Espiritismo
Espiritismo
Espiritismo
que no sea el del bien, abridles los ojos a la luz, y que Dios les perdone si vi
enen con malas intenciones.
Rogamos muy particularmente al Espritu de N..., nuestro gua espiritual, que nos as
ista y vele sobre nosotros.
Aqu se reza el padrenuestro y se canta el canto de la pagina 5, mientras los miem
bros van hacindose uno a uno una limpieza y, se canta el cntico de la Pg. 6; tambin
se sopla un poco de ron, de uno en uno al centro de la reunin. Terminada esta ope
racin, empieza la invocacin y la bajada de espritus.
OTRA
Dios omnipotente, excelso, misericordioso, que velas con incesante providencia p
or el bien de todas las criaturas; y te has dignado traernos por tan singulares
caminos al conocimiento de tu grandeza y de tu sabidura; Las cuales vas poniendo
al alcance de nuestro limitado entendimiento por conducto de tus inspirados serv
idores; Pagando con tan insigne favor el poco mrito de la fe que nos rene.
Para que en vista de tanta maravilla, nuestros corazones se abran y ensanchen a
la fe que tanto necesitamos; y para que se disipen las nieblas que ocultan a nue
stros ojos la luz que puede mostrarnos el camino seguro de nuestro mejoramiento.
Condicin precisa para llegar al perfecto conocimiento de tu Ser, aclarndonos o de
jndonos entrever tantos misterios hasta ahora ocultos al entendimiento humano, an
en aquellos que ms se han distinguido por su amor a la ciencia y por sus buenos d
eseos;
T, Seor, que nos has dicho tantas veces, por conducto de tu enviado ms excelso, que
busquemos para encontrar; que llamemos para que se nos responda; y que apliquem
os todas nuestras facultades y potencias a la investigacin de vuestro reinado y d
e vuestra justicia, despus de lo cual, todo nos sera dado por aadidura;
T, Seor, que prometiste, tambin, la asistencia de tu Santo Espritu a los que invocan
do con fervor tu nombre y creyendo tus palabras, se reunieran para buscar unidos
la verdad y la ciencia de la salvacin y los dones todos de tu gracia.
Mranos, Seor, en los caminos en que andamos; conforta nuestro corazn; afirma nuestr
a fe e ilumina nuestro entendimiento.
Para que nos hagamos dignos de las admirables lecciones que pueden damos y las i
nstrucciones que reverentes solicitamos de los venerables insignes siervos tuyos
, nuestros instructores.
A quienes diste y en quienes conservas los ms altos dones de tu gracia, y en part
icular, el de la sabidura, y el del celo por la instruccin de tus criaturas. Para
que tu nombre sea ensalzado y bendecido; para que, puestos todos en el camino de
l bien, os sirvamos en santidad y en justicia en todos nuestros das.
Mejorndonos, ilustrndonos y dirigindonos en el mejoramiento e ilustracin progresiva
de todas tus criaturas, y en particular las de la especie humana.
A todas las cuales nos has encomendado la grande y misteriosa obra de concurrir
a la admirable armona que desde el principio estableciste;
Y os diste, para conseguirlo, facultades, potencias y voluntad suficiente para d
esempear cumplidamente la parte que respectivamente nos corresponde en este subli
me concierto de tu incesante creacin;
Porque as, no slo conseguiremos nuestra paz, nuestra salud, nuestra bienaventuranz
a, an en medio de las aparentes tribulaciones inherentes a todo trabajo incomplet
o;
Sino que tambin crecer y mejoramos incesantemente hasta elevamos a la posesin del
sumo bien;
El cual, por la virtud, intercesin y merecimientos de Jesucristo nuestro Redentor
, est en la unin con El y con vos Padre, por los siglos de los siglos;
Como nos lo ha ofrecido y cada da se nos recuerda por tus inspirados servidores,
instructores nuestros.
Aleja de nosotros, Seor, Dios de bondad y de misericordia, toda idea de satisfacc
in propia; haz que en cuanto hagamos y se nos conceda, ni se mezclen, ni mucho me
nos prevalezcan, ideas ni sentimientos de vanidad ni inters alguno que no sea dig
no, sino que sirva para confortar nuestra fe, abrir nuestro corazn y ensanchar nu
estro entendimiento, a fin de que seamos digno depsito de virtud y de doctrina;
Con que ayudar a todos a creer y proclamar que eres prvido, santo, misericordioso
, admirable y digno de toda veneracin y loa por los siglos, y conocido y glorific
ado por las criaturas todas que formaste, desde el sol de los soles, al insecto
ms humilde y al tomo ms incomprensible.
Dadnos, Seor, de tus dones, los que nos convengan, y que se haga siempre tu volun
tad; lo que pedimos de corazn con las palabras que nos dict el Divino Maestro.
Padre nuestro, etc.
Cancin a Mama Francisca
Siento una voz que me llama
de lo profundo del mar
y es la voz de una africana
que viene a elaborar;
y yo llamo a mi madre y no viene,
y yo llamo a mi padre y tampoco,
yo llamo a mi seres guas,
que vengan poquito a poco,
Mama Francisca te estoy llamando, hay Dios
Mama Francisca en nombre de Dios
Mama Francisca, Reina Africana
Reina Africana del Lucumi
AL FIN DE LA REUNION
Damos gracias a los buenos Espritus que han querido venir a comunicarse con nosot
ros; les rogamos que nos ayuden a poner en prctica las instrucciones que nos han
dado, y que hagan que en saliendo de aqu, cada uno de nosotros se sienta fortific
ado en la prctica del bien y del amor al prjimo.
Deseamos igualmente que estas instrucciones sean provechosas a los Espritus que s
ufren, ignorantes o viciosos, que hayan asistido a esta reunin, y sobre los cuale
s imploramos la misericordia de Dios.
