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Las marcas del verdadero

avivamiento
Por Juan Paulo Martnez1

Octubre de 2015

El autor es fundador del ministerio cristiano Semilla Bblica. Ms

informacin en www.semillabiblica.org.

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A menos que se indique lo contrario todas las citas son tomadas de La

Santa Biblia, Nueva Versin Internacional NVI Copyright 1999,
Inc. Usadas con permiso. Todos los derechos reservados.

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Cmo podemos identificar un

avivamiento? Ser til que

primero descartemos lo que no son marcas confiables de este

suceso celestial. Por triviales que parezcan los siguientes apuntes,
una mayora importante de cristianos cree que las siguientes son
pruebas irrefutables de la obra de Dios:

1. El llanto, gitera o alboroto congregacional.

2. El altar2 de la iglesia lleno de personas.
3. Un aumento rpido en las finanzas de la Iglesia.
4. Supuestas campaas abarrotadas, de milagros y sanidades.

El llanto, gritera o alboroto no son marcas confiables de un

avivamiento porque estas son emociones que no evidencian
necesariamente un corazn transformado. Comprobarlo es fcil si
se asiste a un concierto musical mundanal donde todo el mundo
puede llorar, gritar y correr movido por un mensaje delirante e
impo, y an se puede notar a menudo el que despus de un
mensaje cristiano la gente llora o grita desconsolada para despus
retornar a su prctica de pecado, ms descansada al haber echado
de s las cargas emocionales del diario vivir.

Un altar de la iglesia lleno de personas no es una marca

confiable de un avivamiento. Cualquier lector enterado de los
elementos bsicos de la psicologa y sociologa puede reconocer

Entrecomillamos altar porque creemos que los altares fueron parte de la

dispensacin de la ley mosaica. En el propiciatorio se rociaba la sangre de
los sacrificios ofrecidos por el pueblo del pacto. Ya no tenemos altares
porque en Cristo se consum el sacrificio perfecto por el pecado
(Heb.9.11 yss.). Hoy tenemos un plpito.

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que muchos de nosotros somos fcilmente manipulados para

hacer cosas en pblico que en lo individual no haramos. As
ocurre con los nios y adolescentes que se integran imitando a sus
hermanos o amigos, y con los adultos que no logran identificarse
sino a partir de modas de diversas clases: de vestido, de
morfologas lingisticas o de posesiones materiales (smartphones,
redes sociales, automviles...). Cuando un ministro llama a la
congregacin a pasar al frente para reconocer la grandeza de
Dios, su necesidad de l, el pecado, etctera, es sencillo dejarse
llevar por el condicionamiento de que si no avanzas al frente
mientras los dems lo hacen no eres parte de la iglesia, o peor an:
se puede creer que ese paso de fe lo est acreditando a uno como
verdadero cristiano.

Un aumento rpido de las finanzas de la iglesia no es una marca

confiable de un avivamiento. En el tenor del apartado anterior,
muchos podemos proceder por imitacin y pena ante la opinin
ajena y dar dinero para salir al paso de un compromiso pblico.
Tambin podemos entregar dinero porque nos ha enseado el
pastor que el que ms da recibe ms de Dios, de modo que las
monedas que yo ofrezca se me habrn de multiplicar. Yo
reconozco que hay en la Biblia algunos pasajes en los que Dios
promete esta clase de bendiciones, pero tambin s que el contexto
de dichas porciones de la revelacin no sostiene la mentira
moderna de la siembra. Por eso existen hoy muchas
organizaciones sectarias que en el nombre de Jess recolectan
semanalmente miles y miles en dinero, poseen grandsimos
edificios -an estadios deportivos-, casas y automviles lujosos,
que nada tienen que ver con la obra de Dios en el corazn de los
hombres sino con las maquinaciones de Satans y la destruccin
de la fe verdadera. Funden la justicia de Dios y su santidad con lo
que diezman y ofrendan, y olvidan lo ms importante de la Ley.

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Por ltimo, supuestas campaas abarrotadas, de milagros y

sanidades no son una marca confiable de un avivamiento. El
adjetivo supuestas dice mucho de las razones de este tpico.
Quiz no ha existido otra poca en la historia de la Iglesia como la
nuestra donde la plaga de sanadores y milagreros espurios y
cicateros haya sido tan grande y voraz. En el nombre del Espritu
Santo estos predicadores convocan a las masas prometindoles el
fin de sus enfermedades y miserias. Pero todo es falso. Yo creo que
Dios obra sanidad en el cuerpo de aquellos a quienes le place
restablecer ms all de lo que los procedimientos mdicos son
capaces de ofrecer. Dios sigue sanando milagrosamente a las
personas. Empero, estas sanidades no siguen el patrn del Nuevo
Testamento. Dios dio a los apstoles el don de sanidad con el
propsito de confirmar la veracidad de su mensaje y ellos
obraban salud inmediata en aquellos que tenan fe.

