Tesis Completa Del Toro Guillermo PDF
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CONSTANCIA DE APROBACIN.
1.
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2.
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3.
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AGRADECIMIENTOS
NDICE GENERAL.
Introduccin ............................................................................................................. 1
Capitulo I. Antecedes de la trata de personas ............................................................ 10
1.1- La Trata de Personas ................................................................................... 10
1.1.1.- La trata de personas en la historia ....................................................... 11
1.1.2.- Primer acercamiento a la trata de personas como trata de blancas ....... 11
1.1.3.- Indicadores existentes previos a la regulacin de la trata de personas.. 13
1.1.4.- Tijuana, Baja California: explotacin sexual comercial y trata de personas.
Siglos XX y XXI ................................................................................................... 15
1.1.5.- Prostitucin infantil en Tijuana. Inicio del siglo XXI .......................... 19
1.2.- Definicin y elementos de la trata de personas: Protocolo de Palermo ........ 24
1.2.1.- Derechos humanos ............................................................................. 25
1.2.2.- Vulnerabilidad ................................................................................... 25
1.2.3.- Gnero y violencia de gnero ............................................................. 27
1.2.4.- Explotacin ........................................................................................ 28
1.3.- La trata de personas diferencias: prostitucin y trfico de migrantes ........... 29
1.3.1.- Trata de personas y prostitucin ......................................................... 29
1.3.2.- Trata de personas y trfico de migrantes ............................................. 30
1.4.- El proceso de la trata de personas ............................................................... 33
1.4.1.- La captacin ....................................................................................... 33
1.4.2.- El traslado .......................................................................................... 34
1.4.3.- La recepcin o acogida ....................................................................... 35
Captulo II. La trata de personas en el contexto contemporneo................................ 37
2.1.- La trata de personas, cifras estadsticas e indicios posteriores a la Convencin de
las Naciones Unidas contra el delito Transnacional y el protocolo contra la trata de
personas ............................................................................................................. 37
2.1.1.- La Organizacin Internacional del Trabajo (LA OIT) contra la trata de
personas ........................................................................................................ 39
2.1.2.- La Organizacin Internacional para las Migraciones (LA OIM)........... 41
2.1.3.- La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (LA UNODC)
..................................................................................................................... 42
2.2.- La trata de personas en Amrica Latina y en Estados Unidos ...................... 43
2.2.1.- Mxico, el estado de Baja California y Tijuana................................... 45
2.3.- Algunas condiciones sealadas como causas de la expansin y crecimiento de la
trata de personas ................................................................................................. 47
2.3.1.- Gnero y violencia de gnero ............................................................. 50
Captulo III. La Trata de Personas: contexto jurdico y acercamiento de ofendidos a las
autoridades ............................................................................................................... 55
3.1.- Las protecciones constitucionales a las vctimas de la trata de personas en nuestro
pas ..................................................................................................................... 56
3.2.- Normatividad internacional contra la trata de personas (previa al surgimiento del
Protocolo de Palermo) ........................................................................................ 60
3.3.- El Protocolo de Palermo ............................................................................. 62
3.4.- Legislacin federal respecto de la trata de personas .................................... 63
3.4.1.- La Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas y su reglamento en
aplicacin...................................................................................................... 64
Captulo IV. La legislacin estatal en Mxico sobre la trata de personas, especialmente la
de Baja California .................................................................................................... 73
4.1.- La legislacin contra la trata de personas a nivel estatal en el pas .............. 73
4.2.- Legislacin de la Trata de Personas en Baja California ............................... 74
4.2.1.- Antecedente: la Ley Elvira ................................................................. 75
4.2.2.- Ley para Prevenir, Combatir y Sancionar la Trata de Personas de Baja
California y su reglamento ............................................................................ 77
4.3.- Acercamiento de autoridades de justicia y organizaciones de la sociedad civil al
problema de la trata de personas ......................................................................... 83
4.3.1.- Autoridades de procuracin de justicia contra la trata de personas:
prevencin .................................................................................................... 84
4.3.2.- Organizaciones de la sociedad civil y organismos autnomos contra la trata
..................................................................................................................... 87
4.4.- Trata de personas: la ley y la prctica.......................................................... 89
4.4.1 La trata de personas: cifras oficiales de autoridades de procuracin de justicia
en Mxico en nmeros de Mxico ................................................................ 93
ndice de cuadros
Cuadro 4.1 Estado procesal que guardan las indagatorias iniciadas por hechos que
presuntamente corresponde a trata de personas en el pas ........................................ 94
Cuadro 5.1 Descripcin de caractersticas de victimas de trata, a partir de las indagatorias
iniciadas por la Unidad estatal de trata de personas de Baja California 2012 ............. 130
ndice de grficas
Grfica nmero 5.1 Nmero de indagatorias iniciadas por la FEVIMTRA y por la Unidad
estatal de trata de personas de Baja California (2008-2011) ...................................... 106
Grfica nmero 5.2 Vctimas de trata de personas en cualquier modalidad de explotacin
FEVIMTRA (2008-2011) .......................................................................................... 106
Grfica nmero 5.3 Vctimas de trata sexual identificadas por la FEVIMTRA (2008-2011)
................................................................................................................................ 107
Grfica nmero 5.4 Lugar de origen de las vctimas, FEVIMTRA (2008-2011) ......... 107
Grfica nmero 5.5 Probables Responsables de la comisin de trata de personas en
cualquier modalidad, FEVIMTRA (2008-2012)......................................................... 108
Grfica nmero 5.6 Probables Responsables de trata de personas en modalidad de
explotacin sexual, FEVIMTRA (2008-2011) .......................................................... 108
Grfica nmero 5.7 Nacionalidades de los Probables Responsables de explotacin sexual,
FEVIMTRA (2008-2011) .......................................................................................... 109
Grfica nmero 5.8 Vctimas de trata de persona en Baja California (2011-2012) .... 111
Grfica nmero 5.9 Lugar de origen de las vctimas explotadas en la trata de personas en la
modalidad de explotacin sexual, en Baja California (2011-2012)............................ 112
Grfica nmero 5.10 Probables responsables de trata de personas en Baja California (20112012) ....................................................................................................................... 112
Grfica nmero 5.11 Lugar de origen de las vctimas de FEVIMTRA 2008-2012 ...... 113
RESUMEN
La trata de personas es un fenmeno que implica la explotacin de seres humanos realizada
por otras personas. Ante la creciente aparicin de ese problema social, nuestras autoridades
se dieron a la tarea de adecuar el marco jurdico para enfrentarlo. Adems de hacerse leyes
para sancionar estos hechos, se crearon en las dependencias de procuracin de justicia
(federal y local) reas especializadas en investigar hechos relacionados con la trata de
personas.
A partir del incremento en el nmero de indagatorias iniciadas por las autoridades de
justicia se pudieron conocer algunas condiciones de vulnerabilidad que aprovechan los
tratantes para la seleccin de sus vctimas. En la presente investigacin se analiza la
atencin que las autoridades de procuracin de justicia le han dado a esas situaciones de
vulnerabilidad.
El objetivo es describir las herramientas con que cuentan las autoridades y la capacidad
que tienen para distinguir las relaciones de poder de gnero que ocurren entre hombres y
mujeres en la trata de personas a fin de detectar las condiciones de vulnerabilidad en las
que fueron enganchadas esas vctimas; a partir de esa informacin, precisar cul es el
procedimiento que realizan las autoridades para combatir ese ilcito y lograr que las
vctimas salgan de l. Adems referir la participacin de las organizaciones de la sociedad
civil en el auxilio de las vctimas y en apoyo a la actuacin de las autoridades.
ABSTRACT.
Human trafficking is an issue that involves the exploitation of human by others. With the
growing incidence of this social problem, our authorities have adapted the legal framework
to address it. Law enforcement agencies at local and federal levels were created to
investigate events related to human trafficking, besides generating laws to punish these
crimes.
Based on the increase in the number of investigations, law enforcement authorities
became aware of some conditions of vulnerability detected by traffickers to select their
victims. This research analyzes the procedures followed by government officials to
acknowledge to these situations of vulnerability.
The objective of this research is t describe the tools available to authorities and their
capacity to identify the gender power relations developed between men and women in
human trafficking, in order to detect conditions of vulnerability in which these victims
were abducted; once this information has been obtained, this investigation presents the
procedure followed by authorities to combat this illegal activity and help victims overcome
it, and it also describes the participation of civil society organizations that give support to
victims, and uphold the actions taken by authorities.
INTRODUCCIN
La trata de personas es un problema social que ha existido desde hace mucho tiempo. Para
enfrentarlo se crearon algunos ordenamientos internacionales al inicio del siglo XX que
daban respuesta a dicho fenmeno al que, en esa poca, se le denominaba trata de blanca;
sin embargo, el trmino resultaba excluyente de otras formas de explotacin de personas,
las que incluan a hombres y a mujeres por su color de piel, condicin social y etnia, entre
otras. De esta manera, los Estados, las organizaciones sociales y los organismos
internacionales buscaron una definicin ms incluyente y se acord llamarle trata de
personas.
No obstante los esfuerzos polticos e institucionales de la comunidad internacional para
que los pases combatieran el problema de la trata de personas, este fenmeno continu
creciendo y generando grandes cantidades de dinero para los grupos de delincuentes que se
dedican a la comercializacin de seres humanos. Una de las estimaciones hecha por la
Organizacin Internacional del Trabajo seala que este tipo de actividades ilcitas genera
ganancias de 32,000 millones de dlares anuales (Estvez, 2011: 2).
La Organizacin de las Naciones Unidas vio la necesidad de construir un acuerdo
internacional para crear un instrumento jurdico donde se establecieran las bases para que
los Estados combatieran y erradicaran la trata de personas, dicho acuerdo se realiz en el
marco de la Convencin Internacional para el Combate contra la Delincuencia Organizada
Trasnacional. Por lo anterior, se puede sealar que la trata de personas era considerada
como un fenmeno que iba ms all de las fronteras y en el cual participaba la delincuencia
organizada transnacional.
De la convencin antes sealada se desprendieron dos protocolos, uno dedicado al
combate de trfico ilcito de migrantes por tierra, mar y aire, y otro destinado a la trata de
personas trasnacional. Este ltimo, conocido como Protocolo de Palermo,1 define la trata
como:
La captacin, el transporte, el traslado, la acogida o la recepcin de personas, recurriendo a la
amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coaccin, al rapto, al fraude, al engao, al
abuso de poder o de una situacin de vulnerabilidad o a la concesin o recepcin de pagos o
Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y nios, realizado
en el ao 2001; nuestro pas se vincul al mismo el 4 de marzo del 2003, da que fue ratificado; su fecha de
publicacin en el Diario oficial de la federacin fue el 10 de abril del mismo ao y entr en vigor el 25 de
diciembre tambin del 2003.
beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con
fines de explotacin.
A partir de los resultados obtenidos por ambas instancias, se puede sealar que la
modalidad de trata de personas por la que se han iniciado ms indagatorias es la de
explotacin sexual. Esto coincide con lo ocurrido a nivel internacional, ya que segn la
estimacin realizada por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito
(UNODC, 2009: s/p), esta modalidad representa un 79 por ciento de los casos y dentro de
ellos, la mayora de personas vctimas de ese tipo de hechos son mujeres. En tal contexto
es necesario precisar que para la presente investigacin se tomarn las diferentes
situaciones de vulnerabilidad que la Unidad Estatal de Trata de Personas de Baja
California ha detectado en las vctimas, derivadas tales situaciones de las indagatorias que
han realizado por este tipo de conductas.
La vulnerabilidad ha sido referida al gnero, a la edad, al origen social y cultural de las
vctimas. En lo general, se considera que existe una probabilidad mayor de que sean las
mujeres las que estn ms expuestas a ser vctimas de la trata de personas; esto se debe a la
marcada desigualdad social generada por la construccin cultural de gnero. Por lo
anterior, el presente anlisis se realiza con un enfoque de gnero, atendiendo las relaciones
sociales y jurdicas que colocan a las mujeres en situaciones de mayor vulnerabilidad.
El objetivo de esta investigacin es analizar la vulnerabilidad en que se han encontrado
las vctimas de trata que han sido rescatadas por la autoridad del estado de Baja California
y explicar cmo ha actuado al respecto la autoridad de procuracin de justicia de dicho
estado. Para ello, es necesario conocer el marco jurdico y tener en consideracin las
herramientas legales con las que cuenta la autoridad para hacer frente a la vulnerabilidad
de las personas desde el momento de su enganche por las redes de trata hasta el momento
mismo en que sus procesos judiciales se estn llevando a cabo y esas vctimas estn bajo el
cuidado de la autoridad del sistema de justicia. De tal manera se analizan en esta tesis las
herramientas jurdicas con que cuenta la unidad estatal contra la trata de personas de Baja
California, especialmente las que son designadas para detectar y subsanar las condiciones
de vulnerabilidad que presentan las vctimas de trata desde el momento en que fueron
enganchadas hasta el momento de su liberacin.
Los objetivos especficos de la tesis son los siguientes:
Explicar cmo son investigados este tipo de hechos por las autoridades
ministeriales: si se cuenta con una perspectiva de gnero, si existe la capacitacin
en el tema y si la ley les proporciona herramientas suficientes para la investigacin.
Las preguntas que encauzan esta tesis son entonces las siguientes: Cmo se han
presentado las denuncias de trata de personas en Baja California? Al ser la trata de
explotacin sexual la que ms se repite en las denuncias de trata en la Unidad Estatal de
trata de personas de Baja California, qu condiciones de vulnerabilidad han ubicado en las
vctimas de trata las autoridades estatales en esa modalidad de explotacin?
La hiptesis que se plantea en esta tesis es que la definicin de vulnerabilidad que
distingue el gnero y las relaciones de poder que ocurren entre hombre-mujer y mujerhombre se contraponen a la falta de capacitacin en las autoridades ministeriales e impiden
la identificacin de dicho problema en la trata de personas.
Esta investigacin tiene por inters realizar un acercamiento exploratorio a las acciones
que realizan las autoridades de procuracin de justicia (federal y local) con relacin a la
vulnerabilidad que detectan en las vctimas (previo a su enganche y hasta el final de su
explotacin) en las indagatorias que han efectuado en el periodo 2007-2012. La finalidad
de este propsito es describir cmo son reproducidas las condiciones de vulnerabilidad por
los tratantes y por otros actores relacionados con la trata de personas. En atencin a que
tales hechos estn regulados y pueden tener efectos jurdicos en el mbito federal y local,
es necesario precisar las diferencias que existen en la imparticin y procuracin de la
justicia en esos mbitos.
La temporalidad del estudio que se presenta est delimitada por la entrada en vigor de
la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas el 28 de noviembre del ao 2007 a
nivel federal. Los casos analizados en Baja California parten de la entrada en vigor de la
4
Ley contra la trata de personas en el estado, en julio de 2011; en ambos casos se cierra el
estudio en el mes de marzo de 2012.
La seleccin del estado de Baja California obedece a los indicios existentes que sealan
la frontera entre los estados de California de Estados Unidos de Amrica y Baja California,
Mxico, como el lugar por donde ms ingresan personas en situacin de trata hacia nuestro
pas, aunado a que Baja California es uno de los pocos estados que cuentan con una
autoridad especializada en la investigacin de este tipo de conductas.
La
metodologa
empleada
comprendi
un
anlisis
de
las
caractersticas
En cuanto a los procesos migratorios, se seala el impacto que estos tienen en el pas,
particularmente en el estado de Baja California y en especial los flujos que vienen y se
quedan en el estado. Esta situacin origina un aumento en la poblacin que, al combinarse
con el aumento de desempleo, implica para los migrantes una dificultad mayor de
incorporarse al mercado laboral, lo cual los deja en una condicin de vulnerabilidad para
ser vctimas de las redes que se dedican a la trata de personas.
En el tercer captulo se realiza una revisin del marco normativo que existe a nivel
constitucional de la trata de personas. Este apartado incluye la adecuacin e integracin a
nuestro marco jurdico del Protocolo de Palermo. Adems, la premisa de la que se parte es
la de describir la situacin que se suscit al entrar en vigor la reforma constitucional donde
se incorporaron los derechos humanos a nivel constitucional. Asimismo, se enumeran
algunos de los aspectos importantes que incluye el Protocolo de Palermo, debido a que
dichos temas son aplicados por diferentes ordenamientos legales a nivel nacional y por ser
el instrumento jurdico base sobre el cual se elaboraron las leyes o tipos penales que
existen en nuestro pas.
En ese marco jurdico federal, luego de la entrada en vigor del Protocolo de Palermo, se
crearon herramientas para que las autoridades federales pudieran investigar, perseguir y
sancionar a quienes cometan el delito de trata de personas o a quienes incurran en alguna
de las hiptesis previstas por el tipo penal que se contempla en la Ley que Previene y
Sanciona la Trata de Personas. El objetivo de este captulo es entonces conocer las
herramientas con que cuenta la autoridad federal y saber cmo est respondiendo la
implementacin de stas ante la realidad que implica el fenmeno de la trata.
El objetivo del captulo cuarto consiste en sealar cmo se encuentra definido el tipo
penal y algunas de las caractersticas de las leyes de los estados en materia de trata de
personas. En lo que corresponde a la legislacin de Baja California, se establece el
antecedente ms prximo de la actual regulacin en la persecucin del delito antes
sealado con la denominada Ley Elvira, la cual consisti en una serie de reformas a
diversas leyes de aplicacin en el mbito local. A partir de la creacin de esas leyes se
incluy en el Estado el trmino de trata de personas. La Ley Elvira enfocaba su atencin
en la proteccin de los menores y personas incapaces de comprender los hechos a quienes
se consideraba por ese motivo como personas en situacin vulnerable y, por lo tanto,
expuestos a ser vctimas de tales hechos.
7
En el presente trabajo se retomaran indistintamente los trminos menor de edad, nios y nias,
manifestando que para tal efecto se establece lo sealado por la ONU que considera nio a toda persona
menor de dieciocho aos de edad, segn lo establece en la Convencin de los Derechos del Nio, suscrita por
nuestro pas y que por ende se encuentra vigente en el territorio nacional.
10
que la existencia de personas en esa situacin implicaba una ofensa para la sociedad
(Torres, 2010: 16). Butler emple el trmino white slave trade con el que se refera a la
prostitucin involuntaria y proviene de la derivacin francesa des Traite Blanches, mismo
que aluda a otro termino Trait des Noirs, el cual se refiere al comercio de esclavos negros
(Derks, 2000, en Gozdziak y Collet, 2005: 100).
La trata de blancas es definida como un trmino decimonnico que describe una
forma de esclavitud, la cual implicaba un abuso sexual hacia las mujeres quienes eran
mantenidas en calidad de presas y se les obligaba a ejercer la prostitucin; esta situacin es
diferente en la actualidad, pues la prisin en la que viven es psicolgica y generada a partir
de diferentes formas de engao. Esta definicin est situada en la realidad vivida durante
una poca de pnico moral en los Estados Unidos, ocurrida a finales del siglo XIX e inicios
del siglo XX, cuando exista la percepcin de que toda mujer joven estaba en peligro de
sufrir dichos actos; se responsabilizaba de ese tipo de actividades a los inmigrantes chinos
(Acharya y Jarqun, 2005: 45-46). En la poca a la que se alude en Estados Unidos se dio
el surgimiento del llamado movimiento abolicionista cuya campaa contra el White slavery
ocurri no slo en ese pas, sino tambin en otras naciones de Europa occidental en donde
exista el inters por regular la prostitucin, dado el contexto moralista sealado (Bullough,
V. y Bullough, B., 1987, en Gozdziak y Collet, 2005: 100).
Es necesario precisar que las concepciones de trata de blancas, por un lado la europea
(planteada por Butler) y la originada en Estados Unidos, diferan particularmente en su
acercamiento al tema de la prostitucin. La primera de las posturas pretenda abolir la
prostitucin, otorgando a las prostitutas la posibilidad de incorporarse en otro tipo de
actividades, pues eran consideradas mujeres cadas o desviadas sexualmente, se
consideraba la compra venta de las mujeres como una violencia extrema contra la mujer.
Mientras la postura que se tom sobre ese tema en Estados Unidos se pretenda implantar
la regulacin de la actividad de prostitucin para as determinar quines se prostituan de
forma voluntaria y quines estaban en el comercio sexual contra su voluntad, con la
finalidad de rescatar a quien no realizaba dichas actividades de forma libre y voluntaria. Lo
anterior representaba una diferencia entre las mujeres que se haban perdido o haban sido
sustradas de sus casas para forzarlas a dedicarse a esta actividad de aquellas mujeres
perdidas que por su voluntad estaban en esa situacin (Doezema, 2000: s/p.).
12
Dado lo expuesto, se puede inferir que en los inicios del siglo XX al hacer alusin a la
trata de personas se haca uso del trmino trata de blancas. El concepto referido era
relacionado y confundido con la prostitucin, confusin que an existe entre la trata de
personas y la prostitucin (Barboza y Martnez, 2006: 17); sin embargo, es preciso
distinguir la diferencia que existe entre ambos conceptos, ya que el primero de ellos
implica un sometimiento que resulta en explotacin y del que una persona o un grupo de
personas obtienen un beneficio de las actividades que obligan (mediante violencia o
engaos) a realizar a otra persona; mientras que la prostitucin es la actividad de orden
sexual que alguien sostiene, mediante la cual obtiene un ingreso.
Los ordenamientos legales internacionales retomaron el concepto de trata de blancas,
debido principalmente a la preocupacin de la comunidad internacional por el trfico que
se produjo despus de algunos conflictos blicos (Chiarotti, 2003: 1). Uno de los primeros
instrumentos legales internacionales creados por esta razn fue el Convenio Internacional
para suprimir la trata de blancas del ao 1904 (Barboza y Martnez, 2006: 17).
No obstante, como el concepto de trata de blancas o white trade slavery haca
referencia a las caractersticas del color de piel y al sexo al que pertenecan las personas
que eran reclutadas por las redes de explotadores, dicha denominacin resultaba
discriminante, pues no haca justicia al excluir de la misma a personas de color sobre
quienes haban recado esos hechos desde mucho tiempo atrs; otra situacin que se dejaba
de lado era el hecho de que el trfico de personas no slo incida en mujeres, sino tambin
en hombres y nios. Sin embargo, tal pareciera que las autoridades prestaban atencin al
evento por el tipo de personas sobre quienes recaa el hecho, ya que cuando se trababa de
personas de color de piel blanco se volva ms importante atender el problema. Despus
se logr un acuerdo en el uso de la denominacin trata de personas que es ms
incluyente, pues no slo se refera a mujeres, ni haca distincin de las vctimas en atencin
al color de su piel (Torres, 2010: 16-24).
existiran unas 16 mil nias y nios explotados en el comercio sexual (Azaola, 2000: 20).
Adems, se seal que gran parte de esos menores estuvieron en situacin de calle, sin
embargo, no todas las personas que actualmente estn en el comercio sexual han vivido en
las condiciones mencionadas (Azaola y Estes, 2003: 26-27).
Tambin apunt la autora que cierto nmero de mujeres adultas que se dedican a la
prostitucin manifiestan haber estado en ese negocio desde que eran menores (Azaola y
Estes, 2003: 19).
Los autores Elena Azaola y Richard J. Estes muestran un recuento sobre diversas
explicaciones que se ofrecen como resultado de investigaciones realizadas sobre las causas
por las que nias y nios se incorporaban en la industria de la explotacin sexual; el
motivo ms citado fue la pobreza. Algunas otras causas que se mencionan son: porque los
menores huyen de sus casas, la pedofilia, la prostitucin intergeneracional y las ganancias
que se generan producto del turismo sexual en algunos pases (2003: 26-27).
Otro factor participante en la industria de la explotacin sexual de nios y nias es la
delincuencia organizada, y esto no es slo por el alto rendimiento econmico que produce
sin necesidad de hacer grandes inversiones econmicas, ya que los seres humanos pueden
ser vendidos o usados en reiteradas ocasiones a diferencia de otro tipo de productos
ilcitos; sino que tambin ocurre ante el hecho de que existen pocos riesgos de ser
detenidos por las autoridades (Azaola y Estes, 2003: 27).
16
Aunado a las prohibiciones mencionadas, los turistas sexuales que acudan a nuestro
pas, lo hacan adems para realizar otro tipo de actividades sexuales como la pedofilia que
implica el contacto sexual de una persona mayor con un menor de edad y que tambin
estaba prohibido por ley en su pas, pero en Mxico lograban tener ese tipo de actividades,
situacin que aparece en la modalidad de explotacin sexual infantil de la trata de personas
(Bastida, 2009: s/p).
En pocas ms recientes la ciudad de Tijuana present un acelerado crecimiento
poblacional o demogrfico, mismo que puede entenderse a partir de una serie de cambios a
causa de la migracin provenientes del interior del pas y de otras partes de Amrica
Latina, la instauracin de la industria maquiladora y el comercio sexual que ha
caracterizado a la ciudad por muchos aos. A continuacin se presentan algunos datos que
explican el crecimiento de la ciudad, desde la dcada de los noventa, vinculado a la
migracin y al desarrollo de actividades econmicas. Finalmente se mencionan elementos
que sealan las complicaciones que ha enfrentado la ciudad como consecuencia del
reforzamiento de la frontera por parte de los Estados Unidos y con ello el aumento del
desempleo.
