La Naturaleza Del Entusiasmo

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 6

LA NATURALEZA DEL ENTUSIASMO

He llamado a este libro Entusiasmo, no con la intencin de nombrar (porque no tiene


nombre) la cosa elusiva que es su objeto. Slo he usado un trmino manido, peyorativo
y comnmente mal aplicado, como una etiqueta para una tendencia. Y, a menos que
deba ser acusado de proponerme desconcertar al lector, tengo que proceder a planear, lo
mejor que pueda, el curso de esta investigacin. Hay, dira, una situacin recurrente en
la historia de la Iglesia usando la palabra iglesia en el sentido ms amplio en la
que un exceso de caridad amenaza la unidad. Tienes una camarilla, una lite de hombres
y (ms importante) mujeres Cristianos, que estn intentando vivir una vida menos
mundana que sus vecinos; estar ms atentos a la direccin (directamente experimentada,
te diran ellos) del Espritu Santo. Cada vez ms y ms, por un tipo de fatalidad, los ves
apartarse de sus correligionarios, un enjambre dispuesto a concentrarse. Hay
provocacin por ambos bandos; por un lado, bromas fciles a cuenta del exceso de
devocin, actos de represin estpida por parte de autoridades poco comprensivas; por
el otro, desprecio hacia los medio-Cristianos, referencias de mal agero al vino viejo y
las botellas nuevas, al grano y a la cscara. Luego, mientras aguantas la respiracin y
apartas los ojos temeroso, se produce la ruptura; condena o secesin, qu diferencia
hay? Un nuevo nombre se ha aadido a la lista de Cristianismos.
Este patrn est continuamente repitindose, no meramente a grandes rasgos, sino en
detalle. Casi siempre el movimiento entusiasta es denunciado como una innovacin,
mientras que alega estar preservando, o estar restaurando, la disciplina primitiva de la
Iglesia. Casi siempre la oposicin es doble: buenos fieles Cristianos a los que no les
gusta una espiritualidad excntrica se encuentran en incmoda alianza con mundanos a
los que no les gusta ningn tipo de espiritualidad. Casi siempre el cisma engendra
cismas; una vez que el instinto de disciplina se pierde, el movimiento produce profetas
rivales o camarillas rivales, con riesgo para su unidad interna. Siempre el fervor inicial
se evapora; la profeca se agota y lo carismtico es absorbido en lo institucional. The
high that proved too high, the heroic for earth too hard1
Mientras tanto, no hay que suponer que el nuevo nacimiento que el entusiasta predica
pueda limitarse a una mera reforma de las costumbres. Implica un nuevo enfoque de la
religin; hasta entonces ha sido materia de formas y regulaciones externas, ahora es un
asunto del corazn. No se prescinde necesariamente de los Sacramentos; pero el nfasis
se pone en un acceso directo personal al Autor de nuestra salvacin, con poco fondo
intelectual o expresin litrgica. El atractivo de la msica y el arte, hasta entonces -es
una fuga cuya meloda suena a travs de los siglos.
Si pudiera estar seguro de la buena voluntad del lector, habra llamado a esta tendencia
ultrasobrenaturalismo. Porque ese es el carcter real del entusiasta; espera resultados
ms evidentes de la gracia de Dios que el resto de nosotros. Ve que efectos la religin
puede tener, a veces tiene, en la transformacin completa de la vida y la perspectiva de
un hombre; estos casos excepcionales (as nos contentamos en considerarlos) son para l
el nivel comn de logro religioso. Para l no habr casi-Cristianos, hermanos ms
dbiles que andan con lentitud y tropiezan, que (si hay que decir la verdad) querran
tener un pie en cada mundo, cuya ambicin es cumplir y no destacarse. Tiene ante sus
ojos una imagen de la Iglesia primitiva, visiblemente penetrada por influencias
sobrenaturales; y nada menos que eso le servir como modelo. Atena, acomoda,
interpreta, y l se alejar de ti.
1

Lo elevado que result demasiado elevado, lo heroico para la tierra demasiado difcil.
Robert Browning.

