La Abnegacion Una Virtud Loca

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La

abnegacin :

una

virtud

loca*

Rosario Castellanos

a aportacin de la mujer a la cultura en Mxico ha sido muy importante si la consideramos nicamente desde el punto de vista
cualitativo. El genio de Sor Juana cubre tres siglos de vida colonial y logra, con la riqueza de sus manifestaciones, con la variedad de
sus medios expresivos, con la hondura de su pensamiento y con su don
de simpata universal, que no echem os de menos el silencio que la rodea,
el vaco de que surge, la falta de contexto adecuado en que se desarrolla ."
[. J
" . . . no son las excepciones las que nos sirven para darnos un ndice
del nivel cultural de un sector de la poblacin sino las estadsticas . Y las
estadsticas que se refieren a la educacin de la mujer en Mxico, arrojan
unas cifras desoladoras. Y si la cultura no es asimilada cmo podr ser
producida?"
"Los porcentajes comparativos de la instruccin elemental de
hombres y mujeres no muestran muchas diferencias si se trata de grupos de campesinos, de artesanos y de obreros especializados . Pero si nos
referimos a otras clases y nos elevamos a la enseanza superior las diferencias son algo ms que apreciables : alarmantes . Un 85% de profesionistas varones contra un 16% de profesionistas mujeres ."
"Y de stas ltimas cuntas ejercen la profesin que aprendieron?
Cuntas prefieren guardar el ttulo en el desvn de los trastos intiles

*Discurso pronunciado por Rosario Castellanos en el acto conmemorativo del Da


Internacional de la Mujer celebrado en el Museo Nacional de Antropologa el 15 de
febrero de 1971. El acto estuvo encabezado por el entonces Presidente de la Repblica,
el licenciado Luis Echeverra A . El texto "La abnegacin : una virtud loca" originalmente
fue publicado en "Diorama de la Cultura" de Excelsior, el 21 de febrero de 1971 (p . 5 y 14),
y fue localizado gracias a la colaboracin de Mara Remedios Hernndez .
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despus de haber malgastado aos de esfuerzo y sumas irrecuperables


de dinero que la nacin invirti en quienes no habran de resultar productivas?"
[. . l
"No cedamos al fcil sofisma de los antifeministas que decretan
una inferioridad atribuible al sexo ."
"El sexo, lo mismo que la raza, no constituye ninguna fatalidad
biolgica, histrica o social. Es slo un conjunto de condiciones, un
marco de referencias concretas dentro de los cuales el gnero humano
se esfuerza por alcanzar la plenitud en el desarrollo de sus potencias
creadoras."
"El primer argumento que acude a los labios de las feministas
ms airadas que reflexivas -al comparar su situacin propia con la del
hombre-es la exigencia de la igualdad . Una exigencia que, en tanto
que metafsica, lgica y prcticamente imposible de satisfacer, proporciona un punto de partida falso y arrastra consigo una serie de consecuencias indeseables . Adems de que, en ltima instancia, no es ms que
un reconocimiento del modelo de vida y de accin masculinos como los
nicos factibles, como la meta que es necesario alcanzar a toda costa ."
"No, si nos proponemos construir un feminismo autntico, pero
sobre todo, eficaz, tenemos que partir de otros postulados, el primero de
los cuales sera la investigacin acuciosa, el conocimiento lo ms exacto
y puro que pueda alcanzarse del complejo de cualidades y defectos, de
carencias y de atributos, de aspiraciones y limitaciones que definen a la
mujer."
Esta investigacin va a conducirnos a un descubrimiento muy importante : el de que no existe la esencia de lo femenino . Porque lo que
en una cultura se considera como tal en otra o no se toma en cuenta o
forma parte de las caractersticas de la masculinidad .
Pero entonces, si no existe la esencia de lo femenino, tendremos
que admitir que lo que existe son las encarnaciones concretas de la
femineidad . . .
"Si esto es as resulta lcito que enfoquemos nuestra atencin a la
problemtica de la mujer mexicana contempornea, Qu es lo que encontramos? A la primera mirada se nos ofrece una variedad aparente
mente irreductible . La joven indgena que pastorea ovejas en las llanuras de Chiapas, pertenece a la misma especie que la estudiante de la
Facultad de Ciencias? Y la muchacha provinciana que contina llevan288

