Responsabilidad Solidaria en El Contrato de Trabaj1
Responsabilidad Solidaria en El Contrato de Trabaj1
Responsabilidad Solidaria en El Contrato de Trabaj1
RESPONSABILIDAD SOLIDARIA EN EL
CONTRATO DE TRABAJO
El derecho laboral reacciona frente a las maniobras evasivas, y las conductas simuladas
o fraudulentas, muy comunes en el mbito del trabajo bajo la forma de tres artculos
pivotes en la ley de contrato de trabajo los arts. 29, 29bis 30, complementados por
normas civiles y comerciales, segn el caso.
En los artculos 29,29bis y 30 LCT existe un denominador comn ya que en las tres
normas existe ms de un empleador que responde por los derechos del trabajador, que
puede ejercerlos contra ellos.En el caso del Art. 29 LCT, sin perjuicio de la solidaridad existente el empleador
directo y titular de la relacin jurdica es quien utiliza o se aprovecha de la prestacin.
Textualmente esta norma dice:Los trabajadores que habiendo sido contratados por
terceros con vista a proporcionarlos a las empresas, sern considerados empleados
directos de quien utilice su prestacin. En tal supuesto, y cualquiera que sea el acto o
estipulacin que al efecto concierten los terceros contratantes y la empresa para la cual
los trabajadores presten o hayan prestado servicios respondern solidariamente de todas
las obligaciones emergentes de la relacin laboral y de las que se deriven del rgimen de
la seguridad social. Los trabajadores contratados por empresas de servicios eventuales
habilitadas por la autoridad competente para desempearse en los trminos de los
arts.99 de la presente y 77 a 80 de la Ley Nacional de Empleo, sern considerados en
relacin de dependencia con carcter permanente continuo o discontinuo, con dichas
empresas.
Es decir, que el Art. 29 LCT establece la relacin de dependencia directa con quien se
beneficia o aprovecha de la prestacin, de los prrafos 1 y 2 de la norma transcripta
surge que tanto el tercero intermediario como quien utilice al prestacin, son
solidariamente responsables por las obligaciones derivadas del contrato de trabajo.Esta regulacin resulta aplicable a los supuestos de intermediacin fraudulenta, en los
cuales el verdadero empleador hacer aparecer a un tercero con contratante del
trabajador, pero el nico beneficiario de la prestacin es quien la recibe y aprovecha
mientras que el contratante aparente es un testaferro o prestanombre, en general
insolvente, lo cual perfecciona la maniobra.El caso del tercer prrafo del Art. 29 LCT se plantea cuando el tercero contratante es
una agencia de servicios eventuales habilitada para desempearse en los trminos de los
arts. 99 LCT y 77 y 80 ley 24.013.- En este supuesto el titular directo de la relacin es la
1
Para poder funcionar como tales, las empresas de servicios eventuales deben estar
constituidas como personas jurdicas y tener como nico objeto la intermediacin en la
contratacin de trabajadores eventuales (Art., 77 ley 24013).Deben prestar caucin por una suma de dinero o valores y otorgar una fianza o garanta
real ante el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (arts,78 ley 24.013 y 14
dec. 342/1992) pudiendo ser sancionada-en caso de violacin a las disposiciones que
regulan su funcionamiento- con multa, clausura o cancelacin de la habilitacin (Art.79
ley 24.013).- esta ltima sancin provoca la prdida de la caucin, que se destina a
satisfacer los crditos laborales que pudieren existir con los trabajadores y los
organismos de seguridad social, integrndose el eventual remanente al Fondo Nacional
de Empleo (art, 80 ley 24.013).En virtud del prrafo 2, el trabajador contratado por medido de una empresa de
servicios eventuales est regido por el convenio colectivo de trabajo de la actividad o
empresa (categora en la que efectivamente presta servicios en la empresa usuaria)
As se ha dispuesto que:El art. 29 bis introducido al rgimen de contrato de trabajo por
el articulo 76 de la ley 34.013, establece la solidaridad de la usuaria con la empresa de
servicios eventuales, habilitada por la autoridad competente respecto de las obligaciones
con los trabajadores eventuales que prestaran servicios en su establecimiento. Pero si el
actor fue contratado por tiempo determinado, y en autos no se demostraron las razones
objetivas que justificaran tal modalidad, la cuestin cae bajo la directriz del artculo 29
de la ley de contrato de trabajo y ambas empresas deben responder por las
indemnizaciones legales correspondientes. Catalana, Martn A. c/Banco de Trabajo
S.A., CNAT, Sala II 8/3/1996.Es la eventualidad de los servicios requeridos por la empresa usuaria la que delimita el
campo de accin de la empresa de servicios temporarios, por lo que cuando lo que se
suministra es la prestacin por parte del trabajador, de servicios que en s mismos no
son eventuales, sino permanentes, la relacin cae bajo el principio general que rige a la
sub-empresa de mano de obra : se establece una relacin directa y permanente con el
empresario que utiliz los servicios del trabajador, sin perjuicio de la responsabilidad
solidaria del intermediarioCNAT
Sala XCedeira, Nancy c/ Edenor S.
