Crieemos Hijos Que Amen A Dios

Patrimonio
Espiritual
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Criemos hijos que amen a Dios
VODDIE T. BAUCHAM JR.

TYNDALE HOUSE PUBLISHERS, INC., CAROL STREAM, ILLINOIS
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Para Jasmine, Trey, Elijah, Asher, Judah, Micah y

las otras flechas por venir
Soli Deo Gloria!
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Patrimonio espiritual: Criemos hijos que amen a Dios
2010 por Voddie T. Baucham Jr.
Diseo de la portada por Beth Sparkman. Todos los derechos reservados.
Diseo: Beth Sparkman
Traduccin al espaol: Julio Vidal
Edicin del espaol: Mafalda E. Novella
Versculos bblicos sin otra indicacin han sido tomados de la Santa Biblia, Nueva Traduccin
Viviente, Tyndale House Foundation 2008, 2009, 2010. Usado con permiso de Tyndale House
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Versculos bblicos indicados con BLA han sido tomados de LA BIBLIA DE LAS AMRICAS ,
Copyright 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usado con permiso.
Originalmente publicado en ingls en 2007 como Family Driven Faith
2007 por Voddie T. Baucham Jr. / Copyright 2007 by Voddie T. Baucham Jr.
Publicado por Crossway Books / Published by Crossway Books
un ministerio editorial de Good News Publishers / a publishing ministry of Good News Publishers
Wheaton, Illinois 60187, EE. UU. / U.S.A.
ISBN 978-1-58134-929-0
Esta edicin fue publicado segn un acuerdo / This edition published by arrangement
con Good News Publishers. / with Good News Publishers.
Todos los derechos reservados. / All rights reserved.
Library of Congress Cataloging-in-Publication Data

Baucham, Voddie.
[Family driven faith. Spanish]
Patrimonio espiritual : criemos hijos que amen a dios / Voddie T. Baucham, Jr.
p. cm.
Includes bibliographical references (p.
).
ISBN 978-1-4143-3393-9 (sc)
1. ParentingReligious aspectsChristianity. 2. Child rearingReligious aspectsChristianity.
3. Christian educationHome training. I. Title.
BV4529.B37818 2010
248.845dc22
2010019712
Impreso en los Estados Unidos de Amrica
Printed in the United States of America
16 15 14 13 12 11 10
7 6 5 4 3 2 1
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Contenido
Introduccin v
El estado de las cosas
Un Dios sin rivales
Aprenda a amar
Entrguele su corazn
Ensee la Palabra en el hogar
Viva la Palabra en el hogar
Seale su hogar como territorio de Dios
Disfrute los dones sin olvidar al Dador
El prximo avivamiento: Est la iglesia preparada
para el patrimonio espiritual?
Una desviacin radical de la norma
Notas
Bibliografa recomendada
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Introduccin
Cualquiera que ltimamente haya estado prestando atencin se dar

cuenta de las estadsticas sorprendentes con respecto a los hijos cristianos que dejan la fe. Dependiendo del estudio, ya hemos perdido a
la gran mayora de los adolescentes criados en hogares evanglicos al
momento de terminar su primer ao en la universidad. No hace falta
ser un genio de las estadsticas para entender que algo est mal con la
manera en que formamos a nuestros hijos.
Lamentablemente, ninguno de nuestros intentos recientes para
detener la avalancha parece estar funcionando. Los estantes de las
libreras estn repletos de libros sobre mtodos nuevos e innovadores
sobre el ministerio juvenil. Otros dicen que la respuesta es captarlos
ms temprano y sentar una mejor base concentrndonos en el ministerio de los nios. Adems, otros creen que la respuesta es integrar las
dos reas de manera que la transicin sea ms fcil y est mejor coordinada. Este libro no propone ninguno de esos enfoques.
Creo que estamos buscando respuestas en los lugares equivocados. Nuestros hijos no estn desertando debido a que la iglesia est
haciendo un trabajo pobre (aunque esto es indudablemente un factor). Nuestros hijos estn desertando porque le estamos pidiendo a
la iglesia que haga el trabajo para el cual Dios dise a la familia. El
discipulado y la fidelidad multigeneracional comienzan y terminan en
el hogar. En el mejor de los casos, la iglesia tiene que jugar un papel
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PAT R I M O N I O E S P I R I T UA L
secundario en preparar al pueblo de Dios para que lleve a cabo la

obra de Dios (Efesios 4:12).
Por supuesto, la respuesta inmediata a mi afirmacin es el tan
conocido mantra: Eso suena bien, pero las familias simplemente no
estn haciendo lo que deberan hacer. He escuchado esto demasiadas
veces como para llevar la cuenta, y estoy completamente de acuerdo.
Sin embargo, me pregunto: por qu la iglesia no ha comenzado un
ministerio para poner nombres a los bebs de las familias que no le
ponen nombres suficientemente buenos, o un ministerio de lectura
de la Biblia por poder para los miembros que no pasan suficiente
tiempo con la Palabra? Tal vez porque estamos convencidos de que
pasar tiempo leyendo la Biblia es una tarea personal de los miembros,
y nuestro trabajo es ensearles, equiparlos y esperar que hagan lo que
la Biblia ensea en esta rea.
Este libro es una iniciativa para devolver la pelota al rea de la
familia y motivar, corregir, alentar y equipar a las familias para hacer
lo que Dios ordena con respecto a la prxima generacin. La Biblia es
clara sobre lo que Dios espera del hogar y de cmo tiene que ser llevado a cabo. Lamentablemente, la mayora de los cristianos no creci
en un hogar en el que se enseaban estas verdades. Por esto, continuamos repitiendo los pecados de los padres.
Quizs ayude al lector saber que tampoco me ensearon estas cosas
en mi hogar. De hecho, crec en un hogar no cristiano. Mis primeros
recuerdos religiosos son de la fe budista de mi madre. Adems, no
crec en un ncleo familiar conformado por dos padres. Fui criado por
una madre adolescente soltera que hizo lo mejor posible con lo que
tena al criarme en el rea sur y central de Los ngeles, infestada de
drogas e inundada de pandillas.
De hecho, ni mi esposa ni yo tenamos idea de cmo deba funcionar bblicamente una familia. Los dos provenamos de hogares
deshechos en los que nuestras madres fueron abandonadas y tuvieron
que valerse por s mismas en la ardua tarea de criar y formar hijos.
Adems, este patrn se ha repetido muy frecuentemente en nuestras
familias. La nuestra es la representacin misma de una disfuncin
multigeneracional sistemtica.
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VO D D I E B AU C H A M
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No escribo estas cosas para glorificar el pecado de nuestras familias.

De hecho, preferira no tener que admitir estas cosas. Adems, como
se puede imaginar, hay muchas personas en nuestras familias que se
han ofendido por el hecho de que yo comparta esa informacin tan
abiertamente. Sera mucho ms fcil caminar simplemente por la vida
actuando como si nuestra experiencia fuera completamente normal,
e incluso aceptable. Sin embargo, nada podra estar ms alejado de la
verdad. Aunque mi esposa y yo amamos y respetamos a las familias
que nos criaron y nos sustentaron, debemos ser honestos con respecto
al hecho de que nuestra crianza estuvo lejos de ser ideal.
No tengo la intencin de sugerir que provengo de una banda de
vndalos que odian la familia o que soy el nico hombre justo en
mi familia. Simplemente quiero que el lector sepa que Bridget y yo
comenzamos este proceso desde lo ltimo del pelotn. Y quiero que
sepa que no importa cun mala sea la situacin, usted puede romper
el ciclo y sentar las bases que cambiarn a su familia en las generaciones por venir. La Biblia es la Palabra de Dios, viviente y transformadora de vidas. Dios no nos ha abandonado para que deambulemos sin
rumbo fijo en la oscuridad tratando de descubrir cmo criar y discipular eficazmente a nuestros hijos. Si Dios puede ensearnos a los dos
a funcionar como esposo, esposa, madre y padre, l puede ensearle a
cualquiera.
Es mi oracin que al leer este libro, Dios abra sus ojos a las posibilidades increbles que existen al esforzarse por criar a sus hijos segn
la disciplina e instruccin del Seor. Habr momentos en los que va
a gritar amn y momentos en los que va a gritar ay! Sin embargo,
recuerde, yo no escribo la correspondencia; simplemente la reparto. Lo
que es ms importante, lleg a mi casa primero. Lo que sigue representa un sinnmero de verdades bblicas que aprendimos mediante
prueba y error al hacer lo mejor posible para criar una familia a la
manera de Dios en medio de una cultura (incluso en la iglesia) que se
ha apartado muy lejos del camino.
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EL ESTADO DE LAS COSAS
Son las diez. Sabe dnde estn sus hijos? Si usted es parte de la
generacin de mi mam, reconocer ese dicho. Probablemente lo escuch cada noche antes de mirar las noticias. La idea es bastante simple:
los padres deberan asegurarse de que sus hijos estn en casa a una
hora adecuada. Quin pondra eso en duda (aparte de un adolescente
que quiere volver tarde a casa)?
Hoy, deberamos preguntar esto de la siguiente manera: Sabe
dnde estn sus hijos espiritualmente? Conoce Juanito la Biblia?
Conoce Silvia la diferencia que hay entre virginidad y pureza? Estn
sus hijos en camino a una adultez cristiana responsable, o son parte de
una tendencia nueva y alarmante que muestra que la gran mayora de
los llamados hijos cristianos se aleja de la fe?
Cuando estaba escribiendo este libro, tuve el privilegio de predicar
una serie de sermones en Palm Beach Atlantic University. En el servicio
de la capilla, un jueves en la maana, prediqu un mensaje sobre la hombra bblica. Bsicamente, revis el pasaje de Efesios 5:25 y los versculos
subsiguientes desafiando a los jvenes, hombres y mujeres, a ponerse a la
altura del estndar bblico y a mantenerlo cuando piensen en casarse. Fue
una experiencia poderosa. Saba que haba tocado un tema delicado.
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Despus del mensaje, tuve la oportunidad de hablar con varios

