Peña Angel - La Misa Es Una Fiesta Con Jesus
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LA MISA
UNA FIESTA CON
JESS
LIMA PER
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Nihil Obstat
P. Ignacio Reinares
Vicario Provincial del Per
Agustino Recoleto
Imprimatur
Mons. Jos Carmelo Martnez
Obispo de Cajamarca (Per)
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NDICE GENERAL
INTRODUCCIN
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b) La limosna o donacin.
c) Lavatorio de las manos.
d) Orad hermanos y oracin.
e) Prefacio y Santo.
f) Plegaria eucarstica.
Rito de la comunin
a) Padrenuestro.
b) Rito de la paz.
c) Fraccin del pan.
d) Comunin del sacerdote y del pueblo.
e) Oraciones antes o despus de la comunin.
Rito de conclusin.
a) Oracin despus de la comunin.
b) Bendicin final.
c) Canto de despedida.
TERCERA PARTE: REFLEXIONES
Reflexiones. Testimonios.
Testimonio de Catalina Rivas.
Glosario.
CONCLUSIN
BIBLIOGRAFA
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INTRODUCCIN
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PRIMERA PARTE
LA MISA
En esta primera parte, queremos hacer unas reflexiones
sobre lo que es la misa y la importancia de la misa dominical
en la vida de cada cristiano. Igualmente, la comunin es
sumamente importante, pues la misa sin comunin quedara
incompleta.
LA MISA
La misa es el memorial de la pasin, muerte y
resurreccin de Jess. Memorial es hacer vivo y real entre
nosotros, ahora, un acontecimiento salvfico que tuvo lugar en
tiempos pasados. El sacerdote en la misa actualiza, renueva y
realiza eficazmente la obra de la Redencin: la pasin, muerte
y resurreccin de Jesucristo. Por eso, decimos que la misa es el
memorial de la Redencin. Pero cul es la esencia de la
Redencin? El ofrecimiento que Jess hizo de s mismo al
Padre desde el primer momento de su existencia y que tuvo su
punto clave y culminante en la cruz. Por eso, en sentido
estricto, podemos decir que la misa es el ofrecimiento que
Jess hizo de s mismo en la cruz, derramando su sangre por
nosotros. Pero de modo ms amplio, podemos decir que la misa
es el ofrecimiento que Jess hizo de s mismo en cada
momento de su vida y que sigue haciendo hasta el fin del
mundo.
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In ep 1 ad Cor XXXVI, 5.
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EL DOMINGO
Es un da de fiesta y de alegra para el cristiano. Es un
da de descanso, un da para estar con la familia, y para orar y
dar gracias a Dios, ayudando a los hermanos. En este da de
descanso, la familia y Dios deben estar unidos: descansar para
estar en familia y para ir juntos a celebrar 1a alegra de la
resurreccin de Jess a la misa dominical. Por eso, hay que
hacer del domingo, da del Seor, el da grande de los
cristianos. Un cristiano sin la misa del domingo no puede ser
un buen cristiano. El domingo no hay que confundirlo con un
da de descanso y diversin. Y los que no pueden asistir por
trabajo o enfermedad o cualquier causa grave, pueden or misa
por radio o televisin.
Tambin es importante anotar que el domingo,
adems de ser un da para la familia, debe ser da de
fraternidad, pensando en los hermanos ms necesitados.
Deca el Papa Juan Pablo II: Por qu no dar al da
del Seor una mayor insistencia en el compartir, poniendo
en juego toda la creatividad de que es capaz la caridad
cristiana? Por ejemplo, invitar a comer a alguna persona
sola, visitar enfermos, proporcionar comida a alguna
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empleado de la vida.