Al igual que otras ciudades de la frontera norte de Mxico, Tijuana se ha distinguido
por un acelerado crecimiento poblacional y econmico. Este ltimo se explica por el
desarrollo del sector manufacturero que se vivi durante la dcada de los noventa y que
ocasion que la migracin interna aumentara debido al incremento en la demanda de mano
de obra, de esta forma el crecimiento de la poblacin se convirti en una caracterstica de
la ciudad. Las migraciones hacia Tijuana provenan principalmente de ciudades del
noroeste y del sur del pas (Cruz y Salazar, 2011: 45). Segn los datos arrojados por el
censo federal de 2010, la poblacin del estado de Baja California ascenda a 3,155,070
habitantes; con base en ese mismo censo, Tijuana contaba con 1,559,683 habitantes, de los
cuales, ms de 47.3 por ciento de ellos eran inmigrantes y 45.7 por ciento de estos ltimos
eran mujeres (INEGI, 2011: 16).
El estado de Baja California es el que ha presentado un mayor crecimiento poblacional
comparado con el resto de los estados fronterizos. La ciudad de Tijuana es la que ms ha
contribuido a ese crecimiento, y es que de 1930 al ao 2005 la poblacin total de Tijuana
se multiplic hasta cien veces, pas de tener 11,271 habitantes a 1.4 millones. El origen de
este crecimiento refiere a los flujos migratorios (Cruz y Salazar, 2011: 47-48).
17
Tijuana es uno de los principales cruces fronterizos entre Mxico y Estados Unidos, y
en el pasado el principal camino de migrantes indocumentados que buscaban llegar a
Estados Unidos. Por lo anterior, la realidad econmica que viva esta ciudad era un
aliciente para que los migrantes llegaran a ella. Desde mediados de la dcada de los aos
80 y en los 90, esta ciudad present los ndices ms bajos de niveles de desempleo en toda
la zona fronteriza de nuestro pas. Este factor econmico se ve influido por la situacin
geogrfica de Tijuana, es decir, por su vecindad con el estado de California de la Unin
Americana. Otro factor que ha influido en ese desarrollo econmico ha sido el
establecimiento y apogeo de la industria maquiladora de exportacin. Esta industria pas
de tener 100 plantas maquiladoras en los aos 70 a tener 770 plantas en la dcada de los
aos 2000, y el nmero de personas a las que daban trabajo, pas de 7,800 a 129,000 (Cruz
y Salazar, 2011: 48).
En lo que respecta a los flujos migratorios, la vecindad con California provoc una gran
movilidad de la poblacin, por lo que en la ciudad confluyen una gran variedad de dichos
flujos; entre ellos se observan los que llegan a la ciudad para intentar cruzar a Estados
Unidos o para establecerse en ella; los que se dirigen al Sur; los commuters o
transmigrantes, personas que continuamente cruzan la frontera entre Mxico y Estados
Unidos; los deportados o repatriados, de los que algunos se regresan a sus lugares de
origen, otros se quedan en la ciudad para volver a intentar su cruce a Estados Unidos y
algunos ms se establecen definitivamente en Tijuana; y por ltimo, los menores
migrantes, quienes buscan a sus familiares en zonas fronterizas o en Estados Unidos (Cruz
y Salazar, 2011: 51-52).
Los flujos migratorios en Tijuana han sufrido algunas modificaciones, es decir, a pesar
de que la ciudad fue considerada en la dcada de los 90 el punto de cruce con mayor
afluencia de personas que se dirigan hacia Estados Unidos, de acuerdo con el resultado
que se obtuvo a partir de la encuesta sobre migracin en la frontera norte de Mxico ( EMIF
Norte) realizada por El Colegio de la Frontera Norte y autoridades gubernamentales, para
el periodo 1994-1995, el porcentaje del flujo migratorio que se diriga a Estados Unidos
por Tijuana fue de 36.6 por ciento, cifra que ha disminuido en el periodo 2005-2006, la
misma encuesta revel que el porcentaje slo lleg a 30.6 por ciento, (Cruz y Salazar,
2011: 53-54).
18
Este cambio en los flujos migratorios puede explicarse a partir del reforzamiento de
seguridad en la frontera por parte de Estados Unidos, lo que fue evidenciado con la
construccin del muro fronterizo y el aumento en el control y la vigilancia que ha realizado
la autoridad migratoria de Estados Unidos en este punto de cruce (border patrol); adems
de la implementacin de operativos como Gatekeeper. Asimismo, el incremento en las
tasas de desempleo que, por ejemplo, en el presente ao se sitan en 6.17 por ciento
durante febrero de 2012 para el Estado de Baja California, segn lo seala la Encuesta
Nacional de Ocupacin y Empleo, esta situacin la resienten particularmente poblaciones
como los migrantes a quienes ya no les resulta tan fcil encontrar un trabajo en este estado.
Otro factor que ha contribuido en que los flujos migratorios hayan cambiado sus rutas para
dirigirse a los Estados Unidos es la violencia. (Cruz y Salazar, 2011: 55)
Sin embargo, los flujos migratorios que llegan a Tijuana provenientes del norte a causa
de las deportaciones se han incrementado. Segn lo manifestado por el Instituto Nacional
de Migracin, el estado de Baja California fue el que mayor nmero de repatriados recibi
en el ao 2009; de igual manera, la ciudad con mayor nmero de eventos de deportacin
fue Tijuana con 178,935 (se denomina eventos porque una persona puede haber sido
deportada ms de una ocasin) (Paris, 2010: 13).
Para inicios del siglo XXI, el comercio de alcohol y sexo haba perdido el peso que tuvo
en otros momentos debido a la diversificacin de actividades econmicas que se
desarrollaban en Tijuana. Dentro de las actividades que se ampliaban, se present en el ao
2000 un incremento en los ndices de consumo de drogas, lo que propici un aumento en
los ndices de violencia producida a partir de pugnas entre grupos de delincuentes
dedicados al comercio de ese tipo de sustancias, quienes se disputaban el control del
mercado nacional e internacional de venta de drogas. Se present un incremento entre los
menores en situacin de calle que consuman drogas, lo que a su vez acrecent su
vulnerabilidad (Azaola, 2000: 126-129).
callejn tiene acceso trasero a los antros de la calle Coahuila, pero existen diferencias
determinantes entre la calle y el callejn, ambos de nombre Coahuila; la primera de ellas se
refiere al ejercicio de la prostitucin (paraditas) que s se ofrece en el callejn mientras
que en la calle Coahuila no sucede, adems, las fachadas de los table dance presentan
diferencias tanto en iluminacin como en espectacularidad de un lado a otro.
En lo que respecta a las mujeres que ejercen la prostitucin en las calles antes
mencionadas, es posible distinguir diferencias fisonmicas respecto a las que permanecen
en los lugares establecidos denominados table dances. Lo mismo ocurre con las mujeres
que ofrecen servicio sexual en las calles; para realizar una descripcin de estas personas
fue posible distinguir que depende de sus caractersticas fisonmicas y el tipo de prendas
que usan, el lugar o calle donde ofrecen el servicio sexual.
En el denominado callejn Coahuila, parte trasera de los table dance, pueden
observarse predominantemente a mujeres jvenes que visten ropas cortas y escasas como
minifaldas, escotes pronunciados, pantalones o mallas, todo preferentemente de licra; son
mujeres, en general, delgadas y de estatura media, que usan zapatos altos de plataforma.
Mientras que, sobre la misma calle pero en la acera de enfrente, se encuentran negocios
ms sencillos en donde hay mujeres de mayor edad (superior a los 35 aos) que las
referidas anteriormente, y que usan atuendos que no son tan atrevidos, tales como
pantalones de mezclilla ajustados y blusas escotadas.
En la acera del lado este de la calle Constitucin, entre la calle y callejn Coahuila, se
pueden observar a mujeres de piel morena, vestidas con ropas sencillas de mezclilla,
algunas con chamarras y son de estatura media, de complexin delgada; en esta rea la
iluminacin de la calle es insuficiente, pero la existencia de comercios ambulantes ilumina
un poco ms la zona. Sobre esa misma calle, pero pasando el callejn Coahuila en
direccin a la calle Artculo 123, las mujeres portan ropas de licra ms llamativas que las
anteriores, sin embargo, su complexin es ms robusta. En la avenida Nios Hroes, entre
las calles Coahuila y Artculo 123, existen algunos bares y es posible encontrar mujeres
que ejercen la prostitucin, quienes visten ropas de licra, no tan cortas como las descritas,
adems de que tienen las caractersticas de ser morenas y de complexin robusta; esa calle
particularmente no se encuentra muy alumbrada. Por ltimo, sobre la calle Artculo 123,
entre la plaza Santa Cecilia hasta la avenida Nios Hroes, se ubican las mujeres de mayor
edad, incluso rebasando los 40 aos, de complexin generalmente robusta, visten escotes
21
moderados y pantalones de mezclilla o faldas cortas, pero sin llegar a ser minifaldas; por
otra parte, la iluminacin en esta rea es mala.
La presencia de las autoridades es constante en dicha zona, principalmente de policas
preventivos que, en general, realizan recorridos continuos por el lugar, aunque tambin es
comn observarlos vigilando los puestos de negocios ambulantes o simplemente dando
rondines para evitar que las personas estn bebiendo o haciendo sus necesidades
fisiolgicas en la va pblica; de esto se desprende que estn atentos en propiciar un
ambiente adecuado para los clientes que acuden a ese lugar.
Una vez descrita la situacin del contexto de Tijuana y su comercio sexual se retoma el
problema de la prostitucin infantil, para lo cual es preciso sealar que ya en el ao de
1999 se estimaba en 6 mil el nmero de menores trabajando en las calles y espacios
pblicos de la ciudad de Tijuana; de esos menores, 900 se dedicaban a la prostitucin. La
doctora Elena Azaola realiz una investigacin sobre ese particular y localiz en la Zona
Norte de la ciudad a un grupo aproximado de 70 menores, quienes manifestaron que se
prostituan como un mecanismo que les permita sobrevivir, las edades de los pequeos
referidos oscilaban entre los 8 y 17 aos y sus clientes eran en su mayora homosexuales de
Tijuana y Estados Unidos (Azaola, 2000: 130-131, 135-136).
La diferencia que existe entre los nios que ofrecan sus servicios a homosexuales y los
que lo hacan a mujeres, resida en el lugar donde los ofertaban: los primeros tenan sus
espacios de explotacin en la Plaza de Santa Cecilia ubicada en la Zona Norte, el parque
Teniente y afuera de los bares a los que asisten personas con preferencias homosexuales;
mientras que los segundos buscaban a sus clientas en las playas de Rosarito (Azaola, 2000:
130-131).
Los precios que manejaban los nios variaban de acuerdo con el servicio sexual que
proporcionaran y el tiempo que pasaran con sus clientes, dichos costos iban de los 20 a los
300 dlares. Uno de los servicios que les solicitaban a esos menores era que posaran para
tomarles fotografas pornogrficas, accin que conllevaba otro precio; para este servicio,
los menores pedan que sus rostros no se vieran en las fotografas, con esto intentaban no
ser catalogados como homosexuales ante el temor de que se supiera que tenan relaciones
con hombres (Azaola, 2000: 131).
22
Por su parte, las nias que se encontraban en el comercio sexual realizaban sus
actividades en antros y hoteles en la calle Revolucin. Cabe aclarar que las mujeres que
trabajan en las afueras de los negocios son conocidas como paraditas, denominacin que
se emplea para mujeres mayores y menores de edad indistintamente. Este grupo de
menores est formado por las que van llegando al lugar y provienen principalmente de
estados del sur del pas y cuyas edades oscilan entre los 14 y 17 aos. El estatus de dichas
personas dentro del comercio sexual es un escaln inferior respecto al resto de las personas
que estn inmersas en dicha actividad, principalmente en comparacin con bailarinas de
centros de espectculos, quienes generalmente son migrantes. Los precios que cobran estas
personas por sus servicios, tambin reflejan los diferentes estatus que en el mercado del
comercio sexual les son asignados a los distintos grupos de mujeres (Azaola, 2000: 132;
Azaola y Estes, 2003: 272).
El nmero de nias que estaban dentro del comercio sexual en ese perodo era
aproximadamente de 700, segn cantidades referidas por las mismas menores. Otros
lugares donde se explotaba a los menores en el comercio sexual eran lascasas de masaje,
estticas, Spas, agencias de edecanes o modelos (Azaola, 2000: 132, 135).
Los nios podan mantener una relacin estable con algn cliente norteamericano
mayor de edad; cuando esto ocurre se llama chenchos a sus parejas y son vistos por los
menores como protectores, pues desarrollan con ellos relaciones afectivas y econmicas,
tambin se les denomina suggar-daddy. Por su parte, las nias eran explotadas por
padrotes que las controlaban y estos pueden ser hombres o mujeres, algunas eran
independientes y otras se incorporaron a dicha actividad debido a que sus familias tambin
estaban dentro del negocio. Ciertas menores sealaban que dentro del grupo de personas
que las explotaban en ese comercio se encontraban miembros de instituciones de
seguridad, motivo que les impeda acudir a la autoridad a denunciar la explotacin de que
eran objeto (Azaola, 2000: 131-133).
Se ha incrementado la visibilizacin de la participacin de menores en comercio sexual,
lo que se puede confirmar por lo sealado por la UNICEF que detect a 21 entidades de
Mxico que estaban involucradas en la explotacin sexual. Las principales ciudades donde
se trafica con las vctimas son Acapulco, Cancn, Ciudad Jurez, Coatzacoalcos,
Guadalajara, Tapachula, Tlaxcala y Tijuana. Adems de que dos de las mencionadas
ciudades son fronteras internacionales, tambin se establecen destinos que pudieran
23
considerarse como de gran turismo, a esas localidades se les considera como los nodos de
una red de trata de mujeres y nias para la prostitucin (CNDH, CEIDAS, 2009: 12). Se
estima en 16,000 el nmero de nias, nios y adolescentes que estn en situacin de trata
de personas en nuestro pas, en cualquiera de las modalidades (Taniguchi, 2012: s/p).
Asimismo, en su ms reciente reporte sobre la trata de personas, el Departamento de
Estado de los Estados Unidos sealaba que en Mxico el turismo sexual infantil estaba
creciendo, dos regiones reportaban un notable incremento de esta actividad y eran las
zonas tursticas (Acapulco y Cancn) y las zonas de las fronteras (Tijuana y Ciudad
Jurez). Para hacer frente a dicha problemtica, el poder legislativo de nuestro pas realiz
un programa nacional contra la trata y, para ese efecto, le fue asignada la cantidad de 4.2
millones de pesos (TIP, 2011: 256).
Una vez que se han sealado algunas de las situaciones que motivaron el
reconocimiento en el mundo del fenmeno de la trata y de las implicaciones que conlleva,
es necesario establecer que todo lo anterior, aunado a la voluntad poltica de diversos
pases, propici que se realizaran esfuerzos entre diversos actores y se lograran acuerdos
que quedaron plasmados, tanto en su definicin como en la elaboracin de un instrumento
internacional, en el Protocolo de Palermo que, a su vez, fue parte de la convencin de las
Naciones Unidas contra el crimen trasnacional, se elabor en Palermo, Italia, en diciembre
del ao dos mil y toma su nombre justamente de la ciudad italiana donde se realiz
(Vargas, 2009: 95).
24
La primera parte de la definicin contiene el proceso que se realiza para llevar a cabo la
trata de personas, mismo que ser descrito en el siguiente apartado. Antes de abordar el
proceso y diferencias respecto de la trata de personas con otros fenmenos sociales como
la prostitucin y el trfico de personas, es necesario precisar algunos elementos que se
desprenden del concepto arriba sealado y dentro de estos elementos, los que se refieren en
el artculo antes citado de la ley; comenzare por sealar que cuenta con un enfoque de
derechos humanos.
1.2.2 Vulnerabilidad
Para la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito ( UNODC) esta situacin
de vulnerabilidad alude a dos presupuestos bsicos: el primero es la incapacidad de la
vctima para entender el significado del delito cometido contra ella, dentro de esta
situacin podemos ubicar a los menores de edad y a los incapaces; el segundo presupuesto
habla de la incapacidad de las vctimas para resistirse a la comisin de los hechos, en este
25
apartado se sita a las personas con alguna discapacidad (fsica o mental), en condiciones
de necesidad econmica, sometidas a engaos a travs de la coercin o la violencia o
procesos culturales o religiosos. Todas las anteriores, razones por las cuales estas
situaciones de vulnerabilidad de las vctimas, son algunos de los medios empleados por las
redes de trata para acercarse a ellas engancharlas y someterlas (UNODC, 2010: 17).
La vulnerabilidad es un trmino que ha sido analizado desde la perspectiva social y es
definido como riesgo de enfrentar problemas, lo cual propicia que se aumente de manera
significativa la probabilidad de padecer una enfermedad o de morir (Meza y Cuellar,
2009: 9), este concepto tambin depende de los entornos sociales en que se encuentran las
personas, en tal sentido se refiere a que dicha condicin de vulnerabilidad se vincula con
relaciones de poder (Bustamante, 2002: 339).
Asimismo, la vulnerabilidad es descrita como la capacidad de modificar las respuestas
que tienen las personas ante situaciones de riesgo [] existe una inseparable combinacin
con alguna variable de riesgo.2 Adems, es un fenmeno en el que cierto nivel de estrs
resulta en conductas desadaptativas. En otras palabras, es una dimensin continua del
comportamiento que se mueve desde una adaptacin ms exitosa al estrs (riesgo) a una
menos exitosa (proteccin) (Llanes, 2009: 315).
La vulnerabilidad es de naturaleza cultural por los elementos que intervienen para crear
significados despectivos de las personas y justificar diferencias de poder entre ellos, tales
como estereotipos, prejuicios, racismo, xenofobia,
ignorancia y discriminacin
El riesgo es definido por Ulrich Beck como un enfoque moderno de la previsin y control de las
consecuencias futuras de la accin humana, las diversas consecuencias de la modernidad radicalizada, puede
entenderse esto como peligros producidos por la civilizacin misma. Esto es un intento (institucionalizado)
de colonizar el futuro, un mapa cognitivo (2002: 5).
26
su proceso de migracin, se encuentran en una situacin de este tipo debido a factores tales
como las normas relativas a la migracin, donde son los Estados quienes propician
relaciones de poder diferenciada entre quienes son nacionales y quienes no lo son, lo que
ocurre al sealar a los no nacionales como la otredad y negarles ciertos derechos (Becker
1968, en Bustamante, 2002: 340).
Las mencionadas condiciones en las que se encuentran los migrantes al realizar sus
procesos migratorios, los sitan en circunstancias aprovechadas por las redes dedicadas a
la trata de personas, coyunturas tales como mantenerlos sometidos por la amenaza de la
denuncia a las autoridades migratorias de su estancia irregular en el pas u ofrecerles
oportunidades de mejorar sus condiciones de vida en otros pases; sin embargo, cuando las
vctimas llegan a los pases de destino les son arrebatados los documentos migratorios y ya
sin ellos se les coacciona psicolgicamente para que no se sustraigan de su poder, esas
condiciones son generadas por la situacin irregular de las personas en los proceso de
migracin.
Las circunstancias antes mencionadas permiten observar la violencia sexual que estas
mujeres viven al encontrarse inmersas en la explotacin a travs de la prostitucin. Lo
anterior es debido a que en la explotacin de la prostitucin ajena, se genera una violencia
dirigida a la utilizacin del cuerpo de las mujeres convertido en objeto de placer de los
hombres y una agresin que trasgrede su integridad fsica y psquica. Al estar dirigida
contra el cuerpo de esa mujer, violenta las construcciones culturales y sociales que pesan
sobre su forma de entender su comportamiento sexual, en donde dichas normas le han
enseado qu hombres pueden acercarse a sus cuerpos y poseerlos y cules no debern
hacerlo (Ruiz, 2009: 33-34).
1.2.4 Explotacin
Otro de los elementos sealados en la definicin de trata de personas es el concepto de
explotacin, cuya importancia radica en que a partir del mismo se puede distinguir la
trata de personas de otras figuras como la prostitucin voluntaria. Este elemento no se
encuentra definido en el Protocolo de Palermo, slo se establecen algunas conductas
consideradas como explotacin. Una de las explicaciones que existen sobre este vaco, es
que se pretendi dejar abierta la posibilidad a cada pas para que en sus leyes incluyeran las
situaciones de explotacin que se dieran en el mbito de sus respectivas jurisdicciones; en
otras palabras, slo se estableci una lista enunciativa y no restrictiva. El concepto de
explotacin indica la obtencin de beneficios financieros, econmicos o de cualquier
otro tipo a travs de la participacin forzada de otra persona, significa que a una persona
se le exige realizar actividades o se le obliga a ello por medio de la amenaza o alguna
situacin de engao o presin; situacin para la cual la vctima no otorg su
consentimiento o ste estaba viciado (UNODC, 2010, 12, 15, 17).
Es necesario precisar que actualmente se entiende como irrelevante el consentimiento
obtenido de cualquier vctima para su participacin en alguna de las actividades de la trata
de personas, debido a las condiciones preexistentes en las vctimas y a sus entornos que
permiten que ocurran este tipo de actividades ilcitas. Ahora bien, luego de revisar algunos
de los elementos destacados que se encuentran en la definicin multicitada, el presente
estudio contina con la revisin de dos situaciones con las que se ha confundido a la trata
de personas, stas son: la prostitucin y el trfico de migrantes. La importancia de
establecer la diferencia entre ambos conceptos radica en el riesgo de confundirlos y por
28
29
prostitucin o cuando son forzadas a ingresar al mercado sexual o son menores (OConnor
y Healy, 2006: 13,18).
La prostitucin forzada conlleva la manipulacin que sufre una persona al realizar
actos que impliquen vender sexualmente sus cuerpos para satisfacer los deseos sexuales de
otra u otras personas. Las vctimas pueden ser o no remuneradas por su trabajo, pero lo que
se debe destacar es que ese no es el problema, sino que realizan sus actividades de forma
forzada, sin querer hacerlas o por medio de engaos. Dentro de estas actividades no solo
est la prostitucin, adems se incluyen todas aquellas formas de pornografa y otras
acciones con implicaciones sexuales (UNODC, 2010: 15).
Sobre la manipulacin o sometimiento de las vctimas existe un proceso que ha sido
referido por una organizacin del Reino Unido denominada Barbados y que se compone
por cuatro momentos: el encantamiento, la generacin de dependencia (de vctima hacia
victimario), la toma de control y el dominio total. El citado proceso puede ser apreciado en
diferentes indagatorias donde las vctimas son sometidas a ingresar al mercado del
comercio sexual para ser explotadas, estas personas al encontrarse en esas condiciones
donde tienen distorsionada la realidad al estar sometidas, en ocasiones, como se ver ms
adelante, implica que no se consideren vctimas y se imposibilite el acercamiento a la
autoridad (OConnor y Healy, 2006: 8).
Se puede sealar que los elementos que distinguen al trfico de migrantes de la trata de
personas son: el consentimiento de los participantes en el trfico no tiene vicios, pues el
migrante establece el contacto directo con el traficante; el cruce de fronteras es elemento
necesario; el dinero en el trfico es un factor que se ve relacionado con el traslado de una
persona de un pas a otro; la relacin existente entre el traficante y el migrante termina una
vez que se llega al destino del migrante. Durante el traslado, tanto los traficantes, como los
propios migrantes, ponen en situacin de riesgo su salud y su vida; al violarse las leyes de
los Estados respecto a quines se permite el acceso a su territorio, este hecho es un delito
cuyo agravio recae sobre el Estado al ser el sujeto pasivo (Ezeta, 2006: 20).
Por otro lado, en la trata de personas, los elementos arriba sealados se diferencian en:
el consentimiento est viciado, pues en el contacto que se realiza entre la vctima y sus
tratantes pueden concurrir el engao, el abuso y la coaccin; el cruce de fronteras no es
necesario, pues la explotacin en la trata de personas puede ocurrir en el mismo pas; el
dinero no tiene implicacin en el traslado, sin embargo se utiliza para someter a la vctima
al sealarle que tiene una deuda con su tratante y mientras no la salde no podr recuperar
su libertad. La relacin que se suscita entre la vctima y el tratante es ms prolongada pues
al llegar al lugar de destino da inicio o contina la explotacin. En la trata de personas, la
mayora de las vctimas identificadas son mujeres, nios y nias; en el traslado de las
vctimas los riesgos son menores, en cuanto a la vida y la salud, pero a largo plazo el
impacto fsico y psicolgico que sufren las vctimas es ms prolongado; al violar los
derechos humanos de las vctimas, el sujeto pasivo de estos hechos es la persona misma
(Ezeta, 2006: 20).
Es necesario mencionar que la definicin de trata de personas que se ha expuesto en
este trabajo, se retom del Protocolo de Palermo que forma parte de una convencin
internacional y busca hacer frente al crimen transnacional; por lo tanto, su visin sobre el
problema de la trata de personas es internacional, en l no figura la idea de la trata de
personas a nivel nacional. En este apartado describiremos ambas condiciones pues una y
otra implican movilidad de las vctimas como mecanismo de control de los tratantes para
con las personas tratadas. Lo anterior se debe a que nuestro pas es considerado por
diferentes instancias como un lugar de origen, destino y trnsito de vctimas (CNDH y
CEIDAS, 2009: 5).
