Sermon de La Ley de Dios
Sermon de La Ley de Dios
Sermon de La Ley de Dios
FACULTAD DE TEOLOGA
TICA CRISTIANA
MXIMO HUALANCHO PAREDES
LOS 5 SERMONES
EL MANDAMIENTO NUEVO
Las conversaciones de la cena traen la nica frase que, en el evangelio de Juan, tiene
el rigor categrico de mandamiento: Os doy un mandamiento nuevo: amaos los unos a
los otros, como yo os he amado (Jn 13,14; 15, 12). Ese mandamiento se apoya en el
ejemplo mismo de Jess, cuando vuelve a la mesa, despus de haber lavado los pies a sus
discpulos. Esa manera que tiene Jess de poner en dos palabras toda su obra y su
enseanza recuerda la expresin con la que, en el Sermn de la montaa, resume la Ley
y los profetas: Todo lo que vosotros queris que los dems hagan por vosotros, hacedlo
vosotros por ellos (Mt 7,12).
La misma manera de concentrar toda la voluntad de Dios y toda su enseanza en un
solo mandamiento supone en la base un intercambio entre personas, bien sea mediante
una simple mirada o mediante una reciprocidad real. Aunque la regla de oro del
Sermn se encuentra en otras partes, y no es un invento de Jess, l la ha hecho corazn
y sustancia de la ley de Dios. Hasta el punto de que ese mandamiento, para hablar como
Pablo, en Juan como en Mateo, podra denominarse la Ley de Cristo, el mandamiento
de Jess.
Lo extrao, si somos sensibles a ese paralelismo, es que el mandamiento, que en
Mateo aparece desde los comienzos de Jess, en el Sermn de la montaa, no aparece en
Juan hasta la vspera de la muerte. Sin duda que esas dos maneras de resaltar su
importancia son complementarias. Al comienzo como un programa, al final como un
testamento, esas dos posiciones valoran igualmente la importancia del mandamiento. No
obstante, la distancia entre las dos posiciones hace aparecer una sensible diferencia.
El Jess del Sermn se presenta como profeta. Sin embargo, no habla en nombre de
Dios, como los profetas, sino en su propio nombre y con su propia autoridad: Pero yo
os digo. Sin embargo, no expresa su voluntad, sino una realidad que le llega de otro, de
Dios. El Jess de la cena habla de una realidad que es la suya y procede de l, como yo
os he amado.
Entre los dos lenguajes, hay evidentemente diferencia entre Mateo y Juan, y dos
maneras de hacer hablar a Jess. Est sobre todo la distancia recorrida por Jess entre el
comienzo de su actividad y el momento en que la devuelve al Padre. Sin tener necesidad
de suponer o negar a la ligera una evolucin en la conciencia que tiene Jess de su misin,
ms vale admitir que, en el momento en que se encuentran, despus de todo lo que han
recibido y vivido con l, Jess tiene toda la razn en recordar a los suyos su ejemplo.
Adems, el evangelio de Lucas trae en este momento un breve episodio muy cercano al
lavatorio de los pies, donde Jess, como en Juan, se pone como ejemplo: Quin es
mayor? El que est a la mesa o el que sirve? Pues yo estoy en medio de vosotros como
quien sirve (Lc 22,27). Cuanto ms cerca del final est, en mayor intimidad entran los
discpulos con el Maestro y ms fcilmente puede ste ponerles delante su ejemplo.
Sigue habiendo una sensible diferencia entre el gran mandamiento del Sermn y el gran
mandamiento de la cena. El primero expresa la voluntad de Dios, el segundo la del Hijo.
Hay algo ms que la distancia entre el profeta de los inicios y el maestro famoso: est la
anchura y profundidad de la revelacin dada y recibida. El Jess de Juan es el mismo a
quien han escuchado los discpulos en la cena, y quien le hace hablar, sin duda el discpulo
preferido, lo ha escuchado como los dems. Pero l, a medida que pasan los aos, cada
vez lo entiende mejor, y capta en las intenciones de entonces una riqueza que no poda
haber sospechado en aquel momento.
El mandamiento del Sermn estaba dirigido a todos los corazones capaces de
prestar atencin. El de la cena se dirige a los mismos destinatarios, pero llega a ellos por
caminos diferentes. Jess tiene ahora detrs de s todo lo que hace por los hombres, y ante
s todo lo que tiene que sufrir por ellos. Ya no es el profeta que acaba de aparecer y
proclamar su mensaje: ha vivido y actuado, se ha rodeado de discpulos que han
compartido su vida y su obra. Ahora puede confiarles lo que sigue.
De golpe, el gran mandamiento adquiere un acento diferente. En la montaa los
hermanos son los hombres sin ms precisin, y a cada uno le corresponde saber cmo
tratar, como quisiera que le tratasen a l mismo, a quien halla a su paso, al criado que
emplea o al enemigo a quien combate. En la cena, el hermano pertenece al mismo mundo,
y el amor que se le ofrece crea la comunidad y es testimonio del nombre y del amor de
Jess por los suyos. Es el nacimiento y la seal de la Iglesia.
Es estrecha la relacin entre los dos momentos, entre las dos formas del gran
mandamiento. El mandamiento de la cena, el mandamiento recproco, supone la
comunidad y hace existir a la Iglesia, en el nombre de Cristo y en su seguimiento. Pero,
para ser fiel a Cristo y al Evangelio, hay que pasar por el mandamiento de la montaa. La
Iglesia no es verdaderamente la Iglesia de Jess y del lavatorio de los pies, si no da todo
su peso a la palabra inicial, que abarca a todos los hombres y contempla todas las
situaciones. El mandamiento entre hermanos de Juan es inseparable del mandamiento
entre hombres de Mateo. Es su figura plena, crtica.
El mandamiento nuevo es el de la nueva alianza. Hay un vnculo esencial entre la
alianza y el mandamiento. Se remonta a los orgenes mismos de Israel y su fe. En el libro
del xodo, la alianza propuesta desde lo alto del Sina es el encuentro de dos
compromisos, el de Dios, que toma a su cargo el destino de su pueblo, y el de Israel, que
acepta la fe del Seor. Pero, para que este compromiso adquiera el valor de una alianza
inviolable, es necesario que sea sellado con un gesto sagrado. Al pie del Sina, mediante
la sangre de la alianza, Moiss hace penetrar a Israel en el mundo de Dios.
Los evangelios suponen y retoman ese acontecimiento y ese gesto. A su luz y en
memoria de ese momento crucial fund Jess su obra y finaliz su misin. Al dar de
beber a los suyos la sangre de la nueva alianza, Jess les da, al mismo tiempo, un
mandamiento nuevo, que formula despus de haberles lavado los pies. Entre el Sina,
la montaa de Galilea y el cenculo, entre la ley de Moiss, la ley de Jess y el
mandamiento nuevo, entre el relato del xodo, el de los evangelios sinpticos y el de
Juan, los vnculos se cruzan y se aclaran mutuamente. Todos convergen en la figura de
Jess, pero ste es desde ahora inseparable de aquellos a quienes lav los pies, y que no
podrn ya reivindicar su nombre si no aceptan reproducir entre ellos esa seal de la
nueva alianza.
Autor: Annimo.
Son leyes que se crearon como autodefensa para que la tribu sobreviviera.
El ambiente de la familia antigua fue propicio para este tipo de legislacin.
Posiblemente los Diez Mandamientos, especialmente aquellos relacionados con la
conducta con los vecinos pueden haber sido los primeros que existieron en las antiguas
tribus de Israel.
Despus fueron combinados con los tres primeros mandamientos e insertados en el
material del Sina.
Entonces Yav se convirti en el lder tribal.
Algunos expertos consideran que los Diez Mandamientos existieron mucho tiempo
antes de Moiss.
C. Algunos comentarios a los Mandamientos desde la perspectiva bblica
El primer mandamiento contiene tres prohibiciones para los catlicos:
No tendrs otros dioses fuera de m.
No hars dolos.
No los honrars ni les dars culto.
El segundo mandamiento es posiblemente el que menos se entiende, o el que ms se
malinterpreta. Y la razn radica en que nosotros no le damos tanta importancia a los
nombres. En la sociedad juda:
El nombre de una persona representa a la persona.
Cuando se cambia el nombre de una persona
(Simn a Pedro) cambia algo radicalmente en la persona.
Este mandamiento est en conexin con el respeto que merece la realidad de Dios.
El nombre de Yav implica la presencia misma de l, presencia real.
Se prohbe hacer Dios lo que no es Dios.
El tercer mandamiento no es una prohibicin, es un mandamiento gozoso, que invita a
la accin:
Mandamiento positivo: recuerda/mantn el da santo.
No dice que vayas a dar culto en ese da, sino que lo separes de los otros seis. Hay das
para la productividad, pero el sptimo es para descansar.
Es un mandamiento para todos los niveles de la sociedad.
La motivacin es que Dios descans al terminar la creacin. Si Dios nos adicto al
trabajo, porque deben serlo los dems.
El cuarto mandamiento cambia el enfoque que tenemos sobre el envejecimiento. Los
padres son honrados no porque hagan una contribucin productiva a la sociedad, sino
porque su experiencia y sabidura deben enriquecer la vida de los ms jvenes para que
ellos tambin lleguen a viejos.
El quinto mandamiento usualmente es traducido con la prohibicin de no matar, pero
esta palabra no es traduccin exacta de la palabra original. El mandamiento apunta a
que la vida humana pertenece a Dios y debe ser respetada.
Toda vida humana (para algunos expertos)
Otros creen que esta ley estaba enfocada en prohibir ciertas acciones tribales como la
venganza, o el derramar la sangre de personas entre los clanes o las familias.
El sexto mandamiento, se refiere al adulterio, que en el A.T. significa contacto
sexual entre un hombre y una mujer casada:
Es una ofensa contra el esposo
Pero incluso es una ofensa contra todos los hombres del grupo
El sexo era visto en el contexto de la familia. El adulterio destruye la familia de otro.
El sptimo mandamiento originalmente se refera al robo de una persona, por ejemplo
el secuestro. Sin embargo, muy pronto se ampli a todo lo que era propiedad de alguien.