Hoy esta

dispensacin de este don ha cesado. Desde entonces las sanidades

que ocurren no provienen de la oracin y toque de alguna persona
elegida por Dios para sanar, sino de la fe y oraciones del pueblo
santo que cuando estn en el plan soberano del Seor dan el fruto
del restablecimiento incomprensible de la salud de algn
individuo. Por lo tanto, convocar a la gente para que sea
eficazmente sanada en una noche de milagros bajo la uncin de la
predicacin o poder evocado por ciertas personas es una
prdida de tiempo.

En este tenor, no conviene confundir el obrar de Dios resucitando

corazones

cauterizados

por

el

pecado

con

reuniones

multitudinarias precedidas por falsos maestros -mujeres y

hombres- que aseguran lo improbable. Los milagros de Jess y los
suyos eran operados con total seguridad y publicidad, y con el
objeto de confirmar el evangelio. Y los que alegan que an Cristo

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no pudo realizar milagros por la falta de fe de algunas personas

deberan de recordar que hoy son miles los que sinceramente
entregados al Seor -con la fe salvfica- acaban engaados bajo los
lobos rapaces sin ver que su salud fsica mejore tan solo un poco.
Ni qu decir de las multitudes que an cuando creyeron y
siguieron a Cristo mientras anduvo en esta tierra no recibieron la
salud fsica y murieron, pero murieron creyendo y esperando en l,
fieles, y ahora estn a su lado en el cielo.

***

Entonces cules son las marcas confiables de un avivamiento? Si

el llanto, gitera o alboroto congregacional, el altarde la iglesia
lleno de personas, un aumento rpido en las finanzas de la Iglesia
y supuestas campaas abarrotadas, de milagros y sanidades, no lo
son qu evidencias quedan? Si queremos saber si existe un
avivamiento real debemos encontrar los siguientes eventos:

1. Un arrepentimiento genuino, aborrecimiento del pecado y

anhelo de santidad.
2. Un hambre constante y creciente por el estudio, meditacin
y entendimiento de la Biblia.
3. Un despertar dinmico a la vida de oracin.
4. Un deseo fuerte y consistente por evangelizar a los
perdidos.

En el ao 538 a. C., Ciro, el gobernador absoluto de Persia,

permiti que un grupo pequeo de exiliados judos volviera a Jud.

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Para entonces esta era una pequea provincia persa sin templo ni
vida religiosa importante. Ciro provey los recursos para que los
judos reconstruyeran el templo y Esdras y Nehemas fueron
piezas claves en dicha tarea.

Esdras era un maestro muy versado en la ley que el SEOR, Dios

de Israel, le haba dado a Moiss (Esd. 7.6). Su misin estaba
definida por su historia: se haba dedicado por completo a
estudiar la ley del SEOR, a ponerla en prctica y a ensear sus
preceptos y normas a los israelitas (7.10). De acuerdo con
Nehemas 8: 1 y ss., Esdras ley las Escrituras al pueblo que
estaba muy atento a la lectura del libro de la ley (Neh. 8.3),
puesto de pie (v.5) y reverentes y adorando (v.6). Mientras se
lea la Escritura los levitas le explicaban la ley al pueblo, que no se
mova de su sitio. Ellos lean con claridad el libro de la ley de Dios
y lo interpretaban de modo que se comprendiera su lectura (vv.78). Paulatinamente, la gente comenz a llorar (v.9). Hasta aqu
se pueden observar los siguientes hechos:

A. Este avivamiento fue precedido por hombres santos y

consagrados al Seor -Esdras y algunos levitas- en medio
de una poca en la que era fcil apostatar. Eran asiduos
lectores de la Palabra y practicantes de la justicia.
B. Este avivamiento tuvo como epicentro de poder la lectura
de la Santa Escritura.
C. Este avivamiento incluy no solo la lectura sino la
exposicin de la Santa Escritura de forma en que fuera
comprendida por el pueblo.
D. Este avivamiento incluy la adoracin reverente del pueblo
y el llanto como muestra de arrepentimiento por haber

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violado la ley y ofendido a Dios.

