Apéndice Sobre El Idealismo Trascendental

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Apndice sobre el Idealismo Trascendental

[291] El siguiente tratado remite exclusivamente a la


primera edicin de la Crtica de la razn pura, la nica
que haba aparecido en ese entonces. Unos meses despus
de este tratado, apareci la segunda edicin del trabajo
kantiano, aumentada con aquella Refutacin del idealismo,
de la cual habl largamente en la Introduccin antepuesta a
esta segunda edicin de mi escrito.
El idealista trascendental dice Kant en la seccin que se
acaba de citar (p. A 370) puede, en cambio, ser un realista
emprico y, consiguientemente, un dualista, como se lo
llama, esto es, puede admitir la existencia de la materia sin
salir de la mera autoconciencia y asumir algo ms que la
certeza de las representaciones en m, por consiguiente,
admitir el cogito ergo sum. Pues, porque no admite esta
materia, e incluso su mera posibilidad interna en cuanto
fenmeno que nada significa separado de nuestros
sentidos, tal materia es para l slo una clase de
Revista Observaciones Filosficas Traducciones / 2006
2 14 H ugo Renato Ochoa F riedrich Heinrich
Jacobi

representaciones (intuiciones) que se llaman externas, no


como si se refirieran a objetos exteriores en s mismos,
sino porque [294] relacionan percepciones con un espacio
en el que las cosas se hallan unas fuera de las otras, el
espacio mismo, empero, est en nosotros. Desde el
comienzo nos hemos pronunciado a favor de este
idealismo...
(A 372) Si se considera los fenmenos como
representaciones producidas en nosotros por sus objetos en
cuanto cosas en s exteriores a nosotros, no se concibe
cmo podemos conocer su existencia de otro modo que
deduciendo la causa a partir del efecto, con lo cual
quedar siempre en la duda si esa causa se halla en
nosotros o fuera de nosotros. Se puede conceder que la
causa de nuestras intuiciones externas sea algo que est
fuera de nosotros, en sentido trascendental, pero ese algo
no es el objeto que entendemos por las representaciones de
la materia y de las cosas corpreas, pues stas son slo
fenmenos, es decir, meros modos de representacin que
nunca se encuentran ms que en nosotros y cuya realidad
efectiva se basa en la conciencia inmediata, exactamente
igual que la conciencia de mis propios pensamientos. El

objeto trascendental [295] nos es desconocido, tanto en


relacin con la intuicin interna como en relacin con la
externa. Pero no se trata de l, sino del objeto emprico, el
cual se llama exterior si es representado en el espacio e
interior si slo es representado en su relacin temporal, sin
embargo, espacio y tiempo se hallan ambos slo en
nosotros.
Ver antes
[299] As, pues, lo que nosotros, realistas, llamamos
objetos reales efectivos, cosas independientes de nuestras
representaciones, slo son para el idealista trascendental
seres internos, que no representan nada de la cosa que
pueda existir fuera de nosotros o a la cual el fenmeno se
pueda referir, sino determinaciones meramente subjetivas
del espritu completamente vacas de todo lo que sea
efectivamente objetivo. Representaciones, nada ms que
representaciones son esos objetos174, los cuales, en tanto
son representados como seres extensos, o series de
cambios, no tienen fuera de nuestro pensamiento ninguna
existencia fundada en s mismos (p. A 491). Ellos estos
objetos que slo son fenmenos, que no representan nada,
absolutamente nada verdaderamente objetivo, sino
siempre slo a s mismos son el mero juego de nuestras
representaciones que, [300] finalmente, terminan por ser
determinaciones del sentido interno (p. A 101).

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