A. t y otro, Sala X 29/9/00.ART. 30 L.C.T. CONTRATACION Y SUBCONTRATACION: El art. 30 LCT
dispone que:quienes cedan total o parcialmente a otros el establecimiento o
explotacin habilitado a su nombre, o contraten o subcontraten cualquiera sea el acto
que les d origen, trabajados o servicios correspondientes a la actividad normal y
especifica propia del establecimiento, dentro o fuera de su mbito, debern exigir a sus
contratistas o subcontratistas el adecuado cumplimiento de las normas relativas al
trabajo y los organismos de seguridad social.El art. 17 de la ley 25.013 sustituy el prrafo 2 del art. 30 LCT y estableci que los
cedentes, contratistas o subcontratistas deben exigir a sus cesionarios o subcontratistas
el nmero de CUIL de cada uno de los trabajadores que presten servicios y la constancia
de pago de las remuneraciones, copia firmada de los comprobantes de pago mensuales
4
al sistema de la seguridad social, una cuenta corriente bancaria de la cual sea titular y
una cobertura por riesgos del trabajo, los comprobantes y constancias deben exhibirse a
pedido del trabajador y/o de la autoridad administrativa.Esta responsabilidad no se puede delegar en tercero, ya que el incumplimiento de
alguno de los requisitos hace responsable solidariamente al principal por las
obligaciones de los cesionarios contratistas o subcontratista respecto al personal que
ocuparen en la prestacin laboral. Esto tambin es aplicable al rgimen de solidaridad
establecido en el art. 32 de la ley 22.250 (construccin).- La redaccin del artculo 30
implica dejar sin efecto la doctrina del acuerdo plenario n265 dicado el 27/1271988 en
autos Medina c/Flamingo que declaraba inaplicables las disposiciones del
mencionado artculo a los trabajadores de la industria de la construccin., es decir que el
sistema de solidaridad del art. 30 LCT resulta aplicable al rgimen de la construccin,
resultando insuficiente que que los constructores de obra que subcontraten se eximan de
cualquier responsabilidad.Los empresarios que ceden contraten o subcontraten parte de la actividad especfica de
una explotacin deben requerir a sus contratantes para liberarse de la responsabilidad
solidaria deberes de control adems de las obligaciones contenidas en el prrafo 1 del
art. 30 de la LCT., de esta forma se garantiza al trabajador y al sistema de seguridad
social el cumplimiento de las obligaciones asumidas, certeza en las contrataciones, y
verificacin de la solvencia del contratista exigindole el cumplimiento de las normas
laborales y de la seguridad social.En la industria de la construccin el art. 32 ley 22.250 establece como obligacin del
empresario principal exigirle al contratista su inscripcin en el registro y avisar el inicio
de la obra, la sola omisin de ese registro lo torna solidariamente responsable por los
incumplimientos del contratista respecto del personal ocupado en la obra.Es decir que la responsabilidad solidaria se torna operativa cuando el contratista no da
cumplimiento a las normas relativas al trabajo, a los organismos de seguridad social o a
los requisitos exigidos por el art. 17 de la ley 25.013. Al contrario, si acredita el
cumplimiento del control exigido y lo prescripto en el prrafo 1 del art. 30 de la LCT
no existe responsabilidad solidaria del principal.Para una mayor claridad, el art. 17 de la ley 25013. Textualmente dice: Los cedentes,
contratista o subcontratista debern exigir adems a sus cesionarios o subcontratistas el
nmero del Cdigo nico de Identificacin Laboral de cada uno de los trabajadores que
presten servicios y a constancia de pago de las remuneraciones, copia firmada de los
comprobantes de pago mensuales al sistema de seguridad social, una cuenta corriente
bancaria de la cual sea titular y una cobertura por riesgos de trabajo.Esta responsabilidad del principal de ejercer el control sobre el cumplimiento de la
obligaciones que tienen los cesionarios o subcontratistas respecto de cada uno de los
trabajadores que presten servicios no podr delegarse en tercero y deber ser exhibido
cada uno de los comprobantes y constancias a pedido del trabajador y/o de la autoridad
administrativa.- El incumplimiento de alguno de los requisitos har responsable
solidariamente al principal por las obligaciones de los cesionarios, contratistas o
subcontratistas respecto del personal que ocuparen en la prestacin de dichos trabajaos
o servicios y que fueren emergentes de la relacin laboral incluyendo la extincin y de
las obligaciones de la seguridad social. Las disposiciones insertas en este artculo
5
(motivada por la necesidad de adecuar el esquema de solidaridad propio del derecho del
trabajo a las nuevas tendencias contractuales en materia comercial) determin tanto el
dictado del fallo Rodrguez del la Corte Suprema de Justicia de la Nacin, como la
reforma del rgimen anterior por la ley 25.013.Una posicin doctrinaria propone una interpretacin amplia del artculo, comprendiendo
no slo la actividad principal, sino tambin las accesorias y secundarias.- En cambio la
corriente que postula una interpretacin estricta de los alcances de esta expresin
entiende que slo deben incluirse aquellos servicios o trabajos que estn ntimamente
relacionados con la actividad de la empresa y que no se pueden escindir de la misma sin
alterar el proceso productivo, con exclusin de aquellos que resultan secundarios o
accesorios.En caso de que alguien se proponga un emprendimiento y en lugar de realizarlo con sus
trabajadores propios lo materialice con una tercer persona que se ocupa de contratar
personal y se hace cargo del desarrollo, se produce la llamada tercearizacin del
proceso productivo.En virtud de la complejidad del proceso productivo, determinar si una obra o servicio
forma parte de la actividad especfica de la empresa es complicado, ya que an en una
misma actividad a veces la empresa, por razones de produccin y econmicas se vincula
con otra.- En los ltimos tiempos aparece la segmentacin del proceso productivo, en el
cual las empresas por razones operativas, no se ocupan de todo el proceso de
produccin, limitando su actividad a determinado mbito o sector.Aqu una persona fsica o jurdica resuelve no brindar un servicio o no llevar a cabo una
obra, sino realizarlo por medio de otro a quien encomienda esa tarea (contratista o
subcontratista). Un tpico ejemplo son las empresas automotrices que tienen varios
establecimientos independientes dirigidos a fabricar determinadas partes del producto
final y cuya actividad especfica es diferente.- Para una parte de la doctrina (Hierrezuelo
y Nez) los trminos especfica y propia utilizados por el legislador para calificar
a la actividad contratada, aluden slo a aquellos servicios o trabajos permanentemente
integrados e inseparablemente relacionados con la actividad que se desarrolla en el
establecimiento (sea que se efecte dentro o fuera de su mbito).De lo dicho se desprende que se deben excluir aquellas tareas que, aunque necesarias
para el funcionamiento del establecimiento resulten accesorias y perfectamente
escindibles de la actividad desarrollada por la contratante, por no formar parte del giro
normal y propio de la empresa. Si bien esta interpretacin puede no resultar la ms
