Desde la meseta castellana y la marisma andaluza hasta las cumbres andinas en la mitad del mundo, el toro de lidia fascina por su estampa y poderío. Esta crónica, escrita entre el páramo y el pajonal, recorre los pasos del uro bravo en América morena.
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Desde la meseta castellana y la marisma andaluza hasta las cumbres andinas en la mitad del mundo, el toro de lidia fascina por su estampa y poderío. Esta crónica, escrita entre el páramo y el pajonal, recorre los pasos del uro bravo en América morena.
Desde la meseta castellana y la marisma andaluza hasta las cumbres andinas en la mitad del mundo, el toro de lidia fascina por su estampa y poderío. Esta crónica, escrita entre el páramo y el pajonal, recorre los pasos del uro bravo en América morena.
Desde la meseta castellana y la marisma andaluza hasta las cumbres andinas en la mitad del mundo, el toro de lidia fascina por su estampa y poderío. Esta crónica, escrita entre el páramo y el pajonal, recorre los pasos del uro bravo en América morena.
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HUGRAHUASI, LA CASA DEL TORO
Por Fabricio Guerra
CAPTULO 1 La sola mencin de Huagrahuasi provoca sensaciones intensas. Bravura, clase, indultos, tardes triunfales. Estas y otras similares son las aoranzas que evoca este vocablo de difcil pronunciacin para algunos forneos, pero de obligada referencia para todos, porque Huagrahuasi es ya parte consustancial de la tauromaquia universal. Por eso, en esta ocasin, el proyecto Ecuador Rutas Taurinas, haba como pocas veces antes, despertado una inusitada expectativa entre los aficionados, tanto as que, con la aquiescencia del ganadero, el cupo previsto inicialmente para el viaje debi ampliarse. Y as las cosas, 150 aventureros, sin contar con el personal del programa y de la logstica muy por la maana a bordo de tres buses, una buseta y un par de camionetas con rumbo al sur, la Panamericana, Pllaro primero, despus de recorrer un ascendente y sigsagueante camino, la hacienda Huagrahuasi como destino final. La bienvenida corri a cargo del anfitrin, don Jos Luis Cobo, quien se gan al instante la adhesin de la concurrencia al agradecernos l por la visita, como si todos nosotros, los visitantes, no estuviramos tan emocionados como honrados por estar ah, conociendo y recorriendo esos senderos. Jos Luis, se alegraba tambin porque segn nos cont, el cielo haba estado encapotado en las primeras horas de la maana, despejndose tan solo unos minutos antes de nuestro arribo. As que las cosas se presentaban idneas para que todo marche sobre ruedas. Ingresamos entonces a la casa hacienda, y la fuerza del pasado, de la historia, no tarda en atraparnos. Lo primero que nos deslumbra son las decenas de placas, trofeos y reconocimientos que recuerdan algunas de las tantas y tantas tardes de gloria en las que los bravos huagras pusieron por todo lo alto a la divisa grana y blanco. As que, es momento de revisar el contexto histrico, y sealar que Huagrahuasi, as en lengua ancestral, o la casa del toro, en castellano, fue formada en el ao de 1966, cuando los hermanos Marcelo y Carlos Manuel Cobo Sevilla adquirieron parte de la ganadera de Pedregal Tambo, a la que sumaron posteriormente hembras y machos de procedencia Pinto Barreiros, a travs de un minucioso trabajo de seleccin. El debut de Iaquito se produjo en 1969, y al poco tiempo, Huagrahuasi se fue consolidando como uno de los principales hierros en los carteles de la feria Jess del gran Poder.
Sin embargo, es en 1978 cuando se marca un antes y un despus,
con la importacin desde Espaa de vacas y sementales procedencia Juan Pedro Domecq y Jandilla, eliminndose de paso toda sangre anterior. Una nueva etapa, un desafi enorme para los hermanos Cobo, pero las cartas estaban echadas y haba que jugarlas. Tras casi una dcada de manejo conjunto, en el 86 la vacada se divide en dos partes iguales, manteniendo don Marcelo Cobo el nombre y la divisa original, es decir Huagrahuasi, al tiempo que don Carlos Manuel pas a lidiar sus toros con una nueva divisa y bajo su propio nombre. Sobra decir, que ambos ganaderos, llevaron con xito su misin, y las satisfacciones no se hara esperar. CAPTULO 2 En el captulo anterior, antes del corte, la narracin cronolgica se haba detenido a finales de los ochenta. Huagrahuasi ahora bajo la tutela nica de don Marcelo Cobo Sevilla, haca de la labor ganadera un trabajo de alquimia, y es que la crianza de bravo debe ser uno de los oficios ms difciles del mundo, y de paso uno de los menos rentables. Criar reses de lidia, es todo un enigma, una incertidumbre, una apuesta a largo plazo, que puede funcionar o no. As y todo, los sueos del ganadero pesan ms que los contratiempos y los pesimismos. Ya en los noventa, de ha poco, el toro de Huagrahuasi fue marcando la diferencia con sus pares de otros hierros. La sangre Domecq, se afianz en el pramo andino, y sus portadores, los