Guattari, F. Psicoanalisis y Transversalidad
Guattari, F. Psicoanalisis y Transversalidad
Guattari, F. Psicoanalisis y Transversalidad
Siglo WlntlUno
argentIna edItores, sa
PREFACIO
DE
GILLES
DELEUZE,
TRES
PROBLEMAS
DE
GRUPO
23
MONOGRAFA
35
SOBR': R, A.
-t-O
EL SCA]
52
SEORES-SEORAS
.')6
70
LA TRANSFEll.ENCIA
REFLF.XIONES
PRO-
78
92
I.A TRANSVERSALlI>AI)
En coedicin con :
Siglo XXI Editores S . A.
Av. Cerro del Agua 248, Mxico :W ,
DE IZQlJ1t:RDA
108
121
LA
LA CAUSALmAl1,
PERSONA
LA SUBJETlVIUAIl y
LA
HISTORIA
157
177
201
F.
LA CONTRARREVOLUCIN E S
AUTOGESTIN
NARCISISMO
EXTRACTOS DE mSCUSIONES:
EL ESTtl\)!ANTE ,
MQUINA
~: l.
LOCO
t:STRUCTlJRA
FIN DE JUNIO UE
El; KATANGUt:O
1968
242
244
247
26:1
274
REFLEXIONES
SOBRE
LA
ENSEANZA
COMO
REVERSO
ANLISIS
DNDE
LA
PSICOTERAPIA
EL GRlIPO HISPANO
TODOS
GRUPSCULOS
I>E
284
298
PSIQUIATRA
COMIENZA
RAYMOND y
I>EL
GRUPO?
302
305
313
~17
Traduccin dI'
FERNANDO HUGO AZCl:RRA
Revisin tpcnica de
Psicoanlisis y transversalidad
Crtica psicoanaltica de las instuciones
por
~
slglo
vemtluno
edltores
mtxlCO
espal'la
argentina
"
10
I'.I'ICOANAUSIS y TRA,NSVI.;RSA,L/J)A,IJ
I'RJo:FA,(.'/()
rtJ
..
11
12
/'.\/CIIANAUS/.\ y TRAN.ITHR,IAUIJAIJ
'-
el
./
El ,~egundo problema -:-~ conviene introducir, y cmo, el psico~n.'lhSlS en los grupos POl!tICOS?-: ~xcluye evidentemente toda "apJi.~aci?"'" ~eI psicoil.nlis,is a los. fenmen-s-ilistiicos" y soc~~re~~~E.
tales ap\JcaclOnes, comenzando por el Edipo, elysicoanlisis ha
acu~ulado. muchas ~idi~uleces.. Er probleiiia es tro: la 'situaci qiie
ha convertl~o al capltahsmo en la cosa a derrumbar por la revolucin,
pero que hiZO tambin de la revolucin rusa, de la historia que le
sigui, de la organizacin de los partidos comunistas y de los sindicatos
nacionales, otras tantas instancias incapaces de llevar a cabo esta
destruccin. A este respecto, el carcter propio del capitalismo, que
se presenta como una contradicciD-entr-e'el-uesarrollo-de lasfuer.zas
productivas_ y las relaCloW;"<fe-produccin, consiste en lo siguiente:
el proceso de ,reproduccin del capital, cuyas fuerzas dependen del
rgimen, es en smismo un fenmeno internacional que implica una
divisin mundial del trabajo; sin embargo, el capitalismo no puede
romper los cuadros nacionales en cuyo interior desarrolla sus relaciones de produccin, ni el estado como instrumento de valorizacin
del capital. El interuacienal.isrno del capitalismo se efecta, pues,
mediante las estructuras nacionales y estatales, que lo frenan al
mismo tiempo que lo realizan, y que desempean el rol de arcasmos
de actualidad. El capitalismo monopolista de estado, lejos de ser
" Cahiers de la Verit, serir Sciences humaines et Lutte des clases,
n Y 1.
PREFACIO
13
un dato ltimo, es el resultado de un compromiso. En esta "expropiacin de los capitalistas en el seno del capital", la bur~~sarp_~f.1.t~en.e..
~ll p,le~~ dO!lJi.n,t..~:j{m_d.el aparato de estado, .p.e[Q._~sfo~_~~.9.9~~_~.g.~_
vez ms en instituSionali7,u.e.iru.eg{il....i! JiL~I.~~.Qbr.er.a.._de manera tal
-qehIl\!~~~~-cl~~~~_~~~l1tren en relacin a los ce_l!!.~~_~S:!.~
de ~n reales que 0!nQ.I,1.r:~~_lO~.I?a caQitalista ir.u.l:wa,iQuaL -1
t.<iesbor.9.~r:Y:.rpi>li~mt;Dte__-.los_.estada Es en virtud del mismo prin.....
Clpo que, "slo una estrecha esfera de la produccin se inserta en el
proceso mundial de reproduccin del capital", el resto permanece
encerrado en los estados del tercer mundo manteniendo relaciones
precapitalistas (arcasmos actuales de un segundo gnero).
..~n. .;.Hiil. .situacin .eu:'Q.mpr~~a. b~eJ.~_<:9_n:.Pl_~~~3:~.9~.!~~..E.~.~lJ~~
c..Qmunistas nacionales-9..ue militan e!LQrQ_.AU.___integraciQ!L.deL
@oletariado en el estado. al punto que "los particularismos nacionales
de la hurguesia son ei);:;;;a parte el resultado de los particularismos
nacionales del proletariado mismo. y la divisin interior de la burguesa, la expresin de la divisin del proletariado". Por otra parte,
incluso cuando se afirma la necesidad de las luchas revolucionarias
del tercer mundo, las mismas sirven ante todo como moneda de
cambio en las negociaciones. e indican el mismo renunciamiento a
una estrategia internacional y al desarrollo de la lucha de clases en
los pases capitalistas. No es acaso resultado de la consigna: de[ensa_. '"
de las fuerzas P!odl!..:.tjv'!f_!!g"iJ:ll1lI~..Jl.!J.L1!u:Lql!LJ1.i?t~..r.g,.JJ,J.clHU;Slntra
~1ios y conquista del apara!?_d.~~~t<i.do.?
'1
El origen de taL iituairi reside en 10~~9uat!a.!:LI~~~a .~'4._ ~
.gran corte leIliWl~.d( 191 'l.,. que fij para bien y para mal las
posiCIOnes centrales, los enunciados principales, las tentativas y los
estereotipos, los' fantasmas y las interpretaciones, del movimiento revolucionario. Este corte se present corno la posibilidad de efectuar una
~rdadera ruptura de la callsalidad h.istrica, "interEret~~::.J.a
I'RE"'AC/O
14
I'.\'ICOANAL/SIS y FRANSVERliAL/IJAIJ
9
'el;;"-es-
15
16
I'SICIJANAU.\'IS
y FHANSI'HH.I'AU/)AJ)
I'H.;f;A<:/1I
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19
sigue aqu mislllo: la distin_l)l} sle d,?~ !ip()~g~ K~l.!l-'2~, la.: ,o.P?sici,':l
d(' los fan~~~.!'A~_g~~~s fantasmas i~c:!!yid-':l..<lL~s? ~oncep~,~?,:
~l-.tnms\'ersali9.a.!i. y estas nociones tienen una orientacin prctica
pr('cisa: introducir en la institucin una funcin poltica militante,
constituir una suerkgL~:m.QDstruo~' Que no sea i el pico,an1is.is.,..lli
Iaprctica hospitalaria. mucho__f!1enos_.I_ ..qinJII:n!~.!':~,~grupo, y que
pueaa'''-apli(:a:rs en' todas 'partes, en el hospital, en la escuela, en lamilita':lca;o sea una mq~iIla q~e PfQdu:<;<\ y enuncie el dese,? Por'
('sto Guattari reclamaba el ttulo de anlisis institucional ms bien
que de psicoterapia institucionaL En el movimiento institucional
tal .~~~9._a'p~rece con Tos9y..el!es r jean"Ouryseiniciabi en' efcto"
una terce~a etapa de la psiquiatra:.la instit.lJcin comomodelQ, ~s
all de la ley y del contrato. Si es cierto que el antiguo asilo estaba
regido por leyes represivas, al mismo tiempo que los locos eran juzgados corno "incapaces" y por lo mismo excluidos de las relaciones
contractuales que unen a los seres supuestamente cuerdos, el golpe
freudiano radic en mostrar que, en las familias burguesas y en la
frontera de los asilos, un vasto grupo de gente llamados neurticos
podan ser incluidos en un contrato particular que los devolva por
medios originales a las normas de la medicina tradicional (el contrato
psicoanaltico como caso particular de la relacin contractual mdicoliberal). El abandono de la hipnosis constituy una etapa importante
en esta va. No nos parece que se haya analizado todava el rol y los
efectos de este modelo de contrato hacia el cual se desliz el psicoanlisis; una de las principales consecuencias fue que la psicosis
quedaba en el horizonte del psicoanlisis, como la verdadera fuente
de su material clnico y, sin embargo, era excluida como fuera de su
campo contractual. No debe asombrar que la psicoterapia institucional, tal como aqu lo testimonian varios textos, haya implicado
en sus proposiciones principales una crtica del contrato llamado
liberal no menos que de la ley represiva, a la que intentaba sustituir
con el modelo de la institucin. Esta crtica deba extenderse en
direcciones muy diversas, tanto es as que la organizacin piramidal
de los grupos, su sometimiento, su divisin jerrquica del trabajo,
descansan en relaciones contractuales no menos que en estructuras
legalistas. Desde el primer texto de esta recopilacin, sobre las relaciones enfermeros-mdicos, Oury interviene para afirmar: "Hay un
racionalismo de la sociedad que es ms bien una racionalizacin
de la mala fe, de la porquera. La visin del interior son las relaciones
con los locos en los contactos cotidianos, a condicin de haber roto
un cierto "contrato" con lo tmdional. Puede decirse entonces en
un sentido que saber lo que es estar en contacto con los dementes,
20
I'S/COANALlS/S y 'fRANSVERSALIDAlJ
21
GILLES DELEULE
1,,/c1(tcc,-{'-
(},u (y
OURY. Podemos partir definiendo por una parte el status social del
mdico, del enfermero y, naturalmente, del enfermo ante el cual se
encuentran ambos, y por la otra diciendo que el~nferm~9_ est~_
"oprimido'~.~_los enJermo y el mdico, e incluso que todo est
"oprimido", en un sistema que es el hospital y los status sociales, es
una cosa bien conocida. Pero hay que recordarlo, comenzan<;lo por
definir las relaciones que existen entre el mdico y el enfermero, con
todos los compJQmisos msticos que esto implica.
FLIX. Habra que decir ms an. El mdico, incluso si es engaado por otras direcciones burocrticas o capitalistas, es todava el
soporte y el responsable de la mistificacin, y en tanto tal, refleja su
ideologa de clase. La mistificacin es verdaderamente la de una cierta
relacin, fundada en una determinada concepcin del mundo, del
1'.IJCIIANAU.\/.1 y F/lAN.\Tf;/I.\AI./I)AI)
2+
hOIllbre y del enfeflllo. )!iemo que el problema 110 debe ser IIlarginal
a las relaciones de clase, sino fundamental. Si existen divergencias
;parentes entre el mdico )' la administracin, me parece que son
del tipo de la existente entre la polica)' la justicia, entre las buenas
acciones y las crceles; pero de hecho debe ser un mismo soporte,
un mism~ tipo de relaciones, una misma definicin, una misma
imagen del problema. Vamos a hablar de boludeces psicolgicas o
de las boludeces de la beneficencia, o bien a plantear el problema
en su sentido ms pleno, que me parece nos remite por una parte a
una particular divisin de! trabajo, y por otra a una "anormalidad"
de la normalidad?
O[lRY. Es evidente <:lue el.~~~ que ~.I.~.Jij~_~lJ!l~di(:o es. e! de. ser
un defensor-ae-rasInstitu('!ones ae1 ~ El estado le confiere
-:itorlda(fpa~~h;~-;~-~-;;sp~t'~T";:;gl~~;:;-ento del hospital sin intervenir
en su estructura econmico-social..u rol impli~~~~[~_~esp'etar
obligatoriamt:nte .il_iin. de que los enfe~m()stengal1 la..lIDagen rmsrna
_er::re.?p~to. y del. hOI1~r.: Existe, pues, algo as como una payasada
que e!"representativa ya que es la imagen misma de la sociedad en la
coal trabaja el enfermero. Es por cierto un hecho, sobre todo en los
hospitales psiquitricos, que el mdico est investido con la representacin del estado, pero que ste se hace el desentendido al mismo
tiempo, y si el mdico toma conciencia de ello se encuentra en una
situacin' muy difcil: despreciado por el estado y odiado por el
enfermero. Tiene entonces ante s varias soluciones: ya sea ~t;.
_desint.eresars~ __c0'.:lp.1.~<l.men!e, la ~.e la .~91~ci~.n.gictatQfial. animal,
Ti,! solllcin.pi:ltemali:lp, $.o~ ,todas sol.uciooes que .respetan la
. estructura.~n la cual se desempea junto .<:on lo~. ~nf~rmeJOS, ..
25
FLIX.
enfermedades.
OURY, Es por ello que digo lo que llamamos locos, en el sentido
en que tal enfermedad existe porque hay un muro que la encierra.
En el fondo la~osol~g~~_~() ~2.!!_..r!!..s._gue.~lladros Pli!:<l_.encerrar.a ,
_!2~. Se os pone-elos libros, como una coleccin de mariposas.
Un libro de psiquiatra no es otra cosa: cmo son las mariposas,
en qu pieza ubicarlos, para conservarlos es preciso meterlos en
formol, para observarlos ponerlos en habitaciones con ventanillas ...
Se ha ido ms lejos an: ahora hay que ocuparlos, ponerlos ante
mquinas, darles instrumentos, pero todo termina siendo igual. Hay
entonces unatCsp~c ie._c:l~ . cj..i!<;,.~i<;,.a._ ~nD:~;...Sll,liel!COs _c;I~se!llpe.arn. ~\l
rol de locos los que tendrn eL}:ol _de.... cll.i~~r1os,~Le.Uod-~Tl.tl!1_~._
sociedad c e r r a d a : ' " --------_._-""-----_.-.. _----
26
arcaicas relaciones mdi('os-enfermeros para responder a esta necesidad de la sociedad moderna mediante una mejor comprensin del
fenmeno de la locura; es lo que podemos llamar una perspectiva
progresista: comprender a los locos, librarse del racismo, del colonialismo, con mtodos de educacin diferentes, etc.
No est bien claro. En este encuadramiento de los locos
podemos decir que hay una "visin del exterior", una "visin del
interior" y luego una "visin de los locos". El ejemplo de la visin
exterior tradicional es la creencia de que cuanto ms instruccin
se tiene, cuanto ms se ha ido a la escuela, mejor se comprende a los
locos; por lo tanto, hay que ser mdico. Mientras que en la base de la
escala, el enfermero, el ineducado por principio, nada puede comprender. Hay un racionalismo de la sociedad que es ms bien una
racionalizacin de la mala fe, de la porquera. La visin del interior,
son las relaciones con los locos en los contactos cotidianos, a condicin de haber roto un cierto "contrato" con lo tradicional. Puede
decirsyentonces, en un sentido, que saber lo que es estar en contacto
con los dementes, es al mismo tiempo ser progresista.
OURY.
27
,-
.----
-~----_.
2S
I'SICOANALlSIS y 1'RANSVIiRSALlUAIJ
29
hay que hacer, los peligros de un taller que est basado en el rendimiento o en la readaptacin, o en la relacin social, que trabaje
para la ciencia, la psicologa, o para cuidar al enfermo. Pues lo que
no hay que perder de vista, es la idea de una persona constituyen.e,
constituida en la raz de un lenguaje, y que, en lugar de extraviarse
en relaciones sociales y en situaciones mdicas estereotipadas, debe
reconstituirse en un mundo, con un mnimo de normalidad del
lenguaje y del comportamiento. Es as como podr aparecer verdaderamente la anormalidad congnita del sujeto, o, si lo prefieres, como
sus trastornos aparecern del modo ms manifiesto. De esta forma es
como comprendo lo que decas hace poco: "es verdaderamente de
locos, vaya!".
mdica formara parte del mismo. Corno se ve eso est muy arraigado, an entre los mejores. Afirman: " En que va a convertise esto?
Se degenerara", etc. Ah est el problema: hace falta que haya
mdicos, puesto que son ellos quienes tienen ms que aprender ah
adentro. En el fondo, lo que hay que estudiar, es una especie de
manifiesto de todo este grupo de estpidos que son mdicos por azar
psiclogos por azar, por azar en contacto con los locos.
mlRy.
cor~ond~~_~_~L!:..QIltratQ q,W1.le.w.os afirmadO-.d~~ .. rm~~e. }ilen-ibargo, observ una resistencia, por parte de los mejores miembros
del llamado PPF, cuando les propuse precisamente que gente no
I El
francs" .
PPF
FLIX. S, hay una cuestin de hecho: ser "yo, t", en una situacin extraa, honestamente o sin vocacin ...
OURY. No interesa que haya o no vocacin, lo importante es estar
ah. Si se es honesto, se analiza por qu se est all, lo que se hace,
etc. o bien no se entra. Pero, para volver a la que nos preocup'a, sera
interesante contar con observaciones del comportamiento de cada
hospital, como ilustraciones en un texto. Nosotros no lo podemos
hacer porque no tenemos suficiente experiencia.
FLIX. Creo no obstante que se puede dar, si se quiere una ilustracin de ese tipo, el ejemplo de Saint-Alban; o en rigor sealar l.a
transformacin completa de los enfermeros aqu. Se les llama mOI1ltores y no se los diferencia. Cmo reconocer en La Borde a los
enfermeros?
OURY. AqU, puede decirse que basta ser enfermero diplomado para
ser casi expulsado de la casa,3 sin embargo es extrao; ocurre lo
mismo para con los mdicos; basta decir: "Soy psiclogo, mdico"
para que lo pongan en el indexo Podemos decir que se presenta una
2 Se trata dt!1 hospital de Sajnt-Alban, en lo ms recndito de la Lozere,
de donde part!~ liLcg.,!i~!,~c:.. <:Ir J;'.e~ov.'1..~i_.!:._~e I~ 'psi9"~i~t~.!l. e~_fWci;a- Bajo
el impulso del Dr. Franc;:OIs T.2~cl,lC:S -~OI);\!';IQnatlQ Wl.t~J~ ref!l812d. cu
Francia-:=- varias generaciones de psiquiatras llevaron a cabo una excepCIOnal
expenencia de transformacin de un hospital tradicional. De la lucha contra
el hambre en 1941 de la transformacin material del hospital hasta la implantacin de tcnicas ~sicoanalticas' en la institucin pasando por la aplicacin de
las teoras de Herman Simon sobre la ergoterapia, la organizacin de la vida
social la fundacin del primer "club teraputico", la elaboracin de una
polti~a local de sector, un nuevo planteo del problema del nio psictico en
la formacin de los enfermeros, etc. no existe ningn dominio actualmente a
la orden del da que no haya sido explorado en Saint-Alban.
:1 En esa poca la seguridad social no exiga an que se respetara un
porcentaje de enfermeros diplomados por el estado en el plantel del personal
de los establecimientos.
30
PSICUANALlSIS y TRANSVERSALIIJAIJ
SUBRE LAS RELACIONES ENFERMt:RUS.MEIJICUS
especie de equipo tcnico que madura a cada instante, especializndose cada uno en su dominio; y no slo en su dominio sino en el
grupo mismo, mediante un plan, digamos de "sintalidad". Son importantes esas relaciones de "sintalidad" del grupo. Hay gente all, que
crecen corno la hierba en una maceta, y otras que pasan, que son
los enfermos. Dicen divirtindose ~1i-9llLl<:>ss_r~II:ic()~_ ~QInQ.s...noso:
~t~..Y. que lQ~ enTermos s().n Ijl,g~nteque pa~a~ por ms tiempo que
permanezca. ~Ld~,=-iE_~t~l __ .~~ invie~ten los valores;, antes, e11Q<:9_
~-'.:.~Lque _qll~d~': Esta inversin est ligada a un movimiento
general de la psiquiatra, co'n el descubrimiento de los mtodos de
choque, pues el choque puro, el choque absoluto, es la patada en el
culoJ}!loe.,g<:. lTiipoae-:'cfJ:loe -est' para p9Derlo j'"'otr~ parte, Es
preciso que pase, seriamente, y que ello sirva para algo; no interesa
si esto es extrao para los alienistas alienantes ...
FLIX. Entonces, para resumir, hay que exponer las posibilidades
concretas de estallido de los roles petrificados entre mdicos y enfermeros en un equipo, en el que por supuesto hay trabajos diferentes,
pero qu;,.en definitiva convergen en una especie de unidad del clima
de trabajo, en el que cada uno est diferenciado no en funcin de su
status, del dinero que entra en su bolsillo' o de su prestigio, sino en
vista de una distribucin del trabajo sobre bases estrictamente tcnicas, prcticas, a fin de crear un ambiente de trato, de socializacin,
de los enfe;mos.
OURY. Es preciso distinguir dos problemas: la manera en que se
puede realizar esto, que exige una revisin general de la administracin, y por otra parte lo que ha sido realizado en el marco tradicional. Todo lo que se acaba de mencionar no es ms que una suer!e,.
de introduccin; hab'ra que plantear quizs el problema de fndo~..
parjl",qll~ siIY.e..es1l.lparaqu sirve cuidar, hacer el PPF? no es
una pura burrada, una especie de reunin de maricas? En tanto psiquiatras, estamos~-ya considerados como tales por todos esos seores
de experiencia: maricas que se renen i son muy gentiles \ ~
_s~~~.!t?~s_~I.i~!1~anL CQ.ID9 olli~ntan .ol ~ t.QdQ ,~L!l1.l1:n<i~l a comenzar
p orl95 }~Qu.ts..-ptilL.....
FLIX. Aparece ya ante los otros como un grupo que tiene una
particularidad, pero no es todo. Hace falta tambin que el PPF tenga
una posicin original en el plano de la poltica psiquitrica. U na
psiquiatra poltica comienza a existir, cuya necesidad se hace sentir
31
,,,"~,
. FLIX. ~ienso que puede hacerse la comparacin con el movim:ento Fremet, en el que haba estalinianos que aplicaban los mejores
me.todos actuales desde el punto de vista pedaggico, y que debieron
re~lrarse por exigencias del partido. Parece evidente que si el movimiento Freinet hubiera sido un movimiento bien hecho habra
adop,tado pos~c.iones ms claras desde el punto de vista pol~ico, que
habr~an permitido a los comunistas del movimiento no verse obligados
a retirarse. y habra abarcado al conjunto de los maestros comunist~s. Ocurre. lo ~is~o con los psiquiatras comunistas: los que estn
bl~n son mmontanos, y alg~nos como~Gu1Han. mismo estn muy
leJOS de poder hacer y deCir lo que quieren. No slo a causa del
estado actual de la administracin, sino tambin a causa de la actitud
de los psiquiatras estalinianos. Que cada uno haga lo que pueda, es
una cos~, pero ~.y'~daQera poltica, es otra. cosa, es tener una
~erspech~a coher~nte; ~udo que muchos psiquiatras tengan una, que
:ea ?O solo ma~xlsta, smo completa desde el punto de vista de su
ambito de trabaJo. Pero en definitiva el trabajo que se hace es precisamente el qu~ falta en el seno de los grupos de izquierda y de los
gru~os. com,un!sta~, desde el punto de vista psiquitrico. Es el nico
sentido autentico ~el PPF, que d~ lo contrario no hara ms que crear
una francmasonena en los hospitales; es una poltica que adquirir
verdader~me:,:te . sentido slo en la medida en que plantee los problemas pSlqUlatncos en una platafofITla que no existe en la actualidad.
~<2-h_L,difer~l]cia ~u~damental. _e_flt.re.I~,.p.s.i9..uiatra burguesa y la
q~.}~ ,olct.~mOVlIll1entos de IZ.\lUler.da. La psiquiatra estaliniana
est<' basada, en cuanto a sus conceptos fundamentales, en la psiquiatra
/'SICOANAL/SIS y TRANSVERSAL/DAD
32
,~~
Ha
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cgrnprC!J.7JSt.i.d.q llJi-hAShil"
so~ial;'~:<;l T~w_lili~0~~!~mt~Jg.~Q."f9JllO pl!r,e _t!r.l2 e.rE..J?2:iJ.!?lliqd
__
.,
lISta,
d estar con los locos i existe gente muy apta en el nivel poltico, pero
que'son"incapac~-d~"formar parte de un grupo as. Por otra parte,
existe esa dimensin kierkegardiana del "religioso B".
II
I
I
f
33
que pasar por la locura, haberla di e .d ' .e~ e sentido en que hay
!l l()co, ser. .1!lU.JQ~Q
e los lo
g no, ~y que hab!i:r asumidQ
detal es absolutame~t~~ d~ ~sta nOClOn de locura trascencosismo ridculo una des . g~ , a dPolr ciertos. grupos polticos; "es un
,
VlaClOn e pensamiento de Marx" , e t ce'tera.
O;
34
PSICOANALlSlS y TRANSVERSALIIJAf)
MONOGRAFtA SOBRE R. A. *
1955
I'SICOANALlSIS y 1'RANSVERSALIDAD
MONO(;RAI'IA SOBRE R. A.
37
38
PSICOANALlSIS y TRANSVERSALlDAD
MONOGRAFIA SOBRE R. A.
39
(.
28
KAFKA,
que me
dic~
..... haba
..-Prefieres estar solo, me dijo.
