Antígona 1.11.14 Del Bajo Flores
Antígona 1.11.14 Del Bajo Flores
Antígona 1.11.14 Del Bajo Flores
Marcelo Marn, autor marplatense, estren esta obra en La Plata en 2014, prosiguiendo con
una lista proficua de diversas Antgonas que siguen interpelndonos, como lo hace la
Antgona de L. Marechal, de A. Zavala, de G. Gambaro, de D. Cureses, J. C. Gen, la
francesa Antigone Voile de Francois Ost (2004) y Usted est aqu, Antigone (2009), pieza
de la mejicana Brbara Colio y,1 entre las ltimas obras de esta extensa lista, incluimos La
Antigona 1- 11-14 de Marcelo Marn y la Antgona Libre (2014) de Luis Favero, ambas
escritas en 2014 e inditas. La primera, a la que vamos a dedicarnos, plantea el conflicto
tebano en la villa miseria del Bajo Flores (Buenos Aires) y enfoca el problema de la
comercializacin de la droga en el conurbano, especialmente el paco, con fuertes
connotaciones de la poltica y el narcotrfico.2 Aparecen personajes como el Cura Villero,
un homenaje al padre Mugica, adems de los transas y los sicarios. El impacto visual que
producen los cadveres desde el primer momento, adems de la referencia al sol de Tebas
en la prodos (cuando Hemn espera el amanecer alrededor del fuego) y el primer
estsimo, en la voz del Cura, remiten con nitidez a la obra de Sfocles.
En correspondencia con el autor y a la pregunta de por qu Antgona, Marn afirma: En
realidad todo nace de una noticia de un hecho policial sucedido en la Villa 1.11.14 de Bajo
Flores. Un ajuste de cuentas entre dos bandas de traficantes de paco con ciertas similitudes
al mito de Antgona. De all que comienzo a escribir una versin que se site en ese
ambiente marginal, cuando la produccin y comercializacin de la droga pasa de la mano
de traficantes nativos a narcos extranjeros (peruanos y paraguayos). En la mayora de las
1 |En Romance Quarterly (2012, vol. 59) se hallan estudios sobre Medeas y Antigonas
modernas.
2 Cfr. Dubatti ( ): El castigo de Creonte a Polinices implicar la espectacularidad con que los narcos generan
terror en la poblacin (el "efecto Medusa" que, como el ser mitolgico, convierte en piedra a quien lo mira
La poblacin trabajadora de la villa est tan aterrorizada que no reacciona, inmovilizada, de piedra. Para un
repaso de todas las Antgonas latinoamericanas cfr. Pianacci ( ).
reseas periodsticas de la terrible realidad de los jvenes muertos por el paco son siempre
las madres, hermanas o novias que llevan la voz cantante y que denuncian estos hechos.
Casi naturalmente aparece la figura de Antgona como mito para sostener la historia. A
propsito de las manifestaciones de mujeres en los espacios pblicos, hemos considerado el
tema en varios artculos. 3
Como afirma la indicacin escnica, la obra sita la mtica Tebas en la villa del Bajo Flores,
frente a la cancha del club San Lorenzo, en Buenos Aires. Actualmente los orgenes y las
caractersticas de la villa han alertado el inters periodstico por los casos de violencia que
trascienden. El lugar ha sido tomado literalmente por peruanos que trafican y promueven la
prostitucin.
El ttulo metonmico menciona a Antgona por villa. Ella representa acaso la
consustanciacin de las caractersticas de la villa: la marginalidad, la vida en riesgo
permanente, al filo de la muerte. A propsito de los nmeros 1-11-14, un vecino
entrevistado afirma: El que no conoce las puertas de la villa nunca vivi all, es decir, las
puertas representan una parte sustantiva de la comunidad de la villa. Podra deberse acaso
en que en esas puertas se hallaban las canillas de las que la gente tena acceso al agua
corriente.4 A modo de subttulo el autor aclara que la representacin ser una versin libre
de la creacin sofoclea. La primera indicacin escnica describe el espacio: ollas
mugrientas en una cocina llena de holln que se emplean para elaborar la pasta base de la
cocana. En un poste de luz inclinado cuelgan una madeja de cables y tres pequeos
cadveres. El espectador moderno como el de la antigedad- tambin requiere la
contemplacin del cmo ocurrieron aquellas muertes, es decir, la
3 Por ejemplo Electra como el ltimo bastin y memoria familiar que espera el regreso de
su hermano (1999y 2007).