Citando cientos de textos nosotros tambin los usamos, pero con algo de vergenza
insiste en que los miembros de su sociedad, miembros salvados de un mundo que
perece, deben vivir una vida de pureza anglica, de simplicidad apostlica; los
entretenimientos del mundo, los artificios de una sociedad educada, no son para ellos.
Pobre naturaleza humana! Cada cada que sigue es sealada por observadores
inmisericordes desde fuera del rebao, crea una cosecha de escndalo dentro. Peor
todava, si el crculo devoto ha cultivado una leyenda de su propia impecabilidad; nos
dirn, en este caso, que los actos que acarrean la condenacin a los mundanos pueden
ser no culpables en los hijos de la luz. Tenemos que prepararnos para extraas
alternancias de rigorismo y antinomismo, a medida que nuestra historia se desarrolla.
Mientras tanto, no hay que suponer que el nuevo nacimiento que el entusiasta predica
pueda limitarse a una mera reforma de las costumbres. Implica un nuevo enfoque de la
religin; hasta entonces ha sido materia de formas y regulaciones externas, ahora es un
asunto del corazn. No se prescinde necesariamente de los Sacramentos; pero el nfasis
se pone en un acceso directo personal al Autor de nuestra salvacin, con poco fondo
intelectual o expresin litrgica. El atractivo de la msica y el arte, hasta entonces
concebidos como una escalera que elevaba el pensamiento humano, es desaprobado
como una barrera que interfiere en la simplicidad de un autntico culto en el corazn.
Una experiencia interna de paz y felicidad es, al mismo tiempo, la seguridad que el alma
ansa y su actitud caracterstica de oracin. La fortaleza de este enfoque personal es que
domina la imaginacin y presenta un mundo futuro con todos los colores de la realidad.
Su debilidad pero no nos ocupamos aqu de criticar es una tendencia antropocntrica;
no es la gloria de Dios sino la propia salvacin lo que preocupa la mente, con algn
riesgo de escrpulos, e incluso de desesperacin.
Pero las implicaciones del entusiasmo llegan ms hondo; en la raz se encuentra una
diferente teologa de la gracia. Nuestra doctrina tradicional es que la gracia perfecciona
la naturaleza, la eleva a un tono ms alto, de forma que pueda participar en la msica de
la eternidad, pero an sigue siendo naturaleza. El supuesto del entusiasta es ms
atrevido y ms simple; segn l, la gracia ha destruido la naturaleza y la ha
reemplazado. El hombre salvado ha emergido en un nuevo orden del ser, con un nuevo
conjunto de facultades propias de su estado; David no debe llevar la armadura de Sal.
Especialmente, desprecia el uso de la razn humana como una gua a cualquier tipo de
verdad religiosa. Una indicacin directa de la Voluntad Divina le es comunicada en cada
decisin, si solamente consiente en abandonar el brazo de la carne el miserable
intelecto humano, fatalmente oscurecido por la Cada. Si no aparece ningn orculo del
cielo, se refugiar en el sortilegio; cualquier cosa, para asegurarse de que est dejando la
decisin en manos de Dios. Que Dios nos habla a travs del intelecto es una nocin que
puede aceptar en teora, pero que teme, en la prctica, aplicar.
Un nuevo conjunto de facultades, y tambin un nuevo estado; el hombre salvado llega a
ser, finalmente, completamente hombre. De lo que sigue que la semilla de la gracia, el
pueblo escogido por Dios, aunque necesariamente por las circunstancias tengan que
vivir junto a los hijos de la perdicin, afirman otra ciudadana y poseen otra alianza. Por
el bien de la paz y la caridad, se sometern a todas las reglas humanas, pero siempre con
protesta; los gobiernos mundanos, siendo una institucin puramente humana, no tienen
un mandato autntico para ejercer la autoridad, y el pueblo pecador no tiene derechos
autnticos, aunque, por pura cortesa, sus derechos imaginarios tengan que ser
respetados. Siempre el entusiasta anhela una teocracia, en la que se eliminen las
anomalas de la situacin presente y los justos gobiernen abiertamente. Decepcionado
de esta esperanza, un grupo de sectarios a veces ir se ir a zonas desiertas y establecer
una pequea teocracia para ellos mismos, como el senado de Catn en tica. El

