Cuadernos de Arquitectura Mesoamericana 23 PDF
Cuadernos de Arquitectura Mesoamericana 23 PDF
Cuadernos de Arquitectura Mesoamericana 23 PDF
de arquitectura
mesoamertcana
UNAM
cuadernos
de arquitectura
mesoamericana
CENTRO DE INVESTIGACIONES EN
ARQU ITECTURA Y URBANISMO
SEMI NARIO DE ARQUITECTURA
PREHISPNICA
Fundador:
Paul Gendrop t
ndice
r'.dilor:
Juan Antonio Sillcr
ED ITORIAL
Englis h ......................................................................................................................................................... 2
Fran~ais ....................................................................................................................................................... 2
Revisin Final:
Ma. Cristina Antnez M.
Traducciones:
Nathalie Boucher y Ma. Cristi na An tnez M.
Asiste ntes:
Lourdes Guevara
Julieta Toms
Harris Lee
Armado-edicin en tipogra fa electrnica:
A. M. Ediciones Electr nicas. Cuernavaca,
Morclos. Tel: (91-73) 19-03-73 (Fax)
Impresi n:
Grficos Ul trama r, S. A. Lago Superior 39.
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En l?.s libreras de la Distribuidora de Libros
de la UNAM (Centro Comercial C. U., Cen tro
Cultural Universita rio C. U.)
Prximos Nrmcros
e
e
e ARQUITECI1JRA MAYA 8
e PtNTIIRA MURAL PREHISPNICA 1
e NDICE DE LOS CUADERNOS DE ARQUITECI1JRA MESOAMERICANA 1
e ARQUITECI1JRA DEL ALTIPLANO 3
e JORNADAS DEA ROUITECfURA PREHISPNICA MESOAMERICANA VI
HOM EN1\ JE A GEORGEANDREWS
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...
Estructura arquitectnica a base de muros de tapia del sitio arqueolgico de Paqui m, Casas Grandes, Chihuahua. Foto de Juan Anton io Sillcr.
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R ECTOR
DI RECTOR
en este nmero:
autores:
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ISSN 0185-5113
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EDITOR IAL
Finalmente el arquitecto Juan Antonio Siller analiza algunas de las principales caractersticas arquitectnicas y urbanas del uso del espacio interior y
exterior, desarrolladas por las culturas norte de Mesoamrica, particularmente
del sitio arqueolgico de Paquim, Casas Grandes, en el estado de Chihuahua,
evaluando sus aportaciones en el uso de materiales y sistemas constructivos, as
como en el diseo de conjuntos habitacionales prehispnicos, que todava
conservan una similitud en muchas de sus soluciones arquitectnicas, con los
que actualmente habitan grupos indgenas en poblaciones como Taos en Nuevo
Mxico.
El Editor
Juan Antonio Siller
This issue is cled icatcd, for a seconcl time, to the recently incorporatecl subject
named The01y and HistoJy of Urbanism in Mxicv: Prchispanic Epoch 2 and is
relate el with the results of thc fundamental wo rks that were presented during the
urbanism meeting, organ ized by thc U rbanism 1\fastcr's Dcgrcc Arca of thc
Prch ispa nic Architecture Scm inar tha t depends u pon the Architecture Schoool
of the National Univcrsity of M xico.
Many of th c papcrs prcsenled in tha t urbanism meeting, celebratccl in Fcb ru ary 1992, are pub lished in this number andas wc said on thc first issuc, this
important mcctings allow us to en largc the conccption about Architecturc and
Urba nism of the mcsoa merica n cultures.
The man subject of this urhan ism seminar dcall with th e aspect about the
urban infras truc ture on mesoamerican settlcments.
The Editor
L'f~ d iteur
This paper has the aim lo outline some ideas related with the imp01tance between
urbanists and specialists on mesoamerican architecture In the first part of the work
the aztthor emphazises the background in which the dialogue is presented in the
Prehispanic Urbanism Seminar. On the other hand and as an introduction to the
theme she is offering some of Lhe ideas that were also proposed in the first seminar.
Presentacin
Este texto tiene como propsito esbozar algunas ideas en torno a la importancia que debe atribursele al
dilogo entre urbanistas y estudiosos
de la arquitectura mesoamcricana.
Por este motivo en la primera parte
del mismo hago n fasis de los antecedentes en los que se enmarca este
dilogo en el segundo Seminario
sobre el Urbanismo Prehispnico.
En segundo lugar y a manera de
introduccin al tema retomo algunas
ideas que desarrollz en el primer Seminario y que aqu sintetizo tendientes a explicar cmo la arquitectura y
su estudio fueron separndose de su
contexto hasta llcg~r a agredirlo tanto, que en la actualidad ha habido la
necesidad de ll amar la atencin al
respecto. En esta llamada de atencin afortunadamente hemos tenido
que recurri r a la historia y dentro de
este proceso no slo al estudio de los
aos que antecedieron a esa destruccin del ambiente sino a nuestras races y orgenes. 1Dc ah la importancia
y el valor de tratar de entender ca- da
vez ms el espacio en el que se desarrollaba la vida de nuestros antepasados mesoamcricanos que sin lugar
a dudas vinculaban su arquitectura
no slo a su contexto natural y creado
sino que stos estaban ntimamente
unidos entre s y al todo cultural.
Por ltimo hago aqu unas reflexiones sobre cmo el estudio del espacio dentro de la disciplina del Diseo Urbano ambiental puede permitir vincular meramente el estudio
del urbanismo con el de la arquitcc-
1 Chvez de Ortega, Estefana, Cuadcmos de Arquitectura Mesoamcricana. "La Relacin entre Arquitectura y Urbanismo Mesoamcricano".
2 Esto se refuerza por el inters del Seminario de ArquitecUira Prehispnica de publicar y difundir este dilogo a travs del presente nmero de la
revista.
3 Cabe hacer notar que por ciu,dades entendemos, en este caso, los asentamientos prehispnicos en general y en particular a sus centros ceremoniales
por diversos que stos y aq ue llos sean ya que el tema de l concepto Ciudad es motivo de otro trabaJO.
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den soslayarse y en el caso de la arquitectura en la actualidad con mucha fr ecuencia se comete el error de
no considerarlos.
Afrontar el reto actual de aceptar
que el diseo y la plancacin profesional de la arquitectura y el urbanismo no deben ser fruto de la improvisacin sino que son disciplinas muy
serias que requieren del conocimiento de muchas otras ciencias auxiliares y aceptar esto como una necesidad es hacerse el nimo de que en el
caso del conocimiento de espacio urbano, para manejarlo se requiere de
una disciplina a la que hay que llamarle por su nombre, no es posible
hablar de aquel y de las obras del
hombre, de su cultura y civilizacin
sin hablar del urbanismo.
Para hablar del Diseo Urbano
como la disciplina que liga el binomio Arquitectura-Urbanismo tanto
en general como en el caso de la
poca pehispnica, requiere como
prembulo referirse en primer lugar
a explicar, an cuando sea someramente, al por qu se fue abriendo una
brecha cada vez ms grande entre lo
que acabamos de mencionar como
binomio: Arquitectura-Urban ismo.
En segundo lugar percatarnos de las
graves consecuencias que esta separacin nos ha trado, tanto en el estudio de la arquitectura prehispnica
como en la edificacin de la contempornea. Quiz ahondando en sus
ligas dentro del horizonte prehispnico podremos percibir su condicin
de binomio ms an de la necesidad
de vincularlos nuevamente entre s
en las ciudades contemporneas y
vincular a ambos tambi n con toda la
problemtica social y ecolgica que
manifiestan ahora.
El estudio de los diseos espaciales (ahora llamados tambin ambientales) es un campo muy reciente y
esperamos permita rescatar esta vinculacin.
En manifestaciones U rbano-Arquitectnicas contemporneas, ver
la relacin real del espacio con la
arquitectura, como respuesta a necesidades, costumbres y funciones preconcebidas, y plantear mtodos de
4 Por esta raz n tampoco me apoyar en una ampl ia bibliografa, ya que ssto no es un estudio sino ms bien una "solicitud" entendida mi postura como
una afirmaci n a la necesidad de d1alogar que en este sen11nano se esta ~uscando. .
.
. .,
.
5 A este respecto podramos detenernos a citar innume rables ejem~los , baste nos refenrnos a una rec1en te pubhcacwn que pretende reumr a muchas
de ellas: la de Nu eva Conciencia, Integral Ediciones, Barcelona, 1~91.
6 Se hab la ya del diloao intcrdisciplina rio pero an poco de profesionales multidisciplinari os y de acciones transdisciplinarias.
7 La ONU a partir de Fa conferenCia mundtal del Meoio i\mbtente en Estocolmo en 1972, se ha propuesto que los pases que la conforman di aloauen
ms en tre st en torno a las invcsti;aciones que por la atencin de estos problemas y de sus consecuencias se llevan a cabo en el mundo y salvo en ~ 975
con la reunin de la muje r en Mcxico este oilogo no se ha in terru mptoo sus eventos anuales, al respecto no llevan a concluir entre otras cosas que
la contaminacin, y el deterioro se debe a la ignorancia de las cult uras "modernas" y al deseo de sta de expanderse, compe tir y explotar en todo y a
todos.
8 La Duque, Indi'! Chipewa, deca qus toda la tica de sent irse superior a la tierra y a otros seres es una filosofa ,basada en la conquis ta, no en la
experiencta de El Encuentro con la 1terra, y otros tcst tmo mos que puede uno encontrar al respecto a manera de stntests en Nueva Conc1cncw o en
muchas publicaciones ms especializadas sobre la necesidad de buscar en muy diversos patrones cult urales , no occidentales, sol uciones radicales,
permanentes y posibles, apoyadas en una transformacin anterior y en un avance hacia un cambio para una conciencia gl obal.
9 Ortega, U liscs y Chvez Estefan a.
10 Rosst , i\ldo.
Plano de Templo Mayor de Mxico y sus dependencias. Sa hagn. Manuscrito de la Bibliotca del Pa lacio Real de Madrid.
El espacio creado
Si como hemos mencionado hasta
aqu lo importante es analizar al espacio como un todo tratemos de precisar ms nuestra concepcin del
mismo en general para despus diferenciar a ste del creado.
Ante todo conviene especificar
que en tanto territorio se refiere a
una superficie perteneciente a una
11 Concepcin cada vez ms frecuentemente usada por diversos profesionales (Ecologistas, Psiclogos, Ambientalistas. Urbanistas y Paisaj istas) que
pretende que para evitar la agresin cada vez ms frecuente en nuestra ciudad deberamos integrarnos ms con nuestro entorno, con la regin, con
el llab itat.
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10
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los habitantes de estas culturas desarrollaban indudablemente mayor nmero de actividades en estas reas
que en los espacios arquitectnicos
que los delimitaban. Los espacios
abiertos cubiertos eran mucho menores en superficie que aquellos elementos arquitectnicos concebidos
para vivienda o como construcciones
monumentales. D e esta manera se
puede comprobar que en este vaco
estn el conjunto de relaciones que
vinculan estos objetos sensibles con
los seres humanos que entre ellos se
desenvuelven y los percibe n.
Por ende estos espacios exteriores
necesariamente estuvieron diseados con fines especficos, espacios
arrancados de la naturaleza para dar
funcion es y fines para los humanos.
