La Parte de Dios y La Parte Del Hombre en La Salvación

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La Parte de Dios y la Parte del Hombre en la Salvacin

por John G. Reisinger

Dios y el hombre ambos tienen que hacer algo antes que un hombre pueda ser
salvo. El Hiper-Calvinismo niega la necesidad de la accin humana, y el
Arminianismo niega la naturaleza verdadera de la accin Divina. La Biblia
claramente manifiesta ambos el Divino y lo humano como esencial en el plan de
Dios de salvacin. Esto no es decir, como lo hace el Arminianismo, que la parte
de Dios es de proveer gratuitamente la salvacin para todos los hombres, y que la
parte del hombre es de hacerse dispuesto para aceptarla. Esto no es lo que hemos
dicho, ni es lo que la Biblia ensea. Para entender lo que la Palabra de Dios
realmente dice, y para tratar de contestar algunas objeciones de "espantapjaros"
estableceremos el tema un punto a la vez.
UNO: El hombre tiene que arrepentirse y creer para ser salvo. Nadie ha sido
perdonado y hecho hijo de Dios quien no ha tornado del pecado voluntariamente
a Cristo. En ningn lugar la Biblia hace an una insinuacin que los hombres
pueden ser salvos sin arrepentimiento y fe, sino lo contrario, la Palabra siempre
declara que estas cosas son esenciales antes que una persona pueda ser salvo. La
una y nica respuesta Bblica a la pregunta, "Qu es menester que haga para
que sea salvo?" es, "Cree en el Seor Jesucristo y sers salvo".
DOS: Cada uno que se arrepiente y cree al evangelio ser salvo. Toda alma,
sin excepcin, quien responde al mandamiento del evangelio de venir a Cristo
ser recibido y perdonado por el Dios y Padre de nuestro Seor Jesucristo. Philip
Bliss puso esta verdad en msica cuando dijo, "Cualquiera que quiera, para
siempre tiene que perdurar...".
Si podemos estar absolutamente ciertos de alguna cosa, podemos estar seguros
que Cristo nunca anula Su promesa de recibir "a todos los que vienen a l".
Como el anciano Paul Bunyan dijo, "Ven y bienvenido" es la palabra eterna del
Salvador a todos los pecadores.
TRES: El arrepentimiento y la fe no son vicarios sino los hechos libres de los
hombres. Los hombres con su propia mente, corazn, y voluntad tienen que
renunciar al pecado y recibir a Cristo. Dios no se arrepiente y cree por
nosotros___nosotros tenemos que arrepentirnos y creer. El tornarse del pecado y
alcanzar en fe a Cristo son los hechos del hombre, y cada cual que responde al
llamamiento del evangelio lo hace porque desea honestamente hacerlo. l quiere

ser perdonado, y solo puede ser perdonado arrepintindose y creyendo. Nadie,


incluyendo a Dios, se puede apartar del pecado por nosotros, nosotros tenemos
que hacerlo. Nadie puede fiarse de Cristo en nuestro lugar, nosotros tenemos que
personalmente, sabindolo, y voluntariamente confiar en l para ser salvos.
Ahora, alguien podr estar pensando, "Pero no es eso lo que el Arminiano
ensea?" Amigo mo, eso es lo que la Biblia ensea - y lo ensea claramente y
dogmticamente. "Pero no niegan los Calvinistas todos estos tres puntos?" Yo
no estoy hablando acerca de, o tratando de defender a, los "Calvinistas", ya que
ellos vienen en un centenar de variedades. Si t conoces a alguien que niegue las
verdades anteriores, entonces esta persona, no importando lo que se llame a s
mismo, est negando el mensaje claro de la Biblia. Yo solo puedo hablar por m
mismo, y yo no voy a negar lo que la Palabra de Dios tan simplemente ensea.
"Pero no has establecido la doctrina del libre albedro y deshecho la de eleccin
si has consentido que el hombre si tiene que arrepentirse y creer, y que es su
propio acto? No, no hemos ni probado el libre albedro ni desechado la eleccin,
ya que es imposible el hacer lo uno o lo otro. Hemos meramente declarado
exactamente lo que la Biblia dice que un hombre tiene que hacer para ser salvo.
Vamos ahora ver a lo que la Escritura dice que el pecador es capaz de hacer y lo
que no es capaz de hacer.
CUATRO: La misma Biblia que declara que el hombre tiene que arrepentirse
y creer para ser salvo, tambin declara enfticamente que el hombre, por causa
de su naturaleza pecaminosa, totalmente incapaz de arrepentirse y creer. Todas
las tres facultades de la mente, el corazn, y el albedro del hombre, los cuales
tienen que ser receptivos a la verdad del evangelio, no tienen ni la habilidad para
recibir tal verdad, ni an el deseo de tener tal habilidad. En realidad, exactamente
lo contrario es verdad. El ser total del hombre no est solo totalmente incapaz de
an venir, o querer venir, a Cristo, sino que cada parte de su naturaleza est
activamente opuesta a Cristo y a la verdad. El Rechazar a Jesucristo como Seor
y Salvador no es una "no-accin" pasiva, sino una eleccin deliberada de la
voluntad. Es deliberadamente escoger decir "No" a Cristo y "S" a uno mismo y
al pecado. Nadie es neutral con respecto a Dios y a Su autoridad. La incredulidad
es un acto tan deliberado del pensamiento, y corazn, y albedro como lo es la fe.
Esto es lo que Jess quiso decir en Juan 5:40 cuando dijo, "Y no queris (hacer
deliberadamente una eleccin) venir a m". S, la incredulidad es un acto del
albedro. De hecho, la incredulidad es una fe activa, pero desgraciadamente es
una fe en m mismo.
En creer y predicar los puntos UNO, DOS, y TRES, sin tambin predicar
nmero CUATRO, es mal representar grotescamente el evangelio de la gracia de
Dios. Es dar un cuadro totalmente falso del pecador y su verdadera falta. Solo
demuestra la mitad del pecado del hombre. Le falta el punto ms crucial en la
necesidad del hombre perdido, a saber, su falta de poder o inhabilidad para
vencer su naturaleza pecadora y sus efectos. El "evangelio" que es trazado de
este punto de vista es solo un evangelio a medias. Es en este punto que el
evangelismo moderno falla tan miserablemente. Esto confunde la
responsabilidad del hombre con su habilidad, y asume falsamente que un pecador
tiene la habilidad moral para cumplir todo lo que Dios ha mandado. Los textos de