Juan Pablo II deca: No temis! Abrid de par en
par las puertas a Cristo! (DD 7). Gritad con todas las
fuerzas de vuestra vida en silencio, pero de todo corazn:
Por Cristo, con l y en l, a Ti Dios Padre omnipotente en
la unidad del Espritu Santo, todo honor y toda gloria por
los siglos de los siglos. Amn. Que estas palabras sean para
nosotros como un canto de amor y de alabanza que debe
resonar con fuerza en cada misa para expresarle a Jess
nuestra entrega total. Un canto que debe continuar durante
todo el da y todos los das, como expresin de nuestro
amor y de nuestra entrega.
Por consiguiente, no nos perdamos ninguna misa,
pues una misa que se pierde, se pierde para toda la
eternidad. Las gracias que podamos haber recibido nunca
las podremos recibir.
LA COMUNIN
El momento de la comunin es el momento ms
sublime para nosotros, porque es el momento de mayor
cercana y encuentro con Dios trino por medio de Jess, el
hombre Dios. Es el momento de mayor identificacin con
Jesucristo. Durante los momentos en que las especies
eucarsticas estn presentes en nosotros, hay entre Jess y
nosotros una identificacin plena; sobre todo, si el alma esta
abierta a Dios con el alma en gracia. De ah que hay que darle a
la comunin la mxima importancia. Segn la Ordenacin
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SEGUNDA PARTE
LA MISA PASO A PASO
ANOTACIONES PREVIAS
En la misa o cena del Seor el pueblo de Dios es
congregado bajo la presidencia del sacerdote, que acta en
la persona de Cristo, para celebrar el memorial del Seor
o sacrificio eucarstico... Cristo est realmente presente en
la misma asamblea congregada en su nombre, en la
persona del ministro, en su palabra y ciertamente de una
manera sustancial y permanente en las especies
eucarsticas (OGMR 27).
En cada misa vamos a alabar y dar gracias a Dios
uno y trino por todos los beneficios recibidos. Como nos
dice el Catecismo de la Iglesia catlica: La Eucarista es un
sacrificio de accin de gracias al Padre... por todo lo que
ha realizado mediante la creacin, la redencin y la
santificacin. Eucarista significa ante todo, accin de
gracias (Cat 1360). La Eucarista es tambin el sacrificio
de alabanza por medio del cual la Iglesia canta la gloria
de Dios en nombre de toda la creacin... a travs de Cristo
(Cat 1361).
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RITOS INICIALES
a) E NTRADA Y SALUDO
En las solemnidades y fiestas, e incluso domingos,
puede haber procesin de entrada. El sacerdote puede entrar
por la puerta central o posterior del templo en procesin,
acompaado de los aclitos o de otras personas para as hacer
ms solemne la introduccin a la misa.
Mientras hay procesin, se va cantando. Si hay
incensacin, el canto concluye al terminar la incensacin del
altar. Cuando no hay incensacin o procesin solemne, el
sacerdote entra solo o acompaado por los aclitos. Se puede
cantar una cancin de entrada. Al llegar al altar, el sacerdote lo
besa.
El beso al altar, que representa a Cristo, es como un
beso a Jess, para que cuando llegue el momento de la
consagracin encuentre ese beso de amor. Por ello, es
bueno que los fieles se unan a este beso, besando en su
corazn a Jess y dicindole algo as como: Jess, te amo.
Despus, el sacerdote comienza la misa en el Nombre del
Padre y del Hijo y del Espritu Santo, haciendo la seal de
la cruz. Siempre debemos recordar que la misa es una
accin de Dios uno y trino y que las tres personas estn
siempre unidas.