Espacios que tenan para los habitantes del continente americano anteriores al siglo XVI muchsima mayor importancia en general que
aquellos pequeos espacios cubiertos que apenas servan para cumplir
funciones internas, amar, orar, dormir y en ocasiones para crear o desempear alguna otra de sus activi dades cotidianas. Esta costumbre de
vivir en lo interior es ms europea,
inclusive puede verse en las ciudades
renacentistas como las plazas se
abrieron para convertirse en los centros de reuniones de los habitantes
urbanos slo despus del encuentro
de ambas culturas que quiz porrazones de salud y culturales y porque
estaban deseosos de abrir tambin su
pensamiento a otras corrientes as
resultaron.
Ya se ha hablado mucho de que en
nuestras ciudades coloniales, las plazas y centros de reunin reflejan mucho de la escala monum ental con la
que conceban el diseo de los espacios colectivos nuestros antepasados
americanos. En definitiva el hecho
de haber perdido nuestra objetividad
para poder comprender mejor los
propsitos de la concepcin de los
espacios exteriores creados en los
asentamientos humanos preh ispnicos, se debe en mucho a lo que mencionaba al inicio de esta exposicin,
el haber visto slo las partes cubiertas de las ciudades contemporneas
las ciudades del pas slo con superfici es cerradas, es porque se cree en
un modelo de habitabilidad occidental. Se cuentan metros cuadrados
construdos y cubiertos y no como en
realidad es: las actividades urbanas
son en esos conjuntos no slo las que
se realizan ahora en el interior. Un
conjunto urbano como una ciudad
toda debe ser no slo el rea habitacional cubierta formada por casas y
otros espacios arquitectnicos; es un
todo con infinito nmero de funciones para las que hay que disear ms
cuidadosamente sus espacios abiertos.
Sin lugar a dudas son menos los
aos en que hombre y mujeres han
habitado el planeta tierra en reas
construdas cubiertas y delimitadas
por techos y muros que el tiempo en
que habitaron sus cuevas y otras
construcciones ms sofisticadas, pero sobre todo en espacios abiertos. Si
podemos constatar que son ms los
hombres y mujeres que han vivido en
asentamientos humanos de este ltimo tipo en donde predominan reas
abiertas vale la pena tambin pensar
que posiblemente no debamos usar
tan a la ligera conceptos como "ciudades" o seres urbanos en el sentido
en que contemplamos hoy ambos trminos a aquellos asentamientos humanos que durante los ltimos 400
aos apoximadamente hemos estudiado como tales.
Yoshinaba Ashihara, arquitecto
japons contemporneo describe en
su libro El Diseo de E spacios Exteriores, su concepcin del espacio exterior de manera casi exahustiva despus de que habiendo venido de una
cultura no occidental se enfrent en
este caso al visitar Europa, con una
manera diferente de manejarlo. El
material que aporta como resultado
de sus observaciones clarifica la percepcin del espacio exterior como
una entidad cualitativa y no como un
mero vacio.14
En su experiencia podramos basarnos para adentrarnos en el espacio creado junto con otros est~d iosos
como Gibson, Hall o Smer, 1 no sin
dejar de considerar a otros muchos
de los cuales son ya clsicos: Cullen,
13 Tse Lao, T ao Te King, La Naye de los Lqcos, Pr~ mia Ed!tora, S. A, Qui!"ta Edicin, Mxico, 1981.
.
14 Yoshinobu Ash1hara. El diSen_o de espaC!f!S extenores Ed1tor, Gustavo G1h , S. A Barcelona,1982, op. ctt.
15 Gibson, James J. The Perceptwn ofthe Vzsual World; Houghton M1ftlm Co., Boston, The Rivers1de Press, Cambridge, 1950; HALL, E DWARD T.
11
Thc /!id den Dimcnsion. Dou bl eday and Co, N ueva York, 1966; SOMMER ROBERT Tr;ht Spaces, Engl ewood Cliffs, Prcntice Hall , l nc. 1974.
l CULLEN, GORDO N. "Ciosurc", enArchiu:cw~,ul Revicw, maao de 1\155; L 'YNCII , KEVIN,J"w"'-e ufthe'Ctl); Technology Press'i 1laNard .Universitx
Prcss, Cambridge, 1960 (versin castellana,~'! tmagen de la e! u dad, EdiCIOnes InfinitO, Bue nos A ires, 196) j RAG ON !VliC I !~ E L. H!stona Mtmd10/
de la Arquitectura y el Ur~amsmo M udemos. 1o mo L Jdeolofc"IaS y p1onc_ros 1000-191 O~ !IJ.stO/re mondtale de 1'Archaecntre ct de 1 Urbamsn~e modernes.
Trad. Margarita Aqulle, EdiCiones Dsstmo 1971 , Barcc o na,, ~~pana , 296 pp.; ~ 1 fE, CAMIL.LO , Dcr -?taqtebau nach semen Kunstenschen
Grwtdsatzcn (1 edicin e n 1889) (verSIOn cas te llana, Construcctonde Ciudades sezun pnnctp tos art is!tcos, Editona l G ustavo Gth , S. A. , Barcelona,
1980); Sl'REfREGEN. PAU~- !), 1hc Archuccture oftowns and emes, J\:lcG raw ll ull3ook Com,fany, Nueva York, 1965.
17 Yoshinob u Ashihara, El dtseno de eJpac1os cx1en orcs, Editor Gustavo G1h , S. A. Barcelo na 198_, op. en.
12
The author prepared this mticle to make a comparison betweenmayan and me.:rica
urban theories to complemcnt anothcr mticle publishcd in number 16 of these
MesoamericanArchitecture Notebooks. He in di cates that asan e.:rhaustingand ve1y
clear work he did notmake differences bctwcen the prehispanic cities, designing a
general abstract model.
Antecedentes
Licenciado en Filosofa. Profesor de i Licencia/lira de Urbanismo de la Fac11/tad de Arq11ilccf11ra de la Unhersidad Nacional Alifnoma de Mexico.
13
Vista desde el norte del sitio arqueolgico de Chichn-ltz, Yucatn, Mxico. Dibujo de Tatiana Proskouriakoff.
14
no slo se agudiz sino que transform, el concepto y a las ciudades mismas en uno de los crisoles de referentes, de culturas, de valores, de visin
de vida, fundamentales para el nuevo
mundo helenstico-romano que se
creaba.
Con el empobrecimiento y desestructuracin de las ciudades durante
la alta edad media, el concepto terico de ciudad se diluy impresionantemente para ir resurgiendo durante la baja edad media y tener un
apotetico retorno definitivo en el
Renacimiento. D e all en adelante el
concepto terico de ciudad, ha sido
escenario bsico sobre el cual se ha
desarrollado todo el bagaje conceptual y la conciencia de occidente. Recordemos que la palabra y el concepto civilizacin es dentro de nuestros
vocabularios, paradigma de realizacin de una cultura y que el trmino
proviene del latn "civis", ciudad, o
sea "ciudadizacin". L o que nos viene
a decir que los logros de una cultura,
de un pueblo estn medidos por referencia a qu tan urbanizados respecto a la idea de ciudad occidental,
estn .
15
1 Cf John Bury La idea del Pror;rcso, Madrid, Al ianza, 1971. (Libro d~ Bolsillo, 323).
2 Cf State of th~ World Report~ World Watch l nstitute, Washington , D . C., 1990. P ritjof Capra. El puma Cmcial, Barcelona, Integral, 1985, E. P.
Schumacher Lo pcquelio es hcnnoso, Madrid. 1l. Blume. 1978.
3 CfMi confe;eneta pasada op. cit.(*) ORTEGA Chvez Germ1n . "Teora de las Ciuda~es Mesoamericanas", Cuadenws qeArqitectura Mfsoqmencona, 1\:mcro 16. Enero de 1992. f.acultad de Arquttcctura. U .N.A. M., pp. 3-12 (Teona e H tstona del Urbantsmo en Mextco: Epoca Prchtspantca
1). Mxico. NOTA DEL ED ITO R .
. .
.
_.
.
.
.
4 Cf Para los asuntos al respecto- Geoffrcy W . Conrad y i\rthur i\. Dcmarest, Rcltgn e !mpeno, Mextco, Alianza/ConseJO NaciOnal para la Cultu ra
y_ las Artes, 1988.
.
.
. .
, .
,
,
El .
d
.
5 Cf. Mircca Eliad c, Ti'atado de f!tstona de las Rcltgones, Mextco, Era, 1979, capttulo XI, ast como A K. Coomaraswamy.
uempo e 1a etenudad,
Madrid. Tau rus, 1980.
16
17
En cierta forma ellos ya estaban viviendo en parte en lo divino -ya haban en parte llegado- ya no haba
' a don de Ir.
. 6
mas
E ste concepto de una realidad
que vuelve, "eterno retorno", 7 que
est, no est, estuvo y estar, nos ayuda a comprender el hecho de que su
concepto de historicidad se salga de
nuestros parmetros. Es en general
difcil ordenar y fijar muchos acontecim ientos anteriores al siglo XII y XI
porque los mesoamericanos crean
que ciertos acontecimientos clave se
haban repetido, y se repetirn; por
ejemplo no sabemos con seguridad si
el personaje histrico Ce Acatl-Topiltzin-Quetzalcoatl, vivi al principio o al final del mundo Tolteca, o si
uno es proyeccin del otro o de un
mito. El personaje est confundido
con el dios, porque es de hecho una
encarnacin del dios, el dios estaba
con ellos all volviendo a vivir el tiempo primordial. En lo que toca a los
mayas, ha habido mucho debate respecto a ciertos problemas cronolgicos. Como todos sabemos, los mayas
tuvieron una cu ltura calendrica impresionante con una fijacin de fechas muy precisas. Pero esta preocupacin era fundam entalmente de
sentido ritual -era para acercarse y
conocer los ciclos, rdenes y ritos del
cosmos y no tanto para narrar una
historia de un crecimiento de un progreso histrico, sino para coordinarse con los ritmos csmicos.
El mundo eran ciclos que surgan,
tenan un crecimiento y una muerte y
volvan a surgir de nuevo, si-no, si-no,
da-noche, da-noche, vida-muerte,
vida-muerte. Por supuesto que hay
un movimiento, pero un movimiento
sostenido.
Para los hombres prehispnicos
existan 13 niveles en el cielo y 9 niveles en el inframundo (tanto para los
mexicas como para los mayas. H aba
tres grandes mundos csmicos: el supramundo-ciclo; donde haba claramente un orden, el da, la noche, las
estrellas y su regularidad, (el ciclo de
Venus, por solo mencionar un acontecim iento celeste perfectamente conocido y observado por ellos), ciclos
tclsico, es increble que estas sociedades postclsicas, no hayan utilizado, estos conocimientos, que hubieran hecho ms efectiva, ms til su
organizacin militarista e imperial, y
ya que lo tocamos vamos a hacer aqu
un pequeo acercamiento a ste aspecto tan particular de las sociedades prehispnicas -en donde tambin
se reflej un poco el desfase de la
sociedad mexicana respecto a otras
sociedades mesoamericanas ms tpicas como los mayas del clsico.
La Guerra
Nosotros que estamos en el primer modelo, siempre vemos a la guerra como algo efi ciente, til. Por supuesto que todos sabemos que las
guerras son destructoras, pero dentro de nuestros conceptos las guerras
no se hacen slo para destruir, al
contrario el balance del que se lanza,
del que va a hacer una guerra est en
que l cree que lo que se va a destruir
va a ser menos de lo que se va a ganar
despus de la destruccin. Si gana la
guerra lo que va a obtener en territorio, dominio, tributo, esclavos va a
ser mayor de lo que perdi. El propsito de la guerra es pragmtico.
