Casación #126-2012-Cajamarca
Casación #126-2012-Cajamarca
Casación #126-2012-Cajamarca
CASACIN N 126-2012-CAJAMARCA
DOCTRINA JURISPRUDENCIAL: Delimitacin de los alcances interpretativos
de la circunstancia agravada en la condicin de educador prevista en el inciso 2 del
artculo 297 del Cdigo Penal
Lima, trece de junio de dos mil trece
VISTOS, en audiencia pblica, el recurso de casacin concedido por las causas
establecidas en los numerales primero y tercero del artculo 429 del Cdigo Procesal
Penal, a la defensa tcnica del encausado don Elmer Amrico Arribasplata Vargas;
emitindose la decisin bajo la ponencia del seor Salas Arenas, Juez de la Corte
Suprema.
Primero: Decisin cuestionada
Lo es la sentencia de vista del nueve de marzo de dos mil doce -folios doscientos
cincuenta y ocho a doscientos sesenta y siete-, que confirm la sentencia de primera
instancia del veinticinco de noviembre de dos mil once -folios ciento cincuenta y siete a
ciento setenta y cinco-, en el extremo que conden al encausado como autor del delito
contra la salud pblica posesin de drogas txicas para trfico- en agravio del
Estado; y la revoc en el extremo que le impusieron veinte aos de pena privativa de
libertad y, reformndola, le fijaron quince aos de sancin, y la confirmaron en el
extremo que le impusieron 250 das multa, fijndose en diez nuevos soles el da
multa, e inhabilitacin para ejercer la profesin de educador, por el periodo de
cinco aos con lo dems que contiene.
Segundo: Del itinerario de la causa en primera instancia
2.1. El encausado Arribasplata Vargas fue procesado penalmente con arreglo al nuevo
Cdigo Procesal Penal. El seor Fiscal Provincial, mediante requerimiento de veinte de
junio de dos mil once -folios uno a ocho-, formul acusacin en su contra por el delito
contra la salud pblica posesin de drogas txicas para el trfico-, previsto en el
segundo prrafo del artculo 296 concordado con el inciso 2 del artculo 297 del
Cdigo Penal, en agravio del Estado.
2.2. El seor juez de la investigacin preparatoria llev a cabo la audiencia de control de
la acusacin -conforme se advierte del acta de diecisiete de agosto de dos mil once de
los folios nueve a veinticuatro-. El auto de citacin a juicio fue expedido por el Juzgado
Penal Colegiado (nueve de setiembre de dos mil once -ver folios veinticinco a
veintisiete del cuaderno de debate-).
2.3. Seguido el juicio de primera instancia -como se advierte de las actas de los folios
cincuenta y dos, setenta y cuatro, setenta y nueve, noventa y tres, ciento nueve, ciento
treinta y siete y ciento cuarenta y tres-, el Juzgado Penal Colegiado dict la sentencia de
veinticinco de noviembre de dos mil once -folios ciento cincuenta y siete a ciento
setenta y cinco-, que lo conden como autor del delito contra la salud pblica posesin
de drogas txicas para el trfico- en agravio del Estado, imponindole veinte aos de
sancin, fijando en veinte mil nuevos soles el monto de la reparacin civil.
2.4. El seor abogado defensor del encausado Arribasplata Vargas interpuso recurso de
apelacin mediante escrito de los folios ciento sesenta y siete a ciento ochenta y nueve.
Dicho recurso fue concedido mediante auto de nueve de diciembre de dos mil once de
folios ciento noventa y ciento noventa y uno.
forma que la actividad de subsuncin del hecho en la norma sea verificable con relativa
certidumbre. Esta exigencia de lex certa no puede entenderse, sin embargo, en el
sentido de exigir del legislador una claridad y precisin absoluta en la formulacin
de los conceptos legales. Ello no es posible, pues la naturaleza propia del lenguaje,
con sus caractersticas de ambigedad y vaguedad, admiten cierto grado de
indeterminacin, mayor o menor, segn sea el caso. Ni siquiera las formulaciones
ms precisas, las ms casusticas y descriptivas que se puedan imaginar, llegan a
dejar de plantear problemas de determinacin en algunos de sus supuestos, ya que
siempre poseen un mbito de posible equivocidad. Por eso se ha dicho, con razn, que
en esta materia no es posible aspirar a una precisin matemtica porque esta escapa
incluso a las posibilidades del lenguaje1. En definitiva, la certeza de la ley es
perfectamente compatible, en ocasiones, con un cierto margen de indeterminacin en la
formulacin de los tipos y as, en efecto, se ha entendido por la doctrina constitucional2.