A continuacin, el sacerdote saluda al pueblo,
diciendo una de las frmulas establecidas. Cuando dice: El
Seor est con vosotros, no se est refiriendo slo a las
personas presentes, que deben responder: y con tu espritu;
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b) ACTO PENITENCIAL
Despus, viene el acto penitencial segn distintas
variantes. Se trata de reconocernos pecadores y pedir
perdn a Dios de todos nuestros pecados, aunque si son
graves, debemos acudir a la confesin. Cuando se usa el Yo
confieso, nos damos tres golpes de pecho, reconociendo que
hemos pecado y pedimos perdn a Dios. Luego vienen las
invocaciones Seor, ten piedad, Cristo ten piedad, que el
pueblo repite para manifestar con claridad su
arrepentimiento y poder estar lo ms limpios posible para el
gran encuentro con Jess, que debe ser una fiesta para
todos. Es bueno confesarse, al menos, una vez al mes. Y, si
hay que confesarse en la misa, es preferible venir lo antes
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posible.
c) GLORIA
El Gloria es un antiqusimo y venerable himno con
que la Iglesia, congregada en el Espritu Santo, glorifica a
Dios Padre y al Cordero y le presenta sus splicas. El texto
de este himno no puede cambiarse por otro. Lo entona el
sacerdote o, segn los casos, el cantor o el coro, y lo
cantan o todos juntos o el pueblo alternando con los
cantores, o slo la schola. Si no se canta, al menos lo han
de recitar todos juntos (OGMR 53).
El gloria se recita o canta los domingos y fiestas o
solemnidades del ao, excepto en Cuaresma y Adviento. Es
el canto de los ngeles, pues el da de Navidad cantaban:
Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres
de buena voluntad (Lc 2,14). Unmonos a los ngeles para
recitar o cantar este himno celeste.
d) O RACIN COLECTA
Despus del gloria o, si no hay gloria, despus del
acto penitencial, el sacerdote invita a la oracin diciendo
Oremos. Y todos a una con el sacerdote permanecen un
momento en silencio para hacerse conscientes de estar en
la presencia de Dios y formular interiormente sus splicas.
Entonces el sacerdote lee la oracin que se suele
denominar colecta (OGMR 54). Se llama colecta, porque
en ella se recogen los deseos de los fieles y el sacerdote,
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LITURGIA DE LA PALABRA
Podemos decir que la misa consta de dos partes: la
liturgia de la palabra y la liturgia eucarstica tan
estrechamente unidas entre s, que constituyen un solo acto
de culto, ya que en la misa se dispone la mesa, tanto de la
palabra de Dios como del cuerpo de Cristo, en la que los
fieles encuentran instruccin y alimento (OGMR 28).
Para escuchar atentamente la palabra de Dios, debemos
tener la actitud de escucha del profeta Samuel que dijo:
Habla, Seor, que tu siervo escucha (1Sam 3, 9).
a) L ECTURAS Y SALMO .
En cada misa se leen las maravillas de Dios por medio
de las lecturas bblicas. Los fieles estn sentados y deben
escuchar atentamente, evitando todo lo que pueda distraer a los
dems. El lector debe estar bien preparado para que el pueblo
pueda entender y aprovechar lo que Dios le dice a travs de su
palabra. Los das ordinarios slo hay una lectura y el salmo
responsorial antes del Evangelio. Los domingos y
solemnidades hay dos. La primera lectura suele ser del Antiguo
Testamento y la segunda, llamada apostlica, suele tomarse de
los apstoles, especialmente de san Pablo. Entre la primera y la
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b) EVANGELIO - HOMILA
A continuacin, viene el Evangelio, ledo por el
sacerdote o por un dicono. Despus de leer, el sacerdote besa
el libro para manifestar su respeto y amor por la palabra de
Dios. Los fieles, que estaban de pie para la proclamacin del
Evangelio, se sientan para escuchar la homila, que debera
tenerse incluso los das de semana, si hay pueblo, aunque sea
brevemente. Sobre todo, se recomienda la homila en los das
feriales de Adviento, Cuaresma y tiempo pascual, y tambin en
otras fiestas y ocasiones en que el pueblo acude numeroso a la
iglesia (OGMR 66). Normalmente, suele aconsejarse que los
domingos el sacerdote no se exceda de 15 minutos. Pero no
podemos valorar la misa por el sermn, bueno o malo. No
podemos salir de la iglesia para no aburrirnos. No podemos
desairar as a Cristo presente y dar mal ejemplo a la asamblea.
