Medellin en Perspectiva de Paisaje
Medellin en Perspectiva de Paisaje
Medellin en Perspectiva de Paisaje
en perspectiva de paisaje
www.medellin.gov.co
MEDELLN
en perspectiva de paisaje
Rubn Gmez / Editor
MEDELLN
en perspectiva de paisaje
Laboratorio de la Sostenibilidad
Facultad de Ciencias Exactas y Aplicadas
Editor cientfico
Ruben Daro Gmez
Autores
Sergio Rodrguez De La Hoz, Esp
Luis Anbal Vlez Restrepo, Ph.D
Csar Augusto Molina Saldarriaga, MS.c
Jorge Aubad, Ph.D
Rubn Daro Gmez, MS.c
Henry Granada Echeverri, MS.c
Amilkar David lvarez Cuadrado, MS.c
Rosangela Calle Vsquez, Abogada
David Andrs Meja Gmez, MS.c
Marcela Norea Restrepo, MS.c
Leonardo Correa Franco, MS.c
Lida Patricia Giraldo Morales, MS.c
Gloria Aponte Garca, MS.c
Jorge Luis Vsquez Muoz, MS.c
Rectora
Mara Victoria Meja Orozco
Secretaria Tcnica
Katherine Giraldo Agudelo
Correccin de estilo
Lila Mara Corts Fonnegra
Diseo y diagramacin
Fondo Editorial ITM / Alfonso Tobn Botero
Medelln en perspectiva de paisaje / editor Rubn Gmez. Medelln : Fondo Editorial ITM
Alcalda de Medelln, 2016
159 p. : il.
Incluye referencias Bibliogrficas
ISBN 978-958-8888-79-8
1. Planificacin del paisaje -- Medelln 2. Paisaje urbano -- Medelln 3. Urbanismo Medelln
4. Desarrollo sostenible -- Medelln I. Gmez G., Rubn Daro, editor
712 SCDD Ed.21
Catalogacin en la publicacin - Biblioteca ITM
Contenido
Presentacin............................................................................................................................... 6
Introduccin................................................................................................................................ 8
Paisaje: conceptos y componentes........................................................................................ 10
Una aproximacin al concepto de paisaje....................................................................................... 11
Rubn Daro Gmez G.
Paisaje y sociedad.................................................................................................................... 62
Una aproximacin sobre el imaginario del paisaje en la ciudad de Medelln.............................. 63
Amilkar lvarez
Paisaje y calidad de vida. Paisajes cotidianos vs. Paisajes espordicos.................................... 74
David Meja Gmez
Presentacin
RUBN GMEZ
Este texto acadmico pretende aproximarse a una representacin del estado del arte
en materia de planificacin del paisaje en la ciudad, incluyendo anlisis desde diferentes
perspectivas disciplinares, como una manera de aportar a la reflexin profunda que la ciudad de
Medelln debe abordar para responder a los retos del cambio y la transformacin del territorio. El
objetivo principal se orienta a la recopilacin de los factores transversales del paisaje desde la
perspectiva de disciplinas como la geografa, la ecologa y la arquitectura, entre otros, a travs
de las miradas de diferentes expertos que trabajan sobre el paisaje en la ciudad, atendiendo a
la integralidad propia de esta disciplina.
Surgida en el mes de noviembre de 2013, tiene su origen en algunas discusiones al interior
del grupo de trabajo del Laboratorio de Sostenibilidad del ITM. Esta iniciativa se soporta en
un convenio interadministrativo suscrito entre la Secretara del Medio Ambiente de Medelln
y el Instituto Tecnolgico Metropolitano ITM, como parte de los mecanismos de cooperacin
vigentes en la administracin pblica, como entidades pblicas pertinentes para el desarrollo de
este tipo de iniciativas. Desde la Facultad de Ciencias Exactas y Aplicadas y su Departamento
de Ciencias Ambientales y de la Construccin del ITM, se vienen desarrollando procesos de
reflexin frente al desarrollo sostenible y el paisaje que conforman los aspectos curriculares
propios de la Maestra en Desarrollo Sostenible y su Laboratorio de Sostenibilidad, concebido
como un centro de pensamiento que busca aportar a la toma de decisiones por parte la
administracin pblica.
Este libro es el segundo asociado a un convenio desarrollado por el ITM; lo precede el
informe y posterior libro titulado Medelln Sostenible y una serie de eventos, cuyo objetivo ha
sido evidenciar los procesos de investigacin que se abordan desde la academia, en pro del
desarrollo de la ciudad. Es as como este texto se alimenta de cuatro eventos especficos llevados
a cabo entre ao 2014 y el ao 2015. El primero corresponde a la charla internacional Paisaje
y Planificacin a cargo de la profesora PhD. Maria Teresa Andresen de la Universidad de
Oporto, Portugal, ofrecida en el Aula Magna del ITM a mediados del mes de abril de 2014, mes
internacional del paisaje. El segundo evento, Conversatorio Internacional: Cultura, Paisaje y
Construccin, se llev a cabo el 4 de septiembre de 2014 en el Auditorio Pedro Nel Gmez del
ITM, con la participacin del arquitecto peruano, Rafael W. Canez. El 16 de septiembre de 2014
se ofreci el 2 Foro sobre Paisaje: Prcticas, experiencias y proyectos con la participacin
de varios de los autores de este libro. Por ltimo, en el mes de mayo de 2015, se llev a cabo el
foro Medelln en perspectiva de paisaje, del que se extractan aportes las recomendaciones
finales de este libro.
Introduccin
RUBN GMEZ
El municipio de Medelln y su Secretara del Medio Ambiente apuestan por una mirada integral
de su realidad fsica, social, econmica y perceptual, como parte de los procesos de reflexin
que una ciudad como Medelln y una regin como el Valle de Aburr requieren para consolidar
el fenmeno de una sociedad que resurge de las cenizas de un perodo oscuro para la historia
del centro de Antioquia. Esta rea Metropolitana que de a poco se constituye en una urbe
contempornea sobresaliente en Amrica Latina y con un influjo positivo a nivel mundial en
la intencin de constituir altos estndares de calidad de vida, no puede ser inferior a los retos
que su acelerado crecimiento ofrece, razn por la cual considera oportuno, con el concurso del
Departamento de Ciencias Ambientales y de la Construccin adscrito a la Facultad de Ciencias
Exactas y Aplicadas del ITM, abordar una profunda discusin acerca de la pertinencia de una
mirada integral e integradora, profunda y compleja, sobre las realidades que el paisaje de la
ciudad y sus diversos ecosistemas ofrecen a sus habitantes.
Como una discusin acadmica no puede emprenderse desde las imprecisiones propias de la
contradiccin de conceptos, este libro ofrece un conjunto de miradas multidisciplinares propias
del estudio del paisaje, de tal forma que la construccin del conocimiento que se desprenda de
esta iniciativa considere la construccin de acuerdos temticos, conceptuales y metodolgicos
que permitan una masa crtica de conocimientos, que alimenten la reflexin sobre escenarios
futuros que orienten las acciones, en deriva hacia el cambio y la trasformacin del paisaje del
Valle de Aburr, con criterios de responsabilidad social, ambiental y econmica.
Este trabajo se estructura por medio de captulos de reflexin, donde se recopilan diversas
miradas de Medelln y su contexto desde las motivaciones conceptuales y acadmicas de los
autores invitados. El primer captulo considera la necesaria puesta en escena del concepto
de Paisaje y sus elementos constitutivos, buscando aportar a la discusin posterior, en
concordancia con el segundo captulo, donde se abordan precisiones respecto al lenguaje
asociado al paisaje y la necesaria mirada desde las ciencias humanas respecto a la influencia
del contexto en el comportamiento y valoracin de las realidades sensoriales del mismo. La
relacin entre naturaleza y ciudad, que debe entenderse como indisoluble, se desarrolla en
el captulo tercero, a la luz de miradas desde la geografa, la biologa y la ingeniera, lo que
se articula con las reflexiones presentadas en el cuarto captulo donde se explora la originaria
condicin social del paisaje. La juridicidad del paisaje se explora en el quinto captulo, desde la
realidad legal actual del paisaje en Colombia. Para el sexto captulo se considera la planificacin
del paisaje como una disciplina que aporta luces al desarrollo de la ciudad.
RUBN GMEZ
Una aproximacin
al concepto de paisaje 1
Rubn Daro Gmez G. / Instituto Tecnolgico Metropolitano ITM
Grupo interinstitucional de Estudios del Paisaje GIEP
Cuando se habla del paisaje se tiende a mirarlo desde lejos y a concluir que es una experiencia
esttica que se aborda desde el afuera y la cual se disfruta de acuerdo con las consideraciones
culturales que sobre el paisaje se tienen por herencia o se han construido a partir de la
experiencia esttica particular. Estas formas parciales de percibir la realidad del paisaje las
hace insuficientes para comprender lo basto y complejo que representa el hecho sensorial que
hace percibir lo importante de un lugar, identificar una realidad cultural, enriquecer inventarios
de sensaciones; aquellas que conectan a los seres vivos con lo que les rodea y que les permiten
relacionarse en principio con los dems seres humanos, con el espacio y con el territorio (Lzaro
y Berruezo, 2009), es decir, relacionarnos con el paisaje.
Reflexin sobre el concepto de paisaje, extractado de la base terica para el desarrollo del trabajo de grado Dispositivos para la
valoracin y el diseo del Paisaje, una apuesta metodolgica, a nivel de maestra para obtener el ttulo de Magister en Diseo del
Paisaje de la Universidad Pontificia Bolivariana, presentado por el autor en el mes de febrero del ao 2013.
1
RUBN GMEZ
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Es pertinente, entonces, aclarar que el concepto que aqu se plantea tiene como base aquellos
elementos o componentes tangibles e intangibles del paisaje que han sido desplegados y
definidos por autores de la talla de Forman y Godron, en lo que se refiere a lo tangible, y Kevin
Lynch en lo que atae a lo intangible y que estn presentes en el paisaje. Por ello, se requiere
dejar claro que se toma como punto de partida una estructura del paisaje que se basa en tres
componentes tangibles desde los cuales se pueden construir la relaciones que a continuacin se
exponen (Forman y Godron, 1986). En primer lugar lo bitico, entendido como aquellos agentes
vvidos de la naturaleza como la vegetacin y la fauna asociadas con la ecologa; el segundo
componente lo abitico, el conjunto de fenmenos geogrficos que dinamizan los procesos
biticos como el agua, el suelo y el aire; y el tercer componente corresponde a la intervencin
del hombre en el paisaje, lo antrpico tiene entonces relacin con la demografa, las formas
de ocupacin y aprovechamiento del territorio y las infraestructuras desarrolladas por el ser
humano.
Por otro lado, tomando como base los planteamientos sobre calidad sensible de Kevin
Lynch, se define un segundo conjunto de componentes del paisaje pero desde la ptica de lo
intangible, entendido como aquel juego de relaciones perceptibles a partir de la base biofsica
del territorio (Forman y Godron, 1986), pero que redundan en un juego sensible de interrelaciones
e interacciones que se anclan en el sistema sensorial bsico de la pirmide sensorial humana
(Lzaro y Berruezo, 2009). Los componentes intangibles del paisaje se estructuran a partir de la
visibilidad (Lynch, 1992) del paisaje, entendiendo a la visin y su acto sublime de observacin
como el sentido superior del sistema sensorial bsico; la percepcin (Lynch, 1992) del paisaje,
que hace referencia a los dems sentidos del sistema sensorial como odo, gusto, olfato y tacto;
y el comportamiento humano (Lynch, 1992) como el proceso adaptativo que se ubica en la
cspide de la pirmide sensorial (Lzaro & Berruezo, 2009). A partir de estos componentes
tangibles e intangibles del paisaje se desarrolla el siguiente concepto entendido como la mirada
que orientar este texto.
Ilustracin 1. Componentes tangibles e intangibles del paisaje
VISIBILIDAD
BITICO
PERCEPCIN
ABITICO
COMPORTAMIENTO
ANTRPICO
TANGIBLE
INTANGIBLES
Fuente: Rubn Gmez
Para empezar, se referencia lo que hace que esta manera de leer el mundo aporte lo esencial
para comprender por qu la experiencia ambiental solo puede completarse en la serie de
interrelaciones de aquello que es propio a un ecosistema, pero a la vez es intangible en l,
la accin de integrar. La integracin de aspectos dismiles de la realidad fsica y sensorial
connota la propuesta ms osada del paisaje como disciplina del conocimiento, pues a partir
de esa necesidad de relacionarse que el sistema de los objetos (Baudrillard, 2007) transpira se
conforma esta accin propia del paisaje, nada en l sucede aisladamente, y solo tiene sentido
en el hoy y el ahora. Todo lo que es y hace valioso a un paisaje solo tiene sentido en ese lugar,
en ese momento y bajo esos sentidos que lo perciben.
Esta accin hace que la funcin principal del paisaje, como disciplina del conocimiento,
sea vincular hechos y realidades, descubrir aquellas interacciones intangibles a la luz de la
relacin del hombre con el ambiente, construir puentes de sentido entre miradas diversas,
consolidando de esta manera una reflexin profunda y compleja acerca de los cambios, los
impactos y las decisiones sobre el entorno. A la luz de esta condicin integral del paisaje
es necesario dejar sentada la posicin respecto al hecho de que el paisaje es uno desde
la perspectiva de cada observador, y sus componentes (Forman y Godron, 1986 y Lynch,
1992) se convierten en una manera de afrontar su estudio desde la ciencia y las disciplinas
que lo tienen definido como objeto de estudio, razn por la cual esta accin que caracteriza
el trabajo con el paisaje tiene una relacin directa con la transdisciplinariedad (Tamayo y
Tamayo, 2008, p. 74), como condicin necesaria para afrontar lo complejo del constructo
intelectual que soporta el conjunto de interacciones que se construyen constantemente en l.
Es decir, a pesar de la complejidad del concepto, de la diversidad de disciplinas que lo
acogen como objeto de estudio y de las dificultades que representan coordinar diversos
enfoques disciplinares en torno a un objeto comn, el paisaje es uno solo, pero no entendido
como homogneo sino que su unidad conceptual esta mediada por una reflexin basada
en la riqueza de los escenarios que los soportan, el conjunto de relaciones e interacciones
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
El paisaje como disciplina ha recorrido su propio camino frente a otras disciplinas como la
geografa, las cuales cobran un nuevo sentido a partir de esta forma de aproximarse a una
realidad fina, sensible, amplia, compleja e inherente a cada ser; seres que en general tienen
como objetivo principal en su existencia la transformacin de la materia para su bienestar y el
de los suyos. Por lo tanto se plantea aqu definir el concepto de paisaje a partir de una accin,
se hablar entonces de integracin; dos cualidades que se refieren a la simultaneidad y la
territorialidad y una caracterstica, relacionada con la dinmica. Por ltimo, se pondr sobre la
mesa la herencia que desde otras experiencias cientficas han hecho del paisaje lo que es hoy.
que median entre un componente y otro y la estrecha relacin que existe entre paisaje y ser
humano.
RUBN GMEZ
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La relacin entre lo tangible y lo intangible es otra de las aristas que consideran la integralidad
del paisaje como aspecto preponderante para su definicin, puesto que est dada por su
capacidad para relacionar lo intangible como devenir de lo tangible, ya que esa condicin
sensible del ambiente que se percibe en el paisaje configura la ms compleja de las lecturas
del contexto como parte igualmente integral de su estudio. Se evidencia entonces que las
categoras de anlisis aplicadas al paisaje desde la forma en que el ser humano lo percibe
y que derivan en conceptos tan interesantes como calidad sensible y cuenca visual (Lynch,
1992) o fuerza e inercia visual (Bell, 1993, pp. 83-89) son la expresin bsica de la intangibilidad
del paisaje, y se dice bsica porque lo intangible tambin se refiere a las relaciones sociales y
culturales, o dicho de otra forma, al comportamiento (Lynch, 1992), propias de la idiosincrasia
de las comunidades que lo habitan y lo disfrutan.
Por otro lado, el paisaje construye puentes de sentido entre los hechos biticos, abiticos y
antrpicos, es decir, al integrar sistemas bien sea ecolgicos, territoriales o sociales propicia
asociaciones complejas que le otorgan caractersticas particulares, definiendo los procesos
evolutivos propios que lo hacen singular. Entindase que al decir que el paisaje construye
sentido se hace referencia al ser humano que lo disfruta, puesto que el paisaje como constructo
cultural es una lectura individual o colectiva que se hace del entorno (Arenas y Gmez, 1994).
Por eso el objetivo de este estudio se concentra en develar ese conjunto de dispositivos que
hacen que esta accin de integracin derive en un juego de relaciones que buscan llegar a su
comprensin a partir del estudio complejo e integral del paisaje, considerando que dicho acto
de integracin constituye el aporte ms relevante de la disciplina y de las diversas metodologas
que abordan al diseo del paisaje como tema de reflexin (Steinitz, 2012).
Es necesario, entonces, considerar que dicha complejidad producto de lo integral en el
paisaje aborda el estudio de sus interacciones desde la comprensin del contexto, usando
como medio una adecuada representacin de las transformaciones del mismo, desde la
concrecin de mtodos especficos para determinar los procesos que son impactados por
dichas transformaciones y la toma de decisiones sobre el paisaje, ancladas en los estudios que
evalan esas transformaciones producto de esos impactos.
Por lo tanto, ese cmulo de hechos que se suceden al unsono y que tienen sentido a partir del
territorio donde se experimentan configuran la primera cualidad del paisaje: la simultaneidad; si
se hace necesario diseccionar, clasificar y separar los componentes del paisaje como parte de
una aptitud cientificista, este acto reflexivo tiene como efecto secundario la imperiosa necesidad
de rearmarse, agruparse, juntarse, volver a estar en simultneo, puesto que la experiencia del
paisaje incluye la experiencia hptica como cualidad primordial para otorgar a quien la vive la
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Si bien, como se ha dicho, es necesario comprender las partes para reconocer el todo, en
el caso del paisaje esta accin reflexiva se complejiza puesto que el paisaje resuena, vibra,
y cambia al unsono, es decir sincrnicamente; la accin de integracin se cualifica con lo
simultneo del disfrute del paisaje y as como simultneamente se disfruta, este exige que esta
sincrona est presente en el momentos mismo de su anlisis. Porque, como dice Michel Serres:
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Estos equipos de trabajo debern estar vidos de conocimiento y reconocimiento del juego
de relaciones que ocurren en el paisaje y que lo enriquecen, interrelaciones e interacciones
que se presentan en el mbito de lo intangible como efecto de la coexistencia de los complejos
sistemas biticos que se desarrollan en l. Es as como el reconocimiento de esta simultaneidad,
presente en el paisaje y necesaria para su comprensin, considera la presencia al unsono
de sus componentes (Forman y Godron, 1986) (Lynch, 1992), con la pertinencia del grupo de
expertos que lo estudian siempre con una mirada integradora en busca de aquel juego de
relaciones que se hacen visibles desde lo intangible como expresin de las interrelaciones y la
interacciones biticas presentes en todo paisaje.
La segunda cualidad, la territorialidad, es aquello en que se asienta, que soporta la vida y se
reconoce a partir del lento devenir del tiempo. El territorio es el soporte fsico, pero lo referente
a l, lo que territorializa, es decir, lo que hace que el hombre se sienta enraizado a un suelo,
con historia ms all de la su propia historia, se enreda en un juego de relaciones con otros
sistemas que lo habitan, y conforman con ellos una simbiosis tal, que lo territorial se convierte
en un aspecto cualificador del paisaje; ese sentido local del paisaje que lo hace ser a partir de
un lugar que se puede georeferenciar fsica y sensorialmente. Es aqu donde se concentra la
mayor experiencia del paisaje evidenciada en la ciencia, y de all se desprende, igualmente,
la mayor cantidad de formas de aproximacin al estudio del paisaje, pinsese en la ecologa
y su innegable insistencia en el anlisis de los ecosistemas asociados a un lugar particular
(Forman y Godron, 1986). Lo territorial cualifica tanto lo bitico como lo antrpico, impregnando
de particularidades la experiencia vivida.
Entindase pues la territorialidad como el soporte tangible de lo intangible, que precisa todo un
imbricado juego de relaciones que se tejen dinmicamente, accin compleja de relaciones entre
los componentes fsicos y tangibles y los componentes sensibles e intangibles del mismo, que
hace que estos ltimos sean la expresin eminentemente humana de la lectura de lo tangible
presente, prexistente y posible en el paisaje. Se concibe al territorio como el soporte de lo que
sucede y al mismo tiempo como cualificador de esos hechos, puesto que esa condicin de
punto de partida o sentido de pertenencia relacionado con un lugar en especial, confiere desde
lo local aquellas cualidades de singularidad que diferencia a un paisaje de otro.
Esta identidad de lo local agencia al paisaje como portador de las huellas histricas que
dan cuenta de las prexistencias integradas a la realidad visible del mismo, como un acto de
evidencia de las transformaciones a las que ha sido sometido, acumulando elementos que
bien pueden convertirse en indicadores del estado de equilibrio presente y que pueden ser en
un futuro las responsables de efectos que lleven a la reconformacin del juego de relaciones
implcitas y explcitas. La geoforma y su consolidacin a partir de la red hdrica que la esculpe
constituyen la base instrumental del paisaje, es la forma de acercamiento a las maneras de
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representacin para lograr impactos positivos en l. Esta mapificacin bsica (Steinitz, 2012)
del soporte tangible del paisaje, permite interactuar con l desde la reflexin cientfica y sensible
como uno de los dispositivos primarios para el desarrollo de las metodologas apropiadas para
su estudio.
Por otro lado, solo queda definir la caracterstica que vincula al paisaje con el tiempo, que
permite que lo temporal le adjudique las riquezas de la luz y de la sombra, el color, el clima y sus
variantes, las oscilaciones de los aromas y los sonidos (Lynch, 1992). Por eso podemos decir
que el paisaje es dinmico, est vinculado indefectiblemente con el tiempo y la variabilidad
de sus efectos, por eso la experiencia del paisaje solo tiene sentido en un momento y un lugar
especfico, ms all es otra experiencia con otro observador que ya ha sido influenciado por el
tiempo mismo transcurrido, por lo tanto el observador que construye el paisaje a partir de su
acto visual es tocado por el dinamizando su propia experiencia.
El paisaje es un hecho real que integra un cmulo diverso de expresiones vitales, que
simultneamente se territorializan a partir de las dinmicas propias que constituyen en realidad
lo que el hombre vive y contextualiza de una manera conciente o inconsciente. Como dice
Besse: Trabajar hoy desde un punto de vista terico la cuestin del paisaje supone [] que se
acepte abordar, al menos provisionalmente, la yuxtaposicin y la superposicin mal ordenada
de esos diferentes discursos y puntos de vista sobre el paisaje (Besse, 2006). Desde la praxis
se puede hablar del observador como el agente integrador, del ecosistema como el agente que
propicia la simultaneidad, del territorio como el soporte de las relaciones de sentido y del tiempo
que dinamiza la realidad del paisaje y nuestra propia relacin con l.
