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EX LIB R I S
HEMETHERII V A L V E R D E
Episcopi Leonensis

TELLEZ

NOVENA
A L A S

NIMAS DEL PURGATORIO


SACADA DEL

ANCORA DE SALVACION..
For

t . IT. F r .

JOSE MACH
DE LA COMPAIA
DE

JESUS.

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J L f f p i ' / j Alfonsina
Imprenta de FranciscfoYyJagrana: .
tSiglwttra
Umiermtaria
Calle de ta Compama oum. 22.
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1886

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v* r ' ^rti-fV' i 1 Ai' *('Vi'^ * V fii^
MODO D E HACER ESTA N O V E N A
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No dado, Rdos. Sres. Prrocos y cristiano


celosos del bien de las almas, que haris nn
esfuerzo generoso para introducir y sostener
en vuestras parroquias una tan santa importante devocion. Mas cmo llevar & cabo tan
grande empresa?
Si no se puede celebrar al prinoipio con la
magnificencia que se acostumbra en CataluSa
y en Madrid en la citada parroquia d e f i a n
Luis, 6i no se puede obtener un predicador pa-.
ra todo el Novenario; procrese lo moos
para los tres ltimos dias: ouando no, vstase
de luto gran parte del altar, pngase una pintura que represente el purgatorio y colquese
un tmulo en el centro de la iglesia. Hecho
esto y rezado el santo Rosario, lase con uncin y pausa la meditacin, el ejemplo y dems oraciones que corresponden al dia de la
novena, exctese el pueblo que oiga cada dia
ia Misa que se dir en sufragio de los difuntos de la parroquia, y comulgue la misma
intencin un dia de la novena. Y como este
es el principal fruto del Novenario, convendr
al efecto anunciar una comunion general para
el ltimo dia, invitar algunos confesores f-

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rasteros, para que, oyendo las confesiones desde la vigilia faciliten ia oonfesion y dn mayor
imputes esta importantsima prctica, v Si se arredrase alguno por la penuria de recursos, nmbrense algunos administradores de
Animas, que haciendo una cuestacin ya sea
6 -domicilio* ya sea eada noche la funcin de
la iglesia, recojan las limosnas donativos vo>
luntarios: y JM> teman es falte nada. Pues
qu cristiano no contribuir gustoso tan piadosa institucin? jQu. hijo, qu padre, qu
esposo habr tau ingrato, que con un mdieo
sacrificio, rehuse aliviar las terribles penas que
SOS padres, bijod, esposas hermanos difuntos
padecen en el Purgatorio, sobre todo si se les pondera lo. agradecidas que les quedarn las Aniosas, y la generosidad con que de Dios sern
recompensados? S, seores, abrazad, os ruego, esta pa devocion, y vereis qu frutos espiritadles y temporales tan fecundos resultarn fie ella. 4 si eb oiuso le oe
aa
Una dificultad puede todava ofrecerse;
saber, la escasez de predicadores; lo suplir
empero esta novena que compuse en idioma
oatalan, y con tanto celo di luz elegantemente traducida al castellano, la piadosa Asociacin de Animas establecida en Madrid en la
parroquia de San Luis. No dir con esta ilustre Jkfioaoion que no se haya publicado has*
ta hoy otra novena ni ms tierna, ni ms sli*
da, ni ms llena de uncin santa; pero si espe-

ro que con ella lograrn los prrocos arraigar


la devocion las Animas en el corazon de ios
fieles, y atraerlos al Novenario fcilmente.
Aqu la pongo, pues, devolvindola el 6rden que tenia en cataln; y permitindome
las variaciones que me parece darn todava
ms luz y energa al original.
MODO DE H A C E R B I E N E S T A N O V E N A EN PARTICULAR.
El que durante el Novenario no pudiere asistir la iglesia, quisiere en otro tiempo hacer esta novena en casa:
Pngase ante alguna imgen de nuestro
Seor Jesucristo de su dolorossima Madra
tomndola por protectora de esta novena,
fin de alcanzar por sus mritos contricin de
las culpas y compasion de las penas qu8 padecen las benditas nimas del Purgatorio.
2 9 Todas las maanas tenga especial cuidado de ofrecer Dios sus obras, penas y trabajos en sufragio suyo.
3 9 Oiga Mi3a, si puede, todos los nueve
diaa y si estuviere impedido de asistir los
sermone?", lea y haga con atencin en casa la
meditacin que corresponde al dia.
No pase distrado estos dias como los dems del ao, ntes bien esmrese en guardar
ms recogimiento, abstenindose de visitas y
conversacin frivolas, y haciendo algunas o
tras buena obras ms de las eoostumbrades
2

5 ? Haga alguna ligera mortificacin cada dia, "


y sobre todo abstngase de toda culpa, aunque sea venial, cometida voluntariamente.
6 9 No olvide el principal sufragio que reclaman las alujas, y la suya en particular, que
es una confesin y comunico la ms fervorosa
que se pueda.
7? Repase la vida pasada, mire si desde la *
ltima confesion general habra ocultado algn
pecado grave, hecho de otro modo alguna confeeion sacrilega; y si as fuese, no se contente
con hacer una confesion ordinaria, haga una que
abrace todos los malos hbitos y pecados cometidos desde la ltima confesion general.
8? Examine atentamente cual es su pasin
dominante; es decir, la que forma la principal
materia de casi todas las confesiones, y haga
una muy sria resolucin de e6tirparla, porque i te condenas, amado cristiano, esta pasin
ser la causa de tu condenacin.
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NOTA. El que ni sepa leer, ni tenga quien ,
le lea la meditacin, puede hacer la novena,
rezando cada dia cinco Padre nuestros y cinco Ave Maras las cinco llagas de Jess, y ,
siete Ave Maras los siete dolores de su santsima Madre, pidindola alivie las penas que
padecen las Animas del Purgatorio.

OBRAS
Di gran alivio para las Animas del Purgatorio y de mucho mrito para nosotros.
Hacer todos los aos esta novena.
2* Celebrar misas, mandarlas celebrar
y oiras.
3* Comulgar con fervor ya espiritual, ya
sacramentalmente.
4* Visitar al santsimo Sacramento y rezar
la estacin de la Bula.
Hacer un rato de oracion mental, meditando con especialidad en la muerte y pasin
de nuestro Seor Jesucristo.
6 ? Andar el Via-Crucis, llevar el 6anto Escapulario, etc.
7 ? Rezar el santo rosario, la corona do los
Dolores, los salmos Penitenciales, cinco Padre
Nuestros las cinco llagas y otras oraciones
vocales.
8* Sufrir con resignacin las penas, humillaciones, dolores y trabajos de esta vida.
9* Practicar alguna mortificacin corporal
(con licencia de un sabio director), y sobre todo refrenar mortificar los sentidos.
10* Hacer limosnas y otras piadosas obras
de misericordia.
11* Olvidar las injurias y perdonar los enemigos por amor de Dios.

SUMARIO
De la indulgencia* que los sumo
acostumbran

Pontficet

conceder la cofrada de

Animas cannicamente establecida.


INDULGENCIAS PLENARIAS.
1* A todos los fieles en el dia de su ingreso en la Cofrada.
En un dia cualquiera-de la Novena.
3* En ia fiesta principal tutelar de la iglesia en que se halla establecida la Cofrada.
4* En la hora de ia muerte, invocando, no
pudiendo con la boca, al mnos con el corazon,
el dulce Nombre de Jess.
Esta ltima 6e concede todo fiel contrito
aunque no pudiese recibir Sacramento alguno:
para ganar las otras es necesario recibir los
eaiatos Sacramentos de Penitencia y Eucarista, y visitar la iglesia orando un corto espacio de tiempo por la intencin de Su Santidad.
INDULGENCIAS PARCIALES.
1* Siete aos y siete cuarentenas de perdn en los tres diasdel ao que hubiere sea*
lado el Ordinario, contando desde las vsperas
primeras hasta que se hubiere puesto el sol
en dichas fiestas, y practicando lo que acabamos de decir.
Sesenta dias de indulgencia por cada vez
que asistieren loe Asociados las m i s a s , pro-

cesiones, oficios y reuniones de la Cofrada,


como tambin por cualquier obra de misericordia espiritual 6 corporal que ejercitaren.
Las misas celebradas por un Cofrade de
difunto en la iglesia de la Cofrada, gozan del
mismo privilegio que si se digiesen en el altar privilegiado; esto es, que se saca alma del
Purgatorio.
NOVENA EN SUFRAGIO
DE LAS AFLIGIDAS ANIMAS DEL PURGATORIO.
DIA PRIMERO.

Por la seal de la santa

Cruetc.

ACTO DE CONTRICION.
Seor mi Jesucristo, Criador, Padre y Redentor mi, en quien creo y espero, quien
amo y quisiera haber siempre amado sobre todas las cosas; me pesa, s, una y mil veces
me pesa de haberos ofendido, por Ber Vos
quien sois, bondad infinita; psame tambin
porque merec las terribles penas del Purgatorio, y ay! tal vez las eternas llamas del infierno. Propongo firmemente nunca ms pecar,
y apartarme de todas las ocasiones de ofende
ros, ayudado de vuestra divina gracia. Oh!
Dadme,- Jess n\io, la gracia de confesarme
bien, enmendar la vida y perseverar hasta la
muerte. Os la pido por vuestra SaDgre preciossima, y por los dolores de vuestra afligidsima Madre. Amen.

ORACION AL P A D R E E T E R N O

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para todos los dias de la novena.
Padre celestial, Padre amorossimo, que para salvar las nimas quisisteis que vuestro
Hijo Unignito tomando carne humana en las
entraas de una Virgen pursima, se sujetase
la vida ms pobre y mortificada, y derramase su sangre en Ja cruz por nuestro aipor:
cmo dejarais sufrir largo tiempo en el Purgatorio unas almas qu tanto costaron Jesucristo, y que son vuestras hijas amadsimas?
Cmo permitirais fuese malograda Sangre de
tan grande valot?..Compadeceos, pues, de estas pobrecitas almas, y libradlas de aquellas
horrorosas llanas. Compadeceos tambin de
la ma y libradla de la esclavitud del vicio. Y
si vuestra Justicia divina pide satisfaccin por
las culpas cometidas, yo os ofrezco todas las
obras buenas que haga en este novenario. Ah
de poqusimo, de ningn valor son, es verdad;
pero yo las uno con los mritos infinitos de
vuestra Hijo divino,, con los dolores de su Mad*e santsima, y.;<jon las virtudes heroicas de
euatos justos han existido en la tierra. Miradnos todos, vivos y difuntos, con ojos de
comp&sion, y haced que celebremos un dia
vustrag misericordias en el eterno descanso
de 1 gloria. Aman.

MEDITACION./
EXISTENCIA

DEL

PURGATORIO.

Punto primero. Es un artculo de fe, qne


las almas de los que mueren con alguna culpa
venial sin haber satisfecho plenamente la
Justicia divina por los pecados ya perdonados^
estn detenidas en un lugar de expiacin qne
llamamos Purgatorio. As lo ensea la 6anta
Madre Iglesia, columna infalible de la verdad;
as lo confirma la ms antigua y constante tradicin de todos los siglos ( 1 ) ; as lo aseguran
unnimemente los Santos Padres griegos y latinos, Tertuliano, pan Cirilo, san Cipriano, san
Juan Crisstomo, san Ambrosio, san Agustn
y tantos otros ( 2 ) ; as lo han definido los sagrados Concilios de Roma, de Cartago, de Florencia, de Letrn y de Trento (3), dirigidos
por el Espritu Santo. Y aunque la Iglesia no
lo ensease as; no lo insina bastante la razn natural? Supongamos que una alma sale
de este mundo con alguna culpa venial; qu
har Dios? La lanzar al infierno, y siendo
su bija y esposa amadsima, la confundir con
los rprobos y espritus infernales? Eso repugna la Justicia y Bondad divina. La introducir en el cielo? Esto se opone igualmente
(1) Vide Gotti.(2) Bellarm. de Purg.
lib. I, cap. 3 . ( 3 ) Sese. 6 ; de Justif. cap.
30; et alio, apud Bellarm.

la santidad y pureza infinita del Criador,


pues slo aquel cuyas manos son inocentes y
cuuo corason est limpio, subir al monte del
Seor (1). Nada manchado puede entrar en
aquel reino pursimo i 2 ) . Qu har, pues,
Dio de aquella alma? Ya nos lo dice por Malaquas ( 3 ) , la pondr como en un crisol, esto es, en un lugar de penas y de tormentes, .
de donde no saldr hasta que" haya satisfecho
plenamente la Justicia .divina. Crees t
esto, cristiano? Creas no creas, te burles
no te burles de ello, la cosa es y ser as. Ne- w
gar el Purgatorio, tan slo dudar advertidamente de su existencia, es ya pecado grave,
Crees t esta verdad y con tanta indiferencia
miras tan horribles penas? Crees en el Porgatorio y con tus culpas amontonas tanta lea pava arder en tan terrible fuego?
Medita un poco sohre lo dicho.
Punio segundo. Es tambin un artculo de
fe que nosotros podemos aliviar aquellas al- f
mas afligidi-imas. S. en virtud de la comu-

mrito nuestro bajar al Purgatorio con nuestros sufragios, y imitacin de Jesucristo deapues de su muerte, librar aquellas almas, y
alegrar al cielo con un nuevo grado de gloria
accidental, procurando nuevos prncipes y moradore3 aquella patria felicsima. Oh admirabie disposicin d l a Sabidura divina! ;Oh
qu dicha y felicidad la nuestra! Vindose
Dios obligado castigar aquellas sus hijas
muy amadas, busca medianeros que intercedan
por ellas, fin de conciliar as el rigor de la
justicia con la ternura de su misericordia infinita. Y nosotros somos estos dichosos mediaeros y corredentores; de nosotros depende la
suertb de aquellas pobres almas. Haz, pues,
amado cristiano, con fervor este santo Novenario, no faltes l ningn dia: quin sabe si
abrirs el cielo alguno de tus parientes amigos ya difuntos? Y sers tan duro osensible, que les niegues este pequeo sacrificio,
pudindolas hacer tan gran favor y tan poca costa?

nion de los Santos hay plena comunicacin de


Medita un poco sobre lo dicho; encomienda
bienes espirituales entre los bienaventurados Dios las Animas de tu mayor obligacin, y
que triunfan en el cielo, los cristianos que mi- pide por la intercesin de Mara santsima la
litamos en la tierra, y las almas que sufren en gracia que desees conseguir en esta Novena.
el Purgatorio. En virtud de esta comunicaEJEMPLO.
cin de bienes podemos con mucha facilidad y
( 1 ) Ps. X X I I I , vv. 3 y 4 . ( 2 ) Apoo. xxi.
v. 2 3 . ( 3 ) Malach. III,V. 3.

Entre las muchas apariciones que confirman


el dogma del Purgatorio, y lo aceptos que son
liMSiSAB BL KM LEfl
BMiteca Valvert y Tefl

Dios los sufragios que ofrecemos por loa difuntos, es muy notable la qa tuvo ei gra-n
caudillo de los ejrcitos de Dios, Judas Macabeo. Haba este piadoso general derrotado
Gorjias, mas no sin prdida de varios soldados
que murieron en la batalla; y conociendo por
las alhajas que se les encontraron ocultas en
los vestidos, que haban muerto er. castigo de.
un robo cometido en el templo de Jamani, exhort al ejrcito que rogasen por aquellos
infelices. Iizo una cuestation y reuniendo doce mil dracmas de'plata, las envi Jerusalen
para que se ofreciesen sacrificios en sufragio
de aquellas pobres almas. Conducta admirable, que el Espritu Santo alab con aquellas
memorables palabras: Santa y saludable cosa
es rogar por los difuntos, para que se les perdone el reato de sus pecados (1): conducta que
le alcanz de Dios una insigne victoria: pues
habiendo sucedido Goijias el soberbio Nicanor con un crecidsimo ejrcito y gran nmero de caballos y elefantes, la vspera, cansado
Judas de combinar el plan y de hacer los preparativos de la batalla, se queda dormido:
cuando h aqu que se le aparecen el profeta
Jeremas, y Otalas el Sumo Sacerdote, ya difuntos, y presentndole una espada muy preciosa, le dicen: Recibe esta espada santa como
una ddiva que Dios te enva; con ella abatirs
(1) I I Mach. xii, 46

los enemigos do mi pueblo Israel [1]. Animado con esta visin y armado con esta espada
divina, embisti con un pequeo ejrcito al
enemigo^' y mat treinta y cinco mil, de los
cuales fu uno el mismo Nicanor.
ORACION
Jesucristo sudando sangre en el huerto.
Oh Jess amantsimo. alegra de los Angeles y gloria del cielo! Cmo os contemplo anegado en un mar de amargura en el huerto
de Getseman? Ah responde San Agustn, rogabais y sudabais sangre por las horribles penas que haban de sufrir las almas en el Purgatorio. Y que no pueda yo consolaros, oh
Dios mi, y regocijar la celeste Jerusalen,
librndolas de tan terribles tormentos! A lo
mnos aceptad, oh Padre celestial la tristeza y
agona que Jess sufri por ellas y por m. S,
por m est su alma triste hasta la muerte; por
mi causa baja un Angel del cielo consolarle;
mi e3 este sudor, mia es esta sangre preciosa
que baa la tierra. Yo os la ofrezco, oh Dios
de amor; aceptadla en expiacin de mis culpas
y sufragio de las Animas. Y pues es Sangre
de valor infinito, dejad caer una gota sobre mi
corazon, y quedarn borradas mis culpas. Cai. [1] II Mach. xv, 16.

con cunta razn desde aquellas voraces llamas clamais vuestros amigos pidiendo misericordia! Yo me compadezco de vuestro dolor,
y quisiera tener caudal suficiente para satisfacer deuda tan crecida: y aunque ms pobre
que vosotras mismas, os ofrezco y aplico cuantas indulgencias pueda ganar en este dia, y
OBSEQUIO.
cuantas obras de supererogacin hiciere duranEn sufragio de las santas Animas tomar la te [diga el tiempo que quiera], excepcin de
generosa resolucin de asistir al Novenario ca- aqullas que por alguna necesidad particular
da dia de suplirlo haciendo la novena en casa, aplicaren. Pero 6endo tan pobres mis mrisi alguno estuviere impedido de ir la iglesia. tos, para satisfacer por vosotras la justicia
divina, apelo la piedad de los justos, los
NOTA. Alguno quizs encueutre demasiado
larga esta novena; mas acurdese que se hizo ruegos de los bienaventurados, al tesoro inagoprincipalmente para suplir con ella la falta de table de la Iglesia, la intercesin de Mara
predicador. Las personas que tengan tiempo santsima, y al precio infinito de la sangre de
y quieran sacar ms fruto del Novenario, no Jesucristo. Conceded, Seor, estas pobres
se contentarn con la meditacin que se hace Animas, sobre todo al alma de N. N. el deseaen la iglesia, sino que procurarn hacerla ms do consuelo y descanso. Pero confio tambin,
despacio en particular, y donde no hubiese pre- Almas agradecidas, que tendr en vosotras medicador, se podr concluir todos los dias con la dianeras poderosas, que me alcancen del Seor
gracia con que deteste mis culpas, adelante en
siguiente
la virtud, sojuzgue las pasiones y llegue la
bienaventuranza. Amen.
ORACION
D I A SEGUNDO.
las Animas del Purgatorio.
Por la seal de la santa cruz, etc.
Seor mi Jesucristo, etc., pg. 9.
Esposas muy queridas del Seor, que encePadr celestial, etc., pg. 10.
rradas en la crcel del Purgatorio sufrs indeMEDITACION
cibles penas y careceis de la presencia de Dios,
Sobre la pena de sentido en general.
hasta que os purifiquis, como ei oro en el criPunto primero. Ven, mortal, t que vives
sol de las reliquias que os dejaron ias culpas;
5

ga uua gota do ella en el Purgatorio, y se apagarn sus horribles llamas.


Ah! no merecemos tan gran favor; pero
muvaos el afecto con que os saludamos diciendo cinco Padre nuestros, cinco Ave Maras
y un Gloria Patri.

como si de3pues de esta vida no te quedase nada qne temer, ni que esperar: ven, penetra con
el espritu en aquellos horrendos calabozos, en
donde la justicia divina acrisola las almas
de los que mueren con alguna culpa venial;
mira si fuera del inerno pueden darse penas
mayores, ni aun semejantes las que all se
padecen. Considera todos cuantos dolores han
sufrido los enfermos en todos los hospitales y
lugares del mundo: aquellos dolores de cabeza
y de vientre tan agudos, aquellos tan rabiosos
de costado y de muelas, aquellas convulsiones
y contorsiones espantosas de miembros, aquellas llagas y postemas insoportables, aquellos
dolores de parto y males de corazon tan vivos
que han acabado con la vida de tantas personas: igualaran todos estos males reunidos &
los dolores que padece una alma en el Purgatorio? No, dice san Agustn (1); pues exceden
todo cuanto se puede sentir, ver imaginar
en este mundo. Aadid todos estos males
los suplicios y tormentos que la crueldad de
los Nerones, Dioclecianos, Dcios y dems perseguidores de la Iglesia invent contra los cristianos; aquellas tenazas y garfios de hierro
con que les despedazaban las carnes; aquellas
parrillas con que los asaban vivos; aquellas catastas y ecleo8 con que les descoyuntaban
los miembros; aquellas ruedas de navajas y
(1) Mansi, disc, 2, n. 2.

puntas de hierro; aquellas prendas y mquinas


con que los martirizaban; todo este horrible aparato de dolores y tormentos acerbsimos, no
igualria al Purgatorio? Tampoco, dice san Anselmo (1); pues la menor pena de aquel lugar
de expiacin es ms terrible que el mayor tormento que se pueda imaginar en este mundo.
Pues qu penas sern aquellas! Ah son tales, dice san Cirilo de Jerusalen (2), que cualquiera de aquellas almas querra ms ser atormentada hasta el da del juicio con cuantos
dolores y penas han padecido los hombres desde Adn hasta la hora presente, que no estar
un slo dia en el Purgatorio sufriendo lo que
all padecen. Pues todos los tormentos y penas que se han sufrido en este mundo, comparados con los que sufre una alma en el Purgatorio, pueden tenerse como por consuelo y alivio. Solatia erunt. Ay! Quin no tiembla!
Medite, etc.
Punto segundo. Y quines son eBtas almas
tan horriblemente atormentadas en el Purgario? Ay! Qu motivo este tan grande para
hacernos temblar! Son obra maestra de la mano del Omnipotente, y vivas imgenes de su
divinidad; son amigas, hijas y esposas amadsimas del Seor; y no obstante son tan severamente castigadas! Dios las am desde la e(1) S. Anselm. n Elucid.(2) S. Cyril.
Hierosol. in epist. ad. S. Aug.

ernidad, laa redimi con la Bangre de sus venas, ahora las ama con un amor infinito, como
que estn en su gracia y amistad divina; y
no obstante sufren penas imponderables! Ah!
Purgatorio! Purgatorio! Cun claramente
me manifiestas la justicia y santidad de Diosl
Qu horror debes inspirarme al pecado! Pues
si con tantp rigor trata Dios sus estimadsimas esposas por faltas ligeras, cmo sers tratado, pecador, t, que vives abandonado al arbitrio de las pasiones? Si en el rbol verde hacen esto; en el seco qu harn? (1) Si el hijo
y heredero del cielo es as castigado por faltas que muchos parecern virtudes; cmo
sers castigado t, pecador y enemigo de Dios,
por vicios y pecados tan horrendos y abominables? Pinsalo bien, y enmienda tu vida.
Medite etc., como en la -pg. 13.
EJEMPLO.
Toms de Cantimprato refiere [2], que un
hombre muy virtuoso; pero que causa de u^ terrible y larga enfermedad estaba muy deseoso de morir, se le apareci el Angel del Seor y le dijo: Dios ha aceptado tus deseos;
escoje pues, pasar tres dias en el Purgatorio
y despues ir al cielo, ir al cielo sin pasar por
el Purgatorio; pero sufriendo todava un ao
(1) Luc. X X I I I , v. 3 1 . [ 2 ] Thom. Cant.
ib. 2, c. 51. 11.

esa enfermedad. Eliji lo primero: muri, y


fu al purgatorio. No habia aun pasado un
dia. cuando el Angel se le apareci de nuevo.
Apnas le hubo visto aquella pobre alma, no
es posible exclama, que tu seas el Angel bueno, pues me has engaado as. Me decas que
slo estaa treB dias en este lugar, y hace ya
tantos aos que estoy sufriendo aqu las mas
horribles penas.T eres quien te engaas,
respondi el Angel, todava no ha pasado un
dia, tu cuerpo est aun por enterrar; si prefieres 6ufrir un ao ms esta enfermedad,
Dios te permite aun salir del purgatorio y
volver al mundo.S, Angel santo, repHc,
no slo esta enfermedad durante un ao, sino
todas las penas, dolores y males de todo el
mundo sufrir gustoso, antes que padecer una
sola hora las peuas del purgatorio. Volvi,
pues, la vida, y sufri con admirable alegra un ao mas aquella enfermedad, publicando todos lo terribles que son las penas
del purgatorio.
ORACION.
A Jess preso por nuestro amor.
O Padre celestial! no me espanta el ver
vuestras amadsimas esposas presas y tan
severamente castigadas en el purgatorio. Laa
infelices ofendieron un dia vuestra divina
Majestad y pisaron vuestra ley santsima.
Lo que me pasma es ver entregado por el
6

traidor Judas, y preso como un facineroso por


hombres vilsimos inhumanos ay! quien?
Jess, centro de vuestras complacencias infinitas. Ay! le veo con una soga al cuello,
tirado por tierra, atadas BUS manos, cargado
de oprobios y de cadenas. Mas por otra parte oh dichosas cadenas! Ellas son mi esperanza, y sern el consuelo y alivio de las benditas almas del purgatorio. S Padre de clemencia, usad con ellas y conmigo de misericordia;
y pues Jess se deja prender para darnos
libertad, aceptad las ignominias, injurias y golpes cruelsimos que padece por nuestro amor.
Aceptadlas en remisin de nuestras culpas,
y en sufragio de nuestros hermanos difuntos;
dadles la libertad que con ansia esperan para alabaros eternamente en el cielo. Amen.
Para ms obligar al Seor digamos cinco
Padre Nuestros, cinco Ave Maras y un Gloria Patri.
OBSEQUIO.
Asistir maSana y todos los dias, que se
pueda, al santo Sacrificio de la Misa en sufragio de las almas del purgatorio.
DIA TERCERO.
Por la seal de la santa cruz, etc.
Seor mi Jesucristo, etc., pg. 9.
Padre celestial, etc., pg. 10.
MEDITACION.
Sobre el fuego del purgatorio.
Punto primero. Considera, amado cristiano,

23
el tormento que causa las almas el fuego abrasador del Purgatorio. Si el fuego de este
mundo, criado para servicio del hombre y efecto do la bondad divina, es ya el ms terrible
de todos los elementos; si es ya tal su virtud,
que consume bosques, abrasa edificios, calcina
mrmoles pursimos; hace saltar piedras y mu-'
rallas espantosas, derrite metales, y ocasiona
horrendos terremotos; qu ser el fuego del
Purgatorio, encendido por un Dios santsimo
y justsimo, para con l demostrar el odio infinito que tiene al pecado? Es tal, dice san Agustin, (1), que el fuego de este mundo comparado con l no es ms que pintado. Tamquam ignis dcpictus. Dios mi, qu expresin!
Las llamas que vomitan los Vesubios, las que
devoraron Roma y tantas otras ciudades,
el fuego de Babilonia, el que Elias hizo bajar
del cielo, hasta el diluvio de llamas que en
tiempo de Lot llovi sobro las nefandas ciudades de Sodoma y Gomorra, todo esto es fuego pintado en comparacin del que atormenta
las almas del Purgatorio, tamquam ignis depictusi Ahora bien, si tener el dedo en la llama de una vela, seria para nosotros insoportable dolor; qu tormento ser para aquellas almas estar sepultadas en un fuego que es, dicen santo Toms y san Gregorio (2), igual en
(1) Mansi, disc. 2, n. 2.(2) Mansi, dise.
2, n. 2.

todo, mnos en duracin, ai del infierno? S,


secuchad, almas tibias, y pasmaos: con el mismo fueg o se purifica el elegido y arde el condenado; con la nica diferencia, que aquel saldr
cuando haya satisfecho por sus culpas, y este
arder all eternamente. Y en estas abrasadoras llamas quieres t caer por tu tibieza? Oh
ceguedad! Oh locura sin igual!
Medite etc.
Punto Segundo. Considera cules son las
faltas por las que un Dios infinitamente bueno y misericordioso castiga sus amadsimas
esposas con tanto rigor, y vers que son faltas
leves, veces un solo pecado venial. Oh y que
mal tan grave debe ser este delante de Dios,
cuando es tan severamente castigado eu el Purgatorio! En efecto el pecado venial es leve si
so compara con el mortal, pero en si es mayor
mal que la ruina de todos los imperios y que
la destruccin del universo; es un mal tan espantoso, que excede en malicia todas las desgracias y calamidades del mundo; es un mal tan
graude, que si cometindolo pudieses convertir todos los pecadores, sacar todos los condenados del infierno, librar todas las almas
del Purgatorio, aun entnces no debieras cometerlo; pues todos estos bienes no igualaran la
malicia del pecado ms leve: porque aquellos
son males de la criatura, y este es un mal y
una ofensa hecha al mismo Criador. Puedes
ir c?to sin horrorizarte y sin llorar tu conduc-

ta? Pues ay! qu es tu vida sino una serie


no interrumpida de pecados? Pecaids cometidos con tus ojos, con tus odos, con tu lengua,
con tus manos, con todos los sentidos! Cuntas culpas por la ignorancia crasa y olvido voluntario de tus obligaciones! Cuntas indiscreciones por la distraccin de tu espritu, por la
violencia de tu genio, por la temeridad de tus
juicios, por la malicia de tus sospechas! Cuntas faltas por no mortificarte, por no querer sujetarte, por tu ligereza en el hablar! Ah! llora, cristiano, tu ceguedad; y la claridad del
fuego espantoso del purgatorio, comprende, por
ltimo, cun grave mal es cometer el pecado
venial. Pero ay! es un mal tan grave, y t lejos de llorarle, lo cometes sin escrpulo manera de juego, pasatiempo y diversin!
Medite, etc., como en la pg. 13.
EJEMPLO.
Nada hace tan sencible la malicia del pecado
venial, como las muchas almas de que consta
por varias y autnticas apariciones, haber expiado en el Purgatorio faltas, segn nuestro
modo de hablar, muy ligeras.
*
Unas fueron condenadas l por haber hablado en la iglesia sin necesidad, como una nia de sieto aos, segn refiere Cesreo (1); otras, como la hermana de san Pedro Damiano,
por haber escuchado con gusto una cancin
(1) Caesarius, 1. 5, c. 36.

virtudes y lleno de defectos y vicios, no puedo


mnos de temblar al postrarme vuestros pis.
Y cmo me atrever interceder por las afligidas almas del purgatorio, siendo yo merecedor de ms graves penas que las suyas? No obstante me anima vuestro benignsimo y pacientsimo Hijo, jAh si le veis cargado de cadenas
y conducido de tribunal en tribunal, es por mi
amor. Si pesar de ser Juez de vivos y muertos, oye las ms inicuas acusaciones y falsos
testimonios, si le veis insultado, escupido, abofeteado y pisoteado, es por amor mi. Aceptad,
pues, oh Padre amantsimo, la paciencia inalterable de mi dulce Redentor; aceptad su silencio, humildad y mansedumbre asombrosa. Estas virtudes confunden y condenan, es verdad,
mi altivez, mis impaciencias mpetus de ira
y de venganza; mas por tan sublime santidad
perdonareis las pobres Animas del purgatorio, y purificndome de mis defectos y manchas
mo trasformareis todo en Vos. Oh! concededme esta3 gracias, Jess mi benignsimo: y paA Jess conducido de tribunal en tribunal.
ra ms obligaros diremos cinco Padre Nuestros,
Oh Padre amantsimo! cuando considero las cinco Ave Maras, y un Gloria Patri.
innumerables ofensas que cada da cometo contra vuestra soberana Majestad, cuando me veo
OBSEQUIO.
siempre iracundo, soberbio, vengativo, falto de
profana. (1) Muri Catalina, (2) noble doncella romana, tenida por santa Mnica en tan buena opinion, que encomendaba su hijo Agustin
sus oraciones; y pesar de esto se apareci
muy triste san Martin obispo, diciodole: estoy ardiendo por haberme lavado dos tres veces la cabeza con demasiada vanidad. Un religioso fu al purgatoria por no haber hecho in-,
clinacion de cabeza al decir Gloria Patri (3)
al fin de los salmos: otro por estarse la lumbre ms de lo ordinario en tiempo de invierno:
all fu parar san Severino por ciertas negligoncias en el rezo divino (4); un nio de nueve aos (5) por na haber pagado devuelto
algunas frioleras que habia tomado; quinientos
aos estuvo en aquel fuego un padre de familia por haber descuidado la buena educacin
de sus hijos: san Valerio por haber favorecido
demasiado un sobrino suyo; y as de otros
muchos (6).
ORACION.

(1) Spec. ex. d. 9, ex. 111.(2) Lanc. op


1 6 , n . l 9 . - (3) Annal. Cisterc.(4) SuriuB,t.c(5) Spec. ex., dist. 9, ex. 101.(6) Lohner, Bibl. Ccr.c.

Maana procuraremos sufrir con paciencia


as los trabajos que Dios nos enve, como las
molestias del prjimo en sufrajio de las benditas almas del Purgatorio.

D I A CUARTO.
Por la seal de la sania cruz etc.
Seor mi Jesucristo etc., pg. 9.
Padre celestial etc., pg. 10.
MEDITACION.
Sobre la pena de dao.
Punto primero.
Por horrorosos que sean
los tormentos que padecen las Animas en el
Purgatorio, por espantosas que sean las llamas en que se abrasan; 110 igualarn jams
la pena vivsima que &ienten al verse privadas
de la vista clara de Dios. En efecto, aquellas
constituyen la pena de sentido, esta la de dafo; aquellas son limitadas, esta infinita; aquellas privan L.s almas de un bien accidental,
cual es el deleite; por esta carecen de un bien
esencial la bienaventuranza en el cual consiste la felicidad del hombre, y es la po6e6on
beatfica de Dios. Ahora no comprendemos esta pena; pero ella es atroz, incomprensible, infiaita. Ah! pobres Animas! vosotras conocis
Dios, no con un conocimiento oscuro como
nosotros, sino con una luz clara y perfectsiroa: veis que es el centro de vuestra felicidad,
que contiene todas las perfecciones posibles, y
en grado infiuito; sabis que una sola-gota que
caliese en el infierno del ocano infinito de delicias que en s encierra, bastara para extinguir aquellas llamas, y hacer del infierno el

29
Paraso ms delicioso. Comprendis todo eso
perfectsimamente, y as os lanzais hcia aquel
Bien infinito con ms fuerza, que una enorme
pena arrancada do la montaa, se precipita
lo profundo del valle; y no obstante no le podis abrazar ni poseer! Qu penal Qu tormento! Absalon (1) privado solamente dos aos de la amable vista de su padre David, vive desconsoladsimo; nada le alegra, ni riquezas, ni amigos, ni delicias; continuamente suspira por verle, va hasta preferir la muerte
al estar ms tiempo privado de su presencia,
y eso que su padre es un simple mortal: qu
ser, pues, para vosotras el veros privadas de
Dios, y con l de todo bien, de todo consuelo
y felicidad! Preciso fuera sentirlo para formar alguna idea cabal y completa de estado
tan horriblemente angustioso.
Medite etc.
Punto segundo. Si tan terrible pena sienten
las Animas vindose privadas del hermossimo
rostro de Dios; cual debera ser tu desconsuelo, pecador, que vives privado de su gracia y
amistad? Las almas benditas del Purgatorio no
poseen an Dios, es verdad, pero estn seguras de poseerle un da, porque son 6us amigas, hijas y esposas muy queridas. Pero t,
infeliz, sabes que viviendo como vives, no poli) Reg. xvi. v. 24.

30
31
seers jams Dios. Sabes que d sde el mo- res t? qu es lo que quieres? pregunt e! remento en que te rebelaste contra l, perdiste ligioso. Soy, respondi, el piutor que muri
su gracia y con ella la rica herencia de la glo- dias pasados, y dej para obras piadosas lo
ria. Ah! cmo dices Padre, nuestro que ests que haba ganado.Y cmo padeces tanto haen los cielos? Te engaa!-; Dios ya no es tu pa- bienio llevado una vida tan ejemplar, le voldre, ni tu seor, ni tu rey. Sabes quin es tu vi d decir el religioso?Ay! respondi el dipadre y seor? jAy de t! Es el demonio: vo funto, en el tribunal del supremo Juez se leex paire diabolo estis [1]. A l te entregaste > vantaron contra m muchas almas, unas que
pecando; l es tu compaero inseparable; t e- padecan terribles penas en el Purgatorio, y ores su esclavo; si Dios rompiera el hilo delga- tras que ardian en el infierno causa de una
<|o y frjil de tu vida, el demonio se apodera- , pintura obcena que hice instancias de un cajai de t, y arrastrara su presa al fuego del in- ballero. Por fortuna mia se presentaron tamj e p . Ay! crees esto, pecador, y no obstan- bien muchos Santos cuyas imgenes pint, y
dijeron para defenderme que habia hecho aquella
c o n ^ r m e s tranquilo? Dios todopoderoso es tu
o- a o> ^ e n e firmada contra t la sentencia pintura inmodesta en la juventud, que despues
jj a ', denacion eterna; y t en lugar de bo- me habia arrepentido y cooperado a la salvacon una buena confesion, juegas, ries, te cion de muchas almas pintando imgenes de
Santos: y por ltimo, que habia empleado lo
e? .iertes, pasa3 dias, meses, aos, y la vida enra en el pecado? Oh deplorable ceguedad! que habia ganado fuerza de muchos sudores,
Oh insensibilidad ms que de bruto irracional! i en limosnas y obras de piedad. Oyendo el
Juez soberano estas disculpas, y viendo que
Medite, etc. como en lapg 13.
i o s Santos interponan sus mritos, me perdon las penas del infierno, pero me conden
EJEMPLO.
. estar en el Purgatorio mientras dure aquella
.
pintura. Avisa, pues, al caballero D. N que
- a u ?I eS L^ U _ e e f

r i T T on t,IT v 7 1
L J d o a n v m > v<

I l a h e c h e a l f u e s> y i a y d e l s i O lo hace! Y
en prueba de que es verdad lo que digo, sepa
que dentro de poco tiempo morirn dos de sus
hijos. Crey, en efecto, el caballero la visin,
a rr
, ^ 6 a l f u e s l a K m i Z Q es caodalosa, ntes de
dos meses se le murieron dos hijos, v l repa-

r los danos ocasionados en las almas con ricificadle, crucificadle, haced que yo crucifique
gurosa penitencia [1].
mis pasiones, para que junto con las Animas
ORACIONdel Purgatorio logre un dia alabaros eternaA Jess tratado como loco y
mente en la gloria. Amen.
Para ms obligaros os saludamos con cinco
pospuesto d Barrabs.
Padre Nuestros, cinco Ave Maras y un GloQu decais, oh Angeles del cielo, cuando
ria Patri.
veis la Majestad y Sabidura infinita tan
OBSEQUIO.
vilmente despreciada en casa de Heredes y en'
el pretorio de Pilatos? Cmo? Vo?, oh Jess
Maana en sufragio de las benditas almas
mi, vestido de ropa blanca y tratado como lo- del Purgatorio, y en satisfaccin de las palaco! Vos, Rey de cielos y tierra, conducido as bras soberbias, besar tres veces la tierra, y
por ias calles de Jerusalen cargado de oprobios quien quiera humillarse aun ms, puede hacer
ignominias! Vo?, el Ilijo de Dios, pospues- con la lengua tres veces la seal de la cruz en
to al ms vil facineroso! Pero ay de m! yo el suelo.
tambin os he tratado de ncio prefiriendo las
DIA QUINTO.
ocas mximas del mundo vuestra ley sapienPor la seal de la santa cruz, etc.
tsima! Yo tambin ingrato os he abandonado
Seor mi Jesucristo, etc., pg. 9.
y pospuesto un vil inters, un sucio deleite,
Padre celestial, etc. pg. 10.
un puntillo de honra, por un miserable qu
MEDITACION.
dirn. Ay! mereca estar para siempre priva
Jo de vuestra presencia amabilsima; pero ya Remordimientos de una alma del Purgatorio.
que muflisteis por m escarnios tan crueles, teFigrate, cristiano que esto meditas, una
ned compasin de m y de las pobres Animas
alma que haya llevado en este mundo una videl Purg-itorio. S, Jess mi, por e<=as vuesda enteramente semejante la tuya. Que hatras ignominias curad mi loca vanidad y soberya vivido tibia, inmortificada, distrada en los
bia; por aquel grito tremendo que osteis en
ejercicios de piedad como t, sin tener horror
casa del Juez, gritando todos una voz: Crual pecado mortal y al infierno. Supongamos no
ob3tanto que haya tenido la dicha (no sabes si
[ l ] P. Joseph. Jes. M. lib. 1 , cap. 9; t la tendrs), de hacer una buena confesion,
Monead:. Decam. Cath.. p. 125.
morir en gracia, ir al Purgatorio. Qu pen-

sar en aquel horrible fuego entre penas y tormentos tan espantosos? Ay! dos pensamien- I
tos la afligirn sobremanera.
Primer pensamiento. Yo pude librarme de
estas pmas, y no quise. Yo mismo he encendido estas llamas! 'Yo soy la causa de estas
penas atrocsimas! Dios no hace ms quo ejecutar la sentencia que yo en vida pronunci
contra m misma. Qu medios no me habia Y
proporcionado para ahorrarme estos tormentos! [
Caricias, amenazas, beneficios, todo lo habia agotado: gracias singularsimas de inspiraciones, J
buenos ejemplos, libros piadosos, padres vigilantes, celosos coufesores y maestros, predicadores fervorosos, remordimientos continuos,
todo lo habia empleado. Mas qu locura tan
grande la mia! Por no privarme de un pasatiempo frivolo, por ir al sarao, por divertirme
jugar con tal compaa, por no abstenerme
de una mirada, de un vil gusto, de una vana
complacencia, por no querer callar un defecto
del prjimo me sujet voluntariamente tant a s pena y tormentos! Me lo decian todos los
aos, me lo predicaban y repetan, pero yo no
hacia caso
Dichoso Pablo primer ermitao, dichosos Domingos, dichosas Gertrudis, Escolsticas y tantos otros santos, que, habiendo
satisfecho la Justicia divina en el mundo, subisteis al oielo sin pasar por el Purgatorio! Yo
podia hacer lo quo vosotros, pero no quise! Oh
ocuras mundanas, oh conversaciones frivolas, oh

pasatiempos, oh vanidad, y qu caro me costis


ahora! Oh amarga memoria! Estoy sufriendo
penas y tormentos acerbsimos, y yo los he querido! Podia tan fcilmente evitarlos, y no
quise.
Medite, etc.
Segundo pensamiento que aflige, oh cristiano,
aquella alma que vivi enteramente como t
vives. Yo querra poder ahora librarme del
purgatorio, y no puedo. Oh! si pudiera yo ahora volver al mundo, dir cada una de aquellas
Animas, con qu gusto me sepultara en los desiertos con los Hilariones y Arsenios! Hara
penitencias ms espantosas que las de un Ignacio en la cueva de Manresa, que las de un
Simn Estilita y de un san Pedro de Alcntara; pasara las noches enteras en oracion como
los Antonios, Basilios, Gernimos; me arrojara los estanques helados, y me revolcara
entre espinas como los Bernardos, los Benitos
y los Franciscos; haria
Ay pobres infelices almas! No era necesario nada de eso: con
mucho mnos podais apagar esas abrasadoras
llamas; sin hacer ms que lo que hacais cada
dia, pero hacindolo con perfeccin, evitabais
esos tormentos. S, los mismos Sacramentos,
pero recibidos con mejores disposiciones; las
mismas Misas, pero odas con recogimiento y
atencin; las mismas devociones, pero practicadas con ms fervor; las mismas mortificaciones, ayunos y obras da misericordia, pero he

chas con mnos ostentacin, nicamente por agradar Dios, no slo os hubieran librado de
esas penas sino que os habrian acelerado vosotras y muchas otras almas la posesion del
reino de los cielos. Ahora no os cansis; vuestros deseo3 son intiles: ya no es tiempo de
merecer; ya es llegada para vosotras aquella
noche [1] intimada por san Juan, en la que.
nadie puede hacer obra alguna meritoria; ahora es necesario sufrir, y sufrir penas inexplicables, y sufrirlas sin ningn mrito
Y yo
lo he querido!
Pude tan fcilmente evitar estos tormentos, y no quise!
Dichoso cristiano que oyes esto! T tienes
tiempo todava; aquella noche tenebrosa no es
aun llegada para t. Y perders dias tan preciosos? No tomars la seria resolucin de confesarte bien y enmendar tu vida?
Medite, etc., como en la pg. 13.
EJEMPLO.
Estaba santa Brgida en altsima contemplacin, cuando fu llevada en espritu al Purgatorio [2]. All vi entre otras una noble doncella, y oy que se quejaba amargamento de
su madre por el demasiado amor que le habia
tenido, pues en vez, decia, de reprenderme y
sujetarme, ella me proporcionaba modas, no[1] Joan, ix v. 4.[2] Revel. S. Brig., lib.
6 cap. 52.

vios. me excitaba ir los bailes, saraos,, teatros,


y hasta me engalanaba ella misma. Es verdad
que me enseaba algunas devociones; pero qu
gusto podan dar estas Dios, yendo mezcladas con tanto galanteo y profanidad? No obstante, como la misericordia del Seor es tan
grande, por aquellas pocas devociones que hacia, me concedi Dios tiempo para confesarme
bien y librarme del infierno. Pero ay qu penas estoy-padeciendo! Si lo supieran mis amigas, qu vida tan distinta llevaran! Mi cabeza,
quontes ataviaba con dijes y vanidades, ahora
est ardiendo entre llamas vivsimas; las espaldas y brazos, que llevaba descubiertos, los tengo ahora cubiertos y apretados ccn hierros de
fuego ardiendo; las piernas y pis que adornaba para el baile, ahora son atormentados horriblemente; todo mi cuerpo; en otro tiempo tan
pulido y ajustado, ahora se halla sumergido
en toda clase de tormentos (1). Cont la santa esta visin una prima de la difunta muy
entregada tambin la vanidad, y esta cambi
(l) x Aunque los cuerpos no van el purgatorio, es cierto no obstante que las almas sufren
lo mismo que si estuviesen unidas con ellos. Y
as el rico Epuln podia muy bien experimentar aquella sed de que nos habla el Evangelio:
tanto ms, que aun en esta vida mortal no es
propiamente el cuerpo, sino el alma la que
siente el dolor.

39
88
de vida en trminos, que entrndose en un con*, lacion de Jess y los dolores de su Madre san-

vento de muy rigurosa observancia, procur con tsima. Amen.


.

rigidsimas penitencias reparar sus desrdenes


Os lo pedimos diciendoos cinco Padre uuespasados, y auxiliar su parienta que estaba iros, cinco Ave Maras y un 6-lona PMi.
OBSEQUIO.
padeciendo tanto en el Purgatorio.
;
ORACION

Maana no comer fuera de las horas acostumbradas, hacer alguna mortificacin corpo Jesus azotado la columna.
r
ral en sufrajio de las benditas Animas del PurOh Jesus amabilsimo! Vos desnudo y azo- gatorio.
DIA SEXTO.
tado por m! Vos, la inocencia y santidad infinita, despedazado por mi amor con cinco mil
Por la seal de la sania cruz, etc.
y tantos azotes! Ay! Qu extrao es, se paSeor mi Jesucristo, etc., pg. 9.
guen caro en el Purgaterio los gustos del pePadre celestial, etc., pg. 10.
cado, si as pagais Vos en vuestro pursimo
MEDITACION.
cuerpo las sensualidades del mo! Ay infeliz
Paciencia y resignacin de
de m! Yo soy quien he pecado: yo mereca elas benditas Animas.
se castigo tan humillante y riguroso; y no obstante, ljos de mortificar mis apetitos, y de
Punto primero. Es verdad que las almas del
castigar con penitencias una carne impura, no Purgatorio padecen imponderables penas y sin
busco sino delicias y regalos. Mas no ser asi ' mrito; pero las padecen con una paciencia y
en adelante, dulcsimo Jesus. Caiga sobre mi resignacin admirables. Conocen Dios con luz
corazon una gota de esa Sangre preciosa, y a- perfectsima, le aman con amor pursimo, y de
rrepentido abrazar la mortificacin, y quedar sean ardentsimamente poseerle; pero al ver
todo encendido en vuestro santo amor. Y Vos, BUS faltas, bendicen y adoran la mano justa y
Padre celestial, ya que vuestro Hijo santsi- amorosa que las castiga. Oh! Y con cunta
mo satisfizo sobreabundantemente vuestra ms resignacin que los hermanos de Jos exdivina Justicia, perdonad mis culpas, usad de claman: mrito hcec patimur [1]! Con mucha
clemencia con las benditas Animas del purga- razn nos castigais, Seor, pues pecando un
torio, aceptad en sufrajio de ellas todo cuanto
[ 1 ] Gen. XLTI, v . 2 1 .
yo sufriere en este da, aceptad la cruel lage-

40
da no temimos vuestro poder y justicia, frustramos los designios de vuestro amor y sabidura, despreciamos vuestra Majestad y grandeza, y ofendimos vuestras perfecciones infinitas.
Justo es que seamos castigadas. Hombres sin
conocimiento de la verdadera religin fueron
agradecidos sus bienhechores; Faran hizo
Jos virey de Egipto porque le interpret un.
sueo misterioso (1); Asuero elev Mardoqueo los primeros empleos de la Persia (2),
porque le descubri una conspiracin; hasta ios
osos, leones y otras fieras indmitas agradecidas defendieron sus bienhechores; y nosotras,
criadas vuestra imgen, redimidas con vuestra sangre, honradas con bienes- de fortuna y
exaltadas con tantos dones de gracia, ingratas
ay! os abandonamos en vida. S, purificaduos
en este fuego; por acerbas que sean nuestras
penas, bendeciremos y ensalzaremos vuestra
justicia y misericordia infinita; j'ustus es, Domine, et rectum judicium iuum. (3)
Todava ms: tanta es la fealdad del pecado, por leve que sea, que si Dios abriera estas almas las puertas del cielo no se atreveran
entraren l manchadas como estn, sino que
suplicaran al Seor las dejase purificarse primero en aquellas llamas. No de otra manera
que una doncella escogida para esposa de un

4 1

gran monarea, si el dia de las bodas apareciese una llaga asquerosa en su rostro no^e atrevera presentarse en la corte, y suplicara al
Rey que dilatase las bodas hasta que estuviera perfectamente curada. Oh pecado, por leve que parezcas, qu grave mal sers, cuando las mismas almas preferiran los horrores
del purgatorio entrar en el cielo con la menor sombra de tu mancha!
Medite, etc.
' Punto segundo. Mira si puede darse, cristiano, locura mayor que la tuya. Te reconoces
deudor la Justicia divina de penas horribles
por los enormes pecados que cometiste en la
vida pasada, y por las innumerables faltas en
que al presente caes todos los dias. Sabes que
no basta confesarte; que la absolucin borra,
s, la culpa, mas no condonndose toda la pena, es preciso satisfacer la Justicia divina,
en este mundo en el otro; y no obstante
jams te cuidas de hacer penitencia. Ahora podas expiar tus culpas fcilmente y con tanto
mrito tuyo; una confesion bien hecha, una
Misa bien oida, un trabajo sufrido con paciencia, una ligera mortificacin, una limosna, una
indulgencia, un Via-Crucis hecho con devocion,
podia excusarte espantosos suplicios; y t todo
lo descuidas, todo lo dejas para la otra vida. Ah Has olvidado por ventura cun ho(1) Gen. XLI.(2) Esth. vi.(3) Ps. cxvm. rribles son, y por cunto tiempo duran aquellos tormeutos? No sabes que, segn afirman
v. 147.
11

Varios autores, fundados en revelaciones muy


respetables, varias de aquellas almas han estado siglos enteros en el purgatorio, y otras estarn all hasta el dia del juicio final?
Insensato! Las Animas, dice san Cirilo de
Jerusalen, mejor querran sufrir hasta el fia
del mundo todos los tormentos de esta vida,
que pasar una sola hora en el purgatorio; y t.
quieres ms arder siglos enteros en el purgatorio, que mortificarte en esta vida un solo momento! Oh espantosa locura!
Medite etc., como en la pg. 13.
EJEMPLO.
Haba en Bolonia una noble viuda que tenia un hijo nico y muy querido. Estando un
dia divirtindose con otros jvenes, pas un extranjero y les interrumpi el juego. Reprendile speramente el hijo de la viuda y resentido el extranjero, sac un pual, se lo clav
en el pecho, y dejndole palpitando en el eue-'
lo hech huir calle abajo con el pual ensangrentado en la mano, y se meti en la primera
casa que encontr abierta. All suplic la seora que por amor de Dios le ocultase; y ella,
que era precisamente la madre del jven asesinado, le escondi en efecto. Entretanto lleg la justicia buecando al asesino, y no hallndole all, sin duda, dijo uno de los que le buscaban, no sabe esta seora que el muerto es su
hijo; pues si lo supiera, ella misma nos entre-

caria el reo que indudablemente debe estar aqu Poco falt para que la madre muriese de
sentimiento al oir estas palabras. Mas cobrando luego nimo y conformndose con la voluntad divina, no slo otorg perdn al que haba
muerto su nico y estimado hijo, sino que le
entreg todava una cantidad de dinero y el caballo del difunto para que huyese con ms prontitud, y luego le adopt por hijo. Pero cun
agradable fu Dios esta generosa conducta!
Pocos dias despues estaba la buena seora haciendo oracion por el alma del difunto, cuando
de pronto se le apareci su hijo todo resplandeciente y glorioso, y le dijo: Enjugad, madre mia, vuestras lgrimas, y alegraos, que me
he salvado. Muchos aos tenia que estar en el
purgatorio, pero vos me habis sacado con las
virtudes hericas que practicsteis perdonando y haciendo bien al que me quit la vida.
Ms os debo por haberme librado de tan horribles penas, que por haberme dado luz. Os
doy las gracias por uno y otro favor: adis, madre mia, adis: me voy al cielo, dnde ser dichoso por toda la eternidad. (1)
ORACION
Jess coronado de espinas.
Oh amabilsimo Redentor mi! Los pecadores se coronan de rosas, los reyes de la t i e (1) Seeri, Crist. instr., disc. 20.Nicius

rra cien coronas de diamantes y perlas, y Vos,


Rey inmortal de los siglos, estis coronado de
espinas! Oh si esa vuestra corona se clavase
en mi cabeza para arrancar de una vez la soberbia y los malos pensamientos! Oh ei lo
menos una de esas espinas atravesara mi conciencia y no me dejara reposar hasta que huviese mudado de vida! No quiero ya ms, SeL
or, coronarme de flores en este mundo, sino
de espinas por vuestro amor. Y Vos, Padre L
misericordiossimo, aceptad en sufrajio de las
pobres almas del purgatorio aquellas befas, humillaciones y dolores acerbsimos que sufri
vuestro amable Hijo cuando le coronaron de
espinas. Por aquellas asquerosas salivas que
reciba, por aquellos escarnios con que le ultrajaban, por aquella sangre que corria de su cabeza santsima fuerza de los cruelsimos golpes que sobre las espinas le daban, por aquel
dolor que atrabes el corazon de su angustiadsima Madre, aliviad, os suplico, las afligidas
almas del purgatorio, y concededles pronto la
corona incorruptible de la gloria. Y para alcanzar de V03 esta gracia diremos cinco Padre
Nuestros, cinco Ave Maras y un Gloria Patri.

OBSEQUIO.
En sufrajio de las nimas del purgatorio aplicar las muchas indulgencias que se pueden
ganar diciendo devotamente entre dia: Jess,
Jos y Mara os doy el corazon y el alma tnia.

45
DIA SETIMO.
Por la seal de la santa cruz, etc.
Seor mi Jesucristo, etc., pg. 9.
Padre celestial, etc., pg. 1 0 .
MEDITACION.
Descuido

de los mortales en aliviar las


Animas del purgatorio.

Punto primero. Pobres almas! Estn padeciendo tormentos y penas inexplicables; no


pueden merecer, ni esperar alivio sino de los vivos; y estos, Dgratos, no se cuidan de ellas!
Tienen en el mundo tantos hermanos, parientes y amigos, y no hallan como Jos (1), un
Rubn piadoso que las saque de aquella profunda cisterna. Sus tinieblas son ms dolorosas que la ceguedad de Tobas; y no encuentran un hijo que les d la vista tan deseada para contemplar el rostro hermossimo de Dios (2).
Se abrasan en una sed ms ardiente que la de
Isaac; y no hallan una oficiosa Rebeca (S) que
se la alivie. Son infinitamente ms desgraciadas que el caminante de Jeric (4), y el paraltico (5) del Evangelio; mas no hay un Samaritano ni otra persona que compasiva las consuele. Pobres almas! Qu tormento tan grande
ser para vosotras este olvido de los mortales!
Podran tan fcilmente aliviaros y libertaros del
purgatorio; bastara una misa, una comunion,
(1) Gen. XXXVII.(2) Tob. x i . ( 3 )

xxvi,(4) Le. x . ( 5 ) Joan. v.

Gen7

un Via-Crucis, una indulgencia que os aplica-,


sen; y nadie se cuida de ofrecrosla!
Y quines son estos ingratos? Ah! son vuestros mismos parientes y amigos, vuestros herederos, vuestros hijos mismos.... Ellos se aumentan y recrean con los bienes que les dejasteis, y ahora desconocidos no se acuerdan ya
de vosotras. Tal vez por haberlos estimado y ,
complacido demasiado, por haberlos enriquecido por usuras y otros medios ilcitos ardis en
esas llamas; y los ingratos se divierten sin compadecerse ni acordarse de vuestras penas.... Po-1
bres almas! Con cunta ms razn que David
(1) podis decir: si un extrao que no hubiese
j a m s recibido ningn favor de mi mano, si un
enemigo me tratara as, aunque fuera sensible,
podra soportarse con paciencia; pero tu hijo
mi que me debes tantos benficios y te sustentas y regalas con el sudor de mi rostro; t u hija
mia, por quien pas tantos dolores y malas no-,
ches; t esposo, t, esposa mia, que tantas pruebas recibiste de mi amor, y fuiste objeto def
mis desvelos incesantes, y blanco de mis favores que t me trates as, que descuidando los
sufrajios que tanto te encargu, me dejes en
este fuego sin querer socorrerme, ah! esta si
que es ingratitud y crueldad superior toda
ponderacin.
Medite etc.

Punto segundo. Pobres almas! Pero ms


pobres infelices eermos nosotros, si no las
socorremos. Acurdate, gritan los difuntos, de
como yo he sido juzgado, porque asimismo lo
sers t: m ayer, t hoy (1). T tambin
sers del nmero de los muertos, y tal vez muy
pronto. Y por rico y poderoso que seas qu
sacars de este mundo? Lo que nosotros sacamos, y no ms, las obras. Si son buenas, qu
consuelo! Si malas, qu desesperacin! Como
t hayas hecho con nosotros, contigo harn: es
decir, que si ahora eres duro insensible con
las benditas Animas, duros insensibles sern contigo los mortales, cuando t hayas dejado de existir. Y no es este el parecer de un
sabio, es el orculo de la sabidura infinita que
nos dice por San Mateo (2): Con la mima medida que midiereis, seris medidos. S, del ma
mo modo que nos hubisemos portado con las
almas de nuestros prjimos, se portarn los
mortales tambin con nosotros; y, ay de aquel
que no hubiese usado de misericordia! pues le espera, dice el apstol Santiago, unjuieio sin misericordia (3). Y no tiemblas t, heredero y
testamentario insensible para con los difuntos?
Si el Juez supremo lleno de indignacin arroja al infierno al que niega la limosna un pobre que tal vez era enemigo de Dios por el pe-

v.

(1) Eccli. X X X V I I I , v. 23.(2) Matth.


