Manantial
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Meditaciones
Dedicatoria :
MANANTIAL
P. Gumersindo Daz sdb
Primera edicin : Diciembre / 2000
2500 ejemplares
Puede imprimirse :
ISBN 99934-23-08-4
Santo Domingo R. D.
Dic. / 2000
MEDITACIONES
Siguiendo a Jesucristo.
CONTENIDO
Introduccin
Comentario del Rvdmo. P. Inspector.
Comentario del seor Obispo de San Fco. de Macors.
Jess en el Sagrario.
I. JESUS Y MARIA
1. Jess de Nazaret.
2. Mara de Nazaret.
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III. LA EUCARISTIA
8. Al pie del Altar.
9. Invitados al Banquete del Seor.
10. La Eucarista, Pan de Vida.
11. Jess, Ofrenda Eucarstica.
12. Eucarista, alimento y apoyo.
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IV. LA CRUZ
13. La Cuaresma y el sentido de la Cruz.
14. El camino de la Cruz y el Silencio de Dios.
15. El misterio de la Cruz.
16. Los mandamientos y la moral cristiana.
17. Amor y Perdn.
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V. LA FE
18. El Reino de los cielos.
19. La alegra de la fe.
20. El miedo en la fe.
21. Crecer en la fe.
22. Mensajeros de la fe.
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VII. EL BAUTISMO
28. El bautismo del Seor.
29. El nuevo nacimiento.
30. Gracia y pecado.
31. La verdad y el hombre.
32. La bsqueda de Dios.
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X. TEMAS VARIOS
44. La Oracin: Tema Oraciones Salmos Ritos.
45. Adviento: Tiempo de conversin.
46. Adviento: Vivir en la esperanza.
47.Teologa de la vida religiosa apostlica.
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INTRODUCCION
Este libro es como un pequeo manantial que brota de las experiencias de fe que he tenido en mi accin pastoral, y de las ideas
fundamentales que han guiado mi vida al transmitir a mis hermanos
el mensaje del Evangelio de Jesucristo. Enumero slo algunas de esas
experiencias de fe :
1. Fui ordenado sacerdote el 29 de Marzo de 1970, Pascua de Resurreccin. Desde 1970 hasta 1984 estuve trabajando en la Pastoral
Vocacional. Ese trabajo me ayud mucho a meditar en la belleza del
seguimiento de Cristo. En este clima de la llamada de Dios, he tratado
de manifestar al mundo que, en mi sacerdocio, he sido y soy plenamente feliz. Gracias, mi Dios! Para enriquecer mi trabajo en la pastoral vocacional entr muy de lleno en el campo de la fotografa. Esto
me ha permitido adornar este libro con bellas fotos de la naturaleza,
devolvindole a Dios algo de lo que El me ha regalado y que me ha
sido tan til en mi trabajo pastoral.
2. A partir de 1978 prediqu ejercicios espirituales a algunos gru- pos
de religiosas. Los temas de Laudes eran muy sencillos y aptos para
mover el deseo de seguir a Jesucristo. Esos pequeos temas han sido
reelaborados y son parte de este libro.
3. Hace 14 aos que escribo peridicamente a un grupo de perso- nas
de Puerto Rico, Repblica Dominicana y Estados Unidos. Son personas que gustan de la vida espiritual y de la oracin. Mis mensajes han
tenido por ttulo: Carta a mis amigos en la fe. Muchas ideas de esas
pginas han pasado a este libro.
4. Una de las experiencias ms hermosas de mi vida sacerdotal ha
sido y sigue siendo la ADORACION EUCARISTICA. He creado mi
propio estilo de Adoracin y para ello he escrito dos folletos: Adoracin(1991), y Jess, Pan de Vida(1999). Parte de ese material lo
he integrado al libro.
5. Siempre me ha gustado meditar en el Misterio de la Cruz.
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JESUS ESTA
EN EL SAGRARIO
ESCONDIDO
El es la fuerza poderosa y el misterio de fe
de la Iglesia del silencio.
CALLADO
escuchando las alabanzas
y proyectos de sus hijos.
CUIDANDO
a sus hijos predilectos que se acercan
al Sagrario con alegras y penas
para convertirlas en
ORACION y OFRENDA.
El es el alimento de las almas fuertes,
de aquellos que encuentran su felicidad
en una dulce mirada hacia el cielo.
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Ensame
Seor ...
... a comulgar
muriendo
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I. JESUS Y MARIA
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1. JESUS DE NAZARET
La Iglesia nos llama a aceptar el mensaje de Jess, a creer ms en
su Amor y su en Palabra, y a fortalecer cada da nuestra esperanza del
cielo.
Jess es Seor de la Historia. Centro del Universo. Principio y fin del
Cielo y de la Tierra. El mismo ayer, hoy y siempre.
Jess de Nazaret es la Herencia de la Iglesia, la luz en las tinie- blas, la
fuerza de los dbiles, el consuelo de los desamparados. El nos ofrece
un camino estrecho que, al vivirlo con amor, se vuelve ancho. Nos
presenta una cruz que tiene aspecto de llanto, pero que sabe a felicidad. El es la gran bandera discutida, la nica luz que permite entrar en
el misterio de Dios, la nica puerta para entrar en el Reino del Amor.
Naci en un pesebre: En un rincn olvidado, en el fro del in- vierno,
al calor de la respiracin de unos pocos animales, custo- diado por
cuatro ojos bondadosos que lo miraban a cada instante, que sentan
una gran nostalgia al no poder ofrecerle algo mejor a ese Nio que
llegaba envuelto en tantos misterios.
Lucas 2, 6-7 :Y sucedi que mientras estaban en Beln, le lleg a
Mara el tiempo de dar a luz. Y all naci su primer hijo, y lo envolvi en paales, y lo acost en el establo, porque no haba alojamien- to
para ellos en el Mesn.
Se ocup de sus hermanos, los hombres : Vino a mezclarse con los
pecadores. Se hizo parte de una humanidad cansada de sufrir, hombres y mujeres enfermos, desesperados, leprosos, hasta posedos del
demonio. Se meti en esa atmsfera pesada de este valle de lgrimas,
de unos cuerpos dolientes. Entr hasta el fondo del alma humana, y
encontr que, en el corazn de Mara, de Pedro, de la Magdalena, de
Zaqueo, el amor no se haba muerto. Estaba vivo. Aprendi a sufrir
y a amar como nosotros. Le gust nuestra manera de amar, y nos dio
bellas lecciones de comprensin.
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Por amor carg una cruz que despedaz su cuerpo, pero su rostro
segua sereno y sus ojos tenan fuerza de infinito, traspasando las fronteras concretas para deslizar su alma sobre la esperanza del ms all.
Se volvi descanso para los que le siguen y comida para los que tienen
hambre de Dios.
* Jess contest: Vayan y dganle a Juan lo que estn viendo y oyendo: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios,
los sordos oyen, los muertos vuelven a la vida, y a los pobres se les
anuncia el mensaje de la salvacin. Y dichoso aqul que no pierda su
confianza en Mi. Mateo 11, 4-6.
** Mientras coman, Jess tom en sus manos el Pan, y habiendo
dado gracias a Dios, lo parti y se lo dio a sus discpulos diciendo:
Coman, esto es mi Cuerpo. Luego tom en sus manos una copa, y habiendo dado gracias a Dios, se la pas a ellos diciendo: Beban todos
ustedes de esta copa, porque sta es mi Sangre, la cual es derramada
en favor de muchos para la remisin de los pecados. Mateo 26, 26-28
Fue perseguido y vivi sereno: Trat de comprender hasta a sus verdugos, considerndolos parte de la Escritura, parte del plan del Padre.
Se entreg serenamente en el Huerto de los Olivos. Atraves tranquilo
la tragedia de los palacios de Ans y Caifs, de Pilatos y de Herodes.
El silencio era la coraza de su fuerza espiritual. Por aquel tiempo,
los jefes de los sacerdotes y los ancianos de los judos se reunieron en
el palacio de Caifs, sumo sacerdote, e hicieron planes para arrestar
a Jess mediante algn engao y matarlo.(Mateo 26, 3) Como
cordero llevado
al matadero, enmudeca y no abra la boca.
(Hechos 8, 32-33).
Muri lleno de paz : Antes de morir celebr la ltima Cena e instituy el Sacerdocio. Habl de su muerte con naturalidad. Sud sangre
en el Huerto de los Olivos, pero su rostro estaba sereno, pues tena el
consuelo de los ngeles. Una vez que lo prendieron, Pedro lo neg,
y Jess, al pasar, le dio una mirada a Pedro tan compasiva que transform su pecado en llanto, y el llanto se volvi amor. Antes de morir
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Jess de Nazaret
Una vida diferente. -Un llamado a un amor nuevo.
BANDERA DISCUTIDA
El anciano Simen al tomar en sus brazos al Nio Jess, dijo: Este
ser una bandera discutida. El primero que enfrent la bandera de
Jesucristo fue el demonio : En el monte de las tentaciones, y en la
persona de los endemoniados. Se lo decan claramente: A qu has
venido, Jess de Nazaret? Quie-res acabar con nosotros? El demonio
saba que Jess vena a echarlo de su reino, que Jess iba a liberar al
hombre esclavo del pecado. Jess venci al demonio con la oracin
y el ayuno. La segunda guerra contra Jess fue la de su pueblo.
Juan dice : Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron. Las autoridades judas enfrentaron a Jess, pues ellos regan al pueblo con
una legislacin de exhibicin y de poder. Jess los quera conducir a
una legislacin de Amor y de Servicio. En vez de apariencias, Jess
siempre quiso hombres y mujeres sencillos, humildes, que alaben a
Dios en espritu y verdad. Por eso se fue a la orilla del lago a escoger a
sus primeros discpulos. Jess venci la intriga de los judos llevando
su vida hasta la muerte en obediencia al Padre, creando as una vida
nueva, regida por una Ley Nueva, la Ley del Espritu con fuerza de
comprensin y amor. Esa Ley Nueva sera indestructible ante el poder
del mundo. La tercera guerra la sufri Jess de parte de la debilidad
humana. Talvez fue la que ms le doli : Judas lo entreg, Pedro lo
neg, los dems discpulos lo abandonaron en la hora triste, y una
muchedumbre del pueblo que haba disfrutado de sus milagros termin gritando: crucifquenlo. Eso fue lo que ms le lleg al alma,
y fue lo que le hizo sudar sangre en el Huerto de los Olivos. Sobre
esas tres guerras, sobre ese camino doliente, Jess sembr el bien. Y
en Jess, el bien se llam AMOR. Jess venci la debilidad humana,
Jess venci la frialdad del mundo con el perdn y el amor. Jess
reuni esas tres victorias y las ofreci al Padre en una ofrenda de
obediencia perfecta. Y Jess reuni esas tres victorias y las ofreci al
hombre convertidas en un pedazo de Pan Eucarstico por amor.
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Este es el gran misterio: La Palabra de Dios se hizo carne, y el sufrimiento de Cristo se hizo Pan. Pan que es signo de Amor. La Resurreccin de Jess no fue slo el hecho de que se levant de la tumba.
La verdadera Resurreccin de Jess fue el hecho de haber padecido
tanto, y todava morir amando. Por eso venci al peca- do y venci
a la muerte, porque su amor fue ms grande que todas las guerras
y todas las injusticias que sufri. Jess muri, pero su alma todava
llevaba el sello de la vida, porque no haban podido matar su amor
y su misericordia. Nosotros llevamos demasiados signos de muerte,
porque nuestro amor es muy pequeo. La Resurreccin de Jess nos
va resucitando, o sea, el poder de su amor nos va incorporando a una
fuerza espiritual indestructible, a una conexin con el ms all que nos
ayude a hacer de esta tierra el comienzo de las Bienaventuranzas en
Jesucristo, la felicidad de un Reino que ya ha comenzado. Nosotros,
frente a cualquier promesa que hagamos, fallamos, y ante cualquier
ofensa que nos hagan, explotamos. Son los signos de muerte que hay
en nosotros. Esto significa que hay muchos aspectos de nuestra vida
que no estn evangelizados, que no estn unidos a la Resurreccin
de Jess. Jess, desde esa tumba para siempre abierta, y desde esos
brazos para siempre abiertos nos invita a demostrarle a Dios, a demostrarle al mundo, y a demostrarnos a nosotros mismos que con su
amor podemos vencer al pecado y vencer la muerte, por- que la vida
que El ofrece es vida nueva, es su propia vida. El est en nosotros y
nosotros en El. Tomando parte en sus sufrimientos podremos resucitar
con El. Vencer el mal con el bien es un gran desafo, pero se puede.
CONOCER A JESUCRISTO
Este apartado se inspira en el folleto bblico de A. Giorges: Conocer
a Jesucristo, inspirado en los sinpticos.
Jesucristo es un acontecimiento histrico y meta histrico. Jess vivi
hace 20 siglos, y todava hoy podemos decir: Est vivo!
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** JESUS **
Su nombre supera a todo nombre.
Su nombre est por encima de todos. Su nombre es admirable. Su
nombre es consejero.
Prncipe
de la Paz. El Hijo de Dios hecho
hombre. Sufri y muri por amor.
Resucit al tercer da para darnos la vida. Nos ama. Nos espera con paciencia para recibirnos. Nos dice que est a la puerta de
nuestro corazn tocando dulcemente. Enva su Espritu sobre nosotros. Cuando lo recibimos nos da el poder de llegar a ser hijos
de Dios. Nos da el regalo de la salvacin. Planta en nuestro corazn la semilla de la fe cuando lo recibimos personalmente como
Seor y Salvador. Siembra en nosotros las semillas del amor, el
gozo, la paz, la paciencia, la amabilidad, la bondad, la fidelidad,
la humildad, la delicadeza y el dominio propio, y las hace crecer.
El es el buen Pastor, y la Resurreccin y la Vida. Hermano nuestro.
Cordero de Dios. Emmanuel (Dios
con nosotros). Hombre de dolores.
Profeta y Redentor. Rey de reyes
y Seor de seores. Nuestro Rey espiritual. La Vid. Maestro, Mesas,
Sanador. El que bautiza en el Espritu. Dios todopoderoso. Salvador del
mundo. Luz y Vida. Creador. Alfa
y Omega. Principio y Fin. JESUS
DE NAZARET. Seor de la Historia
Centro del universo. El mismo ayer,
hoy y siempre. Por siglos y siglos.
Amn. (Larry Wajer. USA. 1982).
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Su fuerza
salvadora
sigue
atrayendo
a todos
hacia l.
El nos espera
en el cielo.
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No pretendas encontrar
muchas flores en tu camino.
Te toca a ti convertir las espinas en rosas
2. MARIA DE NAZARET
LA ELEGIDA DE DIOS :
La Iglesia aplica a Mara el pasaje
(Prov. 8, 22-31) que habla de la Sabidura creadora, elegida por Dios
antes de la creacin del mundo para colaborar al lado de Dios en su
obra. Mara fue as, elegida por Dios desde toda la eternidad para la
vocacin especialsima de Madre y colaboradora del Redentor.
El Apocalipsis presenta dos seales (Apoc. 11, 19. 12, 1-6). Una
seal es de gran poder: Un enorme monstruo que devora hasta a las
estrellas del cielo. La otra es dbil: Una Virgen embarazada que va a
dar a luz y tiene miedo, pues no sabe si todo saldr bien. Tiene miedo
porque su hijo puede ser devorado por el enorme dragn que est a
sus puertas. Es la batalla del bien y del mal Y la Virgen Mara est
dentro de esa batalla. La Virgen representa la fuerza dbil, y en esa
debilidad se esconde el poder divino para que el mal no lo encuentre.
No es que el poder divino no pueda vencer al demonio. Esto sucede
para ensearnos que la va ms hermosa para vencer al demonio y
llegar hasta el trono de Dios es la humildad, siguiendo el estilo de
esta jovencita de Israel, Mara de Nazaret. Mara representa la victoria de los humildes. Cuando se oye el gritero diciendo: Ya lleg
la victoria, reina nuestro Dios y su Cristo manda, Mara es parte de
esa victoria, porque ese Cristo que ha vencido, es su hijo. Por eso
creemos que Dios no poda dejar que el pecado se posara ni por un
instante en el alma de Mara, pues estaba destinada a ser la Madre del
Redentor. De ah surge el dogma de la Inmaculada Concepcin. Y
tambin creemos, con toda la Iglesia, que si el cuerpo de Jess no sufri corrupcin, tampoco El iba a dejar que esa Madre, toda pura y sin
mancha de pecado, sufriera la corrup- cin. De aqu surge el dogma
de la Asuncin de Mara en cuerpo y alma al cielo. Esa es nuestra
fe, creemos en la Asuncin de Mara, y ni siquiera discutimos nuestra
postura, pues nuestra conviccin es firme.
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Jesucristo es la vida.
Quien cree en l
vive para siempre.
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3. ETERNO PADRE
Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Seor Jesucristo.
Efesios 1, 3.
del mundo es el Amor, y cobijados por un gran amor, vamos peregrinos a la casa del Padre. Dios, Padre bueno, nos cuida y nos defiende,
y guarda para nosotros, bellezas inenarrables. Aunque camine por
caadas oscuras, nada temo, porque T vas conmigo, tu vara y tu
cayado me sostienen. (Salmo 23). Ni ojo vio, ni odo oy, ni pas
por la mente del hombre lo que Dios tiene preparado para los que le
aman(San Pablo).
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Padre, quiero abrirte mi alma, confesarte todo mi pecado. Quines de los que me rodean podran ayudarme a ver mis faltas? Si ellos
me ayudaran, yo podra arrepentirme y T, por ellos, me perdonara.
Porque Me perdonarn los hambrientos del mundo? Me perdonarn los drogadictos, los alcohlicos, los enfermos y los presos?
Podrn decir que hice por ellos todo lo que poda? Habr personas
sufriendo por mi culpa? Habr apartado a alguno de tu camino? Mi
pecado es grande y pesa sobre m.
Y qu dir de mi silenciosa complicidad? Deb denunciar daos y
crmenes y me he callado. Ya me acostumbr a vivir con el mal. Me
estoy haciendo insensible a los crmenes que veo a mi alrededor
Aborto, blasfemias, calumnias, abusos y violencia sobre el dbil. Ya
nada me impresiona.