Ahora bien, no es un secreto que el acto de compenetracin ms grande del ser humano
con su entorno es aquel con el cual influye profundamente en su apariencia y funcionamiento
(Arenas y Gmez, 1994), este acto de territorializacin, como ya se expuso, contempla a su vez
un acto an ms complejo puesto que al realizar cualquier transformacin en el paisaje, implica
un proceso previo de registro, caracterizacin y anlisis del lugar o territorio inmediato. Se
propone entonces afrontar estos dos actos, valorar y disear, como inseparables e indisolubles
en trminos de coexistencia y dependencia, puesto que cuando se disea se requiere valorar y
cuando se valora se hace con miras al diseo en cualquier nivel, incluso es vlido valorar para
solo disear los elementos que garanticen que lo valorado no se intervenga, se degrade o se
petrifique.
Referencias
RUBN GMEZ
18
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RUBN GMEZ
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El paisaje en palabras
Con el ocaso del siglo pasado se supera una larga etapa de exaltacin a la especializacin,
cediendo el paso a la era de las interrelaciones. Cada vez se acepta con mayor convencimiento la
interdependencia de saberes, la necesidad de interrelacionar y conectar, frente a la inoperancia
de la fragmentacin. As, la organizacin lineal tanto de la ciencia, como de las causas de los
problemas, y por ende de la solucin a los mismos, se evidencia como un enfoque parcial,
incompleto y por lo mismo inconveniente. La condicin general de la vida actual demanda
aproximaciones compuestas, multidimensionales, relacionales, correspondientes y claramente
sustentadas en la nocin de pensamiento complejo del filsofo francs Edgar Morin, de tan
amplia y reconocida aceptacin.
En este contexto, se propone aqu avanzar en el anlisis de la relacin indisoluble entre
dos bienes culturales inmateriales, aparentemente distantes desde cualquier aproximacin
desprevenida o portadora del lastre de la segmentacin: el paisaje y el lenguaje. Los dos,
producto del habitar y convivir cotidiano, ejercen notable incidencia en la consolidacin de la
identidad de las comunidades, y aunque a primera vista no resulte incuestionable, se influyen
uno a otro en gran medida.
Paisaje
RUBN GMEZ
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sentir, actuar y comportarse, lo cual no es otra cosa que identificarse con el lugar, como resultado
del afecto que sigue al reconocimiento.
Si alguien no percibe un aspecto del paisaje, este no tendr relevancia pare l o ella. Por
ejemplo: si alguien no percibe un rea plantada como hbitat de vida silvestre, a sus ojos ese
hbitat no est presente. Para aquellos que perciben el rea plantada como algo ms que
superficie verde, habr mucho ms para observar y explorar.
Se deduce aqu, que es evidente el papel educativo del paisaje y la necesidad de comunicar sus
valores al pblico en general.
El estudio del paisaje parte de la necesidad de evaluar las interrelaciones naturaleza-gnero
humano-hbitat, y hacer explcito el resultado perceptual de las intervenciones resultantes, entre los
seres humanos comprometidos o afectados. No sin fundamento, Sir Geoffrey Jellicoe se refiere al
diseo del paisaje como la ms compleja de las artes. Apoya su tesis en tres hechos innegables: 1)
que los intensos disturbios ejercidos por la humanidad sobre el planeta solo pueden ser reversados
con grandes esfuerzos humanos. Como base para tal recuperacin, se est orientando la actividad
por parte de sectores conscientes de la sociedad desde 1972, en los resultados de la conferencia
de Estocolmo. 2) que tales esfuerzos, ms que al desarrollo en s, deben estar dirigidos al retorno a
un estado animal eficiente, de existencia ecosistmicamente sostenida. Este trabajo ha de estar
orientado por una planeacin holstica de base ecolgica. 3) que el destino de los seres humanos
es superar el estado animal, creando un ambiente que no es otra cosa que la proyeccin, sobre
la naturaleza, de sus ideas abstractas. Es aqu donde entra plenamente el diseo del paisaje, en
palabras de Jellicoe, en una escala nunca concebida en la historia, a hacer sus aportes, ya que
es solo en el siglo XX cuando el paisaje colectivo emerge como una necesidad social.
Ver la tierra con ojos de nativo significa aprender a habitar en comunidad, pero recorrer tranquilamente
esa tierra indica la bsqueda de identidad en un mundo natural que puede ser descrito, pero nunca
definido con direcciones o distancias, dice Smith (2010) citando a Hogan. Y escuchar a esa tierra
nos ensea a or y eventualmente a re-contar las historias all inmersas. Se entiende entonces la
relacin con la tierra y el paisaje representa algo ms sensible, algo ms profundo que la organizacin
simplemente tcnica de los usos o del aprovechamiento desmesurado de los bienes materiales. El
concepto de lugar no hace referencia a la composicin fsica de elementos sino a la experiencia
humana del espacio y ms exactamente a lo que acontece en su imaginacin.3
23
MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Complementa esta idea, de manera ms prctica y concreta, Clements (2011) diciendo que:
RUBN GMEZ
24
Sorvig (2002, p. 12) cita a Jackson (1984) para sustentar que la evidencia lingstica
prueba que un paisaje no es un rasgo natural del ambiente sino un espacio sntesis, un sistema
de espacios de construccin humana, impuestos sobre la faz de la tierra, funcionando y
evolucionando, no de acuerdo con las leyes naturales sino para servir a una comunidad. Pero
servir no implica solamente abastecer sino tambin el crecimiento en valores, el efecto en cada
una de las ocho modalidades de inteligencia, entre las cuales para el caso que nos ocupa
se podran resaltar la verbal/lingstica, en relacin con las palabras, y la visual/espacial, la
naturalstica y la existencial, en lo atinente al paisaje.
Lenguaje
El hombre se comporta como si fuera l el forjador y el dueo del lenguaje,
cuando en realidad es el lenguaje el que es y ha sido siempre el seor del hombre.4
En relacin explcita con el lenguaje, Gillett ( 2001) en Significacin e inconsciente estudia las
ideas de Lacan cuando afirma que: El inconsciente es un repositorio de influencias que surgen
del lenguaje y de los significados que este captura. El contenido mental del sujeto est atado
esencialmente al mundo externo, lingstica y casualmente. Lacan, segn Gillett, enfatiza sobre
los efectos del habla en los sujetos; refuerza la idea de que somos seres que reaccionamos a
los significados y no solo a los objetos, y que somos intencionales solo en la medida en que
compartimos un mundo externo e interpersonal.
Por otra parte, el lenguaje en todas sus dimensiones: signos, significados y cdigos, o
semntica, vocabulario, gramtica y sintaxis, es tambin fundamento de la cultura local. Sin
pretender abordar irresponsablemente la complejidad de la lingstica, el propsito aqu es solo
reconocer su importancia y papel definitorio en la relacin ser humano-paisaje.
Al respecto, el lingista y periodista Antonio J. Arias expresa: El idioma es el activo ms valioso
que tenemos.5 Y si bien podra discutirse que no es el ms, s es plenamente reconocido que
gozamos de uno de los idiomas ms ricos y que, cualquiera que fuese el nuestro, lo tenemos
siempre a la mano, se puede usar, potenciar, y hasta valerse de l para el sustento diario. Es, tal
como el sol, un recurso de libre uso de potencial aprovechamiento inagotable pero exigente en
cuanto a la moderacin en su utilizacin o manejo.
Interesante punto de partida, soportado en estudios anteriores, toma Jensen (2010) cuando,
para las investigaciones sobre los medios y la comunicacin, se refiere a los tres prototipos
del sonido: el habla, la msica y los paisajes sonoros. Es de notar cmo este autor resalta
4
5
los aspectos sonoros del paisaje, demostrando que el paisaje no es solamente visual sino
plenamente perceptual a travs de todos los sentidos y particularmente a travs del sentido
ms directamente relacionado con el lenguaje
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RUBN GMEZ
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Aceptando con resignacin la prdida o desdibujo de los nombres originales de los diversos
lugares en el Valle de Aburr, perduran los nombres en idioma castellano, mucho menos
poticos, tomados muchas veces del acervo religioso, con los que se nombran, por ejemplo, las
quebradas que surcan las laderas sobre las cuales crece Medelln: Santa Elena, San Cristbal,
San Lorenzo y gran parte del santoral catlico; nombres que rinden homenaje a personas
desconocidas, pero que sirven para identificar lugares con nombres por lo menos dignos.
Mejor esto que nombres tambin en castellano pero de connotacin bastante negativa, que
demuestran para el momento de su denominacin una prdida notable de la significacin y por
ende del respeto de los moradores hacia las quebradas, por las que fluye la vida, de las cuales
se surten y a las cuales maltratan, hasta de palabra. Tal es el caso de nombres como: La mosca,
La loca, La loquita, La sucia, La gallinaza, Los atades, La hueso, El ahorcado, La chiquero, y el
ms dramtico de todos: La basura! Aunque parezca increble, as se denomina una quebrada
en inmediaciones de San Cristbal, en la zona noroccidental de la ciudad.
Discusin
que de manera optimista y obtusa dictamina que canalizando con concreto y agilizando la
velocidad de drenaje para deshacerse rpidamente del lquido vital, se solucionaran problemas
derivados de las recurrentes inundaciones.
Corroborando el contraproducente uso de los trminos, una noticia titulada: Fuentes hdricas:
complemento del desarrollo urbano, desdibuja completamente el verdadero orden de las
cosas. Las fuentes hdricas son parte de la naturaleza que permite y sustenta la urbanizacin,
y el desarrollo urbano es imposible sin abastecimiento hdrico! Lo que corresponde es exigir
al desarrollo urbano una gestin sensata del recurso hdrico. Sensata no solo en trminos de
suministro sino de valoracin de sus funciones ecosistmicas, ldicas, vivenciales, paisajsticas;
todo ello expresado en un lenguaje cierto y sensitivo, que contribuya a la mejor relacin de los
pobladores con los constitutivos naturales del territorio que habitan.
Por otra parte, se encuentra la seudo-significacin, que nombra una cosa con el trmino
que corresponde a otra, segn convenga a sus propsitos. En este sentido, es cada vez ms
frecuente y en particular en el lenguaje de las entidades administrativas, intercambiar trminos
como natural y ambiental. Es importante precisar y aceptar, de una vez por todas, que natural
es aquello producido por la naturaleza (conjunto de todo lo que forma el universo en cuya
creacin no ha intervenido el hombre) y ambiental hace referencia a la resultante de nuestro
actuar sobre la naturaleza, a un estado momentneo de condiciones de posible subsistencia,
no a la naturaleza misma.
De manera similar se suele trastocar silvestre con rural. Sin tener en cuenta que rural
implica tierra destinada a las labores del campo, al cultivo, y que silvestre se refiera a lo que
se ha levantado naturalmente, agreste, sin cultivo; es decir, opuesto al anterior en cuanto al
procedimiento para la obtencin de sus productos. El hecho de que no sean suelos urbanos, no
implica que los dos sean lo mismo.
Finalmente la sobre-significacin, que bautiza con pomposos nombres lo que no tiene
fundamento. Persistente en el mbito de la promocin inmobiliaria es el abuso de los trminos
para crear una falsa ilusin, con apoyo en las aspiraciones inherentes al inconsciente del posible
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comprador. Nombres como: Prado verde, Reserva del prado, Los mangos, Entrehojas, Bosques
de sauces, hacen alusin a una vegetacin que no est y que no ser posible precisamente
porque ha cedido su lugar a las edificaciones. Otros como Portal del cerro, Bonavista, Bellaterra,
Tierralinda, prometen la apreciacin de un paisaje que tampoco ser posible, desde cada
unidad de vivienda, dada la densidad habitacional creciente.
Este fenmeno trasciende a la administracin municipal al llamar parque indiscriminadamente
a una plaza, a un sendero, o a una edificacin antigua en restauracin para convertirla en
colegio. Igual sucede con el recientemente acuado trmino de Jardn circunvalar de Medelln
que a todas luces no puede circunvalar (rodear, circundar, contornear) a todo el municipio de
Medelln, y menos con un jardn (terreno donde se cultivan plantas). Pareciera que se pretende
as satisfacer con palabras los vacos que no se logra satisfacer con una planificacin atenta a
los valores naturales, a un enfoque holstico que ponga en equilibrio factores naturales, sociales
y funcionales, en sntesis, a un enfoque desde la planificacin y el diseo del paisaje.
Anota el nobel Garca Mrquez, aludiendo al poder de la palabra, que los mayas tenan un
dios especial para las palabras. Pero refirindose al lenguaje en la vida actual (1997), encuentra
palabras inventadas, maltratadas o sacralizadas por la prensa los carteles la radio la
televisin las paredes de la calle y considera que: Las cosas tienen ahora tantos nombres
en tantas lenguas que ya no es fcil saber cmo se llaman en ninguna.
y es que en el mundo precolombino la palabra era una extensin del alma, implicaba
compromiso y ubicaba a los seres humanos delante del cosmos.7
Conclusiones
Ante la situacin descrita en el contexto de Medelln y con ocasin de mirar a este territorio en
perspectiva de paisaje, procede una propuesta hacia la re-significacin de su paisaje a travs
del lenguaje, o hacia la re-significacin del lenguaje referido a elementos que hacen parte del
paisaje local. En tal sentido, urge una accin educativa, masiva y multinivel que contrarreste
la influencia perjudicial sobre el paisaje, proveniente del uso descuidado o inapropiado del
lenguaje. Dicha accin educativa bien puede hacer parte de la innovacin en la cual parece
que nos hallamos ineludiblemente inmersos, o como un hecho puntual que contribuya a hacer
verdad el eslogan de Medelln la ms educada.
Este lema corresponde al programa iniciado diez aos atrs, en 2004, con el propsito de
formar ciudadanos globales, solidarios, pacficos, respetuosos con los otros y con el medio
ambiente, a travs de mayor cobertura de la educacin en diversos niveles y en espacios
dignos. La continuidad de una intencin tan loable como esta hara muy bien en propender
una mejor relacin de los habitantes con el lugar natural y cultural y atenderla antes, o si se
quiere a la par, con el emprenderismo, concepto tan en boga actualmente. Se educa ante todo
en valores, que segn el psiclogo Arturo Cardona S. (2000) son: convicciones personales,
aprendizajes perdurables, principios interiorizados; creencias razonadas y firmes inherentes al
ser humano y reforzadas mediante experiencias significativas.
Los paisajes suenan, cantan, interpretan y por supuesto dicen. Les oiremos
murmurar con las mil entonaciones del viento y de las aguas y la infinita gama de
tonalidades que se desprende de las caricias que esos dos elementos le dan a
todo lo que vemos8.
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Lo anterior coincide con las aseveraciones de diversos autores y con la experiencia propia
del hecho de que el paisaje, a diferencia de la arquitectura o del urbanismo, no puede ser
internacionalizado; es decir, implica la construccin de una perspectiva local para el paisaje
propio. Al no constituir un objeto, a la manera de un edificio, no es algo que se pueda ubicar sin
distincin aqu o all. El paisaje es un complejo sistema de relaciones hombre-medio. Sus races
locales son profundas, tanto como las del lenguaje, el dialecto o el acento.
Referencias
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30
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Ilustracin 2. El territorio: usos, familiaridad, valoracin, arraigo, conflictos, cambios y su representacin cartogrfica.
(Sidn, Pacfico Cordillerano Nariense. 2010)
RUBN GMEZ
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Tradicionalmente, los estudios psicolgicos sobre la percepcin conciben tal proceso como la
recepcin, organizacin y significacin de informacin presente en el entorno y que le permiten
al observador o persona, interpretar y tomar decisiones acerca de las mejores formas de
adaptacin a las caractersticas del mismo. El razonamiento bsico que subyace a la decisin es
maximizar el beneficio personal ignorando o subvalorando las consecuencias sobre el medio. Los
estudios experimentales, centrados ms en el rigor, conceban los estmulos como los elementos
que el investigador controlaba (intensidad, ritmo, periodicidad) y requeran como escenario
privilegiado el laboratorio, o al menos, entornos reducidos o simulados (fotografas, por ejemplo)
en donde el actor principal era el investigador. Sin embargo, como lo menciona Gilmartn y otros
(2002) citando a Ittelson (1978, p. 197), el trabajo actual en percepcin ambiental representa
un cuerpo coherente de estudios que ha redefinido el concepto de percepcin para incluir
aspectos perceptivos, cognitivos, valorativos y afectivos estudiados con un amplio rango de
metodologas y tcnicas.
El cambio de perspectiva se ha debido en parte a dos fenmenos: a) el inters por la
investigacin sobre ambientes naturales (en ocasiones por oposicin o, al menos, por
diferenciacin a los ambientes construidos o esencialmente antrpicos) teniendo en cuenta sus
caractersticas no reducidas ni reducibles a escalas menores, es decir, escenarios a gran escala
(visin molar); y b) el enfoque y finalidad de tales estudios: no solo conocer los procesos y
contenidos de los sujetos humanos que perciben y atribuyen cualidades a los ambientes sino la
contribucin a la toma de decisiones sobre intervenciones que los pueden modificar cambiando
la calidad del paisaje. Si anteriormente los perceptores eran sujetos ahora son participantes;
si antes importaban los contextos de laboratorio u otros contextos reducidos, ahora importan
los escenarios (en su escala normal) y relacionados con propsitos de la vida cotidiana; si
antes podran ser una curiosidad y responder a intereses exticos de investigadores sociales,
ahora son componentes estructurales de la planificacin e intervencin territorial, tendencia que
recupera y enfatiza el denominado diseo social por oposicin al diseo experto (Granada,
2007).
Dentro de estos desarrollos han aparecido dos nfasis. El primero de ellos acenta su
inters en conocer la valoracin ambiental entendida como el anlisis de las impresiones
individuales o colectivas (juicios sobre belleza, emociones positivas o negativas, significacin
atribuida) suscitadas por el contacto-exploracin con un paisaje. El segundo de ellos se dirige
especialmente hacia la obtencin de medidas que posibiliten un anlisis ms objetivo de
un entorno particular. Aunque se busque informacin ofrecida por personas o grupos, importa
ms el conocimiento del ambiente mismo que los procesos mediante los cuales los sujetos
ejercen los diferentes niveles de apropiacin del entorno y sus diferentes formas y contenidos
de aceptacin o rechazo.
En este orden de ideas, Gifford (1997) seala que el concepto de evaluacin de la calidad
del paisaje posee dos trminos que se diferencian (en la lengua inglesa): Assessments vrs.
Appraisals, los cuales se corresponderan aproximadamente con la diferencia establecida
anteriormente entre evaluacin (juicios expertos y apoyo tecnolgico de mediciones por ejemplo)
y valoracin o preferencia (estados sujetivos de quienes experimentan las cualidades o atributos
del lugar). El resumen de las diferencias puede ser el siguiente:
1. Appraisals se centran en la persona, en las formas individuales de pensar y sentir los
lugares que los rodean. Por su parte, Assessments estn centrados en el lugar y hacen
referencia a la calidad de un escenario desde un amplio punto de vista.
2. El primero implica a menudo conceptos psicolgicos (emociones, preferencias, significados);
mientras que el segundo, con mayor frecuencia se interesa en medir propiedades fsicas
haciendo uso de habilidades perceptuales humanas.
3. El primero, ms que el segundo trmino, se adopta con finalidades encaminadas a la
adopcin o cambio de polticas pblicas.
4. As mismo, en cuanto el segundo est focalizado en el lugar, las personas seleccionadas
para realizar los estudios del caso son quienes tienen relaciones funcionales con l.
Por su parte, Otero., P. I. y otros (2009) sealan que los resultados de investigaciones sobre
la calidad esttica de los paisajes suelen dar resultados diferentes segn el punto de vista
adoptado.
Por tanto segn se evalen las caractersticas del paisaje desde un punto de vista filosfico,
psicolgico etc., los resultados obtenidos son diferentes. De esta forma, mientras algunos
autores intentan valorar el paisaje desde un punto de vista filosfico centrndose en
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
As mismo se han combinado dos grandes tendencias en los estudios relacionados con
la calidad ambiental del paisaje. La primera consista en la consulta a expertos, que por su
formacin se supona tenan la capacidad o competencia para emitir juicios de valor sobre la
belleza escnica de manera ms objetiva y que se podran luego trasladar a propsitos de
diseo y quiz algunos estndares relativos, dejando de lado o subordinando aspectos claves
de la interaccin sociedadpaisaje, como es la cultura. Este camino fue predominante hasta
cuando se conocieron estudios y resultados que mostraban el papel importante que jugaba la
valoracin de la calidad del paisaje por parte de los usuarios (no expertos), que poda incidir de
manera decisiva en la facilitacin u oposicin a proyectos de intervencin que modificaran el
mismo. Los primeros se conocen como estudios de evaluacin de paisaje y los segundos como
estudios de preferencias ambientales. Ambos componentes son parte esencial en la toma de
decisiones y polticas relacionadas con transformaciones sobre el territorio que puedan afectar
(positiva o negativamente) la calidad escnica, en nuestro caso.
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cuestiones de definicin (Dearden, 1987), midiendo la belleza del paisaje por su interrelacin
con el sujeto que lo observa; otros autores se basan en la posesin de atributos para la
valoracin del paisaje (Gmez et al., 1976; Schauman, 1986; Litton, 1982; Zube et al. 1982;
Kaplan, 1982), utilizando una serie de descriptores propios de cada paisaje (descriptores
fsicos, artsticos y psicolgicos), que por separado proporcionan la valoracin del paisaje
en cuestin; un tercer grupo de autores abordan la valoracin del paisaje desde el punto
de vista psicolgico atendiendo al impacto psicolgico que el paisaje produce en el
observador (Bernldez y Gallardo, 1989), centrndose ms en la psicologa que en el
paisaje en s; y por ltimo se encuentran aquellos autores que emplean un enfoque basado
en las caractersticas de los observadores (las principalmente utilizadas son tipos de
observadores, actitud hacia el paisaje, nmero de observaciones de cada tipo y coste que
supone para ellos el visitarlo, o en su caso, lo que estuvieran dispuestos a pagar porque no
se deteriorara) (p. 1).
Para concluir este acpite introductorio es muy importante sealar la posicin de Daniel, citado
por Gilmartn y otros (2002, op. cit.) y complementada por Granada (2002, 2007) la cual se
puede resumir as:
1. Las atribuciones sobre calidad escnica estn determinadas tanto por caractersticas
objetivadas del sistema mismo (iluminacin, textura, relieve) como por los procesos sociocognitivos de los participantes: conocimientos, emociones, percepciones, procesos que,
a su vez, estn afectados por las experiencias previas de las personas. En tal sentido el
trmino calidad ambiental o calidad escnica es una construccin social y no un dato
directo; implica un enfoque histricocultural y no solo un estudio de coyuntura.