estudiantes que nunca haban escuchado un desafo as. Incluso los
profesores y miembros del personal se me acercaron y dijeron: Ojal
mi padre hubiera compartido eso conmigo veinte aos atrs. Algunas
jovencitas me pidieron si poda hablar con ellas en privado. Algunos
jvenes comentaron: Usted realmente subi el listn. Se escuchaban
muchos comentarios en el campus.
Una joven, que obviamente estaba luchando con lo que haba
odo, se sent a mi lado durante el almuerzo, inhal profundamente
y comenz a compartir su historia desgarradora. Tena veintin aos,
cursaba el tercer ao y estaba lidiando con una relacin seria. Dijo que
amaba mucho a un joven, pero que l no cumpla con las cosas que
la Biblia enseaba claramente sobre cmo debe ser un futuro esposo.
Ella trataba de ocultar las lgrimas al preguntar: Qu voy a hacer?
Al indagar, descubr que haba estado saliendo con el joven por
ms de dos aos. Los dos lo tomaban muy seriamente, y aunque ella
no lo dijo, me hubiera sorprendido mucho si no estuvieran teniendo
relaciones sexuales. Obviamente, ella haba estado angustiada por el
futuro de esa relacin mucho antes de mi sermn, pero lo que escuch
esa maana la puso al borde de la desesperacin. Sin embargo, la relacin era tan seria y haba durado tanto que se preguntaba si necesitara
un grupo de apoyo para ayudarla a superarla. Le pregunt si conoca
a alguna mujer cristiana madura que pudiera ayudarla en ese tiempo
difcil, pero no conoca ninguna. Le pregunt si era parte de un grupo
de estudio bblico o un grupo celular; dijo que no. Le pregunt si asista a alguna iglesia; dijo que no.
Pas media hora con esta joven. Al final de la media hora, trat de
pensar en su situacin desde la perspectiva de un padre cuya hija es
apenas unos aos ms joven que esta muchacha. Mi corazn comenz
a quebrantarse inmediatamente. Esta joven con quien haba hablado
haba crecido en la iglesia. Provena de una buena familia. De hecho,
su familia estaba tan comprometida con ella y con su futuro que
la haba enviado a una universidad cristiana privada y costosa. Sin
embargo, unos pocos aos despus de dejar su hogar, ya no asista a
la iglesia, haba invertido dos aos en una relacin con un joven que
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tambin haba abandonado la iglesia y haba adquirido una cosmovisin que era cualquier cosa excepto bblica.
Lamentablemente, este no es un incidente aislado. Segn los
investigadores, entre 70 y 88 por ciento de los adolescentes cristianos
deja la iglesia al cursar el segundo ao de universidad.1 As es: el cristianismo estadounidense moderno tiene un ndice de fracaso de alrededor de ocho (casi nueve) de cada diez cuando se trata de criar hijos
que continen en la fe. Imagnese la alarma que se producira si casi
90 por ciento de nuestros hijos no supiera leer al egresar de la escuela
secundaria. No habra espacio suficiente en las reuniones de las juntas
directivas escolares para dar cabida a todos los padres furiosos.
Aunque estos nmeros son asombrosos, no deberan sorprendernos. En los ltimos aos varios investigadores han descubierto que la
gran mayora de los adolescentes que an asiste a la iglesia y se identifica como cristiana tiene creencias que mitigan sus afirmaciones. El
investigador George Barna, por ejemplo, descubri que 85 por ciento
de los adolescentes nacidos de nuevo no cree en la existencia de la
verdad absoluta.2 Ms de 60 por ciento estuvo de acuerdo con la frase:
nada se puede saber con certeza excepto las cosas que uno experimenta en su propia vida.3 Ms de la mitad de los encuestados crea
que Jess haba pecado durante su vida terrenal!
Christian Smith y su equipo de investigadores en University of
North Carolina de Chapel Hill llevaron a cabo el mayor estudio sobre
religin en los adolescentes hasta la fecha. Los resultados se publicaron en un libro llamado Soul Searching (Examen de conciencia).
La National Study of Youth and Religion (Investigacin Nacional
sobre Juventud y Religin) descubri que aunque los adolescentes
de Estados Unidos son muy religiosos, su religin es ambigua en su
mayor parte. Esta ambigedad se debe en gran medida a la falta de
tiempo y atencin que se le da a los asuntos espirituales en comparacin a otras actividades. Smith escribe:
Nuestra investigacin sugiere que las congregaciones
religiosas s salen perdiendo frente a la escuela y los medios
de comunicacin con respecto al tiempo y la atencin que les
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dedican los jvenes. Cuando se trata de la formacin de las

vidas de los jvenes, visto desde el punto de vista sociolgico,
las comunidades de fe obtienen un pequeo asiento al final de
la mesa por un perodo muy breve. La mesa de la formacin
de la juventud est dominada estructuralmente por actores
ms poderosos y ruidosos. Por consiguiente . . . la mayora de
los adolescentes conoce detalles de los personajes de televisin
y de las estrellas pop, pero muchos recuerdan vagamente
sobre Moiss y Jess. La mayora de los jvenes conoce bien
los peligros de conducir en estado de ebriedad, el SIDA
y las drogas, pero muchos no conocen para nada las ideas
fundamentales de su propia tradicin. Muchos padres tambin
claramente dan prioridad a los deberes escolares y a los deportes
sobre la asistencia a la iglesia o al grupo de jvenes.4
Consecuentemente, Smith y su equipo de investigadores descubri
que la mayora de los adolescentes estadounidenses parece adoptar
criterios bastante inclusivos, pluralistas e individualistas con respecto
a la verdad religiosa, los lmites de la identidad y la necesidad de una
congregacin religiosa.5 En otras palabras, la cultura del humanismo
secular parece haberse apropiado de los adolescentes cristianos.
Por lo tanto, no debera sorprendernos que los jvenes huyan de la
iglesia en masa. Por qu alguien permanecera fiel a una organizacin
con la que no est de acuerdo? Cmo podra alguien permanecer fiel
a una creencia que est relegada a la periferia de su vida? El problema
no es que estos nios estn dejando el cristianismo. El problema es
que la mayora, por confesin propia, no es cristiana! Por consiguiente, su salida tiene mucho sentido. El apstol Juan lo describi de
la mejor manera:
Esas personas salieron de nuestras iglesias, pero en realidad, nunca
fueron parte de nosotros; de haber sido as, se habran quedado
con nosotros. Al irse demostraron que no eran parte de nosotros.
( juan :)
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Entiendo que acabo de destapar un problema difcil, pero que

