Ca PedagogiaEducacionValores PDF
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INDICE
INTRODUCCION.
I
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II EDUCACION EN VALORES.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
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IV ANEXOS.
Carta del Fair-Play.........................................................................
Carta de Derechos del nio en el Deporte.....................................
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BIBLIOGRAFIA.
INTRODUCCION
No hay necesidad de reinventar lo inventado, ni de tratar de decir con otras palabras lo que
otros/as tan bien ya han dicho y cuyas ideas compartes. En el libro dirigido por Domingo
Blzquez Snchez La iniciacin deportiva y el deporte escolar, recopilatorio de autores
como: Javier Garcia Aranda, Nuria Puig Barata, Francisco Seirul.lo Vargas, Fernando
Sanchez Bauelos y Jos Devs Devs, entre otros, podis encontrar la mayora de las ideas
que en este trabajo aparecen. Por lo tanto, dar las gracias a estos autores y otros de
reconocido prestigio como son: Luis V. Solar Cubillas, Gerard Lasierra Aguil, en cuyos
escritos me he basado para elaborar este documento.
Nuestro objetivo es ayudar a resolver algunos interrogantes que plantea el entrenamiento
deportivo adaptado a escolares. Intentaremos hacer un anlisis crtico de las falsas creencias
que rodean la enseanza del deporte, sacando a la luz aquellas cuestiones que sean tica o
pedaggicamente incorrectas. Todo ello, con la intencin de contribuir a una mayor claridad
en el proceso de iniciacin deportiva, que tanta importancia va adquiriendo en la vida de
muchos nios y nias.
que es difcil determinar cual de los tres factores comentados, (tcnico, prctico,
metodolgico), es, si tiene que haber uno, el ms importante.
que el dominio de uno de los tres factores, hace que un tcnico, sea competente, pero
que puede asegurarse, que el mejor educador-entrenador ser aquel, que domine con
maestra los conceptos te6ricos, prcticos y metodolgicos del deporte.
opiniones, promover ideas, plantear problemas, buscar soluciones conjuntas y fijar normas.
3. EL NIO/A Y SU ACCION MOTRIZ
Antes de enfrentarnos al complejo mundo de la iniciacin deportiva deberamos hacernos
varias consideraciones. Es necesario tener asumidas, cuestiones como, cuales son los
objetivos a conseguir, cmo establecer una progresin metodolgica de los mismos, y en qu
momento de la evolucin deportiva del nio/a o joven debe ser planteado el programa de
actuacin.
Rechazando la ptica tradicional-conservadora, que propone una iniciacin a partir del
momento en que el nio es capaz de aprender los diferentes elementos especficos que
componen cada deporte, (10-11 aos), proponemos un planteamiento de toma de contacto
previa a las situaciones globales propias de los deportes, una fase de relacin que posibilite
una posterior trasferencia positiva, primero entre las diferentes prcticas deportivas, y
segundo en la adquisicin de los gestos caractersticos de cada deporte. De esta forma nos
aseguramos que el nio/a ha tenido una etapa de desarrollo de sus potencialidades personales,
de dotacin de trabajo y disponibilidad motriz, antes de un trabajo especfico, que por
definicin, se limita y restringe a una serie de aspectos, estipulados reglamentariamente.
En lo que respecta al nio/a y su accin motriz haremos tres consideraciones, que deben
darnos las pautas antes de planificar cualquier programacin.
El nio/a no es un pequeo adulto:
Las caractersticas del nio hacen que necesite de una forma de trabajo especial, adaptado
a sus estructuras y posibilidades.
Las sesiones de entrenamiento no tienen porque basarse en los modelos del adulto, en
cuanto a la estructuracin de la forma de trabajo.
No se trata pues nicamente de reducir los parmetros del juego adulto, ni a nivel de
aspectos estructurales ni en volumen e intensidad.
El nio es un ser individual e irrepetible:
Debemos respetar el principio de individualizacin para permitirle el desarrollo natural del
nio. No tenemos la potestad para delimitar con exactitud el momento preciso de
consecucin de los objetivos previstos, y mucho menos para tener la intencin de que todos
nuestros pequeos jugadores los asuman simultneamente.
La estructura de las sesiones ha de favorecer la adquisicin progresiva del nio/a,
partiendo de situaciones con objetivos ms globales que respeten los diferentes niveles de
asimilacin con los que nos encontramos.
El nio/a tiene un proceso propio y definido de desarrollo:
La maduracin se define como un proceso fisiolgico genticamente determinado por el
cual un rgano o conjunto de rganos llega a su plenitud, y permite a la funcin por la cual es
conocido, que se ejerza libremente y con el mximo de eficacia. La maduracin resulta de
factores internos sobre los que el entrenamiento no provoca efectos, hasta el momento en que
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la funcin es posible.
Debemos ajustarnos en la presentacin de la tarea, al momento madurativo adecuado, pues
antes no tiene efecto, y con posterioridad la funcin no se desarrolla plenamente. Nos
estamos refiriendo a la existencia de "perodos crticos" para la adquisicin de los
aprendizajes.
EI perodo crtico se define como el intervalo de tiempo durante el cual un
comportamiento se adquiere con un mnimo de esfuerzo y con un mximo de eficacia.
El desarrollo motor aparece como una influencia de la herencia gentica (maduracin) y
del medio ambiente (aprendizaje). Si no existe simultaneidad entre ambos conceptos, el
rendimiento nunca ser mximo.
4. EL PROCESO DE INICIACIN
El proceso de iniciacin debe hacerse de forma paulatina y acorde con las posibilidades y
necesidades de los individuos. Generalmente, se comienza por prcticas simplificadas y
polivalentes. Es decir, formas reducidas, tales como juegos o situaciones simplificadas, para
ir, de forma progresiva aumentando la complejidad y llegar a la prctica deportiva en su
concepcin definitiva. Asimismo, se procura, en el caso de nios/as, que no se especialicen
con demasiada premura. En un principio es conveniente tomar contacto con diferentes
actividades fsicas y deportes, y de diferente tipo, por ejemplo, deportes individuales
(atletismo, natacin, gimnasia, etc.), deportes de adversario (judo, badminton, tenis, etc.),
deportes de equipo (baloncesto, voleibol, etc.); y posteriormente irse definiendo por aquellas
prcticas ms en sintona con las posibilidades fsicas y gustos del futuro deportista.
Una buena iniciacin se caracteriza por permitir la mxima inclusin y participacin.
Admite que los que tienen talento deportivo puedan progresar en una especialidad, pero que
en cualquier caso todos adquieran hbitos y aficin al deporte y estn ilusionados por su
prctica.
Uno de los peligros ms comunes por parte de entrenadores y tcnicos es pensar que todos
sus pupilos pueden llegar a ser campeones. Esta idea, lleva en ocasiones a exigir del nio/a
mucho ms de lo que realmente puede dar de s, llegando en ocasiones a despertar rechazos a
la prctica deportiva en cuestin. As mismo, incita a descartar a aquellos nios/as que por
sus condiciones se percibe claramente que no llegarn al xito en esa disciplina. Esta falsa
ilusin suele ser utilizada por escuelas deportivas que lideradas por un deportista o
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5. EL DEPORTE ESCOLAR
Consideramos que deporte escolar es toda actividad fsico-deportiva realizada por
nios/as y jvenes en edad escolar, dentro y fuera del centro. Por lo tanto es sinnimo de
deporte en edad escolar.
Generalmente la prctica ms habitual es de tipo competitivo (baloncesto, futbito...), pero
cada vez ms se van incluyendo otras modalidades de prctica que responden a la demanda
de los alumnos/as (aerbic, juegos...) y que reducen la importancia del xito frente a los
valores ldicos y recreativos.
Una de las mayores preocupaciones por parte de las instituciones es la de acotar o
estructurar el deporte escolar en diferentes edades definiendo categoras en las que se asume
esta actividad (benjamn, infantil, cadete, etc.). A nuestro entender esto tiene una importancia
relativa, puesto que desde un punto de vista biolgico y pedaggico es difcil situar fronteras.
