestro propio futuro, pasado y presente. Nuestro Capitn nos est
conduciendo a gloria futura como hijos que somos. Nuestro Seor nos tom como hermanos
suyos al resucitar de entre los muertos, y nos atesora como hijos de Dios, cual obsequio de
amor para l ahora. Todo esto est en los vv 10 al 13.
Si incluimos el v. 9 en esta seccin, podemos observar tres pasos en la encarnacin del Seor y
tambin su propsito tripartito.
Primer paso, v. 9, hecho un poco menor que los ngeles. Ningn ngel ha podido asumir
nuestro lugar, ya que ellos no mueren, Lucas 20.36. Por lo tanto damos gracias a Dios por
Uno que, con miras al padecimiento de la muerte, estaba dispuesto a ser hecho menor que
ellos.
Segundo paso, v. 14. l particip de carne y sangre. Nuestro Seor no era una mera
emanacin de la Deidad, sino un verdadero hombre pero con una diferencia. Mientras que los
3
hijos son participantes de carne y sangre sin voz y voto en el asunto, l particip
voluntariamente de la misma.
Tercer paso, v. 17, en todo semejante a sus hermanos. No slo particip de carne y sangre,
sino se hizo un ser tripartito; tena espritu, alma y cuerpo humanos.
El primer propsito de su encarnacin, segn se registra aqu, fue el de tratar con el diablo
quien tena el dominio sobre la muerte, v. 14. El diablo no tena ni poder absoluto ni autoridad
delegada irrestricta en esta materia, sino slo la fuerza dada a ejercer aquel poder bajo
permiso. Bendecimos a Dios que el diablo haya sido desactivado en este asunto en lo que a
nosotros se refiere.
El segundo propsito, v. 19, fue el de expiar el pecado del pueblo. Gloria a Dios, nuestros
pecados han sido quitados, eliminados, para siempre!
El tercer propsito, v. 18, es que l es poderoso para socorrer a los que son tentados. Gracias
a Dios por Aquel que nos ayuda cuando estamos siendo tentados, cuando estamos bajo
presin.
As que, se ha atendido a Satans, los pecados y la necesidad presente de los santos.
captulo 3
El pecado de la incredulidad
Los hermanos santificados y los hijos que van rumbo a la gloria, vv 11, 10, son a la vez
santos, participantes del llamamiento celestial e invocados a considerar al Hijo del captulo 1
que Dios ha enviado cual Apstol suyo y cual Sumo Sacerdote del captulo 2 para repre-
sentarles delante de l.
En los vv 1 al 6 el tema es la casa de Dios en el da presente. Moiss era siervo fiel en la casa
de Dios y Cristo est sobre la casa como un Hijo. El que hizo todas las cosas es Dios, es una
referencia indirecta a la deidad de Cristo. Si Moiss estaba en la casa de Dios, vv 2, 5,
nosotros somos la tal casa, v. 6. Retener firme no es un medio de salvacin sino simplemente
una evidencia de tenerla.
El reposo de Dios en el futuro es el tema de los vv 7 al 19 y las tres menciones de hoy
sealan la urgencia de examinarse el corazn no la posibilidad de tener un corazn fro,
sino uno errado, endurecido o malo. El problema podra ser muy arraigado; no se trata de un
lapso temporal sino de un estado irreversible.
El ejemplo de la nacin de Israel deja esto muy en claro. De quin jur Dios en su ira que
ellos no entraran en su reposo? Fue de una nacin que vio las obras a lo largo de cuarenta
aos pero persigui con corazn endurecido. Fue una generacin que siempre erraba de
corazn y desconoca su proceder. El suyo era un corazn malo de incredulidad que se
apartaba del Dios vivo.
No debe alarmarnos el llamado a los hermanos en los vv 12 y 13. Dios siempre se dirige a
los hombres con base en su profesin hasta que se haya manifestado ser falsa. As fue que
Jess trato con Judas Iscariote.
Los vv 16 al 19 presentan una serie de preguntas y respuestas. Quines provocaron? Todos
los que salieron de Egipto. Con quines se disgust? Con los que pecaron y murieron en el
desierto. A quines jur que no entraran en su reposo? A los incrdulos. Cul fue su pecado?
No una fe dbil, sino la incredulidad de una nacin apstata.
captulo 4
Temor y osada
Los vv 1 al 13 concluyen el primer parntesis de la Epstola y rematan el tema del reposo. No
se ha realizado an el reposo que estaba en la mente de Dios en la creacin, repetida en la ley y
despus de un largo lapso en los Salmos tambin. Con todo, no obstante el fracaso de parte del
hombre, la promesa del reposo est vigente: queda un reposo para el pueblo de Dios,
4
vv 1 y 9. Es futuro; la evidencia est en el v. 10: todava no hemos cesado de nuestras propias
obras. La experiencia del hombre en el Edn y en Canan, vv 4, 8, anticiparon este reposo,
pero muy dbilmente. Pero Dios reposar en su amor una vez que todo est acorde con su
naturaleza santa, y el hombre reposar tambin; vv 1, 3, 5, 10.
Temamos, v. 1; procuremos, v. 11. Estas exhortaciones figuran contra el trasfondo del fracaso
de Israel. A nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos, v. 2, y aun cuando
los mensajes eran diferentes, ambos ofrecan reposo. En qu fallaron ellos? No oyeron con fe,
y fue debido a la incredulidad, vv 2, 6, 11. Est especificada la nica condicin para entrar en
este reposo: los que hemos credo entramos, v. 3, y el v. 11 hace un llamado: Procuremos,
pues, entrar en aquel reposo, acaso uno caiga en el mismo ejemplo de incredulidad.
No es, entonces, una cuestin de fe dbil o fuerte, sino de fe o falta de fe, y los vv 12, 13
presentan maneras importantes para probar nuestra fe: la Palabra de Dios y el ojo de Dios. El
hijo suyo puede temer quedarse expuesto por esa Palabra y por ese ojo escrutador, pero no los
evitar si reconoce su necesidad. Reposando ahora por fe en el Seor Jess, el creyente est
asegurado del disfrute del reposo eterno de Dios, un reposo en el amor divino.
En el v. 14 se recoge el tema del sacerdocio de Cristo, habindolo interrumpido despus de
2.18. El creyente cuenta con todo lo necesario para quedarse firme. Tenemos un gran sumo
sacerdote en el cielo en quien se combinan la humanidad y la deidad, v. 14. Lo que no tenemos
es un sacerdote indiferente. Con base en el ministerio infalible del gran Sacerdote, tenemos el
recurso del acceso irrestricto a un trono de gracia, con la misericordia y la gracia siempre
disponibles para ayudar.
captulo 5
Seleccionado y convocado
Ahora nuestro Seor figura como cumpliendo los dos requisitos esenciales para el sacer-docio:
seleccionado de entre los hombres, v. 1, y llamado por Dios, v. 4.
En el Antiguo Testamento el sacerdote era seleccionado de entre hombres para el bien de los
hombres, dedicndose a los sacrificios y a la compasin, vv 1, 2. Sacrificar involucraba la
adoracin (los dones) del pueblo y sus debilidades (los sacrificios por el pecado). La com-
pasin no se manifestaba por ser un deber legal, sino como una obligacin moral en vista de la
debilidad del sacerdote mismo, cosa que le obligaba a sacrificar por s mismo.
Era llamado de Dios, porque su oficio era un honor que uno no poda tomar para s, pero si su
sacerdocio era un honor concedido, el de Cristo era uno aadido, v. 5. El segundo salmo
(citado en el versculo y ampliado en vv 7, 8) alude a la encarnacin del Hijo de Dios, y
confirma que nuestro Sumo Sacerdote fue seleccionado de entre los hombres. El Salmo 110
(citado en v. 6 y ampliado en v. 9) alude a su resurreccin y confirma que fue llamado por
Dios.
Qu Sumo Sacerdote es el nuestro! Seleccionado de entre hombres, sufri toda prueba que
poda embestir la Humanidad Santa, y las soport todas. En los das de su carne, orando y
llorando, clamaba a Aquel que poda salvarle de la muerte por resurreccin una vez finalizados
sus das de prueba. Convocado tambin por Dios en resurreccin, ste le salud cual sacerdote
para siempre quien no conocera interrupcin ni tendra sucesor. A la vez ha venido a ser Autor
de salvacin eterna, y todos aquellos que son de la obediencia de la fe estn asegurados de
contar con un Sacerdote eterno y bendiciones eternas.
Sigue un parntesis en la Epstola, 5.11 al 6.20, necesario antes de volver al tema de Mel-
quisedec.
Los versculos 11 al 14 son una reprimenda. Aquellos hebreos haban progresado algo pero se
haban vuelto tardos para oir y tambin necesitaban leche. Ellos asociaban con la ley lo
que Cristo haba introducido, dejando de reconocer que la ley no era ms que los primeros
principios del comienzo de los orculos de Dios ahora vigentes. No eran nios espirituales en
el sentido de 1 Corintios 3.1, 2 (no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales,
5
como a nios en Cristo), sino nios dispensacionalmente en el sentido de Glatas 4.3
(cuando ramos nios, estbamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo).
6.1 al 8
Nosotros, ellos, vosotros
Al observar un cambio en pronombres en este captulo nos damos cuenta de que est dividido
en tres: vv 1 al 3, profesin, vamos; vv 4 al 6, apostasa, sean renovados; vv 9 al 20, realidad,
vosotros.
En los vv 1 al 3 el escritor se asocia con aquellos que haban sido atrados a Cristo, entre
quienes haba ciertas personas en peligro de alejarse, 2.1, y se estaban alejando, 3.12. La
exhortacin del v. 1 es la de dejar y de proseguir adelante. Dejar los rudimentos (los principios
elementales) de la doctrina de Cristo era para reconocer que el ministerio terrenal suyo era un
comienzo que conduca a lo que l asegur en su muerte y resurreccin, e ir adelante a la
perfeccin de su enseanza (la madurez del 5.14) era tener fe en el Salvador resu-citado, el
Autor de salvacin eterna y el Sacerdote en perpetuidad.
Fallar era (i) echar de nuevo el fundamento antiguotestamentario del arrepentimiento de obras
muertas y de fe en Dios; (ii) retener la doctrina de los bautismos y rehusar el solo bautismo;
(iii) revertirse a la imposicin de manos sobre tanto la gente como los sacrificios; (iv) afirmar
una resurreccin general y no una resurreccin eclctica; (v) temer un juicio eterno y no
reposar en una salvacin eterna.
En los vv 4 al 6 hay la posibilidad de la apostasa. Ninguna de las descripciones da a entender
una conversin: (i) una vez iluminados es un alumbramiento mental, como en 10.26: el
conocimiento de la verdad, y no el alumbramiento de 2 Corintios 4.6: el conocimiento de la
gloria de Dios. (ii) gustaron del don celestial, as como aquellos de Lucas 4.22 que estaban
maravillados de las palabras de gracia de Jess. (iii) los partcipes del Espritu Santo no eran
poseedores (Se nos dice en Lucas 5.10 que Jacobo y Juan eran compaeros con Simn, y en
5.7 que hicieron seas a los compaeros que estaban en la otra barca. La segunda palabra
griega traducida compaeros se usa aqu en Hebreos. Comprar-tieron el mismo oficio, pero
no el mismo negocio). (iv) gustaron de los poderes del siglo venidero puede incluir un
milagro de sanidad sin la conversin.
6.9 al 20
El ancla del alma
Recaer es un acto deliberado de desercin de parte de un cristiano nominal. El caso aqu es uno
del judo que renuncia a Cristo despus de haber hecho alguna forma de profesin. Una
persona de estas no podra ser renovada al arrepentimiento ni la conversin por cuanto nunca
haba experimentado tal cosa. Habiendo cambiado de parecer en cuanto a Cristo en primera
instancia, y luego revertido a su posicin anterior, l declaraba que haba buena razn para que
Cristo fuera escarnecido y muerto, crucificando de nuevo para s mismo al Hijo de Dios, v.
6.
Un hijo de fe nunca hara de esto. El efecto del evangelio se asemeja a la tierra que bebe el
agua de lluvia; los resultados son diversos. La tierra que produce hierbas recibe beneficio y la
tierra que produce abrojos est condenada a la quema: a stos ciertamente olor de muerte
para muerte, y a aqullos olor de vida para vida, 2 Corintios 2.16.
Los vv 9 al 20 estn dirigidos a aquellos cuyas obras de amor han evidenciado que son salvos,
y para ellos van palabras de exhortacin y estmulo. En vista de la esperanza futura, debemos
ser diligentes, y debido a las aflicciones del presente no debemos ser perezosos sino pacientes.
Abraham est presentado como ejemplo. l recibi una promesa antes de haber nacido Isaac,
Gnesis 12.2, la cual fue confirmada por un juramento, 22.16. La promesa del v. 14 no fue
cumplida hasta que Rebeca diera a luz a morochos a la edad de sesenta aos.
La palabra de Dios, y el juramento de Dios en el cual confirm su propia integridad, le
permitieron a Abraham esperar pacientemente. Qu era su estmulo (fortsimo consuelo) del v.
6
18? Fue por estos, la palabra y el juramento, los cuales no admiten cambio, que ha hecho
saber su propsito que tampoco admite cambio.
Habiendo huido a Cristo por refugio para aferrarnos a la esperanza de bendicin en l,
tenemos una esperanza que, aun invisible y celestial (dentro del velo), es un ancla fija para el
alma. Jess tambin ha entrado velo adentro a favor nuestro cual precursor y aval de nuestra
entrada en un da glorioso. Mientras tanto vela all por los intereses nuestros en su carcter de
un Sumo Sacerdote segn el orden de Melquisedec.
capitulo 7
El orden de Melquisedec
El tema de este captulo est en el v. 11: segn el orden de Melquisedec No segn el
orden de Aarn. El orden aarnico no perdur debido a que por la muerte no podan
continuar, v. 23, pero Melquisedec era sacerdote para siempre, v. 24.
La grandeza de Melquisedec, sacerdote del Dios Altsimo, presentado como sin tener una
genealoga y sin nacimiento y muerte, nos est presentado como un tipo del Hijo de Dios. Era
superior a Abraham; recibi el diezmo de l y le bendijo. Era superior al sacerdote levtico;
recibi el diezmo sobre una base voluntaria y no por mandamiento, como en el esquema
levtico. Aquellos recibieron diezmos y murieron, pero Melquisedec vive (figurativamente).
Lev, cuando todava en los lomos de Abraham, le pag el diezmo a Melquisedec cuando
Abraham lo hizo.
Surgi la necesidad de otro sacerdocio debido a que eran imperfectos y provisorios tanto el
sacrificio como la ley, vv 11, 19. Por dos razones el sacerdocio de nuestro Seor requera un
cambio en la ley concerniente a los sacerdotes. l procedi de Jud y no de Lev. El sacerdocio
suyo cuenta de una vida sin fin, mientras que el levtico dependa de la ley del mandamiento
carnal con su exclusin de las deformaciones fsicas y con la muerte predeterminada.
Los sacerdotes levticos, cuyo llamamiento era temporal, fueron constituidos sin un jura-mento
definitivo. Aquello admita cambios, pero por cuanto nuestro Seor es un sacerdote por
juramento, no puede haber cambio, vv 20, 21. Nos favorece ahora una esperanza superior.
captulo 8
En algn lugar y con alguna cosa
Reflexionamos ahora acerca de nuestro Seor como el ministro del verdadero tabernculo, vv
1 al 5, y el mediador de un mejor pacto, vv 6 al 13.
Habiendo sido escogido de entre hombres y convocado por Dios, como leemos en el captulo 5,
es preciso que l tenga ahora dnde oficiar, vv 1, 2, y algo que ofrecer, vv 3, 5. Los sacerdotes
terrenales ofrecen aportes segn la ley y sirven en lo que es una copia y una sombra de cosas
celestiales. Nuestro Sumo Sacerdote es un ministro del verdadero taber-nculo cuyo patrn le
fue mostrado a Moiss.
Habindose ofrecido a s mismo una vez por todas, ahora est en la presencia de Dios con base
en el valor eterno de aquel sacrificio. Esto tambin hace que su sacerdocio sea nico; est
sentado y est sirviendo, vv 1, 2.
Nada se saba de un sacerdote sentado, pero ahora l est sentado donde nunca se sent un
ngel, 1.13. Aqu, entonces, est el punto principal: el Sumo Sacerdote que tenemos es el
Hombre del oprobio del madero que ahora est sentado en el trono de la Majestad celestial, y
en toda la eficacia de su sacrificio de valor eterno. Aarn ha sido eclipsado.
l es tambin el mediador de un mejor pacto establecido sobre mejores promesas, v. 6. El
primer pacto era un contrato entre Dios y los padres. Sus promesas dependan del
cumplimiento con las condiciones pero los padres no prosiguieron en obediencia, aun cuando
Dios les tom por la mano, v. 9. El hombre no es una parte del pacto nuevo, sino lo es la casa
de Israel y la casa de Jud, v. 8. Dios asume toda obligacin y por ende las condiciones no son
hars, como en el primer pacto, sino har, vv 10 al 12. Es superior!
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Pero qu promesas mejores? Las leyes de Dios sern puestas en su mente renovada para
conocerlas y practicarlas, escritas sobre corazones purificados para amarlas; las promesas
reposarn sobre lo que Dios mismo ser para su pueblo, v. 10. Todos le conocern en s
mismos debido a la uncin del Espritu Santo. Dios ser propicio a su injusticia, y de ninguna
manera se acordar de sus pecados e iniquidades, v. 12.
Cual mediador de este pacto superior, nuestro Seor vive para que el hombre disfrute de sus
mejores promesas. El primer pacto est caduco y Moiss ha sido eclipsado. Si bien Israel es el
beneficiario en este captulo, veremos en el captulo 10 que nosotros disfrutaremos de las
mejores promesas.
9.1 al 10
Un santuario terrenal
Leemos ahora del carcter temporal y limitado de la ceremonia bajo el primer pacto, descrita
como un servicio divino y un santuario terrenal. Los vv 2 al 5 describen ese santuario terrenal,
los 6, 7 el servicio divino y los 8 al 10 concluyen el prrafo.
El tabernculo era un santuario de este mundo en su localidad que, una vez erigido, consis-
ta en dos dependencias, divididas por un velo, cada una con sus muebles correspondientes. La
primera era el santuario, o lugar santo, y la otra el lugar santsimo, o santo de los santos. La
referencia al incensario de oro, sin mencin del altar de oro, nos hace pensar que en el da de
expiacin el incensario vinculaba el lugar santo con el santsimo. La expresin el cual tena
en el v. 4, y no en, como en el v. 2, hace entender que el arca de oro no tena un lugar fijo en
el lugar santo.
Los vv 6, 7 nos explican que en el servicio divino los sacerdotes entraban siempre en el lugar
santo, tanto cada maana para limpiar las lmparas como cada tarde para quemar incienso, y
cada sbado para reponer los panes. El sumo sacerdote entraba una vez al ao, portando
sangre siempre, para sacrificar por s y por los yerros del pueblo.
La conclusin en los vv 8 al 10 era que este santuario, mientras estuviera en pie, contaba con
cierto significado pero no manifestaba el camino de acceso al lugar santsimo que es el cielo.
Al hablar en el v. 8 del primer tabernculo, obviamente se alude a la estructura entera, y no
como en el v. 6. La palabra para lugar santsimo en el v. 8 no es la del v. 3, pero s es la del
10.19 y por ende se refiere al cielo. Los dones y sacrificios del servicio divino, v. 9, nunca
podan dar paz a la conciencia.
El v. 9 habla del tiempo presente, o el tiempo de poner las cosas en orden. Cun privi-
legiados somos nosotros! El tabernculo ha servido su funcin en la prctica pero no en el
alumbramiento: es ahora que est manifestado el camino al santsimo. Los sacrificios y las
ordenanzas de la carne, impuestos como una carga, han servido su propsito temporal, y ahora
las cosas han sido puestas en orden; tenemos la conciencia tranquila. Pero ms de esto ms
adelante!
9.11 al 28
Ya presente Cristo
Los vv 11 al 23 tratan especficamente del judo. Obsrvese la referencia a las obras muertas
en el v. 14 y las transgresiones bajo el primer pacto en el v. 15. En vv 11, 12 vanse al Sumo
Sacerdote Cristo cual cumplimiento de la tipologa del tabernculo y el lugar santo. Su propia
sangre es de tal valor que l ha entrado en el lugar santo una vez por todas porque es eterna la
redencin que ha realizado. Por esto no tiene que entrar cada ao.
En los vv 13 al 15 encontramos al mediador del pacto nuevo, por cuya sangre la conciencia
puede ser limpiada y por cuya muerte se puede recibir la promesa de una herencia eterna. En
contraste con los sacrificios ignorantes, involuntarios de animales fsicamente perfectos, el
sacrificio de Cristo era inteligente (el Espritu eterno), voluntario (se ofreci a s mismo) y
moralmente perfecto (sin mancha), v. 14.
8
La sangre derramada de animales procur una santidad externa, v. 13, pero la de Cristo una
limpieza interna. El carcter retrospectivo de la muerte de Cristo le vindic a Dios en su trato
con las transgresiones bajo el primer pacto, de manera que antes y despus del Calvario los
judos reciben la promesa de una herencia eterna, v. 15.
En los vv 18 al 23 volvemos al primer pacto y el rociamiento de sangre. Parece que se agrupan
diversas ocasiones del rociamiento para enfatizar que era un elemento esencial en el trato de
Dios con Israel: en el v. 19 Dios mora entre ellos, xodo 24, y viaja con ellos, Nmeros 19; en
el v. 21 es para que le sirvan, xodo 29, Levtico 8.
Tres apariciones estn en los vv 24 al 28:
En el v. 24 Cristo se presenta ahora ante la faz de Dios por nosotros en la eficacia de su
sangre derramada. (Esto es el sumo sacerdote en el lugar santsimo cuando hace expiacin por
su familia, Levtico 16.11, 14).
En el v. 26, una vez en la consumacin de los tiempos, l se ha manifestado para quitar
el pecado. (Esto es el sacrificio ofrecido en Levtico 16. 11, 15).