necesita tratarse. Qu pasa si los padres cristianos viven convencidos
de que sus hijos han sido regenerados cuando, en realidad, eso no ha
sucedido? Qu pasa si nuestros hijos e hijas meramente fingen estar
involucrados mientras caminan por la vida como cabras entre las ovejas o como mala hierba entre el trigo? Qu pasa si ese nio de cuatro
o cinco aos, al que bautizamos porque l o ella poda mirar a la congregacin y repetir como loro las palabras Jess est en mi corazn,
slo deca lo que haba sido condicionado para decir?
Lamentablemente, esto est lejos de ser algo inusual entre los cristianos de nuestra cultura. La investigacin de Thom Rainer sobre los
Bautistas del Sur (posiblemente la denominacin ms evangelstica
de Estados Unidos) indica que casi la mitad de los miembros de todas
las iglesias puede no ser cristiana.6 Esto no slo es alarmante para las
iglesias Bautistas del Sur, es indicativo de un problema mucho mayor.
Miles, tal vez millones, de personas han sido manipuladas para decir
oraciones del tipo repita despus de m y con llamados a acercarse
al plpito del tipo si alguna vez quiere ver a ese difunto ser querido
nuevamente . . . , sin vestigio alguno del poder regenerador del
Espritu.
Aqu, mi objetivo no es hacer que los padres duden de la salvacin
de sus hijos. Simplemente, estoy tratando de hacer sonar una alarma
que se necesita desesperadamente. Es como si los padres cristianos se
hubieran ido a dormir mientras el ladrn viene para robar, matar y
destruir a nuestros hijos debajo de nuestras narices (ver Juan 10:10).
No escrib este libro como un experto que tiene todas las respuestas.
Simplemente, soy un ministro que ha visto esta tendencia alarmante
en la ltima dcada y un padre con deseos de ver que su familia se
caracterice por la fidelidad multigeneracional.
Los dos aspectos de la vida

Mi vida tiene dos aspectos. Uno es personal y el otro es profesional.
Por un lado, soy predicador, escritor, anciano en una iglesia local y
catedrtico. Este aspecto de mi vida es rico, pleno y gratificante. Este
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es el lugar donde la gente me llama doctor y reverendo. Es el aspecto

de mi vida que me ha llevado por todo el pas predicando, enseando
y dando conferencias. Es el aspecto de mi vida que provee para la
familia y me lleva ante miles de personas. Para m, sera fcil quedar
atrapado en el aspecto profesional de mi vida. Sin embargo, hay otro
aspecto en m que es mucho ms importante.
El aspecto ms importante de mi vida es aquel en el que llevo los
ttulos ms preciados: esposo y padre. Para m, no hay nada en este
mundo que signifique ms que el hecho de que soy el esposo de Bridget
y el padre de Asher, Jasmine, Trey y Elijah. Siempre que digo eso, casi
puedo escuchar a la gente pensar algo as como: No debera su relacin
con Cristo significar ms para usted que su vida familiar? Supongo que
ese es el caso en un sentido supremo. Sin embargo, mi familia es el lugar
principal donde mi andar con Cristo se torna autntico. Una cosa es que
yo tenga una relacin personal con Jess, pero si paso horas leyendo la
Biblia, orando e invirtiendo la mayor parte de mi tiempo ministrando
a otros mientras descuido mi rol como esposo y padre, mi relacin con
Cristo estara desequilibrada, o peor, carecera de autenticidad.
La relacin con mi esposa e hijos es la que da legitimidad a mi
andar con Cristo. Jess lo dej en claro en el Evangelio de Mateo:
En cuanto los fariseos oyeron que haba silenciado a los saduceos con
esa respuesta, se juntaron para interrogarlo nuevamente. Uno de
ellos, experto en la ley religiosa, intent tenderle una trampa con
la siguiente pregunta:
Maestro, cul es el mandamiento ms importante en la ley de
Moiss?
Jess contest:
Amars al SEOR tu Dios con todo tu corazn, con toda tu alma
y con toda tu mente. Este es el primer mandamiento y el ms
importante. Hay un segundo mandamiento que es igualmente
importante: Amars a tu prjimo como a ti mismo. Toda la ley
y las exigencias de los profetas se basan en estos dos mandamientos.
(:-)
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Si mi esposa no rene las condiciones necesarias para ser mi prjimo,

entonces, quin las tiene? Cmo podra argumentar en favor de la
integridad de mi andar con Cristo si no puedo amar a mis prjimos
ms cercanos?
Juan lo expresa de una manera todava ms sutil al escribir:
Si alguien afirma: Vivo en la luz, pero odia a un hermano en
Cristo, esa persona an vive en la oscuridad. El que ama a su
hermano vive en la luz y no hace que otros tropiecen; pero el que
odia a su hermano todava vive y camina en la oscuridad. No sabe
por dnde ir, pues la oscuridad lo ha cegado. ( j u a n : - )
Aqu, la Biblia deja en claro nuevamente que mis relaciones terrenales
son el campo de prueba para mi relacin celestial. Si amo a Dios, esto
se har evidente en mi amor por mis hermanos y hermanas (especialmente aquellos que viven bajo mi mismo techo).
En efecto, mi propia condicin de ministro del evangelio est
supeditada a cun bien me comporto como esposo y padre. Aunque
hay muchas cualidades que debe poseer un ministro, hay solamente
dos habilidades indispensables para aquellos que se desempearan
en cargos de liderazgo pastoral. Primero, deben ser capaces de ensear. Segundo, deben gobernar bien su propia casa (ver 1 Timoteo 3,
Tito 1 y 1 Pedro 5). En otros trminos, si no soy un buen esposo,
no estoy capacitado para guiar al pueblo de Dios. Adems, si no
me he comportado de manera ejemplar al procurar criar a mis hijos
en la disciplina y la amonestacin del Seor, no tengo derecho a
pastorear el rebao de Dios. Pues, si un hombre no puede dirigir
a los de su propia casa, cmo podr cuidar de la iglesia de Dios?
(1 Timoteo 3:5).
Desgraciadamente, este es un concepto extrao para la mayora
de los cristianos de nuestra cultura. La mayora de los comits de
bsqueda pastoral ni siquiera se molesta en conocer a la esposa y a los
hijos del candidato, y mucho menos lo observa en el hogar o le hace
preguntas a quienes estn lo suficientemente cerca como para saber
cmo ensea la Palabra a su familia; cmo los gua en la adoracin
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familiar; cmo disciplina, instruye y alienta a sus hijos; o cmo ama a

su esposa.
Esto puede parecer un asunto aparte, pero le aseguro que es justamente el punto. El hecho de que ya no exijamos una vida familiar
ejemplar de quienes nos lideran indica que decidimos ignorar este
asunto desde los niveles ms altos hacia abajo. En realidad, el trmino
hijo de predicador se ha convertido en un eufemismo de los hijos e
hijas rebeldes, de mala conducta y a menudo descuidados de nuestros
lderes. Si nuestros lderes fallan como esposos y padres, qu esperanza hay para el resto de nuestras familias?
La travesa de un hombre
Mi esposa, Bridget, y yo nos casamos cuando yo cursaba el segundo
ao de la universidad. Yo acababa de cumplir veinte aos. En realidad, ni siquiera tena licencia de conducir. Recuerdo eso porque tuve
que obtenerla para solicitar el certificado de matrimonio. ramos dos
jovenzuelos emprendiendo una travesa increble. No tenamos idea de
cun difciles seran las cosas, ni nos dbamos cuenta de cun pronto
comenzaran nuestras dificultades.
Cuando los dos nos embarcamos en esta travesa, sabamos que
no tendramos mucha ayuda. Ni Bridget ni yo tenemos trasfondos
familiares ideales. De hecho, en las dos ltimas generaciones (en
ambos lados de nuestra familia) han habido veinticinco matrimonios y
veintids divorcios, un hecho que es an ms asombroso cuando uno
se da cuenta de que nuestro matrimonio es uno de los tres que no ha
terminado en divorcio. No tardamos mucho en darnos cuenta de que
tendramos que buscar un modelo para imitar en otra parte.
En ltima instancia, este libro trata sobre nuestra travesa. He ido
de ser un muchacho ingenuo de veinte aos que trata de ingenirselas
para permanecer casado a ser un aguerrido padre veterano (aunque
todava un poco ingenuo) de dos adolescentes, un nio que recin
empieza a andar y otro en camino. Nuestra familia ha sido bendecida
ricamente en el proceso. He visto cunta diferencia produce cumplir
con el modelo bblico. He observado cmo Dios trajo otras parejas
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jvenes a nuestro hogar buscando consejo a causa de la evidencia que

ven en nuestras vidas.
Lo que es ms importante, he visto que Dios nos usa en nuestra
familia mientras quienes estn a nuestro alrededor lo observan obrar
a l. Uno de los ms grandes halagos que haya recibido jams (dos
veces) provino de dos primas ms jvenes. En dos conversaciones distintas sobre el matrimonio y la familia, las dos me dijeron: No quiero
simplemente casarme; quiero lo que t y Bridget tienen. Qued pasmado! Cuando observo a mi familia, solamente tiendo a ver las fallas,
aquellas cosas en las que tenemos deficiencias y necesitamos mejorar.
Sin embargo, a veces, Dios usa a quienes estn a mi alrededor para
recordarme cun lejos nos ha llevado l.
Bridget y yo hemos pasado aos tratando de averiguar cmo mantener tres compromisos. Primero, nos comprometimos a permanecer
juntos y a crecer como pareja. Segundo, nos comprometimos a hacer
una inversin en nuestros hijos con una perspectiva que abarque la
fidelidad multigeneracional. Finalmente, nos comprometimos a hacer
lo que sea posible para reproducir los dos primeros compromisos en
las vidas de otros. Este libro es slo un dbil esfuerzo para mantener el
tercer compromiso.
Una familia de pantalla ancha en un mundo de pantalla completa