Posiblemente este enfoque inusual nos recuerda la conexin que haba entre las
personas y las cosas, una conexin que era importante para defender la dignidad
humana.
El octavo mandamiento no es un mandamiento general contra la mentira, era una
ordenanza para la prctica legal.
Protege a la comunidad al asegurar la justicia en la corte, en ese lugar se va a decir la
verdad.
Los valores ms importantes como era la santidad de la vida, la proteccin de la
familia, el respeto a la propiedad estaban protegidos en la corte, y por eso la verdad en
ese lugar juega un papel tan importante.
Es una manera de reconocer que la vida de la comunidad slo es posible si se garantiza
que hay un lugar donde la verdad siempre se dice.
El novena y el dcimo mandamientos estn dirigidos a corregir la codicia, o mejor
dicho el lado destructivo del poder del deseo. Se refiere especficamente a la situacin
individualista de quien pretender tenerlo todo. Esta actitud destruye a la comunidad.
Autor Annimo.
8). Esto fue cierto para el antiguo Israel lo mismo que para los Estados Unidos del
principio. A medida que los Estados Unidos han rechazado la presencia de Dios y la ley
de Dios, en esa medida los Estados Unidos han decado en grandeza.
Ataque a los Diez Mandamientos
Somos una nacin cuyas leyes se fundamentaron una vez en la ley superior de Dios.
Esta ley superior, tal y como se resume en los Diez Mandamientos, sola ser enseada a
todos los Estadounidenses, era grandemente reverenciada y todos buscaban obedecerla.
Hoy, pocos obedecen, reverencian o incluso conocen Sus mandamientos. Muchas
personas estn haciendo todo lo posible por eliminar cualquier vestigio de Su ley de
nuestra nacin, afirmando que son un gran perjuicio para la sociedad.
El asalto ms notable se ha dado contra el Juez Roy Moore de Alabama y una placa de
los Diez Mandamientos que tiene colocada en una pared de su tribunal. Un juez federal
dictamin que era inconstitucional que el Juez Moore expusiera los mandamientos.
En 1980 la Suprema Corte resolvi, en el caso Stone v. Graham, que las escuelas
pblicas de Kentucky no podan exponer los Diez Mandamientos en las paredes. La
Corte dijo: Si las copias fijas de los Diez Mandamientos han de tener algn efecto, ste
ser el de inducir a los colegiales a leer, meditar, y quiz venerar y obedecer, los
Mandamientos. Esta ciertamente sera una situacin horrible! Solo imagine si nuestros
hijos obedecieran los Diez Mandamientos No matars. No robars. Honra a tu
padre y a tu madre. No cometers adulterio. No levantars falso testimonio contra
tu prjimo. No codiciars... cualquier cosa que pertenezca a tu prjimo. para
nombrar algunos.
Usted puede ver cun peligroso es esto! Podran resolverse todos nuestros problemas si
nuestros ciudadanos obedecieran estos preceptos.
Casi 1.7 millones de Estadounidenses se hallan hoy tras las rejas 1 de cada 155.
Aprender a no robar o a no matar no sera una idea tan mala para ayudar a tratar con
este problema. Los matrimonios que terminan en divorcio se han incrementado
exponencialmente en las ltimas tres dcadas aprender a no cometer adulterio parece
ser una idea bastante buena. Y podramos seguir y seguir en cuanto a cmo los
mandamientos (y sus consecuencias positivas) son exactamente lo que nuestra nacin
necesita para resolver todos nuestros problemas nacionales. Pero, para poder aplicar los
principios de vida contenidos en los mandamientos, primero debemos conocerlos. Si los
Cristianos no los conocen a fondo, nunca sern infundidos en la ley y en la vida de
nuestra nacin. Antes que examinemos brevemente los Diez Mandamientos tomemos
un momento y veamos cuntos de ellos podemos escribir de memoria.
La Primera Tabla
Los Diez Mandamientos aparecen en las Escrituras en xodo 20 y en Deuteronomio 5.
Son la recapitulacin de la ley/palabra de Dios. Contienen principios generales que,
cuando son aplicados, tanto positiva como negativamente, producen el fruto de Su
Reino en nuestras vidas personales y en nuestra nacin. Tienen aplicacin en todas las
esferas de la vida, tanto interna como externamente. stos no son meras reglas que Dios
invent para restringir al hombre, sino que fluyen de la misma naturaleza de Dios.
Forman el fundamento sobre el cual debiese funcionar el universo moral y social. Los
Diez Mandamientos son la ley bsica de Dios que contiene principios amplios de los
que fluyen otras leyes especficas. Ejemplos de algunas de estas leyes especficas, o
leyes casusticas, pueden verse en varias partes de los libros de xodo, Levtico y
Deuteronomio.
El sumario que sigue a continuacin menciona nada ms cada uno de los mandamientos
y de ninguna manera es completo. Es para presentarle a usted estos principios de vida.
Los primeros cuatro mandamientos a menudo son llamados la Primera Tabla y tratan
con la relacin del hombre con Dios.
No tendrs otros dioses delante de m.
El prlogo a los mandamientos est declarado en xodo 20:1-2: Yo soy Jehov tu
Dios, que te saqu de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. Esto revela que Dios
es nuestro SEOR, nuestro salvador y libertador. l es el nico Dios verdadero Oye,
Israel: Jehov nuestro Dios, Jehov uno es (Deut. 6:4) por lo tanto, no hemos de
tener otros dioses delante de l. Cualquier otro dios sera una mera invencin del
hombre.
Dado que solo hay un Dios, existe nicamente una fuente de ley.
El primer mandamiento tiene que ver con la fuente de la autoridad y de la ley, tanto en
nuestra vida personal como tambin en nuestra nacin. Cada mandamiento tiene
aplicacin para el individuo, la familia, la iglesia, los negocios, la escuela y el gobierno
civil tanto interna como externamente.
Existe un nico Dios, y por lo tanto, existe solo una ley, pues l es la fuente de esa
nica ley.
Vivimos en un universo porque l es el factor unificador. El politesmo (que incluye al
humanismo) implica que vivimos en un multiverso con muchos rdenes de leyes
fluyendo a partir de muchos dioses. El hombre no puede vivir bajo una ley en este
sistema a menos que sea por el uso de la fuerza o el imperialismo.
Para el hombre moderno, con una visin humanista o evolucionista de la ley, cada
hombre es su propio sistema de ley, porque no hay una ley absoluta y global. El
resultado final de esta idea de cada hombre siendo ley para s mismo es la anarqua. El
imponer por la fuerza una ley sobre todos requiere el imperialismo por parte de aquellos
que se hallan en autoridad. El gobierno civil se har cada vez ms grande, fuerte y ms
impertinente y entrometido en los asuntos de los ciudadanos. Usurpar la autoridad y las
responsabilidades del individuo, la familia, la iglesia, los negocios, etc. El fruto es la
prdida de libertad. Dios le prohbe al hombre el ser una ley para s mismo: No haris
como todo lo que hacemos nosotros aqu ahora, cada uno lo que bien le parece (Deut.
12:8). Puesto que hay un solo Dios, hay una sola ley, y hay una sola verdad. El primer
mandamiento nos dice que no debisemos tener algn otro dios (o ley o verdad) delante
o adems de l.
El Seor es un Dios nico, absoluto e inmutable. Su Ley/Palabra expresa Su naturaleza,
Su carcter y verdad, y es tambin absoluta e inmutable. Por lo tanto, el cambiarse de un
sistema de ley Bblico a otro sistema de ley es cambiar de dioses. Los Estados Unidos y
la civilizacin Occidental estn pasando en la actualidad por un cambio de sistemas de
ley. Dios y Su ley son la fuente de la justicia, de lo que es correcto. La ley define a los
miembros legtimos e ilegtimos de la sociedad. Declara quin es un renegado, es
decir, quin est fuera de la ley.
Dios es la fuente de poder que sustenta la ley. l le ha delegado al hombre, a travs de
las instituciones divinas de la familia, la iglesia y el estado, el poder para castigar a
aquellos que quebrantan la ley. Cada institucin tiene autoridad para tratar con los
asuntos bajo su jurisdiccin.
Entender esto es importante cuando se ejecuta justicia cuando se viola la ley. Dios
revela las jurisdicciones y medios para el castigo en Su Palabra. El gobierno civil tiene
autoridad en los asuntos civiles, aquellos que involucran las acciones de los hombres
(Rom. 13; 1 Pedro 2). Para aquellos acusados de ser renegados, la ley Bblica provee
algunas directrices de seguridad:
Primero, una persona es inocente hasta que se compruebe que es culpable. Segundo, se
requieren dos o tres testigos (Nm. 35:30; Deut. 17:6).
No te hars dolos.
Habacuc 2:18 dice: De qu sirve la escultura que esculpi el que la hizo? La estatua
de fundicin que ensea mentira, para que haciendo imgenes mudas confe el hacedor
en su obra? El moderno hombre Occidental no pensara en hacer becerros de oro,
erigindolo en su sala y arrodillndose delante de l. Lo que hace es mucho ms sutil.
Los humanistas son sofisticados hacedores de dolos. Son como la persona que
esculpe un dolo y la adora confan en la obra de sus manos. Crean sus propias leyes,
se inventan sus propios sistemas de valores, forman sus propios sistemas
gubernamentales y educativos, y los adoran, confiando en que son dios (aquellos que
es correcto y verdadero.) Pueden hacer esto, pero no es demasiado inteligente, pues si
no se basa en la verdad de Dios, conducir a la ruina.
Tal adoracin de dolos produce esclavitud, no libertad.
En un nivel personal, debemos acercarnos y adorar a Dios en Sus trminos, no en los
nuestros. Adorar a Dios como nosotros pensemos que es la mejor manera, o no adorarle
del todo, significar la muerte individual para nosotros. R. J. Rushdoony declara que,
el esfuerzo del hombre por entrar al cielo en sus propios trminos ms bien le coloca
en el infierno.1 Adorar a
Dios en nuestros propios trminos tambin significar la muerte para nuestra sociedad.