huagras, se convirtieron de ha poco en garanta de bravura. Cada vez ms, las principales figuras del toreo que arribaban al pas, saban que esta era la carta ganadora. Confirmndose lo anterior, el 6 de diciembre de 1995, Enrique Ponce indult en Iaquito a Marqus, un huagra que fue un dechado de virtudes, y que puso ahora s a todo el mundo taurino a hablar de aquella divisa ecuatoriana de nombre quechua que criaba con xito al toro de sangre domecq a casi 3400 metros de altitud, en plena cordillera de los Andes. Por aquellos tiempos, don Marcelo Cobo, fue cediendo la posta en el manejo ganadero a su hijo Jos Luis, quien supo estar a la altura de las circunstancias manteniendo e incrementando la calidad de su herencia, y ms an, Jos Luis en su momento cre otro hierro, del mismo encaste domecq, y desde entonces, Triana ha compartido triunfos y consagraciones con su hierro matriz. Ahora es momento de hablar de toros ilustres, y en Huagrahuasi, vaya que el listado es copioso, pero intentemos resumirlo
puntualizando que por ejemplo, Atrevido fue reconocido como el ms
bravo de la feria quitea de 1997, y Bullanguero fue a la vez el mejor del serial ambateo del 99. En el ao 2000, el triunfo lleg por partida doble, pues Localeo y Roteito, los dos, ex aequo, como se estila decir, fueron premiados como los ms importantes de ciclo del Gran Poder de aquel ao. El nuevo milenio traera nuevas satisfacciones para el hierro de la ya emblemtica H, contando como plaza referencia a la Monumental Quito, recordados sern por siempre, Picaflor lidiado por Joselito en el 2001, o Bramador cuya lidia corri a cargo de Juan Pablo Daz. Tambin un sitial de preferencia tiene Nombrado, que en el 2004 fue declarado el mejor toro del ciclo, y con el que Cruz Ordez bord el toreo. Manzanares hijo indult a Forjador en el primer festival de la Virgen de Triana en una mgica noche en la Plaza Belmonte en el 2005, mientras que en el 2006, se marca otro hito, uno ms, de nuevo en Iaquito, con una seguidilla de cornpetas de gran juego, empezando por Lanudo, que fue indultado por Sebastin Castella, y continuando con Bullicioso y Riguroso, reses que lucieron su gran nobleza en la muleta de El Juli y Miguel ngel Perera respectivamente. Pero el clamor estaba por llegar. Y lleg, el 6 de diciembre de ese ao 2006, bajo una torrencial lluvia El Fandi le cort las dos orejas, al enclasado Jaquimero que hizo de quinto de la tarde. De pronto la lluvia mut en diluvio, y muchos pedan la suspensin del festejo. Total, faltaba tan solo un toro por lidiarse, y adems casi la mitad de la gente haba abandonado el tendido, las radioemisoras debieron dejar de transmitir pues se haban ya quemado varios equipos electrnicos. Diluvio con ribetes bblicos. Y ante la incredulidad de todos, se abri el toril y apareci raudo, Grandioso, de Triana, es decir, un huagra de siempre. Y a su vez, vestido de rosa y oro Csar Jimnez, con el agua hasta los tobillos, se abra de capa. Todo fluy entonces, y Grandioso rompi a embestir, y como en una pintura surrealista, el agua, a mares, tan solo fue el fondo para tan sugestivo cuadro. Indulto, los toreros a hombros al igual que el ganadero. Inolvidable. nico. Irrepetible. Ms recientemente, de entre varios otros animales de alta nota, el a;o anterior noms, en Latacunga, El Fandi indulto a Choronga, otro de los huagras que quintaesenciaron su estirpe. CAPTULO 3 Extensa, apasionante, vital, es la historia de Huagrahuasi, y tras haberla revisado a breves rasgos, volvamos a la dehesa y a las sensacin de estar all a pocos metros de los mticos huagras, y es que segn lo previsto, don Jos Luis haba mandado preparar varios de los tractores con los que se efectan las cotidianas labores ganaderas, y a bordo de aquellos, pudimos llegar hasta los
mismsmos cercados para observar emocionados las camadas y los
toros que dentro de pocas semanas sern lidiados en Latacunga por Morante, Talavante, Fandi Ventura.. Luego, el personal de la ganadera con Jos Luis por delante, llev a cabo una de las ms autnticas labores del campo bravo, el herradero de becerras, invitando a varios de los aficionados a participar en tan compleja actividad.. En el tentadero de hembras, don Jos Luis, muleta en mano, reverdeci viejos laureles, y como en sus mejores a;os se pas las vaquillas con temple y cadencia, recordando aquellas tardes aquella de hace un par de dcadas, cuando Jos Luis sala a hombros junto a Joselito y Manzanares padre en Iaquito. Luego aficionados y aficionadas, atemperando los nervios, tambin se pusieron ante las becerras, superando as el miedo escnico y disfrutando de la intensidad de una embestida La tarde caa, y era tiempo de reponer fuerzas, paella valenciana para todos, la foto de despedida, el abrazo final y el regreso. Agotados pero felices. Convencidos de que formamos ya parte de la historia grande del toreo, de la historia ilustre de Huagrahusi.
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