Mársico, Claudia - Socraticos-I Megáricos y Cirenaicos PDF

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 268

FILSOFOS SOCRTICOS

Testimonios y fragmentos I
MEGRICOS Y CIRENAICOS

Introduccin, traduccin y notas de


CLAUDIA MRSICO

Asesor de coleccin:
Pablo Ingberg

Introduccin
Los filsofos socrticos a los que est referida a esta obra han recibido por
mucho tiempo el mote de menores. Esta minoridad hace que quien se asoma a los
pocos testimonios que sobre ellos conservamos tenga la sensacin de que entra a la casa
de los parientes pobres de la filosofa griega. Muchas veces se tendi a considerar que
tuvieron la suerte de pasar a la historia por haber sido alumnos o compaeros de los que
de verdad merecen el nombre de filsofos, la primera lnea urea conformada por
Scrates, Platn y Aristteles. Esos hitos incomparables, y por lo tanto casi inhumanos,
se perfilan, desde esta perspectiva, construyendo sus teoras con el material que se
legaban unos a otros, y, slo secundariamente, suman a ello la impugnacin de
adversarios tericos que por incapaces, corruptos o ambos motivos no tenan modo de
hacerles sombra.
Otras tantas veces el estereotipo los bosqueja como meros discutidores. Un
trabajo reciente se refiere a ellos del siguiente modo: si aunque sea una fraccin del
chisme, el rumor y las indirectas relatadas por Digenes Laercio es verdadera, los
socrticos eran un rejunte mezquino y pendenciero que no slo estaban
monumentalmente en desacuerdo entre ellos sobre las perspectivas filosficas de
Scrates, sino que tambin se detestaban intensamente unos a otros.1
El trabajo que nos planteamos intenta revertir esta perspectiva, no porque nos
interese especialmente algn tipo de reparacin histrica de los pensadores ignorados,
ni disfrutemos morosamente en los autores de los mrgenes. Tampoco pretenderemos,
por ejemplo, que las enciclopedias deban dedicar igual empeo a Eufanto de Olinto y a
Platn, a Antpatro de Cirene y a Aristteles. En rigor, apuntamos a la reversin de una
tendencia persistente en los estudios del siglo pasado que radicaliz las lecturas internas
de los autores consagrados en desmedro de la atencin al contexto dialgico en que las
teoras se plasman.
Un buen ejemplo de ello, al menos por lo frecuentado de la obra entre quienes se
inician en los estudios humansticos, es el pasaje que cierra la introduccin de Los
griegos de H. Kitto: No he querido idealizar, aunque me refiero ms a los grandes
hombres que a los pequeos y trato preferentemente con los filsofos y no con los
pcaros. Los panoramas deben divisarse desde las cumbres; los bribones, por lo dems,
son casi iguales en todas partes, si bien en la ndole del pcaro griego la dosis de
malignidad parece haber sido superior a la de estupidez. 2 Que los panoramas deben
divisarse desde las cumbres es precisamente el punto que es preciso poner en duda. En
rigor, ciertos bosquejos historiogrficos parecen imgenes satelitales donde puede haber
esttica, pero ciertamente no se divisa vida. Si estamos buscando acercarnos al
imaginario que condicion en buena medida la perspectiva de la tradicin, la visin
desde las cumbres es, cuanto menos, peligrosa. Al mismo tiempo, las ms de las veces
descubriremos que no hay bribones del otro lado de los filsofos consagrados, sino
muchas veces otros filsofos que han tenido menos suerte frente a la varita mgica de la
seleccin de la tradicin. En lo que sigue, entonces, pondremos entre parntesis el
1

J. Beversluis, Cross-Examining Socrates: A Defense of the Interlocutors in Plato's Early Dialogues,


New York, CUP, 2000, p 28.
2
H. Kitto, Los griegos, trad. D. Garasa, Buenos Aires, Eudeba, 1971, p. 13.

apelativo de menores para los condiscpulos de Platn y sus seguidores, lo cual nos
permitir mostrar hasta qu punto bajar al llano y tener en cuenta el aporte de estos
pensadores revela una antigedad preada de dinamismo y hace ms plausible la
explicacin del origen de las teoras que nos han llegado como centrales.
1. El giro de Scrates: zonas de tensin dialgica
Pocas figuras en la historia han logrado concitar una atencin tal como la de
Scrates, hasta el punto de que a menudo se lo ha comparado con Jess de Nazareth,
comparacin propiciada por la similitud de muertes violentas que encarnan un
simbolismo que las vuelve hitos, puntos de apertura. Basta pensar que Scrates se
convirti en el mojn que la historiografa eligi para separar la filosofa en un antes y
un despus, tal como indica el equvoco mote de presocrticos dado a pensadores
previos y contemporneos de este padre totmico de la filosofa.
Esta eleccin, en muchos sentidos caprichosa, no es, sin embargo, una pura
invencin moderna, sino que en buena medida refleja la relevancia que la filosofa de la
antigedad le confiri a Scrates.3 Podemos mencionar al pasar dos indicios claros de
esta tendencia. En primer lugar, el desarrollo de un tipo literario que Aristteles
considera un verdadero gnero, al que da el nombre de dilogo socrtico, precisamente
porque pretenda reflejar este peculiar estilo de conversacin. Para comprender esta
complejidad, que est lejos de la austera terna de Aristfanes, Platn y Jenofonte que
suele utilizarse tradicionalmente en la recontruccin del Scrates histrico, es
importante enfatizar el testimonio de Aristteles, en Potica, 2.1447a27-b11 (FS, 27).
All dice el Estagirita que existe un tipo de imitacin al que no se le da un nombre
especfico, dentro del cual cabran el mimo siciliano de Sofrn o Jenarco y el dilogo
socrtico.
En primer lugar, este pasaje coloca el dilogo socrtico como una variante dentro
de los tipos mimticos, y por otro establece una ligazn directa entre los dilogos
socrticos y los mimos de Sofrn (autor del s. VI a.C.) y Jenarco, dos autores sicilianos,
padre e hijo respectivamente, asociados con una produccin que retomaba caracteres
humanos tpicos en situaciones risibles. Qu hay detrs de esta asociacin? En la
tradicin posterior, que arranca con Duris de Samos, un allegado de Teofrasto, se us
esta asociacin para decir que Platn haba tomado el modelo de sus dilogos de los
mimos de Sofrn como un modo de ridiculizarlo. Segn esta tradicin Platn habra
importado en Atenas las obras de Sofrn, segn testimonia Digenes Laercio (III.18).
En rigor, si se tiene en cuenta los rasgos de este tipo de composiciones, hay
aparentemente bastante poca conexin entre ambos. Los mimos sicilianos se atienen a
caracteres tpicos, incluso nombrando los personajes por profesiones (el campesino, el
vendedor de pescado, etc.) o por rasgos vagos (la mujer, la suegra, etc.). Las situaciones
retratadas, por otra parte, se acercan a la comedia. Es claro que en Platn hay humor,
pero no es del tipo que los testimonios ligan con el mimo siciliano, que, por el contrario,
habra merecido las crticas que se dirige a la comedia burda en Repblica, III.
Por otra parte, entre los sindicados como inventores de este modelo Platn es
slo uno ms. En las fuentes figura Jenofonte, tambin Simn el Zapatero (DL, II.123),
que habra sido el primero en reducir la presentacin de las conversaciones con Scrates
3

Los avatares de la imposicin de esta categora han sido estudiados en L. Paquet e Y. Lafrance, Les
prsocratiques. Bibliography analytique (1450-1879), Montral, Bellarmin, 1995.

a puro dilogo y Alexameno de Teos, un personaje desconocido que Aristteles habra


sealado como previo a Platn. De los dos ltimos es poco lo que podemos colegir, pero
del caso de Platn y Jenofonte surge claramente que, de ser el mimo siciliano el origen
del modelo de dilogo socrtico, las modificaciones operadas habran operado una
separacin completa de su original. Ms all de los problemas puntuales que suscita esta
asociacin, vale la pena tener en cuenta que la obra platnica forma parte de un
conjunto mayor de trabajos que compartan caractersticas comunes. Que la tradicin
haya seleccionado slo los de Platn y Jenofonte no debe ocultar que un hombre de la
primera mitad del siglo IV a.C. conviva con numerosas obras de caractersticas
similares que mostraban aspectos diferentes de una misma prctica que impact y grab
a fuego el quehacer intelectual.4
Por otro lado, la filosofa helenstica muestra un persistente inters de
pensadores de diferentes lneas por referir su herencia terica a un origen socrtico. Tal
proceder se encuentra en el estoicismo, por ejemplo, y su pretensin de derivar del
cinismo, y, por intermedio de ste, de Antstenes, discpulo de Scrates. Lo mismo
sucede con lneas dialcticas que reclaman para s orgenes megricos. Contactar con
Scrates es como asegurar un sello de nobleza intelectual. Como en las biografas de
hombres de prosapia, cuyos ancestros resultan hroes o dioses, del mismo modo, para
un grupo intelectual de la antigedad, la identidad de heredero de Scrates operaba
como una especie de garanta de valor a la que nadie quera renunciar. Al mismo
tiempo, los doxgrafos, al historiar la composicin de estas lneas tericas radicalizaron
esta tendencia diseando, y en muchos casos forzando, esquemas en los que la mayora
de los filsofos derivaban de una u otra manera de Scrates, creando la sensacin de
que ste, sus continuadores y los continuadores de stos abarcaban la actividad
filosfica en su conjunto.
El grupo de los primeros socrticos configura un concierto de personajes
sumamente dismiles, entre los que se cuentan tanto intelectuales con claras posturas
propias, como otros que integraban el ncleo en calidad de allegados y transmisores,
como se desprende de las listas consignadas en los testimonios del apartado 1. As,
toman autonoma la lnea de Antstenes, la megrica, la cirenaica, la iniciada por Fedn
de Elis, la de Esquines, y, por supuesto, la de Platn, a la que las listas suman a
Jenofonte, ms por el xito de su perfil de Scrates que por sus aportes en el mbito
terico. A partir de los discpulos, que construyeron lneas con identidad respecto de la
del maestro y sus condiscpulos, se fueron gestando movimientos tericos ms o menos
institucionalizados que dieron lugar a los grupos socrticos.
La conformacin de la primera generacin posterior a la socrtica es bastante
ms compleja. Se trata de una poca caracterizada por un auge de los centros de
formacin avanzada, de los cuales la Academia es un ejemplo, pero de ninguna manera
el nico o incluso el ms importante para un contemporneo. Un joven decidido a
emprender su educacin superior tena frente a s un amplio espectro de posibilidades,
entre las cuales se contaba la Academia, pero no necesariamente sobresala como la
mejor opcin. Hay que contar con que numerosos estudiantes preferan las lecciones de
Iscrates, por ejemplo, que tambin se llamaba a s mismo filsofo y propona una
educacin con aplicaciones prcticas que parece haber subyugado de manera profunda
el incipiente mercado de enseanza de temas humansticos, a la vez que crecan en
4

Sobre el dilogo socrtico, vase el trabajo de D. Clay, The Origins of the Platonic Dialogue, en P.
Vander Waerdt (ed.), The Socratic Movement, Ithaca-New York, Cornell University Press, 1994.

cantidad las alternativas de formacin en el mbito de las numerosas orientaciones que


nutrieron la poca helenstica.
En este contexto se conformaron grupos con distinta identidad terica que la
doxografa bosqueja como escuelas. En todos los casos esta caracterizacin es
controvertida. Basta pensar en los argumentos que se plantean para sostener que el
grupo megrico no constituye una escuela, a los que aludimos en 3.1, o que arguyen que
las tesis atribuidas a Aristipo no fueron de su autora, como analizamos en 4.1. Lo
mismo sucede con la figura de Antstenes, segn las fuentes un precursor del cinismo,
mientras para algunos crticos se trata de un autor totalmente independiente. Todo eso
se intensifica cuando se trata de autores socrticos ms maltratados por la tradicin,
como es el caso de Fedn de Elis o Menedemo de Eretria. Ms all de los problemas
concretos, que trataremos en la oportunidad correspondiente,5 lo cierto es que
plantearon, a veces a travs de relaciones sumamente laxas, ncleos tericos con puntos
de contacto que ameritaron la construccin que, con mayor o menor cuota de fidelidad,
retratan las fuentes.
Mucho ms grave que la utilizacin indiscriminada de la nocin de escuela,
contra la que en general ha reaccionado la crtica, es el aislamiento con el que se han
tratado los textos suprstites. Por influjo de la doxografa helenstica, la historia de las
ideas ha sido pensada como un largo movimiento en que cada pensador sustitua a su
maestro a la vez que formaba a su continuador.6 En este sentido, persiste como deuda de
los estudios histrico-filolgicos una exgesis filosfica menos parcelada respecto de
esos procesos, que permita sustituir la visin sucesoria por un panorama que ponga de
relieve hasta qu punto los filsofos que signaron la evolucin de la tradicin fueron
siempre emergentes mayores de un movimiento intelectual que los nutra.7
Ambas nociones, la de escuela y la de sucesin, son caractersticas de la
produccin doxogrfica del perodo helenstico, orientado a sistematizar el
conocimiento previo considerado clsico segn criterios muchas veces arbitrarios. As,
si contemplamos el lugar que le cabe a Scrates, podemos inferir el problema que
supona para la doxografa otorgarle un lugar y funcin precisos en la tradicin. En este
sentido, con su figura emerge una doble perspectiva, donde se cruzan de un modo
llamativo los criterios de sucesiones y escuelas, tal como se desprende del pasaje de
Digenes Laercio I.14 ss., consignando en nuestro testimonio 8, donde a la presentacin
de las dos lneas organizadoras de la filosofa griega, jnica e itlica, se superpone, a
partir de la figura de Scrates, una organizacin en grupos (hairseis). El doble criterio
se verifica en el hecho de que Epicuro es, en I.14, la culminacin de la lnea itlica,
mientras que en I.19 es la cabeza de una de las escuelas dedicadas a la tica, que se
desprenden precisamente de la figura de Scrates.8
5

Se deja para cada apartado, y especialmente en las notas, la informacin de cada grupo.
Los trabajos de H. Diels sobre la tradicin doxogrfica (Doxographi graeci, Berlin, 1887) han echado
luz sobre estos aspectos, que se manifiestan en la metodologa utilizada por autores como Socin de
Alejandra, Neantes de Czico, Stiro, Apolodoro de Atenas y Digenes Laercio, entre otros. Sobre este
punto, vase L. Zhmud, Revising Doxography: Hermann Diels and his Critics, Philologus 145, Berlin,
2001, pp. 219243 y J. Mansfeld, Deconstructing Doxography, Philologus 146, Berlin, 2002, pp. 277286.
7
La necesidad de revisiones de esta naturaleza est esbozada en G. Field, Plato and his Contemporaries.
A Study in Fourth Century Life and Thought, London, Methuen, 1967 y C. Kahn, Plato and the Socratic
Dialogue. The philosophical use of a literary form, Cambridge, CUP, 1998, pp. 2 ss.
8
Sobre este punto, vase M. Narcy, Introduction aux paragrapes II 1-47, en Diogne Larce, Vies et
doctrines del philosophes illustres, trad. sous la direction de M. Goulet-Caz, Paris, La Pochoteque, 1999,
pp. 167-9.
6

En efecto, a Scrates se le atribuye la inauguracin de un grupo de problemas


antes no considerados, asociados con lo que suele llamarse el giro antropolgico,
frente a las inquietudes bsicamente fsicas de los pensadores previos. Esta
modificacin da lugar, en el compendio de Digenes al planteo de la triparticin entre
fsica, lgica y tica, y al desarrollo de la clasificacin en escuelas dentro de esta ltima
parte de la filosofa. Es precisamente la situacin paradojal de Scrates la que propicia
un redimensionamiento del enfoque, ya que por un lado es claro que el concierto
completo de la filosofa helenstica termina por vincularse de manera ms o menos
directa con su figura, a la vez que, por otro, la misma tradicin es renuente a atribuir a
Scrates un ncleo doctrinal. Platn mismo lo hace decir e Apologa, 33a que no tiene
seguidores. Siguiendo el planteo diogeniano, por lo tanto, llegados a Scrates, lo que
hasta entonces vena procediendo por una ordenada sucesin de maestro a discpulo, se
multiplica y explota en la proliferacin de lneas que tienen representantes principales,
pero a la vez un propio microclima que transforma la parsimonia sucesoria previa en
una compleja red de posiciones interrelacionadas. Esa compleja red que constituye el
ncleo de la filosofa clsica y helenstica es incomprensible sin el aporte de los grupos
socrticos.

2. Problemas de fuentes y cuestiones metodolgicas


Toda historia est construida con retazos que a juicio de su artfice son los que
merecen ser preservados. Esta actividad de seleccin repetida y sedimentada constituye
la base de lo que sabemos del pasado. Las operaciones de sntesis operadas sobre este
material, necesarias por el simple hecho de que el pasado crece constantemente,
profundizan esta tendencia bsica de eleccin de hechos, figuras o asuntos centrales. No
hay enfoque que pueda prescindir de un recorte de este tipo. Incluso las lneas
historiogrficas que reniegan de los grandes hechos histricos y se orientan al examen
de la vida cotidiana en diferentes pocas y culturas lo hacen seleccionando aspectos
bastante precisos que de ningn modo cubren todo el espectro de posibles objetos de
estudio. La diferencia radica en el grado de conciencia sobre este cercenamiento. Dado
que las prcticas repetidas tienden a naturalizarse, la persistencia en la interpretacin
aislada o reducida a un mnimo contexto de las obras de los filsofos consagrados por
la tradicin termina por construir un imaginario ficticio y empobrecido, donde se pierde
de vista la importancia de la masa crtica de pensadores en tensin para que surjan
filosofas con fuerza e identidad definida.
En lo que hace a las particularidades de la transmisin de los socrticos,
nos concentraremos aqu en trazar algunas lneas generales atinentes a los grupos
megrico y cirenaico, que en rasgos generales puede hacerse extensivo al resto.9 Debe
tenerse en cuenta que la mayora de los textos a los que nos enfrentamos corresponden a
la poca helenstica, perodo que constituye un hueco en lo que hace a los textos
conservados. En esta situacin se combinan dos factores. En primer lugar, sobre todo a
partir de los trabajos filolgicos de la Biblioteca de Alejandra, comienza a gestarse la
nocin de corpus clsico, que deprecia por su misma bsqueda de lo clsico los textos
contemporneos y los sustrae de este modo del movimiento conservador de la tradicin.
No slo se desarrolla en ese contexto la magna tarea de edicin de textos basada en
9

Vase en el punto 5 lo referente a la organizacin de la obra.

nuevos criterios filolgicos, sino que se sistematiz paulatinamente el canon de obras


clsicas. As, por ejemplo los Pnakes de Calmaco, una lista de los que se distinguieron
en distintas disciplinas, no eran un mero catlogo de la Biblioteca sino una obra
orientada a reunir y fijar un corpus clsico de autores reconocidos y sus obras. En este
trabajo se incluan probablemente no solo las obras conservadas sino tambin aquellas
de las que slo se conservaban menciones con las aclaraciones ou szetai no se
conserva.10
Para esta misma poca se desarroll un amplio movimiento doxogrfico que se
manifest en la redaccin de manuales de filosofa que seleccionaban y resuman las
principales doctrinas, as como en la doxografa biogrfica y cronogrfica, representada
por autores como Socin de Alejandra y Hermipo de Esmirna, que escribieron obras
sobre la vida de filsofos o literatos haciendo hincapi en el anecdotario tradicional e
incorporando datos sobre cronologa. Este inters por fijar las races del acervo cultural
griego constituy un canon que marcaba los lmites de las obras consideradas valiosas,
en el cual, por definicin, haba autores que quedaban afuera y otros apenas
mencionados.
El segundo factor que es preciso tener en cuenta en relacin con la conservacin
de textos helensticos est relacionado con la transmisin tcnica, esto es, la que se daba
por las necesidades tericas de los distintos grupos filosficos. As, la pervivencia de
una escuela aseguraba que sus textos fundadores volvieran a copiarse. Por el contrario,
si una escuela no encontraba continuadores, el riesgo de dilucin aumentaba. De este
modo, muchos textos caros al estoicismo, como los antistnicos y megricos, quedaron
sujetos a los avatares de conservacin de los textos estoicos, que cayeron ellos mismos
en el espiral de prdida que hace que hoy haya que reconstruir su doctrina, no slo por
va indirecta, sino adems a travs de fuentes que suelen ser altamente hostiles al
estoicismo. Algo similar pasa con los textos de socrticos, especialmente los cirenaicos,
donde un cmulo importante est conformado por autores cristianos que reniegan de su
hedonismo en bloque, sin prestar demasiado cuidado y muchas veces ninguno a la
explicitacin de los supuestos tericos que los nutran.
Por esta razn, tenemos a nuestra disposicin, para comenzar, textos
doxogrficos entre los cuales la obra de Digenes Laercio, igual que en el caso estoico,
ocupa un lugar fundamental, especialmente porque permite trazar un marco donde
ubicar el resto de los testimonios aislados y se apoya en numerosas obras que no
conservamos. Las Vidas de filsofos famosos contiene el tratamiento del grupo socrtico
que abarca los libros II a VI, donde en el II encontramos, tras el estudio de Scrates, a
partir de II.48, la presentacin de Jenfonte, Aristipo y los cirenaicos, Fedn y los
Elacos y Ertricos, para pasar en los libros III a IV a Platn y sus continuadores y
Aristteles y los suyos, y tornar a Antstenes y los cnicos en el VI.11
Adems de esto, un importante cmulo de informacin proviene de la llamada
literatura gnomolgica o sapiencial, que contiene compilaciones de contenido variado,
primariamente moral, utilizado en la educacin y en los ejercicios retricos. Bajo esta
denominacin general suelen contarse tipos textuales difcilmente diferenciables, que
incluyen las ancdotas (chreai o apophtgmata) y las sentencias (gnmai) y mximas
(apophtegmata). Pueden presentarse en verso, como los monsticos de Menandro,
10

Vase R. Pfeiffer, Historia de la filologa clsica, Madrid, Gredos, 1981, pp. 235ss.
Sobre la razn de este orden, vase M. Goulet-Caz, Lordre de sucesin des socratiques, en M.
Goulet-Caz, Diogne Larce, Vies et doctrines des philosophes illustres, Paris, La Pochoteque, 1999, pp.
161-5.
11

utilizados en los comienzos de la educacin, y tambin en prosa, como los de Estobeo.


De temtica predominantemente tica, suelen estar ordenadas internamente de manera
antilgica, esto es presentando tesis contrapuestas sobre un mismo asunto.12 J. Barns
propone que esta presentacin antilgica se remonta a la prctica sofstica que
denunciaba ya Aristfanes en Nubes, donde se enfrentaban el discurso bueno y el malo.
Esta presentacin antilgica relevaba puntos de vista opuestos presentados del modo
ms ingenioso posible, tena una funcin en el modo de acceder a la tradicin, para lo
cual las antologas cumplan un papel central.

3. Euclides y los megricos


3.1 La conformacin del grupo megrico
La aplicacin de la nocin de escuela al grupo megrico parece implicar, en
cierto sentido, una exageracin terica. Las relaciones entre los pensadores asociados
con este ncleo de pensamiento son demasiado laxas y dbiles. En este sentido, se
tiende a subrayar una diferencia entre este modelo y el que conocemos, aun con muchas
limitaciones, de la Academia, que s constituira un modelo escolar. Bsicamente, en el
caso de los megricos ni siquiera existe un lugar que funcione como locacin
aglutinante del grupo, sino que ms bien sus integrantes tienden a la dispersin, punto
en el cual se acercan ms al patrn operante en el caso de los socrticos, cuya ligazn se
limita al contacto originario con un pensador que inspir e influy en la conformacin
de lneas diferentes.
Esta tendencia a la dispersin hace que falten las nociones de ortodoxia y
heterodoxia, lo cual enfatiza la laxitud de las relaciones tericas dentro del grupo. 13 Sin
embargo, el criterio de la permanencia de un ncleo doctrinal inalterado no es un buen
criterio para juzgar la continuidad de un grupo. Ntese que hemos dicho que dentro de
los grupos de inspiracin socrtica suele reconocerse en la Academia un modelo
escolar. Sin embargo, basta prestar atencin a su evolucin terica hacia el escepticismo
para ver que los puntos que daban cohesin e identidad al grupo no eran estrictamente
los doctrinales. Desde este punto de vista, habra que matizar incluso la afirmacin de
Gigon, de que Platn fue el nico de los socrticos en fundar una escuela propiamente
dicha y pensar que tampoco habra existido en ese caso, lo cual sera una exageracin. 14
Probablemente sea momento para poner entre parntesis las categoras tradicionales y
pensar la relacin de estos grupos desde una perspectiva que no se limite solamente a
medir el grado de institucionalizacin ni la conservacin estricta de doctrinas.
Por el contrario, los grupos filosficos se caracterizan por algunos contactos
directos que dan lugar a un cierto aire de familia que permite asociarlos.
Probablemente si tenemos esto en vista la presentacin de sucesiones en la doxografa
suene menos forzada. Numerosas veces las fuentes revelan una clara conciencia de las
divergencias tericas de autores ligados a un mismo grupo, pero sostienen a pesar de
ello su pertenencia a una lnea. Se trata, entonces, de emprender la reconstruccin de las
12

Vase J. Barns, A New Gnomologium: With Some Remarks on Gnomic Anthologies, II, in The
Classical Quarterly 1.1/2, Cambridge, 1951, pp. 1-19, esp. 2-3.
13
Sobre este punto, vase G. Giannantoni, Socrates et Socraticorum Reliquiae, Napoli, Bibliopolis, 1990,
vol. IV, p. 44.
14
Vase O. Gigon, Sokrates, Bern, Francke, 1947, p. 211.

doctrinas de los socrticos apuntando a aislar ese ncleo que habilitaba a los antiguos
doxgrafos a pensarlos como integrantes de una escuela, y slo en un segundo
momento, si es preciso, rechazar las relaciones que proponen.
El caso de los megricos pone a la enigmtica figura de Euclides en primer
plano. Sus aristas fantasmagricas derivan de la mnima cantidad de testimonios que
revelan puntos de vista tericos, lo cual contrasta con los datos sobre su relevancia
dentro de la vida de los socrticos como grupo. Basta tener en cuenta que es su casa la
que primeramente recibe a los allegados que abandonan Atenas atemorizados tras el
juicio a Scrates del 399 a.C. Aun cuando los datos no sean del todo verdicos, la
mencin de reuniones en Mgara auspiciadas por l, por ejemplo en 60, subraya la
importancia que tena dentro del imaginario ligado con los socrticos. De su actividad
tiene que haber surgido la orientacin terica que marc al grupo, a la que nos
referiremos en 3.2.
En qu momento comenz a gestarse este grupo y qu fisonoma institucional
tena es materia de conjeturas. Las ramificaciones posteriores son igualmente
problemticas. Las dudas sobre el grado de institucionalizacin han llevado a suponer
que la existencia misma de una escuela megrica es el producto de una construccin de
doxgrafos, preocupados por disear un andamiaje en el que todos los autores se
insertaran como piezas en un rompecabezas poco respetuoso de la verdadera naturaleza
del pensamiento de esos autores. En ese sentido, la lista misma de los integrantes del
grupo megrico es discutida. El caso ms llamativo es seguramente el de Diodoro
Crono, tal vez el autor ms relevante del grupo, que para algunos no formara parte de
esta lnea terica. As, Sedley, en un influyente trabajo de 1977, propuso que Diodoro
no era, en rigor, un megrico, sino un representante de otra tendencia, la de los
Dialcticos, grupo iniciado por Clinmaco de Turio, antecedente de los trabajos en
lgica.15
De una idea similar parte Cambiano, que afirma que la escuela megrica es una
construccin retrospectiva a partir de la actividad de Diodoro y Estilpn, lo cual
explicara adems la duplicidad de denominacin de megricos y dialcticos. Desde esta
perspectiva, megrico se aplicara a Estilpn, pero no a Diodoro, que no desarroll
actividades en esa ciudad, y para quien la denominacin de dialctico es ms asequible.
16
Esta posicin retoma una lectura ya propuesta por Schmid, que desliga masivamente
de la lnea megrica a los llamados dialcticos, de modo que limita su estudio a
Euclides y Estilpn.17 No han faltado crticas a este enfoque, como, entre otras, la de

15

Vase D. Sedley, Diodorus Cronus and Hellenistic Philosophy, in Proceedings of the Cambridge
Philological Society 20, Cambridge, 1977. Sobre Clinmaco, vase 91 y nota ad loc.
16
Vase G. Cambiano, Il problema dell'esistenza di una scuola megarica, en G. Giannantoni, Scuole
socratiche minori e filosofa ellenistica, Bologna, Il Mulino,1977, pp. 25-53.
17
Vase E. Schmid, Megariker, Freiburg, Pressverein, 1915, pp. 6-12. As, se inclinan por la existencia
de una escuela con principios compartidos E. Zeller, Die Philosophie der Griechen in ihrer
geschichtlichen Entwicklung dargestellt, Leipzig, 1923; T. Gomperz, Grieschiche Denker. Eine
Geschichte der antiken Philosophie, Leipzig, 1909; L. Montoneri, I Megarici. Studio storico-critico e
traduzione delle testimonianze antiche, Catania, Symbolon, 1984; R. Muller, Signification historique de
largument Souverain de Diodore, Revue de Philosophie ancienne (Bruxelles), I, 1984, mientras K. von
Fritz, RealEnciclopaedie Paulys, Sup. V, s.v. Megariker, coll. 707-24, 1931; O. Gigon, Grundprobleme
der antiken Philosophie, Bern, Francke, 1959 y K. Dring, Die Megariker. Kommentierte Sammlung der
Testimonien, Amsterdan, Grner, 1972 la ponen en duda y proponen relaciones menos slidas.

Barnes,18 que subraya la mayor plausibilidad de que las fuentes se refieran con
dialcticos a los lgicos en general.
La pregunta, en ltima instancia, se refiere al sentido de los testimonios que
interponen las nomenclaturas de Ersticos y Dialcticos, interpretadas
tradicionalmente como una referencia a momentos o etapas de la escuela. A juzgar por
los textos, as como creemos que efectivamente el nombre de dialcticos est tomado
en sentido amplio, del mismo modo debemos entender el de ersticos, y, ms an, no
hay ninguna necesidad de tomarlos como elementos excluyentes. Al contrario, todas las
variantes megricas tienen elementos claramente ligados con la dialctica, que adems
pueden ser considerados ersticos, sobre todo en la medida en que se atiende a sus
efectos polmicos, desatendiendo las tesis bsicas a las que apuntan. Como se desprende
de las consideraciones sobre su orientacin terica en 3.2, habra que decir que por
definicin el grupo megrico es dialctico, y el objetivo al que apunta, por sus
presupuestos bsicos, se plasma en un programa de ataque a las nociones bsicas que
constituyen el sentido comn, de un modo que era vivenciado por el resto, seguramente,
como una actitud erstica.
Que no se trata de momentos de la evolucin del grupo, ni tampoco de
orientaciones peculiares atinentes slo a algunos integrantes, se desprende de la
reconstruccin de la estructura general del grupo. Aun cuando las visiones sucesorias
que predominan en las fuentes sean de dudoso valor y esclarezcan poco la cronologa,
podemos trazar un cuadro general que se inicia con Euclides. Los continuadores
directos son, de acuerdo con los testimonios, Eublides, Ictias, Clinmaco y Dioclides,
todos pertenecientes a la generacin siguiente. Entre ellos, los ms relevantes son a
todas luces Eublides y Clinmaco. En ambos encontramos datos sobre importantes
desarrollos en el mbito de la lgica. Mientras Eublides aparece como autor de
argumentos que marcarn las discusiones lgicas de la poca helenstica, y son todava
hoy desafos para la lgica contempornea, Clinmaco est ligado con el desarrollo de
nociones caras a la lgica estoica, de un modo que permiten prefigurarlo, a pesar de la
parquedad de los testimonios, como un eslabn de peso en este desarrollo. Ntese que
Eublides est sealado como un cido polemista, lo cual indicara la convivencia de
rasgos dialcticos y ersticos.
La generacin siguiente, en la que se cuentan Eufanto y Apolonio Crono, como
seguidores de Eublides, Trasmaco, asociado con Ictias, y Pasicles, con Dioclides,
ana ambas caractersticas y propicia la aparicin de la generacin siguiente, en la cual
se cuentan las figuras de Alxino, Diodoro Crono y Estilpn, las tres de suma
importancia por sus aportes al imaginario intelectual de la filosofa helenstica. Los tres,
otra vez, estn atravesados por elementos que comparten elementos de dialctica y
erstica, lo mismo que los ltimos exponentes del grupo, Alxino y Filn. A diferencia
de la dialctica tradicional, de cuo platnico, por ejemplo, orientada a la construccin
terica a travs del dilogo con un interlocutor lcido que controla el avance de la
argumentacin, el modelo megrico se apoya en la fuerza disruptora de la refutacin y
la denuncia de las inconsistencias de las nociones de uso comn.
Este esquema sucesorio, como adelantamos, que coincide, contando con ciertos
silencios de las fuentes, con el transmitido por la tradicin, no puede sin embargo ser
tomado como marco de los estudios sobre la filosofa megrica. En todo caso, los datos
18

Vase J. Barnes, A Big, Big D?, in The Classical Review 43.2, Cambridge, 1993, pp. 304-306
(resea del trabajo de Th. Ebert, Dialektiker und frhe Stoiker bei Sextus Empiricus: Untersuchungen zur
Entstehung der Aussagenlogik, Gttingen, Vandenhoeck & Ruprecht, 1991).

10

sobre sucesiones deben ser slo un primer paso que tienda al estudio de relaciones
diacrnicas y los mltiples dilogos, tanto constructivos como polmicos, que los
megricos gestan con otras lneas.

3.2 La orientacin terica del grupo


El perfil del grupo megrico desconcert habitualmente a los intrpretes. Los
anlisis sobre su sentido ltimo son variados y no pocas veces terminan por tachar al
megarismo de puro juego sin trascendencia. No faltan incluso curiosas lecturas
sociolgicas, como la de Gomperz, que interpreta la actitud de Euclides y sus
continuadores como el resultado de un cierto complejo de inferioridad que afectaba a
los habitantes de Mgara, una ciudad poco importante y campesina que se dedicaba, por
lo tanto, a minar el prestigio ateniense, lo cual en el plano intelectual se traducira en el
ataque a su produccin terica.19 Teniendo en cuenta el contexto de Euclides,
supuestamente sera Platn el aludido. Sin embargo, hay que notar que la posicin
megrica pone en jaque mucho ms que esa filosofa, con la que, por el contrario, tiene
importantes puntos de contacto. Para determinar su orientacin terica es preciso
investigar qu ncleo terico est presupuesto en esa prctica, que fue seguramente lo
ms visible para sus contemporneos.
La historiografa tradicional sostuvo que la posicin de Euclides aunaba
socratismo y eleatismo, basndose en el testimonio 83 (Digenes Laercio, II.106),
donde se dice que Euclides practicaba las creencias de Parmnides. La misma
asociacin entre Euclides y Parmnides est esbozada tambin por Arstocles 20
explcitamente. Este doble origen habra dado como resultado el ncleo terico
expuesto por Digenes, donde se menciona que el bien es uno, el lenguaje pluraliza la
unidad y atribuye nombres mltiples a lo uno, y lo contrario del bien no existe, de modo
que lo real es bien. De la concatenacin de estas tesis surgi la lectura referida a la
identificacin de ser, bien y uno (n, agathn, hn), esto es una sntesis de la lnea
eletica y la socrtica, de manera que se asistira o bien a la reduccin del socratismo al
influjo eletico, segn Zeller, o bien a una integracin de ambas que implicaba una
etizacin del n parmendeo y una ontologizacin del bien socrtico. Entre ambas
posturas se ubicaron, con H. von Arnim, P. Natorp, Nestle, Robin, Field, entre otros.
Ms recientemente se atiene a esta lnea Rankin21.
Esta impronta de lectura se interrumpi luego del trabajo citado de Karl von
Fritz de 1931, que impugna la relacin con el eleatismo mostrando que las tesis
megricas se derivan de la nocin de bien socrtico. Los estudios de Guthrie, Dring
desarrollan, con distinto nfasis, esta va exegtica. Giannantonni llega a concluir a
19

Vase T. Gomperz, op. cit., II.170 ss.


Acerca de la filosofa, frag. 2, FPhG = frag. 5 Heiland, segn Eusebio, Preparacin Evanglica,
XIV.17.1, p. 756 b-c (FS 302).
21
E. Zeller, op. cit., II.1.251 ss.; H. von Arnim, Leben und Werke des Dio von Prusa, Berlin, K. Barr & J.
Asmussen, 1898, pp. 21 ss.; P. Natorp, RealEnciclopaedie Paulys, Sup. VI.1, s.v. Eukleides, Stuttgart,
Druckenmller, 1907, coll. 1001 ss.; W. Nestle, Die Sokratiker in Auswahl, Jena, Diederichs, 1922, pp.
40 ss.; L. Robin, La pense grecque et les origines de lesprit scientifique, Paris, Albin Michel, 1973 (1ra.
ed. 1923), p. 205.; G. Field, Plato and his Contemporaries. A Study in Fourth Century Life and Thought,
London, Methuen, 1967, pp. 169 ss. y H. Rankin, Anthisthenes (sic) Sokratikos, Amsterdam, Hakkert,
1983, pp. 190 ss.
20

11

partir de lo que es posible conjeturar por el contenido de las obras de Euclides y de sus
ttulos se nos remite a un tipo de actividad literaria directamente socrtica, sin que
nada induzca a suponer algn tratamiento de problemas ontolgicos o metafsicos en la
lnea de la tradicin eletica.22 Sin embargo, qu significa estrictamente que se
enfatice la impronta socrtica? Ms todava, dado que esta tesis suele asociarse con
aquella que niega al grupo megrico toda unidad, como vimos en 3.1, suponiendo que
es la doxografa posterior la que proyecta puntos comunes, no se corre con este
enfoque el riesgo de instaurar una circularidad interpretativa? Esto es, se niega a la
propuesta euclidiana una dimensin metafsica, y luego, dado el innegable trabajo en
esta rea de otros autores como Diodoro o Estilpn, se colige que el grupo no tiene
cohesin terica. En lugar de esto, sin pretender que el grupo megrico constituya una
escuela en sentido estricto, es ms provechoso rehabilitar con cautela la hiptesis de una
impronta eletica para entender puntos fundamentales de estos planteos.
Hemos dicho ya, a propsito del testimonio de Digenes, que Euclides parece
haber sostenido que el lenguaje pluraliza la unidad y atribuye nombres mltiples a lo
uno, como surge a partir del ejemplo de la virtud en Digenes Laercio, VII.161 (FS,
86), de la que se dice que es una, pero se la llama con muchos nombres, lo cual
constituye el fundamento por el cual buena parte de la actividad de los megricos estuvo
llamada a construir argumentos que pusieran de relieve, a travs de paradojas, las
inconsistencias del lenguaje, y, por lo tanto, la inconveniencia de tomarlo como camino
de acceso a lo real. En todo caso, podramos decir, los megricos interpretaran la
huida hacia los lgoi que Platn propone como comienzo mtodo en Fedn, 99 ss.,
como la toma de un camino en la que seguramente nos perderemos.
Esta oposicin entre unidad y multiplicidad habilita una referencia a los planteos
elaticos, especialmente porque tambin all encontramos una referencia explcita a los
problemas de adecuacin entre el lenguaje y lo real. As, en 28B8.52 Parmnides puede
hablar de un orden engaoso de mis palabras, que marcarn el comienzo de la
segunda parte del poema, en la que explicitar lo concerniente a las opiniones de los
mortales. Precisamente, lo primero que la diosa juzga necesario saber es que ellos
establecieron dos puntos de vista para nombrar a las apariencias y que al no unificarlas
se han equivocado (28B8.53 ss.). Al menos en este punto, es preciso conceder que la
posicin megrica comparte perspectiva parmendea. Este horizonte siembra la duda
sobre la capacidad del lenguaje para acceder a lo real y conforma el marco que
reaparece sistemticamente en los planteos del grupo megrico.
En rigor, la filosofa de Parmnides fue convirtindose paulatinamente en un
marco terico respecto del cual se defini buena parte de la tradicin posterior que
identificamos con las teoras clsicas. No hace falta ms que pensar en la postulacin
del sistema gorgiano, construido sobre la impugnacin de la propuesta parmendea, as
como en el antistnico, igualmente tributario de este esquema, o el platnico, que tendr
que llegar al parricidio. En estos dos ltimos casos se trata de socrticos que adoptan
posiciones ontolgicas para dar respuesta, podramos decir, a la pregunta socrtica. En
este contexto, lo menos forzado es aceptar los testimonios doxogrficos, como el de
Arstocles ya mencionado, donde se afirma taxativamente que los megricos sostenan
que el ser es uno y lo dems no existe, ni se genera algo, ni se destruye, ni se mueve en
absoluto, de modo tal que la filosofa de Parmnides debe de haberle parecido a
22

W. Guthrie, Historia de la filosofa griega, vol. III, Madrid, Gredos, 1988 (ed. inglesa de 1969), pp.
499 ss.; K. Dring, op. cit., 82 ss. y G. Giannantoni, op. cit., IV, p. 51.

12

Euclides una buena matriz terica para dar cuenta de las tesis asociadas con el bien y la
unidad de la virtud que se asocian con el Scrates histrico.
No obstante ello, si suponemos que la posicin de Euclides es susceptible de
interpretarse en trminos estrictamente ticos, sin que un corolario ontolgico est
asociado, habra que aceptar que la actividad de los seguidores de Euclides revelara que
stos vieron la necesidad de colegir este punto, y por lo tanto terminaron por acercarse
al eleatismo. Remitamos a tres ejemplos. Eublides, su discpulo directo, es conocido
como autor de una serie de argumentos dialcticos entre los que se cuentan el sorites y
el cornudo, entre otros. En el primer caso, se tematiza la vaguedad de ciertos trminos
como mucho o poco, de un modo que Digenes Laercio sintetiza del siguiente
modo: no es cierto que dos sea poco, pero tres no; y tampoco que ste lo sea, pero
cuatro no y as hasta diez. Y dos es un nmero pequeo, por lo tanto diez tambin
(VII.82 = FS,170). En este antecedente de tratamientos caros a la lgica contempornea,
Eublides llam la atencin sobre la imposibilidad de determinar, en este caso, la
nocin de montn, punto del cual se infiere la equivocidad de la informacin de los
sentidos; tal como dice Aspasio, que ninguna de las cosas sensibles se capta con
precisin, sino en general y de modo aproximado (Sobre la tica Nicomaquea, 56.3257.3 (Heylbut) = FS, 167). En el caso del Cornudo lo que no has perdido, lo tienes;
t no has perdido los cuernos, entonces tienes cuernos (Sneca, Cartas, 49.8 = FS,
184), Eublides pone en juego la duda sobre la eficacia de la deduccin, que en este
caso podra llevar a colegir la existencia de algo que de ningn modo existe, que en el
ejemplo son los cuernos. La perspectiva general que surge del anlisis de los
argumentos atribuidos a Eublides muestra que el diagnstico parmendeo, segn el
cual los mortales se equivocan en la nominacin, esto es el plano lingstico puede
precipitar en el error, opera como presupuesto.
Que los megricos transitan una ruta teida de eleatismo es claro tambin en
Diodoro Crono, discpulo de Eublides. Entre las doctrinas asociadas con su nombre,
varias de las cuales podran ilustrar este punto, tomemos dos casos. Su opcin de
asociar lo real con lo inteligible de un modo que queda fuertemente desvinculado de lo
sensible los coloca ante el problema de la explicacin del plano fsico. Sin embargo, del
mismo modo que en Parmnides hay un dispositivo explicativo para lo mltiple en la
ltima parte del poema, tambin lo hay en Diodoro, que plantea una suerte atomismo
pleno de consecuencias en otros mbitos de la doctrina. 23 Vale la pena notar que este
punto puede haber estado presente ya en la posicin euclidiana. En efecto, se ha notado
que cuando Platn se refiere a los Amigos de las Formas, en Sofista, 246 b-c, donde se
dice que stos desmenuzan <los cuerpos> en pedacitos y los asocian con el devenir,
podra haber una referencia a la doctrina de los indivisibles. Si se acepta la hiptesis,
ms que plausible, de que se trata de una alusin a los megricos, esto revelara una
tendencia de la poca de Euclides a dar cuenta de lo sensible sobre la base de una teora
de tipo atomista. Si esto es as, estaramos frente a un desarrollo que explica incluso la
estructura de ciertos argumentos dialcticos tpicos, como el sorites, que hemos
mencionado a propsito de Eublides.
Numerosos autores han considerado que esta tesis contradice el monismo
megrico, y por lo tanto tendra que tratarse de una hiptesis dialctica a la que Diodoro
23

Estrictamente, los testimonios caracterizan estos cuerpos como amer, sin partes, en una alternativa
terminolgica al ya tradicional tomos. Seguramente la variacin en la denominacin implicaba tambin
una diferencia doctrinal, que se ha cifrado en el hecho de que la vertiente diodoriana subrayara la pura
simplicidad de estos elementos y no solamente la imposibilidad de seguir seccionndolos.

13

no habra adherido.24 Sin embargo, cabe notar que se trata de una tesis que no afecta el
plano inteligible y efectivamente real, sino que constituye un dispositivo explicativo
para el plano sensible, donde precisamente reina la multiplicidad, tal como Parmnides
se ve precisado a adosar a las deducciones de B8 una explicacin plausible sobre esa
multiplicidad. Por otra parte, en el marco de la discusin sobre la inferencia, 25 se utiliza
precisamente esta tesis como ejemplo de proposicin verdadera, lo cual sera realmente
absurdo si se tratara de una hiptesis dialctica en la cual Diodoro no crea.
Ms aun, una doctrina como sta est en la base de desarrollos tericos
diodorianos como la imposibilidad del movimiento presente. Las fuentes transmiten la
idea de que se puede decir que algo se ha movido, pero no que est en movimiento,
diciendo que se trata de una posicin que coincide con la eletica. 26 Puntualmente, se
arguye, algo que existe debe estar en un lugar, pero lo que est en un lugar est quieto,
de modo que su movimiento es imposible, de un modo que remeda los argumentos
zenonianos.27 La afirmacin, lejos de limitarse a una argucia lgica, est apoyada en un
andamiaje terico que supone la tesis de los indivisibles, de lo cual se desprende que el
lenguaje no constituye una va de representacin totalmente confiable, sino que sectores
enteros de la estructura de la lengua, como el sistema temporal, no tienen correlato.
Como tercer ejemplo, aludamos brevemente a Estilpn de Mgara. De l dice
Digenes Laercio que rechazaba las Formas platnicas y para hacerlo afirmaba que al
decir hombre no se nombra a nadie, porque ni se dice ste ni aqul. Pues, por qu
sera ms este hombre que aqul? Por lo tanto, tampoco se dice ste. 28 En la
interpretacin que damos al pasaje, esta formulacin se enrolara en la misma lgica del
argumento del Tercer Hombre que se atribuye a Polxeno en FS, 132. En ese caso nos
encontramos con un argumento dirigido igualmente a impugnar la licitud de la Teora
de las Formas de Platn, aludiendo a las contradicciones inherentes a la participacin.
Desde esta perspectiva de Polxeno cuando un platnico dice que el hombre participa de
la Forma, el hombre al que alude no puede ser ni ser ni la forma ni el particular, de
modo que debe referirse a una tercera entidad que vuelve confuso el planteo. Es claro
que se diga que el hombre no puede ser la Forma, ya que la Forma es aquello de lo que
se participa, no lo participante. Por otra parte, el silencio de las fuentes acerca de las
razones para descartar al particular abren la puerta a todo tipo de conjeturas. Entre las
que pueden aducirse, creemos que el planteo de Estilpn supone el de Polxeno, y por lo
tanto lo completa. Polxeno plantea que el particular no participa de la Forma, mientras
Estilpn agrega que las Formas no nombran a los particulares, donde, obviamente,
detrs de la nominacin est supuesta la participacin. As, se concluye igualmente que
no se puede dar cuenta de la relacin entre particulares y Formas en trminos
platnicos.
Esto no significa desestimar la impronta socrtica que anima el megarismo. Por
el contrario, como en la tarea de detener un pndulo, se trata de esforzarse en fijarlo
cerca del punto medio. As, frente a ciertas posiciones tradicionales es til enfatizar el
grado de determinacin que implica la figura de Scrates, pero, por otra parte, la
absolutizacin de esta influencia requiere rehabilitar los aspectos antes impugnados. En
rigor, y a los efectos de trazar un dispositivo que fije el pndulo, podramos proponer
24

Vase como ejemplo reciente, K. Dring, op. cit., p. 129.


Vase FS, 232.
26
Vase, por ejemplo, Sexto Emprico, Contra los profesores, X.48 = FS, 224.
27
Los pensadores con los cuales Sexto pone en relacin a Diodoro son Parmnides y Meliso. Vase K.
Dring, op. cit., pp. 129-31) y R. Muller, op. cit., pp. 137-41.
28
Vase FS, 303 y nota ad loc.
25

14

una reduccin de ambos elementos, planteando que no se trata, en rigor, de filosofas


que puedan oponerse como se hizo tradicionalmente, en trminos de tica vs. ontologa.
Por el contrario, si se presta atencin a la orientacin ltima de ambos enfoques,
encontramos que tanto Scrates como Parmnides son partidarios de sistemas
objetivistas. El Elata entra en las lides tericas proponiendo un criterio de verdad. La
apuesta fundamental, que responde a esta falta originaria de criterios para identificar los
enunciados verdaderos, es en esta filosofa fundante la postulacin de un trasfondo de
permanencia que oficia de garanta del conocimiento, es decir un fundamento
gnoseolgico que reposa en la ontologa. Los elementos bsicos de la construccin
argumental son las experiencias problemticas en las cuales no se acierta a determinar la
relacin que une lo real, el pensamiento y el lenguaje. Lo real ser siempre en esta
perspectiva, que funda la nocin de verdad como correspondencia, el objeto al que se
orienta el propsito de conocer, instrumentado a travs del pensamiento, en tanto
actividad propiamente humana, que debe valerse imperativamente de una expresin
lingstica que asegure su inteligibilidad.
A este intento siguieron filosofas que ensayaron el proceso de alterar el orden
originario entre realidad, pensamiento y lenguaje para fracturar la posibilidad de un
criterio de verdad. Tal es la tarea a la que asistimos en Gorgias, donde el Tratado del no
ser despliega argumentos para anular la posibilidad de que realidad, pensamiento y
lenguaje se den de manera integrada, de modo que el Encomio de Helena sustituye el
criterio de verdad como correspondencia o adecuacin por el de verdad como
coherencia de enunciados.
En este marco, Scrates parece situarse en una posicin mucho ms cercana a la
parmendea que las que siguieron, e inicia, en este sentido, un movimiento de
restauracin. La dispersin de las posiciones de los socrticos hace difcil sopesar con
certeza la posicin del iniciador del grupo, pero el hecho de que la mayora opte por
sistemas objetivistas, en los que existe un plano estable, hace pensar que Scrates se
orientaba en esa direccin.
3.3 Lgica, dialctica y erstica.
La orientacin del grupo megrico constituye, por lo antes dicho, un complejo de
tesis que anan las preocupaciones socrticas con una matriz de tendencia eleatizante
que tematiza la distancia entre lo real y estable y las manifestaciones pasajeras que se
ofrecen a los sentidos. Este enfoque supone, por un lado, caracterizar el plano estable y,
por otro, establecer su relacin con el plano perceptible sensorialmente. A pesar de la
parquedad de los testimonios, el primer dato asequible parece ser que la divisin entre
planos es taxativa y el sistema no prev elementos de interconexin. A diferencia, por
ejemplo, de la propuesta de Platn y su problemtico dispositivo de intermediacin, la
teora de la participacin (mthexis), los megricos parecen haberse solazado
precisamente en la escisin. La actividad que surge de all se orienta a extraer
conclusiones de esta situacin.
En el caso de Euclides, mencionamos en 3.2 que se sanciona la inadecuacin
entre lenguaje y realidad, ya que se parte del hecho de que es posible otorgar nombres
mltiples a lo que es uno. Probablemente esta intuicin primera dio origen a la prctica
que las fuentes caracterizan como tpica del grupo y gana para l la caracterizacin de
erstico. Dicha prctica consiste en el desarrollo de argumentos que parten de la
15

problematizacin de nociones comnmente aceptadas. Si se acepta la hiptesis de que


los planteos ersticos del Eutidemo responden a patrones megricos,29 puede colegirse la
antigedad de esta tendencia, que pone sobre el tapete las dificultades nsitas, por
ejemplo, en las nociones de ser y conocer. As, Platn hace decir a Dionisodoro en
283b-d que Ctesipo y sus compaeros, al querer que Clinias se vuelva sabio, desean que
deje de ser lo que es, y dejar de ser equivale a la muerte, de manera que quieren que
Clinias muera. En este caso nos encontramos con una ambigedad apoyada en el uso
existencial y predicativo del verbo ser que da lugar a mltiples equvocos y suele estar
en la base de mltiples argumentos megricos. Vale la pena notar que ms all del
aspecto ldico de los argumentos, el enfoque pone sobre el tapete la densidad de ciertos
conceptos en juego. En el ejemplo de este argumento, se cuestiona los lmites de
inteligibilidad del signo lingstico que opera en las bsquedas de caracter ontolgico.
Algo similar sucede en el mbito de la gnoseologa con el argumento esbozado en
293b-c, donde Eutidemo pretende convencer a Scrates de que conoce todo,
esgrimiendo que si Scrates conoce algo, entonces es un conocedor, y si es un
conocedor debe conocer todas las cosas, ya que no podra ser conocedor y no conocedor
al mismo tiempo. Las contradicciones entre conocer y no conocer recuerdan mucho en
estructura al argumento del Velado, atribuido a Eublides en 163-5, donde igualmente
se llega a la imposibilidad de conocer y no conocer la misma cosa, esta vez recurriendo
a la contraposicin entre no conocer a alguien cubierto por un velo, mientras que una
vez quitado se lo reconoce inmediatamente.
Este tipo de prctica cimentaba seguramente la idea de la falta de adecuacin entre
lenguaje y realidad, y por lo tanto pona en jaque los intentos de acceder a lo real por
medio del lenguaje, tanto en las versiones extremas, al estilo de las de Antstenes y su
mtodo de anlisis semntico, como en las versiones moderadas, del tipo de la de Platn
y el refugio en los lgoi que funda el mtodo hipottico en Fedn, 99ss. Desde la
perspectiva platnica, sin embargo, una prctica erstica plantea otros problemas,
ligados con la prdida de significatividad de la bsqueda filosfica. Es claro en el pasaje
que precede al argumento sobre el conocimiento de todas las cosas recin mencionado,
que Platn retrata a Scrates embebido con sus interlocutores en una investigacin
comprometida sobre el tipo de conocimiento que necesita adquirir un hombre para vivir
bien, subrayando la alta cuota de seriedad que todos ponan en esto. Esta cuota de
seriedad se quiebra inmediatamente ante la irrupcin del argumento erstico, que si bien
seala, en una segunda lectura, un problema que alude a la nocin misma de
conocimiento, es juzgado por los dems como un desvo del tema principal. Medido con
la vara megrica, el argumento postulado anula el planteo originario y en esto consiste
el efecto buscado. Sin embargo, este descreimiento de la posibilidad de alcanzar lo real
por medio del lenguaje causa irritacin en los interlocutores. En este sentido, el final del
dilogo Eutidemo tiene por objeto bosquejar el modo en que es visto por los dems este
tipo de argumentacin. All Platn pone en escena un espectador innominado, en
quienes muchos ven a Iscrates, que concluye de la actuacin de Eutidemo y
Dionisodoro que la filosofa es una prctica alambicada que carece de sentido. Platn ve
en esta situacin el peligro de que este juicio se extienda tambin a su propia prctica
dialctica, como de hecho sabemos que sucedi, tal como sabemos que esta crtica
persigui a la dialctica megrica durante todo su desarrollo.30
29

Vase la tesis de L. Dorion en Euthydme et Dionysodore sont-ils des Mgariques, in Proceedings of


the V Symposium Platonicum, Sankt Augustin, Akademia, 2000, pp. 35-50.

16

En la misma lnea se entronca el planteo semntico de Brisn, que podemos colegir


a partir de FS,113-5. Este continuador directo de Euclides, conocido tambin por sus
intentos de cuadrar el crculo, neg que pudieran existir palabras obscenas en la lengua.
La razn aducida apunta a que el fenmeno de la sinonimia implica que se puede
nombrar la misma cosa con diferentes nombres, lo cual implica que refieren a lo mismo,
esto es tienen el mismo correlato. Ahora bien, si dos trminos, uno de los cuales posee
un supuesto sentido obsceno y el otro no, tienen el mismo correlato, deberan significar
exactamente lo mismo, de modo que no podran admitirse variantes de sentido.
Aristteles, al transmitir en FS, 113 la posicin de Brisn, comenta con algo de hasto
que esto no es cierto porque los distintos trminos varan en su perspectiva y
especificidad. Sin embargo, la posicin de Brisn cobra pleno sentido si se la coloca en
el concierto de tesis asociadas con la llamada orthtes onomton, adecuacin o
exactitud de los nombres. En esta corriente, que abarcaba posiciones que iban desde
sofistas como Protgoras o Prdico a socrticos como Antstenes, se parta precisamente
de la correlacin exacta entre lenguaje y realidad, de modo que es desde esa matriz
terica que el punto indicado por Brisn resulta efectivamente un problema. Un
megrico, que parte precisamente de la tesis opuesta, segn la cual el lenguaje no
representa lo real, no poda dejar de formular crticas a la orthtes onomton.
En todas estas corrientes era necesario prever un sistema explicativo que diera
cuenta de la ambigedad, de modo que encontramos variantes que proponen la
correccin de las inconsecuencias lingsticas o arbitran medios para sostener que sta
es slo aparente.31 El argumento de Brisn apunta, en este contexto, a enfatizar lo
ilusorio de estos procedimientos, por medio de la reduccin al absurdo que supone
establecer que no existen palabras obscenas. Vista desde esta perspectiva, la posicin de
Brisn se enrola completamente en el programa general de la dialctica megrica. En
efecto, sostener de manera consecuente que existe una correlacin exacta entre lenguaje
y realidad implicara aceptar este tipo de tesis contrarias a la experiencia de los usuarios
de la lengua, de lo cual habra que colegir que tal adecuacin entre lenguaje y realidad
es inexistente y, por el contrario, el lenguaje est plagado de juicios subjetivos que no
responden directamente al objeto nombrado. El ejemplo mismo de una cosa que puede
nombrarse por medio de un trmino neutro y de otro que tiene connotaciones obscenas
oficia de prueba de la interferencia del hablante en la supuesta adecuacin de nombre y
cosa, que, por lo tanto, se anula inmediatamente.
Algo similar sucede con las tesis de la negacin de la ambigedad y la
significatividad de todos los trminos atribuidas a Diodoro Crono, que se ubican
igualmente en la posicin general megrica frente al lenguaje. Dado que es posterior a
Brisn, los destinatarios de Diodoro son ms amplios y sus posiciones no estn dirigidas
solamente a los cultores de la adecuacin de los nombres, sino que se extienden a las
lneas filosficas que pretenden establecer algn criterio que ligue realidad y lenguaje.
Los destinatarios que podemos ver aludidos en las fuentes son por un lado los estoicos y
por otro Aristteles. En el primer caso, como suceda tambin en los primeros modelos
de orthtes onomton, la ambigedad forma parte de un dispositivo explicativo de casos
anmalos, dado que el estoicismo es tributario de una posicin naturalista en lo
30

Ms all de las intenciones de Platn, Iscrates efectivamente verti juicios que aluden claramente a los
socrticos en el inicio de su Contra los sofistas. Vase A. Nightingale, Plato, Isocrates and the property
of philosophy, Genres in dialogue. Plato and the Construct of Philosophy, Oxford, OUP, 1995, pp. 1359.
31
Sobre la orthtes onomton, vase nuestra introduccin a Platn, Crtilo, Buenos Aires, Losada, 2006.

17

lingstico que los compromete con la adecuacin nombres y cosas. 32 Frente a esto,
Diodoro esgrime que no debera existir tal cosa, sino que en el momento de enunciacin
el hablante establece una relacin entre nombre y cosa que excluye toda ambigedad.
La dificultad de interpretar cmo se establece esa relacin puede hacer que el
enunciado, como se dice en FS, 207, resulte oscuro, dado que quien escucha no puede
reconstruir la operacin de referencia establecida por el hablante, pero eso no quita que
dicha operacin del hablante sea unvoca.
En el segundo caso, donde podemos suponer que existe una alusin a posiciones
aristotlicas, encontramos la tesis de que toda palabra es significativa, sobre lo cual las
fuentes testimonian que Diodoro haba dado a sus esclavos nombres de conjunciones. 33
El fundamento de esta posicin est dado por la afirmacin de la convencionalidad de
los nombres, punto compartido por Aristteles, tal como se desprende de De
interpretatione, 2. Sin embargo, a diferencia del Estagirita, que en Potica, 20 propone
una diferencia entre partes significativas del enunciado nombre y verbo, frente a otras
no significativas artculo y conjuncin, Diodoro insiste en que la diferencia no es
legtima y todas han de ser significativas.34 Con esto, podemos suponer, Diodoro
extrema la tesis de la convencionalidad, negando que tenga sentido poner lmites a la
capacidad nominadora del hablante, que, en todo caso, slo por una convencin
ocasional y modificable tiende a restringir la nominacin bsica a nombres y verbos. Si
el hablante quiere nombrar por medio de conjuncin, nada impide que pueda hacerlo, lo
cual puede interpretarse como un indicio de que la nominacin entera puede estar llena
de casos intrusos, donde las supuestas partes significativas den nombre a correlatos
no identificables o las no significativas tengan en rigor correlatos claros.
Lo importante de ambos puntos es que, como en Brisn, se pone el acento en la
actividad subjetiva del hablante, que resulta, otra vez, disruptora frente a la supuesta
correlacin entre lenguaje y realidad. As, el lenguaje no indica lo real sino las
relaciones que el sujeto proyecta sobre lo real, que ni siquiera son totalmente asequibles
y pueden, por supuesto, ser totalmente errneas. Claramente puede advertirse una
especie de denuncia sobre la tragedia de la inadecuacin del tipo de la que abri Gorgias
en el Tratado del no ser, donde se pone en cuestin lo real, la posibilidad de captarlo y
la de transmitirlo a otro, de un modo que pone en entredicho cualquier intento de cifrar
un criterio de verdad en la ligazn entre realidad, pensamiento y lenguaje. Podra
decirse que los megricos persisten en esta va de examen de los indicios de esta
inadecuacin bsica que mina todo intento de establecer doctrinas positivas.
La misma actitud frrea, que adopta posiciones comprometidas con la correlacin
entre lenguaje y realidad para demostrar sus limitaciones, se verifica en Estilpn, que
disea un nuevo embate contra la adecuacin de los nombres, por medio de la negacin
de la predicacin. Para ello se insiste en que en una estructura proposicional el atributo
no indica rasgos presentes en el sujeto sino otrosdiferentes, para lo cual se aducen los
ejemplos de el caballo corre o el hombre es bueno, casos ambos donde correr o
bueno estn fuera del sentido estricto de sus sujetos, de manera que no son
coextensivos. Desde esta perspectiva, las teoras que basan la verdad en la proposicin,
como la platnica o la aristtelica, quedaran en entredicho.35
32

Sobre este punto, vase el testimonio de Orgenes en Contra Celso, 1.124.


Vase FS, 208-12.
34
Sobre este punto, vase FS, 208-12 y notas ad loc.
35
Sobre este punto, vase 305-6 y notas ad loc. Vase asimismo en FS, 303 y nota ad loc. la conexin con
el argumento del tercer hombre atribuido a Polxeno, que se apoya igualmente en una impugnacin de la
relacin entre lenguaje y realidad.
33

18

Nos interesa en este punto subrayar el rasgo central del programa de la dialctica
megrica, que apunta a denunciar esta falta de adecuacin entre lenguaje y realidad, y,
por lo tanto, alerta sobre la excesiva confianza que se deposit en el dispositivo
lingstico como elemento de conocimiento. Sin embargo, no debe dar la sensacin de
que la dialctica megrica se limit a este punto, sino que una revisin rpida muestra
que esta matriz terica fue frtil en otros desarrollos de mayor contenido positivo. Ya en
el caso de los primeros allegados de Euclides, como Clinmaco de Turio, se testimonian
anlisis que apuntan a la lgica proposicional, y constituyen probablemente un
antecedente de desarrollos que seran ms tarde determinantes para la lgica estoica,
que en muchos aspectos se nutri de los estudios megricos. 36 Basta pensar que se
seala a Zenn de Citio como discpulo de Diodoro Crono, una figura central en el
avance en este terreno. As, se colocan en primer plano los desarrollos sobre el
problema de la posibilidad y la inferencia, tal como se plasman en Diodoro Crono y
Filn de Mgara. Este mbito de problemas, para los cuales remitimos a las notas de
los pasajes pertinentes, pone de relieve la relacin de la dialctica megrica con otras
lneas de pensamiento, como la aristtelica, tal como surge de las discusiones en torno
de la nocin de potencia, y que culminan en el llamado argumento dominante.37
Estas doctrinas, a las que habra que sumar la tesis sobre los elementos mnimos
indivisibles aludidos en FS, 213-22, y que pueden proyectarse incluso hasta el mismo
Euclides,38 muestran que la posicin de los megricos no puede confundirse, como a
veces hacen las fuentes y se ha deslizado en algunas interpretaciones, con una postura
escptica. En rigor, la tendencia socrtica que se impregna en la prctica de sus
seguidores parece ser siempre cuestionadora de los dispositivos explicativos de sentido
comn, que resultan ocultadores de los legtimos criterios de verdad. Esa bsqueda, a la
que impulsa la prctica socrtica,39 se materializa en el caso de los megricos con una
actitud de cautela frente a los elementos utilizados habitualmente en la reflexin
filsofica, y slo en una segunda instancia, contando con los recaudos dialcticos
pertinentes, se procede a proponer doctrinas positivas.
3.4 Indicios de filosofa prctica
La dialctica ocupa claramente el centro de las preocupaciones de los megricos.
Sin embargo, en algunos casos encontramos referencias a una dimensin tica de su
posicin. En algunos casos el anecdotario indica una preocupacin tica, sin una
explicitacin terica que la acompaa. El caso de Euclides es sugerente por su papel
central en el grupo y por su colocacin del bien como ncleo terico, pero los
testimonios sobre este punto son limitados y no muestran indicios de un desarrollo
terico propiamente tico que vaya ms all del rechazo de las desaveniencias en 67-72,
la recomendacin de imitar lo bello en 74 y la crtica a las costumbres de esclavos que
atraviesan la moralidad popular en 77. Todos estos casos no necesariamente deban
formar parte de un sistema, y si lo hacan, no tenemos manera de desentraar su
estructura. En rigor, todava es una cuestin abierta el alcance de la ecuacin de
36

Sobre el enfoque de Clinmaco y el posible impacto en el desarrollo de la lgica, vase FS, 91 y nota
ad loc.
37
Sobre la identificacin de potencia y actualidad, vase FS, 236-7 y sobre el argumento dominante,
vase FS, 238-53.
38
Sobre este punto, vase FS, 88, 213-22 y notas ad loc.
39
Sobre una caracterizacin ms amplia de los rasgos principales de esta prctica, vase infra 4.1.

19

Euclides que, segn la lnea interpretativa tradicional, tiende a identificar ser y bien, o al
menos a poner esta ltima nocin en la base de todo su planteo.40
Tampoco es evidente un anlisis tico en el caso de Eublides y Diodoro Crono. Del
primero no tenemos testimonios en ese sentido, y ms bien se lo bosqueja como un
dialctico orientado a la erstica que no vacilaba en la confrontacin incluso agresiva
con sus contendientes, como surge del enfrentamiento con Aristteles (FS, 144-7). Ms
llamativo es el caso de Diodoro, que incluso es presentado como un personaje un tanto
desequilibrado, que se precipita en el suicidio por el oprobio de no haber resuelto un
argumento (FS, 196-7), lo cual confronta directamente con la orientacin moderada de
otros megricos.
Consideremos ahora una toma de posicin clara en el mbito tico. El ms
importante en este terreno es sin duda Estilpn. No slo se conserva una nutrida
cantidad de ancdotas que revelan una toma de posicin tica, sino que stas van
acompaadas de indicios sobre una dimensin terica en este punto. En el primer caso
sobresalen en nmero los testimonios sobre su profesin de autodominio, como surge de
su reaccin ante Demetrio Poliorcetes relatada profusamente en FS, 279-88. Asimismo,
llama la atencin la noticia de Cicern acerca de una supuesta afirmacin de sus
familiares acerca de que su naturaleza era, en rigor, desenfrenada, pero haba logrado un
autodominio que haca que nunca se lo hubiera visto tomado por la pasin. Esto
recuerda completamente el episodio del encuentro de Scrates con el fisonomista
Zpiro, lo cual enfatiza la raigambre socrtica de la posicin de Estilpn.41
En este sentido, en FS, 308 se dice que Estilpn propona que el sumo bien consiste
en poseer un alma apaths, lo cual nos coloca ante el modelo propuesto, que es el de la
aptheia, la impasibilidad, esto es la posibilidad de no sufrir ninguna afeccin (pthos).
En la misma lnea se dice en FS, 309 que Estilpn propona como sumo bien lograr la
aokhlesa, la calma. Ambas expresiones nos son conocidas por otras corrientes. En el
primer caso, la aptheia (impasibilidad) es adoptada como desidertum tico por los
estoicos, y los epicreos proponen, junto con la ataraxa (imperturbabilidad), la
aokhlesa, que hemos traducido como calma.
Los cruces e influencias entre las diferentes lneas han ocurrido seguramente, y se
han propuesto para ello explicaciones varias, para las cuales referimos a las notas a los
pasajes mencionados. Sin embargo, en esta instancia es ms relevante notar los puntos
de contacto entre estas nociones puestas en juego. Todas ellas estn compuestas de
trminos de sentido negativo amalgamadas con prefijos negativos. As, pthos evoca
una afeccin en la que el sujeto es pasivo trmino de la misma raigambre
etimolgica, por lo cual sufre algo a lo que es difcil resistirse. Se trata del vocablo que
los latinos tradujeron como passio, pasin. En el caso de ataraxa, su base nos remite
al verbo tarsso, que refiere a agitar, perturbar, entrar en estado de confusin, y puede
referirse tanto a cosas como la agitacin del mar, como a personas, afectando lo
anmico, lo corporal como en el caso de una enfermedad, o lo poltico estar en
estado de disturbio cvico o anarqua. En cuanto al ltimo caso, el trmino khlesis
remite al desorden, dado que constituye un derivado del vocablo khlos, multitud,
asociada con la dificultad de coordinar alguna accin conjunta deliberada.
En los tres casos se trata de trminos que enfatizan la falta de control del agente
moral, ya sea porque es pasivo, en el primero; porque est perturbado y confuso, en el
segundo; o porque su propio desorden interno lo atormenta. Ms all de las diferencias
40
41

Sobre este punto, vase supra 3.2.


Vase para los detalles y fuentes, FS, 296 y nota ad loc.

20

de nfasis, que constituiran rasgos propios de cada lnea, vale la pena notar que ante
este diagnstico del malestar humano, todos estos grupos resuelven el conflicto de la
misma manera, anulando la fuente de problemas. Si hay pasin, perturbacin o desorden
disruptor se trata de hacerlo desaparecer, lo cual se materializa en la recurrencia de la
alfa privativa que convierte trminos negativos en positivos. El rasgo ms claro que se
revela en la conformacin de estas categoras de anlisis, es sin duda que el bienestar al
que llegan estos sabios es el producto del dominio de una tendencia humana negativa.
As, por ejemplo, en el caso de Estilpn, se dice que era ebrio y mujeriego y esto, lejos
de ser una mcula, resulta un elemento que lo honra, ya que indica precisamente que fue
capaz de sobreponerse a una naturaleza conflictiva que lo haca vctima de tensiones
dainas. Es la potencia del autodominio, que se conecta directamente con la nocin
socrtica de enkrteia, tener el poder (krtos) en uno mismo, lo que vuelve a operar
como rasgo determinante y muestra que nos encontramos dentro de una misma matriz
de pensamiento que conserva los sellos socrticos originarios.

4. Aristipo y los cirenaicos


4.1 El perro de la corte y el desafo socrtico
Si comparamos la cantidad de testimonios sobre Aristipo con los de Euclides de
Mgara, por ejemplo, podra dar la impresin de que estamos en una situacin mucho
ms favorable para reconstruir su pensamiento. No es claro, sin embargo, que as sea, ya
que un alto porcentaje de los textos est constituda por ancdotas integradas en la
tradicin gnomolgica, que, como mencionamos en 1, es material de origen dudoso,
cuya interpretacin debe hacerse con suma cautela. En este sentido, la preponderancia
de la doxografa biogrfica dificulta la identificacin de los rasgos estrictamente
tericos de su propuesta y obstaculiza, por lo tanto, la comparacin de sus posiciones
con las de sus contemporneos, lo cual impone la necesidad de procesar este material y
compararlo con los textos tericos, a los efectos de recuperar la informacin contenida
en el anecdotario.42
Basta tener en cuenta que, en el caso de Aristipo, suele ponerse en duda que
haya existido efectivamente un ncleo terico que amerite hablar de una transmisin.
Ciertos silencios de la doxografa se han interpretado como indicios de que Aristipo no
habra legado a sus allegados una doctrina, sino solamente una agog, como dice
Digenes Laercio en FS, 589, es decir un modo de vida que influy como modelo
asociado con el hedonismo, pero que no contaba con una justificacin terica. Dicha
justificacin terica slo habra sobrevenido en estadios posteriores del grupo, ms
especficamente con la aparicin de Aristipo Metrodidacta, nieto del primero, a quien
aludiran las doxografas cuando se refieren a los cirenaicos sin ms, por oposicin a las
vertientes aniceriana, hegesaca y teodoriana.43 Hacia una conformacin paulatina,
42

Esta es la orientacin que toma la posicin de G. Giannantoni, I Cirenaici : raccolta delle fonti antiche,
Firenze, Sansoni, 1958, p. 116. Sobre la metodologa para trabajo sobre el anecdotario, vase P. Kingsley,
Ancient Philosophy, Mystery and Magic: Empedocles and Pythagorean Tradition, Oxford, OUP, 1995,
que se vale de ella para el estudio de Empdocles y los pitagricos y sus ecos en el Fedn y nuestra
resea en Mthexis 11, Buenos Aires, 1998, as como las consideraciones generales sobre este tipo de
fuentes en 1.
43
Sobre este punto, vase Introduccin, 4.3.

21

posterior a Aristipo, se inclina Giannantonni (1958:77 ss. y 1990:III.173 ss.), mientras


que Dring (1988:1-70) sostiene que existi un ncleo doctrinal antiguo, que en todo
caso los continuadores modifican. Desde nuestra perspectiva, esta ltima posibilidad es
ms plausible, precisamente porque de la comparacin entre el material propiamente
terico y el anecdotario referido a Aristipo surgen puntos de contacto que permiten
inferir la existencia de una base terica, que hace plausible la ligazn entre la doctrina
gnoseolgica y los planteos ticos, y que dan sentido a su posicin en las disputas entre
socrticos.
No es menor el modo en que Aristipo aparece como un verdadero socrtico. Ya
hemos notado, en el punto 1, que desde antiguo desconcert a quienes se acercaron al
estudio del grupo socrtico el grado de dispersin terica al que llegaron sus discpulos,
lo cual no hace ms que exacerbar la duda sobre los contenidos a los que apuntaba el
maestro, que se revela claramente como una usina de inspiracin, ms que como un
transmisor de doctrina. En eso no hace ms que coincidir con el perfil que el Platn de
vejez le asignaba el Teeteto donde su enfoque es llamado mayutica, precisamente
porque apuntaba a generar en los otros el desarrollo de un conocimiento que llevaban
oculto.44 Cada uno de los socrticos habra manifestado su propio modo de hacer
filosofa, guiado por esta incitacin del maestro. El resultado parece a primera vista una
especia de caleidoscopio pletrico de figuras tan dismiles como Antstenes, el detractor
del placer, y Aristipo, su defensor a ultranza, o como Euclides, el paciente constructor
de argumentos, y Jenofonte, el mercenario aventurero.
No obstante, esta variacin catica es slo aparente. Puestos a buscar puntos
comunes, no tardan mucho en salir a la superficie al menos dos puntos compartidos que
son, adems, atribuidos al enfoque de Scrates por las fuentes. El primer punto que
podramos llamar claramente socrtico est ligado a la bsqueda de un criterio objetivo.
Habitualmente se considera como pregunta socrtica el planteo que Platn pone en boca
de Scrates en los dilogos de juventud, y suele caracterizarse como qu es x, en tanto
modo de sintetizar las bsquedas orientadas primariamente hacia el campo axiolgico
que se verifican en estas obras: qu es lo sagrado en el Eutifrn, qu es lo valiente en el
Laques, qu es la amistad en el Lisias, etc. Las respuestas a esta pregunta propician el
perfil de un Scrates orientado a la bsqueda de definiciones, tal como lo retrata
Aristteles en Metafsica, I.6.987a29-b18. Por otra parte, dado que claramente esta
pregunta no se limita a una cuestin lingstica sino que versa sobre lo real, se supone
que apunta a expresar la naturaleza de la cosa, y por lo tanto preanuncia la respuesta
ontolgica que habr de ofrecer Platn al contestar a la supuesta pregunta socrtica con
la Teora de las Formas.
Sin embargo, una comparacin con el testimonio de otros socrticos sugiere que
esta caracterizacin es limitada, o en todo caso en exceso tributaria de la interpretacin
platnica. En efecto, si tomamos en cuenta la propuesta de Antstenes, en lugar de un
planteo sobre qu es x, encontraremos un enfoque en trminos de cmo es x, donde
se impugna directamente la bsqueda de definiciones, porque llevara a un problema
originado en que al definir siempre se recurre a algo diferente, y no a la misma cosa
definida.45 Antstenes propone, en cambio, una investigacin fundada en los campos
44

Vase Platn, Teeteto, 149a ss.


Sobre la crtica a la definicin, vase Aristteles, Metafsica, VIII.3.1043b4-32. Sobre la propuesta de
Antstenes en general, vase C. Mrsico, Argumentar por caminos extremos II. La necesidad de pensar
lo que es. Antstenes y la fundamentacin semntica de la verdad como adecuacin, en L. Castello-C.
Mrsico, El lenguaje como problema entre los griegos. Cmo decir lo real?, Buenos Aires, GEA, 2005,
pp. 109-32.
45

22

semnticos que integran la lengua, suponiendo que tienen una correspondencia


completa con lo real. De este modo, quien quiera saber algo sobre una cosa, debe
remitirse a su nocin e investigar el modo en que se relaciona con las dems, lo cual no
constituira una respuesta a qu es algo, sino a cmo es algo.
Esta diferencia podra atribuirse a una disidencia de Antstenes, como
usualmente se ha hecho, sosteniendo que la fidelidad interpretativa est del lado de
Platn. Sin embargo, cuando las diferencias se multiplican esta idea se vuelve
sospechosa. Basta pensar que las formulaciones de Jenofonte no siempre tienen la
misma estructura que les confiere Platn, como se ve, por ejemplo en FS, 572, o que el
enfoque de los megricos, que intenta dar cuenta de lo real, no es reductible a una
respuesta sobre la pregunta qu es x, sino que interviene all una hiptesis ms bsica
que apunta a la estructura y accesibilidad de lo real en cuanto tal. 46 Cuando llegamos a
Aristipo, su enfoque presenta una variante ms, igualmente irreductible a la pregunta
qu es x. Como veremos en 4.2, Aristipo busca establecer un criterio de verdad
indubitable que ubica en la experiencia subjetiva, de modo que conocemos lo que
experimentamos, aunque no podemos pronunciarnos sobre los rasgos, y ni siquiera
sobre la realidad, del objeto que causa nuestra experiencia. 47 Lejos de limitarse a una
variante del relativismo de cuo protagrico, puede interpretarse esta posicin como
una respuesta legtima al desafo socrtico, lo cual implica que debamos ampliar esta
nocin ms all del sentido que se la ha dado habitualmente.
Si tomamos en cuenta los planteos de los socrticos en general, sin dejarnos
tomar por la versin platnica, aunque, por supuesto, sin desestimarla, podemos sentar
algunos puntos de coincidencia, que aqu esbozaremos slo al pasar, como sugerencia
para comenzar a cuestionar los puntos de vista tradicionales. Fundamentalmente, la
bsqueda de Scrates apunta a postular un claro objetivismo, y se opone, por lo tanto, a
las soluciones relativistas. En ese sentido, se trata de dar cuenta de algn parmetro
objetivo que ordene las creencias. Es por ello que este objetivismo determina una
posicin gnoseolgica en la cual existe un criterio claro, y slo quien lo capte ser el
que tiene efectivo conocimiento. Este conocimiento, por supuesto, no se limita a lo
estrictamente terico, sino que es fundamental para el plano prctico, en lo que tiene
que ver con las decisiones ticas y polticas. Hasta aqu no diferimos del esbozo trazado
por Platn, pero deberamos detenernos aqu, sin avanzar hasta la identificacin de esta
bsqueda con un formato determinado y rgido, tal como el de la pregunta qu es x.
Probablemente Scrates haya sido mucho menos claro en este punto de lo que tendemos
a creer por influjo de Platn.
Si tenemos en cuenta este planteo, las posiciones de Antstenes y Aristipo,
alejadas como estn entre ellas, no colisionan con la base socrtica, sino que constituyen
modos posibles de aplicarla. En el caso de Antstenes, se nos ofrece un objetivismo
apoyado no en lo ontolgico sino en lingstico, suponiendo la correlacin exacta entre
lenguaje y realidad. Quien quiera conocer, deber avanzar en la descripcin de la red en
la que se inserta cada nocin, con lo cual conocer inmediatamente la red de lo real. Ese
conocimiento es taxativo y no deja resquicios para el relativismo, como se desprende de
la ancdota relatada por Plutarco donde ante un verso de contenido relativista,
Antstenes habra contestado lo vergonzoso es vergonzoso, parezca o no parezca.48
46

Sobre la posicin megrica acerca de lo real, vase punto 3.2.


Sobre este punto, vase FS, 628.
48
Plutarco, Cmo los jvenes deben escuchar a los poetas, 12.33c = SSR, V.A.195.
47

23

En el caso de Aristipo, encontramos igualmente un intento de identificar un


fundamento slido e indubitable, que se coloca en la experiencia, segn surge de 628.
Este dato aislado ha propiciado la ubicacin de Aristipo en el grupo de los relativistas e
incluso de los escpticos. Sin embargo, vale la pena notar que el subjetivismo cirenaico
tiene elementos que impiden la deduccin de corolarios de ese tipo. Por el contrario, en
el concierto de las tesis cirenaicas, este subjetivismo est asociado a un principio fuerte
que relaciona bien y placer e insiste en que existe una tendencia natural a este ltimo,
acompaada del evitar el dolor. De este modo, la imposibilidad de obtener
conocimiento cierto sobre el mundo exterior se parangona con las dificultades que
tambin identifican otros socrticos. Basta pensar en los megricos y su negacin
completa de conocimiento sobre lo sensible, en la posicin de Antstenes que propone
arribar a lo real por intermedio del lenguaje, o en Platn, que ofrece el dispositivo del
mtodo hipottico para lidiar con la imposibilidad de valerse de los datos sensoriales de
manera directa. Aristipo parte del mismo punto en que se subraya la complejidad del
plano exterior, para cifrar su punto estable ya no en paradigmas perfectos, como Platn
y Euclides, ni en la lengua como perfecto mosaico que reproduce lo real, sino en las
certezas a las que llega el sujeto, que no dan informacin directa sobre las causas de las
sensaciones, pero son la base que permite construir conocimiento.
En la perspectiva epistemolgica de Aristipo, slo las disciplinas orientadas a la
bsqueda del bien son admisibles (FS, 573-5), razn que se aduce para quitarle valor a
las matemticas en FS, 581-8. La adopcin de un punto de vista como este deja claro
que no estamos frente a una posicin relativista. Buscar el bien implica investigar la
posibilidad de un fundamento estable, que para Aristipo est asociado con el placer, en
tanto dato natural, al que slo se llega por medio del conocerse a s mismo, el gnthi
sautn caro tambin a Scrates. Lejos de ser considerado un elemento disruptor y
corruptor, en el marco cirenaico el placer ser el anclaje para erigir una va de acceso al
bien y al conocimiento.
En este sentido, esta bsqueda de un fundamento estable, asociado con el placer,
constituye el modo en que Aristipo tematiza un tpico tpicamente socrtico, que
podramos considerar el segundo rasgo fundante que comparten las variantes socrticas.
Nos referimos al tpico de la enkrteia, el autodominio, esto es la posibilidad de tener
poder (krtos) sobre uno mismo. Si recorremos las distintas posiciones socrticas
encontraremos distintas definiciones acerca del autodominio, as como diferentes modos
de alcanzarlo, pero todas ellas coinciden en esta radicalizacin de la referencia al sujeto
que acta de manera autnoma. En general, las otras corrientes ponen como condicin
de posibilidad de desarrollo del autodominio la anulacin de las tendencias al placer,
como surge paradigmticamente del pasaje de los toneles en el Gorgias de Platn,49 los
recaudos de Antstenes, o la aniquilacin de la perturbacin en el caso de los megricos.
50
Aristipo, en cambio, cifra en el ejercicio del placer la va para su dominio, y por
extensin el dominio de s.

49

Vase Platn, Gorgias, 493d ss. y la nota a FS, 380.


Sobre la posicin de Antstenes frente al placer, vase H. Tarrant, The Hippias Major and Socratic
Theories of Pleasure, en P. Vander Waerdt, op. cit., pp. 107-26, que matiza la caracterizacin usual de
antihedonista, que se desprende del testimonio de Digenes Laercio, VI.3, donde se atribuye a Antstenes
haber dicho que prefera la locura al placer. Sobre la posicin megrica, vase supra, 3.4.
50

24

4.2 Placer y afecciones


El hedonismo de Aristipo es blanco de crticas en numerosas fuentes, donde se lo
reduce a una tendencia complaciente que habilita cualquier accin en vistas del placer.
En rigor, la nocin misma de hedonismo gesta las condiciones para el malentendido, de
modo que incluso doctrinas que reniegan del placer corpreo, como el epicuresmo, han
sido vctimas de una reduccin tradicional que altera totalmente su verdadera
orientacin.51 Algo similar sucede con la posicin cirenaica, que parte de la oposicin
dolor-placer, fundndola en una direccin natural de rechazo-persecucin
respectivamente. La definicin de placer que encontramos en las fuentes lo liga
fundamentalmente a lo corpreo y por eso se habr de diferenciar del epicuresmo y de
las variantes cirenaicas ms tardas. Esta caracterizacin deriva directamente de la
definicin de placer en trminos de movimiento suave: una situacin en la que el
cuerpo es afectado de manera tal que por su suavidad es considerada placentera. 52 El
hecho de que sea un movimiento (knesis) descarta de plano que pueda entenderse al
placer como una manifestacin meramente intelectual o anmica. Para los cirenaicos, el
placer es una modificacin fsica.
Esta concepcin del placer lleva incluso a oponerse a las lneas tradicionales de
pensamiento que identificaban fin y felicidad, de un modo que ha convertido en un
lugar comn decir que las ticas griegas son eudemonistas, es decir que apuntan a la
felicidad (eudaimona), excepto en el caso de los cirenaicos. En efecto, la patencia del
placer como movimiento llev a los cirenaicos a subordinar la nocin de felicidad, que
desde su perspectiva no es el fin ltimo que todos los hombres persiguen, sino una
cierta metfora que implicara simplemente la sumatoria de placeres particulares. Este
placer particular es lo nico efectivamente elegible por s mismo, mientras que la
felicidad, que constituira el aglomerado de placeres, es algo difcil de lograr lo ms
difcil, en trminos de FS, 589.90, dado que habitualmente la consecucin del placer
implica esfuerzos no agradables.53 En rigor, los tratamientos, cada uno subrayando
algn aspecto, revelan cierta tensin entre las nociones de placer, fin y felicidad, que
terminan asociadas, de manera que el placer constituye una suerte de elemento que da
contenido a los otros dos.
Vale la pena notar que varias lneas filosficas modifican la caracterizacin
tradicional del parmetro moral en trminos de sabio. As, Platn propone al filsofo, en
tanto hombre que intenta llegar a la captacin del plano eidtico, y en este mismo
movimiento de colocar la sabidura (sopha) como objetivo del deseo (philen) sanciona
que la sabidura misma no es asequible a los hombres. Esto indica que quienes
pretenden ser sabios o sofistas, trmino muy cercano en sentido antes de la condena
platnica no hacen ms que engaar a sus interlocutores, dado que las limitaciones
inherentes a la naturaleza humana impiden alcanzar ese grado. Lo mismo har Iscrates,
aunque definiendo a la filosofa de manera diversa a la platnica, de un modo ms
cercano a la cultura general superior con tintes retricos.54 Algo similar har luego
Aristteles, cuando propone que el parmetro de la moralidad es el phrnimos, el
hombre sensato, prudente o moderado, que arbitra los avatares de la contingencia en la
que se mueve la filosofa prctica.
51

Sobre este punto, vanse los testimonios FS, 495 y 610 y notas ad loc.
Sobre la definicin de placer, vase FS, 589.87 y nota ad loc.
53
Sobre la posicin cirenaica como tica no eudemonista, vase FS, 589.88 y nota ad loc.
54
Sobre la nocin de filosofa en Iscrates, vase A. Nigtingale, op. cit., pp. 13 ss.
52

25

Frente a estas tendencias, los cirenaicos persisten en el modelo del sabio, pero
dotndolo de rasgos no extremos, de manera que se dice que, dado el modo que arbitra
su vida, vive la mayor parte de las cosas con placer, pero no todas. Hay una cuota de
dolor inalienable que no puede ser expulsada ni siquiera en los casos de mayor dominio
de las circunstancias, giro que se utiliza para describir la habilidad de Aristipo y puede
sin duda ser til para proyectarla a los rasgos del sabio cirenaico.55
El sabio, entonces, es aqul que est en condiciones de adaptarse a cualquier
situacin, y puede hacerlo porque posee enkrteia, autodominio, rasgo socrtico por
antonomasia, como mencionamos en 4.1. En buena medida, el sabio es quien tiene cabal
conciencia del status de sus afecciones (pthe), lo cual impone un tratamiento
gnoseolgico. En efecto, frente al sentido comn que se deja engaar y confundir por
los datos de los sentidos, los cirenaicos proponen que el nico criterio con el que
contamos son las afecciones internas, que indican placer, dolor y rasgos concretos que
supuestamente tienen las cosas que las ocasionan. Sin embargo, en esta perspectiva se
hace hincapi en que no tenemos fundamentos suficientes para pretender conocimiento
sobre el mundo externo. Por eso testimonia Plutarco que como si estuvieran sitiados,
abandonando lo exterior, <los cirenaicos> se encierran ellos mismos en las afecciones,
sosteniendo slo que parece, pero sin pronunciarse sobre lo que es, respecto de las
cosas exteriores (FS, 632).
As, el conocimiento sobre el mundo exterior queda suspendido, de manera que
la actividad del agente, si es que no quiere ceder a quimeras, ha de limitarse a la
informacin proveniente de los pthe, pero de stos no pueden inferirse datos que sirvan
para conocer el mundo exterior con algn grado de certeza. En ese sentido, Aristipo es
fiel a la profesin de ignorancia socrtica y se limita al gnthi seautn, nico objeto
posible de la filosofa.56
Partiendo de esta realidad inaprehensible, cmo queda configurado el plano
lingstico? Plutarco seala que el subjetivismo llev a los cirenaicos a crear
neologismos para evitar inferencias sobre el mundo exterior. As, para evitar
pronunciarse sobre objetos, en lugar de hablar de lo dulce, lo amargo, lo fro, lo
caliente, lo luminoso o lo oscuro, hablaban de endulzarse, amargarse, enfriarse,
calentarse, iluminarse y oscurecerse (FS, 632). De acuerdo con esto, no
podramos decir con certeza que existe un objeto dulce, sino que sentimos dulzura, es
decir que nos endulzamos, renunciando a identificar la causa. Desde este punto de vista,
el lenguaje resulta un elemento sin correlato real, que hay que corregir o alterar para
representar la relacin entre el sujeto y lo real. La lengua estara viciada de presupuestos
ontolgicos objetivistas incompatibles con la epistemologa cirenaica y constituira, por
lo tanto, en cierto modo, un obstculo, por lo menos hasta que se lo adapte a los nuevos
parmetros. En la propuesta de Aristipo existe, entonces, una garanta de representacin
lingstica de la orientacin del pensamiento a lo real, pero est restringida a los juicios
sobre afecciones subjetivas y esto da lugar a una tica orientada a valerse de estas
nicas certezas y apoyada exclusivamente en el placer presente que hay que perseguir.
55

Vase esta caracterizacin en FS, 441.


Vase en las notas a FS, 349, 463, 525, 527, 529, 570 y 589 referencias a los puntos de contacto con la
segunda parte del Gorgias de Platn, que ha sido interpretada a la luz de presupuestos cirenaicos. Son
especialmente importantes los pasajes en que Scrates aduce argumentos para sostener el rasgo positivo
del castigo, donde se discute la correlacin entre poien y pschein (476b-c). All se aducen ejemplos
similares a los que Arstocles en FS, 639 usa para comentar la posicin de los cirenaicos, tales como ser
quemado o ser cortado.
56

26

Del mismo modo que los dems grupos socrticos, ms prximos a movimientos
intelectuales que a escuelas, el grupo cirenaico est atravesado por la multiplicidad de
opiniones. Si atribuimos a Aristipo la postulacin del par placer-dolor como elementos
fundantes que determinan la antropologa cirenaica originaria, las variantes sucesivas
parecen problematizar y complejizar esta posicin. En primer lugar, se atribuye a
Aristipo Metrodidacta, el nieto de Aristipo el socrtico, la inauguracin de una tercera
variable, que constituira una condicin intermedia entre placer y dolor. La habilitacin
de una categora adicional diferente de ambas abre el problema del tipo de dato sensible
a que da lugar este tipo intermedio, ya que, a diferencia del planteo originario, existiran
ahora afecciones que escapan a la dicotoma bsica y no producen ni placer ni dolor.57
Efectivamente, en el seno del tratamiento de la posicin cirenaica, en FS, 589, se
afirmaba que la supresin del dolor no equivala al placer, as como la ausencia de
placer no equivala al dolor. La razn aducida es que placer y dolor, en tanto
movimientos, cubren el espectro total de afecciones posibles y no puede haber
categoras adicionales. Este es el punto que parece haberse revisado en la posicin de
Metrodidacta, probablemente como resultado del dilogo polmico en el marco de las
filosofas helensticas. Sin ir ms lejos, la puntualizacin aludida acerca de la no
identidad entre placer y supresin del dolor lleva como aclaracin que en esto la
posicin cirenaica se diferencia de la epicrea.
Por otra parte, las torsiones tericas derivadas del hedonismo son multiformes y en
cierto sentido paradjicas. En el caso de la vertiente de Hegesias, por ejemplo, la
focalizacin en el placer se ubica en el plexo de una visin pesimista. Las bsquedas
auguradas por el sabio cirenaico postulado por Aristipo, donde el cultivo del
autodominio permite arbitrar toda circunstancia de la mejor manera y asegurar una
cuota de placer, son vistas como un programa imposible, dado que se enfatiza que los
males del cuerpo y su inevitable ruina, as como las perturbaciones anmicas y el azar,
que destruye toda previsin, conspiran contra la posibilidad de existencia de la
felicidad. Si en la matriz aristipiana se sostena que la felicidad era un elemento
derivado de la elegibilidad de los placeres puntuales, en la perspectiva de Hegesias
quedan slo estos ltimos, pero precedidos de una enumeracin de los inconvenientes
para alcanzarlos. El resultado es una posicin cida y pesimista, que invierte la jerarqua
originaria para plantear que el sabio no se caracteriza por lograr el placer, sino por evitar
el dolor, punto que se convierte en fin ltimo de la vida.
La evolucin en este sentido no fue generalizada, sino que el pesimismo de
Hegesias parece contrapesado trmino a trmino por la posicin de Aniceris de Cirene,
que no desdea la nocin de felicidad. Por el contrario, el sabio aniceriano persevera en
la felicidad y puede alcanzarla incluso con una cuota pequea de placer, lo cual vuelve
llamativa a esta posicin hedonista que puede sostenerse incluso con pocas cosas
placenteras. En este sentido, en esta corriente se admiten placeres anmicos que eran
explcitamente rechazados en la doxografa atribuida a los primeros cirenaicos. Esta
tendencia, que acerca el hedonismo cirenaico al epicreo, no hace ms que
profundizarse en la lnea de Teodoro el Ateo, discpulo de Aniceris, que parece
consagrar la tendencia sustituyendo la oposicin placer-dolor por la de alegra-pena. De
este modo se mantienen rasgos generales del planteo cirenaico, pero metamorfoseados y
alejados del planteo radical de un fin ligado al placer corporal.
Es de notar igualmente, en el caso de Teodoro el Ateo, que la evolucin del grupo
incluye tambin la incorporacin de prcticas inusitadas en estadios previos del grupo,
57

Sobre este problema, vase FS, 653 y nota ad loc.

27

como ciertos rasgos de argumentacin dialctica que reaparecen en el anecdotario y los


datos doxogrficos.58 Este debilitamiento de los caracteres tradicionales de la lnea
cirenaica, hasta el punto de que la sustitucin del placer (hedon) por la alegra (khra)
implicara que estrictamente no estamos aqu ante una posicin hedonista, es un indicio
de la prdida de identidad que afect al grupo, probablemente como fruto de los ajustes
tericos numerosos derivados del dilogo polmico.
5. Organizacin de la obra
Los fragmentos y testimonios de los filsofos socrticos carecieron durante
mucho tiempo de una edicin confiable y completa que permitiera un estudio profundo
de sus implicancias y contactos con otras lneas tericas de la poca. Un breve estado de
la cuestin revela que la filosofa de los socrticos y su relacin con el pensamiento de
Platn fue objeto de estudio prioritario de la historiografa hasta la segunda dcada del
siglo XX. Los trabajos de Jol, Duemmler, Gomperz, Natorp, Maier, Raeder, Susemihl,
Zuccante,59 entre otros, contaban con la necesidad de referirse a los dems discpulos de
Scrates para delinear los problemas tericos de la poca en que escribi Platn. Poco
despus, un cambio de paradigma disciplinar trajo aparejado un abrupto abandono del
estudio de la filosofa platnica en contexto.
El avance de la filosofa analtica, orientada a la interpretacin de la lgica
interna de las obras, antes que a sus proyecciones socio-contextuales, coadyuv a este
cambio de paradigma.60 Varias dcadas ms tarde, una recuperacin de este tipo de
enfoque, fundamentado ahora en la edicin de textos y la exgesis de los testimonios, ha
sido planteada por autores como Decleva Caizzi, Dring, Giannantonni, Brancacci,
Tsouna y Cordero, por ejemplo.61 En este sentido, las dificultades se allanaron
notablemente a partir de la edicin de textos griegos de Giannantoni (Socrates et
socraticorum reliquiae, Napoli, Bibliopolis, 1990), que dinamiz los estudios en esta
rea. El trabajo de Giannantoni recopila los testimonios sobre Scrates y los socrticos,
dentro de los incluye a Euclides y los megricos, Fedn y el grupo de Elis, Aristipo y
los cirenaicos, Antstenes, Digenes y los cnicos y Esquines y otros discpulos
atenienses. La naturaleza del material, a la que hemos hecho referencia en el punto 1, no
permite separar en fragmentos y testimonios, entendiendo por los primeros citas
legtimas y fidedignas de los autores en cuestin.

58

Vase, por ejemplo, los argumentos citados en FS, 680 y 693.


K. Jol, Geschichte der antiken Philosophie, Tbingen, Mohr, 1921; F. Duemmler, Kleine Schriften:
Zur grieschichen Philosophie, Leipzig, Hirzel, 1901; Th. Gomperz, op. cit.; P. Natorp, Aristipp in
Platons Thetet, Archiv fr Geschichte der Philosophie (Hamburg), 3, 1890, pp. 515-31; H. Maier,
Socrates. Sein Werk und seine geschichtliche Stellung, Tbingen, Mohr, 1913; H. Raeder, Platons
philosophische Entwicklung, Leipzig, Teubner, 1905; F. Susemihl, Die genetische Entwicklung der
platonischen Philosophie, Leipzig, Biblio-Verlag, 1860 y G. Zuccante, Antistene nei dialoghi di
Platone, Rivista di Filosofia (Bologna), 19, 1916, pp. 551-81.
60
Un anlisis de la lista de pasajes platnicos que se han conectado con referencias intertextuales respecto
de los socrticos como la que ofrece Giannantonni (op. cit., I.358-373) muestra a las claras este viraje.
61
F. Decleva Caizzi, Antisthenis fragmenta, Milano-Varese, Cisalpino, 1966; K. Dring, op. cit.; G.
Giannantoni, op. cit.; A. Brancacci, Oikeios logos. La filosofia del linguaggio di Antistene, Napoli,
Bibliopolis, 1990; V. Tsouna, The Epistemology of the Cyrenaic School, Cambridge, CUP, 1998 y N.
Cordero, Linterprtation anthisthnienne de la notion platonicienne de forme (eidos, idea) en M.
Fattal (ed.), La philosophie de Platon, Paris, LHarmattan, 2001.
59

28

El presente volumen, centrado en los grupos megrico y cirenaico, es el primero


de los dedicados a la presentacin de los textos suprstites sobre los filsofos socrticos.
En cuanto a la organizacin, seguimos en lneas generales la edicin de Giannantoni,
pero alterando el orden de aparicin de los textos cuando nos parece conveniente y
agregando algunos pasajes no contemplados en su edicin que resultan de importancia.
Las referencias internas a pasajes de la obra en la Introduccin se llevan a cabo
anteponiendo la indicacin FS (Filsofos socrticos) al nmero de testimonio indicado.
Las traducciones de pasajes de autores modernos, salvo indicacin contraria, son
nuestras.
Dada la naturaleza de las fuentes, cuyo conocimiento es importante para evaluar
la calidad y confiabilidad de los testimonios, hemos agregado un Catlogo de fuentes
con informacin bsica que permita identificarlas. Su redaccin, as como la de los
ndices de nombres propios y de correspondencias con la obra de G. Giannantoni, es
obra de Hernn Inverso. Va hacia l nuestro mayor agradecimiento por su constante
apoyo durante la redaccin. Agradecemos igualmente a Luis . Castello por su
colaboracin en la revisin de algunos textos latinos.
El trabajo va dedicado a Luca Prez Inverso, Federica Mrsico y Nicols Di
Venosa, que vinieron al mundo mientras crecan estas pginas y son metfora viva de
tantsimos inicios, y a Sofa y Lucio Castello, flores que tomaron mi casa y recrean cada
da la sorpresa.
Bibliografa
Consignamos a continuacin una breve lista de obras ms relevantes respecto de los
grupos megrico y cirenaico, incluyendo las que se mencionan ms a menudo en las
notas a los testimonios, donde se las cita por autor y ao. Otras obras ms puntuales se
consignan all con referencias completas.
ANGSTL, H., Bemerkungen zu Jules Vuillemin, die Aporie des Meisterschlusses von
Diodoros Kronos und ihre Lsungen, en Allgemeine Zeitschrift fr Philosophie
10.2, Hildesheim, 1985 y 11.3, 1986, pp. 79-82.
APELT, O. Stipon, Rheinisches Museum 53, Frankfurt, 1988, pp. 621-5.
ARNIM, H. VON, Ein Bruchstck des Alexinos, Hermes 28, Stuttgart, 1893, pp. 65-72.
AUBENQUE, P., Le problme de ltre chez Aristote. Essai sur la problmatique
aristotlicienne, Paris, PUF, 1962.
BAEUMKER, C., Ueber den Sophisten Polyxenos, Rheinisches Museum 34, Frankfurt,
1879, pp. 64-83.
BARREAU, H., Clanthe et Chrysippe face au Matre Argument de Diodore, en Les
Stociens et leur logique, Actes du coll. De Chantilly de sept. 1976, Paris, Vrin,
1978, pp. 21-40.
BECCARI, A., Le dottrine politiche dei Socratici minori, Convivium 2, Torino, 1930, pp.
605-22.
BOUDOT, M., Largument Dominateur et le temps cyclique, tudes philosophiques 13,
Paris, 1983, pp. 271-473.
BURNYEAT, M., Gods and Heaps, en M. Schofield-M. Nussbaum (eds.), Language and
Logos, Studies in Ancient Greek Philosophy presented to G. E. L. Owen,
Cambridge, CUP, 1982, pp. 315-338.
29

DROZDEK, A., Euclides of Megara: God = Phronesis = The Good, Acta Antiqua
Academiae Scientiarum Hungaricae 45.1, Budapest, 2005, pp. 27-34.
GIANNANTONI, G., I Cirenaici. Raccolta delle fonti antiche, Firenze, Sansoni, 1958.
GIANNANTONI, G., Aristotele, Diodoro Crono e il moto degli atomi, Siculorum
Gymnasium 33, Catania, 1980, pp. 125-133.
GIANNANTONI, G., El kyrieon lgos di Diodoro Crono, Elenchos 2, Napoli, 1981, pp.
239-272.
GRAESER, A., Der dritte Mensch des Polyxenos, Museum Helveticum 31, Basel, 1974,
pp. 140-3.
HUMBERT, J., Socrate et les Petits Socratiques, Paris, PUF, 1967.
KOYR, A., pimnide le menteur, Paris, Hermann, 1947.
MANNEBACH, E., Aristippi at Cyrenaicorum fragmenta, Leiden, Brill, 1961.
MICHAEL, F., What is the Master Argument of Diodorus?, American Philosophical
Quarterly 13.3, Illinois, 1976, pp.229-235.
MOLINE, J., Aristotle, Eubulides and the Sorites, Mind 78, Oxford, 1969, pp. 393-407.
MULLER, R., Signification historique et philosopique de largument Souverain de
Diodore, Revue de philosophie ancienne I, Bruxelles, 1984, pp. 3-37.
MULLER, R., Les Mgariques. Fragments et tmoignages, Paris, Vrin, 1985.
ROSSETTI, L., Tracce di un logos sokratiks alternativo al Critone e al Fedone platonici,
Atene e Roma 20, Firenze, 1975, pp. 34-43.
ROSSETTI, L., Ricerche sui Dialoghi socratici? Di Fedone e di Euclide, Hermes 108,
Stuttgart, 1980, pp. 183-2000.
ROSSETTI, L., Le dialogue socratique in statu nascendi, Philosophie Antique 1, Lille,
2003, pp. 11-35.
SEDLEY, D., Diodorus Cronus and Hellenistic Philosophy, Proceedings of the
Cambridge Philological Society 23, Cambridge, 1977, pp. 74-120.
SEEL, G. Diodore domine-t-il Aristote?, Revue de mtaphysique et de morale 87.3,
Paris, 1982, pp. 293-313.
TSOUNA, V., The Epistemology of the Cyrenaic School, Cambridge, CUP, 1998.

30

1
EL GRUPO DE LOS SOCRTICOS

31

1.1 Grupos, escuelas y sucesiones


1. ARISTOFANES, Aves, 1280-3
Pues hasta que t fundaste esta ciudad, absolutamente todos estos hombres vivan al
estilo de Esparta, se dejaban crecer el pelo, andaban hambrientos, evitaban baarse,
socratizaban, arrastraban bastones.62
2. PLATN, Apologa, 33d-34a:
En rigor, si yo corrompo a unos jvenes ahora y a otros los he corrompido ya, alguno de
ellos, creo yo, al hacerse mayores, se daran cuenta de que, cuando eran jvenes, yo les
aconsej en alguna ocasin algo malo, y sera necesario que subieran ahora a la tribuna,
me acusaran y se vengaran. Si ellos no quieren, alguno de sus familiares, padres,
hermanos u otros parientes; si sus familiares recibieran de m algn dao, tendran que
recordarlo ahora y vengarse. Por todas partes estn presentes aqu muchos de ellos a los
que estoy viendo. En primer lugar, Critn, aqu presente, de mi misma edad y demo,
padre de Critbulo, tambin presente; despus Lisanias de Esfeto, padre de Esquines,
que est aqu; luego Antifn de Cefisia, padre de Epgenes, adems estn presente otros
cuyos hermanos han estado en esta ocupacin, Nicstrato, el hijo de Teoztides y
hermano de Tedoto -Tedoto ha muerto, as que no podra rogarle que no me acusara-;
Paralio, hijo de Demdoco, cuyo hermano era Tages; Adimanto, hijo de Aristn, cuyo
hermano es Platn, que est aqu; Ayantodoro, cuyo hermano, aqu presente, es
Apolodoro. Puedo nombraros a muchos, algunos de los cuales Meleto deba haber
presentado especialmente como testigos en su discurso.63
3. PLATN, Fedn, 59 b-c (SSR, I.H.1):
Equcrates Y puntualmente, Fedn, quines estuvieron presentes?64
62

Aristfanes, fuente primordial para la reconstruccin del Scrates histrico por su mordaz crtica de
Nubes, caracteriza al pasar, de modo igualmente irnico, a estos personajes que adoptaban actitudes
laconizantes. Interesa aqu que se dice que socratizan, lo cual indica, por un lado, que se asocia a
Scrates con los grupos aristocrticos en los cuales la actitud de emulacin hacia las costumbres
espartanas estaba extendido (sobre la plausibilidad de esta idea, vase G. Vlastos, The Historical
Socrates and Anthenian Democracy, in Political Theory 11.4, London, 1983, pp. 495-516 y una visin
diferente en E. Wood N. Wood, Socrates and Democracy. A Reply to Gregory Vlastos, in Political
Theory 14.1, London, 1986, pp. 55-82), y, por otro, que este modus vivendi excede al de los discpulos
que efectivamente dejarn luego tesis socrticas y que estos ltimos se insertaban dentro de un
movimiento mayor atrado por la prctica socrtica.
63
Platn presenta dos listas de allegados a Platn, esta primera se refiere a una ocasin pblica, como lo
es el juicio a Scrates, y la segunda, consignada en el pasaje siguiente, consituye un acontecimiento
privado, ligado a la muerte de Scrates, relatada en el Fedn. En la primera, Platn est presente, junto
con algunos allegados que retrat bien en los dilogos como Critn en la obra homnima, Adimanto,
interlocutor en Repblica, y Apolodoro, en Banquete, 172b y Fedn, 59a y 117d, o que, como Esquines,
ganaron su lugar dentro de los socrticos de renombre. Otros nos son mucho menos conocidos, an en
casos como el de Epgenes, que asiste tambin a la reunin final con Scrates.
64
Frente a la lista de Apologa, que consta en 2, muy condicionada porque el argumento requiere nombrar
allegados con parientes en condiciones de testimoniar, la lista de Fedn menciona un nutrido grupo que
haca de estas reuniones una actividad habitual, tanto antes como durante el cautiverio de Scrates, como
se desprende de Critn, 43b ss. El hecho de que se refiera adems a los miembros ausentes subraya la
intencin de establecer al menos el ncleo de este grupo, dentro del cual no todos tienen trascendencia
filosfica por sus aportes originales, sino que se incluye a personajes ligados a Scrates por simple
afinidad o inters en la recepcin y no en la creacin ni difusin de ideas. La enunciacin de los

32

Fedn Apolodoro, pues, que estaba con sus compatriotas, Critbulo y su padre y
adems Hermgenes, Epgenes, Esquines y Antstenes. 65 Tambin estaba Ctesipo el de
Peania, Menxeno y algunos otros de sus compatriotas. Platn, en cambio, creo, estaba
enfermo.
Equcrates Y haba extranjeros presentes?
Fedn S, entre otros Simias el tebano, Cebes y tambin Fedondas, y venidos de
Mgara estaban Euclides y Terpsin.
Equcrates Y qu? Aristipo y Cleombroto estuvieron presentes?
Fedn Claro que no, pues dicen que estaban en Egina.
4. CARTA SOCRTICA (Euclides (?) a Jenofonte) (SSR, I.H.1):
Entre los amigos, asistimos a Scrates en el momento de morir Terpsin, Apolodoro,
Fedn, Antstenes, Hermgenes, Ctesipo y yo. Platn, Cleombroto y Aristipo, en
cambio, llegaron demasiado tarde, porque Platn se enferm, y los otros dos estaban en
Egina.66
presentes en el momento de la muerte de Scrates llevada a cabo por Platn organiza el listado en dos
grupos: el primero enumera a los atenienses y el segundo a los extranjeros, es decir aquellos oriundos de
otras ciudades griegas. Los primeros mencionados son quienes, sumados a Platn, en Apologa, 38b,
instan a Scrates a ofrecer voluntariamente el pago de una multa como condena: Apolodoro, el relator del
dilogo Banquete, Critbulo, el hijo de Critn, este ltimo interlocutor del dilogo homnimo en el cual
Platn hace que Scrates explicite sus razones para acatar la condena a muerte impuesta por el tribunal en
lugar del exilio. Los dems son igualmente allegados al grupo socrtico. Epgenes es mencionado en
Apologa, 33e entre los jvenes que frecuentan a Scrates con aquiescencia de sus padres, Hermgenes es
personaje central del dilogo Crtilo, donde sustenta la posicin convencionalista, y Esquines y
Antstenes se cuentan entre los representantes de escuelas de cuo socrtico. Tambin ofician de
personajes en la obra de Platn Ctesipo, en el Eutidemo, y Menxeno, en el dilogo que lleva su nombre.
Las razones de la mencin de la ausencia de Platn han sido largamente discutidas, y pueden ser indicio
de las libertades que se tomar el autor en el relato.
65
Entre los no atenienses, el grupo tebano est representado por Simias y Cebes, interlocutores de
Scrates en el Fedn, y Fedondas, slo mencionado en la tradicin por Jenofonte en Memorabilia, I.2.48
como allegado de Scrates. En Digenes Laercio, V.81 se hace referencia, entre las obras de Demetrio de
Falero, a un Fedondas, que podra referirse a la misma figura. A continuacin se menciona a Euclides y
Terpsin, como representantes del grupo megrico. Este ltimo aparece slo en las menciones
biogrficas, pero nunca en relacin con el desarrollo de posiciones tericas del grupo (vase 58 y nota ad
loc.). Adems de Platn, se presenta como ausentes a Aristipo y Cleombroto, ambos ligados con la
corriente de los cirenaicos. Suele verse en la mencin de la estancia en Egina de los cirenaicos un tono
irnico, dado que la distancia no era un impedimento para asistir al momento de la muerte de Scrates si
lo hubiesen deseado (vase 373 y nota ad loc.). Por otra parte, se ha dicho que la lgica del dilogo,
orientado al tema de la inmortalidad del alma y apoyado sobre acuerdos bsicos respecto de la naturaleza
del alma y la depreciacin de lo sensible, hace conveniente la ausencia de los socrticos con tendencias
sensualistas y hedonistas. Esta idea no parece demasiado plausible si pensamos que s est presente
Antstenes, declarado opositor a la Teora de las Formas esbozada por Platn.
66
A la misma lista compuesta por Platn en el Fedn responde la mencin de este texto tardo, fruto de la
literatura helenstica, como as tambin el testimonio de Libanio, en 5, personaje del s. IV d. C. ligado a la
retrica y asociado a la llamada segunda sofstica, que compuso una Apologa de Scrates en la que
retoma motivos clsicos y agrega otros que pueden colegirse de los testimonios de fuentes antiguas. En
este caso, se atiende especialmente a la acusacin sobre corrupcin de los jvenes notando que hay
mayora de adultos entre quienes acompaan a Scrates, de lo cual se deduce que si, por un lado stos no
presentan quejas y, por otro, no son sealados por su iniquidad, el cargo mencionado no tiene sustento. La
seleccin de los personajes parece estar afectada en toda esta lnea de fuentes por el silenciamiento de los
allegados de Scrates que deben haber propiciado esta acusacin, entre quienes estn en primer plano
Alcibades, muerto en el 404 a.C. y Critias y Crmides, parientes de Platn que integraron el grupo de los
Treinta Tiranos en ese mismo ao, en que se dio la derrota ateniense frente a Esparta. De todos modos, si
esta lista se refiere a los que eran cercanos a Scrates en el ltimo tiempo y con una impronta

33

5. LIBANIO, Declamaciones, II.23 (SSR, I.H.1):


Qu joven asisti a la prisin? Apolodoro, Critn, Fedn, Simias, Cebes, Hermgenes,
Epgenes, Antstenes y Esquines, hombres mayores, son discpulos de Scrates.
6. DION CRISSTOMO, Discursos, VIII.7.1 (SSR, I.H.2):
Digenes de Snope, tras escapar de su patria, lleg a Atenas sin diferenciarse en nada
de los de condicin muy humilde, y encontr a muchos de los entonces compaeros de
Scrates: Platn, Aristipo, Esquines, Antstenes y el Mgarico Euclides. Jenofonte, en
cambio, estaba en el extranjero a causa de la expedicin de Ciro.67
7. DIODORO, Biblioteca histrica, XV.76.4 (SSR, I.H.3):
Haba en esos tiempos valiosos hombres memorables por su educacin: Iscrates el
orador, los discpulos que surgieron de l, Aristteles el filsofo, tambin Anaxmenes
de Lmpsaco y Platn de Atenas; adems los ltimos de los filsofos pitagricos y
Jenofonte el escritor de historias, que era extremadamente anciano, pues recuerda que la
muerte de Epaminondas haba sucedido poco tiempo despus. Y Aristipo y Antstenes,
y adems de ellos Esquines de Esfeto, el socrtico.
8. DIGENES LAERCIO, I.13-19:68 (SSR, I.H.6):
Hubo dos orgenes de la filosofa: el que se remonta a Anaximandro y el que se remonta
a Pitgoras. Mientras el primero fue seguidor de Tales, Fercides gui a Pitgoras. Se
llam al primero origen jnico, porque Tales, que era jnico pues era milesio, gui
a Anaximandro. Al otro se lo llam itlico, por Pitgoras, porque formul la mayor
parte de su filosofa en Italia. (14) Uno culmina con Clitmaco, Crisipo y Teofrasto. El
itlico con Epicuro.69 En efecto, de Tales aprendi Anaximandro, y de l Anaxmenes,
marcadamente terica, el argumento tiene cierto peso, al menos para indicar que no siempre Scrates
estuvo ligado con individuos de actuacin poltica censurable.
67
Este testimonio tiene la virtud de mencionar sintticamente a los que la tradicin tom por socrticos de
primera lnea desde la perspectiva de un hombre de mediados del s. IV a.C. como Digenes. Lo mismo se
desprende del pasaje siguiente, referido a la misma poca, en el cual se relata la batalla de Mantinea,
acaecida en el 362 a.C.
68
La doxografa helenstica puso en juego una compleja red de categoras para la clasificacin de los
pensadores previos. Digenes Laercio pasa revista a estos criterios, a partir de los cuales se puede
apreciar, por un lado, el producto de la redaccin de sucesiones, que tendan a integrar a todos los
pensadores a travs de la postulacin de relaciones de maestro a discpulo que cubran todo el espectro. A
este presupuesto sola sumarse la nocin de akm, que los latinos llamaron floruit, e indicaba el momento
de florecimiento o mayor produccin intelectual de un autor, ubicada arbitrariamente alrededor de los
cuarenta aos, suponiendo que tambin en esta poca se produca la formacin de discpulos. Estos
presupuestos dieron lugar a perspectivas notoriamente forzadas. Sobre la organizacin en escuelas,
vase Introduccin, 1 y 3.1. Ntese que en esta progresin, Scrates es un eslabn ms dentro de la
escuela jnica, heredero de Arquelao, y en este sentido la antigedad no se vali de su figura para separar
la produccin intelectual del perodo, como sucedi en la modernidad a partir de la creacin de la
categora de presocrticos (sobre este punto vase L. Paquet Y. Lafrance, Introduccin, en Les
Presocratiques (1450-1879), Montreal, Bellarmin, 1995). Sin embargo, hay que subrayar que s est
claramente presente en la tradicin doxogrfica la atribucin de un lugar central a Scrates en tanto
ncleo formador de una serie de pensadores que seran los que determinen en escenario terico de la
poca helenstica, como se en la nota siguiente.
69
Este pasaje da cuenta de una friccin importante dentro del enfoque doxogrfico transmitido por
Digenes. Suele subrayarse el hecho de que mientras la perspectiva inicial apunta a sucesiones de
individuos aislados, el choque con la figura de Scrates obliga a un cambio de perspectiva dictado por la
multitud de intelectuales ligados con su figura que da lugar al planteo de escuelas (hairseis).

34

de l Anaxgoras, de l Arquelao, de l Scrates, el introductor de la tica. De l los


dems socrticos y Platn, el fundador de la antigua Academia (). (15) As se termina
con Crisipo. De Scrates aprendi Antstenes, de l Digenes el Perro, de l Crates el
tebano, de l Zenn de Citio, de l Cleantes, de l Crisipo. () (16) Entre los filsofos,
unos resultaron dogmticos, otros escpticos.70 () Asimismo, algunos de ellos dejaron
tratados, mientras otros no escribieron absolutamente nada, como, segn algunos,
Scrates, Estilpn, Filipo, Menedemo, Pirrn, Teodoro, Carnades y Brisn. 71 () (17)
Entre los filsofos, algunos recibieron su nombre a partir de su ciudad, como los
Elacos, los megricos, los Ertricos y los cirenaicos. Otros segn el lugar <en donde
enseaban>, como los Acadmicos y los estoicos. Incluso a partir de un rasgo casual,
como los Peripatticos, e incluso de bromas, como los cnicos. Otros por las
disposiciones <que perseguan>, como los Eudemonistas.72 Unos por su creencia, como
los Amigos de la verdad, los Refutadores y los Analogistas. Algunos tambin por sus
maestros, como los socrticos, los epicreos y los casos similares. Adems, unos fueron
llamados fsicos por su dedicacin a la naturaleza, mientras a otros se los llam ticos,
por su preocupacin por las costumbres (the). Dialcticos son cuantos observan la
sutileza de los argumentos. (18) Las partes de la filosofa son tres: fsica, tica y
dialctica. La parte fsica trata acerca del cosmos y las cosas que hay en l; la parte tica
trata del modo de vida y lo que nos atae y la parte dialctica es la que rige los
argumentos de las otras dos partes. Hasta Arquelao exista la forma fsica; a partir de
Scrates, como se adelant, la tica, y a partir de Zenn de Elea, la parte dialctica. Hay
diez lneas intelectuales que se dedican a la parte tica: la Acadmica, la Cirenaica, la
Elaca, la Megrica, la Cnica, la Ertrica, la Dialctica, la Peripattica, la Estoica y la
Epicrea. () (19) Aristipo de Cirene fund la lnea Cirenaica, Fedn de Elis la Elaca,
Euclides de Mgara la Megrica, Antstenes de Atenas la Cnica, Menedemo de Eretria
la Ertrica, Clinmaco <de Turio y, segn otros, Dionisio> 73 de Calcedonia la
Dialctica. () Sin embargo, Hipboto, en Sobre las lneas intelectuales dice que hay
nueve lneas, es decir grupos. En primer lugar, la Megrica; en segundo lugar, la
Ertrica; en tercer lugar, la Cirenaica; en cuarto lugar, la Epicrea; en quinto lugar, la
70

Literalmente, ephektiko, suspensivos, en referencia a la suspensin del juicio que propiciaban


tericamente.
71
El rechazo de la escritura es una caracterstica propia del grupo socrtico, incluso en autores que se
valen abiertamente de ella, como es el caso de Platn, si se recuerdan pasajes como Fedro, 274c ss. o la
Carta VII, 340b ss., que han dado lugar al marco interpretativo que insiste en las doctrinas no escritas
(grapha dgmata), supuestamente mantenidas dentro del marco de la oralidad por la desconfianza
respecto de la escritura. Sin embargo, de los mencionados en esta lista se atribuyen obras escritas a
Estilpn en 299-301. Lo mismo sucede con Teodoro el Ateo en 693 y Brisn en 111 y 555. Dentro del
plano de lo especulativo, podra pensarse que esta contradiccin en las fuentes refleja alguna tensin
similar respecto de la baja relevancia de los textos escritos frente a la primaca de la transmisin oral, por
otra parte tpica del perodo. Vase nota a 75.
72
En relacin con el trmino eudaimona, felicidad, se asocia el nombre de Anaxarco de Abdera. Vase
T. Dorandi, I frammenti di Anassarco di Abdera, en Atti e memorie dellAccademia Toscana La
Colombaria 45, Firenze, 1994. Se dice que hay una broma en la referencia a los cnicos, dado que su
nombre deriva de kn, perro, como se ve en 15 a propsito de Digenes. A continuacin, los amigos
de la verdad parecen ser los epicreos, como se infiere de Ateneo, XIII.588a (frag. 117 Usener).
73
Tal como ha sido transmitido, el texto de Digenes entra en colisin con otras fuentes. No se menciona
a Clinmaco sino a Clitmaco, y le atribuye un origen que no tiene ecos en otros testimonios. Para darle
inteligibilidad, seguimos la conjetura de Roeper [Zu Laertios Diogenes (I), Philologus 30, Berlin, 1870,
pp. 557-77], que coloca este testimonio en consonancia con lo que informa el mismo Digenes en II.112
y la Suda en su referencia a Scrates, nuestros testimonios 92 y 93 respectivamente, donde Clinmaco
est ligado con la lnea Dialctica, derivada de la Megrica. Sobre Dionisio de Calcedonia, vase 100-2.