La homila es parte de la liturgia y muy recomendada, pues es
necesaria para alimentar la vida cristiana (OGMR 65).
En caso de no entender lo que dice el sacerdote por
causa de los micrfonos o porque no vocaliza bien, es
preferible rezar por el sacerdote y pedir luz al Seor para
entender el Evangelio, que podemos leer por medio de la hoja
dominical o directamente en la Biblia. Es bueno que, en casa,
al menos los domingos, haya oracin en familia. En ese caso,
se podra comentar el Evangelio y hacer oraciones
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c) CREDO O PROFESIN DE FE
El credo, smbolo o profesin de fe tiende a que todo
el pueblo congregado responda a la palabra de Dios, que
ha sido anunciada en las lecturas de la sagrada Escritura y
expuesta por medio de la homila, y, para que
pronunciando la regla de fe con la frmula aprobada para
el uso litrgico, rememore los grandes misterios de la fe y
los confiese antes de comenzar su celebracin en la
Eucarista (OGMR 67).
El credo es muy importante en la celebracin de los
domingos y solemnidades. Es un acto de fe con el que nos
unimos a todos nuestros antepasados en la fe, que lo recitaron a
travs de los siglos. Es bueno, en ese momento, recordar que la
misa que estamos celebrando, aunque tenga algunas variantes
secundarias o se celebre en distinta lengua, es la misma misa a
la que asistan los primeros cristianos y que, desde el primer
siglo, rezaban el credo. Se llama credo de los apstoles o
smbolo de los apstoles, porque resume fielmente la fe que los
apstoles transmitieron desde el principio.
Este credo, cuya base exista desde los apstoles, fue
estructurado en el siglo II. San Hiplito, el ao 215, en su
libro Tradicin apostlica lo recita as: Creo en Dios padre
todopoderoso y en Jesucristo, hijo de Dios, que naci del
Espritu Santo y de la Virgen Mara, fue crucificado bajo
Poncio Pilato, muerto y sepultado, resucit el tercer da,
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LITURGIA EUCARSTICA
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b) L A LIMOSNA O DONACIN
La limosna puede recogerse inmediatamente antes de la
procesin de las ofrendas, dejando un espacio vaco en el que
se puede cantar alguna cancin. De esta manera, la
presentacin de la limosna, se hace en unin con las ofrendas
del pan y del vino. En otros lugares, se recoge la limosna
mientras se hace la procesin y la oracin sobre las ofrendas.
Pero durante la procesin de las ofrendas se acompaa con el
canto del ofertorio.
Lo que s se debe tener muy en cuenta es que lo que
damos, lo estamos dando a Dios. Antiguamente, era
obligatorio dar el diezmo de los ingresos, es decir, la dcima
parte; y en los pueblos tambin daban las primicias o primeros
frutos de la tierra, y se los llevaban al sacerdote. Dentro de la
Iglesia catlica hay grupos especiales a quienes se les inculca
esta prctica, pero la Iglesia no obliga, pues la inmensa
mayora de catlicos no la cumpliran.
Sin embargo, es bueno saber que Dios ha prometido
abundantes bendiciones a quienes con generosidad cumplen
esta prctica, como un reconocimiento de que todos los bienes
que tenemos, incluso el sueldo que recibimos, es un regalo de
Dios que nos da la vida, la salud y el trabajo. Podemos leer los
textos Mal 3, 8-10; Eclo 35, 11-13; Mt 19, 29; 2 Co 9, 7-8.
Dios nunca se dejar ganar en generosidad. Por tanto,
seamos generosos, pensando que, al contribuir en la limosna de
la misa, estamos dndolo a Dios. Al fin de cuentas, Dios nos da
todo lo que tenemos: vida, salud, dinero, familia, fe Si
estuviramos enfermos, qu no haramos para curarnos?