"no puede" de las Escrituras o son totalmente ignorados o torcidos impamente


por la perversin del evangelio verdadero de la gracia salvadora de Dios.
Por favor note unos cuantos textos de Escritura que dogmticamente declaran
algunas cosas que un hombre perdido "no puede" hacer:
El hombre no puede ver - hasta que l primero nazca otra vez. Juan 3:3.
El hombre no puede entender - hasta que a l primero le sea dado una nueva
naturaleza. 1 Corintios 2:14.
El hombre no puede venir - hasta que l primero sea llamado eficazmente
por el Espritu Santo. Juan 6:44,45.
No tenemos espacio para entrar a todos los "no puedes", sino que estos tres
son suficientes para mostrar que un pecador absolutamente "no puede" (note que
no es "no quiere") venir a Cristo hasta que Dios haga algo primero en la
naturaleza de ese pecador. Este "algo" es lo que la Biblia llama regeneracin, o el
nuevo nacimiento, y es la obra exclusiva de Dios el Espritu Santo. El hombre no
tiene ninguna parte cualesquiera en la regeneracin.
CINCO: El nuevo nacimiento, o regeneracin, es Dios dndonos la vida
espiritual que nos capacita para hacer lo que tenemos que hacer (arrepentir y
creer), pero que NO PODEMOS por causa de nuestra esclavitud al pecado.
Cuando la Biblia dice que el hombre est muerto en el pecado, esto quiere decir
que la mente, el corazn, y la voluntad estn todos espiritualmente muerto en el
pecado. Cuando la Biblia habla de nosotros estando en "esclavitud al pecado",
esto quiere decir que todo nuestro ser, incluyendo nuestro albedro, est bajo la
esclavitud y poder del pecado. Nosotros en verdad necesitamos a Cristo que
muera y pague la multa de nuestros pecados, pero tambin desesperadamente
necesitamos al Espritu Santo que nos d una naturaleza nueva en la
regeneracin. El Hijo de Dios nos libra legalmente de la pena del pecado, pero
solo el Espritu Santo puede librarnos del poder y la muerte de la depravacin
nuestra en el pecado. Necesitamos el perdn para ser salvos, y Cristo provee un
perdn completo y justificacin para nosotros en Su muerte. Sin embargo,
tambin necesitamos la habilidad y vida espiritual, y al Espritu Santo lo
proveer para nosotros en la regeneracin. Es la obra del Espritu Santo de la
regeneracin que nos capacita para recibir para salvacin la obra expiadora de
Cristo en una fe verdadera.
Dios es un Dios Trino, y ninguno puede entender Su "salvacin tan grande"
hasta que vean cada Persona bendita de la Deidad tomando Su parte necesaria y
distinta en Su salvacin. Nadie puede declarar el "evangelio glorioso de gracia" y
dejar afuera el amor de la eleccin del Padre soberano y el poder regenerador del
Espritu Santo como partes esenciales en la obra de Dios en salvar pecadores.
Para hablar de "la parte de Dios" en la salvacin sola como en "proveer" el
perdn, y la parte del hombre como "siendo dispuesto" para aceptarla es ignorar
ambas, la obra del Padre en eleccin y la obra del Espritu de regeneracin. Esto
no solo hace al hombre un "compaero" completo con Dios en la obra de

salvacin, esto da crdito al hombre en jugar el papel decisivo en el trato. Qu


horrendo, y ridculo, de dar a Cristo la gloria por Su obra en la Cruz, y luego dar
a los pecadores el crdito por la obra del Padre en la eternidad (eleccin) y la
obra del Espritu en nuestros corazones (regeneracin). Esto es una gran
deshonra al Espritu Soberano en decir, "El Espritu Santo ejecutar Su obra
milagrosa en vivindote para vida tan pronto que le des tu permiso". Es como
uno parado en un cementerio dicindoles a los muertos sepultados, "Yo les doy
vida y los levanto de las sepultaras si ustedes solo toman el primer paso de fe y
me piden que lo haga". Qu negacin de la inhabilidad espiritual total del
pecador! Maravilloso!
El error radical del evangelio del Arminianismo del libre albedro es en su falta
de ver que la parte del hombre, el arrepentimiento y la fe, son los frutos y
efectos de la obra de Dios y no los ingredientes esenciales suplidos por el
pecador como "la parte del hombre en el trato". Cada uno que se vuelve a Cristo
lo hace voluntariamente, pero esa buena voluntad es resultado directo de la
eleccin del Padre y el llamamiento eficaz del Espritu Santo. Al decir, "Si t
crees, Dios responder a tu fe con el Nuevo Nacimiento", es mal-entender la falta
verdadera del hombre y mal-representar la obra esencial de Dios.
SES: Claramente las Escrituras muestran que el arrepentimiento y la fe son
las pruebas y no la causa de la regeneracin. Suponeos que un hombre ya
muerto por veinte aos te saludara en la calle. Concluiras que el hombre se

http://www.vidaeterna.org/esp/pdg/estudios/parte.htm

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