Caritas Christi Cuaderno 1

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La Fragua

caritas christi

en la vida cotidiana

Al en

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cuentro d

Adviento - Navidad
La fragua en la vida cotidiana - CARITAS CHRISTI

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CH

2013

CUADERNOS

Esta etapa de la fragua (centrada en la actividad que el


herrero realiza sobre el yunque) simboliza el proceso
de configuracin con Cristo.
OBJETIVOS
Pasar de actitudes individualistas y egocntricas a
actitudes oblativas.
Profundizar en el conocimiento de la persona de
Jess.
Crecer en la experiencia de seguimiento de Jesucristo mediante los votos y las virtudes apostlicas, al estilo de san Antonio Mara Claret.
Profundizar en la Eucarista, como lugar de encuentro con Cristo.
Mejorar la capacidad para la vida comunitaria y el
dilogo.

2 Al encuentro de Cristo

1. Al encuentro de Jess
(Adviento-Navidad)
2. Consagrados a Dios y a los dems
(Tiempo Ordinario I)
3. Pobres de hecho y de espritu
(Cuaresma)
4. Buscadores de la voluntad del Padre
(Pascua)
5. Castos por el Reino de los cielos
(Tiempo Ordinario II)
6. Hasta que Cristo quien viva en nosotros
(Tiempo Ordinario III)
7. En comunin para que el mundo crea
(Tiempo Ordinario IV)
8. Transformados por la Eucarista
(Tiempo Ordinario V)
9. Urgidos por el amor de Cristo
(Tiempo Ordinario VI)

contenidos

Introduccin > 4

Reflexin > 7
2.1. Y vosotros, quin decs que soy yo?
2.2. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre
2.3. Hemos encontrado al Mesas

- La accin misteriosa del Espritu Santo

- El acercamiento histrico-crtico

- La necesidad de buscar y esperar

- Los signos reveladores

- La actitud comprometida

Sugerencias
para el encuentro
comunitario > 17

Textos para profundizar > 26

Pistas para la lectio


divina > 18

Anexo 1: Por qu el nacimiento de Jess el 25-D?


Anexo 2: Caritas Christi urget nos
Anexo 3: Al Cristo Crucificado
Anexo 4: Quin es Jess?
Anexo 5: Para m la vida es Cristo
Anexo 6: El nombre de Jess, luz de los predicadores
Anexo 7: l se hizo uno de nosotros
Anexo 8: Y el Verbo se hizo carne
Anexo 9: Jess de Nazaret

La fragua en la vida cotidiana - CARITAS CHRISTI

2. Reflexin

Ests abriendo

el primer cuaderno de una nueva etapa en el camino de La Fragua en la Vida Cotidiana. Hemos llegado al tercer
ao y, con l, al ncleo Caritas Christi, que se centra
en nuestro proceso de configuracin con Jesucristo. Ese es precisamente el ttulo del Captulo VI de
nuestras Constituciones, que tendremos ocasin
de meditar en el Cuaderno 6. Este ao unimos en
un mismo cuaderno de trabajo el Adviento y la
Navidad, la promesa y su cumplimiento, la espera
y el encuentro. La experiencia de aos anteriores
aconseja unir estos dos tiempos litrgicos de corta
duracin y estrechamente ligados entre s. En las
pginas 2 y 3 de cada cuaderno podrs ir viendo
los objetivos y el plan de la etapa Caritas Christi.
Es el mapa que te ayudar a situarte a lo largo del
camino.
La tumba de san Antonio Mara Claret en el
templo de Vic est protegida por una claraboya

4 Al encuentro de Cristo

desde la que se divisa la arqueta que contiene sus


restos. Sobre la claraboya se han grabado estas palabras en cataln, la lengua materna del Fundador:
Enamoreu-vos de Jesus Christ (Enamoraos de Jesucristo). La frase completa contina as: Y lo entenderis todo; incluso haris obras mayores que
yo. No se puede comprender la vida de nuestro
Fundador sin la referencia a Jesucristo: Vivo con
la vida de Jesucristo. l, poseyndome, posee una
nada, y yo lo poseo todo en l (Aut 754). El lema
de su escudo arzobispal, que da tambin nombre
a esta etapa de la Fragua, expresa claramente la
energa que lo animaba: Caritas Christi urget me
(El amor de Cristo me impulsa).
Nuestras Constituciones reconocen que a nosotros, Hijos del Inmmaculado Corazn de Mara,
llamados a semejanza de los Apstoles, se nos ha
concedido tambin el don de seguir a Cristo en comunin de vida y de proclamar el Evangelio a toda
criatura, yendo por el mundo entero (n. 4). Nuestro extrao estilo de vida, pues, se inspira, centra
y nutre en Jesucristo. Por eso, la Iglesia nos pide
a todos los consagrados que nos adhiramos cada
vez ms a Cristo, centro de la vida consagrada, y
retomemos un camino de conversin y de renovacin que, como en la experiencia primera de los
apstoles, antes y despus de su resurreccin, sea
un caminar desde Cristo (Caminar desde Cristo,
21).
Al cabo de dos aos de camino Fragua, ni el
objetivo ni el mtodo representan para ti ninguna novedad. Es muy posible que tanto t como tu
comunidad y Organismo hayis dado pasos significativos durante este tiempo y que, como fruto,
te sientas satisfecho y agradecido. Pero puede ser
tambin que la distancia entre lo deseado y lo realizado haya sido demasiado grande y ahora pienses que no merece la pena seguir empendote.
En cualquier caso, a partir de la experiencia vivida,
ser posible recrear, una vez ms, la actitud del

caminante que afronta las dificultades del camino


con los ojos y el corazn puestos en la meta a la
que se dirige?
La etapa del fuego, la experiencia Patris Mei, es
necesaria en nuestro itinerario espiritual. No hay
transformacin interior sin la energa del amor.
Pero como nos recuerda la alegora de la fragua
no basta el fuego para dar forma a un objeto: se
requiere el lento trabajo artesanal del martillo y
el yunque. Lo mismo sucede en nuestro camino
espiritual. La experiencia de sabernos amados por
Dios (Patris Mei) nos dispone para ir adquiriendo la
forma de Cristo (Caritas Christi) hasta que no seamos nosotros los que vivamos sino que sea Cristo
quien viva en nosotros (cf. Gal 2,20). Caldeados por
esta experiencia mstica, aceptamos el largo camino asctico que nos va liberando poco a poco de
nuestro viejo yo y nos va transformando en flechas
misioneras (Spiritus Domini), en el Cristo enviado
por el Padre para anunciar el evangelio.
El yunque y el martillo no son smbolos de violencia y destruccin, por ms que en algunos casos
puedan ser vistos desde esta perspectiva superficial y, en consecuencia, provocar reacciones de rechazo. Son, ms bien, instrumentos de transformacin que, en las manos hbiles del herrero, sirven
para transformar la barra de hierro en un objeto
til y bello.
En clave espiritual, no hay configuracin con
Cristo sin participar de su misterio pascual: es decir, de su experiencia de pasin, muerte y resurreccin. Una espiritualidad demasiado light, que
se resiste a la muerte del yo viejo y no se hace
cargo del sufrimiento del mundo, no puede sostener un autntico compromiso misionero.
Es posible que no todos los ejercicios o reflexiones de este cuaderno conecten con tu edad
o situacin personal. No te preocupes. Tienen un
carcter instrumental. Lo que importa es que sigas
abrindote cada da a la Palabra de Dios a travs

La fragua en la vida cotidiana - CARITAS CHRISTI

de la lectio divina, te dejes cuestionar y acompaar


por ella e intentes responder con fidelidad. Todo
lo dems es secundario: Si el Seor no construye la casa, en vano se esfuerzan los albailes (Sal
126,1). Al comienzo de esta nueva etapa seguimos
pidiendo con humildad el don de la renovacin de
cada uno de nosotros y de toda la Congregacin
segn el carisma recibido:
Renueva, Seor, en nuestra Congregacin
y en cada uno de nosotros,
el espritu que anim
a san Antonio Mara Claret, nuestro padre,
para que, llenos y vigorizados por l,
nos esforcemos en amar lo que l am
y en llevar a la prctica lo que nos ense.
2012 ha sido un ao muy duro para millones
de personas en diversas regiones del mundo. La
crisis econmica mundial ha ido dejando muchas
vctimas por el camino. Todas tienen nombres y
rostros concretos. Algunas viven cerca de nosotros.
Incluso se ha ido creando en muchos lugares un clima de temor ante el publicitado fin del mundo,
como si el final del famoso calendario maya fuese,
en realidad, un smbolo anticipatorio del final de
una civilizacin exhausta, basada en un consumo
irresponsable ms que en el crecimiento personal,
las relaciones fraternas, la justicia solidaria y el cuidado del planeta.
Cmo se puede vivir desde la fe en Jesucristo esta situacin? Al comienzo de cada nuevo ao
litrgico recordamos que el Seor ha venido (primera venida), est viniendo (venida intermedia) y
vendr definitivamente (venida ltima) para juzgar
y salvar este mundo nuestro, lacerado por las consecuencias de un pecado que no podemos vencer
con nuestras solas fuerzas. El evangelio nos advierte: Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad nimo y levantad la cabeza, porque se acerca
vuestra liberacin (Lc 21,28). No hay lugar, pues,
para el temor sino para la esperanza y el compromiso. Hay siempre algo que podemos hacer. Hay
mucho que podemos esperar.
Adviento y Navidad son tambin tiempos marianos. Mara de Nazaret es la mujer de la esperanza y la acogida. Sintetiza en su corazn la espera de
su pueblo y de toda la humanidad, ofrece su respuesta confiada a Dios y acoge y canta el don recibido. Ponte en sus manos al comenzar esta nueva
etapa. Pdele que te siga forjando en la fragua de
su misericordia y amor.

6 Al encuentro de Cristo

2. Reflexin
1.1. Y vosotros, quin decs que soy yo?
(Mc 8,27)
Empezamos la etapa Caritas Christi dirigiendo
nuestros ojos a Jess: Oculi nostri ad Dominum Jesum (Nuestros ojos estn puestos en el Seor Jess). l, a su vez, nos mira y nos cuestiona: Y vosotros, quin decs que soy yo?. La pregunta que
Jess dirige a sus primeros discpulos en Cesarea
de Felipe sigue siendo actual y reversible. Nosotros
queremos saber quin es Jess y l nos pregunta
quines somos, en realidad, nosotros. Hablar sobre l es hablar sobre nosotros. Su identidad aclara
la nuestra porque l es el Hombre por antonomasia: Ecce homo (cf. Jn 19,5).
Sublimidad y simplicidad, grandeza y humildad, santidad y cercana al hombre
pecador, elevacin y ocultamiento, comunin intensa con Dios y atencin diligente al hombre, ternura e indignacin proftica, comprensin para la fragilidad
humana y exigencias sin lmites, realismo dramtico y sereno optimismo, gravedad y candor, conocimiento de la maldad innata en el corazn humano y confianza en sus posibilidades de conversin, capacidad de dominar a los hombres y las
cosas e impotencia silenciosa ante sus jueces... Todo en l parece regirse por el
hilo de la paradoja, para despus unificarse con armoniosa espontaneidad en su
persona, tan autntica y simple, que parece uno de tantos. Ninguna figura humana
conocida por la historia y la literatura de todos los tiempos se puede comparar
con el hombre de los evangelios. Antes aun de que nos provoque con su pregunta: Quin decs que soy yo? (Mt 16,15), nosotros mismos ya nos lo estamos
preguntando: pero... quin es ste? (Francesco Duci).