2. (S) Jacob, XT, v. 13.

m.

tan poco precio, uno de tus soldados te quitar corona, fama y vida, acabando con toda
tu familia. En efecto, pocos dias despues se le
insurreccion el ejrcito proclamando Focas
por emperador. Mauricio, fugitivo, se embarca
EJEMPLO.
en una pequea nave con algunos pocos que le
Derrotado por Cayano (I) el ejrcito deMauseguan, mas en vano; furiosas las olas le arroricio, y hechos prisioneros gran nmero de sus
jaron la playa, y llegando los partidarios de
soldados, Cayano pide al Emperador una mo- Focas le atan l y cuantos le seguan, y los
neda, y no de muy subido valor, por el rescallevan Eutrpia, en donde oh padre infeliz',
te de cada prisionero. Mauricio se niega dardespues de haber visto con sus propios ojos la
la. Cayano le pide entneos una de mnos vacruel carnicera que hicieron de cinco hijos sulor, y habindosela tambin rehusado, exige,
yos. fu muerto ignominiosamente, y no se papor ltimo, una nfima cantidad, la que no has mucho tiempo sin que lo restante de su fabiendo podido lograr tampoco, irritado el brmilia sufriese la misma desgracia. [1]
baro manda cortar la cabeza todos los soldaAh, cristianos, que ois esto, no son unos podos imperiales que tenia en su poder. Mas qu
bres soldados, 6no nuestros propios hermanos
sucedi? Pocos dias despues Mauricio tuvo uy vuestros propios padres, que han caido prina espantosa visin. Citado al tribuaal de Dios
sioneros de la Justicia divina. Este Dios miseveia gran multitud de esclavos que arrastraban
ricordioso pide por su rescate una muy pequepesadas cadenas, y con horrendos gritos pedian 1
a moneda, de gran valor, es verdad, pero muy
venganza contra l. Oyendo el Juez supremo
fcil de dar. Qu moneda es esta? Una buena
tan justas quejas se vuelve Mauricio y le pre- j
comunin. Y seris tan duros que se la negunta: dnde quieres ms ser castigado,, en esgueis
? Tan insencibles sereis la felicita en la otra vida? Ah, benignsimo Seor, v
dad de las Animas y vuestros propios inresponde el prudente Emperador, prefiero ser
tereses?
castigado en este mundo. Pues bien, dijo el
ORACION
Juez, en pena de tu crueldad para con aquellos
Jess llevando la cruz cuestas.
pobres soldados, cuya vida no quisiste salvar
Oh dulcsimo Jess, y qu sensible habr
(1) Otros le llaman Cairo,-y Petavio Chaga[1] Nicforo.
nus rey de los Avaros, pueblos de Hungra.

cado, con cunta justicia y rigor condenar al


que niegue sus amadsimas esposas los legados y sufrajios de los bienes que heran suyos?
Medite etc., como en la pg. 13.

sido tu corazon mi olvido indiferencia para


con las almas del Purgatorio, pues tanto las a-'
mas por una parte, y por otra eres tan caritativo, pue cuando subas la montaa del Calvario olvidaste t u dolor acerbsimo para consolar
aquellas piadosas mujeres que lloraban tu suerte! ;Oh, apleque tu ira, oh Padre celestial,- esta caridad inmensa de tu Hijo santsimo! Acep- y
ta los dolorosos pasos que da oprimido con el enorme peso de la cruz: acepta las tres lastimosas r
cadas que hace, los escarnios y golpes cruelsimos que sufre con el sudor y sangre que de-
rrama por nuestro amor. Yo te lo ofrezco todo
en remisin de mi poca paciencia en los trabajos, y en sufragio de las pobres almas del Purgatorio. Ah! Compadcete de sus lgrimas, enjgalas, oh Padre clementsimo, y haz que dichosos participen cuanto ntes de la gloria de
tu rostro divino en la patria celestial. Amen.
Digamos cinco Padre nuestro, cinco Ave Mara y un Gloria Pairi para alcanzar esta r
gracia.
-OBSEQUIO.
El mayor sufrajio que reclaman las bendi-,
tas Animas, el ms necesario para nosotros y
el ms acepto Dios, es hacer una buena confesin, sin callar nada al confesor.
D I A OCTAVO.
Por la seal de la santa cruz etc.
Seor mi Jesucristo, etc., pg. 9Padre celestial, etc., pg. 10.

MEDITACION.
Como recompensar el Seor los devotos
de las benditas Animas.
Punto primero. Supongamos, oh alma cristiana que movida de estas meditaciones haces
una sincera y dolorosa confesion, y ganando la
indulgencia plenaria de este santo Novenario,
sacas una alma de la horrenda prisin del purgatorio. Ay, y qu grande ser tu dicha! S
perseveras, qu galardn tan grande recibirs
en el cielo! Si los reyes de la tierra, siendo mortales miserables, recompensan con tanta munificencia al que libra uno de sus vasallos de
un gran peligro, expone su vida sirviendo generosamente los apestados; cmo pensamos
nosotros premiar el Seor al que haya sacado
una ms almas de las abrasadoras llamas del
purgatorio? Decid, padres y madres: si aquel
hijo que es la nia de vuestros ojos cayese en
un rio en el fuego, y un hombre generoso os
le sacara y presentara vivo, cmo se lo agradecerais? Si vosotros fueseis ricos y poderosos,
y l pobre, cmo le premiarais? Ahora bien,
qu tiene que ver el cario del padre ms amoroso con el amor que Dios profesa aquellas almas, que son sus hijas y esposas muy amadas? Qu son todos los peligros y males de
este mundo, comparados con las espantosas penas del purgatorio? Y qu comparacin hay entre
el poder y la generosidad de un miserable mor^

tal y el poder y la generosidad infinita de Dios, habis aliviado con el pan de vida de mi sacraque promete un inmenso premio de gloria por tsimo Cuerpo: moran de sed; y oyendo hala visita hecha en su nombre un enfermo, ciendo celebrar Misas las habis dado beber
por el vaso de agua dada un pobre por su a- mi Sangre preciossima: estaban desnudas; y
mor? ;Ah, cristiano! yo miro, casi dir, como con vuestras oraciones y sufrajios las habis
asegurada tu salvacin, si logras sacar una so- vestido con una estola de inmortalidad: jemian
la alma del purgatorio. Y no hars lo posible en la ms triste prisin; y con vuestros mripara salvarla?
v tos indulgencias las habis sacado de ella.
Medite, etc.
Y no es precisamente las Animas quienes
Punto segundo. No pienses, alma cristiana, habis hecho estos favores; m me los habis
ser esta una reflexin piadosa; es promesa for- hecho, mihi fecistis [1]; pues todo cuanto vomal de Jesucristo, verdad eterna que no pue- sotros hicisteis por ellas, yo lo miro por tan
de faltar su palabra. No nos dice en tu sa- propio, como si lo hubiseis hecho para m mis, grado Evangelio, bienaventurados los misericor- mo. Por lo tanto venid, benditos de m Padre
diosos, porque ellos alcanzarn misericordia? celestial, recibir la corona de gloria que os
Fundado en estas palabras infalibles yo hasta est preparada en el cielo. Y no querrs, crisahora, dice el Padre san Gregorio, no s que tiano, lograr tanta dicha? Pues en tu mano
que se haya condenado ninguno que hubiese u- est.
sado de misericordia con el prjimo. Ah! Dios
Medite, etc., como en la pg. 13.
quiere mucho las almas; todo cuanto se hace,
EJEMPLO.
por ellas lo mira, agradece y premia como si k*
l mismo se le hiciese. En verdad os digo, que
Tenia una pobre mujer napolitana una nutodo cuanto habis hecho con uno de estos pe
merosa familia que mantener, y su marido
queos hermanos mios, lo habis hecho conmigo., encerrado por deudas en la crcel [2]. Redu[1] Ah! dichosos cristianos, si socorris cida la ltima miseria present un memorial
las pobres A nimas del Purgatorio; venid, os di- manifestando un gran Seor su infeliz estar un dia nuestro liberelsimo Juez, venid, do y posicion; pero no logr con todas la splibenditos de mi Padre celestial: aquellas pobres cas ms que una peseta. Desconsolada entra
almas tenan hambre; y vosotros comulgndolas
[1] Matth. xxv, v. 4 0 . [ 2 ] Greg. Carfo[1] Mattb. xxv, v. 40
ra, De fortuna hominis, lib, 1, cap. 9.

en la iglesia, y encomendndose Dios 6enta


una fuerte inspiracin de mandar decir la Misa por las Animas con aquella peseta, y poner
toda su confianza en Dios, nico consuelo de
los aijidos. ;Caso extrao! Oida la misa se
volvia casa, cuando encontr un anciano venerable que llegndose ella le dijo: Qu tienes, mujer? Qu te sucede? La pobre le explic sus trabajos y miserias. El anciano consolndola le entreg una carta, dicindola que
la llevase al mismo Seor que le habia dado la
peseta. Este la ley, y cul fu su sorpresa
cuando vi la letra y firma de su amantsimo
padre ya difunto? Quin os ha dado esta carta? No le conozco, respondi la mujer, pero
era un anciano muy parecido ese retrato, solo quo hacia la cara ms alegre. Lee de nuevo
la carta, y observa que le dicen: Hijo mi
muy querido, t u padre ha pasado del purgatorio al cielo, por medio de la Misa que ha man-.
dado celebrar esa pobre mujer. Con todas ve- *
ras la recomiendo tu piedad y agradecimiento; dale una buena paga, porque est en gra-'
ve necesidad. El caballero, despues de haber *
leido y besado muchas veces la carta, regndola con copiosas lgrimas de ternura; vos, dice la afligida mujer, vos con una pequea limosna habis labrado la felicidad de mi estimado padre; yo ahora har la vuestra, la de
vuestro marido y familia. En efecto, pag sus
deudas, sac al mari lo de la crcel, y tuvieron

siempre de all en adelante y con abundancia


todo cuanto necesitaron. As recompensa Dios
aun en este mundo los devotos de las benditas Animas.
ORACION
Jess clavado en la cruz.
De qu trabajos puedo yo quejarme, Jess
dulcsimo, cuando os contemplo clavado en la
cruz, desamparado de vuestro Padre celestial,
padeciendo la ms cruel sed y agona por mi
amor? Cmo no esperar cuando por todas esas llagas abiertas, como por otras tantas bocas volcanes de amor, gritis misericordia y
perdn? S, alintate, pecador; pronto est Dios
borrar tus culpas pasadas: alentaos tambin
vosotras, almas benditas del Purgatorio, ya se
acerca la hora de vuestro rescato y de vuestra
libertad. Maana con la comunion general 6er el dichoso dia de vuestra redencin. Oh!
haced que as sea, dulcsimo Jess; moved el
corazon de estos fieles para que no nieguen es-'
te sufrajio las Animas, apagad la sed ardentsima que esas almas tienen de veros, de gozaros, de reinar con Vos y bendeciros por siglos infinitos. Amen.
Cinco Padre nuestros, cinco Ave Maras y
un Gloria Patri para alcanzar esta gracia del
Seor.
OBSEQUIO.
Hacer una limosna en sufrajio de las Animas del Purgatorio.
.
n

9045-18

cunta alegra est diciendo cada da una de ellas: dichosas confesiones y comuniones, dichoPor la seal de la santa cruz, etc.
sas las Misas que oia, las limosnas, oraciones,
Seor mi Jesucristo, etc., pg. 9.
penitencias y obras buenas que yo practicaba,
r
Padr celestial, etc., pg. 10.
dichosas las burlas y escarnios que yo sufra
por ser devota! Y con qu magnificencia paMEDITACION.
gais Seor, hasta los sacrificios ms pequeos
Agradecimiento de las benditas Animas
y miserables que se hacen por vuestro amor! Y
para con sus devotos.
no querrais, cristiano, la misma dicha para t?
Pues
pelea contra las pasiones, que sin pelear no
Punto primero. Ved aqu el dia feliz: hoy
se
alcanza
victoria: que sin pena no hay felicidad.
con las numerosas comuniones y sufrajios que
Medite, etc.
los fieles han ofrecido al Seor no slo en esta,'
Punto segundo. Y qu dicha, cristianos, la
sino en tantas otras iglesias; muchas de aquevuestra,
si habis logrado libertar alguna de
llas alna9, ayer tan aflijidas y desgraciadas,
aquellas almas! El cielo debe vuestros sufrahan pasado ser dichosos habitantes y prncijios
el nuevo regocijo y la nueva gloria accidenpes felicsimos de la Corte celestial. Ya ven
tal
que
ahora experimenta. Y aquellas almas
cara cara la hermosura y majestad infinita;
dichosas
os deben la libertad, y con ella la poya poseen aquel Dios que en s contiene cuansesin de una felicidad infinita. Qu splicas,
to hay de amable, de grande, delicioso y perpues,
tan fervorosas no harn Dios por vofecto. Su entendimiento, no puede ya conocer
sotros?
En qu necesidad podris encontraros
ms verdades, su corazon no puede experimen-'
tar ya ni ms alegra, ni ms suavidad, ni ms. que no cuiden de socorreros? Qu empeo no
dicha. Ay, si tu pudieses, amado cristiano, | pondrn en conseguiros las gracias necesarias
penetrar hoy en aquella dichosa patria, y con-K para vencer las tentaciones, adquirir las virtudes y triunfar de los vicios? Y si alguna vez
templar el trasporte de aquellos bienaventuraos viesen en peligro de pecar y de caer en el
dos! ;Qu enhorabuenas, qu abrazos se dan
infierno; con cunto ms celo que el pueblo
tan amorosos! Qu cnticos entonan en accin
de Israel lo hizo en favor de Jonatas [1], dide gracias al Dios de las.misericordias, y los
ran al Seor: y permitiriaii, oh gran Dios, que
jenerosos cristianos que las han sacado del purgatorio! Oh cmo dan por bien empleadas
[1] Reg, xiv, v. 45.
las penas que en este mundo padecan! Oh con
DIA NONO.

58
se perdiese eternamente un cristiano que me ha li- ;
brado m d e tan horribles penas? No prometisteis que alcanzaran misericordia los que hubie sen usado de misericordia (1) con el prjimo? Y
consentirais ahora que cayese en el infierno aquel que con sufrajios me habri las puertas
del cielo? Ah dichoso cristiano, cunto envidio
tu dicha! Persevera y da por segura la palm .
de la gloria.
--^Mr
Medita, etc., como en la pq. 13.
'
EJEMPLO.
Santa Gertrudis (2), aquella esposa tan re- f
galada del Seor, habia hecho donacion de todos sus mritos y obras buenas las pobres
Animas del purgatorio; y para que sus sufrajios tuviesen ms eficacia y fuesen ms aceptos Dios, suplicaba su divino Esposo le manifestase por qu alma quoria que satisfaciese.
Se lo otorgaba su Divina Majestad, y la Santa
multiplicaba oraciones, ayunos, cilicios, disci-
plinas y otras penitencias hasta que aquella alma '
hubiese salido del purgatorio. Sacada una, pe- ^
dia al Seor le sealase otra, y as logr librar
muchas de aquel horrible fuego. Siendo ya 't
la Santa de edad avanzada, le sobrevino una '
fuerte tentacin del demonio, que le decia: Infeliz de t! Todo lo has aplicado las Animas
del purgatorio, y no has satisfecho todava por
(1) Matth. v, v. 7.[2] Dionis. Carthnsa
lib. 4 de Novia., cap. 64.

59
tus pecados! Cuando mueras, qu penas y tormentos te aguardan! No dejaba de acongojarla;este-pensamiento-, cuando se la apareci Cristo Seor nuestro, y la consol diciendo: Gertrudis, hija ma muy amada; no temas: los sufrajios que ha9 ofrecido las Animas del purgatorio, me son muy agradables: tu no has perdido cada; pues en recompensa, no slo te perdono las penas que all habas de padecer, sino que aun aumentar tu gloria de muchsimos
grados. No habia yo prometido dar el ciento
por uno, y pagar mis fieles servidores con
[1] medida buena, apretada y abundante? Pues
miT8i-'yo har que todas las almas libertadas
con tus oraciones y penitencias te salgan re
cibir con muchos Angeles la hora de la muerte, y quo acompaada de este numeroso y brillante cortejo de Bienaventurados, entres en el
triunfo de la gloria.
ORACION.
d las benditas Animas libertadas del purgatorio
por los sufragios ofrecidos durante
el novenario.
Oh almas dichosas y felices, quienes nuestro dulcsimo Jess acaba hoy de admitir en
su patria celestial! Os felicitamos y damos, en
nombre de toda la Iglesia, mil enhorabuenas
por esta dicha tan grande. Unimos nuestra alegra con la vuestra, y con la de los Angeles
(1) Luc. iv, v. 38.

60
y Serafines; juntamos nuestras acciones de gra- das nuestras obras satisfactorias en sufrajio de
cia con los cnticos y alabanzas que vosotras
estas pobrecitas Animas.
cantaris al Criador por tan inestimable beneficio. S, almas santas y dichosas, alegraos, ya
LAMENTOS D E LAS BENDITAS
se han acabado para vosotras las penas y trisANIMAS D E L PURGATORIO.
tezas, las aflicciones y trabajos, los peligros y
tentaciones de esta miserable vida. Slo os queRomped, romped mis cadenas,
da una eternidad de descanso, de alegra, de
Alcanza dme libertad;
delicias y de bienaventuranza infinita. Qu
Cuan terribles son mis penas!
dicha tambin la nuestra, si con estos sufrajios
Piedad, cristianos, piedad!
os hemos acelerado la posesion de tanta gloria!
Una chispa que saliera
S, triunfis en el cielo, pero no haris como a- ~
De este fuego tenebroso,
quel copero ingrato de Faran hizo con Jos
Montes y mares furioso
(1); no olvidareis vuestros pobres hermanos
En un punto consumiera:
que militamos aun en este valle de lgrimas:
Ya que podis, estas llamas
echad una mirada compasiva sobre nosotros;
Compasivos apagad. Cun, etc.
mirad cuntos peligros estamos expuestos, de
Con mas acerbo dolor
cuntos y cun fieros enemigos nos vemos roAl rprobo en el infierno
deados. Ahora que sois tan poderosas delante
No atormenta en fuego ecerno
de Dios, interceded por nosotros para que sa-.
La justicia del Seor:
liendo fieles y constantes en su servicio, podaVuestra deuda con la ma
mos en vuestra compaa alabarle y glorificar- k
Con tiempo cautos pagad. Cun, etc.
le un dia eternamente.
Tendrn trmino mis males:
Cinco Padre nuestros, cinco Ave Maras y V
Oh dulcsimo consuelo!
un Gloria Patri las cinco llagas de Cristo
Mas cundo alzar mi vuelo?
Seor nuestro en sufrajio de las benditas alAy! son siglos eternales,
mas del purgatorio.
Los instantes que trascurren
Sin ver, oh Dios, tu beldad. Cun, etc.
OBSEQUIO.
Mil veces necio de m!
Formar una firme resolucin de ofrecer toPor un instantneo gusto
En tu3 manos, oh Rey justo,

60
y Serafines; juntamos nuestras acciones de gra- das nuestras obras satisfactorias en sufrajio de
cia con los cnticos y alabanzas que vosotras
estas pobrecitas Animas.
cantaris al Criador por tan inestimable beneficio. S, almas santas y dichosas, alegraos, ya
LAMENTOS D E LAS BENDITAS
se han acabado para vosotras las penas y trisANIMAS D E L PURGATORIO.
tezas, las aflicciones y trabajos, los peligros y
tentaciones de esta miserable vida. Slo os queRomped, romped mis cadenas,
da una eternidad de descanso, de alegra, de
Alcanza dme libertad;
delicias y de bienaventuranza infinita. Qu
Cuan terribles son mis penas!
dicha tambin la nuestra, si con estos sufrajios
Piedad, cristianos, piedad!
os hemos acelerado la posesion de tanta gloria!
Una chispa que saliera
S, triunfis en el cielo, pero no haris como a- ~
De este fuego tenebroso,
quel copero ingrato de Faran hizo con Jos
Montes y mares furioso
(1); no olvidareis vuestros pobres hermanos
En un punto consumiera:
que militamos aun en este valle de lgrimas:
Ya que podis, estas llamas
echad una mirada compasiva sobre nosotros;
Compasivos apagad. Cun, etc.
mirad cuntos peligros estamos expuestos, de
Con mas acerbo dolor
cuntos y cun fieros enemigos nos vemos roAl rprobo en el infierno
deados. Ahora que sois tan poderosas delante
No atormenta en fuego ecerno
de Dios, interceded por nosotros para que sa-.
La justicia del Seor:
liendo fieles y constantes en su servicio, podaVuestra deuda con la ma
mos en vuestra compaa alabarle y glorificar- k
Con tiempo cautos pagad. Cun, etc.
le un dia eternamente.
Tendrn trmino mis males:
Cinco Padre nuestros, cinco Ave Maras y V
Oh dulcsimo consuelo!
un Gloria Patri las cinco llagas de Cristo
Mas cundo alzar mi vuelo?
Seor nuestro en sufrajio de las benditas alAy! son siglos eternales,
mas del purgatorio.
Los instantes que trascurren
Sin ver, oh Dios, tu beldad. Cun, etc.
OBSEQUIO.
Mil veces necio de m!
Formar una firme resolucin de ofrecer toPor un instantneo gusto
En tu3 manos, oh Rey justo,

62
Y en esta prisin ca.
Ah! siquiera eon mi suerte,
Amigos, escarmentad. Cun, etc.
Mirad que no son extraos
LQS que sufrajios imploran:
Ay! son amigos, y lloran
Sin alivio luengos aos:
Fu por ventura fingida
Nuestra primera amistad? Cun, etc
Soy tu padre, hijo querido,
Penando en horrible llama
Quien tu compasion reclama:
No me dejes en olvido,
No las ternezas me pagues
Con desamor y crueldad. Cun, etc.
Ni hayas tu de bronce el pecho,
Hija infiel de madre tierna^
Al descanso y luz eterna
Acelrame el derecho.
Te di el ser, y no me libras
De la horrenda oscuridad? Cun, etc.
Sacrificios, oraciones,
Piadosos ofrecimientos,
Limosnas y sacramentos,
Ayunos y humillaciones,
Aceptar por rescate
De Dios la inmensa bondad. Cun, etc.
Tus huesos y tu memoria
Pronto tambin losa fria
Cubrir; mas qu alegra
Cuando en los remos de gloria

Ya felices te alcancemos
La celeste claridad! Cun. etc.
RESPONSOS.
R. Libera me, Domine, de morte aeterna in
die illa tremenda. * Quando coeli movendi sunt
et terra. * Dum veneris judicare saeculum per
ignem.
V. Treraens factus sum ego et timeo, dum
diseussio venerit atque ventura ira. Quando
coeli movendi sunt et terra. Dum veneris judicare saeculum per ignem.
V. Dies illa, dies irae, calamitatis et miseriae, dies magna et amara valde. Dum veneris judicare saeculum per ignem.
V. Requiem aeternam dona eis, Domine, et
lux perpetua luceat eis.
Libera me, Domine, de morte aeterna in die
illa tremenda, quando coeli movendi sunt et
terra, dum veneris judicare saeculum per
ignem.
Kyrie eleison, Christe eleison, Kyrie eleison*
Pater noster, e f c.
V. E t ne nos inducas in tentationem.
R. Sed libera nos a malo.
V. A porta inferi.
R. Erue, Domine, animas eorum.
V. Requiscant in pace. R. Amen.
V. Domine exaudi orationem meam,.
R. E t clamor meus ad te veniate
V. Dominus vobiscum.
R. Et cum spiritu tuo.

OREMUS.

do todo de aquel que hace la obra buena. Llmase impetratoria, porque con ella alcanzamos
de Dios auxilios oportunos y bienes espirituales y temporales ya para nosotros mismos, ya
tambin para otros. Dcese por fin satisfactoria, porque pagamos con ella el dbito de nuestros pecados y la pena del purgatorio que les
era correspondiente: y este fruto satisfactorio
de nuestras obras es propiamente hablando, el
que cedemos las benditas Animas con este voto.

Fidelium, Deus, omnium conditor et Redeptor, aoimabus famulorum famularumque tuarum remissionem cunctorum tribue peccatorum;
ut indulgentiam quam semper optaverunt piis
supplicationibus coDsequantur. Qui vivs et regas in saecula eaeculorum. R . Amen.
V. Requiem aeternam dona eis, Domine.
R. E t lux perpetua luceat eis.
V. Requiescant in pace. R. Amen.
A nadie debe imponer el nombre de voto,
Animae omnium fidelium defunctorum per"
pues
se hace como se expresa en la frmula,
misericordiam Dei requiescant in pace.
sin
obligacin
pecado, siendo ms bien una ceR. Amen.
sin voluntaria, un acto herico de caridad, que
ACTO H E R O I C O D E CARIDAD E N FA- un riguroso voto. Y as en nada se opone este
al rden de la caridad que nos obliga pedir
V O R D E L A S B E N D I T A S ALMAS
primero por nuestros parientes difuntos, por los
D E L PURGATORIO.
socios de las cofradas que pertenecemos, etc.
Este acto de caridad, tan agradable Dios, Pues poniendo en manos de la Virgen santsitil las Animas del purgatorio y provechoso' ma todas nuestras obras satisfactorias, y cono nosotros mismos, consiste en un voto eter- ciendo ella mejor que nosotros, cul es nuesna donacion que se hace de todas nuestras o- f tro deber, distribuir dichas buenas obras enbras satisfactorias en favor de aquellas bendi- __ tre los parientes, cofrades, etc., segn fuere ms
tas almas. Ntese aqu, que toda obra buena del agrado de Dios. Por consiguiente, podemos
es, segn el concilio de Trento, [1] meritoria y debemos continuar las oraciones acostumbra la vez, impetratoria y satisfactoria. Se dice das dirigidas obtener de Dios y de los Santos
meritoria, porque con ella logramos un grado cualquier gTacia que necesitemos. Puede asims de gracia en este mundo y de gloria para mismo y debe el sacerdote aplicar la misa por
el otro: mrito que nadie puede cederse, sien- la intencin de quien le diere la limosna, segn

(1) y libertad de aquellas almas encarceladas


por deudas de penas la divina Justicia, merecidas por sus pecados; y en aquel modo que
Y esto no impide que la Iglesia admita esta puedo lcitamante, sin obligacin pecado, hacesin espiritual de biene3, como si fuese un ver- <ro libre y expontneamente voto de librar del
dadero poto, y conceda al que lo hace tres pri- purgatorio todas las almas que Mara sant
vilegios muy singulares.
sima quisiere que sean libres; y para esto pon1 Que sea altar privilegiado de alma para go en manos de esta piadossima Seora todas
el sacerdote que hiciere este voto, cualquiera mis obras satisfactorias, propias y participadas,
en que celebrare el santo sacrificio de la misa, tanto en vida, como en muerte, y despues de
mi muerte.
2 Que ganen indulgencia plenaria todos los
Aceptad, os ruego, Dios mo, y confirmad
fieles oyendo misa el dia en que comulgueD, y este mi ofrecimiento, que os reitero y confirmo
todos los lunes del ao puedan sacar una Ani- honra vuestra y bien de mi alma.
ma del purgatorio por cada una de las misas
Y dado que mis obras satisfactorias no basque oyeren.
tasen para pagar todas las deudas de aquellas
3" Que todos los que hubieren hecho este almas predilectas de la santsima Virgen, y pavoto puedan aplicar por las benditas almas to- ra satisfacer las que yo mismo hubiese contradas las indulgencias que ganaren, aunque no lo do por mis culpas, que de todo corazon odio y
expreso la concesion. Pi I X , 30 de setiem-[ detesto, me ofrezco, Seor, pagaros, si as os
pluguiere, en las pen .8 del purgatorio todo lo
bre de 1852,
que me fallare, abandonndome en los brazos
FORMULA D E E S T E VOTO.
f de vuestra misericordia y en los de mi dulcsima Madre Mara. Sean testigos de este mi voto todos los que viven en las t es Iglesias, triunPara vuestra mayor gloria, oh Dios mi, ufante, purganto y militante.
no en esencia y trino en personas, para mejor
imitar mi dulcsimo Redentor Jesucristo, y
para mostrar mi sincera esclavitud Mara
(1) El que ofrece sufrajios por las almas del
Santsima, Madre de Misericordia y Madre de
purgatorio,
es honrado con el nombre de redenlas pobres almas del purgatorio, yo
tor. (P. Celada, in Job., c. 4).
uie propongo cooperar la redencin
lo declar en su concesion la santidad de Benedicto X I I I , 23 agosto 1728.

ORACIONES
Sacadas
DEL ANCORA D E SALVACION
POR EL R . P. FR. JOSE MACH.

>

DE LA COMPAIA DE JESUS.

MODO DE OIR
Bien la Santa Misa.
No hay obra ms excelente y divina que la
santa Misa: pues en sustancia y valor es el mismo sacrificio que Jesucristo ofreci al eterno
Padre en la cruz por nuestra Redencin. Una
sola Misa da ms gloria Dios, que le dieran
todos los Angeles y Santos, y es de mayor pre-
ci y eficacia que todos los mritos de los Apstoles, Mrtires, Confesores y hasta de Mara santsima. Procura, pues, alma cristiana,
asistir todos los dias, si puedes, al santo sacrificio de la Misa. A lo mnos nunca faltes en
dia de precepto, asistiendo siempre ella con
grande atencin y respeto. Abominable cosa
seria venir oira con traje indecente, estarte
medio echado sobre las sillas, con otra postura irreverente, mirar todas partes, hablar,

18

70
reir y renovar con irreverencias los insultos
que los judos decan Jess en el monte
Calvario.
MISTERIOS Q U E SE REPRESENTAN
E N L A MISA.

P R I N C I P I O D E LA MISA.
Aviva la fe, alma cristiana, ya comienza el
gran sacrificio, compendio de todas las maravillas, y fuente de todas las bendiciones y gracias del Altsimo.
Este Altar significa el monte Calvario, donde espir tu divino Redentor; el sacerdote ya
no es un hombre, sino el mismo Jesucristo, que
va ofrecerse de nuevo al eterno Padre por tu
redencin
Ay! qu dicha tan grande es
la nuestra! Ahora en unin con el sacerdote vamos ofrecer Dios la vctima pura, santa,
inmaculada. Ahora podemos liquidar todas
nuestras deudas, y recibir todas cuantas gracias necesitamos
Quin me diese, oh Jess mi, el fervor con que los Santos asistan
este sacrificio! A lo mnos, Seor, no quiero distraerme voluntariamente; sino unir mi intencin con todo cuanto diga y haga vuestro
ministro.
E L INTROITO.

El Sacerdote revestido de los ornamentos sagrados, representa Jesucristo en su dolorosa


Pasin.
El Amito que se pone en la cabeza, significa aquel sucid velo con que los soldados le vendaron los ojos, dndole bofetadas y dicindole:adivina quin te dio.
El Alba signiBca la vestidura blanca que poi
escarnio le mand poner Herodes, tratndole
como loco; y era la majestad y sabidura
infinita!
El Cngulo es figura de la soga con que le ataron cuando le prendieron en el huerto de
Getseman.
E l Manpulo representa la cuerda con que
le amarraron en la columna para azotarle.
El Introito significa los vivos deseos con que
La Estola significa la soga que le echara)'
lo8 santos Padres suspiraban por la venida del
al cuello, cuando fu con la cruz cuestas coMesas, que los haba de librar de las sombras
mo facineroso conducido al Calvario.
y tinieblas de la muerte
Y cundo, SeLa Casulla recuerda la prpura que por esor, libraris mi alma de la ignominiosa esclacarnio le pusieron los soldados al coronarle de
vitud del vicio!
espinas.
KIRIES.
En el Cliz puedes considerar el sepulcro, y
Los Kyries, que quieren decir, Seor, tened
en los Corporales el sudario con que amortajamisericordia de nosotros, se dicen en alabanza
ron su ouerpo santsimo.

de la santsima Trinidad, tres en honor de ca-^


da Persona
Y cmo no esperar misericordia! El Padre me cri, el Hijo me redimi,
el Espritu Santo me santific.
GLORIA.
En el Gloria in excelsis medita la alegra de
los Angeles y Pastores en el nacimiento de
Cristo. Unido con ellos adrale en espritu con
todo fervor.
D O M I N U S VOBISCUM.
Al volverse el sacerdote de cara al pueblo
diciendo: Dominus vobiscum, acurdate de aqne"
lia caridad inmensa con que Jess hablaba ;.
sus discpulos, acoga y perdonaba loa
pecadores.
ORACIONES.
Las Colectas oraciones que dice el sacerdote, significan las muchas veces que Jess or por nosotros en el discurso de su vida
Ahora tambin ruega por t el sacerdote en.
nombre de toda la Iglesia: y qu no alcanzar, pidiendo en nombre de tal Esposa, y po^
los mritos infinitos de su Esposo y medianero Jesucristo?
EPISTOLA.
La Epstola dentala predicacin de los Profetas y especialmente la de san Juan Bautista.
No envidies la suerte del pueblo escogido: hablndote est Dios tambin ahora poi estas admirables epstolas, dictadas por el Espirito
Santo, y por las exhortaciones de 6UB Ministros:

escchalas con atencin y docilidad, si quieres


ser del nmero de los predestinados.
GRADUAL.
En el Gradual considera la penitencia que
hacan en el desierto los que reciban el bautismo de san Juan, y en la Aleluya la alegra
que experimenta el alma despues de recobrada
]a gracia
\Y hasta cundo, pecador, hasta
cundo estar la tuya privada de tanta felicidad!
EVANGELIO.
El Evangelio signifcala predicacin de Jesucristo. Nos ponemos en pi en testimonio de
su verdad, y de lo pronto que estamos dar
la propia sangre y vida en confirmacin de su
doctrina. Nos persignamos con el sacerdote,
en seal de que no slo queremos creerla interiormente, sino tambin confesarla de palabra,
y practicarla con las obras. Pero ay! cuntas
veces te avergenzas todava de profesar las
mximas del santo Evangelio!
CREDO.
El Credo es un resmen de todo cuanto debe creer el cristiano. Se arrodilla el sacerdote
con el pueblo al decir incarnatus est, adorando
Dios anonadado en las pursimas entraas de
Mara santsima
Y no ser justo que yo,
polvo y ceniza, abata mi orgullo creyendo todo cuanto la fe me propone, y sujetndome
todo cuanto me mande Dios por medio de sus
Ministros y vicarios en la tierra?

Ah, cristiano, oye devotamente esta Misa;


tanta es su virtud y eficacia, que bastara ella
Al Ofertorio da gracias al Yerbo divino por sola para obtener del Cielo todas estas gracias.
la prontsima voluntad con que se ofreci paORATE FRATRES. #
decer y morir por nuestro amor
Quin
Al Orate fratres acurdate del aviso que di
me diera, oh buen Jess, que as como el pan
Jess los Apstoles en el huerto encargndoy vino que ahora os ofrece el sacerdote, sa conles que velasen y orasen para no entrar en tenvertirn en vuestro Cuerpo y Sangre preciostacin
Y hubieras t recado tan fcilsima, as tambin mi alma toda se trasformase
mente en el pecado, si hubieses seguido tan
en Vos!
importante consejo
? Ya me enmendar,
Las gotas de agua que el sacerdote echa en
Seor, con vuestra gracia divina; ya ser ms
el cliz, significan aquella agua misteriosa que
fervoroso en la oracion, y ms*fiel en huir de
man del costado de Jess, cuando despues de
las ocasiones de pecar.
muerto se lo abri Longinos con una lanza.
PREFACIO.
OFRECIMIENTO DE LA MISA.
El Prefacio y sanctus significa la entrada de
Aqu puedes ofrecer al eterno Padre la Mi- Cristo en Jerusaln y la alegra con que el puesa diciendo:
blo le sali recibir con ramos de palmas y oRecibid, oh Padre misericordiossimo, el sa- livas. Elvate en espritu hasta el trono de la
crificio del Cuerpo y Sangre de vuestro Hijo Divinidad; escucha los cnticos que los Queruunignito, en reconocimiento de vuestro sobe-' bines y Serafines entonan, repitiendo sin cesar:
rano dominio sobre todas las criaturas; en ac- Santo, Santo, Santo, es el Seor Dios de los
cin de gracias por los beneficios que nos ha-* ejrcitos! Llenos estn los cielos y la tierra de
beis dispensado; en satisfaccin de mis pecados tu gloria!
y de los de todo el mundo; en sufragio de las
Ves al sacerdote en el Memento, juntas las
benditas Animas del purgatorio, especialmente manos, inclinada la cabeza, los ojos bajos, y la
de aquellas quienes tengo ms obligacioD; y boea cerrada? Pues as estaba Jess en su Papor los mritos infinitos de esta Hostia inmasin: inclin la cabeza al recibir la cadena que
culada conceded, oh Padre amantsimo, dolor
le echaron al cuello; junt las manos dejndoy conversin los pecadores y perseverancia
selas atar; baj los divinos ojos y cerr la bo los justos para vivir y morir todos en vuesca sin disculparse, ntes guardando tal silencio,
tra gracia y amistad, Amen.
que su mismo juez, Pilatos, qued asombrado
OFERTORIO.

de tanto silencio y paciencia...... Ah! Seor,


tanto como "Vos sufristeis por m; y que nada
quiera yo sufrir por Vos!
QUID P R I D I E , ete.
La Elevacin de la Hostia y Cliz consagrado significa cuando Cristo fu levantado en la
cruz
Ya es llegado el momento dichoso:
ya va ofrecerse el tremendo sacrificio: ya el
Hijo de Dios baja del cielo al altar sacrosanto:
di, pues, con todo el afecto del corazon.
AL ALZAR LA HOSTIA. _
.
Te adoro, sagrado Cuerpo de mi Seor Jesucristo, que en el ara de la cruz fuiste digno
sacrificio para la redencin del mundo
Padre eterno, mis pecados pedan venganza; pero aqu teneis vuestro Hijo santsimo, que se
ofrece por m pidiendo misericordia: por sus
mritos infinitos apiadaos de este pobre pecador,
AL ALZAR E L CALIZ.
Te adoro, preciossima sangre de mi Seor
Jesucristo, que derramada en la cruz lavaste
mis pecados y los de todo el mundo. No permi-'
tais, dulcsimo Jess, que sangre de tanto valor sea en vano derramada por m. (*)
(*) Si en alguna reflexin hallas consuelo especial, detente en ella hasta satisfacer la devocin, y luego ponte en el paso de la Misa en
que estuviere el sacerdote; pues aunque no leas
todo cuanto aqu se pone, podrs or muy bien
la santa Miea.

No dejes pasar ocasion tan preciosa; representa Cristo tus faltas y miserias: habla con
l con la misma confianza que si hablases con
el'ms amoroso padre; pdele las gracias que
necesitas t, tus hijos, parientes y amigos: rue^ por las necesidades de ia Iglesia y del remo,
por los Sacerdotes, por la conversin de los
pecadores, y hasta por tus enemigos.
NOBIS QUOQUE, etc.
Al nobis quoque peccatoribus dase el sacerdote un golpe en el pecho, para indicar el arrepentimiento del Centurin y otros, al ver espirar nuestro Salvador, reconocindole por Hijo de Dios verdadero.... Y ljos t de reconocerle por tal, renovaras su pasin y muerte
con nuevos pecados?
PATERNOSTER.
Las siete peticiones que encierra el Pater
noster recuerdan las siete palabras que dijo Jesucristo en la cruz, en aquellas tres horas que
dur la agona que padeci por nuestro amor.
Al Partir la Hostia, piensa como el alma de
Cristo, separada del cuerpo, baj al seno de
Abrahan libertar las almas de los santos Padres, quedando la divinidad unida con el alma
y cuerpo, como ahora est Cristo presente en
las tres partes en que se divide la Hostia.
P A X DOMINI, Y AGNUS DEI.
El Pax Domini y Agnus Dei significan las
apariciones de Jesucristo resucitado sus discpulos, dndoles la paz.... Oh! ddmela tam-

bien, abantsimo Jess mo, dadme esta paz'


que sobrepuja todas las delicias de la tierra:
haced que mi alma viva en paz con Dios, cumpliendo su santsima voluntad; en paz con el
prjimo, sufriendo con paciencia sus defectos;
en paz consigo misma, teniendo las pasiones sujetas la razn.
COMUNION E S P I R I T U A L . .
Al comulgar el sacerdote y en otras ocasiona
del dia puedes hacer una comunion espiritual di
la manera siguiente:
Oh amorossimo Jess mi! creo que estis
realmente presente en ese augusto Sacramento.
Qu dichoso seria si os ospedase ahora en mi
corazon! Venid, venid, celestial Esposo de las
almas puras, purificarme y abrasarme todo
en las llamas de vuestra caridad. Os amo, dulcsimo J e s s mo. Quin os hubiese amado
siempre! Quin nunca os hubiese ofendido! Pe-.
ro ya que no soy digno de recibiros sacramentalmente, aceptad mis deseos, y dadme vuestro divino amor.
Hecha una breve pausa, puedes ir saboreando esta oracion que formaba las delicias de san
Ignacio de Loyola.
ANIMA CHRISTI,
Alma santsima de Cristo, santicame.
Cuerpo preciossimo de Cristo, slvame.
Sangre pursima de Cristo, embrigame.
Agua del costado de Cristo, purifcame.
Pasin de Cristo confrtame.

Oh mi buen Jess! yeme.


Dentro de tus llagas escndeme.
No permitas que jam3 me aparte de t.
Del maligno enemigo defindeme.
En !a hora de mi muerte recbeme.
Y mndame ir t.
Para que junto con los Angeles y Santos te
alabe y te bendiga.
Por todos los siglos de los siglos. Amen. (*)
Al volver el misal, puedes considerar la admirable conversion de tantos judos y gentiles
que pasaron de las tinieblas de la muerte la
sagrada luz del Evangelio
Y cmo os pagar yo, Seor, tan sealado beneficio! Qu
mritos visteis en m para dispensarme tan inestimable favor?
Les ltimas oraciones que dice el sacerdote-,
representan las que Jess dirige al eterno Padre intercediendo por nosotros. No nos ha abandonado nuestro amabilsimo Redentor, no:
(*) Esta oracion es sumamente recomendable, ya por los tiernos afectos que encierra, ya
por las indulgencias que le estn concedidas.
En efecto, se ganan por cada vez que se iece
con devocion 300 dias de indulgencia; siete aos de perdn, si se dice despues de la comunion celebracin de la Misa, y una indulgencia plenaria al mes, dado que se rece cada dia.
Pi IX, 9 de Enero de 1854.Lase esta
nota al pueblo alguna vez.

rogando est continuamente por nosotros. [Ojal desesemos nuestra salvacin con las veras
que l la desea!
I T S MISSA EST.
Ya he asistido al gran sacrificio de la Misa.
Ya el Hijo de Dios se ha inmolado de nuevo
por mi redencin. Mas con cun poca devocin he estado! Perdn, oh Dios mi; hacedme
la gracia de que no os ofenda en este dia, y que
la bendicin que vuestro Ministro me da en la
tierra, sea ratificada en el juicio final. Rec-bela, pues, de rodillas, y nte3 que salgas de
la iglesia di Jess sacramentado: Aqu os
dejo mi corazn, oh Bien mi; con vuestro permiso me voy cumplir con mis obligaciones;
dad, Seor, m y toda mi familia vuebtra
santa bendicin,
OTROS METODOS P A R A O I R
S A N T A M E N T E LA M I S A .
Por bueno y exquisito que sea un manjar, si
nos le presentan cada dia, llega fastidiar. De
la misma manera por devoto y agradable que"
sea un ejercicio de piedad, acaba por cansar
hacer poca impresin on el alma, si no se vara alguna que otra vez. Por esto van aqu diferentes modos con que fomentar la devocion, y
granjearnos los infinitos tesoros de gracias que
encierra el santo sacrificio de la Misa.
Primer mtodo. Rezar con devocion el santo Rosario, contemplando con preferencia los
misterios dolorosos.

Segundo. Meditar el reloj algn paso de


la Pasin de nuestro divino Redentor. La meditacin que ponemos ms abajo sobre las circunstancias de la Pasin, y las mismas estaciones del Via-Crueis, sirven admirablemente
este fin. Cuando te sintieres movido compacion, gratitud, dolor y detestacin de tus
pecados, dejaque el corazon se desahogue y satisfaga enteramente, concibiendo entnces odio
irreconciliable al pecado, y pidiendo Dios gracia para nunca volver cometerlo.
Mtodo tercero. Tampoco hay inconveniente en que se mediten los dolores grandezas de
la Virgen en las festividades de esta Seora, y
entnces se le puede dirigir el acto de consagracin que se hallar en su lugar correspondiente.
Mtodo cuarto. Quires cada primer virnes de mes obsequiar al sagrado Corazon de Jess? Ms abajo hallars muchos actos de desagravios y tiernsimas preces, que, dichas con
devocion, te inspirarn afectos muy propios con
que corresponder su amor infinito.
Quinto. Prefieres oir la Misa en honor del
santo Angel de la Guarda, del glorioso san Jos, de otro Santo? Las consideraciones y deprecaciones que van en sus respectivos lugares,
servirn este fin, sobre todo, el mtodo que
adoptamos para obsequiarlos el dia de su fiesta.
Sexto. Otras veces se nodr hacer el ejer-

21

cicio que pones para el dia de retiro como


disposicin una santa muerte.
Stimo. Si durante la novena de Animas,
en las misas de requiem quieres ofrecer el santo Sacrificio en sufragio de los difuntos, puedes
hacer al, principio de la Misa el ofrecimiento,
pg. 80, y rezar luego las oraciones Jesucristo que se hallan en la novena de Animas
distribuidas en ocho dias y que habrazan toda
la Pasin.
,
No obstante, la consagracin y comunion
del sacerdote, casi siempre convendr leer lo
que va marcado en el modo principal de oir bien
la santa Misa, ya por ser partes tan importantes del sacrificio, ya por el mucho fruto que producirn en el alma.
Y si alguno quiere al comenzar la Misa otro ejercicio, rezar meditar el hermoso himno Veni Snete Spiritus, pondremos aqu su
traduccin, como tambin la del
Te-Deum
laudamus.
H I M N O V E N I SANOTE
S P I R I T U S . (*)
Ven, Espritu Santo: llena de tu gracia los
corazones de tus fieles, y enciende en ellos el
fuego de tu divino amor.
(*) Cien dias de indulgencia por cada vez
que se reza este himno por las necesidades de
Ta Iglesia, y una plenaria al mes.-26 de Mayo
de 1790.

Ven, oh santo Espritu, y envanos desde el


cielo un rayo de tu luz pursima.
Ven, Padre de los pobres, ven, dispensador
de las gracias, ven, luz celestial de IOB corazo116

T eres el nico consolador verdadero, dulce husped del alma, y dulce alivio en sus peas.
.
En T hallamos descanso de los trabajos, refrigerio en los ardores, y consuelo en el llanto.
Oh bienaventurada luz! penetra hasta lo
ms ntimo del corazon de tu3 fieles que te invocan fervorosos.
Sin tu Nmen benfico, nada hay en el hombre, nada que sea puro y sin mancilla.
Lava nuestras manchas, vivifica nuestra aridez, sana nuestras enfermedades.
Doma nuestra dureza, enfervorzalo que est yerto, endereza lo que se desva del camino.
Enriquece con tus siete dones loa fieles
que en T cifran todas sus esperanzas.
Danos el mrito de las virtudes, 1* perseverancia que conduce la salvacin y eterna felicidad.
Amen. Seor, tu Espritu, y nuestros
v. Envanos,
corazones sern criados de nuevo.
R. Y renovars la faz de la tierra.
O R A C I N ;

Oh Dios, que te dignaste ilustrar los corazones de tus fieles con la claridad del Espritu

Y tambin el Espritu Santo Consolador.


T, oh Cristo, eres Rey de la gloria.
T, el Hijo sempiterno del Padre.
T para rescatarnos te hiciste hombre, y no
tuviste mnos el encerrarte en el seno de
una Virgen.
T E - D E U M LAUDAMUS, O HIMNO DE I
T,
destruido el imperio de la muerte, abriste
SAN AMBROSIO Y DE SAN A G U S -1
los fieles el reino de los cielos.
TIN PARA DAR GRACIAS A L
T ests sentado la diestra de Dios en la gloSEOR.
ria del Padre:
A t, oh Dios, alabamos, t por Seor te % ' Y de all creemos que vendrs juzgarnos.
confesamos.
Suplicrnoste, pues, socorras tus siervo que
con tu preciosa sangre redimiste.
A t, Padre eterno, reconoce y venera toda la
tierra.
Hax que en la eterna gloria seamos del nmero de tus SantoB.
A t todos los Angeles, t los cielos y todas
Salva, Seor, tu pueblo y bendice tu
las Potestades:
herencia.
A t los Querubines y Serafines cantan sin
cesar:
\\ Y gobirnalos y enslzalos para siempre.
Todos los das te bendecimos.
Santo, Santo, Santo es el Seor Dios de los '
ejrcitos.
V Y alabamos tu nombre en los siglos, y en los
siglos de los siglos.
Llenos estn los cielos y la tierra de la majestad de tu gloria.
*** Dgnate, Seor, conservarnos sin pecado en este dia.
A t el glorioso coro de los Apstoles.
Ten
piedad, Seor, de nosotros, s, ten piedad.
A t la venerable muchedumbre de los ProDescienda, Seor, tu misericordia lobre nosofetas.
tros, pues pusimos en t nuestra esperanza.
A t alaba*el numeroso ejrcito de los Mrtires.
En
t, Seor, esper, nunca ser confundido.
A t la Iglesia santa te confiesa por toda la reSACRAMENTOS.
dondez de la tierra,
,
REGLAS PARA RECIBIRLOS
Que eres Padre de inmensa majestad.
i'
DIGNAMENTE.
Y que debo ser adorado tu verdadero y nico I
Es
indudable,
si no queremos cerrar los ojos
Hijo,
V
22
Santo, concdenos el que, animados de este X
mismo Espritu, sepamos juzgar y obrar con
rectitud, y disfrutemos siempre de sus celestiales consuelos. Amen.

Y tambin el Espritu Santo Consolador.


T, oh Cristo, eres Rey de la gloria.
T, el Hijo sempiterno del Padre.
T para rescatarnos te hiciste hombre, y no
tuviste mnos el encerrarte en el seno de
una Virgen.
T E - D E U M LAUDAMUS, O HIMNO DE I
T,
destruido el imperio de la muerte, abriste
SAN AMBROSIO Y DE SAN A G U S -1
los fieles el reino de los cielos.
TIN PARA DAR GRACIAS A L
T ests sentado la diestra de Dios en la gloSEOR.
ria del Padre:
A t, ob Dios, alabamos, t por Seor te % ' Y de all creemos que vendrs juzgarnos.
confesamos.
Suplicrnoste, pues, socorras tus siervo que
con tu preciosa sangre redimiste.
A t, Padre eterno, reconoce y venera toda la
tierra.
Ha* que en la eterna gloria seamos del nmero de tus SantoB.
A t todos los Angeles, t los cielos y todas
Salva, Seor, tu pueblo y bendice tu
las Potestades:
herencia.
A t los Querubines y Serafines cantan sin
cesar:
\\ Y gobirnalos y enslzalos para siempre.
Todos los dias te bendecimos.
Santo, Santo, Santo es el Seor Dios de los '
ejrcitos.
V Y alabamos tu nombre en los siglos, y en los
siglos de los siglos.
Llenos estn los cielos y la tierra de la majestad de tu gloria.
*** Dgnate, Seor, conservarnos sin pecado en este da.
A t el glorioso coro de los Apstoles.
Ten
piedad, Seor, de nosotros, s, ten piedad.
A t la venerable muchedumbre de los ProDescienda, Seor, tu misericordia lobre nosofetas.
tros, pues pusimos en t nuestra esperanza.
A t alaba*el numeroso ejrcito de los Mrtires.
En
t, Seor, esper, nunca ser confundido.
A t la Iglesia santa te confiesa por toda la reSACRAMENTOS.
dondez de la tierra,
,
REGLAS PARA RECIBIRLOS
Que eres Padre de inmensa majestad.
i'
DIGNAMENTE.
Y que debo ser adorado tu verdadero y nico I
Ea
indudable,
si no queremos cerrar los ojos
Hijo,
V
22
Santo, concdenos el que, animados de este X
mismo Espritu, sepamos juzgar y obrar con
rectitud, y disfrutemos siempre de sus celestiales consuelos. Amen.

86
la misma luz, que de todos los medios que
tiene la Iglesia para santificar los fieles, ninguno es ms compendioso y eficaz, ninguno deshace ms los ardides del demonio, como el acercarse menudo y con fervor la sagrada
Eucarista. Aqu tiene el idiota Maestro que
le ensee, el enfermo Mdico que le cure, el J
desamparado y perseguido Padrino y Abogado 1
que le defiendan. Este es Pan Anglico que hace castos y vrgenes, man sabroso que alimenta, blsamo que suaviza, y no uno que otro arroyo, como los dems Sacramentos, sino la
fuente de toda gracia y santidad. Una 6ola confesin y comunion bien hechas bastan para santificar una alma. De dnde, pues, nace, que
acercndose tantos cristianos los sacramentos de la Penitencia y Eucarista, se hallen no obstante llenos de defectos y vicios? Esto proviene en unos de que se acercan raras veces; y en otros, de que lo hacen con espritu disipado y con el corazon apegado varias aficiones y faltas, de que siempre se acusan, y
nunca se corrijen. Pues como el ms peligroso
y funesto de todos los lazos que pueda el demonio tender una alma, seria el alejarse de
los Sacramentos, recibirlos indignamente; por
esto conviene observar los avisos siguientes:
Confiesa y comulga menudo, cada ocho
dias si puedes, y cuando no, una vez al mes,
por lo mnos, cuatro seis veces al ao, si de
veras quieres salvarte. Qu locura recibirlos

87
muy de tarde en tarde, de ao en ao, nicamente por temor las censuras de la Iglesia,
por el qu dirn, ponindote as al borde del
precipicio? Qu criminal se detendra en la
crcel, si pendiera su libertad de la confe^ion
ingnua de su culpa? Qu enfermo rehusara
la salud por lo amargo de la medicina? Qu
nufrago no alargara la mano al que se la o
freciese para salvarle?
Pero, Padre, no soy digno yo de comulgar
con tanta frecuencia. Si te preguntan, decia
san Francisco de Sales, porqu comulgas tan
menudo? Les dirs: que por aprender amar
Dios: para purificarte de tus culpas: para fortalecerte contra tu flaqueza, triunfar de tus enemigos, y hallar consuelo en las aflicciones. Dos
clases de personas, aade el Santo, deben comulgar menudo: los perfectos porque lo son:
y los imperfectos para no serlo: los fuertes para no volverse flacos, y los flacos para hacerse
fuertes: el que no tiene negocios, porque est
desocupado; y el que los tiene para acertar en
todo.
Hay adems dos clases de disposiciones, una que debe tener el que comulga, otra que seria justo tuviese: aquella consiste en la gracia
de Dios, en el ayuno natural, y en tener conocimiento" de lo que all recibe. Esta otra es una conducta de vida ajustada y ejemplar, y una
inocencia de costumbres que respire virtud y
- santidad. No es as la tuya? Est distante

88
de serlo? Detesta, pues, las culpas graves en el
sacramento de la Penitencia penetrado de un
gran dolor de haberlas cometido: trabaja en librarte de toda aficin los pecados leves, y en
desprender el corazon de las criaturas, y llgate con humilde confianza la Sagrada Comunin.
{
2? Para evitar otro escollo ms funesto que
el pasado, cual seria el de familiarizarte con
tan altos Sacramentos, y recibirlos por rutina
' y vanidad, sin las debidas disposiciones; no
comulgues, generalmente hablando, ms de tres
cuatro dias la semana, no ser que el confesor vea tan mortificadas tus pasiones, tu alma tan unida con Dios y tan solcita en evitar
toda falta voluntaria, que te juzgue digno de
comulgar ms menudo, y puedas hacerlo sin
faltar tus obligaciones.
_
3? Para sacar de la comunion el iruto coV
rrespondiente, piensa de antemano en la grande obra que vas ejecutar. Obra prodigiosa
L
la en que debes ocuparte! No vas a hospedar a
un hombre un rey de la tierra, sino al mismo Dios! (*) Lejos, pues, de disiparte con visitas frivolas y conversaciones profanas, mortifcate en algo, y adorna tu alma con fragantes
de virtudes.... Qu dicha tan grande la
flore<
i
Maana
voy & recibir mi Dios y Remia
dentar! Maana el Rey de los cielos y tierra
O

1 Paral. 20.

se aposentar en mi corazon para tener en m


sus delicias y enriquecerme con sus tesoros infinitos!
49 Confisate con el mismo cuidado que
si fuese aquella la ltima confesion de tu vid a . . . . Y quin sabe si lo ser?
EXAMEN D E CONCIENCIA.
Registra con sosiego los senos de tu corazon,
indagando las culpas cometidas, pero no con afan congojoso, que esto fuera hacer odioso el
Sacramento de la misericordia; sino con la diligencia que cualquiera pondra en un negocio
de entidad, y esto basta. Y como Dios es el
Padre de las luces, dile con profunda humildad; Dios mo, quisiera confesarme bien; quisiera descubrir toda mi conciencia al confesor,
ministro y representante vuestro: pero me falta luz para conocer mis pecados, memoria para
acordarme de ellos, discernimiento y valor para acusarlos con distincin, claridad y sencillez.
Alumbra, pues, mi entendimiento Espritu
divino, con t u soberana luz, para que conozca el abismo de mi ingratitud, y conocido, lo manifieste enteramente al confesor, detestando mis
culpas con el ms vivo arrepentimiento.
Examina luego tu conciencia discurriendo
por los mandamientos de Dios y de la Iglesia.
Mas no caigas en el error de muchos que habiendo pensado y acusdose de alguno que otro pecado, creen haber hecho una buena confesin. Repasa muy especialmente las obliga23 /

ciones de tu estado; pues ms almas acaso se


condenan por pecados de omision, que por otras malas obras. Por esto, sin dejar los deberes comunes todo cristiano, apuntar con preferencia lo que fcilmente omiten los fieles, y
ms raras veces se encuentra en los devocionarios.
^ .
EXAMEN G E N E R A L P A R A TODA
CLASE D E P E R S O N A S .
Cunto tiempo hace que se confes?
Dej de confesar alguna cosa grave por vergenza, por malicia por olvido? Cumpli ya
la penitencia?
P R I M E R MANDAMIENTO.
Examine si sabe lo necesario para salvarse.
Si ha negado puesto en duda algn artculo de fe.Si ha hablado contra la religin,
mofdose de los que la practicaban.Si ha
leido, prestado, Odo leer, si tiene algn libro
irreligioso,.Si ha credo en hechiceras y supersticiones.
Si ha desconfiado de su salvacin, O presumido temerariamente de la misericordia divina.Si ha pasado mucho tiempo sin orar ni hacer actos de fe, esperanza y caridad.
SEGUNDO MANDAMIENTO.
Si ha jurado en falso con duda; si ha jurado con verdad, pero sin respeto ni necesidad.
Si jur de vengarse hacer alguna cosa mala, y lo ha cumplido.Si jur de hacer algo
bien hecho y no lo cumpli.

Ha proferido alguna blasfemia? cules? en


qu nmero?
Ha cumplido los votos y promesas hechas
Dios y sus santos?
T E R C E R MANDAMIENTO.
Si no oy misa entera por su culpa en dia
de precepto.Si la ha oido sin atencin ni reverencia.Si ha impedido que otros la oyesen.
Si falt al respeto debido las iglesias, imgenes, personas cosas sagradas.Si ha recibido, algn sacramento en pecado mortal.Si
ha satisfecho el cumplimiento de la Iglesia, y
observado sus mandamientos como son los ayunos, abstinencias, etc.Si ha comido de carne
en dias vedados sin estar malo sin tener bula; y de carne y pescado en una misma comida
en dichos dias.
CUARTO MANDAMIENTO.
Si ha perdido el respeto tratado con desprecio sus padres, mayores, sacerdotes, maestros, superiores, etc.
Si ha dejado de asistir sus padres en las
necesidades, de cumplir sus testamentos, mandas de nimas, deudas, etc.
Como este mandamiento abrasa los deberes de
los diferentes estados, vea ms abajo si ha cumplido con los que le pertenecen.
QUINTO MANDAMIENTO.
Si ha matado, herido, dado golpes su prjimo, de algn modo contribuido ello.
Si ha deseado la muerte para B para otro;

si se ha alegrado del mal de alguno, le ha pesado de su bien.


Si tiene rencor alguno, si le niega el habla, si le ha dicho injurias maldiciones, si ha
hecho mandado hacer algn mal por envidia
venganza.
Si ha provocado, aceptado, presenciado aigun desafo.
Ha cooperado algn aborto utes 6 despues de animado el feto?
Se ha excedido en el comer, beber, castigar, etc?
SEXTO MANDAMIENTO.
No hay que hacerse ilusin: no slo Dios
condena el ltimo desrden, y los gravsimos
pecados de adulterio, bestialidad, sodoma, etc.,
sino tambin toda lectura obsena:toda estampa imgen provocativa:toda chanza, cancin y conversacin desonesta:toda mirada,
8 e a . billete y trage lascivo:todo pensamiento y deseo torpe plenamente consentido:toda
accin tacto deshonesto sea consigo mismo,
sea con otra persona: y aqu sin nombrar nadie, hay que decir si era persona soltera, casada, parienta, si tiene voto de castidad, si la so
licit, si la tiene en casa, si pec en lugar sagrado, etc.
SETIMO MANDAMIENTO.
Si ha hecho, aconsejado, ocultado algn hurto de algn modo cooperado l. Cunto
y cuntas veces?