35

Aniceriana; en sexto lugar, la de Teodoro; en sptimo lugar, la de Zenn, es decir la


Estoica; en octavo lugar, la Acadmica antigua y en noveno lugar la Peripattica. No
cuenta ni la Cnica, ni la Elaca, ni la Dialctica.
9. JOSEFO, Recordatorio, 143 (SSR, I.H.6):
Qu lneas intelectuales han surgido entre los griegos. La de los fsicos, la que trata de
teologa, la de los Siete Sabios, la Isocrtica, la Cirenaica, la Cnica, la Elaca, la
Selectiva, Megrica, Pitagrica, Empedclea, Heracltea, Eletica, Democrtea,
Protagnica, la de Pirrn, la Acadmica, la Peripattica, la Estoica y la Epicrea.
Herclides el Pitagrico distingui estas veinte escuelas en su Sobre la obra de los
filsofos.
10. DIGENES LAERCIO, II.47 (SSR, I.H.5):
De los que siguieron a Scrates, los llamados socrticos, los principales son Platn,
Jenofonte y Antstenes. De los diez que se han transmitido, cuatro son muy remarcables:
Esquines, Fedn, Euclides y Aristipo. En rigor, hay que hablar primero sobre Jenofonte,
luego sobre Antstenes, entre los cnicos, y luego sobre los socrticos, despus tambin
sobre Platn, porque origin las diez escuelas, es decir fund la primera, la Academia.
Sigamos, entonces, el orden de esta manera.74
11. CICERN, Sobre el orador, III.16.61-17.62 (SSR, I.H.4):
Hubo adems otros grupos de filsofos, que se llamaban a s mismos casi todos
socrticos: los Ertricos, los Herilianos, los megricos, los Pirrnicos.75 Pero hace
tiempo que en su vigor y discusiones estn desmoronados y extintos.
12. ARISTOCLES, Sobre la filosofa, frag. 1 (FPhG, III.206; Frag. 1 Heiland, segn
Eusebio, Preparacin evanglica, XI.3.15, pp. 510 b- 511 a) (SSR, I.H.4):
Filosof Platn, e incluso algn otro de los que alguna vez existieron, de manera
legtima y perfecta () (2) Pero sobre todo Scrates, como en el proverbio, aadi
74

Esta lista de siete lneas socrticas se infiere de la mayora de las fuentes. Ntese que entre ellos se
plantea una distancia cualitativa entre Platn, Jenofonte y Antstenes respecto del resto. La inclusin de
Antstenes dentro de los socrticos de primera lnea contrasta con el magro nmero de textos que
conservamos actualmente, hasta el punto de que su figura se desvanece como un nexo entre Scrates y los
cnicos. Vale la pena subrayar que no era sta la percepcin que de su produccin terica tenan los
antiguos. El hecho de que se diga que Platn fund la primera escuela implica que inmediatamente su
ejemplo fue seguido por otros, como se confirma por otras fuentes, que hablan del xito de las escuelas
socrticas. El texto presenta una serie de problemas respecto del agrupamiento de los socrticos, que han
llevado a correcciones del texto. Sobre este punto, vase M. Narcy, Notes complementaires. 2, en
Diogne Larce, Vies et doctrines del philosophes illustres, trad. sous la direction de M. Goulet-Caz,
Paris, La Pochoteque, 1999, pp. 360-1. Por otra parte, el orden propuesto no condice con el que se sigue
en el tratamiento efectivo de los temas, donde el estudio de Antstenes es pospuesto al libro VI, tras el
material dedicado a Platn, y sus continuadores directos de la Academia y el Liceo. M. Goulet-Caz
interpreta este cambio como un indicio del cambio de perspectiva laerciano, que habra comenzado por un
criterio de sucesiones orientado a filsofos ailados, que fue luego sustituido por un enfoque basado en
escuelas, de manera que la figura de Antstenes implicaba el tratamiento de sus continuadores, cnicos y
estoicos, cuya ubicacin antes de Platn hubiese repugnado a la cronologa (pp. 161-5 de la obra
mencionada ms arriba).
75
Se trata en todos los casos, salvo en los megricos, que por intermedio de Euclides tienen contacto
directo con Scrates, de lneas que se conectan con su figura indirectamente: los Ertricos a travs de
Menedemo, asociado con Fedn de Elis; los Herilianos, seguidores de Herilo de Cartago, estoico
discpulo de Zenn, y los Pirrnicos, a travs de Pirrn de Elis, discpulo de Estilpn, de acuerdo con
105, y conectado, por lo tanto, con la lnea megrica.

36

fuego al fuego, segn dijo el mismo Platn, pues siendo de excelente naturaleza y hbil
para problematizar sobre cualquier asunto que ocurra en relacin con las investigaciones
ticas y polticas, e incluso la referente a las Ideas, fue el primero que intent definirlas.
Por despertar toda argumentacin y buscar sobre todas las cosas muri anticipadamente.
76
(3) Otros, parcializados, se dedicaron a algunas partes de eso, unos a la medicina, otros
a los conocimientos matemticos y algunos a lo relacionado con los poetas y la msica.
La mayora, realmente, se sorprendi de los poderes de los argumentos. Entre stos,
unos se llamaron a s mismos oradores y otros dialcticos. (4) Pero algunos seguidores de
Scrates resultaron muy variados y contrarios en sus creencias. Unos ponderaban las
conductas cnicas, la falta de arrogancia y la impasibilidad, mientras que otros, a su vez,
lo hacan con los placeres. Adems, unos se vanagloriaban de saber todo, mientras que
otros absolutamente nada. (5) Incluso unos se revolcaban en medio y a la vista de todos
(511A) conviviendo con muchos, mientras que otros, a su vez, vivan, por el contrario,
inaccesibles e inabordables.
13. NUMENIO, frag. 1 Leemans [segn Eusebio, Preparacin evanglica, XIV.5.5-6, p.
728 b-c] (SSR, I.H.11):
En rigor, mucho antes que los estoicos, experimentaron eso mismo los que tomaron sus
argumentos de Scrates de manera discordante, Aristipo por su cuenta, Antstenes por la
suya, y por otro lado, tambin por su cuenta, los megricos y los Ertricos e incluso
algunos otros despus de ellos. La causa es que al haber postulado Socrates tres dioses 77
y filosofado con ellos en los ritmos que convenan a cada uno, los oyentes no entendan
y pensaban que l deca todo a la ligera y de acuerdo con el soplo de azar que
predominaba cada vez, como quien sopla.
14. [GALENO], Historia filosfica, 3 (Doxographi graeci, 599.7-11) (SSR, I.H.8):
Scrates, que fue discpulo de Arquelao, fue absolutamente responsable de que muchos
filosofaran, tanto de los que lo hicieron ms tarde, como de sus contemporneos, e hizo
que casi todos los que vinieron despus, por as decir, desearan la filosofa. De los
muchos socrticos que hubo, es necesario ahora slo hacer memoria de los que han
dejado una sucesin. Platn, en efecto, ().
600.4-8: Creo que, aunque hubo realmente muchos, Antstenes no fue inferior a
ninguno. Fue quien introdujo el modo de vida cnico. De l se hizo mulo Digenes,
asemejndosele en sus actividades. Tambin de l era discpulo Zenn de Citio ().
600.11-8: Aristipo, que era de Cirene, particip de las lecciones de Scrates y a partir de
l conocimos la filosofa cirenaica. Pero, entre los megricos, no es justo pasar por alto
a Euclides, que en inteligencia no fue segundo de ninguno de los socrticos, o a Estilpn
el megrico, que result creador de sus propias doctrinas. Lo sucedi Menedemo de
76

Esta mnima semblanza de Scrates incluye su asociacin con la bsqueda de definiciones, en una lnea
que coincide con la que esboza Aristteles en Metafsica, I.6.987b. Por otra parte, la asociacin socrtica
con lo que suele conocerse como el giro antropolgico, esto es, la puesta en primer plano de cuestiones
ligadas con la filosofa prctica, relegando la fsica, y sus conexiones con la condena a muerte del 399
a.C. refleja la posicin usual de las fuentes, pero se subraya aqu el grado de desconcierto que produca
esta actitud en sus seguidores. La prueba de ello es su disidencia, que sin embargo convive con una
identificacin plena, en todos los casos, con los orgenes socrticos, que se sintetiza tal vez en cierta
actitud hacia la busqueda del conocimiento y la introspeccin personal que se prest a interpretaciones
muy diversas en sus seguidores, como comenta adems Numenio en el pasaje siguiente.
77
La mencin de tres dioses tiene sentido desde la perspectiva de Numenio, que identifica en Platn y en
Scrates como su portavoz un adelantamiento de doctrinas cristianas trinitarias, como surge de la cita de
Eusebio en Preparacin evanglica, XI.18 (Frag. 20 Leemans).

37

Eretria, de quien recibi su nombre la escuela Ertrica. Ninguno de los socrticos ignor
que Fedn de Elis lleg secuestrado ().78
15. [GALENO], Historia filosfica, 4 (Doxographi graeci, 601.20-602.11) (SSR, I.H.8):
Entre las filosofas se defini () una que se caracteriza por la oposicin, como la
cnica; otra a partir de un hombre, una ciudad y una creencia, como la de Aristipo, que
es Aristipiana de acuerdo con su inventor, Cirenaica por la ciudad a la que perteneca, y
hedonista por el objetivo de su filosofa, pues Aristipo se inclinaba ms al placer.
16. SIMPLICIO, Proemio a las Categoras de Aristteles, 3.30-4.7 (SSR, I.H.9):
De acuerdo con su filosofa, las lneas tomaban siete clases de nombres: () o a partir
de la patria del fundador del grupo, como los cirenaicos, los seguidores de Aristipo, y
los megricos, los seguidores de Euclides, () o segn su forma de vida, como los
cnicos.
17. AMONIO, Proemio a las Categoras de Aristteles, pp. 1.13-2.8 (SSR, I.H.9):
Entonces los grupos filosficos reciben siete nombres () o segn la patria de sus
iniciadores, como se da nombre a la filosofa Cirenaica (), o a partir de su forma de
vida, como los filsofos cnicos, que eran llamados perros por su libertad de palabra y
su nimo discutidor, porque, como un perro tiene capacidad de discriminar a los
conocidos de los ajenos, as hacan tambin ellos: admitan las filosofas valiosas y
perseguan a las que carecan de valor y que no podan profundizar en sus argumentos
filosficos, y por eso eran llamados cnicos, por lo cual tambin deca Platn: el perro
tambin tiene algo de filsofo.79
18. OLIMPIODORO, Proemio a las Categoras de Aristteles, 3.8-30 (SSR, I.H.9):
Los nombres de las lneas filosficas se adoptan, por cierto, de siete formas (). 15: A
partir de la patria de sus iniciadores, por ejemplo la filosofa Cirenaica toma su nombre
de Aristipo de Cirene, la Eretraca de Menedemo de Eretria y la filosofa Megrica de
Euclides y Terpsin de Mgara (). 20: A partir de la forma de vida, como los
filsofos cnicos. En efecto, estos filsofos eran llamados cnicos por dos causas:
porque simplemente vivan como les vena en gana, comiendo y bebiendo al modo de
los perros en la plaza pblica, durmiendo en toneles y haciendo lo dems, para decirlo
de alguna manera, sin resguardo, renegando de que sea mejor lo bello por convencin
que lo bello naturaleza, o bien porque, como los perros ladran contra los desconocidos,
pero mueven la cola a los conocidos, as tambin ellos admitan a los dignos para la
filosofa y los amaban con vehemencia, mientras que a los que carecan de valor para
filosofa y no podan profundizar en su argumentacin los rechazaban y los perseguan.
Por eso, dada su libertad de palabra y su nimo discutidor eran llamados cnicos.
Precisamente, incluso Platn dice a propsito de ellos que tambin el perro tiene algo
de filsofo.80
78

Sobre los avatares biogrficos de Fedn, vase E. McQueen-C.Rowe, Phaedo, Socrates and the
Cronology of the Spartan War with Elis, Mthexis 2, Buenos Aires, 1989, 1-18.
79
Se trata de una referencia a Repblica, II.375e ss., donde Platn compara el comportamiento que deben
tener los guardianes con el de los perros. Si se suma a ello los testimonios que asocian a Aristipo la
caracterizacin de perro de la corte, es claro que la analoga era cara al imaginario del grupo socrtico.
80
Algo similar se dice en Filpono, Proemio a las Categoras de Aristteles, 1.19-2.26, y en 26-29 se
agrega: Pues el perro ladra a los ajenos, pero mueve la cola a los conocidos. As tambin ellos se
complacan y gustaban de las virtudes y de los que viven segn la virtud, pero atacaban y ladraban a las

38

19. ELAS [o DAVID], Proemio a las Categoras de Aristteles, 111.1-32 (SSR, I.H.9):
El quinto modo de nombrar a las lneas filosficas provena del modo de vida, por
ejemplo en el caso de los filsofos cnicos. Los cnicos eran llamados as por cuatro
causas: o por la indiferencia de su vida, dado que ellos se entrenaban en la indiferencia,
como los perros, para comer y copular en pblico, andar desnudos y dormir en toneles y
lugares incmodos. Eso hacan porque deseaban lo bello por naturaleza, pues decan
que si algo es bueno, es necesario hacerlo tanto en comn como en privado, mientras
que si no es bueno, no hay que hacerlo ni en comn ni en privado, dado que no haba
entre ellos por un lado mostrarse y por otro estar oculto, 81 sino que haba un habla
pblicamente, porque en rigor no hay ninguna cosa temible. Esta es la primera causa.
La segunda causa es que el perro es un animal sin vergenza, y ellos tambin
practicaban la desvergenza, no la peor que el pudor sino la mejor. Pues la
desvergenza es doble, una es peor que el pudor y la otra mejor, una daa mucho a los
hombres, mientras que la otra los beneficia. Entonces, practicaban esa desvergenza, la
que es mejor que el pudor, por ejemplo ladrando a los ajenos a su propia filosofa. La
tercera causa es que el perro es un animal guardin. As, ellos resguardaban las
creencias de la filosofa a travs de demostraciones y se preocupaban mucho por eso. El
destino podra decir respecto de Antstenes, el iniciador de este grupo as: nueve
flechas de dilatas barbas he tirado ya, a ese perro rabioso es al nico que no puedo
acertar, porque, dice, le ech encima tantas desgracias y no pudo abatir su inteligencia.
Esa es la tercera. Y la cuarta es que el perro es un animal que discrimina separando por
conocimiento o desconocimiento al amigo del extrao, pues al que conoce, lo considera
amigo, aunque lleve una vara, pero si es alguien que l desconoce, lo considera
enemigo, aunque lleve un cebo. As, entonces, tambin ellos consideraban amigos a los
que se dedicaban a la filosofa y los admitan con gusto, mientras que a los que no se
dedicaban a ella los expulsaban ladrando contra ellos. Por eso tambin dice Platn en el
Gorgias que el perro tiene una cierta sabidura para discriminar al amigo del enemigo. 82
Asimismo, el hecho de que discriminar la verdad de la falsedad es propio solamente de
un filsofo, se es el quinto modo.
20. CICERN, Sobre la adivinacin, 1.3.5 (Frag. 395 Usener) (SSR, I.H.10):
Todo el resto, excepto Epicuro,83 que balbucea acerca de la naturaleza de los dioses, han
aprobado la adivinacin, pero no del mismo modo. Scrates y todos los socrticos, as
como Zenn y los que de l surgieron persistieron en la opinin de los filsofos
antiguos.
21. SUDA, s.v. Scrates (SSR, I.H.7):
pasiones y a los que viven entregados a las pasiones, aunque fueran reyes. Vase tambin Elias, Proemio
a las Categoras de Aristteles, 108.15-109.3.
81
El pasaje presenta la cita de cinco versos de Homero. El primero corresponde a Odisea, XI.443, el
segundo a Odisea, VII.196 y el tercero a XXIV.45 de la misma obra. El cuarto y el quinto corresponden a
Ilada, IX.297 y 299. En 297 se cambia la mencin de ocho flechas por la de nueve.
82
En realidad, como se mencion a propsito de 17, esta referencia no pertenece al Gorgias, sino a
Repblica, II.375 e ss.
83
Esto coloca a Scrates y sus seguidores en una posicin que no confronta con la religin tradicional, al
menos abiertamente. Algo de eso se desprende de la argumentacin de Apologa, 26 ss. para justificar el
contacto con lo demnico esgrimido por Scrates, visto por algunos como un conflicto con el culto
oficial. La misma actitud est tambin presente en la pretensin de Estilpn en 273 de no confrontar las
creencias populares.

39

Scrates form como filsofos a Platn, () y Aristipo de Cirene, quien introdujo una
lnea propia y fund una escuela llamada Cirenaica; a Fedn de Elis, que tambin fund
una escuela propia, llamada a partir de l Elaca, y denominada despus Ertrica, porque
Menedemo ense en Eretria de ese maestro surgi tambin Pirrn; a Antstenes, que
introdujo la lnea cnica; a Euclides de Mgara, tambin fundador de su propia escuela,
que por l tom el nombre de Megrica, y por Clinmaco, el discpulo de Euclides,
Dialctica; a Jenofonte, hijo de Grilo, Esquines de Esfeto, hijo de Lisanias, Cebes de
Tebas, Glaucn de Atenas y Brisn de Heraclea, que introdujo la dialctica erstica
despus de Euclides, mientras que Clinmaco la acrecent, y tras pasar muchos por ella,
culmin con Zenn de Citio.84 () Algunos escriben que Brisn no fue discpulo de
Scrates, sino de Euclides de l tambin fue discpulo Pirrn, de quien toman su
nombre los pirrnicos. Form a Alcibades, Critbulo, Jenomedes y Apolodoro, todos
atenienses. Adems a Critn y Simn, Eumaro Filiasio, Simias de Tebas, Terpsin de
Mgara y Querefonte. Tambin Teodoro el llamado Ateo fue su discpulo. Para opinar y
transmitir la indiferencia cre una lnea intelectual propia, que fue llamada Teodoriana.
22. JULIANO, Discursos, VI [= A Temistio], 10.264 c-d (SSR, I.H.12):
Entonces yo digo que el hijo de Sofronisco lograba ms que Alejandro, porque se le
atribuye a l la sabidura de Platn, la estrategia de Jenofonte, la valenta de Antstenes,
85
la filosofa ertrica, la megrica, la de Cebes, la de Simias, la de Fedn, y muchsimos
otros. Y an no me refiero a los crculos que surgieron entre nosotros: el Liceo, la Stoa,
las Academias.
23. ORGENES, Contra Celso, III.13 (SSR, I.H.13):
() a la enseanza de Scrates, a partir de cuyo dilogo surgieron muchas escuelas que
no pensaban lo mismo.
24. AGUSTN, La ciudad de Dios, VIII.3 (SSR, I.H.13):
Gracias al renombre de su vida y su muerte, Scrates dej tras de l una gran cantidad
de seguidores que rivalizaron unos con otros en su entusiasta aplicacin de las
discusiones sobre cuestiones ticas que dieron lugar al problema del sumo bien que
puede alcanzar el hombre feliz. Eso no surga de las discusiones de Scrates, dado que
postulaba cuestiones y luego las rechazaba. As, tomaron lo que les pareci mejor y
plantearon lo que les pareci el bien extremo. Se llama bien extremo a aquello que, con
alcanzarlo, se es feliz. Tan diferentes eran las opiniones de los socrticos entre s acerca
de este fin, que (aunque es casi increble que pueda darse en los discpulos de un nico
maestro) algunos dijeron que el sumo bien era el placer, como Aristipo; algunos la
virtud, como Antstenes, y as otros tuvieron otras opiniones distintas, que sera largo
enumerar.
25. ISIDORO DE PELUSIO, Carta, IV.54 (SSR, I.H.14):
En un mbito donde los que se ufanaban del nombre de la filosofa no dudaron en agitar
una violenta guerra contra s mismos, menos an se hubiesen preocupado por la paz los
oradores y los poetas. Algunos se diferenciaban de los que preferan el autodominio y la
84

Sobre la conformacin del grupo megrico, vase Introduccin, 3.1. En general este testimonio es
menos restrictivo que los previos y lista entre los socrticos a personajes sin una impronta terica
marcada, como es el caso de Querefonte, Terpsin, etc.
85
En Discursos, IV. [VIII] 1.241b aparece un pasaje paralelo en que se menciona la fuerza de
Antstenes.

40

justicia, los socrticos. Platn, tras maltratarlos en los dilogos, fue satirizado por los
cnicos, entre los cuales estaba Luciano, etc.
26. ESCOLIO A LAS AVES DE ARISTFANES, 521 (SSR, I.H.15):
Jura por los daimones. Porque los primeros socrticos solan jurar as.
1.2 Los dilogos socrticos
27. ARISTTELES, Potica, 2.1447a27-b11:86
Hay, adems, un arte que imita slo a travs del lenguaje, sin armona, en prosa o en
verso, ya en uno o en pluralidad de metros. Esta forma de imitacin carece de nombre
hasta hoy. No tenemos, en efecto, un nombre comn para un mimo de Sofrn o Jenarco
y para un dilogo socrtico.
28. DIGENES LAERCIO, II.64 (Frag. 126 van Straaten [sobre Panecio]) (SSR, I.H.17):
En rigor, de todos los dilogos socrticos, Panecio cree que son verdaderos los de
Platn, Jenofonte, Antstenes y Esquines, pero duda de los de Fedn y Euclides, y
rechaza todos los dems.87
29. CICERN, Sobre el orador, III.19.72-3 (SSR, I.H.19):
Porque, como dije antes, los famosos hombres del pasado, hasta Scrates, solan ligar
todo estudio y conocimiento de toda cosa relevante para la conducta humana, la vida
humana, la virtud y la organizacin poltica con el principio de la oratoria. Despus,
como expuse,88 los elocuentes fueron separados de los doctos, primero por Scrates
mismo y luego por todos los socrticos. Los filsofos menospreciaron la elocuencia y
los oradores la sabidura, y ninguno intent adoptar nada de la otra parte, excepto lo que
cada uno tomara prestado del otro, por lo cual si hubiesen querido permanecer en su
asociacin originaria, habran evolucionado indistintamente. Es precisamente el caso de
los sacerdotes del pasado. Dado el gran nmero de sacrificios, aunque haban sido
dispuestos por Numa,89 queran que hubiese tres supervisores de banquetes, para
conducir el banquete sacrificial en los juegos tambin, as del mismo modo los
socrticos separaron a los que llevaban adelante causas judiciales de ellos y del nombre
comn de la filosofa, aunque los antiguos haban preferido una asombrosa asociacin
entre el hablar y el comprender.
86

Frente a los textos que conservamos, donde el dilogo con Scrates como protagonista se asocia casi
exclusivamente con Platn y Jenofonte, Aristteles considera a esta estructura un verdadero gnero
literario, cultivado a menudo en la antigedad, en principio por la generacin de los socrticos directos y
ms tarde por sus epgonos. Sobre las implicancias de esta forma, vase Introduccin y el trabajo de D.
Clay, The Origins of the Socratic Dialogue, en P. Vander Waerdt (de.), The Socratic Movement, IthacaLondon, Cornell University Press, 1994, pp. 23-47.
87
El pasaje corresponde al Frag. 126 de Panecio (van Straaten). La mencin todos los dems es oscura
a los efectos de determinar a quines se considera dentro de ese grupo. Evidentemente est formulada con
descuido, ya que, por ejemplo, de aqu podra concluirse que Panecio desconfa de las obras de Aristipo,
pero en 553 aparece como fuente de un catlogo de sus obras, varias de las cuales podran pertencer a este
gnero literario.
88
Se trata de una referencia a De orat. 16.61-17.62, consignado en 11.
89
La tradicin hace de Numa el segundo rey de Roma, instaurador de numerosas costumbres religiosas,
incluyendo las funciones de los pontfices. La conformacin del grupo de epulones, encargados de la
supervisin de banquetes, se remonta al 196 a.C.

41

30. CICERN, Cuestiones tusculanas, II.3.8 (SSR, I.H.20):


Pues, as como a Platn y a los dems socrticos y, a su vez, a los que han surgido de
ellos los leen todos, aun los que no aprueban sus opiniones o no los siguen seriamente,
as a Epicuro y a Metrodoro nadie excepto los suyos los toma entre las manos.
31. CICERN, Sobre los deberes, I.29.104 (SSR, I.H.21):
Hay, en verdad, dos tipos de bromas: uno vulgar, petulante, vicioso, obsceno, y el otro
elegante, civilizado, ingenioso, elaborado. ste ltimo se aplica no slo a nuestro Plauto
y a la antigua comedia tica, sino tambin a los libros de los filsofos socrticos y a
muchas cosas dichas con fineza por muchos, como las coleccionadas por Catn el viejo,
que llaman apophthgmata.90
32. CICERN, Sobre los deberes, I.37.134 (SSR, I.H.21):
Que este dilogo, en el cual los socrticos son realmente excelentes, sea apacible y para
nada obstinado, que haya en l ingenio.
33. CICERN, Sobre la invencin, I.35.61 (SSR, I.H.21):
Del mismo modo, esa forma previa de argumentacin que avanza por induccin la
emplearon especialmente Scrates y los socrticos ().
34. CICERN, Sobre el orador, III.18.67 (SSR, I.H.18):
Arquesilao, el discpulo de Polemn, precisamente a partir de varios libros de Platn y
dilogos de los socrticos, fue el primero en adoptar la idea de que no hay nada cierto
que se pueda captar con los sentidos o la mente. En este completo rechazo de la mente y
los sentidos como elementos de juicio, se dice que empleaba una encantadora manera de
hablar y fue el primero en establecer la prctica aunque fue una caracterstica
principalmente socrtica de no revelar su propio punto de vista, sino discutir contra la
perspectiva que sostuviera el otro.91
35. QUINTILIANO, Instituciones oratorias, V.7.28 (SSR, I.H.22):
Si hay que mostrar un modelo de imitacin, slo est el que puede surgir de los dilogos
de los socrticos y especialmente de Platn, en los cuales las preguntas son tan sagaces
que, aunque en general son bien respondidas, el asunto llega a lo que se quera lograr.
90

En griego en el original. Sobre este gnero en el marco de la literatura gnomolgica, vase


Introduccin, 2.
91
Arquesilao dirigi la Academia entre el 267 y el 240 a.C. Nacido alrededor del 315 a.C., se traslad a
Atenas y fue primero alumno de Teofrasto, para unirse luego al grupo platnico alrededor del 290 a.C. Su
figura se asocia con el giro escptico que adopt la Academia bajo su regencia. La caracterstica
socrtica que nota aqu Cicern se ensambla con otros rasgos que recuerdan al fundador del grupo, como
el de no haber dejado trabajos escritos, de modo que conservamos parcialmente sus opiniones a partir del
testimonio de algunos seguidores y fundamentalmente de las noticias sobre sus disputas con los estoicos
acerca de los lmites del conocimiento. Este enfrentamiento se ha visto habitualmente como un punto
clave para entender el escepticismo acadmico. Sobre su relacin con los megricos, vase 201 y nota ad
loc. Sobre su posicin terica, vase R. Bett, Carneades' Pithanon: A Reappraisal of its Role and Status,
Oxford Studies in Ancient Philosophy 7, Oxofrd, 1989, pp. 59-94; J. Cooper, Arcesilaus: Socratic and
Sceptic, en J. Cooper, Knowledge, Nature, and the Good, Princeton, Princepton University Press, 2004,
pp. 81-103 y M. Schofield, Academic epistemology, en K. Algra, J. Barnes, J. Mansfeld and M.
Schofield (ed.s), The Cambridge History of Hellenistic Philosophy, Cambridge, CUP, 1999, pp. 323-51.

42

36. QUINTILIANO, Instituciones oratorias, XII.1.10 (SSR, I.H.22):


No me parece que, al modo de los socrticos, maquinemos respuestas para nosotros
mismos.
37. QUINTILIANO, Instituciones oratorias, X.82-3 (SSR, I.H.22):
Por qu debo evocar () la elegancia de los dems socrticos?
38. QUINTILIANO, Instituciones oratorias, X.1.35 (SSR, I.H.22):
Los estoicos hablan y argumentan de modo penetrante especialmente sobre las cosas
justas, honestas, tiles, y las que son sus contrarias, as como sobre las cosas divinas,
mientras que los socrticos preparan de manera ptima al futuro orador para las disputas
tribunalicias y los interrogatorios.92
39. DIONISIO DE HALICARNASO, Sobre Demstenes, 2.130 (SSR, I.H.23):
() los compositores de dilogos ticos, entre los cuales estaba toda la escuela socrtica
excepto Platn, etc.93
40. DION CRISSTOMO, Discursos, XVIII.17.13 (SSR, I.H.24):
Volver ya a los socrticos, respecto de quienes digo que son realmente imprescindibles
para cualquier hombre apasionado por los argumentos, pues como no se ha de probar
ningn manjar agradable sin sal, as me parece que no podra haber ninguna forma
agradable de or que no participe de la gracia socrtica.

92

Ntese, sin embargo, que asistimos a una sntesis distorsiva: lejos de descuidar la retrica, los estoicos
la desarrollan en el mbito de la lgica. Por otra parte, difcilmente los socrticos puedan identificar su
prctica con esta vertiente.
93
La mencin se encuentra en un contexto en el que Dionisio tipifica los estilos. En este caso de trata de
la expresin simple y despojada, a la que se adscriben tambin los discursos tribunalicios y los trabajos de
Lisias, entre otros.

43

2
EUCLIDES Y LOS megricos

44

2.1. El grupo megrico


41. DIGENES LAERCIO, II.106 (SSR, II.A.22):
Los sucesores de Euclides fueron llamados megricos, luego Ersticos y despus
Dialcticos. As los llam primero Dionisio de Calcedonia.94
42. DIGENES LAERCIO, II.108 (SSR, II.A.23):
Tambin Eublides de Mileto pertenece a la sucesin de Euclides.95
43. SUDA, s.v. Euclides (SSR, II.A.22):
Introdujo la lnea megrica, que tom de l su nombre y a la que tambin se denomin
dialctica y erstica. () Despus de l Ictias y luego Estilpn dirigieron la escuela.96
44. DIGENES LAERCIO, II.112 (SSR, II.A.24):
Entre los discpulos de Euclides est tambin Ictias, hijo de Metalo, Clinmaco de Turio
y Estilpn de Mgara.97
45. DIGENES LAERCIO, II.113 (SSR, II.A.24):
Estilpn era seguidor de algunos de los continuadores de Euclides, pero otros dicen que
l escuch tambin a Euclides mismo.
46. DIGENES LAERCIO, VI.89 (SSR, II.A.25):
Pasicles, el discpulo de Euclides, era hermano de Crates de Tebas.98
47. ANNIMO, Comentario al Teeteto de Platn, Papiro de Berln 9782, coll. 3.50-4.3
(SSR, II.A.26):
Euclides estaba entre los socrticos famosos y comenz la llamada lnea megrica, que
ms tarde se volvi ms sofstica.
94

Los testimonios presentan una llamativa variedad a la hora de mencionar la evolucin de la lnea
megrica. Mientras en 8 Digenes Laercio (I.19) desvincula a los megricos, asociados con Euclides, de
los Dialcticos, aqu parece subrayarse la continuidad, reduciendo los cambios a diferencias de
orientacin dentro de un cauce comn. Desde los trabajos pioneros de von Fritz hasta la fecha se ha hecho
hincapi en la improcedencia de aplicar a esta lnea una nocin frrea de escuela, de modo que sera
ms adecuado pensar esta sucesin en trminos de puntos de contacto terico aludidos como rasgo de
identidad tanto por los cultores del grupo como por sus objetores. Esta situacin hace preferible una
organizacin en trminos de ubicacin histrica de los adeptos a este grupo, ms que por sucesiones,
como la que elige Dring y siguen Muller y Giannantoni, que a pesar de criticarlo mantienen ese criterio.
Sobre este punto, vase Introduccin, 1 y 3.1. Sobre Dionisio de Calcedonia, vase 100-2.
95
La relacin entre Euclides y Eublides se menciona tambin en 133. Por intermedio de su figura
Alxino, Eufanto y Apolonio Crono, maestro de Diodoro, se conectan con Euclides. Vase Introduccin,
3.1.
96
La perspectiva de este testimonio es ms que dudosa, tpica de los intentos por forzar sucesiones. La
mencin de la direccin de una escuela choca con el resto de los testimonios, que reflejan, en el mejor de
los casos, una multiplicacin de lneas orientadas por ciertos presupuestos comunes. Sobre este punto,
vase Introduccin, 1 y 3.1.
97
Si 42 alude a la lnea megrica que contina a Eublides, en 43-6 asistimos a una lnea diversa cuya
figura ms importante es Estilpn.
98
Sobre Pasicles y los problemas concernientes a este pasaje, vase 259 y nota ad loc.

45

48. [GALENO], Historia filosfica, 7 (Doxographi Graeci, 604.7-16) (SSR, II.A.27):


Adems de sos estaba en tercer lugar el grupo erstico, que se ha ocupado de la victoria
en las investigaciones por medio de sofismas. () Euclides, Menedemo y Clinmaco
han sido llamados ersticos.
49. DIGENES LAERCIO, VI.24 (SSR, II.A.28):
Digenes el cnico llamaba a la escuela de Euclides bilis.99
50. ESTRABN, IX.1.8 (SSR, II.A.29):
La ciudad de Mgara ha sufrido muchos cambios, pero sin embargo permaneci hasta
ahora. Tuvo antes el grupo de los filsofos llamados megricos, que sucedieron a
Euclides el socrtico, de origen megrico.
51. ESTEBAN DE BIZANCIO, s.v. Mgara (SSR, II.A.29):
Haba una escuela llamada de los filsofos megricos que sucedieron a Euclides de
Mgara el socrtico, como menciona Estrabn en el libro IX.
52. DIGENES LAERCIO, V.42-4 (SSR, II.A.35):
Dej libros tambin Teofrasto en altsimo nmero () y son stos: (). megrico, en
un libro.100

99

Juego de palabras entre skhol, escuela, y khol, bilis, para hacer una referencia irnica al disgusto
que produca el aspecto erstico del grupo.
100
Teofrasto fue discpulo de Aristteles y su continuador al frente del Liceo. La mencin de esta obra
dedicada a tratar de la filosofa megrica tiene el valor de sealar la vigencia de esta lnea en tiempos
posteriores a los de Euclides. Esto subraya el hecho de que la tensin dialgica encarnada por los
socrticos originarios se reedita en sus continuadores. Vase tambin Digenes Laercio, VI.22.

46

2.2 Euclides de Mgara


a) Datos biogrficos
53. DIGENES LAERCIO, II.106 (FGH, III.142, p. 242; 273F87 FGrH III A, p. 115) (SSR,
II.A.1):
Euclides de Mgara, en el Istmo, o segn algunos de Gela, como dice Alejandro en las
Sucesiones.101
54. SUDA, s.v. Euclides (Hesiquio de Mileto, Catlogo de nombres, 281.73.8.9.) (SSR,
II.A.1):
Euclides de Mgara (de Mgara en el Istmo), filsofo (). Fue discpulo de Scrates.
55. SUDA, s.v. Scrates (SSR, II.A.1):
Tena como allegados a () Euclides de Mgara.
56. AULO GELIO, Noches ticas, VII.10.1-4 (SSR, II.A.2):
El filsofo Tauro, miembro famoso de la escuela platnica actual, exhortaba a sus
oyentes a seguir la filosofa con muchos ejemplos apropiados y saludables; y adems
despertaba el nimo de los jvenes sobre todo contando esto sobre Euclides el socrtico:
(2) Los atenienses, deca, haban estipulado por un decreto que quien fuese
ciudadano de Mgara, si era sorprendido poniendo pie en Atenas, se expona por esa
accin a la pena capital; (3) tanto, agregaba, era el odio que los atenienses
alimentaban contra sus vecinos de Mgara. (4) Pero Euclides, que habitaba
precisamente en Mgara y antes de este decreto tena la costumbre de viajar a Atenas y
al mismo tiempo seguir las lecciones de Scrates, despus de que sancionaron este
decreto, hacia la tarde, en el momento en que caa la noche, cubierto con una tnica de
mujer, envuelto en un manto colorido, tapada la cabeza con un velo, iba de su casa de
Mgara a Atenas con Scrates, para participar aunque sea una parte de la noche de sus
deliberaciones y de las conversaciones que ah se desarrollaban. Despus, al
aproximarse el da, volva a viajar en sentido contrario un poco ms de veinte millas,
siempre cubierto con la misma ropa.102
101

Mgara se ubica en el tica, sobre el golfo de Egina, frente a la isla de Salamina. La mencin de Gela
no ha merecido mucho crdito, pues podra enrolarse en la estrategia de ligar con el sur de Italia los datos
biogrficos de autores supuestamente asociados con la filosofa eletica. Del mismo tenor y dependientes
de esta lnea doxogrfica son los datos de la Suda consignados en 42 y 43. Vanse ms menciones sobre
Euclides en I.1, que suelen insistir todas en la cercana de Euclides respecto de Scrates.
102
Tauro fue director de la Academia durante el s. II. d. C. El decreto al que hace referencia, conocido
como decreto megrico, da cuenta del enfrentamiento entre Atenas y Mgara que form parte de los
conflictos desencadenantes de la Guerra del Peloponeso. La expansin ateniense propici la rivalidad
entre ambas ciudades, y, argumentando la utilizacin indebida de tierras y el asesinato de un heraldo,
Atenas impuso a Mgara un bloqueo econmico, ante lo cual los megarenses pidieron el auxilio de la
Liga del Peloponeso, liderada por Esparta, a la que pertenecan (vase Tucdides, 1.67.4, 139.1-4, 140.35, 144.2 y Plutarco, Pericles, 29.4). Este conflicto se ubica en el 432 a.C. y constituye una referencia
importante para colegir la fecha de nacimiento de Euclides, que debe de haber tenido alrededor de veinte
aos para este momento, lo cual ubica su nacimiento hacia el 450 a.C. Dring propuso el 435 a.C.,
suponiendo que el 450 a.C. lo haca demasiado mayor, aunque debe tenerse en cuenta que las fuentes lo
identifican entre los discpulos mayores de Scrates. Sobre el episodio, vase K. Dover, Anthemocritus
and the Megarians, American Journal of Philology 87.2, Baltimore, 1966, pp. 203-209 y R. Legon,
Megara. The Political History of a Greek City-State to 336 B. C., Ithaca London, Cornell University

47

57. DIGENES LAERCIO, II.30 (SSR, II.A.3):


Cuando Scrates vio que Euclides se haba dedicado seriamente a los argumentos
ersticos, le dijo Euclides, podrs usarlos con los sofistas, pero de ningn modo con los
hombres, pues crea que la argumentacin alambicada sobre estos temas era intil.103
58. PLATN, Fedn, 59 b-c (= 3):
Equcrates Y puntualmente, Fedn, quines estuvieron presentes?104
Fedn Apolodoro, pues, que estaba con sus compatriotas, Critbulo y su padre y
adems Hermgenes, Epgenes, Esquines y Antstenes. Tambin estaba Ctesipo el de
Peania, Menxeno y algunos otros de sus compatriotas. Platn, en cambio, creo, estaba
enfermo.
Equcrates Y haba extranjeros presentes?
Fedn S, entre otros Simias el tebano, Cebes y tambin Fedondas, y venidos de
Mgara estaban Euclides y Terpsin.
Equcrates Y qu? Aristipo y Cleombroto estuvieron presentes?
Fedn Claro que no, pues dicen que estaban en Egina.
59. CARTA SOCRTICA (Euclides (?) a Jenofonte) (= 4) (SSR, I.H.1):
Entre los amigos, asistimos a Scrates en el momento de morir Terpsin, Apolodoro,
Fedn, Antstenes, Hermgenes, Ctesipo y yo. Platn, Cleombroto y Aristipo, en
cambio, llegaron demasiado tarde, porque Platn se enferm, y los otros dos estaban en
Egina.105
60. DIGENES LAERCIO, III.6 (Frag. 5 Isnardi [sobre Hermodoro]) (SSR, II.A.5):

Press, 1981.
103
Contamos este pasaje entre los testimonios biogrficos porque da cuenta del contacto de Euclides con
Scrates y a la vez de un supuesto punto de tensin, usual en este ltimo para con sus discpulos, como
revelan, por ejemplo, las diferencias respecto a la relacin con la poltica o el cobro de honorarios en el
caso de Aristipo. En este caso, podemos suponer que Euclides debe de haber manifestado su tendencia
dialctica y concitado por ello alguna resistencia en el resto, incluyera eso o no a Scrates. Esta tendencia
se convertira en una marca caracterstica de sus continuadores y el motivo ms asiduo de crtica, por las
aristas ersticas de esa prctica, entendiendo por erstica la creacin de argumentos alambicados con el
nico objetivo de desconcertar y as vencer a los interlocutores en un dilogo.
104
Sobre esta lista de socrticos, en la que se cuenta a Euclides, vase la nota a 2 y 3. Junto a ste, se
menciona a Terpsin como representante del grupo megrico, aunque este ltimo aparece slo en las
menciones biogrficas, pero nunca en relacin con el desarrollo de posiciones tericas del grupo.
105
La atribucin a Euclides de esta carta es mera conjetura, y tampoco puede pensarse en la autenticidad
de este tipo de obras, fruto de los ejercicios literarios de la poca helenstica, cuyo carcter de fuente
deriva del hecho de que toman como modelos datos de la tradicin, en este caso, claramente identificable,
el texto del Fedn.

48

Luego, a los veintiocho aos, segn dice Hermodoro,106 Platn se retir a Mgara a lo de
Euclides, junto con algunos otros socrticos.
61. DIGENES LAERCIO, II.106 (SSR, II.A.5):
Hermodoro dice que Platn y el resto de los filsofos se fueron a lo de Euclides tras la
muerte de Scrates, porque teman la crueldad de los tiranos.
62. [HESIQUIO DE MILETO], Acerca de los hombres ilustres, 27 (SSR, II.A.5):
Euclides el megrico, despus de la muerte de Scrates, recibi a Platn y los dems
filsofos, que teman la crueldad de los tiranos.
63. CARTA SOCRTICA, XXI.1 (Jenofonte a Jantipa) (SSR, II.A.6):
Le di a Eufrn de Mgara seis cuartos de trigo, ocho dracmas y un vestido nuevo para
que pases el invierno. Toma, entonces, eso y ten en cuenta que Euclides y Terpsin son
dos hombres muy nobles y buenos y adems bien dispuestos para contigo y con
Scrates. Cuando tus hijos quieran venir con nosotros, no se lo impidas, pues venir a
Mgara no es lejos.
64. CARTA SOCRTICA, XXII.1 (Esquines (?) a Jantipa) (SSR, II.A.7):
De mis escritos, todava no logr uno tal como para animarme a mostrarlo a otros sin mi
asistencia, como charlaba alegremente con ustedes, cuando estaban en la casa donde
Euclides estaba confinado.
65. CARTA SOCRTICA, XV.2 (Jenofonte a Euclides y Terpsin (?) (SSR, II.A.8):
Ahora precisamente me lleg un escrito de ese estilo de Platn, donde estaba el nombre
de Scrates y un dilogo con algunos de corte argumentativo para nada mediocre. Creo,
adems, que l ha ledo algo parecido en Mgara, segn se dice, a algunos de los
megricos.107
66. PLATN, Teeteto, 142 a 143 b (SSR, II.A.9):
Euclides Cuando baj al puerto encontr a Teeteto que era transportado por el ejrcito
de Corinto a Atenas.
Terpsin Vivo o muerto?
106

Entre las actitudes colectivas del grupo cercano a Scrates hay dos remarcables, ligadas con la salida
generalizada de Atenas: la primera es la estancia en Mgara, presumiblemente con Euclides como
anfitrin, y la segunda, la estancia en Siracusa, donde numerosos socrticos buscan los favores del rey
Dionisio como mecenas, segn las prcticas habituales de la poca. Sobre el mecenazgo, vase Frazer,
Ptolemaic Alexandria, Oxford, OUP, 1972, pp. 305 ss. La salida de Atenas se liga claramente, si no con
una efectiva persecucin, seguramente con el enrarecimiento del clima poltico del momento. La eleccin
de Mgara indica la solidez de la posicin de Euclides en su ciudad, y tal vez el desarrollo de su propio
grupo terico para la poca de la muerte de Scrates, en los albores del s. IV a.C. Esa situacin estara
reflejada en 61-2 y 432, donde el grupo megrico aparece como lugar de reunin de los intelectuales del
grupo socrtico.
107
Si el contenido de esta carta merece algn crdito, apoyara la tesis de los contactos entre el Platn del
perodo de transicin a la madurez, en el que profundiza los aspectos ontolgicos de la Teora de las
Formas, y el grupo megrico, con el que los testimonios indican cercanas relaciones. Sobre los contactos
y fricciones tericas, vase P. Aubenque, Le problme de ltre chez Aristote, Paris, PUF, 1962, pp. 145
ss., y L. Dorion, Euthydme et Dionysodore sont-ils des Mgariques, Proceedings of the V Symposium
Platonicum, Sankt Augustin, Akademia, 2000, pp. 35-50. Para la ltima parte del pasaje, adoptamos la
conjetura de J. Sykutris (Die Briefe des Sokrates und der Sokratiker. Studien zur Geschichte und Kultur
des Altertums, XVIII.2, Paderborn, Schoningh, 1933, ad loc.).

49

Euclides Vivo a duras penas. En efecto, sufre muchas heridas, y padece adems la
enfermedad que se declar en el ejrcito.
Terpsin La disentera?
Euclides S. ()
Terpsin (...) Pero cmo es que no se qued en Mgara?
Euclides Tena prisa por ir a su casa. Yo mismo le supliqu que se quedara, pero no
quiso. (...)
Euclides Yo vengo de acompaar a Teeteto hasta Erineo (...).108
b) Anecdotario
67. PLUTARCO, Sobre el amor fraterno, 18, p. 489 d (SSR, II.A.15):
Euclides el socrtico es famoso entre las escuelas, porque, tras escuchar la voz insensata
y salvaje de su hermano que le deca que me muera, si no me puedo vengar de ti, le
contest: y yo, si no te puedo persuadir de terminar con la ira y querernos como me
queras antes.109
68. PLUTARCO, Sobre la represin de la ira, 14, p. 462 c (Mximo el Confesor, 19.26, pp.
359-60 Phillips) (SSR, II.A.15):
Como Euclides, cuando su hermano, a causa de una desavenencia, le dijo: que me
muera, si no me puedo vengar de ti. Al contestarle ojal me muera yo, si no te puedo
persuadir, pas inmediatamente la situacin y cambi su actitud.
69. ESTOBEO, IV.27.15 (SSR, II.A.15):
Euclides el socrtico, tras escuchar a su hermano que le deca que me muera, si no me
puedo vengar de ti, le contest: y yo, si no puedo persuadirte de querernos.
70. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 278 (Florilegium Monacense, 100; Cdice
Vindobonense Med. Gr. 29, 121; Gnomologium Palatatinum, 160; Florilegium
Leidense, 96; Florilegium Palatinum-Vaticanum, 85; Florilegium Baroccianum, 224;
Florilegium Ottobonianum, 226) (SSR, II.A.15):
Euclides, cuando su hermano le dijo con ira que no iba a morir, si antes no se vengaba
de l, le contest: tampoco yo me voy a morir, si antes no puedo hacer de ti mi ms
querido amigo.
71. GNOMOLOGIUM PARISINUM, 71 (SSR, II.A.15):
Cuando su hermano, a causa de una desaveniencia, le dijo: que me muera, si no me
puedo vengar de ti, Euclides le contest: que me muera yo, si no te puedo persuadir.
108

El testimonio de Platn en el Teeteto es determinante para reconstruir la biografa de Euclides. La


batalla a la que se hace referencia acaeci sin duda en el 369 a.C. y si se cree que Platn no cometi un
anacronismo colocando como relator a Euclides de un hecho que no presenci, esa fecha funciona como
terminus post quem para colegir su fecha de muerte. Si se suma a ello que Diodoro de Sicilia en 7 no
menciona a Euclides entre los socrticos presentes en Atenas hacia el 366 a.C., se puede colegir la muerte
de Euclides entre el 369 y 366 a.C.
109
El grupo de testimonios 22 a 27 ha sido interpretado como indicio de un aspecto tico de la posicin de
Euclides, que hara de la filosofa megrica ms que un dispositivo erstico. Aun teniendo en cuenta que
el concierto de las ancdotas con caractersticas ticas son poco numerosas y vagas, es preciso tener en
cuenta los contactos con los ideales de autodominio compartidas por todas las posiciones de cuo
socrtico.

50

72. BASILIO, Sobre la literatura pagana que hay que leer, 4 (Simen Metafrastes,
Oraciones, XIII.4; vase Gregorio, segn Anecdota Graeca (ed. Boissonade), V.449.117) (SSR, II.A.16):
Otra vez, alguien, irritado con Euclides de Mgara, lo amenaz de muerte y lo maldijo,
entonces l le devolvi una maldicin: que se calmara y terminara de ser hostil con l.
73. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 277(Mximo el Confesor, XXI.29; Gnomologium
Basiliensia, 267; Gnomologium Cod. Palat. 122, 235f 225v; Gnomologium Parisinum,
1) (SSR, II.A.17):
Euclides el filsofo, cuando alguien le pregunt cmo eran los dioses y de qu se
alegraban, contest: lo dems no lo s, pero s s con certeza que odian a los
chismosos.110
74. ESTOBEO, II.31.52 (Exc. Juan Damasceno, II.13.52) (SSR, II.A.18):
De Euclides. Entre los hombres, aprenden mejor sos que realmente imitan las cosas
ms bellas.111
75. FLORILEGIO EL CONOCIMIENTO MEJOR Y PRINCIPAL, 42 (SSR, II.A.19):
Euclides, cuando se le pregunt quin es el mejor consejero, dijo: el momento
oportuno.112
76. FLORILEGIO EL CONOCIMIENTO MEJOR Y PRINCIPAL, 49 (SSR, II.A.20):
110

Si la ancdota puede referirse efectivamente a Euclides, y puede atrbuirsele algn valor ms all de la
mera irona, es posible entrever en ella un punto de contacto con la actitud de reserva tambin presente en
Platn respecto de los dioses de la religin tradicional, por ejemplo en Repblica, II.377e ss. Ms an, el
rechazo de la pregunta sobre rasgos especficos de la divinidad podra ligarse con el rechazo de las
preguntas por el cmo es algo, y la prioridad de la pregunta por el qu es, tpicos del enfoque
platnico. Tal vez en el caso de Euclides no se esperaba demasiado de este ltimo aspecto, dadas las
posiciones ontolgicas que llevan a restringir la confianza en la posibilidad de alcanzar conocimiento
(vase 83-86). Vase a ese respecto, en 87, la inclusin de los megricos entre los que sostienen que no se
sabe nada.
111
Teniendo en cuenta la brevedad y descontextualizacin, que hace toda interpretacin tentativa, vale la
pena notar que el aprendizaje por imitacin (mmesis) coloca este testimonio en un repertorio amplio de
discusiones sobre esta nocin que encontramos en Platn y en Aristteles. En el primer caso, esta misma
idea sustenta la necesidad de limitar los modelos negativos presentes en la poesa tradicional en los libros
II y III de Repblica. En el segundo, la imitacin es un concepto bsico para la discusin sobre gneros
literarios en la Potica. Ntese adems que la nocin de mmesis y su relacin con la educacin est en
directa relacin con el desarrollo del dilogo socrtico como gnero autnomo, donde la prctica
socrtica se vuelve modelo a imitar. Sobre este punto, vase Introduccin, 1 y D. Clay, The Origins of
the Socratic Dialogue, en P. Vander Waerdt, The Socratic Movement, Cornell University Press, Ithaca
-London, 1994. Se ha pensado que este testimonio puede referir, en rigor, a Euclides de Alejandra, el
matemtico.
112
La nocin de kairs es central en numerosas discusiones tericas de la poca clsica, especialmente en
el mbito de la retrica. Muller (ad loc.) nota que no es posible colegir cmo se entiende en el contexto
megrico. De todos modos, es plausible que una lnea terica que basa su prctica en la prctica refutativa
confiera un valor especial al manejo del momento oportuno. Sobre la funcin de esta nocin en la
retrica de la poca, vase M. Divenosa, Rhetorik tchne. A propsito de la especializacin del lxico
retrico, y L. A. Castello, Oralidad, escritura y retrica en Sobre los que escriben discursos escritos o
Sobre los sofistas de Alcidamante de Elea, en L. A. Castello C. Mrsico, El lenguaje como problema
entre los griegos. Cmo decir lo real?, Buenos Aires, GEA, 2005, pp. 29-58 y 59-86. La misma
ancdota atribuye a Demetrio de Falero en Gnomologium Vaticanum 743, 260.

51

Cuando alguien invocaba la muerte por haber perdido a sus hijos, Euclides le dijo:
hombre, por qu llamas a quien, aunque no la llames, vendr?.113
77. GNOMOLOGIUM PARISINUM LATINUM, 8 (SSR, II.A.21):
Euclides dijo: la mayora de los hombres son insensatos: evitan los alimentos y
vestimentas de esclavo, pero no las costumbres de esclavo.114
c) Obras
78. DIGENES LAERCIO, II.108 (SSR, II.A.10):
<Euclides> escribi seis dilogos: Lamprias, Esquines, Fnice, Critn, Alcibades,
Sobre el amor.115
79. SUDA, s.v. Euclides (SSR, II.A.10) (Hesiquio de Mileto, Catlogo de nombres,
281.73.12-14):
Escribi los dilogos Alcibades, Esquines, Critn, Fnice, Lamprias, Sobre el amor y
tambin algunos otros.
80. HESIQUIO ALEJANDRINO, A 5559 (SSR, II.A.12):
Anxios. brotos (incomible). Euclides.116
81. PLUX, Onomstico, VI.161 (Frag. 948 Nauck [Sfocles]) (SSR, II.A.13):
113

Esta ancdota no slo est ligada por la tradicin con Euclides, sino tambien con Bas de Priene,
frecuentemente integrante de las listas de Siete Sabios. Se ha pensado que la referencia a la muerte podra
estar en relacin con el testimonio de Estobeo sobre el sueo y la muerte como dmones de 89, aunque se
trata de una posibilidad meramente especulativa, dada la ausencia de contexto.
114
L. Rossetti sostuvo con buenos argumentos que este pasaje podra constituir una cita de una obra de
Euclides. El contenido apunta a la dimensin tica incluida en la posicin megrica, y tiene un eco directo
en el tratamiento del autodominio (enkrteia) en la obra de Platn, por ejemplo en Gorgias, 491d ss.,
donde el poder es redefinido como una variable personal y es ms poderoso no quien tiene ms sbditos
sino quien se domina a s mismo, esto es no es esclavo de s mismo.
115
Digenes Laercio testimonia que Panecio dudaba sobre la autenticidad de las obras atribuidas a
Euclides: (...) Panecio cree que son verdaderos los de Platn, Jenofonte, Antstenes y Esquines, pero
duda de los de Fedn y Euclides, y rechaza todos los dems (II.64). No se conservan justificaciones de
esta opinin, contra la que podran aducirse tres razones bsicas: 1) las listas de Digenes y la Suda,
coinciden en los ttulos, al parecer sin que esta ltima dependa de la primera; 2) las referencias
lexicogrficas mentadas en 80-2 estn extradas directamente de obras de Euclides, y 3) lo mismo sucede
con el pasaje citado por Estobeo en FS, 89, confirmado por Censorino. Dado que los ttulos siguen la
costumbre de tomar el nombre de un personaje, el contenido de estas obras es irrecuperable por va
directa, salvo en el caso del Sobre el amor. Vale la pena notar que esta temtica constituye un foco de
atencin para los socrticos: no slo Platn y Jenofonte escriben obras con el nombre Banquete dedicados
al tema del amor, sino que tambin Esquines lo abord en su Aspasia y Antstenes en su Sobre el
matrimonio. En ese sentido, podemos suponer que probablemente cuando en el comienzo del Banquete
Platn le hace decir a Erixmaco, como justificacin de la propuesta de hablar del amor, que se trataba de
un tema al que nadie se haba dedicado, se trata de un juego irnico: la fecha dramtica en el 416 a.C.
permite decir que no hay trabajos sobre el tema, mientras que los lectores, en su fecha de redaccin,
pueden calibrar hasta dnde ha cambiado la situacin y el tema ha concitado enorme atencin,
especialmente entre los socrticos. Entre las dems obras, L. Rosetti ha argido que el Esquines contena
la versin de Euclides sobre los ltimos das de Scrates (Tracce di un lgos sokratiks alternativo al
Critone e al Fedone platonici, Atene e Roma 20, Firenze, 1975, pp. 34-43).
116
La mencin del lxico implica que el trmino inusitado anxios estaba atestiguado en Euclides con el
sentido indicado. Del mismo tipo son los dos testimonios siguientes.

52

Efectivamente, a medias malo (hemikakn) dice Euclides, Sfocles tambin,117


mientras que Aristfanes dice hemikkos.
82. PLUX, Onomstico, III.82 (SSR, II.A.14):
Compaeros de esclavitud (sndouloi) dicen Lisias y Eurpides, mientras que Hiprides
y la mayora dicen homdoulon.118
d) Posiciones tericas
83. DIGENES LAERCIO, II.106 ([Hesiquio de Mileto], Acerca de los hombres ilustres, 27;
Arsenio, p. 253.27-254.2] (SSR, II.A.30):
Euclides practicaba las creencias de Parmnides (). Sostena que el bien es uno,
aunque se lo llame con muchos nombres: unas veces sensatez, otras divinidad, otras
inteligencia, etc. Tambin rechazaba lo contrario al bien, diciendo que no existe.119
84. CICERN, Acadmicos primeros, II.42.129 (SSR, II.A.31):
La escuela de los megricos fue clebre. Su iniciador, segn lo que he ledo, fue
Jenfanes, a quien mencion antes, luego lo siguieron Parmnides y Zenn (por
quienes, luego, esos filsofos fueron llamados eleticos), despus Euclides de
Mgara, el discpulo de Scrates, a partir de quien se les dio nombre a los megricos.
Decan que es bueno slo lo que es uno, siempre similar e igual a s mismo. Tambin
tomaron mucho de Platn.120
117

El trmino se menciona en Aristfanes, Tesmoforiantes, 449.


Estas referencias corresponden en el caso de Lisias al frag. 331 (Baiter-Sauppe), en el de Eurpides a
Ion, 1109 ss. y en el de Hiprides, al frag. 299 (Jens).
119
Se considera que este pasaje contiene tres tesis bsicas que caracterizan la posicin de Euclides: 1) el
bien es uno; 2) el lenguaje pluraliza la unidad y atribuye nombres mltiples a lo uno; 3) lo contrario del
bien no existe, de modo que lo real es bien. De la concatenacin de estas tesis surgi la lectura tradicional
referida a la identificacin de ser, bien y uno (n, agathn, hn), las lecturas fundantes tendan a
interpretarla como una sntesis de la lnea eletica y la socrtica, de manera que se asistira o bien a la
reduccin del socratismo al influjo eletico, segn Zeller (1923:II.251 ss.), o bien a una integracin de
ambas que implicaba una etizacin del n parmendeo y una ontologizacin del bien socrtico. Entre
ambas posturas se ubicaron, con H. von Arnim (Leben und Werke des Dio von Prusa, Berlin, K. Barr & J.
Asmussen, 1898, pp. 21 ss.), P. Natorp (Real Enciclopaedie Paulys, Sup. VI.1, s.v. Eukleides, Stuttgart,
Druckenmller, 1907, coll. 1001 ss.), Nestle (Die Sokratiker in Auswahl, Jena, Diederichs, 1922, pp. 40
ss.), Robin (La pense grecque et les origines de lesprit scientifique, Paris, Albin Michel, 1973 (1ra. ed.
1923), p. 205), Field (Plato and his Contemporaries. A Study in Fourth Century Life and Thought,
London, Methuen, 1967, pp. 169 ss.), entre otros. Ms recientemente se atiene a esta lnea Rankin
(Anthisthenes (sic) Sokratikos, Amsterdam, Hakkert, 1983, pp. 190 ss.). Esta impronta de lectura se
interrumpi luego del trabajo de Karl von Fritz (Paulys Realencyclopaedie, Sup. V, s.v. Megariker,
Stuttgart, Druckenmller, 1931, coll. 707 ss.), que impugna la relacin con el eleatismo mostrando que
las tesis megricas se derivan de la nocin de bien socrtico. Los estudios de Guthrie (Historia de la
filosofa griega, vol. III, Madrid, Gredos, 1988 (ed. inglesa de 1969), pp. 499 ss.), Dring (Die
Megariker. Kommentierte Sammlung der Testimonien, Amsterdan, Grner, 1972, pp. 82 ss.) y
Giannantonni (SSR) desarrollan esta va exegtica. Sobre este punto, vase Introduccin 3.2.
120
Este testimonio, en un contexto en que se trata del bien supremo, recoge la filiacin de los megricos
respecto de la posicin eletica. Sobre este punto, vase Introduccin, 3.2. Ntese que se menciona la
vinculacin de esta posicin con la platnica, lo cual puede referirse a los tempranos contactos entre
Platn y Euclides, aludidos en el material biogrfico, pero tambin a la adopcin de aspectos de esta
posicin terica en autores posteriores de la lnea megrica. La versin sobre la nocin megrica del bien
difiere de la del testimonio de Digenes. De este enfoque no se desprende una perspectiva que identifique
bien con realidad, sino ms bien con la condicin de unicidad o mismidad que debe darse para que algo
118

53

85. LACTANCIO, La institucin divina, III.12.9 (SSR, II.A.31):


Con justicia, por lo tanto, entre los filsofos no es poco conocido Euclides, que fue el
fundador de la escuela de Mgara. Apartndose de los otros dijo que el sumo bien es
aquello que es siempre similar e igual a s mismo. Ciertamente entendi cul es la
naturaleza del sumo bien, aunque no explic en qu consiste.121
86. DIGENES LAERCIO, VII.161 (SVF, 351; SVF, 200) (SSR, II.A.32):
Aristn de Quos no introdujo muchas virtudes, como Zenn, ni una sola a la que se
llama con muchos nombres, como los megricos, sino maneras de ser relativas.
87. SNECA, Cartas a Lucilio, XIII [= LXXXVIII] 43-5:
Escucha cuntos males hace la nimia sutileza y qu enemiga es de la verdad (). Zenn
de Elea despacha todo problema y dice que nada existe. Cerca estn las doctrinas de los
Pirrnicos, los megricos, los Ertricos y los Acadmicos, que introdujeron una nueva
ciencia: no saber nada.122
88. DIGENES LAERCIO, II.107 (Frag. 28 Diels; Arsenio, 254.2-11)(SSR, II.A.34):
Euclides se opona a las demostraciones no en las premisas sino en la conclusin. 123
Rechazaba tambin el razonamiento por comparacin, diciendo que est establecido o a
partir de cosas similares o a partir de cosas dismiles. Si lo est a partir de cosas
similares, es preciso volverse ms a ellas mismas que a las que son similares a ellas,
mientras que si lo est a partir de cosas dismiles, la comparacin es forzada. 124 Por eso
sea bueno.
121
Ntese que Lactancio, que parte de la afirmacin de Cicern del testimonio previo, convierte la
afirmacin sobre la condicin para que algo sea bueno en la unicidad como rasgo del bien. En 86, la
posicin megrica es identificada directamente con la unidad de la virtud, lo cual refuerza las aristas
ticas del planteo.
122
Encontramos en este enfoque una asociacin entre la posicin megrica y el escepticismo, que parece
entrar en colisin con la tesis sobre el bien de los testimonios previos. De hecho, Muller comenta el
pasaje diciendo: Los fragmentos precedentes constituyen ya una respuesta a Sneca. Sin embargo,
notemos que este juicio pone de relieve un aspecto fundamental de la posicin megrica, ligada con la
inadecuacin entre lenguaje y realidad: si el bien sea o no identificado con lo real es uno y el
dispositivo lingstico es necesariamente mltiple y variado, las opiniones usuales que reflejan esta
multiplicidad estarn erradas e incluso podra no haber modo de representar la unidad, de manera que la
actividad de la dialctica erstica cumplira la funcin de llamar la atencin sobre estas limitaciones, lo
cual, sin encajar estrictamente en el escepticismo, tiene con l puntos de contacto importantes en relacin
con los lmites de la captacin y la expresin de lo real. Se ha planteado que esta crtica tiene un posible
origen epicreo y remitira a las controversias entre Epicuro y los megricos.
123
La falta de isomorfismo entre lenguaje y realidad relevada en los textos previos va de la mano de una
dialctica con aires purificatorios, pero muy diferente de la platnica. Desde el punto de vista
metodolgico, el testimonio releva la preferencia de atacar directamente la conclusin suponiendo que
se debe interpretar lmmata como premisas en general, de modo que se prescribira la improcedencia de
seguir el hilo de la argumentacin. Se ha notado que es posible que sea esta actitud la que Platn objeta
en Sofista, 259c-e. Si se piensa en la preeminencia de la funcin refutativa que revelan los argumentos
megricos (vase un ejemplo en los argumentos ligados con Eublides en 153-87), este procedimiento
parece perseguir la efectividad que se conecta a veces con la reduccin al absurdo.
124
El rechazo de la comparacin constituira el segundo punto de la metodologa de Euclides. La falta de
un contexto mayor hace este testimonio sumamente oscuro, especialmente porque este modo de
argumentacin est extendido en el grupo socrtico. Teniendo en cuenta el desarrollo de la dialctica
megrica y su precisin argumentativa, podra pensarse que se trata de una opcin por la rigurosidad
terica con la consecuente reaccin contra prcticas menos cuidadosas. Sin embargo, no tiene sentido
limitarse a esta posibilidad, dada la presencia entre los testimonios de un pasaje altamente alegrico,

54

sobre este punto dice Timn lo siguiente, cuando ataca tambin al resto de los
socrticos:
pero no me preocupo por esos charlatanes, ni por ningn
otro, ni por Fedn, el que fuera, ni por el disputador
Euclides, que inculc a los megricos la furia de la discusin.125
89. ESTOBEO, III.6.63 (SSR, II.A.11):
De Euclides. El sueo es un demon ms nuevo y ms joven, fcil de persuadir y de
escapar. Pero el otro es canoso y viejo, es totalmente connatural de los ms ancianos
entre los hombres, es difcil de persuadir e implacable. Es problemtico liberarse de este
demon, cuando se presenta por nica vez, pues no presta ninguna atencin a los
discursos ni en general puede escuchar, porque es sordo. A su vez, tampoco podras
manifestarte sealando algo, porque es ciego.126
90. CENSORINO, Sobre el da natal, 3.3 (SSR, II.A.11):
Euclides el socrtico dice que todos tenemos sin excepcin un par de dmones a
nuestros costados. Se puede encontrar el testimonio en Lucilio, en el dcimo sexto libro
de las Stiras.

como lo es 89, aun cuando pudiese no tratarse ms que de un texto marginal y complementario de una
argumentacin ms ajustada. En rigor, aun entrando en terreno especulativo, la mencin de la
comparacin hace resonar la colisin terica entre Platn y Antstenes en torno de la alternativa entre la
bsqueda en trminos de qu es x (t sti) y cmo es x (hoon sti), que implica la explicacin de algo
a travs de una comparacin con nociones pertenecientes a un mismo campo semntico (Sobre esta tesis
de Antstenes, vase C. Mrsico, Argumentar por caminos extremos II. La necesidad de pensar lo que es.
Antstenes y la fundamentacin semntica de la verdad como adecuacin, en L. Castello-C. Mrsico, El
lenguaje como problema entre los griegos. Cmo decir lo real?, Buenos Aires, GEA, 2005, pp. 109-32).
Si as fuera, la posicin megrica podra impugnar la solucin antistnica, aun sin optar decididamente
por la platnica, que supone un acceso al plano inteligible ms plausible que el que podra aceptar un
megrico. Para un ejemplo socrtico de la argumentacin por comparacin, vase 609.
125
Las tensiones tericas dentro del grupo propiciaron en general un juicio negativo de quienes asistan
desde afuera a los enfrentamientos y los entendan en trminos de discusin vacua. As, este tipo de
acusaciones son repetidas. A los tpicos citados en este apartado podra agregarse la mencin de una tesis
nunca atribuida directamente a Euclides, pero que tiene posibilidades de remontarse a este estadio del
desarrollo del pensamiento megrico. En Sofista, 246 b-c Platn se refiere a los Amigos de las Formas de
un modo en que se ha visto una alusin a los megricos. All sobresale la postulacin de Formas
inteligibles plenamente reales, a las que se oponen los cuerpos, propios del devenir, respecto de los cuales
se dice que los parten en pedazos (kat smikr diathraontes). Si hay all una alusin a una tesis
megrica, podra tratarse de un supuesto utilizado en el argumento del montn (sorites) vase 166-82 y
testimoniado por nuestras fuentes a propsito de Diodoro Crono. Vase 213-22 y notas ad loc.
126
ste es el pasaje ms largo que parece reproducir palabras de Euclides. Se ha dicho que contradice la
crtica al razonamiento analgico esbozado en 88, ya que aqu se traza precisamente la comparacin entre
sueo y muerte a travs de dos dmones. Sin embargo, en tanto desconocemos el contexto en que el texto
se presentaba, es difcil proyectar sus alcances, y ni siquiera sabemos si representaba una opinin
efectivamente sustentada por el personaje portavoz de la posicin de Euclides. Lo cierto es que se
entronca con la larga tradicin que liga el sueo y la muerte como hermanos, como se ve ya en Homero,
Ilada, XIV.231, aunque, en rigor, el pasaje parece ms dedicado a sentar diferencias entre ambos que
hacen terrible a la muerte que a atenuar el temor a ella, comparndola con el sueo.

55

2.3 Clinmaco de Turio


91. DIGENES LAERCIO, II.112 (SSR, II.I.1):
Entre los seguidores de Euclides est (...) Clinmaco de Turio, que fue el primero en
escribir sobre los axiomas, los predicados y temas por el estilo.127
92. SUDA, s.v. Scrates (SSR, II.I.2):
Scrates form como filsofos a Platn, () a Euclides de Mgara, tambin fundador
de su propia escuela, que por l tom el nombre de Megrica, y por Clinmaco, el
discpulo de Euclides, Dialctica.
93. SUDA, s.v. Scrates (SSR, II.S.2):
Scrates hizo filsofos a Platn (...), Brisn de Heraclea, quien introdujo la erstica
dialctica con Euclides, mientras que Clinmaco la acrecent.
94. SUDA, s.v. Pirrn (SSR, II.I.3):
Pirrn sigui las lecciones de Brisn, el discpulo de Clinmaco.128
95. DIGENES LAERCIO, IV.4 (Frag. 2 Isnardi [Espeusipo]) (SSR, II.I.4):
Espeusipo dej numerossimas obras y muchos dilogos, entre los cuales se cuentan (...)
Clinmaco o Lisias, en un libro.129
127

Clinmaco, junto con Ictias, aparece como el discpulo ms antiguo de Euclides. La parquedad de los
testimonios sobre su figura contrasta con la importancia que parece derivarse de los aportes tericos
sustantivos que se le atribuyen. En 91 se menciona el trabajo en la temtica lgica, aunque no podemos
colegir muy bien de qu poda tratarse, dado que la mencin de axiomas y predicados nos coloca de plano
en el contexto de la lgica helenstica, ms precisamente la de raigambre estoica. Es tentador, pero
seguramente del todo apresurado, suponer que ya en Clinmaco haba desarrollos en este sentido, de
manera que el ncleo de la lgica de predicados, alternativa antigua a la lgica de trminos de cuo
aristotlico, no slo estara esbozada en esta poca sino que podra haber sido previa a la del Estagirita.
Algo as obligara a modificar radicalmente las opiniones corrientes en el rea. Lamentablemente los
testimonios son magros como para alentar un intento de este tipo, y a lo sumo sirven para subrayar el
hecho de la multiplicidad de trabajos en distintas lneas tericas que se producan por esta poca. En
relacin con este punto, Clinmaco est asociado en 92 a la inauguracin de una lnea terica especfica
dentro de la matriz Megrica, la Dialctica. Esta informacin, a pesar del problema textual del pasaje, se
desprende del testimonio de Digenes Laercio II.19 que constituye nuestro testimonio 8. Otra vez, es
difcil colegir a qu puede referirse esta denominacin, y cules pueden haber sido los rasgos especficos
de esta lnea. Sobre este problema, vase 2.1, donde se trata la organizacin general del grupo megrico.
Sobre la posibilidad de independencia de la lnea dialctica, vase Introduccin, 1.
128
No contamos con datos biogrficos para enmarcar la figura de Clinmaco, excepto su relacin con
Brisn de Heraclea, tambin integrante del grupo megrico, aludida en 94, que no deja de ser oscura, ya
que mientras all se lo caracteriza como maestro, en 93 aparece como un continuador que profundiza la
brecha abierta por Brisn. Sobre la naturaleza de las relaciones entre ste y Pirrn, vase 105 y nota ad
loc.
129
Espeusipo es el continuador de Platn al frente de la Academia. Vivi aproximadamente entre el 407 y
el 339 a.C. y es por lo tanto contemporneo de Clinmaco. Una obra que trate de Clinmaco hablara de
la continuidad del dilogo entre lneas tericas en la generacin siguiente a la de Euclides y Platn. Se ha
dudado de la correccin del nombre de la obra. As, P. Lang propuso la lectura per nomothesas, o
sobre la legislacin para la segunda parte del ttulo (De Speusippi Acad. Scriptis (1911), p. 42-6). La
ausencia de pasajes que reflejen la obra de Clinmaco hacen poco plausible colegir los temas que pueden

56

2.4. Ictias de Mgara


96. DIGENES LAERCIO, II.112-3 (SSR, II.H.1-2):
Entre los seguidores de Euclides est tambin Ictias el hijo de Metalo, hombre noble,
contra quien precisamente Digenes el cnico ha compuesto un dilogo. 130 () Otros
afirman que Estilpn fue discpulo del mismo Euclides, pero tambin de Trasmaco de
Corinto, que fue allegado de Ictias.
97. SUDA, s.v. Euclides (SSR, II.A.22):
Despus de l <Euclides> Ictias y luego Estilpn dirigieron la escuela.
98. ATENEO, VIII.334F-5A (SSR, II.H.1):
Y esto se debe a eso, hombres peces, pues ustedes juntando toda la carne nos han
lanzado a nosotros para los peces y no a ellos para nosotros, diciendo tanto cuanto ni el
filsofo Ictias de Mgara, etc.131
99. TERTULIANO, Apologtico, 46.16 (SSR, II.H.3):
Ictias fue asesinado mientras preparaba traiciones contra la ciudad.132

haber tenido en comn.


130
Oriundo de Mgara, Ictias es una figura poco conocida, segn se nos dice en 97, continuador directo
de Euclides y origen de la lnea que llev a la filosofa de Estilpn, sobre el final de la tradicin megrica.
La mencin sucesiva de Ictias y Estilpn no puede por cuestiones de cronologa referise a una
continuacin inmediata, sino seguramente a las figuras principales de esta lnea dentro del grupo
megrico, probablemente por oposicin a las otras orientaciones tericas que fueron surgiendo (vase
260-1 y notas ad loc.). La confirmacin de la existencia del dilogo Ictias de Digenes consta en
Digenes Laercio, VI.80.
131
Ateneo se encuentra en este pasaje recabando datos de relatos cuyo papel central son los peces. La
mencin de Ictias se trata de un juego fontico entre ikhths, pez, y el nombre de nuestro filsofo, de
manera que el testimonio tiene slo un valor marginal.
132
Falta un contexto adecuado para este dato sobre la muerte de Ictias. Sin embargo, podemos notar que
puede tratarse de un indicio sobre su participacin en cuestiones polticas, un signo distintivo dentro de
un grupo poco preocupado por estos temas, que lo acercara a la figura de Estilpn, con quien en 97
comparte la distincin de ser mencionado como director de la escuela de Mgara tras la muerte de
Euclides. Sobre este punto, vase 260 y nota ad loc.

57

2.5. Dionisio de Calcedonia


100. DIGENES LAERCIO, II.106 (SSR, II.P.3):
Los seguidores de Euclides recibieron el nombre de megricos (...) y luego Dialcticos.
Dionisio de Calcedonia fue el primero en llamarlos as, porque disponan los
argumentos en pregunta y respuesta.133
101. ESTRABN, XII.4.9 (SSR, II.P.1):
Hombres notables por su educacin nacieron en Bitinia: Jencrates el filsofo y
Dionisio el Dialctico.
102. DIGENES LAERCIO, II.98 (508.F.5, FGH, III.B.485) (SSR, II.P.2):
Teodoro fue discpulo de Aniceris y de Dionisio el Dialctico, segn dice Antstenes en
las Sucesiones de los filsofos.134

133

Este pasaje ha servido para corregir el testimonio de Digenes en I.19 nuestro testimonio 8, que a
todas luces parece haber puesto en consonancia la figura de Clinmaco, que aparece en 92 y
probablemente tambin en 91 como iniciador de la lnea Dialctica. Dionisio de Calcedonia es
mencionado como el que tuvo la primaca en darles este nombre. Podra pensarse que su responsabilidad
se limit slo a ello, e incluso podra no haber siquiera formado parte del grupo, pero 101 y 102 son
taxativos en adosarle el apodo de Dialctico. Es plausible que la prctica, surgida naturalmente, recibiera
una denominacin diferencial con Dionisio.
134
Este testimonio y el previo establecen lazos entre Dionisio y representantes de otras lneas tericas. En
101, apenas encontramos una coincidencia de lugar de origen, Bitinia, en el noroeste de Asia Menor, en la
costa sur del Ponto Euxino (actual mar Negro) y de la Propntide (mar de Mrmara) compartido con
Jencrates, el filsofo Acadmico, con quien debe haber sido contemporneo, no sabemos con cuanta
exactitud, dada la parquedad de los datos sobre Dionisio. Sin embargo, sabemos que Jencrates vivi
aproximadamente entre el 400 y el 314 a. C, fechas que coinciden con la edad que debe de haber tenido
Dionisio para frecuentar a Euclides. En 102, por el contrario, se menciona una relacin discipular de
Teodoro, el llamado Ateo, de raigambre cirenaica, con Dionisio, lo cual constituira un caso ms de
interaccin entre las distintas corrientes socrticas (Vase 713).

58

2.6. Brisn de Heraclea


a) Datos biogrficos
103. ARISTTELES, Investigacin sobre los animales, VI.5.563a7 (FGrH, 31.T.3) (SSR,
II.S.1):
(...) Herdoro es el padre del sofista Brisn.1
104. SUDA, s.v. Scrates (SSR, II.S.2):
Scrates hizo filsofos a Platn (...), Brisn de Heraclea, 2 quien introdujo la erstica
dialctica con Euclides, mientras que Clinmaco la acrecent y tras pasar muchos por
ella, culmin con Zenn de Citio. (...) Algunos escriben que Brisn fue discpulo no de
Scrates, sino de Euclides. Y de l tambin fue discpulo Pirrn, etc.
105. DIGENES LAERCIO, IX.61 (FGH, 146; FGrH., 273F92) (SSR, II.S.2):
Adems Pirrn escuch lecciones de Brisn, el discpulo de Estilpn, como dice
Alejandro en las Sucesiones.3
1

La figura de Brisn se encuentra en los mrgenes del grupo megrico, hasta el punto de que Dring
niega su pertenencia a esta lnea (1972:157-63). Los datos biogrficos asociados son desordenados y
contrastantes, aunque de ellos, y especialmente de los testimonios aristotlicos, puede colegirse su
nacimiento alrededor del ao 400 a.C. Eso lo hace de edad similar a Eublides, y por lo tanto con edad
suficiente como para haber frecuentado como alumno a Euclides y Clinmaco, pero no a Estilpn nacido
cincuenta aos ms tarde. La dificultad de su filiacin terica est asociada a la variedad de relaciones
que se le atribuyen: con Teodoro el cirenaico en 107 como Dionisio de Calcedonia en 102-, con Pirrn
el Escptico en 104, con Crates el cnico en 105, con Platn en 109. La parquedad de testimonios sobre su
posicin frente al lenguaje, en 113-5, cuestin que podra aclarar su procedencia terica, no presta
demasiado auxilio.
2
En este pasaje, compuesto con una perspectiva amplia, se subraya el origen socrtico de Brisn, al
contemplar que no se tratara de un discpulo de Euclides, sino de Scrates mismo. Como hemos visto en
la nota previa, el concierto de fechas hace esto ltimo improbable. Por otra parte, en 106 se lo caracteriza
como seguidor de Clinmaco, no sabemos con qu grado de asociacin o afinidad terica. Ms all de
eso, el testimonio brinda una arista interesante que subraya la continuidad de la lgica megrica, ya que
supone una lnea que se inicia o pasa por Clinmaco y concluye en el estoicismo. En este sentido,
hemos visto en 95 que Digenes Laercio atribua a Clinmaco desarrollos que preanunciaban la lgica de
predicados. Dada la insistencia en la primaca de Clinmaco, tal vez haya que entender que Brisn aport
elementos que sirvieron de base para los desarrollos ste o trabaj con una orientacin en algn sentido
similar. Por otra parte, en este pasaje asistimos, no a la caracterizacin habitual de lnea Dialctica, como
desprendimiento de la lnea Megrica, sino a la de erstica dialctica, que parece una sntesis de los
rasgos mencionados en 42 (Suda, s.v. Euclides) donde se afirma que esta lnea fue llamada tambin
dialctica y erstica. Vase Introduccin, 3.1. Probablemente Brisn de Heraclea no es el mismo que
Brisn Aqueo, mencionado en Digenes Laercio, VI.85, Suda, s.v. Hiparquia y s.v. Crates.
3
Pirrn de Elis vivi aproximadamente entre el 360 y el 270 a.C. Su figura inspir una de las dos
vertientes escpticas de la antigedad (la otra es la que corresponde al escepticismo acadmico, vase 34
y nota ad loc.), que tom impulso mucho despus de la poca en que Pirrn vivi. Este hecho dificulta
notablemente la reconstruccin del pensamiento pirrnico, dado que no es seguro qu cmulo de teoras
son, en rigor, de poca posterior. Las influencias que se le reconocen son variadas y ninguna de ella
parece decisiva, sino ms bien propicia para la amalgama crtica que disea Pirrn. En este sentido, puede
pensarse que el patrn argumentativo megrico podra haber ofrecido material para el programa escptico
por su poder de cuestionamiento. En este punto vea Gomperz una de la lneas de mayor fertilidad
intelectual nacidas en este grupo (Grieschiche Denker. Eine Geschichte der antiken Philosophie, Leipzig,
Veit, 1909, pp. II.170 ss.).

59

106. SUDA, s.v. Pirrn (SSR, II.S.2):


Y escuch lecciones de Brisn, el discpulo de Clinmaco .
107. SUDA, s.v. Teodoro (SSR, II.S.3):
Teodoro, el apodado Ateo. Escuch lecciones tambin de Brisn, etc.4
108. PLATN, Carta XIII, 360c (SSR, II.S.4):
Helicn de Czico () estuvo asociado con Polxeno, uno de los compaeros de Brisn.
109. ATENEO, XI.509b-c (SSR, II.S.6):
Por eso tambin Efipo el comedigrafo ha parodiado en Nafrago a Platn mismo y a
algunos de sus conocidos, como si hubiesen hecho denuncias por dinero, mostrando que
se vestan de manera costosa y prestaban ms atencin a la elegancia que los ms
extravagates entre nosotros. Y dice as:
Luego se yergue, despertado por Platn, un joven sagaz
de los de la Academia, es decir los brison-trasmaco-cazamonedas;
marcado por la necesidad, se une a una escuela por una tcnica cazasueldo,
y puede decir cosas no del todo irreflexivas.5
110. DIGENES LAERCIO, I.16 (SSR, II.S.7):
Entre los filsofos (...) algunos de ellos dejaron tratados, mientras otros no escribieron
absolutamente nada, como, segn algunos, Scrates, Estilpn, Filipo, Menedemo,
Pirrn, Teodoro, Carnades y Brisn.6
111. ATENEO, IX.508d (SSR, II.S.7):
Teopompo de Quos afirma en su obra Contra la escuela de Platn: Se puede
comprobar que la mayor parte de los dilogos de Platn son vacuos y mentirosos. Por
otra parte, la mayora de ellos son plagios tomados de las Charlas de Aristipo, algunos
de los de Antstenes y un gran nmero tambin de los de Brisn de Heraclea.7
4

Sobre las relaciones con Polxeno, vase el apartado correpondiente y la nota siguiente.
Efipo de Atenas es un comedigrafo del siglo IV, perteneciente a la llamada comedia media, que,
como su antecesor Aristfanes, dirigi sus burlas a varios intelectuales del perodo, incluidos Platn y su
grupo, en el cual se cuenta a Brisn. La relacin es plausible, no slo porque haba relaciones amigables
entre Platn y Euclides que pueden haberse extendido a Brisn, sino que en 108 se menciona tambin una
cercana entre Platn y Polxeno, mentado como compaero de Brisn, cercana que se desprende
tambin de 123 y 124. Ms all de que varios filsofos socrticos cobraban por sus lecciones, esta
mencin parece justificada por el tipo de generalizacin que permite la crtica a una prctica extendida
entre las escuelas, del mismo modo que ya Aristfanes criticaba el Pensadero en Nubes (vv. 94 ss.). La
mencin de Trasmaco podra referirse a Trasmaco de Corinto, tambin de origen megrico. Sobre este
punto y una variante textual en este pasaje, vase FS, 258 y nota ad loc. Sobre la comedia media, vase
K. Lever, Middle Comedy, Neither Old nor New, but Contemporary, The Classical Journal 49.4,
Northfield, 1954, pp. 167-180; W. Arnott, From Aristophanes to Menander, Greece & Rome 19.1,
Cambridge, 1972, pp. 65-80.
6
La confiabilidad de este pasaje es ms que dudosa, como se desprende de los casos de Estilpn, Filipo y
Teodoro, a quienes otras fuentes s atribuyen obras escritas, como sucede con Brisn en 111. Vase el
testimonio completo en 8 y nota ad loc.
7
Este testimonio del historiador Teopompo de Quos (595), refleja muy bien la tendencia que Harold
Cherniss caracteriz en su trabajo The History of Ideas and Ancient Greek Philosophy, en L. Taran,
Selected Papers, Leiden, Brill, 1977, pp. 68-88, en relacin con la ausencia de una nocin de historia de
5

60

112. SEXTO EMPRICO, Contra los matemticos, VII.13 (SSR, II.S.8):


Cultivaron la parte lgica los del grupo de Pantoides (...) y Brisn, etc.8
b) Posiciones tericas
b.1 Cuestiones de semntica
113. ARISTTELES, Retrica, III.2.1405b6-11 (SSR, II.S.9):
Por otra parte, como dice Licimnio,9 la belleza del nombre est en los sonidos o en el
significado, y lo mismo su fealdad. Pero todava se da en tercer lugar lo que disuelve el
argumento sofstico, porque no es como dijo Brisn que nadie dice palabras obscenas,
dado que significa lo mismo decir una cosa en lugar de otra, pues eso es falso, ya que un
nombre es ms especfico que otro, y tambin de mayor semejanza y ms apropiado
para hacer evidente una cosa.10
114. ESTEBAN, Sobre la Retrica de Aristteles, 171.24-172.2 (SSR, II.S.9):
Vanamente deca Brisn que no es posible decir palabras obscenas, pues si en lugar de
esa expresin, digo otra que signifique lo mismo, no digo palabras obscenas.11
115. ANNIMO, Sobre la Retrica de Aristteles, 171.24-172.2 (SSR, II.S.9):
las ideas entre los griegos, que los llevaba habitualmente a interpretar las influencias como plagios. Desde
otro punto de vista, constituye un indicio interesante sobre los puntos de contacto entre las obras de los
socrticos, que deben de estar en la base de la caracterizacin de Aristteles acerca de sus obras como un
gnero literario autnomo. Sobre este punto, vanse los testimonios 27 a 40. Sobre Teopompo, vase M.
Flower, Theopompus of Chios. History and Rhetoric in the Fourth Century BC., Oxford, Clarendon Press,
1994.
8
Sobre la actividad lgica de Brisn, vase 104 y nota ad loc. Sobre Pantoides, vase 314-7.
9
Aristteles se halla en este punto estipulando condiciones para una metfora lograda. Licimnio de Quos
aparece asociado en las fuentes con la poesa y la retrica tcnica vase Platn, Fedro, 267c; Retrica,
III.13.1414b17 ss., donde se testimonia su nomenclatura para algunas partes del discurso, etc.. A la
asociacin de Licimnio de la esttica lingstica con el plano del sonido o con el del significado,
Aristteles parece agregar una tercera posibilidad que el texto transmitido no explicita, por lo cual
algunos intrpretes han postulado la existencia de una laguna tras tercer lugar. Para completarla
recurren a los escolios y al juicio que Demetrio, en Sobre la interpretacin, 173 ss., atribuye a Teofrasto,
segn el cual un nombre es bello por el sonido (ako), por la referencia a una cosa bella a la vista (psis)
o porque halaga por medio de su sentido (dinoia). El ejemplo aducido es el de antiguos (arkhaoi) y
viejos (palaio), entre los cuales la asociacin del primero con hombres revela mayor respeto y
resulta estticamente preferible. Esta diferencia entre trminos pertenecientes a un mismo campo
semntico es precisamente lo que se expresa con la idea de que un nombre es ms especfico o apropiado
que otro, de manera que no hace falta pensar en una laguna.
10
La caracterizacin aristotlica permite inferir la posicin de Brisn, donde no habra diferencias ni
grados de adecuacin entre los trminos de un mismo campo semntico. El planteo debe haber apuntado a
llamar la atencin sobre un caso conflictivo de unidad y multiplicidad, que se da precisamente en el plano
de los sinnimos, en que una misma entidad puede ser objeto de varios nombres. Una mirada megrica
puede haber visto en este punto la necesidad de que, si el lenguaje corresponde a las cosas que nombra,
conserve una relacin trmino a trmino entre nombre y cosa, que borrara la diferencia entre los distintos
nombres y los hara totalmente equivalentes. En el caso mentado, habra que concluir que no existen las
palabras obscenas, ya que el correlato real en todos los casos es el mismo y un trmino tendra que ser
intercambiable sin que haya variacin semntica. Sobre los alcances de este argumento en el marco de la
lnea megrica, vase Introduccin, 3.3.
11
La formulacin del argumento se asemeja a los argumentos ersticos tpicos de los megricos.
Comprese con el anecdotario de Diodoro Crono en relacin con la arbitrariedad de los nombres y la
nominacin de esclavos por medio de conjunciones en 207-212.

61

Brisn era un filsofo. Brisn deca que nadie dice palabras feas y habla sin belleza, si
es que en lugar de decir una cosa dice otra, pues deca que significa lo mismo esto que
lo otro. Y as se encuentra en las copias si es que significa lo mismo decir esto en lugar
de lo otro. Pero es un error de escritura decir en lugar de esto (tode) otro, pues se
deba decir en lugar de esto (tde) otro. Incluso cuantas copias son antiguas, se
encuentra que dicen as: si es que significa lo mismo esto en lugar de esto (tode)
otro.12
b.2 La cuadratura del crculo
116. ARISTTELES, Refutaciones sofsticas, 11.171b3-172a7 (SSR, II.S.11):
Adems, afirmar o negar el valor de algo no es propio del que est dando pruebas, sino
de quien est intentando ensayar, pues el ensayo es un tipo de dialctica y tiene en vista
no al que sabe sino al ignorante y pretensioso. Entonces, el que tiene en vista los
principios comunes de acuerdo con el asunto concreto es dialctico, mientras que el que
lo hace aparentemente es un sofista. As, el razonamiento erstico, es decir sofstico, es
el que parece que razona sobre aquellas cosas que la dialctica ensaya, aunque su
resultado sea verdadero (pues es engaoso en cuanto a la causa). Adems existen los
paralogismos que parecen estar de acuerdo con la tcnica sin estar de acuerdo con el
mtodo adecuado a cada cosa, pues los grficos errneos no son ersticos (ya que los
paralogismos estn de acuerdo con los elementos de la tcnica), ni tampoco si un
diagrama errneo se asocia con lo verdadero, por ejemplo la cuadratura del crculo de
Hipcrates por medio de lnulas. Sin embargo, el modo en el cual Brisn traz la
cuadratura del crculo, incluso si el crculo queda cuadrado, no obstante, dado que no se
ajusta al asunto en cuestin, por eso es sofstico.13 (...) 171b34: El argumento erstico est
en relacin con el dialctico como el diagrama errneo lo est con el geomtrico, pues
razona errneamente a partir de las mismas cosas que el dialctico <usa>, y el que
diagrama errneamente <lo hace con las mismas cosas que usa> el gemetra. Pero el
primero no es erstico, porque grafica errneamente de acuerdo con los principios y
conclusiones planteados por la tcnica, mientras que el que responde a la dialctica,
orientado a otros temas, es evidente que ser erstico. Por ejemplo, la cuadratura del
12

Este testimonio se limita a repetir el punto de la sustitucin apoyada en la equivalencia semntica de


trminos con correlato idntico. La ltima parte tiene inters slo a los efectos gramaticales, ya que
impugna la construccin sintctica transmitida por los textos, en los que se encuentra un genitivo donde
se esperara un acusativo.
13
La cuadratura del crculo, que consiste en hacer derivar de un crculo un cuadrado con la misma
superficie mediante regla y comps, concit una enorme atencin. Plutarco testimonia que Anaxgoras se
dedic a ello (Sobre el exilio, 607.F). Con este problema se relaciona tambin la actividad de Enpides,
Antifonte, Hipias e Hipcrates de Quos, que en el s. V a.C. descubri el modo de cuadrar superficies con
lados curvos, llamados lnulas. Su vigencia se refleja en el pasaje de la comedia Aves, 1003 ss. de
Aristfanes, en la que la cuadratura del crculo es objeto de burla. Vase E. Hobson, H. Hudson, A. Singh
y A. Kempe, Squaring the Circle and other monographs, New York, Chelsea Pub. Comp., 1953 y W.
Knorr, Efforts towards the cuadrature of the cyrcle, The Ancient Tradition of Geometrical Problems,
Boston, Birkhuser, 1986, pp. 76 ss. En el contexto de la obra aristotlica, las dos menciones a Brisn se
llevan a cabo en el marco de la crtica por no remitirse a principios especficos de un rea, sino a
principios comunes que quitan al argumento fuerza probatoria. Como se puede inferir de los testimonios
de este apartado, el planteo de Brisn no es propiamente geomtrico. Brisn aparece como ejemplo de
razonamiento falaz, llamado aqu erstico, lo cual puede hacer pensar en las acusaciones de erstica que
siempre se vertieron sobre los megricos. La diferencia en este caso se traza con el enfoque de Hipcrates
de Quos, que no lleg a efectuar la cuadratura del crculo sino la de la lnula, una figura plana limitada
por dos arcos de circunferencia de diferente radio, e incluso no de todas sino de algunos casos
especficos.

62

crculo por medio de lnulas no es erstico, mientras el de Brisn es erstico.


Precisamente, no es posible adaptar el primero sino en relacin con la geometra
solamente, porque procede de los principios particulares <de la tcnica>, mientras que
el segundo se adapta en relacin con muchos, cuando no conocen lo posible y lo
imposible en cada contexto, pues se acomoda. O est el modo en que realiz la
cuadratura del crculo Antifonte.
117. [ALEJANDRO], Sobre las Refutaciones sofsticas de Aristteles, 76.16-20 (SSR,
II.S.11):
La expresin, por ejemplo, de acuerdo con la geometra, lo geomtrico, se dice de
manera elptica. La manera completa sera sta: la refutacin geomtrica falsa de
acuerdo con la geometra es lo que surge de los principios de la geometra, como era la
cuadratura del crculo de Brisn. (...) 90.10-21: Sin embargo, la cuadratura del crculo de
Brisn es erstica y sofstica, porque no surge de los principios propios de la geometra
sino de algunos ms comunes. Pues circunscribir un cuadrado fuera del crculo e
inscribir otro dentro y entre los dos cuadrados otro cuadrado, luego decir que el del
medio de los cuadrados es un crculo, y del mismo modo tambin el cuadrado que est
entre los dos cuadrados es menor que el cuadrado exterior, pero mayor que el menor, y
las cosas mayores y menores que las mismas cosas son iguales, por lo tanto el crculo y
el cuadrado son iguales, surge a partir de algunas cosas comunes pero tambin falsas,
comunes porque tambin se adaptan a los nmeros, el tiempo, los lugares y otras cosas
comunes, pero falsas, porque ocho, nueve, diez y siete son menores y mayores y sin
embargo no son iguales (...). 92.2-10: El argumento derivado de la dialctica, es decir el
erstico, se orienta a otros mbitos, en rigor conocimientos, porque es erstico, no
oscuro. Porque intenta cuadrar el crculo no a partir de los principios de la geometra,
sino a partir de principios ms comunes, como Brisn, cuya cuadratura es precisamente
erstica. La que recurre a lnulas no es erstica, porque compone los argumentos a partir
de los principios de la geometra. Adems, por eso no es posible que adapte uno a los
otros, porque es imposible transferir los principios de esta tcnica a otra, mientras que el
de Brisn se adapta a muchas, como dice tambin Aristteles en los Analticos, etc.14
118. ANNIMO, Sobre las Refutaciones sofsticas de Aristteles, 29.38-30.7 (SSR,
II.S.11):
Y Brisn, por tratar de cuadrar de acuerdo con algo comn y de acuerdo con el asunto
central, sera ms bien erstico, pues plantea tres cuadrados en un crculo, de los cuales
el primero est inscrito, el segundo circunscrito y el del medio se traza entre los otros;
luego, se usan argumentos comunes para la demostracin que convienen no ms a la
geometra que a la fsica o a otro de los conocimientos. Pues, dado que, dice, el
cuadrado medio y el crculo son mayores y menores que ambos cuadrados, y las cosas
mayores y menores que las mismas cosas son iguales entre ellas, el crculo ser igual al
cuadrado del medio.
119. ARISTTELES, Analticos posteriores, I.9.75b37-76a2 (SSR, II.S.10):
Dado que es claro que no es posible demostrar cada atributo sino a partir de los
principios de cada uno, si la conclusin resulta esa, no es posible conocerlo, aun cuando
sea probado a partir de premisas verdaderas, indemostrables e inmediatas. As pues es la
14

Esta ltima referencia apunta al pasaje que consignamos en 116.

63

cuadratura del crculo de Brisn.15 Porque esos argumentos prueban de acuerdo con un
elemento comn que subsiste tambin en otra cosa. Por eso, los argumentos se adecuan
a otras cosas que no son semejantes. Entonces, el atributo no es conocido en tanto tal,
sino por accidente, pues de otro modo la demostracin no se hubiese ajustado tambin a
otro gnero.
120. TEMISTIO, Sobre los Analticos posteriores de Aristteles, A.9.75b37-76a2 (SSR,
II.S.10):
Por eso nadie dira que la cuadratura el crculo de Brisn es una demostracin
geomtrica, pues se vale de una proposicin verdadera pero comn, por ejemplo que las
cosas respecto de las cuales las mismas cosas son mayores y menores, esas cosas son
iguales entre ellas. Porque la proposicin no es verdadera slo en la dimensin sino
tambin en el nmero, el tiempo y en muchos otros aspectos. Entonces, qu es lo que
Brisn crea al agregar que el crculo se cuadra, no tiene nada que ver con el presente
argumento, pero sea dicho en provecho de los que quieren aprender. El crculo, dice, es
mayor que todos los polgonos inscritos, pero menor que los circunscriptos. Y del
mismo modo es el polgono graficado de manera intermedia entre los inscritos y los
circunscritos respecto del crculo. Por lo tanto, el crculo es mayor y menor que ellos y
tambin ese polgono, de modo que tambin, por la proposicin mencionada, son
iguales entre ellos.16
121. FILPONO, Sobre los Analticos posteriores, 111.6-114.17 (SSR, II.S.10):
As tambin agrega esto a las pruebas acerca de la ciencia, que no basta hacer una
demostracin respecto de las cosas verdaderas y tomar premisas inmediatas, sino que
tambin es necesario que stas sean propias del tema demostrado. (...) (111.13) Y es
necesario, como se ha dicho muchas veces, que la demostracin surja de los principios
propios de cada uno, es decir para que la definicin media sea propia para los extremos
y comn a nada ms. De este modo, dice, es necesario no slo elegir las premisas a
partir de lo verdadero e inmediato, sino tambin tomar las premisas a partir de lo
apropiado a la conclusin. Dado que es as, dice, tambin es posible demostrar la
cuadratura de Brisn a partir de algunos elementos ms comunes y no de los principios
apropiados a lo antes propuesto. Entonces, Aristteles dice esto respecto de la
cuadratura de Brisn. Pero Alejandro dice que Brisn intent cuadrar el crculo de este
modo. Si cualquier cosa se inscribe en un crculo, el crculo es mayor que la figura
rectilnea, pero es menor que lo circunscrito (y se llama inscribir en un crculo al
grfico rectilneo dibujado dentro del crculo, mientras circunscribir al dibujado
15

Como parte del Organon, los Analticos posteriores analizan el conocimiento (epistme), enfocndolo
desde la teora de la demostracin. El pasaje que menciona a Brisn forma parte del desarrollo de la idea
expresada en el captulo 6, donde se establece que la demostracin debe basarse en verdades bsicas, y
eso implica que los atributos que se tienen en cuenta deben ser esenciales, y no accidentales, respecto de
su sujeto. Precisamente esta es la condicin que no cumplira, de acuerdo con Aristteles, el razonamieto
de Brisn.
16
El principio que Aristteles impugna por excesivamente general es que aquellas cosas que son mayores
respecto de lo mismo y menores respecto de lo mismo son iguales. A partir de este presupuesto, Brisn
parece haber planteado que si se inscribe un cuadrado en un crculo, es decir se grafica un cuadrado
dentro del crculo, que por lo tanto ser menor, y luego se circunscribe otro cuadrado, es decir se grafica
un cuadrado fuera del crculo, que por lo tanto ser mayor, y luego se calcula un cuadrado intermedio
entre en cuadrado mayor y el menor, ese cuadrado resultante ser igual que el crculo, en tanto ambos
comparten la misma relacin respecto de los cuadrados mayor y menor. Sobre las nociones de
inscripcin y circunscripcin, vase Arquimedes, Sobre la esfera y el cilindro,1.3-13 y 40.

64

afuera). Sin embargo, tambin la figura rectilnea dibujada entre la figura rectilna
inscrita y la circunscrita es menor que la circunscrita y mayor que la inscrita. Y las
cosas que son mayores y menores que las mismas cosas son iguales entre ellas. Por lo
tanto, el crculo es igual a la figura rectilnea dibujada en el medio de la inscrita y la
circunscrita. Podemos as constituir un cuadrado igual a cualquier figura rectilna dada.
Por lo tanto, es posible hacer un cuadrado igual a un crculo. Entonces, as deca
Alejandro, pero el filsofo <Amonio> afirmaba que su maestro Proclo objetaba la
interpretacin de Alejandro, porque, si Brisn cuadr as el crculo, se choc con la
cuadratura de Antifonte, pues la figura trazada en el medio de la figura rectilnea
inscrita y la circunscrita se adecua a la circunferencia del crculo, y eso tambin lo haca
Antifonte, hasta que terminaba por adecuarse, como aqul deca, la lnea recta a una
circunferencia, lo cual es imposible. Sobre esto se habla en las obras fsicas.17
Realmente, Aristteles no hubiera comparado la cuadratura de Brisn, que es diferente,
con la de Antifonte, si Brisn hubiese cuadrado as. () (112.20) Entonces, Proclo deca
que Brisn cuadraba de esta manera: el crculo es mayor que cualquier figura rectilnea
inscrita, pero es menor que cualquiera circunscrita. Y respecto de aquello que es mayor
y menor, de esto es tambin igual. Y la figura rectilnea es mayor y menor que el
crculo. Por lo tanto, es tambin igual a l. Contra Proclo es posible decir lo siguiente: si
Brisn dispona as la cuadratura del crculo, no la probaba en absoluto, sino que caa en
una peticin de principio, pues los que cuadraban el crculo buscaban eso, si es posible
para el crculo ser igual al cuadrado, pero creyendo que puede ser as, intentaban
generar un cuadrado igual a un crculo. Lo dicho por Proclo, como deca nuestro
maestro, que es posible que el cuadrado sea igual al crculo, si es que esto se concede,
estar probado, pero no diagram un cuadrado igual a un crculo, ni prob cmo sera
esto posible, lo cual quieren hacer los que cuadran el crculo. Precisamente, Aristteles,
respecto del crculo que fue cuadrado por Brisn, aunque no de manera geomtrica,
deca eso. De este modo tampoco la interpretacin de Proclo parece ser satisfactoria.
17

Sobre el mtodo empleado por Antifonte dice Simplicio: Antifonte, tras dibujar un crculo, le inscribi
un rea poligonal de las que pueden ser inscriptas. Supngase, arbitrariamente, que la figura inscrita es un
cuadrado. Luego, cortando en dos cada uno de los lados del cuadrado, desde el corte a los arcos traza
lneas rectas, que, claramente, cada una, cortaba en dos su propio segmento del crculo. Luego, desde el
corte, trazaba lneas hasta las esquinas de las lneas del cuadrado, de modo que resultan tres tringulos a
partir de las lneas rectas, pero la figura entera inscripta es un octgono. Y as, de nuevo segn el mismo
mtodo, cortando en dos cada uno de los lados del octgono, dibujando lneas rectas desde el corte a los
arcos y trazando lneas que unen los puntos en donde las lneas tocan los arcos con los lmites de las
lneas divididas, construye una figura inscripta de diecisis lados. Y de acuerdo con la misma lgica,
cortando los lados de la figura inscripta de diecisis lados, trazando lneas rectas que unen los puntos,
dobla el polgono inscripto. Haciendo eso repetidamente, de modo que el plano se acaba, un cierto
polgono queda inscripto de este modo en el crculo, cuyos lados, dada su pequeez, coinciden con la
circunferencia del crculo. Pero podemos construir un cuadrado igual a un polgono dado, como sabemos
por los Elementos. Dado que se supone que el polgono es igual al crculo y coincide con l, habremos
construido un cuadrado igual al crculo. Es claro que el procedimiento avanz de modo contrario a los
principios geomtricos, aunque no del modo que lo dice Alejandro: el gemetra hipotetiza como
principio que el crculo es tangente a una lnea recta en un punto, pero Antifonte destruye eso. Porque el
gemetra no hipotetiza eso, sino que lo prueba en el libro III. () Sin embargo, no es el caso que
cortando repetidamente el plano entre la lnea y la circunferencia del crculo se pueda agotarlo, ni que
alguna vez rebase la circunferencia del crculo. Si lo hiciera, se destruir un principio geomtrico, el de
que dice que las magnitudes son infinitamente divisiles. Eudemo dice tambin que este es el principio
destruido por Antifonte (Comentario a la Fsica de Aristteles, 53.27-55.24). Vase F. Rudio, "Der
Bericht des Simplicius eber die Quadraturen des Antiphon und des Hippokrates", Leipzig, Teubner,
1907. Tomamos este testimonio de Filpono con la extensin que le confiere Muller.

65

2.8. Polxeno18
122. PLATN, Carta XIII, 360 b-c (SSR, II.T.1):
(Platn a Dionisio el Joven)
(...) Y ahora te envo (...) un hombre, como quedamos, un hombre del cual t y
Arquitas, si Arquitas va contigo, podran valerse. Su nombre es Helicn y es de la
regin de Czico; es discpulo de Eudoxo, muy versado en las doctrinas de ste.
Tambin frecuent a uno de los discpulos de Iscrates, y a Polxeno, uno de los
compaeros de Brisn. Y, lo que es raro en estos casos, no es poco agraciado ni parece
de mal carcter, sino que parecera que es muy alegre y de buen temperamento.19
123. PLATN, Carta II, 314 c-d (SSR, II.T.2):
(Platn a Dionisio el Joven)
(...) Te asombraste de que te haya enviado a Polxeno. Sobre Licofrn y los dems que
estn contigo, yo te digo tanto antes como ahora lo mismo: que en relacin con la
dialctica tanto en naturaleza como en el mtodo de tus argumentos los superas
completamente, y ninguno de ellos se deja refutar voluntariamente, como algunos
suponen, sino que lo hacen involuntariamente. Realmente me parece que los has tratado
con mucha mesura y los has recompensado. Esto es lo que digo de ellos y es mucho
para este tipo de gente.
124. PLATN, Carta II, 310 c-d (SSR, II.T.3):
(Platn a Dionisio el Joven)
Y te digo esto sin implicar que te han dicho algo sensato Cratstolo y Polxeno, de los
cuales afirman que uno dice que ha escuchado en Olimpia a muchos de mis compaeros
hablando mal de ti. Probablemente escucha con ms agudeza que yo, pues yo realmente
no escuch nada.20
125. CARTA SOCRTICA XXX.3 (SSR, II.T.4):
(Espeusipo a Dion)
Habra apreado realmente mucho observar por algn artilugio si conservas tu modo de
ser o te nos has vuelto orgulloso y arrogante, porque hablan de ti los nios en las calles,
Polxeno sentado en el embarcadero y los pastores en las montaas.21

18

El tratamiento de Polxeno no est incluido en SSR. Su presencia aqu se justifica por la posibilidad de
que su versin del argumento del tercer hombre tenga puntos de contacto con las ideas megricas. Muller
(1985:180) se vale de los rasgos de dialctico y sofista que le atribuyen las fuentes, en 128, 130 y 132,
por ejemplo, que resultan similares a lo que se dice de otros megricos. Vase FS, 132 y nota ad loc.
19
Arquitas de Tarento, contemporneo de Platn, filsofo y matemtico de cuo pitagrico, tena fluidos
contactos con Sicilia. Polxeno aparece en este testimonio como un maestro ocasional de Helicn de
Czico, de quien Plutarco dice que recibi dinero Dionisio el Joven en premio por haber predicho un
eclipse (Vida de Dion, 19.6). Segn se afirma, Helicn haba frecuentado tambin a Iscrates, gua de la
escuela de retrica ms importante de Atenas y rival de la Academia. Ntese que hay cierta irona en la
afirmacin de que habiendo sido discpulo de Polxeno e Iscrates (a pesar de haberlo sido) Helicn
conserva un buen carcter. Una actitud crtica similar surge de 123. Por otra parte, se lo caracteriza como
allegado de Brisn, lo cual sienta las bases para asociarlo con el grupo megrico.
20
Este pasaje retoma el clima de tensiones que parece haber reinado entre los intelectuales de la corte de
Siracusa, ocasionados por el deseo de posicionarse bien ante Dionisio.
21
Sobre Espeusipo, vase 95 y nota ad loc. Plutarco seala que acompa a Platn a Siracusa en su tercer
viaje y trab con Dionisio muy buenas relaciones (Vida de Dion, 17).

66

126. CARTA SOCRTICA XXXIV.3 (SSR, II.T.4):


(Dionisio el Joven a Espeusipo)
Ordena de mi parte a Polxeno y a sus compaeros () que pongan por escrito las
reuniones entre ustedes.
127. ATENEO, XI.471 ss. (FGH, I.226) (SSR, II.T.5):
Timeo, en el vigsimo octavo libro de sus Historias, nombra a la copa tericlea
escribiendo lo siguiente. Polxeno, uno de los que vinieron de Tauromenio, tras recibir
el cargo de embajador, volvi con otros regalos de Nicodemo y una copa tericlea.22
128. PLUTARCO, Sentencias de reyes y comandantes, 176 c-d (SSR, II.T.6):
Dionisio el Joven dijo que l mantena a muchos sofistas no porque los admirara sino
porque quera ser admirado a causa de ellos. Cuando el dialctico Polxeno dijo que lo
iba a refutar, le contest: con palabras, por supuesto, pero yo te refuto con hechos, pues
dejando tus propias cosas, te ocupas de m y de las mas.
129. DIGENES LAERCIO, II.76-7 (Arsenio, 116.1-6; SSR, IV.A.17) (SSR, II.T.7):
Cuando una vez el sofista Polxeno haba venido a visitarlo <a Aristipo>, vio mujeres y
banquetes opparos y ms tarde le hizo crticas; un poco despus le dijo Aristipo: y t
pudiste estar hoy con nosotros?, y al asentir el otro le respondi: entonces por qu
me haces reproches? Pues parece que criticas no el banquete sino el precio.23
130. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 194 (SSR, II.T.8):
Cuando el dialctico Polxeno estaba indignado porque algunos llamaban a Digenes
Perro, l contest: llmame t tambin perro, porque Digenes es mi sobrenombre.
Realmente soy un perro, de esos de raza, que cuidan a sus amigos.
131. GREGORIO DE CORINTO, Acerca del Sobre la habilidad del mtodo de Hermgenes,
XVII.1272.6-18 (SSR, II.T.9):
Entonces es claro que si el litigante se remite a la verdad, no se esforzar en declamar,
ni reflexionar largamente, ni estudiar por adelantado lo que debe decir, sino que
expondr directamente la cuestin propiamente dicha. Por eso, segn se dice, los
antiguos, que lo saban, hacan que parezca, a pesar de la preparacin a la cual se
entregaban, que articulaban con dificultad de manera improvisada. Por ejemplo, el
orador Polxeno, cuyo discurso ha llegado a mis manos, se expresa as en el exordio de
su escrito en honor del santuario de Delos: dirijo mis plegarias a Apolo y a los otros
dioses que residen en Delos, porque nos permiten hablar y a ustedes que escuchan
juzgar lo que les es agradable, lo que es piadoso, lo que es justo. Se nota que l hace
que parezca que improvisa cuando pide a los dioses para proclamar lo que es piadoso y
justo.24
22

No es seguro que se refiera al mismo Polxeno.


Este testimonio y el siguiente conforman un juego de acercamiento al cinismo y distanciamiento de
posiciones cirenaicas, aparentemente derivadas del criterio de austeridad. Sobre el uso de la figura del
perro en el mbito socrtico, vase 17 y nota ad loc.
24
Adems de la caracterizacin de sofista, se suma aqu la de orador, que, por otra parte, podra inferirse
de sus relaciones con Iscrates aludidas en 122. El hincapi en la improvisacin conecta esta prctica con
la de Alcidamante (vanse las notas a 75 y 299), aunque bien puede tratarse de una simple proyeccin de
Gregorio.
23

67

132. ALEJANDRO DE AFRODISIA, Sobre la Metafsica de Aristteles, 84.16-21 (SSR,


II.T.10):
Dice Fanias, en su libro contra Diodoro, que el sofista Polxeno introdujo el Tercer
Hombre diciendo si el hombre existe por participacin y comunidad con la idea, es
decir el hombre en s, es preciso que haya un hombre que tenga su ser en relacin con la
Idea. Pero no es el hombre en s el que participa de la Idea, porque l es la Idea, y
tampoco el hombre particular. Resta entonces que exista un tercer hombre que tenga su
ser en relacin con la Idea.25

25

El argumento conocido como del Tercer Hombre constituye uno de los puntos tradicionales de la
crtica a la Teora de las Formas de Platn. Las formulaciones cannicas se encuentran en el Parmnides
de Platn (132a ss.) y en el pasaje crtico de Aristteles de Sobre las Ideas (ed. Rose, p. 188). En su
comentario a este ltimo, Alejandro contextualiza el problema ofreciendo cuatro formas del argumento,
lo cual indica que se trataba de un tpico muy trabajado en la antigedad. De acuerdo con H. Inverso, es
posible tentar una reconstruccin del argumento a partir del testimonio sobre Estilpn consignado en 303
(vase nota ad loc.), donde se menciona una negacin de las Formas, que debe ser entendido, igual que
aqu, no como una negacin completa, que sera inconsecuente con una posicin megrica, sino como una
negacin de la participacin tal como la entenda el platonismo (Polxeno, la filosofa megrica y la
primera versin del argumento del tercer hombre, ms.). En cuanto a su estructura, la formulacin de
Polxeno parte del planteo de que existen las Formas y los particulares, y estos existen por participacin
respecto de las primeras. Sin embargo, a su juicio este planteo entraa problemas porque ninguna relacin
se ajusta a esta descripcin, ya que no puede tratase del hombre en s, que es la Idea misma, pero tampoco
de los particulares, de modo que se colige una tercera entidad, desconocida e intermedia, que sera la que
est en condiciones de participar. Como se ve, desde esta perspectiva la participacin no explica nada. Lo
ms problemtico de este testimonio es que no explicita por qu un particular no puede participar. A
Taylor se refiri al argumento de Polxeno para sugerir que en la formulacin de Aristteles no entraa
regreso al infinito, y en este sentido seguira la lnea de Polxeno. Taylor entiende que la crtica apuntara
a una incoherencia en el sistema, ya que mientras en el caso de los entes matemticos existira la Forma,
el modelo matemtico y el particular (la Forma de crculo, el crculo matemtico y los concretos), esto no
est contemplado en los dems casos, lo cual llevara a aceptar la Forma de hombre, la entidad intermedia
hombre y el particular (Resea de W. D. Ross, Aristotles Metaphysics. A Revised Text with Introduction
and Commentary, Oxford, Clarendon, 1924, en Mind 34, Oxford, 135, 1925, pp. 351-361. En rigor, no
se ve por qu hara falta pensar que un esquema as podra regir en el platonismo. Por el contrario, el
argumento cobra ms sentido si se tiene en cuenta que comparte rasgos con el planteado por Estilpn en
303, donde reaparece el ejemplo del hombre, aduciendo que no hay coextensin entre particular y Forma,
de modo que los particulares no reflejaran el plano eidtico, sino que son totalmente diferentes. As,
desde la perspectiva de Polxeno, se enfatizara el hecho de que las Ideas no tienen una relacin directa
con el plano sensible, de manera que tampoco serviran como principio explicativo de ste, sino que entre
plano inteligible y plano sensible habra una diferencia insalvable, que, en todo caso, la filosofa est
llamada a denunciar. El hecho de que este planteo haya sido objeto de estudio en una obra contra
Diodoro, que se trata seguramente de Diodoro Crono, y que sea posible establecer paralelos entre este
enfoque y el de Estilpn muestra que la incorporacin de Polxeno al grupo megrico no es caprichosa y
est fundamentada en la comunin de su temtica. En cuanto a la fuente, Fanias de Ereso, compatriota de
Teofrasto, se integr al grupo peripattico en torno del 332 a.C. Su obra mencionada, dirigida contra
Diodoro, un indicio de la extensin de los dilogos crticos entre grupos, en tanto manifestacin de la
tensin dialgica. Sobre Fanias, vase F. Wehrli, Phainias von Eresos, Chamaileon, Praxiphanes (Die
Schule des Aristoteles), Basel, Schwabe, 1957.

68

2.9. Eublides de Mileto


a) Datos biogrficos
133. DIGENES LAERCIO, II.108 (SSR, II.B.1):
Eublides de Mileto pertenece tambin a la sucesin de Euclides (). Sobre l dice uno
de los cmicos:
Eublides el discutidor que interrogaba sobre los cuernos
y que con argumentos falaces enredaba a los oradores
se fue con la r balbuceante de Demstenes.
Porque pareca que Demstenes sigui sus lecciones y dej de tener problemas para
pronunciar la r.26
134. SUDA, s.v. rhombostomylthra (SSR, II.B.1):
Dice Eublides: El erstico que plantea preguntas con cuernos y envuelve a los oradores
con argumentos falaces se fue con la r balbuceante (rhombostomylthra) de
Demstenes.27
135. SUDA, s.v. Demstenes (SSR, II.B.1):
Demstenes fue discpulo tanto de Eublides el Dialctico como de Platn.
136. FILODEMO, Rhet. Hypomn., col. IV.7-12 (SSR, II.B.2):
Alguien podr citar () que Demstenes, el que se dice que estudi con Platn y
Eublides, construa tambin espejos de la altura de un hombre.
137. PLUTARCO, Vida de los diez oradores, VIII.1.845 c (SSR, II.B.3):
Tras unirse a la escuela de Eublides el dialctico de Mileto, Demstenes revis todo.
138. FOCIO, Biblioteca, cod. 265 [Demstenes el pequeo] (SSR, II.B.3):
Sin embargo, entonces, tras unirse a la escuela del Milesio Eublides, que no era
inferior a ninguno de los dialcticos, revis todo cuanto mostraba indicios de error.
139. APULEYO, Apologa, 15 (SSR, II.B.3):
Y Demstenes, distinguido artfice de la palabra, quin no sabe que estudiaba siempre
sus defensas ante un espejo como ante un maestro? As este orador eminente, despus
de haber delineado con el filsofo Platn su elocuencia y haber aprendido del dialctico

26

La datacin de Eublides es complicada. En general se toma como referencia las menciones de los
contactos con Euclides (133) y Demstenes (135-6) y los enfrentamientos con Aristteles (144-7), de
quien debe haber sido contemporneo. En general los testimonios subrayan el aspecto erstico de la
prctica de Eublides y especialmente su planteo de argumentos. En este caso se menciona directamente
el Cornudo e indirectamente el Mentiroso, a travs de la expresin argumentos falaces (pseudalazsin
lgois). El trmino rhombostomylthra, que traducimos por balbuceante, no respeta la mtrica y puede
ser una sustitucin del originario rhopoperperthran, con el sentido de charlatanera. Sobre este punto,
vase Muller (ad loc.).
27
El texto, que retoma el testimonio previo, confunde al filsofo Eublides con el poeta cmico del
mismo nombre y altera todo el sentido.

69

Eublides el arte de argumentar, busc en su espejo la armona final de su estilo


oratorio.
140. [LUCIANO], Encomio de Demstenes, 12 (SSR, II.B.4):
Aqu tendrs t <Demstenes> a Calstrato en abundancia y a un magnfico catlogo:
Alcidamante, Iscrates, Iseo, Eublides.28
141. DIGENES LAERCIO, II.109-11 (SSR, II.B.5):
Entre otros que eran sucesores de Eublides estaba Alxino de Elea. () 110: Tambin
Eufanto de Olinto fue allegado de Eublides. 111: Hubo adems otros discpulos de
Eublides, entre los cuales estaba tambin Apolonio Crono.29
142. ATENEO, X.437 d-e (Frag. 1 CAF, II.431) (SSR, II.B.6):
Es costumbre de los atenienses, en la fiesta de los Jarros, entregar regalos y salarios a
los sofistas, que ofrecan tambin ellos banquetes a los conocidos, como dice Eublides
el dialctico en la obra Juerguistas:30
Te haces el sofista, hombre nefasto, y necesitas de los pagadores
de salarios de los Jarros, para no quedarte sin cena en medio del lujo.
143. FILODEMO, Acerca de los poemas, frag. VI (SSR, II.B.7):
<Papiro en que se leen palabras sueltas>: los mbitos de la completa filosofa a
Eublides

b) Polmicas y enfrentamientos
144. DIGENES LAERCIO, II.109 (SSR, II.B.8):
Eublides estaba en desacuerdo con Aristteles y lo ha atacado con vehemencia en
muchas oportunidades.31
28

Ntese que Eublides es citado por Luciano dentro del concierto de importantes oradores de la primera
mitad del s. IV a.C., lo cual ampla su mbito de actividad ms all de la estricta dialctica. Lo mismo
sucede con Polxeno en 131.
29
Las relaciones de Eublides con Alxino y con Apolonio Crono, en tanto maestro de Diodoro, adems
de sus polmicas con Aristteles, que comparte con este ltimo, lo convierten en una bisagra importante
en la estructuracin del grupo megrico. Vase sobre Alxino FS, 319 ss., sobre Eufanto FS, 188-92 y
sobre Apolonio Crono 193-5.
30
El contexto referido es el de la fiesta de las Anthesterias, que da nombre al mes de Anthesterion
(febrero-marzo), cuyo nombre hace referencia a la proliferacin de flores (nthos). La festividad se liga
con Dioniso por la asociacin de la deidad con la vitalidad y el crecimiento y duraba tres das: en el
primero, la fiesta de los toneles, se abran los barriles que habran de compartirse en el segundo da,
donde se daba la fiesta de los jarros, momento aludido en el testimonio, donde se llevaban a cabo
banquetes y se celebraba un matrimonio ritual con Dioniso. La fiesta se cerraba el tercer da con la fiesta
de las ollas, con la ofrenda de comidas a Hermes y la evocacin de los muertos. De nuevo, como en 134
hay una confusin de homnimos entre nuestro mgarico y el cmico del mismo nombre, y podra
entenderse, del mismo modo, que los versos se dirigen contra el dialctico.
31
Los testimonios referidos a los enfrentamientos entre Eublides y Aristteles naufragan en la falta de
datos. Los motivos aducidos se centran exclusivamente en refriegas. Sin embargo, las obras aristotlicas
ofrecen ejemplos de crticas a los megricos que seguramente fueron contestadas, muy probablemente por
Eublides. En este sentido, se ha propuesto que asuntos como las nociones de potencia y posibilidad,
entre otras, habran generado efectivas polmicas. En relacin con este tema, Giannantoni agrega los

70

145. ARISTOCLES, Acerca de la filosofa, frag. 7, FPhG, III.219 [Frag. 2 Heiland, segn
Eusebio, Preparacin evanglica, XV.2.5, p. 791 d] (SSR, II.B.9):
Eublides, evidentemente, miente en su libro contra Aristteles, primero presentando
poemas fros como de Aristteles, aunque los han compuesto otros, acerca del
matrimonio y el parentesco que tena con Hermias, y luego pretendiendo que Aristteles
ofendi a Filipo, no estuvo junto a Platn cuando muri y destruy sus obras.32
146. ATENEO, VIII.354 b-c (Frag. 171 Usener) (SSR, II.B.10):
Pero s que eso lo ha dicho sobre Aristteles slo Epicuro, pero no Eublides, y ni
siquiera Cefisodoro se atrevi a decir algo as sobre el Estagirita, aun cuando editaron
obras contra ese hombre.33
147. TEMISTIO, Discursos, XXIII.285 (SSR, II.B.11):
En cunto tiempo podra llegar a registrar fcilmente a los Cefisodoros, Eublides,
Timeos, Dicearcos y al ejrcito entero de los que atacan a Aristteles, el Estagirita,
cuyos discursos llegan incluso hasta este tiempo, manteniendo la enemistad y el espritu
de disputa?
148. DIGENES LAERCIO, X.27 (SSR, II.B.17):
Y los escritos de Epicuro son tantos y de tal calidad, entre los cuales los mejores son
estos. () Contra los megricos.34
149. DIGENES LAERCIO, X.8 (SSR, II.B.19):
Epicuro llamaba a los dialcticos destructores.

pasajes 236-7, aduciendo que la discusin en torno de lo posible debe remontarse a un enfrentamiento con
Eublides. Para la justificacin de esta interpretacin, vase Giannantoni (1990:IV.83-8) y nuestra nota a
los pasajes. Ntese que aun cuando esta polmica puede haberse iniciado con Eublides, la falta de
testimonios de ste sobre el particular y las conexiones de los textos aristotlicos con los planteos de
Diodoro Crono hacen conveniente consignar dichos textos en el apartado dedicado a la posicin
diodoriana.
32
Por estas menciones se ha pretendido fechar la disputa entre el 340 a.C. fecha del matrimonio de
Aristteles con Pitia, sobrina o hija adoptiva de Hermias de Atarnea, el gobernante que le dio proteccin
tras la salida de Atenas en el 347 a.C. y el 335 a.C. en que muri Filipo de Macedonia, a cuya corte se
traslad Aristteles para ser tutor del joven Alejandro. Nada indica, sin embargo, que la polmica con
Eublides deba haber tenido una ubicacin temporal precisa o que tuviera que coincidir con este altercado
particular. Sobre las crticas a Aristteles, vase C. M. Mulvany, Notes on the Legend of Aristotle,
Classical Quarterly 20.3/4, Cambridge, 1926, pp. 155-167; D. Runia, Teocritus of Chioss epigram
against Aristotle, Classical Quarterly 36.2, Cambridge, 1986, pp. 531-534. Sobre el sentido de psykhrs,
vase FS, 299 y nota ad loc.
33
Ateneo refiere una serie de crticas despectivas de Epicuro sobre las actividades previas de Aristteles
antes de dedicarse a la filosofa, que concluyen poniendo en duda su real capacidad para la tarea. Ateneo
testimonia tambin, en II.56, que Cefisodoro, un discpulo de Iscrates, haba redactado una obra en
cuatro libros dedicada a discutir posiciones y actitudes de Aristteles, lo cual se encuadra en el clima de
tensin dialgica que signa esta poca.
34
Este testimonio y el siguiente se refieren al enfrentamiento entre megricos y epicreos en general, y
no estrictamente a Eublides. Lo mismo sucede con lo mencionado en el Papiro de Herculano 1479/1417
[= Epicuro, Acerca de la naturaleza, XXVIII] frag. 13, coll. IV-X ed. Sedley, Croniche Ercol., III (1973),
pp. 5-83, que Giannantoni consigna en SSR, II.B.18.