Cancin al Congo
VOZ
Congo de Guinea soy
CORO
Soy
VOZ
Buenas noches criollo
CORO
Buenas noches criollo
VOZ
Yo dejo mi huesa all
Yo vengo hacer caridad
CORO
Yo dejo mi huesa all
Yo vengo hacer caridad
VOZ
Congo congito congo de verdad
T vas a la tierrahacer caridad
CORO
Congo congito congo de verdad
T vas a la tierra hacer caridad
VOZ
Yo dejo mi huesa all
Yo vengo hacer caridad
CORO
Yo dejo mi huesa aya
Yo vengo hacer caridad
VOZ
Pa que t me llamas
Pa que t me llamas
Si t no me conoces
CORO
Pa que t me llamas
Pa que t me llamas
VOZ
Si t no me conoces
Pa que t me llamas
CORO
Pa que t me llamas
Pa que t me llamas
VOZ
Si t no me conoces
Yo soy un negro congo
Pa que t me llamas
CORO
Pa que t me llamas
Pa que t me llamas
VOZ
Si t no me conoces
Yo vengo piango, piango
Pa que t me llamas
CORO
Pa que t me llamas
Pa que t me llamas
VOZ
Si t no me conoces
Yo vengo de los montes
Pa que t me llamas
CORO
Pa que t me llamas
Pa que t me llamas
VOZ
Si t no me conoces
Yo vengo derechito
Pa que t me llamas
CORO
Pa que t me llamas
Pa que t me llamas
VOZ
Si t no me conoces
Yo vengo a elaborar
Pa que t me llamas
CORO
Pa que t me llamas
Pa que t me llamas
Santa Clara
Oraciones a los 7 Arcngeles
Arcngel Miguel
El Arcngel Miguel incansable luchador contra el mal. Comanda huestes de ngeles cel
estiales para restablecer la paz y desterrar la maldad sobre la tierra.
En su lucha contra Satans, ste haciendo alarde de su poder enfrent a San Miguel gri
tando Quien como yo? a lo que el Arcngel de la luz le respondi Quin como Dios? por es
o su nombre: Miguel.
Su celebracin es el 29 de Septiembre.
Oracin
Arcngel Miguel, defindenos en la lucha, s nuestro amparo contra la perversidad y ac
echanzas del demonio. Que Dios humille su soberbia.
Y t Prncipe de la Milicia Celeste arroja al infierno a Satans y dems espritus maligno
s que vagan por el mundo para perdicin de las almas. Amn.
Arcngel Rafael
El Arcngel Rafael, es el protector de los enfermos, su auxilio esta en todo momen
to que haya enfermedad, dolor o afliccin. Protege a los matrimonios bendecidos y
cuida de la felicidad en los hogares. Sus ngeles rodean los centros de salud. El n
gel de la sancin.
Su celebracin es el 24 de Octubre.
Oracin
Glorioso Arcngel Rafael, medicina de Dios, que guiaste a . HYPERLINK "http://www.
ciudadfutura.com/angel/tobias.htm" .Tobas. en su viaje para cobrar la deuda de Ga
belo le preparaste un feliz matrimonio y devolviste la vista a su anciano padre,
guanos en el camino de la salvacin, aydanos en las necesidades haz felices nuestro
s hogares y danos la visin de Dios en el Cielo. Amen
Arcngel Gabriel
Gabriel, el ngel que anuncio a Maria su inmaculada concepcin, ayuda a las mujeres
para que queden embarazadas y protege sus meses de estacin. Rene y pacifica a las
personas distanciadas, torna apacible el hogar, interviene siempre que se lo inv
oque para apaciguar a las personas enojadas.
Su celebracin es el 24 de Marzo
ORACION
Oh. Dios, que entre todos los ngeles elegiste al Arcngel Gabriel para . HYPERLINK
"http://www.ciudadfutura.com/angel/anuncios.htm" anunciar. el misterio de tu Enc
arnacin; concdenos benignamente que los que celebramos su festividad en la tierra,
experimentemos su patrocinio en el cielo. Amn.
(Aqu se pide la gracia que se desea)
Arcngel Uriel
Uriel, el Arcngel que cuida las tierras y los templos de Dios. Su misin es la de a
lcanzar favores a los seres humanos que pasan por etapas de duros aprendizajes e
n el destino. Cuida de su integridad y alivia a quienes se fatigan con el trabaj
o diario.
Oracin
Oh. Dios que con inefable providencia te dignas enviar a tus santos ngeles para n
uestra guarda, accede a nuestros ruegos y haz que seamos siempre defendidos por
su proteccin Seor, que nos confas a tus ngeles para que nos guarden en todos nuestro
s caminos, concede propicio que por interseccin de tu glorioso Arcngel San Uriel n
os veamos libres de los peligros presentes y asegurados contra toda adversidad.
Glorioso Arcngel San Uriel, poderoso en fortaleza imploro tu continua custodia pa
ra alcanzar la victoria sobre todo mal espiritual o temporal. Protector mo concdem
e la gracia que te solicito (se pide la gracia deseada) si es conveniente para e
l bien de mi alma, acompame y gua todos mis pasos hasta alcanzar la vida eterna. Amn
.
Arcngel Shamuel
El Arcngel Shamuel brinda su apoyo hacia aquellas personas que se encuentran sola
s y con falta de amor y respeto.
Lleva compasivamente a las personas al reencuentro y la paz. Protege contra la e
nvidia y elimina toda sensacin de amargura.
Oracin
Amado Arcngel Shamuel, te amo y te bendigo. Y te ruego que me mantengas sellado e
n un pilar de llama rosa de amor y adoracin a Dios hasta que se haga contagiosa a
toda la vida que yo contacte hoy y siempre.
Te doy las gracias! Amen.
Arcngel Zadkiel
La influencia de Zadkiel se hace sentir en el momento en que estamos transitando
por situaciones penosas, ya que su misin es la de alcanzarnos el perdn y llevar n
uestras cargas espirituales. Desata nuestros encadenamientos que impiden nuestra
realizacin en el amor y la verdad.
Oracin
Oh! Seor, acudimos confiados a Tu Divina potestad para que en merito a Tu infinita
muestra de amor de Padre y Protector dispongas que el Arcngel Zadkiel proteja co
mo, ayer, hoy y siempre a la indefensa humanidad, especialmente a los nios.
Que el espritu maligno sea definitivamente aniquilado y que el amor reine entre n
osotros as como Tu amor se nos manifiesta pleno e inagotable. Amen.
Arcngel Jofiel
El Arcngel Jofiel, uno de los siete arcngeles que estn en presencia de Dios desde l
a Creacin. Se invoca su proteccin en momentos en que necesitamos claridad mental,
iluminacin y estabilidad.
Oracin
Oh! Sabio, radiante, esplendente, amado Arcngel Jofiel, nuestras mentes y corazone
s estn vidos de penetrar en los laberintos insondables, misteriosos de la sublime
ciencia del conocimiento de la divinidad, de la potestad, del espritu del Seor Dio
s que nos cre, que nos gua y nos ama desde la cuna al atad.