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e) PREFACIO Y SANTO
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Y con tu espritu.
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Es justo y necesario.
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RITO DE LA COMUNIN
a) PADRENUESTRO
Comienza la ltima parte de la misa con la oracin
dominical u oracin del Seor, que es el padrenuestro.
Despus, contina el sacerdote con otra oracin que es
como ampliacin de la ltima peticin: lbranos del mal. Y
comienza: Lbranos, Seor de todos los males y concdenos
la paz en nuestros das, para ayudados por tu misericordia
vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda
perturbacin, mientras esperamos la gloriosa venida de
nuestro Salvador Jesucristo.
Y todos responden: Tuyo es el reino, tuyo el poder y
la gloria por siempre Seor.
b) RITO DE LA PAZ
A continuacin, el sacerdote con las manos
extendidas y en voz alta dice la oracin: Seor Jesucristo,
que dijiste y, al terminarla, extendiendo y juntando las
manos, anuncia la paz, vuelto al pueblo, mientras dice:
La paz del Seor est siempre con vosotros, y el pueblo
responde: Y con tu espritu. Luego el sacerdote, si se
juzga oportuno, aade: Daos fraternalmente la paz
(OGMR 154).
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Comunin espiritual
Oh Jess mo!,
yo creo que ests presente
en el Santsimo sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas
y deseo recibirte dentro de mi alma.
Pero, como ahora no puedo hacerlo sacramentalmente,
ven, al menos, espiritualmente a mi corazn.
Y, como si ya te hubiera recibido, te abrazo
y me uno a Ti. No permitas, Seor,
que vuelva a ofenderte jams.
RITO DE LA CONCLUSIN
a) O RACIN DESPUS DE LA COMUNIN
Despus de comulgar, mientras el sacerdote limpia
el cliz y recoge las cosas del altar, es recomendable
guardar silencio para motivar la oracin personal de
agradecimiento al Seor. Los que no han comulgado,
tambin deben orar y podran decirle a Jess muchas veces:
Jess, yo te amo.
Cuando se ha terminado de distribuir la comunin,
el sacerdote y los fieles, si se juzga oportuno, pueden orar
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b) B ENDICIN
FINAL
Podis ir en paz.
Demos gracias a Dios.
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c) CANTO DE DESPEDIDA
Termina la celebracin con el canto de despedida,
mientras se retira el sacerdote del altar, aunque es bueno que el
sacerdote permanezca en el altar hasta que se termine la
cancin. En algunos lugares, los sacerdotes tienen la buena
costumbre de salir a la puerta, durante la ltima cancin, para
saludar a los feligreses. En algunos das especiales, es
conveniente tener una pequea recepcin para tomar unas
bebidas con galletas y as compartir juntos la alegra de la misa
y conocerse mejor.
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TERCERA PARTE
REFLEXIONES
En esta ltima parte, queremos expresar algunas
reflexiones con testimonios para comprender la necesidad que
tenemos de la fe para vivir realmente la maravilla y el
misterio de la misa y comprobar cmo lo han vivido otros
testigos cristianos que son un ejemplo para nosotros.
REFLEXIONES
Todo lo que hemos dicho sobre la grandeza admirable
del misterio de la misa como fuente de inmensa alegra, no lo
entienden muchos catlicos que van a misa por cumplir,
distrados y con poca fe. Y, cuando falta la fe en lo que se
celebra y no estamos seguros de que es realmente el mismo
Jesucristo, nuestro Dios y Seor, el que viene a nuestro
encuentro para celebrar una fiesta con nosotros, entonces la misa
parece un espectculo.
Un espectculo no muy divertido y quizs aburrido,
porque no se entiende nada. Algunos van a misa pensando en
que termine pronto y les molesta si el sermn u homila se
alarga un poco. Y es que, cuando falta fe y no hay amor por
Jess, la misa aprovecha muy poco o nada.
