Constitución de La Confederación Argentina 1853 PDF
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(1 DE MAYO DE 1853)
PARTE PRIMERA
CAPÍTULO ÚNICO: DECLARACIONES, DERECHOS Y GARANTÍAS
como también la correspondencia epistolar y los papeles privados; y una ley determinará en
qué casos y con qué justificativos podrá procederse a su allanamiento y ocupación. Quedan
abolidos para siempre la pena de muerte por causas políticas, toda especie de tormento, los
azotes y las ejecuciones a lanza y cuchillo. Las cárceles de la Confederación serán sanas y
limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a
pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquélla exija, hará
responsable al juez que la autorice.
Artículo 19.- Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al
orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas
de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Confederación será obligado a
hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.
Artículo 20.- Los extranjeros gozan en el territorio de la Confederación de todos los
derechos civiles del ciudadano; pueden ejercer su industria, comercio y profesión; poseer
bienes raíces, comprarlos y enajenarlos; navegar los ríos y costas; ejercer libremente su culto;
testar y casarse conforme a las leyes. No están obligados a admitir la ciudadanía, ni a pagar
contribuciones forzosas extraordinarias. Obtienen nacionalización residiendo dos años
continuos en la Confederación; pero la autoridad puede acortar este término a favor del que lo
solicite, alegando y probando servicios a la República.
Artículo 21.- Todo ciudadano argentino está obligado a armarse en defensa de la Patria
y de esta Constitución, conforme a las leyes que al efecto dicte el Congreso y a los decretos
del Ejecutivo nacional. Los ciudadanos por naturalización son libres de prestar o no este
servicio por el término de diez años contados desde el día en que obtengan su carta de
ciudadanía.
Artículo 22.- El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes y
autoridades creadas por esta Constitución. Toda fuerza armada o reunión de personas que se
atribuya los derechos del pueblo y peticione a nombre de éste, comete delito de sedición.
Artículo 23.- En caso de conmoción interior o de ataque exterior que pongan en
peligro el ejercicio de esta Constitución y de las autoridades creadas por ella, se declarará en
estado de sitio la provincia o territorio en donde exista la perturbación del orden, quedando
suspensas allí las garantías constitucionales. Pero durante esta suspensión no podrá el
Presidente de la República condenar por sí ni aplicar penas. Su poder se limitará en tal caso
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PARTE SEGUNDA
AUTORIDADES DE LA CONFEDERACIÓN
TÍTULO PRIMERO
GOBIERNO FEDERAL
SECCIÓN PRIMERA
DEL PODER LEGISLATIVO
CAPÍTULO I
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
Artículo 37.- Por esta vez las legislaturas de las provincias reglarán los medios de
hacer efectiva la elección directa de los diputados de la Nación: para lo sucesivo el Congreso
expedirá una ley general.
Artículo 38.- Los diputados durarán en su representación por cuatro años, y son
reelegibles; pero la Sala se renovará por mitad cada bienio; a cuyo efecto los nombrados para
la primera legislatura, luego que se reúnan, sortearán los que deban salir en el primer período.
Artículo 39.- En caso de vacante, el Gobierno de provincia, o de la Capital, hace
proceder a la elección legal de un nuevo miembro.
Artículo 40.- A la Cámara de Diputados corresponde exclusivamente la iniciativa de
las leyes sobre contribuciones y reclutamiento de tropas.
Artículo 41.- Sólo ella ejerce el derecho de acusar ante el Senado al Presidente y
Vicepresidente de la Confederación y a sus ministros, a los miembros de ambas cámaras, a los
de la Corte suprema de justicia, y a los gobernadores de provincia, por delitos de traición,
concusión, malversación de fondos públicos, violación de la Constitución, u otros que
merezcan pena infamante o de muerte; después de haber conocido de ellos, a petición de
parte, o de alguno de sus miembros, y declarada haber lugar a la formación de causa por
mayoría de dos terceras partes de sus miembros presentes.