2. La calidad escnica es una construccin que debe ser inferida y decodificada por los
investigadores a partir de las respuestas evaluativas producidas por los observadores,
quienes no solo observan sino que tienen percepciones multimodales del entorno (olores,
fatiga por caminatas, sonidos, temperatura, sensacin de amenaza, ausencia de vida)
(Pramo, 2006; Granada, 2006). Tenemos en suma dos procesos sociocognitivos relevantes:
el de los participantes y el de los investigadores. Estos ltimos requieren de una competencia
hermenutica, trmino poco amistoso a los expertos en ciencias naturales quienes, en el
marco de un viejo positivismo, creen que no hacen interpretaciones sino lectura directa
de datos.
3. En el mbito no solo de los entornos naturales sino de los construidos (nocin de paisaje
urbano por ejemplo) los juicios del pblico (incluidos los nios y los viejos!) proporcionan,
en primera instancia, una base apropiada para la evaluacin de la calidad escnica. Sin
embargo, en la preferencia frecuentemente hallada por paisajes verdes, por el agua, las zonas
de playa y soleados por oposicin a sombros, volcnicos, desrticos y poca vegetacin
pareciera influir cierto nivel de estereotipos y el desconocimiento de la calidad ecosistmica
de stos en la produccin y mantenimiento de vida. La educacin ambiental no se exime
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
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Para Daniel (1990) refirindose explcitamente al caso de la calidad del ambiente natural,
algunos de los aportes de la psicologa se ubicaran en el reconocimiento de la complejidad
misma del fenmeno y sobre todo en el hecho de que las modificaciones del paisaje natural
obedecen finalmente a polticas cuyos gestores o ejecutores no comprenden o no indican la
importancia o valor de tales cambios. Incluso cuando las polticas mismas adscriben o prescriben
normas proteccionistas sobre la belleza de los escenarios, estas se construyen ms con base
en una presin pblica que en una autoconviccin de los legisladores. Pareciera que el valor
econmico o el valor social (a veces asistencial y que suele repercutir en votos) fueran los
pilares de tales decisiones. Seala el autor que aunque la belleza escnica contina siendo un
importante recurso natural, su administracin y manejo mejoraran si se conocieran mejor los
aspectos ms bsicos de la interaccin hombremedio ambiente, por ejemplo, la percepcin, la
preferencia, incluso, la salud ambiental. Al respecto, propone intensificar la investigacin tanto
bsica como aplicada ya que la importancia del problema as lo hace merecedor.
El aporte al conocimiento y mejoramiento de la calidad ambiental implica tanto una visin
holstica e integral como especfica, en detalle (Proshansky y otros, 1978; Bronfenbrenner, 1987 y
Granada, 1990). De esta forma una visin general desde un modelo sistmico sobre la interaccin
Un artculo del autor seala y describe algunos aportes de la psicologa a la comprensin del comportamiento ambiental y
sistematiza algunos supuestos e hiptesis pertinentes. Ver en las referencias: Granada, 1990.
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Dentro del gran espectro de las disciplinas que abordan conceptual y metodolgicamente la
relacin hombre-medio enfatizando la dimensin psicosocial y cultural, la psicologa ambiental
ha logrado ampliar tanto el nivel de conocimiento terico-metodolgico como el de la planeacin,
ejecucin y valoracin de la intervencin ambiental. En esta direccin, Demick y Wagner (1990)
consideran que el advenimiento de la psicologa ambiental en la parte avanzada de la dcada
de los 60 permiti a los psiclogos desempear un papel prominente en la comprensin de los
problemas ambientales examinando los procesos subyacentes a la preocupacin de la calidad
del ambiente. Este punto y otros relacionados pueden afectar dos problemas crticos: a) la
preservacin de la biosfera en la cual habitamos; y b) el mejoramiento de la calidad de nuestra
vida cotidiana a veces muy empobrecida (p. 631). Por su parte Holahan (1995), Kaminsky
(1979), Corraliza (1987), Moch (1989), Fisher (1992) y Gifford (1997), mencionados por Granada
(2002), han sealado de manera continua que el estudio y la comprensin de los procesos
psicolgicos tales como la percepcin, conocimiento, valoracin y comportamiento ambiental
son un aspecto clave dentro de toda la vasta y compleja red de interacciones entre el hombre y el
medio ambiente. Este ltimo aspecto, al fin y al cabo que es registrable, observable y operativo,
llama fundamentalmente la atencin de los planificadores y administradores, y su comprensin
pareciera importar tenazmente. En parte es razonable su inters en cuanto se vuelve punto de
partida y llegada de los efectos de esa interaccin hombre medio ambiente.8
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Para Ormaetxea (s. f.) el disfrute, uso y proteccin del paisaje, ocupa uno de los lugares ms
importantes dentro del grupo de valores de la sociedad occidental. Ms an, tanto desde el
punto de vista ecolgico como psicolgico y del bienestar social, su doble carcter como
expresin territorial de la estructura y dinmica, ecolgicas ambientales y culturales y como una
entidad visual perceptible y suscitante de emociones, es un instrumento de anlisis y valoracin
tanto en la investigacin medioambiental como en la planificacin y ordenacin territorial (p. 1).
En consecuencia, al considerar un paisaje se habr de tener en cuenta tanto el valor ecolgico
que representa como el esttico y emocional que la sociedad le atribuye.
Si se considera el paisaje como la expresin territorial de las relaciones medioambientales
y culturales al que el ser humano accede mediante sus procesos cognitivos (percepcin,
Un remedo de ecuacin de Calidad Ambiental sera: C (A) = f [CAL. (ACT), CAL (ESC), CAL (ACT x ESC)]; en donde: C(A) =
Calidad del Ambiente; CAL (ACT) = Calidad de los actores; CAL (ESC) = Calidad de los escenarios y CAL (ACT x ESC) = Calidad
de la interaccin entre sujetos y escenario.
10
En consecuencia, si la valoracin del paisaje es una construccin y esta puede diferir no solo
entre los habitantes o usuarios de un lugar sino, y es muy importante, entre estos y los que
lo planifican y disean, es conveniente conocer cules son los aspectos coincidentes de la
poblacin en la percepcin y valoracin del paisaje. Incluso hay que tener en cuenta la atraccin
psicolgica de ciertos componentes a pesar de no ser funcionales ni productivos (Ormaetxea,
op. cit. p.1). Es de advertir, sin embargo, que a pesar de reconocerse su importancia no se la
suele incorporar en los estudios y proyectos del caso por la dificultad de una cuantificacin y
manejo tcnico que le otorgue visos de cientificidad y por el inevitable componente subjetivo,
intrnsecamente ligado a los procesos de la experiencia del paisaje. En este sentido adquiere
toda la relevancia la propuesta de incluir el Diseo social como herramienta metodolgica y a la
vez facilitadora de la participacin ciudadana en los proyectos que le son pertinentes (Granada,
2007, op. cit.).
La publicacin Observatorio del paisaje (2009), por su lado, menciona El convenio europeo
del Paisaje como una instancia que estimula a las diferentes sociedades europeas a definir
unos objetivos de calidad paisajstica. Seala el documento que,
como punto de encuentro entre las aspiraciones de la ciudadana, la opinin de los expertos
y las polticas pblicas en relacin al paisaje, los objetivos de calidad paisajstica plasman,
de manera fidedigna y despus de un intenso proceso de consulta y participacin pblica,
la meta final que una sociedad se marca a s misma en trminos de mejora de sus paisajes
(p. 1).
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
RUBN GMEZ
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Para Lynch (op. cit., 1992), la tradicin del diseo ligado al poder y sostenido por una
racionalidad positivista que enfatiza el saber experto, objetivo, riguroso, con indicadores poco
o nada ambiguos ha tenido que ceder en sus pretensiones al mejorar no solo el conocimiento
sino la conciencia de los habitantes acerca de sus derechos y del ejercicio a travs de la
participacin ciudadana. Aunque los nuevos criterios puedan ser menos cientficos u obedecer
a otras racionalidades paulatinamente ganan lugar en las intervenciones socio-territoriales. Para
el autor, cada una de estas ramas del diseo (dura versus laxa) puede aprender de la otra: la
racionalidad sistemtica y la intuicin creativa no son irreconciliables:
El hecho de que un sitio sea urbano o rural, que su manejo sea individual o plural, rico o
pobre, tiene un efecto sobre las tcnicas y criterios que se utilicen. A pesar de esto, siempre
hay principios subyacentes y mtodos de diseo y anlisis que son comunes a ambos
extremos. Podemos enfrentar problemas tan distintos como los de los bosques, los parques,
las reas histricas o los centros urbanos. Aquellas dos ramas deberan entretejerse para
alcanzar la solvencia suficiente para dar cuenta de un rango ms amplio de aspectos. El
tema que las une podra ser la forma como el sentido de una regin afecta la vida de sus
habitantes. Quizs en el futuro podamos ampliar el campo de accin incluso hasta pensar
en su influencia sobre otras formas de vida: las de los animales e incluso las de las plantas.
En la actualidad, la preocupacin amplia y eficaz en torno a lo humano sera ya un paso
gigantesco (Lynch, op. cit., p.18).
Las dificultades y fracasos en cuanto a los propsitos de lograr un diseo ambiental adecuado
se relacionan ms con aspectos sociales que tcnicos o financieros: la separacin visible entre
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
3. Unos paisajes heterogneos, que reflejen la rica diversidad paisajstica de Catalua y que
se alejen de la homogenizacin.
4. Unos paisajes ordenados y armnicos, que eviten el desorden y la fragmentacin.
5. Unos paisajes singulares, que se alejen de la banalizacin.
6. Unos paisajes que mantengan y potencien sus referentes y valores, tangibles e intangibles,
(ecolgicos, histricos, estticos, sociales, productivos, simblicos e identitarios).
7. Unos paisajes siempre respetuosos del legado del pasado.
8. Unos paisajes que transmitan tranquilidad, libres de elementos disonantes, de ruidos
discordantes y de contaminacin lumnica y olfativa.
9. Unos paisajes que puedan ser disfrutados sin poner en riesgo su patrimonio y su
idiosincrasia.
10. Unos paisajes que atengan a la diversidad social y contribuyan al bienestar individual y
social de la poblacin.
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usuarios de un lugar, o mejor, habitantes y el control social sobre el mismo crea dificultades muy
fuertes que conducen generalmente a manejos inadecuados por los efectos impositivos y poco
sostenibles de las intervenciones. Suprapoderes como los de inversionistas especialmente del
campo inmobiliario suelen superar los propsitos y restricciones que se planifican, tanto por
los equipos tcnicos como por la comunidad afectada y la misma administracin pblica. Parte
de esta problemtica, es decir, la superposicin y dominancia de poderes en la intervencin
planificada o no sobre el territorio y sus consecuencias en la calidad del hbitat (Carrizosa,
U. J., 2006). Al respecto pinsese, actualmente, en el caso colombiano sobre presiones de
multinacionales dedicadas a la minera, sobre todo aurferas, y los impactos previsibles sobre
pramos, bosques y flujos de aguas para riego. As mismo los proyectos de cultivos de palma
extensivos (algunos en funcionamiento y con problemas de legalidad ambiental y jurdica como
los de la zona noroccidental del Choc) y otros en ciernes dentro del paisaje sabanero de los
llanos orientales. De la transformacin paisajstica del valle geogrfico del ro Cauca, solo de
vez en cuando se recupera el sentido crtico, pues el cultivo de la caa domina de tal manera el
territorio que su verde montono, casi cero-diverso y con un imaginario de progreso eficazmente
logrado por la publicidad se ha naturalizado ante los ojos de muchos viejos y ms explicable
an, en las generaciones jvenes. Los humedales de antao, reguladores de crecidas fluviales
y altamente productivos en biofauna y diversidad paisajstica, no tienen siquiera imaginarios:
han sido reemplazados por el trmino inundaciones. Adems, en este escenario transformado,
los ros son corrientes de agua que hay que encauzar para que no perjudiquen las actividades,
esas s productivas como la ganadera, agricultura (monocultivos especialmente) y expansin
urbana. El ro no es entonces un ecosistema dentro del cual el hombre tiene y busca lugar: al ro
hay que arrinconarlo y la moda de los jarillones se extiende por lo que antes eran riveras. Los
sistemas de humedales, descanso natural del ro en sus ciclos de lluvia y reservorios en ciclo
de verano, han sido desaparecidos en ms del 80% (labor titnica como la de la estirpe
paisa del hacha destruyendo monte) y los desastres de los ltimos tiempos tienen una excusa
que oculta la historia de destruccin: las lluvias!
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
conocimiento permite una lectura y una interpretacin acerca del sentido o significacin
del lugar. En esta direccin es clave retomar el concepto de Diseo Social mencionado
anteriormente sealando su relevancia, su contenido y pautas de carcter metodolgico,
enfatizando el uso de estrategias histricas que permitan conocer la trayectoria del
territorio y no solo la coyuntura actual.
RUBN GMEZ
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Primer plano: rbol que sombrea, secuencia de bosque y quebrada y luego el bosque con
entrevisos de horizonte: ausencia de humanos y elementos construidos.
Fotografa 2. Ecoparque cerro El Volador, cerro tutelar de Medelln. 2013.
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Referencias
RUBN GMEZ
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Elementos naturales
del paisaje urbano
El crecimiento de una ciudad est en correspondencia con la forma fisiogrfica, con las
oportunidades, con los conflictos y la cultura. Sin embargo no se puede desconocer que la
planificacin generada a travs de las diferentes administraciones municipales es orientadora
de estos cambios.
Analizar cules son los elementos claves que sirvan a los planificadores, desarrolladores,
intervinientes en un territorio, se convierte en una necesidad y esta tarea debe ser constante
en cada uno de los niveles de la gestin de desarrollo de una ciudad, debido a que son los
elementos naturales que estn presentes los protagonistas en la transformacin, ya sea por su
inclusin, cambio o por su desaparicin. Es por esto que se deben concebir desde el esbozo
mismo de la transformacin del microterritorio para que se pueda corresponder con el territorio,
en general, la sustentabilidad del mismo.
En este sentido, varios autores coinciden en que la calidad de vida presente y futura en los
asentamientos humanos depende en buena medida de la sustentabilidad de la ciudad, una de
cuyas dimensiones, la social, debe contemplar entre sus parmetros el diseo y preservacin del
paisaje urbano, atendiendo a necesidades tanto individuales como colectivas (Briceo, 2009).
RUBN GMEZ
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La sustentabilidad est relacionada con la calidad y bienestar en todos los campos del
desarrollo de una ciudad en la que interviene la oferta de bienes y servicios, que incluye no solo
lo ambiental sino, en el desarrollo de infraestructura, en seguridad social, en la oportunidad de
empleo, en el control de elementos contaminantes, que surgen como desechos o formas de uso
y en la oferta de elementos naturales como estructurantes ecolgicos, en el proveer materias
primas a los seres vivos que lo habitan y demandan y para el disfrute en general.
Estudios demuestran que la calidad y bienestar de la comunidad que habita un territorio esta
en relacin con los valores de los elementos naturales atribuidos al paisaje y estn vinculados
con el nivel de satisfaccin, bienestar y agrado que sienten las personas en esta convivencia.
El planteamiento sobre el desarrollo sustentable hace nfasis en la ecologa y es definido por la
Comisin Brundtland como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer
la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades, (The World
Commission on Environment and Development, 1987: 40). El concepto incorpora el objetivo
de mantener la calidad general de vida, para asegurar un acceso continuado a los recursos
naturales y evitar la persistencia de daos ambientales. Los recursos de los cuales dispone el
hombre para su explotacin, naturales o no, son definidos tambin por esta comisin, desde la
nocin de capital, a saber: capital social, econmico, tecnolgico, medioambiental y ecolgico,
los cuales deben ser gestionados racionalmente procurando un mayor equilibrio entre el medio
natural y el humano (Briceo, 2009).
Otro concepto interesante es el que desarrollan los autores, J. Milton; A. Palacios y J. Cardona,
en el ensayo Lo urbano y lo sustentable, cuando afirman que dado el estilo de vida que se
lleva en la actualidad, que est basado en la artificialidad del hbitat humano, es difcil plantear
modelos de sustentabilidad, sobre todo en las ciudades, pues una ciudad sustentable tendra
que ir ms all de llenarla de espacios verdes que paradjicamente son artificiales, ya que la
sustentabilidad no es sinnimo de jardinera. Estos autores desarrollan la idea de que se tendra
que buscar un equilibrio entre el mundo artificial del hbitat de las sociedades urbanas y el
mundo natural de las sociedades aborgenes. Afirman, adems, que entendiendo por mundo
artificial la ciudad, el consumo de energa, clases sociales, dinero y las redes trficas; por mundo
natural, una forma de vida apegada a los ciclos y relaciones simbiticas de la naturaleza, se
plantea entonces tres tipos ideales de sociedad y su relacin con lo artificial y lo natural en
funcin de sus formas de vida, los cuales seran el urbano (mayor relacin con lo artificial), el
rural (punto medio entre lo artificial y lo natural) y el aborigen (mayor relacin con lo natural)
(jbposgrados.org/ICS, 2010).
La distribucin espacial de la ciudad con un crecimiento hacia los bordes, las construcciones
en sitios de alto riesgo o en zonas de invasin en suelos con otras vocacin de uso, la prdida
de espacio pblico verde para generar nuevos espacios urbanizados; las canalizaciones, las
coberturas y desviacin de fuentes hdricas, sin describir los desechos slidos y lquidos que
invaden espacios pblicos y fuentes hdricas, entre otras, son acciones en la construccin de
ciudad que van borrando los elementos naturales y que hacen parte de un paisaje urbano con
disminucin de calidad y bienestar para los habitantes.
En el crecimiento de una ciudad, sobre un territorio que sufre dinmicas de transformacin,
desde lo ms naturalizado a lo ms o menos urbanizado, planeado o no planeado, surge el
concepto de fragmentacin, de paisaje urbano, de bienestar y calidad de vida, de oferta y
demanda, de equilibrio, etc. En este contexto se visualiza la discontinuidad de la estructura
fsica que adems de verse tangible, tiene dimensiones sociales, econmicas y ambientales.
El desarrollo de lo urbano, en el concepto de fragmentacin es un fenmeno creciente que va
adoptando nuevos patrones y significados. Es el producto de la confluencia de fuerzas complejas,
dentro de las cuales, las polticas urbanas, los movimientos socioeconmicos y los aspectos
culturales tienen un papel trascendental. En este contexto, se asume que la fragmentacin
siempre est asociada a los efectos negativos derivados de las acciones antrpicas que
conllevan a una modificacin intensa del territorio y que se traduce en una prdida importante
de hbitats naturales y en la disminucin e incluso en la extincin de especies y de cambios
culturales en lo social que se mezclan con nuevos resultados.
Alejandro Echeverry Restrepo, arquitecto planificador, en una entrevista sobre el desarrollo de
la ciudad de Medelln menciona que una tarea muy compleja que se tiene en la ciudad, por el
potencial inmenso, es el tema ambiental, y afirma:
Esta ciudad est enclavada en un valle magnfico, con numerosas quebradas. Y por eso
cuando hablamos de comunidad ecolgica, de tener parques cercanos a los barrios,
tenemos una oportunidad para que con una transformacin mayor a la que se ha hecho, se
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
puedan convertir en parques verdes lineales. Este es un tema que cruza medio ambiente y
espacio pblico. Y es poner en primer plano lo verde de la ciudad. Este tema ambiental de
los ros, las cuencas, los bosques de los cerros, va a ser un tema central (Restrepo, 2013).
RUBN GMEZ
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Entre los aos 2004 a 2012, alrededor de las quebradas se recuperaron espacios pblicos
verdes con el objeto de naturalizar la conexin con espacios de mayor soporte ecolgico en la
ciudad, como La cuchilla romeral, el cerro del Padre Amaya, La cuchilla las baldas, Las cuchillas
el barcino, astillero y manzanillo, el cerro pan de azcar, el parque ecolgico Piedras blancas y
el parque regional Arvi, elementos geogrficos que nos integran con otras reas protegidas de
conexin ambiental. Con esta importancia se construyeron los parques lineales: Los Sentidos en
la comuna 13; La presidenta, en la comuna 14; La batea, Quintana alta y Quintana baja, en las
comunas 5, 6 y 7; Pajarito, en la comuna 7; La bermejala en la comuna 4 y La india en la comuna
9; a un costado del Batalln Bombon; Bicentenario, Santa Elena tramo 4, La Herrera, La tinaja,
La Hueso, El salado, Alta vista y Bicentenario.
El trabajo de investigacin realizado por Herrn, en el ao 2013 busc establecer la relacin
que existe entre el reordenamiento de estos espacios convertidos en parques lineales y la
forma como las personas se relacionaban con ellos, concluyendo que las caractersticas fsicas
de un espacio percibido pueden llegar a trascender por medio de unas apropiaciones para
convertir esos lugares en los sitios donde se gestan identidades y sentidos de pertenencia, y en
este sentido se cita que debe dejarse de pensar el territorio fsico como un simple contenedor
material y empezar a considerarlo como aquel soporte bsico que comprende unas cualidades
fsicas, climticas y ambientales, acompaado de unos materiales que tienen funcin y forma,
al tiempo que son definidos por los procesos y grupos sociales que lo han venido modificando
y hacindolo parte de sus aconteceres (Herrn, 2013).
Ejercicios demostrados para el rescate de espacios pblicos que generen funciones diversas
en las relaciones sociales y ambientales que dan cuenta de la armona con un adecuado
desarrollo del paisaje urbano, se convierten en la prioridad de los planificadores y dirigentes de
una ciudad, pero mientras los actuales urbanizadores, desarrollistas e ilusos de la sustentabilidad
sigan planteando el desarrollo tal como lo han venido haciendo hasta la fecha, no habr forma
de evitar que el embudo urbano siga creciendo, consumiendo y devastndose a s mismo y a
los territorios vecinos cercanos y lejanos, en aras de satisfacer las necesidades de los urbanitas,
entre los que surgen da a da nuevas y ms sofisticadas necesidades materiales y simblicas.
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Referencias
RUBN GMEZ
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Mitos urbanos en la
conectividad del paisaje
RUBN GMEZ
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
(Opdam, 1991; Santos et al; 2002). Por esta razn, diversos estudios han usado la riqueza de
especies como indicador para estimar la conectividad y sostenibilidad del paisaje (Belisle et al.,
2001; Coppedge et al., 2001; Bishop y Mayers, 2005; Martensen et al., 2008; Gottschalka et al.,
2010).
RUBN GMEZ
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en espacios tanto urbanos como periurbanos. Es muy importante aclarar que la desaparicin
de los grandes reductos naturales, tanto en zonas urbanas como en sus alrededores, no podr
ser suplido por ningn ejercicio de conectividad, puesto que simplemente ha desaparecido el
objeto mismo de inters a conectar. Por otra parte, la conectividad adquiere gran importancia
si se definen planes de conservacin de los reductos existentes, puesto que el efecto residual
de la endogamia podra verse aliviada, por lo menos de manera temporal, si se logran asegurar
unos flujos mnimos entre ellos. Otra importante salvedad es el destacar aquellos corredores que
por s mismos proveen condiciones de hbitat, como lo son algunos de los cuerpos de agua con
un ancho importante de vegetacin natural ripariana (ms de 20 m), que como en el caso de
Medelln, todava fluyen desde la montaa facilitando no solo los flujos sino tambin la existencia
misma de condiciones bsicas para la permanencia de las especies.