Slo protesto cuando es a m a quien se le causa injusticia. Las injusticias contra el prjimo no me quitan el sueo, porque el pr-jimo
no soy yo. Y por ms que T digas Ama a tu prjimo como a ti
mismono soy capaz de sentir como mo el problema ajeno, a vivir
en mi carne la angustia de mi hermano.
Por otra parte, mi amargura personal la proyecto contra los dems.
No estoy contento conmigo mismo y me irrito contra todos y contra
todo. Echo contra otros la indignacin que me caus mi propio fracaso. Qu egosta soy, programo mi vida como si todos debieran vivir
para m.
Yo declaro, ante T, Seor, mi hipocresa. Soy una contradiccin
viviente. Yo hablo de paz, y siembro discordia. Exijo libertad y quiero
dominar a los dems. Rezo y mi corazn y mis manos estn vacos.
Digo que hay que amar y guardo rencor. Soy exigente y duro con los
dems, pero no consiento que se me exija. Condeno a otros porque
no hacen nada, pero yo tampoco hago nada. Tengo el corazn seco,
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de alas desplegadas. Para seguir a Jess hay que ser realmente libres
en el espritu, y eso no es fcil. Nos sentimos muy inseguros y no nos
atrevemos a partir, a sentarnos con Jess en la barca de la fe. Vivimos
muy asfixiados por este mundo materialista. Nuestras almas necesitan
salir a respirar, a volar como Juan Salvador Gaviota, como san Pablo,
como san Francisco de Ass, como san Juan Bosco, quienes vivieron
batallando en esta tierra, pero con sus esperanzas nicamente en el
cielo. Vivieron en una estrecha unin con Dios, y Dios era el amigo
de cada da, de cada hora, de cada latido de sus corazones. La fe los
condujo por un ca- mino de sufrimientos, pero ms all del dolor, encontraron la feli-cidad de Dios. Santa Teresita del Nio Jess pas del
xtasis del dolor al xtasis del amor, en una larga agona, vivida en la
unin con Dios.
JESUS, el da antes de morir, habiendo amado a los suyos que
estaban en el mundo, los am hasta el extremo. Reuni a sus discpulos en una cena de despedida, y para dejarles un recuerdo perpetuo y
vivo de su muerte salvadora en la cruz Tom el Pan en sus manos,
lo parti y se lo dio, dicindoles : Tomen y coman, esto es mi Cuerpo
que va a morir por ustedes. (Lucas 22, 7-23) En una copa de vino les
dej el memorial de su Sangre derramada. Su Cuerpo y su Sangre es
el alimento que nos fortalece hasta la vida eterna.
Yo soy el Pan de Vida. El que viene a M nunca tendr hambre; el
que cree en M, nunca tendr sed. Jn. 6, 34-35.
Quien cree en M vivir para siempre. Jn. 6, 47.
Para entender este lenguaje de Jess, para que este alimento deje la
huella de Dios en nuestra alma, hay que tomarlo con paladar de ngeles. Se trata de aprender a morir con Jess, y en esa muerte, saborear
la vida. Ser propiedad de Dios, dejar que El plante su tienda en nosotros, es vivir en una ofrenda continua de toda nuestra vida.
OFRENDA DIARIA : En nuestra vida, poco a poco, vamos encontrando algunas seales de muerte. Vamos haciendo la ofrenda
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de nosotros cada da. Eso significa que vamos muriendo un poquito cada da, y mientras morimos, la vida se vuelve ofrenda. Pero la
muerte es amarga. No tiene buen sabor, y no nos gusta morir. Nos
vamos ofreciendo al Dios del silencio. No vemos a Dios, no lo omos,
y casi ni lo sentimos. Es la experiencia del vaco de la cruz. Continuamente nos arrodillamos buscando ayuda en lo alto, y Dios en
silencio ! Pero, en silencio, El nos ve morir, y va cortando la espiga,
y recibiendo la ofrenda. El camino es largo y duro, y al final slo nos
queda en las manos: Muerte y vaco. As llegamos a decir como Jess
: Todo est cumplido. Amn.
7. LA SED DE DIOS
Isaas 55, 1-3 : Ustedes, los que andan con sed, vengan a tomar
agua, sin pagar. Pidan trigo, vino y leche aunque no tengan dinero.
Este es un lenguaje oriental, un lenguaje mstico. Es gente que vive
en el desierto, y el profeta identifica la sed del agua con la sed de Dios.
El hambre es hambre de Dios. El es quien ofrece una vida hermosa,
gratuitamente. Atindanme y acrquense a M, y su alma vivir.
Slo en Dios hay vida. Todo lo dems es camino de muerte. Har
con ustedes un trato. Es alianza de amor, y ustedes deben desear estar
conmigo. Los profetas siempre contemplan a Dios como el gran generoso, el que cuida de los otros con amor. Abres t la mano, Seor, y
nos sacias de favores (salmo 145). Dios es el que enva el sol y
la lluvia sobre buenos y malos. Todos los bienes que tenemos son un
regalo del gran amor de Dios.
Dios es el que aparece como el generoso, el que cuida, el que
amapero eso no es slo un dato, una informacin. Eso es una escuela donde Dios nos va enseando. El comportamiento de Dios es
una enseanza diaria para el hombre. Su bondad es una escuela de
bondad. Dios quiere ayudarnos a ser como l, quiere conducirnos
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65
Misterio
de
amor
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III. LA EUCARISTIA
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despidiendo del mundo y de todo lo que nos ata a esta vida. Cada
ofrenda es partir hacia El. Nadie quiere partir, a todos nos gusta estacionarnos. Nadie quiere morir, sin embargo, el amor se realiza en
la muerte, dndose. El amor slo puede generar la vida a travs del
morir. Esto es misterio. Si hay amor, la vida nace de la muerte. La
muerte de Cristo gener la vida eterna, porque fue muerte por amor.
Cuando la semilla muere en la tierra, genera una nueva planta. Por
la muerte se da el paso a la vida. Pero la muerte no es meta, es lugar
de paso, y es fuente de purificacin para poder entrar en una vida
completamente limpia.
Vivir al pie del altar es vivir muriendo, pero con muerte gozo- sa,
generando y dando amor. Vivir al pie del altar es realmente vivir. Todo
esto implica mucha meditacin y oracin. Todo esto implica mucho
silencio para conectar con Dios en profundidad. En la superficie hay
mucho ruido, muchos intereses creados, mu-cho cansancio, pocas ganas de andar y recorrer bellas aventuras del espritu.
Jess se ha quedado con nosotros al pie del altar, muriendo cada
da en el altar para volverse comida para sus hijos. Su pre- sencia
en este mundo es presencia sacramental, presencia en el Espritu. El
est guiando la Iglesia del silencio, en oracin al Padre, continuando
la obra de salvacin hasta la consumacin. El ya resucit, nosotros
todava no. Las manos y los corazones abiertos siguen clamando:
Abba, Padre. Ven, Seor. Venga tu Reino. Esta Iglesia peregrina
sigue rezando, sigue clamando, con la mirada en el cielo y las manos
cargadas de ofrenda.
Nuestra relacin con Dios es relacin de oracin, tanto en la tierra
como en el cielo, para terminar en el xtasis eterno en la casa del Padre. Jess es vctima y tambin altar. En El nos vamos ofreciendo, y
toda nuestra vida se vuelve ofrenda al pie del altar.
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Por eso se van yendo, poco a poco, y dejan a Jess solo con los apstoles, los cuales tampoco entienden.
En el Evangelio de san Mateo se lee: Donde est el cadver all se
reunirn los buitres Mt. 24, 28. Es lenguaje mstico. El cadver se
refiere a la Vctima sobre el Altar. Los buitres significa que se trata
de aves poderosas, guilas capaces de estre- llarse sobre el altar y arrebatar a Dios como manjar, un manjar conquistado por la fuerza de
la fe. Es alimento de aves grandes, de almas de una fe muy grande.
No es alimento de hormigas, de pequeos insectos que se arrastran
por la tierra. Este alimento constituye toda la fuerza de nuestra esperanza, pues nos lanza hacia la unidad con El. No somos nosotros que
comemos a Cristo. Es Cristo que nos come a nosotros. Al comulgar
nosotros vamos muriendo y va naciendo en nosotros otro Cristo.
Existe una gran diferencia entre el pan material y ese Pan de los
ngeles. El manjar material lo comemos para saciar nuestra hambre.
Este manjar espiritual lo comemos para tener ms hambre. Mientras
ms comemos el pan eucarstico ms hambre tenemos de Dios, ms
deseo tenemos de vida espiritual, ms deseo de seguir comulgando, de
seguir comiendo de ese Pan y transformando nuestra vida en la vida
de Cristo.
El telogo Teylard de Chardin se encontr en un desierto de Australia
y quiso celebrar la Misa. No tena pan ni vino. Entonces coloc sobre
el altar las penas, los trabajos y las alegras de la humanidad y celebr
el sacrificio del mundo como el sacrificio de Dios. Pero al llegar a la
comunin, no teniendo materia para comulgar, rez as : Ensame,
Seor, a comulgar muriendo. Teilard comprendi que nuestra humanidad va muriendo para recibir la vida nueva en el Espritu Santo.
Nuestras pequeas vidas se van introduciendo en el gran misterio redentor, y beben de la fuente de la verdadera vida. Vamos dejando de
ser nosotros mismos para sentir el poder de la vida de Cristo y empezar a gozar la vida nueva del Reino de Dios. Ensame, Seor, a
comulgar muriendo y que en la muerte yo pueda saborear la vida.
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CORPUS CHRISTI
Celebramos la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el misterio
que envuelve el amor grande de Jess para con nosotros. Repetimos el
gran acontecimiento del Jueves Santo, cuando Jess celebra la primera Misa y constituye el Sacerdocio al decir: Hagan esto en memoria
ma. El Cuerpo y la Sangre de Jess forman el sacramento del gran
deseo de Jess de quedarse con nosotros despus de su Pasin, Muerte
y Resurreccin. El saba que ramos malos, y vino a salvarnos. El saba
que bamos a seguir siendo malos, y quiso quedarse con nosotros.
Este es un misterio de amor, misterio de un Dios que perdona, misterio de un pueblo que abre sus brazos y su corazn en su sed de infinito.
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Frutos de santidad
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S
E
O
R
M
I
O
Y
D
I
O
S
M
I
O
80
En el tema de la via del Seor, la via que no fue fiel en dar frutos,
fue abandonada y condenada a la destruccin. Aqu el rey prepara
un banquete, llama a los invitados, pero stos no aparecen. El rey
se enoja, manda a matar a los invitados y prende fuego a la ciudad.
Nos preguntamos, Cules son los invitados? Por el bautismo, todos
somos invitados a las bodas con Cristo. Slo hay una boda: Dios con
todos los salvados. Slo hay una boda: Cristo con la Iglesia. Cristo,
cordero inmaculado, que es seguido por la multitud de hijos e hijas
que coronan su obra en el cielo.
El cntico de Isaas dice: Quitar el velo que cubre a los pueblos, la
mortaja que cubre a las naciones. Enjugar las lgrimas de los ojos,
y preparar un banquete para sus hijos. Aun con la venida del Mesas, este mundo sigue siendo un valle de lgrimas. Los sufrimientos
continan. Dios, al enjugar nuestras lgrimas, no las quita, las supera.
La gracia no quita el sufrimiento. La gracia pone en nuestro espritu
una energa espiritual que nos permite sobrellevar los das buenos y
los das malos con serenidad. Para ello necesitamos cambiar el cdigo
mental, cambiar nuestra manera de pensar. Santa Teresita del Nio
Jess dijo: El sufrimiento me abri los brazos y yo lo acept con
amor. Pero ya no sufro, pues todo lo que me hace sufrir me produce
gozo. Francisco de Ass era ms feliz cubierto de ropa vieja y dando
testimonio del amor de Cristo en la calle, que llevando una vida cmoda en la casa rica de su padre. Una persona que vive de Dios es
ms feliz rezando al pie del sagrario que otra que est disfrutando de
un baile en una fiesta. Don Bosco, mientras ms sufra ms alegre se
mostraba entre sus muchachos. Si queremos vivir de Dios, si queremos seguir a Jesucristo, necesitamos codificar nuestra vida desde una
dimensin de fe. Cuesta trabajo, pero se puede.
Acercarse a esa experiencia espiritual, entrar en el santuario ntimo
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grandes, de los que llevan una fuerza nueva y conquistan a Dios como
manjar. En realidad nosotros no comulgamos a Cristo. Es el Seor
que nos comulga a nosotros. Comulgando vamos muriendo a nosotros
mismos para dejarnos envolver por el Misterio y llegar a ser otros
Cristos. De esta forma, comulgar es morir, y Jess, para darse en comida, muere. Teilhard de Chardin entendi muy bien este misterio
del morir al comulgar cuando dijo: Ensame, Seor, a comulgar
muriendo.
Jess, desde ese Sumo Sacerdocio del Jueves Santo, va arrebatando a sus hijos como guilas misteriosas que caen estrelladas por la
sed de Dios, y conquistan la vida nueva. La marcha es lenta, y al igual
que ayer a los pies de Jess, muchos no pueden entender. Lentamente
vamos recorriendo el camino que Jess recorri. Vamos muriendo a la
propia vida para entrar en comu- nin con la vida que no muere.
El que quiera ser mi discpulo que se niegue a s mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque quien quiera salvar su vida la perder, pero el que pierda la vida por causa ma, la encontrar. Mateo
16, 24-25. Les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra
y muere, queda infecundo. Pero si muere, da mucho fruto. Juan 12,
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Pero, a pesar de nuestras limitaciones y nuestros miedos, dentro
de nosotros contina la sed, el hambre de Infinito. Sigue aleteando en
nuestro espritu la gran gaviota Juan Salvador, que no se conforma
con picar gusanillos en la orilla del mar, sino que quiere saborear la
altura, disfrutar de un vuelo en la inmensidad del mar, donde se gusta
otro alimento que las pequeas gaviotas no entienden.
Nuestras almas quieren salir a coger aire, a volar como Juan Salvador Gaviota, como San Pedro, como san Juan, como san Pablo, como
san Francisco de Ass, como santa Teresita del Nio Jess, como san
Juan Bosco. Queremos que la Hostia santa sea alimento espiritual,
fuerza de Dios, y tomarla con paladar de ngeles. Alrededor del altar, como brotes de olivo, como espigas maduras en la fe, vemos pan
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La Redencin expresada
en el Misterio Eucarstico:
DIOS ES AMOR
Y la Palabra de Dios fue Amor.
Y ese amor fue tan grande
que se hizo carne.
La Palabra de la carne fue Ofrenda.
Y esa ofrenda fue tan perfecta
que se hizo Pan.
Y el Pan aliment el Amor
y le dio vida eterna.
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Para llegar hasta l, para ser ofrenda agradable y santa para entrar en
esas aguas vrgenes de la vida nueva, hay que recorrer el camino que
El recorri: Negarse a s mismo, ser burlado por el mundo, romper
con los criterios humanos, destruir nuestros caprichos y exigencias,
aceptar la cruz, anonadarse hasta morir, en una palabra, ser nadie, y
recoger en las humildes puertas de la propia humillacin, el documento de la libertad de espritu. Pero a nosotros se nos hace muy difcil
descender. Todo sufrimiento, del orden que sea, parece un atropello
contra la naturaleza. No queremos morir ni en las ms pequeas cosas, y avanzamos pesadamente hacia el altar de la propia ofrenda. No
queremos soltar las amarras y lanzar nuestras barcas, sin brjula y sin
mapa, hacia alta mar en la espesa noche, donde los ojos limpios de la
fe descubren unas manos de Padre que reciben la ofrenda de nuestra
vida, como espiga ya madura para el cielo.
Tomen y Coman, esto es mi Cuerpo que ser entregado por
ustedes. EntregadoNaci para ser entregado. Vino para ser ofrenda. En la Eucarista le decimos a Dios-Padre que somos una
humanidad que est madura para ser ofrecida, que somos un pan
que est preparado para ser comido, pues estamos dispuestos a
ser cocido en el horno de amor de su Hijo Jesucristo.
Jess marc la tierra con un sacrificio y convirti el mundo en
ofrenda. Tenemos sed, Seor. Sed inmensa de Ti. Iremos hacia la inmensidad, hacia el fragor de las aguas. Queremos ser manantial para
un pueblo que tiene sed. Queremos ser comida para un pueblo que
tiene hambre.
Toda esta ofrenda implica un combate espiritual, una lucha cargada
de miedos y desalientos, de temores y esperanzas. Nuestro pequeo
esfuerzo y el gran imn de la Resurreccin de Jess van construyendo
la vida nueva, el Reino del Padre en Jesucristo. La vida se nos vuelve
un sueo, porque no somos ms que un aeroplano en turbulencia que
lucha por sobrevolar la atmsfera difcil y llegar felizmente al espacio sereno. Cristo como el gran OFERTORIO y la Humanidad en El.
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La ofrenda perfecta se consuma en l. El es nuestra paz, nuestra reconciliacin, nuestra vida nueva.
Cuando los colonizadores llegaron a Mjico, encontraron una costumbre religiosa muy significativa: Tomaban prisioneros, los mataban, les sacaban el corazn e iban corriendo hasta el altar de su dios
para ofrecerlo. Si al llegar al altar ese corazn ya no se mova, es
decir, si ya estaba muerto, lo tiraban lejos del altar, porque ese corazn
no serva para ser ofrecido. A su dios slo queran ofrecerle vida,
no muerte. La gente suele decir: Dios slo come corazones. Pero
Dios slo come corazones limpios, corazones donde El ha puesto su
vida. La vida del hombre o mujer de fe es un interminable ofertorio.
Para vivir para Dios, para ofrecerle vida, es necesario ir muriendo al
mundo.
Celebrando la vida de Cristo, la humanidad va escuchando un grito
de alabanza cada vez ms fuerte, hasta entrar en un gran misterio,
donde el lamento de la humanidad ha sido ofrecido en forma perfecta
y se ha cambiado en aleluya, porque la ofrenda ha sido bien hecha, y
todo est consumado.