T, amadsimo Arcngel Jofiel, ilumina nuestra senda con la luz de la eterna sabidura,
lbranos de la amenaza de la duda y la incomprensin, nutre nuestro espritu con la cu
ota indispensable de sabidura que nos conduzca seguros al edn prometido a los just
os. Amen.
ngel Guardin
La celebracin de los Santos ngeles Custodios es el 2 de Octubre.
La iglesia los honra con un homenaje por tan digna tarea que llevan a cabo. Ello
s son los encargados de velar y cuidar en todo momento de la persona a quien han
sido designados como sus protectores. El ngel de la guarda es un ser inteligente
dotado de gran pureza y oficia de puente entre Dios y su custodiado. Hnralo en s
u da!!! Dedcale una oracin de agradecimiento por cuidarte.
Oracin
Santo ngel, mi gua celestial, a quien tantas veces he entristecido con mis pecados
. No me abandones. Te lo ruego.
En medio de los peligros, no me retires tu apoyo.
No me pierdas de vista ni un solo instante, sino que tus amables inspiraciones d
irijan y fortifiquen mi alma, reanimen mi corazn desfallecido y casi apagado, por
que est sin amor: comuncale alguna chispa de las llamas suaves y puras que te abra
san, a fin de que cuando llegue el trmino de esta vida pueda en tu compaa y la de t
odos los ngeles obtener la vida eterna y ver sin cesara Jess, amarlo, alabarlo y b
endecidlo. Amen.
Oracin dominical
Nota introductoria:
En algunas ocasiones, por no decir casi en todas ellas, cuando uno se sienta al
pide de la Bveda Espiritual, no sabe que rezar o que hacer, entonces recomiendo l
a lectura de la oracin dominical. Oracin que nos dio el Maestro Jess de Nazareth y
que tanto y tanto nos ensea a todo, pues en ella se encuentra respuesta a casi to
das las cosas y contrariedades de esta vida. La transcribo tal como la escribi Al
lan Kardec en su evangelio.
Prefacio.
Los espritus nos han recomendado que colocramos la oracin dominical al principio de
esta coleccin, no slo como oracin, sino como smbolo de todas las oraciones, es la q
ue colocan en primer lugar, sea porque viene del mismo Jess (San Mateo, Cp. VI, v.
de 9 a 13), sea porque pueda suplirlas a todas, segn el pensamiento que se une a
ellas. Es el ms perfecto modelo de concisin, verdadera obra maestra de sublimidad
es su sencillez.
En efecto, a pesar de su brevedad, resume todos los deberes del hombre para con
Dios, para consigo mismo y para con el prjimo: encierra una profesin de fe, un act
o de adoracin y de sumisin, la peticin de las cosas necesarias a la vida, y el prin
cipio de caridad.
Decirla a la intencin de alguno, es pedir para l lo que pediramos para nosotros mis
mos. Sin embargo, en razn mismo de su brevedad, el sentido profundo encerrado en
algunas palabras de las que se compone, pasa desapercibido para la mayor parte;
generalmente se dice sin dirigir el pensamiento sobre las aplicaciones de cada u
na de sus partes; se dice como una frmula cuya eficacia es .proporcionada al nmero
de veces que se repite; as es que casi siempre es el nmero cabalstico de "tres, si
ete, o nueve", sacados de la antigua creencia supersticiosa que atribua una virtu
d a los nmeros, y que se usaba en las operaciones de la magia. Para suplir el vaco
que la concisin de esta oracin deja en el pensamiento, segn el consejo y con la as
istencia de los buenos espritus, se ha aadido a cada proposicin un comentario que d
esarrolla su sentido y ensea sus aplicaciones. Segn las circunstancias y el tiempo
disponible, se puede decir la oracin dominical "sencillamente o comentariada".
Oracin
I. Padre nuestro que ests en los cielos, santificado sea el tu nombre!.
Creemos en vos, Seor, porque todo revela vuestro poder y vuestra bondad. La armona
del Universo atestigua una sabidura, una prudencia y una previsin tales, que sobr
epujan a todas las facultades humanas, el nombre de un ser soberanamente grande
y sabio est inscripto en todas las obras de la creacin, desde la hebra de la ms peq
uea planta y desde el ms pequeo insecto, hasta los astros que se mueven en el espac
io; en todas partes vemos la prueba de una solicitud paternal, por eso es ciego
el que no os reconoce en vuestras obras, orgulloso el que no os glorifica, e ing
rato el que no os da las gracias.
Vos habis hecho una ley expresa de la caridad; pero la caridad no consiste slo en
asistir a su semejante en la necesidad: consiste tambin en el olvido y en el perdn
de las ofensas. Con qu derecho reclamaramos vuestra indulgencia, si nosotros mismo
s faltsemos a ella con respecto a aquellos contra quienes tenemos motivos de quej
as?
Dadnos! Dios mo! la fuerza para ahogar en nuestra alma todo sentimiento, todo odio
y rencor; "haced que la muerte no nos sorprenda con un deseo de venganza en el c
orazn". Si hoy mismo os place el quitarnos la vida, haced que podamos presentarno
s a vos puros de toda animosidad, a ejemplo de Cristo, cuyas ltimas palabras fuer
on de clemencia para sus verdugos. (Cp. X).
Las persecuciones que nos hacen sufrir los malos, son parte de nuestras pruebas
y debemos aceptarlas sin murmurar, como todas las otras pruebas, y no maldecir a
aqullos que con sus maldades nos facilitan la senda de la felicidad eterna, pues
vos nos habis dicho por boca de Jess: "Felices los que sufren por la justicia!". B
endigamos, pues, la mano que nos hiere y nos humilla, porque las heridas del cue
rpo nos fortifican nuestra alma y seremos levantados de nuestra humildad. (Cp. XI
I, nm. 4).
Bendito sea vuestro nombre, Seor, por habernos enseado que nuestra suerte no est ir
revocablemente fijada despus de la muerte, y que encontraremos en otras existenci
Torna
hacia
no me
entre
Y siguiendo mi rumbo,
he tenido hasta el descaro
de burlarme de aquel far
que puerto me design;
Yo te prometo, Dios mo,
no burlarme de esa luz
que brilla sobre la cruz
por el hijo de tu amor.
iOh! T, padre de mi alma
que escuchas al afligido,
y me ves arrepentido
de lo que mi vida fue;
Slvame, Dios mo, slvame,
y dame, antes que de cuenta,
para que yo me arrepienta,
el tiempo preciso: Amn.
