Estudio de Conductas Disruptivas
Estudio de Conductas Disruptivas
Estudio de Conductas Disruptivas
Resumen
La presente investigacin se realiza con el fin de presentar cules son las conductas disruptivas de
los estudiantes de secundaria de la Institucin Educativa Jos Mara Carbonell, ubicada en el casco
urbano del municipio de San Antonio Tolima. Se pretende establecer las causas o factores de riesgo
de estas conductas haciendo nfasis en la influencia familiar, puesto que en estudios anteriores se
ha detectado que las prcticas de convivencia en la familia influyen en el comportamiento que
presenta el estudiante en el aula, adems, las posibles consecuencias de dichas conductas.
Tendremos un anlisis de la manera en cmo tres docentes voluntarios enfrentan este tipo de
situaciones, con el fin de proporcionar a la comunidad docente, estrategias adecuadas de
prevencin e intervencin. Esta investigacin de tipo cualitativo se aborda desde la tcnica del
estudio de caso mltiple, mediante observacin participativa, anlisis de videos, respuestas a
cuestionarios, revisin y seguimiento documental, en una muestra terica de 6 estudiantes y los
respectivos docentes.
Palabras clave
Convivencia escolar, conductas disruptivas, disciplina, docentes, estudiantes, familia, rendimiento
acadmico.
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Introduccin
El presente trabajo se lleva a cabo mediante la realizacin de un estudio de caso mltiple, con
investigacin de enfoque cualitativo, en la Institucin Educativa Jos Mara Carbonell del municipio
de San Antonio Tolima, donde se presentan como en cualquier otro escenario escolar, espacios no
slo de interaccin acadmica, sino de convivencia con todos los miembros de la escuela. Segn lo
anterior, debemos partir de entender a la escuela como un espacio complejo, al que los estudiantes
acceden no slo al dominio de disciplinas tradicionales (matemticas, lenguaje, ciencias naturales,
ciencias sociales, ingls, etc.), sino de igual forma a convivir institucionalmente con todos los
integrantes de dicha comunidad.
El estudio busca detectar en la prctica educativa modalidades o estrategias confiables que permitan
regular pertinentemente la convivencia escolar y la resolucin de problemas, para ello, mediante el
estudio de caso aplicado a las prcticas educativas de tres docentes y a la muestra terica que ellos
proporcionaran teniendo en cuenta su experiencia en el aula. Asumiendo de igual forma que en la
institucin una de las mayores dificultades que enfrentan los docentes, son las conductas disruptivas
que se presentan dentro y fuera del aula, dando como resultado un aumento proporcional de la
indisciplina y dificultades para un proceso satisfactorio en la enseanza y el aprendizaje, por lo tanto,
el papel del docente es fundamental cuando se trata de mitigar, modificar o intervenir
adecuadamente en los estudiantes para garantizar que las relaciones interpersonales favorezcan la
convivencia escolar, los resultados acadmicos y la formacin integral.
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un claro significado positivo y se relaciona con los principios bsicos de la educacin. Sin embargo,
dicen tambin, cuando se analiza la convivencia, en muchas ocasiones, se hace con base en los
problemas que le afectan, ms que en los pilares en los que se cimienta, dando as una
visin negativa que no siempre se corresponde con la realidad de las escuelas.
Otro estudio revela que, cuando de orgenes o causas de conductas disruptivas se trata, la familia
juega un papel crucial en la determinacin de stas, veamos de qu forma: Ison (2004) en su
investigacin, Caractersticas familiares y habilidades sociocognitivas en nios con conductas
disruptivas; manifiesta que el desarrollo de las habilidades sociocognitivas de los nios tiene su base
en las prcticas de crianza familiar, en los estilos de resolucin de problemas entre sus miembros y
en las estrategias autorregulatorias de la dinmica familiar. Sin embargo, no se pueden implementar
estrategias sin tener claro el concepto o tener clara una concepcin sobre conductas disruptivas, sus
causas y sus consecuencias, posicin que se puede ver mejor en la investigacin realizada por
Urbina, Simn Y Echeita (2011) sobre Concepciones de los profesores acerca de las conductas
disruptivas: anlisis a partir de un marco inclusivo, donde se tienen las concepciones del profesorado
como factor clave para comprender, y en su caso mejorar sus prcticas a la hora de promover la
presencia, el aprendizaje y la participacin de todo el alumnado.
Conductas disruptivas
La convivencia escolar hace referencia al conjunto de valores, dinamizados en reglas y normas, que
secuencian bases o pautas de disciplina que promueven un sano ambiente, social y emocional.
Ortega, et al. (1998) manifiestan que el centro educativo debe ser mirado como una comunidad de
convivencia, mediada por la interrelacin de distintos microsistemas que interactan entre s. Sin
embargo, esta interaccin se ve afectada por problemas de disrupcin, comportamientos en el aula
que impiden el cumplimiento de metas y objetivos.