En el esfuerzo permanente por salir de la turbulencia y llegar al
espacio sereno de un corazn en paz, santa Teresita escribe: Busqu
el sufrimiento y lo consegu. Pero ya no sufro, porque todo lo que
me hace sufrir me produce gozo. Pero antes, ella afirmaba: A los
cuatro aos de edad perd a mi madre. Me acerqu al atad y lo encontr triste y grande. Quince aos ms tarde muri mi segunda madre, sor Angela. Me acerqu al atad y lo encontr pequeo y alegre,
pues el invierno de mi alma haba pasado para siempre. El calor de
Cristo haba hecho desaparecer el invierno de la fe de santa Teresita.
Y el calor de Cristo va derritiendo el hielo de nuestras esperanzas
fras, de nuestros miedos intiles. T no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me diste un cuerpo: aqu estoy para hacer tu voluntad.
Ese cuerpo que recibi el Hijo de Dios era un cuerpo doliente como
el nuestro. Un cuerpo capaz de padecer, capaz de dar de s mismo
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Es el nuevo pueblo sacerdotal que Dios convoca en Jesucristo, convocatoria que se hace para siempre y que se renueva cada vez que se
celebra la Santa Misa. Para la celebracin de este memorial, la comunidad tiene que destruir toda desconfianza y toda divisin, porque entra a celebrar el Misterio en la unidad de Dios. Muchos cuerpos, pero
un solo corazn. La convocatoria del Seor genera hijos de Abrahn,
en un pueblo nuevo para la nueva vida. (De la carta de los obispos
italianos, en Familia Cristiana, No.38, Sept. 25, 83).
Cristo anuncia la Eucarista y la instituye como pan de vida. Yo
soy el Pan de Vida bajado del cieloEl pan que yo les voy a dar es
mi carne para la vida del mundoMi carne es verdadera comida y mi
sangre es verdadera bebida. Juan 6, 50ss.
Hoy, ms que hambre material, se siente el hambre espiritual.
Son muchos los bautizados que han perdido la unin con Cristo y
sufren anemia espiritual. Nuestro espritu tiene, a veces, ms cncer
y ms SIDA que nuestro cuerpo. Muchos cristianos necesitamos una
transfusin de la Sangre de Cristo para curar nuestra leucemia espiritual, para purificar y fortalecer nuestra alma. Cuntos mueren sin fe!
Cuntos mueren sin esperanza! Todos nos sentimos dbiles, anmicos, cansados. Todos sentimos sed de felicidad, de amor, de eternidad.
Cada da necesitamos de este Pan para darle vigor a nuestra energa
espiritual, para permanecer como miembros activos de la Iglesia.
Cristo nos da nueva vida por el Bautismo. Es el Sacramento primero y puerta de los dems. En la Eucarista nos da el alimento para
esa vida. Sin la Eucarista no puede haber vida de Gracia, ni crecimiento en la fe. Para el apostolado es necesaria la unin vital con
Cristo(Vat.II). Hoy da se comulga mucho. Pero, cul es la razn?
Simple costumbre tradicional o social? La Eucarista nos junta y nos
une. En ella nos damos la paz. Acerqumonos a esa Mesa divina,
donde Cristo nos espera para darnos su Pan y su Vida. Quien come
mi carne y bebe mi sangre est en M y yo en El. Juan 6, 56.
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IV. LA CRUZ
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Cuaresma se intensifica mucho ms. Si todos los ritos y acontecimientos de la Cuaresma no producen en el cristiano una profunda fuerza
renovadora, entonces este tiempo no ha logrado bien su objetivo.
Tiempo de purificacinToda la Historia de la Salvacin es historia de purificacin. As lo ha entendido el pueblo de Dios, y as lo
seguiremos viviendo hasta la consumacin de los siglos.
Eclesistico 2, 1-2 : Si te decides a servir al Seor, prepara tu alma
para la prueba. Endereza tu corazn, mantente firme y no te impacientes en la hora de la adversidad.
Juan 15, 1-2 : Yo soy el rbol, y mi Padre es el que lo cultiva. Si una
de mis ramas no da fruto, la corta; pero si da fruto, la poda para que
d ms fruto.
Lo primero que hace la Iglesia no es pedirnos penitencia o lgrimas de arrepentimiento. Ella, ms bien, nos presenta el Amor grande,
la Misericordia infinita de Dios, para que brote espontneamente en
nosotros la necesidad de hacer penitencia, de arrepentirnos, de pedir
perdn, de purificarnos un poco ms para estar ms cerca de El.
La Cuaresma, y en especial la Semana Santa, es un tiempo que
nos ayuda a revisar nuestra vida cristiana del pasado y nuestra perspectiva de futuro. Tiempo oportuno para entrar ms a fondo en la vida
de Jess, en especial su Misterio Redentor. De dnde venimos, hacia dnde vamos, y qu sentido tiene nuestra vida, son interrogantes
que slo se aclaran en el Misterio del Verbo encarnado. Tenemos que
cuidarnos del ambiente en que vivimos nuestra fe, pero sobre todo,
tenemos que cuidarnos de nosotros mismos, de nuestras exigencias,
caprichos, y emociones descontroladas. Jess, en el Evangelio de
san Marcos, nos presenta un cuadro fuerte de nuestro peligro interior:
Marcos 7, 21-23: Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro:
porque de dentro, del corazn de los hombres, salen los malos
pensamientos, el adulterio, la inmoralidad sexual, los asesinatos,
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nuestra vida se empobrece ms, y nuestro corazn no puede descansar. Sin esa aceptacin serena de cuanto nos sucede, nuestra vida se va
envolviendo en un remolino de nervios cansados y ansiedades profundas. La mayor parte de nuestras enfermedades son insatisfacciones o
inseguridades, y especialmente, purificaciones no aceptadas. Cuando
se juntan los dos grandes silencios, el silencio de Dios y el silencio
del hombre, con la fuerza de un amor salvador, se produce una gran
paz interior, y esa paz genera una santa alegra que es ms del cielo
que de la tierra.
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El Silencio de Dios
Por razn del pecado del mundo, vivimos en un valle de lgri- mas.
Dios sigue en medio de nosotros, pero nuestras lgrimas empaan los
ojos y no podemos ver a Dios. Dios nos acompaa en silencio y el
Silencio de Dios nos desespera, y lo consideramos hasta un castigo.
Quisiramos or respuesta al clamor que brota de nuestros problemas.
Con nuestros lamentos declaramos oficialmente que Dios ha muerto,
y sin embargo, Dios est ah, contemplndonos y cuidndonos. Slo
la esperanza nos permite resucitar a Dios. No podemos entrar en el
silencio de Dios porque hay mucho ruido en nuestra alma. Queremos
resolver las pequeas cosas concretas de nuestra vida, y Dios nos exige una mirada hacia el infinito, una visin ms amplia de nuestra vida.
A veces no omos a Dios ni entendemos su lenguaje, porque El est
en otra dimensin, en la energa de otros valores que no son los nuestros. Hasta que yo no sea capaz de un silencio total de todo mi ser,
no podr percibir la Palabra de Dios, ni entender el significado de su
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silencio para mi vida. Esa Palabra de Dios que me dice aqu y ahora
lo que yo debo hacer, no para llorar, sino para soar con esperanza; no
para cerrar los ojos, sino para arrancarle a las tinieblas la poca luz que
guardan en su interior. Somos llamados a continuar la historia y no a
mirar hacia atrs, convirtindonos en estatuas de sal. No pertenecemos
a un mundo que envejece, sino a un mundo que aumenta su caudal de
vida cada da. Dios nos considera lo suficientemente maduros como
para ofrecerles obras maestras de la gracia, arrancadas de las fibras
dolientes de una humanidad cansada. Nuestros ojos estn hechos para
destruir las barreras del horizonte en cada paso que damos.
Ni una gota de dolor, ni una hora de sufrimiento se pierde en este
mundo. Todas esas cruces silenciosas que van cargando los cristos
annimos son asumidas por la gran Cruz del Redentor en un misterioso proceso salvador de la humanidad. Desde que el Mrtir del Glgota se ofreci al Padre en ofrenda pura, el mundo se ha convertido en
altar, y todos los que sufren por amor, se vuelven incienso de esperanza hasta la realizacin definitiva del Reino de Cristo.
Ante la muerte, el ser humano se siente abandonado y solo. El
grito humano que se resiste a morir no encuentra, por parte de Dios,
otra respuesta que el silencio. La naturaleza humana, en Cristo, ha
llegado hasta el fondo de la soledad de la cruz, y all, ha vencido. Y
desde all ha trado el signo de victoria para el hombre. Desde esa hora
feliz de la muerte de Cristo, el hombre de fe llega hasta las puertas
de la muerte, con una confianza que traspasa la espesa noche de la
nada, para encontrar unas manos que lo acogen con amor infinito, encontrando la respuesta del silencio de Dios. El cristiano, al igual que
Jess, cae en manos de su Padre en un verdadero silencio creador, en
una soledad cargada de esperanza, dando el paso hacia la vida en una
Pascua Eterna.
El silencio de Dios, la soledad de la cruz, el poder de la muerte son
batallas y desafos que el hombre vive en su caminar hacia la vida.
Llevamos con nosotros un germen de resurreccin que no puede
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despus de una larga historia de predicacin, de milagros, de comentarios sobre la persona de Jess, tambin nosotros nos preguntamos: Quin es Jess? Esta es una pregunta desconcertante: Desconcert a su propia madre: en la concepcin, en el nacimiento, en la
vida pblica. Mara lo guardaba todo en su corazn. Desconcert a los
apstoles: Vieron como el poder del demonio quedaba aniquilado
como calmaba las furiosas tempestades Hasta los vientos le obedecencmo daba de comer a multitudes, sacando de donde no haba
Tambin ellos guardaban en sus corazones, con mucha fidelidad, todo
lo referente a Jess. Jess no cabe en nuestros pequeos cerebros.
Aquella noche del Jueves al Viernes santo fue una noche triste para
Jess. Servidores de la casa del pontfice se entretuvieron en escupirledarle bofetadasburlarse de El. Pedro neg conocerle Judas
se ahorc al amanecer. Por la maana llevan a Jess al gobernador
Poncio Pilato. Lo acusan de que amotina al pueblo, de que se hace rey.
Pilato quiso calmar la multitud azotndolo y coronndolo de espinas.
Les puso entre la alternativa de elegir entre Jess y Barrabs. Pidieron
la cruz para Jess. Un hombre inocente es condenado a muerte.
El condenado toma su cruz. Sube monte arriba hasta el calvario.
Lo despojan de sus vestidos, lo tienden sobre el madero, le clavan los
pies y las manos, y lo levantan en alto hasta morir. Pero el que mora
no era un hombre cualquiera. El centurin romano deca: Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios. Las gentes volvan a la ciudad
golpendose el pecho. Muere porque se atrevi a decir el sermn de
la montaa y sent en primer puesto a los pobres y a los humildes.
Muere perdonando porque compren- di hasta el fondo la fragilidad
humana. El merece ser rey. Rey de todos aquellos cristos annimos
que son condenados inocentes. Rey de todos aquellos que luchan por
ser mejores y que nadie los entiende. Rey de aquellos que tienen su
alma cansada y la luz de su esperanza se est apagando. Jess, hoy
aque ests en tu Reino, aydanos a aceptar nuestra cruz con amor.
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Dios
es la fuente
de toda vida.
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Los profetas gritaban: El corazn del pueblo est lejos de Dios, los
sacrificios son vacos, no salen del corazn. Los sacrificios son obligaciones, no ofrenda generosa que sale del corazn.
Llega as el gran profeta Jess: Pone al hombre por encima de la
ley, la misericordia con el necesitado pasa a primer plano, y la ley del
sbado ocupa un segundo puesto. Se coloca al lado de los pecadores
: La Magdalena, la pecadora, el hijo prdigo, Zaqueo, esas personas
cargadas de errores son sus amigos. Se mete en la vida ntima del
hombre para liberarlo de sus pecados. Grita contra doctores y fariseos:
ustedes han esclavizado al hombre y han idolatrado la ley. Esa ley ya
no es seal de presencia de Dios. Dios no slo quiere mandar y prohibir; El quiere abrir caminos, romper cadenas, limpiar ojos para ver
ms claro. Lo persiguen como a los dems profetas. Muere en la cruz
derramando su sangre por la libertad.
Hoy nuestra Iglesia sigue su marcha por el largo desierto de la vida.
Dios est con nosotros. Pero nuestros errores, nuestros sufrimientos,
nos hacen temer. Y ms all de las leyes del amor de Dios se crean
leyes generadas por el cansancio, el temor, las tinieblas del camino. Y
en vez de ayudarnos a avanzar, nos frenan, nos asfixian, nos acorralan.
Olvidamos que somos un pueblo nacido para caminar en la esperanza.
Hemos de confiar en Dios y tambin en nosotros mismos. El camino
es largo y difcil, pero podemos andarlo.
La lucha es nuestra, la victoria ser de los que vengan despus.
Necesitamos leyes que nos protejan, pero sobre todo una esperanza y
un amor que nos anime. Necesitamos regresar al primer mandamiento:
Dios primero, el amor primero. No se trata de abandonar las leyes, sino
de ponerlas al servicio del amor. Llevar adelante el reino de Cristo es
aceptar ser rechazados, es salir de la comodidad del lago y de la barca
para morir en una cruz como los apstoles. Ser anunciadores del Reino es pasar algn rato en el Huerto de Getseman. Ser de Cristo es
beber de un cliz que sabe amargo, pero que transforma la persona en
una realidad nueva, y la conduce a una felicidad que nunca pudo soar.
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Fuimos hechos para andar, para crecer con la Iglesia, y sera un crimen
detenerse. La senda de Cristo es estrecha, pero si se vive con amor, se
vuelve ancha y espaciosa. Su carga es ligera y su yugo es suave.
La moral cristiana
El cdigo fundamental que regula el discernimiento entre el bien y
el mal lo constituyen los diez mandamientos. Pero la moral cristiana
no es slo un cdigo de preceptos, sino una mentalidad, una manera
de ser, una visin total de la vida. La moral es algo que engloba toda
la existencia. La moral cristiana es una vida que se estructura en una
dimensin de fe. Es una moral de Alianza con Dios y de visin sobrenatural.
Los mandamientos constituyen una serie de conceptos que moldean y orientan las actitudes de la persona. Es inmoral todo aqul
que infringe uno cualquiera de los mandamientos. En la ptica del
seguimiento de Cristo, es inmoral todo acto que tiende a romper la
alianza con Dios. La moral es para el hombre una respuesta a la Alianza. La Biblia nos presenta al hombre desde un principio llamado por
Dios a una vida mejor. Dios promete acompaar al hombre a puerto
seguro, y el hombre, como respuesta, debe entregar su vida a la voluntad de Dios. Los diez mandamientos vienen a recordarle al hombre
aspectos varios que deben tenerse en cuenta para conservar ntegra la
Alianza.
Cristo es el centro de la nueva alianza. En El se cumplen las promesas. En El se basa la alianza definitiva entre Dios y los hombres. La dicha final del hombre est anunciada en la Pascua de Cristo. La moral
aparece fundada en la iniciativa del amor salvfico de Dios. El hombre
hace entrada en el plan de Dios al recordar los beneficios recibidos,
plantendose a s mismo su respuesta agradecida. En un encuentro de
amistad con Dios, realizado en Jesucristo y en su Iglesia, el hombre
se deja salvar por el amor divino. Se trata, pues, de vivir el Misterio
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Amor y Sacrificio
En la primera creacin, por insondable misterio, algo se da.
Entonces Dios no quiso destruir su bella obra daada, sino que prefiri restaurarla. Vino, entonces, sobre el mundo, el poder del bien,
del amor y de la santidad. Jesucristo vino con el Bien, el Amor y la
Santidad a restaurar la vida. Para lograr esta transformacin trajo un
estilo: el estilo est hecho de caridad(para aumentar el bien), y de sacrificio (para purificar el mal). La caridad llega hasta la donacin de s
mismo, y transforma el egosmo en santidad. El sacrificio llega hasta
la muerte, muriendo por amor, sacude el pecado, mata el pecado, y
despierta la vida nueva que ya no muere. En el amor y el sacrificio de
Jess se colocan todos los amores y todos los sacrificios que luchan
por el bien. Todo amor, todo bien, se envuelve en el amor de Jess y
se ofrece al Padre. Aunque no sea ms que un vaso de agua dado
por amor Reuniendo el bien, creando el gusto por el bien, el Bien
crece y va borrando el mal. Toda gota de dolor, todo sufrimiento, es
envuelto en el amor de Cristo, y en Cristo se ofrece al Padre. Todo el
amor del mundo en Cristo y todo el sacrificio del mundo en Cristo, se
juntan en una sola ofrenda, la ofrenda agradable al Padre. Y todo esto
va despertando la vida nueva en nosotros. La Misa recoge toda esta
expresin de amor y sacrificio de la humanidad.
Jess dice: El que ama a su padre o a su madre ms que a M, no
es digno de M. Significa que hay que unirse a su gran amor. Fuera de
ah no hay salvacin. El que no cargue su cruz y me siga, no es digno
de M. Significa que hay que unirse a su sacrificio. Con el torrente
de amor de millones de personas que le sirven a los dems por razn
de su fe, y con el ro de sacrificios de millones de hombres y mujeres
que aceptan este valle de lgri- mas y lo ofrecen por razn de su fe,
el mundo se est reconstruyendo. Cunto falta para terminar, para
llegar al amor perfecto en Cristo, y al sacrificio perfecto en Cristo?
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V. LA FE
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del Padre. Las mismas Bienaventuranzas son una expresin del Reino (Mt. 5, 3-12). El pensamiento de Jess es claro: Ms all de esta
vida temporal, donde exige de los suyos una tal renuncia, les promete el gozo. Gozo al que tiende toda la vida: Gozo del servicio cumplido, gozo de los hijos reunidos, gozo del pueblo de Dios por fin
consumado. Cuan- do los artistas han intentado representar el cielo,
han fracasado. Este se encuentra ms all de toda experiencia humana
terrena. Jess centra su idea en el banquete, en la fiesta familiar, el
xito del amor. Mi reino no es de este mundo. No hay categora aqu
abajo para expresarlo.