4Sitio: solesdigital.com.ar/sociedad/historia_villas_2.htm En respuesta a por qu 1-11-14, y aunque alguno
piense tambin que quiz es una fecha, es simplemente la unin de las villas 1 la 11 y la 14. O por ejemplo la
que est en la cancha de Huracn que es la Zavaleta, es la 21-24-NHT Zavaleta, donde NHT Zavaleta fue un
intento de barrio de trnsito para desarmar las villas, pero termin siendo parte de esta.
Aparecen los dos sicarios que atraviesan el halo de irrealidad en el que se mueven los
dems personajes e incorporan la realidad, el mundo de las apariencias? de Sfocles.
Equivalen al Fulax sofocleo, o bien, a los tres Guardias en la obra de Anouilh. El cura los
presenta como los brazos ejecutivos de Cren para el trabajo sucio. Forman una fuerza de
choque y, para ellos, el maana no existe, se rigen por el hoy ms absoluto. En un dilogo
de chanza comprobamos la inanidad en la que viven. Emplean un lenguaje soez y vulgar. El
cura, a su modo, intenta inculcarles una dosis de esperanza, pero el lenguaje crudo de los
sicarios evidencia la imposibilidad de intentar redimirse. El Sicario 1 repite frases como
Dios ha muerto, El hombre ha muerto, yonada ratifican la desesperanza de un
amanecer.7
Escena 2: La Siam, ocupa la escena como signo de la poca del primer peronismo y hasta
la dcada del 60. Con velas en su interior, parece un altar.8 Como signo teatral, la Siam
recuerda las carcasas que emplea Griselda Gambaro en sus obras, como Antgona Furiosa
(Cren-Corifeo) y en La Gracia, los tres armazones donde se hallan encerrados los
personajes, smbolo de los efectos de la dictadura y las aberrantes laceraciones humanas.
Las hermanas dialogan acerca de los espacios devastados por el ataque, y nos enteramos
que los cadveres que se ven en los cables corresponden a sus hermanos. Estos cuelgan tan
corrompidos que no pueden reconocerse, como tampoco podan identificarse en la obra de
Anouilh. La muerte se produjo en un duelo y una vez que se mataron mutuamente los
sicarios les patearon la cara hasta desfigurarlos. Antgona seala: Nuestro to decidi que
este colgajo quedara sin ser enterrado por atacar la villa de la mano de los extranjeros. Y
contina: Aqu colgado, sin llanto ni tumba como un dulce botn para las ratas, ya no se
mencionan las aves de rapia o los canes, 9 y tampoco se refiere a l como un dulce tesoro
para las aves de rapia (Antgona vv. 29-30).10 Los ritos fnebres modernos para Etocles
consisten en tiros al aire y abundante cerveza.
7 Enunciados ligados a la filosofa de Nietzche en As habl Zaratustra y el
existencialismo, por ejemplo, de J.P. Sartre.
8 La heladera Siam fue un smbolo del auge y devastacin de la industria nacional, y en ese sentido al vaciar
estas empresas nacionales lleg inevitablemente la desocupacin, la falta de trabajo da mortalmente a
varias generaciones y permiti el ingreso de la droga en los sectores ms vulnerables, en su versin ms
siniestra y barata el paco. De la correspondencia con el autor.
