Del Contador Público y La Ética Profesional
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Del Contador
Pblico y la tica profesional: un dilema inmerso
en un ambiente saturado de conflictos morales.
Contadura Universidad de Antioquia, 63, 127-158.
I. Introduccin
Se dice que la lnea entre el bien y el mal, entre lo honesto y lo deshonesto no est
bien definida, que hay un rea gris en la que caben muchas cosas. Mentira! Cada
cual sabe muy bien lo que est mal y lo que est bien. Las reas grises surgen cuando
tratamos de tranquilizar nuestras conciencias introduciendo atenuantes. Hagamos
siempre lo que nos dicte lo ms profundo de nuestro corazn, lo que nos permita
dormir tranquilos por las noches, lo que no nos cause sobresalto cada vez que alguien
toque nuestras puertas o suene el timbre del telfono. Recuerde que el mundo no lo
hemos heredado de nuestros padres, lo hemos tomado prestado de nuestros hijos.
Vamos a crear una atmsfera donde ellos puedan respirar sin asfixiarse entre tantos
males. An no hemos llegado al punto de no retorno. En nuestras manos est el futuro.
Hoy es el primer da de ese futuro. Y por eso trmino con esta pregunta: Y usted qu
piensa hacer? (Herrera, 1995).
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Saramago: Los nicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los
optimistas estn encantados con lo que hay en l.
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igualdad (que en varios casos deriva en sed de riqueza) muchos tomen caminos
equivocados y vendan su tica al mejor postor.
Esto dicho va a que la sociedad, su tica y el sistema manejado no
garanticen la justicia ni la dignidad humana, negndose en muchos casos a una
redistribucin de la riqueza y del ingreso ms justa, a reformas estructurales
que permiten acceso a una vida ms digna a ms personas y a una redefinicin
de los principios ticos y el pensamiento humano; y es por esto que la lucha
se debe centrar en buscar un sentido de fraternidad y equilibrio entre todos
aquellos que comparten este mundo, teniendo presente que no habr paz si
la paz no es para todos, ni habr desarrollo y sostenibilidad si no se comparte
con la totalidad de los implicados. Por lo anterior, se deben generar dinmicas
de emancipacin y reivindicacin que expresen la fuerza del pueblo y la
democracia directa. Pero lamentablemente nosotros no queremos, no tenemos
ni la voluntad individual, ni cvica, ni poltica para ponernos a cambiar el mundo
(De Roux, 2010, p. 87).
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Al mirar cada una, observamos que todas tienen sus puntos que las vuelven
incompatibles, pero aun as tales definiciones proponen en su armazn un
fundamento coincidente que no es ms que la justicia como un principio de
accin segn la cual los seres deben ser tratados del mismo modo. Por lo tanto,
las organizaciones al ser justas darn a cada uno lo mismo en condiciones
iguales, retribuyendo de la misma manera; tambin dar segn los mritos,
puesto que al tener en cuenta los esfuerzos hacen que una persona se sienta
digna de aprecio; igualmente dar a cada quien segn sus necesidades, ya que
debera ayudar mejor a un empleado con problemas o alguna dificultad que a
otro, que aunque igual o mejor trabajador, no experimente estas necesidades.
De esta manera, las organizaciones se convertirn en espacios donde se
garantice la felicidad, conservndose el orden social desde una pequea parte,
contribuyendo al logro de la libertad y a ser fuente de paz entre las personas,
adems de ser un beneficio para ella misma, pues como afirma Emilio Planas en
su obra Valores en la Empresa:
La diferencia entre las empresas que establecen polticas hacia sus Stakeholders
ms justas que las dems tienen como base la bsqueda de valores que en funcin de
proyeccin de utilidades, han demostrado que en el tiempo, es decir, en el mediano
y largo plazo, aseguran un rendimiento mayor que las centradas en el rendimiento
inmediato que no dudan en aprovecharse de la debilidad de algunas de las partes. En
general, las relaciones no equilibradas con bases injustas, tendern a romperse, es
cuestin nicamente de tiempo (Planas, 2000, p. 39).
8 La justicia para Platn era la Virtud que comprenda o encerraba a todas las dems, siendo sta una
mxima entre los valores ticos.
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inconformismo al decir que los cdigos de tica actuales son tan solo un
compendio de valores que sin el compromiso de organismos y profesionales
terminarn siendo letra muerta y enunciaciones huecas. Es por esto que
pedimos la realizacin de un cdigo de tica justo, ntegro, preciso, completo
y honorable, que no se limite a un listado de valores, sino que sea un cdigo
de conducta moral, que manifieste acciones y herramientas que deban seguirse
y emplearse respectivamente para combatir la creciente crisis del mundo y de
sus principios, ayudando a la vez a la proyeccin profesional y de su campo al
Contador, evitando ambigedades y una actitud dictatorial, y que favorezca al
Contador el desarrollo de su conciencia moral y el asumir con responsabilidad
un compromiso que va ms all de la letra escrita, vinculndose en ltimas
instancias con el deber moral y la finalidad ltima de la profesin, pues en
nuestro actuar podemos mejorar un poco el mundo.
Por esto, no queremos pensar que nos estamos acostumbrando a vivir en
un mundo infecto sin darnos cuenta de que poco a poco se van contaminando
nuestros valores morales y que en esa misma direccin estamos perdiendo
nuestra conciencia humana y profesional. Y aun peor, no queremos ser parte
de los arquitectos que ayudan a expandir la precariedad de la realidad actual,
negando as todo lo bueno que podemos hacer.
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Referencias bibliogrficas
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Acevedo, R. (1993). De la Moral en Colombia. Revista Colegio Mayor de nuestra Seora del Rosario.,
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Arrieta, E. (2007). El deber moral en la tica profesional. Medelln: UPB.
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