Contemplacin
Dios omnipotente, voluntad sublime y viviente que no hay palabras para expresarl
a que ninguna idea puede abrazar; podemos, sin embargo, elevar nuestro corazn hac
ia Ti porque a Ti estamos unidos. Tu voz se hace or dentro de nosotros; en Ti lo
incomprensible, nuestra propia naturaleza y el mundo entero nos son inteligibles
; cada enigma de nuestra existencia est resuelto y en nuestra alma reina una perf
ecta armona. T creaste en nosotros la conciencia de nuestro deber y la de nuestro
destino en la serie de los seres razonables. Cmo? Lo ignoramos. Pero acaso tenemos
necesidad de saberlo? Lo que sabemos es que T conoces nuestros pensamientos y ace
ptas nuestras buenas intenciones, y la contemplacin de tus relaciones con nuestra
brigo de vuestros techos; juego con la ligera brisa que acaricia vuestros cabell
os; derramo a vuestros pies los perfumes suaves de las flores de vuestros jardin
es, y casi nunca ocupis vuestro pensamiento con esta amiga que tan sincera os es.
No la rechacis; es la Esperanza.
Tomo todas las formas para acercarme a vosotros: soy la estrella que brilla en e
l azul del cielo, el caliente rayo del sol que os vivifica; yo os entretengo por
las noches con sueos festivos; alejo de vosotros el negro cuidado y los pensamie
ntos sombros; guo vuestros pasos por el sendero de la virtud; os acompao en vuestra
s visitas a los pobres, a los afligidos, a los moribundos, y os inspiro las pala
bras afectuosas que les consuelan. No me rechacis; yo soy la Esperanza.
Soy la Esperanza! Yo soy la que en el invierno hago crecer en la corteza de las e
ncinas el musgo espeso en donde los pajarillos construyen su nido; soy la que en
la primavera corona el manzano y el almendro de blancas y rosadas flores, y las
esparzo sobre la tierra como alfombra celeste que hace aspirar a los mundos fel
ices. Sobre todo, yo estoy con .vosotros cuando estis pobres y enfermos, mi voz s
uena sin cesar en vuestros odos, no me rechacis; yo soy la Esperanza.
Me rechacis, porque el ngel del Desespero me hace una guerra encarnizada y agota s
us esfuerzos para tomar mi puesto al lado de vosotros; no siempre soy la ms fuert
e y, cuando consigue que me aleje, os rodea con sus fnebres alas, desva vuestros p
ensamientos de Dios y os conduce al suicidio; unos a m para alejar su funesta infl
uencia y dejaos mecer dulcemente en mis brazos, porque yo soy la Esperanza.
La Caridad
Soy la Caridad; s, la verdadera Caridad; en nada me parezco a la caridad que voso
tros practicis. La que ha usurpa- do mi nombre entre vosotros, es fantstica, capri
chosa, exclusiva, orgullosa, y vengo a precaveros contra los defectos que empaan,
a los ojos de Dios, el mrito y el resplandor de sus buenas acciones. Sed dciles a
las lecciones que el Espritu de la verdad os da por mi voz; seguidme los que me
sois fieles: yo soy la Caridad.
Seguidme; yo conozco todos los infortunios, todos los dolores, todos los sufrimi
entos, todas las aflicciones que asedian a la humanidad. Soy la madre de los hurf
anos, la hija de los ancianos, la protectora y el sostn de las viudas; curo las l
lagas infectadas; cuido todas las enfermedades; doy vestido, pan y abrigo a los
que no lo tienen; subo hasta las ms miserables buhardillas; voy a la humilde poci
lga; llamo ala puerta de los ricos y de los poderosos, porque, por donde quiera
que viva una criatura humana, hay bajo el velo de la felicidad, amargos y punzan
tes dolores. Oh! Cun grande es mi tarea! no basto a llenarla sino vens en mi ayuda;
venid a m; yo soy la Caridad.
No guardo preferencia a nadie; jams digo a los que me necesitan: Tengo mis pobres
; dirigos a otra parte. Oh falsa caridad, qu dao haces! Amigos, nos debemos a todos;
creedme, no rehusis vuestra asistencia a nadie, socorred a los unos ya los otros
con bastante desinters para no exigir ningn reconocimiento de parte de los que ha
bris socorrido; la paz del corazn y de la conciencia es la dulce recompensa de mis
obras: yo soy la verdadera Caridad.
Nadie en la tierra conoce el nmero y la naturaleza del bien que yo hago; slo la fa
lsa caridad hiere y humilla al que consuela. Guardaos de este funeste extravo: la
s acciones de esta clase no tienen ningn mrito delante de Dios, y llaman sobre vos
otros su clera. Slo El debe conocer los generosos rasgos de vuestros corazones cua
ndo os hacis los tributarios de sus beneficios. Guardaos, pues, amigos, de dar pu
blicidad a la prctica de la asistencia mutua, no le deis tampoco el nombre de la
limosna; creedme, yo soy la Caridad.
Tengo que consolar a tantos desgraciados, que muy a menudo se me quedan los pech
os y las manos vacas; vengo a deciros que espero de vosotros. El Espiritismo tien
e por divisa: Amor y Caridad, y todos los verdaderos espiritistas querrn conformars
e a este sublime precepto, predicado por Cristo hace ya dieciocho siglos. Seguid
me, pues, hermanos; yo os conducir al reino de Dios nuestro Padre: yo soy la Cari
dad.
Ahora vienen unas oraciones para diferentes cosas o peticiones y porque no, para
diferentes ocasiones.
Oraciones Varias Despus de la Muerte
Dios mo, T que eres grande, T que eres el todo, deja caer sobre m, pequeo, sobre m que
no existo sino porque T lo has querido, un rayo de tu luz. Haz que penetrado de
tu amor, encuentre el bien fcil, el mal odioso; que animado por el deseo de agrad
arte, mi espritu venza los obstculos que se oponen al triunfo de la verdad sobre e
l error, de la fraternidad sobre el egosmo; haz que en cada compaero de pruebas ve
a un hermano, como T ves un hijo en cada uno de los seres que emanan de Ti y debe
n volver a Ti. concdeme el amor al trabajo, que es el deber de todos en la tierra
, y con el auxilio de la antorcha que has puesto a mi alcance, hazme ver las imp
erfecciones que retardan mi adelantamiento en esta vida y en la otra. (Oracin indi
ta, dictada por medio de la mesa, por el espritu de Jernimo de Praga, a un grupo d
e obreros).