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Estos comportamientos son categorizados como conductas disruptivas, que dependiendo de la
dimensin social afectada, pueden ser divididas en tres tipos, en primer lugar, la falta de rendimiento
acadmico, en segundo lugar, la alteracin del equilibrio dinmico de la clase y en tercer lugar, la
desercin o el abandono escolar. Ahora la pregunta es, cules son esas conductas que afectan de
forma significativa y negativamente la convivencia en las aulas? Pues bien, segn Uruuela (2012),
uno de los problemas que en los ltimos aos ms preocupa al profesorado es el relativo a los
comportamientos en el aula por parte de algunos alumnos y alumnas que hacen muy difcil poder
dar clase.
Ante esta situacin se teoriza una definicin, y es la de disrupcin, pues se refiere a esas
conductas que llevan a cabo los alumnos dentro de las clases, que buscan diversos objetivos cmo,
llamar la atencin, imponer sus caprichos y poder, reclamar un lugar en el grupo, imponer su
deficiente historia acadmica. Aquellos alumnos que pese al fracaso escolar, optan por demarcar al
grupo y hacerlo apoyador de su deficiencia. Latorre y Teruel (2009) definen que las conductas
inadecuadas sern aquellas que atenten contra principios de tolerancia pro social, de cooperativismo
y respeto hacia los dems, adems de aquellas que atenten contra el buen funcionamiento de la
clase.
Dichas conductas tienen como consecuencia la inmediata interrupcin de todo el planeamiento que
tiene el docente respecto a las actividades didcticas y pedaggicas a desarrollar en el tiempo
estimado para la clase. Conductas que tienen como efecto que el profesorado no pueda llevar a
cabo de manera adecuada su tarea profesional de enseanza, impidindole que pueda hacer la
explicacin de los temas, realizar las actividades oportunas, aplicar evaluaciones que considere
necesarias, situacin que conlleva a un retraso en la secuenciacin didctica, as como el
favorecimiento en el deterioro progresivo del clima de aula.
Uruuela (2012) propone un modelo, que puede compararse con la figura de un iceberg, es decir
con una parte visible u observable y otra oculta y latente. Aqu lo que pretende es identificar y
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cualificar la parte visible de las conductas disruptivas o lo que l denomina, nivel manifiesto,
agrupando as, a las conductas disruptivas segn dos dimensiones que caracterizan a todo centro
educativo; la dimensin de ser un centro de aprendizaje y a la dimensin de ser un centro de
convivencia.
Segn lo anterior, la clasificacin que se hace es sobre las conductas que son contrarias a la
dimensin de centro de aprendizaje, agrupndolas en tres categoras: En primer lugar, estn, la falta
de rendimiento, manifestada en la pasividad, no traer el material, no hacer las actividades, negarse a
presentar exmenes y evaluaciones; en segundo lugar estn, molestar en clase, esto manifestado
en diversidad de formas, entre las cuales estn, hablar mucho en clase cuando no es indicado
hacerlo, levantarse el puesto y cambiarse de sitio, jugar y distraerse con diversos elementos, cantar,
gritar, silbar, imitar sonidos de animales y ruidos, no dejar trabajar a los compaeros, entre otras.
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tenemos, la conductas puntuales violentas, donde su manifestacin se da mediante la
implementacin de la violencia en sus mltiples formas, verbal, fsica, social psicolgica, y comn
desde un tiempo hacia ac, la violencia ciberntica, de la que no har extensin.
El presente trabajo se realiza con un grupo significativo de estudiantes, desde nios a jvenes, en
los niveles bsicos hasta los ms avanzados de la Institucin Educativa Jos Mara Carbonell,
ubicada en la Carrera 3 N 6-54
Factores de riesgo en la adolescencia (Tomado de Justica et al., 2006) citado por Felix, V. (2007)
Segn investigaciones sobre el clima escolar, una de las posibles causas para que en el aula se
desencadenen comportamientos inadecuados traducidos en conductas disruptivas, son las
relaciones interpersonales y afectivas en la familia, las pautas de crianza, las formas adoptadas en la
resolucin de problemas, entre otras prcticas de convivencia, que posteriormente se vern
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reflejadas en el aula. Anteriormente se puede observar que Flix (2007) enmarca la categora familia
como un factor de riesgo clave que desencadena conductas inadecuadas cuando se manifiestan en
ella, situaciones como, bajo nivel econmico, estilo educativo ineficaz, disciplina inconsistente, bajo
apoyo emocional, entre otras.