Si en cambio, cobra gran importancia el que para propiciar las mximas posibilidades de
acceso o participacin se tenga en cuenta la equidad en la competicin. Este objetivo,
propuesto por Snchez Bauelos (1986), plantea la necesidad de una competicin en la que
todo participante tenga una razonable oportunidad de triunfo. Cuando la diferencia de nivel
entre los participantes en un determinado contexto competitivo es excesiva, este principio
(equidad en la competicin) se rompe, pudiendo generar en los desfavorecidos una sensacin
de estar fuera de lugar por esta situacin u ocasionar, en algunos individuos, un cierto
trauma. Esto no favorece una mayor participacin, sino que quiz produzca un retraimiento
de la misma. Para evitar este problema sern necesarios diferentes grupos o categoras que
ofrezcan la homogeneidad de nivel adecuada para que todos se sientan a gusto y con el
convencimiento de tener posibilidades de xito. Esto puede suponer, sin duda, una mayor
complejidad y un mayor esfuerzo, pero estarn ampliamente justificados si se consigue una
mayor y equilibrada participacin (Snchez Bauelos, F. 1986)
Los centros escolares juegan un papel relevante en la dinmica de asegurar la
participacin de todos los escolares en las actividades deportivas, en definitiva han venido a
dar nombre a esta categora deportiva: deporte escolar. Reproducimos aqu lo que los autores
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ojos a las novedades, sino analizarlas y dar a cada una el tratamiento necesario.
La iniciacin deportiva puede tener diferentes orientaciones en funcin de cmo la plantee
el propio profesional. Algunas de estas posturas respecto al deporte son:
a) El deporte recreativo. Es decir, aquel que es practicado por placer y diversin, sin
ninguna intencin de competir o superar a un adversario, nicamente por disfrute o goce.
b) El deporte competitivo. Es decir, aquel que es practicado con la intencin de vencer a
un adversario o de superarse uno mismo.
c) El deporte educativo. Es decir, aquel cuya pretensin fundamental es colaborar al
desarrollo armnico y potenciar los valores del individuo.
POSTURA DEL PROFESIONAL CON RESPECTO AL DEPORTE
DEL DEPORTE...
...A LA RECREACIN
DEL DEPORTE...
...A LA COMPETICIN
DEL DEPORTE...
...A LA FORMACIN
Cuadro 3. Funciones diversas hacia las que se puede orientar la iniciacin deportiva.
7. EL DEPORTE RECREATIVO
El desfase cada vez mayor entre las exigencias del deporte competitivo y las posibilidades
reales del practicante medio con escasa formacin en el plano corporal ha desplazado el
inters de algunas personas hacia otro tipo de actividades de ocio y entretenimiento. Para
abrir el mundo del deporte a estos grupos, una serie de tentativas han aparecido a lo largo del
ltimo decenio, con el objetivo de desarrollar una nueva cultura deportiva. Se trata del
deporte recreativo.
El deporte no es para m... Esta expresin podra ponerse en boca de muchos jvenes o
de adultos que han tenido una experiencia en cierto modo negativa de lo que es el mundo del
deporte. Algunos de los que se expresaran de esa forma seguramente siguen desarrollando
actividades fsicas variadas, quizs de forma no regular y sin unos objetivos muy claros y
conscientemente marcados como no sean el divertirse con los amigos, pasarlo bien y, puestos
ya a hacer ejercicio, intentar quemar esas grasas superfluas que estn empezando a hacer su
aparicin.
Pero la costumbre nos hace llegar a pensar que slo ste es el verdadero deporte: la
prctica de aquellas especialidades tradicionales realizada de una forma metdica, ordenada y
rigurosa para lograr el mximo rendimiento.
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Sin embargo, este mismo concepto puede aplicarse al deporte-recreativo o al deportesalud. El hacer footing cada maana o ir a la piscina con regularidad, o al gimnasio para
hacer musculacin, gimnasia de mantenimiento, aerbic... Son, por citar algunas, actividades
deportivas que los sujetos realizan para poder estar ms satisfechos con propio cuerpo, como
un modo de mantenimiento de la forma fsica que exige tambin, quizs en no tan alto grado
como en el caso del deporte de competicin, una evidente voluntad y disponibilidad.
El inters de este tipo de deporte no es someter al practicante a un sistema rgido, sino
permitir al individuo entretenerse corporalmente, dentro de condiciones favorables para el
mantenimiento de su equilibrio personal. Lo importante no es el resultado sino las
posibilidades individuales de cada participante: una cierta autodeterminacin. El deporte
recreativo es un modelo abierto, es decir, donde nada est prefijado. Las decisiones se toman
durante el desarrollo de la actividad. Las reglas y los acuerdos se adaptan constantemente. En
oposicin a la estandarizacin y normalizacin, encontramos la variedad y diversidad como
caractersticas centrales. En lugar de la competicin unidimensional, ligada al centmetro,
segundo, etc. se utiliza una concepcin pluridimensional (subjetiva) de los resultados. El
partido, el encuentro o la situacin de practicar, no es ms que una buena ocasin para que
vencedor y vencido puedan disfrutar de un momento agradable. El animador no es un
controlador exigente sino un estimulador de situaciones. Las reglas, el material, el grupo,
pueden cambiar constantemente. Se puede jugar en la playa, en un parque. con grupos
heterogneos en cuanto sexo, edad, nivel etc.
En fin, podramos decir que los que exclaman que no sirven para el deporte pueden
fcilmente orientarse haca otras formas de realizacin de actividades fsicas que pueden ser,
incluso, ms gratificantes.
8. EL DEPORTE EDUCATIVO
Entre los dos extremos representados por la competicin de alto nivel y el deporte
recreativo de esparcimiento se encuentra el deporte educativo, que constituye una verdadera
actividad cultural que permite una formacin bsica y luego, una formacin continua a travs
del movimiento.
Este modo de deporte postula la bsqueda de unas metas ms educativas y pedaggicas
aplicadas al deporte iniciacin, olvidndose de la concepcin competitiva del deporte para
dirigirse hacia una visin global del proceso de enseanza e iniciacin, donde la motricidad
sea el comn denominador y el nio protagonista del proceso educativo. La preocupacin del
tcnico o educador no debe ser modelar al nio, sino dotarle de una gran autonoma motriz
que le permita adaptarse a variadas situaciones. No es el movimiento (generalmente en forma
de tcnica deportiva) el que ocupa el lugar central, sino la persona que se mueve, que acta,
que realiza una actividad fsica. Interesa menos el deporte y ms el deportista. As entendido,
el deporte educativo debe permitir el desarrollo de las aptitudes motrices y psicomotrices en
relacin con los aspectos afectivos, cognitivos y sociales de su personalidad, respetando los
estadios del desarrollo humano.
Desde el punto de vista del rendimiento no constituye un fin en s mismo, sino la
posibilidad de ejercitar, mediante un mayor autoconocimiento, la propia eficacia en el
entorno a travs del dominio de la propia motricidad (Le Bou lch, 1991).
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9. LA COMPETICIN
La naturaleza y significado de la competicin es una cuestin controvertida. Eso significa
que lo que se entiende por el trmino competicin proviene de sistemas de valores
incompatibles. Cada uno realiza su interpretacin de acuerdo con sus argumentos, pruebas u
otras formas de justificacin. As, instituciones de gran responsabilidad en el deporte
competicin llegan a ensalzar los valores de la competicin deportiva hasta convertirlos en un
modelo donde compararse. Otros colectivos, en cambio, son ms crticos y toman partido en
sentido contrario rechazando la competicin deportiva y excluyndola de cualquier programa.
Sera pedaggicamente muy til saber si las virtudes y los vicios de la competicin estn
en el germen original de la prctica deportiva, o si no aparecen, unos y otros, ms que a partir
de un determinado nfasis puesto generalmente por el entorno que rodea a dicha prctica.