Tres siglos de investigacin crtica acerca de Jess de Nazaret nos han ayudado a purificar una
visin demasiado ingenua de su persona y mensaje, pero quiz tambin han erosiando un tanto
nuestra experiencia de fe en l. Detrs de cada
confesin hay un programa de vida. Cada nombre
que le aplicamos indica un camino. Al nombre de
Jess de Nazaret se han ido asociando a lo largo de
la historia todos los adjetivos imaginables: profeta,
predicador, sanador, sabio, maestro, judo marginal, mago, revolucionario, lder carismtico, hippie, mito. Cada poca se siente en la necesidad y,
a veces, obligacin de releer de nuevo su vida,
ya sea para intentar reconstruirla con los mtodos
histrico-crticos, para levantar acta de la imposibilidad de tal empresa o para disear una silueta
elemental. Aunque no siempre estemos enterados
de las ltimas novedades, acabamos acusando su

impacto. Te puede resultar interesante acercarte a


la presentacin de la figura de Jess tal como aparece en la conocida enciclopedia digital Wikipedia,
a la que acceden millones de usuarios cada da.
En este contexto, agudizado por la fuerte tendencia actual a separar quiz deberamos decir
descoyuntar a Cristo de su comunidad que es
la Iglesia (Jess s Iglesia no), cmo podemos
responder a la pregunta que Jess sigue dirigindonos? Nos abandonaremos a la va de las mltiples hiptesis? Repetiremos las frmulas al uso,
ms por rutina que por conviccin personal? O
diremos como Pedro, en nombre de la iglesia: T
eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo? Si esta ltima
respuesta no es fruto de la carne y de la sangre (es
decir, de nuestras meras investigaciones humanas,
por agudas que sean) sino del don de Dios, estamos dispuestos a pedir el don de la fe en Jess y a
La fragua en la vida cotidiana - CARITAS CHRISTI

asumir las consecuencias que se derivan? Creer en


l es lo nico importante. El evangelio del da de
Navidad anuncia: A cuantos la recibieron [la Palabra], a todos aquellos que creen en su nombre, les
dio poder para ser hijos de Dios (Jn 1,12).
A veces, encerrados en nuestros problemas
personales o zarandeados por las tempestades de
la vida, podemos tener la impresin de que Jess
es un fantasma que sobrevuela la realidad (cf. Mt
14,26), no un ser viviente que se hace cargo de
nuestros sufrimientos y zozobras: Cmo interpretar los signos de los tiempos en una realidad
como la nuestra, en la que abundan las zonas de
sombra y de misterio? Sucede que el Seor mismo como con los discpulos en el camino de
Emas se hace nuestro compaero de viaje y
nos da su Espritu. Solo l, presente entre noso-

tros, puede hacernos comprender plenamente su


Palabra y actualizarla, puede iluminar las mentes y
encender los corazones (Caminar desde Cristo, 2).
La imagen de Jess como compaero de viaje (cf.
Lc 24,15) es seguramente una de las ms cercanas
a nuestra sensibilidad de hombres que buscan, que
no tienen todo claro, que estn en camino. El relato de Emas seala con claridad las varias etapas
del encuentro con l. En este itinerario podemos
encontrar claves suficientes para iluminar nuestra
experiencia (cf. HAC 44). Pero todava se podra decir de manera ms concisa. El obispo Fulton Sheen
reduce a solo dos verbos la dinmica de encuentro
con Jess: Venid (Jn 1,39) e Id (Mt 28,19). Todo
discpulo es invitado a ir hacia Jess y estar con l
para luego ser enviado a hacer discpulos de todos
los pueblos (Mt 28,19).

Ejercicio 1: Dnde vives?


El mercado est saturado de vidas de Jess, de cristologas y de ensayos de todo tipo sobre Jess de Nazaret. El
mismo papa Benedicto XVI ha publicado dos volmenes y prepara un tercero sobre l. Es posible que algunas
de las obras que has ledo te hayan ayudado a despejar dudas, poner fundamentos slidos, alimentar tu fe. Este
ejercicio te propone hacer un somero balance inicial. Pero te invita, sobre todo, a abrir tus ojos a las cristologas
vivientes, a los seres humanos de tu entorno que son como un icono del Maestro.
1. Para empezar, lee las siguientes frases sobre Jess. Escoge tres que te llamen la atencin y pregntate
por qu.
Yo digo a los hindes que su vida ser imperfecta si no estudian respetuosamente la vida de Jess
(Ghandi).
Todas las pocas sucesivas de la teologa han ido
encontrando en Jess sus propias ideas y solo de
esa manera conseguan darle vida. Y no eran solo
las pocas las que aparecan reflejadas en l: tambin cada persona lo creaba a imagen de su propia
personalidad. No hay, en realidad, una empresa
ms personal que escribir una vida de Jess (Albert Schweitzer).
La duda sobre la existencia de Cristo es algo tan
sin fundamento cientfico, que no merece una sola
palabra de refutacin (Rudolf Bultmann).
Yo no creo en la resurreccin, pero no ocultar la
emocin que siento ante Cristo y su enseanza. Ante
l y ante su historia no experimento ms que respeto y veneracin (Albert Camus).
Hoy, lo difcil no es aceptar que Cristo sea Dios;
lo difcil sera aceptar a Dios si no fuera Cristo
(Joseph Malgue).
Lo que los comunistas reprochamos a los cristianos
no es el ser seguidores de Cristo, sino precisamente
el no serlo (Milan Machovec).

8 Al encuentro de Cristo

Estos cristianos ignoran quin es Jess y estn


condenados por su misma religin a no descubrirlo
nunca (Marcel Lgaut).

2. Recuerda ahora los libros que has ledo sobre Jess. Seala tres que te hayan impactado especialmente.
Por qu? Qu encontraste en ellos? Qu aportaron a
tu relacin con Jess?
3. Jess tiene hoy el rostro de las personas que estn en los mrgenes del camino. Una cancin presenta as la Navidad de la vida cotidiana:
Cristo nace cada da
en la cara del obrero cansado,
en el rostro de los nios que ren jugando,
en cada anciano que tenemos al lado.
Cristo nace cada da,
y por mucho que queramos matarlo,
nacer da tras da, minuto a minuto,
en cada hombre que quiere aceptarlo.
En qu rostros de tu entorno descubres hoy la presencia viva de Jess?

2.2. Jesucristo es el mismo, ayer, hoy


y siempre (Hb 13,8)
Esta frase de la carta a los Hebreos resuena con
fuerza al comienzo de un nuevo ao litrgico. El
mundo cambia. T cambias. El Seor del tiempo
es siempre el Seor de cada tiempo. Es siempre el
mismo y, a la vez, distinto, aprende todos los dialectos del mundo, ofrece un rostro reconocible.
Somos cristianos por l y en l. La existencia
cristiana es Jesucristo. No puede decirse algo anlogo de ninguna otra religin respecto de su personaje clave. Esto significa que ser cristiano no es,
en primer trmino, aceptar un credo compuesto
por dogmas; o atenerse estrictamente a un cdigo
moral basado en el evangelio y actualizado por el
magisterio de la iglesia; u observar con escrpulo
los ritos establecidos; ni siquiera pertenecer jurdicamente a la comunidad eclesial. Todo esto forma
parte de una fe madura, pero no constituye su ncleo. Ser cristiano es, ante todo, la adhesin personal a Jesucristo mediante la fe en el seno de su
comunidad que es la iglesia. Benedicto XVI lo resumi as al comienzo de su encclica Deus Caritas
Est: Hemos credo en el amor de Dios: as puede
expresar el cristiano la opcin fundamental de su
vida. No se comienza a ser cristiano por una decisin tica o una gran idea, sino por el encuentro
con un acontecimiento, con una Persona, que da
un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientacin decisiva (n. 1).

Esta centralidad de Jesucristo es lo que
hace particularmente atractivo y a la vez proble-

mtico al cristianismo. Si ser cristiano significa adherirse personalmente a Jesucristo, encontrarse


con l, cmo entender de manera significativa un
encuentro con alguien que ya no existe o, por lo
menos, a la manera de las personas con las cuales
nos encontramos en la vida diaria?
Que el encuentro no es meramente fsico parece evidente. Nadie ha visto a Jess en su casa,
vestido con una tnica inconsutil y con sandalias, tal como aparece en las representaciones
iconogrficas. Es imposible encontrarse fsicamente con alguien que dej fsicamente de
existir hace veinte siglos. Si siguiramos este
camino, podramos toparnos con dos hombres
con vestidos deslumbrantes que nos diran:
Por qu buscis entre los muertos al que est
vivo? (Lc 24,5).
Tampoco se trata segn la fe de la Iglesia de
un mero encuentro sentimental o simblico
como el que se produce cuando alguien se encuentra con Beethoven escuchando La Novena
Sinfona o con Cervantes leyendo El Quijote.
Y mucho menos de una especie de encuentro
transpersonal. Jess no es un espectro o un
fantasma. Si lo viramos as, l mismo podra
decirnos como a los discpulos despus de su
resurreccin: De qu os asustis? Por qu
surgen dudas en vuestro interior? Ved mis manos y mis pies; soy yo en persona (eg eimi auts). Tocadme y convenceos de que un fantas-

La fragua en la vida cotidiana - CARITAS CHRISTI

ma no tiene carne ni huesos, como veis que yo


tengo (Lc 24,38).
Y, sin embargo, cualquier creyente maduro suele utilizar este trmino para referirse a su experiencia de fe: Me he encontrado con Jess. Nuestras
Constituciones hablan de seguirlo (cf. CC 4), contemplarlo (cf. CC 39), imitarlo (cf. CC 20, 23, 28, 33,
39, 42), tener sus sentimientos (cf. CC 41), unirnos
a l (cf. CC 35, 45, 53), llegar a la plena madurez en
l (cf. CC 51). Son diversas maneras de expresar los
efectos del encuentro con l.
Que hubo encuentros en el comienzo y que
los sigue habiendo hoy parece claro. De lo contrario, no existira el cristianismo. En el mejor de los

casos, el recuerdo de Jess se reducira a una simple y minscula resea histrica.


El Nuevo Testamento est lleno de relatos en los
que se narran los encuentros transformaadores de
muchas personas con Jess: desde los pastores (cf.
Lc 2,16), hasta Mara Magdalena (cf. Jn 20,10-18)
pasando por los primeros discpulos (cf. Jn 1,31-51),
Mateo (cf. Mt 9,9-13), el joven rico (cf. Mc 10,1731), la mujer samaritana (cf. Jn 4,1-42), Zaqueo (cf.
Lc 19,1-10), la mujer pagana (cf. Mc 15,21-28), el
ciego Bartimeo (cf. Mc 10,46-52), el centurin romano (cf. Lc 7,1-10), el anciano fariseo Nicodemo
(cf. Jn 3,1-21), y tantos otros enfermos, pobres y
necesitados.

La historia del convertido


De modo que te has convertido a Cristo?
S.
Entonces sabrs mucho sobre l. Dime: en qu pas naci?
No lo s.
A qu edad muri?
Tampoco lo s.
Sabrs al menos cuntos sermones pronunci?
Pues no ... No lo s.
La verdad es que sabes muy poco, para ser un hombre que afirma haberse convertido
a Cristo.
Tienes toda la razn. Y yo mismo estoy avergonzado de lo poco que s acerca de l.
Pero s que s algo: Hace tres aos, yo era un borracho. Estaba cargado de deudas. Mi
familia se deshaca en pedazos. Mi mujer y mis hijos teman como un nublado mi vuelta a
casa cada noche. Pero ahora he dejado la bebida; no tenemos deudas; nuestro hogar es un
hogar feliz; mis hijos esperan ansiosamente mi vuelta a casa cada noche. Todo esto es lo
que ha hecho Cristo por m. Y esto es lo que s de Cristo!
Conocer realmente. Es decir, ser transformado por lo que uno conoce.
(Tony De Mello, El canto del pjaro)
2.3. Hemos encontrado al Mesas (Jn 1,41)
El problema del encuentro con Jess no es de
hoy. Se remonta a los orgenes de la Iglesia. Afecta
por igual a los creyentes del siglo XXI y a los que
se fueron adhiriendo a la primitiva comunidad sin
haber conocido fsicamente a Jess de Nazaret.
Tambin aqu se da la tensin bsqueda-encuentro
que Jess mismo describe en el Evangelio: Buscad
y encontraris ... porque el que busca encuentra
(Mt 7,7).
Hoy, viendo el deseo que muchas personas tienen de encontrar un sentido a la vida, se podra

