Todos Los Días Sale El Sol David Casinos
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DAVID CASINOS
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ejecucin artstica fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a travs
de cualquier medio, sin la preceptiva autorizacin.
NDICE
PRLOGO
2 INTRODUCCIN
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3 Y SE HIZO DE NOCHE
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5 EL APRENDIZAJE DE LA CEGUERA
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6 LA ONCE, MI CASA
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9 CELIA
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13 EL PLAN ADOP
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PRLOGO
Soy ciego total. Pensaris que por ello mi vida est llena de
problemas. S, es verdad, pero son problemas como los que
tienen todos los dems (...) Todos los das sale el sol y, si no
sale, ya me encargo yo de sacarlo....
Hay pocas personas que puedan decir estas palabras tan alto
pero, sobre todo, hay muy pocas personas que, cuando lo dicen,
lo sientan, se lo crean, no suene a una declaracin forzada y,
adems, sean capaces de trasladar a los dems su experiencia
de vida con tal grado de claridad y normalidad.
As es David Casinos, un atleta enorme y una persona que
an lo es ms. Alguien que un da decidi tirar palante y, en
el camino, ha dejado atrs mil batallas de triunfo y ejemplo
cotidianos.
Muchas personas tienen problemas cada da. Muchas personas reciben noticias negativas como la que un maana cualquiera recibi David, cuando estaba en plena juventud: la prdida de visin. No es fcil. El apoyo de los amigos y familiares,
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INTRODUCCIN
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Dos aos compartiendo millones de vivencias de forma conjunta, muchas de las cuales no habramos experimentado si
no llega a ser por l por desgracia en algn caso. Y es que,
por ejemplo, David (Blay) tuvo que tragarse por primera vez
en su vida Mujeres y Hombres y viceversa en un hotel de Madrid, sin posibilidad de convencerle para cambiar de canal. Lo
pudo compensar, eso s, estando presente en la medalla de oro
conseguida en el Estadio Olmpico de Londres y disfrutando
de esa felicidad con l y los suyos. O asistiendo emocionado a
una situacin poco comn: poder ir al cine con una persona
ciega a ver El Hobbit.
Mario, por su parte, es despus de Ximena (a la que conoceris en las siguientes pginas) la persona que ms tiempo
ha pasado con l en saraos varios, charlas o en un tren yendo
y viniendo a Barcelona o Madrid de manera constante, por lo
que conoce de sobra la imposibilidad de hacerle callar un instante para descansar durante un trayecto largo. Tambin es la
persona que vivi una experiencia paranormal cuando, yendo a
pie y perdidos en medio de Madrid, fue David el que ejerci de
GPS para encontrar el destino orientndose, Dios sabe cmo,
entre el trfico y por callejuelas. Pero tambin se emocion
cuando varios internos de un centro penitenciario se acercaron
a l tras darles una charla para asegurarle que queran superar
sus problemas como l lo haba hecho.
Por ello, el primer agradecimiento, indudablemente, tiene
que ser para l. Pero ms all de hacerlo por brindarnos la
confianza y el honor de ejercer de autores del libro, le damos
las gracias por dejarnos formar parte de su vida diaria. Porque estar con David es una sesin de terapia vital cargada de
positividad cada da. Y le expresamos nuestra gratitud por ver
primero en nosotros un equipo que poda ayudarle profesionalmente, para pasar a crear un vnculo que ha superado con
creces al profesional. Por dejarnos tener una sensacin laboral
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Y SE HIZO DE NOCHE
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los cotilleos de la poca y, aunque no me entusiasmaba, conversar con mi madre sobre los famosos y sus vidas me distraa
bastante. Tambin me viene a la memoria un par de programas
a los que me enganch. Uno era Carta Blanca, un programa
de debate de Canal 9, la autonmica valenciana, presentado
por Josep Ramon Lluch. Se trataban temas polmicos y, por lo
general, con mucho teatro, se armaban unas buenas broncas,
algo que me distraa. El otro programa era de radio, llamado
Un mundo sin barreras y emitido a travs de Onda Cero, en
el que se hablaba del mundo adaptado y con el que comenc a
conocer con ms inters algo que poda ser mi futuro.
Fuera de eso, poco ms poda hacer postrado en una cama.
Solo me levantaba para comer y casi no poda disfrutar de los
alimentos, pues senta muchsimo dolor.
En aquel entonces me preguntaba una y otra vez sobre mi
porvenir, sobre las cosas que iba a tener que dejar de hacer. Lo
pensaba incluso, por momentos, con cierto sentido del humor
para tratar de desdramatizar todo lo que me quemaba por dentro. Por ejemplo, al pensar en que me encantaba jugar a la consola. Recuerdo que deca: Ahora, cmo voy a poder jugar?.
Pero lo que ms me doli fue tener que dejar la bici. Siempre he sido muy deportista, pero, sobre todo, los ltimos aos
antes de perder la visin fue cuando descubr mi pasin por
las dos ruedas. Sala muchsimo con mi bici de ruta. Aquello se
haba convertido en mi gran vlvula de escape para olvidarme
durante el fin de semana de todo lo que tena que hacer en el
trabajo o para tomar aire entre semana despus de una dura
jornada. Esa, sin duda, fue una de las partes ms complicadas:
saber que no iba a volver a tener la libertad de subirme en mi
bici y sentirme libre para desconectar de todo lo dems. Y es
que muchas veces me iba de ruta a la montaa para disfrutar
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la televisin. As transcurra mi vida, porque estaba en un tremendo shock emocional al haber perdido todas las cosas normales que hasta entonces haban formado parte de mis das.
De repente no poda hacerlas o tena que hacerlas acompaado.