Esto es importante verlo en relacin
a los militarismos prehispnicos: Las
sociedades mayas del clsico s tuvieron cierto grado de militarizacin,
aunque nunca comparable al de la
sociedad azteca que fue de las ms o
la ms militarizada del mundo mesoamericano (sucede lo mismo con la
sociedad inca en el caso de la regin
central andina). Las pinturas deBonampak que son del siglo IX (aprvximadamente) nos muestran este aspecto militarista de la sociedad maya
clsica. La interpretacin que el
maestro Alberto Ruz, nos di al final
de su vida es que es, la representacin de una batalla para someter un levantamiento campesino pues
las muestras de tortura a los prisioneros no son caractersticas de las
guerras sagradas mencionadas en
otras fuentes. La mayor parte de es-
6 Sobre la importancia de la nocin de ya haber llegado, en relacin a ciertas concepciones religiosas, como la fiesta CfHatvey Cox, Las fiestas de locos,
Madrid, Taums, 1983.
7 Cf Mircea Eliade, El Mito del Etemo Retomo, Madrid, Alianza, 1982, (Libro de Bolsillo, 379).
18
As retornando a nuestra argumentacin anterior a nuestro recorrido sobre la guerra, vemos que la
ciudad era precisamente la forma
que el hombre tena de coordinar el
orden interno orgnico y el orden
astral-celeste con el cuasi-desorden
terrestre (ordenndolo as), armoniza dos los tres mundos. La ciudad es
el espejo en la tierra de esos dos
rdenes (in terno y astral-celeste), es
la develacin, la clarificacin de ese
orden oculto terrestre, es la revelacin de que aqu en la tierra tambin
se reflejan esos dos rdenes divi nos
tan evidentes en los cielos y en los
cuerpos. Es por ello que la ciudad,
sus ejes, visuales monumentos y simbolismos de ordenacin eran -como
sealamos en extenso en la conferencia anterior, un lenguaje complejsimo que expresaba su visin y sus conocimientos astronmicos, orgnicos y culturales en general. As vemos que sus ciudades no eran de
simetras excesivamente rgidas pues
la ciudad deber vivir y modificarse
como el cosmos lo haca. Cada edificio debera de crecer, surgir como
una hoja le crece a un rbol. Ningn
rbol ni los de la misma especie son
iguales a otros, las ramas, las hojas
tienen un gran orden, una gran armona de conjunto pero no son idnticas
a nada, de aqu la variedad aparente
entre todas nuestras ciudades prehispnicas. Cada edificio iba recomponiendo la ciudad en su conjunto.
8 Confrntese, George Bataille, La paree Maldita, Barcelona EDI lASA, 1974, 87 y ssg., as como, G . Bataille, Teora de la Religin, Mad rid, Taurus,
1981, pg.69 y subs1guiemes
.
. , .
9 Georges-Bataille, La paree Maldita, op. ci/. pagmas 97 y 98.
10 Jbidcm. Primera parte. . . . .
, .
, .
.
.
.
. .
,
11 Sylva nus G. Morley, La Cz vzilzaC/il Maya, Mex1co, Fondo de Cultura Economt ca, 1947, J. Ene S. T hompson , Hzstona y relzgzn de los Mayas, Mexico,
Siglo XXI , 1970.
19
12 Sgn. Ni&e l D avies, Los antiguos reino_s de Mexico, Mxi ~o, Fondo de Cultura Econmica, 1988, pgi na 159, a unque la fecha tradicional es 1325, los
h1stonaoores modernos t1endcn a ub1car este acontecimiento en 1345 despues de Cnsto.
20
Izquierda.- Atamalcualiztli, una de las festividades que se celebraban cad ocho aos, segn la
representacin de Fray Bernardino de Sahagn en sus Primeros Memoriales. Abajo. - Sello
prehispnico que representa a un zopilote real.
do, enriqueciendo, asimilando, formando, recreando esa cultura mesoamericana. Podemos por supuesto
encontrar en el mundo mexica la culminacin ele muchas ele esas producciones mesoamericanas, pero un poco "diramos" como en el imperio romano, ya algo simplificadas, empobrecidas, caticas, digeridas, desorganizndose, desestructurnclose, no
. d as. 13 L os meXIcas
. empezaarmomza
ron a romper esa armona originaria
y as su sociedad fue salindoselcs
fuera de control, desequilibrndose.
Todas las fuentes nos hablan de estos
nuevos problemas, urbanos especialmente, a los que los aztecas se tuvieron que ir enfrentando (a veces -por
qu no decirlo- con sorprendente efi.
. 14
ctencta.
Los informantes de Sahagn nos
hablan de estas luchas internas, de
estos dolorosos procesos de ruptura
que se venan dando en su mundo.
Cuestiones que nos empiezan a recordar curiosamente problemas urbanos contemporneos: la marginacin, la desacralizacin (profanacin) de mltiples producciones culturales, la sobrepoblacin de los servicios; la necesidad de aumentar la
coercitividad. Tenochtitln con toda
su belleza, era una ciudad mucho menos integrada, menos orgnicamente
integrada al ambiente, menos naturalizada a su entorno, que el resto de las
ciudades mesoamericanas.
Recordemos para terminar que
uno de los factores que ltimamente
mencionan los especialistas respecto
al colapso del mundo maya clsico es
el de que la aceleracin de los intercambios comerciales y culturales,
provoc una indigestin cultural que
colabor con la fragmentacin de la
sociedad y la obstaculizacin de sus
funcionamientos.
En este mundo de finales del siglo
XX, en el que los problemas relacionados con las grandes ciudades se
han vuelto tan prioritarios, bueno es
que estudiemos, conozcamos y meditemos sobre otros modelos urbanos y
sobre cmo eran las sociedades que
los vivieron. Pues como dijo Vzquez
de Mella:
"Los pueblos se enlazan con la
muerte el mismo da que se divorcian
de su historia".
21
;\ k\l rc'
22
This paper is based on somc data related with the Tenochca people, as urbanists,
and belong to the reprint of the autlwr's book cal/ed "Space and form in the
prehispanic vision ; today in print, in which he declares about the relations between
Tenochtitln and T/ate/o/co groups.
UNAM.
La conferencia fue dictada durante el Segundo curso de Teora del Urbanismo en Mxico: poca
prehispnica 2, se apoy de algunos datos sobre el ser urbano Tenochca, fueron tomados en forma
de separata del libro en prensa: Espacio y forma en la visin prehispnica del mismo autor.
23
Detalle del mural de Diego Rivera en el Palacio Nacional de la ciudad de Mxico, de una escena del Mercado de 11atelolco.
24
25
Palo ad o rnado que se levantaba cn ia ficsta Lk Xucu lihudLi. Representacin del Cdice Borbnico.
26
cia. De ello dan cuenta todos los cronistas en forma por dems prolija.
Por esa abundante informacin se
puede establecer que haba un gran
desarrollo tanto en el comercio local
como en el exterior, y que exista produccin regional en el territorio Mesoamericano de mercancas destinadas al comercio.
La importancia de la ciudad de
Tenochtitln como centro consumidor, productor, y de concentracin e
intercambio, aunado al poder poltico y militar, as como a la facilidad de
las comunicaciones lacustres, favoreci el desarrollo de la economa en el
Valle de Mxico y la evolucin del
comercio con la especializacin de
los mercados, de manera preponderante al resto de las reas regionales
de Mesoamrica. En la sociedad azteca por lo tanto el comercio tuvo
capital importancia en todos sus renglones. H aba legislacin espec!ica
extremadamente severa y eficaz, enmarcada claro est, en el animismo y
la magia que fueron la esencia misma
de sta como de todas las culturas
prehispnicas. Los comerciantes
profesionales -"Pochtccas"- tuvieron
gran eminencia en el cuerpo socia l,
con legislacin, dioses y ritos propios
aunados a otros privilegios; por lo
que puede darse por cierto que formaron un estrato ms de los antes
descritos y con posibilidad de acceso
a los niveles de la nobleza. Su importancia no reside slo en ser vectores
de intercambio, comunicacin e influencia, sino la trascendencia que
tenan en lo poltico y militar, pues
actuaban como embajadores, espas
o agentes de penetracin segn el
caso, en territorios muy apartados
del dominio efectivo azteca y hasta
en mbitos enemigos en ocasiones,
con riesgo cierto de sus vidas.
Los ideales en la cultura de este
pueblo singular, estn expresados en
su literatura en modo explcito; no
son materia de suposiciones por fortuna. De los textos literarios conocidos se desprenden como de un tallo
comn, sentimientos e ideas que revelan muy fi na sensibilidad, puesto
que su ideal se expresa esencialmente como "flor y canto". Esto revela un
per!il cultural diferente del que traza
la historia escrita por los vencedores,
en la cual aparecen los aztecas como
salvajes y feroces comedores de carne humana. La realidad es mucho
ms complej a, como corresponde a
27
Fiy.l.
-.- -~----
7 1:..1s. en nhuatl de la Universidad de Texas. Folio 35 r. Cita del Dr. Miguel Len Portilla).
8 Miguel Len Portilla, La Filosofa nhuatl estudiada en sus fu emes.
28
Two centuries after the final settlement ofthe Aztecs in the Va/ley of Mxico, where
they have established a teocratic system tlzat dominated tlze popularion of the
mexican central area, the spaniards anived. Tlze azllhor amzotates that the history
report Jzow the Aztecs begun their pilgrimage in 1168 in a mitical place calle Aztln,
in arder to find a site that was going to be indicated by their god Huitzilopochtli.
d~
29
M;, pa del Valle de Mxico, indicando los lagos y las poblaciones prehspnicas.
3 Lombardo de Ruiz, Sonia: Desarrollo Territorial de Mxico -Tenochtitln, segn/as ji1entes histricas. SEP-INAH, Mxico, 1973.
30
4 Daz de l Castillo. Berna!: Historia Vrdadcra de la Conquista de la Nueta Espmia. E diciones Mexicanas, S. A. Mxico. 1950.
5 Cook Sherburne, F. y Byrd Simpson. Lcslie: "Thc Popu lat ion of Ce ntral Mcxico", en IberoA mericana , 3. UCLA Press. Los Angeles, 1948.
31
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Antiguo mapa de Mxico Tenocht itl n inspirado en el de Alonso de Santa Cruz, hecho en la segunda mitad del siglo XVI.
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35
Represe ntacin del Juego de Pelota del Cod1cc Magli abcchi en forma de doble T. con los anillos del juego de pelota, los crneos y los jugadores. Marquina,
l'JGO.
de diversas regiones y lo mismo sucedi con la construcci n del albarrad n en los alrededores de Tenochtitln; Tczozmoc relata que para levantarlo llegaron algunos tributarios
qu e inclusive traan consigo los mate riales. Casi toda la ciudad ele Tenocht itln fu e construda e n esta forma, pues los mex.icas decan que su
tarea no consista en trabajar, sino en
pelear y prepa rar las armas.
Por otro lado, los pro pios pobladores de Tenochtitl n pagab an tributos. Haba encargados de cobrarlos
en los d iferentes barrios de la ciudad
y estos funcionarios tenan tambin a
su cargo la motivacin de la poblaci n para los trabajos pblicos. Se ha
vislumbrado adems las existencias
de impuestos sob re las mercancas
introducidas y los tri butos que se recoletaban en los mercados eran destina dos a fines pblicos. E l principal
pro psito de la tributacin era el financiamiento de la guerra y a esto le
segua el mantenimiento del soberano y su corte; el ap rovisionami ento
de la poblacin e n pocas ele sequa
y, desde luego, los recursos necesarios para las construcciones pblicas.