10 Al encuentro de Cristo

decir: Todo el mundo te busca (Mc 1,37). Y quiz


nosotros, que hemos experimentado de muchas
maneras destellos de su presencia, nos reconocemos en las palabras de los peregrinos griegos que
llegan a Jerusaln: Quisiramos ver a Jess (Jn
12,21). Incluso, como algunos discpulos de Juan el
Bautista, nos atrevemos a preguntarle directamente: Maestro, dnde vives? (Jn 1,38).
Mientras buscamos respuestas que iluminen la
mente y enciendan el corazn, nos gustara que un
ngel nos dijera como a los pastores: Encontraris

a un nio envuelto en paales. Ms an, nos gustara estar ya con l y poder decir como Andrs a su
hermano Pedro: Hemos encontrado al Mesas (Jn
1,41). O como Felipe a Natanael: Hemos encontrado aquel de quien escribi Moiss en el libro de la
ley, y del que hablaron tambin los profetas: Jess,
el hijo de Jos, el de Nazaret (Jn 1,45). Es tambin
la experiencia de Mara Magdalena cuando, despus de su encuentro con el Resucitado, anuncia
a los discpulos: He visto al Seor (Jn 20,18). En
todos estos casos no se trata de comunicar algo de
odas, sino el fruto de una experiencia: hemos encontrado, he visto.
El encuentro con Jesucristo es un proceso complejo pero, a la vez, sencillo para los que tienen
un corazn humilde (cf. Lc 10,21) en el que intervienen varios factores que estn ntimamente relacionados entre s. Puedes ir meditando cada uno
de ellos a lo largo de las semanas del Adviento y
la Navidad. Aunque no guardan una relacin directa con los ncleos de la liturgia, constituyen como
etapas de un itinerario de encuentro con Jesucristo, que van desde la bsqueda-espera (Adviento) al
reconocimiento-adoracin (Navidad).
1) La accin del Espritu Santo y de la Virgen Mara
No es posible que una persona de cualquier
edad, espacio, tiempo o condicin se encuentre
con el Resucitado con alguien, por tanto, que no
existe ya bajo condiciones espacio-temporales si
no es mediante la accin del Espritu Santo. Solo
el Espritu puede trascender las coordenadas espacio-tiempo y hacernos presente al Resucitado.
Este es el mensaje del cuarto evangelio, escrito a
finales del siglo I para creyentes a distancia; es
decir, personas que no conocieron fsicamente a
Jess. En l aparece el Espritu Santo como aquel
que ir recordando a lo largo de la historia lo que
Jess ha dicho (cf. Jn 14,26) y conducir al creyente
hacia la verdad plena (cf. Jn 16,12-13). No es una
persona al margen de Jess, porque toma de lo
suyo y lo interpreta (Jn 16,15).
Pablo se sita en una perspectiva semejante:
Nadie puede decir Jess es Seor si no es movido por el Espritu Santo (1 Cor 12,3b). La primera
carta de Pedro transmite un mensaje que parece
escrito para quienes hoy nos debatimos entre la fe
y la duda, el compromiso y el cansancio: Todava
no lo habis visto, pero lo amis; sin verlo creis
en l y os alegris con un gozo inefable y radiante;
as alcanzaris la salvacin, que es el objetivo de
vuestra fe (1 Pe 1,8-9). Cuando examinas tu experiencia de relacin con Jess, eres consciente

de que tu fe en l es fruto del Espritu Santo y no


simplemente el resultado de la educacin recibida
o de tu bsqueda personal?
Que el encuentro haya de ser necesariamente espiritual no significa que sea inconsistente o
irreal. Espiritual no se opone a material, no es sinnimo de psquico. Significa que viene del Espritu y, por tanto, que no nace del esfuerzo humano
o de cualquier otra instancia inmanente. Sin esta
referencia fontal a la accin del Espritu Santo el
cristianismo pierde su alma y Jesucristo deja de ser
el Viviente, el contemporneo de todo hombre
(Karl Barth), para engrosar la galera de personajes
ilustres de la humanidad. Sin el Espritu Santo, el
encuentro transformador con con Jess se reduce a inspiracin sapiencial, motivacin tica o
disfrute esttico.
El encuentro con Cristo se produce tambin
a travs de Mara. El principio asctico Ad Jesum
per Mariam, acuado por san san Luis Mara Grignion de Monfort, no es solo una frase devocional:
expresa una verdad de fe, corroborada por la experiencia de muchos creyentes que han llegado a
creer en Jess de la mano de Mara. En el credo
confesamos de manera especial durante el tiempo de Navidad que el Hijo por obra del Espritu Santo se encarn en Mara la virgen, y se hizo
hombre. El 1 de enero celebramos la solemnidad
de Mara, la madre de Dios. La iglesia confiesa que
Mara sigue engendrando a Cristo, como madre de
la fe, en el corazn de los creyentes. Desde esta
perspectiva se entiende la confesin de nuestro
La fragua en la vida cotidiana - CARITAS CHRISTI

11

Fundador: Mara Santsima es mi Madre, mi Madrina, mi Maestra, mi Directora y mi todo despus


de Jess (Aut 5).
Atrvete a suplicar con humildad al Espritu y a
Mara que te revelen el rostro escondido de Jess en cualquiera de sus mltiples presencias (cf.
Sacrosanctum Concilium, 7):
La Palabra: Si alguno me ama, guardar mi Palabra. Y mi Padre le amar, y vendremos a l, y
haremos morada en l (Jn 14, 22).
Los sacramentos: Haced esto en memoria
ma (1 Cor 11,24).
La comunidad: Donde dos o tres estn reunidos en mi nombre, all estar yo en medio de
ellos (Mt 18,20).
Los pastores de la comunidad: El que a vosotros escucha, a m me escucha (Lc 10,16).
Los pequeos y necesitados: Quien acoge a
uno de estos pequeos en mi nombre, me acoge a m (Mc 9,37).
La historia: Yo estar con vosotros todos los
das hasta el final de los tiempos (Mt 28,20).
Espritu Santo,
perfecciona la obra que Jess
comenz en m.
Apura para m el tiempo
de una vida llena de tu amor.
Mortifica en m
la presuncin natural.
Quiero ser sencillo,
lleno de amor de Dios
y constantemente generoso.
Que ninguna fuerza humana
me impida hacer honor
a mi vocacin cristiana.
Que ningn inters, por descuido mo,
vaya contra la justicia.
Que ningn egosmo reduzca en m
los espacios infinitos del amor.
Todo sea grande en m.
Tambin el culto a la verdad
y la prontitud
en mi deber hasta la muerte.
Que la efusin de tu Espritu de amor
venga sobre m, sobre la Iglesia
y sobre el mundo entero.
(Inspirada en una oracin de Juan XXIII)

12 Al encuentro de Cristo

2) El acercamiento histrico-crtico
Cmo distinguir una verdadera experiencia
del Espritu y de encuentro con Mara? Para evitar
confundir la experiencia espiritual o mariana con
un simple fenmeno psquico y para no incurrir en
reduccionismos de tipo iluminista o fidesta es necesario un acercamiento crtico al Jess de la historia. El Cristo de la fe es el Jess de la historia. Por
mucho que cierta crtica contempornea quiera
seccionar ambas dimensiones no puede ir contra
la fe de la iglesia, la experiencia de los msticos y
seguramente tu propia experiencia personal.
Como sabemos, la historiografa actual ha renunciado a escribir una biografa (en el sentido tcnico) de Jess de Nazaret, pero puede enunciar conclusiones valiosas sobre sus hechos y dichos hasta
dibujar una silueta histricamente acreditada y humanamente extraordinaria, capaz de fundar y dar
solidez a un autntico encuentro interpersonal. En
este sentido, la teologa kerigmtica super los reduccionismos de la teologa liberal y de la teologa
dialctica. No hay que olvidar que, desde el punto
de vista teolgico, la fe cristiana es una fe que acoge la revelacin de Dios en la historia. A travs de
hechos histricos (y no por introspecciones psquicas o prcticas mgicas), el hombre, esencialmente
histrico, puede comprender la palabra que Dios
le dirige. La produccin bibliogrfica actual es tan
ingente que resulta imposible resumirla en pocas
lneas. En la pgina web de la Fragua encontrars
algunos documentos que pueden ayudarte a profundizar esta dimensin.
El Adviento y la Navidad, por otra parte, son
tiempos propicios para meditar que la Palabra se
ha hecho carne (Jn 1,18), que Dios se ha hecho
hombre, que ha entrado en nuestra historia (Cur
Deus homo). Cualquier gnosticismo, antiguo o moderno, burdo o sutil, cualquier intento de disolver
el misterio de la encarnacin de Dios en mito se
estrella frente al hecho desnudo de un nio acostado en un pesebre (Lc 2,16).
En medio de la sombra y de la herida
me preguntan si creo en ti. Y digo
que tengo todo cuando estoy contigo:
el sol, la luz, la paz, el bien, la vida.
Sin ti, el sol es luz descolorida.
Sin ti, la paz es cruel castigo.
Sin ti, no hay bien ni corazn amigo.
Sin ti, la vida es muerte repetida.

Contigo el sol es luz enamorada


y contigo la paz es paz florida.
Contigo el bien es casa reposada
y contigo la vida es sangre ardida.
Pues si me faltas T, no tengo nada:
ni sol, ni luz, ni paz, ni bien, ni vida.
(Jos Luis Martn Descalzo)
En las ltimas dcadas, la llamada tercera bsqueda (third quest), cultivada, sobre todo, en mbitos anglosajones, ha ensanchado el campo de la
investigacin. Adems de los manuscritos, se sirve
de los datos provenientes de la arqueologa, la sociologa del cristianismo primitivo, etc. Todo puede
contribuir a a dar solidez a nuestro conocimiento
del Jess de la historia. Quiz t mismo has experimentado el influjo benfico de algunas cristologas
publicadas en los ltimos aos. Una de las preguntas del ejercicio 1 te invitaba a recordarlas.
Ahora bien, para un creyente el acercamiento
crtico al Nuevo Testamento y a las disciplinas que
investigan sobre Jess no se puede desvincular del
acercamiento a la comunidad que mantiene viva
su presencia en la historia y que ha producido los
escritos sobre l. No podemos separar el cuerpo
de la cabeza y viceversa. Pretender llegar a Jess
prescindiendo de su comunidad o reduciendo sta
solo a su estadio primitivo como sucede en quienes reivindican un cristianismo sin iglesia o consideran que todo lo autntico termin en el siglo
IV es una empresa insostenible. Entre Escritura e
iglesia se da una relacin de mutua dependencia.
Ambas son creaciones del Espritu, realidades vivas, no fsiles. Sin iglesia no hay Escritura (El Nuevo Testamento no cae llovido del cielo ni surge por
generacin espontnea o producido por sabios
extra-comunitarios!). Pero, al mismo tiempo, la Escritura es siempre fuente e instancia crtica para la
misma comunidad que la ha producido asistida por
el Espritu de Jess (La iglesia es siempre comunidad que surge de la Palabra y vive de ella!).
3) La necesidad de buscar y esperar
La historia nos ayuda a ver a Jess como un hombre de carne y hueso, no como un mito sobre el
que proyectar nuestras cambiantes interpretaciones de la realidad. La fe nos permite reconocer en
l al Hijo de Dios, al Seor, al Mesas. Pero, aunque
tengamos una experiencia espiritual contrastada
histricamente, siempre podemos escandalizarnos de Jess, no llegar a entender qu tiene que
La fragua en la vida cotidiana - CARITAS CHRISTI

13

ver este hombre (y su propuesta de salvacin) con


las preocupaciones ms hondas de la existencia. En
otras palabras, siempre podemos vivir la relacin
con Jess como un aadido que, de no existir, no
cambiara significativamente nuestra vida. De hecho, hay personas que han credo en Jess, luego
han dejado de creer en l y han seguido viviendo
... con aparente normalidad. No se ha hundido el
mundo debajo de sus pies.
Por eso, para calibrar la hondura de nuestro encuentro con Jess, para que l pueda ser respuesta
a nuestras preguntas, se requiere por nuestra parte una actitud de bsqueda, de expectativa. El Adviento nos impulsa cada ao a cultivar esta actitud
de bsqueda, vigilancia y espera. Jess se presenta
a s mismo como el camino, la verdad y la vida
(cf. Jn 14,6). Pero, qu sentido tiene hablar de Jess como camino a aquellos que estn satisfechos
con su situacin y no estn dispuestos a ponerse en
marcha? Qu valor tiene Jess como verdad en
tiempos de relativismo en los que para muchas personas no hay ninguna referencia estable? Cmo
puede descubrir a Jess como vida quien se aferra a lo que tiene? Quien no busca no encuentra.
Quien no cuestiona su modo de vivir no crece. En
esto consiste precisamente la experiencia Quid Prodest, trabajada en el primer ao del itinerario de la
Fragua. Por eso, la primera intervencin de Jess en
el evangelio de Juan es una pregunta: Qu buscis? (Jn 1,37). A los discpulos que bajan entristecidos de Jerusaln a Emas les dice: Qu conversacin llevis por el camino? (Lc 24,17). En otras
palabras: Qu os preocupa? Qu significa para
vosotros vivir? Cmo buscis la felicidad? Son estas las preguntas que dan consistencia al encuentro
con Jess. Solo cuando vivimos a este nivel de profundidad, el encuentro con l resulta significativo.