En este sentido, Parlebas se expresa en los siguientes trminos: El deporte no posee
ninguna virtud mgica, puede despertar el sentido de solidaridad y cooperacin como
engendrar un espritu individualista,... puede educar el respeto a la norma como fomentar el
sentido de la trampa. Depende del educador y de la forma de ensear, que se fomenten o no
los valores educativos que indiscutiblemente posee el deporte (Parlebas, 1969). As pues,
segn este autor, el espritu de equipo, el fair play, la deportividad son virtudes que no se
adquieren automticamente, es necesario que el educador las incorpore en sus objetivos de
enseanza.
Hay dos maneras de juzgar la prctica deportiva. Ambas consideran que hay un cierto
paralelismo entre las estructuras del sistema deportivo y el sistema de valores de nuestra
sociedad. La primera hace apologa del deporte: dice que partimos de una realidad social
existente, de la que no podemos permanecer aislados y pretende sacarle fruto a los valores
positivos de la competicin inherente al deporte.
La segunda realiza una crtica radical: consiste en no ver ms que los defectos de la
competicin, sin tener en cuenta lo que aporta al deportista. Afirma que la competicin
conduce a formas egostas de conducta, reforzando valores sociales indeseables y que
sutilmente aliena a la juventud. Aaden que la victoria y el demostrar superioridad es la clave
de la competicin.
Mantener esta postura significa no entender la participacin de los individuos. Tratar de
ganar puede considerarse como un rasgo necesario para competir, pero esto no puede
confundirse con la razn o el motivo que tenga una persona para jugar. Para muchos ganar es
una perspectiva rara vez lograda, pero eso no les impide desear jugar y seguir compitiendo y
tratar de ganar. Su razn de jugar puede que est vinculada con la diversin, el mantenerse en
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forma, etc.
Es evidente que si la nica clave del deporte fuese ganar, entonces el nico criterio para
decidir participar sera buscar adversarios dbiles con objeto de asegurarse la victoria. Est
claro que si esto fuera as, la prctica del deporte sera absurda. Aunque los juegos deportivos
suponen la perspectiva de producir ganadores y perdedores, eso no significa que ganar sea lo
nico que interesa al participar. Advirtase que, desde el punto de vista del desarrollo
personal, a veces se aprende ms perdiendo que ganando.
En efecto, aprender a perder constituye uno de los aspectos olvidados en la enseanza
deportiva. Ciertamente, nos han educado para ganar. Tenemos que ganarnos la vida!
Debemos apoyar a nuestro equipo para que gane! Hemos acabado relacionando la felicidad
con la victoria. La derrota la vivimos mal. Pero conviene sumergirse en la derrota y sacarle el
mximo jugo en la certeza de que slo se avanza cuando se pierde algo. Profundizando en el
perder podemos llegar a entender las razones del contrario. Slo a partir de la derrota surge el
placer de reconstruir, el goce de pensar en la posible victoria y la tolerancia de tener que compartir.
El deporte en algunas ocasiones, es utilizado como elemento opresivo en el mbito
individual, como por ejemplo ciertos tipos de entrenamientos intensivos y precoces que
acaban en estrs, ayudas antinaturales o modos de vida al que son sometidos algunos
chicos/as incluso a edades muy tempranas, potenciando slo la parte agonstica del deporte
para alcanzar un alto nivel, al que llegan finalmente muy pocos, con la consiguiente
frustracin de los menos buenos o con alteraciones de la salud por parte de muchos. Estos
abusos chocan casi de plano con los valores ms positivos que el deporte puede transmitir:
generar hbitos saludables, fomentar valores y actitudes positivas de solidaridad y
cooperacin, etc.
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DEPORTE ESCOLAR
RENDIMIENTO O RECREACIN?
COMPETITIVO O NO COMPETITIVO?
DIVERSIDAD O ESPECIALIZACIN?
HAY QUE ENCONTRAR LA SALIDA AL CALLEJN
Cuadro 5. El deporte escolar debe clarificar su postura frente a las diversas alternativas.
exclusivamente de rendimiento.
12. LOS/AS QUE ABANDONAN
El abandono de la prctica deportiva es un fenmeno que preocupa a distintos estamentos
(polticos, deportivos...) de nuestra sociedad. Diversos estudios realizados vienen a decirnos
que se observa un descenso importante de participacin deportiva en el perodo de edad que
corresponde a la poca en que finaliza la escolaridad obligatoria. Se tiende a concluir que
coincide este abandono de la prctica deportiva con la ruptura del vnculo con la institucin
escolar, aunque no pueda decirse que sea la nica causa pues coincide esta poca con una
fase de transicin muy clara en los y las jvenes, a todos los niveles.
La gran cantidad de tiempo que preveen que podra ocuparles la prctica del deporte
entendida de forma oficial, la reparten ahora en ocupaciones diversas que han considerado
como prioritarias: la msica, el estar con los amigos, con la familia... (Puig, N. 1987 y Garca
Ferrando, M.1986).
Una de las respuestas ms comunes frente a la pregunta de porqu no se practica deporte
suele ser la de falta de tiempo. En realidad no es que falte el tiempo pues los jvenes
suelen disponer con creces de esta dimensin, sino que ocupan este tiempo en actividades que
han pasado a motivarlos ms que la prctica de cualquier actividad deportiva. Tambin el
nivel socio-econmico tendr influencia en el captulo de los abandonos. Es ms fcil que un
deportista se plantee el dejar de practicar si pertenece a una clase social baja.
De todos modos, la idea generalizada mediante la cual se asocia la palabra deporte a
deporte-competicin casi exclusivamente, provoca que aunque algunos jvenes realicen
actividades de mbito deportivo bien diversas no las engloben bajo este concepto, no las
consideren deporte. Es cuando se profundiza en el tema, cuando se interroga al sujeto de
forma ms sutil que aparecen multitud de actitudes y de prcticas -realmente acordes con la
consigna del deporte-salud (fsica o mental)- que se realizan de forma casi inconsciente,
como entretenimiento.
En todo ese proceso destaca, sin embargo, un hecho que no siempre se tiene en cuenta:
Si el individuo ha tenido una buena formacin deportiva desde la infancia y ha
desarrollado, por poco tiempo que sea, una actividad deportiva regular, ha adquirido
seguramente un hbito deportivo que lo llevar a seguir practicando, aunque sea de forma
espordica y discontinua, a lo largo de toda su vida.
Este debera ser el objetivo real de las campaas institucionales, conseguir introducir el
hbito deportivo en todas las capas sociales y facilitar la continuidad de todo tipo de prcticas
al total de la poblacin, especialmente en el caso de aquellos que dispongan de menos
recursos.
Ahora bien, a la hora de iniciar a los nios y las nias en alguna actividad deportiva debe
cuidarse, a nuestro entender, la forma y la situacin. Se ha comprobado en mltiples
ocasiones que una especializacin prematura y una presencia constante en el complejo
mundo del deporte de lite a edades tempranas, con lo que esto conlleva de exigencia, puede
llegar a provocar abandonos igualmente prematuros e incluso -en casos extremos- un rechazo
hacia cualquier tipo de prctica deportiva por parte de los sujetos, esto si no ha habido
problemas en el mbito de las lesiones por sobrecarga de trabajo que puedan imposibilitar
fsicamente el poder realizar otras practicas posteriores, una vez finalizada -de una u otra
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1977).
Existe un proceso de aprendizaje social a travs del deporte, puesto que los nios se
apropian de las conductas de sus mayores o de los distintos modelos que tienen a la vista,
pero esa socializacin concierne tambin a las conductas de agresin y transgresin de las
reglas.
Por consiguiente, brindemos una especial atencin a esta faceta que tan olvidada ha estado
en los medios deportivos. Si queremos que el deporte constituya una verdadera plataforma de
formacin de la juventud es imprescindible una intervencin psicopedaggica sobre las
actitudes y valores en el deporte integrada en cualquier programa de iniciacin.