EL REINO PRESENTE
Jess, a la idea de reino futuro, une su originalidad: El Reino de
los cielos est cerca. Jess se ve a s mismo como el Mesas, responsable de la salvacin del pueblo de Dios. Pero El est en un contexto
difcil para que lo puedan entender. Por eso va despacio en atribuirse
pblicamente este ttulo. Podra ser entendido como un revolucionario
contra el yugo romano. Jess se ve obligado a una enseanza lenta
del papel que viene a realizar. Es el pueblo el que lo ir descubriendo, atendiendo a sus palabras y a sus obras. Sin atraer la atencin
sobre su persona, proclama la presencia del Reino. Cuando dice el
Reino ha comenzado, puede referirse al grupo de sus discpulos en
torno a El. Es un grupo abierto a todos los hijos de Israel. Este grupo
tiene todava una estructura superficial: existe gracias a Jess. Jess
va despacio con ellos, pues varias veces ha comprobado la debilidad de su fe. Cuando llega la hora de Jess, han comprendido muy
poco de la Misin del Maestro. Viene despus de la resurreccin
No les deca yo que eso tena que suceder?. Este reino terrestre es
minsculo. Es el pequeo rebao. Su mensaje, ahora secreto, debern
vocearlo desde las azoteas (Mt. 10, 26-27). Obrarn en la multitud
como la levadura en la masa (Mt. 10, 33). Su grupo va a desarrollarse
como el grano de mostaza (Mc. 4, 30-32). Su luz no se ha encendido
para ponerla debajo de la mesa.
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o a las rdenes dadas con anticipacin. Los enva sin estatutos y sin
leyes. A anunciar lo que haban visto y odo. Hace un llamamiento a
la iniciativa de los hombres, dejndolos que se hagan responsables de
las situaciones concretas. Admirable leccin de su discrecin, de su
respeto por la libertad de los que llama a su obra. Siempre se repite la
parbola de los talentos (Mt. 25, 14-30).
El reino que predica Jess es una salvacin futura y presente. Es
la paradoja del mismo Jess: Mesas presente en humildad, Mesas
futuro en Gloria. Es la paradoja constante de la Iglesia, comunidad de
salvacin. Es la paradoja de nuestra vida de cristianos: santificados y
pecadores, con una fe que es al mismo tiempo inquietud y seguridad,
bsqueda y posesin, oscuridad y luz. Con pies de pecadores vamos
dejando huellas de santos. Esta tensin permanente entre el presente
y el futuro deriva del misterio de la Gracia: El don de Dios es total y
definitivo, pero no se realiza sin nosotros. El tiempo se nos da para
que nosotros podamos participar realmente en la obra de Jess, en
perfeccionarnos a nosotros mismos y al reino. Todo este trabajo se
realiza en la fe. De acuerdo a la fe que tengamos, ser la riqueza de
nuestro trabajo espiritual, y de acuerdo a la fe sern tambin los frutos
que iremos dando de vida eterna.
Hemos tratado este tema dentro del apartado de la FE, porque
el hecho Jess de Nazaret, su Evangelio, su Muerte, su Resurreccin, es algo que no se entiende, ni desde la historia ni desde la
razn. Slo se entiende desde la fe. Slo con la fe puede uno abrir el
Evangelio y escuchar a Dios. Slo con la fe puede uno contemplar
el Reino de Cristo y trabajar por su realizacin. Y slo caminando
por las pginas del Evangelio es que la fe se fortalece y crece.
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19. LA ALEGRIA DE LA FE
Por la gracia del Bautismo, vamos haciendo un encuentro con
Jesucristo en cada sacramento. Sentimos en nosotros la fuerza de la
salvacin. El camino que estamos recorriendo es largo y hermo- so.
Este es un camino de ofrenda y de bendicin, cobijados por la misericordia y el amor del Seor. Mientras seamos capaces de enfocar la
vida desde el punto de vista de la fe, nuestro caminar ya no ser una
senda de acantilados peligrosos ni montaas escarpadas. Con Jess
se camina como en la paz de la verde llanura, rodeadas de pequeas
laderas, salpicadas de manantiales. La vida con Cristo es plenamente
hermosa, siempre que nos dejemos guiar por El.
La fe que hemos aceptado y en la cual recibe fuerza nuestra esperanza, se manifiesta en tres dimensiones: 1. Dimensin personal:
Que produce nuestra paz interior y nuestra seguridad en la vida. Ella
da sentido a nuestra existencia humana. Parte de nuestra salud fsica
y mental depende de la fe que respiramos. Sin la fe nosotros seramos
otra cosa. Donde no hay fe, hay vaco y confusin. 2. Dimensin
comunitaria: La fe debe ser compartida. En nuestra vida vamos comunicando y contagiando a otros con nuestra manera de pensar. Sin
predicar, sin muchas palabras, comunicamos lo que sentimos, lo que
vivimos por dentro. La Comunidad aumenta la alegra de la fe. 3.
Dimensin de HERENCIA: La fe es tambin una herencia que vamos
dejando. Una herencia que se queda en la familia o en las personas
ms allegadas. Y ya que la fe es una herencia, es bueno dejar algo que
valga la pena. Algo que un ser querido pueda conservar como recuerdo vivo de aqul que se fue. Cuando un hijo dice: Mi padre era un
hombre de fe, o mi madre era una santa, esa es una herencia que lo
marca para siempre.
Para lograr que la fe sea una fuente de paz interior, una fuerza que se comparte y contagia, y una herencia noble, debe ser vivida con alegra, con entusiasmo. Una fe donde se experimente la
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20. EL MIEDO EN LA FE
Seor, yo creo, pero aumenta mi fe. Creemos, pero titubeamos
al ver que la fe va cambiando la vida.
Cuando nos decidimos a creer, nuestra mente est dando un salto al
vaco. Estamos aceptando algo que, de momento, no podemos verlo ni
demostrarlo y nuestro primer punto de partida es la duda. Cuando la fe
implica sacrificio, la duda se hace ms fuerte, pero tambin, si se llega
a creer, superando la prueba, la fe es ms fuerte, al tratarse de una adhesin comprometida. Todo lo relacionado con la vida eterna se nos
presenta como misterio, y por lo tanto, como algo confuso. El apstol
san Pablo afirma: Aqu vemos como a travs de un velo, pero luego
veremos la realidad del cielo tal cual es. La fe puede ir creciendo y hacindose tan fuerte que desaparezca la confusin. San Pablo
cree tan firmemente en la presencia de Jesucristo en su vida que llega
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21. CRECER EN LA FE
Domingo 19, T.O. Ciclo A.
I Re. 19, 9a. 11-13. Mt. 14, 22-33.
Elas es un gran profeta. No al estilo de Moiss, como un caudillo, sino como el hombre que vivi una gran santidad. Un hombre
que vivi la cercana de Dios en grado mximo. El pueblo de Israel
tiene una gran nostalgia de Elas. Cuando tienen las grandes fiestas
del Judasmo, muchas familias, a la hora de la comida, ponen un plato
ms en la mesa por si acaso viene Elas. Como l se fue en un carro
de fuego, ellos esperan que un da va a volver, y no saben a qu casa
va a llegar.
Cuando se empez a hablar de Jess y de las obras que haca, algunos decan: A lo mejor es Elas que ha vuelto. La vida de Elas se caracteriza por la presencia de Dios, por una intensa santidad. Elas
en el monte Carmelo salva el Judasmo de la corrupcin de los baales.
Pide el fuego de Dios para la lea y la vctima, y manda matar a los
400 profetas baales. Fue tan santo que fue arrebatado al cielo estando
todava vivo. Dios giraba alrededor de la vida de Elas, no como una
tormenta o un terremoto, sino como una brisa fresca. Dice el salmo:
Voy a escuchar lo que dice el Seor: Dios anuncia la paz. El Dios de
Elas es Dios de calma y serenidad, que cabalga en la brisa fresca.
Jess le dice a Marta: Marta, Marta, t te afanas por muchas cosas.
Una sola es necesaria. Jess est proponiendo como ejemplo el estilo
de Mara, que es el estilo propio de la Oracin. En la Edad Media,
ante tanta actividad pastoral se empez a usar una frase que deca:
Non in commotione Dominus, que significa: Dios no est en la
agitacin. Esto recuerda el mensaje de Elas que recibi a Dios cabalgando en la brisa fresca. Dios no estaba en la tormenta. Dios no tiene
prisa, Dios no se afana, Dios no agoniza. Dios acta siempre, pero no
es Dios de tormenta. Dios no busca apstoles que agonicen haciendo
demasiadas cosas. Dios quiere apstoles firmes, hombres y mujeres
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22. MENSAJEROS DE LA FE
Jess recorra todos los pueblos y aldeas, enseando en las sinagogas de cada lugar. Predicaba la Buena Noticia del Reino de Dios y
sanaba toda clase de enfermedades y dolencias. Al ver a la gente, sinti compasin por ellos, pues estaban afligidos y desanimados como
ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discpulos: En verdad,
la mies es mucha, pero los obreros son pocos. Pidan, pues, al Dueo
de la mies, que enve obreros a recogerla.
Mateo 9, 35-38.
Jess se da cuenta de una realidad: Las turbas le siguen, tienen sed
del mensaje espiritual. Dondequiera que El va, all aparece una multitud. Los milagros y la novedad del profeta son un hecho. Hay mucha
gente que ha saboreado la espiritualidad del Maestro. Su mensaje sabe
a cielo. Cuando habla, la gente se siente satisfecha.
Jess se dirige a los apstoles y se lamenta de los pocos obreros que
hay. De hecho, hay muchos obreros, pero el pueblo est abandonado.
Fariseos, sacerdotes, escribas, doctores de la Ley haba muchos, lo
suficiente como para llevar la Palabra a todo el pueblo de Israel. Pero
haban abandonado el rebao y se haban aprovechado de la fe sencilla de la gente. La imagen que proyectaban de s mismos, y la idea
que presentaban de Dios no era creble. Se poda creer un poco en lo
que decan, pero no en lo que hacan.
Ay de los pastores que dejan perder y desparramar las ovejas de
mis pastos! As dice Yahv, Dios de Israel: Uds. dispersaron a mis
ovejas, las expulsaron, no las cuidaron. Yo les tomar cuentas por la
maldad de vuestras acciones. Yo mismo reunir al resto de mis ovejas,
de todos los pases a donde las expuls, y las volver a traer a sus
dehesas, para que crezcan y se multipliquen. Les pondr pastores que
las pastoreen, y ninguna se perder. Jeremas 23, 1-6.
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Aqu no se habla de pastores enfermos, cansados, nerviosos, envejecidos. Aqu no se habla de pastores con poca capacidad. Aqu se
habla de pastores malos: por la maldad de vuestras acciones
Pastores hay, hasta sobran. Los ha habido y los habr siempre. Pero
siempre habr pastores andando por caminos falsos, y habr rebaos
abandonados. Cuando Cristo habla desde la cruz y le dice a Francisco
de Ass: repara mi Iglesia, haba una gran cantidad de monjes y
sacerdotes. En los tiempos de Don Bosco, la ciudad de Turn tena un
sacerdote por cada 25 habitantes. Roma, centro de la cristiandad, tiene
ms o menos la misma estadstica. Hoy da, en los campos de Latinoamrica o frica faltan sacerdotes, pero en las grandes ciudades
hay muchos. Donde el trabajo es difcil, hay pocos. Donde el trabajo
es fcil, hay muchos. Faltan apstoles, sacerdotes santos, hombres de
Dios, comprometidos con los criterios del Evangelio. Mientras ms
grande es la ciudad, ms mundana o menos servicial es la Iglesia.
Los problemas eco-nmicos de religiosos y religiosas consumen mucho tiempo y energa de la comunidad. La imagen de la Iglesia sigue
siendo en el mundo bastante buena, pero en muchos lugares ha perdido credibilidad. No es que falten sacerdotes, es que muchos no son
crebles. Don Bosco deca: No descansar, mientras el demonio me
robe los jvenes.Seor, dame almas. Llvate lo dems. La imagen de poder econmico, y el vaco de muchos cultos hace a la Iglesia,
en algunas ocasiones, poco creble. La Iglesia ha pre-ferido servir a
los pobres desde su seguridad econmica, pues servir desde la inseguridad, mezclndose con los pobres, eso es muy difcil. Envanos,
Seor, apstoles, santos, religiosas y religiosos que puedan encarnar
el Evangelio para que podamos entenderlo y vivirlo. Los apstoles
cansados y vacos, frenan la marcha de tu pueblo hacia la casa del
Padre. T hablaste un da de los guas ciegos, sepulcros blanqueados,
raza de vboras, t sabes que todava los hay, y talvez ms de lo
que pensamos. T dijiste que el buen trigo y la mala hierba iban a
vivir juntos hasta el da de la siega. Por favor, Seor, aydanos
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157
Nuestra naturaleza tiene una inclinacin al mal, y aunque los sacramentos son una fuerza positiva que nos ayuda a detenernos, an as, la
inclinacin se mantiene y nos arrastra. Por eso, en este mundo, la vida
del hombre es una batalla. El seguimiento de Jesucristo nos aclara el
camino, pero no siempre tenemos bien abiertos los ojos de la fe. Por
eso tropezamos mucho, y las cadas son frecuentes. Por eso Dios es
nuestro refugio, pues siempre encontra-mos en El, amor y perdn.
El libro del Eclesistico dice: Clera y rencor son cosas abominables. Son cosas propias del pecador, del malo, del que vive alejado
de Dios. La Biblia repite constantemente: El Seor es compasivo y
misericordioso. Si Dios nos llena por dentro, si El tiene un puesto en
nuestro interior, El produce en nosotros un estilo de vida que no se
ofende con facilidad. El genera misericordia y comprensin. Si Dios
est dentro de nosotros, el poderoso yo se va debilitando, y puede
hasta morir. Si Dios no est, el yo se vuelve grande, se enfada, se hiere
por cualquier cosa, y de ah viene la clera y el rencor. Mientras ms
ira y ms enfado se produce en una persona, ms vaca est de Dios.
Por eso, la Iglesia sigue repitiendo: Mientras ms lleno de Dios, ms
humilde;
y mientras ms humilde, ms se llena de Dios.
La doctrina de Jess quiere ayudarnos a crear conceptos claros.
Debemos darnos cuenta que somos propiedad de Dios. Dice san Pablo: Tanto en vida como en muerte, somos del Seor. Y esta conciencia de ser propiedad de Dios, facilita la presencia de Dios en nuestras
vidas. Somos de El y tenemos que vivir intentando agradarle. Dios es
para nosotros solamente una doctrina o una escuela de conducta. Lo
seguimos para amarlo, y nuestro amor nos conduce a imitarlo. Todo
un proceso espiritual nos va acercando a El para copiar sus virtudes,
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para llenarnos de su santidad, para ser comprensivos, delicados, respetuosos, amables, capaces de perdonar, virtudes todas que encontramos en Dios, y con ms claridad, en la vida de Jess de Nazaret.
La imitacin de Cristo quita toda clera, todo odio, todo rencor. Nos
vamos puliendo por dentro.
Para crecer en esta unidad con Dios, Jess nos presenta dos vas:
1. El trabajo interior. Saber adornar el corazn con una serie de virtudes que nos protejan del mal. Esto implica mucha humildad, saber
reconocer los errores, mucha meditacin y oracin. 2. El desprendimiento. La condicin indispensable para vivir con la mirada hacia
el cielo es quitarle importancia a las cosas de esta tierra. Mientras el
corazn est apegado a este mundo, se har difcil la unin con Dios.
Hay que vaciarse de este mundo para que pueda crecer dentro de nosotros la vida de Dios.
Cuando poseemos un alto grade de desprendimiento de las cosas
materiales, mucha meditacin, buen tiempo de oracin, buen examen
de conciencia, vamos labrando un tipo de personalidad agradable, nos
va llenando el amor y la fuerza de Dios, desaparece el rencor, y nuestro orgullo no se siente herido. En este caso, en vez de ser nosotros
que nos sentimos heridos y perdemos la paz, somos nosotros que desbaratamos la guerra del otro y le devolvemos la paz que ha perdido.
Jess vino a crear seres nuevos, hombres y mujeres capaces de vivir
la experiencia del cielo en medio de este valle de lgrimas. Seres nuevos, capaces de convertir el da malo, el infortunio o la enfermedad en
energa positiva para vivir mejor la experiencia de la fe en Jesucristo.
Santa Teresa, doctora de la Iglesia, metida como estaba en una gran lucha para transformar la vida religiosa de su tiempo, sufra y se debata
con grandes dificultades. Desde esa situacin escribi su mensaje positivo para todos los tiempos. Ella logr transformar la energa negativa de sus problemas en una profunda energa positiva de confianza
en Dios: Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se
muda, la paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta.
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Solo Dios basta. Santa Teresita del Nio Jess cay en el amor de
Jess como una gota de agua en medio del mar. Deca ella: El sufrimiento me ha tendido los brazos y yo me he arrojado en ellos con
amor. Tena sed de sufrir y de ser olvidada.. Ella sola repetir: Despus de haber sido saciados en la fuente de todas las amarguras,
seremos deificados en la fuente misma de todas las alegras. Es a
esto a lo que yo le llamo pasar del xtasis del dolor al xtasis del amor,
que es la cumbre de la vida espiritual. Jess le dijo a Santiago y a Juan
que era necesario beber un cliz. Un cliz que sabe amargo, pero al
final sabe a paz y sabe a amor. Para subir al cielo no hay ascensor que
facilite la subida. Es necesario crecer en la fe, luchar sin descanso y
confiar en el Seor.
Dentro del trabajo interior est el encuentro con la generosidad de
Dios. Jess nos hizo ver lo importante que es la virtud de la gratuidad,
aplicndola a Dios, nuestro Padre y nuestro modelo. Dios no es para
nosotros una historia o una doctrina. Dios es, ante todo, un modelo a
seguir. La gratuidad invita a hacer el bien, porque vale la pena hacerlo.
Dios, con su omnipotencia y su amor cre los mundos, cre al hombre. Por qu los cre? Simplemente porque era bueno. El Gnesis
termina cada da de la creacin diciendo:Y vi Dios que era bueno.