Las hijas de Edipo aclaran, adems, que Creonte ha prohibido enterrar al traidor. Antgona
pide ayuda para bajar el cuerpo y sepultarlo, pues no hay hombres que lo hagan. La
violencia de la villa se especifica un poco ms cuando Antgona insina que Cren ha
abusado de Ismena y pide que la televisin filme a aquel en su descaro. 11 Luego concluye
que las mujeres pueden llevar armas, pasar tizas de cocana por las fronteras, pero jams
podran arriesgarse a desobedecer las rdenes del macho.
Escena 3. Ponchito de los pobres. Las imgenes del sol transcriben los primeros tres
versos de la prodos de Antgona (vv. 100-102). La ms bella luz que jams haya brillado
en la 1-11-14, la de las tres puertas. El nombre y los atributos de la villa traen
reminiscencias de los eptetos picos de Troya: la bien amurallada, la de amplias avenidas,
la de grandes puertas. As tambin a propsito de la entrada de Polinices en la villa se la
menciona como un huracn de fuego, en la misma escena. 12 Los smiles continan, por ej.
En la Esc. 6, cuando Creonte ordena izar nuevamente el cadver. Los comentarios del
Sicario 2 en ese momento equivalen al ingreso del Guardin en Antgona (vv. 384 y ss.) y
su perplejidad alcanza notas naturalistas: Y el muerto que se resiste a ser izado, es como
una bandera de plomo que no quiere flamear al viento.
La escena 4 El sepelio parece una escena hiper-realista. La msica fnebre que estalla en
el ambiente de balacera es la cumbia, todo se convierte en un aquelarre de balas. En este
momento Creonte promulga el edicto, y el castigo al traidor. El sepelio festivo ejemplifica
radicalmente el empleo de oxmoron.
9 Dentro de las metforas modernas, las ratas connotan peste, corrupcin, enfermedades,
etc. Cfr. Oliveras (2007).
10 Antgona tampoco lo nombra como hermano queridsimo kasigneton kara (Antgona:
vv. 899 y 915).
11 La presencia de mass-media otorga visos de puesta pos-moderna a la obra, cfr. Bauz
(2003?). otros. Establecen un vaso comunicante entre la villa y la ciudad, posiblemente al
modo de espejos deformantes.
12 A propsito de las metforas para Polinices, cfr. nuestro artculo (2011: ).
5
se levantan en disconformidad, como las menciona Hemn en Episodio III (vv. 688-700).
Creonte se enfurece y los Sicarios se llevan a Antgona. El gobernante ordena matar a las
dos hermanas, e Ismena aparece como en el final del Episodio II. La condena decisiva se
consumar en la cueva (p. 31).
La escena 11 El hijo equivale al Episodio III de la obra clsica. El debate acerca del
poder, que se instaura en aquel episodio, aparece como el discurso del dominio de la droga
en la villa. Creonte caracteriza a Edipo como un hombre honesto y solidario, que trabajaba
en la fbrica Siam. Cren vislumbra un riesgo porque la hija de Edipo tiene su misma
mirada. Hemn pretende que el padre le d el negocio de la droga y que libere a su novia.
Creonte rechaza los dos reclamos. Una vez ms, el hijo sale furioso.13
Escena 12. Antgona va a la muerte. Tanto en Sfocles como en Anouilh, Antgona se
despide de su ciudad y sus sueos. En este caso los sicarios la acompaan. El viento ejerce
el poder de la corrupcin, del ahogo. No hay aire en la villa, slo viento. 14 La cueva, en
medio de la villa pues no hay un borde ms all- estar representada con la heladera. As
como Edipo en el xodo de Edipo Rey de padre dispensador llega a ser padre mendicante,
la heladera deja de representar una poca promisoria para finalizar como el habitculocaverna al que se somete a la joven.