Referencias
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61
MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Paisaje y sociedad
El presente texto aborda el tema de cmo distintos actores conciben el tema del paisaje en
la ciudad de Medelln. Para tener un espectro amplio de pblico sobre el cual hacer el anlisis
se tomaron en cuenta varios perfiles: el sector acadmico, el sector privado y el sector pblico.
En estos mbitos se abordaron personas de diversas formaciones y profesiones con el nimo
de lograr capturar la imagen que hay en Medelln con respecto al paisaje. Luego de tener los
sectores y los actores como objetivo de estudio, se dise una encuesta donde se sonde el
imaginario del individuo con respecto a los temas relacionados en la misma, finalmente se realiz
un anlisis de la informacin donde se caracterizan los roles y se interpretan los resultados.
Metodologa
Para lograr establecer una lectura en torno al tema del paisaje en la ciudad de Medelln, se
parte de preguntas en torno a actores que deben de tener un imaginario con respecto al tema,
teniendo la firme conviccin de que no es solo de inters de ciertas profesiones o ciertos grupos
especficos; a partir de este hecho se tom como base tres sectores bsicos: el sector acadmico
conformado por docentes y estudiantes de Instituciones de Educacin Superior; el sector pblico
conformado por profesionales que han desarrollado su carrera en torno a instituciones de
carcter pblico; se abord el sector privado con actores cuyo ejercicio profesional se ha dado
en el mbito privado y, finalmente se determin un ltimo sector conformado por ciudadanos
comunes, con diversas edades y sin una formacin acadmica profesional; esta ltima categora
se determin para ser incluyente con los personas que no se sintieran categorizadas o incluidas
en los sectores anteriores.
En la fase de anlisis se busca a travs de una encuesta con preguntas especficas sobre el
tema del paisaje determinar el imaginario asociado al tema. Para este anlisis se hizo un dise
de preguntas alrededor de los siguientes elementos:
RUBN GMEZ
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1. Identificacin del actor
Se realizan preguntas especficas sobre el concepto de paisaje, que van orientadas a sondear
el imaginario sobre el tema del paisaje.
Preguntas orientadas a indagar sobre si existe un conocimiento del marco legal sobre el
paisaje en el pas.
Estas preguntas se formular con el fin de establecer el conocimiento sobre los avances y
logros en el tema del paisaje.
Estas preguntas estn orientadas a indagar sobre el imaginario del entrevistado sobre el
paisaje y su interdisciplinariedad.
Se realizan preguntas con el fin de determinar los temas de inters dentro de la temtica del
paisaje.
Tipo de pregunta
Identificacin de actor
Nombres y Apellidos
Conocimiento sobre la
interdisciplinariedad
del paisaje.
Identificacin de
potencialidades acadmicas
sobre el tema del paisaje
Identificacin de temas de
inters en torno al paisaje
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
RUBN GMEZ
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Identificacin de temas de
inters en torno al paisaje
Identificacin de
potencialidades acadmicas
sobre el tema del paisaje
Conocimiento sobre la
interdisciplinariedad
del paisaje
Anlisis
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
De las encuestas enviadas no todas fueron diligenciadas, solo algunos de los colaboradores
acogi la invitacin y se tom el tiempo de responder la invitacin hecha; para el estudio,
solamente 4 personas no dieron sus respuestas, las restantes 6 diligenciaron de forma completa
el formulario, en este marco se consider la muestra apropiada para realizar un anlisis que
diera cuenta del imaginario del paisaje. Vale la pena indicar que todas las personas elegidas
tienen su residencia as como sus actividades laborales en la ciudad de Medelln. En la siguiente
Ilustracin se muestran las proporciones del pblico que contest la encuesta.
RUBN GMEZ
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Sector privado
Presentaron respuestas enfocadas a expresar el paisaje como un concepto amplio con mltiples
definiciones.
Sector pblico
Abordaron una definicin asociada al territorio, inclusive mencionaron este concepto.
Sector acadmico
Plantearon la existencia de un paisaje humano y otro natural, asociado a un territorio.
Ciudadanos comunes
El concepto que prevaleci fue el del paisaje como imagen.
Sector privado
Este sector dice que le es necesario el concepto del paisaje en varios aspectos de su cotidianidad,
desde la lectura hasta la planificacin de su futuro.
Sector pblico
Conciben la cotidianidad como mediaciones entre muchos paisajes, y hace nfasis en el trabajo
en ambientes confinados como una barrera para la percepcin del paisaje.
Sector acadmico
Es necesario en la toma de decisiones, as como el disfrute oportuno de los espacios naturales
y urbanos.
Ciudadanos comunes
Es necesario por tener que ver con las percepciones visuales de los seres humanos.
Cree usted que el tema del paisaje es exclusivo de una disciplina o rea de
conocimiento?
En esta pregunta todos los actores coincidieron en decir que No, es decir, todos consideran
que tema del paisaje es aplicable a muchas disciplinas o reas de conocimiento.
La respuesta de esta pregunta es comn expresando que no son conceptos con el mismo
significado.
Si cree que en Colombia existe un vaco en torno al paisaje, por qu cree que en
Colombia existe un vaco jurdico en torno al paisaje?
Sector privado
Convergen en que el problema no es la ausencia de norma si no la aplicacin de la misma.
Sector acadmico
Se deben consultar a comunidades para evidenciar los vacos.
Los dems sectores no respondieron.
Por favor leer el siguiente artculo y dar la opinin acerca de lo que piensa en torno
al concepto de paisaje:
http://www.sapcolombia.org/pdf/La_CartaColombiana_del_Paisaje_2010.pdf
Sector privado
El paisaje media entre el mundo y el sujeto, as tambin el paisaje es una simultaneidad de
sistemas que hace participar al hombre en su transformacin.
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Sector pblico
Para ellos los significados de estos trminos son distintos.
Sector acadmico
Para los encuestados en este sector estos conceptos se refieren a lo mismo.
Ciudadanos comunes
Para los encuestados los conceptos difieren.
RUBN GMEZ
70
Sector pblico
Piensa que el concepto de paisaje en el texto es un concepto general, pero que todos
inconscientemente nos hacemos a una definicin y por tanto el concepto vara de individuo a
individuo.
Sector acadmico
Segn los encuestados la dimensin que adquieren los conceptos a travs de la lectura realizada
le dan una importancia en la cual no haban pensado. Con esta nueva visin ven los conceptos
como herramientas para la toma de decisiones.
Ciudadanos comunes
Piensan que como la temtica del paisaje es nueva, por eso apenas estamos empezando a
pensar en estos temas.
Sector privado
Paisaje urbano, paisaje social, paisaje sublime, paisaje del subsuelo, sustentabilidad y
alimentacin.
Sector pblico
Cuidados del medio ambiente.
Sector acadmico
Componente natural del paisaje, componente artificial, paisaje desde lo cultural, social poltico
y lo econmico.
Ciudadanos comunes
Temas relacionados al medio ambiente y el cuidado del planeta.
Ninguno de los encuestados sabe acerca de la existencia de la carta colombiana del paisaje.
Sector privado
Paisaje urbano, paisaje social, paisaje sublime, paisaje del subsuelo, sustentabilidad y
alimentacin.
Sector pblico
Cuidados del medio ambiente.
Sector acadmico
Componente natural del paisaje, componente artificial, paisaje desde lo cultural, social poltico
y lo econmico.
Ciudadanos comunes
Temas relacionados al medio ambiente y el cuidado del planeta.
Por favor lea este artculo y d su opinin sobre la interdisciplinariedad del tema
del paisaje:
http://www.gesig-proeg.com.ar/documentos/articulos/2010-BAXENDALE.pdf
Sector Privado
El estudio del paisaje es holstico, interdisciplinar, pero se debe de entender la relacin entre
hombre y naturaleza.
Sector pblico
Se debe de trabajar el paisaje de forma interdisciplinar, si no es as, carece de sentido hablar de
paisaje, es decir, el concepto debe trascender.
Sector acadmico
El paisaje tiene muchas expresiones en distintas reas de conocimientos y saberes.
Ciudadanos comunes
Se debe de trabajar entre disciplinas, en temas de ordenamiento territorial.
Cree usted que una asignatura de paisaje se puede dictar como electiva o contexto
en cualquier programa acadmico?
Todos expresan que s, que una asignatura de paisaje se puede dictar como electiva en
cualquier programa acadmico.
Conclusiones
A la temtica del paisaje le hace falta difusin, en especial en los sectores acadmicos y
pblicos, as como en la ciudadana en general. Adems de esto, el concepto de paisaje que
tienen los encuestados tiende a ser muy pobre.
71
MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Sector privado
Consideran que hace falta difusin de la carta, tambin la consideran completa, pero les gustara
que abordaran ciertos temas como la resiliencia.
Sector pblico
Piensan que debera haber ms difusin sobre todo en las universidades, adems de tenerla en
cuenta para temas de ordenamiento territorial y el cuidado del medio ambiente.
Sector acadmico
La consideran una excelente iniciativa, pero con falta de difusin y uso.
Ciudadanos comunes
Debe de tener una mayor difusin.
En el sector acadmico el tema del paisaje es muy poco conocido, teniendo en cuenta que es
el sector ms privilegiado en cuanto al acceso a conocimiento; as tambin se destaca que este
sector es abierto a incorporar las temticas relacionadas al paisaje.
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El sector privado pese a que sus actividades giran en torno al quehacer econmico present
una marcada sensibilidad por los temas asociados al medio ambiente y tambin por el tema del
paisaje.
La ciudadana en general present una marcada desinformacin que contrasta con su
curiosidad por el tema y cmo este le impacta en la vida cotidiana; adems cmo desde el
paisaje se pueden tratar otros temas como el medio ambiente y el ordenamiento territorial.
Todos los actores estuvieron de acuerdo, despus de tener un texto referente del concepto
de paisaje y sus temas asociados, que se puede presentar como asignatura de contexto o
electiva. Todos los sectores se presentaron de acuerdo en considerar el paisaje como un tema
interdisciplinar.
Referencias
Fernndez G., F. (2003). As son las cosas. Anlisis del discurso informativo en televisin. Jan:
Universidad de Jan.
Silva, O. (2002). El anlisis del discurso segn van Dijk y los estudios de la comunicacin.
Razn y palabra, 26. Recuperado de http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores//n26/
osilva.html
William Faulkner, alguna vez escribi: Un paisaje se conquista con las suelas del zapato, no
con las ruedas del automvil.
73
MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Un paisaje se conquista con las suelas del zapato, no con las ruedas del automvil. Esta
idea del poeta estadounidense William Faulkner soporta la siguiente discusin: Es posible que
el paisaje influya en la calidad de vida de las personas, en una sociedad como la colombiana?,
ms puntualmente: en el mbito de la cultura paisa? Para ello es necesario abordar, en primer
lugar, la definicin de conceptos tan complejos y de mltiple interpretacin como el paisaje
y la calidad de vida, ya que la discusin se concentrar en cmo nos relacionamos con ese
paisaje, en qu mbitos, en qu momentos, cmo lo percibimos y lo ms importante, cmo
impacta en nuestra calidad de vida. Con la finalidad de acotar geogrfica y tipolgicamente
esta discusin, se plantean dos escenarios caractersticos de nuestro tiempo: la cultura
citadina y la forma de habitar el territorio. El primero de ellos de carcter cotidiano corresponde
al lugar de residencia, que para muchos habitantes de la ciudad de Medelln es la unidad
residencial cerrada con apartamentos en altura y escasas zonas verdes comunes, supeditado
desplazamiento en automvil a nuestro lugar de trabajo, posiblemente una oficina en algn
edificio con acceso controlado. El segundo de carcter espordico, pero arraigado a nuestra
cultura de antepasados campesinos, es la salida de fin de semana en el automvil a puebliar11
o pernoctar en la casa campestre, nuevamente en unidad cerrada o parcelacin.
La idea inicial y los escenarios planteados estn relacionados con el automvil, ya que la
vista es considerada el mecanismo de percepcin por excelencia, con el cual observamos,
interpretamos y disfrutamos del paisaje. Sin embargo, esta apreciacin tambin ser sometida
11
Regionalismo medellinense
RUBN GMEZ
75
Paisaje
Calidad de vida
Al igual que para el concepto Paisaje, para el concepto de Calidad de vida existen numerosas
aproximaciones desde las diferentes ciencias o reas de estudio, sin que en la actualidad exista
un consenso global real. Se puede explorar su significado evaluando ambos conceptos de
forma separada, es decir, Calidad y Vida de forma independiente.
Segn la RAE:
Calidad: Propiedad o conjunto de propiedades inherentes a algo, que permiten juzgar su
valor. Es entendida tradicionalmente como una cualidad de superioridad, por ejemplo como
excelencia en trminos acadmicos o en trminos de eficiencia, como la capacidad de hacer
ms con menos.
Vida: Fuerza o actividad interna sustancial, mediante la que obra el ser que la posee; Unin
del alma y del cuerpo; Espacio de tiempo que transcurre desde el nacimiento de un animal o
un vegetal hasta su muerte.
Es evidente la complejidad de todos los trminos, sin embargo en aras de simplificar la
conceptualizacin para poder realizar la discusin sobre la que deseo enfocar este escrito,
adoptar la definicin de calidad de vida elaborada por Artur Manfred Max Neef en 1998:
76
MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
La percepcin del individuo tiene en principio dos procesos que la alimentan y definen, el
primero de ellos es el lenguaje, la comunicacin entre individuos; el segundo es de carcter
fisiolgico y tiene que ver con la forma como nuestro cuerpo recibe informacin del entorno a
partir de los sentidos de los que disponemos como la vista, el olfato, el tacto, el odo y el gusto.
Es a partir de estos procesos de percepcin que se establece una relacin que dar lugar a
nuestro esquema de valores, entre cultura y ambiente, siendo los protagonistas de esta relacin
el individuo o sujeto social y el territorio o naturaleza.
RUBN GMEZ
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La calidad de vida depende de las posibilidades que tienen las personas para satisfacer
adecuadamente sus necesidades fundamentales. En lo que se aprecia un cambio de postura,
ya que no es tan importante definirla sino ms bien analizar los pasos necesarios para alcanzarla.
Dando por sentado que es: el conjunto de condiciones que contribuyen a hacer agradable
y valiosa la vida. Esto implica que dicha calidad sera subjetiva en cuando depender de
las diferentes culturas y sistemas de valor de cada individuo. Por lo que el autor hace una
diferenciacin entre las necesidades y sus satisfactores, concluyendo que:
Las necesidades no varan de una cultura a otra, o de una poca a otra, no as los
satisfactores para estas necesidades, ya que no importa que una persona viva en una
sociedad consumista o asctica, lo que cambia es la cantidad y calidad de los satisfactores,
as como la posibilidad de acceder a ellos.
Este autor plantea que las necesidades humanas bsicas son finitas, pocas y clasificables,
adems, que son las mismas para todas las pocas culturas y sociedades, por lo tanto la
satisfaccin de estas necesidades es deseable para todos los individuos y su inhibicin es
indeseable. En su obra Desarrollo a escala humana, Max Neef define nueve necesidades humanas
bsicas: subsistencia, proteccin, afecto, comprensin o entendimiento, participacin,
creacin, recreo u ocio, identidad y libertad, las cuales presenta en una matriz. Propone una
dcima necesidad, que prefiere mantener separada de las anteriores: la trascendencia.
Analizando dichas necesidades bsicas, en una matriz de escala mltiple, se podra decir
que:
El paisaje tanto urbano como rural, en una escala macro, debera garantizar los recursos para
la subsistencia de las personas que en l habitan y las personas como parte de un sistema en
equilibrio deberan garantizar la sostenibilidad y explotacin racional de los recursos del territorio.
En una escala meso y micro, el paisaje urbano podra cumplir funciones de abastecimiento para
la fauna urbana y eventualmente como escenarios para programas de seguridad alimentaria.
El paisaje como resultado de una accin del hombre sobre el medio natural, en una escala
macro, debera proporcionar un espacio seguro para la vida del ser humano, entendido en la
adecuada seleccin del rea de asentamiento, as como de las tcnicas y estudios necesarios
para una construccin sostenible y respetuosa del medio ambiente. Pero llevado a la escala
meso o micro, el paisaje en un espacio pblico debera proporcionar la sensacin de seguridad
a sus visitantes y habitantes, tarea que recae sobre los diferentes profesionales encargados de
su planificacin, diseo, construccin y gestin.
El paisaje como constructo cultural de una sociedad, que es moldeada por sus condiciones
naturales pero que a la vez es moldeado por dicha cultura, debe a nivel urbano, meso y micro
permitir y propiciar espacios para la interaccin entre sus habitantes, de forma que se den de
forma natural procesos y relaciones que permitan a los seres humanos alcanzar y satisfacer
necesidades bsicas relacionadas directamente con la interaccin entre sujetos, como lo son el
afecto, el entendimiento y la participacin.
Adicionalmente, como resultado de la interaccin entre naturaleza, territorio y habitantes, el
paisaje resultante debera permitir el desarrollo ecosistmico de la naturaleza presente en l, as
como espacios para la creacin, recreacin y libertad, tanto de expresin como de movilidad
para los habitantes de dicho paisaje, especialmente en las escalas urbana, meso o barrial y
micro.
78
MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Ahora bien, tenemos claro un escenario que es el paisaje en el que discurren nuestras vidas,
en donde nos relacionamos con las dems personas y con la naturaleza, en el cual es posible
sentirnos identificados. Sin embargo, esta ltima condicin, si bien es necesaria para que el
paisaje pueda impactar positivamente en nuestra calidad de vida, no es suficiente por s sola. El
paisaje, especialmente el urbano, debe permitir y propiciar las relaciones interpersonales y
el contacto directo con la naturaleza como punto de partida para contribuir en el cumplimiento
o consecucin de las necesidades bsicas para alcanzar una buena calidad de vida.
RUBN GMEZ
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Escenarios de discusin:
Paisaje cotidiano contemporneo en Medelln y sus alrededores
No existe un estudio o anlisis que permita concluir si las zonas comunes de las urbanizaciones
cerradas contribuyen de forma equivalente a los espacios pblicos tradicionales de los
barrios, a la interaccin de sus habitantes, de forma que se propicie el surgimiento de
relaciones de afecto, entendimiento y participacin social. La percepcin general me sugiere
que a mayor poder adquisitivo existe un mayor aislamiento de las dinmicas sociales, que
podran fortalecer los sistemas de relacionamiento y construccin de un paisaje cultural e
identidad propia de esta nueva forma de habitar el territorio. Especialmente porque las reas
comunes, que deberan ser los espacios de interaccin entre los habitantes, son saltadas
por los recorridos horizontales en automvil hasta el estacionamiento en algn stano o
zcalo y luego el recorrido vertical en ascensor. Por lo cual dichas reas permanecen sin
uso, sin permanencia y son solo lugar de paso o de algunos de los habitantes.
No se contribuye desde el paisaje urbano planteado por el modelo de urbanizacin residencial
en altura, a la satisfaccin de las necesidades de creacin, recreacin y libertad. En efecto,
debido a la proliferacin de sitios de recreacin como centros comerciales y escuelas de
todo tipo para satisfacer las necesidades de recreacin de los habitantes urbanos, las reas
comunes y espacios para la recreacin como placas polideportivas y juegos infantiles al
interior de las unidades residenciales parecen no tener capacidad de convocatoria, no son
del gusto de la gente. De hecho, se puede afirmar que tal como lo plantea Max Neef, la
falta de libertad en el uso de estos espacios, bien sea por su reducido tamao, la falta de
identidad como miembro de una comunidad o por el reglamento de uso o el control ejercido
por los vecinos, hace que al no existir libertad de uso, los otros elementos satisfactores
que permiten las necesidades bsicas, no se presenten de forma natural como s ocurrira
en un barrio. Esto sucede al no haber capacidad de convocatoria o sentido de pertenencia,
aunque, especialmente en una ciudad tan grande, se pueden presentar excepciones.
No contribuye a la construccin de una identidad, por el contrario este modelo parece
alienar a los individuos, limitando su interaccin y por ende coartando la posibilidad de libre
asociacin y el surgimiento de una dimensin afectiva a travs del relacionamiento, que
permita construir elementos simblicos, que en ltimas sern los que permitan un sentimiento
de apropiacin.
Existe gran diversidad de rutas para salir de Medelln y visitar sus alrededores, por ejemplo
la tradicional vuelta a oriente. En muchas de estas rutas existen verdaderos paisajes de
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
contemplacin, as como lugares con toda la capacidad simblica para despertar en nosotros
los ms profundos sentimientos de arraigo y pertenencia.
RUBN GMEZ
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Referencias
http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/
Maderuelo, J. (2006). Paisaje y Pensamiento. Serie: Historia del Arte y de la Arquitectura. Captulo
1. La experiencia esttica de la naturaleza y la construccin del paisaje. Simn Marchn
Fiz. Madrid: ABADA Editores.
Moreno, J. (2015). Paisajes en blanco y negro. Recuperado de http://inputpaisaje.com/category/
paisaje-y-calidad-de-vida/?blogsub=confirming#blog_subscription-2
Nogu, J.; Puigbert, L. y Bretcha, G. (eds.) (2008). Paisatge i salut. Olot: Observatorio del Paisaje
de Catalua. Barcelona: Departamento de Salud de la Generalidad de Catalua.
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
El paisaje constituye un recurso natural; es un bien patrimonial colectivo, esto es, pertenece
a todos los ciudadanos y es un elemento fundamental para lograr el equilibrio emocional, la
sostenibilidad ambiental, econmica y cultural del territorio.
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Al tenor de lo establecido por el artculo 8, letra j del Decreto-Ley 2811 de 1974 (Presidencia
de la Repblica, 1974), la alteracin perjudicial o antiesttica de paisajes naturales es un factor
que deteriora el ambiente. Igualmente establece que la comunidad tiene derecho a disfrutar de
paisajes urbanos y rurales que contribuyan a su bienestar fsico y espiritual.
A pesar de estos postulados, no se determina en la estructura normativa ambiental actuaciones
dirigidas a guiar y armonizar las transformaciones inducidas por la evolucin social y econmica,
a su proteccin y mantenimiento de acuerdo con las caractersticas del paisaje que deben
conservarse justificando su configuracin natural y/o de la intervencin humana.
Para el abogado es frustrante tratar de encontrar estudios jurdicos sobre el paisaje en
Colombia; tampoco la jurisprudencia de la Corte Constitucional se ha ocupado en impregnar
de contenido el derecho al paisaje. Las polticas ambientales emanadas del Ministerio de
Ambiente en ocasiones hacen alusin al trmino sin determinar lineamientos para su gestin,
para su ordenacin ni para educar a la comunidad sobre cmo hacer efectivo su derecho a la
conservacin de este patrimonio.
Como lo dice Florencio Zoido Naranjo, aludiendo a los antecedentes del Convenio Europeo
del Paisaje: aunque el paisaje aparece mencionado en numerosos instrumentos legales, su
presencia es casi siempre marginal o de acompaamiento, sin desarrollo. En la mayora de los
ordenamientos legales el paisaje sigue siendo un indeterminado jurdico (Busquets & Cortina,
2009).