La religin es la sangre vital de una sociedad. Si la sangre no lleva nutrientes, el cuerpo
(la sociedad) morir. La religin, de acuerdo a James Madison y nuestros fundadores, es
la obligacin que le debemos a nuestro Creador. Cada uno de nosotros es creado por
Dios y le debe a l obligacin.
La obligacin que le debemos no puede ser determinada por la creatura, sino por el
Creador. Si afirmamos conocer esa obligacin aparte de Dios, entonces afirmamos ser el
Creador. La Biblia revela esa obligacin.
Una sociedad que permite la idolatra est cometiendo suicidio social. La idolatra era
una ofensa capital para Israel porque era una traicin contra Dios y producira la
destruccin de la nacin. Hoy, la traicin contra el estado, como la fuente de la
autoridad, es una ofensa capital.
Dios es la fuente ltima de autoridad, y por ende, la traicin contra l es una ofensa an
peor.
En el antiguo Israel la pena de muerte no era para la incredulidad o por la hereja
personal, sino para aquellos que activamente reclutaban a otros para la idolatra y para
que siguieran otro orden de ley, y por consiguiente, que socavaran el sistema legal de la
nacin (vea Deut. 17:5-15, se necesitaban dos o tres testigos para alcanzar una
condena.) Es como aquellos que en la actualidad conspiran y reclutan a otros para
derrocar la nacin. Cuando la idolatra conduce a la accin que mina la seguridad del
estado, el gobierno debiera involucrarse. La iglesia y la familia tratan con ideas que
mantienen a las personas alejadas de la idolatra.
Las leyes que una sociedad adopta no deben ser contrarias al sistema Bblico de ley,
pues si lo son, entonces esa sociedad est adorando dolos. Sin embargo, debemos
recordar que la ley
Bblica sola no es suficiente para llegar a tener una sociedad Cristiana una sociedad
Cristiana debe comenzar en el corazn de los ciudadanos. Como Rushdoony escribe:
Las leyes de una sociedad no pueden elevar a un pueblo por encima del nivel de la fe y
la moralidad del pueblo y de la sociedad. Un pueblo no puede legislar por encima de su
nivel. Si se adhiere a la fe Cristiana en verdad y de hecho, puede establecer y mantener
un orden piadoso de ley. Si su fe es humanista, las gentes sern traidoras a cualquier
orden de ley que no apruebe su auto-afirmacin y su irresponsabilidad.
Esto no quiere decir que debemos descuidar el establecer leyes piadosas. Debemos
recordar quin es responsable por los fundamentos Cristianos. La familia y la iglesia
deben cumplir su misin de evangelizar y educar si una nacin ha de ser piadosa.
Por lo tanto, la idolatra es la forma ms elevada de traicin en una sociedad. La traicin
contra
Dios es mucho peor que la traicin contra el estado. Histricamente, el estado a menudo
ha actuado de manera traicionera para con sus ciudadanos y para con Dios.
Es Bblica la tolerancia?
La violacin de la ley de Dios es una forma de idolatra porque usted est colocando
algo por encima de Dios, y en esencia, adorndolo. La ley que usted obedece (y la
fuente de la cual fluye) llega a ser su dios. La ley de Dios tiene el propsito de preservar
el orden de Dios y proteger al pueblo de Dios. Esto es verdad con respecto a la ley de la
creacin y a la ley revelada dadas a Israel. La violacin de la ley requiere castigo para
poder mantener un orden piadoso. La tolerancia de una conducta contraria a la ley de
Dios resulta en destruccin. Muchos hoy promueven la tolerancia de todo tipo de
acciones, ideas y religiones. Algunos dicen que todas las religiones tienen buenas ideas
y apuntan hacia el mismo dios, por tanto, necesitamos tolerarlas a todas. Sin embargo,
una sociedad que tolera todas las ideas caer en la confusin y en la anarqua, y
necesitar un fuerte gobierno centralizado para mantener el orden. Esto no quiere decir
que el gobierno civil debiese dictar las creencias, pues no puede, pero el gobierno civil
no debiese fomentar las religiones y las ideas falsas (a travs de sus escuelas o por
cualquier otro medio.)
La promocin de religiones y enseanzas contrarias a la verdad Piadosa conduce a la
anarqua. Toda religin promueve algn orden de ley. Tolerar la falsedad es suicidio.
Quiere decir esto que usemos el arma del gobierno civil para prohibir la expresin de
las ideas? No. Debemos entender bajo la jurisdiccin de quin se halla la batalla de las
ideas en primera instancia. No es en el estado, sino en las otras esferas (el individuo, la
familia y la iglesia.) El estado est limitado en sus reas de operacin. Hoy, las naciones
estn muy activas en el respaldo y la promocin de religiones, muy lejos de sus
jurisdicciones bblicas (especialmente por medio de la educacin estatal.)
En una nacin que busca ser Cristiana hay numerosas cosas que un gobierno civil puede
hacer para respaldar y alentar el Cristianismo sin rebasar su autoridad jurisdiccional.
Una pocas de ellas incluyen el establecimiento de leyes bblicas, llevar a cabo sus
funciones y responsabilidades bblicas, reconocer el Sabbath y hacer mencin de Dios
en las proclamaciones.
La ley de Dios es imparcial y parcial. Es imparcial en que todos tenemos igual posicin
ante la ley e igual beneficio de ella. En Israel, el extranjero y el inmigrante estaban
protegidos por la ley
(xo. 12:49). Pero es parcial en el hecho que protege el orden Piadoso y al pueblo de
Dios.
Muchas veces en la historia Dios se ha movido providencialmente para proteger a su
pueblo y Su orden. l es parcial en cuanto a Su orden de ley.
La ley es una forma de guerra. La ley bblica est siempre en guerra con los sistemas
contrarios de ley (y vice-versa.) Busca destruir a estos dolos. Todos los sistemas de ley
estarn en guerra con sus enemigos (aquellos que adoptan diferentes sistemas de ley.)
Todo sistema de ley tendr enemigos que busquen socavar el sistema. Esto puede
hacerse a travs de violaciones declaradas de la ley o buscando trabajar en las cortes, las
legislaturas, las escuelas, etc., para derrocar el sistema de ley. La supervivencia del
sistema de ley de Dios depende de nuestra vigilancia eterna.
Nunca nos libraremos de todos los enemigos de Dios y debemos darnos cuenta que
estamos en un continuo estado de guerra. No hay paz ltima en esta vida. No
debisemos buscar establecer la paz con los enemigos de Dios.
No tomars el nombre del Seor tu Dios en vano.
Ley Negativa y Ley Positiva
Este mandamiento, como lo hacen todos excepto uno o dos, revela el aspecto negativo
de la ley. Algunos dicen que el negativismo es malo, pero en realidad es un gran
beneficio en el sentido que:
2. Trata con un mal especfico y as el gobierno puede castigar a aquellos que cometan
tal mal. Esto limita al estado, y por ende, su poder.
3. Un aspecto negativo de la ley asegura la libertad. La ley, no robars, limita al
estado a prohibir el robo. No puede involucrarse en el control o gobierno de la
adquisicin legtima de propiedad. Cuando la ley prohbe la blasfemia y el falso
testimonio, garantiza que todas las otras formas de lenguaje tengan su libertad.3
La ley Romana estaba basada en un concepto positivo de la ley el bienestar del pueblo
es la ley ms elevada. De este modo la ley llega a ser ilimitada porque todos los
aspectos de la vida pueden llegar a estar bajo el bienestar del hombre y la sociedad. El
estado puede regular y dirigir cada una de las reas de la vida del hombre. No solamente
controla a los hombres malvados, sino a todos los hombres. El resultado es una prdida
de libertad. No se supone que el estado haya de regularlo todo.
La educacin estatal es un ejemplo de accin basada en el concepto de ley positiva. Est
justificada por algunas personas que dicen que es necesaria para el bienestar de la
sociedad.
Como resultado, los ciudadanos Americanos son forzados a pagar miles de dlares al
ao para sostener la propagacin de opiniones contrarias a sus creencias, y contrarias a
la Palabra de Dios.
Esto es tirana.
No a los juramentos falsos o a la profanidad
El tercer mandamiento es una prohibicin contra los falsos juramentos, o maldecir y la
profanidad. Algunos tipos de maldicin son bblicos. Dios pronunci maldiciones y
tambin lo hicieron los profetas y otros. Este maldecir invoca el juicio de Dios sobre los
malhechores. No est permitido un tipo de maldicin posiblemente merecida esta es,
ningn hombre puede maldecir a su padre o a su madre (xo. 21:17).
No hemos de tomar el nombre del Seor en vano, o profanamente. Profano quiere decir
fuera del templo. La profanidad es, entonces, todo lenguaje, accin y modo de vida que
se halle fuera de Dios.4 No hemos de blasfemar a Dios. Esto es ms que usar Su
nombre en una palabrota, sino que es el lenguaje infame y rebelde dirigido contra Dios.
A lo largo de nuestra historia hemos tenido leyes contra el lenguaje soez. Muchas
todava existen. Washington emiti rdenes a sus tropas prohibiendo el lenguaje soez.
Lo consideraba uno de los pecados ms viles. Por qu nuestros fundadores
promulgaron tales leyes? Ellos reconocieron la naturaleza religiosa de tal accin. El
profano no invoca a Dios como la fuente de su fortaleza, sino las cosas bajas e innobles
de la vida aquello que es obsceno y pervertido. Lo que uno invoca en palabra, tambin
invocar en la accin. Tal accin es una espiral hacia abajo hacia cosas ms obscenas.
La profanidad es un barmetro de la sociedad. A medida que la profanidad aumenta
revela una revolucin de una accin ms profana (fuera de Dios) por parte de la
sociedad. Esta es la razn por la cual los Estados Unidos en el pasado miraba la
profanidad como subversiva para las instituciones religiosas y sociales, y por ende, a la
nacin en general.
Cuando la profanidad se abre camino hacia el arte, la msica, las pelcula y los
espectculos de televisin de una sociedad, revela que ha ocurrido una decadencia.
La mayora de los mandamientos son declarados negativamente, pero todos tienen
consecuencias positivas. Negativamente, no hemos de tomar el nombre de otros dioses
o poderes.
Positivamente, hemos de tomar el nombre del Seor Dios con justicia y verdad. Su
alabanza y verdad debiesen hallarse continuamente en nuestras bocas.