El hecho de que la capital de la
Nueva E spaa se haya eonstrudo sobre los restos de Tenochtitln, usando las p iedras labradas del cen tro
ceremonial, det e rmin la rpida extincin de los vestigios materiales de
10 Katz. Fri cdrich: Siwaci611 social\' ccolllllica de los aztecas duralliC los ~iglo~ XV ;'(V!. Ui'\A M-Ill l. Mxico.
11 Zurita, Alonso de: Brci'C y su11wiia relacin de los .m]on:s d_c la Nuc1a f:.IJ)(l~lll. Ch<rcz 1layhoc. cd1t., s. f.
12 Orozco y Bcrra. Manuel: IfiSiona de la Ciudad de lv!c.nco. Scp-Sctcn tas, M cx1co. 1 J73.
3G
'
17ris essay deals 1vith the interelationship between the epatial stmcture of
Tenochtitln and the three m ain kinds ofprope11Y known to the mc.xica people. First
it exp/ains the calpu/la/li or semi-communal !aiUi, the atepetla/li or institutional
land and the pillali or quasi-private land. lt highlights their various features and
pinpoints the different ways they must have been applied in the urban and mral
context. 171e author then puts into perspective al! three categories, framing the
ana~ysis within two contrasting stages in the history of this city, from its foundation
to the spanish conquest. A /l along it discusses the implications 011 typical~y urban
issues sucl1 as growth, stntcture, densil)\ diversity and bettemzent. The essay constantly stresses the mutually influencing character of space and society particular~y
in thc urban context and puts j01ward various hypothesis for future research.
1.- Introduccin
La estructura de las ciudades es
producto de la interaccin de
mltiples factores. Unos de los
menos estudiados es el de las fo rmas
de propiedad de la tierra que las sustenta. Esto es todava ms notorio en
el estudio de las ciudades antiguas.
De hecho no existe una historia
general de la propiedad urbana
como s existe ele la propiedad
agrcola.
Si bien esto es cierto para muchas
ciudades lo es an ms para las ciudades mesoamcricanas. El desconocimiento es an mayor para una ciudad que sufri transformaciones tan
abruptas como el caso de Tcnochtitln a la llegada de los espaoles.
Fuera de algunos recintos monumentales, la configuracin fsica de la
Ciudad de aquella poca permanece
inexplorada o al menos indocumentada y lo que se sabe proviene de
reconstrucciones parciales de crnicas insuficientes, inferencias de traza~ e hitos coloniales y planos de interpretacin incompleta.
Maestro en Filo.mfla. l'nfesor de la Licenciatum en Urbanismo de la Facultad de Arqllilcctllra de la Universidad Nacional ..lut110/llll
de ;\[xi eo.
37
38
vante pues an cuando parte del espacio de esa ciudad era para cultivar,
la mayora del alimento se recoga de
otros lugares por medio del tributo.
En este caso la continuidad espacial
de los mbitos de rompe generndose dos tipos, uno urbano y otro rural,
con lo que surge la posibilidad de que
cada uno tome rumbos separados en
cuanto a rgimen de propiedad se
refiere.
1.- El Calpulli y las Calpullal/i
Lmina que representa Aztl n, lugar geogrficamente desconocido. Tomado de Hist oria de Mxico,
1978, tomo4.
conoca como chinancalla. Esta dicotoma se daba an cuando seguramente en esa milpa se cultivaba para
el complemento diettico, para la
ofren da y el ornato, toda vez que el
alimento principal provena del exterior de la Ciudad. No es fcil asegurar
si los calpultin de Tenochtitln reciban tierras conquistadas, denominadas yaotlalli, para repartir a sus
miembros. Si este fuese el caso, podemos suponer que la figura del millenehuiliztli se extendi cuando los
mexica se encontraron alejados de
sus tierras de cultivo.
De cualquier forma este rgimen
de tenencia nos ll eva a pensar que
entonces comparta rasgos entre el
mbito rural y el urbano. Tal es el
caso del arrendamiento de las casas.
En Nahuatl existe el trmino callaneuhtia, que significa precisamente
eso. Si bien es difcil saber si ese trmino se acu por influencia de los
espaoles, es posible suponer que al-
39
40
Plano qu e represe nta un a part e de la ciudad de Mxico Tenocht itln, al orie nte de Tl atcl olco. en el q ue se obse1va n las p rincipa les vas de comunicacin
de tierra , agua y Jos terrenos separados por peq ueos canales, co nsctvado en el Museo Nacional de Antropologa.
41
De una u otra forma cabra preguntarse si acompaado de los privilegios de contar con pillalli se encontraban los de absorber dentro de este
rgimen otras tierras ocupadas por
ellos como sus propias casas. Un indicio de ello es el hecho de que los
premios repartidos no slo eran tierra sino derecho a portar insignias y
ms importante el de poder edificar
de manera distinta al resto de la poblacin. En efecto, entre otros derechos podan construir con techos
planos o en dos niveles (tlapancalli)
y casas de mayor tamao, en suma,
casas de mejor calidad (nelli calli).
En consecuencia al menos exista el
potencial de que se asimilase el terreno donde se asentaban las casas al
rgimen de las pillalli.
Para entender mejor esta cornucopia de conceptos hemos esquematizado en el cuadro A estos tres grandes tipos de propiedad. Inclumos
cada subtipo con que nos hemos encontrado. Tambin distinguimos entre la forma como se deben haber
aplicado en el mbito rural y, aunque
ms inciertamente, en el urbano tambin. Mencionamos el nombre del
rgimen y el grupo, clase social o
institucin que ejerce el derecho a la
propiedad. Para el mbito urbano
destacamos el uso o edificacin tpico de cada tierra y los que lo habitaban o llevaban a cabo sus actividades
sobre ella. Para el ambito rural adems del nombre y pertenencia, sealamos a la clase social que las cultivaba y a la que se beneficiaba ms con
dicho cultivo. Hemos deseado conservar los nombres nahuatl para no
occidentalizar demasiado los conceptos. Sin embargo hemos anexado
un cuadro B con un glosario que permite identificarlas a travs de una
breve descripcin.
Desde la fundacin de Tenochtitln y el ascenso de Acamapichtli (hacia 1325) hasta la liberacin del dominio de los tecpanecas de Azcopatzalco (1428) el asentamiento en los
islotes en la laguna de Mxico se vi
enmarcado por las siguientes condicionantes:
Un antecedente de peregrinacin con importantes etapas sedentarias por distintas areas del
altiplano que les permiti a los
mexicas asimilar y arraigarse a
diversas instituciones sociales. El
ms significativo para este estudio es el del calpulli con la forma
de tenencia de la tierra agrcola
el calpullalli de reglas claras y
comunes en zonas extensas del
altiplano mesoamericano.
Lmina XIII del Cdice Azcatit ln en la que aparece una escena de actividad de pesca. Tomado de
la Enciclopedia de Mxico, 1978, Tomo 4.
La segregacin de un grupo de
mexicas, aparentemente un calpull completo, insatisfechos con
el espacio que les toc y que origin que se asentaran sobre el
islote que posteriormente se
constitutra en T latelolco.
El asentamiento se estructur posihlemcnte de manera muy suelta en
qu..: hl nico seguro era la existencia
de un centro religioso y de calpullin
43
44
guerra. No obstante la actividad mercenaria era no slo una forma de tributo de los mexicas a sus seores
dominantes sino tambin sta se vea
premiada con tierras del yaotlalli de
los pueblos conquistados a nombre
de otros. R especto de la Ciudad esto
tendra poco impacto en cuanto a la
expansin de tierras urbanas.
Alrededor de esta zona central se
distribuan los calpultin cada una con
sus calpullalli en las tierras ms propensas a los abatares lacustres. Sin
embargo con reglas muy claras de
propiedad. Posiblemente d crecimiento y decrecimiento, por las inundaciones de la ciudad, resultaban en
expansiones y contracciones de este
rgimen de tenencia.
E llo implica que la propiedad comunal en la Ciudad era la va por la
cual se expanda sta y su cont rol
quedaba bsicamente bajo cada una
de las comunidades que la sustentaban. La obligacin de cada calpulli
de dotar de tlalmillalli a cada calpuleque implicaba que ste tena que
ocuparse de contar con suficientes
chinampas para cumplir con ello.
En el caso de Tcnochtitln esto
implicaba posiblemente el crecimiento sobre las tierras o cotos acuticos repartidos durante la fundacin. La produccin de chinampas
tal vez se resolva con el tequitl que
poda organizar cada calpull i. Aunque este proceso no era necesariamente acorde con la velocidad de
reposicin de chinamitl que las circunstancias ameritaban.
Un hecho significativo lo representa el que despus de ocurrir una
inundacin, un importante nmero
de la poblacin tena que vivir en
barcas y canoas, acalli, en tanto se
retiraban las aguas y se reconstrua
cada chinamitl. Tambin implicaba la
concepcin de que se perdan tierras
del calpulli y que ste las tena que
reponer, es decir que la responsabilidad no caa solitariamente en cada
calpullequi afectado.
e) En cuanto a
pacio
tado, cazado o pescado por cada calpullequi. Difcilmente se puede pensar que el calpulli tuviese tierras de
sobra dentro del rea de islotes para
sostenerlas con un cultivo rotando el
trabajo de los calpulcque.
Respecto al mejoramiento, posiblemente los cambios fueron locales
y enfocados ms bien a la tierra. Es
decir, la construccin y reconstruccin de chinamitl responsabilidad de
los calputin. En cuanto a grandes
obras colectivas, stas debieron ser
escasas en comparacin con las del
siglo siguiente y se enfocaron ms al
mantenimiento o recreacin cclica
del teocalli y el tepochcalli. En cuanto a vivienda, seguramente la mayora
fueron jacales (xacalli) o barcas
adaptadas (acalli) en tiempos de
inundacin.
En trminos de la zona central
posiblemente se haya iniciado cierta
diversificacin de componentes.
Uno muy probable fue el calmecac
con recintos asociados a ella como el
juego de pelota, el tlachtli. Posiblemente haya comenzado tambin cierta especializacin de algunos componentes de los edificios religiosos y
administrativos pero dudosamen te
notorios. Conforme cobraba mayor
relevancia la figura del tlatoani seguramente surgieron los primeros tlatocacalli diferencindose del calli comn. Igualmente el mantenimiento,
mejora y reconstruccin cclica debieron ser comparativamente elementales.
En trminos de tenencia de la tierra la diversificacin y mejora de recintos y edificios se deba nuevamente a la existencia del calpulli y su
sistema de tenencia el calpullalli. Incluso en la zona central emanada de
uno o varios calpultin, donde la institucionalizacin de la tierra no se daba o era in cipiente, posiblemente
mucho del esfuerzo para la mejora y
diversificacin recaera en el cal pulli
propietario de tierra, aunque seguramente con algn apoyo tributario de
otros calpulli o mediante el tequitl.
Tal vez en estos tiempos comienza a
desarrollarse un sistema administrativo para esas grandes obras de beneficio a todos los calpultin y surge la
necesidad de segregar tierras e introducirlas a otro rgimen.
45
Detalle del libro 11, lmina 122 del Cdi ce Florentino, en el que se ve a dos "macehualtin" u hombres
del pueblo cultivando magueyes, de cuya planta se extrae el pulque.