Dios en la Naturaleza
Nota: Esta oracin es una de las preferidas mas, junto con la anterior.
Oh misterioso Desconocido! exclam: Ser grande! Ser inmenso! Qu somos nosotros? Supremo
autor de la armona! Quin eres T, si tu obra es tan grande? Pobres mitas humanas que c
reen conocerte! Oh Dios! Oh Dios! tomos, nadas! Cun pequeos somos! Cun pequeos somo
Cun grande eres T! Quin, pues, se atrevi a nombrarte por la vez primera? Quin fue el
ulloso insensato que por la primera vez pretendi definirte! Oh Dios! Oh mi Dios! Tod
o poder y todo ternura! inmensidad sublime e inconocible!
Y qu nombre dar a los que os han negado, a los que no creen en Vos, a los que vive
n fuera de vuestro pensamiento, a los que nunca han sentido vuestra presencia; Oh
Padre de la naturaleza! Oh! Te amo! Te amo! Causa soberana y desconocida. Ser que
no puede nombrar ninguna palabra humana, yo os amo, Oh divino Principio! pero soy
tan pequeo que no s si me escucharis...
S! T me oyes, Oh Criador! T que das a la florecilla de los campos su belleza y su perf
ume! La voz del Ocano no cubre la ma, y mi pensamiento sube hasta
Ti, Oh Dios mo! con la oracin de todos.
Oracin para resistir una tentacin
Dios Todopoderoso, no me dejis sucumbir a la tentacin que tengo de cometer una fal
ta.
Espritus buenos que me protegis, desviad de m este pensamiento malo y dadme fuerza
para resistir a la sugestin del mal. Si sucumbo, habr merecido la expiacin de mi fa
lta, tanto en esta vida como en la otra, porque soy libre de elegir.
Oracin para corregirse de un defecto
Dios mo, vos me habis dado la inteligencia necesaria para distinguir el bien del m
al; as, pues, desde el momento en que reconozco que una cosa es mala, soy culpabl
e, porque no me esfuerzo en rechazarla.
Preservadme del orgullo que podra impedirme el ver mis defectos, y de los malos e
spritus que podran excitarme a perseverar en ellos.
Entre mis imperfecciones, reconozco que particularmente estoy inclinado a... y s
i no resisto a esta tentacin es por la costumbre que tengo de ceder a ella.
Vos me habis creado culpable, porque sois justo; pero me habis creado con una apti
tud igual tanto para el bien como para el mal. Si he seguido el mal camino es po
r efecto de mi libre albedro. Pero, por la misma razn que he tenido la libertad de
hacer mal, tengo tambin la de hacer bien y cambiar de camino.
Mis defectos actuales son un resto de las imperfecciones de mis precedentes exis
tencias: este es mi pecado original, del que puedo despojarme por mi voluntad y
con la asistencia de los buenos espritus.
Espritus buenos que me protegis, y vos sobre todo, mi ngel guardin, dadme fuerza par
a resistir a las malas sugestiones y salir victorioso de la lucha.
Los defectos son barreras que nos separan de Dios, y cada uno que se domina es u
n paso en cl camino del adelantamiento que debe acercarme a El.
El Seor, en su infinita misericordia se ha dignado concederme esta existencia par
a que sirva a mi adelantamiento; espritus buenos, ayudadme para que la emplee bie
n, con el fin de que no sea una existencia perdida para m, y para que cuando Dios
quiera quitrmela, salga mejor que cuando en ella entr. (Cp. V, nm. 5; Cp. XVII, nm. 3
.)
Accin de gracias por una victoria obtenida contra una tentacin
El que ha resistido a la tentacin, lo debe a la asistencia de los buenos espritus
cuya voz ha escuchado. Debe dar gracias de ello a Dios y a su ngel guardin.
Oracin.
Dios mo, os doy gracias por haberme permitido salir victorioso de la lucha que ac
abo de sostener contra el mal; haced que esta victoria me d fuerza para resistir
las nuevas tentaciones.
Y a vos, mi ngel guardin, os doy las gracias por la asistencia que me habis dado. Q
ue mi sumisin a vuestros consejos me haga digno de continuar en vuestra proteccin.
Para pedir un consejo
Cuando estamos indecisos en hacer una cosa, ante todo, debemos hacernos estas pr
eguntas:
1 Lo que pretendo hacer, puede recaer en perjuicio de otro?
2 Puede ser de utilidad para alguno?
3 Si otro hiciera esto con respecto a m, quedara yo satisfecho?
Si esta cosa slo interesa a s mismo, est permitido pesar las ventajas y los inconve
nientes personales que de ella pueden resultar.
Si interesa a otro, y haciendo bien para uno pueda resultar mal para otro, es me
nester igualmente pesar la suma del bien y del mal para obrar en consecuencia.
En fin, aun para las cosas mejores, es menester considerar la oportunidad y las
circunstancias accesorias, porque una cosa buena por s misma puede tener malos re
sultados en manos inhbiles y si no se hace con prudencia y circunspeccin. Antes de
emprender una cosa conviene consultar las propias fuerzas y los medios de ejecu
cin.
En todos los casos se puede siempre reclamar la asistencia de los espritus protec
tores recordando esta saba mxima: "En la duda, abstente". (Cp. XXVIII, nm. 38.)
Oracin.
En nombre de Dios Todopoderoso, espritus buenos que me protegis, inspiradme para q
ue tome una buena resolucin en la incertidumbre en que me encuentro. Dirigid mi p
ensamiento hacia el bien y desviad la influencia de aquellos que intentasen sepa
Oracin
Dios Todopoderoso, y vos, mi ngel de la guarda; socorredme! Si debo sucumbir, que
se haga la voluntad de Dios. Si me salvo, que en el resto de mi vida repare el m
al que he hecho y del que me arrepiento.
Accin de gracias despus de haber salido del peligro
Por el peligro que hemos corrido, Dios nos ensea que de un momento a otro podemos
ser llamados a dar cuentas del empleo que hemos hecho de la vida; de este modo
nos advierte para que nos reconcentremos y nos enmendemos.
Oracin
A vos, Dios mo, y a vos, mi ngel de la guarda, os doy las gracias por el socorro q
ue me habis enviado cuando el peligro me amenazaba. Que este riesgo sea para m un
aviso que me ilumine sobre las faltas que han podido conducirme a l.