El Juramento
El tercer mandamiento, como el noveno, trata con el lenguaje, pero esto no es todo. El
corazn de l trata con el fundamento de un sistema legal. El juramento al tomar
posesin de un cargo, el juramento en las cortes, el juramento (o voto) de esposos y
esposas, los votos de los ministros,
etc., son vitales para el apropiado funcionamiento de la sociedad. Tales juramentos o
votos descansan en el tener temor de Dios. Sin esto, no hay ninguna seguridad en
ningn pacto.
En su Discurso de Despedida, George Washington pregunt, Dnde se halla la
seguridad para la propiedad, para la reputacin, para la vida, si el sentido de la
obligacin religiosa abandona los juramentos, que son los instrumentos de investigacin
en las cortes de justicia?
Los hombres piadosos toman los juramentos con seriedad. Sin temor de Dios los
juramentos no significan nada, ya sea en las cortes de ley, en los votos matrimoniales, o
por parte de aquellos en los oficios civiles que prometen levantar la ley.
Los juramentos que son una parte integral de la vida civil Americana tienen sus orgenes
en el
Cristianismo. Washington dijo que los juramentos no tenan sentido aparte de la
religin, que para l y para los fundadores significaba el Cristianismo. Los gobiernos
nacionales y locales requeran que los oficiales electos tomaran un juramento de oficio.
Este era un juramento
Cristiano. Las cortes de ley tambin requeran juramentos Cristianos. El Manual de
Justicia de
Tennessee y la Gua del Oficial Civil de 1834 dice que aquellos que administren el
juramento requerirn
La parte que tomar el juramento, pondr su mano sobre los santos evangelistas del
Dios Todopoderoso, en seal de su compromiso de hablar la verdad, y que espera ser
salvo a la manera y mtodo de salvacin sealada en ese sagrado volumen; y en seal
adicional, que si se desviase de la verdad, pueda ser justamente privado de todas las
bendiciones de los evangelios, y pueda ser hecho responsable de aquella venganza que
ha invocado sobre su propia cabeza; y despus de repetir las palabras, Y que Dios me
ayude, besar los santos evangelios como sello de confirmacin a dicho compromiso.
Acurdate del da de reposo para santificarlo.
El Sabbath es fundamentalmente un da de descanso tanto fsica como espiritualmente
que seala al descanso ltimo que tenemos en Dios por medio de Cristo. Al
observarlo hemos de recordar el orden y el reposo de la creacin de Dios, en el que
hemos de laborar seis das y descansar un da.
El da de descanso semanal era algo desconocido para las culturas no-Cristianas. Los
lderes humanistas de la Revolucin Francesa intentaron instituir una semana de diez
das despus de asumir el poder.
Descansar en el Sabbath tiene implicaciones fsicas y espirituales. El descanso fsico
nos vigoriza para ser ms productivos en nuestros seis das de labor. El propsito del
descanso espiritual es edificar nuestra confianza y seguridad en Dios, para que podamos
Los mandamientos o leyes de Dios no meramente restringen la accin del mal, sino que
dan vida. Recuerde que Jess dijo que para obtener vida eterna hemos de obedecer los
mandamientos de Dios.
Algunas personas se oponen en la actualidad a la pena de muerte, incluso algunos
Cristianos quienes dicen que es contraria a la naturaleza del mensaje de Cristo. En
realidad, el principio bsico de la pena de muerte fue fundamentado y establecido por
la muerte expiatoria de Cristo, la que hizo claro que la penalidad por la traicin del
hombre para con Dios, y su desviacin de la ley de Dios, es la muerte sin remisin.7 Si
aceptamos la muerte expiatoria de Cristo estamos aceptando la validez del castigo
capital como medio para ejecutar la justicia de Dios en la tierra.
Si la ley de Dios no requiere la muerte, entonces Cristo muri innecesariamente.
No cometers adulterio.
El propsito de este mandamiento es proteger el matrimonio, y por ende, la familia, que
es el bloque bsico de construccin de la sociedad. Las familias son de gran importancia
porque son las principales guardianas de los hijos y de la propiedad, que son dos
aspectos bsicos de todas las sociedades. Quienquiera que controle la propiedad en una
nacin controla el presente; quienquiera que controle a los nios controla el futuro.
As como va la familia, as va la nacin. Si el pacto matrimonial es violado con
facilidad en una nacin, es seguro que lo que sigue es la muerte de la sociedad. Permitir
el adulterio es algo que mata la sociedad porque destruye la familia, la institucin
fundamental de la sociedad. Si el pacto matrimonial es fuerte, y si el verdadero amor
existe en la familia, la nacin ser fuerte.
Efesios 5:21-33 revela los principios del amor, la sujecin y el servicio en la relacin
matrimonial. sta no es una sujecin absoluta que conduzca a la esclavitud, sino una
sujecin en relacin con el orden legal de Dios que produce libertad y seguridad. La
autoridad del esposo ha de ser usada para edificar a su esposa y a su familia, as como
Cristo lo hizo por nosotros. Tal accin infundir vida en la familia, y por consiguiente,
en la sociedad como un todo.
Las consecuencias positivas de este mandamiento son la edificacin y la preservacin
de familias fuertes. Declara el carcter sagrado de la relacin familiar.
En una familia Cristiana hay unidad entre el esposo y la esposa, y no obstante, hay
diversidad.
Las caractersticas nicas del esposo y de la esposa incluyen un propsito nico para
cada uno. En general, Dios llama al hombre a dirigir al tomar dominio de la tierra; la
mujer ha de respaldar al hombre en esto. Ella tambin est especialmente involucrada en
el entrenamiento de la prxima generacin y hacer del hogar un ejemplo del Reino de
Dios en la tierra. De hecho, es a travs del esposo y la esposa, cumpliendo sus
responsabilidades en el hogar, que el Reino de dios ser extendido a lo largo de la tierra.
Un medio esencial por el cual los hombres toman dominio sobre
la tierra es a travs de su ocupacin divina. Es en el hogar que los hijos son preparados
para su vida laboral.
La gente ha debatido en aos recientes si las mujeres pueden competir con los hombres
en la vida pblica. No hay duda que pueden, pero nunca olvidemos que nadie puede
competir con una madre en el hogar nadie puede ocupar su lugar. A medida que ms
madres han dejado el hogar
en aos recientes, ya sea por decisin o por necesidad, nuestra nacin ha experimentado
ms y ms problemas, pues aquellas que mejor pueden formar el carcter de la prxima
generacin estn teniendo cada vez menos influencia en las vidas de sus hijos aquellos
que son la prximageneracin. Ni el estado, ni la escuela, ni siquiera la iglesia, pueden
reemplazar efectivamente a mam o a pap en el hogar.
nos dice que hay una manera correcta y una incorrecta de obtener riqueza. La manera
incorrecta es por el fraude o por vanidad; la manera correcta es por medio del trabajo.
Parte de la bendicin pactal de Dios es darnos el poder de hacer riqueza (Deut. 8:17-18;
Sal.
112:3). Proverbios 10:22 dice: La bendicin de Jehov es la que enriquece, y no aade
tristeza con ella. No hay nada malo con ir en pos de la abundancia y la propiedad si se
hace de una manera piadosa y para propsitos piadosos. Rushdoony da una buena
definicin de riqueza piadosa es la bendicin pactal de Dios sobre nuestro trabajo,
nuestros esfuerzos de ahorro y nuestra previsin.10
El trabajo es el ttulo de propiedad hacia la propiedad. Efesios 4:28 nos dice que no
debemos hurtar, sino trabajar para obtener lo que necesitamos y para tener de ms para
darles a aquellos que estn en necesidad.
De acuerdo a la Biblia hay tres medios legtimos para obtener riqueza. Estas incluyen el
trabajo, aquello que es dado como un presente y la herencia. El tratar de evadir esto es
traer una algunos para drselo a otros. Intenta proveer propiedad y riqueza sin trabajo,
sin herencia y sin don. (Dado que un don es algo libremente entregado, la accin de los
gobiernos de beneficencia no cuadra en esta categora.) Les roba a todos no solamente
al contribuyente sino tambin al receptor, quien no desarrollar las habilidades, el
carcter, etc., necesarios para auto-sustentar la vida. Tambin le roba la vida a la nacin.
Debemos cubrir las necesidades de otros de una manera
Bblica o sino exaltamos la necesidad del hombre por encima de la ley de Dios.
La Pena por Violar la Ley
El nfasis de la ley de Dios al tratar con las violaciones es la restitucin a la vctima y la
restauracin del orden piadoso.* La idea Romana de castigo al criminal es la que
predomina hoy en nuestro sistema criminal. De modo que las penas por el robo en la ley
Bblica tienen el propsito de establecer un orden piadoso, de limpiar y sanar al hombre
para que viva en el orden de Dios.
Para el robo se requera la restitucin. ste era un pago devolutivo de 2, 4 5 veces el
valor de lo hurtado dependiendo de lo que fue robado (vea xodo 22:1 y siguientes).
xodo 22:1 declara: Cuando alguno hurtare buey u oveja, y lo degollare o vendiere,
por aquel buey pagar cinco bueyes, y por aquella oveja cuatro ovejas. La restitucin
que los ladrones deben hacer se basa no solamente en lo que fue sustrado sino tambin
en la produccin potencial. Los bueyes eran usados para arar los campos y las ovejas
producan lana; eran ms que simplemente artculos alimenticios.
Para los pecados de negligencia y descuido (Nm. 5:5-10; Lev. 5:14-16) y ofensas
menores de naturaleza deliberada que involucrara la propiedad (Lev. 6:1-7), deba
restaurarse el capital principal ms un 20%.