Un control mejor de su circunstancia lacustre mediante la construccin de importantes obras hidrulicas. En efecto la construccin de albarradones, canales,
calzadas, diques y acueductos redujeron la frecuen cia de inundaciones y sequas y aumentaron la
calidad de las aguas. Si bien esto
implic en algunos casos el incremento general del agua para algunos poblados del valle permiti cierta estabilidad del entorno
lacustre. Esto llev a que varios
procesos de reacomodo urbano
ya no pasasen por una especie de
borrn y cuenta nueva de la propiedad calpullalli que seguramente se emple en el primer siglo para los reacomodos de tierras entre calpultin.
Desde luego que estos nuevos elementos modificaron los procesos de
crecimiento, reestructuracin, densificacin, diversificacin y mejoramiento del espacio urbano en Tenochtitln. Suponemos que sto pudo
suceder as:
a) En cuanto a la reestructuracin de
espacios
secuentemente migraciones. Algunas de ellas culminaron en Tenochtitln alimentando a las clases sociales
desarraigadas, como los mayeque y
tlalrnaitl que rentaban tierras mediante el millenehuiliztli.
En el mbito urbano la situacin
era diferente. Nos encontramos ante
un primer tipo de reestructuracin
severa del espacio. Si comparamos el
rea ocupada por los edificios institucionales que encontraron los espaoles con el rea del islote original,
casi un tercio lo comprenda ese centro.
Resulta muy difcil pensar que los
mexicas se haban reservado una superficie tan importante al fundar la
Ciudad. Hay que pensar que los calpultin, muy importantes en ese entonces dentro del orden social mexica, se encontraban urgidos de tierra
en un espacio donde sta era muy
escasa y difcilmente se podan dar el
luj o de apartarla para un largo plazo
muy azaroso, por ms que esto fuese
para fines religiosos. En consecuencia debi haber reacomodos que pudieron haberse resuelto en trminos
de propiedad de distintas formas,
por ejemplo:
El aprovechamiento de inundaciones que podran dar pie a una
resignacin de espacios entre
calpultin, pero que con el control
de la situacin lacustre esta va
tendera a desaparecer. Si esto
sucedi, la reestructuracin tuvo
que resolverse a travs de algn
tipo de permuta compensando al
calpulli con tierras ganadas (o el
derecho de ganarlas) a la laguna
pues el recinto central estaba en
la parte ms firme.
Una importante negociacin con
los calpultin colindantes que no
implicara compensacin con tierra. No descartamos la posibilidad de que hubiese sido a cambio
de aligerar cargas tributarias, sin
embargo con el debilitamiento
del calpultin esta va, de haberse
dado, posiblemente disminuy.
La apropiacin cada vez ms forzosa del espacio por parte de las
instituciones, conforme se fortalecan stas, mediante una especie de expropiacin con compen-
47
48
Cualquiera de estas formas posiblemente implic la insercin de rgimen scmiprivado en el semicomunal como un titular individual que
poda suceder la tierra a sus herederos, arrendada en forma de callaneuhtia e incluso venderla an cuando slo a los de su clase social.
Pintura mural de Diego Rivera, actualmente en el Palacio Nacional de la Ciudad de Mxico, en la que muestra la manera como el pintor concibi un
mercado prchispnico. Un aspecto de la gran urbe mexica sive de fondo a esta escena. Tomada de H istoria de Mxico, 1978, tomo 4.
49
nos de zonas, esto afianz la organizacin en cuatro parcialidades, campan o tlayacatl, con ciertas funciones
administrativas no muy claras. Las
parcialidades en realidad no tenan
efectos en cuanto al rgimen de propiedad pero las calzadas s.
Se desconoce el rgimen de las
calzadas y las acequias. Posiblemente quedaban a cargo de las autoridades administrativas supeditadas al
gobierno interior del Altepetl, representado por el cihuacoatl. Al interior
de cada calpulli posiblemente sus calles y canales persistieron bajo el cuidado de cada uno, tal vez a travs de
la organizacin en tlaxilacalli y con la
posible obligacin de mantener las
de menor jerarqua por el propio calpulleque cuando colindaban con su
tlalmilli.
e) En cuanto a la densiflcacin
dad
A este respecto en el segundo siglo se diversificaron los usos del espacio urbano con la creacin de edificios especializados. En el centro religioso-poltico-administrativo se diversificaron los teocalli y las cmaras
y recintos anexos para formar un coatepanctli claramente segregado. Las
tlatocacalli se multiplicaron de generacin en generacin y se le sumaron
espacios suntuarios como zoolgicos, jardines botnicos y reas especializadas para los toltecas, tecpanpouhque, tecpantlacah y tecuhtlatoque. Para la administracin del tributo debieron multiplicarse las calpixcalli donde el hueycalpixqui y sus ca]-.
pixque guardaban el tributo y posiblemente vivan en ese lugar. El calmecac se diversific y se le anexaron
hasta centros recreativos y sociales
vienda; no hay indicios de que se diversificara su uso ms all de las distintas categoras de vivienda permitidas a cada clase social. Otra, se encuentra al otro extremo de la escala
social, y esto hay que abordarlo con
un poco ms de explicacin.
Intriga saber si teccaleque, mayeque, tlacohtli, mamaltin y tlamemetl
vivan por separado, o integrados a
familias miembros del calpulli. Posiblemente los teccaleque vivan en el
campo en las tierras tlatocamilli que
les corresponda cultivar. Tambin
los mayeque o cualquiera sujeto al
arrendamiento de tierras de cultivo,
seguramente viva en el campo junto
a ellas. Por su parte, los tlatlahcoltin
seguramente vivan con sus amos, segn se deriva de los estudios sobre el
tema. Pero los mamaltin, prisioneros
para el sacrificio, slo se sabe que se
repartan por calpulli quien los mantena en tanto se sacrificaban, sin que
quede claro si esto era en un recinto
especial o repartidos entre los calpulleque, que directamente los haban
hecho prisioneros. El caso de los tlamemetl es un misterio, pues se desconoce su lugar de habitacin.
En el segunJo siglo se manifest
un proceso importante de valorizacin de la propiedad en general. Baste imaginar el panorama extremadamente precario del asentamiento original con una gran problemtica fsica y de sojuzgacin social y compararla con la gran ciudad, el hueyaltepetl, que admiraron los espaoles.
Este proceso se reflej en toda la
tierra urbana en general en tanto las
mejoras eran gozadas por todos. En
efecto, las grandes obras para el control hidrulico y la comunicacin con
las riberas de las lagunas derram
beneficios generales. Sin embargo
hubo otras mejoras ms localizadas.
A nivel zonal habra que mencionar que a pesar de que hemos sealado cmo el calpulli perdi preeminencia frente a otras instituciones,
debi seguir siendo a la llegada de los
espaoles uno de los rdenes sociales
clave para los mexicas, no slo por el
esquema tributario imperante sino
para el sostenimiento de la comunidad.
Nos referimos a que el espacio
comn de calles, canales y recintos
dentro de cada calpulli debieron de
haber merecido igual cuidado que
sus contrapartes a nivel de toda la
51
podan portar.
IV Comentarios Finales
queados por sendas calzadas, que fomenta la imagen ntida y mtica de los
murales de Rivera en Pal acio Nacional, estuvo acompaada de una compleja trama de acomodos y reacomodos de espacios y personas en constante pugna, y que nubla las visiones
grandilocuentes. Creemos que Tenochitln lleg a ser una Ciudad impresionante para cualquiera, pero tambin creemos que sto no lo determin un proceso ele diseo purista prefigurado, sino que fue el resultado de
conflictos en que la coherencia aparente que da el resultado final se debi al dominio de unos a costa de
otros.
Tambin habra que dudar, si la
coherencia en las formas era total. A
la vista de extraos, una ciudad se
muestra muy homognea; a la vista
52
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53
V,
.:,.
n
e:
..,
o.
.....
CUADRO A : ESQUEMA DE POSIBLE ORGANIZACION DE LA TENENCIA DE LA TIERRA MEXICA
11.
Gru po
Nombre
Ambilo Urbano
general
genrico
Regimen
Pertenece al Albergando a
Calpu l!in
Calpullalli,
Calpulla.lli
Calpulli
Ocupado
por
El Teocalli y su recinto
El teopixqui
El tianquiztli y el
loe barrioe)
tlayaca.tl o
1iamicalli
campilll y
El calpixcacal\1
El Topochcalli y ol
tlac htll
subdtvid 1das er
Uaxilc.atli
(gene ralmente T lalmlllalli
en grupoe de
t laxilacall ~
Calpu l\1
y otorgado en
usufructo a
cada
calpu lloqu l
Los calpixqu e
posib~men te
Pertenece a l Trabajada
Calpullalli
Calpulli,
ad minlttrado
y ol Clhuacoatl.
va el
c.alpuleccon
con eu familias
- xaealll
- acalll
con tlalmilll
adya~ntesy
Altepetl
ciudad)
Hueya.ltepetl
(la gran
ciudad)
TlatocatlaJii
Altopotlalli
oaltepemllll
paralu
tierra~ de
labor
(generalmente
representadas
on rojo)
Toopantlalll
Pillot
(la nobleza y
loo
encumbradoe)
Tocplllalll o
Pillal\1
(generalmen te plllalli
repruentadu
Cargo del
Hueytlatoani,
tal YtZ
.cfmlnittrado
por o con el
Clhuacoatl
Cargo do
tecutlato
Cargo do
calpixque
Tooyotl
Toeplltln o
plplltln
en ro.a)
El tocutlaloyan
Calplxcacalll
El toocalll, y ou
recinto, y el
tooplxcacalll.
El calmocac y
od l&.clonH do loo
y.aquiZquo
mM .altas y
loe piplttin e hljot de pochtecat tudianttl
organizad en
calhu lnllaxtfl.
nolll caJII o
tlap.,caltl y
Lu categorlu de yaoqulzque
Tlatoca11alll,
tlatocamilll o
ltonal lntlacatl
T ocpan11alll
El Hueytlatoanl o tlatoani; en
caso de hambrunaa la poblacin
loe tecpanpouhque, loe tKJ)antlacah y
loo tolteca do palacio
Cargo de
tlacutlato o
tecutlatoqul.
Toopantlalll
Teoyotl
Loo tooplxquo
Mllchlmalli y
Cacalomltll
Vooyotl
Tocplllalll o
plllalll
Tecpiltin o
plplltln
El 1ocpllll y al piiN
Plllalll
Yaoqulzqut
Loo mayoquo (o tlalmald)
loe yaoqu\zque encumbrad01 y alg unoe
El y.aqulzquo oncumbrlldo y loa propios
pochteca tncumbradoe oon eut famlllaa y k;)l
encumbrada.
mayeque
tlat~tln pertenKtentN a t lk y IUI
pochtocacal"
famiiiM
-------- -
- - - - - - -- - -- -- --Conotruldo por el autor a partir dolalnterprotacin do Carraeoo (1878), CaoUIIo (1872-A), Glt>.on (1 - ), Novoa (111110), RoyH (t917 y t 978~ Rlwra(1983), SlrMon {1886), Souotello ( 11165), Valoro (11181) y Zantwljk (18113).
Plllalll
Macehualtin
encumbracloe
l!
