Los Saberes Del Arte. La Experiencia Estética en Nietzsche
Los Saberes Del Arte. La Experiencia Estética en Nietzsche
Los Saberes Del Arte. La Experiencia Estética en Nietzsche
LA EXPERIENCIA ESTTICA
EN NIETZSCHE
The Knowledge of Art
The Aesthetical Experience in Nietzsche
Luis Eduardo Gama*
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R ESUMEN
Abstract
Nietzsches reflection on art extends throughout his philosophical work. From the
early claim of an artists metaphysics to the late considerations that see in art
the privileged form of the Will to Power, Nietzsche makes his attempt to overcome western metaphysics to depend on a particular ontological conception of the
artistic fact. This ontological aestheticism, of enormous influence in current philosophical trends, has been the subject of various comments and criticisms. Less
interest has raised instead the analysis of the implications that this long nietzschean meditation concerning art can have in the interior of the aesthetic field
itself: what is the specificity of art compared with other fields of human action?
Ideas y Valores nmero 136 abril de 2008 ISSN 0120-0062 Bogot, Colombia Pginas 67-100
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What results for the individual and for culture from the encounter with the phenomenon of art? This article constitutes a first attempt to answer these questions.
Its analysis focuses in The Birth of Tragedy and, to a lesser extent, in the physiology
of art found in the Twilight of the Idols. The articles central thesis defends that,
according to Nietzsche, the aesthetical experience is essentially an experience of
knowledge, a type of knowledge that gives access to truth.
Key words: art, appollinean, dionysian, aesthetical experience,
Nietzsche.
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en la intuicin central que ofrece la obra: lo apolneo y lo dionisaco no representan solamente los dos principios que determinan el
desarrollo del arte, sino que su tensa relacin define tambin el horizonte metafsico ltimo desde donde se decide el devenir mismo
de la realidad y el movimiento de la historia, al tiempo que resultan
instanciados en la vida instintiva de los individuos como los estados fisiolgicos contrapuestos del sueo y la embriaguez. Segn
nuestro propsito, buscaremos aqu concentrarnos en el primer
aspecto, esto es, en lo apolneo y lo dionisaco como principios genuinamente estticos, dejando en un segundo plano el trasfondo
metafsico o la concepcin de la historia de la cultura que a ellos
va asociada.
Antes de abordar las determinaciones propias del arte apolneo
y el arte dionisaco, Nietzsche mismo nos presenta la perspectiva
general en la que cabe ubicar su reflexin sobre el arte. Las lneas
con que da inicio el texto dicen:
Mucho es lo que habremos ganado para la ciencia esttica cuando
hayamos llegado no slo a la inteleccin lgica, sino a la seguridad
inmediata de la intuicin de que el desarrollo del arte est ligado a la
duplicidad de lo apolneo y de lo dionisaco. (NT 1 40)
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Este fragmento pone nuevamente de relieve el carcter de conocimiento y verdad que acompaa al arte apolneo. Aqu la cultura
olmpica griega es representada como una cultura artstica que produce
bellas apariencias el mundo olmpico, que hacen deseable la existencia humana, al tiempo que permiten un conocimiento intuitivo
del fondo dionisaco ltimo de la realidad. Para inducir a vivir, los
griegos no tuvieron que figurarse un universo ficticio de beatitud y
dulzura que hiciera olvidar su profundo conocimiento del absurdo
de la existencia; en efecto, el mundo olmpico no es un mundo rosa,
sino el mundo del destino cruel de los ms nobles, de las estirpes
malditas y de los dioses envidiosos e iracundos. Nada se disimula
4 Modifico aqu la traduccin de Snchez Pascual quien vierte ein verklrendes
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por ejemplo en Fedro: el amante hace del amado una imagen de lo bello, pero
justo porque entrev en l una idea que imita bien a la belleza (Fedro 251a).
Apolo que tiene lugar en el arte. Por ahora interesa destacar la tensin
que se resuelve en la experiencia humana con lo artstico apolneo: all
gana el individuo un saber de las fuerzas determinantes de la realidad
y de su destino, de la necesidad de la apariencia, de la tragedia de una
existencia fundada en un devenir sin lgos ni tlos, pero de manera
tal, que quien hace esta experiencia contempla con entusiasmo esta
imagen terrible y ama con ms fuerza la vida.6 Por ltimo habra que
precisar que este conocimiento aqu obtenido es slo el conocimiento
contemplativo de un individuo que observa como espectador pasivo
(como sentado tranquilamente en medio del mar) la imagen del
mundo que se le ofrece. He aqu la razn por la cual Nietzsche no
considerar al saber y a la experiencia propias del arte apolneo, la
realizacin suprema de la experiencia esttica.