Por la carencia de una normativa estructural del paisaje se hacen alusiones vagas y genricas
en algunos instrumentos para la gestin ambiental, es el caso de los trminos de referencia para
elaboracin del estudio ambiental de los proyectos, obras o actividades que requieren licencia
ambiental, en la metodologa general para elaboracin de estudios ambientales o las normas
relacionadas con el ordenamiento territorial.
Este planteamiento, en forma general, pretende dar una mirada a la nocin de paisaje en la
normativa de ordenamiento territorial en Medelln.
La concepcin del paisaje que ha dominado la normatividad considera que solo las partes
del territorio que poseen caractersticas desde el punto de vista histrico, natural o esttico
pueden ser consideradas paisaje. En cambio, los territorios que no presentan valores
paisajsticos excepcionales no han sido objeto de proteccin jurdica desde una perspectiva
meramente paisajstica. As los paisajes agrarios y productivos, los paisajes cotidianos, es
decir aquellos que resultan comunes, no han tenido hasta ahora una regulacin especfica
(Busquets & Cortina, 2009).
Esta mirada es tan vlida para Europa como para Colombia, pues la normatividad se ha basado
en esa visin tomada bsicamente de instrumentos internacionales como la Convencin de flora,
fauna de las bellezas escnicas naturales de los pases de Amrica, suscrito en Washington en
1940 (Organizacin de los Estados Americanos, 1940) que crea por primera vez categoras
de reas protegidas como parques nacionales, reservas nacionales y monumentos naturales.
Igualmente la Convencin relativa a los humedales de importancia internacional de Ramsar, en
1971, que reconoce el valor esttico y paisajstico de los humedales y la Convencin para la
proteccin del patrimonio mundial, cultural y natural de la ONU en 1972.
Bajo esta perspectiva, se protegen los paisajes de incomparable belleza y aquellos de valor
esttico o de valor histrico o cientfico, pero no se tiene en cuenta que el paisaje evoluciona y
se transforma.
Haciendo un rpido recorrido sobre mencin al paisaje en la normativa ambiental de Colombia,
encontramos el Decreto 622 de 1997 -Sistema de Parques Nacionales- que dentro sus objetivos
establece reservar y conservar reas que posean valores sobresalientes de paisaje. Tambin
encontramos el decreto 1715 de 1978 -sobre proteccin del paisaje- que dentro de sus objetivos
contempla establecer regulaciones y tomar medidas para impedir la alteracin o deformacin de
elementos constitutivos del paisaje. A pesar de este amplio objetivo, el Decreto 1715/78 se limit
nicamente a regular la publicidad exterior visual que pueda afectar el paisaje (Presidencia de
la Repblica, 1978).
La Constitucin Nacional no tiene ninguna norma especial sobre el paisaje, pero en su artculo
8 establece que deben protegerse las riquezas culturales y naturales de la nacin. Las pocas
alusiones que encontramos en desarrollos jurisprudenciales de la Corte Constitucional sobre
paisaje se han limitado a destacar la autonoma del municipio para regular lo referente a la
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
En su libro Gestin del paisaje, Jaume Busquets en el captulo dedicado a regulacin jurdica
dice:
publicidad exterior visual. En el artculo primero de la ley 99 de 1993 se seala que: el paisaje
por ser patrimonio comn deber ser protegido (Congreso de la Repblica, 1993).
RUBN GMEZ
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En el ordenamiento territorial no puede dejarse de considerar la Ley 388 de 1997, que debe ser
la base para estructurar y poner en ejecucin la concepcin del paisaje, determinar una definicin
de los diversos tipos de paisaje que componen el territorio donde habita una comunidad que
interacta con ese patrimonio, determinar lineamientos para hacer una gestin adecuada que
consulte los intereses culturales, sociales, econmicos de la comunidad que interacta da a da
con su paisaje (Congreso de la Repblica, 1997).
Tambin el desarrollo de la Ley 388 de 1997, reflejado en los Planes de Ordenamiento Territorial
ha sido frustrante frente a la dinmica conceptual que han introducido en relacin al paisaje. Se
han limitado a incluir la frase defensa del paisaje que se menciona en los artculos 7, 12 y 16 de
la Ley 388 (Congreso de la Repblica, 1997).
A pesar de la abundante literatura que la arquitectura, la biologa, la geografa, y en general
las ciencias naturales han aportado para una comprensin dinmica del paisaje, los gestores
del ordenamiento territorial, del orden municipal o regional, no han sido capaces de plasmar
en los Planes de Ordenamiento Territorial una interpretacin de las caractersticas del paisaje
que pongan de manifiesto que los paisajes son espacios compuestos por elementos naturales
12
reas Protegidas -Columna de Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt- 4/07/2014, www.humboldt.org.co.
y artificiales creados por el hombre y no son simplemente unos objetos estticos, o como se ha
dicho, indeterminados jurdicos.
Cabe resaltar, en este punto, que si bien el estudio recomendaba la creacin de un Parque
Regional, el INDERENA teniendo en cuenta la solicitud presentada por la Gobernacin de Antioquia
de ese entonces, declar una porcin del rea estudiada y propuesta como Parque, pero bajo
la figura de Zona Forestal Protectora, obviando que segn los resultados del estudio, no toda
el rea declarada cumpla con las caractersticas o requisitos pertinentes para ser declarada de
forma homognea as. De hecho, al interior del rea en mencin, acorde con las particularidades
biofsicas y dinmicas socioeconmicas del lugar, el estudio propona, en primera instancia, una
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
clasificacin por zonas (asignndoles una denominacin) y, posteriormente, acorde con dichas
realidades sugera o recomendaba de qu forma podran manejarse cada una ellas.
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Caracterizacin y propuesta para la zonificacin de la zona forestal protectora declarada. Reservada mediante acuerdo 0031
del 20 de noviembre de 1970 por el Inderena y aprobado por el ministerio de agricultura a travs de la resolucin no 024 del 26 de
febrero de 1971-documento tcnico Cornare Corantioquia-julio 2010
13
Tambin utiliza el trmino paisaje para referirse a los sectores de inters patrimonial:
ARTCULO 68. Sectores de inters patrimonial. Son aquellos conjuntos edificados o
sectores urbanos reconocidos como de gran calidad urbanstica, donde se valora el trazado,
la morfologa predial y el paisaje como parte del espacio pblico y constituyen ejemplos
representativos de un momento importante del desarrollo constructivo de la ciudad.
En el Acuerdo 46 de 2006, por el cual se revisa y ajusta el Plan de Ordenamiento Territorial
de Medelln, igualmente se menciona la palabra paisaje en sus objetivos y en el articulado,
como objeto de proteccin y como elemento articulador con el espacio pblico (Concejo
de Medelln, 2006).
Cabe preguntarse si en el tiempo de vigencia de estos acuerdos se realiz una gestin del
paisaje como una accin continua en el tiempo para determinar actividades susceptibles de
modificar el paisaje, y si se realiz un estudio sobre paisaje que identificara los hitos geogrficos y
caractersticas del territorio que constituyan referentes del paisaje en el mbito del ordenamiento
territorial.
Otro ejemplo ilustrativo sobre la debilidad relacionada con el paisaje, desde las entidades
responsables de su gestin, se encuentra en los considerandos del documento Plan
14
Maestro de Espacios Verdes, formulado por el rea Metropolitana en el ao de 2006:
En virtud de que el crecimiento desordenado de la malla urbana se ha convertido en la
regin Metropolitana en una variable que rie con la conservacin y el adecuado desarrollo
de los espacios verdes, reduciendo significativamente su potencial ambiental, paisajstico
y recreativo para el beneficio de la poblacin all asentada, el rea Metropolitana del Valle
14
Plan Maestro de espacios Verdes rea Metropolitana del Valle de Aburr-2006. Subrayado del autor.
Establecer relaciones espaciales efectivas entre las zonas urbana y rural mediante la
adecuada integracin de los elementos naturales y agropecuarios al paisaje, el espacio
pblico y al patrimonio cultural (). Fundamentar el desarrollo rural en la productividad
ambiental protegiendo sus recursos naturales, su paisaje, su produccin tradicional
sostenible y las caractersticas de su hbitat.
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92
Esta visin de paisaje, definido en el artculo cuarto, debe servir de base para iniciar un
estudio interdisciplinario que permita establecer cmo definir la gestin y los lineamientos para
incorporar el paisaje en los instrumentos de planificacin, y que no sea el paisaje un trmino
vaco sin contenido como lo ha sido hasta la fecha.
Referencias
RUBN GMEZ
93
Alcalda de Medelln (17 de julio de 2014). Acuerdo 010 del 2014, Por el cual se adopta y
reglamenta la poltica de la biodiversidad para Medelln. Gaceta oficial 4247.
Alcalda de Medelln (2011). BIO 2030 Plan Director Medelln, Valle de Aburr. Medelln: Mesa
Editores .
Alcalda de Medelln (2014). Proyecto de Acuerdo -Tomo V. Revisin y ajuste del Pan de
Ordenamiento Territorial de Medelln. Medelln, Antioquia, Colombia.
rea Metropolitana del Valle de Aburr (2006). Manual de Espacio Pblico Verde del Valle de
Aburr. Medelln, Antioquia, Colombia: rea Metropolitana del Valle de Aburr.
Busquets F., J. & Cortina, A. (2009). Gestin del paisaje. Manual de proteccin, gestin y
ordenacin del paisaje. Barcelona, Espaa: Ariel.
Concejo de Medelln (2 de agosto de 2006). Acuerdo 46. Por el cual se revisa y ajusta el Plan de
Ordenamiento Territorial para el Municipio de Medelln y se dictan otras disposiciones.
Medelln, Antioquia, Colombia.
Congreso de la Repblica (22 de diciembre de 1993). Ley 99. Por la cual se crea el Ministerio del
Medio Ambiente, se reordena el Sector Pblico encargado de la gestin y conservacin
del medio ambiente y los recursos naturales renovables, se organiza el Sistema Nacional
Ambiental, SINA. Bogot D.C., Colombia: Diario Oficial, No. 41146.
Congreso de la Repblica (9 de noviembre de 1995). Ley 165 de 1994. Por medio del cual se
aprueba el Convenio sobre la Diversidad Biolgica, hecho en Ro de Janeiro el 5 de
junio de 1992. Bogot D.C., Colombia: Diario Oficial.
Congreso de la Repblica (18 de julio de 1997). Ley 388 de 1997. Por la cual se modifica la Ley
9 de 1989, y la Ley 2 de 1991 y se dictan otras disposiciones. Ibagu, Colombia: Diario
Oficial, No. 43.091.
Organizacin de los Estados Americanos (10 de diciembre de 1940). Convencin para la
Proteccin de la Flora, de la Fauna y de las Bellezas Escnicas Naturales de los Pases
de Amrica. Washington, Estados Unidos: Secretara General de la OEA.
Presidencia de la Repblica (18 de diciembre de 1974). Decreto 2811. Por el cual se dicta el
Cdigo Nacional de Recursos Naturales Renovables y de Proteccin al Medio Ambiente.
Bogot D.E., Colombia: Diario Oficial, No. 34243.
Presidencia de la Repblica (4 de agosto de 1978). Decreto 1715. Por el cual se reglamentan
parcialmente el Decreto- Ley 2811 de 1974, la Ley 23 de 1973 y el Decreto- Ley 154 de
1976, en cuanto a proteccin del paisaje. Bogot D.E., Colombia.
Csar Augusto Molina-Saldarriaga & Sergio Rodrguez-de la Hoz / Universidad Pontificia Bolivariana
Grupo Interinstitucional de Estudios del Paisaje GIEP
El contenido del paisaje, en tanto categora existencial, est determinado por la percepcin
individual. El Diccionario de la Real Academia Espaola define el paisaje como aquella
extensin de terreno que se puede ver desde de un sitio (2001). Inclusive, dentro de los
diferentes campos de estudio como la ecologa, sociologa, geografa, entre otros- existe una
gran variedad de acepciones del paisaje que en el fondo se refieren al mismo objeto pero desde
diferentes puntos de vista.
El paisaje surge de la relacin entre persona y lugar. La mutabilidad o transformacion que es
su constante- se permea de las acciones de los individuos que interfieren en el territorio, como lo
hace a su vez aquellos fenmenos ambientales, geolgicos, ecolgicos e incluso climticos, sin
que sea posible pensar en paisaje sin la interaccin del ser humano. Este es quien le da forma
y adems sufre ese estmulo esttico entorno a lo que le rodea. De las relaciones y dinmicas
del paisaje, en el campo espacial como temporal, se piensa en este como una construccin
social de todos aquellos elementos que lo integran en relacin con el lugar dotado de sentido.
Esta percepcin no es exclusivamente esttica sino, adems, construida por la ocupacin del
territorio a travs del tiempo por el grupo social o cultural al cual pertenece el individuo.
Se hace necesario reflexionar, entonces, en el contenido del paisaje como categora en los
instrumentos normativos y de planeacin y gestin del territorio. Para ello se realiz un rastreo,
seleccin y sistematizacin de informacin normativa. A continuacin se presentan algunas
consideraciones en torno al paisaje en los instrumentos de derecho internacional, algunas
leyes vigentes, algunos de sus decretos reglamentarios, para finalizar con un anlisis de los
instrumentos de planeacin territorial de Medelln.
RUBN GMEZ
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El Convenio define el paisaje como [] cualquier parte del territorio tal como la percibe la
poblacin, cuyo carcter sea el resultado de la accin y la interaccin de factores naturales o
humanos (Consejo de Europa, 2000). Incluso el Convenio trae dentro de su marco normativo
el concepto de calidad del paisaje, el cual podr ser protegido mediante aquellas acciones
dirigidas a conservar y mantener los aspectos significativos o caractersticos de un paisaje, que
se justifican por su valor patrimonial ya sea por una configuracin natural o por la accin del
hombre.
En el marco del derecho interno colombiano, el Decreto 2811 (Presidencia de la Repblica,
1974), por medio del cual se expide el Cdigo Nacional de Recursos Naturales Renovables y
de Proteccin al Medio Ambiente, es el primer instrumento infra-constitucional que hace alusin
al paisaje. Entiende el paisaje como un elemento inherente de los recursos naturales artculo
3, literal a, numeral 10 (Presidencia de la Repblica, 1974). En el artculo 302 (Presidencia de
la Repblica, 1974) consagra que [] la comunidad tiene derecho a disfrutar de paisajes
urbanos y rurales que contribuyan a su bienestar fsico y espiritual.
El Cdigo (Presidencia de la Repblica, 1974) asume el paisaje como un elemento ms de los
recursos naturales, de ah que su proteccin est condicionada a la proteccin del ambiente;
visin restrictiva en tanto deja por fuera aquellos escenarios y construcciones del ser humano.
Define adems en el artculo 328 la finalidad del Sistema de Parques Nacionales, en las cuales
se encuentran las de [] conservar con valores sobresalientes de fauna, flora y paisajes o
reliquias histricas, culturales o arqueolgicas, para darles un rgimen especial de manejo
fundado en una planeacin integral con principios ecolgicos, para que permanezcan sin
deterioro, apelando a una visin excepcional en su carcter del paisaje.
El Decreto 1715 (Presidencia de la Repblica, 1978) en su artculo 1 entreg la competencia
al Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables y del Ambiente para determinar
los paisajes susceptibles de proteccin, y estableci garantas y derechos en torno al goce
del paisaje en la infraestructura vial, para lo cual determin un retiro de va para la regulacin
respecto de la instalacin de vallas o avisos como obstculos visuales. Este instrumento que
supera la visin establecida en las anteriores normas en torno a la proteccin del paisaje, no
96
MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
recurso econmico sino que es una fuente de generacin de empleo, por lo que es importante
su proteccin, gestin y planeacin. Es factor determinante en la construccin de la identidad
territorial y es elemento de la cultura local. Asimismo es un factor esencial del patrimonio natural y
cultural de Europa, superando la visin restrictiva de paisajes excepcionales. Aquel se convierte
en un elemento importante de la calidad de vida de habitantes de zonas urbanas y rurales,
cobijando en su marco de tutela desde las reas ms degradadas hasta las ms importantes,
tomando inclusive aquellos espacios ordinarios y comunes.
solo porque entrega la competencia a una autoridad administrativa encargada de definir las
zonas de proteccin del paisaje sino que adems trae como objeto de proteccin el derecho a
observar y disfrutar el paisaje mediante una serie de restricciones frente a la infraestructura vial.
RUBN GMEZ
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La introduccin del trmino paisaje en la Ley 388 (Congreso de la Repblica, 1997) permiti
superar dos visiones tradicionales del mismo concepto. El primero, la posibilidad de hablar de
paisaje urbano a travs de los elementos del espacio pblico como bienes de goce colectivo. En
segundo lugar, se define el mismo a partir de la apreciacin que se haga entorno a su recuperacin
y no se tiene que aludir a partir de criterios de excepcionalidad o de valores sobresalientes, para
que aquel sea susceptible de proteccin, logrando con esto un avance significativo del paisaje en
trminos de un derecho subjetivo (Molina-Saldarriaga, 2012).
La Ley 397 (Congreso de la Repblica, 1997) desarroll los artculos 70, 71, 72 y dems artculos
concordantes de la Constitucin Poltica dict normas sobre el patrimonio cultural, cre el Ministerio
de Cultura y adems incluy tcitamente el trmino paisaje cultural, siendo un avance importante
no solo por el cambio que se vena originando entorno al paisaje en funcin de la naturaleza, de lo
esttico y de lo social sino que dicha nocin ampliara notoriamente su alcance.15
De los principios y definiciones consagrados en el artculo 1 de la Ley 397 (Congreso de la
Repblica, 1997) se siguen una serie de obligaciones que giran alrededor de la valoracin,
proteccin y difusin del patrimonio cultural de la nacin y en especial las de garantizar a ciertos
grupos de la poblacin, en particular el derecho a conservar, mejorar y extender su identidad y
patrimonio cultural, a producir el conocimiento a partir de sus propias tradiciones y reforzar una
educacin que garantice estos derechos.
En el artculo 4 de la Ley 397 de 1997 se delimita el patrimonio cultural de la nacin, donde queda
incluido el paisaje. Aun cuando no se haya definido el paisaje cultural este lo definiremos como
todas aquellas porciones del territorio que hayan sido transformados con los rasgos distintivos
espirituales, materiales, intelectuales y emocionales que caracterizan a los grupos humanos
(Molina-Saldarriaga, 2012, p. 33), y que comprende, ms all de las artes y las letras, modos de
vida, derechos humanos, sistemas de valores, tradiciones y creencias. De ah que dicha nocin
supere cualquier alcance dado por el ordenamiento jurdico al paisaje, en tanto el paisaje cultural
El articulo 1 define la cultura como [] el conjunto de rasgos distintivos, espirituales, materiales, intelectuales y emocionales
que caracterizan a los grupos humanos y que comprende, ms all de las artes y las letras, modos de vida, derechos humanos,
sistemas de valores, tradiciones y creencias. Adems, el numeral segundo del mismo artculo establece que la cultura en sus
diversas representaciones es [] fundamento de la nacionalidad y actividad propia de la sociedad colombiana en su conjunto,
como proceso generado individual y colectivamente por los colombianos, y que estas manifestaciones [] constituyen parte
integral de la identidad y la cultura colombianas.
15
98
MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
cargas y beneficios- pese a su simple carcter, traen un marco de interpretacin complejo frente
a la compresin que ha de tenerse en torno al paisaje en la planeacin y gestin del territorio.
Adems el artculo 8 define la actuacin urbanstica y dentro de esas actuaciones urbansticas se
encuentran comprendidas las de localizacin de reas con fines de conservacin y recuperacin
paisajstica.
pasa a ser una construccin o elaboracin del ser humano con el medio que lo rodea, que se
compone por aquella visin individual y colectiva que tiene cada uno de los sujetos.
RUBN GMEZ
99
[] la imposibilidad de gozar del paisaje que tambin se deriva en una afectacin del
bienestar emocional [] pues el paisaje ha dejado de ser un bien con connotaciones
exclusivamente colectivas, al punto que se ha reconocido su relevancia para la dimensin
emocional y espiritual del ser humano, adquiriendo la categora de derecho subjetivo
(Sentencia de Accin de Reparacin Directa, 2014).
Adems, menciona que el ordenamiento jurdico actualmente cuenta con instrumentos que
revisten al paisaje como factor de bienestar espiritual del ser humano, para lo cual menciona
el Cdigo de Recursos Naturales Renovables y de Proteccin al Medio Ambiente (Presidencia
de la Repblica, 1974), el cual en su artculo 302 consagra que la comunidad tiene derecho a
disfrutar de paisajes urbanos y rurales que contribuyan a su bienestar fsico y espiritual, y que
en el artculo 304 se establece que en la realizacin de las obras, las personas o entidades
urbanizadoras, pblicas y privadas procurarn mantener la armona con la estructura general
del paisaje.
La sala reconoce adems el Convenio Europeo del Paisaje como el instrumento internacional
de mayor importancia en relacin al paisaje, y concluye que el paisaje es un elemento que se
circunscribe al aspecto subjetivo de los individuos, ya que los mismos establecen unas dinmicas
con los entornos que les rodean de manera irreflexiva lo cual afecta su vida y bienestar.
El fallo marca un cambio importante en los pronunciamientos que ha tenido el Consejo de
Estado, en tanto reconoce al paisaje como derecho subjetivo que influye directa e indirectamente
en el aspecto personal de cada individuo sin que sea posible colegir que el paisaje sea tutelable
a partir de otros derechos.
En la Sentencia del Tnel Verde, el Tribunal Administrativo de Antioquia (Sentencia Nro.
SPO 136, 2014) resuelve la legalidad del Acto Administrativo No. 130 AS-1210-7152 del 17 de
octubre de 2012 expedido por Corantioquia por medio del cual la autoridad ambiental otorg
permiso de aprovechamiento de rboles aislados en los tramos de la carrera 43A entre las calles
21 Sur y 31 Sur, en adelante tramo 2B. La Sociedad de Arquitectos e Ingenieros Asociados
S.A., encargada de la construccin del corredor parcial Metropls en el municipio de envigado
requera para la ejecucin de los planos la tala de 172 rboles en el respectivo tramo. Ante
esto Metropls radic ante Corantioquia solicitud de permiso para la construccin del Tramo
2B, anexando un inventario de la flora del sector con un total de 542 rboles; coligiendo que el
100
MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
impacto a raz de la ejecucin de la obra no era alto para la fauna. A travs de la Resolucin No.
130 AS-1210-7152 del 17 de octubre de 2012, la autoridad ambiental otorg permiso para que
fuera materializado en el tramo 2B.
RUBN GMEZ
101
Los pronunciamientos judiciales entorno a lo escrito en las presentes pginas son un ejemplo en el
ordenamiento jurdico de cmo el paisaje no deja de ser confundido y asociado a conceptos, frente
a los cuales ya no se puede predicar el hecho de estar hablando de un mismo objeto.