justa, es la nica posible, a la luz de los antecedentes legislativos que inspiraron la
redaccin del prrafo 1 del art, 30 de la ley de contrato de trabajo.Ello es as, porque el originario art, 32 de la ley 20.744 (ahora 30) no slo utilizaba el
vocablo accesorio para regular una situacin similar a la actual, sino que adems por
el prrafo 2 de ese artculo, en los casos en que se contrataran servicios
correspondientes a la actividad normal y especfica propia del establecimiento (aunque
limitada dentro de su mbito) la relacin de trabajo de ese personal quedaba constituida
con el principal.-
De lo expuesto se puede inferir que ste era un supuesto excepcional, que deba ser
analizado estrictamente, pues estableca una relacin directa entre el contratante y los
trabajadores de contratista o subcontratista.En este sentido, la Corte Suprema de Justicia de la Nacin ha resuelto que para que
nazca la responsabilidad solidaria de una empresa por las obligaciones laborales de la
otra es menester que aquella empresa contrate o subcontrate servicios que
complementen su actividad normal.- Debe existir una unidad tcnica de ejecucin entre
la empresa y contratista: el mero hecho de que una empresa provea a travs de materia
prima no compromete por si misma su responsabilidad solidaria por las obligaciones
laborales de la segunda.En el caso Rodriguez, Juan R. c/ Cia. Embotelladora Argentina S.A.s/recurso de
hecho del 15/4/1993, la Corte Suprema sostuvo que el mero hecho de que una empresa
provea a otra de la materia prima no compromete por s mismo su responsabilidad
solidaria por las obligaciones laborales de la segunda en los trminos del art. 30 LCT.Para que nazca la solidaridad es necesario que complementen o completen su actividad
normal, debe existir una unidad tcnica de ejecucin entre la empresa y su contratista de
acuerdo con la remisin implcita que la norma en cuestin al Art. 6 de la LCT.En el mismo sentido decidi la sala V en autos Rey Miguel ngel c/ Ca embotelladora
Argentina SAIC y otro del 10/08/93 al expresar que El simple hecho de que Pepsi Cola
S.A. proporcione la materia prima para la elaboracin del producto que distribuye la
Compaa Embotelladora Argentina SAIC no demuestra que exista entre ambas la
relacin prevista por el Art. 30 LCT.- La contratacin o subcontratacin debera
referirse a aspectos de la elaboracin de dicha materia prima para que fuere posible
declarar la solidaridad reclamada.PLENARIO 309: El 3 de febrero de 2006 la Cmara Nacional de Apelaciones del
Trabajo dict el plenario n 309 en los autos caratulados Ramrez, Mara Isidoro c/
RUSSOComunicaciones e Insumos S.A. y otro s/despido (Sala VI Expte.
21551/2001) por el cual se resolvi que es aplicable al art. 705 del Cdigo Civil a la
responsabilidad del Art. 30 de la LCT.LA SOLIDARIDAD EN EL DERECHO COMUN: Las fuentes de solidaridad, segn
surge del Art. 699 del Cdigo Civil son la convencin de las partes y la ley, aunque el
Art. 700 del C.C. dice que la solidaridad puede tambin ser constituida por decisin
judicial, siendo sus efectos principales: la exigibilidad de derecho del cobro total del
crdito a cualquiera de los deudores y extincin de la obligacin por pago u otro medido
equivalente. El Art. 701 CC. exige que est expresamente comprendida en la obligacin
por trminos inequvocos, ya obligndose in solidum o cada uno por el todo, o el uno
por los otros, etc, o que expresamente la ley la haya declarado solidaria.Por su parte el art. 705 del Cdigo Civil expresamente dice: El acreedor, o cada
acreedor, o los acreedores juntos pueden exigir el pago de la deuda por entero contra
todos los deudores solidarios juntamente o contra cualquiera de ellos. Pueden exigir la
parte que a un solo deudor corresponda. Si reclamasen el todo contra uno de los
deudores y resultase insolvente pueden reclamarlo contra los dems. Si hubiesen
reclamado slo la parte o de otro modo hubiesen consentido en la divisin respecto de
un deudor, podrn reclamar el todo contra los dems, con deduccin de la parte del
deudor libertado en la solidaridad
Se desprende del texto del art. 705 CC que el acreedor o cada acreedor o los acreedores
juntos pueden exigir el pago entero contra todos los deudores solidarios juntamente o
contra cualquiera de ellos. Respecto del derecho al cobro total, en el derecho laboral el
instituto de la solidaridad consiste en que cualquiera de los deudores solidarios est
expuesto a que se le reclame la totalidad de la deuda, sin demandar previamente al
deudor principal.La postura mayoritaria para el dictado del plenario 309 justifica su posicin en la
inexistencia en nuestro derecho de la solidaridad propia e impropia que se le imputa al
derecho romano e invoca como precedente el fallo dictado por la Corte Suprema de
Justicia de la Nacin en la causa Cabeza Aurelia y otros c/ Sanz y Ca y otros s/recurso
extraordinario. El Fiscal General Dr. Eduardo lvarez quien defendiera la postura
mayoritaria, sostuvo que la caracterstica esencial de las obligaciones reside en el
derecho del acreedor a exigir a cada deudor el pago ntegro, es decir, en la posibilidad
de demandar a todos, a algunos o a uno en particular, sin decir por qu ( Ver Tratado de
Obligaciones de LLambas TII pgs. 452 Edit. Abeledo Perrot).
Expres el Fiscal General, que la disposicin legal (art. 705 CC) reitera con nfasis que
el sujeto activo del vnculo puede exigir el pago de la deuda por entero a todos los
deudores solidarios juntamente o contra cualquier de ellos y aclara que si se reclam el
todo contra uno de los deudores que resultase insolvente, puede reclamarlo contra los
dems. Seal que esta caracterstica hizo que Josserand, al comentar la solidaridad
pasiva como manifestacin de las obligaciones mltiples, sostuviera que lo trascendente
y definitorio cuando se menciona obligacin solidaria es el derecho de elegir, con
libertad, sin condicionamientos a quien se persigue para el cobro.- Donde hay
solidaridad, dice Josserand, hay eleccin libre del acreedor y esta eleccin se funda en
que las obligaciones solidarias no hay un solo deudor principal son todos deudores
principales, es decir se crea un vnculo en el cual todos los deudores son principales
pagadores y no existe excusin, o sea no hay que convocar primero a alguno de los
sujetos pasivos ni traerlo a juicio,.Continu exponiendo el Fiscal General Dr.Alvarez que el art. 30 de la Ley de Contrato
de Trabajo importa que la responsabilidad solidaria como medio para proteger al
trabajador (acreedor) en el marco de una segmentacin productiva que puede traer
aparejada al menos en el terreno de las hiptesis la afectacin de insolvencia.- El
Derecho del Trabajo para tutelar al dependiente, recurri a una institucin decantada del
derecho Civil (obligaciones solidarias) que fue precisamente pensada para garantizar el
cobro, pontencializar la responsabilidad patronal, sin necesidad de tener que reclamar el
pago a una persona determinada cuando se sabe que ocioso o simplemente inconducente
perseguir.- El derecho del Trabajo no es autosuficiente ni tiene autonoma plena cuando
la norma laboral dice obligacin solidaria se est refiriendo a las pautas normativas
del Cdigo Civil al igual que cuando dice pago o persona jurdica ideal.