Domnguez y Pino (2008) afirman que de las caractersticas familiares frecuentemente observadas,
en los estudiantes que presentan problemas de conducta entre otras son: la ausencia de una
relacin afectiva clida y segura por parte de los padres, sobre todo de la madre, adems de
dificultades para formarlos en valores, hacindoles comprender lmites mediante el establecimiento
de derechos y deberes, combinando extremos de permisividad con extremos de autoritarismo y
coercitividad, por lo tanto adoptando mtodos inadecuados como el castigo corporal y o en el otro
lado, la displicencia ante conductas antisociales, donde se evidencia la falta de conocimiento por la
disponibilidad de estrategias no violentas y asertivas que se pueden utilizar en la resolucin de
conflictos.
La manera cmo perciben y representan los problemas de disciplina profesores y alumnos es una de
las claves que explica lo que es en realidad y cmo se vive la disciplina en el aula (Gotzens, Catell,
Genovard, Bada., 2003). Sin embargo, las conductas disruptivas son percibidas y valoradas
emocionalmente por el profesorado de manera muy negativa, como algo que atenta directamente a
su tarea y que le impide llevarla a cabo correctamente. Las actitudes de estos alumnos le distraen de
lo que considera importante, explicar, transmitir y construir los conocimientos de su asignatura,
obligndole a centrarse en el control y orden de la clase.
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Esta problemtica, incide claramente en la motivacin profesional del docente, provocando
desnimo, muchas veces traducido en problemas de salud y absentismo por depresin u otros
problemas psicolgicos. De ah la importancia radicada en tomar como referencia de la investigacin
las percepciones de docentes, no solo con el nimo de describirlas, sino con la intencin tambin de
ofrecer herramientas que construyan mecanismos de abordaje para el colectivo docente frente a la
disrupcin.
Rendn (2012) tambin es clara en expresar que las actuaciones de docente y estudiante son el
elemento fundamental del proceso de aprendizaje de ambos, es decir que requiere ser visto como
aquello que fortalece el vnculo educativo, que mejora la relacin docente- estudiante, que
contribuye a la calidad de lo que se ensea y aprende, y posiblemente a la calidad de ambiente
escolar mediado por la sana convivencia escolar. La actuacin docente es caracterizada entonces
por el modelo que ste puede elegir para llevar a cabo el proceso educativo.
Existe multiplicidad de criterios para clasificar los estilos de enseanza, cada docente posee un
estilo de enseanza propio, que sin lugar a dudas determina la dinmica del proceso de enseanzaaprendizaje (Aguilera, 2012, p. 1). Sin embrago, an existen mltiples interrogantes para demarcar
en s, cuales son los mejores estilos, los ms adecuados, y para este caso los que aseguran un
entorno de convivencia escolar. Vemos entonces, que se debe tener en cuenta en el aula esa
relacin dialctica entre concepcin docente y estilo de enseanza para determinar la orientacin de
las conductas disruptivas que se generen.
Algunos autores como Borg (1998) y Castell (2001) citados por Gotzens, Castell, Genovard y
Bada (2003) indican que toda percepcin permite una interpretacin, por lo que ms que tratarse de
un fenmeno puramente sensorial, hay que considerarlo como una actividad psicolgica compleja,
vinculada a un cuadro de referencias particular, elaborado a partir de la propia experiencia personal
y social. Tal es el caso de las experiencias que analizaremos y que les permitir a los docentes ser
parte activa de este proyecto.
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Materiales y mtodos
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Procedimiento
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realizar observacin en los espacios de discusin docente sobre la disciplina en la
institucin.
8. Se solicitar a los estudiantes de mejor conducta y comportamiento su apoyo, aporte y
colaboracin para el registro de las conductas que consideran son inadecuadas que se
presentan en el saln, estimando la hora, el da, la clase, y adems el registro de la forma
en cmo el docente aborda este tipo de situaciones.
Resultados esperados
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Referencias
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aprendizaje en la educacin universitaria. Revista Estilos de Aprendizaje, n10, Vol 10, octubre de
2012
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(23,3), 129-158.
Gotzens, C., Castell, A., Genovard, C. y Bada, M. (2003) Percepciones de profesores y alumnos
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CODEN PSOTEG www.psicothema.com
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Lpez, P. y Fernndez, C. (2012). Cambios curriculares y organizativos necesarios para prevenir y/o
disminuir la disrupcin. Revista digital de la Asociacin CONVIVES, N 2. Madrid. Pgs. 76
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cientfica. Pensamiento y Gestin, N 20 ISSN 1657-6276. 29 Pgs.
Ortega, R., et al. (1998) La convivencia escolar: qu es y cmo abordarla. Consejera De Educacin
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Rendn, M. (2012). Hacia una conceptualizacin de los estilos de enseanza. Revista Colombiana
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disruptivas: anlisis a partir de un marco inclusivo. Infancia y Aprendizaje 34 (2) ISSN: 0210-3702
Universidad Autnoma de Madrid.
Uruuela, P. (2012) Una aproximacin a las conductas disruptivas. Revista digital de la Asociacin
CONVIVES, N 2. Madrid. Pgs. 76