31
32
apoyo para salir de esa situacin de abuso en que se encuentra. El resultado es que el
tratante refuerza el control sobre la vctima (UNODC, 2010: 11).
Por las razones expuestas, el elemento de desarraigo siempre se encuentra presente en
la trata de personas. En ocasiones, las mismas vctimas aceptan esta condicin, inducidas
por las construcciones culturales que las estigmatizan en sus lugares de origen o donde son
enganchadas (Ezeta, 2006: 26; Torres, 2010: 57, 72; UNODC, 2010: 11). Este elemento es
considerado como uno de los dispositivos de poder empleados por los tratantes que hacen
posible que ocurran estas actividades, otros de los dispositivos son el miedo y la culpa en
las vctimas (Vargas, 2009: 104).
1.4.1 La captacin
ste es el primer momento del proceso de la trata de persona, quienes lo realizan son
conocidos en las redes dedicadas a esa actividad como los captadores o reclutadores; dicho
proceso se realiza despus del contacto que establece uno de los reclutadores con las
vctimas. Una vez que el captador se gana la confianza de la vctima o de sus familiares, ya
sea mediante promesas laborales, oportunidades para cambiar sus vidas, seducciones
sentimentales, la compra con otros tratantes o con familiares (quienes por diversas
circunstancias se ven convencidos u obligados a vender a alguna persona de su familia), si
ninguna de esas formas le ha funcionado puede recurrir a la privacin ilegal de la libertad a
travs del rapto. Una vez que se ha realizado la captacin de la vctima, el tratante puede
seguir en contacto con ella hasta el lugar donde ser explotada o dejarla en manos de
33
quienes realizan el siguiente paso durante el proceso de la trata, que es el traslado. Los
participantes en esta primera etapa del proceso son personas que obtienen lucro con ello y
realizan su actividad de manera consciente e intencional (Barboza y Martinez, 2006: 3031; Torres, 2010: 29, 43-44, 46-47, 50,52; Ezeta, 2006: 21).
1.4.2 El traslado
El segundo momento es el traslado o transporte, en esta fase del proceso la vctima es
llevada de su lugar de origen a su lugar de destino. Este traslado puede ser en el mismo
pas o a travs de varios pases; para generar mayor confianza en la vctima puede ocurrir
el traslado en transporte pblico. (Torres, 2010: 56-57; Barboza y Martinez, 2006: 33;
Ezeta, 2006: 21-22).
Una de las actividades que realizan los tratantes para poder desplazar a sus vctimas es
darles entrenamiento para evitar los controles de policas que puedan encontrarse en sus
caminos, ya sean fronterizos o de cualquier otro tipo de autoridades policiales, situacin
que complica la deteccin de la trata de personas durante esos viajes; esto es, los probables
responsables capacitan a las vctimas para que se comporten como a ellos les convenga
cuando sean detenidos por las autoridades en puestos de revisin u otras situaciones que
los coloque frente a las autoridades. El entrenamiento consiste en obligar a la vctima a
colaborar, ya sea convencindola o forzndola. Si para estos momentos las vctimas an
desconocen el destino que les espera, el trabajo de convencimiento que llevan a cabo los
tratantes es ms sencillo.
La trata de personas internacional es realizada por grupos organizados que introducen a
sus vctimas en los pases de destino de forma legal o ilegal. Esa introduccin puede
efectuarse mediante el uso de documentos falsos, cuyo costo ser agregado a las deudas
que posteriormente se cobrarn a las vctimas, lo cual resulta en uno de los motivos por los
que las mantienen sometidas. Para llevar a cabo lo anterior, los tratantes cometen otros
delitos como el trfico de influencias o falsificacin de documentos (Barboza y Martnez,
2006: 31-33).
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35
turistas norteamericanos que acudan a nuestro pas para evadir la prohibicin de alcohol,
drogas y sexo.
Tambin se puede concluir que todo ese proceso mediante el cual las sociedades se
percataron de la existencia del fenmeno de la trata de personas y decidieron afrontarlo,
trajeron consigo la elaboracin de instrumentos internacionales que han sido ratificados
por nuestro pas. Entre esos instrumentos se encuentran el Protocolo de Palermo, el cual
fue desarrollado a partir de que se percibi la trata de personas como un fenmeno propio
de la delincuencia organizada y que tena impactos trasnacionales. A partir de ese
protocolo se establecen las bases y principios rectores para que los pases que suscriban
dicho instrumento internacional realicen actividades tendientes a cumplir con lo
establecido en ese acuerdo internacional. De esta forma, cada pas ha elaborado sus propios
instrumentos legales y polticas pblicas para hacer frente a la trata de personas en las
condiciones y particularidades en que este fenmeno aparezca en cada lugar del mundo.
36
explotacin laboral. Existen dos reportes de la OIT que son relevantes para el efecto: el
informe denominado Una alianza Global contra el Trabajo Forzoso, elaborado en el ao
2005 y el reporte denominado The cost of coertion, publicado en 2009. En este segundo
reporte se sealaba la existencia de al menos 12.3 millones de personas vctimas de
trabajos forzosos o en situacin de servidumbre, de las cuales 2.4 millones se encontraban
en condicin de trata de personas (OIT, 2009 en CNDH y CEIDAS, 2009: 18). De esas
vctimas en explotacin econmica o laboral, 56 por ciento eran mujeres y nias y el resto
hombres; si se compara esta situacin con la explotacin sexual, puede verse que el
porcentaje de mujeres, nios y nias es mayor al situarse en un 98 por ciento (OIT, 2005:
15-17, citado en Ezeta, 2006: 11).
Existe la idea de que la modalidad de trata de personas que ocurre en mayor medida es
la de explotacin sexual, no obstante la OIT seala que no es tan amplia la diferencia que
tiene ese tipo de trata respecto a la explotacin laboral, pues la primera comprende un 43
por ciento, mientras que la segunda representa 32 por ciento y el resto, 25 por ciento de las
situaciones de trata abarcan ambos tipos de explotacin (OIT, 2005: 14, en Ezeta, 2006: 6).
La modalidad de explotacin laboral en la trata de personas representa 20 por ciento del
total de trabajo forzoso y 25 por ciento del trabajo forzoso exigido por agentes privados
(OIT, 2005: 14, citado en Ezeta, 2006: 6). De tales cifras se desprende que los mayores
niveles de trabajo forzado en el mundo contemporneo se presentan en el mbito de la
economa privada y esta situacin permanece en gran impunidad, por lo que la OIT ha
alertado sobre lo anterior para que los Estados no slo se enfoquen en la persecucin de la
explotacin sexual, adems se les pide que incorporen medidas legislativas para que sea
perseguida y sancionada la trata bajo todas sus modalidades, as como actuar de forma
preventiva (OIT, 2009, citado en CNDH y CEIDAS, 2009: 18).
En lo que respecta a las ganancias que generan la explotacin de trata de personas en
todas las modalidades, la OIT reporta que anualmente son 32,000 millones de dlares
(Estvez, 2011: 2). La mayor parte de ese dinero proviene de la explotacin sexual, siendo
un 85 por ciento del total, por lo tanto, ste delito se considera como el tercer ilcito ms
lucrativo para las redes de crimen organizado, slo por debajo de los ingresos que se
obtienen del trfico de drogas y armas (Armijos, 2009: 3). Los enormes intereses
involucrados en la comisin de la explotacin sexual es un factor que explica ampliamente
la falta de medidas oportunas para erradicarlo (Achayra y Salas, 2005: 508), las ganancias
40
41
2.1.3 La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (LA UNODC)
El director de la UNODC, Pino Arlacchi, sealaba que en el ao 2000 existan 200 millones
de personas que estaban bajo el control de traficantes (Corssette, 2000, A-15 en Chapkis,
2003: 926). Dicha oficina elabor un informe en el 2006 en el que se describan los
patrones o formas en que ocurra la trata de personas. Asimismo, en el ao 2009 present
su segundo informe sobre la situacin de la trata de personas, en ste se catalogan y
analizan las respuestas que, en materia de justicia y asistencia, se han dado sobre el tema
de trata en 155 pases (UNODC, 2009: 6).
De los 155 pases que proporcionaron informacin a la UNODC, slo 111 dieron datos
sobre el nmero total de vctimas que haban sido detectadas por sus autoridades, sumando
entre todos ellos un total de 21,400 personas en situacin de trata en el ao 2006. Fue
tomado un grupo muestra de dicho nmero de pases, la cual correspondi a 71 pases que
haban tenido informacin del nmero de vctimas entre los aos 2003 a 2006 (UNODC,
2009: 48).
En la muestra antes sealada se apreci la existencia de un incremento de 27 por ciento
en el nmero de vctimas, toda vez que en el ao 2003 las vctimas identificadas fueron
11,706 y en el 2006 ascendi a 14,909, en los aos intermedios el nmero de vctimas fue
de 12,122 en 2004 y 13,127 en 2005.
La informacin existente de 61 pases proporcionaron informacin del perfil de las
vctimas, lo que ayud a clasificar dicha informacin atendiendo a tales perfiles; el que
resultado arroj que 9 por ciento eran nios, 12 por ciento hombres, un 13 por ciento eran
nias y 66 por ciento mujeres (UNODC, 2009: 48). La modalidad de explotacin que ms
fue registrada por los pases que enviaron su informacin a la UNODC, fue la explotacin
sexual que seal un 79 por ciento de los casos reportados en ese periodo. Sus vctimas
principales eran mujeres y nias (UNODC, 2009: 6).
A partir de esas cifras la UNODC elabor una estimacin que sita en el orden de los
2,5 millones al nmero de personas que a nivel mundial son vctimas de la trata de
personas en cualquiera de sus modalidades. Esto ltimo se explica con el hecho de que,
atendiendo a la demanda, al rescate y persecucin de este tipo de actividades por parte de
las autoridades, los grupos de delincuentes continan enganchando a vctimas para
compensar las que ya no son tiles para los fines por los que eran explotadas o las que ya
42
44
el mundo, incluidas 2.4 millones que fueron vendidas, de las que 56 por ciento son
mujeres (Estevz, 2011: 2).
Uno de los destinos ms importantes a donde son trasladadas personas vctimas de la
trata son los Estados Unidos; algunas estimaciones consideran que anualmente entre
14,500 y 17,500 personas vctimas de trata ingresan a ese pas. La regin del mundo de la
que ms personas en tal situacin salen con destino a ese pas es el sureste Asitico, desde
donde se estima que llegan aproximadamente 7,000 personas anualmente. Amrica Latina
se posiciona en un segundo lugar de personas en situacin de trata que ingresan a los
Estados Unidos, con un nmero aproximado de 5,500 personas. Se considera que el
nmero de personas que son explotadas en la industria del comercio sexual cada ao en
Estados Unidos de Amrica est entre 45 y 50 mil, mujeres, nias y nios (Gonzlez, 2004:
s/p; Ezeta, 2006: 15).
estados del sur del pas, como Chiapas, tres de cada diez vctimas son trasladadas a Estados
Unidos y Canad, mientras que el resto sern distribuidas hacia distintos lugares de Mxico
(Acharya, 2004, en Acharya y Salas, 2005: 516-517). Se estima que en la regin de la
frontera norte de Mxico existen 10,000 mujeres del sur y centro del pas que son vctimas
anualmente de trata con fines de explotacin sexual (Seelke, 2011: 6).
La misin de la OIM en nuestro pas report que desde junio del ao 2005 hasta agosto
del 2010 se haban identificado y asistido a 176 casos de trata de personas en Mxico.
Estos casos estn divididos de la siguiente manera: en el ao 2005 (3), en 2006 (11), en el
ao 2007 (39), en 2008 (49), en el ao 2009 (65) y en el 2010 (9). Las vctimas referidas
son oriundas de 13 naciones diferentes: Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua,
Mxico, Costa Rica, Colombia, Argentina, Ecuador, Hungra, Congo, Belice, Japn; de las
cuales la mayora provenan de Guatemala en un 63 por ciento (OIM, 2011: 1-2).
De los casos atendidos, 81 por ciento fueron de mujeres y 18 por ciento de varones, los
rangos de edad iban de los dos meses hasta los 58 aos. La modalidad de explotacin que
ms se detect fue la explotacin laboral, de la que se identific 59.6 por ciento de los
casos; en segundo lugar se encontr la explotacin sexual con 30.11 por ciento y el resto
integrado por asuntos que incluan ambos tipos de explotacin. Los estados donde se
localizaron las vctimas fueron: Chihuahua (1), Coahuila (1), Guanajuato (1), Guerrero (1),
Jalisco (3), Nuevo Len (2), Oaxaca (11), Puebla (1), Quintana Roo (1), Tabasco (2),
Tamaulipas (3), Veracruz (1), Yucatn (2) (OIM, 2010: 3, 5).
En el 2010, la mayora de las vctimas que lograron ser identificadas por la misin de
Mxico de la Organizacin Internacional para las Migraciones provenan de los estados de
Chiapas, Veracruz, Puebla, Oaxaca y Tlaxcala. En este ltimo estado particularmente el
municipio de Tenancingo es considerado como punto medular del que proceden o por el
que pasan un nmero importante de vctimas de mujeres que sern explotadas sexualmente
en nuestro pas y en Estados Unidos (TIP, 2011: 255).
La Fiscala Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de
Personas (LA FEVIMTRA), dependiente de la Procuradura General de la Repblica, indica
que en 2008 se iniciaron 24 averiguaciones previas por hechos que constituan la probable
comisin del delito de trata de personas, de las cuales slo 8.33 por ciento fueron
consignadas ante las autoridades judiciales.
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47
Los avances tecnolgicos que permiten mayor movilidad de las personas y fcil acceso
a la comunicacin e informacin.
La globalizacin
Las desigualdades econmicas, las condiciones laborales y el deterioro de los salarios.
Las migraciones
La difusin a nivel mundial de la economa de mercado y de la sociedad de consumo.1
La falta de control y regulacin de las condiciones laborales en muchos pases
Las polticas econmicas que apuestan por el fomento al turismo, el cual avanza a la
par del mercado del entretenimiento que incluye el de espectculos con el comercio sexual
(Sassen, 2003: 59-60).
Otras desigualdades sociales, raciales, tnicas, de gnero, y formas diversas de
violencia de gnero y abuso de poder
La trata de personas implica la manifestacin de desigualdades persistentes y un
crimen con consecuencias ultrajantes para sus vctimas; un negocio sumamente lucrativo,
con escasos riesgos para los traficantes y sus colaboradores/as. A pesar de llevarse a cabo
en todo el mundo, existe un amplio espectro de impunidad que permite su crecimiento, lo
que se ve agravado ante el hecho de que las penalidades existentes eran hasta hace poco
menos severas que las sealadas para la sancin de otros delitos cmo el trfico de drogas,
segn lo sealado por el entonces Secretario General de las Naciones Unidas, Koffi Annan
(Brendel, 2003: 7). Dicha situacin resulta paradjica al comparar las sanciones que se les
imponen a quienes comerciar con sustancias prohibidas y a quienes comercian con
personas, el resultado es que son ms elevadas las sanciones a los traficantes de drogas que
a los comerciantes de personas, por lo que puede inferirse que se considera como ms
lascivo para la sociedad el comerciar con drogas que con seres humanos.
1
Bauman realiza una descripcin de las sociedades de consumo, seala que son aquellas donde existe
aumento en el volumen y la intensidad de los deseos a satisfacer, esto es, que existe un constante
movimiento entre los objetos que nos satisfacan apenas un momento antes y que ahora buscamos otros que
nos satisfagan esos nuevos deseos, exige demostrar a la sociedad que la riqueza que se ostenta es tal que
fcilmente puede proporcionarnos placeres y satisfacciones al instante, y que las personas que cuentan con
esos recursos pueden gastarla como ellos crean conveniente y sin tener problema en ello, al punto de poder
dilapidarla, destruirla o hacer lo que quieran para disfrutarla (2007: 49).
48
dems seran cosas del pasado de la humanidad (TIP, 2011: 15). Por la demanda existente
de mano de obra barata en los pases de destino, a algunas personas se les engancha con
mayor facilidad haciendo uso de falsas promesas laborales o de mejores condiciones de
vida en esos pases (OV-CAM, 2011: 17; Ezeta, 2006: 10).
Una vez descritas las desigualdades en un contexto amplio, a continuacin se explican
otro tipo de caractersticas que inciden en la existencia de la trata de personas,
particularmente en la modalidad de explotacin sexual que es el fenmeno hasta el
momento que ms se ha visibilizado. Entre esas caractersticas encontramos el gnero, la
violencia de gnero, la industria del sexo y los antecedentes de violencia (Acharya y Salas,
2005: 507). La industria2 de la explotacin sexual se apoya y mimetiza con el comercio
sexual. Alrededor de esto encontramos todo el aspecto cultural de gnero y el diferente
acceso que tienen hombres y mujeres a la sexualidad.
50
de dichas actividades las personas aprenden las formas en que se espera se comporten en
sociedad (Scott, 1996: 291).
La humanidad se encuentra en un sistema dividido entre sexo/gnero, en el cual los
hombres usan a las mujeres como materia prima, y stas son modeladas como mujeres
domesticadas o productos, con los que los hombres satisfacen sus necesidades (Rubin,
1996: 36-37) Esa domesticacin que se realiza en las mujeres proviene de un proceso
social, que se asocia con el intercambio de mujeres. La base fundamental de dicho
intercambio, se encuentra en las relaciones originadas y producidas por el sistema
sexo/gnero; idea que se sustenta en la existencia de una asimetra del gnero que ocurre
entre quien intercambia y quien es intercambiado (Rubin, 1996: 53, 56-57, 63).
La segunda de las categoras sealadas, que es el concepto de violencia de gnero, se
puede situar en la relacin establecida durante la explotacin en la trata en su modalidad de
explotacin sexual, en el hecho de que las vctimas de este tipo de hechos suelen ser
mujeres, nios, nias, adolescentes y hombres que o no cumplen con el patrn
culturalmente asignado que deben seguir o aquellos que estn en una situacin desigual y
de desventaja ante otros hombres o mujeres. El mercado al que est dirigido el comercio de
tales actividades lo integran principalmente hombres adultos, quienes promueven y lucran
con la trata. En la explotacin en modalidad sexual dentro de la prostitucin, se genera una
violencia dirigida a la utilizacin del cuerpo de las mujeres, de menores de edad y
hombres, as como una agresin que trasgrede su integridad fsica y psquica. Al estar
dirigida contra el cuerpo, se violentan las construcciones culturales y sociales que pesan
sobre su forma de entender su comportamiento sexual, en donde dichas normas le han
enseado a esas mujeres, nios, nias, adolescentes y hombres quines pueden o no
acercarse a sus cuerpos y en qu momentos formas y edades pueden poseerlos y quines no
(Ruiz, 2009: 33-34).
Se pueden relacionar la globalizacin y la violencia de gnero para sealar que la
explotacin sexual adquirir los rasgos de acuerdo con la lnea que le sea impuesta por la
globalizacin (Ireland, 1993; UN, 1995; Dol, 1996 en Azaola, 2000: 149-150). Asimismo,
son las mujeres las ms afectadas por la violencia y discriminacin de gnero en
educacin, dentro de las actividades laborales, que no slo se aprecia en los salarios, sino
en el tipo de actividades en donde han sido incorporadas (Ezeta, 2006: 11). Los anteriores
51
elementos de discriminacin que toma como base el sexo, provoca una vulnerabilidad
desproporcionada a la trata, en contra mujeres y nias (UNODC, 2007: xviii).
Para una mejor explicacin de este punto se puede retomar la teora de Foucault, quien
al estudiar la sexualidad la ubica en esos espacios sociales y seala que en el dispositivo de
la sexualidad y la dinmica de los elementos alrededor de sta, existe imposicin y disputa
por el poder que genera tal actividad. Para una mejor comprensin de ese concepto y la
relacin de poder que se suscita inmerso en l, refiere que se debe llevar a cabo un anlisis
de las estrategias (dispositivos) y tambin de las tcticas locales de poder en el mbito de la
sexualidad. ste, de acuerdo con el autor es un punto de pasaje para las relaciones de
poder particularmente denso entre hombres y mujeres, jvenes y viejos, padres y
progenitura, educadores y alumnos, padres y laicos, gobierno y poblacin (Foucault,
2007: 126).
Foucault seala que el dispositivo de la sexualidad funciona segn tcnicas mviles y
coyunturales de poder; engendra extensin permanente de los dominios y formas de
control, lo pertinente para este dispositivo es el cuerpo, la calidad de los placeres, la
naturaleza de las impresiones perceptibles o imperceptibles que sean; se vincula a la
economa a travs de mediaciones numerosas y sutiles, la principal el cuerpo cuerpo que
produce y consume (Foucault, 2007: 130).
Otro elemento de violencia sexual se encuentra en la permisividad social frente a la
trata. Algunas formas de trata no son sancionables dentro de sistemas patriarcales, basados
en las diferencias sexuales que se ven reforzadas por una construccin social, de la que se
sirve para fomentar, invisibilizar y justificar la discriminacin y violencia hacia las
mujeres. Un ejemplo es la venta de nias y adolescentes en algunas comunidades
indgenas, as como los abusos en servicios domsticos, matrimonios serviles o arreglados
y forzados, as como la misma violencia domstica. (Ezeta, 2006: 15; Olamendi, 2008: 21).
Las formas de violencia sealas que no slo son toleradas y permitidas socialmente, sino
que adems son reforzadas por autoridades ineficaces, no han logrado ser combatidas
debidamente.
Ante lo expuesto, se puede decir que mientras exista esa cultura de desigualdad entre
hombres y mujeres, permanecer en el imaginario de los hombres que pueden explotar a
las mujeres y en el de ellas, que pueden ser explotadas por aquellos (Boccia, 2012: s/p); lo
que, aunado a una sociedad de consumo en la que sus integrantes tengan la idea de que
52
mientras puedan tener algo que deseen consumir, esto estar en el mercado siempre y
cuando se tengan los recursos necesarios para pagarlo, siempre habr alguien que los
provea de los bienes que deseen. Situacin sta que se origina de las condiciones de
desigualdad: donde existan personas en superioridad, hombres y mujeres seguirn
realizando estos comportamientos de compra y venta de seres humanos; a su vez, otros
hombres y mujeres que estn en situacin de desventaja respecto a los anteriores, seguirn
siendo vctimas de esos hechos.
Existen Estados que permiten y facilitan la incorporacin de mujeres en violencia
sexual dentro del comercio del sexo, particularmente se facilita la incorporacin de
mujeres extranjeras, por lo que dicha participacin de los pases puede considerarse como
activa y repercute en la creacin de un mercado donde se incorpora a mujeres que lo hacen
de forma forzada pues no tienen inters ni deseo de dedicarse a la prostitucin. Esta
situacin puede apreciarse a partir de lo sealado por la OIM, que en uno de sus reportes
internacionales describe que en la Unin Europea la mayora de las mujeres que ejercen la
prostitucin son extranjeras, de ah se desprenden cifras como las de Alemania y Miln,
donde esta situacin representaba un 75 y 80 por ciento respectivamente (Sassen, 2003:
59); esto es, que las mujeres que son trasladadas de diferentes partes del mundo, son
llevadas a este tipo de destinos para satisfacer el mercado del comercio sexual existente.
Es precisamente en los sitios sealados con antelacin donde quienes se dedican a la
prostitucin al detectar un mercado en donde pueden obtener ganancias, llevan mujeres
para que se prostituyan. Al establecerse esas dinmicas del mercado y la industria del sexo
en dichos pases, se generan algunos espacios que posteriormente sern aprovechados por
redes dedicadas a la trata de personas, quienes mimetizando su actividad con la
prostitucin llevan a personas sometidas por ellos para que realicen esas actividades.
En este captulo se elabor un resumen de los principales datos estadsticos y
estimaciones preliminares realizadas por algunas organizaciones internacionales, entre
ellas estn la OIM, la UNODC, la UNICEF y la OIT que se han acercado a la problemtica
de la trata de personas debido a la vulnerabilidad en que se encuentran los grupos de
personas que tienen por objetivo proteger y que han sido sometidos en alguna de las
formas de explotacin sealadas por el Protocolo de Palermo. Toda vez que tales
condiciones de vulnerabilidad han derivado en que las personas pertenecientes a los grupos
mencionados han sido sometidas y explotadas de diferentes maneras por las redes de trata.
53
54
55
humanos. Para dar cumplimiento a esa garanta se prohbe la esclavitud y a las personas
que se encuentren en esclavitud, se les otorga la libertad desde el momento de ingresar a
nuestro pas. Al ser la trata de personas una forma moderna de esclavitud, este apartado
constitucional resulta muy significativo para fundamentar la obligacin que tiene el estado
para evitar que los ciudadanos resulten vctimas de este tipo de hechos, as mismo se obliga
con el resto de personas que tengan nuestro pas cmo lugar de trnsito o destino de su
explotacin en la trata de personas, para que el pasar por Mxico le represente que nuestra
nacin har valer en su favor los derechos que le confieren las leyes, lo que debiera resultar
en la libertad de su cautiverio (Artculo 1 de la Constitucin).
En el Artculo cuarto constitucional se establece la igualdad legal entre hombres y
mujeres. Es necesario cuestionar dicha igualdad toda vez que como se ha referido, a partir
del gnero, esto es la construccin cultural y social que implica la idea de que la mujer y el
hombre no son iguales, son valorados de forma diferente, se les atribuyen capacidades y
aptitudes diferentes y accesos a mercados de trabajo, medios econmicos, educativos,
mbitos de poder y decisin, de igual manera completamente desiguales.