Pero yo mi vida no la entenda (ni entonces ni ahora) de esa
manera. Desde ese momento en adelante me tocaba bailar con
la ms fea, la ceguera, para siempre. En esa primera etapa tras
quedarme ciego, no tena fuerzas ni valor para intentar hacer
algo. Ni me atreva ni me obligaba a hacerlo. No encontraba el
arrojo ni las ganas para empezar a darle la vuelta a la situacin.
Simplemente vea los das pasar. Encontrar el empuje para levantarme y comenzar a andar de nuevo fue una evolucin lenta.
Poco a poco fui entendiendo qu es lo que iba necesitando para
mi nueva vida, si bien en ese proceso de reconstruccin pasaron semanas, meses, y el tiempo se hace eterno mientras vas
intentando reordenar los cimientos de tu existencia.
Salir a la calle se hizo especialmente complicado al principio.
El hecho de que estuviera obligado a ir del brazo de mi madre
ya era incmodo, pero tambin que la gente te fuera preguntando constantemente. Yo viva en Godella, un pequeo pueblo
al noroeste de la ciudad de Valencia, muy cercano a la capital,
y donde casi todos me conocan. Para m era muy duro, s,
pero se me haca mucho ms difcil al darme cuenta de cunto
estaba afectando esta situacin a mi madre. Como he contado
que le suceda a mi hermano, cada parada con algn vecino,
cada una de sus preguntas o de sus miradas condescendientes,
eran para ella como revivir una y otra vez los peores momentos
que estbamos pasando. Como para cualquier madre, recordar
sin cesar lo que le haba pasado a su hijo era algo casi cruel. Al
final ella solo deca que me haba quedado ciego y que era lo
que haba que asumir. Pero le cost acostumbrarse.
Iba y vena con ella, sobre todo para hacer papeleos y arreglar el tema de mi discapacidad e incluso para ir a tribunales
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Todas las maanas, antes de entrar a la fbrica donde trabajaba, compraba el cupn de la ONCE al chico que estaba en la
puerta. Quin me iba a decir a m que tiempo despus sera yo
quien lo vendiese! O, mejor an: quin me iba a decir que mi
cara saldra un da en uno de esos cupones! La verdad es que
la vida da muchas vueltas y no sueles pensar en ellas hasta que
echas la vista atrs y te das cuenta de la cantidad de cosas que
estn conectadas entre s sin que apenas lo percibamos.
Antes de que la ceguera viniera a visitarme, yo era un chico normal, como cualquier otro. Haba estudiado Automocin
y, ms tarde, dos aos de la especializacin en Metal. Fue en
aquella poca cuando comenc mi relacin con el deporte. Recuerdo que en aquella etapa estudiantil era un chico algo rebelde y no muy buen estudiante, aunque no era una persona problemtica. Lo cierto es que me encantaba ser independiente,
no me gustaba estudiar, me costaba atender y sacaba las cosas
renqueando. Vamos, que todo lo relacionado con los estudios
no despertaba ningn tipo de pasin en m, sino ms bien al
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me centr, cuando de nuevo recuper el gusto por la competicin y la aficin por la bicicleta. No supona la misma exigencia
y dedicacin que en mi poca de lanzador, si bien esa renovada
aficin por el deporte, en este caso por la bicicleta de montaa,
me hizo recuperar la pasin.
La inmensa mayora de esos recuerdos son maravillosos. Sin
embargo, hay uno que queda al margen. Soy diabtico desde
los tres aos y ser insulinodependiente, para un deportista,
no era entonces nada sencillo. En aquellos tiempos, las insulinas eran animales, no sintticas como ahora. Actuaban de una
forma mucho ms lenta y solo podan inyectarse dos veces al
da, una por la maana y otra por la noche. De esta manera,
durante todo el da haba que tener mucho cuidado para no
sufrir una hipoglucemia, que el azcar se disparara o cualquier
otro problema derivado. Por poner un ejemplo, comer hidratos,
vitales para un lanzador, es algo que crea mucho azcar. Los
ejercicios de pesas suben los niveles de azcar, pero los aerbicos como correr, por el contrario, los bajan. La adrenalina, el
estrs, la carga fsica o el miedo tambin descontrolan de forma
importante tus niveles. Vamos, todo lo habitual en un atleta!
Ahora todo es ms fcil. Antes o despus de una competicin,
de una comida o un entrenamiento puedes acudir a la insulina para regularte. Pero eso, hace casi 30 aos no era posible,
porque con la inyeccin de la maana pasabas todo el da y
era necesario llevar un control mximo. Sinceramente, era un
sufrimiento, agobiante y hasta peligroso. Donde peor lo pasaba
era en los viajes, cuando bamos a una competicin. Tena que
ir a todos lados con las jeringuillas metidas en un congelador.
No os imaginis la de problemas que me ha creado esto con
polica, jueces y organizadores en ms de un desplazamiento!
Si comamos en un restaurante, yo no poda comer lo mismo
que mis compaeros y deba tener mucho cuidado. Y con los
mens cerrados que tenamos en muchos de los viajes, a veces
rozaba el peligro muy de cerca, aparte de que por s mismo
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EL APRENDIZAJE DE LA CEGUERA
CASTELLARNAU
Ya no poda pasarme ms tiempo aletargado, dejando transcurrir los das entre las paredes de mi casa. Haba quemado el
ltimo cartucho con las operaciones y me di cuenta de que mi
lucha ya no era por volver a ver, sino por ver de otra manera.
No haba otra salida ms que cambiar el chip y comenzar a
reorganizar mi vida.
Me dije una cosa a m mismo, al estilo de Scarlett OHara
en Lo que el viento se llev: Jams volver a sufrir y esa se
convirti desde entonces en mi filosofa, la que me hace vivir
y triunfar. No es que no haya vuelto a sufrir o pasarlo mal, al
contrario. Pero por muy negro que salga el da, como me dije
en aquel momento, toca levantarse. Todos los das sale el sol,
y si no sale, ya me encargo yo de sacarlo.