En el v. 28 aparecer por segunda vez sin relacin con el pecado, para salvar, una
referencia a su manifestacin futura para la salvacin de Israel.
captulo 10
Israel, creyente y apstata
En los vv 1 al 14 queda abolido el antiguo orden de santificacin y queda establecido el
sacrificio de Cristo. Aquellos sacrificios antiguos no expresaban en s la voluntad de Dios ni le
agradaban. Su ineficacia estaba manifiesta en su repeticin diaria y anual. La paz de
conciencia era desconocida y la culpa del pasado segua latente; no se gozaba de confianza en
cuanto al futuro y el oferente nunca era perfeccionado.
El Hijo de Dios ofreci su cuerpo, realiz la voluntad del Padre y procur nuestra salvacin,
vv 6 al 10. Habindose ofrecido una sola vez, se ha sentado para siempre y ahora los
santificados estn perfeccionados para siempre, vv 10 al 14.
En los vv 15 al 25 los creyentes de nuestros tiempos son los beneficiarios del nuevo pacto. No
se hace mencin aqu de Israel y Jud, como en el captulo 8. Aquel captulo habla del pacto
con ellos, 10.16, pero ste habla del mensaje del Espritu para nos, 10.15. Por cuanto no
hay ofrenda por el pecado, ni Dios se acuerda ms de las transgresiones, y nosotros nos
avanzamos en adoracin, vv 17 al 22, anticipando confiadamente y manteniendo firme la
profesin de nuestra esperanza, sin dejar de interesarnos por los dems, vv 23 al 25.
En los vv 26 al 39 aprendemos el verdadero carcter del apstata. l ha recibido un
conocimiento de la verdad y ha sido alumbrado pero peca adrede y es un adversario. El
escritor descarta de hecho una debilidad o un lapso temporal, enfatizando el hbito y la osada
de uno que ha rechazado deliberadamente al dar la espalda al solo Sacrificio. Dios no tiene
otra cosa que ofrecer y el juicio es inevitable, vv 26, 27. El haber despreciado la ley de Moiss
significa la muerte sin misericordia ante dos o tres testigos, pero pecar deliberada-mente
conlleva un castigo mucho ms severo, porque los testigos aqu en los vv 28, 29 son las tres
Personas de la Deidad.
Puede ser posible que ellos haban sufrido prdida en vano, habiendo sido alumbrados y
habiendo aceptado que tenan una sustancia mejor y ms duradera? Todo era asunto de vivir
por fe o echar para atrs. El poquito (de tiempo) hasta que l viniera es la prueba de fe. Si
el israelita se acerca, v. 1, el creyente entra, v. 19, y el apstata retrocede, v. 38.
captulo 10
Entrar y acercarse
El israelita, tema de los vv 1 al 14, nunca alcanzaba la dichosa condicin de no ms
conciencia del pecado, v. 2. Pero para el creyente, vv 15 al 25, no hay no se requiere
9
ms ofrenda por el pecado, v. 12. Para el apstata, vv 26 al 38, no se puede ofrecer ms
sacrificio por los pecados, v. 26.
La obra de Cristo est a la vista en los vv 11 al 14. Habiendo ofrecido un solo sacrificio,
voluntario y vicario, nuestro Seor se sent en perpetuidad con base en esa obra terminada, en
un lugar que deja entrever claramente que haba sido aceptado. Sus enemigos estn todava por
ser subyugados y mientras tanto sus amigos, en lo referente a sus pecados, estn
perfeccionados en perpetuidad.
El testimonio del Espritu Santo es el tema de los vv 15 al 18. l testifica a un pacto nuevo
muy diferente al antiguo, que requera una memoria continua de pecados, v. 3. Hoy da el
creyente disfruta de una remisin de pecados plena y perpetua; el Espritu le dice: Nunca ms
me acordar de sus pecados y transgresiones, v. 17.
La adoracin de los santos es lo que vemos en los vv 19 al 22. En virtud de la obra de Cristo, y
el testimonio del Espritu a la remisin de pecados, Dios nos invita ahora a entrar en el lugar
santsimo y hacerlo con plena confianza, vv 19, 22. Esta confianza es resultado de un perdn
absoluto y una aceptacin ilimitada. Entramos por una va recin ofrecida y viva; no slo est
siempre presente la eficacia del Sacrificio, sino que no hay ninguna amenaza de muerte para
los que entran.
Entramos debido a una obra consumada: la sangre de Jess, v. 19; nos acercamos debido a
una obra en progreso: un gran sacerdote, v. 21. El apstata retrocede, el creyente se acerca;
el apstata tiene un corazn malo de incredulidad, 3.12, pero el creyente un corazn
verdadero que responde en plena certidumbre de fe. El v. 22 ensea la sangre para nuestra
culpa y el agua para nuestro renacimiento cosa que ningn sacerdote hubiera atrevido
hacer.
captulo 11
El justo por la fe vivir
La edad antediluviana, vv 1 al 7: La fe como sustituto de la esperanza, tan necesaria para los
judos convertidos, no era algo nuevo, como se ve por el ejemplo de Abraham en vv 9, 10.
Tampoco lo era lo invisible, vv 7, 13 y 27. Adems se haba experimentado alcanzar un buen
testimonio, vv 4, 5 y 39. Despus de esta introduccin, tenemos la fe que reconoce a un Dios
Creador y luego la fe que se expresaba en agradar a Dios y result en la separacin del mundo.
La edad patriarcal, vv 8 al 22: Si No se hizo heredero de una posicin, Abraham se hizo
heredero de un lugar. En Abraham vemos la obediencia de la fe y en Sara su reconocimiento.
En los vv 13 al 16 hay la fe que rehsa retroceder. Si ella consider que Dios era fiel y recibi
a un hijo, Abraham consider que Dios era poderoso y l tambin recibi al hijo,
vv 17 al 19.
Leemos luego de la bendicin de la fe, las cosas venideras, y su alcance, cada uno de los
hijos de Jos. En los vv 21, 22 la fe en la promesa de Dios no mengua en la muerte; Jacob
ador cuando le fue prometida sepultura en Canan, y Jos mand que l mismo fuese
sepultado all.
La servidumbre egipcia, vv 23 al 29: Ahora vemos que la fe es ms fuerte que el temor. Los
padres de Moiss no teman la orden real, ni tema Moiss la ira real. En el v. 28, en relacin
con la pascua, haba seguridad y en el 29, en la salida, haba separacin.
La tierra de Canan, vv 30 al 40: Dos incidentes asociados con la fe describen la entrada de
Israel en Canan: los muros cayeron y la mujer no pereci. Una vez identificadas las personas
sealadas por fe en los das de los jueces y la monarqua, sigue una mencin de hazaas
maravillosas de la misma. En los vv 33, 34 vemos sus xitos, en el 35 su sufrimiento y en 36
al 38 la fe en lo que pareca ser la derrota.
Los dos versculos finales nos proporcionan una conclusin humillante. Aquellos nobles del
Antiguo Testamento, cuya fe nos deja avergonzados, no sern perfeccionados sin nosotros, y
10
no es lo menos la gloriosa posibilidad de ser nosotros arrebatados en cuerpos de gloria, sin
morir.
12.1 al 11
Jess nuestro ejemplo y estmulo
La carrera, vv 1, 2: Debemos fijarnos en Jess, nuestro Ejemplo, donde l est ahora. El
gozo estaba puesto delante de l, pero en cambio la carrera est puesta delante de nosotros. Se
requiere aguante; Jess sufri la cruz y nosotros debemos correr con paciencia (persis-tencia).
Estamos rodeados de testigos y estorbados por pecado, de manera que la necesidad es doble.
Primeramente, no nos ocupemos de aquellos hroes de la fe del captulo 11 que alcanzaron
buen testimonio con base en la fe, sino ocupmonos de Jess que comenz y termin la senda
de fe sin fallar. Fijemos el ojo en Aquel que, por el gozo puesto delante de l, soport la
crucifixin, menospreci el oprobio y se sent a la diestra de Dios, no en virtud de su obra
terminada como en el 10.12, sino de una carrera finalizada.
En segundo lugar, debemos poner a un lado todo impedimento y el pecado que asecha: el de
abandonar la carrera. Para los hebreos, el peligro era su asociacin de por vida con un
santuario terrenal y sus rutinas que se cumplan por vista y no por fe.
La disciplina, vv 3 al 11: Para nuestro estmulo, le consideramos tal como era aqu. Es
significativo que se dice que la oposicin nuestra viene del pecado cuando para l vena de los
pecadores. De nuevo la necesidad es la de la persistencia, y debemos notar que tenemos que
soportar la disciplina, mentiras que Jess tuvo que soportar la contradiccin.
La disciplina es la instruccin parental y la correccin de un nio. Sin embargo, el papel de
Dios difiere de aquel de nuestros padres terrenales. Estamos bajo su jurisdiccin por un lapso
breve, cuando nos castigan segn les parezca apropiado. No son infalibles, pero con todo les
veneramos. El castigo divino, del Padre de nuestros espritus, es siempre para provecho. l no
se equivoca, y por esto no debemos estarle sujetos?
La fuente de la disciplina es el Seor, v. 5; los recipientes son hijos, v. 7; el alcance es que
todos somos participantes, v. 8. Son cuatro las respuestas mencionadas:
menospreciar, v. 5, o no prestar la debida atencin al porqu de la disciplina
desmayar, v. 5, o darse por vencido debido al fracaso
soportar, v. 7, o soportar la prueba con miras a aprender la leccin
ejercitarse, v. 11, o tomar la cosa en serio as como un acrbata que domina todo msculo
El Seor es la fuente, v. 5; el amor el motivo, v. 6; nuestro provecho el objetivo, v. 10.
12.25 al 29
Sina y Sion
Los vv 12 al 17 concluyen la seccin bajo consideracin y a la vez presentan la siguiente. Para
ayudar al dbil, uno tiene que levantar las manos cadas, fortalecer las rodillas endebles y
enderezar la senda por donde camina. Para ver al Seor, uno debe proseguir la paz y la
santificacin.
Se precisa de vigilancia, acaso haya entre los dbiles un apstata que no tiene la gracia de Dios
y ha sido envenenado por una raz de amargura. Esa, quien renunci la bendicin por un poco
de comida, figura como ejemplo de un apstata que opt por lo temporal en vez de lo eternal.
No obstante sus lgrimas, Esa descubri por su eleccin deliberada que su padre no poda
arrepentirse; irrevocablemente, la bendicin era para Jacob.
Para dejar expuestas las necedades y la gravedad de la apostasa, los vv 18 al 21 nos explican
qu es el cristianismo y los vv 22 al 24 explican qu no es. Apostatarse era retroceder a lo
palpable, a la ley con la muerte y los juicios tan temerosos que el Sina proyectaba. El creyente
no ha venido a esto sino a un monte simblico de la constitucin de un reino en Cristo.
11
Los vv 22 al 24 presentan la gran edad futura del reino, y por fe el creyente ha venido ya. Hay
una ciudad celestial que Abraham esperaba; una congregacin universal de huestes
innumerables de ngeles; la asamblea general de aquellos inscritos en el cielo que comparten la
primogenitura; Dios con todo bajo sus escrutinio; las santos del Antiguo Testamento
perfeccionados ya; Jess el mediador del pacto nuevo para Israel y Jud sobre la tierra; y la
sangre rociada que asegura bendiciones terrenales.
El apstata, una persona profana, escoge lo que es palpable y pierde el derecho a lo que es de
fe. Si no haba escape para aquellos que rechazan los orculos del Sina, menos habr para
aquellos que rechazan los orculos del cielo que ofrecen una redencin eterna. Los temblores
del Sina no pueden ser comparados con un sacudimiento futuro cuando se quitar todo lo que
no es de Dios y quedar un reino sempiterno. Esto no es algo que el creyente teme, sino una
promesa que atesora; es la constitucin de la creacin nueva. Sin embargo, teniendo presente el
carcter de Dios, procuramos servirle ahora con gracia, reverencia y temor.
captulo 13
Establecidos con gracia
vv 1 al 6, prcticos: El amor hermanable es hospitalario, y no debemos olvidarlo. Simpata:
acordarnos tambin de los presos. Pureza: mantengamos honroso el matrimonio. Conten-
tamiento: guardemos sin rastro del amor del dinero, contentos con lo que tuviramos.
vv 7 al 17, doctrinales: Jesucristo sigue fiel cuando se van los lderes fieles. La gracia
estabiliza cuando hay peligro de zozobra. Tenemos un altar que no es tangible ni visible. Es el
Calvario y descarta a los que todava sirven al tipo del Antiguo Testamento.
El padecimiento de Cristo puerta afuera era un cumplimiento del sacrificio por el pecado que
no se coma sino se quemaba. El lugar de su sufrimiento no slo cumpli un tipo sino tambin
signific el fin de todo lo que representaba el campamento de Israel. Todos los que hoy da
estn separados, puestos aparte para Dios, son puestos aparte del judasmo y lo que
corresponde a ello en estos tiempos.
Para el judo convertido, el reproche era seguro, pero era el reproche de Cristo. No haba nada
duradero aqu, aun Jerusaln sera destruida dentro de poco, pero una ciudad celestial estaba
asegurada. Le corresponda a ese judo un sacrificio doble un corazn que expresaba su
gozo continuamente a Dios por medio de Cristo, y su bondad para con los hombres. l contaba
tambin con lderes que velaban por su alma. Lo que era suyo por gracia es nuestro tambin.
vv 18 al 25, exhortativos: El que escribe solicita la oracin, reconociendo que el pueblo de
Dios le necesita y confiando que su conciencia y conducta hayan sido dignos de este solicitud.
l oro por ellos tambin, que sean perfeccionados en toda buena obra de gracia para hacer la
voluntad de Dios como est declarada en esta Epstola, y a la vez que Dios efectuara en ellos
por medio de Jesucristo lo que a l le agrade.
Si, una vez que Dios haba vuelto a traer a sus padres del Mar Rojo, con Moiss y Aarn como
sus pastores (Isaas 63.11), este Dios de paz tambin haba resucitado de los muertos al Seor
Jess como su Gran Pastor. Si, una vez que sus padres haban sido trados del Mar Rojo, les
fue dado un pacto de condenacin, entonces su Gran Pastor haba sacado de la muerte un
pacto eterno, ratificado en su propia sangre, que les aseguraba la bendicin eterna.
Comparada con lo que se ha podido escribir, la Epstola a los Hebreos era tan slo unas pocas
palabras.
12
William Rodgers; 1979-1951;
Omagh, Reino Unido
Contenido
1 El ms excelente
Caractersticas de la Epstola; Cristo en comparacin con otros
2 Cristo el Hijo
Hijo de Dios e Hijo del Hombre; 1.1 al 4;
siete descripciones tomadas del Antiguo Testamento
3 La gran salvacin
Los ngeles en los captulos 1 y 2;
la Ley por medio de Moiss y los ngeles; 2.3 y 4;
la grandeza del evangelio
4 La autoridad
Salmos 8 y 95; 2.14 al 18; 4.14 al 16;
Adn y su comunin; autoridad y reposo para Abraham e Israel
5 Los participantes
El llamamiento celestial y el reposo; Moiss; paralelos con Nmeros;
el captulo 3, la casa; la posibilidad del fracaso
6 El reposo
El captulo 4; cuatro interpretaciones del 4.10
7 El Gran Sumo Sacerdote
El sacerdocio como tema principal; deidad y humanidad; los hijos de David;
siete ttulos del Seor; 2.17 y 18; 7.27; 4.12 al 16; pensamientos e intenciones
8 Cristo y Melquisedec
Aarn y sus requisitos; Gnesis 14; Salmo 110;
el captulo 7; 10.11, siempre en pie; Gnesis 50.4
9 Los perezosos
5.11 al 6.20; los tardos y los perezosos, 6.11,12; creyentes sin empuje
10 Los incrdulos
El captulo 6; perder la salvacin?; Judas y Esa; cosas que preceden
la salvacin y cosas que la acompaan; 6.16 al 20
11 El pacto y los sacrificios
El captulo 8; 10.11 al 18; sacerdote, sacrificio y pacto; el captulo 9
y el lugar santsimo
12 La libertad para acercarse
10.19 al 25; acercar, mantener y considerar; 10.38,39; retroceder; Habacuc,
el justo por la fe vivir
13 La fe perfeccionada
El captulo 12; las secciones del captulo 13
14 El amor fraternal
13.1 al 6; hospitalidad y simpata; Lot;
Cristo particip de carne y sangre; deseos sucios y codicia; matrimonio
y viandas; no te desamparar; Jacob, Josu y Salomn; Salmo 118
15 Los lderes y el Lder
13.1 al 17; los pastores y sus responsabilidades; doctrinas diversas y extraas;
Jesucristo el mismo
13
16 Vamos a l
13.9 al 17; la sangre adentro, la carne afuera; el campamento; quin est por
Jehov?; sacrificios que nos quedan; 13.18 al 25; lenguaje tpico de Pablo;
agradable
1 El ms excelente
Caractersticas de la Epstola
Cristo en comparacin con otros
Esta Epstola, probablemente escrita por el apstol Pablo, se distingue de las dems obras de
aquel escritor de las maneras siguientes:
No contiene referencia alguna al nombre de su autor humano. Adems, nos presenta su gran
tema sin una introduccin formal; en esto es parecida a 1 Juan.
No se hace mencin del grupo de creyentes en particular al cual se envi en primera
instancia. No obstante, es claro por 13.22,25 que la misma fue enviada a una congregacin
especfica y que sus primeros lectores saban quin la escribi.
No est escrita en forma de carta (salvo en sus ltimos versculos) sino de una tesis.
Su lenguaje y estilo son diferentes a los que se emplean en otras epstolas y su estructura
es hasta superior.
Todos estos puntos de diferencia estn de acuerdo con el gran tema de la Epstola, el cual es
hacer saber, ms que en otras partes de la Biblia, las glorias personales de Cristo y su perfecta
capacidad para satisfacer las diferentes necesidades de su pueblo. La Epstola lo compara con,
o lo pone en contraste con:
los profetas,
los ngeles,
Adn,
Moiss,
Josu,
Aarn
Melquisedec.
Su obra se compara con los sacrificios y el ministerio del rgimen antiguo. Desde el primero
hasta el postrero, estas comparaciones y contrastes ponen en relieve la superioridad del Seor
Jess. En cada caso es ms excelente, como dice el 1.4. En estas circunstancias, no sera
apropiado dar prominencia a un escritor humano o aun a la iglesia que recibi el tratado. De la
misma manera, este gran propsito hizo necesario un estilo tan elevado y a la vez no dio lugar
a la introduccin acostumbrada.
La Epstola nos presenta a Cristo como la manifestacin perfecta del Padre y de su parecer, y
a la vez como el Consumador perfecto de aquella provisin que ningn otro haba podido
hacer. En todos sus oficios y en toda su obra l trasciende gloriosamente todos los que le
precedieron, y no deja nada desatendido que podra ser hecho por los que le siguieron.
14
2 Cristo el Hijo
3 La gran salvacin
4 La autoridad
17
y bendijo el sptimo da para el descanso. Los dos se perdieron en gran parte cuando Eva no
crey y desobedeci. Muy poco despus el ser humano intent obtenerlos de nuevo: en cuanto
al reposo, los descendientes de Can procuraron hacerse cmodos en un mundo maldito, y en
cuanto a la autoridad debemos pensar en la cacera de Nimrod y la torre de Babel.
Tanto la autoridad como el reposo se destacan en las promesas hechas a Abraham y a Israel.
En el libro de los Jueces se ve que la nacin perdi ambos. David los recuper en parte, y en
los primeros das de Salomn se disfrutaron de ellos: ... vivirn seguros (o descansados) cada
uno debajo de su parra y debajo de su higuera, 1 Reyes 4.24,25. Salomn mismo bendijo al
Seor por haber dado paz o reposo al pueblo de Israel, 1 Reyes 8.56, y muchas de las
expresiones empleadas en relacin con esa poca nos recuerdan de aquellas que se emplean en
otras partes con referencia al milenio por venir.
Fue en ese entonces que David escribi los Salmos 8 y 95, y esto da mayor significado a lo
citado en Hebreos 3.15, Si oyeres hoy su voz, no endurezcis vuestros corazones ... Pero el
hombre volvi a fracasar y pronto, como en tiempos anteriores, no haba ni autoridad ni reposo
en Israel. Ambos puntos se enfatizan en Eclesiasts, que fue escrito por Salomn. Sin embargo,
aprendemos en los primeros cuatro captulos de Hebreos que en Cristo se cumplirn
gloriosamente todos los propsitos de Dios.
Aparentemente el llamado de Salmo 95 surti poco efecto en aquel entonces, y desde la
cautividad y dispersin de Israel se han llevado a cabo las dos grandes amenazas de
Deuteronomio 28. Israel est por cola de la naciones y no por cabeza, 28.13, y tampoco est
en paz. El pueblo de David y Salomn malgastaron su hoy de oportunidad, como hicieron
sus antepasados en el libro de Nmeros, y sus descendientes a quienes se envi esta Epstola
vieron pasar el suyo tambin. Nosotros tenemos hoy por hoy nuestro tiempito de oportunidad,
y el Israel del futuro tendr el suyo antes de la restauracin de la autoridad y el reposo en la
gloria milenaria.
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5 Los participantes
19
Aqu en el captulo 3 el asunto est aplicado a nosotros a partir del versculo 6 y repetido en el
14: la cual casa somos nosotros, si ..., y somos hechos participantes de Cristo, si ... Son
dos advertencias sobre la necesidad de continuar y del peligro si uno no lo hace. Las tales son
comunes en la Epstola; el captulo 4 abre con otra de ellas: Temamos, pues ... En todas ellas
hay una forma particular de expresin que aparentemente insina que la posibilidad de
fracaso, donde ella se manifestare, ha estado presente desde el primer momento. Por ejemplo,
el 3.6 no dice, la cual casa seremos si retenemos firme, sino la cual casa somos si
retenemos ...