Esta situacin no es diferente en el acceso a la justicia. En ese sistema de justicia se
cuestiona que las mujeres puedan ser vctimas de trata de personas en la modalidad de
explotacin sexual, lo cual puede explicarse a partir de una construccin cultural que
persiste en la idea de que ellas (las vctimas) se lo buscaron o es que les gusta (cmo
en la distincin pretendida en la poca moralista de los aos 20 ocurrida en Estados Unidos
donde se distingua de prostitucin buena o aceptada, de la forzada y mala, viendo a las
primeras mujeres como malas, mientras a las segundas como vctimas verdaderas).
Otro ejemplo que se puede sealar es el tema analizado por la doctora Azaola (1996) en
su libro El delito de ser mujer: hombres y mujeres homicidas en la ciudad de Mxico
donde compara eventos delictivos cometidos por hombres y mujeres y como resultado se
observa que las mujeres han sido sancionadas con penas de prisin mayores en el nmero
de aos que las penas impuestas a los hombres. Lo anterior cobra relevancia para la
presente tesis, debido a que este hecho forma parte de la problemtica de acceso a la
justicia por parte de las mujeres. Acceso diferenciado a la justicia que tambin pudiera
explicar la escasa denuncia de este tipo de actividades, debido a que al ser las mujeres
sobre quienes recae principalmente la iniquidad y los prejuicios en los sistemas de justicia,
entonces decide mejor no acudir a dichas instancias ante el temor de no recibir buen trato y
57
atencin. Adems, lo expuesto anteriormente forma parte de los argumentos centrales para
describir de claramente cmo en ocasiones la misma ley slo sirve como una serie de
artculos con buenas intenciones, pero en la prctica no est dotada de los debidas recursos
para hacerla viable.
Para atender algunos conflictos que se generaban por algunas garantas constitucionales
de vctimas y probables responsables, se hicieron algunas reformas constitucionales en los
artculos 19 y 20 constitucional. En esos artculos se autoriz a los jueces ordenar de
oficio, sin que exista peticin de parte, la prisin preventiva en los casos que se relacionen
con la trata de personas para evitar que los probables responsables pudieran sustraerse a la
accin de la justicia; es as como se pretende atacar la impunidad en este tipo de hechos
que son considerados como graves (Artculo 19). Adems, se estableci como garanta
para las vctimas de este tipo de delitos, el derecho de reservar los datos personales y la
identidad de las personas que resulten ofendidas en esas causas (Artculo 20).
Otra dificultad que existe en la investigacin de este tipo de hechos es la competencia.
La confusin por la competencia ocurra entre las autoridades del fuero federal y las del
fuero comn o local, esto se deba a que ambas autoridades podan ser competentes, ya que
no era facultad exclusiva del Congreso Federal legislar en materia de trata de personas, por
lo que cada estado tena la libertad de, en el mbito de sus atribuciones, regular el tipo
penal y la forma en que se investigara la trata de personas que ocurriera en su territorio,
as como el tipo de sancin que se aplicara. Los principios que regan la delimitacin de
competencia segn el Artculo 3 de la Ley para prevenir y sancionar la trata de personas
son que estos hechos se preparen o cometan en el extranjero, siempre y cuando produzcan
o se pretenda que tengan efectos en el territorio nacional; o cuando se inicien, preparen o
cometan en el territorio nacional siempre y cuando produzcan o se pretenda que tengan
efectos en el extranjero, o en su caso, cuando se cometan en el territorio nacional.
Otros principios que regulan la competencia a favor de autoridades federales entre otras
autoridades son los establecidos en los incisos de la b) a la j) de la fraccin I del artculo 50
de la Ley Orgnica del Poder Judicial de la Federacin. Estos incisos previenen la
participacin pasiva o activa de la federacin ya sea a travs de un funcionario federal o un
servidor pblico. Cuando participan en ese tipo de actividades agentes diplomticos,
personas de oficinas de las legaciones de la Repblica y cnsules de nuestro pas; adems
de los que ocurran en embajadas y legaciones mexicanas.
58
Para dar solucin al problema que origina una legislacin dispar a nivel local, ante la
que los tratantes buscan refugiarse en estados donde son menos penadas y sancionadas sus
actividades (Teresa Ulloa, entrevista, 2012), as como para solucionar este tipo de
controversias se reform el Artculo 73 de la Constitucin y se otorg la facultad al
Congreso de elaborar una ley de carcter general donde establezca debidamente las
competencias y coordinaciones que se realizarn entre las autoridades de la Federacin, el
Distrito Federal, los estados y municipios en materia de trata de personas. Lo anterior
pretende dirimir y uniformar las actividades de las autoridades, el tipo penal y dems
disposiciones relativas a ese delito, debido a que actualmente cada estado puede legislar en
la materia, lo que origin una falta de uniformidad entre los tipos penales que establecen la
trata de personas y que trajo consigo el uso de lugares que son ms propicios que otros
para que ocurran este tipo de ilcitos, en parte debido a que las sanciones que estipula la ley
son menos severas que las de otros estados de la Repblica ante este tipo de hechos.1
Otra de las implicaciones que se generan con la reforma constitucional en materia de
Derechos Humanos es que se deben incorporar los tratados internacionales que reconocen
estos derechos y de los que el Estado mexicano es parte, por lo que sern retomados por las
autoridades del sistema de justicia a nivel nacional (SCJN, 2011: s/p). A decir de la
licenciada Gabriela Navarro, quien es coordinadora regional de los Derechos Humanos de
la Comisin Nacional de Derechos Humanos en Tijuana, Baja California, esas tendencias
de cambio hacia el respeto irrestricto de los derechos humanos no han sido acogidas por
algunas autoridades del sistema judicial, aunque no ocurre lo mismo con la sociedad. Esto
implica que quienes se han enterado de estas adecuaciones son los niveles superior e
inferior, es decir, la Suprema Corte y la sociedad respectivamente; sin embargo, las
autoridades que estn en medio de los antes aludidos (Ministerios pblicos, jueces a nivel
local y federal) parece que no se han dado por enterados de las modificaciones sealadas,
ya que si dichas autoridades quisieran obtener sentencias firmes y adecuadas a los hechos
que genera la trata de personas deberan leer y aplicar en consecuencia los tratados
internacionales que son obligatorios para nuestro pas.
A continuacin se sealan algunos de los ordenamientos internacionales que ha
ratificado nuestro pas y que tienen implicaciones para hacer frente a la trata de personas.
Esta nueva ley general contra la trata de personas ya fue aprobada, sin embargo, an no entra en vigor.
59
60
disfrute de sus derechos, podr acceder a ellos en la misma forma y proporcin que los
hombres (Olamendi, 2006: 8).
En el ao de 1993 se realizaron dos convenciones con implicaciones en la atencin de
la violencia que recaa sobre las mujeres: la Conferencia de Viena sobre Derechos
Humanos y la Declaracin sobre la violencia contra la mujer, adoptada por la Asamblea
general de la ONU. En la conferencia de Viena se estableci que, por su incompatibilidad
con la dignidad y vala de la persona humana, se deberan eliminar la violencia y las
formas de acoso y explotacin sexual, particularmente las que provienen de prejuicios
culturales y la trata internacional de personas. Mientras que en la Declaracin sobre la
violencia, adems de definirse de forma ms amplia la violencia contra la mujer y sobre
todo dentro del discurso de los Derechos Humanos, tambin se recomendaron medidas
para enfrentar esa situacin (Olamendi, 2006: 8-9).
Uno de los sealamientos que se hicieron en tales ordenamientos fue que la violencia
no poda ser nicamente la consumada, sino que tambin deberan incluirse las amenazas;
adems se estableci que la violencia contra la mujer no slo tena lugar en el hogar, sino
que adems ocurra fuera de casa y que el hecho de que se realizara en su domicilio no
significaba que deba ser consentida; asimismo se visibiliz la existencia de violencia que
realizaba el propio Estado (Olamendi, 2006: 9).
La violencia hacia la mujer incluye la fsica, sexual y psicolgica; la violencia sexual
implica a la trata de personas, entre otras modalidades. Se establece la recomendacin
haca los Estados para que modificaran los instrumentos legales por medio de los cuales las
mujeres pudieran tener debido acceso a la justicia (Olamendi, 2006: 9).
En 1994, la Organizacin de los Estados Americanos (LA OEA) aprob la Convencin
interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, tambin
conocida como Convencin Belem Do Par, misma que hasta el ao de 1996 fue ratificada
por el Senado de la Republica.2
Sin todo este marco regulatorio internacional previo al protocolo de Palermo, no sera
posible comprender la creacin de este ltimo ordenamiento, pues a partir de las
convenciones antes referidas se fue tomando conciencia de la trata de personas en la
2
Esta autoridad es la encargada de realizar las ratificaciones de este tipo de convenios, segn lo establece el
artculo 76 fraccin I de la Constitucin Poltica de los Estados Unidos Mexicanos.
61
comunidad internacional y se logr dar reconocimiento legal a los diferentes derechos que
tenan las mujeres, nios y nias; as como la existencia de condiciones y situaciones de
esclavitud que seguan oprimiendo a las personas, principalmente reconocidas en grupos
vulnerables.
Por lo expuesto con anterioridad, a continuacin se presenta una breve descripcin del
Protocolo de Palermo, por lo que dicho instrumento de derecho internacional constituye el
marco a partir del cual se han elaborado las leyes actualmente vigentes en el pas. En dicho
protocolo se establecen las pautas para que los pases que lo suscriban puedan dar atencin
y apoyo a las vctimas, y adems estipula algunas medidas dirigidas a la prevencin de la
trata de personas.
62
vctimas; cuando stas deseen regresar a su pas de origen, los Estados deben proporcionar
todo el apoyo posible (Artculos 6, 7, 8 del Protocolo de Palermo).
En el tercero de los captulos del Protocolo de Palermo se sealan las medidas de
prevencin para que no ocurra la trata de personas que se recomiendan a los diferentes
pases que suscriban dicho protocolo para un mejor combate a la trata de personas. Entre
dichas indicaciones se seala la debida investigacin, la difusin de informacin a la
sociedad, la vinculacin de autoridades con organizaciones y sectores de la sociedad civil,
la implementacin de reformas legislativas y polticas pblicas que incidan en procesos
educativos, sociales y culturales a fin de desalentar la demanda de las diversas formas de
trata de personas existentes (Artculo 9 del Protocolo de Palermo).
Una vez que se ha descrito de forma general el Protocolo de Palermo, a continuacin se
expone el impacto que tuvo la entrada en vigor de ese instrumento legal internacional en
nuestro pas, para lo cual se describen algunas de las reformas al Cdigo Penal Federal, al
Cdigo de Procedimientos Penales, la Ley contra la Delincuencia Organizada, la Ley para
Prevenir y Sancionar la Tata de Personas y su Reglamento, esto en el mbito federal.
64
Otra de las facultades que contempla la ley para la Comisin intersecretarial es que, con
auxilio del Sistema Nacional de Seguridad Pblica, recopilara y publicara datos
estadsticos de la incidencia delictiva sobre la trata de personas. En las cifras que
proporcionaron se encuentran las correspondientes a las actuaciones de justicia, incluidos
los procedimientos iniciados, las detenciones, las condenas obtenidas; el nmero de
vctimas, su sexo, edad, estado civil, nacionalidad; las rutas y mtodos empleados por las
redes de trata de personas, para movilizar a sus tratados. Sin embargo, y a pesar de la
cantidad de aos que han transcurrido desde la entrada en vigor de esta ley, esa
informacin estadstica an no es difundida ni hecha del dominio pblico, incluso siguen
existiendo diferencias y deficiencias en los datos que al respecto proporcionan las diversas
autoridades encargadas de la trata de personas en sus diferentes aspectos (Artculo 12
fraccin IX de la LPSTP).
En el reglamento de la Ley contra la trata de personas se establecen, entre otras cosas,
la composicin y organizacin interna, las actividades y funciones que tendrn que realizar
las autoridades federales que integran la comisin intersecretarial. Se faculta a dicha
comisin para coordinar las acciones que realizarn las autoridades federales en
cumplimiento a lo que se establezca en el Plan Nacional contra la Trata de Personas.
Tambin se regulan las garantas de las vctimas y el trato que deben proporcionarles las
autoridades durante el proceso judicial. Entre las autoridades involucradas estn las de la
Procuradura General de la Repblica (PGR), el Sistema Integral para el Desarrollo
Integral de la Familia (DIF), el Instituto Mexicano de la Mujer, el Instituto Nacional de
Migracin (Artculos 3 y 4 del Reglamento de la LPSTP).
Es en este espacio de adecuaciones legales del marco de justicia a nivel federal, la
PGR, vio la necesidad de contar con una unidad administrativa que se especializara en la
investigacin de los hechos que suscitan la trata de personas. Se decidi que la entonces
Fiscala Especial para la Atencin de Delitos relacionados con actos de Violencia contra
las Mujeres, se encargara tambin de la investigacin de los hechos relacionados con la
trata de personas, esta decisin tuvo su justificacin en que la modalidad de trata ms
visibilizada era la de explotacin sexual en la que sus vctimas mayoritariamente son
mujeres y menores de edad; adems de que haba sido solicitado por el Protocolo de
Palermo que se diera especial atencin a estos grupos de personas por considerarlos ms
vulnerables a la comisin de tales delitos. Es por eso que se crea la Fiscala Especial para
la Atencin de Delitos relacionados con actos de Violencia contra las Mujeres y Trata de
66
cuenta esa fiscala se ha obtenido de sus propias indagatorias y experiencias y que respecto
a las investigaciones que realiza la SIEDO, no se ha tenido acceso a ellas, pues son muy
cuidadosos en el manejo de la informacin que contienen sus indagatorias. Adems,
mencion que la FEVIMTRA no cuenta con personal de su unidad en las diferentes
delegaciones del pas, por lo que en algunas ocasiones y dependiendo de la gravedad del
caso que ocurra en alguna entidad federativa y la violencia extrema a la que ha sido
67
expuesta la o las vctimas, el personal de esa unidad acude hasta el lugar de los hechos para
tener mayor conocimiento de estos. Asimismo, la Procuradora mencion que la
capacitacin en materia de gnero y atencin a las vctimas es facilitada por capacitadores
de diferentes organismos e instituciones, uno de ellos es el INACIPE (Entrevista, 2012).
Dentro de la poltica que la FEVIMTRA lleva a cabo para enfrentar la problemtica de
la trata de personas, est la creacin y difusin de informacin sobre las implicaciones de
estos hechos, las formas en que ocurren y las consecuencias que existen al respecto, para lo
cual, entre otras cosas, se elaboraron carteles informativos, dpticos, trpticos y otros en
espaol y otros idiomas que emplean comunidades indgenas; tambin acuden a diferentes
comunidades para informar y capacitar a las personas con la informacin que ellos mismos
han generado sobre los factores e incidentes que produce la trata (Salas, entrevista, 2012).
Sin embargo, una vez que se cre la Procuradura Social de Atencin a las Vctimas de
Delitos (PROVICTIMA), la atencin que la FEVIMTRA estaba obligada a proporcionar, ha
sido reasignada a esta nueva autoridad, quien es ahora la encargada de cumplir con esas
funciones. En el decreto que crea a la PROVICTIMA se seala la necesidad de establecer
este organismo debido, entre otras causas, a la existencia de una responsabilidad directa
para el Estado con relacin a los derechos de las vctimas u ofendidos, segn lo establece
el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012. Con la creacin de esta dependencia se
pretende evitar que las personas sufran lo que se conoce cmo revictimizacin, situacin
que enfrenta a las vctimas de los delitos con serios obstculos para acceder a la justicia y
hacer valer sus derechos.
Antes de concluir este apartado se sealarn las diferencias que existen entre la
tipificacin que realiza la Ley Federal sobre el delito de trata de personas, respecto a la
forma como el Protocolo de Palermo definen la trata de personas. La ley agrega al tipo de
trata la participacin que ocurre en la promocin, solicitud, ofrecimiento, la participacin
(facilitar) y la entrega de vctimas desde su lugar de origen hasta el lugar de destino, as
como la contratacin de publicidad y la promocin de la misma. En lo que respecta a los
medios comisivos para la realizacin del hecho, la ley es muy restringida y se limita
nicamente a sealar la violencia fsica o moral, el engao o abuso de poder y deja de lado
elementos como la vulnerabilidad que si retoma el protocolo (Protocolo de Palermo
artculo 3; LPSTP artculo 5).
68
Las sanciones que se establecen para quien incurra en este tipo de hechos oscilan entre
los 6 a 12 aos de crcel, con multas de 500 a 1500 das. Esta penalidad puede aumentar
hasta un 50 por ciento, en los casos en que el responsable aproveche su puesto en la
funcin pblica o lo ostente aunque no lo tenga. Ocurrir la misma situacin si la vctima
es mayor de 60 aos o es indgena; tambin cuando exista una relacin de consanguinidad,
afinidad o civil entre vctima y victimario o que cohabiten el mismo domicilio. La sancin
penal que se impondr para la tentativa del delito no podr ser menor a la pena mnima y
su mayor alcance es de las dos terceras partes de la sancin mxima de ese delito
(Artculos 6 y 7 de la LPSTP).
Todas estas reformas e iniciativas de ley son muy importantes y han logrado que se
avance en materia de investigacin y sancin del delito de trata. Sin embargo, en el sentir
de las Organizaciones de la sociedad civil se considera que para combatir la trata de
personas no es suficiente con la creacin de leyes y su aplicacin contra quienes cometan
actividades relacionadas con la trata de personas. Es necesaria la creacin de un proyecto
estructural que cuente con una visin ms amplia del problema, se debe ir ms all, desde
las instituciones y con la voluntad del Estado para que se enfrente realmente la trata y no
quede en algo slo discursivo (Mares, entrevista, 2012).
Sin embargo, al ser necesarias las instituciones estatales para este proceso, se requiere
que sean diferentes y estn completamente deslindadas de toda la corrupcin y colusin
que ocurre en la trata de personas. De lograrse lo anterior, se generar un cambio en la
percepcin y ser ms fcil que las vctimas acudan a denunciar, aunque sta no es la nica
causa por las que las ofendidas no denuncian el delito. Puede sealarse que es necesaria la
creacin de una estructura integral que cuando menos proporcione la debida respuesta a
tres diferentes aspectos de la trata de personas: la atencin a las vctimas, la prevencin de
vctimas potenciales y en los casos ya existentes se lleve a cabo una eficiente investigacin
de los hechos (Garca, entrevista, 2012; Njera, entrevista, 2012).
En lo referente a la atencin de las vctimas, algunos organismos pblicos sealan que
el Estado debe hacerse cargo de las ellas, sin seleccionarlas de ningn modo pues esto
implicara una revictimizacin y violentara sus derechos humanos por ser discriminadas.
Hacerse cargo no slo en lo concerniente a la afectacin sexual y emocional, sino tambin
se debe atender la afectacin que se ocasion a la familia y a su entorno. Sin embargo, se
seala como contradictorio que en el discurso, las autoridades digan que atienden el
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El presente captulo tuvo por objetivo realizar una descripcin del marco jurdico
nacional que rige en el fuero federal, el cual se adecu a las necesidades que nuestro pas
tena al haber suscrito y ratificado el Protocolo de Palermo, por lo que ese instrumento
jurdico internacional se volvi obligatorio para nuestro pas y se incorpor en nuestro
sistema legal con la finalidad de atender el fenmeno de la trata de personas en este pas.
La incorporacin de los derechos humanos a nivel constitucional es un evento
importante que resulta trascendente en la atencin a la trata de personas. A partir de esas
modificaciones en nuestra Carta magna se genera una vinculacin entre las autoridades de
justicia para que respeten no slo los derechos humanos, sino adems que hagan uso
debido de la normatividad internacional al momento en que investigan y resuelven una
indagatoria por este fenmeno social.
Se sealan los acuerdos suscritos por nuestro pas y las faltas del Estado mexicano en el
cumplimiento de esos acuerdos. Asimismo, se describen las limitaciones en el
cumplimiento de las leyes, debido a la falta de coordinacin de las autoridades y de
profesionistas involucrados en la atencin integral a las vctimas de trata. Dentro de dicha
normatividad internacional se encuentra el Protocolo de Palermo que fue retomado para la
adecuacin del marco jurdico nacional para perseguir, prevenir y combatir la trata de
personas. Dicho protocolo tiene implicaciones e incide en las polticas pblicas y en los
mtodos con los que se enfrenta este fenmeno social de trata de personas, ya que a partir
del protocolo se elabora la ley de este pas contra la trata de persona y el correspondiente
reglamento.
En las polticas pblicas se puede ubicar la creacin de un rea especial de la PGR la
FEVIMTRA- para investigar esos delitos de trata de personas en materia federal. Sin
embargo, debido a que los estados tenan la facultad de legislar sobre la trata de personas,
se produjeron situaciones problemticas en la atencin de las vctimas y en la investigacin
de los delitos.
Adems, la creacin de la Procuradura Social de atencin a las Vctimas
(PROVICTIMA), la cual, aunque no est especializada en la atencin de las vctimas de
trata de personas, tiene como funcin brindar servicios de apoyo psicolgico y asistencia
para resolver otras necesidades que tengan las vctimas de este tipo de hechos.
71
Por otra parte, tambin se expusieron algunos de los cuestionamientos que hacen las
Organizaciones de la sociedad civil sobre la labor que realizan las autoridades en materia
del fuero federal y las posibles soluciones a stas, como la vinculacin entre las
autoridades y la sociedad para desaprender construcciones socioculturales que implican
perjuicio y vulnerabilidad para determinados grupos de personas, entre ellos los menores y
las mujeres.
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El objetivo del presente captulo es describir el marco jurdico que existe en nuestro pas
relativo a la deteccin, persecucin, sancin y erradicacin de la trata de personas a nivel
local (esto es en los estados de la Repblica), con especial nfasis en el estado de Baja
California y particularmente en la ciudad de Tijuana. Aunado a ello se analiza la forma en
que ese marco jurdico responde a las implicaciones que la referida problemtica social
genera.
Para lograr lo anterior, se describen de forma general las caractersticas de las
legislaciones a nivel local de todos los estados del pas. En lo referente al estado de Baja
California se sealan las caractersticas de las reformas a diferentes leyes denominada Ley
Elvira que es el antecedente de la actual Ley para Combatir, Prevenir y Sancionar la Trata
de Personas en el estado de Baja California, as como el Reglamento de dicha ley.
73
De existir esas situaciones, las sanciones penales a que se hacen acreedores los responsables de los hechos
se incrementan.
2
El cuarto grado incluye a los parientes como padres, hermanos, abuelos, tos y primos, todos por lazo
consanguneo, que es el vnculo de la sangre.
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antecedente de reformas legales denominadas Ley Elvira, 3 lo cual ocurri antes de que se
elaborara la ley de trata referida anteriormente.
Se le dio ese nombre a esas reformas en atencin a la legisladora que las propuso.
75
Los medios comisivos que se sealan son la violencia fsica o moral, engao, abuso de
poder o aprovechndose de una situacin de vulnerabilidad, la concesin o recepcin de
pagos o beneficios para someterla a la explotacin (LCTBC, art. 10). Esta ley, al igual
que otras en el pas, permite que cuando el hecho recaiga sobre menores o personas que no
comprendan el hecho, no sea necesario acreditar esos medios comisivos. Respecto a la
explotacin, seala y define las modalidades en que puede ocurrir: La explotacin sexual,
el trabajo o servicio forzado, la esclavitud, las prcticas semejantes a la esclavitud (siendo
estas el matrimonio forzado, la mendicidad, la servidumbre), la extraccin ilcita de un
rgano, la explotacin con fines de reproduccin y el aborto forzado (LCTBC, art. 11).
Las penalidades para el delito genrico4 son de 6 a 12 aos de prisin y multa de 500 a
1500 das de salario mnimo. Cuando su comisin recae sobre un menor o una persona que
no pueda comprender el hecho, la sancin es de 12 a 22 aos de prisin (LCTBC, art. 12).
Las situaciones que se consideran como agravantes del tipo se contemplan en los incisos
del artculo 13 de la LCTBC y son:
Que el tratante se valga de algn puesto en la funcin pblica o que ostente tener la
calidad de ser funcionario pblico.
Que el probable responsable se aproveche de alguna condicin de vulnerabilidaden
que se encuentre la vctima, estas condiciones se derivan a partir de que la vctima presente
algn supuesto tales como la suma ignorancia, notoria inexperiencia, extrema miseria o
extrema necesidad de la vctima, o cuando esta sea persona mayor de sesenta aos de edad,
cuando se trate de persona indgena o migrante.
Que exista una relacin de parentesco entre las vctimas y los tratantes, esta relacin
puede ser civil, por afinidad o consanguinidad, la que podr ser hasta el cuarto grado.
Que la vctima y victimario vivan juntos o el tratante mantenga relacin de autoridad
por asunto laboral, docencia, domstica, mdica u otra y el que el explotador sea ministro
de culto.
Asimismo, dicha ley contempla la posibilidad de la tentativa en la trata de personas (la
que implica que por causas ajenas al tratante no se materialicen los actos de la trata), y lo
que se denomina trata por omisin, la cual significa que aquella persona que conozca de un
hecho de trata de personas est obligada a hacer algo para que la explotacin deje de
Se debe entender como la definicin legal del delito de forma base, es decir la forma mnima en la que
ocurre la trata de personas, sin incluir las situaciones que agravan esa conducta.