El grado de indeterminacin ser inadmisible, sin embargo, cuando ya no permita al
ciudadano conocer qu comportamientos estn prohibidos y cules estn permitidos3.
Como lo ha sostenido este Tribunal en el caso Encuesta a boca de urna (Exp. N 0022001-AI/TC), citando el caso Connally vs. General Construction Co., de la Corte
Suprema Norteamericana, una norma que prohbe que se haga algo en trminos tan
confusos que hombres de inteligencia normal tengan que averiguar su significado y
difieran respecto a su contenido, viola lo ms esencial del principio de legalidad
(fundamento jurdico N 6).
Esta conclusin tambin es compartida por la jurisprudencia constitucional comparada.
As, el Tribunal Constitucional4 de Espaa ha sostenido que la exigencia de lex certa
no resulta vulnerada cuando el legislador regula los supuestos ilcitos mediante
conceptos jurdicos indeterminados, siempre que su concrecin sea razonablemente
factible en virtud de criterios lgicos, tcnicos o de experiencia, y permitan prever
con suficiente seguridad, la naturaleza y las caractersticas esenciales de las
conductas constitutivas de la infraccin tipificada5 () El lmite de lo admisible,
desde el punto de vista constitucional, quedar sobrepasado en aquellos casos en que el
tipo legal no contenga el ncleo fundamental de la materia de prohibicin y, por lo
tanto, la complementacin ya no sea solo cuantitativa, sino eminentemente cualitativa.
Nuevamente, en la jurisprudencia constitucional comparada se ha legitimado la
existencia de esta indeterminacin tpica con relacin a los elementos o conceptos
normativos, los mismos que pueden tener un cierto carcter de indeterminacin
(pues bajo el trmino concepto jurdico indeterminado se incluyen multitud de
supuestos), pero debe tenerse en cuenta que no vulnere la exigencia de la lex certa (...)
la regulacin de tales supuestos ilcitos mediante conceptos jurdicos
indeterminados, siempre que su concrecin sea razonablemente factible en virtud
de criterios lgicos, tcnicos y de experiencia, y permitan prever, por consiguiente,
con suficiente seguridad, la naturaleza y las caractersticas esenciales de las
1
CURY URZA, Enrique. La ley penal en blanco. Temis, Bogot, 1988, p. 69.
FERNNDEZ SEGADO, Francisco. El Sistema constitucional espaol. Dykinson, Madrid, 1992, p.
257.
3
En este sentido, BACIGALUPO, Enrique. Manual de Derecho Penal. Parte general. Temis, Bogot,
1989, p. 35.
4
BUSTOS RAMREZ, Juan. Introduccin al Derecho Penal. Temis, Bogot, 1986, p. 62;
VILLAVICENCIO TERREROS, Felipe. Lecciones de Derecho Penal. Parte general. Cultural Cuzco,
Lima, 1990, p. 61.
5
STC 69/1989.
2
CASTILLO ALVA, Jos Luis. Jurisprudencia penal 1. Sentencias de la Corte Suprema de Justicia de
la Repblica. Grijley, Lima, 2006, p. 232.
7
Conforme se aprecia en el sexto considerando del folio 24.
8
PRADO SALDARRIAGA, Vctor. Agravantes relacionadas con la condicin del agente [incisos 1, 2,
3]. Criminalidad organizada. Idemsa, Lima, pp. 138-139.
mayor alarma social, al constituir una conducta de mayor disvalor, al traficar y/o
comercializar los estupefacientes en ambientes donde circulan personales especialmente
vulnerables, generndose una vulneracin de entidad considerable al bien jurdico
tutelado. La agravante in comento tiene como antecesor directo el Acuerdo
Sudamericano sobre Estupefacientes y Psicotrpicos de 1973, el mismo que en su
primer protocolo adicional (artculo 3 inciso j) tipificaba como circunstancia agravante
especifica el hecho de que el agente tenga la condicin de docente o educador de la
niez o juventud. Resulta importante destacar que para la adecuacin de esta
agravante no bastar que el sujeto activo sea educador, sino que el
comportamiento sea realizado en el ejercicio de su profesin9.
2.4. A criterio de este Supremo Tribunal, la agravante sub examine, se funda en la
deslealtad con la causa pblica y la mayor facilidad y trascendencia para la
difusin de drogas en el entorno del educador, esto es, la mayor cercana y autoridad
frente a grupos de estudiantes, recalcando que es determinante el ttulo y/o la posicin
funcional como educador en cualquier nivel de enseanza. De lo que se desprende que
para configurar dicha agravante no solo se requiere que el imputado tenga la
condicin de educador, sino que su accionar delictivo se haya verificado en el
contexto y aprovechando el ejercicio de su condicin de tal, con el consiguiente
grave riesgo de los alumnos, sea que no hubieran alcanzado una edad que les
permita comprender las posibles consecuencias del consumo al que pudieran ser
inducidos por el comportamiento de su maestro o que pudieran ser influidos
negativamente, pese a su mayoridad al consumo de estupefacientes.