Si se viola la ley de Dios esto debe manejarse por la jurisdiccin apropiada y con una
pena apropiada. Debisemos discernir si es responsabilidad de la familia, la iglesia o el
estado administrar la justicia de Dios. Adems, cuando se ejecute la pena debisemos
recordar la misericordia de Dios y Su justicia. Es necesario para esto un conocimiento a
fondo de la palabra de Dios (la Biblia). A continuacin un breve sumario de las penas
por violar la ley civil en la Repblica Hebrea:
1. Restitucin por el robo (xo. 22:1ff). Trabajo (va servidumbre) para hacer
restitucin para aquellos que fuesen incapaces de pagar. Castigo corporal y/o multas por
ofensas menores (Lev. 19:14; Deut. 22:13-21; Nm. 5:5- 10; Lev. 5:14-16; Lev. 6:1-7)
3. Muertes para las ofensas serias contra la vida o para los incorregibles (xo. 21:12-16;
xo. 22:19-27; Lev. 20:10-21; Deut. 21:18-21) La ciudad de refugio para la muerte
accidental (Nm. 35; Deut. 19:1-13)
No hablars contra tu prjimo falso testimonio.
Mentir es algo odioso y una abominacin para Dios (Prov. 6:16-19, 12:22; Lev. 19:11).
Es parte de la vieja naturaleza, algo que hemos de quitarnos (Col. 3:9). Pablo nos
amonesta a hablar la verdad siempre a nuestro prjimo (Efe. 4:25). Debisemos no
solamente amar y hablar la verdad en lo exterior, sino conformarnos a la verdad
interiormente hablar la verdad en nuestros corazones (Sal. 15:2). El hombre est
obligado a hablar con sinceridad en todas las condiciones normales. De acuerdo al
Catecismo Menor de Westminster, en la pregunta nmero 78, el noveno mandamiento
prohbe cualquier cosa que sea perjudicial para la verdad, o que perjudique el buen
nombre, el propio o el de nuestro prjimo. Cumplir este mandamiento tambin quiere
decir que no hemos de ser chismosos revelando los secretos de otros. Hay muchos
asuntos que hemos de dejar ocultos.
Por lo tanto, no hemos no hablar o actuar de tal manera que presente un falso testimonio
o que sea perjudicial para la verdad o para nuestro prjimo. Sin embargo, Quiere decir
esto que usted debe, en todos los momentos y bajo todas las circunstancias decirle la
verdad a todos los hombres que le pregunten cualquier cosa? Claro que no. Rahab
minti para proteger las vidas de los dos espas. Santiago la seal de manera particular
como ejemplo de fe vital. Hebreos 11:31 le llama a su accin un ejemplo de fe
verdadera. Las vidas del pueblo de Dios fueron ms importantes para ella que el ser
vista como una moralista. Abraham e Isaac mintieron para evitar el asesinato y la
violacin y la Escritura no los condena. A veces tenemos delante de nosotros opciones
que no son en blanco y negro.
En 1644 mis ancestros, John y Sara Woodson, fueron atacados por los Indios en
Virginia. John fue asesinado. Sara escondi a sus dos hijos, Juan (12) y Robert (10) en
una tina de lavar ropa y en un hueco para papas respectivamente, mientras que ella
defenda su hogar. De haber sido capturada y si se le hubiera preguntado si haba otros
all y dnde estaban, Deba decirlo para ser fiel al noveno mandamiento? Jams.
Gracias a Dios fue capaz de ahuyentar a los Indios. Dos de ellos intentaron bajar por la
chimenea logr matar a uno echndole una olla de agua hirviendo y al otro lo mat al
romperle la cabeza con un asador de hierro. Los otros Indios huyeron.
No podemos permitirles a los malvados que roben, maten o violen a causa de nuestro
compromiso de decir la verdad. Ningn enemigo o criminal tiene derecho alguno de
conocer de nosotros lo que pueda llegar a utilizarse para hacernos mal.11 Si les
ayudamos a aquellos que estn planeando el mal dicindoles la verdad, tomamos parte
en el mal, y seremos tenidos como responsables.
Estamos bajo obligacin para con Dios de decir la verdad en todos los momentos bajo
situaciones normales. Esto no quiere decir que hemos de exponer nuestra privacidad de
una manera que pueda producirnos dao, sino dar un testimonio verdadero en relacin
con nuestro prjimo. Tal declaracin de la verdad no se aplica en actos de guerra (el
espiar est bien) o en el hecho de protegernos de los malhechores.
La pregunta nmero 77 en el Catecismo Menor revela el aspecto positivo de este
mandamiento. Requiere que mantengamos y promovamos la verdad entre hombre y
hombre, as como tambin nuestro buen nombre y el de nuestro prjimo, especialmente
en dar testimonio.
Para cumplir el corolario positivo del noveno mandamiento debisemos darle alabanza
y aliento a nuestro prjimo (que incluye la familia, los amigos y aquellos a nuestro
alrededor). Hemos de proclamar y sembrar la verdad continuamente. No hemos de
hablar palabras ociosas (Mat. 12:36 revela que daremos cuenta de toda palabra ociosa;
i.e., intil, negligente, inoperante, que no sirve para nada.) Hacer todo esto es todo un
desafo! Podemos, en alguna medida, cumplir los aspectos negativos de la ley, pero
nunca podemos cumplir totalmente su lado positivo.
obra expiatoria de Cristo, con la capacitacin del Espritu Santo, podemos mostrar
nuestro amor por l guardando
Sus mandamientos. Nunca tendremos una obediencia total en esta vida, pero a medida
que crezcamos en la salvacin podemos vivificar, desear fervientemente las cosas de
Dios, deponer nuestras vidas, edificar una riqueza piadosa, tomar dominio sobre la
tierra, elogiar a nuestros hermanos y alabar a nuestro Dios tanto con nuestras palabras
como con nuestras acciones. Podemos conocer los mandamientos y guardarlos, y al
hacerlo producir vida para nosotros mismos, y para nuestra familia, iglesia y nacin.
debemos tomar el nombre de Dios en vano, debemos entender que tambin se nos est
ordenando la obligacin opuesta, reverenciar su nombre
(Dt. 28:58; Sal. 34:3; Mt. 6:9). El mandamiento que dice que no debemos matar no slo
significa que yo no he de matar ni siquiera odiar a mi prjimo, sino que tambin implica
que he de hacer todo lo que est a mi alcance para su beneficio. (Lv. 19:18).
4. La ley es una unidad, en cuanto cada mandamiento est relacionado con los otros. No
es posible cumplir con algunos de los deberes enumerados en los mandamientos,
creyendo que de esa manera estamos libres de cumplir los dems. "Porque cualquiera
que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos" (Stg.
2:10; compararlo con Dt. 27:26).
El primer mandamiento: No tendrs dioses ajenos
El primer mandamiento comienza donde podramos suponer que debiera comenzar: en
el campo de nuestra relacin con Dios. Requiere nuestra adoracin exclusiva y
fervorosa. "Yo soy Jehov tu Dios, que te sac de la tierra de Egipto, de casa de
servidumbre. No tendrs dioses ajenos delante de m" (Ex. 20:2-3). Adorar a cualquier
otro dios que no sea el Seor bblico es no cumplir con este mandamiento. Pero para no
cumplir con este mandamiento no es necesario adorar a un dios claramente definido Zeus, Minerva, el emperador romano, uno de los tantos dolos modernos-. No estamos
cumpliendo con este mandamiento cuando colocamos a alguna persona o alguna cosa en
el primer lugar en nuestros afectos, lugar que slo le corresponde a Dios. Con mucha
frecuencia el dios sustituto somos nosotros mismos o la opinin que tenemos de
nosotros mismos. Pueden ser cosas tales como el xito, las posesiones materiales, la
fama o el ejercer poder sobre otros.
Cmo podemos cumplir con este mandamiento? John Stott escribe: "Para nosotros,
guardar este primer mandamiento sera, como Jess dijo, amar al Seor nuestro Dios
con todo el corazn, con toda nuestra alma y con toda nuestra mente (Mt. 22:37); ver
todo desde su perspectiva y no hacer nada sin que est referido a l; hacer de su
voluntad nuestra gua y de su gloria nuestra neta; colocarlo a l en el primer lugar en
nuestros pensamientos, palabras y acciones: en los negocios y en el descanso; en las
amistades y en las carreras profesionales; en el uso del dinero, el tiempo y los talentos;
en el trabajo y en el hogar... A excepcin de Jess de Nazaret, ningn hombre jams ha
cumplido este mandamiento".1
Pero por qu no debemos tener otros dioses? La respuesta est en el prefacio de este
mandamiento, que tambin sirve de prefacio a todo el Declogo. Podemos considerar
dos partes en la respuesta: primero, debido a lo que Dios es; segundo, por lo que ha
realizado. Quin es el Dios verdadero? Se expresa en la palabras "Yo soy JEHOVA tu
Dios". En el hebreo las palabras son Yahveh Eloheka. La razn por la que deberamos
obedecer estos mandamientos es que el Dios que est hablando en los mandamientos es
el Dios verdadero, el Dios que no tiene principio ni fin. "YO SOY EL QUE SOY" (Ex.
3:14). l es auto existente. Nadie lo cre, y por lo tanto l no es responsable frente a
nadie. l es autosuficiente. No necesita de nadie, y por lo tanto no depende de nadie
para nada. Cualquier dios que sea menos que esto no es Dios, y todos los dems dioses
son menos que esto.
Dios puede demandar esta adoracin porque Dios es como es.
Lo que Dios ha hecho se nos seala en las palabras "que te sac de la tierra le Egipto, de
casa de servidumbre".
En un primer marco de referencia estas palabras se aplican exclusivamente a Israel, la
nacin liberada de la esclavitud en Egipto y a quien estos mandamientos fueron dados
en particular. Aun si Dios fuera slo un dios tribal limitado, los israelitas le deberan
reverenciar por haberlos liberado. Pero esta afirmacin no se extingue en esta referencia
que merece el juicio de Dios. Pero al mismo tiempo que habla de juicio, Dios tambin
est hablando de tener misericordia sobre muchas de las generaciones de aquellos que le
aman y guardan sus mandamientos.
El tercer mandamiento: Santificars mi nombre
"No tomars el nombre de Jehov tu Dios en vano; porque no dar por inocente Jehov
al que tomare su nombre en vano" (Ex. 20:7). El tercer mandamiento debe ser tomado
conjuntamente con la oracin en el Padre
Nuestro donde Jess exhorta a sus discpulos para que oren diciendo: "Santificado sea tu
nombre" (Mt. 6:9).
