En La Burbuja-Diseñando para Un Mundo Complejo

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TEXTO CLAVE

En la burbuja.
Diseando en un
mundo complejo

La primera porcin del ltimo plato fuerte de un holands no


errante, que pretende un futuro con menos cosas y ms personas

John Thackara 2
Introduccin3
En la burbuja, es la frase que utilizan los
controladores del trfico areo para describir
su estado mental cuando se encuentran frente a las pantallas encendidas llenas de flujos
de informacin, metidos de lleno en la corriente del trabajo y manteniendo el control
sobre la situacin. Vaya suerte la suya. La
mayora de nosotros, en cambio, no sentimos
muy lejos de controlar las situaciones por las
que pasamos. Atiborramos el mundo con
aparatos y sistemas sorprendentes (sobre la
cima de los aparatos y sistemas naturales y
humanos que ya estaban aqu) slo para descubrir que estos sistemas complejos parecen
fuera de control: son demasiado complejos
como para llegar a entenderlos, y no hablemos de darles forma, o refuncionalizarlos.
1> Thackara, John, In the bubble.
Designing in a complex world, London,
Paperback, 2006.
2> John Thackara estudi filosofa y periodismo en Inglaterra, antes de comenzar a trabajar en la industria editorial en
Nueva York. Edit la revista Design durante cinco aos, luego trabaj como
editor de la seccin de cultura moderna
de Harpers & Queen, y como redactor en

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Las cosas pueden parecer fuera de control,


pero siguen estando en nuestras manos. Y
un gran nmero de las situaciones problemticas del mundo actual son el resultado
de determinadas decisiones de diseo;
muchas de las cuales fueron malas decisiones, es cierto, pero no somos vctimas
de un azar ciego. Los peligros que actualmente amenazan al planeta, nuestro nico
hogar, brindan un buen ejemplo. Un 80%
del impacto ambiental de los productos,
servicios e infraestructuras que nos rodean
se define en su etapa del diseo. 4 Las decisiones que toman los diseadores dan
forma a los procesos ocultos tras los productos que usamos, los materiales y la
energa que se requieren para fabricarlos,
la manera en que operamos con ellos en
nuestra vida cotidiana, y qu les ocurre una
vez que ya no los necesitamos. Quizs no

temas de diseo en The Guardian. En


1987 organiz Design Analysis International (DAI), una compaa de conferencias
y exhibiciones con oficinas en Londres y
Tokio. DAI organiz eventos en el Centro
Pompidou, en el Museo Victoria & Albert,
en la Axis Gallery en Tokyo, entre otros.
Entre 1989 y 1992 John fue Director de
Investigacin en el Royal College of Art, y
dos veces titular del European Design

Summit. Entre sus doce libros publicados se cuentan: Design After Modernism:
Beyond the Object (1987), y Lost in Space: A Travellers tale (1995). A lo largo de
su carrera, John dio clases en ms de
cuarenta pases. [Nota del Editor]
3> Traduccin de Claudio Iglesias.
4> Estadstica citada en el Annual Review 2002 del Design Council (London:
Design Council, 2002), p. 19.

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era nuestra intencin, quizs lamentamos


