Jesús Amó A Judas
Jesús Amó A Judas
Jesús Amó A Judas
Juan 13.1-21
El tema principal de este capítulo es la reconciliación con el Padre. Jesús es la garantía para reconciliar a todos los hombres
con Dios.
Pregunta: ¿Cuántos discípulos tenía Jesús? De todos ellos ¿a cuantos constituyó apóstoles? A doce
V2. Entre los discípulos había uno que no había creído en Jesucristo como Dios. Empezó exactamente como los otros habían
comenzado. Pero nunca se apoderó de la verdad por fe, por lo que no fue transformado como el resto. Salmo 41.9; 55.12-14
Judas, simplemente se desilusionó.
Cubrió su decepción bajo el manto de la hipocresía.
Quizás querría ganar algo por los años que “malgastó junto a Jesús. El era ladrón.
Nunca quiso conquistar la malicia de su corazón.
Nunca aceptó el reinado espiritual de Cristo.
Se mantuvo ajeno a esto, aunque muy secretamente.
Jesús lo llamó “diablo” en Jn. 6 porque sabía que se había transformado en una persona descontenta.
Cada día que pasaba su corazón se ponía mas duro hasta ser TRAIDOR.
Jesús sabiendo esto, se prepara para lavar los pies a sus discípulos. En aquellos tiempos en noble oriental salía de los baños
públicos volvía a su casa y tenía que lavarse los pies ¿Porqué? Por que tenía los pies llenos de tierra, con impureza del camino.
¿Tenían que bañarse enteros nuevamente? NO. Solo los pies. ¿Y Quién hacía esto? El más noble de la casa? No, sino el
sirviente, el de mas baja clase.
Jesús estaba tomando este rol. El, ante sus discípulos se estaba humillando para exaltarlos a ellos.
En definitiva, Jesús estaba limpiando por completo a sus discípulos, estaba preparando todo para su muerte. Pero advierte
que entre sus discípulos había uno que no estaba limpio
Vs 11 El sabía que uno de entre todos le había entregado su vida pero nunca su corazón. Una persona que estaba cerca de El.
Que predicaba, hacía, daba todo su esfuerzo, daba su tiempo, su dedicación, que no hacía cosas malas sino buenas, que nadie
como el podía estar tan cerca del maestro como lo estaba esta persona. Este era judas. Muchos están en la misma situación.
Dan su tiempo, su vida, sus cosas, ayudan a los pobres, ayudan a otros, hacen cosas buenas, dicen: pero si yo ayudo, pero si yo
hago cosas buenas. Pero déjame decirte que Jesús conoce los corazones. Y que muchas personas aunque por fuera son buenas
por dentro tienen un corazón diferente.
Volviendo al pasaje
Ya era la noche de la pascua. El Satanás ya había puesto en su corazón traicionar a Jesús. Juan 13.2.
Satanás no podía forzarlo, pero se le sugirió el plan a través de circunstancias.
Debido a que Judas era hostil a LA VERDAD y estaba lleno de maldad...fue un instrumento fácil para el Diablo.
En Juan 13, Jesús les lava los pies a los discípulos (incluyendo a Judas)
El peor pecador del mundo era también el mejor hipócrita del mundo.
Jesús no fue engañado por su hipocresía. Juan 13.11 Jesús no estaba ajeno al corazón de Judas. También le lavaría los pies. No
lo acusaría ante todos por amor, pero si le advertiría continuamente.
En Juan 13.18-19: por otro lado…
Nadie se imaginaba que Judas sería el traidor ya que ellos tenía una excelente reputación de el.
Otra vez les advierte la traición en Juan 13.21.
Nadie se imagina quién sería: Mateo 26.22 dice que todos se comenzaron a preguntar: ¿Soy yo Señor?
Incluso Judas, para cubrir si plan, dijo: ¿Soy yo, Maestro?
Mientras los otros se autoevaluaban, el cubría mas su maldad.
Estaba preocupado en que los otros no se dieran cuenta de su plan. Su reputación valía mas ahora.
Después de haber recibido el dinero que le pagaron por traicionar a Jesús, Judas volvió, se mezcló con el grupo y actuó como si
nada anormal hubiera sucedido. Pero miren, este es el amor de Dios. Mientras Judas unas horas antes había entregado a su
Maestro, su amigo.