71

c) Los argumentos de Eubulides


150. SEXTO EMPRICO, Contra los profesores, VII.13 (SSR, II.B.12):
A la parte lgica se dedicaron el grupo de Pantoides, Alxino, Eublides y Brisn, y
tambin Dionisodoro y Eutidemo [de Turios, a los que Platn recuerda en su
Eutidemo].35
151. DIGENES LAERCIO, II.108 (SSR, II.B.13):
Eublides formul adems muchos argumentos referentes a la dialctica: el Mentiroso,
el Inadvertido, el Electra, el Velado, el Sorites, el Cornudo y el Pelado.36
152. DIGENES LAERCIO, VII.186-7 (SSR, II.B.13):
El filsofo Crisipo propona este tipo de argumentos: (); si no has perdido algo, lo
tienes. No has perdido cuernos, por lo tanto tienes cuernos. Otros dicen que este
argumento es de Eublides.37

d) Estructura de los argumentos38


d.1 El Mentiroso
153. CICERN, Acadmicos primeros, II.29.95-30.97:
Es un hecho que el fundamento de la dialctica es: todo enunciado (su trmino es
axioma, que significa aproximadamente proposicin) es verdadero o falso. Pero,
entonces, este enunciado es verdadero o falso? Si dices que mientes y que dices la
verdad, mientes o dices la verdad? Por supuesto, dices que stos son casos
insolubles; lo que es ms chocante que hablar, como nosotros hacemos, de cosas no
comprendidas, no percibidas. (XXX) Pero dejemos eso de lado. Yo pregunto: si estos
casos no pueden ser resueltos, si no se encuentra ningn criterio que permita responder
35

Bekker propuso secluir el texto entre corchetes como una glosa. Sobre la historicidad de Eutidemo y
Dionisodoro, vase Dorion Euthydme et Dionysodore sont-ils des Mgariques, Proceedings of te V
Symposium Platonicum, Sankt Augustin, Akademia, 2000, pp. 35-50. Esta puntualizacin implica
probablemente que en el enfoque de Euclides no estaba subrayado este aspecto estrictamente lgico, sino
que se trataba de una perspectiva ms general, donde la problemtica tica estaba en primer plano. Vase
Introduccin, 3.1. Sobre Pantoides, vase 316-7 y sobre Alxino, 331.
36
Los argumentos toman su nombre del ejemplo con que se los ilustra, de all que algunos compartan la
misma estructura lgica, pero se materialicen en varios casos concretos, como pasa aqu mismo con el
Sorites y el Pelado, ambos argumentos idnticos. Para los detalles de su estructura, vase infra
Estructura de los argumentos.
37
La atribucin de la autora de estos razonamientos es harto dudosa. En el caso del Cornudo, se atribuye
a Eublides, a Diodoro Crono y a Crisipo (Vase SVF, 279). De todos modos, se ha notado que estos
argumentos no son mencionados en el Eutidemo de Platn, mientras que Aristteles s trata del Sorites y
el Mentiroso en Refutaciones sofsticas, 24.179a33 (168) y 25.180b2-7 (157), lo cual podra ser un indicio
de que fueron formulados en el tiempo que separa a ambas obras y que coincide con la produccin de
Eublides..
38
Los textos de este apartado siguen la recopilacin de Muller (1985), mientras que estn ausentes de las
compilaciones de Dring y Giannantoni. No se trata estrictamente de testimonios sobre los socrticos y
mucho menos sobre Eublides, sino de textos posteriores centrados en los argumentos que ayudan a
contextualizar los problemas que entraaban estos planteos y reconstruir la estructura de los
razonamientos.

72

estos enunciados son verdaderos o falsos, qu pasa con la famosa definicin una
proposicin es lo que es verdadero o falso? Yo agregara que, a partir del momento en
que las premisas han sido postuladas, ciertas cosas deben seguirse, y otras deben ser
rechazadas porque contradicen las premisas. (96) Cmo juzgas ahora este razonamiento:
si dices ahora que es de da y dices la verdad, es de da; por lo tanto dices ahora que es
de da y dices la verdad, entonces es de da? Ustedes aprueban sin duda este tipo de
razonamiento y afirman que es perfectamente correcto. As lo ensean en sus escuelas
como el primer modo de razonamiento. De all que ustedes aprueban todo razonamiento
que procede de la misma manera o la tcnica de ustedes no existe. Veamos si aprueban
este razonamiento: si dices que mientes y si dices la verdad, mientes, pero dices que
mientes y dices la verdad; entonces mientes. Cmo no aprobar ste, mientras apruebes
el anterior que era del mismo tipo? Estas son dificultades de Crisipo, pero no las ha
resuelto l mismo. Qu dira, por cierto, del razonamiento siguiente: si es de da, es de
da; y es de da, entonces es de da? Lo admitira, evidentemente, porque la naturaleza
misma de la implicacin lgica lo obliga, una vez admitido el antecedente, tiene que
admitir el consecuente. Pero cul es la diferencia entre ese razonamiento y ste: si
mientes, mientes, y t mientes, entonces mientes? Afirmas que ni aprobarlo ni
rechazarlo. Cmo apruebas, entonces, el anterior? Si la tcnica, el mtodo, la manera
de proceder tienen algn valor, si la fuerza del razonamiento significa algo, son las
mismas en los dos casos (97) Pero tu ltimo refugio es pedir que se excepte este caso
insoluble.39
39

Cicern habla desde la perspectiva de la Nueva Academia y dirige sus crticas a los estoicos, en este
caso recurriendo al argumento del Mentiroso para poner en duda la lgica bivalente que sostena la
propuesta de Crisipo. Tambin se conoce este argumento como paradoja de Epimnides, poeta cretense
del s. VI que integra algunas listas de los Siete Sabios y que en tono de crtica a sus conciudadanos
profiri la frase todos los cretenses son unos mentirosos, pasaje que cita Pablo de Tarso en la Carta a
Tito, I.12, sin reparar en la paradoja de que Epimnides era cretense. A. Rstow dedic un estudio a las
variantes de presentacin y estructura del argumento en las fuentes antiguas (Der Lgner, Lepzig,
Teubner, 1910). En cualquiera de sus variantes la paradoja se apoya en la posibilidad de que ciertos
enunciados se admitan reflexividad, lo cual se liga con la posibilidad de referirse a distintos niveles de
lenguaje. Actualmente se han intentado tres vas de explicacin: 1) el dialeteismo reniega del Principio
de No Contradiccin y admite que hay proposiciones que pueden ser verdaderas y falsas al mismo
tiempo, claro ejemplo de lo cual sera precisamente la paradoja del mentiroso. Vase G. Priest, R.
Routley, and J. Norman (eds.), Paraconsistent Logic: Essays on the Inconsistent, Mnchen, Philosophia
Verlag, 1989. Para una crtica a esta posicin, vase N. Denyer, Dialetheism and Trivialisation, Mind
98, Oxford, 1989, pp. 259-63; 2) la propuesta tarskiana parte de la idea de que los lenguajes naturales son
incoherentes, y por lo tanto no se trata de enunciados legtimos, e implican una infinita jerarqua de
niveles. En lo que toca estrictamente a este problema, la teora semntica de la verdad subraya que la
definicin de verdad para un lenguaje debe darse en el plano de un metalenguaje, lo cual evita la
reflexividad al costo de una proyeccin al infinito. Vase Hodges, W., What languages have Tarski truth
definitions?, Annals of Pure and Applied Logic 126, Leiden, 2004, pp. 93-113. Sobre la versin
alternatica de S. Kripke, vase G.W. Fitch, Saul Kripke, Montreal, McGill, 2005; 3) se ha sostenido que
este tipo de enunciados puede efectivamente ser verdadero o falso. Siguiendo el planteo de Buridan, Prior
sostuvo que son falsos. En efecto, Jean Buridan, filsofo escolstico del s. XIV, utiliz el esquema lgico
de esta paradoja para construir una prueba lgica de la existencia de Dios. Dadas las proposiciones:
(1) Dios existe
(2) Ninguna de las proposiciones de este par es verdadera
la nica manera de asignar consistentemente valores de verdad es considerar verdadera a (1) y
falsa a (2). Vase A. Prior, Epimenides the Cretan, Journal of Symbolic Logic 23, New York, 1958, pp.
261-266 y On a Family of Paradoxes, Notre Dame Journal of Formal Logic 2, Indiana, 1961, 16-32; G.
Klima, Consequences of a closed, token-based semantics: the case of John Buridan, History and
Philosophy of Logic 25.2, London, 2004, pp. 95-110. Ejemplos de circularidad de un tipo similar son los
ejemplos del Cocodrilo (161) y el alumno de Protgoras (167).

73

154. AULO GELIO, 28.2.10:


Cuando miento y digo que miento, miento o digo la verdad?
155. LUCIANO, Historia verdadera, I.4:
Hay al menos una cosa verdadera en lo que yo voy a decir: que miento.
156. PS. ACRN, Escolio a las Cartas de Horacio, II.1.45:
El Mentiroso consiste en garantizar la falsedad por la verdad, por ejemplo si se dice
digo que miento, y miento; entonces digo la verdad.
157. ARISTTELES, Refutaciones sofsticas, 25.180 b 2-7:
El razonamiento es adems parecido cuando se refiere a saber si el mismo hombre
puede al mismo tiempo mentir y decir la verdad. Pero, dado que no es fcil ver si el
trmino absolutamente se aplica a decir la verdad o a mentir, el problema parece
perturbador. Nada impide, por lo tanto, que el mismo hombre sea mentiroso en sentido
absoluto, pero diga la verdad de acuerdo con un punto de vista o que algunas palabras
de un hombre no sean verdaderas, pero que diga la verdad (en sentido absoluto).
158. ANNIMO, Sobre las Refutaciones sofsticas, 58.31-3 (Hayduck):
Cuando miento, digo la verdad al afirmar que miento; porque digo la verdad y miento al
mismo tiempo, aunque no sea con relacin a lo mismo.
159. PS. ALEJANDRO, Sobre las Refutaciones sofsticas, 171.17-20 (Wallies):
Es posible que el mismo hombre mienta y diga la verdad al mismo tiempo? No. Pero,
por lo tanto, el que dice miento, miente y dice la verdad al mismo tiempo. Entonces es
falso afirmar que no es posible que el mismo hombre diga la verdad y mienta al mismo
tiempo.
160. AGUSTN, Contra los Acadmicos, III.13.29:
Esto es lo que debo a la dialctica, adems de muchas otras cosas que no es necesario
mencionar; porque no debo mostrarme ingrato. Pero el sabio o bien no hace ningn caso
de todo esto, o bien, si verdaderamente la dialctica es la ciencia misma de la verdad, la
conoce de modo suficiente para despreciarla y dejarla morir de hambre sin piedad. Si
es verdadero, es falso; si es falso, es verdadero.
161. LUCIANO, La compra de vidas, 22:
Crisipo Tienes un nio?
Comprador Y entonces? Por qu?
Crisipo Supongamos que un cocodrilo lo encuentra vagando junto a un ro y lo agarra.
Imagina, adems, que promete devolvrtelo con la condicin de que adivines sin
equivocarte la decisin que l ha tomado en cuanto a la restitucin del nio. Qu
opcin dirs que ha tomado?
Comprador Es difcil responder la pregunta, porque no veo cul de las respuestas
puede devolvrmelo; pero t, en el nombre de Zeus, responde y salva a mi hijo, para
que no se lo trague enseguida!
Crisipo Coraje! Porque yo te ensear maravillas todava ms grandes.
Comprador Cules?
74

Crisipo El mentiroso, el soberano, y sobre todo el Electra y el velado.40


162. DIGENES LAERCIO, IX.56:
Se cuenta la siguiente historia: un da que Protgoras reclamaba su salario a su alumno
Evatlo, ste le respondi: Pero yo todava no logr ninguna victoria, y l le respondi:
Bien. Si salgo vencedor, recibir necesariamente mi dinero, porque habr salido
vencedor; si ganas t, tambin lo recibir, porque habrs logrado una victoria.41
d.2 El Inadvertido, el Electra y el Velado
163. PS. ALEJANDRO, Sobre las Refutaciones sofsticas, 161.12-4 (Wallies)42
Conoces a aqul que se aproxima y que est velado?
No.
(Levantan el velo). Pero qu, conoces a este hombre?
S.
Entonces conoces y no conoces al mismo hombre.
164. PS. ALEJANDRO, Sobre las Refutaciones sofsticas, 125.18-30 (Wallies)43
Despus de haber envuelto al msico Corisco con un velo y otra cosa, los sofistas
preguntaban:
Sabes que Corisco es msico?
S.
Y sabes quin este hombre velado?
No.
Despus de haber quitado el velo, decan:
Pero qu? Sabes quin es este hombre?
S.
Entonces sabes tambin que este hombre es msico. Y sin embargo es verdadero
tambin que no lo sabes, porque de aqul que no sabas quin era cuando estaba velado,
tampoco sabas si era msico. Entonces sabes que el mismo hombre es msico y no
msico, o que es msico e ignorante en msica, de suerte que el nombre que has negado
respecto de l, es decir msico, tambin lo has afirmado de l.
O adems:
Sabes quin es este hombre velado?
40

Se trata de un caso en que el anlisis de relacin entre proposiciones indica la ventaja de responder que
no va a devolverlo, ya que en el caso de que sa hubiese sido efectivamente la intencin, se bloquea la
legitimidad de hacerlo, y por otro lado, si la intencin era la de devolverlo, se mantiene la posibilidad de
que lo haga.
41
La misma ancdota est relatada por Aulo Gellio, Noches ticas, X.10, donde se agrega la similar
situacin del alumno, que arguye que si vence no deber pagar la deuda, ya que tendr el aval del tribunal
para no hacerlo, pero tampoco si pierde, pues no habr ganado ningn juicio y por lo tanto valdrn los
trminos del acuerdo inicial. Se trata de casos en los que las probabilidades se igualan. Vase C. Albers
B. Kooi y W. Schaafsma, Trying to resolve the two-envelope problem, Synthese 145.1, Netherlands,
2005, pp. 89-109 y W. Goosens, Eulathus and Protagoras, Logique and Analyse 77-8, London, 1977,
pp. 67-75.
42
El testimonio comenta el pasaje de Refutaciones sofsticas, 179a26 ss. donde se menciona directamente
el ejemplo de conocer y no conocer a Corisco y conocer y no conocer al propio padre, en el sentido de
que en ambos casos se traslada ilegtimamente a los accidentes rasgos que corresponden a la sustancia, en
el caso del Velado el de ser conocido. Este tipo de argumentos es objeto de anlisis en la lgica
contempornea especialmente a partir de los anlisis de Quine sobre la opacidad referencial.
43
Comentario a Refutaciones sofsticas, 175b15 ss.

75

No.
Despus de haber quitado el velo continan:
Pero qu? Conoces a este hombre?
S. Es Corisco.
Pero has dicho tambin que este hombre no era Corisco. Porque de aqul que no
sabas quin era, tampoco sabas que era Corisco, de suerte que has afirmado y a la vez
negado respecto de l el mismo nombre.
165. LUCIANO, La compra de vidas, 22-3:
Comprador A cul llamas Velado y a cul Electra?
Crisipo Electra es ese personaje bien conocido, la hija de Agamenn, que sabe y al
mismo tiempo no sabe las mismas cosas. Al aparecer junto a ella Orestes todava sin
darse a conocer, ella sabe quin es Orestes, porque es su hermano, pero no sabe quin es
ese Orestes <que est frente a ella>. 44 A su vez, en cuanto al velado, escuchars un
argumento realmente sorprendente. Contstame: sabes quin es tu propio padre?
Comprador S.
Crisipo Entonces qu? Si yo, tras colocar a tu lado a alguien velado, te pregunto:
sabes quin es?, qu dirs?
Comprador Evidentemente que no lo s.
Crisipo Pero precisamente ese hombre era tu padre, de modo que si no sabes quin es,
es evidente que no sabes quin es tu propio padre.
Comprador De ningn modo. Al contrario, al sacarle el velo sabra la verdad.
d.3 El sorites y el pelado
d.3.1Formulacin bsica
166. CICERN, Acadmicos primeros, II.16.49:
Se debe criticar <a los Acadmicos> por utilizar el tipo de argumentacin ms capcioso
y que comnmente no se admite de ningn modo en filosofa, se que consiste en
proceder por adiciones o sustracciones muy pequeas y graduales. Se lo llama sorites,
porque se hace un montn por la adicin progresiva de un solo grano.45
44

Vase Esquilo, Coforas, 212 ss.; Sfocles, Electra, 1106 ss.


Lculo responde a los Acadmicos sus objeciones sobre la idea de evidencia. En lo que toca
puntualmente al argumento, como explicita el testimonio de Aspasio y en consonancia con la costumbre
usual de dar al planteo el nombre de un ejemplo paradigmtico, la denominacin deriva del trmino
sors, montn, ya que consiste precisamente en sealar los problemas ligados con la trminos vagos, no
cuantificables, en este caso cundo se tiene o se deja de tener un montn. Desde el punto de vista lgico,
se trata de una conclusin obviamente falsa que se desprende de una serie de premisas estructuradas sobre
modus ponens o afirmacin del antecedente, que en principio no tendran fallas lgicas. As, por ejemplo:
500 granos constituyen un montn
Si 500 granos constituyen un montn, tambin 499.
Entonces, 499 granos constituyen un montn.
Si 499 granos constituyen un montn, tambin 498.
Entonces, 498 granos consituyen un montn.
Si 498 granos constituyen un montn, tambin 497.
Entonces 497 granos constituyen un montn.
(...)
Si 2 granos constituyen un montn, tambin 1.
Entonces 1 grano constituye un montn.
El problema, claramente, radica en que el mbito no cuantificable dificulta la posibilidad de
establecer un punto de transicin. Este tipo argumental se aplica a una amplia serie de conceptos vagos
45

76

167. ASPASIO, Sobre la tica Nicomaquea, 56.32-57.3 (Heylbut):


En el caso del pelado preguntan si alguien se vuelve pelado por perder un solo cabello,
qu pasa si pierde dos? y si pierde tres? De all que los argumentos son llamados
Pelado y Sorites, pues en el caso del montn (sors) preguntaban lo mismo: el
montn disminuye por un solo grano, o disminuye por dos?, y as sucesivamente.
Precisamente, no es posible decir cundo comienza a no ser ms un montn, dado que
ninguna de las cosas sensibles se capta con precisin, sino en general y de modo
aproximado.
d.3.2 Formulacin matemtica
168. ARISTTELES, Refutaciones sofsticas, 25.179a35:
Acaso lo poco pocas veces es poco?46
169. CICERN, Acadmicos primeros, II.29.93-5:
Pero, dices, los sorites son razonamientos viciosos.47 Destryelos, entonces, si puedes,
para evitar que te metan en problemas, porque lo harn, si no tienes cuidado. La
precaucin est tomada, dice el adversario. Crisipo, cuando por ejemplo se le pregunta
por grados si tres es poco o mucho, decide, en efecto, justo antes de llegar a decir
mucho, descansar. En lo que a m concierne, le dijo Carnades, yo te permito roncar y
no solamente descansar. Pero, para qu? Viene, entonces, algo para sacarte el sueo y
preguntarte del mismo modo: si al nmero en el cual te detuviste yo agrego una unidad,
lo convertir en mucho? T avanzars de nuevo, tan lejos como te parezca. Qu mas
pedir? Pues t confiesas que no puedes, en tu respuesta, no colocar el ltimo nmero de
poco ni el primero de mucho. Este tipo de indecisin se extiende tan lejos que yo no
veo en qu mbito se podra aplicar. (94) Esto no me afecta en nada, dice Crisipo,
como un hbil cochero, voy a frenar mis caballos antes de llegar al lmite,
especialmente si el lugar donde van los caballos ser peligroso. Es as, dijo, que me
detengo antes del peligro y que no respondo ms al que me interroga de manera
capciosa. Si t tienes manera de aclarar la cuestin pero no me respondes nada, es
suficiente de tu parte. Si no tienes nada de eso, es que no conoces por ti mismo el asunto
entre los que se encuentran los de los ejemplos tpicos como montn y pelado, pero tambin adulto,
caliente, alto, bueno, etc. lo cual propicia una aplicacin de este razonamiento a mltiples reas de la
reflexin terica. En esta seleccin propuesta por Muller, que nosotros mantenemos, se aprecia una
clasificacin en cuatro mbitos: la formulacin bsica con los ejemplos paradigmticos, la formulacin
matemtica, la formulacin fsica y formulaciones del resto de los mbitos. Para explicar en qu radica la
falta de este tipo de argumentos, el enfoque epistmico propone que el problema radica en una premisa
puntual que se acepta ilegtimamente, porque no estamos en condiciones de identificar el momento del
corte, lo cual no implica que dicho corte no exista. Por otra parte, desde la perspectiva opuesta se ha
planteado que el punto taxativo no existe, y lo que tenemos en su lugar son grados de verdad, en tanto una
situacin se acerca ms o menos a los grados que pertenecen claramente a una categora: en el caso del
montn, veinte granos pueden ser considerados un montn, pero mucho ms lo son cien granos. Estos
casos de aproximacin gradual a la verdad son estudiados por la lgica difusa (fuzzy logic), que parte de
rangos de acercamiento a la verdad, y por las teoras de la supervaluacin, que operan con tres valores
(superverdadero -quinientos granos son un montn-, superfalso -un grano es un montn-, ninguno -los
valores intermedios-). Vase O. Hanfling, What is wrong with sorites arguments?, Analysis 61,
Chicago, 2001, pp. 2935; R. Keefe P. Smith (eds.), Vagueness: A Reader, Cambridge-MA, The M.I.T.
Press, 1997.
46
Formulado como un juego de palabras: ra t oligkis olga olga?
47
Cicern responde a las crticas de Lculo.

77

de manera cierta. Si es solamente por no decir nada, no llegars a ningn resultado.


Qu le importa, en rigor, al que te quiere atrapar que te ponga en la red en silencio o
mientras hablas? Si, por ejemplo, respondes sin dudar de nuevo: es poco, y al
detenerte en diez, mantienes tu afirmacin en cuestiones ciertas y particularmente
claras, pero no me permites hacer lo mismo en cuestiones oscuras, entonces su tcnica
no te sirve de nada frente a los sorites, porque no te ensea cul es el primero o el
ltimo trmino de una cantidad que aumenta o disminuye. (95) Adems, como Penlope
deshaca su tejido, esta tcnica tan elogiada destruye al fin lo que antes construy.
170. DIGENES LAERCIO, VII.82:
No es cierto que dos sea poco, pero tres no; y tampoco que ste lo sea, pero cuatro no y
as hasta diez. Y dos es un nmero pequeo, por lo tanto diez tambin.
171. SEXTO EMPRICO, Contra los profesores, I.69:
Pues si se define un nmero grande, el que es menor en uno est en el borde de lo
grande, dado que es completamente absurdo llamar al primero grande por agregado de
una unidad y al otro no. Por eso siempre que es menor en una unidad el nmero segn
ellos grande llegar a ser un nmero ya no grande, y por eso no existe la gramtica, lo
cual era la conclusin de la apora del sorites.48
d.3.3 Formulacin fsica
172. ARISTTELES, Fsica, VIII.3.253 b 14-22:
El argumento es similar al que trata del roce por la gota de agua y la divisin de las
piedras por lo que crece, pues no es cierto que si la gota arranca o erosiona una
cantidad, la mitad lo haga en la mitad de tiempo que la previa, sino que como el
arrastrar, tambin las gotas en esa cantidad mueven determinada cantidad, pero una
parte de ellas no lo hace en ningn tiempo. Entonces, lo que se quit se divide en ms,
pero ninguno de ellos es movido por separado, sino al mismo tiempo. Entonces, es
evidente que no es necesario que algo se erosione continuamente, porque la
desintegracin se produce al infinito, pero es un conjunto que en un momento dado se
erosiona.49
173. SIMPLICIO, Sobre la Fsica, 1197.35-1198.5:
Es preciso saber, en esos casos, si ahora hace referencia a ese argumento que los sofistas
llaman sorites, como se plantea en las gotas de agua que caen, pues si la primera no hizo
nada, dicen, para horadar la piedra, tampoco la segunda. Pero si no lo hizo sta,
tampoco la tercera, de modo que tampoco la ltima. Cmo, entonces, la gota de agua
horada la piedra por la persistencia? A ese argumento se refiere, por lo tanto, cuando
dice: El argumento es similar al que trata del roce por la gota de agua, o tal vez al
48

Sexto se encuentra all criticando la definicin de gramtica que abre la Tchne grammatik atribuida a
Dionisio Tracio, en trminos de cono
49
A estos ejemplos de sorites en el mbito de lo fsico puede sumarse el argumento de Diodoro en contra
de la existencia del movimiento presente, que apela a este tipo de lgica. Vase 226 y nota ad loc. Por
otra parte, es posible que el sorites se apoye en la nocin de partes mnimas indivisibles constituyentes de
los cuerpos. Esta doctrina es presentada explcitamente por Diodoro Crono, segn surge de 213-22, pero
es posible que fuera patrimonio de la escuela desde antes, a juzgar por la asociacin que hace Platn en
Sofista, 246 b-c respecto de los Amigos de las Formas, que postulan Formas inteligibles y tratan los
cuerpos desmenuzndolos en partes. Sobre este punto, vase 88 y 213-22 y notas ad loc.

78

otro, que plantea esto sobre la cada de una masa de agua: si una cantidad de agua cae a
la vez erosiona tal cantidad de piedra, por lo tanto la mitad de ella erosiona la mitad de
piedra, y una sola gota, la parte proporcional.
174. ESCOLIO A LUCIANO, 23.4, p. 254 (Jacobitz):
El sorites es un argumento sofstico que, en el medio de un cuestionamiento sobre una
cantidad, como dicen, lleva un proceso de debilitamiento de las representaciones, hacia
lo que es oscuro o manifiestamente falso. Se pregunta, efectivamente, si la primera gota
de agua tiene una accin sobre la piedra o no; si lo tiene, cmo se hace para que el
efecto no sea visible? Si no lo tiene, si la segunda gota no produce nada, ni tercera,
cmo se forma la erosin en la piedra?
175. ARISTTELES, Fsica, VII.5, 250 a 19-25:
Por eso no es verdadero el argumento de Zenn segn el cual una parte cualquiera de un
montn de mijo hace ruido, pues nada impide que no haya un tiempo en que el aire
mueva esa parte que la medida entera movi al caer. Por cierto, tampoco es cierto que la
parte en s misma mueva tanto cuanto movera en el todo, pues no es otra cosa que
potencia en el todo.
176. SIMPLICIO, Sobre la Fsica, 1108.18-28:
Por eso resuelve el argumento que Zenn el elata planteaba al sofista Protgoras:
dime, Protgoras, acaso un solo grano de mijo hace ruido al caer, y la diezmilsima
parte de un grano de mijo?. Cuando el otro respondi que no lo hace, dijo: la fanega
de mijo al caer hace ruido o no?. Al responder el otro que una fanega hace ruido, dijo
Zenn: Entonces qu? No existe una proporcin entre la fanega de mijo y un grano y
la diezmilsima parte de un grano?. Cuando el otro afirm que la hay, Zenn dijo:
Entonces qu pasa? Las relaciones entre los ruidos no sern las mismas entre ellas?
Pues como son las cosas que hacen ruido, as son los ruidos producidos. Siendo esto as,
si la fanega de mijo hace ruido, lo har tambin el grano de mijo aislado y la
diezmilsima parte del grano. As planteaba el argumento Zenn.
177. ARISTTELES, Retrica, II.24.140 a 31:
Asimismo, puesto que la dosis doble es daina para la salud, dicen que tampoco la dosis
nica es saludable, pues es absurdo que dos sean buenas y todo sea malo.
d.3.4 Formulacin en otros mbitos
178. CICERN, Acadmicos primeros, II.16.49:
Es una argumentacin verdaderamente engaosa y capciosa! As es su proceso: si un
dios presenta en tus sueos una representacin que sea probable, por qu no podra
presentar una que fuera verosmil, luego otra que sea difcil de distinguir de una
representacin verdadera, y luego una representacin que no se pueda distinguir de una
verdadera, hasta que finalmente no haya ninguna diferencia entre ellas?
179. CICERN, Acadmicos primeros, II.29.92:
Pero qu? Es nuestro error si este modo de razonamiento es engaoso? Es la
naturaleza la que no nos ha dado un conocimiento de los lmites de las cosas para que
79

podamos en cada cado decidir cundo se extienden exactamente. Esto no sucede


solamente con el montn de trigo que ha dado nombre al sorites, sino que cada vez que
se nos pregunta por grados: rico o pobre, famoso o ignoto, mucho o poco, largo o corto,
ancho o angosto, no sabemos de ninguna manera en qu grado de la adicin o de la
sustraccin podemos dar una respuesta precisa.
180. HORACIO, Cartas, II.1.34-49:
Si el tiempo mejora los poemas como los vinos, yo quisiera saber cuntos dan valor a
los escritos. Despus de cien aos de muerto el autor debe tener lugar entre los
antiguos, tan perfectos, o entre los modernos, tan despreciables? Fijemos un lmite que
destruya las discusiones.
Despus de cien aos, un autor es antiguo y digno de estima.
Pero qu? Al que le falta un solo mes, un solo ao, dnde ubicarlo? Entre los
poetas antiguos o entre los que no ameritan ms que el desprecio de nuestra poca y la
siguiente?
Se puede sin cometer injusticia colocar entre los antiguos al que no le falta ms que el
corto lapso de un mes, o incluso un ao entero.
Me tomo el permiso, como si estuviera arrancando una a una las crines de la cola de
un caballo, quito un ao, luego otro, hasta que sucumbe, engaado por el argumento del
montn que cae, la crtica que se refugia en los fastos y mide el mrito con los aos, sin
admirar las obras consagradas por Libitinia.50
181. SNECA, Sobre los beneficios, V.19.9:
Pues este gnero de obligacin no podra tener un lmite: si soy el benefactor del padre,
lo soy tambin de la madre, del ancestro, del to paterno, de los hijos, de los aliados, de
los amigos, de los esclavos, de la patria. Dnde comienza a detenerse, entonces, el
beneficio? Este es, en efecto, brevemente, el modo como se desliza el famoso e
insoluble sorites, segn el cual es difcil imponer una medida justa, porque se insina
poco a poco y no cesa de ganar terreno.
182. SEXTO EMPRICO, Contra los profesores, IX.182-4:
De este estilo tambin es la forma de este tipo de argumentos. Carnades planteaba
algunos con la forma de sorites, a los cuales su amigo Clitmaco describi como
excelentes y logrados, que tenan esta conformacin: si Zeus es un dios, tambin
Poseidn es un dios.
Pues ramos tres hermanos nacidos de Cronos, que pari Rea,
Zeus y yo, y el tercero Hades, que reina sobre los muertos,
todas las cosas quedaron partidas en tres, cada uno tom su parte,
de modo que si Zeus era un dios, tambin Poseidn, dado que es su hermano, tendr que
ser un dios. Y si Poseidn es un dios, tambin Aqueloo ser un dios, y si Aqueloo es un
dios, tambin Neleo. Y si lo es Neleo, tambin todo ro. Y si lo es todo ro, tambin
tendran que ser dioses los torrentes. Y si lo son los torrentes, tambin las hondonadas.

50

Horacio aplica aqu el sorites al mbito de la crtica literaria, denunciando la vaguedad en la que caen
los que admiran las obras por su antigedad, cuando, en rigor, desde este punto de vista es imposible
determinar cundo una obra comienza a ser antigua. El poeta prefiere renegar de la consagracin por la
muerte, tal como se alude en la mencin final de Libitinia, diosa asociada con el inframundo y la muerte
en general, como se desprende de otra mencin de Horacio en Odas, III.30.

80

Pero los torrentes no son dioses. Por lo tanto tampoco Zeus es un dios. Pero si hubiera
dioses, tambin Zeus sera un dios. Por lo tanto no hay dioses.51
183. ASPASIO, Sobre la tica Nicomaquea, 56.25-32; 57.3-7 (Heylbut):52
Lo que <Aristteles> deja dicho hacia el final, que no es fcil definir a quien se desva
en alguna medida y en algn punto en ms o en menos de manera reprochable, se sigue
de lo que dice siempre: ninguna de las acciones se puede determinar con precisin, sino
en general, pues tampoco se puede en el caso de ninguna otra de las acciones, de donde
surgen precisamente los sorites. Pues, qu cantidad posee el rico? Si alguien postulara
que el rico posee diez talentos, se le preguntar: y si le falta una dracma ya no es rico?
y si le faltan dos?. Pues es imposible determinar con precisin este tipo de cosas, dado
que son sensibles, es decir si es rico o pobre. Y en el caso del pelado se puede
preguntar: alguien se vuelve pelado por un pelo? y por dos? y por tres?, de donde
toman su nombre los argumentos, es decir los argumentos pelados. Y en el caso del
montn se pregunta lo mismo, si el montn se disminuye en un grano de trigo, o dos y
as sucesivamente. Y no es posible decir cundo comienza a no haber montn porque
ninguna de las cosas perceptibles se puede captar con precisin, sino de forma
aproximada y en general. As, entonces, sucede en el caso de las acciones y de las
afecciones, pues no es posible decir en qu medida se produce la clera, si una clera
media, excesiva o defectuosa, ya que la pequea desviacin en ms o en menos pasa
inadvertida.53
d.4 Sobre el Cornudo
184. SNECA, Cartas, 49.8:
Yo pasara por tonto, realmente, a los ojos de todos () si me quedo sentado, ocioso y
postulando cuestiones de este tipo: lo que no has perdido, lo tienes; t no has perdido
los cuernos, entonces tienes cuernos, y otras elucubraciones producidas sobre el mismo
modelo de sutil extravagancia.54
185. SNECA, Cartas, 45.8:
Entre otros, aqul a quien se pregunta si tiene cuernos no es suficientemente tonto para
tocarse la frente, ni por otra parte suficientemente falto de razn u obtuso para ignorar si
tu argumentacin tan sutil lo ha persuadido o no. As, estas pobres finezas engaan el
espritu, pero sin dao, como las copas y las piedras de los prestidigitadores, donde es
precisamente la superchera lo que entretiene. Devlame el secreto: se termin el juego.
51

Siguen otros ejemplos similares hasta 190.


Otras menciones: en Cicern, Sobre la adivinacin, II.4.11; Sobre los fines, IV.18.48-50; Persa, Stiras,
VI.78-80; Luciano, Conv., 23; Sexto Emprico, Hip. Pirr., II.253; Contra los matemticos, VII.416-21.
53
Aspasio aplica el sorites como fundamento de la idea de Aristteles sobre la necesidad de no requerir
de las disciplinas prcticas una precisin (akrbeia) similar a las tericas, dado que se trata de objetos ms
complejos, tal como surge de tica Nicomaquea, 1098a ss.
54
El argumento del Cornudo, desde el punto de vista estructural, se trata de un modus ponens o
razonamiento por afirmacin del antecedente: si A, entonces B; A; entonces B. La falta de validez radica
en que su premisa est afectada por una falacia de pregunta compleja, del mismo estilo del que Alxino el
megrico le hizo a Menedemo de Eretria: ya has dejado de golpear a tu padre? (DL, II.135.6 = SSR,
II.C.6). Ya sea que Menedemo responda s o no, estar dando por sentado que ha golpeado a su padre. En
el caso de los cuernos, como seala el testimonio de Aulo Gelio, es la primera clusula, lo que no has
perdido, lo tienes?, la que no puede ser directamente respondida con s o no, a riesgo de dar aceptacin a
casos que deriven en absurdos, ya que da por sentado que lo perdido se posea previamente.
52

81

Me refiero a tus trampas (qu mejor nombre darle a los sofismas?): no se pierde nada
con ignorarlos, no se gana nada con conocerlos.
186. AULO GELIO, XVI.2.1.5; 9-13:
Se dice que es una regla del arte dialctico que, en el examen y la discusin de un
problema, la respuesta a una pregunta no dice estrictamente nada ms que aquello que
se ha preguntado y que se expresa por s o por no. () (2) Lo que prescriben all es sin
ninguna duda necesario hacerlo en la mayor parte de las discusiones. (3) Pues el discurso
ser vago e inextricable si no est determinado por preguntas y respuestas simples. (4)
Pero hay preguntas, parece, en las cuales se caera en una trampa si se responde
brevemente limitndose a lo que se pregunta. (5) Supongamos, ciertamente, que se
pregunta en los siguientes trminos: te pido que respondas a esta pregunta: dejaste o
no de cometer adulterio?. Cualquiera que sea de las dos respuestas permitidas por las
reglas dialcticas que uno adopte, ya sea que responda s o que responda no, caer en la
trampa ().
(9) Y si yo le pregunto a uno de ellos, a un campen de esta famosa regla: lo que no
has perdido, lo tienes o no lo tienes? Te pido que respondas por s o por no, caer en
la trampa, cualquiera que sea que elija de las dos respuestas breves. (10) En efecto, si dice
que no tiene lo que no ha perdido, se concluir que no tiene ojos, porque no los ha
perdido: si al contrario dice que tiene lo que no ha perdido, se concluir que tiene
cuernos, porque no los ha perdido. (11) En consecuencia, es ms razonable y ms
prudente responder: lo que poseo, lo tengo, si es que no lo he perdido. (12) Pero este
tipo de respuestas no est de acuerdo con la regla que hemos expuesto, pues se responde
ms all de lo que se ha preguntado. (13) Por eso est la costumbre de ajustarse a la regla
en cuestin de que no se debe responder a las preguntas capciosas.
187. SEXTO EMPRICO, Argumentaciones pirrnicas, II.241:
Y as contra los sofismas que exigen una solucin el dialctico no tendr nada que decir,
proponindonos estos argumentos: si no es cierto que tienes unos bellos cuernos y que
tienes cuernos, entonces tienes cuernos, pero no es cierto que tengas bellos cuernos,
entonces tienes cuernos.55

55

La formulacin de Sexto es sensiblemente diferente de las previas, ya que la premisa parte de una
condicional conformado sobre una conjuncin. A. Gallego Cao y T. Muoz Diego, en su comentario al
pasaje, notan que el griego, igual que el espaol, daba a la expresin tener cuernos el sentido de haber
padecido una infidelidad, segn se desprende del testimonio de Artemidoro, II.11, lo cual convertira a
esta formulacin en una versin ms ldica que la original. Para una explicacin de la estructura lgica de
esta formulacin, ms convincente que la de Gallego y Muoz, vase Muller (ad loc.).

82

2.9 Eufanto de Olinto


188. DIGENES LAERCIO, II.110 (SSR, II.D.1):
Tambin era discpulo de Eublides Eufanto de Olinto, el que ha escrito historias de su
tiempo. Compuso adems muchas tragedias, por las cuales es alabado en los
certmenes. Tambin fue maestro del rey Antgono, para quien escribi un tratado
Sobre la realeza, muy alabado. Muri de viejo.56
189. ATENEO, VI.251 d:
En el cuarto libro de sus historias, Eufanto relata que el rey de Egipto, Ptolomeo III,
tena un parsito de nombre Calcrates, que era tan singular que no solamente llevaba un
relato de Ulises sobre su anillo para sellar, sino que adems haba dado a sus hijos el
nombre de Telgono y Anticlea.57
190. DIGENES LAERCIO, II.141:
Parece que Menedemo fue encargado de una embajada muy importante ante Demetrio a
favor de la ciudad de Oropo, como lo cuenta principalmente Eufanto en sus Historias.
191. FILODEMO, Sobre los estoicos, Pap. Herc., 339, col. VI:
Pues lo que se nos dice est atestiguado por Hidrnimo y Eufanto de Calcdica, as
como Hegemn de Atenas.
192. PAPIRO DE HERCULANO, 1112 [V.H., IX.2], frag. 2 (SSR, II.C.3):
[Texto altamente fragmentario en que se menciona a Memnn, Alxino, Eublides y
Eufanto].
56

El contacto con Eublides permite colegir que debe haber sido algo ms joven que l. Muller nota bien
que su origen en Olinto debe datarse antes del 348 a.C., fecha en la que la ciudad fue destruida por Filipo
II. Igualmente til es la mencin de sus enseanzas a Antgono, que debe tratarse de Antgono I, nacido
unos cuarenta aos despus. La embajada ante Demetrio Poliorcetes mencionada en 190 debe de ubicarse
en torno del 292 a.C., lo cual indica que Eufanto segua activo para esa poca. Segn estos datos, a su
vez, debe de estar equivocada la referencia a Ptolomeo III en 189, y debe tratarse de un error por
Ptolomeo I Soter, en el poder en Alejandra por esas fechas, mientras que Ptolomeo III Euergetes no lleg
al trono hasta el 246 a.C. El concierto general de los testimonios hace de este personaje una excepcin
frente al resto y permite dudar incluso de la pertenencia de su inclusin dentro del grupo, dado que
excepto en 192 se mencionan obras ligadas con la historia y la literatura. A primera vista parece ms un
intelectual con un contacto aleatorio con Eublides, y por lo tanto distante de una efectiva filiacin
megrica. Sin embargo, la lista de 192, que se ha conjeturado como un texto que interpela a Estilpn,
coloca a Eufanto en pie de igualdad con megricos reconocidos como Eublides y Alxino, lo cual
llevara a contemplar la posibilidad de que su obra incluyera trabajos ms cercanos a las preocupaciones
tericas tpicamente megricas, pero que no hayan sido conservadas por la tradicin. Los testimonios
sobre Eufanto en tanto historigrafo constan en la recopilacin de Jacoby, F. Gr. Hist, n. 74, II.A (1926),
pp. 172-3 y II.C (1926), pp. 113-4.
57
Sobre las implicancias de este pasaje en lo que hace a la datacin, vase la nota previa. La mencin de
este personaje se encuadra en la crtica usual a aquellos intelectuales que se amparaban en el mecenazgo
de las cortes, en este caso sobreactuando la identificacin con la tradicin homrica. Comprese esta
actitud, por ejemplo, con los testimonios sobre Aristarco, el bibliotecario ms importante y prolfico de la
Biblioteca de Alejandra, en pocas de Ptolomeo VIII, que relatan que Dionisio Tracio, su discpulo,
dise para l un ropaje que llevaba pintada la representacin de la tragedia (Escolio a la TG, 120.24
Hilgard = T6b Linke; Etymologicum Genuinum s.v. Dionsios ho Thrx = T6d Linke; Eustacio, Com. a la
Il. de Homero, 974.7 = T6e Linke.).

83

2.10 Apolonio Crono


193. DIGENES LAERCIO, II.111 (SSR, II.E.1):
Hay tambin otros que han sido discpulos de Eublides, entre los cuales est Apolonio
Crono, de quien fue alumno Diodoro de Iasos, el hijo de Aminias, tambin de apodo
Crono.58
194. ESTRABN, XIV.2.21 (SSR, II.E.2):
De Iasos era el dialctico Diodoro, apodado Crono, con falsa desde el principio, pues
Crono era llamado Apolonio, el que le ense, y se le transmiti a l por la mala fama
de Crono en relacin con la verdad.
195. ESTRABN, XVII.3.22 (SSR, II.E.2):
Tambin es de Cirene Apolonio Crono, el maestro del dialctico Diodoro, apodado
Crono a partir de l, porque algunos transfirieron el epteto del maestro al discpulo.

58

Los magros testimonios sobre Apolonio Crono se limitan a colocarlo como maestro de Diodoro,
intelectual de mayor trascendencia. As, Apolonio oficia de nexo entre Eublides y Diodoro, y marca a
este ltimo hasta el punto de legarle el apodo Crono. Su inclinacin negativa se desprende claramente del
tono de 194, donde Estrabn lo liga directamente con la falsa, pero no necesariamente debe haber sido
ste el sentido originario con el que le fue atribuido como epteto a Apolonio. Es cierto que la asociacin
con el destronado monarca del Olimpo, padre de Zeus, habilitaba el sentido de algo as como viejo
perdedor, pero tambin es cierto que en Homero es llamado ankylomtes, de mente intrincada.
Repetidas veces (por ejemplo en Ilada, II.205, 319, IV.59, 75, IX.37, XII.450, XVI.43, XVIII.293)
aparece para referirse a Zeus la frmula Khrnou ps ankylomteo, hijo de Crono, de mente intrincada.
Algo similar se desprende de la etimologa que plantea Platn en Crtilo 396b, donde se afirma: Que
<Zeus> sea hijo de Cronos puede parecer impertinente al que lo escucha, pero es lgico que Zeus sea hijo
de alguien de gran inteligencia (dinoia), porque significa limpieza (kros), no muchacho ni saciedad,
sino lo puro (katharn) en l y lo simple (akraton) de su intelecto. En esta mencin encontramos la
misma duplicidad entre una alabanza de su intelecto, como en el Crtilo, y un sentido peyorativo, del tipo
del que hemos mencionado o incluso referido a su historial de violencia, que lo vuelve una figura brutal,
como se desprende de Hesodo, Teogona, 453-506. D. Robinson ha propuesto que la asociacin de trminos parte de Kornous, en el cual la primera parte kros, puede tener el sentido de insolencia proveniente de la saciedad, y por lo tanto, estar asociado a hybristiks impertinente, de modo que el nombre
implicara algo as como de intelecto (nos) insolente. Luego, la similitud con nos, intelecto, y su
relacin con dinoia, inteligencia, y con Da, forma flexiva de Zeus, permite desechar la primera asociacin, con kros, insolencia, as como con kors nio, y se impone el sentido de kors, puro, de
manera que el nombre implicara una inteligencia (nos) pura (kors). (Krnos, Kornous and Krouns
in Plato's Cratylus, en Passionate Intellect. Essays on the Transformation of Classical Traditions
presented to Professor I. G. Kidd, (Rutgers University Studies in Classical Humanities vol. VII), New
Brunswick and London, 1995, pp. 57ss.). En este sentido, un epteto tal aplicado a un dialctico
constituye un elogio por la sutileza de su pensamiento, que en todo caso puede ser pasible de crticas por
su tendencia erstica o rebuscada. Algunos editores secluyen el relativo ho, de manera que el texto dira
()entre los cuales est Apolonio Crono. Diodoro (), de modo que desde all comenzara la
referencia a Diodoro, ligando a este ltimo directamente con Eublides.

84

2.11. Diodoro Crono


a) Datos biogrficos
196. DIGENES LAERCIO, II.111-2 (SSR, II.F.1):
Hay tambin otros que han sido discpulos de Eublides, entre los cuales est Apolonio
Crono, de quien fue alumno Diodoro de Iasos, el hijo de Aminias, tambin de apodo
Crono, sobre el cual dice Calmaco en sus epigramas:59
Momo mismo
escribi en los muros: Crono es sabio.
Era tambin un dialctico, segn algunos el primero en haber descubierto el argumento
Velado y el Cornudo. Cuando viva en la corte de Ptolomeo Soter, Estilpn lo inquiri
con algunos argumentos dialcticos. Al no poder resolverlos al instante, recibi
censuras por parte del rey, entre otras cosas, a modo de broma, que se llamaba Crono.
(112) Tras irse del banquete y escribir un tratado sobre el problema se quit la vida por
desesperacin. Sobre l nos lleg lo siguiente:
Diodoro Crono, cul de las divinidades
te arrastr a la funesta desesperacin
para que t mismo te precipitaras al Trtaro
por no resolver las enigmticas palabras de Estilpn?
Por eso quedas a la vista como Crono,
sacando la r y la c.60
59

El testimonio 196 constituye una versin ms amplia de 193, donde a la relacin de Apolonio Crono
con Eublides como maestro y con Diodoro como discpulo se agregan datos sobre este ltimo orientados
a dar cuenta del epteto heredado de su maestro. Para el sentido de ste, vase la nota a 193, donde se
consignan adems cuestiones sobre el texto del pasaje. Este lugar dentro de la sucesin, junto con la
probabilidad del dilogo polmico con Aristteles que surge de 236-7, permiten ubicar el nacimiento de
Diodoro en torno del 350 a.C. El hecho de que Calmaco lo haya hecho objeto de burla en el epigrama
citado se ha usado como elemento para datar la actividad de Diodoro, suponiendo que deba estar vivo
para la poca de redaccin, calculada alrededor del 280 a.C. Esto, sin embargo, no es claramente
necesario, sobre todo porque el tpico de la descalificacin de un intelectual podra resultar significativa
ms all de un enfrentamiento con el mismo Diodoro, especialmente porque la mencin se limita a
subrayar el ridculo, indicado en la mencin de Momo, figura asociada a la burla, que surge de asignarle
sabidura, lo cual se enrola en los sentidos del epteto.
60
A diferencia del epigrama de Calmaco mencionado en la nota previa, que liga el epteto de Diodoro
con una crtica general, el comentario siguiente lo relaciona con su muerte a causa del enfrentamiento con
Estilpn. La presencia de estos personajes lleva a ubicar la reunin no en la corte del primero de los
Ptolomeos, ya que, si hemos de creer a Digenes Laercio (II.115) en 279, Estilpn nunca fue a Egipto,
sino en Mgara, cuando fue ocupada por Ptolomeo hacia el 308 a.C. Esto lleva a ubicar la muerte de
Diodoro mucho antes que en la hiptesis del enfrentamiento con Calmaco mencionado en la nota previa.
Vale la pena notar que este tipo de muerte se enrola en una tendencia general en la doxografa de disear
relatos que ligan el final de pensadores determinados con algn punto de su doctrina, como puede verse,
por ejemplo, en el anecdotario pardico de las muertes de numerosos filsofos presocrticos. En este
caso, la muerte por no poder resolver un enigma es tambin un lugar comn, entre los que pueden citarse
los casos de Homero, tal como lo relata Herclito en DK22B56, y Filetas de Cos (Ateneo, IX.401e). Por
otra parte, la afirmacin de que el epteto Crono responda a una burla esgrimida por el monarca choca
directamente con la informacin de que lo habra heredado de su maestro, punto que sin duda puede
interpretarse como una resignificacin en tono irnico de un apodo que no tena en el origen ese sentido.
El epigrama se cierra con un juego de palabras en el que sobre el epteto Krnos, se quitan las dos
primeras letras, de manera que resulta el trmino nos, asno.

85

197. PLINIO, Historia natural, VII.53.180 (SSR, II.F.2):


Diodoro, el profesor de sabidura dialctica, muri de vergenza, por no poder resolver
una pregunta que Estilpn le plante a manera de juego.
198. DIGENES LAERCIO, VII.25 (SVF, I.5) (SSR, II.F.3):
Zenn frecuento tambin a Diodoro, segn dice Hipboto. Junto con l adems
perfeccion la dialctica.61
199. DIGENES LAERCIO, VII.16 (SVF, I.4) (SSR, II.F.3):
Zenn discuta con entusiasmo con el dialctico Filn y estudiaba con l. De all que
fuera admirado por Zenn el Joven no menos que por Diodoro, su maestro.
200. SUDA, s.v. Zenn (SSR, II.F.3):
Zenn, hijo de Museo, de Sidn, filsofo estoico, discpulo de Diodoro, el llamado
Crono, etc.
201. NUMENIO, Frag. 2 Leemans (segn Eusebio, Preparacin evanglica, XIV.5.12-6.4,
pp. 729 c-731 b) (Frag. 31 Diels [Timn]) (SSR, II.F.4):
Arquesilao cuenta de su lado con Teofrasto, Crantor el platnico y Diodoro, e incluso
Pirrn. De ellos, se volvi persuasivo por Crantor, sofista por Diodoro y adaptable,
audaz e intil por Pirrn. (13) Por eso precisamente corra sobre l un verso que cantaba
algo equvoco e insolente: Platn delante, Pirrn detrs, Diodoro al medio. 62 Aunque
Timn dice que tambin fue preparado por Menedemo en lo erstico, ya que
precisamente dice de l: con el plomo de Menedemo sobre el pecho correr hacia
Pirrn, pura carne, o hacia Diodoro.63 (14) Entonces, embrollando los argumentos de
61

Los testimonios 198 a 200 aportan datos sobre el contacto entre Diodoro y algunos pensadores seeros
del estoicismo relevantes para entender el dilogo intelectual de la poca. Es a todas luces destacable la
relacin con Zenn de Citio, iniciador del estoicismo, ya que a partir de este punto se explican los puntos
de contacto y continuidad de la impronta megrica, y especialmente la diodoriana, en la conformacin de
la lgica estoica. A modo de ejemplo, puede esgrimirse el caso de la teora sobre la estructuracin
temporal de los predicados, como se desprende de 225. Vanse notas ad loc. Para otros antecedentes,
vase 91 y nota ad loc. En cuanto a su relacin con Filn, no se dice en 199 que haya habido entre ellos
una relacin discipular, pero como surge de 230-5, su obra colabor ampliamente a delinear tesis
dialcticas en torno del problema de la inferencia, y constituy por ello un avance importante,
incorporado luego por el estoicismo. La tercera mencin es la de Zenn de Sidn o Zenn el Joven, de
raigambre estoica no el epicreo del mismo nombre-, que refuerza la idea del contacto entre grupos.
62
Sobre Arquesilao, vase 34 y nota ad loc. En buena medida, sus tesis escpticas respondan
polmicamente a las pretensiones epistemolgicas del estoicismo, a su juicio desmedidas, para lo cual
enfatiz las limitaciones gnoseolgicas irresolubles a los que est expuesto el conocimiento humano y la
necesidad de la suspensin del juicio para no precipitarse en el error. Nuestro pasaje subraya la
multiplicidad de influencias que se le reconocan a su posicin, fruto de un cierto sincretismo, donde
Diodoro est llamado a aportar el andamiaje dialctico que completara esta fachada platnica, ocultadora
una actitud escptica de cuo pirrnico, que tambin puede colegirse de la mencin de Alxino atribuida
a Arquesilao en 339. Ntese que el hecho de que Arquesilao recibiera crticas de Timn de Fliunte,
discpulo de Pirrn y su mayor apologista, se explica precisamente porque Arquesilao contamina, a su
juicio, la vertiente escptica con el aparato argumentativo megrico, que apunta a la produccin de
argumentos que prueban tesis contrarias, con el objetivo de debilitar la confianza en las opiniones.
Menedemo de Eretria, no pertenece a la lnea megrica, pero s aparece en los testimonios asociados con
la dialctica.
63
La mencin se trata de una variante estructurada sobre los versos de Homero, Odisea, V.346. Los dos
pasajes siguientes refieren el mismo tipo de burlas.

86

Pirrn y su escepticismo, con las sutilezas de Diodoro, que era dialctico, adorn su
charlatanera parloteante con la habilidad de argumentacin de Platn, de modo que
tanto poda decir como contradecir. () (XIV.6.4) Tras participar de esas maquinaciones
persuasivas y sutiles de Diodoro, y habiendo convivido con Pirrn (), as preparado,
de ah en ms, salvo por el nombre, permaneci pirrnicamente en la refutacin de todo.
202. DIGENES LAERCIO, IV.33 (SVF, I.343; Frags. 31 y 32 Diels [Timn]) (SSR, II.F.4):
Y segn algunos Arquesilao ha emulado a Pirrn, adopt su dialctica y tom los
argumentos de los Ertricos, por lo cual Aristn dice tambin de l: Platn delante,
Pirrn detrs, Diodoro al medio. Y Timn dice de l lo siguiente: Con el plomo de
Menedemo bajo la pechera correr hacia Pirrn, pura carne, o hacia Diodoro. Y poco
despus le hace decir: nadar hacia Pirrn o hacia el retorcido Diodoro.
203. SEXTO EMPRICO, Argumentaciones pirrnicas, I.33.234 (SSR, II.F.4):
De all tambin Aristn dijo de Arquesilao: Platn delante, Pirrn detrs, Diodoro al
medio, porque se vala de la dialctica de Diodoro, aunque era abiertamente platnico.
204. Ateneo, IV.165 d (SSR, II.F.5):
Alexis en Cnidia:
Diodoro el pcaro, en dos aos,
hizo pelota la fortuna paterna.
As consumi todo con audacia.64
205. CLEMENTE DE ALEJANDRA, Miscelanea, IV.19.121.5 (SSR, II.F.6):
Todas las hijas de Diodoro, el apodado Crono, han resultado dialcticas, como dice
Filn el dialctico en el Menxeno, y provee sus nombres: Menxena, Argeia, Teognis, 65
Artemisia, Pantacleia.
206. JERNIMO, Contra Joviniano, I.42 (SSR, II.F.6):
Se cuenta que Diodoro el socrtico tena cinco hijas dialcticas insignes en pudor, sobre
quienes tambin Filn, el maestro de Carnades, escribi una completsima historia.

64

Alexis es un autor perteneciente a la comedia media, oriundo de Turio, que vivi entre el 375 y el 275
a.C. Pas la mayor parte de su vida en Atenas y parece haber sido to de Menandro. Se ha dudado que
este pasaje trate efectivamente de Diodoro Crono, y en el caso en que lo hiciera, contrasta marcadamente
con el resto de los testimonios, donde las crticas que recibe se restringen al terreno estrictamente
intelectual. De hecho, el comentario de Arnott ni siquiera contempla la posibilidad de que se pueda
identificar a este Diodoro, dado que adems se trata de un nombre griego comn, de modo que puede
tratarse simplemente de un personaje cmico (W. Arnott, Alexis: The Fragments. A Commentary,
Cambridge, CUP, 1996, p. 295). La expresin hizo pelota es literal por spharan apdeixe y tiene el
mismo registro que la expresin espaola, con el sentido de destruir.
65
Como es comn a varias escuelas socrticas y helensticas, las mujeres eran admitidas en la bsqueda
filosfica. En este caso, la lista de las cinco hijas de Diodoro ha generado comentarios por una supuesta
alusin a su doctrina, ya que los textos transmiten para la mencionada en tercer lugar el nombre de
Teognis, que es un nombre masculino. Dindorf propuso corregir el texto y leer Teogenis, que s es un
nombre de mujer, a lo cual se ha objetado que precisamente la teora de imposicin arbitraria de nombres
sostenida por Diodoro, que lo llev a poner a sus esclavos nombres de conjunciones habilitaba una
operacin de inversin de gnero en el nombre de su hija, lo cual suena un tanto forzado. Posiblemente la
correccin sea menos sugerente desde el punto de vista terico, pero ms plausible. En 206 hay un error
en la atribucin de Filn como maestro de Carnades.

87

b) Posiciones tericas
b.1 La ambigedad en el lenguaje
207. AULO GELIO, Noches ticas, XI.12.1-3 (SSR, II.F.7):
Crisipo dice que toda palabra es por naturaleza ambigua, porque puede tener dos o ms
significados. (2) Pero Diodoro, el llamado Crono, afirma: ninguna palabra es ambigua y
no hay ambigedad ni en lo que se dice ni en lo que se piensa, ni debe parecer que se
dice otra cosa que lo que pretende decir el que habla. (3) Pero dice cuando yo pens
una cosa y t entendiste otra, se puede ver que el enunciado es oscuro, ms que
ambiguo, pues para que un trmino sea ambiguo, tendra que haber sido por naturaleza
tal que el que lo dijo haya dicho efectivamente dos o ms cosas. Pero nadie que piensa
decir una sola cosa dice dos o ms.66
208. AMONIO, Sobre el De interpretatione de Aristteles, 38.17-20 (SSR, II.F.7):
Si eso est planteado adecuadamente, es evidente que no estaremos de acuerdo con el
dialctico Diodoro, que crea que toda palabra es significativa y, como prueba de ello,
llam a uno de sus propios esclavos Pero, y a otro con otra conjuncin.67
209. SIMPLICIO, Sobre las Categoras de Aristteles, 27.15-21 (SSR, II.F.7):
Algunos, para resolver el problema, dicen que no todo nombre es significativo, pues el
nombre se dice en tres sentidos, el primero (). Otro nombre es puesto sin tener forma
tpica, como la conjuncin pero puesta como nombre a un esclavo por Diodoro, para

66

En los testimonios de este apartado nos encontramos con la toma de posicin de Diodoro dentro de la
disputa sobre la naturaleza del lenguaje que se remonta a la poca clsica. La posicin que adopta es
totalmente consecuente con el marco megrico que reniega de la capacidad del lenguaje para representar
cabalmente lo real. Ntese que en 207 la posicin de Diodoro se opone a la de Crisipo, que en tanto
estoico adopta la tesis naturalista que se remonta a Antstenes, que pasa por iniciador del Cinismo, y por
su intermedio, del estoicismo. ste pregona una versin extrema de orthtes onomton, adecuacin de
los nombres, donde cada cosa tiene su nombre propio y natural, y por lo tanto el error no es posible.
Sobre este punto, vase nuestra Introduccin a Platn, Crtilo, Buenos Aires, Losada, 2006, passim. Lo
que en el caso de Antstenes era equvoco y deba ser aclarado por va del anlisis semntico, para Crisipo
estaba afectado por ambigedad, que no afectaba a su intrnseca relacin con las cosas. Por el contrario,
Diodoro, segn se dice en 209, se burla del naturalismo y reivindicaba una posicin similar a la que puede
colegirse en Euclides en 83. De 207 se colige que la posibilidad de la ambigedad se excluye negando
que pudiese provenir de la relacin entre pensamiento y lenguaje, precisamente porque a un megrico le
interesa subrayar que la inadecuacin bsica se da entre lenguaje y realidad, mientras que el lazo entre
pensamiento y lenguaje no est puesto en entredicho. Sobre la parte constructiva de su posicin, vase la
nota siguiente.
67
La va que utiliza para sostener su postura consiste en complementar su adhesin a la arbitrariedad del
lenguaje, con la tesis de que todo nombre es significativo. Con esto se enfrenta directamente con la
sistematizacin aristotlica a la que asistimos en los primeros cuatro captulos del De interpretatione de
Aristteles. A la estructuracin de la relacin entre realidad, pensamiento y lenguaje, le sigue all un
estudio de la naturaleza del lenguaje, la phon, y sus partes constitutivas, limitadas all a nombre y verbo,
como en la tradicin que se abre con Platn en Sofista, 262, en tanto se trata de los elementos primarios,
ambos significativos, para la estructuracin de enunciados lgicos. Adems de stos, en Potica, 20
Aristteles agrega otras dos categoras lxicas, artculo y pronombre, a las que da el rasgo de no
significativas. Sobre este punto, vase R. van Bennekom, The definitions of sundesmos and arthron in
Aristotle, Poetics ch. 20, Mnemosyne (Leiden), 28, 1975, pp. 399-411. Diodoro se propone borrar esta
diferenciacin, probablemente con el objetivo de abolir la posibilidad de que en el caso de las partes
significativas, nombres y verbos, exista algn tipo de adecuacin con lo real. Mediante el recurso de
volver todos los ejemplos igualmente arbitrarios se perfila un sistema donde el lenguaje no guarda con lo
real ningn tipo de compromiso.

88

burlarse de las definiciones de la gramtica y de los que dicen que los nombres existen
por naturaleza. Y el tercer sentido ().68
210. ESTEBAN, Sobre el De interpretatione, 9.20-4 (SSR, II.F.7):
Entonces, Crtilo deca que los nombres existan por naturaleza, de acuerdo con el
significado primario (es decir, el que revela adecuacin), mientras que Diodoro deca
que no existan por naturaleza sino por convencin, es decir de acuerdo con el
significado secundario, simplemente y por azar. De all, precisamente, que llamaba a sus
propios esclavos con nombres de conjunciones, dirigindose a ellos como por-un-lado
y por-otro.69
211. ESCOLIO LONDINENSE A LA TCHNE GRAMMATIK DE DIONISIO TRACIO, 12 (SSR, II.F.7):
As, entonces, tambin se dice que Diodoro, el apodado Crono, llamaba a su propio
esclavo usando la conjuncin por-otro en lugar de un nombre, pues el nombre suele
nombrar a los que reciben tal nombre por rutina y convencin.
212. HERODIANO, Sobre los nombres, 2 (Anecdota Oxoniense, IV.328.30-2) (SSR, II.F.7):
As, entonces, tambin se dice que Diodoro, el apodado Crono, llam a un esclavo suyo
sin-embargo.
b.2 Los elementos
213. ESTOBEO, I.10.16 (SSR, II.F.8):

68

El pasaje pertenece a un contexto en que se discute la nocin aristotlica de homonimia que abre
Categoras, texto con ribetes polmicos respecto de la Teora platnica de las Formas. All Aristteles
bosqueja la ambigedad inherente a un sistema apoyado en un lenguaje que da el mismo nombre a
entidades inteligibles y a entidades sensibles, que no comparten el mismo status. Frente a esto, propone
un sistema basado en la sinonimia, donde la identidad de nombre se apoya en la identidad de definicin.
Teniendo en cuenta este horizonte, es probable que la tesis diodoriana se proyectara sobre este mbito de
problemas, en este caso tomando partido por una impugnacin de ambas posibilidades: no hay posibilidad
de asentar sistemas ni sobre la homonimia ni sobre la sinonimia, ya que la inadecuacin entre lenguaje y
realidad resume toda esta relacin en la imposicin arbitraria que responde a la voluntad intensional de
cada hablante, de manera que la significacin reposa en dicha intensionalidad del sujeto y no en el
nombre, en tanto poseedor de algn rasgo especfico y diferencial frente a otras categoras lxicas. Sobre
este punto, vase Aristote, Catgories, Prsentation, traduction et commentaires de F. Ildefonse et J.
Lallot, Paris Seuil, Bilingue Grec-Franais, 2002, Introduction. El planteo diodoriano puede cotejarse
en este punto con la tesis de Brisn sobre la imposibilidad de decir trminos obscenos, lo que llama
aiskhrologen, tal como se refleja en 113 a 115. Vase notas ad loc. El punto de contacto est dado por el
presupuesto de que el lenguaje no guarda una lgica intrnseca, sino que est a merced de las decisiones
de sus usuarios. Precisamente la apariencia de una dinmica propia es la que crea la apariencia de una
adecuacin con lo real, que no es ms que resultado de imposiciones arbitrarias. Sobre este punto y su
relacin con la argumentacin megrica en general, vase Introduccin, 3.3.
69
Esteban est colocando aqu a Diodoro dentro del marco terico del Crtilo de Platn, donde se discute
precisamente la tesis de los nombres primarios (421d-422d y 433b-435d), y no cabe pensar que se trate de
una diferencia que Diodoro admitira. Vale la pena tener en cuenta que la discusin sobre las partes del
discurso se convirti en el eje del desarrollo terico de la gramtica desarrollada en terreno alejandrino, lo
cual es indicio de la presencia que tena este tipo de temas en la discusin de la poca, a la vez que
explica la repercusin de la posicin de Diodoro en textos netamente gramaticales como 211 y 212. Sobre
este punto, vase C. Mrsico, Polmicas y paradigmas en la invencin de la gramtica, Crdoba,
Ediciones del Copista, 2007, Cap. 4. Sobre la posibilidad de que este proceder de atribuir nombres
propios pertenecientes a otras categoras lxicas se extendiera a una de sus hijas, vase 205 y nota ad loc.

89

Diodoro, apodado Crono, llamaba infinitos a los cuerpos indivisibles, y esos mismos
eran llamados tambin mnimos. Infinitos en cuanto al nmero, pero determinados en
cuanto a la medida.70
214. ESTOBEO, I.14.1 (Aecio, I.13.3; Doxographi graeci, 312.8-9) (SSR, II.F.8):
Jencrates y Diodoro definan los cuerpos mnimos como indivisibles.
215. SEXTO EMPRICO, Argumentaciones pirrnicas, III.6.32 [= Contra los profesores,
IX.363] (SSR, II.F.8):
Diodoro, el apodado Crono, <deca que el principio de todas las cosas> eran los cuerpos
mnimos e indivisibles.71
216. [GALENO], Historia filosfica, 18 (Doxographi graeci, 611.1-2) (SSR, II.F.8):
Diodoro, el que ha sido llamado Crono, <consideraba principios de todas las cosas> a
los cuerpos indivisibles y mnimos.
70

La opcin de los megricos de establecer lo real en el plano inteligible, de un modo que queda
fuertemente desvinculado de lo sensible, los coloca ante el problema de la falta de explicacin del plano
fsico. Podra parecer que se trata de un mbito que ocupa en sus preocupaciones un lugar ms que
exiguo, sobre todo en comparacin con los desarrollos del plano dialctico. Sin embargo, se puede colegir
que tambin plantearon un cierto andamiaje terico en este terreno, del cual estos pasajes sobre Diodoro
pueden ser un indicio. En cuanto a sus antecedentes, se ha notado que cuando Platn se refiere a los
Amigos de las Formas, en Sofista, 246 b-c, podra haber una indicacin de que la doctrina de los
indivisibles, aunque no est representada en las fuentes sobre Euclides, pertenecera a una etapa temprana
del grupo. El pasaje afirma: Pues tambin los que disputan contra <los materialistas> () se defienden
sosteniendo que ciertas Formas inteligibles son el verdadero ser, y los cuerpos que defienden los otros, es
decir lo que los otros llaman verdad, desmenuzndolos en pedacitos en sus argumentos, la llaman un
llegar a ser que se da como si fuera ser. Si se acepta la hiptesis, ms que plausible, de que puede
tratarse de una alusin a los megricos, esto revelara una tendencia de la poca de Euclides a dar cuenta
de lo sensible sobre la base de una teora de tipo atomista. Si esto es as, estaramos frente a un desarrollo
que explica incluso la estructura de ciertos argumentos dialcticos tpicos, como el sorites, que hemos
estudiado a propsito de Eublides (vase 162-83), donde las aplicaciones al plano fsico se revelaran
como una manifestacin de una tesis megrica sobre este mbito, y no solamente como una especulacin
dialctica. Por esta va, la doctrina megrica cobra mayor amplitud y potencia explicativa, y est en
condiciones de discutir con otras vertientes, como se infiere de la posible discusin de la matriz
aristotlica en 218. Vase nota ad loc. Numerosos autores han considerado que esta tesis contradice el
monismo megrico, y por lo tanto tendra que tratarse de una hiptesis dialctica a la que Diodoro no
habra adherido vase como ejemplo reciente, Dring (1972:129). Sin embargo, cabe notar que se trata
de una tesis que no afecta el plano inteligible y efectivamente real, sino que constituye un dispositivo
explicativo para el plano sensible, donde precisamente reina la multiplicidad. Basta ver que en 214 una
tesis similar es sostenida por Jencrates, filsofo acadmico, que con esto no altera su adhesin al plano
de las Formas inmateriales planteado por Platn. Ms aun, una doctrina como esta est en la base de
desarrollos tericos diodorianos como su prueba sobre la imposibilidad del movimiento presente, segn
223-9. Vase especialmente la nota a 223. Por otra parte, en 232, en el marco de la discusin sobre la
inferencia, se utiliza precisamente esta tesis como ejemplo de proposicin verdadera, lo cual sera
realmente absurdo si se tratara de una hiptesis dialctica en la cual Diodoro no crea. Vase nota ad loc.
Estrictamente, los testimonios caracterizan estos cuerpos como amer, sin partes, en una alternativa
terminolgica al ya tradicional tomos. Vase la nota a 217. En cuanto a la determinacin en su medida,
se ha pensado que esto implicaba un tipo de perfeccin que los asociaba con lo inteligible. Vase nota a
218.
71
La mayora de los testimonios asocia a los amer con principios, que podran ser del orden de lo
inteligible, ms que elementos del orden de lo material, lo que enfatizara su dimensin de andamiaje
explicativo de lo sensible en trminos inteligibles. Sobre este punto, vase la nota a 217. De todos modos,
es claro que operan para dar cuenta del dinamismo de la materia. Informacin similar ofrece Sexto en
Contra los profesores, X.143.

90

217. EUSEBIO, Preparacin evanglica, XIV.23.4, p. 773 b [de Dionisio de Alejandra]


(SSR, II.F.8):
Pero los que cambian el nombre a los tomos dicen que son cuerpos indivisibles,
partes de todo, a partir de los cuales, por ser inseparables, estn compuestas todas las
cosas y hacia ellos se destruyen. Precisamente, dicen que Diodoro ha sido el creador del
nombre de estos elementos indivisibles.72
218. CALCIDIO, Sobre el Timeo de Platn, 203 (SSR, II.F.10):
A estas ligazones invisibles, Platn las llama clavijas,73 o bien conjunto de corpsculos
mnimos, como Diodoro (...).
219. CALCIDIO, 279 (SSR, II.F.10):
Otros, como Diodoro y algunos estoicos, a causa de la exigidad de los cuerpos
indivisibles, cuyo nmero no tiene fin, piensan que la materia ltima es un ensamblaje,
cuya reunin y separacin es fortuita.
220. [CLEMENTE ROMANO], Rec., VIII.15, p. 225.18-9 Rehm-Paschke (SSR, II.F.10):
A los elementos de los principios (...) Diodoro los llama indivisibles.
[Interpretacin de Rufino: Dice que hay elementos de los principios. (...) Diodoro los
llama indivisibles, es decir <cuerpos> en los cuales no hay partes.]74
221. SIMPLICIO, Sobre la Fsica de Aristteles, 926.19-21 (SSR, II.F.9):

72

El abandono de la nocin de tomos apunta sin duda a tomar distancia de la matriz terica del
atomismo. La duda, casi irresoluble, radica en qu era lo que se variaba. En ambos casos se trata de
elementos mnimos simples, en los que tal vez se enfatice aqu la simplicidad. En ambos casos se trata
tambin de principios disponibles para el entendimiento y no para la sensibilidad. Vase nota a 218. De
todos modos, es esperable que un megrico se preocupara por tomar distancia del plexo general del
atomismo, pues mientras para estos ltimos los tomos constituyen la base de lo existente, para un
megrico no pueden ser ms que dispositivos que operan en un plano de realidad depreciada. En este
sentido, se ubican en un plano terico igualmente secundario, afectado por todos los problemas de
captacin en los que insiste el ncleo de la doctrina, y que en todo caso se revela a travs de los
argumentos dialcticos, como el sorites o la imposibilidad del movimiento presente, casos ambos que
muestran a la vez la falibilidad de nuestras nociones de uso comn. Sobre esta doctrina, vase N. White,
The Continuous and the Discrete: Ancient Physical Theories from a Contemporary Perspective, Oxford,
Clarendon Press, 1992, cap. 5.
73
El testimonio siguiente se enrola en un comentario sobre la materia (vase, Timeo, 43a.), a propsito del
cual se menciona a quienes sostuvieron que no es engendrada, entre los que se encuentran Demcrito,
Epicuro, Anaxgoras y Diodoro, esto es, un concierto de autores que adhieren al atomismo. En este marco
se agrega que este tipo de principio es comprendido ms que percibido, lo cual permite colegir que su
carcter es inteligible ms que sensible. Esto se enrola en la misma lnea que la concepcin de Demcrito
sobre los tomos. Al mismo tiempo, este rasgo inteligible da cuenta de su caracterstica en relacin con el
conocimiento humano, que no tiene de ellos captacin directa. En rigor, para la percepcin operan como
principios tericos. Esto cuadra bien con el ncleo del pensamiento megrico, ya que de este modo
incluso para dar cuenta de lo sensible hace falta acudir a estos principios de tipo matemtico. As, se hace
ms plausible que Aristteles tenga en mente la posicin de Diodoro en las crticas esbozadas en De
sensu contra el atomismo. Sobre este punto, vase infra 221-2 y nota ad loc.
74
La enunciacin de la frmula elemento de los principios ha hecho pensar que se haca de los
principios algo diferente de los elementos. Vase Muller (1985:135). No hay necesidad de colegir tal cosa
respecto de dos trminos que suelen estar asociados en el tratamiento de este tpico. Por otra parte, no se
trata de una fuente cuidadosa que est comprometida con el tema.

91

Y tambin son indivisibles los instantes y las unidades, de modo que aunque algunos
dijeran que los cuerpos son indivisibles, como cree demostrar Diodoro, lo mismo se les
dir tambin sobre estos casos.75
222. ALEJANDRO, Sobre el Sobre la sensacin de Aristteles, 122.21-3 ()172.28-173.10
(SSR, II.F.9):
Si lo perceptible no fuera ni algo mnimo en su naturaleza ni algo grande fuera
imperceptible, la medida tampoco demostrara que hay algo mnimo en su naturaleza,
como cree que demuestra Diodoro. () (172.28) Parece, por eso, que el argumento acerca
de los indivisibles, planteado por Diodoro o tambin por algn otro, lo ha planteado y lo
ha usado primero l. Sin embargo, tras descubrirlo, l lo us de manera legtima,
mientras que otros, engredos con eso, lo tomaron de l y lo usaron de manera indebida.
b.3 El movimiento
223. ESTOBEO, I.19.1 (Aecio, I.23.5; Doxographi graeci, 320.7-8) (SSR, II.F.11):
Diodoro Crono dice que algo se ha movido, pero nada se est moviendo.76
224. SEXTO EMPRICO, Contra los profesores, X.48 (SSR, II.F.12):

75

La serie de pasajes 221-223 abre a la posible relacin entre la teora fsica de Aristteles y su colisin
con la propuesta diodoriana. En los tres casos las fuentes de informacin son comentadores del Estagirita
que contextualizan sus afirmaciones de un modo que puede indicar a los interlocutores tericos de estas
enunciaciones, que no son mencionados. Teniendo en cuenta que los pasajes que parecen poner de relieve
disidencias entre Aristteles y Diodoro son numerosos, no es descabellado pensar que estos comentarios
son un indicio de la divergencia entre ambos pensadores en el terreno de los elementos, aunque la
parquedad de los testimonios conspira una vez ms contra la obtencin de signos claros de un dilogo de
este tipo. El testimonio 221 retoma Fsica, 6.1, 231a21 ss. En 222, consignado en la extensin que le
confiere Dring, encontramos un comentario a De sensu, 445, cuyo contexto implica crticas a la realidad
nicamente matemtica de los cuerpos mnimos y la medida conferida a los tomos, lo cual parece
ajustarse bien a testimonios como 213, y por lo tanto abonaran la alusin a Diodoro. Vase tambin
Fsica, 4.232a6.
76
La tesis sobre el movimiento implica dos premisas: en primer lugar, que nada se mueve en el presente;
en segundo lugar, que aunque nada se mueve en el presente, s puede haber movimientos terminados en el
pasado. Esta posicin excede en mucho el mbito de la fsica, y tiene importantes efectos en el plano de la
dialctica. En cuanto a su formulacin, supone sin duda la tesis sobre los indivisibles (vase 213-22) y
preanuncia los desarrollos sobre la temporalidad que culminan en el argumento Dominante (vase 23653). El planteo de la inexistencia del movimiento revela, sin duda, una inspiracin zenoniana, conectada
con el eleatismo, como lo subraya 224. Esta ligazn opera como un indicio de la herencia de principios
eleticos en el marco del megarismo, lo cual reenva al problema de los orgenes de la escuela. Sobre este
punto, vase Introduccin, 3.1. La diferencia con estos antecedentes radica, como se ve, en el agregado de
un operador temporal que hace que lo negado sea solamente el movimiento presente, mientras que se
habilita el movimiento acabado. Sobre la estructura y alcances de esta tesis, vanse las notas siguientes.

92

Concuerda con estos hombres77 tambin Diodoro Crono, a no ser porque, segn l, hay
que decir que algo se ha movido, pero que ni una sola cosa se est moviendo, como
explicaremos en el argumento que sigue, cuando examinemos su posicin con ms
precisin.
225. SEXTO EMPRICO, Contra los profesores, X.85-102 (SSR, II.F.13):
Diodoro Crono sostiene otro planteo de envergadura en relacin con el hecho de que el
movimiento no existe, por el cual establece que nada se est moviendo, y sin embargo,
se ha movido.78 En efecto, que no se est moviendo se sigue de sus hiptesis respecto de
los indivisibles, (86) pues un cuerpo indivisible debe estar contenido en un lugar
indivisible, y por eso no se mueve en l (pues lo tiene completamente lleno, y es
necesario que lo que se ha de mover tenga un lugar mayor), ni en el lugar en el que no
est, pues todava no est en ese lugar, para que sea movido en l, de manera que
tampoco se est moviendo. Pero, sin embargo, es razonable que se haya movido, pues lo
que primero es visto en ese lugar, ahora es visto en este otro, lo cual no habra ocurrido
si no se hubiese movido. Por consiguiente, este hombre, deseoso de auxiliar su propia
creencia lleg a un absurdo, pues cmo no va a ser absurdo decir que, aunque nada se
mueve, algo se ha movido? Los escpticos, por el contrario, a pesar de tener los mismos
problemas respecto del moverse y del haberse movido, no admitieron ningn absurdo
como al que lleg Diodoro.79 (87) En cambio, l plantea este argumento infame respecto
77

Los pensadores con los cuales se pone en relacin a Diodoro son Parmnides y Meliso. Vase DK
28A26. El argumento que sigue consta en 225 (X.85-102) y se enrola en una serie de testimonios que
organizan la justificacin terica de este punto. La crtica moderna suele organizarlos las dos tesis
mencionadas en la nota previa [por ejemplo Dring (1972:129-31) y Muller (1985:137-41)], a diferencia
de la interpretacin tradicional de Zeller, que elevaba el nmero a cuatro (1923:266-8). La primera tesis,
que no existe el movimiento presente, se prueba mediante dos argumentos. El primero podra sintetizarse
del siguiente modo: algo que existe debe estar en un lugar, y lo que est en un lugar est quieto, de modo
que el movimiento de eso es imposible. Esta forma bsica presenta en los textos al menos dos formas,
analizadas en la nota siguiente. El segundo argumento aplica el sorites al mbito del movimiento, como se
ve en la nota a 226. La segunda tesis sostiene que s existe el movimiento pasado,
78
Luego de la enunciacin de las dos tesis bsicas, asistimos a una de las dos formas con que se prueba la
primera, interrumpida por la parte final del 86, donde encontramos el tratamiento de la segunda tesis,
que se retoma en el 91, hasta el final del pasaje (vase nota siguiente). En cuanto a la explicitacin del
argumento para probar que no existe el movimiento presente, ntese que la mencin del 85-86
constituye la interpretacin de Sexto Emprico, que conecta lcitamente esta explicacin con la tesis de los
indivisibles, como presupuesto para que la necesidad de estar en un lugar no permita un deslizamiento
paulatino. Luego, en 87, asistimos a lo que parece la formulacin original de Diodoro. La estructura
general, como es claro, coincide con la que Digenes Laercio (IX.72) atribuye a Zenn de Elea. Sin
embargo, es claro que el marco de la doctrina modifica el sentido que el argumento puede haber tenido
para Diodoro, que no es, seguramente, la impugnacin total del movimiento para insistir en la
inmovilidad de lo Uno, sino en todo caso una derivacin de la tesis de los indivisibles, henchida de
efectos en el plano de la dialctica que se manifiestan en el aspecto temporal desarrollado en la segunda
tesis. Muller contempla la posibilidad de que tras la adopcin de esta posicin se hallara una doctrina
positiva que reubicaba la nocin de tiempo no en los objetos, sino en las relaciones entre los objetos
(1985:139). Lo que es seguro, es que la potencialidad dialctica de esta postura no puede haber pasado
inadvertida a Diodoro, especialmente porque, si enrolamos este punto dentro de la tendencia general del
grupo megrico, la situacin paradojal de las dos tesis sobre el movimiento coadyuvan abiertamente en la
tendencia de cuestionamiento de las nociones comnmente aceptadas de manera acrtica, que de este
modo se muestran complejas y tericamente peligrosas.
79
La segunda parte del 86 esboza la segunda tesis sobre el movimiento (i.e., que existe el movimiento
en el pasado), cuyo anlisis ser retomado en 91. En rigor, de la lectura del libro VI de la Fsica de
Aristteles, y en especial de los captulos VI a X, surge la sensacin de que nos encontramos con textos
en abierta tensin dialgica. Aun cuando el anlisis de este tpico excede lo que podemos tratar en notas,

93

de que nada se est moviendo, diciendo: si algo se mueve, o se mueve en el lugar en


donde est o en donde no est, pero no es posible que sea ni en el lugar en donde est
(pues permanece en l), ni en donde no est (pues no est en l). Por lo tanto, nada se
mueve. (88) ste es el argumento, y la solucin de sus premisas es obvia. [...(90)...] Tal es,
en efecto, la postulacin del argumento. Muchos lo han refutado de variadas formas,
cuyas estructuras estableceremos en lo que sigue.80 (91) En efecto, algunos afirman que es
imposible que si las proposiciones perfectivas son verdaderas, las imperfectivas
correspondientes resulten falsas, sino que se presentan como verdaderas, y de forma
anloga, si las proposiciones perfectivas son falsas, las imperfectivas resultan falsas,
pues de lo que hay un lmite, eso tambin existe, y de lo que no existe no podra haber
un lmite. Por otra parte, si existiera el lmite de la proposicin imperfectiva, la
proposicin perfectiva, por lo tanto sera necesario que existiendo la perfectiva, que es
mencionemos que en esos pasajes el Estagirita combate la posicin de quienes sostienen que un contnuo
pueda estar constituido de indivisibles. La figura antagonista visible es Zenn, cuyas tesis se discuten en
los captulos II y IX. Sin embargo, en X.240b30 ss., tras bosquejar el mismo argumento que encontramos
esbozado por Diodoro, se agrega: Por consiguiente, lo que no tiene partes no puede estar en movimiento
ni en general estar cambiando. Slo hay una manera en que sera posible su movimiento, a saber: que el
tiempo estuviese compuesto de ahoras, en cuyo caso completara en cada ahora un movimiento o
cambio, de suerte que jams estara en el proceso de estar movindose, sino siempre en la condicin de
haberse movido. Pero ya hemos mostrado antes que esto es imposible, porque el tiempo no est
compuesto de ahoras, ni una lnea de puntos, ni tampoco un movimiento en acto de movimientos ya
cumplidos; pues quien afirme lo anterior no hace sino suponer que el movimiento est compuesto de
tomos de movimiento, como si el tiempo estuviera compuesto de ahoras o la magnitud de puntos. Se
ha pensado que una formulacin de este tipo slo poda constituir una respuesta polmica a Diodoro (por
ejemplo, F. Caujolle-Zaslawsky, Le temps picurien est-il atomique?, tudes philosophiques, 3, 1980,
pp. 285-306). Sin embargo, como nota Muller, la datacin de este captulo de la Fsica, que suele
considerarse temprano, hace dudoso que Aristteles pudiera tener en mente la posicin de Diodoro
(1985:139-40). Nos parece ms plausible pensar que probablemente otros autores, posiblemente de la
misma lnea megrica, hayan adelantado opiniones que luego Diodoro perfeccion. Esta profundizacin
diodoriana cobra especial sentido si tenemos en cuenta las diferencias de Aristteles con los megricos en
lo que hace a la nocin de potencia, como surge de 236-7. En esta oposicin, la tesis de Diodoro sobre el
movimiento habra servido precisamente para objetar la nocin de movimiento como potencia, tal como
se lo define en Fsica, III.1, en trminos de actualidad de lo potencial en cuanto tal. Sobre este punto
vase 236 y nota ad loc. Sea como fuere, es claro que lo que Aristteles juzg inaceptable en el pasaje
citado es precisamente lo que Diodoro consider como postura preferible, probablemente con el objetivo
dialctico adicional que esbozamos como motivo en la nota previa.
80
La importancia de las tesis de Diodoro para la conformacin del imaginario de la filosofa helenstica
surge al observar que no slo establece un dilogo con la posicin de Aristteles, como se ve en la nota
previa, sino tambin es determinante para la constitucin de tesis centrales dentro del estoicismo. As, la
doctrina sobre los tiempos del verbo, que colocaron a este grupo dentro de los precursores de la
instauracin terica de la gramtica, adopt para el presente la nomenclatura enests paratatiks
(presente extensivo o imperfectivo), para el perfecto enests synteliks y para el pluscuamperfecto
paroikhemmos synteliks, presente perfectivo y pasado perfectivo, respectivamente, como se desprende
del escolio de Esteban al 13 de la Tchne grammatik de Dionisio Tracio (GG, I/III). El tratamiento de
lo imperfectivo frente a lo perfectivo puso de relieve la nocin de aspecto, fundamental para el estudio de
la estructura del verbo griego. Teniendo en cuenta que Zenn de Citio fue discpulo de Diodoro, este
enfoque puede haber surgido de la respuesta que el estoicismo opuso a la negacin de la divisibilidad
infinita del tiempo y el espacio. Vase, por ejemplo, C. Versteegh, The Stoic Verbal System, Hermes
108.3, Stuttgart, 1980, pp. 338-57; M. Frede, The Stoic doctrine of the tenses of the verb, en K. DringTh. Ebert, Dialektiker und Stoiker, Stuttgart, 1993, pp. 141-154; P. Crivelli, The Stoic Analysis of Tense
and of Plural Propositions in Sextus Empiricus, Adversus Mathematicos, X.99, Classical Quarterly 44,
Cambridge, 1994; P. Berretoni, An Idol of the School: The Aspectual Theory of the Stoics, Rivista di
Lingstica 1.1, Pisa, 1989, pp. 33-68, C. Mrsico, Aspecto y tiempos gramaticales enla doctrina
estoica, en V. Juli, Los antiguos griegos y su lengua, Buenos Aires, Biblos, 2002.

94

precisamente el lmite, exista tambin la imperfectiva, de la cual sa es el lmite. (92) As,


como la proposicin perfectiva haber nacido no es nada, si no es verdadera la
imperfectiva estar naciendo, y del modo en que la proposicin perfectiva haber
perecido no es nada, si no existe previamente la imperfectiva estar pereciendo, de la
misma manera es imposible que, si no es verdadera la imperfectiva estar movindose,
sea verdadera la perfectiva haberse movido. (...) (97) Tales son las objeciones contra el
argumento, pero parece que Diodoro ha contestado inmediatamente a la primera
indicando que es posible que, si las proposiciones perfectivas son verdaderas, las
imperfectivas correspondientes resulten falsas. Supngase, precisamente, que alguien se
ha casado un ao antes y otra persona al ao siguiente. Entonces, en esos casos, las
proposicin ellos se casaron, que es perfectiva, es verdadera, mientras que la
proposicin ellos se estn casando, que es imperfectiva, es falsa; porque cuando el
primer hombre se estaba casando, el otro todava no se estaba casando, y cuando ste
ltimo se estaba casando, el otro ya no se estaba casando. Entonces, en este caso, la
proposicin ellos se estn casando hubiera sido verdadera, si se hubiesen estado
casando al mismo tiempo. Por lo tanto, es posible que, cuando la proposicin perfectiva
es verdadera, la imperfectiva correspondiente sea falsa. (98) Del mismo tipo es la
proposicin Helena tuvo tres maridos, pues ni cuando tuvo como marido a Menelao
en Esparta, ni a Paris en Troya, ni cuando, muerto l, se cas con Defobo, es verdadera
la proposicin imperfectiva tiene tres maridos, aunque es verdadera la perfectiva
tuvo tres maridos. (99) Pero en estos casos Diodoro usa la sofstica y quiere
desconcertarnos por medio de la ambigedad.81 (...) (100) Por Zeus!, sin embargo, para
esta misma hiptesis Diodoro ofrece adems otra solucin, valindose de un ejemplo
ms claro. (101) Supngase, dice, que una esfera es arrojada hacia un tejado inclinado.
Entonces, en el tiempo medio del tiro, la proposicin imperfectiva la esfera est
tocando el tejado es falsa, pues todava est en camino, pero cuando toca el tejado se
vuelve verdadera la proposicin perfectiva la esfera toc el tejado. Por lo tanto, es
posible que, siendo falsa la proposicin imperfectiva, resulte verdadera la perfectiva, y
por eso es posible que algo no se est moviendo en el sentido imperfectivo, pero se haya
movido en el sentido perfectivo. Pero tal vez divague tambin aqu. (102) Porque la
proposicin imperfectiva la esfera est tocando el tejado resulta verdadera no cuando
la esfera se transporta por el medio del aire, sino cuando comienza a tocar el tejado.
Pero cuando tras terminar retira el contacto, entonces tambin resulta verdadera la
proposicin perfectiva la esfera toc el tejado. Entonces, Diodoro es absurdo al
referirse al haberse movido como verdadero. En rigor, al descartar el estar movindose
como falso, se debe aceptar ambos o descartar ambos.82
81

La falacia del argumento es clara, ya que acumula premisas no declaradas, ya que estn implicados
sujetos mltiples. Ms all de eso, sin embargo, el ejemplo es vlido para indicar precisamente la
presencia de clusulas a las cuales el principio de la correspondencia entre proposiciones imperfectivas y
perfectivas no puede aplicarse sin ms, sino luego de reducirlas a sus versiones simples. Sobre Helena y
sus sucesivos matrimonios, vase G. Kennedy, Helens Husbands and Lovers: A Query, The Classical
Journal 82.2, Northfield, 1986, pp. 152-153.
82
Las objeciones a los ejemplos previos deben de haber llevado a Diodoro a disear un segundo tipo de
argumento de raigambre no dialctica, sino fsica, como el ejemplo de la esfera. Tal vez porque en este
caso no apela a sujetos mltiples Sexto lo juzga ms claro, aunque en general es mucho menos sugerente
que los ejemplos previos. El argumento apela esta vez, partiendo siempre de la concepcin de instantes
temporales mnimos indivisibles, a la imposibilidad de identificar el momento en que un mvil comienza
a tocar una superficie, ya que, segn la dicotoma usual, en un momento no lo toca y en otro ya lo ha
tocado. La interpretacin de Sexto es diferente, porque piensa que la proposicin imperfectiva referira a
todo el tiempo que est en contacto con la superficie, mientras que la perfectiva, pensada como pasada,

95

226. SEXTO EMPRICO, Contra los profesores, X.112-8 (SSR, II.F.14):


Entonces, era necesario decir esto en relacin con las objeciones al argumento postulado
por Diodoro. Tambin plantea algunos otros argumentos de no tanta envergadura, sino
ms sofsticos, cuya exposicin efectuaremos para poder evitar cada uno de ellos en las
investigaciones. En efecto, ingenuamente dice que lo que se est moviendo est en un
lugar, pero lo que est en un lugar no se mueve, por lo tanto lo que se est moviendo no
se mueve. (113) Dado que el movimiento es doble, uno de acuerdo con la mayor parte, y
el segundo en sentido absoluto, siendo el que se da de acuerdo con la mayor parte aquel
en el cual pocas entre la mayora de las partes del cuerpo que se mueven estn en
reposo, mientras el que se da en sentido absoluto es aqul en el cual todas las partes del
cuerpo se mueven, parece que, entre estos dos tipos de movimientos, el que se da segn
la mayor parte precede al movimiento en sentido a bsoluto. (114) En efecto, para que algo
se mueva en sentido absoluto, es decir entero y completamente, primero se lo debe
concebir movindose en la mayor parte, del mismo modo que para que alguien se
vuelva canoso en sentido absoluto, debe haber encanecido en la mayor parte, y para que
alguien junte un montn en sentido absoluto, debe haber conseguido ese montn en su
mayor parte. De la misma manera, es preciso que el movimiento segn la mayor parte
preceda al movimiento en sentido absoluto, pues el movimiento en sentido absoluto es
la extensin del movimiento segn la mayor parte. (115) Pero no existe un movimiento
segn la mayor parte, como estableceremos. Por lo tanto, tampoco existir el
movimiento en sentido absoluto. Supngase un cuerpo compuesto de tres partes
indivisibles, dos de ellas que se estn moviendo y una inmvil, pues eso demanda el
movimiento segn la mayor parte. (116) Entonces, si agregramos una cuarta parte
indivisible inmvil a ese cuerpo, de nuevo habr movimiento. Pues si es que un cuerpo
compuesto de tres partes indivisibles, donde dos de ellas se estn moviendo y una est
inmvil, se mueve, tambin al agregarse una cuarta parte indivisible se mover, pues las
tres partes indivisibles con las cuales se estaba moviendo antes son ms poderosas que
la parte indivisible agregada. Pero si un cuerpo compuesto de cuatro partes indivisibles
se mueve, se mover tambin el de cinco, pues las cuatro partes indivisibles con las
cuales se estaba moviendo antes son ms poderosas que la parte indivisible agregada.
(117) Y si el cuerpo compuesto de cinco partes se mueve, al asociarse completamente una
sexta parte indivisible se mover, porque las cinco partes son ms poderosas que una
sola. Y as Diodoro avanza hasta mil partes indivisibles, para demostrar que el
movimiento segn la mayor parte es inexistente, porque es absurdo, afirma, decir que se
mueve segn la mayor parte un cuerpo en el cual nueve mil novecientos noventa y ocho
partes indivisibles estn inmviles y slo dos se mueven. De modo que nada se mueve
segn la mayor parte. Pero si esto es as, tampoco hay movimiento en sentido absoluto,
de lo cual se sigue que nada se mueve. (118) Pues bien, esta es la objecin, pero es
evidentemente sofstica y su refutacin est a la mano, ya que el movimiento segn la
mayor parte se arruina con el agregado de la primera parte indivisible, cuando se
estaban moviendo dos partes indivisibles, y dos estaban inmviles, por lo cual hay que
censurar las objeciones de este tipo, etc.83
mentara un momento en que tal contacto dej de producirse, lo que ciertamente quita al argumento todo
sentido.
83
Respecto de la primera tesis sobre el movimiento (no existe el movimiento presente), los testimonios de
Sexto aportan un segundo argumento alternativo al de 225, basado tambin en la nocin de indivisibles,
pero que aplica adems la estructura del sorites. Sobre este punto, vase 166-183.

96

227. SEXTO EMPRICO, Contra los profesores, X.142-3 (SSR, II.F.15):


Pero los que suponen que todo se reduce a los indivisibles (...) caen en las ms dainas
aporas; (143) en primer lugar, que no habr movimiento, como enseaba Diodoro al tratar
sobre los lugares y los cuerpos indivisibles, pues el cuerpo indivisible contenido en el
primer lugar indivisible no se mueve, porque estaba contenido en un lugar indivisible y
lo mantena lleno. Y a su vez, el cuerpo ubicado en el segundo lugar no se mueve, pues
ya se ha movido. Pero si no se mueve ni lo que se est moviendo en el primer lugar, en
tanto est en el primer lugar, ni tampoco en el segundo, y ms all de stos no se
concibe un tercer lugar, lo que se dice que se mueve no se mueve.84
228. SEXTO EMPRICO, Argumentaciones pirrnicas, III.10.71 (SSR, II.F.16):
Adems hay que decir lo siguiente: si algo se mueve, o se mueve en el lugar en el que
est o en el que no est. Pero no se mueve en donde est, pues permanece en l, si es
que est en l. Tampoco en donde no est, pues donde algo no est, all no podr ni
hacer ni padecer algo. Por lo tanto nada se mueve. Este argumento es de Diodoro
Crono.
229. SEXTO EMPRICO, Argumentaciones pirrnicas, II.241-5 (SSR, II.F.17):
Y as, el dialctico no tendr para decir nada ventajoso en los sofismas que requieren
solucin, aunque nos interrogue con argumentos de este tipo. (...) (242) Si algo se mueve,
o se mueve en el lugar en que est o en el que no est, pero ni se mueve en el que est
(pues ah permanece), ni en el lugar en que no est (pues cmo podra hacer algo en
aquel lugar en el que, en principio, no est?), por lo tanto, nada se mueve. (...) (244) Y
tras reunir algunas boberas por el estilo frunce las cejas, echa mano de la dialctica e
intenta muy solemnemente demostrarnos con argumentos conclusivos (...) que algo se
mueve (...). Sin embargo, probablemente, es suficiente oponerles la evidencia para
resquebrajar su firme tesis a travs del testimonio ampliamente contradictorio de los
fenmenos, que es tan potente como ellos mismos. As, cuando se le pregunt a un
filsofo sobre el movimiento comenz a caminar en silencio (...). (245) Se cuenta tambin
una graciosa ancdota de Herfilo el mdico. Era, en efecto, contemporneo de
Diodoro, quien usando con mal gusto la dialctica desarrollaba argumentos sofsticos
sobre otros muchos asuntos incluido el movimiento. Entonces, cuando al dislocarse un
hombro Diodoro acudi a Herfilo para que lo tratara, aqul se burl de l diciendo: el
hombro se sali estando en el lugar en que estaba o en el que no estaba, pero no es
posible que fuera ni en el que estaba ni en el que no estaba. Por lo tanto, no se sali,
para forzar al sofista a dejar ese tipo de argumentos y proceder al tratamiento mdico
adecuado para l.85
84

Los testimonios 227 a 229 retoman sin modificaciones la primera tesis sobre el movimiento, tal como
aparece en 225. Vanse notas ad loc. En 230 asistimos a un ejemplo adicional de este mismo
razonamiento, esta vez atinente a la imposibilidad de la generacin, lo cual es relevante para establecer la
relacin entre la posicin de Aristtelica esbozada en 236 y las teoras diodorianas. Vanse notas ad loc.
85
Ntese que frente a las objeciones estoicas citadas en 225, asistimos aqu a las objeciones del propio
Sexto, tributarias de un escepticismo teido de empirismo, que insiste en oponer a los argumentos
dialcticos la impugnacin basada en el carcter antintuitivo de las tesis diodorianas. As, al punto
megrico, que pretende oponer al sentido comn las paradojas surgidas de la reflexin terica, se enfrenta
la lgica de la prctica. Algo similar puede observarse en las crticas a los que niegan el principio de
contradiccin por parte de Aristteles en Metafsica, IV.1005a20 ss., donde se apela al hecho de que los
mismos que niegan tal principio actan de acuerdo con l, dado que no se exponen a situaciones de
peligro arrojarse a un precipicio, por ejemplo por sostener que todo es lo mismo y su contrario. Lo
mismo aparece como problema para el escepticismo de Pirrn, que segn la tradicin conservada por

97

b.4 La inferencia
230. SEXTO EMPRICO, Contra los profesores, I.309-12 (Frag. 393.3-4 Pfeiffer
[Calmaco]) (SSR, II.F.18):
Sin embargo, es tal vez excesivo importunar a los gramticos por la diccin arcaizante o
quizs cientfica, cuando no son capaces de comprender un epigrama al azar, como por
ejemplo el que Calmaco le escribi a Diodoro Crono:86
Mira cmo los cuervos en las azoteas graznan
qu cosas se infieren y cmo estaremos vivos en el futuro.
(310) Que Crono era un gran dialctico y enseaba cmo deba ser juzgada la inferencia
vlida, de modo que por la influencia de su enseanza hasta los cuervos en las casas, de
tanta instruccin, chillaban su juicio sobre la inferencia, el gramtico lo podra decir, y
comprender hasta eso, que es conocido incluso para los nios. (311) Pero al llegar a la
expresin y cmo viviremos se tendr que callar, por no descubrir el asunto indicado,
pues es propio de un filsofo decir que Diodoro sostena que nada se mueve. En efecto,
lo que se est moviendo, o se mueve en el lugar en el que est, o en el lugar en el que no
est; pero no se da ni lo primero ni lo segundo, por lo tanto nada se mueve. Y de que
nada se mueve se sigue que nada perece, (312) pues como, por el hecho de que nada se
mueve en lugar en que est ni en el lugar en el que no est, nada se mueve, as, dado que
el ser vivo no muere en el tiempo en que est vivo ni en el tiempo en que ya no vive,
por lo tanto nunca muere. Y si esto es as, al vivir siempre, segn l, tambin viviremos
para siempre.
Digenes Laercio, IX.62 no evitaba nada, no se cuidaba de nada, afrontaba todos los riesgos como
venan, las carretas, los precipicios, los perros; no confiaba en nada en las sensaciones, lo cual era
negado por Enesidemo, que insista, segn informa el mismo pasaje, que la posicin terica de Pirrn no
afectaba su prctica cotidiana, que transcurra sin extravagancias. Aqu, de nuevo, el tratamiento de la
corporeidad ofrece un flanco complicado para quienes se refugian en la pura lgica dialctica.
86
Sexto se encuentra en este primer libro del Adversus mathematicos objetando el status de la gramtica
como tchne, para lo cual esboza mltiples argumentos, en este caso dirigidos a la pretensin exegtica
asociada con las definiciones de gramtica, que incluyen habitualmente como mbito de trabajo el
comentario hermenutico de los textos. Vase sobre este punto C. Mrsico, Polmicas y paradigmas en
la invencin de la gramtica, Crdoba, Ediciones del Copista, 2007, pp. 162-80. En este caso, la falta de
pericia en temas filosficos hara imposible una tarea adecuada en lo que respecta al comentario de la
segunda tesis del epigrama de Calmaco, aludido en 196. En efecto, se identifican all dos tesis bsicas
asociadas con este autor. La primera, sobre la inferencia, se presenta como ampliamente conocida,
mientras que la segunda resultara algo ajeno a la pericia de los gramticos. En rigor, la interpretacin de
este punto es problemtica. Habitualmente, de acuerdo con la explicacin de Sexto, se entiende que el
ejemplo aducido completa la tesis sobre el movimiento agregndole, como corolario, la negacin de la
generacin, de modo que el pasaje ks athi genesmetha se traduce cmo estaremos vivos en el
futuro/para siempre. Esto coincide con el diagnstico planteado por Aristteles en 236, segn el cual los
megricos afirmaban precisamente eso vase nota ad loc. y la tesis sobre la negacin del movimiento
presente, que hemos visto en 223-9. Una interpretacin alternativa es la propuesta por M. White, que
interpreta el trmino athi con sentido locativo, antes bien que temporal, de modo que se tratara de un
ejemplo directo del argumento de la negacin del movimiento presente: la pregunta de los cuervos es
cmo llegaremos a estar all, esto es, cmo se puede llegar a estar en un lugar si se niega la posibilidad
de estar en movimiento hacia tal lugar (What Worried the Crows?, Classical Quarterly 36.2,
Cambridge, 1986, pp. 534-537). Vase adems, para la interpretacin tradicional, D. Sedley, Diodorus
Cronus and Hellenistic Philosophy, Proceedings of the Cambridge Philological Society 20, Cambridge,
1977, pp. 74-120.

98

231. SEXTO EMPRICO, Contra los profesores, VIII.112-7 (SSR, II.F.20):


De manera acorde dicen todos los dialcticos que una inferencia es vlida cuando lo que
concluye en algo se sigue de lo que antecede en algo. Sin embargo, respecto de cundo
y cmo se sigue discuten unos con otros y proponen criterios discordantes sobre este
seguimiento. (113) Por ejemplo, Filn deca que resulta verdadera una inferencia
cuando no comienza por lo verdadero y concluye en lo falso, de modo que una
inferencia resulta verdadera, segn l, de tres maneras, y falsa, de una, puesto que
cuando comenzando de lo verdadero concluye en lo verdadero, es verdadera, como en
si es de da, hay luz. Tambin cuando comenzando de lo falso se concluye en lo falso,
de nuevo es verdadero, por ejemplo si la tierra vuela, la tierra tiene alas. (114) Del
mismo modo, tambin lo que comienza de lo falso, pero concluye en lo verdadero es
verdadero, como si la tierra vuela, la tierra existe. Y nicamente resulta falsa, toda vez
que comenzando de lo verdadero concluye en lo falso, como lo es si es de da, es de
noche, pues si es de da, es de da es verdadero, lo cual era la premisa, pero es de
noche es falso, lo cual era la conclusin. 87 (115) Sin embargo, Diodoro dice que
verdadera es la inferencia en la que no era ni es posible, comenzando de lo verdadero,
concluir en lo falso. Eso contradice la tesis de Filn. En efecto, la inferencia del tipo si
es de da, yo estoy dialogando, si en el presente es de da y yo estoy dialogando, de
acuerdo con Filn, es verdadera, ya que comenzando de lo verdadero, es de da,
concluye en lo verdadero, yo estoy dialogando. Sin embargo, de acuerdo con Diodoro
es falsa, porque es posible que comenzando en un momento de lo verdadero, es de
da, concluya en lo falso, yo estoy dialogando, cuando yo ya me call. Precisamente,
es posible que, comenzando por lo verdadero, concluya en lo falso, yo estoy
dialogando, (116) pues antes de que comenzara a dialogar, comenzaba en lo verdadero,
es de da, y conclua en lo falso, yo estoy dialogando. A su vez, la proposicin que
es del modo: si es de noche, yo estoy dialogando, si es de da y yo estoy en silencio,
segn Filn, de la misma manera, es verdadera, pues comenzando de lo falso concluye
en lo falso, mientras que segn Diodoro es falsa, pues es posible que comenzando en lo
verdadero, concluya en lo falso al llegar la noche, y a su vez, si yo no estoy dialogando,
sino que me callo. (117) Sin embargo, la proposicin si es de noche, es de da, si es de
da, segn Filn es por eso verdadera, porque comenzando por lo falso, es de noche,
concluye en lo verdadero, es de da, mientras que, segn Diodoro, por eso es falsa,
porque es posible que cuando llegue la noche, comenzando de lo verdadero, es de
noche, se concluya en lo falso, es de da.88
87

Esta resea de la posicin de Filn coincide con la tabla de verdad de la implicacin tal como se utiliza
en la lgica proposicional moderna, de manera que de las cuatro maneras de combinar valores de verdad
de dos proposiciones, slo resulta falsa la inferencia en la cual de una proposicin verdadera se concluye
una falsa. Esto implica que nos encontramos frente a un sistema similar a la moderna implicacin
material. Por otra parte, la disidencia bsica de Diodoro con Filn es que el primero requiere que para ser
verdadera una implicacin los enunciados no cambien su valor de verdad, lo cual lo acerca a la nocin de
implicacin estricta. As, el planteo de Filn est abierto a las paradojas de la implicacin material,
ligadas con el hecho de que la verdad de una implicacin no implica conexin de contenido entre los
enunciados. A juzgar por este testimonio, los antiguos estaban al tanto de esto. Por otra parte, con la
posibilidad de cambio de valor de verdad, los argumentos son susceptibles de pasar de la validez a la
invalidez. Precisamente, Diodoro exige que para que una proposicin condicional sea verdadera no debe
ser posible que el antecedente sea verdadero y el consecuente falso. Sobre este punto, vase M. Hurst,
Implication in the Fourth Century B. C., Mind 176, Oxford, 1935, pp. 484-495.
88
Como indica el texto, Diodoro coincide bsicamente con la estructura de la inferencia planteada por
Filn, pero objeta un punto que se deduce del resto de sus tesis y que opera introduciendo en la definicin

99

232. SEXTO EMPRICO, Argumentaciones pirrnicas, II.110-1 (SSR, II.F.19):


Precisamente, Filn dice que es una inferencia vlida la que no comienza por lo
verdadero y concluye en lo falso, por ejemplo, cuando es de da y yo estoy dialogando,
si es de da, yo estoy dialogando, mientras que Diodoro dice que es vlida la que no
admita ni admite, comenzando de lo verdadero, concluir en lo falso, segn lo cual la
inferencia antes mencionada parece ser falsa, si por un lado es de da, pero yo estoy en
silencio, ya que comenzando por algo verdadero concluir en lo falso. Sin embargo es
verdadero si los elementos de lo real no son indivisibles, los elementos de lo real son
indivisibles, pues siempre que se comience por algo falso, por ejemplo los elementos
de lo real no son indivisibles, se concluir en algo verdadero, por ejemplo, segn l,
los elementos de lo real son indivisibles.89
233. SEXTO EMPRICO, Contra los profesores, VIII.265 (SSR, II.F.21):

una nocin de posibilidad con ms requisitos que la de Filn. As, en cuanto a su formulacin, vemos que
mientras Filn no se vale de operadores temporales (resulta verdadera una inferencia cuando no
comienza por lo verdadero y concluye en lo falso), lo cual deja abierta la posibilidad de su cambio de
valor de verdad, Diodoro incorpora la nocin nuclear de posibilidad: verdadera es la inferencia en la que
no era ni es posible, comenzando de lo verdadero, concluir en lo falso. La nocin de posibilidad, como
se desprende de 236-253 vanse notas ad loc., est planteada en trminos de que en nada es posible lo
que no es verdadero ni lo ser, como se dice en 238. La conjuncin de ambas tesis muestra un
tratamiento de la temporalidad en la cual, en la primera formulacin, encontramos una referencia al
pasado y al presente, mientras en la segunda se menciona el presente y el futuro. sta ltima responde, sin
duda, a la que se aplica en la discusin del llamado argumento dominante, orientado a la discusin del
valor de verdad de los enunciados sobre el futuro. Vase nota a 236. La restriccin a lo actual
probablemente se explique por el contexto dialgico en el que el problema del futuro, punto mucho ms
problemtico, est fuera de discusin. Recurdese que ya en Antstenes, el lenguaje era definido como lo
que muestra lo que era o es (lgos estin ho to ti n sti deln, Digenes Laercio, VI.3).
89
La nocin estricta de posibilidad que vemos operando implica que Diodoro se niega a conceder el
carcter de verdadera a una inferencia del plano de lo contingente, esto es, que puede cambiar su valor de
verdad. Probablemente esta asuncin se apoye en la nocin general usual en el grupo megrico, que
descree de la posibilidad misma de conocimiento en el plano de lo contingente. Si las paradojas
megricas apuntan a subrayar la fragilidad del conocimiento de sentido comn, presupuesto en el
lenguaje y orientado a lo sensible, esta posicin de Diodoro no hace ms que secundar esta posicin
general, resguardando el rasgo de verdadero para aquellas proposiciones que son por definicin ms
estables. El ejemplo aducido en este texto confronta un ejemplo contingente, si es de da, estoy
dialogando, sucesos ambos alejados de lo necesario, con un ejemplo considerado cierto, y que coincide
con la tesis sobre los indivisibles presente en los testimonios 213 a 222. As, los elementos de lo real son
indivisibles est considerada como una enunciacin no afectada por lo contingente, y por lo tanto no
puede cambiar de valor de verdad, lo cual la hace apta para constituir un ejemplo de posibilidad, en tanto
fue y es verdadera, lo que cumplimenta el requisito de 231, y tambin lo ser, en consonancia con el
requisito de 238 acerca del futuro.

100

De nuevo, concdase que los enunciables 90 tienen una naturaleza incorprea. Sin
embargo, dado que dicen que el signo es antecedente en una inferencia vlida, ser
preciso que la premisa vlida sea controlada y examinada de antemano, ya sea del tipo
de la de Filn, sea de la de Diodoro o de acuerdo a la congruencia o por otro mtodo de
juicio, pues habiendo muchas diferencias sobre eso, no es posible captar con seguridad
el signo, de modo que la disonancia queda sin resolver.
234. SEXTO EMPRICO, Contra los profesores, VIII.332-2 (Frag. 12 Usener [Epicuro])
(SSR, II.F.22):
Pues para no dispersarnos en muchos juicios sobre la inferencia, digamos desde el
principio que es una inferencia vlida la que comienza con lo verdadero y no concluye
en lo falso. La proposicin si existe el movimiento, existe el vaco, segn Epicuro,
dado que comienza con lo verdadero, existe el movimiento, y concluye en lo
verdadero, ser verdadera, pero segn los Peripatticos, dado que comienza con lo
verdadero, existe el movimiento, y concluye en lo falso, existe el vaco, ser falsa,
mientras que segn Diodoro, dado que comienza con lo falso, existe el movimiento, y
concluye en lo falso, existe el vaco, ser ella misma verdadera, pero objeta la premisa
menor, el movimiento efectivamente existe, por falsa, etc.91
235. CICERN, Academicos primeros, II.47.143 (SSR, II.F.23):
En eso mismo que los dialcticos ensean sobre los elementos, sobre la manera de
juzgar si es verdadera o falsa una inferencia del tipo si es da, hay luz, cuntas
discusiones hay. Una cosa piensa Diodoro, otra Filn, otra Crisipo.
b.5 El argumento dominante
236. ARISTTELES, Metafsica, IX.3.1046 b 29-1047 b 9 (SSR, II.B.15):
Hay algunos que dicen, como los megricos, que slo cuando se acta se tiene potencia,
y cuando no se acta, no se tiene. Por ejemplo, no puede construir el que no est
construyendo, sino el que est construyendo, cuando construye. Del mismo modo
sucede tambin en los dems casos. No es difcil ver las conclusiones absurdas de esto.
()92
90

Sexto se encuentra en este pasaje discutiendo la nocin estoica de lektn, aqu traducida como
enunciable. Esta nocin, central para la lgica estoica, designa uno de los incorpreos junto con lugar,
tiempo y vaco aceptados dentro del contexto de una doctrina corporesta. El lektn est llamado a
designar el contenido significado por una proposicin, que en tanto material lingstico pertenece al
mbito de la phon, la voz, y por lo tanto oficia de significante respecto de los lekt, que son el
significado. Ntese que los lekt corresponden al sentido de una proposicin, y no de trminos aislados,
lo cual los coloca en el mismo tipo de conceptualizacin que vemos operar en la disputa megrica entre
Filn y Diodoro. El resto del testimonio se limita a resaltar que, dado que la validez de la inferencia
completa reposa en la naturaleza de la proposicin de la que se parte, sta debe ser sometida al anlisis
segn algn criterio de verdad, pero, nota Sexto, no hay en este punto ningn acuerdo entre distintos
lgicos, lo cual es interpretado por el escptico como un signo de debilidad de la doctrina en general.
Sobre la nocin de lektn, vase Gourinat, La dialectique des stoiciennes, Paris, Vrin, 2000, pp. 115-9 y
181-93.
91
Con la misma intencin del testimonio previo, Sexto resea aqu la inutilidad de una tabla sobre valores
de verdad, ya que el problema de la determinacin de tal verdad, reaparece cuando es necesario
determinar el status de la proposicin inicial. En lo que hace a Diodoro, aparece aqu como representante
de la tesis de la inexistencia del movimiento, testimoniado en 223-9.
92
El libro IX de la Metfsica est dedicado a la discusin de las nociones de potencia (dnamis) y acto
(enrgeia). En ese contexto, tras explicitar su propia posicin, emprende la crtica de la tesis megrica.

101

1047 a 4-7: Y lo mismo sucede, precisamente, con las cosas inanimadas, pues nada ser
fro, ni caliente, ni dulce, ni en general sensible, a no ser que sean sentidos, de manera
que terminan por plantear el argumento de Protgoras.93
1047 a 10-20: Adems, si es imposible lo que est privado de potencia, lo que no se ha
generado ser imposible que se genere, y se equivocar el que diga que existe o existir
lo que es imposible que se genere (pues eso significaba imposible), 94 de modo que
estos argumentos suprimen tanto el movimiento como la generacin, pues lo que est de
pie estar siempre de pie y lo que est sentado estar sentado, pues si est sentado no se
pondr de pie, porque ser imposible que se ponga de pie lo que no puede ponerse de
pie. Entonces, si no es admisible decir eso, es evidente que la potencia y la actividad son
cosas distintas (Pero aquellos argumentos hacen de potencia y actividad lo mismo, por
lo cual buscan quitar algo de no poca monta.). ()
1047 a 24-6: Es posible eso en lo cual, si se da el acto cuya potencia se dice que posee,
no habr nada imposible. ()
1047 b 3-9: Si lo posible es lo dicho, en cuanto se sigue,95 es evidente que no podr ser
verdadero decir que esto es posible, pero no suceder, de modo que as se escapara lo
Una pregunta central respecto de este tratamiento es a qu pensadores se dirige el Estagirita. Los dos
candidatos centrales han sido Diodoro y Eublides. En rigor, en la edicin de Giannantoni, por ejemplo,
este testimonio y el siguiente, que corresponde al comentario de Alejandro sobre este pasaje, son
consignados en el apartado correspondiente a Eublides, por suponer que cronolgicamente la discusin
con este ltimo es ms plausible, y por tener en cuenta, adems, los testimonios, como 144-9, donde se
menciona una disputa abierta entre ambos pensadores (Vase Giannantoni, 1990, IV.83-8). Por otro lado,
se ha interpretado que la conexin con Diodoro es ms significativa, ya que el conjunto de sus posiciones
parecen tener un alto contenido polmico respecto de planteos aristotlicos (por ejemplo, Dring
(1972:133) y Muller (1985:142-3). A nuestro juicio, esta ltima posicin es la que cuenta con ms
asidero, dado que la posicin mencionada coincide ms con el conjunto de las tesis diodorianas que con
las atribuidas a Eublides. La cronologa de Met. IX no es determinante.
93
Si el ejemplo de la construccin se refiere al caso de la potencia activa, encontramos aqu un ejemplo de
potencia pasiva, como la que resulta de decir que algo adquiere una propiedad perceptual, como fro,
caliente, etc., slo cuando es efectivamente percibida. Esto se deduce de pensar, precisamente, que algo
tiene potencia exclusivamente cuando se actualiza, lo cual, en el caso de la potencia pasiva, equivaldra a
decir que la tiene cuando es percibido. Esto acercara esta posicin al subjetivismo protagrico, objeto de
crticas por parte de Aristteles en Met., IV.5.1009a5 ss. Para un megrico, la acusacin se subjetivista no
era seguramente algo halageo, aunque podra haber contestado a esto diciendo que, partiendo de la base
de que lo nico estable, y por lo tanto objeto de conocimiento, es el plano inteligible, y ste no tiene con
lo sensible puntos de intermediacin fcilmente identificables, es tan poco confiable la percepcin
subjetiva como las opiniones.
94
I. e., imposible implica que no puede darse. Desde la perspectiva aristotlica, afirmar que algo carece
de potencia hasta el momento de la actualizacin implica impedir la actualizacin misma, razn por la
cual se acusa a los megricos de eliminar tanto el movimiento como la generacin, dos modos del
cambio, que sin el pasaje del ser el potencia al ser en acto no pueden explicarse. Efectivamente, esta
posicin est en relacin con los pasajes sobre la inexistencia del movimiento presente en 223-9 y su
extensin a la inexistencia del cambio asociado con la generacin y la corrupcin en 230. Los ejemplos
aducidos muestran los alcances del problema, pues no podra darse cuenta ni del menor cambio locativo,
ya que la identificacin de potencia y acto vuelve imposible el pasaje de un estado a otro.
95
Esta lnea, con la que comienza el captulo 4 de Metafsica, IX, presenta problemas textuales en el
pasaje que hemos traducido en cuanto se sigue. Desde antiguo se ha pensado que hay trminos
faltantes, especficamente en relacin con el sujeto de sigue, para el que Alejandro propona el acto,
con el sentido de en cuanto se sigue la actualizacin de lo que estaba en potencia. Zucchi interpreta en
la medida en que es realizable, lo cual cuadra bien con el sentido del pasaje, orientado a objetar la
posicin contraria a la citada previamente. Si antes se impugnaba la opinin de quienes suponan que
posible es slo aquello que efectivamente ha de actualizarse, se criticar ahora la posicin de quienes
sostienen que entra en el mbito de lo posible aquello que no ha de actualizarse nunca, de modo que se
confunde lo falso con lo imposible.