El tlatocacalll
y loo dlatlntoo
reclntoe:
adminit tratlvoe
conexoe
nolll ealll o
tlap.,calll
Poalblomonto
Calpu lli
otorgado en
usufructo al
mac.hu alli
comn
Calpulll do
pochteca o
tolteca
organizadas en
chinancalli
~a
los huehuetque
T lalmillalll
- cacan ie calli
por
Regimen
- --
--~~-
1960 M" so am ri ca: ENSAYO HI S TRIC O CULT UR AL Memorias V I ; cd. Instituto Nacional de
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Puebla, Ce ntro de Investi ga-
Reconstrucc in del basame nto troncocni co de Cuicuilco, antes de se r cub ierto por la erupcin del Xi tle. Ignacio Ma rquina, 1951.
55
u,
C\
n
"'o.
!:
!"
!!.
DE LAS CLASES SOCIALES E INSTITUCIONES
DE LAS TIERRAS
Allepem illi
Altepeua
A ttepe tlalli
Altepetl
la ciud ad , el p ueblo
Cacalomilli
Altepexexelollz
Callalli
Calo,
Calm illi
caJplxqu i
t.A illa
El campo, la campifia
Pillalli
Tecpantlalll
Tecpillalli
Teopanttalli
Tla.coalli o
Tierra comprada
(calpbque o
oacalplxquo)
Calp ulloe
Calpulloq ui
M ilchma.Jii
(caJpulleque)
calpultln
~ores
Calpulli
Callaneuhtia o
El arrendar un a casa
caJianeula
Clhuacoatl
tlacoualll
T lalli
la tierra
(calque)
calle o caihua
Hueyoalpixqul
TlaJmillaJII
Hueytlatoa.nl
Tlatocamilli
Hueyaltepetl
La gran c iudad
Tlatocatlal li
Macehualll
(maceh ualtin)
Va.otlalll
Malll
(mamaltin)
El pristonero de guerra
Mayequl o
(mayeq u.eo
tlamaqul
tiamaquo)
Mllionohulliztll,
El camino de canoas, el canal poco profundo que rod eaba en parte las chinancalla
millenula
Nauhcampa
Pilli
Calla,
Piioti o tocpilloti
Acalote
callatelli o
Poch tecatl
C<il. ltzaqualli
Teccalequ i
El arrendat el campo
milleneu htiao
acalli
Ttcpanpouhqul
La casa de loe: eacerdotee y guerreros jvenea, la eecuela de lol pipiltin y de lol pochteca
aJ tlatoanl
Calpixcacalli
Chinamitl
Chinancalli
T ocpantiaeatl
('eoc.aieque)
T ecpanpouhq
.ocpan tlaea)
Toepilli
(toc> i~i n)
Tecut!l o
(tetecutin o
teuctli
tete uctln)
o tecudatoqu i
Teoplxqul o
Tecutlato
(pochteca)
(p ip iltln)
(tecutlatoque)
(teoplxque)
(tolteca)
MexicatlaUi
U illi
Tooyoti
Noiii calil
La casa buena
Tollocati
Pochtecacalli
T lalmaitl
Teccalli,
Tlaltiepaquo
tiamacazqu i
tecpan o
TialtoUna
tecpancalli
Tlallo
T ecutlatoloya El
T aoca.JII,
trlbut~al,
la corte de justicia
Tiatoqu i o
(tlatoque o
tlatoanl
Tiacohtii
teopancalll
La casa de los eacerdotes, loe rellgloeoe:
t~pixcachantll
Yaoqu izqu l
Tiamicalli
Vaoyotl
Tianquiztll o
El mercado, la plaza
tlatoan lne)
Tlatlaeohtln
Tiaxllacalil
TiayacaU o campan
Tepochcalll
El duet\o de tierna
El earglldor
Tlamemetl
teopantti o
Teopixcacalll
(tlalloquo)
(yaoquizquo)
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Tlachtli
El ju ego de pelota
Tialmilli
Tia>ancalii
Tlatocacalll
Xaealii
11 Conotruldo por oi aulor a partir d la intorprolacin do C&rruoo (1978), Caotiiio (1 ~72-A), Glboon (1964), No.oa (1 990),
Aoyoo (19n y 1978), Rhrora (11i83), Slm4on (1885), Souotoilo (1955), Valoro (tll91) y Zantwl)k (11183).
Plu raloo
CALLE QE COR1H78AN~S .
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.JARO/N ; OEL ZOC.ItLO.
1
1 /tJETIIO .
Explicacin del plano de las excavaciones de la calle de !Js Escalerillas. segn An tonio Garca Cubas. T omado de 'vfntns !\1octezum a, 1979.
57
Tabla Cronolgica do Asentamlentoa Humanos en el Valle de Mxico y su relacin con el resto del pas.
Norte
Ner11011"
O e llo
Valla Central
-2 0,000
CAZADOR ES Y
DI!SCUDRIMIENTO Y E)(PAN IIO N 011 LA AQFIICUI. TUI'IA- I'IEV OLUCION NEOL.ITICA- f'ODLADOI
-11500
Zc-'nco
Copllco
Tlcom n
:1100
OI.MI!CAS
1'11'1 1000
I'OI'IMATIVO
Olmaa11
- IDO
o
100
:1100
Meyaa Narte
Meyll Sur
~IICOLECTORES
Tepnpn
-3000
Ooxece
Chu1>fcuare
Gulcuilaa
Tlatllce
Teot lhuedn
400
APOfiiO de
lo Olmecea?
Apogeo de
T totlhued n
1500
Monte Alb6n 1
y 11 (0-1100)
2112. Tlkel
Uaxecllln
Olmace
terd lo.
1
XochiCIIco
ISO O
0112 lnl a lo
de la h lnorle
Mlxteea
CAlDA DI
TEOT
Teotlhuec.tln
terdlo
81!8.
FUNDAC ION
DE TULA
Fa11
Teocr6tlce
700
800
1 00
El TaJln
8811 . I' IN DE
UAXACTUN
CA l DA DE
MONTE
AL..BAN
Celde de
Oueuelcoetl
1000
lnfluenola
en
Mlahaae6n
Apogeo de
loo
Toltocoa
Oxklntok
l'laeurgl mlanto
Chlchdn IU6
1000-12 00
,.1fJucncla
Tolteca 1
El Taln y
Huaxtecaa
Cholulo,
exp enol6n
Mlxtece hocle
Ooxece
1100
1101. l'rlnelple
de le mlgr.. l n
de loo Aueeas
Termina
domlnec llln
de Moyep6n
lnva :;in
Mlxtcca
1lJOO
preelhlceo
Retiro de los
Zapotccas
Lle~ad a de
X<>lotle e
Tenoyuc a
Formecllln
de OltldDI
Movimiento
hiiOII el
aur (Nehuu )
Tlexc ele
hac ia
Tehu antepec
1300
132!1. e~.
de M6xlco
GhlchlmecM;
Centlnuecl6n
'ole le
.vltla de
pre-egrlcu ltura
1489
CulturD
Mlxtaae-l'ueblo
Cempoala
l'leyno
Te tuco
Ta lntruntzan
145 8. eelda
do Mayap&n
1588
18!1. Galol ole
la ed ....
Mbioa
Fue nt: Lnnl ng11187 , Lumbrereo 11189, Knlckeblrg1D81
58
Totonaaat
11141. eonqulsta
de Yuo:adn
17ze author decided lo present this m1icle in arder to promote otlzer researclzing
works related with the tcchnical, administrative and cnvironmentalfonns, tlzat tvcre
utilized by prelspanic people in the beques/ ofpublic services.
lnttoduccin
El m0tivo de esta ponencia es el de
impulsar la investigacin relativa a
las formas tcnicas, administrativas y
ambientales, que fueron utilizadas
por los pueblos prchispnicos en la
dotacin de los se rvicios pblicos.
La inquie tud por impulsar esta lnea de investigacin surge de la necesidad de recuperar un acervo tecnolgico-cultural que se rompe por
la conquista y la imposicin de los
patrones europeos de progreso.
Titular delcna de Taller BcsicJ Cl! la Licenciatura de Urbanismo de /, Faw/Jad de Artuili c/ura y consultor en materia de desarrollo
urbt~no.
59
Eco/ogfa
En el aspecto ecolgico, el punto
de partida sera la reconstruccin del
medio en el que se desarrolla una
concentracin urbana en cuestin.
L a disponibilidad el e recursos naturales es, y sigue siendo, un elemento
determinante en la concepcin y posterior refinamiento de tcnicas y procedimientos para resolver cuestiones
de utilidad comunal.
Esto resulta evidente si confrontamos los casos opuestos de Casas
Graneles, Chihuahua, con las ciudades mayas, por ejemplo. En estas ltimas se contaba con agua en relativa abundancia y un clima benigno,
mientras el otro caso tuvo que desarroiiar sistemas de adaptacin a un
medio semiclesrtico de clima extremoso.
Se busca establecer los elementos
claves del medio natural que condicionaron el patrn de desarrollo ele
una cultura dada a partir de la seleccin misma del sitio para su fundacin y su posterior expansin.
En este sent ido resulta sumamente interesante evalu ar las posibilidades de produccin agrcola a partir
de las condiciones originales ele esos
luga res y sus efectos en el grado ele
civilizacin alcanzado con base en las
formas de control y adaptacin al
medio natural logradas por un grupo
determinado. Sorprenden por ejemplo, los testimonios del Padre Euseb io Kino sobre las redes de irrigacin
logradas en la Pimera (la actual Arizona), aunque esto no gener el desarrollo de una gran cultura en esos
lugares.
Igualmente importante resulta la
identificacin de las formas para
mantener lo que podramos llamar la
higiene pblica y la conservacin de
los recursos naturales, ya que es un
tema que por lo general no es reportado como problema.
Soustelle en su libro sobre La vida
cotidiana de los aztecas reporta el
asombro que caus a los espaoles
las condiciones de higiene de las calles de la gran Tenochtitln.
Organizacin social
L a cuestin de la organizacin social expli cara en bu ena parte las modalidades de expansin ele la ciudad,
la ocupacin ele nuevos territorios, la
forma o formas de expanclcr un determinado servicio pblico. Si como
en el caso de Tenochtitln esta organizacin tena un carcter piramidal
a p artir ele clanes, significa que existe
la posibilidad de identificar espacialmente d ichas asociaciones con base
en el parentesco y a su vez, la posibilidad de asociar ncleos o fo rmas
comunes de satisfaccin de los servicios pblicos.
En esta p erspectiva tiene un papel
p reponderante las formas ele propiedad de la tierra.
Por ejemplo, tomando otra vez el
caso de Tenochtitln, se podran esperar algunas diferencias en la dotacin de servi cios pblicos a las zonas
ocupadas por los comerciantes y nobles, que no pertenecan territorialmente a los Calpulli o territorio del
Clan, y posean la tierra en forma
muy similar a la propiedad privada
actual.
Por otro lado, la marcarle la organizacin social resulta muy clara en
la organizacin fsica de Tcnochtitln.
Si consideramos el diseo y mantenimiento de las vas de acceso a los
diversos puntos de la ciudad como
uno de los servicios (pblicos) municipales por excelencia, sta refleja,
con toda claridad, la naturaleza estratificada y p iramidal de esa sociedad.
Novoa en su estudio sobre el desarrollo urbano en Mesoamrica, lo
describe con gran clariclacl: 1
"La vialidad dentro de la urbe
estaba resuelta mediante arterias de
circulacin mixta para canoas y peatones".
l'lovoa Csa r: Dcsanollo Urbano en Mxico. Perodo Preclsico y Posclsico Facultad de Arqui tectura. Universidad Nacional Autnoma de Mxico,
1990 pp. 52, 53 y 54.
El complemento de l;_ orga nizacin socia l es el apa rato admin istrativo o la instancia institucional encargada de prestar el o los servicios pblicos.