continente americano ha sido el escenario de aventuras similares en ms de una ocasin;


en estos das, es el ltimo refugio del entusiasta.
He bosquejado su esencia; todo lo que hemos dicho hasta ahora es materia de
definicin. Nos encontraremos con otros sntomas, ms llamativos y quizs ms
intrigantes, que no pertenecen a la esencia de este revivalismo 2, pero que no rara vez
son sus acompaantes. Uno de stos es la conviccin de que hay que esperar la Segunda
Venida de nuestro Seor para dentro de poco. Otro es el xtasis; bajo cuyo ttulo incluyo
un conjunto de fenmenos anormales, las consecuencias, parecera, de la profeca, o a
veces del convencimiento. Leemos acerca de personas emitiendo de repente palabras
ininteligibles, o palabras identificadas por evidencia experta como un lenguaje
desconocido por ellos mismos; acerca de personas que permanecen privadas de sus
sentidos en un trance sagrado, o, ms a menudo, sacudidas por movimientos
compulsivos de la cabeza a los pies, durante horas cada vez. El incrdulo duda entre
explicarlo todo como histeria o diabolismo; los creyentes estn perplejos, algunos
inclinados a agradecerlo y otros a reprobarlo. Pero, cualquiera que sea la explicacin,
sin duda los fenmenos ocurren; tendramos que prescindir de toda creencia en la
evidencia humana si lo negramos.
He dicho que el modelo se repite en la historia de la Iglesia; y de hecho, esta
circunstancia ha sido notada; las referencias cruzadas son frecuentes. Cuando los
Profetas Franceses llegaron a Londres, se public una Historia del Montanismo para
confundirlos; De Soyres, por otro lado, se inclina a reivindicar la reputacin de los
Montanistas sealando que no eran tan diferentes de los Wesleyanos. Se ha sugerido
incluso que el Protestantismo, en no menor medida que el Catolicismo, puede presumir
de una continuidad a travs de los siglos; que se pas una antorcha por medio de los
herejes medievales a los pioneros de la Reforma. Pero un estudio ms prximo da a los
datos un sentido diferente. El torrente principal de la hereja medieval fluy desde el
Este, y la inspiracin que lo aliment era ajena al genio de Europa. Los movimientos
menores que podran aparentemente presagiar la Reforma fueron espordicos y poco
importantes, incidentes extraos en la historia religiosa. El entusiasmo no empez a
tomar forma hasta el momento en que Lutero sacudi todo el sistema de teologa
europea; no sali a la luz (en esa poca de represin) hasta un siglo despus. No puede
ser estudiado en su contexto completo hasta los das de la Commonwealth3.
Luego, durante ciento cincuenta aos, pasa a ser la principal preocupacin de las mentes
religiosas, tapando de vista el crecimiento contemporneo del atesmo. Los Cuqueros
son los primeros en aparecer, con su rudo desafo a todas las iglesias institucionales, a
toda la teologa dogmtica. Alrededor de veinte aos despus la misma demanda de
simplificacin doctrinal es elevada por los Pietistas. Ciertamente, Spener era una
criatura ms suave que George Fox, y no forzara la cuestin en la Alemania luterana.
Sin embargo, el Pietismo, bajo la influencia de la Edad Media en el genio excntrico del
Conde Zinzendorf, engendr el Moravianismo, un movimiento no menos vigoroso que
el mismo Cuaquerismo. Mientras tanto, el entusiasmo sanguinario de los Camisards
haba estallado entre los Hugonotes franceses; y ste, ms fructfero en la derrota que en
la victoria, llen Inglaterra con la breve maravilla4 de los Profetas Franceses; luego, bajo
Revivalism, en el original. He preferido utilizar ese palabro, a falta de una alternativa que me
convenciese: resurgimiento, renacimiento, restablecimiento, etc.
3
La Mancomunidad (Commonwealth) de Inglaterra fue el gobierno republicano que gobern
inicialmente Inglaterra (incluido Gales) y posteriormente Irlanda y Escocia desde 1649 hasta
1660.
4
La expresin en el original es nine days wonder, una novedad que pierde su atractivo
despus de poco tiempo.
2