el curso que han tomado las cosas, pero lo
cierto es que nosotros mismos hemos diseado el camino hacia los problemas que
hoy en da debemos enfrentar.
La premisa de este libro es bien simple: si
pudimos disear el camino de llegada a
nuestras dificultades actuales, tambin podemos disear el rumbo para salir de ellas.
Segn escribi el cientfico Herb Simon,
todo aquel que planifica cursos de accin
orientados a cambiar las situaciones existentes por otras preferibles a ellas, est diseando.5 Tambin para Victor Papanek,
el diseo es bsico en todas las actividades humanas: la puesta en prctica y estructuracin de cualquier acto apuntado a
una meta deseada constituye un proceso
de diseo.6 Disear es, sencillamente, lo
que hacemos los seres humanos.
De esta comprensin del diseo se siguen
dos preguntas importantes. En primer lugar,
a dnde queremos ir? Cules son exactamente esas situaciones preferibles o metas deseadas de las que hablan Simon y Papanek? En segundo lugar, cmo llegamos
all? Qu cursos de accin deberemos tomar para ir de aqu hasta all?
Si bien este libro propone esas dos preguntas sobre el futuro, no es un libro de anticipacin, ni es un libro sobre lo nuevo. He organizado los captulos alrededor de diez temas
relativos a la vida cotidiana tal como la vivimos ahora, y no a futuros fantasiosos de
ciencia ficcin. Hablar de ciertos aspectos
de la vida de todos los das en los cuales ya
estn emergiendo formas de innovacin radical: nada de lo que dicen estas pginas es
una promesa, o una fantasa que puede convertirse, algn da, en realidad.
Precisamente, una de las cosas que me llev a escribir este libro fue el hartazgo de la
carne podrida de lo nuevo. Muchas de las
situaciones preferibles de las que hablaba
Simon ya existen, aunque de un modo dife5> Herbert Simon, The Sciences of the
Artificial (Cambridge: MIT Press, 1996),
Cap. 1.

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rente y, a menudo, sorpresivo. Una recomendacin que puedo darte para el prximo lunes por la maana es que, despus
de leer este libro, salgas de casa y camines
un rato, simplemente mirando a tu alrededor. Estoy seguro de que te sorprender la
variedad de innovacin social que est teniendo lugar en tu propio entorno. Como
me sorprendi a m.
Dicho esto, es digno de atencin el hecho
de que la pregunta a dnde queremos
ir? nos pone frente a un dilema en lo tocante al valor de la innovacin. Es que hemos construido una sociedad con una fuente orientacin a la tecnologa, cuyo desempeo es muy notable en cuanto a la fabricacin de medios, pero dudoso y confuso en
lo que respecta a los fines. Ya no est claro
qu problema estamos resolviendo con todas estas cosas que fabricamos, o qu valor aaden a nuestra vida. Pero mucha gente que conozco asume de antemano que
innovar en un rea significa meramente
aadirle tecnologa. La tecnologa ha llegado a convertirse en un sistema poderoso
y autoreplicante, acostumbrado a que le
tengan respeto y a recibir la parte del len
del financiamiento de investigacin. En el
NASDAQ, la tecnologa incluso tiene un
mercado de valores propio.
Durante la primera etapa de la era industrial
(y, a propsito, recordemos que todava estamos en la era industrial), el progreso y el
desarrollo eran entendidos como la produccin continua de tecnologa y bienes de
consumo, y punto. El espritu de esta poca
aparece plasmado en una vieja cancin de
la empresa Matsushita:
Juntemos nuestras fuerzas con nuestras
ideas,/ dando lo mejor de nosotros para incrementar la produccin, ofreciendo bienes
de consumo a los pueblos del mundo, sin fin,
continuamente.7
Situada bajo este ngulo, la tecnologa

6> Victor Papanek, Design for the Real


World: Human Ecology and Social Change
(New York: Random House, 1972), p. 23.