2.5. En dicha lnea argumental, cabe subrayar que tal agravante es independiente de la
que correspondera si el sujeto activo del delito adems se sirve de los menores para
la comisin del hecho delictivo, prevalindose de su situacin de ascendencia sobre
ellos o si traficara en sede educativa o su entorno, en cuyo caso se configurara
concurso de agravaciones.
2.6. El considerar el solo hecho de la condicin de docente (profesional o no
profesional) importara la implantacin de una forma de Derecho Penal de autor que el
Estado Democrtico recusa y que dara lugar a paradojas tales como castigar por la
modalidad agravada al profesor graduado que nunca ejerci la docencia, que hubiera
perpetrado trfico ilcito de drogas sin nexo alguno con la actividad educativa.
2.7. A raz de lo expuesto, la configuracin de la referida agravante estar supeditada a
la verificacin de los siguientes elementos: a. De modo general, la agravante se funda
en la deslealtad con la causa pblica de la educacin y la mayor facilidad y
trascendencia para la difusin de drogas en su entorno de poblacin vulnerable; b. El
agente tiene la profesin de educador, de lo que se exige como medio probatorio, de
modo general, el ttulo profesional de educador; c. El agente se desempea como
educador (sin titulacin) en cualquier nivel de enseanza; d. El accionar delictivo debe
viabilizarse en el entorno educativo, en cuyo contexto el sujeto activo instrumentaliza su
condicin de educador; e. Pero el hecho puede ser adicionalmente cometido en el
interior o en otros ambientes vinculados a la enseanza, verbigracia, centros deportivos
donde se practica deporte, dado que el mayor reproche se funda en que hay mayor
capacidad de difusin de la droga porque la oferta se puede hacer llegar a un mayor
nmero de personas vulnerables.
2.8. Aunado a ello, es preciso resaltar que cuando el legislador incorpor dicha figura a
9
PEA CABRERA FREYRE, Alonso R. Trfico ilcito de drogas y delitos conexos: Perspectivas
dogmticas y poltico-criminales. Jurista Editores, Lima, 2009, pp. 177-178.
la ley, tuvo en miras prevenir desde el inicio el consumo de drogas de los educandos
que concurren a un establecimiento pblico o privado -debido a que la ley no distinguea formarse. Nada puede ser ms nefasto, para quien busca tomar una educacin sana en
el ms puro sentido, que se le proporcione droga para que consuma. No haca falta que
la ley pusiera nfasis en aclarar: abusando de sus funciones especficas, en virtud de que
ninguna funcin, aun administrativa, puede estar relacionada con el delito de trfico
ilcito. Valga recordar que educar es encaminar, dirigir, doctrinar, a la par que tambin
implica desarrollar las facultades intelectuales y morales de quien recibe esa educacin,
por medio de preceptos, ejercicios y primordialmente [sic] ()10.
2.9. Es de anotar que la ley no ha establecido una circunstancia especial vinculada
a la edad de las vctimas (alumnos o estudiantes) por lo que no existe referente etario
que implique mayor desvalor especfico, cuando no, es su caso de orden genrico
(artculo 46 del Cdigo Penal).
2.10. A criterio de este Supremo Tribunal no se configur la agravante objeto de
acusacin y condena, por lo que la calificacin legal es la que corresponde al tipo
base, pero de la segunda parte del primer prrafo del artculo 296 del Cdigo
acotado.
TERCERO: DEL QUNTUM DE LA PENA A IMPONER
3.1. Como segundo nivel de anlisis, compete referirse al quntum de pena impuesta; a
tenor de lo expuesto precedentemente, cabe sealar que la pena impuesta por la Sala de
Fallo, contenida en la agravante prevista en el inciso dos del artculo doscientos noventa
y siete del Cdigo Penal, supona una sancin conminada no menor de 15 ni mayor de
25 aos de privacin de libertad y de 180 a 365 das multa, pero al haberse recalificado
la conducta, es pertinente aplicar la sancin legalmente correspondiente a quien afecta
al tipo base previsto en la segunda parte del primer prrafo del artculo 296 del
Cdigo acotado, que tiene como lmites de punicin no menor de seis ni mayor de
doce aos de pena privativa de la libertad, y 120 a 180 das multa; teniendo en cuenta la
forma en que sucedieron los hechos y al no existir circunstancia de atenuacin (teniendo
en consideracin sus condiciones personales, al ser un agente con treinta y tres aos de
edad aproximadamente, natural de Casero de Tantachaual Bajo del Distrito de San
Silvestre - Cajamarca, soltero, con grado de instruccin superior y sin antecedentes
penales), corresponde imponrsele la sancin de seis aos de privacin de libertad.