En otras palabras, si no retenemos firme hasta el fin la confianza, no somos, ni siquiera ahora,
la tal casa. El 3.14 es todava ms fuerte, porque una traduccin literal sera: Hemos llegado
a ser participantes de Cristo con tal que retengamos firme hasta el fin. Si no retenemos, es
porque nunca hemos llegado a ser participantes. Esto es solemne sin duda. Hay tambin el 4.1
donde algunos parecan no haber alcanzado el reposo. El peligro est en no haber alcanzado el
reposo cuando profesamos haber sido convertidos.
6 El reposo
20
frase aquel reposo queda sin sentido. Tambin milita en su contra la clusula el que ha
entrado en su reposo, porque no se hablara as del comienzo del sbado semanal.
(2) Con referencia al pecador que descansa de sus obras, para ser salvo por gracia, como en
Mateo 11.28: Yo os har descansar. Pero en este caso, su descanso no sera como Dios
descans de las suyas, sino todo lo opuesto. Dios descans cuando haba realizado todo y lo
haba encontrado perfecto, mientras que el pecador reposa en la obra de Cristo al encontrar las
suyas propias como sin valor.
(3) Como una descripcin de un hijo de Dios que ha alcanzado el cielo. A favor de esta
interpretacin est Apocalipsis 14.13, donde el Espritu dice que los bienaventurados que
mueren en el Seor descansarn de sus trabajos. Pero en contra de la idea es el hecho de que si
el reposo en 4.10 se refiere al cielo, tendra que referirse a lo mismo en todo el captulo. La
mayora de los comentaristas dicen que s se refiere al tal en el captulo, pero 4.3 dice que los
que hemos credo hemos entrado y el 4.1 habla de los que parecen no haberlo alcanzado.
(4) Una afirmacin de que Cristo repos al haber terminado su obra en la tierra, incluyendo la
obra de la cruz. As lo ven Alford, Weymouth. etc. El tiempo gramatical favorece esta
interpretacin, como tambin el versculo citado de Isaas 11. Compare Juan 9.4: Me es
necesario hacer las obras ... entre tanto que el da dura ... Pero, si el pasaje se refiere a Cristo,
es raro que no le haya mencionado desde el 3.14. Por supuesto, se puede decir que as se forma
un buen contraste entre l y Josu; Josu no dio reposo en el 4.8, pero queda un reposo que
es el de Cristo. Este pensamiento sirve para introducir un gran sumo sacerdote que traspas
los cielos, 4.14.
21
Sabemos que los hijos de David no cumplieron su servicio sacerdotal, pero, a Dios gracias, no
es as en el caso del Seor Jesucristo.
Se ha sealado a menudo que en la carta a los hebreos se asignan al Seor siete ttulos
oficiales:
Autor o Lder;
Apstol;
Sumo sacerdote;
Precursor;
Mediador;
Fiador;
Pastor.
Se ver, sin embargo, que l es llamado el Sacerdote ms que todos los otros ttulos juntos, y
que los otros seis ttulos se relacionan en un grado u otro con su sacerdocio. La palabra para
sacerdote se emplea siete veces en Hebreos y la palabra para sumo sacerdote diez veces.
No se encuentran en otra epstola alguna, de manera que es muy correcto decir que el
sacerdocio de Cristo es el tema principal de la Epstola que estamos estudiando.
En la primera mencin de su sacerdocio, 2.17,18, se dice que el comienzo de su oficio
sacerdotal fue cuando l expi los pecados de su pueblo. Con esto podemos comparar el 7.27
dnde dice que se ofreci a s mismo una vez para siempre. Los sacerdotes del Antiguo
Testamento, en cambio, ofrecan sacrificios repetidas veces. En este aspecto l es el antitipo
del sacerdote levtico, pero en 2.18 es tambin el antitipo de Melquisedec, quien socorri al
tentado; vanse Gnesis 14.17,24.
La prxima referencia al sacerdocio de Cristo est en 4.14,16. Esta porcin viene al final de la
seccin que trata del reposo que Dios da. Toda aquella seccin parenttica nos advierte del
pecado de la incredulidad, y luego casi al final dice que la palabra de Dios es viva y eficaz ...
y discierne los pensamientos y las intenciones del corazn, 4.12. En otras palabras, si somos
descuidados y dejamos que pase sin juicio la menor incredulidad, la Palabra la detectar en la
misma fuente, que es nuestro corazn, antes que ella se manifestare en nuestra conducta. Pero
el escritor no nos deja aqu. Es en este punto que resume el tema principal que haba dejado en
el captulo 2, dirigindonos a la provisin bondadosa que Dios nos ha hecho.
Si la Palabra de Dios pone al descubierto nuestro pecado, el Hijo de Dios est sobre el trono
para que hallemos gracia, 4.16. Nuestro gran sumo sacerdote traspas los cielos hasta la
presencia inmediata de Dios. El 9.12 dice que entr una vez para siempre en el lugar
santsimo, habiendo obtenido eterna redencin. Ahora nosotros podemos acercarnos
confiadamente para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro, 4.16. De
manera que, una vez ms se resumen en Cristo las caractersticas del sacerdocio segn Aarn y
segn Melquisedec.
8 Cristo y Melquisedec
22
En el Antiguo Testamento, Cor y luego Uzas intentaron hacerse sacerdotes, pero en ambos
casos el Seor manifest su ira pblicamente; Nmeros 16 y 2 Crnicas 26. Aarn, en cambio,
fue nombrado por Dios y su vara floreci como seal de esto, como sabemos por Nmeros 17.
Ahora, Hebreos 5 muestra que Cristo posee estas dos cualidades. Se mencionan en 5.7 los
das de su carne e inmediatamente antes: T eres mi Hijo, Salmo 2.7, y T eres
sacerdote, Salmo 110.4.
Dice que l es sacerdote segn el orden de Melquisedec, y esto le hace al autor recordar que
muchos de sus propuestos lectores no estaban en una condicin espiritual como para recibir
los grandes pensamientos que l quera darles en este sentido. Como consecuencia tenemos una
seccin larga y parenttica que trata la condicin de ellos. Este parntesis comienza despus de
la referencia a Melquisedec en 5.10 y sigue hasta el final del captulo 6, donde nuevamente se
hace mencin de l.
Antes de seguir nosotros con Melquisedec en el captulo 7, abriremos un parntesis tambin,
pero en otro sentido. Vamos a ver los dos pasajes en el Antiguo Testamento que tratan de
Melquisedec: Gnesis 14, que nos da lo que sabemos de su historia personal, y Salmo 110,
donde se relaciona con el Seor.
Gnesis 14.17 al 24 cuenta cmo Melquisedec encontr a Abraham y le dio fuerza para resistir
la tentacin que el rey de Sodoma estaba por hacerle. Es interesante observar que se menciona
primeramente que el rey de Sodoma sali para encontrarse con Abraham, pero que
Melquisedec se reuni con el patriarca antes del rey. Por medio del buen ministerio del
sacerdote, Abraham hall gracia para el oportuno socorro.
l recibi no slo el pan y vino para su sostn corporal, sino palabras de Dios y acerca de
Dios para su fuerza espiritual. Se le record que su Dios era el Altsimo, creador de los cielos
y de la tierra. Con estas palabras resonando en sus odos, cun pobre en su estima sera la
oferta del rey de Sodoma (Dame las personas y toma para ti los bienes). Qu poco el botn
que Abraham tom en comparacin con la bendicin de aquel que posee el cielo y la tierra!
Todo esto es un recordatorio de la obra sacerdotal que se atribuye al Siervo de Jehov en Isaas
50.4: ... para saber hablar palabras al cansado.
Tenemos que considerar ahora los puntos en Gnesis 14 que se desarrollan en Hebreos captulo
7.
El primero es que Melquisedec est presentado sin referencia a su parentesco, nacimiento,
edad, o defuncin. Esto es sobresaliente, ya que en el Gnesis siempre se dan estos
detalles sobre los personajes principales.
El segundo es que este desconocido tenga tanto prestigio como para bendecir a Abraham, el
amigo de Dios, ya que sin discusin alguna, el menor es bendecido por el mayor, 7.7.
El tercer punto es que Abraham reconozca la mayor dignidad del sacerdote, dndole los
diezmos.
Estos son los tres aspectos sealados en Hebreos 7.
Adems, Melquisedec reuni las cualidades de rey y sacerdote, y nunca encontramos esta
combinacin en el concepto bblico del sacerdocio de Aarn. Y, por supuesto, hay los hechos
de que l precedi a Aarn por muchos aos y que su nombre y el nombre de su ciudad tenan
los sentidos de rey de justicia y rey de paz, respectivamente, pero el Gnesis no desarrolla
esto.
Pasamos ahora al Salmo 110. Cristo est presentado como el Rey escogido de Jehov:
Sintate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies, 110.1. Esto se
destaca en Hebreos; se cita all y luego cuatro veces se hace referencia a ello en relacin con la
ascensin actual de Cristo al trono de su Padre, como demostracin del reino y sacerdocio del
Seor. l se sent a la diestra del trono de la Majestad en los cielos como:
el que purg los pecados, 1.3
el gran sumo sacerdote, 8.1
23
el victorioso, 10.12
el ejemplo perfecto, 12.2
No se contemplaba que el sacerdote antiguo se sentara; su ministerio le guardaba siempre en
pie. El 10.11 dice que todo sacerdote est en pie diariamente ministrando, pero nuestro Sumo
Sacerdote est sentado. (Nota del traductor: De las traducciones al castellano que conozco,
slo la Versin Hispano Americano dice que todo sacerdote est en pie. Las dems dicen
simplemente que todo sacerdote est, o se presenta diariamente. La gran mayora de las
traducciones al ingls emplean en pie y es evidente que el seor Rodgers entiende as el texto
en griego. Por supuesto, en pie hace ms claro el contraste con 10.12 donde dice que Cristo
se sent).
l reposa en la satisfaccin de que su obra expiatoria est consumada. Por cierto, se puede
decir que se sent en 1.4 es el primer indicio en la Epstola del tema del reposo que va a ser
desarrollado en el captulo 4. Permtanme decir tambin de paso que Salmo 110.1 evidencia
una relacin estrecha con Salmo 2, del cual el autor cita en Hebreos 1.5 y 5.5.
Es en 110.4 que encontramos las palabras que se emplean en Hebreos: Jur Jehov y no se
arrepentir: T eres sacerdote siempre segn el orden de Melquisedec.'' Esto indica (i) cmo y
por quin se hace el Sacerdote, (ii) por cunto tiempo dura su sacerdocio, y (iii) de qu clase es
ese Sacerdote.
Nos hemos referido ya a Isaas 50.4 al 6 (Jehov el Seor me dio lengua de sabios ...) y no
debemos perder de vista ese pasaje, aun cuando no nombra a Melquisedec. Creo que el autor
de Hebreos lo tena en mente. La Epstola habla de poderoso para socorrer a los que son
tentados, 2.18, y gracia para el oportuno socorro, mientras Isaas habla de saber hablar
palabras al cansado. Es ms: ambos hablan de aprender la obediencia por medio de los
sufrimientos.
Entonces, vamos a resumir el enfoque de Hebreos 7. Es el pasaje principal sobre el tema del
sacerdocio de Cristo, y se basa en lo que Gnesis 14 y Salmo 110 dicen de Melquisedec.
En cuanto al Gnesis, el autor basa su exposicin en:
lo que se dice all sobre el nombre, ttulo, etc. y lo que no se dice sobre su genealoga,
nacimiento y muerte. Todo haba sido puesto en orden por el Espritu Santo con miras a
presentar la plenitud de un sacerdocio parecido al del Seor pero no al de Aarn; 7:1 al 3.
el hecho de que Abraham haya dado diezmos a Melquisedec indica la superioridad del
ltimo, tanto sobre el patriarca como sobre los descendientes de la tribu de Lev, 7.4,5, 8.10.
la bendicin dada por Melquisedec implica la misma superioridad, 7.6,7.
Al tratar el Salmo, se enfatiza:
que la clusula segn el orden de Melquisedec da a entender el fracaso del orden levtico
como exista en ese momento, 7.11 al 19.
al decir jur el Seor se establece la superioridad del sacerdocio que se estableci con
juramento; 7.20 al 22.
este sacerdocio tiene un sacerdote para siempre mientras que el otro estaba sujeto a la
muerte; 7.23,25.
De todo lo que l ha dicho, el autor llega a la conclusin de que este mismo Sacerdote, y slo
l, nos conviene; 7.26,27. Es santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho
ms sublime que los cielos. Finalmente, se explica en el 8.1 que el punto principal de todo esto
es que este mismo que tenemos como nuestro sumo sacerdote est sentado actualmente a la
diestra de la Majestad en los cielos.
24
9 Los perezosos
5.11 al 6.20;
Los tardos en el 5.11; Los perezosos en el 6.12;
Creyentes sin empuje
La seccin que va desde el 5.11 hasta el final del captulo 6 constituye el segundo gran
parntesis en la Epstola. En 5.10 el autor lleg al punto donde quiso mostrar que el sacerdocio
del Seor Jesucristo era segn el orden de Melquisedec y luego explicar las consecuencias del
mismo. Al reflexionar sobre estas cosas, l encontr dificultad en exponerlas a creyentes tan
tardos como eran los hebreos a quienes escriba. Ellos, debido a su baja condicin espiritual,
no podan apreciar verdades tan sublimes. Por esto, el autor se desva para exteriorizar su
problema, para sealar el peligro que esta condicin conlleva, y para ofrecer un remedio. Es
slo en 6.20 que l vuelve a su tema y repite lo que haba dicho en 5.10, a saber que Cristo es
Sacerdote segn el orden de Melquisedec.
En este pasaje, que no vamos a tratar exhaustivamente, figura dos veces una misma palabra
griega, la cual no se encuentra en otra parte del Nuevo Testamento. Lamentablemente, ha sido
traducido de maneras diferentes y por lo tanto no se destaca como debiera. En 5.11 dice, os
habis hecho tardos (para oir), y en 6.12 os hagis perezosos. Este trmino, tardo o
perezoso, viene de un verbo griego que quiere decir empujar con un prefijo no.
Literalmente, significa uno sin empuje.
En el primero de estos dos pasajes se utiliza la palabra con referencia a nuestra falta de empuje
en oir lo que Dios tiene para ensearnos. Las verdades gloriosas del oficio y ministerio del
sumo sacerdote son difciles de exhortar cuando el pueblo carece de empuje para orlas. En el
6.12 se emplea la palabra en conexin con nuestra continuidad en el servicio de Dios. En
cuanto a esto, dice: No sean sin empuje, sino sean imitadores de los que por fe y paciencia
heredan las promesas.
Hay una asociacin muy estrecha entre estas dos exhortaciones, ya que se puede dar por
entendido que si carezco de empuje para oir lo que Dios quiere ensearme, tampoco tendr
empuje para continuar sin desmayar en su obra. Y, si soy perezoso en el servicio del Seor,
quiere decir que soy perezoso tambin en escuchar su voz. Debido a esto, la gente perezosa no
se cura fcilmente. Si uno les exhorta por la Palabra a que se muevan para servirle, se
encuentra con la dificultad de que son tardos para oir, de manera que la exhortacin se pierde.
Con todo, debemos recordar que los hebreos no haban sido perezosos siempre, ni para oir ni
para hacer. El autor dice en 5.12 que haban llegado a necesitar leche, y en 5.11 que se
haban hecho tardos para oir, o haban llegado a ser perezosos para escuchar. Esto da a
entender que en un tiempo ellos no eran as. De la misma manera l mira atrs en 6.10 a
cuando ellos servan a Dios, y en 10.32 a los das pasados cuando fueron iluminados y
sostuvieron gran combate.
Tristemente, esta es la experiencia de unos cuantos entre el pueblo del Seor. Sus primeros
das fueron sus mejores das, antes de que perdieran la lozana de su primer amor,
reemplazndola con el amor del mundo. Este amor para con el mundo no necesariamente toma
una forma extravagante. Puede ser simplemente el deseo de ser aceptado y de ver a los hijos
prosperar, pero con todo es amor de lo mundano. En cambio, hay muchos casos de supuestos
creyentes que son perezosos y cuyo pasado no fue mejor. Siempre han sido as. La lengua es el
nico miembro de su cuerpo que dice que son salvos, y lo hace slo al ser obligada por una
pregunta. La verdad en cuanto a los tales es que no son salvos.
Considerando de nuevo a los que han retrocedido a lo que eran antes, se observar que la
situacin es la opuesta a la que debera existir. Ellos deberan haber ido adelante a la
perfeccin, como dice el 6.1, y no hacia atrs. Despus de tanto tiempo, deberan haber sido
maestros, dice 5.12; no slo los ms capacitados entre ellos, sino todos los que tenan tanto
tiempo en el camino del Seor. Si hubiesen aprovechado la leche de la Palabra, pudieran haber
gustado de la carne, pero por no haber aprovechado el alimento slido ellos tenan que volver a
25
la leche. Su pobreza se manifiesta en que sus sentidos no estaban ejercitados para discernir el
bien y el mal. Los tales creen que un ministerio es bueno si les complace, aparte de que tenga
sustancia o no. Para ellos, el predicador que habla palabras lisonjeras est bien recibido,
aunque no sea un varn de Dios.
El deseo del autor para estos hebreos fue que no se hiciesen perezosos sino imitadores de
aquellos que por la fe heredan las promesas, 6.12. El captulo 11 de la Epstola est repleto de
ejemplos de personas de esta clase. Ellos comenzaron bien y terminaron bien. No desearon
regresar a la patria de donde salieron. Su fe no era meramente un punto de partida sino un
aliciente en toda la carrera, manifestndose por el bien hacer con paciencia, 6.15. Luego el
captulo 13 da el ejemplo de los pastores novotestamentarios cuya fe debemos imitar porque
ella les impuls en servicio para el Seor hasta el fin. Pero el ejemplo mayor en la Epstola
est en 12.2 y es el mismo Seor Jesucristo, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo
puesto delante de l, sufri la cruz, menospreci el oprobio, y se sent a la diestra del trono de
Dios.
10 Los incrdulos
26
Si deseamos el ejemplo de una persona que alcanz estas alturas y luego cay a tal
profundidad, tal vez el ms sobresaliente sea Judas. Por lo menos en apariencia, l fue al
mismo extremo que los dems discpulos, y a ellos les enga de tal manera que los once no
saban a quin se refera el Seor cuando en la ltima pascua l habl de un traidor. Un
ejemplo del Antiguo Testamento se menciona en la misma carta a los hebreos, y es Esa. Dice
el 12.17 que para l no hubo oportunidad de arrepentimiento aunque la procur con lgrimas.
Qu advertencia es todo esto para aquellos hoy da que dan la espalda a Cristo, habiendo
profesado su nombre y tal vez habiendo tenido por aos la reputacin de ser salvos! El camino
trazado por Israel en el desierto fue marcado por una lnea de sepulcros, y as es en un sentido
espiritual con los que tienen tiempo en los caminos del Seor.
He sealado slo uno de los enredos que esperan a los que ensean la inseguridad del creyente.
Hay otros. Por ejemplo, en el 6.9 el escritor dice: Estamos persuadidos de cosas mejores y
que pertenecen a la salvacin. Si l no hiciera mencin de esas cosas que pertenecen a la
salvacin, pudiramos pensar que quera decir simplemente: Estoy persuadido de que ustedes
van a proseguir y al fin no van a perder lo que tienen. Pero es claro que ste no es el sentido.
Qu es, entonces, el significado de la mencin de las cosas que corresponden a la salvacin?
No ser que estas palabras dan a entender que uno, al recibir la salvacin de veras, recibe con
ella lo que impide que la pierda en el sentido descrito en el versculo anterior? Creo que en los
versculos que preceden en este captulo tenemos las cosas preparatorias a la salvacin, las
cuales no bastan como sustituto. Aqu en el versculo 9 se sugiere en cambio que hay cosas que
corresponden a ella, o la acompaan. Estas cosas aseguran eternamente la posicin de la
persona renacida.
Aqu tenemos apenas el comienzo y no el fin de las dificultades de nuestros amigos que alegan
que este captulo ensea que uno puede perder su salvacin. Difcilmente se encuentra una
prueba ms fuerte de la seguridad del creyente que aquella que est al final del captulo. Los
primeros versculos de Hebreos 6 nos explican lo mucho que uno puede poseer pero con todo
perder su alma; los postreros versculos, en cambio, explican lo poco que se requiere del
pecador para que sea tan seguro como Cristo mismo.
Dice el trozo, 6.17 al 20, que el perdido slo tiene que confiar en la esperanza (los que hemos
acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros) y que as todo estar bien
para la eternidad. Quien lo hace tiene a su favor:
la inmutabilidad del consejo de Dios (o sea, que l est dispuesto a cumplir su promesa)
el juramento de Dios
la imposibilidad de que Dios mienta.
Todo esto, dice en 6.16 al 18, es un fortsimo consuelo. A la vez, el creyente tiene segn los
versculos 19 y 20:
un refugio y un ancla
un precursor (uno que va adelante) y sumo sacerdote.
27
autor explica ms bien los tipos y sombras de aquella estructura porttil en la manera como
ellos se asocian con la experiencia de Israel en el desierto.
Se nos recuerda en el 8.3 que el Seor cual sacerdote debe disponer de algn sacrificio que
ofrecer. Los versculos 4 y 5 muestran que su sacerdocio no est asociado con el santuario
terrenal, y el 6 que detrs de todo esto debe haber un pacto nuevo. De aqu al final del captulo
se trata esta cuestin del pacto o el testamento nuevo. Se citan ciertas clusulas de este pacto
segn figuran en Jeremas 31.
Se trata el tema en tres secciones: la Ley, nuestro conocimiento de Dios, y nuestros pecados.
La Ley est escrita ahora en el corazn y mente de cada uno del pueblo de Dios. Dice la
porcin en 8.10: Este es el pacto que har con la casa de Israel despus de aquellos das, dice
el Seor: Pondr mis leyes en la mente de ellos y sobre su corazn las escribir; y ser a ellos
por Dios y ellos me sern a m por pueblo ... El conocimiento de Dios se reciba antes por la
enseanza de los sacerdotes pero ahora est inherente en todo el pueblo suyo. Todos me
conocern, desde el menor hasta el mayor de ellos,'' 8:11. En cuanto a nuestros pecados, el
8.12 explica que los sacrificios bajo el pacto antiguo ya no hacen falta, porque ser propicio a
sus injusticias (o, perdonar sus maldades) y nunca ms me acordar de sus pecados y de
sus iniquidades.