102

que es imposible. Quiero decir, por ejemplo, si alguien dijera que es posible medir la
diagonal, pero no se medir nunca el que no tiene la nocin de lo que es imposible
que sea, porque nada impide que exista ni vaya a existir algo que puede ser y
generarse.
237. ALEJANDRO, Sobre la Metafsica de Aristteles, 570.25-272.39 (SSR, II.B.16):
l <Aristteles> podra estar citando a los megricos, seguidores de Euclides, pues este
filsofo tena una escuela en Mgara. En efecto, dice que los megricos hacan de la
potencia y la actividad lo mismo, porque decan que el constructor, cuando est
construyendo, tiene en ese momento la potencia de construir y puede construir, mientras
que cuando no est construyendo, no puede ni tiene ese tipo de potencia, por ser lo
mismo la potencia que la actividad. Del mismo modo sucede tambin en los otros casos.
Postulado eso, dice que no es difcil ver las consecuencias absurdas para los que dicen
eso, porque en primer lugar quitan el supuesto comn de todos, pues todos conceden al
constructor que construye en tanto puede. Pero a partir de lo que ellos dicen, es evidente
que cuando el constructor no est construyendo no ser constructor, pero es absurdo que
el constructor cuando no est construyendo no sea constructor ni tenga ese tipo de
potencia. Tras decir eso y para corregir esta afirmacin, en relacin con esta correccin
anticipa un axioma manifiesto. ()96
(571.28) Esto sucede tambin en el caso de los inanimados, pues cuando no est
actualizada la miel o lo fro o lo caliente respecto de nuestras percepciones, segn ellos
la miel no ser dulce, ni lo fro fro, de modo que sucede que afirman el argumento de
Protgoras, pues aqul pretenda que no existe ni lo dulce ni ninguna otra cosa, sino
que, como las juzga la percepcin, as son. Pero si aqul fue refutado anteriormente en
ese argumento y se prob que estaba equivocado, es evidente que tambin ellos estn
equivocados, al decir que, cuando algo no est actuando, no tiene ese tipo de potencia, a
partir de lo cual se desprende lo de Protgoras. ()
(572.7) Incluso, si lo que carece de potencia, por ejemplo de vista, es imposible que vea,
tambin lo que no nace, segn ellos, es imposible que nazca. Sin duda, dado que,
cuando algo no est actuando no tiene potencia, lo que no tiene potencia no puede hacer
eso cuya potencia no tiene, y lo que no se puede es imposible, y lo que es imposible que
nazca, no nacer nunca; entonces se da lo siguiente: si alguien se para y no acta en
relacin con el sentarse, no tiene la potencia de sentarse, pero si no tiene la potencia, es
imposible que se siente, y si es imposible que eso suceda, el que dice que existe o
existir, es decir que est sentado o lo estar, se equivocar. Porque esta imposibilidad
significa que no es posible que exista, de modo que siempre lo que est de pie estar de
pie (pues no tiene la potencia de sentarse), y lo que est sentado estar siempre sentado,
porque no puede pararse, y lo que no puede pararse, no se parar, por lo tanto estar
siempre sentado. Pero no slo sucede que ellos dicen esas cosas absurdas (pues vemos
que tanto el que est sentado se para como que el que est parado a su vez se sienta),
sino que suprimen tanto el movimiento como la generacin. As, pues, es necesario
conocer lo dicho de forma inversa, porque es evidente que suprimen la generacin, pues
toda generacin se desarrolla a partir de una potencia. La menstruacin, sin duda,
96

La relacin intertextual entre las tesis de Diodoro y las aristotlicas no se limitan a Metafsica, sino que
tienen ecos tambin en el pasaje de Fsica, III.1, donde asistimos a la definicin de movimiento,
entendido como la actualidad de lo potencial (201a27 ss.). Se cita all un ejemplo que retoma el tpico
de la construccin: porque cada cosa particular puede estar a veces en actualidad, a veces no, como en el
caso de lo construible, y la actualidad de lo construible en tanto que construible es el proceso de
construccin.

103

resulta algo con potencia para generar. Pero ellos, al suprimir la potencia, suprimen la
generacin. Pero si suprimen la generacin, es evidente por eso que suprimen tambin
el movimiento, pues las cosas que se mueven lo hacen porque pueden moverse antes de
comenzar a moverse. En efecto, si eso es imposible, es claro que la potencia es diferente
de la actividad. Pero esos argumentos hacen de la potencia y la actividad lo mismo, pues
decir que, cuando lo que acta est actuando sobre algo, entonces tambin tiene
potencia, decir eso es hacer de actividad y potencia lo mismo. Por eso, los que dicen eso
buscan suprimir algo de no poca monta, sino lo ms importante, la generacin y el
movimiento. Por eso, es evidente a partir de esto que es admisible que algo que puede
ser no sea, por ejemplo es posible que yo camine, pero no estoy caminando, pero
caminar porque tengo potencia de eso, pues lo que no est caminando puede caminar y
lo que camina puede no caminar. Tras decir eso se define qu es lo posible, al afirmar
que lo posible es aquello en lo cual si se da la actividad cuya potencia se dice que tiene,
nada habr imposible, porque si algo puede sentarse y admite sentarse, si en eso se da el
sentarse, no suceder nada imposible. Del mismo modo sucede tambin con el moverse
y el pararse.
238. EPICTETO, Disertaciones, II.19.1-5 (SVF, II.30,283,492) (SSR, II.F.24):
El argumento dominante parece haberse planteado a partir de algunos puntos de partida
de este tipo, pues hay una oposicin comn entre estos tres planteos unos con otros: que
toda proposicin verdadera referida al pasado es necesaria, que de lo posible no se sigue
lo imposible y que existe lo posible que no es verdadero ni lo ser. 97 Al ver esta lucha,
Diodoro se vali de la confiabilidad de los dos primeros para postular que en nada es
posible lo que no es verdadero ni lo ser.98 (2) Adems, alguien podr atenerse a alguna
de estas dos opciones: que hay algo posible que no es verdadero ni lo ser, y que de lo
posible no se sigue lo imposible, pero no que todo pasado verdadero es necesario, como
parecen sostener los del grupo de Cleantes, con quienes tanto coincida Antpatro. (3) Y
otros podrn atenerse a las dos restantes: que hay algo posible que no es verdadero ni lo
ser, y que todo pasado verdadero es necesario, y afirmar que de lo posible se sigue lo
imposible. (4) Pero atenerse a estos tres planteos es impracticable, dado que hay entre
ellos una mtua oposicin. (5) Entonces, si alguien me pregunta: y t, a cul de ellas te
atienes?, le responder que no lo s, pero he recibido esta informacin: Diodoro se
atena al primer modo, creo que los del grupo de Pantoides y Cleantes al segundo y los
del grupo de Crisipo al tercero.
239. EPICTETO, Disertaciones, II.19.8-9 (SSR, II.F.24):
97

Los intrpretes suelen subrayar la situacin paradojal del argumento dominante, que por extendido en la
antigedad ningn autor se molesta en explicar detalladamente, con la consecuencia de que no
conocemos su estructura ms que conjeturalmente. La amplia cantidad de problemas implicados ace
imposible tratar aqu este tema adecuadamente, de modo que los limitaremos a una orientacin general. El
testimonio de Epicteto es fundamental para la reconstruccin. Presenta tres tesis que es imposible
sostener a la vez. Distintas lneas tericas los agruparon de diferente manera dando lugar a diferentes
posiciones sobre el problema de la posibilidad. Para una sntesis sobre el modo en que se han entendido
estas tesis, vase Muller (1985:143-4). Sobre el nombre del argumento y su caracterizacin general, vase
el trabajo tradicional de P. Schuhl, Le Dominateur et les posibles, Paris, PUF, 1960, passim.
98
De aqu se sigue que Diodoro sostena que todo pasado es necesario, lo cual se liga con la tesis sobre el
movimiento (223-9), y que de lo posible se sigue lo imposible, que puede inferirse de tres tesis sobre la
inferencia (230-5), de modo que se concluye que no existe lo posible que no sea verdadero ni lo vaya a
ser. Este ncleo de la posicin diodoriana le permirita emprender la negacin de la potencia, que se ve
explicitada en 236-7.

104

Qu otra cosa ms puedo decir yo sobre el Dominante? Pero aun si soy un cabeza
hueca, sorprender terriblemente en el banquete a los presentes contabilizando a los que
han escrito sobre eso. Tambin Crisipo ha escrito de manera admirable en el primer
libro Sobre las cosas posibles. Y Cleantes ha escrito en particular sobre este tema, y
adems Arquedemo. E incluso ha escrito Antpatro, no slo en los libros Sobre las
cosas posibles, sino tambin en particular en sus obras Sobre el argumento
Dominante.99
240. EPICTETO, Disertaciones, II.18.17-8 (SSR, II.F.24):
Bien, Epicteto! Resolviste un sofismita sutil, mucho ms sutil que el Dominante. Y si,
aunque la mujercita quiera, me haga seas y enve mensajes, aunque me toque y se
acerque, me contengo y venzo, se es un sofisma superior al Mentiroso, superior al
Quieto. Por eso vale la pena enorgullecerse, no por plantear el Dominante.
241. CICERN, Sobre el destino, VI.12; VII.14; IX.17-18 (VI.12-VII.13) (SVF, III.954)
(SSR, II.F.24):
En efecto, si la adivinacin existe, de qu principios tcnicos parte? Llamo principios a
lo que los griegos llaman theormata.100 Yo no creo que los otros especialistas se
dediquen a su funcin o que quienes se valen de la adivinacin predigan el futuro sin
principios. Por lo tanto, tomemos un principio de los astrlogos de este tipo: si alguien
nace cuando se eleva la cancula, no morir en el mar. Estate atento, Crisipo, para no
abandonar tu causa, en la cual tienes contra Diodoro, poderoso dialctico, un gran
combate. Si es verdadero lo que se plante: si alguien nace cuando se eleva la cancula,
no morir en el mar, tambin es verdadero: si Fabio naci cuando se elevaba la
cancula, Fabio no morir en el mar. Entonces, chocan entre s las proposiciones
Favio naci cuando se elevaba la cancula y Fabio va a morir en el mar. Y dado que
est establecido como cierto que Fabio naci al elevarse la cancula, se oponen tambin
Fabio existe y Fabio va a morir en el mar, por lo tanto tambin esta conexin es
contradictoria: Fabio existe y Fabio morir en el mar, lo cual, as planteado, no puede
suceder. Por lo tanto, la proposicin Fabio morir en el mar es del tipo de lo que no
puede suceder. Por lo tanto, todo lo falso dicho sobre el futuro no puede suceder.
(7.13) Pero niegas esto, Crisipo, y sobre este punto el combate con Diodoro es muy
duro. l dice que slo puede suceder lo que es verdadero o ser verdadero en el futuro,
y lo que ser en el futuro, de eso dice que suceder necesariamente, y lo que no ser en
el futuro, de eso niega que pueda suceder. 101 T dices, por un lado, que lo que no
suceder es posible, como partir esta piedra preciosa, incluso si esto no va a producirse
nunca, o, por otra parte, que no es necesario que Cipselo reine en Corinto, aunque el
orculo de Apolo lo haya predicho mil aos antes. Pero si admites estas predicciones de
los adivinos de las que hablamos, lo que se diga falsamente respecto del porvenir, lo
pondrs entre las cosas imposibles, como si se dijera que Escipin el Africano no
99

Ntese que la variedad de obras que puede citar Epicteto sobre este punto indica claramente la
popularidad del argumento, hecho que multiplica las referencias como las de 240, 246 o 253, donde se lo
nombra sin explicitarlo.
100
En griego en el original. La confiabilidad de este texto de Cicern vara mucho de acuerdo con las
distintas interpretaciones. Habitualmente a servido como base para las interpretaciones necesitaristas del
pensamiento diodoriano, que Muller atribuye a un origen estoico (1985:147), a la vez que supone que
comparte la misma fuente que Epicteto (1985:146:7).
101
El texto en las ediciones de Dring y Giannantoni termina aqu. Sin embargo, Muller seala bien que
en lo que sigue se explicita la tesis sobre la necesidad del psado, que abre el concierto de tesis en 238.

105

tomar Cartago; y si, por otra parte, se llega a que se diga algo verdadero del porvenir y
que esto se produzca como estaba previsto, debers decir que esto es necesario, lo cual
es la opinin de Diodoro, totalmente contraria a la tuya.
(7.14) En efecto, si esta implicacin es verdadera: si naciste al elevarse la cancula, no
morirs en el mar, y el antecedente: naciste al elevarse la cancula es necesario (en
efecto, todo lo que es verdadero respecto del pasado es necesario, como quiere Crisipo
que sobre este punto no tiene la misma opinin que su maestro Cleantes, porque, segn
l, lo que es pasado es inmutable y no puede pasar de verdadero a falso), si entonces el
antecedente de esta implicacin es necesario, el consecuente se vuelve tambin
necesario. Es verdadero que Crisipo no admite el principio como vlido en todos los
casos; sin embargo, si existe una causa natural que impida que Fabio muera en el mar,
Fabio no puede morir en el mar. ()
242. CICERN, Sobre el destino, IX.17 (SSR, II.F.25):
Pero volvamos a la discusin de Diodoro que llaman per dynatn,102 en la cual se
investiga qu significa que puede suceder. En rigor, Diodoro opina que slo puede
suceder lo que es verdadero o ser verdadero en el futuro. Este asunto est ligado con la
siguiente cuestin: nada sucede que no sea necesario y, cualquier cosa que pueda
suceder, eso o ya es o ser en el futuro, y no pueden ser cambiadas de verdaderas en
falsas las cosas futuras ms que las pasadas. Pero si la inmutabilidad es manifiesta en
los hechos pasados, en algunos futuros en las que no lo es, parece que no existe. (...)
243. JERNIMO, Contra los pelagianos, IX.4 (SSR, II.F.25):
Entre Diodoro y Crisipo, habilsimos dialcticos, est la discusin per dynato.103
Diodoro dice que slo puede suceder lo que es verdadero o ser verdadero en el futuro.
Y cualquier cosa que exista en el futuro, es necesario que suceda. Crisipo, por cierto,
dice que las cosas que no sern en el futuro pueden suceder: como partir una piedra,
incluso si nunca se da en el futuro.
244. CICERN, Cartas a familiares, IX.4 (SSR, II.F.25):
Cicern a Varrn. Per dynatn sabrs que kat Didoron krnein.104 Porque, si vas a
venir, sabrs que es necesario que vengas. Pero si no lo es, es adnaton (imposible)
que vengas. Ahora mira, que otra krsis mayor te deleite, una de Crisipo, que nuestro
Diodoto no recopilaba, pero sobre estos asuntos hablaremos cuando estemos ociosos.
Esto, percisamente, es kat Khrsippon dynatn.
245. PLUTARCO, Sobre las contradicciones de los estoicos, 46.1055d-f (SVF, 202) (SSR,
II.F.26):
Cmo puede ser que para Crisipo el argumento sobre las cosas posibles no entre en
conflicto con el argumento sobre el destino? Pues si lo posible no es lo que es o ser
verdadero, de acuerdo con Diodoro, sino que todo lo susceptible de existir, aunque no
vaya a suceder, es posible, sern posibles muchas cosas que no responden al destino, de
modo que o el destino pierde su poder invencible, insuperable y superior a todo, o, si es
como sostiene Crisipo, lo susceptible de existir caer muchas veces en lo imposible.
102

Sobre las cosas posibles. En griego en el original.


Sobre lo posible. En griego en el original. El ejemplo de la piedra coincide con el que cita Cicern.
104
Sobre las cosas posibles, sabrs que yo juzgo de acuerdo con Diodoro. En griego en el original. Ms
abajo: Posible de acuerdo con Crisipo.
103

106

Adems, todo lo verdadero ser necesario, constreido por la necesidad ms dominante


de todas, mientras que todo lo falso ser imposible, por tener la causa mayor
resistindose a que sea verdadero. Pues, para aqul que le ha sido dado morir en el mar,
cmo es posible que sea susceptible de morir en tierra? Y por qu es posible para el
que est en Mgara viajar a Atenas si se lo impide el destino?105
246. PLUTARCO, Sobre las nociones comunes, 24.1070 c-d (SSR, II.F.26):
Pero los estoicos, como en el caso del Mentiroso y el Dominante, lanzndose con su
dialctica hacia el mbito de la felicidad, no resolvieron ninguna ambigedad en l, sino
que crearon miles.
247. ALEJANDRO, Sobre los Analticos primeros de Aristteles, 183.34-184.10 (SSR,
II.F.27):
Es posible que Aristteles hable tambin acerca del argumento de las cosas posibles,
que es llamado diodoriano, de lo que es o ser. En rigor, aqul estableca como posible
solamente lo que es o ser indefectiblemente, pues que yo est en Corinto sera para l
posible si estuviera en Corinto, o si fuera a estar indefectiblemente. Pero si no llegara a
estar, no sera posible. Asimismo, que un nio adquiera la lectoescritura es posible si lo
har indefectiblemente. El argumento dominante fue planteado por Diodoro para
establecer eso.106 Del mismo modo, <puede que Aristteles se refiera> al argumento en
la versin de Filn, para quien lo posible era simplemente lo que se llama la aptitud del
sustrato, aunque su realizacin sea obstaculizada por algo forzoso externo. As, deca
que es posible que arda la paja que est en la tierra o en fondo del mar, incluso
obstaculizada por la fuerza por lo que la rodea.107
248. SIMPLICIO, Sobre las Categoras de Aristteles, 195.31-196.24 (SSR, II.F.27):
Pero confunden otras aporas propias del esquema llamado acerca de las cosas
posibles y las que pueden ser distinguidas de l. Pues dicen: cmo distinguimos lo
sensible y lo inteligible? Por la aptitud solamente, como deca Filn, aunque no haya ni
vaya a haber conocimiento de l, como el madero en el medio del mar Atlntico es
quemable en s y en su propia naturaleza? O acaso hay que diferenciar estas cosas por
la aptitud cuando no hay impedimento, en tanto tienden a pertenecer al conocimiento o
la sensibilidad en s mismos, cuando no se presenta ningn impedimento manifiesto? O
ninguno de estos casos, sino que se habla de inteligible cuando el conocimiento de ello
105

Plutarco permite inferir que el campo de aplicacin al que se dirige la posicin de Diodoro es, como
esbozamos en nota a 238, la negacin de la potencia, especialmente en el sentido de que no se puede
considerar posible a algo que no suceder.
106
Alejandro conecta directamente a Diodoro con Aristteles, viendo como plausible que este ltimo
tuviera en mente los problemas planteados por el megrico. Ntese que lo que se pone sobre el tapete es
lo que se ha denominado el problema de los futuros contingentes, tratados por Aristteles en Sobre la
interpretacin, IX. El problema all concierne a la posibilidad de atribuir un valor de verdad a
proposiciones referidas al futuro. Si se parte de que lo posible puede o no suceder, el valor de verdad de
una proposicin de ese tipo es indeterminado, y para determinarlo debe suponerse, como parece hacer
Diodoro, que no puede habilitarse como posible si es que no va a suceder efectivamente. El riesgo de
determinismo implicado en esta posicin llev a Aristteles a decir que estas proposiciones son
verdaderas y falsas a la vez, en un plano potencial, solucin que queda en entredicho en la posicin
diodoriana.
107
La posiin filoniana concuerda con la de Crisipo (vase Digenes Laercio, VII.75). Sobre su planteo
en el terreno de la inferencia, vase 230-5. A juicio de Giannantoni la posicin diodoriana sobre lo
posible se estructura en la polmica contra Filn (1990:IV.83-8).

107

existe o va a existir y va a ser juzgado posible por el resultado? . (...) As, se admite
que, si no hay algo inteligible, no existe el conocimiento, pues de lo inteligible surge
tambin la actividad respecto de l. Y que, si no hay conocimiento, lo inteligible es
posible, lo admiten los que distinguen lo posible por la aptitud solamente (pues tiene la
naturaleza propia para ser conocido), pero los que miden por el resultado no lo admiten,
si no resulta entermaente en una clara actualizacin. Mira, entonces, qu absurdo afecta
a los que juzgan lo posible de la misma manera que los antiguos, de acuerdo con alguna
aptitud indefinida, como Filn, pero que, cuando estn en problemas, aplican el criterio
de Diodoro, que juzga lo posible segn el resultado, poniendo como objecin que lo
inteligible en tanto inteligible existe, aunque no haya conocimiento.108
249. FILPONO, Sobre los Analticos primeros de Aristteles, 169.15-21 (SSR, II.F.27):
Y agreg 'lo posible' se dice en muchos otros sentidos para significar lo general, lo
similar y lo menor. Al contrario, Diodoro dice que los significados de lo posible son
otros, pues dice que posible es o lo que ya ha sucedido, lo que nosotros llamamos
existente, o lo que puede suceder pero todava no ha sucedido. Sin embargo, Filn dice
que posible es o lo que ha sucedido o lo que puede suceder, aunque nunca suceda, como
decimos que es perceptible una conchilla en el fondo del mar.
250. BOECIO, Sobre la interpretacin, II.234.10-235.9 (SSR, II.F.28):
Por lo tanto, tres son las sentencias sobre la posibilidad. Filn dice que posible es lo que
por la naturaleza propia de la proposicin capta la verdad, como cuando digo que hoy
voy a releer las Buclicas de Tecrito, si nada ms lo prohibe, he ah algo que, en tanto
es en s, se puede predicar con verdad. Del mismo modo, el mismo Filn define que es
necesario lo que cuando es verdadero, en tanto es en s, no puede ser falso; no necesario
es lo que, en tanto es en s, es susceptible de ser falso, e imposible es lo que, por su
propia naturaleza, nunca puede ser verdadero.109
251. BOECIO, Sobre la interpretacin, 412.8-21 (SSR, II.F.29):
Hay, por lo tanto, dos clases de posibles, uno que se dice de lo que no es pero puede ser,
otro que se afirma de lo que es ya algo en acto y no solamente en potencia; esta ltima
clase de posible que est ya en acto se divide en dos especies: por un lado lo posible qu
es pero no es necesario, y por otro lo que se da en otra cosa que lo hace necesario. No es
slo la sutileza de Aristteles la que ha descubierto esto, sino que Diodoro defini lo
posible de este modo: lo que es o ser. De all, Aristteles piensa que lo que Diodoro
designa como ser es lo posible que no es pero puede darse, mientras que lo que
Diodoro designa como es, Aristteles explica que es lo posible que se llama posible
precisamente porque est ya en acto.
108

En 236, a propsito de la discusin de las tesis megricas, Aristteles usa un argumento idntido, pero
poniendo como ejemplo el caso de lo sensible, que de acuerdo con este planteo no existira fuera del
momento en que se lo percibe.
109
Se atribuye a Filn una teora de lgica modal que habra permitido operar con proposiciones tomadas
como necesarias (lo que es verdadero y no ser falso), imposibles (lo que es falso y no ser verdadero),
posibles (lo que es o ser verdadero) y lo no necesario (lo que es falso o lo ser). El sistema se apoya en la
visin filoniana de lo posible y difiere, por eso, de la modalidad atribuida a Diodoro, que constituye ms
bien una lgica de operadores temporales, que sirve para determinar el valor de verdad de las
proposiciones. Vase S. Bobzien, Chrysippus modal logic and its relation to Philo and Diodorus, en K.
Dring and Th. Ebert (eds), Dialektiker und Stoiker, Stuttgart, Franz Steiner, 1993 y D. Sedley,
Diodorus Cronus and Hellenistic Philosophy, Proceedings of the Cambridge Philological Society 203,
Cambridge, 1977, pp. 74-120.

108

252. SEXTO EMPRICO, Contra los profesores, X.347 (SSR, II.F.30):


Con el mismo sentido, aunque difiriendo en el ejemplo, tambin Crono plante un
argumento de ese estilo. Si el muro se destruye, el muro se destruye cuando las piedras
se tocan unas con otras y estn ajustadas o cuando estn dispersas. Pero el muro no se
destruye ni cuando se tocan unas con otras y estn ajustadas, ni cuando estn dispersas
entre ellas. Por lo tanto, el muro no se destruye.110
253. TEMISTIO, Discursos, II.30 b-c (SSR, II.F.31):
Pero ustedes, si alguien conversa sobre silogismos en profundidad y es capaz de
examinar argumentos Nadie, y develar los Velados y a su vez los que afirman y
niegan, como Filn y Diodoro, probablemente saben a quines pertenecen esos
brillantes ornamentos, el Dominante y el Cornudo, sofismas difciles y maliciosos,
cuya comprensin es difcil y su conocimiento intil, como el nudo del carro de Midas.
se y el que es similar filosofa? O realmente lo hace ms quien se dedica a charlar a
menudo sobre la virtud, la audacia, la valenta, tendido sobre un almohadn frente a tres
o cuatro jvenes, sin ser capaz de otear el dormitorio por debilidad?
c) Varios
254. ALEJANDRO, Sobre la Metafsica de Aristteles, 84.16-8 (Frag. 9 Werli [Fanias])
(SSR, II.F.32):
Dice Fanias en su Contra Diodoro111 que Polxeno el sofista introdujo el tercer hombre
cuando argumentaba, etc.
255. DIGENES LAERCIO, VII.200 (SVF, III.16) (SSR, II.F.33):
(...) Contra los crticos literarios, contra Diodoro, en un libro.112
256. DIGENES LAERCIO, VII.202 (SVF, III.17) (SSR, II.F.33):
Sobre la diferencia entre las virtudes, contra Diodoro, en cuatro libros.

110

Vase, en el mismo sentido, los ejemplos de 225 y 230.


Sobre esta mencin acerca de Polxeno en el contexto del problema en torno del argumento del tercer
hombre, vase 132 y 303.
112
En 255-6 encontramos ttulos de Crisipo.
111

109

2.12 Trasmaco de Corinto


257. DIGENES LAERCIO, II.113 (FHG, 14) (SSR, II.H.2 y II.M.1):
Otros afirman que Estilpn fue discpulo del mismo Euclides, pero tambin de
Trasmaco de Corinto, que fue allegado de Ictias, segn dice Herclides.113
258. ATENEO, IX.109 (= 109) (SSR, II.S.6):
Por eso tambin Efipo el comedigrafo ha parodiado en Nafrago a Platn mismo y a
algunos de sus conocidos, como si hubiesen hecho denuncias por dinero, mostrando que
se vestan de manera costosa y prestaban ms atencin a la elegancia que los ms
extravagates entre nosotros. Y dice as:
Luego se yergue, despertado por Platn, un joven sagaz
de los de la Academia, es decir los brison-trasmaco-cazamonedas;
marcado por la necesidad, se une a una escuela por una tcnica cazasueldo,
y puede decir cosas no del todo irreflexivas.114

113

El lugar de Trasmaco de Corinto en el concierto del grupo megrico es oscuro y las fuentes limitan
los datos casi exclusivamente a su relacin de enseanza, por otra parte nada segura, con Estilpn. Sobre
este punto, vase 261 y nota ad loc., donde el testimonio se presenta en un contexto ms amplio. El
contacto con Ictias, est atravesado por la ambigedad del trmino gnrimos, que traducimos como
allegado, lo cual lo hara de la generacin siguiente a la de Euclides.
114
Es en algn grado posible que 109 consigne un testimonio adicional sobre Trasmaco, pero se trata de
un pasaje controvertido. Segn esta lectura, preferida por Giannantoni en SSR, la ridiculizacin del
comedigrafo Efipo menciona a los Brysonothrasymacheiolepsikermton, trmino en el que se identifican
los nombres de Brisn y Trasmaco, asociados con cazamonedas. Esta lectura es fruto de una
interpretacin del texto transmitido, que indica Brson ho trasymacheiolepsikermton, que implicara la
variante de traduccin: Luego se yergue, despertado por Platn, un joven sagaz de los de la Academia y
Brison, el trasimqueocazamonedas (). A su vez, dada la dureza del pasaje que pondra en conjuncin
a un discpulo annimo con Brisn, se propuso tambin la variante Brsona thrasymacheiolepsikermton,
que unira a Brisn con Platn: Luego se yergue un joven sagaz de los de la Academia, despertado por
Platn y por Brison, el trasimqueocazamonedas (). La primera posibilidad tiene a su favor el uso de
habitual de trminos compuestos en la comedia. En cualquier caso, el problema fundamental es si la
mencin de este Trasmaco coincide con el filsofo de Corinto, a favor de lo cual hablara su origen
megrico. El pasaje, de todos modos, indica poco, excepto que el personaje en cuestin era objeto de
burlas contra los intelectuales que lo ponan en el mismo grupo que otros socrticos, caracterizados por
sus doctrinas difciles, punto que se esgrime en el Contra los sofistas, 1-2, de Iscrates, donde se critica la
desmesura terica que prometa ms de lo que poda cumplir, punto que est claramente presente en los
reproches a los megricos por su impronta erstica.

110

2.13 Pasicles de Tebas


259. DIGENES LAERCIO, VI.89 (= II.A.25) (SSR, II.L.1)
Pasicles, el discpulo de Euclides, era hermano de Crates de Tebas.115

115

As como en 297 se esboza la posibilidad de que Estilpn haya sido alumno de Trasmaco de Corinto,
asistimos en 260, testimonio complementario de ste, a la informacin de que este Pasicles, tambin puede haber sido su maestro. En ambos casos se estipula que se trata del hermano de un personaje mucho
ms conocido, Crates de Tebas, asociado con el cinismo. Dada esta filiacin, se hace difcil establecer una
relacin directa con Euclides, por lo cual se ha propuesto corregir Euclides por Dioclides, que habra sido
discpulo directo de Euclides. Todo el concierto de textos se vuelve complejo dada la insistencia en testimonios como 262, 265, 266 y 267 en el hecho de que Crates de Tebas habra sido discpulo de Estilpn,
lo cual colocara a Pasicles en la anmala situacin circular de haber aprendido de Crates, que a su vez
aprendi de Estilpn, que se form con Pasicles (!). Otra vez, podemos estar frente a un desaguisado
construido slo por la tendencia doxogrfica a pensar todas las relaciones en trminos de sucesin. Dado
que se trata de pensadores contemporneos, algunos de ellos unidos incluso por lazos familiares, el criterio de maestros y discpulos parece ser aqu, ms que en otros lugares, una eleccin poco feliz. Crates de
Tebas, nacido en 368 a.C., fue discpulo de Digenes de Snope y suele considerado nexo entre el cinismo
y el estoicismo, ya que fue maestro de Zenn de Citio. De origen acomodado, parece haber abandonado
todo para plegarse al modelo cnico de autarqua y austeridad, confrontando con las normas sociales. Sobre su relacin con Hiparquia, vase 677.

111

2.14 Estilpn de Mgara


a) Datos biogrficos
260. SUDA, s.v. Estilpn (Hesiquio de Mileto, Catlogo de nombres, 748; Eudocia,
Violarium, 904) (SSR, II.O.1):
Estilpn, de Mgara, nacido en tiempos del primer Ptolomeo, alumno de Pasicles de
Tebas, que fue discpulo de su hermano Crates y tambin de Dioclides de Mgara. 116
Otros dicen que de Euclides, el allegado de Platn.117 Estilpn encabez la escuela
megrica y escribi no menos de veinte dilogos.
261. DIGENES LAERCIO, II.113 (FGH, 14; [Hesiquio de Mileto], Acerca de los hombres
ilustres, 61; Suda, s.v. Megarsai) (SSR, II.O.2):
Estilpn de Mgara, en Grecia, tom lecciones con algunos seguidores de Euclides.
Otros afirman que fue discpulo del mismo Euclides, pero tambin de Trasmaco de
Corinto, que fue allegado de Ictias, segn dice Herclides. Tanto sobrepasaba al resto en
su capacidad de inventar argumentos y su sutileza que por poco toda Grecia, con los
ojos puestos en l, se pona megarizar.118
116

Los datos resultantes de los testimonios hacen la cronologa de Estilpn bastante confusa. Si bien
contamos aqu con la mencin de Ptolomeo Soter, al frente del gobierno de Alejandra entre 305 y 285
a.C., supuesta poca de su nacimiento, este dato, que tendra que servir para enmarcar la actividad de
Estilpn, entra en conflicto con otros testimonios, como el contacto con Ptolomeo y Demetrio Poliorcetes
de 277 a 287, acaecido en el lapso de 308 a 306 a.C. Al mismo tiempo, si es cierto, segn 268-70, que fue
maestro de Menedemo de Eretria, que lleg a Mgara en el 317 a.C., la fecha de nacimiento de Estilpn
debera fijarse alrededor del 350 a.C. Esto hace inverosmil una conexin directa con Euclides como la
mencionada aqu y en 43 y 44, dado que la muerte del iniciador del grupo megrico se suele ubicar en
torno del 366 a.C. vase el testimonio 66 y nota ad loc.. De este modo, resulta ms plausible la
mediacin a travs de otros allegados al grupo. Los candidatos a ocupar esta posicin son variados y se
trata en todos los casos de personajes slo conocidos por su funcin en la sucesin del grupo. As, en 260
se postula a Pasicles y en 261 a Trasmaco de Corinto (vase 257-9 y notas ad loc.), a la vez en 311 se
menciona a Digenes el cnico. En cualquier caso, el corolario de esta abigarrada lista de pensadores
coadyuva a subrayar el alto grado de contactos de Estilpn con sus contemporneos y la consecuente
tensin dialgica que puede esperarse entre sus posiciones tericas.
117
Para esta clusula seguimos la conjetura de Reiner, que sustituye ho d por hoi d (Otros), de modo
que refiere esta informacin inequvocamente a Estilpn. La informacin de que encabez la escuela
megrica se repite en 43, donde se traza una sucesin del tipo Euclides Ictias Estilpn. Las relaciones
laxas entre los integrantes de este grupo hacen inverosmil la existencia de un espacio institucional que
necesitara un escolarca, de manera que puede tomarse este dato como una construccin posterior. Vase
Introduccin, 3.1. Por otra parte, la mencin de Ictias y Estilpn tal vez refleje a figuras relevantes en
Mgara. Vale la pena notar que en 99 se liga la muerte de Ictias con conjuras polticas, una actividad con
la que tambin se liga a Estilpn en 310 y 311. Con respecto a sus escritos, el nmero de veinte obras
contrasta con la informacin de 8, donde se dice que no escribi nada (vase nota ad loc.) y tambin, en
menor medida, con lo que se dice en 299, donde se mencionan slo nueve trabajos, aunque se aclara que
son los transmitidos. Vase nota ad loc.
118
Sobre Trasmaco e Ictias, vase 257-8 y 96-9 respectivamente. La fama de Estilpn, ligada a su
capacidad argumentativa, es el tpico de numerosos testimonios, que ubican, en la tercera generacin de
socrticos, un importante vigor ligado con la actividad dialctica de tipo megrico. Su poder de
convocatoria se desprende claramente de testimonios como 262, que al margen de la informacin del
trnsito de discpulos de otros grupos al de Estilpn, es sntoma de la difusin de sus posiciones en todo el
imaginario intelectual del momento.

112

262. DIGENES LAERCIO, II.113 (SSR, II.O.3):


Sobre Estilpn, Filipo el megrico dice textualmente as: Del grupo de Teofrasto,
arrastr a Metrodoro el Teoremtico y a Timgoras de Gela, del de Aristteles el
cirenaico, a Clitarco y a Simias. De los dialcticos, del grupo de Arstides arrastr a
Peoneo, de <...>; a Dfilo del Bsforo, hijo de Eufanto, y Mirmex, el hijo de Exaineto,
habiendo venido los dos para refutarlo, los gan como admiradores.119 Adems, aparte
de eso, acogi a Frasidemo el Peripattico, que era experto en fsica, y a Alcimo el
orador, que aventajaba a todos los oradores de Grecia, a Crates y a muchos otros que
cautiv. Incluso se llev a Zenn el fenicio con ellos.120
263. DIGENES LAERCIO, II.120 (FGH, III.14; Frag. 9 Wehrli [Socin]) (SSR, II.O.4):
Herclides dice que Zenn, el fundador de la Stoa, fue discpulo de Estilpn.121
264. DIGENES LAERCIO, VII.2 (SVF, 1) (SSR, II.O.4):
Zenn de Citio, como se adelant, tom lecciones de Crates. Luego, dicen, tambin fue
discpulo de Estilpn.
265. DIGENES LAERCIO, VII.24 (SVF, 278) (SSR, II.O.4):
Apolonio de Tiro dice que Zenn, mientras Crates lo arrastraba del manto para alejarlo
de Estilpn, le dijo: Crates, la manera inteligente de agarrar a los filsofos es de las
orejas. Arrstrame, entonces, con la persuasin. Si me fuerzas, mi cuerpo estar contigo,
pero mi alma, con Estilpn.
266. SNECA, Carta a Lucilio, I.10 (=X) (SSR, II.O.5):
119

La mencin de Mirmex es problemtica, sobre todo porque Esteban de Bizancio interpreta el pasaje de
un modo diferente, de modo que afirma: Hay una ciudad llamada Enets, de la cual era Mirmex, el
filsofo dialctico, como cuenta Digenes en el segundo libro de su historia filosfica (s.v. Eneto).
Parece, en rigor, tratarse de lo que en lingstica se llama un falso corte, dado que se entiende el texto
transmitido EXAINETOU como ex Aineto (de Enets, nombre de una ciudad) en lugar de como
Exaintou (<hijo de> Exaineto, indicador de filiacin).
120
La lgica de la divisin en grupos de este testimonio es poco clara y el texto es bastante accidentado.
Teofrasto, continuador de Aristteles al frente del Liceo, elev considerablemente la concurrencia a esa
escuela, de modo que el hecho de que Estilpn le quitara alumnos subraya aqu su popularidad. Se ha
pensado que la mencin de Aristteles el cirenaico era un error por Aristipo el cirenaico, en referencia al
nieto del fundador del grupo, aunque no hay razones para el cambio. Sobre Aristteles el cirenaico, vase
658-62. Clitarco es conocido por haber sido historiador de Alejandro Magno. Vase T. Brown,
Clitarchus, American Journal of Philology 71.1, Baltimore, 1950, pp. 134-155, con quien concuerda
Dring (1972:145). Por su parte, Simias parece ser el discpulo siracusano con quien en 291 se dice que
se cas la hija de Estilpn. En cuanto a los dialcticos, no es claro a qu grupo se refiere y la mayora de
los mencionados son para nosotros slo nombres. Gerhard propuso que Dfilo poda ser el alumno de
Aristn mencionado en Digenes Laercio, VII.161, lo cual indicara que el trmino dialctico se toma
en sentido amplio y no referido a la lnea megrica que recibe esta denominacin en testimonios como en
8 (Phoinix von Kolophon, Leipzig, Teubner, 1909). S son conocidos y relevantes, sobre el final, Crates,
asociado con el cinismo, y de Zenn de Citio, el iniciador del estoicismo. Vase nota a 259.
121
Zenn queda en la serie de testimonios 262-5 conectado con Crates y con Estilpn, de un modo que
parece constituir la metfora de los orgenes cnicos y megricos del estoicismo, que habran impactado
en su tica y su dialctica respectivamente. Esta sntesis es conflictiva, a juzgar por el literal tironeo al
que se ve expuesto Zenn en 265. En parte por esto ha postulado Zeller la idea de que el Crates de estos
pasajes no es el cnico sino el Peripattico, mencionado en Digenes Laercio, IV.23 (1923:II.235, n. 1).
No hay razones de peso para avanzar una hiptesis que aclara realmente poco. Parece preferible
perseverar en la idea de que, poniendo entre parntesis la nocin de sucesin, y suplantndola por la de
tensin dialgica, el concierto de testimonios no hace ms que enfatizar el alto grado de contacto terico.

113

Crates, segn cuentan, el discpulo de aquel Estilpn que mencion en la carta anterior,
(...).122
267. DIGENES LAERCIO, II.105 (SSR, II.O.7):
El sucesor de Fedn fue Plstano de Elis y en la tercera generacin los que rodeaban a
Menedemo y Asclepades de Fliunte, que siguieron a Estilpn.123
268. DIGENES LAERCIO, II.125-6 (SSR, II.O.7):
Enviado como guardin por los de Eretria a Mgara, Menedemo fue a la Academia a ver
a Platn, y cautivado, abandon la expedicin. (126) Pero conducido por Asclepades de
Fliunte se fue a Mgara con Estilpn, de quien ambos se hicieron discpulos.
269. DIGENES LAERCIO, II.134 (SSR, II.O.7):
Entre los maestros, Menedemo despreciaba a los allegados de Platn y Jencrates, y
tambin a Parebates el cirenaico, pero haba quedado admirado con Estilpn. Una vez,
cuando le preguntaron sobre l, no dijo otra cosa sino que era de espritu libre.
270. DIGENES LAERCIO, IX.109 (SSR, II.O.8):
Apolnides de Nicea, uno de nosotros, (...) dice que Timn, (...) pasada su juventud,
participaba en un coro; luego, cuando se decidi, viaj a Mgara junto a Estilpn.
Despus de haber pasado con l un tiempo regres a su patria.124
271. SUDA, s.v. Filisco (FGH, III.45) (SSR, II.O.9):
Filisco de Egina, el que ense letras a Alejandro de Macedonia, y fue l mismo
seguidor de las lecciones del cnico Digenes, pero, segn Hermipo, de Estilpn.125
272. PLUTARCO, Sobre la falsa modestia, 18.536 a-b (SSR, II.O.10):
Cuentan que Alxino el sofista deca muchas vulgaridades en la argumentacin respecto
de Estilpn de Mgara. Cuando uno de los presentes dijo: pero se antes te estaba
122

Vanse menciones de Sneca respecto de Estilpn en 284 y 308.


Si los testimonios previos ligan la figura de Estilpn con los cnicos y los estoicos, 267-9 ponen de
relieve la relacin con los continuadores de Fedn, supuesto iniciador de la escuela de Elis. De los
mencionados, sin duda el ms importante es Menedemo de Eretria, a quien los testimonios sealan como
fundador de un nuevo grupo, el ertrico, por ejemplo en 8, 11, 13, 14. La mencin de 268, que establece
el momento en que Menedemo lleg a la zona de Atenas y Mgara, que suele fijarse en torno del 317
a.C., constituye un dato importante para colegir la cronologa de Estilpn. Evidentemente, con estas
fechas es imposible que Menedemo fuera a Atenas a ver a Platn, muerto en el 347 a.C., sino
probablemente para frecuentar la Academia, y en este caso, ver a los platnicos. En este sentido puede
interpretarse lo dicho en 269, dado que la Academia estara en ese momento regida por Jencrates. En
cuanto a su actitud, el contraste entre 268 y 269 puede deberse a evaluaciones de diversos momentos
vitales, tal vez provenientes del contacto ulterior con Estilpn. De todos modos, es claro que esto no agota
las conexiones intelectuales de Menedemo. Jencrates fue el tercer director de la Academia, luego de
Espeusipo, en el 339 a.C. Su enfoque est teido de influencias pitagricas. Vase Ph. Merlan, The
Successor of Speusippus, Transaction and Proceedings of the American Philological Association 77,
Baltimore, 1946, pp. 103-111. Sobre Parebates, vase 346, 348 y 657. El juicio de espritu libre puede
estar en lnea con la nocin tica de impasibilidad (aptheia), sobre la cual pueden consultarse los pasajes
308-9, representada de modo prctico en la mayor parte del anecdotario consignado desde 277 hasta 298.
124
Este contacto sumara a los mencionados en pasajes previos uno ms con el escepticismo pirrnico, del
que Timn es un exponente privilegiado.
125
Filisco aparece en Digenes Laercio, VI.75 como hijo de Onescrito, lo cual complica todava ms las
cuestiones de cronologa, ya que es improbable que pudiera ser maestro de Aristteles y discpulo de
Digenes y Estilpn a la vez.
123

114

alabando, respondi: Por Zeus!, porque es el mejor y el ms noble de los hombres.


126

273. DIGENES LAERCIO, II.117-9 (SSR, II.O.6):


Cuando Crates le pregunt a Estilpn si los dioses disfrutaban las reverencias y las
plegarias, dicen que contest: insensato, no preguntes sobre esos asuntos en medio de
la calle, sino a solas. Lo mismo dijo cuando Bion le pregunt si los dioses existen: no
me vas a dispersar la multitud, viejo vagabundo. Estilpn era, entonces, simple, falto
de afectacin y hbil para tratar con los individuos. 127 De todos modos, cuando una vez
Crates el cnico no le respondi lo que le pregunt, sino que lo insult, dijo: saba que
proferiras cualquier cosa, excepto lo que se debe. (118) Tambin, una vez, cuando le
alcanz un higo seco mientras le iba a hacer una pregunta, lo acept y se lo comi.
Entonces Crates le dijo: por Heracles, he perdido el higo. No slo eso, contest
Estilpn, sino tambin la pregunta, de la cual el higo era la garanta. 128 Otra vez, en
invierno, viendo que Crates se haba prendido fuego, dijo: Crates, me parece que
necesitas un vestido nuevo (himatou kaino), lo cual significaba inteligencia y un
vestido (no ka himatou). Entonces l, ofendido, lo parodi as:
126

A los contactos mencionados con representantes de otras orientaciones tericas hay que sumar dos
provenientes de los ms importantes representantes del grupo megrico: Alxino y Diodoro Crono.
Respecto del primero, del testimonio 272 puede colegirse una cierta tensin, tal vez momentnea, ya que
las crticas de Alxino a Estilpn parecan no ser recprocas, tal vez como reflejo de su programa tico de
impasibilidad. Por otro lado, la modificacin de la propia postura para adaptarse a las necesidades de una
situacin dada recuerda las ancdotas mencionadas en 273 donde esta vez es Estilpn el que ajusta el
contenido de su discurso. Vase el testimonio con un contexto mayor en 326 a propsito de Alxino. La
conflictividad de los dichos de Estilpn no parece haber sido poca, ya que pasa por haber sido
responsable de la muerte de Diodoro Crono, por haberlo desafiado con un argumento que ste no pudo
resolver. Sobre este punto, remitimos a 196 y notas ad loc.
127
La serie de ancdotas de este testimonio trazan el perfil de Estilpn en su prctica de la dialctica,
donde se revela una actitud ldica que tal vez baste para explicar las tomas de posicin contradictorias.
Las dos primeras ancdotas entraan una serie de datos llamativos en relacin con el manejo del
auditorio, lo cual podra estar en conexin con el uso de la palabra poltica que se le atribuye en 310 y
311, en la cual una confrontacin abierta de las creencias poda ser perjudicial. Cabe notar que el tema
sobre el cual Estilpn se niega a hablar tiene que ver con lo religioso, punto que recuerda la condena a
muerte de Scrates, en tanto iniciador ltimo de esta lnea de pensamiento. Por otra parte, sin embargo,
una actitud similar est revelada en 274. Vase nota ad loc. La ausencia casi completa de referencias a
posiciones religiosas de los megricos hace difcil colegir algn sentido adicional a estas lneas. Las dos
ancdotas muestran un Estilpn exaltado, lejano al autodominio de testimonios como 277-88, tal vez
como indicio del manejo de los modos populares, algo que puede haber coadyuvado a su xito. Sobre
Crates, vase nota a 259.
128
Las dos ancdotas con Crates agregan a las previas el cuadro de situacin de Estilpn discutiendo entre
intelectuales, tanto es as que en la primera, cuando Crates hace algo similar a lo que se le atribuye a
Estilpn en los intercambios anteriores, Estilpn le enrostra que no cumple con el procedimiento
dialctico, sujeto a una norma. El segundo caso es mucho ms complejo y ha sido objeto de anlisis que
ven tras la ancdota la codificacin de la doctrina metafsica de Estilpn. En la interpretacin de Muller,
la pregunta que Crates no llega a hacer es esto es un higo, respecto de la cual la reaccin de Estilpn
sera un indicio de la irrealidad de la cosa sensible particular por oposicin a la Idea (1985: ad loc.). De
suponer un trasfondo terico a la ancdota, es ms plausible que el pasaje muestre un intento de Crates de
trazar un contraejemplo a la tesis esbozada en 303, segn la cual los nombres no designan ninguna cosa
particular (si esto es un higo, entonces el nombre higo nombra un particular). Con la reaccin de
Estilpn, al contrario, se refuerza su posicin: desaparece el higo y el nombre sigue teniendo
significado, de modo que la pregunta, que dependa del particular en ese sentido era la garanta, se
revela inadecuada. En este sentido, podra ser un indicio que el ejemplo sea aqu un higo y en 303 se
utilice la verdura. Sobre este punto, vase 303 y nota ad loc., as como el argumento sobre el Tercer
Hombre de Polxeno, en 132, que tiene la misma estructura que el argumento de Estilpn.

115

Realmente he visto a Estilpn en arduos dolores129


en Mgara, donde se encuentra, dicen, la cama de Tifn.
All discuta con muchos compaeros alrededor
y perdan el tiempo persiguiendo la perfeccin con un cambio de letras.
(119) (...) Cuentan que en medio de una reunin con Crates corri a comprar pescado.
Cuando ste quiso detenerlo y le dijo: abandonas el argumento?, Estilpn le
contest: yo, de ningn modo; al contrario, al argumento lo tengo. Te abandono a ti,
pues el argumento espera, pero el pescado se va a vender.130
274. DIGENES LAERCIO, II.116 (SSR, II.O.12):
Dicen que Estilpn plante sobre la Atenea de Fidias un argumento de este tipo:
acaso, en rigor, Atenea, la hija de Zeus, es una divinidad?. Cuando se le contest que
s, dijo: pero sta no es de Zeus sino de Fidias. Cuando se estuvo de acuerdo, agreg:
por lo tanto, no es una divinidad, sobre lo cual, al ser llamado al Arepago, no se
retract, sino que afirm que haba razonado correctamente, porque ella no es una
divinidad <masculina> sino una divinidad femenina, mientras que los dioses son los
masculinos.131 Sin embargo, los miembros del Arepago le ordenaron directamente que
129

Encontramos aqu una muestra de la relevancia de los juegos de palabras en la argumentacin


dialctica, presentes en el paso himatou kaino vestido nuevo, que por un corte diferente, himatou ka
no, significa vestido e inteligencia. La asociacin fnica es similar a la de Digenes Laercio, VI.3,
donde se dice de Antstenes que requiere un instrumento kaino/ka no. Esta prctica puede haber sido
caracterstica de Estilpn, ya que en el epigrama Crates la habra sealado al decir que Estilpn pierde el
tiempo en el cambio de letras. Suele interpretarse que se pasa de perfeccin, aret, a Nicarte, la hetera
que, segn 292-3, fue alumna y/o pareja de Estilpn. El mismo tipo de procedimiento est presente en el
testimonio siguiente, a propsito de la Atenea de Fidias/de Zeus, divinidad masculina/femenina. En 280
asistimos a un ejemplo parecido, donde se usa libre con el sentido de no esclavizado y de sin
esclavos disponibles. Este tipo de uso del lenguaje en los argumentos es lo que Aristteles estudia en
Retrica, II.23.1400b18 ss. y III.11.1412a26 ss. En cuanto a su estructura, el epigrama est compuesto, en
el primer verso, siguiendo el esquema de Homero, Odisea, IX.582, en el segundo el de Ilada, II.783, y en
el tercero el de Ilada, VIII.537. Los dos primeros versos pueden ser objeto de mltiples interpretaciones.
Tifn es un monstruo mtico con cien cabezas de serpiente hijo de Trtaro y Gea. Pndaro y Esquilo
indican que es la fuerza gnea que est debajo del volvn Etna, dado que Heracles lo venci aplastndolo.
No hay aspectos que lo conecten con Mgara. Por otra parte, Tifn est asociado con las tormentas, modo
en que pueden entenderse las discusiones ersticas de los megricos. A la vez, tphos significa humo y
los cnicos, como menciona Muller (ad loc.), solan utilizarlo en relacin con el orgullo desmedido, que
en este caso estara representado por la dialctica megrica y sus aires ersticos. Al mismo tiempo, el
significado de humo produce un resultado cmico por ligarse tambin con la situacin de ropa prendida
fuego que, segn el testimonio, dio origen a esta ancdota, de manera que ms humo hay en Estilpn que
en el vestido encendido de Crates.
130
En este caso se retrata una interrupcin del dilogo, de algn modo similar al caso del higo. Tal vez
deba interpretarse la ancdota como un indicio de la diferencia de actitud frente a la argumentacin del
megrico y el cnico: mientras Estilpn se dedica a la dialctica pero no pierde de vista la lgica del
contexto que lo rodea, calculando el grado de confrontacin, como en el principio de 273, o sin prescindir
de tomarse en serio tareas cotidianas, como aqu, Crates, en tanto cnico, renegara de ambas cosas.
131
Sobre los juegos lingsticos en la dialctica de Estilpn, vase la nota previa. En este caso, el primer
equvoco est construido sobre la ambigedad de los genitivos asociados con Atenea, en tanto hija de
<Zeus> y en tanto obra de <Fidias>. El segundo toca un punto ms importante en la discusin de la
relacin entre ontologa y lenguaje en la antigedad, ligado con la adecuacin de los nombres (orthtes
onomton). As, en este caso, la aplicacin del nombre thes, dios a Atenea es visto como una
inadecuacin, ya que el trmino es morfolgicamente masculino, aunque sirve para designar a
divinidades de los dos gneros. Contra el dato de lengua, Estilpn pretende que se corrija el uso habitual
para establecer un femenino de este trmino, asociado formalmente con el gnero femenino, esto es, un
tema en alfa: the. En buena medida, el ejemplo se parece a los que Aristteles cita a propsito de
Protgoras, donde se indica la inconsecuencia de que mnis, ira y plex, celada, asociados con lo

116

dejara la ciudad. Ah fue cuando Teodoro, apodado el Dios,132 le dijo a modo de burla:
de dnde sac eso Estilpn? Acaso despus de correrle el vestido le mir el jardn?.
Verdaderamente, Teodoro era sumamente audaz, pero Estilpn era el colmo de la
sutileza.
275. DIGENES LAERCIO, II.100 (SSR, II.O.13):
Parece que Teodoro el cirenaico era apodado el Dios, porque Estilpn le pregunt lo
siguiente: acaso, Teodoro, lo que dices ser, eso eres precisamente?. El otro asinti.
Dices ser dios?. Y cuando el otro estuvo de acuerdo, le dijo: por lo tanto, eres un
dios.133 Aceptndolo con gusto, rompi a rer y dijo: pero, bandido, con un argumento
as podras reconocer tambin que eres un grajo e innumerables otras cosas.
276. PLUTARCO, Sobre el progreso en la virtud, 12.83 b-c (SSR, II.O.20):
Pues si el cuerpo se sujeta l mismo a la prctica de la impasibilidad y sus partes se
pliegan naturalmente, como los ojos se abstienen de llorar frente al lamento (...). Como
se cuenta sobre el filsofo Estilpn, que vio en sueos que Poseidn estaba irritado con
l porque no le sacrific un buey, como era costumbre entre los sacerdotes. Pero l
mismo, nada sorprendido, dijo: qu dices, Poseidn? Vienes como un nio quejndote
del destino porque no llen la ciudad de aroma de sacrificio, y sin embargo de aquello
que tena te hice sacrificios medidamente en casa?. Y, en rigor, parece que Poseidn,
sonrindole, le tendi la mano derecha y dijo que por l hara un movimiento de
sardinas para los megricos.
277. ATENEO, X.422d (SSR, II.O.21):
Estilpn no se consider culpable de falta de autodominio cuando comi ajo y se fue a
dormir al templo de la madre de los dioses. Se haba dispuesto que el que comiera algo
de esto no entrara. Cuando la diosa se le present en sueos le dijo: aunque eres
filsofo, Estilpn, marchas fuera de las leyes, y parece que l contest: t ofrceme
algo de comer y no recurrir a los ajos.134
278. DIGENES LAERCIO, II.119 (SSR, II.O.11):
masculino, sean morfolgicamente femeninos (Refutaciones sofsticas, 14,173b17), o los que, en tono
cmico, menciona Aristfanes en Nubes, 657-83, haciendo de Scrates un cultor de la orthtes onomton
que pretende crear trminos masculino y femenino para ave, el femenino de fuente, etc. Es difcil
colegir si tras la propuesta de Estilpn, tan parecida a la antstenica en algunos puntos, como se ve en 305
y 306, se mantuvieron rasgos de esta postura. Vase notas ad loc. y C. Mrsico, Argumentar por
caminos extremos /II. La necesidad de pensar lo que es. Antstenes y la fundamentacin semntica de la
verdad, en C. Mrsico y L. Castello, El lenguaje como problema entre los griegos. Cmo decir lo
real?, Buenos Aires, GEA, 2005, pp.109-32.
132
Sobre Teodoro el Ateo, de origen cirenaico, vase 674-718. La burla reposa aqu en la equivocidad del
trmino kpos, que puede significar jardn, pero tambin vello del pubis femenino.
133
El origen del epteto de Teodoro, mencionado en la nota previa, se apoya un sofisma intraducible, dado
que se vale del hecho de que la forma enai, ser, comporta a la vez en griego los valores copulativo y
existencial, que el espaol presenta de manera separada. As, a la primera formulacin lo que dices ser,
eso eres, se agrega la segunda dices ser dios, que tiene en griego la doble posibilidad de interpretacin:
dices que eres dios y dices que dios existe. Efectivamente, el sentido ms llano es el segundo y es al
que accede el interlocutor, slo para que Estilpn escoja la primera variante y colija: entonces eres un
dios.
134
Tal vez haya en este pasaje una referencia indirecta a la observancia de Scrates respecto de las leyes
de la comunidad, tal como se plantea en Critn, que Estilpn contraviene abiertamente, sin considerar que
se trata de una falta.

117

Se cuenta que en Atenas Estilpn atraa tanto a la gente que se juntaban en los puestos
para verlo. As, cuando alguien le dijo: Estilpn, te admiran como a una bestia, l le
contest: no, de ningn modo, sino como a un verdadero hombre.135
279. DIGENES LAERCIO, II.115 ([Hesiquio de Mileto], Acerca de los hombres ilustres, 61)
(SSR, II.O.14-5):
Ptolomeo Soter, dicen, lo recibi en su entorno. Cuando tom el poder en Mgara, le
dio dinero y lo exhort a viajar con l a Egipto. Sin embargo, Estilpn acept un poco
de plata, y declinando la invitacin se fue a Egina, mientras Ptolomeo se embarcaba.
Por otra parte, Demetrio, el hijo de Antgono, al tomar Mgara, resguard la casa de
Estilpn y se preocup de que le devolvieran todo lo que le haban quitado. Cuando
quiso obtener de l la lista de lo que haba perdido, dijo que no haba perdido ninguna
de sus propiedades, pues nadie le haba quitado la educacin y conservaba el
razonamiento y el conocimiento. Tras dialogar con l sobre la bondad de los hombres lo
sedujo tanto que Demetrio confi en l.136
280. PLUTARCO, Sobre la educacin de los nios, VIII.5 f (SSR, II.O.15):
Asimismo, me parece que Estilpn, el filsofo de Mgara, formul una respuesta
memorable. Cuando Demetrio para esclavizar la ciudad la arras, le pregunt a Estilpn
si no haba perdido algo, y l le dijo: por supuesto que no, pues la guerra no saquea la
virtud.
281. PLUTARCO, Sobre la tranquilidad del alma, XVII.475 c (SSR, II.O.15):
Demetrio, al tomar la ciudad de Mgara, le pregunt a Estilpn si no haba sido
destruida alguna de sus cosas, y Estilpn le dijo que no vio que nadie tomara lo mo.
137

135

Ms all de constituir otro testimonio sobre la popularidad de Estilpn, es tentador interpretar el


pasaje, aun en el terreno de lo especulativo, ponindolo en relacin con la frmula atribuida a Digenes
busco al hombre, o busco un hombre, que ha sido interpretada tradicionalmente desde la perspectiva
tica, suponiendo que Digenes enfatizaba que no encontraba la virtud humana en ninguno de sus
conciudadanos. Frente a esta interpretacin, N. Cordero propuso, hasta donde s slo oralmente, que esta
frmula debe ser interpretada en trminos dialctico-metafsicos, en el plano de una crtica a la Teora de
las Formas. Digenes estara burlndose de la imposibilidad de captar las Formas platnicas, de un modo
similar al giro que se le atribuye a Antstenes y tambin a Digenes, tal vez porque tambin se vali de
l: veo el caballo, pero no la caballeidad (SSR V A 149). Sobre ese horizonte, este pasaje se enrolara
en la primera lnea de interpretacin, dado que Estilpn estara sealando que el resto no lo mira como a
un animal raro, sino como a un espcimen ms raro todava, que es ese verdadero hombre que buscaba
Digenes. La exgesis de este pasaje, si se sigue la crtica a las Ideas de Estilpn, es inaplicable, dado que
de ella se desprende que los particulares no pueden ser designados mediante nombres, dado que stos se
restringen al plano universal, hasta el punto de que estrictamente Estilpn no podra decir que lo admiran
como a un verdadero hombre, porque de acuerdo con la imposibilidad de predicacin esbozada en 305 no
se puede predicar verdadero de hombre, y, por la imposibilidad de nombrar particulares de 303,
hombre no se referira a l. Vanse notas ad loc. En cualquier aso, es claro que un verdadero hombre
resultara ms extio que el ms extrao de los animales.
136
Tenemos aqu reunidas las menciones respecto del contacto de Estilpn con los dos monarcas que
ocuparon Mgara entre 308 y 306 a.C., datos que sirven para fechar su actividad. Vase 260 y nota ad
loc. La invitacin de Ptolomeo a integrarse a la corte alejandrina habla a favor de la reputacin de
Estilpn en ese momento, lo cual ha llevado a pensar que no podra ser demasiado joven. El hecho de que
prefiriera permanecer en su patria es determinante para ubicar en Mgara el episodio de la muerte de
Diodoro Crono relatado en 196, donde los dos filsofos aparecen junto a Ptolomeo Soter. Vase nota ad
loc. El encuentro con Demetrio Poliorcetes tiene rasgos proverbiales, y es uno de los favoritos de
nuestras fuentes, que lo repiten con una exageracin creciente. Vase 283 y nota ad loc.

118

282. PLUTARCO, Vida de Demetrio, IX.9-10 (SSR, II.O.15):


Cuando todava estaba haciendo eso, se acord del filsofo Estilpn, hombre que tena
fama de que prefera pasar la vida en paz. Entonces, tras mandarlo a llamar, le pregunt
si alguien le haba quitado algo de lo suyo, y Estilpn le contest: nadie, pues no vi a
nadie llevndose mi conocimiento. Por otra parte, dado que casi todos los esclavos
haban sido robados, cuando otra vez Demetrio lo trataba afectuosamente, y al final, al
despedirse, le dijo: Estilpn, les dejo libre su ciudad, respondi: dices bien, pues no
dejaste ni un esclavo nuestro.138
283. SNECA, Sobre la constancia del sabio, V.6-7 (SSR, II.O.15):
Demetrio, el llamado Poliorcetes, haba tomado Mgara. Cuando le fue preguntado al
filsofo Estilpn si haba perdido algo, dijo: nada, todo lo mo est conmigo, aunque
el enemigo le haba despojado de su patrimonio, le haba quitado sus hijas y violado su
patria. Con esta respuesta le agu la victoria, porque habiendo perdido la ciudad, no
slo no se tuvo por vencido, sino que dio a entender que no estaba damnificado,
mientras quedaran en su poder los verdaderos bienes de que no se puede hacer presa; y
los que le haban sido robados y disipados, los tena por adventicios y por sujetos a los
antojos de la fortuna y por esta razn no los amaba como propios: pues de todo lo que
est de la parte de afuera, es incierta e insegura la posesin.139
284. SNECA, Carta a Lucilio, I.9 (IX) 18-9 (Frag. 173 Usener [Epicuro]) (SSR, II.O.15):
Aunque sea amantsimo de los amigos, puesto en el mismo plano, el sabio delimita
dentro de s todo bien y dice lo que dijo el famoso Estilpn, al que Epicuro critica en su
carta. Tras la conquista de su ciudad, perdidos sus hijos, perdida su esposa, cuando de
un incendio general sali slo l, y todava sereno, le pregunt Demetrio, que llevaba
por sobrenombre Poliorcetes por las ciudades que haba destruido, si haba perdido algo,
l contest: todo lo bueno lo llevo conmigo. He ah un hombre fuerte y valeroso!
Venci a la victoria de su enemigo. (19) Nada perd, dijo: oblig al enemigo a dudar si
haba vencido. Todo lo bueno est conmigo: justicia, virtud, prudencia, y sobre todo
no valorar ningn bien que pueda ser quitado. Si nos admiramos viendo algunos
137

Con respecto a la expresin tam, que traducimos como lo mo, se han propuesto correcciones que la
homologan a los testimonios donde Estilpn se refiere a que no ha perdido su conocimiento. De hecho, el
mismo Plutarco, en 282, se refiere a epistman, conocimiento. Precisamente esa, tam por epistman,
es la conjetura planteada por Duebner. De todos modos, el concierto de textos vara en la mencin de lo
mo (281, 283); educacin, conocimiento (279, 282, 290); la virtud (280, 286, 289); lo bueno (284);
sabidura o posesiones (287); sabidura (288); mientras que 285 amalgama lo mo y educacin,
conocimiento, etc.. En cualquiera de los casos el sentido bsico queda inclume y se enrola en los
principios ticos bsicos que surgen de 308 y 309.
138
Esta versin de Plutarco no slo indica un segundo momento de la ancdota, que muestra un Estilpn
menos amparado en la pura impasibilidad y ms entregado a la actitud ldica y algo irreverente que surge,
por ejemplo, de los testimonios sobre los dioses de 273-7. De la estructura de la respuesta de Estilpn
importa la recurrencia del juego de palabras en el cual el trmino libre se desplaza del sentido que le
haba dado Demetrio, en tanto ciudad no esclavizada, para atribuirle el sentido de privada del servicio de
los esclavos. Sobre otros ejemplos de este procedimiento, vase 273 y nota ad loc. Podra interpretarse
en la respuesta, al mismo tiempo, un posicionamiento poltico frente a la invasin extranjera, pero es poco
lo que sabemos sobre la opinin de Estilpn en esta materia.
139
En la recepcin latina operada por Sneca se advierte claramente la exageracin de los datos que en los
testimonios previos son mucho ms moderados. La prdida de los familiares y la destruccin
generalizada, son sin duda adicionadas en estos pasajes para que sea ms patente el alcance de la actitud
impasible del megrico, que Sneca pretende hacer equivaler con la actitud estoica.

119

animales que atraviesan el fuego sin daos, cunto ms admirable es este hombre, que
sale ileso e indemne de las armas, las ruinas y el fuego! Ves cunto ms fcil es vencer
a todo un pueblo que a un solo hombre? Son palabras iguales a las del estoico: tambin
l lleva intactos los bienes a travs de una ciudad en llamas.
285. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 515a (Mximo el Confesor, XVII.67; Exc. E ms. Flor.
Juan Damasceno, II.13.153; Cod. Vat. Gr. 151.18 f. 244 v.) (SSR, II.O.15):
Estilpn, el filsofo megrico, cuando su patria fue conquistada y destruida por
Demetrio Poliorcetes, en el momento que el rey, que lo controlaba, le pregunt si haba
perdido algo, dijo: Nada de lo mo, pues tengo mi razonamiento y mi educacin, y el
resto, por qu ha de ser ms mo que de los saqueadores?.140
286. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 515 b (SSR, II.O.15):
<Cuando su patria fue destruida, al preguntarle Demetrio: de tus cosas, Estilpn, qu
te falta?, dijo: nada, pues nunca se llevaron mis bueyes ni mis caballos>,141 y por otra
parte no vi a ninguno de los soldados llevndose mi virtud sobre los hombros.
287. TEODORO METOCHTES, Carm., XIX.32-45 (SSR, II.O.15):
Dicen que Estilpn, hombre sabio de Mgara,
cuando despoj a su ciudad Demetrio,
el rey de los macedonios, en medio de una matanza,
mientras sus soldados segaban con rapia y atacaban
a los vecinos, como es costumbre, con un saqueo,
el rey le pregunt si no haba sido despojado
de algo junto con los dems, para poder devolvrselo,
pero l dijo, valindose de palabras de Homero:
no se han llevado mis bueyes ni mis caballos,142
pues nada visible se llevaron sobre los hombros,
sabidura alguna del alma o posesiones muy honradas.
288. TEMISTIO, Sobre la virtud, 37 (SSR, II.O.15):
Estilpn era un hombre de Mgara, pero Mgara fue destruida por Antgono. Cuando la
ciudad fue destruida, Antgono quiso restituir a Estilpn todo lo que le fue quitado, a lo
cual respondi Estilpn: nada mo fue quitado, ni tampoco vi que por medio de tus
armas la sabidura me hubiese sido quitada.
289. MXIMO, XVII.69 (SSR, II.O.15):
Pues nunca me quitaron mis bueyes ni mis caballos. Y por otra parte, tampoco vi a
ninguno de los soldados llevndose mi virtud sobre los hombros.
290. JMBLICO, segn Simplicio, Sobre las Categoras de Aristteles, 403.27 (SSR,
II.O.15):
Aristteles dice especialmente que de ningn modo hay privacin de los bienes que
estn en el alma ni de los que ataen a la eleccin, pues nadie dice haber sido privado de
140

Igual que en 283, encontramos en este testimonio un aspecto adicional al tpico de lo mo ligado con
la interioridad, que agrega la consideracin sobre el status de los bienes exteriores, donde se radicaliza la
idea de una falta de asidero en la idea de propiedad.
141
El texto entre corchetes falta en el cdice, pero se colige de la cita de Mximo, XVII.68.
142
La cita homrica corresponde a Ilada, I.154.

120

justicia, y el que dijo nadie se lleva mi conocimiento ha hablado a partir de la misma


perspectiva.143
291. DIGENES LAERCIO, II.120 (FGH, 37; Frag. 35 Wehrli [Hermipo]; [Hesiquio de
Mileto], Acerca de los hombres ilustres, 61; CAF, 23) (SSR, II.O.16):
Hermipo dice que Estilpn muri de viejo, tras beber vino para morir ms rpido. Nos
lleg sobre l lo siguiente:
Tal vez sabes que a Estilpn de Mgara
lo destruy la vejez, luego la enfermedad, yunta invencible.
Pero encontr en el vino un peor cochero
que la dupla funesta. Pues, tras beber march adelante.144
El cmico Sfilo se burl de l en la obra Matrimonio:
Los tapones de Estilpn son el argumento de Carino.
292. ATENEO, XIII.596e (SSR, II.O.17):
Nicareta de Mgara no era una hetera de nacimiento poco ilustre, sino de nobles
progenitores (...), asimismo era adorable por su educacin y sigui lecciones del
filsofo Estilpn.145
293. DIGENES LAERCIO, II.14 (SSR, II.O.17):
Adems Estilpn form a una mujer. Precisamente, convivi con la hetera Nicareta,
segn dice en algn lugar tambin Onetor. Y tuvo una hija indisciplinada, que se cas
con un conocido suyo, Simias de Siracusa. Dado que ella no viva segn las costumbres
tradicionales, alguien le dijo a Estilpn que lo avergonzaba. Pero l contest: no ms
que lo que yo la adorno a ella.
294. PLUTARCO, Sobre la tranquilidad del alma, VI.467f-468 (SSR, II.O.17):
Como tampoco Estilpn dej de vivir como el ms alegre de los filsofos de su tiempo,
por ser su hija desenfrenada. Precisamente, cuando Metrocles lo critic, le dijo: este
error es mo o de ella, y cuando Metrocles le contest: este error es de ella, pero la
desdicha es tuya, le respondi: cmo dices? Los errores no son tambin
desgracias?. Claro, le dijo el otro. Y las desgracias no son tambin fallas en la
143

Jmblico comenta el pasaje de Aristteles, Categoras, 12b ss.


La muerte de Estilpn se presenta como una especie de suicidio para evitar los males de la edad
avanzada. Este dato suele usarse para ubicar la fecha del suceso alrededor del 280 a.C. El epigrama consta
en Antologa Palatina, V.42. El verso conservado aparece fuera de todo contexto y es poco lo que puede
colegirse del pasaje. As y todo, Roeper conjetura un juego lingstico entre bsmatha, tapones, y
psmata, preguntas.
145
La mencin de Nicareta pone de relieve el papel de las mujeres en las escuelas socrticas. Adems del
conocido alegato de Platn en Repblica, V, se cuentan numerosos ejemplos de su inclusin en tareas
intelectuales. Entre ellas sobresalen Arete, la hija de Aristipo el cirenaico, y madre de Aristipo
Metrodidacta, precisamente Educado por su madre, y las cinco hijas de Diodoro Crono dedicadas a la
dialctica mencionadas en 205. El hecho de que Nicareta fuera originariamente una hetera permite
comparar su caso con el de Aspasia de Mileto, la compaera de Pericles. Las libertades que ofreca esta
vida un tanto marginal, pero para la que las mujeres deban prepararse intelectualmente, las colocaba en
una mejor situacin que al resto, limitadas al mbito de las tareas familiares, para poder acceder a los
espacios de creacin terica. A diferencia de otros filsofos, donde el trato con heteras las mantiene en un
plano de inferioridad, como se desprende, por ejemplo, de mltiples comentarios ms bien misginos
atribuidos a Aristipo, Estilpn parece haber practicado efectivamente una perspectiva tolerante, como
surge especialmente de la actitud que toma en 293 frente a los crticos de las costumbres de su hija,
aunque en 294 es menos contemplativo y el argumento esgrimido supone una condena moral.
144

121

obtencin de aquello que se refiere la desgracia?. Metrocles estuvo de acuerdo. Y las


fallas de quienes fallan no son desgracias?. Con un discurso tranquilo y filosfico
revel como insulto vaco la blasfemia del cnico.
295. ATENEO, XIII.584a (SSR, II.O.18):
Ciertamente, cuando una vez Estilpn acus a Glcera porque, en medio de la bebida,
destrua a los jvenes, segn dice Stiro en las Vidas, Glcera, a modo de respuesta,
dijo: recibimos la misma acusacin, Estilpn. Pues dicen que t destruyes a los que se
te cruzan enseando sofismas dainos y ersticos, y yo, del mismo modo, los asuntos
erticos. Entonces, para los quebrantados, esos a quienes les va mal, en nada difiere
vivir con un filsofo o con una prostituta.146
296. CICERN, Sobre el destino, V.10 (SSR, II.O.19):
Decimos que Estilpn, el filsofo megrico, era un hombre fino y apreciado en su
tiempo. Pero sus propios familiares escribieron que era ebrio y mujeriego. Y escribieron
eso no para vituperarlo, sino ms bien como alabanza: su naturaleza viciosa fue
dominada y reprimida por la doctrina de tal modo que nadie nunca lo vio ebrio, ni nadie
vio en l vestigios de la pasin.147
297. PAPIRO DE HERCULANO, 418 (V.H. VIII.77) frag. 4, ll. 7-10 (SSR, II.O.19):
...] en el tratad[o
tanto Estil]bn el borracho,
llamado as por eso mismo,
como Aristipo, etc.
298. ESTOBEO, III.4.88 (Gnomologium Vaticanum 743, 516; Gnomologium Parisinum,
323) (SSR, II.O.22):
Cuando se le pregunt a Estilpn qu es ms fuerte que una estatua, dijo: un hombre
insensible.148
146

La crtica de 294 que sealamos en la nota previa tiene su paralelo en el tipo de crtica que la fuente no
transmite, pero que genera la respuesta de la hetera Glcera. Excepto la lnea cirenaica, que tiene un
andamiaje terico especfico para dar cuenta del goce de los placeres, el resto de las lneas cirenaicas es
partidaria de una actitud de literal autodominio (enkrteia), que parece ser uno de los sellos indelebles de
la herencia socrtica. Vase la nota siguiente.
147
Frente a 297, que traza los rasgos de Estilpn cuyo nombre aparece con otra ortografa como
hombre entregado a los excesos, 296 opera un giro orientado a establecer un paralelo con el exceso
pasional atribuido a Scrates en la ancdota del fisonomista Zpiro, segn el testimonio de Alejandro de
Afrodisia, Sobre el destino, 174.14, de acuerdo con el cual, llegado a Atenas, fue llevado ante Scrates y
dijo de l que tena todos los vicios. Frente a la rplica de sus compaeros que sugeran un error, ya que
Scrates era un hombre moderado, Scrates habra contestado que el fisonomista no se equivocaba, ya
que posea todos los vicios, pero los dominaba. Precisamente, la nocin de autodominio, enkrteia,
consiste en poder sofrenar los impulsos. Este punto parece haber sido trabajado por Fedn de Elis, con
quien se asocia un dilogo en el que Zpiro tena un papel central. Algo similar sucede aqu con Estilpn,
de quien parece indicarse un manejo similar de las pasiones, y tiene un eco claro en la pretensin de
Aristipo de que es el filsofo aquel que puede gozar de los placeres sin quedar atrapado en ellos, como se
desprende de 490. La opcin de Estilpn no llega a justificar estas prcticas y se mantiene en el programa
de autodominio que encontramos presente tambin en el ncleo de la doctrina platnica, como se
desprende, por ejemplo, del smil del tonel de Gorgias, 493d ss. y del tratamiento de los placeres de
Repblica, IX.577c-587b.
148
Esta comparacin del hombre insensible (anasthetos) con una estatua debe ser puesta en consonancia
con 308, donde se plantea el ideal megrico de aptheia, impasibilidad, y con 309, en que se menciona
la aokhlesa, calma. Muller conecta este pasaje con la mencin respecto del cinismo que encontramos

122

b) Escritos y posiciones tericas


299. DIGENES LAERCIO, II.120 (SSR, II.O.23):
Se transmitieron de Estilpn nueve dilogos de estilo fro: Mosco, Aristipo o Calias,
Ptolomeo, Quercrates, Metrocles, Anaxmenes, Epgenes, A su propia hija,
Aristteles.149
300. ATENEO, IV.162 b (SVF, 452) (SSR, II.O.24):
Los dilogos simposacos de Perseo, el noble filsofo, compuestos a partir de los
recuerdos de Estilpn y Zenn, en los cuales busca, etc.150
301. LXICO PATMENSE, s.v. Enebrmei (amonest) (SSR, II.O.25):
En lugar de se irrit (orgzeto). Estilpn con Metrocles: Metrocles amonest a
Estilpn.

en Digenes Laercio, VI.23, en que se dice que Digenes abrazaba las estatuas para endurecerse como
ellas, y con la crtica de Epicteto a esta actitud en Disertaciones, III.2.4, en que insiste en que la aptheia
del sabio estoico no se parece a eso. Al mismo tiempo, por el sentido del resto de los pasajes sobre
Estilpn, puede colegirse que la perspectiva megrica se diferencia de la cnica por el modo en que llega a
ese resultado, derivado de la distancia que se toma frente a los fenmenos del plano sensible, de acuerdo
con su posicin en el plano metafsico y su confianza puesta slo en la razn. Eso no le impide a Estilpn
la insercin en su contexto e incluso la participacin poltica, como surge de 310 y queda bien
ejemplificado por las versiones de 279 a 290 sobre la reaccin ante el despojo de sus bienes tras la toma
de Mgara por Demetrio Poliorcetes. All se pone en primer plano una actitud de desapego frente a los
sucesos externos, que, frente a las reacciones usuales, puede ser comparada con la de una estatua. Vase
308.
149
Frente a esta informacin, que suele tomarse como la ms confiable, en 8 se dice que Estilpn no
escribi nada y en 260 se le atribuyen veinte obras. Respecto a su estilo, traducimos, no sin cierta duda, el
literalmente el trmino psykhrs como fro, pero notamos que, como podemos colegir de lo dicho por
Aristteles en Retrica, III.3, se designaba con este nombre el estilo construido sobre el abuso de
dispositivos retricos, de manera que su diseo era recargado y no tena, por eso, la calidez de lo dicho
en un estilo llano. Esto no tiene que ver con una oposicin de premeditacin frente a improvisacin, ya
que el mismo juicio le merecen las obras de Alcidamante, quien sostiene precisamente el autoskhedizein
como base de la retrica. Vase nota a 75. Se ha notado que la estructura del dilogo socrtico en la poca
de Estilpn es en cierto sentido un arcasmo. Sus obras son para nosotros slo ttulos vacos, de los cuales
apenas podemos inferir algo por las personas mencionadas. As, Mosco era un discpulo de Fedn de Elis,
mencionado en Digenes Laercio, II.126; Aristipo puede referir tanto al iniciador del grupo cirenaico
como a su nieto y continuador. La mencin de Calias, si seala al contemporneo de Scrates
mencionado por Platn en Protgoras como dueo de casa, inclinara hacia el primero. A la primera
generacin de socrticos se refiere tambin Quercrates, mencionado por Jenofonte en Memorabilia,
I.2.48 y II.3 y Epgenes, nombrado por Platn en Apologa, 33e y Fedn, 59b, a la vez que por Jenofonte
en Memorabilia, III.12. Metrocles es el cnico mencionado en 294 y 301 y el Anaxmenes debe de haber
tomado la figura del orador de Lmpsaco. La hija a la que se dirige el texto mencionado tiene que ser la
misma que le atrae crticas en 293-4. Finalmente, tras Aristteles puede estar el Estagirita o el cirenaico, a
quien se nombra en 262 como competidor intelectual a quien Estilpn le habra quitado alumnos. Vase
696-700.
150
Perseo es un filsofo estoico, seguidor de Zenn, activo hacia la mitad del s. III a.C. En general, se
sostiene que los recuerdos a los que hace referencia este testimonio no son obras de Estilpn y Zenn,
esto es, stos no son tomados como fuentes, sino que se trata de recuerdos de Perseo sobre ellos, a la
manera de los recuerdos de Jenofonte sobre Scrates. Sobre este punto, y sobre la acusacin de plagio
supuesta en el texto, vase Giannantoni (1990:IV.102).

123

302. ARISTOCLES, Acerca de la filosofa, frag. 2, FPhG (segn Eusebio, Preparacin


Evanglica, XIV.17.1, p. 756 b-c) (SSR, II.O.26):
Pero aparecieron otros que decan lo contrario, pues crean que es preciso desdear las
percepciones y las representaciones, y confiar solamente en el razonamiento mismo. En
efecto, eso decan primero Jenfanes, Parmnides, Zenn y Meliso, y luego los
seguidores de Estilpn y los megricos. Por eso, ellos consideraban que el ser es uno y
lo dems no existe, ni se genera algo, ni se destruye, ni se mueve en absoluto.151
303. DIGENES LAERCIO, II.119 (SSR, II.O.27):
Como era extremadamente hbil en los argumentos ersticos, Estilpn rechazaba
tambin las Formas. Deca, asimismo, que al decir hombre no se nombra a nadie,
porque ni se dice ste ni aqul. Pues, por qu sera ms este hombre que aqul? Por lo
tanto, tampoco se dice ste. Y a su vez, la verdura no es lo que se seala, pues la
verdura exista hace ms de diez mil aos, por lo tanto no es esta verdura.152
304. PLUTARCO, Acerca de las contradicciones de los estoicos, X.1036c-1037a (SSR,
II.O.28):
De modo que Crisipo est en contradiccin consigo mismo, dado que (d) prescribe que
siempre las opiniones contrarias se planteen no con una afirmacin, sino con una
puntualizacin de la causa de su falsedad, pero es ms hbil como acusador de sus
propias doctrinas que como defensor. Cuando exhorta a otros a cuidarse de los
argumentos contrarios a los propios porque distraen la captacin, es ms ambicioso
planteando los argumentos que destruyen la captacin que los argumentos que la
garantizan. En rigor, que l teme por eso mismo, lo deja entrever claramente en el
151

Estilpn aparece aqu enrolado en una corriente general de pensamiento que convierte a los megricos
en neoeleticos. Esta interpretacin, corriente en la doxografa antigua y en los trabajos exegticos
modernos ms tradicionales ha sido fuertemente objetada en las obras ms modernas. Hay ciertos puntos
que, sin embargo, pueden mantenerse, entre los cuales se cuentan la opcin por la argumentacin frente al
fruto de la percepcin y las tesis dialcticas asociadas que ponen en duda nociones del sentido comn
como la generacin y el movimiento, que atraviesan la obra de los megricos en general. A pesar de las
diferencias de este enfoque con la lnea eletica, es claro que se incorporan al megarismo numerosas tesis
provenientes de ella. Sobre este punto, vase Introduccin, 3.1.
152
Este testimonio tiene especial importancia para sealar la continuidad de doctrinas dentro del grupo
megrico. A pesar de las crticas contemporneas, que enfatizan la inexistencia de relaciones
institucionales dentro del grupo megrico, a la vez que las relaciones laxas entre sus integrantes, la
persistencia de algunos puntos en diferentes autores muestra que la doxografa tiene a veces un grado de
confiabilidad mayor del que suele atribursele. Sobre este punto, vase Introduccin, 3.1. En este caso, a
pesar de la parquedad del testimonio, es posible poner en paralelo este argumento de Estilpn con el
argumento del Tercer Hombre atribuido a Polxeno en 132. All, Alejandro lo estructura diciendo que la
relacin de participacin supone que el hombre existe por participacin de la Idea, pero esto no puede
referirse al hombre en s, que es la Idea misma, ni a los particulares, de modo que debe haber un tercer
hombre, que no es ni el particular ni la Idea. No hay explicacin de por qu el particular no puede
participar de lo eidtico, pero es posible que el argumento de Estilpn, que apunta a sealar la falta de una
coextensin entre el particular y la idea haya sido un supuesto del argumento de Polxeno. Los enfoques
son slo superficialmente diferentes: mientras Polxeno dice que el hombre particular no participa de la
Idea, Estilpn toma la perspectiva inversa y dice que las Ideas, para las que se supone nombres
universales asociados en consonancia con pasajes platnicos como Repblica, X.595a-6b, donde se dice
que hay Ideas de todo aquello para lo que tenemos un nombre-, no sirven para nombrar los particulares.
Ntese que el testimonio sobre Polxeno apareca en una obra contra Diodoro, que era seguramente
Diodoro Crono, lo cual no hace ms que subrayar la idea de que el grupo megrico est atravesado por
ciertas constantes tericas que le dan cohesin. Vase adems 273 y nota ad loc., para un probable reflejo
de esta tesis en el anecdotario.

124

cuarto libro de Sobre los modos de vida, cuando escribe lo siguiente: no hay que dejar
entrever sin precaucin ni los argumentos (e) ni los elementos de prueba contrarios, sino
cuidar que, distrados por ellos, los oyentes no pasen por alto la captacin, sin ser
capaces de escuchar lo suficiente la solucin y captndola de manera insegura.
Precisamente por eso los que captan de acuerdo con la experiencia comn, tanto las
cosas perceptibles como el resto de cosas derivadas de los sentidos, las dejan pasar
fcilmente cuando son distrados por las preguntas de los megricos y por otros ms
numerosos y eficaces en las preguntas. Entonces, yo les preguntara con todo gusto a
los estoicos, si consideran que las preguntas megricas son ms eficaces que las
redactadas por Crisipo en relacin con la experiencia comn en seis libros. (f) O se debe
preguntar esto a Crisipo mismo? Pues examina qu tipo de cosas escribi sobre el
argumento megrico en el libro Sobre el uso del lenguaje: Algo as sucedi tambin
con el argumento de Estilpn y Menedemo, pues aunque resultaban muy famosos por su
sabidura, su argumentacin se convirti ahora en desgracia, por ser unos toscos y otros
claramente sofsticos. (1037a) Por lo tanto, mi querido, esos argumentos de los cuales
te res y los llamas desgracia de sus enunciadores por tener un defecto evidente, sin
embargo temes que distraigan a algunos de la captacin. Pero no se te ocurri adems
que t mismo, escribiendo tantos libros contra la experiencia comn, en los cuales
agregaste lo que se te ocurri para superar, tomado por la ambicin, a Arquesilao, ibas a
perturbar a alguno de los que se cruzan con ellos? Sin duda no se vale solamente de los
ataques contra la experiencia comn, sino que como si estuviera en un alegato, tomado
por la pasin, mucas veces dice a su oponente que habla tonteras y vacuidades.
305. PLUTARCO, Contra Colotes, 22-3.1119 c-1120 b (SSR, II.O.29):
Despus de Scrates y Platn, Colotes se enfrent con Estilpn. No ha escrito sobre las
verdaderas doctrinas de este hombre, con las cuales se adorn l mismo, a su patria y a
sus amigos, y a los reyes que se preocuparon por l, ni tampoco cunta sensatez haba
en su alma junto con gentileza y mesura.153 Al contrario, entre los dichos con los que, en
broma y valindose de la risa, acus a los sofistas por medio de pequeos argumentos,
Colotes se acuerda de uno. Sin decir nada sobre eso ni resolver la estructura persuasiva
critica a Estilpn y dice que se pasaba la vida (d) diciendo que una cosa no indica otra.
Pues, cmo viviremos sin llamar al hombre bueno, ni al hombre estratego, sino al
hombre hombre y, aparte, a lo bueno bueno y al estratego estratego, ni a los caballos
miles ni a la ciudad segura, sino a los caballos caballos, a los miles miles y lo mismo
con lo dems?.154 (...) (23.1120a) Por el contrario, el planteo de Estilpn es de este tipo: si
153

Colotes es un epicreo contemporneo de Estilpn, con el cual mantuvo disidencias. Para denigrar a
Colotes, Plutarco pone especial celo en su defensa y reproduce el argumento orientado a la impugnacin
de la predicacin, dado que cada cosa tiene una naturaleza propia expresable slo a travs de su nombre.
Esta tesis debe haber estado en el sistema original conectada con la presentada en 303, en relacin con la
crtica al modo en que se entendan las Ideas en otras lneas intelectuales, ya sea porque no se las aceptaba
o porque se las comprenda, como en el caso de Platn, de otra manera. Como surge del pensamiento de
Euclides, el grupo megrico tiende a postular un plano eidtico no slo separado de lo sensible, sino
tambin constituido por Ideas separadas entre ellas, sin comunicacin, para resguardar su pureza. Por esta
razn se resigna una relacin con lo sensible y tambin una correlacin entre lo real, constituido por las
Ideas, y el lenguaje, ya que el lenguaje por definicin se basa en estructuras predicativas. Con este
rechazo de toda predicacin, porque dira algo diferente de lo que la cosa es, se subraya que existen
conexiones en el lenguaje que no representan lo real, y por lo tanto este elemento debe ser tratado con
suma cautela. Con la continuidad de estos tpicos en el grupo concuerda Muller (1985:172-3).
154
Con esta postura, Estilpn no hace ms que colocarse dentro del decurso de una discusin que haba
florecido en la poca clsica y que estaba ligada con la llamada adecuacin de los nombres (orthtes

125

atribuimos correr al caballo, no dice que es lo mismo el atributo que aquello sobre lo
cual se atribuye, sino diferente. Tampoco si sobre el hombre decimos que es lo bueno,
sino que la definicin de lo que es esencialmente es una para el hombre y otra para lo
bueno. Y, a su vez, que el caballo exista difiere de que existe alguien que corra, pues al
pedir la definicin de cada uno, no damos la misma sobre ambos. De all que se
equivocan los que atribuyen una a lo otro (...), pues si lo bueno es lo mismo que el
hombre y correr que el caballo, cmo atribuimos lo bueno al trigo y el remedio y, por
Zeus!, al mismo tiempo el correr al len y al perro? Si son diferentes, no estamos
diciendo adecuadamente que el hombre es blanco y el caballo corre.155
306. SIMPLICIO, Sobre la Fsica de Aristteles, 120.12-7 (SSR, II.O.30):
onomton), que estudiaba precisamente qu grado de adecuacin puede existir entre el plano ontolgico y
el lingstico. Se ha sealado repetidamente que esta tesis tiene parecidos notables con la teora del
nombre propio (oikeos noma) de Antstenes, aunque cabe notar que este parecido es slo superficial.
Antstenes cifraba la clave de un sistema objetivo en la correspondencia exacta entre lenguaje y realidad,
entendida sta con parmetros materialistas, como lo cualificado (t poin), de modo que el lenguaje
constituye un mosaico que refleja exactamente la estructura de lo real y habilita, por lo tanto a estudiar el
lenguaje y obtener as conocimiento sobre lo real. Por el contrario, los megricos parten de la
inadecuacin intrnseca entre pensamiento y lenguaje, ya sea porque, segn Euclides, el lenguaje aplica
nombres mltiples a lo que es uno (en 83), ya sea porque, segn Estilpn, cada entidad puede recibir un
nico nombre, y esto, al revs que en Antstenes, no propicia el conocimiento a travs del lenguaje sino
que lo anula. Ambas posiciones, que comparten con las lneas de orthtes onomton la ubicacin de la
verdad en el plano del nombre, sern atacadas por Platn, especialmente en el Crtilo, dirigido
bsicamente contra el naturalismo (vase nuestra introduccin a esta obra en esta coleccin), y
decisivamente en Sofista, donde se sustituye este enfoque por uno en el que la verdad se cifra en el mbito
proposicional, donde la nocin de predicacin se pone en primer plano. Como se plantea en Sofista, 261d264b, es recin en la unin de nombre (noma) y predicado (rhma) que se constituye la unidad mnima
que puede ser objeto de evaluacin de verdad o falsedad. Para llegar a esta afirmacin, en 251a ss. se
parte de la impugnacin de quienes niegan la predicacin, los que se alegran de no permitir que se diga
bueno a un hombre, sino bueno a lo bueno, y al hombre hombre (251b-c), en lo cual se ha visto a
menudo una referencia a los megricos, as como a la posicin antistnica, que por distintas razones,
como hemos visto, coinciden en este punto. Contra el mismo planteo se pronuncia tambin Aristteles,
sosteniendo la posicin platnica, por ejemplo en el comienzo del De interpretatione y en Categoras,
donde sistematiza el arraigo de la verdad en el plano del enunciado, y, por lo tanto, ratifica el lugar central
concedido a la predicacin. Basta pensar que su metafsica entera se basa en el apotegma de el ser se
dice de muchas maneras (Met., VII.1, 1028a10), de modo que se parte de la multivocidad en contra de
cualquier teora de adecuacin estricta entre nombre y cosa. As, la adecuacin se desplaza al correlato
entre enunciado y realidad. Este enfoque, sin embargo, no acall las teoras rivales, cuya persistencia se
verifica en el hecho de que Estilpn sostena todava esta postura.
155
Ntese que la objecin de Estilpn a la estructura predicativa surge de radicalizar un esencialismo que
hara incomunicables a los entes. De un modo similar que en el caso de Antstenes, segn surge de
Metafsica, VIII.3.1043b4-32, la justificacin de esta teora pasa por indicar que las definicines (lgoi)
de los trminos en juego en la predicacin no son coextensivos. Probablemente la objecin que refiere
aqu Plutarco por parte de Colotes, en cuanto a la imposibilidad de valerse del lenguaje en esta teora, no
haya hecho mella en los megricos. En rigor, dentro del marco de este grupo, es posible que esta teora
formara parte de los instrumentos diseados para mostrar que el lenguaje no puede captar lo real. Una
teora que asigna al plano inteligible una compartimentacin que deja las Ideas aisladas en su pureza no
vacila al plantear que un dispositivo lingstico de significacin que estuviera diseado para captar lo real
debera comportarse del mismo modo, como un mosaico que reflejara cada entidad sin tender a una
mezcla. De este modo, puede comprenderse esta teora como un pilar que soporta el tipo de
argumentacin tpica de los megricos, orientada a sealar los lmites del conocimietoy los riesgos del
lenguaje. Una aplicacin, mucho menos extrema y con rasgos ldicos, se encuentra en el episodio de
Atenea, en 274. La presencia de este problema dentro del grupo megrico se revela tambin en Diodoro, a
propsito de la ambigedad en el lenguaje, en 207. Vase nota ad loc.

126

Por la ignorancia respecto de este punto, tambin los filsofos llamados megricos, al
tomar como evidente la premisa de que aquellas cosas cuyas definiciones son diferentes
son tambin diferentes, y de que las cosas diferentes estn separadas unas de otras,
crean que esto probaba que cada cosa est separada de s misma, pues dado que una es
la definicin de Scrates msico y otra la de Scrates blanco, precisamente Scrates
mismo estara separado de s mismo.156
307. TELES, 21.2-23.4 Hense2 (Estobeo, III.40.8: De Teles, sobre el exilio) (SSR,
II.O.31):
Contra el que cree que el exilio hace a los hombres ms irracionales sera adecuado
comparar con lo relativo a las tcnicas, porque del mismo modo que no es peor tocar la
flauta o actuar estando en una tierra extranjera, as tampoco reflexionar. Por otra parte,
contra el que, segn otros puntos de vista, cree que el exilio es algo daino, no se puede
decir nada fuera de lo de Estilpn, eso que ya plante antes: qu dices, afirma, y de
qu o cules bienes priva el exilio? De los que tienen que ver con el alma o de los que
tienen que ver con el cuerpo o de los exteriores? El exilio priva de la buena reflexin,
de la conducta adecuada y la conducta buena? Por supuesto que no. Pero no priva de
valenta o justicia o alguna otra virtud? Tampoco eso. Acaso de alguno de los bienes
referidos al cuerpo? O no es lo mismo, cuando se est en una tierra extranjera, estar
sano, estar fuerte, ver agudamente, escuchar bien, sino que alguna de estas cosas es
mejor si se permanece en la propia tierra? Es totalmente igual. Sin embargo el exilio
no priva de los bienes exteriores? Acaso no han visto muchos que su fortuna se volvi
extraordinaria cuando estn en el exilio? O Fnice, expulsado de Dolopia por
Amntoros, no se exilia en Tesalia?
Llegu a lo de Peleo
156

Simplicio se encuentra aqu comentando el pasaje de Fsica, I.3.186a25 ss. en el que Aristteles ataca
el monismo eletico, partiendo de que hay una incompatibilidad bsica entre esta tesis, que implica el ser
absoluto, y la propia, que parte de que ser tiene mltiples significados. La batera de argumentos intenta
probar que la asociacin entre ser y unidad entraa contradicciones insalvables, para lo cual refiere
explcitamente a las doctrinas de Parmnides y Meliso. En este contexto es Aristteles mismo el que
confirma que la adopcin de una postura comprometida con una nocin de ser absoluto conlleva
indefectiblemente la anulacin de la definicin, que constituye un ejemplo bsico de predicacin. La
respuesta trae a cuento el esquema categorial, que precisamente parte de la multiplicidad de modos de ser
representada por las categoras. Sobre este punto, vase F. Ildefonse-J. Lallot, Contra Platn: las
invenciones de Aristteles, en Aristote, Categories, Prsentation, traduction du grec et commentaires par
Frdrique Ildefonse et Jean Lallot, Paris, Seuil, 2002 y Aristteles, Fsica, I-II, trad., introd. y notas de
M. Boeri, Buenos Aires, Biblos, 1993, pp. 135-143. Tambin en Metafsica, VII.12 se trata el tema de la
unidad del objeto de la definicin. A propsito de estos tratamientos puede colegirse que son ms los
autores posteriores aludidos de hecho, en II.185b25 menciona a autores ms recientes que no
identifica. Slo encontramos la mencin de Licofrn, que se cuenta entre quienes buscan solucionar los
problemas ligados con la imposibilidad de predicar, sosteniendo una tesis similar a la atribuida a Aristipo
en 632 (vase nota ad loc.), segn la cual no se debe decir el hombre es plido sino que el hombre
empalidece. Mientras el problema parece nuclease ah en la estructura copulativa, el planteo de Estilpn
es ms abarcativo y toma los dos tipos de enunciados bsicos, i.e. la clusula copulativa (el hombre es
blanco) y la resultante de la unin de nombre y verbo (el caballo corre), de manera que todo el
lenguaje queda afectado de inadecuacin respecto de lo real. En Fsica, I.3.186b35 ss., encontramos una
referencia a la composicin de lo uno a partir de entidades indivisibles. A pesar de que se trata de un
pasaje breve y sumamente oscuro, llama la atencin encontrar esta tesis, tal vez aludida en Sofista, 246bc, y desarrollada en los testimonios en asociacin con Diodoro Crono. Vase 213-222 y notas ad loc.
Ntese que el testimonio de Simplicio refiere a los megricos en general, lo cual puede aducirse como
indicio adicional de una presencia extendida de estos planteos en el grupo megrico.

127

y me volv rico, y 'me hizo lder sobre mucha gente'.157


El famoso Temstocles dice: nio, hubiramos muerto si no nos hubiesen expulsado de
nuestra patria. Efectivamente hay una gran cantidad de casos similares. Entonces, de
qu bienes priva el exilio, o de qu mal es causa parcial? Yo realmente no lo veo. No
obstante, nosotros nos arruinamos a nosotros mismos tanto en el exilio como
permaneciendo en la propia tierra.
308. SNECA, Carta a Lucilio, I.9 (=IX), 1-3 ( Frag. 174 Usener [Epicuro]) (SSR,
II.O.33):
Quieres saber si Epicuro tena razn al criticar en una de sus obras a los que dicen que el
sabio se basta a s mismo y por eso no tiene necesidad de un amigo. Esto le reprocha
Epicuro a Estilpn y a aquellos para quienes el sumo bien es un alma impasible. (2) Es
inevitable caer en el equvoco si se quiere traducir aptheia con un trmino y decir
impasibilidad. Se puede, en efecto, entender lo contrario de lo que queremos significar.
Nosotros queremos decir que se rechaza la sensacin de todo mal, pero se corre el
riesgo de entender que no puede soportar ningn mal. Por lo tanto, mira si no es
preferible hablar de un alma invulnerable o de un alma puesta ms all de toda pasin.
(3) Esta es la diferencia entre nosotros y ellos: nuestro sabio vence toda adversidad, pero
la percibe; el de ellos no la percibe. Es comn a nosotros y a ellos que el sabio se basta a
s mismo, pero sin embargo quiere tener un amigo, un vecino, un camarada, aunque se
baste a s mismo.158
309. ALEJANDRO DE AFRODISIA, de an. Lib. mantissa, 150.34-5 (SSR, II.O.34):
<El primer bien propio pareci ser> para algunos la calma, como para los megricos.159
157

Vase Homero, Ilada, I.480; IX.483. Esta actitud respecto del exilio es consonante con la pretensin
de impasibilidad asociada con la tica de Estilpn. Si los nicos bienes propios y valiosos tienen que ver
con la virtud, el lugar en que se plasme la actividad de un hombre es secundaria.
158
Encontramos aqu una caracterizacin del sabio, en tanto parmetro de aret del grupo megrico. As
como Platn postula, por ejemplo en Repblica, al filsofo que capta la Forma de Bien, Aristteles al
phrnimos, el hombre moderado, en tica nicomaquea, en general las escuelas helensticas retornarn a
la figura tradicional del sabio, pero caracterizndola de modos diferentes. Entre las distintas posturas el
punto de la autosuficiencia y el grado en que son afectados por las pasiones suele ser un criterio distintivo
entre los enfoques. Vase Introduccin 3.4. En este caso, encontramos que Sneca compara la posicin de
Estilpn con la estoica en dos puntos: por un lado, el modo en que entienden la nocin de aptheia, por
otro, qu alcances tiene para cada uno la autonoma. Es claro que el estoicismo enarbola la nocin de
aptheia como rasgo propio del sabio. As, el sabio no es afectado por las pasiones, elementos disruptores
entendidos en terreno estoico como errores de juicio. Segn este testimonio, Estilpn habra esbozado una
posicin ms radical, donde el sabio no slo arbitra los medios para evitar el pthos, el ser afectado, sino
que ni siquiera llega a percibir un estado pasional, por ms expuesto que est a ello. El punto que se
objeta a esta perspectiva es que esta falta total de percepcin le quita al sabio megrico la dimensin
heroica del sabio estoico, que vence frente a las pasiones, mientras el megrico ni siquiera se entera
de que existen. Es posible que en esta lnea se encuentre la comparacin de 298 en que el sabio se
asemeja a una estatua (vase nota ad loc.). Sobre la concepcin estoica de las pasiones, vase B. Inwood,
Ethics and Human Action in Early Stoicism, Oxford, Clarendon Press, 1985, passim. En cuanto el
segundo punto, relacionado con la conjuncin entre autonoma e integracin personal con los dems,
Sneca seala la identidad de opiniones, aun cuando Epicuro juzgaba inconsistente la adopcin de la
aptheia con la aceptacin de la amistad como un valor buscado. En rigor, tanto como en el caso del
estoicismo, seguramente Estilpn no aceptaba que la amistad se colocara en la categora de pthos, que es
necesariamente y por definicin un estado daino, algo que no sucede con la phila.
159
Es tradicional, siguiendo a Dring, incluir este texto en relacin con la filosofa de Estilpn, aun
cuando ni siquiera se lo nombra, teniendo en cuenta que en ningn otro caso abundan como en el suyo las
referencias a una tica megrica. Por otra parte, a pesar de sumarlo como testimonio, suelen sembrarse

128

310. DIGENES LAERCIO, II.114 (SSR, II.O.35):


Estilpn era, adems, experto en poltica.160
311. DIGENES LAERCIO, VI.76 (SSR, II.O.35):
Fueron discpulos de Digenes el cnico, Focin, llamado el Bueno, Estilpn de Mgara
y muchos otros polticos.
312. PAPIRO DE HERCULANO, 1788 frag. 2 (SSR, II.O.36):
(...) contando cmo defenderse, porque Estilpn el [inventor] de la tcnica y (...)
Demcrito.
313. PAPIRO DE HERCULANO, 225 frag. 3 (SSR, II.O.37):
<Se leen palabras sueltas:> (...) de Estilpn (...) de algn modo comprendemos (...) del
filsofo (...) de los que han compartido el estudio con l.

dudas sobre su confiabilidad. Muller, por ejemplo, nota que la nocin de aokhlesa, que tradujimos por
calma, es un trmino cercano al epicuresmo, y contrasta con la nocin de aptheia, similar a la estoica,
que Estilpn adoptaba segn lo que se dice en 308. Este juicio se desprende, en buena medida, de la
creencia de que Estilpn es un antecedente del estoicismo, aun cuando se reconoce que los basamentos de
la posicin megrica son suficientes para configurar una tica. Bsicamente, el testimonio central de
Euclides afirma que el bien es uno, lo cual consituye un enunciado tico, complementado con la
desconfianza frente a los fenmenos del plano sensible, por los cuales, como corolario, no habra que
dejarse afectar, manteniendo una actitud de calma. En este sentido, nada indica que Estilpn deba
compartir puntos doctrinales con el estoicismo, que en todo caso pueden explicarse por sus orgenes
comunes, que se remiten en ltima instancia a la nocin de autodominio, enkrteia, ligada con la prctica
socrtica. Sobre este punto, vase Introduccin, 3.4.
160
Tanto ste como el testimonio que sigue informan sobre la relacin entre Estilpn y la poltica, una
relacin poco vista entre los megricos, con la posible excepcin de Ictias, mencionada en 99.

129

2.15 Pantoides de Mgara


314. DIGENES LAERCIO, V.68 (Frag. 3 Wehrli [Licn]) (SSR, II.Q.1):
Adems Licn el Peripattico fue discpulo de Pantoides el dialctico.161
315. DIGENES LAERCIO, VII.193 (SVF, 14) (SSR, II.Q.2):
Contra el Sobre las amfibolas de Pantoides, en dos libros.162
316. EPICTETO, Disertaciones, II.19.1-5 (= 238) (SSR, II.Q.3)
El argumento dominante parece haberse planteado a partir de algunos puntos de partida
de este tipo, pues hay una oposicin comn entre estos tres planteos unos con otros: que
toda proposicin verdadera referida al pasado es necesaria, que de lo posible se sigue lo
imposible y que hay algo posible que no es verdadero ni lo ser.163 () (4) Pero atenerse
a estos tres planteos es impracticable, dado que hay entre ellos una mtua oposicin. (5)
Entonces, si alguien me pregunta: y t, a cul de ellas te atienes?, le responder que
no lo s, pero he recibido esta informacin: Diodoro se atena al primer modo, creo que
los del grupo de Pantoides y Cleantes al segundo y los del grupo de Crisipo al tercero.
317. SEXTO EMPRICO, Contra los profesores, VII.3 (= 150) (SSR, II.Q.3).
A la parte lgica se dedicaron el grupo de Pantoides, Alxino, Eublides y Brisn, y
tambin Dionisodoro y Eutidemo [de Turios, a los que Platn recuerda en su
Eutidemo].164

161

Licn fue director del Liceo luego de Teofrasto y Estratn de Lmpsaco, entre los aos 268 a 224 a.C.,
lo cual permite fechar la actividad central de Pantoides alrededor del 280 a.C. Sabemos muy poco sobre
sus posiciones particulares, excepto por su opinin sobre el problema de lo posible, y sobre los
fundamentos de lo que suele conocerse como el argumento dominante, tal como se desprende de 316, y
sobre lgica en general, como surge de 315 y 317.
162
Entre los ttulos de las obras de Crisipo se cita ste, que confirma, igual que 317, la orientacin terica
de Pantoides. Ntese que el estudio sobre la amfibola permite suponer una conexin con los trabajos de
Diodoro en torno de la ambigedad en el lenguaje.
163
Este pasaje constituye el texto nuclear para la reconstruccin del argumento dominante. Sobre este
punto, vase 236-53 y notas ad loc. Segn este testimonio, Pantoides queda aqu asociado con una
posicin perteneciente a una vertiente del estoicismo. Ntese que las posiciones no pueden reducirse aqu
a escuelas, sino que aba divergencias claras.
164
Sobre la posible correccin de este pasaje, vase la nota a 150.

130

2.16 Filipo de Mgara


318. DIGENES LAERCIO, II.113 (= 262) (SSR, II.R.1).
Sobre Estilpn, Filipo el megrico dice textualmente as: Del grupo de Teofrasto,
arrastr a Metrodoro el Teoremtico y a Timgoras de Gela, del de Aristteles el
cirenaico, a Clitarco y a Simias. De los dialcticos, del grupo de Arstides arrastr a
Peoneo, de <...>; a Dfilo del Bsforo, hijo de Eufanto, y Mirmex, el hijo de Exaineto,
habiendo venido los dos para refutarlo, los gan como admiradores. Adems, aparte de
eso, acogi a Frasidemo el Peripattico, que era experto en fsica, y a Alcimo el orador,
que aventajaba a todos los oradores de Grecia, a Crates y a muchos otros que cautiv.
Incluso se llev a Zenn el fenicio con ellos.165

165

Nuestro conocimiento sobre este Filipo se limita a este testimonio sobre Estilpn, que sirve apenas
para fechar su actividad con posterioridad a la de aqul, algo de poca utilidad cuando no se conserva
ninguna de sus posiciones tericas. Sobre el contenido de este pasaje, vase 262 y nota ad loc.

131

2.17 Alxino de Elea


319. DIGENES LAERCIO, II.109-10 (FHG, III.44.35; Frag. 36 Wehrli [Hermipo]; FGH,
II.A.42; [Hesiquio de Mileto], Acerca de los hombres ilustres, 5) (SSR, II.C.1):
Entre otros sucesores de Eublides estaba Alxino de Elea, hombre presto a la disputa.
Por eso, precisamente, era apodado Elnxinos.166 Estaba en desacuerdo especialmente
con Zenn. En efecto, dice Hermipo sobre l que tras dejar Elis para ir a Olimpia, all se
habra dedicado a la filosofa. Cuando sus discpulos le preguntaban por qu se radic
ah, deca que quera establecer una lnea intelectual que se llamara Olmpica. Pero
ellos, presionados por el sustento y habiendo observado que la regin era insalubre, se
marcharon y Alxino pas el resto de su vida solo con un nico esclavo. Luego,
mientras nadaba en el Alfeo se hiri con una caa y as muri. (110) Conservamos sobre
l un epigrama que dice as:
Por lo tanto, no era un relato azaroso aqul relato
de alguien desafortunado,
que mientras nadaba, se atraves el pie con una pa.
En efecto, el hombre majestuoso,
Alxino, antes de cruzar el Alfeo,
muri herido por una caa.
Escribi no slo contra Zenn, sino tambin otros libros, especialmente contra
Eforo el historigrafo.167

166

El perfil de Alxino que prefieren los testimonios es el de un intelectual dedicado a la erstica, aspecto
del megarismo que habra desarrollado con toda fruicin, a juzgar por el juego fontico entre Alxinos, el
nombre del filsofo, y el sustantivo lenkhos, refutacin, entendida como el rasgo prevalente de su
actividad, que menciona Digenes. La informacin repetida de su enfrentamiento con Zenn el estoico
coincide cronolgicamente con lo que puede colegirse de las magras fuentes: de acuerdo con 337 el pen
que se difundi debe de haber sido compuesto alrededor del 300 a.C., mientras que el escrito citado en
333 tiene como terminus ante quem el 282 a.C., de manera que podemos suponerlo contemporneo de
Zenn y Menedemo de Eretria, con quienes sostuvo polmicas (325-7), ambos nacidos hacia el 340 a.C.
Por su parte, Eforo, tambin mencionado como depositario de crticas de Alxino, fue un historiador
oriundo de Cyme, en la regin elica, que vivi entre el 405 y el 330 a.C. aproximadamente. Su obra ms
reputada es una historia universal que pasa por ser la primera redactada, en la cual separaba el material
histrico del mitolgico. Adems, se le atribuyen tratados sobre los descubrimientos, sobre la historia de
su ciudad y sobre el estilo. Los testimonios no dan muestras claras para colegir en qu puede haberse
basado su disidencia, pero dado que Eforo se cuenta entre los discpulos de Iscrates, probablemente
estaban enfrentados en numerosos terrenos, especialmente en lo que se liga con la educacin, a la que
segn 333 Alxino dedic un tratado. Ntese la presencia del juego lingstico presupuesto en la
motivacin de trasladarse a Olimpia para fundar una escuela all que, segn la costumbre, tomara el
nombre de olmpica (vase 15-8), y por lo tanto diera lugar a un epteto similar al que se atibua a los
dioses, por residir en el Olimpo, en tanto modo ldico de ubicar su prctica por sobre la del resto.
167
El relato del destino desastrado de expatriacin, soledad y muerte de Alxino es sospechoso, de
manera consistente con la mencin de Hermipo de Esmirna como fuente, gramtico alejandrino allegado
a Calmaco, famoso por sus obras biogrficas, redactadas en pocas en que los parmetros de cautela
filolgica estaban todava en paales, y son, por lo tanto, poco confiables. Este caso puede ubicarse,
probablemente, dentro de ese patrn. Lo mismo se aplica especialmente al relato sobre la muerte de
Diodoro en 196. En numerosas oportunidades puede inferirse un alto grado de intertextualidad en la
construccin de las ancdotas, de modo que stas surgen de algn tipo de irona sobre algn contenido de
las doctrinas de los autores biografiados. Deshilvanar estas referencias sin el contexto, lamentablemente,
se vuelve la mayor parte de las veces impracticable. El epigrama est reproducido en Antologa Palatina,
III.29.

132

320. PAPIRO DE HERCULANO 418 [V.H., VIII.77] (SSR, II.C.2):


Y Alxino, el que exigi que le pagaran cinco minas.168
321. PAPIRO DE HERCULANO 1112 [V.H., IX.2], frag. 2 (SSR, II.C.3):
[Pasaje altamente daado, probablemente dirigido a Estilpn, en que se menciona a
Memnn, Alxino, Eublides y Eufanto].
322. SEXTO EMPRICO, Contra los profesores, IX.104-10 (SVF, I.110 y 111) (SSR, II.C.4):
Y Zenn dice a su vez: lo racional es mejor que lo no racional, pero nada es mejor que
el mundo. Por lo tanto, el mundo es racional. As, del mismo modo, lo aplic a lo
inteligente y lo que participa de animacin, pues lo inteligente es mejor que lo no
inteligente, y lo animado es mejor que lo no animado. Pero nada es mejor que el mundo.
Por lo tanto, el mundo es inteligente y animado. () (107) Platn plante un argumento
virtualmente igual al de Zenn. () (108) Pero Alxino se opuso a Zenn del siguiente
modo: lo potico es mejor que lo no potico, y lo letrado es mejor que lo no letrado, y
lo versado en las dems tcnicas es mejor que lo que no es as. Pero nada es mejor que
el mundo. Por lo tanto, el mundo es potico y letrado. (109) Para confrontar con esta
comparacin, los estoicos afirman que Zenn eligi lo que es mejor absolutamente, es
decir lo racional es mejor que lo no racional, lo inteligente que lo no inteligente y lo
animado que lo no animado, mientras que Alxino no lo hace, pues lo potico no es
mejor que lo no potico absolutamente, ni lo gramatical lo es respecto de lo no
gramatical.169
168

El texto aparece en un contexto de crticas a actitudes descomedidas de algunos filsofos. Podra


tratarse, segn se ha propuesto, de un texto de origen epicreo [vase Muller (1985:ad loc.)]. El cobro por
la enseanza es estigmatizado en la tradicin platnica, pero extendido entre los otros discpulos. Vase
sobre este punto, a propsito de Aristipo, 359 y nota ad loc. Muller nota que la mencin de cinco minas
aparece citada tambin como cifra asociada con el precio de las lecciones de Eveno y Aristipo. Habra
que agregar que esta suma es la misma que Ciro promete en la Anbasis de Jenofonte (1.4.13) a los
soldados tras la revuelta que se produce al descubrir que marchan hacia Babilonia, y la misma que
Plutarco dice que pagaron los aqueos como rescate en la Vida de Tito, 13.8, entre otros ejemplos, lo cual
indica que puede tratarse de un cifra genrica que indica cantidad abultada, sin pretensiones de exactitud.
169
Sexto se encuentra en este pasaje analizando argumentos a favor de la existencia de los dioses, y
comenta a propsito de esto la posicin zenoniana, orientada a mostrar que el mundo posee los atributos
de la divinidad. La estructura del argumento es atacada directamente por Alxino por medio de la
postulacin de un argumento similar que concluye en un absurdo. D. Sedley ha sealado la importancia
de esta crtica en la construccin de la posicin estoica, tal como puede inferirse de las respuestas que
esbozan ante Alxino (Les origines des preuves stociennes de l'existence de dieu, Revue de
mtaphysique et de morale 4, Paris, 2005, pp. 461-87). Sobre esta doctrina en el mbito del estoicismo,
vase K. Algra, Stoic Theology, en B. Inwood (ed.), The Cambridge Companion to the Stoics, Cambridge, CUP, 2003, pp. 153-78 y L. Gelinas, The Stoic Argument Ex Gradibus Entium, Phronesis 51.1,
Leiden, 2006, pp. 49-73. A partir de este pasaje se ha colegido la posibilidad de que el dilogo pseudoplatnico Erixias se refiera a este enfrentamiento. En esta obra, dedicada a discutir sobre la riqueza, el personaje Scrates relata una ancdota que consiste en la refutacin del sofista Prdico por parte de un joven
ducho en cuestiones dialcticas. Prdico sostena all la tesis de que la riqueza es buena slo para los
hombres mejores, mientras que es daina para el resto, similar a la que sostiene el personaje Critias del
Erixias y a la propia del estoicismo. El joven, por el contrario, utiliza en 398a una formulacin similar a
la que encontramos en el testimonio de Sexto, en la que se arguye: si se me hiciese sabio con esta sabi dura propia de los hombres de bien, sera una necesidad que todas las cosas se hiciesen buenas para m
(). Por ejemplo, si se hiciese de m un gramtico, sera una necesidad que todas las cosas se hiciesen
gramaticales para m; y si se hiciese de m un msico, se haran musicales. En igual forma, si haces de m
un hombre de bien, todo se har bueno para m. Esto ha llevado a D. Eichholz a proponer que el relato
puesto en boca de Scrates refleja la disputa entre Zenn y Alxino (The Pseudo-Platonic Dialogue Eryxias, Classical Quarterly 29.3/4, Cambridge, 1935, pp. 129-149. En 323 el argumento es el mismo pero

133

323. CICERN, Sobre la naturaleza de los dioses, III.9.22-3 (SSR, II.C.4):


Zenn conclua as: lo que usa la razn es mejor que lo que no usa la razn. Nada es
mejor que el mundo; por lo tanto, el mundo usa la razn. Si se acepta eso, hars
inmediatamente que parezca que el universo es el que mejor lee un libro, ya que
siguiendo los pasos de Zenn podrs concluir de esta manera: lo que sabe leer es mejor
que lo que no sabe leer; nada es mejor que el mundo; por lo tanto, el mundo sabe leer.
De acuerdo con esto ser tambin elocuente, y ciertamente matemtico, msico, luego
experto en todas las doctrinas, y finalmente filsofo.
324. DIGENES LAERCIO, VII.163 (SVF, 333) (SSR, II.C.5):
Se han transmitido estos libros de Aristn el estoico: () Contra las respuestas de
Alxino.170
325. DIGENES LAERCIO, II.135-6 (FHG III.167-71) (SSR, II.C.6):
Herclides <de Lembo> dice que Menedemo era platnico en sus doctrinas y se burlaba
de la dialctica, de modo que cuando Alxino le pregunt si haba terminado de golpear
a su padre, dijo ni lo golpeaba ni he cesado. Cuando, de nuevo, el otro le dijo que
deba disolver la ambigedad respondiendo s o no, dijo sera ridculo seguir las
normas de ustedes, pudiendo resistir en las puertas. 171 () (136) () Sin embargo,
Menedemo, aunque era de este modo <combativo> de palabra, era gentilsimo en los
hechos.
326. PLUTARCO, Sobre la falsa modestia, 18.536 a-b (SSR, II.C.6):
Cuentan que Alxino el sofista deca muchas vulgaridades en la argumentacin respecto
de Estilpn de Mgara. Cuando uno de los presentes dijo: pero se antes te estaba
alabando, respondi: Por Zeus!, porque es el mejor y el ms noble de los hombres.
Sin embargo, Menedemo, al contrario, tras escuchar que Alxino muchas veces lo
alababa dijo: yo siempre critico a Alxino, de modo que es un hombre vil, ya sea
no est atribuido a Alxino, sino que es un Acadmico el que se opone al punto de vista estoico.
170
Aristn de Quos fue un estoico discpulo de Zenn, apodado la Sirena, por sus dotes oratorias y su
poder de encantar al auditorio. Tericamente parece haber estado ms apegado al modelo cnico, en su
pretensin de que la filosofa se identifica con la tica. Vase M. Schofield, Ariston of Chios and the
Unity of Virtue, Ancient Philosophy 4, Pittsburgh, 1984, pp. 83-95. El dato de esta obra de Alxino
enfatiza la continuidad de la discusin entre la dialctica megrica y la estoica, entre las cuales no hay
slo, como suele subrayarse, una influencia de la primera sobre la segunda, sino que su dilogo terico es
continuado y ambas, ubicadas en la lnea de lgica proposicional, establecen tensiones frente a la lgica
de predicados de cuo aristotlico.
171
ste y los dos testimonios que siguen mencionan la relacin de Alxino con Menedemo de Eretria,
asociado con Fedn de Elis, a la vez que con Estilpn. No se seguro a qu lugar remiten estos
intercambios, ya que pueden haberse dado tanto en Elis, de donde Alxino es oriundo, igual que Fedn, a
quien sigui Menedemo, o en Mgara, a donde ambos se dirigieron. Parece ms plausible este ltimo
lugar, a juzgar por 326, donde Estilpn entra en el crculo de las crticas. En este pasaje encontramos un
ejemplo ms de los juegos lingsticos caractersticos de la escuela, similares a los de Estilpn
mencionados en 273. En este caso, el trmino nmoi, normas, es parecido a nomo, terrenos, lo cual
permite el giro de no entrar en el terreno de ustedes si puedo quedarme afuera. De ese modo, no se
atendra a las reglas dialcticas propuestas por los megricos, estrictas, al parecer, en lo que hace a las
respuestas por s o por no, dato que permite muchos de sus argumentos tpicos. Vanse adems los
ejemplos que provee la argumentacin de Eublides en 150-87, as como la teora sobre el lenguaje de
Diodoro Crono en 207-12. Sobre el pasaje final de este testimonio, vase la nota siguiente.

134

porque es alguien que elogia a un hombre vil o alguien que es criticado por un hombre
probo.172
327. ESTOBEO, IV.20.31 (SVF, 720; Frag. 574 Usener [Epicuro]) (SSR, II.C.7):
De Crisipo: Cuando alguien le dijo el sabio no se enamorar. As lo testimonian
Menedemo, Epicuro y Alxino, respondi: usar eso como demostracin, pues si
Alxino el improvisado, Epicuro el insensible y Menedemo el charlatn dicen que no,
por lo tanto el sabio se enamorar.
328. CICERN, Acadmicos primeros, II.24.75 (SSR, II.C.8):
Yo tena otros rivales para ustedes, molestos pero menos importantes: Estilpn,
Diodoro, Alxino, autores de sofismas rebuscados y sutiles.173
329. FRONTN, Carta a Antonino Po, Sobre la elocuencia, 2.16 (SSR, II.C.9):
Si el estudio de la filosofa consistiera slo en el estudio de las cosas mismas, me
sorprendera menos que desdearas tanto las palabras. Por lo tanto, que estudies los
razonamientos cornudos, los sorites, los mentirosos, que son formulaciones rebuscadas
y engaosas, pero descuides la prctica de la elocuencia, la nobleza de expresin y la
majestuosidad, la gracia y la brillantez del estilo, esto muestra que prefieres hablar ms
que expresarte con elocuencia, murmurar y mascullar ms que hacer sentir la voz.
Antepones los argumentos de Diodoro y Alxino a los de Platn, Jenofonte y
Antstenes, como si quien estudia actuacin prefiriera ms la actuacin de Tasurco que
la de Roscio; como si al nadar, si fuera igualmente posible, se emulara a la rana ms que
a los delfines, o se prefiriera volar con las pequeas plumas de codorniz ms que con la
majestuosidad de las guilas.174
172

La relacin entre Alxino y Estilpn, ms all de la falta de reciprocidad en el trato que constituye en
ncleo de la ancdota, muestra a las claras la ausencia de una nocin poderosa de escuela que fomentara
el funcionamiento conjunto de los intelectuales enrolados en una misma lnea. Los dos puntos de
diferencia ms claros entre los testimonios son, por un lado, los que se desprenden de la crtica a la
actividad poltica por parte de Alxino en 340, prctica a la que se dedicaba Estilpn, segn 310-1, y, por
otro, la nocin de sabio que cada uno tena, ya que mientras Alxino parece rechazar las relaciones de
pareja, segn 327, en Estilpn el cuadro es diferente, a juzgar por su relacin con Nicareta, mencionada
en 292-3. En cuanto al cambio de opinin de Alxino en el presente testimonio, Muller entiende que
responde a la diferenciacin de la perspectiva de juicio, de manera que Estilpn merecera groseras en lo
intelectual, pero alabanzas en su dimensin humana (ad loc.). Si es as, tal vez pueda tratarse de la misma
actitud presente sobre el final de 325 en relacin con Menedemo, donde los enfrentamientos en el terreno
terico no impiden una relacin solidaria. La necesidad de estas aclaraciones repose, probablemente, en el
hecho de que la dialctica erstica de Alxino poda confundirse con un ataque personal. Sobre los
contactos entre Menedemo y Estilpn, vase 268-9.
173
Cicern se encuentra aqu en un contexto en que se tratan las crticas al escepticismo, lo cual da
ocasin para agrupar filsofos que sostendran posiciones a favor de l, entre los cuales se menciona,
entre otros, a Parmnides, Jenfanes, Scrates, Platn y Crisipo, cuyas posturas de ningn modo entran en
esa categora. Se trata de una acumulacin construida sobre una lectura apresurada de algunos pasajes.
Vase Cicero, On Academic Scepticism, trad. by Ch. Brittain, Indianapolis, Hackett, 2006, p. 44.
174
El pasaje est dirigido a Marco Aurelio, formado por va estoica en estas filosofas. Muller nota bien
que a pesar del tono despreciativo del pasaje, se parte de la explicitacin de un presupuesto que tiene que
ver con la necesidad de complementar el acceso filosfico a lo real con una expresin con estilo. Es por la
falta de este ltimo aspecto que los megricos quedan en desventaja. Como se dice en 331, Alxino se
orienta a la lgica, mbito en que el brillo literario queda fuera de lugar. As, no se acusa de inutilidad,
sino de una expresin descuidada. En cuanto a la fuente, Frontn es un retrico del s. II d. C. Su
testimonio, en general teido de una postura conservadora respecto de la tradicin, sirve para evaluar la
tensin entre retrica y dialctica y la integracin de los modelos griegos en la poca romana. Vase P.