Si como e n el caso mexica, la estructura era piramidal, podemos suponer un apa rato administrativo en
esa misma moda lidad con responsabi lidades terri toriales definida~ para
cada nivel: Un aparato central ligado
con la jerarqua religiosa y la nobleza
responsabl e de la administracin y
conduccin de la urbe y de la nacin
Tcnochca en su conjunto; un nivel
intermedio, el gran Calpull i, donde
se controlaban los asuntos relativos a
la tributacin y con trol de la tierra de
los cuatro grandes sectores en los que
estaba dividida Tenochtitln, y lin:11 mcnte, la c lula bsica o Calpulli
donde su jefe, el Calpullec, tena el
control di recto de las tierras, su reparticin, la admi nistracin de la justicia, la ed ucacin y el pago de tributos a la instancia superior.
Curiosamente, casi siem pre se habb en trminos de una estructura de
dominacin y tribu tacin aunque es
de su ponerse que hubiera un flujo, en
sentid o opuesto, en forma de inversin en servicios pblicos y algunos
otros de inters comunal como e ra
2
todo lo relativo al culto.
2 De hecho, una de las ca usas a que se atribuye la cada de Tenochtitln es la in conformidad generalizada por el crecimiento desmedido del "aparato
central" que se sostena mediante los tributos cada vez ms altos a los miembros de l imperio tcnochca .
Gl
3 Trabajo presentado en el congreso de la American Association for de Advancement of Science, celebrado en febrero de 1992.
62
Kino , Euseb io
1986 A venturas y desventuras del Padre
Kino en la Pimera Alta. Asoc.
Na!. de Lib reros, A . C. Mxic o.
L umbreras, Luis G .
1992 "Cultura Tecnolg ica y M o de los
A lterna tivos de Desarrollo". Revista de Comercio Exterior. Vol.
42, nm. 3. Mxico , Marzo.
Novoa , Csar
H ardoy, J orge
Ka tz, Friederic h
"Situaci n Social y Econmica de
los Aztecas".
63
oo
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1
Centro uc la ci udad de Tco tihuacn, !'v!xico. indicando simetras, propo rcio nes y escala. Le va ntamiento de Ren Millo n cdibujado por Alejandro
Ma ngin o Tazzer.
64
Arquitecto, UNAM; Maestra en Restauracin de Monumentos, UNAM, 1975; Doctorado en Arquitectura, UNAM, 1987.
Miembro del Seminario de Arquitectura
Prehispnica; Investigador Nacional.
65
hpotio a deKubierta
sf0
120m
ElpCKto r-'gioso
E.poc.ta habitoctOnOI
E~tavesribular
Plono del Palacio de Zocuolo, Teotihuocn. !Alejandro Mongino To zzer. segn L. Sjourn.l
Pli.l no del palacio de Zacuala, Tcotihuac n (Alejandro Mangino Tazzcr, seg n Laurette Sejourn) .
66
H.
H.l.
H.2.
H .3.
H.4.
H.5.
P.
O.
Observatorios.
Aqu el espacio y sus delimitantcs con caractersticas particulares de duetos y mirillas
para visuales, condujeron a los
siguientes tres tipos:
0 .1. De espa cio circular de revolucin trica, formando anillos
como el llamado "Caracol" en
Chichn Itz, (Figura 96 sobre
plataforma) .
0.2. De plataformas con parmetros direccionales (ejemplo:
E dificio J . de Monte Albn,
Figura 97).
0 .3. D e tiro o dueto como el caso
de Xochicalco. Segn Horst
Hartung ( com. verb . a Pa!
Gendrop: 28 de marzo-1984)
un "Observatorio A stronmico" es:
"A.
B.
C.
M.
Construccin, edificio o
conjunto de los mismos
que sirvi, o qu e con
cierta certeza se us, especficamente para observar los movimientos
celestes, p .e. el Caracol
de Chichn, el Grupo E.
de U axactn.
Construccin con un
dueto vertical q ue sirvi
para observar el sol (o
de las estrell as) por el
cenit, p.c. en Xochicalco; en la estructura P. de
Monte Albn.
Un signo con Cdices
Mixtecas que se refiere
a determinado sitio en la
"Mixteca alta".
67
Accesos
Circulaciones
Templos
Descubiertos
.i
Departamento aislado
68
-- ___ _!
t-=::----~-~~---
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T/~~~~--~~~1
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1
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o
L
5 m
JI
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02 4
10m
45
69
Espoco vestibular
10m
Espacio descubierto
Espacio reli gioso
Departamento aislado
Plano de Yayahuala, Tco tihuac n. (Alejandro Mangino Tazzer, seg n Laurette Sejourn).
bas que tienen la particul aridad de formar una relacin espacial con su acceso el cual
presupone un espacio vestibular. Este tipo de tumba tiene
una puerta o acceso. (Tal es el
caso de las de Monte Albn del
perodo postclsico y asignadas con los nmeros 50, 59, 63
y 93 representadas en la Figura
101).
F. 3. Una sola cmara sepulcral en
fo rma de cruz griega o latina,
Figura 100 son ms elaborados
y de mayor capacidad.
En caso de tener una elaborada portada la llamo: "F-3 con
fachada", Figura 102.
F.4. Dos o ms cmaras con una
relacin espacial ms compleja. Cuentan con espacios de
antecmara, escaleras de acceso, etctera. En la Figura
103 muest ro un ejemplo, con la
tumba del Edificio Norte del
Segundo Patio de Mitla, la que
2 Ha ce 35 aos los que conoca mos estos lugares ramos ve rdad eros visita ntes, nos consideraban individualmente: no ramos turistas en su actual
acepcin de multi tudes en f;'rupos, que viajan con todas las comodi dades y rpidame nte. Durante 5 se manas slo llegaron ge ntes de l vecino pueblo
con ofrendas para el Templo de la Cruz. como un sincretismo el da 3 de mayo, fiesta ca tlica de la Santa Cruz. El actual musco lo constru1 en esa
temporada oficial de explo raciones. (1950-195 1).
70
.H'
B'
l
E'
F'
G'
F. 5. La matrz de clasificacin de
espacios da el mismo tipo que
F-4, pero con mural, (como la
tumba de Yacuudahui, Oaxaca, Figura 104).
F. 6. Sin espacio subterrneo, corresponden las tumbas que
contienen un espacio tipo F-1
sencillo pero con un pequeo
monumento funerario sobre l,
con la forma tpica de la casa
prehispnica y a escala pequea, a la fecha slo conocemos
los cementerios de Totonacapan (como Quiahuiztln en
Veracruz, Figura 105).
El anlisis de los entierros y su
ubicacin muchas veces al pie
de la escalinata de las grandes
pirmides, y rematados frecuentemente con su "altar y estela" en la arquitectura maya,
me conduce a la hiptesis que
los grandes monumentos de
base piramidal eomunmente
denominados templos, fueron
erigidos en honor de los dirigentes ms distinguidos, tal sera el caso de los hoy catalogados como templos I, JI, Ili y IV
de Tikal, y que al personaje
representado en sus monumentales cresteras corresponde el ser enterrado al pie de
71
J.
de Nocuchich en Campeche,
cuya altura fue superior a los
13 metros que tiene, (si an
subsisten sus restos). Estos tipos de torres-emblema cual
grandes estelas, cuentan con
piedras salientes, para sostener figuras escultricas. No
parecen haber marcado hitos,
o lmites territoriales, ni fueron miradores, Figura 117.
Anexos a Juegos de Pelota, tienen escaln.
Estos edificios aparecen en los
campos de juego del tipo clsico. Eric Taladoire en su obra
3 Esta pequea poblacin guarda con orgullo entre sus habitantes los restos de la cultura Mexicana, sus costumbres1 el calendario agrcola, as como
la lengua nhuatl; inclusive existe en la actualidad un indgena "Jefe de pueblos Nhuatls" a quien he escuchado hao lar en Nhuatl.
72
Joa.
Las relaciones espaciales que grficamente presento en la matriz de
caractersticas de los espacios, as como las interrelaciones entre ellas, me
permiti determinar los tipos clasificados, como un inicio para la tipologa de la arquitectura mesoamericana, Figura 74.
Estas mismas relaciones espaciales basadas en los atributos fsicos de
las estructuras mesoamericanas, fueron la base para analizar, tanto sus
atributos generales como los determinantes particulares que permitieron estructurar una tabla o rbol de
decisiones, Figura 122. Cont con la
asesora del Ingeniero Carlos Strassburger, Director de Cmputo para la
Investigacin UNAM, para la formacin del rbol de decisiones, mismo
que sirvi de base para el programa
de cmputo elaborado en las computadoras de esa Direccin, por lo que
doy las gracias ms cumplidas a su
personal.
Conclusiones
Siguiendo la directriz que me trac al inicio del presente trabajo, misma que en forma recta sin desviaciones voluntarias procur llevar en el
desarrollo del mismo, y siendo el objetivo fundamental incrementar el
conocimiento de las culturas mesoamericanas, en particular su arquitectura, deseo aportar un escaln que se
sume a los ya existentes, como una
mientos mesoamericanos conocidos como centros ceremoniales, son en realidad ciudades con
un ncleo o casco histrico central, mismo que acenta la caracterstica de la ciudad, aunado a
las otras determinantes como son
la organizacin social su abastecimiento, el trabajo especializado y los centros de produccin,
as como la organizacin ciudadana en barrios. El trmino de
centro ceremonial debe ser sustitudo por el de ciudad al referirse
a los conjuntos urbansticos emplazados en los grandes centros
de poblacin.
B. En algunas ciudades, particularmente Teotihuacn, en un momento anterior a su mayor desarrollo, se concibi y plane su urbanizacin teniendo como punto
central la pirmide del Sol sobre
la primitiva cueva. Las delimitaciones geogrficas de su entorno
y particularmente del ro San
Juan, marcan el mdulo de desarrollo de la ciudad, al ser ste
equidistante: al igual que el rea
de delimitacin de la pirmide de
la Luna. Los anlisis correspondientes as como el captulo VII
referente a Teotihuacn muestran grficamente esta concepcin, que concuerda con otras
proporciones que encontr Alberto Amador en la traza de Teotihuacn.
C. Los espacios exteriores generados en las grandes plataformas,
pirmides y edificio, son los fundamentales en la arquitectura
prehispnica. Es esta arquitectura exterior la que determina el
emplazamiento y genera el edificio con sus espacios interiores,
mismos que considero secundarios, esta particular concepcin
del espacio por los arquitectos
indgenas es de una mentalidad
totalmente diferente, misma que
da origen a mi concepto espacial
en funcin del observador itinerante, distinta de la occidental
que nos rige.
D. Los espacios arquitectnicos interiores, o sea cubiertos o delimitados por los muros interiores y
de fachadas, se pueden tipificar
por su funcin en los catorce grupos sintetizados y veintinueve
4 Taladoire, Eric. Le Terrains de Jeu de Bu//, tudes msoamcricaines. Editor Misin Arqueolgica y Etnolgica Francesa en Mxico, 1981.
73
subgrupos menci~mados en el
Captulo IX, denvados ~: sus
atnbutos fsicos y su relac10n espacial, mismos q~e se integrarn
al programa de computo. Anexo
T.
E. El anlisis efectuado en el Captulo JII basado en los valores de
la teor~ superior de la arquitectura, muestra que tanto las estructuras de techumbre plana
propias del altiplano central, como las abovedadas de la zona
maya, son congruentes en sus valores arquitectnicos. Con base
en lo anterior y no slo empricamente como se ha venido asintiendo' sustento que es arq uitectura rc,levantc y debe ser includa
en los tratados de la historia de la
.
arquitectura universal.