He de reconocer que las primeras veces, cuando decid comenzar a hacer cosas desde mi nueva condicin de ciego, no
fueron nada bien. En honor a la verdad mi madre me lo haca
prcticamente todo, desde cocinar hasta prepararme la ropa o
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doblar calcetines, planchar camisas Mi madre no se lo hubiera credo nunca. Busca la punta, cgelo de ah y empieza a
doblarlo. Extiende la camisa y comprueba si la plancha est
caliente. Si ni saba hacerlo cuando vea!
Me acuerdo cuando lleg la hora de cocinar. La instructora
encendi el fuego y me dijo: Pon la mano encima. Perdona,
no s si te has dado cuenta, pero yo no veo. Por eso mismo,
contest. Yo solo pensaba: T ests loca? Cmo voy a meter
yo la mano ah con el fuego?. Pero tena que colocar la mano
sobre la llama para saber exactamente dnde tena que situar
la sartn. No me atreva y casi me tuvo que poner la mano en
el fuego ella, porque claro, yo solo pensaba en que iba a quemarme. A pesar de ese comienzo, aprend a cocinar mejor de
lo que lo haca antes. En realidad, antes solo me haca alguna
cosilla y en el centro tuve que hacer muchas ms.
En otra de las clases nos enseaban trucos para el funcionamiento de pequeos aparatos de la vida cotidiana. Ahora
hay grandes aparatos que te dicen si la luz est encendida o
apagada, pero eso en aquel momento no existan y haba que
aprender tcnicas como, en este caso, saber que la posicin
de interruptor hacia arriba quiere decir que est encendida y
para abajo apagada o, simplemente, tocar la bombilla. Tambin
contbamos con cursos de esttica: arreglarse las manos, las
cutculas de las uas, maquillarse para las chicas, ponerse una
crema, peinarse y, en definitiva, cmo llevar a cabo el aseo
personal. Qu importantes son para estas cosas el tacto, el orden y el instinto. Para alguien presumido como yo, eran unas
lecciones fundamentales.
Nos hablaron tambin por primera vez de una palabra que
sonaba a chino, pero que iba a ayudarnos como si la conociramos desde la cuna: Tiflotecnologa. Son tcnicas y recursos
para procurar a los ciegos y deficientes visuales los medios
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una buena terapia y un buen grupo. Tan unido que hasta vivimos alguna historia de amor! Vamos, como el Gran Hermano
que yo deca que ramos.
De m tambin se rean, no creis que no. Como con mi
ancdota del gorro, por ejemplo. Antes de llegar al centro, uno
de los requerimientos en las instrucciones que te dan es el de
llevar gorro de bao y gorro de lluvia. Gorro de bao lo entiendo, pero gorro de lluvia? Eso es una capucha, no?, me deca
yo, y durante un tiempo les comentaba a mis compaeros que
los gorros de lluvia eran ridculos y que iban a parecer bobos
si iban as por la calle. Hasta que un da la lluvia nos cogi por
primera vez en la calle, yo me puse mi capucha y me llev una
enseanza acompaada de un chapuzn y de muchas burlas.
Una capucha te cubre las orejas, lo que te impide escuchar con
nitidez y, por lo tanto, te hace perder las referencias, mientras
que un gorro para la lluvia no te tapa las orejas y te permite
escuchar con claridad. As que, a los pocos segundos me di
cuenta de que tena que elegir entre escuchar o mojarme. La
eleccin era clara. Volv a la escuela calado hasta los huesos y
tragndome mis palabras. A partir de entonces me dio igual
si el gorro era ridculo y comenc a llevrmelo a todas partes
cuando amenazaba lluvia. Pero eso no evit que mis compaeros me repitieran mis palabras cada vez que llova. Me la
devolvieron y con razn.
Me acuerdo con nostalgia de algunos de ellos como Ricardo, un seor mayor, muy educado y agradable, que haba sido
director de banco y, de repente, de la noche a la maana, le
haban dicho que iba a quedarse ciego. Y ah estaba, ya con una
edad, aprendiendo como un nio pequeo a orientarse en el
mundo de nuevo. O de un compaero de habitacin que tuve
despus de Vctor. Era un chico de Bilbao que con el impacto
de una pelota de goma de la Ertzaintza haba perdido un ojo y
tena muy mala visin en el otro. Con l cre una buena relacin
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en el centro. Hasta que me lo pusieron en mi misma habitacin Cmo roncaba! Pareca un autntico camin. No poda
soportarlo y tuve que quitrmelo de encima y pedir que lo cambiaran de cuarto a los pocos das. Eso hizo que me empeara
en conseguir una habitacin individual. No ms compaeros.
Menos mal que la consegu, cosa que adems me vino muy bien
para mi desarrollo personal, porque me obligaba a tenerlo todo
muy ordenado y controlado.
Tambin haba una chica que era diabtica igual que yo y
que, para mayor casualidad, era de Valencia. Haba pasado
tantas operaciones que, al contrario de lo que me ocurra a
m, ya no conservaba el globo ocular. No tena ojos, mi mayor
temor, lo que yo no quera que me pasara bajo ningn concepto. Nos convertimos en buenos amigos. Era una chica que
pasaba mucho miedo. Recuerdo que se pona tan nerviosa que
doblaba los tacones cuando iba con el bastn. Del pnico que
sufra, era incapaz de ir con tacones sin destrozarlos, de lo que
le temblaban las piernas. Ella lo contaba como una ancdota,
pero lo cierto es que era desalentador, porque le costaba mucho
avanzar en su movilidad y se frustraba. Fue esta chica, junto al
compaero de Bilbao, los que protagonizaron el romance del
grupo. Aunque en el centro estaba controlado todo el tema de
las relaciones entre compaeros y se trataba de evitar, ellos
se las apaaron e incluso se escaparon en alguna ocasin a un
pisito por Sabadell para disfrutar de intimidad. Eran los dos
muy buena gente. No s si continuaron como pareja tras su
paso por Castellarnau, pero all eran dos tortolitos.