la forma de Shakerismo5, cruz el Atlntico. Pero a mediados del siglo XVIII tanto los
Cuqueros como los Profetas Franceses fueron eclipsados. El Moravianismo haba
producido algo ms grande que l mismo; o, ms bien novas frondes et non sua
poma6- haba hecho de comadrona para algo ms grande que l mismo. El Metodismo
de Whitefield y los Wesleys haba inflamado Inglaterra, desde Newcastle a Penzance 7, y
cuando los hombres hablaban de entusiasmo, estos grandes nombres eran los objetivos
de sus ataques.
Todos estos movimientos fueron acunados en el Protestantismo de la Reforma. Despus
de todo, los lideres de la Reforma tenan los defectos correspondientes a sus cualidades;
eran doctores8, frecuentemente pedantes; haban divido Europa en un collage de sectas,
y ensordecido al pblico con su elaboraciones teolgicas. La reforma de las costumbres,
por comn acuerdo, era todava una ambicin no cumplida; haba demasiado de cabeza,
demasiado poco corazn, en la religiosidad de ese periodo. El Protestantismo haba
creado una demanda de simplicidad, pero haba hecho poco para satisfacerla. El
entusiasmo slo tena que alzar su voz, y estaba seguro de encontrar oyentes.
An ms curioso, hubo corrientes subyacentes actuando incluso donde los hombres
haban aceptado la reforma Tridentina, y permanecieron fieles a la alianza Catlica.
Tanto Jansenismo como Quietismo pertenecen efectivamente al mismo segmento de la
historia, los cien aos que transcurrieron entre 1650 y 1750; tanto Jansenismo como
Quietismo reproducen algunas caractersticas de la tendencia que hemos estado
discutiendo. Esto hay que decirlo con precaucin, porque ninguno de estos movimientos
encajar en el lienzo de entusiasmo como lo hemos delineado. Agustino en su teologa,
Puritano en su tendencia moral, el Jansenismo permanece obstinadamente institucional,
sin prescindir de formas ni sacramentos y sin cesar de producir teologa. Sin embargo
contena un extrao germen de revivalismo, que dio abundante fruto en el cementerio
de St. Mdard. El Quietismo en uno de sus principios fundamentales es la anttesis
exacta del revivalismo; en vez de estar mrbidamente preocupado con la esperanza de
salvacin, incurri en censura por tratar la salvacin del alma individual como un asunto
indiferente. Pero en su rechazo de la oracin formal, en su determinacin de establecer
contacto directo con la influencia Divina, sin que interviniera siquiera una imagen de la
mente, podra pasar por una stira de la espiritualidad de la Reforma. No es necesario
exagerar las coincidencias, pero la Gua Espiritual de Molinos se public el mismo ao
(1675) que Pia Desideria de Spener, y los disturbios en St. Mdard empezaron en 1728,
un ao antes de que Wesley fundara su Holy Club 9. Ni Catlicos ni Protestantes tienen
un monopolio de la vergenza.
Me siento ms animado a tratar este periodo de la historia de forma aislada, porque el
lenguaje mismo corrobora mi instinto. Las palabras nacen y mueren; viven tan slo
mientras tienen una misin importante que cumplir, expresando lo que necesita
expresin. Y entusiasmo en el sentido religioso pertenece a los siglos XVII y XVIII;
rara vez vuelve a aparecer sin estar entrecomillado despus de 1823. Entretanto, haba
tenido una literatura para l mismo, y qu literatura! Buenos hombres as como malos
participaron en el revuelo, pero todos sin excepcin perdieron talla en ello, se