135

330. FRONTN, Carta a Antonino Po, Sobre la elocuencia, 2.18 (en el margen) (SSR,
II.C.9):
Pericles fue alumno de Anxgoras, no del sicofante Alxino.
331. SEXTO EMPRICO, Contra los profesores, VII.13 (SSR, II.C.10):
A la parte lgica se dedicaron Pantoides, Alxino, Eublides, etc.
332. PLUTARCO, Sobre las nociones comunes, 10.1062f-1063a (SSR, II.C.11):
Es contrario a las nociones comunes criticar y, del mismo modo, maltratar a todos los
hombres, tratando a unos de mesurados y a otros de viles, y sorprenderse de Crisipo,
rerse de Alxino, y sin embargo creer que los hombres no son ni ms ni menos
insensatos unos que otros.175
333. FILODEMO, Retrica, II. coll. XLIV.19-XLIX.27 (SSR, II.C.12):
Sin embargo Hermarco, en el arcontado de Menecleo, en una carta a Tefides sostiene
la misma opinin.176 Alxino, en su Sobre la educacin, acusaba a los sofistas oradores
de hacer investigaciones intiles, entre las cuales est precisamente su dedicacin a la
expresin, a la memotecnia y a aquellos asuntos que investigan si Homero deca
hypobbeken (sucedi) en los versos cuyo comienzo es stra d d probbeke, y otras
Fleury, La Flte, le Gneral et lEsclave: Analyse de certains mtaphores rhtoriques chez Fronton,
Phoenix (Toronto), 55.1/2, 2001, pp. 108-123. En 330, la acusacin de sicofante suele verse como un
indicio del rechazo de sus colegas, y no como una informacin sobre una efectiva acusacin de esta
prctica delatoria calumniosa por parte de Alxino. Sobre la nocin de sicofante, vase M. Christ,
Ostracism, Sycophancy and Deception of the Demos: [Arist.] Ath. Pol., 43.5, Classical Quarterly, 42.2,
Cambridge, 1992, pp. 336-346.
175
Este pasaje, que se inserta dentro de las crticas que Plutarco dirige a la epistemologa estoica, es
significativa porque permite colegir la actitud crtica de Crisipo frente a Alxino, que coincide con la que
surge de 327. Sobre las nociones comunes de los estoicos y su funcin dentro del sistema, vase B.
Inwood, Ethics and Action in Early Stoicism, Oxford, Clarendon Press, 1985 y J. Rist (ed.), The Stoics,
Berkeley, University of California Press, 1978.
176
Hermarco de Mitilene fue sucesor de Epicuro al frente de la escuela. La opinin aludida que sostiene
Filodemo, a propsito de la cual se refiere a la posicin de Hermarco, consiste en que la retrica sofstica,
que incluye demostraciones, es efectivamente una tcnica, mientras que la retrica forense y poltica no lo
son. En medio de esta polmica de larga data, Alxino parece haber recibido crticas de Hermarco por
adoptar una posicin menos crtica, en la que planteaba que si bien una parte considerable de la prctica
retrica era intil lo cual rie directamente con la nocin griega de tcnica, que suele definirse como
lo til para la vida (t khrsimon ti bi), sin embargo era rescatable lo que atae a la argumentacin,
aunque no se tratara de demostraciones en sentido estricto. Muller (ad loc.) supone que esta toma de
posicin revela una impronta aristotlica, que le confiere a la retrica un mbito autnomo y un tipo
argumentativo propio. Es difcil colegir qu funcin cumpla esta afirmacin en el contexto de la posicin
de Alxino, pero, como nota Muller, tratndose de un tratado sobre la educacin, no es inverosmil que
intentara distinguir el mbito retrico del dialctico. Por el contrario, habra preservando para este ltimo
un mbito de mayor especificidad, lo cual estara implicado en la idea de que los oradores tratan temas
propios de la filosofa, pero en un registro diferente, que se limita a lo verosmil, como ya notaba
Aristteles en el comienzo de la Retrica. Habra que agregar, sin embargo, que en boca de un megrico,
la diferencia entre un mbito filosfico-dialctico y uno retrico no poda limitarse a la oposicin entre lo
ms y lo menos cientfico, entendiendo por ello lo que mejor da cuenta de lo real, sino que lo probable
y verosmil debe entenderse como el enfoque del sentido comn, mientras que la filosofa, entendida
desde la perspectiva megrica, consistira en el cuestionamiento de esa perspectiva, segn la cual, en todo
caso, dar cuenta de lo real consiste en mostrar la dificultad de su captacin. Vase, adems, sobre este
pasaje A. Chavez Reino, La cita de Hermarco y de Alexino en Filodemo, Rhet. II (PHerc. 1674), COL.
XLIV 19 - XLIX 27, Emrita, 72.2, Madrid, 2004, pp. 249-266.

136

cuestiones en Homero y Eurpides. Aadiendo algunas otras cosas, y elogiando unas


veces a uno y otras a otro () es admisible en su caso que intenten componer discursos
sobre muchos temas tiles del entorno, que es propio de los filsofos examinar. Pues
aunque algunos de sus argumentos no concluyen de manera cientfica, no es imposible
juzgar a los oradores por la verosimilitud y la probabilidad. Despus que Alxino
pronunci este palabrero, Hermarco se opuso a todo eso () [Siguen las objeciones a
la tesis de Alxino que expone Hermarco en la carta a Tefides ya mencionada, cuya
conclusin es la siguiente:] en cuanto a que algunos de los discursos de los oradores no
concluyen cientficamente sino de modo emprico y probable, cmo debe a su vez
entenderse? Pues no se debe pensar que eso significa literalmente que estos discursos no
se ajustan a los silogismos dialcticos, pues no es que algunos estn afectados por eso,
sino todos, al margen de que esto no le guste demasiado a Alxino. Por ejemplo, le
reprocha en un lugar a Eublides que menosprecie los argumentos que no contienen
silogismos, pues, dice, podemos comprender las cosas tambin sin ellos.
334. FILODEMO, Retrica, VI, frag. 24.3-7 (SSR, II.C.13):
Papiro donde se leen palabras sueltas entre las que se cuentan: Yo, a los dialcticos
megricos () todo orador ().
335. ARISTOCLES, Acerca de la filosofa, frag. 7 (segn Eusebio, Preparacin evanglica,
XV.2.4, p. 791 c-d) (SSR, II.C.14):
Se podra decir que tambin son realmente ridculos los Relatos de Alxino el erstico,
pues hace de Alejandro un nio que dialoga con su padre Filipo y escupe sobre los
argumentos de Aristteles, mientras que acepta a Nicgoras, el llamado Hermes.177
336. ARISTOCLES, Acerca de la filosofa, frag. 7 (segn Eusebio, Preparacin evanglica,
XV.2.11, p. 792 d) (SSR, II.C.14):
Estos son casi todos los detractores principales de Aristteles, de los cuales algunos
vivieron en su misma poca, y otros algo ms tarde, pero todos fueron sofistas, ersticos
y oradores, cuyos nombres mismos y sus obras estn ms muertos que sus cuerpos. ()
Entonces es claro que, como a muchos otros, as tambin a Aristteles le sucedi recibir
a veces la envidia de los sofistas por su amistad con los reyes y su superioridad en las
argumentaciones.178
177

Eusebio comienza el libro XV de su Preparacin evanglica tratando de Aristteles. Presenta para


ello una lista de sus detractores, entre los cuales se encuentran los megricos Alxino y Eublides el
pasaje 145 es continuacin directa de ste; vase nota ad loc.. En el contexto, resulta insultante que se
relegue a Aristteles y se prefiera a Nicgoras, personaje mencionado en nuestras fuentes como un
excntrico que se vesta como Hermes, incluyendo las alas, tal como se desprende, por ejemplo, de
Ateneo, Deipnosofistas, VII.33 y Clemente, Protrtico, 5.54.4. Sobre el contexto de la actividad de
Nicgoras, vase E. Fredricksmeyer, Divine Honors for Philip II, Transactions of the American
Philological Association 109, Maryland, 1979, pp. 39-61.
178
Este pasaje pertenece al mismo captulo de Eusebio que el anterior y resume las crticas a Aristteles.
El resto de los detractores, junto con Alxino y Eublides son Epicuro, que refiere irnicamente las
actividades de Aristteles previas al encuentro con Platn, el pitagrico Licn y Cefisodoro, mencionado
tambin en 146. Se trata del discpulo ms importante de Iscrates, autor de un tratado contra Aristteles
y cido crtico de Platn. En este enfrentamiento se enrola seguramente el Protrptico de Aristteles,
interpretado habitualmente como una propaganda del joven Aristteles, alumno de la Academia, contra la
escuela de Iscrates. Sobre este punto, vase A. Chroust, A Brief Account of the Reconstruction of
Aristotles Protrepticus, Classical Philology, 60.4, Chicago, 1965, pp. 229-239. Tambin es mencionado
Timeo de Tauromenio, historiador ligado con la escuela isocrtica, que vivi entre el 354 y 250 a.C., as

137

337. ATENEO, XV.696 e (FGH, III.46.42; Frag. 48 Wehrli [Hermipo]) (SSR, II.C.15):
Hay un pean, precisamente el escrito en honor de Crtero el Macedonio, compuesto por
Alxino el dialctico, dice Hermipo, el discpulo de Calmaco, en su primer libro sobre
Aristteles. Se canta en Delfos, mientras un joven tae la lira.179
338. DIGENES LAERCIO, VII.166 (SVF, 422) (SSR, II.C.16):
Dionisio el inconstante fue discpulo, segn dice Diocles, primero de su conciudadano
Herclides, luego de Alxino y Menedemo, y finalmente de Zenn.180
339. DIGENES LAERCIO, IV.36 ([Hesiquio de Mileto], Acerca de los hombres ilustres, 8)
(SSR, II.C.17):
A un dialctico del grupo de Alxino que no poda explicar cabalmente los argumentos
de Alxino, Arquesilao le cont lo que haba hecho Filxeno a los fabricantes de
ladrillos, pues al sorprenderlos cantando mal sus obras, pis sus ladrillos mientras les
deca: como ustedes destruyen mis obras, as yo destruyo las de ustedes.181
340. DIGENES LAERCIO, II.125 (SSR, II.C.18):
Otros dicen que Clstenes, el padre de Menedemo, era escengrafo y que Menedemo
aprendi las dos tcnicas, de all que cuando redact un decreto, uno de los discpulos
de Alxino lo atac diciendo que al sabio no le corresponda disear ni escenarios ni
decretos.182
como su antagonista, el orador Demcares, sobrino de Demstenes, que vivi aproximadamente entre 355
y 275 a.C. Como su to, adopt una postura radicalmente antimacednica, de manera que por esta va
seguramente recibi Aristteles crticas polticas, especialmente cuando las fuentes atribuyen a
Demcares, a pesar de su relacin cercana con Zenn de Citio, una asimilacin entre filosofa y negacin
de la libertad.
179
Crtero fue uno de los generales de Alejandro, que tras la muerte de Alejandro asumi la regencia de
Macedonia junto con Anpatro, pero muri poco despus en el 321 a.C. en una batalla, contra Eumenes,
de las que se produjeron en cantidad entre los reinos alejandrinos. Se suele ubicar esta composicin de
Alxino no despus del ao 300 a.C. Esta aquiescencia con el rgimen macednico indicara una cercana
con el poder poltico que se ha visto como causa de que en el testimonio 330 se lo trate de sicofante
(vase Muller, ad loc.). Sobre el pen como forma de elogio a los gobernantes durante el s. III, vase I.
Rutherford, Pindar's Paeans. A Reading of the Fragments with a Survey of the Genre, Oxford, OUP,
2001.
180
Los datos sobre los maestros de este personaje estoico sirven para subrayar, como en otros casos, la
convivencia entre numerosas lneas tericas, en este caso Herclides del Ponto, ligado con el
aristotelismo, Alxino con el grupo megrico, Menedemo con la escuela de Elis y Zenn con el
estoicismo, al cual adhiere finalmente Dionisio. Esta proliferacin propiciaba diversos tipos de
sincretismo, como refiere en este caso Digenes Laercio (VII.166) respecto de Dionisio, que se negaba a
aceptar el carcter de indiferentes del placer y el dolor, lo cual lo alejaba de la doctrina estoica regular. En
V.92 se relata una ancdota referida a Dionisio y Herclides.
181
El testimonio de Digenes suele interpretarse como un indicio del debilitamiento del grupo megrico.
El discpulo de Alxino no puede reconstruir un argumento y debe ser reprendido por el Acadmico
Arquesilao. Sobre Arquesilao, vase 34 y 201 y notas ad loc. Muller (ad loc.) afirma que la intervencin
de Arquesilao es oscura, ya que no se comprende bien a qu llama mas y de ustedes. Sin embargo, es
claro que en la comparacin el discpulo es quien destruye las obras de su maestro, caso en el cual o
Arquesilao presta su voz a Alxino, o l mismo en tanto intelectual se siente afectado por la incapacidad
para postular argumentos y reacciona corporativamente. Esto hara menos necesario, aunque de ningn
modo imposible, pensar que Arquesilao apreciaba especialmente a Estilpn o a sus doctrinas, como
quieren Muller y Dring (ad loc.).
182
Vase 337 y nota ad loc.

138

341. ATENEO, X.418 e (SSR, II.C.19):


Hecateo dice que los egipcios son consumidores de un pan especial, y muelen la cebada
para beber. Por eso precisamente Alxino en su Acerca de la autarqua dijo que Bcoris
y su padre Necabis se servan de una alimentacin moderada.183

183

Sobre este pasaje, vase A. Cameron, Crantor and Posidonius on Atlantis, Classical Quarterly 33.1,
Cambridge, 1983, pp. 81-91 y O. Murray, Hecataeus of Abdera and Pharaonic Kinship, The Journal of
Egyptian Archaeology, 56, London, 1970, pp. 141-171, donde, a propsito del examen de los relatos
supuestamente originados en Egipto, se refieren a este pasaje de Alxino y su fuente, Hecateo.

139

2.18 Filn de Mgara


342. DIGENES LAERCIO, VII.16 (=199) (SSR, II.F.3):
Zenn discuta con entusiasmo con el dialctico Filn y estudiaba con l. De all que
fuera admirado por Zenn el Joven no menos que por Diodoro, su maestro.184
343. DIGENES LAERCIO, VII.191 (SVF, II.4-10):
Contra los signos de Filn, en un libro.185
344. DIGENES LAERCIO, VII.194 (SVF, II.4-10):
Contra el Sobre los modos de Filn contra Timstrato en un libro.

184

Filn de Mgara es protagonista directo de los desarrollos megricos ligados con la inferencia que
suelen asociarse primariamente con Diodoro Crono. As, la mencin de 342 debe complementarse con las
de 206, 231-3, 235, 247-50 y 253. Vanse notas ad loc. La interpretacin de Giannantoni sobre la
filosofa diodoriana pone a Filn en primer plano, como receptor directo de las crticas de Diodoro. Aun
cuando esto no impida que pueda mantenerse ms amplio el abanico de dilogos de Diodoro con otras
lneas y pensadores, es claro que Filn es fundamental para la construccin y sistematizacin de la lgica
que fundamentar luego los desarrollos estoicos.
185
Este testimonio y el siguiente consignan ttulos de obras de Crisipo, de las cuales se infiere la
importancia que le confera el estoico. La primera de las obras nombradas remita, seguramente, a algn
tipo de teora de la significacin. Es posible que tambin Filn, como Diodoro, haya tenido algn tipo de
posicin tomada en este terreno. Vase 207-212 y notas ad loc.

140

3
ARISTIPO Y LOS CIRENAICOS

141

3.1. El grupo cirenaico


345. Suda, s.v. Scrates (SSR, I.H.7):
Scrates form como filsofos a Platn, () y Aristipo de Cirene, quien introdujo una
lnea propia y fund una escuela llamada Cirenaica (). Tambin Teodoro el llamado
Ateo fue su discpulo. Para opinar y transmitir la indiferencia cre una lnea intelectual
propia, que fue llamada Teodoriana.186
346. DIGENES LAERCIO, II.85-6 (SSR, IV.A.160):
Nosotros, dado que relatamos la vida de Aristipo, vamos, describamos ahora a los
cirenaicos, sus seguidores, algunos de los cuales tomaron el nombre de Hegesacos,
otros el de Anicerianos y otros el de Teodorianos. Y se debe recurrir adems a los
seguidores de Fedn, entre cuyos cultores principales estn los Ertricos. Fueron
discpulos de Aristipo su hija Arete, Etope de Ptolemais y Antpatro de Cirene.
Discpulos de Arete fueron Aristipo, apodado el Metrodidacta, con quien se form
Teodoro el Ateo, o Dios. Discpulos de Antpatro fueron Epitmides de Cirene, con
quien se form Parebates, con quien se form Hegesias, el Apologista del suicidio, y
Aniceris [el que rescat a Platn].187
347. DIGENES LAERCIO, II.72 (SSR, IV.A.160):
Aristipo le sugiri lo mejor a su hija Arete, ejercitndola para que desdee lo superfluo.
188

348. SUDA, s.v. Aristipo (Hesiquio de Mileto, Catlogo de nombres, 90.25.13-8) (SSR,
IV.A.160):
Fue discpula de Aristipo su hija Arete, cuyo hijo era Aristipo el joven, el llamado
Metrodidacta, de quien fue discpulo Teodoro, el llamado Ateo y luego Dios. De l fue
seguidor Antpatro, y de l Epitmides de Cirene, de l Parebates, de l Hegesias el
Persuasivo para la muerte y de l Aniceris [el que rescat a Platn].
186

Sobre la relacin del grupo cirenaico en el concierto de los dems socrticos, vanse los testimonios 126. El hecho de que Aristipo hubiese efectivamente sentado las bases doctrinales de una escuela fue
puesto en duda a menudo por la crtica ms reciente, que se inclin a pensar que, en todo caso, el modo de
vida de Aristipo inspir posiciones que se solidificaron tericamente slo ms tarde, especialmente con el
impulso de Aristipo Metrodidacta, el nieto del discpulo de Scrates. La coincidencia de nombre habra
propiciado la proyeccin sobre el abuelo. En este sentido, Aristipo habra sido kyrenaos, de Cirene,
pero no kyrenaiks, cirenaico. En rigor, parece innecesario sostener esa postura, como puede inferirse
de 573-642 y notas ad loc. De un ncleo terico originario se desarrollaron otras lneas, mencionadas en
346. Vase Introduccin, 4.1 y, sobre las vertientes cirenaicas, Introduccin, 4.3.
187
Las tres lneas en las que se multiplica la filosofa cirenaica son tratadas por Digenes de manera
ordenada en los pasajes que siguen, que nosotros consignamos en 589, respecto de la doctrina
originaria, en 661 respecto de Hegesias, en 672 respecto de Aniceris y en 693 respecto de Teodoro.
Vanse notas ad loc. Sobre Digenes Laercio como fuente, vase Introduccin 1. El catlogo de
Lamprias, supuestamente el hijo de Plutarco, le atribuye a este ltimo un Sobre los cirenaicos (n 188),
pero no lo conservamos.
188
Esta recomendacin tiene su eco en la carta consignada en 647, y representa bien la impronta de
autodominio inherente a la posicin cirenaica, ligada con el gozar los placeres sin ser dominado por ellos
que surge, por ejemplo, de ancdotas como la relacin de Aristipo con Las (482-92) o su caracterizacin
como perro de la corte (441-51). Sobre este punto, vase Introduccin, 4.1. Sobre Arete como
continuadora de la lnea de Aristipo y formadora de su hijo en esta filosofa, vase 648-54.

142

349. CICERN, Sobre la naturaleza de los dioses, III.31.77 (SSR, IV.A.161):


De la misma manera que si es verdad lo que sola decir Aristn de Quos, que son
nocivos para sus oyentes los filsofos que, aunque digan cosas buenas, son mal
interpretados (pues l crea que de la escuela de Aristipo poda salir un libertino, o de la
escuela de Zenn un pendenciero), y entonces evidentemente, si era probable que sus
discpulos salieran depravados por haber interpretado mal los discursos de los filsofos,
hubiera sido mejor para esos filsofos callarse que causar dao a los que los oan.189
350. ATENEO, XIII.565 d (SVF, I.57; Frag. 118 Wilamowitz [Antgono]) (SSR,
IV.A.161):
Aqul sabio Zenn, como dice Antgono de Caristo, adivinando, probablemente, acerca
de la vida de ustedes y su actividad hipcrita, dijo que los que asisten a sus discursos y
no entienden sern tontos y sin libertad, como los que se equivocan respecto de los
principios de Aristipo, sern abandonados e insolentes.190
351. SEXTO EMPRICO, Argumentaciones pirrnicas, I.14.150 (SSR, IV.A.161):
Estamos contrastando una forma de pensar con otra cuando contrastamos la forma de
pensar de Digenes con la de Aristipo, o la de los espartanos con la de los itlicos.191
352. IBN AL-QUIFTI, Historia de los sabios, ed. Lippert (1903), p. 25.13-4; 70.8-15
(SSR, IV.A.162):
25.13-4: La escuela denominada por la regin en la que resida el filsofo es la doctrina
de Aristipo de Cirene.
70.8-15: Aristipo de Cirene (...) es un filsofo griego que tiene fama y antigedad.
Posee una doctrina propia y una filosofa que era la filosofa previa, antes que la
filosofa se plasmara. Su escuela fue una de las siete escuelas que habamos mencionado
en la biografa de Platn. Sus discpulos son conocidos como cirenaicos, adjetivo
derivado del nombre de la regin. Su filosofa cay en el olvido con el andar del tiempo,
cuando se plasm la filosofa de los Peripatticos. Escribi los siguientes libros: Sobre
las operaciones del lgebra, Sobre la divisin de los nmeros.192
189

Sobre Aristn de Quos, vase 324 y nota ad loc. El riesgo esbozado en este pasaje representa el modo
en que fue entendida la escuela cirenaica, que por su tratamiento sobre las sensaciones y el placer es vista
sin ms como libertina, as como las vertientes dialcticas los megricos, por ejemplo son vistas como
ersticas. Aristn vislumbrara aqu la diferencia, pero subrayara la dificultad de evitar las desviaciones.
Algo similar se aplica al Gorgias de Platn, donde los discpulos Polo y Calicles parecen llamados a
caricaturizar la deformacin y mala aplicacin de una doctrina originaria, que al menos en los objetivos
del maestro, tal cual lo describe Platn en 448a-460e, no implicara un uso contrario a los principios de
justicia.
190
El contexto de este pasaje es una crtica al modo de vida de los estoicos, que, como en 349, no
captaran el sentido profundo de la doctrina estoica y orientaran su accionar de un modo errado, de modo
similar a lo que sucede con el hedonismo cirenaico. Podra inferirse de esto un reproche de pobreza
terica e incapacidad de evitar las malas interpretaciones, que hace que sus seguidores queden presos de
los placeres.
191
La contraposicin entre espartanos e itlicos est diseada para despertar en el imaginario la oposicin
entre austeridad y molicie. cnicos y cirenaicos tienen, sin embargo, importantes puntos de contacto en
relacin con la nocin de autodominio (enkrteia), que hacen que en 441 ss. sea Digenes el que pone a
Aristipo el mote de perro de la corte, es decir un cnico que opera en un terreno diferente, permeable al
lujo pero no atrapado por l. Vase sobre este punto, Introduccin, 4.1.
192
Segn la perspectiva de este testimonio, el enfoque cirenaico quedara opacado por el de los
peripatticos, pero no se explica si esto se debera a una supuesta conexin terica en la cual son
superados, o por una mayor relevancia terica de la posicin aristotlica en el contexto intelectual de la

143

3.2. Aristipo de Cirene


a) La relacin con Scrates y su actitud profesional
353. DIGENES LAERCIO, II.65 (Eudocia, Violarium, 175; FHG 21, II.299; Frag. 31
Wehrli; Frag. 24 Kraus) (SSR, IV.A.1):
Aristipo era originario de Cirene, pero se traslad a Atenas, segn dice Esquines, por la
fama de Scrates. Ejerciendo el oficio de sofista, como afirma Fenias el peripattico de
Ereso, fue el primero de los socrticos en cobrar un salario y enviar dinero a su maestro.
Una vez cuando le envi veinte minas le fueron devueltas, porque Scrates dijo que su
divinidad no lo permita, pues eso le desagradaba.193
354. SUDA, s.v. Aristipo (Hesiquio de Mileto, Catlogo de nombres, 90.25.6-9) (SSR,
IV.A.1):
Aristipo, hijo de Aritas, de Cirene, filsofo, discpulo de Scrates. A partir de l
comenz el
grupo que tom el nombre de cirenaico y fue el primero de los socrticos que cobr un
sueldo.194
355. ESTRABN, XVII.3.22 (SSR, IV.A.1):
Hubo hombres cirenaicos famosos, como Aristipo el socrtico, quien fund
precisamente la filosofa cirenaica.
356. SINESIO, Epstulas, 50 (SSR, IV.A.1):
Me apena el famoso suelo de Cirene, que antes tena Carnades y Aristipos, mientras
que ahora tiene Juanes y Julios (...).
poca, lo cual es ms probable. Ntese que este testimonio atribuye a Aristipo dos obras de naturaleza
matemtica que no constan en el catlogo de obras que transmite Digenes Laercio en II.83 ss. (553;
vase nota ad loc.) y que colisionan directamente con el juicio sobre esta disciplina que surge de 620-7.
193
Cirene, en frica, era en la poca una regin pujante con mltiples contactos en el Mediterrneo. Las
fuentes coinciden en atribuir a Aristipo este lugar de origen. El profuso anecdotario es, sin embargo,
insuficiente para colegir el concierto de fechas referente a su biografa. Los encuentros con Platn en
Siracusa no permiten decidir con certeza en qu momento se produjeron. Su nacimiento se ha calculado
entre el 435 y el 427 a.C. y su muerte alrededor del 356 a.C. Sobre las condiciones de su deceso y la
estancia en Lparis, vase 647. Los testimonios insisten en su prctica de cobrar por sus enseanzas, lo
cual suele ser marcado como caracterstica distintiva respecto de Scrates, y propicia, probablemente, el
hecho de que algunas fuentes lo califiquen de sofista. Ntese que no es el nico dentro del grupo
socrtico que opt por esta modalidad, a la que se atuvieron tambin otros. Es dudosa la forma Fenias y
se ha propuesto la variante Fanias. Sin embargo, vase Suda, s.v. Fanias o Fenias de Ereso, que indicara
que se refiere al mismo autor, a quien debemos la mencin del argumento del tercer hombre del megrico
Polxeno, que consignamos en 132. Vase nota ad loc. Sobre la estructura del comentario de Digenes
Laercio acerca de Aristipo, vase G. Giannantoni (1990: IV.135 ss.).
194
El nombre del padre de Aristipo es dudoso, ya que los textos transmiten la forma Aritas. Croenert
propuso que debe tratarse de una corrupcin de Aretas, y eso explicara el nombre Arete de la hija de
Aristipo, segn la costumbre de que los nietos lleven el nombre de sus abuelos (W. Croenert, Kolotes und
Menedemos, Leipzig, Avenarius, 1906, p. 94). En cuanto a la relacin con Scrates, E. Duprel la puso en
duda, atribuyndole a Esquines la popularizacin de esta relacin (La legende socratique, Bruxelles, R.
Sand, 1922, pp. 393-41), lo cual contrasta, por ejemplo, con la mencin de Platn que lo hace un
personaje esperable dentro del grupo socrtico en el inicio del Fedn, as como con las menciones de
Jenofonte.

144

357. PLUTARCO, Sobre la curiosidad, 2.516c (SSR, IV.A.2):


Tambin Aristipo, al encontrarse con Iscmaco en los juegos olmpicos, le pregunt por
qu Scrates al dialogar dispona as a los jvenes, y con unas pequeas pruebas y
muestras de sus discursos qued tan apasionado que se impact corporalmente y se puso
plido y dbil, hasta que sediento de l e inflamado, tras navegar hacia Atenas, bebi de
la fuente misma y conoci al hombre, sus discursos y su filosofa, cuyo fin era
reconocer los propios males y evitarlos.195
358. JENOFONTE, Recuerdos de Scrates, I.2.60 (Arsenio, 114.19-24; [Hesiquio de
Mileto], Acerca de los hombres ilustres, 4.) (SSR, IV.A.3):
Pues l <Scrates>, aun teniendo muchos que deseaban escucharlo, nunca le cobr a
ninguno por su compaa, sino que ayudaba generosamente a todos los suyos. Algunos
de ellos, tomando pequeas partes de sus ofrendas las vendan a alto precio a los dems,
y no eran populares, como l, pues con los que no tenan dinero para dar no queran
dialogar.196
359. DIGENES LAERCIO, II.74 (Arsenio, 114.19-24; [Hesiquio de Mileto], Acerca de
los hombres ilustres, 4) (SSR, IV.A.3):
Al que lo acusaba de que siendo discpulo de Scrates cobraba plata, le dijo Aristipo
precisamente, puesto que Scrates, cuando algunos le envan trigo y vino, tras tomar
un poco devolva el resto, pues tena como dispensadores a los primeros entre los
atenienses, mientras que yo lo tengo a Eutquides, comprado con mi dinero.197
360. DIGENES LAERCIO, II.80 (SSR, IV.A.4):
Scrates le dijo a Aristipo, que ganaba dinero con la enseanza: de dnde te viene
tanto? Y l le respondi: de donde a ti te viene tan poco.
361. PLUTARCO, Sobre la educacin de los nios, 7.4.F (Arsenio, 112.18-23) (SSR,
IV.A.5):
195

Iscmaco aparece como interlocutor de Scrates en el Econmico de Jenofonte (6 ss.), donde indica el
modo en que ense a su esposa la economa domstica. Este discurso moderado ha hecho dudar de que
pueda tratarse del mismo Iscmaco de quien Lisias dice que tuvo una enorme fortuna y la perdi, por sus
gastos dispendiosos y su manutencin de aduladores (Sobre la propiedad de Aristfanes, 156). No hay
que descartar, sin embargo, que la eleccin del personaje de Jenofonte contenga una dosis de irona, en
tanto coloca un personaje que habla sobre economa famoso por haberse despeado en sus finanzas.
Sobre Iscmaco en la obra de Jenofonte, vase R. Wellman, Socratic Method in Xenophon, Journal of
the History of Ideas 37.2, Philadelphia, 1976, pp. 307-318. Sobre los aspectos de gnero a que ha dado
lugar la figura de Iscmaco, vase R. Scaife, Ritual and Persuasion in the House of Ischomachus,
Classical Journal 90.3, Northfield, 1995, pp. 225-232.
196
En rigor, este pasaje no menciona directamente a Aristipo, pero tradicionalmente se ha sugerido que
debe referirse a l, dadas las relaciones hostiles y altamente controvertidas que testimonian las fuentes
entre ste y Jenofonte. Sobre este punto, vase 386-8.
197
Los pasajes que siguen, hasta 366, constituyen una serie de justificaciones por parte de Aristipo de la
prctica del cobro de un salario, que oscilan entre el valor del bien ofrecido y la funcin didctica de la
inversin en ese bien valioso. Ntese que en la analoga con el cocinero esbozada en 366 se subraya el
perfil profesional de la retrica, que podra servir como caso paralelo de las enseanzas filosficas. No se
trata del nico socrtico al cual se asocia el cobro de honorarios, sino que tambin lo habran hecho
Esquines y Antstenes, segn se desprende de Digenes Laercio, II.62 y IV.4.

145

Realmente Aristipo no se burlaba con vulgaridad, sino muy sutilmente, con un


argumento, de un padre falto de intelecto y reflexin, pues cuando le pregunt qu suma
le cobrara por la educacin de su hijo, le dijo mil dracmas, y cuando el otro le
contest Heracles!, Qu precio! Sin duda puedo comprar un esclavo por mil, le dijo:
por supuesto, y tendras dos esclavos, t hijo y el que compres.
362. DIGENES LAERCIO, II.72 (SSR, IV.A.5):
Cuando alguien quiso encomendarle a su hijo, Aristipo le pidi quinientas dracmas, y
cuando el hombre le dijo con tanto dinero puedo costearme un esclavo, le contest:
cmpralo y tendrs dos.
363. MS. FLOR. JUAN DAMASCENO, II.13.145 (SSR, IV.A.6):
El mismo <Aristipo> deca es preciso que los maestros tomen grandes regalos de los
discpulos, de los bien dotados, porque aprenden mucho, y de los mal dotados, porque
dan muchos problemas.
364. DIGENES LAERCIO, II.72 ([Hesiquio de Mileto], Acerca de los hombres ilustres, 4)
(SSR, IV.A.7):
Aristipo dijo que reciba dinero de sus discpulos no para usarlo l, sino para que ellos
supieran en qu se debe usar ese dinero.
365. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, n. 24 (Cod. Vat. Gr. 742 f. 65r) (SSR, IV.A.7):
Aristipo pretenda cobrar un sueldo a los discpulos, no para enderezar su vida, sino
para que ellos aprendieran a gastar en cosas bellas.
366. DIGENES LAERCIO, II.72 (SSR, IV.A.12):
Una vez, cuando le reprocharon que en ocasin de un juicio pag a un orador, dijo
Aristipo: precisamente, cuando tengo un banquete pago un cocinero.
367. TEMISTIO, Discursos, XXIII.293 c (SSR, IV.A.8):
Entonces, qu granero vaciar para mis estudiantes? Con qu grano los espolvorear
con nueces, como a los esclavos recin comprados? A Aristipo de Cirene, aunque haya
tenido diez veces esa cantidad, los trigos de Dionisio no lo hicieron sofista.198
368. ATENEO, XII.544e (= Frag. 36 CAF, II.311) (SSR, IV.A.9):
Burlndose de l <de Aristipo>, Alexis, en Galatea compone a un sirviente que describe
acerca de uno de sus discpulos lo siguiente:
Mi amo pasaba entonces el tiempo
entre discursos, cuando era un jovencito y se dedic
a filosofar. Haba all un cireneo,
segn dicen, Aristipo, un sofista bien dotado,
que era entonces el primero, ms que todos,
en desvergenza, superando a sus antecesores.
Despus de darle un talento, se hizo su discpulo
198

El pasaje forma parte del discurso de Temistio conocido como El sofista. El ncleo relevante del
testimonio radica en el juicio sobre el influjo de las riquezas de Dionisio sobre Aristipo, que no lo habran
convertido en sofista, entendiendo por ello quienes cambian sus enseanzas por dinero. Vase R. Penella,
The Private Orations of Themistius, Berkeley, University of California Press, 1999, p. 120.

146

mi amo, pero no aprendi muy perfectamente


su tcnica, sino que se le acongoj la garganta.199
369. ANECDOTA OXONIENSE, III.168.1-4 (SSR, IV.A.9):
Y con respecto a lo ms dispendioso, cuantas cosas ni siquiera encontraron los de
Sbaris, y de las que no dispuso siquiera el ms voluptuoso de los filsofos, Aristipo, las
coloc para ellos todas juntas en abundancia.
370. DIGENES LAERCIO, II.71 (SSR, IV.A.10):
A un loggrafo que lo asisti en un juicio y venci, cuando le pregunt en qu te ha
favorecido Scrates?, le respondi Aristipo: en que los discursos que vertiste sobre m
son verdaderos.200
371. FILODEMO, Retrica, Frag. 12, col. XLI.7 ss. (SSR, IV.A.11):
Se recuerda, por cierto, en el discurso sobre los que juzgan, al que defendi gratis a
Aristipo, porque no poda hablar por s mismo. Cuando le pregunt en qu lo benefici
Scrates, le respondi: en descubrir en m lo que agrada a los que tambin son
filsofos.
372. DIGENES LAERCIO, II.76 (SSR, IV.A.13):
Cuando le preguntaron cmo muri Scrates dijo Aristipo: como deseara hacerlo yo.
b) La relacin con los socrticos
373. PLATN, Fedn, 59 c (= 3) (SSR, IV.A.14):
Equcrates Y qu? Estuvieron presentes Aristipo y Cleombroto?
Fedn Claro que no, pues dicen que estaban en Egina.201
199

Esta descripcin de la actividad de Aristipo como educador tiene muchas similitudes con la que
Aristfanes delinea respecto de Scrates en Nubes, donde se une el cobro a las enseanzas intiles que
recibe Estrepsades. Vase L. Rossetti, "Le Nuvole di Aristofane: perch furono una commedia e non una
farsa?", Rivista di Cultura Classica e Medioevale 16, Pisa, 1974, pp. 131-136; P. Mignanego, "Aristofane
e la rappresentazione di Socrate", Dioniso 62.1, Siracusa, 1992, pp.71-101; M. Nussbaum, "Aristophanes
and Socrates on learning practical wisdom", en J. Henderson (ed.), Aristophanes: essays in interpretation,
Cambridge University Press, 1980, pp.43-97, P. Green, "Strepsiades, Socrates and the abuses of
intellectualism", Greek, Roman and Byzantine Studies 20, Durham, 1979, pp.15-25. Por otra parte, la
figura de Aristipo se ajusta aqu al perfil del parsito de la comedia media, tal como se desprende
igualmente de la caracterizacin de Luciano en 405, donde se interpreta en esta clave la estancia de
Aristipo en Siracusa (vase nota ad loc.).
200
Este testimonio y los tres que siguen han sido vistos como indicio de una lnea doxogrfica positiva
sobre las relaciones entre Aristipo y Scrates, que contrastara con los pasajes en los que se subrayan las
crticas socrticas al comportamiento y opciones tericas del cirenaico.
201
Existe un grupo de testimonios que relatan la actitud de Aristipo frente a la muerte de Scrates y que
en cierta medida ponen sobre el tapete el modo en que las fuentes antiguas vivenciaban la relacin entre
Aristipo y Platn, razn por la cual contamos este material en este apartado dedicado a las relaciones del
cirenaico con los dems socrticos. En rigor, las relaciones con Platn aparecen marcadas por una
hostilidad que no se limita a ellos sino que se extiende a otros integrantes del grupo, como se desprende
de este tringulo de discordia esbozado en 376, en el que tambin entra Esquines. Con respecto a la
referencia de Fedn, ntese que en 374 Demetrio cita la lnea interpretativa segn la cual la ausencia de
Aristipo revelaba un desinters ligado con la adiccin a la vida licenciosa que llevara el cirenaico en
Egina, ya que la cercana de este lugar respecto de Atenas no debiera haber sido un obstculo en otras
circunstancias. Sobre los relatos acerca de los presentes en el momento de la muerte de Scrates, vase 3-

147

374. DEMETRIO, De elocut., 287-8 (SSR, IV.A.14):


Es confiable la figura del discurso expresado por medio de estos dos elementos:
dignidad y seguridad. Dignidad, por ejemplo, como Platn, que quiso quejarse de
Aristipo y Cleombroto, como si se la pasaran en banquetes en Egina, mientras Scrates
estaba preso en Atenas por muchos das, y no despidieran al compaero y maestro,
aunque no estaban alejados ni doscientos estadios de Atenas. Todo esto no lo dijo
expresamente (pues el discurso era una injuria), sino de este modo, con dignidad, pues
cuando se le pregunt a Fedn sobre los que estuvieron presentes con Scrates y lista a
cada uno, al volvrsele a preguntar si tambin Aristipo y Cleombroto estaban presentes,
dice que no, pues estaban en Egina, porque todo lo dicho previamente apunta a revelar
el hecho de que estaban en Egina. Precisamente el discurso parece mucho ms terrible
que el hecho, porque apunta a revelar ese hecho terrible, pero no al que lo dice.
Entonces, Platn reproch con esta figura, probablemente sin riesgo de que Aristipo
tambin haga reproches.
375. GREGORIO DE CORINTO, Acerca del Sobre la habilidad del mtodo de Hermgenes,
8 (SSR, IV.A.14):
Del mismo modo tambin Platn, cuando quiso reprochar a Aristipo y Cleombroto por
pasrsela entre banquetes en Egina, mientras Scrates estaba preso en Atenas durante
muchos das, y no despedir a su compaero y amigo, aunque no estaban muy alejados.
Todo esto no lo dijo expresamente, sino en una figura con disimulo, pues al
preguntrsele a Fedn sobre los que estaban presentes con Scrates y listar ste a cada
uno, y, al preguntrsele de nuevo si Aristipo y Cleombroto estaban presentes, dice que
no, pues estaban en Egina. Y as en esto revel toda la acusacin y el hecho de que no
despidieron de ninguna manera al compaero y se quedaron entre banquetes.
Precisamente, el discurso pareca mucho ms terrible que el hecho, porque apuntaba a
revelar esa misma cosa terrible y no al que la dice.
376. DIGENES LAERCIO, III.36 (FHG, 2; FGH III.B.388.F.17a; Frag. 27 Angeli) (SSR,
IV.A.15):
Platn era hostil tambin con Aristipo. En efecto, en su Sobre el alma, calumnindolo,
dice que no estuvo junto a Scrates cuando muri, sino que estaba en Egina, es decir
muy cerca. Tambin senta celos de Esquines, dicen, porque era tenido en gran estima
por Dionisio. Cuando fue all estando en problemas Platn lo despreci, mientras que
5. Ntese que en este testimonio y en el que sigue esta afirmacin es analizada en trminos de argumento
retrico que permite presentar una crtica de manera velada. Esta interpretacin no ha sido unnimemente
aceptada, sobre todo en lo que toca a asignar una crtica similar a Cleombroto, una figura difcil de
catalogar. En efecto, es mencionado en un epigrama de Calmaco (Ep. 23 Pfeiffer) que dice lo siguiente:
Tras decir Sol, adis Cleombroto el ambraciota / salt desde un alto muro hacia el Hades / por no ver
ningn mal en la muerte, sino haber ledo / slo un tratado sobre el alma, el de Platn. As, su suicidio
tras leer el Fedn de Platn ha sido interpretado tanto de modo literal como de modo irnico, lo cual ha
propiciado que se vea en esta actitud dos extremos: un seguimiento a Platn, eligiendo la muerte tras leer
el Fedn, y una crtica a Platn precisamente por el exceso de no ver en la muerte un mal, sino algo que,
en tanto indica la separacin del alma y del cuerpo, es algo deseable por el filsofo. Sobre este punto,
vase S. White, Callimachus on Plato and Cleombrotus, Transactions of te American Philological
Association 124, Baltimore, 1994, pp. 135-161 y G. Williams, Cleombrotus of Ambracia: Interpretations
of a Suicide from Callimachus to Agathias, Classical Quarterly 45.1, Cambridge, 1995, pp. 154-169. En
rigor, esta actitud de Cleombroto debe ponerse en paralelo con la vertiente cirenaica abierta por Hegesias,
a quien se le aplic el epteto de Peisithnatos, Apologista del suicidio (vase 663-9 ss. y notas ad loc.).

148

Aristipo lo present. Idomeneo dice que los argumentos que <Platn> le atribuye a
Critn en la prisin cuando lo aconseja sobre la fuga son de Esquines, y se los atribuy
Critn por la enemistad hacia Esquines.202
377. DIGENES LAERCIO, II.60 (FHG, 2; FGH III.B. 388.F.17b; Frag. 26 Angeli) (SSR,
IV.A.15):
Idomeneo dijo que Esquines aconsej a Scrates en la prisin sobre la fuga, y no Critn,
pero Platn le atribuy los argumentos a Critn porque Esquines era ms amigo de
Aristipo.203
378. DIGENES LAERCIO, II.65 (Eudocia, Violarium, 175.123.5-7) (SSR, IV.A.15):
Tambin Teodoro lo maltrat <a Aristipo> en su Sobre los grupos filosficos y Platn
en su Sobre el alma, como lo hemos dicho en otros lugares.204
379. ARISTTELES, Retrica, II.23.1398 b 29-31 (SSR, IV.A.16):
O como Aristipo, que le dijo a Platn que le haba hablado de modo demasiado
presuntuoso, segn su parecer: y sin embargo nuestro compaero no habra dicho nada
similar, hablando de Scrates.205
380. ATENEO, VIII.343 c-d (SSR, IV.A.17):
En efecto, Aristipo el socrtico se la pasaba entre banquetes. Precisamente l, cuando
una vez fue criticado por Platn por su presteza para los banquetes, segn dicen Socin
y Hegesandro, (...) y escribe as Hegesandro de Delfos: Aristipo, cuando Platn lo
censur porque compr muchos peces, dijo que los haba comprado por dos bolos, y
cuando Platn lo aprob porque tambin l hubiese comprado por esa cantidad, le
202

Idomeneo de Lmpsaco, asociado al grupo de Epicuro, que parece haberse inspirado en los dilogos
socrticos y haberse interesado especialmente por la figura de Esquines, ofrece esta versin de un cambio
de personajes respecto de la situacin que conocemos por el Critn de Platn. Esto constituye un dato
relevante para inteligir de qu modo la antigedad entenda la historicidad de las tramas de los dilogos
socrticos. En este caso, vemos que se acepta un cierto grado ficcional, motivado por cuestiones ajenas a
un ncleo al que se concede veracidad. L. Rosetti ha planteado la posibilidad de que al mismo ncleo
temtico se refiriera tambin el Esquines de Euclides, mencionado en 78 y 79 vase nota ad loc.
(Tracce di un lgos sokratiks alternativo al Critone e al Fedone platonici, Atene e Roma 20, Firenze,
1975, pp. 34-43). Sobre las relaciones de Aristipo con Esquines, vase 391.
203
Ntese que en esta versin de la distorsin operada por Platn respecto del interlocutor de Scrates en
la propuesta de fuga, la razn esgrimida no es directamente la enemistad con Esquines sino con Aristipo,
lo cual refuerza la idea de un tringulo que se colige del testimonio previo.
204
La referencia al Fedn se trata sin duda del pasaje que consignamos en 413, referida a la ausencia en
los ltimos momentos de Scrates. En cuanto a Teodoro, no hay elementos para colegir de quin puede
tratarse. Seguramente debe descartarse que se trate de Teodoro el Ateo (vase 674 ss.), por su conexin
con los cirenaicos, de quien no podran esperarse crticas, y de quien tampoco se atestiguan obras de corte
historiogrfico.
205
Este argumento forma parte del tratamiento de los llamados tpoi, lugares comunes, estructuras a las
que se recurre en los entimemas o razonamientos retricos. En este caso, se trata del llamado ek krseos,
es decir a partir de un juicio, indicando que aqu se trata de ampararse en un juicio previo
incontrovertible, que posee garantas de autoridad o de aceptacin general. Inmediatamente antes se cita a
Safo, que afirma en un verso que la muerte es un mal pues as lo juzgan los dioses, ya que, si no,
moriran ellos (Retrica, II.23.1398b28). El ejemplo de Aristipo coloca a Scrates como modelo a partir
del cual se impugna el comportamiento de Platn. Se ha interpretado que Aristipo estaba aqu sealando
que el contenido de las obras de Platn se acercaba poco a la prctica socrtica originaria. El contexto de
la ancdota parece subrayar ms bien un reproche a la actitud de Platn, ms que a su modo de retratar las
ideas del maestro, aunque tal vez dentro del contexto general una cosa vaya junto con la otra.

149

contest ves, entonces, Platn, que no es que yo sea un adicto a los banquetes, sino que
t eres un avaro.206
381. DIGENES LAERCIO, II.76-7 (Arsenio, 116,1-6) (SSR, IV.A.17):
Cuando una vez el sofista Polxeno haba venido a visitarlo y vio mujeres y banquetes
completos y ms tarde le hizo crticas, un poco despus le dijo Aristipo: Y t pudiste
estar hoy con nosotros?. Al asentir el otro le respondi. entonces por qu me haces
reproches? Pues parece que criticas no el banquete sino el precio.
382. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 40 (SSR, IV.A.17):
Una vez que Platn le objet que gastara doce dracmas en un pescado muy caro, le
pregunt si l hubiese comprado en el mismo pescado por una dracma. Y dado que dijo
que s, le contest que para l no haba resultado mucho. Sin duda, lo que es para
Platn una dracma, eso son para Aristipo doce.
383. DIGENES LAERCIO, II.66 (SSR, IV.A.17):
Cuentan que una vez Aristipo orden comprar una perdiz por cincuenta dracmas, y
cuando alguien lo critic por eso dijo: pero t no la habras comprado por un bolo?,
y al asentir el otro respondi: eso es lo que valen para m las cincuenta dracmas.207
384. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 30 (Cod. Parisino 2720, f. 15r n. 5; Cod. Parisino
1773 f. 230v) (SSR, IV.A.18):
Cuando Platn lo fue a visitar porque estaba dbil y le pregunt cmo la estaba
pasando, le contest que el hombre excelente, incluso si tiene fiebre, est bien, mientras
que el mediocre, incluso si no la tiene, est mal.208
206

Los testimonios 380-3 relatan un intercambio con Platn que se apoya en dos presupuestos diferentes.
Los dos primeros hacen hincapi en una diferencia de perspectiva que podra sintetizarse como austeridad
vs. actitud dispendiosa, la primera encarnada por Platn y la segunda por Aristipo, de modo que este
ltimo indica que no hay entre ambos diferencias de juicio sobre la actividad, sino sobre la conveniencia
de llevarla a cabo. As, la moderacin de Platn se ve comprometida, ya que se da a entender que de no
ser tan costoso practicar el lujo y las actividades licenciosas, sera aceptable e incluso beneficioso
practicarlas. Tngase en cuenta que la nocin de enkrteia esgrimida por Platn en su dilogos subraya
precisamente que la persecucin del placer debe evitarse por daina, como se desprende, por ejemplo, del
smil de los toneles presentado en el Gorgias, 493d ss., seguramente como contrapunto de las tesis
cirenaicas. El punto sera entonces si la vida de placer es en s misma aceptable si se asegura que no cause
dao. Los dos pasajes siguientes, al contrario, ponen el acento en la diferencia de perspectiva sobre lo que
es o no costoso, de un modo que, podramos pensar, trae a colacin el subjetivismo de raigambre
protagrica asociado con la posicin de Aristipo. As, no habra una medida objetiva externa para legislar
sobre este mbito, sino que es la propia interioridad y la propia tabla de valores de cada individuo, basada
en sus sensaciones, la que habr de determinar si algo es o no excesivo, si puede ser considerado austero
o dispendioso. Sobre el lujo, vase 441-75.
207
Ntese que en estos dos ltimos testimonios, que en la nota previa ligamos con el presupuesto
subjetivista del grupo cirenaico, pone sobre el tapete adems el tpico de la ausencia de dependencia
respecto de los bienes exteriores, que hacen que en 441-3 se asocie a Aristipo con los cnicos
caracterizndolo como perro de la corte, alguien que puede tanto tomar como desdear los placeres sin
ser esclavizado por ellos. Aqu se ejemplifica esta actitud con el desapego frente al dinero, que vuelve a
aparecer en el anecdotario ligado con el arrojar oro al mar o en el desierto en 469-73, como indicio de
mxima autonoma.
208
Esta ancdota rie bastante con las que refieren la relacin entre Platn y Aristipo como hostil, aunque
podra remitirse a un perodo de menor enfrentamiento. En rigor, la mencin de un estado de bienestar
ligado con la aret inalterable por factores pasajeros parece un lejano antecedente de la teora de los
indiferentes de cuo estoico.

150

385. SUDA, s.v. Arstippos (SSR, IV.A.19):


Aristipo se burlaba siempre de Antstenes por su rudeza.209
386. DIGENES LAERCIO, II.76 (Eudocia, Violarium, 175.123.3-5) (SSR, IV.A.20):
Jenofonte senta enemistad por Aristipo, por eso le atribuy a Scrates el argumento
sobre el placer que era de Aristipo.210
387. SUDA, s.v. Arstippos (Hesiquio de Mileto, Catlogo de nombres, 90.25.9) (SSR,
IV.A.20):
Jenofonte senta enemistad por Aristipo.
388. ATENEO, XII.544d (SSR, IV.A.20):
En efecto, Aristipo pasaba el tiempo gozando de mltiples lujos en Egina. Por eso
precisamente Jenofonte, en las Memorabilia, dice que muchas veces Scrates se lo
adverta y lo instrua en la formacin del carcter por medio del manejo de la virtud y el
placer.
389. CARTA SOCRTICA XVIII.1-2 (SSR, IV.A.21) (Jenofonte a los compaeros de
Scrates):
Y apareci all Aristipo y todava antes Fedn, y se alegraron del lugar y de los dems
detalles de los edificios y tambin de las plantas, que cultiv con mis propias manos.
(...) Por otra parte he compuesto unos recuerdos de Scrates. Entonces, cuando me
parezca que est completamente bien, se las voy a enviar tambin a ustedes, pues a
Aristipo y a Fedn les pareci que eran adecuadas.
390. DIGENES LAERCIO, II.61 ([Hesiquio de Mileto], Acerca de los hombres ilustres, 3;
IV.A.15) (SSR, IV.A.22):
Cuentan que cuando estaba en problemas Esquines lleg a Sicilia para recurrir a
Dionisio, y fue despreciado por Platn, mientras que Aristipo lo present. Al ofrecer
algunos de sus dilogos a Dionisio, recibi regalos.211
209

Las relaciones entre Aristipo y Antstenes no reciben un tratamiento amplio en los testimonios. El
presente se diluye en una crtica habitual, ya que la rudeza de Antstenes es proverbial en las fuentes. La
ms conocida es sin duda la de Aristteles en Metafsica VIII.3.1043b ss., donde lo trata de inculto. En
efecto, su condicin de no ciudadano, por el origen de sus padres, lo haca en cierto modo un marginal,
rasgo que profundizaba por su violenta crtica a los placeres, que deben de haber chocado, sin duda, con
las tesis de Aristipo. Sobre sus posiciones tericas, vase C. Mrsico, Argumentar por caminos extremos
II, en L. Castello C. Mrsico, El lenguaje como problema entre los griegos. Cmo decir lo real?,
Buenos Aires, GEA, 2005. La ancdota de 437, tambin relatada con otros personajes, como se ve en
398-9, no merece mayor crdito para establecer la relacin entre estos dos socrticos.
210
En la misma lnea que en 376-8, donde se dice que Platn cambi el nombre de Esquines por el de
Critn en el dilogo homnimo por su enemistad con el primero, se dice aqu que Jenofonte habra hecho
lo mismo con el argumento de Aristipo. Por otra parte, en Memorabilia Jenofonte incluye dos pasajes
donde Scrates critica a Aristipo, el primero en II.1.1-17 y el segundo en III.8.1-7, que consignamos aqu
en 570 y 572, donde se ha subrayado tradicionalmente la posibilidad de que Jenofonte reprodujera tesis
efectivamente sostenidas por Aristipo e intentara refutarlas. Sobre este punto, vase G. Giannantoni
(1990:IV.153-4). Esta enemistad rie con la cercana que denota el pasaje 381, inspirado probablemente
en Anbasis, 5.3.9 y Digenes Laercio, II.52.
211
Como se mencion en la nota a 376, la relacin de Aristipo con Esquines es cercana, hasta el punto de
generar el resquemor de Platn. La relevancia de Esquines aparece en general desdibujada frente a la de
los dos socrticos, de actitudes ms definidas. ste y el testimonio que sigue marcan esta diferencia en el

151

391. CARTA SOCRTICA, XXIII (SSR, IV.A.22) (De Esquines a Fedn):


Cuando estaba en Siracusa me encontr por casualidad de golpe con Aristipo en el
mercado. Tomndome l la mano derecha sin ninguna demora me presenta a Dionisio y
dice: Dionisio, si alguien viene a ti para hacerte insensato, acaso no te har ese
hombre algo malo? Inmediatamente estuvo de acuerdo Dionisio. Entonces, dijo
Aristipo, qu le haras t a l? Las peores cosas, respondi. Y qu?, dijo, si
llegara alguien que te hace sensato, acaso no te estara haciendo ese hombre un bien?
Entonces, cuando de nuevo Dionisio estuvo de acuerdo, agreg: Precisamente,
Esquines, de los conocidos de Scrates, vino para hacerte sensato, de modo que tambin
te podra hacer bien. Y si haces eso con los hombres justos, como me aceptaste en el
argumento, haz bien a Esquines.
(2) Y dije yo tomando la palabra: Dionisio, Aristipo hace algo amigable y admirable
presentndome as, pero no tenemos tanta sabidura, sino la que no comete injusticia a
nadie en la convivencia. Sorprendido de lo dicho, Dionisio dijo que alababa a Aristipo
y me hara un bien, como haba aceptado en el argumento con Aristipo. l, entonces,
escuch entre nosotros el Alcibades, requiriendo con placer, segn pareca, tambin si
tenamos algunos otros dilogos para referir. Prometamos entonces nosotros lo
siguiente: hombre querido y compaero, vendremos rpidamente.
Estaba presente Platn, cuando lo reconoc estuve a punto de escribirles a ocultas, y
le pareca bien dialogar en privado conmigo a causa de Aristipo, (3) pues me dijo que se
haba apartado de Dionisio: Esquines, si est presente ese hombre se refera a
Aristipo yo al menos no quiero charlar prcticamente nada. Sin embargo, Dionisio ser
mi testigo de lo que dije. Precisamente, Dionisio al da siguiente en el jardn le cont a
Platn muchas cosas. En ese juego entre ellos pues es preciso llamarlo juego les ped
a Aristipo y a Platn que cesaran por su reputacin ante la mayora, pues no podramos
tener algo ms ridculo que a ellos actuando o exhibiendo esas conductas.212
392. DIGENES LAERCIO, II.62 ([Hesiquio de Mileto], Acerca de los hombres ilustres, 3)
(SSR, IV.A.23):
Cuentan que (...) cuando Esquines volvi a Atenas no se atrevi a ejercer como sofista,
porque entonces las escuelas de Platn y Aristipo eran muy famosas (...). Incluso
Aristipo desconfiaba de la autenticidad de sus dilogos. Precisamente, cuentan que,
mientras Esquines lea en Mgara, Aristipo le dijo burlndose: de dnde sacaste eso,
ladrn?.213
comportamiento respecto de Esquines en la corte de Siracusa.
212
Se ha notado que los personajes en juego en la carta son dudosos, ya que en el 2 parece aludir a ms
de una persona, en virtud de lo cual se ha propuesto que podra tratarse de Simias y Cebes o Euclides y
Terpsin, siempre dentro del mbito de lo especulativo.
213
La amistad entre Esquines y Aristipo mencionada en la nota previa no obsta para que contemos con
esta ancdota, que en todo caso subraya el papel subordinado al que hemos hecho referencia. La figura
fuerte, Aristipo, no duda en ridiculizar la obra de Esquines, que se adapta en cierto modo al perfil de un
incondicional. Ntese que, en el movimiento general de los socrticos, expelidos de Atenas tras la
condena a muerte del maestro, y reunidos luego en la corte de Siracusa, Esquines, como Platn, retorn a
Atenas con intenciones de ejercer la enseanza a cambio de dinero, razn por la que aqu se lo llama
sofista, lo cual resalta que se trataba de una prctica extendida en el grupo socrtico. El efecto
intimidatorio del xito de otras escuelas sirve como indicacin de la variedad y dinamismo de la vida
intelectual de la poca. Que esas escuelas fueran las de Platn y Aristipo resulta altamente dudoso en el
segundo caso, ya que no sabemos que Aristipo se cuente entre los que regresaron a Atenas, cosa que
resulta ms bien improbable, ya que el retorno parece haberse dado hacia su ciudad natal. Vase sobre

152

393. DIGENES LAERCIO, II.82-3 (SSR, IV.A.24):


Habindose enojado Aristipo con Esquines, le dijo poco despus: no nos vamos a
reconciliar, a terminar de decir tonteras, sino que vas a esperar que alguien nos
reconcilie alrededor de una copa de vino?, y Esquines le respondi: con todo gusto.
Y Aristipo le dijo: recuerda entonces que capitulo antes que t porque soy ms viejo.
Y Esquines le dijo: muy bien, por Hera, hablaste con toda razn, porque eres en todo
mejor que yo, pues yo comienzo la hostilidad y t la amistad.214
394. PLUTARCO, Sobre la represin de la ira, 14.462d (SSR, IV.A.24):
Aristipo, cuando le surgi la ira contra Esquines y alguien le dijo Aristipo, dnde est
la amistad de ustedes?, contest: duerme, pero yo la voy a despertar y dirigindose a
Esquines dijo: te parece que existe alguien tan infortunado e incurable que no reciba
una advertencia? Y Esquines respondi: no es nada sorprendente, si difiriendo de m
en todo por naturaleza tambin aqu comprendes primero lo debido.
395. ESTOBEO, IV.27.19 (Arsenio, 114.8-99) (SSR, IV.A.24):
De Aristipo: Aristipo le dijo a su hermano: recuerdo que t comenzaste la separacin,
pero yo la solucin.
396. DIGENES LAERCIO, II.68 (Arsenio, 113.10-3; Eudocia, Violarium, 175.122.17- 22)
(SSR, IV.A.44):
Una vez que Aristipo pasaba, Digenes, que estaba lavando verdura, se burl de l y le
dijo: Si hubieses aprendido a tratar con eso, no hubieses tenido que hacer la corte a los
tiranos. Y Aristipo le contest: Tambin t, si hubieses sabido convivir con los
hombres, no hubieses tenido que lavar verdura.215
este punto, 353 y nota ad loc. Se ha propuesto con mucho tino leer Espeusipo en lugar de Aristipo, lo cual
hara referencia simplemente a la Academia, como polo de la actividad de los socrticos en Atenas. Por
otra parte, la mencin de Mgara confirma la importancia de ese punto como aglutinador, fuera de
Atenas, de la actividad del grupo despus del 399 a.C. Sobre este punto, vase 60 y nota ad loc.
214
Esta actitud contraria a la discordia es similar a la que se relata respecto de Euclides en 67 a 72. De
hecho, Plutarco narra ambas ancdotas juntas (vase 68 y 394), mientras que Digenes slo narra la
referida a Aristipo. Volvemos a encontrar aqu el reconocimiento de cierta superioridad de Aristipo por
parte de Esquines, del tipo de la que poda colegirse en los testimonios previos. La referencia a la copa de
vino traza una relacin con los banquetes.
215
El contacto entre Aristipo y Digenes el cnico es histricamente imposible, ya que no tenemos
noticias de que Digenes haya ido a Siracusa, como se afirma en varios de estos pasajes. Como ha notado
F. Sayre, el crecimiento de la fama de Digenes propici que se trasladen a su nombre numerosas
ancdotas que eran antes atribuidas a otras figuras (Diogenes of Sinope. A Study of Greek Cynicism,
Baltimore, J. H. Furst, 1938, p. 106-10). En cuanto a esta ancdota puntual, ntese que en Digenes
Laercio VI.58 el lugar de Aristipo lo ocupa Platn y en II.102, consignado aqu en 731 a propsito de
Teodoro el Ateo, el dilogo se produce entre este ltimo y Metrocles el cnico, de modo que se mantiene
la colisin entre un cnico y un cirenaico. Se ha querido ver en esto una manifestacin de la oposicin
terica que se vea entre los dos grupos. G. Gerhard afirma que en este punto la doxografa revela fases
que van desde la oposicin, pasando por la indiferencia de roles hasta la sntesis de actitudes (Archiv fr
Religionwissenschaft 17, Leipzig, 1912, pp. 390-2). En rigor, esto se explica porque ambas lneas tienen
un ncleo comn, ligado con la autarqua, al que llegan por diferentes vas. Esto constituye la marca
socrtica en ambos. Este caso ejemplifica bien la tensin que existe en la caracterizacin de Aristipo
como perro de la corte, en 441-3, ya que si bien el cirenaico se jacta de poder desdear bienes, est
dispuesto a actitudes impensadas para un cnico con el objeto de conseguirlos cuando los desea, tales
como las mencionadas en 418-20 y 422-3. Vase notas ad loc. Vase adems 442 y las cartas atribuidas a
Digenes, donde se menciona a Aristipo y a Platn con desprecio (29.1) y se critica la estancia del

153

397. [CSAR BASILIO], Sobre la sentencia, ed. Keil, Grammatici latini, VI.273 (SSR,
IV.A.46):
Antstenes, el filsofo cnico, cuando estaba lavando verdura y vi a Aristipo, el
filsofo de Cirene, que avanzaba con Dionisio, el tirano de Siracusa, dijo: Aristipo, si
estuvieras conforme con esto, no iras tras los pasos de un rey, a lo cual respondi
Aristipo: y t, si pudieras hablar cmodamente con un rey, no estaras conforme con
esto.
398. VALERIO MXIMO, IV.3 (SSR, IV.A.47):
El mismo Digenes, en Siracusa, cuando estaba lavando y Aristipo le dijo: si quisieras
adular a Dionisio, no comeras eso, respondi: por el contrario, si quisieras comer
esto no tendras que adular a Dionisio.
399. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 192 (Cod. Vat. Gr. 742 f. 65v) (SSR, IV.A.48):
Digenes, una vez que Aristipo estaba observando que l lavaba verduras silvestres en
una fuente y le dijo Digenes, si hubieses frecuentado los patios de los tiranos, no
tendras que comer esas cosas, le contest: Y t, Aristipo, si hubieses comido estas
cosas, no tendras que frecuentar los patios de los tiranos.
c) Estancia en Siracusa(SSR, V.B.):
400. SUDA, s.v. Esquines (SSR, IV.A.25):
Hijo de Lisanias. Este hombre fue a la corte de Dionisio en Sicilia buscando dinero. Se
dice que Platn volvi a medir tres veces a Caribdis tras la riqueza de Sicilia, mientras
que Aristipo el cirenaico, Helicn de Czico y Foitn, cuando escapaba de Regio,
naufragaron tanto en los tesoros de Dionisio que casi no pudieron salir de all.216
401. FILSTRATO, Vida de Apolonio, I.35.1 (SSR, IV.A.25):
Apolonio dijo: Dami, te despreocupas de los modelos? Entre ellos est Esquines el
hijo de Lisanias, que vivi junto a Dionisio en Sicilia por las riquezas, y se dice que
Platn midi tres veces a Caribdis por el dinero de Sicilia, y Aristipo de Cirene, Helicn
de Czico y Fitn de Regio, cuando escapaba, naufragaron tanto en los tesoros de
Dionisio que casi no pudieron salir de all.
primero en Sicilia (32).
216
El pasaje toma como excusa a Esquines para explayarse luego en una lista de los intelectuales que
viajaron a Sicilia. Esto identifica la corte de Dionisio como una meta muy deseada, por la cual se estaba
dispuesto a correr altos peligros, que tenan que ver con la tentacin de la vida de la corte, reida con la
probidad intelectual, como se desprende de la metfora de naufragar en los tesoros de Dionisio. Ntese
que, si bien se marca una actitud comn, Platn, que viaj a Sicilia tres veces, en 387, 367 y 361 a.C.,
queda a salvo, en tanto parece haber tomado el riesgo en enfrentarse a Caribdis, pero qued indemne,
mientras que no sucedi lo mismo con el resto. En este sentido, paradjicamente, Platn aparece como un
ejemplo del principio cirenaico que propone para el filsofo la capacidad de exponerse a las tentaciones
para el alma sin quedar atrapado, ms que como el filsofo platnico que prefiere no exponerse a
ambientes corruptores, porque son un riesgo para la estabilidad anmica. La ancdota de 403, en todo
caso, da cuenta de su capacidad de mantenerse en la moderacin a pesar de las tentaciones de la corte.
Sobre el episodio de Escila y Caribdis, vase Homero, Odisea, XII.144. Sobre Platn en Sicilia, vase G.
Boas, Fact and Legend in the Biography of Plato, The Philosophical Review 57.5, Ithaca, 1948, pp.
439-457. Sobre Helicn de Czico, asociado con los megricos Brisn y Polxeno, vase 108 y 122.

154

402. ATENEO, XI.507 a-b (FHG, IV. 412-3.1) (SSR, IV.A.26):


Hegesandro de Delfos, en los Recordatorios, al hablar acerca del mal carcter de Platn
con todos, escribe precisamente esto: (...) Pareca que Platn era envidioso y de ningn
modo tena buena fama por su carcter. Precisamente, se burlaba de Aristipo porque
viaj en busca de Dionisio, habiendo l mismo navegado tres veces a Sicilia.
403. PLUTARCO, Dion, 19.3 (SSR, IV.A.27):
Cuando Dionisio ofreca numerosos regalos repetidamente y Platn no los aceptaba,
Aristipo el cirenaico, que estaba presente, dijo con firmeza que Dionisio era
magnnimo, pues daba poco a los que necesitaban mucho, pero mucho a Platn, que no
tomaba nada.
404. PLUTARCO, Dion, 19.7 (SSR, IV.A.28):
Aristipo, bromeando con los otros filsofos, dijo que poda anunciar algo increble.
Dado que le pedan que hablara, afirm predigo, precisamente, que en poco tiempo
Platn y Dionisio se volvern enemigos.217
405. LUCIANO, Sobre el parsito, 33 (SSR, IV.A.29):
Par. Y qu? No te parece que Aristipo el cirenaico est entre los filsofos famosos?
Tych. Claro.
Par. Y sin embargo l, por ese mismo tiempo, estaba en Siracusa viviendo como un
parsito de Dionisio. En realidad, lo prefera entre todos los parsitos, puesto que era
naturalmente capaz para su tcnica ms que el resto, de modo que Dionisio le enviaba
cada da a sus cocineros para que aprendieran algo de l. Sin duda, parece que este
hombre era realmente un valioso adorno para su tcnica.218
406. LUCIANO, Menipo, 13 (SSR, IV.A.29):
Tambin Minos se dej influenciar una vez, pues muchas cosas terribles e impas fueron
formuladas como acusaciones contra Dionisio de Sicilia por Dion y testimoniadas por
su sombra. Cuando lleg Aristipo el cirenaico, al que tienen en gran estima y cuenta con
gran poder entre los de abajo, faltando poco para que ataran a Dionisio a la Quimera, lo
libr de la acusacin relatando que fue un recto protector para muchos estudiosos.219
407. ESCOLIO A LUCIANO, Menipo, 13 (SSR, IV.A.29):
Aristipo: Este filsofo de Cirene, hbil sofista inclinado a los asuntos del vientre y los
cocineros, estaba siempre presente junto a Dionisio el viejo en Sicilia, aumentndole el
lujo y los asuntos vergonzosos de parsitos y aduladores ms all de lo tolerable.
217

La intervencin de Aristipo sigue a la ancdota sobre Helicn de Czico, que por haber predico un
eclipse recibi dinero de Dionisio (vase 122).
218
El modo de vida de Aristipo propici que muchas fuentes lo asociaran con el perfil del parsito, tanto
por el cobro de altos precios por su enseanza, segn surge de 368, como por su permanencia en la corte
de Siracusa, segn este pasaje y 407. Sobre la figura del parsito en la relacin con la tarea intelectual,
vase C. Damon, Greek Parasites and Roman Patronage, Harvard Studies in Classical Philology
(Boston), 97, 1995, pp. 181-195 y J. Lofberg, The Sycophant-Parasite, Classical Philology 15.1,
Chicago, 1920, pp. 61-72.
219
A diferencia del texto previo, el juicio sobre Aristipo no es aqu negativo. Luciano est asociado con
una actitud cnica. Al decir que Aristipo es bien considerado, se hace eco del aspecto de continencia de la
posicin cirenaica.

155

408. DIGENES LAERCIO, II.82 (SSR, IV.A.30):


Dionisio le dijo:
pues cualquiera que va junto a un tirano
es su esclavo, aunque llegue libremente.
Y Aristipo interrumpi para decir:
No es un esclavo, si llega libremente.
Diocles cuenta eso en Sobre las vidas de los filsofos, pero otros lo refieren a Platn.220
409. DIGENES LAERCIO, II.78 (Arsenio, 112.10-5) (SSR, IV.A.31):
Una vez, cuando en un banquete Dionisio exhort a cada uno a bailar vestidos de
prpura, Platn no acept, diciendo: no podra ponerme una vestimenta femenina,
mientras que Aristipo tomndola y lanzndose a bailar dijo con sagacidad: realmente,
en fiestas de Baco, la que es sabia no puede ser corrompida.221
410. SUDA, s.v. Aristipo (SSR, IV.A.31):
Efectivamente, cuando lleg a la corte del tirano Dionisio de Sicilia, venca en los
concursos de bebida y comenz la danza para los dems, vestido con batas purpreas.
Pero Platn, cuando le cedieron la tnica, pronunci los yambos de Eurpides:
No podra ponerme una tnica femenina
ya que soy por naturaleza un macho, precisamente nacido de un macho.
Aristipo, al recibirlo y rerse, recito <estos versos> del mismo poeta:
Puesto que en juergas bquicas
el intelecto sensato no ser corrompido.222
411. ATENEO, XII.544d-e (SSR, IV.A.31):
As, Aristipo se lavaba en perfumes y pretenda que:
Aunque ande en juergas bquicas,
la sensata no ser corrompida.
412. SEXTO EMPRICO, Argumentaciones pirrnicas, I.14.155 (SSR, IV.A.32):
<El hbito se opone> a la creencia dogmtica, toda vez que es una costumbre para
nosotros pedir bienes a los dioses, aunque Epicuro diga que la divinidad no se ocupa de
nosotros, y toda vez que Aristipo piensa que es indiferente vestir ropaje de mujer, pero
nosotros pensamos que eso es vergonzoso.
220

La respuesta de Aristipo constituye una modificacin mnima a la expresin kn elutheros mlei,


aunque llegue libremente, a la que quita el valor concesivo sustituyndolo por uno condicional, n
eletheros mlei, si llega libremente. De nuevo, el pasaje refleja no slo la posibilidad de partir cuando
lo desee, como nota Narcy (ad loc.), sino sobre todo la posibilidad de mantener la libertad en contextos de
aparente coercin, en este caso la de los placeres ofrecidos por la corte siracusana y su precio en la
obediencia al tirano. Los versos citados constituyen el frag. 789 de Sfocles en la edicin de Nauck.
221
El mismo juego entre exposicin a situaciones dudosas y el autodominio que se encuentra presente en
los testimonios previos reaparece en los pasajes 410-7, esta vez con Platn esbozando la negativa taxativa
a entregarse a actitudes reprobables y con Aristipo oponiendo un autodominio bsico que permitira no
ser afectado por actos aleatorios. En ese sentido, este ejemplo en que sigue los caprichos de Dionisio
podra homologarse a los de 419-23, que marcan la tnica de la relacin con Dionisio, y se enrolan todos
en la descripcin de Aristipo como aqul que se adapta a toda circunstancia (441). El primer verso citado
corresponde a Eurpides, Bacantes, 836 y el segundo a los versos 317-8 de la misma obra.
222
La primera cita corresponde a Eurpides, Bacantes, 836, cuyo segundo verso es una adicin. Luego se
repite la cita de Eurpides, Bacantes, 317-8, como en los testimonios previos.

156

413. SEXTO EMPRICO, Argumentaciones pirrnicas, III.24.204 (SSR, IV.A.32):


En la corte del tirano Dionisio de Sicilia, al ofrecerle un vestido de ese tipo a los
filsofos Platn y Aristipo, Platn lo rechaz diciendo:
No podra ponerme una tnica femenina
ya que soy por naturaleza un macho,
Y Aristipo lo admiti, pero agregando:
Aunque ande en juergas bquicas,
la sensata no ser corrompida.
As, incluso entre los sabios, a uno le pareca que eso es vergonzoso, mientras al otro
no.223
414. GREGORIO NACIANCENO, Poemas, I.2.10.307 y 319-34 (SSR, IV.A.33):
Y qu hay de Aristipo? Me refiero al ms agradable?
(...)
Del de Cirene, grande es la libertad de expresin.
Sin embargo, se familiariz con el libre lujo,
daando lo noble con esta creencia amarga.
Pues oliendo perfumes, impregnaba los banquetes.
Tena la elegancia del estilo y
la locuaz gua del lucro. As, una vez,
Arquelao el sabio, no s cmo y por qu causa,
le dio una tnica de mujeres, y Platn no la acept,
pronunciando, bien a propsito, un yambo de Eurpides:
No podra ponerme una tnica femenina
415. ESTOBEO, III.5.38 (SSR, IV.A.34):
Dionisio persuadi a Aristipo para que tomara como vestimenta un manto prpura, y
ste obedeci. Esperaba que Platn hiciera lo mismo, pero ste le dijo:
No podra ponerme una tnica femenina.
Y Aristipo respondi: es del mismo poeta:
Porque aunque ande en juergas bquicas,
la sensata no ser corrompida.
416. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 41 (SSR, IV.A.34):
Aristipo, cuando una vez estaba junto a Dionisio el tirano, haciendo circular ambos
ropajes femeninos en un banquete para los que quisieran ponrselos y compartir tal
juego, y Platn lo rechaz con este verso:
no podra ponerme una tnica femenina,
dijo: toma:
Porque aunque ande en juergas bquicas,
la sensata no ser corrompida.
417. ESTOBEO, III.37.24 (Gnomologium Vaticanum. 743, 26; Cod. Vat. Gr., 742 f. 61r)
(SSR, IV.A.35):
223

Sexto se encuentra en este pasaje est haciendo un listado de cosas que otros pueblos admiten, pero los
griegos consideran vergonzoso, entre las cuales se cuentan los ropajes muy adornados, usuales entre los
persas y asociados con las extravagancias de la corte de Dionisio.

157

De Aristipo: Cuando se le pregunt a Aristipo qu es lo admirable en la vida, dijo un


hombre adecuado y mesurado, porque estando entre la mayora no es afectado por los
viles.224
418. ATENEO, XII.544 c-d (SSR, IV.A.36):
Hegesandro dice que tras encontrar para l un asiento deshonroso se sent all, y al
preguntarle Dionisio qu le pareca el asiento para reclinarse dijo que era similar al del
da anterior, pues indigno es hoy aqul separado de m, mientras que ayer era el ms
honroso de todos entre nosotros, y ste mismo se ha vuelto honrado por mi presencia,
mientras que ayer era indigno porque yo no estaba presente. En otros lugares tambin
dice Hegesandro: Aristipo, al ser escupido por los sirvientes de Dionisio, y recibir las
burlas de Antifonte por soportarlo, dijo: si hubiese estado casualmente pescando,
hubiese partido abandonando la labor?.
419. DIGENES LAERCIO, II.73 (SSR, IV.A.36):
Obligado una vez por Dionisio a decir algo relacionado con la filosofa, dijo: es
gracioso si aprendes de m a hablar, pero t me enseas cundo se debe hablar.
Indignadsimo por eso, Dionisio lo confin a un asiento del fondo, y Aristipo dijo:
queras hacer ms honorable el lugar.
420. DIGENES LAERCIO, II.67 (Eudocia, Violarium, 175.122.12-6) (SSR, IV.A.36):
Una vez que Dionisio lo escupi, lo soport sin reaccionar, y cuando alguien se lo
reproch dijo: bien visto, los marineros aguantan ser salpicados por el mar para cazar
un gobio, y yo no voy a soportar ser salpicado con mezcla de vinos para conseguir una
babosa?.225
224

En este testimonio de Estobeo encontramos una referencia directa a la nocin de medida y


autodominio que subyace a los excesos del filsofo cirenaico. En los dos testimonios siguientes la misma
actitud se liga a la ancdota del asiento indigno, que revela la relativizacin de los valores a la vez que la
dignificacin del lugar ocupado, al que se le asigna un valor que no depende del juicio ajeno y que tiene
que ver directamente con la propia vala. Ntese que en 419 la asignacin del asiento tiene que ver con
una persistencia de Aristipo en no ser amilanado por una decisin de Dionisio, en lo que puede ser visto
como un ejercicio de autodeterminacin que contrasta con otros casos en que concede hasta la
humillacin. Sin embargo, en ambos casos es claro que el control est en manos de Aristipo, como se
desprende del tono de las respuestas, en tanto es el cirenaico el que arbitra la asignacin de valores en el
caso de la ancdota del asiento y el que sobre la base de su conveniencia se presta a la consecucin de
obras consideradas habitualmente oprobiosas, como se desprende de los casos extremos de arrojarse a los
pies de Dionisio en 422 y por el soportar escupitajos en 420. En ambos casos sobresale una lgica que
difiere de los juicios usuales de la costumbre, que fijan que esos agravios son inadmisibles. Dicha lgica
habilita una actitud complaciente en vistas de conseguir un determinado objetivo, ligado en estos casos
con las ddivas de Dionisio. Podra ponerse en duda si este clculo de costo-beneficio rie con la tesis
cirenaica de la consecucin del placer presente (vase 589 y nota ad loc.), o en todo caso si esta tesis es
totalmente compatible con la de la adecuacin a toda circunstancia de 441, que probablemente se sintetice
por las razones esbozadas en las nota siguiente.
225
La persecucin de un plan deliberado en las acciones, incluyendo el sometimiento a situaciones
humillantes tales como las comentadas en la nota previa, queda aqu enfatizado por la analoga con el
trabajo. De este modo, las acciones que desde la perspectiva usual son vistas como oprobiosas pierden su
carcter cuando se las desustancializa y se las convierte en meros medios para alcanzar un fin, ms o
menos costosos, o ms o menos desagradables, como puede serlo un trabajo al que se consiente slo para
ganar el sustento. Ntese a la vez que el clculo de acciones no lleva siempre a tomar el peor lugar, como
muestra el pasaje 421, que completa el ir y venir de escupitajos de este sector del anecdotario, esta vez
colocando a Aristipo en el papel de agresor frente a un servidor de Dionisio, en una suerte de contracara
de los pasajes sobre el asiento indigno. Si en aquel caso era la presencia de Aristipo la que daba lustre al

158

421. DIGENES LAERCIO, II.75 (Arsenio, 115-9-13) (SSR, IV.A.42):


Cuando Simo, el tesorero de Dionisio, que era un frigio ruin, le mostr mansiones
lujosas y revestidas con mosaicos, tras carraspear lo escupi en un ojo. Como el otro se
enfureci le dijo: no tena un lugar ms conveniente.
422. DIGENES LAERCIO, II.79 (Arsenio, 116.11-4) (SSR, IV.A.37):
Una vez le pidi un favor para un amigo a Dionisio y como no lo consigui, se lanz a
sus pies. Entonces, a quien se burl le dijo: no soy yo el responsable, sino Dionisio,
que tiene las orejas en los pies.
423. SUDA, s.v. Aristipo (SSR, IV.A.37):
Al hacer un pedido para un amigo y no conseguirlo, tom <a Dionisio> de los pies y lo
convenci. Entonces dijo: yo no soy responsable de esta adulacin, sino Dionisio, que
tiene los odos en las rodillas.
424. DIGENES LAERCIO, II.80 (SSR, IV.A.38):
Al que lo acus de haber dejado a Scrates por Dionisio le dijo. Al contrario, fui a
Scrates en busca de educacin, y a Dionisio en busca de divertimento.226
425. DIGENES LAERCIO, II.77-8 (Arsenio, 115.19-23) (SSR, IV.A.38):
Cuando Dionisio le pregunt para qu haba ido, le contest que era para entregar
aquello que tena y recibir aquello que no tena. Pero algunos dicen que respondi as:
cuando necesitaba sabidura, me fui con Scrates, y ahora que necesito dinero vengo
contigo.
426. DIGENES LAERCIO, II.81 (SSR, IV.A.39):
Como haba recibido dinero de Dionisio, mientras que Platn le haba pedido un libro,
Aristipo le dijo, en tono de acusacin: Yo necesito dinero, pero Platn necesita libros.
Al que le dijo por qu reciba reproches de Dionisio, le responde: por lo mismo que los
dems.
427. DIGENES LAERCIO, II.82 (Arsenio, 116.21-24) (SSR, IV.A.40):

lugar y no al revs, en este caso las posesiones del tesorero no bastan para elevarlo a l de nivel, sino que
no hacen sino remarcar su inferioridad, precisamente porque contrasta con el refinamiento del ambiente.
Esta lnea se conecta directamente con las ancdotas sobre el lujo y en general, otra vez, con el precepto
cirenaico de que se debe poder tanto gozar de los bienes como desdearlos. Sobre este punto, vase
Introduccin, 4.3.
226
Este pasaje revela un juego de palabras entre paidea, educacin y paidi, juego, divertimento.
Ntese que el divertimento es puesto en los testimonios que siguen en el mismo nivel que el dinero, que
opera como su condicin de posibilidad, visto el marco general de bsqueda de lujo que rodea la posicin
de Aristipo. El anecdotario ligado con el mecenazgo de Dionisio trasunta la misma regla general de los
ejemplos de los actos humillantes, enfatizando otra vez el dominio de la situacin del cirenaico, que
frecuenta mbitos y acepta situaciones de acuerdo con su propio plan de accin. Lo mismo se traduce en
el tpico de la obtencin de dinero, representado en 425-7, as como en 510, donde se dice que Aristipo
afirmaba que los filsofos van a la puerta de los ricos y no a la inversa, porque los primeros saben lo que
necesitan, mientras los otros no. Una historia similar se atribuye a Antstenes (SSR, V.A.166) y a
Simnides (Arist. Retrica II.16,1391A). Platn la menciona como una especie de lugar comn en
Repblica, VI.489 b-c, lo cual muestra que efectivamente se trataba de un tpico extendido en la poca.

159

Le peda dinero a Dionisio y ste le dijo: pero dijiste que el sabio no pasara
necesidades. Y l lo interrumpi para decirle: dmelo e investiguemos sobre el
asunto. Pero cuando se lo dio le dijo: ves que no paso necesidades?.
428. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 35 (SSR, IV.A.40):
De Aristipo: Interrogado por Dionisio el tirano sobre cundo cesara de hacerle pedidos,
Aristipo le dijo: precisamente cuando t me des, y eso ser cuando no seamos
mutuamente agradables.
429. ESTOBEO, IV.8.23 (Gnomologium Parisinum, 71) (SSR, IV.A.41):
De Aristipo: Cuando Dionisio le dijo a Aristipo no recibo de ti ningn beneficio,
respondi: dices la verdad, pues si te hubiese ayudado, habras terminado con la tirana
como con una enfermedad sagrada.227
430. ESTOBEO, IV.8.18 (SSR, IV.A.41):
De Aristipo: Aristipo el filsofo cirenaico dijo que la monarqua difera de la tirana
tanto como la ley de la ilegalidad y la libertad de la esclavitud.
431. DIGENES LAERCIO, VI.25 (FHG III.582.34) (SSR, IV.A.43):
Un da, tras observar que en un banquete lujoso Platn tomaba aceitunas, Digenes le
dijo: por qu t, el sabio que naveg a Sicilia por esas mesas, ahora no disfrutas de las
que tienes a mano?. Y l le dice: por los dioses, Digenes, tambin all me iba hacia
las aceitunas y las cosas por el estilo. Y l otro contest: Entonces por qu tuviste
que viajar a Siracusa? Acaso en ese momento el tica no produca aceitunas?.
Favorino dice en su Historia variada que Aristipo dijo eso.
432. DIGENES LAERCIO, II.71 (Arsenio, 114.1-5) (SSR, IV.A.49):
Cuando navegaba Aristipo a Corinto y sufri una tormenta, se agit. Entonces, al que le
dijo nosotros los hombres comunes no hemos tenido miedo, mientras que ustedes, los
filsofos, estn asustados, le contest: porque no es por un alma del mismo tipo que
cada uno se inquieta.228
433. ELIANO, Historias varias, IX.20 (SSR, IV.A.49):
Durante un viaje en barco, al desatarse una tormenta, Aristipo se alter mucho, y uno de
los pasajeros le dijo Aristipo, tambin t tienes miedo, como el montn?. Y l le
227

Los pasajes 428-9 parecen enfocar una misma situacin de modos diferentes. La primera parece
indicar el diagnstico que hace Aristipo respecto de la lgica de la relacin entre ambos, sostenida en una
conveniencia mutua. La segunda toma una perspectiva de tono objetivista, donde lo que se pone en juego
es la enseanza en vistas de un bien, a la vez que abre a un juicio de tipo poltico, que rie con otros
testimonios sobre Aristipo, que subrayan su prescindencia en ese terreno, como el testimonio de
Jenofonte en 570. Cabe notar que es Estobeo el que menciona esta arista de Aristipo, y se explaya ms en
430 con la transmisin de un juicio respecto de la tirana en tanto organizacin poltica. En tanto
testimonios aislados, no bastan para colegir una posicin al respecto.
228
Las numerosas ancdotas de viaje asociadas con Aristipo concuerdan con su vida itinerante, tal como
se desprende de la mencin de su estancia en Mgara en 392, su perodo en Siracusa de 400 ss., el viaje a
Asia mencionado en 107 y, por supuesto, su permanencia en Atenas junto a Scrates. Esto ha sido visto
como un punto de contacto con la prctica de los sofistas, lo cual coincide con la posicin poltica de
renegar de las cuestiones polticas que trasunta el dilogo que Jenofonte le hace mantener con Scrates en
570.

160

contest: y es totalmente razonable, pues ustedes tienen preocupacin y riesgo actual


por una vida infeliz, pero yo por una feliz.
434. AULO GELLIO, Noches ticas, XIX.1.1 (SSR, IV.A.49):
Estbamos navegando de Casiopa a Brindisium por el mar Jnico, violento, enorme y
agitadizo. (...) En la misma nave estaba un filsofo famoso de la escuela estoica, que yo
haba conocido en Atenas como hombre de no poca autoridad sobre los ciudadanos, que
mantena en adecuado orden a sus jvenes discpulos. En medio de tanto peligro y en
aquel tumulto de cielo y mar lo miraba queriendo saber en qu estado de nimo estaba y
si acaso estaba sin temor e intrpido. Y all vimos al hombre tembloroso y terriblemente
plido, sin proferir lamentos, como hacan todos los otros, ni expresiones de ese tipo,
pero sin diferir mucho del resto en sus colores y su perturbacin. Cuando el cielo se
aclar, el mar se calm y el ardor de aquel peligro se consumi, se acerc al estoico un
griego, uno de esos ricos de Asia, hombre de gran elegancia y acompaado de objetos y
asistentes, que era l mismo inclinado a muchos placeres del cuerpo y del alma. Este
hombre, con tono burln, le pregunt: por qu es, filsofo, que cuando estuvimos en
peligro, te asustaste y palideciste? Yo ni me asust ni me puse plido. Entonces el
filsofo, dudando un poco si le convena responder, le contest: Si en tan violenta
tempestad parece que palidezco un poco, no eres digno de escuchar la razn de ello. Sin
embargo, Aristipo, el discpulo de Scrates, te responder perfectamente por m.
Cuando en una ocasin similar un hombre muy similar a ti le pregunt por qu tema, si
era filsofo, mientras l, al contrario, no se asustaba, respondi que uno y otro no tenan
el mismo motivo, porque aqul no tena que hacerse mucho problema por el alma de un
estupidsimo bribn, mientras que l tema por la vida de Aristipo.
435. AGUSTN, La ciudad de Dios, IX.4 (SSR, IV.A.49):
En su obra titulada Noches ticas, escribi Aulo Gelio, un hombre de elocuencia
elegantsima y de conocimiento amplio y variado, que haba navegado una vez en
compaa de un famoso filsofo estoico y narra con detalle y delectacin lo que yo
tratar brevemente. Cuando la nave, en extremo peligro, era agitada por una violenta
tormenta, el filsofo palideci de temor. Esto fue notado por los que estaban con l,
quienes en la cercana de la muerte prestaban atencin con curiosidad para ver si un
filsofo tendra el alma perturbada como cualquier otro o no. Cuando la tempestad pas,
no bien su seguridad le permiti hablar, o incluso articular palabra, uno de los pasajeros,
un asitico adinerado y lujurioso, se dirigi al filsofo en tono de broma, preguntndole
por qu se haba asustado y palidecido, cuando l mismo haba estado en calma,
tranquilo frente a la destruccin inminente. A se le refiri la respuesta de Aristipo el
socrtico, que estando en una situacin similar, al recibir el mismo comentario de un
hombre similar, le contest que no haba motivo de inquietud por el alma de un
estupidsimo bribn, mientras que l deba temer por el alma de Aristipo.
436. GALENO, Protrptico, 5 (SSR, IV.A.50):
De hecho, Aristipo, cuando una vez, mientras navegaba, al destruirse el navo, atrac en
una playa de Siracusa, primero cobr coraje al observar un diagrama geomtrico sobre
la arena, pues calcul que llegaron a tierras griegas, es decir a hombres sabios, no a
tierras brbaras. Luego, al llegar a un gimnasio en Siracusa y pronunciar las siguientes
palabras Quin recibir al vagabundo Edipo por este da con insuficientes regalos?,
hubo algunos que se le acercaron y al reconocer quin era, compartieron
161

inmediatamente lo que necesitaba. Y dado que unos hombres que iban a viajar hacia
Cirene, su patria, le preguntaron si no quera enviar un mensaje a su casa, dijo que les
ordenaba tomar las posesiones que saldran a flote en un naufragio.229
437. VITRUVIO, Sobre la arquitectura, VI.1.1 (SSR, IV.A.50):
Aristipo, el filsofo socrtico, tras naufragar frente a la costa de Rodas, al ver all
diagramas geomtricos, se cuenta que exclam a sus compaeros: tengamos
esperanzas. Precisamente, veo rastros de civilizacin, y yendo a Rodas, lleg
directamente al gimnasio, donde al discutir sobre filosofa obtuvo tales honores que no
slo lo cubrieron de ropas y comida a l, sino tambin sus compaeros. Cuando ellos
quisieron volver a su patria y le preguntaron qu quera comunicar a su casa, l les
mand a decir lo siguiente: conviene preparar para los nios las mismas posesiones y
provisiones que puedan preservarse de un naufragio.
438. CICERN, Sobre la repblica, 1.17.29 (SSR, IV.A.50):
Ese comentario de Platn, o de quien lo haya hecho, me parece muy conveniente.
Cuando fue arrojado por una tempestad hacia tierras desconocidas a una costa desierta,
mientras los otros teman ante la ignorancia del lugar, dicen que advirti que en la arena
haba trazadas figuras geomtricas. Al verlas exclam que tuvieran esperanzas, porque
haba visto huellas de hombres.
439. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 23 (Cod. Vindobonense Theol. CXLIX f. 306r)
(SSR, IV.A.50):
Aristipo, el filsofo cirenaico, naufrag cuando navegaba hacia Atenas y cuando, al ser
rescatado por atenienses, le preguntaron qu iba a decir a sus allegados al volver a
Cirene, respondi: tomen las provisiones que se pueden mantener a flote cuando
naufraguen.
440. EXC. MS. FLOR. JUAN DAMASCENO, II.13.138 (SSR, IV.A.50):
Aristipo exhort a los jvenes a tomar las provisiones que se mantendran a flote con
ellos si naufragan.
d) Lujo y la austeridad: el perro de la corte
441. DIGENES LAERCIO, II.66 (Eudocia, Violarium, 175.123.7-9) (SSR, IV.A.51):
Aristipo era capaz de acomodarse al lugar, al tiempo y a la persona y representar su
papel adecuadamente en toda circunstancia. Por eso era apreciado por Dionisio ms que
229

Frente a los testimonios que refieren a un riesgo de naufragio, 436-40 mencionan un naufragio
efectivo, que da lugar a un juicio sobre las posesiones, concordante con los ejemplos en que se las arroja
al mar en 469-70 o se las abandona en el desierto 471, y cuya sntesis es tal vez la recomendacin a su
hija en 647 acerca de desdear lo superfluo. Llama la atencin aqu la mencin de la geometra. A juzgar
por las opiniones que se le atribuyen respecto de las matemticas en 620-7, esta afirmacin no puede
indicar ms que la constatacin de que la geometra se trata de una prctica tpicamente griega, de modo
que tal vez la mencin de hombres sabios sea un exceso, si realmente sostena Aristipo que las
matemticas, por no tener relacin con el bien y el mal, no tienen sentido, e incluso la cocina tena mayor
estatuto tcnico. En este sentido, ntese que en 478 Cicern atribuye, con dudas, la ancdota a Platn, en
quien la alabanza de la geometra sonara ms esperable. Vase D. Roochnik, Counting on Number:
Plato on the Goodness of Arithmos, The American Journal of Philology 115.4, Baltimore, 1994, pp.
543-563 y L. Zhmud, Plato as Architect of Science, Phronesis 43.3, Leiden, 1998, pp. 210-244.

162

los otros, ya que siempre estaba bien dispuesto para lo que sobrevena. Gozaba el placer
de las cosas presentes y no buscaba con dolor el gozo de las que no estaban presentes.
De all que tambin Digenes lo llamaba perro de la corte.230
442. Suda, s.v. Aristipo; Hesiquio de Mileto, Catlogo de nombres, 90.25.9-13] (SSR,
IV.A.51):
Pero Timn lo mordisqueaba por vividor diciendo ms o menos as: As es la lujuriosa
naturaleza de Aristipo, que se deleita en mentiras.231
443. [HESIQUIO DE MILETO], Acerca de los hombres ilustres, 4 (SSR, IV.A.51):
Aristipo el cirenaico persegua, por un lado, los placeres, y, por otro, no iba a la caza de
ningn disfrute con dolor entre las cosas que no estn presentes. De all que Digenes lo
llamaba perro de la corte.
444. SUDA, s.v. Aristipo (SSR, IV.A.52):
Aristipo, compaero de Scrates, que persegua el placer y la elegancia en todo.
445. ATENEO, XII.544 b (SSR, IV.A.53):
El modo de vida de Aristipo estaba de acuerdo con su doctrina y la viva en todo lujo y
extravagancia de perfumes, ropajes y mujeres. Por eso, tena abiertamente a Las como
hetera y disfrutaba las extravagancias de Dionisio, aunque muchas veces se burlaba.232
230

Este testimonio de Digenes pone de relieve una serie de datos importantes de la posicin de Aristipo.
En primer lugar, la adecuacin al contexto est presentada como un armsasthai, es decir un entrar en
armona con el medio, punto que se repite en el anecdotario, como surge especialmente de los
testimonios asociados con la estancia en Siracusa. La flexibilidad de esta postura no rie con la
permanencia en los propios principios, sino que la fuerza del filsofo parece residir precisamente en aunar
estos dos aspectos. En segundo lugar, se esboza brevemente la tesis de la bsqueda del placer presente.
En este contexto esta posicin implicara no tomar una actitud conflictiva respecto de lo dado, y, al
contrario, arbitrar los medios para que una situacin potencialmente adversa cambie de signo. En tercer
lugar, esta sntesis da lugar al juicio que supuestamente habra vertido Digenes sobre l, caracterizndolo
como basilikn kon, perro de la corte. El sentido de esta afirmacin surge de lo planteado en 448-9,
donde se enfatiza que el trato de Aristipo con lo lujoso era una preferencia, pero no un fruto de la
necesidad, sino que su constitucin lo haca apto para vivir sin eso, lo cual nos vuelve al punto de partida,
en relacin con su flexibilidad para adaptare a situaciones distintas sin sufrir por ello. En este sentido, se
comprende que la consecucin de los placeres sea menos dificultosa que en el caso de una naturaleza ms
estructurada, que para sentirse en esa situacin necesita de condiciones determinadas, cuya ausencia la
precipita en el dolor. Puede inferirse que un argumento como ste puede haber sido esgrimido si no lo
esgrimi efectivamente contra las crticas a la exposicin al placer que Platn plantea en Gorgias y
Repblica IX, ya que la sntesis entre autodominio y flexibilidad permitira arbitrar las relaciones con
cualquier contexto extrayendo de ello lo placentero y minimizando la cuanta de displacer sin riesgo de
perder el control sobre la situacin.
231
Frente al perfil de la posicin esbozada por Digenes en 441, el escptico Timn de Fliunte presenta la
crtica caracterstica a esta pretensin, denostndola como una mentira, esto es, como una mera ilusin de
cumplimiento imposible, que esconde, en los hechos, una vida dedicada a los excesos, tal como subraya
Cicern en 349 como riesgo que acecha a una doctrina que no cuenta con un andamiaje que evite los
desvos. Vase nota ad loc.
232
Los testimonios 444-6 y 450-1 presentan, en consonancia con 442, la figura de Aristipo asociada con
el lujo. Este mismo tipo de enfoque se repite en 590 y 610, donde se enfatiza el aspecto hedonista de la
propuesta cirenaica. Por otra parte, basta una mirada a 447-9 para ver que, con a las actitudes
cortesanas, conviven tambin las que hacen de Aristipo un perro, esto es alguien que no depende en
modo alguno de las circunstancias externas, aspecto subrayado aqu con su posibilidad de mantener una
misma conducta llevando ropajes pauprrimos o lujosos. En este sentido, esta autonoma se desprende
directamente de las tesis que sostienen su gnoseologa, de neto corte subjetivista, tal como surge de 628.

163

446. TATIANO, Discurso contra los griegos, 2.1 (SSR, IV.A.54):


Aristipo, paseando confiadamente vestido de prpura, llevaba una vida de libertinaje.
447. PLUTARCO, Sobre la gran fortuna y virtud de Alejandro, I.8.330 c (SSR, IV.A.56):
Aunque se sorprenden de Aristipo el socrtico, porque usando una tnica de suplicante
y un manto milesio, guardaba la elegancia por medio de ambos.
448. DIGENES LAERCIO, II.67 (Eudocia, Violarium, 175.123.1-3; Arsenio, 113, 7-9)
(SSR, IV.A.57):
Por eso una vez Estratn, y otros dicen que Platn, le dijo a Aristipo: Slo a ti te es
dado usar tanto tnica como harapos.
449. MXIMO DE TIRO, Disertaciones filosficas, I.9 (SSR, IV.A.58):
Ese Aristipo, vistindose de prpura, untndose perfumes, no era menos sensato que
Digenes, pues como alguien hubiese tomado coraje, creo, para ofrecer su cuerpo al
Etna, si hubiese dispuesto el poder del cuerpo para que no sea ultrajado por el fuego, as
tambin quien lo prepar bien contra el placer, no se calienta estando en esas
circunstancias, ni se quema, ni se derrite.
450. LUCIANO, La compra de modos de vida, 12 (SSR, IV.A.59):
Zeus Llama a otro, al cirenaico, ese vestido de prpura y coronado.
Herm. Vamos!, ofrece todo. Extravagantes sus bienes y necesitado de dinero. Esta
vida es la ms dulce, una vida tres veces bienaventurada. Quin desea el lujo? Quin
compra al ms hermoso?
Comprador Ven t y di lo que resulta que sabes, pues te voy a comprar, si es que eres
til. Herm. No lo inquietes, mi querido, ni lo interrogues, pues est borracho, de modo
que no podra contestarte, dado que la lengua, como ves, se le resbala.
Comprador Y pensndolo bien, quin podra comprar un esclavo tan arruinado y
licencioso? Y exhala tanto perfume, como marcha a los tumbos y torcido.
451. LUCIANO, Historia verdica, II.18 (SSR, IV.A.60):
Los grupos de Aristipo y de Epicuro se llevaron bien entre ellos al principio, porque
eran agradables, amenos y dados a los banquetes.233

Ntese que en el testimonio de Digenes de 448 se contempla incluso la posibilidad de que Platn
reconociera este rasgo de Aristipo, que, de acuerdo con 449, consistira precisamente es no ser afectado
por el placer. Es interesante tener en cuenta que de un modo poco convencional, la posicin cirenaica
termina por compartir con otros grupos helensticos esta caracterstica de su parmetro tico: si los
estoicos hacen de l un poseedor de aptheia, impasibilidad, los epicreos pretenden que practique la
ataraxia, imperturbabilidad, los megricos tambin la impasibilidad o a la aokhlesa, calma, o noalteracin, los cirenaicos son tal vez los ms osados, en tanto quien encarna su filosofa busca
voluntariamente las situaciones disruptoras porque su constitucin psquica no puede ser afectada, como
si se tratara de una coraza que no se puede traspasar, o de un cuerpo, como en 449, que por no sufrir ante
el fuego puede exponerse al volcn de las pasiones sin riesgo.
233
Una lnea dentro de la doxografa pone de relieve la evidente conexin entre el hedonismo cirenaico y
el hedonismo epicreo, tal como surge de 589-90, 596-603, 606, 608, 615-21, 624-5, 629 y 639. Esta
diferencia ser importante en la evolucin de la doctrina cirenaica, especialmente en lo que toca a la
relevancia que se le conceder a los placeres anmicos frente a los corporales, que son los que prefiere la
vertiente originaria de cuo aristipiano. Sobre este viraje, vase la propuesta de la lnea aniceriana en 672.

164

452. LUCIANO, Dilogo de los muertos, 20.5 (SSR, IV.A.62):


Scrates Qu pasa en Atenas?
Menipo Muchos jvenes dicen que filosofan.
[Scrates He visto realmente muchos.
Menipo] Pero has visto, creo, cmo vino junto a ti Aristipo y el mismo Platn, uno
exhalando perfume y el otro habiendo aprendido a frecuentar a los tiranos en Sicilia.234
453. DIGENES LAERCIO, II.76 (SSR, IV.A.63):
A Carondas, y segn otros a Fedn, que deca quin es el perfumado?, Aristipo le
contest: yo soy el desgraciado, y el rey de los persas es ms desgraciado que yo. Pero
mira que si eso no disminuye en nada a los dems animales, tampoco en el caso del
hombre. Que mueran de la peor manera los obscenos que desacreditan nuestros nobles
perfumes.
454. CLEMENTE DE ALEJANDRA, Pedagogo, II.VIII.68.4-69.1 (SSR, IV.A.64):
Es totalmente distinto el llenarse de ungento del perfumarse un poco, pues una
conducta es afeminada, mientras que ponerse y usar perfume es otra cosa. De todos
modos, Aristipo el filsofo, tras llenarse de ungento, pretenda que es necesario en
relacin con el beneficio del perfume, desaprobando el reproche.
455. SNECA, De benef., VII.25.1 (SSR, IV.A.65):
Una vez Aristipo, mientras disfrutaba un perfume, dijo: mal hado a esos afeminados
que han lanzado al descrdito una cosa tan bella.
456. CLEMENTE DE ALEJANDRA, Paedag., II.VIII.64.1 (SSR, IV.A.66):
Conozco tambin lo relativo a Aristipo el cirenaico. Aristipo era afeminado. l propone
un tipo de argumento sofstico: un caballo que se pone perfume no daa la virtud del
caballo, ni un perro perfumado la virtud del perro. Por lo tanto, tampoco un hombre,
induca y conclua.
457. CLEMENTE DE ROMA, Homila, V.18.147 (SSR, IV.A.67):
Aristipo enteramente perfumado no agradaba a Afrodita?
458. DIGENES LAERCIO, II.68 (SSR, IV.A.68):
Cuando alguien le reproch a Aristipo que viva lujosamente, respondi: si esto est
mal, no existira en las fiestas de los dioses.235
234

En consonancia con los testimonios que enfatizan la preferencia por lo lujoso, 452-7 refieren a la
elegancia. En todos los casos se considera el uso o abuso? de perfumes como una costumbre
extravagante que Aristipo se ve en la necesidad de justificar. Como se ve en 453, las vas argumentativas
parecen ser dos, en primer lugar, una que apela a la autoridad, haciendo intervenir al rey de los persas, del
mismo modo que en 500 trae a colacin, frente a Platn, a la figura de Dionisio de Siracusa, y en 458
opera con la comparacin de los dioses, tradicionalmente caracterizados como asistentes a banquetes
fastuosos; en segundo lugar, otra vez, cuestiona que la exposicin a esta costumbre, asociada con lo
lujoso, pueda afectar la calidad anmica del sujeto, a travs de la comparacin de lo que sucedera con la
misma situacin en el caso de los animales, como confirma el texto de 456, que complementa el de
Digenes en 453: si un caballo perfumado no deja de ser un buen caballo, tampoco debera dejar de serlo
un hombre. De este modo, volvemos a encontrar el rasgo de inalterabilidad de la virtud del filsofo
cirenaico que lo hace inmune al lujo, y por lo tanto puede instaurarlo como preferible sin riesgo.
235
Sobre este tipo de razonamiento analgico con apelacin a la autoridad, vase 452 y nota ad loc.

165

459. DIGENES LAERCIO, II.75 (Arsenio, 115.6-9) (SSR, IV.A.69):


Al que lo criticaba por su tren de vida lujoso le contest: Por tres bolos t no habras
comprado todo esto?. Cuando el otro dijo que s, agreg: en realidad, no es que yo sea
hedonista, sino que t eres un avaro.236
460. DIGENES LAERCIO, II.76 (SSR, IV.A.70):
A Platn, que criticaba su vida lujosa, Aristipo le dijo: acaso te parece que Dionisio es
un hombre noble?. Cuando respondi que s, le dijo: y sin embargo vive de un modo
ms lujoso que yo, de modo que nada impide vivir a la vez lujosamente y bien.
461. ATENEO, XII.510 a (CAF, II.384.239) (SSR, IV.A.71):
Me parece que eres un hombre de Cirene, de acuerdo con el Tndaro de Alexis,
compaero Timcrates:
Pues all si se invita a uno al banquete,
vienen otros dieciocho, diez carros
y quince pares de caballos.
Y es preciso que dispongas comida para ellos,
de modo que lo mejor es no invitar a nadie.237
462. Papiro de Herculano, 418 [V.H.2, VIII.77], frag. 4, lneas 10-14 (SSR, IV.A.72):
Y a Aristipo, acusado por otros precisamente por el natural disfrute de los asuntos de
Afrodita, lo atac tambin Alexino, etc.238
463. PLUTARCO, Sobre el amor a las riquezas, 3.524 a-b (SSR, IV.A.73):
Se sorprendera todava ms de los que no rechazan nada, tienen muchas cosas, pero
necesitan siempre ms, alguien que se acuerde de Aristipo, pues aquel hombre
acostumbraba a decir que si alguien come muchas cosas, bebe muchas cosas y nunca
se llena, marcha con lo mdicos y pregunta qu es lo que sufre, cul es su disposicin y
cmo podra liberarse. Por el contrario, si alguien que tiene cinco asientos busca diez, y
poseyendo diez mesas compra otras tantas, y aunque posea muchas propiedades no est
repleto de dinero, sino que se inclina hacia otras cosas, vive insomne y est insatisfecho
con todo, se no cree que necesite de quien lo vaya a tratar y a indicar por qu causa ha
venido sufriendo este mal.239
464. PLUTARCO, Sobre la tranquilidad de la mente, 8.469 c (SSR, IV.A.74):
236

Una ancdota similar con Platn como interlocutor es relatada en 380 -vase nota ad loc. La versin
de 459, que tiene ligersimas variantes, corresponde a una diferencia de ubicacin del pasaje en algunos
cdices.
237
Ateneo de Nucratis inicia el libro XII de su Banquete de los sabios con este pasaje, para derivar luego
la conversacin hacia el tema del lujo y las costumbre afeminadas, de modo que la mencin de Cirene,
tomada como ejemplo de hedonismo, en tanto patria de Aristipo y el grupo cirenaico en general, es
propiciatoria de estas temticas.
238
Este pasaje precede al consignado en 320 a propsito de Alxino. Vase nota ad loc.
239
Esta caracterizacin del llenarse tiene un eco directo en el pasaje de los toneles del Gorgias de
Platn, especialmente en el pasaje 493e-494c, donde aparecen cinco variantes del verbo plero. Lo
llamativo en este caso es que Aristipo no adopta aqu una posicin contraria a la platnica, sino a todas
luces similar. En efecto, Aristipo parece extremar el planteo y notar que la tendencia a los excesos que
Platn ejemplifica con la comida se verifican tambin en otros mbitos, especialmente el asociado con la
propiedad, tema al que apuntan los testimonios hasta 475.

166

Efectivamente, la mayora, pasando por alto lo beneficioso y placentero de los asuntos


individuales, corren hacia lo incmodo y daino. Pero Aristipo no era as. Por eso, tras
perder una bella propiedad, pregunt a uno de los que pretendan condolerse mucho y
compartir la inquietud: no tienes una pequea propiedad, mientras que a m me
quedan tres campos?. Y cuando el otro respondi que s, contest: entonces, por qu
no estamos ms bien nosotros condolindonos por ti?.240
465. ESTOBEO, IV.15.32 (Mximo, XXI.25; Anton., II.74.32; Gnomic. Basil, 44.150;
Gnom. Cod. Pal., 18 f. 135v n. 18) (SSR, IV.A.84):
De Aristipo: Aristipo, cuando alguien le dijo por ti se perdi el campo, contest:
entonces no es mejor que por m se haya perdido el campo, que yo por el campo?.
466. ESTOBEO, IV.31.128 (Mximo, XII.75) (SSR, IV.A.75):
De Aristipo: No es que, como una sandalia ms grande es intil, as tambin es intil
una posesin mayor, pues lo excesivo de la primera se prueba en el uso, mientras que a
la otra es posible usarla entera, en el momento oportuno, y tambin por partes.241
467. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 29 (SSR, IV.A.76):
Aristipo dijo que es necesario acostumbrarse a vivir con pocas cosas, para que no
hagamos nada vergonzoso a causa de las riquezas.
468. ANECDOTA GRAECA (Boissonade), I.36.18-21 (SSR, IV.A.77):
De Aristipo: es mejor vivir echado en la cama y tener buen nimo que estrangular los
problemas con dinero.
469. DIGENES LAERCIO, II.77 (Frag. T.8.A y F.40.A Kindstrand [Bion]; Arsenio,
116.7-10) (SSR, IV.A.79):
Una vez, cuando en un camino su sirviente cargaba el dinero y estaba cansado por el
peso, segn dicen los que siguen a Bion en sus Diatribas, Aristipo dijo: Deja caer la
mayor parte y carga cuanto puedas. Cuando, una vez navegando, reconoci una nave
240

La respuesta de Aristipo, adems de confirmar su actitud frente a las posesiones, tiene interesantes
proyecciones en lo que hace a la tendencia a formular juicios deficientes producidos por la obnubilacin
por algn elemento, como aqu la riqueza. Se trata de un caso paralelo al esbozado en 463, donde ese
mbito es impermeable a la reflexin. Estos casos ofrecen un contrapunto visible al puro subjetivismo
epistemolgico que parece surgir de los pasajes doctrinales, de donde podra colegirse la imposibilidad de
trazar una tica o evaluar juicios axiolgicos. Este presupuesto convive, sin embargo, con una posibilidad
de contrastar esos juicios intersubjetivamente y, como en este caso, mostrar la inconsecuencia de que
alguien que tiene menos se conduela por la prdida de alguien que sigue teniendo ms que l. Por otra
parte, este pasaje pone de relieve una inclinacin antihedonista en los hombres, que tienden a solazarse en
el displacer. En este sentido, la actitud del interlocutor no es interpretada como una muestra de cinismo,
en la que se solaza externamente en el dolor del otro, sino como una verdadera actitud simpattica, que le
hace pasar por alto incluso que su situacin es peor. En ello se revela un impulso hacia el displacer que
hace ms relevante la postulacin de la hedon como base del sistema cirenaico.
241
En la compleja posicin de Aristipo frente a la riqueza, donde se propone vivir sin depender de ella,
pero prefirindola, este juicio parece abonar este segundo aspecto, diferenciando las posesiones
abundantes de las puntuales. Es difcil saber si un juicio as formaba parte de un contexto mayor tal vez
un dilogo y estaba al servicio de un argumento ms complejo. En rigor, parece un paso diseado para
objetar un planteo extremo que homologara la propiedad con un elemento de indumentaria, que por
grande se volviera incmodo, mientras que la propuesta aristipiana es ms amplia y ana la autonoma
anmica, como surge de 467, a la posibilidad de gozo de los lujos, de modo que no aceptara los preceptos
de moderacin a ultranza. Sobre este punto, vase 589 y nota ad loc.

167

pirata, tras tomar el dinero se puso a contarlo. Luego, como quien no quiere la cosa, lo
iba arrojando al mar y se puso a gemir. Otros afirman que adems dijo que era mejor
que el dinero fuera destruido por Aristipo antes que Aristipo fuera destruido por el
dinero.242
470. SUDA, s.v. Aristipo (SSR, IV.A.79):
Se cuenta que, cuando su esclavo le llevaba el dinero y estaba agotado por el peso,
Aristipo le dijo que arrojara lo pesado. Amenazado en una nave por lo que llevaba, lo
fue arrojando al mar, pues la destruccin de eso, dijo, era su salvacin.
471. HORACIO, Sermones, II.3.99-102 (SSR, IV.A.80):
En qu es similar el griego Aristipo, que orden a sus siervos que arrojaran su oro en el
medio de Libia, porque abrumados por el peso avanzaban muy lento?
472. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 39 (SSR, IV.A.82):
Aristipo tom no pocas riquezas de Dionisio en su viaje y a causa de ellas iba a sufrir
una conspiracin organizada por los navegantes. Habiendo pasado de la mitad de la
nave junto a la parte lateral, orden que los sacos fueran vaciados sobre el entarimado,
para contar el dinero con atencin, y al apilarlas las iba arrojando al fondo. Mientras los
marineros se iban poniendo molestos, dijo: es mejor que el dinero sea destruido por m,
que yo por l.
473. CICERN, Sobre la invencin retrica, II.58.176 (SSR, IV.A.83):
La afeccin es un cierto cambio de las cosas, ya sea con referencia al tiempo, el
resultado o el manejo de asuntos o el deseo de los hombres, de modo que no parecen ser
tales como eran consideradas previamente, o como suelen ser generalmente. (...) es
intil arrojar dinero
al mar, pero no con el propsito con el que lo hizo Aristipo.
474. CICERN, Sobre los deberes, I.41.148 (SSR, IV.A.83):
Sobre lo que verdaderamente est hecho segn los designios de la comunidad no hay
que establecer ninguna regla, ya que ellas son en s mismas reglas y nadie debe cometer
este error de que, porque Scrates o Aristipo hizo o dijo algo contra los hbitos y
costumbres ciudadanas, l tiene derecho a hacer lo mismo. Es por sus enormes y divinas
condiciones que accedan a este privilegio.
475. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 31 (SSR, IV.A.85):

242

Bion de Borstenes, que vivi aproximadamente entre 325 y 245 a.C., suele ser asociado con la
invencin de la diatriba como gnero literario, texto de carcter moralizante desprovisto de andamiaje
terico. M. Narcy traduce directamente como dice Bion y aclara en nota ad loc. que la expresin hoi
per tn Bona seala slo a Bion y no a Bion y a sus discpulos, pero podra pensarse que se trata de un
comentario doxogrfico, de manera que sealara no a discpulos sino a otras fuentes que repiten la
historia narrada por Bion. En cuanto al contenido, hasta 473 encontramos variantes de un ncleo asociado
con el abandono de dinero, ya sea porque su conservacin supone un esfuerzo exagerado, ya sea porque
tenerlo resultara peligroso, casos ambos en que el fin, asociado con el placer, se vera comprometido. En
trminos de 467, podra decirse que perseverar en la conservacin del dinero en estos casos resultara
ridculo o vergonzoso.

168

Aristipo, cuando alguien acusaba a un hombre porque habiendo tomado dinero no lo


devolvi, dijo: pero no te acusas a ti mismo, si no controlaste adecuadamente a quin
le prestabas?.

e) Las cortesanas y Las


476. DIGENES LAERCIO, II.67 (= Arsenio, 113.3-7) (SSR, IV.A.86):
Un da que Dionisio le orden que eligiera una de tres cortesanas que haba, Aristipo
tom las tres, diciendo: a Paris no le fue beneficioso elegir una sola. En rigor, dicen,
tras llevrselas hasta la puerta las liber, pues era tan capaz de tomar como de desdear.
243

477. DIGENES LAERCIO, II.69 (SSR, IV.A.87):


Una vez, al entrar Aristipo a la casa de una cortesana y, como uno de los muchachos
que estaban con l se sonroj, dijo: lo difcil no es entrar, sino poder salir.
478. JUAN CRISSTOMO, Sobre la homila de Mateo, 33.4 (SSR, IV.A.89):
As, precisamente, Aristipo contrataba costosas prostitutas.
479. DIGENES LAERCIO, II.81 (SSR, IV.A.88):
Cuando una cortesana le dijo a Aristipo estoy embarazada de ti, le contest: no lo
sabes ms que si tras caminar sobre juncos afirmaras que has sido pinchada por uno en
especial.244
243

Este pasaje sintetiza la actitud de Aristipo, y revela en un ejemplo prctico los dos aspectos
conflictivos que conviven en su planteo: por un lado, la tendencia a extremar el ejercicio del gozo sin
descartar excesos de placer corporal, para lo cual los casos de su trato con mujeres son claros, y, por otro,
la capacidad de desechar estas prcticas, como indicio de que el autodominio se mantiene intacto. Ntese
que en 477 precisamente la clave consiste en poder salir y no quedar atrapado en la lgica adictiva del
deseo, lo cual habilita acciones como las de 478 sin que ello haga mella sobre la calidad anmica del
filsofo. Sobre el juicio de las tres diosas, en que Paris debe decidir cul es ms bella, decidindose por
Afrodita a cambio del amor de Helena y dando lugar as a la guerra de Troya, vase Homero, Ilada,
XXIV.2530, en que el tpico es mencionado al pasar, y los fragmentos de las Ciprias. Luego es
mencionado por Eurpides en Andrmaca, 284 y Helena, 676, y ms tardamente reaparece en Ovidio,
Heroidas, XVI.71 ss. y 149152, Luciano, Dilogos de los Dioses, 20 y Pausanias, Descripcin de
Grecia, V.19.5.
244
Los pasajes hasta 583 refuerzan la idea de la distancia que mantiene en el tratamiento con cortesanas,
oscilando entre la falta de prejuicios que lo llevan a fundamentar su convivencia con una de ellas, pero a
la vez no siente ninguna presin ni responsabilidad ante el reclamo de 479, para el cual la respuesta suena
en extremo despectiva. En rigor, otra vez, ambas actitudes se apoyan en el precepto general que surge de
483, en el cual convive la idea de autonoma usual en los testimonios, pero revela al mismo tiempo el
aspecto ms oscuro de este planteo en lo que hace a las relaciones humanas, donde dicha autonoma no
dista demasiado del ms crudo egosmo, en el cual los otros son denigrados a la categora de objetos, ya
sea comparndolos con casas o naves, de los cuales uno se vale, o con comestibles, que son directamente
consumidos, en una lgica donde la intransferibilidad de las percepciones y la persecucin del placer
acallan toda otra consideracin. En este sentido, probablemente en este ncleo de cuo aristipiano est
cifrada la diferencia que habilita el quiebre del grupo cirenaico en varias tendencias, entre las cuales una
de las disidencias centrales est cifrada en el lugar que se le da a la amistad y las relaciones humanas en
general en el concierto de la doctrina cirenaica. Podra plantearse incluso que este problema se remonta a
Scrates mismo, en quien se ha visto un cuestionamiento de las relaciones sancionadas por la tradicin.
Sobre este punto, vase F. Gonzalez, Socrates on Loving Ones Own: A Traditional Conception of

169

480. DIGENES LAERCIO, II.74 (Arsenio, 114.13-18) (SSR, IV.A.90):


Al que lo acusaba porque viva con una cortesana le dijo Aristipo: acaso habra
diferencia entre tomar una casa en la cual antes vivieron muchos y una en la que no
vivi nadie?. El otro dijo que no, y l respondi: y la habra entre navegar en una
nave en la cual antes navegaron muchos y una en la que no naveg nadie? Por lo tanto,
tampoco la hay entre convivir con una mujer que han frecuentado muchos y con una a
quien no ha frecuentado nadie.
481. ATENEO, XIII.588 c (SSR, IV.A.91):
De Las estaba enamorado no slo Aristipo, sino tambin el orador Demstenes y
Digenes el perro.
482. ATENEO, XIII.588.e-f (SSR, IV.A.92):
Aristipo pasaba dos meses por ao en Egina. Cuando un sirviente lo critic as:
dndole t tanto dinero a ella, pero ella le enva regalos a Digenes el Perro, contest:
yo cortejo mucho a Las para disfrutar yo mismo de ella, no para que otro no lo haga.
Y cuando Digenes le dijo: Aristipo, convives con una prostituta. Entonces, o s un
perro, como yo, o dalo por terminado, Aristipo le contest: acaso te parece que no es
absurdo, Digenes, vivir en una casa en la cual otros vivieron antes? Claro que no,
respondi. Y en una nave en la cual han navegado muchos? Eso tampoco,
contest. Entonces tampoco es tan absurdo convivir con una mujer con la cual han
estado muchos.
483. PLUTARCO, Sobre el amor, 4.750 d-e (SSR, IV.A.93):
Pues el amor adoptado por un alma de buena naturaleza y joven culmina en la virtud por
medio de la amistad, mientras que si las mejores caen en esos placeres relacionados con
las mujeres, es mejor disfrutar el placer y gozar de la juventud y el cuerpo, como
testimoni Aristipo, cuando al que acus a Las ante l de que no estaba enamorada le
contest que crea que tanto el vino como el pescado no lo queran, pero que se vala de
cada uno con todo gusto.
484. HERMESIANO, III.95-8 (segn Ateneo, 599 b) (SSR, IV.A.94):
Un terrible deseo interior del Istmo distrajo a un hombre
de Cirene cuando se enamor de Las,
el agudo Aristipo, y rechaz a todas, huyendo
de las charlas.245
Phila Radically Transformed, Classical Philology 95.4, Chicago, 2000, pp. 379-398. Sobre la
progresin de esta temtica en Hegesias, vase W. Matson, Hegesias the Death-Persuader; or, the
Gloominess of Hedonism, Philosophy 73, Cambridge, 1998, pp. 553-557.
245
Las, amada, al parecer, tambin por Digenes el cnico y por el orador Demstenes, como se dice en
481, es la ms famosa de las cortesanas griegas. De origen corintio, resida con Aristipo en Egina durante
dos meses al ao, segn 582. A ella parecen estar dedicadas dos obras del cirenaico, como surge de 553.
Ntese que este testimonio contrasta con el resto en lo que hace a la relacin de Aristipo con Las,
subrayando que, lejos de la autonoma que se enfatiza en los dems, su comportamiento era el de un
enamorado corriente. En este sentido, frente a la pretensin de 485, se vera tras ello el diagnstico de
486, donde se interpreta que, en rigor, no slo Aristipo no poda pretender autodominio, sino que era
utilizado por Las como agente de justificacin intelectual, y en ltima instancia propagandista, de su
prctica, lo cual posiciona al cirenaico en el sitial opuesto al que pretende.