cambi su estatuto: dej de ser una coleccin de herramientas utilizadas para hacer
ciertas cosas y se convirti en un sistema
capaz de perpetuarse a s mismo.8 Antes,
los beneficios de la tecnologa parecan ser
transparentes: productos mejores, ms rpidos, ms inteligentes, usualmente ms
baratos tambin. Pero el alcance de la penetracin de la tecnologa en la vida cotidiana se increment, y las diferencias entre
los distintos aparatos se atenuaron; la tecnologa, en el mejor de los casos, se convirti en una mercanca; en el peor, en una intrusa en el espacio personal, una forma de
crimen incluso, o de polucin. Una de las
razones por las cuales las puntocom fallaron es porque ofrecan muy poco valor que
no fuera el de la tecnologa en s misma, en
un momento en el que la cultura haba cambiado y la tecnologa ya no representaba un
fin en s mismo en nuestras vidas.
No estoy proponiendo que nos hemos desenamorado de la tecnologa; ms bien, lo
que ocurre es que estamos recuperando el
aprecio y el respeto por lo que las personas
pueden hacer y que las mquinas no pueden. A lo largo de la modernidad, subordinamos los intereses de la gente a los de la
tecnologa, una poltica que nos llev a la
destruccin inconciente de culturas tradicionales y al socavamiento de formas de vida que tendamos a considerar primitivas.
Las vctimas de este avance de la moderni7> En 1970 Herman Kahn, el primer
futurlogo en el sentido moderno del
trmino (y, segn versiones, inspirador
del rol de Dr. Strangelove en el film de
Stanley Kubrick), anticip que los valor
culturales nicos de Japn le permitiran
a la economa japonesa alcanzar y
superar el PBI de Estados Unidos.
Herman Kahn, The Emerging Japanese
Superstate: Challenge and Response
(Englewood Cliffs, N.J.: Prentice Hall,
1970).
8> La Comisin Europea, responsable
del 5% del gasto en investigacin de
todo el continente, est analizando
modos de gestionar la investigacin
tecnolgica como una compleja red
auto-organizativa. Peter Johnston, uno
de los peces gordos del programa
Tecnologas de la Sociedad de la

zacin no fueron solamente los desventurados pueblos nativos de los bosques pluviales. La idea de que la gente se adapte a
las nuevas tecnologas nos afect a todos.
Creamos que la lnea de montaje y la estandarizacin iban a hacer del mundo un lugar mejor, pero de la mano de la eficiencia
vino la deshumanizacin del trabajo. Y no
somos menos esclavos de la tecnologa hoy
en da cuando censuramos a los docentes
por obstaculizar el progreso cuando rechazan las ltimas aplicaciones tecnolgicas en educacin.9
La introduccin de toda nueva tecnologa (el
telgrafo, el ferrocarril, la electrificacin, la
radio, el telfono, la televisin, los automviles, el transporte areo) siempre fue
acompaada por un espectacular envoltorio
de promesas. Cierta ingenuidad es excusable en los inventores de aquellas primeras
tecnologas: no tenan modo de calcular las
consecuencias imprevistas de sus innovaciones. Hoy, no tenemos ese alibi. Sabemos
que las nuevas tecnologas acarrean consecuencias inesperadas.10
La peor clase de impacto tecnolgico es la
que combina irresponsabilidad con buenas
intenciones. Muchas de las peores calamidades proceden de la biotecnologa. Cuando
Eugene Thacker estudi la industria tecnolgica con motivo de un libro que estaba escribiendo, encontr un insidioso contraste entre el hiperoptimismo y la falta total de resul-

Informacin de la Unin Europea, dice


que la eficacia de la investigacin actual
depende crticamente de la fuerte
interrelacin entre los distintos centros de
investigacin y las respectivas disciplinas. El valor de soporte que la Unin Europea ofrece a la cooperacin entre investigadores reside tanto en el capital social y la cohesin que genera como en el
capital de conocimiento que produce.
Peter Johnston, Introduction, en Complexity Tools in Evaluation of Policy Options for a Networked Knowledge Society,
ed. Peter Johnston (Bruselas: European
Commission Directorate General, Information Society Technologies, 2003), p. 3.
9> Daniel Cohen, Our Modern Times:
The New Nature of Capitalism in the
Information Age (Cambridge, Mass.:
MIT Press, 2003).