Se ve entonces que el 8.10 trata de nuestra relacin con Dios, 8.11 de la enseanza del Espritu
Santo, y 8.12 de la obra perfecta del Hijo, por la cual se quit nuestra culpa.
El captulo 7 trata del sacerdocio y el 8 con el pacto. El captulo 9 y la primera parte del 10 se
ocupan mayormente de los sacrificios. Luego en 10.11 al 18 tenemos un resumen, como
habamos encontrado otro al comienzo del captulo 8. (El resumen de 8.1,2 dice que el punto
principal de lo que hemos venido diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sent a
la diestra del trono de la Majestad en los cielos, ministro del santuario, y de aquel verdadero
tabernculo que levant el Seor, y no el hombre).
Este resumen en 10.11 al 18 hace mencin de los tres temas de sacerdote, sacrificio, y pacto. A
saber:
Cristo habiendo ofrecido una vez
un solo sacrificio por el pecado ...
Este es el pacto que har ...
Todo esto conduce a la cspide de la Epstola, a saber:
la exhortacin en 10.19 al 25: Acerqumonos con corazn sincero ..., Mantengamos firme,
sin fluctuar, la profesin de nuestra esperanza ..., Considermonos unos a otros ...; y:
la advertencia en 10.25 al 31: Una horrenda expectacin de juicio ...; El Seor juzgar a su
pueblo ...
Al tratar la cuestin de los sacrificios en el captulo 9, el escritor describe primeramente el
tabernculo y hace hincapi en que ste consista en dos salones. Lo que dice en cuanto a la
segunda parte hace pensar en el da anual de la expiacin, cuando slo aquel lugar se destac
en importancia. (Tras el segundo velo estaba la parte del tabernculo llamada el lugar
santsimo ..., 9.3). La exposicin de este tema conduce a la verdad de que Cristo por su
propia sangre entr en el lugar santsimo, habiendo obtenido eterna redencin, 9.12. Y por
tanto se ve la perfeccin de lo que l logr: Cunto ms la sangre ... limpiar vuestras
conciencias ... , 9.14.
Con esto en mente el escritor vuelve a lo que haba escrito en el captulo 8 sobre el pacto. l
hace recordar a sus lectores que el primer pacto fue dedicado con sangre, 9.18 al 20, y que
casi todo es purificado, segn la ley, con sangre, y sin derramamiento de sangre no se hace
remisin, 9.22. Luego seala que por medio del sacrificio de Cristo las mismas cosas
celestiales fueron 'purificadas' con mejores sacrificios. El tabernculo y todos los vasos del
ministerio eran apenas figuras de estas cosas celestiales. Tal es el valor infinito de la sangre
preciosa de nuestro Seor.
28
En los versculos finales del captulo 9 somos enseados que nuestro gran sumo sacerdote,
quien ha entrado en el lugar santsimo, est ocupado actualmente en la presencia de Dios por
nosotros, 9.24. Adems, al estilo de la figura del sumo sacerdote en el da de la expiacin, l
aparecer por segunda vez para salvar a los que le esperan, 9.28. Bendita la esperanza de
quien es hijo de Dios!
29
hombres que carecan de fe, y en contraste con ellos est en el captulo 11 toda una galera de
hombres que s la tenan.
Despus de lo que hemos visto en el captulo 10 de la Epstola, el autor lleva sus lectores atrs
al comienzo de su carrera cristiana en 10.32 al 34: Traed a la memoria los das pasados, en
los cuales ... sostuvisteis gran combate de padecimientos ... y el despojo de vuestros bienes
sufristeis con gozo, sabiendo que tenis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los
cielos. En aquellos das su fe, esperanza, y amor eran fuertes. Este recordatorio est seguido
por una exhortacin a mostrar la misma confianza hasta el fin, ya que tiene grande galardn,
10.35.36.
Y ahora encontramos una vez ms una cita, o mejor dicho una semicita, del Antiguo
Testamento. Esta vez viene de Habacuc, la cual es una profeca demasiado desconocida entre
nosotros. Habacuc, como los hebreos que recibieron la Epstola, estaba rodeado por
circunstancias opuestas a la fe. Su propio pueblo estaba lleno de maldad y por tanto Dios tena
que castigarles. El instrumento escogido para este castigo era el pueblo caldeo, quienes estaban
en todava peores condiciones.
En estas circunstancias el profeta busc a Dios a ver qu dira l. El mensaje recibido fue:
Aunque la visin tardar an por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentir;
aunque tardare, espralo, porque sin duda vendr, no tardar. He aqu que aquel cuya alma no
es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivir, Habacuc 2.3,4. El escritor de la
Epstola a los Hebreos tom su cita de la versin griega del Antiguo Testamento, como hizo en
algunas otras partes tambin, en vez de traducir directamente del hebreo en que el pasaje
original fue escrito.
Sabemos por 3.17,18 cmo Habacuc sali de su prueba: Aunque la higuera no florezca ...
con todo, yo me alegrar en Jehov, y me gozar en el Dios de mi salvacin. El autor de la
Epstola esperaba que l y la mayora de sus lectores saldran exitosamente tambin de la suya,
ya que dice en 10.39 que nosotros no somos de los que retroceden para perdicin sino de los
que tienen fe para preservacin del alma. Los que tienen fe nunca van hacia atrs. Ellos
poseen no slo lo que les dio el comienzo de la vida cristiana sino tambin lo que les conducir
hasta el final. De ellos se puede decir lo del 11.13: Conforme a la fe murieron todos stos.
Toda la variedad de personas y circunstancias tratadas en el captulo 11 est presentada para
probar esta afirmacin.
13 La fe perfeccionada
30
Deseamos considerar el captulo 13 en su relacin con lo que va antes en la Epstola. De los
muchos puntos tratados en este captulo final, la mayora guardan alguna relacin con las
grandes verdades de los captulos anteriores y presentan lecciones prcticas basadas en la
enseanza dada previamente. Por supuesto, ellas no son las nicas lecciones prcticas en la
Epstola, y en este sentido Hebreos difiere marcadamente de Romanos, Glatas, Efesios y
Colosenses, donde hay una separacin ms evidente entre las partes doctrinales y la aplicacin.
Aqu encontramos un poco de enseanza y un poco de exhortacin y as sucesivamente. La
enseanza generalmente comienza con 'dejemos' o 'vayamos' o una palabra as.
Es as que en el captulo 12 encontramos doctrina en los versculos 18 al 27 y una exhortacin
basada en ella en los versculos 28 y 29: As que, recibiendo nosotros un reino inconmovible,
tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradndole con temor y reverencia;
porque nuestro Dios es fuego consumidor. En cierto grado el captulo 13 est basado en
aquella exhortacin. Si servimos a Dios de esta manera, haremos las diferentes cosas que el
captulo nos anima hacer. Por otro lado, sin una conciencia de nuestra responsabilidad hacia
un Dios santo, no manifestaremos celo en la obediencia de ninguna de las exigencias del ltimo
captulo.
El captulo se divide en tres prrafos principales:
13.1 al 6 trata del individuo
13.7 al 17 trata de las reuniones colectivas
13.18 al 25 es la conclusin de la Epstola
14 El amor fraternal
31
En relacin con 13.2, me gusta pensar que el Seor encontr aqu un puestico para un hombre
que difcilmente hubiera encontrado cabida en la lista de los nobles de la fe en el captulo 11.
Me refiero a Lot, quien aparentemente est en vista en la referencia a los que sin saberlo,
hospedaron ngeles. Tal como se emplean la bondad y simpata en los captulos 6 y 10 como
una evidencia de la realidad, ms que otras pruebas posibles, as tambin la prueba de que Lot
tena en s la raz del asunto se manifiesta por su actitud hacia los desconocidos que le
visitaron aquella tarde en Sodoma; Gnesis 19. (Ntese Job 19.28, la raz del asunto se halla
en m).
El 13.3 sugiere dos eslabones entre nosotros y los que estn pasando por pruebas. El eslabn
espiritual es como si estuvieres ... juntamente con ellos. Es decir, ellos tambin son
miembros de Cristo. El eslabn natural est en vosotros mismos estis en el cuerpo o mejor
dicho en cuerpo. Es decir, expuestos a la posibilidad de encontrarnos en las mismas
circunstancias.
Ahora, favor de comparar estos dos eslabones con los dos que hay entre nosotros y Cristo en el
captulo 2 de la carta: l particip de carne y sangre, y fue perfeccionado por sufrimientos.
Este paralelo sirve para ilustrar ms lo que venamos diciendo: que las exhortaciones del
captulo 13 se basan en lo tratado en captulos anteriores de la Epstola.
En cuanto a 13.4 al 6, vimos ya que se mencionan dos peligros que pueden perjudicar nuestro
amor fraternal. Estos dos males los deseos sucios y la codicia figuran en varias
advertencias dadas en otras epstolas.
Fornicacin y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a
santos ... Sabis esto, que ningn fornicario, o inmundo, o avaro, que es idlatra, tiene
herencia en el reino de Cristo y de Dios, Efesios 5.3,5
Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicacin, impureza, pasiones desordenadas,
malos deseos y avaricia, que es idolatra, Colosenses 3.5
Os he escrito ... que no os juntis con los fornicarios; no absolutamente con los fornicarios
de este mundo, o con los avaros ..., 1 Corintios 5.9,10
No sabis que los injustos no heredarn el reino de Dios? No erris; ni los fornicarios,
ni los idlatras, ni los adlteros ... ni los avaros ... heredarn el reino de Dios, 1 Corintios
6.9,10
La mencin del matrimonio en 13.4 y de las viandas en 13.9 es de notar porque stos tambin
se presentan lado a lado en otras escrituras. Se haba enseado entre los creyentes algunas
opiniones erradas en cuanto a la santidad atribuible a la abstinencia del matrimonio y a la
comida o 'las viandas'. En 1 Corintios 7 Pablo trata la cuestin de abstenerse del matrimonio y
en el captulo 8 (tambin en 9.4,5) de abstenerse de cierta comida, pero l aclara que no lo
haca bajo obligacin sino que se abstena para ayudarse en su testimonio en pro del evangelio.
Cuando algunos llegaron a exponer que esta negacin propia era signo de una supersantidad,
fue necesario resistir la tal enseanza. Lo hace en 1 Timoteo 4.3 al decir que los que prohiban
casarse y mandaban abstenerse de alimentos que Dios cre, iban a causar que algunos se
apartasen de la fe.
Si la mencin del matrimonio y las viandas nos ha causado pensar en 1 Timoteo 4, la
referencia al amor del dinero en 13.5,6 nos lleva a 1 Timoteo 6. Tanto en Timoteo como en
Hebreos 13 se recomienda el contentamiento o conformidad con lo que tenemos. Los dos
pasajes son tan parecidos que se puede pensar que 13.5,6 fue escrito con 1 Timoteo 6.6 al 10
en mente.
Ahora, al final del 13.5 leemos que l dijo, No te desamparar, ni te dejar. No es una cita
textual de ningn pasaje del Antiguo Testamento. Las palabras han sido tomadas de entre una
promesa formulada en tres ocasiones diferentes:
A Jacob en Gnesis 28.15: Yo estoy contigo y te guardar por dondequiera que fueres, y
volver a traerte a esta tierra; porque no te dejar hasta que haya hecho lo que te he dicho.
32
A Josu en Josu 1.5: Nadie te podr hacer frente en todos los das de tu vida; como estuve
con Moiss, estar contigo; no te dejar, ni te desamparar; esfurzate y s valiente.
A Salomn en 1 Crnicas 28.20: Anmate y esfurzate, y manos a la obra; no temas, ni
desmayes, porque Jehov Dios, mi Dios, estar contigo; l no te dejar ni te desamparar
hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de Jehov.
Cada uno de estos hombres fue relativamente joven en el momento de recibir la promesa, y
cada uno tena por delante un camino difcil y desconocido. En cada caso se haba perdido o
estaba por perderse un mentor de mayor edad y experiencia: Jacob perdi la compaa de
Isaac, Josu la de Moiss, y Salomn la de David. Los hebreos que recibieron la Epstola
estaban sufriendo prdida en este sentido; el 13.7 lo hace saber al referirse a los pastores que
les haban aconsejado pero cuya trayectoria ya estaba en el pasado. Muchos haban tenido que
dejar el hogar paterno, como Jacob hizo, y en un sentido espiritual estaban desvinculados de
Moiss, como lo fue Josu en otro sentido.
La respuesta a esta promesa est en 13.6: El Seor es mi ayudador; no temer lo que pueda
hacer el hombre. Es una cita de Salmo 118.6. Otras afirmaciones en el mismo salmo seran de
especial ayuda tambin a estos hebreos que estaban sintiendo la separacin y persecucin. Por
ejemplo:
Desde la angustia invoqu a Jah ...
Me castig gravemente Jah, mas no me entreg a la muerte.
La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ngulo.
16 Vamos a l
34
venir. Esta es la ciudad de 11.10 y 16, la cual los patriarcas buscaron, y la de 12.22, la ciudad
del Dios vivo que poseemos ya por fe.
Nosotros no necesitamos 'ms sacrificios por el pecado' pero todava podemos ofrecer
sacrificios, a saber la ofrenda de paz en accin de gracias, el fruto de labios como la llama el
13.15. El Seor ve como sacrificios estas buenas obras, la simpata y comunin, a las cuales
se nos exhortan en los versculos 1 al 3. Estas le complacen a l, aunque el 10.8 dice que no le
agradaron los sacrificios del Antiguo Testamento. Sera un gran estmulo para los creyentes
hebreos saber esto cuando sus antiguos compaeros judos se burlaban de ellos por no tener
ciudad, ni altar, ni sacrificio.
El prrafo final est formado por 13.18 al 25 y es ms parecido a las escrituras de Pablo que
cualquier otra parte de la Epstola. Por ejemplo, Orad por nosotros en 13.18 es tpico de
otras epstolas. En el mismo versculo dice que confiamos en que tenemos buena
conciencia ... y hay lenguaje parecido en Hechos 23.1 y 24.16. La oracin del escritor a favor
de los hebreos en 13.20,21, El Dios de paz ... os haga aptos ... nos recuerda de
1 Tesalonicenses 5.23, El mismo Dios de paz os santifique ... y de 2 Corintios 13.14, La
gracia del Seor Jesucristo ... sean con todos vosotros. l piensa en el gran pastor de las
ovejas, quien no se va como se fueron los pastores del versculo 7, y quien cuida a las ovejas
con mayor esmero que los pastores del versculo 17.
Tambin se hace mencin de la resurreccin de Cristo; es la nica vez que se habla de ella en
Hebreos. La oracin se dirige al 'Dios de paz', un trmino empleado cinco veces ms en el
Nuevo Testamento, y siempre al final de una Epstola. El 'pacto' en 13.20 se encuentra 17
veces en Hebreos y slo nueve veces en el resto del Testamento. La 'sangre del pacto' est en
9.20, 10.29, y 13.20.
La palabra 'agradable' en el versculo 21 es interesante y es tpica de nuestra Epstola. Se usa
con referencia a:
nuestra senda de fe: Enoc tuvo testimonio de haber agradado a Dios, y sin fe es imposible
agradar a Dios, 11.5,6
nuestro servicio con reverencia: sirvamos a Dios, agradndole con temor y reverencia, 12.28
nuestras buenas obras y ayuda a otros: ... de tales sacrificios se agrada Dios, 13.16
la voluntad de Dios que l desarrolla en nosotros: haciendo l en vosotros lo que es
agradable delante de l por Jesucristo, 13.21.
Ahora, esta ltima mencin de la voluntad de Dios se concuerda con 10.36: Os es necesaria
la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengis la promesa. Cristo hizo
la voluntad de Dios:
He aqu vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, 10.7,9
En esa voluntad somos santificados mediante ... Jesucristo, 10.10
Que sea nuestra ambicin hacer aquella voluntad tambin.
La gracia sea con todos vosotros. Amn.
35
Comentarios cortas y preguntas amplias
(con respuestas)
sobre la Epstola a los Hebreos
D.R.A.
Comentarios
1 La estructura de la Epstola
2 El estilo de la Epstola
3 El tema de la superioridad
4 Las cosas en Hebreos
5 Quin escribi a quines
Preguntas
6 Creyentes falsos y creyentes legtimos
7 Algunas palabras clave
8 Varios das
9 Deidad y humanidad
10 Los ngeles
11 Personajes de la antigedad
12 El reposo
13 De los rudimentos a la perfeccin
14 El Gran Sumo Sacerdote
15 El tabernculo y sus ceremonias
16 El Seor Jesucristo y nuestra relacin con l
17 Ms sobre 9 y 10
18 Las tres gracias
19 El captulo 11
20 El captulo 12
1 La estructura de la Epstola
Desde el comienzo de la Epstola hasta la mitad del captulo 10, el tema fundamental es Cristo.
De all en adelante el tema es la vida en Cristo.
En los primeros seis captulos, aproximadamente, hay una serie de contrastes entre las
cosas incompletas del Antiguo Testamento y las cosas completas en Cristo.
En los captulos 7 al 10 el contraste est entre las cosas pasajeras del Antiguo Testamento y
las cosas eternas en Cristo.
Desde el 10.19 en adelante, en la ltima seccin principal, se comparan las cosas terrenales
y las celestiales.
Sin embargo, la Epstola admite de un anlisis mucho ms detallado. Lo importante es
reconocer que tiene una gran lgica interna, pero que sta tal vez no se destaca a simple vista
por la frecuencia de las interrupciones en la tesis principal para atender a consideraciones
36
secundarias y a la aplicacin prctica de la doctrina expuesta. Estos parntesis se pueden
llamar amonestaciones.
Por regla general, las dems Epstolas del Nuevo Testamento consisten en una extensa seccin
doctrinal y luego otra seccin de exhortaciones o amonestaciones personales para aplicar la
enseanza a la vida diaria. Un buen ejemplo sera la carta a los efesios, la cual consiste en tres
captulos de doctrina y tres de aplicacin prctica. No as Hebreos. Esta Epstola se
caracteriza por la manera en que los prrafos doctrinales y los prrafos de exhortacin
personal estn intercalados.
Adems, la Epstola contiene secciones parentticas. Si quiere decirlo de otra manera, una
misma doctrina se trata en prrafos separados entre s. Por ejemplo, en el captulo 5 se hace
mencin de Melquisedec, pero en seguida se le deja para dar una explicacin previa. No es
hasta el captulo 7 que se trata el tema del cual Melquisedec es el gran ejemplo. El captulo 6
hace un contraste entre el creyente verdadero y el que ha rechazado la luz del evangelio, pero
hay algo de este tema en los captulos 3 y 10 tambin.
Hay diversas maneras de dividir el temario. Este es un esquema sencillo,* basado en la
divisin de la Epstola en los captulos como los conocemos.
1 La deidad de Cristo
2 La humanidad de Cristo
3,4 Cristo el Apstol que conduce su pueblo al reposo
5 al 10 Cristo el Sumo Sacerdote:
7 el cambio en el sacerdocio
8 el cambio del pacto
9 el cambio del lugar santsimo
10 el cambio del sacrificio
11 La fe queda ms all de la ceremonia,
y perdura frente a la persecucin
12 La disciplina conduce a Sion y no a Sina
13 El altar del creyente
El esquema que sigue es uno de los mejores: **
Cristo superior a los profetas 1.1
Cristo superior a los ngeles 1.4; 2.5
Amonestaciones # 1 2.1
Cristo superior a Moiss 3.1
Amonestaciones # 2 3.7
Cristo superior a Josu 4.8
Amonestaciones # 3 4.11
Cristo superior como sumo sacerdote:
La superioridad de su sacerdocio
4.14 al 5.10;
Amonestaciones # 4 5.11 al 6.12
La superioridad de su santuario
8.15;
La superioridad del pacto de Dios
8.6 al 13; 9.15 al 20; 10.16 al 18
La superioridad de su sacrificio
9.12 al 14; 9.21 al 28; 10.1 al 15
Amonestaciones # 5 10.19 al 12:2
Cristo superior en fe 12.2
Amonestaciones # 6 12.3 al 13.19
Cristo superior como pastor 13.20
37
Amonestaciones # 7 13.22
* John Heading, Types and Shadows in the Epistle to the Hebrews
2 El estilo de la Epstola
La tcnica fundamental en Hebreos es la del contraste. Se presume un buen conocimiento de la
ley levtica del Antiguo Testamento, y es punto de partida al mostrar que el Seor Jesucristo es
superior a todo y todos. Lo que el autor ms tiene en mente es el sacerdocio del Seor
Jesucristo, pero slo los captulos 7 al 10 tratan este tema como tal. Los captulos anteriores
preparan el terreno para esta exposicin, y los captulos finales aplican la eficacia de su
sacerdocio a la vida del creyente.
El autor emplea ciertas palabras clave para enfatizar y dar continuidad a su tema. En vista de
lo dicho arriba, nada nos sorprende encontrar a menudo las palabras 'mejor' y 'mayor'. Para
hacer resaltar las gloriosas consecuencias de la obra de Cristo, se habla mucho de lo que l
'fue hecho'. Para hacer contraste entre lo provisional de la ceremonia levtica y el nuevo orden
en Cristo, se usa la expresin 'una vez' en comparacin con 'muchas veces', 'cada ao',
etctera.
En los primeros captulos notamos la mencin del universo, la tierra, el mundo, etc. En los
captulos centrales el cielo se desataca. Si bien se encuentran estas expresiones a veces al final
de la carta, los trminos que sobresalen en este orden de ideas son la ciudad, la patria, y el
reino, pero ahora en sentido espiritual. Ellos estn puestos en contraste con 'el campa-mento'.
Los evanglicos hebreos estaban bajo fuertes presiones a volver al 'campamento' del judasmo.
Nosotros, los creyentes en Cristo del siglo 20, estamos bajo presiones a volver al mundo que
conocamos antes de creer, y/o cuando no habamos alcanzado cierta madurez en las cosas del
Seor.