Mi relacin con los TRB tambin era excelente. La gente del
centro era muy especial, emptica y saba cmo hacer sentir
como en casa a todos los que llegamos. Eran conscientes de que
estabas solo all, de que necesitabas mucho apoyo y de que no
tenas a nadie. Y estaban acostumbrados a ver pasar a mucha
gente de forma temporal y conocer sus sufrimientos, frustra-
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como crea y me volv ms prudente. Muchas veces nos confiamos demasiado despus de haber logrado una meta difcil y
no entendemos que hay que seguir estando alerta cada da, por
mucho que creamos que somos dominadores de la situacin.
Sustos y miedos aparte, que no seran los ltimos, lo importante es que haba comenzado a vivir de nuevo y al fin tena
la capacidad de construir mi mundo por m mismo. Estaba
escribiendo las primeras lneas del guin de una nueva vida y
desde entonces mi suerte, como la de cualquier otro, con visin
o no, dependa solo de m.
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LA ONCE, MI CASA
La ONCE es mi casa, mi familia. Gracias a la Organizacin Nacional de Ciegos Espaoles soy quien soy. Junto a ellos, acept
el hecho de ser ciego y aprend a vivir como tal. De su mano
comenc a construir mi nueva existencia, a labrarme un presente y un futuro. La ONCE me dio desde las herramientas para
vivir, hasta un trabajo y frmulas para crecer como persona,
actividades de diversa ndole o el deporte. Pero, sobre todo, me
dio la esperanza y el empujn necesarios para que viera que
tena una vida por delante en la que podra conseguir todo lo
que me propusiera. No me quit la ceguera, pero s la venda de
los ojos que la prdida de la vista me haba puesto.
Sin embargo, este amor incondicional que ahora les profeso no fue un amor a primera vista. La ONCE fue ms bien
una chica complicada que se resisti a mis encantos durante
un tiempo, que me rechaz primero antes de darme el s quiero. No en vano, cuando visit por primera vez al oftalmlogo
que valoraba la afiliacin, no me aceptaron como miembro y
fue una gran decepcin. La verdad es que no me lo explicaba,
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decid aguantar hasta que me ubicara y supiera qu quera hacer con mi vida.
Pese a todo, no perd la energa de vivir y me puse a estudiar,
a formarme y a prepararme en la ONCE. Di clases de informtica (que ahora rememoro y veo que ya no me sirven para nada,
pero en aquel entonces me abran un sinfn de posibilidades)
y de braille, pese a que nunca me ha gustado porque siempre,
desde el principio, he optado ms por escuchar que por tocar.
En ese tiempo fui teniendo ms contacto con otros ciegos,
con gente ya curtida en el mundo de la oscuridad eterna. Me
di cuenta de que la gran mayora tambin venda cupones y fui
aprendiendo, comprendiendo y madurando, poco a poco, en un
proceso lento pero absolutamente necesario. Hablar con ellos,
ver como se manejaban en el da a da, lo afortunados que se
sentan vendiendo el cupn, lo que disfrutaban hacindolo y,
en especial, la normalidad con la que aceptaban la situacin,
me hizo replantearme las cosas. Entend, con el tiempo, que
el cupn era un trabajo, un medio de vida que, ms que avergonzarme, deba enorgullecerme, porque daba la oportunidad
a mucha gente de tener una forma de ganarse el pan de manera
honrosa.
Aquella poca la equiparo a la de hoy. No por m, sino por la
situacin que vive mucha gente en estos tiempos. En una fase
de crisis econmica y, sobre todo, de valores, vamos tan rpido
en la vida que no podemos detenernos a pensar qu queremos
hacer con ella. Es cierto que no todo el mundo tiene la suerte
que tuve yo, que pude vivir de mis padres hasta decidir hacia
dnde quera enfocar mi camino. Pero todos deberamos parar al menos un mes al ao, respirar, preguntarnos si lo que
hacemos nos gusta o no y ver, con perspectiva, si eso que nos
quema es, en realidad, tan importante como para cambiar de
rumbo o est simplemente magnificado por los roces del da a
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De repente, me encontr en un tren camino de Lisboa, vestido con un chndal oficial, hacia la primera competicin internacional de mi nueva vida. Yo, que cuando vea tena en el
martillo mi elemento de lanzamiento, me plantaba en el pas
vecino con una bolsa de siete kilos y un disco, que se haban
acoplado en menos de un ao a mi personalidad y que ya formaban parte de m hasta el punto de hablarles como si fueran
personas. A veces la gente me miraba en la pista y crea que
estaba loco!
Todo era muy nuevo: los compaeros, los hoteles, los desplazamientos, los entrenamientos, la comida. An no me senta
un deportista de lite, porque no tena claro si lo que estaba
pasando era algo pasajero o iba a consolidarse con el tiempo,
aunque lgicamente mi deseo era este ltimo. Es ms, cuando
aterrizamos me record a m mismo que mi trabajo era vender
cupones. Que aquello era un premio que me estaba llevando,
pero quin sabe si lo que haba conseguido en las sesiones en
el ro y en los campeonatos nacionales era fruto del entusiasmo
inicial y me iba a quedar estancado.
Pese a esta reflexin, he de admitir que yo ya tena ese gusanillo en la barriga que no me ha abandonado jams. Dicen
que cuando encuentras a la mujer de tu vida lo sabes. O que
cuando entras en el piso en el que quieres vivir no tienes dudas.