Al hablar en estos trminos pudiera dar la impresin de que se elimina la gratuidad del encuentro,
de que la fe en Jess fuera la coronacin de nuestra
bsqueda. En realidad, todo encuentro es siempre
una experiencia de gracia, un acontecimiento inaudito, una semilla que Alguien siembra en nuestro
campo y que crece sin que sepamos cmo. Pero Jess mismo se encarg de explicar, en relacin con la
eficacia de la palabra, que, aunque sta sea poderosa, el fruto no solo depende de ella sino tambin de
la diversa calidad del terreno (cf. Mc 4,3-20). No es
lo mismo ser borde del camino (cf. Mc 4,15), terreno pedregoso (cf. Mc 4,16-17), cardo (cf. Mc
4,18-19) o tierra buena (cf. Mc 4,20). Qu tipo
de terreno eres t?
La liturgia del tiempo de Adviento te invita a
preparar el camino del Seor. Es la oportunidad
para que te preguntes si tu corazn sigue, en realidad, buscndolo o, por el contrario, te has acostumbrado a l y ya nada te sorprende. Quiz, en medio
de tus dificultades y dudas, hayas vivido la misma
experiencia de Mara Magdalena: Se han llevado a
mi Seor y no s dnde lo han puesto (Jn 20,13).
Esta sensacin se acrecienta en aquellos lugares en
los que se vive una cultura del da despus, como
si el asunto de Jess fuera una pgina ya leda del
libro de la historia y no mereceriera ms atencin.
El ao pasado, al comienzo de la etapa Patris Mei,
pudiste meditar sobre la bsqueda de Dios. Este
ao la mirada se dirige al Jess que viene, que llama
a tu puerta: Mira que estoy llamando a la puerta.
Si alguno oye mi voz y abre la puerta, enytrar en su
casa y cenar con l y l conmigo (Ap 3,20). Ests
dispuesto a abrirle o prefieres decir, como el poeta: Maana le abriremos para lo mismo responder
maana?
Qu tengo yo, que mi amistad procuras?
Qu inters se te sigue, Jess mo,
que a mi puerta, cubierto de roco,
pasas las noches del invierno oscuras?
Oh, cunto fueron mis entraas duras,
pues no te abr! Qu extrao desvaro,
si de mi ingratitud el hielo fro
sec las llagas de tus plantas puras!
Cuntas veces el ngel me deca:
Alma, asmate ahora a la ventana,
vers con cunto amor llamar porfa!
Y cuntas, hermosura soberana,
Maana le abriremos, responda,
para lo mismo responder maana!

14 Al encuentro de Cristo

4) Los signos reveladores


En el proceso de encuentro con Jess, en ntima conexin con la bsqueda y la expectativa, hay
que hablar de la necesidad de los signos (miracula); es decir, de algunos hechos significativos y
comprobatorios que indiquen, a quien busca, la
direccin del camino. Los signos no demuestran
la verdad de la fe, pero s pueden mostrar su coherencia y, sobre todo, ayudan a distinguir la fe de
sus posibles deformaciones. Los milagros (que son
signos en funcin de la fe y no manifestaciones
exhibicionistas o lucrativas de Jess), la extraordinaria coherencia de su vida (manifestada en acciones y palabras), la experiencia sorprendente
de su resurreccin (significativa solo desde la fe)
y la potencia humanizadora que la aceptacin de
su persona produce en el creyente son los signos
principales.
Cuando miras a tu alrededor, qu signos te
ayudan a reconocer la presencia de Jess en
nuestro mundo, en tu vida? Es probable que los
encuentres en el seno de tu familia, tu comunidad, tu entorno pastoral. Tmate un tiempo para
caer en la cuenta de algunos de ellos. Tambien en
Adviento la liturgia nos habla de los signos del
Mesas que viene. Nosotros podemos reconocernos en la pregunta de Juan el Bautista: Eres t el
que tena que venir o hemos de esperar a otro?
(Lc 7,19). Para que te resulte cercana, puedes acomodarla a la situacin que ests viviendo: Eres t
el que ha de venir o, ms bien, todo depende de
los avances cientficos? Eres t el que ha de venir
o lo que necesitamos es una terapia psicolgica?
Eres t el que ha de venir o lo que hace falta es un
profundo cambio del sistema econmico mundial?
La respuesta de Jess no es ni s ni no. No ofrece conceptos ni un plan de accin global. Invita a
abrir los ojos y ver algunos signos que transforman
las vidas de las personas ms necesitadas: Id y
contad a Juan lo que habis visto y odo: los ciegos
ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios,
los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la buena noticia; y dichoso el
que no encuentre en m motivo de tropiezo (Lc
7,22-23).
Tambin hoy hay muchas personas que estn
entregando su vida para aliviar el dolor de los que
sufren: inmigrantes indocumentados, desocupados de larga duracin, toxicmanos, familias
desestructuradas, refugiados, nios explotados,
adolescentes enrolados en bandas, ancianos sin
pensin, etc. Las reconoces? Eres t una de ellas
o prefieres vivir al margen?

La liturgia de Navidad est tambin envuelta


de signos. Los pastores, en medio de la noche, ven
a un ngel del Seor que les dice: No temis, pues
os anuncio una gran alegra, que lo ser tambin
para todo el pueblo: Os ha nacido hoy, en la ciudad
de David, un Salvador, que es el mesas, el Seor
(Lc 2,10-11). Como este anuncio resulta sorprendente e incomprensible, el ngel aade: Esto os
servir de signo: encontraris un nio envuelto
en paales y acostado en un pesebre (Lc 2,12).
La realidad minscula de un nio se convierte en
signo de la salvacin de Dios. Los magos se ponen en marcha porque hemos visto su estrella en
el oriente y venimos a adorarlo (Mt 2,2). Cuando,
tras el encuentro con Herodes, reanudan el camino, la estrella que haban visto en oriente los gui
y se par encima de donde estaba el nio. Al ver
la estrella se llenaron de una inmesna alegra (Mt
2,9-11). La estrella luminosa se convierte tambin
en signo que indica en qu direccin deben caminar y dnde se encuentra el nio Jess.
Es verdad que hoy estamos viviendo en algunas regiones del mundo una noche en la que no
se percibe la luz de Cristo, un verdadero eclipse. Es
verdad que un modelo histrico de vida religiosa
parece estar muriendo. Pero es igualmente cierto
que en medio de esta noche cultural hay ngeles
La fragua en la vida cotidiana - CARITAS CHRISTI

15

que siguen anunciando buenas noticias y estrellas


que nos conducen a Jess. No importa que seamos
rudos como los pastores o sabios como los magos.
Lo importante es ser humildes buscadores, reconocer los pequeos signos en los que Jess se
hace visible hoy y ponernos en camino.
Entre estos signos sencillos, somos invitados a
contemplar nuestro mismo estilo de vida consagrada como uno de ellos, como memoria Jesu para la
misma iglesia y para el mundo: Verdaderamente
merecen agradecimiento por parte de la comunidad eclesial las personas consagradas: monjes y
monjas, contemplativos y contemplativas, religiosos y religiosas dedicados a las obras de apostolado,
miembros de los institutos seculares y sociedades
de vida apostlica, eremitas y vrgenes consagradas. Su existencia da testimonio de amor a Cristo
cuando se encaminan al seguimiento como viene
propuesto en el Evangelio y, con ntimo gozo, asumen el mismo estilo de vida que l eligi para S.
Esta loable fidelidad, aun no buscando otra aprobacin que la del Seor, se convierte en memoria
viviente del modo de existir y de actuar de Jess
como Verbo encarnado ante el Padre y ante los
hermanos (Caminar desde Cristo, 5).
5) La actitud comprometida
Aunque pueda parecer algo extrao, el verdadero encuentro con Jess exige, adems de las condiciones sealadas antes, una actitud vital y operativa

en la lnea de su mensaje. O, dicho de otra manera,


es difcil encontrarse con Jess si transitamos por
los caminos que l no recorre, si nos contentamos
con una bsqueda meramente intelectual. El evangelio est repleto de indicaciones en este sentido.
La parbola del buen samaritano (cf. Lc 10,25-37)
muestra que Jess es, al mismo tiempo, el hombre
herido al borde del camino y el samaritano que se
acerca, cura las heridas con aceite y vino, las venda, monta al herido en su cabalgadura, lo lleva al
mesn, cuida de l y paga al mesonero para que
lo siga haciendo. Siete verbos repletos de fuerza y
compromiso.
Pero quiz sea el texto de Mt 25,31-46 el que
con ms claridad responde a la pregunta acerca de
dnde podemos encontrar hoy a Jess: Os aseguro que cuando lo hicisteis con uno de estos mis
hermanos ms pequeos, conmigo lo hicisteis (Mt
25,40). Qu es lo que podemos hacer? Tambin
la respuesta es concreta, comprensible, humana:
Tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed y
me disteis de beber; era forastero, y me alojasteis;
estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la crcel, y fuisteis a verme (Mt 25,3536).
No crees que tu Navidad este ao de la etapa
Caritas Christi podra ser diferente, ms autntica
y luminosa, si estas palabras de Jess se convirtieran en tu programa? Mirando el contexto en el que
vives, a quin puedes dar de comer o de beber,
vestir o visitar? Los pequeos signos, cuando sur-

Ejercicio 2: Creer en Jess, el Viviente


El artculo del credo niceno-constantinopolitano dedicado a Jesucristo reza as: Creo en un solo Seor, Jesucristo,
Hijo nico de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios
verdadero, engendrado no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho, que por nosotros
los hombres y por nuestra salvacion baj del cielo, y por obra del Espritu Santo se encarn de Mara, la Virgen, y
se hizo hombre. Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeci y fue sepultado, y resucit
al tercer da, segn las Escrituras, y subi al cielo, y est sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendr con
gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendr fin.
1. Comienza leyendo este artculo del Credo. Cuntas veces lo has recitado a lo largo de tu vida? Hay algo que
hoy te llama la atencin de manera particular?
2. Partiendo de tu experiencia personal, cmo expresaras tu fe en Jess de Nazaret? Escribe en tu cuaderno tu
propio credo.

16 Al encuentro de Cristo

gen de un corazn renovado, cambian el mundo. No te preguntes demasiado dnde encontrar a Jess
hoy. l te lo ha dicho con claridad. Ponte en camino.
Puesto que el cristianismo no es simplemente una doctrina sino el seguimiento de una persona, no
se puede descubrir su entraa sin comprometerse. Solo se puede conocer a Jess ... siguindolo. La vida
basada en el evangelio va aclarando los motivos de la fe y nos dispone para la aceptacin responsable de
la gracia. Creer que solo debemos cambiar cuando hayamos descubierto completamente a Jess significa
desconocer las leyes del crecimiento cristiano.

3. Sugerencias para el encuentro comunitario


Para muchas comunidades resulta difcil tener la reunin comunitaria durante el tiempo de Navidad. Por
eso, puede ser recomendable tenerla al final del Adviento. Sugerimos dos modalidades.
Modalidad 1
1. La comunidad comienza dialogando sobre algunas situaciones de necesidad que ha descubierto en su
entorno. Preguntarse por ello significa ir ms all de los problemas domsticos, ensanchar el espacio
de la tienda (cf. Is 54,2).
2. Teniendo en cuenta las condiciones y posibilidades, selecciona algunas.
3. Despus, de dos en dos, los miembros de la comunidad se hacen presente en los lugares donde estas
personas viven: hospitales, residencias de ancianos, crceles, casas de acogida, domicilios particulares, etc. Se trata de dedicar un tiempo a escuchar a las personas, a prestar pequeos servicios y a llevar
algn regalo navideo que exprese cercana.
4. Al regreso, todos comparten en la comunidad la experiencia vivida.
5. El encuentro termina con un rato de oracin a partir del encuentro con las personas necesitadas y del
dilogo comunitario.
Modalidad 2
1. La comunidad se rene y, tras la oracin inicial y una breve introduccin por parte del animador del
encuentro, dedica tiempo a poner en comn la respuesta a la segunda pregunta del Ejercicio 2 tal
como se propone en este cuaderno.
2. El encuentro puede terminar con un rato de oracin especialmente preparado dentro del contexto del
Adviento, en el que se dedique tiempo suficiente para presentarle al Seor lo que la comunidad vive.