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existir, esa persona est obligada a denunciar a las autoridades estos hechos mientras no
exista un riesgo de posteriores represalias en su contra.
Otra accin que se establece es la creacin de un comit intersecretarial para el
combate a la trata. Las actividades que realiza esa comisin, son la coordinacin de
acciones que desarrollaran los rganos que lo integran, adems del plan para elaborar y
poner en prctica su programa estatal. Este programa estatal deba incluir polticas pblicas
sobre la proteccin, asistencia y atencin a las vctimas y las polticas de prevencin,
sancin y el combate del Estado frente a ese delito (LCTBC art. 27).
Para que la trata de personas no siga ocurriendo en el estado de Baja California se han
establecido algunas directrices; entre stas se encuentran la sensibilizacin de la poblacin
y la idea de fomentar en ella la participacin para reducir factores de vulnerabilidad en
probables vctimas. Por otra parte, se establece que debern elaborarse propuestas para
generar medidas para desalentar la demanda de cualquier tipo de explotacin. Adems,
establece la obligacin de difundir informacin sobre mtodos empleados por los tratantes
y los riesgos de salud que sufren las vctimas. Uno de los factores considerados como
trascendentes para combatir este fenmeno es la promocin de una cultura de la denuncia
para evitar que existan niveles de impunidad y sociabilizacin de este tipo de actividades
(LCTBC art. 33).
Sobre las garantas que se conceden a las vctimas estn la orientacin jurdica,
educativa, psicolgica, mdica y laboral. Durante este proceso se busca que la vctima
tome un tiempo y por medio de ayuda psicolgica pueda recuperar confianza en su persona
y sobre todo concientizarla de la dimensin del delito en el que estaba involucrada, lo cual
se realiza con el objetivo de que pueda denunciar y tomar acciones legales (LCTBC art. 37
inciso a).
Para que las acciones mencionadas puedan llevarse a cabo, se promueve la
construccin de un albergue que proporcione alojamiento y donde sean atendidas las
necesidades psicolgicas y fsicas de la vctima (LCTBC, art. 37). Pero esa sealizacin de
la ley slo es un buen deseo, pues en las entrevistas con el personal ministerial que se
encarga de investigar estos hechos, sealan que no existen indicios para pensar que la
construccin de este albergue ocurra en un en fecha prxima (Lizarraga, entrevista, 2012).
Ahora bien, entre los principios que rigen el procedimiento penal tratndose de este
tipo de hechos, se encuentran la privacidad y la confidencialidad en las actuaciones de las
79
autoridades. Con ambos elementos se busca no poner en riesgo a las vctimas, a sus
familiares y al procedimiento, por lo que se prohbe revelar cualquier informacin que
permita la identificacin y localizacin de los mismos. Slo podrn tener acceso a los
expedientes el Ministerio Pblico y las personas que ste designe; para lograr un mejor
cumplimiento de este principio procesal, sera conveniente que se empleara la cmara de
Gesell en la realizacin de diligencias ministeriales y judiciales. Por su parte, el acusado y
su defensor tendrn nicamente conocimiento de los hechos que se le imputan para cumplir
con el debido proceso (LCTBC, art. 43 y 44). Slo podrn comparecer a las audiencias las
partes que intervienen en el proceso y stas se realizarn a puerta cerrada. Asimismo,
cuando las vctimas sean menores de edad, se anula la posibilidad de que se realicen careos
en los que se confronten con los tratantes (LCTBC, art. 45 y 46).
Como se seal previamente, una de las diferencias existentes entre la ley estatal contra
la trata de personas y la federal, es que la de Baja California contempla la vulnerabilidad
como una causa para que se incremente la penalidad del delito. Esto ocurre porque la
legislacin estatal es ms descriptiva y no slo incluye la mayora de los lineamientos
establecidos por el Protocolo de Palermo, sino que va ms all y profundiza algunos
planteamientos que establece el ordenamiento internacional referido. La propia ley
establece la realizacin de un examen antropolgico a fin de acreditar la vulnerabilidad de
la vctima, mismo que realizar un experto en la materia, lo que denota que se pretende
dejar establecidas las condiciones de vulnerabilidad que viva la vctima antes y una vez
que fuera capturado por las redes de trata de personas, para as ofrecer a la autoridad
judicial una perspectiva ms clara y completa de la situacin que se le est consignando
para que la juzgue (LCTBC, art. 50).
Sin embargo, en la prctica, la autoridad no cuenta con un perito en antropologa que
realice dichos dictmenes, por lo que en la realidad no se practican, solamente en el
dictamen de valoracin psicolgica que realiza una perito en psicologa se establecen como
antecedentes algunos de los elementos que, a su consideracin, implican la vulnerabilidad
que vivan las vctimas antes de ser enganchadas por las redes de trata de personas. Por su
parte, la perito psicloga Lizeth Aguayo, quien realiza junto con otros peritos dicho
dictamen, seala que ste slo debera aplicarse a los extranjeros pues ellos s presentan
situacin de vulnerabilidad debido a que estn en un pas diferente al que nacieron y, por
ende, no conocen a las personas nativas del lugar, su forma de comportarse y de hablar, lo
cual las coloca en situacin de vulnerabilidad (Entrevista, 2012). No obstante, como se ha
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El estado procesal penal de la denominada reserva implica que el agente del Ministerio pblico (local o
federal) que investiga los hechos ya realiz todas las diligencias para acreditar a los responsables de los
hechos y acreditar el delito; sin embargo, an no se est en posibilidad de determinar si consigna el
expediente a un juzgado penal o si se determina el archivo del expediente por inexistencia del delito, es esta
situacin la que origina que los expedientes se enven al archivo hasta que existan datos nuevos de la
investigacin, que ayuden a acreditar los hechos y la probable responsabilidad del o los responsables.
81
denuncias presentadas por estos hechos ocurrieron en dicha ciudad (Lizarraga, entrevista,
2012).
Es importante sealar finalmente que como en todos los municipios de la Repblica
Mexicana, Tijuana cuenta con reglamentos que tienen, entre sus funciones, la regulacin
de aspectos propios del comercio sexual, como el Reglamento del control de enfermedades
de transmisin sexual. El objetivo principal de ese reglamento es controlar las
enfermedades de transmisin sexual. En este ordenamiento se encuentra el fundamento
legal para la denominada tarjeta electrnica de control sanitario que es un instrumento para
llevar el registro y control de las revisiones mdicas y exmenes de laboratorio; el lapso de
tiempo en que deben realizarse esas revisiones; y la atencin mdica que deben recibir las
personas que se dedican al comercio sexual o estn en prostitucin. Dos de los requisitos
para que deban registrarse son comprobar la mayora de edad y tener la capacidad de
distinguir los riesgos a los que se enfrentar la persona al realizar esa actividad (Artculos 2
fraccin XVI, 11 y 12 del reglamento sealado).
Antes de pasar al siguiente apartado, es importante precisar lo que la ley determina por
vulnerabilidad, ya que esta disposicin y definicin ser la que retomarn las autoridades al
momento de aplicar dicha norma. Se seala la existencia de grupos vulnerables a ser
vctimas de la trata de personas, los cuales son definidos como un conjunto de personas
susceptibles de ser afectados en su seguridad, salud, moralidad, tranquilidad, bienestar o
desarrollo armnico con motivo de la realizacin de alguna o algunas de las conductas
previstas en esta ley como delito de trata (LCTBC, art. 4, fraccin XVIII).
Al sealar la vulnerabilidad como un factor que implica el incremento en la sancin
que recibirn quienes cometan la trata de personas aprovechndose de sta, la ley
establece, de forma enunciativa ms no limitativa, como las causas que originan esa
vulnerabilidad en las vctimas: la ignorancia, el que las vctimas provengan de contextos
marginados donde las condiciones sean de extrema o alta pobreza y necesidad, la edad
avanzada o minora de edad que puede colocar a las vctimas en estado de indefensin ante
sus victimarios y en los casos en que las personas estn en proceso de migracin o sean
indgenas (LCTBC, art. 13).
Adems de incrementar la sancin a quienes se aprovechen de esta situacin, tambin
se otorga la facultad para que al ser vctimas personas menores de edad y quienes no
comprendan los hechos ni puedan repelerlos, no sea necesario acreditar los medios
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83
que se hayan iniciado investigaciones. En un tercer momento se interpretarn los casos que
s han sido denunciados e investigados por las autoridades. No es que estas sean
consideradas como las nicas formas en que ocurre la trata de personas, sino que son los
nicos asuntos que hay denunciados y estn siendo investigados por las autoridades
mediante un proceso judicial.
Para la recoleccin de datos se emple como fuente la tcnica de entrevistas semi
estructuradas. Las instituciones consultadas fueron en total ocho y pueden dividirse en
gubernamentales y no gubernamentales. Las gubernamentales son: la FEVIMTRA, la
Unidad contra la trata en Baja California y organismos pblicos autnomos: la Comisin
Nacional de los Derechos Humanos y la Procuradura de los Derechos Humanos y
Proteccin Ciudadana de Baja California. Mientras que las organizaciones de la sociedad
civil son: el Corredor bilateral de seguridad, Red de corazones, Aids Health, Coalicin
contra el trfico de mujeres y nias en Amrica Latina y el Caribe. El orden en que se
realiz dicho acercamiento fue, en primera instancia, con las autoridades de procuracin de
justicia a nivel federal y local, posteriormente con el personal de los organismos pblicos
autnomos y por ltimo con los representantes de las organizaciones civiles.
que se lleva a cabo durante tres das y en el que se imparten contenidos sobre relaciones de
gnero y la violencia contra la mujer, con la finalidad de terminar con la trata de personas
(Salas, entrevista, 2012).
Una vez que distribuyen esa informacin, se invita a las personas a que generen
material de divulgacin a partir de los conocimientos que han adquirido y con las
herramientas que se les proporcionan por medio de folletos o carteles, todo esto es con el
fin de dar a conocer lo que es la trata de personas, sus implicaciones y riesgos. Dichos
folletos pueden ser elaborados en su lengua, en espaol o en ambos, y son ellos quienes
decidirn la forma en que esa informacin pueda ser mejor recibida por el resto de las
personas que integren el grupo al que pertenezcan. Ese programa se imparti por primera
vez en Tantoyucan, Veracruz, la siguiente, fue en Mrida donde hubo participacin de
personas de toda la regin maya que provenan, principalmente, de los estados de Yucatn,
Campeche y Quintana Roo. Por la buena aceptacin que ha tenido ese programa, se ha
solicitado a dicha autoridad que los folletos presentados en el primer evento sean
traducidos a lengua maya para que se difundan entre los habitantes de los estados que
participaron en la segunda reunin (Salas, entrevista, 2012).
Para dar a conocer esa informacin a ms personas, tambin se realizaron unas cpsulas
y spots que son transmitidos por las radios comunitarias, para lo cual se cre un taller
dirigido especialmente a las y los conductores de esas radiodifusoras; lo anterior se hizo
con la finalidad de aprovechar la gran audiencia que existe de los programas radiofnicos,
y as, mientras se promocione la informacin que se ofrece, los radioescuchas podran
llamarles para solicitar mayores datos.
El taller que se proporciona a estos comunicadores cuenta con informacin muy similar
a la que se difunde al resto de la poblacin. Se les informa sobre las circunstancias en las
que se da la trata de personas y los factores que ayudan a que el fenmeno se sociabilice,
tambin se les invita a que sean ellos quienes asesoren a las posibles vctimas para que
sepan a qu autoridades acudir en casos de esa naturaleza (Salas, entrevista, 2012).
En Baja California, la Unidad de trata de personas, ha elaborado material de
divulgacin consistente principalmente en trpticos. Para dar a conocer dicha informacin,
adems de presentar un programa de las actividades que realiza esa Unidad, el personal
participa en conferencias y eventos diversos, en los diferentes municipios del estado.
Asimismo, mientras realizan sus operativos en distintos puntos del estado donde les han
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86
Siempre y cuando en esos supuestos, los familiares o las personas que son parte de las redes de apoyo de las
vctimas no hayan sido partcipes o hayan facilitado el enganche y la incorporacin a las redes de trata de
dichas vctimas para su posterior explotacin.
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Uno de los problemas que se aprecia en los programas de prevencin es que no estn
realizndose de manera conjunta. No obstante que el problema que genera la trata de
personas es muy complejo de atender de forma aislada, pareciera que cada institucin est
en su propia lucha sin escuchar al resto o sin coordinarse con las dems personas o
instituciones. Esto lleva a la duplicacin de esfuerzos y al dbil alcance de los programas
de prevencin.
Los organismos de lucha por la defensa de los Derechos Humanos en el estado
(Comisin Nacional de los Derechos Humanos, delegacin regional en Tijuana, Baja
California y la Procuradura de los Derechos Humanos y proteccin ciudadana de Baja
California) sealan que su labor no es la de investigar la trata de personas, slo ayudaron a
que el tema se visibilizara socialmente y que las autoridades tomaran su responsabilidad.
Las acciones que ellos realizan, adems de capacitar al personal de las dependencias de
justicia del estado, es la de vigilar el correcto cumplimiento de las autoridades sobre lo que
dice la ley que deben realizar y que adems, esta actuacin de la autoridad no violente las
garantas legales que tienen los ciudadanos, esto es, que se apegue a derecho su actuacin y
que resuelva cada investigacin de acuerdo con lo que dicta la ley (Garca, entrevista,
2012; Navarro, entrevista, 2012).
hechos. Esto muestra las dificultades que al interior de las mismas instituciones existen
respecto del flujo de informacin; el cual tambin debe llegar a quienes puedan analizarla
desde diversas perspectivas cientficas para que la informacin pueda producir
conocimiento y que ese conocimiento sea de acceso pblico. A la vez, resulta importante la
intervencin de los acadmicos que estudian el fenmeno para evaluar y orientar la
actuacin de las instituciones pblicas.
Es preciso que quienes crean las leyes tengan en consideracin las situaciones que
quieren regular y las implicaciones que esto conlleva. Al dar facultades para que la
FEVIMTRA tuviera sus propios albergues, las autoridades fueron omisas en sealar la
forma en que los operara, cuntos seran y la regulacin que estos tendran. Tambin fall
por no dotarles de los recursos necesarios para que esos refugios fueran una realidad y no
slo un buen deseo. Con la entrada en funciones de la Procuradura social de atencin a las
vctimas del delito (LA PROVICTIMA) esta situacin de la administracin de recursos se
volvi ms difcil de manejar.
Este tipo de buenos deseos aparece constantemente en la legislacin, otro de los
ejemplos es la informacin estadstica que se deba producir a partir de los datos que
fueran obteniendo las autoridades y los correspondientes informes anuales para conocer la
situacin que guarda la trata de personas, los avances y las mejoras que se necesitan
realizar para atender el problema de mejor manera. Lo anterior an contina en calidad de
letra muerta en la ley pues no se cumple con esto en la realidad. Si se lograra llevar a cabo,
sera a partir de la informacin que ah se diera a conocer como se podran elaborar
mejores polticas pblicas que fueran integrales para que las autoridades lograran atender
el fenmeno de la trata de personas.
En el mismo sentido, la legislacin del estado de Baja California menciona la necesidad
de contar con albergues destinados al refugio de las vctimas. No obstante, los legisladores
olvidaron asignar recursos para la construccin de estos albergues. Por otro lado, la ley
local seala que el Ministerio pblico debe realizar un dictamen antropolgico, sin
embargo, el estado no cuenta con peritos en esa materia; si no ha sido posible dotar de
presupuesto propio a la Unidad, la opcin de un perito que se dedique solamente a analizar
las condiciones de vulnerabilidad de las vctimas de trata en funcin de su entorno cultural,
parece incongruente.
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Para cumplir con lo propuesto se vienen realizando dos acciones en el proceso que se
sigue durante las actuaciones ante el Ministerio pblico: en primer lugar, cuando se toma
declaracin a la vctima, la titular de la Unidad le pregunta por su situacin de vida al
momento en que la engancharon para que le explique cmo se senta emocionalmente, si
haba pasado por procesos de violencia fsica, sexual o psicolgica previamente y las
condiciones econmicas del lugar de donde procede; estos elementos de la vida previa de
la vctima son los que constituyen el marco de vulnerabilidad. En segundo lugar, se elabora
un dictamen de valoracin psicolgica donde se describen condiciones de vulnerabilidad
en la vctima, pero no puede decir que esas condiciones sean valoradas debidamente
porque no tienen perito antropolgico que pueda sealar especficamente cmo esas
condiciones de vulnerabilidad influyeron en el enganche de las vctimas.
En el captulo anterior se describi de forma general algunas de las convenciones y
acuerdos internacionales que nuestro pas ha suscrito. Si bien la legislacin federal y estatal
se ha adecuado a estos compromisos, no basta con cambiar algunos ordenamientos legales,
sino que es necesario construir toda una cultura de denuncia y llevar a la prctica lo que la
ley establece como garanta para que exista un real acercamiento a un estado de la
legalidad como se propona en el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 (PND-2007: s/p);
no slo es necesario modificar el marco normativo, sino crear la cultura para que ese marco
sea respetado, es decir, debe existir un cambio en la mentalidad de los individuos que
componen la sociedad y buscar cambios en la forma y el sistema andrgino y patriarcal en
que nos encontramos. Ese sistema que por una parte fomenta que las mujeres sean vistas de
manera cosificada y que, por otro lado, se realicen prcticas como la iniciacin sexual de
los hombres a travs de la prostitucin para lo cual es necesaria la existencia de un
mercado de comercio sexual que fomenta una situacin de vulnerabilidad en las mujeres,
menores de edad y hombres que no se adecuen al sistema que los considera como cosas,
productos que satisfacen y pueden ser consumidos y vendidos (Rubin, 1996: 36-37, 47;
Scott, 1996: 291; Ruiz, 2009: 33-34).
Una propuesta interesantes relacionada con lo anterior es la legislacin sueca, la cual
para frenar la existencia de la trata de personas y desincentivar el consumo de la misma,
hace un cambio en el acercamiento al problema: esa ley plantea sanciones para quienes
acudan y tengan trato con mujeres en prostitucin (Ekberg, 2004). Sin embargo, como lo
refieren algunas de las autoridades y de las organizaciones de la sociedad civil, ante la
queja que podra surgir de las prostitutas porque se les est quitando su trabajo, el Estado
92
debe elaborar una respuesta que incluya la creacin de fuentes de empleo para esas
personas, es decir, debe contemplar toda una poltica pblica para hacer frente a las
consecuencias de terminar con el comercio sexual.
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Una vez que ya no existen diligencias que realizar, la autoridad est en condiciones de
determinar si ejercita la accin penal en contra de los responsables de los hechos, esto es, si
se consigna a una autoridad judicial o si de las investigaciones realizadas se desprende que
no se renen los requisitos legales para poder consignar esos hechos. Tal situacin da
origen a la divisin de las tres ltimas categoras. La primera es el ejercicio de la accin
penal que se concreta con una consignacin. Los expedientes se pueden consignar con
personas detenidas a quienes se les seale como responsables de los hechos o en las
ocasiones en que el probable responsable est debidamente identificado y acreditada su
participacin en los hechos, en alguna de las conductas sealadas por la ley, entonces los
agentes del Ministerio pblico consignan el asunto a un juzgado y solicitan la orden de
aprehensin en contra de los sealados como responsables de los hechos; a esta situacin
se le conoce como consignar sin detenido.
La segunda de las situaciones planteadas es el no ejercicio de la accin penal, est
ocurre cuando de la investigacin de los hechos realizada por la autoridad determina que
en los hechos no se cumpli uno de los elementos del tipo penal, del delito de que se trata,
entre otras causas de inexistencia del delito y por esta situacin la indagatoria no puede ser
consignada a una autoridad judicial. Por ltimo se establece el estado procesal de reserva,
el cual ya fue descrito previamente.
Cuadro 4.1 Estado procesal que guardan las indagatorias iniciadas por hechos que
presuntamente corresponde a trata de personas
Consignaciones
Indagatorias
en el periodo
Denuncias
2009-2011
Averiguaciones
previas
Trmite
con
sin
detenido
detenido
No ejercicio
de accin
Reserva
penal
Federal
(FEVIMTRA,
201
206
121
28
11
Locales
207
423
131
145
33
32
51
Totales
408
629
252
148
61
43
51
SIEDOUEITMIO)
Una de las primeras cuestiones que pueden mencionarse sobre las cifras antes referidas
es la inconsistencia de las mismas, pues no obstante que la suma de las cuatro ltimas
categoras debera ser igual a los nmeros de denuncias y averiguaciones previas, la
realidad es que no es as; por lo que se ignora la situacin actual del resto de indagatorias
que no estn reflejadas en esas cifras. El nmero de investigaciones que se iniciaron a nivel
local por trata de personas es casi el doble las que iniciaron las autoridades federales (reas
de la PGR).
A partir de las cifras expuestas, tambin se puede precisar que la mayor parte de los
expedientes se encuentra an en trmite y son muy pocos los que ya han sido
determinados. De las indagatorias ya determinadas que incluye archivo por inexistencia de
delito y consignaciones, el nmero de investigaciones consignadas a autoridades judiciales
(con y sin detenido) es considerablemente menor al nmero de expedientes que estn an
en trmite.
Una diferencia que se puede apreciar existe entre los expedientes consignados a nivel
federal y a nivel local es que de los primeros, la mayora han sido consignados sin personas
detenidas a las que se les atribuya la comisin de esos hechos. Mientras que la situacin a
nivel local es a la inversa toda vez que las autoridades estatales han consignado en su
mayora indagatorias con personas detenidas.
La situacin de Baja California no es tan diferente de la antes descrita, segn lo seal
la titular de la Unidad Estatal de Trata de Personas, licenciada Adriana Lizrraga, quien
mencion que a pesar de que exista en el Cdigo Penal el tipo del delito de trata de
personas desde el 2008, no fue sino hasta los aos 2009 y 2010 cuando se iniciaron las
primeras indagatorias por este delito. El nmero de averiguaciones previas que existen
desde la creacin de la Unidad referida, esto es el 8 de julio de 2011 hasta marzo de 2012,
corresponden a 32 denuncias presentadas ante la agencia del Ministerio pblico y 10
denuncias annimas, realizadas va telefnica. Mientras que el nmero de consignaciones
es de cuatro en el periodo comprendido entre agosto del ao 2011 a marzo de 2012,
adems de que se han realizado 32 operativos en los diferentes bares y table dances de los
cinco municipios de Baja California, sin que hayan encontrado vctimas y victimarios.
Las organizaciones civiles y las autoridades en materia de procuracin de justicia, tanto
federales como estatales, coinciden en referir que en el pas la situacin de la trata es
considerablemente mayor al nmero de procesos penales y sentencias que se han obtenido,
95
y que esto se debe en parte a la escasa implementacin de las leyes. Otro posible factor
podra ser que se trata de un delito poco conocido, que las personas todava no saben cmo
proceder y, sobre todo, que por el tipo de violencia y sometimiento que viven las vctimas
por parte de sus tratantes, las primeras, en la mayora de las ocasiones, no se sienten
vctimas y eso aumenta la complejidad de la situacin, pues es a partir de los datos que
proporcione la vctima que los procesos penales llegan a buen trmino.
Cabe sealar que uno de los elementos que destaca es lo importante que resulta la
capacitacin que debe tener el personal que labora en el sistema de justicia, toda vez que la
licenciada Adriana Lizrraga menciona que ms de un 80 por ciento de las mujeres que
han denunciado ser vctimas de trata en Tijuana haban acudido a la autoridad a denunciar
otro ilcito y que las autoridades, al darse cuenta que las vctimas estaban en situacin de
trata, despus de algunas charlas con ellas, lograron que stas presentaran una denuncia por
los hechos que han vivido.
Otras de las causas que suelen mencionar las Organizaciones de la sociedad Civil (LAS
OSC) al explicar la escasa denuncia de este delito es el temor por parte de las vctimas
debido a que se piensa que algunas autoridades son corruptas y estn vinculadas con los
tratantes. Esto es que los policas estn involucrados en el negocio de la trata de personas,
y esto ocurre porque los tratantes les dicen a las vctimas que tienen el apoyo de las
autoridades y que si se escapan no podrn acudir a stas porque las devolveran a sus
captores. Cuando las vctimas, por s mismas, ven cerca de los tratantes a autoridades
preventivas, se convencen de que lo que les han dicho los explotadores es verdad y optan
por no acercarse a las autoridades (Ulloa, entrevista, 2012).
Tambin las OSC refieren que como la autoridad no puede dar proteccin ni apoyo
suficiente acorde a las necesidades de las vctimas, stas no se acercan a denunciar. Por
ejemplo, muchas vctimas temen regresar al lugar de donde salieron ya que suponen sern
estigmatizadas y por otra parte el Estado no les ofrece un soporte integral e
interdisciplinario que las ayude a fortalecerse psicolgicamente y encontrar otro empleo.
Esta situacin limita su acceso al sistema de justicia en caso de haber sido involucradas en
el comercio sexual (Garca, entrevista, 2012).