Las escenas 13 y 14: El arrepentimiento y El ciego y el sordo, componen la peripecia
de la obra que Cren expresa as: Estoy cansado, cura. No s qu hacer. 15 En el dilogo
entre este y el cura villero, se distinguen nuevamente los dos modos de vivir en la villa: la
gente modesta que trabaja, con hijos que van a la canchita; y, mientras tanto, los soldados
de Creonte venden ese alquitrn. El cura refiere los comentarios negativos de la gente
13 El ttulo de la escena recuerda el cuento de Horacio Quiroga del mismo nombre. Ambos
hijos mueren: el de Quiroga porque lo atrapa la selva, o el padre cede a su hechizo o no
supo decir que no; Hemn muere por la incomprensin y la perversidad del padre que lo
convierte en un obsesivo.
14 Esta imagen drstica de que el viento tapa todo con las hojarasacas tiene alguna
reminiscencia con las imgenes finales de Cien aos de Soledad de G.Garca Mrquez.
15 En Sfocles Episodio V, Creonte se pregunta ti drasoo (v. 900).
7
decente, que piensa matar a Creonte de un puntazo. 16 Y ms an, el Cura vaticina que
alguna de las madres, que ven a sus hijos enajenados por el paco, lo matar La desgracia se
arraiga auditivamente con el viento que todo lo lleva.
Las instrucciones y los errores que se acentan por los desajustes temporales coinciden en
el cura y en Tiresias. Dirigindose al pblico, el cura explica ese error como en un aparte.
Mientras se lleva a cabo el funeral, Antgona se ha colgado de una soga y produjo, a su vez,
la muerte de Hemn.
Escenas 15 y 16. La madre y La cueva, equivalen al xodo de Antgona. Ambas
escenas parecen un interludio lrico euripideo.17 Eurdice, con un mueco muerto en brazos,
contempla a Polinices frente a la computadora. Luego Ismena refiere las muertes de la
familia a modo de un relato de mensajero. Los sicarios apilan los cuerpos. Creonte se
pregunta si es el que sigue en esta lista, al modo de un reconocimiento trgico. El estatismo
de la escena se asemeja al ritmo staccato del Segundo mensajero en Antgona,
absolutamente disonante con respecto al ritmo vertiginoso de los episodios anteriores.
A modo de eplogo, la escena 17 reza Oracin del cura villero. El cura recita un poema
del padre Mugica y aparece su imagen en el proyector. En esta escena el sicario 2 confiesa
su nacionalidad, como una vergenza. Los personajes se ven como espectros nuevamente:
Antgona iluminada por la luz de la heladera, Ismena por su velador giratorio, Creonte pasa
dibujitos animados, Hemn y Eurdice por el monitor de una computadora.. La luz de la
heladera se vuelve cegadora y luego se produce un cortocircuito. 18 La escena final en la que
hay una actitud de reverencia otorga el triunfo al Cura villero-Tiresias.19
XXX Ms elementos/observaciones del teatro de Sfocles:
16 Aflora la dignidad de los nadie, como explica Pino Solanas en su pelcula.
17 Cfr. Lpez Frez y Npoli
18 Recuerda la luz que encandila a Teseo en Edipo en Colono (vv. ) en el momento de la
desaparicin de Edipo. Foibos. Explayar en ER.
19 En trminos de agn lgon el que finaliza la escena obtiene el triunfo. As ocurre en la
obra.
8
Cren finaliza inerme como un muerto en vida. Segn el teatro de Artaud, Cren encarna
aquello de los cuerpos sin espritu,20 pero mucho antes Sfocles lo haba creado con la
desesperacin ms descarnada cuando expresaba de s mismo:
(v. 1325). El personaje a su vez adquiere notas del teatro del absurdo cuando, por
ejemplo, no justifica establecer diferencias entre los hermanos. Para l, carece de sentido
establecer mritos o matices. El prlogo metateatral tiene su antecedente en Antigone de
Anouilh; no obstante, Marn lo propone con ms sentido metafsico. La relacin del
hombre con los dioses en el final muestra un optimismo esperanzado, si la luz llega a ser
autntica, como deja sentir el silencio reverente de los hombres.21
Las pinceladas gruesas que modelan los claroscuros dramticos otorgan profundidad
metafsica a ese doble escenario: el cura villero-Tiresias y las sombras (de desconcierto y
confusin) y las luces (la sensatez) la realidad, si bien mostrada con sus quebrantos, trae la
claridad del discernimiento, como en yax.22 As como en yax, en la obra de Marn varios
personajes relatan el duelo entre los hermanos, como una recepcin interna metateatral de
la muerte, por caso Hemn, quien efecta un racconto ms del duelo entre hermanos (Esc.