Por lo tanto, la Epstola es muy apropiada para nosotros, no obstante el hecho de haber sido
escrita por judo a judos, y basada en lo que era para ellos en la antigedad. Al leer
'salgmonos,' 'sigamos', 'entremos' y 'acerqumonos,' debemos reconocer que el 'nosotros' lo
somos nosotros tambin. Si Cristo es superior a todos, lo es para nosotros tambin. Si es el
Gran Sumo Sacerdote, es nuestro sacerdote.
3 El tema de la superioridad
El 1.4 dice que Cristo est hecho superior a los ngeles. La palabra superior es la misma que
est traducida mejor o mayor en doce ocasiones en los captulos 6 al 12. Quiere decir
'excelente' o 'ms fuerte', y es la palabra clave de la Epstola. Ahora bien, cules son las cosas
mejores tratadas en Hebreos?
La superioridad de Cristo y los propsitos de Dios en l
el menor, Abraham, bendecido por el mayor,
Melquisedec, como figura de Cristo mejor
que todo lo de Israel 7.7
un pacto mejor, del cual Cristo es fiador 7.22
los sacrificios mejores, ofrecidos por l 9.23
la sangre de Cristo, que habla de mejores cosas
que la sangre de Abel 12.24
el ministerio mejor de Cristo ahora 8.6
La superioridad de lo que el creyente tiene en Cristo
los hombres juran por uno mayor que ellos 6.16
una esperanza mejor que la ley daba 7.19
mejor ministerio; mejor pacto; mejores promesas 8.6
38
la herencia que es mejor que
los sufrimientos de ac 10.36
una ciudad mejor, que es celestial 11.16
una resurreccin futura, para una vida mejor 11.35
las cosas que Dios ha provisto para nosotros,
las cuales son mejores que las que tiene
para los antiguos 11.40
El resultado que Dios quiere en nuestras vidas
las cosas mejores en nuestra conducta,
que corresponden a la salvacin 6.9
obedeceremos mucho mejor al Padre 12.9
Ligadas con estas expresiones hay otras como, por ejemplo:
el Hijo ... hered ms excelente nombre 1.4
cunto ms la sangre de Cristo? 9.14
Abel ofreci ms excelente sacrificio 11.4
de tanto mayor gloria que Moiss 3.3
no pudiendo jurar por otro mayor 6.13
todos me conocern,
desde el menor hasta el mayor 8.11
el ms amplio y ms perfecto
[mayor] tabernculo 9.11
teniendo un gran [mayor] sacerdote 10.21
teniendo por mayores riquezas
el vituperio de Cristo 11.26
40
> En el ao 70 los romanos destruyeron a Jerusaln y con ella el templo. El arca y los dems
muebles del templo fueron llevados y, como el Seor haba profetizado, no qued una piedra
sobre otra.
41
> hacer afrenta al Espritu Santo.
Esta subseccin de la Epstola comienza en 10.26 y termina en 10.39. Comparando el
versculo 26 con el 39, usted cree que el autor est diciendo que hay personas que no podrn
ser salvas?
> No; l dice que hay los que tienen fe para preservacin, y hay los que quieren retroceder,
despus de haber recibido el conocimiento de la verdad. Si no quieren recibir lo que Cristo ha
hecho, no hay otro sacrificio que salve.
De 10.26 a 31 se habla de los que conocen la verdad pero no la quieren, y hasta versculo 38
de los que s la quieren y son salvos. Para este segundo grupo, la cosa no ha sido fcil. Puede
usted distinguir en los versculos 32 al 34 siete pasos desde la salvacin hasta la gloria?
> Fueron iluminados
> Sostuvieron gran combate de padecimientos
> Fueron hechos espectculo
> Encontraron compaeros quienes tambin estaban sufriendo por Cristo
> Se compadecieron de otros (los presos).
> Sufrieron el despojo de sus bienes
> Tienen una mejor y perdurable herencia en el cielo
8 Varios das
En Salmo 2.7 Jehov proclama: Mi hijo eres t, yo te engendr hoy. El anuncio est citado
en el 1.5, en el 5.5 y en Hechos 13.33, pero el hoy se refiere a una ocasin diferente en cada
caso. Cules son las tres ocasiones?
> Hechos 13.33 se refiere a la resurreccin de Cristo de entre los muertos. Dice que Dios
cumpli resucitando a Jess.
> Hebreos 1.5 se refiere aparentemente a su ascensin a la diestra del Padre despus de
resucitado. El porque puede referirse al 1.3: se sent a la diestra de la Majestad.
> El 5.5 trata de su encarnacin, o sea, cuando tom forma humana. El pasaje contina
hablando de los das de su carne.
Qu dice de Cristo hoy en el captulo 13, y a qu ocasin se refiere?
> Dice el 13.8 que es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. Es un eterno hoy. l no cambia.
En cuanto al creyente, qu dicen los captulos 3 y 4 sobre el hoy y qu ocasin est bajo
consideracin?
> Si oyereis hoy su voz, dice 3.7 y 15, y en 4.7. Aqu el hoy es el tiempo de oportunidad
para mostrar obediencia al Seor. Dice 3.13 que el hoy es cada da.
En qu tiempo estamos ahora, segn 1.2?
> En los postreros das.
El 10.25 habla de aquel da. Qu da es ese?
> Generalmente aplicamos la frase al da del regreso del Seor para nosotros, pero lo ms
probable es que se refiera al da eterno da cuando Cristo y los suyos van a estar juntos.
9 Deidad y humanidad
A quines habl Dios muchas veces y de muchas maneras en tiempos pasados?
> Segn 1.1 Dios habl a los padres o antepasados de los hebreos, y no slo a los profetas.
Si leemos 1.1, 3.9 y 8.9 podemos saber de tres pocas en que Dios habl a aquella gente.
Cules son los tres perodos mencionados?
43
> En 1.1, en los tiempos de los varios profetas.
> En 3.9, cuando Israel estaba en el desierto.
> En 8.9, cuando Israel fue sacado de Egipto.
Por medio de quin nos ha hablado Dios en estos ltimos tiempos?
> El primer versculo dice que es por medio de su Hijo, Jess.
El 1.2 menciona dos hechos de parte de Dios para con Cristo que muestran su aprobacin de
l. Qu son estos dos hechos?
> Dios le hizo heredero de todo, y por l hizo el universo.
El 1.3 menciona dos maneras en las cuales Cristo manifiesta a Dios. Qu son?
> l es el resplandor de la gloria de Dios, y es la imagen de la sustancia de Dios.
El 1.3 menciona dos cosas que Cristo hizo y una cosa que hace ahora. Qu son?
> l purific nuestros pecados, y se sent a la diestra de Dios en los cielos. Ahora, sustenta o
sostiene todas las cosas.
Los versculos 1.8 y 9 emplean el ttulo Dios en dos sentidos. Qu diferencia hay entre los dos
versculos en cuanto a este ttulo?
> En 1.8 Cristo el Hijo se llama Dios. En 1.9 el Padre se llama Dios.
En el captulo 1, que otro ttulo se da al Seor Jesucristo, aparte de Hijo y Dios?
> En el versculo 10 se llama Seor.
Adems de lo que Cristo es, qu son dos cosas que l ha hecho segn 1.9 para que Dios se
complazca de l?
> l ha amado la justicia, y ha aborrecido la maldad.
El captulo 1 habla de lo que Cristo siempre ha sido y de cmo era cuando estaba en el mundo.
Adems de esto, qu dice el captulo en cuanto a l en el futuro?
> El 1.5 dice que su trono es eterno, o por el siglo del siglo.
> El 1.12 dice que sus aos no acabarn.
> El 1.13 dice que sus enemigos sern vencidos.
Tres veces se habla de herederos en Hebreos 1. Quines son los herederos y qu herencia ha
recibido cada uno?
> En 1.2 Cristo es el heredero de todo, y en 1.4 hered un nombre excelente.
> En 1.14 se habla de los que heredan la salvacin.
El 12.17 habla de un hombre a quien corresponda una gran herencia pero no la recibi.
Quin fue?
> Esa vendi sus derechos como el hijo mayor.
En el captulo 6 se habla de dos herencias que el creyente recibe. Cules son?
> Segn 6.9,12 se heredan las promesas que pertenecen a la salvacin.
> Segn 6.17 se recibe por herencia la promesa de que Dios no cambia.
La herencia que se mencin en 9.15 y 11.9, a qu se refiere?
> Estos versculos se refieren al aspecto futuro de la salvacin. Obsrvese cmo 1.14 se refiere
a la herencia de la salvacin, el captulo 6 a las cosas que la acompaan, y los captulos 9 y 11
a la herencia futura que la salvacin trae.
En el captulo 1 Cristo est presentado como el Hijo de Dios; pero en el captulo 2 est visto
como Hijo en qu sentido?
44
> Se llama el Hijo del Hombre en 2.6 y de all en adelante l est presentado como hermano
de su pueblo terrenal.
El 2.11 dice que Cristo no se avergenza en llamar a los santificados sus hermanos. Su
pueblo tambin le llama hermano?
> Nunca. No hay un solo caso en las Escrituras.
Segn 2.9, en qu condicin est Cristo ahora?
> Le vemos coronado de gloria y de honra.
Qu logr l al haberse humillado y sufrido? El 2.10 nos da una respuesta.
> Llev muchos hijos a la gloria, cual autor de su salvacin.
El captulo 1 termina hablando de los herederos de la salvacin. Quines son estas personas,
segn dicen los primeros versculos del captulo 2?
> Somos nosotros quienes hemos odo y a quienes ha sido confirmado el mensaje de una
salvacin tan grande.
Glatas 3.19 dice que la Ley del Antiguo Testamento fue dada por dos medios.
Especficamente, por quines?
> La ley fue dada por medio de ngeles, como vimos ya, y dada en mano de un mediador, a
saber, Moiss.
Volviendo al primer prrafo de Hebreos 2, vemos que el evangelio vino por medio de uno y fue
confirmado por otros. No fue por los ngeles ni por Moiss. Quines anunciaron y
confirmaron el mensaje de la gran salvacin?
> El mensaje fue anunciado por el Seor, 2.3, y luego fue confirmado por los que oyeron, a
saber, los discpulos.
Segn 2.4, qu apoyo dio Dios a la predicacin de los apstoles?
> Dios testific por medio de seales, prodigios, milagros y el repartimiento del Espritu Santo
segn su voluntad. Esto lo prometi el Seor antes de su ascensin, y Hechos de los Apstoles
relata cmo sucedi.
El 2.6 dice a que alguien testific en cierto lugar. Leyendo lo que sigue en los versculos 6 y 7,
y comparndolo con el Antiguo Testamento, sabemos quin fue y en qu trozo de la Biblia est.
Quin fue, y dnde est ese testimonio en la Biblia?
> La cita es del Salmo 8, escrito por David.
Quin fue el hombre que Dios coron de gloria y puso a cargo de su creacin?
> El primero fue Adn, pero fracas.
Segn 2.9, quin es el que ha cumplido la profeca en cuanto a ser seor de la creacin?
> Jess.
El 2.9 especifica la razn por qu Jess fue hecho menor que los ngeles por un tiempo corto.
Qu fue el motivo?
> Jess se humill porque quiso morir.
Quin le hizo as y a favor de quines?
> El 2.9 dice que fue la gracia de Dios, y dice que la muerte de Cristo fue por todos.
Dos consecuencias del Calvario estn mencionadas en 2.14,15. Cules son?
> El diablo fue destruido, y el creyente fue librado.
El 2.17 da otra consecuencia del hecho de que Cristo se haya humillado a ser como nosotros
los hijos de hombre.
45
> l puede ser misericordioso y fiel sumo sacerdote.
10 Los ngeles
El 1.4 dice que Cristo es superior a los ngeles por dos razones. Cules son?
> Cristo fue hecho superior a ellos, y recibi en herencia un nombre superior.
Los versculos 5 a 7 citan pasajes del Antiguo Testamento para decirnos tres maneras en que
Cristo es superior a los ngeles. Qu son los tres argumentos empleados?
> Cristo es el Hijo de Dios. > Los ngeles deben adorarle. > Son sus ministros o siervos.
Dos veces el captulo 1 dice que Cristo hace a sus ngeles ministros o servidores, y luego
termina aclarando a quines sirven. Qu grupo est mencionado como atendido por los
ngeles?
> El versculo 14 dice que ngeles han sido enviados para servicio a favor de los que sern
herederos de la salvacin.
En el captulo 1 Cristo est hecho superior a los ngeles. En qu posicin se encuentra en
relacin con los ngeles en el captulo 2?
> Segn 2.9 l fue hecho un poco menor que los ngeles. Una traduccin ms clara sera: por
un poco de tiempo l fue hecho un poco inferior a los ngeles. Se refiere, desde luego, a su
encarnacin.
El 2.2 habla de la palabra dicha por medio de los ngeles. Sabemos que los ngeles han trado
diferentes mensajes, pero a qu palabra se refiere este versculo? Esteban lo dijo, y fue esta
afirmacin que enfureci a sus oyentes.
> Dice Hechos 7.53: Vosotros (los judos) recibisteis la ley por disposicin de ngeles.
11 Personajes de la antigedad
El captulo 2 y el primer prrafo del 3 hacen mencin especfica de dos grandes hebreos del
Antiguo Testamento y tambin traeran a la mente de los lectores hebreos dos ms de sus
patriarcas. Quines son los cuatro hombres que se mencionan directa o indirectamente?
> El 2.16 dice que Cristo socorri a los hijos de Abraham y el 3.2 dice que Moiss fue fiel.
David est en vista en 2.6. Aarn fue el primer sumo sacerdote, y es el tipo o figura de Cristo
en 2.17.
El 3.1 habla de Cristo como apstol y sacerdote a la vez. Quin fue el gran apstol de los
hebreos en el Antiguo Testamento, y quin fue el sumo sacerdote ms renombrado?
> Moiss fue el apstol o enviado de Dios, mientras que Aarn fue el ms destacado de los
sumos sacerdotes.
Cules son las casas que se mencionan en 3.2 y 4.6?
> Moiss fue fiel en su ministerio entre el pueblo de Israel. La casa en 3.2 no se refiere al
tabernculo, porque Moiss no serva en l (aunque s entraba para recibir mandatos de Dios).
El 4.6 dice que los creyentes de hoy da constituyen una casa.
El pasaje en 3.4 al 11 habla de una generacin que provoc a Dios por su inconstancia en el
desierto. Eran ellos pueblo de Dios?
> Si, era precisamente su pueblo escogido, la casa de Dios segn 3.2,5.
Entraron ellos en la plenitud de la bendicin que Dios tena prevista?
> No, no entraron a causa de su incredulidad. Entendemos que de los que salieron de Egipto,
se nombran slo a Caleb y Josu como habiendo entrado Canan.
Melquisedec est introducido en el captulo 5 para ser tratado a fondo en el captulo 7. l no
guarda relacin con Moiss ni con Aarn, sino con otro gran personaje. Por qu ya habra
46
pensado en Melquisedec un lector cuidadoso de lo que va antes en la Epstola? Usted ya
estudi el captulo 2, donde vio el versculo 16.
> Dice 2.16 que Jess socorri a la descendencia de Abraham. Melquisedec fue quien socorri
al gran Abraham mismo, segn leemos en Gnesis 14.
El 7.3 explica cmo Melquisedec fue hecho semejante al Hijo de Dios. Qu cualidades tena
que son ilustrativas del Seor Jesucristo en su carcter de sacerdote eterno?
> Era rey de justicia y rey de paz. A diferencia de otros hombres famosos del Gnesis, no
sabemos nada de sus padres ni su nacimiento. Cristo como sacerdote es eterno y sin las
limitaciones de una humanidad. Melquisedec como sacerdote era superior al gran Abraham.
Para ilustrar la superioridad de Cristo sobre el pacto y los sacrificios de xodo y Levtico, el
7.5 habla de dos grandes personajes que no estaban sujetos a las ordenanzas de la ley de
Moiss. De quines habla?
> De Melquisedec y de Abraham.
Siguiendo con esta ilustracin, el 7.9 dice que Lev pag los diezmos pero a la vez admite que
bajo la ley de Moiss los levitas reciben los diezmos. En qu sentido dio Lev la dcima parte?
> Abraham era progenitor de Lev y todos los dems israelitas. (Hubo un lapso de 400 aos
entre Abraham y Lev). Abraham, el menor, dio diezmos a Melquisedec, el mayor, segn narra
Gnesis 14.
12 El reposo
Comparando el ltimo versculo del captulo 3 con los primeros versculos del captulo 4, qu
ve como la cualidad esencial para el disfrute del reposo que Dios da?
> El creer, o la fe, es la cualidad esencial.
El 4.2 habla de no aprovechar el oir por no acompaarlo de fe. Cules son dos caractersticas
tpicas de las personas que entran en el reposo hoy da? El 4.3 y 4.10 nos dicen.
> Son los que han credo que entran en el reposo segn 4.3, y ellos han reposado de sus obras
segn 4.10.
Cules son dos reposos de la antigedad que el autor usa para ilustrar el reposo que l est
tratando?
> El reposo de parte de Dios en Gnesis 1, el cual se menciona en 4.4. Y, el reposo incompleto
representado por el pueblo de Israel que entr en Canan con Josu, el cual se menciona en 4.6
a 8 y al final del captulo 3.
El pasaje dice que queda un reposo para el pueblo de Dios pero el 4.1 da a entender claramente
que algunos de los lectores lo han alcanzado ya y otros no. Qu otros versculos en el captulo
4 nos ensean que el reposo es ahora, y no solamente en el futuro?
> El 4.3 dice que los que creen entran, no que van a entrar. El versculo 6 tambin habla del
tiempo presente. Los versculos 6 y 7 hablan de hoy. El versculo 11 da a entender que
debemos procurar ahora y no en una ocasin futura.
Qu es el reposo al cual se refiere el pasaje?
> En su sentido amplio, es la salvacin. En su sentido ms especfico, es la comunin que
viene de la obediencia. Como dice 4.1, es algo que no todos alcanzan. El creyente en el tiempo
presente lo goza al obedecer la voluntad de Dios.
El trozo 4.12 a 14 sigue de inmediato el tema del reposo y comienza con porque. Qu
relacin hay entre el entrar en el reposo y el hecho de que la palabra de Dios y el ojo de Dios
sean penetrantes?
> Dios conoce nuestra obediencia o falta de ella, y su Palabra nos descubre. No hay perfecta
conformidad con su voluntad en el creyente desobediente.
47
El ojo de Dios es tan penetrante como para conocer los tres aspectos, o tres partes, del ser
humano, y no slo lo que est a la vista del ojo natural. Cules son estas tres partes, y cmo
figuran en 4.12?
> El alma y el espritu se nombran especficamente. Las coyunturas y los tutanos son
representativos del cuerpo, la tercera parte del ser. El corazn es un rgano del cuerpo pero las
Escrituras lo emplean en sentido figurativo, muchas veces como smbolo del espritu.
48
> En 12.2 se llama el autor y consumador de la fe. Otros ttulos dobles son:
> Pastor y obispo 1 Pedro 2.25 Raz y linaje Apocalipsis 22.16
> Prncipe y salvador Hechos 5.31 Seor y Cristo Hechos 2.36
> Primero y ltimo Apocalipsis 21.6 Santo y justo Hechos 3.14
La expresin por tanto en 4.14, como en otras partes de las Epstolas, se emplea para
llevarnos atrs a algo ya expuesto. Muchos consideran que en este caso la referencia es al
primer prrafo del captulo 1. Qu relacin ve usted entre el gran sumo sacerdote de 4.14 y lo
que se dice del Seor Jesucristo al comienzo de la Epstola?
> Dice 4.14 que Cristo traspas los cielos y en 1.3 que se sent a la diestra de la Majestad en
los cielos.
Quin fue un sumo sacerdote y quin es el gran sumo sacerdote?
> Aarn y algunos de sus descendientes eran sumos, o principales, sacerdotes, pero slo el
Seor Jesucristo es llamado el gran (o mayor) sumo sacerdote, y esto slo en 4.14.
Cules son algunas cualidades de Cristo como sumo sacerdote que el autor emplea en 4.14 al
16 al animarnos a acercarnos a l?
> l entr en los cielos. Es el Hijo de Dios. Fue tentado como nosotros. l no pec.
Si el creyente se acerca por medio de Cristo como su gran sumo sacerdote, qu le espera?
> La misericordia y la gracia.
El 5.2 hace mencin de dos condiciones que caracterizan la debilidad humana. Qu son?
> La ignorancia y el extravo.
El ministerio del Seor Jesucristo est presentado en 9.24 al 28 en tres tiempos: pasado,
presente y futuro. Segn estos versculos, qu hizo, qu est haciendo, y qu har?
> Se present para quitar el pecado, 9.26.
> Se presenta ante Dios a favor de nosotros, 9.24.
> Aparecer, o se presentar, para llevar los suyos de este mundo, 9.24.
El 8.3 dice algo que sabemos del Antiguo Testamento, a saber, que era necesario que todo
sacerdote tenga algo que ofrecer. Qu ofreci Cristo, segn el ltimo prrafo del captulo 7?
> Una vez para siempre se ofreci a s mismo.
El creyente en estos tiempos es sacerdote. Qu sacrificios ofrece, segn 13.15,16?
> Ofrecemos la alabanza y tambin ofrecemos nuestro dinero y/o ayuda a los dems. Estas
cosas las hacemos en la cena del Seor y en el quehacer diario.
En vista de todo lo que el autor ha venido diciendo en cuanto a los sacerdotes de la antigedad,
qu nos llama la atencin en el primer versculo del captulo 8? l da a entender que est slo
resumiendo, pero en realidad agrega un detalle que no haba tratado antes y que tampoco se
conoca en la antigedad en el ministerio de los sacerdotes.
> Dice que Cristo se sent. A ningn sacerdote levtico se le permita sentarse en el ejercicio de
sus funciones. Vea tambin Hebreos 10.11. En algunas traducciones de aquel versculo leemos:
Todo sacerdote est en pie da tras da ...
El 9.12 dice que Cristo entr una vez para siempre en el lugar santsimo. De esto habl l a
Toms y a los dems discpulos. Qu dijo Jess en aquella ocasin?