Le respond con un ademn que me daba igual, es decir que no
poda responderle como ... FALTA absoluta de contacto, contacto fsico
y moral a la vez.
Al ver el ademn, me dijo: "Te es lo mismo. Bueno, te dejar
solo." Luego se fue.
Esta tarde, jugu al volley-ball. Digo esto intentando volver a la
realidad, pero no puedo lograrlo. Puede jugar una nube sin color?
Cualquier cosa que sale de m, ahora, no viene justamente del
corazn. Flix acaba de decirme: "Tnme confianza." No puedo.
Parsito. Son "trucos" fsicos si me acuerdo del modo presente como
me acuerdo, es decir cosas que me afectaron en aquel momento.
-_
1955.
DE SEPTlEM BRE
Hubiera querido acordarme de!' todas las ideas que tuve con la
insulina. Abro los ojos, veo ante m a M ... levanto mi truco ...
miro la posicin en que estoy, tena la pierna un poco doblada de
esta manera. Era sobre todo el brazo porque la enfermera me haba
puesto una inyeccin. Yo volva a poner algodn, crea que no
haba terminado an.
Y luego, ~l~YiHnLillL,~.!;>an.as.....Y~il..Q.l.I.e_1lQ. en\..m;'p.~<:.1.!O,_
Abajo, solamente el sexo, tena ul1}lQquito .. de. seotido._..E.so ....meenervaba porque es anima.!. Antes de estar en este estado, tena de
sobra el aspecto sexual. Atribuyo importancia a la sexualidad
(masturbacin) porque estoy enfermo y encerrado. Cuando abofete a
Madame A. es que deb notarlo. Este "estado mvil" no es consciente. Pero "el estado inmvil", habra que haberlo descripto mejor.
Me digo algo, y despus de esto 10 hace... es un abandono
completo, peor que cuando era muchacho. Era ms estacionario.
Herva, pero senta ms que ahora. Lo de arriba parti, lo de abajo
queda, pero ...
DE SEPTIEMBRE
~----~
27
41
-~----,-
DE DICIEMBRE
1910
"No abandonar este diario. En esto tendr que ser tenaz ya que no
puedo serlo ms que ah."
Es un origen de cuando era beb.
Soy un puerco, habra querido escribir en un papel liso, que no
estuviera arrugado. Acabo de venir del tocador, es peor que la
podredumbre. Estoy peor que muerto. No tengo sentidos naturales.
Nunca tengo hambre, nunca sed, nunca ningn deseo, ya sea fsico,
ya sea moral, y estoy ms atado a lo fsico puesto que son todas mis
f~nciones orgnicas las que he perdido (respiracin, digestin, vista,
Oldo, etc.) tal como antes las tena, al menos un poco. Cwl.ruk>...escribo
t?d() esto, no tengo en .rn0clQ. qJg.YI1Q_ cQodencia.-de..h-que.e.scriJX,;
smovua..s.uertede p.labra m,!.da ,,(piens() en EH:l{_;4_g~(i.Le.sto) ; esto
me hace tener actitudes y es todo. Y de esto, no creo que pueda salir.
De lo que tengo miedo, es de chuparme el dedo, y caminar como
cuando era chico.
~
42
30
PSICOANALlSIS y TRANSVERSALIDAD
DE SEPTIEMBRE
<.
11
DE OCTUBRE
43
12
DE OCTUBRE
DE OCTUBRE
PSICOANALlSIS y TRANSVERSALIJ)AD
44
,.
VE OCTUBRE
----------
46
15
DE OCTUBRE
DE OCTUBRE
Sueo con la insulina del seno envenenado. No s si lo mam. Asociado a Bernadette que vi sin verla. Mi hermano sabe cmo manejar
a las chicas, para m es la misma cosa que el seno envenenado de mi
madre .. En el fondo,_es~().L~ITl~.~i~~9~01' mi. madr~ c;..ffi0 nu.nca
lo estuveTiilioJ.N<?!le t~nid9 padre.. En el comit del gallinero,
tuve "unam'presin desagradable: "como si fuera de m de quien
hablaban cuando dijeron las gallinas ponen" (para analizar bien, me
parece). Inmovilidad completa (nerviosa, corporal y sensitiva) . J.:'.,?<!Q,
~~g~.!!.-!'EQ, viene de.L.seno eny~n~nado d~ mi. m:idre ,Y est2yconvenci~.Qc!~ ql!~.. ':!.()._I!1_~ __CU.I'.'!I~_!1l,lnca:
.
. ....
24
47
PS/COANA/./S/S y TRANSVERSAUDAD
DE OCTUBRE
28
DE OCTUBRE
.---
29
DE OCTUBRE
DE NOVIEMBRE
m~ysculas.
48
5
PSICOANALISIS y TRANSVERSAL/DAD
DE NOVIEMBRE
14
DE NOVIEMBRE
19
DE NOVIEMBRE
20
DE NOVIEMBRE
DE DICIEMBRE
PSICOANLISIS Y TRANSVERSALmAlJ
50
.nunca me di~. tste es el primer muro que hizo que siempre haya estado
encerrado sin estarlo verdaderamente. Es como si siempre me sumergiera en el algodn.
El sonido de los pasos de Flix me altera. (Esto proviene con
seguridad de la bomba ... que ni siquiera o? pero que de cualquier
modo me sacudi durante la guerra). Estoy replegado en m mismo.
~!.9.!muLescribi.r.1QdQ ..csto~.. 1p'~eudo-presencia de Evelyne
y Flix me hace escribir.
.
-., .. -..
.. _.-,~,-"'-'
'"
DE DICIEMBRE
19
51
22
DE DICIEMBRE
DE l>ICIEMBRE
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.~
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~A
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--_._- -_._.-_..
_-._-----
I'SleOANALlSIS y TRANSVERSALIDAIJ
54
_~~PlJJs~.dQ.a.sL.de.Jo
_d.t:!,
* El trmino francs es "garde-chiourme" que literalmente es "guardachusma", pero en este idioma, chusma carece del sentido peyorativo que tiene
en espaol. Se refiere ms a los "galeotes" que sumado al sentido del texto
nos decidi por tal versin. [N. del T.]
** Hay un juego de palabras, un tanto irnico, con el vocablo francs
"contre", literalmente intraducible al castelll"no. En nuestro idioma se intercambia por, en tanto que en francs se Intercambia contra; aunque, obviamente, la traduccin y el sentido correcto es por. Damos, no obstante, ambas
versiones para captar mejor el texto [N. del T.)
EL seAI SEfWREi-SEfWRAS
55
:7e:r.t:ld~~~~~:,t~~~~:~~~~:ad~n~~.t~~~~~tlji~~~~X!1~~f~~._
57
'
PRESENTACiN
'::::)
El origen d,e la corriente de pensamiento que culmin en las formulaciones actuales sobre la psicoterapia instituconal-Pll!E..de ser ubi~,
~
un tanto arbitrariamente, en. e.!..E~r.()_~.g\l~ P!,~c~9i_aIaLib.eracin
~~ ~ Francja. Por cierto gU~._~<0-lli>_(;h:aJ!-~~L[~J!l.9Juar ms lejos,
despus de la guerra de 1914, con el desarrollo, en diferentes hospitales psiqui'tricos de Westfalia, de la "teraputica activa" de Herman
Simon: o ms lejos an, en Inglaterra, con los mtodos del "no
restraint", del "open door", etc. ~~<:h~.i.:QgS.l. pu~sl__ .!!~~i~id~~.
!:!lte':ll~.IiA~_.~I!_.~I. III:1}!l.gQ... 12i;W)..~_~hlJrnilli~ar l<t suerte de los. pobres
.enf(!fm.oS.. !!!t;n,t<.\les.':., ~!~)_'!..._~ccin ~~!(!rn~tica de revolucin psiquitrica en el plano terico y prctico no hubo de in.iciars;.__verdade".
ramen.te sino en el hQspital p~iq.uitrico
Saint-Alban,.en Lozere,por
~
los sucesivos equipos que se constituyeron en torno de Fran~ois
:; TosqueJles.
e
Al volver de los campos de prisioneros y de concentracin, un
~
cierto nmero de enfermeros y psiquiatras abordaron los problemas
...>
del hospital psiquitrico con una visin completamuente nueva. No
....L pudiendo soportar las instituciones concentracionarias, se dedicaron a
transformar colectivamente los servicios, derrumbando rejas, organizando la lucha contra el hambre, etc. TQ.Qo se \lev a cabo con un
.e~pritu tanto msmilitant~ en Saint-lb<ln por cuanto el hospital
haba sido, adems, un refugio de los resi$tentes. Intelectuales surrealistas, mdicos fuertemente influidos por el freudismo, militantes
marxistas se reunieron all y en ese crisol fueron forjados nuevos
instrumentos de desalienacin, con -por ejemplo- el primer club
teraputico intrahospitalario (el club Paul Balvet).
!::t~gJ !l.aci.9<? una nuevalctitud, un nuevo mQ. de <icceso mili.tante a l ~.nfe~1E.~9.~{_IIlellt<.tl1. que' iba a sacudir a los estereotipos
habituales y chocar con los crculos reaccionarios de la administracin
tanto como con los crculos "de izquierda". La consigna propuesta
. ...
\S
-:::.
de'
L EL PUNTO DE PARTIDA
.~ i~\,estiga.ci~.en!as ci(!.n~i~ .. h!-tJll.ilE~s: el acceso'-directc,'iiY-ndi:'vlduo no es poslble, o bien se revela engaoso; se puede creer que
se habla al nio, al neurtico, y tambin que ellos os oyen, pero esto
puede ser una falsa apariencia. A pesar de las intenciones del
observador aparecen efectos de sugestin. Una.psicologa.deJa c:lapt~Jjn .p.dr .<:>bte~:!,.. res!:llt..ac!.?~~t:.'?...9 h.~hCL!!<? _2~ede alcanzar
~~r~~~.er~IIlentt;t;Jregistro del sujeto. El acceso a los deseos"fnda:.:
mentales implica ciertos roaeos," ciertas mediaciones. All es donde
introducimos esta nociri de "institucionalizacin", este problema de
la produccin de instituciones: quin produce la institucin y
Adheridos a la Fdration des Croix-Marines.
Un notable trabajo de formacin de enfenneros psiquitricos se efectu
en el marco del Centu d'entrainement aux mthodes acti~es. Vase la revista
Vie sociale et traitemwt.
I
58
I'SICOANAUSIS y TRANSVERSAL/DAD
59
en
n. Qu
ES UN GRUPO?
~~...distinguir me.to.dQlg;camente.eLohjeto_.. al
~..se...habla....de grupo. Si consideramos grupos
6U
'-
~
~
-(.)
L
"-..(
cu:e,,~n el c,a.mpo q.'!,~ .I~_, e,s, :"t.:ri()r, en .relacin .al cual ese grupo
esta sItuado como sUjeto mconsClente potencial. Nosotros 'sorrios hoy
~el~suje_to "inconsciente de la psicologa de maana, el inconsciente
de 'Jos, que harn maana su psiquilra, pero solamente en tanto
que ese.,gruPQ marche en el sentido de la verdad. De lo contrario no
somos absolutamente nad;;t.' Ah es donde digo: j lo tOrnilS o l~"
_~:),~,s!,. ~y una posibilidad de entrar en la existencia significante
!.l1_f~s~,~_Jiliiij.i;)~' sl-~no~' nlnay "siquera que deCirIo;"sOTosc'aOra
~oI1stit\.lido U{l;l escueJams, y se quedar insertado en los circ'ultos
preestblecid~", .
. '" ,,'
-'Para comprender este juego de serialidad y de alternativa del
sujeto-=SlijefOconsciente ela ley que se da, pero inconsciente en
I~ determinacin que los otros toman de l-, no hay que perder de
vIsta que se trata de algo que se desarrolla apartr-e'"T'-palibra
J....:.~el campo aelleng,~~J~!.. de uapaliioraque"est tm~da-~~~
cIrcuIto dado, pero quenace tambin entrar en su totalizacin
abierta un cierto nmero de informaciones que capitaliza una cierta
expresin, que se trama en la totalidad del lenguaje puesto en
circulacin en la sociedad en estado de cdigo. Utilizamos J1.QcOIles
(il}~!ltu~i{>n. psiqlliatrla)qlle ,ya se ma.nejan en ~i~teriQLyde las.
.9.\je .~..q~ ..hace,!!os un I}so. p<irticular determinado; de este modo,
ten~emos a, c.ollS1ituir.,l.IlliLy.nitiad .lUbjetiva del :TUPO, desviando el
sentido de los conceptos habitualmen'te uti'zados. De--t>Ila es que
"..,
.;'A
..
.~_._
" . _ _ _ _ . . _
'.
61
62
...
y FRAN.I'VERSAUIJAIJ
0;smo
/'SIC()ANAU.I'/.~
63
III. LA INSTITUCIN
flecho
.H . .
_''-"
\
i
64
~.
-!~~~~t~:e~7f:~~~~~~:d~~j~n~:~~~~~;a~::s;~~r~:t(~:;:e l':Ij~~~~~c!J;'~les;~
bocar en una 'fals di('otoma 'tre la institucin como factor sublimatorio o como factor de alienacin; este desconocimiento de la
funcin del sujeto tendr como correlato un funcionamiento a la
inversa, cualesquiera sean las intenciones modernistas de un proyecto
de todas las articulaciones del sistema y una parlisis de todos sus
enunciados. lnfaltablerncnte, encontraremos entonces, de un modo tal
vez un poro ms flexible, los mi.lrnos roll".l: el del mdico, el del
enfermero, el del enfermo, todas las jerarquas internas, y otros
sistelIlas fantasmti('os sern reinstaurados y codificados con el mismo
ttulo. Ocurre lo mismo con las mitologas tradicionales: una sociedad
., Wilhelm Keieh. PIicolu.a de ma,al del fascismo, Buenos Aires, ed.
I.atilla. 1974,
6.'}
~J>~_!Aba -a.lu?<:f:ntl1?r~_9..lIi_z,s_.~~.&~~c!~_l!1t!IJ.~~..t..l1LElIJer:!;l!C::i
entre
IJC?Tltlcos, ~ :-por q~e. no?- mstItuclOn que fuera a la vez psiquitnca, anahtlca, y pohtIca. Pero para evitar toda confusin con una
concepci~n de estilo. psicolgico o boy-scout, .insistimos uDa }(~I.!!~
~obre la Id~_a ~~__que u~ .&r:tl~ .!l,, Rru:JJ-sUener en. s .,Yirtlld.e~,nal
tI<;as., )OJeJaIloo.a .un lado 19S p~dcios de.. es.~ re\lohwiouarios,
ha'y"p~!_ c:I cOIlt!~ri~ to~~ una p~l:l~is'p!;l!tiC::llla!, toda_u~~Lqll!IDi~il:. det
g:~~o..y',~, 1; ..1r:t.~tI tuclOn~ 9.':l.e ..e~,. n.~ces<I:~ia.. pa~a."pr()d llcir :'~~C;;~9~
?.n~H!~<::Qs_. H_~.L~,;_.re12etirlo... tiiLpul'xis no podra ser. realizada ms.
.<t':l~. .P~!'_.l!Il ~.seIl.te ,colectivo -el. grllP? Il1ismo.-- e!) .s.~ .pr.QY..c;s.;ttuk..
~~'!!1~~~~I~!:.Il,~ ..E<.?~.L!!ll~.!!1g.~I'!Q...!-JTIbin...LI?-.r.-.k hi.ililri.a.L
IV. NUEVA DIRECCIN DEL PSICOANLISIS
6-1-
65
J)or..el..c-ofltrario;-~-de.l...momellt~u~n ..QlJ.~.lgr,IllQL~!'l
y hac.er estalla.L.IOLc;ar~ter...d.~._.tQt~.<;iQJL~kl,lr:!_ il1~t.ituci.n, (del"
estado o de un partido), en lugar de ..illlLsQ.bre eIJa misma como
66
PSICOANALlSIS y TRANSVERS.AL/DAD
r.
67
del
para-
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o..
68
PSICOANAUSIS y tRANSVERSALIDAD
C.
69
-::uio-
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1962-1963
LA 'tRANSFERENCIA
LA TRANSFERENCIA
(EXPOSICIN EN EL GTPSI)
-pa~a
71
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72
PSICOANALlSIS y TRANSVERSAL/DAD
~ljdq4c_
~ai menos triangular, que siempre hay un objeto mediador que acta
73
LA TRANSFERENCIA
.".'
PSICOANALlSI.S y TRANSVERSALIDAD
74
LA TRANSFERENCIA
75
'-J
~~_~~sIbl~, fund~r las leyes. de_J~ s\lbj~ti~i~.ad ..c:!n. otra pil:rte .que
'e? l~ C,o~cclOn SOCial y por los carn~nos mlstf~~a.m.~~ <;kt;s.t~Jefer~nclas,mItl.Cas cOlmfPuedstads. .E2'iste par~~U2.0~.I?.!~ ..~~.p()s.ibilillg ..9.~
~. el mismo e ... ul'}. Ji.or <;l-.. SI} ln:pia~ey?,
. Intent~mos de nuevo reubicar algunos conceptos. Si existe un
I?IOS totalizador d.e los valores, todos los sistemas de expresin metafncos permaneceran conectados en el grupo sometido por una suerte
de cordn umbilical fantasmtico ligndolo a este sistema de totalizacin divina. Forzando la formulacin, y para evitar cueste lo que
cueste una recada en una opcin idealista, partimos de la idea de
que tampoco tenemos que considerar que tal sistema de totalizacin
debe ser buscado en el nivel de la "rama humana", transmitido de
eSFrma en e~perma. Es cierto que hay ah un soporte de transmiSin, pero. sm embargo no constituye un verdadero mensaje. i Los
espermatozOIdes no hablan! Y todos los rdenes que nosotros afirmamos que estn "estructurados como un lenguaje" se le escapan
desde el punto de vista del sentido. El orden de lo~ valores humanos
tomado como sistema de referencia, est a dos pasos de los sistem~
de posiciona~~da?d divin~. Qu es lo que se transmite de la mujer
encmta al nmo. Un cumulo de casas, alimentos, anticuerpos, pero
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PSICOANALlSIS y TRANSVRRSALmAD
76
del traOaJ,:?"para
Maana, esta sobrevivencia depender de la capacidad de
las mquinas cibernticas en resolver sus problemas. Ser imposible
responder a la agresin de un nuevo virus sin la intervencin de
calculadoras cada vez ms perfeccionadas.
Si recuerdo este mito de la mquina, es para hacer resaltar lo
absurdo de la situacin. La calculadora en cuestin es Dios? O
bien Dios mismo prestableci ya sus versiones sucesivas, en tanto
que ellas tendrn que responder a todo tipo de problemas ms o
_~WH-.
I.A FRANSFERENCIA
77
1964
79
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1',\1COANAU.I'/,\' y TRAN.\','HR.I'AUDt4,O
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V)
PSICOANALlS/S y TRANSVERSALIDAD
82
ser'-
83
"frmula" institucional que tenga que ser considerada como primordial y recomendable como tal; por el contrario, es esencial la
adopcin de una orientacin de conjunto que se proponga desembocar
en una revisin en profundidad .de los roles profesionales tales como
son aceptados comnmente, al menos en su aspecto vivido. Esto exige
de parte del equipo tratante un esfuerzo sostenido para vencer las
resistencias de cualquier lugar que vengan. Se trata, por otra._.llil!.t~
men~de una luc1!..Ulue~~l!na sllerte de psicoterapia. 4e giiJ..p.a.
---rnsistimos sobre el hecho de que este proceso de anlisis del medio
no puede ser efectuado desde el exterior: debe formar parte de la
institucin misma. El anlisis colectivo podr ciertamente orientarse
en la utilizacin de conceptos elaborados en otra parte, por ejemplo
en la investigacin psicosociolgica, pero en lo esencial deber conquistar por sus propios medios, a travs de las diferentes etapas de
su desarrollo, de sus realizaciones, hasta de sus fracasos, su capacidad
de conceptualizar las situaciones, dominarlas y modificarlas.
Cuando afirmamos que existe una especie de clave de conjunto
que "sobredetermina" los procesos de alienacin de los diferentes
medios sociales, esto no quiere decir que tendramos que esperar
que cada uno de entre ellos est en una relacin unvoca con una
especie de modelo que permitira explicarlo mecnicamente. Lo que
ocurre, por ejemplo, en un hospital estatal, el comit de vigilancia,
la direccin, los mdicos, etc., es tal vez relativamente homogneo
con el modo relacional que existe en el resto de la sociedad industrial; mientras que en el nivel de las cocinas, de la limpieza, de la
lavandera y del stano se est cercano a relaciones de tipo feudal, sin
hablar de la suerte reservada a los enfermos que pareciera, a veces,
que reemplazaran pura y simplemente a la servidumbre.
Sealemos de paso que la modificacin de las condiciones concretas de existencia y la aplicacin de medios susceptibles de facilitar
la revisin de las prcticas y estratificaciones sociales existentes no
constituyen slo una urgencia para los hospitales de vieja tradicin:
se requieren igualmente para gran nmero de establecimientos
modernos, cuidadosamente acondicionados desde el punto de vista
del confort, pero que desde su mismo nacimiento padecen de esas
"enfermedades" sociales que gangrenan el medio, pudren el ambiente
y que, en un c6ntexto ms "asptico", adoptan a veces rasgos an
ms inhumanos. Quizs no sea un azar el que la primer y ms
original de las transformaciones de un hospital psiquitrico tradicional
se haya dado en el departamento ms subdesarrollado de Francia: la
Lozere. Esto podra comparrselo con el hecho de la creacin de un
nuevo tipo de relacin entre maestrQ y alumno, as como la puesta
84
85
I1.uede esperarse, por ej.emplQ...Jlll~~.9!SQmodamente hoy condiciones de trabajo susc~.Etibles de hacer desaparecer radicalmente
.!!>_~_t.,,:~,:::~.!.nB.:r:~t:s ~J~_l\l_nci()!.~r:r.q~~~_~'y'
IlegarasraT'
86
PSICOANAL/SIS y TRANSVERSAL/DAD
. 87
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4
5
88
PSICOANLISIS Y TRANSVERSALIDAD
89
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dIstraerse,
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na favorecer un reforzamiento del' movimiento
(;stu-,
diantil. P~rQ_"e~Q.,d.epende> ~n lo esencial, del dinamismo revolucio-
"dIl.~.!fio d!:L~~~~~?.!~_:.!.~J~PLal1t~ci?.'2-~e,.~.LL~i~!~~~ad~~et
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PSICOANALISIS y TRANSVERSALIDAD
diantes salir de su "ghetQ"? Por una parte, podran debatir toda una
serie de problemas que no encontrarn en los programas universitarios
y, por otra, obtendran los medios de entrar en relacin co~ una
serie de sectores de la sociedad de la que estn separados, por ejemplo
invitando investigadores, tcnicos, representantes sindicales y po}ticos
de diversas ramas y tendencias, escritores, artistas, etc. Podr~ Igualmente tenerse en cuenta la organizacin de encuestas colectivas del
tipo de las que fueron puestas en ejecucin, en el medio e~colar, por
los tcnicos de mtodos activos, como encuentros de estudiantes con
trabajadores de diversas empresas. No me cabe ninguna .duda que el
primer resultado de tal encuesta permitira poner de .relieve el deseo
de numerosos jvenes trabajadores de anudar relaCiones continuas
con los estudiantes.
J,a necesidrui ~,principiode una lucha contra la s~gre~
.social que se mantiene entre los obreros jven~s y. estudiantes ~l
fcilmente reconocida por los responsables estudlantlle~ pero la dificultad se plantear, ms pien, en el nivel de los ~ediOIi_q~ ~en
'RQrierse en ejecuci<;>n. Sin embargo, existe .una. sene ~e poslbllida~es
y desde abora podran intentarse expenenclas. Mientras que el
movimiento estudiantil aportara as el testimonio concreto de su
rechazo de la situacin que se les crea a los jvenes trabajadores,
contribuyendo a su modificacin por poco. que fuera, los est.~diantes,
por su parte, ganarn mucho en este tIpO de frec~e?ta~lOn:, Esta
perspectiva m~ parece igualmente coherente con la relvmdlcacl~n de
un subsidio de estudios que pondra al estudiante como un trabajador
en curso de formacin. La formacin profesional, tal como est
establecida para los jvenes trabajadores, implica una i,mposibilidad
casi absoluta de accedtr a una cultura profunda. AhI meluso, los
resultados mereceran ser confrontados. ste, felizmente, no es el
caso de los estudiantes, a pesar de las pretensiones de los grupos
industriales y tecncratas de todo orden por modelar completamente
la universidad a su imagen.
Encontraramos, en otros niveles, la existencia de ese mod~ de
alienacin que la sociedad industrial impone ciegamente a los sUjetos
individuales los cuales no tienen otra salida que remitirse al estado
de cosas existente en la produccin, las instituciones, la Universidad,
etc. o partir a la deriva; ms o menos mutila~os po.r }~s efectos ,~e la
reaccin originada por su rechazo o de su Imposibilidad de mtegrarse". Se trata de un fenmeno que cuestiona el conjunto de las
finalidades sociales, en todos los niveles, y en primer lugar el del
estado. Estamos_~.~-'presencia, de alguna manera.. de leyes ioc.oosdentes que regulan las relaci<?,!es enJre sujetos y estructuFa&iC!a1es .J!Il.