Existe entonces una vocacin de aplicabilidad de las normas civiles, que slo cede por
circunstancias concretas: a) la presencia de una norma laboral expresa distinta y b) la
incompatibilidad de la norma con los principios generales del derecho del trabajo, por lo
que no existe un rgimen especfico y distinto de la responsabilidad solidaria y no se
advierte diferencia alguna entre lo dispuesto por los arts. 669 y 705 del Cdigo Civil y
el principio protectorio del derecho del Trabajo. Muy por el contrario, la doctrina en
forma unnime dice que el art. 30 de la LCT est destinado a garantizar el cobro de los
9
crditos, para lo cual crea mltiples opciones an en la ausencia de fraude o ilicitud, con
la finalidad de tutelar al dependiente (Ver Hugo Carcavallo Los acreedores de la LCT
en Revista de Derecho Laboral 2001, Justo Lpez La solidaridad en las relaciones
obligatorias laborales, Derecho Laboral, Editorial Rubinzal Culzoni, 2001, Juan Carlos
Fernndez Madrid Tratado de Derecho Laboral, pgs 925 y sges, Editorial La Ley, y
la resea all efectuada
El Fiscal lvarez concluy en que corresponde aplicar las claras disposiciones del
Cdigo Civil, al acreedor laboral de ese derecho esencial de elegir que tienen todos los
acreedores de obligaciones solidarias al demandar a todos o a uno .-Finalmente critic
la postura tradicional por cuanto la misma 1) Carece de todo respaldo normativo, 2)
Implica la creacin de un sistema autnomo de responsabilidad solidaria que no
responde a ninguna disposicin del ordenamiento, 3) Prescinde en la materia del
principio de solidaridad pasiva que es el principio de libre eleccin del acreedor que
puede demandar a todos, a algunos, o a uno al mismo tiempo en forma sucesiva, sin
tener que explicar el porqu, 4) Incurre en el error de aludir a obligados principales o
accesorios cuando lo que caracteriza a la solidaridad es la ausencia de un deudor
principal, 5) Impone para el acreedor el rgimen de menor beneficio, peyorativo en
relacin con lo dispuesto en el Derecho Civil, al privarlos de la posibilidad de
conminarlos a reclamar al empleador, al que se lo erige como deudor principal, 6)
Materializa una diferencia de trato laboral, que consagra una inadmisible
discriminacin, porque el trabajador es el nico titular de una obligacin solidaria.Adems de los slidos fundamentos vertidos por el Dr.Eduardo Alvrez, entre los votos
de la mayora merecen destacarse los de los Dres. Guibourg, Capn FilasScotti,
Catardo, Rodrguez Brunengo y Ferreirs.- El Dr.uibourg ha sealado que la nica
solidaridad de nuestro sistema de obligaciones jurdicas es la establecida en el Cdigo
Civil, por su parte el Dr. Capn Filas expresa Cul es la razn por la cual no reconocer
lo mismo al acreedor laboral?. Si el ciudadano tiene derecho en la Sociedad a accionar
como se indica, el ciudadano en la empresa tambin.- La Dra. Ferreirs entendi que no
existe un rgimen de duplicacin de responsabilidad solidaria, sino que el rgimen se
encuentra en el Derecho civil y consider que es el que se debe aplicar. Agreg que se
deben dejar de lado los resabios antiguos y aplicar la ley (que no hace distincin
alguna), la moderna doctrina y la actual jurisprudencia predominante.Por su parte la minora mantuvo la tesis tradicional que tiene en cuenta tanto el aspecto
procesal, como la dismil situacin que se aprecia entre los distintos sujetos que
componen el vnculo jurdico obligacional. Se incit en sostener que del juego de los
arts. 525, 689 y717 del Cdigo Civil se desprende que no se puede condenar al deudor
accesorio obligado sin se condena al principal porqu se trata de una obligacin
mancomunada con solidaridad impropia.Conviene centrar la atencin en los fundamentos vertidos por los Dres. Gonzlez,
Morando y Corach quienes reflejan slidas argumentaciones, el pensamiento de la
minora plenaria.- As para la Dra. Gonzlez no puede considerarse que se encuentren
en un mismo plano, ya que uno resulta ajeno al vnculo obligacional que une al
trabajador con su empleador, y una demanda que slo lo involucre a l podra llevar a
afectar la garanta de defensa en juicio, sin que la citacin del empleador permita
conjurar los efectos perniciosos de la postura cuestionada,.
10
12
Por su parte, la minora mantuvo la tesis tradicional que tiene en cuenta tanto el aspecto
procesal, como la dismil situacin jurdica que se aprecia entre los distintos sujetos que
componen el vnculo jurdico obligacional. Se insiste en sostener que del juego de los
arts. 523, 524, 525, 689 y 717 del Cdigo Civil, se desprende que no se puede condenar
al deudor accesorio obligado si no se condena al deudor principal porque se trata de una
obligacin mancomunada con solidaridad impropia.
Conviene centrar la atencin en los fundamentos vertidos por los Dres. Gonzlez,
Morando y Corach, quienes reflejan claramente y con slidas argumentaciones, el
pensamiento de la minora plenaria. As, para la Dra. Gonzlez no puede considerarse
que ambos deudores se encuentren en un mismo plano, ya que uno resulta ajeno al
vnculo obligacional que une al trabajador con su empleador, por lo que ante una
demanda que slo lo involucre a l no podra articular ninguna defensa de fondo en
cuanto a los presupuestos de hecho y de derecho, lo que podra llevar a afectar la
garanta de defensa en juicio, sin que la citacin del empleador como tercero ni la mayor
exigencia probatoria permitan conjurar los efectos perniciosos de la postura
cuestionada. Por su parte Morando, luego de resaltar la imposibilidad de responder en
forma unvoca en los trminos en que fuera planteado el recurso de inaplicabilidad de
ley, entendi que el art. 30 de la L.C.T. sera uno de los supuestos (conjuntamente con
los delitos civiles y la solidaridad cambiaria) en que las normas comunes no tienen
aplicacin total. Para sustentar su postura sostuvo que no existe ni identidad de causa
entre la obligacin de empleador y la del empresario principal. Aqul responde por
incumplimiento de una obligacin contractual; ste, por inobservancia de ciertos
deberes de contralor, enderezados, genricamente, a combatir la evasin de cargas
fiscales y parafiscales. Finalmente, para Corach el obligado directo es el empresario
principal y para que pueda declararse la existencia de solidaridad es necesario que ella
haya sido expresamente invocada; razn por la cual es improcedente la condena al
empresario principal en forma directa.