De shake, temblar.
Virgilio, Gergicas. (La planta) se admira de nuevas hojas, y de manzanas que no son de
ella.
7
Ciudad situada en el extremo suroccidental de la isla de Inglaterra, en la pennsula de
Cornualles.
8
La palabra que he intentado traducir es scholar.
9
Club Santo.
5
6

descalificaron a s mismo por escrito como perros aburridos 10. Me imagino que el buen
Obispo Hickes, el no-juramentado11, empez la moda de la palabra impresa con su
sermn espero que no predicase las setenta y ocho pginas del mismo de El espritu
del entusiasmo exorcizado. Eso fue en 1680, cuando no tena a nadie ms que Hombres
de la Quinta Monarqua12, Muggletonianos13 y Cuqueros para quejarse; pero lo public
como materia de actualidad en 1709, para confundir a los Profetas Franceses.
Shaftesbury le sigui en 1711, con su afectado, inconclusivo Ensayo sobre el
entusiasmo, calculado y quizs diseado para daar el crdito de la religin revelada en
general. El Wesleyanismo trajo un nuevo equipo de campeones a la batalla; de los que el
mejor recordado es el Obispo Lavington; las laboriosas imbecilidades de su Entusiasmo
de los Metodistas y los Papistas comparado nos divertirn en un captulo posterior. Pero
mi favorito, confieso, entre estos autores es John Langhorne, mejor recordado como un
adecuado traductor de Plutarco. Sus Cartas sobre el retiro religioso, melancola y
entusiasmo tienen la intencin de disuadir a la bella Cleora de caer en esas
propensiones; Se convertir mi amable amiga en una reclusa? No volveremos a ser
deleitados con las gracias de su elegante entendimiento, ni instruidos por su refinado y
asimilado conocimiento? se lee como una stira de su gnero. Y as, hasta 1823,
cuando Isaac Taylor logr un xito instantneo con su Historia natural del entusiasmo;
probablemente el libro ms uniformemente aburrido que se ha escrito nunca. Puedes
leer las 275 pginas en el estilo hinchado de la poca, sin encontrar un solo sentimiento
llamativo, o una consideracin importante.
Catorce de los captulos que siguen tratan un intervalo de la historia arbitrariamente
escogido; el intervalo, aproximadamente, entre la guerra civil y la prdida de las
colonias americanas, entre la Fronda y la revolucin francesa. Quedan por mencionar
los seis captulos introductorios, en los que he tratado de acotar las caractersticas de
sucesos menos documentados, anteriores y ms elusivos. Los primeros tres son para el
propsito de comparacin nicamente; aislados uno de otro y de lo que sigue 14. Nadie
pretende seriamente que hubiera una filiacin entre Montanismo y Donatismo, o entre el
Donatismo y las sectas medievales. Pero entre stas y los Anabaptistas que las
siguieron, es posible adivinar, aunque no se pueda estar seguro, la existencia de una
continuidad real; fragmentos recordados a medias de las enseanzas maniqueas
ayudaron a formar la extraa teologa de los Anabaptistas? Fue un resto de
Anabaptismo la yesca que George Fox inflam?

wrote themselves down as dull dogs.


Non-juror. Los no-juramentados fueron miembros de la Iglesia de Inglaterra que se negaron
a reconocer como rey a Guillermo de Orange, quien tras la revolucin de 1688 usurp el trono
del rey Catlico Jaime II Estuardo.
12
Los Hombres de la Quinta Monarqua estuvieron activos entre 1649 y 1661, tras la guerra
civil hasta la restauracin con Carlos II. Tomaron su nombre de la profeca del Libro de Daniel
que habla de cuatro monarquas (Asiria, Persa, Macedonia y Romana) que precedern al Reino
de Cristo. Tambin se referan al ao 1666, por su relacin con el nmero de la Bestia, como el
fin del gobierno terrenal por seres humanos carnales. (Wikipedia).
13
El Muggletonianismo, que toma nombre de Ludowicke Muggleton, uno de los dos sastres de
Londres que anunciaron ser los ltimos profetas (los dos testigos) predichos en el Libro del
Apocalipsis, fue una pequea secta protestante. Segn Wikipedia, eran milenaristas que no
crean en la Santsima Trinidad (slo en la Divinidad de Jesucristo), rechazaban la inmortalidad
del alma y no tenan ningn tipo de liturgia.
14
Se ha sugerido, sin embargo, que los Montanistas podran haber influido a los Mesalianos, y
a travs de ellos, a las sectas maniqueas de los Balcanes (Runciman, The Medieval Manichee, p.
90, 174) [Nota del Autor]
10
11