10> Durante los primeros aos del siglo


XX, muchos eran los que se encontraban
desarrollando aplicaciones del motor de
combustin interna, a veces nicas. La
mayora de los esfuerzos fueron vanos y,
una dcada despus, slo un puado de
aquellos inventos se mantena en pie.
Pero una de esas aplicaciones, el automvil, se convirti en cono de la modernidad y en impulsor de la transformacin de nuestras ciudades y de nuestras
vidas. A lo largo de su historia, el automvil permiti la expansin fsica de las
ciudades, fractur comunidades, contamin el aire, y mat a montones de personas. Y sigue hacindolo hoy en da.
Pero sus inventores no podan saber que
todo esto habra de ocurrir.

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tados concretos.11 Las promesas sobre el


futuro, de parte de la biotecnologa, eran muchas y muy variadas, pero Thacker no pudo
evitar darse cuenta de la comparativa ausencia de resultados concretos, extendidos y
sustentables en la aplicacin de biotecnologa en la medicina y el cuidado de la salud.
Somos vctimas, dice Thacker, de la imaginacin biotecnolgica promovida por intereses creados que participan en el ensamblaje
de atractivas proyecciones a futuro.12
Ser escptico frente a la tecnologa no quiere
decir rechazarla. Y hay gran cantidad de alusiones a la tecnologa en este libro. Por empezar, lo que ocurre es que no tenemos una
opcin alternativa: Terra Firma y los terabits
estn aqu para quedarse. Ancho de banda,
materiales inteligentes, dispositivos tecnolgicos integrados en el vestuario y otras formas de computacin invasiva, aplicaciones
conectadas y un sin fin de otras cosas que
todava ni siquiera podemos imaginar continuarn transformando el modo en que vivimos. La pregunta es cmo.
Medios y fines ya han ido por separado durante demasiado tiempo en los debates sobre la innovacin. Entender por qu las cosas
cambian, y reflexionar sobre cmo deberan
cambiar, no son temas que deban tratarse
cada cual por su lado. En las pginas que siguen, tratar de reconsiderar algunos puntos
centrales de la agenda sobre tecnologa e innovacin de un modo que permita que los
no-especialistas se sumen a un debate profundo; lo cual, por lo dems, ya est ocurriendo. Theodor Zeldin, en ese sentido, habla de una transicin de la era de la especializacin a la era de la deliberacin.13
No podemos detener la tecnologa, y no hay
motivos por los cules debiramos hacerlo.
11> Para Thacker, los principales actores
en la imaginacin biotecnolgica son los
institutos de investigacin cientfica, las
compaas farmacuticas y la cultura de
divulgacin cientfica. S u principal objetivo, dice, es forjar vnculos estrechos,
si no relaciones causales indiscutibles,
entre las promesas del futuro y la investigacin actual., Eugene Thacker, The
Science Fictioning of Biotechnology,

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La tecnologa es til. Lo que s podemos hacer es cambiar el ngulo del debate e insistir
en que la gente est antes que la tecnologa.
No ser fcil, desde luego, pero el cambio ya
est ocurriendo. Desde los dueos de fbricas textiles en el siglo XIX hasta los gerentes
de empresas puntocom de fines del siglo pasado, la gente de negocios siempre busc
formas para remover a la gente de la produccin, valindose de la automatizacin tecnolgica de los procesos productivos. Muchas
organizaciones continuarn hacindolo, pero
quedarn fuera de poca.
Este libro trata sobre un mundo en el que el
bienestar est basado en menos cosas y
ms personas. Describe una aproximacin al
tema de la innovacin segn la cual la gente
vuelve a formar parte del diseo de distintas
situaciones. En estas situaciones, ya no seremos persuadidos de que para ser mejores es
necesario que consumamos ms productos
generadores de residuos y aparatos.
Las siguientes pginas describen la transicin, que actualmente est teniendo lugar,
de la innovacin guiada por la ciencia-ficcin a la innovacin inspirada en la ficcin
social. He reunido los mejores ejemplos que
pude encontrar de servicios y situaciones
diseados en los cuales la gente lleva a cabo actividades cotidianas de modos novedosos: desde el traslado hasta el aprendizaje, desde el cuidado mutuo hasta el juego
y el trabajo. Algunos de estos servicios involucran el uso de productos o equipo para
poder realizarse: equipo que va desde los
implantes corporales a los aviones de lnea.
Pero los objetos, por regla, juegan un papel
secundario. Nuevos principios (el de ligereza, por sobre todo) informan el modo en
que son diseados, fabricados, usados y