Es notoria la diferencia entre los falsos avivamientos modernos y

el atestiguado en esta porcin de la Biblia. Los hombres que
preceden mucha de la algaraba contempornea no son
expositores de la Palabra de Dios sino amantes del dinero y del
poder. Las predicaciones no son exposiciones claras y profundas
de los textos bblicos que permitan al pueblo desenmascarar la
mentira

conocer

la

verdad,

sino

charlas

histricas,

motivacionales y gerenciales colmadas de principios metafsicos,

de hipnosis y de autoayuda. Por consiguiente, la respuesta del
pueblo es frentica, descontrolada en muchos casos, o de
aficionados cuya emotividad dura tanto como un fuego artificial
del septiembre mexicano.

El texto bblico indica que el pueblo arrepentido recibi

consolacin: No lloren ni se pongan tristes, porque este da ha
sido consagrado al SEOR su Dios...No estn tristes, pues el gozo
del SEOR es nuestra fortaleza...Tranquilos! No estn tristes,
que ste es un da santo! (Neh. 8:9-11). El pueblo entonces se fue
a comer y beber y compartir su comida, felices de haber
comprendido lo que se les haba enseado (v.12). Esta tristeza del
pueblo de Dios no fue intil sino provechosa. Fue esa de la que el
apstol Pablo ense diciendo:

La

tristeza

que

proviene

de

Dios

produce

el

arrepentimiento que lleva a la salvacin, de la cual no hay

que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo
produce muerte (2 Co. 7.10).

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En Hebreos aprendemos ms de esta tristeza:

Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de

recibirla, parece agradable, sino ms bien penosa; sin
embargo, despus produce una cosecha de justicia y paz
para quienes han sido entrenados en ella (Heb.12.11).

As que cuando leemos en Nehemas 8.9 que el pueblo comenz a

llorar no debemos dejar de identificar esta tristeza como una que
proviene de Dios y que despus resulta en cosecha de justicia y paz
porque son lgrimas precedidas por el arrepentimiento genuino,
por esa resolucin interior de cambiar y dejar atrs la vida de
pecado y desobediencia. El texto en Esdras registra como, en
general, el pueblo arrepentido obr en consecuencia reconociendo
su maldad y abandonndola. Muchos israelitas, contra el
mandamiento de Dios, se haban casado con mujeres de los
pueblos paganos (cananeas, hititas, ferezeas, jebuseas, amonitas,
moabitas, egipcias y amorreas) mezclando as la raza santa con la
de los pueblos vecinos (Esd. 9.2). Esdras or al Seor por el
pueblo (Esd. 9:6-15) reconociendo su poder en la liberacin (v.8),
que no haban cumplido ley de Dios (v.10) y que a pesar de ello
recibieron misericordia (v.13). El efecto

fue que los propios

israelitas comenzaron a confesar su pecado y vergenza e hicieron

un pacto con Dios para expulsar a todas esas mujeres y a sus hijos
conforme al consejo de Esdras anhelando Que todo se haga de
acuerdo con la ley! (Esd.10.3); esta frase quiz es la que mejor
resume el avivamiento verdadero.

Hasta aqu se aclaran ms las marcas mencionadas del autntico

obrar del Espritu:

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1. Este avivamiento incluy las fervientes oraciones de Esdras

y la atencin del pueblo a dichas plegarias.
2. Este avivamiento no solo desat el llanto del pueblo sino
que los resolvi a dejar a sus esposas e hijos paganos como
indicaba la ley.

Nosotros vemos nuestras iglesias locales vacas y nos preguntamos

qu estamos haciendo mal. En otros casos nos creemos el santo
remanente y los que no estn con nosotros es porque no son fieles
al Seor. Y si tenemos buena concurrencia desestimamos la
importancia de conocer esa membresa y buscar la pureza de la
misma, y en su lugar nos enfrascamos en una cortesa constante
que es indulgente con el pecado.

No nos damos cuenta de que a menudo nuestros dirigentes no son

hombres de oracin. Adicional a esto, volteamos y no hallamos
quin se tome en serio el estudio sistemtico de la Biblia, y si
alguno se aparece se nos antoja pedante. Nuestras comisiones
eclesisticas incluyen personas que han estado practicando algn
pecado que por razones inauditas se ha tolerado por aos. Hemos
tolerado adems el que cualquier persona tome el plpito y ensee
lo que el Espritu le d a entender. Se nos ha hecho costumbre
estar oyendo historias personales, las novelas del prjimo que
predica, sus anhelos familiares y sus logros, sus ideas de xito, sus
fracasos, sus honores...Nos es tan normal que ninguno reclame
la pureza doctrinal que cuando alguien se atreve a enfrentar el
error el pueblo ignorante se colude y repudia al que ha tenido el
valor de exigir el apego a la verdad, esos pocos bichos raros que a
juicio de algunos liderazgos deberan de extinguirse cuanto antes.