3.2. Asimismo, es pertinente sealar que no se vulnera el derecho de defensa del
encausado ni sus derechos fundamentales, puesto que se mantiene la homogeneidad del
bien jurdico protegido, la inmutabilidad de los hechos y las pruebas, coherencia entre
los elementos fcticos y normativos para realizar la correcta adecuacin del tipo y
esencialmente no se produjo agravio al encausado.
CUARTO: DE LA INAPLICACIN DE LA INHABILITACIN PREVISTA EN
EL INCISO 4 DEL ARTCULO 36 DEL CDIGO PENAL FIJADA POR LA
SALA SENTENCIADORA
Es de resaltar, como se glosa en la sentencia recurrida, que se impuso al encausado pena
de inhabilitacin, sin embargo, al haberse acreditado que la conducta delictiva se
encuadra en el tipo penal previsto en el segundo prrafo del artculo 296 del Cdigo
Penal, que no sanciona al agente activo con tal inhabilitacin, corresponde dejarla sin
efecto.
DECISIN
10
CORNEJO, Abel. Estupefacientes. 2 edicin actualizada, Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 2009, pp.
176-177.
Por ello, impartiendo justicia a nombre del pueblo, los integrantes de la Sala Penal
Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la Repblica acordaron:
I. POR UNANIMIDAD, DECLARAR FUNDADA LA CASACIN y, en
consecuencia, NULA la sentencia de vista del nueve de marzo de dos mil doce -folios
doscientos cincuenta y ocho a doscientos sesenta y siete-, que confirmando y revocando
la sentencia de primera instancia conden a don Elmer Amrico Arribasplata Vargas
como autor del delito contra la salud pblica posesin de drogas txicas para trfico
en la modalidad agravada del inciso 2 del artculo 297 del Cdigo Penal y artculo
296 segundo prrafo del acotado Cdigo en agravio del Estado; le impone la condena
de 15 aos de pena privativa de libertad; y confirm la reparacin civil de 20,000
nuevos soles y 200 das multa, fijndose en diez nuevos soles el da multa, e
inhabilitacin para ejercer la profesin de educador, por el periodo de cinco aos;
en consecuencia:
Actuando en sede de instancia y emitiendo pronunciamiento de fondo:
II. POR UNANIMIDAD, REVOCARON la sentencia de primera instancia que
conden a don Elmer Amrico Arribasplata Vargas como autor del delito contra la salud
pblica posesin de drogas txicas para trfico- en agravio del Estado, conforme al
inciso 2 del artculo 297 y al artculo 296 segundo prrafo del Cdigo Penal;
imponindole 20 aos de pena privativa de libertad, y
III. REFORMNDOLA: CONDENARON a don Elmer Amrico Arribasplata
Vargas como autor del delito contra la salud pblica posesin de drogas txicas para
trfico, bajo el supuesto normativo previsto en el segundo prrafo del artculo 296 del
Cdigo Penal; LE IMPUSIERON seis aos de pena privativa de libertad que con el
descuento de carcelera que viene sufriendo desde el veinticuatro de diciembre de dos
mil diez vencer el veintitrs de diciembre de dos mil diecisis.
IV. POR MAYORA, CONFIRMAR la apelada en cuanto impuso 200 das multa al
citado procesado, fijndose en diez nuevos soles el da multa.
V. POR UNANIMIDAD, DEJAR SIN EFECTO la inhabilitacin impuesta al
aludido encausado.
VI. POR UNANIMIDAD, ESTABLECER como doctrina jurisprudencial
vinculante lo sealado en los acpites 2.4 al 2.9 de la presente Ejecutoria Suprema -de
conformidad con el inciso cuarto del artculo cuatrocientos veintisiete del Cdigo
Procesal Penal -, respecto a las exigencias para la configuracin de la agravante sub
examine.
VII. DISPONER que la presente sentencia casatoria se lea en audiencia pblica por
intermedio de la seorita Secretaria de esta Suprema Sala Penal; y acto seguido, se
notifique todas las partes apersonadas a la instancia e incluso a las no recurrentes.