Comprendo, Seor, que mi vida est en vuestras manos, y que podis quitrmela cuando bie
n os parezca. Inspiradme, por los buenos espritus que me asisten, el pensamiento
de emplear tilmente el tiempo que me permitis estar an en este mundo.
ngel custodio, sostenedme en la resolucin que tomo de reparar mis agravios y de ha
cer todo el bien que de m dependa, con el fin de llegar con menos imperfecciones
al mundo de los espritus cuando quiera Dios llamarme
Cuando se prev una muerte prxima
La fe en el porvenir, la elevacin del pensamiento, durante la vida, hacia los des
tinos futuros, ayudan al pronto desprendimiento del espritu debilitando los lazos
que le retienen al cuerpo; y muchas veces no se ha concluido an la vida del cuer
po, cuando el alma impaciente ha remontado el vuelo hacia la inmensidad. Lo cont
rario sucede al hombre que concentra todos sus pensamientos en las cosas materia
les, pues los lazos son tenaces, la separacin es penosa y dolorosa y el despertar
de ultratumba est lleno de turbacin y de ansiedad.
Oracin
Dios mo, yo creo en vos y en vuestra bondad infinita; por esto no puedo creer que
dierais la inteligencia al hombre para conoceros y la aspiracin al porvenir para
sumergirle despus en la nada.
Creo que mi cuerpo es slo la envoltura perecedera de mi alma, y que cuando haya c
esado de vivir, me despertar en el mundo de los espritus.
Dios todopoderoso, siento romperse los lazos que unen mi alma al cuerpo, y muy p
ronto voy a dar cuenta del empleo hecho de la vida que dejo.
Voy a sufrir las consecuencias del bien o del mal que hice; all no hay ilusiones,
no hay subterfugio posible; todo mi pasado va a desenvolverse delante de m, y se
r juzgado segn mis obras.
Nada me llevar conmigo de los bienes de la tierra: honores, riquezas, satisfaccio
nes de vanidad y orgullo, todo lo que pertenece al cuerpo, en fin, va a quedar a
qu en la tierra; ni el menor tomo me seguir y nada de todo esto me servir de socorro
en el mundo de los espritus. Slo llevar conmigo lo que pertenece al alma, es decir
, las buenas y las malas cualidades, que se pesarn en la balanza de una rigurosa
justicia, y ser juzgado con tanta ms severidad cuantas ms ocasiones habr tenido de h
acer el bien y no lo habr hecho.
Dios de misericordia, que mi arrepentimiento llegue hasta vos! Dignaos extender s
obre m vuestra indulgencia.
Si os pluguiese prolongar mi existencia, que sea el resto para reparar, tanto co
S que buenos espritus y mi ngel guardin estn aqu, cerca de m, para recibirme, y que de
tro de poco les ver como ellos me ven. S que volver a encontrar a los que he amado
en la tierra, "si lo he merecido", y los que dejo vendrn a unirse conmigo para qu
e un da estemos juntos para siempre, y que mientras tanto, podr venir a visitarles
.
S tambin que voy a encontrar a los que he ofendido; les ruego que me perdonen lo q
ue puedan reprocharme mi orgullo, mi dureza, mis injusticias, y que no me confun
dan de vergenza con su presencia.
Perdono a todos los que me han hecho o han querido hacerme mal en la tierra, no
les conservo mala voluntad y ruego a Dios que les perdone.
Seor, dadme fuerzas para dejar sin pesar los goces groseros de este mundo, que na
da son al lado de los goces puros del mundo en que voy a entrar. All, para el jus
to, ya no hay tormentos, sufrimientos, ni miserias; slo sufre el culpable, pero l
e queda la esperanza.
Buenos espritus, y vos, mi ngel de la guarda, haced que no flaquee en este momento
supremo; haced que resplandezca a mis ojos la luz divina para que reanime mi fe
, si llegase a vacilar.
En el momento de dormirse
El sueo es el descanso del cuerpo, pero el espritu no tiene necesidad de este desc
anso. Mientras que los sentidos se adormecen, el alma se desprende en parte de l
a materia, y goza de las facultades de espritu. El sueo se le ha dado al hombre pa
ra reparar las fuerzas orgnicas y las fuerzas morales. Mientras el cuerpo recobra
los elementos que ha perdido por la actividad de la vigilia, el espritu va a for
talecerse entre los otros espritus: con lo que ve, con lo que oye, y con los cons
ejos que se le dan, adquiere ideas, que vuelve a encontrar al despertar en estad
o de intuicin; es el regreso temporal del desterrado a su verdadera patria; es co
mo el preso a quien se pone en libertad momentneamente.
Pero suele suceder, como con el preso, que el espritu no siempre saca provecho de
este momento de libertad para su adelantamiento; si tiene malos instintos, en v
ez de buscar la compaa de los buenos espritus busca la de sus semejantes, y va a lo
s lugares en donde puede dar curso a sus inclinaciones.
El que est penetrado de esta verdad, que eleve su pensamiento en el momento que q
uiera dormirse; que recurra a los consejos de los buenos espritus y de aquellos c
uya memoria le es grata, a fin de que vengan a reunirse a l en el corto intervalo
que se le concede, y al despertarse se encontrar ms fuerte contra el mal y tendr ms
valor contra la adversidad.
Oracin
M alma va a encontrarse un instante con los otros espritus. Que vengan los buenos
y me ayuden con sus consejos. ngel de la guarda, haced que al despertar conserve
de ello una impresin saludable y duradera.
Oraciones para otra persona
Para los que estn en la afliccin
Si est en el inters del afligido que su prueba siga su curso, no se abreviar por nu
estra demanda; pero sera impiedad el desanimarse porque la splica no sea atendida;
adems, en defecto de la cesacin de la prueba, se puede esperar obtener algn otro c
onsuelo que atempere la amargura lo que es verdaderamente til para el que sufre,
es el valor y la resignacin, sin lo cual lo que sufre es sin provecho para l, porq
ue estar obligado a empezar de nuevo la prueba. Con este objeto, pues, es meneste
r dirigir todos los esfuerzos sea llamando a los buenos espritus en su ayuda, sea
aumentando uno mismo la moral del afligido por medio de consejos y animndole, se
a, en fin, asistindole materialmente si se puede. La oracin en este caso, puede ad
ems, tener un efecto directo, dirigiendo sobre la persona una corriente fludica co
n la mira de fortificar su moral.