La fragua en la vida cotidiana - CARITAS CHRISTI

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4. Pistas para la lectio divina


El domingo 2 de diciembre de 2012 comienza
el nuevo ao litrgico con el tiempo de Adviento.
A diferencia de lo que sucede con el comienzo del
ao civil, festejado con intensidad, el ao litrgico
comienza discretamente. El tiempo de Adviento es
una preparacin de cuatro semanas para la gran
fiesta de la Natividad del Seor y, en general, para
el tiempo de Navidad. Este ao seguiremos el ciclo
C. Cobrar relieve el evangelio de Lucas.
El Adviento es, sobre todo, un tiempo de esperanza. Lo que esperamos no es tanto que Dios venga l est ya en medio de nosotros, cuanto que
su Reino se haga ms visible y nosotros podamos
acogerlo. Se trata de creer en el don y de colaborar
en la tarea. El Reino, que es don de Dios, no llega
por nosotros, pero no se consolida sin nosotros.
Por eso se nos invita a despertar (primer domingo), a preparar el camino del Seor (segundo
domingo), a discernir qu debemos hacer (tercer domingo), con el horizonte y la felicidad que
da haber credo (cuarto domingo) como Mara,
la madre y discpula del Seor.
En los das feriales la liturgia nos ofrece como
base de la primera lectura el libro de Isaas. El evangelio se toma casi siempre de Mateo, preocupado
por hacer ver que en Jess se cumplen las Escrituras. A lo largo de las semanas hay una pedagoga
sabia. No se comienza con el reproche y la llamada
a la conversin por parte de Juan el Bautista sino
con el anuncio cautivador de las promesas de Dios,
que es capaz de convertir el desierto en un oasis
y transformar las lanzas en podaderas. Los personajes centrales de Adviento son Isaas (promesa y

18 Al encuentro de Cristo

profeca), Juan Bautista (llamada a la conversin) y


Mara de Nazaret (acogida de la Palabra).
La Navidad celebra que en esta etapa final, Dios
nos ha hablado por el el Hijo, al que ha nombrado
heredero de todo (Heb 1,2), que la Palabra se
hizo carne (Jn 1,18). Este ao, dentro de la etapa
Caritas Christi, podemos centrar nuestra mirada
en la persona misma de Jess: el Mesas esperado
(Adviento), la Palabra hecha carne (Navidad).
Lo que encuentras al final de cada cuaderno no
son comentarios a las lecturas del da sino simplemente pistas para realizar la lectio divina, una
llamada de atencin para que cada da acudas a
tu cita con el Seor que te habla a travs de su Palabra.
En la portada de la pgina web de La Fragua
(www.lafraguacmf.org) encuentras algunos enlaces a pginas claretianas en las que se ofrecen
comentarios ms extensos. Dispones tambin de
subsidios impresos como Diario Bblico, Evangelio
y Vida, La Palabra de cada da, etc., publicados por
los claretianos.
Si no lo has hecho hasta ahora, el comienzo de
la etapa Caritas Christi puede ser la oportunidad
para hacerte con una buena gua de lectio divina.
Existen varias y muy buenas en el mercado. Destacamos dos en el mbito de lengua espaola:

VARIOS, Lectio divina para cada da del ao,


Ed. Verbo Divino, Estella (17 volmenes).
VARIOS, Lectio divina para todos los das del
ao, Ed. San Pablo, Madrid (preparada por
la Casa de la Biblia).

Domingo 2 de diciembre de 2012. Primer Domingo de Adviento





Jer 33, 14-16


Sal 24
1Tes 3, 12-4, 2
Lc 21, 25-28. 34-36

El Adviento comienza con una promesa (Llegan das en que cumplir la promesa que
hice a la casa de Israel y a la casa de Jud) y un anuncio (Vern al hijo del hombre venir en una nube con gran poder y gloria). El cosmos y la historia se conmueven ante
la llegada del Hijo del hombre. Todo entra en ebullicin. Nada queda como estaba. La
venida del Hijo, en medio del caos, significa nuestra liberacin. Qu hacer ante ese
da? Vigilar y orar. Son los dos verbos del Adviento. Ya no vale la dulce tranquilidad
de la rutina. Hay que estar despiertos y mirar a Dios.

Lunes 3 de diciembre de 2012. Memoria de san Francisco Javier, presbtero




Is 2, 1-5
Sal 121
Mt 8,5-11

Isaas nos recuerda que la historia no avanza hacia el desastre final sino hacia el don
divino de la paz universal. Jess se admira de la fe de un pagano, una fe que no ha encontrado entre los creyentes de Israel, su pueblo. En qu consiste esta admirable
fe del centurin?: en el reconocimiento de su pequeez (No soy digno de que entres
en mi casa) y en su confianza absoluta en el poder sanador de Jess (Da una orden y
mi siervo quedar curado). Es posible una fe as en un contexto cultural o personal
de autosuficiencia y de sospecha y desconfianza?

Martes 4 de diciembre de 2012




Is 11,1-10
Sal 71
Lc 10,21-24

Del rbol seco de Jes surgir un brote de vida. Jess es ese brote revestido con los
dones del Espritu: sabidura, inteligencia, consejo, fortaleza, etc. Jess est brotando
constantemente en todos los pueblos y culturas. l renueva lo caduco. Pero no todos
perciben su novedad: solo los pequeos, los que, curados de su autosuficiencia,
permiten que Dios les revele quin es Jess. Nunca es tarde para pedir el don de la
infancia espiritual y poder ver las cosas con los ojos del nio.

Mircoles 5 de diciembre de 2012




Is 25,6-10
Sal 22
Mt 15,29-37

El futuro es un banquete para celebrar la victoria de Dios sobre todos los poderes
que afligen al ser humano, incluida la muerte: Eliminar la muerte para siempre.
La multiplicacin de los panes es un signo y una anticipacin de ese banquete final al
que todos estn convocados y en el que sobra alimento para todos. Si no fuera por
esta luz que proviene de la Palabra, cmo podramos seguir acogiendo este regalo y
luchando para que sea posible?

Jueves 6 de diciembre de 2012




Is 26,1-6
Sal 117
Mt 7,21.24-27

Al banquete de ayer sucede el himno de accin de gracias de hoy. Tambin nosotros


somos habitantes de la ciudad fuerte, construida sobre la roca de Dios. Pero nuestra
misin no es atrincherarnos en ella sino abrir las puertas para que entre un pueblo
justo. Cuanto ms nos asentamos en Dios, ms nos abrimos a todos los seres humanos. Jess nos ofrece tambin la imagen de la roca para describir lo que sucede con
quien escucha su Palabra. Si nuestra vida se basa en ella y no en arenas movedizas
como el xito o una religiosidad superficial, nada nos podr destruir.

Viernes 7 de diciembre de 2012. Memoria de san Ambrosio, obispo y doctor




Is 29,17-24
Sal 26
Mt 9,27-31

Isaas nos recuerda que el da del Seor significar una transformacin radical de
todo: la naturaleza y la historia. Son los humildes los principales destinatarios del
cambio operado por Dios. Esa es precisamente la experiencia que tienen los dos ciegos que se acercan a Jess. En el relato evanglico no se acenta lo que sucedi sino,
sobre todo, las razones de fondo: la autoridad de Jess y la fe de los ciegos. Creemos
que Jess pueda seguir haciendo obras de transformacin hoy?

Sbado 8 de diciembre de 2012. Solemnidad de la Inmaculada Concepcin (Cal CMF, 463-468)





Gn 3,9-15.20
Sal 97
Ef 1,3-6.11-12
Lc 1,26-38

La llena de gracia descontamina nuestro mundo corrompido. Donde est Mara no


hay corrupcin. Ella es la mujer que, desprovista de toda fuerza personal, fiada plenamente de Dios, sigue pisando la cabeza de la serpiente que nos aparta del camino
de la vida. Nosotros, sus hijos, participamos de su santidad: Somos santos e inmaculados por el amor. En el itinerario del Adviento, la Inmaculada nos allana el camino
para el encuentro personal con el Santo.

La fragua en la vida cotidiana - CARITAS CHRISTI

19

Domingo 9 de diciembre de 2012. Segundo Domingo de Adviento





Bar 5,1-9
Sal 125
Filip 1,4-6.8-11
Lc 3,1-6

Lucas introduce a Juan Bautista en la historia: En el ao quince del reinado del emperador Tiberio. Y pone de relieve que su anuncio no es una iniciativa personal, sino
que la Palabra de Dios vino sobre l. La accin transcurre en dos escenarios: el
desierto (lugar de encuentro con la Palabra) y el ro Jordn (lugar en el que entrega la
Palabra a los dems y los invita a la conversin). La segunda semana de Adviento comienza con la invitacin de Juan el Bautista a preparar el camino del Seor. Cmo
puedes elevar los valles y abajar los montes y colinas de tu vida para que llegue el
Seor?

Lunes 10 de diciembre de 2012




Is 35,1-10
Sal 84
Lc 5,17-26

Isaas nos ofrece un verdadero himno a la alegra lleno de fuerza potica. La venida
de Dios, a travs de la via sacra, pone en danza la creacin entera y transforma el
mundo de los humanos. Es la misma alegra del paraltico del evangelio, no solo por
haber recobrado la movilidad sino, sobre todo, por haber experimentado en su corazn el perdn de Dios. Llama la atencin la fe de los amigos que hacen lo imposible
por acercar el paraltico a Jess. El resultado final no es solo el perdn y la curacin
sino el hecho de que todos regresan a la vida cotidiana dando gloria a Dios.

Martes 11 de diciembre de 2012




Is 40,1-11
Sal 95,1-3.10-14
Mt 18,12-14

A la alegra de ayer sucede el consuelo de hoy. Isaas anuncia que los desterrados
regresarn a la patria. Entonces se revelar la gloria de Dios y todos la vern llenos
de alegra. Es la misma alegra que experimenta el pastor cuando encuentra la oveja
perdida. En medio de las pruebas de la vida, el Adviento nos recuerda que Dios nos
sigue buscando para consolarnos y hacernos ver su rostro. De esta manera, cada uno
de nosotros podemos ser principio-consolacin para todas las personas que se encuentran desorientadas y deprimidas en el camino de la vida.

Mircoles 12 de diciembre de 2012. Nuestra Seora de Guadalupe (en Amrica)




Is 40,25-31
Sal 102
Mt 11,28-30

La experiencia de Dios, tanto para los jvenes como para los ancianos, es la fuerza
que nos mantiene vivos, que nos da alas como de guila para caminar en la vida sin
agotarnos. Es Jess quien nos introduce en esta experiencia. Para todos los cansados
y agobiados, l es el verdadero descanso. Con l, el camino del evangelio se hace
posible. Su compaa es anti-estrs, liberadora. Lo experimentas as en medio de las
tensiones de la vida? Sientes a Jess como la fuerza que te permite superar el cansancio y vivir con decisin tu vocacin misionera?

Jueves 13 de diciembre de 2012. Memoria de santa Luca, virgen y mrtir




Is 41,13-20
Sal 144
Mt 11,11-15

Aunque a veces nos sintamos como un gusano, el profeta nos invita a no temer porque el Seor se hace cargo de nuestras miserias y nos redime. Juan el Bautista habla
de Jess y Jess habla de Juan, el ms grande entre los nacidos de mujer. Pero los
que se hacen pequeos y entran en la dinmica del Reino superan la grandeza del
Precursor. Hacerse pequeo, decrecer, aceptar ser un gusano ... nos permite experimentar de otro modo la paternidad de Dios y situarnos ante los dems de hermano a
hermano. No es esta la llamada que vivimos hoy, sobre todo en aquellos contextos
en los que estamos aprendiendo a vivir la espiritualidad de las minoras?

Viernes 14 de diciembre de 2012. Memoria de san Juan de la Cruz, presbtero y doctor




Is 48,17-19
Sal 1
Mt 11,16-19

Cmo hubiera sido nuestra vida si hubiramos prestado atencin al Seor? El profeta Isaas nos invita a ser conscientes de todo lo que perdemos cuando queremos
caminar por nuestra cuenta. Y lo mismo hace Jess cuando nos invita a interpretar
el tiempo presente. Perdidos en luchas ideolgicas o en intereses personales o de
grupo, no sabemos percibir los signos del Seor que est en medio de nosotros, se
sienta a nuestras mesas y, sobre todo, es amigo de los ltimos de la sociedad. El Adviento es una terapia que nos descontamina de prejuicios, modas y hasta de nuestras
propias opciones.

Sbado 15 de diciembre de 2012




Ecclo 48,1-4.9-11
Sal 79
Mt 17,10-13

20 Al encuentro de Cristo

El elogio de Elas o de Juan el Bautista no mira al pasado: es una forma de cuestionar


nuestro presente. Como Elas y Juan fueron rechazados, tambin Jess sufrir la misma suerte. Buscamos a testigos de la verdad y la justicia, pero luego no soportamos
su testimonio. Aceptamos cualquier cosa con tal que no cuestione a fondo nuestra
vida. No es el Adviento una cita anual con el Jess que viene a poner un poco de
desorden en las vidas demasiado ordenadas?

Domingo 16 de diciembre de 2012. Tercer Domingo de Adviento





Sof 3,14-18
Sal (Is 12,2-6)
Filip 4,4-7
Lc 3,10-18

El tercer domingo de Adviento es siempre una cita con la alegra. A ella nos invita
el profeta Sofonas (Regocjate, hija de Sin) y el apstol Pablo (Estad siempre
alegres en el Seor). El don de la alegra surge cuando hacemos lo que tenemos
que hacer: repartir con el que no tiene y no exigir ms de lo establecido. Esto solo es
posible para los que son bautizados con el Espritu y el fuego que Jess trae y Juan el
Bautista anuncia. Cabe imaginar hoy una evangelizacin creble si no es a travs de
hombres que arden en caridad y, por tanto, viven y transmiten la alegra de Jess?

Lunes 17 de diciembre de 2012. (Comienzan las ferias mayores)




Gn 49,2.8-10
Sal 71
Mt 1,1-17

Comienza la recta final hacia la Navidad. Las palabras que el moribundo Jacob dirige
a sus doce hijos, y en especial a Jud, anuncian la venida de aquel a quien todos los
pueblos obedecern. Ese es tambin el mensaje de la artificiosa genealoga elaborada
por Mateo al comienzo de su evangelio. Toda la historia del pueblo de Jud apunta al
acontecimiento central: Jacob engendr a Jos, el esposo de Mara, de la cual naci
Jess, llamado Cristo. Jess no es un extraterrestre. Est enraizado en la historia del
pueblo de Israel. Es un ser humano que participa de nuestra humanidad.