VIII. PUBLICAR la presente sentencia en el Diario oficial El Peruano, conforme a
lo previsto en la parte in fine del inciso tres del artculo cuatrocientos treinta y tres del
Cdigo Procesal Penal. Interviene el seor Juez Supremo Rozas Escalante por licencia
de la seora Jueza Suprema Tello Gilardi.
S.S. VILLA STEIN; PARIONA PASTRANA; SALAS ARENAS; BARRIOS
ALVARADO; ROZAS ESCALANTE
EL VOTO SINGULAR DEL SEOR SALAS ARENAS, EN CUANTO A
COMPURGAR LA PENA DE MULTA IMPUESTA AL ENCAUSADO POR
RAZN DE LA DETENCIN QUE VIENEN SUFRIENDO, TIENE EL
FUNDAMENTO SIGUIENTE:
Si no queda ms remedio que hacer uso de criterios genricos por falta de datos suficientes acerca de la
situacin econmica del acusado, creo que lo ms adecuado es acudir al principio in dubio pro reo, y
optar, en consecuencia, por la solucin que resulte ms favorable para el acusado. En la prctica, el
criterio apuntado supondr fijar la cuota diaria de multa en la cuanta mnima prevista por la ley, salvo en
aquellos casos en los que se disponga de datos que, aun siendo incompletos, revelen que el acusado tiene
capacidad econmica para soportar el pago de una multa con una cuota diaria superior a la mnima legal.
Claro est, esa solucin puede conducir a imponer multas nfimas a condenados que, tal vez, cuenten con
recursos econmicos suficientes para afrontar el pago de una multa de importe ms elevado. Pero resulta
preferible asumir este riesgo en vez de atribuir al acusado, sin ningn fundamento objetivo ni datos
acreditados, una capacidad econmica que puede ser realmente inexistente, y que, a la postre, puede dar
lugar a la correspondiente responsabilidad personal subsidiaria de aquel por imposibilidad de hacer
efectivo el pago de la multa. Al fin y al cabo, estamos ante una cuestin que si bien no afecta a la
determinacin de la culpabilidad del acusado, s incide directamente en la extensin de la pena a imponer,
aunque se trate de una pena pecuniaria. Ver CACHN CADENAS, Manuel. La pena de das-multa: El
difcil juicio sobre la capacidad econmica del acusado. En: Problemas actuales de la justicia penal. Joan
Pic i Junoy (director), Bosch, Barcelona, 2001, p. 194.
12
DU PUIT, Joseph. La pena de multa. En: Anuario de Derecho Penal. El sistema de penas del nuevo
Cdigo Penal. Jos Hurtado Pozo (director), Grijley, Lima, 1999, p. 174.
Agregando que generalmente la documentacin procesal que hemos revisado presenta los siguientes
defectos:
Determinacin parcial del monto pecuniario de la pena de multa.
Percepcin errnea de la multa como pena accesoria.
Extensin indebida de la suspensin de la ejecucin de la pena a la multa.
Aplicacin errnea de la pena de multa en un rgimen de reserva de fallo condenatorio.
Deficiencias en la utilizacin de las normas sobre cumplimiento del pago de la multa.
PRADO SALDARRIAGA, Vctor. Problemas y desarrollos jurisprudenciales en la aplicacin de la pena
de multa. En: II Congreso Internacional de Derecho Penal. Consecuencias jurdicas del delito.
Pontificia Universidad Catlica, Ara Editores, Lima 1997, p. 341.
14
Ver la sentencia emitida en el Exp. N 03425-2010-PHC/TC-Lima, del 14 de enero de 2011.
MIR PUIG, Santiago. Derecho Penal. Parte general. 4 edicin, Reppertor, Barcelona, 1998, p. 77.
BACIGALUPO, Enrique. Principios de Derecho Penal. Parte general. 2 edicin, Akal, Madrid, 1990,
p. 36.
17
ZAFFARONI, Eugenio Ral. Derecho Penal. Parte general. 2 edicin, Ediar, Buenos Aires, 2002, p.
112.
18
Ver sentencia del Tribunal Constitucional recada en el Exp. N 8125-2005-PHC/TC.
16
Fecha de
detencin
Sentencia
de primera
instancia
Das de
detencin (a
la fecha de
emisin de
la citada
sentencia)
Imposicin
concreta de
la pena de
multa
Aplicacin
del segundo
prrafo del
artculo 47
del Cdigo
Penal (1x2)
Estado de
cumplimiento
Elmer
Arribasplata
Vargas
24 de
diciembre
de 2010
25 de
noviembre
de 2011
11 meses y
1 da = 331
das
120 dasmulta
331x2 = 662
(dplica de
das de
detencin):
dimensin
mayor a 120
das-multa
Compurgada