Un factor que influye en Baja California para que las vctimas no denuncien es el
desconocimiento de que existe la Ley y la Unidad Estatal de Trata de Personas de Baja
California. Otras veces existe temor hacia los tratantes por el control y el dominio que
96
ejercen sobre ellas. Otro factor que incide en la escasa denuncia del delito es que la oficina
donde se encuentra Unidad, al pretender hacerla abierta con fines de transparencia, no
permite el resguardo de la intimidad y de la secreca para las vctimas por lo que les resulta
difcil entrar en confianza para relatar los hechos (Lizarraga, entrevista, 2012).
Una de las propuestas para poder dar una mejor atencin a la vctima es la creacin de
una cmaras de Gesell, como se mencion anteriormente: se trata de un cuarto donde la
persona se encuentra sola con el personal ministerial y pueden ser grabados y observados
desde fuera a travs de un espejo (Raygoza, entrevista, 2002).
Por otra parte, se presenta la problemtica de que a lo largo de algunas investigaciones
previas, la autoridad no ha dado una debida respuesta a las vctimas de trata, lo que ha
supuesto revictimizar a los y las ofendidas. Para ejemplificar lo anterior, se puede referir la
descripcin que realiza la Cnsul de Guatemala, Jimena Daz, sobre una de sus
conciudadanas quien fue vctima de trata de personas en Baja California y luego de esto
tuvo que pasar por un largo camino para recibir justicia. Sin tener presente la fecha exacta,
manifiesta que fue posterior al 2008, pues en los hechos tuvo conocimiento y participacin
la FEVIMTRA (que para esas fechas ya haba sido creada), autoridad que tampoco dio una
debida respuesta a la situacin en que se encontraba la vctima (Daz, entrevista, 2012).
Esta situacin se origin en parte por la ignorancia de algunas autoridades sobre el
delito de trata de personas. Al ocurrir los hechos en Baja California la autoridad estatal
intervino, sin embargo, debido a los supuestos legales que definen la competencia, se
dieron cuenta que era un asunto que corresponda indagar a la autoridad federal a travs de
la FEVIMTRA, por lo esta autoridad fue informada del caso. Mientras estos ltimos venan
desde el centro del pas, la vctima particip en diversos interrogatorios ante las
autoridades estatales para manifestar lo que le haba ocurrido. (Daz, entrevista, 2012).
Adems del apoyo que proporcion la cnsul referida a la vctima, tambin intervino
una organizacin civil que le dio albergue, toda vez que ninguna autoridad ni la misma
cnsul contaban (ni cuentan en la actualidad) con un sitio propicio para su resguardo. Una
vez que tuvo conocimiento la autoridad federal del caso y debido a la violencia extrema a
la que fue sometida la vctima, se le indic que sera traslada y refugiada en el lugar
especializado con el que cuentan en la ciudad de Mxico, pero esta situacin no ocurri.
Asimismo, la autoridad migratoria del pas, en cumplimiento a las garantas con que
contaba, le otorg una estancia temporal en el pas (Daz, entrevista, 2012).
97
A pesar de que la vctima acudi reiteradamente a las autoridades locales, estos volvan
a cuestionarla sobre la forma y lugar en que se dieron los hechos. Como la vctima no
conoca el lugar, no poda precisarlo, lo que comenz a generar una situacin de
inconformidad y agravio contra ella. Las autoridades llegaron a cuestionar la existencia del
delito, y la organizacin civil que le haba dado refugio sugiri que lo que realmente le
haba ocurrido no haba sido trata de personas, sino otro delito como lenocinio o privacin
ilegal de la libertad. Por todo esto, lleg el punto en que la vctima al no sentir ningn
respaldo, se alej de la autoridad y del proceso judicial que haba iniciado, dejndolo
inconcluso (Daz, entrevista, 2012).
Este tipo de experiencias que ocurren ante la incidencia de cualquier delito, en asuntos
que corresponden a trata de personas son ms evidentes, debido a la forma como ocurren
los hechos pues resulta ms lesivo para la integridad moral de las vctimas al no sentir el
debido respaldo de las autoridades; esto es parte de lo que propicia el distanciamiento entre
la poblacin y las autoridades en quienes no se ven representados y a quienes no les tienen
confianza para acudir a denunciar los hechos en los que puedan resultar ofendidos.
En el presente apartado de la tesis describ una parte del marco jurdico que tiene
implicaciones e incide en las polticas pblicas y formas como se est enfrentando al
fenmeno social de la trata de personas. Asimismo, se describen las limitaciones en el
cumplimiento de las leyes, debido a la falta de coordinacin de las autoridades y de
diversos profesionistas para la atencin integral a las vctimas de trata.
Adems, en un segundo momento se sealaron las acciones que realizan las autoridades
en materia de procuracin de justicia. Se hace alusin a la participacin que tienen las
organizaciones civiles en este tipo de situaciones, su apoyo consiste principalmente en dar
refugio a las vctimas (cuando la autoridad la respalda) y difundir informacin sobre el
problema, la sensibilizacin y visibilizacin en la sociedad acerca de la trata de personas.
Por ltimo, se describieron algunos de los factores inmersos en nuestra forma de
concebir la procuracin de justicia y las dificultades para que las personas acudan ante las
autoridades a denunciar este tipo de hechos. Situacin que puede explicar el pequeo
nmero de indagatorias y sentencias obtenidas en comparacin con las grandes cifras que
manejan los organismos de la sociedad civil, como la realidad del problema de trata de
personas en la regin de San Diego-Tijuana.
98
Por sistema de procuracin de justicia se refiere a la Fiscala especial para los delitos de violencia contra la
mujer y trata de personas (LA FEVIMTRA) y Unidad estatal contra la trata de personas en Baja California
(LA UETPBC).
99
Director del rea contra la trata de personas de la Comisin Nacional de los Derechos Humanos.
101
102
5.2.1 Ao 2008
En el ao de 2008 se registraron en total 23 expedientes, de stos, de las vctimas (56) el 30
por ciento eran hombres y el 70 por ciento restante mujeres, de los cuales cinco hombres y
seis mujeres eran menores de edad. Dentro de los probables responsables no hubo
menores, identificndose a 14 hombres y a siete mujeres. De la trata sexual se generaron
diez indagatorias, una ms inclua explotacin sexual y trabajos o servicios forzosos, el
resto de indagatorias se iniciaron por este ltimo tipo de trata (12). En ese ao no hubo
vctimas masculinas de trata sexual.
De las caractersticas particulares de las vctimas y su lugar de explotacin se puede
mencionar que la vctima de trata de personas en explotacin sexual y trabajos o servicios
forzosos era de origen hondureo, el lugar donde se le explotaba era Oaxaca. Mientras que
dos menores eran mexicanas y los lugares de explotacin fueron uno en Estados Unidos y
el otro en Chiapas. En el primer caso los victimarios eran mexicanos, una mujer y dos
hombres de los que se desconoce la edad. Y en el segundo, se trataba de un hombre
mexicano y una mujer de Honduras.
5.2.2 Ao 2009
En el ao 2009, el aumento en el nmero de expedientes fue mnimo, a pesar de que en el
anterior laboraron slo algunos meses despus de su creacin, mientras que en este ao la
FEVIMTRA trabaj los 12 meses. El nmero total de investigaciones fue de 27, de las que
5.2.3 Ao 2010
Para el ao 2010, segn los datos proporcionados por la PGR, el nmero de expedientes
aument considerablemente, toda vez que alcanz la cifra de 77, de los cuales el 69 por
ciento fueron slo sexuales; un cinco por ciento incluan el aspecto de trata sexual y
trabajos o servicios forzosos, mientras que el resto de los expedientes fueron por trabajo o
servicio forzoso (23 por ciento) y extirpacin de un rgano, tejido o sus componentes (tres
por ciento).
De los probables responsables se rescata que los menores de edad mexicanos tenan por
vctimas a una mujer menor de edad cada uno; uno la explotaba en el Distrito Federal y el
otro adems del Distrito Federal, en el estado de Mxico, Tlaxcala, Puebla y Veracruz.
Otra menor mexicana fue explotada sexualmente en el Distrito Federal por una pareja
formada por un hombre y una mujer de quienes se desconoce nacionalidad. Este ao se
observa la presencia de probables responsables de distintas partes del mundo, entre ellos un
104
5.2.4 Ao 2011
Para el ao 2011, el nmero total de expedientes fue de 69, de los cuales el 61 por ciento
fueron slo por explotacin sexual, un 7 por ciento incluan este tipo de explotacin y
adems trabajos y servicios forzosos. El resto de los expedientes eran un 26 por ciento por
explotacin en trabajos forzosos, tres por ciento de condiciones anlogas a la esclavitud y
uno punto cinco por ciento de esclavitud y explotacin laboral (para cada uno).
De las victimas extranjeras un grupo de seis hondureas fueron explotadas sexualmente
en Chiapas, en dos eventos diferentes, de los cuales los grupos de vctimas eran de cuatro y
dos personas en cada caso, explotadas en los dos casos por un mexicano. Un probable
responsable de nacionalidad nicaragense explot sexualmente en su pas a un menor
mexicano. Un hombre de nacionalidad hondurea explot sexualmente y en trabajos o
servicios forzosos a una menor de ese mismo pas, los hechos se realizaron en el Distrito
Federal y tuvo la complicidad de otros dos hombres de quienes se desconoce nacionalidad.
Mientras que dos mujeres hondureas y dos hombres de quienes se desconoce nacionalidad
explotaban sexualmente en Chiapas a una menor hondurea.
A un grupo de personas formado por un guatemalteco, siete hombres y dos mujeres de
Mxico se les atribuye la explotacin sexual de un menor mexicano, lo cual ocurri en
Puebla, Chiapas y Guatemala. Mientras que una pareja de guatemaltecos explotaba
sexualmente a una mujer hondurea en Chiapas.
105
Grfica 5.1 Nmero de indagatorias iniciadas por la FEVIMTRA y por la Unidad Estatal
de trata de personas de Baja California (2008-2011)
80
77
70
69
60
57
50
68
Trata Federal
Trata Fed. Sexual
40
Trata B.C.
30
23
20
28
22
27
20
11
10
0
2008
1
2009
1
2010
2011
Fuente: elaboracin propia a partir de datos de la FEVIMTRA obtenidos atreves del IFAI
2012 y de la UETPBC 2012.
76
70
62
60
45
50
Hombres
39
37
40
33
Mujeres
30
20
17
10
Nios
5
2008
21
28
Nias
24
2
5
2
2009
2010
8
2011
Fuente: elaboracin propia a partir de datos de la FEVIMTRA obtenidos a travs del IFAI
2012.
106
56
50
42
40
32
30
25
21
20
20
12
10
2008
2009
Hombres
0
2010
Nios
Mujeres
1
2011
Nias
Fuente: elaboracin propia a partir de datos de la FEVIMTRA obtenidos a travs del IFAI
2012.
45
42
41
Mxico
40
Honduras
35
Guatemala
30
Venezuela
25
20
Argentina
19
Hungria
10
5
0
El Salvador
13
15
7
4 4 4
0 1 1
Brasil
1
Mayores de 18 aos
Ecuador
Menores de 18 aos
Fuente: elaboracin propia a partir de datos de la FEVIMTRA obtenidos a travs del IFAI
2012.
107
90
80
70
57
60
Hombres
50
Nios
40
42
30
Mujeres
33
Nias
19
14
20
16
10
0
7
0
0
2008
0
2009
0
2010
0
2011
64
60
50
40
Hombres
40
Nios
30
Mujeres
Nias
20
19
10
0
24
12
3
0
2008
11
1
0
2
0
0
2009
2010
108
0
2011
Fuente: elaboracin propia a partir de datos de la FEVIMTRA obtenidos a travs del IFAI
2012.
Grfica 5.7 Nacionalidades de los Probables Responsables de explotacin sexual,
FEVIMTRA (2008-2011)
60
Mxico
50
Guatemala
40
Honduras
30
58
Otra
Nacionalidad
20
10
22
8
4
Hombres
Mujeres
Fuente: elaboracin propia a partir de datos de la FEVIMTRA obtenidos atreves del IFAI
2012.
esa dependencia federal abarca la totalidad del territorio, se puede afirmar que la Unidad
estatal ha tenido resultados de forma ms inmediata.
Por lo anterior, se puede sealar que, como lo dicen organizaciones de la sociedad civil
y autoridades locales, el problema est presente en el estado de Baja California, pero no se
hace un verdadero trabajo para detectarlo y atacarlo. Lo anterior puede corroborarse con lo
que menciona el licenciado Antonio Cabrera (entrevista, 2011), quien funga como
abogado defensor de oficio federal, y que durante el desempeo de sus actividades en la
ciudad de Tijuana se percat que cuando las autoridades federales realizaban operativos en
la ciudad contra la trata de personas y acudan a diferentes lugares a buscar probables
vctimas y victimarios, una vez que llegaban al lugar donde realizaran sus operativos, los
agentes se concentraban en la deteccin de otro tipo de actividades ilcitas que ataen al
fuero federal, como lo son la posesin de drogas o armas de fuego y dejaban de lado el
motivo por el que se encontraban en esos lugares, por lo que ya no prestaban atencin a
buscar hechos relacionados con la trata de personas.
Esta situacin tambin es sealada por la licenciada Minerva Njera N., titular del rea
de enlace legislativo de la Procuradura de Derechos Humanos de Baja California, quien
indica que lo mismo ocurre principalmente ante los jueces federales, debido a la ignorancia
que exista y existe de este tipo de ilcitos. Menciona que ante esas autoridades s se
estaban presentando investigaciones que implicaban la comisin de trata de personas,
ocurra en participacin de otros ilcitos y era sobre estos otros delitos en los que las
autoridades federales centraban su atencin (drogas o enervantes, armas de fuego), dejando
de lado lo correspondiente a cualquier tipo de explotacin humana (Entrevista, 2012).
A continuacin se describen las cifras que proporciona la licenciada Adriana Lizrraga
(entrevista, 2012), quien es la titular de la Unidad estatal de trata de personas de Baja
California que se encarga de la investigacin y la lucha contra la trata de personas en todo
el estado. Segn lo refiere en la Unidad Estatal de Trata de Personas de Baja California, a
partir de agosto del ao 2011 y hasta el mes de marzo del 2012, se iniciaron 28 expedientes
por hechos relacionados con trata de personas en todo el estado, de los cuales ya han sido
consignadas a las autoridades judiciales cuatro indagatorias. De las investigaciones
sealadas, ms de 78,5 por ciento fue por la modalidad de explotacin sexual (22). El lugar
donde ocurri la mayor parte de esos hechos fue en la ciudad de Tijuana, donde se
iniciaron el 71 por ciento de las indagatorias, el resto tuvo lugar en los municipios de
Rosarito y Tecate.
110
El total de vctimas es de 27 personas, de las cuales una fue un hombre y una mujer en
trata laboral; el resto eran explotados de forma sexual, este grupo lo conforman mujeres
(menores y mayores de edad) y un hombre menor de edad. De las mujeres vctimas
sexuales, el 58 por ciento eran menores de edad y van de los ocho hasta los 41 aos,
concentrndose entre los 14 a 26. Los principales lugares de origen eran Veracruz,
Chiapas, Baja California y el Distrito Federal. Los probables responsables mantenan
relacin afectiva con ellas; de las relaciones afectivas que se tiene detectadas se puede
sealar que en cuatro casos eran sus novios, en dos sus esposos, en otros dos conocidos de
la familia y una era hermana de la ofendida. Los niveles educativos no fueron relacionados
en la mayora de las indagatorias, de las que s se cuenta, la mayora estaba en un nivel de
educacin primaria y el grado mximo de educacin era la preparatoria tcnica.
Grfica 5.8 Vctimas de trata de persona en Baja California (2011-2012)
30
28
27
Trata de
Personas
25
Explotacin
sexual
20
14
15
12
10
5
0
Mujeres
Nias
Hombres
Nios
Fuente: elaboracin propia con base en datos proporcionados por la UETPBC 2012.
111
Baja California
8
Chiapas
Chihuahua
Distrito Federal
Guadalajara
Nayarit
Oaxaca
4
Puebla
Sinaloa
2
Tlaxcala
Tabasco
Veracruz
Mujeres
31
15
30
Hombres
10
5
Trata de personas
Explotacin sexual
Fuente: elaboracin propia con base en datos proporcionados por la UETPBC 2012.
112
40
42
41
Mxico
Honduras
35
Guatemala
30
Venezuela
25
20
Argentina
19
13
15
El Salvador
10
5
Hungria
4 4 4
0
2 1 1
Brasil
Ecuador
Mayores de 18 aos
Menores de 18 aos
Fuente: elaboracin propia a partir de los datos obtenidos de la FEVIMTRA, a travs del
IFAI 2012.
113
Existen dos escenarios que pueden dar cuenta del porqu los migrantes no denuncian,
en esos escenarios se reiteran uno de los argumentos planteados por Bustamante (2011:
109), quien describe el temor que tienen los migrantes para acercarse a las autoridades
cuando son vctimas de cualquier delito, pues consideran que las autoridades son
cmplices de estos ilcitos. Una de las realidades a las que se enfrentan las vctimas es que
las autoridades realizan un trmite lento que realmente no les da resultados, como fue
descrito por la cnsul de Guatemala en Tijuana, Jimena Daz (entrevista, 2012) y que
previamente fue referida en el captulo anterior.
La segunda de las realidades ocurre al momento en que las autoridades se percatan de
que las vctimas son extranjeras y de inmediato se recurre a los encargados de las oficinas
del Instituto Nacional de Migracin, para que esos encargados realicen el trmite
correspondiente para regresar a su pas de origen a las vctimas (Lizarraga, entrevista,
2012). Este tipo de actuaciones de las autoridades inciden en el temor que se tiene para
acudir a ellas. La cnsul Jimena Daz describe cmo en una ocasin las autoridades s
apoyaron a una de las vctimas extranjeras que estaban en Tijuana, y finalmente a esta
persona slo le dieron su estancia legal en nuestro pas (Entrevista, 2012).
114
115
la negacin de manifestar que se tiene una enfermedad o que ese hombre est realizando
medidas de cuidado en diferentes rubros de su vida, como lo es el de la salud (Keijzer,
2007: 209, 213).
Esta dificultad tambin se manifiesta en no poder hablar de forma abierta de problemas
sexuales, al no desear que sea cuestionada su masculinidad, que est reforzndose
continuamente ante y contra los otros, por lo que la implicacin de haber participado o
sostenido relaciones de tipo homosexual, inevitablemente tendra como resultado que se le
seale como menos hombre o que por ese hecho su preferencia sexual ya no es la que la
masculinidad seala como adecuada y nica. Quedara as a expensas del rechazo y la
burla social o bien de sufrir presiones y violencia de parte del resto de sus compaeros
(Keijzer, 2007: 209, 213). Por lo que esta debilidad tambin se manifiesta en el hecho de
los hombres de cualquier edad que pueden estar en explotacin de cualquier modalidad de
la trata no acudan a denunciar ante las autoridades tal clase de hechos.
En otro orden de ideas, a partir de las cifras mencionadas podemos ver la participacin
de las mujeres, no slo como vctimas de esta clase de ilcitos, sino adems, actuando de
manera activa, como tratantes. La Oficina contra la Droga y el Crimen de las Naciones
Unidas (LA UNODC) sealaba en su informe de 2009, elaborado a partir de cifras
proporcionadas por diferentes pases que estaban investigando la trata de personas en sus
territorios, que exista un incremento de participacin femenina en la comisin de este
delito. La propia UNODC cuestiona los datos proporcionados por los gobiernos, debido en
parte a que se trata de faltas que implican gran violencia y la cantidad de mujeres sealadas
como responsables contrasta con su participacin activa en otro tipo de delitos violentos
(UNODC, 2009: s/p).
En Mxico tambin se pude ver un incremento en la detencin, por parte de las
autoridades, de mujeres que actan de forma activa en las redes de trata de personas, si se
toma en cuenta que a partir del 2008 a la fecha el porcentaje de mujeres sealadas como
probables responsables de esos hechos no ha disminuido de 30 por ciento en el fuero
federal. En Baja California su participacin representa 23 por ciento del total de acusados.
Si se consideran estas cifras y se comparan con las del resto de ilcitos, se obtiene que a
nivel federal las mujeres no rebasan 15 por ciento de participacin en delitos del fuero
federal y a nivel local su participacin es aproximadamente de 13 por ciento; por lo que en
ambos casos representa casi el doble de participacin en la trata respecto de lo que ocurre
para otras actividades ilcitas, segn se desprende de la informacin antes descrita de la
116
PGR y de la Unidad Estatal de Trata de Baja California, comprndolas con los datos del
apartado de estadsticas nacionales, que incluye el anexo estadstico del quinto informe de
labores del Presidente de la Repblica (Quinto informe presidencial, 2011: 76-77).
Esta situacin tiene diferentes explicaciones segn los entrevistados, por una parte
estn quienes consideran como algo lgico el acceso de las mujeres a las redes, pero que
continan siendo vctimas de sus captores (Ulloa, entrevista, 2012). Otros entrevistados
refieren que esta situacin puede obedecer simplemente a un acceso al poder de las
mujeres, que ahora al independizarse de sus captores recurren a ese medio para subsistir
(Njera, entrevista, 2012; Ugalde, entrevista, 2012). Tal situacin se halla excluida de
revisin en la actual legislacin nacional, toda vez que el tipo penal refiere que si forma
parte de la red ser sancionada igual que cualquier otro integrante de sta.
En toda clase de redes pueden encontrarse insertas algunas mujeres, pero sus
actividades sern distintas de las que llevan a cabo los hombres, sobre todo atendiendo a la
construccin cultural de gnero que establece los comportamientos que deben efectuar las
personas atendiendo a su sexo (Molyneux, 2002: 180-181). Por lo que se puede argumentar
que dentro de la dinmica establecida en la trata de personas en su modalidad de
explotacin sexual ocurre una participacin diferenciada entre las actividades que realizan
las mujeres y los hombres.
Las formas como participan las mujeres de forma activa en las redes de trata de
personas al actuar como tratantes, tienen implicaciones de reafirmar la divisin sexual de
trabajo que atiende a la divisin sexo/gnero, es decir, a las mujeres se les asignan
actividades que, de acuerdo con la construccin cultural, son las adecuadas para que las
realicen las mujeres (Rubin, 1996: 36-37).
Existen diversas formas para ingresar a ese tipo de grupos, entre ellas est el ser
familiar o tener relacin sentimental con alguno de sus miembros, haber sido vctima de
esa red de trata, lo que tambin implica un cambio en su situacin para formar parte de ese
grupo. Las mujeres en situacin de trata que llegan a convertirse en tratantes, se encuentran
en una relacin asimtrica de poder debido a la reproduccin de los factores condicionados
por el sistema sexo/gnero que se representa en diversos momentos en que ocurre la trata
de personas (Molyneux, 2002: 180-181). El acceso de las mujeres vctimas y su posible
cambio de rol dentro de la red, de tratadas a tratantes, puede entenderse de diversas
maneras como un mecanismo de supervivencia o una estrategia para enfrentar el poder. Sin
117
118
Es preciso comprender que por el carcter que tiene este tipo de redes de ser
excluyentes con quienes las conforman, y a quienes se les permiten el acceso, restringen
ste a otras personas. Esto se puede explicar a partir de los fuertes lazos que se generan al
interior de esos grupos lo que permite beneficios a los miembros. La situacin descrita
hace posible que exista un control estrecho entre todos los integrantes de la red. Esta
situacin es descrita por Portes como negativa en las redes al volverse restrictiva; describe
cmo en ese tipo de lazos y redes fuertes, su acceso se vuelve cerrado. Slo permiten
acceso y movilidad al interior a quienes ya pertenecen a ella, solamente en muy contados
casos y atendiendo a ciertas necesidades es como pueden ingresar personas ajenas a las
redes (1998: 15).
Hay que aadir en este punto la discusin sobre la pertenencia a una red, la cual puede
entenderse como la creacin de nuevos vnculos y recursos que generan beneficios que
alimentan dichos nexos. La relacin se convierte en interaccin fuerte, duradera, la cual se
institucionaliza a partir del conocimiento o reconocimiento mutuos (Portes 1998: 03). En
este sentido, se puede sealar que las mujeres despus de abandonar su posicin de tratadas
y pasar a formar parte del grupo como tratantes, obtienen beneficios, entre ellos el acceso a
recursos econmicos y dejar de ser explotadas sexualmente. Lo anterior contribuye a que el
ingreso a la red de delincuentes se convierte en una estrategia que conlleva a la
institucionalizacin de relaciones en el grupo. Esto puede explicarse a partir de la
incorporacin de una mujer a la red ya que al encargarse del cuidado de otras mujeres
aporta cierto grado de efectividad, debido a su conocimiento acerca del funcionamiento y
procedimiento para generar y reproducir relaciones de sometimiento (Portes, 1998: 03).
Para ingresar a la organizacin de tratantes, desde el punto de vista del acceso de las
mujeres a las redes, se puede mencionar que ellas aprovechan la ausencia de lazos entre los
tratantes y sus tratadas, que, en trminos sealados por Burt, pueden ser considerados
huecos estructurales que permiten la movilidad individual hacia el interior de la red, pero
antes deben ganar la confianza de sus captores, y pueden hacerlo al ofrecer nuevos
conocimientos y recursos al grupo para que ellos permitan su acceso y puedan aprovechar
los beneficios compartiendo riesgos y responsabilidades (1992, en Portes, 1998: 06).