14. LAS ASIGNATURAS PENDIENTES DEL DEPORTE ESCOLAR
Existen algunas deficiencias que afectan a la prctica del deporte escolar y que deben ser
progresivamente corregidas. En la bsqueda de un deporte escolar democrtico, que d
respuesta a todos los nios independientemente de su sexo, condiciones fsicas, lugar de
residencia, etc., es necesario ajustar la oferta a las condiciones reales de los nios/as y
jvenes. Son autnticas asignaturas pendientes. Citaremos las que a nuestro entender nos
parecen ms importantes.
Empecemos, en primer lugar por la discriminaci6n sexual en la prctica deportiva. Los
nios y nias en esta edad pueden fcilmente jugar juntos, pero los equipos mixtos son una
minora. Cualquier especialista en desarrollo evolutivo certificara que no existe ningn
problema para que existan equipos mixtos en estas edades, ni desde el punto de vista
biolgico ni psicolgico. Para una nia jugar al ftbol puede ser algo normal, jugando no
tiene porqu ser ni mejor ni peor que los otros nios, y sus compaeros no deben notar
ninguna diferencia.
La tradicional fijacin de roles no ha sido superada en el deporte escolar. No slo son las
organizaciones deportivas las que imprimen este carcter. Algunos padres aceptan que los
nios y adolescentes se interesen por el deporte y practiquen alguno, pero se muestran
reticentes a que las nias lo hagan de igual manera que los nios. Hay una diferencia de
actitud ante ciertas actividades deportivas entre el hombre y la mujer, ms por cuestiones
culturales e histricas que biolgicas. De los estudios realizados acerca del desarrollo motor
de los nios/as se admite que antes de la pubertad, chicos y chicas pueden tener un
rendimiento similar en el aprendizaje y ejecucin de habilidades deportivas. En muchos
centros escolares y con criterios sexistas se diferencia el deporte que practican las chicas y el
que practican los chicos. La divisin en deportes masculinos (ftbol, rugby, etc.) y deportes
femeninos (gimnasia rtmica, danza, aerbic, etc.) heredada de un pasado discriminatorio,
arrastra prejuicios de orientacin deportiva. Tampoco es conveniente caer en dogmatismos de
signo opuesto forzando una competicin mixta a ultranza. La competicin coeducativa debe
ser promovida pero no impuesta y tampoco debe ser excluyente de la competicin con
separacin de sexos (S. Bauelos, 1986).
Se ha de hacer un esfuerzo educacional para nivelar al mximo la participacin
compartida de chicos y chicas. Ms que el tipo de prctica debe primar la edad y el proceso
evolutivo. Hay ah un importante trabajo a realizar. En este terreno representan una
aportacin positiva los equipos, las competiciones y los cursos mixtos de iniciacin
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II EDUCACION EN VALORES
1. TPICOS SOBRE LA PRCTICA DEPORTIVA INFANTIL
Alrededor de lo que podramos denominar cultura del deporte escolar estn expandidos
numerosos tpicos que inciden de forma directa en la enseanza del deporte y por extensin
en el nio/a que se inicia. Inspirado en Snchez Bauelos (1994), Domingo Blzquez recoge
algunos de estos tpicos.
ALGUNOS TPICOS SOBRE LA PRACTICA DEPORTIVA INFANTIL
CADA NINO ES UN CAMPEN EN POTENCIA
NECESIDAD DE UN DOMINIO PREVIO DE LA TCNICA DEPORTIVA
EL XITO DEPORTIVO COMO CONSECUENCIA DE LA PIRMIDE DE
PRACTICANTES
LA NECESIDAD DE INICIARSE EN EDADES TEMPRANAS
LOS APRENDIZAIES INICIALES DEPECTUOSOS CONDUCEN A VICIOS
INCORREGIBLES
LA PRCTICA DEPORTIVA ES EDUCATIVA Y SALUDABLE POR S MISMA
Cuadro 7. Inspirado en Snchez Bauelos (1994), documento indito.
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Aceptar esto es aceptar las desigualdades existentes entre los nios/as, es decir, aceptar lo
diferencial. No se trata de creer que todos los nios/as son igualmente aptos en ese momento,
o potencialmente para el futuro, sino considerar que en esta etapa una superioridad de
aptitudes no tiene ms valor que una diferencia de peso, de talla o de color de ojos. Existe
una correlacin tan alta entre talentos deportivos y condiciones sociales que el medio
sociocultural constituye un factor de xito ms decisivo que el patrimonio hereditario. La
desigualdad que produce el entorno familiar es superior a la que genera el azar de la lotera
cromosmica.
Es necesario el dominio previo de la tcnica deportiva?
La pedagoga deportiva se ha construido a partir de reproduccin de modelos tcnicos
basados en la prctica adulta de alto nivel. La tcnica ha venido marcada por el campen y/o
por el deporte lite. Tal pedagoga se ha basado en una concepcin instrumentalista del
movimiento: el nio al servicio del movimiento. Se ha enseado al nio o al adolescente "el
modelo de gesto eficaz" como algo impuesto, donde slo existe una respuesta vlida. La
demostracin y la repeticin han sido los procedimientos ms utilizados. En muchos casos,
las actividades propuestas han tenido poca relacin con las aspiraciones e intereses del nio
(esto es muy aburrido!, exclaman los alumnos). El excesivo inters por descomponer el
objeto de enseanza en vistas a una mxima eficacia provoca un desinters por parte del nio
que desea practicar el deporte en cuestin de forma ldica.
La magnificacin de la tcnica como pilar del proceso de enseanza ha llevado a cometer
un importante error, eliminar el placer que el juego genera (y consecuentemente la actitud
esencial de diversin) y sustituirlo por la instruccin. Esto transforma la actividad de juego en
trabajo y la atmsfera que se crea se aleja de los intereses del nio/a.
El xito deportivo es consecuencia de la pirmide de practicantes?
Tanto desde el punto de vista del poltico deportivo, del aficionado, del periodista, como
del especialista, se suele presentar el producto de la lite deportiva como la consecuencia de
la prctica deportiva de un ingente nmero de individuos. Es decir, como la cspide de una
pirmide cuya base estara constituida por la masa de practicantes. Es imprescindible una
amplia base de practicantes para obtener una lite!, nos dicen. En consecuencia, para obtener
una lite de valor, convendra desarrollar y aumentar la base de la pirmide, trabajar sobre
una suma importante de sujetos.
El falso modelo de la pirmide ha servido de justificacin para fomentar la prctica
deportiva en la escuela. La bsqueda del campen ha sido, en muchas ocasiones, la defensa
de la presencia del deporte en la escuela.
Trabajos realizados al respecto, demuestran que es posible crear una lite sin obligacin de
que exista una base importante. En consecuencia, podramos decir que el deporte de masas y
el de lite no constituyen una pirmide donde exista una continuidad en la prctica, pero
presentan una relativa dependencia. En efecto, el campen puede atraer practicantes, pero la
masificacin de stos no conduce mecnicamente a una lite.
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modelo la forma adulta de una habilidad como norma para comparar los primeros intentos supone inevitablemente que haya muchas crticas negativas a los ensayos del nio. En lugar de
recompensarle por sus esfuerzos y buena voluntad, se le castiga por sus incorrecciones. La
consecuencia es que el nio muestra aversin hacia la actividad y hacia el adulto que le
corrige.
Es importante retener que el aprendizaje deportivo como el aprendizaje del lenguaje, exige
que el del nio recorra estadios de desarrollo que pueden aparecen como llenos de errores a
un observador ocasional. Estos errores desaparecern y la habilidad se perfeccionar si el
nio contina practicando y si cuenta con alguien que le ayude y estimule en vez de criticarle.
En consecuencia, el tcnico debe conocer bien, no slo el modelo tcnico perfecto, sino las
caractersticas de desarrollo y evolucin de los nios/as y adolescentes.