91
'
1964
LA TRANSVERSAL/DAD
LA TRANSVERSALIDAD*
93
--_._
'.
rom probar, por ejemplo, en la siguiente cita de sus Nuevas Conferencias: "Al estudiar las situaciones peligrosas, comprobamos que a
cada perodo de la evolucin corresponde una angustia que le es
propia; el peligro del abandono psquico coincide con el primer
despertar del yo; el peligro de perder el objeto (o el amor), con la
falta de independencia que caracteriza a la primer infancia; el
peligro de la castracin, con la fase flica; y por ltimo el temor del
supery, que ocupa un lugar especial, con el perodo de latehcia, Los
antiguos motivos de temor deberan desaparecer en el curso de la
evolucin, puesto que las situaciones peligrosas correspondientes han
perdido su valor gracias al reforzamiento del yo; pero no es as como
ocurren las cosas en la realidad. Muchos individuos no alcanzan
nunca a dominar el miedo a perder el amor; sentirse amados es para
ellos una necesidad insuperable; persisten por tanto en comportarse,
en este aspecto, como nios. Normalmente, el temor del supery no
cesa nunca, porque el temor de la' conciencia se revela indispensable
en el mantenimiento de las relaciones sociales, El individuo, en
efecto, depende siempre de una colectividad, salvo raras. excepciones,
Muchas de las situaciones peligrosas se mantienen a veces hasta
pocas tardas, aun cuando las causas del temor hubieran sido oportunamente modificadas". 1
Cul es el obstculo con el cual tropiezan los "antiguos motivos de
temor" y qu hace que se nieguen a desaparecer? De dnde proviene
~~ta persistencia l este mantenimiento de las ~us~s neurtica...P!!~.~
g,tl~h!ill.~arecid t~.ui.t.Y.2:~J.on~~, que ...fu~I~!:n~~gp.It~..Q~iJ:Lg~n.e.W,
aun en "ausencia de cualquier situacin peligrosa"?2 Algunas pginas
ms adelante, Freud reafirma la anterioridad de la angustia sobre
la represin: la angustia es causada por un peligro exterior, ello es
real, pero ese peligro exterior mismo es recordado y condicionado por
el peligro pulsional interior: "de hecho, el joven teme las exigencias
1 Freud, Nouve/les Confrences sur la Psychanalyse, Gallimard, p. 121.122.
[Hay ed. cast,: Nueva conferencia sobre el psicoanlisis, Madrid, 1948, ed.
Biblioteca Nueva, Tomo n, p, 828,]
2 lbd,. p. 129. [Ed. cast.: p. 830.]
94
PSICOANALlSIS y TRANSVERSALIDAD
LA TRANSVERSAL/DAD
95
de su libido; en este caso, se asusta del amor que siente. por su
madre":'! De manera que es la amenza interior la que prepara el
peligro exterior, El renunciamiento al objeto amado es correlativo, en
el plano de lo real, a la aceptacin de la prdida del miembro, pero
el "complejo de castracin" no podra ser "liquidado" a travs de
tal renunciamiento. Es porque, en efecto, l implica la puesta en
accin de un trmino suplementario en la triangulacin situacional
del complejo de Edipo, de manera que no habremos terminado nunca
con esta amenaza de castracin que reactivar permanentemente lo
~
que Freud llama "un sentimiento inconsciente de culpabilidad"!
.~
~~e~~l:!~:_~e Jos signifi~~!l_!~~~Q~iales s~,eIl~u!:ntra en contacto de
moao_}rreversie~~~n~~s.traciIl'y-la cll!pbiffilad. mientras que
~
hasta esta etapa sus status seguaIl siendo precarios en razn del
~ "principio de ambivalencia" que presida la eleccin de los diversos
objetos parCiales. A partir de all, la instancia de esta realidad social
fundar su persistencia en la instauracin de una moralidad irracional
'-'
donde el castigo encontrar su justificacin slo en una ley de
repeticin ciega en lugar de ser articulable en una legalidad tica.
~ No bastarwsin embargo buscar el reconocimiento, a travs del imposible dilogo entre el yo ideal y el supery, de este efecto de permanencia
de la angustia fuera de las "situaciones peligrosas" actuales, pues l
.9
~ implica la pertenencia de esta ltimas a una "lgica significante"
----~
especfica del nivel social considerado, y que conviene analizar con
s.L. las mismas exigencias mayuticas que las del psicoanlisis del indi,-'
s:- viduo,
Q
La permanencia es la repeticin, es la expresin de una pulsin
'--'
de muerte. Se encubrir la interrogacin que est implicada all,
relacionndola con una nocin de continuidad. Parece normal
prolongar la resolucin del complejo de Edipo mediante una "buena"
' -'
integracin a un nivel social. No conviene considerar ms bien que
estos "efectos de persistencia" de la angustia tienen que estar articulados con esta dependencia, recordada por Freud, del individuo
Ir'
en relacin con la colectividad? Se trata deUu!ch.o, irreversible hasta
;l'"
nueva orden, de que el complejo de castracin no ,encontrar nunca
,~
~
una solucin satisfactoria en tanto que la sociedad contemporne~-=
y
persista en confiarle un rol inconsciente de regulacin social. .Existe
-..
-u
una ,incompatibilidad cada vez ms pronunciada entre la funciIl_rucL
-o padre, en tanto que soporte para el sujeto de una posible 'mediacin
de las impasses identificatorias inherentes a la estructura de la familia
,,,
2!
i;
, :
;
:
: :
---a
3 lbd"
p, 119, [Ed, cast,: pp, 826-827,]
lbid" p. 149, [Ed, cast.: p,838.]
d'
'''l'
"_.
'.,
'..
"e<;,:,r.
una
suerte
de
vlas
de
d_~ncla entre os fenmenos d d l'
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-. r~n~ ..~~.~:;;.I~;.; ransferencla e mterpretacin constituyen' un mod-d-emtervenClOn Simblico, pero -insistimos en este punto-- no podran
ser e! 9uehacer. de una ~~rso~a o de un grupo que, para el caso,
se ~':lblera bautza?~ de analizador". La interpretacin, quizs la
debilidad del servICIO que la dar es, si est en condiciones de
r~cl~~ar, en un m?mento dado, justo en ese momento en que tal
slgmlcante se c~nvlerta en operatorio en el nivel del wnjunto de la
~structura, por eJempl~ la organi~~cin de un juego rayuela. Se debe
_~e~teencuentro de 1~_ m!~.r.~t~n.:....~~vien.~~_.E~e~1.__li'?~!!i..r revia,~ su ~SC;lJfhlt.... g~ . ~()~9-P_~eJ.l!lf! .....P~icI?19gis2-' __ ~.dcfu.glco
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120
I'SICOANAUSIS y l'RANSVERSAUDALJ
1966
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TESIS
1:
EL CAPITALISMO Y EL ESTADO
PSICOANALlSIS y TRANSVERSALlDAD
122
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1.23
PSICOANALlSIS y TRANSVERSAL/DAD
124
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I,
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TESIS
3:
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por
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PSIC()ANAUSIS y TRANSVERSAL/DAD
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PSICOANALISIS y TRANSVERSAL/DAD
130
4:
EL TERCER MUNPO
.!-a incapacid.ad del capitalis.m?..E~~:ls~p~ir.?ir_.,!-_~~~~ucturas precapi,tl~~~ es eVidente en eltercer mundo. Lo que caracterzi-aTierceI'"
munOoDo-elfqueTciiqjilsessosubdesairollados, sino que son explotados y dominados. La nocin de subdesarrQUu..es.. insuficientf..-IL~_..~~....
,nieg,,: ..'l ver la.~i~~u!~ci._~.. _<:>rg~llic3: entre.. cIJetraso de ciertos pases
y eladel~[\~o .. ~~ Q~r..o.s. como talnbin se niega ---a"'onsiderar-r;i'
ubicacin de los pases del tercer mundo en la totalidad orgnica de
la divisin internacional del trabajo en el sistema capitalista. J.2..,
.~n~ial_~s, en efecto:
a). q,:,e.los...p.<li~s _del.~.~I!~!. ~':ln~9 ti~neTl_ Yrulc<"QUQmJ deformada
(los capitales nacionales se invierten en determinadas esferas de
produccin, determinadas por los monopolios de los pases industrializados) j;
bL q\.l~~l j}~te!calJlbio.desigulll de la~ mercallca~y._c1Llos
capitales se analiza como una enorme sangra de la plu~val
producida en esos pases ell provecho del capital internacional.
D.e....ello.resulta..J;!l~ slo una estrecha esfera de produccin est
~~~~!L_e!.RI~jQ mundjalde reproduccin del capital~ todo el
~sto de la inmensa masa de los pueblos del tercer mundo est
sometido a relaciones de roduccin reca italistas, feudales. Por
otraparte,los esta os del tercer mundo, controlados por el capitalismo
internacional, ven bloqueada toda posibilidad de desarrollo pues ste
solidifica las estructuras arcaicas, estableciendo compromisos con las
antiguas castas dirigentes a las que inunda de dlares para consolidar
su posici6n. EstQ nos lleva a a examinar la tesis del Partido Comunista
Chino. Su reafirmaci6n principal de la necesidad de las luc~
revolucionarias como motor del derrocamiento del imperialismo constituye un cuestionamiento importante de las teoras reformistas de
los dirigentes soviticos que han abandonado la perspectiva de la
revoluci6n internacional. Pero, en realidad, la oposicin de lo.~~
n!!~~~!lnos a la poltica de KruscheY...~ sus sucesores no descansa
131
zmp.u.estos
132
,,,-
,. I,
PSICUANALlSlS y 1'RANSVERSALIDAlJ
~
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~~
133
reaccionarias, que los lderes del movimiento comunista han demostrado que renunciaron a elaborar una estrategia revolucionaria a
escala internacional. Slo se guan por el tiempo, las circunstancias
las divisiones imperialistas, la eventualidad de una guerra mundial.
Es~a pasividad ante el estado de hecho, el statu quo, ante la espontanelda.d de las luchas, ante la ineluctabilidad de las impasses hist6ricas,
constituye un abandono de los fundamentos mismos de la teora y de
la prctica !"arxista.leninista. La sobr~estimaci6~.llL~aci~
de _J~,.IDQ.',(lmjeDtos pe'lu&AQbu;BU81i&1i para lle...ar a. cabo tarea
~,~lI1_~r~~!~~ .L~<?g":lH~.~~j...t;nde._a.Jkgru:.LWl de.s~nlace lgica en la.
b~idaci6n ~el mQynientcu;.omWli.WLen. taruo...q.u.e._taU por ejemplo:
el apTastamlento del Partido Comunista Irak o la supresi6n de los
p~rtidos comunistas egipcio y argelino cumplida por los comunistas
mIsmos) .
Si es exacto que se puede situar el origen del conflicto chinosovitico en el estallido de la oposicin entre estrategias internacionales
d~ estado y pugna de intereses no e~pecificadas desde un punto de
vista ~e cl~, ent(:mces s610 la reconstrucci6n de una vanguardia
comunista mternaclOnal podr permitir superar estas contradicciones a partir de una teora y una praxis revolucionarias evitando en las
luch~s sectoriales caer automticamentl; en el particularismo, y
ofreCIendo a las masas oprimidas, objetivos y perspectivas no recuperables por el enemigo de clase.
TESIS
5:
134
PSICOANALlSI.\ y IRANSJ'ERSALlJ)AlJ
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135
136
PSICOANALlSI,\' y TRANSVF.RSALlDAI>
recer las alternativas que haba previsto, Otros aspectos de las descripciones de Trotski, no obstante, permanecen como instrumentos incomparables para interpretar las contradicciones internas de la economa sovitica, el desarrollo de su crisis actual y los proyectos de
reforma en curso: en particular cuando Trotski desarrolla la oposicin
entre el problema de la calidad y de la creatividad tcnica o cultural,
y los imperativos de una burocracia y un estado que no quieren
ciertamente "morir". .
~n tantgql,t;, k). ~iu1.e~Ir9.~ki.J}QU?e.~<2~E._\!!~futal~les e~~
aspecto econmico, las conseCuencias polticaqc socialesq.ue:LIeaJ.O_~~..E..art;cell J!l~..p.lllblemti.c.a.s... La burocracia no ha sido derroca<!-a,
los trabajadores se han integrado a una suerte de sociedad poltica de
compromiso y no se han encontrado ante una impasse que los habra
llevado a levantarse en masa para cumplir esa famosa revolucin
poltica. La burocracia pudo cambiar progresivamente la naturaleza
de su insercin en la sociedad, abandonando por etapas el sistema
de la dictadura estaliniana, para pasar a un rgimen donde la tecnocracia ,y la ideologa econmica tienden a remplazar a la burocracia
de apara!-o e ideologa doctrinaria de los epgonos del marxismo. ~
es IXl~nos cierto ~e una caracterstic~~nda!:!l.!:...~!.al de esta evolucin
es quee'su conJ~n~o~,,~alesqlilei-a-Sean las orientaciones y los virajes,
las masas no se mueven. Si ellas no se embarcaron en la va trotskista de
la' ievoTiiCin--ponica:-tampoco respondieron a los llamados lricos
de los krusc,hevianos: consagrar toda su energa a la construccin
del estado del pueblo entero. Por 'otro lad.2...k_burof!.acia no mani!~~s~~_~i~~jl!!~ . .r.k. .h!;~n.~ . ~1 h~!':.~i.r\.t..sLes.~.!!211.a ..R0r _~
~ontra!~~ . ~!!...i<k.QJ.Qgj~fYjidora defensa del statu qua en el
plano nacional e internacional, renuncia a todo anlisis en funcin
de las luchas de clases, rehabilitacin de los mitos pacifistas, moralismo pequeoburgus, desinters prctico respecto de las luchas
re\'olucionarias que se desarrollan en el mundo, etc. ~hL<;p1pa!E()~~,da
permite pensar que restablezca el caLlitalismo ~n el sentido que Mar~.
.l<LQefini.2.; pareciera que es capaz de adaptarse a las relaciones de
produccin actuales y sacar un mejor provecho.
Los dirigentes soviticos piensan ahora en una descentralizacin
de los poderes de decisin. econmica. Constituir esta reforma un
paso adelante y se realizar en beneficio de los trabajadores? Es poco
probable, pero las reformas tienden a una flexibilizacin de la
planificacin como una Imposicin de las contradicciones en las cuales
se han enredado, pero E..<?...si..sIli.f.i.c<l.~_~~~~~s_a~i~f!1t;!1te el.. ,~r:i.0 de un_
retorno al capitalismo. La condena por parte delos comunistas
cIiiil('s-d'eTa-:etacI6~ actual de los economistas soviticos que
137
preconizan el establecimiento de criterios de rentabilldad de las empresas, que son similares a los de la economa poltica capitalista, es
dogmtica y al fin de cuentas corre el riesgo de no dar en el blanco.
Considerado desde el ngulo de una descripcin formal de los
mecanismos econmicos, podemos admitir la necesidad de todo un
sistema de clculo de inversiones, de previsiones en materia de rentabilidad, etc. Este sistema tendra sus exigencias y su lgica propias,
que no podran ser suplantadas por consideraciones ideolgicas de
cualquier tipo que fueran. Pero cuando los economistas socialistas
terminan por olvidar que el valor no es otra cosa que trabajo humano
y social cristalizado, y que los precios, la moneda, la rentabilidad del
capital, no reflejan en ltima instancia ms que la separacin entre
los productores y los medios de produccin, favorecen la persistencia de mecanismos del tipo de la produccin mercantil capitalista
en la que, por intermedio del sistema monetario y de los engranajes
econmicos, el trabajo social se encuentra a disposicin de una
categora social minoritaria que lo utiliza segn sus criterios o
instituciones propias. En las sociedades industriales occidentales, es
un poder de compromiso entre el capitalismo de estado, los oligopolios
y la burguesa; ~n el sistema sovitico, son las categoras sociales
burocrticas estructuradas de modo original las que desempean una
funcin de "regulacin" en su provecho de los procesos de produccin,
circulacin y distribucin.
. no es serio id~.!H.ii~@!~balmente las estructuras sociales de
/'S/COANAUSlS y TRAN.H'';RSAUIJAD
138
__
TESIS
6:
estructuras~
139
actuales del capitalismo monopolista de estad!4 permiti6 a la economa francesa recuperar el retraso que haba acumulado desde
haca decenas de aos. Durante ciento cincuenta aos, la burguesa
francesa se mantuvo en el poder mediante su alianza con la pequea
burguesa y el campesinado, justificando as un proteccionismo que
contrasta con el libre cambio de la burguesa inglesa. En materia
de inversiones, la poltica de la burguesa signific un retardo de las
inv~rsiones industriales a partir del fin del siglo XIX. Ciertamente, los
capitales son abundantes, pero se invierten ante todo en fondos
esta.tales y hasta en valores industriales. Adems, gran parte de los
capitales se coloca en fondos extranjeros. Pero adems de que las
tre.s ~uartas partes ~e este capital colocado en el extranjero fue
anI~Ullado 'por la pnmera guerra mundial, esta salida de capitales
trajo aparejada una gran debilidad de las inversiones en Francia.
Durante la guerra, la intervencin del estado (control del comercio exterior y de c.ambio~, acuerdos con los industriales para el
repa~o ~e las ~atenas pr.lmall, aumento de la deuda pblica)
constituyo un pnmer comienzo del capitalismo monopolista de
es sobr" todo
estado
a una liquidaci6n del retraso. Pero -"'-',
I 11 en
d direcci6n
I
.a. o.eg~_,~ ~_.ll2der ,~loFt:eDk.PQPula[.....Jilp.rt.ando sLla.. bJ.guesa
~l sosten .. ?~LE;?I~t.~!'!'!~Lo ... _q\!~tY.1i...'! ..E~nl!i!ir._ ~I . .s.<Lmi~~Q....Q,t,_\.m~
~nt~rvel1c!Q.~ m~prQI.unda del. eslad~ .. ,CQJUtibyx~.m12_~.e.ue~D.
a la..!.~y.~S12~.9.t;<\Ul.~. hurguesa,completame.nte, des a Wplta.da....lUl1e_la
~P,_,!;!:~~ Hay que establecer la vinculaci6n entre, por una parte,
el hecho de que el Frente Popular restituye el poder a la burguesa y,
por otra, el desarrollo de las estructuras del capitalismo monopolista
de e,sta.do. El ageqte de este proceso es esencialmente el movimiento
comUnIsta. Reencontraremos este mismo mecanismo en la Liberaci6n.
La burguesa, quebrada en 1940, pierde el poder en 1944, es
?ada por su colaborac~n, y el artido comunista, nica fuerza p.<2.t!tica
_dll!lplant~da_e~ .~! E~.I,~l--S.~._f~~.I,l_LL.~ ,..sky'Q. y e.. -pade.r....W:spy.6
~~r pene.cclOnado sus mlli~!llentos. Las estructuras del capitaIIsm? monopolIsta de estado d.an ~n paso adelante tal que dejan tras
de SI, para ~lgunas ~e s.us realIzaCIOnes, otros procesos del mismo tipo
en otros paises capitalIstas. Sectores claves de la industria de los
transpor~es, las comunicaciones y del crdito son nacionalizados. Ms
de l~ ~ltad de las inversiones son financiadas con fondos pblicos.
Por ultimo, se crean las estructuras del Plan, destinadas en su origen
a coordinar los sectores de base.
Si la~ estructuras instaladas o apoyadas por el movimiento obrero
en la Llbera~i6n y utilizadas por la burguesa permitieron a sta
superar parCialmente una crisis ec"onmica y poltica muy grave,
.)F.o
"a'-esapro:
..
PSICUANALJSIS y TRANSVERSALIIJAD
140
en ,cambio las dispari.~I:l~,e.~ y .1?S_~,~~Uibrios ~onstituyen la carac.t~ca mayor ae fos resultados obtenidos. La agricultura francesa
no logra superaris-estretisrCaicaS; los desequilibrios regionales
se acentan, las zonas abandonadas por el capital privado ven acrecentada su miseria; en definitiva, el capitalismo de estado no logra
satisfacer las necesidades sociales que, por el hecho de su misma
naturaleza, no pueden expresarse como demanda solvente en el
mercado lo que implicara una restructuracin completa de las
instituciones: vivienda, formacin profesional y tcnica, infraestructura sanitaria, urbanismo, etctera.
El papel especfico del estado en el desarrollo econmico de
Francia trajo una diferenciacin particular de las ideologas econmicas ..Tr.~~_Jde..()lo~~s.e~?n.m~2_~ .~.e.._-~.~w.QlluL1!D.. .Francia.;
.~.n _J~ e?'tr~m!l. __~.~ha ..$.ni.s.te..UIliL.ideologa._tradicionalis.taQ\lrg1,leSl, Ea el liberalismo del siglo xx, que preconiza la libertad de
los mecanismos econmicos y financieros, el retorno al patrn oro
en el plano internacional, el reajuste de las tasas de inters en funcin
de la oferta y la demanda, y no en funcin de arbitrarias decisiones
del estado. Este antiestatismo se matiza con un intervencionismo
~~ ya que el liberalismo eb)nmico absoluto es un absurdo
en las estructuras actuales.
El modern~m~ que va del gaullismo al PSU, pasando por una
parteaerS-FIO y los cristianos de izquierda, es partidario.:_.LL de E _
IE~difj~~~5i?E d~ la~~I:!!;tura5 del capitalismo 81'1 funein di' Ju:~.olu~ .
<;_iQIL.~Ac:...~ lu!L~.2.LE!.2.<:it.t~!iva,.; 2) de la intervencin del estado
para modificar estas estructuras~erliSCrsis econmicas,
etctera.
Una tercera _ide..lQgl. es..la sO$tenida-pri.ncip.almen.u:. PQr. el p(
y ua-parte-del SFIO. ~~~~,:,~r.t~_,.Q~._tt-\l.i.jQnaJismo .econmico..
~~uierda.. ~eo!()~a contina e~erando, sin creer en ello
verdaderamente, ta..._lleg~_ill_I!l!I1~I1t.e. de una ...crisis. econmica
catastrfica; ~onsidera.Jomo ~sc'!!lda!~~J2....~l!.;'illtrcj{!:t_~ntr.!:1i~~c.in2 y defiende todas.1.~ !orma.uIcaica& de la economa frances,a
i Nuestra apreciacin puede parecer que no encaja bien con el
hecho de que fue el partido comunista quien contribuy en la implantacin de las estructuras del capitalismo de estado en 1936 y en
1945! Conviene recordar aqu hechos histricos olvidados, a saber,
que al mismo tiempo que el PCF implantaba esas estructuras se
esforzaba por frenar siempre su alcance, poniendo con antelacin la
necesidad poltica de una alianza con la pequea burguesa comercial
y agrcola. Justific as su rechazo a la aplicacin del programa de
nacionalizaciones propuesta por un ala del Frente Popular, programa
./-'
-'.
..........
0_'- _ _ . . . . . . . . _ _ _ _ _ .='-:-=-:-:~=::.::..;,::;:.:.:=;=:=;
141
que se redujo finalmente a reivindicaciones inmediatas. Menos conocidas son las reticencias del partido comunista en 1945. Sin embargo,
el programa de nacionalizaciones propuesto por el modernista
Mendes-France al gobierno provisorio en el que figuraban los com~
nistas, sufri los ataques de estos ltimos. Posteriormente, Thorez y ~
Mollet se opusieron a las reformas de los circuitos de distribucin.
~
Como se ve 1~ ...2f?.!iti~~_.c!.~.Aef:g~a nc:ttla..RfQl?ieda(ti~miliar agr~~ ~~
.J'.. de los pequeos comerCIantes es lIna lnea...copstinte dd~~
~~6,_
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142
/'filCOANALlSJ.\ y TRANSVERSAL/VA/)
TESIS
7:
143
LA SOCIEDAD poLTICA
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144
'SCOANLlSIS y TRANSVliRSAUlhW
145
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TESIS
1,4
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8:
LA ORGANIZACiN REVOLUCIONARIA
146
I'SlCOANUSIS y TRANSVHR.\'AUDAD
LA.~
147
produccin
existe otro
mediO para que un "programa transitorio" de la clase obrera pueda
ser elaborado por ella misma y segn los objetivos que pueda fijarse
en tal momento. El.papel de la vanguardia revolucionaria es el de
contribuir a la unificacin de las luchas, de interpretar cada una de
sus e~apas en una perspectiva de conjunto, proponer consignas que
permitan pasar a un nivel de lucha superior. Para existir, para "tom!!.r
.~ pi!l~~!.":-',L l:..d'!~. __~b.r~_r.~._~ielle /~E. cesi..d~_~~_u!1 e.!Pa.0..'!.l-.c!f! . u,!l
.,gbJeto lDstltuclOnal gue le sea ptClfu,;o~"tlrjlercual recuperar
s.u lugar .~~.I.!.!!:'!-!D~.~g,nificaI}t~c!tiutijtQria, ;el esiafiOsiii"jficafe'"
irremplazable, es la textura de su organizaci6n, su funcionamiento
interno, su expresi6n pblica, sus mtodos de trabajo, etc., todo lo
que la caracterice como produciendo la ruptura radical con la
~deol~ga y las.pr.cticas de l~ cl~~ dominante. rs~!!2..~~ll.d.().~~.
..
4.
~:~:~~-~;~~?~riie;id;~e~:c~;ci[~~'i~~~7~;~~~~i~~~~rg;~~:::
~~~~.f().}~t.~!,I~fut~_r_~,~I.I~ mi~!!la
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148
I'SICIJANAUMS y TRANSVERSALWA/J
149
150
PSICOANLISIS Y TRANSVERSALlDAD
por der,n0strar ql,le la cl~se obren,\ e.st tambin c'!-racterizada por !.e
l,deolo.Sla burguesa. A nivel del consumo, parece que slo factores
cua.ll!~!a~i.~?s se"p~ra..n a un burgus de un proletario, perO en. s~~
reIacones respecto a la produccin, en sus modos de relacin c~n !!
