Parousia 15 Spanish
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Dios Todopoderoso
recupera el gobierno de
la tierra despus de la
Semana Septuagsima
pero antes de Armagedn
Parousiapg. 2
Los pilares
profticos de la
postura Pre-Ira
El cuarto pilar proftico:
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LA SECUENCIA CRONOLOGICA DE
LOS EVENTOS DE APOCALIPSIS 10-11
Este artculo asegura que los eventos descritos en Apocalipsis 1011 ocurren despus de completarse la semana septuagsima de
Daniel y culmina con el comienzo del reinado milenario de Cristo.9
Basado en Daniel 12:11-12, creemos que transcurren 75 das entre
el final de la semana septuagsima de Daniel y el comienzo del
reino milenario. Apocalipsis 10-11 se enfoca especficamente en
eventos que constituyen los primeros treinta das de este perodo de
setenta y cinco das.
La manera en que la semana septuagsima de Daniel y los setenta y cinco das siguientes se relacionan con el contenido de la
revelacin de Dios a Juan es una pregunta muy importante. Quizs
no haya otro aspecto del libro de Apocalipsis que sea tan difcil de
dilucidar como la interpretacin de la secuencia de tiempo, una
referencia al marco cronolgico en el cual ocurrirn los eventos
descritos en Apocalipsis. Habiendo argumentado previamente en
el primer pilar proftico de la postura pre-ira que la semana septuagsima de Daniel es an futura,10 creemos que los eventos descritos entre Apocalipsis 6 y 9 cubren el perodo de siete aos en su
totalidad. De hecho, entendemos que la semana septuagsima de
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con Cristo en su Reino. Las ovejas del juicio de las ovejas y las
cabras tienen que ser gentiles salvados despus del arrebatamiento, incluyendo aquellas que estn con vida (Mt. 25:32) y aquellas
que hayan muerto (Ap. 20:4), ya que para el momento en que se
desarrolle el juicio de las ovejas y las cabras, todos los judos sobrevivientes habrn sido juzgados y salvados.
La segunda razn por la cual el misterio de Dios no culmina
con el arrebatamiento es debido a que Dios debe permanecer fiel a
su palabra. Vienen dos profecas a la mente. Primero, el arrebatamiento debe ocurrir antes de que el Da del Seor comience (la ira
de Dios, 1 Tes. 5:9). Segundo, Daniel 7:25 y 9:27 indican que la
persecucin de los santos por parte del Anticristo es de tres aos
y medio de duracin. El Seor Jess dice en Mateo 24:22 que la
persecucin de los elegidos de Dios por parte de Satans/
Anticristo ser acortada. Si Dios no acortara dicha persecucin,
nadie [de los elegidos] se salvara [sera fsicamente libertado]...
Dios quitar el objeto de persecucin (los elegidos) de Satans/
Anticristo, pero no les quitar la autoridad conferida a ellos para
perseguir a cualquiera que se resista a su autoridad hasta el final de
los tres aos y medio (profetizado en Daniel 9:27, Ap. 12:12 y
13:5). Por ello, para ser misericordioso con Sus elegidos y permanecer fiel a Su palabra, Dios retira a los creyentes perseguidos
antes de ser completamente aniquilados, pero permite que el perseguidor contine hasta su fin establecido.
Aquellos salvos despus del arrebatamiento no experimentarn
la ira de Dios as como los salvos antes de la llegada de la ira de
Dios, tampoco la experimentaron (Ap. 9:4). Sin embargo, aquellos
salvados despus del arrebatamiento s continuarn experimentando la persecucin de Satans/Anticristo, igual que cada generacin
previa al arrebatamiento la experiment o pudo experimentarla
potencialmente. La posibilidad de la muerte afecta a ambos grupos. Apocalipsis 20:4 indica una resurreccin de mrtires decapitados muy cerca del comienzo del milenio. Juan escribe:
Entonces vi tronos donde se sentaron los que recibieron
autoridad para juzgar. Vi tambin las almas de los que
haban sido decapitados por causa del testimonio de
Jess y por la palabra de Dios. No haban adorado a la
bestia ni a su imagen, ni se haban dejado poner su marca en la frente ni en la mano. Volvieron a vivir y reinaron con Cristo mil aos.