Las habilidades se desarrollan lentamente por etapas, pasando de una forma primitiva, a
una forma menos primitiva, a una forma medianamente hbil y, en fin -despus de mucha
prctica- a una forma muy hbil, de esta manera la observacin del adulto debe realizarse
sobre la adecuada evolucin de los patrones motores bsicos.
La prctica deportiva es educativa y saludable por s misma?
En general, se acuerda al deporte un valor educativo y saludable por s mismo. Los efectos
beneficiosos de la actividad deportiva, como antdoto del sedentarismo, del trabajo
montono, de la polucin, son aceptados y justificados como una forma de remedio a los
males engendrados por la civilizacin industrial y urbana. Estos trminos (deporte,
educacin, salud) aparecen en el lenguaje vulgar como indisociablemente unidos. Se cree que
el deporte es bueno para la salud y que ayuda a la educacin de los individuos sin ms que su
propia prctica.
Cuando profundizamos un poco ms, no encontramos ninguna prueba cientfica que
concluya que el deporte por s solo sea beneficioso, y una reflexin ms profunda nos lleva a
afirmar que el deporte puede ser en si tan indiferente a la salud como lo es a la moral. El
deporte slo es educativo cuando el profesor, el entrenador o el propio deportista lo utiliza
como objeto y medio de educacin, cuando lo integra con mtodo y orden en un programa
coherente, cuando la actividad prctica y la reflexin de lo que se est realizando lo
convierten en una accin optimizante.
La prctica deportiva no siempre es saludable, en algunos casos puede ser perjudicial.
Aspirantes a entrenadores, guiados por una bienintencionada voluntad de contribuir a la
expansin y difusin de alguna prctica deportiva, dirigen equipos de nios/as sometindoles,
generalmente por desconocimiento, a entrenamientos inadecuados o contraproducentes. A
esto habra que aadir los efectos provocados por los excesos y secuelas del deporte lite de
alta competicin, que tantos estragos ha generado en la salud de muchos deportistas de alto
nivel. Pocos expertos se atreveran a decir que este tipo de deporte es saludable o benfico.
Es absolutamente imprescindible para que la prctica de la actividad deportiva tenga un
efecto saludable, que sta sea ordenada y sistematizada con conocimiento a cargo de
especialistas, siguiendo criterios firmes y rigurosos frente a un sistema social que, a veces, se
deja llevar ms por las ilusiones y los espejismos que por la racionalidad.
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3. PEDAGOGIAS ACTIVAS
Las pedagogas activas conciben las prcticas como un sistema de relaciones y focalizan
la atencin en el progreso y el esfuerzo realizado. Es hacia esta intencin que se encamina la
accin docente ms que en fomentar habilidad delante de los dems o conseguir xitos o
resultados reconocidos por los otros.
En la actualidad, y cada vez con mayor energa, aparece esta nueva accin pedaggica que
llevada al terreno deportivo se encuentra en las antpodas de la concepcin mecanicista.
Parten de los intereses del nio reclamando su iniciativa, imaginacin y reflexin en la
adquisicin de unos conocimientos adaptados.
Se colocan los alumnos en dos crculos concntricos frente a frente. Ambos crculos se
mueven en sentido contrario. A la seal del entrenador se para la rueda. Los dos
alumnos que se encuentran frente a frente realizan el ejercicio que se indica. Es
adecuado para circuitos de acondicionamiento fsico. Se trabajan la igualdad y el
hecho de realizar un ejercicio correctamente con cualquier compaero.
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Cada alumno tiene un baln. A la seal se lanzan los balones hacia arriba. El objetivo
es que los balones estn el mayor tiempo posible en el aire sin que un alumno toque
dos veces seguidas el mismo baln. Se potencia el trabajo en equipo y la ayuda mutua.
Juego del pilla-pilla donde los perseguidos pueden ser salvados si se les lanza la
pelota. Quien est en posesin de la pelota no puede ser capturado. Se trabaja la ayuda
al que est en apuros.
Con cuatro aros colocados en forma de cuadrado se enfrentan dos atacantes contra un
defensor. Los atacantes intentan colocar una pelota en uno de los cuatro aros. El
defensor intenta coger la pelota o cubrir el aro. Los atacantes solo pueden correr sin
pelota. Despus de cada tanto hay que elegir otro aro como objetivo. Se trabaja la
colaboracin y el juego sin contacto corporal. Tambin se puede hacer con un cajn de
plinton donde hay que meter un baln.
Partidos de ftbol. Los jugadores forman parejas unidas por el tobillo con una cuerda.
Los porteros estn unidos por la espalda y atados por la cintura. Se trabaja la
adaptacin al compaero.
Concursos de condicin fsica donde se tiene que completar unas series concretas de
ejercicios en el menor tiempo posible. Es el propio alumno quien realiza el conteo.
Solo l sabr con seguridad si ha hecho todas las repeticiones y cunto mejor cada
vez. Se trabaja la honradez y la auto-evaluacin.
Juegos con puntuacin inversa y donde el jugador que marca se cambia de equipo.
Cuando se acabe el juego ser difcil saber quien es el ganador. Se trabaja la
relativizacin del resultado.
Juegos de correr con los ojos tapados con un compaero de gua, o juegos de baln
usando la mano no dominante. Se trabaja la conciencia positiva hacia las minusvalas
fsicas.
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Cuando un alumno dice que no quiere jugar se puede deber a tres causas:
Puede que tenga miedo a no ser elegido (divide la clase numerndola 1,2; 1,2,
o saca los nombres de un sombrero, o escgelos por el color de ojos o de la
camiseta).
Puede que tenga miedo a no ser suficientemente bueno (varia las habilidades
procurando que todos sean buenos en algo).
Puede estar confundido sobre las reglas (mantn reglas claras y simples, haz
una demostracin, haz hincapi en que no es ms que un juego).
Intentar ayudar al nio para que tenga los pensamientos adecuados mientras juega. As
la experiencia le gustar. Cuando establezcamos metas y objetivos, stos tendrn que
ser flexibles (adaptados a la situacin), desafiadores (que el nio tenga que esforzarse
para conseguirlos) y personalmente controlables.
Alterar el deporte de base para que las exigencias de la ejecucin se vean disminuidas
y as ms nios consigan el xito. Por ejemplo campos ms pequeos, aros ms bajos,
y un largo etctera. Tambin el hecho de no llevar la cuenta del resultado, no participar
en ligas o campeonatos, a veces ayuda al nio. Cuanto ms pequeo es ste ms
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importante resulta el modificar el deporte con el fin de que el nio est motivado.
6. CONSEJOS PARA FOMENTAR EL SEGUIMIENTO DE LAS NORMAS
Para fomentar el seguimiento de las normas por parte de nuestros deportistas
podramos destacar algunos aspectos importantes:
-
Debemos promover que el mal comportamiento personal sea indicado al rbitro por el
mismo infractor.
Los jugadores deben ser tambin rbitros y justificar las decisiones que tomen.
Mostrar ejemplos donde una victoria conseguida con trampas no sea algo de lo que
alegrarse (hacer un lanzamiento de peso con un peso que no cumple los requisitos y
pesa menos que los de mis contrincantes, ganar un partido sabiendo con seguridad que
el rbitro se ha equivocado a nuestro favor...).
Ensear que hay casos en los que no se puede demostrar quin tiene razn. Si es as, el
rbitro debe tomar una decisin y uno de los equipos debe ceder.
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El tcnico sabe que la motivacin es un factor clave del aprendizaje, por eso se suele
preguntar cmo, por qu medios suscitar el inters? , o en otras ocasiones cmo evitar que
abandonen la actividad?.
Segn Durand (1988), tres son los tipos de determinantes a los que obedece el nio que
practica deporte: la bsqueda de la realizacin o eficacia, la del entretenimiento y la de
relacionarse con los dems.