Sin dejar de admitir que en la realidad la situacin de ambos deudores al pago es
dismil, mantengo mi posicin original en el sentido que no existe obstculo legal que le
impida al trabajador-acreedor demandar indistintamente al empleador-deudor o a
cualquier de los deudores solidarios.
CONCLUSIONES: Debe tenerse presente que a la luz del plenario Ramrez el art.
30 de la LCT vendra a imponer una suerte de responsabilidad solidaria de la empresa
usuaria de los servicios contratados o mercerizados.- La Cmara de Apelaciones del
Trabajo interpreta que la actividad de seguridad o vigilancia hace a la actividad normal
y especfica de bancos, clubes de campo cerrados, la comercializacin de telefona
mvil por terceros hace a la actividad normal y especfica de las empresas de
telefona.,de modo que la LCT ya no contemplara un sistema especfico de
responsabilidad solidaria para el derecho laboral .Es verdad que el art. 30 de la LCT se convirti en uno de los ms complejos y que ms
controversias ha suscitado en la jurisprudencia, no logrndose unificar las
interpretaciones ni siquiera sobre los alcances del concepto de actividad normal propia
del establecimiento, sin que las modificaciones introducidas por la ley 25.013 hayan
mejorado la situacin. Pero no menos ciertos es que la decisin en pleno del acuerdo de
Cmara resulta a todas luces justo, an cuando en el actual artculo 30 de la LCT no
habilita una accin autnoma directa contra el empresario principal, y deber entonces
14
recordar que el acuerdo en pleno deviene obligatorio para las diez salas que integran la
Cmara Nacional de Apelaciones del Trabajo y todos los juzgados del fuero.
La realidad econmica hace que las empresas recurran a la segmentacin productiva con
la finalidad de concentrar sus recursos atendiendo exclusivamente aquellas actividades
comprendidas en su objeto social. Sin embargo, muchas veces se ven acorraladas por
demandas laborales que les entablan empleados de sus contratistas, con quienes no
tienen ningn vnculo laboral.
Puntos Importantes
Las empresas se ven acorraladas por demandas laborales que les entablan
empleados de sus contratistas, con quienes no tienen ningn vnculo laboral.
Dentro de este contexto, y an cuando la Corte Suprema de Justicia no trat el fondo del
asunto por considerar inadmisible el recurso de queja planteado, se conoci en una
causa el voto del presidente del tribunal, Ricardo Lorenzetti, que restringi los
alcances de la responsabilidad solidaria en materia laboral en casos de
contratacin de servicios.
Si bien el fallo no sienta doctrina, el voto de Lorenzetti "tranquiliza" a las empresas de
cara a un prximo pronunciamiento de la Corte en su actual composicin.
Sucede que la cmara laboral, en los ltimos aos, extendi la responsabilidad por las
obligaciones de empresas subcontratadas a la empresa principal, en actividades
como gastronoma, higiene, seguridad e informtica, es decir, servicios que no hacen a
la actividad normal y especfica del contratante, argumentando en todos los casos la
responsabilidad solidaria prevista en el artculo 30 de la ley 20.744, de Contrato de
Trabajo.
El voto de Lorenzetti se dict en la causa "Castro Bourdin, Jos Luis c/ Jockey Club
Asociacin Civil". All, un trabajador gastronmico del concesionario del hipdromo
reclam a su empleador directo el pago de indemnizaciones por despido, pero tambin
extendi solidariamente la demanda a esa asociacin civil.
En su voto, el titular de la Corte limit la responsabilidad solidaria de las empresas
principales por las obligaciones laborales de sus contratistas en los casos en que stos
no realicen trabajos o servicios correspondientes a la actividad normal y especfica
propia del establecimiento.
15
16
Sin embargo, esto no significa que habr solidaridad entre las empresas que integran el
grupo, ya que el empleador es la empresa en la cual el trabajador desarroll tareas y a
cuya autoridad se subordin. En cambio, si el trabajador prest servicios
simultneamente para distintas empresas del grupo econmico, habra una pluralidad de
empleadores responsables de sus obligaciones laborales.
Excepcionalmente el conjunto econmico es solidariamente responsable, aun en el caso
de no haber sido formalmente empleador del trabajador, cuando se verifiquen maniobras
fraudulentas (por ejemplo, empleo no registrado, que se haga aparecer al trabajador
como empleado de una empresa en la cual efectivamente no presta servicios) y
conduccin temeraria (el vaciamiento de una de las empresas que conforman el
conjunto econmico).
Art. 31, LCT: La LCT, en el art. 31, hace referencia a la solidaridad entre empresas
subordinadas o relacionadas que constituyan un conjunto econmico de carcter
permanente en caso de haber mediado maniobras fraudulentas o conduccin temeraria.
El mencionado artculo expresa que siempre que una o ms empresas, aunque tuviesen
cada una de ellas personalidad jurdica propia, estuviesen bajo la direccin, control,
administracin de otras o de tal modo relacionadas que constituyan un conjunto
econmico de carcter permanente, sern a los fines de las obligaciones contradas por
cada una de ellas con sus trabajadores y con los organismos de seguridad social,
solidariamente responsables cuando hayan mediado maniobras fraudulentas o
conduccin temeraria.
El conjunto econmico se presenta en los siguientes casos: a) cuando existe una unidad,
un uso comn de los medios personales, materiales e inmateriales; b) cuando una
empresa est subordinada a otra, de la que depende econmicamente directa o
indirectamente; c) cuando las decisiones de una empresa estn condicionadas a la
voluntad de otra o del grupo a que pertenezca.