Aunque el Tribunal reconoce que el acto expedido por Corantioquia no fue completo, el fallo en
sus consideraciones es bastante precario. En ese sentido, mereca un anlisis ms profundo del
fenmeno paisajstico que es interdisciplinar, como el mismo Tribunal lo sostiene- y los lineamientos
para su planeacin, gestin, conservacin y administracin.
102
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Conclusiones
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
De lo anterior puede afirmarse que subsiste un tratamiento plurvoco del paisaje. Este
aparece como un lugar comn en los instrumentos de planeacin y gestin, del que se valen
los planificadores urbanos y las autoridades para legitimar estticamente intervenciones sobre
el territorio. Sin embargo, como lugar comn en estos instrumentos, no hay claridad en los
elementos compositivos del paisaje y en los elementos tcnicos de su gestin y administracin,
lo que deriva en la ineficacia de la regulacin.
RUBN GMEZ
105
Finalmente, la dimensin social del paisaje cultural que se viene incorporando en los instrumentos
de ordenamiento territorial, impone nuevas consideraciones para su planeacin y gestin. De all
que la participacin comunitaria sea fundamental en la definicin de los contenidos del Plan de
Ordenamiento Territorial de acuerdo con los referentes de localizacin o identidad en la ciudad
de las comunidades urbanas o rurales y, en ese sentido, en la proteccin y conservacin del
paisaje.
Referencias
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
RUBN GMEZ
107
Consejo de Europa (20 de octubre de 2000). Convenio Europeo del Paisaje. Florencia: Consejo
de Europa.
Molina-Saldarriaga, C. (2012). El paisaje como categora jurdica. Revista Facultad de Derecho
y Ciencias Polticas, 42(116), 159-194.
Organizacin de los Estados Americanos (10 de diciembre de 1940). Convencin para la
Proteccin de la Flora, de la Fauna y de las Bellezas Escnicas Naturales de los Pases
de Amrica. Washington, Estados Unidos: Secretara General de la OEA.
Presidencia de la Repblica (18 de diciembre de 1974). Decreto 2811. Por el cual se dicta el
Cdigo Nacional de Recursos Naturales Renovables y de Proteccin al Medio Ambiente.
Bogot D.E., Colombia: Diario Oficial, No. 34243.
Presidencia de la Repblica (4 de agosto de 1978). Decreto 1715. Por el cual se reglamentan
parcialmente el Decreto- Ley 2811 de 1974, la Ley 23 de 1973 y el Decreto- Ley 154 de
1976, en cuanto a proteccin del paisaje. Bogot D.E., Colombia.
Presidencia de la Repblica (4 de agosto de 1998). Decreto 1504. Por el cual se reglamenta
el manejo del espacio pblico en los planes de ordenamiento territorial. Bogot D.C.,
Colombia: Diario Oficial, No. 43.357.
Presidencia de la Repblica (1 de julio de 2010). Decreto 2372. Por el cual se reglamenta el
Decreto-ley 2811 de 1974, la Ley 99 de 1993, la Ley 165 de 1994 y el Decreto-ley 216 de
2003, en relacin con el Sistema Nacional de reas Protegidas, las categoras de manejo
que lo conforman y se dictan otras disposiciones. Bogot D.C., Colombia: Diario Oficial,
47757.
Real Academia Espaola. (2001). Diccionario (22a ed.). Madrid: Real Academia Espaola.
RUBN GMEZ
110
De hecho, una observacin del Plan de Ordenamiento Territorial de Medelln 2014-2027 (de su
articulado), POT (acuerdo 268 de 2014), suscita interrogantes relacionados con la viabilidad o
eficacia que tienen o tendran los propsitos paisajeros planteados all, dada la generalidad de
estos, as como de los instrumentos tcnicos y normativos que deberan soportar la incorporacin
del paisaje en la ordenacin, a nivel de pas y de la ciudad.
En primer lugar, hay que sealar que la Ley 99 de 1993, sobre medio ambiente en Colombia,
es parca en su referencia al paisaje. En el marco de esta norma el manejo de las modificaciones
notorias que sobre el paisaje ocasionan las obras y las actividades productivas queda asociado
o limitado a un asunto de licencia ambiental; es decir, un impacto ambiental ms, cuyo
significado, evaluacin o valoracin tampoco se determina conceptual y reglamentariamente.
Una asociacin paisaje-medio ambiente, necesaria pero insuficiente, si tenemos en cuenta que
impacto ambiental e impacto al paisaje no son lo mismo.
Por otra parte, la Ley 388 de 1997 en sus artculos 13 y 14 (Repblica de Colombia, 1997)
establece como uno de los contenidos de los componentes urbano y rural de los planes de
ordenacin, la proteccin de los recursos paisajsticos, lo cual tampoco cuenta con instrumentos
tcnicos formalizados para tales efectos.
La realidad es que ms all de este mbito normativo, poco se ha avanzado en el pas para
la gestin del paisaje como poltica pblica. Un aparente letargo conceptual e instrumental
en torno al paisaje, que se enmarca especialmente en una concepcin objetiva de este
y, que como lo seala Cortina (2009), est orientada a proteger las partes del territorio que
poseen caractersticas excepcionales (naturales, estticas, histricas: bosques naturales,
rboles determinados, cerros, castillos, edificios patrimoniales, suelos de proteccin); mientras
que el resto del espacio urbano y rural (esa matriz geogrfica, espacial, de paisaje, en
la que estn embebidas y contextualizadas tales partes), es asumido como algo menos que
paisaje, entendindose como mosaico o franjas de polgonos, receptores de determinaciones
urbansticas o de uso de suelo.
Esa matriz integradora constituye justamente el paisaje del da a da, el paisaje cotidiano,
productivo, dinmico, inestable pero que a su vez est en la memoria de los habitantes y
usuarios, en su vivencia y percepcin visual. Paisaje cuya gestin y sustentabilidad descansa
no solo en la proteccin fsica de sus piezas valiosas, espectaculares, singulares sino en el
mantenimiento de sus procesos esenciales, de su esencia y su carcter (Nohl, 2001; Antrop,
2006), para lo cual, aunque pueda parecer ya reiterativo, es necesario indagar por la existencia
de los instrumentos tcnicos y jurdicos necesarios en nuestra ciudad.
111
MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
En el mismo sentido, tal vez no sea exagerado asociar ese gran desentendimiento del paisaje
en la normativa de ordenacin territorial, desde el punto de vista geogrfico y cultural, a la
tendencia an existente en algunos gremios y profesionales a limitar la gestin del paisaje a
un ejercicio o prctica paisajista ornamental, puntual, ligada a los proyectos de urbanizacin
o centros empresariales e institucionales, por parte de los agentes inmobiliarios. Es decir, al
manejo de las consecuencias que tiene sobre el paisaje de la calle la ejecucin, no la operacin,
de los proyectos especficos (una integracin paisajstica, escenogrfica, de los proyectos en el
sitio inmediato, muchas veces descontextualizada del entorno).
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112
113
MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
una ciudad verde, densa y rojiza, su atributo ms perceptible quizs sea su potencial visual o
panormico desde y hacia ella.
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114
En ese contexto, las conexiones visuales que ofrece el espacio urbano con sus vertientes,
cerros, cuchillas, quebradas, bosques, zonas verdes, lotes vacos, arbolado y con sus propios
barrios, sectores, vas y movimiento, son referentes fsicos y culturales de la ciudad. Incluso,
pese a que tanto el desarrollo infraestructural de Medelln, as como su dinmica planificadora
y urbanizadora han sido a lo largo de la historia, altamente artificializadoras de su paisaje
urbano (rectificacin, canalizacin, cubrimiento de cauces hdricos; reduccin, fraccionamiento,
ocupacin, confinamiento de retiros, zonas verdes y cerros; descontextualizacin de los patrones
urbansticos y arquitectnicos tradicionales, etc.), todava este paisaje en su conjunto brinda al
ciudadano un amplio campo perceptual desde sus laderas y desde el ro.
La incidencia de la norma urbana, de la eficiencia territorial sobre ese patrimonio y su
percepcin social, es un aspecto no considerado en la asignacin de tratamientos y densidades
en los polgonos urbanos del POT, especialmente en el mbito del ro.
El carcter mayoritariamente industrial y de servicios, que tradicionalmente han tenido las
reas planas aledaas al ro configur all un paisaje urbano de baja densidad, de edificaciones
de alturas bajas que otorgan, de sur a norte, una amplia cuenca visual hacia oriente y occidente
permitiendo e imponiendo una conexin visual directa y cotidiana con las laderas con el
paisaje rural. Un atributo paisajstico valioso, de gran significado cultural, que como lo indica
Antrop (2006), le recuerda al ciudadano su dependencia, su relacin con la naturaleza en la cual
est inmersa la ciudad.
El tratamiento propuesto en el POT para gran parte de dichas reas (en trminos de polgonos
para renovacin urbana (Z3 R 21; Z5 R 22; Z5 R 23; Z5 R 26, de densidades medias altas y
altas, de 250 y 330 viviendas por hectrea respectivamente, y alturas no definidas en cuanto
a nmero de pisos) plantea la pregunta por las transformaciones fsico espaciales, funcionales
y paisajsticas que traern, por el impacto de las altas densidades en altura sobre la cualidad
panormica que hoy ofrece este paisaje: ocultamiento de laderas, reduccin del campo
perceptual, mayor dficit visual como escenario futuro? (Figura 1), cmo armonizar entonces
renovacin y proteccin del paisaje, cambio y permanencia?
Fotografa 5. mbito y paisaje del ro. A. Situacin actual. B. Posible escenario inducido desde el POT. Densificacin y prdida de
cualidad panormica?
115
Fotografa 6. El entorno de los cerros tutelares. A. Situacin actual. B. Posible escenario inducido desde el POT. Renovacin,
densificacin y ocultamiento de los hitos geogrficos en el paisaje urbano?
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116
Podemos decir no gestionado como tal, porque ms all de las reas del ro, en la ladera
media el planteamiento de las densidades medias y de una estructura ecolgica como grandes
ordenadores del territorio en ese mbito del POT, no alcanzan a constituir una estrategia de
recomposicin ecolgica y paisajstica de las laderas, de su ordenacin en la perspectiva de
un urbanismo del paisaje, a partir del restablecimiento de los corredores verdes hdricos, hoy
discontinuos all, debido a la ocupacin formal e informal por la urbanizacin.
Una recomposicin que por tanto constituira un criterio clave, orientador de los distintos
tratamientos, especialmente de renovacin, restaurador de los rasgos geogrficos fundamentales
(los corredores hdricos y sus retiros o rondas), que debieron ser siempre espacios pblicos
verdes determinantes de las formas de ocupacin, definitorias del paisaje urbano.
Fotografia 7. Ecologa y paisaje para las comunas de la ciudad. A. Situacin actual. B. Un escenario requerido: de la
fragmentacin de los retiros de quebrada, a la estructuracin ecolgica del territorio.
117
MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Sin embargo, el conjunto de reas verdes existentes y propuestas para configurar la red
ecolgica en el POT no se plantean como reas interconectadas fsicamente, mediante dichos
corredores o retiros de quebradas, para conformar un paisaje urbano de laderas ms protegido,
ms sustentable y enriquecido visualmente por parques lineales de quebradas, continuos
(Figura 3), conectores de parques de ladera y de cerros, como de hecho se prevea desde
1951 en el plano Piloto de Wiener y Sert, y ms recientemente en el plan Bio2030 (Municipio de
Medelln, 2011).
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118
Antes que un proyecto de estructuracin ecolgica del territorio, la estructura ecolgica del
POT queda, como se indic, reducida a un conjunto de fragmentos y enlaces discontinuos,
conectados funcionalmente para las aves sin integracin fsica y sin un impacto importante
de reestructuracin urbanstica.
En el mbito de los bordes, las preguntas por el paisaje como perspectiva del plan, remiten
a la cuestin de la eficacia de las estrategias para mantener o restablecer la baja densidad: el
mejoramiento integral como instrumento de control de la expansin y la densificacin urbana,
acompaado de la dotacin de servicios y la construccin de proyectos verdes y movilidad a
lo largo del borde oriental de la ciudad, operar realmente como mecanismo de reduccin de
la presin por la ocupacin en estas reas caracterizadas por procesos urbanos informales? o
sern poco a poco jalonadores de densificaciones urbanas en la periferia, como lo sugiere la
figura 4? La sustentabilidad fuera del borde?
Ilustracin 3. Mejoramiento integral e infraestructuras de movilidad en el borde: Sustentabilidad o densificacin al lmite? A.
situacin actual; B. posible escenario futuro.
Fuente: Construccin del autor sobre foto tomada de: https://mail-attachment.googleusercontent.com/attachment t/u/
l/?ui=2&ik=bb4ac57d77&view=at-l&th-1495d408b4d9cb0b&atti d-0.1&disp-safe&realattid-f_ilv1n5mz0&zw&saduie-AG9B_P-krRpUTExoRuWLv7_
oaawb&sade-t=1414630426276&sads=UmZaPjGn0Ch
Dibuj Ivn Castrilln
En cualquier caso estos tendran que ser instrumentos tcnicos necesarios, en este caso
paliativos, no suficientes y poco oportunos. La vinculacin del paisaje a la ordenacin territorial
no debera constituir solo un ejercicio posterior sino, como ya se dijo atrs, un punto de partida
y llegada de la ordenacin, para una intervencin ms integradora y respetuosa del entorno
(Zoido, 2002).
Por tanto, ms que reconocer las implicaciones de determinados proyectos sobre el paisaje,
su consideracin en la ordenacin territorial demanda una aproximacin explcita y concurrente
sino previa al paisaje, asumindolo no como un trasfondo resultante de las actuaciones o
regulaciones de uso del suelo sino como referente y a la vez como un recurso en s mismo.
Se trata de entender, de acuerdo con Noguera (2009), que los planes de ordenacin son a
su vez planes de paisaje y que por ende el POT debera incorporar en s mismo un estudio de
paisaje. Una cuestin que, por una parte nos remite nuevamente a lo planteado al inicio de
estas pginas sobre la carencia de instrumentos normativos y tcnicos en el pas y la ciudad
para tales efectos. Quizs, de acuerdo con de Cortina (2009) habra que anteponer a plan los
denominados catlogos del paisaje, las directrices del paisaje y podramos agregar, los estudios
de integracin paisajstica del plan como tal, a modo de bases para la gestin del paisaje.
En otras palabras, ms all de los polgonos, se echa de menos en el POT una diferenciacin
paisajstica del espacio urbano (la unidad de paisaje) como mbito de las estrategias
ordenadoras, como marco de una poltica pblica de gestin y cal. En otras palabras, ms
all de los polgonos, se echa de menos en el POT una diferenciacin paisajstica del espacio
urbano (la unidad de paisaje) como mbito de las estrategias ordenadoras, como marco de una
poltica pblica de gestin y calidad del paisaje en Medelln.
119
MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Esta breve exploracin paisajstica del plan suscita a su vez otros interrogantes concluyentes,
asignables ya a la esfera de la gestin territorial venidera, a lo que pueden esperar los ciudadanos
usuarios del paisaje ante los cambios trascendentales en unos y otros polgonos: los estudios
de impacto, los protocolos ambientales como mecanismos atenuantes? Los estudios de
integracin paisajstica de los proyectos ya generados a partir de los tratamientos urbansticos
definidos?
Referencias
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El paisaje hace referencia a todos los elementos que interactan en un territorio y para
entenderlo es necesario ver y comprender sus partes para hacer fusin, convirtindose en un
potente ordenador. Se quiere resaltar la importancia que tiene el paisaje a la hora de intervenirse
la ciudad; comprender las dimensiones que lo contienen y las relaciones intrnsecas entre estas,
destacndose como su funcin principal, ser el articulador e integrador del territorio.
Si miramos con mayor detalle la dimensin natural podemos generar conciencia del valor del
verde en la ciudad; este debe ser visto como uno de los componentes ms significativos que
hacen parte del paisaje, por lo cual se hace un recuento de las definiciones de paisaje, espacio,
ambiente, territorio, esttica ambiental, urbanismo ecolgico, y cmo estas renuentemente estn
haciendo referencia y destacando lo natural, llevndonos a la necesidad de estudiar la forma
como se debe planificar lo verde para darle la trascendencia y la contundencia que merece,
estableciendo la propuesta de manejar el verde a nivel multiescalar: macro, meso y micro, en el
cual se pueda constituir una infraestructura verde para Medelln, enfocada en resaltar los bienes,
funciones y servicios ambientales ms que en un tratamiento esttico, en el cual se pueda
conformar un bosque en la ciudad segn las caractersticas y clasificacin de sus espacios.
Se busca que las zonas verdes deje de verse como un elemento aislado y solo como parte del
amoblamiento urbano, y pueda tenerse una nueva mirada que amerite darle un nuevo valor al
manejo del verde que pueda consolidarse como un sistema.
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Se entiende por ambiente el conjunto de todas las fuerzas externas que actan sobre el
organismo, una poblacin o una comunidad, o sea los factores que rodean al individuo como
tal y que influyen de una manera determinada en su forma de ser, de actuar, de pensar, en su
carcter, su desarrollo fsico, mental y que tiene como elementos bsicos los recursos naturales
que por su propia naturaleza no pueden ser producidos por el hombre. Desde este contexto
es que se vuelve una prioridad darle valor a la naturaleza, protegerla, cuidarla y entender la
presencia del componente verde en la ciudad, cmo se va conformando y estructurando, y a su
vez cmo es nuestra relacin con lo natural, cmo permanentemente va variando la forma como
nos aproximamos a esos espacios que lo contienen.
El trmino esttica ambiental hace alusin a la defensa y valoracin de una belleza natural
contraria al proceso de negacin perpetrado por la industrializacin. Conecta con la esttica
ecolgica como verdadera defensa del ambiente. Ms que restablecer la idea de lo bello natural
como prueba de una manifestacin de lo divino y la perspectiva de recuperar la tradicin, se
requiere entender a la tutela de la naturaleza a una correcta relacin hombreambiente. (Milani,
2015).
La ecologa y esttica ambiental plantean una pregunta: existe un sentimiento autntico de
la naturaleza y del paisaje? A qu paisaje debo hacer referencia para que yo pueda pensar
que es el verdadero, despus de las transformaciones llevadas a cabo por el hombre o por los
desastres naturales? Hoy, la ecologa expone dramticamente este sentimiento. Desde siempre
el hombre parece poseer una sensibilidad espontnea con la naturaleza (Milani, 2015). A partir
de esta sensibilidad hay que despertar conciencia para quienes intervienen en el territorio,
deben aprender a proyectar pensando en lo verde. Los temas del paisaje y de la ecologa
son mucho ms amplios que la arquitectura, pero la mayora de la gente no asocia el paisaje con
la ciudad, ni la ecologa con el urbanismo. A menudo tiende a confundirse la palabra paisaje
con naturaleza, es decir, como algo que no se encuentra cerca de la ciudad. La naturaleza
existe ms all del entorno construido, en algn lugar ah afuera, en esta friccin de concepto
123
MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
nuestro cuerpo practican un tipo de contemplacin que combina lo interno con lo externo, lo que
est afuera y lejos, con lo que es pequeo y est adentro y se articula ante nuestros ojos. Hay una
correlacin estrechsima entre la experiencia esttica del paisaje natural y del paisaje urbano.
Como el hombre habita la tierra, as habita la ciudad (Milani, 2015). Por lo cual, cuando estamos
analizando un paisaje debemos ver sus caractersticas particulares, su entorno y su ambiente;
para su intervencin hay que tener cuidado en la forma de aproximarse y de intervenirse, debe
estudiarse con rigor antes de modificar su estado inicial por mnimo que fuere; su transformacin
y resultado debe estar ligado a una respuesta tica con miras a la sostenibilidad y enfocado a
aumentar la calidad de vida para quien vive e interacta en esos paisajes.
de paisaje y ciudad es donde radica la fuerza y radicalidad del urbanismo (ecolgico) del
paisaje (Mostafavi & Doherty, 2014).
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Cmo debe ser la planificacin del componente natural referidos a los espacios verdes para
buscar una ciudad sostenible?
de contenido natural trascienden el lmite fsico del trmino municipal y, en algn aspecto, son
la verdadera dimensin que hay que utilizar en la planificacin, por su riqueza y contenido
unificador.
RUBN GMEZ
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En la ciudad es exigible una prctica urbanstica y una poltica que contemplen una concepcin
global del territorio (enfocada en miras de conformar leyes de ordenamiento del territorio y la
proteccin del paisaje). En demasiadas ocasiones asistimos a una des-ordenacin territorial
(por la falta de conocimiento del paisaje); en cambio, lo que tiene sentido es encajar la
autonoma municipal (incluida la del planteamiento) en una estructura de coordinacin municipal
o metropolitana previa al planteamiento y desde una jerarqua superior (Palomo, 2003).
Otro aspecto que debe contemplar la planificacin verde es el sentido de naturaleza; de
exigencia de lo silvestre en la ciudad, que es complementario al urbanismo convencional y
que requiere un tratamiento expreso en el medio urbano. La presencia de una flora y una fauna
escasamente intervenidas por el hombre, o poco alteradas por l, es un factor de inters y
calidad. Se trata de oficializar la naturaleza que ha estado casi siempre en la clandestinidad,
en la ciudad, se debe convertir el enfoque de la naturaleza en el objeto y mbito de actuacin
que contengan determinaciones relacionadas al medio ambiente, a las infraestructuras y al
urbanismo que es lo que contiene y alberga el paisaje.
Referente a los sistemas de espacios verdes, no podemos aceptar la visin simplificadora de
la naturaleza versus ciudad, ni la idea de albergar en un gueto la naturaleza en la ciudad. La
presencia de los procesos naturales en el seno urbano contribuye a que este se ejerza como
hbitat armnico para sus habitantes, creando hbitats naturales. Debido a esto se considera
que se establezca la necesidad que se consolide una infraestructura verde.
Por consiguiente, se establece la necesidad de una planeacin de las zonas verdes de Medelln,
en el cual se resalte y se le d el valor al componente natural del paisaje de la ciudad referido a la
planeacin, manejo y gestin de las zonas verdes. Para establecer esto, se pretende consolidar
una Infraestructura Verde como un instrumento de gestin; es importante conocer el trmino
que le da Jos Faria (2012), en el cual se entiende que la planificacin territorial y urbanstica
integrar la proteccin, conservacin y regeneracin del patrimonio natural, garantizando el
mantenimiento de los procesos ecolgicos bsicos y la conservacin y preservacin de paisajes
relevantes por su elevado valor natural, cultural y productivo, los trminos zonas verdes,
espacios verdes, zonas verdes urbanas o reas verdes, se refiere a los espacios urbanos
no cementados que conservan ciertas caractersticas de naturalidad aunque no necesariamente
tengan csped, rboles o arbustos.
El bosque en la ciudad
Si se pretende plantear una infraestructura verde para Medelln, cmo debemos trabajar y
manejar el verde?