Si ha comprado, vendido, jugado, cambiado


con trampas y fraudes. Si lleva exige lo que
no debe, trabaja mnos de lo que debe.
Si sostiene pleitos injustos, si ha prestado
con usura, negado alguna deuda, etc.
Si no restituy pudiendo, dilat sin causa el pagar, devolver lo hallado, etc.
OCTAVO MANDAMIENTO.
Si ha formado juicios sospechas siniestras
de alguno, sin tener fundamento.
Si ha murmurado, odo murmurar con gusto, pudiendo y debiendo no lo ha impedido.
Si ha levantado alguna calumnia, escrito annimos cartas infamatorias, dicho algn
falso testimonio.
Si miente por costumbre, en cosa grave y
con perjuicio de alguno.
Si ha sembrado discordia en las familias,
con cuentos y chismes.
El nono y dcimo se reducen al sexto y stimo mandamiento.
EXAMEN
sobre los deberes propios de cada estado.

P A D R E S Y CABEZAS D E FAMILIA.
Examinen si rezan cada da el rosario con
24

la familia, se encomiendan Dios cada no- r


che. (*)
Si tienen cuidado de que sus hijos y dependientes cumplan con los deberes religiosos, y
sobre todo de que no trabajen los dias de fiesta.
Si les han dado buen ejemplo, y enseado
la doctrina cristiana.
Si los reprenden y castigan cuando y como
merecen; sin echar votos, juramentos ni maldiciones.
Si han malgastado los bienes en juegos, em- r
briagueces y cosas ilcitas.
Si cuidan de la separacin debida entre los
dos sexos.
Si permiten sus dependientes salir de noche, recogerse tarde....galantear, frecuentar
casas, compaas divertimientos peligrosos.
Si pagan las deudas y dan al jornalero y
los criados el salario correspondiente.
Si dan limosna segn sus haberes.
# '
Si permiten en casa blasfemias, conversaciones malas, libros peridicos irreligiosos, e s r
tampas
N E Gindecentes,
O C I A N T Eetc.
S Y MERCADERES.
Vean si han codiciado los bienes del prjimo.
Si han guardado administrado fielmente
las cosas que les han confiado.
(*) No es esta prctica de obligacin; pero
s, una seal, de que la familia es cristiana y
ejemplar.

Si han defraudado engaado en algo, ya


sea en la calidad de los gneros, ya en el peso
medida. Cuntas veces y en qu cantidad?
Si han hecho contratos ilcitos usurarios.
Si prevalindose de la necesidad ignorancia de alguno, compraron ms barato vendieron ms caro de lo justo.
Si han mandado, aconsejado consentido algo, en perjuicio del prjimo.
Si han comprado sabiendas cosas hurtadas.
Si se han apoderado de todos los gneros,
hecho monopolio indebido.
Si han restituido reparado el dao que hicieron al prjimo; advirtiendo que aunque lo
. hubiesen confesado ya, no hay salvacin, si pudiendo, no se hace esta reparacin.
HIJOS Y JOVENES.
Examinen si tienen los padres y superiores, la sumisin, respeto y obedieucia debida.
Si los han despreciado, insultado de palabra,
deseado la muerte.
Si han llegado hasta la infame accin de amenazarlos, de poner en ellos las manos.
Qu pecado!
Si provocndolos ira, fueron causa de que
profiriesen blasfemias, maldiciones palabras
escandalosas.
Si han inducido los hermanos compaeros desobedecer los padres maestros.
Si estudian, trabajan y cuidan bien de las
cosas de casa.

Si escondidas han comprado, vendido ,


retenido algo.
Si son condescendientes con los hermanos,
por el contrario, si rien y se pegan entre s.
Si van con malos compaeros, de noche sobre todo.

Si han cantado canciones obscenas, leido y


prestado novelas, permitdose libertades y chan- '
zas impuras.
Si galantean, y qu cosas se han propasado.
Si van bailes, saraos, comedias y juegan diero quitado sus padres.
CASADOS.

y defendindolos cuando el padre quiere castigarlos justamente.


Si los ha maldecido, deseado la muerte echado imprecaciones.
Si ha resistido injustamente al marido y porfiado con l.
Si ha malgastado el dinero en vanidades y
antojos.
Si est reida con alguna vecina parienta.
Si en el traje, modo de hablar y proceder,
ha guardado el recato y la modestia convenien-"
te, sobre todo, dando el pecho vistiendo la
criatura.
Si ha perdido el tiempo en visitas, conversaciones frivolas, murmuraciones, etc.
En caso que tenga alguna duda sobre el matrimonio, expngala con humildad un confesor prudente.

Si viven en paz y buena armona entre s,


y con los suegros y parientes.
Si han negado el dbito su consorte 8n
causa legtima, <5 imaginndose que todo era lcito, han profanado la santidad del matrimonio.
CRIADOS Y T R A B A J A D O R E S .
Si han escandalizado la familia con discur- ^
Examinen si han dado, desperdiciado desos y acciones libres.
fraudado
alguna cosa de los amos.
Si se sufren mutuamente los defectos.
i
Si han fielmente cumplido con lo mandado
Si se molestan con celos indiscretos.
Si se han maltratado de palabra de obra. | justamente. .
Si han trabajado en das festivos, y perdido
Si han guardado la fidelidad prometida
tiempo
en los de trabajo.
Dios y su consorte.
Si han dicho
cantado
escuchado...
LA M U J E R CASADA.
hecho algo indecente.
Examine si cuida bien de su familia.
Si son remisos en aprender la doctrina crisSi trata su marido con cario y respeto.
tiana y en practicar la religin: y lo que seria
Si ama sus hijos con amor excesivo, dejnpeor, si se han burlado de los que la practicaban.
dolos vivir segn sus caprichos, excusndolos __
25

Si ljos de ofrecer el trabajo Dios, han f


prorrumpido en votos, blasfemias palabras escandalosas.
M
Si han inducido algn companero pecar.
P E R S O N A S QUE A S P I R E N A
LA PERFECCION.
Vean si han hecho la oracion, el exmen de
c o l ciencia, y los dems ejercicios espirituales,
. t a , entera y fervorosamente
o- voluntariamente se han distrado en ellos.
uan hecho votos, promesas penitencias
e x t e r i o s , contra la voluntad sin licencia del
dl

q t Mderan en l la persona de Jesucristo,

no tenT e n d o
r i t
fti

C0D 61 m a S r e l a c i o n e s

<luelasesPl"

S i S r S e 8 c i d o sujetando el pro pi juicio

suyo.
Si por ir ciertas devociones y recorrer iglesias, han descuidado las obligaciones de su*
casa y estado.
Si mortifican la lengua, y refrenan los sen-r
tidos, sobre todo en la iglesia.
Si van ella nicamente para orar, mas
bien, por curiosidad, para ver y ser vistas.
Si son humildes y pacientes con los de casa,
6 amigas del ocio, de murmurar, y de llevar
la suya adelante.
.
Si han vigilad y procurado con celo, el bien.

de los sbditos, y de las personas que les estn encomendadas.


ADVERTENCIA

IMPORTANTE.

Los cristianos que, habiendo llevado hasta


ahora una vida ordinaria, nunca hubiesen purificado la conciencia con una cofesion general, seria muy del caso que la hiciesen con un
buen confesor.
Mas si por desgracia hubiesen callado algn
pecado grave en la confesion... ocultado alguna de las circunstancias que mudan de especie
constituyen un nuevo pecado... si se hubiesen confesado sin dolor verdadero... sin propsito firme, universal y eficaz... sin querer, por
ejemplo, restituir... quemar los malos libro3... si
despues de la confesion hubiesen recado con
la misma, y tal vez con mayor facilidad que
ntes; entnces la confesion general no seria ya
de consejo, sino de necesidad.
Empero los que han hecho ya una vez confesion general con el cuidado que les fu posible, y sobre todo las personas escrupulosas, no
piensen en hacerla de nuevo: obedezcan ciegamente: y as, cuando el director las asegura de
que estn bien confesadas, cranlo, y djense
de pensar en si se han no explicado bien; si
las ha no entendido el confesor; si tuvieron
no tuvieron dolor, si hubo dej de haber
falta en el exmen, persuadindose de que slo
van seguras por el camino de la obediencia. E l

soy..:! A aquol Redentor dulcsimo, que por


m derram su sangre preciossima! Es un Padre tan bueno y misericordioso; y yo he sido
tan ingrato para con El...! Ay de m! yo vil
gusano de la tierra os ofend, Dios mi... y en
vuestra presencia... y con tanta advertencia
y malicia... y de tantos modos... y tan repetidas veces... y mintras me colmabais de favores y gracias...! Podais quitarme la vida y lanzarme al infierno; no lo hacais por el amor que
me teneis... y yo perverso os azotaba, coronaba de espinas y crucificaba de nuevo! Y este
por UQ sucio deleite! por un vil nteres! por un
puntillo de honra! por complacer una miserable criatura! Ay que monstruosa ingratitud,
que infelicidad la ma...! Perd la gracia y arnistad de Dios...! Me hice esclavo del demonio...! Cielo hermoso! ya no eres para m...!
Si yo muriese en este instante, el infierno seria mi paradero...! y para siempre jams...!!!
MOTIVOS D E CONTRICION
{Qu locura la ma...! Por uu vil placer, quo
PARA ANTES Y D E S P U E S DE LA CONFESION. ( * )
110 dur ms que un instante, renunci Dios y
su felicidad infinita...! Nunca ms pecar... NunQu hice, infeliz de m...-! Ofend un
ca ms olvidarme de Vos y degradarme as...
Dios de infinita majestad y grandeza...! A a- nunca ms... ntes morir que pecar... ntcs
quel Criador tan benfico, que me di un ser
morir que exponerme al peligro de pecar.
tan noble... todo lo que tengo... todo cuanto
OTROS MOTIVOS D E CONTRICION

demonio, cuando no puede lograr que dejemos


los santos Sacramentos, que los recibamos indignamente, procura, lo mnos, perturbarnos
con vanos escrpulos y temores, fin de impedir siquiera aquella paz y santa alegra que tanto ayuda las almas que se adelanten en la
virtud.
Mas dejando estas personas escrupulosas,'
mira no caigas, cristiano, en el grave error de
aquellos, que solcitos slo del exnaen, descuidan omiten lo principal, que es el dolor y v
propsito. Ah cuntos se confiesan y comulgan sacrilegamente por falta de contricin! Para
que no tengas, pues, la infelicidad de hallar la
perdicin y muerte, donde debas encontrar la
vida eterna, procura excitarte con todo esmero
la contricin por medio de estas semejantes
consideraciones.

[*] Aqu sobre todo te suplico, amado lector, que no pongas t u conato en leer todas es'as reflexiones, sino on saborearlas y meditarlas bien.
f

PARA

PERSONAS MAS

AMAKTFS

DE LA VIRTUD.

Es posible, amabilsimo Jetus mo, que tasa


'

26

perfeccin, y hacerme gracias muy sealadas;


infiel igrato haya sido todava para eon Vos! f
v yo. Seor, no correspondiendo sino con infideNo basta el que haya tantas veces menosprelidades tantas finezas de amor, canso vuestra
ciado vuestro amor en mi vida pasada, hollado
bondad, os disgusto y provoco vmito, y ovuestra sangre divina, abierto esas llagas sacrapongo mil obstculos los designios amorosos
tsimas, y renovado vuestra pasin y muerte
de vuestra Providencial
con mis "qecados...? No basta el que tantos
Y no te mueres de confusion, alma ma, No
herejes, impos y pecadores desalmados os hate avergenzas siquiera de vivir siempre segan cruelsima guerra...? Tengo yo que aupultada en el cieno de tantas faltas y misementar todava la afliccin y amargura da vuesrias...? Merece un Dios tan amante que asi
tro corazon amantsimo? Es justo que habinte portes con su majestad infinita...? Hceccine
dome Vos colmado de tantos beneficios, os pa- [
redis Domino, popule stulte et insipiens? (*)
gue yo con incesantes negligencias, desprecios
As le pagas el no haberte lanzado al infier infidelidades?
no tantos aos hace, luego que cometiste la
Prese un pozo, y medite esto.
primera culpa grave...? Es esto cumplir, lo
Hay ingratitud, hay locura y estupidez se- tantas veces prometido...? Es, esto, que te
mejante la mia? Vos me reconciliasteis con obligan la santidad del bautismo y la vida que
el Padre celestial, muriendo por m en cruz; profesas?
y yo con mis faltas le estoy enojando irriGrande es, Seor, mi locura, lo confieso, netando de nuevo contra m...! Vos, ^costa de
gra es mi ingratitud: mas la detesto de lo nvuestra sangre y vida, me adquiristeis inmentimo de mi alma, y tengo sumo pesar dermis
sos tesoros de gracia; y yo, por no hacerme
repetidas infidelidades. Una y mil veces os
violencia, me privo de esas riquezas y ventapido perdn de ellas, y propongo hacer saludajasinfinitas...! Vos amasteis mis llagas; y yo inble penitencia, lo restante de mi vida. No me
sensato me las abro de nuevo cada dia...! \ o s *
arrojis de {vuestra presencia, oh dulce Jesua
rompisteis mis cadenas; y cuntas me foijo
mo; y acordndoos de lo mucho que os he cosyo, impongo cada dia...? Vos me librasteis
tado, no permitis se malogre el fruto de tande'las llamas eternas; y yo, loco de m! reintos sudores y trabajos.. ! Habiendo llorado
cidiendo voluntariamente cada dia en pecado3
tanto mis extravos, me desecharais ahora;.
veniales, me expongo caer de nuevo en culpas graves, y ser un dia precipitado al infier(*). Deuter. xxxu, v. 6,
no...! Vos, Jess mi, querais elevarme I,

que arrepentido me postro vuestros p i s . J _


Llamando con tanta bondad los que estn
cargados y afligidos para aliviarlos, permit,
riis que gimiese yo por ms tiempo bajo el insoportable peso de la tibieza...? Habiendo perdonado con tanta prontitud y generosidad
un publicano, un ladrn, una adulterar
una Magdalena, as que se reconocieron, senayo ol nico quien negaseis el perdn...? Lo
confieso, mis repetidas infidelidades me hacen
indigno de l... mas no nos mandais Seor,
perdonar sin lmites todos cuantos nos ofenden, por muchas y repetidas que sean las e
fen3as que nos hagan?
Tened, pues, piedad y misericordia de mi.
Os la pido por esas vuestras llagas sacratsisimas, y por los acerbos dolores de vuestra santsima Madre. En Vos espero, oh dulce Jess mi; no, no ser jams confundido.

cador, y sin aguardar que el confesor se lo pregunte, comiense diciendo: Padre, hace tanto
'tiempo que me confes: cumpl la penitencia, he
hecho exmen de conciencia, y hayo que he faltado en.... acsese con toda sencillez y claridad, no olvidando bl nmero y las circunstancias que mudan de especie, hacen al pecado
mucho ms enorme delante de Dios; pero omitiendo quejas, lamentos, faltas agenas, excusas
cuentos impertinentes. Gurdese de callar
disminuir el nmero de los pecados sabiendas:
y si lo hizo alguna vez, no bastar acusar el pecado omitido juntndolo con los dems, como
si fuera cometido desde la ltima confesion;
sino que es preciso advertir al confesor: Padre,
he tenido la desgracia de callar tal pecado, y lo
callo, desde tantos aos, y me confesaba tantas
veces al ao. Qu locura, qu desgracia podra
darse mayor que la de arder enteramente por
no pasar por una momentnea vergenza! SoA V I S O S P A R A LA CONFESION.
bre todo, teniendo libertad para confesarse con
Excitado as el dolor y propsito, mire cada i quien quiera... y bajo un sigilo y secreto inviocual, todava, en qu defecto ha cado con ms lable! De todos los pecados que se pueden cofrecuencia desde la ltima confesion, y pro-, meter, ninguno hay ms nosivo al alma, inponga firmemente la enmienda, como- fruto es- jurioso Jesucristo, que el de una confesion
pecial de aquella confesion. Pstrese luego cemunion sacrilega.
Ea, pues, rompe ese rubor que te anuda la
los pis del confesor, con la misma humildad
v arrepentimiento, con que se postrara el hi- garganta: ni el nmero, ni la enormidad de los
jo prdigo los pis de su padre, y la Mag- delitos escandalizarn al confesor: mil veces ley en los autores la fragilidad de nuestro barro,
dalena los de Jesucristo.
la conoci en la experiencia propia, la aprenDiga la confesion general, esto es, el }e pe-

vor gloria por toda la eternidad. Ob! y de


cuantos bienes se privan los que se confiesan
nifiestes ta gravedad do la
^
^
^ y comulgan raras veces! Y cmo se desespenes en la conciencia, ninguna de tus obras se- rarn algn dia los que lo hagan sin las debir meritoria. Nada te aprovecharn las oracio- das disposiciones!
nes nada las limosnas, nada los ayunos y peConcluida la confesion no pienses ms en
nitencias. Si no tuvieres pecado grave en la
los pecados: cumple inmediatamente la peniv f d a p e ente, acsate de algo de la vida pasatencia, si puedes, y da gracias al Seor por el
da ya para asegurar el dolor, ya para poner
inmenso beneficio que te acaba do hacer
;
materia cierta de absolucin.
Con que ya ests perdonado...! S, qu diHecha sin proligidad ni doblez la acusacin
cha tan grande la tuya, alma cristiana...! Ya ede tus faltas, escucha con humildad los avisos,.
res otra vez hija de Dios yheradera del cielo!
medios y penitencia, que te diere el padre confeYa te miran con suma complacencia los ngesor Dios mismo es quien te habla por su boca
les... y saludan los santos como hermana suSobre todo, cuando te absuelva, di con todo
ya.'.'.' Ya tu nombre est escrito de nuevo en
fervor el M o r m Jesucristo. Qu dicha
libro de la vida...! Qu gracias dars al Secristiano! En aquel instante, no slo te perdoor por tan inestimable beneficio! Tantos por
S
los pecados acusados, sino tambin los
un slo pecado, y mnos graves quo los tuyos
olvidados, y aun los que nunca habas conociestn ardiendo eternamente en el infierno... y
do queda tu alma lavada en la sangre preci.
t des pues de tanta iniquidad quedes salvarea de Jesucristo; aplcansele sus mritos infinite'todava...! Y te est preparado en el cielo
tos eviven los que perdiste pepando; se te vue1uu esplendente trono de gloria...! S, no comeV 0 aumenta, lo mnos, la gracia santificantas ms pecado mortal, y ocupars un da ese
te con el grado de gloria que le corresponde
trono.
y'se te dan copiosos auxilios y gracias acUmACTO D E CONTRICION D E SAN
L oara sojuzgar las pasiones, practicar a virFRANCISCO J A V I E R .
tud
las dificultades, y nunca mas recaer en los mismos defectos. De suerte, que
No me mueve, mi Dios, para quererte
por cada confesion y comunion bien hecha adEl cielo que me tienes prometido,
quiere el alma f ms viva, esperanza msjir
Ni me mueve el infierno tan temido
me caridad ms a r d i e n t e , mayor facilidad y
Para dejar por eso do ofenderte.

di en la ajena. Por otra parte mientras no m*

v e n c e r

eTv'or

para el servicio divino, y despus u.

Ves aquel augusto sagrario?...... Qu crT me mueves, Seor, muveme el verter


cel tan estrecha!
Pues all est tu Dios,
Clavado en una cruz y escarnecido;
prisionero del amor excesivo que tiene los
Muveme el ver tu cuerpo tan herido:
hombres
All est el que no cabe en cieMuvenme tus afrentas y tu muerte.
los y tierra. La Majestad
la P u r e z a . . . . . .
Muveme en fin tu amor, en tal manera,
la Santidad infinita
y quin soy yo daQue aunque no hubiera cielo, yo te amara,
tante de tan alta Majestad? Vil gusano de la
Y aunque no hubiera infierno, te temiera.
tierra'
. Y una miserable criatura visiNo me tienes que dar porque te quiera,
tis, Jess mi?
Y quereis uniros conmiPorque aunque lo que espero no esperara
go con unin inefable y verdadera?
Y queLo mismo que te quiero te quisiera.
reis ser mi alimento y mi sustancia?
De aP A R A A N T E S D E LA COMUNION. qu afectos de humildad, admiracin y amor...
Ya es llegada la hora dichosa! ya se acer- Ay Seor! quin os hubiese amado siemca el momento feliz! Pronto se cumplirn en pre' quin nunca os hubiese ofendido!
t aquellas admirables palabras del Seor: El quin tuviese la f de los profetas, la esperanque come mi carne y lele mi sangre, est en mi za de dos patriarcas, la caridad de los apstoy yo en l (1) Pronto podrs decir con el A- les, la constancia de los mrtires, la pureza de
pstol: Vivo yo, mas no y, sino Cristo vive n las vrgenes, la santidad de Mara Santsima!...
m (2) Persudete de que esta es la accin Aun as no seria digno de recibiros y hospedams grande que puedes practicar en esta vida, ros en mi corazon
Qu d e b o pues decir
y que cuanto ms detestes el pecado y msa- cuando me veo tan pobre y vacio de virtudes.
dornes el alma de virtudes, tanta mayor abun-, Os dir con el apstol San Pedro: Apartaos
dancia de gracia recibirs del cielo. Prepra- de m, Seor, que soy un gran pecador
te pues, alma cristiana, la sagrada comu-, Mas dnde ir, si Vos t e n e i s palabras de
nion con todo el fervor posible. San Luis Gon- vida eterna (2)? Qu har sin Voe? _ Quin
zaga comulgaba cada ocho das solamente; mas disipar las tinieblas de mis errores ignoran1
como empleaba tres en prepararse y otros tres cia ? ;Quin curar mis llagas? Quien calmaen dar gracias por este inmenso beneficio, sa- r el ardor de mis pasiones? Quin me dar
caba de la comunion copiossimo fruto. Esfur- armas para triunfar de mis enemigos? V os sois,
zate, pues, alma mia, en imitarle.
j
(1) Le. V, v. 8.(2) Joan. VI, v 60.
28
~ ( f j o a a . vi, 0. 5 7 M 2 T ^ a i n, V. 20.

Ves aquel augusto sagrario?...... Qu crT me mueves, Seor, muveme el verter


cel tan estrecha!
Pues all est tu Dios,
Clavado en una cruz y escarnecido;
prisionero del amor excesivo que tiene los
Muveme el ver tu cuerpo tan herido:
hombres
All est el que no cabe en cieMuvenme tus afrentas y tu muerte.
los y tierra. La Majestad
la P u r e z a . . . . . .
Muveme en fin tu amor, en tal manera,
la Santidad infinita
y quin soy yo daQue aunque no hubiera cielo, yo te amara,
tante de tan alta Majestad? Vil gusano de la
Y aunque no hubiera infierno, te temiera.
tierra'
. Y una miserable criatura visiNo me tienes que dar porque te quiera,
tis, Jess mi?
Y quereis uniros conmiPorque aunque lo que espero no esperara
go con unin inefable y verdadera?
Y queLo mismo que te quiero te quisiera.
reis ser mi alimento y mi sustancia?
De aP A R A A N T E S D E LA COMUNION. qu afectos de humildad, admiracin y amor...
Ya es llegada la hora dichosa! ya se acer- Ay Seor! quin os hubiese amado siemca el momento feliz! Pronto se cumplirn en pre' quin nunca os hubiese ofendido!
t aquellas admirables palabras del Seor: El quin tuviese la f de los profetas, la esperanque come mi carne y lele mi sangre, est en mi za de dos patriarcas, la caridad de los apstoy yo en l (1) Pronto podrs decir con el A- les, la constancia de los mrtires, la pureza de
pstol: Vivo yo, mas no y, sino Cristo vive n las vrgenes, la santidad de Mara Santsima!...
m (2) Persudete de que esta es la accin Aun as no seria digno de recibiros y hospedams grande que puedes practicar en esta vida, ros en mi corazon
Qu d e b o pues decir
y que cuanto ms detestes el pecado y msa- cuando me veo tan pobre y vacio de virtudes.
dornes el alma de virtudes, tanta mayor abun-, Os dir con el apstol San Pedro: Apartaos
dancia de gracia recibirs del cielo. Prepra- de m, Seor, que soy un gran pecador
te pues, alma cristiana, la sagrada comu-, Mas dnde ir, si Vos t e n e i s palabras de
nion con todo el fervor posible. San Luis Gon- vida eterna (2)? Qu har sin Voe? _ Quin
zaga comulgaba cada ocho das solamente; mas disipar las tinieblas de mis errores ignoran1
como empleaba tres en prepararse y otros tres cia ? ;Quin curar mis llagas? Quien calmaen dar gracias por este inmenso beneficio, sa- r el ardor de mis pasiones? Quin me dar
caba de la comunion copiossimo fruto. Esfur- armas para triunfar de mis enemigos? V os sois,
zate, pues, alma mia, en imitarle.
j
(1) Le. V, v. 8.(2) Joan. VI, v 60.
28
~ ( f j o a a . vi, 0. 5 7 M 2 T ^ a i n, V. 20.

oh dulce Jess mo, la verdad, el camino y la- sal su encuentro con tiernos suspiros, acrcavida. Fuera de Vos no hay sino mentira, error te al comulgatorio con vestidos limpios, s, pey muerte eterna, Vos sabis convertir en san- ro modestos, sin pretensin alguna mundana.
tos los ms grandes pecadores
Venid, V en ayunas, con loa ojos bajos, las manos
iuntas, con la misma humildad y devocion con
pues, oh Dios de amor
Deseo amaros con
que Santo Toms apstol se llegara tocar y
todo mi corazoD
Psame en el alma de haadorar las llagas sacratsimas del Salvador,
beros ofendido
Venid, oh buen Jess, vecon la que te acercaras la Virgen, ei, como
nid!... Mi alma os desea ardentsimamente!...
otro Simen se dignara poner en tus brazos
Venid, dulce hechizo de mi amor, venid, refrigerio de los corazones, consuelo de los afligi- BU Hijo preciossimo.
Anonadado como el Centurin di por tres
dos, esperanza de las gentes, delicia de los nveces:
Seor, no soy digno de que entreis en
geles, alegra del cielo, bienaventuranza de los
mi
pobre
morada; mas decid una sola palabra,
santos: venid, Dios mi, alumbrad mi alma coa
las luces de vuestra fe; venid, rey eterno, li- y quedar sana y salva mi alma. Llegado el
brarme de todos mis enemigos; venid, mdica precioso momento, abre los labios, pon la lendivino, curar mis muchos males; venid, hus- gua sobre el inferior, recibe la santa Forma y
ped magnfico, enriquecerme con vuestros so- procura pasarla cuanto ntes.
beranos dones; venid, fuente de aguas vivas,
HACIMIENTO D E GRACIAS.
apagad la rabiosa sed de mis pasiones; venid,
vida mia, paraso mo, bien mi; venid, que os
Seis bien venido, oh dulce Jess mo, esdeseo, venid, que por Vos suspiro; venid y no
Cmo, y
tardis ms, venid que desfallezco; venid, Se- >
> ta pobre morada de mi corazon
es
posible
que
todo
un
Dios
haya
venido
viflor, y tomad cuanto ntes posesion de mi co litarme!
m, gusanillo de la tierra!
razn.
Y al Hijo de Dios tengo yo en mi pecho, su
cuerpo, sangre, alma, humanidad toda entera
Con estas semejantes aspiraciones, debiey BU misma divinidad!
Lo creo, Seor, y
ras, cristiano, avivar ya desde la vspera las
daria mil vidas que tuviese, en confirmacin de
ansias de llegar tan sagrado banquete, conesta verdad
Mas de dnde m tanta ditando por decirlo as las horas, y acusando el
cha!
de dnde tan sealado favor!
dia de perezoso. Cuando viniere el SacramenPotenoias de mi alma, adoradle con la ms proto en manos del sacerdote, entneos sobre todo,

funda humildad
Sentidos mios, postraos: divino que vino encender la faz de la tierra?
Pide, pide con viva confianza todo cuanto deante vuestro Dios y Seor
sees y necesites; que ha venido para sanarte
Contenplando Jess dentro de tu corazon,
y trasformarte en s
Qu dao se hacen,
como en un trono de amor, llama una por una
y au ingratitud no muestran aquellos infelices,
todas tus potencias, y ofrcelas al Seor....
que apnas han recibido la comunion, vuelven
Represntale las enfermedades de tu pobre allas espaldas un tan liberal y fino amante, y
pdele humildemente que las curo
ma
salen de la iglesia sin darle gracias, ni pedirle
Haz lo mismo con los sentidos
Suplcale favor alguno! T ljos de hacerlo as, dile con
que los bendiga y santifique
Oh amantsi- todo el afecto de tu corazon: Seor, qu quemo Jess mi! Ya que me redimisteis con vues- reis que haga {!)? Enseadme hacer vuestra
tra sangre preciossima, concluid vuestra obra, divina voluntad (2). Hablad, Seor,_ hablad,
coronad vuestras misericordias concedindome que dcil os escucha vuestro humilde siervo (o).
la gracia de
la victoria de tal pasin...... S, escchale con atencin, y vers que te reHaz otro tanto con tus hijos, parientes y arar prende interiormente de ciertas faltas
te
g0B
Lee poco, pero habla mucho con este
pide que sacrifiques tu amor propio, etc. Y
divino Seor
Es Padre tan amoroso
qu podrs negar un Dios que acaba de dary t hijo tan ingrato!
es un Rey tan mag- te todo cuanto tiene y todo cuanto es? Dile,
nfico ... y t un vasallo tan rebelde!
ea pues, con el patriarca san Ignacio de Loyola:
un pastor tan bueno
y t aquella oveja
descarriada!
es tu M a e s t r o . . . . . . tu EsORACION.
poso
tu Redentor
y t, qu discpulo tan i n d c i l , qu esposa ms infiel!...... QueTomad, Seor, y recibid toda mi libertad,
materia no suministra cada uno de estos ttu- memoria, entendimiento y voluntad, todo cuanlos para encender en el corazon las lamas de to tengo y poseo, Vos me lo disteis, Vos Seuna ardentsima caridad! Eres frgil? Pues en or lo devuelvo: todo es vuestro: disponed de
tu pecho tienes la fortaleza de Dios, batas ello toda vuestra voluntad. Dadme vuestro
enfermo? Pas ah tienes el M e d i c o celestial amor y gracia, que esto me basta.
que d salud cuantos la desean. Eres mendigo? Pues el tesoro de cielos y tierra est enPs.~CXLII, V. 10.
cerrado en tu corazon. Eres tibio? Qu tibieza (3) I. Re?. I I I . v. 10.
v ;
o
29
no desterrar, qu hielo no derretir el tuegc

No te vaya de la iglesia sin decir tambin,


esta preciosa

ORACION E I R A OFRECER LA VI81TA DE ALTARES,


JUBILEOS E INDULGENCIAS.

ORACION, j

Altsimo Dios y Seor mi, dignaos aceptar


esta
obra que hago unido con la intencin que
Heme aqu, dulcsimo Jess mo, que humituvisteis
en las vuestras, y con la que tuvo
llado me postro ante tu divina presencia, y
con el ms encendido fervor te pido impri- nuestra Madre la santa Iglesia al prescribirla.
mas en mi corazon vivos sentimientos de fe, es- Aceptadla, os ruego por la exaltacin de la sanperanza y caridad, verdadero dolor y arrepen- ta fe catlica, aumento, propagacin y dilatatimiento de mis pecados, y eficaz propsito de cin de vuestra Iglesia, paz y unin entre los
la enmienda; mintras con el mayor afecto y prncipes cristianos, victoria contra infieles,
compasion de que mi alma es capaz, voy con- destruccin de las herejas, conversin de los
siderando y meditando tus cinco llagas, tenien- gentiles, perseverancia de los justos, y por todo la vista lo que de # cantaba el santo pro- das las necesidades espirituales y temporales
feta David: Traspasaron mis pies y manos, y de la santa Iglesia romana. Por ella suplico
vuestra divina Majestad me concedis indulcontaron todos mis huesos.(*)
gencia plenaria y perdn de todas mis culpas
(*) Pi V I I en 10 de Abril de 1821, conce- y pecados, descanso las benditas nimas, condi indulgencia plenaria, aplicable una alma suelo los atribulados, gracia final moridel purgatorio, los que confesados y comulga- bundos, y para los que estn en pecado mortal
dos digan devotamente esta oracion ante una auxilios eficaces para que saliendo de la culpa
imgen de Cristo crucificado. Y los que, con-, gocen de vuestra gloria, pues por todos se defesndose cada ocho das, comulgaren ms rram la sangre de mi seor Jesucristo. Amen.
menudo, podrn ganarla cada dia que comulgen,
segn consta del decreto del mismo Pontfice para dar Dios gracias despues de la comunion,
de 12 de Junio del ao 1822. Mas confirman- podr valerse de las oraciones que se hallan
do nuestro santsimo Papa Pi I X esta indul- ms adelante, en especial de las que ponemos
gencia, ordena que por algn espacio de tiem- por los hijos y padres, en reparacin de las blaspo se ruegue la intencin de Su Santidad. femias, y para la conversin del universo, eta.
Pero ningunas sern ms oportunas que los ao(31 Julio 1858.)
tos de desagravios al Corazon de Jess.
Si alguno quisiese materia ms abundante

116
ma para ganar sus muchas indulgencias, deben
rezar cada dia un Padre Nuestro, Ave Mara,

OFEEOIMIENTO DE LA ESTACION.

Os ofrecemos, Seor, esta estacin en accin


ae gracias por la santsima comunion que acabamos de hacer, y por la misa que acabamos
de or, haciendo intencin de ganar las indulgencias concedidas estos actos de religin,
pidindoos, segn la intencin del romano Pontfica, por las presentes necesidades de la santa Madre Iglesia catlica, apostlica, Romana:
por la propagacin de la fe; por la extirpacin
de las herejas y de los ladrones; por la conversmn de los infieles, herejes y pecadores;
por las benditas nimas del purgatorio; por
, P a z y concordia entre los prncipes y republicas cristianas; por la salud de los enfermos; por los pobres agonizantes, caminantes y
cautivos; por la felicidad de los matrimonios;
por todos los que estamos aqu santamente reunidos; por nuestras necesidades particulares y
generales; por todo aquello por lo cual, Seor,
quereis que os pidamos, especialmente por
nuestro santsimo Padre el Papa Len X I I I ; y
para conseguir y conservar el fruto de esta santsima comunion y misa, y el don preeioso de
la perseverancia final en vuestro santo servicio,
amor y gracia, hasta el ltimo instante de la'
vida. Amen.

*
"
V

.
Y

Credo, y decir:
Dulce corazon de mi Jehs, haz
Que yo te ame siempre ms.
Todos los primeros viernes y primeros domingos del ao hay indulgencia plenaria, y lo
mismo en las fiestas de Nuestro Seor Jesucristo y de la Santsima Virgen, etc., confesando, comulgando y visitando la iglesia de la congregacin, y donde no la hubiere, la propia parroquia.
El padre misionero Ildefonso Jos de la fea, de la "compaa de Jess, concede por facultad pontificia, cuarenta dias de indulgencia
por cada vez que se rece el ofrecimiento la
oracion prescrita por la Congregacin; la cual
goza tambin la indulgencia de sesenta dias por
cualquiera obra piadosa que practicare el congregante, visitar enfermos, dar limosna, oir misa, etc., etc.
Dicho padre misionero tiene facultad de agregar la referida congregacin de Roma y
aprobacin expresa del Illmo. Sr. Arzobispo
para usar de ella. No se paga nada por la agregacion asiento, ni se necesita escapulario.
METODO PARA VISITAR CON FRUTO
A JESUS SACRAMENTADO, DURANTE LA EXPOSICION

Los agregados la congregacin primaria


del Sagrado Corazon de Jess, erigida en Ro-

\
ii

DE LAS CUARENTA HORAS.

Morando Jess entre nosotros, ofrecindose


80

de continuo por nosotros al Eterno Padre, y ^ Magostad, y medita el exceso de su amor. Si


cifrando sus delicias en conversar con los hijos , no sabes como pasar un rato delante de un Dios
#tan enamorado de los hombres, haz la estacin;
de los hombres; no ser justo que le obsequierezando seis Padre Nuestros, seis Ave Maras
mos y visitemo? menudo? A los reyes de la
y Gloria Patri, y rogando por las necesidades
la tierra sobran cortesanos, no falta quien honde la Iglesia eon intencin de ganar las gracias
re los mundanos; solo Jess es olvidado, y
que hay concedidas, te enriquecers con un sin
esto en el misterio inefable de su amor. Cmo,
hijos mios, nos dice con palabras tiernsimas, ^ nmero de indulgencias. Qu buena ocasion
no podis siquiera velar una hora conmigo (1)? ^ esta para comulgar espiritualmente segn el
mtedo indicado pg. 78, y rezar pausada y
No sabis como ocupar el tiempo; perdeis tanatentamente el Anima Christi, pg. 78?
tas horas en visitas frivolas y perniciosas; y
no hayais ni medio cuarto de hora que emplear '
en mi presencia? Niegan mi divinidad los heACEPTACION D E LA MUERTE.
rejes; crucifcanme de nuevo los malos cristianos; abandnanme los mundanos; quisierais deAdoro, Dios mi, vuestra infinita grandeza;
jarme tambin vosotros (2)? No, no, dulcsimo
os reconozco por supremo Seor de todo lo criaJess; dnde iramos, pues teneis palabras de
do, rbitro de la vida y de la muerte, y me sovida eterna (S).? Os visitaremos con frecuencia,
meto al decreto que habis pronunciado contra
y ojal supisemos hacerlo con el mismo ferm. Lo acepto en espritu de penitencia, y en
vor con que los ngeles y pastores os adoraron
unin de la muerte que Vos sufristeis por m,
en Belen.
Entra, pues, alma cristiana, en la iglesia con f deseando por este sacrificio, rendiros profundo
homenaje, y expiar el mal uso que hice de
gran modestia y recogimiento, no mnos que
mi vida.
con humildad y confianza; es casa de Dios y \
Acepto desde ahora la muerte con todas las
puerta del cielo: adora all tu amable redenangustias
y dolores que la acampaen, en el
tor. El es: oculto est, pero real y verdaderatiempo, forma y manera, que sea ms del agramente como en el cielo. Habla con su divina
do de vuestra soberana majestad. S, consiento, Jess mo, en que mi alma sea separada del
cuerpo, en castigo de haberse separado tantas
(1) Matth. X X Y I , v. 40.(2) Joan. V I , 68.
veces de Vos, por el pecado. Acepto la prdi(3) Id. V I , 69.

121
da y privacioD de mis sentidos, y aun de la
misma razn, en descuento de las veces que en
ofenderos empli estos preciosos dones, que habia recibido de vuestra liberalsima mano.
Acepto, Seo , el que mi cuerpo sea pisado,
comido de gusanos, y reducido polvo, on castigo del orgullo con que prefer mis antojos y
gustos vuestra santsima voluntad.
Oh gusanos! Oh disolucin de todo mi cuerpo, abandono total de los hombres, hediondez
y soledad espantosa del sepulcro! Cenizas, yo
os acepto y miro como instrumento de la divina justicia. Justo es sea as disuelto quien no
anhel ms que por placeres mundanos y seductores alhagos de la carne. Justo es sea olvidado y arrojado de la sociedad, quien, por
dar gusto los hombres, y grangearse aplausos, renunci tantas veces Dios y la eterna
felicidad.
Una sola gracia os pido, Seor, y es recibir
tiempo y con fervor, los ltimos Sacramentos: mas si en castigo de mi tibieza en frecuentarlos ahora, quisieseis privarme entnces de
este beneficio, concededme lo mnos que haciendo los ms fervorosos actos de fe, esperanza, caridad y contricin, espire en vuestra amistad y gracia, pronuncian lo los dulcsimos
nombres de Jess y Mara, y que mi alma llevada por los ngeles la patria celestial, merezaa gozar de Vos, por los siglos de los siglos.
Amen.

SUPLICAS
Jess crucificado, para obtener la gracia
de una buena muerte. (*)
Jess, Seor Dios de bondad, Padre de misericordia, aqu me presento delante de Vos
con el corazon contrito, humillado, y confuso,
encomendndoos mi ltima hora, y la suerte
que despues de ella me espera;
Cuando mis pis, perdiendo el movimiento
me adviertan que mi carrera en este mundo est ya para acabarse;
II. Jess misericordioso, tened compasion
d mi."
Cuando mis manos trmulas y torpes, no
puedan ya estreohar el Crucifijo, y pesar mi
le dejan caer sobre el lecho de mi dolor;
Jess misericordioso, etc.
Cuando mis ojos, apagados y amortecidos
con el dolor de la muerte cercana, fijen en Vos
miradas lnguidas y moribundas;
Jess misericordioso, etc.
Cuando mis lbios fros y balbucientes pro(*) Las compuso una jven protestante qne
Be convirti & la religin catlica los quince
aos de su edad, y muri los diez y ocho con
olor de santidad. Pi V I I y Len X I I , concedieron 100 dias de indulgencia, por cada dia
que 6e rezen dichas oraciones, y una plenaria
rezndolas por un mes entero.

Buncien por ltima vez vuestro santsimo


Nombre;
Jess misericordioso, etc.
Cuando mi cara, plida y amoratada, cause
ya lstima y terror los circunstantes, y los
cabellos de mi cabeza, baados del sudor de la
muerte, anuncien que est cercano mi fio;
Jess misericordioso, etc.
\
Cuando mis oidos prximos cerrarse para >
siempre, las conversaciones de los hombres,
se abran para oir de vuestra boea, la sentenoa irrevocable que termine mi suerte por to- IT
da la eternidad;
Jess misericordioso, etc.
Cuando mi imaginacin agitada de espantosos fastasmaB se vea sumergida en mortales
congojas, y mi espritu perturbado del temor
de vuestra Justicia la vista de mis iniquidades, lucha con el enemigo infernal, que quisiera quitarme la esperanza de vuestra misericor- ,
dia, y precipitarme en el abismo de la desesperacin;
Jess misericordioso, etc.
Cuando mi corazon dbil y oprimido del do- '
lor de la enfermedad, este sobrecogido del horror de la muerte, fatigado y rendido por los
esfuerzos que hubiere hecho contra los enemigos de mi salvacin;
Jess misericordioso, etc.
Cuando derrame las ltimas lgrimas,
sntomas de mi destruccin, reoibidlas, Seor, #

en sacrificio de expiacin, para que muera vctima de penitencia, y en aquel momento terrible;
, Jess misericordioso, etc.
Cuando mis parientes y amigos juntos al rededor de m lloren al verme en el ltimo trance,
y cuando invoquen vuestra misericordia en mi
favor;
Jess misericordioso, etc.
Cuando perdido el uso de los sentidos, desaparezca .el uso de mi vista, y gima entre las
ltimas agonas y congojas de la muerte;
Jess misericordioso, etc.
Cuando mi alma salga para siempre del cuerpo, dejndole plido, fri y sin vida, aceptad la
destruccin de l, como un tributo que desde
ahora ofrezca vuestra divina Majestad, y en
aquella hora;
Jess misericordioso, etc.
En fio, cuando mi alma comparezca delante
de Vos para ser juzgada, no la arrojis de vuestra presencia, sino dignaos recibirla en el seno
amoroso, de vuestra misericordia, para que cante eternamente vuestras alabanzas;
Jess misericordioso, etc.
ORACION.
O Dios mi, que condenndonos la muerte, nos habis ocultado el momento y la hora,
haced que viviendo santamente todos los dias
de nuestra vida, merezcamos una muerte dichosa abrasados en vueetro divino amor. Por

loa mritos de nuestro Seor Jesucristo y de


su santsima Madre. Amen.

nos lo piensan, sorprendidos de la muerte, y


condenados eternamente! Y aun cuando la
ltima hora se llama un sacerdote, siquiera
MODO PRACTICO D E A Y U D A R A
por evitar la infamia de que muera el pariente
B I E N MORIR.
sin Sacramentos; qu le aprovechar al enferHabiendo desaparecido los Ordenes religiomo su presencia, si, perdido ya el conocimiento,
sos que con tanto mrito suyo y aprovechamienest incapaz de hacer una buena confesion, y
to de las almas se consagraban la asistencia aun de formar un verdadero acto de contricin?
espiritual de los moribundos; es de suma uti- >
Adems, qu necedad puede darse mayor,
lidad, y aun de indispensable necesidad, excique la de temer la visita del Mdico celestial,
tar el celo de todos los cristianos, para suplir
nico que puede dar acierto los facultativos,
falta y vaco tan lamentable.
eficacia los remedios y salud al enfermo?
Llmale, pues, tiempo; que los Sacramentos,
En efecto, nadie iguora que del momento crljos de acelerar, alejan la muerte muchas vetico de la muerte depende una feliz desdices, y si conviene, dan salud y vida al que los
chada eternidad, el colmo de todos los bienes
recibe presto. Y cuntos privados de este au de todos los males. Creas <5 no oreas, pienxilio, por el ms fatal y trascendente desouises no pienses en ello, as ser
No sedo, perdieron una salud, que con el socorro de
r justo, pues, que abras los ojos y despertanlos Sacramentos hubieran quizs recobrado fado del profundo letargo en que has vivido, trates, lo mnos entnces, de prepararte al te- k. cilsimamente?
Y no contento con pedirlos tiempo, has
rrible trance de la muerte?
que
te lean este captulo, y los motivos de conPor lnguida que tengas la f, y aunque no ^
tricin que ponemos para ntes de la confesion,
sea muy grave tu dolencia, te ruego que pidas
t mismo, y con tiempo, los santos Sacramen- o pg. 100. Y ouando est para llegar el santo
Vitico, escucha con atencin los avisos que se
tos, no findote de palabras alhageas eshallan
en la pg. 108: que te los lean de espaperanzas lisonjeras. Tus parientes y amigos por
cio, como tambin el hacimiento de gracias pauna mal entendida amistadlos mdicos por vara despues de recibida la visita del Mdico ceno respeto, todos te asegurarn que no hay pelestial, que se halla en la pg. 111. Luego entre
ligro todava, y que no dejarn de avisarte COD
dia, despidiendo toda visita mundana, podrias
tiempo; pero ayl ;cunto3 miles de cristianos,
ir saboreando el Anima Ghristi, pg. 78 y oengaados de esta suerte, se ven, cuando me- t
82

r
126
tras, no olvidando la aceptacin de la muer- rte que pusimos, pg. 119.
Si cayere gravemente enfermo alguno de tus
parientes, cualquiera otra persona por cnya
felicidad te intereses, suplicte por las entraas de Jesucristo, y por la amistad que le profesas, le avises con tiempo, del peligro en que
se encuentra, y con el celo y santas industrias, J
que el amor verdadero debe inspirar en seme- >
jantes casos, le induzcas que reciba dignamente y tiempo, los santos sacramentos. Bscale un confesor de su confianza, preprale
la confesion y recepcin del santo Vitico, pero con suavidad y sin serle molesto.
Cuando estuviere en la agona, ms de las
oraciones indicadas, que ser bien leerle haciendo algunas interrupciones para no cansarle, te
podrs tambin valer de las jaculatorias siguientes:
Oh dulce Jess mi, mi consuelo, mi fortaleza y todo mi bien, cundo os poseer sin temor
de nunca separarme de Vosl
r
En Vos creo, en Vos espero, Vos amo y
amar siempre 6obre todas las cosas.
Quin siempre os hubiese amado! Quin
nunca os hubiese ofendido!
Creo, Dios mi, todo cuanto me habis revelado, y todo cuanto me propone y mana
creer la santa madre Iglesia.
Pequ, Seor, mas confio en vuestra bondad
y misericordia infinita me perdonaris, no per- ,

127
mitiendo se pierda una alma redimida con vuestra sangre preciossima.
Padre, dulcsimo Padre mi, peor soy que
el hijo prdigo: no era digno de ser llamado hijo vuestro; pero Vos sois mi Padre, y el mejor
de todos los padres.
Echad, pues, vuestro hijo los brazos al cuello; dadme el sculo de paz; ponedme el anillo
de vuestra amistad y gracia; restituidme la estola de la inocencia que perd por mi malicia.
Virgen santsima y dulce Madre de misericordia, muestra que eres mi Madre en esta ltima hora.
T me has amparado y favorecido todo el
discurso de mi vida, amprame y favorceme
en este momento de que depende todo mi bien.
Por la agona de tu Hijo querido, por las
penas y amarguras que sentiste al pi de la
cruz, assteme en la muerte.
Dndole besar el Crucifijo: Te adoro llaga
sacratsima del costado de mi dulce Jess,
abierto ms por amor los hombres, que por
el fiero golpe de la lanza.
Dame, Seor, asilo en tu corazon, lavando
mis manchas con la sangre y sgua que vertiste por esa llaga santsima.
Os adoro, manos sacrosantas, abiertas por
mi amor; vosotras me criasteis, de vosotras espero la salvacin.
Oh Padre Eterno! ten misericordia de m,

129
RECOMENDACION D E L ALMA S E G K
E L R I T U A L ROMANO.
LETANIAS

DE

LOS

AGONIZANTBS.

Seor,
ten piedad de l ( de ella) (1).
Jesucristo,
v
ten piedad.
Seor,
^ n piedad.
Santa Mara,
ruega por l ( por ella).

130
Santos Pontfices y confesores,
rogad. San Benito,
ruega.
San Francisco,
ruega,
Santos Monje? y Ermitaos,
rogad todos,
Santa Mara Magdalena,
ruega,
Santa Luoa,
ruega,
Santas Vrgenes y Viudas,
rogad todas,
interceded todos,
Santos y Santas de Dios,
lbrale, Seor.
Sle propicio,
lbrale,
De tu clera,
lbrale,
Del peligro de la muerte,
lbrale,
De las penas del infierno,
lbrale,
De todo mal,
lbrale,
Del poder del demonio,
lbrale,
Por tu Natividad,
lbrale,
Por tu cruz y pasin,
lbrale.
Por tu muerte y sepultura,
Por tu gloriosa Resurreccin,
lbrale.
Por tu admirable Ascensin,
lbrale.
Por la gracia del Espritu Consolador, lbrale.
En el da del juicio,
lbrale.
As te lo pedimos aunque pecadores, yenos*
Seor.
Te rogamos que le perdones,
yenos.
Seor,
ten misericordia de l.
Jesucristo,
ten misericordia\
Seor,
ten misericordia.
Hallndose el enfermo en la agona, se dir
la siguiente:
RECOMENDACION D E L ALMA.
Sal de este mundo, alma cristiana, en nom-

bre de Dios Padre, Todopoderoso, que te cri; en


nombre do Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que
padeci por t; en nombre del Espritu Santo
que en t se infundi; en nombre de los ngeles y arcngeles; en nombre de los tronos y dominaciones; en nombre de los principados y potestades, en el de los querubines y Berafine;
en el de los patriarcas y profetas; en el de los
santos apstoles y Evangelistas; en el de los
santos mrtires y confesores; en el de los santos monjes y ermitaos; en nombre de las santas vrgenes y de todos los santos y santas de
Dios. Sea hoy en paz tu descanso y tu habitacin en la Jerusalen celestial. Por Jesucristo, etc.
Oh Dios de bondad, Dios clemente, Dios que
segn la multitud de tus misericordias perdonas los arrepentidos, y por la gracia de una entera remisin borras las huellas de nuestros crmenes pasados, dirige unamirada compasiva t u
siervo N.; recibe la humilde confesion que te
hace de sus culpas, y concdele el perdn de
todos sus pecados. Padre de misericordia infinita, repara en l todo lo que corrompi la fragilidad humana y manch la malicia del demonio: jntale para siempre con el cuerpo de la
Iglesia, como miembro que fu redimido por
Jesucristo. Ten, Seor, piedad de sus gemidos,
compadcete de sus lgrimas, y puesto que no
espera sino en tu misericordia, dgnate dispen

aarle la gracia de la perfecta reconciliacin. Por*


Jesucristo, etc.
Te recomiendo Dios Todopoderoso, mi querido hermano ( hermana) y te pongo en las
manos de aquel de quien eres criatura, para
que despues de haber sufrido la sentencia de
muerte dictada contra todos los hombres, vuelvas tu Criador que te form de la tierra.
Ahora, pues, que tu alma va salir de este
mundo, salgan recibirte los gloriosos coros de
lo ngeles; los apstoles que deben juzgarte
vengan tu encuentro con el ejrcito triunfador de generosos mrtires, circndete la multitud brillante de Confesores; acjate con alegra el coro ardiente de Vrgenes, y s para
siempre admitido con los santos patriarcas en
la mansin de la venturosa paz. Presntese
t Jesucristo con rostro lleno de dulzura, y oolquete en el seno de los que rodean el trono
de BU divinidad. No experimentes el horror de
las tinieblas ni los tormentos del suplicio eterno. Al verte huya Satans con todoi sus sa-v
tlites; y al llegar al medio del coro de los ngeles, tiemble y se vuelva la triste morada
donde reina la noche eterna. Levntese Dios
y dispense sus enemigos y desvanzcanse como el huroo. A la prsencia de Dios desaparezcan los pecadores, como la cera se derrite
al calor del fuego, y regoogense los justos, como en uaa fiesta perpetua ante la presenoiB
del Seor. Confundidas sean todas las legin

nes infernales, y ningn ministro de Satans


se atreva estorbar tu paso. Lbrete de los
tormentos Jesucristo qpe fu crucificado por t:
colquete Jesucristo, Hijo de Dios vivo en el
jardn siempre ameno de su paraso, y verdadero pastor como es, reconzcate por una de
6us ovejas. Perdnete misericordioso todos tus
pecados, pngate su derecha entre los elegidos para que veas tu Redentor cara cara,
y morando siempre BU lado logres feliz contemplar la soberana Majestad, y admitido en
el nmero de los bienaventurados gozar de la
dulce"vista de Dios, por todos los siglos de los
siglos. Amen.
Seor, recibe tu siervo en el lagar de la
salvacin que espera de tu misericordia. R.
As sea.
Seor, libra el alma de tu siervo de todoB
los peligros del infierno, de sus castigos y males. R. As sea.
Seor, libra su almB, como preservaste
Henoch y Elias de la muertp comn todos los
hombres. R. As sea.
Seor, libra su alma, como libraste No
del diluvio. R. As sea.
Seor, libra su alma, como libraste Abraham de la tierra de los Caldeos. R. As sea.
Seor, libra su alma, como libraste Job de
sus padecimientos. R. As sea.
Seor, libra su alma, como libraste Isaac da
34

las manos de BU padre cuando iba inmolarle,^


R. As sea.
Seor, libra BU almi, omo libraste Lot de
Sodoraa y de la lluvia de fuego. R. As sea.
Seor, libra su alma, como libraste Moiss
de las manos de Faran, rey de Egipto. R. As sea.
Seor, libra su alma, como libraste Daniel
del Lago de les leones. R. As sea.
Seor, libra su alma, como libraste los tres i
nios del horno encendido y de las manos del
rey impo. R. As sea.
Seor, libra su alma, como libraste Susana del falso testimonio. R. As sea.
Seor, libra su alma, como libraste David
de las manos de Sal y Goliat. R. As sea.
Seor, libra su alma, como libraste San
Pedro y San Pablo de la prisin. R.
As sea.
Y como libraste la bienaventurada Tecla,
virgen y mrtir, de los ms crueles tormentos,
dgnate librar el alma de tu siervo y dale gozar tu lado de los bienes eternos. R. As sea
ORACION.
Te recomendamos el alma de tu siervo N.,
y te pedimos, Seor Jesucristo, Salvador del
mundo, por la mieericordia con que bajaste por
ella del cielo la tierra, que no le niegues un
lugar en la morada de los santos Patriarcas.
Reconoce, Seor, tu criatura, obra, no de
dioses extraos, sino tuya, Dios nico vivo y
verdadero; porque no hay otro Dios mas que

t y nadie te iguala en tus obras. Haz, Se


or, que tu dulce presencia llene su alma de alegra; olvida susiniquidadespaeadasytosextravos que fu arrastrada por sus pasiones; porque aun cuando pec, no ha renunciado la
f del Padre, del Hijo y del Espritu Santo;
sino que ha conservado el clo del Seor y ha
adorado fielmente Dios, criador de todas las
cosas.
OTRA ORACION.
Te pedimos, Seor, que olvides todos les
pecadod y faltas que en su juventud cometi
por ignoraocia. y segn la grandeza de tu misericordia acurdate de l en el esplendor de tu
gloria. Abrele los cielos y regocjense los ngeles con su llegada. Recibe, Seor, tu siervo
N. en tu reino. Recbale S.Miguel Arcngel, caudillo de la milicia celestial; salgan su encuentro los 6antos ngeles y condzcanle la celeste Jerusalen. Recbale el apstol san Pedro,
quien entregaste las llaves del reino celestial.
Socrrale el apstol san Pablo que mereci ser
vaso de eleccin, interceda por l el apstol san
Juan, apstol querido quien fueron revelados
los secretos del Cielo. Rueguen por l todos los
santos Apstoles, quienes Dios coneedi el
poder de absolver retener los pecados; intercedan por l todos los santos y elegidos de Dios,
que sufrieron en este mundo por el nombre de
Jesucristo; fin de que libre de los lazos de la
carne, merezca entrar en 1 gloria del reino eees-

1.36

^ f
187 tial por la gracia de nuestro S^or .'esucristo^
nuestras almas, en unin de aquella divina
que con el Padre y el Espritu Santo vi\e y intencin con que en la tierra orasteis vuesreina por los siglos de los siglos. Amen.
tro Eterno Padre, os ofrezco y presento [por
PRACTICA
y por todos mis prjimos] este espiritual
PABA ANDAS LA VIACRUCIS
ejercicio, en memoria, honor, reverencia y culCongregados los que hubieren de practicar to de vuestra s a g r a d a pasin y muerte, y de
este ejercicio en el lugar de la primera estacin, cuantos pasos disteis, oh amantsimo Dios! por
hincados de rodillas besarn la tierra, y hecha nuestro remedio y rescate. pretendo ganar
la seal de la cruz, dirn el siguiente
teda las indulgencias que han concedido tu
ACTO DE CONTRICION.
vicarios en la tierra, y te lo ofrezco todo en reSeor mi Jesucristo, Dios y hombre verda- misin de mis pecados, y de las penas merecidero, Criador, Padre y Redentor mi, por ser das por ellos, por las almas de mis mayores
vos quien sois, y porque os amo sobre todas obligaciones, segn el rden de la caridad juslas cosas, psame en el alma y con todo mi cora- ticia que debo y puedo hacer. Finalmente, os
zon de haberos ofendido: propongo firmemente suplico, dueo y Seor mi, por el remedio de
con vuestra gracia de nunca ms pecar, y de todas las necesidades comunes y particulares
apartarme de toda ocaeion de ofenderos, de de la 6anta Iglesia, por la exaltacin de nesconfesarme y cumplir la penitencia que me fue- tra santa f oatlica, paz y concordia entre los
re impuesta: Ofrezcoos mi vida, obras y traba- prncipes cristianos, extirpacin de las herejas,
jos en satisfaccin de todos mis pecados, y con- conversin de los infieles y pecadores, y cuanfio en vuestra divina bondad y misericordia in- to sea conforme vuestro divino beneplcito
finita, me los perdonareis por los mritos de^ y espiritual aprovechamiento nuestro, para que
vuestra preciossima sangre, pasin y muerte, empleados en serviros, imitando vuestros divime daris gracia para enmendarme y perseve- nos pasos, sea nuestro fin vuestra amistad y
rar en vuestro santo servicio hasta el fin de gracia, para alabaros en eternidad de gloria,
mi vida. Amen.
Amen:
Luego el que ofreciere dir en voz alta (aUn padre nuestro, Ave Mara y Gloria
compandole los dems con el corazon) el siPatri.
guente.
"t"
OFRECIMIENTO.
PRIMBRA ESTACIN.
Amantsimo Jess. Redentor, salud y vid
Besan todos la tierra y dicen:

v. Adoramus te Christi, et bendeoimus tibi.


R. Quia per Sanctam Crucem tuam redimisti mundum.
Luego enderezndote, atendern lo siguiente, que en voz alta leer el que ofrece:
Contempla, alma, en esta primera estacin,
que es la casa de Pilato, donde fu rigorosamente azotado ek Redentor del mundo, coronado de espinas y sentenciado muerte.
Meditan algn tanto, y luego prosigue el qut
ofrece:
ORACION.

Oh suavsimo Jess! que quisiste padeoer


como vil esclavo delante del sacrilego pueblo,
esperando la sentencia de muerte que contra
t daba el tirano juez: suplicte, Seor mi,
que por esta mansedumbre tuya mortifique yo
mi soberbia, para que sufriendo eon humildad
las afrentas de esta vida, te goce en la eterna. Amen.
Dicen todos: Seor, pequ, tened misericordia de m. Pecamos, Seor, y nos pesa: ha>
bed misericordia de nosotros.
Luego besando la tierra, dicen:
Bendita y alabada sea la sagrada pasin y
muerte de nuestro Seor Jesucristo, y los dolores y angustias de su pursima Madre Mara
Santsima Seora nuestra, concebida sin mancha de pecado original en el primer instante
de su ser natural. Amen.
Dicho esto, se levantarn y proseguirn las

estaciones en la misma forma, meditando el pato 6 rezando la estacin del Santsimo Sacramento, y de la misma suerte se har en las demas.