Podetti sostena que la existencia de grupo econmico se da cuando una empresa est
en condiciones de determinar, con caracteres de cierta continuidad y permanencia y por
su propia voluntad, disponer las normas directrices de su gestin a otra empresa.
Existe el control, que puede ser externo si es que hay una preponderancia por potencia
econmica, que es lo que se suele dar en el contrato de concesin; el concedente
generalmente es una gran empresa. Y tambin puede ser un control interno, lo que lleva
a sociedades controladas y a la normativa especifica sobre ello.
El conjunto econmico se da cuando hay una efectiva comunidad econmica y de
intereses, lo que puede configurarse bajo la forma de sociedades controladas bajo
cualquier otra forma, en tanto no dae a terceros y particularmente que no desconozca
los derechos laborales.El elemento esencial para determinar si hay conjunto econmico de carcter permanente
es que exista control de direccin, tiene que darse una efectiva subordinacin
econmica en la cual la empresa perifrica pierde su independencia para actuar como
ente con capacidad propia.Cabe destacar que el art. 31 a diferencia de lo que estableca del original art. 33 de la ley
20.744, no se refiere a los grupos de carcter accidental, sino slo a los permanentes.17
Esta norma era evidentemente protectoria ya que era suficiente para que existiera
solidaridad la sola acreditacin de que se trataba de empresas integrantes de los
denominados grupos econmicos.Esa permanencia que impone el legislador se contrapone con la mera provisionalidad de
la vinculacin de los sujetos involucrados con las denominadas uniones transitorias de
empresas. Jurisprudencialmente se ha resuelto que las UTE no son sociedades ni
sujetos de derecho, no responden solidariamente por los actos y operaciones que
realicen (arts. 377 y 381 ley 19.550), no sindoles aplicable el art. 31 LCT, toda vez que
no son un conjunto econmico de carcter permanente.Cuando una UTE es empleadora, la relacin se da con los integrantes de ella, quienes
responden frente al dependiente en los trminos acordados, por lo que no hay
solidaridad entre ellos si no est convenida (art. 381 LSC), y de omitirse toda
estipulacin al respecto, respondern en partes iguales (conf. Arts. 690 y 691 CCivil)La finalidad del art. 31 es evitar la evasin de responsabilidades por intermedio de
acciones fraudulentas de las empresas independientes o con personalidad jurdica
propia , que en realidad estn ligadas entre s por las figuras de control.El fraude laboral es requisito esencial para que se configure la responsabilidad
establecida en el art. 31 LCT, pero no debe probarse el dolo del empleador o su
intencin fraudulenta, ya que es suficiente que la conducta del empresario denote la
violacin de las normas del derecho del trabajo.En sntesis para que se verifique lo previsto en el art. 31 LCT y se extienda la
responsabilidad deben darse algunos de estos presupuestos:
1) Maniobras fraudulentas, es decir aquellas conductas tendientes a burlar los
derechos del trabajador por medio de empresas relacionadas o subordinadas,
traspasos, artificios con la finalidad de sustraerse a la obligaciones laborales o de
seguridad social., por ejemplo cuando se haga aparecer al trabajador como
empleado de una empresa en la que efectivamente no presta servicios con la
finalidad de evitar la aplicacin de un convenio colectivo de trabajo o para
fraccionar su antigedad.2) Conduccin temeraria, cuando se trata de una manejo de la empresa
irresponsable y que por negligencia, imprudencia, o dolo se ocasione un dao al
trabajadores, por ejemplo la insolvencia del empleador por maniobras
imprudentes o vaciamiento de una de las empresas que la integran.
3) Conjunto econmico de carcter permanente, ya nos referimos a este punto,
en el que se encuentran excluidas las uniones transitorias de empresas.RESPONSABILIAD DE SOCIOS GERENTES, DIRECTORES Y
ADMINISTRADORES DE SOCIEDADES COMERCIALES:
18
El primer fallo que releja esta postura novedosa lo dict la Sala III de la Cmara
Nacional de Apelaciones del Trabajo en autos Delgadillo Linares, Adela c/Shatell S.A.
y otros del ll de abril de 1997.En este caso la trabajadora se desempeo para la S.A. empleadora, que le pagaba una
parte de la remuneracin en negro.- Demanda a la sociedad annima empleadora (que se
encontraba en quiebra y a dos personas en su carcter de directivos, socios, gerentes,
administradores o controlantes de ella, por el pago de las indemnizaciones por despido
encausado y las multas de la ley 24.013.En Primera Instancia el Juzgado rechaz la extensin de la responsabilidad a los
integrantes de la sociedad, pero el Fiscal General del Trabajo dictamin que
corresponda tal extensin de la condena por aplicacin de los arts. 54 y 274 de la Ley
de Sociedades 19.550, por cuanto se habra creado una hiptesis automtica de la cada
del velo societario en supuestos de ilicitud, que como en el caso concreto, excede el
mero incumplimiento de las obligaciones emergentes del contrato, al relacionarse con la
indebida instrumentacin de los importes remuneratorios reales, configurndose fraude
laboral .La Sala III sostiene que la conducta de la empleadora constituye un tpico caso de
fraude laboral y provisional ya que tiene por objeto y efecto disminuir ilegtimamente la
incidencia del salario normal en las indemnizaciones y en los aportes al sistema de
seguridad social.- El pago en negro perjudica al trabajador que se ve privado de aquella
incidencia, y el sector pasivo es vctima de evasin y la comunidad comercial en cuanto
ponen al autor de la maniobra en mejor condicin para competir en el mercado, que la
reservada a otros empleadores respetuosos de la ley.El artculo 54 de la ley 19.550 en el ltimo prrafo agregado por la ley 22.903 dispone
que la actuacin de la sociedad que encubra la consecucin de fines extrasocietarios,
constituya un mero recurso para violar la ley, el orden pblico o la buena fe o para
frustrar derechos de terceros, se imputar directamente a los socios o a los controlantes
que la hicieron posible, quienes respondern solidaria e ilimitadamente por los
perjuicios causados.No puede afirmarse que el pago en negro encubra la consecucin de fines
extrasocietarios ya que el principal fin de una sociedad comercial es el lucro, pero
constituye un recurso para violar la ley, el orden pblico laboral expresado en los arts,
7,12,13 y 14 LCT, la buena fe que obliga a que el empleador ajuste su conducta a lo que
es propio de un buen empleador (art. 63 LCT) y para frustrar derechos de terceros
como el sistema provisional y la comunidad empresarial. La demanda contra los socios
se funda en la responsabilidad de stos por los hechos y deudas de la sociedad, cuando
se aplica a sta la clusula de desestimacin de la personalidad prevista en el art. 54 de
la ley 19.550.A este primer caso le siguieron otros precedentes jurisprudenciales como Vidal,
Miguel c/Mario Hugo Azulay Asoc. S.A.del 23-09-1997 en el que el actor se haba
desempeado bajo la apariencia de un vnculo comercial independiente. Posteriormente
la misma sala dicta el fallo Duquelsy, Silvia c/Fuar S.A. y otro en el que la relacin
laboral era totalmente irregular, reclamndose indemnizaciones por despido contra la
sociedad, y contra quien revesta el carcter de socia y presidente del directorio, no se
19
21
procesal y con el propsito de evitar un nuevo juicio, el socio controlante podra ser
demandado en forma subsidiaria junto con la sociedad, para el caso de que se acreditara
la insolvencia de sta.El fallo que seguidamente se transcribe hace aplicacin de los arts. 54,59 y 274 de la ley
19.550., an en el caso que el actor desista de la sociedad demandada empleadora del
actor por encontrarse en concurso.Espina, Nicols G. v. Transportes Avenida Bernardo Ader S.A. y otro
Cmara Nacional de Apelaciones del Trabajo, sala 3
2 INSTANCIA.- Buenos Aires, 30 de agosto de 2006
El Dr. Eiras dijo:
reglamento y por cualquier otro dao producido por dolo, abuso de facultades o culpa
grave (art. 274).
