Diecisiete para Cultura de Íñigo Ovejero
Diecisiete para Cultura de Íñigo Ovejero
Diecisiete para Cultura de Íñigo Ovejero
Captulo 2 Nostalgia
All tengo la esperanza. En San Lorenzo conoc mi primera amistad
de esa tierra, Elena. Elena era una chica de rizos morenos que
conoc precisamente en la escuela donde yo iba a jugar al ftbol.
No recuerdo muy bien qu tiempo haca en el pueblo, pero s me
acuerdo de que iba con un baln. Entonces, me invit a jugar. En
aquellos tiempos (ya que cuando eres pequeo no eres
consciente) me pareca raro que una nia practicara este deporte.
En cualquier caso, ella se mostr muy amable conmigo y me lo
pas muy bien. Al da siguiente, quedamos para volver a jugar y
as lo hicimos. Tengo imgenes que se me han quedado grabadas.
Mientras corramos detrs del baln, intent que ella no marcara
un gol y la hice caer. Se cay, pero en cinco segundos se levant y
seguimos jugando. Asimismo, hicimos pequeas pachangas con
chicos. Pero, sobre todo, en mi mente ha quedado retenido un
momento, un instante. Descansamos un poco y hablamos sobre
nuestras familias y de nuestros gustos en un banco, solos. Nos
dimos nuestras direcciones para enviarnos cartas y
posteriormente, nos dimos el telfono para llamarnos. Sus padres
vinieron para decirle que volviera a casa. Sin embargo, Elena les
contest que estaba conmigo y que nos dejaran un rato.
Un monte divisaba el cielo y la conversacin se alarg hasta que
mis padres me avisaron para que me fuera. Aquel fue el ltimo da
en que vi a Elena.
Tal como lo he relatado parece que fuera un momento romntico.
Pero slo ramos chavales de once y nueve aos. Dos aos de
diferencia eran los que nos separaban. Adems, en esa edad no
somos conscientes de lo que es el amor. Ni siquiera se nos pasa
por la cabeza esa palabra. Estos momentos quedarn unidos a mi
alma. Brindo por los buenos recuerdos.
_____________________________________________________
Ahora mismo all tengo una persona que se ha convertido
importantsima en mi vida, que ni nos conocemos. Su nombre es
Ainara. Hablo con ella por telfono y es una persona nica. Me
encanta como habla, y le encanta como hablo. No lo s, me
gustara conocerla o ser su amiga. Pero soy muy tmido.
Todo esto no hubiera sido posible si la casualidad (o el destino?)
no hubiera actuado en el momento preciso:
Mi madre qued con una amiga de Pas Vasco, en sus vacaciones
de verano, y fueron juntas a la Fiesta Mayor de Otsoak. All se
Captulo 3 Prembulo
Os he contado cmo nos conocimos brevemente. Pero nos he
explicado cmo me sent al or de boca de mi madre esto:
-Conoc a una chica de catorce aos cuando estuve con mi
amiga. Se llama Ainara y es una chica que le gusta mucho leer,
al igual que t. Le he propuesto a su madre que podrais
poneros en contacto. Qu te parece?
O aquella frase con indiferencia por el desconocimiento y con
inters por hablar con una persona que le encanta leer libros. As
respond a mi madre:
-Como ella quiera. Que no lo haga por obligacin.
Captulo 4 Filosofa
Siguen las conversaciones con Ainara. He hablado un montn
con ella, tanto escribiendo como por audios.
No tengo palabras Coincidimos en tantas cosas, pero nos
separa los 600 km de distancia.
Vamos a cumplir una semana de nuestra amistad y todo va viento
en popa. Las experiencias pasadas que tuvimos, las opiniones que
tenemos sobre la sociedad de hoy en da, las lecturas que nos
gustan, el atletismo como el deporte en comn
He encontrado mi alma gemela a seiscientos kilmetros? Las
amistades estn ms lejos de lo que creemos? Estamos unidos,
a pesar de lo que dista su pueblo con el mo?
Qu somos? Quines somos?
Para m, Ainara es mi amiga, como yo lo soy para ella. Nos
encanta la forma de hablar de los dos Constantemente, solemos
elogiar nuestras palabras porque coinciden con la opinin del
otro
Ella me saluda primera cada da y yo le devuelvo el saludo. Antes
me defina como alguien solitario. Ahora me siento totalmente
cmodo al hablar con ella Es alguien tan especial No hay
palabras
Me hago muchas preguntas con mltiples respuestas. Sin
embargo, la adolescencia me impide responder con una idea clara.