CAPÍTULO II
DEL SENADO
CAPÍTULO III
DISPOSICIONES COMUNES A AMBAS CÁMARAS
Artículo 52.- Ambas cámaras se reunirán en sesiones ordinarias todos los años desde
el l.º de mayo hasta el 30 de septiembre. Pueden también ser convocadas extraordinariamente
por el Presidente de la Confederación, o prorrogadas sus sesiones.
Artículo 53.- Cada Cámara es juez de las elecciones, derechos y títulos de sus
miembros en cuanto a su validez. Ninguna de ellas entrará en sesión sin la mayoría absoluta
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de sus miembros; pero un número menor podrá compeler a los miembros ausentes a que
concurran a las sesiones, en los términos y bajo las penas que cada Cámara establecerá.
Artículo 54.- Ambas Cámaras empiezan y concluyen sus sesiones simultáneamente.
Ninguna de ellas mientras se hallen reunidas, podrá suspender sus sesiones más de tres días,
sin el consentimiento de la otra.
Artículo 55.- Cada Cámara hará su reglamento y podrá con dos tercios de votos,
corregir a cualquiera de sus miembros por desorden de conducta en el ejercicio de sus
funciones, o removerlo por inhabilidad física o moral sobreviniente a su incorporación, y
hasta excluirlo de su seno; pero bastará la mayoría de uno sobre la mitad de los presentes para
decidir en las renuncias que voluntariamente hicieren de sus cargos.
Artículo 56.- Los senadores y diputados prestarán, en el acto de su incorporación,
juramento de desempeñar debidamente el cargo, y de obrar en todo en conformidad a lo que
prescribe esta Constitución.
Artículo 57.- Ninguno de los miembros del Congreso puede ser acusado, interrogado
judicialmente ni molestado por las opiniones o discursos que emita desempeñando su
mandato de legislador.
Artículo 58.- Ningún senador o diputado, desde el día de su elección hasta el de su
cese, puede ser arrestado; excepto el caso de ser sorprendido in fraganti en la ejecución de
algún crimen que merezca pena de muerte, infamante, u otra aflictiva; de lo que se dará
cuenta a la Cámara respectiva con la información sumaria del hecho.
Artículo 59.- Cuando se forme querella por escrito ante las justicias ordinarias contra
cualquier senador o diputado, por delito que no sea de los expresados en el Artículo 41,
examinado el mérito del sumario en juicio público, podrá cada Cámara, con dos tercios de
votos, suspender en sus funciones al acusado, y ponerlo a disposición del juez competente
para su juzgamiento.
Artículo 60.- Cada una de las Cámaras puede hacer venir a su sala a los ministros del
Poder Ejecutivo para recibir las explicaciones e informes que estime convenientes.
Artículo 61.- Ningún miembro del Congreso podrá recibir empleo o comisión del
Poder Ejecutivo, sin previo consentimiento de la Cámara respectiva, excepto los empleos de
escala.
Artículo 62.- Los eclesiásticos regulares no pueden ser miembros del Congreso, ni los
gobernadores de provincia por la de su mando.
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Artículo 63.- Los servicios de los senadores y diputados son remunerados por el
Tesoro de la Confederación con una dotación que señalará la ley.
CAPÍTULO IV
ATRIBUCIONES DEL CONGRESO
CAPÍTULO V
DE LA FORMACIÓN Y SANCIÓN DE LAS LEYES
Artículo 65.- Las leyes pueden tener principio en cualquiera de las Cámaras del
Congreso, por proyectos presentados por sus miembros o por el Poder Ejecutivo; excepto las
relativas a los objetos de que tratan los Artículos 40 y 51.
Artículo 66.- Aprobado un proyecto de ley por la Cámara de su origen, pasa para su
discusión a la otra Cámara. Aprobado por ambas, pasa al Poder Ejecutivo de la Confederación
para su examen; y si también obtiene su aprobación lo promulga como ley.
Artículo 67.- Se reputa aprobado por el Poder Ejecutivo, todo proyecto no devuelto en
el término de diez días útiles.