A mi familia y a m nos encantan las pelculas. Marcamos nuestros
calendarios cuando se estrena una nueva pelcula familiar y hacemos
todo lo posible para ir al cine el da del estreno. Tambin nos encanta
mirar pelculas en casa. Nuestra coleccin de DVD es enorme. De
hecho, a veces vienen amigos a pedirnos pelculas en lugar de ir a la
tienda local de video. Tambin tenemos varios familiares y amigos que
vienen de vez en cuando para una Noche de Pelculas.
Sin embargo, a veces, tenemos algunos problemas con nuestros
invitados que no conocen mucho los medios. Hay veces en que la
Noche de Pelculas se convierte en la Noche de Pelea cuando se originan debates. No me refiero a los debates sobre si mirar una comedia
o un drama; nuestros desacuerdos son mucho ms fundamentales
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que eso. Me refiero al temible debate sobre la pantalla ancha contra la

pantalla completa. Vern, nosotros somos una familia estrictamente de
pantalla ancha. En efecto, hemos devuelto pelculas a la tienda despus de descubrir que, por error, habamos trado la versin de pantalla completa. Sin embargo, algunos familiares y amigos nuestros estn
convencidos de que los bordes negros en la parte superior e inferior de
la pantalla son un indicio de que debe faltar algo.
El debate ms intenso y ms largo sobre la pantalla ancha contra
la pantalla completa fue entre mi cuado y yo. Este debate continu
durante aos! Adems, el debate persisti incluso despus de que yo
haba demostrado tener razn.
Un da, l y yo habamos salido con nuestros hijos y decidimos
visitar nuestra tienda favorita de artculos electrnicos. Como es
costumbre, entramos a comprar una cosa y terminamos comprando
doce. Sin embargo, mientras los nios y yo caminbamos por la
tienda, le perdimos la pista al to Kevin. Finalmente, lo encontramos parado frente a una gran pantalla de plasma mirando el
final de una de sus pelculas favoritas. Todos permanecimos de pie
mirando la escena de la banda de msica de la pelcula Drumline,
y Kevin dijo dos cosas que deberan haber terminado nuestro debate
para siempre.
Primero, dijo: Nunca supe cul era la formacin. Mientras l
miraba la banda en el campo durante su ejecucin culminante, pudo
ver finalmente cmo formaban el nmero 2001. Segundo, l dijo:
Ahora s a qu te referas cuando decas que me he estado perdiendo
un tercio de la pelcula. Por fin! Despus de todos esos aos, finalmente haba convencido a mi cuado de que las pelculas de pantalla
ancha slo aparentan cortar una parte de la pelcula, cuando en realidad es la versin de pantalla completa la que engaa a los espectadores. Fue entonces cuando dijo las palabras que continan resonando
en mi mente. En un momento de honestidad total, me mir y me
dijo: Todava no puedo soportar esas barras negras.
En otras palabras, aunque ahora l haba tomado completa consciencia de los beneficios de las pelculas de pantalla ancha, no estaba
dispuesto a dejar el mundo de la pantalla completa. En ese momento,
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todo lo que pude hacer fue menear la cabeza y alejarme. Con el

tiempo, se dio por vencido, y estoy orgulloso de decir que l ahora disfruta de las pelculas de pantalla ancha. Aunque esta fue una discusin
ms bien tonta entre dos hombres muy obstinados, ilustra el poder de
la percepcin y el peligro de dejar de cuestionar el statu quo.
En junio de 2004, Bill OReilly entrevist a la autora de un nuevo
libro llamado Home Invasion (Invasin del hogar). La autora, Rebecca
Hagelin, era madre de tres hijos y tena una opinin muy estricta
sobre el consumo de los medios y el entretenimiento de sus hijos.
El seor OReilly le pregunt a la mujer si su hijo de diecisiete aos
miraba MTV. Para su asombro, la mujer dijo que no. Adems, ella
explic que como consecuencia de los principios morales que ella y su
esposo inculcaron en las vidas de sus hijos, su hijo no tena deseos de
consumir esas cosas. En ese momento, OReilly estaba completamente
desconcertado. Hizo algunos comentarios irnicos, pero su mensaje
bsico fue: Tiene suerte de tener hijos que estn dispuestos a aguantar semejante disparate. En un momento determinado, dijo: Yo me
habra escapado.
No estoy sosteniendo que Bill OReilly sea el abanderado de la
crianza de los hijos. Sin embargo, su perspectiva es muy coherente
con la de muchos padres cristianos. En innumerables ocasiones nos
han dicho a mi esposa y a m que estamos sofocando a nuestros hijos
porque solamente les permitimos mirar televisin cuatro horas por
semana (el promedio del pas ha sido calculado en cuatro horas y
media a cinco horas por da) o porque a nuestra hija de quince aos
no le permitimos salir con muchachos. Inevitablemente, escuchamos la tpica excusa: Cuando vayan a la universidad, se volvern
locos! Sin embargo, es interesante ver que ninguno de los locos que
recuerdo de mis das en la universidad eran principiantes. Ninguno
perdi el control para sumergirse en la inmoralidad despus de haber
vivido una vida casta en casa. La mayora simplemente se intern
an ms en el libertinaje que se le haba permitido experimentar
anteriormente.
Aqu hay un asunto mayor en juego. La cuestin no es si nuestros
hijos van a pecar ms adelante en la vida. La cuestin es: tenemos la
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obligacin bblica de formarlos antes de que se vayan del hogar? Valida la

Biblia de alguna manera la idea de que los padres cristianos deberan
permitir a sus hijos experimentar con la impiedad?
Muchas familias han confiado demasiado en lo que llamo una
perspectiva de pantalla completa con respecto a la crianza de los
hijos. Observamos el mandato bblico, lo comparamos con las
normas sociales, y parece que falta algo. De algn modo, creemos
que estamos privando a nuestros hijos de experiencias que harn
que sean ms aceptados, ms respetados, ms normales. Por consiguiente, cambiamos el estndar bblico por una norma cultural que
oscila apenas debajo de la mediocridad. Sbitamente, los deseos
que tenemos para nuestros hijos cambian. Ahora, todo lo que
queremos para nuestros hijos es lo que cada padre quiere para
sus hijos.
El resultado es una generacin sobre la que Christian Smith ha
escrito lo siguiente: La religin parece convertirse en algo ms bien
compartimentado y de segundo plano en las vidas y experiencias de la
mayora de los adolescentes de Estados Unidos.7 Esta compartimentacin es perfectamente comprensible debido a la importancia mnima
que se le da a los asuntos espirituales. Smith lo explica:
Esto no es sorprendente. Simplemente refleja el hecho de que
hay muy poco contenido o conexin religiosa intrnseca en
la estructura de los horarios y rutinas diarias de la mayora de
los adolescentes de Estados Unidos. La escuela y sus deberes
dominan la vida de la mayora de los adolescentes de Estados
Unidos.8
Y contina:
Adems, muchos estn involucrados en deportes y otros clubes.
La mayora de los adolescentes tambin pasa mucho tiempo
con sus amigos o haciendo cosas como ir al centro comercial o
jugar a los bolos. Adems, la mayora de los adolescentes dedica
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una parte considerable de su vida a mirar televisin y pelculas,

enviar correos electrnicos o mensajes instantneos a sus
amigos, escuchar msica y consumir otros medios electrnicos.
Adicionalmente, los novios y las novias a veces consumen
mucho tiempo y atencin de los adolescentes.9
Parece que hay algunas cosas que estimamos ms importantes para
nuestros hijos que crecer en la gracia. Consideremos tres de ellas.
El xito acadmico
Pregnteles a los padres qu es lo que ms quieren para sus hijos y