Esta exhortacin agrega una dimensin positiva a la forma negativa que asume este
mandamiento en el
Antiguo Testamento. El nombre de Dios representa la naturaleza de Dios. En
consecuencia, deshonrar el nombre de Dios es deshonrar a Dios, y santificar su nombre
es honrarlo. Como los diversos nombres de Dios representan sus muchos atributos,
todos dignos de alabanza, estamos santificando su nombre cuando honramos algn
aspecto de su carcter. Calvino dice:
En mi opinin, debemos diligentemente observar los siguientes tres puntos: primero,
todo lo que nuestra mente conciba sobre Dios, todo lo que nuestra lengua pronuncie,
debera manifestar su excelencia, igualar la altura de su nombre sagrado y, finalmente,
servir para glorificar su grandeza. Segundo, no deberamos con imprudencia y
perversamente abusar de su Santa Palabra y adorar misterios, ya sea por nuestra
ambicin, o codicia, o entretenimiento, sino que como portadores de la dignidad de su
nombre, siempre deberan ser honrados y apreciados entre nosotros. Por ltimo, no
deberamos difamar ni retractamos de sus obras, como los hombres miserables tienen el
hbito de vociferar contra l; sino que sobre todo lo que reconozcamos como
proveniente de l deberamos expresarnos con alabanza de su sabidura, justicia y
bondad. Esto es lo que significa santificar el nombre de Dios.4 Los distintos nombres de
Dios tienen significados especficos. Elohim es el nombre bblico ms comn. Al
utilizar el nombre Elohim estamos reconociendo que Dios es el Creador de todo lo que
existe. Es el nombre usado en el versculo inicial de la Biblia: "En el principio cre Dios
los cielos y la tierra" (Gn. 1: l). Elohim cre al sol, la luna y los planetas; form la tierra,
la cubri con plantas, peces y animales; hizo al hombre y la mujer; te hizo a ti.
Lo honras como tu Creador? Si no lo honras como tu Creador, ests deshonrando su
nombre y quebrando el tercer mandamiento.
Otro nombre de Dios es El Elyon, que significa "Dios Altsimo". Aparece por primera
vez en el relato de Abraham con Melquisedec, luego de su lucha con los reyes de la
llanura y su rescate de Lot. Melquisedec era "el sacerdote del Dios Altsimo" (Gn.
14:18). El Elyon aparece tambin en la descripcin que salas hace de la rebelda de
Satans, "y ser semejante al Altsimo" (Is. 14:14). Este nombre resalta el dominio y la
soberana de
Dios. Lo honras como el Dios soberano? No lo honras como el Dios soberano si te
quejas de las circunstancias o dudas de su habilidad para cuidar de ti y cumplir sus
promesas.
Yahveh significa "YO SOY EL QUE SOY". Nos habla sobre la auto existencia, la
autosuficiencia y la eternidad de
Dios; y aparece en las revelaciones que Dios hace de s mismo en su carcter de
redentor; por ejemplo, cuando se revela a Moiss antes de la liberacin del pueblo de
Israel de Egipto. Lo honramos como nuestro redentor?
Lo alabamos por lo completa de su redencin en Jesucristo?
Todos los nombres de Dios nos revelan algo sobre l, y nosotros deberamos honrarlo
tomando en consideracin todos sus nombres. En particular, hemos considerado los
nombres Elohim, El Elyon, y Yahveh.
Pero l tambin es Yahveh Tireh, el Dios que provee. Es el Dios de los ejrcitos. Es el
Padre, el Hijo y el Espritu
Santo. Es el Alfa y la Omega. Es el Anciano de Das, sentado sobre el trono de los
cielos. Es nuestro Maravilloso
Consolador, el Dios Todopoderoso, el Padre Eterno, el Prncipe de Paz. l es nuestra
roca y la fortaleza hacia donde podemos acudir y encontrar seguridad. El es el camino,
la verdad y la vida. El es la luz del mundo. l es el pan de vida. l es la resurreccin y
la vida. l es el buen pastor, el gran pastor y el jefe de los pastores. l es el Dios de
Abraham, de Isaac y de Jacob. l es el Dios de Jos, de Moiss, de David. l es el Dios
le Dbora, de
Ana, de Ester. l es el Dios de los escritores del Nuevo Testamento y de todos los
apstoles. l es el Seor de seores y Rey de reyes. Si no lo honramos con respecto a
cada uno de estos nombres, lo estamos deshonrando y quebrando su mandamiento. Pero
adems, nuestras acciones importan tanto como nuestras palabras. Siempre que nuestra
conducta no sea coherente con nuestra profesin de fe cristiana, aunque sea una
profesin muy ortodoxa, estamos deshonrando a Dios. Las personas que pertenecen a
Dios han tomado su nombre, para decirlo de alguna manera, y sus acciones deben
santificar su nombre. Si "cometen adulterio" con el mundo, estn transgrediendo su
inmenso amor; estn deshonrando el nombre de cristianos (que significa "uno de
Cristo"). Esta deshonra es todava peor que las vociferaciones de los infieles.
El cuarto mandamiento: Santificars mi da
Ningn otro punto en el tratamiento que los cristianos hacen de la ley del Antiguo
Testamento ha causado tanta dificultad como la interpretacin del cuarto mandamiento.
El cuarto mandamiento prescribe que el sptimo da de la semana, el sbado, deber ser
un da de reposo, pero la mayora de los cristianos no observan este mandamiento. Por
el contrario, como todos sabemos, adoran durante el da domingo. Pero todava ms, ni
siquiera guardan el domingo de acuerdo con las reglas que fueron dadas para el da de
reposo. Es esto conecto? Puede justificarse la observancia del da domingo?
Lo que no podemos hacer es tratar este tema a la ligera. De todos los mandamientos, el
mandamiento referente al da de reposo es el ms largo y posiblemente el ms solemne.
Dice: "Acurdate del da de reposo para santificarlo. Seis das trabajars, y hars toda tu
obra; mas el sptimo da es de reposo para Jehov tu
Dios; no hagas en l obra alguna, t, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu
bestia, ni tu extranjero que est dentro de tus puertas. Porque en seis das hizo Jehov
los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y repos en el sptimo
da; por tanto, Jehov bendijo el da de reposo y lo santific" (Ex.
20:8-11).
En general ha habido tres enfoques a la cuestin sobre el da de reposo y el domingo.
Primero, algunos ensean que los cristianos deberan adorar el da sbado. Esta es la
postura de los Adventistas del Sptimo Da, por ejemplo, y de algunos otros grupos. En
segundo lugar tenemos la postura de los que dicen que el domingo es simplemente el
equivalente neo-testamentario del da de reposo del Antiguo Testamento y que debe ser
observado de la misma manera. La Confesin de Fe de Westminster llama al Da del
Seor "el da de reposo cristiano", y luego agrega que "el da de reposo es santificado
cuando los hombres, luego de haber preparado sus corazones y puesto en orden los
asuntos comunes de antemano, guardan un reposo santo durante todo el da, libres de
cualquier trabajo, palabra y pensamiento, y de todo lo que se relacione con los goces y
las recreaciones mundanas; y que adems ocupan todo este tiempo en el ejercicio
pblico y privado de la adoracin, y en los deberes de necesidad y misericordia" (XXI,
7, 8). Ms adelante, la teologa puritana y reformada se adhiri firmemente a esta
postura. En tercer lugar, tenemos la postura de considerar que el da de reposo fue
abolido con la muerte y la resurreccin de Cristo y que ha sido suplantado por un nuevo
da, el Da del Seor, con sus propias caractersticas. Esta era la postura de Juan
Calvino, quien claramente expres que
"el da sagrado para los judos haba sido dejado de lado" y que " otro haba sido
instituido" en su lugar.
Cul es la solucin? Hay varias cosas importantes que es posible sealar y que nos
pueden ayudar. En primer lugar, el da de reposo era una institucin singularmente juda
que no fue ni dada ni observada por ninguna otra raza o nacin, ni en los tiempos
antiguos, ni en los tiempos modernos. Lo mismo no ocurre con los dems
mandamientos; es posible encontrar muchos paralelismos entre los dems
mandamientos y otros cdigos legales de la antigedad. Para sealar que esto no es
cierto, los defensores del da de reposo suelen citar
Gnesis 2:2-3 (con referencia al cuarto mandamiento). Estos versculos dicen lo
siguiente: "Y acab Dios en el da sptimo la obra que hizo; y repos el da sptimo de
toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al da sptimo, y lo santific, porque en l repos
de toda la obra que haba hecho en la creacin". Pero si hemos de ser estrictos, estos
versculos no nos dicen que Dios est instituyendo el da de reposo en el momento de la
creacin; por el contrario, hay otros versculos que parecen ensear que lo instituy ms
adelante. Uno de estos versculos lo encontramos en Nehemas 9:13-14. Nehemas, que
haba sido el instrumento para llevar a cabo un gran avivamiento entre los judos que
haban regresado a Jerusaln luego de su cautiverio en
Babilonia, haba organizado un culto especial de adoracin y rededicacin. En ese culto
los sacerdotes dirigieron al pueblo en su adoracin, diciendo con respecto a Dios: "Y
sobre el monte de Sina descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les diste
juicios rectos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos, y les ordenaste el
da de reposo santo para ti, y por mano de Moiss tu siervo les prescribiste
mandamientos, estatutos y la ley". Estos versculos estn relacionando el otorgamiento
de la ley concerniente al da de reposo con el monte de Sina, e implican que el da de
reposo no se conoca ni se guardaba hasta ese entonces. Otro pasaje importante es el que
encontramos en xodo. "Habl adems Jehov a Moiss, diciendo: T hablars a los
hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaris mis das de reposo; porque es
seal entre m y vosotros por vuestras generaciones, para que sepis que yo soy Jehov
que os santifico. As fue guardaris el da de reposo, porque santo es a vosotros; el que
lo profanare, de cierto morir; porque cualquiera que hiciere obra alguna en l, aquella
persona ser cortada de en medio de su pueblo. Seis das se trabajar, mas el da
Sptimo es da de reposo consagrado a Jehov; cualquiera que trabaje en el da le
reposo, ciertamente morir. Guardarn, pues, el da de reposo los hijos de Israel,
celebrndolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Seal es para siempre entre m y
los hijos de Israel; porque en seis das hizo Jehov los cielos y la tierra, y en el sptimo
da ces y repos" (Ex. 31:12-17).