SEGUNDA ESTACION.

Contempla, alma, en esta segunda eatacion,


como es el lugar donde nuestro amado Jess
le pusieron en sus lastimados hombros el grave peso de la Cruz.
ORACION.

Oh Rey supremo de los cielos! que sufriste


ser entregado la voluntad de los judos, para ser cruelmente atormentado, y recibiste el
grave peso de la oruz: rugote, pues, Seor,
tome gustoso la cruz de la penitencia, paia que
te vea siempre en el cielo. Amen.
TERCERA ESTACION.

Contempla, alma, en esta tercera estacin,


como es el lugar donde caminando el Seor con
la cruz acuestas, gimiendo y suspirando, cay
en tierra y debajo de la santa cruz.
ORACION.

.Oh amabilsimo Jess! que fatigado con la


cruz te oblig caer en tierra el grave peso de
ella, para que conocisemos la gravedad de
nuestros pecados, figurados en ese madero: ruego tu clemencia divina, que me levante de
la culpa y que est siempre firme en el cumplimiento de tus leyes. Amen.

uo
'.: Vi

;
t v* flo S :,,
CUARTA ESTACION.1
Contempla, alma, en esta cuarta estacin,
como es el lugar donde caminando el Seor
con la santa cruz acuestas, se encontr con su
santsima ,Madre
_ - triste
-a y--afligida.
- .j
ORACION.

/855
le u
Oh Seora, la ms afligida de la mujerei!
Por el cruel dolor que traspas tu corazon mirando Jess tu Hijo, afeado su rostro, donegrido su ouerpo y hecho oprobio de los hombres, te ruego, Madre afligida, pues que fui la
oausa de tus dolores, los llore amargamente.
Amen.
MV1 ft]OSOJ^i

t
SEXTA ESTACION.

Contempla, alma, en esta sexta estacin, el


lugar donde la mujer Vernica, viendo Jess tan fatigado y su rostro oscurecido con el
sudor, polvo, salibas y bofetadas que le dieron,
se quit un lienzo con que le limpi.
ORACION.

Oh hermossimo Jess! que siendo afeado


tu rostro con las inmundas salivas, te limpi
el sudor aquella piadosa mujer con las tocas
de su cabeza, y qued impresa en ella: te suplico, Seor, que estampes en mi alma la imgen de tu santsimo rostro, y que la conserve
siempre. Amen.

QUINTA ESTACION.

Contempla, alma, en esta quinta estacin,


como es el lugar donde alquilaron Simn Cirineo para que ayudase llevar la cruz nuestro Redentor, no movidos de piedad, sino te-v
iniendo se les muriese en el camino por el pe3 3 1
so grande de la cruz.

A:; .
ORACION.

Oh amtntsimo Jess! pues por mi amor llevaste la muy pesada Cruz, y quisiste que en
persona del Cirineo te ayudiemos llevarla,
te suplico, Seor, me abrace con la cruz de
mi estado, para que siguiendo t u s pasos consiga los gozos eternos. Amen.

SETIMA

ESTACION.

Contempla alma, en etta stima estacin,


como es el lugar de la puerta judiciara, en
donde cay el Seor segunda vez, por habrsele hecho en el hombro una llaga muy grande y mortal.
ORACION.

Oh suavsimo Jess! que por la fatiga de tu


delicado cuerpo, caste segunda vez con la cruz:
te suplico, Seor, me hagas conocer el inmenso peso que tienen mis pecados: dame tu gracia para que no me arrastren la eterna pena. Amen.

f como es el lugar, donde habiendo llegado el Seor al monte Calvario, le desnudaron y le dieOCTAVA ESTA OIOS.
Contempla, alma, en esta octava estacin, ron beber, vino mezclado con hil.
ORACION.
como es el lugar, donde unas piadosas mujeOh pacientsimo Jess! pues sufriste quitares, viendo al Seor que llevan crucificar,
lloraron amargamente de verle tan injuriado, sen tus vestiduras y que renovaran todas tus
llagas, quedando desnudo delante de todos: te
ORACION.
Oh Maestro soberano! que viendo las pia- ruego, Seor, por estos dolores, y por el que
dosas mujeres que se dolan de tus trabajos,, sentiste cuando te ofrecieron el vino mezclado
las enseaste que llorasen por s y por tus con hil, que no beba yo los deleites, que mezculpas: concdeme, Seor mi, que con ferto- clados con hil de culpas me ofrece el mundo.
rosas lgrimas de contricin lave mis pecados, Amen.
t
para que est siempre en tu amistad y gracia,
UNDECIMA ESTACION.
Amen.
Contempla, alma, en esta undcima estacioD,
t
como es el lugar, donde f u clavado el Seor
NOVENA ESTACION.
en la cruz, y oyendo su santsima Madre el
Contempla, alma, en esta novena estacin
primer golpe del martillo, qued como muercomo es el lugar donde cay el Seor tercers
ta del dolor, y le volvieron poner la corona
vez en tierra, hasta llegar con su santa boca ti de espinas.
el suelo, y querindose levantar, no pudo, o
ORACION.
tes volvi caer de nuevo.
w
Oh
clementsimo
Jess! pues sufriste ser exORACION.
tendido en la cruz, y que clavasen tus pis y
Oh benignsimo Jess! que sufriste atrope
manos en ella: te ruego, Seor mi, que por
liaran tu divina persona, con que te hiciero:
tu inefable caridad, no extienda yo mis pis y
tercera vez dar en tierra con la cruz: suplicte
manos maldad alguna, sino ntes viva cruciSeor mi, que sufra las desmesuras de mis
ficado en tu santo servicio. Amen.
enemigos, y que teniendo paciencia en mis ta
bajos, te goce en los contentos eternos. Amen
DUODECIMA ESTACION.
Contempla,
alma, en sta duodcima estaDECIMA ESTACION.
cin, como es el lugar donde ya crucificado el
Contempla, alma, en esta dcima estacin
t

144
Seor, le dejaron caer de golpe en el agujere
de una pea.
ORACION.
Oh divino Jess! que crucificado entre dos
ladronee, fuiste levantado vista de todo el
mundo, y padeciste tormentos insufribles; ru'
gote, Seor mi, que sanis mi alma, y que solo t ame, t quiera y por t muera. Amen,
t
DECIMA TERCIA ESTACION.
Contempla, alma, en esta dcima tercia estacin, como es el lugar, donde Jos y Nicodemus bajaron el santo cuerpo de la cruz, y lo
pusieron en los brazos de la sautsima Virgen,
ORACION.
Oh Madre de misericordia! por aquellas peas que padeciste, cuandopusieron tu muj
amado Hijo en tus brazos, y f u ungido por t
te suplico me alcances un gran dolor de haberle ofendido, y compasion de tus muchas penas

145
blando mi duro oorazon, y coloque en l un amor grande, para amallo y servirle. Amen.
Y para que alabemos y demos gracias al Seor, que tanto quiso padecer por nosotros respondern todos lo siguiente: Bendito y alabado
sea para siempre, tan gran Seor.
Por las agonas del huerto, y prisin del Seor.
Bendito y alabado sea, etc.
Por las bofetadas y golpes que padeci el
Seor por nosotros.
Por las afrentas, falsos testimonios y desprecios que con tanto amor sufri por nosotros.
Por las salivas y blasfemias que con tanta
paciencia toler por nosotros.
Por los azotes y dolores que 6nti amarrado la columna.

Por el escarnio y mofa que padeci el Seor cuando le cubrieron su santsimo rostro,
vistieron de prpura, y le pusieron por cetro
i una caa, como rey de burlas.
DECIMA CUARTA ESTACION.
Por la corona de espinas que traspas su
Contempla, alma, en esta ltima estacioi
santsima cabeza.
como es el lugar, donde la virgen Mara 6eSfr
Por la vergenza que sinti el Seor, cuanra nuestra, puso el cuerpo de su querido hijt
do despues de azotado le mostr Pilato al
en el santo sepulcro.
pueblo, diciendo: Mirad aqu el hombre.
ORACION.
Por la sangre y lgrimas que verti el SeOh pursima Seora! por la grande penaqw
or en su santsima pasin.
padeciste cuando quitaron de tus brazos ti
Por la sentencia de muerte que por nuestro
soberano hijo, para ponerlo en el sepulcro, 11
remedio con tanto amor admiti.
suplico me alcances de su divina Majestad. 6
37

Por la cruz que por nuestras culpas carg


el Seor, y por las caidas que di en el camino del monte Calvario.
Por los dolores que sinti cuando despojndole de sus vestiduras para crucificarle le renovaron todas sus llagas.
Por los dolores que sinti cuando con tanta
crueldad le clavaron sus santsimos p i i j
manos.
Por el dolor que sinti cuando le levantaron
clavado en la cruz.
Por la hil y vinagre que gust por nosotros.
Por su santsima muerte, por la lanzada con
que atravesaron su santsimo costado ya difunto, y por la sangre y agua que sali de eu santsimo costado.
Por el entierro y sepultura, y por todo cuanto padeci el Seor en su santsima pasin:
Bendito y alabado, etc.
Bendito sea para siempre tan gran SeBor:
albente los ngeles por el amor con que tanto quiso padecer por nosotros; y pues nuestro
peoado8 fueron causa de tantas penas, digan
todos coa ntimo dolor de haberle ofendido:.
Seor, pequ, ten misericordia de m. Pecamos y nes pesa, tened misericordia de nosotros.
ORACION
PARA ANTES DE CONFESARSE.
Por el Ilustrsimo Sr. S. Alfonso
Mara de Ligorio.
Dios y Seor de las misericordia?; todo cu-

bierto de confusion, y penetrado del dolor de


mis culpas, vengo, Seor, vuestros pis.
Yo vongo cou firme resolucin de abominarlas
todas, y con un verdadero pesar de haber ofendido un Dios tan bueno, tan amable,
y tan diguo de ser amado. Ay Dios mi de
mi alma! Esta es la correspondencia que merecen, Seor, vuestras piedades? Este es, Dios
mi, el reconocimiento que vos esperbais de
m, despues de haberme amado, hasta derramar vuestra preciosa sangre, por librarme de la
crueldad de mis enemigos, y de las llamas del ininfierno? S, seor, yo he sido con vos muy vil ingrato. Pidoos humildemente perdn de todos mis
pecados:dadme gracia parahacer digna penitencia de ellos: haced, Dios mi, que me llegue
los pis del confesor, que en vuestro nombre
me espera, con las disposiciones necesarias: dadme luz para oonocer la fealdad de mis culpas:
dadme una verdadera contricin de ellas: abrid mi boca, para que las confiese enteramente, fin de que reciba dignamente el santo sacramento de la Penitencia, y obtenga vuestra
divina gracia. Amen.
ORACION P A R A D E S P U E S D E LA
CONFESION.
Por los merecimientos de la bienaventurada
siempre virgen Mara, y de todos los Santos,
humildemente oa suplico, Seor mi Jesucristo, que os sea acepta y agradable esta eonfe-

Por la cruz que por nuestras culpas carg


el Seor, y por las caidaa que di en el cami
no del monte Calvario.
Por loa dolores que sinti cuando despojndole de sus vestiduras para crucificarle le renovaron todas sus llagas.
Por los dolores que sinti cuando con tanta
crueldad le clavaron sus santsimos pi y
manos.
Por el dolor que sinti cuando le levantaron
clavado en la cruz.
Por la hil y vinagre que gust por nosotros.
Por su santsima muerte, por la lanzada con
que atravesaron su santsimo costado ya difunto, y por la sangre y agua que sali de su santsimo costado.
Por el entierro y sepultura, y por todo cuanto padeci el Seor en su santsima pasin:
Bendito y alabado, etc.
Bendito sea para siempre tan gran SeBor:
albente los ngeles por el amor con que tanto quiso padecer por nosotros; y pues nuestro
peoados fueron causa de tantas penas, digan
todos coa ntimo dolor de haberle ofendido:.
Seor, pequ, ten misericordia de m. Pecamos y nes pesa, tened misericordia de nosotros.
ORACION
PARA ANTES DE CONFESARSE.
Por el Ilustrsimo Sr. S. Alfonso
Mara de Ligorio.
Dios y Seor de las misericordia?; todo cu-

bierto de confusion, y penetrado del dolor de


mis culpas, vengo, Seor, vuestros pis.
Yo vongo cou firme resolucin de abominarlas
todas, y con un verdadero pesar de haber ofendido un Dios tan bueno, tan amable,
y tan diguo de ser amado. Ay Dios mi de
mi alma! Esta es la correspondencia que merecen, Seor, vuestras piedades? Este es, Dios
mi, el reconocimiento que vos esperbais de
m, despues de haberme amado, hasta derramar vuestra preciosa sangre, por librarme de la
crueldad de mis enemigos, y de las llamas del ininfierno? S, seor, yo he sido con vos muy vil ingrato. Pidoos humildemente perdn de todos mis
pecados:dadme gracia parahacer digna penitencia de ellos: haced, Dios mi, que me llegue
los pis del confesor, que en vuestro nombre
me espera, con las disposiciones necesarias: dadme luz para oonocer la fealdad de mis culpas:
dadme una verdadera contricin de ellas: abrid mi boca, para que las confiese enteramente, fin de que reciba dignamente el santo sacramento de la Penitencia, y obtenga vuestra
divina gracia. Amen.
ORACION P A R A D E S P U E S D E LA
CONFESION.
Por los merecimientos de la bienaventurada
siempre virgen Mara, y de todos los Santos,
humildemente oa suplico, Seor mi Jesucristo, que os sea acepta y agradable esta eonfe-

aioD que acabo de hacer: suplid con vuestra'


misericordia los defectos que en ella haya co^
metido, para que por los mritos de vuestra
preciosa sangre, alcance la perfecta y plenaria
absolucin de mis pecados. Amen.
ACTOS QUE S E D E B E N H A C E R
antes de la comunion, con mucha
pausa y fervor.
I
ACTO DE FE.
Ah mi amabilsimo Salvador! qu excesos d
amor, qu abatimientos de vuestra divina Majestad practicasteis para uuiros conmigo en e>
se adorable Sacramento! siendo Dios, os hicisteis hombre: siendo inmenso, os hicisteis siervo: descendisteis del seno del Eterno Padre
al seno de una Virgen: del cielo un pesebre:
del trono de gloria un patbulo de ajusticiados: y esta maana salis de ese sagrario para venir habitar dentro de mi pecho.
^
H aqu, oh alma mia, tu amante Jess,
que ardiendo en aquel mismo amor con que te;
am en la cruz, muriendo por t, est en aquel
divino Sacramento esperando que llegues recibirle; y desde all est observando tus pensamientos, tu amor, tus deseos, t u i pretenciones,
y las ofrendas que vas presentarle.

sible, mi amado Redentor, que de aqu pocos instantes habis de venir m? un Dios
infinito un pecador tan malo ingrato como
yo? Oh Dios escondido y desconocido de la
mayor parte de los hombres! yo os confieso,
oreo y adoro en el santsimo Sacramento por
mi Seor y Salvador, y por confesar y defender esta verdad, dara voluntariamente mi propia vida. Vos vens para enriquecerme de gracias, y para uniros conmigo. Ah, mi dulce Seor! cunta debe ser mi confianza, sabiendo
que vens por motivos tan amorosos.

ACTO DE CONFIANZA.
Alma mia, dilata tu corazon, Jess puede hacerte todo bien: l te ama excesivamente: espera, pues, grandes favores de este tu amante
Seor, que impelido de su grande amor, viene
consolarte. S, mi amado Jess; yo confio en
vuestra bondad, que entrando ahoraen mi pecho,
encendereis en mi pobre corazon, la suave llama de Vuestro puro amor, y un eficaz deseo de
ejecutar en todo vuestra santsima voluntad.
III.
ACTO DE AMOB.
Oh Dios mi, Dios mi! verdadero y nico
amante de mi alma! qu ms podis hacer para que os ame? No os bast morir por m: quisisteis instituir ese grande Sacramento para daros todo m, y unir vuestro Corazon mi coEa, pues, alma mia, disponte para recibir
Jess, y primeramente dile con viva fe: es po-i razon, al corazon de uDa criatura tan mala y
38

tan ingrata como soy yo. Oh amor inmenso! a-'


mor incomprensible! amor infinito! un Dios querer darse m!
Alma mia, t lo orees? pues qu haces? qu
dices? oh Dios, oh Dios! oh amor infinito, nioo objeto digno de todo mi amor! yo os amo
eon todo mi corazon; os amo sobre todas las cosas, os amo ms que mi propia vida. -Oh si
pudiese hacer que todas las criaturas os ama-|
sen cuanto vos mereceis! ay, quin me diera
amaros con aquel amor con que os aman los serafines; con aquol amor con que os ama mi Madre y Seora Mara Santsima! afecto? terrenos,
salid de mi corazon: Madre del amor hermoso,
Virgen Santsima, ayudadme amar aquel
Dios que tanto deseis ver amado.
IV.
ACTO DE HUMILDAD.
No eres t, alma mia, la que vas recibir
ahora el sagrado cuerpo de Jesucristo? Eres
acaso digna de tan alto favor? Ay Dios mi!
quin soy yo, y quin sois vos? yo s bien, y^
creo firm&imamente que vos sois un Dios de
Majestad infinita incomprensible; mas lo que.
yo soy, vos, Seor, lo sabis. Es : pues, posible, Jess mi, que vos, pureza infinita, de8eeis entrar en una alma tan impura como la
mia, y que tantas veces ha sido manchada con
el lodo vil de mis enormes pecados? Ah, Seor! vista de vuestra infinita Majestad, y de
mi gran miseria, me avergenzo de pareoer de-

lante de vos. El temor y el respeto me quieren apartar de vos; mas si me retiro de vos,
dnde ir? y qu ser de m? No, Seor: no
quiero ausentarme de vos, ntes deseo cada
vez acercarme ms vos. Vengo, pues, oh
mi amable Salvador; vengo recibiros esta
maana, humillado y confuso por mis pecados;
mas muy confiado en vuestra piedad, y en el
amor que me teneis.
V.
ACTO DE CONTRICION.
Oh Dios de mi alma, cunto me pesa de no
haberos amado todo el tiempo de mi vida! ntes, en vez de amaros os ofend injuri, y
por satisfacer mis deprabados apetitos, disgust muchas veces vuestra bondad infinita, os
volv las espaldas, y despreci vuestra gracia
y vuestra amistad. Oh cunto me pesa, Seor! quin me diera que se partiese de dolor
mi corazon! aborrezco ms que todos los males, las ofensas que he cometido, as graves coma leves. Confio que vos me habis ya perdonado; mas si aun no he conseguido el perdon, perdonadme ntes que os reciba. La^ad
con vuestra sangre esta alma, en que quereis
venir habitar dentro de pocos instantes.
VI.
ACTO DE DESEO.
Ea, pues, alma mia: ha llegado ya la
hora feliz, en la cual tu buen J e s s ha de entrar en tu pobre corazon. He aqu el Rey del

oielo, tu Redentor y tu Dios, que ya viene i"


t: disponte recibirle con amor: llmale con
un deseo muy vivo. Venid, oh Jess mi! venid mi alma que os desea mucho. Mas prim*
ro que vos os entregueis m, quiero yo darme
todo voi: aqu os entrego mi miserable curazn, aceptadle y venid, dos prisa, tomar,
posesion de l.
Venid, mi Dios, dos prisa, y no tardis, -|
nico infinito bien mi, mi tesoro, mi vida,
mi paraso, mi amor y todo mi bien. Yo quisiera recibiros con aquel amor con que os reoiben las almas ms 6antas, con aquel amoi
con que os reciba Mara Santsima.
Virgen soberana, Madre mia: me acerco yi
recibir & vuestro Hijo. Dadme, Seora, ei
esta maana vuestro Jess, como lo disteis
al santo viejo Simen: yo de vuestras pursimas manos lo quiero recibir: decidle que soy
vuestro siervo y devoto, porque as l me mi
rar con ojos ms amorosos: asistidme y v*
ledme.
ACTOS PARA DESPUES DE LA COMUNION.
I.
ACTO DE FE.
Ya mi Dios ha venido visitarme, y mi Salvador ha venido habitar en mi alma. Ya m
Jess est dentro de m. Oh bondad infinita! ol
misericordia infinita! oh amor infinitol un Dic
venir unirse conmigo, y hacerse todo mi'
Alma ma, ahora que ests tan unida con J*

SUS, qu haces, qu le dices? ^ No hablas


con tu Dios que est dentro de t? Ea, pues,
aviva otra vez tu f, oonsidera que los ngeles
estn al rededor de t adorando su Dios que
est dentro de tu pecho. Adora t ahora tambin dentro de t tu Seor; recgete en t
misma, y echa de t todos los otros pensamientos; une todos tus afectos tu Dios, y dile:
II.
ACTO DE HUMILDAD.
Ay Jess mo! m amado, mi bien infinito!
A dnde estis, Seor? Dentro de mi corazon? De un corazon tan lleno de amor propio
y de apetitos desordenados? Quisiera deciros
con Sao Pedro: retiros, Seor, de m, porque
soy muy indigno de hospedar un Dios de infinita majestad; idos habitar en aquellas almas
puras que os sirven con tanto amor: mas q u
digo, Redentor mo? Qu 6eria de m si vos
me dejaseis? Dnde iria sin vos, eino A perderme para siempre? No os ausenteis, pues,
de m: yo me uno vos, que sois mi verdadera vida: muy loco fui, Seor, cuando me apart de vos por amor de las criaturas; pero protesto ahora en vuestra presencia que no quiero jams separarme de vuestra voluntad: mi
deieo es vivir y morir unido con vuestro
Corazon.
Virgen Santsima, serafines, almas que amais Dios con puro amor, comunicadme vues39

tros afectos para que haga la compaa que de-' B, mis potencias y sentidos sean ya todos vuesbo mi amado Seor.
tros, para que no se empleen sino en vuestro
III.
obsequio: el entendimiento slo me sirva para
pensar en vuestra iufinita bondad, y la volunACTO DB AGRADECIMIENTO.
Dios mo y Seor mi, ot doy gracias, del tad, slo para amaros. Tambin os consagro
merced que me habis hecho esta maana di y ofrezco esta maana todo cuanto tengo; mis
Teir habitar en mi pobre alma. Pues quisiera, pensamientos, mi, afectos, mis deteos, mis gusdaros un agradecimiento digno de vuestra Mi tos, mia inclinaciones y mi libertad. En fin, en
jestad, y del grande favor que me habis hej vuestras manos entrego mi cuerpo y mi alma.
cho. Mas qu agradecimiento podr daros &
Aceptad, oh Majestad infinita, el sacrificio
na criatura miserable como yo? Si el jven To que de s mismo os hace el pecador ms ingrabas no hallaba en s posibilidad para agrade- to que ha habido sobre la tierra: pero que ahocer dignamente ai arcngel San Rafael los be ra se entrega y pone todo sin reserva en vuesneficios temporales que de l habia recibido tras divinas manos. Haced, Seor, de m tocmo podr yo agradeceros, Seor, no ya loi do lo que os agrade: venid, oh fuego consubeneficios temporales, sino el don de vuesta midor, oh amor divino! y destruid en m todo lo
Cuerpo y Sangre sacramentado que ahora mi que no agrada vuestros pursimos ojos: hadisteis en alimento?
ced que de hoy en adelante sea todo vuestro,
Ah Seor! aceptad lo mnos los fervoro y viva solamente para cumplir y obedecer, no
sos deseos que tengo de seros agradecido! M slo vuestros preceptos y consejos, sino tambin
M a d r e y Seora Mara Santsima, santos m vuestros santos deseos y vuestro mayer gusto.
Oh Virgen santsima, presentad con vuestras
abogados, ngel de mi guarda, almas que viv*
pursimas
manos esta mi ofrenda la Santsiabrasadas en el amor de Dios, venid ver j.
ma
Trinidad,
y alcanzadme que la acepte, y me
a d m i r a r el excesivo favor que ahora me ha
comunique la gracia de serle fiel hasta la
y d a d l e por m las gracias.
muerte.
IV.
V.
A C T O DE OFRECIMIENTO.
ACTO DE PETICION.

A h Seorl ya que os dignasteis visitar la pfr


Alma mia qu haces? No pierdas este tiembre casa de mi alma; yo os la ofrezco con todi
po precioso en que puedes recibir todas las grami libertad y voluntad: vos os habis entregi
oias que pidieres. No ves al Eterno Padre q i e
do t o d o k m, y yo me quiero dar todo TOS

est mirando amorosamente dentro de ti er


amado Hijo, objeto en quien ms se compl&ct
su amor? Echa fuera de t todos los peneamie&
tos mundanos: aviva tu f, dilata tu corazon, j
pide cuanto quisiere.
No oyes al mismo Jess que dice tu corazoo: alma, di lo que quisieres de m? yo vine
para enriquecerte y contentarte; pide con confianza, y alcanzars cuanto pidieres. Ay a,
dulcsimo Salvador! ya que veniste6 mi al
ma para comunicarme vuestras graoias, y de-,
seis que os las pida: yo no busco, Seor, los
bienes de la tierra, ni las honras, ni las riquezas, ni los contentos del mundo: lo que ahon
os pido humildemente, es un grande dolor di
mis pecados: una luz que me haga conocer h
vanidad del mundo, y cun digno sois de ser
infinitamente amado. Tened eate mi corazon,
y dadme un corazon en todo conforme vuestra santsima voluntad; un corazon que no busque sino vuestro santo amor. Yo no merezca
estos favores, mas vos los mereceis, mi amado>
Jess: yo os lo pido por vuestros mritos, poi
los de vuestra pursima Madre, por el amo!
que teneis vuestro Eterno Padre.
PRECES EN FORMA DE LETANIAS AL SANTISIMO
SACRAMENTO.
Pan vivo bajado del cielo, ten misericordi
de nosotros.
Dios oculto y Salvador, ten misericordia de
nosotros.

ioiub :"\O
Trigo de los pTdestin
Vino que engendra Vrgenes.
Pan sobresustancial.
*
l'J V
Sacrificio perptuo.
ilA
Ofrenda limpia.
ooi il
Cordero sin mancha. a 0
Meba pursima.
Manjar de los Angeles.
:q so
Man escondido.
>JU
Recuerdo de las maravillas de Dios.
Verbo hecho carne.
U2
Habitante entre nosotros.
t-t
Hostia santa.
O
Cliz de bendicin.
Misterio de f.
,
vo
Excelso y venerable Sacramento.
El mB santo de todos los Sacrificios.
Verdaderamente propiciatorio para
O
vivos y difuntos.
Jf
:q ci
Antdoto contra todo pecado.
'Si
O
Milagro estupendo sobre todos los
m
o
milagros.
H
Memoria sacratsima de la pasin
del Seor. j
' ' ",'
r
, , , .
i
Don que excede toda riqueza.
u<i
Reuerdo del divino amor.
Remedio de inmortalidad.
1 Yx
Sacram^to que da la vida.
'
Incruento sacrificio.
Comida y convidador del festn divino.
J

I
o

est mirando amorosamente dentro de ti er


amado Hijo, objeto en quien ms se compl&ct
su amor? Echa fuera de t todos los peneamientos mundanos: aviva tu f, dilata tu corazon, j
pide cuanto quisiere.
No oyes al mismo Jess que dice tu corazoo: alma, di lo que quisieres de m? yo vine
para enriquecerte y contentarte; pide con confianza, y alcanzars cuanto pidieres. Ay tu.
dulcsimo Salvador! ya que veniste6 mi alma para comunicarme vuestra graoias, y de-,
seis que os las pida: yo no busco, Seor, los
bienes de la tierra, ni la honras, ni las riquezas, ni los contentos del mundo: lo que ahon
os pido humildemente, es un grande dolor di
mis pecados: una luz que me haga conocer h
vanidad del mundo, y cun digno sois de ser
infinitamente amado. Tened eate mi corazon,
y dadme un corazon en todo conforme vuestra santaima voluntad; un corazon que no busque sino vuestro santo amor. Yo no merezca
estos favores, mas vos lo mereceia, mi amado>
Jeus: yo oa lo pido por vuestros mritos, poi
los de vuestra pursima Madre, por el amo!
que teneis vuestro Eterno Padre.
PRECES EN FORMA DE LETANIAS AL SANTISIMO
SACRAMENTO.
Pan vivo bajado del cielo, ten misericordi
de nosotros.
Dios oculto y Salvador, ten misericordia de
nosotros.

oiub :"\O
Trigo de loe pTdestin
Vino que engendra Vrgenes.
Pan sobresustancial.
V
*
Sacrificio perptuo.
ilA
Ofrenda limpia.
ooi vi
Cordero sin mancha. a 0
Meta pursima.
Manjar de los Angeles.
:q so
Man escondido.
>JU
Recuerdo de las maravillas de Dios.
Verbo hecho carne.
U2
Habitante entre nosotros.
t-t
Hostia santa.
O
Cliz de bendicin.
Misterio de f.
,
vo
Excelso y venerable Sacramento.
El mB santo de todos los Sacrificios.
Verdaderamente propiciatorio para
O
vivos y difuntos.
Jf
:q ni
Antdoto contra todo pecado.
'Si
O
Milagro estupnd sobre todos los
m
o
milagros.
H
Memoria sacratsima de la pasin
del Seor. j
' ' ",'
r
, , , .
i
Don que excede toda riqueza.
u<i
Reuerdo del divino amor.
Remedio de inmortalidad.
1 Yx
Sacram^to que da la vida.
'
Incruento sacrificio.
Comida y convidador del festn divino.
J

I
o

Convite dulcsimo al qqe # r v e p ios" 'S


; Angel% f l 0 ,.- ;v
onp o

159
devocion este admirabl) sacra
mento, u
m. i ..di nori
Que por la verdadera confesin de
los pecados te dignes llevarnos
recibir con frecuencia la divina
Eucarista.
Que te dignes librarnos de toda hereja, cisma y ceguedad del co-

.1

Sacramento de p i e d a d
Vnculo de caridad.

w
Alimento de las almas santas.
i H2
O
Q
Vitico del que muere en el Seor. I
>
Prenda preciosa de la futura gloria .J ?
Snos propicio, perdnanos, Seor.
w
j b esBNHP*
aebabiyiiae oonio sal n
Snos propicio, atindenos; Seor.
ta I E/vifl ol 3el7ttiom 3( I hh f.Fn9L"i9fl
Que te dignes hacernos participantes
>e recibir indigmn

de los preciosas, y celestiales fru|


^p
f , rtos de este santsimo Sacramento.
De la concupiscencia de la carne.
ZD
Que en la hora de nuestra-: muerte
,89O
De la concupiscencia de Jo f ^ s .
te dignes canfortarnos y fortalece
F
j?e,la soberbia de la vida.
>H
cernos con este celestial Vifcibojoj neui
w
:j)e toda ocasion de pecar.
V. Panem de coelo praestisti eis.
Z.
. i.j.: i
^ yv y i'-T o r aquel ardiente desep que tenias
E.. Omne delectamentum in se habentem.
i. r
'a
, v
OREMUS.
_ de comer la Pascua con tus disciOQ
Deus
qui
nebis
sub Sacramento mirbili P pules.'
G
Q
siopis
tuae
memoriam
reliquia ti; tiibue quaesuPor la profunda humildad con que
:
mus, ita nos. Corporis et Sanguinis tui sacra
lavaste los pis tus discpulos.
mysteria
venerari, ut redemptinis tuae fracPor la ardiendsima caridad con que 0
tura in nobis jugiter sentiamus.. : Qui vivis et
.., instituste este divino sacramento,
regnas in saecula saeculorum.
y in:
l ^ o j tu preciosa sangr que nos deTanto consuelo encontraba san Luis Gonzaes jpste en el altar.
ga en estas preces, que quiso rezarlas poco n-*
Por las cinco llagas de tu sacratsites de morir.
mo Cuerpo.
INDULGENCIAS
Nosotros pecadores, te roganos yeQue los fieles pueden ganar con los rosarios,,
nos.
medallas crucifijos benditos por los P P . nw>Que t e dignes conservar y aumentar
sioneros de la compaa de Jesus.
en nosotros la f, reverencia y

oS

INDULGENCIAS PLENARIA&
1. n la hora de la muerte invocando, si nc
se ifuade orla boca, lo mnos con el corazon, el santsimo nombre de Jess.
2 . En las:siete principales fiestas de Nuet
tro Seor Jesucristo, Natividad, Epifana, Resurreccin, Asoensionp Pentecosts, Trinidad
y 6orpus GhristL : : oo r :
-ife.'
i . n las cinco festividades ms sealadas de
Maia Santsima, que son: Concepcion^Nati.
vidad, Anunciacin, Purificacin y Asuncin
% n las fiestas de todos los santos, de san
Jos, san J u a n Bautista, y de todos los Apstoles, icn.tal que confesados y comulgados raguen por liffl fines de la santa Iglesia, hagai
a k u n a oba de misericordia, oigan Misa, w

Estas indulgencias no pueden trasmitirse


otras personas; de suerte que una vez distribuidos estos rosarios, medallas benditas, eto.,
perderan sus indulgencias, si se vendiesen, prestasen diesen otros. Gregorio X V I .
INDULGENCIAS
Que
Santa Sede ha concedido los fieles
que asisten las misiones de la Compaa de
Jess.
INDULGENCIAS PLENARIAS.
1- Confesando y Comulgando cualquier dia
de la mision
despus de haber asistido lo mnos cinco
ejercicios de ella y rogado por la
P a z y concordia entre los prncipes cristianos,
exaltacin de la f catlica, y extirpacin de
Ias
herejas. Greg. X V I , 20 de Dioiembre

UUUI at
ia m1
xi Los que; hicieren otro tatito e n i a s deifiii .
~
i*
"
'
fictas deliSaor de su- Madr santsima, 610D e n I a h o r a d e l a m u e r t confesando y cenarn or U vez. reta aos v siete cuar< mulgando, si pueden; y si n, pronunciando

no de diohs objetos benditos, rear las o*


ciones respectivas delante de dichas imgenes

Cien dias de perdn por cada doctrina, y si

162
fuere dia de estacin en Roma, las mismas indulgencias que se ganaran visitando las iglesias de Roma.
Doscientos das por exhortar, rogar y ser
causa de que otros asistan la misin.
Quince aos de perdn por cada sermn que
se oiga.
Siete aos de indulgencia por andar juntando gente para or la doetrina, como tambin por
avisar excitar los forasteros que asistan
ella.
Cien dias por explicar la familia la doctrina oda en los sermones, y otras muchas indulgencias por todos los actos religiosos y obras
de piedad hechas en la misin, como son cantar, asistir las procesiones, etc.
As consta de las bulas de Inoc. X I y X I I I ,
Benedicto X I V , Clemente X I I I y Po VII.
Todas estas indulgencias son aplicables las
Animas del Purgatorio.
Adase esto que Gregorio X V I , en 17
de Mayo de 1841, concedi 200 dias de iddulgencia por cada uno de los 40 dias que se rece la oracion sealada en la misin para obtener del Cielo la perseverancia en los buenos
propsitos. Y quien comulgue en uno de dichos 40 dias esta intencin, ganar indulgencia plenaria. Come tambin haciendo lo mismo un dia cualquiera de los seis meses primeroa, despues de la misin. Len X I , 12 Abril 1826.

163
Igualmente, N. S. P . Pio I X , en 4 de Mayo de 1851, concede en favor de dichas misiones, cien dias de indulgencia todos cuantos
adoren y rueguen delante del santo Cristo
cruz de la misin.
D I A S E N QUE SE GANA I N D U L GENCIA P L E N A R I A
Concedida por la Santa Sede, los fieles que
habiendo recibido los santos Sacramentos, y orando por la intencin del Sumo Pontfice, visitaren alguna iglesia de la Compaa de Jesus.
Dia 1? Enero, Circuncisin del Seor, [Concedida el 16 de Octubre 17-50].
Dia 5 Febrero, los santos mrtires del Japn,
Pablo Miqui, Juan de Goto y Diego Quisai de
la Compaa.
Dia 11 Mayo, san Francisco de Jernimo de
la misma; [17 Marzo 1840].
Dia 16 Mayo, san Juan Nepomuceno mrtir;
[22 Agosto 1731].
Dia 16 Junio, san Francisco de Regis de la
Compaa de Jesus; [29 Febrero 1742].
Dia 21 Junio, san Luis Gonzaga idem,
[22 Abril 1742]. Adems indulgencia plenaria en cada uno de los seis domingos que preceden su fiesta, de otros seis domingos consecutivos del ao en que se celebrare la seisena; [11 Diciembre 1739 y 7 Enero 1749].
Dia 31 Julio, fiesta de san Ignacio de Loyola, fundador de la Compaa de Jesus, oomo tambin los diez domingos que precedan

su fiesta, otros diez domingos consecutivos


Indulgencia plenaria en un dia del mes
del ao; [8 Junio 1622 y 7 Enero 1767].
de su agregacin, si confesados y comulgados
Dia 27 Setiembre, fiesta de los 6antos Coshacen oracion segn la intencin del sumo
me y Damian; [22 Agosto 1731].
Pontfice.
Dia 10 Octubre, san Francisco de Borja, ter2* Indulgencia plenaria, si confesados y cocer general de la Compaa; [28 Agosto 1683].
mulgados en el dia de Corpus, en uno de los
Dia 13 Noviembre, san Estanislao Koska,
dias de la octava hacen oracion, como se dijo nnovicio d l a Compaa; [31 Julio 1727].
tes, etc.
Dia 3 Diciembre, san Francisco Javier, ^
3* Indulgencia plenaria en el primer juves
como tambin en uno de los diez virnes y dode todos los meses, habiendo confesado, comulmingos que preceden vienen despues de su v* gado y haciendo oracion segn la intencin del
fiesta en los otros nueve, siete aos y siete
sumo Pontfice, etc.
cuarentenas; [8 Junio 1622].
4? Indulgencia plenaria, para la hora de la
Comulgando en la comunion general que se
muerte, si arrepentidos de corazon, invocaren,
celebra una vez al mes. [22 Agosto 1613].
lo mnos de corazon, si no pudieren con la
Los que hicieren ocho, , por lo mnos, cinco
boca, el dulcsimo nombre de Jesus y Mara.
das de ejercicios espirituales en alguna casa de
5^ Indulgencia plenaria, quien confesado y
la Compaa, [Bened. X I V , 15 Jul. 1749]:
en cualquier otro punto bajo la direccin de al- v comulgado, visite en alguna iglesia al Santsimo Sacramento, aunque sea depositado en el
guno de nuestros Padres; [29 Marzo 1753]:
sagrario,
rogando Dios como arriba, etc. En
y aun haciendo solamente el dia de retiro preparndose una buena muerte. [16 May. 1753]. J ^ l a s fiestas de la Concepcin, Natividad, Purificacin, Anunciacin y Asuncin de la santsiINDULGENCIAS DE LA P I A UNION.
ma Virgen Mara; las de Sr. san Jes, san
La congregacin primaria del Sagrado CoraJuan Bautista, de los santos Apstoles san Pezon de Jess, [ Pa Union], existe en Roma;
dro y san Pablo, 6an Juan Evangelista, de toy en Mxico en la iglesia de Santo Domingo
dos
los Santos, y en la conmemoracion de los
est la Pa Union y el libro de asiento. Las infieles
difuntos.
dulgencias de la congregacin, son las siguien6? Siete aoa y siete cuarentenas de indultes: Pi V I I , concedi perpetuamente los adsgencia, los que confesados y comulgados visicritos l a Cofrada, las indulgencias si>*>ten al Santsimo Sacramento como se ha dicho
guientes:
42

a r r i b a , e n las o t r a s fiestas de la s a n t s i m a V i r -

gen Mara y de los Apstoles.


7? Las mismas indulgencias
y
de arnba, los que estando enfermos, pero que confosados y comulgados, y en lugar de la visita,
rezaren cinco Padre nuestros Ave Maras y
Gloria Patris, en honor del santsimo Sacrament: y otro Padre nuestro, Ave Mana y Gloria Patri, segn la intencin del sumo Pontifice, eto.
.
, .
8? Sesenta das de indulgencia, por cualquier
o b r a p i a d o s a h e c h a d e v o t a m e n t e , por los agregados, en cualquier dia que sea, etc. _

9? Se ganan las mismas indulgencias, de las


Estaciones de Roma, segn el decreto de la sagrada Congregacin de indulgencias, de 9 de
Julio de 1777, todos los agregados que los
d i a s d e estacin, prescritos en e Misal Romano, visitaren en alguna iglesia al Santi imo
Sacramento, aunque sea depositado en el agrario, haciendo oracion como arriba se dice,
eto. (cois). (*)
L o s das sealados para las estaciones
en R o m a , s e g n a l g u n o s s u m a r i o s y q u e se ganan tambin en muchas otras partes donde h y a la F i a U n i o n d e l s a g r a d o C o r a z o n d e J e s s ,
e C o n las s i g u i e n t e s : 19 T o d o s los d a s de
c u a r e s m a , a s f e r i a s como d o m i n g o s , i - l o d o s
os das d e la o c t a v a d e la R e s u r r e c c i n
tal
el da d e ella h a s t a la d o m i n i c a i n a l b i s mclu-

ive. 3*? Todos los dias de las nueve fiestas que


Delebra la Iglesia, de la santsima Virgen Mara.
El dia de San Mrcos Evangelista. 5"?
El dia de la Ascensin del Seor. 6? El dia de
la vigilia del Espritu Santo, y los seis dias que
siguen de la vigilia etc. 7 ? Los tres dias de las
tmporas de adviento, y las cuatro dominicas
del mismo adviento. 8 El primer dia de la pascua de Natividad y I09 tres siguientes. 9 ? Los
dias de la Circuncisin y Epifana del Seor.
10? Las tres dominicas de la Septuajsima, Sexajsima y Quincuajsima. Finalmente, todos
los dias del ao hay estacin en Roma, aunque
no con indulgencia plenaria, etc., pues los expresados ntes, son los de las plenarias, etc.,
(Vase el bulario por Mendo Cruciato, disp,
20, cap. 3? n. 17).

F I N D E L TOMO.

Es propiedad del editor, quien perseguir ante la ley quien reimprima esta obra sin su

I N D I C E D E LAS M A T E R I A S Q U E C O N T I E N E E S T E TOMO.

' MOT

Novena las almas del Purgatorio


Lamentos de las nimas
Acto herico de caridad
Modo de oir bien la Santa Misa
Himno veni Sancti Spiritus
Te-Deum Laudamus
Sacramentos
Exmen de conciencia
Motivos de contricin
Avisos para la confesion
Para ntes de la comunion
Oraciones para la confesion y comunion...
Actos para ntes de la comunion
Hacimiento de gracia
Oracin para ofrecer la visita de Altares.
Ofrecimiento de la estacin
Mtodo para visitar con fruto Jess sacramentado
Aceptacin de la muerte
Splicas Jess crucificado....
Recomendacin del alma
Prctica para andar el Via-Crucis
Letanas del Santsimo Sacramento
Indulgencias
43

1
61
64
69
82
84
85
89
100
104
108
146
148
111
115
116
117
119
121
129
136
156
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Jos Mara Miranda
Antonio Zamora
Felipa Gonzlez
Petra Landa
Lzara Lpez
Teresa Coso
IsidraTabuyo

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10.00
5.00
5.00
5.00
4.00
3.00
3.00
2.00
6.00
6.00
5.00
3.00
1.00

CVS.

EL MES DE NOVIEMBRE,

iiioauv

E l SUFRAGIO
DE LAS

BENDITAS ALMAS
vsc^riV.

DEL
CKt^
PURGATORIO.

ZACATECAS.
Imprenta de Villagrana: Calle de la
Compaa Nmero 22.

EL

MES DE

NOVIEMBRE, EN SUFRAGIO

DE LAS

BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO, POR FRANCISCO


VITALI,

SECRETARIO QUE FUE DEL

EXMO. SR. CAR-

DENAL PRINCIPE ALBANI. ABREGLADO A LA ULTIMA


EDICION ITALIANA,

QUE SALIO A

LUZ

COBREOIDA

Y AUMENTADA POR EL MISMO AUTOR.

La licencia expresa "para la reimpresin


de la obra, se encuentra al fin del Devocionario.
i ,

. -.

Inspira, Dmine Deus meus, inspira servs


tuis, frairibus meis, Dminis meis, quibus et
voce et corde et litteris servio, ut quotquot haec
legerint
meminerint cum ajjiectu pi in hao
luce transitoria fratrum meorum sub te Patre
in matre chatolica. S. A U G . GONFESS. LIB. I X ,
c. 13, N. 37.

S R . PROVISOR: He ledo con cuidado la t r a duccin del Mes de Noviembre, en favor de las
almas del Purgatorio, que escribi en italiano
Francisco Vitali, y ahora vertido en espaol,
trata de imprimir el Presbtero Lic. D. Lenides Perez. Segn mi juicio, y el de algunas
personas inteligentes, est hecha la traduccin
con bastante acierto: y por lo que pertenece al
asunto contenido en ella, ser de mucha utilidad, y animar los fieles socorrer las almas que se purifican en el Purgatorio, mover

4
los sentimientos piadosos de nuestros corazones; no conteniendo nada contra los dogmas
de nuestra santa religin. Soy por lo mismo
de sentir, que V. S. se sirva conceder la licencia que se pide, para imprimir dicha traduccin, y las oraciones tomadas de la Ancora
de salvacin escrita por el P. Mach.
Mxico, 24 de Octubre de 1 8 6 5 . g i M n
Rada.
Mxico, Octubre 26 de 1865.
Visto el dictamen del Sr. Cannigo Dr. D.
Agustn Rada, concedemos la licencia que solicita el suplicante para i a impresin del Mes
de Noviembre, en favor de las almas del Purgatorio, y de las oraciones que se le han adjuntado, con calidad de que en la impresin se
incluya este, as como el dictmen del Sr. Consultor, y de que no lo vea la luz pblica, antes de ser confrontado por el mismo.
Lo decret y firm el Sr. Provisor, doy fe.
Herrera.Lic.
Jos Juan Victoria, Notario.

A LA ALMA GENEROSA DE ALEJANDRO VITALI,


FRANCISCO SD HIJO.
A t, alma querida de mi padre, que sentas una verdadera necesidad de beneficiar
tus semejantes, y que en vida sealaste tus

5
dias con los socorros ministrados los po brecitos: t que fuiste el primero que me inspiraste la idea de un mensual ejercicio de piedad en favor de las almas del Purgatorio, para el uso de la devocion privada de nuestra
familia, y que despues de haberlo acabado repetidas veces me e&timiaste imprimirlo para mayor aprovechamiento las almas de los
difuntos; t que al dejarnos para vivir una
vida inmortal, tierno hasta lo sumo con tus
queridos pobrecitos, y con las almas que padecen en el Purgatorio, quisiste coronar el ltimo acto de tu voluntad cou un legado de una
cuotidiana y perpetua suministracin de alimentos los ms necesitados de la patria, y
de una cngrua renta para el ejercicio de esta
santa devocion en una iglesia pblica; t e^,
debido, y t dedico este librito que se pu-
de considerar ms bien como tuyo que como'
mio. El cual, si por la fuerza del sentimiento,
y por el efecto de la conmocion no logra plenamente el piadoso fin que t supiste inspirarme, rugote no lo atribuyas falta de deseo
de voluntad, que en m fueron iguales al
sumo anhelo de obedecerte; sino aquella diferencia de temple que habia entre mi demasiado fri corazon y el tuyo inflamado en
caridad.
Sea como fuere, esta es obra y oferta de tu
hijo que no pretendi otra cosa que satisfacer
tu voluntad, y que ahora tampoco pretende

6
sino darte una prueba de su filial obediencia y
de su cario que no se extingui tu muerte,
sino que vive y arde, no mnos devoto intenso. Acptalo t, de buena gana, y admitido (como tus virtudes no dejan duda), en la
Gorte de aquel Dios que fu siempre el blanco de
tus cuidados y de tus deseos, presntalo El, t para que lo bendiga fin de que esta devota
prctica en la Iglesia militante se extienda por
todas partes, y pueda traer paz y salud las
benditas almas del Purgatorio, la tierra favores y gracias, al cielo aumento de gloria y
de felicidad.

PROLOGO.
I n piedad para con ios difuntos es uno de
3^-primeros sentimientos del corazon del homfoi. No pudo excitarse en el jardin de Edn,
donde la muerte no tenia entrada; pero cuando nuestros progenitores fueron arrojados sobre esta miserable tierra, debieron llorar sobre
el destrozado cadver de su hijo Abel; y aquella fuente de llanto, que entnces se abri
por la primera vez sobro la degradada humanidad, no se cerr jams, y se dilat tanto
ms copiosa, cuanto se acrecentaron despues
ms los estragos de la muerte.
Por tanto, mintras se derramaban por los
ojos copiosas lgrimas, surgian en el corazon
frvidos votos, y si aquellas por un natural

desahogo de dolor baaban el fri cadver del


difunto, stos acompaaban su espritu aprisionado en las regiones de la inmortalidad por
el deseo de llevarle traerle socorro y ayuda.
Cuando se est persuadido (escriba un
profundo acadmico de las inscripciones de
Francia, tom. 2, inscrip. 12,p f f . 110), deque
el alma vive despues de la destruccin del
cuerpo, cualquiera opjnion que se tenga sobre
el estado en que esta se halle despues de la
muerte, no hay cosa ms natural, que hacer
votos y oraciones para proporcionar felicidad
las almas de nuestros parientes y amigos Aquellos mismos que por us principio? pardeen
ms prevenidos contra tal uso, muchas veces
confiesan sinceramente no poderte detener en
aquellos graves momentos de hacer votos se*\
cretos que la misma naturaleza arranc de s J
pecho, por aquellas personas con quienes estaban estrechamente unidos con dulces y caros vnculos. Seal evidente d e q u e este es
un sentimiento grabado por el dedo de Dios
en el ccrazon de los hombres; he aqui porqu
se encuentra en todo lugar y en todos lospueblos del mundo.
Pero las tradiciones ms venerandas y ms
puras de la piedad para con los difuntos, se
hallan entre aquellos pueblos en los cuales
rein la religin del Dios vivo. Conservada
entre estos incorrupta la tradicin primitiva
la fantasa del hombre no pudo andar errante

en tantos estados imaginarios de la otra vida,


como se fingi la idolatra, ni tampoco abandonarse tantas ridiculas prcticas mortuorias
en las que los gentiles ponan todo su zelo El
fiu de la verdadera religin f u e siempre el de
acercar y unir las almas de los difuntos la
primera fuente de toda felicidad, que es Dios
p a r a hacerlas bienaventuradas en t i y por El.
De all las obligaciones y oraciones al lodopoderoso para hacerlo benigno a ellas, y las obras
expiatorias en bien de las mismas para hacerlas dianas de El. En estas dos clases se dividen todos los sufragios que desde e principio
del mundo hasta ahora, f u e r o n practicados en
la verdadera Iglesia, en favor de los difuntos.
Y J o * han sido los modos; pero no pertenece
al prlogo de un librito de devocion, examinarl o s ) ' exponerlos todos. De uno solo se hace aqui mencin que ha ocasionado esta piado^ Cuando lleg la muerte el gran patriarca
J a c o b
sus hijos le lloraron por treinta das y
4 la muerte del sumo sacerdote M r n ^ d e s u
hermano Moiss, se renov aquel luto tngesi

i T t s s w a n a
por 1 , adquiri tauto vigor en el pueblo

ascojido,. que enfcnees s&'jdebiakpflr los sagra


dos Orculos, cumplida .i luto cuando po
trintVjdias hnbia sidollorada'la. muert del
que fiabi&.SffHiu de ^teingiM^ol Cuya uso no
sola me a t e a oq se r va vivir en la actual/dispersin' de la nacin hebrea, sino que desde el
principio: de la ley niosaica por mandado de
Bies (fu) preortW( qaelte eScFavasiprooli?
t a s q u e q u e k i ' d o huffanas en la guerra por
la prdida e.susiptdres, nopodan cas-arae. cori
los hijbficdJiJacob, pop. treinta dias no hubiesen Uoirario .Ios-autores-de su vida. Esto,' dice el historiador Josefo, .fu reconocidoipor todos los sabios, por trmino justo y convedieute
para llorar aquellas personas queridas j^ue
se partan d entre nosotros. Perotla Iglesia
catlica^ q u e dsdd los tiempos .apostlicos se
ha m o c a d o tan piadosa; para con sus hijos difuntos, no contenta cd encomendarlos; incesantemente al Seor en sus oraciones, dcoTdiespecial favor .este luto mensal, que,e$; como la
primera exprewon y el mB-aijriorosottribat de
la pialad de los ^ue Sobreviven.6 sua^ifuntos
deudos. De aquil.Tijjo su origen aquel agrado
rito que se llama. Dia trijtiibo:.de4os difrintos,,
explicado-pot.ios Ptubrkisth; oon hermosas aluciones msticas,.sancionado por san Gregorio
Magno, icn la -dicion de> treinta mi*a en
treiufn: 'ii^steunsculivori. enriquecido. per el
papa- Inocencio con santas induljencias, inserto por los mondes de Cluni ri las. prcticas de

10

piedad, adoptado casi universal mente de los


fieles por muchos siglos, encomendado con su
ma alabanza por Benedicto X I I I , en sus trijsimos sobre el purgotorio, y que queria Benedicto X I V que volviese su primitivo fervor
en utilidad de los difuntos no mnos que de los
vivientes. Ni faltaron leyes particulares que
impusieran los fieles la obligacin de observarla; pues en el Snodo de Baviera, fu establecido que la muerte de alguno de los obispos Abades de aquella Provincia, cada uno
de los que sobrevivan debiese personalmente
decir treinta misas, y hacer celebrar otras tantas el propio Obispo Abad la muerte de
cada Presbtero monje; en el Snodo de
Chelsit se ordenaba el rezo de algunas preces
por un mes entero, fin de obtener para los
difuntos la entrada ms pronta en el reino
bienaventurado; y en los Capitulares de los reyes de Francia, se mandaba se hiciesen por
treinta dias' oblaciones y ayunos en sufragio
de los amigos y parientes difuntos.
Por lo cual, la piedad de los fieles robustecida por tantas pruebas, aunque de varios modos, siempre Be dedic fervorosamente consagrar un mes la memoria de los difuntos.
As lo practic el clero de Mest, por su difunto obispo Cleodolfo, ofreciendo por treinta dias
en su sufragio, misas, penitencias, oraciones,
limosnas; y as tambin el santo abad Pedro de
Cluni mand se hiciesen todos los priores de

11

su rden, para ayudar su difunta madre


Raingarda. Cario Magno con munificencia
imperial, dej los cannigos Plevinienses la
dotacion y el cargo de rezar todos los aos,
treinta psalterios, y celebrar otras tantas misas por el reposo y paz de su perdido Rotardo;
la serensima infauta Isabel Clara Eugenia, adems de la celebracin de cuatro mil misas,
mand hacer por treinta dias continuos, preces
pblicas y privadas por el alma de su difunto
consorte el archiduque Alberto; y por el mismo espacio de un mes, san Luis Beltran, se e- '
jercitaba en aspersimas penitencias y fervorossimas oraciones, en favor do un correligioso
suyo difunto, que el trigsimo dia tuvo el consuelo de verle subir al cielo. Por un mes tambin continuo, refiere san Pedre Dam:ano, que
se acostumbraba en su monasterio ofrecer con
la asistencia de todos los religiosos, el divino
sacrificio por cada Monge que moria, y en el
de Fulda, por igual espacio de tiempo, se consideraba el difunto como presente la mesa,
para dispensar los pobrecitos en sufragio de
su alma, la porcion de su alimento cuotidiano.
Quiso san Norberto, que en su rden Premostratense se observase el doble oficio de la piedad monstica, para con los difuntos hermanos;
y en la de los predicadores, (entendido solamente para sufragio de los difuntos), la regla
del insigne patriarca Domingo, manda que por
cada hermano hermana que muriera de

muerte violenta^ se rece por; treinta veces por


cadaMo'cin (pairear n u k t m s , por fite co'rigta los Salme0! pan^i hciai es,i y. por cada sacerdote te<8wifc Misa. ; Treinta raigas tambin'eh
treinta, dias continuos, implor del oWfep
Teobab, l lateral d e un.pifante,;como"troci
de 'redneiod'dlk'll*mus del HtwgifcfriiJ
y tfmafamero igual' d&imiss; c e l e b r a o s ^ gualrpempo, contest el 'serfico san-P^cuai
Biiill .un piadosa.matrona, qej hs taando
bastanteopara; sacar del Pu-cgatorio y llevar al
Gisle el :ilife e'suifanto steudo. :-Adftife{
e u u n a compai&tfde misioneros. que" ibah floragar'. wn: sus s u d o r e s fl-^stlicos IHS tierraB' del
M a d d e . seJcaiftlHioiqiia .-celebramen treintaoai.
sas. cada.una tilelU^ien sufragio del que soeumbiera; y(3l3viciio apostlico.
la PflinesiasodfewU tods'fms hacend tos, ftpiicaf.iigfta'lnyebte- treinta' misas- |or(io<lffifeafifld&:-al nfti
delpa^re Bachelot^el ^irnero -queillet la f
. aqullo? -lugares. : InRsheraSbi&H pues, son
la ! pidsas cofr5tdina que. en ^icnHetititeOs
ptescob&Q;-el i^wiero^dq
frdittwisa*
cadan cofrade dfanto^ y 'diverssbistomdores
BOS refierenijqueueliUBdixife ufcaiga/icon trienta
inruefafcs >ari&<Mf las a l m a s t e los difuntos, era prcticakpie .ssis tiqds observaban
escrupulosamente. . S a ' H m i t ^ n e i n f l ^ las :dis*
posiciones de. los particulares que' logaron > su
projjBfc^lma. ipor.un mes-iiotero, .deppues--de su
mbert^iiy^ solamente, p o r ltimo, se recuerda

el Breve de RioiuVM. fomtif memoria, el


rtarte&n^uiira^fe
wdugencia .plenan a ; k devdcion .'ie vlos fikMiue,por ftftjtfft
dias coiita^^fchiiesg;,^!; piadoso ejercicio
ft*gel de. Jis;boo t
torio. i
abflrfji itgui^iqiPBlitwiWyarfao autorizada
p o t ^ b i a e >se wdftwlfc tudds Jos, estados
de Ja tytajplM^dftlfrefrg&J y, de/gracia* ^ t o
Bftter jeifpl'jiHiii el ;jwga*iB<sqty&*yl0d&8r
iw ieesfea-aufnegb. i ^ t o ' b e p d i ^ ^ a J e j a s - n d l
Purga toii(v4' *i<fOWftilte GtiMKfpioracioei! de
todu los fieles difuntos se ^ltbra piila Iglesia en el segundo dia de JJovien.bre, asi esto
mes ipafeti.ei ea/wiH'Bpiiii i p ra, t:l; prctica; N f l i ^ s e ufestnotecii^qww miute.'pupda
practiisir onotTCBrtiomipusj heeietaokm.d cada uhn; ntes>bien, ^ian cbase morabian general de k s Jfurits h'uiichoj elegii aquel mes
por titlenle la O,bravia piedad particular para con niuwtn* amados parientes amigos,
conciliar'iiwjnrla' ; prctica al acontecimiento
de su muerte, y asi
servir el presento
librity, para ejerpicio-<je^la devocin pblica y
priVadaV ' ^ ^
^
El mtodo seguido, e^e,! Que se usa en to- <I

OIJJ

."I''

.<

'-! '

dos los nonios de devociones mensuales:, una


corona, una meditacin,'un ejemplo, una jaculatoria; : slbutente q u e s e n v e ; d l o s obsequios .cuotiiiaw^ i e proponen^ por ejerci*
moral, sufragios, que mejbt convienen al ca-

rcter de la presente devocion, y que sacados


de alguna piadosa prctica de los fieles, servir para hacer ms fcil y devota la ejecucin.
Y si alguno le pareciese que se hace gravoso
este piadoso ejercicio* por llevar dos ejemplos
en cada dia, responde San Bernardino de Sena, que en estas obras de sentimiento donde
ms se trata de mover el corazon que de instruir
el entendimiento, los hechos y los ejemplos son
ms eficaces, para lograr elfinde aprovechar
las almas que padecen, y de aumentar el estmulo en nuestras almas para huir el vicio
y adquirir la virtud.
Gesta, ac narrationes sanctorum Doctorum,
ac peritorum virorum, non solum auditu jucundae sunt, sed et tiles, admodumque salu
tares, moltum moltuosque proficientes ad correctionem hominum suis vitiis, et peccatiis,
vehemeuterque provocantes ad amorem sanctitatis e t desiderium aeternae salutis. Tom. 2,
serm. 64, art. 4, c. 2, de Purgatorio.

INTRODUCCION.
En el nombre del Padre, y del Hijo y del
Espritu Santo. Amen.
Postrados en la presencia de Dios con el
mayor fervor de espritu, supliqumosle que
nos asista en el ejercicio de esta devocion.