La motivacin por la realizacin o eficacia
La necesidad de realizacin o necesidad de xito es la que lleva a todo individuo a ser
eficaz, a sentirse competente. De esta manera, un individuo se siente ms interesado por una
actividad cuanto ms le ofrece la oportunidad de sentirse hbil y de experimentar un placer
asociado a esa eficacia. Segn Nichols (1983), tres podran ser las categoras de objetivos que
llevaran a este tipo de motivacin:
- Demostrar cierta habilidad en comparacin con los rendimientos del otro.
- Demostrar un buen dominio de la tarea misma; es decir, pensar sobre el rendimiento
propio.
- Buscar la aprobacin social; actitud en la que se pretende conquistar la aprobacin y la
estima de terceros significativos, es decir del grupo de personas que tienen un peso
preponderante en los afectos y las relaciones, las personas que para el nio cuentan
(padres, entrenadores, amigos, profesores, etc.).
En consecuencia, el tcnico responsable debe no olvidarse de estas motivaciones, pero no
incentivarlas en sus propuestas de actividades, sino que debe darle ms importancia al
proceso y al esfuerzo realizado. Esto no impide el garantizar que todos los nios/as, buenos
y no tan buenos, tengan la oportunidad de mostrar pblicamente sus habilidades,
contrastarlas con los dems, saber que se es observado y apreciado son modos de contribuir a
la permanencia de los principiantes.
La motivacin por el entretenimiento
SI QUEREMOS UN DEPORTISTA PARA EL FUTURO... NO DEBEMOS
ABURRIRLO ANTES DE TIEMPO
Una de las razones que mantiene el inters por la prctica deportiva en el nio/a es la de
divertirse, de pasrselo bien. Ciertas actividades que realiza el nio/a tienen su motivacin en
s mismas y su ejecucin constituye su propia recompensa. Qu objetivo persigue un nio
que se agota golpeando y persiguiendo un baln, dando vueltas con la bicicleta, o patinando
incansablemente en la acera? En la prctica deportiva infantil hay una bsqueda de
entretenimiento y diversin cuyos efectos no se deben olvidar.
Potenciar el carcter ldico del deporte supone a veces huir de planteamientos
excesivamente rgidos basados en procesos de instruccin uniformada que acaban llevando al
principiante al abandono. En cambio, es indispensable aproximar el deporte a una situacin
de juego en conexin con el mundo del nio/a, aunque esto suponga en ocasiones cambiar y
adecuar el deporte en cuanto a sus requerimientos de habilidad y condicin fsica,
modificando las reglas, las dimensiones, las normas, etc.
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2. EL ATRIBUTO DE LA VOLUNTARIEDAD
Como en muchas facetas de la vida, el buen sentido debiera prevalecer sobre cualquier
otra opcin cuando se regula el deporte escolar. Deben dejarse las cosas claras, y, en
ocasiones, de forma contundente, sobre todo cuando se trate de preservar aspectos tan
elementales como, por ejemplo, la salud de unos nios/as o jvenes, que pudieran ser
dirigidos o incluso incentivados hacia prcticas deportivas inequvocamente inadecuadas para
cualquier mente medianamente lcida.
Como ya hemos dicho, es muy preocupante el demasiado extendido culto a la dedicacin
prematura de un nio/a, a una prctica deportiva intensiva, con el dudoso objetivo de lograr
mejoras en el rendimiento deportivo, y que pueden ocasionar problemas fsicos ms graves
que lo que suelen pensar algunos entrenadores.
Merece tambin una especial mencin la iniciativa de unos y la permisividad de otros
para que determinados nios/as o jvenes, destacados deportistas de categoras sub-16, sub15, etc., sean convocados a entrenamientos y competiciones, no ya en poca vacacional, sino
a le largo del propio curso escolar y en pleno horario lectivo!.
No es preocupante solamente que se pierdan unas cuantas horas de clase, sino la escala de
valores que ello encierra, y la tesitura en que se coloca a familias responsables y a los propios
escolares implicados cuando se les obliga a decidir entre dejar de asistir a clase o dejar de
formar parte, por ejemplo, de eso que parece el paradigma del xito deportivo: la seleccin, el
Athletic,...
Sin ningn gnero de duda, la prctica deportiva que persiga objetivos de mejora en el
rendimiento deportivo debe encontrar su sitio en el deporte escolar; pero, tambin sin
ninguna duda, esas prcticas deportivas no se podrn organizar, en ninguna circunstancia,
poniendo en riesgo la formacin de orden acadmico del nio/a o joven.
Todo ello desde la creencia de que s alguno de los atributos que se asignan al trmino
deporte escolar es inequvoco es el de la voluntariedad. Esta premisa inicial de que la prctica
deportiva, en todas las edades, sea voluntaria tiene que suponer, de entrada, un profundo
respeto a las inclinaciones deportivas de los propios nios/as y jvenes escolares.
Muchos proclamamos la bondad de la prctica deportiva como un hbito de vida
saludable, que tiene un inmejorable punto de arranque en la iniciacin a la prctica deportiva
realizada, de forma correcta, en el periodo de escolarizacin
Son, no obstante, muchas y muy respetables las personas que no muestran una inclinacin
hacia el deporte (o, al menos, hacia un cierto tipo de prctica), incluso desde sus primeros
aos. Respetmosles. Ya sabemos que en ocasiones ello se debe a influencias externas, y que
en muchos casos (pensemos en "las" escolares) estn todava de por medio prejuicios
ancestrales. En otras ocasiones, habr algn problema singular, o incluso algo tan sencillo
como una reaccin de rechazo a la propia sobrevaloracin del deporte que se hace desde su
entorno familiar o desde el propio centro escolar.
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Ayudemos a estos escolares a superar los problemas que los separan del deporte -si es que
los tienen-, pero siempre desde el mximo respeto a esa voluntariedad que proclamamos para
el deporte. Un respeto que no sea el que se ofrece a quien consideramos un marginado, sino
ofrecido desde la ms profunda conviccin de que se puede ser una excelente persona sin
"hacer deporte", y adems morir longevo.
En este terreno de la voluntariedad del deporte escolar, y en estrecha conexin con las
bonanzas que se proclaman para el ejercicio fsico, tampoco podemos olvidar el tipo de oferta
que se hace a los escolares para practicar actividad fsica. A veces por las tradiciones, otras
veces por las modas, y en otras ocasiones porque son ms sencillos de organizar, se invita a
los escolares a practicar un nmero reducido de deportes y, adems, muchas veces se acepta
como bueno, cuando no se fomenta (a veces involuntariamente) la exclusiva prctica de una
modalidad deportiva.
No parece muy necesaria la formulacin de complejas argumentaciones, cuando menos en
el terreno terico, para proclamar las bondades de la prctica polideportiva. Probablemente,
slo la ignorancia podr llevar a alguien a defender lo contrario cuando, hasta desde la gran
especializacin que se le presupone al deporte de alto nivel, se han odo numerosas veces tan
contrarias a una especializacin deportiva precoz, como favorables a una prctica
polideportiva durante los periodos de iniciacin deportiva, e, incluso, como prctica
deportiva compensatoria de aquellos jvenes que se especialicen, en su momento, en una
modalidad deportiva.
Como ocurre con otras muchas cosas la dificultad surge cuando la teora se quiere
trasladar a la realidad. Partamos de la idea de que este tema de la polideportividad no es
sencillo y de que difcilmente vamos a conseguir logros importantes en esta materia sin una
estrategia a medio y largo plazo.
3. HACIA UNA EDUCACIN INTEGRAL
Hasta el momento ha sido poco corriente que en las regulaciones del deporte escolar se
recoja, con una lgica y coherencia mnimas, el papel educativo a desempear por los centros
escolares en la materia.
No podemos considerar al nio/a o joven como escolar a la hora de las actividades
acadmicas, como deportista en el momento de hacer deporte, como msico cuando va a
clase de solfeo... y as sucesivamente, olvidndonos de un concepto bsico cual es el de la
educacin integral.