Yo saba que aquel era mi sitio. Y por ello los pensamientos
positivos, de ilusin, de ganas y de saber que poda hacerlo
superaban con creces los que me decan que me tranquilizara,
que aquello no haba hecho ms que comenzar.
De ese viaje guardo muchsimas ancdotas, aunque la mejor
es la que ocurri en Madrid. Bajbamos todos los ciegos por las
escaleras mecnicas y, de repente, uno se trastabill y empez
a rodar hacia abajo, provocando los gritos de pnico de quienes
estaban a su alrededor. Yo, que como es evidente no vea nada,
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do, que era mucha, lo fue sobre todo por la normalidad con la
que haba empezado a vivir. Haca muy poco tiempo que haba
asumido que me haba quedado ciego. Cuando me iba a dormir
muchas veces me preguntaba por qu me haba tocado a m...
Y es que en muchas fases de esos inicios segua sin aceptarlo y
esos pensamientos me lastraban en algunas ocasiones durante
el da.
Sin embargo, con la entrada del deporte, de los viajes, de
las nuevas amistades y de la reordenacin de mi vida, cuando
me meta en la cama lo haca de dos maneras complementarias: cansado y feliz. Tena ganas de que llegara de nuevo el
da para seguir viviendo esas sensaciones que crea que iban a
tardar muchsimo ms tiempo en regresar. Y, aunque no me
daba tanta cuenta por la inercia de pasar un da tras otro, con
el transcurso del tiempo valor mucho ms que aquel fue el
inicio de mi nueva forma de ver la vida.
As lleg la hora de embarcar hacia Sdney. Hacia Sdney! Si
lo ms lejos que haba ido yo era a Lisboa... Me esperaban casi
24 horas de avin, acompaado por gente que haba conocido
tan solo un ao antes y que ahora eran mis compaeros y, en
algunos casos, mis amigos. Directo a unos Juegos, algo que
con la vista sana es muy probable que nunca hubiera podido
disfrutar.
Una de las cosas que ms recuerdo de aquella semana previa
a dar el salto a Australia era la mezcla de ilusin y preocupacin
de mi familia. Era ms grande la primera que la segunda, como
es lgico. Yo lo notaba. No poda verlas, pero haba all caras
muy orgullosas. En algn momento creo que hasta aliviadas,
por darse cuenta de que una situacin muy lmite estaba convirtindose en algo menos grave gracias al deporte. Cuando volv de Castellarnau no saban cmo reaccionara, cunto tardara
en integrarme. Incluso si lo hara alguna vez. Y ahora se daban
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CELIA
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persona que estaba en mi entorno, nada ms, sin un significado extraordinario, aunque entonces yo ya saba que tena algo
especial. Nos conocimos en la pista de entrenamiento. Ella iba
a entrenar con un grupo de atletismo del Valencia Terra i Mar,
mientras yo lo haca con el mo y all coincidamos. Como yo,
ella tambin haca lanzamientos despus de haber pasado por
muchas disciplinas, pues llevaba ms de 10 aos practicando
atletismo. Celia me cuenta que siempre recuerda la primera vez
que me vio llegar con mi hermano a la pista y cmo le llam la
atencin verme lanzar martillo con esa facilidad. Y tambin
dice que le impactaron los ridculos pantalones de entrenamiento que llevaba! Esto de la vestimenta es, an hoy, un tema
de larga discusin entre los dos. Si bien lo importante es que
ella reconoce que le llam mucho la atencin desde el principio, aunque no creo que pensara en lo lejos que iba a llegar esa
impresin inicial.
En esos ratos en los que coincidamos en pista, unos y otros
bamos hablando, y yo la fui conociendo como al resto de compaeros, como una ms del grupo de atletas que pasbamos
horas y horas entrenando juntos, que compartamos tiempo
en campeonatos, en algn viaje Y as fuimos creando una
pequea relacin, al principio similar a la que podamos tener
con otras personas del mismo entorno.
Poco a poco ese vnculo se fue estrechando y disfrutbamos
de ms conversaciones y ms tiempo juntos, siempre dentro
del contexto del atletismo. Era una persona con la que se poda
hablar, inteligente, que me inspiraba confianza y que, progresivamente, me iba transmitiendo algo. Tengo que decir que su
serenidad siempre me cautiv, al igual que su manera de ver la
vida y ese equilibro especial que tena para entender las cosas
pese a su juventud.
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Yo perciba que ella se interesaba por m, pero nunca conceb que pudiera haber algo ms. Todava no tena la autoestima lo bastante fuerte, estaba en proceso de construccin y me
deca a m mismo: Cmo es posible que yo le pueda gustar
si no veo?. Eran, como digo, mis primeros tiempos como invidente y no tena la seguridad ni la confianza necesarias para
comprender que alguien tan especial pudiera ver en m algo
ms que un conocido o un amigo. As que, pese a todo, yo interpretaba su inters como alguien a quien le haca gracia
para un rato de conversacin. Nada ms.
De hecho, en aquella poca venan varias chicas del Valencia
Terra i Mar a seguir mis entrenamientos, no s exactamente
con qu intencin. Les resultara interesante observar como
un chico ciego se desenvolva de esa manera en la pista. En
especial haba una chica nigeriana del equipo que se sentaba
junto a m y que estaba all en casi todos los entrenamientos.
No puedo decir que a coquetear, porque ni siquiera hablaba
conmigo! Pero ah estaba, da tras da, toda la tarde mirndome, cosa que me halagaba y suba mi autoestima.