El regalo ms grande que Dios le dio al hombre fue el trasmitirle algo
de su persona, de su dignidad: Hagamos al hombre a nuestra imagen
y semejanza. Ser semejantes a Dios es el mejor regalo que El nos
poda hacer. El enva el sol, la lluvia, las flores, los frutos, y todo gratuitamente, para darnos a entender que la generosidad y el amor son la
meta de nuestra vida. Dios es Generosidad y es Justicia. Pero, en las
acciones de Dios, aparece primero la generosidad y despus la justicia. En la parbola del patrn y los viadores, el patrn le da orden al
mayordomo de pagar primero a los que llegaron ltimo, y ah empieza
su generosidad. Toda la vida de Jess fue una escuela de generosidad.
Los Hechos de los apstoles definen a Jess as:Pas por la vida
haciendo el bien. San Pablo dice: Cristo es mi vida, y morir una
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Cada avin al ro
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Nuestra ceguera es algo bueno, pues siendo ciegos, necesitamos siempre a Jess para saber hacia dnde va nuestra vida. Y si reconocemos
nuestra ceguera, hemos entrado en el hermoso campo de la humildad.
La humildad nunca falla. La humildad nunca tropieza. La humildad
es como un gua iluminado que nos lleva hasta los pies de Jess. Dichosos aquellos que son humildes, pues han encontrado el camino
recto hacia el cielo.
VIDA EN EL ESPIRITU
La santidad es un proyecto de Dios. La decisin de aceptar esa santidad es cosa nuestra. El esfuerzo para cuidarla es tambin algo nuestro. La salvacin es un don gratuito, pero hay que cuidarlo. La vida en
el Espritu es como la vida de las plantas: Cada rbol para crecer tiene
que pelear con la tierra para arrancarle su alimento. Todo aqul que
cree en Jesucristo tiene que pelear consigo mismo y contra el mundo,
si es que desea crecer en su unidad con el Seor.
El alimento del cristiano est hecho de pan y de vino. Pero un pan
y un vino mirados con ojos de guilas del misterio. Es un alimento
para las almas fuertes, par los esforzados que arrebatan a Dios como
manjar. No es alimento de hormigas. Es alimento de los valientes que
se atreven a dar un paso hacia el misterio de Dios. Slo a travs de la
fe podemos entrar en ese misterio, no para comprenderlo, sino para
vivirlo. Cuando logramos acercarnos un poco ms a la vida de Dios,
el camino se ilumina y se aclara ms el sentido de nuestra vida.
El Pan de vida no es slo el alimento de los que miran al cielo. Es
tambin la fuerza de los que pisan la tierra en este diario vivir. Cuando
nuestra alma se alimenta en un acto profundo de fe euca-rstica, la
mirada es ms limpia y la vida se nos hace ms hermosa. Con el alma
fuerte, le facilitamos el camino al da bueno.
El da malo, aceptado, recibe siempre el premio de la sonrisa de
Dios. Las horas difciles, pasadas con alegra, son el alimento de
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las almas grandes. La fuerza del rbol no est en las ramas, est en
las races. La alegra del rbol no est en el ruido del viento al pasar
por las hojas, sino en el silencio de las races, donde se tra-baja las 24
horas, y donde se tiene siempre una gran sed de vivir.
El que tiene fe, vive de espritu y vive con la fuerza del Espritu de
Cristo. Los hijos de Dios abren su alma a la medida del Espri-tu, y
van dejando atrs cosas y ms cosas, pues son obstculos que frenan
nuestra marcha hacia la persona de Jesucristo.
OTROS PUNTOS DE REFLEXION :
176
Las doce tribus aparecen representadas en los 12 apstoles. Sobre estas doce columnas ha construido el nuevo pueblo. Esta realidad la
leemos 2000 aos despus: Cuntos acontecimientos, guerras, enemigos del cristianismo.. y palpamos la maravillosa verdad: T eres
Pedro, y sobre esta piedra edificar mi Iglesia. Nada podr derrumbarla, pues el bien es indestructible. La Iglesia, como nuevo pueblo,
con su Nueva Alianza, es la novedad trada por Jesucristo, construida
sobre personas escogidas por El, personas dbiles, humildes, pobres,
que se convierten en el fundamento de la construccin del futuro de la
humanidad y de su liberacin.
Este cambio de perspectiva en el camino de la salvacin nos coloca
en un rumbo nuevo, delicado, sencillo. Jess pasa por encima a muchas leyes para llegar al corazn del hombre. Se trata de un humanismo
sobrenatural, una bondad absoluta, una CARIDAD PASTORAL, que
inunda toda la persona que desea entrar en el plan salvfico de Dios.
No se ama al pobre, porque es pobre, porque es necesitado, sino que
lo amo porque Cristo lo ama, y en el necesitado encuentro el camino
para llegar al Seor, porque all est El. Son principios preciosos los
que se dan en la nueva vida del Reino de Dios. Esta Caridad Pastoral
es una expresin de la novedad de la Alianza. Por eso san Juan resume
el mensaje del Seor diciendo: DIOS ES AMOR. La Eucarista del
Jueves Santo, la Sangre de la Cruz, la Resurreccin, las apariciones a
sus discpulos, son todas expresiones de este amor sin lmites, amor
para salvar: Es la Caridad Pastoral que Jess nos trasmite.
La Caridad puede expresarse de muchas maneras. Pero la caridad
que ms nos preocupa es la caridad apostlica, pastoral, algo que hace
inflamar el corazn y el ambiente donde uno vive y trabaja. El primer
polo de esta caridad pastoral es el seguimiento de Cristo: TODO EL
QUE VIVE A CRISTO, LO IRRADIA. Se trata de ser hijos en Cristo, para ser mediadores hacia los dems. Seguir a Cristo no es hacer
cosas determinadas. Es vivirlo, sentirlo en dimensin contemplativa.
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ofrece una respuesta aqu y ahora. Como esta Caridad Pastoral trata de orientar al hombre hacia Dios, hay que ver al hombre en su
camino hacia el futuro, en su promocin humana, en su justicia, y
en las necesidades fundamentales de la vida. Es una mirada al hombre integral. La huma-nidad lograr sus objetivos conforme nosotros
crezcamos y ayudemos a otros a crecer en Cristo: El es Seor de la
Historia, Centro del Universo, Principio y Fin de todo lo creado, el
mismo ayer, hoy y siempre.
Nuestros destinatarios deben ser privilegiados en nuestras casas.
Somos para ellos y todo lo nuestro nos ha sido dado para ellos. Pero
sabemos que no siempre es as. Por eso nos falta mucho por andar. En
un mundo que ejerce tanta presin psicolgica sobre la vida humana,
la Caridad Pastoral en favor de nios y jvenes amplifica su urgencia. Conforme el peso del mundo se hace ms grande sobre nios y
jvenes, el servicio sacrificado de nosotros, los salesianos, debe ir en
aumento. Si no apresuramos el paso, el mundo se nos aleja, y no alcanzamos a prevenir los huracanes que devoran la vida humana, especialmente de nios y jvenes.
Tenemos que reactualizar la novedad de la Pascua y la novedad de
Pentecosts. Todo esto en espera del Seor que vendr. Una vocacin
es autntica cuando se vive en la intimidad con Cristo, y en una explosin de amor y servicio hacia esa porcin que nos ha sido confiada
en la Iglesia. Lo vivimos a El, y al vivirlo, somos lanzados por su
Espritu a irradiarlo, a construir el Reino, a continuar la marcha hacia
la casa del Padre.
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VII. EL BAUTISMO
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de Dios el da en que El les d completa salvacin. Echen fuera la amargura, las pasiones, los enojos, los gritos, los insultos, y toda clase
de maldad. Sean buenos y compasivos unos con otros, como Dios los
perdon a ustedes en Cristo.
Levtico 20, 26 : Sean para M santos, porque yo, el Seor, soy santo y los he separado de entre los pueblos para que sean mos.
Todo este mensaje de la Escritura tiene una consecuencia para nosotros. Pertenecemos a un reino que no es de aqu: Jess le contest:
Mi Reino no es de este mundo. Si lo fuera, tendra gente a mi servicio
que peleara para que yo no fuera entregado a los judos. Pero mi
reino no es de aqu. Juan 18, 36.
Esta pertenencia a un reino que no es de este mundo exige vivir
vigilantes, para no perder la orientacin hacia el reino: Tengan cuidado y no dejen que sus corazones se endurezcan por los vicios, las
borracheras y las preocupaciones de esta vida, para que aquel da no
caiga de repente sobre ustedes. Estn ustedes preparados, orando en
todo tiempo, para que puedan escapar de todas estas cosas que van a
suceder, y para que puedan presentarse delante del Hijo del hombre
Lc. 21, 34-36.
El reino de los cielos es don de Dios, es gracia, es obra de amor.
Gratis lo hemos recibido y gratis debemos darlo. Por eso debemos
anunciarlo e irradiarlo con nuestra vida.
Bautizarse en Cristo, sumergirse en Cristo, significa una transformacin amplia para el cristiano:
1. Nacidos de nuevo, del agua y del Espritu, para ser hombres nuevos a imagen de Cristo. Bautizarse es renacer por el agua y el Espritu.
Bautizarse es llegar a ser hombre nuevo. Bautizarse es nacer por la fe,
en continuo crecimiento de la opcin por Jesucristo.
2. Al bautizarse se entra a formar parte de la muerte y la resurreccin
de Cristo. Jess, muerto y resucitado, permanece entre nosotros por
la accin de su Espritu. La muerte y la resurreccin de Cristo es la
fuente salvadora que alimenta nuestra santidad.
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la falsedad y la mentira. Proclam la verdad. Fue perseguido y lo mataron por causa de lo que enseaba. Pero el poder de Dios lo resucit.
Ascendi al cielo y est sentado a la derecha de Dios Padre. Volver
para juzgar a todos, y premiar a los buenos, quienes vivirn con El por
toda la eternidad.
9. Quien desee acompaar a Jess y vivir como El vivi va a tener
las mismas dificultades que El tuvo. Todo el que lo siga vencer al
mundo y resucitar como El resucit.
10. Al bautizarnos morimos al pecado y nacemos a una vida nueva.
Muerte y vida constituyen en nosotros la vida de cada da. Con esta
muerte y vida va brotando en nosotros el hombre nuevo. EL CUAL
recibe el Espritu Santo y se deja conducir por El. Comienza a vivir como hijo de Dios y se compromete a ser testigo de Cristo. Se
siente feliz porque lleva consigo la vida de Dios y la comparte con los
dems. Entra a formar parte de la Iglesia que es la familia del Padre.
Se convierte en luz del mundo y sal de la tierra para los que no creen
o no aceptan a Dios. Colabora, en la medida de sus fuerzas, con la
comunidad para la construccin de un mundo mejor, centrado en la
vida de Cristo.
Los santos y santas de Dios han logrado hacer que brote en ellos
la vida nueva en Cristo. San Pablo es realmente un hombre nuevo
: Filipenses 3, 7-16 : Pero todas estas cosas que antes eran de gran
valor para m, ahora las cuento como cosas que no valen nada, a causa
de Cristo. Todava ms que eso, todo lo que yo pudiera tener lo cuento como prdida, en comparacin con la gran ventaja de conocer a
Cristo Jess, mi Seor. Por causa de Cristo lo he perdido todo, y todo
lo considero basura, a cambio de ganar a Cristo y encontrarme unido
a El, no por tener una rectitud ma, al haber obedecido la ley, sino por
tener la rectitud que Dios da a los que creen en Cristo, es decir, una
rectitud basada en la fe. Lo que quiero es conocer a Cristo, sentir en
m el poder de su resurreccin, y tomar parte en sus sufrimientos, llegando a ser como El en su muerte y en su resurreccin.
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nos usa para el mal. De este modo, como deca san Pablo, llevamos
dentro una ley de muerte que nos inclina a hacer el mal que no queremos, y que nos impide hacer el bien que queremos. Son las fuerzas
del Espritu y las fuerzas de la carne que estn en pugna, y que slo se
acaban con la muerte. Son los deseos humanos y los deseos espirituales que nos obligan a mantenernos vigilantes para que no se anule la
accin de Cristo en nosotros.
Tengan ceidos los lomos y encendidas las lmparas como hombres que esperan a que su Seor vuelva. La vigilancia es un tema
constante en el Evangelio. Es como un alerta de Jess que sabe lo
dbil que somos y que podemos fallar. Ceidos los lomos y encendidas las lmparas es seal de accin, de trabajo incansable. Pero no
de cualquier modo, sino como hombres que esperan y que sacan sus
fuerzas de una esperanza viva. Dichoso el que no se canse. Dichoso el
que est siempre despierto.
Cuando la Iglesia respir de las persecuciones fue condecorada con
los privilegios que le dio el emperador Constantino. Pero la Iglesia
no se gloriaba de los privilegios adquiridos, sino de los hijos e hijas
grandes que haban brotado con los sufrimientos de las persecuciones.
Las horas difciles de las persecuciones, los grandes debates frente
a las herejas, los duros senderos por donde han caminado muchos
santos y santas de Dios, todo ello es la historia de la cruz que se va
cargando para llegar a la resurreccin. El amor grande a Jesucristo y
la necesidad de unirse a El para siempre, permite el paso sereno por
los das malos.
Poco a poco hemos construido una Iglesia grande junto a Cristo.
Sabemos que el mundo nos aprecia mucho, a pesar de todas las crticas
que llueven contra la santa Iglesia. Pero nos queda mucho por andar. La imagen del sacerdote y del obispo que aparece en las novelas
y en las pelculas, no es una imagen que se parece mucho a Jesucristo.
Podemos decir que son simples crticas, pero tambin podemos decir
que eso es posible, porque hay muchos aspectos de nuestra sociedad
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que no estn evangelizados porque tampoco muchos aspectos de nuestras vidas no estn evangelizados. Toda tierra cansada da frutos pequeos. Con el abono de la gracia nosotros siempre podemos dar buenos
frutos. En algunas de las reuniones de Europa sobre los misioneros,
se presentan pequeas o grandes crticas. Ellos dicen: Los misioneros
van con gran deseo de trabajar dentro de un pueblo pobre, pero no resisten esa pobreza, y tienen que refugiarse en una clase media. Construyen grandes edificios para ayudar al pueblo, pero muchas veces los
distancia del pueblo, y sobre todo, deja al pueblo vaco de verdaderos
santos. Es una pena que la Iglesia jerrquica ha hecho siempre opcin
por los pobres, como Jess, pero no ha podido mezclarse con los pobres como lo hizo Jess. La Iglesia ha preferido ayudar al pobre desde
el poder, desde el dinero, desde la comodidad. El bien que ha hecho es
mucho, pero es un camino lento. Cuando las casas de religiosos han
sido casas pobres, estructuras pobres, se ha llegado ms al corazn
de los fieles, que cuando se han convertido en grandes monstruos de
varilla y cemento. Lamentablemente es as. Cuando algunos sacerdotes o religiosos cuestionan ms all de la lnea media del servicio,
los superiores y obispos tiemblan. Nadie nos puede guiar ms adentro
en el mar, porque no hay barcas que soporten las tempestades del
mundo. Entrar en el mundo a servir de verdad es morir, y la muerte
es amarga. La gente nos llama ricos. No lo somos, pero esa situacin
debilita nuestro mensaje. Todo lo que tenemos, lo dedicamos al servicio de los pobres, pero an as nos siguen llamando ricos. Qu es lo
que hay que hacer, no lo sabemos. El dinero sirve para mucho, pero
el dinero ha empaado nuestra imagen. Por lo menos debemos tratar
de hacer ver que nuestros corazones estn libres de esa enfermedad, y
que nuestra confianza est en el Seor. Por las manos de Don Bosco
pasaron muchos millones, pero todo el mundo saba que su corazn
estaba limpio, que l era un hombre de Dios.
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es el verdadero amor, pues el hombre es llamado a captar con ms fuerza la verdad del corazn que la verdad de la mente. En el campo de la
mente, la ciencia reconoce que habr siempre un margen de error, un
margen de confusin, y por lo tanto, hay que llegar a la tolerancia de
la energa. Jess, como enviado del Padre, trae la Verdad completa, la
Verdad de Dios. Esa Verdad absoluta se da en El. Nosotros somos limitados, y por tanto, nuestro amor tendr siempre un margen de error.
Jess, junto a ese amor limitado del hombre, sita la ley del perdn.
El perdn es, pues, la tolerancia de la energa espiritual. La mente
debe saber tolerar la informacin imperfecta que le da la energa. El
corazn debe saber tolerar el amor imperfecto que puede expresar y
que puede recibir. Este amor imperfecto es el que tiene a la humanidad sumergida en la guerra y el odio. Propiamente el hombre ni odia,
ni hace la guerra. La guerra que hago es para proteger algo que amo,
pero que lo amo en forma imperfecta. Deca Mahatma Gandhi: Los
Ingleses no nos odian a nosotros. Ellos nos golpean, porque nuestra
huelga les impide ganar ms dinero y tener ms cosas. El amor a
las cosas los lleva a golpear a las personas. En el camino del hombre
habr siempre un margen de error en la bsqueda de la verdad, pues
en su mente hay confusin y en su corazn hay mentira. Y con una
mente confusa y un corazn confuso, slo Dios puede comprendernos
y tolerarnos, hasta que lleguemos a la verdad total. Para entonces, este
mundo ya habr pasado. Todo aqul que quiera ayudar a alguien, que
pretenda entender algo del ser humano, tiene que aceptar que hay un
margen de error en todas las relaciones hombre-naturaleza. Por ello,
con la mejor intencin, hay momentos que, en vez de ayudar, atropellamos. Un sacerdote fue a visitar un enfermo. El enfermo no hablaba
su idioma, ni l hablaba el idioma del enfermo. El enfermo estaba en
intensivo y no poda hablar, pero poda escribir. El sacerdote se sent
en la cama, y rez por l. El enfermo se movi mucho, y al final escribi unas palabras en un papel. El enfermo se calm. Cuando lleg
la enfermera, el sacerdote entreg el papel que deca: levntese que
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est sentado en el tubo del gas. Con muy buena intencin visit al
enfermo y rez por l, pero se sent en el tubo y lo asfixi.