Sin embargo, esta misma situacin puede ser descrita como una cooperacin que llevan
a cabo las vctimas como medida de supervivencia y que implica un reflejo del escenario
en el que se encuentran, donde esa opcin puede ser vista como una alternativa para salir
de la dinmica de explotacin, al menos de forma parcial. Esta relacin que se establece
119
entre los actores puede ser referida como una forzada esclavitud prolongada, pero que
ocurre dentro de los trminos que establece quien impone esas condiciones, en este caso
las personas que controlan la red de la trata. El cambio que ocurre de vctima a victimario
puede describirse como un proceso en el que se acostumbran a las condiciones de sus
opresores, con lo que les facilitan su tarea y colaboran en su perdicin, aunque su
actuacin se encuentre guiada por la interpretacin racional que realizan de su propsito de
sobrevivir (Bauman, 2010: 149).
En esta nueva dinmica se sigue explotando a esas personas, pues los tratantes
conservan su estatus de mayor jerarqua y poder respecto no slo a estas mujeres tratantes,
sino al resto de personas que tienen bajo su control y emplear de una mejor manera su
poder aprovechndose de la cercana que estas tratantes pueden establecer con las vctimas,
ya que tienen capacidad de establecer mayores relaciones de afecto al comprender las
problemticas que viven las otras vctimas, esto se debe a su situacin anterior como
vctima. Al ingresar esas mujeres a las redes, estas ltimas se hacen de conocimientos que
no tenan respecto a comportamientos y actitudes de las mujeres tratadas. A su vez se
aseguran de que quienes ya conocen las actividades a realizar por parte de las personas en
situacin de explotacin les puedan dar las indicaciones y recomendaciones a las nuevas
vctimas.
Los beneficios y el reconocimiento hacia las mujeres que modifican su rol en la
relacin tratada-tratante las obliga a afrontar una serie de riesgos como es la posibilidad de
ser detenidas por las autoridades. No obstante, el hecho de encontrarse en un nuevo estatus
dentro del grupo y generarle mejores condiciones que pueden aprovechar a diferencia del
resto de las vctimas (Bourdieu, 2007: 212), no implica la ausencia de factores de riesgo y
una desigual y asimtrica relacin de poder persistente frente a los miembros masculinos
de la red.
Ese vnculo cercano que establecen las tratantes cuidadoras con las vctimas, las
coloca en una situacin de vulnerabilidad jurdica, ya que resultar ms probable que al
llegar la autoridad a liberar a las vctimas al lugar en donde se realiza la explotacin, las
tratantes sean identificadas con mayor facilidad que el resto de los integrantes de la red; lo
anterior atendiendo al hecho de que son ms cercanas a la vctima, y en determinado
momento tendran mayor dificultad para huir del lugar de los hechos. Esto se debe en parte
por su ubicacin en la red y por las actividades que desarrollan dentro de sta que las
mantienen generalmente cerca de las vctimas.
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Por tales situaciones se les dificultara evadir la accin de la justicia ya que seran las
primeras en ser detenidas por las autoridades y tambin, por esa misma cercana con las
vctimas, resultaran ms identificables por parte de ellas como parte de las redes de trata.
Aunado a lo anterior, la vulnerabilidad jurdica estriba en la consideracin de la misma
responsabilidad, al igual que el resto de las personas que integran la red de trata, sin tener
en consideracin que probablemente esas mujeres estn en esa situacin por no tener otra
alternativa para dejar de sufrir la explotacin en su contra, y por ende encontrarse an bajo
el control de los tratantes (Ulloa, entrevista, 2012).
Respecto al mecanismo de supervivencia, debe ser entendido no en la forma planteada
por Molyneux en que as, las mujeres logran preservar el capital social para enfrentar
situaciones de pobreza (2002: 180), sino atendiendo a que dentro de estas relaciones
asimtricas de poder tan desequilibradas, toman algunas decisiones como son formar parte
del grupo que la haba violentado. Esa circunstancia puede no ser del todo comprendida si
no se atiende al hecho de que la racionalidad que emplean esas mujeres se ve afectada por
las situaciones en las que estn inmersas (Bauman, 2010: 178).
Es importante comprender todos estos cambios que han dado lugar a la transformacin
de la trata de personas. Lo anterior puede explicarse en la informacin que estn
obteniendo los tratantes a partir de contar con el apoyo de mujeres que fueron vctimas y
ahora fungen como enlaces entre los tratantes y las tratadas. Adems, se debe advertir que
una vez que las mujeres se encuentran en estas dinmicas de explotacin, abusos y
violencia, al sentirse sin muchas opciones para salir de esa situacin que las vulnera, llegan
a volverse tratantes ellas mismas como un recurso para calmar esa violencia. Se debe
entender el difcil medio de violencia y agresin en el que estn tomando sus decisiones.
Como lo seala el Procurador de Derechos Humanos de Baja California, Heriberto
Garca, es necesario que ante esta realidad el Estado cuente, para realizar la investigacin
de los hechos y la aplicacin de justicia, con una visin que no sea lineal. Ms bien debe
haber una visin sistmica e integral que ayude a conocer la razn por la que las mujeres
tratantes se incorporan a la red en donde ellas sufrieron y fueron victimizadas. Se debe
conocer el entorno del que provienen, pues su actuacin puede obedecer a diferentes
motivos y conocindolo, debe ser juzgado debidamente (Entrevista, 2012).
121
122
por su condicin econmica o por los usos y costumbres de su comunidad venden a sus
hijas, es decir, las entregan en matrimonio a un hombre a cambio de una suma de dinero
(Salas, entrevista, 2012).
En este ltimo caso, las autoridades federales han detectado que ya son tratantes
quienes estn acudiendo a comprar a las menores directamente de sus padres,
aprovechndose adems de la vulnerabilidad por la extrema pobreza, y del factor cultural
que est implcito en esas relaciones (Salas, entrevista, 2012). Esta situacin genera la
interrogante sobre la participacin de los padres, pues a partir de sus acciones obtienen un
beneficio por haber comerciado con sus hijos, por lo que esos padres podran considerarse
como parte activa de la red de tratantes.
La diferencia que mencionaba la maestra Salas existe entre las indagatorias que se
suscitan en materia tanto del fuero local como del federal promueve la duda de saber
entonces qu investiga la FEVIMTRA. Lo anterior en virtud de que como se ha
mencionado, los asuntos en que se relacionan a la delincuencia organizada son
competencia de la Subprocuradura de Investigacin Especializada en Delincuencia
Organizada (LA SIEDO). Lo que lleva a presumir que en realidad el darle discursivamente
tantas facultades a la FEVIMTRA para que fuera la autoridad que se encargara de investigar
la trata de personas a nivel federal, cuando posteriormente se acredit que la mayora del
total de los hechos seran conocidos por la SIEDO debido a la divisin de atribuciones,
parece una contradiccin, un intento por manifestar que se quera atender el problema a
travs de una dependencia adecuada que se encargara de cualquier manifestacin de
violencia contra la mujer. En la realidad, qued de manifiesto que hizo falta un anlisis
ms serio o una mejor divisin de facultades y atribuciones entre ambas dependencias o, en
su defecto, crear bases slidas para un flujo correcto de informacin, vinculacin y apoyo
entre ambas instancias (Salas, entrevista, 2012).
Lo sealado anteriormente se ve corroborado con lo que mencionan tanto la titular y la
psicloga de la Unidad Estatal de Trata de Personas de Baja California, las licenciadas
Adriana Liazrraga Gonzlez y Araceli Raygoza Parra, quienes refieren que la mayora de
las vctimas que llegan a esa dependencia no buscan denunciar trata de personas, pues
desconocen que se encuentran en ese tipo de explotacin. Es cuando son canalizadas por
parte del personal de la Procuradura hacia esa Unidad, y al platicar y establecer un vnculo
de confianza con ellas, es cuando se les puede explicar el delito del que han sido vctimas
(Entrevista, 2012).
123
Tal situacin les permite conocer a las vctimas en un contexto ms amplio ya que no
solamente se centran en estar al tanto del entorno actual en que se desenvuelven. Las
licenciadas Lizrraga y Raygoza tratan de que las vctimas reconstruyan la historia de lo
sucedido para saber las situaciones de vida que tenan previamente y cmo es que los
tratantes lograron engancharlas. Asimismo, refieren que de los asuntos que ha tenido a su
cargo la Unidad mencionada, en su mayora las vctimas provienen de medios de grandes
desigualdades donde adems de sufrir condiciones de pobreza, tambin era comn vivir
violencia o haber experimentado algn tipo de agresin sexual en su contra.
Uno de los elementos ms recurrentes con los que son enganchadas las vctimas es el
enamoramiento. Una vez que son trasladadas a la ciudad donde se las explotar o cuando
se van a vivir con los tratantes, el siguiente elemento frecuente que las convence es que
ellos no pueden trabajar y ya no tienen dinero, y que si los quieren, deben ayudarlos a salir
delante de ese problema. Tambin les explican que ellas no se deben preocupar por nada
pues ellos ya les han conseguido empleo, el empleo a que se refieren es el de la
prostitucin, para lo que al poco tiempo de insistirles y asegurarles de que es la nica
opcin, ellas aceptan por el afecto que ellos les han mostrado y que a decir de las vctimas,
no haban encontrado en su propio ncleo familiar.
De esta manera, los tratantes, con ayuda de otras personas (vigilantes de hoteles, otras
sexoservidoras, etctera), las colocan en el lugar donde se desempearn en la prostitucin
y empiezan a vigilar sus actividades, hacindoles saber que las estn observando para que
todo el tiempo lo tengan presente. Es necesario precisar que de los expedientes integrados
por la Unidad Estatal de Trata de Personas de Baja California se desprende que la violencia
fsica s existe pero el dispositivo de control que sobre la vctima ejercen de forma ms
comn los victimarios es la violencia psicolgica; en efecto, para convencer a la vctima se
usa la violencia fsica slo excepcionalmente, ya que como lo refiere el doctor Casillas,
esas mujeres van a vender felicidad falsa y es menos probable que puedan proporcionar
esa sensacin si acaban de ser golpeadas y tienen marcas visibles de violencia fsica en sus
cuerpos o estn llorando (Entrevista, 2012).
De llegar a acreditarse la vulnerabilidad de la vctima, tiene implicaciones jurdicas
como agravar la pena para el probable responsable. Ante la carencia de un estudio
antropolgico que permita acreditar esa vulnerabilidad, mismo que antes se mencion, la
propia Ley contra la trata de Baja California seala que debe realizarse dicho examen, sin
embargo, no se cuenta con un perito antropolgico; lo que en la prctica ocurre es que en la
124
misma denuncia que presenta la ofendida se asientan los hechos de que se valieron los
tratantes para aumentar las situaciones de vulnerabilidad que vivan las victimas antes de
su enganche.
Las situaciones de vulnerabilidad que vivan las vctimas implican que la ofendida
siente estar en peligro y necesita ayuda externa. Estas condiciones se manifiestan a travs
de su personalidad, apariencia, forma de comportarse, entre otras caractersticas de las que
los tratantes se dan cuenta y que utilizan en un primer momento para acercarse a ellas
(Garca, entrevista, 2012; Raygoza, entrevista, 2012). Esto puede explicarse con la
analoga de que las vctimas, antes de ser enganchadas por los tratantes, tienen la
percepcin de estar sobre un terreno que no es firme, que es movedizo y no les permite
desarrollar su personalidad ni ser felices al no poder lograr sus propsitos y deseos.
Raygoza, la forma en que las vctimas han sealado que fueron enganchadas es que
primero los tratantes se han hecho su pareja sentimental o les dieron la confianza para
acercarse a ellos y que una vez que ocurre este primer acercamiento, posteriormente al
vnculo que se establece entre ambas partes, las personas que resultaron ofendidas de trata
en Tijuana confiaron que cuando los tratantes les dijeron que les tenan que ayudar
trabajando y que ellos ya les haban dado un trabajo y ya ellos trabajaran (Entrevista,
2012).
En cuanto a la violencia, est situacin no se encuentra ajena a los hechos de trata de
personas que se han denunciado ante la Unidad, sin embargo, ha sido usada slo en un par
de ocasiones para enganchar a la vctima. La violencia que los tratantes inferan contra las
vctimas apareci cuando stas ya estaban en explotacin (Lizarraga, entrevista, 2012).
Sobre la relacin previa o existente entre la vctima y victimario, segn la Organizacin
Internacional para las Migraciones de las vctimas que tuvieron conocimiento fueron
explotados mayoritariamente por personas a quienes no conocan, el segundo porcentaje de
tratantes correspondi a familiares. Mientras que de los asuntos provenientes de Tijuana
slo en 20 por ciento de ellos, las vctimas no tenan una relacin sentimental de pareja o
afectiva con los tratantes, pero sin que existiera una relacin de parentesco por
consanguinidad. Ese 20 por ciento referido comprende los asuntos en donde la vctima ni
siquiera conoca a sus victimarios y que los victimarios resultaron ser familiares de las
vctimas (Le Goff y Lothar 2011: 61).
Segn lo que refiere la licenciada Adriana Lizrraga, los tratantes hacen uso de las
condiciones econmicas y sociales negativas en que se encuentran las vctimas y es con la
ilusin que producen en ellas que las convencen de irse con ellos a donde les indiquen, ya
que los tratantes ofrecen mejorar sus condiciones de vida. En ese tipo de engaos no solo
se habla con las vctimas, sino que adems buscan convencer a los padres de stas de que
es una buena oportunidad irse con los tratantes y con eso la vctima lograr mejores
condiciones de vida (Entrevista, 2012).
Adems, en los contextos de marginacin y de desintegracin familiar, los tratantes
ofrecen a sus vctimas la atencin y el afecto que no tuvieron en sus ncleos familiares.
Tambin se les ofrece tener una persona en quien confiar y con quien contar, algo que en
sus familias no existi (Lizarraga, entrevista, 2012; Raygoza, entrevista, 2012).
126
Una situacin que se ha detectado una vez que las vctimas se enteran de su nueva
realidad de vida e intentan huir, es que los tratantes aprovechan algunas de las
construcciones culturales para presionar a las ofendidas y evitar que escapen. Lo anterior
se aprecia en que ya que las personas han sido explotadas de manera sexual, los tratantes
les dicen a las ofendidas que si intentan regresar a sus contextos familiares, ellos les dirn a
sus familias y vecinos que eran prostitutas, esto infunde en las vctimas el temor de ser
sealadas como malas mujeres y ser rechazadas por las familias y la sociedad en general.
dinmicas de poder. Sin embargo, en atencin a los casos, los nombres que se mencionan
son ficticios, pues esas autoridades, atendiendo a los principios legales que rigen los
procesos de la trata de personas, no han proporcionado los nombres de las vctimas.
Antes de continuar con la presente descripcin de las indagatorias que se han
interpuesto ante la Unidad Estatal de Trata de Personas en Baja California, es necesario
precisar que por diferentes motivos, el personal de dicha Unidad no conoci todas las
indagatorias iniciadas a partir de la creacin de la misma, pues en ocasiones, por la
cantidad de trabajo, otros Agentes del ministerio pblico fueron quienes integraron esas
indagatorias; por lo que a continuacin y a manera de hacer una descripcin de las
situaciones que ante la autoridad estatal de Baja California se han denunciado, se enlistan
algunos de los expedientes que fueron descritos por la titular de esa Unidad y la psicloga
que brinda la atencin en crisis para las vctimas. A pesar de que en las entrevistas se
describieron, en su mayora, las situaciones que ocurren en los expedientes que han sido y
son investigados por la autoridad referida, a continuacin slo se describirn ocho de ellos,
los cuales fueron seleccionados para mostrar algunas de las generalidades que se suscitan
en las denuncias e investigaciones que ha realizado la Unidad mencionada.
Los siguientes datos son categorizados de la siguiente manera: primero se har
referencia a los pseudnimos que se utilizan para dar algn nombre a las vctimas, pues
estos son desconocidos. Se establece un rango de edad que se sita de la siguiente forma:
menores de edad y jvenes, las edades entre las que oscilan dichos elementos son el primer
caso de los 14 a los 17 aos y en el segundo de los 18 a los 26. Debido a que las vctimas
fueron enganchadas en su mismo lugar de origen, ambos indicadores se sitan en una
misma columna. En lo que respecta al indicador de la relacin que existe entre el
explotador y la vctima, los casos que se describen reportan 4 distintas respuestas, estas
son: el sentimental que implica una relacin afectiva y de pareja entre las ofendidas y sus
victimarios; la sangunea, que ocurre cuando entre ambas partes existe un grado de
afinidad por ser parte de la misma familia; en la clasificacin de civil se hace alusin a que
la relacin sentimental que tenan los participantes de los hechos, haba sido registrada ante
una autoridad civil mediante matrimonio; y por ltimo, el N/A, esta opcin tiene lugar en
los casos donde se menciona que la explotacin de las vctimas no fue materializada. 3
Esta circunstancia no tiene trascendencia jurdica, pues no es necesario que la explotacin se materialice
para que el delito tenga los efectos legales segn la ley del estado. Adems el N/A tambin aparece en los
129
Pseudnimo
Edad
Luz
Joven
Adela
Lugar de origen
Lugar de explotacin
Puebla
Tijuana
Sentimental
Joven
Chihuahua
Ensenada y Tijuana
Civil
Martha
Joven
Nayarit
Tijuana
Sentimental
Nancy
Joven
Veracruz
Tijuana
Sentimental
Teresa
Menor
Sinaloa
Tijuana
Sanguneo
Rosa
Menor
Tijuana
Tijuana
Sanguneo
Esthela
Joven
Chiapas
Tijuana
Sentimental
Paola
Joven
Distrito Federal
N/A
N/A
Josseline
Joven
Tijuana
N/A
N/A
y enganche
Fuente: elaboracin propia, datos de la Unidad estatal contra la trata de personas de Baja
California, a partir de entrevistas a la titular y a la psicloga de atencin en crisis, 2012.
Como se ha sealado previamente, uno de los principales factores a considerar entre los
medios para enganchar a la vctima es el enamoramiento. Entre los casos investigados en
Tijuana, dicho enamoramiento ocurre en la mayora de las vctimas de trata de explotacin
sexual.
Es a partir de este enamoramiento como no slo las convencen de irse a vivir con ellos,
sino que adems las obligan a sostener relaciones sexuales con diferentes hombres al da y
todo para ayudar a los tratantes. Ante esa situacin en la que se ven inmersas las
vctimas de conflicto emocional usan algunos mecanismos para resistir la violencia que
mismos asuntos al referirse el lugar de explotacin, lo anterior atiende a las mismas circunstancias descritas
para el indicador de relacin con el explotador, referidas previamente.
130
implica el tener relaciones tantas veces al da y con tantas personas. Una de las acciones
que las vctimas realizan para resistir esa violencia psicolgica y fsica, es denominada por
la psicloga Raygoza (entrevista, 2012) como despersonalizacin, esta situacin ha sido
definida en su investigacin por Marta Torres como disociacin (2010: 71). Esto es un acto
en donde las personas escapan de su mente para no sentir lo que ocurre en su cuerpo, la
psicloga sealada refiere que las vctimas hacen este tipo de ejercicio como un acto
reflejo para protegerse; en esos momentos ellas se imaginan que estn en otros lugares y
que no tienen sexo. Esta es una de las particularidades que implica diferencia entre la trata
sexual y la laboral ya que en la laboral las vctimas no realizan esa disociacin de su mente
con la realidad y todo el tiempo son conscientes de lo que ocurre a su alrededor, por lo que
cuando denuncien no tienen problema en precisar en modo, tiempo, lugar y circunstancias
la forma en que ocurri su explotacin. Por ello, el proceso de atencin psicolgica previo
a que las victimas denuncien puede llegar a ser largo y complicado, su finalidad es permitir
que la vctima pueda hacer una declaracin coherente (Raygoza, entrevista, 2012).
Para poder brindar toda esa atencin se debe mantener a la vctima a salvo de la red de
trata; lo que se dificulta pues la autoridad estatal no cuenta con albergues o refugios para
ello. Hasta este momento, las autoridades han recurrido a algunos albergues en el estado,
entre ellos el del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia de Baja California y de
Organizaciones de la Sociedad Civil, o cuando la situacin lo amerita por el riesgo, han
optado por enviar a las vctimas a recibir atencin psicolgica, apoyo emocional y ayuda
para encontrar empleo a albergues que se encuentran fuera del estado.
En dos de los casos, de los que ya tena conocimiento la autoridad de procuracin de
justicia del estado, de hechos que implicaban trata de personas, no se logr obtener una
denuncia de hechos: uno por que la vctima se senta enamorada del probable responsable,
y el otro por que se fue del albergue donde estaba y no termin el proceso de apoyo
emocional. En el primer caso, el probable responsable viva y mantena relaciones sexuales
con otras dos parejas y utilizaba medios extremos para mantener a la vctima bajo su
dominio, como el haberle tatuado su nombre en dos lugares del cuerpo. El hombre
explotaba a las tres mujeres en un saln donde bailaban y fichaban y l se quedaba con el
producto del trabajo (Raygoza, entrevista, 2012).
En el otro caso, la vctima era hija de la probable responsable y a quien desde muy
pequea la haba dejado al cuidado de su abuela. Una vez que la abuela falleci, la madre
131
volvi por ella y a partir de los 10 aos comenz a venderla en reiteradas ocasiones y con
diferentes clientes. Su madre la venda para obtener recursos y pagarse sus gastos
(Raygoza, entrevista, 2012).
A decir de la psicloga, uno de los patrones que se repite constantemente es que un
gran nmero de vctimas vienen de una situacin de profunda desintegracin familiar. Son
esas circunstancias personales las que inciden en que las personas al enfrentarse a una
situacin de riesgo tengan ms probabilidades de no sufrir un percance en su persona al no
poder reaccionar debidamente ante esa situacin (Raygoza, entrevista, 2012). Esto da lugar
a una gran violencia psicolgica por parte de los tratantes, en un primer lugar las enamoran
y les ofrecen vivir una vida como una familia feliz, situacin que les provoca una ilusin y
ante la cual ellas se aferran a realizar al no haber tenido un ncleo familiar estable en casa.
Las situaciones de vulnerabilidad que ocurren de forma ms reiterada en las
indagatorias que se tienen conocimiento en la ciudad de Tijuana son: la violencia, la
violencia sexual (violaciones o abusos de familiares), la pobreza y la desintegracin
familiar. Este tipo de situaciones producen en la vctima una expresin corporal de
retraimiento, inseguridad, les cuesta trabajo sostener la mirada, tienen la autoestima baja y
en ocasiones ni siquiera puedan saludar (Garca, entrevista, 2012; Raygoza, entrevista,
2012). Para ejemplificar lo anterior describir algunas de las indagatorias iniciadas:
Dos asuntos han sido hasta la fecha los que han roto el papel del convencimiento, ya
sea por cuestin sentimental o por mejorar las condiciones de vida de la vctima. En ambos
fue la violencia la herramienta de la que se valieron los tratantes para enganchar a sus
vctimas. El lugar de enganche de uno de esos expedientes ocurri en el Distrito Federal,
en esa ocasin cuando la vctima a quien se llamar Paola, lleg a su lugar de trabajo fue
sorprendida por la espalda por una persona que se le aproxim y le coloc un trapo con
algn qumico que la hizo perder el sentido, fue as como la subieron a un vehculo en el
que fue trasladada hasta Tijuana. El traslado se realiz en vehculo por carretera, refiri
Paola que en ese traslado intervinieron tres personas del sexo masculino, a quienes pudo
ver pero no poda describir. Adems en ese viaje en cada ocasin que pasaban junto a la
autoridad le ponan nuevamente el pedazo de tela en la cara y la dorman, mientras uno de
los tratantes la llevaba abrazaba y aparentaba que iba dormida. Su alimentacin solamente
consisti en sndwiches y el mismo da que lleg a Tijuana logr escaparse, sin embargo,
132
al no conocer la ciudad no pudo sealar el lugar donde estuvo cautiva y solicit regresar de
inmediato a su lugar de origen pues all estaba su familia (Lizarraga, entrevista, 2012).
El otro asunto tuvo lugar en esta ciudad. La vctima, a quien se le llamar Josseline,
seal que ella caminaba hacia su escuela y en el camino fue interceptada por una
camioneta tipo panel, en la que la subieron sin mediar palabra alguna, esta vctima a pesar
de ser mayor de edad tena la apariencia de ser menor. Al parecer ese fue el motivo por el
cual los victimarios la seleccionaron, ya que en el camino, segn lo mencion Josseline,
los tratantes seguan subiendo chicas que tenan la apariencia de ser menores de edad en
ese vehculo, lo cual corrobor al momento de llegar al lugar donde estuvo privada de su
libertad, ya que manifest que en ese sitio haba muchas jovencitas a quienes tambin
haban privado de su libertad. En su cautiverio, que no fue prolongado pues logr escapar a
los pocos das, esa persona sufri violencia verbal y fsica; sin embargo Josseline tampoco
pudo identificar el lugar donde la tenan cautiva ni a sus victimarios.