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Por ltimo, el Nuevo Testamento revela que la pared que divida a

judos y gentiles se ha derribado en Cristo. El apstol Pablo explica
en Efesios que ...los gentiles son, junto con Israel, beneficiarios de
la misma herencia, miembros de un mismo cuerpo y participantes
igualmente de la promesa en Cristo Jess mediante el evangelio
(Ef. 3.6). Esto fue dicho en la tesitura de la Gran Comisin de
Mt.28:19-20 y Hch. 1.8 donde Jess resucitado ordena que todo el
mundo conozca su mensaje por medio de la predicacin veraz y
eficaz de sus discpulos (cfr. Ro. 10:14-15).

Un avivamiento real, por ende, incluye el mpetu de los discpulos

de Cristo en la iglesia local por cumplir este mandato de
evangelizacin. Los hermanos enfrascados en un despertar
espiritual no solo abandonarn su pecado haciendo lo que sea
necesario para lograrlo sino que procedern a contar a otros las
Buenas Nuevas de salvacin.

La Escritura narra que cierta ocasin un espritu maligno en un

hombre domin a los siete hijos de uno de los jefes de los
sacerdotes judos llamado Esceva. Los judos y griegos que se
enteraron temieron ...y el nombre del Seor Jess era glorificado
(Hch. 19.17). Las acciones no se hicieron esperar:

Muchos de los que haban credo llegaban ahora y

confesaban pblicamente sus prcticas malvadas. Un buen
nmero de los que practicaban la hechicera juntaron sus
libros en un montn y los quemaron delante de nosotros.
Cuando calcularon el precio de aquellos libros, result un
total de cincuenta mil monedas de plata. As que la palabra

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de Seor creca y se difunda con poder arrollador (Hch.

19:18-20).

En este avivamiento destaca el repudio de todo pecado practicado

en el pasado y el cambio radical de cosmovisin por temor a Dios.
Jess era glorificado, se confesaba el pecado y se renunciaba -en el
caso de los hechiceros- an a la fuente de ingreso cuando esta
representaba una violacin a la ley del Seor. No importaba el
costo. El Espritu obrando en el corazn de los hombres lograba lo
inimaginable. La evangelizacin se disparaba tambin pues la
palabra de Seor creca y se difunda con poder arrollador
(Hch.19.20, nfasis aadido).

Jugar al avivamiento no es una opcin para el que se toma en serio

la Biblia. Jugar al arrepentimiento lo es menos. Hoy algunos
salimos a evangelizar sobre un mensaje que no entendemos bien,
que no hemos hecho nuestro y que no somos capaces de explicar.
No

dejamos

nuestro

orgullo,

nuestro

adulterio,

nuestra

fornicacin y lujuria, nuestra mentira y corrupcin en el

trabajo...no quemamos nuestros libros de hechicera, nuestra
pornografa, nuestra msica que alaba al demonio, nuestra
soberbia que nos deifica a diario frente al espejo...No aceptamos la
correccin pastoral que nos urge a estudiar el texto revelado con
seriedad y ser consecuentes con una interpretacin del mismo que
sea histrica, gramatical y expositiva. Somos los cuentacuentos
favoritos de la mayora de nuestros oyentes en la iglesia los
domingos. Y nos preguntamos por qu no tenemos un
avivamiento en nuestra ciudad e iglesia? Por qu se van las
personas de nuestra iglesia? Por qu por ms que salimos a
evangelizar no parece cambiar la velocidad del huracn de
violencia en nuestras calles, escuelas y parques? Por qu las
familias no se aman y acaban desintegrndose? Por qu el pastor

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cometi adulterio? Por qu las sectas siguen expandindose?

Por qu los hombres ya no quieren ser hombres y las mujeres
mujeres? Por qu nuestros pastores no tienen pasin por las
Santas Escrituras? Por qu tenemos dcadas atascados en las
finanzas de la Iglesia? Por qu tenemos una educacin cristiana
de tan pauprrima calidad? Por qu nuestros maestros de
escuelas dominicales no se preparan adecuadamente? Por qu
tenemos seminarios teolgicamente liberales? Por qu?...

La respuesta est en la Biblia. Si queremos un avivamiento

entendamos primero qu es, cules son las condiciones del mismo
y qu debemos esperar. Este estudio quiere ser una pequea
contribucin para entenderlo. Oramos para que estimule el
pensamiento cristiano y nos prepare para el amor verdadero y
eterno.

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