3) que en el prlogo haba descripto el Cura villero y, ms tarde, por Antgona. La
composicin de los acontecimientos en mosaico abre lneas diversas de interpretacin, se
pone en ejercicio la subjetividad. La obra comienza con los espectros que se mueven como
tales hasta que llegan los sicarios.23 En el final el momento espectral es absolutamente
esttico (escenas 15 y 16).
20 Citar
21 Recuerda la luz del Guernica de Picasso.
22 El claroscuro que hace al teatro de Sfocles un precursor del barroco ya sea de Caldern
(La vida es sueo) o Velzquez (Las meninas).
23 Las escenas de las sombras fantasmales recuerdan vivamente las sombras fantasmales de
la pica homrica, por ejemplo Elpenor en Odisea, Nekuia y11: y Patroclo en Ilada, 23: ).
Como tambin la sombra de Daro en Los Persas de Esquilo (vv. 681 y ss.). O la sombra de
Layo en Edipo de Sneca.
9
La contaminacin es representada por las ratas (por ej. Escena 2), una metfora recurrente
en la plstica moderna,24 equivalente a la peste apolnea de Edipo Rey- y el sucedneo de
este fenmeno en Antgona se ve cuando el Guardin, todava asombrado, relata el tifn
que tapa la luz solar mientras se llevaba a cabo el funeral simblico de Polinices (Antgona
vv. 415-21). El motivo del viento huracanado aparece en las escena 3, 5 y 12: muerte de
Polinices, el intento del funeral y la muerte de Antgona anticipada en la despedida.
El Cura villero recita en la Escena 7 el equivalente al Estsimo I, con un pronunciado tono
nostlgico por el sentido de adnaton o imposibilidad de realizar la hazaa antropolgica
del hombre.25 Menciona el viento de la historia (p.21) en alusin a la civilizacin que el
hombre ha sabido conquistar. La imagen de vientos-huracanes involucra a Polinices y
Antgona Las polaridades que inmortaliza el Himno al hombre de Antgona como esas de
pantporos-poros, mejan amchanon y hipspolis polis permanecen intactas en el
segundo trmino de las anttesis. Y como en la obra de Sfocles, esencialmente aquellas
potencialidades quedan reducidas al marasmo que proyecta el Estsimo IV, por los casos de
muertes forzadas, encierros y la falta de libertad, como una irona respecto del primero.26
Los curas villeros tienen su homenaje en el personaje del Padre Mugica. Su vida se adentra
en el reservorio mtico de las villas y la capital. No fue un hombre que soara sus propios
sueos sino que fue un hombre que so socialmente, y la memoria colectiva le ha
otorgado estatuto de hroe. l fue el artesano de la historia que se enlaza con la leyenda.27
El coro en la tragedia tica representa un recorte de aquella sociedad que ha generado al
hroe, solidarios con el protagonista. Llevan mscara e interviene como elemento
moderador que informa, que comenta la accin. Expresan por edad y experiencias la
sabidura, la voz de la razn. La obra de Marn no tiene coro y, podemos inferir que
constituye un indicio ms de la marginalidad social del espacio representado.28
El cadver de Polinices aparece colgado de los postes de luz, se seala con insistencia que
se ven pequeos. Esperaramos que algn par de botines de ftbol o zapatillas estuvieran
colgados de los cables de luz. Por los usos/costumbres/cdigos del ambiente marginal, estos
marcaran el territorio como una delimitacin de poder. La imagen de los botines constituye
uno de los temas del micro-relato que ha tenido una aceptacin interesante en los ltimos
tiempos.29 Si lo vemos como un colgajo insignificante, como se menciona, la exposicin