170

485. CICERN, Cartas familiares, IX.26.2 (SSR, IV.A.95):


Sin embargo, Aristipo no se ruboriz. Cuando se le objetaron sus contactos con Las,
dijo: la poseo, pero no soy posedo por Las.
486. LACTANCIO, Institucin divina, III.15.15 (SSR, IV.A.95):
Aristipo, el maestro de los cirenaicos, frecuentaba a la famosa cortesana Lais. Este
importante experto en filosofa se defenda de esta falta diciendo que haba una
diferencia grande entre l y los otros amantes de Las, que l posea a Las, mientras que
los dems eran posedos por ella. Oh, preclara sabidura que debe ser imitada por los
hombres buenos! En verdad confiaras tus hijos a la educacin de este hombre, para
que aprendan a tener prostitutas? Deca que haba diferencia entre l y los depravados,
porque ellos perdan sus bienes, mientras que l viva en el lujo gratuitamente. Sin
embargo en esto la prostituta era ms sabia, ya que tena al filsofo como rufin, para
que toda la juventud, corrupta por el ejemplo y la autoridad del maestro, fuera hacia
ella sin pudor. Por lo tanto, qu diferencia haba en esta intencin del filsofo de
recurrir a la famossima prostituta, cuando la gente y sus rivales lo vean ms bribn que
todos los depravados? Tampoco le bast con vivir as, sino que adems comenz a
ensear la lujuria y transfiri sus costumbres del prostbulo a la escuela, sosteniendo
que el gozo del cuerpo es el sumo bien. Esta doctrina execrable y vergonzosa no naci
en el corazn de un filsofo sino en pecho de una prostituta.
487. ACRON., Escolio a las cartas de Horacio, I.17.36 (SSR, IV.A.95):
Este proverbio se deca en el grupo de Aristipo: no va a Corinto la nave de cualquier
hombre.246 Pues muchos navegantes en Corinto tenan amores con Las.
488. ATENEO, XII.544 d (SSR, IV.A.96):
Aristipo dijo sobre Las: poseo y no soy posedo. Asimismo, cuando estaba en la corte
de Dionisio, discuti con algunos en torno de la eleccin de tres mujeres.
489. DIGENES LAERCIO, II.74-5 (Arsenio, 115.1-5; [Hesiquio de Mileto], Acerca de los
hombres ilustres, 4; Frag. 5 Wehrli [Socin]) (SSR, IV.A.96):
Aristipo era ntimo de Las, la hetera, segn dice Socin en el segundo libro de las
Sucesiones. Entonces, a los que lo criticaban, les dijo: la poseo, pero no soy posedo,
dado que lo mejor de todo es dominar y no disminuir los placeres, no el no frecuentar.
247

490. CLEMENTE DE ALEJANDRA, Stromata, II.20.117.5-118.1 (SSR, IV.A.96):


246

En griego en el original.
Hasta 493 se enfatiza el elemento de skesis, ejercitacin, del placer, punto que marca la diferencia
ms flagrante con las propuestas de autodominio basado en la moderacin, por ejemplo de cuo
platnico. Ntese que especialmente en el testimonio de Clemente, en 490, la prctica sugerida es la del
dominio de los placeres. En este sentido, no se tratara de una exposicin asegurada de antemano por la
imposibilidad de ser afectado, como en 449, caso en el cual poda ser Aristipo un caso especial, como lo
era Scrates, por ejemplo, en su capacidad de or al demon. Al contrario, esta actitud frente al placer
como elemento susceptible de ser manejado mediante un aprendizaje que supone enfrentrsele
experimentndolo est, en principio, en la mano de cualquiera. Podra suponerse que este conocimiento
puede elevarse al status de tcnica, a juzgar por el paralelo con el pilotaje de naves y la equitacin
planteado en 493. La broma atribuida a Scrates en 492 pone en juego ldicamente los lmites de la
pretensin de no ser atrapado por los placeres y la vida lujosa que la posicin terica indica como
preferible.
247

171

S que me he topado con una hereja. Precisamente, el jefe de ella pretenda luchar
contra el placer por medio del uso del placer. Aunque, cual verdadero gnstico,
desertaba frente al placer por medio de la simulacin de la batalla (...), dado que deca
que no es valioso alejarse del placer sin haberlo experimentado, sino habiendo estado en
l, no ser dominado, y por lo tanto ejercitarse en l por medio de l. El desgraciado se
engaa a s mismo sin darse cuenta con una tcnica voluptuosa. Evidentemente,
Aristipo el cirenaico adhera a esta opinin, la del sofista que alardea de la verdad.
Precisamente, cuando se lo criticaba por convivir continuamente con la hetera corintia,
deca: en realidad, yo poseo a Las y no soy posedo por ella.
491. TEODORETO, Curacin de las enfermedades griegas, XII.5 (SSR, IV.A.96):
As, Aristipo el cirenaico, al ser criticado porque frecuentaba a veces a la hetera
corintia, deca: poseo a Las y no soy posedo por ella.
492. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 493 (COD. VAT. GR., 742 f. 67v) (SSR, IV.A.97):
Cuando vio a Aristipo vestido de manera extravagante, Scrates ensuci el asiento sobre
el cual se iba a sentar el otro. Al sentarse Aristipo en la parte limpia, dijo: pens que
poseas el manto y no que eras posedo por l.
493. ESTOBEO, III.17.17 (Mximo, III.28) (SSR, IV.A.98):
De Aristipo: domina el placer no el que se aparta sino el que lo usa, pero no es
arrastrado. Como tambin domina la nave y el caballo no el que no los usa, sino el que
los lleva a donde quiere.
494. DIGENES LAERCIO, IV.40 (SSR, IV.A.99):
Arquesilao, que era muy propenso al lujo qu otra cosa que un segundo Aristipo?
frecuentaba los banquetes slo si eran de hombres semejantes. Conviva abiertamente
con las cortesanas de Elis, Teodota y Fil, y a los que lo ridiculizaban les citaba las
costumbres de Aristipo.248
495. HORACIO, Cartas, I.1.16-9 (SSR, IV.A.100):
Ahora, en alerta, acto y me sumerjo en las olas citadinas,
protector y duro seguidor de la verdadera virtud.
Ahora me deslizo furtivamente en las reglas de Aristipo
e intento agregar que la circunstancia es para mi, no yo para la circunstancia.249
248

Sobre Arquesilao, vase 34 y nota ad loc. La suspensin del juicio que profesaba habilit en el terreno
tico el abandono de la lnea platnica en aras de una apertura que le permita reivindicar la postura de
Aristipo. No hay demasiados indicios de un impacto ms amplio en el mbito estrictamente conceptual,
pero esta serie de interrelaciones sealan la pervivencia de ciertos postulados ms all de la conservacin
estricta dentro de una escuela o grupo determinado, de modo que la Academia misma puede terminar
convirtindose en un canal de pervivencia de la doctrina cirenaica, aunque, por supuesto, diluda en el
crisol del escepticismo de Arquesilao.
249
Contamos, hasta 498, con los comentarios a 495, un pasaje del poeta Horacio, poeta romano lrico y
satrico que vivi entre 65 y 8 a.C., que testimonia bien el modo en que las dos filosofas mencionadas,
estoicismo y filosofa cirenaica, eran vistas en la transicin a la nueva era. Mientras el estoicismo se
asocia primariamente con la dimensin pblica y el sostenimiento de una nocin de verdad absoluta,
ntese que la filosofa cirenaica, a travs de la mencin de los comentadores, es homologada con la
epicrea, en tanto ambas comparten la postulacin del hedonismo. Esta sntesis lleva a desaguisados tales
como el de 496, donde Aristipo, como un epicreo avant la lettre, aparece dirigiendo un grupo surgido al
menos cuarenta o cincuenta aos tras su muerte. Ntese que 497 y su anlisis de la actitud furtiva que

172

496. PORFIRIO, Comentario a las Cartas de Horacio, I.1.18 (SSR, IV.A.100):


Ahora () en las reglas de Aristipo, porque Aristipo era el director de los epicreos.
497. ACRON., Escolio a las Cartas de Horacio, I.1.18 (SSR, IV.A.100):
Aristipo el cirenaico fue un epicreo, que deca que el bien supremo es el placer. Por lo
tanto, por eso dice furtivamente, dado que a veces, tras la custodia de la verdadera
virtud, es vencido por el placer.
498. ESCOLIO a las Cartas de Horacio, I.1.16 (SSR, IV.A.100):
Ahora, en alerta, acto. Horacio dice que alterna entre dos escuelas, es decir entre la
escuela de los estoicos y de los epicreos. Y por eso dice que l se hunde en las olas
citadinas y las numerosas viscisitudes, porque los estoicos aprueban la administracin
de los asuntos pblicos como una virtud del alma.
f) Sentencias varias
499. SUDA, s.v. Aristipo (Hesiquio de Mileto, Catlogo de nombres, XC.25.13) (SSR,
IV.A.101):
Aristipo: sus sentencias son numerosas y excelentes.250
500. PLUTARCO, Si se puede ensear la virtud, 2.439 e (SSR, IV.A.102):
Aristipo, cuando alguien le pregunt ests en todos lados?, dijo rindose: entonces
tiro el boleto, si estoy realmente en todos lados.251
501. TELES, 29.13-4 (Estobeo, III.40.8) (SSR, IV.A.103):
(...) o no es igual y similar desde todos lados, dice Aristipo, el camino hacia el Hades?
252

menciona el poema revela que ni siquiera la asociacin con los epicreos, que sostenan una postura
hedonista mucho ms moderada que la cirenaica, dado que afirmaban que el placer anmico estaba sobre
el corporal, salva a esta vertiente de la crtica, de modo que la mencin del placer basta para crear un
juicio negativo. Tanto es as que el mismo Horacio, en Epodos, 1.4.16, en una reivindicacin de la vida
sencilla se caracteriza como un cerdo de la piara de Epicuro, jugando con el prejuicio montado contra el
hedonismo.
250
Las sentencias consignadas en este apartado completan las consignadas previamente, organizadas con
criterios temticos que muestran los ncleos de la posicin de Aristipo. En cuanto a las que constan en
Digenes Laercio, II.66-83, M. Narcy subraya los puntos de contacto que existen con la coleccin de
sentencias atribuidas a Digenes el cnico en el libro VI, hasta el punto de que varias veces se menciona
que una misma ancdota aparece atribuida a ambos personajes, como pasa en II.68, II.78, II.103, VI.25 y
VI.32, lo cual permitira inferir que ambas colecciones fueron tomadas por Digenes Laercio de una
fuente comn, que probablemente reuna las dos lneas, ya sea para enfrentarlas, por sus aspectos
opuestos de austeridad contra lujo, ya sea para aunarlas, por sus aspectos similares, que hacen que
Digenes de Snope pueda llamar a Aristipo perro de la corte en 441 (1999, p. 180).
251
Este pasaje abre la obra, donde, tras plantear el problema, Plutaro menciona a Aristipo para sealar que
sera igualmente intil pagar tutores y maestros si de ellos no pudiese extraerse una enseanza sobre
cmo hacer la vida virtuosa y poder, en consecuencia, decidir en cuestiones personales, domsticas y
polticas de la mejor manera. Es extraa la afirmacin de estar en todos lados, que se ha entendido
como una referencia respecto del relato de Jenofonte consignado en Memorabilia, II.1.13 (570), donde
Aristipo reniega de una ligazn estricta con una patria en particular. Eso podra equivaler a un estar en
todos lados, para sostener su prescindencia en el terreno poltico. La mencin elusiva indicara, adems,
que tiene que haberse tratado de una ancdota conocida por el pblico potencial de Plutarco, lo cual haca
innecesario extenderse en detalles. Vase G. Giannantoni (1990, IV.160-1).

173

502. DIGENES LAERCIO, II.68 (Arsenio, 111.27-112.2; Eudocia, Violarium, 175.123.911) (SSR, IV.A.104):
Cuando le preguntaron qu provecho sacaba de la filosofa, Aristipo dijo: poder
convivir confiadamente con todos.253
503. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 36 (SSR, IV.A.104):
Aristipo, cuando le preguntaron qu provecho sacaba de la filosofa, dijo: convivir sin
temor con cualquiera.
504. APULEYO, Florilegio, 2 (SSR, IV.A.104):
Y yo, como dijo Aristipo, pruebo. Aristipo, el fundador del grupo cirenaico, el discpulo
de Scrates, que prefera eso mismo, cuando una vez un tirano le pregunt qu
aprovechaban ellos del estudio de la filosofa, tan sacrificado y tan largo. Aristipo le
respondi: conversar con todos los hombres con seguridad y determinacin.
505. JUAN SARESBER., Policr., V.17 (SSR, IV.A.104):
Qu te ofreci la filosofa?, pregunt curioso el escrutador de la filosofa, y Aristipo le
respondi: conversar con todos los hombres con determinacin.
506. JUAN SARESBER., Cartas, 191 (SSR, IV.A.104):
Una vez que le preguntaron que le haba ofrecido la filosofa, se cuenta que respondi
conversar con todos los hombres con determinacin.
507. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 44 (SSR, IV.A.104):
Aristipo dijo: Aunque no sea nada ms, de la filosofa saco este beneficio: encontrarme
con los dems de manera razonable.
508. DIGENES LAERCIO, II.68 ([Hesiquio de Mileto], Acerca de los hombres ilustres, 4)
(SSR, IV.A.105):
Cuando una vez le preguntaron qu es lo que los filsofos tienen ms, Aristipo contest:
si todas las normas desaparecieran, igualmente podramos vivir.254
509. EXC. MS. JUAN DAMASCENO, II.13.146 (SSR, IV.A.105):
l, cuando le preguntaron qu obtena de la filosofa, dijo: hacer sin necesidad de
control lo que algunos hacen por temor a las leyes.
252

No es seguro que pueda inferirse aqu alguna postura respecto de lo religioso, dada la carencia de
testimonios al respecto. Podra pensarse que esta afirmacin se enrola en la visin de la muerte como fin
ineluctable dentro de los cnones tradicionales, en la que las acciones durante la vida no alteran el destino
post mortem, como sucede en los poemas homricos. Por otra parte, el hecho de que Teodoro el Ateo
haya adherido al grupo cirenaico constituira un indicio de una posicin laxa en este terreno.
253
Los pasajes 502-7 testimonian el rasgo que Aristipo atribuye a su filosofa en el mbito social. Las
distintas manifestaciones (confiadamente, sin temor, con determinacin, con seguridad, de manera
razonable) apuntan todas al ideal de autonoma consistente con los principios generales. El nutrido
anecdotario muestra especialmente que las relaciones de poder no amedrentan al filsofo, como se
desprende de los intercambios con Dionisio de Siracusa (400-29) y en 513-4 con hombres poderosos
durante su estancia en Asia.
254
La independencia frente al poder reaparece aqu oponiendo la autonoma a la heteronoma a la quedan
condenados quienes son permeables a las afecciones externas, entre las que se cuentan primariamente las
reglas de organizacin social.

174

510. DIGENES LAERCIO, II.69 (Arsenio, 113.14-17) (SSR, IV.A.106):


Cuando Dionisio le pregunt por qu los filsofos van a la puerta de los ricos, mientras
los ricos nunca van a la de los filsofos, Aristipo contest: porque unos saben lo que
necesitan y los otros no lo saben.255
511. DIGENES LAERCIO, II.70 (SSR, IV.A.106):
Cuando alguien le dijo que siempre los filsofos miran a las puertas de los ricos,
Aristipo le contest: precisamente como los mdicos hacia las de los enfermos. Pero
nadie preferira por eso estar enfermo antes que ejercer la medicina.
512. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 37 (SSR, IV.A.106):
Cuando alguien le pregunt por qu estaba cerca de los viles, Aristipo contest: porque
tambin los mdicos estn cerca de los que estn enfermos.
513. DIGENES LAERCIO, II.79-80 (Arsenio, 116.15-20; Frag, 349 SVF, I. 78) (SSR,
IV.A.107):
Estando Aristipo en Asia y habiendo sido capturado por el strapa Artafernes, quien le
dijo y en estas circunstancias tienes coraje?, le contest: y cundo, intil, voy a
tener coraje ms que ahora, que voy a dialogar con Artafernes?. Deca que los que
participaban de la educacin general, pero carecan de la filosofa, eran similares a los
pretendientes de Penlope, puesto que sos tenan a Melanto, a Polidora y a las dems
siervas, y cualquier cosa ms que poder casarse con la seora misma. Tambin Aristn
planteaba lo mismo: Odiseo, tras descender al Hades, haba visto y se haba encontrado
con casi a todos los muertos, pero a la reina misma no la haba contemplado.256
514. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 43 (Cod. Vat. Gr., 1144 f. 216r) (SSR, IV.A.108):
Aristipo, yendo a encontrase con Farnabazo, el strapa del rey, cuando uno le dijo vas
a tener coraje, Aristipo?, le respondi: si tienes alguna otra idea, dila, pero yo, a partir
de lo que viv junto a Scrates, no tomo con reservas el encuentro con ningn hombre.
515. ESTOBEO, III.20.63 (Gnomologium Vaticanum 743, 38; Gnomic. Basil 43, 150;
Gnom. Cod. Pal. 122, 11 f. 132r; Mximo, XIX.44; Arsenio, 112.26-113.2) (SSR,
IV.A.109):

255

La misma pregunta aparece planteada por Platn en Repblica, VI.489 b-c, en un contexto donde se
opone a los que saben frente a los que no lo hacen. Sobre este punto, vase 424 y nota ad loc. A este
enfoque se agrega, en la versin de 511 un aspecto en el que el filsofo tendra una funcin de curacin
respecto de los dems, que podra asociarse a la dimensin tcnica de la filosofa cirenaica esbozada en
490.
256
La expresin educacin general traduce el griego enkklios paidea, que podra verterse tambin
como conocimiento enciclopdico, que alude al acervo de la tradicin, pero ms estrictamente a los
conocimientos que se tomaban como propeduticos para el estudio de la filosofa. Esto es lo que habilita
la referencia al pasaje homrico de Odisea respecto de los pretendientes de Penlope, mencionado en el
mismo tono por Gorgias (DK82B9) y Ps. Plutarco, Sobre la educacin de los nios, II.107c-d. En el
mismo sentido, pero a travs de otro episodio homrico, esta vez del descenso al Hades de la Odisea, en
el canto XI, el estoico Aristn de Quos habra coincidido con la distincin entre el conocimiento del resto
de las disciplinas y la filosofa, a travs de la metfora de que Odiseo no ve a Persfone, la esposa de
Hades.

175

De Aristipo: Aristipo el filsofo cirenaico, viendo a alguien que provocaba y molestaba


con argumentos, dijo: no inclinemos los argumentos al enojo; al contrario, hagamos
cesar el enojo con los argumentos.257
516. ELIANO, Historias variadas, VII.3 (SSR, IV.A.110):
Aristipo, cuando unos compaeros se quejaban en frente de l por cosas penossimas,
les dijo muchas y variadas cosas adecuadas para controlar el dolor y esto al principio:
yo, al menos, me acerco a ustedes no como quien compartir su pena, sino para hacer
que ustedes dejen de penar.258
517. PLUTARCO, Sobre el progreso en la virtud, 9.80 c (SSR, IV.A.111):
Lo manifest Aristipo, enredado falazmente en un argumento por un hombre con
audacia, pero por otra parte alocado e insensato, pues viendo que se alegraba y se
llenaba de arrogancia, dijo yo, el refutado, me alejo de ti, el refutador, para ir a dormir
placenteramente.259
518. DIGENES LAERCIO, II.70 (Arsenio, 112.6-9; Mximo, X.26; Anton., I.53.35) (SSR,
IV.A.112):
Una vez, cuando alguien lo estaba injuriando, Aristipo se retiraba y cuando el otro,
persiguindolo, le dijo por qu te escapas, l dice: porque t tienes el poder de hablar
de mal modo, pero yo tengo el de no escuchar.
519. ESTOBEO, III.19.6 (Arsenio, 114.6-7) (SSR, IV.A.112):
De Aristipo: Cuando uno lo estaba injuriando, Aristipo dijo: t tienes autoridad para
hablar de mal modo, pero yo para escuchar con justicia.
520. GNOM. MONAC. LAT. XXXV.1 (Juan de Salisbury, Polcrates, III.14.5) (SSR,
IV.A.112):
Aristipo le dijo a alguien que le hablaba de mala manera: t eres seor de tu lengua, as
como yo lo soy de mis odos.
257

El tenor de este testimonio es similar a los asociados con la figura de Euclides en 67-72, en que el
megrico trata de evitar el conflicto. No obstante, en este caso parece no tratarse solamente de una actitud
de bonhoma que rehye a la ira, sino de un modo de entender la funcin de la argumentacin,
propiciando una prctica que evite sus aristas ersticas, por el mero gusto de la discusin, precisamente al
estilo megrico, como se confirmara a partir de pasajes como 524. Desde una perspectiva como la
cirenaica, se comprende mejor un tipo de argumentacin que en todo caso llegue hasta la irona, pero no
hasta el lmite de la violencia que supone perseguir una refutacin lgica al estilo megrico. Ejemplos
claros de esta actitud pueden verse en los argumentos de Eublides en 150-87.
258
En este pasaje se pone de relieve una actitud que va ms all del rechazo del conflicto asociado con el
hedonismo tambin presente en 515. Esta actitud tiene que ver con una actividad en pro de hacer
desaparecer el dolor. En este sentido, esta sentencia se conecta directamente con la que presenta el caso
de la prdida de la propiedad en 464 vase nota ad loc., donde, del mismo modo, es vista
negativamente la actitud de condolerse por otro. Bsicamente, quien toma el placer como fin no podra
ver en este caso sino un contagio del dolor que aparece bajo todo punto de vista inaceptable.
259
Como en 515, en 517-20 se explicita el comportamiento adecuado ante quien pretende suscitar un
conflicto, ya sea en un mbito cualquiera, como en 518-20 o ms especficamente en el ejercicio de la
argumentacin, donde se manifiesta que la refutacin, al menos en algunos casos, est asociada con
caractersticas violentas que deben ser repelidas con el ms amplio desdn, mostrando simplemente que
no se es afectado por ellas. Esta reaccin, precisamente, est vista como corolario esperable de una
actitud de autonoma, que no sera tal si el sujeto se pusiera en una disposicin tal de convertirse en presa
de los argumentos ersticos, diseados justamente para crear un malestar en el refutado.

176

521. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 27 (Cod. Vat. Gr. 742 f. 65r) (SSR, IV.A.113):
Aristipo, cuando un hombre cometi injusticia contra l y escap por temor a
cruzrselo, al encontrarlo una vez, le dijo: no es necesario que t escapes de m, sino
yo de ti, ya que eres un mediocre.260
522. COD. NEAPOL., II.d.22.36 (SSR, IV.A.115):
Aristipo deca: no prometas grandes cosas. Al contrario, haz grandes cosas.
523. PAPIRO MICHIGAN 25 (ed. Gallo) (SSR, IV.A.114):
Aristipo el filsofo cirenaico, cuando le preguntaron por qu Timoteo el flautista no
tena buena reputacin entre los flautistas, pero no era sobrepasado en reputacin entre
el resto, dijo que el cocinero trata no con los cocineros sino con los dems.261
524. DIGENES LAERCIO, II.70 (Arsenio, 113.21-23) (SSR, IV.A.116):
Una vez alguien le lanz un enigma y dijo: desenrdalo, y Aristipo le contest: por
qu, hombre frvolo, quieres que desenrede lo que enredado nos causa problemas.262
525. DIGENES LAERCIO, II.73 (Arsenio, 115-24-5) (SSR, IV.A.117):
Como alguien se jactaba de saber zambullirse en el mar, Aristipo le dijo: no te
avergenzas de envanecerte con lo que hace un delfn.263
260

Esta tematizacin aislada de la mediocridad aparece como la contracara de la actitud que logra el
filsofo en relacin con un comportamiento directo y sin temor hacia los dems en 502-7. En ese sentido,
el hacer grandes cosas mencionado en 522 quedara asociado al tipo de prctica de la autonoma que
persigue el ncleo de la teora cirenaica.
261
En consonancia con la prdica en contra de los conflictos, este pasaje muestra una toma de posicin
respecto de las disidencias corporativas y los recelos usuales entre profesionales dedicados a la misma
actividad. El diagnstico parece ser aqu que este tipo de conductas son usuales y por lo tanto debieran ser
desodas en aras del juicio recibido por agentes externos a las querellas de grupo. Esta actitud,
ejemplificada aqu con una tcnica ajena al mbito intelectual, parece tener un eco en la representacin de
las disputas entre socrticos, como las que surgen de las cartas 643-6. Sin embargo, esto bien puede
tratarse de una recreacin posterior, en la que no poda dejarse a Aristipo fuera en la perspectiva
doxogrfica segn la cual los socrticos constituan lo que J. Beversluis caracteriz como rejunte
mezquino y pendenciero que no slo estaban monumentalmente en desacuerdo entre ellos sobre las
perspectivas filosficas de Scrates, sino que tambin se detestaban intensamente unos a otros (CrossExamining Socrates: A Defense of the Interlocutors in Plato's Early Dialogues, New York, Cambridge
University Press, 2000, p. 28).
262
La actitud crtica frente a la erstica presente en 515 y 517 se extiende aqu claramente a la dialctica,
apuntando directamente a impugnar la validez del tipo de argumentacin que implica esta orientacin
terica. En este sentido, dedicarse a la lgica parece compararse, a juicio de Aristipo, con abrir la caja de
Pandora, de donde no slo no puede salir nada til, sino tampoco nada bueno. Tomando en cuenta la
perplejidad que causa, entra en conflicto con el propsito de persecucin del placer, posibilidad que
puede medirse en el trecho que separa la actitud ldica de personajes como Estilpn, por ejemplo en 2735, con la trgico-patolgica de Diodoro Crono, cuya muerte habra acaecido por un desafo del primero
(196).
263
Adems de indicar una crtica a la soberbia, que puede ponerse en relacin con el rechazo de la hbris
de corte tradicional, puede verse detrs de este pasaje una posible intertextualidad con el Gorgias de
Platn. En 511c el Scrates platnico intenta objetar la afirmacin de Calicles de que es preciso dedicarse
a la retrica por su utilidad para sobrevivir en contextos peligrosos, teniendo en cuenta la posibilidad de
ser acusado ante los tribunales como los lectores saben que ocurri con Scrates. El objetivo final ser
enfatizar que no existe tal pretendida utilidad, pero el punto relevante aqu es que el primer paso
argumental al que recurre Platn es comparar la retrica con la natacin, para subrayar que tambin salva
vidas, como pretende Calicles de la retrica, y ante la pregunta tambin el arte de nadar es a tu juicio

177

526. DIGENES LAERCIO, II.73 (SSR, IV.A.118):


Como alguien se jactaba de beber mucho sin emborracharse, Aristipo dice: tambin lo
hace una mula.264
527. DIGENES LAERCIO, II.73 (Arsenio, 114.10- 2) (SSR, IV.A.120):
Cuando le preguntaron una vez a Aristipo en qu difiere el sabio del no sabio, contest:
enva a los dos desnudos frente a quienes no los conocen y lo sabrs.265
528. DIGENES LAERCIO, II.80 ([Hesiquio de Mileto], Acerca de los hombres ilustres, 4)
(SSR, IV.A.121):
Entonces, Aristipo, cuando alguien le pregunt qu es lo que los nios nobles deben
aprender, dijo: lo que les ser til cuando lleguen a ser hombres.266
529. DIGENES LAERCIO, II.71 (Arsenio, 115.14-8) (SSR, IV.A.122):
Cuando alguien se enorgulleca de su variado saber, Aristipo le dijo: como los que
comen y se ejercitan mucho no estn ms sanos que los que comen lo que se debe, as
no son valiosos los que saben mucho sino los que saben lo til.267
respetable?, la respuesta es negativa. Podra colegirse, sobre todo teniendo en cuenta las relaciones que
se han trazado a menudo entre el Gorgias y una crtica a Aristipo, que asistimos aqu a una referencia al
pasar a conocidos postulados del cirenaico. Sobre el Gorgias y Aristipo, vase T. Irwin, Aristippus
against happiness, The Monist 74, Buffalo, 1991, pp. 55-82.
264
La estructura de esta sentencia es similar a la de 525, pero versa sobre un caso ms caro a la tradicin
socrtica, ya que se asocia con la capacidad de Scrates para mantenerse inmune a los excesos en la
bebida, como plantea explcitamente Platn en Banquete, 176c, 220a y 223c. El caso es curioso porque
mientras Platn lo menciona como un ejemplo de la fuerza y autodominio del maestro, Aristipo, que por
su planteo de hedonismo asociado a la ejercitacin en el placer, segn 530, podra haberlo tomado
tambin como modelo, parece desestimarlo. Probablemente podra colegirse, en el plano especulativo,
que el caso de Scrates, para Aristipo, no se limitaba al mero dominio de la bebida, lo cual, desde la
perspectiva cirenaica, constituira un caso demasiado aislado, y por lo tanto insuficiente, de dominio de
los placeres, que no basta para pretender una comparacin con lo planteado por la postura cirenaica.
265
Una idea similar, en la que la desnudez se asocia con la posibilidad de conocer cmo es cada hombre,
es la que gua el mito final del Gorgias de Platn. El valor superficial de la vestimenta est testimoniada
tambin en 448, donde se dice que Aristipo poda vestir tnicas o harapos. En rigor, en la versin
platnica se radicaliza esta posicin y a partir del acuerdo de que los vestidos, ricos o pobres, confunden a
los jueces, ha de preferirse un juicio en el que los hombres estn desnudos, a lo cual se suma que la
verdadera desnudez consiste en desembarazarse del cuerpo, de manera que tal juicio debe ser hecho tras
la muerte, con jueces en iguales condiciones (523c ss.). Sobre el mito final del Gorgias, Vase Ch.
Daniels, The afterlife myth in Plato's Gorgias, The Journal of Value Inquiry 26.2, Dordrecht, 1992, pp.
271-9.
266
Hasta 536 se consignan una serie de pasajes ligados con la educacin, que toman partido por la
enseabilidad de la virtud, a juzgar, por ejemplo, por la afirmacin de 531, donde se asocia educacin con
humanidad. En este sentido, podra inferirse de pasajes como estos la pertinencia de la mencin de
Aristipo por parte de Plutarco en el comienzo de su Si la virtud se puede ensear, como surge de 500.
Esta enseabilidad estara asociada, a la vez, con la pretensin de que el dominio de los placeres es algo
que no se tiene por naturaleza, sino que se logra mediante el ejercicio, de acuerdo con 490. El contenido
de la mxima puede derivarse con facilidad de pasajes como 502-7, donde se pone de relieve la conducta
autnoma vanse notas ad loc..
267
La oposicin de cantidad vs. calidad parece complementar el juicio de 588, de manera que
reencontramos la crtica a la erudicin esbozada en 513, que puede enrolarse con la larga tradicin que se
remonta al desdn respecto de la polimata, literalmente tener muchos conocimientos, en Herclito (DK
22B40). Una impugnacin parecida de la medida, asociada adems a la cantidad de lo que se come,
aparece en el Gorgias de Platn cuando Scrates debe contestar a la rhsis de Calicles, que liga la justicia

178

530. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 34 (SSR, IV.A.124):


Aristipo dijo: como crecen nuestros cuerpos cuando son alimentados, y cuando son
ejercitados se hacen slidos, as tambin el alma atendida crece y cuando se fortalece se
vuelve mejor.
531. DIGENES LAERCIO, II.70 (Arsenio, 113.24-5) (SSR, IV.A.125):
Aristipo dijo que era mejor mendigar que carecer de educacin, pues unos necesitan
dinero, pero los otros humanidad.268
532. PLUTARCO, Comentario a Hesodo, 21 (SVF, I.235; Proclo, Sobre los Trabajos y
das de Hesodo, V.293) (SSR, IV.A.126):
Es excelente se: Zenn el estoico alter los versos diciendo:
Es el mejor de todos se que se deja persuadir por el que habla bien;
y a su vez es valioso aqul que concibe todo por s mismo
dndole el primer lugar a la persuasin y el segundo a la sensatez. Sin embargo Aristipo
el socrtico, en la posicin contraria, deca que necesitar un consejero es peor que
mendigar.269
533. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 33 (SSR, IV.A.127):
De Aristipo: cuando alguien juraba volverse un joven til y justo, le dijo: jura que te
volvers gramtico y msico y mira si estars sin aprender ninguna de esas cosas.270
534. DIGENES LAERCIO, II.72 (SSR, IV.A.128):
Cuando alguien le pregunt a Aristipo en qu sera mejor su hijo si lo educaba l, le
dijo: si no hay nada ms, al menos no estar sentado en el teatro como piedra sobre
piedra.271
con lo que decide el ms poderoso, y por lo tanto el que tenga ms. En 490b ss. se reduce esto al absurdo
esgrimiendo que si el mejor debe recibir ms, en una reunin debera ser el que ms come, lo cual es
rechazado de plano por Calicles. A diferencia de este enfoque, en 530 la comparacin con la comida y el
ejercicio se toma como paralelo del cuidado del alma, de un modo que, otra vez, podra parangonarse al
esquema que Platn traza en Gorgias, 462c ss., donde las tcnicas y sus simulacros, entre los cuales se
contar la retrica, se organizan en torno de los modos de cuidar el cuerpo y el alma. Sobre este punto,
vase Renaud, Franois; La rhtorique socratico-platonicienne dans le Gorgias (447a- 461b), en
Philosophie Antique 1, Villeneuve-dAscq, 2001, pp. 65-86.
268
El pasaje est construido sobre el juego de similitud fnica entre apaiten, mendigar y apadeutos,
falto de educacin. Sobre los alcances de la educacin entendida en este sentido, vase 528 y nota ad
loc.
269
El comentario de Plutarco cita una inversin operada por Zenn sobre los versos 293 y 295 separados
por un verso habitualmente atetizado del proemio sobre el trabajo de los Trabajos y das de Hesodo.
Los versos originales dicen
Hotos mn panristos, hs auti pnta nosei
Es el mejor de todos se que concibe todo por s mismo
Esthls d a kakenos hs e eipnti pthetai
Mientras que es valioso tambin aqul que es persuadido por el que habla bien.
Esta idea es completada con la afirmacin de que es intil el que no logra comprender de
ninguna de las dos maneras mencionadas, ni por s mismo, ni por el auxilio de otros. Zenn trastroca
ambos versos, lo cual da lugar al comentario sobre Aristipo. All reaparece la mencin acerca de la
mendicidad de 531, esta vez para desestimar totalmente el valor de pedir consejo, dado que va totalmente
en contra de la autonoma que debe ir ligada a la educacin.
270
Algo similar le atribuye Filn a Digenes en cnico en Todo hombre bueno es libre, 157.

179

535. DIGENES LAERCIO, II.69 (Arsenio, 113.18- 20) (SSR, IV.A.129):


Cuando se le pregunt en qu difieren los hombres con educacin de los que no la
tienen, dijo: precisamente en lo que los caballos domados de uno indmito.272
536. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 45 (SSR, IV.A.130):
Aristipo, cuando uno de los ciudadanos lo atac porque se pasaba el da dialogando con
los muchachos sobre la sensatez, dijo: porque los veo a ustedes, ciudadanos, que no
doman los caballos viejos, sino los jvenes.
537. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 28 (SSR, IV.A.131):
Aristipo criticado por alguien porque siendo de Cirene haba sido desterrado de su
patria, dijo: precisamente, jovencito, mi patria ha cometido grandes injusticias contra
m expulsndome de Libia a Grecia.273
538. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 32 (SSR, IV.A.132):
Aristipo dijo que rogar bienes y pedir algo a la divinidad era absolutamente ridculo,
pues no es que cuando uno est dbil le pide a los mdicos algo para comer o beber y
entonces se lo dan, sino cuando ellos lo juzgan conveniente.274
539. ARSENIO, 112.16-7 (SSR, IV.A.133):
Aristipo dijo: acurdate del hambre y la sed, pues esas cosas tienen gran poder sobre los
que persiguen la moderacin.275
540. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 42 (SSR, IV.A.134):
Aristipo, cuando su padre lo mandaba a llamar muchas veces, escribindole que lo
vendera, segn las leyes de la patria, porque no contestaba, le respondi que esperara
todava un poco de tiempo, y al volverse de ms valor lo vendera por ms dinero.
271

Seguramente esta sentencia se asocia con 531, como rasgo de la asociacin entre educacin y plena
humanidad, tal vez entendida aqu como la capacidad de no recibir pasivamente el influjo del contexto,
sino de ser capaz de abrir juicio, de modo que se encontrara tambin en la misma lnea de 532, donde se
enfatiza la preferencia del pensar autnomo frente a la confianza en el ajeno.
272
En 535-6 se opera sobre el paralelo entre jvenes y caballos, apelando al procedimiento socialmente
aceptado de domar/educar caballos, pero descuidar o al menos poner en duda la formacin de los jvenes.
Probablemente este tipo de comparaciones eran usuales dentro del grupo socrtico, ya que se encuentran a
menudo en tanto matriz de argumentacin. En la misma lnea se ubica la crtica que formula Platn en el
Alcibades, donde subraya la diferencia entre el cuidado que se presta en Persia a la educacin de los
jvenes nobles y el desdn de las costumbres griegas (121a ss.). Lo mismo sucede en el Laques, donde se
enfatiza la diferencia en el modo en que se exige cierto saber y autoridad en otras tcnicas, pero no para
opinar sobre la virtud (184e ss.).
273
La sentencia guarda un alto grado de irona, precisamente porque fue arrojado a un espacio de ms
dinamismo cultural. La renuencia a volver surge, por ejemplo, de 540, donde desoye los pedidos de su
padre. Por otra parte, la relacin dbil con patria se constata no slo en la vida ms bien itinerante de
Aristipo, sino sobre todo en la mencin de Jenofonte acerca de las crticas que le propinara Scrates
precisamente por esta actitud de desapego. Sobre este punto, vase 570 y nota ad loc.
274
Sobre la posibilidad de inferir a partir de algunos pasajes la posicin de Aristipo en materia religiosa,
vase 501 y nota ad loc.
275
Ms all del ejemplo aislado, puede notarse que los casos de hambre y sed suelen aparecer como
modelos paradigmticos para el anlisis de la moderacin y el impulso hacia el placer, por ejemplo en
399, 463, 529 y 570. A su vez, el caso de hambre y sed es la base del argumento de Platn en Repblica,
IV.436b-439d, que apunta a diferenciar las partes racional y apetitiva que conforman, junto con la
impulsiva, el alma humana.

180

541. DIGENES LAERCIO, II.81 (SSR, IV.A.135):


Alguien lo acus <a Aristipo> de rechazar a su hijo como si no hubiese nacido de l. Y
l le respondi: tambin sabemos que engendramos la flema y los piojos, y sin
embargo, dado que son intiles, los arrojamos lo ms lejos posible.276
542. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 25 (Cod. Vat. Gr., 1144, f. 216r) (SSR, IV.A.136):
Arsitipo rechaz a su hijo, que estaba en el desamparo, y cuando la mujer le reproch
que no lo admita y le dijo en cada ocasin que ese hijo era de l, tras escupir, dijo:
efectivamente, tambin esto proviene de m, pero lo arrojo porque me daa.
543. CDICE NAPOLITANO, II.d.22 n. 35 (SSR, IV.A.136):
Aristipo rechaz a su hijo que estaba en el desamparo. Entonces, al reprocharle la mujer
que no lo admita, aunque era de l, tras escupir Aristipo dijo: tambin esto proviene de
m, pero porque me daa, lo arrojo.
544. ESTOBEO, IV.24.30 (SSR, IV.A.136):
De Aristipo: Cuando su mujer le reproch que no admita a su hijo, y le deca que era de
l, tras escupir, dijo: efectivamente, esto proviene de m, ero no me es til en nada.
545. ANCDOTA GRAECA (Boissonade), II.467.14-7 (SSR, IV.A.136):
Aristipo, cuando su concubina le reproch que no admita a su propio hijo, porque no le
era beneficioso, y le deca que era de l, tras escupir, dijo: tambin esto proviene de m,
pero no es til.
546. ANTONIO (MONJE), II.33.23 (SSR, IV.A.137):
Aristipo, viendo a una bella muchacha pequea, dijo que era un pequeo mal, pero una
gran belleza.
277

547. ANTONIO (MONJE), II.34.42 (SSR, IV.A.138):


Aristipo, el filsofo de Cirene, interrogado por alguien sobre si le convena casarse,
dijo: no, pues si tienes una mujer bella, la tendrs compartida, mientras que si es
mediocre, la tendrs como castigo.
548. ANTONIO

(MONJE),

II.34.43 (SSR, IV.A.139):

276

Si bien los pasajes que siguen, hasta 545, parecen complementar la negativa al reclamo de paternidad
que se menciona en 479, ms todava comparten la idea de rechazar lo que daa, como un principio
intrnseco al hedonismo que puede parangonarse con 464, donde hay una condena a las condolencias, y
con 516, donde se enfatiza la necesidad de superar el dolor. En todo caso, estos pasajes ponen de relieve
la tensin que existe entre esta posicin y el trato con los otros, cuando quedan colocados en situaciones
molestas, hasta el punto de que aparecen descartados como objetos, en un giro que se deja entrever
tambin en 479. Vase nota ad loc. acerca de esta posicin respecto de las relaciones humanas y sus
posibles antecedentes.
277
Otras lecturas consignan de otra manera el texto, vertiendo: dijo que era una pequea belleza, pero un
gran mal. De todas maneras, junto con 547-8, a la vez que los pasajes mencionados en la nota previa, se
compone un concierto de testimonios que revelan una cierta misoginia, en buena medida como marca de
poca y de imaginario cultural, que en todo caso se remonta a la asociacin de la multiplicacin de los
males sobre la tierra con la aparicin de Pandora, la primera mujer. Sobre este punto, vase P. Gordon,
Misogyny, Dionysianism and a New Model of Greek Tragedy, Women's Studies 17.3/4, London, 1990,
pp. 211-219. Por otra parte, estos juicios, todos asociados con una misma fuente, contrastan con su
relacin sostenida con Las y su justificacin de la convivencia con heteras en 480-9.

181

Una mujer que se maquilla el rostro manifiesta la deformidad del alma.


g) Textos varios
549. DIGENES LAERCIO, II.120 (SSR, IV.A.140) (=229):
Se citan de l <de Estilpn> nueve dilogos de estilo fro (...) Aristipo o Calias.278
550. DIGENES LAERCIO, IV.24 (SSR, IV.A.141):
Espeusipo dej numerosos tratados y muchos dilogos, entre los cuales est Aristipo el
cirenaico. (...) Aristipo, en un libro.
551. LUCIANO, Demonacte, 62 (SSR, IV.A.142):
Una vez que le preguntaron a Demonacte cul de los filsofos le agradaba, dijo: todos
son admirables, pero yo reverencio a Scrates, admiro a Digenes y amo a Aristipo.279
552. FILN, Sobre la agricultura, 151 (SSR, IV.A.143):
Por ejemplo, el nombre del perro es totalmente homnimo, ya que refiere a muchas
cosas diferentes significadas por l (...), y adems el filsofo que comenz el grupo
cnico, Aristipo, Digenes y el nmero incontable de los otros que consideraban valioso
dedicarse a esas cosas.280
h) Obras
553. DIGENES LAERCIO, II-83-85 (Eudocia, Violarium, 175.123.11-5; Frag. 123 van
Straaten [Panecio]) (SSR, IV.A.144):
278

Entre las obras de Estilpn, representante del grupo megrico, se encuentra la mencin de un dilogo
con el nombre de Aristipo, que podra tratarse del iniciador de los cirenaicos vase sobre este punto 229
y nota ad loc., lo cual implicara la presencia de intercambios tericos que ameritaban reflotar, en
tiempos de Estilpn, la figura de Aristipo o traer a colacin la de su nieto, si se tratara de Aristipo
Metrodidacta. Los juicios crticos respecto de la dialctica que surgen de 515, 517 y 524, seguramente
persistentes en el grupo cirenaico, pueden haber sido la causa.
279
Demonacte, oriundo de Chipre y activo durante el siglo II, fue maestro de Luciano de Samsata, que
escribi una biografa que conserva su semblanza. Se lo asocia con una postura ms bien eclctica,
orientada al cinismo, por cuya tensin con la doctrina cirenaica puede entenderse su aficin por Aristipo.
Vase 396 y nota ad loc.
280
Filn se encuentra iniciando una discusin en torno de la ebriedad, pero como prolegmeno analiza las
nociones de homonimia y sinonimia, categorizadas explcitamente por Aristteles en el comienzo de
Categoras, con una impronta marcadamente ontolgica y en tanto va para impugnar la teora platnica
de las Formas. Sobre este punto, vase F. Ildefonse J. Lallot, Introduction, en Aristote, Categories,
Prsentation, traduction du grec et commentaires par Frdrique Ildefonse et Jean Lallot, Paris, Seuil,
2002. La perspectiva de Filn es lingstica y coincide con el sentido actual que suele darse a los trminos
homnimo y sinnimo, refiriendo, en el primer caso, a la posibilidad de que un nombre tenga diversas
acepciones. El caso analizado aqu es el de perro, y sucede que entre los sentidos de animal perro, un
monstruo marino y la constelacin que lleva esa denominacin, se cuenta tambin cnico, en tanto
derivado de kn, perro. La mencin de Aristipo podra responder a la popularizacin de la expresin
perro de la corte que Digenes le habra dado, o simplemente a una asociacin algo libre de Filn, que
menciona a Aristipo slo en esta oportunidad. Tampoco queda claro si se refiere a Aristipo como
fundador, tal vez confundindolo con Antstenes, quien para la doxografa helenstica pasaba por
iniciador del cinismo.

182

Del filsofo cirenaico se citan tres libros de una historia de Libia enviada a Dionisio.
Tambin un libro nico con veinticinco dilogos, unos escritos en tico y otros en
drico:281 Artabazo,282 A los nafragos, A los exiliados, A un mendigo,283 A Las,284 A
Proros, A Las, sobre el espejo, Hermias,285 Sueo, Al que tiene la ,286 Filomelo, A los
allegados, A los que critican que se posea vino aejado y cortesanas, A los que critican
que se coma lujosamente, Carta a su hija Arte,287 Al que se ejercita para Olimpia,
Pregunta, Otra pregunta, Coleccin de sentencias, a Dionisio,288 Otra coleccin de
sentencias, sobre la estatua, Otra coleccin de sentencias, sobre la hija de Dionisio, Al
que se cree deshonrado
281

La lista de obras de Aristipo es accidentada. Para empezar, el mismo Digenes transmite dos catlogos.
El primero consigna veintitrs obras, entre las cuales no es claro, como nota M. Narcy (ad loc.), si deben
incluirse la carta a Arete, y cmo deben contabilizarse las obras mltiples (cuestiones, colecciones de
sentencias). El segundo est precedido de la sospecha de que hay que agregar a esto diatribas, y en el otro
extremo, que haya que desestimar todos los ttulos. Vase infra. De todos modos, no conservamos textos
suficientes para que esto se vuelva un problema relevante, que exceda la curiosidad de un catlogo
detallado, pero vaco e inaccesible.
282
Los primeros tres ttulos figuran igualmente en el catlogo de Panecio. En cuanto al primero, Artabazo,
se ha discutido si detrs de este ttulo debe inferirse una obra histrica, al estilo, tal vez, de la referida a
Libia poco antes, caso en el cual Artabazo podra ser el integrante del ejrcito de Jerjes que durante las
guerras mdicas estuvo al mando de la fallida toma de Potidea; luego, en 479 a.C., tuvo un papel
importante en la batalla de Platea, y tras la contienda fue nombrado strapa en la Frigia Helespntica,
regin que gobern entre el 477 y 465 a.C. La otra posibilidad es que se tratara de su tataranieto, que
gobern entre 363 y 350 a.C., cuyo padre, Farnabazo II, es mencionado en 514. Dada la tendencia
helenstica a la creacin de ancdotas, esta mencin no alcanza para decidir el punto de una manera
taxativa. En cuanto al segundo de los ttulos, suele verse como la obra de la cual surgieron pasajes como
43-40, relatos ligados con tormentas y naufragios. El tercero, que refiere al exilio, es para algunos la
fuente de las posiciones antipolticas, e incluso de pasajes como 500-1, que insisten en un arraigo local
difuso. Tambin se atribuyen a Estilpn, en 307, opiniones sobre el exilio, dentro del grupo megrico.
283
Mannebach sostuvo que esta obra deba ser una respuesta polmica al Mendigo, obra atribuida a
Digenes el cnico en Digenes Laercio, VI.80, de modo que sera, en rigor, un Contra el Mendigo, y se
enrolara en un programa de objecin al cinismo (1961, pp. 82-3). G. Giannantoni duda de esta
interpretacin (1990, IV, p. 161), y M. Narcy lo secunda agregando que el resto de las obras cuyos ttulos
se estructuran sobre la preposicin prs no tienen valor adversativo, lo cual quitara plausibilidad a este
caso (ad loc.).
284
Dos obras aparecen aqu dedicadas a Las, mencionadas en 480-91. Sobre la segunda, suele
mencionarse el epigrama atribuido a Platn, que abre el libro VI de la Antologa Palatina, en el cual ante
la llegada de la vejez entregara su espejo a Afrodita. El texto dice: La que se ri exultante sobre Grecia,
la que tena el enjambre de amantes jvenes en mis puertas, Las, doy mi espejo a la <diosa> de Pafos,
dado que as no quiero verme, y como era antes no puedo. La misma temtica se aborda en VI, 18-20. El
trabajo que figura en el catlogo entre ambas obras lleva el nombre de A Poros en los cdices, pero se ha
propuesto la correccin por Proros, teniendo en cuenta que as se conoce a un vencedor olmpico de la
poca y hay tambin un pitagrico de Cirene que lleva ese nombre, y es mencionado por Jmblico en su
Vida de Pitgoras, 27.127.
285
El personaje ms conocido de ese nombre es sin duda el gobernante de Atarnea, con quien Aristteles
se uni en lazos familiares por su casamiento con Pitia, su primera esposa en ocasin de su salida de
Atenas tras la muerte de Platn. Hermias, al parecer, haba tenido contactos con la Academia, y podra ser
elemento para comentarios intelectuales, tal vez para referir a Aristteles, a quien, por otra parte, se
refieren los pasajes 562 y 567, aunque la obra mencionada es otra. G. Giannantoni abre dudas debido a la
edad avanzada que deba tener Aristipo para escribir sobre esta poca. Sobre las polmicas que desat la
cercana de Aristteles con Hermias, vase 145, en referencia a las crticas de Eublides.
286
El ttulo de esta obra refiere a una actitud propia de los banquetes, sin que podamos colegir su
contenido. La siguiente podra referirse, segn suele afirmarse, al discpulo de Iscrates de ese nombre.
287
La tradicin ha conservado una supuesta carta de Aristipo a su hija, que se consigna en 647. Es difcil
saber si se trata del mismo texto y por qu razn integra un catlogo de obras, especialmente porque el

183

Al que intenta aconsejar. Algunos dicen que ha escrito tambin seis obras de diatribas,
pero otros dicen que no escribi nada. Entre ellos se cuenta tambin Soscrates de
Rodas.289 Segn Socin, en el segundo libro, y segn Panecio sus obras son las
siguientes: Sobre la educacin, Sobre la perfeccin, Protrptico, Artabazo, Nufragos,
Exiliados, Seis diatribas, Tres libros de colecciones de sentencias, A Las, A Proros, A
Scrates, Sobre el azar.
554. LUCILIO, Sat., XXVIII, frag. 742 (SSR, IV.A.145):
Algunos dicen que el socrtico Aristipo fue despedido por un tirano.
555. ATENEO, XI.508 c-d (FGH, I.325.279; FGH, II.B.591) (SSR, IV.A.146):
Teopompo de Quos en su diatriba contra Platn dice: cualquiera encontrara la
mayora de sus dilogos intiles y falsos. La mayora son ajenos, ya que surgen de las
diatribas de Aristipo, y algunos tambin de las de Antstenes, y muchos de las obras de
Brisn de Heraclea.290
556. DEMETRIO, Sobre la elocucin, 296 (SSR, IV.A.148):
Los hombres dejan a sus hijos dinero, pero no dejan conocimiento, que suministra lo
necesario a los que quedan. Se dice que esta es la forma de la argumentacin aristipiana.
557. ESCOLIO A LAS ARGONATICAS DE APOLONIO DE RODAS, II.77 (SSR, IV.A.149):
Thrsos (valiente) difiere de thrass (audaz), pues thrsos es lo razonable, mientras que
thrsos es lo que est ms all de la temeridad. As tambin opina Aristipo el filsofo.291
texto que tenemos no tiene una dimensin terica considerable, sino que constituye, como las dems
cartas atribuidas a los socrticos, un mensaje personal, de donde probablemente se extraan semblanzas de
los personajes. El ttulo siguiente podra ser un indicio para interpretar el A Proros en el sentido de una
obra para el ganador de los juegos del 360 a.C., con el que podra haberlo unido algn tipo de relacin.
288
Se alude en este grupo de obras al tipo estilstico llamado khrea, constituido por un pasaje en prosa
que pretende rescatar algn momento llamativo, como las sentencias que ofician de base a la construccin
de los escritos doxogrficos, del cual Digenes Laercio es un buen ejemplo. Sobre este punto, vase M.
Narcy (ad loc.). Se ha dudado si en estos casos se trata de sentencias redactadas o coleccionadas por
Aristipo, o, como propone Kindstrand, son sentencias acerca de Aristipo (Diogenes Laertius and the
Chreia Tradition, Elenchos 7, Napoli, 1986, pp. 219-243).
289
La referencia a las diatribas surge de 555, donde Teopompo acusa a Platn de plagiar a otros
socrticos. La diatriba en tanto gnero consiste en un discurso popular moralizante, cuyo origen se asocia
con el cinismo. Vase 469 y nota ad loc. La afirmacin sobre ausencia de escritos no es poco usual, y
sobre la base de los dems testimonios debe ser desestimada, como se ve tambin en 110 y nota ad loc.
En 28, el mismo Digenes cita a Panecio que, de un modo velado, parece impugnar autenticidad a las
obras de Aristipo, lo cual llev a varios intentos de corregir el texto, por ejemplo, trasladando la mencin
de Panecio junto con la de Soscrates, y dejando slo a Socin como fuente del segundo catlogo. Por otra
parte, se puede pensar, con Giannantoni (1990, IV.155-9), que las dudas sobre la autenticidad de 111 se
limitan a los dilogos socrticos, y no a otro tipo de gneros en los que puede haber incursionado Aristipo
y constaran, precisamente, en la segunda lista. M. Narcy (ad loc.) supone que se trata de una versin
estoica de las obras de Aristipo a las que, para mantener la reputacin de los primeros socrticos, se le
habran quitado las que consideraban inconvenientes.
290
Sobre las acusaciones de plagio, vase la mencin de este pasaje en 111 y nota ad loc.
291
La presencia de estos pasajes en relacin con los escritos se justifica por la mencin de una reflexin
sobre trminos puntuales que puede remontarse a Aristipo. Tomadas aisladamente resultan solamente una
curiosidad, pero si se las coloca sobre el marco de las reflexiones sobre la adecuacin de los nombres que
atravesaron la poca, ponen sobre el tapete la cuestin acerca del nivel en que el cirenaico puede haber
participado de esta prctica. Ntese que 558-9 son comentarios homricos, matriz de fundamental
importancia para la actividad de los intelectuales de la poca, entre los cuales se cuentan los sofistas, pero
tambin socrticos como Antstenes vase, por ejemplo, sus comentarios a Homero en SSR,V.A.187-9,

184

558. ESCOLIO A HOMERO, Ilada, V.2 (SSR, IV.A.149):


Segn los cirenaicos y los epicreos thrsos (valiente) es estar calmo en pensamiento y
lenguaje en resistencia frente a las cosas temibles, como dice el poeta y en el pecho le
infundi la audacia de la mosca.292
559. EUSTACIO, Sobre Homero, Ilada, V.2, 511.40-1 (SSR, IV.A.149):
Otros dicen que thrsos es estar calmo ante la llegada de cosas temibles en relacin con
el razonamiento, por ejemplo tambin Homero lo dice, cuando afirma: y en el pecho le
infundi la audacia de la mosca.
560. DIGENES LAERCIO, VIII.21 (SSR, IV.A.150):
Aristipo de Cirene dice en su Sobre los estudios naturales que se lo llam Pitgoras
porque anunciaba la verdad no menos que la Pitia.293
561. DIGENES LAERCIO, I.96 (SSR, IV.A.151):
Aristipo dice en el primer libro de su Sobre la vida lujuriosa de los antiguos sobre
Periandro que su madre, Crateia, enamorada de l, se una a l a escondidas y l lo
disfrutaba. Cuando el asunto se hizo conocido se volvi seversimo con todos por el
dolor de haber sido descubierto.294
562. DIGENES LAERCIO, V.3 (SSR, IV.A.152):
Aristipo, en el primer libro de su Sobre la vida lujuriosa de los antiguos, dice que
Aristteles estaba enamorado de una concubina de Hermias. Como este otro estuvo de
que sirven de base para aplicar su teora lingstica de corte naturalista, que suscita la crtica de Platn
en el Crtilo.
292
Cita de Homero, Ilada, XVII.570, donde Atenea infunde a Menelao audacia para emprender el rescate
del cuerpo de Patroclo.
293
Esta obra no aparece mencionada en ninguno de los catlogos de 553. Su contenido parece
homologarse al de los pasajes previos por su contenido de anlisis lingstico en el plano del juego fnico
entre Pitgoras y Pitia. Claramente, la exigidad de los testimonios impiden colegir si se trata de una
mera impronta externa tomada de las prcticas usuales, o realmente mereca un lugar dentro del sistema.
Los puntos de contacto con la postura protagrica permiten pensar que tal vez compartiera con ste al
menos una tendencia a comprender el lenguaje de la misma manera. Sobre este punto, vase E. Meja, El
lenguaje en Platn y Protgoras. La crtica platnica del convencionalismo, Daimon (Murcia), 23, 2001,
pp. 7-20.
294
A juzgar por esta serie de pasajes, la obra aludida deba ser una especie de antecedente de las
doxografas biogrficas que se solazaban en el chisme. No podemos saber si este anecdotario iba unido a
algn tipo de sntesis terica que pudiera convertirla incluso en una de las diatribas mencionadas en 553,
dado que no figura listada entre el resto de las obras. En rigor, esta falta ha hecho pensar, siguiendo la
sugerencia de U. Wilamowitz (Antigonos von Karistos, Berlin, Phil. Unters., 1881, p. 48) que Aristipo
podra no ser el autor de esta obra, sino que se tratara de un ttulo doble, del tipo Aristipo o la vida
lujuriosa, que la tradicin convirti en autor y obra. Tambin podra tratarse, como lo plante M.
Sollenberger, de un autor homnimo sin vinculacin con el cirenaico (The Lives of the Peripatetics: An
Analysis of the Contents and Structure of Diogenes Laertius Vitae philosophorum Book 5, Aufsteig und
Niedergang der Rmischen Welt (ANRW) II.36.6, Berlin, 1992, 3793-3879). Periandro suele integrar las
inestables listas de los Siete Sabios transmitidas por la tradicin. Gobern Corinto durante el s. VII,
aproximadamente desde 627 hasta 585 a.C. Esta inclusin contrasta con algunos relatos que lo
representan como un tirano sangriento. Sobre este punto, vase V. Gray, Herodotus and Images of
Tyranny: The Tyrants of Corinth, The American Journal of Philology 117.3, Baltimore, 1996, pp. 361389.

185

acuerdo se cas con ella y, con suma felicidad, le ofreci sacrificios como los que los
atenienses le ofrecen a Demeter de Eleusis.295
563. DIGENES LAERCIO, II.23 (SSR, IV.A.153):
Dice Aristipo en el cuarto libro de su Acerca de la vida lujuriosa de los antiguos que
Scrates estaba enamorado de Alcibades.
564. DIGENES LAERCIO, II.49 (SSR, IV.A.154):
Aristipo dice en el cuarto libro de su Sobre la vida lujuriosa de los antiguos, que
Jenofonte estaba enamorado de Clinias, sobre quien tambin dijo lo siguiente: pues yo
contemplo ahora a Clinias, ms dulce que cualquier otra cosa bella entre los hombres.
Aceptara quedar ciego de todo lo dems ms que de Clinias, un nico ser. Sufro de
noche, durante el sueo, porque no lo veo, mientras que de da, al sol, conozco la mayor
plenitud, porque me muestra a Clinias.296
565. DIGENES LAERCIO, III.29 (SSR, IV.A.155):
Aristipo, en el cuarto libro de su Sobre la vida lujuriosa de los antiguos, dice que Platn
estaba enamorado del joven Aster, que estudiaba con l astronoma, pero tambin de
Dion y algunos dicen que tambin de Fedro. Muestran su amor estos epigramas que
escribi para ellos, etc.297
566. DIGENES LAERCIO, IV.19 (SSR, IV.A.156):
Parece, en efecto, que Polemn emulaba a Jencrates en todo, y dice Aristipo, en el
cuarto libro de su Sobre la vida lujuriosa de los antiguos, que estaba enamorado de l.298
567. DIGENES LAERCIO, V.39 (SSR, IV.A.157):
Del hijo de Aristteles, Nicmaco, dice Aristipo en el cuarto libro de su Sobre la vida
lujuriosa de los antiguos, que Teofrasto tena hacia l una disposicin ertica, aunque
era su maestro.299
295

Digenes presenta este relato como una alternativa al que suele ser recogido por la tradicin, en la cual
la esposa de Aristteles era hija o sobrina de Hermias (vase 553 y nota a la obra Hermias). La
coincidencia con las dems fuentes se da en la informacin sobre la devocin mostrada hacia Pitia. Vase
A. Chroust, Aristotle Leaves the Academy, Greece & Rome 14.1, Cambridge, 14.1, 1967, pp. 39-43.
296
La aficin de Jenofonte por Clinias se repite en las fuentes y tiene su fundamento en la descripcin que
el primero realiza en Banquete, IV.12. Sus lazos familiares se aclaran en el Eutidemo de Platn, donde
Clinias es uno de los personajes. De all surge que era hijo de Axoco, que da nombre de un dilogo
apcrifo atribuido a Platn y era to de Alcibades, el general ateniense y allegado al grupo de Scrates.
297
Digenes cita a propsito de la vida amorosa de Platn una serie de epigramas de origen dudoso.
Parecen fruto de una lectura apresurada de los dilogos sin perspectiva histrica los epigramas dedicados
a Agatn y Fedro, personajes de sus dilogos pertenecientes a generaciones previas. Incluso respecto de
la mencin de este desconocido Aster se han sembrado dudas, pensando en que pueda tratarse de un
apodo afectuoso del tipo de Brillante, que algunos han visto asociado con Fedro, pero que colisiona con
la cronologa. Sobre este punto, vase el trabajo tradicional de C. Bowra, Platos Epigram on Dions
Death, The American Journal of Philology 59.4, Baltimore, 1938, pp. 394-404.
298
Jencrates y Polmn estuvieron sucesivamente a cargo de la direccin de la Academia tras Platn y
Espeusipo. La admiracin de Polemn por Jencrates est enfatizada en la tradicin, hasta el punto de que
abandon una vida disipada para seguir su ejemplo de moderacin y termin dedicando su actividad a la
reflexin tica. Sobre este punto, vase H. Dillon, The Heirs of Plato: A Study of the Old Academy (347274 B. C.), Oxford, OUP, 2003, pp. 156-77.
299
Nicmaco era hijo de Aristteles y la mujer que tom despus de la muerte de Pitias vase 553 y nota
ad loc.. Tras la muerte de Aristteles qued al cuidado de Nicanor, sobrino de Aristteles, y prosigui
estudios en el Liceo bajo la tutela de Teofrasto. Vase C. Mulvany, Notes on the Legend of Aristotle,

186

568. DIGENES LAERCIO, VIII.60 (FHG II.163.12) (SSR, IV.A.158):


Pausanias, segn dicen Aristipo y Stiro, era amado de Empdocles.300
569. ANNIMO SIRACO, Erostrofo, ed. Lagarde (Analecta Syriaca, p. 158 ss.) (SSR,
IV.A.159):
Scrates dice: Erostrofo, qu te dio ocasin de venir a verme? Porque escuch mucho
sobre ti, que has cansado tu alma en vano y sin provecho y no has encontrado hasta
ahora nada para ti y que los otros puedan recibir de ti para liberarse; ahora quiero saber
de ti qu queres investigar o sobre qu quieres preguntar o en qu situacin te
encuentras o qu as odo hasta venir a mi. Tambin quiero saber la razn de tus
preguntas y de tu indagacin era de mi, si as de llegar a una situacin de disfrute y
alegra, o si de nuevo tendrs que volver a la primitiva fatiga.
Erostrofo dice: Scrates, tu fama y mi voluntad me han llevado frente a ti,
porque t, ms que todos los hombres que estn actualmente en el mundo, por sabidura
y autodominio, pasas toda la vida libre de pasiones. Este venir mo hacia ti, Scrates,
est motivado porque s que todo el mundo admira tu sabidura y los que te conocen
disfrutan tus cualidades dignas de aprecio, y los que no te conocen oyen tu nombre y se
maravillan enormemente de tus obras. Para m es deseable, Scrates, conservar un
testimonio tuyo sobre cmo son las cosas de las que quiero hablarte, si tambin yo,
Scrates, con tu vista las veo y las escucho y si tu satisfaccin me basta ms que el
elogio y las palabras vacas de todo el mundo, cuyos elogios, como sus palabras, son
ilusiones vanas. De lo que est en mi te hablo, antes de que me des tu testimonio sobre
eso, porque s que la envidia y los celos no encuentran lugar a tu lado. Tampoco quiero
interrogarte como esa gente que encuentra placer en las cosas que sirven a las pasiones
cuyo deseo del alma consiste en la dulzura de las cosas que pasan rpidamente, sino que
estas preguntas y estas indagaciones, Scrates, deben ser para mi intermediarias
respecto del bien que hay en ti, haciendo tambin t un testimonio de esto. As, como yo
te hago conocer mi punto de vista y el estado de mi mente, as de igual manera tu mente
debe declararme todo sin reservas, y debe alegrarme tanto lo que est en mi como lo que
oir de ti.
En cuanto Scrates hubo escuchado esto de Erostrofo, le fue grato y se alegr,
porque haba odo de l mismo estas palabras y pregutas, tal cual las haba hecho
Erostrofo, porque Scrates saba que Erostrofo no habra ido hasta l en vano y sin
xito.
Entonces comenz a hablarle a Scrates y a hacerle las preguntas por las cuales
haba ido hasta l: te ruego, Scrates, que me hables sin celos y sin animosidad en el
alma, porque me parece algo grande, importante y digno que te haga preguntas sobre
ello, y que t me digas respecto del alma, en primer lugar, qu cosa es; en segundo
lugar, te pregunto tambin: es eterna su duracin? O existe slo por un cierto tiempo,
para formar esta cosa visible (es decir el cuerpo)? O perece tambin ella al mismo
tiempo cuando eso se disuelve? O acaso se deshace y el alma continua existiendo, para
volver a aparecer en otro cuerpo? O termina con l y debe al final, por una causa
primera, volver a aparecer en el mismo cuerpo? Scrates, quiero escuchar de ti cmo te
Classical Quarterly 20.3/4, Cambridge, 1926, pp. 155-167.
300
Empdocles de Agrigento, figura preeminente entre los llamados Presocrticos, menciona en su poema
a su seguidor Pausanias, de modo que aqu se los conecta en tanto pareja. Ambos aparecen como
personajes en el poema dramtico de M. Arnold, Empedocles on Etna, publicado en 1852.

187

parece que es el asunto. No debes decirme las opiniones de otros filsofos, ni de los
poetas, ni de los oradores, ni de los mdicos, ni los que no ejercitaron las dems artes y
no han aprendido a trabajar el oro, la plata y las restantes cosas porque sera demasiado
largo enumerar todas las artes que estn en las habitaciones de los hombres: porque lo
que dicen los mdicos sobre el alma, que est unida al cuerpo, est dividida y est
constituida de partes simples, es justo lo que sentimos tambin nosotros. Su juicio es
oportuno, en cuanto nos valemos de ellos y vemos que sus acciones sanan el cuerpo, ya
que al recibir sus palabras se repone tambin la inteligencia del espritu. Por eso te he
hablado un poco de los mdicos, ya que el alma y el cuerpo estn mezclados la una con
el otro y ese es su arte; es decir los que yo llamo mdicos, en los cuales encontramos
ambas cosas (cura del cuerpo y del espritu), porque verdaderamente aqul que entiende
bien su arte es capaz de dar una especie de imagen. Yo te propongo por eso la pregunta
sobre cmo te parece eso llamado alma -o cualquier otro nombre que quieras, dselo-, si
dura o se termina (o sea si se consume, envejece), como te lo dije al principio, porque
est dividida ().301
i) Posiciones tericas
570. JENOFONTE, Memorabilia, II.1-17 (SSR, IV.A.163):
A m me parece, precisamente, que al decir esto Scrates exhortaba a sus discpulos a
ejercitar el autodominio frente al placer de la comida, la bebida, la lascivia, el sueo, el
fro, el calor y el esfuerzo. As pues, sabiendo que uno de sus discpulos era
indisciplinado frente a estos asuntos,302 le dijo:
Dime, Aristipo, si tuvieras que educar por encargo a dos jvenes, uno para que sea
capaz de gobernar, y el otro para que no compita por el gobierno, cmo educaras a
cada uno? Quieres que examinemos comenzando por la alimentacin como a partir de
sus elementos?
Y Aristipo dijo:
Por supuesto. Me parece que la alimentacin es un principio, pues nadie podra vivir
si no se alimentara.
(2) Entonces, el querer tomar alimento, cuando llega la hora, resulta natural para
ambos?
Naturalemente, sin duda, dijo.
Entonces, a cul de ellos tendramos que acostumbrar a elegir hacer algo apremiante
antes que satisfacer el vientre?
301

Para una traduccin completa de este texto, vase V. Ryssel, Die pseudosokratische Dialog ber die
Seele, Rheinische Museum (Frankfurt), 48, 1893, pp. 175-95, donde se detallan los elementos tardos del
texto que hacen poco probable que se remonte legtimamente a la autora de Aristipo. Igualmente notables
son las diferencias en el perfil del personaje de Scrates, a quien Erostrofo, personaje por lo dems
desconocido, trata con una deferencia exagerada. Vase R. Newbold, The Syria Dialogue Socrates. A
Study in Syrian Philosophy, Proceedings of the American Philosophical Society 57.2, Philadelphia,
1918, pp. 99-111.
302
Como en todas las fuentes, Scrates aparece asociado con la nocin de autodominio (enkrteia), que
tal vez sea la impronta ms importante que lega a sus discpulos, en tanto todos la adoptan, integrndola a
sus respectivos sistemas de modos diversos. El presente pasaje muestra, desde la perspectiva de
Jenofonte, la tensin entre la posicin socrtica y la que adopta el cirenaico. Vase infra. La matriz
argumentativa socrtica se basa en el procedimiento que conocemos a travs de Platn y que Euclides de
Mgara objeta en 88.

188

Por Zeus! dijo. Al que est siendo educado para gobernar, a los efectos de que los
asuntos de la ciudad no queden sin cumplir en su gobierno.
Entonces dijo, incluso cuando quieran beber, no hay que imponerle a l que pueda
mantenerse alejado de la bebida?
Por supuesto.
(3) Y que tenga autodominio con el sueo, de modo que pueda acostarse tarde,
levantarse temprano y, si es preciso, quedarse sin dormir, a cul de los dos se
deberamos imponer?
Eso tambin a se dijo.
Y qu hay dijo con tener autodominio en las cuestiones erticas, de modo que no
tenga obstculos para actuar a causa de ello, si es necesario?
Eso tambin a se dijo.
Y el no huir de los esfuerzos, sino permanecer en ellos voluntariamente, a cul de los
dos se lo deberamos imponer?
Esto tambin al que est siendo educado para gobernar dijo.
Y qu? Aprender si un estudio es conveniente en vistas de dominar a los adversarios,
a cul convendra ms imponrselo?
Mucho ms, por Zeus, al que est siendo educado para gobernar, puesto que ninguno
de los dems es ventajoso sin este tipo de estudios.
(4) Entonces, el que es educado as, te parece que sera vencido menos por los
adversarios que el resto de los animales? Porque, ciertamente, algunos de ellos son
atrapados con el cebo para el vientre, y algunos, aunque son muy tmidos, sin embargo
impulsados por el deseo de comer caen en el cebo, y los otros se ven apresados por la
bebida.
Por supuesto dijo.
Y acaso tambin otros por la lascivia, por ejemplo los machos de las codornices y las
perdices, al avanzar tras la voz de la hembra, por el deseo y la esperanza de placeres
erticos, y abandonar el clculo de los peligros, no caen en las trampas?
Aristipo estuvo de acuerdo tambin con esto.303
(... 5-7 ...)
Entonces qu? Dado que conoces el lugar de cada grupo de este tipo, examinaste ya
en cul de estos lugares te pondras con justicia a ti mismo?
(8) Yo al menos s dijo Aristipo. Y de ningn modo, realmente, me pongo a m
mismo en el lugar de los que quieren gobernar, puesto que me parece, ciertamente, que
es propio de un hombre insensato, dado que es grande el trabajo de procurar lo
necesario para s mismo, que no le baste con eso, sino que se agregue el esfuerzo de
suministrar a los dems ciudadanos lo que necesitan. Quitarse a uno mismo muchas de
las cosas que quiere para estar al frente de la ciudad, y si no se logran cuantas cosas
quiere la ciudad, tener que rendir cuenta de ello, cmo no va a ser eso una completa
insensatez? (9) Puesto que las ciudades demandan de los gobernantes como yo me valgo
de mis esclavos, porque yo demando que los servidores me preparen lo conveniente en
303

Ntese que Aristipo se muestra de acuerdo con Scrates en la construccin de un perfil general del
gobernante, que ms adelante ser desestimado como modelo a seguir. Sin embargo, lo ms importante es
sin duda el juicio atinente a los riesgos de tener un carcter falto de autodominio. A juzgar por el resto del
anecdotario, y en contra del modo en que habitualmente se entiende este pasaje, Scrates y Aristipo
comparten una opinin comn en lo que hace al valor del autodominio, pero difieren en el campo de
aplicacin al que suponen que debe aplicarse aqul que lo tiene. Mientras Scrates coloca en primer plano
la dimensin poltica, Aristipo radicaliza el mbito individual, lo cual da lugar a las disidencias que se
explicitan en lo que sigue del pasaje.

189

abundancia, pero que ellos no tomen nada de eso. Adems, las ciudades creen que es
preciso que los gobernantes les suministren los mayores bienes, pero que ellos se
mantengan alejados de todos ellos. Entonces, yo, a los que quieren tener muchos
problemas ellos mismos y auxiliar a los dems, los conformara as, educndolos para
los puestos de gobierno, pero a m mismo, por cierto, me pongo entre los que quieren
pasar la vida del modo ms fcil y placentero.304
Y Scrates le dijo:
Entonces quieres que tambin examinemos eso, cul de los dos vive de modo ms
agradable, los gobernantes o los gobernados?
(10) Vemoslo.
En primer lugar, de los pueblos que conocemos en Asia, los persas gobiernan,
mientras son gobernados los sirios, los frigios y los lidios. En Europa gobiernan los
escitas, pero son gobernados los meocios. En Libia gobiernan los cartagineses y son
gobernados los libios. Pues bien, de todos esos pueblos, cules crees t que viven ms
a gusto? O entre los griegos, de los que t mismo formas parte, quines te parece que
llevan una vida ms agradable, los que mandan o los que estn dominados?
(11) Pero yo, en rigor dijo Aristipo, tampoco me ubico a m mismo en esa
esclavitud, sino que me parece que hay una va intermedia entre ambos, que intento
transitar: ni el gobierno ni la esclavitud, sino la libertad, que conduce a la felicidad ms
excelsa.305
Es que si ese camino, dijo Scrates, lo mismo que no pasa por el mando ni por la
esclavitud, tampoco pasara a travs de los hombres, podras tener alguna razn, pero si
viviendo entre hombres pretendes no gobernar ni ser gobernado, ni complacer de buen
grado a los que mandan, creo que tienes que darte cuenta de que los ms poderosos
saben utilizar a los ms dbiles como esclavos, hacindoles sufrir tanto en las relaciones
pblicas como en su trato individual. O es que no te has dado cuenta de cmo recogen
el trigo que otros sembraron, cortan los rboles que otros plantaron y asedian por todos
los medios a los ms dbiles que se niegan a rendirles vasallaje, hasta que los convencen
de preferir la esclavitud a una guerra contra los ms poderosos? Y en su vida privada, a
su vez, no sabes que los valientes y poderosos esclavizan a los cobardes y desvalidos y
se aprovechan de ellos?
304

El hedonismo de la posicin de Aristipo aparece como el elemento que impide admitir la vida dedicada
a la persecucin del poder. Esta contradiccin entre poder y placer es analizada crticamente por Platn en
el dilogo con Calicles en el Gorgias. Ntese que en este pasaje se identifican habitualmente ecos de la
posicin cirenaica (vase T. Irwin, Aristippus against happiness, The Monist 74.1, Buffalo, 1991, pp.
55-82 y las notas a 528 y 589), dado que el personaje Calicles comparte las lneas generales del
hedonismo aristipiano, aunque cambia la perspectiva con la cual se analiza la dimensin poltica. Como
se ve ms abajo, en Jenofonte es Scrates el que categoriza al poder como plataforma para aumentar la
disponibilidad de placer, o al menos para no sufrir el avasallamiento del ms poderoso, mientras que
Aristipo parece juzgarlo como un esfuerzo excesivo. En el planteo del Gorgias, en cambio, Calicles, el
personaje hedonista, es el que adopta lo que aqu es una tesis de Scrates. Al mismo tiempo, es compleja
la nocin de gobernante sobre la que se opera en este pasaje, ya que se oscila entre lo que debera ser y lo
que es un gobernante, esto es, entre la figura que ejercita el autodominio para poder ponerse al servicio de
los dems, que parece ser el desidertum socrtico, y la figura, concordante con la del Calicles del
Gorgias, donde el gobernante, apoyado en la definicin de justicia como derecho del ms fuerte, dado
que es el ms poderoso, gobierna en su propio beneficio.
305
La manera que tiene Aristipo para escapar al dilema de Scrates es cancelar directamente el plano
poltico, sustrayndose as a la oposicin gobernante-gobernado. En esta sustraccin se cifra la libertad.
Probablemente algn eco de esto resuene en la pretensin de tratar con todos los hombres por igual en
502-7, y las relaciones con personajes poderosos en 400-29 y 513-4. El aspecto potencialmente
paradjico de esta posicin es resaltado por Scrates inmediatamente.

190

Pero yo, en rigor dijo Aristipo, para no padecer eso, tampoco me encierro a m
mismo en una organizacin poltica, sino que soy un extranjero en todos lados (... 14-16
...).306
O t qu haces cuando adviertes que uno de tus esclavos es as?
Lo castigo dijo con todos los males, hasta que lo obligo a ser un esclavo. (17) Sin
embargo, Scrates, los que son educados en la tcnica de la realeza, que me parece que
t consideras que es la felicidad, en qu se diferencian de los que padecen males por
necesidad, si realmente sufren hambre, sed, fro, se quedan sin sueo y se esfuerzan en
todas las dems cosas voluntariamente? Pues yo no s en qu se diferencia que la misma
piel sea azotada voluntaria o involuntariamente o, en general, que el mismo cuerpo sea
asediado con tales cosas voluntaria o involuntariamente, salvo que se atribuya
insensatez al que quiere permanecer en estas situaciones penosas.307
571. LIBANIO, Declamacin I (Apologa de Scrates) 150 (SSR, IV.A.164):
Scrates haba dialogado con Aristipo sobre el autodominio para persuadirlo de no ser
esclavo del vientre.
572. JENOFONTE, Memorabilia, III.8.1-17 (SSR, IV.A.165):
Una vez que Aristipo intentaba refutar a Scrates, como haba sido refutado por l
anteriormente, dado que quera ser til a sus discpulos Scrates respondi no como los
que se cuidan para que el argumento no sea alterado de algn modo, sino como los que
confan abiertamente en hacer lo debido. (2) El primero preguntaba si conoca algo
bueno, para, si Scrates mencionaba una de tales cosas, por ejemplo el alimento, la
bebida, la riqueza, la salud, la fuerza o el coraje, sealarle que en rigor eso es algunas

306

La pretensin de mantenerse al margen de las relaciones de poder es sealada por Scrates como una
clara aceptacin del destino de sujecin al gobierno de otro, ya que la oposicin gobernar-ser gobernado
est vista como una alternativa de hierro. La solucin de Aristipo postula una forma de apoliticidad, que
no consiste en la burda actitud de desentenderse de los asuntos polticos, lo cual consistira precisamente
en quedar preso de la impugnacin de Scrates, dado que en una organizacin poltica no se puede evitar
la alternativa de estar entre quienes detentan el poder y quienes son dominados. Por el contrario, Aristipo
intenta ir ms all de la oposicin y declararse apoltico en el sentido de no-perteneciente a ninguna
organizacin poltica, en la adopcin de una forma de marginalidad que se asocia con la extranjera. Esto
implicara no slo que los actos polticos son vistos como ajenos, sino tambin y es ms importante la
posibilidad de salirse del juego de relaciones polticas, como quien cambia de pas y deja atrs las redes
polticas volvindolas aleatorias y pasajeras. En la lnea de Demcrito y su para el hombre sabio toda
tierra es transitable, pues el cosmos entero es la patria de un alma noble (Frag. 247), Aristipo es una de
las figuras que anticipa el cosmopolitismo que atraviesa la poca helenstica y entra en abierta tensin con
la dimensin poltica asociada con la poca clsica.
307
La crtica de Aristipo es sumamente parecida a la que abre Repblica, IV, en 419a ss., donde
Adimanto reprocha al Scrates platnico que con el planteo previo no ha hecho felices a los guardianes,
precisamente porque ha establecido esfuerzos y limitaciones similares a las que Aristipo plantea aqu,
hasta el punto de ver el sacrificio como insensatez. La coincidencia de planteos habla a favor de la
presencia de discusiones sobre esta temtica ya en pocas de Scrates y permite suponer que este aspecto
de los planteos de Repblica coincida, en rasgos generales, aunque seguramente no en los detalles, con la
posicin socrtica. Sobre este punto, vase J. Maguire, The individual and the Class in Platos
Republic, The Classical Journal 60.4, Northfield, 1965, pp. 145-150.

191

veces un mal.308 Pero el otro, sabiendo que, toda vez que algo nos incomoda, debemos
liberarnos de ello, respondi como mejor poda:
(3) Acaso dijo me ests preguntando si conozco algo bueno para la fiebre?
No, yo no dijo.
Entonces para la inflamacin de los ojos?
Tampoco eso.
Entonces para el hambre.
Tampoco para el hambre.
Pero si me ests preguntando si conozco algo bueno que no sea bueno para nada, ni lo
conozco dijo, ni lo necesito.309
(4) Y otra vez, cuando Aristipo le pregunt si conoca algo bello, dijo que muchas
cosas.
Acaso, entonces, todas son similares unas con otras?
Algunas son tan dismiles como pueden serlo dijo.
Entonces cmo podra haber algo bello dismil con algo bello?
Porque, por Zeus dijo, hay un hombre bello para la lucha que es dismil de uno
bello para la carrera, y hay un escudo bello para defenderse que es totalmente dismil de
una jabalina, bella para lanzarla fuerte y rpido.
(5) Me respondiste dijo de un modo en nada diferente de cuando te pregunt si
conocas algo bueno.
Pero t crees dijo que una cosa es lo bueno y otra lo bello? No crees que todas las
cosas son bellas y buenas en relacin con lo mismo? Porque, en primer lugar, la virtud
no es un bien para algunas cosas y un mal para otras, luego los hombres son llamados
bellos y buenos en lo mismo y en relacin con lo mismo; en relacin con lo mismo que
los cuerpos de los hombres resultan bellos y buenos, en relacin con eso mismo tambin
todas las dems cosas de las que los hombres se valen, son consideradas bellas y
buenas, para lo que son tiles.310
308

El modo en que Jenofonte est en condiciones de adelantar cul es la estructura del a rgumento de
Aristipo indica la presencia de modelos tpicos que se usaban en las discusiones tericas. Muchos de ellos
nos son conocidos por la mencin en dilogos platnicos, por ejemplo los que utilizan Eutidemo y
Dionisodoro en el Eutidemo, que pueden parangonarse con los argumentos que se atribuyen a los
megricos, entre los que pueden citarse los de Eublides y Diodoro Crono (150-87).
309
Ntese que la pregunta en juego aqu es no qu es lo bueno, que constituir lo que suele llamarse la
pregunta socrtica, que signa los dilogos tempranos de Platn, sino simplemente si conoce algo bueno,
esto es, algo que pueda recibir un predicado de este tipo. Sobre este punto, vase Introduccin, 4.1. La
intencin de Aristipo parece ser mostrar que ninguno de los ejemplos cumplimenta el rasgo pedido en
estado puro, lo cual constituye precisamente la base de lo que segn Aristteles (Metafsica, I.6.987a29b18) llev a Scrates a buscar la estabilidad buscada en los universales, y sirvi de base para que Platn
les confiera independencia ontolgica al conformar la Teora de las Formas. En el pasaje de Jenofonte,
Scrates se solaza precisamente en subrayar la multiplicidad a travs de la conexin de la nocin de bien
con la de fin, de manera que lo bueno sera bueno con respecto a algo y no por s mismo, de manera que
se da por supuesto que pueden ser malos para otra cosa que no sea su fin, con lo cual se escapa a la
intencin de refutacin de Aristipo. Esta dinmica, claro, afecta solamente a las cosas, pero no al modelo
universal al que apunta la pregunta socrtica. En rigor, el argumento abona este enfoque, ya que Scrates
pretendera liberarse de la creencia de que se puede encontrar lo bueno sin contradicciones en ejemplos
concretos, razn por la cual afirma que no lo conoce ni lo busca.
310
Como advierte Aristipo, el personaje Scrates trata el caso de la belleza igual que antes el de lo bueno,
acentuando su multiplicidad. Cuando Aristipo subraya el problema inherente a esta disimilitud, Scrates
vuelve a poner en juego la nocin de tlos, fin, y la asocia ahora adems con la de rgon, funcin. Se
puede colegir, como en el argumento anterior, que todos los ejemplos concretos sern susceptibles de
analizarse del mismo modo, en tanto poseedores de un rasgo, pero no en estado puro sino condicionados
por el plexo de relaciones en los que estn insertos. El comportamiento similar entre belleza y bien se

192

(6) Acaso, entonces dijo, tambin un tacho de estircol es bello?


Por Zeus dijo, y realmente un escudo de oro es feo, toda vez que para sus funciones
uno est bien hecho y el otro est mal.
Dices agreg que las mismas cosas son bellas y feas?
(7) S, por Zeus, eso digo. Y buenas y malas. (...), pues todas las cosas son buenas y
bellas para el fin al que convienen y malas y feas para el fin al que no convienen.311
573. [PLUTARCO], Stromata, 9 (Doxographi Graeci, 581.22; Eusebio, Prep. evang.,
I.8.9,
p. 24 b) (SSR, IV.A.166):
Aristipo de Cirene dice que el extremo de los bienes es el placer, mientras que el de los
males es el dolor. Determina el resto de la investigacin cuando dice que slo es til
buscar: lo que es bueno y malo para tu casa.312
574. EUSEBIO, Prep. evang., XV.62-7, p. 854 c (SVF, I.79.353) (SSR, IV.A.166):
Entonces, Scrates planteaba esto. Pero despus de l, el grupo de Aristipo de Cirene, y
despus de l el grupo de Aristn de Quos intentaron decir que era preciso filosofar
slo sobre cuestiones ticas, pues esas cosas son realmente posibles y provechosas, pero
los estudios sobre la fsica, todo lo contrario, no son alcanzables ni, aunque fueran
captados, tienen algo ventajoso.313
explica aqu por las relaciones intrnsecas que unen a ambos en el imaginario griego, hasta el punto de
que se acu un trmino compuesto que los fusiona, la kalokagatha, algo as como belleza-bondad. No
obstante, lo mismo podra decirse de cualquier valor al que se aplicara el mismo razonamiento.
311
La radicalizacin del bien asociado con fines particulares recuerda al pasaje del Parmnides de Platn,
donde en la conversacin de Scrates con Parmnides, en el primer argumento, en 130a-e, que apunta a
dirimir el problema de la extensin del mbito de las Formas, Scrates acepta las Formas de relaciones y
valores, duda sobre las de objetos y desestima las de que corresponden a cosas de poco valor, cuyos
ejemplos son pelo, barro y basura. La respuesta irnica de Parmnides, portavoz del anciano Platn,
consiste en que cuando avance en el pensamiento se dar cuenta de que no debe despreciar ninguna, lo
cual suele ser interpretado como un indicio de que el Platn de vejez ve la necesidad de extender el
mbito de las Formas. A la luz de este pasaje de Jenofonte, podra plantearse la pregunta sobre si Platn
estara volviendo, de alguna manera, a una posicin socrtica, donde la visin de las Formas como
universales se impone ante la definicin de las Formas como paradigma, lo cual lleva a limitar la cantidad
de Formas.
312
Los pasajes 573-80 indican el modo en que los cirenaicos categorizaban el campo terico, para lo cual
adheran a lo que podramos llamar posicin socrtica, habitualmente asociada con el giro antropolgico
que deja en un segundo plano las investigaciones respecto de la naturaleza y se concentra en temticas
prioritariamente ticas. En el mismo grupo de disciplinas que se desestiman entran tambin las
mtemticas, como surge de 481-8 (vanse notas ad loc.). Esta posicin apela a una justificacin
naturalista, aqu omitida, en tanto slo se postula cul es el sumo bien y su contrario, y dando por
supuesta la perspectiva teleolgica, esto es la relacin entre fin y bien, se colige que slo este terreno
puede constituir un legtimo mbito de bsqueda. Sobre giro antropolgico, W. Guthrie, Los filsofos
griegos, Mxico, FCE, 1984, pp. 67-83.
313
La posicin de Aristipo se liga aqu con la del estoico Aristn de Quos (vase 324 y nota ad loc.),
grupo en el cual convive una organizacin del campo del conocimiento en tres esferas (lgica, fsica y
tica), con una tendencia, sobre todo en las etapas tardas de la escuela, a priorizar la parte tica. Este
testimonio resume el doble argumento que lleva a desestimar mbitos tericos que no sean la tica, ya que
slo sta rene los rasgos de posible y provechosa, mientras los dems estn afectados por ser, por un
lado, imposibles de alcanzar, y por otro, intiles para solucionar los conflictos concretos del ser humano.
Ntese que este juicio contrasta con otras vertientes, la aristotlica, por ejemplo, donde la variabilidad de
los asuntos humanos los convierte en un objeto mucho ms complejo, y por lo tanto difcil de aprehender,
que los de otras reas, hasta el punto de que lo que puede decirse en ese terreno tiene mucha menor
pretensin de exactitud. Vase, por ejemplo, tica Nicomaquea, I.3.1103b26.

193

575. TEMISTIO, Oraciones, XXXIV.5 (SSR, IV.A.166):


Y por eso, Scrates, aquel antiguo, a quien se podra denominar padre y fundador de la
ms extravagante sabidura, no crea, sin embargo, que fuera necesario buscar lo dems
pues unas en nada son superiores a nosotros, mientras que el conocimiento de las otras
est ms all de nosotros y realizaba todo el conocimiento sobre los bienes y los males,
y por qu causa podra volverse el hombre feliz y a partir de qu casa y de qu ciudad y
alababa a Homero, porque valoraba el examinar ante todo el bien y el mal ocurrido en
tus casas,314 y persista en esas definiciones el noble coro de Scrates: Cebes, Fedn,
Aristipo y Esquines.
576. DIGENES DE ENOANDA, frag. 3, col. II frag. 4, col. I (SSR, IV.A.167):
Algunos de los filsofos, y principalmente los socrticos, dicen que el estudio de la
naturaleza y de los fenmenos celestes es una actividad superflua e intil y no valoran
dedicarse a tales cosas. <Otros, por atreverse a un estudio de este tipo, no lo desdean ni
excluyen la investigacin acerca de los fenmenos celestes> directamente, ni hacen una
acusacin contra el estudio de la naturaleza, avergonzados de aceptar eso, sino que se
valen de otro esquema de rechazo. Pues cuando pretenden que las cosas son
inaprehensibles, dicen algo diferente que el hecho de que no es necesario que
estudiemos la naturaleza? Pues quin elegir investigar lo que nunca se encuentra?315
577. SNECA, Carta a Lucilio, XIV.1 [= LXXXIX] 12 (SSR, IV.A.168):
Los cirenaicos abolieron el mbito natural y el racional y se contentaron con el moral,
pero eso que rechazaron, lo incluyen de otro modo. Precisamente, dividen la filosofa
moral en cinco partes: una trata sobre lo que hay que evitar y lo que hay que buscar; la
segunda, sobre las pasiones; la tercera, sobre las acciones; la cuarta, sobre las causas y
la quinta, sobre los argumentos. Las causas de las cosas pertenecen a la parte natural, los
argumentos a la racional y el resto a la moral.316
314

El verso citado corresponde a Homero, Odisea, IV.392, donde Menelao relata a Telmaco su vuelta a
Esparta, comenzando por el encuentro con Idotea, la hija de Proteo, que le sugiere el plan de atrapar a
Proteo, con lo cual podra regresar a su hogar, pero tambin saber qu sucedi all durante su ausencia. El
pasaje es valorado aqu como una revelacin, en algn sentido similar, salvando las distancias, a la que
realiza la diosa innominada en el proemio del poema de Parmnides, donde le dice al joven que llega a su
morada que conocer las cosas que son y las opiniones. Podramos decir que mientras en un caso se
prioriza lo ontolgico, la apelacin socrtica al pasaje de Homero pondra en ese lugar de privilegio a lo
tico.
315
Digenes de Enoanda, que en el s. II d. C. esculpi en un muro un texto de inspiracin epicrea que
incluye una defensa de esta doctrina, retoma las dos razones para pasar por alto el estudio de la phsis que
se mencionan en 574. Alude a la inaprehensibilidad como una excusa que oculta la inutilidad, con lo cual,
en ltima instancia, si cirenaicos y epicreos comparten su profesin de hedonismo, en su visin respecto
de los estudios naturales se halla una diferencia importante. Sobre este aspecto de la posicin de Epicuro,
vase G. Cambiano, L'atomismo antico, Quaderni di Storia 23, Bari, 1997, pp. 517; D. Furley, Two
Studies in the Greek Atomists, Princeton, Princeton University Press, 1967; D. Konstan, Problems in
Epicurean Physics, Isis 70, Chicago, 1979, pp. 394418.
316
Asistimos aqu a una organizacin del plexo terico desde la perspectiva cirenaica en cinco partes,
todas orientadas a dar cuenta del plano tico. La primera contiene seguramente la tematizacin de placer y
dolor, asociada con el principio hedonista; la segunda y la tercera implican un cierto esquema agentivo
ligado a la oposicin poien pschein, actuar-padecer, extendido en la filosofa clsica, y que
terminar por convertirse en el par fundante de la corriente estoica; a estas primeras se dirigen las dos
ltimas, referidas a las causas y modo de argumentacin en este terreno. Desde la perspectiva de un
estoico como Sneca, la reduccin a la tica resulta slo aparente, y, en rigor, puede ser interpretada sobre
la base de la triparticin estoica en lgica, fsica y tica. Sobre esta organizacin, vase J. Maansfeld,

194

578. SEXTO EMPRICO, Contra los profesores, VII.11 (SSR, IV.A.168):


Algunos creen que los cirenaicos slo aceptaban la parte tica, y desechan la fsica y la
lgica, porque no colabora en nada para la vida feliz. Sin embargo, algunos han
considerado que esto se refuta a partir del hecho de que dividieron la parte tica en el
mbito referido a las cosas elegibles y rechazables y el mbito referido a las afecciones
y adems el referido a las acciones, adems otro referido a las causas y finalmente el
mbito referido a las pruebas retricas, pues entre ellos, el mbito referido a las causas,
dicen, pertenece a la parte fsica y el mbito referido a las pruebas retricas, a la parte
lgica.317
579. SEXTO EMPRICO, Contra los profesores, VII.15 (Frag. 7 Wehrli [Socin]) (SSR,
IV.A.168):
Algunos refieren esta opinin, como testimonia tambin Socin, al grupo de los
cirenaicos, en el sentido de que decan que la tica y la lgica eran parte de la filosofa.
Excepto que ellos parecen haber tratado el tema de manera incompleta.
580. GALENO, Sobre las opiniones de Hipcrates y Platn, IX.799.16-800.16 (Mueller)
(SSR, IV.A.169):
Puesto que tambin stas cosas y muchos otros <estudios sobre la naturaleza de las
cosas> son completamente intiles para las cuestiones ticas y polticas, llamadas
virtudes y prcticas, como tambin para las curas de los padecimientos anmicos.
Tambin ha escrito lo mejor sobre esto Jenofonte, remarcando no slo su inutilidad,
sino tambin afirmando que Scrates pensaba as. Y estn de acuerdo con esto tambin
los otros compaeros de Scrates y el mismo Platn, quien al agregar a la filosofa la
teora fsica refiere el argumento sobre ella a Timeo, no a Scrates, etc.318
i.1 La crtica a las matemticas
581. ARISTTELES, Metafsica, III.2.996 a 32-996 b 1 (SSR, IV.A.170):
Zeno on the Unity of Philosophy, Phronesis 48.2, Leiden, 2003, pp. 116-31.
317
Las cinco partes presentadas en 577 reaparecen en Sexto con una precisin respecto de la naturaleza de
los argumentos, a los que se menciona como psteis, pruebas retricas, esto es no efectivas
demostraciones, sino argumentos que apuntan a la persuasin. Esta caracterizacin se remonta a la
Retrica de Aristteles (I.1.1355b ss.), donde se asocia esta disciplina con este nivel de rigor
argumentativo, de modo que sus razonamientos tpicos no sern los silogismos, sino los entimemas, que
constituyen modelos adaptados para los fines pesuasivos. Sobre este punto, vanse los trabajos clsicos de
R. Seaton, The Aristotelian Enthymeme, The Classical Review 28.4, Cambridge, 1914, pp. 113-119 y
W. Grimaldi, A Note on the Pisteis in Aristotle's Rhetoric, 1354-1356, American Journal of Philology
78.2, Baltimore, 1957, pp. 188-192.
318
Los ejemplos de Jenofonte poniendo en boca de Scrates tratamientos sobre tica son numerosos, y
entre ellos puede contarse el referido en 572. Como una suerte de complemento de 575, donde se nombra
a otros socrticos, aqu se menciona a Platn, mencionando una interpretacin de los motivos por los
cuales la cosmologa de Timeo, no est puesta en boca del personaje Scrates. No muy distantes son las
explicaciones contemporneas corrientes, que ven en general en el cambio de personaje principal de los
dilogos de vejez una incoherencia con atribuirle posiciones que contrastan con las del Scrates histrico,
e incluso con la del Scrates platnico de los primeros perodos. Sobre los aspectos que conectan a
Scrates con la temtica del Timeo, vase C. Eggers Lan, Platn, Timeo, Buenos Aires, Colihue, 1999, p.
14 ss.

195

De modo que por eso algunos de los sofistas, por ejemplo Aristipo, enlodaron a las
matemticas, pues en las dems tcnicas, incluso en las manuales, por ejemplo la
albailera y la zapatera, respecto de todo se dice porque es mejor o peor, mientras
que las matemticas no hacen ningn argumento sobre bienes y males.319
582. ALEJANDRO, Sobre la Metafsica de Aristteles, 182.30-8 (SSR, IV.A.170):
Tras decir sobre las matemticas que no est en ellas la causa final, que es el bien, para
confirmar esto, agrega la informacin sobre los sofistas y recuerda a Aristipo, que de
modo similar a otros sofistas trataba los conocimientos matemticos como inferiores a
las tcnicas
menores. Pues hay un fin, es decir un bien, de cada una de ellas, que dispone y les
recuerda en lo que ocurre por ellas el hecho de que as es mejor, mientras que las
matemticas no tienen ninguna causa de ese estilo ni producen ningn argumento sobre
bienes y males.
583. SIRIANO, Sobre la Metafsica de Aristteles, 14.31-4 (SSR, IV.A.170):
Es ridculo, asimismo, Aristipo, que crea que la culinaria prepara este guiso a causa de
un fin, pero que las matemticas, tras llegar siempre desde premisas tericas a
conclusiones verdaderas, considerando que son productos e imitaciones del intelecto, no
muestran las cosas sobre las que tratan.320
584. ASCLEPIO, Sobre la Metafsica de Aristteles, 150.20-6 (SSR, IV.A.170):
De modo que no mira hacia un fin el matemtico en tanto matemtico. Y por eso
Aristipo el sofista desech estos estudios, como si en verdad la cocina poseyera un fin,
mientras que las matemticas no lo tuvieran, pues dice que todas las dems tcnicas,
incluso las manuales, producen lo que producen en vistas de algn bien, la medicina la
salud, la retrica el buen hablar, la zapatera y la cocina, el cuidado del cuerpo, y del
mismo modo en todos los dems casos.
585. ASCLEPIO, Sobre la Metafsica de Aristteles, 152.35-153.6 (SSR, IV.A.170):
319

La conformacin disciplinar de la filosofa que surge de 573-80 repercute directamente en el juicio


sobre la matemtica que revelan los testimonios 581-8. En este sentido, el testimonio de Aristteles pone
de relieve la primera parte de la filosofa mencionada en 577-8, atinente a lo que hay que evitar y lo que
hay que buscar, expresin que refiere a la oposicin mal-bien, identificados, como surge de 573, con
placer y dolor. La argumentacin general de todos los pasajes referidos a este punto apunta a que una
disciplina en la que esta oposicin es irrelevante no puede tener verdadero valor, y en este sentido queda
relegada junto con las orientadas a la naturaleza en 573-80.
320
Ntese que Siriano agrega a la impugnacin proveniente de su falta de relacin con el mbito de bienes
y males, la que surge de identificar sus objetos como construcciones puramente tericas, lo cual les quita
valor para referir a lo real. En este sentido entendemos la expresin ap epistemokikn protseon como
a partir de premisas tericas. As, el procedimiento mencionado, que parte de este tipo de premisas y
deduce de ellas conclusiones es formalmente similar al que Platn bosqueja en el smil de la lnea en
Repblica, VI.509d-511e, que precisamente se ejemplifica con el caso de las matemticas. Por supuesto,
en este ltimo se supone un correlato real, que ser asegurado por la teora de la participacin, que liga lo
inteligible con sus copias sensibles. Ninguna de esas garantas auxilia a los objetos matemticos en el
marco de la filosofa cirenaica, de manera que se los ve como un mero producto menor del intelecto.
Sobre los objetos matemticos en Platn, vase R. Hare, Plato and the Mathematicians, New Essays on
Plato and Aristotle, London, Routledge & Kegan Paul, 1965, p. 22 ss. y F. Fischer, La nature de lobjet
dianotique en Republique VI: Bilan de interprtation contemporaine, Laval thologique et
philosophique 59.2, Quebec, 2003.

196

Por eso Aristipo el sofista desech las matemticas, segn l dice, pues en las dems
tcnicas, las intelectuales y las manuales, es decir las no racionales, me refiero a la
albailera y la zapatera, es posible encontrar un fin, por ejemplo en la medicina la
salud, en la albailera la casa o alguna otra cosa por el estilo, y del mismo modo
tambin en los dems casos, mientras que las matemticas no tienen una causa tal ni
producen un argumento sobre los bienes y los males, de modo que consideraba que ella
es inferior a los dems conocimientos tcnicos.321
586. ARISTTELES, Metafsica, XIII.3.1078 a 31-4 (SSR, IV.A.171):
Y dado que lo bueno y lo bello son algo distinto (pues uno se da siempre en la accin,
mientras que lo bello se da tambin en las cosas inmviles), los que pretenden que las
matemticas no dicen nada acerca de lo bello y lo bueno se equivocan.322
587. ALEJANDRO, Sobre la Metafsica de Aristteles, 739.21-4 (SSR, IV.A.171):
En este caso se extiende contra Aristipo y si algn otro rechazaba las matemticas, pues
si todo lo que existe dice Aristipo, acta en vistas de lo bueno o lo bello, sin embargo
las matemticas no apuntan ni a lo bello ni a lo bueno, por lo tanto las matemticas no
existen.323
588. SIRIANO, Sobre la Metafsica de Aristteles, 100.15-7 (SSR, IV.A.171):
En este caso se extiende muy oportunamente contra Aristipo y por si algn otro
rechazaba las matemticas por considerar que no apuntan a ninguna cosa bella ni buena.

321

En el planteo de Asclepio, la matemtica no slo no apunta, en tanto causa final, en trminos


aristotlicos, a un fin que tenga que ver con lo bueno, sino que tampoco est suscitada en vistas de la
satisfaccin de una necesidad, como sucede con el resto de los quehaceres mencionados en esta serie de
pasajes. Esto est en concordancia con la definicin de tchne que atraviesa todos los textos de la
antigedad y que se sintetiza en que apunta a algo necesario para la vida, como surge del tratamiento
que se le da en Grammatici graeci, 106.8, que resume una amplia tradicin previa: Los que quieren
distinguir acerca de la tcnica lo til del objetivo ponen ejemplos: pues nada es ms til que la tcnica. Y
esto es inmediatamente evidente, puesto que nos aparta de la pobreza y de los problemas surgidos de ella,
y transforma extendindola la vida de los hombres en comparacin con el transcurso desagradable de los
animales irracionales, y afina la inteligencia, y regula las preocupaciones acerca de la vida. Testigo de
estas cosas es Hiparco el cmico, que dice en una de sus comedias: Con mucho pues la tcnica es la
posesin ms valiosa para todos los hombres en vistas del vivir. Sobre este punto, vase D. Blank,
Sextus Empiricus: Against the grammarians, Oxford, OUP, 1998, Introduccin y C. Mrsico,
Polmicas y paradigmas en la invencin de la gramtica, Crdoba, Ediciones del Copista, 2007, pp. 172180.
322
Ntese que Aristteles, al introducir una diferencia entre bello (kals) y bueno (agaths), se aparta
de la posicin que suele asociarlos intrnsecamente, y que se atribuye a Scrates en 572, a la vez que est
presente en Platn, en ocasin de Banquete, 201c-4, donde la afirmacin de que las cosas bellas son
necesariamente buenas es imprescindible para el avance del argumento. Un ejemplo de la importancia de
su asociacin, especialmente como epteto para los hombres nobles, a los que se llamaba kals kagatho,
se puede ver en W. Donlan, The Origin of kals k agaths, American Journal of Philology 94.4,
Baltimore, 1973, pp. 365-374.
323
Este testimonio es singular, ya que del hecho de que las matemticas no traten de lo bueno y lo malo,
se deduce, no su inutilidad, sino directamente su inexistencia, con un argumento que podra deducirse
vlidamente del principio de que las acciones tienden al bien, identificado con el placer, que encontramos
en 589. Sin embargo, el mismo 589 admite acciones contrarias al placer y 573, entre otros, slo remite a
la inutilidad de estas disciplinas y no a su imposibilidad, de modo que esta inexistencia, que por otra parte
chocara con la prctica efectiva de los matemticos, debera ser interpretada en el sentido de que n o
tienen status tcnico.

197

i.2 tica y epistemologa


589. DIGENES LAERCIO, II.86-93 (Frag. 49 van Straaten; Frag. 450, 293, 453, 452
Usener; SUDA, s.v. tlos) (SSR, IV.A.172):
Los que permanecieron fieles a la propuesta de Aristipo324 y eran llamados cirenaicos se
valan de estas creencias: hay dos afecciones: dolor y placer, una es un movimiento
suave, el placer, mientras que el dolor es un movimiento rudo. 325 (...) Un placer no se
diferencia de otro placer, ni es algo ms agradable. Adems, el placer es admitido con
gusto por todos los seres vivos, mientras que el dolor es repelido. As, placer es el del
cuerpo, que es precisamente el fin, segn dice Panecio en su Sobre los grupos
filosficos, no el placer estable que surge de la supresin de los sufrimientos y es como
una calma, el que Epicuro admite y dice que es el fin.326 A ellos les parece que el fin se
diferencia de la felicidad, porque el fin es el placer particular, mientras que la felicidad
es el conjunto de placeres particulares, entre los cuales se cuentan los placeres pasados y
los futuros. (88) El placer particular se elige por s mismo, mientras que la felicidad no
se elige por s misma, sino por los placeres particulares. La prueba de que el placer es el
fin es que desde nios estamos naturalmente asociados con l, y que al encontrarlo no
seguimos buscando nada y a nada huimos como a su contrario, el sufrimiento.327
324

El trmino propuesta traduce agog, que se ha usado a veces, dada su asociacin con la nocin de
modo de vida, para plantear que Aristipo no plante una doctrina sino ms bien un modelo que luego
otros desarrollaron tericamente, y en este sentido, Aristipo no sera un cirenaico. Sin embargo, el
trmino agog designa en otros casos el ncleo que rene a una corriente de pensamiento. Con
propuesta, intentamos cubrir ambos campos semnticos, en tanto lo habitual es que las escuelas griegas
no escindan el contenido doctrinal de un modo de vida acorde. Vase la tesis general de P. Hadot en Qu
es la filosofa antigua?, Mxico, FCE, 1998, passim.
325
Placer y dolor estn definidos como pthe, afecciones, esto es aquello que sufre un sujeto por la
accin de un agente externo. Su carcter primariamente fsico est determinado por su definicin en tanto
kinseis, movimientos, que pueden ser suaves o rudos, dependiendo del modo en que producen un
cambio en el sujeto que los percibe. Vase V. Tsouna (1998:9-10). Esta caracterizacin puede estar en la
base del planteo de Platn en el Gorgias en ocasin del pasaje del smil de los toneles, donde se pretende
objetar, precisamente, que el placer deba ir asociado con el movimiento, es decir con una actividad, sino
que, por el contrario, estara ligado a los placeres estables, como los del hombre que goza de sus toneles
llenos y no debe hacer nada para llenarlos. Sobre los alcances de esta crtica, vase C. Mrsico,
Instrucciones para llenar un tonel. Fricciones entre filosofa y tradicin potica en el pensamiento de
Platn, en V. Juli (ed.), La tragedia griega, Buenos Aires, La isla de la luna, 2006. La posicin
cirenaica se acerca a que esgrime Calicles, que juzga los placeres estables como los que puede tener un
muerto o una piedra (Gorgias, 492e).
326
Las dos afecciones bsicas adoptan aqu el rasgo de lo que se busca y lo que se evita, respectivamente,
y esta tendencia se fundamenta en bases naturalistas. Por otra parte, se presentan aqu a manera de sntesis
dos tesis: en primer lugar, que todos los placeres son iguales. A diferencia del tratamiento posterior en el
88, donde se enfatiza la equivalencia moral, aqu parece subrayarse que son iguales en cantidad. Esto se
apoya en el rasgo de puntualidad que se esboza en 591. En segundo lugar, placer es primariamente el del
cuerpo. La tensin entre esta posicin, que se asocia con la visin de los pthe como fenmenos
bsicamente fsicos, surgir ms tarde cuando Aristipo Metrodidacta acepte intermedios entre dolor y
placer. Ms tarde, en las antpodas de la posicin cirenaica, como nota Digenes, Epicuro adoptar el
hedonismo, pero cifrndolo precisamente en los placeres estables (catastemticos), que fundan la
imperturbabilidad (ataraxa). Vase J. Gosling C. Taylor, The Greeks on Pleasure, Oxford, OUP, 1982,
passim y B. Nikolsky, Epicurus on Pleasure, Phronesis 46, Leiden, 2001, pp. 440465.
327
Este juicio ha hecho pensar que los cirenaicos habran postulado la nica tica no eudemonista de la
tradicin griega, esto es la nica que no identifica el fin con la felicidad. sta est entendida como suma
de placeres, implicando una dimensin temporal, como su rasgo de darse durante una vida completa, tal
como enfatiza Aristteles, que no la liga al placer sino al desarrollo de la virtud (tica Nicomaquea,

198

Adems el placer es bueno, aunque surja de cosas indecorosas, segn dice Hipboto en
su Sobre los grupos filosficos. Pues si la actividad es repugnante, sin embargo el placer
en s es elegible y bueno.328 (89) La supresin de lo que crea sufrimiento, como ha sido
planteada por Epicuro, les parece que no es placer. Tampoco la ausencia de placer es
sufrimiento, pues ambos se dan en el movimiento, de modo que no existe el movimiento
sin dolor o sin placer, dado que la ausencia de dolor es la condicin propia de un
hombre que duerme.329 Y dicen que algunos, por perversin, pueden no elegir el placer.
En rigor, no todos los placeres y sufrimientos anmicos surgen de placeres y
sufrimientos corporales, pues en el puro bienestar de la patria, como en el propio, est la
alegra, pero niegan que el placer se cumpla con la memoria o la espera de las cosas
buenas, como opinaba Epicuro, porque el movimiento del alma se consume con el
tiempo.330 (90) Dicen que los placeres no surgen de la pura visin o audicin. Al
contrario, escuchamos con placer a los que imitan los cantos fnebres, pero sin placer a
los que lo hacen de verdad. La falta de placer y la falta de dolor eran denominadas
situaciones intermedias. Sin embargo, los placeres corporales son mucho mejores que
los anmicos, y los disturbios corporales son peores. De all precisamente que a los que
cometen faltas se los castiga ms con eso mismo. 331 Sin duda, suponan que sufrir dolor
I.7.1098a). Esta dimensin temporal, precisamente, est en contradiccin con la puntualidad de los
placeres, presentes slo mientras hay movimiento, que los cirenaicos pretenden poner como base, como
se ve, por ejemplo, en 441. Sobre las interpretaciones posibles y las implicancias de esta tesis, vase T.
Irwin, Aristippus against happiness, The Monist 74.1, Buffalo, 1991, pp. 55-82, T. OKeefe, "The
Cyrenaics on Pleasure, Happiness, and Future-Concern", Phronesis 47.4, Leiden, 2002, 395-416 e
Introduccin, 4.3. El carcter naturalista del planteo se revela en la falta de eleccin de este tipo de fin,
que contrasta con el enfoque aristotlico, y tiene ciertos ecos en la nocin estoica de oikeosis. Sobre este
punto, vase infra la nota al 90.
328
Esta afirmacin se deriva de que un placer no se diferencia de otro placer, como se dijo en 87. El
bien queda as desvinculado de las escalas axiolgicas tradicionales, lo cual se desprende, asimismo, del
abierto rechazo al objetivismo planteado por la epistemologa cirenaica (vase 632). Sin embargo, esto no
implica que se renuncie a establecer nuevas escalas, dado que la ligazn intrnseca entre placer y
autodominio dictar nuevos parmetros.
329
El destino polmico de la posicin de Aristipo se contrasta aqu con el hedonismo de Epicuro, que
cifraba el placer en la supresin del dolor, tal como se dice, por ejemplo, en Mximas capitales, X.139.
Esto es visto por el cirenaico como el placer del sueo, que no es vida verdadera. Entre los anicerianos
reaparecer la comparacin, esta vez con un muerto. Ambas se han visto como una exacerbacin debida a
la polmica con los epicreos (vase A. Laks, Anniceris et les plaisirs psychiques: quelques pralables
doxographiques, en J. Brunschwig-M. Nussbaum, Passions and Perceptions: Studies in Hellenistic
Philosophy of Mind, Cambridge, CUP, 1993, pp. 18-49). Ntese, sin embargo, que el ejemplo del muerto
como objecin al placer entendido como movimiento ya est presente en Platn, Gorgias, 492e, que
constituira un antecedente de esta discusin.
330
La aceptacin de ciertos placeres sin origen corporal ha sido visto como un reflejo de etapas
posteriores de la doctrina, de raigambre aniceriana, introducidas a partir de la confrontacin con los
epicreos, que cifraban prioritariamente el placer. Ms all de ello, el punto central es que la puntualidad
del placer, enfatizada en 591 hace contradictoria la nocin de un placer que no tenga un carcter
determinado con dimensin corporal. En este sentido, la funcin que los epicreos dan a la memoria
queda obliterada.
331
De un modo que contrasta con el nfasis en el placer sensible, se afirma aqu que el placer no surge de
la mera sensacin, sino del proceso psquico que se opera sobre ella. Vase 623 y nota ad loc y Dring
(1972, p. 55). La ausencia de placer y dolor como intermedio se menciona en un testimonio sobre
Aristipo Metrodidacta, en 651. En tanto categora, adems de los antecedentes de poca clsica, entre los
que se cuenta el pasaje de Banquete, 20ld-203a en el que ros es un intermedio (metax), y por lo tanto ni
bello ni feo, ni sabio ni ignorante, etc., constan los de poca helenstica, dado que en la tica estoica los
indiferentes (adiphora) comparten rasgos similares, que tal vez puedan interpretarse como una tendencia
a evitar los esquemas rgidos o polares.

199

es lo ms arduo, mientras que sentir placer es lo ms apropiado.332 De all que se


preocupaban mucho de la administracin de este ltimo. Por eso tambin, si bien el
placer es elegible por s, los elementos molestos que dan lugar a algunos placeres
muchas veces son contrarios al placer, aunque el conjunto de placeres que produce la
felicidad les parece lo ms difcil. 333 (91) Creen que el sabio no vive todo con placer, ni
el hombre vil vive todo con afliccin, sino la mayor parte. Basta que alguien pruebe con
placer aunque sea uno solo de los placeres que se presentan. 334 Dicen, adems, que la
sensatez es un bien, pero no es elegible por s misma, sino por lo que resulta de ella. El
amigo es un bien por su utilidad, puesto que una parte de su cuerpo, en tanto est
presente, es recibido con gusto.335 Algunas de las perfecciones se dan en los insensatos.
El ejercicio corporal contribuye a la adquisicin de la perfeccin. El sabio no sentir
envidia, no se enamorar, ni ser supersticioso, pues esto se da en la creencia vacua. Sin
embargo, sentir pena y miedo, porque son sentimientos naturales. Adems, la riqueza
produce placer, aunque no es elegible por s.336 (92) Las afecciones son aprehensibles, y
332

El trmino apropiado traduce oikeon, vocablo de larga tradicin y de primaria importancia en la


filosofa helenstica, por su uso estoico, donde oikeosis refiere a la apropiacin natural de un objeto,
cuyo primer ejemplo es el propio cuerpo, lo cual da lugar a la autopreservacin. En esta tendencia natural
los epicreos y cirenaicos, como dice Clemente (Frag. 509 Usener), incluan el placer. Sobre la oikeosis
en terreno estoico, vase T. Engberg-Pedersen, The Stoic Theory of Oikeiosis: Moral Development and
Social Interaction in Early Stoic Philosophy, Aarhus, Aarhus University Press, 1990.
333
Del rasgo de apropiado, que liga el placer con lo natural, se colige la tendencia a buscarlo.
Inmediatamente sigue un pasaje con problemas textuales, que entendemos de la siguiente manera: la
eleccin del placer es por s (siguiendo la lectura kath hautn), pero la persecucin del placer puede
provocar displacer, ya que se lo alcanza por medio de esfuerzos desagradables. Esto, entonces, puede dar
lugar a una situacin paradjica, donde se acumulan placeres, pero stos estn tan viciados por el esfuerzo
que el hombre que los experimenta no abandona el estado de malestar. As es que el corolario es que lo
ms difcil es que la persecucin de placeres, por ser demasiado costosa, no desemboque en lo contrario.
De este modo, seguimos en la ltima clusula la correccin propuesta poiousn, en lugar del m poionta
de los manuscritos. El criterio que utilizamos es el sentido del trmino dskolos, que preferimos traducir
como difcil, en lugar de como desagradable. Si bien esta acepcin es posible, lo es como derivado del
sentido bsico de que apunta a la dificultad de tratar o satisfacer, como se mantiene en la forma dscolo
en espaol.
334
En consonancia con lo que se sostuvo inmediatamente antes, se agrega ahora que es imposible que
existan tipos puros de vida placentera y afliccin, sino que la puntualidad de los placeres, as como los
esfuerzos que suponen, implican siempre una combinacin de ambos. Los ejemplos del anecdotario, en
los que Aristipo aparece haciendo sacrificios para alcanzar algo, como en 420-3, dan cuenta de este
mismo punto.
335
Con el desplazamiento de la felicidad del sitial de fin para colocar all el placer se altera tambin toda
la tabla axiolgica tradicional, de manera que todos los mbitos se supeditan a la consecucin del placer.
Sobre el caso de la amistad, y las variantes de juicio que provoc dentro del grupo, vase 479, 693 y 672.
336
El elemento aleatorio de placer y dolor que resulta incontrolable, como se dijo antes, hasta el punto de
que ciertas perfecciones o virtudes (areti) se dan en insensatos, en tanto estn en condiciones de alcanzar
placer, recibe su contrapeso con la enunciacin de los rasgos del sabio cirenaico, que presenta
caractersticas que no pueden ya darse por casualidad y en hombres que no presenten una determinada
formacin. Ntese que aparece subrayado aqu el rasgo de autodominio, asociado con el ejercicio fsico y
la capacidad para refrenar pasiones disruptoras. Podemos interpretar en este punto un elemento que,
excepto tal vez en el sabio ms perfecto, implica esfuerzo, y por lo tanto, mezcla de placer y afliccin.
Por otra parte, asistimos aqu a la definicin de las pasiones (pthe) en trminos de juicios de baja
calidad, esto es opiniones vacuas (kena dxai), lo cual constituye un antecedente de tratamientos
helensticos, entre los cuales se encuentra la posicin epicrea, donde los pthe son un producto de
sensacin y operacin conceptual, as como la estoica, donde las pasiones son, de una manera todava
ms radical, errores de juicio. Vase V. Juli et al., Las exposiciones antiguas de la tica estoica, Buenos
Aires, Eudeba, 1998. Con respecto a las pasiones que se consideran naturales y no naturales, los epicreos
dan el mismo status a ambas, mientras que los estoicos los rechazan (DL, VII.111-2), aceptando slo una

200

con esto se referan a ellas mismas, pero no a sus causas.337 As, renegaban de las
cuestiones fsicas por su carcter inaprehensible que entraan, mientras que tomaban las
cuestiones lgicas por su utilidad. Meleagro, en el segundo libro de su Sobre las
opiniones, y Clitmaco, en el primer libro de su Sobre los grupos filosficos, dicen que
ellos consideraban intiles a la parte fsica y la dialctica, porque puede hablar bien y no
ser supersticioso y huir del miedo a la muerte el que ha aprendido totalmente el
argumento acerca de los bienes y los males.338 (93) Nada es por naturaleza justo, bello o
vergonzoso, sino por ley y costumbre. Sin embargo, el hombre de vala no har nada
repugnante por los castigos y opiniones asumidas. Por otra parte, el sabio existe. 339
Admiten el progreso tanto en filosofa como en otros mbitos, y dicen que uno puede
sufrir dolor ms que otro, y que las sensaciones no en todos los casos indican la verdad.
340

590. ARISTOCLES, Sobre la filosofa, frag. 3 (segn Eusebio, Preparacin evanglica,


XIV.18.31, p. 763d 32-764a (SSR, IV.A.173):
Aristipo era un compaero de Scrates, fundador del grupo llamado cirenaico, de quien
Epicuro tom el punto de partida para su exposicin sobre el fin. Aristipo era muy
libertino en su vida y propenso a los placeres. Sin embargo, de ningn modo dialogaba
pblicamente sobre los fines, sino que deca que virtualmente la base de la felicidad
reposa en los placeres. As, al producir continuamente argumentos sobre el placer,
conduca a los que lo frecuentaban a la sospecha de que sostena que el fin era vivir
placenteramente.
341

versin atenuada del temor, la cautela o desconfianza (eulbeia) (DL, VII.116). Sobre el anecdotario
relacionado con la riqueza, vase 463 ss.
337
El enfoque primariamente tico est complementado por la explicitacin de un presupuesto
subjetivista, con muchos puntos de contacto con el de Protgoras, aun cuando esta conexin est en
cuestin (vase 651 y nota ad loc.). En efecto, echando mano de una terminologa estoica, se dice que las
pasiones son katalept, aprehensibles o cognitivas, esto es, elementos ciertos que otorgan
conocimiento, en tanto surgen de cosas existentes, y son, por lo tanto, criterio de verdad. El pasaje
enfatiza que esta certeza alcanza slo a la afeccin misma y no a su causa, dado que desde esta
perspectiva se puede tener seguridad sobre la sensacin, pero no sobre el objeto que supuestamente la
causa. Probablemente el tratamiento de Platn en Gorgias, 476b ss., donde se sostiene que los rasgos de
un efecto deben estar tambin en su causa, y por lo tanto puede accederse a cierto conocimiento sobre
ella, pueda ser parte de una discusin ms amplia con esta postura. Sobre la nocin de aprehensin
(katlepsis), vase F. Sandbach, Phantasa kataleptik, en A. Long (ed.), Problems in Stoicism,
London, Atlone, 1971, pp. 9-21.
338
Sobre la organizacin del campo terico, donde se da prioridad a la tica, vase 573-80. Clitmaco de
Cartago perteneci al grupo Acadmico y dirigi la escuela despus de Crates, en 126 a.C. La formacin
terica enfatizada aqu para lograr los rasgos del sabio confirma la dimensin integral de la personalidad
que hace falta para alcanzar los placeres dentro de esta matriz terica.
339
Vase nota al 91. Ntese la referencia a un sistema de represin social oculto tras la moral
tradicional, que recuerda la posicin de Antifonte.
340
Tambin aceptaban el progreso peripatticos y estoicos. Los ltimos dos puntos constituyen
aclaraciones, en primer lugar sobre el grado de afeccin que puede variar de una persona a otra. Por otra
parte, la clusula final parece insistir en la imposibilidad de tomar a las sensaciones como fuente de
informacin sobre los objetos que las causan, de modo que no aportan datos sobre el mundo exterior que
puedan servir de base para fundamentar una gnoseologa. Sobre este punto, vase 628-42.
341
La serie de testimonios sobre la nocin de placer ponen de relieve la compleja trada entre fin, placer y
felicidad. En 589.87-8 consta la afirmacin de que la felicidad no es el fin. Como contrapartida, este
testimonio indica que Aristipo no habra tematizado el problema del fin, sino que habra preferido
enfatizar la relacin entre placer y felicidad, entendida como un hedos zn, un vivir placenteramente,
lo cual referira a al conjunto de placeres de 589.90 que constituye la felicidad, tan difcil de lograr.
Vase V. Tsouna (1998:28). A partir de este pasaje se ha inferido que Aristipo no fue el autor de la

201

591. ATENEO, XII.544 a-b (SSR, IV.A.174):


Y todos los grupos de filsofos discuten con este grupo en relacin con el placer.
Precisamente, el llamado cirenaico, que se inici a partir de Aristipo el socrtico, que
admita la afeccin agradable y dijo que ella es el fin y en ella ha puesto la felicidad. Y
dice que es puntual,342 como los manirrotos, porque no le interesan ni la memoria de las
gratificaciones pasadas ni la esperanza de las futuras, sino que considera bien slo al
presente, y considera nada para l el haberse gratificado o gratificarse en el futuro,
porque uno ya no existe y lo otro todava no es y es incierto. Es lo mismo que les pasa a
los lujuriosos, que valoran como beneficioso lo presente.343
592. ELIANO, Historia variada, XIV.6 (SSR, IV.A.174):
Parece que Aristipo hablaba del modo ms vigoroso, recomendando a los hombres que
no sufran por las cosas pasadas ni se preocupen por las futuras, pues este ejemplo de
buen carcter es precisamente la prueba de un pensamiento positivo. Y ordenaba prestar
atencin cada da y de nuevo, a su vez, cada parte del da a lo cada uno hace o piensa,
pues afirmaba que slo el presente es nuestro, pero no lo que fue ni lo que ser, ya que
uno se destruy y lo otro no es claro si ser.344
593. DIGENES LAERCIO, II.85 (SSR, IV.A.175):
Aristipo demostraba que el fin es un movimiento suave que desemboca en una
sensacin.345

epistemologa que transmiten las fuentes, sino que sta sera producto de su nieto, Aristipo Metrodidacta.
Vase 653 y nota ad loc.
342
La expresin afeccin agradable traduce literalmente hedyptheia, que se trata sin duda de una
alusin al placer. ste es el que queda asociado con el fin y la felicidad. La importancia de este pasaje
radica en su mencin del rasgo de monchronos, que aqu vertimos como puntual. T. Voula prefiere la
traduccin literal unitemporal, dado que la denominacin indicara que durante un determinado lapso se
halla presente determinado placer, y ese lapso no debe ser necesariamente breve o instantneo, como a
veces se lo entiende. En rigor, la caracterizacin parece ser tributaria de la oposicin respecto de placeres
no presentes, ya sea por pasados o futuros.
343
Los reparos frente a la memoria y la prospeccin derivan de la contradiccin que se establece con la
definicin de placer como movimiento, dado que ste, como se dice en 589.90, se consume con el tiempo;
esto es, no es posible por medio de la memoria repetir el movimiento que constituy originalmente la
situacin placentera, a lo cual se suma que el olvido debilita progresivamente la memoria misma. Lo
mismo sucede con placeres proyectados. Tsouna afirma que esto no elimina a este tipo de experiencias de
la categora de placeres, y en este sentido cuentan en la construccin del conjunto de placeres en que
consiste la felicidad, pero, precisamente por eso, no son relevantes para alcanzar el fin, que es el placer
presente, condicin de posibilidad de cualquier memoria.
344
La orientacin al presente constituye aqu la euthyma, que tradujimos como buen carcter, esto es
una constitucin psquica, bsicamente la del impulso (thyms), que se dirige al placer, y, por lo tanto, en
los trminos de 589.89, no est pervertida. La insistencia en el examen de las propias acciones se entronca
con la insistencia socrtica que qued testimoniada por Platn en Apologa, 38a, segn la cual una vida
sin examen (anexetasms) no merece ser vivida, y la lnea dlfica de la mxima concete a ti mismo
(gnthi sautn).
345
Esta serie de pasajes complementa la afirmacin de 589.87 que define el placer como movimiento
suave. Presupuesta la identificacin entre fin y placer, como en 595, haya sido o no tematizada por
Aristipo, se define en 593-4 como movimiento, knesis. La novedad es aqu la mencin de la sensacin
(asthesis) como producto de la afeccin (pthos), de modo que deberamos entender que esta ltima
consiste en un movimiento que puede ser suave o brusco, y de ella se genera conciencia. Vase Tsouna
(1990:10).