Es por eso que Jess le hace una fiesta al hijo prdigo al llegar a
su casa, despus de todos los pecados que cometi. Por eso consigue
convertir a la mujer adltera en una santa de Dios. Por eso, despus
que Pedro lo niega, Jess le da una mirada de compasin. Por eso,
en la cruz, Jess rez as : Padre, perdnalos, pues no saben lo que
hacen. Con todo esto, Jess haba dado testimonio de la verdad, la
verdad de Dios.
Jess saba que esos hombres y mujeres que El vino a salvar lo iban
a traicionar, que se iban a burlar de El, que lo iban a matar. El saba
que el hombre vive en una atmsfera de error, pero luchando por llegar a la verdad. Por eso Jess deca: No quiero la muerte del pecador,
porque est luchando por la verdad; quiero que viva. Este margen de
error en la vida del hombre es lo que se llama la oscuridad del camino.
De ah salen los miles de divorcios, el abandono de tantas vocaciones,
amistades que se separan para siempre y muchos inocentes que son
condenados. Esta ley de la tolerancia es la nica que permite entrar en
el campo del perdn. Por falta de esta tolerancia, cinco minutos de
error destruyen 30 aos de buen servicio. Un minuto de error acaba
con una amistad de largos aos.
Muchos sacerdotes, religiosos y religiosas han abandonado el
camino emprendido, porque se han enfrentado superiores y sbditos, y ambos consideran que poseen la verdad, olvidando que todos, al decidir cualquier cosa, llevamos interferencias emocionales
en el razonamiento, y que debemos mantener nuestras ideas y actitudes con mucha humildad. Por este margen de error, tenemos empresas que se hunden y fbricas que se cierran. Y esto produce
gran malestar social en muchas vidas que se descontrolan. Tenemos
crceles con muchos inocentes, por juicios equivocados en la corte.
Es as como el gran inocente Jess de Nazaret es conducido juicio
y recibe la condena ms grande de la historia de la humanidad.
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su marca en el hombre.
Hacia dnde caminamos? Es una gran pregunta. En una reunin
de la ONU, alguien afirmaba: Todos los pueblos estn luchando por
progresar. Pero es un progreso que no tiene meta. Se inventan ms y
ms aparatos para rer, cantar y bailar. Y eso es el progreso? Hacer
juguetes para entretener al hombre? El hombre feliz por el poquito
de luz que ha conquistado va adelante sin saber a dnde va. Y podra
darse el doloroso caso, segn afirm el profesor Bronowski en Inglaterra, que la humanidad est siguiendo un proceso equivocado, y tenga
un da que desbaratar el camino hecho, y empezar un nuevo camino.
La guerra atmica podra ser el final de un camino equivocado. Y
entonces, lo que llamamos progreso, no fue ms que una vertiginosa
carrera hacia el precipicio.
Muchas veces encallamos en algunas verdades a medias y no damos paso a la verdad absoluta. Los grandes conflictos de la tierra no se
deben a que no se sabe qu hacer, o por dnde andar en el camino de
la historia, sino a personas que se aferran a sus verdades, y esas verdades a medias se les vuelven tinieblas. No hay peor oscuridad que la
que est hecha de luz. La luz de Hitler fue la oscuridad de Alemania.
La luz de Lenin y de Stalin fue la oscuridad de muchos pueblos con
el comunismo.
Jess es la luz, la verdad y el camino. Slo guiados por Jess
la humanidad podr seguir un camino seguro. Cuando el hombre se
acepte a s mismo como un ser limitado, capaz de perdonar el error,
asumiendo con humildad el camino del bien, haciendo desaparecer
la competencia desleal y egosta, entonces estaremos entrando en el
camino de la verdad. Mientras tanto, somos seres limitados, que pagamos el precio de nuestros errores, donde nuestro error ms grande es
no aceptar que alguien nos gue. Seguiremos andando, y ese Dios que
puso en el corazn del hom-bre la necesidad de la luz, no nos dejar
morir en la oscuridad.
199
Dios dice al rey Salomn: Pide una gracia. Salomn pidi sabidura. Otros hubieran escogido talvez riquezas y poder. La peticin de
Salomn agrad a Dios y agrad al pueblo. La sabidura les agrad a
todos por tratarse de un concepto que ayuda a estar ms cerca de Dios.
Dios es el verdadero sabio. Acercarse a Dios es nutrirse de su sabidura, del sabor de las cosas sobrenatu-rales. Para nosotros, el Corazn
de Jess es el horno ardiente de caridad. Acercarse a ese divino corazn es calentarse en la fe y en la caridad.
Sabio es el que tiene sabor de Dios. As lo confirma un salmo:
Gustad y ved qu bueno es el Seor. Comulgar es saborear el Pan de
vida, es saborear la santidad de Dios acercndose a la vida de Cristo. Acercarse a Dios es imitarlo, es hacer su voluntad, es quemar el
pecado, es crecer en la gracia, es amar la verdad. Es quitarle fuerza al
mundo, al apetito de la carne, es parecerse a Dios, imitando a Jesucristo. San Pablo dice: Todava ustedes no han llegado a la sangre en
su lucha contra el pecado. Se trata de una gran batalla para instaurar
la Era del Espritu, y quitarle fuerza a la Era de la carne. En la Edad
Media se quiso llegar a la Era del Espritu, a la Era de la Religiosidad, pero lo que hicieron fue multiplicar los signos exteriores, como
velas, oraciones piadosas, procesiones, imgenes. La Iglesia no goz
de un gran trabajo interior. Por eso, como una gran protesta espiritual,
surgieron los ermitaos, los monjes, los que rompan con el mundo.
Una de las grandes figuras fue san Francisco de Ass, a quien Dios
llam para que reparara su Iglesia. No la Iglesia de san Damin que
fue lo que entendi Francisco, sino la Iglesia del Evangelio, la Iglesia
de la fe, la Iglesia de la caridad y la del sacrificio gozoso, la Iglesia de
los buenos pastores, la Iglesia que se levant con la Sangre de Cristo
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al hombre, que lo espera para hacerle pagar caras sus culpas, que lo
tortura con un constante examen de conciencia, camino que no
siempre deja brotar en nuestro corazn una tormenta de amor hacia
Dios. Para que mi Dios sea un Dios al que vale la pena ofrecerle la
vida, tiene que ser el Dios Padre Bueno. Tengo que descubrir en mi
propia bondad, el destello del Dios bueno.
Urge encontrarse con el Dios de Jess, y para ello, slo Jess nos
puede guiar. Por eso decimos que JESUS ES EL CAMINO. Para
seguir a Jess hay que ir cambiando el esquema mental, demasiado
carcomido por los resabios humanos, con miras demasiado terrenas.
Si este esquema mental no se cambia, se corre el riesgo de creer que
se est en el camino, y slo se asume un Cristo acomodado o desfigurado que no es el Cristo del Evangelio. El hombre que sigue a Cristo,
vale por lo que es, no por lo que tiene. En el seguimiento de Cristo se
hacen resaltar muchas cosas que no valen: El apellido, la profesin,
el ttulo, el puesto de mando, y muchas cosas que son simple vanidad
de este mundo. Alguien dijo una vez: La Patria es ara, no pedestal.
La vida de Cristo, un puesto donde se trabaja en la Iglesia, eso es
ara, es lugar para sacrificarse, no es pedestal, no es lugar para lucir.
A veces no entendemos a Jesucristo, porque lo queremos usar en una
dimen-sin que no es vlida. Dios slo busca en nosotros la sencillez,
la limpieza de corazn, la generosidad de alma. Amar mucho a Dios,
hacer el bien, y esperar la vida eterna, sera un bello programa para
seguir el camino de Cristo.
Para andar el camino de Cristo, hay que unir el Viernes santo y
el Domingo de Resurreccin. Es un camino para andarlo con la cruz
en las manos y la Pascua en el corazn, porque la cruz es parte de la
alegra cristiana. Con un poco de sinceridad iremos poniendo nuestros pequeos y dbiles pies sobre las gigantes huellas de Cristo, en
marcha lenta hasta la casa del Padre. Hasta las puertas de ese Dios que
en la tierra intuimos como Padre, y que espera, oteando el horizonte
para ver cmo se van acercando sus hijos, aunque vengan cargados
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pero tuvieron que recorrer una dura senda para poder saborear esa fe-
licidad. Cuando las guilas sueltan sus polluelos para que empiecen a
volar, se dan muchos golpes al chocar con los riscos de las altas montaas y con los altos rboles. Pero en cada golpe despierta el guila
que llevan dentro, y as aprenden a desafiar la altura.
1. San Juan Bosco vio su vida en un sueo como un largo camino
bordeado de rosales cargados de rosas. El se sintio feliz, pues vio
su vida como un precioso andar. El gua que lo acompa-aba en el
sueo, le dijo: Ponte zapatos con unas suelas bien gruesas, pues esas
rosas esconden espinas muy largas y agudas. Don Bosco vivi esas
espinas durante toda su vida. Logr una gran victoria en la vida de fe
de la juventud, pero su alma pas por encrucijadas muy dolorosas.
Cada da de su vida fue un per-manente martirio. Sus sufrimientos no
pudieron apagar su alegra espiritual. Vivi feliz en permanente unin
con Dios.
2. La Virgen Mara: Cuando el ngel salud a Mara le dijo: Algrate, favorecida de Dios. Su prima Isabel la llam dichosa. Cul
fue su favor? Cul fue su dicha? Ser la Madre de Dios, es cierto.
Y luego sta fue su dicha : Aparece emba-razada entre sus familiares y vecinos sin haberse casado Tiene a su hijo en un pesebre,
rodeado de animales Cuando el nio apenas se despierta tiene que
huir a Egipto, trayecto que hoy se recorre hasta en avin Cuando la
gente empieza a separarse de Jess, oye los comentarios sobre l Al
bajarlo muerto de la cruz como un malhechor, lo ponen en sus brazos
de madre. Fue Madre de Dios, pero el precio fue muy grande, y su
purificacin enorme.
3. San Pablo : Am a Dios con locura, sabore la experiencia espiritual
como nadie. Pero fue a un alto precio. Tuvo la dicha de que el mismo Jess
lo llamara y le hablara, dicindole lo que quera de l. Pero el Pablo del
judasmo muri para levantarse el nuevo Pablo. El era un hombre rico,
un ciudadano romano, un doctor de la Ley, un fariseo de la clase dominante, y al seguir a Jesucristo, Pablo se convirti en un pobre perseguido.
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36. LA SAMARITANA
. Jess le contest: Todos los que beben de esa agua, volvern
a tener sed; pero el que beba del agua que yo le dar, nunca volver a
tener sed. Porque el agua que yo le dar brotar en l como un manantial de vida eterna. La mujer le dijo: Seor, dame de esa agua, para
que no vuelva yo a tener sed, ni tenga que venir a sacarla. Juan 4,
4-42.
Jess es el gran caminante, que no establece un gran centro para
su accin pastoral donde la gente vaya a verlo, sino que El mismo va
al encuentro de sus ovejas. As aparecen: Mateo, la Magdalena, la Samaritana, Lzaro, los leprosos, etc. Quines son stos? Los pecadores, los dbiles, los enfermos. Estos son los primeros a quienes Jess
desea anunciar su mensaje. Al centurin Jess le dice: Voy a pasar
por tu casa a curar a tu siervo. Va a entrar en casa de un pagano, y
esto le traer problema con los judos. Pero no importa. Ya la fe en
Dios empieza a orientarse en una forma ms generosa y ms amplia,
y se va apartando de las leyes estrictas de los fariseos. Jess empieza
a revestir la Justicia de amor y de misericordia. La justicia humana no
ha podido entrar en el Evangelio, porque la justicia humana no puede
ponerle amor y misericordia al criminal. El perdn al crimen es cosa
de Dios. En la cruz el buen ladrn se arrepiente. Los que estn mirando dicen: que sufra, que pague todo lo que ha robado! Jess
le responde al buen ladrn: No temas, hoy esta-rs conmigo en el
paraso.
Dios ama al dbil y lo cuida. Toda la Biblia es un cntico al dbil.
La ley humana apoya al dbil fsico, pero no entiende lo del dbil
espiritual. Jess viene para servirle a todos, pero primero se dirige a
los dbiles, a los pecadores, a los pobres y a los enfermos. Por qu?
Porque esa es la voluntad de Dios. Para los fariseos era primero el
Sbado, la ley. Para Jess es primero el hombre, el necesitado. Para
los judos, los mandamientos eran ley que obliga. Para Jess,
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los mandamientos son Ley que salva. Es una gran diferencia. Y esta
diferencia es la que va a marcar la vida de Jess.
Jess va anunciando su mensaje como un gran caminante. Si El
establece un centro, rodeado de un anillo de servidores que le ayudan,
toda esta gente dbil y sencilla no podra llegar hasta El. Alguien se
lo impedira. Por eso El va al encuentro de sus hijos predilectos, los
dbiles, para encontrarse con ellos en las circuns-tancias ordinarias,
en la vida de cada da. Y Jess aprovecha esas circunstancias para
anunciar su mensaje de salvacin. Ve un grupo de hombres pescando,
y les dice: Yo les voy a hacer pes-cadores de hombres. Multiplica
los panes, y les dice: Yo les dar un Pan que sacia el hambre de vida
eterna. Llega al pozo de Jacob cansado, cargado de dulzura humana
y divina, y encuentra a una mujer cargada de pecado. Y fijndose en
el agua del pozo y en la sed de la mujer, Jess entabla uno de los
dilogos ms hermosos del Evangelio: El tema del agua viva. All se
encuen-tran frente a frente el amor de Jess y los pecados de la mujer y vence el amor.
Era ms fcil sacar el agua del profundo pozo, que hacer brotar el
agua viva en el corazn de la samaritana. Slo Jess poda descubrir
esa profunda sed de Dios que haba en ella. Slo Jess poda hacer
brotar dentro de ella la verdadera agua del amor santo. Los judos y nosotros vemos en esa mujer su pecado. Jess vio su debilidad. Y desde
esa debilidad la pudo salvar ms fcil-mente que mirndola desde su
pecado. Dios es Ley, pero es primero Misericordia. Lo que Dios quiere no es que el hombre pague lo que hizo, sino que se salve. Nosotros
queremos que pague lo que ha hecho, pues todava hay restos en nosotros del ojo por ojo, y diente por diente. Pensamos as, porque a
pesar de nuestro bautismo, las confesiones, las comuniones, llevamos
dentro de nosotros mucha hierba mala que est mezclada con el trigo.
Tenemos que hacer una enorme conversin para entender y seguir
a Jesucristo. Jess aprovecha ese dilogo sereno con la samaritana
para aclarar varios puntos. 1. Deja sin importancia la cuestin social
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No podemos quedarnos a medias. Nos urge correr. Si a m me hubieran dado solamente los 24 aos de santa Teresita, o los 44 de San
Francisco de Ass, o los 14 de santo Domingo Savio, es posible que
hubiera hecho bien poco. Si todava me queda tiempo, tengo que
apresurarme. Nosotros sabemos que con esta larga vida cristiana que
hemos vivido podramos haber sido mejores. Hace falta que brote en
nosotros ese remolino espiritual de los santos que los ha enloquecido
por el Seor, al estilo de san Pablo.
Ser santos es obra de locos. Todos nosotros que deseamos ser alabados de todos, ser tenidos por los ms inteligentes y equilibrados,
que nadie se burle de nosotros, Cmo podremos ser santos? Los santos aparecen siempre como seres distintos. El Espritu los lanza a un
esquema mental ms all de lo ordinario.
En muchos casos estamos viviendo de la caridad, pero no es caridad que marca, que transforma, que santifica. Madre Teresa hablaba
de una caridad que duela. Los primeros cristianos arriesgaban sus vidas para poder juntarse a meditar la Palabra y a partir el Pan. Los
santos no han tenido miedo a acabar con su salud. Las personas que
hemos dedicado la vida al servicio de los dems, es tanto lo que nos
cuidamos que nuestra caridad llega a ser una caridad profesional, una
caridad como parte de un sistema bien cuidado, no tanto una caridad
que santifica. Cuando alguien quiere salirse del sistema, entrando
en un verdadero profetismo, el sistema se resiente y no deja que la
persona vaya un poco ms all. Pero siempre habr una fuerza del Espritu que nos lanza hacia una caridad viva, hacia una caridad riesgo,
hacia algo que nos haga salir de nuestros esquemas para entrar en el
proyecto salvador de Jess. Cuando el Evangelio es predicado hasta
el lmite del riesgo, cuando deja ver los rasgos de la cruz, es entonces
cuando transparenta claramente a Jesucristo. Cuando nos dedicamos
a dar como dio Jess, cuando nuestra ofrenda no es a cuenta gotas,
sino que damos hasta que duela, entonces estamos entrando en el verdadero proyecto salvador en Jesucristo, y nos santficamos ms.
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y con el brillo de la fe, la idea de renunciar a todo por causa del Reino
de Cristo.
Pero todas estas cosas que antes eran de gran valor para m, ahora
las cuento como cosas que no valen nada, a causa de Cristo. Todava
ms que eso, todo lo que pudiera yo tener lo cuento como prdida en
comparacin con la gran ventaja de conocer a Cristo Jess, mi Seor.
Por causa de Cristo lo he perdido todo, y todo lo considero basura, a
cambio de ganar a Cristo y encontrarme unido a El, no por tener yo
una rectitud ma al haber obedecido la Ley, sino por tener la rectitud
que Dios da a los que creen en Cristo, es decir, una rectitud basada en
la fe. Lo que quiero es conocer a Cristo, sentir en m el poder de su
resurreccin, y tomar parte en sus sufrimientos, llegando a ser como
l en su muerte, con la esperanza de llegar a la resurreccin de los
muertos.Filip. 3, 7-11.
Todo ese mundo de san Pablo, donde l pona sus alegras, se derrumb. Todas las cosas que l posea se le volvieron basura en comparacin de haber encontrado a Jess de Nazaret. El esquema mental
de Pablo cambi, y ahora slo le interesan tres cosas:
1.Conocer a Jesucristo.
2. Tomar parte en sus sufrimientos.
3. Sentir el poder de su Resurreccin.
Cuando san Pablo lleg a pensar as, pudo llamarle al mundo basura. Cuando Pablo dej el mar de Israel y pas al otro mar con
Jess, se sinti profundamente liberado y empez a vivir de verdad.