Oracin
Dios mo, cuya bondad es infinita, dignaos aliviar la amarga posicin de N... si tal
es vuestra voluntad. Espritus buenos, en nombre de Dios todopoderoso, os suplico
que le asistis en sus aflicciones, si algo puede hacerse en inters suyo, hacindole
comprender que son necesarias para su adelantamiento. Dadle confianza en Dios y
en el porvenir, y se le harn menos duras. Dadle tambin fuerza para que no sucumba
a la desesperacin; porque perdera el fruto y hara que su posicin futura fuera ms pen
osa. Conducid mi pensamiento hacia l y que le ayude a sostener su nimo.
Accin de gracias por un favor concedido a otro
El que no est dominado por el egosmo se alegra del bien del prjimo, aun cuando no l
o haya solicitado por la oracin.
Oracin
Dios mo, bendito seis por la felicidad que habis concedido a
aced que vea en ella un efecto de la bondad de Dios. Si el bien
e es una prueba, inspiradle el pensamiento de que haga de l un
que le sirva de vanidad, con el fin de que este bien no sea en
n el porvenir.
Las oraciones que parten del corazn, resuenan alrededor del espritu, cuyas ideas e
stn an confusas, como las voces amigas que nos sacan del sueo.
Oracin
Dios Todopoderoso, que vuestra misericordia se extienda sobre esa alma que acabis
de llamar a Vos! Que las pruebas que ha sufrido en esta vida le sean tomadas en c
uenta, y nuestras oraciones puedan aliviar y abreviar las penas que tenga an que
sufrir como espritu!
Espritus buenos que habis venido a recibirle, y sobre todo vos, su ngel de la guard
ia, asistidle para ayudarle a despojarse de la materia; dadle la luz y la concie
ncia de si mismo con el fin de sacarle de la turbacin que acompaa al trnsito de la
vida corporal a la vida espiritual. Inspiradle el arrepentimiento de las faltas
que haya cometido y el deseo de que le sea permitido el repararlas para activar
su adelantamiento hacia la vida de eterna bienaventuranza.
N... acabas de entrar en el mundo de los espritus, y sin embargo ests presente ent
re nosotros; nos oyes y nos escuchas, porque no hay ms diferencia entre t y nosotr
os que el cuerpo perecedero que acabas de dejar y que muy pronto ser reducido a p
olvo.
Has dejado la grosera envoltura sujeta a las vicisitudes y a la muerte y slo cons
ervas la envoltura etrea, imperecedera e inaccesible a los sufrimientos. Si no vi
ves ya por el cuerpo, vives de la vida de los espritus, y esta vida est exenta de
las miserias que afligen a la humanidad.
Tampoco tienes el velo que oculta a nuestros ojos los resplandores de la vida fu
tura; de hoy en adelante podrs contemplar nuevas maravillas, mientras que nosotro
s estamos an sumergidos en las tinieblas.
Vas a recorrer el espacio y visitar los mundos con toda libertad, mientras que n
osotros nos arrastramos penosamente sobre la tierra, en la que nos retiene nuest
ro cuerpo material, semejante para nosotros a una carga muy pesada.
El horizonte del infinito va a desarrollarse delante de ti, y en presencia de ta
nta grandeza comprenders la voluntad de nuestros deseos terrestres, de nuestras a
mbiciones mundanas y de nuestros goces ftiles de que los hombres hacen sus delici
as.
La muerte es slo para los hombres una
de el lugar del destierro en donde nos
deberes que tenemos que cumplir en la
hasta el momento en que se nos permita
n los que te han precedido.
Espritus buenos cuya voz ha desconocido, de aqu en adelante quiere escucharos; per
mitid que pueda entrever la felicidad de los elegidos del Seor, con el fin de que
persista en el deseo de purificarse para conseguirla; sostenedle en sus buenas
resoluciones y dadle fuerza para resistir sus malos instintos.
Espritu de N..., os felicitamos por vuestra conversin, y damos gracias a los bueno
s espritus que os han ayudado.
Si antes os complacais en el mal es porque no comprendais cun dulce es el goce de h
acer el bien; os considerabais tambin demasiado bajo para poder conseguirlo; pero
desde el instante en que habis puesto el pe en el buen camino, una nueva luz ha b
rillado para vos; habis empezado a disfrutar de una felicidad desconocida, y la e
speranza ha entrado en vuestro corazn. Es que Dios escucha siempre la oracin del p
ecador arrepentido y no rechaza a ninguno de los que vienen a El.
Para volver a entrar completamente en la gracia del Seor, aplicaos, desde hoy en
adelante, no slo a no hacer el mal, sino a hacer el bien, y sobre todo a reparar
el mal que habis hecho; entonces habris satisfecho a la justicia de Dios; cada bue
na accin borrar una de vuestras faltas pasadas.
El primer paso est dado; cuanto ms avanzareis, tanto ms fcil y agradable os ser el ca
mino. Perseverad, pues, y un da tendris la dicha de contaros entre los espritus bue
nos y felices.
Para los espritus endurecidos
Seor, dignaos mirar bondadosamente a los espritus imperfectos que aun estn en las t
inieblas de la ignorancia y os desconocen, y particularmente al de N...
.Espritus buenos, ayudadnos para que le hagamos comprender que induciendo a los h
ombres al mal, obcecndoles y atormentndoles, prolonga sus propios sufrimientos; ha
ced que el ejemplo de la felicidad que vosotros gozis sea un estimulo para l.
Espritu que an te complaces en el mal, acabas de or la oracin que hacemos por ti; es
to debe probarte que deseamos hacerte bien aunque t hagas mal.
Eres desgraciado porque es imposible ser feliz siendo malo Por qu, pues, te detien
es en este estado, cuando de ti depende salir de l? Echa una mirada sobre los bue
nos espritus que te rodean; mira cun felices son, y si no sera mucho ms agradable pa
ra ti el gozar de la misma felicidad.
Dirs que te es imposible, pero nada hay imposible para el que quiere, porque Dios
te ha dado, como a todas sus criaturas, la libertad de elegir entre el bien y e
l mal, es decir, entre la felicidad y la desgracia; nadie est condenado al mal. S
i tienes la voluntad de hacer este ltimo, podras tambin tener la de hacer el bien y
ser feliz.