202

594. CLEMENTE DE ALEJANDRA, Stromata, II.XX:106.3 (SSR, IV.A.175):


Dicen <los cirenaicos> que la nocin del placer es un movimiento suave y delicado con
una sensacin.
595. PAPIRO Oxy., VII.1012.88 (Hunt) (SSR, IV.A.176):
<Papiro en donde se leen palabras aisladas, donde puede conjeturarse la frase:> como
Epicuro, (...) al decir que el placer es el fin, como Aristipo.
596. EPIFANIO, Contra todas las herejas, II.29 (III.23) (Doxographi graeci, 591.22-3)
(SSR, IV.A.177):
Aristipo de Cirene: Dado que era glotn y amante del placer, dijo que el fin es el placer
del alma. Quien siente placer, es feliz, pero quien no siente placer enteramente es tres
veces infeliz y desdichado, segn dice.346
597. CICERN, Sobre los fines, I.7.23 (Frag. 243 Usener [Epicuro]) (SSR, IV.A.180):
Sin embargo, reafirma de la manera ms extrema lo que la naturaleza misma, como l
dice <Epicuro>, decreta y sanciona, es decir el placer y el dolor. A esto refiere todo lo
que elegimos y evitamos. Esto, que es doctrina de Aristipo, fue defendido mejor y ms
abiertamente por los cirenaicos, aunque considero que es de tal tipo que resulta indigna
de cualquier hombre.347
598. CICERN, Sobre los fines, I.8.26 (SSR, IV.A.181):
Que Epicuro relacionara el sumo bien con el placer, en primer lugar era en s mismo
errneo, y en segundo lugar era algo ajeno, ya que antes, y mejor, lo dijo Aristipo.
599. CICERN, Sobre los fines, I.11.37-9 (SVF, III.158) (SSR, IV.A.182):
Pero sobre los hechos ilustres de los hombres famosos se ha dicho suficiente hasta aqu.
En realidad, ya vendr el lugar propio para hablar sobre la tendencia de toda virtud a
producir placer. Ahora explicar qu cualidades tiene el placer mismo, para remover
todo el error de los ignorantes y que se comprenda qu seria, sensata y severa es la
346

La idea de ser tres veces desdichado parece tener un eco en el pasaje de tonos ldicos y a la vez
encendidos que Platn expone en Repblica, IX, 587b-588a, conocido como nmero del tirano. All,
como corolario de una larga argumentacin, Scrates ofrece mostrar la proporcin en que el filsofo es
ms feliz que el tirano. Lo llamativo es que el procedimiento, del que se dice abiertamente que da por
resultado un nmero inconcebible, procede a multiplicar repetidamente la cifra tres, hasta llegar al
nmero setecientos veintinueve. En un terreno especulativo, podra colegirse que tenemos aqu una
especie de respuesta irnica a la identificacin de Aristipo entre quien no siente placer y quien es
desdichado, basada en el lugar comn de ser tres veces, como sustituto plstico de un superlativo. En
lugar de ello, el pasaje del nmero del tirano parece profundizar la metfora numrica para profundizar
aun ms la diferencia entre filsofo y tirano. Sobre la estructura matemtica del pasaje, vanse los
trabajos de R. Brumbaug, Note on Plato, Republic, IX.587D, Classical Philology 44.3, Chicago, 1949,
pp. 197-199 y Teaching Platos Republic IX, The Classical Journal 46.7, Minnesota, 1951, pp. 345348.
347
La seccin de Sobre los fines de Cicern a la que pertenecen 598 y 604 apunta a explicitar los
cuestionamientos que Cicern hace a la doctrina epicrea, entre los que se cuentan la falta de novedad, el
rechazo de la lgica y la tica hedonista. El cambio de tono de 599 obedece a la defensa del epicuresmo
que emprende Torcuato en el libro II de Sobre los fines. Dicha defensa se construye comenzando por
corregir la nocin usual de hedonismo, explicando que el mayor placer consiste, desde esta perspectiva,
en la ausencia de dolor. Sobre Cicern como fuente del epicuresmo, vase M. Stokes, Cicero on
Epicurean Pleasures, in J. Powell (ed.), Cicero the Philosopher: Twelve Papers, Oxford, OUP, 1995, pp.
145-70.

203

escuela que suele tacharse de voluptuosa, delicuescente y lujuriosa. No seguimos


solamente ese placer que afecta nuestra naturaleza fsica con algo agradable y es
percibido con un cierto deleite de los sentidos; al contrario, el mayor placer para
nosotros es el que es percibido como remocin de todo dolor (...) (38) En consecuencia,
Epicuro no opinaba que hubiera un estado intermedio entre el dolor y el placer; en rigor,
eso mismo que a otros pareca un estado intermedio, dado que careca de todo dolor, no
es de ningn modo un placer, sino en realidad el sumo placer. Quien percibe lo que lo
afecta, no necesita estar sumido ni en placer ni en dolor. Sin embargo, Epicuro piensa
que la privacin de todo dolor limita con el placer extremo, porque ms all de eso los
placeres pueden variar y distinguirse, pero ni pueden crecer y amplificarse.348 (39)
Precisamente, en Atenas, as escuchaba a mi padre que se burlaba con actitud gentil y
delicada de los estoicos: en el Cermico hay una estatua de Crisipo sentado con la mano
extendida, cuyo gesto significa que se deleitaba en este razonamiento menor: tu mano,
afectada en el modo en que ahora lo est, desea algo? Nada. Pero, si el placer fuera
un bien, lo deseara? Creo que s. Por lo tanto el placer no es un bien. Un
argumento que, como deca mi padre, no usara ni una estatua, si pudiera hablar. En
realidad, es concluyente y con agudeza suficiente contra los cirenaicos, pero no afecta
en nada a Epicuro. Porque si existiera slo el placer que hace cosquillas a los sentidos,
por as decir, y afluyera y penetrara en ellos con suavidad, ni la mano ni ningn otro
miembro podra estar satisfecho con la ausencia de dolor sin una sensacin agradable de
placer.349
600. CICERN, Sobre los fines, II.6.18-7.20 (Frag. 67 Usener [Epicuro]) (SSR,
IV.A.183):
Ustedes <epicreos> dicen que el bien supremo es el placer. Por lo tanto, deben explicar
qu es el placer. De otro modo, es imposible aclarar lo que se investiga. Si Epicuro lo
hubiese explicado, no se dudara tanto. Tampoco si hubiera considerado al placer como
Aristipo, esto es, lo que afecta a los sentidos de manera dulce y agradable, a lo cual
incluso el ganado, si pudiera hablar, llamara placer, o, si prefiriera hablar su propio
idioma antes que el de dnaos y micnicos todos, hombres del tica y el resto de los
griegos que cita este anapesto, dara el nombre de placer a esta ausencia de dolor y
desechara la nocin de Aristipo, o, si aprobara ambos tipos de placer, como en realidad
hace, tendra que combinar placer y ausencia de dolor y declarar dos bienes ltimos.
(19) En rigor, muchos y grandes filsofos conjugaron estos bienes ltimos. Por ejemplo,
Aristteles conjug el ejercicio de la virtud con la prosperidad durante una vida
completa; Califo uni a la moralidad el placer; Diodoro agreg a esta moralidad la
ausencia de dolor. Lo mismo habra hecho Epicuro, si hubiera conjugado esta doctrina
que ahora pertenece a Hiernimo, con la antigua doctrina de Aristipo.350 Sin embargo,
ellos disintieron entre s, por lo cual postularon fines individuales y, dado que hablaban
348

En 589.87 se afirma igualmente la equivalencia de los placeres. La idea de que en tanto placer cada
uno es absoluto y no es susceptible de grados se desprende de su calidad de puntual (monchronos). En
rigor, la comparacin desemboca en una contradiccin, ya que requerira (a) comparar un placer presente
y por lo tanto efectivo, con movimiento con uno ausente (pasado o futuro), lo cual obligara a poner en
paralelo dos situaciones cuya naturaleza es diferente, o (b) comparar placeres ausentes (pasados o
futuros), sobre cuya captacin no hay certezas, ya que, de acuerdo con 589.89, se consumen con el
tiempo. La solucin radical, en la que parecen coincidir, al menos en principio, epicreos y cirenaicos, es
que, por su puntualidad, todos los placeres son iguales.
349
La impotencia de la crtica respecto de los epicreos radica precisamente en su postulacin de la
ausencia de dolor como placer supremo, habilitada por su preferencia de los placeres estables
(katastematika) frente a los asociados al movimiento, que s colocan los cirenaicos en primer lugar.

204

ambos perfecto griego, ni Aristipo, que llam bien supremo al placer, ubic dentro del
placer la ausencia de dolor, ni Hiernimo, que estableci como supremo bien el no
sentir dolor, us el nombre de placer para esa ausencia de dolor, y en realidad no
incluy al placer entre las cosas deseables. (7.20) Se trata de dos estados diferentes; no
pienses que es slo una cuestin verbal. Una cosa es estar sin dolor, otra estar con
placer. Ustedes, <epicreos>, tratan de combinar estas cosas tan dismiles no slo en un
nombre eso podra tolerarlo ms fcilmente, sino tambin en una sola cosa, de dos
que son, lo cual es absolutamente imposible. Epicuro, que aprueba ambos tipos, deba
valerse de ambos, como de hecho lo hace, aunque no los distingue en palabras. Cuando
alaba en muchos lugares a ese mismo placer que todos llamamos del mismo modo, se
atreve a decir que no puede imaginar ningn bien que no est conectado con un placer
del tipo del de Aristipo. Esto dice donde trata el tema del supremo bien.
601. CICERN, Sobre los fines, II.11.34-5 (SSR, IV.A.184):
Precisamente, es necesario que todo argumento sobre los bienes y los males fluya desde
esta fuente. Polemn, y ya antes que l Aristteles, sostuvieron que los primeros objetos
son los que acabo de mencionar. Por eso surgi la doctrina de los antiguos Acadmicos
y Peripatticos, porque dicen que el fin de los bienes es vivir de acuerdo con la
naturaleza, es decir disfrutar los dones ofrecidos por la naturaleza con el agregado de la
virtud. Calipo no agrego nada a la virtud, excepto el placer, Diodoro la ausencia de
dolor. (...) Entre todos estos que mencion, los fines de los bienes se siguen
lgicamente: para Aristipo el simple placer, para los estoicos aceptar la naturaleza (...).
(35) As, hay tres teoras sobre el fin que no refieren a la moralidad, uno es el de
Aristipo o Epicuro, el otro el de Hiernimo y el tercero, el de Carnades. (...) Excepto
Epicuro, son consistentes en hacer convenir los fines con los principios: para Aristipo el
fin es el placer, para Hiernimo la ausencia de dolor, para Carnades el disfrute de los
elementos naturales.351
602. CICERN, Sobre los fines, II.13.39-41 (Frag. 419 Usener [Epicuro]) (SSR,
IV.A.185):
350

Cicern menciona varias veces a Hiernimo de Rodas, discpulo de Aristteles, activo hacia el 300
a.C., conectndolo con la doctrina aqu mencionada. Los otros dos autores, Calipo probablemente del s.
II, y Diodoro, asociado con la lnea peripattica, nos son prcticamente desconocidos. La mencin de
estas tres teoras que proponen fines compuestos deriva de la clasificacin de posiciones ticas llevadas a
cabo por Carnades. Vase J. Annas, Cicero, On Moral Ends, Cambridge, CUP, 2001, pp. 23 ss.
351
Cicern sigue siendo aqu tributario de la clasificacin de Carnades, esbozada en 33-4 vase 600
y nota ad loc.. Los rasgos de las teoras ticas a los que se refiere en el principio del pasaje son su
estructuracin racional, la determinacin del fin de acuerdo a la motivacin del placer, la liberacin del
dolor, o los bienes naturales corporales o anmicos, y el mejoramiento de la vida. Cicern intenta mostrar
que el epicuresmo no cumple con ninguna de ellas: la primera, por su empirismo; la segunda, porque
lleva a cabo una sntesis espuria entre la motivacin del placer en tanto movimiento y el establecimiento
del placer estable como fin, como se repite en 603, y la tercera, porque no hace aportes en este terreno.
Polemn dirigi la Academia entre 315 y 266 a.C. y se lo asocia con un decidido giro hacia la tica. Por
otra parte, se lo sindica como maestro de Zenn de Citio, de manera que quedan aludidos, adems de los
autores mencionados en 600, Acadmicos, estoicos y Peripatticos. Estos dos ltimos son los grupos
tericos que, para Cicern, protagonizan las disputas ticas de la poca. El punto de acuerdo, ligado con
el vivir de acuerdo con la naturaleza, representa un fundamento caro al estoicismo. Despus de la
mencin de Diodoro se supone una laguna, ya que se espera una mencin de Aristipo y los estoicos que
no existe en el texto. Carnades fue director de la Academia entre 160 y 137 a.C., cuando ya se haba
producido el giro hacia el escepticismo.

205

Realmente, en tanto pueda, disminuir la competencia y considerar que todas las


simples doctrinas en las cuales no hay ningn agregado de virtud deben ser eliminadas
de la filosofa por completo. Primero la de Aristipo y los cirenaicos en general, que no
dejan de colocar el supremo bien en ese placer que afecta los sentidos de la manera ms
agradable, descalificando la ausencia de dolor. (40) No vieron que el caballo est
diseado por naturaleza para correr, el buey para arar, el perro para cazar, as el hombre,
como dijo Aristteles, naci con dos cosas, inteligir y actuar, como un dios mortal.
Pero, al contrario, los cirenaicos prefirieron que este animal divino advenga a la
existencia como un ganado tonto y lerdo para el alimento y el placer de la procreacin,
lo cual me parece el colmo de lo absurdo. (41) Esto, entonces, contra Aristipo, que
considera a este placer, que todos llamamos con ese nombre, no slo el supremo, sino
tambin el nico.352
603. CICERN, Sobre los fines, II.34.114 (SSR, IV.A.186):
Si el sumo bien estuviera en el placer, como dijiste <Epicuro>, lo ideal sera pasar
nuestros das y noches experimentando el ms intenso placer sin interrupciones, con
todos nuestros sentidos excitados y rebasados. Pero qu ser humano digno de tal
nombre querra pasar un
solo da en este tipo de placer? Los cirenaicos no lo rechazan. Tu escuela es ms
respetable, pero la de ellos ms consistente.
604. CICERN, Sobre los fines, V.7.17.20 (SSR, IV.A.187):
He expuesto seis perspectivas sobre el bien supremo. Las tres ltimas tienen estos
autores: del placer, Aristipo; de la ausencia de dolor, Hiernimo y del disfrute de lo que
llamamos las cosas primeras de acuerdo con la naturaleza, Carnades no fue su autor,
sino su defensor a los efectos de la argumentacin.353
605. AGUSTN, Contra Juliano, IV.14.72 (SSR, IV.A.188):
Lee lo que dice Tulio en su dilogo Hortensio. Sus palabras debieran causarte ms
deleite que las de Balbo, de la escuela de los estoicos. Palabras que, aunque son verdad,
tratan de la parte inferior del hombre, esto es, del cuerpo, y en nada te pueden socorrer.
Escucha lo que el orador romano dice en favor de la fuerza vivificante del espritu
contra la voluptuosidad de la carne: "Es que se pueden apetecer los placeres del cuerpo
que Platn llama, con tanta verdad como razn, alimentos e incentivos del mal? La
prdida de la salud, la palidez del rostro, el enflaquecimiento del cuerpo, los quiebres
vergonzosos, el deshonor, en fin, todos los males, no vienen del placer desbocado? Sus
movimientos, cuanto ms violentos, son ms enemigos de la filosofa. Los
pensamientos nobles son incompatibles con la voluptuosidad del cuerpo. Quin que se
entregue al placer de la carne, con la violencia que se puede imaginar, es capaz de fijar
la atencin, calcular, meditar en cualquier cosa? Qu hombre hay tan profundamente
sumergido en el vicio que quiera que sus sentidos estuvieran da y noche, sin
352

Como en 601, donde el acuerdo con la naturaleza se consideraba un principio compartido por los
grupos tericos ms respetables, se insiste aqu en un enfoque teleolgico, en este caso el aristotlico.
Como ejemplo de la complementacin de accin e inteleccin puede citarse la postulacin por parte de
Aristteles de virtudes ticas y dianoticas o intelectuales.
353
Ntese que, en consonancia con el resto de los testimonios ciceronianos, se asocia el hedonismo
exclusivamente con Aristipo, ya que Epicuro, cuya posicin se identifica aqu con la de Hiernimo,
mencionado en 600-1, llevara a cabo una fusin impropia de motivos (placer de movimiento) y fin
ltimo (ausencia de dolor).

206

interrupcin, en una agitacin parecida a la que siente en los ms grandes placeres? Por
el contrario, quin, dotado de un buen espritu, no deseara carecer de estos placeres?".
354

606. CICERN, Sobre los deberes, III.33.116 (SSR, IV.A.189):


E incluso los cirenaicos, de la escuela de Aristipo, y los filsofos que toman su nombre
de Aniceris pusieron enteramente el bien en el placer y consideraron que la virtud es
elogiable slo si produce placer. Mientras que esas escuelas estn obsoletas, est de
moda Epicuro, precisamente un auxiliar y sostenedor de esta doctrina.355
607. QUINTILIANO, Institutio oratoria, XII.2.23-4 (= Frag. 163 Usener) (SSR,
IV.A.190):
De esto me surge otra pregunta: qu tipo de grupo podra conferir ms importancia a la
elocuencia, aunque esta tensin no puede darse entre muchos. Epicuro, en primer lugar,
se asla a s mismo, al ordenar escapar de todo conocimiento con la mayor velocidad.
Tampoco, en rigor, Aristipo, que pone el sumo bien en el placer del cuerpo, nos exhorta
al estudio.356
608. LACTANCIO, Institucin divina, III.7.7 (SSR, IV.A.191):
Epicuro pensaba que el sumo bien estaba en el placer del alma, Aristipo, en el placer del
cuerpo.
609. LACTANCIO, Eptome a la institucin divina, 34.7 (SSR, IV.A.192):
No era mejor que los cnicos Aristipo, que, creo, para complacer a su amante Las,
estableci el sistema cirenaico, que coloc el fin del sumo bien en el placer del cuerpo.
No le falta autoridad a sus faltas ni estudio a sus vicios.357
610. LACTANCIO, Institucin divina, III.8.6-10 (SSR, IV.A.193):
A Aristipo no se le debe responder, dado que est siempre entregado a placeres del
cuerpo y no sirve a otra cosa que al vientre y los asuntos de Venus, nadie duda que no
es un hombre. En realidad, vivi de tal modo que no haba diferencia entre l y el
ganado, salvo porque hablaba. (7) Sin embargo, si se le da poder de hablar al asno, el
perro o el cerdo y se les pregunta por qu persiguen tan furiosamente a las hembras, que
apenas se los puede separar de ellas, e incluso se niegan a la comida y bebida, apartan a
otros machos o no cesan la bsqueda cuando son vencidos, sino que a menudo, cuando
354

Agustin cita aqu a Cicern, respecto de argumentos que coinciden con los pasajes previos, y
especialmente con 603, en lo que hace a la objecin respecto de que el placer como fin pueda ser una
legtima motivacin. Vase 640 y nota ad loc.
355
Frente a los pasajes en que Cicern diferencia a Epicuro de los cirenaicos por ejemplo, 600, 602-3
prevalece aqu la indicacin de sus puntos de contacto, los mismos que se enfatizaron en 597-8, en ese
caso para negar originalidad al planteo epicreo. Sobre la variante aniceriana de la postura cirenaica,
vase 670-3.
356
En esta perspectiva, las dos corrientes centrales del hedonismo griego son caracterizadas,
paradjicamente, como contrarias a la reflexin terica, algo que se deriva sin duda de la tendencia
epicrea el empirismo, que daba lugar a los reproches de Cicern, y, en el caso de los cirenaicos, de su
crtica a las disciplinas que no se orientan al mbito prctico, como surge de 581-8. No obstante, hemos
visto que se contempla una formacin especfica que no rie con la postulacin del placer como fin
ltimo.
357
Sobre Las, vase 481-92. Su inspiracin como fundamento de la doctrina de Aristipo est
especialmente presente en 486, con el mismo tono de condena al que se asiste aqu.

207

son golpeados por animales mayores, estn ms determinados en su intento, y por qu


no temen ni la lluvia ni el fro, se toman el trabajo y no merman el peligro... qu otra
respuesta darn, sino que el mayor bien es el placer del cuerpo y que lo buscan para
sentir las ms agradables sensaciones, y que son tan importantes que, para conseguirlas,
imaginan que ninguna tarea, ni heridas ni la muerte misma debera ser rechazada?
Buscaremos preceptos de vida de estos hombres, que no tienen sentimientos diferentes
de las criaturas irracionales? Los cirenaicos dicen que la virtud misma debe ser alabada
sobre esta base, porque es productora de placer. (...) Por lo tanto, aprenderemos
sabidura de estos hombres, que difieren del ganado y las bestias no por sus
sentimientos, sino por su lenguaje?358
611. LACTANCIO, Institucin divina, VII.11 (SSR, IV.A.194):
Por lo tanto, es un impostor Aristipo, que subyug al hombre con el placer, es decir con
el mal, como a ganado.
612. LACTANCIO, Eptome a la institucin divina, 28.3 (SSR, IV.A.195):
Aristipo, el fundador del grupo cirenaico, que opinaba que el sumo bien es el placer del
cuerpo, debera ser removido de la lista de filsofos y de la sociedad de los hombres,
porque se equipar a s mismo con el ganado.
613. EUQUERIO DE LYON, Cartas, PL, L.724 (SSR, IV.A.196)
Puede alguno de la escuela de Aristipo ser maestro de verdad, se cuya doctrina y
conversacin no difiere de los cerdos y el ganado, que pone la verdadera felicidad en los
goces carnales, se cuyo Dios es el vientre y cuya gloria est en su vergenza.
614. ATENEO, VII.279 d (Frag. 409 Usener [Epicuro]; Frag. 289 Edelstein-Kidd
[Posidonio]) (SSR, IV.A.197):
Se inclinaban por el placer no slo los epicreos, sino tambin los cirenaicos y los
llamados Mnesistrtidas, pues stos se complacan en vivir placenteramente, segn dice
Posidonio.359
615. CLEMENTE DE ALEJANDRA (Frag. 450 Usener [Epicuro]) (SSR, IV.A.198)
Pues entre los que estn gobernados por el placer se encuentran los Cirenacos y
Epicuro, ya que dicen expresamente que el fin es vivir placenteramente, y que el placer
es el nico bien perfecto. Por otra parte, Epicuro dice que la remocin del dolor tambin
es placer.
616. CLEMENTE DE ALEJANDRA, Strom., II.21.128.1 (SSR, IV.A.199):
Epicuro y los cirenaicos afirman que lo apropiado en primer lugar es el placer, pues por
causa del placer, dicen, al introducir la virtud, afirman, se produce el placer.360
358

La comparacin con el ganado est presente tambin en 602, y tiene su eco en la caracterizacin del
hedonismo de Epicuro como una doctrina de cerdos, de donde la piara de Epicuro que menciona el
poeta Horacio vase 495 y nota ad loc.. Para una comparacin del modo en que el deseo opera del
mismo modo en los animales, vase el testimonio de Jenofonte en 570.
359
A las lneas hedonistas, cirenaicos y epicreos, se suma aqu una tercera, totalmente desconocida. No
hay razn para pensar que su iniciador, Mnesstrato, sea el personaje mencionado en Digenes Laercio,
III.47 a propsito de los seguidores de Platn, como fuente de su ligazn con Demstenes, especialmente
porque la nica obra que se menciona refiere, probablemente, a la retrica.
360
Sobre la nocin de apropiado (oikeos), vase nota a 589.90.

208

617. DIGENES LAERCIO, X.136-7 (Frag. 1, 452 Usener [Epicuro]) (SSR, IV.A.200):
Epicuro se diferencia de los cirenaicos respecto del placer, porque ellos no admiten el
placer estable, sino slo el que se da en el movimiento. l, al contrario, admite los dos
tipos, del alma y del cuerpo, segn dice en su Sobre la eleccin y el rechazo, en su
Sobre el fin y en el primer libro de Sobre los modos de vida y en la Carta a los amigos
de Mitilene. Del mismo modo, tambin Digenes, en el dcimo sptimo libro de las
Lecciones escogidas, y Metrodoro, en su Timcrates, dicen as: dado que se piensa el
placer como placer en relacin con el movimiento tanto como placer estable, y Epicuro
en su Sobre la eleccin, dice as: la inconmobilidad y la falta de dolor son placeres
estables, mientras que la alegra y el buen humor son percibidos en acto, en un
movimiento. (137) Adems, contra los cirenaicos: ellos dicen que los sufrimientos
corporales son peores que los anmicos, por eso se castiga a los que comenten faltas en
el cuerpo. Pero Epicuro opina que son peores los anmicos. La carne es atormentada
slo respecto del presente, mientras que el alma lo es respecto del pasado, el presente y
el futuro. As, entonces, tambin los mayores placeres son propios del alma.361
618. EPICURO, Carta a Meneceo, 131 (DIGENES LAERCIO, X.131) (SSR, IV.A.201):
Entonces, cuando decimos que el placer es el fin, no queremos decir los placeres de los
depravados y los que se encuentran en el disfrute, como creen algunos que no lo saben y
estn en desacuerdo con nosotros o toman mal nuestro argumento, sino el no sentir
dolor corporal ni tener el alma alterada. (132) Pues ni los banquetes y las fiestas
contnuas ni los disfrutes de nios y mujeres ni los pescados y los dems alimentos que
hay en una mesa lujosa engendran una vida placentera, sino el sobrio razonamiento.362
619. DIGENES LAERCIO, X.3-4 (Frag. 104 Usener [Epicuro]; Frag. 288 Edelstein-Kidd
[Posidonio]) (SSR, IV.A.202):
Diotimo el estoico, que era hostil a Epicuro lo calumni de la manera ms maligna (...).
Tambin lo hicieron el grupo de Posidonio el estoico, Nicols y Socin, en los doce
libros del escrito Refutaciones de Diocles, que tratan sobre los veinticuatro <libros de
Diocles>, y tambin Dionisio de Halicarnaso (...). Dicen que tom la teora de los
tomos de Demcrito y la teora del placer de Aristipo como propias.363
361

Este pasaje abre el tratamiento de la doctrina tica de Epicuro en contraste y crtica respecto de la de
los cirenaicos. Adems de la oposicin entre placer con movimiento (kinetik) y estable (katastematik)
vase 589.87 y nota ad loc., que Epicuro se esfuerza en fundamentar, encontramos tambin una
referencia a la justificacin de la preferencia tradicional de los castigos corporales, que en 589.90
aparecen como base del argumento cirenaico de la prioridad del placer corporal sobre el anmico. Ntese
que en el planteo de Epicuro se supone una objecin adicional al componente temporal de la tica
cirenaica, segn la cual los placeres son por definicin puntuales, de manera que tanto el placer como el
dolor pasados o futuros tienen menor fuerza que uno presente. Vase sobre este punto 591 y nota ad loc.
Digenes de Tarso pertenece probablemente a la segunda mitad del s. II a.C. De Metrodoro sabemos que
fue discpulo directo de Epicuro.
362
En este pasaje suele interpretarse un intento de conjurar las interpretaciones superficiales del
hedonismo, que ignoran el matiz que le otorga a la doctrina la adopcin del placer estable como fin. En
este sentido, constituye un intento de diferenciarse del hedonismo cirenaico.
363
Este Diotimo vivi hacia fines del s. II a.C. La accin maligna a la que refiere el pasaje consisti en
difundir cartas falsas con contenidos licenciosos, que habran coadyuvado a la mala comprensin de la
doctrina. Que esto debe enrolarse en las discusiones entre escuelas, surge claramente de la mencin del
estoico Posidonio de Apamea, personaje central de la Stoa media, que vivi entre 135 a.C. y 51 d.C., y
suele tratar al epicuresmo con especial violencia. Vase L. Edelstein, The Philosophical System of
Posidonius, American Journal of Philology 57.3, Baltimore, 1936, pp. 286-325. Nicols de Damas es un

209

620. ATENEO, XII.546 e (= Frag. 413 Usener) (SSR, IV.A.203):


No slo Aristipo y sus seguidores se inclinaron por el placer en tanto movimiento, sino
tambin Epicuro y los suyos.
621. CICERN, Cuestiones tusculanas, II.6.15 (SSR, IV.A.204):
Primero, entonces, hablar de la imbecilidad de muchos filsofos y sobre los variados
grupos. Su director en autoridad y antigedad, Aristipo el socrtico, no dud en decir
que el dolor era el supremo mal. Despus de l, Epicuro present con total facilidad su
doctrina afeminada y dbil.
622. FILODEMO, Contra los <sofistas>, Frag. c3-c4 Sbordone (SSR, IV.A.205):
Papiro en que se leen trminos aislados como cirenaico, purificado, lucha y
felicidad.
623. PLUTARCO, Cuestiones simposacas, V.1-2.674 a-b (SSR, IV.A.206):
Experimentamos cosas similares frente a los espectculos, ya que vemos morir y
enfermarse a los hombres con pena, pero al ver escrito el Filoctetes o representada la
Yocasta sentimos placer y nos admiramos. Esto dijo, epicreos, tambin es un gran
indicio para los cirenaicos contra ustedes de que lo placentero en los relatos y los
espectculos no tiene que ver con la vista, ni el odo sino con nuestro pensamiento, pues
una gallina y una corneja que grita continuamente es un sonido molesto y odioso, pero
el que imita una gallina y una corneja que grita divierte. Precisamente, nos molesta ver a
los que estn en decadencia, pero observamos con placer esculturas y dibujos de los que
estn en decadencia porque el pensamiento es conducido por las imitaciones de acuerdo
con lo apropiado.
364

624. PLUTARCO, No se puede vivir agradablemente segn Epicuro, 4.1089 a (Frag. 293
Usener [Epicuro]) (SSR, IV.A.207):
Pero mira cunto ms moderados son los cirenaicos. Aunque beben vino de una misma
botella con Epicuro, no creen que sea preciso compartir los placeres sexuales con luz
comentador de Aristteles, de la segunda mitad del s. I a.C. En cuanto a Socin, se ha pensado que puede
no tratarse del doxgrafo biogrfico autor de sucesiones de los filsofos, sino del maestro de Sneca, del
mismo nombre, mencionado en las Cartas a Lucilio, 49.2 y 108.17. Finalmente, Dionisio de Halicarnaso
es un orador de fines del s. I a.C., autor de obras retricas.
364
Este mismo argumento es esgrimido en el compendio de Digenes Laercio, en 589.90. Vase nota ad
loc. La asociacin de los cirenaicos con el placer corpreo y de los epicreos con el placer estable puede
hacer parecer paradjica esta oposicin en la que los primeros sostienen la primaca del pensamiento y los
segundos la de la sensacin en la generacin del placer. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el
subjetivismo cirenaico reniega del examen del plano fsico, del cual, estrictamente, no podemos tener
certeza, mientras que el epicuresmo dispone de un andamiaje terico complejo que da cuenta del orden
del cosmos y del modo en que es captado. Esta diferencia hace que en el primer caso se conceda a los
procesos psquicos un nfasis mayor que la que le confiere Epicuro, como surge tambin de 628-30. Por
esta razn, en los argumentos de 623 se contrasta la mera sensacin con el sentido que se le da a esa
sensacin, que es determinante. As, la sensacin de asistir a situaciones penosas no debiera diferir
cuando se trata de representaciones teatrales o situaciones reales; es el proceso interpretativo del sujeto el
que opera la diferencia y propicia que en un caso haya placer y en otro pena. En el mismo rumbo va el
caso de 624, donde el mbito para el ejercicio del pensamiento potencia la situacin placentera. El hecho
de que este argumento parezca responder a la afirmacin epicrea ha hecho pensar que se trata de un
tratamiento no aristipiano sino aniceriano. Vase 670-3 y Dring (1972, p. 55).

210

sino que prefieren la oscuridad, para que el pensamiento, sin tomar la imagen de esta
accin abiertamente a travs de la vista se inflame muchas veces de deseo.
625. CICERN, Disputaciones tusculanas, III.13.28-15.31 (Frag. 290 Usener [Epicuro])
(SSR, IV.A.208):
Es evidente que slo existe el dolor cuando nos parece que estamos bajo la influencia de
un gran mal presente o que nos amenaza. Epicuro cree que la opinin del mal es por su
naturaleza un dolor, de tal manera que quien imagina que alguna gran calamidad lo
oprime sufre ya tanto como si realmente le hubiera acaecido. Los cirenaicos no creen
que todo mal produce dolor, sino solamente el mal inesperado. El no esperarlo
contribuye mucho, sin duda, a aumentar la angustia. (...) (14.29) Esta premeditacin de
los males futuros atena los efectos de su llegada cuando se han previsto desde mucho
tiempo antes. (...) (14.30) Y as no es dudoso que todos los que se tienen por males,
cuando caen de improviso, parecen ms graves. Aunque no es esta causa sola la que
produce mayor dolor; sin embargo, como puede mucho, para disminuirla, la previsin y
la preparacin del alma, por eso debe estar prevenido el hombre en todas las cosas
humanas. En esto consiste precisamente la ms excelente y divina sabidura, es decir en
tener apercibidas y conocidas todas las cosas humanas no admirndose cuando
acontezcan y en no creer que nada pueda dejar de suceder, aunque no haya sucedido
todava. (...) (15.31) Tomo, pues, de los cirenaicos estas armas contra el azar y la
fortuna, armas suficientes para detener y quebrantar con diaria premeditacin sus
mpetus y ataques, y al mismo tiempo juzgo que el mal nace de la opinin, no de la
naturaleza, porque si estuviese en la realidad, cmo lo prevenido habra de ser ms
llevadero?365
626. CICERN, Disputaciones tusculanas, III.22.52 (SVF, III.417) (SSR, IV.A.208):
Queda la sentencia de los cirenaicos, que piensan que existe el dolor cuando sucede
algn mal inesperado. ste es en verdad un dolor muy grande, como dije ms arriba.
Tanto lo es que Crisipo opina que es el ms vehemente, pero no todos se resumen en
ste.
627. CICERN, Disputaciones tusculanas, III.31.75-6 (SVF, III.576) (SSR, IV.A.208):
365

Los pasajes 625-7 muestran un aspecto adicional de la asociacin entre placer/dolor y tiempo. Si, por
un lado, el placer/dolor presente es ms vvido que los recuerdos o proyecciones que puedan hacerse de
eso, por otro lado, la anticipacin del dolor aminora los impactos de la situacin dolorosa. Cabe
preguntarse, dado que no consta en los testimonios, qu efecto puede tener esta anticipacin en el caso del
placer. Si el dolor inesperado es ms penoso, es tambin ms agradable el placer inesperado, o resulta
preferible aquel placer que corona un deseo? En rigor, este planteo tiene implicancias ms amplias. En
primer lugar, segn 625 y 627 existe la reflexin que permitira prever lo que puede suceder, de manera
que la posibilidad de sufrir dolor disminuya. Precisamente se sera un elemento que forma parte de la
autarqua del sabio cirenaico, cuyo autodominio le permite no ser perturbado por sucesos externos,
cumpliendo con el precepto bsico de perseguir el placer y evitar el dolor. En segundo lugar, de 627
parece desprenderse una idea ms vasta de que todo se puede prever, lo cual hara desaparecer el mal. Sin
embargo, no se comprende bien cmo se podra deducir esta cierta idea determinista del marco terico
cirenaico, as como tampoco se puede equilibrar bien la afirmacin de que la previsin atena el dolor
con la de que con previsin no hay dolor, planteos que conviven, por ejemplo, en 625. Menos todava es
claramente comprensible cmo justificara un cirenaico este conocimiento sobre la lgica de lo real que
permite anticiparla, de un modo que recuerda la omnisciencia del sabio estoico, partiendo de presupuestos
subjetivistas donde la nica magra certeza es la sensacin. El hecho de que este punto descanse sobre una
nica fuente tampoco ayuda a sopesar el valor de los datos. Ntese que el ltimo ttulo mencionado en
553 es Sobre el azar, y tal vez contuviese alguno de estos tratamientos.

211

stos son los deberes de quien consuela: desterrar el dolor completamente, o mitigarlo o
suprimir su mayor parte o no consentir que dure o desplazarlo a otro asunto. (76) Hay
algunos que opinan que el nico deber del que consuela es ensear que el mal no existe
en absoluto, como opina Cleantes. Otros opinan que el mal no es grande, como los
Peripatticos. Otros separan los bienes de los males, como Epicuro y otros piensan que
han hecho suficiente con demostrar que nada sucede de manera imprevista, <como los
cirenaicos>, de modo que nada sucede con mal.
i.3 Gnoseologa
628. CICERN, Contra los acadmicos, II.46.142 (SSR, IV.A.209):
Ofrece un criterio Protgoras, que cree que la impresin de cada uno es verdadera para
cada uno; otro los cirenaicos, que no hay criterio excepto las experiencias internas, otro
Epicuro, que apoya todo criterio en los sentidos, en nuestras nociones de las cosas y en
la voluntad.366
629. CICERN, Contra los acadmicos, II.24.76 (SSR, IV.A.209):
Qu piensas de los cirenaicos, que estn lejos de ser filsofos despreciables? Niegan
que sea posible percibir nada externo, sino slo percibir lo que se siente por un toque
ntimo, como dolor o placer; y no se sabe qu es lo que tiene tal color o sonido, sino que
su experiencia es tal que tienen esa sensacin.
630. CICERN, Contra los acadmicos, II.7.20 (SSR, IV.A.209):
Qu pasa con el toque, especialmente el tipo del cual los filsofos llaman toque
ntimo de dolor o placer, nica cosa en la cual creen que hay un criterio, dado que se
siente?
631. AGUSTN, Contra los acadmicos, III.11.26 (SSR, IV.A.210)
Esto es lo que yo digo: que un hombre, cuando saborea una cosa, puede certificar con
rectitud que sabe por el testimonio de su paladar que es suave o al contrario; no hay
sofisma griego que pueda privarle de esta ciencia. Pues quin hay tan temerario que, al
tomar yo una golosina muy dulce, me diga: "tal vez t no saboreas nada; eso es cosa de
sueo"? Acaso me opongo a l? Con todo, aquello aun en sueos me producira
deleite. Luego, ninguna imagen falsa puede confundir mi certeza sobre este hecho. Y tal
vez los epicreos y cirenaicos daran en favor de los sentidos otras muchas razones, que
no me consta hayan sido rebatidas por los Acadmicos.367
366

Sobre la confrontacin con el epicuresmo a propsito de las sensaciones, vase 662-3 y notas ad loc.
La misma contraposicin aparece aqu, con el complemento de la nocin de experiencia interna en 628
o toque ntimo en 629-30, que se asocia con el modo en que el sujeto recibe una sensacin y no con la
sensacin misma. Por otra parte, la contraposicin con Protgoras sirve para calibrar el sentido en el que
los cirenaicos son subjetivistas. Protgoras afirma que la verdad no es objetiva, sino que depende del
juicio de cada sujeto, pero en este movimiento mantiene intactos los juicios sobre el exterior, limitando
slo su universalidad. Por el contrario, Aristipo parece haber dado un paso ulterior y cercenado la
posibilidad misma de pronunciarse sobre eventos externos, supuestos causantes de las sensaciones. Sobre
las relaciones entre los cirenaicos, Protgoras y Epicuro, vase Tsouna (1990, pp.115-137)
367
Este pasaje suele verse como un antecedente del argumento cartesiano del sueo que permite avanzar
en la duda metdica en Meditaciones metafsicas, II. Ntese que Agustn cita la posicin cirenaica como
adversaria del escepticismo, suponiendo que confa en los sentidos, lo cual es altamente controvertido.
Como nota V. Tsouna, seguramente Agustn descansa aqu en informacin proveniente de Cicern

212

632. PLUTARCO, Contra Colotes, 24.1120b-1121c (Frag. 252 Usener [Epicuro]) (SSR,
IV.A.211):
Entonces Colotes, tras salir de los antiguos, (C) se volvi hacia los filsofos de su
propio tiempo, sin dar ningn nombre, aunque hubiese estado bien refutarlos con
nombre o tampoco hacerlo con los antiguos. Pero el que tom el estilete tantas veces
contra Scrates, Platn y Parmnides, es evidente que tema a los vivos, no que se
meda por un pudor que no revel frente a los mejores. Quiere, segn supongo, refutar
primero a los cirenaicos, y luego a los Acadmicos del grupo de Arquesilao, pues sos
son los que de dudan de todo. Los primeros, colocando las afecciones e impresiones en
ellos mismos, (D) no crean que la creencia surgida de ellos fuera suficiente para hacer
afirmaciones sobre las cosas, sino que, como si estuvieran sitiados, abandonando lo
exterior, se encerraron ellos mismos en las afecciones, sosteniendo slo que parece,
pero sin pronunciarse sobre lo que es respecto de las cosas exteriores. 368 Por eso dice
Colotes que ellos no pueden vivir o usar las cosas. Entonces, bromeando dice: ellos no
dicen que existe un hombre, un caballo y un muro, sino que ellos mismos se amuran, se
acaballan y se hombrunan, en donde en primer lugar, se vale de los trminos
malignamente como los sicofantes.369 Pues por supuesto que esto se sigue de lo que
dicen estos hombres, pero hubiese correspondido sealar el fenmeno como ellos lo
ensean, (E) dado que hablan de endulzarse, amargarse, enfriarse, calentarse,
iluminarse y oscurecerse, cuando cada uno tiene en s la manifestacin propia y
segura de estas afecciones.370 Y si la miel es dulce, el retoo de oliva es amargo, el
(1990:82). De todos modos, el testimonio subraya, a travs de la hiptesis del sueo, que incluso en ese
caso el contenido de una sensacin se mantiene inclume y no ve afectada su certeza, lo cual concuerda
con otros testimonios.
368
Colotes de Lmpsaco fue un seguidor de Epicuro, cuya filosofa se caracteriz por un marcado tono
polmico. Ante sus planteos reaccion Plutarco, dedicndole dos obras altamente crticas: Que es
imposible vivir placenteramente de acuerdo con Epicuro, respondiendo ldicamente a la obra de Colotes
Que es imposible vivir de acuerdo con las doctrinas de otros filsofos, y el Contra Colotes, al que
pertenece este pasaje. Segn surge del texto de Plutarco, Colotes pretenda impugnar el escepticismo,
vertiente en la que ubicaba no solamente a los Acadmicos de su poca, sino tambin a los cirenaicos.
Sobre este punto, vase vander Waerdt, P., Colotes and the Epicurean Refutation of Skepticism, Greek,
Roman and Byzantine Studies 30, Durham, 1989, pp. 225267. Sobre este pasaje en particular, vase V.
Tsouna (1990: 82-8). El horizonte de discusin hace preocupar a Colotes por el status del mundo externo,
y muy especialmente sobre la relacin entre realidad, pensamiento y lenguaje, lo cual constituye a este
pasaje en un testimonio importante sobre la doctrina cirenaica. Respecto de la relacin entre los dos
primeros elementos, se plantea que el pensamiento no est en condiciones de captar lo real, de modo que
se detiene en un parecer, entendido como el resultado de la experiencia, nico criterio de verdad
aceptado, de acuerdo con 628.
369
La relacin entre pensamiento y lenguaje es todava ms controvertida. De acuerdo con este planteo,
los cirenaicos habran diagnosticado que el lenguaje est afectado por una inadecuacin intrnseca, dado
que opera con una cierta suposicin ontolgica injustificable. Precisamente la actitud requerida por este
enfoque es la suspensin de la pretensin de obtener conocimiento del mundo externo. As, el lenguaje
simula nombrar objetos, este es el primer elemento que precipita en un error primario e insalvable. Por
esta razn, de acuerdo con Colotes, los cirenaicos habran propuesto la modificacin del lenguaje, al
menos como recurso para ilustrar el modo en que debiera ser si se adecuara a esta teora y no a las
posiciones de corte objetivista o naturalista. As, el lenguaje no tiene una relacin de adecuacin con las
cosas, sino que constituye una trampa que desva del enfoque correcto.
370
El problema que surge en este punto tiene que ver con los alcances de esta prctica y su relacin con el
modo en que los cirenaicos pueden haber categorizado las sensaciones que provienen del mundo exterior.
Plutarco dice que Colotes se burla. Pero, en qu consiste esta burla? Acaso los ejemplos de objetos
como muro, caballo y hombre no fueron ejemplos aceptados por la teora en cuestin, sino una
reduccin al absurdo de un planteo que se limitaba a cualidades como dulce, amargo, etc.? (Sobre el

213

granizo es fro, el vino sin mezclar es caliente, el sol es luminoso y el aire nocturno es
oscuro, hay muchas bestias, cosas y hombres que testifican lo contrario, pues a unos les
disgusta la miel, otros se alimentan de los retoos de oliva, otros se queman con el
granizo y se enfran con el vino, se ciegan con el sol y ven por la noche. (F) Por eso la
opinin, contenida en las afecciones, se mantiene libre de error, pero cuando se proyecta
y se entromete para juzgar y pronunciarse sobre lo exterior, muchas veces se altera a s
misma y se opone a otros que toman de las mismas cosas afecciones contrarias e
impresiones diferentes.371 (25) Parece que a Colotes le pasa lo mismo que a los nios
que comienzan a aprender las letras y, acostumbrados a leer los caracteres en sus
tabletas, cuando las ven escritas fuera en otros lugares, se confunden y se alteran. (1121)
Precisamente, l, esos discursos que alaba y aprueba en los escritos de Epicuro, no los
comprende ni los reconoce cuando son planteados por otros. Pues los que dicen que la
sensacin est verdaderamente modelada cuando se nos presenta una imagen circular y
otra quebrada, pero no permiten declarar que la torre es redonda y el remo est roto,
estn seguros de sus afecciones e impresiones, pero no quieren admitir que las cosas
exteriores son as. Como deben hablar de acaballarse y amurarse, no del caballo ni del
muro, as, por lo tanto, es necesario que hablen de redondearse o desigualarse en
relacin con la vista, (B) no que llamen de lados desiguales ni redonda a la torre, pues la
imagen, por la cual est afectada la vista, est quebrada, pero el remo del que surge la
imagen no est quebrado. Entonces, dado que hay diferencia entre la afeccin y el
objeto externo, es preciso que la creencia se mantenga en la afeccin o sea rechazada, si
es que agrega el ser al parecer. El hecho de que ellos chillen y se irriten por la
sensacin, porque los cirenaicos no dicen que lo exterior es caliente sino que la afeccin
misma resulta as, acaso no es lo mismo que se dice respecto del gusto, porque no dice
que lo exterior es dulce, sino que una afeccin, es decir un movimiento respecto de eso,
resulta as? (C) El que dice recibir una impresin con forma humana, pero no percibe si
es un hombre, de dnde tom el punto de partida? No es a partir de los que dicen
recibir una impresin de forma curva, pero no declaran si lo visto es algo curvo ni
redondo, sino que una impresin sobre ello, es decir su figura, resulta de forma
redonda?372
uso de estas formas lingsticas, vase 634 y nota ad loc.) Si es as, estaramos en un caso similar al de la
crtica dirigida a Platn por Antstenes, en el sentido de veo el caballo, pero no la caballeidad, donde,
por un lado, las Formas son reducidas a cualidades, y, por otro, en lugar de un ejemplo de Forma
axiolgica o de relacines, se elige una entidad de ubicacin problemtica dentro de la teora, como surge
de Parmnides, 130a-e (vase nota a 572). Es muy posible que el status de las cosas haya sido en el
planteo de Aristipo igualmente oscuro.
371
Frente a los ejemplos de objetos, Plutarco propone, como ms representativos, ejemplos de cualidades,
rasgos que seran precisamente los puntos sobre los que los diferentes sujetos podran tener divergencias
de juicio. Los ejemplos aducidos tienen que ver con la evaluacin de caractersticas (dulce/amargo,
fro/caliente, luminoso/oscuro) y no sobre la identificacin de objetos (miel, retoo de oliva, granizo,
vino, etc.), la cual podra reposar, incluso, en el procesamiento de sumatorias de rasgos que constituyen al
objeto en cuestin. Ntese que varios ejemplos van ms all del mero dato gnoseolgico y se internan en
las reacciones de placer y dolor (disgustar, alimentarse, quemarse, etc.) que son el resultado ineludible de
una sensacin. Dentro de estos lmites, las afecciones, no puede haber error, sino que ste irrumpe en el
momento en que se hacen juicios. Sobre los puntos de contacto con el planteo de Protgoras en lo que
hace a la autorrefutacin del relativismo, vase G. Marcos, Se auto-refuta el relativista Protgoras?
Ensayo de reconstruccin de Teeteto 171a-c, Revista Latinoamericana de Filosofa 25.2, Buenos Aires,
1999, pp. 295-317.
372
La crtica de Plutarco a Colotes consiste, en primer lugar, como se ha visto, en remarcar su
deformacin deliberada de la doctrina cirenaica; en segundo lugar, lo acusa de no advertir que la objecin
que plantea, en relacin con que la certeza sobre los estados internos del sujeto no permite inferir

214

633. SEXTO EMPRICO, Argumentaciones pirrnicas, I.31.215 (SSR, IV.A.212):


En qu difiere el escepticismo de la escuela cirenaica. Algunos dicen que la escuela
cirenaica es igual al escepticismo, porque tambin aqulla afirma que slo las
afecciones son aprehensibles. Sin embargo, se diferencian, ya que aqulla dice que el fin
es el placer, es decir el suave movimiento de la carne, pero nosotros la
imperturbabilidad, a la que se opone el fin que ellos sostienen, puesto que, tanto si el
placer est presente como si no est presente, el que postula que el fin es el placer
persiste en la perturbacin, como ya mencionamos en Sobre el fin. Adems, nosotros
mantenemos en suspenso el juicio sobre los objetos exteriores, mientras que los
cirenaicos afirman que stos tienen una naturaleza inaprehensible.373
634. SEXTO EMPRICO, Contra los profesores, VII.190-200 (SSR, IV.A.213):
Dado que ms arriba se trat acerca de la doctrina acadmica a partir de Platn, no est
del todo fuera de lugar exponer tambin la posicin de los cirenaicos. La lnea
intelectual de estos hombres parece haber surgido de la enseanza de Scrates,
precisamente de donde surgi tambin la sucesin del grupo de Platn. (191) Entonces,
los cirenaicos dicen que las afecciones son criterios y slo ellas son aprehensibles y
resultan infalibles. Por el contrario, ninguna de las cosas que han producido las
afecciones es aprehensible ni infalible, porque, dicen, que emblanquecemos y nos
endulzamos, es posible decirlo de manera infalible, verdadera, segura y incontrovertible,
pero que el objeto productor de la afeccin es blanco o dulce, no es posible demostrarlo.
verdades sobre objetos externos, es vlida tambin para el epicuresmo. En efecto, Plutarco tiene en
mente la doctrina epicrea de que todas las sensaciones son verdaderas, y desde su perspectiva ambos
esquemas son equivalentes. La posibilidad de diferenciar ambas posturas est esbozada en Tsouna (1990:
115-123). Sobre la posicin epicrea respecto de las sensaciones, vase N. DeWitt, Epicurus: All
Sensarions are True, Transactions and Proceedings of the American Philological Association, 74,
Maryland, 1943, pp. 19-32; C. Taylor, All perceptions are true, en M. Schofield, M. Burnyeat y J.
Barnes (eds.), Doubt and Dogmatism, Oxford, OUP, 1980, pp. 105-24; Lee, E., The Sense of an Object:
Epicurus on Seeing and Hearing, en P. Machamer - R. Turnbull (eds), Studies in Perception:
Interrelations in the History of Philosophy and Science, Columbus, Ohio State University Press, 1978,
pp. 2759 y S. Everson, Epicurus on the Truth of the Senses, en S. Everson (ed.), Epistemology,
Cambridge, Cambridge University Press, 1990, pp. 161183.
373
La definicin de placer como movimiento de la carne, esto es corporal, coincide con otros testimonios.
Sexto refiere a dos criterios diferenciales; el primero reside en el fin al que aspira cada grupo placer en
el caso de los cirenaicos, imperturbabilidad (ataraxa) en el de los Escpticos (ntese que se trata aqu del
mismo trmino que usan los epicreos; vase 589.87 y nota ad loc.). Ambos fines resultan
incompatibles. El segundo criterio es la actitud hacia la posibilidad de conocer el mundo externo, respecto
de la cual los Escpticos no se pronuncian, mientras que los cirenaicos lo juzgan inaprehensible, dado que
las sensaciones no revelan rasgos ciertos de los objetos. Sobre la suspensin del juicio entre los
Escpticos, vase M. Frede, The Sceptic's Beliefs, en M. Burnyeat M. Frede (eds.), The Original
Sceptics: A Controversy, Indianapolis, Hackett, 1998.
374
Sexto contrasta los rasgos de la sensacin (aprehensible, infalible), con los del objeto que
supuestamente los causa, al que no se puede acceder con conocimiento. Ntese que Sexto confirma aqu
el uso de expresiones como leukainmetha, emblanquecemos, sentimos blanco, y glykazmetha, nos
endulzamos, sentimos dulce, que se repiten en 632. La eleccin de estas formas revela una voluntad de
modificar el lenguaje para sealar con ello que no reproduce adecuadamente lo real. El procedimiento
consiste en preferir formas verbales de forma medio-pasiva. Ambos rasgos son relevantes: el primero,
porque la sensacin est entendida como la actividad que da por resultado dolor o placer, ambos
entendidos como movimiento, de manera que los verbos, que ponen en primer plano la actividad
subjetiva, son ms apropiados para esta funcin. El segundo rasgo, la voz media en que aparecen dichos
verbos, indica que nos encontramos frente a una actividad que pone en juego la afeccin del sujeto. No se
trata de la perspectiva objetiva que predomina en la voz activa, sino que prima la indicacin de

215

(192) Sin duda es posible que un hombre tenga la disposicin de sentir blanco a partir
de lo que no es blanco, o sentir dulce a partir de lo que
no es dulce, pues como el que sufre de vrtigo o ictericia reacciona por todo con
palidez, y el que sufre dolor de ojos enrojece, y el que gira los ojos reacciona como si
hubiera dos cosas, y el loco ve a Tebas doble y tiene una doble representacin del sol.
(193) En todos estos casos, que estn afectados de ese modo particular, por ejemplo la
sensacin de palidez, enrojecimiento o visin doble, es verdadera, pero que el objeto
que les provoca la impresin es plido, rojizo o doble, suele aceptarse que es falso, as
tambin es razonable que no podemos captar nada ms que las propias afecciones.375 Por
eso, hay que postular como manifiestas o las afecciones o las cosas que producen las
afecciones. (194) Si decimos que las afecciones son manifiestas, hay que decir que
todas las cosas manifiestas son verdaderas y aprehensibles, pero si declaramos que son
manifiestas las que producen las afecciones, todas las cosas manifiestas son falsas y
todas inaprehensibles, pues la afeccin que ocurre en nosotros no nos revela nada ms
que a ella misma. De all tambin (si hay que decir la verdad), slo la afeccin es
manifiesta para nosotros, mientras que el objeto externo que produce la afeccin,
aunque tal vez existe, no es manifiesto para nosotros. 376 (195) En este sentido, respecto
de las afecciones propias todos estamos exentos de engao, pero sobre el objeto externo
todos nos engaamos. Aqullas son aprehensibles, mientras que ste es inaprehensible,
pues el alma es demasiado dbil para reconocerlo entre los lugares, las posiciones,
movimientos, y todas las otras causas. De all que dicen que no existe un criterio comn
para los hombres, sino que se ponen nombres comunes a las cosas, (196) pues todos
afeccin, rasgo comn de las voces media y pasiva. Sobre el esquema diattico del griego y sus
implicancias en otros planos tericos, vase A. Rijksbaron, The Syntax and semantics of the verb in
classical greek. An introduction, Amsterdam, J.C. Gieben, 1984; P. Andersen, Empirical Studies in
Diathesis, Mnster, Nodus, 1994 y E. Bakker, "Voice, Aspect and Aktionsart: Middle and Passive in
Ancient Greek", en B. Fox P. Hopper (eds.), Voice: Form and Function, Amsterdam, Benjamins, 1994.
375
El ejemplo de personas con enfermedades fsicas o mentalmente enajenadas, entre las que se menciona
como ejemplo el caso literario de Penteo, que ve doble a Tebas y al sol, como dice Eurpides en Bacantes,
918, tiene el doble valor de mostrar que, por un lado, incluso en estos casos la sensacin es
incuestionable, ya que efectivamente Penteo siente que ve dos cosas; por otro lado, el sentido comn, que
indica que all hay un problema, sirve como punto de partida para cuestionar el resto de las sensaciones,
dado que tambin, tal vez en otro grado, de ninguna sensacin puede estarse seguro que corresponde a
una situacin externa tal como est contenida en la sensacin. Un ejemplo literario similar aparece en el
mbito del estoicismo, para indicar que no cualquier representacin (phantasa), resultado de la
sensacin, est en condiciones de producir informacin cierta acerca de algo real, dado que sobran
ejemplos de representaciones que no tienen correlato en objetos, como Orestes confundiendo a Electra
con una Erinia, omo cita Sexto Emprico en Contra los profesores, VII.170. Precisamente por esta razn
los estoicos no dirn sin ms que la representacin constituye un criterio de este tipo sino que para ello
hace falta una representacin especfica, la kataleptik, aprehensiva, cognitiva. Vase 589.92 y nota
ad loc.
376
Traducimos como manifiestas el trmino phainmena, esto es las cosas que se muestran, que se
revelan. Junto con 631 y 640 este pasaje suele interpretarse en el sentido de que Aristipo habra dudado
o directamente negado la existencia del mundo externo, dado que afirmara que las sensaciones no slo
no dan conocimiento del mundo externo, sino que ste podra no existir. En esta lnea se ubica el
testimonio de Agustn en 631, mediante la hiptesis del sueo. En rigor, precisamente teniendo eso en
cuenta, conviene interpretar el pasaje ligndolo con una cierta inspiracin gorgiana, de manera que la
operacin de negacin del mundo externo no es literal, sino ms bien un procedimiento orientado a crear
dudas sobre las garantas de la creencia de sentido comn acerca de su accesibilidad. En este sentido dice
Tsouna que se trata de una concesin dialctica. Sobre la lgica del tratado Sobre el no ser de Gorgias,
vase C. Mrsico, Argumentar por caminos extremos. I. La imposibilidad de pensar lo que es. Gorgias y
la instauracin del criterio de verdad como coherencia de enunciados, El lenguaje como problema entre
los griegos. Cmo decir lo real?, Buenos Aires, Altamira, 2005, pp. 87-108.

216

llaman en comn a algo blanco y dulce, pero no poseen algo blanco o dulce que sea
comn.377 Porque cada uno percibe su propia afeccin, pero si esta afeccin se origina
en algo blanco en l y en su vecino, l no puede decirlo sin experimentar la afeccin de
su vecino, ni el vecino si no experimenta la suya. (197) Pero dado que no hay una
afeccin comn entre nosotros, es imprudente decir que lo que se me aparece de tal
manera a m se aparecer tambin de esa manera a otro, pues quizs yo estoy
constituido para sentir blanco a partir de lo que me causa una impresin desde afuera,
pero otro tiene la sensibilidad preparada para captar las cosas de otra manera. Entonces,
lo que se nos aparece no es completamente comn. (198) Y que en realidad no sentimos
del mismo modo por las diferentes conformaciones de nuestra sensibilidad, es evidente
en el caso de los que sufren de ictericia o problemas oculares y los normales, pues como
por el mismo objeto unos son afectados con palidez, otros con rojo y otros con blanco,
as es probable que los normales no sientan igual a partir de los mismos objetos por la
diferente conformacin de sus sensibilidades, sino de un modo el de ojos grises, de otro
el de ojos azules, y de una manera diferente el de ojos negros. De modo que colocamos
a las cosas nombres comunes, pero tenemos afecciones particulares. (199) Lo que dicen
estos hombres respecto de los fines parece ser anlogo a lo que dicen respecto de los
criterios, pues las afecciones se extienden hasta los fines. De las afecciones unas son
agradables, otras dolorosas y otras intermedias. Dicen que las dolorosas son males cuyo
fin es el dolor, las agradables son bienes cuyo fin es el placer infalible, e intermedias las
ni buenas ni malas cuyo fin no es ni bueno ni malo, es decir una afeccin que es
intermedia entre el placer y el dolor. (200) Entonces, de todas las cosas que existen, las
afecciones son los criterios y fines, y vivimos, dicen, siguindolos, prestando atencin a
la evidencia y la aprobacin, a la evidencia respecto de las otras afecciones y a la
aprobacin respecto de los placeres. Esto sostienen precisamente los cirenaicos, que
restringen ms el criterio en comparacin con los del grupo de Platn, pues estos
ltimos hacan del criterio un conjunto de claridad y razn, mientras que los primeros lo
definen slo en trminos de evidencias y afecciones.378
635. ANNIMO, Comentario al Teeteto de Platn, (Papiro berlinense 9782), col. 65.1839
377

Como se desprende tambin de 632, la adopcin de un criterio basado en la afeccin, entendida a la


manera cirenaica, lleva a cuestionar el status del lenguaje, que queda definido como una construccin
arbitraria que plasman los hombres. Ntese que este juicio sobre el lenguaje sigue a la afirmacin de que
sobre las cosas externas, nos engaamos o no podemos tener ninguna certeza, de manera que el
lenguaje plantea la ficcin de que realmente podemos mostrar lo exterior, y cimenta de este modo la
nocin de verdad como adecuacin del pensamiento (y el lenguaje) a lo real, que, desde esta perspectiva,
no tiene fundamento.
378
Reencontramos aqu la consonancia entre criterio y fin que en 600 ss. haca que se caracterizara a la
posicin de Aristipo como coherente. Lo ms llamativo de este testimonio reside en su mencin de una
tercera posibilidad, intermedia entre placer y dolor. Ninguna de las dems fuentes asocia con Aristipo esta
variante, sino que Eusebio, en 653, la conecta directamente con Aristipo Metrodidacta, lo cual ha hecho
pensar que podra tratarse de una tesis incorporada posteriormente a la doctrina. Esto es relevante para
determinar dos puntos: por un lado, si aceptamos que la idea de intermedios es posterior, en el planteo
original de Aristipo toda afeccin llevara asociada una sensacin de dolor o placer, de manera que no
existiran sensaciones meramente informativas, sino que en todos los casos se activara una reaccin de
gusto o disgusto respecto de lo sentido. Por otro lado, el planteo original sera directamente tributario de
la nocin de placer como movimiento, y slo en una etapa posterior, en algn sentido permeable a la
postulacin epicrea de placeres estables, se habra aceptado un intermedio, que no slo sera neutro en
cuanto al placer, sino tambin carente de movimiento. Sobre este punto, vase 653 y nota ad loc. y
Tsouna (1990, pp.11-15).

217

(ed. Diels-Schubart) (SSR, IV.A.214):


... una cosa es actuar, otra es padecer. Sin embargo, si cosas contrarias son afectadas por
lo mismo, coincidirn en que el rasgo de lo que acta no es determinado, pues lo mismo
no produce afecciones diferentes al mismo tiempo. Por eso los cirenaicos dicen que slo
las afecciones son aprehensibles, mientras que las cosas del exterior son
inaprehensibles, pues aprehendo, dicen, que me quemo, pero que el fuego es lo que
produce la quemadura es incierto, porque si as fuera, todo hubiese sido quemado por lo
mismo.379
636. ARISTOCLES, Sobre la filosofa, frag. 5 (segn EUSEBIO, Preparacin evanglica,
XIV.20.13, p. 768 c) (SSR, IV.A.215):
Por eso, entonces, que no hablan con propiedad los que afirman que toda sensacin y
toda impresin es verdadera, es claro a partir de esto. Pero, en realidad, siendo as, de
nuevo los del grupo de Epicuro, remontndose a la escuela de Aristipo, hacan depender
todo del placer y la sensacin, determinando que slo las afecciones son aprehensibles y
el placer es el fin de los bienes.
637. EUSEBIO, Preparacin evanglica, XIV.2.4, p. 718 c-d (SSR, IV.A.216):
Y en esta lucha atltica nuestra la arena comprende para nosotros, adems de los
mencionados, hombres desnudos de toda verdad y que se levantan en armas contra
todos los filsofos dogmticos a la vez. Me refiero a los del grupo de Pirrn, que
afirman que nada es aprehensible entre los hombres, y a los que dicen con Aristipo que
slo las afecciones son aprehensibles y a su vez tambin a los que afirman con
Metrodoro y Protgoras que se debe confiar solamente en las sensaciones del cuerpo.380
638. ARISTOCLES, Sobre la filosofa, frag. 3 (segn EUSEBIO, Preparacin evanglica,
XIV.18.31, p. 763 d) (SSR, IV.A.217):
Esto, entonces, contra los que piensan filosofar de acuerdo con Pirrn. Emparentados
con stas estaran tambin los argumentos contra los del grupo de Aristipo de Cirene,
que dicen que slo las afecciones son aprehensibles.
639. ARISTOCLES, Sobre la filosofa, frag. 3 (segn EUSEBIO, Preparacin evanglica,
XIV.19.1-2, p. 764 b-d) (SSR, IV.A.218):
379

El comentarista annimo del Teeteto menciona la posicin cirenaica a propsito del pasaje 152b, en el
que se revisa la posicin de Protgoras en relacin con el ejemplo del viento, fro para unos, clido para
otro. De esto se colige que el viento en s mismo no tiene ninguna de estas caractersticas. Este pasaje
agrega que la posicin cirenaica se apoya en los mismos fundamentos, porque no podemos decir que el
fuego quema, dado que para saber esto debera haber alguna uniformidad entre agente y efecto, que es
precisamente lo que los cirenaicos pondran en duda. Si existiera esa uniformidad, el fuego debera
producir siempre el mismo efecto, esto es, quemar en todos los casos a todos los materiales, cosa que no
sucede. Esto sera, para los cirenaicos, un indicio de la dificultad de pronunciarnos sobre el mundo
externo. Aunque el comentario no llega a 156a, donde tras los filsofos ms sutiles se ha visto una
mencin de Aristipo, la conexin de su posicin con la de Protgoras hace esta conexin plausible. La
tematizacin de la relacin entre agente y efecto, sobre todo en lo que hace a la posibilidad de colegir los
rasgos del primero, puede indicar una relacin con el planteo de Platn en Gorgias, 476b ss., como
sucede tambin en 589.92 (vase nota ad loc.).
380
Eusebio agrupa aqu la posicin de Aristipo con la del escepticismo pirrnico, como en 677, no con el
acadmico como en 494 y 632, a cuya corriente pertenece la fuente de quien Aristocles toma los datos.
Dentro del mismo marco escptico se cuenta tambin al relativismo protagrico, con quien se compara a
los cirenaicos en 635, y al epicreo Metrodoro, de quien se los distancia en 617. Sobre Pirrn, vase 105
y nota ad loc.

218

A continuacin estaran los que llaman aprehensibles slo a las afecciones. Y esto
dijeron algunos de los cirenaicos. Ellos sostenan, como oprimidos por un cierto
embotamiento, que no saban absolutamente nada, excepto que alguien tras pararse los
golpeara y aguijoneara. En efecto, decan que cuando eran quemados o cortados, saban
que sufran algo, pero si lo que quemaba era fuego, o lo que cortaba era metal, no lo
podan decir. (2) A los que dicen esto se les podra preguntar en seguida si realmente
ellos saben eso, que sufren algo y lo perciben. Pues sin saberlo tampoco podran decir
que slo conocen la afeccin. Y si a su vez la conocen, no podran ser aprehensibles
slo las afecciones, pues yo soy quemado es un enunciado y no una afeccin.381
640. SEXTO EMPRICO, Contra los profesores, VI.53 (SSR, IV.A.219):
Pues los filsofos de Cirene dicen que slo existen las afecciones, y ninguna otra cosa.
De all que digan que la voz, dado que no es una afeccin sino una productora de
afeccin, no est entre las cosas que existen.382
641. CLEMENTE, Miscelneas, VII.41.1-2 (SSR, IV.A.220):
Habiendo llegado a este punto, record las doctrinas acerca de que no es necesario rezar
introducidas por algunos heterodoxos, es decir los seguidores del grupo de Prdico.
Entonces, para que no se hagan los engredos por esta sabidura atea suya como si fuera
rara, que sepan que fue planteada antes por los filsofos llamados cirenaicos.383
642. JERNIMO, Comentario al Eclesiasts, IX (SSR, IV.A.221):
Y esto <su opinin, que niega que Dios existe> lo dicen Epicuro, Aristipo y otros
estpidos entre los filsofos.
384

j) Las cartas de Aristipo


643. CARTA SOCRTICA IX (Aristipo a Antstenes) (SSR, IV.A.222):
Somos infortunados, Antstenes, sin medida. Cmo no vamos a ser infortunados si
estamos junto a un tirano, comiendo y bebiendo todos los das de manera lujosa,
perfumados con uno de los ms fragantes perfumes y arrastrando suaves vestimentas de
381

El ejemplo del fuego, tambin presente en 635, sirve aqu a los efectos de cuestionar el status de la
cognicin asociada con las afecciones. El procedimiento tiene puntos de contacto con los modelos de
autorefutacin del subjetivismo de tipo protagrico, ya que se plantea si los cirenaicos, limitndose a
aceptar slo afecciones, pueden expresar su criterio. Lo que parece ponerse en duda es que al articular
lingsticamente la nocin los rasgos de certeza se mantengan. Si no fuera as, la posicin misma sera
algo sobre cuya plausibilidad no es posible juzgar. Por otra parte, si es posible conocer el principio slo
las afecciones son aprehensibles, esa misma afirmacin implicara que se puede conocer al menos una
cosa ms que las afecciones, que pertenece al terreno terico.
382
Este testimonio de Sexto no slo afirma la certeza de las sensaciones, sino que niega la existencia de
objetos externos. En esto contrasta severamente con 634, entre otros, donde el mundo exterior no es
susceptible de conocimiento cierto, pero de ningn modo se le niega existencia. Ms todava, negarle
existencia implicara ya un tipo de conocimiento, para el cual no habra fundamento. Por otra parte, este
juicio ontolgico, como nota Tsouna, resulta dudoso sobre todo por el contexto de descuido en el que
aparece, dado que inmediatamente se atribuye tambin a Platn la opinin de que el mundo no existe, lo
cual est lejos de ser adecuado (1990:80-1). Podra agregarse que el mismo Sexto, en 633, se limita a
decir que los cirenaicos juzgan que el mundo exterior no es aprehensible, pero de ningn modo que ponen
su existencia en duda.
383
Una opinin como esta atribuida a Aristipo se encuentra en 538. Vase nota ad loc.
384
Sobre la posicin de Aristipo en materia religiosa, vase 501 y nota ad loc.

219

Tarento? Y nadie me liberar de la crueldad de Dionisio, que me retiene no como un


rehn ignorante sino como custodio de los argumentos scraticos, como dice,
alimentndome, perfumndome y rodendome de todas estas cosas, y no teme a la
justicia de los dioses ni tiene consideracin por el ser humano quien me otorga esto.
Pero ahora, a su vez, tambin lo malo se convierte en lo peor, ya que me ha regalado
tres mujeres sicilianas elegidas por su belleza y muchsimo dinero. (2) Y cundo cesar
este hombre de hacer eso, no lo s. Entonces, haces bien en afligirte por el infortunio de
los dems, mientras yo disfruto con tu felicidad, para que te parezca que yo hago lo
mismo y me des las gracias. Adis. Evita los higos secos para que tengas en el
invierno, y conserva la cebada de los Cretenses, pues parece que eso es mejor que el
dinero. Lvate y bebe en la fuente de los nueve caos y usa la misma tnica sucia en
verano y en invierno, como conviene a un hombre libre y que vive en Atenas
democrticamente. (3) Pues yo, dado que llegu a una ciudad, una isla tiranizada, saba
que sera infortunado sufriendo eso, como me graficas. Ahora, apiadndose, me
observan los siracusanos y los que viven en cragas y tambin en Gela y los dems
sicilianos. Por la locura cuya extravagancia me enloqueci al llegar aqu
malaconsejadamente, me maldigo a m mismo, porque me lo merezco, para que no me
falten estos males, puesto que yo, habiendo estado tantos aos pensando en pasar
hambre, fro y tener mala fama, no quise tampoco alimentar una gran barba. 4) Pero te
enviar lupines grandes y brillantes, para que puedas, despus de mostrarles el
Heracles, comerlos con los jvenes, pues dicen que no es feo para ti hablar o escribir
sobre estas cosas. Ciertamente, para Dionisio, si alguien le habla de lupines, cree que es
feo, de acuerdo con las leyes de los tiranos. En cuanto al resto, marcha a charlar con
Simn el zapatero. No hay ni podra haber otro mejor para ti en sabidura. A m, por
cierto, me est prohibido aproximarme a los trabajadores manuales, dado que estoy bajo
el poder de otros.
644. CARTA SOCRTICA XI (Aristipo a Esquines) (SSR, IV.A.223):
Han sido liberados de la custodia los jvenes sobre los que me escribes, los aminas, y
no habrn de morir. Tampoco pierden alguna de sus riquezas ante la condena a muerte.
Pero no le digas eso a Antstenes, si he salvado a los amigos, pues no le gusta valerse de
amigos tiranos, sino examinar a los vendedores de cebada y los mercachifles que con
justicia venden cebada y vino en Atenas y ofrecen las tnicas gruesas cuando sopla el
viento, y que Simn lo atienda. Sin duda se no es el asunto.
645. CARTA SOCRTICA XIII (Aristipo a Simn) (SSR, IV.A.224):
(1) Yo no me estoy burlando de ti, sino Fedn, cuando dice que te volviste mejor y ms
sabio que Prdico de Ceos, el que dijo que te refut completamente en relacin con el
encomio dedicado por l a Heracles. Sin embargo, me sorprendo y te alabo, si siendo un
zapatero, saciado con sabidura, antes persuadas a Scrates y a los jvenes ms nobles
y de mejor linaje de que se sienten junto a ti, por ejemplo Alcibades el hijo de Clinias,
Fedro de Mirrinunte, Eutidemo el hijo de Glaucn, y los que andan juntos, Epcrates el
Sacesforo, Euriplemo y los dems. Porque incluso Pericles, el hijo de Jantipo, si no
hubiese tenido los cargos de estratego y la guerra de entonces, incluso l, creo, hubiese
estado junto a ti. Precisamente ahora sabemos cmo eres. Pues Antstenes te frecuenta.
Pero puedes tambin filosofar en Siracusa, pues los cueros y las pieles son admirables.
(2) Y no sabes que yo, dado que uso zapatos, hago de tu tcnica una maravilla, mientras
que Antstenes, que anda descalzo, qu otra cosa hace que llevarte al salvajismo y la
220

desocupacin, si convence a los jvenes y a todos los de Atenas de andar descalzos?


Examina, entonces, en qu medida soy yo tu amigo, se que admite el lujo y el placer,
mientras que t, acordando de buen nimo que Prdico te interrogue, no sabas lo que se
deduca de lo que decas. As, pues, si me sorprendiste, por otra parte hiciste rer a los
que tienen barbas espesas y bastones, los que son sucios en sus pretensiones, piojosos y
muestran las grandes uas como las fieras y proponen impuestos en contra de tu tcnica.
646. CARTA SOCRTICA XVI (De Aristipo) (SSR, IV.A.225):
Cleombroto y yo supimos lo referente a la muerte de Scrates y que auque los Onde lo
dejaban pasar, no intent escapar aduciendo que no iba a escapar a no ser que primero
fuera liberado por las leyes, pues as traicionara tanto a su patria como a l. A m sin
embargo me pareca que recurriendo a esa modalidad se hubiera salvado injustamente.
Pero creo que todas las cosas que haca, inclusive las malas e insensatas eran justas, de
modo que, de nuevo, es inmoderado imputarle eso. Me comentaste cmo todos los
amigos y filsofos asociados con Scrates se retiraron de Atenas temiendo que fueran
tambin por ustedes. Y no hicieron mal. Tambin nosotros, entonces, como estamos,
seguimos actualmente en Egina. Pero luego iremos junto a ustedes y si podemos hacer
algo mejor, lo haremos.
647. CARTA SOCRTICA XXVII (Aristipo a su hija Arete) (SSR, IV.A.226):
385
en las cuales necesitabas que yo
(1) Recib las continuas cartas tuyas que me enviaste,
me presente lo ms rpido posible en Cirene, porque decas que no te encontrabas bien
entre los guardianes ni era competente para administrar un hombre que tuviera temor y
acostumbrara a vivir entre grandes tumultos polticos. Pero yo, intentando viajar hacia ti
como enviado por Dionisio, con la necesidad como obstculo, ca enfermo en Lparis.
Precisamente, dado que los del grupo de Snico me ofrecan lo mejor para m, pens,
por lo bien que me cuidaban, que ya estaba viviendo en el Hades, por su disposicin
amistosa.386 (2) Acerca de lo que preguntaste, qu estima debers tener ante los que yo
liber, esos que decan precisamente que no se alejaran de Aristipo, mientras estuviera
en su poder agradarles a l o a ti, confa completamente en ellos. Mi nivel de vida
asegurar que no sean malos. Te sugiero regular lo relativo a los gobernantes, como
para que te sirva mi consejo. Sacars lo mejor de la vida si desdeas todo lo superfluo,
pues ellos no cometern injusticias contra ti, como para que ests en problemas. Tus dos
campos siguen siendo suficientes incluso para una vida costosa. No te faltar la
posesin de Berenice para un mejor pasar. (3) No les ordeno a ustedes desdear las
pequeas cosas, sino no alterarse por pequeeces; ah tampoco, en las grandes, es noble
el placer. Si, cuando yo haya sido destruido por la naturaleza, intentas cumplir mi
consejo, como la mejor alumna de Aristipo, mdate a Atenas con Jantipa y Mirto, que
muchas veces insistan en llevarte a los misterios. Llevando una buena vida con ellas,
deja en Cirene a los guardianes lo que quieran malgastar (pues no te atacarn hasta el
extremo fsico). Por el contrario, intenta vivir con Jantipa y Mirto, llena de la amistad de
ellas. All la actitud altanera no es usual. (4) Tan pronto como vaya a Cirene Lamprocles,
el hijo de Scrates, que convivi conmigo en Mgara, hars lo mejor si unes tu vida a l
y no reverencias nada como ms importante que tu hijo. Si ya no quieres tener una hija
mujer por las mltiples dificultades de la crianza, adopta a la hijita de Eubedo, que
385

El trmino diatela puede ser traducido como continuas, pero tambin se ha propuesto la variante
di Tela, es decir a travs de Teles, que sera el nombre del mensajero.
386
Seguimos la correccin de Orelli.

221

liberaste, y, si quieres agradarme, dale el nombre de de mi madre, Mica, dado que yo


muchas veces la llam Mica. Por sobre todo preocpate de cuidar al pequeo Aristipo,
para que sea digno de nosotros y de la filosofa. Le dejo esta herencia real, pues las
dems cosas de la vida y los gobernantes de Cirene los tiene de enemigos. (5) No me
escribiste nada sobre filosofa, porque alguien te ha alejado de ella. Algrate mucho,
noble mujer, de tener dinero acumulado por ti y haz que lo posea en cantidad tu hijo, a
quien yo mismo quisiera que sea mi propio hijo. Dado que muero sin saciarme de l, te
he persuadido tambin a ti de que tomes este camino en compaa de hombres nobles.
Adis, y no te enojes con nosotros.

222

3.3 Arete y Aristipo Metrodidacta


648. ESTRABN, XVII.3.22 (SSR, IV.B.1):
Hombres famosos nacieron en Cirene, como Aristipo, quien fund la filosofa cirenaica,
y su hija, de nombre Arete, que lo sucedi en la escuela y, a su vez, los sucedi su hijo
Aristipo, el llamado Metrodidacta.387
649. DIGENES LAERCIO, II.83 (Eudocia, Violarium, 175.122.1-6) (SSR, IV.B.1):
Hubo cuatro Aristipos: aqul a quien se refiri este relato, el segundo es el que escribi
sobre Arcadia, el tercero es el que fue educado por su madre, nieto del primero. En
cuarto lugar, el que formaba parte de la nueva Academia.
388

650. CLEMENTE DE ALEJANDRA, Strom., IV.XIX.122.1 (SSR, IV.B.2):


Arete, la hija de Aristipo el cirenaico, educ a Aristipo, el llamado Metrodidacta.
651. TEMISTIO, Orat., XXI.244 b (SSR, IV.B.3):
Aristipo estaba satisfecho al ser llamado Metrodidacta, por haber sido educado por su
madre, que filosofaba de manera nica. Por lo tanto, ten en cuenta a quin llamo
Aristipo, no al famoso, el allegado de Scrates, sino al nieto de aqul. A Aristipo, segn
parece, lo amaba su madre y le inspir sus estudios, preocupndose de demostrarle que
realmente era digno de ella y de su abuelo.389
652. TEODORETO, Curacin de las enfermedades griegas, XI (SSR, IV.B.4):

387

La lnea de Aristipo se afinc en su patria natal, Cirene, y no en Atenas, dado que sus discpulos, cuyos
ms importantes exponentes surgen de la misma familia, son de esa zona. Se han sembrado dudas sobre la
pertinencia de atribuir a los cirenaicos una verdadera escuela. Vase Giannantoni (1990:IV.169-71). En
347 se menciona una recomendacin de Aristipo a Arete, aludida tambin en 647, pero que carece de una
dimensin terica relevante. Sin embargo, aunque sabemos muy poco de Arete, su importancia no debe
ser desdeada, teniendo en cuenta la dificultad de que una mujer ingresara en el recuento de filsofos
importantes. Otros casos llamativos son las de Hiparquia, asociada con el cnico Crates de Tebas (259), y
las hijas de Diodoro Crono, segn se desprende de 205. Por otra parte, se encarg personalmente de la
formacin de su hijo, llamado Aristipo, de acuerdo con la costumbre de que los nietos recibiera el mismo
nombre de los abuelos. Su actividad educativa otorga precisamente a Aristipo el Joven el epteto
Metrodidacta, esto es educado por su madre, de metrs, genitivo de metr, madre, y didakts,
adjetivo verbal de didsko, ensear. Esta referencia a Arete y Aristipo el Joven completa el pasaje 355.
El nombre de la hija de Aristipo sirve para colegir los datos dudosos sobre el nombre de su padre, segn
surge de 354 (vase nota ad loc.).
388
Reencontramos aqu, como en los 648 y los pasajes posteriores, la caracterizacin de Aristipo el Joven
como educado por su madre. Narcy nota que la lista de los autores con este nombre que ofrece
Digenes no es exhaustiva (1999:363).
389
Las lneas interpretativas que niegan a Aristipo la conformacin de una escuela en sentido estricto, e
insisten en que, a lo sumo, instaur una agog, en los trminos de 589-87, entendiendo este trmino como
modo de vidavase nota ad loc., tienden a subrayar la importancia de Aristipo el Joven atribuyndole
la estucturacin terica de esta vertiente del hedonismo. En este sentido, se ha puesto en duda,
especialmente por Mannebach y Giannantoni, la influencia de Protgoras sobre Aristipo, sugiriendo que
el subjetivismo entra al grupo cirenaico por la mediacin de Aristipo Metrodidacta, influenciado por
Pirrn (1990:IV.181). Podra decirse que, desde esta perspectiva, esta precisin de Temistio se generaliza
en la doxografa en general, como si todos los datos refirieran al nieto y no al Aristipo que tuvo contactos
directos con Scrates. Sin embargo, aun contando con que para su poca se haya depurado el andamiaje
terico del grupo, los magros testimonios parecen indicar que, antes bien que una invencin, Aristipo el
Joven introdujo modificaciones sobre una doctrina preexistente. Vase la nota siguiente.

223

Escuchen, hombres, igualmente a aquel Aristipo, el nieto de Aristipo, el compaero de


Scrates. l, siguiendo como discpulo a su madre, que filosofaba, particip de la
filosofa. Precisamente, recibi un nombre compuesto a partir de este hecho, pues todos
lo llamaban Metrodidacta.
653. ARISTOCLES, Sobre la filosofa, frag. 3 (FPhG, III.213-4), segn Eusebio, Prep.
ev.,
XIV.18.32.764 a-b (SSR, IV.B.5):
Fue discpula de Aristipo, junto con otros, tambin su hija Arete, quien, cuando tuvo un
hijo, lo llam Aristipo y, dado que fue introducido por ella en los argumentos de la
filosofa, se lo llam Metrodidacta. l, precisamente, determin claramente que el vivir
placenteramente es el fin, colocndolo en el placer que se da en el movimiento, pues
dijo que hay tres condiciones respecto de nuestro carcter: uno es aquel segn el que
sufrimos, parecido a una tormenta en el mar; otro es aquel segn el cual sentimos
placer, asimilable a una suave ola, pues el placer es un movimiento suave, comparado
con un hermoso viento. Y el tercero es una condicin media, en la cual no sufrimos ni
sentimos placer, y es similar al mar en calma. Precisamente, afirmaba que tenemos
sensacin solamente de estas afecciones.390
654. ELIANO, Sobre la naturaleza de los animales, III.40 (SSR, IV.B.6):
La mayora alaba a Metrodidacta, el hijo de Arete, la hermana de Aristipo. Precisamente
Aristteles dice que el pichn de golondrina sabe cantar enseado por su madre.391

390

Frente a la polarizacin de estados que sobresale en los testimonios sobre Aristipo, a Metrodidacta se
le atribuye la identificacin de un estado intermedio. Este pasaje suscita dos cuestiones principales; por
un lado, la asociacin entre placer y movimiento, que para algunos indicara que se lleva a cabo recin en
el planteo de Metrodidacta, y por lo tanto Aristipo no la habra formulado tericamente. Vase, por
ejemplo, J. Brunschwig, "Introduction: The beginnings of Hellenistic Epistemology," in Algra, K.,
Barnes, J., Mansfeld, J., Schofield, M. (eds.) The Cambridge History of Hellenistic Philosophy,
Cambridge 1999, p. 252. Sin embargo, puede entenderse que Metrodidacta adopta esta caracterizacin, y
su innovacin estara en la introduccin de un tercer tipo de intermedio entre placer y dolor. La segunda
cuestin afecta, precisamente, a los rasgos de este tercer tipo, en lo que toca a su naturaleza; esto es, si se
trata de una ausencia de los extremos o de una afeccin (pthos) particular. Si es as, habra conciencia de
los tres estados, mientras que si slo son afecciones placer y dolor, lo intermedio no tendra un correlato.
El testimonio de Sexto en 634 inclina la balanza hacia la primera posibilidad. Vase nota ad loc. Esta
incorporacin a la doctrina es seguramente el resultado de la tensin dialgica entre el hedonismo
cirenaico y el epicreo, as como con la epistemologa helenstica en general.
391
Mencin marginal, en el contexto de un tratamiento sobre pjaros. Ntese que se altera aqu el dato de
que Arete es hija y no hermana de Aristipo.

224

3.4 Antpatro de Cirene


655. CICERN, Cuestiones tusculanas, V.38.112 (SSR, IV.C.1):
Si la noche no le quita la vida feliz, por qu lo hara la ceguera, que se parece a la
noche? En efecto, la sentencia de Antpatro el cirenaico es un poco obscena, pero no
absurda. A unas mujeres que se lamentaban de su ceguera les respondi: qu quieren
decir? les parece que no hay ningn placer nocturno?392
656. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 353 (SSR, IV.C.2):
Teodectes el filsofo, dado que el sofista Antpatro tena en el estudio muchos
fundamentaciones, llamaba a un alumno suyo Resistente.
393

392

De acuerdo con 346, Antpatro fue uno de los tres discpulos directos de Aristipo, junto con Arete y
Etope de Ptolemais. Se presume, por este pasaje de Cicern, que Antpatro era ciego. Segn el testimonio
de Digenes Laercio en 346, su lnea de pensamiento dio lugar a las vertientes hegesaca y aniceriana del
grupo cirenaico. De la ancdota mencionada se infiere solamente un apego a consignas hedonistas,
aunque lo escueto del comentario impide que sirva para colegir la definicin de placer que se supone y su
relacin con las de los dems cirenaicos.
393
Teodectes fue un orador y poeta que frecuent varias lneas intelectuales residentes en Atenas, como la
escuela de Iscrates, la Academia y el Liceo. El pasaje presenta un juego de palabras: dado que se dice
que Antpatro contaba con bthra, fundamentos, se acua el apodo Antbathron, Resistente, que se
parece a Antpatro.

225

3.5 Parebates de Cirene


657. DIGENES LAERCIO, II.134 (= 269) (SSR, IV.D.1; III.F.12):
Entre los maestros, Menedemo despreciaba a los platnicos y a Jencrates, y adems a
Parebates el cirenaico, pero admiraba a Estilpn.394

394

Parebates es mencionado tambin en 346 y 348 en el marco de la sucesin de Antpatro, con el


intermedio de Epitmides de Cirene, desconocido excepto por ese pasaje. Tampoco de Parebates tenemos
datos adicionales. El juicio de Menedemo, asociado con el grupo de Elis, y cercano a los dialcticos
megricos, indica que Parebates era conocido dentro del entorno intelectual, dado que se lo pone a la
altura de Platn y el Acadmico Jencrates. Sobre Jencrates y Menedemo, vase 267 y nota ad loc.

226

3.6 Aristteles de Cirene


658. DIGENES LAERCIO, V.35 (SSR, IV.E.1):
Ha habido ocho Aristteles. (...) El sexto, de Cirene, escribi sobre poesa.395
659. CLEMENTE DE ALEJANDRA, Strom., III.6.50.4-51.1 (FHG, 48) (SSR, IV.E.2):
Slo Aristteles de Cirene desede a Las cuando ella se enamor de l. Le haba
jurado a la hetera que la llevara a su patria, si colaboraba con l en algo contra sus
rivales. Dado que ella lo hizo, cumpliendo l el juramento de una manera graciosa, tras
grabar una imagen parecidsima a ella, se la llev a Cirene, como cuenta Istro en su
Sobre la particularidad de las luchas.
660. ESTOBEO, IV.20.32 (Gnomologium Parisinum, 257) (SSR, IV.E.4):
De Aristteles: Aristteles, el filsofo de Cirene, cuando alguien le pregunt si el amor
surge a causa de la convivencia, respondi: ni por eso, ni sin eso.
661. ELIANO, Historias variadas, X.8 (SSR, IV.E.3):
Aristteles de Cirene deca que era necesario no admitir la generosidad de nadie, pues si
se intenta devolver las cosas, habra que disponer de ellas, o, si no se devuelven, quedar
como un ingrato.396
662. DIGENES LAERCIO, II.113 (SSR, IV.E.5; II.O.2):
Tanto sobrepasaba Estilpn al resto en su capacidad de inventar argumentos y su
sutileza, que por poco toda Grecia, con los ojos puestos en l, se pona a megarizar.
Sobre l dice Filipo el megrico literalmente as: pues de Teofrasto derivaron
Metrodoro el Teoremtico y Timgoras de Gela, mientras que de Aristteles el
cirenaico, Clitarco y Simias, etc..397

395

Aunque aparece aqu asociado con la potica, en 662 Digenes se refiere a Aristteles como cirenaico,
esto es integrante del grupo terico iniciado por Aristipo. El tratamiento de temas ligados con el
hedonismo puede inferirse de 659-60, donde se mencionan cuestiones ligadas con el ros. En 659
Clemente se encuentra respondiendo a quienes rechazan el matrimonio, y cita a propsito de esto la
actitud de Aristteles hacia Las, que haba sido amante tambin de Aristipo. Sobre Las, vase 480-91 y
notas ad loc. En cierto sentido, el engao mencionado puede constituir una aplicacin prctica del
autodominio que Aristipo ejemplificaba, tambin respecto de Las, con el apotegma poseo a Las, pero
no soy posedo, como surge de 485-92.
396
Esta actitud frente a los dems tiene muchos puntos de contacto con el aspecto de desapego emocional
ligado con la nocin aristipiana de autodominio. Sobre este punto, ligado con una cierta visin
instumental de las relaciones humanas, vase 479 y 589.91, con notas ad loc.
397
Sobre este pasaje, vase 262 y nota ad loc.

227

3.7 Hegesias de Cirene


663. DIGENES LAERCIO, II.93-96 (SSR, IV.F.1):
Los hegesacos reconocan los mismos objetivos, el placer y el dolor. Pero no el
agradecimiento, ni la amistad, ni la generosidad, porque no las elegimos por s mismas,
sino por las ventajas que derivan de ellas, desaparecidas las cuales, las otras no existen.
398
(94) La felicidad es algo totalmente imposible, pues el cuerpo est repleto de muchas
afecciones, y el alma es afectada conjuntamente con el cuerpo y se perturba; asimismo
el azar impide muchas cosas que se esperan, de modo que por eso la felicidad es
inexistente.399 Por otra parte, tanto la vida como la muerte son elegibles. Sostenan que
nada es por naturaleza placentero ni contrario al placer. Al contrario, es por carencia,
novedad o saciedad que unos producen placer y los otros no son placenteros. 400 La
pobreza y la riqueza no tienen nada que ver con el placer, porque los ricos y los pobres
no sienten placer de manera distinta. La esclavitud, lo mismo que la libertad, es
indiferente en relacin con la medida del placer, as como la nobleza del nacimiento es
398

Hegesias es mencionado dentro de la sucesin de Antpatro en 346, y debe de haber estado activo
alrededor del 300 a.C. Su estancia en Alejandra se desprende de 666. Este pasaje constituye la segunda
doxografa que consigna Digenes Laercio, adems de la cirenaica, la aniceriana y la teodoriana. La
referencia inicial a los mismos objetivos hizo dudar si se trata de los mencionados en la primera o en la
aniceriana, que le sigue. As, Mannebach propuso invertir el orden de las doxografas y colocar la
hegesaca en penltimo lugar (1961, p. 104). En rigor, no hace falta tal cambio, especialmente porque se
trata de un punto bsico de la doctrina cirenaica que todas las vertientes comparten. Vase J. Mejer,
Diogenes Laertius and the transmission of Greek Philosophy, Aufstieg und Niedergang der rmischen
Welt (ANRW) II.36.5, Berlin, 1992, p. 3568, n. 44; A. Laks, Anniceris et les plaisirs psychiques, en J.
Brunschwig- M. Nussbaum (eds.), Passions and Perceptions, Cambridge, CUP, 1993, p. 29 y Narcy
(1999, p. 301). La mencin de objetivos, puede indicar las dos posibilidades habilitadas por los tipos de
afecciones existentes, y en ese caso es ms adecuado que fin, trmino que habitualmente se sugiere
aludido en el pasaje. La posicin frente a las virtudes tradicionales asociadas con las relaciones humanas
est en consonancia con la visin individualista esbozada en 628.91, presente tambin en 699, as como
en el anecdotario de Aristipo.
399
La marca de identidad de los hegesacos surge del pesimismo que niega la posibilidad misma de la
felicidad e impugna otras posiciones helensticas de cuo socrtico, como el estoicismo, el epicuresmo,
la lnea megrica, etc., que la asocian con la imperturbabilidad o la calma. Asimismo, las dos razones que
se aducen para sostener esta postura parecen ajustes respecto de la postura cirenaica primitiva: por un
lado, la teora de las afecciones se pone al servicio de subrayar las afecciones anmicas que ingresan por
va corporal, lo cual puede ser interpretado como una indicacin de que la cantidad de dolor que
recibimos es usualmente mayor que la de placer. Por otra parte, la mencin de la esperanza y el azar
recuerda la mencin de Cicern en 625-7 (vase nota ad loc.), donde Aristipo afirmaba que el mal se
potencia cuando es imprevisto, por lo cual hay que conjurar el azar anticipando lo que puede pasar, y de
este modo es posible aminorar e incluso hacer desaparecer el mal. El pesimismo de Hegesias parece
haber objetado esta posibilidad, invirtiendo el signo de la recomendacin aristipiana, diciendo no slo que
el azar no permite prever lo que va a suceder, sino que adems impide la realizacin de lo que se busca.
Sobre la dimensin temporal del planteo cirenaico, vase 589 y 591, con notas ad loc.
400
El hecho de que tanto la vida como la muerte sean calificadas de elegibles ( hairet) pone de relieve
su adhesin a la triparticin ligada con la incorporacin de Aristipo Metrodidacta de una tercera categora
entre placer y dolor. La dependencia del contexto traza un punto de contacto con la teora estoica de los
indiferentes (adiphora), el mismo trmino que se utiliza aqu inmediatamente a propsito de vida
muerte, libertad esclavitud, etc. Sobre este punto, vase T. Irwin, Socratic paradox and Stoic theory,
en S. Everson (ed.), Ethics. Companions to Ancient Thought: 4, Cambridge, CUP, 1998, pp. 151-192.
Ntese asimismo que el rasgo que adoptan las situaciones depende en gran medida de la evaluacin
subjetiva, lo cual es un indicio de la relevancia que adquiere el plano psquico. Esto est sin duda en
relacin con la dimensin de placeres anmicos que se habilitan en la lnea aniceriana. Vase 672.

228

igual que el nacimiento vulgar y la fama es igual que la ausencia de fama. (95) As, para
el insensato vivir es ventajoso, mientras que para el sensato es indiferente. 401 El sabio
hace todo en vistas de l mismo, pues considera que ninguna de las dems cosas se
iguala a l en valor. Sin duda, aunque parezca recoger las mayores ventajas, no es
comparable en valor con lo que l ofrece. Adems rechazan las sensaciones, porque no
proporcionan conocimiento exacto.402 Decan que practican todas las cosas que se
muestran razonables y que las faltas cometidas deben recibir perdn, pues no se yerra
voluntariamente sino forzado por una afeccin. Y no hay que odiar, al contrario es
mejor compartir la enseanza. El sabio es superior no tanto en la eleccin de los bienes
como en la huida de los males, porque se pone como fin no vivir ni dolorosa ni
penosamente, (96) lo cual sobreviene a los que son indiferentes respecto de las causas
del placer.403
664. EPIFANIO, Contra las herejas, III.2.9 (III.25) (Doxographi graeci, 591.31-4) (SSR,
IV.F.2):
Hegesias de Cirene. Dijo que no hay ni amistades ni agradecimientos, pues deca que no
existen, sino que alguien da gracias si lo necesita o acta con generosidad para
experimentar algo mejor. Y deca tambin que para el hombre mediocre es provechoso
vivir, mientras que para el sabio, morir, de modo que algunos lo llamaron por eso el
Apologista de la muerte.
404

401

La autonoma frente a los sucesos externos se enfatiza calificando de indiferentes a estos pares de
opuestos tradicionalmente asociados con placer- dolor. Ntese que el argumento aducido, sin embargo, no
es el mismo que en el caso de Aristipo, ya que aqu se enfatiza que todas esas situaciones ofrecen placer
de un modo similar, lo cual se enrolara en la tesis de que todos los placeres son iguales esbozada en
589.87. Cabe la posibilidad de que este enfoque acoja ejemplos como los que ofrece Epicuro sobre la
comida austera en la Carta a Meneceo, donde se indica que el pan puede dar el mismo placer que una
comida opulenta si se lo come cuando se tiene hambre, lo cual subrayara las condiciones de carencia,
novedad o saciedad antes mencionadas. As, esto podra interpretarse como un indicio de que el poder,
asociado a la libertad y la riqueza, es un indiferente. Por eso se agrega que es el insensato el que juzga la
vida (as como la riqueza, la libertad, la fama, etc.) como ventajoso, mientras que desde la perspectiva del
sabio se trata de indiferentes.
402
Esta caracterizacin del sabio, que sirve usualmente en las doxografas para indicar el parmetro al
cual apunta una doctrina, enfatiza aqu la perspectiva individualista con que se abre el testimonio, pero se
complementa con la idea de que el sabio hace un aporte a su entorno, que probablemente est en relacin
con las enseanzas que comparte, mencionadas un poco ms abajo. En lo que hace a lo estrictamente
epistemolgico, ntese que las sensaciones son impugnadas como factores propensos a generar error, lo
cual parece un indicio de discusin con el epicuresmo, que cifraba en ellas el criterio de verdad. Sobre
este punto, vase 628.
403
Este pasaje final revela una adhesin a tesis ligadas con el intelectualismo socrtico. La teora de las
pasiones indicara que se tiende a lo razonable, pero dado que las afecciones son incontrolables, a tal
punto de hacer imposible la felicidad, tampoco existe una responsabilidad moral que d sentido a los
reproches. Tal vez en este punto resida el aspecto ms pesimista del enfoque hegesaco, dado que sin una
voluntad responsable y asediados por afecciones incontrolables, no se puede hacer nada para perseguir el
placer como fin, de manera que slo queda en pie la solucin de refugio en la indiferencia, esto es la
completa introversin, que termina por abolir el hedonismo, a favor de una posicin cercana a la
impasibilidad. Sobre este punto en el mbito megrico, vase 298, 308 y 309 y notas ad loc.
404
Frente a 663, donde vida y muerte son indiferentes, en 664-8 encontramos una visin mucho ms
radical, donde lo que se elogia es directamente la muerte. Ntese que el mote Peisithnatos,
Apologista de la muerte, as como la indicacin de Ptolomeo puede tratarse de Ptolomeo Soter, el
iniciador de la dinasta, o de su hijo Ptolomeo Filadelfo, indican una actitud parentica frente al suicidio.
S. White nota que Cicern toma distancia de la ancdota con el se dice (dicatur), de manera que su
prdica no debe haber tenido demasiado xito (Callimachus on Plato and Cleombrotus, Transactions of
the American Philological Association 124, Baltimore, 1994, p. 141). Vase adems W. Matson,

229

665. CICERN, Cuestiones tusculanas, I.34.83 (SSR, IV.F.3):


Si tratamos de la verdad, la muerte nos aleja del mal, no del bien. Este tema es discutido
ampliamente por Hegesias el cirenaico, al que se dice que el rey Ptolomeo le prohibi
hablar en las escuelas, porque muchos de su audiencia se daban muerte a s mismos.
666. CICERN, Cuestiones tusculanas, I.34.84 (SSR, IV.F.4):
El libro de Hegesias que mencion se llama Apokartern, en el cual un hombre, al
intentar quitarse la vida por inanicin, es obstaculizado por sus amigos, a quienes, para
responder, les enumera todos los inconvenientes de la vida humana. Yo podra hacer lo
mismo, pero menos que l, que cree que a nadie le es til vivir.405
667. VALERIO MXIMO, VIII.9.3 (SSR, IV.F.5):
Cunto juzgamos que ha valido en <por su> elocuencia el filsofo cirenaico Hegesias,
quien pona ante los ojos los males de la vida de tal forma, que inspiraba el deseo de
afrontar una muerte voluntaria en muchos nimos de la audiencia, al introducir una
pintura deplorable de ellos? A causa de esto el rey Ptolomeo le impidi disertar en
adelante sobre este tema.
668. PLUTARCO, Sobre el amor por la descendencia, 5.497 d (SSR, IV.F.6):
Hegesias por medio del dilogo persuadi a muchos de sus seguidores de morir de
hambre.
669. DIGENES LAERCIO, VI.48 (Arsenio, 207.19-22) (SSR, IV.F.7):
Cuando Hegesias le pidi permiso para usar uno de sus escritos, Digenes le contest:
Hegesias, eres un tonto. En el caso de los higos secos, no eliges los pintados sino los
verdaderos, pero que en el caso de la prctica de un modo de vida, pasando por alto la
verdadera, te lanzas impulsivamente sobre los escritos.406
Hegesias the Death-Persuader; or, the Gloominess of Hedonism, Philosophy, 73, Cambridge, 1998, pp.
553-557.
405
El ttulo significa un hombre que se mata de hambre, a partir del sentido de abstenerse. En griego
en el original. Este testimonio y el previo estn separados por una mencin del suicidio de Cleombroto,
asociado por Platn en 373 con Aristipo (vase nota ad loc.), lo cual indicara que la posicin de Hegesias
no necesariamente se trata de una desviacin tarda, sino que cierto aspecto del hedonismo es susceptible
de transformarse en pesimismo,. La identificacin del fin de la vida con el placer se transforma en
alcanzar una vida sin dolor, como subraya A. Laks como posicin tpicamente hegesaca. Sin embargo, se
diagnostica que incluso eso es inalcanzable, de manera que la vida pierde sentido (Anniceris et les
plaisirs psychiques: quelques pralables doxographiques, en J. Brunschwig M. Nussbaum, Passions
and Perceptions: Studies in Hellenistic Philosophy of Mind, Cambridge, CUP, 1993, pp. 18-49). Con este
rasgo de pesimismo sintetiza la filosofa de Hegesias el trabajo tradicional de J. Clark Murray, An
ancient Pessimist, The Philosophical Review 2.1, Ithaca, 1893, pp. 24-34.
406
Esta contraposicin constituye un dato ms de la tensin que resalta la doxografa entre cirenaicos y
cnicos. Vase 396 y nota ad loc. En este caso, se enfatiza el aspecto de la prctica (skesis) de un modo
de vida, frente a un acceso meramente terico. Es llamativo que se utilice como marco un ejemplo similar
al que se atribuye a Ptolomeo y el estoico Esfero en Digenes Laercio, VII.177, donde el rey ofrece una
fruta pintada a Esfero, y, dado que ste la toma, Ptolomeo le recrimina que el sabio no debera dar
asentimiento a impresiones no cognitivas, ante lo cual el estoico afirma que la acept slo como probable.
Dado que los cirenaicos, de acuerdo con 589.92, tambin tematizaron este punto, podemos suponer que lo
que se recrimina a Hegesias es que intenta buscar algo cierto en lo escrito, cuando en rigor, incluso con
los presupuestos que comparten cnicos y cirenaicos, esto no podra surgir de la mera teora.

230

3.8 Aniceris de Cirene


670. ESTRABN, Geografa, XVII.3.22 (SSR, IV.G.1):
Hubo hombres de Cirene famosos: Aristipo y Aniceris, que pensaba revisar el grupo
cirenaico y sustituirlo por el aniceriano.
407

671. SUDA, s.v. Aniceris (SSR, IV.G.2):


Aniceris, de Cirene, filsofo que se volvi epicreo, an siendo allegado de Parebates,
el seguidor de Aristipo. Aniceris tena un hermano, de nombre Nicoteles, filsofo,
famoso discpulo del mismo Posidonio. De l surgi el grupo llamado aniceriano. Vivi
en la poca de Alejandro.
672. DIGENES LAERCIO, II.96-97 (SSR, IV.G.3):
Los seguidores de Aniceris coincidieron con ellos en todo lo dems, pero aceptaron en
la vida la amistad, el agradecimiento, la honra a los progenitores y el servir a la patria,
de all que por eso, aunque el sabio est sujeto a perturbaciones, no ser menos feliz,
incluso aunque le sobrevengan pocas cosas placenteras. 408 La felicidad de un amigo no
es elegible por s, porque el que est prximo no tiene de ella percepcin sensible.
Tampoco el razonamiento es autosuficiente para tomar confianza y situarse por sobre la
opinin de la mayora. Al contrario, es necesario tener en cuenta el mal caracter que
crece con el tiempo. (97) No se admite a un amigo solamente por la utilidad, ya que si
no, cuando sta desapareciera no se volvera a l, sino tambin por el afecto que surge,
por el cual adems se soportan dolores. En rigor, aunque se ponga el placer como fin y
se sufra al verse privado de l, sin embargo se lo soporta voluntariamente por el amor al
amigo.409
407

La conexin con Parebates que surge de 346, donde adems se ubica a Aniceris dentro del grupo
cirenaico, hace que suela ubicrselo hacia finales del s. IV a.C., y sea, como Hegesias y Teodoro, un
contemporneo de Epicuro, que en la mayora de las interpretaciones aparece como un interlocutor que
propicia las modificaciones que Aniceris introdujo en las tesis cirenaicas. Vase A. Laks, Anniceris et
les plaisirs psychiques: quelques pralables doxographiques, en J. Brunschwig-M. Nussbaum, Passions
and Perceptions: Studies in Hellenistic Philosophy of Mind, Cambridge, CUP, 1993, pp. 18-49.
408
La disposicin del texto transmitido lleva a interpretar que estamos frente a una referencia a los
hegesacos, que son objeto de la doxografa previa. Sin embargo, se ha propuesto una inversin del orden
que dejara a este pasaje en segundo lugar, y, por lo tanto, referira a los cirenaicos, tratados en 589. Sobre
la evaluacin de esta posibilidad, vase 663 y nota ad loc. En rigor, se indica que hay una coincidencia
con los hegesacos, excepto en que, a pesar de los males que puedan sobrevenir, en los que stos insistan,
la insercin personal y social disminuye su impacto y permite el bienestar. En este sentido, se reivindican
valores que en 663.93 eran menospreciados (vase nota ad loc., sobre el modo en que esta actitud
contina la de Aristipo). Se ha notado, por otra parte, que la aceptacin de un valor como el
agradecimiento rie con una adopcin literal de la puntualidad de los placeres, tal como aparece en 589
en el marco de la doxografa cirenaica, que se asociaba con la negacin de valor al recuerdo y la
proyeccin, en tanto estados no presentes y desvinculados de lo corporal, que son los centrales (Narcy,
1990:304). Este nuevo contexto, en consonancia con la introduccin de placeres anmicos, como los
mencionados sobre el inicio del pasaje, restituye importancia a estos aspectos, aunque la diferencia con la
posicin epicrea surge claramente de 673. El trmino para perturbaciones es okhlseis, que hemos visto
en su forma negativa, aokhlesa, calma, como objetivo asociado con los epicreos y con el megrico
Estilpn en 309.
409
Mientras que en 663 se dice que para los hegesacos la amistad, entre otras cosas, no es elegible por s,
aqu se plantea que para los anicerianos s lo es, mientras que lo que no es elegible por s es la felicidad
del amigo. Esto parece conformar una diferencia con ribetes epistemolgicos que pretende, a juicio de los
anicerianos, que la posicin cirenaica no lleva necesariamente al individualismo utilitarista extremo que

231

673. CLEMENTE DE ALEJANDRA, Miscelneas, II.21.130.7-8 (SSR, IV.G.4):


Los llamados anicerianos, de la sucesin de los cirenaicos, no postulaban ningn fin
determinado de la vida entera, sino que exista un fin especfico de cada accin: el
placer que surge de la accin.410 Estos cirenaicos rechazan la definicin de placer de
Epicuro, es decir la remocin del dolor, llamndola condicin del muerto, porque
gozamos no slo con los placeres, sino tambin con las compaas y los
reconocimientos, mientras que Epicuro piensa que toda alegra del alma surge de
afecciones previas de la carne.
411

surge de las otras posiciones. Sobre este punto vase A. Laks (1993:18-49).
410
Con la asociacin entre placer y fin de acciones puntuales, los anicerianos parecen haber vuelto a una
posicin aristipiana, como la que surge de 590, donde Eusebio testimoniaba que Aristipo no se ocupaba
del tema de los fines, sino que enfatizaba el placer, debemos suponer, asociado con acciones particulares.
411
A estas breves menciones habra que sumar, pero dentro del terreno especulativo, algunos otros puntos.
En este sentido, Mannebach ha credo reconocer en varios puntos de la doxografa de Aristipo,
consignada en 589, una inspiracin aniceriana (Aristippi et Cyrenaicorum Fragmenta, Leiden, Brill,
1961, ad loc.). As, por ejemplo, se tratara de posiciones ligadas con esta vertiente la diferenciacin entre
fin y felicidad, que encontramos en 589.87, as como la idea de la elegibilidad de los placeres
particulares, argumentando que la terminologa asociada con harein, elegir, as como con phegein,
huir, es usual en los testimonios sobre los anicerianos y no en los de Aristipo. La parquedad de los
textos conservados respecto de los primeros hace la tesis altamente conjetural, sobre todo porque stos
podran explicarse fcilmente como continuaciones de la matriz aristipiana.

232

3.9 Teodoro el Ateo


674. EUSEBIO, chron. Hier., Ol. 118 (SSR, IV.H.1):
Teodoro era conocido como el Ateo.
412

675. SUDA, s.v. Teodoro (SSR, IV.H.2):


Teodoro, el llamado Ateo, que sigui lecciones de Zenn de Citio, pero se hizo
discpulo de Brisn y Pirrn el Efctico. Creyendo y transmitiendo la indiferencia fund
un grupo propio, que fue llamado Teodoriano. Escribi muchas obras, dirigidas a su
propio grupo, y algunas otras. Le dijo a Hiparquia, la mujer de Crates: ella es la que
abandon su rueca en el telar y lleva una capa rada.
413

676. SUDA, s.v. Scrates (SSR, IV.H.2):


Tambin fue discpulo de Brisn Teodoro, el llamado Ateo. Creyendo y transmitiendo
la indiferencia fund un grupo propio, que fue llamado Teodoriano.
677. Digenes Laercio, VI.96-8 (SSR, IV.H.3; V.I.1)
Qued cautivada por los argumentos <de Crates> tambin Hiparquia, la hermana de
Metrocles. Ambos eran de Maronea. Ella estaba enamorada tanto de los argumentos
como del modo de vida de Crates, de modo que no prestaba atencin a ninguno de sus
pretendientes, ni al dinero, ni al linaje, ni a la belleza, sino que Crates era todo para ella.
Incluso amenaz a sus progenitores con suicidarse si no era entregada a l en
matrimonio. Entonces, cuando los padres le pidieron a Crates que disuadiera a su hija, l
hizo todo, y finalmente, dado que no la persuada, parado frente a ella, quitndose su
ropa, le dijo: este es el novio; esto es lo que posee. Decide de acuerdo con esto, pues
no sers mi compaera, a no ser que te pliegues a mis prcticas. (97) La joven eligi y,
adoptando el mismo estilo, andaba con su marido, se una a l en pblico e iban a los
banquetes. Precisamente, cuando fueron a un banquete a lo de Lismaco, ella embroll a
Teodoro, apodado el Ateo, lanzndole un sofisma de este tipo: lo que, cuando Teodoro
lo hace, no podra ser llamado cometer injusticia, tampoco podra ser llamado cometer
injusticia cuando lo hace Hiparquia. Por otra parte, Teodoro, al golpearse a s mismo, no
comete injusticia, por lo tanto, tampoco Hiparquia comete injusticia cuando golpea a
Teodoro. Teodoro no opuso nada a lo dicho, sino que le levant el manto, pero
Hiparquia no se sorprendi ni se perturb, como una mujer. (98) Por el contrario,
cuando l le dijo sta es la que abandon su rueca en el telar?, respondi: esa soy
412

Las relaciones con otros personajes permiten colegir que Teodoro naci en torno del 340 a.C. y era
originario de Cirene. No debe ser confundido con Teodoro el gemetra, tambin de Cirene, mencionado
en el Teeteto de Platn. Vase A. Long, The Socratic Legacy, en K. Algra, J. Barnes, J. Mansfeld, M.
Schofield (eds.) The Cambridge History of Hellenistic Philosophy, Cambridge, CUP, 1999, pp. 617-641.
413
La mencin de contactos subraya su pertenencia a la primera lnea de la intelectualidad del momento.
Hay que notar, sin embargo, que Brisn parece aqu fuera de lugar, ya que resulta cronolgicamente
previo a Teodoro (vase 103-21). Probablemente su nombre aparezca porque se lo sindica como maestro
de Pirrn de Elis, el fundador del escepticismo griego, que recibe aqu el nombre de efctico
(ephektiks) a propsito de su propuesta de suspensin el juicio. Sobre Pirrn, vase 105. A su vez,
Crates de Tebas, maestro de Zenn el estoico, fue discpulo de Digenes el cnico y adopt sus
prescripciones sobre el modo de vida, el rechazo de las riquezas y la privacidad, lo cual inclua sexo
pblico con Hiparquia (vase 259). El verso citado es de Eurpides, Bacantes, 1236, cuyo contexto
aparece con ms amplitud en 677. Sobre la nocin de indiferencia y el contenido en general de la postura
de Teodoro, vase 693. El contenido de las obras aqu mencionadas puede ser el aludido en 694-712.
Vase tambin 102, donde se lo liga con Aniceris y Dionisio el Dialctico.

233

yo, Teodoro. Pero te parece que he optado mal respecto a m misma, si el tiempo que
iba a perder en el telar lo he dedicado a mi educacin?. stas y otras numerossimas
cosas se cuentan de esta filsofa.414
678. COD. NEAPOLIT., II.C.37.10 (SSR, IV.H.4):
Teodoro, al ser injuriado por alguien, cuando sus amigos le aconsejaban defenderse,
contest: no entrar en una lucha en la cual el que triunfa gana menos que el vencido.
679. DIGENES LAERCIO, VI.42 (SSR, IV.H.5):
Cuando Lisias el boticario le pregunt si crea en los dioses, Digenes le contest:
cmo no creer en ello, si s que t eres enemigo de los dioses?. Otros afirman que
Teodoro dijo eso.415
680. PLUTARCO, Focin, 38.3 (SSR, IV.H.6):
Dicen que el hijo de Focin no era un hombre especialmente aplicado, y una vez,
cuando se enamor de una joven criada en un burdel, conoci por casualidad a Teodoro
el Ateo, que sostena este argumento en el Liceo: si no es vergonzoso liberar a un
amigo, tampoco a una amiga. Del mismo modo, si no lo es respecto de un compaero,
tampoco de una compaera. Tras considerar, por su pasin, que el argumento era
bueno, liber a la hetera.416
681. CICERN, Cuestiones tusculanas, V.40.117 (SSR, IV.H.7):
Hay un refugio a mano: la muerte es ese refugio, un receptculo donde seremos para
siempre insensibles. Teodoro le dijo a Lismaco, que lo amenazaba con la muerte: gran
cosa hiciste, si conseguiste el poder de un insecto venenoso.417
414

La reaccin de Teodoro concuerda aqu con la que se atribuye a Aristipo en 524, donde tambin este
reniega de los argumentos dialcticos. La misma actitud surge de 225, de un modo que puede entenderse
como un rechazo de la dialctica de tipo erstica, y que puede verificarse en las ancdotas con Estilpn
referidas en 274-5. Sobre el argumento que esgrime Hiparquia, vase la nota a 680. Sobre el pensamiento
de Hiparquia en general, vase K. Kennedy, Hipparchia the Cynic: Feminist Rhetoric and the Ethics of
Embodiment, Hypatia 14.2, Indiana, 1999, pp. 48-71. Para una comparacin entre Hiparquia e Hipatia,
especialmente en lo que concierne a su relacin con hombres intelectuales, vase J. Rist, Hypatia,
Phoenix 19.3, Toronto, 1965, pp. 214-225.
415
Con la misma actitud ldica frente a los argumentos que surge de 677-8 trata aqu Teodoro un punto
que lo caracterizaba tericamente. No es poco habitual la contrastacin e incluso confusin entre datos
concernientes a cirenaicos y cnicos. Sobre este punto, vase 436 y nota ad loc. y M. Winiarczyk,
Theodoros Ho theos und Diogenes von Sinope, Eos 61, Wroclaw, 1981, pp. 37-42, sobre los cruces en
la doxografa entre estos dos autores en particular.
416
Este testimonio cierra el relato de Plutarco sobre la vida de Focin, poltico y militar ateniense del s.
IV, conocido como el Noble, que, en el medio de las complejas relaciones con Macedonia, fue
condenado a beber la cicuta en 318 a.C. El argumento de Teodoro tiene aqu ribetes ldicos, ya que juega,
en rigor, con la falta de paralelismo entre phlos y phle, amigo y amiga, y hetaros y hetara, que
son el primero compaero, allegado, pero el femenino no indica solamente el cambio de gnero, sino
que se especializa en la mencin de cierto tipo de prostitutas de mayor status y formacin intelectual, por
oposicin a porn, la que integraba los burdeles de menor nivel. Por otra parte, el argumento remeda la
oposicin que encontramos en el razonamiento, tambin ldico, de Hiparquia en 677, tambin construido
sobre una supuesta identidad de clusulas que en rigor no existe, ya que en el caso de la que se aplica a
Teodoro hay una indicacin reflexiva golpea a s mismo, que no existe en la clusula que refiere a
Hiparquia.
417
Los testimonios 681-7 reflejan la ancdota en la que Teodoro no se amedrenta ante las amenazas de
Lismaco, uno de los didocos, generales macedonios que tras la muerte de Alejandro Magno heredan el
gobierno de los reinos que conformaba el territorio conquistado. Lismaco qued al frente de Tracia y la

234

682. ESTOBEO, III.2.32 (SSR, IV.H.7):


Teodoro el cirenaico, cuando el rey Lismaco lo amenaz para que respondiera, le dijo:
tienes, sin que me d cuenta, fuerza no de rey, sino de cicuta.
683. GNOMOLOGIUM VATICANUM 743, 352 (SSR, IV.H.7):
Teodoro de Cirene hablando con libertad una vez al rey Lismaco, le dijo cuando l lo
amenz para que respondiera: no te avergenza, Lsimaco, que si no puede vencer a
los sabios, un rey tan joven profese una tarea de insecto venenoso?.
684. CICERN, Cuestiones tusculanas, I.43.102 (SSR, IV.H.7):
Qu? No tenemos razn de admirar a Teodoro de Cirene, filsofo no poco
distinguido? Cuando el rey Lismaco amenaz con crucificarlo, respondi: guarda esas
cosas para amenazar a tus cortesanos, a Teodoro no le interesa si se pudre bajo tierra o
al aire.
685. SNECA, Sobre la tranquilidad del alma, 14.3 (SSR, IV.H.7):
Un tirano estaba amenazando al filsofo Teodoro con la muerte y adems insepulta, y l
respondi: tienes derecho a satisfacerte; una parte de mi sangre est en tu poder, pero
en cuanto a la sepultura, eres un tonto si piensas que me interesa pudrirme sobre o
debajo de la tierra.
686. PLUTARCO, Si el vicio es suficiente para causar infelicidad, 3.499 d (SSR, IV.H.7):
Y qu le importa a Teodoro si se pudre sobre la tierra o debajo de la tierra? Entre los
escitas estas tumbas son bien recibidas. De acuerdo con la costumbre, los perros de
Hircano y las aves de Bactria se comen a los muertos, cuando encuentran un feliz
desenlace.418
687. PLUTARCO, Sobre el exilio, 16.606 b (Arsenio, 296.18-21; Gnom. Basil., 287.187)
(SSR, IV.H.9):
Sera sorprendente que no tuviera la lengua libre Teodoro, el que cuando el rey
Lismaco le dijo: tu patria te expuls por ser as?, respondi: s, porque no poda
tenerme, como Smele a Dioniso. Y cuando tras mostrarle a Telsforo en una celda, al
que le haban quitado los ojos, cercenado la nariz y las orejas y cortado la lengua, le
rigi durante veinte aos, en los cuales particip de las reyertas y enfrentamientos que signaron la
relacin entre los reinos alejandrinos, hasta que muri en 281 a.C. en una de estas guerras. En 693 se dice
que fue como enviado de Ptolomeo Soter, el iniciador de la dinasta ptolemaica en Alejandra. El sentido
de la posicin de Teodoro concuerda con la pretensin de suma autonoma que forma parte del ncleo de
la doctrina cirenaica, tal como se desprende, por ejemplo, de la actitud de Aristipo frente al poder. Al
mismo tiempo, pueden verse aqu ecos de la visin de la muerte como un indiferente, tal como se vea en
Hegesias, aqu en un contexto de ms abierta confrontacin de los valores tradicionales, en consonancia
con 693. En efecto, de un modo que concuerda con su atesmo, desdea por completo el hecho de que un
cadver quede o no sin sepultura. Este punto fue caro a la cultura griega desde la tradicin mtica, como
se desprende del conflicto de Antgona ante el decreto de Creonte que prohiba la sepultura de uno de sus
hermanos, hasta la poca clsica, donde el problema del muerto insepulto catapult al desastre a los
generales que comandaron la batalla de las Arginusas en 406 a.C. Ntese que en 686 se pone en relacin
esta postura con el relativismo de costumbres, que indica que ninguna de ellas tiene justificacin natural,
y por lo tanto pueden ser legtimamente controvertidas.
418
La referencia a costumbres mortuorias que entran en conflicto con la griega se aprecia en Herdoto,
III.71.