Mientras la amistad se fortaleca, Celia y yo bamos hablando cada vez de ms cosas ms all del deporte: de su vida y sus
clases (comenz a estudiar Trabajo Social), de mi vida y el cupn, de la familia, de lo que esperbamos del futuro Adems,
tenamos un gran punto en comn: su hermana es diabtica
de Tipo 1 como yo, algo que nos sirvi como nexo de unin. La
verdad es que para ser bastante ms joven que yo, compartamos muchas cosas.
Mi sentimiento por Celia fue derivando, lentamente, a una
parte ms pasional. Me gustaba cada vez ms, de una forma
diferente y ya no le negaba a mis compaeros que esa chica comenzaba a atraerme. Me di cuenta de una cosa, por primera vez
estaba aprendiendo a ver con los ojos del corazn, del alma, no
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pareja, ella podra verme como una carga pesada con la que no
podra tirar para adelante.
Como ocurre en muchas ocasiones, a veces nuestra mente
pone ms obstculos de los que en realidad hay. Por fortuna,
pronto me di cuenta de que mis miedos eran ms mos que de
los dems. He de decir que la familia de Celia es una familia
muy unida, que siempre hablan todo, lo comparten todo y se
apoyan mutuamente de forma casi incondicional en las decisiones que toman. Y esta vez no fue diferente. Es cierto que, en
especial su madre, como es normal por otra parte, tena algunas reticencias, pero no porque no la apoyase. Como cualquier
madre, le hubiera gustado que su nia pequea tuviese una
relacin con alguien con los cinco sentidos y le plante a Celia
las lgicas dudas: Sabes dnde te metes? Eres consciente
de que esto puede ser una carga muy pesada para ti?. Cuestiones normales de alguien que se preocupa por el futuro de
su hija. Sin embargo, la resolucin de Celia convenci a todos
y contamos con su apoyo desde el momento en el que vieron
que eso era lo que su pequea quera. Ellos siempre han defendido que su hija acab trasladando lo que ms le gustaba en
su faceta profesional a su vida personal y, por tanto, aceptaron
sin grandes impedimentos nuestra relacin. He de decir que
mis suegros han sido uno de mis grandes defensores y han demostrado en todo momento un enorme orgullo en cada uno de
mis xitos, por lo que mi agradecimiento es infinito hacia ellos.
Recuerdo cuando los conoc. No llevbamos mucho tiempo
saliendo y me invitaron a su casa y yo, que pese a las dudas soy
valiente para estas cosas, para all que me fui dispuesto a ser
sometido al tercer grado. Pero la encerrona solo dur segundos,
ya que la invitacin era para ver un partido Real Madrid-Valencia y mi suegro cuando juega el Madrid ya se puede caer el
edificio entero que no le importa lo que haya a su alrededor. As
que disfrutamos de una bonita velada y pude comprobar que
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quien hizo la mayor parte de las gestiones finales, que no fueron pocas, ya que unas semanas antes del gran da estbamos
disputando el Campeonato de Europa de Espoo (Finlandia).
Cuntas vueltas le hicimos dar, llamndole constantemente
desde all para que solucionase contratiempos de ltima hora.
Al menos vali la pena, porque nos trajimos el oro tanto en
disco como en peso, aunque no s si a l eso le compens Y
es que pas de todo mientras estbamos en Finlandia, hasta
tuvimos problemas con mi partida de nacimiento, algo de lo
que mi mujer an hoy se re a carcajada limpia. Sucedi que,
mientras estbamos en el campeonato nos llamaron diciendo
que en mi partida de nacimiento pona Vctor, el nombre de mi
hermano gemelo, y Mara Amparo, el de mi madre, pero no el
mo. Vamos, que haba un error y en vez de David haban colocado el nombre de mi madre, por lo que el cura no lo validaba
para que nos casramos. As que a la vuelta tuvimos que ir a
verle, ya con el da de la boda encima, para que corroborase que
Mara Amparo era en realidad David y que haba que rectificar
la partida de nacimiento para que el enlace se pudiera llevar a
cabo. Vaya locura.
Pese a todo, la boda fue preciosa, qu voy a decir. Y consegu poner mi msica remember, aunque fuera un poquito,
pese a la oposicin de Celia! Incluso hicimos que los tarjetones
de boda fueran solidarios y un porcentaje del dinero que nos
regalaron los invitados fue para una causa benfica. En definitiva, fue perfecta.
Tras la boda, comenzamos a vivir en Moncada y, desde entonces hasta hoy, hemos disfrutado de una vida maravillosa
juntos. S que suena a tpico, pero me ha hecho ser mejor persona y mejor profesional. Sin ella no sera lo que soy, el David
Casinos que ahora es ms que un deportista paralmpico ciego.
Ella me ha ayudado a tomar muchas decisiones importantes
en mi vida personal y profesional. Ha sido y es una defensora
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A finales de 2003 no haba tirado una bola ni un disco en meses. Y as seguira durante gran parte de 2004, que fue uno de
los aos ms horribles para m a nivel profesional.
En la tcnica de lanzamiento haba ido sufriendo de forma
paulatina una retraccin en mi hombro derecho, que haba derivado en una gran descompensacin. El motivo era sencillo:
mi pectoral tena ms fuerza que mi espalda y eso haca sufrir la
articulacin, hasta el punto de tener que parar completamente.
De entrenarme y de competir. No hace falta que diga, con lo
nervioso e impulsivo que soy, que en aquel entonces me suba
por las paredes a cada minuto.
Por si faltaba algo, el doctor Peris me haba practicado una
artroscopia en la mano a siete meses vista de los Juegos Paralmpicos como consecuencia de una calcificacin. As que
tena el pleno de inmovilidad en la parte que ms usaba de mi
cuerpo.
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Fue otra de las cuestiones que me propuse cambiar. Tenamos que dar ejemplo al mundo. Aunque en mi cabeza, primero,
rondaba la idea de cmo poder dedicarme de forma profesional
al atletismo.
