8 Señales de Advertencia de Una Fe Tóxica

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Señales de Una Fe Tóxica

2 Reyes 2:19-22 (Reina-Valera 1960)


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Y los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en donde está
colocada esta ciudad es bueno, como mi señor ve; mas las aguas son malas, y la
tierra es estéril. 20 Entonces él dijo: Traedme una vasija nueva, y poned en ella
sal. Y se la trajeron. 21 Y saliendo él a los manantiales de las aguas, echó dentro
la sal, y dijo: Así ha dicho Jehová: Yo sané estas aguas, y no habrá más en ellas
muerte ni enfermedad. 22 Y fueron sanas las aguas hasta hoy, conforme a la
palabra que habló Eliseo.

I.) INTRODUCCION:

Todos deseamos disfrutar de una vida espiritual saludable. Lo triste es


que muchos de nosotros estamos estériles por los peligrosos aditivos.

1.) Después que Eliseo vio a Elías ascender al cielo, el profeta fue a
la ciudad de Jericó e hizo su primer milagro.

2.) Los hombres de la ciudad enfrentaron una crisis ambiental: El


agua estaba contaminada, lo más probable que de sulfuro y
otros químicos que habían caído en forma de lluvia cerca en
Sodoma y Gomorra en años anteriores. Estos venenos habían
dejado la tierra estéril (vea 2 Reyes 2:19-22 ), estaban
probablemente afectando al pueblo y los animales así como a las
plantas.

3.) Así es que Eliseo llevó a cabo un acto audaz y


profético. Echó sal al agua y proclamó: "Así ha dicho
Jehová: yo sané estas aguas, y no habrá más en ellas
muerte ni enfermedad" (v.21). Su proclamación trajo
sanidad inmediata.

4.) Esta oscura historia en el Viejo Testamento nos da una


ilustración del poder del evangelio. El mensaje de Jesucristo nos
sana. El Espíritu Santo da vida donde reinó la muerte. Neutraliza
los venenos que causan la esterilidad espiritual. Él equilibra el
nivel de pH (la alcalinidad del agua) de manera que el
crecimiento espiritual y la vitalidad sean posibles.

Todos deseamos disfrutar de una vida espiritual saludable. La triste


verdad es que muchos de nosotros estamos estériles por los peligrosos
aditivos. Hemos creído un evangelio diferente, uno adornado con
legalismo -una religión basada en acciones y en la salvación por obras-
cuando sólo Cristo es nuestra única fuente de vida.

II.) LA LEVADURA DE LOS FARISEOS

El mismo Jesús se refirió a esas toxinas como ‘la levadura de los


fariseos' (Lucas 12:1). Nos dijo que el tipo de religión de los fariseos,
que lucía bien desde afuera, era mortal y contagioso.
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En esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros
se atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos, primeramente:
Guardaos de la levadura de los fariseos,(A) que es la hipocresía.

¿Se ha contagiado usted? Al examinar estas ocho características de un


espíritu religioso, usted puede hacerse su propia prueba de pH.

1.) Un espíritu religioso ve a Dios como ser frío, riguroso,


distante, estricto y exigente, en vez de como un Padre
accesible y amoroso. Cuando basamos nuestra relación con
Dios en nuestra habilidad para desempeñar servicios
espirituales, negamos el poder de la gracia. Dios no nos ama
porque oremos, leamos la Biblia, asistamos a la iglesia o
atestigüemos, aunque millones de cristianos piensan que Dios se
molesta si no desempeñan estas y otras obligaciones a la
perfección. Por consiguiente, luchan por encontrar verdadera
intimidad con Jesús.

2.) Un espíritu religioso le da énfasis a hacer obras para


mostrarle a los demás que Dios los acepta. Nos engañamos
al creer que podemos ganar la aprobación de Dios por medio de
un código de vestimenta, ciertas disciplinas espirituales,
determinados estilos de música o hasta posiciones doctrinales.

3.) Un espíritu religioso desarrolla tradiciones y fórmulas


para lograr metas espirituales. Confiamos en nuestras
liturgias, política denominacional o programas hechos por el
hombre para obtener resultados que sólo Dios puede dar.
4.) Un espíritu religioso se torna sombrío, cínico e
hipercrítico. Esto puede amargar completamente un hogar o
una iglesia. Entonces, cuando se expresan verdadero gozo y
amor, éstos se convierten en una amenaza para aquellos que
han perdido la simplicidad de la fe verdadera.

5.) Un espíritu religioso enorgullece y aisla, al pensar que su


rectitud es especial y no puede asociarse con otros
creyentes que tienen diferentes estándares. Las iglesias
que han permitido estas actitudes, se convierten en elitistas
peligrosamente vulnerables a la decepción o las prácticas
ocultistas.

6.) Un espíritu religioso desarrolla actitudes severas y


juzgadoras hacia los pecadores, aunque aquellos que
ingieren ese veneno típicamente luchan contra hábitos
pecadores que no le pueden admitir a nadie más. Las personas
religiosas rara vez interactúan con no creyentes, porque no
quieren que su moral superior se contamine por ellos.

7.) Un espíritu religioso rechaza la revelación progresiva y se


niega a abrazar el cambio. Es por ello que muchas iglesias se
tornan irrelevantes para la sociedad. Se enfocan tanto en lo que
Dios hizo hace 50 años, que se quedan atascadas en una era y
no pueden moverse hacia adelante cuando el Espíritu Santo
comienza a dar un nuevo entendimiento. Cuando los grupos
religiosos se niegan a cambiar con la nueva directriz de Dios, se
convierten en "odres viejos" y Dios debe encontrar vasijas más
flexibles que están dispuestas a implementar cambios.

8.) Un espíritu religioso acosa a aquellos que discrepan con


sus pretensiones de superioridad moral y se enoja cada
vez que el mensaje de la gracia amenaza quitarle su
religiosidad. Un religioso enfadado usará los chismes y las
calumnias para difamar a otras personas y quizás hasta use la
violencia para probar su punto.

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