Vuelve tus ojos hacia Dios, elvate un slo momento hacia El con el pensamiento, y u
n rayo de su luz divina te iluminar. Di con nosotros esas sencillas palabras: Dio
s mo, me arrepiento, perdname! Prueba arrepentirte y hacer bien en vez de hacer ma
l, y vers cmo al mismo tiempo se extender sobre ti, su misericordia, y un bienestar
desconocido vendr a reemplazar las angustias que sufres.
Una vez que hayas dado un paso en el buen camino, el resto te ser fcil. Entonces c
omprenders cunto tiempo has perdido por tu culpa para alcanzar tu felicidad; pero
un porvenir radiante y lleno de esperanza se abrir delante de ti, y te har olvidar
tu miserable pasado lleno de turbacin y de tormentos morales, que para ti seran e
l Infierno, si hubiesen de durar eternamente. Vendr da en que esos tormentos sern t
ales que quisieras a todo precio hacerlos cesar; pero cuanto ms esperares ms difcil
te ser. No creas que permanezcas siempre en este estado; no, es imposible; tiene
o han hecho es porque l (o ella) deba sufrir esta prueba. Pero cuando esta prueba
se concluya, os quitarn toda accin sobre l; el mal que le habis hecho, en vez de hac
erle dao, servir para su adelantamiento, por lo mismo ser ms feliz; de este modo vue
stra maldad habr sido una pura prdida para vos y se volver contra vos mismo.
Dios, que todo lo puede, y los espritus superiores sus delegados, que son ms poder
osos que vos, podrn, pues, poner trmino a esta obsesin cuando lo quieran, y vuestra
tenacidad se estrellar contra esa suprema autoridad. Pero lo mismo que Dios es b
ueno, quiere dejaros el mrito de que cesis por vuestra propia voluntad. Este es un
plazo que seos concede; si no os aprovechis de l sufriris sus deplorables consecue
ncias; grandes castigos y crueles sufrimientos os esperan; os veris forzado a imp
lorar su piedad y las oraciones de vuestra vctima, que ya os perdona y ruega por
vos, lo que es un gran mrito a los ojos d Dios, activar su liberacin.
Reflexionad, pues, mientras hay tiempo aun, porque la Justicia de Dios caer sobre
vos, como sobre todos los espritus rebeldes. Pensad que el mal que hacis en este
momento tendr un trmino, mientras que si os obstinis en vuestro endurecimiento, vue
stros sufrimientos aumentarn sin cesar.
Cuando estabais en la tierra, no os hubiera parecido estpido el sacrificar un gran
bien por una pequea satisfaccin del momento? Lo mismo sucede ahora que sois esprit
u. Qu ganis con lo que hacis? El triste placer de atormentar a alguno, lo que no os
impide ser desgraciado, por ms que digis, y os har ms desgraciado aun.
Por otra parte, ved lo que perdis, mirad a los buenos espritus que os rodean, y ve
d si su suerte no es, acaso, preferible a la vuestra. Participaris de la felicida
d que ellos gozan cuando lo queris. Qu es menester para conseguirlo? Implorarlo a D
ios, y hacer el bien en vez de hacer el mal. Ya s que no podis transformaros de re
pente pero Dios no pide nada imposible; lo que quiere es la buena voluntad. Prob
adlo, pues, y os ayudaremos. Haced que bien pronto podamos decir por vos la orac
in de los espritus arrepentidos, y no tengamos que colocaros ms entre los espritus m
alos, hasta que ms adelante podis contaros entre los buenos.
Plegaria del Agradecido
Cmo pude, padre mo, desesperar en mi prueba!
Perdn! mi razn la lleva el pesar al desvaro.
Perdona, Seor, y atiende esta obra meritoria,
que yo grabo en mi memoria, de quien su mano me tiende.
Dulce impresin que yo abrigo en mi seno recogida,
sello que toda mi vida llevar siempre conmigo;
Dulce impresin que maana mi pecho, sagrario suyo,
quedar al regazo tuyo allende en vida cercana.
Escucha mi voz contrita, de mi pasado desvo,
escucha mi afn, Dios mo, en tu bondad infinita!
Oye la splica que yo te elevo en mi fervor,
por el alma que a tu amor vuela en alas de la fe.
Por ella te mando hoy, al consuelo que me envas,
las frvidas preces mas y las gracias que te doy.
Por ella ruego que presto cese, si es que le conviene,
la triste pena que tiene por su atraso.
...Canciones para cantar al pie de la Bveda Espiritual
Estas canciones, que en la primera edicin no estaban, me han sido remitidas por m
i madrina, Omi Diero, hija de Yamay. Tambin este es un espacio abierto a todos aqu
ellos que deseen mandar canciones, las cuales sern aadidas en nuevas versiones.
Oreen
Oreen, oreen, oreen, oreen,
Oreen hermanos mos oreen,
Oreen para ese ser.
Si
y,
yo
al
los seres,
los seres,
los seres,
nacin.
Gracias le damos,
gracias le damos,
gracias le damos,
al Divino Seor
Gracias, gracias,
gracias le damos,
al Divino Seor.
Con Dios empezamos y con Dios continuamos
Santa Clara
Santa Clara aclaradora,
aclara ese humilde ser,
que viene de los infinito,
buscando caridad.
Si a tu puerta llega
un ser pidiendo caridad,
no se la niegues hermano,
que Dios te la pagara.
Se repite
Ave Maria
Del cielo ha bajado,
la madre de Dios,
cantemos el Ave Maria
con amor, ave, ave, Ave maria.
ave, ave, ave Maria
Se repite
San Salvador
Bendcelo San Salvador,
San Salvador bendcelo,
bendcelo en nombre de Dios.
Hay bendcelo San Salvador,
San Salvador bendcelo
En nombre de Dios
Se puede aadir al final de cualquier canto o tambin cantarlo solo, se repite 2 3 v
eces.
Epilogo
Muchas ms oraciones se podran haber recopilado en este libro, pero esa no es la in
tencin a que va dedicada.
Va dedicada al uso frecuente al pie de la Bveda Espiritual, para tener unas oraci
ones a mano y no tener que buscar mucho. Los arreglos de esta 3 Edicin, han ido de
stinados a aadir unas canciones y al cambio de formato, para que sea aun mas mane
jable.
Os recomiendo la lectura del Libro de los Mdiums, El Evangelio segn el Espiritismo
y algn otro de Allan Kardec. En ellos encontrareis ms oraciones o fuentes de insp
iracin para poder crear algo, mas os digo que la mejor, la mas pura y la mas efic
iente de todas las oraciones, es el Padre Nuestro, dado por el mismo Maestro Jess
.