Martes 18 de diciembre de 2012




Jr 23,5-8
Sal 71
Mt 1,18-24

Jeremas nos presenta dos orculos: el anuncio de un rey sabio que ser un autntico
pastor para el pueblo y el final del exilio y la vuelta a la tierra. Para Mateo, Jess ser
ese rey sabio y justo que salvar al pueblo de sus pecados. El anuncio de su nacimiento afecta a otros dos seres justos: Mara y Jos. El evangelio de hoy es una presentacin de la vocacin de Jos. Como Mara, tambin l hace lo que le haba ordenado el ngel del Seor. Jos es el smbolo de todos los que se extraan, sienten
miedo ante los designios de Dios, pero acaban findose plenamente de su palabra.

Mircoles 19 de diciembre de 2012




Jc 13,2-7.24-25a
Sal 70
Lc 1,5-25

Las anunciaciones de Sansn y de Juan el Bautista preparan la gran anunciacin de


Jess. Ambas tienen parecidas caractersticas: la eleccin divina de personas dbiles,
la misin del futuro nio en favor del pueblo, un signo, y la confianza en el poder de
Dios y su promesa. Lucas presenta la anunciacin de Juan en continuidad y contraste
con la de Jess. Cambian los sujetos: un anciano (Zacaras), una joven (Mara). Cambia
el lugar: el templo de Jerusaln (Zacaras), una sencilla casa (Mara). Cambia, sobre
todo, la reaccin: incredulidad (Zacaras), entrega total tras la turbacin inicial (Mara). Tambin a nosotros se nos anuncia la llegada de Jess a travs de las mltiples
mediaciones de la vida ordinaria. Cul es nuestra reaccin?

Jueves 20 de diciembre de 2012




Is 7,10-14
Sal 23
Lc 1,26-38

El hijo anunciado por Isaas al rey Acaz es un signo del Hijo anunciado a Mara por el
arcngel Gabriel. La liturgia del Adviento nos presenta por segunda vez la vocacin
de Mara. Es la aurora del mayor acontecimiento de la historia humana: la encarnacin del Hijo de Dios. De esta manera se cumplen todas las profecas. En el relato se
concentran algunos de los ttulos del nio que va a nacer: Jess, hijo del Altsimo, hijo
de David, Rey eterno, Santo, Hijo de Dios. El s de Mara, en su humana debilidad, cambia el curso de la historia e inaugura todos los ses que los seres humanos somos
inivtados a dar a las llamadas de Dios.

Viernes 21 de diciembre de 2012




Cant 2,8-14
Sal 32
Lc 1,39-45

Tras el duro invierno, la Iglesia-esposa espera la llegada de Cristo-esposo saltando


como un cervatillo por los montes. Tambin el pequeo Juan salta de alegra en el
seno de su madre Isabel cuando sta recibe la visita presurosa de su prima Mara.
Como la antigua arca de la alianza, Mara es la portadora del don de Dios. Es, ciertamente, la llena de gracia, pero tambin la mujer creyente que se fa de las promesas de Dios: Bienaventurada t, que has credo.

Sbado 22 de diciembre de 2012




1 Sam 1,24-28
Sal (1 Sam 2,1-7)
Lc 1,46-56

Hoy es el da del Magnificat, cntico mariano lleno de reminiscencias veterotestamentrias, que recitamos cada da en la oracin de la tarde. Es un canto en tres tiempos:
alabanza a Dios por lo que ha hecho en Mara, reconocimiento de la fuerza de Dios
que da la vuelta a las situaciones humanas y recuerdo de la fidelidad de Dios que
siempre cumple sus promesas en favor del pueblo. Este canto, en boca de Mara, es
tambin el canto de todos los que creen en un Dios que es fuente de sentido y alegra
y quiere un mundo hecho a la medida de los pobres, no de los poderosos.

La fragua en la vida cotidiana - CARITAS CHRISTI

21

Domingo 23 de diciembre de 2012. Cuarto Domingo de Adviento (Cal CMF, 469-474)





Miq 5,1-4
Sal 79
Heb 10,5-10
Lc 1,39-45

Miqueas, en tiempo de amenaza asiria, profetiza el nacimiento en Beln del jefe


de Israel. La carta a los Hebreos anuncia el Hinnen de Jess al entrar en el mundo:
Aqu estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad. En el evangelio de Lucas, Mara se
pone en camino llevando en su seno al autor de la vida. De esta manera, se convierte
en tefora, portadora de Dios. Tambin hoy ella sigue visitando a cuantos estn en
necesidad o esperan su salvacin. Mara es la puerta de la Navidad.

Lunes 24 de diciembre de 2012




2 Sam 7,1-5.8b-12.14.16
Sal 88,2-5.27.29
Lc 1,67-79

La verdadera casa del Seor no es el templo de piedra que David quiere construir,
sino el seno de una joven virgen que ha credo en la Palabra de Dios. Como el Magnificat, tambin el cntico del Benedictus est tejido de recuerdos bblicos. En la primera
parte, se delinea la larga historia de la salvacin; en la segunda, se habla de Juan,
el profeta del Altsimo, llamado a preparar el camino del Seor. El cntico aclama a
Cristo, sol que nace de lo alto. Todo est preparado para que l llegue a iluminar la
tierra. Y t?

Martes 25 de diciembre de 2012. Solemnidad de la Natividad del Seor





Is 52,7-10
Sal 97
Heb 19 1-6
Jn 1,1-18

Hoy es Navidad. Jess es el Fuego hecho forma, la Palabra hecha carne, Dios hecho
hombre. En el yunque del seno de Mara se ha forjado la flecha que porta el fuego de
la nica novedad que merece tal nombre: Dios no se ha olvidado de sus hijos. Est
aqu. Ha llegado. Nada ser igual en adelante. La gracia y la verdad se han reconciliado en un pequeo nio. No se trata solo de una buena noticia. Es la proclamacin
de un acontecimiento que se cumple hoy, en ti, en la Iglesia y en el mundo: Cristo ha
nacido. No es ni un juego ni una representacin ni un sentimiento infantil. Es el da
del renacimiento universal.

Mircoles 26 de diciembre de 2012. Fiesta de san Esteban, protomrtir (Cal CMF, 475-479)


Hch 6, 8-10; 7, 54-60


Sal 30
Mt 10, 17-22

Creer en Jesucristo, la Palabra hecha carne, es dar la vida. El dicono Esteban lo hace
repitiendo a la letra la muerte de Jess. Nacer es empezar a morir. Pero morir es
nacer definitivamente. La liturgia de la Navidad empareja ambas realidades. Jess lo
advierte a sus seguidores de todos los tiempos: Os odiarn por causa de mi nombre,
pero quien persevere hasta el fin se salvar. El estupor y la alegra de la Navidad se
complementan con el coraje y la resistencia.

Jueves 27 de diciembre de 2012. Fiesta de san Juan, apstol y evangelista (Cal CMF, 481-486)


1Jn 1, 1-4
Sal 96
Jn 20, 2-8

La cadena de la fe est hecha de testigos y de amigos. Aqu no hay lugar para los funcionarios. El apstol Juan es, ante todo, un amigo. Y lo que cuenta es el fruto de una
relacin: Lo que hemos odo, visto y tocado. El evangelio describe la carrera de la
fe. Ante la noticia de que Cristo ha resucitado, Pedro y Juan se ponen en camino. Ambos quieren ver al Seor. Juan, ms veloz, cede el primer puesto a Pedro, responsable
de la comunidad. Lo que le sucede al entrar en el sepulcro cabe en dos verbos: vio y
crey. Escuchar la noticia, ponerse en camino, ver y creer. Estos son los cuatro verbos
de todo verdadero creyente.

Viernes 28 de diciembre de 2012. Fiesta de los santos inocentes, mrtires




1Jn 1, 5-2, 2
Sal 123
Mt 2, 13-18

La secuencia vida-muerte-vida es navidea. Aqu no valen los adornos que cubren


la vida real. Lo que cuenta es lo que sucede. Donde est Jess se ponen siempre
en marcha los mecanismos diablicos. Algunos inocentes son arrastrados y mueren.
Pero nada se pierde. Incorporado a Jess, la Vida, todo inocente derrota al verdugo
y vive para siempre. Los nios de Beln sostienen la esperanza de los millones de
inocentes vctimas de la crueldad humana que busca matar a Jess deshacindose de
sus testigos. Todo inocente es Jess.

Sbado 29 de diciembre de 2012




1Jn 2, 3-11.
Sal 95
Lc 2, 22-35

22 Al encuentro de Cristo

Conocer es amar. Amar al hermano significa vivir en el misterio de la luz. Lucas ofrece
la escena de la presentacin del nio Jess en el templo de Jerusaln. Ms all del
rito, se anuncia su misin: ser un Mesas sufriente y el Salvador de todos los pueblos.
Para Mara, el ofrecimiento de su hijo en el templo preanuncia el ofrecimiento definitivo en el Calvario. Ella, junto con Jos, participar del sufrimiento y del triunfo. La
liturgia navidea no se abandona a sentimientos vacos. Ilumina el misterio de la vida
desde la trayectoria del pequeo nio de Beln.

Domingo 30 de diciembre de 2012. Fiesta de la Sagrada Familia





1 Sam 1,20-22.24-28
Sal 83
1 Jn 3,1-2.21-24
Lc 2,41-52

No hay en la familia de Nazaret nada de previsible. Todo rompe los esquemas. El nio
no es dcil (se escapa) y los padres no son felices (estn angustiados). Pero todo
tiene un revs y un nexo. Todos buscan: los padres buscan a su hijo Jess y el adolescente inquieto busca estar en los asuntos de Padre. Quienes buscan acaban encontrndose entre ellos y, sobre todo, encuentran el centro que los aglutina. La vuelta
a Nazaret inaugura un nuevo estilo de familia, basado en la bsqueda continua de la
voluntad de Dios. El adulto Jess lo recordar siempre: Quines son mi Padre y mis
hermanos? Los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen. Cabe imaginar una
familia ms revolucionaria?

Lunes 31 de diciembre de 2012




1Jn 2, 18-21
Sal 95
Jn 1, 1-18

Termina el ao 2012 con un nuevo canto a la Palabra. Nunca acabamos de saber qu


significa que la Palabra se haya hecho carne y cmo la carne se puede hacer Palabra.
Esclavizados por tantas cosas, la Palabra nos recuerda que quienes creen en l, pueden llegar a ser hijos de Dios. Cualquiera que sea el balance del ao que termina, hay
algo que nunca est en rojo: nuestra condicin de hijos. A partir de aqu, podemos
concluir con una letana de accin de gracias por todos los dones que el Padre nos ha
concedido durante este ao.

Martes 1 de enero de 2013. Solemnidad de la Madre de Dios





Num 6, 22-27
Sal 66
Gal 4, 4-7
Lc 2, 16-21

Cmo entender quin es el hijo sin fijarnos en la Madre? La liturgia lo hace en el primer da del ao 2013, a los ocho das de la fiesta de la Natividad. Cuando el Concilio de
feso (431) llama a Mara la Madre de Dios no solo explica quin es Jess en realidad
y qu relacin tiene con su madre sino que nos recuerda que, por la fe, Mara sigue
engendrando a Dios en cada uno de nosotros. La que supo guardar estas cosas en
el corazn ha recibido tambin la misin de drnoslas: Estrella y camino, prodigio de
amor; de tu mano, Madre, hallamos a Dios.

Mircoles 2 de enero de 2013. San Basilo Magno y san Gregorio Nacianceno




1Jn 2, 22-28
Sal 97
Jn 1, 19-28

Los problemas en torno a Jess se remontan al comienzo mismo de la iglesia. La carta


de Juan ofrece un criterio para siempre: Quien niega al Hijo, tampoco posee al Padre. En el evangelio, el testimonio de Juan Bautista es claro: Yo no soy el Mesas.
Ayer como hoy, la persona de Jess sigue siendo discutida. No es fcil aceptar que
Dios mismo haya querido entrar en nuestra historia y hacerse uno de nosotros. La
Navidad, ms all de todas sus reducciones comerciales, es siempre un escndalo que
nos obliga a preguntarnos quin es realmente Jess.

Jueves 3 de enero de 2013




1Jn 2, 29-3, 6
Sal 97
Jn 1, 29-34

Jess, el justo, se ha encarnado para eliminar el pecado. Solo unidos a l podemos


tambin vencer el pecado y vivir como hijos de Dios. Esa es la confesin de Juan el
Bautista cuando se encuentra con Jess: He aqu el cordero de Dios que quita el
pecado del mundo. Testigo de la experiencia de Jess en el Jordn, aade: He visto
y doy testimonio de que ste es el Hijo de Dios. La liturgia de estos das nos va presentando la verdadera, y a menudo polmica, identidad del pequeo nio de Beln.
Sin saber quin es, no podemos entender su misin.