Estos versculos estn identificando al da de reposo como una seal de un pacto entre
Dios y el pueblo de
Israel; esto es importante, ya que se los repite en dos oportunidades. Es difcil
comprender, por lo tanto, cmo la observancia del da de reposo puede legtimamente
ser aplicada a otras naciones. Por el contrario, era la observancia del da de reposo lo
que distingua a Israel del resto de las naciones, del mismo modo que la circuncisin los
diferenciaba.
Pero cul es la situacin con respecto al da domingo? El domingo es otro la que ha
sido establecido por Dios, pero para la iglesia y no para Israel, y con caractersticas muy
diferentes. El da de reposo era un tiempo de descanso e inactividad. Es ms, existan
severas penas para el caso de que no se reposara por el contrario, el domingo del
cristianismo es un da de jbilo, de actividad y de expectativa. Este carcter est dado
por los acontecimientos que rodearon al Da del Seor, cuando Cristo resucit. El Seor
reuni a sus discpulos, les ense, les imparti el Espritu Santo (Jn. 20:22) y los
comision para que evangelizaran el mundo. El hecho que el domingo fue establecido y
el da de reposo abolido lo podemos apreciar en la rapidez y la totalidad con que el
domingo sustituy al da de reposo en la adoracin de la iglesia primitiva. El da de
reposo se menciona con mucha frecuencia en el Antiguo Testamento. En los Hechos de
los Apstoles, por el contrario, la palabra figura solamente nueve veces, y en ninguna
ocasin se dice que sea un da observado por los cristianos. El primer captulo se refiere
al da de reposo en la expresin "camino de un da de reposo" (Hch. 1:12). Luego ocurre
cuatro veces en el captulo trece cuando nos describe cmo Pablo usaba el da de reposo
con fines evangelsticos, yendo a la sinagoga para predicarles a los judos que estaban
reunidos all (3:14,27,42,44). Y en algunos captulos subsiguientes tenemos referencias
similares (15:21; 17:2; 18:4). Pero en ninguna ocasin se sugiere que la iglesia se reuna
en el da de reposo o que lo guardaban con afecto y atencin especiales.
Sin embargo, no debemos creer que el cuarto mandamiento o la celebracin cristiana del
Da del Seor no tienen nada que decir sobre el pecado humano o nuestra necesidad de
un Salvador. El da de reposo era un da en memoria de Dios como el Creador y como el
libertador de su pueblo. El domingo cristiano es un da de celebracin de la resurreccin
de Cristo. Pero observamos estos das naturalmente? El corazn humano puede con
naturalidad apartar un tiempo, cualquier momento, para adorar y servir a Dios y
regocijarse en todos sus favores? No puede hacerlo. No tiene la gratitud ni la
sensibilidad suficiente. Como consecuencia, esta parte de la ley tambin nos condena.
Autor: Annimo.
tambin las dos enseanzas (doctrinas) que Dios ha querido comunicar al mundo: lo que
habl por boca de los profetas, en una forma no perceptible exteriormente, aqu lo dijo
en pblico. Nunca ms volver a hablar as, desde el cielo, a la comunidad de fieles,
sino que la tercera vez vendr l mismo y se har ver en su gloria y majestad, y todas las
creaturas sern sobrecogidas por el miedo. Entonces ya no har falta ninguna
predicacin, sino qu le veremos y sentiremos directamente.
La diferencia entre ley y evangelio.
La primera de estas predicaciones desde el cielo es la que se describe en estos dos
captulos, a saber, la predicacin de la ley; la segunda es la del evangelio. Estas dos,
Dios las hizo pblicas en el mundo para que los hombres entendieran la diferencia que
existe entre la ley y el evangelio. La ley es una predicacin que nos prescribe algo, y
que exige algo de nosotros. Va dirigida a nuestro obrar. "Lo que tienes que hacer es esto
y esto", nos dice Dios, "pues as te lo exijo yo". El evangelio en cambio predica no lo
que nosotros tenemos que hacer, sino a la inversa: "Esto es lo que Dios hizo por ti", nos
dice. Nos anuncia las obras de Dios que l hizo patentes ante nosotros al enviarnos a su
Hijo. Quiere decir, pues, que se trata de una doble doctrina, y asimismo de una obra
doble. La ley est dirigida hacia los hombres y exige algo de ellos. El evangelio est
dirigido hacia Dios y nos ensea qu recibimos de l.
Cmo y por qu fue manifestada la ley a los hijos de Israel.
1. En el Sina Dios habla, al pueblo por medio de ngeles.
La primera predicacin es, por lo tanto, la de la ley, y de ella hablaremos ahora. All en
el Sina, Dios se hizo ver y or hasta donde ello era posible. .No que los hombres le
hayan visto hablar; Dios no tiene boca y lenguaje como nosotros. Antes bien, Dios
como el Creador es el que nos ha dado tanto la boca como el lenguaje. Si l no crea la
palabra en nuestra boca, nadie es capaz de hablar. Salomn dice, lleno de admiracin,
que sin Dios es imposible que produzcamos siquiera un solo tono. Por consiguiente, el
lenguaje es don suyo, como lo es el fruto en el rbol.
Aqul, pues, que da a nuestra boca la facultad de hablar, puede hablar tambin sin boca;
as como l, el Creador, maneja a sus dems creaciones, as puede manejar tambin esa
creacin suya llamada "lenguaje", y poner su palabra en boca de una creatura. As es
que estas palabras de la
ley6 fueron pronunciadas por un ngel. Y no estuvo all un ngel solo, sino que hubo
muchos. El ngel que hace de locutor, habla como si fuera Dios mismo, y dice: "Yo soy
el Seor tu Dios, que te saqu de la tierra de Egipto" (cap. 20:2). Es un caso idntico
como el de Pablo, cuando ste, en virtud del encargo recibido, habla en nombre y en
lugar de Dios. En este sentido se dice tambin en Calatas (3:19) que la ley "fue
ordenada por medio de ngeles en mano de un mediador", o sea, los ngeles recibieron
rdenes de dar al pueblo la ley en lugar de Dios, y Moiss deba ser el intermediario que
recibira esta ley. As lo dispuso Dios para mantener al pueblo a la debida distancia
(cap. 19:13).
Qu clase de voz fue aqulla, bien te lo puedes imaginar. Debe haber sido una voz
humana, de modo que se podan percibir claramente slabas y letras, pero al mismo
tiempo fue una voz llena de majestuosidad. En Deuteronomio 4 (v. 12) se describe un
caso similar: all no vieron a ningn hombre, a nadie que enseara, slo oyeron la voz
de Dios que hablaba con gran fuerza. No vieron nada; fue como si a la media noche
oysemos una voz de hombre hablando desde el tejado. Por esto la voz del Sina es
llamada la voz de Dios, porque l mismo hablaba tan fuerte, y sin embargo, nadie vio
nada.
2. En el Sina Dios inaugur su gobierno espiritual sobre el pueblo de Israel.
Oiris ahora con qu intencin emiti Dios su voz: lo hizo para poner en movimiento al
pueblo, pues haba llegado el momento en que l quera inaugurar su gobierno espiritual
sobre ellos. En pasajes anteriores8 ya se pudo leer cmo qued establecido el gobierno
civil con ayuda de Jetro. Por .encima de esta autoridad secular est la autoridad
espiritual, tal como la; ejercida por Cristo. sta la experimentamos slo por el hecho de
que poseemos el evangelio de Cristo, y por el hecho de que l est con nosotros, segn
Mateo 28 (20), y ejerce el-gobierno en nuestro corazn. Entre ambos regmenes, secular
y "espiritual, se coloca ahora en el Sina un rgimen ms. Rgimen de qu tipo? Mitad
espiritual, y mitad secular; de esta ndole son las ceremonias que la ley de Moiss
impone al pueblo de Israel para reglamentar su comportamiento exterior frente a Dios y
frente a los hombres.
3. La ley promulgada en el Sina rega para los israelitas solamente, no para los gentiles.
Ntese bien: al pueblo de Israel le fueron impuestas estas ceremonias. En el Sina
comienza a entrar en vigencia una ley que concierne a los israelitas solamente, no a
nosotros, pues las leyes que ves en estos captulos fueron dadas para el pueblo de Israel;
todos los pueblos paganos quedaron excluidos. No obstante, hay algunas de entre estas
leyes que fueron dadas tambin para todos los pueblos en general, por ejemplo la de que
no hay ms que un Dios solo, la de que no se deben cometer injusticias, etc. Esto forma
parte del conocimiento natural que poseen tambin los gentiles, pero este conocimiento
no lo sacaron directamente del cielo como lo hicieron los judos. No olvides, pues, que
este texto, como un todo, no tiene vigencia para los gentiles. Digo esto a causa de los
espritus iluminados que son asiduos lectores de Moiss y emplean con profusin
palabras de Moiss y quieren gobernar al pueblo conforme a las enseanzas de Moiss
a pesar de que Moiss no es ms que el mediador ordenado por Dios para el pueblo
de Israel a los efectos de reglamentar la forma exterior del servicio a Dios. Es necesario
que sepas esto para que a aquellos iluminados se les pueda tapar la boca cuando quieran
recurrir a Moiss: Moiss no tiene vigencia para m. Si admito una sola disposicin de
la ley de Moiss, por fuerza tengo que admitirlas todas. Consecuentemente, tendramos
qu someternos tambin al rito de la circuncisin, practicar ciertos lavamientos, y
abstenernos del consumo de determinadas clases de pescado. Mas ya que ha venido
Cristo, tenlo a Moiss por muerto, y a su rgimen por caducado.
Qu significado y valor tiene para el cristiano la promulgacin de la ley.