Por eso san Pablo habl tanto del hombre nuevo.
Las playas y los mares de Jess son otros. Aunque le gusta proclamar su palabra al lado del mar, Jess siempre desamarra las barcas y las suelta con alegra. Jess llama a salir de la inseguridad de
la arena, y a poner el pie sobre la roca. Jess es la roca firme. El
dinero, el estpido y esclavizante dinero, es la arena en la que tantos
hombres sestean y se hunden. La palabra de Jess dice sencillamente:
No anden agobiados por la vida, pensando qu van a comer; ni por
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MI JESUS !
Como el guila que va
volando, buscando la
altura as te buscar. Yo
te amo, yo te busco, tuyo
soy. Contigo vivir.
MI JESUS !
Como la flor que se abre buscando la luz, as te
buscar, porque en T mi vida es luz. Contigo vivir.
MI JESUS !
Como el arroyo en la montaa va cantando, as yo
vivir, cantando tu amor. Contigo vivir por toda la
eternidad.
MI JESUS !
Como dbil avecilla, de pocas plumas y alas rotas, voy
revoloteando en tu presencia, junto a tu Altar. T eres
mi sosiego y mi descanso. Contigo vivir en xtasis de
amor.
MI JESUS !
Gracias, por tu amor! Gracias, por tu perdn! Gracias,
por la paz que T me das! Gracias, por esperarme en la
eternidad. Te estar buscando y te encontrar. Contigo
vivir en eterna paz. Amn.
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buscando la verdad.
Nuestro planeta tierra, con una tremenda carga de emocin, con
un corazn regado por una sangre que vara de temperatura, tiene un
noble derecho a equivocarse. Y los errores podran ser la nica escuela para aprender a andar. El nio que no se cae, a lo mejor no llega
a correr.
La voluntad de Dios cabalga sobre nuestros errores, y su plan no se
detiene, aunque no hayamos aprendido a ser buenos. Por eso toda la
Biblia est gritando al corazn de hombre que debe aban-donarse en
las manos de Dios y dejarse guiar. Si entendemos las cosas desde este
punto de vista podremos vivir nuestra vida tran-quilos a pesar de los
errores de nosotros y de nuestra Iglesia. A pesar de nuestros errores
personales, Dios sigue andando con nosotros hasta terminar su obra.
Cuando el cristiano quita de su corazn el miedo, dejndose guiar por
el Seor, ha dado el primer gran paso en el campo del amor.
La fe de Abrahn no fue una fe regalo. Da a da soport la prueba
de su fe. Y Dios lo llev hasta el final de un gran cliz. Por eso lo hizo
un gran signo de fe. Gnesis 4 y 5. Jos es vendido como esclavo.
Soporta pruebas y ms pruebas, y gana el favor de Dios. Y en Jos, el
pueblo de Israel llega a Egipto como pueblo de bendicin.
Jess es resucitado. Su resurreccin no es slo un regalo. El supera
todos los sufrimientos, todas las pruebas, y vence. Su victoria de obediencia absoluta sella su tumba, y la tumba se abre. Su victoria sobre
el dolor, sobre la muerte, sobre el pecado, ha sido una victoria sobre
su obediencia absoluta al Padre. La raza humana pec en desobediencia y una obediencia a toda prueba le devuelve la santidad a la raza
humana. Es un misterio que slo Dios conoce. Nosotros entramos en
el misterio slo por la fe.
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como rboles que deben dar fruto y que ese fruto dure; como hombres
que dejan la seguridad del mundo para buscar la seguridad de Dios.
Somos enviados a un mundo de hermanos, para que tengan vida y la
tengan abundanteEnviados a ser mansos y humildes de corazn
Enviados a bendecir a un mundo que nos tratar como trat a JesucristoEnviados a dar testimonio de Cristo con la alegra pascual de
nuestra fe Enviados a gastar la vida en la orientacin juvenil. En
el camino hacia el Padre cada uno tiene lo que da, y si doy la vida
entera, la conservar para la vida eterna. Si eres poco, da poco, pero
dalo todo. Si tienes mucho que dejar, djalo todo, y tendrs un tesoro
en el cielo.
ANIMACION : Presentamos aqu una carta de Don Quadrio, sacerdote salesiano italiano, escrita a un grupo de sacerdotes de la Crocetta,
que celebraban su primer ao de ordenacin en 1961. Quien conoci
a Don Quadrio sabe que cada frase es una realidad vivida por l, y por
tanto, es un estmulo para ir adelante.
En el primer aniversario de vuestra ordenacin sacerdotal, el
pensamiento y el afecto de la Iglesia Domstica de la Crocetta corre
irresistiblemente hacia ustedes, les abraza maternalmente y les rene
de nuevo de todas las varias partes del mundo. Todos unidos alrededor del altar, sobre el cual, el Sumo Sacerdote est msticamente encarnado en ustedes de Mara Virgen y por obra del Espritu Santo.
La santa iglesia de la Crocetta, que durante este primer ao les ha
seguido con clido amor materno, como nios recin nacidos, les
pide a cada uno de ustedes por amor a Cristo: Resucita el don de
Dios que est en ti por la imposicin de las manos(2 Tim.1,6). Para
preservar su sacerdocio de la triste ley de la decadencia y del consiguiente fracaso, es necesario detenerse, revivir el misterio de la propia
ordenacin, renovar los ideales y los propsitos de aquel da, revisar
el camino recorrido durante este ao, arrojar con despiadada sinceridad los obstculos y establecer un programa vital y concreto,
que traduzca en la prctica de cada da, las sagradas obligaciones que
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Despedida-
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llega a ser grande cuando hay perspectiva de fe. No amo al otro porque
es mi amigo. No lo amo porque sufre. Lo amo en perspectiva de fe:
Porque Dios lo ama. Porque Dios lo am primero que yo. Los santos
tuvieron una fuerza grande de amar, y la canalizaron hacia el bien.
Quien no es capaz de hacerse amar no puede ser salesiano, pues el
amor es la atmsfera indispensable que permite un trabajo saludable
con los jvenes. La meta es Cristo, y el amor es el ambiente propicio para caminar juntos. Hay que cuidar la pureza cristiana del amor,
pero hay que saber que todava no somos ngeles. El amor abstracto
ni Dios lo quiere, pues se encarn y am con amor sensible. El amor
de ngeles es para el cielo. Adoramos, no el cerebro de Jess, sino
el Corazn de Jess. El es un amor divino encarnado en medio de
nosotros. Es una vocacin a amar. Una vocacin lmpida, profunda.
En la comunidad religiosa no somos solterones ni jamonas. Pertenecemos a una familia, y en familia, la gente se ama, se quiere.
Alguien dijo una vez: Los religiosos se juntan sin conocerse, viven sin amarse, y mueren sin llorarse. Esta es una frase muy dura,
pero revela parte de una existencia de naturaleza cada. En muchas
comunidades el amor es muy poquito. Pero hay muchas comunidades
donde el amor es suficiente para poder respirar una vida digna y una
vida cristiana. Viviendo una relacin humana sana se favorece el crecimiento de la gracia y de la caridad.
Un grupo de amigos que se unen se puede encontrar incluso entre
no creyentes. Pero amigos por amor a Cristo entre personas fuertemente distintas, slo es posible si hay fe. No es asunto de afinidad de
idea o sentimiento. Una comunidad apostlica slo es posible cuando
hay una fuerza espiritual que la sustenta desde el campo de la fe.
La comunidad es reflejo y participacin del misterio de la Trinidad,
y del misterio de Cristo y su Iglesia. La vida que Dios nos comunica
es vida de comunin. Nos comunica la vida humana que es reflejo de
la humanidad del Hijo. El amor y la caridad son reflejo del amor trinitario. En la comunidad, cada uno tiene su don, y ninguno tiene todo.
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Cada uno tiene necesidad de los otros. Cada uno puede ser positivo
otros cosechen maana. Sembrar hoy para que otros cosechen maana, eso es servir. El mundo tiene una definida vocacin de servicio.
Todo est estructurado para que uno siembre hoy, y otro sea el que
coseche maana. La prisa egosta por cosechar hoy lo que acabo de
sembrar, y que el otro se arregle para el da de maana, esa prisa
obliga al mundo a ir ms despacio en su crecimiento hacia tiempos
mejores. Un simple ejemplo: Cuando ya el nieto tiene cuarenta aos,
todava el abuelo de ochenta es el que est mandando en la casa. La
raza humana slo podr sobrevivir si le quita un poquito de egosmo
al mundo de hoy. Si la siembra de hoy es buena, la cosecha ser buena. Pero si los nios y los jvenes cosechan tanta maldad, es porque la
siembra no ha sido muy buena.
La sociedad de consumo est manejada por adultos. Esa sociedad
ya ha destruido gran parte de los jvenes, lanzndolos a la msica, al
sexo, a la droga y al ruido. Lo importante es que todo esto les guste,
y que la empresa genere dinero. Hoy nos quejamos de que ya nios y
adolescentes estn siendo criminales. El desastre de nios y jvenes
es un desastre que viene de los mayores. Con la hipocresa y la vanidad se ha tapado el fracaso de la sociedad de ayer. Qu es un certamen de belleza? Vanidad e hipocresa. Qu es el boxeo? Es el
goce del golpe al otro. Dnde se esconde el poder de la droga? En el
mismo poder que supuestamente la combate. La siembra es mala. Los
nios y jvenes destapan el mundo podrido que otros ya construyeron.
Qu consigue un nio en Estados Unidos o en Japn al coleccionar Pokemon? Absolutamente nada. Incluso, la coleccin no se acaba,
porque siempre salen postales nuevas. Pero los inventores s; ellos
estn sacando provecho. Si hay nios que estudian poco por estar barajando postalitas, De quin es la culpa? Quin puso la competencia entre ellos para ver quin colecciona ms? Los adultos. Y habr
nios capaces de robar dinero para comprar postales y poder competir
con otros. De quin es la culpa? La siembra es mala y la cosecha
est siendo mala. Hay un montn de nios y nias que pasan una
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La luz de Cristo
ilumina el mundo.
Las tinieblas
no la pueden apagar.
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X. TEMAS VARIOS
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44. LA ORACION
Tema - Oraciones - Salmos - Ritos
En tus manos, Seor, pongo mi vida, con todas sus angustias y dolores. Que en Ti florezcan frescos mis amores, y que halle apoyo en ti
mi fe cada.
Quiero ser como cera derretida, que modelen tus dedos creadores,
y morar para siempre sin temores, de tu costado en la sangrienta herida.
Vivir tu muerte y tus dolores grandes, disfrutar tus delicias verdaderas, y seguir el camino por donde andes.
Dame, Seor, huir de mis quimeras, dame, Seor, que quiera lo que
mandes, para poder querer lo que T quieras.
******************************************************
Oracin en la vida de Jess
El Hijo de Dios, que es uno con el Padre, y que al entrar en el
mundo dijo Yo estoy aqu para cumplir tu voluntad, se ha dignado
ofrecernos ejemplos de su propia oracin. En efecto, los Evangelios
nos lo presentan muchas veces en oracin. Cuando el Padre revela su
misin, antes del llamamiento de los apstoles, cuando da gracias en
la multiplicacin de los panes (Jn.6), en la transfiguracin, cuando
sana al sordo-mudo, cuando resucita a Lzaro, antes de requerir de
Pedro su confesin, cuando bendice a los nios, cuando ora por Pedro. Su actividad diaria estaba tan unida con la oracin, que incluso
aparece fluyendo de la misma, como cuando se retiraba al desierto o
al monte para orar, levan- tndose muy de maana, o al anochecer,
permaneciendo en oracin hasta la madrugada.
Lo que Jess puso por obra nos lo mand hacer tambin a nosotros.
Nos proporcion una frmula de plegaria dominical, el Padre Nuestro,
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Olivos o Getseman, donde Jess sud sangre. Lucas 9, 28-29: Aconteci, como unos ocho das despus de estos discursos, que tomando
a Pedro, a Juan y a Santiago, subi a un monte a orar. Mientras oraba,
el aspecto de su rostro se transform y su vestido se volvi blanco y
resplandeciente. Lucas 10, 21:En aquella hora se sinti inundado
de gozo en el Espritu Santo y dijo: Yo te alabo, Padre, Seor del
cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y
prudentes, y las revelaste a los pequeos. S, Padre, porque tal ha sido
tu beneplcito. Su misin era muy difcil. Necesitaba un alma serena
y un espritu fuerte. Eso slo se consigue en la oracin.
Jess ora en comunidad: Mateo 26, 30 : Cantan himnos.
Lucas 4, 16: Jess lee en la sinagoga de Nazaret. Lc. 3, 21: Va a bautizarse con los dems al Jordn. La oracin
de Jess no era slo una oracin de intimidad con su Padre. Es una
oracin relacionada ntimamente con su Misin. Era una oracin que
se constitua en escuela para sus discpulos.
Sobre todo: Lc.3,21(en el Bautismo), Lc.6,12(antes de la eleccin de
los doce), Lc.9, 29 (La transfiguracin), y Lc. 11, 1-4 (antes de ensearles el Padre Nuestro). El nexo entre su oracin y su misin est
ms claro en la cuaresma: Los cuarenta das de oracin y ayuno eran
para prepararse a su misin.
Marcos 1, 35-38: De madrugada, cuando todava estaba oscuro,
sali y fue a un lugar solitario donde se puso a orar. Simn y sus compaeros fueron en su busca. Al encontrarlo, le dicen: Todos te buscan.
El les contesta: Vamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que
tambin all predique, pues para eso he venido. Es mucho lo que nos
engaamos cuando descuidamos el dilogo con Dios, y consagramos
todo el tiempo al quehacer diario. Despus de esa noche de oracin,
Jess ve ms claro en qu consiste su propia misin y se encamina
a otra parte. Marta, Marta, dice Jess, t te afanas por tantas cosas.
Una sola es necesaria. Mara ha escogido la mejor parte(Lucas 10,
41-42). Necesidad de la oracin: Simn, Simn, mira que Satans
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iluminado por la luz de la esperanza, sabiendo que estamos participando de un reino que se construye, y de un pecado que muere. Esto
debe hacerse con una conciencia expresa de que trabajamos por el
reino de Cristo. Esta actitud positiva hacia el reino, hacia la salvacin
de la grey del Seor, alimenta y fortalece nuestra alma. Don Bosco,
en su trabajo incansable, cada paso era para l un acto de unin con
Dios. Este es un proyecto de Dios, lo nuestro es cooperar. Desde las
Alianzas y Promesas del A.T. hasta el ltimo bautizado, todo cuanto
se haga en el mundo, se hace por una sola razn: Restaurar el Reino de
Dios. Y hay una sola estrategia: Cumplir la voluntad de Dios. Sentirse
parte de este designio salvador. Juan Bautista siente que debe preparar la venida del Mesas, y en ese trabajo encuentra la muerte. Jess
cae en ese remolino del poder del mal, y entabla el momento cumbre
de la lucha por la victoria del bien. Jess pasa por la prueba del mal,
pero El trae el triunfo del bien. Por eso dice Jess: Ha llegado el Reino. Felices los pobresFelices los que luchan por la justicia
Felices los que son de Dios.
Despus de la muerte de Jess, los apstoles estaban muy dbiles
en su fe; haban entendido muy poco sobre el ideal del Reino de Dios.
Se llenaron de miedo, rezaron, y baj sobre ellos la fuerza del Espritu
Santo. Ya nada ni nadie los pudo detener. Llevaban la fuerza de la
victoria del bien. San Pablo vivi una conciencia bien clara sobre su
pertenencia al Reino de Cristo: Vivo o muerto, sano o enfermo, yo
soy del Seor. Todo lo que haca era parte del plan de Dios en l. Don
Bosco saba que era enviado por Dios a traer hacia el reino a muchos
nios y jvenes, a sacarlos o preservarlos del pecado y hacerlos parte
del Reino de la Gracia. Todo lo que haca era para l oracin, pues era
parte de un plan de Dios. Su misin era parte de la misin de Jess,
siempre en unin con el Padre.
La oracin es una ofrenda permanente de la persona en su deseo
de trabajar por el Reino de Dios, en su bsqueda de cumplir la voluntad de Dios. Rezar no es slo asunto de buen ambiente y de sentirse
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ORACIONES
1. EL SEOR ES MI REFUGIO.
Concdeme, Seor, tu silencio
para coser mi lengua
para ordenar mi fantasa.
Concdeme, Seor, un poco de tu fuego
para incendiar mi esperanza
para calentar mi fe.
breme, Seor, una pequea puerta
para salir del mundo
para esconderme en tu amor.
Brndame, Seor, una de tus sombras
para poder descansar
para sentarme a olvidar.
Llvame, Seor, a uno de tus manantiales
para limpiar toda mi historia
para apagar mi sed.
Dame, Seor, un rayo de tu luz
para iluminar mis ojos
para no tropezar tanto.
Llvame, Seor, a las altas montaas
para contemplar tu gloria
para sentirme muy dentro de Ti.
Dame, Seor, un poquito de tu soledad
para escuchar tu voz
para construir mi paz.
Qutame, Seor, todo vestigio de poder
para que sienta mi debilidad
para que me apoye slo en Ti.
Concdeme, Seor, un poco de tu sabidura
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para aceptar mis fracasos
para rechazar toda vanidad.
Guame, Seor T eres mi dueo ! Amn.
2. PADRE MIO
( del P. Larraaga )
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3. ALMA DE CRISTO
Alma de CristoSantifcame.
Cuerpo de Cristo Slvame.
Sangre de Cristo Embrigame.
Agua del costado de Cristo Lvame.
Pasin de Cristo Confrtame.
Oh mi buen Jess yeme.
Dentro de tus llagas Escndeme.
No permitas Que me separe de Ti.
Del maligno enemigo Defindeme.
Y a la hora de mi muerte Llmame.
Y mndame ir a Ti, para que junto con tus ngeles
y tus santos te alabe por los siglos de los siglos. Amn.
5. GRACIAS, SEOR
Gracias, Seor, por la vida. Gracias, Seor, por la paz. Gracias, Seor, porque nos diste un corazn grande para amar, y un alma sencilla
para llenar de estrellas la pequea noche de la vida.