Vale decir que en este tipo de sociedades el director no responde personalmente por el
acto realizado regularmente en su calidad de tal; la imputacin de los actos es
exclusivamente a la sociedad; en cambio, responde ilimitada y solidariamente si se
acredita alguno de los extremos de hecho que contempla el citado art. 274 (en sentido
anlogo sent. 86090, del 25/8/2004, en autos "Gonzlez Espino, Antonio B. y otros v.
Suipacha 732 S.R.L. y otro s/despido", del registro de esta sala).
No puede soslayarse que en el caso, el demandado Bertolino actu en su doble calidad
de socio y administrador, por lo cual la responsabilidad directa que le cabe a la sociedad
como empleadora se extiende a aqul, ya que con su propia actitud hizo posible aquellas
maniobras contrarias a la ley y contravino deberes de conducta que impone el actuar con
buena fe como un buen empleador y como un buen hombre de negocios (arts. 62, 63
LCT., 59 ley 19550).
Es mi criterio que la solidaridad pasiva que establecen tanto las normas laborales como
las comerciales debe interpretarse a la luz de lo que al respecto dispone el Cdigo Civil,
ya que ste precisa que la obligacin mancomunada es solidaria, cuando la totalidad del
objeto de ella puede, en virtud del ttulo constitutivo o de una disposicin de la ley, ser
demandada por cualquiera de los acreedores o a cualquiera de los deudores (art. 699).
Tampoco debe perderse de vista que la Ley de Sociedades como ley especial est
incorporada al Cdigo de Comercio, el cual prescribe en el ttulo preliminar y en el art.
207 la aplicacin supletoria de las normas civiles. Motivo por el cual no hay duda que la
solidaridad pasiva debe interpretarse de conformidad a lo preceptuado por el citado art.
699 y ss. CCiv.
En consecuencia, en esta clase de obligaciones el acreedor posee el ius electionis, el
derecho de elegir contra cul de los deudores solidarios dirigir su pretensin, as puede
requerirla a cualquiera de ellos o a todos, simultnea o sucesivamente. Ello no implica
que las prestaciones se sumen, se acumulen o se dividan, en este caso salvo voluntad
expresa del acreedor, sino que, por el contrario, subsisten en su identidad y continan
siendo una sola. Se trata de una nica e idntica prestacin, se debe el todo, la deuda
slo puede satisfacerse de una vez y la calidad de deudor se ostenta simultneamente y
si la obligacin se extingue, se extingue para todos los deudores.
Los autores coinciden en que la ventaja prctica de la solidaridad pasiva radica en poner
a disposicin del acreedor varios patrimonios para una sola y misma prestacin, sin que
el codeudor pueda oponer el beneficio de divisin ni valerse de la llamada garanta del
codeudor solidario. Este instituto apunta a la seguridad del acreedor para quien
constituye el sistema ms perfecto de garanta personal puesto que lo pone a cubierto de
la insolvencia de cualquier deudor al poder exigir la responsabilidad de otro cualquiera
de los deudores. La solidaridad pasiva ha sustituido a la simple fianza pues constituye
una garanta ms adecuada, perfecta y cmoda por ello el deudor solidario no goza del
beneficio de excusin que tiene el fiador ni es necesario demandar previamente al
supuesto deudor principal para recin despus poder ejecutar al fiador, todos los
deudores solidarios estn ubicados en el mismo plano, todos revisten el carcter de
deudores sin que los haya principales o secundarios. El hecho de que varios codeudores
queden vinculados por la totalidad del dbito importa mejores perspectivas de cobro
28
para el acreedor que tendr varios patrimonios en pie de igualdad afectado al pago de la
deuda. Se trata de una forma anmala, heterodoxa de garanta (Montes, Cristbal, "La
estructura y los sujetos de la obligacin", 1990, p. 254, citado por Ramn D. Pizarro al
tratar el tema en "Cdigo Civil y normas complementarias. Anlisis doctrinario y
jurisprudencial", t. A, Parte general. Obligaciones, dirigida por Alberto J. Bueres y
coordinada por Elena Highton, 2004, Ed. Hammurabi, p. 663, "Cdigo Civil y Leyes
Complementarias. Comentado, anotado y concordado", dirigido por Augusto C.
Belluscio y coordinado por Eduardo E. Zannoni, t. 3, 1981, Ed. Astrea, p. 302;
Llambas, Jorge J., "Cdigo Civil anotado. Doctrina y jurisprudencia", t. II-A, 1979, Ed.