15
Disponed, oh Seor! y con la abundancia
de vuestra gracia, confortad nuestros nimos,
para que con sentimientos de fe, de caridad y
de compasion, penetrando en la penosa crcel
del Purgatorio podamos procurar los fieles
difuntos la mayor abundancia de sufragios que
redunde en favor suyo, gloria vuestra, y provecho de nuestras almas.
CORONA
BE LOS DIFUNTOS.
Rezaremos la piadosa corona de los difuntos, diciendo cuatro Padre nuestros y cuarenta
Ave Maras, en memoria de las cuarenta horas
que Nuestro Seor Jesucristo estuvo en los
infiernos despues de su muerte, en sufragio de
las benditas almas del Purgatorio, y particularmente del alma de N. N. (aqui, si se quiere,
se puede nombrar aquella alma que particularmente se desea socorrer), para que el Seor se digne libertarlas lo ms presto, de sus
penas, haciendo intencin de ganar favor de
las mismas, todas las indulgencias concedidas
por la Santa Iglesia, al ejercicio de esta
devocion.
V.
R.
V.
R.
V.

Deua, in adjutrium meum intnde.


Dmine, ad adyuvndum me festina,
Rquien aetrnam dona eis Dmine
Et lux perptua lceat eis.
Requiscant in pace
Amen.

rcter de la presente devocion, y que sacados


de alguna piadosa prctica de los fieles, servir para hacer ms fcil y devota la ejecucin.
Y si alguno le pareciese que se hace gravoso
este piadoso ejercicio* por llevar dos ejemplos
en cada dia, responde San Bernardino de Sena, que en estas obras de sentimiento donde
ms se trata de mover el corazon que de instruir
el entendimiento, los hechos y los ejemplos son
ms eficaces, para lograr elfinde aprovechar
las almas que padecen, y de aumentar el estmulo en nuestras almas para huir el vicio
y adquirir la virtud.
Gesta, ac narrationes sanctorum Doctorum,
ac peritorum virorum, non solum auditu jucundae sunt, sed et tiles, admodumque salu
tares, moltum moltuosque proficientes ad correctionem hominum suis vitiis, et peccatiis,
vehementerque provocantes ad amorem sanctitatis e t desiderium aeternae salutis. Tom. 2,
serm. 64, art. 4, c. 2, de Purgatorio.

INTRODUCCION.
En el nombre del Padre, y del Hijo y del
Espritu Santo. Amen.
Postrados en la presencia de Dios con el
mayor fervor de espritu, supliqumosle que
nos asista en el ejercicio de esta devocion.

15
Disponed, oh Seor! y con la abundancia
de vuestra gracia, confortad nuestros nimos,
para que con sentimientos de fe, de caridad y
de compasion, penetrando en la penosa crcel
del Purgatorio podamos procurar los fieles
difuntos la mayor abundancia de sufragios que
redunde en favor suyo, gloria vuestra, y provecho de nuestras almas.
CORONA
BE LOS DIFUNTOS.
Rezaremos la piadosa corona de los difuntos, diciendo cuatro Padre nuestros y cuarenta
Ave Maras, en memoria de las cuarenta horas
que Nuestro Seor Jesucristo estuvo en los
infiernos despues de su muerte, en sufragio de
las benditas almas del Purgatorio, y particularmente del alma de N. N. (aqui, si se quiere,
se puede nombrar aquella alma que particularmente se desea socorrer), para que el Seor se digne libertarlas lo ms presto, de sus
penas, haciendo intencin de ganar favor de
las mismas, todas las indulgencias concedidas
por la Santa Iglesia, al ejercicio de esta
devocion.
V.
R.
V.
R.
V.

Deua, in adjutrium meum intnde.


Dmine, ad adyuvndum me festina,
Rquien aetrnam dona eis Dmine
Et lux perptua lceat eis.
Requiscant in pace
Amen.

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en que concedan
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goraciones,
que produzcan
ei^ l s m o . ^ t o .

17
Un Padre nuestro, diez Ave Maras y un
Rquiem aeternam.
III.

. .. i,.

Consideremos en este tercer misterio, el sumo consuelo que sintieron las almas del Purgatorio cuando vieron disiparse por el Redentor las tinieblas de aquella profunda prisin,
y resplandecer cada una de ellas con tanta luz,
que no qued mancha alguna en ellas de sus
antiguas culpas, y pensemos que con nuestros
sufragios podemos tambin nosotros disipar
aquellas tinieblas, y purificar aquellos espri-,
tus hasta borrar toda mancha, y refacer la
deuda de f us pasados defectos. Pidamos por
tanto al Seor y la Santsima Virgen que
concedan tanta eficacia nuestras oraciones,
que puedan hacerlas perfectamente dignas de
los ojos de Dios.
Un Padre nuestro, diez Ave Maras y un
Rquiem aeternam.
IV.
Consideremos en este cuarto misterio el inmenso regocijo de que fueron posedas las almas del Purgatorio, cuando fueron libertadas
por el divino Redentor, de aquel abismo de
dolores, y llevadas gloriosamente al reino bienaventurado, y pensemos que tambin nosotros podernos librarlas de aquella horrenda <
prisin, y haceVlas felices para siempre en la.
gloria celestial; roguemos por tanto al Senos *

18
y la Santsima Virgen que concedan tanta
eficacia nuestras oraciones que puedan abrir
las puertas del Purgatorio, inti o lucirlas en
el suspiradsimo gozo del Paraso.
Un Padre nuestro, diez Ave Maras y un
Rquiem aeternam.
ORACION.
Oh Jess, oh Mara, esperanza, salud, y
felicidad de todos los fieles! desde el profundo
abismo de sus miserias vosotros se vuelven
las benditas almas del Purgatorio, imploran
el beneficio de vuestra sangre, oh Jesub! y el
fruto de vuestros dolores, oh Mara! Esta
sangre, estos dolores que fueron de tanta eficacia
la primera vez en el Calvario, que libraron
todo el mundo de toda iniquidad, .ibren de sus
penas las almas del Purgatorio, y por los
mritos de sangre tan preciosa y de dolores
tan acerbos, sean conducidas salvas al cielo aquellas prisioneras infelices (y en particular
el alma de N) por las cuales os pedimos con
todo el fervor de nuestro espritu.
LETANIA
DE LA SANTISIMA VIRGEN.
Seor, ten piedad de ellas.
Jesucristo, ten piedad de ellas.
Jesucristo, yenos.
Jesucristo* escchanos.

19
Padre celestial, que eres Dios,
Ten piedad de ellas.
Hijo Redentor del mundo, que eres Dios,
Ten piedad de ellas.
Espritu Santo, que eres Dios,
Ten piedad de ellas.
Santsima Trinidad, que eres un solo Dios,
Ten piedad de ellas.
Santa Mara.
Santa Madre de Dios.
Santa Virgen de las vrgenes.
Madre de Jesucristo.
Madre de la divina gracia.
Madre Pursima.
Madre Castsima.
Madre Virgen.
Madre Inmaculada.
Q
Madre Amable.
>
Madre Admirable.
d^
Madre del Criador.
' g
Madre del Salvador.
Virgen Prudentsima.
Virgen Venerable.
>
Virgen Laudable.
GQ
Virgen Poderosa.
Virgen Misericordiosa.
Virgen Fiel.
Espejo de Justicia.
Trono de la eterna Sabidura.
Causa de nuestra alegra.
Vaso espiritual de eleccin.

20

Vaso precioso de la gracia.


Vaso de verdadera devocion.
Rosa Mstica.
Torre de David.
Torre de Marfil.
Casa de Oro.
Area de la Alianza.
Puerta del Cielo.
Estrella de la maana.
Salud de los enfermos.
Refugio de los pecadores.
Consoladora de los aflijidos.
Auxilio de los cristiauos.
Reina de los Angeles.
Reina de los Patriarcas.
Reina de los Profetas.
Reina de los Apstoles.
Reina de los Mrtires.
na de los Confesores. .yin i
Reina de las Vrgenes.
Reina de todos los Santos.
Reina concebida tin la culpa original.
Cordero de Dios que borras los pecados
^
mundo.
Perdnalas Seor.
Cordero de Dios que borras los pecados
mundo.
Oyenos Seor.
Cordero de Dios que borras los pecados
mundo.
Ten piedad de ellas.

21

ORACION.

d
O
>
'

^
o
53
t

Oh Dios! que concedeis el perdn de los


pecados, y quereis la salvacin de los hombres, imploramos vuestra clemencia, para que
por la intercesin de la bienaventurada siempre Virgen Mara, y por la de todos los santos, hagais que lleguen participar de la eterna bienaventuranza todos nuestros hermanos,
parientes y bienhechores difuntos, que han pasado de esta vida la otra. Por nuestro Seor
Jesucristo vuestro hijo. Amen.

Dia Primero.

>r
ui

MEDITACION.
Existencia del

Purgatorio.

PUNTO I .

del

del

del

La muerte es cierta. Est ya dado el gran


decreto en virtud del cual todos los hombres
han de morir. Cualquiera otra desgracia podr evitarse, pero la muerte jams, no hay estado que libre de ella, ni edad, ni condicion,
ni sexo, ni ninguna otra defensa humana. Desde el primero hasta el ltimo de los hombres,
tienen que ver su ocaso, y ya muchos llegaion
l, otros los siguen, y todos, como el agua
que se desliza, caeremos finalmente en el sepulcro sin remedio, y entre tanto qu es lt)
que hacemos nosotros oh cristianos! prepar-

22

monos al inevitable fin que nos espera; oh


cun amarga no ser la muerte si no nos disponemos con tiempo recibirla!
PUNTO II.
Con la muerte se sale de este mundo y se
va la otra vida, y qu cosa hay en la otra
vida? La fe nos ensea que hay un Paraiso. un
Infierno, un Purgatorio. Las almas perfectas,
no reas de culpa, no deudoras de pena, libres
de los lazos del cuerpo, al pun'.o vuelan gozarse en el Paraiso. Las almas manchadas con
culpa grave, son arrastradas por el peso de sus
iniquidades al Infierno para recibir el merecido castigo de la Divina Justicia. Oh que diversidad entre las unas y las otras! Aquellas eternamente bienaventuradas con Dios; estas
condenadas para siempre con los demonios.
Cul de estas dos suertes queremos nosotros?
en nuestra mano est la eleccin: si queremos
el Paraiso con los justos, vivamos como viven
los justos; si nos horroriza el Infierno, huyamos del pecado que conduce al Infierno.
PUNTO I I I .

Pero si el alma sorprendida de la muerte se


hallase no en pecado mortal, ni en la ms perfecta justicia, sino en un estado medio, por decirlo asi, y por lo cual ni pudiera ser condenada al Infierno por no ser digna de tanta pena, ni ser introducida luego al Paraiso por_ no
ser digna an de tanta gloria, 4 dndo ir.

23
He aqui la necesidad de establecer un lugaf
intermedio entre el cielo y el Infierno; lugar
no de trmino sino de trnsito, donde las almas de los fieles difuntos, como el oro se purifica de la escoria, se purifican tambin ellas y
se perfeccionan para la gloria. Ahora bien, en
este lugar cae la mayor parte de las almas que
se salvan, y pocas se libran de l, porque son
pocas las que no quedan contaminadas del polvo mundano, deseamos nosotros evitarle?
Purifiqumonos perfectamente en esta vida,^supuesto que quien sale purificado de ella vuela
directamente al cielo.
ORACION.
Oh cielo, cielo, t nos atraes poderosamente con tus premios! infierno, infierno, t nos
espantas horriblemente con tus castigos! Purgatorio, Purgatorio, t nos llenas de compasin y de piedad por tus penas! Oid, oh gran
Dios, nuestras splicas: cerrad para todos los
fieles las puertas del horroroso abismo: abrid
para ellos los de la gloria bienaventurada, y
librad, oh Seor! de sus peras cuantas almas se encuentran en el Purgatorio, y llamadlas gozar con vos de la inmarcesible corona
de la eterna felicidad.
EJEMPLO.
Muri en la dicesis de Nocera un jovencito
que habia profesado una devooion eiDjjulars-

20

Vaso precioso de la gracia.


Vaso de verdadera devocion.
Rosa Mstica.
Torre de David.
Torre de Marfil.
Casa de Oro.
Area de la Alianza.
Puerta del Cielo.
Estrella de la maana.
Salud de los enfermos.
Refugio de los pecadores.
Consoladora de los aflijidos.
Auxilio de los cristiauos.
Reina de los Angeles.
Reina de los Patriarcas.
Reina de los Profetas.
Reina de los Apstoles.
Reina de los Mrtires.
na de los Confesores. .yin i
Reina de las Vrgenes.
Reina de todos los Santos.
Reina concebida tin la culpa original.
Cordero de Dios que borras los pecados
^
mundo.
Perdnalas Seor.
Cordero de Dios que borras los pecados
mundo.
Oyenos Seor.
Cordero de Dios que borras los pecados
mundo.
Ten piedad de ellas.

21

ORACION.

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53
a

Oh Dios! que concedeis el perdn de los


pecados, y quereis la salvacin de los hombres, imploramos vuestra clemencia, para que
por la intercesin de la bienaventurada siempre Virgen Mara, y por la de todos los santos, hagais que lleguen participar de la eterna bienaventuranza todos nuestros hermanos,
parientes y bienhechores difuntos, que han pasado de esta vida la otra. Por nuestro Seor
Jesucristo vuestro hijo. Amen.

Dia Primero.

>r
ui

MEDITACION.
Existencia del

Purgatorio.

PUNTO I .

del

del

del

La muerte es cierta. Est ya dado el gran


decreto en virtud del cual todos los hombres
han de morir. Cualquiera otra desgracia podr evitarse, pero la muerte jams, no hay estado que libre de ella, ni edad, ni condicion,
ni sexo, ni ninguna otra defensa humana. Desde el primero hasta el ltimo de los hombres,
tienen que ver su ocaso, y ya muchos llegaion
l, otros los siguen, y todos, como el agua
que se desliza, caeremos finalmente en el sepulcro sin remedio, y entre tanto qu es lt)
que hacemos nosotros oh cristianos! prepar-

22

monos al inevitable fin que nos espera; oh


cun amarga no ser la muerte si no nos disponemos con tiempo recibirla!
PUNTO I I .

Con la muerte se sale de este mundo y se


va la otra vida, y qu cosa hay en la otra
vida? La fe nos ensea que hay un Paraiso. un
Infierno, un Purgatorio. Las almas perfectas,
no reas de culpa, no deudoras de pena, libres
de los lazos del cuerpo, al pun'.o vuelan gozarse en el Paraiso. Las almas manchadas con
culpa grave, son arrastradas por el peso de sus
iniquidades al Infierno para recibir el merecido castigo de la Divina Justicia. Oh que diversidad entre las unas y las otras! Aquellas eternamente bienaventuradas con Dios; estas
condenadas para siempre con los demonios.
Cul de estas dos suertes queremos nosotros?
en nuestra mano est la eleccin: si queremos
el Paraiso con los justos, vivamos como viven
los justos; si nos horroriza el Infierno, huyamos del pecado que conduce al Infierno.
PUNTO N I .

Pero si el alma sorprendida de la muerte se


hallase no en pecado mortal, ni en la ms perfecta justicia, sino en un estado medio, por decirlo asi, y por lo cual ni pudiera ser condenada al Infierno por no ser digna de tanta pena, ni ser introducida luego al Paraiso por_ no
ser digna an de tanta gloria, 4 dndo ir.

23
He aqui la necesidad de establecer un lugaf
intermedio entre el cielo y el Infierno; lugar
no de trmino sino de trnsito, donde las almas de los fieles difuntos, como el oro se purifica de la escoria, se purifican tambin ellas y
se perfeccionan para la gloria. Ahora bien, en
este lugar cae la mayor parte de las almas que
se salvan, y pocas se libran de l, porque son
pocas las que no quedan contaminadas del polvo mundano, deseamos nosotros evitarle?
Purifiqumonos perfectamente en esta vida,^supuesto que quien sale purificado de ella vuela
directamente al cielo.
ORACION.
Oh cielo, cielo, t nos atraes poderosamente con tus premios! infierno, infierno, t nos
espantas horriblemente con tus castigos! Purgatorio, Purgatorio, t nos llenas de compasin y de piedad por tus penas! Oid, oh gran
Dios, nuestras splicas: cerrad para todos los
fieles las puertas del horroroso abismo: abrid
para ellos los de la gloria bienaventurada, y
librad, oh Seor! de sus peras cuantas almas se encuentran en el Purgatorio, y llamadlas gozar con vos de la inmarcesible corona
de la eterna felicidad.
EJEMPLO.
Muri en la dicesis de Nocera un jovencito
que habia profesado una devooion eiDjjulars-

ma San Bemardino de Sena, y este Santo


para recompensarle de esta, obtuvo del Seor
el poder de restituirle U vida. Mas ntes quizo informarle bien de las cosas del otro mundo; por lo cual, hacindose su gua, le condujo
las regiones infernales, donde entre torbellinos de denssimo humo y de inquieto fuego, le
mostr una multitud casi infinita de rprohos,
devorados por una eterna desesperacin. Despues lo trasport al cielo, donde dispuestos,en
bello rden los coros de los ngeles y los ejrcitos de los Santos, se gozaban de una felicidad superior todo pensamiento. Y por ltimo, le hizo observar la prisin del Purgatorio,
donde entre ardorossimas llamas se purifican
las almas de los difuntos hasta que se hacen
dignas de la gloria celestial. Fu para l un
espectculo que le movi gran compasion el
ver como aquellas almas afligidas con sus penas y despidiendo desgarradores suspiros, volaron en torno suyo y le : rogaban que cuando
volviese al mundo, contase los mortales sus
crueles tormentos, y los moviese socorrerlas
con copiosos sufragios, lo que l hizo con grandsimo fruto de aquellas infelices. Luego que
volvi la vida, hablaba cuantos encontraba, del Purgatorio: Tu padre, decia uno, est en aquellas abrazadoras llamas esperando
los efectos de tu piedad filial; tu hijo, deca
otro, se eucomienda tu paternal cario; tu
bienhechor, reprochaba al heredero, te recuer-

25
da la ejecucin de sus piadosos legados: todas
aquellas almas, en fin, recurren vuestra fe,
vuestra caridad para un generoso y pronto
socorro. Imaginemos que huy se repite otro
tanto cada uno de nosotros, y cada una de
las pruebas ms significativas de su devocion
al purgatorio. (P. Francisco Beartio, de la S.
de Jess, contin. Bolandist. in act. sanct. in
append. ad 20 inajO.
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la pasin de
nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.),
suplicando al Eterno Padre que se apiade de
sus almas por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la siguiente
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre de
Jess, misericordia, Padre Nuestro, Ave Mara y Rquiem. (*) Aadiremos un Padre
nuestro y Ave Mara por los propagadores de
esta devocion.
SUFRAGIO.
Omnium finis appropinquavit, itaque vigiAl rezar estas preces est en cada vez,
anexa la indulgencia parcial de trescientos
dias, y la plenaria para quien confesado y comulgarlo, la practica por un mes entero segn
el Breve de Pi V I I de feliz memoria, de 7
de Febrero de 1817.

late in orationibus, mutuam charitatem habentes (1. Petr. 4. 7.) Para mantener la mutua
comunicacin de los oficios de la caridad con
los difuntos, ejercitmonos en rogar por ellos
y particularmente en el rezo del De, Profanis. El P. D. Juan Pablo Mootorfano, Teatino, para demostrar un dia un espritu demasiado mundano el valor de los piadosos
sufragios en favor de los difuntos, tom una
gran suma de dinero y la puso en un platillo
de la btbinza, y en el otro puso el psalmo Di
Profundis escrito en un pequeo papel, el
cual preponder de tal modo aquel metal
tan estimado, que le levant inmediatamente
al aire con grandsimo asombro de los espectadores. Animmonos con esto rezar con
frecuencia tan precioso Psalmo en sufragio de
nuestros difuntos, y desde el primero hasta el
ltimo dia de este mes sea el De Piojunis
el complemento y el sello de nuestro santo
ejercicio.
P . D. Jos Silos Historiador, Ordm. Teatin. 1. part. lib. 15. ad ann. 1580.
SALMO 129.
Sefior, t clam de lo ms profundo de mi
alma; dgnate oir mi voz.
Estn atentos tus odos la voz de mis plegarias.
c
Si te pones examinar, Seor, nuestras
maldades quin podr subsistir en tu presencia?

27
Mas en t se halla siempre la clemencia: y
en vista de tu Ley, he confiado, oh Dios tnio!
Tu palabra sostuvo mi alma y ella esper en t.
Desde el amanecer hasta la noche, esper
Israel en el Seor.
Porque en la mano est la misericordia y
la redencin.
Y es el que le redimi de todas sua iniquidades.
V. Seor, dales eterno descanso.
R. Y luzca para ellas la luz perpetua.
V. De ia puerta del infierno.
R. Lbralas, oh Seorl

V. Descansen en paz.
R. Asi sea.
V. Seor, oye mi oracion.
R. Y mi clamor llegue t.
ORACION.
Oh Dios criador y Redentor del mundo!
dgnate conceder el perdn de todos sus pecados tus siervo6 y siervas, ti fin de que esta gracia que siempre fu el objeto de sus deseos la consigau por nuestras splicas. Que
vives y reina por los siglos de los siglos,
Amen.
V.
R.
V.
R.

Seor, dales eterno descanso.


Y luzca para ellas la luz perpetua,
Descansen en paz.
Asi sea.

28

Cuando se quieran hacer sufragios particulares por el alma de algn difunto, se dir alguna de las siguientes oraciones ntes de la
sobre dicha Fidelium Deus, con la cual se
concluir siempre.
ORACION P O R SACERDOTES
U OBISPOS.
Oh Dios! que quisisteis elevar vuestros
siervos la dignidad Pontifical, sacerdotal,
escogindolos y ponindolos en el nmero de
los sacerdotes apostlicos: os suplicamos, que
gocen tambin de t u compaa en vuestra
gloria. Por nuestro Seor Jesucristo. Amen.
P O R E L P A D R E Y P O R LA MADRE.
Oh Dios! que nos mandaste honrar
nuestros Padres, apidate bondadoso de sus
almas, y concdeme verlos algn dia en el gozo de tu eterna luz. Amen.
P O R LOS H E R M A N O S , O POR 0 TROS P A R I E N T E S O B I E N H E C H O R E S .
Oh Dios! que concedeis el perdn de los
pecados, y quereis la salvacin de los hombres; imploramos vuestra clemencia, para que
por la intercesin de la bienaventurada siempre
Virgen Mara, y por la de todos los Santos, hagas que lleguen participar de la eterna bienaventuranza todos nuestros hermanos, parientes
y bienhechores difuntos, que han pasado de

29
esta vida la otra. Por Nuestro Seor Jesucristo vuestro Hijo. Amen.
POR UN SOLO DIFUNTO.
Inclina, Seor, tus oidos nuestras splicas, por las que te rogamos que constituyas
en la regin de luz y de paz, el alma de tu
siervo N. N. quien ordenaste salir de este
siglo y que te dignes hacerla compaera de
tus Santos. Por Nuestro Seor Jesucristo.
Amen.
POR UNA SOLA D I F U N T A .
Te rogamos Seor, que por tu misericordia te apiades del alma de tu sierva N. N.,
conducindola ya libre del contagio de la
muerte, la eterna salvacin.
POR DOS O MAS DIFUNTOS.
Oh Dios! quien es siempre propio tener
misericoidia y perdonar. S propicio, las almas de tu3 siervos y siervas; perdona sus pecados, y libres de los lazos de la mortalidad
merezcan pasar la vida eterna. Por Nuestro Seor Jesucristo. Amen.
CANTORES.
Desde tu trono de estrellas
Ve tus criaturas, Seor,
Y escucha sus tristes ruegos
Que te demandan favor.

PUEBLO.

De las falta de tus hijos,


Ten, Supremo Ser, piedad,
T en ellos tus ojos fijos
Concdeles luz y paz.
.

31
Por los que partieron ya,
Cristianos, si ahora fervientes
Vuestras plegarias al cielo
Elevis, ese consuelo
Maana aqui se os dar.

CANTORES.

Si cual Dios justo, condenas


A tus hijos, penar,
Vean deshechas sus cadenas
Por t, Dios de la bondad!

Dia Segundo,
M E D I T A C I O N .

Estado del

Purgatorio.

PUEBLO.
PONTO I .

De las faltas, etc.


CANTORES.

Vierten tus esposas llanto


Y t dirigen su voz,
Hazlas perfectas, Dios Santo,
Si dignas de t, no son.
PUEBLO.
De las faltas, etc.
Si, pues, agradase concluir cada dia
la solemnidad con sentimientos correspondiendes al sufragio que se propone, se podrn entnces cantar las estrolas puestas al fin de cata dia cerno sigue:
NOTA:

ESTROFA.

Pronto la guadaa impa


Nos herir en un segundo:
Q remes en este mundo

Aunque es cierto que el Seor puede conde*


nar las almas de los difuntos purgar la
pena de sus faltas donde mejor le agradare,
lo es tambin que en el centro de la tierra,
hay un lugar especial llamado propiamente
Purgatorio, en donde de ordinario estn detenidos con grave dolor, los espritus humanos
que aun no estn bastantemente perfeccionados para entrar al cielo. Este es llamado lugar inferior, pozo profundo, mar tempestuoso,
tierra de miseria y de tinieblas, de torbellinos y de oscuridad, muy prximo al infierno, ms bien, una estancia del mismo infierno. Oh qu horror, pues, no debe excitar en
nuestror nimos tan terrible crcel de la justicia divina, y cunta compasion no debemos
tener de las almas que estn all sufriendo el
castigo de sus pecadosl

32
PUNTO II.
Mas cuales ion las penas que se padecen
en el purgatorio? Nos dicen comunmente los
Santos Tadres y Doctores, que son las mismas que las del infierno. N.y hay diferencia, dice Santo Toms, entre los tormentos del infierno y los del purgatorio; con el
mismo fuego, prosigue san Agustin, se quema
la paja !y se purifica el oro entre las mismas
llamas; sigue diciendo san Gregorio, encuentra
el rprobo su suplicio y su purificacin el
justo. Ahora bien, si el infierno es la pena
mayor que la Divina Justicia aplica 4 las
criatuias rebeldes, imagiuuionos cules sern los tormentos de las almas del purgatorio al sentirse oprimidas y penetradas por aquel mismo elemento atormentador que forma la desesperacin eterna de los rprobos.
PUNTO

III.

La nica diferencia que hay entre las penas


de los rprobos y las de las almas del purgatorio, es, que las primeras son eternas y las
segundas temporales. Apnas entra el condenado al infierno, cuando pierde la esperanza de
salir de alli por una eternidad. No hay redencin ni salvacin para quien abus hmta
lo ltimo de la redencin y salvacin que le
procur la sangre preciossima de Jesucristo;
las almas del purgatorio, por otra parte, adornadas con la gracia del Redentor, estn segu-

33
ras de su eterna salvacin. Saldrn sin duda
del Purgatorio, pero tendrn nte3 que pagar
hasta el ltimo cuadrante, la deuda contrada
en vida con la Divina Justicia, por sus culpas.
Y cundo llegarn satisfacerla? Quin ntes y quin despues, segn la calidad de la
culpa y la cantidad de la pena correspondiente; y nos dicen los doctores, que algunas no
saldrn de aquella crcel atormentadora, sino
en el dia del juicio final. Oh cun largo penar!
Oh cun caro cuesta el pecado! guardmonos,
pues, de cometerlo, y si le hemos cometido,
apresurmonos borrarle en vida, para que
nada tengamos que pagar despues de la muerte.
ORACION.
up ,!;('
afront i :f le i'.ifs1 !ij>na oi>
Gran Dios, dadnos gracia y fuerza para
huir de toda culpa, y para detestarla en la
presente vida. El fuego terrible del Purgatorio, los atroces tormentos que alli se padecen, la duracin de la pena tan prolongada,
son otros tantos motivos fuertes y muy poderosos que nos hacen concebir un sumo horror
al pecado, y todo nos conmueve el corazon
para acudir con el mayor empeo, socorrer
aquellas almas benditas. Hechad, vos tambin, oh Seor! una mirada benigna hcia ellas, y haced por vuestra grau misericordia que
llegue cuanto antes el fin de tan larga aflixion,
siguiendo aquellos tormentos vuestra gloria,
y aquella crcel, vuestra mansin bienaven5

turada, donde os adoren y bendigan por una


eternidad.
EJEMPLO.
En las conferencias espirituales que san Malaquas, obispo de Hibernia, tenia frecuentemente con sus discpulos, tratndose un dia dt
la muerte, propuso que cada uno declarase
que en caso de morir fuera de su patria, dnde y cundo querra mejor,acabar sus (lias?
Como son varios los pensamientos de los hombres, asi diversos fueron tambin sus pareceres, y quin design un tiempo, quin otro,
quin otro, quin este y quin aquel lugar;
mas cuando toc al Santo exponer su propia opinion, eligi entre los lugares ms clebres
del cristianismo el monasterio de Claraba!, que
tanto floreca entnces por el fervor de la caridad, y entre los dias del ao, el de hoy, que
es el de la conmemoracion de los fieles difuntos, para gozar de la mayor cpia de sufragios
que en tan gran dia, y en tan skbto lugar estaba ciertsimo de obtener. No qued sin efecto su deseo, pues poco despuea, habindose
puesto en camino para postrarse los pis del
sumo poutfice Eugenio I I I , apenas lleg al
monasterio de Clarabal, cuando fu asaltado
de tan feroz enfermedad, que bien conoci
que se acercaba el dia de su muerte. Por
lo cual, levantando los ojos al cielo, en
hacimiento de gracias, exclam con el
Salmista: Aqu ser mi descanso por todos

35
los siglos: dejar mis despojos en este, en este
asilo que yo mo eleg sobre cualquier otro:
Eaec requies mea in saeculum sneculi, he habitado quoniam elegi caen. Ps. 131, 14. tn efecto, al nacer el segundo dia de Noviembre,
el ardor de la fiebre, no mnos que el fervor
de la caridad crecieron de tal modo, que se
rompieron los lazos de la vida, y el espritu
ya libre de la prisin del cuerpo, acompaado
de las oraciones de los monges y de los fieles,
en medio de un numeroso coro de almas libradas por l del Purgatorio con abundantes sufragios, se present al tribunal de Cristo, juez,
para recibir la merecida corona de sus virtudes. En tan gran dia, en el cual todo fiel se
acuerda de sus difuntos, no nos olvidemos de
los nuestros, y obremos de modo que queden
contentos de nuestra piedad.San Bernardo
en la vida d San Maluquus.
Recemos cinco Padre nuestros, Ave Maras
y Rquiem, en memoria de la Pasin de nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los fieles
difuntos, suplicando al Eterno Padre, tenga
piedad de sus almas, por la sangre derramada
por su divino Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la sangre preciossima de
Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave Mara y Rquiem.
y <

36
Aadiremos un Padre nuestro y Ave Ma- f
ra, por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Mortuo ne prohbeos- gratiam. Eecl. 7, 37.
No neguemqs en este dia copiosos sufragios
nuestros dijuntos.
En el dia de la conmemoracin de todos
los difuntos acostdinbraban los religiosos de [
santa Teresa reunirse en la capilla, despues
del oficio de Rquiem, para lo que llaman ofrenda de los difuntos, y quin ofrece hacer
por ellos austeras penitencias, quin largas oraciones, quin limosnas, quin ganar indulgencias, unos celebrar misas, otros rezar oficios, otros visitar Iglesias y hospitales; de suerte que se recoge una abundantsima cpia de
sufragios para socorrer al Purgatorio. Hoy es
el dia de la Conmemoraron general de los difuntos, y coloquemos eu el ejercicio de nuestra santa devocion esta costumbre, digna de
ser de todos imitada. Cada uno impngase
6 mismo aquellas obras de piedad que en su
fervor cree poder elegir para alivio de los difuntos; promtalas, pues, ellas, promtalas
Dios, y despues mantenga fielmente su promesa.
f
Hacet L. 3, cap. 2, art. 2, parag. 2.
De profundis y conclusin, como en la pgina 26.

37
No rechacis al difunto,
Que vos v de duelo lleno,
Acogedlo en vuestro seno,
Tened. Seor, de l, piedad.
Si arrepentido Vos, llega,
Lleno de fe y de esperanza,
El perdn, por qu no alcanza!
}0h Dios, de suma bondad!

r-t

Dia Tercero.
MEDITACION.
Pena de Sentido.
PONTO I .

El Seor, dice el profeta, llam para ministro de su justicia al fuego, el cual devor
el profundo abismo de la iuiquidad, y la parte anexa la imperfeccin de los justos. El
fuego, contina el apstol, prueba las obras
de cada uno; consume las malas, purifica las
buenas, y quien se salva, casi por medio del
fuego se salva. De estas autoridades se deduce principalmente que una de las penas del
Purgatorio, es la de sentido causada por el
fuego, cuya sentencia es comn entre los latinos con quienes convienen tambin la mayor parte de los griegos, rogndose en una y otra Iglesia para que aquellas benditas almas seatr^ibres de aquellas tan penetrantes llamas. Una-

mos nuestro espritu con el de las menciona,


das iglesias, y como Aaron en el gran incendio del campo israeltico, pongmonos tarabien nosotros por medianeros eutre Dios y
ellas, pidmosle que lo ms pronto las libre
de tantos tormentos.
PUNTO II.

El fuego del Purgatorio, como ensean las


escuelas, no es metafrico ni ideal, sino verdadero y material, y es tanto ms activo y poderoso, que el fuego de este mundo, cuanto
que el nuestro es solamente una sombra, una
imagen, un fuego piutado en comparacin del
que arde en el abismo. Las llamas aplicadas
por los macabeos las torres de los beanitas,
que en breve las redujo cenizas, el horno encendido por Nabucodnosor con fuego siete ve^
ees multiplicado, las llamas devoradoras de
Pentpolis, que en breves instantes consumieron aquella basta provincia, apnas representan las ms plidas centellas de aquel elemento atormentador. Ah! quin podr sufrir los
ardores de tan vivas llamas?
PONTO M .

_ Mas aquellas llamas no slo son vehementes


sino tambin sbias y justas, como ensean los
santos padres, hacindose ms penetrantes y
atroces donde fu ms deliberada intensa la
maldad. Nada dejan sin castigo, vengadoras

severas de la divina justicia, castigan proporcin de los demritos de cada uno y hacen
sentir ms dolorosos los efectos de su suplicio
en aquellas potencias y sentidos que mayor
parte tuvieron en la culpa. El hjmbre en medio de las distracciones del mundo, no eleva
tan alto el pensamiento; pero ved aqui, oh cristianos, lo que significa una falta de ms una
falta de mnos, quiere decir, un tormento ms
uno mnos, esto es, un Purgatorio ms acerbo y redoblado.
ORACION.
Gran Dios! Cuntos purgatorios no merecemos por nuestros innumerables pecados,
y cuntos purgatorios redoblados no padecern por sus faltas muchsimas almas de los
difuntos! Ah Seor! moveos piedad de ellas, de nosotros; perdonndonos en esta vida
las culpas para no pagar nuestras deudas en
la otra con tanto rigor, de ellas, extinguiendo
los ardores de aquel fuego tan vivo y que tan
atrozmente las atormenta. Derramad vuestras
misericordias sobre vivos y muertos, y unos
y otros bendecirn eternamente vuestro santo nombre.
EJEMPLO.
Mintras la venerable Sor Paula de Santa
Teresa hacia fervorossima oracion en sufrajio
de las almas del Purgatorio, se abri delante de
BUS ojos aquella crcel de tormentos, y vi qu

aunque era uno solo el fuego que atormentaba


las almas all encerradas, mas en medio de
un mismo fuego eran diversas las penas de cada una, y asombrada por tal diferencia pregunt la causa al ngel custodio que la asistia
el cual la respondi: que secun las obr*s se pagaba cada una. y que la cualidad de las culpas determinaba la entidad y medida de las
penas. La que en vida habia sentido ms el
aire de la soberbia y de los honores, quedaba
ms abatida cun penosos oprobios; la que ms
desahogo habia dado su apetito y su carne, era traspasada con ms acerbas llamas; la
que estaba manchada de faltas pequeas, poco
padeca; y era grandemente atormentada la
que se hallaba con mayores deudas. Justo es
Dios, y en el Purgatorio ejerce la ms exacta
justicia, y si nosotros queremos huir-de su rigor, abstengmonos de probocarle con nuestras culpas.[En su vida.)
Recemos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem en memoria de la pasin de
nuestro Seor Jesucristo, en eufrajio de los
fieles difuntos, suplicndole al Eterno Padre
se apiade de sus almas por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la
siguiente
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la sangre preciossima
de Jess, misericordia.. Padre nuestro, Ave
Mara y Rquiem.

41
Aadiremos un Padre nuestro y Ave Mara por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Sustulisti mortuum ab infers in verbo Domini Dei. Ecle. 48. 5. Rezando la oracion
Dominical se libran del Purgatorio las almas
de los difuntos.
Apareci al B. Conrado de Ojeda, franciscano, otro religioso de la misma rden, muerto poco ntes, rodeado de vivsimas llamas,
suplicndole que le aliviase con sus oraciones
de las gravsimas penas que sufria; y l rez
inmediatamente en sufragio suyo un Padre
nuestro con el Rquiem aeternam; y sintiendo
el difunto gran refrigerio, suplic al caritativo Padre que lo repitiese, quien al momento
le complaci, y aumentndose cada vez ms se
alivi, ah! por tus entraas de misericordia de
nuestro Dios, replic aquella alma, continuad,
oh Conrado, tal oracion que me proporciona tan
grande alivio: y entnces el siervo de Dios la
repiti hasta cien veces, y la centsima el difunto cambi el tono de splica en el de hacimiento de gracias y de jbilo, sintindose ya
libre de toda pena llamado la gloria del
cielo. El ejercicio pues en que debemos poner hoy nuestro mayor empeo sea en el de
rezar muchos PadrfS nuestros con Rquiem,
en sufragio de los fieles difuntos, quienes recibirn no slo alivio y consuelo, sino tambin
gloria y felicidad sempiterna.

F r . Bartolom. Pisis libr. 2. cap. 25. y


Cbron. de los Herus. men. libr. 4. cap. 30.
De Profanis y conclusin como en la pgina 26.
Abrir la horrenda crcel
Aquella oracion hermosa,
Que su Iglesia fiel esposa
Le dictara el Salvador.
Si por t feliz una alma
Saliera de aquel tormento,
Grande ser su contento,
Igual premio tu favor.

Dia Cuarto.
MEDITACION.
Atrocidad del fuego.
PUNTO I .

Para formarnos alguna idea de la atrocidad


del fuego del Purgatorio, imaginmonos que,
segn la frase de la Sagrada Escritura, Dios
nuestro Seor rene y acumula todo.'- los males q,ie hay en este mundo, y ponindolos como en alambique, extrae de ellos la esencia
ms pura, y el espritu ms subido, y que
con semejante espritu enciende el horno del
Purgatorio. Podr imaginarse incendio ms
vivo y ms terrible que este? Ahora bien, el
fuego del Purgatorio es llamado precisamente
por el Profeta, espritu do ardor, espritu que

43
con la mayor actividad penetra y despedaza,
no ya los cuerpos, sino las almas de los difuntos en lo ms ntimo de todos sus sentidos. Y qu corazon hay tan duro que no se
conmueva la suma acervidad de este suplicio?
PUNTO

II.

Aquel fuego produce en las almas que lo


sufren, no slo una sensacin dolorosa, sino tantas cuantas son las varias especies de tormentos que hay en el universo. Sern en hora
buena diversos entre s por su naturaleza, opuestos por sus principios, contrarios por
sus efectos; mas por un prodigio de la Divina Justicia, todos se coligan, se renen y
conspiran juntamente atormentar sobre cuanto puede imaginarse las almas del Purgatorio. De alli es que calor y fri, hambre y sed,
fastidio y congojas, tinieblas y espantossima
luz, todo un tiempo se padece en slo el fue-,
go, y todo forma el continuado martirio de
cada alma. Oh que inexplicable cmulo de
penas contiene en s mismo aquel fuego vindicativo!
PUNTO

ra.

Ahora se comprende bien lo que dicen los


Santos Padres; saber, que el fuego del Purgatorio es mucho ms atroz que cualquiera otra pena causada por la postracin de la naturaleza, por el rigor de la humana justicia,

F r . Bartolom, Pisis libr. 2. cap. 25. y


Cbroo. de los Herus. men. libr. 4. cap. 30.
De Profanis y conclusin como en la pgina 26.
Abrir la horrenda crcel
Aquella oracion hermosa,
Que su Iglesia fiel esposa
Le dictara el Salvador.
Si por t feliz una alma
Saliera de aquel tormento,
Grande ser su contento,
Igual premio tu favor.

Dia Cuarto.
MEDITACION.
Atrocidad del fuego.
PUNTO I .

Para formarnos alguna idea de la atrocidad


del fuego del Purgatorio, imaginmonos que,
segn la frase de la Sagrada Escritura, Dios
nuestro Seor rene y acumula todo.'- los males q,ie hay en este mundo, y ponindolos como en alambique, extrae de ellos la esencia
ms pura, y el espritu ms subido, y que
con semejante espritu enciende el horno del
Purgatorio. Podr imaginarse incendio ms
vivo y ms terrible que este? Ahora bien, el
fuego del Purgatorio es llamado precisamente
por el Profeta, espritu do ardor, espritu que

43
con la mayor actividad penetra y despedaza,
no ya los cuerpos, sino las almas de los difuntos en lo ms ntimo de todos sus sentidos. Y qu corazon hay tan duro que no se
conmueva la suma acervidad de este suplicio?
PUNTO

n.

Aquel fuego produce en las almas que lo


sufren, no slo una sensacin dolorosa, sino tantas cuantas son las varias especies de tormentos que hay en el universo. Sern en hora
buena diversos entre s por su naturaleza, opuestos por sus principios, contrarios por
sus efectos; mas por un prodigio de la Divina Justicia, todos se coligan, se renen y
conspiran juntamente atormentar sobre cuanto puede imaginarse las almas del Purgatorio. De alli es que calor y fri, hambre y sed,
fastidio y congojas, tinieblas y espantossima
luz, todo un tiempo se padece en slo el fue-,
go, y todo forma el continuado martirio de
cada alma. Oh que inexplicable cmulo de
penas contiene en s mismo aquel fuego vindicativo!
PUNTO I I I .

Ahora se comprende bien lo que dicen los


Santos Padres; saber, que el fuego del Purgatorio es mucho ms atroz que cualquiera otra pena causada por la postracin de la naturaleza, por el rigor de la humana justicia,

44
<5 por la crueldad de los ms brbaros verdugos; porque de cualquier especie que sea, se
encuentra no mnos intensa en el Purgatorio,
y se encuentra privada de toda cualidad que la
mitigue, y reunida con todo otro cualquier gnero de tormentos, en el vivsimo fuego encendido y alimentado por la Diviua Justicia. Pues
si nosotros somos tan delicados que no podramos sostener un dedo en las llamas de la tierra, qu no debemos hacer para evitar las
atrocsimas del Purgatorio?
ORACION.
Salvadnos, oh Seor! de las llamas de un
fuego tan cruel, y no permitis jams que
caigamos en l, ntes bien librad y salvad
las infelices almas all detenidas, que experimentan al presente todo gnero do tormentos
y penas. Sea vuestra soberana clemenm para nosotros el escudo de defensa que piadosamente nos salve de tan gran castigo, y para
ellas el blsamo de refrigerio y de salud que
sane toda llaga, mitigue todo dolor y haga suceder las congojas padecidas la dulce felicidad del gozo eterno.
EJEMPLO.
Apareci al venerable Estanislao Cholcoca,
dominico de Polonia, una al ma del Purgatorio rodeada de vivsimas llamas, gimiendo y suspirando de una manera increble. La violencia del

- 4 5 fuego la penetraba y traspasaba de una manera


tan sorprendente, que el buen siervo de Dios,
no se pudo contener en pedirle alguna semejanza alguna prueba que le hiciese conocer
su actividad y fuerza. Si me pides una semejanza, respondi aquella alma, sbete que las
ms encendidas llamas de la tierra, son un cfiro suave en comparacin del ardor que yo
experimento; y si quieres una prueba, extiende la mano, y al decir es'.o hizo caer sobre su
palma una gota de sudor desprendido de la vorassima llama; con la que el siervo de Dios
sinti tan excesivo dolor que exhal un grito
tal, que despert todos los hermanos que
dorman, y no pudiendo resistir ms al excesivo temor, cay en tierra desmayado y ca6
muerto, conforme lo hallaron los otros religiosos que corriendo su celda, apnas pudieron hacerle volver en s con las ma eficaces
medicinas. Preguntndole la causa de tanto
mal, mostr la llaga producida por la ardorosa gota, de la cual se resinti todo el tiempo
de su vida. Si, pues, una sola gota de aquel
sudor fu tan penetrante y aflictiva, qu hubiera sido una chispa, una llama, un incendio
de aquel fuego devorador? Aprendamos de esto, (como predicabadespues el siervo de Dios),
cun terrible sea el fuego del Purgatorio, y
cuanto debamos hacer para evitarlo.P.
Joann. Bapt. Manni in Sacr. Trisges. Disc. 6.
Rezarmos cinco Padre nuestros. Ave Ma-

ra y Rquiem en memoria de la pasfon de


nuestro seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos, [y particularmente de N N.]
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
sus almas por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre de
Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave Mara y Rquiem. Aadirmos un Padre nuestro y Ave Mara, por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Ad amulandum provacem carnem meam, et
salvos faciam aliquos ex lilis. Rom. 11, 14.
Con las mortificaciones y penitencias corporales se satisface d9 tal modo la deuda de aquellas almas, que se llega librarlas de sus
penas.
Otton IV, muerto en grande opinion de
santidad apareci una tia suya, abadesa,
suplicndole que hiciese rezar en su monasterio y aun en otros, varias preces acompaadas
de disciplinas, para librarle de las atrocsimas
llamas que sufra en el Purgatorio. Se rezaron las preces y se hicieron las penitencias pedidas, y su alma despues de pocos dias vol
desde aquel abismo de dolores al centro de
fca delicias del Paraso. Si es, pues, tan efi-

caz la mortificacin del cuerpo unida la oracion para el rescate de las almas del Purgatorio, hagamos tambin hoy nosotros algunas
en sufragio de ellas, porque quin sabe cunto tiempo har que lo esperan nuestros difuntos en aquellas atrocsimas llamas.
Tomas Cantimprat. L. 2, Apunt. Cap. 53,
N. 19.
De profundis ele., y conclusin como en la
pg. 26.
Penas y flagelaciones,
Te ofrecer muy gustoso,
Por conseguir, Dios piadoso,
Ay! tu justicia aplacar.
Cun felices mis cuidados,
Cun felices mis dolores,
Sern, si de los ardores
Llego una alma libertar!

Dia Quinto.
MEDITACION.
Modo con que el fuego del Purgatorio
atormenta las almas.
PONTO I .

Siendo el fuego del Purgatorio corpreo y


material, ocurrir tal vez alguno el preguntar cmo pueda obrar sobre las almas destituidas de toda materia corprea. En aqueila
manera, responde el Pontfice San Gregorio, que

48
Lucifr y los ngeles rebeldes, si bien son puroa
espritus, son atormentados con el fuego material del infierno; asi ntes del juicio universal lo pueden ser tambin, y lo son en efecto
las almas humanas sin cuerpo condenadas al
infierno al Purgatorio. El fuego de los abismos es un instrumento de la Justicia de
Dios, la cual puede castigar un espritu por
medio de un cuerpo, como su omnipotencia
anima un cuerpo por medio de un espritu.
Nos es desconocido y sorprendente el modo;
pero no es mnos verdadero, concluye San Bernardino de Sena, mintras que seria una imperdonable presuncin querer comprender con la
corte lad de la vista del hombre, las obras maravillosas del poder divino.
PUNTO I I .

Esforzndose los Santos Padres y Doctores


darnos alguna explicacin del modo con que
el fuego del Purgatorio atormenta las almas
encerradas en aquella crcel, nos dicen que obra en ellas por aligacin; y quieren decir que
aquellas almas no tienen ya el cuerpo que tenan en vida, mas el fuego del Purgatorio se
une de tal manera y se apega aquellos desnudos espritus, que les sirve como de un tormentossimo cuerpo. Es esta una idea que nos
llena de espanto y de horror, mas nuestra idea
es siempre menor de lo que es en verdad. Oh
cun inexplicable es el tormento que experimentan aquellas nima benditas!

40
PUNTO ra.
Consideremos pues, oh cristianos, que squellas almas no tienen como nosotros las manos corpreas de carne, mas las manos s o l
de fuego: no tionen pis, mas los pis son do
fuego; no tienen los otros miembros come
los nuestros de c a e , mas todos son d fuego.
De fuego es la cabeza que despide siempre
centellas; de fuego el pecho, que siempre'arde;
de fuego las entraas, que arrojan siempre llamas; de fuego todas las partes que siempre
crujen. No ven sino fiaego, no oyen sino fuego, no respiran sino fuego, no tocan sino fuego. En el fuego estn siempre, y se revuelven siempre en el fuego. Oh fuego! oh fuego
del Purgatorio! ardamos pues en suma caridad en esta vida, si no queremos arder en la
otra en el fuego del Purgatorio.
;
mTb
Encended vos, oh Seor! el fuego de la divina caridad en nuestros pechos y haced que
arda de tal manera, que todos nos santifique, hacindonos emplear todos empeosamente en socorrer y librar nuestros hermanos difuntos, de los insufribles ardores del
Purgatorio. El fuego que para ellos se apaga,
se apaga tambin para nosotros; la piedad que
usamos con ellas la encontraremos ms abundante para nosotros, y purificados en las llamas de vuestro santo amor en esta vida, lie7

garemos ms felizmente su soberana fuente


en la otra, cuanto oon ms generosa mano detramaremos al presente sus afecto en el Purgatorio.
EJEMPLO.
A la venerable madre Franeisca del Santsimo Sacramento, carmelita, gran devota de
las almas del Purgatorio, se dejaban ver menudo por permisin de Dios, aquellas almas
no lo revestida* de fuego manera de un
cuerpo abrasador, sino tambin con los instrnmantos oon los cuales haban pecado en vida:
de fuego tambin eran estos y despedan fuego por todas partes. Un obispo se le apareci
revestido de los ornamentos sagrados, con la
mitra en la cabeza y el bculo en la mano;
mas los ornamentos, la mitra, el bculo eran
de fuego, y formaban su ms cruel tormeDto
en el Purgatorio porque haban sido el objeto
de su vanagloria en la tierra. Un sacerdote tenia la corona encendida y despidiendo llamas,
abrasada la lengua ms que un hierro hecho
ascua, las manos centellando de vivo fuego,
-la estola le servia da una cadena encendida al cuello, y los otros ornamentos de una
vestidura penetrante de llamas, por la irreverencia usada en el ejercicio del sagrado
ministerio. Se demostr un religioso rodeado de muchas y muy preciosas alhajas, sillas, mesas, piedras, pinturas y cuadros; mas
tado da fuego; porque contra la profesin

da la pobreia religiosa se complaca durante


su vida en adornar su celda con escogidos
muebles. Un escribano empuaba en sus manos un tintero de fuego, una pluma de fuego,
un sello de fuego en castigo de la poca exacti
tud con que habia ejercitado su delicado oficio; un caballero revolva entre sus mano Un
mazo de abrasantes naipei y manejaba meofr\
das encendidas, en pena de su inmoderada it-^
clinacion al juego. Todo en suma era faeg
en las almas que se le aparecan; de fuego las
formas, de fuego los vestidos, de fuego la
signias, de fuego hasta el aire que los rodWtf j
ba. Los pecados y los defec'os son el pbulo
de este fuego que cada uno puede encender f
extinguir por s mismo. Huyamos los defectos y los pecados y se apagar para nosotros
el fuego del Purgatorio.Fr. Joaqun d Simia Mura, earmel. dtealt. en la vida de la venerable Francitca del Santsimo
Sacramento,
lib.2.

j i >
Retaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la pasin' de
Nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los.
difuntos, suplicando al Eterno Padre que se
apiade de sus almas por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
JACULATORIA.
.,,

Eterno Padre, por la sangre preciossima T5B

Jess, misericordia. Padre Nuestro, A r e Mara y Rquiem. Aadiremos un Padre Nuestro y Ave Mara por los propagadores de esta
devociou.
SUFRAGIO.
-lo obn'i.k .t 08 ob91d(* Bid**"
i >,!:
Indutn illum tnica tua, et cingulo iuo confortado eurri. Itai. 22. 21. Con el vestido que
se da al pobre de limosna se procura alivio y
refrigerio las almas del Purgatorio.
Csar Costa, Arzobispo de Capua, mirando
al P . Julio Mansinelli con un vestido tan destrocado que apnas poda resistir el fri, le
regat un manteo de invierno, con el cual saliendo un dia aquel religioso despues de la
muerte del Arzobispo, vi salirle al encuentro
el difunto prelado, que todo rodeado de vivo
fuego le pedia por caridad aquella capa. Se
la quit prontamente de las espaldas el buen
siervo de Dios, y se la di al espritu aparecido, el cual embozndose en ella, en vez de
quedar sta toda consumida por el fuego, detenia y extingua de tal manera las ardientes
llamas, que sinti el difunto grande refrigerio.
Ahora que se acerca el invierno demos tambin
nosotros, si podemos, alguna capa algn vestido los pobres que estn ms necesitados,
en sufragio de las aimas del Purgatorio; que
lo que repare los pobres del fri, mitigar i
aquellas almas el ardor del fuego, y ellas sentirn graado alivio, y sentiremos tambin ne-

- 5 3 totros, si acaso nos aconteciese, caer en aquellas llamas.


P. Jacob. Calesio, en la vida del P. Julio
Mansinelli de la Soc. de Jesus. L. 3. Cap. 2.
De profundi etc., y conclusion como en la
pgina 26.

Tiende tu mano bondadosa


Y enjuga del pobre el llanto,
Dale un vestido, algn manto
A aquel que desnudo est.
Y las desnudas y tristes
Animas del Purgatorio,
Por tu piedad, bien notorio
Grande alivio sentirs.

Dia

Sexto.

MEDITACION.
Divina Justicia

Vindicativa.

PUNTO I .

Habiendo las almas santas del Purgatorio


triunfado n vida de su enemigo el demonio,
no es justo que caigan en sus manos en el otro mundo para ser atormentadas por l. Si
permite Dios que en su carrera mortal sean
tambin tentados y perseguidos los justos por
aquel maligno espritu, pero no lo permite en
la otra vida porque aqui es lagar de prueba y
d t palea, alli de trmino y de racompenw.'

Por lo que Dios mismo es el que enciende y


con su aliento aviva el fuego del Purgatorio
que castiga y purifica aquellas hijas escogidas
de la gracia; y si bien las ama tiernamente,
no obstante les hace probar los efectos ms
rigorosos de su justicia. Y nos quejamos nosotros si Dios de cuando en euando nos visita
con alguna tribulacin en esta tierra?
FUNTO II.

Dice un profeta que Dios est en el fuego,


y que como un artfice derrite y purifica en
ardiente crisol la plata y el oro, y lo liquida
para fundirlo y reducirlo vistoso trabajo, &>
, si entre las llamas de aquella encendida crcel el Sefior limpia y purifica los hijos de
Lev para hacerlos dignos de s; la manera que un diligente escultor fuerza de golpes
de su cortante cincel imprime en el duro mrmol las formas del original que se propone, no
de otra suerte Dios, con el severo azote de su
Justicia, hiere repetidamente aquellas almas
afligidas hasta que esculpe en ellas la imgen
de su perfeccin, hacindolas dignas de la gloria eterna del cielo. Ah! sin mritos y perfeccin no se puede entrar en la gloria. Y nosotros, qu es lo que hacemos para merecerla?
PUNTO

ra.

La consideracin de no ser aquellas almas


Atormentadas, por los demonios en el Purga-

torio, forma para ellas un ttulo da distincin


y complacencia; mas el ser castigadas y atormentadas por la mano misma de Dios quien adoran, hace ms sensibles los golpes y ms pesado el azote que los hiere. Ah! exclaman,
damos gracias oh Sefior! vuestra piedad,
porque nos habis librado de los dientes del
dragn infernal, mas ay! cun aflictivo es para nosotros mirar vuestro rostro ms de Juez
que de Padre, vuestra mano ms de vengador
que de Esposo. Vuestra misericordia se ha
convertido en rigor, y nosotros no sentimos
sino los dardos de vuestro encendidsimo enojo. Oh Padael Oh Juez! Oh atormentador!
Oh Esposo! Ay! apiadaos de quien no dssea ni suspira sino por vos!
ORACION.
Od, Seor, oid estas voces pues son vocee
de vuestras hijas muy amadas. Vuelva vuestro rostro la serenidad y la dulzura, resplandezca en vuestros ojos un rayo de clemencia
y de gracia, deponga vuestra diestra el azote
de la ira y del rigor, y por uno de aquellos
rasgos de bondad que os declaran Dios de las
misericordias, elevad aquellas infelices que padecen al seno eterno de vuestra bienaventuranza. Tales son sus deseos y tales tambin los nuestros. Escuchad las hijas que os ruegan; escuchad
los siervos que interceden por ellas; escuchad
al Purgatorio y la tierra para conceder el cielo
quien no halla reposo hasta poseerle con vos-

o
EJEMPLO.
Muri en el convento de loi religiosos menores ida Pars un religioso apellidado el anglico por su vida angelical, y un maestro de
Teologa que habia sido su gran confidente,
aunque sabia bien la costumbre de aquel sagrado asilo, es decir, la obligacin que tenia
cada sacerdote de celebrar tres misas por el
alma de cada difunto de la misma religin,
sin embargo dejaron de ofrecerlas esta vez
por el alma de dicho religioso, creyendo que
por la alta perfeccin que lleg en la tierra, fuese hecho desde luego feliz comprensor
en 1 cielo. Pero ciin falaces son los juicios
de los hombres! Aquel religioso que se creia
tan perfecto cay en el Purgatorio, dnde esperando en vano, los acostumbrados sufragios
de su amigo, de quien ae los prometa an
mayor#s, se le apareci una noche quejndose amargamente de tal descuido entre los ms
acerbos dolores; de lo que asombrado el P.
maestro quiso excusarse diciendo que no habia pensado jams t\ue u n a perfeccin tan sublime hubiese necesitado refinarse en el fuego
del Purgatorio. Mas keu respondi aquella alma, nemo credit quam disiriete judicit Dtus,
et quam severe puniat no se puede humanamente comprender cun rigurosos son los juicios de Dios y cun severamente castiga cualquier defecto. Los cielos no son limpios delante de sus ojos; halla en los ms puros es-

pritus cosa de qu reprenderlo g , y purifica


toda mane ha y defecto contanto rigor de justicia, que emplea toda la fuerza de su omnipotencia para purificar con el ms vivo fuego
las almas y hacerlas dignas del Paraiso. A cuyas palabras, arrepentido el Telogo de su negligencia, ofreci en los tres siguientes dias el
augusto sacrificio del altar en sufragio de aqueila alma con tanta devocion, que consigui
librarla del Purgatorio. Mas si tal leecion aprovech al difunto, no fu mnos eficaz para
el religioso vivo, el cual se dedic despues tan
de veras santificar su vida, que de sublime
Telogo de los divinos misterios, pas eer
un vivo modelo de perfeccin cristiana. Santifquenos tambin nosotros la misma leccin, y haga que nos demos la ms exacta
observancia de nuestros propios deberes.Fr.
Mauro U/ysupone en la Orden de los Men. P.
2. L. 4, C. 7.
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem en memoria de la pasin de
Nuestro Seor Jesucristo, en sufrajio de los
fieles difuntos, suplicando al Eterno Padre que
se apiade de sus almas por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la
siguiente
,
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre de
Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave Ma-

ra y Rquiem. Aadiremos un Padre nuestro, y Ave Mara por ios propagadores de esta dovocion.
SUFRAGIO.
Voluntas est, non ut allis s remessio, volts antem tribulatio, sed ex aequalitate. 2 Cor.
8. 13. Esta es la voluntad de Dios, que como nosotros perdonamos nuestros enemigos
las ofensas, asi casi por igualdad perdone l
los difuntos la deuda de sus culpas.
Una viuda rica en Bolonia, cuyo hijo di
muerte un forastero, teniendo entre las manos
al reo, no slo no le entreg la justicia; sino
ntes bien con cristiano herosmo le proteji y
le instituy heredero en lugar de su perdido
hijo. Un rasgo tan noble de aquel corazon agrad tanto al Seor, que libr inmediatamente de las penas del Purgatorio al j ven difunto, el cual lleno de jbilo y todo resplandeciente se dej ver su virtuosa madre en el
acto que volaba al cielo. La justicia de Dios
es inflexible; pero jams se deja vencer en cortesa. Si queremos, pues, que perdone la deuda de sus penas las almas del Purgatorio y
las reciba en su corte, anticipmonos nosotros
con perdonar nuestros enemigos las injurias,
y con hacerlos participantes de nuestro amor;
que no dejar Dios de pagar perdn con perdon, amor, con amor. Por consiguiente el ejercicio de este dia sea el reconciliarnos con nuestros enemigos, si los tenemos, en sufrajio de

las almas del Purgatorio.Nicio Erytrio


Ejem. 8.
De pro funds ete., y conclusin como en la
pg.26.
Si de tu fiero enemigo
Las ofensas perdonares
Y en vez de venganza ansiares
Paz, unin y eterno amor:
Tambin las almas pacientes
Perdn obtendrn del cielo
Gozarn paz, gran consuelo,
Lenitivo su dolor.