posiblemente obtendr la misma respuesta, ya sean cristianos o no
creyentes. Probablemente dirn: Quiero que mis hijos tengan una
buena educacin. En realidad, eso es exactamente lo que George
Barna descubri cuando entrevist a padres cristianos y no cristianos.
El objetivo nmero uno que tenan para sus hijos era que tuvieran una
buena educacin.10
No estoy sugiriendo que haya algo malo en enfatizar la educacin
de nuestros hijos. Por el contrario, mi esposa y yo somos fanticos de
la educacin de nuestros hijos. Sin embargo, la educacin de nuestros
hijos no es nuestro objetivo principal. El objetivo principal para nuestros hijos es que ellos caminen con el Seor. Lamentablemente, el
estudio mencionado anteriormente comprob que solamente la mitad
de los padres (sean cristianos o no) consideraba que el hecho de que
sus hijos tuvieran una relacin con Cristo era tan importante como su
educacin.11
Este es un ejemplo perfecto de una perspectiva de pantalla completa con respecto a la crianza de los hijos. La limitada visin de la
vida que tiene el mundo dice que lo ms importante que podemos
hacer es obtener buenas notas, ir a una buena universidad (lase:
de buena reputacin, de renombre), graduarse y conseguir un buen
trabajo de manera que podamos ganar ms dinero del que ganaron
nuestros padres. Qu visin tan limitada de lo que es realmente
importante! La vida es ms que tener xito acadmico.
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Los deportes
Otro asunto de pantalla completa se encuentra en el popularsimo

mbito de los deportes. Hace poco tiempo, tuve el privilegio de compartir mi perspectiva sobre lo que la Biblia dice acerca de la crianza
de los hijos con varias clases de uno de los seminarios ms grandes
del mundo. Una de las cosas que a los estudiantes les pareci ms
interesante fue el hecho de que mi esposa y yo educamos a nuestros
hijos en casa (despus hablar ms de eso). Varios estudiantes me
hicieron la misma pregunta: Y qu de los deportes? Su curiosidad
se despert an ms cuando les respond: Y eso qu importa? No
saban si estaba actuando de manera provocativa o, sencillamente, me
haba vuelto loco. Inevitablemente, ellos seguan con algo as: Cmo
aprenden sus hijos el trabajo en equipo y el espritu deportivo? O:
Cmo aprenden sus hijos a ser competitivos? En ese momento,
respond su pregunta con otra pregunta: Cmo aprendieron esas
cosas Thomas Jefferson, Benjamin Franklin o George Washington?
O mejor an, dado que Jess es nuestro modelo supremo de hombra
cristiana, cmo aprendi l esas cosas? Estuvo Jess en las ligas de
bisbol infantil?
No estoy tratando de decir que sea malo necesariamente que los
nios practiquen deportes organizados. Mi punto es simplemente
este: ser miembro de un equipo organizado de bisbol a los diez
aos de edad no agrega ni un solo da a la vida de uno. De hecho,
muchas de estas actividades obstaculizan otras mucho ms elevadas.
La gente convirti a los nios en hombres y a las nias en mujeres
durante la mayor parte de la historia sin llevarlos a rastras por la
ciudad, con la lengua afuera, en un esfuerzo por seguir el ritmo de
sus compaeros, que tratan de lograr ms de lo esperado, son poco
educados e iletrados teolgicamente, mientras tratan de ganar trofeos que tarde o temprano terminarn acumulando polvo en alguna
parte del stano.
Si le enseo a mi hijo a poner su vista en la pelota, pero no le
enseo a poner sus ojos en Cristo, he fallado como padre. Debemos
rehusar permitir que las actividades triviales y temporales interfieran
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con lo principal. Ser parte del equipo es un logro tremendo; sin

embargo, debe ser puesto en la perspectiva apropiada. Ningn
esfuerzo deportivo ser tan importante como llegar a ser un hombre o
una mujer de Dios.
El noviazgo
Un lunes por la noche, hace varios aos, me haban invitado para que
hablara en una gran reunin de una iglesia prominente de Houston.
Haba predicado varias veces en esta iglesia con anterioridad, por lo
que los miembros de la congregacin me conocan. Cuando entr al
edificio, un hombre se me acerc por detrs y me pregunt si necesitaba ayuda para llevar algunos libros y casetes que traa conmigo.
Agradecido por su gentileza, acept gustosamente su oferta.
Al tomar una caja que llevaba bajo mi brazo, el hombre se la
dio a un joven robusto al que present como su futuro yerno.
Inmediatamente me sorprendi la apariencia juvenil de este joven,
casi propia de un nio. Result ser que el joven tena quince aos.
Un momento despus, se acerc una muchacha de trece aos y la
present como su hija, la novia del joven. Me cost mucho contenerme para no gritar: En qu estn pensando? Quise preguntarle
a este hombre si tena alguna idea de lo que significaba, como padre,
proteger la pureza de su hija. Quise preguntarle si tena alguna idea de
cunta presin estaba ejerciendo sobre estos dos adolescentes al andar
hablando sobre su inminente matrimonio. Adems, quise practicarle
una llave de cabeza y . . . pero me desvo del tema.
En la actualidad, en Estados Unidos, el hbito del noviazgo no es
ms que una prctica glorificada del divorcio. La juventud est aprendiendo cmo darse libremente en relaciones exclusivas, romnticas y
de un compromiso elevado (a veces sexual), tan slo para separarse y
hacerlo de nuevo. Dios nunca tuvo el propsito de que sus nios vivieran de esa manera. En lugar de intervenir y hacer algo, muchos padres
cristianos simplemente ven este tipo de relaciones como una parte normal y necesaria del crecimiento. A menos que su hijo sea ms sabio que
Salomn, ms fuerte que Sansn y ms piadoso que David (quienes,
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todos, pecaron sexualmente), ser susceptible al pecado sexual, y estas

relaciones prematuras sern como una invitacin abierta.
Quiero que mis hijos crezcan y encuentren a su pareja. No veo la
hora de acompaar a mi hija hasta el altar. No veo la hora de que mis
hijos vayan a comprar anillos para esa persona especial. Sin embargo,
en este punto hay cosas ms importantes en la vida. Adems, involucrarse en esas relaciones exclusivas antes de estar listo para el matrimonio es como ir de compras sin dinero; uno termina frustrado o se lleva
algo que no le pertenece.
Ser parte del equipo, tener xito acadmico y noviar son cosas que
estn bien en su propio contexto. El problema es que han reemplazado actividades ms importantes. En lugar de luchar por tener una
vida piadosa y fidelidad multigeneracional, muchos cristianos se han
conformado simplemente con subsistir. Desgraciadamente, nuestros
hijos estn pagando el precio. Sin embargo, hay un camino mejor. La
Palabra de Dios nos ha dado un mapa del camino a seguir.
La cultura antimatrimonial
Otra rea donde tendemos a tener una actitud de pantalla completa
es la del matrimonio. En la revista Time de enero de 2005 haba un
artculo sobre la extensin de la adolescencia en nuestra cultura. Los
jvenes adultos en Estados Unidos estn actuando cada vez ms como
nios. Dejan el hogar y van a la universidad para simplemente volver
despus de la graduacin, a menudo sin trabajo. Tambin se casan ms
tarde en la vida.
R. Albert Mohler, presidente de Southern Baptist Theological
Seminary de Louisville, desat una tormenta en agosto de 2005
cuando dijo en un programa de radio: El pecado que pienso que
acosa a esta generacin . . . es el pecado de retrasar el matrimonio
como una opcin de estilo de vida entre quienes tienen la intencin
de casarse algn da pero an no lo han hecho.12 Numerosos medios
de comunicacin debatieron los comentarios de Mohler, que aparentemente enfurecieron a muchos cristianos. Sin embargo, creo que
Mohler se acerca a la idea correcta.
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Al viajar por el pas, me asombro por la cantidad de jvenes