de los cadveres-botines imprimen un signo inverso respecto de la creacin de Sfocles.30
En el autor clsico, los despojos permanecen en las afueras de la ciudad ep akron (v. 1197),
pero la gravedad del hecho los vuelve en el espacio central, aunque evocado. En la obra
moderna, los cuerpos penden en primer plano pero parecen lejanos, distantes. Ya no se ven
botines o zapatillas sino toda la persona. La perspectiva que las contexturas insinan no
condice con la dimensin del conflicto que suscitan, ni con el plano de los personajes. Crea
una poli-perspectiva o doble perspectiva-, que conecta con el cubismo y el afn de mostrar
al hombre deshecho. Asimismo, por el opuesto, el texto alcanza reminiscencias del teatro
pos-moderno por la atencin que demanda el cuerpo. Podramos considerarlos como tteres,
por la lejana y, por degradacin, con cierto grado de metamorfosis. Tambin puede
interpretarse como el estado en que quedan los nios y jvenes reducidos despus del
consumo de paco. Si desde el comienzo somos conscientes del desenlace, se debe a que el
mito constituye un punto de partida comn a todos en cuanto simplifica el sentido del
28 Para el estudio de los coros en las tragedias de Sfocles, cfr. Buxton y Gardner, para
citar los ms tradicionales.
29 El empeo narrativo se centra en buscar un tema donde aparentemente no lo hay, o bien,
detenerse en lo accesorio, ocasional, insignificante de cualquier situacin En el relato
francs el motivo desde el cual se desarrollan los diversos puntos de vista surge a partir de
un par de botines colgado desde los cables de luz de un suburbio parisino.
30 Lo mismo ocurre con el personaje de Eurdice que cocina el paco, no representa a las
madres que sufren por sus hijos, no representa a una madre nutriente sino exterminadora de
hijos. El estatismo de la escena donde aparece por ltima vez sugiere otros sentimientos.
11
referente. Nadie puede dudar en qu quiso decir el autor. Esta cohesin social que se instala
en la audiencia tambin pertenece a los efectos de los relatos mticos.31
XXX Conclusiones
Que el espacio de la Tebas-Atenas (Zeitlin 1990: ) se site en una villa miseria de la capital
de Argentina se convierte en s mismo en un acto de denuncia contra la violencia que
castiga a los habitantes del predio. La guerra de narcos recrudece en la Villa 1-11-14, a
pocos pasos de la vida cotidiana de Buenos Aires, una de las capitales ms importantes del
mundo. La inercia, la desidia y la corrupcin de uno y otro lado de la villa acaso
representan una consecuencia del ojo crentico omma deinn (v. 690)-que deja perplejos o
helados a los habitantes.32
La violencia, como modo de vida cotidiano, corrobora la disolucin de los valores y una
ruptura del entramado social. En las Antgonas,33 el que ostenta una conducta frentica cree
que puede dominar todas las situaciones y tampoco atisba que exista alguna alternativa.
Esta obsesin, que se desmadra en el ejercicio del poder, arroja a los personajes fuera del
marco institucional y los convierte en esperpentos.34 El Estsimo II de Edipo Rey define
taxativamente la desmesura o hybris de los cuando canta:
(v. 873) La violencia engendra al rey.35
31 Hardwick, citar artculo. . Cfr. Biglieri, (curso 2014) Como Borges en Averroes? Search
1949), donde se pregunta qu quera decir Aristteles con tragedia y comedia dado que
ellos no tuvieron ese referente.
32 A propsito de estos conceptos cfr. Saravia (2014) en relacin con el surrealismo.
Tambin en relacin al panptico de Foucault.