032c, no. 4 (Winter 20022003), 106, disponible en Internet a travs del site del
editor (www.032c.com).
12> Los intereses creados a los que
Thacker se refiere son los mismos mencionados en la nota 8. Thacker, The
Science Fictioning of Biotechnology,
p. 109.
13> La conversacin es el instrumento
que, en el futuro, nos brindar inspira-

cin para satisfacer ambiciones que,


hasta el momento, parecieron imposibles, dice Zeldin. Los grandes
cambios son superficiales si no resultan
de la suma de un montn de pequeos
cambios en nuestro modo de entendernos y tratarnos entre nosotros. Para
facilitar tales conversaciones, Zeldin
lanz The Oxford Muse en 2001.

mantenidos por sus usuarios. Sin excepciones, el foco est puesto sobre los servicios
y los sistemas, no sobre las cosas.
As como tenemos que disear la vuelta de
las personas al cuadro de la innovacin, tenemos que disearnos ms tiempo para pintar el cuadro. Gran parte del llamado efecto
rebote de la innovacin (que consiste en llegar a resultados directamente opuestos a los
buscados) se produce por nuestra falta de
tiempo para hacer los chequeos en detalle
requeridos, observar qu ocurre, y reflexionar
en los cambios que tienen lugar en toda la
escena, en toda la extensin del cuadro. Como se argumenta en el Captulo 2, la velocidad puede ser un imperativo en la industria
informtica, pero aplicada a situaciones sociales puede ser muy peligrosa.
Necesitamos tiempo para pensar, por ejemplo, la cuestin de las escarpadas tasas de
crecimiento de la poblacin mundial. La
cantidad de gente que vive en el mundo se
ha duplicado en el tiempo de vida de mi generacin, algo que no ocurri en el caso de
ninguna generacin anterior. Somos los primeros seres humanos que debieron enfrentar semejante explosin de nmeros; y, sin
embargo, seguimos buscando nuevos aparatos y servicios que nos permitan reducir
el tiempo de trabajo necesario, por medio
de la tecnologa.
No es que seamos tontos. Por el contrario,
muchos millones de personas dedicaron inteligencia y creatividad a la tarea de construir el mundo moderno. Ms bien, lo que
ocurre es que estamos siendo arrastrados
hacia aguas desconocidas y peligrosas por
el acelerado crecimiento econmico. En
apenas uno de los das que pas escribiendo este libro, hubo tanto comercio en el
mundo como en todo el ao 1949; tanta investigacin cientfica como toda la publicada en 1960; tantas llamadas telefnicas como todas las que se realizaron en 1983; tantos e-mails fueron enviados como en todo