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muchsimas gracias y abrazarme a Celia. Otro sueo cumplido. Desfilar en Pekn con la bandera de mi pas. La bomba.
Sin embargo, algunos deseos se envenenan un poco si no se
anda con cuidado y yo met la pata justo despus de recibir la
noticia, algo que pudo traer graves consecuencias. Pocas horas
ms tarde me llam el periodista del diario Superdeporte, Jos
ngel Crespo, e inocentemente se lo cont, presa de la emocin
del momento. No imagin que no se haba hecho oficial ni que
todava era un secreto. Y se mont un cisco que casi me cost
la renuncia al nombramiento.
Creo que no qued nadie por leerme la cartilla. Primero,
desde mi ciudad, puesto que a ellos les haba cado una bronca
de tres pares de narices. Luego, en la concentracin previa al
viaje a China que realizamos en Segovia, donde el presidente de
la Federacin de Deportes para Ciegos me dijo que haba metido la gamba hasta el fondo. Yo solo pensaba en que me tragara
la tierra, aunque tambin debo decir que nadie me indic cmo
tena que actuar. Un dficit a nivel de comunicacin que se ha
ido solventando con el tiempo y con experiencias como la ma.
A todo ello se le uni, para acabar de arreglar aquellos das,
que el jefe de prensa del Comit Paralmpico Espaol, Luis
Leardy, me dijo que antes de irnos tena que dar un discurso
en un acto en el Consejo Superior de Deportes donde iba a estar hasta la Reina Sofa y, cuando sub al escenario, no haba
nada preparado por la tensin del momento. Menos mal que
tir de la soltura que poco a poco haba ido adquiriendo y la
cosa sali muy bien, salvo por el detalle de que la ministra de
Asuntos Sociales me present ante el pblico asistente como
David Cansinos, una ancdota sin ms que se ha repetido en
ms de una ocasin.
Al final, pese a todo, los rescoldos de la polmica se fueron apagando y el miedo a perder el maravilloso privilegio que
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EL PLAN ADOP
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de nosotros en cada encuentro que tenamos con una personalidad poltica, cuando venan en representacin del Gobierno, a
alguna cita, acto o recepcin. El grupo de paralmpicos ms representativo, en el que me incluyo, tena un acceso ms directo
a los estamentos pblicos y estaba decidido a no malgastar ninguna oportunidad de dejar claro que queramos un programa
como el ADO. Incluso alguna que otra vez se produjo una salida
de tono en esos encuentros. Pero es que era lo justo! Durante los meses de negociaciones, el Comit Paralmpico Espaol
nos haba estado haciendo encuestas para conocer nuestras
necesidades, cuntas horas queramos entrenar, si queramos
compatibilizarlo con el trabajo, que sugerencias tenamos y
fueron comparando tambin nuestra situacin con la de los paralmpicos en otros pases, as como con sus sistemas de ayudas
o becas. Se fue conformando, de esta manera, la frmula de lo
que sera el programa, mientras el Gobierno negociaba con los
que seran los patrocinadores que aportaran el capital con el
que cuenta el ADOP. No logramos ms que un 20% de lo que
el ADO tena, aunque que se creara para nosotros ya era un
xito increble e histrico. Hasta entonces ramos deportistas
amateurs, que compatibilizbamos nuestros estudios y trabajos con la prctica del deporte. Las cosas estaban cambiando
y a partir de Pekn lleg la liberacin total. Entrbamos en un
plan ADOP (siempre que se hubiera logrado un buen resultado
como un metal), lo que nos dara libertad para dedicarnos a
nuestra disciplina hasta Londres 2012 y eso unos aos atrs era
impensable. Aunque, en realidad, se ha de entender que luego,
durante los cuatro aos entre unos Juegos y otros, hay que
ratificar tus resultados en otras grandes citas como Mundiales
o Europeos para seguir disfrutando del programa. En ese periodo, se puede salir o entrar del plan en funcin de tus logros.
Lo que estaba claro era que el chip general era diferente. En
mi caso, se unieron instituciones como la Generalitat Valenciana. En una recepcin previa a Pekn el entonces presidente,
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directamente con mis inquietudes del momento, porque el objetivo principal era orientarnos a la formacin y prepararnos
en materias que pudieran darnos la salida que buscbamos de
cara a un futuro. Para ayudarnos, pusieron a nuestra disposicin un tutor, que en mi caso fue el exjugador de ftbol sala,
Sergio Lpez-Andjar Alonso, portero de clubes como El Pozo
de Murcia, Intervi o Playas de Castelln, con los que consigui varios ttulos. Su labor principal fue ese asesoramiento,
en especial en el terreno acadmico, para conseguir la mejor
preparacin de cara a la bsqueda de una salida laboral. Con
ello, tambin colabor de forma activa en las gestiones en temas como cursos para la formacin (por ejemplo, el ingls en
mi caso) o para solicitar becas y ayudas de todo tipo. Incluso
se puso en marcha una lnea de trabajo para que, en algunas
de las empresas patrocinadoras, se pudiera optar a un puesto
de trabajo. Increble!
Todo ello, gracias a los patrocinadores que vinieron por primera vez en la historia acompaando al equipo paralmpico
en la expedicin a Pekn, con el fin de conocernos, beber de
los valores que transmitimos y comprobar que su dinero
estaba bien empleado! Se empaparon de cmo vivimos, cmo
entrenamos, cmo es el ambiente de unos Juegos, la energa
que contagiamos Tuvimos tiempo para compartir situaciones
y crear vnculos ms all de lo profesional. Disfrutaron de los
mejores momentos y de los xitos junto a nosotros. Quedaron
encantados y prueba de ello es que todos firmaron el nuevo
plan para los siguientes cuatro aos.