Viernes 4 de enero de 2013




1Jn 3, 7-10
Sal 97
Jn 1, 35-42

El testimonio de Juan Bautista sobre Jess (He ah el Cordero de Dios) provoca que
algunos de sus discpulos lo sigan. Es el primer eslabn de una cadena de encuentros
e invitaciones al seguimiento. El encuentro con Jess se articula en tres momentos:
deseo (Qu buscis?), pregunta (Dnde vives?) y llamada-invitacin: Venid y lo veris. Tambin hoy somos invitados a compartir nuestra experiencia del Mesas con
otros. La iglesia es la historia de una larga cadena de llamadas y encuentros.

Sbado 5 de enero de 2013




1Jn 3, 11-21
Sal 99
Jn 1, 43-51

La Navidad se hace creble cuando, tras la experiencia de encuentro con Jess, amamos su presencia escondida en todos los seres humanos. En el evangelio de Juan,
la secuencia de nuevas llamadas y testimonios sirve para revelar la identidad ms
profunda de Jess. l es aquel de quien han escrito Moiss y los profetas, Jess,
el hijo de Jos, de Nazaret, Maestro, Hijo de Dios, Rey de Israel, Hijo del hombre. La
cristologa no es otra cosa que la historia de las confesiones de aquellos que en el
encuentro con Jess han sido transformados por l.

La fragua en la vida cotidiana - CARITAS CHRISTI

23

Domingo 6 de enero de 2013. Solemnidad de la Epifana del Seor (Cal CMF, 21-26)



Is 60,1-6
Sal 71
Ef 3, 2-3a. 5-6
Mt 2, 1-12

La estrella se detiene ante el nio Jess porque, en realidad, l es la estrella. Inspira


la actitud de los magos que buscan y se ponen en camino. Irrita la actitud de Herodes
que quiere manipular la bsqueda sincera de los magos. Emociona la entrega del oro,
el incienso y la mirra como trada que explica el misterio del nio. Conmueve el ejemplo de la Madre silenciosa que, sin decir palabra, presenta al nio para ser adorado.
Pero el centro est en l. Todas las estrellas de la filosofa, la ciencia, la tcnica y las
artes, convergen en l: De su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia.
Tambin el hombre moderno, orgulloso de sus conquistas, puede humildemente hincar sus rodillas y adorarlo con el regalo de un fe humilde. No hay por qu temer. El
nio solo va a sonrer.

Lunes 7 de enero de 2013




1Jn 3, 22 - 4,6
Sal 2
Mt 4, 12-17.23-25

Jess deja su residencia de Nazaret y se establece en Cafarnan. Es el comienzo de la


vida pblica. Mateo ofrece una sntesis de su programa: recorre los pueblos, ensea
en las sinagogas, anuncia el evangelio del Reino y cura a los enfermos. Su fama se
extiende por toda la regin. Es es esa luz grande anunciada por el profeta para
iluminar a los que habitan en las tinieblas. Tambin hoy Jess sigue realizando su programa a travs de todos cuantos hemos escuchado la llamada a seguirlo.

Martes 8 de enero de 2013




1Jn 4,7-10
Sal 71
Mc 6,34-44

Jess aparece hoy como el buen pastor que tiene compasin de su pueblo porque ve
a la muchedumbre como ovejas sin pastor. Primero rene a la gente (comunidad),
la instruye (palabra) y le da de comer (eucarista). En esta tarea implica tambin a sus
discpulos (iglesia). Detrs de este relato se descubre la marcha del antiguo pueblo
por el desierto y la estructura de la celebracin eucarstica de la iglesia. Jess da a
cada uno lo que necesita. Las sobras, smbolo de la abundancia mesinica, no se desperdician: se recogen.

Mircoles 9 de enero de 2013




1Jn 4,11-18
Sal 71
Mc 6,45-52

Que Dios sea amor tiene consecuencias prcticas para nuestra vida en comunidad. El
evangelio nos habla de Jess y los discpulos que van en barca a la otra orilla del lago.
Durante la noche, Jess conecta con el Padre (a travs de la oracin) y con los discpulos (a travs de su dominio del viento). En su relato Marcos subraya que Jess no
es un fantasma, sino Alguien que siempre responde a las necesidades de las personas
(el que domina el viento es el mismo que dio de comer a la multitud) y de quien no
debemos tener miedo.

Jueves 10 de enero de 2013




1Jn 4,19-5,4
Sal 71
Lc 4,14-22a

El conocimiento de Jess se expresa y se nutre en una vida de amor a Dios, a uno


mismo y a los dems. El texto que narra la visita de Jess a la sinagoga de Nazaret fue
determinante en la experiencia vocacional de Claret (Spiritus Domini). Jess interpreta su misin delante de sus paisanos a partir del libro del profeta Isaas. Es un ungido
por el Espritu Santo para anunciar el ao de gracia a los pobres. Ungido y enviado
son dos palabras que explican la vocacin misionera de Claret y tambin la nuestra.
Sin Espritu no hay misin: solo propaganda. Sin anuncio del evangelio a los pobres no
hay novedad transformadora: solo enseanza.

Viernes 11 de enero de 2013




1Jn 5,5-13
Sal 147
Lc 5,12-16

El arma para vencer al mundo es la fe en Jess, el Hijo, el nico que puede darnos la
vida. Esta es la experiencia del leproso en el evangelio. Su curacin es un signo de la
llegada del Mesas. Jess, sanndonos de nuestras enfermedades, nos reintegra a la
comunidad. Lucas pone de relieve que el mismo Jess que cura es el que se retira a
lugares solitarios huyendo de la fama. Accin y soledad son siempre los dos polos de
todo misionero.

Sbado 12 de enero de 2013




1Jn 5,14-21
Sal 149
Jn 3,22-30

24 Al encuentro de Cristo

A los temas desarrollados en los das anteriores, la carta de Juan aade hoy el de la
oracin confiada. El Hijo escucha todo lo que le pidamos. El evangelio aclara la diferencia entre el ministerio de Juan el Bautista y el de Jess. Juan es el amigo del esposo, que se alegra de que el esposo crezca y l disminuya. Pero el verdadero Mesas,
al que Juan prepara el camino, es Jess. Un misionero nunca olvida que su tarea es
facilitar y acompaar el encuentro directo con el Seor, nunca suplantarlo.

Domingo 13 de enero de 2013. Fiesta del Bautismo del Seor





Is 40,1-5.9-11
Sal 103
Tit 2,11-14; 3,4-7
Lc 3, 15-16

El Jordn marca un antes y un despus. Como el viejo pueblo, tambin Jess cruza
esta lnea divisoria entre su vida escondida y su vida pblica, entre su largo tiempo
de formacin estable y su breve tiempo de predicacin itinerante, entre ser hijo del
carpintero y de su esposa Mara y tomar conciencia plena de su condicin de Hijo
en quien el Padre se complace. Penetra en el agua como un pecador, solidario con
todos los hombres limitados, y sale como el Ungido, lleno de Espritu, para realizar su
misin. Qu ha pasado? Quin es ste? Ahora no hay estrellas como en la Epifana.
Ahora el testigo de la investidura filial y proftica es la paloma del Espritu. El mundo
necesita recordar esta historia para saber que puede fiarse del Nazareno. No es uno
ms de la lista de salvadores penltimos, tantos! Es el Hijo amado. No hay nada mejor
que el Padre, el dueo de la inmensa via del mundo, pueda enviarnos. Solo cabe una
actitud: escucharlo.

5. Textos para profundizar


Anexo 1: Por qu se celebra el nacimiento de Jess el 25 de diciembre? (Juan Chapa)
Los primeros cristianos no parece que celebrasen su
cumpleaos (cf., por ej., Orgenes: PG XII, 495). Celebraban
su dies natalis, el da de su entrada en la patria definitiva (por
ej., Martirio de Policarpo 18,3), como participacin en la salvacin obrada por Jess al vencer a la muerte con su pasin
gloriosa. Recuerdan con precisin el da de la glorificacin de
Jess, el 14/15 de Nisn, pero no la fecha de su nacimiento,
de la que nada nos dicen los datos evanglicos.
Hasta el siglo III no tenemos noticias sobre la fecha del
nacimiento de Jess. Los primeros testimonios de Padres y
escritores eclesisticos sealan diversas fechas. El primer
testimonio indirecto de que la natividad de Cristo fuese el
25 de diciembre lo ofrece Sexto Julio Africano el ao 221. La
primera referencia directa de su celebracin es la del calendario litrgico filocaliano del ao 354 (MGH, IX,I, 13-196): VIII
kal. Ian. natus Christus in Betleem Iudeae (el 25 de diciembre naci Cristo en Beln de Judea). A partir del siglo IV los
testimonios de este da como fecha del nacimiento de Cristo
son comunes en la tradicin occidental, mientras que en la
oriental prevalece la fecha del 6 de enero.
Una explicacin bastante difundida es que los cristianos
optaron por da porque, a partir del ao 274, el 25 de diciembre se celebraba en Roma el dies natalis Solis invicti, el da del
nacimiento del Sol invicto, la victoria de la luz sobre la noche
ms larga del ao. Esta explicacin se apoya en que la liturgia
de Navidad y los Padres de la poca establecen un paralelismo entre el nacimiento de Jesucristo y expresiones bblicas
como sol de justicia (Ma 4,2) y luz del mundo (Jn 1,4ss.). Sin
embargo, no hay pruebas de que esto fuera as y parece difcil imaginarse que los cristianos de aquel entonces quisieran

adaptar fiestas paganas al calendario litrgico, especialmente cuando acababan de experimentar la persecucin. Es posible, no obstante, que con el transcurso del tiempo la fiesta
cristiana fuera asimilando la fiesta pagana.
Otra explicacin ms plausible hace depender la fecha
del nacimiento de Jess de la fecha de su encarnacin, que
a su vez se relacionaba con la fecha de su muerte. En un tratado annimo sobre solsticios y equinoccios se afirma que
nuestro Seor fue concebido el 8 de las kalendas de Abril
en el mes de marzo (25 de marzo), que es el da de la pasin
del Seor y de su concepcin, pues fue concebido el mismo da que muri (B. Botte, Les Origenes de la Nol et de
lEpiphanie, Louvain 1932, l. 230-33). En la tradicin oriental,
apoyndose en otro calendario, la pasin y la encarnacin
del Seor se celebraban el 6 de abril, fecha que concuerda
con la celebracin de la Navidad el 6 de enero. La relacin
entre pasin y encarnacin es una idea que est en consonancia con la mentalidad antigua y medieval, que admiraba
la perfeccin del universo como un todo, donde las grandes
intervenciones de Dios estaban vinculadas entre s. Se trata
de una concepcin que tambin encuentra sus races en el
judasmo, donde creacin y salvacin se relacionaban con el
mes de Nisn. El arte cristiano ha reflejado esta misma idea a
lo largo de la historia al pintar en la Anunciacin de la Virgen
al nio Jess descendiendo del cielo con una cruz. As pues,
es posible que los cristianos vincularan la redencin obrada
por Cristo con su concepcin, y sta determinara la fecha del
nacimiento. Lo ms decisivo fue la relacin existente entre
la creacin y la cruz, entre la creacin y la concepcin de Cristo (J. Ratzinger, El espritu de la liturgia, 131).

La fragua en la vida cotidiana - CARITAS CHRISTI

25

La Palabra
se hizo carne
(Jn 1,14)

26 Al encuentro de Cristo

Anexo 2: Caritas Christi urget nos (San Antonio Maria Claret)


Inflamados por el fuego del Espritu Santo, los misioneros
apostlicos han llegado, llegan y llegarn hasta los confines
del mundo, desde uno y otro polo, para anunciar la palabra
divina; de modo que pueden decirse con razn a s mismos
las palabras del apstol san Pablo: Nos apremia el amor de
Cristo.
El amor de Cristo nos estimula y apremia a correr y volar
con las alas del santo celo. El verdadero amante ama a Dios y
a su prjimo; el verdadero celador es el mismo amante, pero
en grado superior, segn los grados de amor; de modo que,
cuanto ms amor tiene, por tanto mayor celo es compelido.
Y, si uno no tiene celo, es seal cierta que tiene apagado en

su corazn el fuego del amor, la caridad. Aquel que tiene celo


desea y procura, por todos los medios posibles, que Dios sea
siempre ms conocido, amado y servido en esta vida y en la
otra, puesto que este sagrado amor no tiene ningn lmite.
Lo mismo practica con su prjimo, deseando y procurando que todos estn contentos en este mundo y sean felices y
bienaventurados en el otro; que todos se salven, que ninguno
se pierda eternamente, que nadie ofenda a Dios y que ninguno, finalmente, se encuentre un solo momento en pecado.
As como lo vemos en los santos apstoles y en cualquiera
que est dotado de espritu apostlico.

