Montes Graciela - El Golpe
Montes Graciela - El Golpe
Montes Graciela - El Golpe
Montes e ilustrado por Rep. En una entrevista realizada por Karina Micheletto, la autora
seala: Respeto las posiciones, pero creo que los chicos estn sometidos a la
historia y a la crueldad de la historia. De lo que tendramos que protegerlos es de
que no vivan estas cosas, no de que no sepan. El conocimiento siempre es bueno,
nos hace ms libres y ms fuertes. El no saber nunca nos protege, ms bien nos
condena.
Algunas personas piensan que de las cosas malas y tristes es mejor olvidarse.
Otras personas creemos que recordar es bueno; que hay cosas malas y tristes
que no van a volver a suceder precisamente por eso, porque nos acordamos de
ellas, porque no las echamos fuera de nuestra memoria.
menos normal que cada tanto llegaran unos tipos con tanques y
ametralladoras y se instalaran en la Casa Rosada.
Pero ninguno de esos golpes puede compararse con el que
recordamos hoy, aunque la mala costumbre de los golpes ayud
mucho a que los golpistas se instalasen con tanta facilidad en el
gobierno. Lo de 1976 y lo que sucedi despus fue lo peor que nos
haya pasado jams en toda nuestra historia.
El 24 de marzo los argentinos que encendimos la radio nos
enteramos de que las emisoras haban suspendido su
programacin habitual para entrar en cadena: eso quera decir
que, en lugar de tangos, rock o boleros, bamos a escuchar
marchas militares, partes de guerra y discursos.
Lo de la cadena radial era algo muy comn en los golpes de
Estado, los golpistas siempre tuvieron buen cuidado de, como
primera medida, amordazar a los argentinos. Una cadena radial no
espantaba a nadie: a menudo los cmicos y los humoristas hacan
chistes con ese asunto.
Sin embargo, esta vez iba a ser diferente. Para empezar, no haba
sido un golpe del Ejrcito, o de la Marina y parte del Ejrcito, como
otras veces, sino algo mucho ms grande.
Esta vez las Fuerzas Armadas en su conjunto se haban puesto de
acuerdo para cortar de un hachazo el sistema constitucional. El
Organo Supremo que se hizo cargo del gobierno (a los golpistas
les encantan las palabras altisonantes) era una Junta: estaba
integrada por un general -Jorge Rafael Videla-, un almirante
-Eduardo Emilio Massera- y un brigadier -Orlando Ramn Agosti-.
Los tres de perfecto acuerdo, los tres detrs de un nico objetivo -o
al menos era eso lo que decan en los discursos- derrotar a la
subversin, aniquilar la guerrilla.
A ro revuelto
Ese asunto de la subversin fue lo que usaron siempre para
justificar lo que sigui, todos los horrores a los que vamos a tener
que referirnos. Era un buen argumento en esa poca porque el
ltimo ao y medio haba sido catico y violento y la gente andaba
bastante desorientada. Los precios haban estado subiendo da a