Este pasaje seala que Juan vio dos grupos en esta importante
visin. Un grupo consiste de aquellos que estn sentados en tronos
con responsabilidad de jueces. Este grupo corresponde al de los
santos arrebatados que han sido resucitados o transformados, juzgados y galardonados.26 El segundo grupo descrito por Juan no ha
sido resucitado, ni transformado en vida, ni juzgado ni galardonado. l ve las almas de los decapitados seguidores de Cristo. Los
de este grupo especial de mrtires deben haber sido asesinados
despus del arrebatamiento, porque si no, hubieran estado entre los
santos arrebatados como Pablo revela en 1 Tesalonicenses 4:1617.
Dado que los mrtires del quinto sello no pueden ser limitados
al perodo de persecucin por parte de Satans/Anticristo, el cual
ocurre luego de la abominacin desoladora (Mateo 24:15) y
hasta el arrebatamiento, los mrtires de Apocalipsis 20:4 deben
limitarse al perodo subsecuente al arrebatamiento y hasta Arma-
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fieles
La quinta evidencia del reclamo de la tierra por parte de Dios es la
recompensa a los fieles. Apocalipsis 11:18c dice: y lleg [el momento] de recompensar a tus siervos los profetas, a tus santos y a
los que temen tu nombre, sean grandes o pequeos,... Lo primero
que nos concierne en este pasaje es la cantidad de grupos a la cual
se refiere aqu. El griego dice literalmente: y dar el galardn a tus
siervos los profetas, y a los santos y a quienes temen tu nombre, los
grandes y los pequeos. Este autor concuerda con Robert H.
Mounce quien escribe: Una traduccin razonable sera: para tus
siervos los profetas, y para los santos -aquellos que temen tu nombre, tanto los grandes como los pequeos.35 Como en el resto del
libro de Apocalipsis, aqu tambin se distinguen dos grupos de
creyentes - profetas y santos.36 Los profetas y los santos se definen
ms adelante como quienes temen a Dios o veneran el nombre de
Dios, tanto los pequeos como los grandes, lo cual es una figura
retrica que se refiere a todos y cada uno.
Sexta prueba: Llega el tiempo de destruir a los destructores
La sexta y ltima evidencia del reclamo de la tierra por parte de
Dios es la destruccin de los que destruyen la tierra. Note lo que
dice en Apocalipsis 11:18: y [el momento ha llegado] de destruir
a los que destruyen la tierra. Surge la pregunta: quines son estos
destructores? El verbo destruir significa literalmente: destruir
completamente, pero a su vez tiene un significado figurativo, el
cual es depravar, arruinar moralmente.37 El argumento de Aune
es que, en un juego de palabras, la intencin es tanto literal como
figurativa, es decir, que Dios destruir fsicamente a aquellos que
han depravado moralmente la tierra.38 Este autor se inclina a favor
de Aune, particularmente debido a que Apocalipsis 19:2 identifica
la gran ramera como la que con sus adulterios corrompa la
tierra.39 La destruccin de la bestia, el falso profeta y los habitantes de la tierra vivos en ese momento es el foco de los juicios de las
copas como l prometi en Apocalipsis 6:9-11. Eso se lleva a cabo
inmediatamente despus del reclamo de la tierra por parte de Dios.
Estos son quienes destruyen la tierra.
CONCLUSIN
Cuando Dios reclame su justo gobierno sobre la tierra, despus de
que la semana septuagsima de Daniel haya sido completada, la
cual haba sido demorada por el trabajo especial de Dios en Cristo
entre los gentiles, y despus de que tenga lugar la salvacin de la
nacin de Israel, recin entonces Dios castigar a los habitantes de
la tierra en los juicios de las copas. Los juicios de las copas caern
sobre el Anticristo, su reino, y sobre todos aquellos que reciban su
marca o le adoren. Los mrtires bajo el altar de Dios a los cuales se
les dijo que esperaran un poco ms finalmente vern justicia. El
castigo de Dios sobre los que habitan la tierra ser la ms aterradora demostracin de la ira de Dios que la tierra jams haya visto.