Si no queremos introducir en el proceso educativo de nuestros nios/as y jvenes un
componente esquizofrnico, estamos obligados garantizar un proceso educativo globalizado e
integrador, que abarque tanto las actividades educativas de carcter obligatorio como aquellas
que no lo son.
En lo que respecta al deporte en edad escolar, las excelencias proclamadas (sobre todo
desde mbitos de la educacin fsica y el deporte) acerca de la idoneidad de las actividades
deportivas como vehculo de formacin en valores fsicos, squicos, espirituales y sociales,
obligan, en mayor medida, a ubicar las actividades deportivas de los escolares dentro de una
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estrategia educativa integral. Y esta insercin del deporte escolar en el modelo educativo
debe contemplarse en la regulacin normativa del deporte escolar. Y deben establecerse las
garantas suficientes para que, desde cada comunidad educativa, se puedan precisar los
objetivos educativos que se quieren conseguir a travs del deporte. Y se deben poner, por
parte de todos, los medios para que esto sea posible.
Desde luego, quien hasta la fecha pretendiera establecer la supremaca de los objetivos de
orden educativo en el deporte escolar marchaba, por lo general, contra corriente. Al menos si
entendemos que los objetivos de carcter educativo corresponde establecerlos a los centros
escolares o, si se prefiere la puntualizacin, a la comunidad educativa, integrada por los
diferentes estamentos que intervienen en el consejo escolar.
4. CALIDAD Y PROFESIONALIZACIN
Cmo debe asumir un centro escolar las competencias que le corresponden en materia de
deporte escolar? quin es dentro del centro escolar el encargado de llevarlo a efecto? cules
son las alternativas organizativas que un centro escolar tiene para ocuparse del deporte
escolar?... a estas y a muchas ms preguntas que podran ponerse encima de la mesa debemos
encontrar respuesta si se quiere afrontar el reto de organizar adecuadamente el deporte
escolar.
Un deporte escolar de calidad exige hacer, desde los centros escolares, mucho ms que lo
que, por lo general, se viene haciendo; y, s hace falta, debe empezarse por reclamar los
medios para poder hacerIo, o, cuando menos, que se den las condiciones bsicas para poder
conseguir esos medios. Y hablar de medios en estos tiempos es hablar, inexorablemente, de
pesetas.
Si el deporte escolar debe considerarse una faceta ms -muy importante, pero al fin y al
cabo una faceta ms- de la actividad deportiva voluntaria que realiza una persona a lo largo
de su vida, no hay por que pensar que deba ser gratuita, o mejor, financiada desde la
administracin pblica en su totalidad. O es que todava hay alguien que en estos tiempos se
atreva a defender todava el carcter gratuito de la actividad deportiva en general?
Sera bueno plantearse, por tanto, la conveniencia de una financiacin compartida entre la
administracin pblica (fondos provenientes de todos los contribuyentes); la aportacin
directa de los que toman parte en las actividades organizadas del deporte escolar; y, en su
caso, las aportaciones de los centros escolares como tales (fondos recaudados entre todos los
escolares, participen o no en las actividades de deporte escolar). Esta ltima aportacin,
respondera a un deseo de fomentar desde los rganos rectores del centro escolar la
participacin en las actividades deportivas (aunque tiene un encaje dudoso en la actual
estructura de les centros pblicos, puede ser aceptada como planteamiento general).
Una partida de este dinero tiene que servir para compensar econmicamente a los que se
ocupan dentro del centro de las diferentes facetas de la organizacin del deporte escolar.
El papel que juega el voluntariado en el deporte ha sido y va ha seguir siendo insustituible.
Si pensramos que en el futuro, sea cual sea el modelo deportivo, nadie va a mover un dedo
en el deporte sin que se le compense econmicamente por ello, estaramos simplemente
profetizando el fin de una parte sustancial de la prctica deportiva. Pero, quien piense que el
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futuro de las facetas tcnicas de la prctica deportiva se puede asentar sobre la labor de
voluntarios, que (valga la redundancia) con su mejor voluntad van a tratar de hacer lo puedan,
est apostando por un deporte que va a ser rechazado -ya lo est siendo- por la propia
sociedad.
No obstante, la experiencia dice que el terreno en que se mueve esa colaboracin se va a ir
reduciendo, y que ya son muchas las comunidades educativas que han optado por sustituir
este bienintencionado voluntariado por personas que, remuneradas o compensadas de una u
otra forma, realizan una parte sustancial de las tareas relacionadas con el deporte escolar de
los alumnos del centro.
Esta tendencia, que responde sin duda al signo de los tiempos, cobra especial relevancia
cuando lo que se trata es de responsabilizarse de la ejecucin prctica de las sesiones de
actividad fsica, de ejercer lo que convendremos en llamar la docencia deportiva.
La mejor organizacin, con todo lo importante que pueda ser, e, incluso, el estar
impregnado de los mejores valores humanos, no conferir al deporte escolar el distintivo de
calidad si, al final, las actividades concretas que se realicen, sean del tipo que sean, no tienen
el contenido ms idneo, en lo que a actividad fsica propiamente dicha se refiere. Y para
hacer que los contenidos sean los adecuados hay que saber del tema: y esto exige una
cualificacin que no suele estar, por lo general, en manos de un voluntariado que no suele
disponer ni de la formacin bsica, ni del tiempo ni los medios para adquirirla.
Dentro del centro escolar podramos dividir las tareas a realizar en el deporte escolar en
dos grandes grupos: por un lado, las que se hacen sin los escolares y, por otro, las que tienen
a los escolares come protagonistas directos. Entre las primeras, se encuentran desde las tareas
burocrticas propiamente dichas, hasta las de llevar la opinin del centro a otras instancias
que se ocupan de la organizacin global de las actividades, pasando por la programacin de
las sesiones de actividad fsica de los escolares ya mencionadas. Estas tareas, que nadie duda
de que son de vital importancia para que el deporte escolar del centro funcione adecuadamente, pueden no exigir, con todo, un alto grado de conocimientos en materia de actividad
fsica, con excepcin de las expresamente citadas funciones de programacin de sesiones
prcticas.
No puede caber duda que aqu la intervencin de expertos en educacin fsica es
imprescindible, por lo que el centro escolar tendr que arbitrar las medidas necesarias para
que los profesores de su plantilla expertos en el tema colaboren, y hasta se responsabilicen
directamente de estas tareas de programacin.
Por otro lado, estn las actividades en las que intervienen directamente los escolares. No
incluiremos aqu solamente los momentos en que estn practicando deporte, sino los
anteriores y posteriores, que desde un punto de vista educativo pueden ser tan interesantes o
ms que el de la prctica propiamente dicha.
Por tanto, quienes se responsabilicen de estas actividades que se desarrollan con la
presencia de los escolares debern ser capaces de responsabilizarse de las tareas educativas
inherentes a la prctica del deporte escolar, y de llevar a la prctica las sesiones de actividad
fsica programada. Debern ser, por tanto, suficientemente expertos tanto en la faceta de los
contenidos deportivos, como en la que se refiere a los objetivos educativos que ello conlleve.
Alguien piensa que esto es una tarea para voluntarios?
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Cualquiera que sea actualmente la realidad del deporte de un centro escolar, convendr
que se tenga suficientemente claro que la progresiva profesionalizacin es la nica direccin
en que se puede caminar si a lo que se aspira es realmente a un deporte escolar de calidad.
5. EL CAMINO DEL CENTRO ESCOLAR AL CLUB DEPORTIVO
Una mnima coherencia con el concepto ms novedoso de deporte escolar obliga a
considerar como tal, adems de las competiciones interescolares, las actividades que podemos denominar internas, y cuyo volumen es habitualmente tan importante como para
concederles una atencin de primer orden. Son actividades que van desde los juegos o
campeonatos internos que se celebran en muchos centros, hasta actividades singulares, por
ejemplo, en contacto con el medio natural, pasando por los ya mencionados
"entrenamientos", cuya importancia en trminos de cantidad de actividad fsica realizada
acostumbra a superar ampliamente la de las actividades competitivas (de haberlas) para las
que pretenden ser -equivocadamente- preparatorios.