1990.14 Nuestros sistemas naturales, humanos e industriales evolucionan lentamente, y


son resistentes al cambio. Las leyes e instituciones que esperbamos que regularan
estos flujos no fueron capaces de hacerlo, o
no lo suficiente, y fueron desbordadas.
Un buen ejemplo es lo que errneamente se
llama expansin irresponsable de nuestro entorno fsico. Deploramos la proliferacin ciega de suburbios de baja densidad poblacional a lo largo y a lo ancho de centenares de
miles de hectreas de antigua tierra virgen.
Nos preocupamos por su impacto ambiental,
por la tendencia a la obesidad que este tipo
de vida fomenta, y por muchos otros problemas sociales que acarrea. Pero nadie parece
haber diseado la expansin urbana. Es algo
que simplemente ocurre, o as parece, al menos. Observando las cosas ms atentamente, descubrimos que la proliferacin de las
ciudades no es inconciente, en lo absoluto.
No hay nada inevitable en su desarrollo. Es el
resultado de determinadas leyes de zonificacin diseadas por legisladores, de edificios
de baja densidad habitacional diseados por
desarrolladores, de estrategias de marketing
diseadas por agencias publicitarias, de quitas de impuestos diseadas por economistas, de lneas de crdito diseadas por bancos, de la geomtica diseada por comerciantes, de las bases de datos diseadas por
cadenas de hamburguesas y de los automviles diseados por ingenieros. Las interacciones entre todos estos sistemas y el comportamiento humano son difciles de calcular
y comprender, pero las polticas que las producen, en s mismas, no son en lo ms mnimo un resultado del azar. Fuera de control
es un concepto ideolgico, no un hecho.
Para hacer las cosas de un modo diferente,
necesitamos poder percibirlas de un modo
diferente. Si estamos discutiendo a dnde
queremos llegar, las ideas disruptivas salen
a menudo cuando la gente puede mirar el
mundo con ojos renovados. Uno de los de-

14> Estadsticas tomadas del site sudafricano CellularOnline <www.mobileoffice.co.za/stats/stats-main.htm>

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safos ms importantes que plantea este libro es el de hacer que los procesos y sistemas que nos rodean se vuelvan inteligibles y
susceptibles de ser conocidos. Necesitamos disear macroscopios, tanto como microscopios, que nos ayuden a entender de
dnde vienen las cosas, y por qu: la historia de vida de una hamburguesa, el trabajo
bajo presin, o bien la expansin de los suburbios. Equipados con una comprensin
renovada de las razones por las cuales
nuestra situacin presente es como es, mejor podremos describir el sitio adonde queremos llegar. Evocando en la mente estas situaciones alternativas, podemos disear el
camino de aqu hasta all.
Los macroscopios pueden ayudarnos a entender sistemas complejos, pero nuestros
propios ojos desnudos son igualmente importantes. Ahora mismo, alrededor del mundo, modos alternativos de organizar la vida
cotidiana estn siendo ensayados y sometidos a prueba. Simplemente necesitamos
prestarles atencin. Cuando Ezio Manzini
dict talleres de diseo en Brasil, China y la
India, para desarrollar nuevas ideas para
una exhibicin sobre la vida cotidiana, se
encontr con docenas de ejemplos de nuevos servicios aplicados a la vida cotidiana
que l nunca antes se haba siquiera imaginado. Y tambin nuevas actitudes. En muchas culturas diferentes, descubri que la
obsesin por las cosas est siendo reemplazada por la obsesin por los acontecimientos. Personas de todas las edades a lo
largo y a lo ancho del mundo estn diseando nuevas actividades y entornos en los
cuales el consumo de energa y materiales
es modesto, y ms gente, no menos, se involucra en los procesos, ya se trate del cuidado de personas, del trabajo, del estudio,
del transporte, de proveerse de comida, de
comerla o de compartir equipo.15
En un mundo de menos cosas y ms perso15> Francois Jegou y Ezio Manzini, Sustainable Everyday: A Catalogue of Promising Solutions (Milan: Edizione Ambiente, 2004). Manzini dict talleres de diseo abiertos en varios pases, como pre-