1.2. Dioniso, arte trgico, saber participativo
Bajo el nombre de Dioniso Nietzsche establece un smbolo para
el flujo informe e incontenible de la vida en su perpetuo proceso
de creacin y destruccin, de aniquilamiento y renovacin. Como
suele suceder en Nietzsche, el trmino no gana nunca la fijeza de un
concepto y se usa ms bien para recoger intuiciones provenientes de
diversas fuentes: la ciega voluntad metafsica o el uno primordial
de Schopenhauer, cuyas permanentes objetivaciones slo tienen por
meta su propia afirmacin, o el resurgimiento del sentimiento trgico
de la vida de los griegos, del mito, el instinto y la cercana a lo natural,
que desde el romanticismo ganaba presencia, alcanzando en la obra
de Wagner una altura insuperable. Lo dionisaco es ese poder creativo
desbordante, ilimitado, carente de formas, estructura o armona, que
elevado a categora metafsica se revela como el fondo infinito del
que brota y al que retorna toda existencia individual. Justo por ello
la experiencia de lo dionisaco toma la forma en primera instancia de
una disolucin del individuo, o en el lenguaje de esta obra, de una
infraccin del principium individuationis representado por Apolo.
Cundo tiene lugar una experiencia tal? Nietzsche se remite aqu a los
6 En un conocido pasaje de la Potica de Aristteles se seala que la poesa es ms
verdadera que la historia, en tanto ella delinea y confiere fijeza a los tipos universales del carcter humano que la historia slo presenta de manera abigarrada
y confusa. En este sentido, tambin para Aristteles el arte (el arte potico en
este caso) brinda un acceso a la verdad. Menciono esto para entender por contraste la postura nietzscheana: en Aristteles el arte fija trazos permanentes en
lo cambiante de las cosas, para Nietzsche, por el contrario, la funcin del arte
es dejar intuir en lo que parece invariable y constante el fondo de una voluntad
fluyente, variable, incontenible. Digo esto tambin para sealar aqu un punto
de deslinde de la esttica nietzscheana con posiciones actuales en filosofa del
arte que en este punto se saben herederas de Aristteles, pienso sobre todo en la
esttica hermenutica de Gadamer.
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Tenemos pues, de un lado, a Dioniso que se redime en la apariencia, del otro, a Dioniso que se enaltece gracias a ella. La ambigedad
se disuelve si consideramos que lo que est en juego aqu son las dos
formas de apariencia apolneas que ya habamos identificado antes.
En el primer caso, la apariencia que redime no es otra que la de
las formas individuales del mundo emprico o la de las construcciones culturales ms o menos tericas de la metafsica, la religin
o la ciencia. En ellas la potencia desbordante de creacin de lo dionisaco encuentra redencin, sosiego y reposo en una figura acabada y
completa: en las formas fijas y estables del mundo natural, en la solidez y permanencia del mundo emprico, o en la estructura lgica de
una teora omnicomprensiva. En el segundo caso, se trata de las bellas
apariencias del arte; en ellas no se busca tanto suspender la indomable
fuerza creativa de lo dionisaco para poner trmino a su sufrimiento,
como enaltecerla, es decir, reconducir ese torrente creador, catico e
informe, hacia cursos ms definidos; introducir apariencias y figuras
que no agotan la energa creativa de Dioniso, pero que la dotan de
cierta flexible corporeidad que le impide dilapidarse en la explosin
avasallante de un crear sin lmites. Lo dionisaco que se deja expandir
libremente desde su propio centro degenera en destruccin y caos; lo
dionisaco cuya energa se invierte en la configuracin de entidades
rgidas y, en apariencia, definitivas, termina retrayndose detrs de
sus creaciones, dispensado, aunque slo sea provisionalmente, de
reanudar su ciclo eterno. Slo un Dioniso preformado con las bellas
apariencias del arte apolneo, slo lo dionisaco que ha ganado imagen, aunque no eidos ni forma universal, logra mediante ella reinvertir
en s mismo su propia potencia en lugar de derrocharla hacia cualquier sentido. Dotado de forma e imagen artstica Dioniso se puede
ahora mostrar a sus criaturas, no a entes inertes e inanimados, sino
a individuos que contemplan en esta imagen el rostro de Dioniso, y
reconocen all intuitivamente su propia esencia, que gracias a esto
resulta reafirmada y enaltecida. Elevando a sus criaturas Dioniso se
eleva a s mismo, y viceversa, como en un impulso ascendente estimulado por un dinamismo mutuo.8
8 Este enaltecimiento de Dioniso a travs de la apariencia, que va ms all de la
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La experiencia artstica dionisaca parte pues de una identificacin plena con la verdad terrible del mundo, y no de una
contemplacin a distancia de la misma; de all brotan apariencias
sensibles en forma de msica o de imgenes simblicas, pero con
ellas se logra menos una aprehensin intelectual de lo dionisaco
(la msica es aconceptual) que un hacer sensible y comunicable la experiencia del mismo. Como en todo arte, lo distintivo aqu
es la generacin de apariencias; como toda apariencia, la apariencia artstica brota de una necesidad metafsica, en este caso, la de
la autoafirmacin y el enaltecimiento de Dioniso. Pero mientras
la apariencia apolnea logra ese enaltecimiento a travs de la bella
figura donde los individuos contemplan su propia esencia en el
rostro de Dioniso, se reconocen all y afirman de este modo la
verdad ltima del mundo, la apariencia dionisaca hace sensible
y trae a la presencia esa verdad de Dioniso, logrando as un enaltecimiento ms profundo del mismo; uno que no tiene lugar mediante
la intermediacin de una operacin intelectual que genera distancias, sino en la inmediatez de la intenssima experiencia vital de
participar por un momento en el curso creativo del mundo.