> Sabis a dnde voy y sabis el camino. Yo soy el camino, la verdad y la vida. Juan 14
49
15 El tabernculo y sus ceremonias
El 9.3,4 afirma algo en cuanto al arreglo del tabernculo que difiere de lo expuesto en el
Antiguo Testamento. Compare el versculo con lo que dice xodo 30.6. Qu diferencia ve?
> En el xodo dice que el arca del testimonio se colocaba delante del velo, a saber en el lugar
santo. En Hebreos dice que estaba detrs del velo, a saber en el lugar santsimo. No es que se
haba cambiado el arreglo dado a Moiss, sino que en Hebreos se est ilustrando una verdad
doctrinal.
Qu gran acontecimiento sucedi en el templo antes de la poca de esta Epstola, como para
justificar este cambio? El 10.19,20 le ayudar.
> El velo se parti o se rasg de arriba abajo cuando Cristo entreg el espritu en el Calvario.
La separacin tan importante entre el lugar santo y el lugar santsimo ya no existe en sentido
espiritual. l da acceso.
El 9.7 dice que el sumo sacerdote entraba en la segunda parte del tabernculo, o sea, en el
lugar santsimo, solamente una vez al ao. En qu ocasin entraba l cada ao?
> En el gran da de la expiacin, y solamente en ese da, el sumo sacerdote entraba detrs del
velo, probablemente cuatro veces en el da. Levtico 16 es el pasaje que da los detalles.
El 9.11 habla de un tabernculo ms amplio y perfecto. Qu tabernculo es ste?
> Es la presencia de Dios en los cielos. En Apocalipsis 21.3 la nueva Jerusaln es el
tabernculo de Dios con los hombres.
El 9.13 se refiere a las ceremonias levticas. En qu ocasin se ofreca un toro o un becerro?
En qu ocasin se ofrecan chivos machos? En qu ocasin se rociaban las cenizas de una
becerra?
> En la ceremonia del gran da de expiacin, descrita en Levtico 16, figuraban dos machos
cabros, y tambin un becerro.
> El becerro tambin se ofreci en sacrificio por el pecado, descrito en Levtico 4, y en otros
ritos.
> Las cenizas figuran en la ceremonia de Nmeros 19, donde se degollaba una vaca alazana
para la purificacin del inmundo.
El trozo 9.13 a 22 habla de dos ocasiones cuando se roci la sangre para introducir la ley dada
por Moiss. A qu eventos se refiere?
> Moiss roci sobre el altar y sobre el pueblo la sangre de animales antes de subir el monte
para recibir la ley; xodo 24. l ech sangre al pie del altar en la consagracin de Aarn y sus
hijos; Levtico 8.
El 9.22 es un versculo difcil para algunos porque dice que bajo la antigua Ley casi todo fue
purificado con sangre. Por qu dice casi? Qu ceremonia u ofrenda se efectuaba sin
sangre?
> Posiblemente el autor de la Epstola tenga en mente el hecho de que la oblacin del Levtico
2, cuando se ofreca flor de harina, no involucraba el derramamiento de sangre. Ella habla en
primer trmino de la vida perfecta de Cristo, y no de su muerte.
El 9.23 habla de las figuras de las cosas celestiales, refirindose al tabernculo y las
ceremonias bajo la Ley de Moiss. Dice que las propias cosas celestiales tenan que ser
purificadas con mejores sacrificios, a saber, por Jesucristo. Ahora, tanto en Apocalipsis como
en Hebreos leemos de cosas celestiales en el mismo lenguaje usado para designar diferentes
muebles del tabernculo. Qu hay en los cielos que haba en el tabernculo y el templo?
> Apocalipsis 8.3 habla de un altar con su incensario; el 9.13 dice que es de oro. Apocalipsis
11.19 habla del templo y el arca de su pacto.
50
Se habla mucho en esta epstola del tabernculo como figura de cosas espirituales en nuestros
tiempos. Se hace referencia en Hebreos a aquel otro gran edificio del Antiguo Testamento, el
templo?
> No, parece que no hay en todo el escrito ninguna referencia al templo. El tabernculo es
figura del tiempo presente, mientras que el templo de Salomn es bsicamente una figura de
glorias futuras.
La mayora de los muebles del templo diferan de los del tabernculo, pero en Hebreos 10 se
hace mencin de un componente comn a los dos edificios. Se dice especficamente el sentido
espiritual de un tipo dado en el Antiguo Testamento. Qu parte de aquellos edificios se
menciona en relacin con la libertad de entrada que existe ahora?
> El 10.20 habla del velo.
> El velo del tabernculo se trata en xodo 26.31, 36.35 al 38.
> El velo del templo se trata en 2 Crnicas 3.14
Este es uno de los pocos casos donde la Biblia nos dice especficamente qu significa un tipo
dado en el Antiguo Testamento. Qu representa esta parte del templo y del tabernculo?
> El 10.20 dice que el velo habla del cuerpo de Cristo.
Ya que sabemos esto, qu sucedi en el momento de la muerte del Seor Jesucristo que sirve
de ilustracin de esta verdad?
> Cuando El entreg el espritu, el velo del templo se parti en dos, de arriba abajo; Mateo
27.51, etc. Esto nos ilustra que Jess muri; una mano humana no parti el velo, sino que
Dios lo rasg. Jess no fue muerto por hombres sino entreg su vida; el acceso a Dios est
libre, ya que ha sido quitado lo que impeda.
La mencin del corazn purificado y el cuerpo lavado 10.22 hara al hebreo pensar en
qu ceremonia en Levtico 8?
> Levtico 8 y xodo 29 tratan de la consagracin de los sacerdotes. Moiss primeramente los
lav con agua y por ltimo los roci con aceite y con sangre. Estas eran seales de limpieza y
consagracin para los que iban a servir a Dios en el tabernculo.
51
Sabemos que cuando estaba aqu, Jess visitaba con los pecadores pero estaba apartado de
ellos en el sentido del varn bienaventurado del Salmo 1, por ejemplo. Sin embargo, en qu
sentido est apartado de los pecadores?
> Desde su resurreccin en adelante l no trat con los pecadores, y ahora est en las alturas
donde no entra el pecado.
Siguiendo con esto mismo, qu relacin ve usted entre esta calidad de apartado de los
pecadores al final del captulo 7 y lo dicho en los primeros versculos del captulo 8?
> Cristo no ha penetrado un santuario terrenal sino est en los cielos donde el pecado no entra.
Qu se entiende por la afirmacin del 9.16: Donde hay testamento, es necesario que
intervenga muerte del testador?
> Esto quiere decir sencillamente que un heredero no recibe su herencia bajo un legado hasta
que muera la persona que prepar ese legado. En lo espiritual, Cristo puede dar vida porque ya
muri por nosotros.
Cuatro veces en Hebreos se emplea la palabra sin para hacer destacar cosas esenciales en la
relacin entre Dios y el hombre. El 9.22 dice que no hay remisin de pecado sin sangre.
Cmo se usa el sin en 11.6 y en el captulo 12?
> Sin fe es imposible agradar a Dios, 11.6.
> Sin disciplina uno no es hijo legtimo, 12.8.
> Sin santidad nadie ver al Seor, 12.14.
El sumo sacerdote entraba detrs del velo del tabernculo llevando una ponchera de sangre.
Entr Cristo en los cielos con la sangre suya? Vea 9.12 y 9.25, y piense en lo que Jess dijo a
sus discpulos despus de resucitado, Mirad mis manos ... Es un punto que merece su
atencin cuidadosa.
> Cristo entr en el Lugar Santsimo la presencia de Dios por, o en virtud de, su sangre
derramada; Hebreos 9.12. El sumo sacerdote entraba con sangre ajena, y la dej esparcida
velo adentro. Cristo derram la suya en el Calvario, pero sta jams se recogi. En sentido
espiritual, entr en los cielos con base en sangre ya rociada. Es muy llamativo que haya
hablado en Lucas 24.39 de su carne y huesos, y no de su carne y sangre.
Tres veces en esta parte de la Epstola se habla de algo hecho una sola vez, en contraste con
los sacrificios hechos muchas veces, continuamente cada ao, o da tras da. Qu hizo Cristo
una vez, segn 9.26 y el captulo 10?
> l se ofreci una vez para siempre por el pecado; 9.26, 10.10, 10.14
17 Ms sobre 9 y 10
Qu hace Cristo ahora segn 9.24?
> l est ante Dios como nuestro gran sacerdote. Romanos 8.34 dice que intercede por
nosotros.
El 10.3 trata del da de la expiacin, celebrado una vez cada ao, cuando se haca memoria de
los pecados, ya que el sumo sacerdote los confesaba todos. El creyente hoy da hace memoria
de los pecados en su convocacin semanal, la cena del Seor?
> No. Hacemos memoria de Jesucristo, Lucas 22.19, 1 Corintios 11.24,25. El tema de la cena
es Cristo; anunciamos su muerte, y no las cosas nuestras.
El 10.19 comienza una nueva seccin de la Epstola. Habiendo escrito mucho del acceso tan
limitado que haba bajo la ley del Antiguo Testamento, el autor dice que ahora el creyente tiene
libertad de entrada. Los versculos 10.19 al 22 son parecidos a 4.14 al 16, donde termina una
de las primeras secciones de la Epstola. Estudie los dos trozos lado a lado. En qu aspectos
son parecidos y cmo difieren en cuanto a sus temas?
52
> Ambos pasajes hablan de la libertad del creyente para acercarse a Dios sin miedo, ya que
Cristo est como Sacerdote. El pasaje al final del captulo 4 se refiere mayormente a la oracin
en vista de nuestras necesidades. Parece que el pasaje en el captulo 10 se refiere mayormente
pero no de un todo a la adoracin, tanto privada como pblica.
Cinco veces se hace mencin del lugar santsimo entre 9.3 y 10.19, pero se emplea la
expresin de maneras diferentes. Vea cmo se habla de l, y luego decide quines han entrado,
o entrarn, en el lugar santsimo, y en qu sentidos.
> El sumo sacerdote entraba en el lugar santsimo del tabernculo terrenal en ejercicio de sus
funciones; 9.3,25. El Seor Jesucristo entr una vez para siempre en el cielo para presentarse a
nuestro favor, llamado ste el lugar santsimo en 9.8,12. El creyente puede acercarse a Dios en
adoracin hoy da; es decir, tiene libertad para entrar en el lugar santsimo en sentido
espiritual, segn 10.19.
Ve usted en los versculos 10.19,20 una referencia indirecta a los memoriales que usamos en
la cena del Seor?
> La sangre de Jesucristo, 10.19, est figurada en la copa.
> La carne, el cuerpo, de Jess, 10.20, es lo que el pan simboliza.
El 10.22 establece cuatro condiciones para que nos acerquemos a Dios, bien sea en oracin,
adoracin, o cualquier forma de comunin. Qu son los requisitos?
> Debemos hacerlo con sinceridad, en fe, sin mala conciencia, y con los cuerpos lavados; o
sea, en limpieza.
En el captulo 10 se dice tres veces que no queda ms como una manera de enfatizar la
diferencia entre el orden del Antiguo Testamento y el plan de Dios hoy da. Se trata de no ms
conciencia, no ms ofrenda, y no ms sacrificio. Vea las expresiones en referencia, y explique
quines estn a la vista en cada caso.
> El israelita bajo la ley de Moiss hubiera cesado de ofrecer si pudiera haber quedado sin
conciencia del pecado; 10.1. El creyente hoy da no hace ms ofrenda porque Cristo hizo todo;
10.18. Para el apstata no hay otro sacrificio sino aquel del Calvario que l no quiere aceptar;
10.26.
Veamos el prrafo en 10.19 a 22. El creyente puede entrar en la presencia de Dios gracias a
una obra terminada, y el creyente puede acercarse a Dios gracias a una obra en progreso. A
qu obras nos referimos?
> La obra del Calvario termin, y nos permite entrar ante Dios; 10.20. La intercesin de Cristo
como sacerdote esta en funcin ahora, y nos permite acercarnos; 10.21,22.
19 El captulo 11
El 11.1 dice que la fe es la certeza de los que se espera, y los versculos siguientes dan varios
ejemplos. Quines son algunas personas nombradas en el captulo 11 que se destacaron por
haber esperado lo que Dios haba prometido? Quizs se puede decir esto de todas las personas
nombradas en el captulo, por cuanto 11.30 dice que todos estos no alcanzaron lo prometido.
Sin embargo, a quines destaca el lenguaje del captulo en este sentido?
> Abraham, Isaac y Jacob esperaban una ciudad que nunca conocieron en vida, 11.9,10.
> Todas las personas mencionadas antes del versculo 14 buscaban una patria.
> Abraham esperaba con certeza la resurreccin de Isaac, aunque ste en realidad nunca lleg
a morir sobre el altar, 11.19.
> Isaac bendijo a sus hijos con respecto a lo que no haba acontecido, 11.20
> Jos esperaba su regreso a Canan, 11.21
> Moiss tena su mirada puesta en el galardn futuro, 11.26
> Rahab esperaba la llegada de los israelitas, 11.31
> Los israelitas esperaron la cada de los muros, 11.30
El 11.1 dice que la fe es la conviccin de lo que no se ve. En los versculos siguientes, de
quines se dice que no vieron lo que creyeron?
> No crey la advertencia acerca de lo que no se vea, 11.7
> Desde Abel hasta Sara, ellos miraron slo desde lejos, 11.13
> Moiss se sostuvo viendo al Invisible, 11.27
> Nosotros tambin creemos que Dios cre el universo de lo que no se ve, 11.3
Qu viene por la fe? Lea desde 11.2 al 16 por lo menos, para encontrar seis consecuencias.
> el buen testimonio, 11.2 > el galardn, 11.6,26
> la justicia, 11.7 > una patria, 11.13,14
> una ciudad, 11.16 > el perfeccionamiento, 11.40
Por la fe los antiguos alcanzaron buen testimonio, segn 11.2. Sin duda esto es cierto en
cuanto a todas las personas tratadas en el captulo, pero de quines se dice especficamente?
> Dios dio testimonio de las ofrendas de Abel, 11.4.
> Enoc tuvo testimonio de haber agradado a Dios.
> Todos los mrtires mencionados sin nombre al final del captulo alcanzaron buen testimonio
tambin, 11.39.
Muchos de los ejemplos de la fe dados en el captulo 11 tratan de la actuacin en el crculo de
la familia. A quines se mencionan como habiendo ejercido la fe en su conducta en el hogar
y/o con parientes cercanos?
> No salv a su familia, 11.7.
> Sara recibi fuerza para concebir, 11.11.
> Abraham ofreci a su hijo, 11.17.
> Isaac bendijo a sus hijos, 11.20.
> Jos mencion la salida de su pueblo, 11.22.
> Amram y Jocabed escondieron a su hijo Moiss, 11.23.
> Moiss rehus llamarse hijo de su madre adoptiva, 11.24.
De veras vivieron juntos Abraham, Isaac y Jacob, como dice 11.9?
54
> Tal vez la idea de la afirmacin no sea que ellos tres vivieron bajo un mismo techo, pero s
podemos calcular que haba un perodo de quince aos cuando los tres estaban en vida
simultneamente. Isaac naci cuando Abraham tena 100 aos, Gnesis 21.5, y Abraham vivi
75 aos ms, 25.7. Jacob naci cuando Isaac tena 60 aos, 25.26, de manera que el abuelo
muri cuando su nieto tena 15 aos.
Abraham esperaba una ciudad cuyo arquitecto y constructor es Dios, y el 11.10 destaca que
dicha ciudad por venir tiene fundamentos. Todo esto hace contraste con una gente
contempornea con l, quienes no queran esperar ni tenan fe. Quines?
> Los descendientes de No dijeron: Edifiquemos una ciudad ... segn Gnesis 11. Si bien
se considera que algunas ruinas de la torre de Babel quedaron hasta tiempos recientes, el
fundamento no sirvi para nada, porque Dios no estaba en los pensamientos de ellos.
55
20 El captulo 12
El captulo 11 versa sobre la certeza de lo que se espera y la conviccin de lo que no se ve.
Cmo se presentan estas dos ideas en los primeros dos versculos del captulo 12, donde se
las aplican a nosotros?
> Cristo, el consumador de la fe, venci los obstculos que se le presentaron para sentarse a la
diestra de Dios. Nosotros debemos tener la misma certeza de propsito. Si bien no le vemos en
un sentido, en otro sentido tenemos los ojos puestos en l, cual Moiss viendo el Invisible.
El 12.3 dice que Cristo sufri contradiccin. Segn el 12.7, qu tiene que soportar el
creyente?
> Tiene que soportar la disciplina, la cual contradice su voluntad propia.
El 12.3 dice que Cristo sufri a mano de pecadores. Aunque esto es el caso hasta cierto punto
con los creyentes tambin, el pasaje no lo dice. Segn 12.1, de qu sufre el creyente?
> Del pecado. Cristo fue hecho pecado pero sufri a mano de pecadores. El creyente en
cambio tiene el pecado en s.
El trozo 12.5 al 8 sugiere cuatro actitudes o reacciones a la disciplina. Dos son incorrectas,
una es correcta, y otra es muy provechosa. Qu son?
> menospreciar la disciplina, 12.5 > desmayar bajo ella, 12.5
> soportar la disciplina, 12.7 > ser ejercitado en ella, 12.11
De qu da prueba Dios al disciplinarnos, y qu fin persigue? Vea 12.5 al 11 para cuatro o
ms respuestas.
> l prueba que nos ama y que somos sus hijos, 12.5 al 8.
> La disciplina es para que vivamos, 12.9.
> Es provechosa para que participemos de su santidad, 12.10.
> Ella da fruto apacible de justicia, 12.11.
Qu busc Esa, segn 12.17?
> l llor por la bendicin perdida, no por el arrepentimiento como a veces se oye decir. Esa,
como Judas, sinti remordimiento, no arrepentimiento.
56
Seguridad y transicin
Dnde seala el Nuevo Testamento que alguna accin de parte del creyente hoy en da tiene
un efecto negativo sobre los beneficios del nuevo pacto?
Dnde hacen las Escrituras declaraciones claras e inequvocas acerca del peligro de perder la
salvacin personal?
Por cuanto fui escogido en Cristo desde antes de la fundacin del mundo, Efesios 1.4, dnde
definen las Escrituras las acciones que anularn aquella decisin divina?
57
Por cuanto fui salvo en primera instancia sin mrito alguno de parte ma, Efesios 2.8,9, dnde
se establece que me condenan mis desmritos?
Dnde dicen las Escrituras que algunos de los pecados mos socavan la gracia de Dios?
Por cuanto la salvacin tuvo lugar en un punto de tiempo, las Escrituras ensean que la
prdida ocurre tambin en un momento especfico?
Dnde me avisan las Escrituras que se anular mi salvacin?
Cmo describen las Escrituras mi nueva condenacin? Juan 5.24
Dnde se me participa que he perdido mi relacin de un hijo de Dios?
De qu manera sealan que se ha perdido el nuevo nacimiento? Juan 3.7
Dnde declaran las Escrituras que pierdo mi membresa en el Cuerpo de Cristo? Mateo 16.18
Qu porcin de las Escrituras hace saber que he sido devuelto al reino de Satans para
compartir su suerte? Colosenses 1.18
Cul pasaje dice que el Espritu Santo ha sido motivado a dejarme? Juan 14.16,17, Efesios
1.13,14
Por qu la vida eterna no es eterna en el caso mo?
Puedo ser salvo de nuevo? Todo aquel as aplicable todava en el caso mo, o perd esa
opcin una vez por todas?
Si mis pecados fueron perdonados cuando inicialmente confi en Cristo, 1 Juan 2.12, y mis
pecados son perdonados sobre la marcha por el proceso de la confesin, 1 Juan 1.7, se
los restituyen en mi contra cuando caigo, o es que se me condena por solamente aquellos
que cometo a partir de mi cada? Qu dicen las Escrituras al respecto?
Cmo saben los ancianos de mi congregacin cundo debo ser apartado de la comunin por
haber dejado de ser salvo? Qu porciones de las Escrituras les guan en este sentido?
El antiguo pacto
Cuando el Seor sac a Israel de Egipto por sangre y por poder, lo hizo en cumplimiento de
sus promesas a Abram, Isaac y Jacob, Gnesis 15.13 al 16 con xodo 3.6 al 17. Pero tan
pronto llegaron ellos a Sina, l revel su intencin de entrar en una relacin con la nacin
joven bajo condiciones nuevas. Acampados frente al monte, habl Dios, no tanto en trminos
de promesas como en un lenguaje condicional de responsabilidad y obediencia.
Esto se hace saber en xodo 19.5 por su modo de expresarse: Ahora, pues, si diereis odo a
mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seris mi especial tesoro sobre todos los pueblos;
porque ma es toda la tierra. Obsrvese que habla de si y basa su promesa en el
cumplimiento de la condicin correspondiente. Todo el carcter de la relacin entre Dios y la
nacin estaba basado en una clase de responsabilidad y obediencia.
En xodo 23.24 al 33 se da a la nacin la primera de muchas advertencias en cuanto a su
responsabilidad de evitar reconocer otros dioses o pactar con las naciones que les iban a servir.
Los primeros dos de los diez mandamientos, 20.2 al 6, eran muy explcitos en requerir no
involucrarse de esta manera, y es en relacin con este tipo de transgresiones que Dios se
identifica por el nombre de Celoso.
A lo largo del libro de Levtico el Seor les hace recordar que los diversos fracasos en el
cumplimiento de sus deseos tendran por resultado que el individuo o el sacerdote llevar su
iniquidad. De nuevo en Nmeros se registran varios fracasos que caracterizaban sus viajes
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por el desierto (Mara en Captulo 12, la nacin en Captulo 14, Cor en Captulo 16 y la
nacin en Captulo 25). En Deuteronomio 28 Moiss expone en detalle el alcance del juicio de
Dios por haber dejado persistentemente a ceirse a su palabra. Nos extraa, entonces, que tan
pronto que muriera Josu, los ancianos sobrevivientes se hayan desviado de una vez para
adorar a otros dioses? Jueces 2.7 al 10
La condena
La marcha de los siglos slo sirvi para demostrar la debilidad natural y los fracasos
repetitivos del pueblo, y por fin Dios afirm que menospreciaban sus palabras, burlndose de
sus profetas, hasta que subi la ira de Jehov contra su pueblo, y no hubo ya remedio, 2
Crnicas 36.16.