235

dijo: as me comporto yo con los que me hacen mal, <respondi: y qu le importa a


Teodoro si se pudre arriba de la tierra o debajo?>.419
688. FILN, Quod omn. Prob. Lib. set., 127-30 (SSR, IV.H.9):
Se dice que Teodoro, el llamado Ateo, cuando fue expulsado de Atenas y se fue a la
corte de Lismaco, dado que uno de los que estaban en el poder le reproch su huida,
mencionando tambin las acusaciones, que fue expulsado porque fue condenado por
atesmo y corrupcin de los jvenes, dijo fui expulsado y sufr lo mismo que Heracles,
el hijo de Zeus, puesto que l tambin fue separado de los Argonautas, sin haber
cometido injusticia, sino slo porque, al ser tripulacin completa y lastre en s mismo
hunda la nave causando temor a los tripulantes de que la nave se hundiera. Tambin yo
fui removido por eso, ya que los ciudadanos de Atenas no pudieron aceptar el peso y la
medida de mi inteligencia, y por eso fui envidiado. Y cuando Lismaco le pregunt
as que fuiste expulsado de tu patria por envidia?, respondi de nuevo: no por
envidia, sino por las cualidades excelentes de mi naturaleza, que mi patria no pudo
contener. Pues como cuando Smele, embarazada de Dioniso, no pudo soportar el
tiempo estipulado hasta el parto, Zeus, sorprendido, tras salvar de las llamas el feto que
llevaba en el vientre, le dio honores iguales a los dioses celestes, as tambin a m, por
ser mi patria demasiado estrecha para contener tal masa de inteligencia filosfica, algn
demon o divinidad, para ponerme en un lugar ms afortunado que Atenas, decidi que
emigre.
689. PLUTARCO, Sobre la tranquilidad del alma, 5.467 b (SSR, IV.H.10):
Teodoro, el llamado Ateo, deca que aunque l ofreca sus argumentos con la derecha, el
auditorio los reciba con la izquierda.420
690. PLUTARCO, Sobre Isis y Osiris, 68.378 a (SSR, IV.H.10):
Por eso es especialmente necesario respecto de estos asuntos que, tras adoptar como
gua en estos misterios el argumento que proviene de la filosofa, pensemos cada una de
las cosas dichas y hechas, para que, como dijo Teodoro, que aunque l tenda sus
argumentos con la derecha, algunos de sus seguidores los reciban con la izquierda, as
nosotros no nos equivoquemos al aceptar con un sentido diferente lo que las leyes han
dispuesto bien respecto de los sacrificios y festivales.
691. ATENEO, XIII.611 a (Frag. 15 Koepke) (SSR, IV.H.11):
Con razn, entonces, muchas ciudades, y especialmente la de los lacedemonios, como
dice Camelen en su obra Sobre Simnides, no admite ni la filosofa ni la retrica, por la
ambicin, la disputa y las discusiones inoportunas que hay en sus argumentos. Por ellos
fue condenado a muerte Scrates, el que, frente a los jueces que le tocaron en el sorteo,
419

Aqu se alude a un exilio de Cirene, la patria natal de Teodoro, mientras que en 693 se menciona un
exilio de Atenas. Filn, en 688, que menciona ambos lugares, es a juicio de L. OSullivan la fuente ms
confiable, de manera que Teodoro habra sido doblemente expulsado. La fecha de salida de Cirene suele
ubicarse alrededor de 320 a.C., en el momento de la anexin alejandrina llevada a cabo por Ptolomeo, o
tras la rebelin contra la ocupacin en 313 a.C. Telsforo era un comandante de Rodas que responda a
Antgono, sucesor de Alejandro, padre de Demetrio Poliorcetes. En su enfrentamiento con Lismaco
sufri castigos que, segn relata Sneca, llevaron a que le aconsejaran dejarse morir de inanicin, ante lo
cual respondi que el hombre debe esperar todo mientras viva (Carta a Lucilio, 70; Sobre la ira, 3.17).
420
Las dificultades para comprender las doctrinas se asemejan a las expresadas en 309. En rigor, tal vez se
trate de una referencia al modo en que se interpretaban equvocamente los alcances del hedonismo, punto
que preocupaban tambin a Epicuro en 618, por el reduccionismo del que era objeto.

236

habl sobre lo justo, aunque eran los ms corruptos. Y tambin fue condenado a muerte
por eso Teodoro el Ateo y Digoras fue desterrado.
692. FILODEMO, Retrica, II.frag. IX (SSR, IV.H.12):
Dado que planteamos los argumentos probatorios de este filsofo, en lo que sigue es
necesario analizar tambin los de Teodoro de Cirene sobre los mismos asuntos, ()421.
693. DIGENES LAERCIO, II.97-103 (Frag. 391 Usener; 508.F.5 FGH III.B; 225; Frag.
43 Wehrli; Frag. 2 FHG IV.300) (SSR, IV.H.13):
Los llamados Teodorianos tomaron la denominacin de Teodoro, ya mencionado, y se
valieron de sus creencias. Teodoro rechazaba completamente las creencias en los dioses.
Llegamos por casualidad a un libro suyo llamado Sobre los dioses, que no es fcilmente
refutable. Dicen que de all sac Epicuro la mayora de las cosas que dijo. 422 (98)
Teodoro fue discpulo de Aniceris y Dionisio el Dialctico, segn dice Antstenes en su
Sucesiones de los filsofos. Sostuvo que el fin es la alegra y la pena. Una se da en la
sensatez, mientras que la otra en la insensatez. La sensatez y la justicia son buenas,
mientras que son malas las actitudes contrarias, y son intermedios el placer y el dolor. 423
Pero tambin rechazaba la amistad, porque no existe ni entre los insensatos ni entre los
sabios, pues para los primeros, si carece de utilidad, la amistad es un obstculo, y los
sabios, como son autosuficientes, no necesitan amigos. Tambin deca que es razonable
que el hombre virtuoso no se arriesgue por la patria, pues no es razonable perder la
sensatez en beneficio de los insensatos. (99) El mundo es, en rigor, la patria. 424 Se
421

Sigue un pasaje breve plagado de problemas textuales.


Este pasaje constituye la ltima de las cuatro doxografas sobre las vertientes del grupo cirenaico que
constan en la obra de Digenes Laercio. La mencin previa de Teodoro se da en Digenes Laercio, II.86
(= 346). Lamentablemente, las fuentes se contentan con resaltar el atesmo de Teodoro, pero no abundan
en sus argumentos. Digenes se limita a sugerir la similitud con las tesis de Epicuro, lo cual concuerda
con el acercamiento terico entre la forma de hedonismo de este ltimo y la de Teodoro, sobre todo en lo
que hace a los placeres anmicos (vase la nota siguiente). La falta de datos concretos hace difcil sopesar
el valor de esta comparacin, a partir de la cual no se dice qu es lo que Epicuro podra haber tenido en
comn con Teodoro, especialmente porque el primero, aunque desvincula a los dioses de los rasgos
tradicionales, no adhiere al atesmo. Son en general sus crticos los que subrayan que los dioses no tienen
una funcin clara en su sistema. Por el contrario, los pasajes sobre Teodoro lo muestran como un
explcito negador de su existencia, de modo que, en todo caso, podemos colegir que su planteo inclua
adems una impugnacin de la caracterizacin tradicional, que sera lo que Epicuro puede haber
compartido. Vase I. Bremmer, Atheism in Antiquity, en M. Martin (ed.), The Cambridge Companion
to Atheism, Cambridge, CUP, 2006, pp. 11-26. Sobre el problema de la autora en la tradicin griega,
vase la nota a 111.
423
El Dionisio mencionado es el megrico de Calcedonia, dedicado a la dialctica (vase 100-2), lo cual
contrasta con el aparente rechazo de esta prctica esbozada en 677-9, que en todo caso era incorporada
por Teodoro como un dispositivo metodolgico, como se desprende del ejemplo de argumento citado ms
abajo. As, deba tratarse de un complemento de su actitud filosfica, que tena una impronta aniceriana.
En efecto, suele afirmarse que Teodoro habra llevado sus innovaciones todava ms lejos, ya que, si
Aniceris acept placeres anmicos, como se desprende de 672-3 adems de los corporales, Teodoro habra
directamente sustituido la preeminencia de estos ltimos por la de los primeros, reduciendo a dolor
(pnos) y placer (hedon), que los cirenaicos entendan tradicionalmente como corporales, a meros
intermedios, para colocar en su lugar alegra (khra) y pena (lpe), que tienen una raigambre netamente
anmica. Ntese adems que alegra y pena se asocian con dos estados intelectuales como sensatez y su
contrario, lo cual termina de confirmar su abandono del ncleo hedonista tal como lo comprendan
originariamente los cirenaicos.
424
Como en las dems doxografas de Digenes Laercio sobre las vertientes del grupo cirenaico, se
explicita la posicin sobre la amistad y la patria, de un modo que puede entenderse como la sntesis sobre
la actitud frente a las relaciones interpersonales y sociales respectivamente. As, los teodorianos, a
422

237

podra robar, cometer adulterio y profanar templos en el momento oportuno, pues nada
de eso es vergonzoso por naturaleza, una vez removida la opinin usual sobre ello, que
est ah para reprimir a los insensatos. Pero el sabio, sin impedimentos, se unir a sus
amados abiertamente, por eso precisamente formula argumentos de este tipo: acaso
una mujer con conocimientos de gramtica podra ser til en tanto tiene conocimientos
de gramtica? S. Y un nio, es decir un joven con conocimientos de gramtica
podra ser til en tanto tiene conocimientos de gramtica? S. Entonces tambin
una mujer bella sera til en tanto es bella, y un nio, es decir un joven bello sera til en
tanto es bello? S. Por lo tanto un nio, es decir un joven bello sera til en
relacin con eso respecto de lo que es bello? S. (100) Y es til para hacer el amor.
De lo cual se deduce: Entonces, si alguien lo utiliza para hacer el amor, en tanto es til,
no comete falta alguna. Por lo tanto, si utiliza la belleza en tanto es algo til, no
cometer falta alguna. Con interrogatorios de este tipo fortaleca su argumentacin. 425
Parece que era apodado el Dios, porque Estilpn le pregunt lo siguiente: acaso,
Teodoro, lo que dices ser, eso eres precisamente? El otro asinti. Dices ser dios? Y
cuando el otro estuvo de acuerdo, le dijo: por lo tanto, eres un dios. Aceptndolo con
gusto, rompi a rer y dijo: pero, bandido, con un argumento as reconoceras tambin
que eres un grajo e innumerables otras cosas. 426 (101) Entonces Teodoro, tras sentarse
una vez frente al hierofante Euriclides, le dijo: dime, Euriclides, quines son los que
cometen impiedad respecto de los misterios?. Y cuando el otro le contest: los que los
revelan a los no iniciados, respondi: por lo tanto tambin t cometes impiedad, ya
que los explicas a los no iniciados. En rigor, casi sucede que lo llevan al Arepago, si
no fuera porque Demetrio de Falero lo salv. Amfcrates, en su Sobre las creencias de
los hombres, dice que fue condenado a beber la cicuta. 427 (102) Cuando estaba en la
diferencia de los anicerianos (vase 672), seran ortodoxos en cuanto a su culto al individualismo de corte
utilitarista representados en sus reservas respecto del valor de la amistad, que los llevaba a la vez, en el
plano social, a la falta de compromiso en los mbitos sociales y polticos, como los hegesacos (663), de
un modo que recuerda al rechazo de la poltica por parte de Aristipo en 570, que desemboca, igual que
aqu en una posicin cosmopolita (vase nota ad loc.).
425
De aqu surge que el atesmo de Teodoro parece ser un punto dentro de un engranaje mayor que apunta
a cuestionar todo el andamiaje de creencias tradicionales, subrayando su carcter no natural, y por lo tanto
cuestionable. En este sentido, la negacin de los dioses parece cobrar sentido como dispositivo para
anular todo parmetro o autoridad que pudiera vulnerar la absoluta libertad del sujeto para realizar su
voluntad, de un modo que recuerda el planteo de Antifonte y parece un lejano antecedente del F.
Nietzsche de la Genealoga de la moral. Ntese especialmente que las creencias tradicionales son
entendidas como elementos de control social, esto es para reprimir a los insensatos, mientras que el
sabio es el que acta libre de estas ataduras ficticias. Por otra parte, la actitud sobre las relaciones
amorosas recuerda la posicin cnica, especialmente a partir del ejemplo de Crates e Hiparquia en 677,
que aqu se completa con un sesgo utilitario. Adems, se indica que el modelo de este argumento era
usual en Teodoro, de manera que adoptaba la matriz de preguntas y respuestas que se revela tambin en
otros testimonios. Podramos colegir que los contactos con Dionisio de Calcedonia mencionados en el
inicio de este testimonio podran haberlo familiarizado con el formato de argumentacin dialctica y las
sutilezas que caracterizaban a los megricos.
426
Sobre el sofisma de Estilpn, que combina los sentidos copulativo y existencial del verbo enai (ser,
existir), vase la nota a 225.
427
Los pasajes 687-92 son fuentes adicionales sobre el exilio de Teodoro (vase notas ad loc.). La
parquedad de los datos no deja colegir en qu consisti la acusacin, y ni siquiera si Teodoro fue
efectivamente llevado ante el Arepago, ya que mientras 691 refiere una condena, 693 parece sugerir que
Demetrio intervino para que el juicio no se lleve a cabo. Sobre este punto, vase M. Winiarczyk,
Theodoros ho Atheos, Philologus 125, Berlin, 1981, pp. 64-94. La cercana con Demetrio, famoso por
sus inquietudes intelectuales y su asociacin con el grupo peripattico, podra ser un indicio para colegir
que Teodoro puede haberse trasladado a Alejandra, a la corte de Ptolomeo Soter, junto con Demetrio, en

238

corte de Ptolomeo, el hijo de Lago, ste lo envi como embajador ante Lismaco. En el
momento en que Teodoro le hablaba con especial libertad, Lismaco le dice: dime,
Teodoro, no eres un expulsado de Atenas?, y l le respondi: has escuchado bien,
pues la ciudad de los atenienses no puede soportarme, como Smele a Dioniso, me ha
echado. Y cuando le dijo: mira de no estar entre nosotros, l contest: no sucedera,
si Ptolomeo no me hubiese enviado. Cuando Mitres, el tesorero de Lismaco, que
estaba presente, le dijo: parece que t desconoces no slo a los dioses sino tambin a
los reyes, respondi: cmo voy a desconocerlos, si considero que t eres un enemigo
de los dioses.428 Tambin cuentan que una vez se iba a Corinto seguido de numerosos
discpulos, y Metrocles el cnico, mientras lavaba verduras, le dijo: T, sofista, no
tendras necesidad de tantos discpulos, si lavaras verdura. Y el otro, interrumpiendo,
contest: y t, si supieras convivir con los hombres, no tendras que ocuparte de estas
verduras. (103) Lo mismo se refiere, segn se ha dicho, tambin a Digenes y Aristipo.
As era Teodoro y sus argumentos. Finalmente tras irse a Cirene, mientras conviva con
Magas, sigui recibiendo gran honra. Cuando al principio fue expulsado de all, se
cuenta que dijo algo elegante, pues declar: hacen bien, hombres de Cirene,
exilindome de Libia a Grecia. Hubo veinte Teodoro, etc.429
694. [HESIQUIO DE MILETO], Sobre los hombres ilustres, 33 (SSR, IV.H.14):
Teodoro, el llamado Ateo, y de all Dios, le destrua a todos las opiniones sobre los
dioses. Supona que el extremo es la alegra y la pena, la primera de la sensatez y la
segunda de la insensatez. Bienes son la sensatez y la justicia, mientras que males las
disposiciones contrarias. Intermedios son el placer y el dolor, pero rechazaba la amistad,
porque no est ni entre los insensatos ni entre los sabios, pues para unos, si la necesidad
es abolida, la amistad es un obstculo, mientras que los sabios, que son autosuficientes,
no necesitan de la amistad. Y deca que es razonable que el hombre serio no se entregue
por la patria, pues la sensatez no pierde utilidad a causa de los insensatos. A su vez, la
patria es el universo. Adems, es posible robar, cometer adulterio, saquear templos en el
momento oportuno, pues nada de eso es vergonzoso por naturaleza, si se acepta su
creencia, que est constituida por la angustia de los insensatos. Se arriesg una vez a ser
llevado al Arepago, si Demetrio no lo hubiese salvado. Aunque otros dicen que
tambin l, tras ser condenado, bebi la cicuta.
695. EPIFANIO, Contra las herejas, III.2.9 (III.24) (Doxographi graeci, 591,25-30)
(SSR, IV.H.15):
Teodoro, llamado el Ateo, dijo que los tratados sobre la divinidad eran una tontera,
porque crea que no existe lo divino y a causa de eso impulsaba a todos a robar, saquear,
el momento en que ste fue exiliado de Atenas en 307 a.C., ante el avance de Demetrio Poliorcetes.
428
Sobre Lismaco, vase 681-7, donde amenaza a Teodoro, embajador de Ptolomeo.
429
La ancdota que menciona a Metrocles aparece, efectivamente, en 436-9, referida a Aristipo. La
mencin de su vuelta a Cirene y la mencin de Magas aporta elementos adicionales para la datacin, ya
que sabemos que ste estuvo a cargo de Cirene entre 276 y 250 a.C. La predileccin de Soter por
Berenice I, su ltima esposa, era tan marcada que prefiri a Filadelfo, su hijo comn, desestimando los
derechos sucesorios de su hijo mayor, Ptolomeo el Rayo, en contra incluso de los consejos de Demetrio
de Falero. Esto le valdra a este ltimo el exilio cuando finalmente Filadelfo tuvo el poder completo.
Adems, Ptolomeo asign a Magas, hijo del primer matrimonio de Berenice, el gobierno de Cirene. El
trato entre los medio hermanos, y por ende el de los Estados en esta poca, fueron siempre hostiles, y las
relaciones se reestablecieron de modo que Cirene se reintegr al reino recin despus de la muerte de
Magas. Teodoro parece haber vivido de cerca toda esta trama de tensiones que sign la vida de los reinos
helensticos, como surge tambin de 681-7.

239

arrebatar y no morir por la patria, ya que deca que la nica patria es el universo y deca
que el nico bueno es el feliz, y que es evitable el desgraciado, aunque sea sabio, y
preferible el insensato y odioso, si es rico.430
696. PLUTARCO, Sobre las nociones comunes de los estoicos, 31.1075 a (SSR, IV.H.16):
Esos llamados ateos, los Teodoros, Digoras e Hipones, no se atrevieron a decir que lo
divino es perecedero, sino que no tuvieron confianza en que algo imperecedero existe,
sin abandonar la existencia de lo imperecedero, pero evitando la nocin de lo divino.431
697. AECIO, I.7.1 (Doxographi graeci, 297; PLUTARCO, Opiniones de los filsofos, I.7,
segn EUSEBIO, Preparacin evanglica, XIV.16.1, p. 753 b) (SSR, IV.H.17):
Algunos de los filsofos, como Digoras de Melos, Teodoro de Cirene y Evmero de
Tegea, dicen que de ningn modo existen los dioses.432
698. [GALENO], Historia filosfica, 35 (Doxographi graeci, 617.22-618.3) (SSR,
IV.H.18):
De cuantas cosas hemos pasado por alto al principio al hablar sobre la divinidad,
hablaremos ahora. Podramos encontrar algunos de los que filosofaron primero
430

Adoptamos la conjetura de Diels, que corrige pheuktn, en lugar de phegein. Ntese que en este
planteo, a pesar de los cambios introducidos por Teodoro, y de que se habla en trminos de felicidad, lo
cual contrasta con testimonios como 589.87, se mantiene intacto el precepto cirenaico segn el cual el
bien se asocia con el grado de placer alegra, en el caso de Teodoro que alcanza el hombre.
431
El catlogo de ateos que surge de esta serie de testimonios coloca en primer lugar a Digoras de
Melos, que vivi hacia finales del s. V a. C y es asociado usualmente en las fuentes con el atomista
Demcrito. Los datos sobre Digoras son confusos y complican la cronologa, pero todo parece indicar
que fue en el 415 a.C. que fue acusado en Atenas de revelar y parodiar los misterios de Eleusis y se
ofreci una recompensa por su muerte o captura, tal como alude Aristfanes en Aves, 1072-8. Se conocen
varias ancdotas que revelan una posicin de cuestionamiento, que tiende a subrayar que, si los dioses
existieran, determinadas situaciones no deberan darse, por ejemplo, que los culpables que juran
falsamente por la divinidad no sean castigados o que sobrevengan calamidades. En este sentido, es
conocida la respuesta a quienes argan la existencia de dioses sealando las ofrendas de agradecimiento
entregadas por lo que llegaban a salvo de viajes martimos: habra muchas ms si los que no se salvaron
de los naufragios tambin las hubiesen podido hacer. Sobre Digoras, vase L. Woodbury, The Date and
Ateism of Diagoras of Melos, Phoenix (Toronto), 19.3, 1965, pp. 178-211 y el trabajo de R. Janko, The
Derveni Papyrus (Diagoras of Melos, Apopyrgizontes Logoi?): A New Translation, Classical
Philology 96.1, Chicago, 2001, pp. 1-32. En cuanto a Hipn de Samos o Metaponto, fue tambin acusado
de atesmo. Su filiacin pitagrica ha hecho pensar que podra haber sostenido que los dioses haban sido
originariamente hombres a quien la tradicin dio un nivel sobrehumano. El texto de su epitafio, aunque
probablemente espurio, podra indicar la ligazn entre divinidad y fama (Esta es la tumba de Hipn, a
quien, cuando muri, la Moira ha hecho igual a los dioses inmortales), pero tambin un atesmo ms
radical, ya que el texto del epitafio puede entenderse como igual a los dioses inmortales, en el sentido
de tan muerto como ellos. Vase S. Shapiro, Hippon the Atheist, Journal of Ancient Civilizations 14,
Changchun, 1999, pp. 111-123.
432
Una explicacin similar para el origen humano e histrico de los dioses se asocia con la figura de
Evmero, que vivi aproximadamente entre 330 y 250 a.C., oriundo de Tegea, como se dice aqu, pero
segn otros testimonios de Quos, Mesenia, en el Peloponeso, o Mesina, en Sicilia. Evmero estuvo al
servicio del rey Casandro de Macedonia, y sus funciones lo convirtieron en un gran viajero. Su obra ms
polmica, la Historia sagrada, relataba un viaje hasta una isla en la que una inscripcin agradeca a los
primeros monarcas Urano, Cronos y Zeus. Por sus posiciones fue tachado por Calmaco de viejo
charlatn que lanza libros injustos, como relata Sexto Emprico (Contra los profesores, IX.51). Vase
S. Spyridakis, Zeus Is Dead: Euhemerus and Crete, The Classical Journal 63.8, Minnesota, 1968, pp.
337-340 y T. Brown, Euhemerus and the Historians, The Harvard Theological Review 39.4,
Cambridge, MA, 1946, pp. 259-274.

240

habiendo ignorado a los dioses, como Digoras de Melos, Teodoro de Cirene y


Evmero de Teages, pues se han atrevido a decir que los dioses no existen.
699. CICERN, Sobra la naturaleza de los dioses, I.1.2 (SSR, IV.H.19):
En cuanto a la cuestin presente, pongo como ejemplo, la mayor parte de los filsofos
ha dicho que existen los dioses, y este es el punto de vista ms probable y aquel a que
nos conduce y gua la naturaleza; pero Protgoras dijo que l personalmente lo dudaba,
mientras que Digoras de Melos y Teodoro de Cirene sostuvieron que no haba dioses
en absoluto.
700. CICERN, Sobra la naturaleza de los dioses, I.23.63 (SSR, IV.H.19):
Por otra parte, acaso Digoras, el que fue llamado el Ateo, y ms tarde Teodoro no
negaron abiertamente la existencia de la divinidad?
701. CICERN, Sobra la naturaleza de los dioses, I.42.117 (SSR, IV.H.19):
Por otra parte, qu razn existe para adorar a los dioses a causa de nuestra admiracin
hacia la naturaleza divina, si en esta naturaleza no vemos nada especialmente egregio o
sobresaliente? En cuanto al estar exentos de toda supersticin, cosa de que suele
particularmente gloriarse vuestra escuela, es algo fcil de conseguir una vez que has
privado a los dioses de todo poder; a no ser, acaso, que creas que a Digoras o a
Teodoro, que negaron en absoluto la existencia de los dioses, les era posible ser
supersticiosos.
702. LACTANCIO, Sobre la ira de Dios, 9.7 (SSR, IV.H.20):
Pero en esos tiempos posteriores en los cuales la filosofa haba languidecido, vivi un
cierto Digoras de Melos, que deca que no hay ninguna divinidad, y por esa idea era
llamado ateo. Lo mismo Teodoro de Cirene. Y ambos, porque no haban podido
descubrir nada nuevo, porque todo estaba dicho e inventado, prefirieron, contra la
verdad, negar eso en lo cual todos los anteriores haban coincidido sin ambigedad.
703. LACTANCIO, Sobre la ira de Dios, 9.7 (SSR, IV.H.20):
Y no hay nadie que se atreva a preferir la opinin de Digoras y Teodoro, o la vaca
invencin de Leucipo, o la ligereza de Demcrito y Epicuro, antes que la autoridad de
aquellos siete ancianos que eran llamados sabios, o la de Pitgoras, Scrates o Platn, y
los otros filsofos que juzgaron que existe una providencia.
704. LACTANCIO, Eptome a la institucin divina, 63.1 (SSR, IV.H.20):
Dios hizo el mundo, como pens Platn, pero no muestra por qu lo hizo. Porque dice
que dado que es bueno y sin envidia, hizo que las cosas sean buenas. Pero vemos que
entre las cosas naturales hay tanto buenas como malas. Por lo tanto, puede haber algn
perverso, como lo fue aquel ateo Teodoro, como para responder a Platn: Ms bien,
dado que es malo, hace cosas malas.433
433

La funcin de la divinidad en relacin con el mundo es analizada por Platn en el Timeo, a la vez que
la idea de que los dioses slo pueden ser causa del bien est ya esbozada en Repblica, II.379a-383. El
razonamiento que se atribuye a Teodoro, que invierte la perspectiva segn la cual los dioses son causa de
las cosas buenas, es similar al que se asocia con Digoras, cuando recuerda que quien enfatiza la accin
de los dioses respecto de los viajes exitosos, debe tener en cuenta tambin la de los naufragios (vase 734
y nota ad loc.). En este sentido, la actividad de Teodoro apuntara tambin a minar las razones habituales
que se aducan para cimentar la creencia en dioses.

241

705. MINUCIO FLIX, Octavio, 8.1-2 (SSR, IV.H.21):


Por lo tanto, dado que existe el consenso de las naciones acerca de los dioses
inmortales, aunque su naturaleza y origen sea incierto, no soporto a nadie que est
engredo con tal descaro y con no se qu sabidura irreligiosa, que se esfuerza por
socavar y debilitar una religin tan antigua, tan til y tan sana. Ya sea Teodoro de
Cirene, o aquel anterior, Digoras de Melos, a quien la antigedad le atribuy el
sobrenombre de Ateo. Ambos, afirmando que no hay dioses, quitaron todo el temor
por el cual se rige la humanidad, y toda veneracin. Sin embargo, nunca sern
poderosos en esta disciplina de impiedad, bajo el nombre y la autoridad de una filosofa
simulada.434
706. ARNOBIO, Contra los paganos, IV.29 (SSR, IV.H.22):
Y aqu podemos mostrar que todos aquellos a quienes representas y llamas dioses
fueron hombres, ya sea citando a Evmero de cragas, cuya obra tradujo Enio al latn,
para ponerlas a disposicin de todos, o a Nicanor de Chipre, o Len de Pella, o Teodoro
de Cirene, Hipn y Digoras de Melos, u otros mil autores, que con cuidado diligente e
industrioso han sacado a la luz asuntos secretos con libre independencia.435
707. SEXTO EMPRICO, Contra los profesores, IX.50-5 (SSR, IV.H.23):
De los que han examinado sobre la existencia de la divinidad, unos dicen que existe
dios, pero otros que no existe, y otros que no existe ms que no existe. (...) (51) Dicen
que no existe los llamados ateos, como Evmero (...), Digoras de Melos, Prdico de
Ceos, Teodoro y otros muchos. (...) (55) Coincide con estos hombres tambin Teodoro
el Ateo y, segn algunos, Protgoras de Abdera, el primero, porque a travs de un
tratado sobre la divinidad destruy de manera llamativa las creencias teolgicas de los
griegos, y Protgoras (...).436
708. SEXTO EMPRICO, Argumentaciones pirrnicas, III.24.218 (SSR, IV.H.23):
Tambin respecto de la piedad y el cuidado de los dioses est lleno de mucha
divergencia, pues muchos dicen que los dioses existen, mientras que algunos dicen que
no existen, como los del grupo de Digoras de Melos, Teodoro y Critias de Atenas.
709. CLEMENTE DE ALEJANDRA, Protrptico, II.24.2 (SSR, IV.H.24):
Gracias a ellos (pues no hay que ocultarlo) ocurre que me sorprende el modo en que
Evemero de cragas, Nicgoras de Chipre, Digoras e Hipn, ambos de Melos, y sobre
todo ese cirenaico de nombre Teodoro y algunos otros compaeros, que han vivido con
sensatez y han explorado con ms profundidad que el resto de los hombres la
434

Ntese que Minucio coincide, desde la perspectiva inversa, con el diagnstico que Digenes le
atribuye a Teodoro en 693, segn el cual la religin oficia de dispositivo de control social. Mientras
Teodoro denunciaba esta funcin y la enfrentaba para desarticularla, Minucio, como las fuentes en
general, y por supuesto las cristianas, excepto el interesante caso de Clemente en 709 y Arnobio en 706,
interpretan esto como un atentado contra el orden.
435
En la lnea evemerista se ubicaba tambin Len de Pella, probablemente aludido en una carta atribuida
a Alejandro Magno. Vase J. Rusten, Pellaeus Leo, American Journal of Philology (Baltimore), 101.2,
1980, pp. 197-201.
436
En 699 se asociaba a Protgoras con esta tendencia atea, pero con un nfasis moderado. Sobre las
relaciones entre sofstica y atesmo, vase D. Sutton, Critias and Ateism, Classical Quarterly 31.1,
Cambridge, 1981, pp. 33-38.

242

divagacin sobre estos dioses, han sido llamado ateos, aunque no han percibido la
verdad misma, sino que han sospechado de la divagacin, lo cual produce una chispa no
pequea de sensatez, que crece como una semilla en vistas de la verdad.437
710. JUAN CRISSTOMO, Sobre la primera carta a los corintios, 4.5 (SSR, IV.H.24):
Asimismo, Digoras de Melos y Teodoro, el llamado Ateo, tenan amigos y capacidad
para los argumentos y sorprendan por su filosofa, pero no obstante ninguna de esas
cosas los benefici.
711. TEODORETO, Curacin de las enfermedades griegas, III.4 (SSR, IV.H.25):
De ningn modo slo son ateos Digoras de Mileto, Teodoro el cirenaico y Evmero de
Tegea y los que los han seguido, que dicen abiertamente que no existen dioses, como
dice Plutarco, sino tambin Homero y Hesodo y los grupos de filsofos, que cuentan
mitos como enteros enjambres sobre los dioses, mostrando a algunos abyectos y
esclavos de las pasiones humanas.
712. TEODORETO, Curacin de las enfermedades griegas, II.112 (SSR, IV.H.25):
Hay que leer no solamente las enseanzas de los sagrados apstoles, sino tambin las
palabras de los divinos profetas. As, pues, alguien que vea la armona de la antigua y la
nueva teologa se admirar de la verdad y escapar del atesmo de Digoras de Mileto,
Teodoro el cirenaico y Evmero de Tegea. Pues Plutarco dijo que ellos no han credo en
ninguna divinidad.
713. ESTOBEO, IV.52.16 (Frag. 17 Barigazzi) (SSR, IV.H.26):
De los escritos de Favorino sobre la ancianidad: Teodoro el cirenaico pretenda que no
hay para el sabio ninguna excusa suficiente para la interrupcin de la vida. Y planteaba
la deduccin as: cmo el hecho de, por despreciar los rasgos humanos, ser expulsado
por ellos de la vida no va a ser contradictorio con el que dice que slo lo bello es bueno,
y slo lo vergonzoso es malo?
438

714. ATENEO, VI.252 c (Frag. 438 Pfeiffer [Calmaco]; FGH, 46; Frag. 56 Wehrli
[Hermipo]) (SSR, IV.H.27):
Se volvi adulador y maestro del rey talo tambin Lismaco, a quien Calmaco registr
en el grupo de Teodoro y Hermipo cont entre los discpulos de Teofrasto.439
715. DIGENES LAERCIO, IV.52 (T.19 Kindstrand) (SSR, IV.H.28):
Luego pas Bion a ser discpulo de Teodoro el Ateo, que manejaba con sutileza todo
tipo de argumentacin.440
437

Frente a otras fuentes cristianas que reaccionan violentamente ante la posicin atea, Clemente opta por
hacer causa comn con ella entendindola como una pertinente crtica del paganismo. Esta actitud refleja
el doble movimiento de las fuentes cristianas frente a la tradicin griega, que oscilan entre la
confrontacin por sus puntos de vista discordantes y el nfasis en la continuidad entendiendo a la filosofa
griega como una captacin incompleta de lo que el cristianismo alcanz por la va de la revelacin.
438
Con esta posicin Teodoro se pone en una va diferente de la hegesaca (663). El final del testimonio, a
travs de la oposicin bueno-malo asociada a bello-vergonzoso, recuerda el planteo de Antstenes
mencionado en Digenes Laercio, VI.12.
439
De este Lismaco slo tenemos este dato aislado de su posible conexin con talo, rey de Prgamo
entre 241-197 a.C.
440
Sobre Bion de Borstenes, vase 469 y nota ad loc.

243

716. DIGENES LAERCIO, IV.54 (SSR, IV.H.28):


Bion expresaba muchas cosas de carcter ateo, que haba tomado de Teodoro.
717. NUMENIO, Frag. 2 Leemans (segn Eusebio, Preparacin evanglica, XIV.6.6, p.
731
b-c (SSR, IV.H.29):
Pues no estoy convencido, cuando Diocles de Cnido pretende en sus Estudios que
Arquesilao, por miedo de que los del grupo de Teodoro y Bion el sofista chocaran con
los filsofos y no dudaran en refutar todo, se cuid mucho, para no tener motivo, de
sugerir algn dogma explcito, como las jibias de arrojar su tinta antes de su momento
justo.
441

718. ANNIMO SIRACO, Sentencias de los filsofos sobre el alma, ed. A. Lewis, Studia
Sinaitica, I (1894), p. 37 (SSR, IV.H.31):
Teodoro ha dicho: quien quiera y desee ser discpulo de la sabidura, se aleja de las
ventajas del dinero y se purifica de los pensamientos perturbadores del amor por las
mujeres, para no ser obstaculizado por nada. Precisamente, si es una cosa posible y
realizable, no mires siquiera a las mujeres, porque nuestro ojo est conformado un poco
como el curso de agua y con su mirada arrastra tras de s el sentido, puede cansarlo por
su rapidez, alejarse de la palabra del sabio y se acumulan sus acciones inconvenientes a
consecuencia del nublarse de su mente. As, llega a la vergenza, a consecuencia de su
deseo, y a la humillacin a consecuencia de su negligencia.442

441

Sobre Arquesilao, vase 34 y nota ad loc. Su transformacin de la Academia al escepticismo es lo que


aqu se pone en juego, contestando a la hiptesis de que tal viraje se produjo como mtodo de cautela de
all la comparacin con la jibia, pez que arroja un lquido coloreado cuando est en peligro para evitar la
refutacin de personajes como Teodoro o Bion, lo cual muestra la envergadura polmica del primero.
442
Por este testimonio podemos interpretar que el hincapi en los placeres anmicos llev aparejada en
Teodoro la actitud de mantener el objetivo de autodominio caracterstico del enfoque cirenaico, y su
relegamiento de los placeres corporales acerc su hedonismo en la versin epicrea.

244

CATLOGO DE FUENTES
AECIO Doxgrafo, cuya datacin suele ubicarse en torno del s. I d. C. La obra que se le
atribuye, las Placita, y Opiniones, se transmiti slo de manera indirecta y ha sido
parcialmente reconstruida por H. Diels, en sus Doxographi graeci, bsicamente a partir
de la obra del Ps. Plutarco. Si bien suele reconocrsele importancia en la transmisin de
la historia de la filosofa, como un intermediario entre la obra de Teofrasto y las
doxografas posteriores, es mnimo lo que sabemos de l, y algunos autores discuten
incluso que la atribucin tradicional de las Plaita sea adecuada.
AGUSTN DE HIPONA Padre de la iglesia que vivi entre 354 y 430. Nacido en frica, en
la zona de Numidia, se form en Cartago en las reas de retrica y filosofa. Despus de
adherir al maniquesmo, el contacto con San Ambrosio en Roma determin su
conversin al cristianismo. Fue obispo de Hipona, desde donde se dedic a la prdica,
que inclua las numerosas obras de fundamentacin y defensa del cristianismo frente a
otras tendencias tericas.
ALEJANDRO s. II-III d. C. Filsofo Peripattico nacido en Afrodisia, en Caria (Asia
Menor). Entre sus obras se cuentan comentarios de obras de Aristteles como
Metafsica, Tpicos, Analticos Primeros, Sobre la sensacin (De sensu) y tambin
otros tratados de factura independiente, como Sobre el alma y Sobre el destino (De
fato), donde ataca el determinismo estoico, y Problemas (Quaestiones), donde se
estudian problemas puntuales de filosofa natural. La lista de sus obras perdidas es
larga, as como sospechadas de espurias algunas obras transmitidas bajo su nombre.
AMONIO Filsofo de finales del s. V d. C., formado en Atenas, discpulo del
neoplatnico Proclo y maestro de Simplicio, Asclepio, Juan Filpono y Damacio,
conocidos, como l mismo, por sus comentarios a obras de Aristteles o ligadas con
esta tradicin.
ANECDOTA GRAECA Colecciones de relatos de fuentes variadas, de las cuales existen
varias ediciones, como la de Bekker, la de Boissonade y la de Cramer, extractadas de
distintos cdices.
APULEYO Nacido en Madaura, actual Argelia. Vivi ca. 125 180 d. C. Estudi en
Cartago y Atenas, donde conoci la filosofa platnica. Estudi retrica en Roma y all
trab contacto con el culto de Isis. Entre sus obras se encuentra El asno de oro o
Metamorfosis, nica novela romana conservada completa, y los tratados Sobre el dios
de Scrates y Sobre Platn y su doctrina.
ARISTOCLES Filsofo de origen peripattico, que es considerado por algunos como
maestro de Alejandro de Afrodisia, y por lo tanto, habra vivido en el s. III d. C. Entre
sus trabajos, dedicados a temas variados, se cuenta un Sobre la filosofa, que parece
haber sido una historia de la disciplina, del cual conservamos citas en Eusebio y la
Suda.
ARISTTELES 384-322 a.C. Nacido en Estagira, en Tracia, fue discpulo de Platn en la
Academia entre el 367 y el 347 a.C., fecha de la muerte de Platn, tras la cual residi en
Asos, Mitilene y Macedonia, donde fue el tutor de Alejandro Magno, entonces de trece
aos, durante cinco aos. De vuelta a Atenas fund el Liceo, donde transcurri sus
ltimos trece aos. A la muerte de Alejandro, en el 322 a.C., el clima poltico
enrarecido lo puso en peligro, de modo que se exili en , donde muri al ao siguiente.
Sus primeras obras, probablemente en forma de dilogo, al estilo platnico, slo se
245

conservan fragmentariamente. El resto estudia una amplia variedad temtica,


incluyendo estudios de lgica, tica, filosofa natural, retrica, poltica, metafsica. La
pervivencia de su escuela fue fundamental en el desarrollo de la filosofa helenstica.
ARNOBIO Maestro de retrica de origen africano de finales del s. III d. C. convertido al
cristianismo. Precisamente tras esta conversin escribi su Contra gentiles, que
constituye un ataque al politesmo.
ARSENIO Anacoreta nacido en 354 d. C. en Roma y muerto en 450 d. C. en Egipto.
Teodosio el Grande lo tom como tutor de su hijo, por su linaje proveniente de una
noble familia romana y su formacin en literatura griega. En 394 d. C. se retir a
Alejandra y se uni a un grupo de eremitas del desierto, con los que pas el resto de su
vida.
ASCLEPIO DE TRALLES Filsofo neoplatnico del s. VI d. C., formado en Alexandra en el
neoplatonismo por Amonio. Se lo conoce por su comentario a la Metafsica de
Aristteles y a la Introduccin a la aritmtica de Nicmaco.
ASPASIO Filsofo peripattico de la segunda mitad del s. I a.C. Redactor de comentarios
a obras de Platn, segn sabemos por Porfirio, y de Aristteles, de las cuales se
conserva solamente una porcin del dedicado a la tica Nicomaquea.
ATENEO s. II d.C. Nacido en Nucratis, Egipto. Como en el caso de Digenes Laercio,
no conservamos otros datos excepto los que se pueden colegir de la nica obra que ha
llegado hasta nosotros, el Banquete de los sabios (Deipnosophistae), donde se discuten
temas caros a la tradicin griega, lo cual convierte a esta obra en una fuente inestimable.
AULO GELIO Intelectual romano del s. II d.C. Su obra Noches ticas, cuyo nombre se
atribuye a que comenz a escribirla en Grecia, recopila relatos y datos extractados de
otras obras y constituye por eso una fuente valiosa para la reconstruccin indirecta.
BASILIO Uno de los Padres Capadocios, que vivi entre 330 y 379. Nacido en el seno
de una familia cristiana, hermano de Gregorio de Nicea y Pedro, el obispo de Sebaste.
Frecuent en Atenas a Gregorio de Nacianzo. Sucedi a Eusebio en el obispado de
Cesarea. Combati tericamente con el arrianismo.
BOECIO Intelectual romano, que vivi entre 480 y 525. Fue funcionario del rey
Teodorico el Grande. Las conjuras lo arrastraron al presidio y la muerte por
decapitacin. Fue beatificado por la Iglesia catlica. Sus obras fueron determinantes en
la transmisin de la lgica a la Edad Media, a travs de sus traducciones de Categoras
y De Interpretatione de Aristteles, as como de la Isagog de Porfirio. Su obra De
consolatio Philosophiae toca temas atinentes a la filosofa prctica y al problema del
destino.
CALCIDIO Filsofo cristiano del s. IV, probablemente archidicono en Crdoba. Su obra
ms importante est constituida por una traduccin comentada del Timeo de Platn.
CARTAS SOCRTICAS s. II-I a.C. Material bsicamente espurio, redactado como obra
literaria durante la poca helenstica a partir de otras fuentes. Las cartas reconstruyen la
historia de los discpulos tras la muerte de Scrates y su progresiva separacin, hasta
ms all de la muerte de Platn, cubriendo as una historia de dos generaciones de las
escuelas socrticas.
CENSORINO Gramtico latino del s. III a.C. de formacin erudita. Su obra Sobre el da
del nacimiento consigna datos importantes sobre costumbres tradicionales.
CICERN Poltico e intelectual romano, que vivi entre el 106 y el 43 a.C. De familia
adinerada, curs estudios de jurisprudencia, filosofa y retrica, que complet en Grecia.
A partir del ao 77 a.C. comenz su carrera poltica. Con la llegada al poder del
Triunvirato de Csar, Pompeyo y Craso fue exiliado durante un ao, tras el cual
246

recrudeci su enfrentamiento con Csar, por su apoyo a Pompeyo. Se retir entonces a


su villa en Brindisi. Tras la muerte de Csar se enfrent directamente con Antonio, lo
cual lo llev a la muerte, asesinado por sus partidarios. Su amplio conocimiento de la
cultura helnica y su voluntad de integrarla con la latina lo convierten en un valuarte de
su conservacin y resignificacin.
CLEMENTE DE ALEJANDRA ca. 150 230 d. C. Nacido en Atenas, en uno de sus viajes se
convirti al cristianismo. Estudi en y luego dirigi la Escuela Catequtica de
Alejandra y fue all maestro de Orgenes, hasta que sobrevino la violenta persecucin
del 202 orquestada por Septimio Severo. Fue un precursor del la sntesis entre
pensamiento platnico y cristianismo. Sus tres obras principales son Protrptico,
Pedagogo y el incompleto Stromateis. Sus llamamientos a reconocer la superioridad del
cristianismo dieron lugar al comentario de autores antiguos que convierten su obra en
una fuente de importancia del pensamiento griego previo.
CLEMENTE ROMANO Cuarto Papa cristiano y primero de los padres apostlicos. Mrtir
por obra del Emperador Domiciano, alrededor del 96 d. C. Se le atribuye una carta a los
corintios y una homila cuyo origen es posterior. Su figura dio origen a la llamada
literatura clementina, que lo toma como protagonista, identificndolo con el primo de
Domiciano.
DEMETRIO Autor de un tratado Sobre el estilo, con influencias peripatticas y estoicas,
que alguna vez fue confundido con Demetrio de Falero. La datacin de la obra lleva a
ubicarlo en el s. I a.C., aunque algunos autores han propuesto fechas ms tempranas, a
mediados del s. III a.C.
DIGENES DE ENOANDA Autor de una inscripcin relevante para la reconstruccin de la
doctrina epicrea ubicada en Enoanda. Se suele datar alrededor del 120 a.C.
DIGENES LAERCIO Bigrafo nacido probablemente en Laerte, en Cilicia, pero segn
otros de la familia de los Laercios, en Roma, a fines del s. II d.C. No hay datos
fidedignos sobre su vida. Su obra, Vida de los filsofos famosos, a pesar de su
inclinacin por las ancdotas, es una fuente de primer orden para la historia de la
filosofa, y muchas veces transmite doxografas valiosas para reconstruccin de
doctrinas que de otro modo se habran perdido.
DION CRISSTOMO Oriundo de Prusa, por lo cual se lo conoce tambin como Dion de
Prusa. Vivi aproximadamente entre el 40 y 120 d. C. Perteneciente a la llamada
segunda sofstica, estuvo ligado al cinismo.
DIONISIO DE HALICARNASO Historiador y profesor de retrica de origen griego, que
ense en Roma en la poca de Augusto. Vivi aproximadamente entre 60 a.C. y 7 d.C.
Sus obras abarcan la retrica y la historia temprana de Roma, en lo cual el una fuente de
importancia.
ELIANO Autor romano, que vivi aproximadamente entre 175 y 235. En su Sobre la
naturaleza de los animales compila historias llamativas o extraas tomadas de otras
fuentes sobre el mbito natural, mientras que el la Historia variada lo hace respecto de
ancdotas y costumbres.
EPICTETO Filsofo griego de orientacin estoica. Naci en el 55 d. C. con el status de
esclavo y fue trasladado a Roma. Despus de su liberacin fund una escuela y goz de
enorme reputacin. No dej textos escritos. Las obras que se transmiten bajo su nombre,
el Manual y los Discursos, son ediciones de su discpulo Arriano.
EPIFANIO Padre de la Iglesia que vivi entre 320 y 403. Naci en Salamina y fue obispo
de Salamina y Chipre. Su obra se caracteriza por el combate contra las herejas
posteriores al Concilio de Nicea.
247

ESTEBAN DE BIZANCIO Autor del s. VI d. C. que compuso una obra sobre cuestiones
geogrficas titulada tnica, donde constan descripciones y costumbres de lugares.
ESTEBAN DE ALEJANDRA Filsofo bizantino del s. VII d. C. en la corte de Heraclio,
emperador entre 610 y 641.
ESTOBEO Doxgrafo neoplatnico de los s. V y VI d. C. oriundo de Macedonia, que
recogiendo la informacin contenida en los Placita de Aecio y en otros textos
filosficos, compuso una obra importante como fuente de la filosofa antigua dedicada a
su hijo Septimio, que conservamos slo en parte.
ESTRABN Historiador y gegrafo griego, nacido en la zona de la actual Turqua hacia
el 64 a.C. y muerto en torno del 25 d.C. Su Gegrafa describe lugares de su poca
complementados con numerosos datos histricos.
EUQUERIO Obispo cristiano de la zona de Lyon, durantela primera mitad del s. V.
Reconocido por su estilo literario, escribi numerosas cartas donde aboga por una vida
de ascetismo, amparndose en opiniones de hombres de la antigedad.
EUSEBIO Obispo cristiano de Cesarea, que vivi entre 275 y 339. Sus aportes tericos
son fundamentales para la reconstruccin de la historia del cristianismo primitivo. En lo
doctrinal, sigui la lnea de Orgenes. Sus obras incluyen adems trabajos apologticos
y exegticas.
EUSTACIO Arzobispo de Tesalnica durante el s. XII. Se preocup por cuestiones
retricas y esribi numerosos comentarios sobre obras griegas antiguas, entre las cuales
sobresalen sus trabajos sobre Homero.
FILODEMO Filsofo epicreo, alumno de Zenn de Sidn, rector del Jardn, y de
Demetrio Lacn, que vivi aproximadamente entre 110 y 40 a.C. Fue maestro de
Virgilio y su influencia se reconoce en Horacio. En Herculano, en la Villa de los
Papiros, destruida en la erupcin del ao 79, las excavaciones sacaron a la luz una
biblioteca especialmente nutrida en textos epicreos entre los cuales se encontraron ms
de treinta tratados atribuidos a Filodemo sobre aspectos de retrica, esttica y tica
desde una perspectiva epicrea.
FILN Filsofo alejandrino de origen judaico que vivi entre el 20 a.C. y el 50 d.C. Su
obra incluye anlisis sobre la tradicin hebrea, trabajos que relatan las persecuciones
religiosas de la poca y tratados filosficos.
FOCIO Patriarca de Constantinopla que vivi durante el s. IX. Fue autor de una obra
llamada Biblioteca, compuesta con extractos de numerosas obras, sobre todo histricas,
que luego se perdieron, por lo cual constituye una fuente relevante para la
reconstruccin.
FRONTN Gramtico, orador y abogado romano del s. II d.C. A principios del s. XIX se
descubri un palimpsesto que contena cartas de Frontn a sus discpulos y alumnos,
entre los que se contaban, por ejemplo, Antonino Po y Marco Aurelio.
GALENO Mdico originario de Prgamo, en la actual Turqua, que vivi entre el 130 y
el 215 d. C. aproximadamente. Formado en Esmirna y Alejandra, ejerci la medicina
en Prgamo en una escuela de gladiadores. En 162 se instal en Roma, donde cobr
fama y frecuent a los emperadores Marco Aurelio, Cmodo y Septimio Severo. Fue
autor de tratados en esta rea de vasta influencia en la medicina posterior.
GNOMOLOGIUM VATICANUM Coleccin de sentencias extractadas del cdice Vaticanus
graecus 743, del s. XIV, editadas por L. Sternbach.
GREGORIO DE NACIANZO Santo cristiano que vivi entre el 329 y el 389. Durante sus
estudios en Atenas, conoci a Basilio de Cesarea y a Juliano, ms tarde emperador,
llamado el Apstata por intentar una vuelta al paganismo. Gregorio se dedic a la
248

enseanza de la retrica, pero en 361 se orden sacerdote en Nacianzo. Fue ms tarde


obispo de Constantinopla. Desde ese lugar se enfrent a las herejas de arrianos y
apolinarios, condenadas en el II Concilio Ecumnico de 381. Sus posturas teolgicas
fueron especialmente influyentes en la conformacin de la doctrina de la trinidad. Por
otra parte, fue autor de poemas de contenido teolgico y moral.
HERMESIANAX Poeta elegaco oriundo de Colofn, que floreci alrededor del 330 a.C.
De su obra, conservamos un fragmento citado por Ateneo, donde trata sobre el amor,
refiriendo ejemplos mitolgicos e histricos. Fue popular en sus tiempos y de gran fama
en pocas de Augusto.
HERODIANO Gramtico alejandrino del s. II d.C. Fue hijo de Apolonio Dscolo, el
instaurador de la sintaxis en terreno griego, y continu sus estudios sobre la lengua
griega reorientando su inters hacia cuestiones de prosodia.
HESIQUIO DE MILETO Autor de una crnica universal y una historia de la literatura
clsica que trata ampliamente de filosofa. Sobre los hombres ilustres es obra de otro
escritor que se transmiti bajo su nombre.
HORACIO Poeta latino que vivi entre el 65 y el 8 a.C. Hijo de un esclavo liberto,
estudi en Roma y Atenas. Intent seguir la vida militar en contacto con Bruto, pero
regres luego a Roma y se dedic a tareas administrativas. Su contacto con Virgilio lo
acerc al grupo de Mecenas y a travs de l a la corte de Augusto.
IBN AL-QUIFTI Pensador rabe que vivi entre 1172 y 1248. Sus cuyas obras incluyen
comentarios a obras aristotlicas y una famosa, aunque discutida crnica de la quema de
la Biblioteca de Alejandra del s. VII.
ISIDORO DE PELUSIO Monje que vivi entre los siglos IV y V d.C. Nacido en Alejandra,
allegado a Tefilo, el Arzobispo de Alejandra y su sucesor, San Cirilo. Su sobrenombre
le viene de haberse retirado en su juventud al Monte Pelusio, en Egipto, dedicado a la
vida asctica. Siguiendo el ejemplo de San Juan Crisstomo, al que conoci en
Constantinopla, se dedic a predicar la doctrina cristiana, poniendo a su servicio su
amplia erudicin. Por su consejo fue convocado el Tercer Concilio Ecumnico de
feso, en el 431, donde se conden el Nestorianismo.
JMBLICO Filsofo griego de origen sirio volcado hacia el neoplatonismo, que vivi
entre 250 y 325 d.C. Fue discpulo de Porfirio y maestro de Dexipo. Tuvo contactos con
el Emperador Juliano. Es famoso como fuente de la filosofa pitagrica.
JENOFONTE Naci en Atenas alrededor del 430 a.C. Particip en la Guerra del
Peloponeso (431-404). Durante el gobierno de los Treinta, Jenofonte particip de una
expedicin mercenaria a Persia conocida como los Diez Mil. El relato de esta
expedicin consta en la Anbasis. Posteriormente tuvo contactos con Agesilao de
Esparta, lo cual le vali el destierro de Atenas hasta que fue dejado sin efecto cuando se
produjo la alianza entre Esparta y Atenas contra Tebas. Sus escritos estn marcados por
la frecuentacin de Scrates y es una importante fuente para la reconstruccin de su
vida y pensamiento.
JERNIMO Cristiano canonizado que vivi entre 347 y 420, famoso por haber traducido
la Biblia al latn. Produjo adems numerosas obras doctrinales y de combate contra
ciertas tesis que contrastaban con el dogma mayoritariamente aceptado.
JOSEFO Historiador de origen judo, que en pocas de confrontacin con Roma se
acerc a este ltimo bando, tom la ciudadana romana y adopt el nombre de Flavio
Josefo. Vivi aproximadamente entre 38 y 101 d.C. y es una fuente importante de
algunos datos relacionados con la vida de Jess y sus allegados.

249

JUAN CRISSTOMO Santo cristiano nacido en Antioqua, en la regin de Siria en 347.


Mostr desde joven las dotes oratorias que le valieron el mote de Crisstomo,
literalmente boca de oro, modeladas en la escuela del orador Libanio. Luego de
ordenarse sacerdote, sus habilidades para la predicacin le proporcionaron gran fama.
Tras la muerte del arzobispo de Constantinopla en 398 se lo nombr en ese cargo, que
ejerci con una marcada opcin por los pobres, lo cual lo enfrent con sectores
poderosos. Poco despus se enfrent a la Emperatriz Eudoxia y eso provoc que
Teodosio lo desterrara, trance en el cual muri en el ao 404.
JUAN DAMASCENO Oriundo de Damasco y nacido en 674, se entreg a la vida monstica,
marcada por el inters terico de sistematizar el dogma cristiano que los telogos
previos haban planteado de manera desordenada. A esto se orienta su Fuente del
conocimiento, que sigue los parmetros de la filosofa clsica, articulando aspectos de
dialctica, fsica, tica y teologa, y preanunciando desarrollos que retomar Toms de
Aquino. Escribi tambin obras polmicas contra los maniqueos y monotelistas, as
como un tratado contra las supersticiones. Muri en el ao 749.
JUAN FILPONO Filsofo y telogo de origen alejandrino del s. VI d.C, conocido tambin
como Juan el Gramtico y Juan de Alejandra. Integr el conocimiento de la antigedad
clsica con el cristianismo y la cultura rabe. Fue testigo de la destruccin de la
Biblioteca de Alejandra por parte de los rabes.
JUAN DE SALISBURY Obispo de Chartres durante el s. XII. Fue alumno de Pedro Abelardo
en Pars, en las pocas de la Escuela de Santa Genoveva. Su conocimiento de la cultura
griega no es de primera mano, pero representa bien el conocimiento de la antigedad
que se posea en su poca, incluyendo las traducciones latinas que comenzaban a
multiplicarse.
JULIANO Emperador cristiano nacido en Constantinopla en 331. Formado en el
cristianismo, reaccion frente a esta religin y retorn a las races culturales romanas en
el marco de las ideas neoplatnicas. Llegado a la cabeza del imperio intent una
reforma para devolver a Roma su cultura originaria. Con su muerte en 363 en un
enfrentamiento blico las reformas se detuvieron. Sus obras incluyen himnos y
especulaciones filosficas que reflejaban sus ideas de restauracin.
LACTANCIO Naci en frica septentrional alrededor del ao 250. Formado en la
retrica, fue maestro de la escuela fundada por Diocleciano. All se convirti al
cristianismo, lo cual le acarre el exilio en la poca de las persecuciones. Tras la
conversin de Constantino, volvi a su tarea y fue nombrado tutor del heredero del
trono. Su tarea intelectual se sintetiza en la redaccin de las Instituciones divinas, donde
se propone verter al latn un compendio del dogma cristiano. Presta especial atencin a
desacreditar las creencias paganas. Por sus dotes retricas fue llamado el Cicern
cristiano. Su muerte se calcula alrededor del 317.
LIBANIO Naci en Antioqua en 314, en un contexto de progresiva cristianizacin a la
que no cedi. Estudi en Atenas y ense en Constantinopla. Frecuent a Juan
Crisstomo, Basilio de Cesarea y Juliano el Apstata. A partir del ao 354 se dedic a
la enseanza de la retrica en Antioqua. Se conservan numerosas obras que reflejan su
actividad retrica.
LUCIANO Nacido en Samsata alrededor del 125 a.C. y muerto alrededor del 180. De
sus escritos puede colegirse que abandon el oficio de escultor para dedicarse a la
retrica. No se restringi al ejercicio forense, sino que se convirti en un intelectual
itinerante, de modo que viaj por Jonia, Grecia, Italia y las Galias. Sus obras tienen una
tendencia a la stira que lo llev a asentarse en ese gnero. Se le atribuyen ochenta y dos
250

obras, algunas de ellas de autenticidad dudosa. Entre las ms conocidas y afamadas se


cuentan el Dilogo de los muertos y el Dilogo de los dioses. Se lo asocia con las
segunda sofstica, trmino acuado por Filstrato en su Vidas de los sofistas para
referirse a los oradores entre el reinado de Nern y el 230, no slo en el mbito latino,
sino tambin en el griego. El estilo relajado de Luciano es uno de los rasgos propios de
este movimiento.
LUCILIO Naci en Campania hacia el 180 a.C. Fue el primero de los romanos dedicado
a la stira, gnero desarrollado con pronunciada originalidad respecto de los modelos
griegos. Particip en el sitio de Numancia en el 134 y frecuent el crculo de los
Escipiones. Su inclinacin terica muestra influencia estoica. Pas la mayor parte de su
vida en Roma y muri en Npoles en 103 a.C. Su obra recibi alabanzas de Cicern,
Juvenal y Quintiliano.
MXIMO DE TIRO Orador y filsofo asociado con la llamada segunda sofstica (vase
Luciano). Su poca de mayor actividad se extendi probablemente en el tiempo de los
Antoninos y Cmodo. Dict lecciones en numerosas ciudades del imperio, con una
orientacin terica ligada con el platonismo medio, de tendencias eclcticas. Se ocup
de cuestiones teolgicas y ticas.
MINUCIO FLIX Escritor romano de orientacin cristiana del s. II d.C. Es autor del
Octavio, una apologa cristiana en la que en medio de un dilogo coloquial se aducen
razones para abandonar la religin romana tradicional y optar por el cristianismo.
NUMENIO Filsofo de filiacin pitagrica, que vivi durante el s. II d.C. Su
acercamiento al platonismo lo convierte en un antecedente del neoplatonismo.
OLIMPIODORO Filsofo neoplatnico de origen alejandrino que vivi en la primera mitad
del s. VI d.C. Probablemente fue alumno de Damacio y maestro de Proclo, cuyas obras
tienen referencias a la tradicin que lo convierten en una fuente importante.
ORGENES Autor cristiano de origen alejandrino, que vivi entre 185 y 254. Fue
discpulo de Clemente de Alejandra y Amonio Sacas. Sus obras incluyen comentarios
de las escrituras y trabajos polmicos como el Contra Celso, que contesta a las crticas
al cristianismo que ste haba planteado.
PLATN Filsofo ateniense, nacido en 427 a.C., discpulo de Scrates. Durante los aos
siguientes a la condena a muerte de su maestro recorri algunas ciudades de Grecia y el
sur de Italia, destacndose su estancia en Siracusa, y segn algunas fuentes lleg hasta
Egipto. En el 387 retorn a Atenas y fund la Academia. Su filosofa conecta los
distintos mbitos tericos en torno de la Teora de las Formas, en tanto parmetros
inteligibles que permiten acceder al conocimiento de lo real y organizar de acuerdo con
ello la vida individual y poltica. Mantuvo largos contactos con gobernantes de
Siracusa, a los efectos de plasmar en los hechos el modelo poltico ideado en la
Academia.
PLUTARCO Historiador y bigrafo, discpulo del platnico Amonio, que vivi entre el
45 y el 125 d.C. aproximadamente. Naci en Queronea, en pocas del Emperador
Claudio, donde pas la mayor parte de su vida, aun cuando realiz numerosos viajes,
muchos como embajador de su ciudad. Estudi en la Academia, en Atenas. Su obra ms
conocida, las Vidas paralelas, traza puntos de contacto entre biografas de hombres
famosos griegos y romanos, a los efectos de estudiar los tipos humanos. Las Moralia
renen numerosos estudios breves sobre temas diversos.
POLUX Orador y lexicgrafo griego nacido en Alejandra en el s. II d.C. Ense retrica
en la Academia platnica. En lo que se conserva de su obra consigna numerosas citas e
informaciones que lo convierten en una fuente importante.
251

PS. PLUTARCO Con este nombre se conoce al autor de De msica, Placita


philosophorum, De fluviis, Vita Homeri, que fueron transmitidos bajo el nombre de
Plutarco.
PORFIRIO DE TIRO Naci en 232. En Atenas fue discpulo de Longino y en Roma de
Plotino, sobre quien escribi una biografa, adems de editar sus obras. Fue un prolfico
autor, inclinado al eclecticismo. Entre sus obras sobresale su Introduccin a las
Categoras de Aristteles, texto fundamental para el desarrollo de la doctrina de los
universales. En el mbito religioso, preservaba la tradicin griega y se opuso por ello al
cristianismo en su tratado Contra los cristianos, quemado por orden de Teodosio II. Los
escritores cristianos lo atacan a menudo y a partir de all puede reconstruirse parte del
texto. Su muerte ocurri en el 304.
QUINTILIANO Orador romano nacido en Hispania en 35 d.C. Su Institutio oratoria trata
el tema de la educacin en general y ms especialmente la retrica.
SNECA Filsofo estoico, nacido en Crdoba en el ao 4 d.C. y muerto en Roma en el
65 d.C. Fue alumno en Roma del pitagrico Socin, de los estoicos talo y Sextio y del
cnico Demetrio. Su estoicismo se caracteriza por un marcado predominio de la tica. Se
dedic a las leyes. Las conjuras palaciegas lo llevaron primero al exilio y luego a ejercer
la tutora del hijo de Agripina, la esposa del Emperador Claudio, el futuro Emperador
Nern. Fue su preceptor y luego su consejero, hasta que en el ao 62 se retir de la vida
pblica. Implicado en la conjura de Pisn para asesinar a Nern, fue llevado al suicidio.
Fue autor de tragedias, stiras, tratados filosficos y numerosa correspondencia sobre
temas morales.
SEXTO EMPRICO Filsofo escptico, formado en la medicina, en la escuela emprica.
Vivi entre los siglos II y III d.C. Se ha ligado su actividad con Alejandra, Roma y
Atenas. Es el autor de los Esbozos pirrnicos y el Contra los profesores, dirigido a
impugnar las pretensiones toricas de las prcticas de la poca negndoles el status de
tcnica, como la gramtica, la retrica, la matemtica, la msica, etc., y tambin las
reas filosficas de lgica, tica y fsica. Las reseas de las doctrinas con el objeto de
criticarlas desde la perspectiva escptica convierten a su obra en una fuente inestimable
del pensamiento previo.
SIMPLICIO Filsofo griego de raigambre neoplatnica formado con Amonio y Damacio,
que vivi a mediados del s. VI d.C. Sus obras ms importantes son comentarios a
Aristteles, donde intenta una sntesis con el platonismo.
SINESIO Filsofo y orador oriundo de Cirene convertido al cristianismo, que vivi entre
370 y 415 aproximadamente. Orador, poeta y filsofo griego. Adhiri a la escuela
neoplatnica. Sus obras, especialmente la correspondencia, son una fuente importante
de su perodo.
SIRIANO Filsofo neoplatnico, vivi a mediados del s. V a.C. y sucedi a Plutarco en la
direccin de la Academia de Atenas. Fue maestro de Proclo. Escribi comentarios a
obras de Platn y Aristteles, de cuya filosofa haba que partir para comprender la
platnica. Fusion esta lnea de interpretacin con elementos rficos.
SUDA Enciclopedia bizantina, organizada alfabticamente, con ligeras variantes,
compuesta en el s. X, cuyo nombre significa fortaleza. Est orientada a la explicacin
de trminos y a la clarificacin de datos sobre personajes y doctrinas de la tradicin. Es
importante como fuente para la reconstruccin del pensamiento previo, dado que
incluye numerosas citas y se apoya en obras de historiadores previos que en muchos
casos hemos perdido.

252

TACIANO Apologista del s. II d.C. nacido en Asiria y formado en la filosofa griega. Se


convirti al cristianismo hacia el 150 d.C. y fue seguidor de Justino. Alrededor del 172
se volc al gnosticismo, en el grupo encratista, y volvi a Oriente. De sus numerosas
obras, slo han sobrevivido dos, entre las cuales se cuenta su Contra los griegos, una
apologa del cristianismo basada en la comparacin con la filosofa griega, que es
cidamente criticada.
TELES Filsofo cnico de mediados del s. III a.C., discpulo de Bion de Borstenes.
TERTULIANO Autor cristiano de origen cartagins, que vivi entre 155 y 230. Form su
propio grupo, los Tertulianistas, y se opuso fervientemente a otras lneas, como el
gnosticismo.
TEMISTIO Poltico y filsofo nacido en Paflagonia alrededor del 317 d.C. Residi en
Constantinopla, donde se dedic a la enseanza y ocup cargos polticos durante la
poca de Constantino II y Teodosio. Sigui una lnea de filosofa eclctica que plasm
en comentarios a obras de Aristteles. Mantuvo contacto epistolar con Gregorio de
Nacianzo. Muri alrededor del 387.
TEODORETO Pensador cristiano que vivi entre 393 y 457, nacido probablemente en
Antioqua. Fue educado en la cultura clsica y escuch a Juan Crisstomo. Entregado a
la vida religiosa, lleg a obispo en 423. Particip activamente de las controversias
cristolgicas en torno del nestorianismo, que se negaba a dar a Mara el epteto de
Madre de Dios y le reservaba el de Madre de Cristo. Eso lo llev a oponerse a
Cirilo de Alejandra. Sus obras se caracterizan por atenerse a las exgesis de las
escrituras. En su Curacin de las enfermedades griegas, intent probar el cristianismo
desde la filosofa griega, mostrndola como un presentimiento de la verdad cristiana
oscurecida por el error de las ideas y prcticas paganas.
TEODORO METOCHTES Poltico bizantino nacido en Constantinopla, que vivi entre 1270
y 1332. Fue un autor prolfico entre cuyas obras se hallan comentarios a Aristteles.
VALERIO MXIMO Escritor latino activo durante el reinado de Tiberio, perteneciente al
crculo de Ovidio. Su obra constituye una recopilacin de ancdotas histricas
preparada para usarse en las escuelas de retrica a los efectos de embellecer con ellas
los discursos. No se trata de un autor intelectualmente cuidadoso, pero se vale de
fuentes que no conservamos.
VITRUVIO Arquitecto romano del s. I a.C., autor de un tratado de esa disciplina pleno de
digresiones que muestran su conocimiento acerca de la cultura grecolatina en general y
de las escuelas de filosofa especialmente.

253

ndice de nombres propios


El siguiente listado consigna los nombres propios mencionados en la obra. Los nmeros
remiten a los testimonios. Las referencias a las notas estn seguidas de la letra n. Los casos en
que el nombre en cuestin aparece como ttulo de la obra de otro autor presentan el nmero de
testimonio seguido de la letra t.

Academia 8, 10, 22, 109, 258, 268, 10n,


34n, 56n, 95n, 153n, 258n, 336n
Adimanto 2, 2n
Afrodita 457, 462, 476n, 553n
Agamenn 165
Alcibades 21, 391, 563, 645, 4n, 78t,
79t, 535nt, 564n
Alcidamante 140, 75n, 299n
Alcimo 262, 318
Alejandro Magno 22, 271, 335, 671,
145n, 262n, 337n, 681, 687n, 706n
Alxino de Elea 141, 150, 192, 319,
272, 317, 320-322, 324-333, 335, 337341, 462, 42n, 141n, 150n, 184n, 188n,
201n, 272n, 319n, 322n, 324n, 325n,
326n, 329n, 332n, 333n, 335n, 336n,
337n, 338n, 339n, 341n
Alexis 368, 461
Alfeo 319
Amfcrates 693
Aminias 193, 196
Amntoros 307
Amonio 121
Anaxgoras 8, 116n, 218n
Anaximandro 8
Anaxmenes de Lmpsaco 7, 299t, 299n
Anaxmenes de Mileto 8, 299t, 299n
Aniceris 102, 346, 348, 606, 670-672,
693, 346n, 670n, 693n
Antpatro 337n
Anticlea 189
Antifn de Cefisia 2
Antifonte 116, 121, 418, 116n, 121n
Antgona 681n
Antgono de Caristo 188, 288, 687n,
188n, 279, 350
Antpatro de Cirene 238, 239, 346, 348,
655, 656, 238n, 655n
Antstenes de Atenas 3-8, 22, 10, 13,
14, 21, 24, 28, 58, 59, 102, 111, 329,

385, 397, 555, 643-645, 693, 3n, 4n,


10n, 78n, 88n, 207n, 225n, 231n, 238n,
273n, 274n, 278n, 305n, 359n, 385n,
424n, 552n, 557n, 572n, 589n, 632n,
713n
Apolodoro 2-5, 21, 58, 59, 2n, 3n
Apolnides de Nicea 270
Apolonio Crono 141, 194-196, 42n,
141n 193n, 196n
Apolonio de Tiro 265
Aqueloo 182
Arepago 693, 693n
Arete 346-348, 648, 650, 653, 654,
292n, 347n, 354n, 553n, 648n, 654n,
655n
Argeia 205
Arstides 262, 318
Aristipo de Cirene 3, 4, 6-8, 10, 13, 14,
15, 16, 18, 21, 24, 58, 59, 111, 129,
297, 299, 345-357, 359-383, 385-419,
426, 428-437, 439-449, 451-458, 460,
462-497, 499-505, 507, 508, 510-534,
536-547, 549t, 550t, 551, 552, 554, 555,
557, 570, 604, 642, 693, 560-568, 571575, 581-585, 587-593, 595-598, 600602, 606-612, 619-621, 636-638, 648654, 670, 671, 3n, 17n, 28n, 57n, 262n,
292n, 296n, 299n, 306n, 320n, 345n,
347n, 351n-354n, 358n, 359n, 367n,
368n, 370n, 373n, 376n, 377n, 379n,
380n, 383n-386n, 390n, 392n, 393n,
396n, 404n-406n, 408n, 409n, 417n,
420n, 424n, 429n, 432n, 436n, 441n,
445n, 452n, 459n, 461n, 463n, 464n,
466n, 476n, 484n, 489n, 494n, 495n,
499n, 500n, 502n, 523n-528n, 532n,
537n, 538n, 549n, 551n-553n, 557n,
561n, 570n, 572n, 589n, 593n, 596n,
601n, 604n, 609n, 628n, 632n, 634n,
635n, , 637n, 642n, 648n, 649n, 651n,
254

653n, 654n, 655n, 658n, 663n, 666n,


672n, 673n, 677n, 681n, 693n
Aristipo Metrodidacta 346, 348, 648,
650, 651-654, 262n, 292n, 299n, 345n,
549n, 589n, 590n, 634n, 648n, 651n,
653n, 663n
Aristfanes 81, 1n, 55n, 357n, 109n,
274n, 368n, 698n
Aristn de Quos, 2, 86, 202, 203, 324,
349, 513, 574, 201n, 324n, 349n, 513n,
574n
Aristteles de Cirene 262, 318, 658662, 217n, 262n, 658n
Aristteles de Estagira 7, 117, 121, 144147, 183, 247, 251, 299, 335, 336, 337,
562, 567, 600-602, 654, 12n, 18n, 27n,
52n, 74n, 110n, 113n, 120n, 132n,
133n, 141n, 144n-146n, 152n, 196n,
208n, 209n, 217n, 218n, 221n, 225n,
226n, 229n, 230n, 236n, 238n, 262n,
271n-274n, 299n, 305n, 306n, 308n,
333n, 335n, 336n, 552n, 553n, 562n,
567n, 572n, 578n, 581n, 586n, 589n,
600n, 602n, 619n
Aritas de Cirene 354,354n
Arquedemo 239
Arquelao 8, 14, 8n
Arquesilao 34, 201-204, 339, 494, 632,
717, 34n, 201n, 339n, 494n, 717n
Arquimedes 120n
Arquitas de Tarento 122n
Artafernes 513
Artemisia 205
Asclepades de Fliunte 267, 268
Aspasia de Mileto 292n
Aster 565,565n
talo 714,714n
Atenas 6-8, 21, 56, 66, 245, 278, 353,
357, 374, 375, 392, 434, 439, 452, 599,
643-646, 688, 693, 34n, 56n, 60n, 66n,
145n, 204n, 259n, 267n, 296n, 392n,
432n, 553n, 648n, 656n, 687n, 693n,
696n
Atenea 274, 273n
Ayantodoro 2
Balbo 605
Bas de Priene 76n

Bion de Borstenes 273, 469, 715-717,


273n, 496n, 717n
Bcoris 341
Brisn Aqueo 104n
Brisn de Heraclea 8, 21, 93, 94, 103105, 110-112, 106-108, 113-122, 150,
317, 555, 675, 676, 8n, 94n, 103n-105n,
112n, 113n, 116n, 120n, 122n, 209n,
258n, 400n, 675n
Calcis 325
Calias de Atenas 299t, 549t, 299n
Calicles 570n, 589n
Calcrates 189
Califo 600
Calmaco 196, 230, 337, 714, 196n,
230n, 319n, 373n, 697n
Calstrato 140
Camelen de Heraclea 691
Caribdis 400, 401, 400n
Carino 291
Crmides 4n
Carnades 8, 110, 169, 182, 356, 601,
34n, 601n
Carondas 453
Catn 31
Cebes de Tebas 3, 5, 21, 22, 58, 575,
3n, 391n
Cefisodoro 146, 147, 146n, 336n
Cipselo 241
Ciro 6, 320n
Cleantes 8, 238, 239, 241, 316, 627,
238n
Cleombroto 3, 4, 58, 59, 373-375, 646,
3n, 373n, 666n
Clinias 564, 645, 564n
Clinmaco de Turio 8, 21, 44, 48, 9194, 95t, 104, 106, 8n, 91n, 95n, 100n,
103n, 104n
Clstenes 340
Clitarco 262, 318, 662, 262n
Colotes de Lmpsaco 305, 632, 304n,
305n, 632n
Corinto 66, 241, 247, 432, 487, 693,
561n
Corisco 164, 164n
Crantor 201, 341nt
Crateia 561
Crtero el Macedonio 337, 337n
255

Crates de Tebas 8, 46, 259-262, 264,


265, 273, 318, 675, 677, 103n, 184n,
262n, 263n, 273n, 589n, 648n, 675n,
693n
Crates el Peripattico 263n
Crtilo 210, 3nt, 193nt, 207nt, 210nt
305nt
Cratstolo 124
Crisipo de Solos 8, 152, 153, 161, 165,
169, 207, 235, 238, 239, 241, 243-245,
304, 316, 327, 332, 599, 626, 152n,
153n, 207n, 238n, 241n, 244n, 255n,
315n, 328n, 332n, 343n
Critias 4n, 322n
Critbulo 2, 3, 21, 58, 3n
Critn 2, 5, 21, 376, 377, 2n, 3n, 78t,
79t, 376n, 386n
Ctesipo de Peania 3, 3n
Defobo 225
Delos 131
Demeter 562
Demetrio de Falero 693, 694, 3n, 75n,
693n
Demetrio Poliorcetes 190, 279, 280287, 188n, 260n, 279n, 282n, 298n,
687n, 693n
Demcrito de Abdera 312, 619, 703,
218n, 570n, 698n
Demdoco 2
Demonacte de Chipre 551, 551n
Demstenes 133, 135-137, 139, 140,
481, 133n, 336n, 484n, 614n
Digoras de Melos 691, 696-703, 705712, 696n, 704n
Dfilo del Bsforo 262, 318, 262n
Diocles de Cnido 408, 619t, 717
Dioclides de Mgara 260, 259n
Diodoro Crono 132, 193-235, 237, 238,
241-245, 247-249, 251, 253, 254t-256t,
316, 328, 329, 342, 600, 601, 42n, 88n,
114n, 132n, 141n, 144n, 152n, 172n,
193n, 196n, 198n, 204n, 205n, 207n,
208n, 210n, 213n, 217n, 218n, 221n,
224n, 225n, 230n, 231n-234n, 236n238n, 244n, 272n, 279n, 292n, 303n,
305n, 306n, 315n, 319n, 325n, 342n,
343n, 524n, 572n, 600n, 601n, 648n
Diodoro de Sicilia 66n

Digenes de Snope 6, 8, 14, 49, 96,


130, 271, 311, 351, 396, 398, 399, 431,
443, 449, 481, 482, 551, 552, 617, 669,
679, 693, 6n, 259n, 271n, 278n, 298n,
346n, 351n, 393n, 396n, 441n, 442n,
484n, 499n, 533n, 552n, 553n, 675n
Digenes de Tarso 576n, 617n
Dion de Siracusa 406, 565
Dionisio de Calcedonia 8, 41, 100-102,
338, 693, 8n, 41n, 100n, 102n, 105n,
338n, 693n
Dionisio de Halicarnaso 619, 619n
Dionisio de Siracusa 367, 376, 390,
391, 397, 398, 400-413, 415, 416, 418429, 441, 445, , 460, 472, 476, 488,
510, 643, 647, 367n, 400n, 404n, 409n,
413n, 417n, 420n, 424n, 452n, 502n,
553t
Dionisio el Joven 122n
Dionisio Tracio 189n, 225n
Dionisodoro 150, 317, 150n
Diotimo el estoico 619, 619n
Edipo 436
Efipo de Atenas 109, 258, 109n, 258n
Eforo 319, 319n
Egina 3, 4, 58, 59, 271, 279, 373-376,
388, 482, 646, 3n, 53n, 373n, 484n
Electra 632n
Elis 319, 494, 14nt, 657n, 267n
Empdocles de Agrigento 568, 568n
Enpides 116n
Epaminondas 7
Epcrates de Sacesforo 645
Epicuro de Samos 8, 20, 30, 146, 148,
149, 234, 284, 308, 327, 412, 451, 589,
590, 595, 597-601, 603, 606-608, 615617, 619-621, 624, 625, 627, 628, 632,
636, 642, 673, 693, 703, 87n, 146n,
148n, 218n, 234n, 308n, 333n, 336n,
376n, 495n, 576n, 589n, 606n, 610n,
617n, 623n, 628n, 632n, 663n, 689n,
670n 693n
Epgenes 2, 3, 5, 58, 299t, 2n, 3n, 299n
Epimnides 153n
Epitmides de Cirene 346, 348, 657n
Equcrates 3, 58, 373
Erineo 66
Erostrofo 569, 569n
256

Escipin el Africano 241


Esfero 669n
Esparta 1, 255n
Espeusipo 95, 550, 95n, 125n, 267n,
392n, 566n
Esquines de Esfeto 2, 3, 5-7, 10, 21, 28,
58, 64, 78t, 79t, 353, 376, 377, 390-394,
401, 575, 2n, 354n, 359n, 376n, 377n,
386n, 390n, 392n, 393n, 400n , 373n
Estilpn de Mgara 8, 14, 43-45, 96, 97,
105, 110, 196, 197, 257, 260-288, 291308, 310-313, 318, 321, 326, 328, 549,
657, 662, 693, 8n, 11n, 20n, 44n, 96n,
99n, 103n, 110n, 132n, 188n, 196n,
257n, 259n-263n, 266n, 267n, 270n275n, 278n, 279n, 281n, 282n, 291n,
292n, 295n, 296n, 298n-300n, 302n310n, 318n, 325n, 326n, 328n, 337n,
339n, 524n, 549n, 553n, 677n, 693n
Estrabn 51, 193n
Estratn de Lmpsaco 448, 314n
Etope de Ptolemais 346, 655n
Etna 449
Eublides de Mileto 42, 133-136, 138152, 188, 192, 193, 196, 319, 321, 331,
333, 42n, 44n, 88n, 103n, 133n, 134n,
140n, 141n, 144n, 145n, 148n, 152n,
188n, 193n, 196n, 213n, 317, 236n,
325n, 335n, 336n, 553n, 515n, 572n
Euclides 76n
Euclides de Mgara 3, 6, 8, 10, 14, 16,
18, 21, 28, 41-78, 80, 81, 83-85, 88-93,
96, 97, 100, 104, 133, 237, 257, 259,
260, 261, 3n, 11n, 41n, 42n, 52n, 53n,
57n-60n, 66n, 67n, 73n, 77n, 78n, 80n,
83n, 84n, 88n, 89n, 91n, 95n, 96n, 99n,
102n-104n, 109n, 133n, 150n, 207n,
213n, 257n, 259n, 260n, 304n, 305n,
309n, 376n, 391n, 393n, 515n, 570n
Eudoxo 122
Eufanto de Olinto 141, 188-192
Eufrn de Mgara 63
Eumaro Filiasio 21
Eumenes 337n
Euriclides 693
Eurpides 82, 410, 82n, 409n, 410n,
414, 476n, 634n, 674n
Euriplemo 645

Eusebio 335n, 336n


Eutidemo de Turios 150, 317, 645,
150nt, 152nt, 564n, 572n
Eutquides 359
Evatlo 162
Evmero de Tegea 697, 698, 706, 707,
712, 711, 697n
Exaineto 262, 318, 262n
Fanias de Ereso 132, 254, 132n
Farnabazo 514
Farnabazo II 553n
Favorino 431, 713
Fedn de Elis 3-5, 8, 10, 14, 21, 22, 28,
58, 59, 88, 267, 346, 373-375, 389, 453,
575, 645, 2nt, 3n, 4nt, 11n, 12nt, 59nt,
78n, 267n, 296n, 299n, 325n, 354nt,
373nt, 378nt, 663nt
Fedondas 3, 58, 3n
Fedro de Mirrinunte 565, 645, 8nt,
113nt, 565n
Fenias de Ereso 353, 353n
Fnice 78t, 79t, 307
Fercides 8
Filipo de Macedonia 145, 335, 145n
Filipo de Mgara 8, 10, 318, 662, 110n,
188n, 318n
Filisco de Egina 271, 271n
Filxeno de Eretria 339
Focin de Atenas 311, 680, 680n
Foitn de Regio 400, 401
Frasidemo el Peripattico 262, 318
Glaucn de Atenas 21, 645
Gorgias 19t, 19nt, 77nt, 207nt, 225nt,
296nt
Grecia 261, 262, 318, 537, 476nt, 553n
Hades 182, 501, 513, 647, 373n, 513n
Hegesias de Cirene 346, 348, 664-669,
346n, 373n, 479n, 663n, 664n, 666n,
669n, 670n, 681n
Helena de Troya 225, 225n
Helicn de Czico 108, 122, 400, 122n,
400n, 404n
Hera 393
Heracles 273, 361, 643, 645, 688
Herclides 261, 325, 338, 263, 338n
Herclides de Lembo 257, 261, 263,
325, 338
Herclides del Ponto 338n
257

Herclides el Pitagrico 9
Hermarco 333, 333n
Hermias 553t, 562, 553n, 562n,
Hermipo de Esmirna 291, 319, 337,
714, 319n
Hermodoro 60, 61
Hermgenes 3-5, 58, 59, 3n
Herdoro 103
Herfilo el mdico 229
Hidrnimo 190
Hiparquia de Maronea 675, 677, 259n,
648n, 675n, 677n, 680n, 693n
Hiprides 82, 82n
Hipias de Quos 116n
Hipboto 8, 198
Hipcrates de Quos 116, 116n
Hircano 686
Homero 287, 333, 559, 575, 711, 89n,
119n, 189n, 193nt, 196n, 201n, 273n,
307n, 400n, 476n, 557n, 575n
Ictias de Mgara 43, 44, 96-99, 257,
261, 91n, 96n, 98n, 99n, 257n, 260n,
261n, 310n
Idomeneo de Lmpsaco 376, 377, 376n
Idotea 575n
Iscmaco 357, 357n
Iscrates 7, 122, 140, 122n, 146n, 258n,
319n, 336n, 553n, 656n
Jenarco 27
Jencrates 101, 214, 269, 566, 657,
102n, 213n, 267n, 566n, 657n
Jenofonte de Atenas 4, 6, 7, 10, 21, 22,
28, 329, 386-388, 564, 580, 3n, 6n, 10n,
27n, 78n, 299n, 300n, 320n, 354n,
357n, 358n, 386n, 429n, 432n, 500n,
537n, 564n, 570n, 572n, 580n, 610n
Jenomedes 21
Lactancio 85n
Las de Corinto 445, 481-491, 553t,
609, 659, 347n, 484n, 546n, 553n,
609n, 658n
Lamprias 78t, 79t
Len de Pella 706, 706n
Leucipo 703
Libia 471, 537, 553, 570, 693, 553n
Libitinia 180
Licimnio 113, 113n
Licofrn 123, 306n

Lparis 647, 353n


Lisanias de Esfeto 2, 400, 401
Lisias 21, 82, 95t, 39n, 82n
Lismaco de Tracia 677, 681-684, 687689, 693, 714, 681n, 693n, 714n
Lucilio 90
Magas 693, 693n
Mgara 3, 8, 18, 21, 44, 50, 51, 53-56,
58, 60, 63, 65, 66, 72, 84, 85, 92, 98,
237, 245, 260, 261, 268, 270, 272, 273,
279, 280, 281, 283, 287, 288, 291, 292,
311, 326, 392, 53n, 56n, 60n, 96n, 99n,
126n, 260n, 267n, 279n, 298n, 325n,
342n 392n, 432n, 570n
Melanto 513
Meleto 2
Meliso de Samos 224n, 306n
Memnn 192, 321
Menecleo 333
Menedemo de Eretria 8, 14, 18, 21, 48,
110, 190, 201, 202, 267, 269, 326, 327,
338, 340, 657, 11n, 184n, 201n, 260n,
267n, 319n, 325n, 326n, 338n, 657n
Menelao de Esparta 225, 575n
Menxena 205
Menxeno 3, 58, 205t, 3n
Menipo 452
Metrocles de Maronea 294, 299t, 301,
693, 299n, 396n, 693n
Metrodoro el Teoremtico 30, 262, 318,
617, 637, 662, 617n, 637n
Midas 253
Minos 406
Mirmex, 262, 318, 262n
Mitres 693
Mnesstrato 614n
Momo 196, 196n
Mosco 299t, 299n
Museo de Sidn 200
Neleo 182
Necabis 341
Nicanor de Chipre 706, 567n
Nicareta de Mgara 292, 293, 292n,
326n
Nicodemo 127
Nicmaco 567, 567n
Nicstrato 2
Nicoteles 671
258

Numa 29, 29n


Odiseo 513, 513n
Olimpia 124, 319, 319n
Onescrito 271n
Onetor 293
Orestes 165, 634n
Panecio 28, 26n, 78n
Pantacleia 205
Pantoides de Mgara 150, 238, 314317, 331, 150n, 314n, 315n, 316n
Paralio 2
Parebates de Cirene 269, 346, 348, 657,
671, 657n, 670n
Paris de Troya 225
Parmnides de Elea 83, 84, 302, 132nt,
224n, 306n, 328n, 572n, 575n, 632nt
Pasicles de Tebas 46, 259, 260, 46n,
259n, 260n
Pausanias 568, 476n, 586n
Peleo 307
Penlope 169, 513, 513n
Peoneo 262, 318
Periandro 561, 561n
Pericles 330, 645, 56nt, 292n
Persfone 513n
Perseo 300, 300n
Pirrn de Elis 8, 9, 21, 104, 105, 110,
201-203, 637, 638, 675, 103n, 105n,
201n, 229n, 637n, 651n, 675n
Pitgoras 8, 560, 703, 553n, 560n,
Pitia 560, 553n, 560n, 562n, 569n
Platn de Atenas 2-4, 6-8, 10, 12, 14,
17-22, 28, 30, 34, 35, 49, 56, 58-62, 65,
84, 92, 93, 104, 109, 111t, 135, 136,
139, 145, 201, 202, 203, 218, 258, 260,
268, 269, 305, 317, 322, 329, 345, 346,
348, 352, 374-380, 382, 384, 390-392,
400-404, 408-410, 413-416, 426, 431,
438, 448, 452, 460, 555, 565, 580, 605,
632, 634, 703, 704, 2n-4n, 6n, 8n, 10n,
12n, 17n, 27n, 65n, 66n, 73n, 74n, 77n,
78n, 84n, 88n, 95n, 103n, 109n, 113n,
122n, 132n, 152n, 172n, 193n, 207n,
208n, 210n, 213n, 258n, 267n, 292n,
299n, 304n, 305n, 308n, 328n, 336n,
336n, 349n, 353n, 354n, 373n, 376n,
377n, 379n, 380n, 384n, 386n, 390n,
392n, 396n, 400n, 409n, 424n, 436n,

441n, 445n, 452n, 459n, 463n, 510n,


525n, 526n, 527n, 529n, 535n, 539n,
553n, 557n, 564n, 565n, 566n, 570n,
572n, 580n, 583n, 586n, 589n, 592n,
596n, 614n, 632n, 635n, 640n, 657n,
663n, 666n, 674n, 704n
Plauto 31
Plstano de Elis 267
Polemn 34, 566, 601, 566n, 601n
Polidora 513
Polxeno 108, 122-132, 254, 381, 107n,
109n, 122n, 127n, 132n, 273n, 303n,
353n, 400n
Poseidn 182, 276
Posidonio 614, 619, 671, 619n
Proclo 121
Prdico de Ceos 641, 645, 707
Protgoras de Abdera 162, 176, 236,
237, 628, 637, 699, 707, 153n, 274n,
299nt, 589n, 628n, 632n, 635n, 651n,
707n
Proteo 575n
Ptolomeo II Filadelfo 664n
Ptolomeo III Euergetes 189, 187n
Ptolomeo I Soter 196, 260, 279, 299t,
665, 693, 260n, 279n, 681n, 687n,
693n, 664n, 669n
Ptolomeo VIII Euergetes II 189n
Quercrates 299t, 299n
Querefonte 21, 21n
Quimera 406
Rodas 437, 687n
Stiras 90t, 183nt
Stiro 568
Smele 687, 688, 693
Sneca Lucio Anneo 87n, 266n, 283n,
308n
Sicilia 390, 400, 402, 407, 431, 452,
396n, 400n, 697n
Simias de Tebas 3, 5, 21, 22, 58, 262,
293, 318, 662, 3n, 262n, 391n
Simn de Atenas 21
Simnides 691t, 424n
Siracusa 391, 398, 405, 431, 436, 645,
353n, 368n, 390n, 396n, 405n, 432n,
441n
Socin 380, 489

259

Scrates de Atenas 4-6, 8, 10, 12-14,


20, 21, 23, 24, 29, 33, 54, 56, 57, 59,
61-63, 65, 84, 92, 93, 104, 110, 305,
306, 345, 353, 354, 357-360, 370-377,
379, 386, 388, 389, 391, 424, 425, 434,
444, 452, 474, 492, 504, 514, 551, 553t,
563, 569-572, 574, 575, 580, 590, 632,
634, 645, 646, 651, 652, 691, 703, 1n4nt, 8n, 10n-12n, 20n, 27n, 53n, 56n,
57n, 60n, 78n, 104n, 273n, 274n, 296n,
299n, 300n, 319n, 322n, 328n, 345n,
353n, 354n, 357n, 368n, 370n, 373n,
377n-379n, 386n, 432n, 479n, 489n,
523n, 525n, 526n, 537n, 564n, 570n,
572n, 580n, 586n, 596n, 651n
Sfilo 291, 291n
Sfocles 81, 165n, 408n
Sofrn 27
Tales de Mileto 8, 225
Tasurco 329
Tauro 56, 56n
Tauromenio 127, 336n
Teeteto 66, 66nt, 635nt, 674nt
Telgono 189
Telmaco 575n
Telsforo 687, 687n
Temstocles 307
Tecrito 250
Teodoro de Cirene 8, 21, 102, 107, 110,
274, 275, 345, 346, 348, 378, 674-718,
8n, 102n, 103n, 110n, 274n, 275n,
346n, 378n, 396n, 501n, 670n, 674n,
675n, 677n, 679n-681n, 687n, 693n,
695n, 704n, 713n, 717n, 718n
Teodota 494

Tedoto 2
Tefides 333
Teofrasto de Ereso 8, 52, 201, 262, 318,
567, 662, 714, 34n, 52n, 113n, 132n,
262n, 314n, 567n
Teognis 205, 205n
Teopompo de Quos 111, 555, 111n,
553n
Terpsin de Mgara 3, 4, 18, 21, 58, 59,
63, 66, 3n, 21n, 58n, 391n
Tesalia 307
Tifn 273
Timgoras de Gela 262, 318, 662
Timcrates 461, 617t
Timn de Fliunte 88, 201, 202, 270,
442, 201n, 270n, 442n
Timoteo 523
Tndaro 461t
Trasmaco de Corinto 96, 109, 257,
258, 261, 109n, 257n-261n
Treinta Tiranos 4n
Varrn Marco Terencio 244
Venus 610
Zenn de Citio 8, 350, 532, 675, 198n,
225n, 259n, 262n, 263n, 300n, 319n,
322n, 324n, 336n, 338n, 532n, 601n,
675n
Zenn de Elea 349, 198n, 225n
Zenn de Sidn 198n
Zenn el Joven 198n
Zeus 161, 182, 225, 272, 274, 305, 326,
450, 572, 688, 697, 193n, 273n, 274n,
697nt
Zpiro el fisonomista 296n

260

Tabla de correspondencias
Consignamos las correspondencias que permitan identificar y comparar pasajes entre la
presente obra (Filsofos socrticos [FS]) y la edicin de G. Giannantoni (Socratis et
Socraticorum Reliquiae, Napoli, 1990 [SSR]) y viceversa.
FS a SSR
3 I.H.1
4 I.H.1
5 I.H.1
6 I.H.2
7 I.H.3
8 I.H.6
9 I.H.6
10 I.H.5
11 I.H.4
12 I.H.4
13 I.H.11
14 I.H.8
15 I.H.8
16 I.H.9
17 I.H.9
18 I.H.9
19 I.H.9
20 I.H.10
22 I.H.12
23 I.H.13
24 I.H.13
25 I.H.14
26 I.H.15
28 I.H.17
29 I.H.19
30 I.H.20
31 I.H.21
32 I.H.21
33 I.H.21
34 I.H.18
35 I.H.22
36 I.H.22
37 I.H.22
38 I.H.22
39 I.H.23
40 I.H.24
41 II.A.22
42 II.A.23
43 II.A.22
44 II.A.24
45 II.A.24
46 II.A.25
47 II.A.26
48 II.A.27
49 II.A.28
50 II.A.29
51 II.A.29
52 II.A.35
53 II.A.1
54 II.A.1

55 II.A.1
56 II.A.2
57 II.A.3
58 I.H.1
59 I.H.1
60 II.A.5
61 II.A.5
62 II.A.5
63 II.A.6
64 II.A.7
65 II.A.8
66 II.A.9
67 II.A.15
68 II.A.15
69 II.A.15
70 II.A.15
71 II.A.15
72 II.A.16
73 II.A.17
74 II.A.18
75 II.A.19
76 II.A.20
77 II.A.21
78 II.A.10
79 II.A.10
80 II.A.12
81 II.A.13
82 II.A.14
83 II.A.30
84 II.A.31
85 II.A.31
86 II.A.32
88 II.A.34
89 II.A.11
90 II.A.11
91 II.I.1
92 II.I.2
93 II.S.2
94 II.I.3
95 II.I.4
96 II.H.1-2
97 II.A.22
98 II.H.1
99 II.H.3
100 II.P.3
101 II.P.1
102 II.P.2
103 II.S.1
104 II.S.2
105 II.S.2
106 II.S.2

107 II.S.3
108 II.S.4
109 II.S.6
110 II.S.7
111 II.S.7
112 II.S.8
113 II.S.9
114 II.S.9
115 II.S.9
116 II.S.11
117 II.S.11
118 II.S.11
119 II.S.10
120 II.S.10
121 II.S.10
122 II.T.1
123 II.T.2
124 II.T.3
125 II.T.4
126 II.T.4
127 II.T.5
128 II.T.6
129 II.T.7
130 II.T.8
131 II.T.9
132 II.T.10
133 II.B.1
134 II.B.1
135 II.B.1
136 II.B.2
137 II.B.3
138 II.B.3
139 II.B.3
140 II.B.4
141 II.B.5
142 II.B.6
143 II.B.7
144 II.B.8
145 II.B.9
146 II.B.10
147 II.B.11
148 II.B.17
149 II.B.19
150 II.B.12
151 II.B.13
152 II.B.13
188 II.D.1
192 II.C.3
193 II.E.1
194 II.E.2
195 II.E.2

196 II.F.1
197 II.F.2
198 II.F.3
199 II.F.3
200 II.F.3
201 II.F.4
202 II.F.4
203 II.F.4
204 II.F.5
205 II.F.6
206 II.F.6
207 II.F.7
208 II.F.7
209 II.F.7
210 II.F.7
211 II.F.7
212 II.F.7
213 II.F.8
214 II.F.8
215 II.F.8
216 II.F.8
217 II.F.8
218 II.F.10
219 II.F.10
220 II.F.10
221 II.F.9
222 II.F.9
223 II.F.11
224 II.F.12
225 II.F.13
226 II.F.14
227 II.F.15
228 II.F.16
229 II.F.17
230 II.F.18
231 II.F.20
232 II.F.19
233 II.F.21
234 II.F.22
235 II.F.23
236 II.B.15
237 II.B.16
238 II.F.24
239 II.F.24
240 II.F.24
241 II.F.24
242 II.F.25
243 II.F.25
244 II.F.25
245 II.F.26
246 II.F.26

247 II.F.27
248 II.F.27
249 II.F.27
250 II.F.28
251 II.F.29
252 II.F.30
253 II.F.31
254 II.F.32
255 II.F.33
256 II.F.33
257 II.H.2/M.1
258 II.S.6
259 II.L.1
260 II.O.1
261 II.O.2
262 II.O.3
263 II.O.4
264 II.O.4
265 II.O.4
266 II.O.5
267 II.O.7
268 II.O.7
269 II.O.7
270 II.O.8
271 II.O.9
272 II.O.10
273 II.O.6
274 II.O.12
275 II.O.13
276 II.O.20
277 II.O.21
278 II.O.11
279 II.O.14-5
280 II.O.15
281 II.O.15
282 II.O.15
283 II.O.15
284 II.O.15
285 II.O.15
286 II.O.15
287 II.O.15
288 II.O.15
289 II.O.15
290 II.O.15
291 II.O.16
292 II.O.17
293 II.O.17
294 II.O.17
295 II.O.18
296 II.O.19
297 II.O.19
298 II.O.22
299 II.O.23
300 II.O.24
301 II.O.25
302 II.O.26
303 II.O.27
304 II.O.28

305 II.O.29
306 II.O.30
307 II.O.31
308 II.O.33
309 II.O.34
310 II.O.35
311 II.O.35
312 II.O.36
313 II.O.37
314 II.Q.1
315 II.Q.2
316 II.Q.3
317 II.Q.3
318 II.R.1
319 II.C.1
320 II.C.2
321 II.C.3
322 II.C.4
323 II.C.4
324 II.C.5
325 II.C.6
326 II.C.6
327 II.C.7
328 II.C.8
329 II.C.8
330 II.C.9
331 II.C.10
332 II.C.11
333 II.C.12
334 II.C.13
335 II.C.14
336 II.C.14
337 II.C.15
338 II.C.16
339 II.C.17
340 II.C.18
341 II.C.19
342 II.F.3
345 I.H.7
346 IV.A.160
347 IV.A.160
348 IV.A.160
349 IV.A.161
350 IV.A.161
351 IV.A.161
352 IV.A.162
353 IV.A.1
354 IV.A.1
355 IV.A.1
356 IV.A.1
357 IV.A.2
358 IV.A.3
359 IV.A.3
360 IV.A.4
361 IV.A.5
362 IV.A.5
363 IV.A.6
364 IV.A.7

365 IV.A.7
366 IV.A.12
367 IV.A.8
368 IV.A.9
369 IV.A.9
370 IV.A.10
371 IV.A.11
372 IV.A.13
373 IV.A.14
374 IV.A.14
375 IV.A.14
376 IV.A.15
377 IV.A.15
378 IV.A.15
379 IV.A.16
380 IV.A.17
381 IV.A.17
382 IV.A.17
383 IV.A.17
384 IV.A.18
385 IV.A.19
386 IV.A.20
387 IV.A.20
388 IV.A.20
389 IV.A.21
390 IV.A.22
391 IV.A.22
392 IV.A.23
393 IV.A.24
394 IV.A.24
394 IV.A.24
396 IV.A.44
397 IV.A.46
398 IV.A.47
399 IV.A.48
400 IV.A.25
401 IV.A.25
402 IV.A.26
403 IV.A.27
404 IV.A.28
405 IV.A.29
406 IV.A.29
407 IV.A.29
408 IV.A.30
409 IV.A.31
410 IV.A.31
411 IV.A.31
412 IV.A.32
413 IV.A.32
414 IV.A.33
415 IV.A.34
416 IV.A.34
417 IV.A.35
418 IV.A.36
419 IV.A.36
420 IV.A.36
421 IV.A.42
422 IV.A.37

423 IV.A.37
424 IV.A.38
425 IV.A.38
426 IV.A.39
427 IV.A.40
428 IV.A.40
429 IV.A.41
430 IV.A.41
431 IV.A.43
432 IV.A.49
433 IV.A.49
434 IV.A.49
435 IV.A.49
436 IV.A.50
437 IV.A.50
438 IV.A.50
439 IV.A.50
440 IV.A.50
441 IV.A.51
442 IV.A.51
443 IV.A.51
444 IV.A.52
445 IV.A.53
446 IV.A.54
447 IV.A.56
448 IV.A.57
449 IV.A.58
450 IV.A.59
451 IV.A.60
452 IV.A.62
453 IV.A.63
454 IV.A.64
455 IV.A.65
456 IV.A.66
457 IV.A.67
458 IV.A.68
459 IV.A.69
460 IV.A.70
461 IV.A.71
462 IV.A.72
463 IV.A.73
464 IV.A.74
465 IV.A.84
466 IV.A.75
467 IV.A.76
468 IV.A.77
469 IV.A.79
470 IV.A.79
471 IV.A.80
472 IV.A.82
473 IV.A.83
474 IV.A.83
475 IV.A.85
476 IV.A.86
477 IV.A.87
478 IV.A.89
479 IV.A.88
480 IV.A.90

481 IV.A.91
482 IV.A.92
483 IV.A.93
484 IV.A.94
485 IV.A.95
486 IV.A.95
487 IV.A.95
488 IV.A.96
489 IV.A.96
490 IV.A.96
491 IV.A.96
492 IV.A.97
493 IV.A.98
494 IV.A.99
495 IV.A.100
496 IV.A.100
497 IV.A.100
498 IV.A.100
499 IV.A.101
500 IV.A.102
501 IV.A.103
502 IV.A.104
503 IV.A.104
504 IV.A.104
505 IV.A.104
506 IV.A.104
507 IV.A.104
508 IV.A.105
509 IV.A.105
510 IV.A.106
511 IV.A.106
512 IV.A.106
513 IV.A.107
514 IV.A.108
515 IV.A.109
516 IV.A.110
517 IV.A.111
518 IV.A.112
519 IV.A.112
520 IV.A.112
521 IV.A.113
522 IV.A.115
523 IV.A.114
524 IV.A.116
525 IV.A.117
526 IV.A.118
527 IV.A.120
528 IV.A.121
529 IV.A.122
530 IV.A.124
531 IV.A.125
532 IV.A.126
533 IV.A.127
534 IV.A.128
535 IV.A.129
536 IV.A.130
537 IV.A.131
538 IV.A.132

539 IV.A.133
540 IV.A.134
541 IV.A.135
542 IV.A.136
543 IV.A.136
544 IV.A.136
545 IV.A.136
546 IV.A.137
547 IV.A.138
548 IV.A.139
549 IV.A.140
550 IV.A.141
551 IV.A.142
552 IV.A.143
553 IV.A.144
554 IV.A.145
555 IV.A.146
556 IV.A.148
557 IV.A.149
558 IV.A.149
559 IV.A.149
560 IV.A.150
561 IV.A.151
562 IV.A.152
563 IV.A.153
564 IV.A.154
565 IV.A.155
566 IV.A.156
567 IV.A.157
568 IV.A.158
569 IV.A.159
570 IV.A.163
571 IV.A.164
572 IV.A.165
573 IV.A.166
574 IV.A.166
575 IV.A.166
576 IV.A.167
577 IV.A.168
578 IV.A.168
579 IV.A.168
580 IV.A.169
581 IV.A.170
582 IV.A.170
583 IV.A.170
584 IV.A.170
585 IV.A.170
586 IV.A.171
587 IV.A.171
588 IV.A.171
589 IV.A.172
590 IV.A.173
591 IV.A.174
592 IV.A.174
593 IV.A.175
594 IV.A.175
595 IV.A.176
596 IV.A.177

597 IV.A.180
598 IV.A.181
599 IV.A.182
600 IV.A.183
601 IV.A.184
602 IV.A.185
603 IV.A.186
604 IV.A.187
405 IV.A.188
606 IV.A.189
607 IV.A.190
608 IV.A.191
609 IV.A.192
610 IV.A.193
611 IV.A.194
612 IV.A.195
613 IV.A.196
614 IV.A.197
615 IV.A.198
616 IV.A.199
617 IV.A.200
618 IV.A.201
619 IV.A.202
620 IV.A.203
621 IV.A.204
622 IV.A.205
623 IV.A.206
264 IV.A.207
625 IV.A.208
626 IV.A.208
627 IV.A.208
628 IV.A.209
629 IV.A.209
630 IV.A.209
631 IV.A.210
632 IV.A.211
633 IV.A.212
634 IV.A.213
635 IV.A.214
636 IV.A.215
637 IV.A.216
638 IV.A.217
639 IV.A.218
640 IV.A.219
641 IV.A.220
642 IV.A.221
643 IV.A.222
644 IV.A.223
645 IV.A.224
646 IV.A.225
647 IV.A.226
648 IV.B.1
649 IV.B.1
650 IV.B.2
651 IV.B.3
652 IV.B.4
653 IV.B.5
654 IV.B.6

655 IV.C.1
656 IV.C.2
657 IV.D.1
658 IV.E.1
659 IV.E.2
660 IV.E.4
661 IV.E.3
662 IV.E.5
663 IV.F.1
664 IV.F.2
665 IV.F.3
666 IV.F.4
667 IV.F.5
668 IV.F.6
669 IV.F.7
670 IV.G.1
671 IV.G.2
672 IV.G.3
673 IV.G.4
674 IV.H.1
675 IV.H.2
676 IV.H.2
677 IV.H.3
678 IV.H.4
679 IV.H.5
680 IV.H.6
681 IV.H.7
682 IV.H.7
683 IV.H.7
684 IV.H.7
685 IV.H.7
686 IV.H.7
687 IV.H.9
688 IV.H.9
689 IV.H.10
690 IV.H.10
691 IV.H.11
692 IV.H.12
693 IV.H.13
694 IV.H.14
695 IV.H.15
696 IV.H.16
697 IV.H.17
698 IV.H.18
699 IV.H.19
700 IV.H.19
701 IV.H.19
702 IV.H.20
703 IV.H.20
704 IV.H.20
705 IV.H.21
706 IV.H.22
707 IV.H.23
708 IV.H.23
709 IV.H.24
710 IV.H.24
711 IV.H.25
712 IV.H.25

713 IV.H.26
714 IV.H.27
715 IV.H.28
716 IV.H.28
717 IV.H.29
718 IV.H.31
SSR a FS
I.H.1 3-5
I.H.2 6
I.H.3 7
I.H.4 11-2
I.H.5 10
I.H.6 8-9
I.H.7 345
I.H.8 14-5
I.H.9 16-9
I.H.10 20
I.H.11 13
I.H.12 22
I.H.13 23, 24
I.H.14 25
I.H.15 26
I.H.17 28
I.H.18 34
I.H.19 29
I.H.20 30
I.H.21 31-3
I.H.22 35-8
I.H.23 39
I.H.24 40
II.A.1 53-5
II.A.2 56
II.A.3 57
II.A.5 60-2
II.A.6 63
II.A.7 64
II.A.8 65
II.A.9 66
II.A.10 78-9
II.A.11 88-9
II.A.12 80
II.A.13 81
II.A.14 82
II.A.15 67-71
II.A.16 72
II.A.17 73
II.A.18 74
II.A.19 75
II.A.20 76
II.A.21 77
II.A.22 41, 43, 97
II.A.23 42
II.A.24 44-5
II.A.25 46
II.A.26 47
II.A.27 48
II.A.28 49

II.A.29 50, 51
II.A.30 83
II.A.31 84-5
II.A.32 86
II.A.34 88
II.A.35 52
II.B.1 133-5
II.B.2 136
II.B.3 137-9
II.B.4 140
II.B.5 141
II.B.6 142
II.B.7 143
II.B.8 144
II.B.9 145
II.B.10 146
II.B.11 147
II.B.12 150
II.B.13 151-2
II.B.15 236
II.B.16 237
II.B.17 148
II.B.19 149
II.C.1 319
II.C.2 320
II.C.3 321
II.C.4 322-3
II.C.5 324
II.C.6 325-6
II.C.7 327
II.C.8 328-9
II.C.9 330
II.C.10 331
II.C.11 332
II.C.12 333
II.C.13 334
II.C.14 335-6
II.C.15 337
II.C.16 338
II.C.17 339
II.C.18 340
II.C.19 341
II.D.1 188
II.E.1 193
II.E.2 194-5
II.F.1 196
II.F.2 197
II.F.3 198-200
II.F.4 201-3
II.F.5 204
II.F.6 205-6
II.F.7 207-12
II.F.8 213-7
II.F.9 221-2
II.F.10 218-20
II.F.11 223
II.F.12 224
II.F.13 225

II.F.14 226
II.F.15 227
II.F.16 228
II.F.17 229
II.F.18 230
II.F.19 232
II.F.20 231
II.F.21 233
II.F.22 234
II.F.23 235
II.F.24 238-41
II.F.25 242-4
II.F.26 245-6
II.F.27 247-9
II.F.28 250
II.F.29 251
II.F.30 252
II.F.31 253
II.F.32 254
II.F.33 255-6
II.H.1 96, 98
II.H.2 96, 257
II.H.3 99
II.I.1 91
II.I.2 92-3
II.I.3 94
II.I.4 95
II.L.1 259
II.M.1 257
II.O.1 260
II.O.2 261
II.O.3 262
II.O.4 263-5
II.O.5 266
II.O.6 273
II.O.7 267-9
II.O.8 270
II.O.9 271
II.O.10 272
II.O.11 278
II.O.12 274
II.O.13 275
II.O.14 279
II.O.15 279-90
II.O.16 291
II.O.17 292-4
II.O.18 295
II.O.19 296-7
II.O.20 276
II.O.21 277
II.O.22 298
II.O.23 299
II.O.24 300
II.O.25 301
II.O.26 302
II.O.27 303
II.O.28 304
II.O.29 305

II.O.30 306
II.O.31 307
II.O.32 308
II.O.33 309
II.O.34 310
II.O.35 311
II.O.36 312
II.O.37 313
II.P.1 101
II.P.2 102
II.P.3 100
II.Q.1 314
II.Q.2 315
II.Q.3 316-7
II.R.1 318
II.S.1 103
II.S.2 104-6
II.S.3 107
II.S.4 108
II.S.6 109
II.S.7 110-1
II.S.8 112
II.S.9 113-5
II.S.10 119-21
II.S.11 116-8
IV.A.1 353-6
IV.A.2 357
IV.A.3 358-9
IV.A.4 360
IV.A.5 361-2
IV.A.6 363
IV.A.7 364-5
IV.A.8 367
IV.A.9 368-9
IV.A.10 370
IV.A.11 371
IV.A.12 366
IV.A.13 372
IV.A.14 373-5
IV.A.15 376-8
IV.A.16 379
IV.A.17 380-3
IV.A.18 384
IV.A.19 385
IV.A.20 386-8
IV.A.21 389
IV.A.22 390-1
IV.A.23 392
IV.A.24 393-4
IV.A.25 400-1
IV.A.26 402
IV.A.27 403
IV.A.28 404
IV.A.29 405-7
IV.A.30 408
IV.A.31 409-11
IV.A.32 412-3
IV.A.33 414

IV.A.34 415-6
IV.A.35 417
IV.A.36 418-20
IV.A.37 422-3
IV.A.38 424-5
IV.A.39 426
IV.A.40 427-8
IV.A.41 429-30
IV.A.42 421
IV.A.43 431
IV.A.44 396
IV.A.46 397
IV.A.47 398
IV.A.48 399
IV.A.49 432-5
IV.A.50 436-40
IV.A.51 441-3
IV.A.52 444
IV.A.53 445
IV.A.54 446
IV.A.56 447
IV.A.57 448
IV.A.58 449
IV.A.59 450
IV.A.60 451
IV.A.62 452
IV.A.63 453
IV.A.64 454
IV.A.65 455
IV.A.66 456
IV.A.67 457
IV.A.68 458
IV.A.69 459
IV.A.70 460
IV.A.71 461
IV.A.72 462
IV.A.73 463
IV.A.74 464
IV.A.75 466
IV.A.76 467
IV.A.77 468
IV.A.79 469-70
IV.A.80 471
IV.A.82 472
IV.A.83 473-4
IV.A.84 465
IV.A.85 475
IV.A.86 476
IV.A.87 477
IV.A.88 479
IV.A.89 478
IV.A.90 480
IV.A.91 481
IV.A.92 482
IV.A.93 483
IV.A.94 484
IV.A.95 485-7
IV.A.96 488-91

IV.A.97 492
IV.A.98 493
IV.A.99 494
IV.A.100 495-8
IV.A.101 499
IV.A.102 500
IV.A.103 501
IV.A.104 502-7
IV.A.105 508-9
IV.A.106 510-2
IV.A.107 513
IV.A.108 514
IV.A.109 515
IV.A.110 516
IV.A.111 517
IV.A.112 518-20
IV.A.113 521
IV.A.114 523
IV.A.115 522
IV.A.116 523
IV.A.117 524
IV.A.118 525
IV.A.119 526
IV.A.120 527
IV.A.121 528
IV.A.122 529
IV.A.124 530
IV.A.125 531
IV.A.126 532
IV.A.127 533
IV.A.128 534
IV.A.129 535
IV.A.130 536
IV.A.131 537
IV.A.132 538
IV.A.133 539
IV.A.134 540
IV.A.135 541
IV.A.136 542-4
IV.A.137 546
IV.A.138 547
IV.A.139 548
IV.A.140 549
IV.A.141 550
IV.A.142 551
IV.A.143 552
IV.A.144 553
IV.A.145 554
IV.A.146 555
IV.A.148 556
IV.A.149 557-9
IV.A.150 560
IV.A.151 561
IV.A.152 562
IV.A.153 563
IV.A.154 564
IV.A.155 565
IV.A.156 566

IV.A.157 567
IV.A.158 568
IV.A.159 569
IV.A.160 346-8
IV.A.161 349-51
IV.A.162 352
IV.A.163 570
IV.A.164 571
IV.A.165 572
IV.A.166 573-5
IV.A.167 576
IV.A.168 577-9
IV.A.169 580
IV.A.170 581-5
IV.A.171 586-8
IV.A.172 589
IV.A.173 590
IV.A.174 591-2
IV.A.175 593-4
IV.A.176 595
IV.A.177 596
IV.A.180 597
IV.A.181 598
IV.A.182 599
IV.A.183 600
IV.A.184 601
IV.A.185 602
IV.A.186 603
IV.A.187 604
IV.A.188 605
IV.A.189 606
IV.A.190 607
IV.A.191 608
IV.A.192 609
IV.A.193 610
IV.A.194 611
IV.A.195 612
IV.A.196 613
IV.A.197 614
IV.A.198 615
IV.A.199 616
IV.A.200 617
IV.A.201 618
IV.A.202 619
IV.A.203 620
IV.A.204 621
IV.A.205 622
IV.A.206 623
IV.A.207 624
IV.A.208 625-7
IV.A.209 628-30
IV.A.210 631
IV.A.211 632
IV.A.212 633
IV.A.213 634
IV.A.214 635
IV.A.215 636
IV.A.216 637

IV.A.217 637
IV.A.218 639
IV.A.219 640
IV.A.220 641
IV.A.221 642
IV.A.222 643
IV.A.223 644
IV.A.224 645
IV.A.225 646
IV.A.226 647
IV.B.1 648-9
IV.B.2 650
IV.B.3 651
IV.B.4 652
IV.B.5 653
IV.B.6 654
IV.C.1 655
IV.C.2 656
IV.D.1 657
IV.E.1 658
IV.E.2 659
IV.E.3 660
IV.E.4 661
IV.E.5 662
IV.F.1 663
IV.F.2 664
IV.F.3 665
IV.F.4 666
IV.F.5 667
IV.F.6 668
IV.F.7 669
IV.G.1 670
IV.G.2 671
IV.G.3 672
IV.G.4 673
IV.H.1 674
IV.H.2 675-6
IV.H.3 677
IV.H.4 678
IV.H.5 679
IV.H.6 680
IV.H.7 681-6
IV.H.9 687-8
IV.H.10 689-90
IV.H.11 691
IV.H.12 692
IV.H.13 693
IV.H.14 694
IV.H.15 695
IV.H.16 696
IV.H.17 697
IV.H.18 698
IV.H.19 699-701
IV.H.20 702-4
IV.H.21 705
IV.H.22 706
IV.H.23 707-8
IV.H.24 709-10

IV.H.25 711-12
IV.H.26 713

IV.H.27 714
IV.H.28 715-6

IV.H.29 717
IV.H.31 718

Introduccin general /
1 El giro de Scrates: zonas de tensin dialgica /
2 Problemas de fuentes y cuestiones metodolgicas /
3 Euclides y los megricos /
3.1 La conformacin del grupo megrico /
3.2 La orientacin terica del grupo /
3.3 Lgica, dialctica y erstica /
3.4 Indicios de filosofa prctica /
4 Aristipo y los cirenaicos /
4.1 El perro de la corte y el desafo socrtico /
4.2 Placer y afecciones /
5. Organizacin de la obra /
Bibliografa /
1
2

EL GRUPO DE LOS SOCRTICOS /


1.1 Grupos, escuelas y sucesiones /
1.2 Los dilogos socrticos /
EUCLIDES Y LOS MEGRICOS /
2.1 El grupo megrico /
2.2 Euclides de Mgara /
a) Datos biogrficos /
b) Anecdotario /
c) Obras /
d) Posiciones tericas /
2.3 Clinmaco de Turio /
2.4 Ictias de Mgara /
2.5 Dionisio de Calcedonia /
2.6 Brisn de Heraclea /
a) Datos biogrficos /
b) Posiciones Tericas /
b.1) Cuestiones de semntica /
b.2) La cuadratura del crculo /
2.7 Polxeno /
2.8 Eublides de Mileto /
a) Datos biogrficos /
b) Polmicas y enfrentamientos /
c) Los argumentos de Eublides /
d) Estructura de los argumentos /
d.1) El Mentiroso /
d.2) El Inadvertido, el Electra y el Velado /
d.3) El Sorites y el Pelado /
d.4) El Cornudo /
2.9 Eufanto de Olinto /
2.10 Apolonio Crono /
2.11 Diodoro Crono /
a) Datos biogrficos /
b) Posiciones tericas /

b.1) La ambigedad en el lenguaje /


b.2) Los elementos /
b.3) El movimiento /
b.4) La inferencia /
b.5) El argumento dominante /
2.12 Trasmaco de Corinto /
2.13 Pasicles de Tebas /
2.14 Estilpn de Mgara /
a) Datos biogrficos /
b) Escritos y posiciones tericas /
2.15 Pantoides de Mgara /
2.16 Filipo de Mgara /
2.17 Alxino de Elea /
2.18 Filn de Mgara /
3 ARISTIPO Y LOS CIRENAICOS /
3.1 El grupo cirenaico /
3.2 Aristipo de Cirene /
a) La relacin con Scrates y su actitud profesional /
b) La relacin con los socrticos /
c) Estancia en Siracusa /
d) El lujo y la austeridad: el perro de la corte /
e) Las cortesanas y Las /
f) Sentencias varias /
g) Textos varios
h) Obras /
i) Posiciones tericas /
h.1) La crtica a las matemticas /
h.2) tica y epistemologa /
h.3) Gnoseologa /
j) Aristipo en las cartas socrticas /
3.3 Arete y Aristipo Metrodidacta /
3.4 Antpatro de Cirene /
3.5 Parebates de Cirene /
3.6 Aristteles de Cirene /
3.7 Hegesias de Cirene /
3.8 Aniceris de Cirene /
3.9 Teodoro de Cirene, el Ateo /
CATLOGO DE FUENTES /
NDICE DE NOMBRES PROPIOS /
TABLA DE CORRESPONDENCIAS LFS-SSR, SSR-LFS /

También podría gustarte