"eE..c_1.}~rmi.ento" profesional, social, etc., en el plano cultural, tico
e incluso en el inconsciente, burgueses y proletarios constituyen "de
bo-a rabq_QQS rQJ.1lS distintllS. El resorte de la lucha de clases esel
res~ltado'de"que la sociedad capitalista est constituida en funcin
de necesidades particulares de una clase social moribunda. A pesar del
progreso, la clase obrera nunca podr adaptarse a esta sociedad. Si
nos fijamos en la concepcin del urbanismo, de los hospitales, de las
universidades, de una cultura condicionada por la televisin, encontraremos esta constante: nada predispone para que pueda desarrollarse
una actividad social creadora. Al contrario, todas las estructuras estn
calculadas para que cada individuo se reduzca a su soledad, a la
serialidad social, a un gregarismo primario y para que los trabajadores accedan a diversiones "tranquilizadoras".
. Las consignas del tipo: "pan, paz y libertad", se han convertido
en nociones tan abstractas como los emblemas burgueses de "libertad,
igualdad, fraternidad". El movimiento revolucionario puede y tiene
que dar otro tipo de respuesta. Debe ubicarse en la contracorriente
de la reduccin de la clase obrera a una simple funcin de produccin y consumo. Tendr que plantear siempre con mayor relieve el
rasgo comn, el objetivo fundamental de la lucha, el nico susceptible
de darles su cohesin a los trabajadores y reconstruirlos como clase
social revolucionaria. Este rasgo comn, este "objeto institucional" es
151
de ajustar su tiro para que d en el objetivo fundamental: la confiscacin a la burguesa del poder del estado. En cuanto a estas cuestiones la carencia del PCF
de la CGT es evidente. Tomemos un
ejemplo: un grupo de militantes revo ucionarios en el sector minero
ten?~a que hacer fr~nt~ n? ~lo a los aspectos organizativos y
pOhtlCOS de la lucha dlana, s100 19ualmente a la articulacin de sus
problemas con los del conjunto de las cuencas mineras nacionales y
ramas adyacentes, a entrar en relacin con los militantes de los
sindicatos correspondientes en la CEE, etc. Si se tratara de la industria
petrolera, una serie de problemas se plantearan con las organizaciones
populares de los pases productores, etc. Pero la realizacin de tal
programa a escala nacional, regional e igualmente internacional
supone que se operen profundas transformaciones en el movimiento
sindical y en consecuencia en el movimiento comunista.
. Se nos objetar quizs que el comit central del PCF desde hace
tiempo se ha rodeado de comisiones que renen a los camaradai
"competentes y abneg~~os" en todos los dominios. Compulsar los
~rabaJo~ de estas comlslones aporta la mejor confirmacin de la
1Ocapacldad. d~ .un estado mayor en suministrar respuestas valederas
a una multlp!lcldad de problemas. Con una regularidad que raramente se desdice, estos "especialistas" dejan a!un lado lo esencial. Pero
esto es menos por incompetencia que por un "condicionamiento" a
los mt~do~ de. !rabajo de 13; ?ireccin del partido, que hace que la
menor .1Odlcaclon ~e un. dmgente altamente ubicado baste para
determlI~ar u~a ?nentacln e imponga la esterilizacin completa
de toda 1OveStlgacl~n. Ocurre lo mismo con esos "ejercicios" para el
congreso, que conslsten en pronunciar discursos vacos sobre temas
establecidos de antemano. Nada separa estos mtodos de los usados
~or las b~rgu.esas tradicionales. i Pero la vanguardia revolucionaria
tIene que 1Ochn3;rse por sus propios mtodos de trabajo pues, lament~ble':llente, no tie~e a menudo nada que envidiar a las grandes orga~lzaCl.ones! El pa.rtldo revolucionario no surgir de un milagro, es una
smteslS a conqulstar, no en el dominio ideolgico sino a travs
de l~ realidad de la lucha de clases. El arma nueva,' el prototiP2 de
partido del cualti(!n~neq~~jdad la clase Qbrera para hacer la revolU:cin en los pases capitalistas n9 PQQ, ser sin~ radi<:alm~rit~'dife'ente'
f.)
---......
'3
152
.5!S!
PSICOANLISIS Y TRANSVERSALIDAD
153
TESIS
9:
154
PSICOANAUSIS y TRANSV8RSAUDAD
155
156
/',\/(;t)AN ,11./,\/,\
revolucionaria del proletariado en Francia. prC'tender estar en condiciones de reunir en lo innH'diato el primer ncleo \. comenzar a
definir el programa. t'S una persP.(cti\; u.tpica '1u(' pres~pol~~ una
ignorancia caracterizada del lIIarxlslllo-lenllllslllo y dt' la hlstOI la del
movimiento obrero.
Junto a numermos faClore, objeti\'os --condi.l',iones dt' las 1~lchas
sociales, crisis polticas, t'tc. -- hay 40(' tent'r tamblen en cuenta Clert~s
factores internacionalt's que podran dt'selllpeiiar un pJf~el determ.lnante. El triunfo de una re\'olucin socialista. en cual4ult'r p~tenCla
capitalista, tendra repercusiones t'1l ca~t',~a sobre la ~\'olunon del
movimiento obrero. As mismo. t'l rt'surgul1lt'nto de cornent.t's !'e\'ol':lcionarias prolt'tarias en los pases s()('ial.ista~ tt'ndra una ll1cldenCla
incalculable sobrt' estt' proceso. Tt'ndralll'os qut' \'ol\'cr ~~ dl'tall~ .a
analizar las posibilidades dt' intervencin de. una agrupanon de
tantes comunistas revolucionarios en los dIferentes sectort'~. ~?:Iales
y polticos. Pero queremos hacC'~lo slo ~ r,artir dI' l~ ad4UISI('I?~ de
un mnimo de resultados prctICOS. QUlSl('ramO~ C'vltar. lo I~laxlmo
posible, ocu ar nuestro lugar en la a. demaSiada lar a .lIsta . de
corrientes {' organizacIOnes e vanguardia qy~ no han .be, ho s~no
formulr crticas }' promesas. }' que en realidad ternllnaron \ 00.
contentarse con dar vueltas dC' un !!l0d? de:o!!!dor.
.
-Suponiendo sin embargo que la hlstona nos c~nden~. a sufnr
semejante suerte. preft'riramos entonces, CO~I.o contmuaClon de las
cosas. guardar 'silencio y tal vez ... el benefiCIO de la duda.
'.rult-
1966
deriva ...
158
/'M(;oNLI,I/S Y TRNSVERSLWV
159
~:~/rutc}~~a s~a~el;hf~d;t~ti~;-;f;~~
. q!:~nLi!l~!ll~n~.ie_{m~!:.
-,_
..
Se trata siempre de lo mismo? El movimiento de lo mismo a lo
..,
.....................
-..... ,.".......... ~
160
~"~ll:Q r2WlIQ.'i::.~lQ~J.
~.~
, d ,
por ~t"parado.
d
Tornemos ca a caso
'
. l. ,d, axi'l! da: nada de na a.
.
, IJan'ado a ,1 nd.t
,
'1 .
1) Todo punto-sl~no ,1
.
u' l. . la 'IX-I! \' este u tuno
.
ap--trt"l o a c.l ndl , c...
2) l.' n solo punto-sIgno
, ,
.. ' \. md'l del punto
'
" ) 'ado las n~s(,f\ .1\ l t
"
.
es inmedlatal1lente IlH or[>( 1
l ' 1, d.1 prilller ('aso dIspone
.
('orrdati\'amenh'.
la
\lada
('
nd(
a
(
sIgno. ,
.,
de un sOllorte.
. '(
.
. ' , f01'l11'l1l U\l trazo U\I.tn).
,
3 i Dos punto~-sl~nos
'ndl'l\ 1'\1 UII solo trazo una no. o blel,l
+\ T)'es puntos-sIgilos St ,tu,
1'"
'1\ ron tres. no habra.
.
"
'\l(T '1 SI IlO o (OIlS1g Ut
1) I
.
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I
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logran rO\lstltU1\ UlI (r
'
,
" 1J.',r", 'Iut () (Iln~1\("1
,
l;llI\Pll('O
\l1l1guna
rlIotl
..
,>
n.1
"
".
DE eN S/(;NU A UTltO
161
162
Sea una cadena de puntos-signos. cir('ular o no, 1ntenternos marcar en ella un punto de rl"fl"rencia por mf'dio dl" ms y menos entrecruzados de tal manera que su continuidad no sea alterada por
ellos, Observemos que. hasta l"ntonces, las coordenadas dl" adentro
)' dl" afuera para el punto-signo. no ms qul" las d~ arriba y las. dl"
abajo para una cadena de puntos. no son irrl"\l"rslblt'lllt'nte onl"ntabll"s.
Constituyamos una cadena dl" puntos-signos l'ntrl"nuzados: los
puntos-sign~s simtricamente dispul"stos ~n relaci~n ,a ,una lnea dI'
base constituida por los punto, qul" tnt'dlan no slII.l("tncos rt'prl'~~'II
tarn, indifrentementl", las alternativas "ms segUido dl", II1l"nos o
"ml"nos seguido de ms". tambin los l"ncadenamientos de "ms
seguido de ms", o "menos seguido dl" menos"
, Escribirl"lIlos lo ms: y lo ml"nos: o a la inn'rsa,
Los tres signos de partida de la batera binaria han sido ('om'cltidos en tres nuevos eleml"ntos:
)) en signo de base ni( o constituido por trl"s puntos-signos.
2) La posibilidad de la adyacencia de dos signos de base. es
decir la sypresin del signo valo,
.
3) l'na regla de encadenamiento que impone que la adya('enna
de dos signos de base no puede opl"rar ms que en un solo punto, no
pudiendo estar cada uno de ellos inmediatamente li~ado a I~.s dl"
otros dos signos de base, lo qul" hacl" imposible la construcnon de
cruces de c~dena e impide todo desarrollo de redes di\'ergentes.
El punto:sis..n.2...E!l_~.!.est~!.~.!...~l~":J() t~e!!:Ip?_~<J.!!.):elL?tr~ pa.rtL
distnto..... aglomeradoMatecial bnno del,!'lgrw.....oo e~. sg~lflcal)tc.
QQ~~Lmi_s.ITlo,~~ ~.:"''::ln si~l!!.ay_de~~.~~slllletn~_ no l"s.
po51~1!::..en cua)qu.ler n1,v~...I. 9.,ue, se,'.!: ~as.que. ~,n~.'!.~':l. ,est!I!E,t lJ!'!.. fO!!t:
.p1.!'! .ROJliendoeD.C~j911.~k entra(f~, al nl~DQ~t[,f:,~ ,li,nJ?,LrJL.kPJ.C, o
sea al menos seis puntos-signos con todas las comph('anones que cada
uno de ellos implica.
'na misma estructura temar!,~ue9!..~~.~~!.~~if~!'!:I2!~!!l~..te para_.
representar ~L.J?~.!l~9..:iignQ.._~~.i!m2. .~ 9!~<;X. I}r~~.~..dLtr~L
signos de '?.a.~~Ils.el'!~~a.:.e~,~, rnisma, Tomados ell ~~rn"~~~~', cad~_.
uno
.elementos no es nada: ul!.~,Io.l?Y,Qto~1,g1l2....9..(ij-~.!1_
d~~ql},ilibrio ~ntre' el ser.)'
nada. un signo de base .llnellaza
aglutinar sus tres puntos-signos o de dispersarlos, y una cadena ~nan
guiar de tres signos puede, en cada instante, replegarse en dos signos,
en uno slo o en nada.
No se puede especificar la naturaleza y 1~.idc:!nt~~~c;l.. g.,"_I.!l~st~.~('.-:
tura consioera.da-:-siri a 'partir' de la llegada d,e .un ~1l.aT((!..~.I:!!Il.I!l0
que "incentiva la ley de recurrencia,
.:ac::.estos..
la
Ib:i
La le\", la lIluerte, la clausura ul" la illlletenllinacin actan retrosp('l'ti\'am'entl" a partir de la (~xistencia dl" este ('u,trto tt-nnino. La
combinatoria se cl'rra: hahr que llevarla a otra parte. sit'lIIprl"
m, all,
Si el punto-signo permanece abierto. probablemente sea en razn
de la supresin de Sil polo cuaternario.
El punto-signo proyecta su sistellla d(~ corte intl"rno-t'xterno en una
dimensin cero de la extl~nsin,
Con el signo de base, lo qul" funda la posibilidad de una ambivalencia del tercer polo l"S un eje rll'utro, Si la primera dimensin
('S francamente utilizada en la linealidad escritural, no onlrre lo mismo
con la segunda dimensin cuya utilizacin queda caractl"rizada por
una profunda ambigedad,
Cuando las dos valencias de un extremo de la ('adcna se mueven
tal corno los ojos vacilantes de una oruga. optan luego por una u
otra de las articulaciones posibles. es una determinacin irreversible
que se toma para el eslabn considerado. Provo('a una modificacin,
una especificacin, un posible nuevo sentido para el conjunto de la
cadena. Qu sucede entonces con la segunda dimensin? Queda
circunscripta a una delgada excrecencia, a una palpitacin a lo largo
de una lnea de primera dimensin,
Puede hablarse acaso honestamente de su utilizacin en tales
circunstancias? " i En un nivel ornamental, quizs! i Pero reparen
en 'lo que queda de la escritura morse!
Las series de signos de base no tienen otra alternativa, en cuanto
a su enganche diacrnico. que optar, de una vez por todas, por el
par o el impar, Su mundo significante se concibe, como se ve, de un
modo muy diferentl" a las cadenas, por ejemplo, de la qumica
orgnica, Esta prohibicin qul" pl"sa sobre la segunda dimensin
hay qul" ponerla en relacin con la que soporta la primera dimensin
en el nivel del punto-signo: el marcado no puede operarse all ms
que en una antidimensin,
El etedo en cadena de los signos de base en primera dimensin es
sin duda una consecuencia externa de estl" proceso primario en el nivel
de los puntos-signos. Hay ah una serie de exigencias conexas cuya
razn se me escapa.
Quizs sea uno de los misterios de la "transversalidad" que implica
que t'I camino ms corto. e induso el nico camino, entre dos puntos,
sea un tercer punto inexistente.
Pod~2.~~_..~~c:.ir.de.L ci~~e.()... qt .. ~~r ms o_OleIlOS~o.. d~_stL..mis._
;QL ~,Lrnenos. o mel10s por lo m,s, P9QI;UJ.os decir del falQ qu.e no
l?o(;I!,~, dt:fil?klE~f1ie por otra parte m's que cn un g!iP!l<.."i9.q!::le)lIlpL~.e:.:.
/'SICOANALlSIS y TRANH'ERSAU/JAJ)
164
1":~i~.~I?.le...,:.~t!;.~Ai~~!?.~!<?.'),.. ~ypl~I)1~nlaria ?
~~!!li!._~.[e.c.Drta..
~?
.de la
tituya el vaivn entre el "no del ser" y el "no del sentido"? Cmo
la gran reconciliacin. _,?~jo.. 1~,,~~gg'<Lg;l DiQ~~Nad.a.....de los
apstoIesae-ra-ada-y lcisQ la Santa Trinidad?
.QQD las len~uas constituidas, casi no hay lugar para sorpresas:
del cdigo al mensaje, J<l_~xJensin ..9~_JL.sigWfjcacjn -~~_l!l.p.?
~~r
..ciYi!i,~~()2QL~~<.:!ienciE::::::_~.!.~r.r..e~~L ~..~lIe9Li~.~.I.~c:!.!Lffi.,l~?s._lo~
&eotjdQs~ j.!l..~L~ms
DE UN SIGNO A OTRO
165
+
++
- +++
JO
LI
Separacin entre dos slabas
Separacin entre dos palabras
Escribiremos la parte en maysculas de la primer frase:
+--++-+++
+-++--+++
JO
Ll
++++
+++-+++
+--++--+++
.,
.1..
J e-h de Serge Leciare. Vase PS'Ychanal'Yser, edic. du Seuil, p. 112. [Hay ed.
cast.: Psicoanalizar, Mxico, Siglo XXI, 1970, p. 113.J
La versi6n ntegra de ambas frases .,sera: La LINDA ORILLA del ro, y
166
<'
167
)~~~ay
muchas razones para pensar que a medid~ ..9.~~_~e Aesa,rrolle la info"ma~ica;' 10s s,~t. effi,:\~':9.sD();:~il;:lQQ1~~. t(m~t;riJl._
progresivamente-a~mPQriersee.n. ...tQ~.J.Qi~dQminipj
exjstegci a
hum~m\... permitiendo a cada uno de los antiguos valores de uso un
tratamiento cientfico y tecnolgico.
1';,1 sujeto incjh:id.u.a.1 habr perdido eDtCDC~J:.Omw~tnp~nte su
d~~~~tw:,AL:'.;Qnsuw.o del SCQtido"., c~a C;QnQ!1iU~,s.':lllllinar~_.
r;~ULs!.~~~L!':lSt;.~~ .
~proQlema ~~.&!li.rl?la~t~~d,? ~s_.~I~d:...su.p..?s.~~,~__ ~~.IT':p'I. azo, .a
,p,artlr de otro status de
sldbietivid~<1 en los diversos Dlve1es familiares, poltico, cultu.ral, etc., en una s~c:i.c:.?. ~9 que !:~x.~. ,~ran~f~)fmado
t~_t~_~.e..!!~~J-!.~Qne~de . Pid.Y&.ci9!.Lt~!.~!tUl~L~ w..~e.da..des
.wwa..
'9
'1
__
ioQ.ustrial~ 't9Pt~roP.Q!,.M.~~.
I'SiGUANAL/!>IS Y 1'RANSVERSALlJJAlJ
168
Los efecto, de
DE UN Si GNU JI OTRO
JQ. w.WeIIlas
S~!lJido m.!!iPJ~.
de traduccio>-JQs
~~!.?S y . .c0I_O!.~.nt[J .. dire.ctillu~!l!f.~n f U.!l~.i.n....d.c...h....fQll1id.d .. g~ ..l.!!
J~lta EAderminaciu.u.zzu;~a..propliuk)o~ ..~.ife.r~~~s.....sistelnas de
coQ.ifi(2!:lc!{)!1. -:::(;wtiq(Ldif!:f.eDs.ial._ Podramos ubicar idealmente a'
cada uno de ellos en una escala en cuyos extremos se encontrara, por
un lado, un sistema de transcripcin absolutamente vaco donde un
solo signo estara encargado de representar cualquier cosa, y por el
otro, una transcripcin cifrada absolutamente rigurosa, sin dejar lugar
a ningn tipo de libertad de. interpretacin,
El lector -individuo, grupo o mquina- no puede unificar los
diferentes sistemas de lectura a los cuales est confrontado sino en
tanto que diferen<'ie y enriquezca sus clave:; de interpretacin.
Tendencialmente, ~a ninguna respuesta, ningn .~~~.~~~gen l~~t~
ralmente: cada uno e ellos Implica InterpretaCIones en m tiples
.l!iveles.
\
. A pesar de t0:las las r-~.p.~~Ti;~~i!~ ..eL.<:.r~5:J~~it!.':l~_~!2!!Qmico, conSIderado en unTargo penooo nlstonco, no marcha en el sentido de un
.t:!!!.E2.~~.(.~i!l}j.t;.~.~.~_.~i:ls,ba!~r..~L~igrrm~.-n..~~_~ referenca _de los
individuos-:'
" -'~r.mi:lJ.~i.Qp, la .. mcl!KridaJ!; JLmezgu!!!,9~q,9~~_~L~<;:1~..I:jza __,
a las sociedades de consumo no son.~l)h~!en.tes 3lE!9grt:~~ tcnicl:),.JJ19
,a_':l.!l__ .9.!1.e.1l social incapaz de. ..d.c.sarmll.ar...la..j}I.QQ\J~fi.9n_~!l_~Ill~rco
q\K....u~I}sforQle SU~_p(Qpias. finaJid,dessubi~iy~:,
Podr decirse del trabajo en cadena, el da que haya desaparecido,
que no fue sino una etapa en que el gesto humano fue utilizado en
remplazo de una articulacin signif!cante, el tiempo justo en que la
mquina socio-industrial encontr por fin el medio de enunciarla,
situarla, interpretarla e integrarla,
Frente a la prodigiosa expansin de las ciencias y las tcnicas, la
posicin exigida por las colectividades humanas, en el proceso de
produccin, es la del sujeto.
El desconocimiento de esta exigenc;ia es correlativo a la persistencia
del antagonismo entre el desarrollo eje las fuerLas productivas y las
relaciones de produccin inherentes a las 'sociedades divididas en
clases y a las sociedades burocratizadas.
.
~~l!...nlej<?ras, el jlUrne.ntQ del oivel de v4J,<I, no bac~n m.~,ql,!f",
eXlcerbar la exigenc ia inconsc ien t~ . de., Ima paridad. .s.uOj.e.fu-a...e.nt.re.
el objeto todopoderoso de la prorlu.c;cj,n y. un,deseo hum.aJ.!Q .. ~i.~~~Ln~:
ti,camente descalificado. Escndalo doble por la desigualdad del
proceso segn las posiciones respectivas de los .diversos grupos sociales
en el rampo dt> las relaciont>s c('onmicas.
U~apr:efig\lr~iQnde.un.posble
169
x..
170
/'S/(.'( IAN././.\/.I'
0 tercera
ue prever sus gol pes, de cOlltrarrestar sus t'fe!'tos
repetitivos, en una palanra, de fundarlas clt, Illodo diferente.
_El lector, en todo 1Il01l1l'ntO, puede devl:!lir lec~ El sujeto es
transferido a todos los C'uces -faltantes del significante, Ningn
trmino, ni siquiera la muerte. puede estar librado a esta persecucin.
j Lo imaginario slo puede entregarnos atados de pies y manos al
sujeto tal como el mismo Dios lo hubit'ra hecho. aquel da. de no
haber estado de tan lIIal nimo!
Comparadas ("on un sujeto tan hondamente perverso, las partculas
harn el papel de ngel. Aun cuando finjan, no se les puede hacer
ningn reproche: estn ah para nada; no piden nada a nadie, y la
nada que proponen es muy distinta. Son dciles y sin segundas intenciones respecto de la ley, al menos en tanto que sta tenga cuidado
de dejarles las famosas "latitudes necesarias". En el caso de que
t'stallara un conflicto, llevarn su espritu de conciliacin hasta
escoger sus abogados en el seno mismo de la teora que las apunta,
dejando a sus contradictores que se las arreglen como puedan.
Despus de todo, la comparacin saca ms las partculas del lado
del suje~o q~l' el individuo de un lado de un objeto cuya acepcin
ordinaria, realista y arcaica, es heredada de la extensin cartesiana.
Aun cuando de un modo diferente al objeto del deseo humano,
definido como deseo de otro, los objctos de la fsica terica igualmente no estn. menos regidos por un principio de alteridad que les
impide toda pOsibilidad de entrecruzarse entre s mismos sin hacer
estallar su propia identidad.
i En resumen, no les falta ms que la palabra! i Pero considerando
el uso que hacemos de ella, quizs no sea lo esencial! Por lo menos
cuando se trata de la fundacin de un orden simblico que se propone
explicitar la estrategia del' deseo. Una vez roto el hilo dc las explicaciones causa listas de la psicologa universitaria concebidas al modo
del enhebrado de perlas, tal vez no est de ms esperar que llegue
un da en que se opere una unin entre la metodologa del "Nuevo
espritu cientfico" y una semiologa antropolgica.
Ms ac de su acceso al discurso~u..i.[i.Q.nQ dispone sino de algunas oposiciones distintivas para ubicar su mundo y orientarse en la
selva de su lengua materna. A cada elemento de su lectura corresponden, en su relacin con el otro, varias significaciones cquivalentes
o ambivalentes. Su palabra surge en el orden de la sobredeterminacin
simblica. Es sujeto de relaciones inconscientcs tejid<ls..,!!red~QQr. y
.
a partir de L .... .
Se constituir en la Qpaddadde smjgnq )l..deJ Sil. Y~!Q..~lo
partir del momento en qUL' incorpore y n~ifique las. ambiv.alenrias.
.; IN .\/(;NI! A I)'fUI!
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171
donde har
su~sLa_Jw.ilil...
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172
DE UN SIGNO A OTRO
PSICOANALlsn; y TRANSVERSAL/DAD
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173
~e..~':t.~~.~~~~si~~..9.~l~J~...de~JQ1,~gJl.OS.goztldQ en...c.am.i&_q~.~YL..
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174
PS/COANAUS/S y TRANSVERSAL/DAD
175
176
PSICOII.NALlSIS y TRII.NSVERSII.LlDlI.IJ
EL GRUPO Y LA PERSONA
(BALANCE DESHILVANADO)*
ras
1966
En francs "Trompe-L'ceil" significan: apariencia engaosa, cosa que
produce una ilusin visual; y "trompe-la-mort" significa: "persona que escapa
l. muerte, que la muerte no logra alcanzar". [N. del T.]
178
1'.\/COANAl./S/S y TRANSVERSALIDAD
dencia a moverse segn una rutina hasta que los obstculos externos
o internos modifican de un modo o de otro su trayectoria.