El destierro de la nacin de Israel a Asiria, y la asolacin a la postre de Jerusaln de parte de
los caldeos cuando Jud fue llevado cautivo a Babilonia, haban sido profetizados mucho
antes, en Levtico 26.33 al 35. El incumplimiento en no dejar la tierra reposar cada sptimo
ao fij la ocasin y las condiciones de su destierro por setenta aos. Jeremas captulos 25 al
29 especifican no solamente las condiciones de su cautiverio sino tambin el efecto sobre todas
las naciones en derredor, y el juicio final sobre Babilonia tambin. Se cumplieron todas las
palabras de esa profeca.
Las confesiones
Cuando se acercaba a su fin el perodo prometido para estos juicios, Daniel estaba ocupado en
un estudio de las profecas, Daniel 9.2, en un intento por comprender el cronograma del
proceder de Dios con su pueblo. Se dedic a la oracin y en gran intercesin confes los
pecados del pueblo como si fueran los suyos propios. Obsrvese que por lo menos cuatro veces
dijo hemos pecado, 9.5,8.11,15, aunque nada se registra de fallas de parte suya. La profeca
de las setenta semanas fue dada despus de esa gran confesin.
En cumplimiento de la profeca a Daniel en el 9.25, y en concordancia con la profeca a Isaas
en 44.28 al 45.7, los hijos de Israel fueron autorizados por Ciro a regresar a la tierra, segn
leemos en 2 Crnicas 36.22,23 y Esdras 1.1 al 5.
Al regresar, de una vez reincidieron en sus antiguas costumbres de descuidar la Palabra de
Dios, fraternizar con los adoradores paganos de la localidad y casar sus hijos con ellos. Esdras
captulo 9 describe la oracin intensa de confesin e intercesin de parte de un sacerdote
terrenal de Dios. Lo que vino despus fue un extenso proceso de limpieza moral y espiritual en
Captulo 10; su efecto sobre Israel fue duradero. Esta restauracin se asocia con el aspecto
social y poltico de la que se os narra en Nehemas 13.
Es relevante llevar en mente que hasta el da de hoy la nacin de Israel nunca se ha revertido a
la adoracin de dolos en escala nacional. Las lecciones del cautiverio en Babilonia y el efecto
de la restauracin y limpieza que tuvieron lugar permanentemente les curaron de esa actitud
trgica. La secta de los fariseos, con su apego estricto a la ley de Moiss, surgi de este
cambio.
El advenimiento de Cristo
El Seor Jesucristo entr en este entorno estricto de observacin de la ley y un cmulo de
reglas. Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envi a su Hijo, nacido de mujer y
nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibisemos la
adopcin de hijos, Glatas 4.4,5. Aquel Verbo fue hecho carne, y habit entre nosotros
Pues la ley por medio de Moiss fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de
Jesucristo, Juan 1.14,17. Vino con toda la autoridad del Padre para manifestar la realidad de
la Deidad, A Dios nadie le vio jams; el unignito Hijo, que est en el seno del Padre, l le ha
dado a conocer, Juan 1.18, y estableci su autoridad al ensear verdades que sobrepasaban la
ley y elevaban la norma de conducta a una altura hasta entonces desconocida. Vanse Mateo 5
al 7.
59
El Evangelio de Juan, al resaltar la deidad del Seor Jess, su comisin del Padre y su voz de
autoridad, menciona especficamente la variada respuesta del pueblo judo ante lo que l deca.
Algunos creyeron su palabra y le siguieron fielmente. Los discpulos que se nos presentan en
Juan 1 eran seguidores fieles, cosa que se enfatiza en pasajes tales como Juan 6.67 al 69,
11.16 y 13.36,37. Tambin haba otros, como Marta, Mara y Lzaro. Al llegar a Hechos
1.21,22, encontramos que Pedro reconoce que haba muchos individuos como estos, y 1
Corintios 15.6 ofrece ciertos detalles.
Comenzando con Juan 2.18, y de nuevo en 5.16,18, va en aumento una reaccin negativa a las
enseanzas del Seor Jess de parte de aquellos que son llamados los judos. Se les
identifican para nosotros como los lderes espirituales de la nacin, y parece que las
autoridades romanos les permitan ejercer alguna medida de jurisdiccin cuasi poltica sobre el
pueblo. Estos hombres y sus seguidores (los escribas, fariseos, ancianos y saduceos) le
odiaban, le contradecan, le tentaban y a la postre le hicieron comparecer ante Pilato. La
insistencia del Seor en volver a la sencillez bsica de la ley, y al espritu de sus enseanzas,
adems de la manera en que l se identificaba a s mismo con el Padre, provocaron odio hacia
su persona, y ellos rechazaron de plano aceptar la autoridad de el Hijo, Marcos 12.6 al 8.
Pero entre estos dos grupos bien diferenciados, la masa de la poblacin que vio y oy este
profeta de Nazaret estaba impresionada por sus milagros, Juan 2.23, atnita ante la autoridad
de sus enseanzas, Mateo 7.28, pero fcilmente dividida en sus respuestas, Juan 7.43, 9.16,
10.19, Su reaccin se deba en primera instancia a lo que vean y oan, y no a lo que aprendan
de las palabras del Seor. Su apego a la ley y el templo con su rito y formalidad era casi
imposible de aflojar.
Cuando tomamos un momento para considerar la perspectiva humana, no es difcil entender
por qu tenan esta dificultad. Aqu estaba delante de ellos un tpico varn judo de un
parentesco que ellos pensaban identificar, de un pueblo (Nazaret, Juan 1.46) que comnmente
se despreciaba, que deca ser igual con Dios y desafiaba las normas de conducta establecidas.
A la vez, haca cosas que ellos no podan explicar, Juan 9.16, 10.21, y hablaba palabras que
les dejaban perplejos, como tambin asombrados ante su voz de mando, Juan 7.15. En un
sentido muy real, no se poda culparles por tener dudas serias acerca de l. Su confusin es en
s una prueba de que una correcta percepcin de quin es l viene slo por revelacin, Mateo
16.15 al 17.
Hay en el Evangelio segn Juan cuatro pasajes que suscitan preguntas significativas acerca de
la profundidad y realidad de la fe que esta gente deca tener. Aparentemente Juan registra lo
que profesaban y a la vez nos da su percepcin de la realidad de aquello. Ntese el lenguaje de
Juan 2.23 al 25: Muchos creyeron en su nombre, viendo las seales que haca. Pero Jess
mismo no se fiaba de ellos, porque conoca a todos Su fe era espuria, o era simplemente
una profesin basada en impresiones? La respuesta del Seor dara lugar a una pregunta
acerca de la veracidad de su creencia.
Luego leemos en Juan 6.66, Desde entonces muchos de sus discpulos volvieron atrs, y ya
no andaban con l. De una vez se da la impresin que no podan aceptar la sencilla verdad de
su enseanza y volvieron a su antiguo modo de hacer el judasmo. Era demasiado para ellos en
esa coyuntura el reto de aceptar que l era el Hijo, la prioridad de la vida en el Espritu sobre
el cumplimiento de la ley en el poder de la carne, y la dependencia del Padre. Volvieron,
poniendo en entredicho el valor de su discipulado.
De nuevo, obsrvese el lenguaje dramtico de Juan 8.30,31 y el progreso del lenguaje del
Seor ms abajo en el captulo: Hablando l estas cosas, muchos creyeron en l. Dijo
entonces Jess a los judos que haban credo en l: Si vosotros permaneciereis en mi palabra,
seris verdaderamente mis discpulos. En la conversacin que result, los judos decan tener
parentesco con Abraham y a travs de l con Dios, 8.39 al 41. Pero el Seor Jess, por su
singular percepcin de lo que hay en el corazn humano, les dijo claramente que eran de
vuestro padre el diablo, 8.44. Declaraciones como esta parecan sealar claramente que su
creer en el v. 30 era una forma de profesin y no una genuina obra de Dios en sus corazones.
60
Debemos recordar que en el Evangelio de Juan el Espritu no haba sido dado an, Cristo no
haba muerto y desde luego tampoco se haba resucitado. La verdad de la morada continua del
Espritu esperaba la revelacin del Seor en el aposento alto en una ocasin posterior,
14.16,26, 15.26, 16.7 al 15, y los eventos de Pentecosts. Estos individuos estaban
enfrentando un tremendo conflicto de mente y espritu al luchar con la diferencia entre las
enseanzas y tradiciones convencionales de la poca y las enseanzas del Seor Jess. No
hubo demora al aceptar la entrega de la ley por medio de Moiss y su verdad como la
revelacin de Dios a ellos como una nacin. Era obvio para todos, Juan 9.29. Tambin saban
muy bien que haban sufrido como nacin debido a su idolatra y descuido de la ley de Moiss,
de manera que ahora les era difcil aceptar la transicin a los principios nuevos que enseaba
ese rabino nazareno.
Los cambios
El registro del libro de Hechos es doble cuando menos. Demuestra el dramtico poder del
evangelio en su expansin de Jerusaln a Samaria y luego por todo el imperio romano, pero
tambin relata las luchas sociales y espirituales de la Iglesia nueva, la cual comenz arraigada
en el judasmo con su peculiaridad nacional y se cambi en una manifestacin de la gracia de
Dios.
Despus del martirio de Esteban, el evangelio se extendi a Samaria, as como el Seor haba
encargado a los suyos, Hechos 1.8. All encontramos una situacin interesante con un hombre
llamado Simn, 8.9, quin viendo las seales y grandes milagros que se hacan, estaba atnito
Cuando vio Simn que por la imposicin de las manos de los apstoles se daba el Espritu
Santo, les ofreci dinero. Por cuanto este proceso, en el caso de los samaritanos, todava no
resultaba en que morara en uno el Espritu Santo (ms adelante veremos los diversos
bautismos), los apstoles llegaron para imponer las manos a ese fin. El discernimiento
espiritual de Pedro detect lo superficial de la fe de Simn, a saber, de su profesin. La
identifica por lo que es, en hiel de amargura y en prisin de maldad veo que ests, 8.23.
Nunca se afirma semejante cosa de un genuino creyente en Cristo, de manera que tenemos que
reconocer que las mismas Escrituras reconocen la posibilidad de una profesin de fe en Cristo
que no sea genuina.
El prximo incidente significativo en este respecto es el llamado a Pedro a la casa de Cornelio.
La visin en Jope le requera entender que Dios haba limpiado a los gentiles en preparacin
para su salvacin, 10.34,35, pero es llamativo que aun as l se cuid de llevar consigo a seis
testigos de lo que estaba haciendo, 11.12. Fue prudente hacerlo, porque de una vez le
afrentaron los que eran de la circuncisin, 11,2, cuando regres a Jerusaln. Aunque estaban
en la comunin de la iglesia en aquella ciudad, les costaba aceptar que a Dios se le ocurrira
bendecir a los gentiles!
Todo el asunto lleg a un punto crtico en Captulo 15. Pablo y Bernab haban estado en Asia
Menor, predicando el evangelio, despus de su recomendacin de parte de Antioqua. Haban
visto mucha bendicin en la salvacin de almas, y no haba por qu guardar la ley para ser
salvo. Muchos de los hermanos judos no podan aceptar el cambio a ser libres de la ley, de
manera que exigan su cumplimiento (p.ej. el rito de la circuncisin) aun de parte de los nuevos
creyentes gentiles.
La discusin y la decisin narradas en Hechos 15 son muy importantes para una comprensin
de la diferencia clave entre el perodo bajo la ley y la era nueva cuando la gracia reina por
medio de Jesucristo. Directa y aceleradamente, fueron puestos a un lado todos los requisitos
que haban asumido tanta relevancia en la ideologa judaica, quedando solamente cuatro
prohibiciones. Es con base en la decisin registrada aqu que Pablo emprende la redaccin de
la Epstola a los Glatas y posteriormente la de Romanos. La gracia, y no la ley, es ahora la
fuerza motriz del mensaje del evangelio.
Pablo estaba tan convencido del valor y la vitalidad de esta nueva revelacin de gracia aparte
de las obras de la ley que no titube en desafiar aun a Pedro cuando ste visit a Antioqua,
Glatas 2.11 al 16. El hecho de que Pedro estaba encontrando dificultad con la transicin al
61
nuevo orden, y el hecho de que aun Bernab fue tambin arrastrado por la hipocresa de
ellos, nos hacen ver todava ms el malestar en el modo de pensar de esos hermanos de la
antigedad.
Los bautismos
Un estudio por dems aleccionador en este contexto es el de considerar las diferentes ocasiones
cuando el Espritu Santo vino a morar en los creyentes en la ocasin de su bautismo. La
distincin sirve para resaltar la diferencia entre los judos, samaritanos y gentiles en esta poca
de transicin.
En Hechos 2.38 Pedro declara explcitamente que el arrepentimiento y el bautismo resultaran
en la recepcin del Espritu. El bautismo era visto como una declaracin pblica de que el
individuo se haba identificado con este Jess de Nazaret y debera ser reconocido como
discpulo suyo. Aun Saulo (posteriormente el apstol Pablo), en la ocasin de su conversin,
no fue posedo del Espritu Santo hasta que Ananas le impusiera las manos. (El lenguaje de
Hechos 9.18 podra hacer entender que el Espritu no moraba en l hasta despus de su
bautismo, conforme con el patrn de Captulo 2).
Observamos en la historia de Simn en Hechos 8 que l, con otros samaritanos, haba
profesado fe en Cristo y haba sido bautizado, pero ellos todava no haban recibido al Espritu
Santo. Por cuanto los samaritanos decan tener un nexo con Jacob, Juan 4.12, pero ignoraban
el verdadero sentido de la relacin juda con Dios, 4.22, ellos tenan que someterse a la
imposicin de manos por los apstoles judos antes de recibir el Espritu.
Pero hay una diferencia maravillosa cuando Pedro predica el evangelio en la casa de Cornelio.
El relato casi tiene una nota dramtica, Mientras an hablaba Pedro estas palabras, el
Espritu Santo cay sobre todos los que oan el discurso, 10.44. Nada ahora del bautismo y la
imposicin de manos, sino slo la obra del Espritu Santo para producir una prueba clara de
que esta gente era nacida de Dios en verdad. Aqu, por vez primera, el bautismo sigue la
conversin como evidencia de una obra del Espritu de Dios, y no de un medio para recibirle.
Un incidente ms es digno de mencin. En Hechos 19.1 al 7 hay un grupo de discpulos que no
haba recibido el Espritu Santo, aun cuando haban credo! Haban sido bautizados en el
bautismo de Juan, y de esta manera se haban identificado con una posicin judaica. La
pregunta de Pablo, y su confesada ignorancia del Espritu Santo, dan a entender que haban ido
slo medio camino en su carrera de fe. Cuando Pablo les impuso las manos, entraron en el
pleno beneficio de la morada del Espritu en ellos, cosa parecida a lo que sucedi con l mismo
en Damasco con Ananas.
Estas variaciones en el bautismo y la ocasin de la recepcin del Espritu Santo nos permiten
saber que, en ese entonces, Dios distingua entre los hebreos y los gentiles. Estas distinciones
han desaparecido con la finalizacin de las Sagradas Escrituras; los creyentes judos hoy en
da estn posedos del Espritu al creer, as como siempre han sido los creyentes gentiles, en
armona con Efesios 1.13,14: En l tambin vosotros, habiendo odo la palabra de verdad, el
evangelio de vuestra salvacin, y habiendo credo en l, fuisteis sellados con el Espritu Santo
de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redencin de la posesin adquirida,
para alabanza de su gloria.
Condiciones eclesiales
A lo largo del libro de Hechos, cuando Pablo y sus colaboradores viajaban de lugar en lugar,
ellos solan comenzar su predicacin en la sinagoga de la localidad, Hechos 13.14, 14.1,
17.1,2,10, 18.4,19, 19.8. Podan encontrar all un pueblo familiarizado con las Escrituras y
tambin una base experimentada para aceptar la Palabra de Dios. Pero, en todo caso, se
encontraron con la misma divisin que el Seor encontr. Algunos creyeron pero otros
blasfemaron y rechazaron la enseanza nueva. (Para cada una de las siete referencias arriba,
hay una referencia a la divisin correspondiente).
62
Encontramos al final del libro que Pablo est confinado a una casa en Roma, pero todava
predicando a sus conciudadanos, Hechos 28. Es llamativo notar que hay todava la divisin
acostumbrada cuando ellos afrentan el reto de la proclamacin del evangelio. En el 28.22 los
lderes en Roma llaman la enseanza cristiana una secta, o ms acertadamente una hereja. En
el v. 24 hay una divisin respeto a cmo responder a la fe, y el desacuerdo persiste an en el v.
25. Entonces Pablo cita un pasaje de Isaas 6 y afirma que su rechazamiento resultar en que
el mensaje ir a los gentiles, quienes lo aceptarn, v. 28.
Al entrar en la gran disertacin de Pablo sobre el evangelio en la Epstola a los Romanos, se
nos ensea que la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen
en l. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y estn destituidos de la gloria de
Dios. Sea pagano, sea detractor que se cree justo, o sea judo religioso, todo lo que la ley
dice, lo dice a los que estn bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede
bajo el juicio de Dios, 3.19. Ahora la perspectiva juda de Dios y su ley no proporciona una
preferencia nacional porque el judo tambin debe acudir personalmente a Dios para la
salvacin de sus pecados mediante la justificacin tan slo por fe.
Glatas es el gran mensaje paulino sobre la fe en oposicin a la ley. Habiendo recibido la
aprobacin de su presentacin del evangelio del concilio en Jerusaln en Hechos 15, l lleva el
mensaje de regreso a las iglesias de Asia y se dirige a aquellos que estaban enseando que las
obras de la ley eran necesarias para completar la salvacin. Su argumento ms convincente es
que a Abraham se le dieron el pacto y las promesas mucho antes de la ley fuese anunciada,
Captulo 3. Los maestros judos no negaban que la fe fuese un elemento crtico y esencial en la
salvacin, pero insistan en que la ley y sus ritos conexos eran necesarios para conservar la
salvacin.
En otras palabras, era un mensaje que exiga Cristo ms algo para finalizarlo. Pablo lo
condena rpida y especficamente: Tan necios sois? Habiendo comenzado por el Espritu,
ahora vais a acabar por la carne? No se puede permitir nada para aportar a la obra de Cristo;
l debe estar solo y ser suficiente, sin aporte humano salvo una fe humilde, sencilla y confiada.
Cuando llegamos a Corinto, el problema est asechando a Pablo todava en aquella ciudad.
Encontrndose obligado a defender su apostolado ante los detractores entre los corintios, llama
a los maestros judos falsos apstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apstoles
de Cristo, aunque eran judos legtimamente en su ascendencia, 2 Corintios 11.13 al 23.
Parece que los seores maestros de los ritos y la observancia de la ley estaban entre los santos
en Corinto y afectando las mentes de los cristianos, no slo en contra de Pablo sino tambin en
contra de la sencillez de la verdad en Cristo, 11.3.
Aun posteriormente en su vida, el apstol segua combatiendo cualquier necesidad de
reconocer los ritos y las ordenanzas de la ley. Estos haban sido abolidos por la muerte y
sepultura de Cristo, Colosenses 2.8 al 23. El problema de la circuncisin y la demanda de
guardar la ley le pisaban los talones del apstol toda su vida.
En 1 Juan 2.19 el apstol Juan habla de ciertos individuos que en un tiempo estaban entre los
creyentes y les haban dejado. El hecho de marcharse demostr que no han debido estar entre
ellos en primera instancia! Hay gente que profesa fe en Cristo y es aceptada entre el pueblo de
Dios pero se retira tan pronto que sus propias enseanzas y su enfoque particular sobre la vida
sean refutados por la Palabra de Dios. Parecan ser autnticos pero sus hechos dejan entrever
la realidad de su confesin.
Comparaciones
En Romanos 9 al 11 Pablo escribe acerca de la condicin nacional de Israel que haba
resultado de su negativa de aceptar la revelacin vigente de Dios por fe. Estaban tan
preocupados con guardar la ley que hacan caso omiso de los deseos de Dios que disfrutaban
por fe, Romanos 9.31 al 33. No se dieron cuenta de que el fin de la ley es Cristo, para justicia
a todo aquel que cree, 10.4. Como consecuencia, aunque se salvaban algunos, 11.1 al 5, el
efecto nacional fue uno de ceguera y sordera, 11.7 al 10.
63
En 11.13 al 24 se traza un paralelo, tanto en beneficios como en advertencias. Se compara la
nacin de Israel con el olivo, Jeremas 11.16, y algunas de las ramas fueron desgajadas por
Dios cuando por su incredulidad fueron desgajadas, 11.17,20. Obsrvese el nfasis en
algunas (de las ramas), porque aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por
gracia, 11.5. La exclusin de los israelitas de la bendicin del olivo se debe a la incredulidad.
Ntese que aqu se dirige a vosotros gentiles, 11.13, para distinguir de los judos
nacionalmente.
As, tambin, el apstol advierte que los gentiles pueden ser desgajados. En el cuadro
metafrico que l est trazando, las naciones gentiles fueron injertadas en el olivo bueno aun
cuando eran silvestres por naturaleza. Este hecho les dio la oportunidad de disfrutar por fe la
vida espiritual que estaba al alcance del pueblo judo. Si las naciones gentiles no se aprovechan
de la oportunidad, el v. 21 es muy enftico: Si Dios no perdon a las ramas naturales, a ti
tampoco te perdonar. En efecto, la bendicin de Dios a travs del evangelio de aceptar la
salvacin por fe ha puesto a las naciones sobre una base condicional. La posibilidad es
exteriorizar una actitud de mejor que t, 11.19, y el verdadero peligro es el del orgullo,
11.20. Inherente en esto es la posibilidad de juicio divino a la postre. Sabemos por otras
porciones de las Escrituras que este juicio caer tambin sobre las naciones por fracasos
similares, 2 Tesalonicenses 1.7 al 9.