Anexo 3: Al Cristo Crucificado (Annimo, atribuido a san Juan de vila)


No me mueve mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tu me mueves, Seor, muveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muveme el ver tu cuerpo tan herido;
muveme tus afrentas y tu muerte,
Muveme, en fin, tu amor de tal manera
que aunque no hubiera cielo yo te amara
y aunque no hubiera infierno te temiera.
No me tienes que dar por que te quiera,
porque aunque cuanto espero no esperara
lo mismo que te quiero te quisiera.

Anexo 4: Quin es Jess? (Teresa de Calcuta)


Para m, Jess es:
El Verbo hecho carne.
El Pan de la vida.
La vctima sacrificada en la cruz por nuestros pecados.
El Sacrificio ofrecido en la Santa Misa
por los pecados del mundo y por los mos propios.
La Palabra, para ser dicha.
La Verdad, para ser proclamada.
El Camino, para ser recorrido.
La luz, para ser encendida.
La Vida, para ser vivida.
El Amor, para ser amado.
La Alegra, para ser compartida.
El sacrificio, para ser dado a otros.
El Pan de Vida, para que sea mi sustento.
El Hambriento, para ser alimentado.
El Sediento, para ser saciado.
El Desnudo, para ser vestido.
El Desamparado, para ser recogido.

El Enfermo, para ser curado.


El Solitario, para ser amado.
El Indeseado, para ser querido.
El Leproso, para lavar sus heridas.
El Mendigo, para darle una sonrisa.
El Alcoholizado, para escucharlo.
El Deficiente Mental, para protegerlo.
El Pequen, para abrazarlo.
El Ciego, para guiarlo.
El Mudo, para hablar por l.
El Tullido, para caminar con l.
El Drogadicto, para ser comprendido en amistad.
La Prostituta, para alejarla del peligro y ser su amiga.
El Preso, para ser visitado.
El Anciano, para ser atendido.
Para m, Jess es mi Dios.
Jess es mi Esposo.
Jess es mi Vida.
Jess es mi nico amor.
Jess es mi Todo.

La fragua en la vida cotidiana - CARITAS CHRISTI

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Anexo 5: Para m la vida es Cristo, y una ganancia el morir (San Juan Crisstomo)
Muchas son las olas que nos ponen en peligro, y una gran
tempestad nos amenaza: sin embargo, no tememos ser sumergidos porque permanecemos de pie sobre la roca. Aun
cuando el mar se desate, no romper esta roca; aunque se
levanten las olas, nada podrn contra la barca de Jess. Decidme, qu podemos temer? La muerte? Para m la vida
es Cristo, y una ganancia el morir. El destierro? Del Seor
es la tierra y cuanto la llena. La confiscacin de los bienes?
Sin nada vinimos al mundo, y sin nada nos iremos de l. Yo
me ro de todo lo que es temible en este mundo y de sus
bienes. No temo la muerte ni envidio las riquezas. No tengo
deseos de vivir, si no es para vuestro bien espiritual. Por eso,
os hablo de lo que sucede ahora exhortando vuestra caridad
a la confianza.
No has odo aquella palabra del Seor: Donde dos o tres
estn reunidos en mi nombre, all estoy yo en medio ellos? Y,
all donde un pueblo numeroso est reunido por los lazos de
la caridad, no estar presente el Seor? Me ha garantizado
su proteccin, no es en mis fuerzas que me apoyo. Tengo en
mis manos su palabra escrita. ste es mi bculo, sta es mi
seguridad, ste es mi puerto tranquilo. Aunque se turbe el
mundo entero, yo leo esta palabra escrita que llevo conmigo,
porque ella es mi muro y mi defensa. Qu es lo que ella
me dice? Yo estoy con otros todos los das, hasta el fin del
mundo.

Cristo est conmigo, qu puedo temer? Que vengan a


asaltarme las olas del mar y la ira de los poderosos; todo eso
no pesa ms que una tela de araa. Si no me hubiese retenido el amor que os tengo, no hubiese esperado a maana
para marcharme. En toda ocasin yo digo: Seor, hgase tu
voluntad: no lo que quiere ste o aqul, o lo que t quieres
que haga. ste es mi alczar, sta es mi roca inamovible, ste
es mi bculo seguro. Si esto es lo que quiere Dios, que as se
haga. Si quiere que me quede aqu, le doy gracias. En cualquier lugar donde me mande, le doy gracias tambin.
Adems, donde yo est estaris tambin vosotros, donde
estis vosotros estar tambin yo: formamos todos un solo
cuerpo, y el cuerpo no puede separarse de la cabeza, ni la
cabeza del cuerpo. Aunque estemos separados en cuanto
al lugar, permanecemos unidos por la caridad, y ni la misma
muerte ser capaz de desunirnos. Porque, aunque muera mi
cuerpo, mi espritu vivir y no echar en olvido a su pueblo.
Vosotros sois mis conciudadanos, mis padres, mis hermanos, mis hijos, mis miembros, mi cuerpo y mi luz, una luz ms
agradable que esta luz material. Porque, para m, ninguna luz
es mejor que la de vuestra caridad. La luz material me es til
en la vida presente, pero vuestra caridad es la que va preparando mi corona para el futuro.

Anexo 6: El nombre de Jess, luz de los predicadores (San Bernardino de Siena)

El nombre de Jess es la luz de los predicadores, pues es


su resplandor el que hace anunciar y or su palabra. Por qu
crees que se extendi tan rpidamente y con tanta fuerza la
fe por el mundo entero, sino por la predicacin del nombre
de Jess? No ha sido por esta luz y por el gusto de este nombre como nos llam Dios a su luz maravillosa? Iluminados todos y viendo ya la luz en esta luz, puede decirnos el Apstol:
En otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Seor; caminad como hijos de la luz. Es preciso predicar este nombre
para que resplandezca y no quede oculto. Pero no debe ser
predicado con el corazn impuro o la boca manchada, sino
que hay que guardarlo y exponerlo en un vaso elegido.
Por esto dice el Seor, refirindose al Apstol: Ese hombre es un vaso elegido por m para dar a conocer mi nombre
a pueblos, reyes, y a los israelitas. Un vaso dice elegido por
m, como aquellos vasos elegidos en que se expone a la venta
una bebida de agradable sabor, que el brillo y esplendor del
recipiente invite a beber de ella; para dar a conocer dice mi
nombre.
Pues igual que con el fuego se limpian los campos, se consumen los hierbajos, las zarzas y las espinas intiles, e igual
tambin que cuando sale el sol y, disipadas las tinieblas, huyen los ladrones, los atracadores y los que andan errantes
por la noche, as tambin cuando hablaba Pablo a la gente
era como el fragor de un trueno, o como un incendio crepitante, o como el sol que de pronto brilla con ms claridad,

28 Al encuentro de Cristo

y consuma la incredulidad, luca la verdad y desapareca el


error como la cera que se derrite en el fuego.
Pablo hablaba del nombre de Jess en sus cartas, en sus
milagros y ejemplos. Alababa y bendeca el nombre de Jess.
El Apstol llevaba este nombre, como una luz, a pueblos, reyes y a los israelitas, y con l iluminaba las naciones,
proclamando por doquier aquellas palabras: La noche est
avanzada, el da se echa encima: dejemos las actividades de
las tinieblas y pertrechmonos con las armas de la luz. Conduzcmonos como en pleno da, con dignidad. Mostraba a
todos la lmpara que arde y que ilumina sobre el candelero,
anunciando en todo lugar a Jess, y ste crucificado.
Por eso la Iglesia, esposa de Cristo, basndose en su testimonio, salta de jbilo con el Profeta, diciendo: Dios mo, me
instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas, es decir, siempre. El Profeta le honra igualmente en este
sentido: Cantad al Seor, bendecid su nombre, proclamad da
tras da su salvacin, es decir, Jess, el Salvador que l ha
enviado.

Anexo 7: l se hizo uno de nosotros (Pedro Casaldliga)

En la oquedad de nuestro barro breve


el mar sin nombre de Su luz no cabe.
Ninguna lengua a Su verdad se atreve.
Nadie lo ha visto a Dios. Nadie lo sabe.
Mayor que todo dios, nuestra sed busca,
se hace menor que el libro y la utopa,
y, cuando el Templo en su esplendor Lo ofusca,
rompe, infantil, del vientre de Mara.
El Unignito venido a menos
traspone la distancia en un vagido;
calla la gloria y el amor explana;
Sus manos y Sus pies de tierra llenos,
rostro de carne y sol del Escondido,
versin de Dios en pequeez humana!

Anexo 8: Y el Verbo se hizo carne (Pedro Casaldliga)

Decir el pan, la lucha, el gozo, el llanto,


el montono sol, la noche ciega.
Verter la vida en libacin de canto,
vino en la paz y sangre en la refriega.
Desnuda al viento mi palabra os llega.
Sobre la plaza de la fiesta canto.
Pido que todos entren en la siega.
Vengo a espantar las fieras del espanto.

Mediterrneamente luminosa,
escancio en mi palabra cada cosa,
vaso de luz y agua de verdad.
Si el Verbo se hace carne verdadera,
no creo en la palabra que adultera.
Yo hago profesin de claridad.

La fragua en la vida cotidiana - CARITAS CHRISTI

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Anexo 9: Jess de Nazaret (Pedro Casaldliga)

Cmo dejarte ser solo T mismo,


sin reducirte, sin manipularte?
Cmo, creyendo en Ti, no proclamarte
igual, mayor, mejor que el Cristianismo?
Cosechador de riesgos y de dudas,
debelador de todos los poderes,
Tu carne y Tu verdad en cruz desnudas,
contradiccin y paz, eres quien eres!
Jess de Nazaret, hijo y hermano,
viviente en Dios y pan en nuestra mano,
camino y compaero de jornada,
Libertador total de nuestras vidas
que vienes, junto al mar, con la alborada,
las brasas y las llagas encendidas.

30 Al encuentro de Cristo

En cada cuaderno, esta penltima pgina estar


dedicada, a lo largo de toda la etapa Caritas Christi,
a un tema relacionado con
la espiritualidad de la Eucarista.

Escucha de la Palabra
Verbum Domini.
Como conclusin de las lecturas de la Sagrada Escritura, la expresin Verbum
Domini Palabra de Dios nos recuerda la importancia de lo que sale de la
boca de Dios. Nos lo hace sentir no como un texto lejano, sino que por ser
inspirado, es palabra viva con la cual Dios nos interpela: nos encontramos en
el contexto de un verdadero dilogo de Dios con su pueblo.
La liturgia de la Palabra es una parte constitutiva de la Eucarista. Nos recogemos en asamblea litrgica para escuchar lo que el Seor quiere decirnos:
a todos y a cada uno. l habla aqu y ahora, a nosotros que lo escuchamos con
fe, creyendo que l solo tiene palabras de vida eterna,
que su palabra es lmpara para nuestros pasos.
Participar en la Eucarista quiere decir escuchar al Seor con el fin de
poner en prctica cuanto nos manifiesta, nos pide, desea de nuestra vida.
El fruto de la escucha de Dios que nos habla cuando en la Iglesia se leen las
Sagradas Escrituras (cf. SC, 7) madura en el vivir cotidiano.
La actitud de escucha es el principio de la vida espiritual. Creer en Cristo es
escuchar su palabra y ponerla en prctica. Es docilidad a la voz del Espritu
Santo, el Maestro interior que nos gua a la verdad completa, no solamente a
la verdad del conocer sino tambin a la verdad del practicar.
Para escuchar al Seor en la liturgia de la Palabra, es necesario tener afinado el odo del corazn. A ello nos prepara la lectura personal de las Sagradas
Escrituras. Y a fin de que lo que se ha escuchado en la celebracin eucarstica
no desaparezca de la mente y del corazn al terminar, es necesario encontrar
modos para extender la escucha de Dios,
que nos hace llegar su voz de mil maneras
a travs de las circunstancias de la vida cotidiana.

La fragua en la vida cotidiana - CARITAS CHRISTI

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La fragua en la vida cotidiana


CARITAS CHRISTI - 2013

Conoc, Dios mo, cunto importa


para hacer fruto que el misionero sea
del todo no solo irreprensible, sino a
todas luces virtuoso, pues que las gentes ms caso hacen de lo que ven en el
misionero que de lo quede l oyen. Por
esto, de Jess, modelo de misioneros,
se dice: Coepit facere et docere, primero hacer, despus ensear (Aut 388)

www.lafraguacmf.org
misioneros claretianos

32 Al encuentro de Cristo

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