Pero, por otra parte, esto no es completamente exacto: ~S .grupos
'ni.!itantes con los cuales segu vinculado, los grupos de terapIa mstltucio;;;Ylos de la FGERI, I no fueron insensibles a esta temtica;
sencillamente la toman ~.JQ g~t,! .es .el'l <i.efinitival cic:rt~ id~~s_
sacadas'de"aq[Y-(kJ;l!l. <k Marx) de Freud) de Lacan. d~ la crtICa
troskita. etc Algunos piensan incluso que hay ya demaSIadas cosas
como para que se les agreguen otras, el tiempo del metabolis~o de
esas pocas ideas dara una conveniente libertad para otras refleXiones.
Pero se me ocurre que, muy por eJ contrario, estos temas no estn
suficientemente elaborados, y corremos el peligro de dilapidar y comprometer nuestro esfuerzo de reflexin colectiva, dejndonos dispersar por las corrientes de pensamiento de inspiracin psicosociolgica o permitiendo que nos atrapen las exigencias superyoicas de los
grupos militantes puros y duros ...
Un perseguidor puro): duro; Louis AltbusseL,.
"La re\.'Qll!l,'jn [1rnlet_a!.iatam1?i(ll,ti~!l.enecesidad. de militantes
~~i s~~~~__-iaJ2iQ$ (materialismo histrico) y-filQs.QfQS (~ater1atls~o
la ctico) gue ayuden a defender }: desarrollar la teon a [...] La
fusin de la teora marxista y del movimiento obrero es el m~yor
acontecimiento de toda la historia de la lucha de clases y prctIcamente, por lo tanto, de toda la historia humana (Primeros efectos:
las revoluciones socialistas) [... ] La filosofa representa la lucha de
clases en la teora [... ] Una sola expresin puede resumir la funcin
dominante de la prctica filosfica: trazar una lnea de demarcacin.
entre las ideas verdaderas y las ideas falsas. La frase es de Lenn [... ]
Toda la lucha de clases puede a veces resumirse en la lucha por una
palabra o contra una palabra. Algunas palabras luchan entre ellas
como enemigos. Otras palabras dan lugar a un equvoco: la apuesta
por una batalla decisiva pero indecisa [... ]" a
i Es una advertencia a los aficionados! Sin embargo me gustara
decir las cosas segn me vengan a la cabeza, sin tantas precauciones,
pero ya estoy prevenido. Sin saberlo, 10spro~lemas de!a._!~.cha,.ge
clases !Il:e~cecha~.....!:n la eS.9,uina, tanto ~~ c~an!Q_~ l.<>!,!ntelectuales
no tienen lo que Aftliusser llama el mstmto de clase . De modo
que la ll.lcnaae clases poaria reducirse a un enfrentamiento de
clases, de expresiones, los de "la clase" y los de la burguesa. Es
I Fdration des groupes d'tude et de recherche institutionelle. Edita la
revista Recherches.
2 La Filosofla como arma de la revoluci6n, Crdoba, Cuadernos de Pasado
y Presente, n" 4, pp. 11, 13, 16, 18 y 19.
EL GRI'PO y LA PERSONA
...
1.-
179
-7S
tru.
~;!~2~~se~Ui'~r~si~~l:aa:::vl~~~a~"~~'~f~~~~-(~~' \ 'J
S"J
ISO
I'SICOANLlSIS y 1'RANSVERSALlDAD
EL (;RUI'() y LA I'ERSONA
.'
181
t-
~~!ic:~s
el.Ll2Lj!l_~_I!l~~_!?s.
._
. __ .__ .-._P.r~1oil-a:Ls:~~1~~~E~~_~~_-~~~~J~!t,en
_____ ..... ,__ ,... _"_._ .
IH2
1
....,
)
l'.\/C()ANAUS/S y 'J'RANSVERSALIDAD
t.'
IKI
EL G/;WI'O y LA I'EHSONA
184
185
PSICOANALlSIS y 1'UANSVERSALIDAD
la
c::
igualmente~
511
r"presjD
que el voluntarismo de la
186
187
espontanelda~
Que
188
PSICOANLISIS Y TRANSVERSALIDAD
-_._
..-.~~
.~",.
EL GRUPO Y LA PERSONA
189
190
J'SI(;IIANALlSIS y TRANSVERSALIDAD
con una imagen totmica primordial, por ejemplo, y por el desarrollo de un sentimiento de pertenencia al grupo. De hecho, tras la
representacin racionalista que se pueda tener de los fenmenos de
grupo, en las sodedades capitalistas subsisten siempre mecanismos
imaginarios subyacentes de este tipo.
El movimiento obrero parece particularmente desprovisto como
para localizar tales mecanismos; relaciona los procesos subjetivos
con fenmenos individuales y desconoce lo imaginario que constituye
no obstante la textura misma de. toda la organizacin y la consistencia
de las masas. Par~ i.lcceder a IIna compren~i~J2~.gr.~._~(jles
Q.habra que deSprenderse de ..cie.a.visi.1l.J:!;iQ.nAli:tt.il::P2,iliiyjJ1Q.. .d.d
in.<iivi.9;!.~_JL51~_J~...JlttQr.llt.l. Ha~ra que. s~r . capaz de captar
js unidades subyacentes en los fenomenos hlstoncos, los modos de
comunicacin simblica propias de los grupos (que a menudo no
disponen de un modo de palabra contractual), los sistemas que
permiten a los individuos no perderse en las relaciones interindividuales, etc. Esto me recuerda un grupo de pjaros migradores: tiene
~
su estructura propia, su representacin en el espacio, su rol, su
<::.
trayectoria,./que estn determinados sin la reunin de un comit
~
central; ni la elaboracin de una lnea justa! De un modo general .
1'::
nuestra c~.-P!!.~~t:t de los fe~~E~~~.E.Q~~ defi~imt~ ~
_' SOcleaaes pnmltlv.as son colectlVawsm~.lQl~L.~1!!Q1~1...m~~
Ci
misiones que ~s env.;.~~ sl;l estudi9' La pandilla de j~ve~es
--\.- que se organiza espontaneamente en los barrios no hace nmgun
reclutamiento, no establece ninguna cotizacin interna a pagar; de
lo que se trata aqu, es de un sistema de reconocimiento y de organizacin interna. La organizacin de tal colectivo no remite slo al
orden de la palabra, sino ciertamente a esas formaciones imaginarias,
subyacentes a la constitucin de todo grupo, y que en mi opinin
son algo fundamental, bsico respecto de todas sus dems finalidades.
Pie~so 9.ue no ~temoi c::a~ =~:nte.. el.EJ.~~so, la actitu~,
la Vida mt~{\a_e un _r_ SI _ _L_. , liLtematl~ y loS rolf,Qe
su "teatralizacin" fantasmtica. Hasta ahora, el movimiento obrero
,,
no actu nu;ca -;ino por u~;-;proximacir1 idealista a estas cuestiones. No existe una descripcin de las caractersticas particulares,
por ejemplo, de la clase obrera que produjo la Comuna de Pars,
ninguna descripcin de su imaginacin creadora. Los historiadores
burgueses nos presentan d~paratadas caractersticas del tipo "los
obreros hngaros eran valientes", quedndose siempre en un anlisis
formal, cerrado en s mismu, de los diferentes componentes de los
grupos sociales, como si nada tuvieran que ver con los problemas
de la lucha de clases y la estrategia de las organizaciones, sin tener
't
191
192
I'SICUANALlSIS y TRANSVERSALWAD
EL GRUPO Y LA PERSONA
193
194
PSICUNLISIS y l'RNSVERSLlDJ)
fantasma de un grupo particular. 9 Cada uno de los fantasmas individuales remite al individuo a su soledad desean te. Pero puede
ocurrir que tal o cual fantasma, que se origina en un individuo. o en
un grupo particular, se convierta en una especie de moneda colectiva,lO
que entre en circulacin y sirva de soporte a la fantasmatizacin del
grupo. Asimismo, como lo sealaba Freud, se pasa del orden de la
estructura neurtica al estadio de la formacin colectiva. El grupo
puede organizar, por ejemplo, sus fantasmas alrededor de un lder,
de un campen, de un mdico, etc. El elegido desempea el rol de
una especie de espejo significante en el cual se refleja la fantasmatizadn colectiva. Se puede pensar que tal individuo burcra~ o
caracterial va al encuentro de los intereses del grupo, mientras que en
realidad su persona y su accin son interpretadas slo en la medida
del grupo. Esta dialctica no tendra que estar limitada al plano
imaginario. De hecho, el corte entre el ideal totalitario del grupo
y los diferentes procesos fantasmticos parciales crea las escisiones a
partir de las cuales el grupo puede ser capaz de salir de su representacin imaginaria corporizada y espacializante. ~l prQCeSQ QIlC,.
.en ~t~~ del Q.QnUnID. jndi",dual .parr:t:e sobrcdc~~Wl..y. ceuadD
~r_~l C;:Q~pl~9 de ~w. ~P1,l~~tQ.~!L el nivc:l_d~J~lDta.limatiza:
C1n del gruP9 abreJ,J.?Ot.rl..c;o.f).~!~ri9..\ P9~~.bili~a,q~t.!;I!,"!:ll!..._~!~nsfQrm.!:..
E.i6n. reyoluci0l!arti\... En efecto, la identificacin con las imgenes
privilegiad~ del grupo no siempre es fcil, los emblemas del grupo
remiten a pulsiones narcisistas y mortferas que es difcil delimitar.
Loa fantasmas individuales se corporizan y se transfieren al grupo,
o es a la inversa? Podramos decir tambin que fundamentalmente no
tienen otra corporeidad que la del grupo, y no es casual que se
vuelva hacia su "propio cuerpo", ficcin alienante y ridcula,fundamento de un individuo acorralado por la soledad y la angustia
en una sociedad que,precisamen~e, d~noce y reprime el cuerpo
real y el deseo. De cualquier modo que sea, esta corporizacin del
fantasma individual en 'el grupo, o este enganche del individuo en el
fantasma de grupo, transfiere al grupo el efecto virulento de esos objetos parciales -objeto "a"- que Lacan describi como objeto
oral, anal, la voz, la mirada, etc., gogemados por el conjunto de la
funcin flica, y que constituyen un umbral de realidad existencial
infranqueable para el sujeto. Pero la fantasmatizacin de grupo, por
su lado, no conoce parapetos similares a los del sistema pulsional
l.
EL CJRUPO y L PERSON
195
libidinal, es remitida a equilibrios homeostticos provisorios e inestables. Ah la palabra no puede actuar verdaderamente como mediacin
del deseo. Trabaja por cuenta de la ley. El grupo opta por el signo
y el emblema antes que por el significante. El orden de la palabra
oscila en la consigna. Si segn la frmula de Lacan, la representacin
del sujeto. es el producto de un significante que se relaciona con otro
significante, la subjetividad de grupo por su parte se orienta ms
bien hacia la escisin, la Spaltung, en el desprendimiento de un
subconjunto que pretende representar la legitimidad de la "totalidad"
del grupo.
Vale decir que este proceso sigue SIendo fundamentalmente precario. Tiene una tendencia que remite ms a los fenmenos de
estallido o de falicizacin imaginarios que a 'un discurso coherente.
En esta perspectiva, adems de la distincin entre fantasma individual
y fantasma de grupo, se pueden distinguir tambin varios rdenes
fantasmticos de grupo: por una parte, los fantasmas de base, los
que dependen del carcter de sometimiento del grupo, y por otra,
los fantasmas transicionales que estn ligados al proceso interno de
subjetivacin que corresponde a las diferentes transformaciones del
grupo. Desembocaremos en la distincin de dos tipos posibles de
objetos: las instituciones constituidas y los objetos transicionales. l l
En .el primer caso, la institucin no se plantea el problema del objeto
institucional, sino que est atormentada por l; i la Iglesia tiene su
Dios y ni piensa cambiarlo, una clase dominante detenta el poder
y no se pregunta si conviene entregarlo a otra! Al contrario, en el
segundo caso, un movimiento revolucionario, por ejemplo, se plantea
el problema de saber si no comete errores, si no debe transformarse
completamente, ajustar su tiro, etc. Es cierto que el conjunto de los
objetos institucionales de una sociedad estancada evoluciona no obstante, pero esta evolucin no est asumida. Un mito reemplaza
a otro mito, una religin a otra, y esto puede arrastrar a una guerra
sin . cuartel y terminar en un estancamiento absoluto. Un sistema
monetario o econmico fracasa, la mala moneda rechaza a la buena,
se reemplaza el dinero por el patrn-oro y se termina en convulsiones
econmicas. Ocurre lo mismo cuando ya no camina ms un matrimonio; ha sido construido sobre la base de un contrato cuya naturaleza
es, despus de todo, similar a la de un contrato bancario, y toda
evoluci~ es imposible. Se puede cambiar de contrato divorcindose,
pero es slo un procedimiento jurdico que en el fondo no arregla
nada. De hecho, se corta el eslabn ms dbil, se cortan los chicos
11
Vase p. 109, n. 2.
PSICOANALISIS y TRANSVERSALIDAD
196
piP,
12
:;;;;;;ntrae
EL GRUPO Y LA PERSONA
,
1
197
~~~::~~~c~~n ai~~=c~rijf~~p~~~~~~~1~~~~t~~~~q~'~~~=
-)
sujeto de cooocimie!lJoy .~~1,~\lle~9..i~f.Q!l~c:;i~nW .Er()~~9_ q\l~ !\1prigte. _
todos los d,a;i un~Q...m~ .lQ$~.!!!a~:rrI-.s ~t~liz~,!ld.9..lq~.recurso.s.ll.
L
..I:>ios,--~l cie~tificismo y a toda otra fo.rma d~ un s~t:.t.()q,:,~ se .su]?one
"'l
conocerr1}icho-de-utro'~~o-;-'ler grupo puede asumir al mismo -.J <::s
tiem~_ sUl._finalcJia~~~.nID.i.c~. :.y .... soclalL=pemiitidQ, Ji. 'los " T""
mQjvi.~u~.f()Il'!.ry;t.L.un.ciertQ. acc.eso_ al. ,.deseo.~. y. .cierta.. lucide,z. en
cuanto a su~~tiDO? O bien: puede~.
la!ltea.~e._ . .~t.. .gn
ruEQ...<..~1... P.r..J.~.m~._.... ~
de su propia muer!Cl'.._i Un grupo con vocacin histrica es ca~az
) de programar el ~min9....de .!u.-il;~ii:!T~eresidoDji-:'~.
fos partido~...!..c:.~~~':l~iona!"i~!:. ':!t !l de su..p~~te:dalJli~in de din<<;.:-..
cin de Ill:~ll~~te(?
--:-rsto nos lleva a subrayar la distincin entre ellantasma de grupo
relativo ~ grup<>~~~e~.~~sl._l_~!.J~!'l~!,!~_.!!:~'.':.s.0?~l,. r~.a!~.v?~
grupos-s!JJ!lt.C?!:.JIay una fantasmatizacin que puede mamfestarse
en sociedades estancadas bajo forma de mitos, y en sociedades burocratizadas bajo forma de roles, con todo tipo de argumentos fantsticos: "Cuando tenga 25 aos, ser oficial; luego coronel y fin~lmente
general, me condecorarn a mi retiro, y luego me morir ..." Pero
el faptasma de grupo es algo ms, implica Wla referencia suplementaria que no se centra en un objetivo particular, en una insercin
social particular del individuo. "Estoy en el ejrcito francs desde
hace mucho tiempo, el ejrcito francs existe desde siempre, es una
cosa eterna, por tanto si me mantengo en esta jerarqua, participo un
poco de esa eternidad, lo que me simplifica bastante las cosas desde
el momento en que me domina el miedo pnico de reventar o cuando
mi mujer me trata de imbcil. i Despus de todo, soy suboficial
principal!". El objeto institucional subyacente en la fantasmatizaci6n ~
del grado militar ("no soy un cuarquiera") sirve para desplegar un "-..)
6'
I'S1CUNA/./SJS y TRNSVliRSl.IlJIJ
198
..
199
200
PSICOANALlSIS y TRANSVERSALIDAD
.o
1966
202
203
La subjetividacl y el significante han adoptado una POSICI,S,!l d.e -Pt=f~veribli.W\slila praxis hum;ma....llO....:.tiene...nada.:.q~ha~r-con esta
pura subjetividad; secretamente re la__ ..remite
un _estricto
orden de
,-_.... '.-a..........
.... -.... .. _.............-
;r
1.
1-2
SSii~stD defIQm~ime:iU.~:~2!IiQ~:S~-:X~:liiili.s~~~.@~~
----_.
204
jie ]a eStrul:.Wl:a.
.....
PSICOANLISIS Y TRANSVERSALIDAD
205
5.?.rt~..!~r(.{e!i.~d.rulQ.. cQm:~_~r~_u.Jj_p,w.,U..Jw;...w;~~u,,';..!~~~~~
reorjentacin radical.
Es abusivo E"~stfar las cadenas significantes de ti o lin stico
fuer de un CQfk::iUh~,. "~ I.ei!!.izru:_..el 5igniti~mt8 o bien el
cap~tal! como fundamento objeti\::Q de las maQuinaciones de) lJll!!!il2..
cantahsta en ('~o se!l0 ~os. El corte revolucionario, en tanto que ~
ruptura de la hlstona-oesarrTlo, es el momento privilegiado de la
"
e.xis~e?cia del significante. La relacin de la historia tradicional y del
..
slgmlcante se resuelve en la repeticin; la...historia se resuelve en la. . ~
estr!lctllfa. se vale deLjignificante. lo explo.t.a....-x..k ena~.'l.J.J.2_ ~
~.ra... EI! lo fundament~l.z...!.sca.ea _al si~nificante y al aconteci~
.lD~~I.l.t2:...0 ~S'Se1iabla de un s'gllicteili1i'yxisf~r~=-]J.Ii.. ~
..m~ i l.:.~orema mdecidible! Es como si se insistiera en llamar msica
e
a una partTii-""iqe, porumi" razn cualquiera, nos fuese totalmente
...
imposible ejecutar. Signos sobre el papel. Diremos que si le
si nificante gue no .
prendemos fuego lo que se quema es la msica?
---'-. . ,
funciona, que no es articulabl
h.ablando co~ pr?p~dadz.E~...e,o~ra~istir CQWQ~i~nificante.
Esto no Impide aros ideologos producir la historia tal como se
fabrica pasta dentfrica. La gente tiene necesidad de este. cierre del
circuito de la ipseidad, de esta posesin ficticia en la facticidad, en
el "se" y la mala fe. Hay que agarrarse de algo. Es el equivalente,
en el nivel social, de lo que le ocurre al sujeto deseante con el objeto
parcial. Entonces toman la delantera las leyes de la totalizacin, de la
Gestalt, de las buenas y malas formas, los valores bipolares, las determinaciones retroactivas y prospectivas, el deseo de eternidad como
'~
negacin infantil del tiempo. As el sujeto se hace tener en lugar de
existir. Se hace teller por el otro serial, por la tutora fonemtica y I ~
escritural de' la palabr~ plena, se hace alienar en cadenas sociales ~
pretendidamente significantes. pero que no sacan su fuerza de ley
'-:
y la fascinacil'n mortfera que ejercen ms que del simple efecto de --.c::::
estructura que presentifican. Si el sujeto deja.A.Ls~ corte d~l ~jgnifica.nte .. d!:ja~~ secas; es el reino_del so~i~irnto '11 signifi~a,d.2.
e~ ikc.i..ul.e.. o ( u~ ocurre al mvel aero~...9~~~.sJ. ~LI)!x.c:J..2~~~~
L3.':L.'~~(, . ~l("e.:' :-:-.-Der-sg"fiifcaao no hay otra cosa que sacar
t:
que lo imaginarIO:' Se ubica en la Gestalt, se identifica CQ:n el orden
~
de la razn. Incluso despurs de decirle mierda a la razn, al signi1
ficado. a los valores. se produce una grieta. se desencadena una
metstasis. una contra-produccin imaginaria tiende a neutralizar el ~
corte. Al misIllo tiempo que, por ejemplo, se sube poI' las ruinosas "-.)
206
I'S/C;OANAI.ISIS y '/'ltANSVE/tSAI.IDAIJ
207
-0
cl
<
-c
208
PSICOANAUSIS y 1'RANSVERSAUDAD
..
209
PSICOANAUSIS y TRANSVERSUDAD
210
Yo:
ce
211
padre-, falo prisionero del vientre de la' que se designa ser la madre
para el que se designa ser el nio, an indiferente por cierto tiempo
al simbcilismo de esas designaciones, demasiado ocupado en hacer
funcionar todas sus' pequeas mquinas parciales. Todo habra
podido continuar as si esta famosa madre no hubiera aceptado, en
cierto modo, un cierto guio de un cierto carnicero. i Y ya est todo
cuestionado! La inscripcin de este sencillo suceso da en el blanco
y produce la matriz de los acontecimientos, del desarrollo, de la
historia en grande y de todas aquellas que son pequeas y sucias.
Entonces se ha vuelto inevitable la cuestin de un remodelamiento
estructural de la persona del nio, y quien dice estructura dice principio de cierre, despegue e intrusin de la pulsin de muerte, corte
entre el yo y el sujeto, entre la realidad y el placer, entre la praxis
y el goce, entre el significante y el significado, entre la potencia de la
enunciacin y la impotencia de los enunciados.1Ly't;!da.9~
revelada es que el sujeto rel .yo.r:!0 . hl>,n.,~Qiw:idklo. Dunca. EsQ
-li!n)tnl~'WiaeixiSiaQ-pmbJemas Pem aboca el o,fja!1I8l1 te jptoJ.eral?k...Es la fragmentaci6n ante el espejo. Con el nuevo rgimen todo
esto tiene que cambiar, cueste lo que cueste la ilusin tendr que ser
producida para una posible unin entre el sujeto y el yo en la ambigedad del status del individuo y de la persona. Mito de la totalidad,
mito totalitario.
El sujeto esquizo, en verdad, permanecer en segundo plano,
ser el sujeto del inconsciente, clave oculta de las enunciaciones
reprimidas, corte potencial de cadenas significantes "capaces de todo",
incluso de liberar la energa de las fieras, los locos y otros presos
que producirn sus estragos en los jardines ordenados de lo consciente y del orden social. Esta subjetividad no tiene por qu rendir
cu~nta ni' apte la: ley ,ni ante la historia. El sujeto y la muerte no
estn en la historia; ,no existen de manera que puedan ser localizados, no estn en ningn lado. Cundo se est muerto? Cundo
se nace? Cundo se vive? Cundo se muere? Y despus de
muerto? Cundo? Siempre se est muerto, si existe un concepto de
muerte. Antes mismo de haber nacido, ya que no se puede pensar
en existir fuera de la muerte. La historia es el reverso de la muerte.
En un sentido, es tan absurda una como otra. Hacer la histori~
-hacer historias-, e~. <!:j!lr de prochtcir muenS;.Ss disolver por todos
lo~ ~ed!os l~ poten<;i;! iJ1,ISQri~._.Q.~.J.i:!-.~~s!!!ras e'L1!!llQ..gye ~~
_4an .consisten<:ial. _~n.~!.I~i.aq9...~i~ ,~mbargo carentes de sentido,
sobre la his~~r.~~~.t.!!_l!!'!~:_..~
._~~.,,~ ... _,_._ .. _ - - - - , -
212
P6'lCOANALlSlS y TRANSVERSAUDAD
..
213
'1
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"
,U!;
Juillard,
p. 9.1).
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C9 ~h"
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214-
PSICUANLlSIS y TRA.NSVERSA.LIIJA.IJ
215
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I'SICUANA.LlSIS y TRANSVERSALWAIJ
216
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la~t.:
217
un "sustitucionismo poltico" que afirmaba ser inherente al centralismo leninista. Sus exageraciones 'fueron sin duda la consecuencia de
que no haba sido sino UD adhet;eptc de retiente data al leninismO
hostigado or los "vi e 'os bolchevi ues" t
. , h cie
os ma o '
es uerzo.s centralistas. Por otra parte, y de un modo general, tena
tendenCia a ser exagerado en todo. El mismo Lenin se vio en la
nec~sid~d de .sealar al respecto, en su testamento, luego de - un
elogiO sm ambigedades, esa "exagerada confianza en s mismo" y ese
"emI?e~ina~iento, igualmente exagerado, por el aspecto puramente
administrativo de los asuntos" ...
]..enin.>-menos terico, o en todo caso menos literario y tal vez
en razn de un contacto no tan directo sobre las masas co~o Trotski
. nocon_o~i nunca tal de!~arramiento entre la teora y la wctica:
eammar ae opml6n, moaificar una lnea poltica, no pareca plan-tearle grandes problemas. Todo en l estaba dirigido al :>bjetivo a
alcanzar;. sin desconocer, ni mucho menos, la diplomacia y los
~ompromlsos, en el fondo los asuntos personales no contaban para
el, ,c~menza~do ~r~~_,de su Pro2ia persona__ Ioda su historia -~
J:~~~_~iC._~~~~lgua _=~~~ ~.!I~d.!..E~!.2. ~1.1..~. t~LY$.~.~a particularmente
C'
!Ignlficat!v~ enlo que c~!l~rnc;.Jo sue 1!~m~tiLd..!.lW'.U!.1!t2.. d!.!
\L..
cort~ lenznzsta}unilme.ntal, erae~ulio de 1903,~cia la finalizjl.a;m: ~
del 11. Congreso aeI POSD~.l i ,sin embargo, aparentemente, lo
\,J
lTIe1rosqueparlaClecirse, es que las cosas no se haban desarrollado
sobre bases polticas y tericas lmpidas!