Pero si comprendiramos que todos los ngeles y santos
nos acompaan, que el cielo entero est presente, actuaramos
de otra manera. Iramos bien vestidos como a una fiesta
celestial, y nunca llegaramos tarde a la cita con Jess.
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TESTIMONIOS
a) PADRE PIETRO ALAGIANI
Era capelln del ejrcito italiano durante la segunda
guerra mundial y fue hecho prisionero el 19 de diciembre de
1942. l dice: Desde los primeros das de cautiverio, la
nostalgia por la santa misa me atormentaba ms de lo que
poda imaginar. Pero tambin en esto vino a mi encuentro
Jess, inspirndome una devocin sui generis. Recortando
lo mejor que pude una gran hostia de papel, cada maana,
despus de la meditacin, celebraba dos misas, deca todas las
oraciones de la misa con todas la ceremonias como si
realmente estuviera en el altar. Debo reconocer que aquellas
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c) PADRE CISZEK
Este sacerdote norteamericano fue misionero voluntario
a Rusia durante la segunda guerra mundial, pero lo tomaron
preso y pas cinco aos en la famosa crcel Lubianka de
Mosc. En su libro With God in Rusia, traducido al espaol
como Espa del Vaticano, va narrando sus aventuras y su
deseo inmenso de celebrar la misa. Dice as: En el campo de
trabajos forzados nmero 5, volv a celebrar la misa que no
haba podido celebrar desde los tiempos de Dubinka. Era en
un taller. Dispona de un pequeo cliz y de una patena de
nquel que haba hecho uno de los presos; el vino era de uvas
que sacaban de no s dnde y el pan lo cocan especialmente
algunos estonianos catlicos que trabajaban en la cocina. Era
peligroso que asistiesen muchos por el peligro de llamar la
atencin; pero, a medida que corri la voz, ya eran ms los
que deseaban asistir a la misa. Al cabo de cierto tiempo, el
padre Gasper y yo fuimos ms atrevidos y empec a celebrar
la misa en uno de los barracones donde la mayora eran
polacos y lituanos, y el brigada tena sentimientos religiosos...
Me cambiaron de alojamiento y mis antiguos feligreses venan
a mi nuevo alojamiento por la noche y, entre juegos de cartas y
domin, confundidos entre las conversaciones de los dems,
los confesaba y les daba la comunin Otras veces, daba la
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d) NGUYEN V AN T HUAN
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Sine dominica non possumus: Acta de los mrtires, Ruiz Bueno, BAC,
1975, pp. 975-994.
Eusebio de Cesarea , Historia eclesistica, VII, 22, 4: PG 20, 687.
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www.grancruzada.org
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GLOSARIO
Aclito.- El que ayuda al sacerdote en la misa.
Alba.- La tnica blanca que cubre por completo al sacerdote para
celebrar los sacramentos.
Altar.- Lugar donde se celebra la misa y que representa a
Cristo.
Ambn.- Lugar desde donde se proclama la palabra de Dios.
Cliz.- Es la copa donde se consagra el vino.
Casulla.- Es el largo del manto, ms corto que el alba, que
cubre por completo al sacerdote exteriormente para la
celebracin de la misa.
Colores litrgicos.a) Morado, que indica conversin y penitencia, se usa
durante el tiempo de Adviento y Cuaresma, y para la
misa de difuntos o celebraciones penitenciales.
b) Rojo, que significa fuego, amor y sangre, se usa el
domingo de Ramos, el Viernes Santo, el domingo de
Pentecosts y en las fiestas de la cruz, de los apstoles,
evangelistas y de los mrtires.
c) Blanco, es el color del triunfo y de la fiesta. Se usa en
Navidad, Pascua y en las fiestas de la Virgen o de los
santos no mrtires y en la mayora de los sacramentos.
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