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Artículo 68.- Ningún proyecto de ley desechado totalmente por una de las Cámaras,
podrá repetirse en las sesiones de aquel año. Pero si sólo fuere adicionado o corregido por la
Cámara revisora, volverá a la de su origen; y si en éstas se aprobasen las adiciones o
correcciones por mayoría absoluta, pasará al Poder Ejecutivo de la Confederación. Si las
adiciones o correcciones fuesen desechadas, volverá por segunda vez el proyecto a la Cámara
revisora, y si aquí fueren nuevamente sancionadas por una mayoría de las dos terceras partes
de sus miembros, pasará el proyecto a la otra Cámara, y no se entenderá que ésta reprueba
dichas adiciones o correcciones, si no concurre para ello el voto de las dos terceras partes de
sus miembros presentes.
Artículo 69.- Desechado en el todo o en parte un proyecto por el Poder Ejecutivo,
vuelve con sus objeciones a la Cámara de su origen: ésta lo discute de nuevo, y si lo confirma
por mayoría de dos tercios de votos, pasa otra vez a la Cámara de revisión. Si ambas Cámaras
lo sancionan por igual mayoría, el proyecto es ley y pasa al Poder Ejecutivo para su
promulgación. Las votaciones de ambas Cámaras serán en este caso nominales, por sí, o por
no; y tanto los nombres y fundamentos de los sufragantes, como las objeciones del Poder
Ejecutivo, se publicarán inmediatamente por la prensa. Si las Cámaras difieren sobre las
objeciones, el proyecto no podrá repetirse en las sesiones de aquel año.
Artículo 70.- En la sanción de las leyes se usará de esta fórmula: El Senado y Cámara
de Diputados de la Confederación Argentina, reunidos en Congreso, etc., decretan, o
sancionan con fuerza de ley.
SECCIÓN SEGUNDA
DEL PODER EJECUTIVO
CAPÍTULO I
DE SU NATURALEZA Y DURACIÓN
Artículo 71.- El Poder Ejecutivo de la Nación será desempeñado por un ciudadano con
el título de «Presidente de la Confederación Argentina».
Artículo 72.- En caso de enfermedad, ausencia de la Capital, muerte, renuncia o
destitución del Presidente, el Poder Ejecutivo será ejercido por el Vicepresidente de la
Confederación. En caso de destitución, muerte, dimisión o inhabilidad del Presidente y
Vicepresidente de la Confederación, el Congreso determinará qué funcionario público ha de
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CAPÍTULO II
DE LA FORMA Y TIEMPO DE LA ELECCIÓN DEL PRESIDENTE
Y VICEPRESIDENTE DE LA CONFEDERACIÓN
Congreso, con las mismas calidades y bajo las mismas formas prescriptas para la elección de
diputados.
No pueden ser electores los diputados, los senadores ni los empleados a sueldo del
Gobierno federal.
Reunidos los electores en la Capital de la Confederación y en la de sus provincias
respectivas cuatro meses antes que concluya el término del Presidente cesante, procederán a
elegir Presidente y Vicepresidente de la Confederación por cédulas firmadas, expresando en
una la persona, por quien votan para Presidente, y en otra distinta, la que eligen para
Vicepresidente.
Se harán dos listas de todos los individuos electos para Presidente y otras dos de los
nombrados para Vicepresidente con el número de votos que cada uno de ellos hubiere
obtenido. Estas listas serán firmadas por los electores, y se remitirán cerradas y selladas dos
de ellas (una de cada clase), al presidente de la Legislatura provincial, y en la Capital al
presidente de la Municipalidad, en cuyos registros permanecerán depositadas y cerradas, y las
otras dos al presidente del Senado (la primera vez al presidente del Congreso Constituyente).