Dia Stimo.
MEDITACION.
Pena del gusano 6 sea del

remordimiento.

PUNTO I.
La segunda pena del Purgatorio, ms cruel
que el mismo fuego, es la del gusano de la
conciencia, sea del remordimiento que se
6iente por los defectos de la vida pasada. Tres
dolorosas miradas echa el alma sobre la vida
pasada, y con la primera ve cunto mal poda haber evitado y no lo evit. Cuntos
pensamientos, cuntos afectos desordenados
podia haber reprimido? Cuntas palabras ociosas, cuntos actos indecorosos podia haber
omitido? De cuntas debilidades y de cuntos escndalos podia haber huido? Y no

60

pudiendo mnos de reconocerse culpable mientras hubiera podido no serlo, siente un grande
dolor, no tanto por el dao que se ocasion
s misma, cuanto por el disgusto que ha dado
Dios. Oh, verdaderamente feliz, aquel
quien la conciencia no remuerde de algn delito! Procurmos, pues, atentamente, oh cristianos! no caer jams en pecado.
PUNTO II.
Con una segunda y ms penetrante mirada
que la traspasa profundamente, ve el alma
en el Purgatorio el bien que podia haber hecho en vida y no lo hizo. Qu ms pudiera
haber hecho el Seor para hacerla fructificar
para su eterna salud? La hizo nacer en el seno '
de la fe, la adorn de conocimiento y de libertad, se dign apacentarla con los santos Sacramentos, fortalecerla con gracias celestiales,
atraerla s con el ejemplo de los buenos.
Con tantos estmulos y auxilios deba, manera de gigante, haber corrido velozmente por
el camino de la santidad, y llegado la ma
alta perfeccin. Pero ella, pesar de todo, se
detuvo muchas veces en el camino, otras anduvo paso lento, se resfri en los ejercicios
de piedad, dej pasar muchas ocasiones de obrar el bien, hizo por culpa suya, ineficaces,
muchas gracias del Seor. A vista de tantas
negligencias, llora y suspira por no tener ya
tiempo de recuperar lo perdido. Nosotros, empero, oh cristianos! podemos an repararlo

61

con un fervor mayor, y con una exactitud


ms constante en el servicio de Dios. Y por
qu no lo hacemos?
PUNTO III.
Con otra mirada ms sublime hcia el cielo,
ve por ltimo, el alma en el Purgatorio, el
lugar que le ha sido destinado en el reino eterno; pero al mismo tiempo conoce y mira
con dolor, que con haber evitado, como estaba en su mano, tantos defectos, y con haber
obrado todo el bien que le era posible, seria
mucho ms glorioso y resplandeciente su trono en el Paraiso. Porque es indudable, que
habiendo muchas moradas en aquella patria
bienaventurada, cada grado de mrito, aumenta proporcion los grados de gloria, y cuando ms se acerca el alma Dios con la perfeccin de la caridad en esta vida, tanto ms
se allega l en la otra. Deseamos, pues, oh
cristianos! gozar la ms sublime gloria en el
cielo? esforcmonos en ser los ms virtuosos y
perfectos en la tierra.
ORACION.
Dadnos gracia, ;oh Seor! para que nos hagamos cuales vos nos deseis, perfectos y semejantes vos, para que huyamos de todo
mal, para que crezcamos en toda suerte de
bienes, y para que as gsfnemos un lugar distinguido junto vos en el cielo. Las almas del
Purgatorio, porque faltaron en alguna de estas

cosas, pagan rigurosamente la pena en aquella


crcel de dolores entre los continuos remordimientos de su espritu. Tranquilizad, oh Seor! su conciencia, aquietadla con la remisin
de la pena debida las culpas que cometieron,
con llamarlas la corona y la gloria, pues
demasiada amarga es su aflixion, de la que
continuamente se alimentan en aquel abismo
profundo.
EJEMPLO.
La baronesa Sturtn en Inglaterra, llam
un dia al P . Juan Cornelio, de la Compaa da
Jess, gran siervo de Dios, para mandarle celebrar un misa en sufragio dp su difunto esposo, llamado Juan; y la mitad de la misa, cabalmente despues de la consagracin hasta el
fin del Memento de los difuntos, quedando aquel sacerdote en xtasis por largo rato, vean
sensiblemente los circunstantes en la pared lateral de la capilla, un resplandor que ondeaba,
semejante al reverbero de una encendida llama
que ardiese en el fondo del altar. Concluido
el sacrificio, deseaban con impaciencia la baronesa y sus compaeros, que el buen religioso
les hiciese saber la causa de tan larga demora
y del resplandor tan vivo que reverberaba en
la pared. Y prorumpiendo entnces el siervo
de Dios, en aquella expresin de la Sagrada
Escritura: Bienaventurados los muertos que
mueren en el Seor, comenz referir que haba visto un basto recinto lleno de vivo fuego,

en medio del cual, el alma del barn con los


ms dolorosos gemidos, hacia la confesion de
su vida pasada, y se acusaba de las culpas cometidas, particularmente de los disimulos que
usaba en la crte, por los cuales pagaba tan
rigurosa pena: y lloraba por el bien espiritual
omitido por respetos humanos, cuyo dao conoca entnces ser incalculable: imploraba con
los gritos ms penetrantes la piedad de los fieles para obtener de la misericordia de Dios la
pronta remisin de sus culpas. Ms que las
palabras, fueron las lgrimas con que acompa su narracin aquel buen religioso, y asi como los que la oyeron, sacaron de ella nimo
para evitar en lo sucesivo toda clase de pecados, y para enfervorizarse siempre ms en la
carrera del bien; asi tambin nosotros saquemos igual fruto pensando que es mejor resolverse ahora un tenor de vida ms regular
y perfecto, que llorar en el Purgatorio un tardo deseo y arrepentimiento.P. Daniel Bar. tolo, en la ffist. de Ing. L. 5, C. 7.
Rezarmos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem; en memoria de la pasin de
nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos, [y particularmente de N. N.]
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
sus almas, por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre do

64
Jess, misericordia. Padre nuestro. Ave Mara y Rquiem.
Aadirmos un Padre nuestro y Ave Mara por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Si quod solatium chariiatis si quae societas
spiritus implete gadium mevm, ut idem sapiatis charitatem habentes. Philip. 2. 1. En las
conversaciones de los amigos y los divertimientos sociales no nos olvidemos de nuestros difuntos, mas hagmosles tambin participantes
de ellos, con algn caritativo oficio de socorro
espiritual.
El piadoso Arcipreste de Arona, Graciano
Punzoni, para alegrar la conversacin de sus
buenos amigos, solia colocar sobre la mesa de
juego, una porcion de confites y dulces con el
pacto, de que quien fuese vencedor en el juego,
mano mano se tomase una porcion de ellos,
y quien tocara la ltima, mandase celebrar
alguna misa, hiciese .algn otro sufragio por
los difuntos. De ste modo, el juego no Eervia de peligro ni de remordimiento, sino ntes
bien de recreo los jugadores, y do alivia al
Purgatorio. Prociremos tambin nosotros santificar el trato y sociedad con los amigos, con
la piedad para con los difuntos, la cual les ser tanto ms agradable, cuanto qu, con raro
ejemplo, ser derivada de la misma alegra de
nuestras conversaciones sociales.Marc. Ant.

65
Rossa de la Soc. de Jesus, en la vida del ven.
Graciano Punzoni, c. 8.
De profundis, ele. y conclusin cono en la
pgina 26.
Podis muy bien distraeros
En fiestas, aunque inocentes,
Mas tened, siempre presentes
A los que sufriendo estn.
,, r ,
Y del placer que oa^egr& .>0<f
Haced piadosos y amantes,
,;
Que sean participantes
Y sus penas calmarn.

Dia Octavo.
MEDITACION.
Pena
c

de

, FNTO I.
1

Dao.
j .,

La pena ms gran de que se sufre em iel Purgatorio es la de dao, que consiste en separacin de Dios. Cien y mil mil penas d' sentido redobladas, dice el Crisstomo no pueden
compararse con el sentimiento de comparecer
indigno los ojos de la Majestad Divina y de
ser desechado de su presencia. Una alma ljos de Dios es un objeto fuera de su centro;
y aunque lo est por poco tiempo, sin embargo, el ser por culpa suya le hace su estado tan
amargo que no hay lengua creada que lo pueda explicar. Y nosotros tantas veces pedo
9

64
Jess, misericordia. Padre nuestro. Ave Mara y Rquiem.
Aadirmos uu Padre nuestro y Ave Mara por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Si quod solatium chariiatis si quae societas
spiritus implete gandium meum, ut idem sapiatis charitatem habentes. Philip. 2. 1. En las
conversaciones de los amigos y los divertimientos sociales no nos olvidemos do nuestros difuntos, mas hagmosles tambin participantes
de ellos, con algn caritativo oficio de socorro
espiritual.
El piadoso Arcipreste de Arona, Graciano
Punzoni, para alegrar la conversacin de sus
buenos amigos, solia colocar sobre la mesa de
juego, una porcion de confites y dulces con el
pacto, de que quien fuese vencedor en el juego,
mano mano se tomase una porcion de ellos,
y quien tocara la ltima, mandase celebrar
alguna misa, hiciese .algn otro sufragio por
los difuntos. De ste modo, el juego no Eervia de peligro ni de remordimiento, sino ntes
bien de recreo los jugadores, y do alivio al
Purgatorio. Procuremos tambin nosotros santificar el trato y sociedad con los amigos, con
la piedad para con los difuntos, la cual les ser tanto ms agradable, cuanto qu, con raro
ejemplo, ser derivada de la misma alegra de
nuestras conversaciones sociales.Marc, Ant.

65
Possa de la Soc. de Jesus, en la vida del ven.
Graciano Punzoni, c. 8.
De profundis, etc. y conelusion como en la
pgina 26.
Podis muy bien distraeros
En fiestas, aunque inocentes,
Mas tened, siempre presentes
A los que sufriendo estn.
,, r ,
Y del placer que oa'Alegra

Haced piadosos y amantes,


,;
Que sean participantes
Y sus penas calmarn.

Dia Octavo.
MEDITACION.
Pena
C

de

, FNTO I.
1

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'

Dao.

La pena ms gran de que se sufre eai iel Purgatorio es la de dao, que consiste en ^ s e p a racin de Dios. Cien y mil mil penas d' sentido redobladas, dice el Crisstomo no pueden
compararse con el sentimiento de comparecer
indigno los ojos de la Majestad Divina y de
ser desechado de su presencia. Una alma ljos de Dios es un objeto fuera de su centro;
y aunque lo est por poco tiempo, sin embargo, el ser por culpa suya le hace su estado tan
amargo que no hay lengua creada que lo pueda explicar. Y nosotros tantas veces perde
9

mos Dios sin.:,damos, cuidado algupo? Bien


se v e q u e estamos animados por los .sentidos,
y hechos Viles esclavos de la culpa.
PONTO II.

Cuando una alma queda libre de los lzos


del cuerpo se abstrae; pOT decirlo as, de todos los sentidos, deja l mundo y con todas
sus facultades, con ms,fuerza que un cuerpo
grave es impelido hcia su centro,, es llevada
Dios: semejante un caudaloso rio que dividido en su curso en varios arroyos, reunindose despues en un solo cause v--desembocar con grande mpetu en la mar; pfero si antes de entrar en-l-encuentra un fuerte obstculo que lo ^ t i e n e , se incha, murmura, brama
intenta abrirse paso por todas partes; tal es
igualmente el estado dl alma , en el feliz momento de uniVs T)OS; sintindose detenida
por la divina justicia en ePPurgatorio se aflije,
se^eshaeejnsje 'despedazar inquieta en sua
e0pgo|asO:haHa paz ni descanso basta que
no llega a l i e n o del sumo bien. Nosotros qu
nsias sentimos del or <4 U m 1 cuanto; ms separado, del mondo se vive, tanto .ms se sjei#
jfista aN^yi -si de ningn modo 1&'experimentamos, es fdd icio de que somos en un todo del
:mttao;y:no de Dios.
u n a e s o G ob aoj
adma
v.jmei; PONTO ni.
yol 'f
naiBcconciado Absaln con David le oblig
-ste volver la corte; pero le fu prohibido
al mismo tiempo comparecer en su presencia.
C

Tal pirohibicion f u tan sensible u^iel' iii


grato corazon, que prefera el destierr''thvocaba la muerte deplorando su suerte con tan
amargo llanto1; que convirti; l'ral^alacw en
un teatro de tristeza y de dolor. A las almas
del Purgatorio les fu ya levantado'el destierro del mundo, estn seguras de la glotfa^l
Paraso; p'fo por sus ivperfeccire8!nb>'p\ide
la Justicia Divina admitirlas la visiti^ifitfica de su rd&rt) divino. Estn' deffaidfc en
aquel lugar de expiacin, y sus deseos, sus
suspiros y gemidos son tan continuados y profundos, que no slo hacen resonar las bvedas
de aquella Crcel, sino que penetran hasta el
cielo. | Ah! lleguen alguna vez'tambin nuestros oidos par' movernos interponed lo^ms
fervorosos ofics con la soberana clemencia,
para que sean consoladas con la vista de 6
ttttfBI P8fireF 9 C l
ahito \ aa iuo Y
ORACION.
oldoQ
Consolad, oh Seor, aquellas -lmas que
. desean ardientemente unirse vos. A vo8< lefe
inclina la naturaleza como su ltimo fitfj
vos las dirige la gracia como su cnfcro bienaventurado; () vos las lleva el amor com al
objeto suspirado; vos las impele el deseo eo'lno blanco de sus afectos. No hay f&ra ellas
sino Dios por quien cada instante suspiran,
Consoladas pues, oh Seor! en su ardientes
deseos, consladlas en sns incesantes suspiros
con daros ellas prontamente en premia,n

68_
bienaventuranza, en corona de su irresistible
afecto.,
Ja /'-ielaio eup
EJEMPLO.
No
olamente
por el continuo ejercicio de
T0
las ms heTicas virtudes religiosas, sino mucho ms poT las austersimas penitencias con
que maceraba BU carne subi tal grado de
perfecoion Fr. Antonio Corzo, capuchino, que
arai-tenido comunmente en grandsimo concepto de santidad. Pero llegado el fin de sus dias
no pudo 6ubir. derechamente al cielo sin pasar
i n t e joser detenido en la penossima crcel
del Purgatorio, de donde habiendo salido por
permisin divina, se dej ver al enfermero del
convento en el estado ms deplorable; el cual
vuelto en s de la primera sorpresa, cmo,
dijo-, ohl Fr, Antonio condenado al Purgatorio,
vos quien creiamos en lo alto de la gloria?
Y cul es y cun grande la pena que sufrs?
Doble es la pena, contest el difunto, que yo
padezco. La del sentido, es tan grave y tan atroe, que no se puede explicar; mas la que no
tiene comparacin y supera toda idea, es la
pena de dao, que me priva de la visin beatfica del sumo Bien. Faltndome este, todo
me falta,:y ser siempre la criatura ms infeliz mintras estuviere ljos de l: Por lo cual
encomindame todos loa religiosos para que
me ayuden-eficazmente con sus sufragios, porque yo no puedo estar ms sin mi Dios. Ol
Dios! |oh Dios! Hacednos comprender final-

mente qu cosa sea estar ljos de vos, para


que evitando todo peligro de perderos en esta
vida, podamos unirnos con vos sin dilacin alguna en la otra.Anal, ele los PP. Capuch.
ao de 1548.
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem en memoria de la Pasin de
Nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuutos (y particularmente de NN.)
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
sus almas por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la siguiente
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre
de Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave
Mara y Rquiem. Aadiremos un Padre nuestro, y Ave Mara por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
In conlritione filiae popule mei oculus meus
ajjictus est, nec tacuit, so quod non esset tequies Trhen. 348. Al profundo penar de las
almas del Purgatorio acarrea mucho alivio la
mortificacin de los ojos, que no dejaremos de
practicar en su socorro.
Todos los miembros del pacientsimo Job,
estaban cubiertos de hediondas lceras; pero
l no tanto se quejaba de estas, cuanto de los
ojos, los cuales se negaba la vista del sumo
bien que es Dios. In amaritudinibus moratur

pculus meus; cur faciem tuam abscondis? Como si dijera, explica admirablemente Tertuliano, es el dolor de los dolores, m mayor
tormento el no poder veros todava oh mi
Seor! De oculo quaeritur, qui Mus in tormentis positus est. Pero tormento ms cruel, y
tfc fi'e bis almas
del Purgatorio, quV suspiran con mucho mayor deseo par la vista de Bios,'y para apresurrsela, mortifiquemos nuestros ojos cerrndolo? los objetos' m'undanos, que cuanto :rs
cerraremos los nuestros ms se abrirn los suyos para ver claramente el rostro de Dios.
Job. C. IT. 2. Tertul de Penii.
7 De pro funds,.et., y conclusin como en k
pg. 26. : ;< : .->.
' ;. v : :'.[
, Lograreis que vuestros ojos
H u y a n de miradas vanas,.
,
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Si de las pdmps mitadanas
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Encontrarn
Y fijarn en
Sus miradas
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un consuelo,
el cielo
en Jehov
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Intensidad dla pena de Dao.


ODna eb aJaiv 1 R C ^ g ^ a e esuo r-o h .aojo
La prdida W W j t , s 1 'tanto ms sen-

7|
3ible, cuanto ms se conoce su mrito, se aprecian
y so le profesa mayor
que aumentan a pena de 4*uo en 'l Purgatorio. Oh
cun sublime conocimiento tienen de Dios aquellas almas h ^ d i t a s i Le conocieron en vida
con la luz de 1;; razn, con a luz de la fe, y
con las ilustraciones especiales de su gracia;
pero mejor le conocieron a salir de este mun"d,! y siladamente cuando en el juicio particufar des pues de la muerte fueron presentadas l, y l imprimi en su mente tan viva
imgen de s mismo, que de ninguna otra cosa puede ocuparse ya su entendimiento sino
d Dios. Y nosotros oh cristianos! volvemos
por-Ventura el pensamiento", hacia nuestro Dios?
ijoodpaid c f e o - i o a ^ j ^ aoo *;q B^JOT^
Dl conocimiento dl : entndimiento, nafete
la deliberacin de la voluntad, y si el objeto
contemplado por lk mente es bueno, nos sentimos atrados hcia l, y se engendra en nes, tro corazoh el amor. Pero, quin ms bueno
que Dios, que es 18 fuente de la verdadera
bondad, el pifago de toda perfeccin? De aqui es, que al dirigir sus miradas hcia l,
tanto por el natural deseo, cuanto por los impulsos de la caridad, se aviva y se enciende
de tal modo el amor; divino en las santas almas del Purgatorio, que ya son todas y enteramente de Dios, y arden todas por Dios; pero
entre tanto estn all detenidas^ estn priva-

- 7 2 _
das de la vista del amado bien. Imaginmonos, pues, las nsias y el dolor que las ator
menta. Ah por qu es tan fro nuestro corazon? Cmo no se inflama tambin en el amor
divino? Amemos sumamente Dios en esta
vida, y entneos podremos esperar gozarle sin
demorarnos largo tiempo en el Purgatorio.
PUNTO

m .

Dios no solamente es bueno en s mismo, sino que es bueno tambin con nosotros, y cada
dia nos colma de sus beneficios. Cuanto tenemos todo es suyo, cuanto tendremos lo habremos slo de l. Sea en el alma, sea en el cuerpo, en esta vida en la otra, l es autor de
todo nuestro bien. Cunta, pues, debe ser la
gratitud para con tan generoso bienhechor?
Bien lo sienten las almas del Purgatorio, las
cuales, en la economa de su eterna salud, reconocen una una las gracias ellas dispensadas por el Seor. Bien quisieran mostrar
sus pis, su reconocimiento, y darle las debidas gracias; pero el momento feliz no ha llegado todava, y cuanto ms se retarda, tanto
ms se aumenta su pena. Nosotros podemos
anticiprselo con sufragios. Y por qu no lo
hacemos?
ORACION.
Ah! Seor, vednos aqui'prontos hacerlo
todo para librar del Purgatorio aquellas almas, y enviarlas felices para siempre al cielo.

- 7 3
Acrecintese su luz de gracia con su luz de
gloria: Sciese la llama de su puro amor con
la posesion del Sumo Bien: Apguese el sentimiento de su gratitud con el anhelado desahogo los pis de su bienhechor. Dignaos, oh
gran Dios! dar cumplimiento sus fervorosos
deseos, que nosotros prometemos por ellas, humillar siempre nuestro entendimiento en obse*
quio de la fe, consumid nuestro corazon en un
incendio de caridad, consagrad todo nuestro afecto en veneracin y agradecimiento hacia
vos, quien rogamos que acepteis nuestras
humildes ofertas, en rescate de aquellas infelices almas que tanto padecen.
EJEMPLO.
El alma de una piadosa matrona muerta en
Luxemburgo, empez aparecerse en la fies4 ta de todos los santos, una devota doncella,
pidindole sus sufrag os. Cuantas veces iba
sta la iglesia, y se acercaba la mesa eu, cari, tica le seguia aquella alma, la cual, la
elevacin de la hostia sacrosanta, se inflamaba
en el rostro de tanto ardor, que pareca un serafn del cielo. Pero fuera del templo no se
dejaba ver jam<; por lo cual le preguntla
doncella, qu quera significar con aquello, y
exhalando ella un profundo suspiro: Ah! t
no sabes, exclam, cun gran pena sea el estar
ljos de Dios! No hay comparacin que lo pueda exprosar. Vivsimo es el deseo, intolerable

10

74
si nsia, inmenso el mpetu que me lleva
Dios, y el carecer de l por castigo, me pone
en tanta 4esolacion, que es nada el mismo intenssimo fuego que me rodea. Para mitigar
su aspereza, el Seor me ha concedido veuir
al templo, y adorarle en su casa, en la tierra,
hasta que ilegue gozarle en su corte en el
cielo. Y aun bajo la sombra de los mstenos,
su presencia, consuela tanto mi espritu, que
vivo slo por l, qu ser cuando llegue
verle claramente en el cielo? y diciendo esto,
rogaba la devota jven que le acelerase tan
feliz momento con sus piadosos sufragios, los
que se apresur ella acumular con tal empeo, que diez de Diciembre la vi ms resplandeciente que un sol, volar al seno de Dios.
Oh alma bienaventurada! Dios es el centro, el
fin, el todo de la criatura racional. Fijemos
bien esta mxima en nuestra mente, y no buscaremos en la tierra otro bien que Dios, y
en la otra no tendremos sino Dios por nuestra eterna recompensa.P. Joan E. Nieremb.
de la Herm. de Dios, lib. 2, 11.
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la pasin de
nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos, [y particularmente de N. N.]
suplicando al Eterno Padre se apiade de sus
almas, por la sangre que derram su divino
Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:

- 7 5 JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre
de Jess, misericordia. Padre nuestro,. Ave
Mara y Rquiem.
Aadiremos un Padre nuestro y Ave Mara,
por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Parasii in eonspectu meo mensam adversus
eos qui tribulant mae. Psalmo. 22, 5. La mesa eucarstica, ha preparado los mortales,
para calmar tambin las tribulaciones y las penas de las almas del Purgatorio.
Entre copiosos torbellinos de llamas, apareci un dia un siervo de Dios, un amigo suyo difunto, quien con extremo desconsuelo le
dijo, que estaba privado de la vista de Dios,
por la poca frecuencia, y por la tibieza con
que durante su vida se habia acercado la
sagrada mesa, por lo cual le suplicaba que hiciese por l una comunion sacramental, con el
ms grande fervor de espritu, esperando en
virtud de la misma, verse libre de sus penas.
Correspondi el siervo de Dios prontamente
la piadosa splica, y obtuvo la gracia deseada,
dejndose ver despues de la comunion el alma del difunto, rodeada de luz, en el acto de
elevarse la gloria. Estimlenos, pues, tambin la caridad, alimentarnos con esta carne
divina, en sufragio de los difuntos, puesto
que al decir de san Buenaventura, la comu-

76
nion es uno de los medios ms eficaces para
alcanzar la eterna bienaventuranza. Trahat te
ad comunicandum chantas, cum ad rquiem difunctorum nihil efficacius nterpellet. De praparat Miss.Blosio in monili spirituali. C. 6.
De pro funds, etc., y conclusin, como en k
pg. 26.
Acercaos la gran mesa,
Que os tiene Dios prevenida,
Gustareis el pan. de vida
Y lograris su favor.
En ese instante dichoso
Pedid Dios con anhelo,
Que lleve gozar del cielo
Las almas que castig.

Dia Dcimo.
MEDITACION.
Resignacin de las almas del Purgatorio.
PUNTO

I.

Conocer que Dios es el ltimo fin de la


criatura racional, y desgraciadamente no poderle amar, es la pena de dao que padece el
rprobo en el infierno; amar Dios libre y necesariamente, y no poderlo gozar por demrito, es la pena de dao propia del Purgatorio,
y si el dio que por carecer de la gracia tienen contra Dios los infelices condenados, forma una gran parte de sus penas, la vehemen-

- 7 7
cia del amor con que las almas del Purgatorio,
animadas de la gracia suspiran por su Dios,
aade tanta intensidad sus penas, que casi
las hace superiores las del mismo infierno.
Ah! Ciertamente, que el amor no satisfecho es
el ms cruel tormento del corazon humano.
Cuidemos, pues, oh cristianos! de arreglar un
afecto tan vehemente.
PUNTO

II.

Por el grandsimo amor que las almas del


Purgatorio tienen Dios, desean en todo instante unirse l, mas no lo pueden conseguir
hasta que no queden plenamente purificadas en
las llamas. Por lo cual, cuanto ms suspiran
por ver Dios estimuladas por el amor, otro
tanto desean no verle, detenidas por sus demritos. El amor, pues, al mismo tiempo las
mueve y las detiene, las eleva y las bate, las
enciende y las hiela, y con alternarse de continuo los afectos contrarios, hieren y despedazan de tal suerte su nimo, que es mucho ms
cruel el fuego que las quema en lo interior,
que el que las abraza por de fuera. La paz
del alma es la felicidad del hombre, y nosotros,
cmo amamos la paz y la procuramos con
las obras?
PUNTO

ni.

Atendido el perfecto amor Dios, deben


las almas del Purgatorio estar resignadas en
sus penas, y la resignacin, si no las quita del

todo en la tierra, endulza de tal modo su emargura que disgusta mnos, y veces se hace agradable lo que se padece. Pero en el
Purgatorio no es asi. Porque por lo mismo
que estn aquellas almas ms resignadas en
la voluntad de Dios, son tambin ms atormentadas, pues en virtud de su misma conformidad desean hacerse enteramente dignas de
su amor, y conociendo que no lo son todava, ,
se deshacen por serlo lo ms pronto posible,
fuerza de sufrimientos. Por consiguiente, cuanto ms padecen ms desean padecer, y no se "
sacian jams de sus tormentos. Qu especie
de martirio es este tan inexplicable? Y nosotros, joh cristianos! no buscarmos sino rosas
y flores, divertimientos y placeres? Confundmonos, pues, y enmendmonos como es debibo.
ORACION.
jOh cunta confusion nos causa, oh Seor!
nuestra conducta! Nosotros nos humillamos
al considerar la admirable resignacin de las {
almas del Purgatorio. Ah! Por esta misma
resignacin dadles, oh gran Dios! la libertad.
No merece ya penar quien est dispuesto sufrir tormentos mayores. Es bien digno de
vuestra gloria, quien se abstendra de ella por
ms tiempo por tal de an ms merecerla. A*
ceptad, oh Seor! los generosos sentimientos
de aquellas almas, y sed generoso tambin vos
pon ellas, perdonando todas sus pasadas faltas

- 7 9 y admitindolas en el goce de vuestra eterna


felicidad.
EJEMPLO.
Santa Gertrudis amaba, por las excelentes
virtudes de que estaba adornada, una virgen quien ping al Seor de llamar asi, en
la flor de sus aos, y mintras despues de su
muerte la encomendaba Dios con gran fervor, arrebatada en espritu vila estar en la
presencia del Salvador, engalanada con un
precioso vestido y radiante de viva luz; pero
con el semblante triste, y temerosa de presentarse delante de su divino esposo Jess. De
lo que maravillada la Santa, volvindose hcia ella, qu pereza es esta, le dijo, que t
demuestras? Asi correspondes al celestial esposo, y asi piensas hacerte digna de l? A lo
que la prudente virgen, perdona, oh madre!
le contest, que mi estado no me permite an
acercarme l. Estoy, es verdad, confirmada
en la gracia, estoy destinada para esposa del
Cordero inmaculado, mas conviene purgar perfectamente toda clase de defectos, ntes de unirse en un abrazo eterno con el bien adorado.
Todava ofende su pursima vista alguna pequea mancha, y hasta que yo no sea enteramente perfecta, como l lo desea, no me atrever jams entrar en aquel gozo celestial
que no sufre mancha de imperfeccin. Y podremos nosotros esperar obtenerlo si 110 nos
enmendamos perfectamente de nuestras eul*

80

pas? Mas, cundo lo harmo9? Rpido es el


. tiempo y vuela; y si el tiempo pasa no lo haremos, no lo podremos hacer j a m s . L . Blos.
in monil. spirit. c. 13.
Rezarmos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la pasinn de
nuestro seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuutos, [y particularmente de N. N.]
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
sus almas por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre de
Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave Mara y Rquiem.
Aadiremos un Padre nuestro y Ave Mara, por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Non dabuni eis potum calicis ad consolandum supermortuos. Jerem. 1 6 . 7 . La virtuosa abstinencia en la bebida, servir de alivio
* nuestros difuntos, si por ellos la practicremos.
En el monasterio de Santa Margarita, en
Verceli, haba una regla de no beber jams
fuera de las horas acostumbradas, sin especial
permiso de la superiora, la cual, negndola alguna vez, para hacer ejercitar la virtud, sola
endulzar la negativa con reflexiones morales

81

de sobrellevar aquella abstinencia en obsequio


de la gran sed que padeci Jesucristo en el
Calvario, del ardor que experimentan hcia
Dios las almas del Purgatorio en medio del fuego; y se resignaban de buena voluntad las religiosas, aquella mortificacin de la superiora, por santos fines. Procuriaos tambin nosotros, resignarnos en las mortificaciones que se
ro3 ofrecen en la vida, mortificndonos menudo por propia eleccin, y especialmente en
el beber, pues el licor de que nos abstengamos,
ser, por medio de la caridad, un refrigerio
aquellas almas que penan, en satisfaccin de
su vivo y contrariado deseo que tanto las angustia.Dorn. Mara Marquesen
los Diar.
Dminic.. en lu vida de Sta. M. Erna. S de Mayo.
De pro funds, ele., y conclusin, como en lap. 26.
Separad d^ vuestra mesa
Los vinos y los licores,
Meditad en los ardores
Que otros sufriendo estarn.
Con esto habris conseguido
Satisfacer los agravios,
Que otros pechos y otros labios
Infirieron Jehov.

Da Undcimo.
MEDITACION.
Consuelo y tormento de la esperanza.
PUNTO I.

La esperanza unas veces sirve de consuelo,

11

otras de tormento al corazon humano. Ninguna espera tanto como las almas del Purgatorio,
y ninguno siente ms que ellas las contrarias
impresiones de tan violento afecto. El objeto
de bu esperanza es Dios, Dios que se promete
y se d por merced al justo:'y si en consideracin de tan grande premio los mayores santos del antiguo y nuevo Testamento rebosaban
de jbilo entre las ms acerbas desgracias d9
la vida, y las ms crueles persecuciones de los
tiranos, con ms razn las almas del Purgatorio, en medio de los tormentos de aquella crcel, dolorosa esperiraentan d i g n a c i n y contHelo, reflexionando que en breve Dios mi-rao
enjugar todas sus lgrimas de dolor, y llegarn recrearse en el seno del sumo Bien.
Por qu en las atribulaciones de la vida no levantamos tambin nosotros los ojos al cielo y
no nos animamos sufrir con paciencia aquellas penas que sern recompensadas con tan
grande gloria?
PUNTO II. .
Pero la esperanza es tanto ms consoladora,
cuanto es m s cierta, y quin puede esplicar
suficientemente la seguridad con que las almas
del Purgatorio esperan la posesion de Dios?
Ells dan una ojeada al inmutable decreto de
la Divina Predestinacin, y se hayan de antemano elegidas para 18 gloria eterna; se acuerdan de las promesas de Jesucristo, y adorna<4asiCon su gracia no pueden dudar de ser jus-

-Satamente con l herederas de su bienaventurado reino; contemplan las obras que hicieron en
vida y esperau la corona inmarcesible de justicia; que no puede el soberano Juez negar
su mrito En estos tres fundamentos se consolida su esperanza do tal modo, que no slo
escluye toda desconfianza y temor, sino que
tambin se desarrolla toda la fuerza y la eficacia de una posesion que estn prximas obtener y no puede faltar. Oh qu soberano consuelo! qir ncora tan fume y segura para el
Purgatorio! Y nosotros tenemos ms fundamentos de temer de esperar? Oh profundo
pensamiento que debe poner en solicitud todo
nuestro espritu!
PUNTO III.
No obstante que las almas del Purgatorio
estn segursimas de poseer Dios, su Majestad empero difiere el comunicarse ellas hasta que estn enteramente purificadas de toda
mancha; para que ests misma dilacin redoble
. y acreciente el ardor de 6us deseos, y ensanchndose el nimo con multiplicarse y eucederse sus jisias, se haga ms capaz de poseer
y gozar un bien iufinito. De este modo, si la
certidumbre de la esperanza por una parte
consuela, por otra aflije la dilacin del bien deseado, y manera de un verdugo domstico
atormenta y martiriza con aquellos mismos deseos que forman el alimento y la vida de la esperanza. De aqu es que este suplicio es tanto

mavor cuanto mayor es el objeto que se espera, y tanto ms violento, cuanto mas intenso
es el amor que se le tiene. No hablo a los
murtales frios insabibles, dice S. Agustn,
pero dadme un corazon que ame, un covazon
que espere el soberano Bien, dadme un corazon tal, y sentir todn la fuerza de cuauto digo.
OTTACION.

Nosotros, {oh. Seor! aunque frios insensibles, sen ti mus el fiero contraste que deben sufrir las almas del Purgatorio por los contrarios
afectos de la esperanza en vos. Ah vos que
asi como sois el Dios de la esperanza, lo sois
tambin del consuelo y de la paz. aquietad su
espritu y contentad sus deseos. Poned trmino la larga dilacin que las atormenta. Chocen, finalmente, de vos, que seis el soberano
objeto de su esperanza. Lleguen por ultimo a
vos, toh gran Dios! pues con poseeros sern
plenamente consoladas y felices para siempre.
R
EJEMPLO.
En el serfico convento de la Concepcin de
las islas Canarias, en el ao de 1641, haban,
do muerto el gran siervo de Dios, Fr. Juan de
Via, el buen lego Ascenso, que le haba asistid a con mucha caridad en su ltima enfermedad, como enfermero, ofrecia s u f r i o s a Dios
por su alma; cuando en el mayor fervor de su
oracion f u sobrecogido por la aparicin de un
religioso de su rden todo rodeado de respUndecientes rayos que le ofuscaban la vista. Dos

veces se dej ver, y dos veces desapareci aquel maravilloso espritu sin romper el silencio; pero la tercera, cobrando nimo el enfermero: en el nombre de Dios, dijo, os pregunto, quin 6ois y qu deseis de m? A cuya pregunta respondi: yo soy el alma de Fr.
Juan, por la que t ruegas, y vengo con permiso de Dios decirte, que he sido elegido
para el cielo, de lo cual poseo una prenda en
los resplandores que me rodean. Bendigo y
doy gracias al Seor por su infinita misericordia para conmigo, mas entretanto sufro el cruel
martirio de una larga dilacin en pena de haber omitido algunos oficios de Rquiem que deba de rezar en vida por mis hermanos difuntos. Ilugote, por tanto, por aquella bondad
que siempre me has manifestado, que pongas
todo empeo para que con la mayor solicitud
se supla mi falta, fin de que quitado el impedimento, pueda lo ms presto posible, llegar
la consecucin del sumo bien, que es el colmo do mis deseos. No bien habia acabado estas palabras el espritu aparecido, cuando vol
el enfermero al padre guardian para informarle de la visin que habia tenido; el cual solcito por satisfacer los deseos del difunto, convoc
captulo todos los religiosos del convento,
y habindoles referido brevemente el suceso,
orden que c^da uno fuese la iglesia rezar
aquellos oficios cuya omision tonia detenido su
hermano en el Purgatorio. As lo hizo, y de all

poco, volvi rodeado de los ms vivos resplandores, y lleno de un jbilo sin igual, dar gracias al
enfermero y la religiosa comunidad, por la gracia obtenida en virtud de la cual se iba gozar
de Dios eternamente. Dichoso l, y no n.nos
dichosos nosotros si le podemos seguid Mas de
quin depende sino de nosotros el seguirle aquella patria bienaventurada imitmosle en la
santa conducta de la vida, y ntnces participaremos de su celestial felicidad des-pues de la
muerte.Fr. Frant. G. de Origin, Scruph.
Relig. Purt. 4. in Pro me Cunar, n. 7.
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la Pasin de
Nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
suplicando al Eterno Padre se-apiade de sus
almas por la sangre que derram su divino Hilo, diciendo cinco veces la siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre de
Jess, misericordia, Padrenuestro, Ave Mana
y Rquiem.
Aadiremos un Padre nuestro y Ave Mara- por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Ego enim per singulas horas et per singulos
dies de precor Altisimum nocte de die. Esdrae
9. U. Al toque de cada hora, hagamos sentir
nuestros difuntos, los efectos de la piadosa
jnemoria que de ellos conservamos.

87
Siendo, as, que las penas de las almas del
Purgatorio crecen' medida que se retarda el
momento de llegar al cielo, muchos fieles devotos se han impuesto una ley, de procurarles
nuevos sufragios cada hora, y cuantas veces
oyen el toque del reloj, le acompaan con alguna breve oracion que sirve de alivio aquellas almas, y acelera eu libertad. Impongmonos tambin nosotros la misma ley, y al toque
de cada hora, recemos un Padre nuestro, un
Ave Mara y un Rquiem, en sufragio de las
almas de los difuntos, quo nos quedarn bien
agradecidos de la frecuencia con que de ellos
nos acordremos, y nos pagarn las preces de
cada hora, con obtenernos otras tantas bendiciones del cielo.
Depri-funds, etc.,y conclusin, comoenlap. 26.
Pasa el tiempo, y no concluye
De estas almas el tormento,
Pasa el tiempo, y el momento
No llega de descansar.
Si al sonido de las horas
Por ellas, votos hacis,
Abreviar conseguiris
Su doior y su penar.

Dia Duodcimo,
MEDITACION.
Santidad de las almas del Purgatorio.
PUNTO I .

Por qu demritos son condenadas las ai-

87
poco, volvi rodeado de los ms vivos resplandores, y lleno de un jbilo sin igual, dar gracias al
enfermero y la religiosa comunidad, por la gracia obtenida en virtud de la cual se iba gozar
de Dios eternamente. Dichoso 61, y no muos
dichosos nosotros si le podemos seguid Mas de
quin depende sino de nosotros el seguirle aquella patria bienaventurada imitmosle en la
santa conducta de la vida, y ntnces participa*
iemos de su celestial felicidad despues de la
m u e r t e . F r . Frant. G. de Origin, Scruph.
Relig. Purt. 4 . in Pro me Cunar, n. 7 .
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la Pasin de
Nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
suplicando al Eterno Padre se-apiade de sus
almas por la sangre que derram su divino Hilo, diciendo cinco veces la siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre de
Jess, misericordia, Padrenuestro, Ave Mana
y Rquiem.
Aadiremos un Padre nuestro y Ave Mara- por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Ego enim per singlas horas et per singulos
dies de precor Altisimum nocte de die. Esdrae
9. 44. Al toque de cada hora, hagamos sentir
nuestros difuntos, los efectos de la piadosa
memoria que de ellos conservamos.

Siendo, as, que las penas de l a s a l m a s del


Purgatorio crecen' medida que se retarda el
momento de llegar al cielo, muchos fieles devotos se han impuesto una ley, de procurarles
nuevos sufragios cada hora, y cuantas veces
oyen el toque del reloj, le acompaan con alguna breve oracion que sirve de alivio aquellas almas, y acelera eu libertad. Impongmonos tambin nosotros la misma ley, y al toque
de cada hora, recemos un Padre nuestro, un
Ave Mura y un Rquiem, en sufragio de las
almas de los difuntos, quo nos quedarn bien
agradecidos de la frecuencia con que de ellos
nos acordremos, y nos pagarn las preces de
cada hora, con obtenernos otras tantas bendiciones del cielo.
Deprefundis, etc..y conclusin, comoenlap.
Pasa el tiempo, y no concluye
De estas almas el tormento,
Pasa el tiempo, y el momento
No llega de descansar.
Si al sonido de las horas
Por ellas, votos hacis,
Abreviar conseguiris
Su dolor y su penar.

26.

Dia Duodcimo,
MEDITACION.
Santidad de las almas del Purgatorio.
PUNTO I .

Por qu demritos son condenadas las ai-

mas las atroces penas del Purgatorio? Si e


mundo los considerase, los llamarla vagatelas,
juegos, fragilidades de fcil perdn de ningn reato. Pero no as Dios, que conoce su
malicia intrnseca y los castiga medida de su
verdadera gravedad. Oh.cuan diversos son
los juicios de los hombres de los de Diob! Nosotros juzgamos segn nuestros caprichos y movidos de las pasiones que nos dominan. Dios
juzga con su inalterable justicia, que no est
sujeta, ni prevencin ni error. No nos dejemos, pues, engaar, de las falsas ilusiones
del mundo.
PUNTO I I .

Los demritos de aquellas almas, comunmente se cree que consisten en pecados llamados veniales, las cuales son culpas ligeras en
comparacin de las mortales, pero que se pueden llamar gravsimas, comparadas con la ofensa hecha Dios, bondad infinita. Pues si las
culpas veniales son castigadas con tanto rigor
en el Purgatorio, por qu hacemos de ellas ten
poco caso hasta bebrnos'as como, *e bebe el
agua, y tener por escrupulosa quien procura
evitarlas? Abramos, oh cristianos! los ojos del
espiitu sobre un objeto de tanta importancia,
y propongmonos huir cuauto sea posible,
de todo defecto aunque lijero, y no reprobemos en adelante, sino ntes bien, imitemos la
cautela y solicitud de aquellos piadosos fieles,
que por amor de Dios huyen del peligro de to-

da culpa como de la vista y de la mordedura


de una venenosa serpiente.
PUNTO I I I .

Hay telogos de profunda doctrina que sostienen que el reato de culpa no se remite sino
en la presente vida, por medio de la detestacin sincera del pecado, y por la infusin de la
gracia santificante. Por consiguiente, no detiene mancha alguna de culpa las esposas de
Dio?, en las expiadoras llamas del Purgatorio,
siuo solamente ei reato de pena debida sus
culpas, la cual, puede quedar an, y queda
frecuentemente de hecho, para descontarse en
la otra vida. Por eso dice la divina Escritura,
que no saldrn de aquella crcel atormentadora, hasta que hayan dado la divina justicia
la satisfaccin ms cumplida. Nosotros cuntas deudas tenemos, seguu el testimonio de
nuestra conciencia, por las culpas cometidas?
Y en dnde pensamos pagarlas, en sta en
la otra vida? Considermos cunto ms rigurosa sea la satisfaccin de la otra vida que la
de sta, y por lo mismo propongamos darla lo
ms pronto posible.
ORACION.

/ h, s! bien conocemos oh SeorI que la


satisfaccin que se exige en la vida futura, es
ms rigurosa que en la presente, y mejor que
nosotros lo experimentan las almas de los difuntos, en memoria de las atrocsimas penas
del Purgatorio. Por defectos que nuestros

12

ojos no aparecen cerno tales, en pena de coi 8 ya borradas y remitidas, suele vuestra justicia usar con ellas de tanto rigor, que supera
cuanto puede comprender la mente humana.
:Ah Seor! Basta, diga finalmente vue, ra soL a n a piedad, y la misericordia rezarsa los derechos de la justicia ultrajada por los pecados
y las deudas de aquellas infelices que penan;
pues la misericordia debe prevalecer al rigor,
y la justicia vuestra infinita bondad.
J
EJEMPLO.
*
E n el monasterio de S. Vicente de Mantua,
muri Sor Paula, religiosa de grande espiritu
cuyo cadver,
costumbre puesto en med b del coro, estaba rodeado de todas la n onjas que estaban cantando el oficio de difur tos
l beata Estfana Quinzana, h a b i a p r o f e ^ o
la difunta estrechsima amistad la cual re
gando fervorosamente por su alma fu tras
s e g n

portada por un cierto fervor de


el fretro, en donde postrada con las man
se sinti asir de la mano derecha por
la difunta, con tanta fuerza que no le fu posible desprenderse. Asombradas las monjas po
U U u c e s l llamaron al
mand la difunta, en vrtud le SHnU obe
diencia, que soltase la mano de E ^ U n a , en
lo que al punto f u obedecido Na a d i j o la d funta Paula, mas c o m p r e n d i bien la beata Es a n a qu 'cosa quera significar con aqu
r e h a r tan fuertemente la mano; como si hu

j u n t a s ,

biera querido decirle, oh hermana, cun tremendos son los juicios de Dios! cun riguroso
los castigos por la ms pequea culpa! Si os
pudiese explicar las penas que yo padezco en
el Purgatorio por aquellos defectos que creamos de ninguna monta, jams cesaras de procurarme eficaces auxilios para salir de ellas.
No 03 olvidis jams de m: socorredme con
toda clase de sufragios; pues demasiado grande
es la necesidad; demasiado cruel el martirio
que padezco. Por lo cual, aquella sierva de
Dios, jams dej de procurar copiosos sufragios aquella alma, ha.-ta que tuvo revelacin
de que habia volado felzment al cielo, rotas
ya las duras cadenas del fuego. Imaginmonos
que cada alma del Purgatorio nos repite otro
tanto, imitemos el fervor de la beata Estfana, ofrecindoles sufragios con generosa piedad. Francisco Scghisz, en la vida de la
Est/una, pg. 110.
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la Pasin de
Nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
sus almas, por la 6atigre que derram su divino
Hijo, diciendo cinco veces la siguiente
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre do
Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave Mara y Rquiem.

^ Aadiremos un Padre nuestro y Ave Mara,


por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Exaudiat Dminus preces vestras, si permanseritis inoratione, etjejuniis. Judit. A. 12.
Oir el Seor nuestras plegadas en favor de
los difuntos, si la perseverancia en las oraciones aadiremos el mrito del ayuno.
Un Sacerdote que padeca atrocsimos tormentos en el Purgatorio, suplic San Uemberto que ayunase cuarenta dias en sufragio
de su alma, para que con tal penitencia pudiese pagar la deuda que le quedaba de sus culpas. Hzolo el Santo prontamente aadiendo
muchas oraciones por aquella al mu, y concluido aquel curso cuadragesimal, el mismo sacerdote se le apareci de nuevo, dndole las debidas gracias por su caridad, en virtud de la cual
volaba glorioso al cielo. El ayuno es una dlas
obras satisfactorias ms eficaces para pagar
la divina justicia la deuda de la pena, y abre
las almas del Purgatorio las puertas de la
gloria. Practiquemos, pues, tambin nosotros
en sufragio de nuestros difuntos, y acompamosle con oraciones para que pueda obtenerles
ms pronta y seguramente el objeto deseado.
Surio, dia A de Febrero.
Deprofundis,etc.,y conclusin, como enlap.26.
Con ayunos y con lgrimas
Te rogamos, Dios clemente,
De aquesa crcel doliente

93
Las almas santas librad.
Acepta los votos frvidos
De estas tus siervas, y al cielo
Irn ellas con anhelo,
A ensalzar vuestra bondad.

Dia Trece.
MEDITACION.
Incapacidad de merecer de las almas
del Purgatorio.
PUNTO I .

Duro es el padecer en este mundo; pero tiene recompeusas que puedan hacer que se soporten con paciencia y aun llegue desearse
con alegra. Espntase la naturaleza la sola
idea de sufrir; pero la consideracin de perfeccionarse uno s mismo en medio de los trabajos, y de recibir una eterna recompensa en el
cielo, hacia rebosar de jbilo los mrtires
vista de los ecleos y las hachas, y poblaba la
Tebaida de fervorossimos penitentes. Mas el
padecer del Purgatorio es un padecer que no
admite tales recompensas, es una pura satisfaccin de las deudas, y podra llamarse un puro pecar. Cun digno es por lo mismo de
compasin y de socorro!
PUNTO I I .

La virtud no nace con nosotros, sino se adquiere. La naturaleza nos da la disposicin


la virtud. Dios nos infunde los hbitos de ella,
la gracia nos comunica estmulos y auxilios;

pero no se adquiere la virtud 6no en los actos, y


cuanto msse multiplican estos, tanto ms virtuosos y perfectos sermos. El cuidado del cristiano
consiste en perfeccionarse cuanto pueda con la
prctica de las virtudes. Pero semejante ejercicio no dura 6no cuanto dura la vida. En la
muerte, con la prdida de la libertad se pone
el sello toda la carrera de merecimientos, y
basta donde se ha llegado en vida hasta all se
permanece. Se haya padecido poco mucho:
hyanse no practicado actos de virtud, no se
gana ya ningn mrito en la otra vida. Sean,
pues, enhorabuena desapiadadas y crueles las
penas que sufren ias almas del Purgatorio,
sean hericos sus sentimientos, su virtud no
crece sus mritos, no se aumentan. Apresurmonos, pues, oh cristianos! acumularlos en
vida, y no pase un solo dia sin que demos un
paso adelante en la carrera de la virtud.
PONTO N I .

A proporcion del progreso en la virtud y de


los mritos que se adquieren en la vida, se sube ms alto en el Paraso, y se obtienen mayores grados de gloria. Quien hubiere ganado
ms en la tierra, brillar con mayor esplendor
en el cielo, y ninguna obra, ninguna palabra,
ningn deseo quedar sin la correspondiente
merced por parte de Dios, como El mismo lo
ha prometido. Las almas del Purgatorio, as
como no crecen en mritos, as tampoco adelantan en los grados de gloria. Su estado es fi-

jo, y su mansin est decretada. Esta refleccion, que hace sus padecimientos mucho ms
atroces, debe estimularnos por lo mnos s e r
ms cuidadosos y solcitos en procurarnos en
vida un lugar ms distinguido en el Paraso.
ORACION.

Seor, dadnos gracia y tiempo para acumular en esta vida copiosos frutos de buenas obras,
fin de obtener cerca de vos un puesto ms
elevado y luminoso en los cielos; pero al mismo
tiempo dignaos de abrir las puertas de ellos &
vuestras queridas esposas del Purgatorio, recibindolas en aquellos tronos de gloria que 6e
ganaron en vida con 6us obras. Quitad todo
impedimento que se interponga su libertad,
perdonad toda la deuda que les quede an por
expiar entre las llamas, y haced que despues
de tantas penas sufridas en tan dura crcel,
lleguen finalmente obtener de vuestras divinas manos aquella corona de justicia y de gloria que para su eterna recompensa habis preparado en la celestial Sion.
EJEMPLO.
Grande era la devocion que profesaba San
Nicols Tolentino las almas del Purgatorio,
y grande tambin la confianza que estas almas
tenan en la piedad del siervo de Dios: y por
este motivo, de aquella profunda crcel le enviaron como por embajador su difunto amigo Fr. Pellerimo de Osimo, para obtener de l
grandes sufragios. En medio del euefo, por

tanto, se le apareci en sueos aquella alma,


y habindole ntes informado que haba sido
condenado al Purgatorio con otros: Ven le dijo, oh venerable Padre, y mira cunta es nuestra miseria. Y llevndole en espritu la gran
llanura de Valmanente oh! cun voraz vi
que era el fuego que la inundaba por todas partes: oh! cun dignos de compasion eran los gemidos de una inmensa multitud de almas que
imploraban socorro con los acentos ms humildes y suplicantes. Y ved, volvi decirle entneos aquel espritu, cules son, oh Padre, las
penas de las almas del Purgatorio y cmo se
encomiendan tu piedad! ellas padecen tormentos sobre toda ponderacin, atroces, empero de ningn modo se pueden ayudar s mismas; mas t s que puedes ayudarlas de todas
maneras, ofreciendo oraciones, penitencias, sacrificios, y yo te ruego que celebres en su sufragio la misa de Rquiem y hagas otros ejercicios de piedad; pues si te dignas interceder
por ellas para con el Supremo Seor, no dudes,
supuesto que la mayor parte, libres de las cadenas abrasadoras, subirn al cielo por tus sufragios. Despertando el Santo aquellas palabras, al instante se levant del lecho, y postrado en tierra dirigi Dios las ms fervorosas
splicas hecho un mar de lgrimas por aquellas infelices: y pedida humildemente en la maana del siguiente dia la licencia al P . Prior
del convento, consagr toda la semana su su-

fragio, con tal fervor, que al concluir la misma,


volvi Fr. Pellegrin darle las gracias por su
generosa caridad, merced la cual, l con otras .
muchsimas almas haban alcanzado la libertad
de las penas y la felicidad del Paraso. La libertad y la gloria de aquellas almas es tambin
el objeto y el fin de nuestros sufragios, y si
queremos obtenerlos copiosos y seguros, hagamos muchos por mucho tiempo, y con mucho
fervor de espritu, que as imitando el empeo
de San Nicols, no podr faltar el efecto que
coron su piedad.(En la vida de S. Nicol.)
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem en memoria de la Pasin de
Nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos (y particularmente de N. N.)
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
sus almas por la sangre que derram su divino
Hijo, diciendo cinco veces la siguiente
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la sangre preciossima de
* Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave Mara y Rquiem. Aadiremos un Padre nuestro
y Ave Maria por los propagadores de esta devocin.
SUFRAGIO.
Comtdent fructus. viae suae, tuisque comiliis
satu rubuntur. Prov. 1. 81. De las plegarias
y de las buenas conversaciones tenidas en los
paseos y en los viajes, las almas del Purgatoria

&

1<v

98
no mnos que los viajeros reciben consuelo y
ealvacion.
Solia el P . Luis Monaci, clrigo regular menor, santificar los viajes con oraciones, en sufragio particularmente de los fieles difuntos, y
un dia. mintras atravesaba de-horas una
desierta campia, las almas del Purgatorio, por
las cuales iba rezando el Santo Rosario, se dejaron ver en forma humana, y le libraron de
las manos de algunos salteadores de caminos,
que por la avaricia de la presa se haban propuesto asesinarle. Este ejemplo nos hace ver
cun ventajosamente puede emplearse el tiempo en los viajes y pateos; y solos acompaados, no malogremos todas las horas del camino
del paseo en pensamientos vanos, intiles
conversaciones, sino que interrumpmoslo al
mnos de cuando en cuando con santas oraciones en sufragio de las almas del Purgatorio,
las cuales nos librarn de los peligros, con tanta ms seguridad, cuanto ms presto, merced
nuestra piedad llegaren al colmo de sus deseos en la gloria.
P . Greg. Camfor. de los Cler. Reg. Mer. w
fartum. hom. lib. 1 . cap. 10.
De pro funds, etc.,y conclusin, comoenlap.26.
Caminantes que con gusto
Emprendis viajes penosos,
Y que deseis presurosos
Vuestro destino tocar.
Tened confianza en las almas

99
Pacientes: orad por ellas
Y seguirn vuestras huellas
Librndoos de cualquier mal.

Dia Catorce.
MEDITACION.
Dios no suele, segn la presente Providencia,
socorrer las almas del Purgatorio.
PUNTO I .

Este mundo es un reino en el cual tiene cabida la bondad no mnos que la justicia, y donde si alguna vez se ha :e sentir el azote do la
ira divina, campean mucho ms los rasgos generosos de la amable misericordia. MHS en el
otro mundo no ser as. Sern divididas y separadas las regiones de la bondad y de la iusticia. y la primera triunfar completamente eu
el cielo, y la segunda har surii los mns terribles suplicio* en el infierno. Y en el Purgatorio cul de los dos divinos atributos reinar
ms, la bondad Ja justioi? Siendo el Purgatorio una habitacin del abismo, reina igualmente en l aquel atbuto que hace tan espantoso el infierno: la inflexible justicia divina.
Oh cunto debe temerse tambin el Purgatorio!
PUNTO I I .

La santidad, la justicia, el amor mismo de


Dios hace inexorables su brazo divino en castigar las almas del Purgatorio; la santidad,
porque siendo tan esencialmente contraria
toda imperfeccin y defecto, no puede absolu-

100

tamente permitir que ntre la gloria ninguna


alma manchada; la justicia, porque debiendo
compensar todo derecho de la divinidad ofendida, no puede dejar de castigar aquellas almas hasta que haya exigido de ellas hasta el
ltimo complemento de su deuda; el amor, porque desendoles plenamente perfectas, las purifica en las penas hasta que se hagan una copia muy semejante de la boudad suprema. Oh
misterio de rigor verdaderamente divino! Procuremos al mnos nosotros satisfacer en la vida presente las exigencias de estos tres divinos atributos, para no experimentar, como aquellas infelices pacientes, un inflexible rigor
en el Purgatorio.
PUNTO I I I .

De aqu es que pesar de ser Dios rico en


misericordia y piedad, pesar de que ama
tiernamente aquellas almas, no suele sin embargo en su presente providencia conceder la
ms leve remisin, ni de los defectos ni de las
penas de sus esposas en el Purgatorio, sino que
debe sacar enteramente la gloria de su santo
nombre, aun de aquellas mismas penas que, no
por un placer cruel de verlas padecer, sino por
el pursimo fin de hacerlas dignas de s, les
aplica la divina justicia con una acerbidad sin
igual. Porque exigindose, no tanto la pena,
cuanto la perfeccin de aquellas almas, y no
siendo ellas ya capaces de obtenerla por faltarles la libre voluntad, fuente de todo mrito en

esta vida, conviene que sea compensada por la


acerbidad de los suplicios, que slo la Omnipotencia y la ju8ticiade Dios pueden decretar
proporcionadamente.
Deduzcmos por tanto qu intensidad de
penas domina en el Purgatorio, casi capaces de
superar los tormentos del infierno.
ORACION.
Justo sois, oh Seor! y ejercitis la ms rigurosa justicia en el Purgatorio sobre las almas
all detenidas. Esta es la ley que os habis impuesto vos mismo, pero jams os habis impuesto la ley de excluir intercesores y medianeros para ellas. Antes bien, os agrada la mediacin de los hombres, la deseis, la aeeptais,
y nosotros nos presentamos delante de vos como intercesores y*medianeros de aquellas almas desoladas. Escuchad, oh gran Dios! nuestras splicas, aceptad nuestras oblaciones. Nosotros os pedimos que concedis aquellas desconsoladas hijas de Sion la libertad tan suspi. rada, y os ofrecemos para su rescate todo el
mrito de este santo ejercicio, todas las obras
de piedad que se practican por los fieles en todo el universo. Sea vuestro rigor satisfecho
con tanto bien, y la gracia que os pedimos corone las plegarias de la tierra y los ardientes
deseos del cielo.
EJEMPLO.
Muri la hermana de S. Malaquias, la cual
por sus defectos tuvo que ir al Purgatorio, en

donde su piadoso hermano la auxili con muchos sufragios; pero habiendo cesado ya de hacerlos, una noche oy una voz descorocida que
le dijo que su hermana estaba fuera de U Iglesia esperando sus auxilios. Comprendi el Santo la necesidad de la difunta, y comenzando de
nuevo los devotos ejercicios omitidos, des pues
de algn tiempo en el trio de la Iglesia, con
vestido negro, desconsolada y triste, por lo cual
aument l su fervor, y ningn dia trascurri
sin que hiciese por ella graudes obras de piedad. En este estado pudo aquella alma entrar
al templo, y mudar el traje negro en otro gris,
pero no pudo acercarse hasta el altar, porque
aun no era digna. Entonces apareci por segunda vez ai hermano, quien confiando en el
poder de los sufragio?, ofreci de ellos tanta
copia Dios, que al fin satisfizo con ellos toda
su deuda con la Divina Justicia. Por lo cual
tuvo el consuelo de verla por la tercera vez,
adornada de una blanqusima vestidura, prxima al altar, y agregada al nmero de los escogidos; lo que quera significar, que habia sido
admitida i la gloria del Paraso. Las diversas
apariciones de esta difunta nos hacen conocer
la economa ordinaria de la Providencia Divina, que no suele con un acto absoluto de voluntad y de potencia librar las almas del Purgatorio, sino que procede generalmente con
exactitud j justicia, y exige de ellas todo el
dbito de la pena, aceptando solamente en des-

o o s cuento los sufragios de los fieles, que cuanto


son ms copiosos, tanto ms pronto las hacen
dignas del cielo. Procuremos nosotros hacer
muchos por nuestros difuntos, y sea tan constante el empeo que en esto pongamos, que
llegue abrirles las puertas de la gloria eterna.{San Bernardo, en la vida de San Malaguas.)
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la Pasin de
Nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
difuntos, (y particularmente de N. N.) suplicando al Eterno Padre que se apiade de sus
almas por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la siguiente
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima tangro do
Jess, misericordia. Padre Nuestro, Ave Mara y Rquiem.
Aadiremos un Padre nuestro y Ave Mata
por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Mafiis autem laboret operando manibus suis
quod bonum est, ut habeat unde tnbuat neeesitatem pnlienti. Bph.es. A. 28. Si nuestro estado no nos proporciona medios para socorrer
las necesitadas almas del Purgatorio, supla la
falta una s?.nta industria, qn<* aun en h mn

deplorable miseria puede encontrarse con qu


aliviarlas.
.
. ,
L
El hermano Andrs de Simoni, portero del
noviciado de San Andrs en Roma, se di con
ganta industria cultivar en el jardn una porcion de flores, que ofreca en ramilletes los
ms ilustres personajes que frecuentaban aquella casa religiosa, suplicndoles que les diesen
alguna limosna, que en parte distribua loa
pobres, y en parte empleaba en misas que mand a b a aplicar en sufragio del Purgatorio.
Dios
no suele ayudar aquellas almas, por una eterna ley que se ha iu puesto s mismo, mas lo
pueden muy bien todos los hombres, y si alg u n o c r e e que le falta con qu hacerlo, imite
en alguna manera la santa industria de Simoni,
pues una caridad ingeniosa puede fcilmente
procurarlas lo que la Divina Providencia no
plugo concederlas.
P . Juan. Rho. Var. Yir. Hist. lib. 1. c. 4.
n. s.
Depro funds, etc.,y conclusin, como en lap. 26.
No tan slo en los palacios
La piedad encuentra abrigo,
Puede ser de ella testigo
Una choza, un pobre hogar.
Y el que, rico pobre, pide
Por las almas sin consuelo,
Puede ganarles el cielo
Y sus penas mitigar.