inteligentes, que aman a Jess, que llevan sus Biblias, que tienen disposicin hacia el ministerio, pero que rehsan totalmente a crecer
y a casarse! Es como si se hubiera descubierto un nuevo libro de la
Biblia (yo lo llamo 2 Indecisiones) que dice as: No te casars antes
de terminar un posgrado o por lo menos hasta que tengas un ingreso
de clase media y un plan de ahorros de jubilacin. Lo nico peor es
mirar a los ojos a las muchedumbres de jvenes mujeres que me preguntan qu tienen que hacer para conseguir que estos sujetos se hagan
hombres y se casen con ellas.
Quizs es la tasa de divorcio, que aumenta muy rpidamente, la
que hace que los jvenes, hombres y mujeres, se alejen del matrimonio. O tal vez sean los malos matrimonios que han observado mientras crecan. Tambin, puede ser que el costo de vida se ha elevado
tanto que uno necesita un ingreso significativamente mayor para
mantener a una esposa. Sin embargo, si me lo pregunta, creo que la
respuesta no es ninguna de las que mencion. Los hombres y mujeres
jvenes que conozco realmente creen que hay algo que necesitan experimentar antes de zambullirse en el mundo profundo, oscuro y opresivo del matrimonio. Para algunos, es viajar a Europa o frica. Otros
quieren pasar tiempo primeramente en el campo misionero. Adems,
otros creen que existe una edad mgica en la que uno automticamente est listo para el matrimonio. Cualquiera sea el caso, es algo
muy distinto de la exhortacin bblica: El hombre que halla esposa
encuentra un tesoro, y recibe el favor del Seor. (Proverbios 18:22).
La cultura de la antiniez
A menudo, tengo el privilegio de predicar ante estudiantes universitarios. Digo privilegio porque ciertamente me encanta el desafo
y el potencial intrnseco de cada uno de estos encuentros. Me entusiasma la posibilidad de que Dios me use para hablarle a un joven o
una joven cuya situacin en la vida le permite decir con libertad: S,
Seor, por qu no? Dnde ms puede un predicador dar un mensaje sobre misiones y que, a su trmino, alguien se le acerque y le diga:
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Necesitaba escuchar eso o Me he estado preguntando si debera ir o

no a Europa Oriental el ao que viene, y creo que tengo la respuesta?
Sin embargo, he descubierto un desafo que a menudo los estudiantes
universitarios cristianos de hoy no estn dispuestos a aceptar: el desafo de ser padres.
Un pasaje que me encanta compartir con estudiantes universitarios
es Hechos 1:6-8. El esquema de mi mensaje es simple: Dios tiene un
propsito ms grande que usted. Dios tiene un plan que lo incluye
a usted. Dios tiene un lugar que es bueno para usted. La respuesta
es usualmente muy positiva, hasta que comienzo a aplicar el ltimo
punto.
Llevo la atencin de los estudiantes al versculo ocho donde Jess
dice: Recibirn poder cuando el Espritu Santo descienda sobre
ustedes; y sern mis testigos, y le hablarn a la gente acerca de m
en todas partes: en Jerusaln, por toda Judea, en Samaria y hasta los
lugares ms lejanos de la tierra. Destaco que no todos los que oyeron
a Jess llegaron hasta los lugares ms lejanos de la tierra. De hecho,
muchos nunca llegaron a Samaria. Por supuesto, el punto es que no
todas las personas son llamadas al mismo lugar o tipo de ministerio.
Paso a aplicar esta verdad a las vidas de los estudiantes sugiriendo que
cada uno tiene un lugar de ministerio que le calza a la perfeccin y
que encontrar ese lugar debera ser la bsqueda ms apasionada de sus
vidas. Suena bastante inofensivo, no es cierto?
Hace algunos meses, estaba enseando esto en el retiro de una
iglesia ubicada en un rea muy evanglica de Estados Unidos. Durante
ese retiro, suger que, para algunos de esos estudiantes universitarios,
la aplicacin de este principio bblico podra significar obtener un
ttulo en lingstica y traducir la Biblia a lenguajes de pueblos que
an no han sido alcanzados. Al mirar por el saln, a quienes con
ojos bien abiertos movan la cabeza en seal de aprobacin, agregu:
Sin embargo, otros pueden ser llamados a tener familias numerosas
y ensear en justicia a sus cinco o seis hijos de manera que ellos a su
vez impacten al mundo para Cristo. La tensin se poda cortar con
un cuchillo. Este saln lleno de hombres y mujeres jvenes aquiescentes y llenos de entusiasmo se transform en una convencin de
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marcianos que escuchaban hablar ingls por primera vez. Me miraban

como si dijeran: Eso estuvo bueno. Cundo vas a decir: Slo estaba
bromeando?
Aprovech la oportunidad para hacer una observacin importante. Hice notar la incomodidad obvia que se perciba en el saln y
pregunt: En qu momento comenzamos a odiar a los nios? De
repente, la actitud que haba en el saln cambi. Estos jvenes estaban
siendo forzados a examinar una suposicin cultural a la que se le ha
permitido sobrepasar a la verdad bblica por demasiado tiempo en
nuestra cultura. Nuevamente, Mohler pone el dedo firmemente en el
pulso de la cultura cuando escribe: Los cristianos deben reconocer
que esta rebelin contra la paternidad representa nada menos que una
rebelin absoluta contra el diseo de Dios.13
La idea de que la maternidad, la paternidad y la familia no son tan
honorables como las carreras de altos ingresos o los notorios puestos
ministeriales carece de fundamento bblico en el mejor de los casos y
es groseramente hertica en el peor. Esta actitud se ha manifestado de
muchas maneras en los ltimos aos, dentro y fuera de la iglesia. En
efecto, esta actitud fue la que nos llev, a mi esposa y a m, a tomar la
decisin ms dolorosa de nuestras vidas.
Tuvimos nuestro primer beb diez meses despus de casarnos.
Nuestro prximo hijo vino tres aos despus. Durante esos tres aos,
cada persona que pas por nuestra vida dijo que haber tenido el primer hijo tan pronto haba sido un error (por esa razn esperamos tres
aos). Tambin nos dijeron que si nuestro segundo hijo era un varn
(la primera fue una nia), tendramos la pequea familia perfecta.
Despus de que Bridget qued embarazada de nuestro hijo,
comenz la presin. Una cantidad innumerable de personas con buenas intenciones le susurraba a Bridget al odo. Algunos le advertan:
Muchacha, ser mejor que no tengas que cargar con un puado de
nios. Otros trataban de ser ms diplomticos y simplemente sealaban lo mucho que haba aumentado el costo de la educacin universitaria o el precio de los comestibles. Lamentablemente, las voces
que llegaban a nuestros odos sobrepasaron a la voz de Dios. Cuando
naci Trey, contratamos a un doctor para que le hablara a Dios de
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parte nuestra. Tom el escalpelo y las suturas, y le dijo a Dios: Por la

presente, los Baucham declaran que no confan en ti ni te aceptan en
esta rea de sus vidas.
Varios aos despus, mi esposa se arrodill ante m y con lgrimas
en los ojos me pidi dos cosas. Primero, me pidi perdn por haber
cerrado su tero. Segundo, me pregunt si estara de acuerdo en que
revirtiera la intervencin quirrgica. Me dej pasmado. No poda
contener las lgrimas mientras le deca cun equivocado haba estado
al quedarme de brazos cruzados y permitir que ocurriera y cun feliz
sera al rectificarlo.
Fuimos a un especialista a la semana siguiente. Desafortunadamente, descubrimos que lo que los doctores haban hecho no se poda
revertir. Deseaba arrastrarme y esconderme bajo una roca. Quera
retroceder en el tiempo, tomar del cuello a mi otro yo de veintitrs aos y decirle: No te atrevas a dejar que esto ocurra! En ese
momento decidimos ampliar nuestra familia mediante la adopcin.
Al escribir esto, hemos adoptado un nio y estamos a la espera del
beb nmero cuatro en cualquier momento. No podemos retroceder
y deshacer lo que hicimos. Sin embargo, podemos gritar a los cuatro
vientos hasta que todos escuchen que los hijos son una bendicin y
que Dios es el que abre y cierra el tero. Debemos recibir a los hijos
con gozo en lugar de lamentarnos por su nacimiento.
Cuntos hijos tiene?
Los Johnson son una pareja cristiana encantadora y comprometida de

alrededor de treinta aos de edad. Participan activamente en su iglesia
y comunidad. Tambin toman muy en serio su responsabilidad como
padres. Sus hijos son los nios mejor educados y ms considerados
que usted pueda conocer. Sin embargo, los Johnson se vieron involucrados un da en una controversia en la iglesia. Que haba hecho esta
pareja piadosa? Estaban esperando otro hijo . . . de nuevo!
Los Johnson tenan cinco hijos pequeos cuando comenzaron en la
clase de parejas jvenes de la escuela dominical. Al principio, le prestaron poca atencin a los comentarios sarcsticos de los otros miembros
de la clase. Como cualquier pareja con cinco hijos pequeos, estaban
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acostumbrados a escuchar las frases tpicas: No tienen televisin?