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nas, vamos a seguir necesitando, sin embargo, sistemas, plataformas y servicios que le
permitan a la gente interactuar ms eficiente
y placenteramente.16 Estas plataformas e infraestructuras van a requerir un poco de tecnologa, y mucho diseo. Algunos servicios
van a ayudarnos a repartir el peso de las actividades de todos los das: lavar la ropa en el
techo de los edificios de departamentos, organizar grupalmente el cuidado de los chicos, utilizar cocinas y jardines comunitarios,
talleres grupales para actividades de mantenimiento, compartir herramientas y equipamiento, redes y clubs orientados al cuidado
de la salud y la prevencin de enfermedades.
El ms importante impacto potencial de las
comunicaciones Wi Fi, por ejemplo, residir
en la ecologa de los recursos de las ciudades. Conectar a las personas, los recursos y
los lugares entre s en nuevas combinaciones, en tiempo real, dar lugar a la aparicin
de servicios a pedido de usuario que, integrando conciencia ambiental y asignacin dinmica de recursos, tendrn el potencial de
reducir drsticamente el volumen de hardware (entendiendo el concepto en un sentido
amplio: aparatos elctricos, edificios, etc.)
que efectivamente necesitamos para funcionar. La mayora de nosotros somos a la vez
usuarios y oferentes de recursos. El principio
de hacer uso, no tener propiedad puede
aplicarse a toda clase de plataformas de
hardware: edificios, rutas, vehculos, oficinas,
y sobre todo, la misma gente. Para usar cosas ms o menos pesadas y fijas, no necesitamos poseerlas: alcanza con saber cmo y
dnde podemos usarlas.
En nuestro mundo, muchas cosas andan mal
con el diseo; pero el problema no est en
los diseadores como grupo humano. Treinta
aos atrs, en Design for the Real World, Victor Papanek observaba que hay profesiones
ms dainas que el diseo industrial, pero
son muy pocas.17 Culpar y avergonzar de

paracin para la exhibicin Sustainable


Everyday: Scenarios for Urban Life, que
tuvo lugar en la Triennale 2003 en Miln.
16> El escritor ingls Charles Leadbeater
escribi extensamente sobre la innova-

cin como construccin de plataformas.


Ver, p. ej., Charles Leadbeater,
Personalisation through Participation
(London: Demos, 2004).

este modo a la profesin es contraproducente, e injustificado. El mundo tiene su parte de


diseadores egostas y descomprometidos,
por supuesto. Pero nunca conoc a un diseador que proyectara con conciencia tareas
como destruir el planeta, forzarnos a la comida rpida o hacer de la vida algo miserable.
Nuestro dilema como diseadores es que las
ms pequeas acciones pueden tener efectos gigantescos, a menudo inesperados, y
slo hace relativamente poco, como todos
los dems, nos dimos cuenta de lo cuidadosos que debemos ser con las consecuencias
posibles de los pasos que damos.
Otra razn para no culpar a los diseadores
por el dao que las consecuencias de su trabajo acarrean reside en que muchos de
ellos, ahora mismo, estn trabajando duramente para revertir la situacin. Estn diseando nuevos sistemas y servicios que son
radicalmente menos nocivos para el medio
ambiente, y ms responsables frente a la sociedad, que los que ahora existen. Este libro
contiene muchos ejemplos de esos trabajos,
a menudo inspiradores. Pero las oportunidades y los desafos que enfrentamos no sern
llevados a buen trmino puramente por
cuenta de los diseadores. Muy por el contrario, a medida que empapelamos el mundo
con complejos sistemas tcnicos (en la cima
de los sistemas naturales y humanos preexistentes) las viejas nociones del diseo
top-down, outside-in18 simplemente no
van a funcionar. Los das del diseador-autor,
clebre y solista, estn acabados. Los sistemas complejos llevan impresa la forma que
les dan las personas que los utilizan, y en la
nueva era de la innovacin colaborativa, los
diseadores deben evolucionar de su condicin de creadores individuales de objetos y
edificios a la innovadora tarea de facilitar
17> Papanek, Design for the Real World,
p. 14.
18>Top-down: en ingeniera y diseo
industrial y de software, se llama as al
modo de proyectacin que comienza
definiendo la funcionalidad de la aplicacin esbozada y luego desciende hasta
el nivel de su implementacin prctica

cambios entre grandes grupos de personas.