33 De Sfocles, Marn y Favero.
34 Cfr. Saravia (2014) conferencia brindada en la Unicen. A propsito de la metamorfosis
que ocasiona el poder, cfr. Valle Incln Los esperpentos (1920).
35 Todas las ediciones consultadas coinciden en la leccin de este verso, salvo Dawe (1982:
182) que propone , el tirano engendra la violencia, es decir, el
poder origina la corrupcin y, en consecuencia, el poder absoluto corroe absolutamente. La
palabra o bien es traducida como tirana o tirano respectivamente;
12
La gran ciudad alberga el ergon lo central, la norma- y el parergon lo marginal, anmicoreas hegemnicas y reas perifricas.36 Marn enfoca el conflicto social en la periferia
tanto vctimas como victimarios del narcotrfico-, las zonas de los bordes o fronteras, no
slo fsicos, sino tambin metafsicos. El dramaturgo subraya la contradiccin de la vida en
la capital. Nos interpela con el lenguaje cifrado del mito y del arte dramtico y nos reclama
que no miremos para otro lado una vez ms.
La obra se identifica con el expresionismo en cuanto movimiento contestatario del
realismo.37 El autor muestra con aplastante sencillez la ruptura del entramado social y, en
ese sentido, su esttica se acerca a los cannicos ismos de vanguardia, valga el
oxmoron.38
La reflexin que produce el foco del conflicto en la ciudad constituye una indagacin
propia del surrealismo39 La villa se puebla con diversidad de comunidades: peruanos,
paraguayos, bolivianos, adems de los argentinos del interior y otros, donde se oyen las
voces annimas que vigorizan el multiculturalismo. La bandera polcroma de las
comunidades simboliza esa realidad. 40
39 Por ejemplo Xul Solar, Testa, Domnguez, etc. Como se pregunta Jan Patocka (cita), qu
leyes de discuten o, bien, cmo incide en la accin el concepto de ley.
13
Artaud
Burton, R. W. B. (1980) The Chorus in Sophocles Tragedies, Oxford.
Artculos de diarios Cronista Mayor de Buenos Aires. Ao 4, Agosto 2002, Buenos Aires.
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dioses hindes a Bob Wilson, Buenos Aires: Editorial Atuel: 2003: 94-116.
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Burton, R. W. B. (1980) The Chorus in Sophocles Tragedies, Oxford.
De Micheli, M. (1999) Las Vanguardias Artsticas del Siglo XX, Madrid: Alianza.
Dubatti, Jorge. Concepciones del Teatro. Poticas Teatrales y Bases Epistemolgicas.
Buenos Aires: Colihue: 2009.
Duchemin, J. (1968) L dans La Tragdie Grecque, Paris.
Edicin de Ilada y Odisea
Espasa Calpe.
40 Un manojo de experiencias entrecruzadas y entretejidas, en las que se combinan diferentes tonalidades y
texturas es como la bandera del Tawantinsuyo, hecha con trozos de telas de distintos colores, seal Emma,
una vecina boliviana que asoci la recopilacin de testimonios con el emblema de los pueblos del altiplano,
confeccionado con cuadraditos de colores que reproducen los matices del arco iris. Y Tawantinsuyo, que es un
nombre compuesto, proviene de las voces quechuas tawa: cuatro y suyo: nacin o estado, lo que
significara desde lo idiomtico, un todo que tiene cuatro naciones. File: cronista33 Historiavilla%201-1114pdf
14
15
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Zeitlin, F. (1986) "Thebes: Theater of Self and Society in Athenian Drama", en Euben, P.
(ed.) Greek Tragedy and Political Theory, Berkeley: 101-141.
Zeitlin, F. (1990) "Playing the Other: Theater, Theatricality, and the Feminine in Greek
Drama", en Winkler, J. J. y Zeitlin, F. (eds.) (1990) Nothing to do with
Dionisos? Athenian Drama in its Social Context, Princeton: 63-96.
17