La Mirilla Del Jaguar
La Mirilla Del Jaguar
La Mirilla Del Jaguar
Los peridicos nada dicen de las masacres, tampoco la radio y televisin. Todo el mundo
calla, pero lo que se est dando es espantoso. (p. 68) Ese dilogo pareciera haberse
dicho ayer, pero, dentro de esta biografa novelada, fue dicho en la dcada de los 80. Y es
que hoy da sigue sin saberse la verdad; todo el mundo sigue callando y no se dice nada.
Es por ello que rescatar este libro es recordar la necesidad que tenemos de hablar. Mir
vos, este asunto es mucho ms serio; la gente necesita hablar, aqu si no hacemos una
catarsis, a saber en qu va a parar todo, la gente o se vuelve loca o el trauma va a
provocar ms violencia. (p. 139) Ese dilogo fue dicho por el Gerardi ficcionalizado, en el
momento en que propona el proyecto de Guatemala: nunca ms. El problema es que
las vctimas an no han terminado de hablar y de realizar esa catarsis, ymientras
consideremos que slo con dinero se logra el resarcimiento, no podremos alcanzar una
paz verdadera. Y es que en nuestra sociedad, an no tenemos el don de escuchar, tal
como se revela en la siguiente cita: Uno de los aprendizajes ms valiosos en la
elaboracin del REMHI fue saber escuchar. Algo que Gerardi les haba enseado con el
ejemplo. (p. 141) La vida de Gerardi, sobre todo el final, estuvo dedicado a denunciar la
verdad. Pero, cul verdad? Ser que no conocemos la verdad? Nuestra aparente
desmoralizacin se basa en que no tenemos races. No sabemos que ha ocurrido con
nuestros pueblo, y los que saben, no hablan. Se siguen cometiendo injusticias en contra
de nosotros, pero estamos obligados a callar, no por conviccin sino por miedo.
Si no escribimos nuestros testimonios, no vamos a tener historia, no vamos a tener
races; entonces vamos a volver a lo mismo, nos va a pasar lo mismo otra vez (p. 141),
es la advertencia apocalpitica dicha en boca de Gerardi en este libro. Recomendable
leerlo o releerlo, ya que an no hemos sanado nuestras heridas de guerra.
CONCLUSIONES
La autora nos muestra cmo los ladinos (mestizos) como jefes del ejrcito guatemalteco
fueron ms represivos e inhumanos que Pedro de Alvarado y los conquistadores espaoles.
Estos militares odiaban la parte indgena de su ser. En ese contexto de represin y de
muerte, Juan Gerardi, ejerci su ministerio episcopal. Animado por su profunda fe, se
consagr al servicio de los ms pobres de Guatemala.
La lectura de este libro nos muestra cmo Juan Gerardi y muchos religiosos y sacerdotes se
comprometieron con los pobres bajo el impulso renovador del Concilio Vaticano II,
Medelln, Puebla y Santo Domingo. La Iglesia Cat- lica en Amrica Latina hizo suya la
opcin preferencial por los pobres. Los mejores hijos de la Iglesia hicieron suya esta
opcin por fidelidad a Jesucristo. Muchos de ellos pagaron con su vida el haber compartido
sus vidas con los ms pobres de Guatemala: los indgenas.
Margarita Carrera nos muestra con objetividad la gnesis de la teologa de la liberacin y su
impacto en la misin y en la pastoral de los obispos guatemaltecos, sacerdotes, religiosos,
religiosas y catequistas.
La autora nos muestra a una Iglesia guatemalteca dividida: unos est con los pobres y
contra su pobreza; otros, est con la oligarqua y con el ejrcito. El arzobispo de Guatemala,
Mario Casariego encarnaba lo peor de la Iglesia en Guatemala y en Centroamrica.
La lectura de este libro hace justicia a las vctimas de la represin de una guerra que no
logr traer un orden nuevo en Guatemala. Sin embargo, el martirio de Juan Gerardi y de
tantos cristianos no ha sido estril. La recuperacin de la memoria fortalece la identidad de
un pueblo y de una Iglesia que ha estado a la altura de las exigencias de la fe. En la
Guatemala de los aos ochenta del siglo XX, la Biblia se volvi un libro prohibido. Los
militares y la oligarqua guatemalteca al prohibir la lectura de la Biblia, reconocan
implcitamente que sta era un libro peligroso, ya que proporcionaba una nueva conciencia
a sus lectores.
Juan Gerardi defendi los derechos humanos de su pueblo. Su ltimo servicio fue que esta
historia de represin y de muerte no cayera en el olvido. Los XVI captulos de este hermoso
e impactante libro nos refrescan la memoria para no sepultar en el pas del olvido a tantos
testigos del Evangelio, que como el obispo Juan Gerardi entregaron su vida por ser fieles al
seguimiento de Jess. Les invito a leer este libro. Su lectura no los defraudar.
BIBLIOGRAFA
Margarita Carrera. En la mirilla del jaguar. Ciudad de Guatemala, D.R. 2002.