Dia Quince.
MEDITACION.
Recproca comunion de auxilios entre
las tres Iglesias.
PUNTO I.

La Iglesia cristiana es un cuerpo moral cuya


cabeza es Jesucristo, dividido en tres Iglesias
particulares como en otros tantos miembros
que la componen, saber: en la Iglesia triunfante que reina en los cielos, en la Iglesia Purgante que padece en el Purgatorio, y la militante que combate sobre la tierra. Hay entre
estas Iglesias una mtua comunicacin de caridad, que se llama comunion de los Santos,
en virtud de la cual se ayudan y socorren recprocamente. Por consiguiente, si Dios por la
ley que se ha impuesto s mismo no suele socorrer las almas del Purgatorio, lo pueden no
obstante las otras dos Iglesias; y en lo cual es
, digna de admiracin la maravillosa economa
de la Providencia Divina, la cual, mir.tras reserva para s la parte de la rigurosa justicia,
confiere otros la de la piadosa misericordia
en sufragio de las almas santas del Purgatorio.
Rindamos, pues, al Seor, las debidas gracias,
y aprovechmonos de tan singular favor.
PUNTO I I .

Los dichosos moradores del Cielo, en medio


de su felicidad, no se olvidan de las almas del
' 4

Purgatorio, y si bien no lea es dado merecer


por s mismos, pudiendo sin embargo rogar por
otros, no cesan de implorar la divina clemencia en favor de ellas, movidos no mnos por las
gravsimas penas que afligen aquellas infelices, que por la ardientbium caridad que ellas
los une, y finalmente, por la felicidad que con
librarlas se les aumenta en la gloria. As, pues,
el cielo est en comunicacin con el Purgatorio, y le ayuda y le socorre, no con el tributo
de'lgrimas como se acostumbra en la tierra,
sino con los ms santos y abrasados afectos hcia el Soberano Seor. Oh qu bello ejemplo
de emulacin para nosotros! y quin no querr
imitarle?
PUNTO

III.

Nosotros tambin, aunque peregrinos en la


tierra, tenemos comunicacin con el Purgatorio En nuestras manos estn las llaves de aquella crcel profunda, y poseemos abundancia
de aguas prodigiosas para apagar aquellas liamas tan ardientes. As como los ngeles y los
santos, nosotros tambin los mortales podemos
librar d aquellas almas benditas de sus atrocsimas penas; los ngeles y los santos solamente pueden hacerlo con sus oraciones; mas nosotros con todo gnero de sufragios y de buenas
obras. Oh, cun vasto campo se abre nuestra caridad, para que nos ejercitemos en alivio
do aquellas infelices! apliquemos la hoz mies
t i * rtm, y hagamos que nuestras obras. hecBas

con el mayor empeo, correspondan la benfica facultad de que estamos revestidos.


ORACION.
Seor, vos que nos habis dado la facultad
de socorrer las almas del Purgatorio, dadnos
tambin el empeo y el celo para ponerlo en
prctica. No quede e-tril la fuente de la beneficencia, produzca un don tan precioso frutos
dignos de s, mas qu frutos puede producir
una planta si no fuere regada y animada por
otra gracia? Encienda, pue3, esta vuestra gracia en nuestros corazones, el amor los fieles
difuntos, inflmelos y confrtelos con sentimientos de tierna piedad y devocion; que entnces sabremos corresponder vuestros rectsimos fines, y emulando los ngeles y loa
santos, demostraremos con las obras, que la
Iglesia militante, no mnos que la triunfante,
puede y sabe socorrer la purgante, que se
encomienda entrambas con las ms fervorosas instancias.
EJEMPLO.
Se observaba en el Monasterio de Santa Catarina en Npoles la loable costumbre de poner
fin las obras hechas en el dia con rezar en el
dormitorio las Vsperas de difuntos, fin de
impetrar del Seor paz y descanso las almas,
ntes de dar reposo al propio cuerpo: Tan devota prctica era sumamente grata al Purgatorio, no mnos que ai cielo; mas en una noohe,
por las estraordinarias ocupaciones del Monas-

tero, prolongadas hasta una hora muy avanzada, se recogieron las monjas 6n hacer el acostumbrado sufragio los difuntos. Pero h Hqu
que en lo ms dulce del sueo descendi del
cielo una multitud de ngeles, los cuales puestos en rden, donde solan orar las religiosas,
cantaban con una meloda verdaderamente celestial, las omitidas vsperas. La nica que velaba aquella hora en oracion, era la venerable Sor Paula de Santa Teresa, la cual sorprendida con aquel canto, sali presuro&a la celda para unirse las que cantaban, que creia
fuesen sus hermanas. Pero cuuta no f u su
admiracin cuando vi tantos ngeles cuantas
eran las religiosas del monasterio, haciendo las
veces de stas para que no quedasen defraudadas de tanto bien las almas del Purgatorio!
Inflamse entnces la venerable sierva de Dios
en la devocion hcia las infelices almas que padecen, quien se diguan prestar socorro los
ciudadanos del cielo, no mnos que los de la
tierra, y referido el suceso sus compaeras,
se resolvieron no omitir jams 'en adelante
por circunstancia alguna, aunque poderosa, el
piadoso ejercicio en sufragio de las almas de
los difuntos. Si nosotros tenemos alguna devota prctica favor del Purgatorio, procuremos
no omitirla jams, y si no, abracmosla, pues
mucho importa al Purgatorio, al Cielo y la
tierra, que sean socorridas aquellas infelices.
(En la vida de la ven. Sor Paula de Sta. Ter)

Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem; en memoria de la Pasin de


Nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de loa
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
BUS almas, por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre de
Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave Mara y Rquiem.
Aadiremos un Padre Nuestro y Ave Mara por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Engredimini portas has, ut adoretis Dominum
templum Domini templum Domini templum Domini est. Jerem. 7. 2. Siendo la visita de las Iglesias muy eficaz medio para librar
las almas del Purgatorio, no dejemos de aprovecharle hoy en su sufragio.
Leonarda Colima de Dola, que habia penado
> ya diez y siete aos en el Purgatorio, rog
su sobrina llamada Ugueta Boi, que visitase
por tres veces en su sufragio tres Iglesias de
la Santsima Virgen en Borgoa, cumplidas las
cuales devotamente, f u al punto librada de
los tormentos del Purgatorio. Tambin nosotros propongmonos hoy visitar tres Iglesias
en sufragio de las almas del Purgatorio, imaginando que las tres mencionadas Iglesias 6eaa
como una figura de la Iglesia Universal de Je-

111

suoristo, roguemos en ella por la recproca comunin de los Santos, para que la Iglesia triunfante, la purgante y la militante, ayudndose
mutuamente, pueda cada una obtener plenamente verse libre de los peligros, salva de las
penas, introducida en la gloria bienaventurada.
P . Teofil. Beinam. Heterocol. Spirit. p. 2.
lect. 3. punet. 5. quaest. 9.
De profanis etc., y conclusin, como en lap. 26.
Entremos al santo templo
Y all postrados de hinojos,
Fijemos en Dios los ojos,
Demandndole piedad.
Como los ngeles ruegan
All en el cielo esplendente,
Pidamos humildemente
Por los que penando estn.

Dia Diez y seis.


MEDITACION.
Modo de sufragar las almas del
por va de gracia.

Purgatorio

PUNTO I .

De dos maneras se puede procurar alivio


las almas de los difuntos, por va de gracia,
cuando la Iglesia, con intercesin pblica
privada, implora del Altsimo que sean libradas del Purgatorio, y entre las pblicas intercesiones, es la ms eficaz, cuando Nuestro Setter Jesucristo, cabeza de la Iglesia, se pone

por medianero en el Santo sacrificio de la misa, pues entnces se renueva el sacrificio del
Calvario, y se ofrece la saDgre, la carne, la humanidad, y la divinidad del Salvador, como
precio de su rescate. Y siendo este sacrificio,
por razn de la vctima, de un valor infinito,
una sla misa seria suficiente por s misma para librar todas las almas del Purgatorio; mas
porque el fruto se aplica medida de la intencin del oferente, de la aceptacin del Seor,
y de la disposicin de las mismas almas, por
eso debemos apresurarnos lo ms que nos sea
posible en su sufragio, en lo que experimentarn un gran alivio.
PUNTO n .

El otro modo de intercesin pblica, es cuando la Iglesia congregada en reuniones cuerpo, implura en las solemnidades sagradas, piedad para con los difuntos. Oh cuan eficaces
son para el Purgatorio las oraciones hechas en
comn! Rog la Iglesia por la libertad del apstol San Pedro, y un ngel resplandeciente
de viva luz baj del cielo la tenebrosa prisin, y rompiendo las cadenas y los grillos de
que estaba cargado, le salv de las manos de
Herodes. Semejantes milagros se renuevan
frecuentemente en el Purgatorio, cundo la
Iglesia ruega por las almas de los difuntos, para que sean libres de los vnculos de BUS culpas. A la eficacia de la oracion pblica desciende el ngel de paa y de la* aqosllnpro-

111

suoristo, roguemos en ella por la recproca comunion de los Santos, para que la Iglesia triunfante, la purgante y la militante, ayudndose
mutuamente, pueda cada una obtener plenamente verse libre de los peligros, salva de las
penas, introducida en la gloria bienaventurada.
P . Teofil. Beinam. Heterocol. Spirit. p. 2.
lect. 3. punet. 5. quaest. 9.
De profanis etc., y conclusin, como en lap. 26.
Entremos al santo templo
Y all postrados de hinojos,
Fijemos en Dios los ojos,
Demandndole piedad.
Como los ngeles ruegan
All en el cielo esplendente,
Pidamos humildemente
Por los que penando estn.

Dia Diez y seis.


MEDITACION.
Modo de sufragar las almas del
por va de gracia.

Purgatorio

PUNTO I .

De dos maneras se puede procurar alivio


las almas de los difuntos, por va de gracia,
cuando la Iglesia, con intercesin pblica
privada, implora del Altsimo que sean libradas del Purgatorio, y entre las pblicas intercesiones, es la ms eficaz, cuando Nuestro Setter Jesucristo, cabeza de la Iglesia, se pone

por medianero en el Santo sacrificio de la misa, pues entnces se renueva el sacrificio del
Calvario, y se ofrece la sangre, la carne, la humanidad, y la divinidad del Salvador, como
precio de su rescate. Y siendo este sacrificio,
por razn de la vctima, de un valor infinito,
una sla misa seria suficiente por s misma para librar todas las almas del Purgatorio; mas
porque el fruto se aplica medida de la intencin del oferente, de la aceptacin del Seor,
y de la disposicin de las mismas almas, por
eso debemos apresurarnos lo ms que nos sea
posible en su sufragio, en lo que experimentarn un gran alivio.
PUNTO n .

El otro modo de intercesin pblica, es cuando la Iglesia congregada en reuniones cuerpo, implora en las solemnidades sagradas, piedad para con los difuntos. Oh cun eficaces
son para el Purgatorio las oraciones hechas en
comn! Rog la Iglesia por la libertad del apstol San Pedro, y un ngel resplandeciente
de viva luz baj del cielo la tenebrosa prisin, y rompiendo las cadenas y los grillos de
que estaba cargado, le salv de las manos de
Herodes. Semejantes milagros se renuevan
frecuentemente en el Purgatorio, cuando la
Iglesia ruega por las almas de los difuntos, para que sean libres de los vnculos de BUS culpas. A la eficacia de la oracion pblica destiende el ngel de paa y de la* aqnsllapro-

112
funda crcel, para romper las cadenas que las
oprimen y conducirlas la gloria bienaventurada. Protesta el Seor por boca de David,
que si el pueblo fiel le invoca favor de aquellas infelices, no podr dejar de escuchar sus
oraciones. Levantemos, pues, todos reunidos
las manos Dios para obtenerles la libertad,
por que tan ardorosamente suspiran.
PUNTO I I I .

Tambin las oraciones privadas de los fieles


obtienen para aquellas almas desoladas refrigerio y salud. Nosotros ofrecemos Dios fervorosas splicas; y subiendo lo alto nuestra
oracion, hace descender la Divina misericordia
al Purgatorio. La oracion es la llave del cielo,
el medio ms eficaz para mover el corazon de
Dios; la oracion de Elias se abrieron las cataratas del firmamento, y cay tan abundante
lluvia, que refriger la desolada Samara; y
por las oraciones de los vivos, se conmueven de
tal modo las entraas misericordiosas del Seor, que derrama manos llenas sobre las almas de los difuntos las gracias, el perdn, la
libertad y la gloria. Oh cun fcil es socorrer
al Purgatorio! Podr alguno escusarse con decir que no le es dado hacer limosnas, que su
complexin es tal que no puede practicar speras penitencias! mas quin podr alegar sinceramente que no puede orar? Roguemos. pues,
ya en lo privado, ya en las Iglesias pblicas

113
con asiduidad al Seor, para que se mueva
piedad de nuestros difuntos.
ORACION.

Piedad, piedad, oh Seor! de tantas almas


que gimen en medio de tan crueles tormentos;
piedad invoca vuestro pueblo postrado vuestros pis; piedad pide la Iglesia con devotas
oraciones; piedad iuiplors para ellas el Verbo
Encarnado, que en el augusto altar renueva el
sacrificio de s mismo; vos habis prometido
escuchar la voz de vuestro pueblo, oir las plegarias de la Iglesia: no podis dejar de or y
escuchar las splicas y las voces de la sangre
de Jesucristo. .ih! todos una voz os ruegan
por la libertad de las almas del Purgatorio.
Oh! no se niegue la gracia tanto intercesor,
y triunfe sohre las miserias de aquellas, vuestra
misericordia y vuestra piedad.
EJEMPLO.
El emperador Tefilo, aunque habia sido un
gran perseguidor de las sagradas imgenes en
. vida, no obstante, habindose convertido ntes
de morir, detect sinceramente sus culpas, mas
no pudiendo en aquel ltimo trance hacer la
debida penitencia de ellas, tuvo que pagar sus
deudas en el Purgatorio. Su piadosa consorte
Teodora, que tanto habia trabajado por su conversin, hizo mucho ms para librarle de laB
penas de la otra vida. No slo la piadosa princesa con toda su cohorte se desahogaban en copiosas lgrimas y en fervorossimas oraciones,
VS

i n giri que mand adems ofrecer muchos sacrificios y preces en todos los monasterio?; y recurri tambin al santo Patriarca de Constantioopla, Metodio, para que con el pueblo y con
el Clero, multiplicase las oraciones pblicas y
privadas, con una munificencia verdaderamente
real, en sufragio del alma de su difunto esposo. No pudo resistir el corazn de Dios la
fuerza de tantas oraciones. Por lo cual, en medio del fervor de las oraciones comunes, apareci i aquel venerable prelado en el templo de
Santa Sofa, un ngel resplandeciente de celestial luz, que dijo: Epcopr.. exauditae sunt preces tua, et veniam Theophilus impetravit. Han
sido odas, oh pastor venerable, tus oraciones,
y en virtud de ellas ha sido condonado Tefilo todo el dbito de pena. La misma Teodora tuvo en este tiempo una visin, en la cual
el Eterno Juez le asegur, que por sus splicas y por las de sus sacerdotes, Tefilo sala
libre del Purgatorio. Propter te luorumque sacerdotum preces, tno eonjugi de peni-im. Por
lo cual las splicas y las plegarias se convirtieron en hacimicnto de gracias y de alegra,
no slo en la corte, sino tambin en toda la ciudad de Constantinopla, por la glorificacin impetrada a! emperador difunto, li aqu el efecto de Us oraciones de los fieles por las almas
de los difuntos, y para que los mismos puedan
experimentar el alivio deseado, multipliquemos
por nosotros mismos las oraciones y bagamos

115
que otros las hagan en su sufragio; pues cuanto ms s aumenten, tanto ms fcil y cierta
ser su libertad.Genand. en laDefen. del Cone.
Florent. Lee. 3.
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la Pasin de
Nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
suplicando al tterno Padre, que se apiade de
sus almas por la sangre que derram su divino
Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre de
Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave Mara y Rquiem.
Aadiremos un Padre nuestro y Ave Mara,
por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Sacrifcate sacrificium justiiiae, et speratein
Domino Psalm. A. 6. Ofrezcamos por las almas del Purgatorio el santo sacrificio de la mi, sa, y esperemos en la misericordia del Seor
que servir para librarlas de sus penas.
Apareci al V. Enrique Sussn un correligioso suyo difunto, que implorando de l piedad: de sangre, exclam, de sangre hemo menester, oh hermano! para extinguir las vivsimas llamas que en el Purgatorio nos atormentan, de la sangre del Cordero Divino ofrecide
en la santa misa. Ofrezcamos, pues, misas en
socorro de las almas del Purgatorio, y sea rf

sufragio de este dia celebrar, mandar celebrar, al mnos oir una misa por las almas del
Purgatorio.
De pro funds etc.,y conclusin, como en la p. 26.
En el instante supremo
Que el sacerdote levante
La hostia sagrada, anhelante
Pedid Dios compasion.
Pedidle para las almas
Que penan, paz, refrigerio,
Y ese sagrado misterio
Mitigar su dolor.

Dia

Ttf'-'7-y

Fieta.

MEDITACION.
Modo de socorrer las almas del
por va de justicia.
PONTO I.

Purgatorio

Se socorre las almas del Purgatorio por


va de justicia, cuando se redime su pena con
limosnas se descuenta con ayunos. La limosna es un precio que se exhibe para compensar
los derechos de la Divina Justicia, da una satisfaccin equivalente la pena, libra de los
lazos del pecado, y admite la participacin
de la Divina gracia y de la vida eterna. Es
como una agua que cae sobre el Purgatorio, y
que mitiga y extingue las llamas de aquel activo fuego, y entre las obras de caridad que
pueden ejercitar los vivos en favor de los difuntos, es una de las ms poderosas para gran-

gearles la gloria. No considera tanto el Seor


la cantidad de la limosna, sino el afecto con
quo se hace. Seamos, por tanto, ricos pabres,
procuremos todos dar segn nuestro estado lo
ms que podamos de limosna para bien del Purgatorio; que cuanto fuere mayor el mrito de
hacerla, tanto ms copiosa ser la redencin
de aquellas almas benditas.
PUNTO I I .

Las oblaciones piadosas de aceite, cera, de


cualquiera otro gnero que se hagan la Iglesia en sufragio de los difuntos, les producen
refrigerio y la salvacin; pero son contadas entre las limosnas que sirven al culto de la religin y al alivio de los fieles. Otra clase de limosnas son igualmente todas las obras de caridad temporales espirituales para con el prjimo, y todas las veces que se ejercitan con la
intencin de socorrer las almas del Purgatorio, se recoge un doble fruto; el de socorrer
un mismo tierrpo los necesitados de esta vi, da y los mucho ms necesitados de la otra.
Oh qu rica mis est preparada nuestra
caridad! imploremos el auxilio divino para que
la abundancia do esta, corresponda el nmero y el empeo de los devotos operarios.
PUNTO I I I .

Se descuenta
Divina Justicia,
bre de ayuno se
cies, no slo da

finalmente la pena debida la


con los ayunos, y bajo el nomcomprenden, todas las espepenalidades voluntaras, aiao

US
tambin de las tribulaciones necesarias de la
vida, siendo todas obras satisfactorias por los
pecados, quin hay que no pueda de alguna
manera mortificarse s mismo, ya en las potencias del alma, ya en los sentidos del cuerpo?
quin es aquel que no padezca muchos males
en el curso de la vida, ya sean generales particulares? Por qu, en beneficio de aquellas almas no traficamos con estas aflicciones? Cada
padecimiento nuestro es para ellas un verdadero alivio, como si ellas mismas lo sufriesen,
cuando los ofrezcamos Dios en descuento de
sus penas. Nada perdemos de mrito obrando
as: ntes bien, le acrecentamos, porque la
paciencia de sobrellevar los males, aadimos la
caridad de ayudar otros. Tomemos, pues,
el uso do tolerar y de ofrecer todos nuestros
trabajos en sufragio de las almas del Purgatorio, que as agradaremos mejor Dios, mereceremos ms para nosotros, y las socorreremos mucho ms.
ORACION.
Nosotros os ofrecemos, oh Seor! todas las
penas de nuestra vida; y cuanto suframos en el
cuerpo, cuanto toleremos en el alma, todo os lo
ofrecemos en sufragio de las almas santas del
Purgatorio. Vos nos habis colmado de aquellos bienes que pasaron nuestras manos de
las de Duestros difuntos, los cuales nada conservaron para s. 6no que todo nos legaron.
Mas ahora ellos. joh cun necesitados se en-

119
cuentran de nuestros socorros! Movidos por
tanto compasion de sus penas, ponemos nosotros en las manos de los pobres por medio da
la limosna, una parte de sus bienes. Dignaos,
oh gran Dios! de aceptarlos por su cuenta, para que sati.-fechas finalmente las partidas de
su deuda, puedan ser admitidas la suspirada posesion de la herencia celestial.
EJEMPLO.
Arrobada un dia milagrosamente la beata
Cristina, de tal manera que ya todos la tenan
por muerta, fu conducida primeramente presenciar las penas del Purgatorio, de las cuales
qued sumamente conmovida, y desde all al
cielo, do cuya gloria fu altamente arrebatada;
y mintras se gozaba en medio de los coros de
los celestiales moradores, djole el Seor, que
dejaba su eleccin, volver la tierra,
quedar para siem pre en aquella cohorte celestial.
La santa, llena de vivsima caridad como el
apstol, mejor es, respondi, retardar la propia felicidad por algn tiempo, que dejar do
socorrer las almas santas atormentadas en
ton crueles suplicios: pido, por tanto, volver
la tierra, para aliviar con mis penitencias al
Purgatorio. Y vuelta la tierra, no solamente
sobrellevaba con herica paciencia la grandsimas tribulaciones que el Seor le mandaba,
sino que tambin agregaba de su parte tan
cruel martirio de espritu y de cuerpo, que su
vida parecia verdaderamente un prodigio. Ella

120

contradeca perpetuamente BU voluntad, negbase aun la3 ms inocentes satisfacciones, y


tenia siempre su espritu enclavado en una cruz
de dolores. Y por lo que hace al cuerpo, quin
podra contar todas sus penas? Ayuno cuotidiano, y algunos dias sin probar alimento alguno, sueo muy breve, y ese atormentado con
duros maderos y agudas puntas; vestido de grosersima lana, semejante ms bien un spero
silicio; disciplinas muy sangrientas, baos de
agua helada, pruebas de fuego abrasador; revolcarse entre espinas lastimar su cuerpo con
las ruedas de los molinos, herirse con duras
piedras y suspenderse de ecleos: cruelsimo
fu su continuo ejercicio en los cuarenta y dos
aos que sobrevivi: y cuantos la exhortaban moderar el fervor de tan rigorosas penitencias, mucho ms rigorosas son, responda,
Y ms insoportables las penas que vi padecerge en el Purgatorio; y pido encarecidamente al
Seor que me couceda vida y fuerzas para continuarlas y acrecentarlas, en refrigerio y salvacin de aquellas infelices. Mas slo los santos son los que han de dar pruebas tan generosas de compasion para con los difuntos? Reflexionemos que bu vida debe ser siempre para
nosotros, no slo objeto de maravilla, siuo tambin dechado de imitacin. Procuremos, por
tanto, seguir su3 huellas, si no en todo, al mnos en parte, para alivio del Purgatorio.Loren. Sur. en la vida de la adm. Crist. 23 <k Jun.

121

Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la Pasin de


Nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
sus almas, por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre de
Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave Mara y Rquiem.
Aadiremos un Padre Nuestro y Ave Mara por los propagadores de esta devocion.
,
SUFRAGIO.
Pauperi prorrige menun tuam, ut perficiaiur
propiatio. Eccl. 7. 36. Para que lo ms pronto posible se cumpla la propiciacin y la paz
de los difuntos, seamos liberales de copiosas
limosnas para con los pobres de Jesucristo.
Refiere San Paulino, que el clebre sonador
Panmaquio honr principalmente el cadver de
, su difunta consorte con el llanto y con la pompa fnebre, y alivi su alma con una copiosa distribucin de limosnas, dndole de esta
suerte un sincersimo testimonio de su amor
aun despues de su muerte. Llanto y honor fnebre es lo que casi todos dan los despojos
mortales de sus difuntos parientes, mas quin
hay que dispense en sufragio de sus almas copiosas limosnas los pobres? Porque el mayoi
empeo de los fieles debera ser el de provee?
16

122
ai bien de la mejor parte de ellos, es decir, del
espritu. Sea pues, el sufragio de este dia hacer, segn el estado de cada uno, alguna limosna por nuestros difuntos, lo que acarrear
sus almas refrigerio y salvacin.
S. Paul. Epist. 7 Panmaquio.
De profanis etc.,y conclusin, como en lap. 26.
Del pobre aliviad las penas;
Limpiad del enfermo el Danto;
Ved del anciano el quebranto,
Ved del hurfano el pesar.
Y el pan que les deis gozosos
Purificar vuestra alma,
Logrando tambin la calma
De los que penando estn.

Dia diez y ocho.


MEDITACION.
Con las santas indulgencias se sufraga las
almas del Purgatorio.
PUNTO I .

Otro eficacsimo medio, cuyo origen se remonta los tiempos apostlicos y con el cual
se sufraga las almas del Purgatorio, son las
santas indulgencias, merced las cuales se remite la pena temporal debida los pecados.
Los mritos do Nuestro Seor Jesucristo, de
Mara Santsima y de los Santos, forman este
precioso tesoro; y as como estos mritos constituyen u n valor infinito, as las santas indulgencias pueden concederse sin lmite alguno;

mas el dispensarlas, est reservado los pastores de la Iglesia, y principalmente al Sumo


Pontfice Romano. Hay indulgencias concedidas los vivos, las cuales no se ganan sino por
quien cumple las obras prescritas, y otras en
favor de los difuntos, las cuales pueden ser aplicadas por los vivos. Oh! cun benigno ha
sido el Seor en multiplicar los medios de socorrer al Purgatorio.
PUNTO I I .

Entre las indulgencias, unas son parciales,


que perdonan una 6la parte, y otras plenarias,
que perdonan toda la pena temporal que cada pecado estaba prescrita en los antiguos cnones penitenciales. Por lo cual, si se gana una
indulgencia parcial por las almas de los difuntos, se descuenta ordinariamente parte do su
deuda; si una plenaria, te borra sta enteramente, y libres de aquella crcel de fuego, vuelan gozar la eterna felicidad del Paraso. Oh!
quin hay entre nosotros que no pueda procurar tanto bien al Purgatorio? Todos tenemos
la misin legtima de hacerlo; todos lo podemos si queremos; y cuanto ms generosa es la
Iglesia en abrirnos sus tesoros en favor de aquellas almas que tanto padecen, seremos ms
inexcusables, si no lo hacemos.
PUNTO m .

Para ganar las santas indulgencias por los


difuntos, se requiere el estado de gracia y la
ejecucin de las obras prescritas. El primer

124
requisito, pues, es el estar libre de todo peca- f intencin de ganar todas las indulgencias condo mortal en el cumplimiento de las referidas
cedidas por el ejercicio de esta devocion, .y os
ofyras, y si alguno no lo estuviere, debe purifi. prometemos ganar tambin otras en lo sucesicarse con una buena y santa confesion. El sevo para sufragar al Purgatorio, y para nuestro
gundo es practicar las obras prescritas, las cuapropio aprovechamiento; mas vos, oh Seor!
les de ordinario consisten en la confesion, coprevenidnos, acompaadnos, asistidnos siempre
munin y el rezo de algunas preces, segn la
. con vuestra gracia en tan devoto empeo, para
' que no falten en nosotros las disposiciones nevoluntad del concedente. Y es de notar que
las personas que acostumbran acercarse cada
cesarias para conseguir copioso fruto.
EJEMPLO.
ocho dias al sacramento de la penitencia, pueSanta Mara Magdalena de Pazzis habia
den ganar todas las indulgencias que caen en
asistido con suma caridad la muerte de una
el curso de la semana, aunque no se confiesen
hermana suya de altsima perfeccin, quien
con ms frecuencia. E i medio, pues, de las
las monjas no slo hicieron prontamente los
santas indulgencias, no slo aprovecha las alacostumbrados sufragios de la religin, sino
mas del Purgatorio, sino que adems santifica
que aplicaron tambin las santas indulgencias
las nuestras con el uso de los sacramentos, y
que se ganaban aquel da. Quedaba expuesta
con el ejercicio de las virtudes. Sea, por tanto,
todava la difunta en la Iglesia, y desde las
nuestro empeo recoger este doble fruto de
rejas la miraba con afectos de ternura y devotan saludable medio de salvacin.
cion Mara Magdalena, implorando para ella
ORACION.
paz y reposo eterno, cuando vi salir de aquel
Cuanto ms grande oh Seor! es vuestra
, yerto cadver el alma de s hermana, resplandignacin en proveernos de abundantsimos me' deciente de viva y hermosa luz, y elevarse hdios con que aliviar las almas del Purgatocia el cielo para recibir la corona de eterna glorio, tanto mayor debe ser nuestro empeo en
ria. No pudo la santa contenerse de exclamar:
valemos de ellos en favor de aquellas infeliAdis, hermana: adis, alma bienaventurada,
ces, no mnos que de nuestras propias almas.
ntes volis vos al cielo que vuestro cuerpo
Las santas indulgencias son un tesoro inagotabaje al sepulcro. Oh felicidad! oh glora! Ah!
ble, abierto siempre beneficio de los vivos y
En los brazos del Divino Esposo acordaos de
de los difuntos; y tanto ms os complacis,
nosotros que suspiramos en la tierra. Y al decuanto ms se enriquecen de l los fieles. H
cir
esto, se le apareci su Esposo Jess para
aqu, pues, oh Seor! que nosotros hacemos

126

consolarla, diciendo que en virtud de las santas indulgencias aplicadas por aquella alma,
habia sido sta libertada tan pronto de las penas del Purgatorio y admitida en las mansiones de la gloria. Por lo cual avivse en lo sucesivo de tal modo en aquel monasterio el fervor de ganar toda clase de indulgencias, que
se hacia casi escrpulo de malograr negligentemente alguna. Cmo no se enciende tambin en nuestros pechos una chispa de aquel
santo fervor? Imitemos aquellas vrgenes en
tan bello empeo, que no podr faltar el efecto de la libertad de las almas del Purgatorio,
si nosotros no faltamos las disposiciones necesarias para ganar dignamente las santas indulgencias.En la -vida de Santa Mara Magdalena de Pazzis. n. 1. cap. 39.
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la Pasin de
Nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
sus almas, por la sangre que derram su divino
Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre de
Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave Mara y Rquiem.
Aadiremos un Padre nuestro y Ave Mara,
por los propagadores de esta devocion.

127
SUFRAGIO.
In praesenti tmpora vestra abundantia illorum inopiam suppleat. 2. Cor. 8. 14. Con la
riqueza que poseemos de las' santas indulgencias, procuremos socorrer las extremas necesidades que aquejan las almas del Purgatorio,
aplicndolas en su sufragio.
Arrebatada en espritu la beata Mariana de
Quito, vi en una gran plaza una mesa llena
de oro, de plata, de diamantes, de perlas y de
todo gnero de piedras preciosas, y oy una
voz que clamaba fuertemente: el tesoro est
la disposicin de iodos, quien quisiese coja y
aprovchese de l. Era este tesoro una imgen
del inmenso tesoro de las indulgencias, expuesto todos los dias en la Iglesia beneficio comn de los fieles. Quien desea, pues, valerse
de l para y para otros, apliqese ganar
las santas indulgencias, y no dejemos de hacerlo en sufragio de las almas del Purgatorio,
las cuales acarrean tanto alivio, y que con
tanta nsia las esperan de nuestra caridad.
En la vida de la beata Mar. de Quito.
Deprofundis etc.,y conclusion, como en la p. 26.
Amplio tesoro de gracias
La religion proporciona;
Es la ms rica corona,
E s el ms preciado bien.
Estimadla en-lo que vale
Y haris cesar el desvelo

128
De las almas sin consuelo,
Cesando el vuestro tambin.

Bia Diez y nueve.


MEDITACION.
Desea Dios que se hagan copiosas sufragios por
las almas del Purgatorio.
PUNTO I .

Las almas del Purgatorio fueron en vida ohedientes la ley de Dios, justas en sus obras
v victoriosas de sus enemigos. De aqu es que
el Seor, las ama y las aprecia con indecible
cario y les tiene dispuestas en el cielo, coronas inmarcesibles de gloria. Vas entre tanto,
debe portarse con ellas, manera de un enemigo y castigarlas en adema* inflexible; as
es que dividido entre los rigores de la justicia
Y los tiernos impulsos de la misericordia, vuelve alternativamente sus miradas ora aquellas
almas pacientes, ora. nosotros que podemos
darles la libertad, y mintras por exigirlo asi
su eterna ley, se vuelve airado hacia aquellas, .
movido de su benfico corazon se vuelve nosotros como fuente de toda piedad; mientras
ellas las rechaza, nosotros nos solicita, nos
estimula, nos mueve y llega hasta rogarnos que
le libremos de tan penoso contraste, que le ha' o-auios una dulce violencia, que detengamos su
diestra armada, que le arrebatemos de e la c |
^ o t o con que hiere y atormenta aquellas sus

129
queridas esposas. Y podremos nosotros dar
Dios una negativa?
PUNTO I I .

De cunto placer no sirvi A braham, forzado sacrificar d su hijo Isaac, la aparicin


de aquel ngel propicio que le detuvo la diestra? Cunto gozo no caus Sal su pueblo,
cuando con generosa oposicion libr de la muerte al valeroso Jonats? Pue3 mucho ms agradaremos nosotros Dios, cuando vea que nos
le oponemos piadosamente en el acto en que
atormenta las almas del Purgatorio, intentando librarlas del pesado azote de su justicia.
Mas ay! cunto ee duelo al ver que nos mostramos sordos su solicitud, inflexibles las
acerbsimas penas de aquellas sus hijas. No
hay, repite con inconsolables gemidos, por boca de su profeta, no hay un hombre piadoso
que se opouga mis iras y calme los furores
de mi justicia. Y podremos nosotros comprender estos afectos del Seor, y quedamos en
* completa inaccin, sin procurar socorro a l P u r gatorio?
PUNTO M .

Secundemos, pues, oh cristianos! concluye


Job, secundemos las piadosas miras de nuestro
celestial soberano, y hagamos todos los esfuerzos posibles, para consolarle en sus queridas
bijas. Qu medianero hay ma poderoso? Qu
intercesor ms eficaz? Nosotros, que por necesidad tenemos que postrarnos tan menudo
17

los pis del Altsimo, para impetrar millares


de gracias, 110 le otorgaremos hoy, sta que
nos pide? Ah, no seamos tan insensibles! Hagamos de Dioses con el mismo Dios, y con una
generosa copia de sufragios empeemos de tal
manera su bondad, que no nos niegue sus gracias en lo venidero, sino que como lo hizo^ con
el Santo Job, cuando rogaba por sus amigos,
nos las redoble y acreciente segn su gran misericordia.
ORACION.
Son para nosotros, oh gran Dios! muy dignas de veneracin vuestras voces; son muy dignos de ser cumplidos vuestros deseos. Deseis
vos, y nos peds, que rescatemos del Purgatorio las almas, para que vuelen ser bienaventuradas en vuestro seno. Aqu nos teneis
prontos empearnos de todos modos, en corresponder los deseos de vuestro corazon.
Nada dejaremos por hacer de cuanto pueda
contribuir tan santo fin, y cuando veis, oh
Seor! que nuestra caridad va entibindose, os
pedimos que con vuestra gracia nos enfervoricis de nuevo, para que podamos finalmente
llegar romper aquellas abrasadas cadenas, y
conseguir con nuestros sufragios la eterna felicidad vuestras hijas.
EJEMPLO.
En el dia de la Conmemoracion de los fieles
difuntos, queriendo D. Bernardino Mendoza,
mostrar un rasgo de generosa piedad para con

el Purgatorio, hizo solemne donacion Santa


Teresa, de una casa con jardn, sita en^ Valladolid, para que se erigiese en ella, lo ms pronto posible, un monasterio en favor de la Santsima Virgen Mara. Mas ocupada la Santa en
la fundacin de otras casas religiosas, iba dilatando la ejecucin, cuando el caballero fu sorprendido de un accidente mortal, y en pocos
instantes, arrebatado de entre los vivientes.
Sinti muy al vivo la Santa este golpe, y no
cesaba de encomendarlo al Altsimo con fervorossimas oraciones, habindose dignado su Majestad revelarle, que Mendoza se hallaba libre
del infierno pero no del Purgatorio, de dond
no saldra, sino hasta cuando en el nuevo monasterio se celebrase la primera misa. Por lo
cual, aunque se apresuraba la Santa por ponerse, lo ms pronto posible en camino para Valladolid, fin de poner mano la obra; mas obligada detenerse en Avila por negocios de grande importancia, envi entretanto al padre J u lin de Avila, para que fuese disponiendo las
cosas de la nueva fundacin, y de all poco
lleg ella misma para comenzar, los trabajos.
Mas porque la grandiosidad de la empresa requera largo tiempo, mand fabricar provisionalmente una capilla, para comodidad de las
religiosas que haba llevado consigo. Mucho
senta no poderse poner trmino con prontitud
la grande iglesia del monasterio, por temor
do que se retardase el rescate del alma del ca-

ballero, del Purgatorio; mas cunto no fu su


consuelo cuando la primera misa celebrada
en la capilla provisional, arrebatada en xtasis,
vi al alma de Mendoza que volaba del Purgatorio al cielo? Complacise ella de la felicidad
del caballero, dando gracias al Seor por la solicitud con que le habia librado de las penas,
y se enfervoriz tanto ms en la devocion de
las almas del Purgatorio, cuanto ms empeado en su rescate vea al Seor. Imitemos nosotros Teresa, imitemos Dios, y procuremos, como aquella serafina de amor, corresponder lo mejor que sea posible las intenciones
de la divina bondad, que es suma, en el deseo
de ver felices cuanto ntes en el cielo las almas
del Purgatorio.P. Franc. Riv. en la vid. de
Sta. Teresa, l. 2. c. 10.
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la Pasin de
Nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
sus almas, por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangra de
Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave Mara
y Rquiem.
Aadiremos un Padre nuestro y Ave Mara
por los propagadores de esta devocion.

SUFRAGIO.
Necessarium duximus significare vobis, ut et
vos quoque agaiis diemignis. 2. Maehab, 1. 18.
Ser til y conveniente que en cada mes, se
determine y se consagre al mnos un dia, para
socorrer de un modo especial, las almas del
Purgatorio.
Penetrado el padre Juan Fabricio, de la Compaa de Jess, de cunto se complace Dios en
ver nuestros esfuerzos para librar las almas
de aquellas penas tan atroces, tanto dijo y tanto hizo con los superiores del colegio de Munster, que los indujo fijar en cada mes un dia,
dedicado especialmente las almas del Purgatorio, en el cual dia se celebrasen en su iglesia,
adornada de lgubre aparato, fnebres exequias, misas de Rquiem, y otros piadosos sufragios en favor de aquellas almas. No es, sino
do pocos, el poder imitar tan esplndida devocion, mas todos podemos destinar un dia en cada mes particulares sufragios; saber, ora. ciones en mayor copia, oir con devocion mas misas, ejercitarse en alguna mortificacin del
cuerpo y del espritu, acercarse los Santos
Sacramentos, ganar indulgencias, consagrar en
6uma el dia, al socorro de I03 fieles difuntos.
Hagamos, hoy, el propsito de elegir en lo sucesivo todos los aos, un dia en cada mes, para
aliviar las almas del Purgatorio.
P. Felipe Alegam be, Hroes y victim. de car. de
la Soc. de Jes. ao de 1656, en el Rhin inferior.

134
Deprofundis etc.,y conclusin, como en lap. 26.
Escuchad. Ay! lo gemidos
Atended las tristes voces
De los que en llamas atroces
Se arrepienten de su error.
Sea por lo menos un dia
A su alivio, consagrado,
Y este ser el suspirado
Dia de gloria, un dia de amor.

135
Dios, y rehabilitarse de nuevo en sus derechos
la eterna felicidad; y nosotros con los sufragios enviamos tambin aquellas almas al seno
de Dios, y las ponemos en plena posesion del
reino bienaventurado. Podemos pues, todos,
hacernos redentores del Purgatorio, y dignos
imitadores de Jesucristo. Quin ser el que
no quiera participar de tanta gloria?

Dia veinte.

Jesucristo, para redimir al mundo, descendi del cielo, se visti de nuestra frgil humanidad, y derram toda su preciossima sangre
para nuestro rescate. No se exige tanto de nosotros para ser redentores del Purgatorio. No
es necesario que sacrifiquemos nuestra vida, ique nos privemos de todos nuestros bienes. Si
los sacrificios que se hacen en el mundo, si todo lo qne se emplea en juegos, en vanidades,
en pecados, lo aplicsemos en sufragio de aquellas almas santas, oh cunta parte de su deuda
quedara satisfecha! Si cuanto padeci Jesucristo por la redencin del mundo fuese aplicado por nosotros, como lo hacan los primeros
cristianos, por la redencin del Purgatorio, oh
cuntas de aquellas infelices volarian continuamente al seno de Dios. Valgmonos, pues, como es debido, de los medios que Dios nos da
en el rden de la naturaleza, y de los que Jesucristo nos suministra en el rden de la gracia, y podremos enviar del Purgatorio al cielo
un infinito nmero de almas.

MEDITACION.
Con los sufragios hechos en favor de las almas
de los difuntos, se imita y se completa la
Redencin del Salvador.
PUNTO I .

La obra de la Redencin fu la obra digna


de un Dios, y el imitarla es casi lo mismo que
hacerse semejante la Divinidad. Alegrmonos pues, oh cristianos! porque todos podemos
ser fieles imitadores de una obra tan santa,
enviando al Purgatorio copiosos sufragios. Je- I
sucristo con la redencin libr al hombre del
reato de la culpa, y nosotros, con los sufragios
borramos tambin en aquellas almas las manchas de sus defectos; Jesucristo salv al hombre da la deuda de la pena eterna, y nosotros
con los sufragios satisfacemos tambin por el
resto de la pena de que son'deudoras aquellas
almas la Divina Justicia; Jesucristo, con su
gracia hizo recobrar al hombre la amistad de

PUNTO I I .

134
Deprofundis etc.,y conclusin, como en lap. 26.
Escuchad. Ay! los gemidos
Atended las tristes voces
De los que en llamas atroces
Se arrepienten de su error.
Sea por lo menos un dia
A su alivio, consagrado,
Y este ser el suspirado
Dia de gloria, un dia de amor.

135
Dios, y rehabilitarse de nuevo en sus derechos
la eterna felicidad; y nosotros con los sufragios enviamos tambin aquellas almas al seno
de Dios, y las ponemos en plena posesion del
reino bienaventurado. Podemos pues, todos,
hacernos redentores del Purgatorio, y dignos
imitadores de Jesucristo. Quin ser el que
no quiera participar de tanta gloria?

Dia veinte.

Jesucristo, para redimir al mundo, descendi del cielo, se visti de nuestra frgil humanidad, y derram toda su preciossima sangre
para nuestro rescate. No se exige tanto de nosotros para ser redentores del Purgatorio. No
es necesario que sacrifiquemos nuestra vida, ique nos privemos de todos nuestros bienes. Si
los sacrificios que se hacen en el mundo, si todo lo qne se emplea en juegos, en vanidades,
en pecados, lo aplicsemos en sufragio de aquellas almas santas, oh cunta parte de su deuda
quedara satisfecha! Si cuanto padeci Jesucristo por la redencin del mundo fuese aplicado por nosotros, como lo hacan los primeros
cristianos, por la redencin del Purgatorio, oh
cuntas de aquellas infelices volaran continuamente al seno de Dios. Valgmonos, pues, como es debido, de los medios que Dios nos da
en el rden de la naturaleza, y de los que Jesucristo nos suministra en el rden de la gracia, y podremos enviar del Purgatorio al cielo
un infinito nmero de almas.

MEDITACION.
Con los sufragios hechos en favor de las almas
de los difuntos, se imita y se completa la
Redencin del Salvador.
PUNTO I .

La obra de la Redencin fu la obra digna


de un Dios, y el imitarla es casi lo mismo que
hacerse semejante la Divinidad. Alegrmonos pues, oh cristianos! porque todos podemos
ser fieles imitadores de una obra tan santa,
enviando al Purgatorio copiosos sufragios. Je- I
sucristo con la redencin libr al hombre del
reato de la culpa, y nosotros, con los sufragios
borramos tambin en aquellas almas las manchas de sus defectos; Jesucristo salv al hombre da la deuda de la pena eterna, y nosotros
con los sufragios satisfacemos tambin por el
resto de la pena de que son'deudoras aquellas
almas la Divina Justicia; Jesucristo, con su
gracia hizo recobrar al hombre la amistad de

PUNTO I I .

136
PONTO I I I .

Elevemos an nuestro pensamiento, oh cristianos! y conoceremos, que as como en esta


tierra la Divina Sabidura no deja al justo, penar solo en medio de sus trabajos, sino que
desciende con l la crcel, y no le abandona
entre las cadenas, as Nuestro Seor Jesucristo, en la crcel del Purgatorio, no abandona
las almas entre las llamas, sino que las acompaa, y padece en ellas como Redentor en sus 1
redimidas, como Padre en S3 hijas, como amante en sus esposas, como cabeza en sus miembros, por cuya libertad es tan solcito como si
fuese propia, y nos repite con la voz ms conmovedora, lo que decia en el mundo de sus pobrecitas: saber, que cuanto hagamos en favor
de aquellas almas, El lo acepta como hecho
s mismo, como si El fuese el paciente que por
nuestros sufragios debiese ser redimido de tanta pena. Pueden desearse motivos ms fuertes y ms poderosos para decidirse una obra ,
de tanta piedad? Alentmonos, pues, hacer- [
la con todo empeo, y semejanza de El, que
descendi despues de la muerte con el espritu
al Purgatorio para hacer felices aquellas almas, descendamos tambin nosotros con abundantes sufragios, para grangearles la verdadera paz y la libertad sempiterna.
ORACION.

Oh Seor Nuestro Jesucristo! nosotros vemos muy bien que la causa del Purgatorio no

es solamente propia de aquellas almas, sino


que es tambin vuestra, porque por el afecto
son comunes entre vos y ellas las penas y loa
gozos. Ya vos nos enseasteis con vuestra Redencin cunto merecen las almas, y nuestros
deberes nos ensean cunto mereceis vos. Por
vos, pues, y por ellas, queremos hacer todo esfuerzo posible por vaciar el Purgatorio de todas las almas que estn all prisioneras. Tomaremos de vos el ejemplo que nos diste para
que le imitsemos, mas imitando nosotros tal
ejemplo, haced que podamos ser vuestros verdaderos secuaces y discpulos, no slo por la
intencin, sino aun ms por el afecto, procurando una completa redencin al Purgatorio,
con una srie no interrumpida de sufragios,
valorados con el mrito de vuestra preciossima sangre.
EJEMPLO.
La gran sierva de Dios, Sor Mariana Villani, del rden de Santo Domingo, meditando un
dia con singular devociou sobre la Pasin de
Nuestro Seor Jesucristo, ofreci en descuento de las penas que sufren las almas del Purgatorio, el valor y el mrito de cada uno de
los instrumentos de la misma. Cuando en la
noche siguiente, en un xtasis misterioso vi
desfilar en doble rden una larga srie de muchas personas vestidas de blanco, que con suma veneracin llegaban, quin la cruz, quin
los clavos, quin las espinas, quin los azotes,

138
sta la columna, aquella la lanza, algunas loa
cordeles, otras los martillos, el guante, el vaso, la esponja, la caa, y todas las otras sacratsimas insignias de la Redencin del Hijo del
Hombre. A todas las preceda una Virgen
con una gloriosa palma en la mano, como en
seal de triunfo, que las guiaba un suntuossimo templo, donde al entrar depositaba cada
una con profunda reverencia, sobre un altar
de oro, el propio instrumento ios pis de un
Seor, que tenia semblante de Divino, y de
cuyas manos reciban todas en contracambio
una esplendidsima corona, cou lo cual la declaraba reina y esposa muy amada. Por lo
cual, rebosando de jbilo, le tributaban solemnes acciones de gracias la gloriosa Virgen
que las babia conducido tanta felicidad. Aquel suntuossimo templo, trmino feliz de aquella devota turba, era el cielo, ltimo fia y
centro bienaventurado de la criatura racional: .
aquellas personas que llevaban los venerables
signos de la Pasin, eran las almas del Purga- ^
torio, libertadas por el mrito de los preciosos
instrumentos de la Pasin de Jesucristo: aquel
Seor, que las remuneraba con una corona inmarcesible, representaba Dios, que les conferia la corona de eterna gloria: y la Virgen,
que con la palma en la mano, las conduca al
altar, denotaba la venerable sierva de Dios,
que con la devota oferta de los instrumentos
de la Pasin, se constituy gloriosa redentora

del Purgatorio, y entregaba las almas rescatadas al trono del Eterno. Ofrezcamos, pues,
tambin nosotros frecuentemente, con sentimientos de fervorosa piedad, la Pasin de
Nuestro Seor Jesucristo, beneficio de los
difuntos, y as, redimiendo muchas almas de
aquellas acerbsimas penas, las conduciremos
tambin nosotros del Purgatorio al cielo, del
extremo de las penas la cima de toda felicidad. Fr. Domingo M. Marches, en la vida
de Sor Mara Villani. I. 2. c. 5.
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la Pasin de
Nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
suplicando al Eterno Padre, que se apiado de
sus almas, por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cin^o veces la siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre de
Jesu, misericordia. Padre nuestro, Ave Mara y Rquiem.
Aadiremos un Padre Nuestro y Ave Mara por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Spritus Domini misit me, ut praedicarem
annum placatilem Domini ut consorer omnes Ingentes. Isai. 61. s. El espritu del Seor desea de nosotros, que propaguemos la devocion
hcia las almas del Purgatorio, y que las consolemos con una abundante copia de sufragioi.

140
Rogaudo un dia Santa Margarita de Cortona por las almas del Purgatorio, se le apareci
el Redentor, y: amada mia la dijo, v en calidad de embajadora la religiosa familia de
Francisco, y annciale de mi parte, que en sus
devotos ejercicios haga continua memoria de
las almas de los difuntos, y no las abandone
jams como lo hacen tantos aun entre sus ms
estrechos parientes y amigos. La misin de
Santa Margarita puede considerarse como encomendada tambin nosotros; y no nos contentemos con sufragar solos nosotros por aquellas almas, sino que procurmosles tambin otros sufragadores con el ejemplo, con las palabras, y particularmente con conducirlos esta
santa devocion, y entnces podremos, llamarnos
verdaderamente redentores y apstoles del
Purgatorio.
P. Juan Rolando in Act. Sanet 22 de
Febrero, en la vida de Santa Margarita de
Cortona.
Deprofundis etc., y conclusin, como en la p. 26.
Hoy el Seor nos enva
Su Espritu Soberano,
Para que fieles vallamos
Slo predicar piedad.
Piedad por los miserables
Que estn en duelo profundo,
Piedad, clamemos, y el mundo
Al fin nos escuchar.

Dia veintiuno.
MEDITACION.
Gloria que se acrecienta al ciclo con
los sufragios del Purgatorio.
PUNTO I .

Si, al decir del evangelista San Leas, se


festejaba altamente en el cielo la conversin
de una alma pecadora, que puede de nuevo estraviarse del camino de la salud, cul ser la
gloria de aquellos dichosos moradores al introducirse en aquella patria celestial sin peligro
ya de perder una de aquellas afligidas almas,
la cual no se podia uuir ellas sino por medio
de una dilatada y rigorossima expiacin? Esto, responde D^ivid, acrecienta inmensamente
la alegra y la gloria del Paraso, y toda aquella feliz Iglesia de santos exaltar las limosnas de la tierra, que con aumentar el nmero
de los bienaventurados, aumenta tambin su
felicidad y su gozo, una mirada, pues, al cielo, oh cristianos! que se regocija y alegra con
nuestros sufragios, y despues dejemos de hacerlos si podemos.
PUNTO II.
A esda hombre, desde su nacimiento, le ha
sido destinado un ngel para su custodio y
gua. En el curso de la vida, cada uno de los
fieles se elije algunos santos para sus especiales protectores y abogados, y entre todos ellos
se entabla una confianza tan ntima y un amor

tan particular, que cuanto ms de voeacion y


obsequio profesa el hombre aquellos ngeles
y estos santos, tanto ms se empean en
procurar su salvacin. Imaginmonos, por
tanto, cul ser el gozo espiritual y el inefable trasporte de los ngeles de guarda y de
los santos protectores y abogados, cuando del
profundo bratro del Purgatorio vengan unirse en su compaa sus devotos clientes tan
deseados y protegidos por ellos para ser feli
ees para siempre en el cielo? Bendecirn eternamente las misericordias del Seor que se
dign secundar sus afanes, y harn resonar
las bvedas de aquella eterna mansin con las
alabanzas de aquellos fieles que, merced los
sufragios, pusieron el ltimo complemento
la felicidad de sus protegidas. Quin, pues,
no querr ser tan glorificado en el Paraso:
PUNTO III.
Pero, la que ms que todos rebosar de placer en la glorificacin de las almas del Purgatorio, ser aquella en quien estn fijas las miradas del Universo, esto es, Mara Santsima,
la cual, como Pveina escogida, como Madre de
todos los hombres, y en especial como Madre
y Reina de las almas que estn en el Purgatorio, invitar su Hijo, invitar su Esposo, invitar los coros de los ngeles, y los
rdenes de los Santos alegrarse y regocijarce con ella, viendo finalmente llegar su felicsimo reino, su materno seno, sus fieles va-

143
salios y las amadas prendas de su dulce amor.
Dichosos nosotros si podemos proporcionar
Mara tanto placer! Hagamos la prueba y pongamos generosamente todos los esfuerzos posibles para poner trmino tan noble empeo.
ORACION.
Al ver, oh Seor! cmo toda la corte celestial se regocija por la libertad de las almas
del Purgatorio, nuestra devocion se despierta
y enardece hcia ellas, por aumentar siempre ms la gloria del Paraso. Pero cunto
ms se alegrarn los ngeles, los santos, Mara Santsima y las mismas almas sacadas de
tan dura prisin, si pudiesen vernos en su
compaa para alabaros y bendeciros eternamente? Sea pues, para su placer y el nuestro
esta la merced do la piedad que usamos, sea
sta la corona con que os digneis remunerar
nuestra devocion, oh Soberano Hacedor y
glorificador de los, ngeles y de los hombres;
porque obtenida esta merced, esta corona, habremos obtenido cuanto de ms grande puede
desearse sobre la tierra, cuanto ms de feliz
se puede obtener en el cielo.
EJEMPLO.
Un sacerdote romano muy devoto de las almas del Purgatorio, fu trasportado en espritu al templo de Santa Cecilia en Transtiber, en
donde cortejada de un crecido nmero de ngeles y santos, apareci Mara Santsima sentada sobre su trono resplandeciente, y mintras

144
reinaba por todas partes un profundo silencio,
vi postrarse en medio de aquella sublime reunin, hacia la augusta Virgen, y en ademan suplicante, una mendiga cubierta de un vestido
andrajoso, porque sobre los hombros llevaba una piel de rarsimo precio, la cual, con copiosas
lgrimas; imploraba piedad por el alma de uu
ciudadano romano, que habia muerto hacia pocos instantes. Era este Juan Patricio, seor
de gran caridad; pero que por algunos defectos
habia sido condenado al Purgatorio. Esta preciosa piel que yo llevo, exclamaba la piadosa
mujer, me la di el difunto, oh Mara! por amor vuestro eu el umbral de vuestra Baslica,
mientras yo me helaba de fri. Un don tan
sublime no puede quedar sin premio, un acto
tan generoso no puede dejar de mover vuestro
corazon socorrerle. Amparadlo, pues, oh madre de las misericordias! en esta hora en que
se encuentra en la mayor necesidad; dadle l
la vestidura de gloria, como l di esta preciosa vestidura por vuestro amor. Tres veces re-,
piti tan fervorosa splica la piadosa mujer, y unindosele para darle valor sus rueges, los ngeles y los santos all presentes, orden Mara
que fuese trado Juan su presencia, el cual se
present cargado de pesadas cadenas, y mintras l esperaba el xito de su destino, la reina
del cielo le hizo seal de gracia, y se vi en
un instante libre de sus ataduras, y recibido
y acogido como hijo do ella, y como hermano

y compaero de aquella dichosa corte de ciu-.


dadanos del cielo, que entre mucho regocijo lo
condujeron la gloria eterna del Paraso. En
esto desapareci la visin, la cual, con el ejemplo de la piadosa mendiga, nos ensea cmo debamos rogar la Santsima Virgen interponer, la mediacin de los ngeles y de los santos, para obtener una ms pronta libertad
las almas del Purgatorio.S. Pedro Damiano, Opuse. 84, c. 4.
^ Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la pasin de
nuestro seor Jesucristo, en sufragio de los fieles difuntos, suplicando al Eterno Padre, que
se apiade de sus almas, por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la
siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre
de Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave
Mara y Rquiem.
^ Aadirmos un Prdre nuestro y Ave Mara, por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Dahtt capiti tuo augmenta gratiarum, et oroa inclyta proteget te. Prov. 4. 9. El reso
del santo rosario es uno de los medios ms eficaces para alcanzar la salud eterna los difuutos, derramando sobre sus almas un tesoro
inmenso de gracias.
. f
Habiendo caido en el Purgatorio uua cierta
19

146
Alejandra Aragonesa, que era hermana de la
cofrada del rosario; el santo patriarca Domingo, y los hermanos de la referida cofrada, se
empearon en socorrerla con tantos sufragios,
que presto lograron librarla de sus penas. Por
lo cual, sumamente agradecida aquella alma
tan grande beneficio, se apareci al Santo fundador para dar gracias en su persona toda la
religiosa hermandad por sus piadosos socorros,
y para animarle predicar y extender por
todo el mundo la devocion del santo rosario, en
virtud del cual muchas almas se ven libres del
Purgatorio. Si el rosario, pues, es de tanto
provecho al Purgatorio, tomemos mantengamos la piadosa costumbre de rezarle cada dia;
pero en este particularmente, apliquemos una
tercera parte ms en sufragio de aquellas almas, para que se digne Mara Santsima llamarlas consigo al cielo acrecentar el jbilo y
la gloria de la corte celestial.
B. Alano de la Roche, part. 5. Psalterii.
cap. 52.
De pro funds etc.,y conclusin, como en lap. 26
De Guzmati la oracion, muy gustosos
Os ofrecen piadosas las gentes,
En favor de las almas dolientes
Porque sois Madre augusta, de amor.
Si aun los truenos, si aun las tempestades
A una sea de t, luego calma,
Haz seal, y al instante las almas
Cesarn en su pena y dolor.