Artículo 79.- El presidente del Senado (la primera vez el del Congreso Constituyente),
reunidas todas las listas, las abrirá a presencia de ambas Cámaras. Asociados a los secretarios
cuatro miembros del Congreso sacados a la suerte, procederán inmediatamente a hacer el
escrutinio y a anunciar el número de sufragios que resulte en favor de cada candidato para la
Presidencia y Vicepresidencia de la Confederación. Los que reúnan en ambos casos la
mayoría absoluta de todos los votos, serán proclamados inmediatamente Presidente y
Vicepresidente.
Artículo 80.- En el caso de que, por dividirse la votación no hubiese mayoría absoluta,
elegirá el Congreso entre las dos personas que hubieren obtenido mayor número de sufragios.
Si la primera mayoría que resultare hubiese cabido a más de dos personas, elegirá el Congreso
entre todas éstas. Si la primera mayoría hubiere cabido a una sola persona, y la segunda a dos
o más, elegirá el Congreso entre todas las personas que hayan obtenido la primera y segunda
mayoría.
Artículo 81.- Esta elección se hará a pluralidad absoluta de sufragios y por votación
nominal. Si verificada la primera votación, no resultare mayoría absoluta, se hará segunda
vez, contrayéndose la votación a las dos personas que en la primera hubiesen obtenido mayor
número de sufragios. En caso de empate, se repetirá la votación, y si resultase nuevo empate,
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decidirá el presidente del Senado (la primera vez el del Congreso Constituyente). No podrá
hacerse el escrutinio, ni la rectificación de estas elecciones, sin que estén presentes las tres
cuartas partes del total de los miembros del Congreso.
Artículo 82.- La elección del Presidente y Vicepresidente de la Confederación debe
quedar concluida en una sola sesión del Congreso, publicándose enseguida' el resultado de
ésta y las actas electorales por la prensa.
CAPÍTULO III
ATRIBUCIONES DEL PODER EJECUTIVO
o trasladadas de uno a otro punto, serán restituidas al pleno goce de su libertad, a no ser que
habiendo sido sujetas a juicio, debiesen continuar en arresto por disposición del juez o
tribunal que conociere de la causa;
21. Puede pedir a los jefes de todos los ramos y departamentos de la administración, y
por su conducto a los demás empleados, los informes que crea convenientes, y ellos son
obligados a darlos;
22. No puede ausentarse del territorio de la Capital, sino con permiso del Congreso.
En el receso de éste, sólo podrá hacerlo sin licencia por graves objetos de servicio público;
23. En todos los casos en que según los Artículos anteriores, debe el Poder Ejecutivo
proceder con acuerdo del Senado, podrá durante el receso de éste, proceder por sí sólo, dando
cuenta de lo obrado a dicha Cámara en la próxima reunión para obtener su aprobación.
CAPÍTULO IV
DE LOS MINISTROS DEL PODER EJECUTIVO
Artículo 89.- Pueden los ministros concurrir a las sesiones del Congreso y tomar parte
en sus debates, pero no votar.
Artículo 90.- Gozarán por sus servicios de un sueldo establecido por la ley, que no
podrá ser aumentado ni disminuido en favor o perjuicio de los que se hallen en ejercicio.
SECCIÓN TERCERA
DEL PODER JUDICIAL
CAPÍTULO I
DE SU NATURALEZA Y DURACIÓN
Artículo 91.- El Poder Judicial de la Confederación, será ejercido por una Corte
suprema de justicia, compuesta de nueve jueces y dos fiscales, que residirá en la Capital, y
por los demás tribunales inferiores que el Congreso estableciere en el territorio de la
Confederación.
Artículo 92.- En ningún caso el Presidente de la Confederación puede ejercer
funciones judiciales, arrogarse el conocimiento de causas pendientes, o restablecer las
fenecidas.
Artículo 93.- Los jueces de la Corte suprema y de los tribunales inferiores de la
Confederación conservarán sus empleos mientras dure su buena conducta, y recibirán por sus
servicios una compensación que determinará la ley, y que no podrá ser disminuida en manera
alguna, mientras permaneciesen en sus funciones.
