La Abnegacion Una Virtud Loca
La Abnegacion Una Virtud Loca
La Abnegacion Una Virtud Loca
abnegacin :
una
virtud
loca*
Rosario Castellanos
a aportacin de la mujer a la cultura en Mxico ha sido muy importante si la consideramos nicamente desde el punto de vista
cualitativo. El genio de Sor Juana cubre tres siglos de vida colonial y logra, con la riqueza de sus manifestaciones, con la variedad de
sus medios expresivos, con la hondura de su pensamiento y con su don
de simpata universal, que no echem os de menos el silencio que la rodea,
el vaco de que surge, la falta de contexto adecuado en que se desarrolla ."
[. J
" . . . no son las excepciones las que nos sirven para darnos un ndice
del nivel cultural de un sector de la poblacin sino las estadsticas . Y las
estadsticas que se refieren a la educacin de la mujer en Mxico, arrojan
unas cifras desoladoras. Y si la cultura no es asimilada cmo podr ser
producida?"
"Los porcentajes comparativos de la instruccin elemental de
hombres y mujeres no muestran muchas diferencias si se trata de grupos de campesinos, de artesanos y de obreros especializados . Pero si nos
referimos a otras clases y nos elevamos a la enseanza superior las diferencias son algo ms que apreciables : alarmantes . Un 85% de profesionistas varones contra un 16% de profesionistas mujeres ."
"Y de stas ltimas cuntas ejercen la profesin que aprendieron?
Cuntas prefieren guardar el ttulo en el desvn de los trastos intiles
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Rosario Castellanos
do 'la blusa subida hasta la oreja y la falda bajada hasta el huesito' vive
en el mismo siglo que la deportista que practica el esqu acutico en Acapulco o en otras playas de moda, cubierta apenas con las abreviaturas del
bikini? Y qu hay de comn entre la sirvienta que acaba de descubrir
el milagro de la licuadora y la azafata para quien el recorrido alrededor
del mundo no es ms que una rutina?"
Es cierto que cada uno de los ejemplos que hemos mencionado
(y hay muchos ms y son igualmente antagnicos) ocupan estratos
econmicos, culturales y an temporales, diferentes . Pero todas estn
ligadas entre s, por lo pronto, de las siguientes maneras : todas estn sujetas a los derechos y obligaciones de una misma legislacin; todas han
heredado el mismo acervo de tradiciones, de costumbres, de normas de
conducta, de ideales, de tabus; todas estn dotadas del mismo grado
de libertad como para reclamar sus derechos si se les merman, como
para cumplir o no con las obligaciones que se les imponen ; como para
optar entre la repeticin de los usos ancestrales o la ruptura con ellos ;
como para aceptar o rechazar los arquetipos de vida que la sociedad les
presenta; como para ampliar o reducir los horizontes de sus expectativas; como para no aceptar las prohibiciones o como para acatarlas .
Ahora s ya sabemos de lo que estamos hablando . En Mxico,
cuando prounciamos la, palabra mujer nos referimos a una criatura dependiente de una autoridad varonil : ya sea la del padre, la del hermano,
la del cnyuge, la del sacerdote . Sumisa hasta' la eleccin del estado civil
o de la carrera que va a estudiar o del trabajo al que se va a dedicar ;
adiestrada desde la infancia para comprender y para tolerar los abusos
de los ms fuertes, pero tambin para restablecer el equilibrio interior
tratando con mano fuerte a quienes se encuentran bajo su potestad, la
mujer mexicana no se considera a s misma -ni es~considerada por los
dems- como una mujer que haya alcanzado su realizacin si no ha
sido fecunda en hijos, si no la ilumina el halo de la maternidad . El amor
al hijo suplanta a todos los otros amores a los que se califica de menos
perfectos porque suponen una reciprocidad a la que en el mbito maternal parece renunciarse . El amor al hijo es superior a todos los sentimientos de frustracin que surgen de un estudio interrumpido, de un
adiestramiento que se pone en prctica, de la incapacidad para ganarse
la vida, del precario modo con que se consiguen los satisfactores de las
necesidades, del encierro en una casa -a veces en una pieza- sin otro
estmulo que las demandas-del nio que son, ay, tan diversas como ina289
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