Rosario Castellanos

do 'la blusa subida hasta la oreja y la falda bajada hasta el huesito' vive
en el mismo siglo que la deportista que practica el esqu acutico en Acapulco o en otras playas de moda, cubierta apenas con las abreviaturas del
bikini? Y qu hay de comn entre la sirvienta que acaba de descubrir
el milagro de la licuadora y la azafata para quien el recorrido alrededor
del mundo no es ms que una rutina?"
Es cierto que cada uno de los ejemplos que hemos mencionado
(y hay muchos ms y son igualmente antagnicos) ocupan estratos
econmicos, culturales y an temporales, diferentes . Pero todas estn
ligadas entre s, por lo pronto, de las siguientes maneras : todas estn sujetas a los derechos y obligaciones de una misma legislacin; todas han
heredado el mismo acervo de tradiciones, de costumbres, de normas de
conducta, de ideales, de tabus; todas estn dotadas del mismo grado
de libertad como para reclamar sus derechos si se les merman, como
para cumplir o no con las obligaciones que se les imponen ; como para
optar entre la repeticin de los usos ancestrales o la ruptura con ellos ;
como para aceptar o rechazar los arquetipos de vida que la sociedad les
presenta; como para ampliar o reducir los horizontes de sus expectativas; como para no aceptar las prohibiciones o como para acatarlas .
Ahora s ya sabemos de lo que estamos hablando . En Mxico,
cuando prounciamos la, palabra mujer nos referimos a una criatura dependiente de una autoridad varonil : ya sea la del padre, la del hermano,
la del cnyuge, la del sacerdote . Sumisa hasta' la eleccin del estado civil
o de la carrera que va a estudiar o del trabajo al que se va a dedicar ;
adiestrada desde la infancia para comprender y para tolerar los abusos
de los ms fuertes, pero tambin para restablecer el equilibrio interior
tratando con mano fuerte a quienes se encuentran bajo su potestad, la
mujer mexicana no se considera a s misma -ni es~considerada por los
dems- como una mujer que haya alcanzado su realizacin si no ha
sido fecunda en hijos, si no la ilumina el halo de la maternidad . El amor
al hijo suplanta a todos los otros amores a los que se califica de menos
perfectos porque suponen una reciprocidad a la que en el mbito maternal parece renunciarse . El amor al hijo es superior a todos los sentimientos de frustracin que surgen de un estudio interrumpido, de un
adiestramiento que se pone en prctica, de la incapacidad para ganarse
la vida, del precario modo con que se consiguen los satisfactores de las
necesidades, del encierro en una casa -a veces en una pieza- sin otro
estmulo que las demandas-del nio que son, ay, tan diversas como ina289

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gotables. El amor al hijo, en suma, permite a quien lo siente, ascender,


entre nubes de incienso, hasta las ms altas cumbres de la abnegacin .
La abnegacin es la ms celebrada de las virtudes de la mujer mexicana . Pero yo voy a cometer la impertinencia de expresar algo peor
que una pregunta, una duda : la abnegacin es verdaderamente una
virtud?
"Y me apresuro a aclarar que mi duda no es gratuita . He observado,
en las abnegadas, una excesiva autocomplacencia, un evidente disfrute
de este estado, lo que hace lcito suponer que sus esfuerzos no se dirigen tan certera y completamente hacia el bien del otro como hacia el propio bien. Y esta suposicin se confirma cuando palpamos los resultados :
cmo es el hijo de esta madre que lo ha hecho todo por l, que lo ha sacrificado todo por l? Por lo pronto, es un nio menos apto para resolver
sus problemas, para bastarse a s mismo, para enfrentarse a las emergencias, para superar los obstculos que aqullos que no han tenido a alguien tan solcito revoloteando siempre a su alrededor . Esto los vuelve,
naturalmente, menos seguros de s, ms lentos en su evolucin, menos
urgidos de alcanzar la independencia y la madurez . Por lo que no es
raro el caso de quienes permanecen en una infancia perenne con la consiguiente prdida del contacto con la realidad y la tambin consiguiente
bsqueda, no del establecimiento de ese contacto sino, al contrario, de
modos de evasin o de compensacin ."
"Los tristes modos de evasin o de compensacin de nuestro
pueblo: el alcoholismo, los gesticulantes alardes del macho, la hipocresa
de la hembra, la mentira en sus manifestaciones ms burdas hasta sus
construcciones ms sutiles ; actitudes que tienden a protegernos de un
mundo que como no nos sentimos capaces de dominarlo adquiere unas
proporciones (o desproporciones) descomunales en relacin a nuestro
tamao ."
"Ms para la abnegacin de la mujer mexicana no bastaban los hijos. Se apropia tambin a los dems miembros de la familia : al marido al
que se le convierte en un tirano domstico quien si no acierta a defenderse, se encuentra de pronto despojado hasta de la ms mnima responsabilidad . A los padres con los que se prolonga al infinito una relacin
que, por anacrnica es absolutamente inoperante y morbosa . Con los
hermanos a los que se intenta mantener en una eterna situacin de minoridad."