El hombre siempre ha querido estar en contacto con la naturaleza, con las races que lo han
acompaado en su evolucin, aclarando que todo lo que realiza el hombre como especie
tambin es natural (inherente a su proceder); pero en su afn por conquistar o dominar redisea
ese espacio natural para convertirlo en zonas con poco servicios a otras especies; el homo
sapiens sapiens como especie, bien podra denominarse una plaga para el planeta, debido al
acelerado consumo de recursos y crecimiento; segn el Banco Mundial, para el 2030 ms del
60% de la poblacin mundial vivir en las ciudades y cada da se aaden 180.000 personas a la
poblacin urbana, aumentando el tamao de las ciudades y compactando la ciudad existente.
Es en este punto donde el uso del suelo, la habitabilidad y la calidad de vida se ven evaluados.
Tener dnde vivir no solo implica mejora en la calidad de vivienda o el espacio que la circunda,
las zonas verdes que contempla la ciudad cada vez son menores y estas no estn siendo
planificadas, y tampoco hay una prioridad por generarlas; vemos verde en los fragmentos
de avenidas, antejardines y separadores, y cmo estas reas terminan convirtindose en los
127
MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
El concepto de infraestructura verde se ha ido ampliando cada vez ms hasta el punto, tal
como lo afirma Faria, que ha llegado a plantearse en su ms amplia acepcin posible como
todo el sistema natural que soporta la vida posibilitando los procesos ecolgicos, sosteniendo
la flora y la fauna y manteniendo los recursos. Es evidente que la naturaleza es el soporte
imprescindible para la existencia de reas urbanizadas. Sin naturaleza no sera posible la ciudad.
Sin embargo, la funcin de infraestructura se refiere a entender de forma menos genrica y
referirla a aspectos ms concretos del funcionamiento de la misma. Y es en las reas limtrofes
de la ciudad donde mejor se aprecia esta forma de entender lo verde como infraestructura.
Porque en las reas ms puras de naturaleza y ms alejadas de la urbanizacin, esta funcin
se diluye en la ms general de posibilitar los procesos biolgicos y, probablemente, ms que
como una red deba ser entendida como la matriz en trminos de ecologa del paisaje o de
soporte de vida en trminos sistmicos. Parece fuera de duda el hecho de que lo verde,
entendido como naturaleza, juega un papel esencial para posibilitar la mera existencia de la
urbanizacin. Se plantea como un ambiente natural frente a un ambiente construido, tiene un
elemento diferenciador respecto al de naturaleza y lo que tiene ms peso es el termino de
infraestructura, las funciones de la naturaleza necesarios para el funcionamiento de las reas
urbanizadas probablemente deberan de formar parte de esta infraestructura verde frente a
aquellos ms antrpicos que constituiran la infraestructura gris, constituida por el conjunto de
redes artificiales que soportan la urbanizacin (Faria, 2012).
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espacios de crecimiento de la malla vial y las redes de servicio. El verde existente est quedando
prcticamente en lugares residuales que no tuvieron diseo alguno y quedaron como sobrantes
en el espacio pblico. Por consiguiente, los relictos de espacios existentes se deben evaluar
para que cumplan con su funcionalidad y servicio ambiental para lo que fueron planeados, la
presin de la ciudad sobre el verde urbano debe tender a un equilibrio y es aqu donde la gestin
y planeacin deben dar lnea para que los espacios verdes que subsistan sean de gran calidad
ambiental, representen hbitats, se encuentren conectados a los sistemas verdes de la ciudad y
contengan especies vegetales multipropsito donde lo esttico sea el ltimo argumento de uso.
El espacio verde, su calidad y cantidad deben ser valorados y planeados. Segn la OMS,
la cantidad de espacio verde por habitante tiene un mnimo de 10 m2, pero no se determina
si este espacio debe estar al alcance del ser humano. Sin embargo, nuevas tendencias y la
desaparicin de las zonas verdes han llevado a las sociedades a replantearse los modelos
de estructuracin de las ciudades, a realizar una planificacin verde donde los valores
ecosistmicos y la ecologa urbana toman fuerza. Se quiere inculcar y crear una cultura por el
respeto a la fauna y flora, planteando ciudades compactas, sostenibles que conformen un futuro
ms amigable con el medio ambiente.
Luego de un largo proceso del deterioro de los ecosistemas del planeta ha ido calando la idea
de la conservacin y mejoramiento de los espacios verdes, es as como las polticas mundiales
y lo propuesto por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), plantean que las ciudades
sostenibles debe cumplir con cuatro dimensiones: la primera hace referencia a la sostenibilidad
y cambio climtico, donde se prioriza el uso de los recursos naturales, la mitigacin de los gases
de efecto invernadero y otras formas de contaminacin; la segunda es promover el desarrollo
urbano sostenible estableciendo un control del crecimiento, promover un hbitat adecuado en
relacin con el transporte y movilidad urbana sostenible; la tercera es la sostenibilidad econmica
y social que apunta al desarrollo econmico local, servicios sociales y la seguridad en todos
sus mbitos; por ltimo, la sostenibilidad fsica y de gobernabilidad, como el buen gobierno,
control de ingresos y gastos, deudas y obligaciones fiscales. Estas polticas que han hecho
que el pas replantee las propias y direccione sus recursos, se puede ver reflejado en la Poltica
Nacional para la Gestin Integral de la Biodiversidad y sus Servicios Ecosistmicos, y la que se
establece en Medelln, Poltica Pblica Municipal Medelln, una Ciudad para la Biodiversidad,
segn el Acuerdo municipal 010 de 2014, convirtindose en pionera a nivel nacional (Alcalda
de Medelln, 2014).
Adicionalmente, el Bio2030 Plan Director Medelln, Valle de Aburr adoptado por Acuerdo
N 13 del 2011 por la Junta Metropolitana (Alcalda de Medelln, 2011) estableci que estas
propuestas son un derrotero comn para la construccin de una regin sostenible, competitiva,
con equilibrio territorial y equidad social; con el mismo enfoque est estructurado el Plan de
Se quiere entonces esbozar que los individuos sembrados en la ciudad puedan conformar un
conjunto: rbol, arbusto, palma o herbcea, con propsitos productivos pos cosecha, tomando
aqu la cosecha como aquellos bienes o servicios (esttica, sombra, mejoramiento de la calidad
de habitad etc.) que presta las plantas a la sociedad; debemos cambiar de mentalidad, se
debe educar para entender que los espacios abandonados responden a ese trmino por las
connotaciones del hombre, debido a que l no puede habitar porque no est diseado para su
estada como un lugar de esparcimiento y encuentro, pero que en la mayora de los casos son
las reas ms habitadas por otras especies de animales y plantas; son los que tienen mayores
cualidades porque al no estar en contacto directo con el hombre logran desarrollar funciones y
servicios ecosistmicos. Un espacio verde puede albergar algunos insectos, como las mariposas, y
encontrarlos hace parte de la naturalizacin de las ciudades; en el da tendremos aves, mariposas,
ardillas y en la noche llegarn los murcilagos, que a pesar de su aspecto no succionarn la
sangre; tambin grillos y cigarras sonoros que lo nico que nos indica es que la presencia de la
flora y fauna realmente podra llegar a un grado de equilibrio entre la ciudad y sus entornos. Estos
son algunos ejemplos de las implicaciones que tendran los espacios verdes que se conformaran
y los cuales estn pensados en virtud de su funcionalidad como ecosistema y menos en su valor
esttico.
Al hablar de planeacin verde se busca cmo abordar la vegetacin a travs de la consolidacin
del bosque urbano; no solo en los lugares aislados entre los cerros que han quedado sin poblar al
interior de las zonas urbanas como las reas que se conservan en los solares de las casas o los
parques arbolados. Este concepto debe entenderse como toda la vegetacin y fauna presente
al interior de la ciudad, haciendo un paralelo entre el bosque natural y plantado, la vegetacin
existente de la ciudad, retomando las herramientas de ecologa y silvicultura para el manejo de la
vegetacin en la urbe.
No se pretende que la ciudad quede inmersa en la selva ciudadana, o que se puedan
restaurar nuestros espacios verdes como parte de un bosque natural. Se es consciente de que una
sociedad requiere unos bienes y servicios ecosistmicos, y para lograr esto se deber sacrificar
esta naturaleza pura o sin intervenir por el hombre. Sin embargo, se debe hacer claridad que el
bosque urbano es un todo, la vegetacin de la ciudad lo conforma; no se puede dejar este bosque
inmerso en los espacios como solares, jardines botnicos, cerros y dems espacios donde el
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Ordenamiento Territorial (POT) adoptado por Acuerdo 48 del 2014. Estas polticas han llevado
a buscar nuevas formas de repensar cmo abordar la vegetacin urbana, haciendo factible
que su enfoque pueda ser ms macro, debido a que actualmente se trabaja con una ptica
agronmica. Sin menospreciar este enfoque, la flora urbana no puede seguir mirndose como
un cultivo aislado, cada lugar de siembra es tomado como parcela independiente sin articularse
con su entorno, con lineamientos de cultivo productor de servicios.
RUBN GMEZ
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rbol es predominante, porque al manejar el espacio verde como parte de un todo vinculamos
las zonas urbanas y las periurbanas, su manejo se hace ms integral y vamos complementando y
articulando una infraestructura verde con cada intervencin que hagamos en la ciudad.
Con esto se plantea recuperar en gran medida la funcionalidad, y como ya se ha dicho, retomar
herramientas de la silvicultura que se tienen para el manejo de bosques naturales y plantados.
La dinmica de un bosque natural hace que este sobreviva. El paralelismo al que se refiere es
ejemplificado en dos de los mltiples procesos que suceden en el bosque:
1) La regeneracin natural (nuevas plantas) es la fase ms frgil que tiene el bosque, es en
ella donde se tienen las especies futuras, son las plantas que sustituirn los bosque maduros,
la prxima generacin, solo esperan a que estn las condiciones para aumentar su desarrollo
o poblar algn espacio en el bosque; en la ciudad la regeneracin natural est limitada a las
especies ms aguerridas, generalmente arvenses, plantas que no tienen competidores o que
los desplazan, se acondicionan a cualquier espacio, sus rangos de adaptabilidad son amplios,
muchas de ellas pueden generar problemas de sobrepoblaciones y desplazar especies nativas.
Al ser pocas especies las que cumplen con las caractersticas y con los servicios ecosistmicos
que espera una ciudad, la sociedad es la encargada de la regeneracin del bosque y evaluar
dnde se presenta el envejecimiento de la vegetacin para crear un banco de plntulas que
irn desarrollndose lentamente hasta encontrar las condiciones, esperando un disturbio (cada
o retiro por riesgo de un rbol) para continuar con la sucesin. Estas especies deben de ser
planeadas para los aos de madurez del rbol, no para el momento de la siembra; es en este
momento donde se debe evaluar qu suceder con el espacio que lo rodea (edificios, vas,
remodelaciones, etc.)? Cmo sern las condiciones ambientales en 30 aos, la temperatura de
la ciudad, las condiciones hdricas y microclima del territorio, son algunas de las variables que
generalmente no se estudian para la planeacin de la siembra: soportar esta nueva planta
estas condiciones?, ser exitoso a futuro este tipo de espacio y podr contener la diversidad
que se espera? Es aqu donde debemos planear las funciones y servicios de las zonas verdes.
2) En el bosque existe lo que se conoce como ciclo de nutrientes, en pocas palabras, se trata
de la acumulacin de nutrientes en hojas, cortezas, ramas, etc., que al caer y descomponerse
son liberados de nuevo y asimilados por las plantas, con algunas prdidas y ganancias en el
contacto de la atmsfera, condiciones ambientales y la vegetacin; en la ciudad el ciclo de
nutrientes es limitado porque se frena al retirar materiales como hojas, ramas, flores etc., de los
alrededores de las plantas; tambin est el caso de la baja absorcin por la impermeabilizacin
del suelo, entre otras. Sin embargo, la planta una vez establecida, genera reservas y las
necesidades nutricionales van disminuyendo, dado que la ciudad no espera producciones
agronmicas, como tamao de los frutos o semillas, sino que la cosecha estar en virtud de la
calidad de los servicios y funciones ecosistmicos. Es por esto que para suplir las condiciones
nutricionales y esperar que el desarrollo de la planta sea ptimo, la ciudad tiene que subsidiar
estos nutrientes en las primeras etapas de crecimiento en el caso de los rboles, generalmente
de 2 a 3 aos, al entender esta dinmica se podran realizar labores que se asemejen al ciclo
mencionado, es el caso de la aplicacin de mulch o subproductos.
La tendencia de estas polticas que apuntan a la planeacin verde deben dirigirse a una
evaluacin completa de las reas verdes arboladas, lo mismo que a identificar metodologas
que apunten a la recuperacin del espacio verde con miras a que lo propuesto permita que
se consoliden funciones y servicios ambientales que le presta este tipo de espacios a la fauna
y flora y su relacin con el hombre. Los rboles, al igual que los jardines, deben dejar de ser
seleccionados por sus caractersticas estticas; estos tendrn que estar pensados con plantas
multifuncionales y tal vez en ese momento dejemos de ver las flores y algunos follajes de algunas
pocas del ao para introducir nuevos servicios, como el disfrute de aves y mariposas que
tienen tantas restricciones en la ciudad.
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
RUBN GMEZ
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Mirada multiescalar del verde
Ilustracin 4. Microestructura (rbol aislado) Mesoestructura (Estructura de bosque urbano) Macroestructura (Infraestructura
Verde)
La planeacin del verde en la ciudad es un nuevo enfoque que hace referencia al manejo
y conformacin del bosque urbano, mediante la cual se pretende vincular lo verde como
proveedor de bienes y servicios ambientales y como uno de los componentes ms importantes
del paisaje. Cuando se habla de bosque urbano nos referimos a la vegetacin de las zonas
urbanas y periurbanas. Recientemente, se ha avanzado en el reconocimiento de las especies y
su biodiversidad, su valor como parte del patrimonio natural del territorio, as como sus aportes
al bienestar de los habitantes de las zonas urbanas. De ah que es necesario preguntarnos cmo
abordar su planificacin para optimizar sus funciones:
-Cul es la ciudad que esperamos tener con respecto a las zonas verdes, cmo las
conservamos, las mantenemos o generamos nuevas reas?
-Cules son los criterios que se tienen para la eliminacin de una zona verde, las autoridades
tienen instrumentos legales para impedir una intervencin, o son espacios que se van perdiendo
sin control?
-Cul es el valor del verde en la ciudad con un enfoque de sostenibilidad?
-Qu plantean las polticas ambientales mundiales en las que participa Colombia y por ende
Medelln?
Se pretende incorporar esta nueva visin y esta forma de abordar el componente verde en la
nueva actualizacin y revisin del Manual de Silvicultura Urbana (MSU) por parte de la Secretara
de Medio Ambiente del municipio de Medelln. Su objetivo es presentar lineamientos que generen
armona entre lo antrpico y lo natural, resaltando y dndole valor a lo natural; busca generar
conciencia de la importancia del verde en la ciudad y conformar una Infraestructura Verde
La planificacin del componente verde se debe manejar a nivel multiescalar para lograr su
ptimo desempeo, debido a que las exigencias son diferentes para cada una de las escalas.
Este manual trabajar las escalas macro, meso y micro, a travs de un equipo interdisciplinario
competente que asegure que cada intervencin en el espacio pblico se evale y potencialice
al mximo. Este enfoque va de lo general a lo particular; se busca desde lo macro abordar el
sistema estructurante de ciudad por medio de la conformacin de la Infraestructura Verde;
la escala meso especifica qu tipo de espacio se intervendr y cmo sera la propuesta de la
composicin de la vegetacin; lo particular, dado por la escala micro, en la cual se define la
seleccin de especies. Segn la escala que se mire el componente verde deben de tenerse
unas consideraciones especficas y dar lineamientos con ciertos grados de detalle, segn se
especifica a continuacin:
Ilustracin 5. Estructura del manejo del componente verde Mirada Multiescalar
133
MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
que permita mantener, conservar y generar espacios verdes de calidad para la ciudad. El
manual tendr el peso tcnico para dar lineamientos generales y especficos segn la escala, y
se consolidar como una herramienta de planeacin y de gestin para el componente verde. Se
pretende, entonces, que las nuevas intervenciones que se hagan referente a lo verde permitan
conservar el patrimonio natural y aumentar los bienes y servicios ambientales derivados de este
componente en la ciudad.
Macroestructura verde
RUBN GMEZ
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Esta escala propone establecer la Infraestructura Verde, que incluya todas las reas verdes
presentes en el municipio, tanto en la zona urbana como en la rural. La construccin de este
sistema toma como base normativa del Acuerdo 48 de 2014 referente al Plan de Ordenamiento
Territorial, y permite analizar la conformacin del verde segn los mbitos y clasificacin de los
espacios verdes de la ciudad; en ella el componente ecolgico prima y su principal funcin es
la conectividad.
Se conformar una planimetra donde se visualice la Infraestructura verde, la cual se
genera por capas en la que cada una de ellas contiene las zonas verdes de la ciudad con
caractersticas particulares; es una herramienta para la planeacin, el manejo y la gestin del
verde; constantemente estar en construccin, se estar revisando, estar sujeta a modificarse,
ser dinmica y tendr como finalidad apuntar a la consolidacin y articulacin de lo verde,
manteniendo o generando nuevas reas que entren a complementar este sistema.
Al proponer esta escala, se tiene como objetivo velar porque el componente verde sea
tenido en cuenta como un sistema al cual hay que proteger, mantener, cuidar y generar. Esta
planimetra es un instrumento de gestin que permite tener la potestad, desde la Secretara
de Medio Ambiente, de aprobar y dar viabilidad a las propuestas que se vayan a hacer en la
ciudad y velar porque el verde cumpla con los requerimientos y parmetros establecidos en
este manual, adicionalmente, se podr indicar de qu manera se puede mejorar y promover
el aumento de zonas verdes para alimentar de forma permanente esa Infraestructura Verde.
Mesoestructura verde
Es una escala a nivel de proyecto. Se define el polgono del proyecto en donde se va intervenir
la propuesta del verde, segn la clasificacin de los espacios dado por el POT; se deben
dar pautas para la inclusin del verde al interior del polgono, en el cual se define cmo sera
la estructura del bosque -la estructura horizontal y vertical del verde. Adicionalmente, debe
estudiarse la inclusin de este polgono en la Infraestructura Verde, cmo se maneja el verde
en su entorno, cmo est articulado a la escala macro, y cmo hace parte de esa infraestructura.
Esta escala debe informar cmo debe responder a estos dos escenarios.
Microestructura verde
Hace referencia a los elementos constitutivos individuales y su manejo que hacen parte de la
estructura del bosque, por consiguiente se debe entregar listado de especies, plan de siembra
y plan de manejo.
La planificacin del verde y la estructura del manejo del verde a nivel multiescalar permite
hacernos consciente de que el manejo del verde debe tener una mirada holstica. Podemos ser
ms efectivos en la forma como actualmente intervenimos en el territorio y como modificamos
el paisaje; los procesos y fases de un proyecto actualmente estn fraccionados y carecen de
una mirada interdisciplinar de todos los componentes, falta ms articulacin de los mismos
entes responsables de las aprobaciones de los proyectos que se generan en la ciudad, cada
componente es mirado de forma independiente pero sin un hilo conductor en el cual se vele
porque el componente verde sea tenido en cuenta, desde su planificacin, mantenimiento, hasta
su gestin. Por lo cual, se determina la metodologa expuesta para mantener, conservar y generar
el componente verde a partir de la conformacin de la Infraestructura Verde. Hay que tener
total claridad de todas las exigencias que se deben solicitar en cada una de las fases que tiene
un proyecto, desde la planificacin se debe saber qu paisaje se est modificando, hacer un
diagnstico y por ende saber cul es el resultado final que se va a entregar a la ciudad. Debemos
entender que el paisaje se transforma constantemente y que lo nico seguro es su cambio; pero
si no estamos velando y controlando sus constantes transformaciones, los deterioros pueden ser
irreversibles; debemos detectar sus potencialidades, protegerlas, resaltarlas, darle menos valor
a lo esttico y establecer una sana relacin entre lo funcional, optar por lo ms natural y lo ms
consecuente con el medio ambiente y su sostenibilidad.
135
RUBN GMEZ
136
Referencias
Alcalda de Medelln (2011). BIO 2030. Plan Director Medelln, Valle de Aburr. Medelln: Mesa
Editores.
Faria, J. (2011). Plan de accin territorial de infraestructura verde y paisaje de la comunidad
valenciana: memoria informativa. Espaa: Generalitat Valenciana.
Faria, J. (27 de junio de 2012). El blog de Jos Faria. Recuperado de http:/elblogdefarina.
blogspot.com/2012/06/infraestructura-verde-urbana.html
Milani, R. (2015). El arte del paisaje. Madrid, Espaa: Biblioteca Nueva.
Mostafavi, M. & Doherty, G. (2014). Urbanismo Ecolgico. Barcelona, Espaa: Gustavo Gili.
Salvador P., P. (2003). La planificacin verde en las ciudades. Barcelona, Espaa: Gustavo Gili.
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Alcalda de Medelln (17 de julio de 2014). Acuerdo 010 del 2014, Por el cual se adopta y
reglamenta la poltica de la biodiversidad para Medelln. Gaceta oficial, 4247.
Resumen
asombrado, sensorial, vital, y luego, actuante. El paisaje es, como ha dicho alguien, la historia
en la geografa.
RUBN GMEZ
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No obstante le puedan y deban ser dadas categoras estticas, morales o polticas, tampoco
es siempre directa y obligada la relacin paisaje-belleza, o paisaje-excepcionalidad, o paisajebienestar. Al tratarse de un sistema objeto-sujeto, espacio-observador, deriva en un lugar/territorio,
y por ello el paisaje puede estar tambin influenciado (y a veces notoriamente determinado) por
las experiencias, sentimientos, deseos, y aspiraciones de quien est dispuesto a percibirlo,
entenderlo o transformarlo, mediante accin u omisin.
El paisaje es un campo de intersubjetividades, polismico y multiespectral, por lo que su
gestin exige y obliga un proceso continuo de dilogo en un campo complejo y dinmico de
discursos, deseos, e intereses. Bien lo ha expresado Jean Marc Besse:
Actualmente, el concepto de paisaje es en esencia polismico y mvil, y esta situacin
terica se debe en parte a la fragmentacin profesional y acadmica de las diferentes
disciplinas que han hecho del paisaje su campo de estudio. As, el paisaje es un objeto
no solo para el paisajista, el arquitecto o el jardinero sino tambin para la sociologa, la
antropologa, la geografa, la ecologa, la teora literaria, la filosofa, etc. Y no es seguro que
estas diferentes disciplinas, cuando se enfrentan a la cuestin del paisaje, piensen en la
misma cosa y movilicen las mismas referencias intelectuales (Besse, 2006).
El mismo autor esquematiza cinco entradas posibles a la forma en que se asume el paisaje en
la actualidad: i) como representacin cultural; ii) como territorio producido por las sociedades;
iii) como complejo sistmico que articula los elementos naturales y culturales en una totalidad
objetiva; iv) como espacio de experiencias sensibles rebeldes a las diversas formas posibles de
adjetivacin; v) como sitio o contexto de proyecto.