La escisin estall como un "trueno en medio de un cielo sereno"
segn una expresin de Trotski. l l En apariencia las cosas se desarrollaban a la manera de los clsicos arreglos de cuentas entre los
grupsculos. En el espritu de los cincuenta y ocho delegados reunidos
en Londres (de los cuales solamente tres, reparemos en ello, eran ~
obreros), luego de verse obligados a dejar Bruselas a causa de la
'"
persecucin policial, se trata antes que nada de consolidar la -tconstrucci6f! del partido. Todo se desencaden por la definicin de
qUien es miembro del partido, sobre una divergencia referida a dos
renglones en un pargrafo de los estatutos, luego la discusin se
extendi al nmero de miembros del comit de redacci6n de Iskra:
por razones de eficacia --ocultando sin duda segundas intenciones
Partido Obrero Socialdemcrata Ruso.
Isall:c Deutsc~er, Trolsky,. t. 1, p. 88. Cfr. la reciente traduccin y la
e~c~l~nte IntrodUCCin. de Dems Authier, del Rappor, de la d/gation
Slberumne que Trotslu redact inmediatamente despus del congreso ed.
Spartacus, Librera La VieiJIe Taupe; vase i~ualmente Nos tfiches politiques
ed. Pierre Belfond.
"
ti>
11
218
/'SICOANALlSIS Y TRANSVERSAL/DAD
.219
.fle lengua militante universal -"lengua especial", j oh, cunto!nacI6 en ese te~.t~-.!.~~~surdo.,,; dio formas a un mensaje en,
ruptura y conSIstenCIa a un cdigo antirrevisionista, anticentrista,
etctera.
.
.
re6 i alm~nte un cam o de i~a Que deba limitar pesasamente la ca aCIdad e ~pc:rtura d~ los militantes revol1!s.ionarios
ormados en ta escue a JustilicanClolos en una ciega complacencia
respecto de las consignas incisivas,:t llevandQ a la ~ora de ellos
a desconocc:r la fung2!L~.~!lst: para s mismos enp~iniplo;e
el proceso de su propia burocratizacin, segn un estilo por otra
parte nuevo; para las masas despus respecto a las cuales desplegarn
una actitud de dominacin y desprecio, ese sentimiento de rencor
del militante que sabe todo a priori y que rechaza sistemticamente
or otra cosa que no sea la lnea. j Droga militante, engao sadomasoquista! El deseo de las masas est compuesto sin duda de una
voluntad de luchar, pero tambin de un conocer que no coincide
necesariamente con esa lnea trazada por el partido, lnea demasiado
esquemtica, que ignora en demasa lo imprevisto de las situaciones
y las relaciones de fuerzas singulares; lnea sin goce. No es que las
masas en s mismas sean anarquistas, sino que quieren combatir por
s mismas, segn su ritmo, segn el gusto y placer que experimenten,
sin perjuicio de dirigirse a los aparatos cuando se encuentren desorientadas por alternativas indecidibles, o bien sencillamente cuando lo
otro ya no les interese.
~ partir de este corte fundamentil.l. ya est lanzada la mguina_
!enImst~ en su derrotero; le corresponder a la historia darle contornos y consistencia, pero su cdigo fundamental est, por as decirlo
Jij 92- Y, en definitiva,'-1a cuestin gue est .elanteada. e la. ~
S.~-~~L 9.,~~-9!I9 tiE:2,~. ~~gUI!lA -sl,es que 1.Uv.U:r.a. Qu.e bahet....
una poOna ser reemplazada. Que ca a la vez ms eficaz y JljeQ!h
perniciosa para el deseo de las masas. Por supuesto que no pretendo
que este corte de 1903, y slo l, es el que ha atravesado la historia
del leninismo y del estalinismo hasta el maosmo; las cosas han evolucionado, se han modificado segn las situaciones ... Digo simple- .
mente que los significantes fundamentales, los cortes claves, hicieron
su entrada en la historia con este acontecimiento. Adems, slo hay
en ello una hiptesis de trabajo que exige ser examinada en detalle,
reformada, i hasta desplazada! No se trata sino de ilustrar sumariamente una posible direccin analtica. Esta reserva no el un puro
formulismo, insisto en ello, pues no es cu!stin de proceder con los
mitos vehiculizados por el movimiento revolucionario contemporneo
220
I'SICOANALISIS y TRANSVERSALIDAD
como lo hacen, por ejemplo, los psicoanalistas con los mitos antiguos
a los que toman como una referencia absoluta y,que pretenden encontrarlos idnticos a s mismos, en todos los estadios y regiones de la
fenomenologa del inconsciente.
Lo que precisamente debera ser puesto al da, es el hecho de
que cada perodo queda risionero mientras una inter retacin
revoluclOnana no a a esc arecido las cosas
.
. , ricamente
definibles. Empece con el "com le' o bol h "
i 'n habr'
i .
consl erar e come elo e 1936" con sus variantes de frente antifascista, frente nacional unido, frente popular, hasta el mito vaco
"
,
desteido de la "alianza de
,!lntlmPjna ista. sta vez las cosas se vincularan, siempre desde el
punto e vIsta de la determinacin de un corte fundamental (en
relacin con el precedente), con un proceso que se resolvi en la
cabeza de los burcratas estalinianos cuando simularon el desarrollo
de un congreso de la Internacional, en 1935 (el VII Congreso), luego
de la toma del poder por parte de Hitler, el incendio del Reichst~g,
etc. Al no poder ocultar por ms tiempo el fracaso de la orientacl6n
seguida desde 1929, Dimtrov se convirti en el paladn del abandono
oficial de los procedimientos sectarios del clebre "tercer perodo"
para anunciar una poltica exactamente inversa, que tena que terminar por hacer caer al conjunto del movimiento comunista en el peor
de los oportunismos, y por supuesto, siguiendo la poltica de. ~osc.
sta se hundira, como se sabe, a ralz del pacto germano-sovletlco, y
concluy negociando con el imperialismo la disolucin de lo que no
era nada ms que una ficcin de Internacional.
De este "complejo del Frente Popular" qued igualmente otro
aspecto idealizado, que podra ser ilustrado ya sea por la silueta
extenuada del militante de las brigadas internacionales a su regreso
de Espaa, para quien la amargura, del fracaso haca enm~decer el
interrogante sobre la inmensa e incomprensible traici6? .. , ya s.ea
por la imaginera color de rosa que dejara huellas en vanas generacIones, la del "espritu de la Resistencia", los das posteriores a la
Liberacin, desengaados de las ilusiones anteriores a la guerra, del
pacifismo, de los mitos del retorno a la realidad, expresin de un
desconocimiento sistemtico de la dureza de las luchas de clases
y de las trampas imperialistas.
Dejo a un lado la cuesti~n de saber si un~..Erctica r!v.?~,:i0';la~
.{?od.ri a o no des,Erenderse de toda alienacin en tales forma('lon~s
(.
221
1'):)
PSICOAN..4USIS y TRANSVERSAUDAD
222
'CAUSALIDAD,
SUBJETIVIDAD Y LA HISTORIA
223
224
PSICOANALlSlS y TRANSVERSALlDAD
225
.
ras creadoras, referidas a sustancias an insignificantes y productoras
de efectos subjetivos que atraviesan sincrnicamente toda la serie
histrica considerada.
Es como si la historia no dispusiera, para recuperar su diacroa,
ms que de puntos de apoyo contingentes al modo de esos cortes
actualizados, ms o menos inconscientemente, por los agentes colectivos
de enunciaci6n que son los grupos-sujetos, en este caso, para el
perodo contemporneo, los grupos militantes. Sin duda se reprochar
a tales formulaciones el rechazo de la causalidad hist6rica prefi.
riendo a cambio la "pequeez de las cosas"... y en tal sentido
es cierto, puesto que de esto es de lo que se trata. Hasta dnde las
masas estn dispuestas a sacrificarse por. las "cosas grandes" y
decididas a asumir sus tareas histricas fundamentales? Bajo qu
condiciones aceptarn "unirse como un solo hombre" para construir
una inmensa mquina de guerra del tipo de la que barri con todo
ante sus ojos en 1917? La primera condicin -en cuyo defecto la
pulsin de muerte llegar a autonomizarse a escala colectiva- no
consistira en que tengan la garanta de que en el camino no se
desprecie precisamente esa "pequeez de las cosas" que para ellas
constituye la sal, la vida y la fuente de su deseo? Recordemos aqu
solamente la gigantesca e interminable embriaguez de los das siguientes a la toma del poder en Petrogrado. . . y la consternacin de los
dirigentes bolcheviques. i Ciertamente, haba algo de mortfero en
este asunto, pero podra decirse tambin que se tienen los festejos
que se merecen!
El deseo, la mbjetividad, en este Dn-.d....9~..,.gi~.taliz_~i!!,.f.21ectiv~..& I ~
es alg() q~e."~.llJlj:U\ece necesariammt~j>r.cS~...Q._~_~.!.W.3!~_.~-W:1.1:!_ ~
no puede sino mantener relacioE~Llll~s.ti!.t~~-~..fQ~..o,~~~J.!!!tri~~~
<;
fundamenta~! los que ...sJKu~~~<!<?,~f'-!.n~.arnc:.nte."'p!:()~!!!s..Q.L ~
:t. abstractos en el momento que son enunciados. 1.1 anlis~0.?_~0.. ci)
actividad revolucionaria, es algo que .cont.ri!:>Jl~r,,_lmcjC.t..l"ULI2Y.ente
cn..tre estoS'Qiili~!'it~aI~~~;'er,~e-l~-q,:,e ocurre..Y.!() qu~.se diceJ -O
o bien lo que no ocurre y nose _<!i~J. :...n.....!:.I()rg~n.d.e.:ra.::,PJ,eiia.,palabra,
en el seno de los estaaliayores militantes de hecho o de derecho,
todas cosas que condicionan, desgraciadamente en gran medidas, las
posibilidades de expresin de las masas, sumadas a su capacidad de
autorrepresi6n mortfera en materia de innovaci6n, de espontaneidad
y de deseo. Digamos a ttulo de referencia y sin que nos extendamos
mucho ms, que el objeto de...!~lanlisi~.~.Iia_!!11~~~zaci~ i.!l~e:q>~.:.
.tsci2p-.c;le..1oA.colCiWf dC nDsye[salidad~Jativo, a fas (hferent~
~&~n..~.S.SQ<:i~~CgnlQ~.u.....
e.s-
226
m.
PSICOANAUSIS y TRANSVERSAUDAD
PODc.tg~n\e
ae
11 Informe de una exposici6n presentada durante un curso de la Oppoailion de gauche en Bievre., Pascuas de 1966.
.227
228
PSICOANLISIS Y TRANSVERSALIDAD
. el contexto de relaciones de producci6n que se han modificado radicalmente, lo que hubiera tenido que implicar una transformaci6n
radical de los mtodos, de la lnea y de' las consignas de la "belle
6poque" del Frente Popular. En lugar de ello, el POJIP insilte, cueste
lo que cueste, en reanimar el mito moribundo de un frente unido
con los socialistas, con los presuntos representantes de las proclamadas capas antimonopolistas, de las clases medias, de los cuadros,
etc. Por supuesto, que todo esto no goza de ninguna credibilidad y
no interesa a nadie salvo a los profesionales de la fana electoral. Se
trata de una actividad de superficie sin ningn alcance poltico real,
pero cuya eficacia, en cambio, es cierta en el nivel de los sindicatos
<.,
cuyos cuadros se han convertido en los verdaderos operadores de la
integraci6n de la clase obrera.
En estas condiciones el p~est indudablemente mal colocado
'-l
~ra
'
' ; l a socied~l(CaecoriinO-;-p'I;l_est(nie
.~
hecho es inca~z de ~ro~nerles la menor ternati~ Frente a l, los
--.:
P-PsculOS =uier<rst rep;;:;;nta n iDdiscJltibIP:~IW;...J!!l. intento
~.r~enet los temaj fundamentaJ.~ ~ yoa poltica revo!.~~c;.r~~~!!,~..
aut6noma de la clase obretll ..p..c.ro..lamentablemente lo .lWlCQ .. quc..
- preyntan
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' del deSlerto,
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es e 1 apecta'r1
]] .
O1
pe Iumeaso
.a traVea1a
que unos y otros han hecho del PeP a los gruplICulos nos habra
enseado por lo menos que ninin medio militante actyal escapa
a la carencia teprica y prctica total.... car~~erizada por el, hecho ~e
'--!
que la problemtica que los mueve ha pennlldo en un trmmo medlO
de i cuarenta aos!
Cuando el pep tiene que analizar "objetivamente" una situaci6n,
ea para justificar el oportunismo ms chato, el abandono de los
conceptos fundamentales del marxismo, aquellos que permitiran
articular las luchas actuales en una perspectiva de conjunto que no
sera ilusoria. Cuando los ~psculos difienden un programa re.!~
lucionari~ es a despecho e las reahdades actualest su visi6_I1._e.~t
~
'{nteiiinete-defonnada por el tamiz de su ia~~<?~~.:_
As es como, a ~r de todo, el PeP sus or anizaciones si ~Il..
~
siendo los nicos ue conservan un mlmmo e contacto con la rea 1 ad
<:5 SOCIa. Es un atarato cuya misi?n p;ece ser ca..Rtar el re~~!l,
latente de la c aseoorera-:-Yero, a lrerecTaae Lin, que haba
analizado la naturateza ae este refonnismo, el pep se dedica a adap~ tarse e incluso a colocarse a la cabeza de cada una de sus etapas,
\:f J como se pone de manifiesto con su poltica dirigida a los cuadros,
Podemos considerar de un modo razonable que este aparato sea un
"analizador" del inconsciente social de la clase obrera? Podemos
considerar, por simetra, que los grupsculos sean en la actualidad los
ae.
-!2
., d
li
229
aer
230
rSICUANAUSIS y 7'RANSVERSAUDAD
LA. CAUSA.UDAD, LA. SUB/EnVIDAD y LA. HIS7'ORlA.
talismo.
Del lado de la clase obrera, de la juventud, de los estudiantes,
la realidad consiste en referirse permanentemente a la produccin, a
las mercancas, a los resultados, a los ndices, a los diplomas, etc. (En
este nivel, sabemos que una empresa crtica como la de POEIU es
posible y eficaz.) Por otro lado, sus nicos recursos son las organizaciones esclerosadas que pretenden representarlos, pero que de hecho
los sustituyen. Es la manifestacin, de carcter sociolgico, de una
conservacin por inercia de objetos institucionales carentes de toda
sustancia, pura repeticin de una rutina burocrtica y de una red
de palabra vaca.
.
Con el mismo ttulo que el aparato patronal o el aparato de
estado, esos objetos institucionales vacos son tambin instrumentos
de alienacii de la clase obrera, ellos son los que contribuyen a
mantenerla alejada de su misin histrica, de su verdad ~volucio
naria. Ninguna varita mgica, ningn programa revolucionario,
podr disolver dichos objetos, pesto que constituyen los engranajes
esenciales de las relaciones de antiproduccin. A su respecto todos
los comportamientos de prevencin son posibles, como la constituci6n
de camarillas trotskistas, la poltica de entrismo... pero no conseguirn
nada. Al contrario, los continuos fracasos de tales tentativas no
hacen ms que asignarles una especie de justificaci6n indirecta: "Como
ven, nada es posible fuera de la Iglesia, por ms podrida que est
[...]". Las organizaciones estalinianas y socialdem6cratas son sentidas,
por quienes la integran, como una especie de necesidad malfica, y
desde este punto de vista, la primer cosa de la que tendramos que
estar nuadidos es ue el derrumbe de tali'ec!ififiofflati:~!.()r:
,macin e los .srupsculos izquierdista.s, }!DJ>li~a.~ ..el_~C:S"p'!ieS'\.1~_de:.
u cci6n ...dc...nue.vas.lmnas ~
~rerencias -coneptj1i au"j, li
orpnizacin, ,de la cual la combinacin corriente ~
.!!,frece el m~d~ .,!ctual ds: WilDSiJmg-lDinismo. i.P.0 podra gamos
~~~~~....!l~l!L
Es el desconocimiento, por pat;tJL~~1~_!~n.ea.!.!i!LI!Y!>l!!~.i9!'.~ri,
de los erocesos inconscientes co~~n~..!...!os de~erminismos 5QS:io;,
econ6mlcos lo c;aue ha deJado ala cTa~CIiLDds:feQ,'ia an1C...a
mecanismos m ernos de lienaci6n del caE,italismo. En esta trama
~el mconsciente social es donde arrai'ga-las fg~izcon;.S b~~~2--
proo
clase
231
ticas su uestament
ntativas de la
obrera En tanto
esta vanguardia siga desguarneCl a, desorientada, sin c~ntacto con
c:stas estructuras de neurosis social, .de la que el burocratismo no es
.~ un ntoma, no existe ninguna elperanz& de ver, como por un
milagro, .que estaa estructuras mortiferas Sf! deshagan. El "liberalismo"
krusch:,?ano? lejos de constituir un paso adelante y desembocar en
un deblhtanuento del burocratismo interno parece por el contrario
n:f?rzarlo bajo la mscara indulg~nte, has~ play ~y, de los jven~
dlngentes que se arrojan a la escena.
El capitalismo lleva en si ese cncer burocrtico en la medida
en 9ue, precisamente, es incapaz de superar sus contradicciones institUC1~~es fun.damen~~.. All donde ayer exista la necesidad de una
repubhc~ radlcal-socl~ta, es preciso ahora un encuadramiento de
los medIOS de p~ucCln, y especialmente de los flujos de mano de
obra. En la medIda en que los organismos de la clase obrera no slo
caen. en la trampa por la poltica de participacin, sino que adems
n? ~lumbran claramente la salida de este estancamiento ni inician
mngun proceso de i~titucionalizaci6n revolucionaria del tipO del
doble poder, ~o es poSIble esperar gran cosa de las luchas por venir.
El bolc~evlsmo r.epr~~!?~~~~!!()P.()te!l~~~ .~~ intervenci6n contra
el bumcratlslDQ socI~dem6cratal. pero hoy las cOsas-sOn 'inuy'oif-"""
rentes: se tra~ de saber, J?Or 9u~ medios, se p,uede eludir, disipar,
destrulr esos mlasmas partlclpaclomstas que mtoxlcan progresivamente
a la clase obrera. El que su eficiencia se refiera en lo esencial al
orden de lo imagi?ario, no atena en nada el 'peligro que representan. Al contrano! ~_I!.~E~..!ericas_~~i!!!pi.~ierol!.!L~
~ner ~!_d..:.~ en c:se mes;~smo que hace gue la .clase obn:r:a.
h?rada a SI. IDlSmaJ , tienda a deslizarse haci..sL.tradeunionismo...
dl~aI?0s h~la el, ~nmado de fa aemanaa sobn:....d. dc,!,"o ~
so~ucI6~ l~mn~stae un corte polltico, ael deslindamiento de un
~b~eto InstitUCIonal, m.qui~ de co~ciencia y de acci6n compuesta
umc~ente de revoluclonanos profeslona1es,.!L~Qgye~Ja -la historia
lo de~tr6- en una situaci~~~atast~gsQillqJ de i9lZ eldi1!3~
~~.~J~,cli&..!;u:caJQI mediOs de tomar el poder en .los
regune2 es C~~!talIS~ <!!tl!m!!nte~~armlladoa..D decir en los sistemas
~o.nde el po er no est . . , concentrado en una oligarqua iden~fl~~ble -las "doscientas lmilias"- sino en los nudos de una red
mfmltam~nte ms compleja de relaciones de producci6n, ya se trate
de cualqwer elemento de la economa mundial o del menor de nuestros gestos cotidianos.
De cualquier manera que sea, e}"leninismo nos leg6 una direccin de reflexin para explorar lo que he llamado, a falta de otra
l.
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232
I'SICOANAUSIS y TRANSVERSAUllAl>
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236
PSlCOAN.4LJSIS y TRANSVERSALIDAD
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:la Poco, ea una manera de decir, ya que Max Nordeau deba hacerse
aaeainar i por \In guerrillero de Herzl!
24 Wilfred Burchett, Vietnam, la seconde Rsistance, N.R.F., 1966,
237
PSICOANALlSIS y TjlANSYIlRSAUDAD
238
~e
Er lCI
to
en el Vietnam y en el conjunto de 101 paises del Sudeste asitico. El volumiROlO informe, a cuya confec:c:in le habla conaagrado a grupo. de trabajo
compueatol por especialiataa y militantel, no ~!l'p~cer en razn de 101
acontecimientovlc mayo de 122...el retraso que lufri ilmpreaiOn Ilzo que
CJdOn desactualizadOl 101 articulos ms importante. y sus participantes
se diapenaron.
LA CAlISAI.JDAD. 1.....WB/K1'WIDAD
I..A HISTORIA
239
240
PSICOANLISIS Y TRANSVERSALWAD
,.
241
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---
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_,si'
243
5 de junio de 1968
.f.UTOC;EST/ON y N.f.RC/S/SAtO
AUTOGESTIN y NARCISISMO
245
~~~is~~~tiv1a:n~~-~~~~~a;~:.~
246
'l"
I'SICOANAUS1S y TRANSVBRSAUDAD
PRIMaRA PAIln
Admitiendo que se le pueda decir a las masas que estn "estructuradas como un lenguaje", podriamos considerar igualmente que lo
que 'es expresin consciente de las organizaciones est estructurado
como una neurosis. De todos modos, lo idiota es esta nocin d. mAN,
que es preciso dcst~
P
8 de junio de 1968
t
.1
248
EX1'RACTOS DE DISCUSIONES
PSICOANAUSIS y l'RANSVERSAUDAD
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249
250
PSICOANAUSIS y TIUNSVERSAUDAD
U'I'RAC1'OS DE D/S(USIONIlS
251
PSICONUSlS y TRNSVERSUD.A.D
252
] .P.M. Hace un aDo, en Roma, el partido comunista reaccion inmediatamente ante las manifestaciones estudiantiles, no como el PCF,
sino dando a la juventud comunista la consigna de integrar a todos
los muchachos qlIe participaban de la manifestacin, dialogar con
ellos, recuperarloa.Y esto signific la completa paralizacin del
movimiento)
.
F. Si hubiramos tenido un Leroy y una corriente proitaliana en la
direccin del partidq francs, quizs nos encontrramos lloy con un
gobierno ~~ittfl!and, los estudiantes hubieran sido recuperados
en una super u j..&E,.2 etc. En mi opinin, la recuperacin tuvo dos
tiempos: la_.!Ilanifesta~!.!1d.~.~!!f~!"!:B-~h.ere~~ Jel.IS de mayo) ,. y
}~manifestaclOii'de los gauUistas. i Era el i1smo squito! A partir
2 Unin de la jenneulIe rpublicaine de France: organizacin juvenil
creada durante la Liberacin por el PCF para romper el movimiento unitario
de la juventud que exista en ese entonces.
EXTRACTOS DE DISCUSIONES
II
~
253
del momento en que el partido poda probar que era capaz de absor.
ber todo -ese mecanismo, estaba todo perdido. ya estaba confinnado
en su misin de "interlocutor valedero" en la persona de Sgliy. Pero
la actitud mi repugnante y lastunoaa es la de la Joa que se puso al
servicio del orden y la disciplina. Todo el mundo qued inhibido
ante la majestad de la cosa reunificada. i Algunos adoquines en la
Prefectura podian todava agriar esta hennosa fiesta religiosa! El
22 de Marzo estaba desesperado. Nadie tomaba iniciativa alguna.
Desbordado, incluso localmente, esa manifestacin de un milln de
personas poda ser un desastre para el Partido y, quizs, hacer temblar
al rgimen. En lugar de esto, todos cayeron en la trampa: "Nada
de los, la Clase obrera, con una C mayscula, nos seguir. .. j Hay
que ser prudentes y educados!."
Por supuesto, en cjerto nlmero de empresas, el movimiento se
desarroll sobre bases revolucionarias, pero en todas partes donde
el Partido y la COT controlaban las cosas. i era nada ms que para
desalentar las luchas! Las negociaciones de los izquierdistas para
entrar,"por favor seor delegado", en las fbricas, los cortejos simblicos ante Citroen y Renault, todo esto fue una mistificacin asqueante .
i Es como si los es!~t!!!m~~"m~gC>fi~n~_n.la"polica! y todo el mund~OeTa: -iiRhasta la u tCML, se puso a afinnar, con la autoridad
de "viejos conocedores": .lo es por el Barrio Latino por donde
pasa la cosa, es por la clase obrery Como si tuvieran vergenza de
ese desvo de la historia, i como si nunca hubiera tenido que pasar
por los estudiantes! i Mientras que precisamente si todo haba podido
pasar tambin en otra parte, es porque haba comenzado por los
estudiantes! Para esos grupsculos embrutecidos es como si hubiera
sido vergonzoso pensar que los obreros hayan podido ponerse en
movimiento siguiendo a los estudiantes, es decir a pequeoburgueses,
etc. j En suma, una infraccin a la moral de cl~l ..
_ _ ___ .
~.
N~._
'> _'~'~_""'"'-'~ _ _
~"
- ___ . . . ' _ _
Esto ya era caracterstico antes de las barricadas, durante la manifestacin de Saint-Denis. Para la u ]CML no ir all era cometer un
acto pequeoburgus que diverga de la revolucin. Fueron efectivamente a Saint-Denis, donde no haba nada, ninguna huelga ...
P.
-J
1.. Ahora en Flins, cuando se les pregunta a los chic;os: "Qu quiera ser cuando seas grande?" responden: "estudiante".
la DociQD de may, ah,ora es .1a....de...claac...Al
(inde cuentas" sidejamos de hablar de clase sociolgica, la clase
obrera ha sido encamada esencialmente y representada ~uienes
"luchaban en d...Bi.rri2...wtino. La clase obrera se recoriStitula ~
SivaieiiiCatravs de eatajCfia-'"Antes76ba-fbiciis-;si lcatos,
una clase obrera henchida de ideologa pequeoburguesa. manipulada
por las organizaciones. La clase obrera, si no se la toma como dato
sociolgico, estadstico o electoral, no es algo que se encame como
conciencia de clase permanente.