Habra que examinar si estos dos principios estticos pueden
servir de base para una especie de tipologa de las artes, como la
que se puede encontrar en las reflexiones sobre el arte de Kant o de
Hegel. De los ejemplos de Nietzsche se podra derivar una clasificacin tentativa que adscribira al arte apolneo las artes plsticas
figurativas en general, la arquitectura, la pica, la msica armnica,
mientras que incluira dentro de las artes dionisacas las artes representativas, la danza, la msica rtmica, o la poesa lrica. Nada de
esto es sin embargo muy preciso, y evidentemente en El nacimiento
de la tragedia interesa menos elaborar una rgida clasificacin de las
artes que destacar, dentro del universo de las mismas, el tipo de arte
trgico que floreci en la Grecia antigua. Pero an esta preocupacin
ms de sesgo filolgico resulta secundaria ante el objetivo final de
promover un renacimiento de esta forma artstica trgica en el seno
de la Alemania decimonnica, concretamente a travs de la obra de
arte total de Richard Wagner. Por nuestra parte, ms que la gnesis
histrica de un tipo particular de arte o su posibilidad de renovacin
cultural, nos interesa elucidar las formas de experiencia esttica que
Nietzsche ha identificado aqu, su contenido y naturaleza particulares, sus efectos y condiciones de realizacin. Aqu encontramos
uno de los filones ms productivos de esta juvenil obra de Nietzsche
para nuestra actualidad, pues aunque hayan desaparecido formas
concretas histricas de realizacin artstica, la pregunta por la
experiencia del arte sigue vigente, y tiene bastante sentido indagar
por aquello que resulta determinante en nuestra experiencia
esttica, sea que sta tenga lugar frente a obras del arte antiguo o
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creadora del mundo que es lo propio de la experiencia del arte dionisaco. En este sentido esta experiencia resulta superior a la propia
del arte apolneo; en ella el ser humano alcanza su valor ontolgico
ms alto al identificarse sin fisuras con el principio creador del todo,
eliminando cualquier tentativa de distanciamiento. En otras palabras,
aqu se supera definitivamente toda anttesis de lo subjetivo y de lo
objetivo, que en todo caso an persistira en el espacio que separa al
espectador apolneo contemplativo y la imagen artstica de Dioniso.
El hombre del estado esttico apolneo (artista o espectador) sigue
siendo individuo frente a la obra de arte, el del estado esttico dionisaco se ha convertido l mismo en obra de arte. Pero la superioridad
del estado dionisaco no consiste tan slo en su ms alto estatuto ontolgico, esto es, en su mayor cercana al ser; a este estado tambin le
es inherente una forma de saber que supera la forma slo contemplativa del saber del arte apolneo. En la continuacin del pasaje recin
citado se destaca este saber del arte dionisaco de formas inferiores
de conocimiento artstico, que resultan cercanas al saber contemplativo apolneo. Nietzsche afirma que la conciencia acerca de nuestra
suprema dignidad de ser uno con lo dionisaco, que en el fondo es el
saber que se adquiere en la contemplacin apolnea, resulta
[A]penas distinta de la que unos guerreros pintados sobre un lienzo tienen de la batalla representada en el mismo. Por tanto, todo nuestro saber
artstico es en el fondo un saber completamente ilusorio, dado que, en
cuanto poseedores de l, no estamos unificados ni identificados [nicht
eins und identisch sind] con aquel ser [] El genio sabe algo acerca de la
esencia del arte tan slo en la medida en que, en su acto de procreacin
artstica, se fusiona con aquel artista primordial del mundo. (NT 5 67)
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Y ms adelante se dice:
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