Sensitividad al contexto, a las relaciones y a
las consecuencias son aspectos clave de la
transicin del desarrollo inconciente al diseo
responsable.19 En el corazn de este libro yace la confianza en que la tica y la responsabilidad pueden incorporarse a las decisiones
de diseo sin restringir la innovacin tcnica
y social que todos necesitamos. El diseo
responsable implica:
tomar en cuenta las consecuencias de las
acciones de diseo antes de llevarlas a la
prctica, y prestar mucha atencin a los
sistemas naturales, industriales y culturales
presentes en el contexto de la accin que
se proyecta;
considerar los flujos de recursos materiales y de energa en todos los sistemas diseados;
dar prioridad a los agentes humanos, y no
considerarlos meros factores en una escena mayor;
darle valor a la gente, no darle la gente a
los sistemas;
tratar el contenido como algo que se
hace, no como algo que se vende;
considerar las diferencias de espacio,
tiempo y cultura como valores positivos, no
como obstculos;
poner el acento en los servicios, no en las
cosas, y dejar de alfombrar el mundo con
ms y ms aparatos carentes de sentido.
Los valores ticos y los programas son importantes para guiarnos. Pero el diseo, definido puramente por lmites y prohibiciones,
no va a funcionar. Decirle a la gente que se
comporte bien raras veces da resultado. Como lo expresa el clsico contrautpico BoloBolo, demasiadas visiones del futuro apes-

(la modalidad opuesta, bottom-up,


consiste justamente en partir de la librera de recursos disponibles e innovar, en
base a ellos, nuevas funciones). Outside-In Design (OID) refiere a la innovacin corporativa que pone el foco en la
satisfaccin del cliente y sus necesidades, comenzando con estudios del mer-

cado para determinar qu nuevo


producto se puede ofrecer
[Nota del Traductor].
19> Alain Findeli, Rethinking Design
Education for the 21st Century: Theoretical, Methodological, and Ethical Discussion, Design Issues 17, no. 1, pp. 5-7.

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tan a renuncia, moralismo, ms y ms trabajo, autocrticas esforzadas, modestia y autolimitacin. Por supuesto, existen lmites, pero,
por qu debera haber lmites al disfrute y a
la aventura? Por qu los activistas alternativos, en su mayora, slo hablan de nuevas
responsabilidades, y no de nuevas posibilidades? Por qu ser modestos de cara a un
cataclismo inminente?20 La creacin de alternativas sociales interesantes debe ser tan
excitante y atractiva como sola serlo, antao,
el seductor murmullo de la nueva tecnologa.
Una cultura basada en las ideas de comunidad y conexin debe ser divertida y desafiante, tanto como responsable. La esttica de
los servicios y los flujos debe inspirarnos, y
no solamente satisfacernos.
In the Bubble trata de futuros sustentables y
atractivos, as como de los pasos necesarios
20> BoloBolo es un visionario panfleto
que propone la cuestin de cmo me
gustara realmente vivir? El autor del

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para alcanzarlos. El viaje que nos espera no


ser fcil. Necesitamos pensar, conectarnos,
actuar, iniciar procesos con sensibilidad. Necesitamos promover nuevas relaciones ms
all de los territorios habituales. Tenemos que
aprender nuevas formas de colaboracin y
de proyeccin. Tenemos que realzar la capacidad de todos los ciudadanos para comprometerse en debates profundos sobre su entorno y nutrir nuevas relaciones entre la gente
que hace cosas y la gente que las usa. Y el
nosotros, aqu, es importante. En un mundo
de sistemas complejos que se encuentran en
constante cambio, todos estamos, inevitablemente, en la burbuja. El desafo es poder
estar a la vez dentro de la burbuja y sobre
ella: poder percibir tanto el gran cuadro y el
destino al que nos dirigimos como los ms
pequeos detalles del aqu y ahora.

texto, que firma como P. M., discute


los elementos constitutivos de una utopa a escala humana. P. M., BoloBolo

(New York: Autonomedia, 1995), p. 58.

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