o Todava no se han dado cuenta de cmo parar eso? De hecho, lo
tomaban como bromas inocentes. Sin embargo, cuando anunciaron
que esperaban otro hijo y esta vez mellizos los comentarios se
volvieron desagradables.
De repente, las personas de su clase de escuela dominical comenzaron a cuestionar su sabidura, su responsabilidad y su cordura. El problema lleg a estar tan fuera de control que uno de los pastores tuvo
que intervenir para encargarse de la situacin. Cuando se les exigi
una explicacin sobre la base bblica de su indignacin por el tamao
de la familia Johnson, los miembros de la clase que estaban ofendidos
slo pudieron decir: Si Dios hubiera querido que tuviramos tantos
hijos, no nos hubiera proporcionado el control de la natalidad. Otro
caballero de la clase pregunt: Cmo harn para costear los gastos
de enviar tantos nios a la universidad? Una joven de la clase, viendo
la situacin desde la perspectiva de una atareada madre de dos hijos,
agreg: S todo el trabajo que implica ser madre, y simplemente creo
que l es desconsiderado al dejarle tanto trabajo a ella.
El tamao de nuestras familias ha llegado a ser un asunto de ingresos y conveniencia. Nuestra actitud hacia los hijos es: Un nio para
m y una nia para ti, despus, alabado sea a Dios, por fin terminamos! Me asombra la cantidad de personas con que me encuentro,
que viven en casas de casi doscientos metros cuadrados, que tienen
dos automviles estacionados afuera y sostienen que slo pueden permitirse tener uno o dos hijos. Es asombroso! Nuestros antepasados
criaron muchos hijos en casas que hoy consideraramos pobres en el
mejor de los casos, pero nosotros no podemos costearlo.
Antes de que arroje este libro (o tenga un ataque al corazn), no
estoy sugiriendo que todos deben tener siete hijos. Creo que hay
razones legtimas para limitar el tamao de una familia. Sin embargo,
slo he conocido un pequeo grupo de personas que tuvo que limitar
el tamao de su familia por alguna de esas razones legtimas. Por lo
comn conozco personas que dejaron de tener hijos porque tuvieron
un nio y una nia y por lo tanto son la pequea familia perfecta. O
me encuentro con personas que han calculado (y extrapolado) el costo
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de la educacin universitaria de sus hijos, los gastos de sus vacaciones

anuales y su jubilacin anticipada, y determinaron que 1,9 hijos es su
punto de equilibrio. Tambin conozco personas cuyos hijos son tan
indisciplinados, faltos de instruccin y fuera de control que les parece
demasiado estresante tener ms hijos. Es rara la pareja que ha salido de
un consultorio mdico con una advertencia legtima relacionada con
tener ms embarazos.
Una nueva leccin de una vieja fuente

Dios no nos ha abandonado para que deambulemos sin rumbo fijo
por el desierto mientras criamos a nuestros hijos. l nos ha dado una
gua para la fidelidad multigeneracional. Esta gua se encuentra en la
Biblia, pero hay un lugar donde realmente parece un manual prctico.
Ese lugar es Deuteronomio 6.
Debo admitir que no siempre me gust el libro de Deuteronomio.
De hecho, la primera vez que lo le, no me gust nada. Pareca que
el Dios a quien haba llegado a conocer y amar en los Evangelios
y las Epstolas del Nuevo Testamento estaba ausente en el libro de
Deuteronomio. Recuerdo mi asombro la primera vez que me di
cuenta de que la Ley Mosaica exiga lapidacin (sin pedir disculpas) en
casos de desobediencia y transgresin de la ley. Tambin me desanimaron las que yo consideraba leyes y normas arcaicas.
Todo eso cambi cuando aprend cun importante es el libro
de Deuteronomio en la estructura general de la Biblia. Adems, me
maravill la frecuencia con la que Jess citaba Deuteronomio y su
complemento, Levtico. Finalmente, llegu a amar este libro de la ley.
Tambin llegu a apreciar su relevancia en mi vida cotidiana. Es verdad, dije que Deuteronomio es importante hoy! Sin embargo, gran
parte de su relevancia se pierde en quienes no hemos estado dispuestos a continuar nuestros intentos de leer, comprender y apreciar el
Antiguo Testamento.
Pinselo: Moiss se sienta y examina la situacin. Israel est a las
puertas de un acontecimiento monumental. Estn a punto de tomar
posesin de la Tierra Prometida. Haban tenido una oportunidad
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cuarenta aos antes, pero no haban estado dispuestos a confiar en

Dios para vencer a los habitantes de Canan. Dos voces solitarias,
Josu y Caleb, se destacaron sobre los dems cuando Caleb dijo:
Vamos enseguida a tomar la tierra! . . . De seguro podemos conquistarla! (Nmeros 13:30). Sin embargo, el pueblo tom partido por
quienes decan que no y no sigui adelante.
Ahora, cuarenta aos despus, Israel se encuentra una vez ms a
punto de tomar posesin de la Tierra Prometida y Moiss, demostrando su gran liderazgo, decide darles algunas instrucciones finales.
As pues, se levant ante su pueblo para darle la ley nuevamente. Por
consiguiente el libro lleva el nombre Deuteronomio (deutero = repetir;
nomos = ley); es una reiteracin de la Ley.
Qu le dira usted a un grupo de creyentes que estn a punto de
entrar a una tierra ocupada por paganos? Qu les dira a los fieles si
supiera que la fe de ellos sera desafiada en todo momento? Qu le
dira a un grupo de gente sobre el que yaca la carga de llevar y representar el mensaje del pacto de Dios? Moiss saba exactamente qu
decir. Les dio la Palabra de Dios. Esa Palabra resuena a travs de pasillos de la historia y repercute an hoy.
Usted y yo necesitamos desesperadamente las palabras del desafo
de Moiss. Usted y yo vivimos en una poca y en una cultura que
est rasgando el tejido mismo de la comunidad cristiana. Cuntos
de nosotros vemos a nuestros hijos e hijas adolescentes y sabemos que
no estn con nosotros? Cuntos de nosotros apoyamos la cabeza en
la almohada por la noche sabiendo que apenas ellos se marchen de
nuestra casa probablemente dejen tambin la fe? Todas las estadsticas
apuntan a que los hijos se marchan cuando van a la universidad, pero
mi experiencia y mis conversaciones con padres cristianos me llevan a
creer que el problema se manifiesta mucho antes.
A menudo, despus de un sermn, se me acerca alguna madre
tratando de contener las lgrimas y me pregunta: Qu puedo hacer?
Estas mujeres quieren saber qu pueden hacer para intervenir en la
vida de sus adolescentes, que estn en camino a marcharse. A menudo,
se me acercan padres que menean la cabeza mientras dicen: Ojal
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hubiera escuchado esto hace veinte aos. Yo trato de consolarlos y

alentarlos para que participen en la vida de sus nietos.
Hace poco tiempo, un padre se me acerc despus de que compart un mensaje sobre la fidelidad multigeneracional y dijo: Espere
aqu mismo. Reuni a toda su familia, admiti que no haba vivido
de acuerdo al mandato bblico y me pidi que orara por l en ese
mismo momento. Otro caballero se me acerc despus de un mensaje,
me tom del hombro, y sollozando me dijo: Dgame que no es muy
tarde. En otra ocasin, la madre de una adolescente rebelde, que
haba crecido en la iglesia, me tom las manos y dijo: Por favor, ore
por mi hija; se ha marchado de la casa y no s dnde est. Una y otra
vez vuelvo a recordar cun altos son los riesgos de esta batalla. No nos
referimos a hijos que obtienen bajas calificaciones o que incluso tienen
problemas con la ley. Nos referimos a jvenes que le dan la espalda a la
fe de sus padres, y mucho peor, a Dios mismo.
No s si este libro responder a todas sus preguntas o abordar
todos sus problemas, pero le prometo esto: le mostrar cmo meterse
en la pelea. Simplemente, algo debe hacerse. No podemos permanecer de brazos cruzados mientras nuestros hijos dejan la fe en grandes
cantidades. No podemos simplemente menear la cabeza y aceptar la
derrota. Debemos luchar por nuestros hijos e hijas.
El otro da miraba a mi hija adolescente mientras caminbamos
por el centro comercial. De repente me emocion mientras pensaba en
cunto tiempo haba pasado comparado con el tiempo que tenemos
por delante. Simplemente clam a Dios y or: Seor, aydame a aprovechar el tiempo al mximo.
Hay muchas actividades que valen la pena en este mundo, pero
pocas se elevan al nivel de formar a nuestros hijos para que sigan al
Seor y guarden sus mandamientos. Quiero desesperadamente que
mis hijos e hijas caminen con Dios, y estoy dispuesto a hacer lo que
sea, lo que la Biblia dice que debo hacer para ser usado por Dios como
un medio para conseguir ese fin. Mi oracin es que Dios despierte en
usted la misma pasin. Algo me dice que l ya lo ha hecho.
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Notas
C A P T U LO 1: E L E S TA D O D E L A S C O S A S
. T. C. Pinkney, Report to the Southern Baptist Convention Executive Committee