Abeledo-Perrot, p. 509; Mancini, Mara del P. y Pizarro, Ramn D., "Algunas
reflexiones en torno a las obligaciones solidarias en el Derecho del Trabajo", p. 51; "La
Solidaridad en el Contrato de Trabajo", Revista de Derecho Laboral, Antonio Vazquez
Vialard y Valentn Rubio (dirs.), t. I, 2001, Ed. Rubinzal-Culzoni, "Responsabilidad de
los Directores de Sociedades Annimas"; Gagliardo, Mariano, 1995, Ed. AbeledoPerrot, p. 722).
Conviene recordar que para que la obligacin sea solidaria basta con que la ley
expresamente la haya declarado solidaria, como es el caso de las citadas normas
comerciales (arts. 54, 59, 157, 274 ley 19550, 701 Cdigo ya citado).
El art. 705 CCiv. claramente dispone que el acreedor puede exigir el pago de la deuda
por entero contra todos los deudores solidarios juntamente o contra cualquiera de ellos,
puede asimismo, exigir la parte que a un solo deudor corresponda y si reclamase el todo
contra uno de los deudores y ste resultase insolvente puede reclamarlo contra los
dems.
Considero que no existe ningn impedimento para que el acreedor laboral, que ve
cercenada la satisfaccin de su crdito por parte de la sociedad empleadora porque
resulta insolvente, lo reclame a quien, como en el caso, ha incurrido en una violacin de
la ley, conducta que como sealara le ha producido un dao concreto y actual.
En mi criterio no existe ninguna disposicin legal, civil, comercial o laboral, que impida
la aplicacin del citado art. 705 a las obligaciones solidarias que consagra la Ley de
Sociedades porque justamente la norma civil establece la facultad de dirigir la accin
contra los otros codeudores solidarios cuando en un primer momento se reclam la
deuda por entero contra uno solo de ellos y este deudor result insolvente. Halpern
seala que los terceros conservan su accin individual, incluso en caso de concurso de
la sociedad (art. 279 ley 19550), por los derechos propios que han sido lesionados por el
director, as no slo por los daos delictuales o cuasideliectuales sino tambin en
supuesto de complicidad en inejecucin dolosa o fraudulenta de obligaciones
contractuales (conf. Halpern, Isaac y Otaegui, Julio C., "Sociedades Annimas", 1998,
Ed. Depalma, p. 557).
No puede perderse de vista que la finalidad protectoria que caracteriza al derecho del
trabajo (conf. art. 14 bis CN.) resulta claramente compatible con esta interpretacin,
pues la solidaridad as entendida proporciona al acreedor laboral, al trabajador, una
intensa garanta que hace posible la percepcin de sus crditos en atencin a la
naturaleza alimentaria de stos.
29
La violacin genrica de la ley o los daos producidos por dolo, abuso de facultades o
culpa grave y, en general cualquier responsabilidad que cupiere al administrador frente
a terceros es siempre de tipo delictual o cuasidelictual (conf. Zaldvar, Enrique y otros,
"Cuadernos de Derecho Societario", vol. III, 1977, Ed. Abeledo-Perrot, p. 526). En
consecuencia, se trata de un supuesto de responsabilidad extracontractual por tratarse de
un hecho ilcito que causa dao directo en el patrimonio de terceros.
Conviene recordar que para el Cdigo Civil el acto ilcito es el acto voluntario
expresamente prohibido por las leyes (art. 1066) y se llama delito al acto ilcito
ejecutado a sabiendas y con intencin de daar la persona o los derechos de otro (conf.
art. 1072), no hay duda que tanto el registro defectuoso del vnculo como el pago de la
remuneracin al margen de los registros, constituye un ilcito civil y la obligacin de
reparar el dao causado por un delito pesa solidariamente sobre todos los que han
participado en l como autores, consejeros o cmplices, aunque se trate de un hecho que
no sea penado por el derecho criminal (art. 1081 CCiv.).
En el caso la accin contra el presidente del directorio resulta procedente, dado que ste
no invoc ninguna circunstancia que lo eximiera de la responsabilidad que le cabe por el
incumplimiento de la ley (conf. art. 274 ley 19550) y el dao sufrido por el reclamante
es bien concreto pues est representado por sus crditos laborales insatisfechos, ya que
an no obtuvo una decisin favorable en sede comercial (fs. 349).
No advierto ningn impedimento para dictar el presente pronunciamiento pues, en
definitiva, el acreedor no podr cobrar por entero la deuda a ambos deudores y este fallo
una vez firme y consentido surtir efectos de cosa juzgada respecto de la accin
intentada ante el proceso universal (conf. art. 715 CCiv., texto conforme ley 17711
[10]).
En sntesis, por los fundamentos expuestos y odo que fue el fiscal general (fs. 360/
vta.), propicio revocar el fallo de grado y acoger la demanda y condenar al demandado
Hugo R. Bertolino (en sentido anlogo, SD. 87007, del 18/8/2005, "Precioso, Jorge v.
Jasnis y Basano S.A. y otro s/despido" y doctrina que emana del plenario 309, dictado
por esta Cmara, "Ramrez, Mara I. v. Russo Comunicaciones e Insumos S.A. y otro
s/despido", C. Nac. Trab., del 3/2/2006).
A la luz de tales constancias concluyo que el actor resulta acreedor del haz de
reparaciones previstas para el caso de despido arbitrario as como de la porcin de las
remuneraciones abonadas en negro adeudadas desde junio a agosto de 2001 inclusive, el
sueldo anual complementario sobre tal porcin y parte proporcional 2 semestre ao
2001, salario correspondiente a septiembre de ese ao, vacaciones proporcionales (arts.
12, 123, 150, 155, 156, 231, 232, 233, 245 LCT.).
Al no haberse demostrado que el actor haya practicado la comunicacin a la AFIP. que
exige el art. 11 ley 24013 (texto conf. art. 47 ley 25347), no resulta procedente la
reparacin prevista por el art. 10 de dicho cuerpo legal (fs. 105, 111 y 173). En cambio,
cabe acoger la contemplada por el art. 15 de dicha ley, toda vez que su procedencia no
est supeditada a aquella comunicacin (en sentido anlogo, SD. 86167, del 29/9/2004,
"Quevedo, Claudio J. v. Quevedo, Alejo A. y otros s/despido"; SD. 87335, del
30/11/2005, "Pizzini, ngel S. v. Club Atltico Atlanta Asoc. Civil s/despido", ambas
del registro de esta sala; Corte Sup. del 31/5/2005, "Di Mauro, Jos S. v. Ferrocarriles
30
31