En Colombia es claro que no ha existido una fuerte tradicin de estudio, investigacin, y
gestin pblica en el tema, siendo apenas el nicho de un puado de acadmicos de la ecologa
ecologa, iconografa, los bienes culturales y ms recientemente de los arquitectos del paisaje.
ltimamente, y como consecuencia de la magnitud e intensidad de las transformaciones urbanas
y rurales, el enfoque est empezando a considerarse como de amplia utilidad para la gestin
territorial, a travs de la promocin de herramientas de manejo de paisajes transformados en
cuanto mbitos pertinentes para la conservacin de la biodiversidad, y lo relativo al suministro
de servicios ecosistmicos culturales en cuanto beneficios no materiales (valor espiritual, belleza
escnica, inspiracin, desarrollo cognitivo, recreacin), en el marco de la Poltica Nacional para
la Gestin Integral de la Biodiversidad y sus Servicios Ecosistmicos (MADS, 2012).
Vsquez (2009) realiz un breve recorrido por la legislacin colombiana, buscando identificar
el papel que se asigna a la nocin de paisaje, lo que le permiti concluir y destacar que:
Existen numerosas alusiones genricas y ambiguas al paisaje en al menos 16 normas del
campo administrativo, ambiental y territorial.
No se asume de manera especfica y contundente la necesidad de la proteccin del paisaje
como posibilidad de mantener y preservar hbitats y ambientes, urbanos y rurales, dignos
de conservacin por sus calidades estticas y sus valores culturales.
Plantea regulaciones indirectas y parciales sobre muchos de sus elementos, componentes
y sistemas constitutivos, adoleciendo de la visin de conjunto que por naturaleza la visin
paisajstica exige y persigue.
Hace constante referencia a valores y a recursos paisajsticos sin mayor rigor conceptual
y sin rutas metodolgicas para su identificacin y valoracin, asocindolos comn e
indistintamente a algunos recursos naturales como la vegetacin.
Presenta concepcin dominante de su proteccin desde el enfoque de problemas
ambientales con aplicaciones concretas reducidas, en asuntos como la contaminacin
visual o la evaluacin del impacto ambiental de obras y proyectos, y con frecuencia reducida
al ornato y al paisajismo.
Evidencia ausencia de la necesidad de realizar evaluaciones y anlisis de los impactos y
efectos que planes y programas de diferente ndole podran generar sobre el paisaje.
Es notoria la ausencia de instrumentos conceptuales y metodolgicos en las propuestas de
categoras de reas protegidas y en la gestin del paisaje como oportunidad de conservacin
de reas de importancia estratgica por su valor esttico, cultural y social.
En el particular contexto metropolitano del Valle de Aburr, donde son agudas las situaciones
de alta marginalidad social, crisis de sectores productivos tradicionales, alta especulacin
inmobiliaria, carencias de espacio pblico, prdida acelerada de la biodiversidad, disminucin
de suelos agrcolas, reduccin de la adaptacin de las comunidades campesinas a las nuevas
141
MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
RUBN GMEZ
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Es necesario ir ms all de una reflexin continua y cada vez ms consistente sobre los
estndares y las condiciones de habitabilidad del paisaje urbano, y de la ineludible necesidad
de conservar para las generaciones futuras los bienes tangibles o intangibles que constituyen
patrimonio cultural de la nacin, de las regiones y localidades, entre ellos el paisaje. En un pas
con tan alta diversidad geogrfica, natural y cultural, la proteccin del paisaje puede constituir,
adems de un recurso fundamental para la economa nacional, una valiosa oportunidad de
inclusin, participacin y democracia alrededor de propsitos de conservacin, que exploren
las variadas formas de valoracin, las mltiples expectativas de goce de lo pblico, las diversas
concepciones de bienestar fsico y espiritual, que finalmente puedan traducirse en consensos
sobre los paisajes que ameritan una proteccin ms decidida y prioritaria, en razn con su
significado como elementos de la identidad colectiva (Vsquez, 2009).
Iniciativas como la Carta Colombiana del Paisaje (Sociedad Colombiana de Arquitectura
del Paisaje, 2010) plantea en su enfoque la arquitectura del paisaje como posibilidad de
moldear hbitats para influir positivamente en el desarrollo de las comunidades, a travs de la
combinacin creativa de arte, ciencia y tecnologa, ofreciendo una visin del diseo del paisaje
con la oportunidad de crear un ambiente ecolgicamente seguro, un espacio cuidadosamente
diseado, que inspire y transmite impulsos creativos, cargados de significacin, todo orientado
al objetivo de fortalecer la identidad principalmente con el paisaje local y cotidiano.
La alteracin y degradacin del paisaje genera pobreza ecolgica, entendida, segn Wilches
(2009), como la perdida de la capacidad de los ecosistemas para ofrecer los recursos y los
servicios que requerimos los seres humanos y los ecosistemas mismos para existir con calidad
y dignidad, y con ella, la capacidad, perdemos capacidad de resistencia, adecuacin y
adaptacin, creando condiciones de inseguridad territorial.
Por estas y otras razones, es importante iniciar la construccin social de una agenda de gestin
del paisaje en Medelln y el Valle de Aburr, que asuma los muy diversos retos territoriales que
se presentan actualmente y que impactan la calidad de vida y el bienestar de la poblacin.
A continuacin, se presentan de manera somera algunos de esos fenmenos territoriales
susceptibles de anlisis paisajstico y, posteriormente, algunas notas para avanzar en su gestin.
Expansin urbana
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Son diversos los fenmenos territoriales que se presentan actualmente en el Valle de Aburr,
en una amplia variedad de magnitudes, intensidades y expresiones, y con unas dinmicas
particulares, algunas heredadas de la configuracin histrica, cultural y natural del valle, otras
como consecuencia de procesos modernos de construccin y transformacin fsica y simblica
del paisaje. Esquemticamente, pueden resumirse en las siguientes tipologas de procesos, que
dan lugar a diferentes fenmenos de transformacin paisajstica (Vsquez, 2013):
RUBN GMEZ
144
Todos estos procesos territoriales dan lugar a nuevos retos de gestin paisajstica, el primero
de los cuales tiene que ver con la lectura de los patrimonios histricos, culturales y sociales que
muchos de estos territorios ostentan o esconden. As, el problema de resignificacin de eso que
socialmente pueda identificarse como patrimonio, y las estrategias y mecanismos de adopcin
de las formas y funciones que esos sedimentos y relictos patrimoniales pueden tener en la
configuracin y evolucin futura de los proyectos urbanos es un tema de la mayor importancia
para el diseo de paisajes sostenibles (Foto 3).
Fotografa 9. Paisaje de la expansin urbana en el noroccidente de Medelln
La magnitud y el soporte institucional y legal que acompaa estas operaciones urbanas plantea
tambin una importante oportunidad, en trminos de la capacidad de definir, desde el inicio,
determinantes ambientales y paisajsticas que deben ser suministradas por las autoridades
ambientales y asumidas de manera clara por los operadores y promotores de estos proyectos,
sean pblicos o privados.
Estas y muchas otras problemticas, en mltiples escalas, hacen parte de la agenda de gestin
paisajstica en territorios sujetos a estas dinmicas de transformacin, que deben considerarse
tambin como una excelente oportunidad de recomponer tramas e infraestructuras verdes y
azules en la ciudad y la regin, y en general, de crear ambientes virtuosos en la construccin
de nuevos equilibrios entre tradicin y modernidad, que puedan irradiar el paisaje urbano
colindante, y paulatinamente, los imaginarios y smbolos de los ciudadanos, generando arraigo
territorial.
Nuestras ciudades pueden llegar a ser opresivas, incmodas, difciles, montonas, sin calidad
ambiental, inseguras. Todo esto, aunado a las mayores posibilidades de conectividad local,
supramunicipal, y regional, la flexibilizacin y versatilidad de las formas de trabajo, el aumento
de capacidades econmicas de algunos sectores de la poblacin, entre otras variables
socioambientales, culturales y econmicas estn configurando nuevos paisajes urbanos en
suelos rurales, lo que se ha denominado como suburbanizacin. Los dficits en cantidad y
calidad de espacio pblico en los centros poblados de la regin metropolitana del Valle de
Aburr han contribuido a la urbanizacin, primero simblica y luego fsica, de espacialidades
para usos residenciales y de ocio, que configuran nuevas territorialidades susceptibles de
gestin paisajstica.
Los desafos paisajsticos asociados a los fenmenos que estos procesos conllevan estn
relacionados con la efectiva prestacin de servicios pblicos, la apertura de nuevos ejes de
movilidad, la prdida de plusvalas, la supresin de reas de servidumbre, el aprovechamiento
econmico no regulado de espacios pblicos naturales o construidos, la generacin de procesos
anlogos a la gentrificacin en espacios rurales tradicionales, la fragmentacin ecosistmica, el
aumento de la contaminacin atmosfrica por ruido y material particulado, entre muchos otros.
145
MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Igualmente, estos procesos territoriales deben, para su adecuada gestin paisajstica, partir
del respeto a las estructuras, dinmicas y aspiraciones locales de desarrollo y a las posibilidades
de permanencia y reproduccin social de las comunidades que han habitado estos lugares
por dcadas, y que ahora son sujeto de los procesos de renovacin y redesarrollo, vistos a
menudo como generadores de paisajes del desarraigo, la exclusin social y la profundizacin
de inequidades.
Todos ellos propician retos de planificacin, estudio y diseo paisajstico, en razn a las nuevas
estructuras, dinmicas y fenomenologas que se instalan.
Fotografa 10. Un aspecto del paisaje generado por el Proyecto Ciudad del Ro, en Medelln
RUBN GMEZ
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La valorizacin del silencio y la calidad escnica y plstica del paisaje, pero tambin la erosin
de las estructuras pblicas, la alteracin de los sistemas y flujos naturales, y la vulneracin de
dinmicas socioculturales son aspectos que toda intervencin en estos mbitos est obligada
a considerar. El reconocimiento exhaustivo de los recursos territoriales, superando folclorismos
y literalidades vacas de funcionalidad ecolgica y vigor cultural, es un imperativo para el
fortalecimiento y enriquecimiento de las identidades paisajsticas en espacios sujetos a este tipo
de dinmicas.
Fotografa 11. Imagen de un rea suburbana en el plan alto de Santa Elena-Medelln
lustracin 7. Imagen digital fotorrealista usada para ofertar una vivienda campestre.
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En varias zonas del Valle de Aburr las actividades extractivas resultan un elemento destacado
del paisaje. La permanente demanda de materiales de construccin, as como de diversos
minerales crea enclaves y territorios mineros que proliferan bajo el amparo de prcticas que
tambin generan numerosos y complejos desafos de gestin paisajstica. Buena parte de las
Se destacan tambin los retos de gestin paisajstica que generan los paisajes viales, tanto en
el mbito urbano como rural, por las afectaciones a la estructura natural del territorio, los riesgos
y oportunidades de incidir sobre la calidad visual, las posibilidades de fragmentacin/conexin
ecolgica y social que pueden favorecer, entre otras.
Fotografa 14. Imagen de una intervencin artstica sobre los bajos de un puente en Medelln
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
laderas occidentales del Valle de Aburr, as como reas ribereas de quebradas y del ro
Medelln-Porce son objetivo de transformaciones que afectan la calidad ambiental y paisajstica
de la ciudad, y que en el marco de procesos de ordenamiento territorial, gestin ambiental, y
diseo del paisaje, deben hacer parte permanente de la gestin paisajstica en la regin.
RUBN GMEZ
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Conservacin ecolgica
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Fotografa 17. Imagen de un relicto de vegetacin natural en la cuenca El Salado, municipio de Girardota
Apuntes iniciales para una agenda de gestin del paisaje en el Valle de Aburr
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Referencias
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Las ventajas que representa la construccin de nuevo conocimiento desde lo pblico, como
aporte al bienestar de las comunidades, son infinitas y debe tomarse en serio como la forma
ms efectiva de valorar las realidades naturales, sociales y econmicas de cualquier territorio.
Comprender el funcionamiento de los paisajes que conforman la ciudad de Medelln, como
parte de un valle encaonado, con base en sus particularidades histricas, ecolgicas, sociales,
econmicas y sensibles constituira un avance significativo en la administracin del territorio,
puesto que hasta hoy la gestin del paisaje local ha basado muchas de sus decisiones en
criterios econmicos, higienistas, ingenieriles y mediticos.
Sin embargo es necesario reconocer los esfuerzos de las administraciones pblicas en construir
una masa crtica de informacin a partir de la toma de datos con base en fuentes primarias
y el registro histrico de las dinmicas ecolgicas, aunque parcialmente, lo que comprende
un cmulo de datos tiles para el desarrollo y monitoreo de estrategias de planeacin y de
intervencin en el paisaje. Pero no se puede dejar de lado lo fragmentado de estas acciones y
sus innumerables cortos circuitos, cuyo resultado es la aplicacin de medidas de mitigacin y la
implementacin de programas y proyectos con nfasis totalmente diferentes a lo diagnosticado,
es decir y a manera de smil, un tratamiento farmacutico para un problema de fortalecimiento
muscular que debera hacerse con fisioterapia de rehabilitacin, dicho de otro modo, se aplican
soluciones de ingeniera para problemas de carcter ecolgico o se pretende solucionar
problemticas sociales con proyectos de infraestructura fsica de alto perfil esttico.
Histricamente la manera de abordar el estudio de este valle ha evolucionado; desde una
mirada concentrada en las trazas urbanas emergentes en la ladera oriental, en la rivera sur de la
quebrada Santa Elena del Medelln fundacional, pasando por el reconocimiento de otra banda,
la ladera occidental del valle marcada toponmicamente como La Amrica, por la hacienda del
mismo nombre ubicada all, a finales del siglo XIX (rea Metropolitana del Valle de Aburr, 2010).
Una mirada particular que se expande con la propuesta urbana plasmada en el plano de Medelln
Futuro de 1913 (Gonzlez, 2007) y llega a la cima de los procesos de planeacin en la ciudad de
mediados de siglo, con el Plan Piloto de 1950 a cargo de Wiener y Sert y que se convertira en
el Plan Director para la ciudad bajo Acuerdo municipal en el ao de 1959 (Jaramillo, 2005). Lo
que desemboca en los Planes de Ordenamiento Territorial POT- reglamentados por la Ley 388
(Congreso de la Repblica, 1997) y el conjunto de dispositivos normativos y de planificacin,
asociados o derivados de ella.
Este paneo por la historia local es para resaltar, que si bien se evidencia voluntad poltica para
afrontar procesos de planeacin urbana, estos sufren de la misma falencia, lecturas del territorio
cientificistas y parciales, puesto que la base de reflexin sobre el territorio no se aleja de la
mirada objetual basada en una delimitacin geomtrica, el llamado polgono o en su defecto las
unidades de planeacin (Villegas, 2014).
Si bien cuando se habla de paisaje hay una referencia forzada a los componentes fsicos
que lo determinan, es indispensable considerar sus connotaciones culturales, es decir, la
afectacin del hombre como factor preponderante en el cambio acelerado de sus condiciones y
responsable de las grandes transformaciones de sus aspectos ecolgicas y visuales, y culpable
de la degradacin paisajstica de mltiples regiones del planeta. Hasta ahora los esfuerzos se
concentran en miradas parciales como parte de estudios que abordan el asunto de manera
cientfica, es decir a partir de la diseccin de los componentes y su posterior estudio aislado, lo
que conlleva a soluciones fragmentarias y acciones descoordinadas en el territorio. Necesario
es integrar no solo el conocimiento y valoracin del paisaje sino, y con urgencia, integrar
las acciones que se implantan en el territorio, con profunda conciencia del significado y las
consecuencias que de cualquier intervencin se derivan.
Los estudios evidencian que hay instrumentos definidos dentro de la reglamentacin
colombiana, pero falta implementacin de algunos, ajustes en otros y creacin de muchos
tantos, as como se hace necesario desarrollar un constructo terico de mximo nivel que cobije
todas las estrategias y los instrumentos actuales y que de manera clara, coherente, profunda y
sencilla ponga en dilogo las visiones plurales y diversas sobre el territorio para consolidar un
sistema integrado de gestin del paisaje. Si desde la praxis se puede hablar del observador
como el agente integrador; del ecosistema como el agente que propicia la simultaneidad; del
territorio como el soporte de las relaciones de sentido; y del tiempo que dinamiza la realidad del
paisaje y la propia relacin con l, cmo poner en marcha un engranaje que d cuenta de la
complejidad de este constructo cultural, con profundas bases culturales y ecolgicas, polismico,
multiescalar, multisensorial y ultra disciplinar? Aparecen aqu, entonces, las propuestas que esta
mirada en perspectiva aporta, a partir de las mltiples reflexiones hechas por sus autores.
Parecen coincidir las miradas, en que la polisemia del paisaje antes que un obstculo, en la
bsqueda de los acuerdos que permitan que la disciplina del paisaje emerja en el contexto
nacional, se convierte en una oportunidad de dilogo ultra disciplinar, rebasando los fantasmas
del unanimismo poltico, no literario, que no da pie a la controversia. La humanidad debe hacer
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Las interrelaciones presentes en todo paisaje configuran las particularidades propias del
territorio donde se asientan y deben conformar la ms importante base de desarrollo de todos
los procesos de monitoreo y control de las acciones propias del cambio que los afecta, es
aqu donde sera valioso ampliar el espectro de variables considerables para el estudio de los
paisajes de Medelln y hacer uso de dispositivos como las Unidades de Paisaje UP (Lynch, 1992).
Puesto que en estos instrumentos propios del estudio del paisaje confluyen la mayor cantidad
de caractersticas identitarias de un lugar, con base en unidades geogrficas, ecolgicas,
sociales, culturales, sensibles y econmicas yuxtapuestas, lo que ofrece la ms compleja base
de reconocimiento y diagnosis territorial.
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grandes esfuerzos para recuperar al planeta de las heridas que ella misma le ha infringido, tarea
difcil puesto que parece que ya no es vlido pensar en la proteccin y/o recuperacin sino
ms bien en la regeneracin de los paisajes, partiendo de acciones formativas desde diversos
niveles de accin, abordando procesos holsticos de planeacin basados en el reconocimiento
multiescalar, multicultural y biodiverso de todo paisaje y acudiendo al diseo social como
estrategia de intervencin en las comunidades arraigadas a su territorio, que permita prevenir
la degradacin de los paisajes producto de los riesgos de la densificacin y compactacin de
la ciudad, a la luz de dinmicas inmobiliarias y rentistas que conllevan a la prdida del sentido
del lugar sintomticamente reflejada en cuadros depresivos (Nogu, Puigbert & Bretcha, 2008).
Pero qu puede decirse de la ciencia? La historia, tan esquiva para muchos, demuestra que
las artes, las ciencias exactas, las ciencias humanas y la tecnologa cohabitan los objetos de
estudio y cargan de sentido las realidades locales, donde se asientan los anhelos humanos
ms bsicos, a la luz de Max Neef las nueve necesidades del ser humano (Max Neef, 1998).
Por lo tanto es vlido pensar en indicadores e ndices (Aubad, Valds, Taborda, Rthlisberger
& Gmez, 2014) como herramientas cuantitativas en clave cualitativa, de las condiciones y
conexiones de los elementos celulares del paisaje, acogiendo palabras de los autores.
La constitucin de acuerdos sobre lo fundamental, conclusin principal del foro Medelln en
perspectiva de paisaje realizado en el Instituto Tecnolgico Metropolitano ITM en mayo de 2015,
deben convertirse en el germen de una poltica pblica que concretice algunos lineamientos
generales para la incorporacin del paisaje como un concepto maduro en la legislacin
colombiana, un mojn de la construccin del conocimiento desde lo pblico, con miras a la
confeccin de una ley del paisaje acorde con las particularidades tropicales, biodiversas y
multiculturales de esta regin. Deber entonces mirarse hacia otras latitudes, con un telescopio
calibrado para la identificacin de las acciones susceptibles de adaptacin, recontextualizacin
y enriquecimiento? Por supuesto, es prudente capitalizar experiencias forneas a la luz de la
singularidad tropical, como ejemplo muy usado, la experiencia espaola en paisaje es valiosa
y recoge diversas miradas aplicadas en el territorio de las comunidades ibricas. En este caso
y en contraste con la influencia de la experiencia Barcelona en Medelln, se propone analizar
al detalle lo que la comunidad valenciana viene desarrollando en trminos del reglamento del
paisaje (Galn, 2011), bajo la directriz de la Ley espaola de paisaje y en concordancia con la
Convencin Europea del Paisaje (Consejo de Europa, 2000).
Proyectos como el de Infraestructura Verde que busca complejizar el estudio e intervencin
de las coberturas vegetales de la ciudad desde una mirada multiespectral, basada en las
propiedades multidireccionales del bosque, constituyen aportes concretos a esta mirada en
perspectiva. As mismo, la propuesta de construccin social de una agenda del paisaje para
Medelln e indefectiblemente para el Valle de Aburr, comprende acciones concretas como:
Por ltimo y como se ha dejado entrever en este texto de cierre, es necesario y urgente la
reflexin, el diseo y la implementacin de un Sistema de Gestin del Paisaje SGP, para la
ciudad de Medelln, en deriva hacia un sistema integrado para todo el Valle de Aburr (Galn
Vivas, 2011). Quiz se entienda el planteamiento de tal sistema como una forma de controlar
los procesos, o en su defecto empapelar los mismos para llenar de evidencias los sistemas de
gestin como un requisito para evitar las no conformidades y pasar cualquier auditora externa,
sin embargo en este caso, un sistema de gestin pretende disponer de toda la informacin
necesaria para tomar decisiones adecuadas y responsables respecto a las acciones que se
requieran para administrar el cambio propio del correr del tiempo o como producto de las
transformaciones que se aplican en el paisaje de una ciudad, llena de cualidades paisajsticas,
cuyos habitantes sorprenden con el arraigo y la capacidad de adaptacin a este valle estrecho,
cosmognico, biodiverso y multicultural.
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MEDELLN EN PERSPECTIVA DE PAISAJE
Un inventario o inventarios de los paisajes del Aburr, para lo cual ser pertinente ampliar el
espectro de los dispositivos de anlisis, evolucionando de los mbitos de intervencin, con
sus predecesores polgonos urbanos, a las unidades de paisaje de base ecolgica y social.
Anlisis visuales de los paisajes que den cuenta de las preferencias paisajsticas del
ciudadano medellinense y que orienten las intervenciones urbansticas.
Simulaciones de los impactos de las polticas pblicas en trminos de desarrollo municipal y
ordenamiento territorial, como una manera de asumir la responsabilidad social que todo acto
de transformacin del paisaje conlleva.
La creacin de un centro de estudios del paisaje de carcter pblico, que explore las derivas
de la disciplina en la regin, establezca alianzas para la formacin de expertos en el paisaje
y oriente la toma de decisiones del ente territorial con base en la produccin de nuevo
conocimiento.
Referencias
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