P. A~tes cuestion~os
255
EXTRACTOS DB DISCUSIONES
'
cr
Uno se re, pero en los temas del movimiento obrero de hace cien
aos, el derecho a la pereza, los atentados individuales, la "recuperacin", la violencia, etc. eran totalmente cosa adquirida para la
conciencia de la clase obrera. No haba en ello vergenza alguna,
al contrario, sencillamente slo era materia de discusin la eficacia
de los. procedimientos. La penpCt1va'jegalista-'seooiOOIia -vero:a~
--dilDente en i 936~ Ya en la 11 InternaCional se haca una critica
sistemtica a los atentados individuales, en particular de los grupos
terroristas en Rusia. Pero esto provena sobre todo de los reformistas,
porque los atentados individuales desorganizaban mucho, Ms tarde,
los atentados individuales fueron condenados por los estalinianos, si
bien se continu practicndolos contra los "izquierdistas" de la poca,
durante la guerra de Espaa, durante la Resistencia, etctera.
P.
SEGUNDA PARTE
+i.
256
257
clase:
P. Si hubiera habido otros medios para hacerse or habra sido preciso denunciar a la huelga general y decir: "Vuestra huelga, no hay
nada que hacer en tales condiciones, en modo alguno es eso lo q~
queremos. No solamente hay que hacer flamear l~ ba~dera rOJa,
encerrar al patrn, no slo hay que ocupar la f~brIca, smo mucho
ms, hay que ponerla en funcionamien~o, servIrse. ~e ella c~mo
bastin para investir el barrio, hacer venIr a las famIhas! organIzar
la actividad la autodefensa, etc." Esto s hubiera sido mteresante,
algo as co~o desarrollar cierto prototipo de lucha obrera.
258
PSICOANALlSIS y TRANSVERSALlDAD
EXl'RAC7'OS DE DISCUSIONES
259
TERCERA PARTE
pecto de dos problemticas esenCiales: la denuncia de la falsa problemtica del enfrentamiento chino-sovitico, y la refutacin de la
estrategia de la coexistencia pacfica' y de la estrategia china. Un
segundo grupo de tesis abordaba el problema ms general de las
oposiciones dentro del Partido y de los grupos controlados por el
Partido. Y el captulo que ahora sera ms int.!resante, es decir el
de la organizacin revolllciQny;ia, es justamente el que se hizo
relatIVamente a la ligera. Sera conveniente reescribir las Nueva
Tesis destacando este aspecto.
F. Pienso sobre todo que habra que volver a situar cierto nmero de
ideas con relac~~_ al conjunto de los problemas que hemos tratado:
crisis del movimiento comunista internacional, problemas del tercer
mundo, de la guerra de Vietnam, y vincularlos a los problemas
de mayo en Francia. Esto para evitar de nuevo ese juego oscilante que
hace que todos se precipiten en un anlisis de los temas como los
de la autogesti6n y otros similares, as como, durante la guerra
de Argelia, los tipos se dedicaron a hacer un anlisis del tercermundismo, etctera.
La concepci6n de conjunto de las "tesis" descansaba efectivamente en una vJ!ikn .!~l~tiY~mente ,pe$imista de las posibilidades
(elIQlucionarias en los pases capitalistas desarrollados, no obstante
ciertas aperturas. Se haba criticado laconce~~61l tradjci9n~lista del
partido, y tambin~xoaei:i(iis: u tercer anlisis poltico particul~ se refera a los grupsculos de extrema izquierda, y contena
tambin un cuestionamiento de la. lnea china que an no haba
lanzado llrevlil6ricIfiirat:'Esma, para volver a la ptica que
se tena en aquel momento --esa es la caracterstica de las tesis,
su lmite-- se demostr por una parte el estancamiento en el cual
permanecan todas las organizaciones polticas y sindicales, sin caer
en el anlisis modernista. Pero apenas si se haba esbozado la idea
de que toda una Kri~...qe contradiccionesfundam.e~tal~.s .e,n la soci~d~d
francesa y J9S diferentes p~ses capitalistas no estaban resueltos, en
particular no se tuvo en cuenta la nocin de friai,s i.en..r.1i~ad.~, la
crisis ectm6mica no lIiendo ms que- un aspecto que poda propagarse
260
EXTRACTOS DE DISCUSIONES
.\
261
262
PSICOANLISIS Y TRANSVERSALlDAD
los conjuntos socialistas en !PI pases del tercer mundo, habra negociacin con, por ejemplo,'::'~un partido del algodn, otro partido de
masa internacional: En tal momento, podra pensarse que el ajustamiento de 101 diversos aspectos reivindica ti vos, de los aspectos insti
tucionales locales, internacionales, en todos los niveles, puede concluir as en una regulacin de las diferentes relaciones de inversin,
de normas, de fijacin de precios, de distribucin, de salarios, de
formacin, etctera.
En la actualidad lA regulacin se cumple en lo esencial mediante
mecanismos de ajustamiento ligados al capital y a las poltcas de
estado. Se cumple segn una regulacin ciega con las subjetividades
sociales correspondientes. Slo una subjetivaci6n, a escala de las
ramas industriales articuladas en grandes mercados, permitra desembocar en u~a planificaci6n que fuera ms eficaz en sus finalidades
sociales y ms rentable incluso en' el plano econ6mico.
En la medida en ue el
er no rtenezca a la nica clase que
tiene VocaCI n.o e proponer un m e o mstituc..i!>~una respuesta
subjetiva a las fuenas prOductivas, los mOdelos institucionales ex~
tentes son 105 que sub,isten y se imEO,nen arcaicament~ Por eno es
que la concepci6n del nodelo de orgamzaclon, la aXIOmtica de la
organizaci6n de lucha de la clase obrera, no hay que buscarla en un
estudio intrnseco de la misma, sino a partir de la capacidad potencial
de una clase obrera revolucionaria para responder a la exigencia
inconsciente de una revoluci6n institucional, de manera tal que un
retorno a la organizaci6n embrionaria que se da en las luchas de
clase inmediatas le permita esclarecer y abrir sus perspectivas a ms
largo plazo.
De hecho, me sorprend en el 22 de marzo por el apasionamiento
experimentado por los grupos que iban al campo y por las entregas
de aprovisionamiento a las fbricas': instintivamente, con mi pasado
grup~ulario, ~ns en la enwterapia. en el boyscoutismo. <Pero~E2!..
qu no? Haba que hacer aliR gue .die!a_~ ilustracin inmediata._
Ee otra cosa .'ppco importa el lado rldculQ: ~_ impm:tante ca,~
ner cIerto modelo de acci6n ue a unte lobal a roximati~~~
a la masa de tra a a ores e a em resa
ue so
t o sea una
especie de il~tJ;aci6n. 9~ 1?!.dJ.lJ!:rac}2!!:..!.~ ~.!t7}l!",~~.in..~sciete
de lo qye podra ser ~ti~_~~LaclQJ).!:nt[~.!f.u.~..f!~
1t;tal Q cual rama industrial. En fin, i otro campesinado y otra clase
o rera! No estaba de ningn modo formulado por los miembros del
22 de Marzo, pero finalmente, en el inconsciente de los protagonistas
del intercambio, me parece claro que era de esta cadena significante
de lo que se trataba.
EL ESTUDIANTE,
EL LOCO Y EL KATANGUER'O*
...
PSICOANLISIS Y TRANSVBRSUDAD
264
~l jnstjt"cjona.l no tendra
V~
265
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266
PSICONAUSIS y TRNSVERSUDD
EL ES1'UDIANTE, BL LOCO Y EL K1"NCUEIW
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n
~~~~~~~~'::~'~~n~a~l~t~ic~a~~od~r~a~o~n~d~Uac~i~rn~~aic~o~ns~id~e~r~a~ril:a~s ~
~
~~~o
vismo .n~ es el sntoIl!a de Q,Ye los med!0t.~~.-2.~fensa secretados por
l~~ estn ya en condicjQDQ ge responder
a sus pulsiones ~rofund~
Se ha esta6teCao algo as como una complicidad, de larga data,
entre la socialdemocracia con las ot:Sanizaciones comunistas, por una
parte, y el poder estatal, por otra. Remos visto que sin el socorro de
et conlunto de
268
1\
269
270
E
'-:.,
~
..
..
PSICONALlSlS y TRANSVERSLIDD
cin general. Ambos ocupan por otra parte una posici6n particular
respecto a la produccin significante.
En el mundo universitario, la produccin de significantes est cada
vZ menos dominada, cortada de,' la socie
. esto es especialmente
VISI e en e mIto IterarIO y artstico. La producci6n de una
autntica investigaci6n es difcilmente consumible puesto que cuestiona al orden social. La esencia del consumo masivo consiste, por el
contrario, en deformar la verdad, evitar el cara a cara con el
sujeto, con el deseo, con la singularidad. Llegado a un lmite, 'la
ici6n de l '
.
. .
.
yro ucci6n significante se acerca a la de los enfermos meptales La
neurosis, la locura c.omo soporte sufre una represi6n permanente.
Freud, por haber descubierto la funci6n de verdad del sntoma, debi6
defender su 'obra contra una inmema empresa de recuperaci6n. El
objetivo era y sigue siendo la locura, definirla de tal manera que no
amenace para nada la buena conciencia cotidiana. El problema ~
le plantea, en mi opini6n, a los militantes reyolucjonarios que, por un
desvo u otro, estn concernidos por la locura, la neurosis, la delincuencia y, cada vez ms por la juventud, por la infancia y la cre~ci6n,
~a~r~a~a~c:!e~t!a!..r!e!.l!a~lc:!:a~n~c~e~s:!lin!.!.ltf.!::o~m!!:a~'t~ic~o~d~e!.l.9d5es:!A'!L!;~m!!!oU[!leS!d:!!i~o~d;i!e'-Ui.wo~
U' e conjunto del campo social. El problema no es, pues, aceptar
pasivamente la singularidad de la condici6n del intelectual o del
loco y verla reducida al orden de lo general, sino al contrario, lee
el mundo moderno a artir de la sin ula i
. .,
tlva. arad6jicamente, cuan o las instituciones de la sociedad capitalista contempornea responden cada vez menos a la necesidad de
desnudar la angustia del sujeto deseante, cada vez ms alimentan
con una vitalidad artificial a su fundamento ms arcaico. La
cuesti6n nacional, el regionalismo, el racismo, el culto de la familia,
experimentan una renovaci6n extraordinaria apoyndose en los inmensos medios publicitarios. Sin embargo, s610 se trata de un recurso
precario, sin verdadero alcance en el nivel inconsciente. Es muy claro,
por ejemplo, que el internacionalismo de hecho de las fuerzas productivas vuelve completamente absurda la poltica patri6tica de un
de Gaulle. En la misma lnea de esta reencontrada atracci6n por la
familia, la provincia o la patria, se halla el culto del individuo.
Recyperar la verdad del sujeto ng es necesariamepte valorizar el rol
del individuo. uerer descubrir el su' eto de la hidra soco
.. .
1 e ar a so uciones individ
En el plano del urbanismo, por
eJemp o, a alternativa a los grandes complejos no es fatalmente el
pequeo chalet individual. A la serjaJidad yojca de los individuos
tQwados en conjunto, convendra 0PQner la artjCIJlacjn signjfjcam'l
271
'1
l'
'1
,
!
272
PSICOANALlSIS Y TRANSVBRSALIDAD
273
1969
275
MAQ.I.INA Y RSTR/iC1"/THA
MAQUINA Y ESTRUCTURA*
I
La distincin <Jle proponemos entre mquina y estructura no tjene:
otro fundamento que el uso que haremos de ella; consideramos que
se trata de un "artificio de escritu";-Tdel tipo de
nos vemos
'Ofihgados a mtrOducir en el curso del tratamiento de un problema de
matemtica o bien de un axioma que puede ser puesto en duda en
una etapa u otra del desarrollo, o an de esta suerte de mquina
de la que trataremos aqu.
I?e forma deliberada, E~u::;e::s,::.pT.0~n::e=m:::o~s~e~nrtr:.:e~~~=~~~~~i;
tancla
' ina en la reaH a
artic,ulacion,!!s ~truct~r~les e inversamentl!... gue cada estructura
cont~ngente esta ~on~htlllda
-es lo que querramos establecer=...J22.t
un slste~a de IDaqtUna s por JO menos por uva mquina 16~ica. Si
en un pnmer momento nos parece indispensable hacer resaltar esta
distincin,. ~ ~ara aclarar la localizacin de las particulares posiciones
de la. subJetlVI~ad en su relacin con el acontecer y la historia. 1
plgamos de la estructura que ella posiciona sus elementos mediante
~~ema de emISIOnes de unos en relacI6n a los tros; y de tal manera
gue ella misma pueda estar relacionada como un elemento de otra
estructura.
.-
I;-qre
coO
PSICONAUSlS y TRANSVERSAUDAJ)
276
~
~
La expresin francesa es
&orps
MQUINA Y UTRUCTURA
277
f:!19
278
PSIOANALlSIS y TR.4NSVERS.4LlD.4D
MAQUINA Y ESTRUCTURA
279
280
PSICOAN.4USIS y TRANSVERS.4UDAD
MQ.UlNA Y ESTRUCTURA
f~ndamental
Ir:npase.
281
9,ue
es~~~-== ~
MQUINA Y ESTRUCTURA
PSICOANUSIS y TRANSVERSALIDAD
282
re
aet
"
283
285
Ha
~ rewnocer en 'p'ri~~o
~
abra" de las dive . -,
~""'-"''''''''-''';';;;''---'-';';o-m---c-o-ru--:~ente!... C6mo explicar, en estas condiciones, que Lacan pareciera
estar identificado uempre con ,esas extraas mqpjny que dio a
conocer co!Lrl
d, "crteles" j) I
::No COnOCO q;;;;hava rendido ningn informe .....pecto de Il!
.funcionamiento, J Pero guizs no existan verdaderamente? De qu
se trataba exactamente? De una panacea singular, de una mayutica
del "uno en ms",., Para ver ms daro propongo marcar las
diferencias de funcionamiento del "uno en ms" en la formaci6n y
en la enseanza (la performance y la competencia), De un "uno en
l...
ms" a otro, u no forman dos, quizs forman "a",
~
Cuando se es dos, en apariencia, el analista + el analizando, el
"uno en ms", hay que contarlo ms bien como menos, El analista
le reduce tendencialmente a la poco envidiable condicin de encarnar
al objeto "a", y no hallar mucha ayuda en la evocacin de sus
maestros o en una recopilaci6n de su saber.
1] f; J ~ lQCi2 S.'Wl b!!.:..
Pero cuandg se es. cuatro Q ms ([3
11 aber JQ~.Y.!li....Ye.aWL~ILJlli~ ..oi..JKh~~ . .9.\,i!~_.g .n~
retoma entgnccs...JPl,~.d~<~. E3tamos "entre colegas". ~ entoDCeL. ' ~
eso circula,L d..tQ.~~'.a.'.:L.j Con un poco de costumbre, siempre se
s:
-io pUede 'remitir calladamente alojo --o a otra parte- de su vecino! ~
A travb dS la brumi de. .mi.muergo, c~~listinguir Que e.l_~~,
i era propuesto jpatameptc para evitar todo .esto! Una propedutica
del "uno en ms". Entonces, el trabajo del crtel poelrla ser el
reverso topol6gico del trabajo analtico, un desciframiento un sentido,
un "nuevo archivismo". i Nada de transferencia en el crtel, sobre
todo no lateral y menos an jerrquica! Ni bien se presiente la
transferencia en el compartimiento, se la aplasta, al modo de esOs
agentes de los ferrocarriles chinos durante la gran campaa de exterminaci6n de moscas,
En el fondo, el. prototipo del cr1el es el seminario de 1 aCaD en su origen arqlltoJ 6giro_.de.... a.nl~,LgLs.run1:..Anlle..! cuandQ, fiL.
i~agino! estaba.,JQ.Q,l'yjl_!iC!.~_RQfQ,~:'!!2~:-!J.n personaje, algo as
DSmJm
1, ARGUMENTO
-=
Lu
.~
~
...i \..
f"oe",
~
f\ q'
'-'
286
PSlCONUSIS y 1"JUNSVERSALIDAD
287
(el silln del analista .uyo encanto nos fuera dp.scripto durante un
congre$O ), lo abrira hacia otros horizontes Qu queda hoy de las
castas y de las clases, de sus maraas fantasmticas, de las vas y
medios nuevos ~ra la apropiacin del trabajo excedente ... I Y qu
s yo! Hacia qu pendientes podra llevarnos esta bsqueda de
contacto al pie de la letra del decir. y de lo escrito psicoanaltico
actual.
Hace mucho tiempo, era en mayo de 1968, una interpelacin
social, hbilmente esquivada por los psicoanalistas, apuntaba de
manera torpe y confusa, pero no obstante apuntaba, a una contribuci6n potencial del freudismo a la revoluci6n social. Corresponde
recordar aqu todava que mucha gente de la extrema-extrema-izquierda se estruja el cerebro pensando en la vieja cuesti6n de la
cQnstruccin del partido revolucionario? C6mo evitar que un grupo
no focalice como un placer la perversin del saber -los militantes, los
cuadros- no sojuzgue, no aplaste la "verdad sin el saber" de
las masas?
C6mo evitar que el "uno con ms" del partido, de la
zaci6n, no obture toda roduccin institucional toda
pala ra ve a era j en a base!".
"Que se abran las bocas": ~sta frase oda en nuestras lti~as
sesiones resuena -quizs s610 yo la he odo as- como la que Mauflce
Thorez lanzaba, creo que en 1936, a un partido cerrado, amordazado,
fascinado, pervertido, viviendo s610 por delegaci6n y a partir de los
hechos y gestos. de sus jefes. Ciertos tonos, cierta mala fe,. c~ertas
maniobras dentro de la Ecole me hacen pensar en el estahmsmo i
Lhay que decir estas cosas?
_En el fondo; na es C3.l!O alrededor del misIruh problema Que dan
y!!!:.l!:a la Ecole y los mOvimientos revQI"cjgnariQS~
Decir, por ejemplo, que la enseanza del psicoanlisis tiene que
ser diferente de una enseanza universitaria, no es decir nada todava
sobre lo que lendra que ser dentro de la Escuela y por qu no? .
i en la Universidad o en cualquier otra parte!
Qu cgDdiciones tienen que darse para Qye un organismo como
la Ecole p"eda f'lAUi9AU, pala &'" miembros y para af!1.e!a,. cQ~o
una mqui!M!..Jk..9.t:1CiliiWliwto anlti~sin una falsa asImllac16n
con la relaci6~~!fQ~J.l!llitit.aJ. Pero esta J2fegunta=_~l~e ... ~~_
-arcicem~~L.No interesa a todo intento, que no fuera
toiame'te socioI6gco, _.~~ .~.e~~ifra~ento
un se5ento sOEi~
cualquiera sea, de la familia _s:.~ al ohgQpoIjQ~~ '!~_~~
"pri1l!:!ti~~:_~~~~~?..
ID
288
ru
s inconexos de "lectura d
ac
"
11. COMEN'lAlUOS
289
290
PSICOANLISIS Y l'RANSVERSL11JD
.E2 ~tlca.!:.
.'. I
.1
,
"
'.
291
antagnicos, la formacin analtica no es, de hecho, ms que la resultante de esos resultados vectorizados en sentido contrario mientras
que la ense~~za, encargada de discernir, segn un proceduniento \l
o.tro, los certllcados de. competencia, contina tranquilamente sacrifl~~n?o una pa~e esenCial del campo psicoanaltico en el altar de las
diVInidades dommantes del pensamiento mdico y psicologizante.
El ro
a ue
o lantea es el
en u condiciones
efectivas el discurso sicoanaltic.o
ra des renderse a mlSIn
tlem
e a 10extnca e re mstltuclonal del cual ue a
'j e os lversos mitos 9.ue tlen en a someter su roducci6n a un
laeal com uesto de conTorml a con os mo e os SOCial
r
t~pos de efectos y contra-efectos puede esperarse durante la
estructura~ln de una escuela en este nuevo dominio as definido?
~o es ~slb,~e esperar que la respuesta nos llegue de ese "discurso
Qu
292
PSICOANJ.USIS y TRANSVERSAUDAD
cionales, etc. Al contrario, terminara haciendo un trabajo de expulsin, en el seno de esos diversos dominios cientficos, de todas laS
formas de intrusin del "se dice" sobre el psicoanlisis, de toda
compulsi6n al archivismo universitario, de todo finalismo mdicosocial, de todo "revisionismo" que empaste la funci6n de corte del
objeto "a", en cualquier orden en que se manifieste la incidencia
del deseo en su exigencia de verdad.
i Lo menos ue uede decirse es ue
r este camino la Ecole tiene
todavra muc o Ql..\.e recorrer;. . para sa r cuanio;eropogo exammar
dria
su situaci6n actual a la luz del axioma su lementano ue
lOfiiirrse aSI:
acan no es la enseanza de la Ecole.
n efecto, la Ecole no tendra q~~~~~tentarse con un saber
~QH~L:liiO:i~anza! sobre 12L~~~a~ Ona cosa es la
enseanza, de Lacan, otra ta enseanza que tendna que ser la de la
Ecole. Respecto a estas cuestiones, y aunque no pueda sustituir al
trabajo de la Ecole misma, Lacan ha dado algunas indicaciones
sobre el tema de los crteles, sobre las cuales (o junto a las cuales)
hemos pasado muy rpido. La cosa pareciera comprendida, pero los
miembros de la Ecole estn todava muy lejos. de tener una localizaci6n 'comn de lo que podra ser la funci6n del crtel como modo de
estructuracin del campo del saber psicoanaltico. A menudo se escu~.
ch~!~J~rIll,::las ~~o~ni;!1d~~I_.;.~?~~~!~~edia Eara______
--accedeTa las Irlcuhj!aes de la ensenanza de Lacan. (...ll~estQ me
-haca-deCr; a mi vecino que se tratapa en suma de pO!lt;!.~_~la-ii1 una vacuna, un virus atenuaqQ...d~ lecanism0J. Existen tambin
~rupoSderectUraaeTic7.;rp basta que se me demuestre 12
__cont~~~i~JJ~l~isto en pe~~.. 9.,~~~~_~.~te-.~na _~~~~i~!l~haz6.ll
~~.~o~ .~~n~~'y de.! ~~_~n~r~ i.l!~.~~a c.ll~e~odu.zc~!!!os..1illJ.a ca q
slm hflcado, un Lacan 'Po lIlar, es eCle de fe.rmentaCl6n de las
'1{;rmu~as sm respet~_E!:._. e s~_!~~~.! ya_.se~_.~t:_~ndam?5 hecia" el
.ideal ultimo ae ~~v.!-!Cf'Yl>ec~cflrt.:..E__~~!...E.'!.ra y SlIll.E.!!:.
Lo que es veraad de los textos de Lacan es a {ortiori verdadero
para todas las dems formas de enseanza, para la lectura de
textos tericos, los "controles", etc. C6m~~01la.!... otr? }~l..9.d.cule
\'
293
294
I'SICOANLlSIS y TRANSVERSALWAI)
I ~
",
295
296
PSICOANALlSIS y TRANSVERSALlDAO
...fgr
arte encontrara ms claro
o tambin ms in uietante,
reconocer de una vez: 1) que el freudismo qued imp~~~
,]t!!.~~ra~o!!,,",!al!.' crile=~e.:JOSfTicos a la ut}li~~n inte.s!.~-:
._ C~~~..PQLP-r!!~_j!~L~rum1i~!!HLL._.1a .d!:I!.ega.cl~~" .. .9.'!.~' c?mo
(;()~!.s.:.~,c:~!!0112.~Q..~.':1_Il;lga!_~n I~~ .p~i~~s llamados sociahstas
(por otra parte es ms por los problemas que evita q'por-susposlciones explcitas que permite esta contaminacin); 2) Que adems
constitu)L.~ml ~eoTa ntegT~e.~!-!.e.!!!!, ue a rta conce t~
!l.uevos gue Imphcan una ruptura eplstemo oglca radical, Que ata!,
l!<UQl2-.a.l diK\.I.[SQ de las. ciencias. linjK!!alment~_L!2~!e?ri~ .Y_
,t~~ p~~tic;:~de)~.s iry~~.i!~<:i2"-~.s._~?~i,~)~~l._<':~'!penzando sin du~~r
el _f!.111.~W1--=-la anteltima teora vere!:r :n ~"tinto ~.s~ ~~t!!..Que esta gestando ot:o co:te qua lo
s ~QL a d~r al
. ~ovim~ept.o~_~~~1.!~_~a.:~...9.~_c:"l~_~f!lj>ul~ar.~~ a ~alir del desbaraJuste b\l.~~~co en el ~e~~_ ~~" na.n~.J:U1Od!~.Q~"::'H:liww,
.pn.:cisa.!llt:,n~e... ,QJ:ii'J.:i'iei)Cia respecto .,. la. CHestjp del deseo.
En estas condiciones no me are ce o ortuno re arar nin n
blsamo t nco u u a a aCl ar la m uletu ue es e ma
e
1968, es observable en una parte de los ambientes psicoana ltICOS.