Jesús se había inclinado y postrado ante alguien que no lo merecía ya que había traicionado su confianza
Jesús tocó los pies de alguien que no merecía que ni se lo tocase. (Ni Juan bautista se sentía digno que le desatara el calzado)
Jesús lavaba los pies de alguien que estaba todo inmundo
Jesús servía a alguien que lo había vendido como presa
Jesús estaba amando a quién no merecía amor
Jesús le regalaba lavarle los pies, con paciencia, a cambio de las treinta piezas de plata
Jesús estaba recibiendo el mal, pero dándole el bien
Jesús estaba dando la oportunidad de arrepentimiento a alguien que ya estaba condenado
Jesús le daba esperanzas a alguien que ya estaba en manos del diablo
Jesús estaba conmovido y afligido por alguien que se suicidaría (versículo 21)
Jesús no tenía rencor de alguien que solo merecía odio y desprecio
Jesús deseaba que Judas fuese perdonado y rescatado
En el vs. 21 Jesús estaba conmovido de perder a alguien que había amado hasta el final pero que se perdería por su propia
voluntad.
Por eso debemos entender que Jesús pudo tener rencor pero no lo tuvo, hizo todo lo contrario. Por otro lado nunca debemos
pensar que Jesús consintió la traición de Judas, siempre le tiraba indirectas para que se arrepintiese. Ej. Juan 13.10
Este es el amor de Dios. Si Jesús estaría aquí se acercaría a vos sin rechazarte por todo el mal que hiciste, te buscaría, te amaría
hasta el fin.
El resto de los discípulos traicionaron también a Jesús pero se arrepintieron y volvieron a Dios.
Pero ¿Qué paso con Judas?
Cuando Judas, el que lo había traicionado, vio que habían condenado a Jesús, sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata a los jefes de
los sacerdotes y a los ancianos. --He pecado --les dijo-- porque he entregado sangre inocente. --¿Y eso a nosotros qué nos importa? --respondieron--
. ¡Allá tú! Entonces Judas arrojó el dinero en el santuario y salió de allí. Luego fue y se ahorcó. Mateo 27.3-5
Ahora, el que necesitaba ser salvado quería salvar al salvador del mundo. No permitió que el Sacrificio de Jesús sea el que lo
limpie. Judas quiso auto sacrificarse por su maldad y no creyó en que había uno que daba su vida por el. Jesús era la
garantía. Jesús era su salida. Judas no permitió que Jesús sea su salvador.
¿Qué vio Judas? Sintió remordimientos. Su mente había planeado toda maldad, su corazón estaba satisfecho, pero al ver
semejante espectáculo, su cuerpo no resistió, sus entrañas no pudieron contenerse, su cuerpo y sentimiento no querrían
quedar en silencio, sintió remordimientos.
Es que lo que estaba viendo era terrible. Estaba contemplando al hombre humilde y manso que durante tres años conoció de
cerca. Ese hombre que tenía manos para bendecir, esas manos que tocaban niños, que sanaba gente, que partía el pan,
esas manos que habían tocado sus pies ahora estaban atadas por cadenas. Sus labios que bendecían que decían palabras
de amor ahora estaban hinchados por los golpes las bofetadas, ese cuerpo sería despedazado, sería mutilado, sería
desangrado. Judas sabía lo que incluía. El cuerpo de Cristo sería totalmente destrozado inocentemente. Sería azotado con
el flagrum romano (un palo de 50 cm de largo, que tiene tiras de cuero con elementos de hueso y metal en las puntas para
desgarrar la carne viva al azotarlo).
Judas entendió lo que pasaría y quiso salvar al salvador. No creía en Cristo como Salvador. No quería creer que Cristo era el
redentor.
Jesús estaba muriendo por todos. Jesucristo estaba voluntariamente en la Cruz. El dijo que El ponía su vida por voluntad
propia. La muerte de Cristo iba más allá del error de Judas. Cristo estaba muriendo conscientemente y voluntariamente
por todo el mundo. El estaba dando su vida por cada cosa que hicieron sus discípulos, el estaba sufriendo por la maldad de
judas también, el estaba muriendo el pecado de un homicida, por los errores de una prostituta, por el error de una
traición, por el pecado de un drogadicto, por el error de un alcohólico, por el que fuma, por el que miente, por el que
engaña a su mujer, por la que traiciona a su esposo, por el que engaño a un amigo, por que el que estafó porque el que
robó, porque el que defraudó, porque el que tiene esas cosas malas que nunca le contaría a nadie por vergüenza. El murió
por cada pecado que se esta cometiendo en estos momentos, el murió por usted y por mi.
Jesús amó a Judas, pero Judas no se dejó amar… ¿lo estoy haciendo yo?