Podras objetarme: Si rechazas a Moiss, por qu lo predicas? Lo predico para
ensearte qu uso debes hacer de l.
a) Los libros de Moiss como coleccin de leyes ejemplificadoras. La ley de Moiss no
tiene para nosotros carcter obligatorio, pero nos ofrece muchos valiosos ejemplos. Una
de las maneras de usarlo es sta: Si te hablan de las leyes de Moiss, di: "Dirgete a los
judos con tu Moiss". Pues el que guarda la ley en un punto, est obligado a guardar
toda la ley, segn Glatas (5:3). Yo encuentro en Moiss una doctrina triple, cuya
primera parte son sus leyes. Estas leyes, que l dio al pueblo de Israel, no me causan
ningn dolor de cabeza. Y eso es lo primero que debemos tomar en cuenta al leer a
Moiss: El que lo lee, tendra que comprender que sus mandamientos ya no tienen
vigencia para nosotros, a menos que yo quiera someterme espontneamente a ellos y
decir: "As y as gobern Moiss al pueblo; creo que haramos muy bien con imitarlo".
En este caso, yo aceptara a Moiss, por mi propia voluntad, como un ejemplo.
S yo fuera el emperador, no hara ningn esfuerzo especial para lograr que se observe
la ley de Moiss. En cambio, s quisiera que se diese el diezmo conforme a lo estipulado
en esta ley, y con esto abrogara todos los dems impuestos. Si yo tuviera arrendadas
diez yugadas de tierra de labor, entregara la dcima parte de la cosecha como arriendo.
Segn el resultado de la cosecha, mi pago al dueo de la tierra sera mayor o menor. En
cambio, segn nuestro sistema actual, si le debo cinco florines en concepto de arriendo,
le tengo que pagar esos cinco florines, sea que toda la cosecha no me produzca ms que
un solo florn, o sea que me rinda muchsimo ms. Lo mismo ocurre si mi arriendo se
eleva a cien florines: tengo que pagarlos, aun en el caso de que la tierra arrendada no me
d fruto alguno. As es como se le imponen al mundo duros gravmenes; y conste que
este rgimen econmico tuvo su origen en las leyes emitidas por el papa.
En otra de las leyes de Moiss se estipulaba que ninguna casa deba venderse a
perpetuidad sino a lo sumo por 50 aos, perodo despus del cual deba volver a su
antiguo dueo. Tambin esta ley creo que podra observarse junto con otras, no en
carcter de obligatoria, sino por propia voluntad, como ejemplo digno de imitarse. De
una manera similar proceden los sajones, que tienen su propio antiqusimo Cdigo:
como descendientes de gentiles, siguen su propio criterio en materia de derecho. Moiss
es algo as como un Cdigo Sajn para los ludios.
Como ya queda dicho, Moiss no tiene vigencia para el mundo entero; pero si algunos
de sus artculos son de utilidad general, sera conducente observarlos.
Hay otra disposicin sancionada por la ley de Moiss que me parece muy buena:
Cuando un hombre mora antes de tener hijos, su hermano que le segua en edad
"suscitaba nombre en Israel a su hermano". En fin: lo que merece nuestra aprobacin en
la ley de Moiss, lo admitimos; lo que no, lo omitimos.
Moiss tiene carcter obligatorio slo donde ensea la ley natural.
Ahora bien: Hay sectarios que nos dicen: "No nos dio Moiss los 10 Mandamientos?
No nos mand que se debe tener un solo Dios, que no se debe jurar en su nombre, etc.?
Acaso no debemos guardar estos mandamientos?" A esta gente contstale: Este
precepto lo tiene tambin la ley natural; ella me impone invocar a Dios. As lo ponen de
manifiesto los gentiles: no hubo ningn pueblo pagano que no haya tenido
conocimiento de Dios, y la nica diferencia que existe entre gentiles y judos es que los
.judos recibieron su ley desde el cielo, en tanto que los gentiles tienen la ley escrita en
sus corazones, segn Romanos 2 (v. 14, 15). As, pues, tal como incurrieron en error los
gentiles, incurrieron en error tambin los judos, y viceversa. Ah est, por ejemplo, el
mandamiento: "No cometers adulterio". La ley natural encierra todo cuanto concierne a
este mandamiento. Los gentiles lo tienen escrito en sus corazones por naturaleza, as
como Dios lo prescribi a su pueblo desde el cielo, en el Sina. Donde la ley de Moiss
concuerda con la ley natural, puede decirse que sigue a sta, que rige para todos
nosotros. ste es, pues, el primer punto: el hecho de que Moiss presente leyes y
preceptos slo me interesa en la medida en que se trate de leyes naturales; si las leyes de
Moiss concuerdan con stas, puedo aceptarlas.
b) Los libros de Moiss como testimonios de la promesa divina.
Las indicaciones de Moiss en cuanto a la venida de Cristo son dignas de ser tenidas en
cuenta. En segundo lugar encuentro en Moiss algo que no puedo hallar en las leyes
naturales, y que tampoco est inscrito por naturaleza en los corazones humanos, como
sucede con los 10 Mandamientos. En efecto: en los libros de Moiss, Dios anuncia el
evangelio de que habra de venir el Cristo. sta no es una promesa que los gentiles
pudieran haber odo tambin por otro conducto. En cuanto que Moiss presenta leyes, lo
que escribe no nos toca ni necesitamos leerlo, puesto que lo escribi para los judos. Por
otra parte, s leemos a Moiss por cuanto trae muchas promesas referentes al Cristo eme
habra de venir: las condiciones en el reino de Cristo seran tales como Moiss las
describe. Y en este sentido es como se debe predicar a Moiss en la cristiandad. Su libro
es til, en primer trmino, porque podemos extraer de l diversos ejemplos y buenas
leyes, y en segundo trmino, porque hallamos en l promesas divinas que fortalecen y
conservan nuestra fe. A Eva, por ejemplo, se le dice: "Pondr enemistad entre la
bautizar ni aceptara la fe; pero como aade "a todas las naciones" (Mateo 28:19), "por
todo el mundo", "a toda criatura", yo pienso: esta palabra la encomend a todos los
hombres; por eso, aferrndome a ella arriesgo cien mil veces mi pescuezo.
Ruego por lo tanto a los predicadores que no dejen de hacer esta distincin. Si ensean
de otra manera, se originarn sectas; y estos sectarios dirn entonces: "Sostengo que es
palabra de Dios, aunque me cueste la vida". Por eso, mira bien si con una determinada
palabra Dios te tiene en mente a ti, y si tales o tales palabras van dirigidas realmente a tu
persona. Si Dios habla con ngeles, con peces y con rboles, lo que les dice a ellos no
tiene nada que ver contigo. El mundo entero est lleno de la palabra de Dios; pero a ti,
qu te importa? Un jefe de hogar asigna al pen la tarea que le corresponde a ste, y a
la criada la de ella, y otro tanto hace con la hija y con la madre de la familia: todas sus
palabras tienen un contenido determinado, distinto. Si la criada dijera: "El seor mand
atar los caballos" y se fuera con el carro, y si al pen se le ocurriese cocinar, el amo sin
duda se vendra corriendo con un palo en la mano y dira: No te expliqu claramente
cul es tu trabajo?" As tampoco debemos decir respecto de la palabra de Dios: Pero
Seor: no nos mandaste tal y tal cosa?", sino que debemos discernir entre una palabra y
otra.
Distinto sera el asunto si el padre de la familia diera la orden general: "Hoy no se
comer pescado en nuestra casa"; dicha en esta forma, la palabra valdra para todos. Lo
que Dios dijo en aquel entonces a Moiss en cuanto a mandamientos, no nos toca a
nosotros sino a los judos.
Nosotros empero tenemos una palabra dirigida a todos los hombres en comn, a saber,
la palabra acerca de la fe y del amor. Los preceptos de Moiss los leemos, no porque
nos hayan sido preceptuados a nosotros, sino porque en buena parte coinciden con la ley
natural, y porque revelan un espritu ordenado y equitativo. Pero lo que no hallamos en
la ley natural, tampoco nos afecta si lo dice Moiss. 3. Los libros de Moiss como
ejemplos de la fe y de la incredulidad.
En tercer lugar hallamos en Moiss y en los profetas un cmulo de los ms bellos
ejemplos. O acaso lo que Moiss nos relat acerca de Adn y otros, no fueron ejemplos
de fe, de amor, y tambin de la cruz que tiene que llevar el hombre? Acaso estos
antiguos padres no nos ofrecen ejemplo de cmo se debe confiar en Dios, y tambin de
cmo Dios no deja sin castigo a los malhechores, como lo ilustra el caso de Can y de
Ismael? Yo no soy Can; pero lo de Can fue escrito como ejemplo para m: si yo no
hago la voluntad de Dios, se me har como se le hizo a Can.
Resumen: El uso correcto y el uso incorrecto del Antiguo Testamento.
Es as, pues, corno podemos leer el Antiguo Testamento con el mximo de provecho: si
leemos en l las promesas referentes a Cristo, y luego estos hermossimos ejemplos, y si
adems
Como lo expliqu al principio aprovechamos la oportunidad de imitar las leyes all
expuestas, si es que hallan nuestra aprobacin.
Esto lo dije a modo de introduccin M para que sepis cmo habis de usar a Moiss.
Sera una gran cosa si tuviramos la libertad de adoptar algunas de esas excelentes leyes
acerca de compras y ventas que tiene Moiss; pero como vivimos entre paganos,
sigamos las leyes de stos. En el prlogo de su comunicado al pueblo judo, Dios dice:
"Ma es toda la tierra (cap.
19:5); no obstante, permitir que se maneje conforme a la ley natural. A vosotros
empero os dar una ley especial". Estos versculos debemos subrayarlos con tinta roja
para esgrimirlos como argumento en contra de los falsos profetas que permanentemente
mencionan a Moiss; porque aqu Dios dice a Israel con toda claridad: estas leyes estn
destinadas exclusivamente a vosotros.
Di por lo tanto a tal profeta falso: "Ponte los lentes y fjate bien en el texto; ste habla
inequvocamente de un pueblo particular. En caso de haberme encomendado algo a m,
lo har". Quien tenga an la posibilidad de poner coto a esa prdica con que se seduce a
la pobre gente, hgalo. Pero estos falsos profetas no se humillan; quieren ser maestros
incluso del Espritu Santo. Yo me esforc sinceramente por corregirlos, pero no
quisieron entrar en razn.