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Rosario Castellanos

"Yo insisto en que si la abnegacin es una virtud es una de esas


virtudes que dice Chesterston que se han vuelto locas . Y para su locura
no existe entre nosotros otra camisa de fuerza ms que la ley ."
Todas las disposiciones legales que hemos ido elaborando a lo largo
de nuestra historia tienden a establecer la equidad poltica, econmica,
educativa, social -entre el hombre y la mujer.
"Y no es equitativo -y por lo tanto tampoco es legtimo- que
uno de los dos que forman la pareja, d todo y no aspire recibir nada a
cambio."
"No es equitativo-as que no es legtimo- que uno tenga la oportunidad de formarse intelectualmente y al otro no le quede ms alternativa que la de permanecer sumido en la ignorancia ."
"No es equitativo -por lo mismo no es legtimo- que uno encuentre en el trabajo no slo una fuente de riqueza sino tambin la
alegra de sentirse til, partcipe de la vida comunitaria, realizndose
a travs de una obra, mientras que el otro cumple con una labor que
no amerita remuneracin y que apenas atena la vivencia de superfluidad y de aislamiento que se sufre ; una labor que por su misma ndole
perecedera, no se puede dar nunca por hecha ."
"No es equitativo -y contrario al espritu de la ley- que uno
tenga la libertad de movimientos mientras el otro est reducido a la
parlisis ."
No es equitativo -luego no es legal- que uno sea dueo de su
cuerpo y disponga de l como se le d la real gana mientras el otro
reserva ese cuerpo no para sus propios fines, sino para que en l se cumplan procesos ajenos a su voluntad .
No es equitativo el trato entre hombre y mujer en Mxico . Pero
nos damos el lujo de violar la ley para seguir girando, como las mulas
de la noria, en torno de la costumbre . Aunque la ley se haya hecho, y lo
sepamos, para corregir lo que la costumbre tiene de obsoleto, de viciado
y de injusto .
Si la injusticia recae an sobre las mujeres mexicanas no tienen
derecho a quejarse. Ellas lo han escogido as . Ellas han despreciado las
defensas jurdicas que tienen a mano . Ellas se niegan a asumir lo que
los Cdigos les garantizan y la Constitucin les concede : la categora de
persona .
Pero no hay que desesperar. Cada da una mujer -o muchas
mujeres- (quin puede saberlo puesto que [no se registra] lo que
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ocurre en el anonimato, en la falta de ostentacin, en la modestia?) gana


una batalla para la adquisicin y conservacin de su personalidad .
Una batalla, que para ser ganada, requiere no slo lucidez de la inteligencia, determinacin en el carcter, temple moral, que son palabras
mayores, sino tambin otros expedientes como la astucia, y sobre todo,
la constancia .
Una batalla que, al ganarse, est gestando seres humanos ms completos, uniones ms felices, familias ms armoniosas y una patria integrada por ciudadanos conscientes para quienes la libertad es la nica
atmsfera respirable y la justicia el suelo en que arraigan y prosperan y
el amor, el vnculo indestructible que los une .

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