Al mismo tiempo, no he pretendido ilustrar todos los caprichos del pensamiento


Cristiano, desde Marcin15 al Rearmamento Moral16. La muerte de John Wesley es mi
terminus ad quem; slo he aadido unas pocas vietas de principios del siglo XIX para
mostrar que el entusiasmo no muri con l. Luego, en un captulo final, he realizado un
intento de poner los puntos sobre las es y las cruces en las tes. No quiero decir que haya
observado, a lo largo de mi narracin, la imparcialidad del perfecto historiador; tal
objetividad es difcilmente posible, cuando cuestiones eternas estn en juego. Pero he
tratado, al contar la historia, de evitar signos de exclamacin, de ver las cosas a la luz de
la poca en la que sucedieron, y con los ojos de los hombres a los que afectaron. Me he
reservado el comentario completo y final hasta el fin; e incluso entonces lo he hecho
con dudas hay tanto de correcto en ambos campos. Slo me he preocupado de trazar
mi modelo de nuevo, de considerar que filosofa subyace tras este conflicto secular entre
lo carismtico y lo institucional, y el papel que la autoridad tiene que jugar a la hora de
encontrar un ajuste aceptable.
La mente del lector tiene que estar prevenida contra un malentendido. Si he juntado una
completa variedad de sectas y sectarios, no tiene que imaginar por un momento que les
tengo a todos la misma estima. Juan de Leyden aparece en este libro al lado de George
Fox, y St. Cyran junto a Wesley; un loco (probablemente) con un mstico, un confuso
soador con un gran organizador. La razn, es que Fox en no menor medida que Juan de
Leyden confiaba ciegamente en la luz que haba en l; que Wesley en no menor medida
que St. Cyran form una iglesia dentro de una iglesia, con el mximo riesgo para la
unidad. Dos han sido olvidados, dos se han asegurado un puesto entre los grandes
nombres de la historia. Pero todos ellos, en el sentido que uso la palabra, fueron
entusiastas.
Los llamo as sin prejuicio, sin usar la palabra (a la manera de sus propios
contemporneos) como un trmino de abuso. Shaftesbury nos dice que la inspiracin
es un sentimiento real de la Divina Presencia, el entusiasmo uno falso; pero esta fcil
costumbre de poner etiquetas es siempre un enemigo de la verdad. Qu derecho
tenemos para asumir que el hombre que da crdito a iluminacin celestial tiene que ser
un santo o un fraude? Incluso cuando se trata de un santo canonizado, sabemos que sus
revelaciones slo son vinculantes para l mismo; nosotros somos libres para dudar de
ellas. Dudaremos todava ms acerca del ipse dixit de algn lder religioso, dentro o
fuera de la Iglesia, cuyas credenciales tendremos que evaluar segn sus propios mritos.
Pero (si somos sensatos) no menospreciaremos la totalidad de su mensaje como
posesin diablica o histeria. George Fox puede tener todava algo que decirnos sobre
tolerancia religiosa, Wesley sobre la esclavitud. Qu alabanzas tendrn esos hombres en
la eternidad, no es algo que nos corresponda a nosotros juzgar; ante su propio Seor
permanecern en pie o se caern. Al menos fueron grandes hombres, y merecen, ms
all de la controversia, el breve homenaje de sus compaeros17.

Marcin de Sinope, heresiarca cristiano del siglo II, fundador de la secta marcionista.
Afirmaba la existencia de dos deidades separadas: el Dios del Antiguo Testamento (Demiurgo) y
el Dios del Nuevo Testamento.
16
Movimiento que surgi en Oxford en 1938 alrededor del pastor protestante Frank N.D.
Buchman, que pretenda reunir a gente de todas las religiones entorno a lo que llamaban los
cuatro absolutos: absoluta honestidad, absoluta pureza, absoluta generosidad y absoluto amor,
y animaba a sus miembros a participar activamente en asuntos polticos y sociales.
17
No saba cmo traducir fellows. Quiz podra tener el sentido de compatriotas.
15

También podría gustarte