Debe verse, por tanto, en estas actividades deportivas de orden interno una de las piezas
claves del deporte organizado practicado en edad escolar, y cuya responsabilidad est
ntegramente en manos de los centros escolares. No hay pues excusa alguna para que no
respondan a los objetivos educativos que el centro se plantee, y est en su mano que los
contenidos de las actividades sean los correctos. En las actividades en las que la escuela hace
un papel de intermediario debemos cerciorarnos de que rene las garantas necesarias.
Pero, qu pasa cuando las actividades deportivas de los escolares son realizadas
completamente al margen del centro escolar?. Evidentemente, si un alumno de un centro,
teniendo la posibilidad de realizar una actividad a travs del centro, no le hace, y el modelo
de deporte escolar vigente en ese entorno le permite acceder a otra opcin diferente, que el
escolar prefiere, est en todo su derecho a hacerlo. Lgicamente, la bondad o no de su
eleccin no ser responsabilidad del centro escolar, sino del propio escolar y de su familia. Si
existen datos para pensar que la opcin puede entraar problemas de orden educativo o,
incluso, de desarrollo fsico, el centro escolar hara bien en hacrselo saber respetuosamente
al escolar y/o a su familia, para que obraran en consecuencia.
En cualquier caso, en situaciones como sta slo debiera pensarse en el bien del nio/a o
joven, y respetar siempre al mximo su libertad de elegir entre las diferentes posibilidades
que le brinde el modelo de deporte escolar vigente. Estn, por tanto, fuera de lugar y
desprovistas de toda justificacin las presiones, coacciones o hasta amenazas, del tipo de: o
juegas en el equipo del colegio o... , que han sido y, por desgracia, todava son demasiado
frecuentes.
Es algo evidente que ningn centro escolar "normal" puede permitirse una oferta deportiva
a sus alumnos que abarque todas las opciones, ni todas las pocas del ao, y, por tanto, es
lgico pensar que a lo largo del periodo de escolarizacin de un nio/a o joven ste va a
practicar deporte a travs de otras estructuras diferentes a la del centro escolar, y sin la tutela
de ste. Cules van a ser estas estructuras?.
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Puede ser que se trate de una empresa de servicios deportivos (gimnasio...), aunque no
parece que sea, por el momento, una opcin muy extendida en la edad escolar. Las otras
opciones tpicas son: participacin en actividades organizadas directamente por
administraciones pblicas, especialmente por los ayuntamientos, o, el caso ms comn, las
actividades organizadas por los clubs deportivos.
En el caso de las actividades para escolares realizadas por los ayuntamientos a travs de
empresas de servicios, debern ser los propios ayuntamientos quienes cuiden directamente de
la bondad de los contenidos de las mismas, debiendo poner especial nfasis en que se
respeten los principios educativos generales y no conformarse con tener a los nios/as o
jvenes "ocupados" haciendo deporte.
Pero, centrmonos en las actividades para escolares en las que tienen un papel
protagonista los clubs deportivos. En la todava demasiado vigente concepcin del "deporte
escolar" versus "deporte federado", los clubs han sido considerados poco menos que el
arquetipo del "antideporte escolar". Ya es hora de que se deseche de una vez por todas el
maniquesmo de pensar que todo lo que se hace en materia de deporte escolar en los centros
educativos es intrnsecamente bueno, mientras que lo que se hace en los clubs con nios/as y
jvenes en edad escolar debe ser, como mnimo, puesto en duda.
Se ha atribuido a los clubs deportivos el ser especialmente crueles en el tema y desechar el
acceso al deporte federado" de los que no mostraran unas buenas cualidades deportivas. Si
este es en buena parte cierto, no lo es menos que las crueldades no han sido privativas de los
clubs o es que nadie se acuerda de los mritos que haba que hacer para ser del equipo del
colegio? Es igualmente cierto que los clubs han promovido la prctica deportiva con
objetivos de rendimientos en edades inadecuadas, pero quin no conoce centros escolares
que han implantado entre sus alumnos el cultivo nico e intensivo de una modalidad
deportiva con el objetivo de ser campeones? As pues, todos deben cambiar.
Por otra parte, pretender construir un modelo de futuro para el deporte escolar, superando
la tendencia al aislamiento, implica insertar el deporte escolar en el sistema deportivo del
entorno. Y un sistema deportivo sano, de una sociedad que pretenda ser desarrollada tambin
desde un punto de vista deportivo, slo puede asentarse sobre los clubs deportivos. As pues,
los centros escolares y los clubs deportivos estn obligados a entenderse. El camino ser
trasladar los principios educativos bsicos a aquellos sitios donde los nios/as y jvenes en
edad escolar realicen sus actividades deportivas, con especial mencin para los clubs
deportivos.
A esta respecto, no es descabellado pensar que esos "profesionales" que los centros
necesitan para llevar adelante las tareas propias del deporte escolar, y muy especialmente las
de docencia deportiva, provengan de los clubs deportivos, independientemente de que deban
ser convenientemente formados para desarrollar tareas especficas con escolares.
Alguien opinar que para ocuparse del deporte escolar puede haber otras canteras que no
sean los clubs deportivos. Aunque as sea, hay ms de una razn para considerar la alternativa
de los clubs deportivos la frmula de preferencia. Por un lado, porque puede ser una buena
alternativa organizativa el convenir con un club deportivo la prestacin de servicios en
materia de deporte escolar, especialmente en lo que a docencia deportiva se refiere. Por otro,
por la intrnseca bondad de vincular paulatinamente a los escolares a las estructuras de los
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clubs deportivos.
Que nadie se rasgue las vestiduras! No hay duda de que los clubs deportivos tienen, por lo
general, mucho que cambiar. Es cierto que muchas veces no han desempeado (no
desempean) un papel adecuado en el deporte en la edad escolar; que slo han admitido en su
seno a los mejor dotados para la prctica deportiva; que han fomentado la especializacin
precoz; que... Pero no es menos cierto que el futuro est ah, en los clubs deportivos. Habr
que invitarles a "reconvertirse" (muchos ya estn en ello); si hace falta, habr que darles un
empujoncito; y si es preciso habr que "adoctrinarles". Pero de lo que no cabe duda es de que
el futuro del deporte pasa ellos, por los clubs deportivos.
Es necesario dejar claro que no se trata, ni mucho menos, de plantear una tesis ms e
menos encubierta de trasladar a los clubs deportivos el deporte escolar. Muy al contrario hay
que pedir encarecidamente a los clubs que sean respetuosos con los centros escolares que
pretendan responsabilizarse del deporte de sus alumnos, que colaboren con ellos y que les
cedan en las edades iniciales todo el protagonismo que los centros quieran y puedan asumir
en el deporte escolar. Ya llegar el memento, en edades posteriores, en que las cosas deban
ser justo a la inversa, y deban ser los centros escolares los que cedan paulatinamente a los
clubs el protagonismo en el deporte escolar.
En este reto, como en muchas otras facetas del deporte escolar, el paso al frente de las
federaciones deportivas es imprescindible. En principio, con las salvedades obvias, todas las
cosas dichas para los clubs deportivos pueden aplicarse a estos entes federativos. En
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ANEXOS
Hacer de cada encuentro deportivo, poco importa la magnitud del premio y del
evento, un momento privilegiado, una especie de fiesta.
Aceptar las decisiones de los rbitros y jueces del deporte, sabiendo que, igual que
yo, ellos tienen derecho a equivocarse, pero hacen lo posible para no hacerlo.
Ser realmente un embajador del deporte, ayudando a hacer respetar los principios
mencionados a los que estn cerca de m.
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Derecho a competir con jvenes que tienen las mismas posibilidades de xito.
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BIBLIOGRAFIA
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