F. La arquitectura mesoa~e~1can_a
posee caractersticas sm genen s
como son:
1 El emplazamiento de sus edificios segn trazos astronmicos,
perfectamente defi nidos en el a~
tiplano central, e n contraposicin con las estructuras del Sureste que son de orientacin,
usualmente ms libre.
2 El espacio arquitectn_ico es ~e
nerado segn una particular disposicin en Mesoamri.ca. Esta
consiste en el agrupamiento de
tres recintos, con tres accesos
uno al frente para el central y dos
laterales a derecha e izquierda,
esta particular disposicin_ aparece desde pequeos espaciOS en
el rea maya, hasta grandes. recintos como las salas A, B, C JUnto al edificio de los atlantes, en
TuJa. El estudio de diversas disposiciones de plantas arquitectnicas an no me ha arroJado datos suficientes sobre la posible
funcin generadora de este particular "partido" como 1? lla~~
mos en vocabulario arqmtectomco por lo que dejo abierto el campo a las especulaciones. Slo d~
seo considerar que ante otras dimensiones y en funcin de diversos destinos o usos se conserva el
mismo "partido".
G. Las relaciones espaciales en la
arquitectura prehispnica no son
resultado del azar sino, por el
contrario resultado de visuales,
accesos ~onumentalcs y un dinamismo y ritmo de volumctras
74
Bibliografa
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DE GRAN IMPORTANCIA
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DE PELOTA
~.1.
:'\NEXOS A JUEGO DE PELOTA, UNICELULARES O BICELULARES CON DOS ACCESOS, CON ESCALN, INTEGRAIXJ A
UN JUEGO DE PELOTA
~.2.
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NEXOS A JUEGO DE PELOTA 1 ACCESO 2 CON SIMEnRfA REFI.EJANTIE INTEGRADA A UN JUEGO DE PELOTA.
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b.3.
OMINISTRATIVO SOBRE PLATAFORMA ESPACIOS UNICELULARES CON SU PROPIO ACCESO FORMANOO 1 CRWfA
ADM INISTRATIVO SOBRE PLATAFORMA. ESPACIOS 1JN,...,FI 1A"F'l CON SU P<>nPin A<-r.FSI) FORMANIXJ 2 CRWfAS
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FUNERARIOS SIN ESPACIO SUBTERRNEO, ES COMO LA F-1, PERO CON UN PEQUE~O MONUMENTO SUPERIOR
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R.1.5.
HABITACIONAL CON ESCALN UNIESPACIAL AGRUPADO. SERIE HABITACIONAL SIN ESPACIO FLUIDO
HARIT .C:IONAI CON FSCAI N MULTI ESPACIAL FL IIDO. INTEGRANDO SECCIONES HABITAC/ONALES
13
R. 1.6.
H. 1.
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R. 1.2
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R .3.
R 4
HABITACIONAL 'PALACIOS' DIE PLATAFORMA, MU LTIESPACIAL FLUIDO, INTEGRANDO 1 SOLA UNIDAD DE GRAN
1 P()FU , NCIA CON FSPACIOS HABITACIONALES Y ADMINISTRATIVOS.
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Estudio evolutivo de las forma s superpuestas de diversas estructuras en el grupo A-V de Uaxact n, segn T atiana Proskouriakoff, Instituto Carnegie
de Washington. Dibujo de J. A. Gmez.
76
This work pretends to focus the occupational dwellings for the Late Classic Period
in Ua.xactn, making a relation between the groups of dwellings found in an are a of
16 square kilometers and the pottery gathered in the wells made during the archaeological excavations made in those centers during 1984 and 1985.
Introduccin
77
2. - Arca intermedia
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79
CUADRO 1
NMERO DE GRUI'OS
TOTAL
DE
GRUPOS
LOCALIZADOS
131
100
663
100
TOTAL
TEPE U
118
90.08
635
95.78
DE
GRUPOS
CUADRO 2
NMERO DE GRUPOS
NMERO DE ESTRUCTURAS
TEPEU l
TEl'EU 2
TEPEU 3
23
106
106
150
37
'
CUADRO
3
REA MONTAOSA
REA INTERMEDIA
REA LLANA
(BAJO JUVENTUD)
TOTALF..S
TEl'EU 1
TEl'EU 2
TEPEU3
TOTALES
13
49
65
57
70
106
23
so
136
b. Artculos de molienda.
Debido a que no se realiz excavacin en los edificios, no podemos
dar una secuencia de la evolucin
constructiva de los grupos. Nuestra
informacin se basa nicamente en
los pozos de prueba hechos en las
plazas y fuera de ellas y as como en
los elementos observables a simple
vista sobre el terreno.
Debemos aclarar que la temporalidad de los grupos se da en forma
general, ya que ninguna estructura
fu e excavada; por lo que: cuando decimos que un gru po con su totalidad
de estructuras pertenece al Clsico
Tardo, lo hacemos en base nicamente a la cermica obtenida de los
pozos. Sabemos de lo limitan te de tal
tcnica ele investigacin, pero solamente futuras excavacion es en cada
uno ele los montculos podrn fechar
fehacientemente cada una de las ed ificaciones.
El Asentamiento
E l foco principal de esta investigacin estuvo centrada en los grupos
Clsico Tardo de carcter rural, habiendo sido clasificados un total de
118 para esta poca. La informacin
proviene de los mapas levantados
durante el reconocimiento del rea
(Acevedo, 1986; Paz, 1986), la que se
dividi en Montaosa, Intermedia y
Llana, cada una con sus propias peculiaridades como ya se mencion.
Los conglomerados estn fo rmados desde dos montculos como mnimo a diecisiete como mximo, los
cuales por lo general estn ordenados alrededor de uno o varios patios.
Entre ellos hemos podido encontrar
ordenamientos parecidos a los patrones de plaza identificados por
Becker para Tikal (1971-1980).
No hemos clasificado como grupos aquellas construcciones con una
sola estructura, aunque bien pu ede
ser que hayan tenido alguna compailera ahora parte del universo "invisible", sto debido a su deterioro natural o a causas humanas prehispnicas
o modernas.
Ninguno de estos grupos de carcter rural tienen la monumentalidad
de los grupos elitistas, aunqu e si hay
marcadas diferencias observables
entre ellos mismos, siendo a veces
mayor o menormente elaborados
81
82
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durante esta poca haba cierta predileccin por las montaas, aunque
en verdad sto no es muy significativo.
Luego, para Tepeu 2, el rea
Montaosa tiene un aumento ocupacional manifestado por sus 49 grupos
(46.73 %), en relacin a los 13 de la
faceta anterior. Algo parecido sucede en el rea Intermedia, ya que de
los 9 grupos anteriores, se llega a 57
(53.77%), durante Tepeu 2, con ello
cambia el rea preferencial de asentamiento, ya que ahora el lugar elegido es el terreno Intermedio. En el
rea Llana no se da ahora ningn
asentamiento, lo cual podra estar relacionado con la dificultad que representaba el vivir en una "isla", rodeada de agua durante la poca lluviosa. La preferencia de asentarse en
el rea de produccin agrcola nos
hace pensar en necesidades de este
tipo que tenan que ser resueltas,
aunque pueden haber otras que ser
necesario analizar. Tepcu 2, es el perodo de mayor actividad rural; algo
densamente ocupado por estructuras prehispnicas. En trminos numri cos y en forma comparativa hay
en el su r un total de 76 grupos en
contraposicin de tan slo 55 en el
norte. Esto es manifiesto an en las
pocas anteriores al Clsico Tardo,
teni endo el sur la mayor concentracin de grupos Pre-Clsico y Clsico
Temprano en relacin al norte (Paz,
1986,;Acevedo, 1986). Esto bien puede estar rel acionado a que hacia el
sur est la ciudad de Tikal, con la que
debieron existir muchos nexos.
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7.
VALDS, Juan A ntonio
The autlwr presents an explanation abmlt the differellt characteristics that were
related with the phases or epochs in which the urban development occured in the
archaeological zone called Paquim, located in the northem part of the mexican
state of Chihuahua, in a very large and well irrigated va!ley. T7ze analysis is made
beginning in the so called "old period" andfinishes with the dates where the site was
abandoned in the year 1340 after Christ.
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Antecedentes
85
1.-
HORIZONTE PRECERMICO
11.-
111.-
FASE CONVENTO
De 700 a 900 d. C.
FASE PILN
De 900 a 950 d. C.
IV.-
V.-
VI. -
FASE BUENA F
FASE PAQUIM
FASE DIABLO
De 1340 a 1660 d. C.
FASE ROBLES
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88
6.- Perodo Viejo, Fase Perros Bravos 9501060 d. C.- Construcciones multifa milia res
concen tradas en un solo nivel. (Adaptado de
Alice Wesche. 7.- Plano de Paquim que
muestra el rea de estruct uras de la Fase
Buena F en las que se incl uye el Mon tcu lo
de la Cruz y en el que se indican las reas en
que se excavaron trincheras as como las reas
no excavadas.(/ daptado de Di Peso, Ri naldo,
Fenner y Guev;. ral. 8.- Plano de Paq uim en
donde se han se '! tia 'o las const rucciones que
fun cionaron dur.mte la fase que lleva el
nomb re de la ciudad. (Segn Di Peso. Ri natdo, Fenn cr y <.., _evara). 9.- Lmites de las casas
de Paquim. (Seg. '1i Peso).
1.- U ni dad 6.
2.- Casa del Pozo.
3.- Casa de las G uacamayas.
4.- Casa de los Mue rtos.
5.- Casa de los Crneos.
6.- Casa de los Pilares.
l O. - Planimetra de Paquim, ejes y orienta-
10
89
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90
Los conjuntos habitacionales contaban con amplios espacios interiores, comunicados por sistemas
verticales a base de escaleras, para
poder interconectar los diversos espacios de habitacin, almacenamiento y preparacin de alimentos. Las
.
ll.- Plano de Paquim con la relacin de actividades y edificios en el rea urbana de la
ciudad en el mo me nto de su mximo desarrollo 1205-1261 d. C. 12.- Planimetra de Paquim. Descripcin de los edificios habitacionales, ceremoniales y espacios exteriores. 13.Vista del Conjunto Habi tacional de Paquim.
Foto de Juan Antonio Sill er. 14.- Casa de las
Guacamayas. Foto de Juan Antonio Siller. l S.Detalle constructivo de un apoyo aislado a
base de un poste central de madera apoyado
sobre un soporte de cantera con un capitel del
mismo material en la parte superior. (Segn el
Arquelogo Eduardo Contreras). 16.- Sistema constructivo de un apoyo aislado en nivel
de planta baja y piso superior. En la parte
central se localiza el entrepiso yen la de arriba
la cubierta con terrado. (Segn el Arquelogo
Eduardo Contreras).
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15
14
16
91
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La adecuacin de esta arquitectura a un medio ambiente tan extremoso con veranos con altas temperaturas e inviernos con temperaturas muy
bajas y prolongadas dio seguramente
como condicionante una solucin de
urbanizacin y arquitectura con un
desarrollado diseo y adecuacin
bioclimtica como la lograda en estas
unidades habitacionales verticales;
que llegaron a tener ms de seis niveles de construccin.
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21
23
93
2-'. Vista interior del Conjunto llabitacio nal con el sist ema de puertas en fo rma de "T". fot o de Juan Antonio Sillcr.
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