Gracias, Seor, porque cada avecilla que canta, cada flor que se
abre, y cada nio que sonre, es un signo vivo de tu presencia entre
nosotros.
Gracias, Seor, por tu cruz que nos purifica para santifi-carnos
ms. Gracias, Seor, por la Madre buena que nos diste, la Virgen
Mara. Gracias por la ternura que Ella derrama en nuestro caminar
hacia la casa del Padre.
Gracias, Seor, por tu Pan Eucarstico, que nos alimenta hasta la
vida eterna. Que as sea.
SALMO 23
El Seor es mi pastor, nada me falta,
en verdes praderas me hace recostar.
Me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.
Me gua por el sendero justo por el honor de su nombre.
Aunque camine por caadas oscuras, nada temo,
porque t vas conmigo. Tu vara y tu cayado me sosiegan.
Preparas una mesa ante m enfrente de mis enemigos.
Me unges la cabeza con perfumes y mi copa reboza.
Tu bondad y tu misericordia me acompaan todos los das de mi vida,
SALMO 8
1. Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos. La luna y las estrellas que has creado. Qu es el hombre para que te acuerdes de l, el
ser humano para darle poder? Seor Dios nuestro
2. Lo hiciste poco inferior a los ngeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos. Todo lo sometiste
bajo sus pies. Seor Dios nuestro
3. Rebaos de ovejas y toros y hasta las bestias del campo. Las aves
del cielo, los peces del mar: Todo lo sometiste bajo sus pies.
Seor Dios nuestro.....
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SALMO 51 (50)
: Un pecador arrepentido.
EXAMEN DE CONCIENCIA
Dios nos ha dado un camino claro para cuidar su Gracia en nosotros: una conciencia limpia. Examinemos nuestra concien-cia a la
luz de nuestros compromisos cristianos y tratemos de corregir todo
aquello que frena en nosotros el crecimiento del amor de Dios y que
deteriora nuestra fidelidad a El.
1. He dudado o negado las verdades de la fe catlica? He visitado ambientes de otras religiones que pueden confundir mi fe?
2. He comulgado alguna vez sin las debidas disposiciones?
3. He faltado a Misa los Domingos y fiestas de guardar?
4. Cuido de mi familia? Malgasto en vicios el dinero que
necesita mi familia?
5. He dado mal ejemplo a las personas que me rodean?
6. Corrijo con clera o injustamente a alguna persona que
depende de m?
7. Discuto demasiado con los dems, sobre todo con los de mi
hogar? Me tardo mucho en perdonar?
8. He hecho dao a otros de palabra o de obra?
9. Tengo odio o rencor a alguien? He hablado mal de otros?
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Bendicin Solemne
1.V/.Viva Jess Sacramentado! R/.Viva y de todos sea amado!
Padre Nuestro Ave Mara Gloria.
V/. Les diste, Seor, el Pan del cielo. R/. Que contiene en s todo deleite
V/. Seor, escucha nuestra oracin. R/. Y llegue a Ti nuestro clamor
V/. El Seor est con ustedes. R/. Y con tu espritu.
3. ALABANZA.
* Bendito sea Dios.
* Bendito sea su santo nombre.
* Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
* Bendito sea el nombre de Jess.
* Bendito sea su sacratsimo corazn.
* Bendita sea su preciossima Sangre.
* Bendito sea Jess en el santsimo sacramento del altar.
* Bendito sea el Espritu Santo Parclito.
* Bendita sea la excelsa Madre de Dios, Mara Santsima.
* Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepcin.
* Bendita sea su gloriosa Asuncin.
* Bendito sea el nombre de Mara, Virgen y Madre.
* Bendito sea san Jos, su castsimo esposo.
* Bendito sea Dios, en sus ngeles y en sus santos.
4. Se guarda el Santsimo. Se entona algn canto.
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5. Canto.
CANTEMOS AL AMOR DE LOS AMORES !
Cantemos al Seor! Dios est aqu!
Venid, adoradores, adoremos a Cristo Redentor.
Gloria a Cristo Jess, cielos y tierra. Bendecid al seor!
Honor y Gloria a Ti, Rey de la gloria.
Amor por siempre a Ti, Dios del amor.
Gloria a Cristo Jess, cielos y tierra. Bendecid al Seor!
Honor y Gloria a Ti, Rey de la gloria.
Amor por siempre a Ti, Dios del amor.
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Yo soy el Pan de vida. El que viene a M nunca tendr hambre. El que cree en M nunca
tendr sed. Jn. 6, 35.
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sobre los montes, los pies del mensajero que anuncia la paz, que
trae la salvacin. La voz del profeta Isaas resuena en toda la Iglesia
anunciando la venida de Cristo. Se trata de una voz fuerte, definida y
clara, que invita al segui- miento de los caminos de Dios. Isaas nos
conduce al primer Mandamiento : Amar a Dios sobre todas las cosas.
Amar a Dios por encima de todo. Otro personaje fuerte del Adviento
es san Juan Bautista. Ordinariamente, Juan Bautista aparece a partir
del tercer Domingo de Adviento, repitiendo el llamado de Isaas, y
dando un toque nuevo al llamado, pues introduce al pueblo en una
decisin concreta: el Bautismo de conversin. O sea, una conversin
que implica un signo exterior. Juan no slo anuncia el advenimiento
de algo grande, sino que l mismo se consagra a la causa del Reino, l
prepara su propio camino del Seor. El es el profeta que cierra el A.T.,
y se convierte en el primer mrtir del Nuevo Testamento.
El tercer personaje del Adviento es la Virgen Mara. La elegida de
Dios, la mujer de fe brillante y humildad grande que cautiv la mirada
de Dios. En Adviento se medita el S de Mara, no un s ciego, sino
dialogado, con responsabilidad personal. Ese es el S de la Iglesia,
el S de cada cristiano, que en medio del ruido del mundo trata de
or claramente la voz de Dios que llega hasta el corazn. Mara llena
especialmente el cuarto Domingo de Adviento, y su figura ilumina el
acercamiento a Cristo-Mesas en la Navidad. En esa Navidad que nos
abri la puerta del ao 2000, junto a los profetas, escuchbamos la
poderosa voz del santo Padre, Juan Pablo II que nos deca: No tengan
miedo, dejen entrar a Cristo en sus vidas. Queremos ser con Cristo,
mensajeros de esperanza, de amor, de justicia, de reconciliacin y de
paz, ofreciendo a cada hombre o mujer el mensaje de Jess, la Buena
Nueva de la Salvacin. El Papa avanzaba hacia la puerta santa para
cruzarla en la gran noche de la Navidad, proclamando el Evangelio
como camino seguro para el tercer milenio.
Don Juan Vecchi, Rector Mayor de los salesianos, hizo un
llamado a toda la Congregacin: Dejmonos reconciliar por Cristo,
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que El es nuestra paz. El Rector Mayor sigue deseando para todas las comunidades salesianas del mundo, una verdadera conversin,
un verdadero encuentro con Jesucristo. Que Jess nos reconcilie con
Dios, con los dems y con nosotros mismos. Una reconciliacin profunda, un cambio total que nos permita construir, en nuestro interior,
una decisin firme de vivir una mayor esperanza y una mayor santidad de vida, siguiendo los caminos de Jess de Nazaret. Cada uno de
nosotros est llamado a amplificar la antena de la fe, para or en cada
acontecimiento de la Navidad y Ao Nuevo, la voz de Dios que sigue
llamando a cada corazn, para que nos dediquemos un poquito menos
a los bienes de este mundo, y le demos un poquito ms de tiempo a
los bienes de arriba.
Nos dice el apstol san Pablo: Mientras aguardamos cielos nuevos
y tierra nueva, esfurcense para que Dios los encuentre sin mancha,
ni culpa, viviendo plenamente en paz. En cada Navidad, la Iglesia
nos invita a celebrar la llegada del Seor, a celebrar nuestro encuentro
con El, con la alegra de sentirse salvados. La Iglesia grita cada vez
ms fuerte, tratando de ayudarnos a vivir con una mayor santidad y
una esperanza que se renueve da a da. Abramos nuestros corazones
y dejemos que Dios invada nuestra alma y nos ayude a ser felices a su
estilo, no al estilo nuestro.
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de fe, ponemos en la Navidad algo ms que un saludo y una buena comida. Nuestro enfoque y nuestra alegra van hacia la figura de JessMesas, salvador y respuesta a los grandes interrogantes del hombre
en esta tierra. Pensamos en el anuncio de la Buena Nueva, en el plan
de la liberacin del pecado. Nosotros no dejamos el mundo, somos
parte del mundo, trabaja-mos en el mundo, pero no somos del mundo. Jess pasa la puerta de nuestra humanidad y nosotros pasamos la
puerta de Cristo, asumiendo la vida nueva. Nos dice el Rector Mayor,
Don Juan Vecchi: La entrada de Cristo en nuestra humanidad, y la
entrada de nosotros en la vida de Cristo, es una invitacin a entrar
en un nuevo espacio, y situar nuestra vida en un mbito ms claramente iluminado por el amor de Dios Padre, Hijo y Espritu Santo,
marcado por la fraternidad incondicional y enriquecedora entre las
personas, caracterizado por la apertura de la mente y del corazn a
las aspiraciones y las esperanzas de la humanidad, hechas posibles
por la presencia de Cristo en el tiempo, por una mayor sensibilidad
para escuchar las voces de los jvenes, y un esfuerzo mayor para ir
al encuentro de sus necesidades. El espritu de la Navidad nos dice
que Cristo Jess es Seor, fortaleciendo la fe en El, para vivir la vida
nueva que El nos ha dado. Con Cristo entramos en la plenitud de los
tiempos y en la alegra eterna.
Nuestra Iglesia quiere ser, por encima de todo, mensajera de esperanza, de amor, de justicia, de reconciliacin y de paz, ofreciendo
a todos el mensaje de Jess, la Buena Nueva de la Salvacin. No
tengamos miedo, dejemos entrar a Jess en cada corazn, y experimentaremos la alegra de la vida nueva.
Recordemos siempre: nuestro pensamiento en medio del mundo
no se detiene en el mundo. Somos algo ms. El tiempo de Navidad y
Ao Nuevo, el cristiano lo vive en otra dimensin. No nos salimos del
mundo, trabajamos en medio del mundo, pero no somos del mundo.
Por ahora vemos a Dios como a travs de un velo. Un da lo veremos
cara a cara. Nuestra vida es la esperanza.
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47. TEOLOGIA
DE LA VIDA RELIGIOSA APOSTOLICA
Hacia mitad del siglo XIX la Santa Sede no admite votos peculiares,
pero hacen su reaparicin en el siglo XX con alguna modalidad distinta. El cuarto voto especifica los otros tres, y por l se define la
ofrenda de uno mismo en un instituto concreto. En este cuarto voto
se expresa la misin especfica de la familia religiosa y el carisma del
fundador. Este voto peculiar justifica la existencia de una familia religiosa, al lado de las ya existentes, y encarna el nuevo estilo de vida,
y el aspecto nuevo del misterio de Cristo que el fundador ha querido
copiar (op.cit.).
Los consejos evanglicos tratan de servir en doble dimensin: A
Dios y al prjimo. En cuanto al servicio a Dios, todas las congregaciones tienen la misma razn de ser. En cuanto al servicio al prjimo,
cada congregacin ampla las preocupaciones de la Iglesia por las
necesidades del pueblo. El carisma constituye la necesidad concreta
donde los consejos evanglicos van a servirle al prjimo. As surgen:
votos de rdenes militares, de redimir a cautivos, de servir a los enfermos, de ayudar a la juventud necesitada y en peligro de perderse, de ir
a las misiones, etc. La Iglesia, al aprobar una nueva familia religiosa
reconoce el carisma del fundador, le da su autenticidad, y lo protege
como don del Espritu.
LA EXENCION : Una congregacin puede trabajar bajo la autoridad
del sr. obispo de la dicesis donde est ubicada, o puede estar exenta
de los lmites del obispo y depender directamente de la Santa Sede.
Esta cualidad de la exencin le da a la familia religiosa una dimensin
ms clara de Iglesia Universal, y le permite ir ms lejos en su accin
carismtica.
El Sumo Pontfice, por razn de su Primado sobre toda la Iglesia,
mirando a la mejor providencia de las necesidades de toda la grey del
Seor, puede eximir de la jurisdiccin de los ordinarios y someter a
su sola autoridad cualquier instituto de perfeccin y a todos y a cada
uno de sus miembros. Y por la misma razn, pueden ser dejados
o confiados a la autoridad patriarcal propia. Los miembros de los
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49. LA IGLESIA
AL SERVICIO DE LOS POBRES
Bienaventurados los pobres de espritu, porque de ellos es el reino
de los cielos (Mateo 5, 3).
El pasaje de Lc. 7, 22-23 indica la misin de Jess y la razn de
su presencia en el mundo: Vayan y dganle a Juan lo que ustedes han
visto y odo: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan
limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les
anuncia el mensaje de la salvacin.
Los humildes, los pobres, los sencillos, los que sufren, son los
destinatarios directos de la misin de la Iglesia de todos los tiempos.
Toda la Biblia es un cntico al humilde y al pobre. El cntico de la
Virgen presenta una verdadera predileccin por los pobres. La Iglesia
sabe que sus hijos, mientras ms humildes, ms se llenan de Dios; y
mientras ms se llenan de Dios, son ms humildes.
Toda la vida de la Iglesia est marcada por una evangelizacin
permanente a los pobres de Espritu. El hecho de que se dedique a
los pobres materialmente considerados, es porque los que no poseen
el corazn lleno de cosas de este mundo se encuentran con frecuencia ms dispuestos para recibir el mensaje del Evangelio. En muchos
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pobres se esconde un apetito por las riquezas, gran ansiedad por ser
ricos. Esto los aparta del concepto de pobres segn el Evangelio. En
el verdadero pobre se dan los dos concep tos : pobre (tener poco),
y pobre (corazn desprendido). Pobre en el espritu significa que es
una persona que tiene pocas necesidades de cosas, y mucha necesidad
de Dios; es decir, hambre de Dios, sed espiritual. La Iglesia se ha
esforzado siempre en llegar hasta el pobre . Llegar hasta su necesidad espiritual y tambin material. Muchos de los primeros cristianos
vendan todo lo que tenan y lo entregaban a los apstoles para darlo a
los pobres. Esa haba sido la peticin de Jess para liberar el corazn:
Vende cuanto tienes y dalo a los pobres. En la Iglesia han nacido muchas Congregaciones para dedicarse a los ms necesitados. Los Franciscanos, con el amor a los pobres que tena san Francisco de Ass. Los
Salesianos con la preocupacin por la juventud pobre y necesitada.
Una gran cantidad de Congregaciones de religiosas dedicadas a hospitales, asilos de nios o ancianos, centros de Misin. Hoy da la Iglesia
mantiene una serie de Organizaciones para ayudar a los pobres, especialmente al llamado tercer mundo, como son Misereor, Adveniat,
Caritas internacional, con sedes en Alemania, Holanda, Estados Unidos. La Iglesia ha despertado en toda Europa una gran conciencia de
ayuda hacia el tercer mundo, (Latinoamrica, frica, India), y hasta
aqu estn llegando millones de dlares en ayuda humanitaria. Todo
este dinero es canalizado a travs de grandes proyectos de servicio a
los pobres. La Iglesia tiene muchos prohombres y mrtires que han
dado sus vidas para denunciar la Explotacin y la Injusticia contra los
pobres. En los Documentos del Episcopado Latinoamericano, elaborados en Medelln, hubo una opcin por los pobres. En la Tercera
Conferencia del Episcopado Latinoamericano(CELAM) reunidos en
Puebla, Mjico, en 1979, en su cuarta parte, nn.1134 al 1165 hace una
opcin decidida y preferencial al servicio de los pobres. En 1992, en
el Documento de Santo Domingo, la Iglesia ratific su opcin por
los pobres. La Iglesia quiere servir al pobre y no servirse del pobre
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como hacen muchos poderes en la tierra. Ese fue el mandato del Maestro: Lo que ustedes hagan por uno de estos humildes que creen en
Mi, me lo han hecho a M. Yo les he dado el ejemplo: No vine para que
me sirvan , sino para servir, y he servido hasta dar mi sangre por toda
esta humanidad. La presencia de Jess en Israel fue una presencia en
medio de los pobres. En este mundo siempre se ha considerado al rico
como el ms importante. Pero se no es el pensamiento de Jess.
Dir el Rey a los que estn a su derecha: Vengan ustedes los
que han sido bendecidos por mi Padre. Reciban el reino que est
preparado para ustedes desde que Dios hizo el mundo. Porque tuve
hambre y me dieron de comer. Tuve sed, y me dieron de beber. Anduve forastero y me dieron alojamiento. Me falt ropa y ustedes me
la dieron. Estuve enfermo o en la crcel y me visitaron. Entonces los
justos preguntarn: Seor, cundo es que te vimos con hambre y te
dimos de comer? El Rey les contestar: Les aseguro que todo lo
que hicieron por uno de estos hermanos mos ms humildes, por M
mismo lo hicieron. (Mateo 25, 34-40 ).
Las zorras tienen cuevas
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DE TODAS MANERAS
La gente es irrazonable, ilgica y egosta.
mala, de todas maneras.
Si triunfas ganars falsos amigos y verdaderos enemigos.
Triunfa, de todas maneras.
Si haces el bien, la gente te acusar de tener motivos egostas.
Haz el bien, de todas maneras.
La honradez y la franqueza te vuelven vulnerable.
S honrado y franco, de todas maneras.
El bien que hoy hagas se olvidar maana.
Haz el bien, de todas maneras.
La gente ms grande, con las ideas ms grandes, puede ser aniquilada
por la gente ms pequea, con la mente ms pequea.
Piensa en grande, de todas maneras.
Lo que has tardado muchos aos en construir, puede desaparecer de la
noche a la maana.
Construye, de todas maneras.
La gente favorece a los de abajo, pero sigue a los de arriba.
Lucha por los de abajo, de todas maneras.
Da al mundo lo mejor de ti mismo, y recibirs en cambio un puntapi.
Da al mundo lo mejor de ti mismo, de todas maneras.
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Salto de Jimenoa
Jarabacoa, R. D.