Debemos llevar en mente todava que no est amenazada la paz de la aceptacin de un
individuo delante de Dios, ya que esto violara otras declaraciones claras de las Escrituras. Lo
que se ensea aqu es ms bien que el retiro general y definitivo de la oportunidad de los
gentiles es debido a que ellos, tambin, han dejado de aprovecharse de los beneficios plenos
que les son ofrecidos en gracia por el evangelio.
Llevando en mente estas consideraciones vistas en la vida de Cristo, en Hechos y en las
epstolas de Pablo, veamos ahora un poco ms de cerca las lecciones en la Epstola a los
Hebreos.
Consideraciones
Al abordar los temas que afectan la transicin, la Epstola a los Hebreos es un tratado singular
en el Nuevo Testamento. Cristo est presentado como superior a todo pueblo, proceso y
propsito que Dios haba usado previamente en su trato con su pueblo escogido.
La epstola no est dirigida a una iglesia local ni a un individuo, como son las de Pablo a los
gentiles. Del contenido del libro mismo se nos hace entender que el escritor tena una
comprensin a fondo del Antiguo Testamento y esperaba lo mismo de sus lectores. El 10.11
nos hara pensar que el templo estaba funcionando todava, por cuanto el sacerdocio estaba
ocupado en sus ritos.
Posiblemente el libro haya sido escrito para dar un soporte doctrinal a los cristianos que
estaban resistiendo a aquellos que todava enseaban la circuncisin y la necesidad de guardar
la ley. Nada de este calibre de enseanza se dirige en el Nuevo Testamento a los creyentes
gentiles. Por lo tanto Hebreos se dirige ms de todo a los judos que haban profesado fe en el
Cristo crucificado y resucitado. Ellos estaban enfrentados con el reto y la responsabilidad por
arrepentimiento y fe de cambiar su lealtad de la ley de Moiss a la libertad y confianza que hay
en Cristo por el evangelio de la gracia. Uno de los mensajes sobresalientes de la epstola es el
disfrute de la confianza de parte de los creyentes judos de una nueva comprensin de Cristo y
de su supremaca sobre todo lo que haba existido en el antiguo rgimen.
La epstola destaca a Cristo de diversas maneras:
Captulos 1 y 2 La persona del Hijo quien revel a Dios y representa al hombre
3 y 4 El propsito del Hijo que provee un reposo eterno
64
5 al 7 El sacerdocio del Hijo quien sobrepasa sus antecesores
aarnicos
8 El programa del Hijo quien asegura un mejor pacto
9 El lugar de Hijo quien est en un tabernculo celestial
10 La pasin del Hijo que presenta una ofrenda suficiente
11 al 13 El pueblo del Hijo quien vive dependiendo de l
Veamos cinco pasajes que hablan de las consecuencias de no adecuarse a los retos que afrentan
a un hebreo en su nueva relacin con Cristo. Cada uno de los cinco se relaciona directamente
con su respectivo contexto. A la vez, no podemos aislar estas porciones en Hebreos del resto
del libro ni de todo el tenor de la Palabra a de Dios.
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participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del
principio, entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcis vuestros
corazones, como en la provocacin. Quines fueron los que, habiendo odo, le
provocaron? No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moiss?
Temamos, pues, no sea que permaneciendo an la promesa de entrar en su reposo,
alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Procuremos, pues, entrar en aquel
reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.
La sustancia de esta segunda advertencia est esparcida en Captulos 3 y 4. Los dos individuos
que sobresalen son Moiss y Josu, los hombres que sacaron a Israel de Egipto, hasta el
desierto y a la tierra de promisin que era Canan. El autor basa su argumento en citar siete
veces de Salmo 95. El salmo alude a dos ocasiones cuando los israelitas necesitaban agua
potable, xodo 17.1 al 7, Nmeros 20.2 al 13, y Moiss la obtuvo de la roca. (Las palabras
provocaron y tentacin en Salmo 95.8 equivalen gramaticalmente los nombres Meriba y
Massa en hebreo). Para fines prcticos estas dos ocasiones abarcan la totalidad de la
peregrinacin en el desierto, a saber, los cuarenta aos.
La persistente desobediencia de los hijos de Israel durante estos cuarenta aos se hizo ms
evidente cuando aceptaron el informe negativo de los diez espas en vez del positivo de Josu y
Caleb. Fue en esa ocasin que Dios prometi que no entraran en su reposo, a saber Canan,
Nmeros 14.26 al 35. Su actitud no era de fe sino de incredulidad y desobediencia. Salmo 95.1
al 7a est repleto de la grandeza de Dios, y con base en el reconocimiento de esto, los vv 7b al
11 exhortan al pueblo a no repetir el fracaso del desierto.
En 3.1 al 6 el asunto es, con cul se identifica usted? Desde luego, Moiss era fiel en la casa
de Dios, pero era slo un siervo. La superioridad de Cristo es evidente por que es Hijo en la
casa! Entonces el v. 6 declara que nosotros (el escritor se incluye entre sus lectores) somos
ahora la casa de Cristo y la clusula condicional explica cmo llegamos a ser parte de ella. El
tiempo del verbo indica que el proceso fue una ocasin nica, pero sin definir en qu punto de
tiempo, y se declara cmo llegamos a estar en esta condicin presente.
No hay un elemento de duda en esta declaracin, ni se sugiere una posibilidad de fracaso. La
firmeza y la confianza en la esperanza eran pruebas o evidencia que se cumpli la condicin
que caracteriza esta asociacin con Cristo en su casa. Debido a que eran de la casa de Cristo,
y no de la de Moiss, ellos desarrollaron una espiritualidad que concuerda con ella. (Vanse
los varios usos de la palabra fin en Apndice A).
Desde 3.7 hasta 4.11 el tema es el reposo que el pueblo de Dios anhelaba en el inicio y en la
tierra de Canan. Era obvio a todos los lectores de la epstola que Moiss no poda
introducirles porque l mismo fracas en Meriba, Nmeros 20.12 y Dios le neg la entrada en
Canan. Se afirma expresamente que Josu tambin era inadecuado para proporcionar el
reposo, 4.8. El salmo citado da ms evidencia de que tambin David (u otro salmista de su
poca) tena la posibilidad de fracaso en su tiempo.
La nica fuente segura de reposo es Cristo, 3.14, y esto est asegurado por el hecho de que
Dios ha reposado ya en una obra finalizada as tan ciertamente como en la creacin, 4.10. Pero
si no se apropia de l por fe, y los individuos judos mantenan una actitud de incredulidad que
les hizo alejarse del Dios vivo, sus corazones seran endurecidos en esa condicin engaosa,
3.12,13. El hecho de que el escritor se dirija a sus lectores como hermanos no es de por s un
argumento suficiente para presumir que se trata de hermanos cristianos como nosotros
entendemos el trmino hoy en da; vase Apndice C.
Cuando llegamos al 3.14, la gramtica y la estructura son bsicamente similares a lo que
hemos considerado en el v. 6. Una diferencia es que el verbo somos hechos deja saber que un
evento acaecido en el pasado, no se define cundo fue, es vlido actualmente y lo ser por
tiempo indefinido. Somos hechos participantes de Cristo Esta declaracin no describe un
peligro potencial, sino las condiciones del proceso que nos trajo a esta relacin y cmo esta
relacin se manifiesta actualmente.
Dios haba redimido al pueblo de Israel de Egipto por sangre y por poder. Estaban rumbo a la
tierra prometida, pero ahora destinada a ellos. Su negativa de confiar en Dios por sus
66
necesidades result en mucha queja y protesta en el camino, y Dios y permiti a la mayora
morir en el desierto, pero en su lugar tom su prole para s. Se debe reconocer que su
incredulidad en el desierto no anul su redencin de Egipto! No deban volver nunca, ni una
sola vez sugiri semejante juicio, Deuteronomio 17.16. El deseo de Dios por su pueblo terrenal
era que disfrutara de Canan, pero ellos estaban bajo prueba y fallaron miserablemente. El
pueblo judo a quien se escribe habr conocido el tema muy bien; ningn lector gentil
entendera la comparacin tan claramente como ellos!
Hagamos un breve inciso. La redencin es un proyecto divino de varias fases aun hoy en da.
Redencin es la palabra usada para describir la verdad de que Cristo ha pagado un precio para
librarnos de la servidumbre del pecado. Tiene un aspecto histrico, por cuanto fuisteis
rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas
corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin
mancha y sin contaminacin, 1 Pedro 1.18,19. Hay a la vez un aspecto corriente, porque
tenemos redencin por su sangre, el perdn de pecados segn las riquezas de su gracia,
Efesios 1.7. Finalmente, tiene un aspecto futuro: gemimos dentro de nosotros mismos,
esperando la adopcin, la redencin de nuestro cuerpo, Romanos 8.23. Nada en las Escrituras
acerca de la redencin insina una posibilidad de revertir los beneficios del acto inicial de la
redencin por la sangre de Cristo.
Para aquellas personas que todava sienten que los vv 6, 12 y 14 se refrieren a la posibilidad
de que alguien pierda su salvacin por no preservar, recalco un punto. Se nos presenta a
Moiss en esta seccin como un siervo fiel en la casa de Dios, pero no era capaz de conducir el
pueblo hasta Canan adentro. l muri antes de llegar, as como los dems. Pero el Nuevo
Testamento deja muy en claro que estaba en el cielo y gozando de comunin con Dios acerca
de la obra de Cristo, Mateo 17.3, Marcos 9.4, Lucas 9.30. As que, el tema aqu en Hebreos no
es la salvacin del individuo, sino el disfrute por fe de la obra terminada de Cristo como la
base de nuestro reposo eterno, en contraste con el sistema antiguotestamentario.
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nombran en el plural en la enseanza acerca de la Iglesia o su experiencia, pero los escritos
judos emplean el trmino a menudo.
Luego el escritor procede a hablar de un grupo potencial que haba recibido una lista de cinco
bendiciones espirituales. En el caso que los tales fallaran o se alejaran en su disfrute de ellas,
volviendo al judasmo, sera imposible colocarles de nuevo en la senda de la madurez. El
sentido de fallar (dejar a un lado) es simplemente el de alejarse, pero el prefijo enfatiza que
es de lado, o caer al lado de algo. Esto est en marcado contraste con el llamamiento del v. 1
a ser llevados a la madurez y se relaciona directamente con la reprensin en el contexto.
(Apndice A de nuevo!)
El individuo que cae al lado del camino, y no se adelanta para experimentar la madurez en
Cristo que se requiere para apreciar las verdades nuevas relativas al sacerdocio de
Melquisedec, no puede ser encaminado de nuevo a la perfeccin por alguna otra experiencia.
El tal ha dado la espalda a las revelaciones nuevas y ha vuelto a su antiguo modo de pensar
acerca de la ley y el templo. Para ste, Cristo no ha venido, las profecas relativas a l no se
han cumplido y por lo tanto l tendr que sufrir todava la crucifixin y vergenza para dar
cumplimiento a aquellas profecas. Le esperan an!
La metfora que sigue en vv 7,8 es muy relevante a esa clase de persona. Han recibido las
lluvias de revelacin, pero stas han producido cardos espirituales. Su futuro est quemado;
cualquier productividad que hayan tenido est malgastada.
El autor ofrece estmulo. En cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas
mejores, y que pertenecen a la salvacin, aunque hablamos as, 6.9. Parece que no tema que
sus lectores inmediatos iban a fallar de esta manera, as que concluye su parntesis (hasta el
6.20) con hablar de las promesas de Dios y su palabra inmutable.
Creo que no hay nada en este pasaje para sugerir que se pierda la salvacin una vez que uno la
haya recibido de verdad. El reto es de proseguir a la madurez, o la perfeccin.
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Reto # 5 Hebreos 12.25,26
Mirad que no desechis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon
al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desechremos al que
amonesta desde los cielos. La voz del cual conmovi entonces la tierra, pero ahora ha
prometido, diciendo: An una vez, y conmover no solamente la tierra, sino tambin el
cielo.
Detenindonos un momento para repasar el contexto de esta advertencia, nos llama la atencin
el gran contraste entre vv 18 al 21 y vv 22 al 24. Los primeros versculos crean temor y
angustia por sus vistas, los sonidos y las impresiones, pero los posteriores hablan de
congregaciones celestiales y espirituales y de un orden pacfico. Es la distincin entre monte
Sina y monte Sion. La nica voz que se oye en el segundo trozo es la sangre del nuevo pacto,
y sus prioridades se remontan a superar aun a Abel.
El temor y la angustia creados por la revelacin de Dios en Sina en la entrega de la ley, xodo
20.18, provocaron a la gente a no querer oir aquella voz. Pero su renuencia no les permiti
escapar su responsabilidad posterior de obedecer lo que se les haba dicho. Si ahora el hebreo
no estaba dispuesto a escuchar detenidamente al nuevo mensaje en Jess, el mediador del
nuevo pacto, tampoco iba a evitar las consecuencias de su decisin.
El mensaje aqu es sencillo y est acorde con las advertencias que se han venido dando en la
Epstola. Es Cristo y slo Cristo, o usted est expuesto a los juicios de Dios! No hay refugio
ahora, ni habr satisfaccin, en cualquier cosa que el judasmo ofrece.
Conclusiones
En este siglo 21 no existe el peligro de que alguien quisiera o pudiera volver al templo y sus
ritos, ya que no existen. El creyente profesante que siente alguna obligacin a guardar la ley
para conservar su salvacin tiene que ser dirigido a tan slo la decisin de Hechos 15 y a la
Epstola a los Glatas. Nada en la Epstola a los Hebreos amenaza la salvacin de nadie.
Entonces, qu es el valor y propsito de estos pasajes para el lector en nuestro tiempo? El
Espritu de Dios tiene todava un mensaje para los creyentes? La respuesta tiene que ser un
enftico S! Pesa una responsabilidad sobre cada persona que viene a Cristo en sencilla fe. El
reto es proseguir hacia la perfeccin, a saber, la madurez espiritual. Debido a nuestra
pecaminosidad innata, hay siempre la oportunidad de regresar al antiguo estilo de vida en lo
fsico, cultural, moral y espiritual.
La oportunidad presentada al apstol Pablo en Filipenses 4.3 al 6 es parecida al problema
definido en Hebreos. l ha podido volver a cmo era, pero opt por tener aquello como prdida
y adelantarse al superior llamamiento de Dios en Cristo Jess, 3.14. Cuando un creyente deja
de progresar en lo espiritual, da cierto lugar a dudas en cuanto a su profesin de fe. En efecto,
niega la eficacia del sacrificio de Cristo y lo adecuado de su Persona.
Una profesin de fe en Cristo es un renuncio abierto de todo lo relacionado con el antiguo
estilo de vida, sea en el judasmo, paganismo u otra ideologa no centrada en el Cristo
resucitado. Solamente al manifestar crecimiento en la vida nueva se puede validar aquella
profesin; nadie sino Dios sabe la veracidad de mi profesin si mi vida no se ajusta a ella,
Santiago 2.14 al 26.
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aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehov. Pero este es el pacto que har con la casa de
Israel despus de aquellos das, dice Jehov: Dar mi ley en su mente, y la escribir en su
corazn; y yo ser a ellos por Dios, y ellos me sern por pueblo.
Jeremas 32.37 al 41 Har con ellos pacto eterno, que no me volver atrs de hacerles
bien, y pondr mi temor en el corazn de ellos, para que no se aparten de m. Y me alegrar
con ellos hacindoles bien, y los plantar en esta tierra en verdad, de todo mi corazn y de toda
mi alma.
Ezequiel 34.22 al 29 Establecer con ellos pacto de paz, y quitar de la tierra las fieras;
y habitarn en el desierto con seguridad, y dormirn en los bosques ...
Mateo 26.28 Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisin
de los pecados.
Marcos 14.21 Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada
Lucas 22.20 Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.
1 Corintios 11.25 Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la
bebiereis, en memoria de m
Se puede citar de Hebreos tambin, pero se tratan de repeticiones de los pasajes indicados.
Es muy llamativo que en ninguna parte de estas declaraciones de Dios a Israel, o del Seor
Jesucristo a sus discpulos, hay una responsabilidad de parte del individuo de guardar el pacto.
Tampoco hay provisin para quien lo incumpla. Son decretos de Dios y los beneficiaros son el
pueblo suyo, sea en el Antiguo Testamento o en el Nuevo, y nadie puede impedir o cambiar los
propsitos suyos.
Las veinticuatro referencias a esta palabra y sus derivados, traducida perfecto, perfeccionar,
etc. expresan un desarrollo completo y finalizado, y por lo tanto el objeto o la persona es til
ahora para lo que se propone. Incluye la idea de madurez porque la experiencia y prctica la
han producido. Pero el valor de la palabra se realza por el hecho de que se ha realizado lo que
se deseaba.
En cuanto a Cristo, el padecimiento por el cual pas le ha capacitado para funcionar como
nuestro Sumo Sacerdote. l puede compadecerse de nuestras debilidades por lo que
experiment. El gran reto de esta epstola es el de llevar a la perfeccin la obra de Cristo en
nuestros corazones, puestas a un lado las limitaciones del Antiguo Pacto para disfrutar de los
beneficios y la superioridad del nuevo.
P.ej. Hebreos 3.12: Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazn malo de
incredulidad para apartarse del Dios vivo
Once veces en el Testamento se emplea la voz activa en el sentido de marcharse, provocar
oposicin o alejarse. Trece veces se emplea la voz pasiva en el sentido de ausentarse.
Se nota que en todo uso de este vocablo ambas partes se quedan en la misma condicin bsica
que tenan antes de abrirse la brecha. Esta interpretacin admite cuestionamiento en solamente
1 Timoteo 4.1 y Hebreos 3.12.
C Hermanos en Hebreos
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En vista de la naturaleza de la Epstola a los Hebreos, el escritor se identifica con la condicin
y los nexos de las personas a quienes se dirige. Por esto, no es vlido presumir de entrada que
la palabra hermanos sea una validacin automtica de la relacin espiritual que se toma por
sobreentendido en las epstolas a las iglesias gentiles. Las citas del Antiguo Testamento, 2.12,
8.11, dejan ver que es as. Adicionalmente, se emplea el trmino varias veces de una manera
que expresa el nexo estrictamente nacional o tribal. Probablemente el 3.1 s es el caso de una
relacin espiritual, ya que el escritor habla de hermanos santos.
D.R.A.
Si tuviramos tan slo la Epstola a los Hebreos, y nada supisemos de lo dicho en los libros de
Moiss, todava podramos aprender los detalles que siguen acerca del sacerdocio en los tiempos del
Antiguo Testamento y cmo es ilustracin de grandes verdades para el tiempo presente.
Este escrito es una recopilacin de frases y versculos. Se ha cambiado la secuencia en que los
pasajes figuran en la Epstola, pero dejando la repeticin de ideas que encontramos en Hebreos. Nada
se ha aadido, salvo frases cortas para unir los trozos.
La Epstola a los Hebreos hace mencin especfica del sumo sacerdote en cada uno de sus
captulos desde el 2 hasta el 10, inclusive, y alude al sacerdocio en los cuatro captulos restantes.
Hasta Moiss
Por la fe Abel ofreci a Dios ... excelente sacrificio ... dando Dios testimonio de sus ofrendas,
11.4.
Melquisedec, rey de Salem, era sacerdote del Dios Altsimo ... Su nombre significa
primeramente Rey de justicia, y tambin Rey de paz. Era sin padre, sin madre, sin genealoga.
No tiene principio de das, ni fin de vida, sino, hecho semejante a Hijo de Dios, permanece
sacerdote para siempre, 7.1 al 3.
Abraham le dio los diezmos de todo. l bendijo a Abraham quien tena las promesas. En esto
Abraham, el menor, fue bendecido por Melquisedec, el mayor. 7.1 al 7.
Por la fe Abraham ... ofreci a Isaac, 11.17. Por la fe Jacob ... ador, 11.21. Por la fe
[Moiss] celebr la pascua y la aspersin de la sangre, 11.28.
Nada perfeccion la ley, 7.18
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El sumo sacerdote en Israel
La ley constitua sumos sacerdotes a dbiles hombres, 7.28. Nadie toma para s esta honra,
sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarn, 5.4. Todo sumo sacerdote tomado de
entre los hombres fue constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere para que
presente ofrendas y sacrificios por los pecados, 5.1. Los cuerpos de aquellos animales cuya
sangre a causa del pecado es introducida en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados
fuera del campamento, 13.11.
Este sumo sacerdote tena que mostrarse paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que
l tambin estaba rodeado de debilidad, 5.2. Por causa de ella deba ofrecer cada da por los
pecados, tanto por s mismo como tambin por el pueblo, 5.3, 7.27.
Adems, entraba el sumo sacerdote en el Lugar Santsimo cada ao con sangre ajena, la cual
ofreca por s mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo, 9.7. Daba el Espritu Santo a
entender con esto que an no se haba manifestado el camino al Lugar Santsimo, 9.8. Fue bajo
el sacerdocio levtico que el pueblo recibi la ley, pero no por l vino la perfeccin; haba la
necesidad que se levantara otro sacerdote, 7.11.
El gran sumo sacerdote sobre la casa de Dios, 10.21
El nombramiento del gran sacerdote
Est ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, 9.11. Tampoco Cristo se
glorific a s mismo hacindose sumo sacerdote, 5.5.
Cristo Jess es el apstol y sumo sacerdote de nuestra profesin, y es fiel al que le constituy,
3.1,2. Declarado por Dios, es sacerdote para siempre segn el orden de Melquisedec, 5.6,10,
7.17,20. Se levant a semejanza de Melquisedec, 7.15, segn el poder de una vida
indestructible, 7.17. Por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable, 7.24.
La palabra del juramento, posterior a la ley, constituye sacerdote al Hijo, hecho perfecto para
siempre, 8.28. Le fue dicho: T eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy, 5.5.
Cambiado el sacerdocio, necesario es que haya tambin cambio de ley; y aquel de quien se dice
esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvi al altar, 7.12,13. Nuestro Seor vino de la tribu de
Jud, de la cual nada habl Moiss tocante al sacerdocio, 7.14.
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