Artículo 94.- Ninguno podrá ser miembro de la Corte suprema de justicia, sin ser
abogado de la Confederación con ocho años de ejercicio, y tener las calidades requeridas para
ser senador.
Artículo 95.- En la primera instalación de la Corte suprema los individuos nombrados
prestarán juramento en manos del Presidente de la Confederación, de desempeñar sus
obligaciones administrando justicia bien y legalmente, y en conformidad a lo que prescribe la
Constitución. En lo sucesivo, lo presentarán ante el presidente de la misma Corte.
Artículo 96.- La Corte suprema dictará su reglamento interior y económico, y
nombrará todos sus empleados subalternos.
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CAPÍTULO II
ATRIBUCIONES DEL PODER JUDICIAL
TÍTULO SEGUNDO
GOBIERNOS DE PROVINCIA
Artículo 101.- Las provincias conservan todo el poder no delegado por esta
Constitución al Gobierno federal.
Artículo 102.- Se dan sus propias instituciones locales y se rigen por ellas. Eligen sus
gobernadores, sus legisladores y demás funcionarios de provincia, sin intervención del
Gobierno federal.
Artículo 103.- Cada provincia dicta su propia Constitución, y antes de ponerla en
ejercicio, la remite al Congreso para su examen, conforme a lo dispuesto en el Artículo 5.
Artículo 104.- Las provincias pueden celebrar tratados parciales para fines de
administración de justicia de intereses económicos y trabajos de utilidad común, con
conocimiento del Congreso federal; y promover su industria, la inmigración, la construcción
de ferrocarriles, y canales navegables, la colonización de tierras de propiedad provincial, la
introducción y establecimiento de nuevas industrias, la importación de capitales extranjeros y
la exploración de sus ríos, por leyes protectoras de estos fines, y con sus recursos propios.
Artículo 105.- Las provincias no ejercen el poder delegado a la Confederación. No
pueden celebrar tratados parciales de carácter político; ni expedir leyes sobre comercio, o
navegación interior o exterior; ni establecer aduanas provinciales; ni acuñar moneda; ni
establecer bancos con facultad de emitir billetes, sin autorización del Congreso federal; ni
dictar los códigos civil, comercial, penal y de minería después que el Congreso los haya
sancionado; ni dictar especialmente leyes sobre ciudadanía y naturalización, bancarrotas,
falsificación de moneda o documentos del Estado; ni establecer derechos de tonelaje; ni armar
buques de guerra o levantar ejércitos, salvo el caso de invasión exterior o de un peligro tan
inminente que no admita dilación, dando luego cuenta al Gobierno federal; ni nombrar o
recibir agentes extranjeros; ni admitir nuevas órdenes religiosas.
Artículo 106.- Ninguna provincia puede declarar ni hacer la guerra a otra provincia.
Sus quejas deben ser sometidas a la Corte suprema de justicia y dirimidas por ella. Sus
hostilidades de hecho son actos de guerra civil, calificados de sedición o asonada, que el
Gobierno federal debe sofocar y reprimir conforme a la ley.
Artículo 107.- Los gobernadores de provincias son agentes naturales del Gobierno
federal para hacer cumplir la Constitución y las leyes de la Confederación.
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Dada en la sala de sesiones del Congreso General Constituyente en la Ciudad de Santa Fe, el
día 1o. de mayo del año del Señor 1853.
Facundo Zuviría (presidente).- Pedro Zenteno.- Pedro Ferré.- Juan del Campillo.-
Santiago Derqui.- Pedro Díaz Colodrero.- Luciano Torrent.- Juan María Gutiérrez.- José
Quintana.- Manuel Padilla.- Agustín Delgado.- Martín Zapata.- Regis Martínez.- Salvador
María del Carril.- Ruperto Godoy.- Delfín B. Huergo.- Juan Llerena.- Juan F. Seguí.- Manuel
Leiva.- Benjamín. J. Lavaisse.- José Benjamín Gorostiaga.- Fray J. Manuel Pérez.- Salustiano
Zavalía.- José María Zuviría (secretario).