Culminar con la tan anticipada batalla de Armagedn, la cual
veremos en detalle en el quinto y ltimo pilar de la postura pre-ira
en nuestra prxima edicin de Parousa.
NOTAS:
1. David E. Aune, Revelation 6-16, Vol. 52B, Word Biblical Commentary (Dallas: Word Books, 1998) 636.
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Ibid.
Ibid, 637
Robert L. Thomas, Revelation 8-22: An Exegetical Commentary
(Chicago: Moody Press, 1995) 106.
R. H. Mounce, The Book of Revelation, en NICNT (Grand Rapids:
Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1997) 230.
J. F. Walvoord, The Revelation of Jesus Christ, (Chicago: Moody
Press, 1989) 184.
Richard D. Patterson, The Key Role of Daniel 7, GTJ 12 (Fall,
1991) 246.
La identidad del ngel poderoso no puede afirmarse dogmticamente. Robert Van Kampen, en su libro La Seal argumenta que Jesucristo es el ngel poderoso.
La nica excepcin a esta aseveracin es el ministerio de los dos
testigos, lo cual concluye la semana septuagsima. La importancia
de su ubicacin en Apocalipsis 11 es su superposicin con el segundo ay, el cual corresponde al juicio de la sexta trompeta.
Consultar Parousia, edicin n 11 para una defensa sobre el futurismo de la semana septuagsima de Daniel.
Dado que el juicio de las ovejas y las cabras se da luego de la batalla
de Armagedn, se deduce que no todas las personas adoran al Anticristo o llevan su marca. Cada persona en particular ciertamente
tampoco tendr a Cristo como su salvador. Por ello, habr algunas
personas en la tierra que no sern cristianas ni adoradoras del Anticristo.
Algunos pueden verse tentados a argumentar que el ministerio de los
dos testigos se superpone con el punto medio de la semana septuagsima. Sin embargo, el uso consistente de tiempo, tiempos y mitad de
un tiempo, mil doscientos sesenta das, y cuarenta y dos meses, tanto
en Daniel como en Apocalipsis, se refieren a la primera o a la segunda mitad de la semana septuagsima de Daniel. El peso de la prueba
les corresponde a los que insisten en que el ministerio de los dos
testigos coincide en parte con las dos mitades de la semana septuagsima.
La importancia del captulo 10 en Apocalipsis no debe ser desestimada. Este captulo indica que se inicia una segunda fase de suma
importancia en la secuencia de los tiempos del fin. Podra parecer
extrao al principio que Juan estuviera discutiendo el ministerio de
los dos testigos y el reclamo de la tierra por parte de Dios en este
punto de la secuencia de Apocalipsis. No obstante, esta duda queda
despejada cuando uno entiende que el ministerio de los dos testigos
conecta la primera fase de los tiempos del fin (la semana septuagsima de Daniel) con la segunda fase de los tiempos del fin (los setenta
y cinco das siguientes a la semana septuagsima). La conexin
puede verse en el hecho de que los dos testigos son asesinados en el
ltimo da de la semana septuagsima y son resucitados para ascender a los cielos tres das y medio despus, en el comienzo del perodo de setenta y cinco das (Apocalipsis 11:11).
Tiempo, tiempos y mitad de un tiempo: Daniel 7:25, 12:7, Apocalipsis 12:14, mil doscientos sesenta das: Apocalipsis 11:3 y 12:6, Cuarenta y dos meses: Apocalipsis 11:2 y 12:5.
La palabra que, la cual aparece en la traduccin de la NASB, lamentablemente da lugar a malinterpretacin. Debido a que el griego no
usa marcas para indicar una cita, no debera incluirse en la traduccin. En lugar de marcas para las citas, los griegos utilizaban la
palabra / para indicar una expresin directa.
R.L. Thomas, Apocalipsis 8-22: An Exegetical Commentary
(Chicago: Moody Press, 1995) 68.