Entindaseme: decir del discurso psicoanaltico que tiene que situarse
en la prolongacin del discurso revolucionario no significa, en la
etapa actual, que est en condiciones de suplir, como si fuera por
milagro, la incapacidad y la negacin del movimiento obrero a
tomar en consideracin el deseo a escala de las luchas de clase, lo que
se manifiesta por su tendencia irrefrCllable en la burocratizacin
interna y en su desconocimiento de la naturaleza real de las aspiraciones de las masas, por su intervencin represiva contra la forma
de las luchas llamadas salvajes, etc. Lo que se le exige a los psicoanalistas no es que se comprometan al azar, o que "voten por la izquierda", sinQ que hagan que el dominio del discurso psicoanaltico no se
constituya en un obstculo a la necesaria implicacin de los otros
discursos y, al contrario, que contribuya a la actualizacin de una
teora del deseo tal que la produccin del objeto "a" pueda finalmente
llevar su pleno efecto de estructura al conjunto de los dominios
donde se trate del deseo. Se tratar, en la prctica, de la promocin
de grupos analticos en contrapunto, en adyacencia a las diversas
institucione~, del anlisis imaginario de casta, del anlisis de la instancia de la letra en el burocratismo a todos' los niveles, de las relaciones
entre los fenmenos de burocracia y de la pulsin de muerte, etc.
Todo lo que pudiera anticiparse en la actualidad en estas diversas
direcciones {~onsistira en tender cables hacia el exterior susceptibles
de ser recuperados ms rpido de lo que se net'.
297
1970
GUERRILLA Y I'SJQ.I'IATRIA
GUERRILLA Y PSIQUIATR1A*
299
,- .._...._--=:..... ...::_--_........
' _----------GUERRILU YPSIQUIATRlA
300
301
PSICONUSIS y l'RNSVERSUDD
proceso
~
1 ctico no se est trasformando en una fuga hacia adelante, y,
I _ f\
en cierto se~tido, traicionndose a s mismo? Para la antipsiquiatra,
~ la inte~encin poltica constituye lo previo de toda teraputica. Pero
la consigna de "negacin de la institucin", que slo tiene sentido
c~
cuando es asumida por una vanguardia real y slidamente aferrada
'b a la realidad S9Cial no corre el peligro de servir de trampoln a una
nueva forma de represin social, a nivel de la sociedad global esta
vez y apuntando al status mismo de la locura?
Basaglia manifiesta que con los medicamentos que administra
,~
"el mdico calma su propia ansiedad ante un enfermo con el cual
~
no sabe entrar en contacto ni hallar un lenguaje comn" (p. 117).
~ Frmula ambigua y quizs demaggica, u.la psiformacoloia no
t5 c:!! en s una ciencia reaccionari! Es el contexto de su utilizacin lo
~
gue debe ponerse en tela de juicio.
.
i ~j\
A la nosogra~a, igualmente, ~ la arreja por la borda c~n bastan~e
'\Ti
hgereza. Las Vlas de la represlon son algunas veces sutiles! i Mal;
I
eficaces que la polica, pueden transformarse los paladines de una
normalidad a cualquier costo! Con las mejores intenciones del mundo,
~ morales y polticas, se termina por negarle al loco el derecho de. s~r
S loco, l "es culpa de la 1i000iedad" puede ocultar un modo de rep[1ID!r
-A- toga desyjacin La negacin institucional se COIlvertjra entoA("tt!I @Il
I
una denegacin -Verneinu~g!.. en e~~nti~?_ir.~~n2= gel ~iqgul~[
:
chO de la ahenaclOn me.!t;"Antesoe optar por la nosograha
1970
'i
~
~
'-
303
tanto parti<:ular. Freud deca que era necesario cierto nivel --:-hubier~
.,' tenido que agregar tambin cierto standing- para hacerse pSlcoanahzar. En La Borde, naturalmente, nunca somos completamente dos,
siempre hay otros detrs, j si es que no escuchan detrs de las puertas!
.lle a mj) la cosa no marcha mucho tmpos;o,.j miles de personas
en la sala de pasos perdidos, en estaci6n Saint-Lazare ...
O entonces, si es la revoluci6n, todo marcha bien. Pero es raro ...
y luego esto no dura mucho tiempo.
Tiene que haber una cifra intennedi, una buena horquilla, es
a lo que apunto con esta nocin de consistencia.
.
La familia DO es que e1..ll
sea forzosamente malo
ro ah
no
r tras razones: la familia no est com uesta e rsonas gue Rueden hablar ente:
s una mescolanza donde nadie
-;ncuentra sus cros. Todo bulle ah adentro, pero nunca se sabe
muy bien de donde viene: todo el mundo es el portavoz de todo el
mundo, y al fin de cuentas quizs no sea todo sino la voz de los
antepasados que contina inscrutndose. i No, eso no es sano! En
todo caso, raramente es psicoterpico!
En La Borde se ha ensayad0!22'L~..tJ~..!:Sta aho~I!U?.~!:r~."
slemasjad gradeToscuatro'-grupos;1 Q muy peq.ueo: las responsabilidades individuales. Qon las '~~nidades. t"a,,,utiC;:Jl~ de .!?~"
UTB se ,pw ma BU t;miQQ_~-.j~~. busca copstityir .espec~~,
de famil~titL.l!r1,:.,~No existe ningn problema de empleo del
tiempo individual, de decisiones sobre la entrada, la salida, los lugares
en la mesa, los medicamentos, etc., que no se consulte prioritariamente
al UTB. k~_~J'S?na c!~~,!,_~~~planta a lo~ indiyjgY2s q!f~ la, co~PQ
XICll-y leJOS de IDle esto elim,me a los individuQs..en..c.w:.ul<ID..l!.~j;lWl
.!:Or el contrario. gue los....P2ne como nuev,gs. ; P.2!..s.!:!....h!.2.t 9ue
c,?nsiderar a este truco psico.terpir21
Pues bien, a causa de lo que deca hace un momento: es una
superficie de localizacin. pero en relaci6n a la cual, es menos
I El conjunto de la clnica estaba en ese entonces dividido en cuatro
grupos.
2 Las UTB estn compuestas en tnn; no medio de a + 6 2 pensionistas y 2 6 2 + I monitores que ponen el mximo de cosas en comn. La
clnica de La Borde est dirigida, adems, por comisiones funcionales igualmente paritarias entre los "asistidos" y los "asistentes". J a QrilJjnaljda.d....~...
llTB [elide en q"e en II! scoo .la..difc.tJmcia. entre "asi.tido.. .x. "asistente" .!<~~
sUDrimjga al mximo' _ para cualquier estI-queTe-t:rue;-'lai"instancias
exteriores no se dirigen a las persnnas "normales o sanas" sino al conjunto
de la UTB en tanto que grupo-sujeto. Evidentemente, la consistencia de III
UTB no depende de su nmero. Depep.de ante todo de los fantasmas pue.to~
en la balanza por sus miembros.
304
I'SlCOANALlSIS y TRANSI'ERSALIIJAf) .
,.
* Carta pllblic.ada como apndice del libro Obreros tren'e a los aparatos,
Maspero, 1970. Libro colectivo que relata una experiencia militante en la
fbrica Hispano-Suiza. Esta carta constitua tambi
d
Petit iniciador de
morir en
306
j'SI(;OANAI.ISIS
TRANSI'HRSALIIJAf)
i E~a al~o a pesar de todo!.. Raymon..d, despus de mltiples y extraordmanos vagabundeos por las rutas de la Liberacin, era particularmente alrgico a las arandelas que agujeraba todo el santo da
en las fbricas Hispano-Suiza. Hasta en el taller conservaba un per~
fume de retama en flor que traa consi!!;o de los week-ends del
cam~ing ... Muchsimos jvenes de la empresa se acercaron a l, y
constItuy el Grupo Iu\'enil de la_..Hispa.~2.... que adquiri de golpe
un desarrollo fulminante.
.
Al principio. el PCF local no vea nada de malo en ello. Pero no
era el caso de la direccin de la fbrica: desde la primera caravana,
organizada en el mes de agosto, fuera de todo marco institucional,
aban re arado en el "a itador" que era ...ereciso neutralizar (propomen o e Ull, rpido ascenso) o. cl.1;.Lqy'~.la.bra-~_~~arazarse
prontamente (hacindole la vida insostenible en el taller), Raymond
no dejaba d~ ten~r cier~~mente su~ ,reservas, respec.to del "aparato",
~
pero.?o tema mas opClOn: aceeto ('onvertll:~~_~rp}anent~ d~1
<jt- comlte de empresa para ocuparse ae IasCJiStracciones de los jvenes
tr\
(fe la fbriC.
, ~
Distutamos entonces sobre la enconada lucha de influencias
11'
\
dentro del aparato, para preservar as la autonoma de este grupo
juvenil dueo de un dinamismo desbordante. La CGT intervena sobr.e
los crditos, sobre los locales, el partido quera crear un grupo
u JRF, para tomar el control de las operaciones, .. Secretamente,
viejos militantes sostenan la experiencia. Al no conseguir su objetivo,
el aparato del partido se hart. Raymond fue devuelto a la base, se
reencontr con su "bicicleta" y sus compaeros de taller. Pero
tiempo despus, era delegado del personal. Normalmente, las cosas
~
hubieran tenido que pararse ah! De ningn modo, por el contrario,
I ~
creceran an ms!
~
mi parte, estudiante 5l:.&.\Wda.Ii~J~~9 ~~udiante trotskista,
~
tema ciertos reparos en admitir lQ1 prydencial/.tcticas de Raywond
...,
Por qu tantas precauciones;> fu..f ue ~_I}~) po.co._a_E~c.~~.9_~~:"':I~~
.-...,.
a comprender la natu;aleza de .ill.L~r!lQ!.w.n..'U'ii!s !:!!Ji~tenci~, 10:
~
,
d iY0J5[DO
" ' "-Q~.,gl1Ull.!.I1_
. ,
1
j Q,,ae
1 d 1 12art!'d o
-4-~,olsmQ.e
~J:ll?l!!.i!1.2.
y de la C01', a los que era preciso eludir y desbaratar. Muchas veces
tuve la oportunidad de discutir directamente con esos "bonzos", En
particular durante un curso de Baillet, donde propuse a los participantes, al modo de un juego, una especie de encuesta de opinin
que, una vez analizada, concluy actualizando demandas reivindicativas y anhelos en materia de organizacin que eran las antpodas
del proglalOa y la prctica de la CGT (particularmente en la cue~t;..':Jl
de lo~ aumentos salariales no jl~rarquizados).
-3
!9r
307
308
PSICOANAL.lSIS y TRANSVERSALlDAD
309
1956 fue el ao en que se anudaron muchas cosas: el XX Congreso, la guerra de Argelia y el voto de los poderes especiales por el
PCF, la expedicin a Suel, Budapest, el incendio de L'Humanit, el
reflujo ...
Surgieron otros opositores. Haban fundado L' Etincelle (con
Grard Spitzer). Con ayuda de los trotskistas se cre una "can CQnfu:
.sin: la o~osicin comunista termin rompindose en j2.edalos El
PCI se lleva a consigo Voie communiste, p;imera frmula que pretenda, como subttulo, "continuar" L'Etincelle-Tribune de dscussion
(nY 1, enero de 1958), fruto de una efmera fusin de los dos
primeros boletines. La Voi#' communiste, surga para enfrentar a
V oies nouvelles, conformada principalmente por militantes de la
clula "Sorbona-Letras" del partido. Hubo tambin una Tribune du
communisme que se unira al psu en construccin.
i Todo estaba completamente perdido! Raymond, los camarad.\:i
d~ __~tt!L.gD.LpQ...~_Y2..!"ismo decidimos dejar el PCI. Estbamos
ya ms que hartos! El 13 demayo-otT95S-se-p'roQuJounafantochada
increble de movilizacin del PCI en vista de la organizacin de, ..
la resistencia. Nosotros queramos salvar, en tanto fuera posible, lo
que quedaba de la corriente opositora: forzados entramos a la
redaccin de La V oie communiste y nos dedicamos abiertamente a
eliminar a los trotskistas que all reinaban. Algunos dirigentes del
PCI nos alentaban calladamente, pero muy pocos nos siguieron en la
escisin. (Mis artculos en La V oi#' communiste los firmaba como
Claude Arrieux).
. No s si todos los camaradas del ~upo Hjs!ano !.\l~i~r5lll-CDJl.tr
51enc~a de que, .~~.PQ):Q. y. s22re tod.?,: sin el..E!:~~~.e~t':.. ~e.
s.1K.Dllcaba la eXIstenCIa .dc...s.u. g,ru.e....I. G'J~,~'~,.~9..Pn:umu.t".no.:Ji4bS.4..
estado nunca en condiciones de lOBIar su independencia. Desde haca
setam~osdSos-de-recostrir grpooTertoy"no sectario,
puesto que nunca habamos podido adaptarnos a las manas centralistas de los trotskistas. Adems, si lo esencial de los estudiantes
trotskistas (dejando a un lado a los hermanos Krivine) nos siguieron,
al menos por un tiempo, alrededor de esta nueva Voie communiste,
fue en parte a causa del prestigio que tena para ellos ese grupo
militante de la Hispano-Suiza.
Sin dudas que haba en ello cierta parte de rficjencja mtg.
i Pero es as! Se uniran de igual modo a nosotros algunos militantes
responsables de la seccin de Montreuil del PCF, un grupo de
comunistas libertarios, Grard Spitzer y muchsimos militantes anticolonialistas cuya confianza nos habamos ganado como consecuencia
dt' nuestra pblica ruptura con lo~ trotskistas.
L
tiemPo
,.
(;
310
La publicacin de esos 49 nmeros de La Eme communi,.e (noviembre de 1958 - febrero de 1965) fue una especie de epopeya. E.w:..
el nico movimiento marxista que disponiel!~tQ_.d.e. un mnimo de
-au~ie~:!~__~stu~~_ ~~ .J>!:!U1C10S ni retin'ncias la lucha del FLN. (Parece haberse olvidado queanramaocfeTos~12Cr-seriIiazado
por la mayora del PSU, incluido Claude Bourdet, fue La Voie quien
lo public, lo que dio motivo para que fuera rpidamente incautada.)
Con Lo Voie communi.rte el "apoyo" perda su carcter romnticodelirante ya que se ligaba a las luchas de la vanguardia revolucionaria
francesa. i En este combate los camaradas de la Hispano no fueron
los ltimos! Continuas incautaciones del diario y difusin clandestina,
prisin por varios aos de dos directores sucesivos, organizacin de
espectaculafes evasiones ...
Raymolld, despedido de Hipano en 1958 (al mismo tiempo que
muchos otros), denunciado como "trotskista" por los burcratas de la
~ que haban seguido sus huellas, haba perdido toda posibjJjdad
!!,e trabajo mj!jtante en fbrjca Oued entonces efectivo en La Voi#'
communiste. Concentraba un enorme trabajo, siempre con la misma
flema y e1 mismo rigor.
Aparte de las asambleas generales, los grupos militantes vivan
cada uno por su lado. De hecho. existan pocos contactos con los
compaeros del grupo de Hispano (llamado "grupo Si mea" para
despistar, j l~ que llevara a algunos equvocos graciosos!). Sin embargo, este grupo, que era acosado por el PCF y la CGT, difunda
clandestinamente en la fbrica centenares de ejemplares de La V oie
communiste.
~!! de la guerrl! de Ar~li~a .~1:.~l.Q la -;h:~12iW~ Los
los de las wilayas, la fundacin del PRS de Boudiaf ... , el aislamiento.
Tres ('uartas partes de los militantes de La Voie se convirtieron en
benbellistas, ensalzando la revolucin por medio de la autogestin
al modo de los "pablistas". o bien se dispersaron lentamente. Quedamos slo nosotros. j Era el infierno!
Raymond y yo nos distanciamos del ncleo activista que controlaba la orientacin del diario y que comenzaba a forjarse ilusiones
sobre las "posibilidades" abiertas por la nueva orientacin del Partido
Comunista Chino ("Declaracin de los 25 puntos"). Signific la
fundacin de la efmera Association propulaire franco-chinoise
(APFC), hacia fines de 1963, desautorizada con prontitud por los
dirigentes chinos.
Por mi parte me encontraba sobre todo vinculado con los militantes de la UNEF y de la UEC, en la que se estaba desarrollando la
crisis que la llevara a su rompimiento.
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312
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9S,
1970.
/'S/UIANAU.I'I,\' y TRANSl'liHSAUlJAIJ
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316
I'SICOANAUSIS y TRANSI'ERSAlJDAD
1970
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318
I'SU;OANAI.ISI.\' y TRANSVERSAUDAJ)
_.
tIcularmente observable eon la organizacin. a gran escala, del merI:ado de la competencia deportiva).
)esde su ms temprana edad. y aunque no fuera ms que en
ralOn de" que aprend en a Ieer en e lrostro
319
Entonces se vuelve inevitable un mnimo de ascenso por los escalones de la pirmide de las relaciones de produccin. No hay necesidad de hacer un qibujo ni de dar una leccin. A diferencia de los
trabajadores jvenes, los militantes de extraccin estudiantil que van
a trabajar a una fbrica estn seguros de "encontrar algo" si se
hacen echar; quihanlo o no, no pueden escapar a la potencialidad
que los marca con un insercin jerrquica "que podra ser mucho
me jor". La verdad de los trabajadores es una dependencia de hecho
y cuasi absoluta en relacin a la mquina de produccin; es el
aplastamiento del deseo; dejando a un lado sus formas residuales
y "normalizadas"'. el deseo bien pensante o bien militante; o bien
es el refugio en una droga u otra, a menos que se caiga en la
locura o en el suicidio! Quin establecer el porcentaje de "accidentes de trabajo" que. en realidad. no son ms que suicidios inconscientes?
.JiLfaj?italism~~d~'igl'!.!:. _si~m)l[e.l.a.L~....e.mp.a[cbarlas
320
PSICOANLISIS Y TRANSVERSALlDAIJ
deberamos ;scribir c~n dos "1" * para darse cuenta que no sola'
~mente se esta con I~,~'llerda hasta el cuello, sino~ la mierda 'penetra""
cada uno de_~.stE<>'S ,E0ros, cad~ u!,!a de !l!l_e~l!E.L~or"apiz:cjQes;;..
La ICl4i de clase!l.,ra no pasa simplemente por un frente delimitado. entre los proletaflos y los burgueses, fcilmente localizable en
las CIUdades y aldeas; est igualmente inscri,Eta en muchsimos ~~~e I~L!.~':..@!l ~~xelo~~.2~V~E-1~i.. ~!~~s de
'da~lt,!~!dille :ffi!}~.J;tL~~[gL~IE.!; es precIso desCIfrarla a pa'j-fir
e vocabulaflo de unos y otros, su modo de hablar, la marca de
sus coches, la moda de sus vestimentas, etc. i No se termina nunca!
La lucha de clases ha contaminado con un virus tal la actitud del
maestro con sus alumnos, las de los padres con sus hijos, la del mdico
con sus enfermos j ha ganado el interior de cada uno de nosotros
con su yo, .con el ideal de standin~ que creemos es deber darnos a
nosotros mismos. Ya es tiempo de organizarse en todos los niveles
para ha.cer frente a esta lucha de clase generalizada. Se ha tornado
Imperativo elaborar una estrategia para cada uno de estos niveles
puesto que/se condicionan mutuamente. De qu servira, por ejem~
plo: p~Dponer a las masas un programa de revolucionarizacin antia ut?fltafla. contra los caudillitos y compaa, si los militantes mismos
siguen Siendo portadores de virus burocrticos sobreactivados, si se
comportan con los militan~es de otros grupos, dentro de su propio
grupo, con sus"allegados o bien cada uno por s mismo, como perfectos
canallas: Par~ qu afirmar la legitimidad de las aspiraciones de las
masas. s~ se mega el deseo por todas partes donde intenta salir a la
superfICie en la realid~d cotidiana. Los fines polticos pertenecen
a. gente desencarnada. Piensan que se puede, que deben ahorrar todo
tipo de p~eo~upacio~~s en este mbito para movilizar toda su energa
contra objetivos pohtlcos generales. i Es un error! Porque en ausencia
del deseo la energa se disfraza bajo la forma de sntoma de inhibicin
y de angust.ia. Y sin embargo, desde hace mucho ti~mpo no han
faltado ocasIOnes para darse cuenta por s mismos de estas cosas.
~a puesta en accin de una energa susceptible de modificar las
relaCIOnes ?e fuer/.a no cae del ('ielo, no nace espontneamente d('1
programa Justo o de la pura cientificidad de la teora. Est detenni~~~o~ J.~ transformacin de. una el!.~!',gje.J?joIKi~a-la libid;;-=!!!._<!.~.~!V_O~9!_~.Q1.!~..s2~i.~L Es siempre demasiado fcil ref('riclo
~odo a las famosas contradicciones principales. Es muy abstracto. E~
mrluso un !Tll'dio dI' deft'llsa. un truco que ayuda a desarrollar
321
322
bandas. }' todo I~ que s(' quiera en ('1 izquierdismo, tienen que ll('viu
a c~?O un trabajo a.naltj~.o sobre s mismos tanto como un trabajo
polltl;o en el exterIOr. SI no corren peligro de hundirse en esa
espene dt' locura de _la hegemona. esa mana de grandeza que
hace que algunos suenen. con reconstruir el "partido de Mauri('e
Thorez" o ~I de Lenin, de St~lin o de T,rostki, todos tan asquerosos
y desact~ahzados como jesu('flsto o dt' (,aulle, o ('ualquiera dt' esos
desconondos que nun('a terminan por reventar.
*Cada uno co~ su pequeo congreso anual, su pequeo ce, su gran
BP, su Sec~e~.afla y su secretara general, y sus militantes de carrera
con su. antlgu~dad, y en la versin troskista, todo multiplicado a
e~cala mternanonal (congresos mundiale:i, comit ejecutivo internanonal, SI, etc.).
. i. P,or gui\ los ~.rupl.sculos en lugar de_yuerer C[t'cer no s~..wW.ti
E!lc~ran hasta el I'lfllu.w.? i Cada uno con su grupsculo! En cada
fabr~ca, en cada, calle, en cada escuela. i El reino de los comits de
base. Pero gr~pllsculos que aceptaran ser lo que son en donde estn.
YJ de. se~ W?~lble, una multiplicidad de grupsculos que sustitu~IIDl
a las mstltunones de la bur~ue~a: la familia la escuela el sindicato
d ~l~b deportivo, etc. Grupsculos que no temieran, adems de su~
obJetiVOs revolucionarios, organizarse para la supervivencia material
y moral de cada uno de sus miembros y todos los perdidos que lo
rodean ...
Ent.ol1(~~, l~ anarqua i vaya! Nada de coordinacin, nada de
centrahza~IO~, nada de estado mayor ... i Al contrario! Fijmonos
en el.movlmlento de los Weathermen en EE.UU., estn organizados
en tnbus,. en bandas, ete., pero esto no les impide coordinarse \'
bastante bien.
.
Qu. e~ ~o que cambia si la cuestin de la roordinacin, antes que
en .l~s ..ndlvlduos, se plantea para los grupos de base, para las familias
a~tlflclales, para las 'comunas... El individuo, tal como ha sido
mo~elado por la mquina social dominante, es demasiado frgil.
esta muy expuesto a las sugestiones de cualquier naturaleza: droga
miedo: ~amilia. ~tc. ~n un grupo de base puede esperarse recupera;
~n mmlmo de Identidad colectiva, pero sin megalomana, con un
sistema de control al alcance de la mano; de este modo el deseo en
cuest~n quizs pueda ha('er valer mucho ms su palabra, o bien
podr~ respetar sus compromis?s mil~tantes. En principio h~~
termma.r co~,~ respeto ,a la ,lJda ,prilLa.ck.;...~ el comienzo ...y.,..e.L..i.W.
deJjil.enaCJOP SOCIal Un
grupo
una unjA_.J "e nll.. , "
__
_ analtico
_.----,~,----.!J,!..wJ.JU'-=,lI.l.JIUlQ1L
Bllreall Politiquf',
323
desf.ante, no tiene ms vida privada; est vuelto a la vez hacia adentro y ha(,ia afuera, hada su contingencia, su finitud, y hacia sus
objetivos de lucha. El movimiento revolucionario tiene p?-~t.an!~~
construirse ~I1,-,.lll.ln'.iifO.tlllii de...subje.tUtidad, que .na....descan!e..m~s
'en el individuo y en la familia.C2nY.\,I~La subversin de los modelos
abstractos secretados por el capitalismo y que permanecen garantizados. hasta ahora. por la mayora de los tericos, es un previo absoluto para la recar~a por las masas de la lucha revolucionaria.
Por el momento es de poca utilidad hacer planes sobre lo que
debera ser la sociedad' de maana, la produccin, el estado o no
estado, el partido o no partido, la familia o no familia, cuando nada
hay en verdad que pueda servir de soporte de la enunciacin de algo
que est por encima. Los enunciados conti!l..':l.~!!!l_.lJ!-ltaE.~.<?,,~r.t .
.::!-
1
I
~o, inde~L~~~t:.s.!..!~!an~().que...1~,agent~L~C!l!..ft!1!..9.u!.e,~1I:.!!!1.c!..a.C1,C>71_
no_.s~?JL~~~ ex~lorr, !aLCQW.eJl ..la realidad... en tanto que no
-dispongamos de ningl!U!l~Qi~_g,:!.!: !los ~~e de la ideologa dominante
.~u!'~~Il~...!!!.e.t~..I2Qf .IiLPicl. .que habla-de
nosotros-ismos,
que, a nuestro pesar, nos lleva a cometer las peores cochinadas, las
peores repeticiones. y tiende a hacer que siempre caigamos derrotados
sohrt' los mismos ('aminos ya trillados.
sCffilsma'en
1970