Tras los Juegos de Londres, el programa dio un paso ms y,
adems de acompaarnos a la gran cita, a nuestro regreso, con
las medallas an colgadas, todos nosotros pasamos un par de
jornadas visitando las empresas, compartiendo nuestros buenos resultados, tratando de hacer partcipes a todas las personas que trabajan en ellas, hacindonos fotos, explicndoles
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acompaada de unos valores positivos trasmisibles a la sociedad. Patrocinadores que me diesen su soporte para poder llevar
a cabo los proyectos que tena en mente. Adems, haba que
llegar ms a la prensa. Aparecer en los medios de comunicacin
con asiduidad era y es fundamental, porque de lo contrario,
por muchas cosas que seas capaz de hacer, si estas no llegan al
pblico es como si no hubiesen ocurrido.
Es en esos momentos cuando conoc a Jorge Sabater, una
persona que desde entonces ha sido muy importante para m
por su apuesta personal por ayudarme. En una comida en la
empresa Importaco nos presentaron, le cont mis ideas y me
dijo que le vena de maravilla, ya que estaba en contacto con
muchsimas empresas que demandaban servicios como el que
yo propona. Empez ah una etapa en la que me convert en
un asiduo speaker de charlas empresariales y encima empec
a cobrar por ello!
Esto, que a muchas personas puede parecerles algo banal,
para m supuso un salto inmenso. Era la prueba de que en el
futuro podra dedicarme a cualquier cosa que quisiera. No me
estaban pagando por ser vendedor de cupones en la ONCE.
Entidades privadas me buscaban para disponer de m durante
un tiempo determinado a cambio de una cantidad de dinero,
como si de un trabajo se tratara. Era un xito doble, porque
consegua lanzar mi mensaje al tiempo que lograba un apoyo
econmico para mis objetivos. El rompecabezas comenzaba
a formar una imagen clara. Aunque faltaba todava una pieza
por colocar.
En el tema de los medios de comunicacin estaba realmente perdido. No saba a quin acudir, pues nunca haba sido
algo de lo que me hubiera preocupado. Ni yo, ni la mayora de
los deportistas paralmpicos. Siempre que alguno apareca en
una entrevista o un reportaje acababa diciendo: Necesitamos
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EL FUTURO
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que buscan vivir este tipo de experiencias. Ojal podamos poner en marcha algo as.
Pero estos son mis sueos... Vamos ahora con las realidades
y los planes, que me comen por dentro de la ilusin que me
producen.
Ya he comentado que desde hace mucho tiempo doy charlas
en colegios y empresas, una actividad que me encantara mantener en el futuro. Creo que ayudo a la gente contndoles mi
experiencia personal y, con crisis o sin ella, siempre es importante que las personas conozcan que son capaces de superarse
da a da si se lo proponen.
Ahora bien, quisiera dar un salto en esta actividad. Estoy
convencido de que en este mundo global es fundamental comenzar a educar en una serie de valores a los jvenes, que sern
las personas que debern darnos esperanza a corto y medio
plazo. En este sentido, creo que si en algn lugar existe a da de
hoy el caldo de cultivo adecuado es en las universidades, que
es donde salen a la luz la creatividad y la inquietud de los que
sern genios maana.
Pienso, adems, que mi historia ha ayudado a muchos en
Espaa, aunque tiene un marcado carcter americano: superacin, triunfo y deporte entremezclados. Es por ello que desde
hace tiempo estoy buscando la oportunidad de dar el salto a
los Estados Unidos. Me encantara pasar unos meses impartiendo charlas a los jvenes de all, que al final acabarn convirtindose en gran parte del tejido creativo del mundo. Eso s,
sin descuidar en ningn momento mi preparacin. Algo que,
desde mi punto de vista, no sera nada complicado, dadas las
extraordinarias instalaciones deportivas de que disponen en
todos los centros americanos.
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Para esto, entre otras muchas cosas, estoy aprendiendo ingls. Con un mtodo que mezcla enseanza clsica con prcticas que a m me motivan, que no son otras que ver series y pelculas en versin original. A estas alturas me entero ya bastante
de lo que dice la gente en The Walking Dead, aunque la verdad
es que la mitad de los captulos se los pasan matando zombis o
zampndose a humanos. Adems, estoy seguro de que, dentro
de la enorme comunidad hispanohablante en Estados Unidos,
podramos compaginar charlas en ambos idiomas.
En el segundo proyecto ya estoy embarcado gracias a la confianza de una persona llamada Ivn Colmenarejo. Seguramente
conoceris el Proyecto FER (Foment dEsportistes amb Reptes.
Fomento de deportistas con retos, para los no valencianoparlantes). Gracias al presidente de Mercadona, Juan Roig; a la
Fundacin Trinidad Alfonso y al propio Ivn, que le hizo llegar
esta idea, en 2013 se ha iniciado lo que muchos han llamado
el plan ADO valenciano. Es decir, dinero donado por una persona privada para que los deportistas puedan centrarse en su
trabajo, ante las cada vez ms escasas ayudas pblicas y las
dificultades de bsqueda de patrocinios en algunos sectores.
Cuando me llam Ivn me recorri un escalofro a medida
que me iba contando en qu consista su maravillosa idea. No
solo quera ayudar a gente de lite o en proceso de estarlo que
destacaran por promover la Cultura del Esfuerzo, sino que pretenda que tras su vida deportiva siguieran ligados al proyecto
como tutores de las nuevas generaciones.
Eso en s ya era algo extraordinario e impensable hasta haca muy poco tiempo, pero esconda algo todava ms grande:
que los que hayan practicado deporte toda su vida y tras su
retirada quieran seguir vinculados a la que ha sido su actividad durante ms de la mitad de su existencia, puedan hacerlo.
Todos conocemos muchsimos casos de personas que despus
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