Una de las vctimas, a quien se llamara Luz, seala haber vvido en una familia de ocho
hermanos, en la que por la pobreza no se les pudo dar educacin y slo estudio hasta
primaria, sin terminarla. Luz mencion que reciba violencia por parte de su padre quien le
gritaba y le pegaba, motivo por el que sali de su casa y en su viaje conoci al probable
responsable, con quien comenz una relacin de amistad y que posteriormente se convirti
en un romance. Una vez que Luz regres a su casa pretenda que el novio conociera a sus
padres y haban quedado en que l visitara su domicilio, para mostrarle que tena buenas
intenciones para con ella, no obstante esto no lleg a ocurrir pues antes de que el novio de
Luz fuera a su casa, ella se pele con su padre ya que ste constantemente la insultaba
dicindole que era una puta y una cualquiera. Esto motiv a Luz a que de nueva cuenta
abandonara su domicilio y decidiera irse a vivir con su novio. l la llev a su domicilio en
Tlaxcala, donde comenzaron a tener relaciones sexuales consentidas.
En ese lugar, el novio le dijo que quera que juntos se fueran a Nueva York para visitar
a su madre quien resida en ese lugar. Para realizar el viaje primero hicieron una escala en
Tijuana, pues desde ah los iban a pasar a los Estados Unidos. Sin embargo, una vez en esta
ciudad, el probable responsable le presento a Luz, a una pareja que decan ser amigos de l.
Un da la pareja fue a visitarlos, el sealado como responsable le dijo a Luz que se vistiera
porque saldran, ella se arregl y momentos despus pasaron por ellos en un taxi. Hasta ese
momento Luz desconoca a dnde iba hasta que lleg a un hotel en la Zona Norte de la
133
ciudad. En ese lugar la mujer le dijo que se parara en una esquina y que ah iban a llegar
hombres con los que tena que acostarse. Segn Luz, ella nnca imagin que su pareja le
fuera a hacer eso pues esperaba formar una familia tal como l se lo prometi. El novio le
deca que era algo temporal, que ella le tena que ayudarle para cumplir sus planes de
casarse. No obstante l no trabajaba y se quedaba con todo el dinero que ganaba la vctima.
En otro de los casos, la vctima era una mujer que vena de una familia de muy escasos
recursos econmicos en Chihuahua, se le llamar Adela. En ese lugar conoci a la persona
con quien se cas. Este sujeto pidi a los padres permiso para casarse con su hija, deca
que era doctor y que tena trabajo en Ensenada. Luego de casarse tuvieron 2 hijos y se
trasladaron hasta Ensenada, donde el probable responsable le dijo a Adela que no tena
dinero y que ella tena que ayudarle para darles de comer a ella y a sus hijos. Cuando vio
que pasaron 3 das y sus hijos no tenan que comer, aunado a la presin que ejerca el
probable responsable sobre ella al insistirle todo el tiempo en que su trabajo slo consistira
en bailar, Adela acept el trabajo y comenz a bailar y a fichar 4 hombres en Ensenada.
No obstante cuando ella intentaba dejar esa actividad o no quera ir a bailar, l la
presionara para que lo hiciera por la familia.
Otra vctima, que ser llamada Teresa, refiere que vena de un rancho en el estado de
Sinaloa, donde estudi hasta segundo ao de educacin secundaria y dej la escuela por
estar embarazada. Se traslad a Tijuana con su madre, pues en el lugar donde vivan en
ocasiones no tenan para comer y porque en esta ciudad viva una hermana de la vctima.
Al poco tiempo de haber llegado a esta ciudad su madre abandona a Teresa y la deja al
cuidado de su hermana quien no trabajaba, esta ltima le pidi que la ayudara y que para
eso le haba conseguido un empleo limpiando un vivero. No le mencion que adems,
debera tener relaciones sexuales con el dueo de ese lugar, sin embargo, como la vctima
ya no tena dinero, se senta desesperada por no poder darle de comer a su hijo, acudi a
limpiar el vivero que le haba dicho su hermana, no obstante al llegar al lugar, la situacin
cambio y tuvo que mantener relaciones sexuales con el dueo del lugar, quien le pag a su
hermana por haberla llevado. Continu esta relacin y su hermana se quedaba con el
dinero.
Fichar es la actividad que implica el acompaar a una persona, bailar con l y tomar bebidas, a cambio de
un pago.
134
Algunas vctimas de trata, a pesar de no estar casadas, llaman esposos a sus parejas - explotadores.
136
Una de las situaciones que podemos apreciar de las indagatorias que se han realizado
en la Unidad Estatal de Trata de Personas de Baja California, es la participacin de
distintas mujeres que, entre las funciones que desempean en la trata de personas, estn el
reclutamiento, la explotacin, la capacitacin y el cuidado. A manera de ejemplo est la
hermana de Teresa, quien aprovechando la situacin de su hermana, la ofreci y vendi a
un hombre, por lo que acto no slo como enganchador (pues fue ella quien le pidi a su
madre que se vinieran a esta ciudad), sino que adems ella sirvi para obtener el beneficio
del comercio sexual de su hermana.
Otro ejemplo es lo que le ocurri a Luz, quien en varios momentos de su explotacin
convivi con otras mujeres que formaban parte de la red de trata. Esta situacin ocurri
desde que se fue con su novio a su casa en Tlaxcala, en ese lugar convivi con presuntas
familiares del probable responsable de los hechos, quienes adems de decirle que l era
una buena persona, le ayudaban a vigilarla pues Luz no poda salir de la casa si no era
acompaada de las supuestas primas del probable responsable.
Mientras que ya en Tijuana, una de las personas que le present el probable responsable
fue una mujer quien por principio le comenz a inducir suavemente la idea del comercio
sexual, en los hechos fue quien la entren y le dijo cunto cobrar por el servicio sexual y
el lugar donde ella iba a pararse para prostituirse. Esta misma persona una vez que se haba
detenido a la pareja de luz, le mandaba mensajes al celular de Luz para amenazarla y
pedirle que retirara los cargos contra el tratante.
Por otra parte, en el asunto de Jean, en la red de trata tambin estaban inmersas
mujeres, familiares de la vctima, a quienes tambin explotaban sexualmente dichos
tratantes. Estos aprovecharon que conocan a los familiares de la nueva vctima para
convencer a esta ltima de que poda confiar en ellas, estas otras mujeres viven en Tijuana
y se dedican a la prostitucin; presuntamente fueron ellas quienes recomendaron a Jean
con sus explotadores y una vez que Jean lleg a Tijuana, le indicaron la forma en cmo iba
a trabajar y el lugar que ocupara en la calle.
Sin embargo, una de las situaciones donde mayormente se ven relacionadas las mujeres
en la trata de personas es al servir de vigilantes de otras vctimas que son explotadas en el
comercio sexual. Esto ocurre segn lo refiere la psicloga Raygoza, cuando dice que de sus
entrevistadas, no pocas le han dicho que cualquier accin que realizan es conocida por sus
explotadores y que al estar solamente mujeres, ellas sealan que son las mismas mujeres
137
quienes vigilan y avisan a los tratantes que est ocurriendo con sus tratadas (Entrevista,
2012).
Otra situacin donde participaban mujeres ocurri con Rosa, quien fue vendida entre su
madre y una amiga de sta. Dicha venta ocurri mientras Rosa tena 10 aos y la madre
pensaba que era virgen. Cuando Rosa se dio cuenta que su madre la estaba vendiendo se
fue del lugar y lo que hizo fue tener relaciones sexuales con quien en ese momento era su
pareja sentimental pues sostenan un noviazgo, para evitar con ello que la persona que
haba acordado comprarla con su madre fuera con quien tuviera su primer relacin sexual,
pues sera sin consentimiento y senta repulsin a que eso ocurriera. Tal es el caso que al
momento en que inform a su madre que ya no era virgen, sta la reprendi y de todas
formas, la vendi a los hombres con quienes ya tena hecho el acuerdo.
Una condicin particular entraan los hijos de las vctimas, pues hay tratantes que los
utilizan como mecanismos para mantener el sometimiento y hay quienes golpean a las
vctimas cuando saben que estn embarazadas. Esto sucede, por ejemplo, en el caso
mencionado previamente de Adela, manipulada por su pareja a partir de ver a sus hijos
pasar hambre y con ese mecanismo es cmo l la convence para que acepte prostituirse y
as contar con dinero para poder darle de comer a sus hijos. Otro caso similar es el de
Teresa, quien era amenazada por su hermana de que la denunciara en el DIF por estarse
prostituyendo. Ante el temor que le ocasionaba el que pudieran quitarle a su hijo, adems
de la violencia que viva con su hermana, Teresa acceda a prostituirse y entregarle el
dinero.
Mientras que, en el caso de otra vctima a quien se llamar Nancy, se involucra una
situacin no slo de violencia psicolgica sino tambin de violencia fsica, cuando ella le
mencion a su esposo, que seran padres. En ese momento l le cuestiono a la ofendida
qu quien le haba dado permiso para embarazarse, pues as no le serva, ya que as no
podra trabajar, por lo que el explotador comenz a golpearla de manera violenta, la coloc
detrs de la puerta del cuarto donde viva para con la puerta golpearle el abdomen. Una vez
que cay al piso por los golpes, le continu golpeando a patadas el estmago con la
finalidad, segn Nancy, de hacer que perdiera el beb, lo que finalmente ocurri.
Como se ha podido describir, algunas de estas situaciones previas implican el uso de la
violencia de forma fsica y psicolgica. Los tratantes reafirman as, a travs de la violencia
de gnero, quin tiene el poder y el control. Mantienen la sumisin de la vctima a travs
138
el hecho de que la autoridad local no cuenta con espacios de esa naturaleza, por lo que
solicita a otras instituciones u organizaciones de la sociedad civil. No obstante existen
ejemplos de que sta no es la mejor de las alternativas, ya que en muchos albergues el
personal no est capacitado para recibir este tipo de vctimas.
As, en el caso de Tijuana la falta de albergues para que las autoridades proporcionen
refugio a las vctimas que lo necesiten, llega a representar un riesgo muy alto de que la
vctima termine nuevamente en la calle y vuelva a ser expuesta a las redes de trata. Otras
vuelven a sus lugares de origen y al no estar preparadas para vivir de nuevo las condiciones
que la colocaron en situacin vulnerable, pueden nuevamente ser enganchadas de la misma
manera.
Otro par de observaciones generales son el hecho que de las investigaciones realizadas
por la Unidad Estatal de Trata de Personas de Baja California se desprenden en primer
lugar que en varias denuncias existen elementos para considerar posible que sea el mismo
explotador, sin embargo esto no ha sido comprobado pues no se ha logrado identificar a
dicho tratante. Uno de los factores que ha originado que a pesar de que las vctimas
refieran caractersticas similares y hasta proporcionen el mismo nombre de su explotador,
ellas no cuentan con el nombre completo y slo brindan un apellido por lo que se dificulta
la investigacin, ya que esos datos no son suficientes para identificar al tratante. Adems
de esas coincidencias, la forma en que opera ese victimario resulta muy similar al
enamorarlas, trasladarlas, colocarlas en un hotel y despus decirle a sus vctimas que no
tiene dinero y que ellas tienen que trabajar para ayudarlo, por lo que l ya les tiene un
empleo y dicha actividad consiste en prostituirse.
La segunda de las observaciones que se desprende de las entrevistas con el personal de
dicha Unidad, la titular y la psicloga adscritas a la misma, es que tal y como ha sido
reportado por diferentes Organizaciones de la Sociedad Civil y de los datos mencionados
que corresponden a las investigaciones de la autoridad federal, uno de los puntos donde
muchas de las vctimas de Baja California tienen en comn es que el puente ha sido
Tlaxcala, de alguna u otra forma ese estado ha sido relacionado en varias indagatorias, ya
sea que de ah procedieran las vctimas o que las ofendidas fueron trasladas como punto de
trnsito por ese lugar antes de llegar a Baja California.
En el presente captulo se hizo un acercamiento a la informacin que ha encontrado la
Unidad estatal de trata de personas de Baja California. Se describen los expedientes y las
140
relaciones entre tratantes y vctimas de trata, que se desprenden de los mismos expedientes.
Se sealan las formas de participacin de las mujeres como vctimas y como tratantes, y se
analizan algunas de las indagatorias que se han iniciado en la Unidad Estatal de Trata de
Personas de Baja California, para lo cual se describen las particulares situaciones de
vulnerabilidad que han podido apreciar y acreditar para consignar los expedientes ante la
autoridad judicial correspondiente.
Asimismo, se describen algunas de las relaciones, mecanismos y dispositivos que se
usan al interior de las relaciones de trata y las implicaciones de gnero que estn
ocurriendo de forma particular en las investigaciones realizadas por la autoridad estatal.
141
CONCLUSIONES
Ante la imperiosa necesidad de atender el problema de trata de personas que durante
mucho tiempo ha existido y aumentado en forma alarmante a lo largo y ancho del mundo,
algunas naciones, organismos internaciones y asociaciones de sociedades civiles
decidieron buscar el camino para analizar su problemtica y ofrecer soluciones de diferente
ndole que permitan reconocer y atender a las vctimas de la trata de personas.
Una vez que estas naciones se pusieron de acuerdo en conceptualizar el fenmeno de la
trata de personas y sus implicaciones, se cre un instrumento internacional (denominado
Protocolo de Palermo), el cual surgi en el contexto de la persecucin del crimen
organizado transnacional por parte de la Organizacin de las Naciones Unidas. Los pases
que se suscribieron a dicho tratado comenzaron a crear herramientas jurdicas para
combatir esa problemtica.
Es a partir de que nuestro pas suscribi y ratific dicho Protocolo que se comenzaron a
elaborar leyes especiales para combatir la trata de personas (a nivel local y federal),
adems, en algunas procuraduras de justicia se crearon reas especializadas en la
investigacin de ese tipo de actividades, particularmente la Fiscala Especial para los
delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas y la Procuradura de Justicia
del estado de Baja California cre la Unidad Estatal de Trata de Personas de Baja
California.
En nuestro pas, dentro de la investigacin de la trata de personas se siguieron varias de
las recomendaciones que se haban planteado en el Protocolo de Palermo, entre ellas
destacan la aceptacin de que ese tipo de actividades eran vinculadas a la participacin de
la delincuencia organizada y que se deba dar especial proteccin a las mujeres y menores
de edad que resultaran vctimas. Asimismo, tanto a nivel federal como en el estado de Baja
California, las reas de procuracin de justicia especializadas en la investigacin de la trata
retomaron la nocin de vulnerabilidad en sus investigaciones y actuaciones.
La intervencin de las autoridades de procuracin de justicia respecto a la
vulnerabilidad, es el elemento en torno al cual gira esta investigacin. La vulnerabilidad, al
ser una de las categoras de anlisis desarrollada por las ciencias sociales, debi contar con
la visin de especialistas en el estudio de esa categora de anlisis al insertarla en la
tipificacin del delito de trata de personas en Baja California. Aunque parece que la
142
143
A pesar de ello, la capacitacin que se ha dado sobre el tema de trata que permite la
identificacin de las relaciones de poder y vctimas de estos hechos ha arrojado resultados
favorables. Esto se puede observar cuando la mayora de las vctimas que denuncian trata
de personas u otros hechos a las autoridades son atendidas por personal profesionalizado
que es capaz de detectar, durante las entrevistas en las que las vctimas narran los hechos,
que stas han sido explotadas dentro de la trata de personas. Posteriormente, se procede a
dar aviso a la Unidad estatal de trata para que, tambin, por medio de entrevistas realizadas
por la titular de la Unidad y la psicloga adscrita a la misma, puedan conocerse las
situaciones previas de vulnerabilidad en que se encontraban esas vctimas, particularmente
las que distinguen el gnero y las relaciones de poder entre hombre-mujer, mujer-hombre,
mujer-mujer y hombre-hombre.
El hecho de que las vctimas acudan a las autoridades a denunciar ilcitos que pueden
no estar ni relacionados con la trata de personas, implica la necesidad de que las
autoridades del sistema de justicia (local y federal) deban estar debidamente capacitadas
para detectar cualquier situacin que indique que una persona est siendo explotada en
alguna modalidad de trata. Esta necesidad la podemos apreciar en el hecho de que la
mayora de las vctimas han acudido ante la autoridad a denunciar delitos que no estn
relacionados con la trata de personas y se presentan con autoridades encargadas de
investigar diversos ilcitos en diversos ordenes de gobierno (municipal o estatal).
Por todo ello es necesario que cualquier autoridad tenga conocimientos del problema y
las modalidades que implica la trata de personas, para que una vez que estn frente a una
probable vctima le puedan formular las preguntas pertinentes para conocer si est siendo
explotada y a partir de ese hecho orientarla y remitirla ante la autoridad correspondiente.
Sin la existencia de la capacitacin del personal judicial, no se podra determinar
debidamente la indagatoria y se consignaran los hechos por cualquier otro delito, lo que
implica dejar a la vctima en manos de sus captores sin darle la atencin debida.
Es preciso sealar que a pesar de que las autoridades pueden referir que estn
atendiendo el problema de la trata de personas con la creacin de reas especializadas para
la investigacin, se hace necesario cuestionar ese discurso con la realidad que evidencia
que, por ejemplo en Baja California, es complicado atender los casos especficos de trata
de personas, ya que el personal que integra esa rea especializada es muy reducido, por lo
que, a pesar de su capacitacin y esfuerzo, resultan ser muy pocas las personas que al final
144
147
ello se busque disminuir los niveles de vulnerabilidad que han sido detectados en los
lugares de procedencia de las vctimas de trata.
Por otro lado, tambin se puede sealar que la falta de coordinacin y similitud en las
sanciones y tipos penales de trata de personas que establecen los Cdigos y legislaciones
estatal y federal, trae consigo lagunas jurdicas y propicia que en algunas entidades este
tipo de hechos sean sancionados con penas menores que en otros, lo que puede ocasionar
que los tratantes intenten ser juzgados por las autoridades de esos lugares, para que el
castigo sea menor. Esta situacin tambin produce efectos negativos en las vctimas pues
puede implicar que no sea debidamente reparada del dao sufrido.
Otra de las dificultades que produce la falta de homologacin del tipo penal, las
sanciones a los tratantes y atencin a las vctimas es el hecho de que los estados tengan
contemplados diferentes formas de agravar el delito, esta situacin podra originar que al
ser enviado a un lugar donde el delito de trata no sea considerado como grave el tratante
puede solicitar salir bajo caucin y as buscar evadirse de la accin de la justicia y por ende
la vctima estara en situacin de vulnerabilidad pues sus captores no seran castigados, ni
le sera reparado el dao que sufri en su agravio. Adems los tratantes una vez libres
podran buscar a la persona ofendida y tomar represalias por haberlos denunciado.
No obstante la persecucin de la trata de personas no es la nica accin a la que el
Estado debe orientar su atencin, toda vez que para poder hacer frente a ese problema
social es necesario la atencin de diferentes rganos del gobierno en lo correspondiente a
la prevencin y el combate a los factores que propician y determina la trata. La actuacin
de esas autoridades debe realizarse de forma coordinada y orientada para dar la mejor
atencin a las vctimas, lograr su reinsercin social y eliminar las diferentes condiciones de
vulnerabilidad que existan los lugares de donde procedan las vctimas.
Por todo lo anterior es necesario, a fin de dar una respuesta integral al fenmeno de la
trata de personas, que exista una delimitacin de las funciones y atribuciones de cada
autoridad que deber conocer de estos hechos; adems se debe generar una mayor
coordinacin y cooperacin al compartir informacin sobre la investigacin de los hechos,
as como de la atencin y apoyo a las vctimas. En esta coordinacin y divisin de
atribuciones es donde tambin debe tener participacin la sociedad civil organizada y los
organismos pblicos autnomos para proporcionar su asesora y apoyo en el tratamiento de
148
151
Entre los roles categorizados por el gnero sobre lo que debe o no realizar una
persona atendiendo a su sexo y los cuales podran ser retomados por las autoridades puede
tomarse este ejemplo: el cuestionar a los hombres su masculinidad o argumentar que
victimas mujeres estn en esa situacin porqu es su deber para ayudar a sus parejas o a
sus parientes para enviarles dinero ya que en ningn otro trabajo van a tener mejores
ingresos y que una vez que estuvieron en esas condiciones ya nadie las va a contratar en
otro tipo de empleos. Esto puede ocurrir si las autoridades desconocen, por ignorancia o
complicidad (aunque en cualquier caso debiera considerarse como complicidad por
negligencia), la construccin cultural que sita a cada persona diferentes cuantas dentro de
relaciones asimtricas de poder, esos valores atienden al sexo y otros factores como la
condicin social, y por ende resulta en que una persona tendr mayor poder sobre la otra
por estos motivos.
No puede dejarse de lado la necesidad de que las personas que estn en situacin de
vulnerabilidad reciban informacin que les permita estar alerta ante la trata de personas y
que, adems, no vean este fenmeno como natural, como resultado de la construccin
cultural que se ha mencionado con anterioridad y que les lleva a pensar que, al aceptar
cualquier tipo de explotacin, hacen lo correcto pues se apegan a los valores socialmente
son aceptados.
Por ltimo es necesario insistir en que a travs de la educacin y difusin de
informacin las autoridades busquen que la sociedad realice una reconstruccin cultural de
los valores sociales. Este objetivo debe iniciar en sensibilizar a las personas en
comunidades donde, segn datos estadsticos, procedan el mayor nmero de vctimas. Esa
sensibilizacin debe pugnar por la reincorporacin de las vctimas sin que sean rechazadas
y debe servir como mecanismo de prevencin para evitar que siga sucediendo la trata de
personas en todas su modalidades.
152
BIBLIOGRAFA
153
155
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Apartado legal
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Entrevistas
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campo] La Vulnerabilidad de gnero en la Trata de Personas en situacin de
explotacin sexual en Tijuana, lugar Tijuana, Baja California.
Bedoya Lpez, Jorge, [entrevista] 2012, por Oscar del Toro, [trabajo de campo] La
Vulnerabilidad de gnero en la Trata de Personas en situacin de explotacin
sexual en Tijuana, lugar va internet (SKYPE).
Casillas, Rodolfo, [entrevista] 2012, por Oscar del Toro, [trabajo de campo] La
Vulnerabilidad de gnero en la Trata de Personas en situacin de explotacin
sexual en Tijuana, lugar va internet (SKYPE).
Cabrera, Antonio, [entrevista] 2011, por Oscar del Toro, [trabajo de campo] La
Vulnerabilidad de gnero en la Trata de Personas en situacin de explotacin
sexual en Tijuana, lugar Tijuana, Baja California.
Daz, Jimena, Cnsul de Guatemala en Baja California, [entrevista] 2012, por Oscar
del Toro, [trabajo de campo] La Vulnerabilidad de gnero en la Trata de Personas
en situacin de explotacin sexual en Tijuana, lugar Tijuana, Baja California.
Garca Garca Heriberto, [entrevista] 2012, por Oscar del Toro, [trabajo de campo] La
Vulnerabilidad de gnero en la Trata de Personas en situacin de explotacin
sexual en Tijuana, lugar Tijuana, Baja California.
Gonzlez del Castillo, Miriam A., [entrevista] 2012, por Oscar del Toro, [trabajo de
campo] La Vulnerabilidad de gnero en la Trata de Personas en situacin de
explotacin sexual en Tijuana, lugar Tijuana, Baja California.
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Herrera Rivero, Anglica [entrevista] 2012, por Oscar del Toro, [trabajo de campo] La
Vulnerabilidad de gnero en la Trata de Personas en situacin de explotacin
sexual en Tijuana, lugar Tijuana, Baja California.
Lizarraga Gonzlez, Adriana, [entrevista] 2012, por Oscar del Toro, [trabajo de campo]
La Vulnerabilidad de gnero en la Trata de Personas en situacin de explotacin
sexual en Tijuana, lugar Tijuana, Baja California.
Mares de Tucker, Alma Alicia, [entrevista] 2012, por Oscar del Toro, [trabajo de
campo] La Vulnerabilidad de gnero en la Trata de Personas en situacin de
explotacin sexual en Tijuana, lugar Tijuana, Baja California.
Mauss Ratz, Emilio, [entrevista] 2012, por Oscar del Toro, [trabajo de campo] La
Vulnerabilidad de gnero en la Trata de Personas en situacin de explotacin
sexual en Tijuana, lugar Tijuana, Baja California.
Njera N., Minerva, [entrevista] 2012, por Oscar del Toro, [trabajo de campo] La
Vulnerabilidad de gnero en la Trata de Personas en situacin de explotacin
sexual en Tijuana, lugar Tijuana, Baja California.
Navarro Peraza, Gabriela, [entrevista] 2012, por Oscar del Toro, [trabajo de campo] La
Vulnerabilidad de gnero en la Trata de Personas en situacin de explotacin
sexual en Tijuana, lugar Tijuana, Baja California.
Raygoza Parra, Araceli, [entrevista] 2012, por Oscar del Toro, [trabajo de campo] La
Vulnerabilidad de gnero en la Trata de Personas en situacin de explotacin
sexual en Tijuana, lugar Tijuana, Baja California.
Salas y Villagmez, Mara Guadalupe, [entrevista] 2012, por Oscar del Toro, [trabajo
de campo] La Vulnerabilidad de gnero en la Trata de Personas en situacin de
explotacin sexual en Tijuana, lugar Tijuana, Baja California.
Ugarte, Marissa, [entrevista] 2012, por Oscar del Toro, [trabajo de campo] La
Vulnerabilidad de gnero en la Trata de Personas en situacin de explotacin
sexual en Tijuana, lugar Tijuana, Baja California.
Ulloa, Teresa, [entrevista] 2012, por Oscar del Toro, [trabajo de campo] La
Vulnerabilidad de gnero en la Trata de Personas en situacin de explotacin
sexual en Tijuana, lugar va internet (SKYPE).
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