[Informe al comit ejecutivo de la convencin Bautista del Sur], Nashville, Tennesse,
de septiembre de . Pinkney inform que por ciento de los adolescentes
involucrados en los grupos juveniles dejaron de asistir a la iglesia en un plazo de
dos aos despus de la graduacin de la escuela secundaria. Ver tambin el Report
of the Southern Baptist Council on Family Life [Informe del concilio Bautista del Sur
sobre vida familiar] de , que inform que por ciento de los nios de hogares
evanglicos deja la iglesia a los aos.
. George Barna, A Biblical Worldview Has a Radical Effect on a Persons Life [Una
cosmovisin bblica tiene un efecto radical en la vida de una persona] (The Barna
Group, , consultado el de marzo de ); disponible en http://www.barna.
org/FlexPage.aspx?Page=BarnaUpdate&BarnaUpdateID=.
. Ibdem.
. Christian Smith y Melinda Lundquist Denton, Soul Searching [Examen de
conciencia] (Nueva York: Oxford University Press, ), .
. Ibdem, .
. Thom Rainer, A Resurgence Not Yet Realized: Evangelistic Effectiveness in the
Southern Baptist Convention Since [Un resurgimiento an no materializado:
La efectividad evangelstica en la Convencin Bautista del Sur desde ], The
Southern Baptist Journal of Theology, Vol. , No. , primavera de , . La
investigacin de Rainer revel que por ciento de quienes respondieron a las
preguntas de diagnstico dieron respuestas que indicaban que definitivamente
no eran cristianos, mientras que otro por ciento fue muy ambiguo como para
clasificar.
. Smith, Soul Searching, .
. Ibdem, .
. Ibdem.
. George Barna, Parents Describe How They Raise Their Children [Los padres describen
cmo cran a sus hijos] (The Barna Group, , consultado el de marzo de );
241
7/6/2010 9:35:57 AM
242
||
disponible en http://www.barna.org/FlexPage.aspx?Page=BarnaUpdate&BarnaUpdate
ID=.
. Ibdem.
. R. Albert Mohler, citado en Baptist Press Online, http://www.bpnews.net/bpnews.
asp?ID=. Consultado el de agosto de . Los comentarios de Mohler
fueron hechos en la transmisin del de junio del programa de radio FamilyLife
Today.
. Al Mohler, First Person: Deliberate Childlessness & Moral Rebellion [Primera
persona: Deliberadamente sin hijos y la rebelin moral]. Baptist Press Online,
http://www.bpnews.net/bpnews.asp?ID=. Consultado el de agosto de .
C A P T U LO 2: U N D I O S S I N R I VA L E S
. Lo que sigue es realmente una combinacin de tres historias muy similares con
algunos nombres cambiados para proteger las identidades de la gente involucrada, y
con un deporte elegido al azar con el mismo propsito. Sin embargo, el encuentro es
real y se ha llevado a cabo muchas veces con muchas familias diferentes.
C A P T U LO 4: E N T R G U E L E S U C O R A Z N
. Peter C. Craigie, The Book of Deuteronomy [El libro de Deuteronomio], The New
International Commentary on the Old Testament [El nuevo comentario internacional
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. El Nehemiah Institute ha estado llevando a cabo sondeos de cosmovisin desde .
El examen PEERS ubica a los encuestados en una de cuatro categoras (Cosmovisin
cristiana, Moderadamente cristiano, Humanismo secular, Socialismo). Segn sus
resultados, los estudiantes cristianos que asisten a las escuelas pblicas califican
consistentemente entre el humanismo secular y el socialismo. Vea una presentacin
de los resultados en PowerPoint en: www.nehemiahinstitute.com.
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est relacionada a esto, que, segn la creencia mstica oriental, es la energa o fuerza
que rodea la tierra y conecta a las personas entre s y con su entorno. Esto est
estrechamente ligado a los conceptos del monismo (todo es uno) y pantesmo (dios es
todo).
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edad. No hay clases para parejas jvenes ni adolescentes ni ancianos. No hay grupos
juveniles ni zonas para nios. Consideramos a la iglesia como una familia de familias
y esperamos que las familias adoren juntas y enseen las Escrituras en sus hogares
(por consiguiente, no existe la escuela dominical). Los nios a los que nos referimos a
menudo vienen de familias que nunca han estado en la adoracin junto a ellos hasta
que vinieron a nuestra iglesia. Para mayor informacin sobre el movimiento de la
iglesia constituida por familias, vaya a www.visionforumministries.com o visite el sitio
en Internet de nuestra iglesia en www.gracecommunityinfo.org.
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Especialidades Juveniles, Inc., un vido exponente del ministerio juvenil. Aunque
cerca del final de su vida vio y admiti las fallas del modelo, busc reformas mediante
el misticismo y la nueva espiritualidad. Lleg a ser una voz clave en lo que se ha
convertido en el movimiento de la Iglesia Emergente.
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educan a sus hijos en el hogar, que se han preocupado por las metodologas
segregadas de la mayora de las iglesias. Muchos de estos grupos se clasifican a s
mismos como iglesias en casas, aunque carecen de los elementos fundamentales del
movimiento de iglesias en casas. Estos claustros son a menudo introvertidos y tienen
poco inters en misiones o evangelismo. Esto no es a lo que me estoy refiriendo aqu.
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Baxter, The Reformed Pastor.
MacArthur, Titus.
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religin: Los nmeros decrecientes amenazan el futuro de una fe antigua; Drogas
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Patrimonio

Criemos hijos que amen a Dios

VODDIE T. BAUCHAM JR.

Para Jasmine, Trey, Elijah, Asher, Judah, Micah y

Visite la apasionante pgina de Tyndale en Internet: www.tyndaleespanol.com.

Library of Congress Cataloging-in-Publication Data

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Cualquiera que ltimamente haya estado prestando atencin se dar

secundario en preparar al pueblo de Dios para que lleve a cabo la

No escribo estas cosas para glorificar el pecado de nuestras familias.

Patrimonio Espiritual.indd vii

EL ESTADO DE LAS COSAS

Despus del mensaje, tuve la oportunidad de hablar con varios

dedican los jvenes. Cuando se trata de la formacin de las

Entiendo que acabo de destapar un problema difcil, pero que

Los dos aspectos de la vida

es el lugar donde la gente me llama doctor y reverendo. Es el aspecto

Si mi esposa no rene las condiciones necesarias para ser mi prjimo,

familiar; cmo disciplina, instruye y alienta a sus hijos; o cmo ama a

jvenes a nuestro hogar buscando consejo a causa de la evidencia que

Una familia de pantalla ancha en un mundo de pantalla completa

que eso. Me refiero al temible debate sobre la pantalla ancha contra la

todo lo que pude hacer fue menear la cabeza y alejarme. Con el

obligacin bblica de formarlos antes de que se vayan del hogar? Valida la

una parte considerable de su vida a mirar televisin y pelculas,

Pregnteles a los padres qu es lo que ms quieren para sus hijos y

Otro asunto de pantalla completa se encuentra en el popularsimo

con lo principal. Ser parte del equipo es un logro tremendo; sin

todos, pecaron sexualmente), ser susceptible al pecado sexual, y estas

Al viajar por el pas, me asombro por la cantidad de jvenes

Necesitaba escuchar eso o Me he estado preguntando si debera ir o

marcianos que escuchaban hablar ingls por primera vez. Me miraban

parte nuestra. Tom el escalpelo y las suturas, y le dijo a Dios: Por la

Los Johnson son una pareja cristiana encantadora y comprometida de

acostumbrados a escuchar las frases tpicas: No tienen televisin?

de la educacin universitaria de sus hijos, los gastos de sus vacaciones

Una nueva leccin de una vieja fuente

cuarenta aos antes, pero no haban estado dispuestos a confiar en

hubiera escuchado esto hace veinte aos. Yo trato de consolarlos y

. T. C. Pinkney, Report to the Southern Baptist Convention Executive Committee

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. John Bunyan, Christian Family [Familia cristiana]; http://www.biblebb.com/files/

. Ver http://www.naturallyconnected.com.au/fengshui.htm. La creencia sobre el chi

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. La historia se trasmiti el de mayo de en Houston en KPRC, canal y fue

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expectativas: Ministerio a la juventud en el nuevo milenio] (Grand Rapids, MI:

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Patrimonio Espiritual.indd 246

Patrimonio Espiritual.indd 247

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