Esta frase aparece en Apocalipsis 3:10, 6:10, 8:13, 11:10 (dos veces), 13:8, 14 (dos veces) y 17:8. Estos son habitantes de la tierra que
se oponen a Dios y apoyan al Anticristo.
David E. Aune, Revelation 1-5, Vol. 52A, Word Biblical Commentary (Dallas: Word Books, 1997) 240.
La pregunta de los mrtires y la promesa del ngel en Apocalipsis
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10:7 debera establecer el debate de si los primeros seis sellos corresponden a la ira de Dios. La nica conclusin lgica es que el juicio
y venganza de Dios para con los mrtires no ha comenzado an en
el quinto sello.
La primera copa nombra especficamente como objetivo a aquellos
que tienen la marca de la bestia y adoran su imagen. El segundo y
el tercer ngel destruyen las fuentes de agua salada y dulce, lo que
el ngel del agua indica que es una justa retribucin a los homicidas habitantes de la tierra. El cuarto ngel quema a los hombres (habitantes de la tierra vivos en ese momento) con fuego. El
quinto ngel castiga al reino de la bestia con oscuridad, lo cual resulta en agudo dolor.
Existe un debate sobre la lectura correcta de 1 Corintios 2:1. Nosotros nos remitimos a Colosenses 2:2 por el momento.
Ibid., 232.
Ver Parousia, edicin n 14, para una discusin detallada de este
pasaje.
Ver una defensa de esta postura en la edicin previa de Parousia.
Para una defensa de esta postura ver Parousa, edicin n 13.
Este grupo no puede corresponder a los veinticuatro ancianos. Ver
una defensa para esta postura en la obra de Jack S. Deere,
Premillennialism in Revelation 20:4-6, BSac135 (January 78)
72.
El trmino particular que figura en Apocalipsis 5:9 es utilizado para
describir la muerte de Abel (1 Juan 3:12), Cristo (Ap. 5:6), y la
muerte de todos los creyentes asesinados en la tierra. Claramente,
este trmino cubre todos los mtodos que llevan a uno a la muerte.
Sin embargo, el trmino utilizado en Apocalipsis 20:4 es limitado
nicamente a los muertos por decapitacin. Una interpretacin literal
demanda que aquellos mrtires hayan sido decapitados exclusivamente.
Mateo 25:32 indica que el juicio de las ovejas y las cabras concierne a todas las naciones. El hecho de que tres grupos sean mencionados (ovejas, cabras y hermanos) requiere que naciones se refiera
a gentiles. La lgica exige que, si las ovejas son los justos, entonces
mis hermanos debe referirse a un grupo que no est includo entre
los justos. Mis hermanos podra ser utilizado en un sentido espiritual (creyentes) o en un sentido fsico (hermanos judos). Dado que
la salvacin de Israel ocurre antes de la batalla de Armagedn y el
juicio de las ovejas y las cabras ocurre despus de Armagedn,
entonces mis hermanos deben ser hermanos judos en un sentido
fsico.
Para ms informacin en la materia ver Daniel B. Wallace, Greek
Grammar Beyond the Basics (Grand Rapids: Zondervan Publishing
House, 1996) 563.
Aune, Revelation 6-16, 638.
Charles R. Smith. Errant Aorist Interpreters, GTJ2 (Fall, 1981)
208.
Wallace, Greek Grammar, 558.
El uso del tiempo perfecto junto con el aoristo argumenta fuertemente a favor de un hecho comsumado, lo cual apura la iniciacin del
reinado de Dios sobre la tierra.
Leopol Sabourin, S.J., The Psalms: Their Origin and Meaning (New
York: Alba House, 1974) 338-339.
Robert H. Mounce, The Book of Revelation NICNT (Grand Rapids:
Eerdmans Publishing Company, 1977) 232.
Apocalipsis 16:6 se refiere a santos y profetas. Apocalipsis 18:24 se
refiere a profetas y santos. Tanto los profetas (Ap. 10:7) como los
santos (Ap. 2:20) son descritos como siervos.
BADG,
Aune. Apocalipsis 6-16, 646.
Se utiliza la misma palabra radical griega.