Dia veintids.
MEDITACION.
El sufragar las almas del Purgatorio,
es una de las ms excelentes
oirs de la fe.
FTJNTO I.

El pensamiento de sufragar los difuntos


es santo por el santsimo principio de fe de
donde proceden. Los sentidos acompaan al
hombre hasta la tumba; ms all de la tumba
se oscurece la razn, y poco v. La fe es la
antorcha luminosa que disipa las tinieblas del
otro mundo, y nos obliga no abandonar las
almas de los difuntos. Deshgase en buena
hora el cuerpo, y redzcase cenizas, el alma no perece con la muerte corporal, sino que
incorruptible inmortal, entra en las rejiones de la eternidad para recibir 6u recompensa. Oh cmo se aviva la fe de la inmortalidad de los espritus y del premio de las obras,
cuando presentamos abundantes sufragios por
las almas del Purgatorio! As como el esforzado Judas Macabeo, di una prueba irrefragable de su religiosa creencia en la otra vida,
cuando ofreci en el templo de Jerusaln, las
doce mil dracmas de plata por la expiacin de
sus difuntos hermanos, as, cuando nosotros
ofrecemos sufragios por los muertos, demostramos muy bien que creemos que no han si-

148
4o ellos reducidos la nada, sino que viven y
viven en comunicacin con nosotros: que vendr dia en que iremos reunimos con ellos,
y que enviamos por delante provisiones de obras piadosas, las cuales al presente sern d e
provecho para ellos; pero que mucho ms aprovecharn nosotros cuando vayamos unirnos con ellos en el otro mundo. No seamos,
pues, avaros con ellos; porque cuando ms liberales seamos con ellos en vida, tantas mayores ventajas reportaremos para nosotros
mismos, despues de la muerte
PUNTO IR.

Los reyes de la tierra, no son reyes sino de


los que viven. La muerte sustrae los hombres de su imperio, y Dios slo es el soberano
de los vivos y de los muertos, delante del cual
hasta los muertos viven. Cuya verdad confesamos de hecho, cuando rendidos ofrecemos
Dios sufragios por los difuntos: reconocemos
entnces su absoluto dominio sobre todo el universo: reconocemos la dependencia que tienen
de l todos los mortales, bien sea los que viven ahora en el mundo, bien sean del nmero de los que han pasado al otro; damos satisfaccin la divina justicia, por los demritos
que estos cometieron en vida: damos satisfaccin la divina misericordia con librarlos del
Purgatorio: nos ejercitamos, en suma, en los actos ms meritorios de fe para con el Sr Supremo. y si la nobleza y el mrito de las obras, es

uuo de los ms poderosos estmulos para practicarlas, cmo podremos dispensarnos, oh cristianos! de sufragar las almas del Purgatorio,
en que se ejercita con tanto mrito una excelente obra de fe?
PUNTO I I I .

Mas ofrecindose piadosos sufragios, dnde se envan las almas? Se evan al cielo, para ser eternamente felices con Dios. H aqu
otro sublime objeto de la fe, que ejercitamos
con los sufragios. No es un fin terreno y caduco el que mueve la piedad de los fieles para
con los difuntos; la fe no tiene miras mezquinas y bajas. Ella desplega un vuelo de la tierra al cielo, descorre el velo de la divinidad, y
en el seno de aquel Sr inmenso, que es todo
felicidad por esencia, nos muestra el trmino
que legan las almas socorridas por nuestra piedad. Ya se considere por tanto, el principio do
donde procede, los atributos divinos que engrandece, el dichossimo fin que conduce
el sufragar los difuntos, es uno de los pensamientos ms santos, uno de los actos ms hericus de la fe. Sea, pues, este, el ms frecuente ejercicio de nuestra vida, y sea tanto
fecundo en obras, cuanto ms vivificado est
del espritu de fe.
ORACION.
Oh Dios! Autor, objeto y premio de la
santa fe, nosotros no os conocemos en la tierra, ms que bajo la sombra de los enigmas,

bajo el velo de los misterios: mas para las almas del Purgatorio, el velo de la fe est en
parte rasgado, y ya os experimentaron como
juez, no resta, pues, ms que os consigan como premio. Completad, oh Seor! para ellas,
este ltimo rasgo de vuestra justicia y bondad. Entregaos ellas como premio y corona
de la vivisima fe que alimentaron en la tierra,
de la firmsima confianza de que se alimentan en el Purgatorio, y entneos desaparecer
toda la solicitud de su fe y de su esperanza,
y slo triunfar con la feliz posesion de vos,
la perfeccin de aquella caridad, de aquel amor, que en la tierra, en el Purgatorio y en
el cielo, las abras v las cousumir eternamente.
EJEMPLO.
A una madre que por lar^o tiempo habia
llorado incesantemente por la muerte de su hi
jo, sin socorrerle empero, con los sufragios de
la religin, fin de dirigir un fin ms provechoso su ternura, demostr el Seor en espritu una solemne procesion de jovencitos, los
cuales engalanados con vestiduras blancas, enriquecidas con varios adornos, se dirigan alegres hcia un magnfico templo. El templo era el cielo, las vestiduras blancas, eran las vestiduras de la f. y los varios adornos eran las
obras de caridad de que estaban enriquecidos.
La desolada madre, que tenia siempre fija la
mente y el corazon en su perdido hijo, con suma nsia lo buscaba entre aquella turba esco-

gida; mas pesar de la atencin con que fij


por todas partes sus miradas, no le fu posible
descubrirle sino all al ltimo de todos, cubierto con un vestido de color oscuro, humedecido
todo, y que apnas podia dar un paso. A vista
de semejante espectculo virti la inconsolable madre un copiossimo torrente de lgrimas, y con voz conmovida interrumpida por
los sollozos: por qu, le dijo, oh hijo mi! vas
tan diverso de los dems, y tan abatido? Por
qu te quedas tan atrs de tus compaeros en
el camino? A lo que el triste jven, veis, oh
madre! respondi, esta vestidura tan lgubre
y tan mojada? Este es el beneficio del luto que
conservis por m, el fruto de las lgrimas que
por m derramais. El llanto y el luto me agravan y me impiden moverme con paso velz como mis compaeros. Ah! Poned trmino de
una vez al doloroso desahogo de la naturaleza,
y si deveras me amais y deseis verme feliz,
reanimad vuestra fe, y socorredme con las obras de fe y de caridad. Haced piadosos sufragios, como hacen las otras madres, no mnos
tiernas; pero ms religiosas y sabias que vos;
entnces podr, dichoso y feliz, caminar ms
' presto, y llegar con mis compaeros al suspirado trmino del Paraso. En esto desapareci la visin, y qued la madre tan solcita de
all en adelante en procurarle socorros espirituales, cuanto habia sido en lo pasado liberal
en derramar por l incesantes lgrima?. El mis-

mo sentimiento de fe se excite en nosotros para con nuestros difuntos, y nos haga, no tanto
sensibles para llorarlos, cuanto piadosos para
socorrerlos con buenas obras.Toms Cantimprat, lib, 2. Apum. eap. 33, n. 17.
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la Pasin de
Nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos, (y ^particularmente de N. N.)
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
6us almas, por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre de
Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave Mara y Rquiem.
Aadiremos un Padre Nuestro y Ave Mara por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Tu quoque in sanguine Testamen tui emisist viudos tuos de lacu. Zach. 9, 11. Con la preciosa oblacion de la sangre del Nuevo Testamento, se libran del profundo lago del Purgatorio, las almas de los difuntos.
El espectculo ms-sublime de nuestra fe
es el del Calvario, donde Jesucristo derram
6obre el madero de la cruz toda su sangre, por
las llagas abiertas en sus manos, en sus pis y
en su costado, en rescate del linaje humano.
No puede la divina justicia resistir tan tierno especteuloj y vindose vencida por la sa-

153
tisfaccion de tan grande mrito, perdona la
msera criatura la deuda de sus pecados, y la
constituye de nuevo en el derecho del reino
eterno: hi deseamos, por tanto, eficazmente y
de veras, ver perdonada la deuda de las almas
que penan en ia crcel del Purgatorio, y verlas entrar prontamente en la posesion del feliz
reinado que las aguarda, ofrezcamos menudo Dios, por ellas, el precio de la redencin,
ofrecido por su divino Hijo en el Calvario. A6 lo hacia la B. Arcngela Panigarola, para impetrar la libertad de su padre Gotardo, del
Purgatorio, y la obtuvo en pocos dias; as
tambin la obtendremos nosotros para nuestros muertos si imitamos su constancia y fervor. Octavio in Vitiat, de la Soc. de Jes.,
en la vida d e . la B. Arcngela Panigarola.
P . 1, c. 11.
o : i iiiteox -m ttKt <toi'j3":q no 'qi9U
De i rofun dis etc.,y conclusin, como en la p. 26.

Oh padre de los vivientes!


Por quienes sangre Vertiste,
A quienes tu amor les diste
Enclavado en una cruz.
No olvides los difuntos,
Dales consuelo sus penas,
R mpe sus duras cadenas,
Y dales eterna luz.

' f 1
*
i,

. oh ioJ

155
PUNTO I I .

Dia veintitrs.
MEDITACION.
El sufragar las almas del Purgatorio,
es uno de los actos ms heroicos
de caridad.
PUNTO I .

Entro las virtudes del cristianismo, la caridad es la mayor, dice San Pablo, y se ejercita en el grado ms perfecto cuando se socorren las miserias de las almas del Purgatorio.
Gran caridad es dar de comer a 1 hambriento que desfallece, vestir al desnudo que se
hiela de fri, visitar al enfermo que gime entre dolores. Mas el objeto de tal caridad es el
cuerpo, mintras que el de los piadosos sufragios es el alma, y cuanto el alma excede al
cuerpo en precio, tanto ms excelente es la caridad hcia los muertos que hacia los vivos.
No se pretende por eso con el ejercicio de la
una excluir el de la otra, ntes bien, elfindel
cristiano debe ser unirlas entrambas, y con
una mano socorrer al pobre, y con la otra sufragar al Purgatorio; puesto que con la doble
caridad se ayuda ms copiosamente unos y
otros, y nos asemejamos ms al Divino Autor de Nuestra Santsima Religin de Jesucristo. Esforcmonos, por tanto, en perfeccionar
tan bella obra, y alcanzaremos copiosas bendiciones de la tierra y del cielo.

Cuando nos decidimos socorrer la indigencia de nuestros semejantes, nos mueve por lo
comn un espritu por naturaleza sensible y
piadoso. La vista de una necesidad precedente hiere fuertemente nuestros sentidos, y se apodera de nuestro corazon de tal manera, que
casi no est en nuestra facultad rehusar el socorro; involuntariamente brotan las lgrimas
de nuestros ojos, la mano 6e mueve espontneamente en su auxilio, y cuanto ms bien
formado est un corazon, tanto ms se afecta por compasion sensible y por ternura. Pero
cuando empleamos nuestra beneficencia para
con el purgatorio, no hay ningn objeto que
est bajo el dominio de los sentidos: nuestro
nimo est purificado de toda eraocion terrena: nuestra caridad es del todo espiritual. Por
lo mismo se acrecienta siempre su mrito, lo
que nos debe estimular practicarla con todo
empeo.
PUNTO M .

La caridad, en fin, tiene su rden y requiere que se provea ante todas cosas quien yace sumergido en las ms graves miserias,
quien mnos puede ayudarse por s mismo,
quien est unido con nosotros con ms estrechas relaciones, y quien est ms adelantado y firme en la amistad de Dios. Pero qu
miserias por grandes que sean en esta tierra
pueden compararse con la ms ligera pena del

Purgatorio? Quin ms, que aquellas almas


encerradas en aquella crcel es imcapaz de ayudarse, puesto que nada pueden merecer por
s misma?? En dnde se hallar quien tenga
con nosotros mayores relaciones que ellas,
siendo as que cuanto hay en la sociedad, en
la Iglesia, en el rden de la naturaleza y-de
la gracia, nos liga ellas con dobles vnculos?
Y quin finalmente puede sobrepujarlas en el
carcter de la santidad y de la amistad con
Dios, estando ya confirmadas en la gracia y
en los dones de Seor? Todo, pues, concurre
dirigir nuestra omdad hcia ellas; y pesar de tan grande impulso que por todas partes recibimos, permaneceremos perezosos indolentes? .Ah! reanmese en nuestro corazn
la caridad viva del cristianismo, y hagamos
sentir aquellas almas los ms copiosos
efectos.
ORACION.

Oh eterna caridad de Dios, de quien se propaga toda caridad en el mundo! Ah! descienda sobre nuestros corazones una centella de tu
divino fuego para hacer nuestra caridad verdaderamente perfecta. Entnces tendremos ms
en consideracin las miserias de los espritus;
que las de los cuerpos; entnces nuestra caridad ser purificada de todo afecto sensible y
terreno; entnces conservar sus grados y la
perfeccin de aquel rden que procede de t,
y se convertir como en un incendio do inex-

157
tinguible amor en beneficio y alivio de los difuntos. Oh caridad, caridad de Dios! Ah! inflama nuestros corazones, y nuestro ardor sabr entfices superar al del Purgatorio, para
hacer felices eternamente las almas sumergidas en aquellas vpracsimas llamas.
EJEMPLO.
Gran cuestin se suscit un dia entre dos
insignes religiosos de la Orden de Predicadores, Bertrn y Benito, sobre cul fuese acto
ms sublime de caridad, si emplearse en sufragar los difuntos, en convertir los pecadores. Sostena Bertrn la parte de los pecadores diciendo: que el Verbo Divino habia
venido del cielo la tierra expresamente buscarlos, que estn en continuo peligro de perderse eternamente, y que cooperar su salud
es lo mismo que cooperar la grande obra de
la redencin divina; mintras que las almas del
Purgatorio estn ya en estado de seguridad, y
si sufren tormentos, estos son temporales y en
breve irn gozar la gloria eterna del Paraso. A todo esto replicaba Benito defendiendo
la causa de las almas del Purgatorio, que despues de su muerte el Redentor descendi la
prisin para librarlas de sus cadenas, y que si
los pecadores estn ligados por las culpas, sus
vnculos son voluntarios, y que pueden romperlos con la gracia de Dios cuando quieran,
mintras las del Purgotorio estn all deteni-

158
das en atrocsimos tormentos, sin poderse ayudar de modo alguno.
. Por lo cual, as como es ms digno de ser
socorrido un enferno acosado de dolores, el
cual no puede hacer uso de sus miembros para ayudarse, que un mndigo sano y robusto
que por mera poltronera yace en el ms asquerosa miseria, as debe preferirse siempre el
socorro de las almas desoladas del Purgatorio,
que la conversin de los pecadores; aunque la
obra ms perfecta ser aquella que haga estensiva la caridad las unas y los otros.
Pero Bertrn fio cedia al peso de tan convincentes razones, por lo cual permiti el Seor
que una alma del Purgatorio en una noche viniese
su encuentro con un enorme peso material y
que se lo cargase sobre las espaldas, y as agobindole le hiciese sufrir mucho, para que reconociese por experiencia aquella verdad que
negaba raciocinando. Despues de esto cedi
muy de veras socorrer las almas de los difuntos con todo gnero de sufragios, y fu despues
tanto ms devoto del Purgatorio, cuanto en lo
pasado habia sido poco solcito. No siempre
permite Dios estos sucesos, mas el hecho de
Bertrn sea una instruccin til para nosotros
que nos enfervorice en la devocion y en el alivio de aquellas infelices prisioneras.Fr. Teodoric de Apol. lib. 3 de la vida de Santo Domingo c. 8.
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma-

ras y Rquiem, en memoria de la Pasin de


Nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
sus almas, por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cineo veces la siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre de
Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave Mara y Rquiem.
Aadiremos un Padre Nuestro y Ave Mara por los propagadores de esta devocion
' ^
SUFRAGIO.
lrnus quisque vestrum apud se seponat, reconsens quod ei bcne plucuerit. 1 Cor. 16. 2.
Procure cada uno de nosotros ahorrar alguna
cosa para emplearlo en beneficio de las pobres
de este, y del otro mundo.
El P. Juan B. Magnanti, del Oratorio, llevaba consigo una bo^a en donde echaba todos
los ahorros que podia hacer en sus gastos personales, y todas las limosnas que lograba recoger de la beneficencia de los dems, y la llamaba crumenam animarum, esto es, la bolsa de
las almas, porque era un fondo destinado tanto al socorro de los pobres, cuanto al sufragio
de las almas de los difuntos. Si nosotros
queremos satisfacer todas las exigencias del
mundo, aun cuando tengamos un rico patrimonio, jams no3 bastar para cubrir los gastos
de necesidad y de lujo. Conviene ahorrar al-

go en nosotros mismos, y entnces tendremos


siempre un fondo pronto inagotable para satisfacer los deberes de caridad para con nuestros prjimos, tanto de este mundo como del
otro. Tengamos, pues, tambin nosotros nuestra crumintto animvrum, sea nuestra bolsa
de ahorros en f*vor de los vivos y de los muertos, y establezcamos desde hoy las partidas
de qu hemos de cercenar alguna cosa para el
caritativo socorro de nuestros hermanos. Juan
Marciande la Congregacin del Oratorio. Tom.
1. lib. 2 o. 29.
De pro funds etc.,y conclusin, como en lap. 26
Cun despreciable es el oro
Que el hombre tanto desea,
Pues que muchas veces sea
Ministro de la maldad.
Mas si para alivio al msero
Lo conserva el sabio: entnces
Ministro de eternos goces
El oro tambin ser.

Dia veinticuatro.
MEDITACION.
Razones generales que nos obligan socorrer
las almas del Purgatorio.
PUNTO I .

El amor es la vida del corazon, y la naturaleza ha impreso de tal modo este sentimiento
en todos los vivientes, que no slo lo experimenta la criatura racional hcia BUS semejan-

tes, sino tambin las bestias hcia los de su


especie; ese sentimiento no se extingue en el
hombre con la muerte, sino que dura ms all
del sepulcro. No hay nacin tan brbara sobre
la tierra, que no tenga cuidado de sus muertos,
que no sienta piedad de sus almas, y que no
procure sufragarlos de alguna manera. La misma naturaleza, pues, nos lleva tener compasin del infelicsimo estado de las almas del
Purgatorio, las que estamos unidos por la humanidad, y seria una crueldad el resistir un
sentimiento tan vivo del corazon humano.
PUNTO I I .

La religin no rompe los vnculos de la naturaleza, ntes bien los estrecha, los refuerza, los perfecciona. El vnculo de la fraternidad universal que tenemos con todos los hombres por razn de la descendencia de nuestro
primer padre Adn, es mucho ms ntimo y
perfecto entre nosotros los cristianos por razn
de la religin que nos rene todos en Jesucristo. El es la cabeza de todos los fieles, y
cada uno de estos es miembro de su cuerpo
mstico, la Iglesia. Debemos, pues, mirar
las almas del Purgatorio como una parte del
todo, como una porcion de nosotros mismos,
porque no estn separadas de la Iglesia, sino
que ntes bien forman la porcion ms escogida
que presto ser glorificada en el cielo. Trasladmonos. pues, en espritu al Purgatorio con
los sentimientos de una religin llena de cari21

dad, y consolemos aquellas afligidsimas almas en sus angustias.


PONTO I I I .

La razn de patria nos constituye ms vecinos y allegados aquellos que tuvieron con
nosotros un mismo y comn suelo natal. El conocimiento especial de cada uno de ellos, las
diversas relaciones que ellos nos ligan, la uniformidad de costumbres y de los hbitos que
se adquieren viviendo en su compaa, son otros tantos ttulos en nuestro corazon que nos
obligan tener una peculiar consideracin con
nuestros couciudadanos, as en esta como en
la otra vida. En esta misma vida comenzamos las relaciones de la patria, que se completan despues en aquella gran patria del cielo,
en donde estaremos todos reunidos en una eterna caridad. Mas hasta tanto esto no se
cumple, siempre nos obligan los deberes de
patria, que deben animarnos hacer tanto ms
generosos para con el Purgatorio, cuanto que
se encuentran ya en el ltimo grado de necesidad aquellas almas benditas. Traigamos por
tanto continuamente la memoria los tres referidos ttulos de naturaleza, de religin y de
patria, y as no3 moveremos eficazmente generosa piedad para con los difuntos.
ORACION.

Gran Dios! t inspiraste imprimiste en


los corazones de los hombres las leyes de la
naturaleza, t las mximas de la religin, t

163
el amor la patria, para que viviendo se ayudasen entre s, y no se olvidasen los unos de
los otros despues de la muerte. Ah! t que
eres el autor de todo generoso sentimiento, renueva entre nosotros la observancia de leyes
tan santas, la emulacin de tan venerables
mximas, la prctica de amor tan saludable,
para que inflamado nuestro corazon de este triplicado espritu de beneficencia, pueda derramar con generosa abundancia sufragios en el
Purgatorio.
EJEMPLO.
Graciano Panzoni, cura prroco de Arona,
era tan dado las obras de piedad, que sola
socorrer los difuntos en el cuerpo y en el alma: en el cuerpo, dndoles sepultura, en el alma, sufragndolas de continuo. Tuvo particularmente un vasto campo para ejercitar su caridad en un ao, hizo por aquella comarca terribles estragos. Pereci un guan nmero de
ciudadanos y de soldados napolitanos de la
guarnicin, y el buen prroco se dedic enteramente asistirles con medicinas y servicios
personales en la enfermedad, con sepultarlos
despues de la muerte, y con sufragarlos en la
otra vida. Pasando el contagio, mintras que
un dia se paseaba junto al cementerio con el
piadossimo Gobernador de aquella ciudad D.
Alonso Snchez, vieron entrambos salir de una parte de aquel sagrado recinto y entrar por
otra una fila de personas cubiertas de un l-

,
164
gubre manto. Cuanto ms fijaban la vista,
tanto ms les parecia la cosa mnos natural,
por lo que empezaron creer seria una visin
misteriosa, y entraron en gran deseo de saber lo
que querian dar entender, y lo que pretendan
aquellos que salan y entraban en procesion.
Aquellas, deca el gobernador, son las almas
de los pobres soldados de la guarnicin muertos poco h, las cuales, no teniendo quien las
socorra, imploran de este modo nuestra piedad.
A m me parece, respondi el prroco, que son
as las almas de los soldados extranjeros como
las de nuestros conciudadanos difuntos, pero
como quiera que sea, todos fueron hombres como nosotros, todos son nuestros hermanos en
Jesucristo, y nos pertenecen por naturaleza,
por religin y por patria. Socorrmoslos, pues,
todos, repusieron ambos de comn acuerdo,
y unidos en santa caridad ordenaron, que a(Juella misma noche se diese con la campana
la seal para un sufragio general de misas que
deberan celebrarse en su sufragio la maana siguiente. Los motivos de naturaleza, de
religin y de patria, que movieron estos piadosos personajes tan generoso socorro, muvannos tambin nosotros recordar frecuentemente y sufragar con mano generosa las
almas de los difuntos que gimen en el Purgatorio.H. Marco Ardo. Bon. de la Soc. de
Jes. en la vida del Ven. Graciano Panzoni c. 8.
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma-

165
ras y Rquiem, en memoria de la Pasin de
Nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
sus almas, por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre de
Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave Mara y Rquiem.
Aadiremos un Padre Nuestro y Ave Mara por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Omnis populus comuni lamentatione etfietu nni mes preces suas Domino effuderunt
finito
-fleta
et Oratione completa, consolaii
sunt. Judith 6. 14. Los sufragios comunes y
las preces pblicas por los difuntos, hacen tan
dulce violencia al corazon de Dios, que suelen
de ordinario producir un felicsimo efecto.
Cuando en las familias religiosas, en las cofradas reuniones piadosas muere algn sugeto perteneciente ellas, deben todos los otros
hermanos sufragarle segn los diversos institutos de cada una, y particularmente cuando
se celebran oficios y aniversarios comunes y
generales, los cuales estn obligados asistir. Todos los hombres, todos los fieles, todos
los ciudadanos, formamos cada uno en su posicin respectiva, una 6ola familia, y por eso todos deben concurrir los sufragios que cele-

166
bran por los difuntos, la Iglesia, la patria y la
devocion de los fieles, y este sea precisamente
el propsito de h o y , de no faltar jams los
pblicos y generales sufragios que en este lugar se hacen por las almas del Purgatorio.
Deprofundis etc., y conclusin, como en la p. 26.
Con lgrimas en los ojos
Elevemos nuestro ruego:
o Cese oh Dios! el vivo fuego
En q u e esas almas estn.
Y Dios compasivo y bueno
Atender nuestro llanto,
Y h a r cesar su quebranto
Y en placer lo tornar.

Dia veinticinco.
MEDITACION.
Otras razones especiales que nos obligan sufragar las almas del Purgatorio.
PUNTO I .

La sangre, la amistad y los beneficios, son


ttulos tan sagrados que no pueden ni deben
olvidarse j a m s . La voz de la sangre habla
siempre al corazon, y se deja oir en este mundo no mnos q u e en el otro. Todos tenemos
parientes a q u y all, aqu estn los vivos, all los muertos, y somos deudores de ciertos
oficios que la sangre reclama para con los unos
y los otros. Quien no cuida de los suyos, deca San Pablo, e s un brbaro, un desleal, peor
que los salvajes mismos que moran en las sel-

167
vas. Ahora bien, qu almas son las que habitan el Purgatorio? Considermoslo bien con
los ojos del espritu. No son estas las de nuestros antepasados tan afanosos, de nuestros padres tan solcitos, de nuestras madres tan tiernas, de nuestras esposas tan amadas, de nuestros hijos tan queridos, de nuestros hermanos
tan benvolos? No son aquellas mismas con
las cuales estbamos unidos con los ms estrechos vnculos de sangre, y que formaban con
nosotros una misma familia? Y podremos cerrar los ojos sobre sus miserias y no movernos
piedad de su estado?
PUNTO II.
A las voces de la sangre prevalecen tal vez
las de la amistad, porque son ms conformes
nuestra ndole, y la eleccin de nuestro
nimo. E l parentesco hace ms relacin al
cuerpo, y la amistad une propiamente las
almas y las estrecha de tal modo, que vienen
hacerse indivisibles. La muerte no puede
ni debe separarlas. E s t a cambia las relaciones de amistad, no las destruye; pues si los amigos comunicaban entre s en vida con las voces y con los oficios recprocos de humanidad,
despues de la muerte deben comunicar con la
piadosa memoria y con los sufragios de la religin para la adquisicin de la eterna bienaventuranza. Quien abandona los amigos en
la miseria, es un desnaturalizado, es un impo.
Yo amaba en vida con la ms tierna amistad

Teodosio, decia el Santo Obispo Ambrosio,


y era plenamente correspondido; si la muerte
me lo ha arrebatado, no por eso dejar de seguirlo con el afecto la regin de los vivos,
ni lo abandonar jams con los oficios de piedad, hasta que con mis oraciones y con mi
llanto no llegue conseguirle la vida eterna.
H, aqu, oh amigos del mundo, el ejemplo
que debeis imitar.
PONTO N I .

No slo por los parientes y amigos, sino tambin por los bienhechores debemos hacer especial memoria en nuestros sufragios. Los beneficios deberan imprimir en nuestro nimo un
sentimiento eterno de reconocimiento; no hay
cosa de mayor oprobio en el mundo qu merecer el nombre de ingrato. El ingrato se degrada hasta hacerse de peor condicion que las bestias, las cuales se muestran reconocidas para
con quien las beneficia. Mas quin hay que
pueda vanagloriarse de no haber recibido beneficio alguno de los fieles difuntos? Si fuimos
conservados y alimentados, si recibimos educacin instruccin, si poseemos honores y riqueza?, no debemos todo esto al exquisito cuidado que tuvieron de nosotros? Y quin sabe si por habernos procurado demasiadas ventajas no estn expiando entre las llamas el desordenado amor que nos tuvieron? Seria, pues,
una muy brbara crueldad el olvidar aque-

- 169
ilos que nos beneficiaron costa de merecer el
Purgatorio por nosotros.
ORACION.

Dulcsimo Seor nuestro, oh cuntos ttulos nos mueven y nos obligan tener piedad
para con los difuntos! Oblganos la sangre con
sus vnculos, la amistad con* sus afectos, los
beneficios con su correspondiente gratitud, y
no hay sentimiento en nuestro corazon que no
respire conmocion y piedad hcia ellas. Por
tanto, con todos los sentimientos de nuestro corazon, os suplicamos tengis piedad de nuestros difuntos, y por la ternura que mostraron
en vida hcia nosotros vuestros siervos, sacadlos de la profunda crcel de tormentos en que
gimen, y llevadlos vuestra bienaventurada
mancion, recibir el eterno galardn de su benfico amor.
EJEMPLO.
Habiendo perdido su padre la venerable
Sor. Catarina Paluzzi, por ocho dias continuos
la devota hija no hizo otra cosa que sufragar
su alma. Innumerables fueron las penitencias en que se ejercit, prolongaba la oracion
quo tenia con el mayor fervor el da y la noche, no omita ganar indulgencia alguna en
aquel tiempo, y dando fin aquel sagrado octavario con multitud de misas que ella asista personalmente con suma piedad. Confiaba
la piadosa hija que con esto habra ya proporcionado su padre la posesion de la eterna fe22

licidad; ms jcun 110 fu su sorpresa, cuando


arrebatada en espritu fu conducida por el
Salvador y por su especial abogada santa Catalina de Seua al Purgatorio, y vi en qu abismo de dolor yaca el alma de su padre! No
poda creer primero sus propios ojos, ms se le
comprimi el corazon cuando vino herir sus
oidos la voz de su mismo padre que la llamaba
por su nombre, y le suplicaba con profundos
gemidos le socorriese en sus penas. Quera responder la hija y decirle muchas cosas; pero
impaciente por prestarle el requerido auxilio,
baado el rostro en lgrimas, se postr los
pis de su celestial esposo Jess, rogndole que
por los mritos de su sangre divina librase
su padre de aquel infelicsimo estado. Despues se volvi Santa Catalina, para que con
su poderosa intercesin avalorase sus humildes
preces, y en fin, para satisfacer la divina justicia; yo, aadi, oh gran Dios! yo tomo sobre
m las culpas de mi padre, yo las expiar con
los padecimientos que fuerer. ms de vuestro
agrado imponerme, mas mi padre sea salvo,
sea libre mi padre: y con medio tan eficaz consigui inmediatamente rescatarlo del Purgatorio, y hacerlo feliz en el cielo por toda la eternidad. Nunca ser demasiado cuanto hagamos
por nuestros padres. Si ellos nos dieron la vida, nosotros debemos en cambio procurarles la
gloria, emplendonos en esto sin cesar, nterponer para ello la intercesin de los santos, po-

171
niendo por obra todos los medios fin de conseguirlo; que todo esto exige el dbito del amor filial, todo, la deuda de la naturaleza y de
la sangre.Fr. Domingo M. Mrquez en el
diar. dominio, din 19 de Octubre en la vida de
la Ven. Catalina Paluzzi.
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la Pasin de
Nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
sus almas, por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre de
Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave Mara y Rquiem.
Aadiremos un Padre Nuestro y Ave Mara por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Panen tuum super sepulturam j'usti conitue.
Tob. 4.18. Demos los muertos alguna porcion
de nuestro alimento, dando de comer al pobre.
Entre los antiguos hebreos y los primitivos
cristianos, habia la costumbre de celebrar banquetes do caridad sobre las tumbas de los difuntos, los cuales se invitaban los sacerdotes, los parientes y los pobres, para que
ntes y despues de la comida rogasen por las
almas de aquellos quienes eran consagrados
estos gapes mortuorios; si bien se abolieron

en lo sucesivo por los abusos que en ellos se


introdujeron, sin embargo, aconsejaban los sagrados pastores que se sustituyeran aquellos
convites con comidas particulares los pobres,
fin de que rogaran Dios por los muertos
con tanto mayor frvor, cunto con ms liberalidad se hubiesen apacentado en el cuerpo y
confortado en el nimo. Sigamos nosotros tan
saludable consejo, y para corresponder las
voces de la sangre, de la amistad, y de los
beneficios de los difuntos, hagamos que reporten alguna ventaja de nuestra mesa, privndonos de alguna vianda cualquiera para donarla los pobrecitos de Jesucristo, fin de dirigir al Ser Supremo por su medio, nuestras oraciones y votos. Est. Job. el cap. 4. 18 de Tob.
De -profunds etc., y conclusin, como en la p. 26.
Pide pan estendiendo la mano
El que de hambre infeliz! desfallece,
Corazon cual de piedra parece
Tiene aquel, que no diere este pan.
Porque el pan que al hambriento donares,
Y que causa su pena consuelo,
A las almas purgantes el ciclo
Ante Dios, para siempre obtendr.

Dia veintisis.
MEDITACION.
Deberes de justicia para con el Purgatorio.
PUNTO X.

El hombre ha sido formado de tal modo,

que sabe, jeneralmente hablando, resistir jos


impulsos del corazon, y vista de las miserias de los otros, se conmueve de tal manera,
que da y promete todo cuanto puede. Estos
efectos de la benfica naturaleza, se palpan
particularmente en la circunstancia de la
muerte, cuando en el momento de separarnos de
las personas que nos son tan queridas, nos encomendamos su piedad, y movidos compasin les ofrecemos y reprometemos una eterna
memoria, y una perenne comunicacin de piadosos sufragios. Mas, ay! Con el sonido lgubre de las campanas so desvanece por lo comn la memoria de los muertos, y concluidos
aquellos ltimos oficios de la religin, ningn
sufragio se hace ya por aquellas desoladas almas, que reclaman en vano de entre las llamas, la fe de la aceptada promesa. Querremos tambin nosotros, quebrantar la palabra
dada nuestros muertos? Ah, no! Que cuanto ms vehementes son los padecimientos en
el Purgatorio, tanto ms viva debemos conconservar su memoria, tanta mayor fidelidad
y constancia debemos mostrar en las promesas.
PUNTO I I .

Muchas veces, empero, el dbito do sufragar las almas de los muertos, no slo dimana de promesas, sino tambin de justicia, y esto se verifica, cuando tenemos que satisfacer
legados piadosos. La religin, la justicia y todo el rden social, prescribe y manda la ejecu-

cion de los piadosos legados, y aquellos que no


los cumplen, apropindose sus rentas, son defraudadores, son ladrones sacrilegos, son desapiadados verdugos de las almas abandonadas
la voracidad del fuego; contra los cuales reclaman as las leyes divinas como humanas.
Miserable de aquel que se alimenta de las oblaciones de los muertos! El cree tener una
buena mesa impunemente, y no advierte que
se alimenta de un manjar que, cuanto es benfico para los difuntos, otro tanto es pernicioso
para los vivos. Muchas son las familias que se
arruinan por no haber satisfecho las obligaciones de misas, y dems piadosos legados de los
autores de sus dias. Seamos, por tanto, no slo diligentes, sino aun escrupulosos sobre este
particular, para no atraer sobre nuestra cabeza,
las maldiciones del cielo.
PONTO III.
El Concilio de Trento, impone los seores obispos la obligacin de vijilar cuidadosamente el cumplimiento de los piadosos legados,
el Yacence, aprobado por san Len el grande,
ordena, que sean arrojados como infieles do
los lugares sagrados, los que se apropian las
obligaciones de los muertos, retarden el entregarlas la Iglesia, y otros concilios ordenan que sean separados estos, de la comunion
eclesistica, por todo el tiempo que dilanten
la ejecucin de la piadosa voluntad de los difuntos. Estas leyes tan rgidas, y estas penas

tan severas, nos dan bien conocer, cun grave delito sea el defraudar de los sufragios
prescritos, la esperanza de los muertos. Pues
si los mismos gentiles eran tan religiosos para
con los muertos, que no se atrevian apodederarse ni aun de sus vestidos, sino que juntamente con el cadver los quemaban en holocausto, con cunta mayor razn deberan los
fieles emplear en sufragio de los difuntos, lo
que ellos mismos se reservaron para su alma?
ORACION.

No permitis jams, oh gran Dios! que nosotros faltemos los deberes de justicia, con
las almas santas del Purgatorio. Harto sagrado S su derecho, muy imponente es nuestra
deuda, asi por las promesas que les hicimos,
como por los legados por ellos impuestos. Son
muy justas las leyes de la Iglesia contra los
sacrilegos defraudadores de las obras pas, y
merece justamente vuestra terrible indignacin
el que quiere alimentarse con el pan de los
muertos. Mas nosotros, oh Seor! queremos
satisfacer plenamente todas las obligaciones
que nos incumben, y os suplicamos os digneis
aceptar esta satisfaccin en descuento de lo
que nuestros difuntos deben vuestra justicia,
para que cuanto ntes, puedan verse libres de
las abrasadas cadenas del Purgatorio,, y conseguir la tan suspirada y dichosa libertad del
Paraso.

176
EJEMPLO.
Ua buen soldado que hasta la vejez habia
servido honradamente Cario Magno, hallndose en artculo de muerte, llam al nico sobrino que quedaba de la familia, y no teniendo ms bienes que un caballo con sus arreos, le' encarg que lo vendiese despies de
su muerte, y emplease el precio en sufragios
de su alma. Acept el sobrino el deber de
cumplir la voluntad de su tio, quien muri de
alli pocas horas; pero el hecho no correspondi la promesa. Era el caballo tan precioso que comenzando el jven servirse de
l en algunos viajes, le pareci tan bueno, que
se le hacia cosa muy dura el deshacerse de l.
Iba, por tanto, dilatando la venta, y p a s a d o
dias y aun meses, se adormeci su conciencia
de manera, que lleg olvidarse enteramente
de su tio, y de la obligacin que le habia dejado, tanto, que ya miraba el caballo como
propio; pero mintras disfrutaba de l tranquilamente, una voz desconocida vino turbar
su paz en una noche, y la voz era la de su tio,
el cual le reprendi su cruel descuido: por
qu, lo dijo, has tu violado la obligacin que
yo te impuse, y la fe que t me juraste? Por
t he debido sufrir largos y penosos tormentos
en el Purgatorio; ms por la misericordia de
Dios estoy ya libre, y en este instante vuelo
gozar de la gloria eterna. Pero sbete, que
enpena de tu delito te espera una muerte

177
prxima, y despues de la muerte un singular
castigo para ejemplo de otros. Y no slo sers
castigado por tus culpas, sino tambin por las
mias, y pagars por m lo que me quedaba por
satisfacer la divina justicia. Desfallecido
tal intimacin el sobrino, y pensando arreglar
sus cosas para la otra vida, cumpli el legado
de su tio, dispuso su propia alma para evitar
la muerte eterna, mas no pudo evitar la enunciada muerte del cuerpo, que de all pocos
dias vino arrebatarlo. La ingratitud y la injusticia para con los difuntos, es muy aborrecible los ojos de Dios, que la castiga muchas veces en este mundo y en el otro. Srvanos, pues, de leccin saludable el ejemplo de
otros, para no cometer tan grave delito.Toms Cantinp. lib. 2. Apun. c. 53. n. 25.
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la pasin de
nuestro seor Jesucristo, en sufragio de los fieles difuntos, suplicando al Eterno Padre, que
se apiade de sus almas, por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la
siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima saDgre
de Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave
Mara y Rquiem.
Aadirmos un Padre nuestro y Ave Mara, por los propagadores de esta devocion.
23

-178
SUFRAGIO.
Convertimini ad moniionem vinei spei annuntiantes duplieia Zach. 9, 12. Daremos
los muertos que fiaron en nosotros, una recompensa proporcionada, p o r j a s obras omitidas si
las redoblamos, en nmero y en fervor.
Reconvino un novicio difunto al Ven. Dionisio Cartuciano, por no haber rezado por su
alma dos oficios que le haba prometido en vida, y mintras procuraba Dionisio disculparse
de su falta, el espritu aparecido exhalando
profundos gemidos respondi: oh! si t padecieses la ms pequea parte de los tormentos
que yo sufro, ciertamente que no admitiras
tantas escusas. Y entnces el cartuciano, no
slo rez con sumo fervor los dos oficios prometidos, sino que aadi otras muchas preces,
en recompensa de su pasada negligencia. Examinemos nosotros si hemos omitido diferido
lo que debamos los difuntos, ya sea por ttulo de promesa de justicia, y si hemos imitado ai cartuciano en su descuido, imitmosle
mejor en la pronta reparacin, y con muy abundantes sufragios, hagamos una generosa recompensa por nuestra indiferencia pasada,
nuestros muertos. P. Godofr. Hesquen. contin. de los Boln, in act. Sanct. 12 de Marzo
in la vid. del V. Dion. Cart.
De profundis etc.y conclusin, como en la p. 26.
Almas ingratas que as olvidadas
Habis estado, de nos, hasta ahora!

179
Doblad los ruegos, y llegue, ay! la hora,
Que calme y cese nuestro dolor.
As vosotros, las afligidas
Almas queridas, estn diciendo,
Sufragios muchos de vos pidiendo,
Por ir al cielo, por ver Dios.

Dia veintisiete.
MEDITACION.
Ingratitud
el

de la tierra para con


Purgatorio.
PUNTO I .

Si todos los cristianos oyesen, como conviene, las voces de la naturaleza, de la religin,
de la patria; si escuchasen las insinuaciones
de la sangre, de la amistad, de los beneficios;
si cumpliesen los deberes de sus prometimientos, y los que emanan de rigurosa justicia, deberan llover en tanta abundancia los sufragios,
sobre el horno del Purgatorio, que bastaran
extinguir aquellas ardientsimas llamas, que
abrasan nuestros difuntos. Mas es tal la esterilidad de la tierra, que, no cae en l una
sola gota de refrigerio, que mitigue tan grandes ardores, es tan rara, que se asemeja,
por decirlo as, al roco de la maana, que en
la estacin del calor ms bien abrasa que refresca. De aqu, es, que en vez de alivio, reciben de la tierra aquellas almas, aumento de
pena y de dolor, causa de nuestro cruel olvido, tanto ms reprensible, cuanto mayores

-178
SUFRAGIO.
Convertimini ad moniionem vinei spei annuntiantes duplieia Zach. 9, 12. Daremos
los muertos que fiaron en nosotros, una recompensa proporcionada, p o r j a s obras omitidas si
las redoblamos, en nmero y en fervor.
Reconvino un novicio difunto al Ven. Dionisio Cartuciano, por no haber rezado por su
alma dos oficios que le haba prometido en vida, y mintras procuraba Dionisio disculparse
de su falta, el espritu aparecido exhalando
profundos gemidos respondi: oh! si t padecieses la ms pequea parte de los tormentos
que yo sufro, ciertamente que no admitiras
tantas escusas. Y entnces el cartuciano, no
slo rez con sumo fervor los dos oficios prometidos, sino que aadi otras muchas preces,
en recompensa de su pasada negligencia. Examinemos nosotros si hemos omitido diferido
lo que debamos los difuntos, ya sea por ttulo de promesa de justicia, y si hemos imitado al cartuciano en su descuido, imitmosle
mejor en la pronta reparacin, y con muy abundantes sufragios, hagamos una generosa recompensa por nuestra indiferencia pasada,
nuestros muertos. P. Godofr. Hesquen. contin. de los Boln, in act. Sanct. 12 de Marzo
in la vid. del V. Dion. Cart.
De profundis etc.,y conclusin, como en la p. 26.
Almas ingratas que as olvidadas
Habis estado, de nos, hasta ahora!

179
Doblad los ruegos, y llegue, ay! la hora,
Que calme y cese nuestro dolor.
As vosotros, las afligidas
Almas queridas, estn diciendo,
Sufragios muchos de vos pidiendo,
Por ir al cielo, por ver Dios.

Dia veintisiete.
MEDITACION.
Ingratitud
el

de la tierra para con


Purgatorio.
PUNTO I .

Si todos los cristianos oyesen, como conviene, las voces de la naturaleza, de la religin,
de la patria; si escuchasen las insinuaciones
de la sangre, de la amistad, de los beneficios;
si cumpliesen los deberes de sus prometimientos, y los que emanan de rigurosa justicia, deberan llover en tanta abundancia los sufragios,
sobre el horno del Purgatorio, que bastaran
extinguir aquellas ardientsimas llamas, que
abrasan nuestros difuntos. Mas es tal la esterilidad de la tierra, que, no cae en l una
sola gota de refrigerio, que mitigue tan grandes ardores, es tan rara, que se asemeja,
por decirlo as, al roco de la maana, que en
la estacin del calor ms bien abrasa que refresca. De aqu, es, que en vez de alivio, reciben de la tierra aquellas almas, aumento de
pena y de dolor, causa de nuestro cruel olvido, tanto ms reprensible, cuanto mayores

181

son los ttulos que nos obligan aliviarlas.


Hagamos, al mnos, que no se nos pueda echar en cara un olvido semejante.
PONTO H .

Qu contraste, dice san Cirilo, forman el


Purgatorio y la tierra! En aquella profunda
crcel padecen las almas todo gnero de tormentos en medio del fuego, y en la tierra no
hay quien vuelva una piadosa mirada para
compadecerse de ellas. De all con la voz entre-cortada por el llanto, imploran auxilio y
socorro: y aqu no hay quien benigno preste
oido tales voces. De all se reclaman los
prometidos sufragios, y el cumplimiento de los
legados piadosos: y aqu no hay quien religiosamente extienda la mano para cumplir tales
deberes. All se consumen en exclamaciones
y en lgrimas de desolacin; y aqu ninguna
alma se conmueve, ningn corazon se enternece
por abrir las puertas de aquella prisin de fuego. Quin creera jams tanta barbaridad
en los hombres, tanta crueldad en los cristianos, tanta ingratitud y perfidia en los ms
queridos amigos y parientes? Sermos acaso
nosotros de este nmero?
PONTO n i .

Y qu hacen las almas del Purgatorio en


cambio de tanta dureza? Clamarn por venganza? Implorarn castigos? Ya la divina justicia arde en un santo enojo contra nuestra inhumana crueldad, y miserables de nosotros s \

ss uniesen las voces de aquellas almas para estimularla! Mas hijas imitadoras fieles de aquel Dios, que desde la cruz pedia perdn para los mismos que le crucificaban, misericordia,
claman, piedad, perdn para aquel hermano,
para aquel hijo, para aquel esposo, que olvidados de ellas, han prolongado su martirio en medio de las llamas. La piadosa voz de tan amadas hijas tiemplan el justo enojo del Dios de
las venganzas, y se convierten en misericordia
los castigos merecidos por nosotros. Si, pues,
no nos mueven sus gemidos, mevanos al mnos su piedad, y recompensmosla con tan fervorosos sufragios, que logremos libertarlas para siempre, de tan desapiadados tormentos.
ORACION.

No miris, oh Seor! nuestro olvido ingratitud para con aquellas almas abandqnadas,
sino escuchad sus voces, que son voces, que
aclaman piedad y perdn para nosotros. No
nos haremos ya en lo de adelante, sordos y
duros, insensibles ingratos para con el Purgatorio. Nos penetraremos de las penas tan atroces que sufren en aquella crcel de dolores,
las traermos de continuo en la memoria, y
no dejarmos jams de mitigarlas y abreviarlas con copiosos sufragios. Mas vos, oh Seor! perdonadnos nuestro pasado descuido,
concedednos el no volver caer ms en l y
dadnos gracia y fuerza para mantener siempre
constante nuestro santo propsito.

Caida la tarde se retiraba de asistir un moribundo, su colegio de la Baha, el P . Jos


Anchieta, de la Compaa de Jess, cuando oy salir del fondo de un estanque, cerca del
cual pasaba, llanto y lamentos, tales, que parecan ser de personas humanas. Al oir estas
voces, comenz su compaero espantarse,
temblar y sudar fri, mas l, tomndole de
la mano le hizo acercarse ms la laguna, para mejor considerar aquellos dolorosos gemidos;
y cuanto ms se acercaba al lago, ms se convenca de que eran voces de almas condenadas
padecer all su Purgatorio. Por lo cual, maravillado y movido compasion.Aeerne
Deus exclam quam magna est potentia tua.
Y luego, lleno de fe, se postr en tierra, y rez de rodillas con su compaero cinco Padre
nuestros y Ave Maras, las sacratsimas llagas de Jesucristo, para implorar el eterno descanso aquellas almas llorosas. Como rog
aquel buen siervo de Dios, as aconteci; pues
cesaron al momento, y no se oyeron ms en
aquel estanque los dolorosos gemidos. Cuntas veces, las benditas almas del Purgatorio,
hacen llegar nuestros oidos y nuestro corazon sus clamores, ya con las voces de los
ministros de Dios, ya con los beneficios castigos con que somos visitados, bien con I03 remordimientos de la conciencia, con las inspiraciones de la gracia que no podemos dejar

- 183
de sentir? Producen, empero, en nosotros, el
efecto de un pronto socorro su favor? Si no
ha sido as en el tiempo pasado, salo, al mnos, en lo venidero, y formemos un firme propsito, de no olvidarnos jams de los fieles difuntos.P. Sebastian Peretar, en la vida del
P. Jos Anchieta, lib. 2, cap. 3.
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la Pasin de
Nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
sus almas, por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre de
Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave Mara y Rquiem.
Aadiremos un Padre Nuestro y Ave Mara por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Fili in mortuum produc lacrymas, et ne despidas sepulturam illius. Eccli. 38. 16. Acordmonos de los muertos delante de sus sepulcros, y pidamos el eterno descanso para sus
almas.
Un buen religioso acostumbraba rezar alguna oracion, siempre que pasaba delante de algn cementerio; pero un dia pas tan distrado
por delante de uno de estos depsitos sagrados, que no se acord de hacerlo. Entnces,

184
los muertos que habia all sepultados salieron,
por permisin de Dios, de sus tumbas, y afligidos por tal omision, entonaron el versculo
8- del salmo 1 2 8 . E t n o n dixerunt, qui praeteribant: Benedictio Domini super vos.Y no
dijeron I03 que pasaban: La bendicin del Seor sea sobre vosotros. Turbado semejante
espectculo y pesaroso de su omision, aadi
al momento lo que sigue del mismo versculo
del referido salmo.Benedicimns vobis in nomine Domini.Os bendecimos en nombre del
Seor: Y entnces, aquellos, como si hubieran
recibido la bendicin del Seor, se inclinaron
agradecidos al piadoso religioso, y desaparecieron. Dej este acontecimiento al religioso ms
animado en su piadosa costumbre, y aprendamos nosotros la devota prctica de hacer algn
sufragio, siempre que tengamos que pasar delante de algn cementerio sepultura; pero
propongmonos no interrumpirla jams, para
que no se nos pueda vituperar nuestro descuido negligencia. P . Felip. Dutremn, in P e d .
Chris. tom. 1, part. 2, cap. 19.
Deprofundis

etc.,y conclusin, como

Pedid Dios el alivio


De las almas sin ventura;
Suban cantos de ternura
Hasta el trono del Seor.
Venid y rogad de hinojos
Por los que fieles murieron,

enlap.26.

185
Y que al Purgatorio fueron
Por mandato del Seor.

Dia veintiocho.
MEDITACION.
Gratitud de las almas del Purgatorio
para con sus bienhechores.
PUNTO I.
La Sagrada Escritura refiere que el Sumo
Sacerdote Onas, y el gran Profeta Jeremas
habiendo muerto, no olvidaron por esto sus
hermanos que aun quedaban en la tierra, sino
* que el primero fu visto con las manos extendidas suplicar fervorosamente al Dios de Israel por su pueblo, y del segundo dice el Sagrado Texto, que rogaba mucho por su patria.
El nteres que manifestaron estos insignes campeones de la antigua alianza en el seno do Abrahan, no es sino una imgen de la solicitud y
del empeo que siente la iglesia Purgante por
la iglesia militante, favor de la cual desde
aquel lugar de seguridad y de pena, dirige incesantemente al trono del Eterno las ms ardientes splicas. Se puede decir que este sea el
oficio de las benditas almas del Purgatorio, rogar siempre, siempre rogar por nosotros. Y nosotros, no rogaremos tambin por ellas?
PUNTO II.
No solamente los vnculos de la religin y
de la caridad en que consiste la comunion de
los santos, 6no mucho ms los sentimientos de
24

gratitud y de reconocimiento impelen aquellas almas recompensar los sufragios de los


hombres con una variada multiplicacin de socorros. En el Purgatorio no hay tanta diversidad de afectos,' ni tanta distraccin de pensamientos, com en el mundo. Uno slo es all el pensamiento, esto es, Dios; uno slo el afecto hcia Dios; y cuanto concurre este pensamiento. y cuanto ms prontamente satisface
este afecto, atrae todos los sentimientos de aquellas frvrossimas almas. Por lo cual, si
los sufragios de los hombres les aceleran la posesin de Dios, se sienten de tal modo movidas de ternura para con sus bienhechores, que
se olvidan casi de s mismas por su bien, y procuran obtener de todas maneras en cambio para ellos, las ms copiosas bendiciones del cielo:
Oh verdaderamente dichoso el que pueda empear su gratitud beneficio suyo!
PUNTO III.
Librarnos de las desgracias, aumentarnos
los bienes, prolongarnos los dias de la vida, estas son las principales bendiciones de la tierra
que obtienen para nosotros las almas del Purgatorio. No podemos vernos excentos de totos los males; pero d muchos somos preservados merced al auxilio divino, y merced al
favor de aquellas almas benditas. Nosotros
es damos -ellas uno, y nos devuelven ciento,
unas veces visiblemente, y otras sin que lo
percibamos, ya en la prosperidad de. las cose-

chas intereses, y a en el beneficio de la concordia domstica y de la pblica reputacin.


H, aqu, por qu el hombre devoto del Purgatorio nadar en la abundancia y en la paz, y gozar, dice David, de larga vida, y le conservar el Seor enteramente sano, y le vivificar en medio de la mortandad de los pueblos, y
le har dichoso no slo en s mismo, sino aun
en su descendencia. Ved, pues, el verdadero
medio de ser felices en la tierra haciendo copiosos sufragios por las almas del Purgatorio,
por cuyo medio no dejaremos de alcanzar las
gracias que principalmente necesitamos.
ORACION.
Oh de cuntas gracias necesitamos! oh Seor! todos se extiende nuestra necesidad,
porque nada tenemos de nosotros, y la ms
grave miseria es que poco conocemos nuestro
estado, poco nada os pedimos, y esto mismo
que pedimos, no sabemos no nos reducimos
quererlo como se debe. ' Mas h aqu que
interponemos los ms eficaces intercesores
para con vuestra Divina Majestad, interponemos las almas santas del Purgatorio que tan
empeadas estn por nosotros, y os son tan aceptas. Desde lo profundo de su crcel os representan nuestra indigencia, imploran de
vos las gracias necesarias para remediarla.
Por tanto, en consideracin ellas, usad con
nosotros de vuestra generosa misericordia; quo
no dejaremos de recompensarles con abundan-

188

te copia de sufragios que lleguen siempre al


Purgatorio en su beneficio.
EJEMPLO.
Entre los muchos rasgos de generosa beneficencia de Eusebio, duque de CerdeSa, se cuenta la de haber destinado todos los rditos de una de sus ms ricas ciudades, beneficio del
Purgatorio. El poderoso rey de Sicilia, Ostorgio : vido de gloria y mucho ms de riquezas,
le movi la guerra, y marchando de improviso
con un poderoso ejrcito contra la piadosa ciudad, la someti su poder. Esta infausta conquista hiri el nimo de Eusebio, ms profundamente que si se hubiese perdido la mayor
parte de su ducado; y resuelto recobrar sus
derechos, se movi con algunas tropas que pudo recoger en aquellas angustiadas circunstancias, para recuperar su posesion. Muy inferior en nmero era el ejrcito del duque; pero
marchaba valeroso en la confianza de que la
desigualdad de la fuerza seria compensada con
la santidad de la causa que defenda. Lleg
el dia de presentar la batalla, y mintras de
una y otra parte se dispona el ataque, se di
aviso Eusebio de que adems del de Ostorgio, habia aparecido un nuevo ejrcito con uniforme insignias todas blancas; tan inesperado suceso le desconcert al principio, y mandando contener todo movimiento, envi cuatro
de caballo saber si aquel ejrcito venia co-

189
mo amigo como enemigo. Movironse al
mismo tiempo de la otra parte otros tantos de
caballo que declararon ser milicia del cielo,
que acuda en auxilio del duque para recuperar la piadosa ciudad de los sufragios, y ponindose de acuerdo los dos ejrcitos aliados,
marcharon juntos con banderas desplegadas
contra el invasor. Pasmse Ostorgio al ver el
doble ejrcito, y sabiendo que la que vesta
de blanco era milicia celestial, mand al momento pedir la paz ofreciendo la restitucin
de la ciudad ocupada, y una doble recompensa
por los daos ocasionados. La ^ paz f u concluida con condiciones muy ventajosas, y mintras el duque daba las gracias al prodigioso ejrcito por el socorro qne le habia prestado, el
jefe de este le revel que todos sus soldados
eran almas libertadas por l del Purgatorio,
las cuales incesantemente velaban por su felicidad. Este prodigio no pudo mnos de encender al buen duque en la devocion de las almas del Purgatorio, por cuyo medio alcanz
siempre grandes mercedes, las cuales no nos
faltarn tambin nosotros si con todo empeo nos damos socorrerlas.Fr. Alejo Sega,
en Triumph. animun. part. 1. sufrag. 4. c. 2 .
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la Pasin de
Nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de

sus almas, por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre de
Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave Mara y Rquiem.
Aadiremos un Padre Nuestro y Ave Marta por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
_ Posu ori meo custodiam, obmuiui, et humiliatus sum et silui bonis. Psam. 38. 2. Un
virtuoso y prolongado silencio, puede ser de
gran alivio al Purgatorio,
Por algunos dichos burlescos y jocosos, fu
Duranno condenado un dursimo Purgatorio,
y para obtener cuanto ntes su libertad, le fu
permitido pedir sufragios de sus monges; cuyo abad crey que no podia haber otro ms
oportuno que un rigoroso silencio, que impuso por dos semanas todos los individuos del
monasterio. En efecto, trascurrido el tiempo
del silencio prescrito, Duranno fu librado de
las penas del Purgatorio, y circundado de gloria apareci al abad y los monges, dndoles
gracias por haberle prestado un socorro tan eficaz. Ah! todos nos deslizamos en hablar, y
el Purgatorio est lleno de almas que penan
por los defectos cometidos, por el exceso en el
hablar. Para librarlas, pues, de tan penosa
crcel, observemos tambin nosotros un rigo
Toso silencio en este da, y estemos seguros,

191
que cuanto ms callremos y mortifiquemos
la lengua, tanto ms rogarn aquellas almas
por nuestro bien, y nos alcanzarn toda clase
de bendiciones y de gracias. S. Pedro Damian. en la Epist. 14 Des. Abad c. 7.
Deprofunds etc.. y conclusin, como en lap.
Refrenad la torpe lengua,
Guardad silencio profundo,
Dejad las pompas del mundo
Que esto es agradable Dios.
Con el silencio se alcanza
De las almas el consuelo,
Y ganndoles el cielo
Se termina su dolor.

Da veintinueve.
MEDITACION.
Sufragios que podrn prometerse en el Purgatorio los bienhechores de aquellas
benditas almas.
PUNTO I .

Con la medida con que tratramos los otros, seremos tratados tambin nosotros mismos, y la felicidad de hallar no hallar piedad
en la otra vida, no es sino efecto y mrito de
la que practicamos sobre la tierra. La piedad
es una dichosa semilla que produce piedad, y
el hombre en el siglo futuro no recoge otra cosa sino lo que siembra en el presente. Por lo
cual, si hemos sembrado sufragios en el Purgatorio, los recogeremos ms copiosos y abun

192
dantea para nosotros, cuando noa acontezca
caer en aquella regin infelicsima de penas:
mas si no hemos dado otras pruebas que de olvido y de dureza, ay! cun triste ser el fruto que recogern nuestrasalmas! Encontraremos
all la misma dureza y el mismo olvido que tuvimos en vida para con los difuntos, lo que no
ser tanto ms sensible, y doloroso, cuanto mnos podremos dudar que es fruto infelicsimo de
nuestra presente conducta. Para evitar, pues,
tan triste caso, seamos generalmente piadosos
para con el Purgatorio.
PUNTO II.
Dios todo lo puede; pero no est obligado
hacer milagros. En los consejos de su santsima voluntad ha establecido una cierta economa de providencia de la que ordinariamente
no se aparta. Hace nacer su sol sobre los terrenos ingratos y sobre los buenos; mas sobre
los ingratos parece que pierde su inflojo este
astro benfico, y sobre los buenos produce abundantes cosechas; lo quo sucede ahora en este, sucede tambin despues en el otro mundo:
y aunque ninguno de los difuntos podrn faltarle los sufragios de la religin, al ingrato,
empero, para con el Purgatorio, por justa retribucin de la Divina Justicia, poco nada le
aprovecharn, aun los que se hagan por l; y
por el contrario, el que fu misericordioso y
piadoso, encontrar una piedad felizmente fecundada y acrecentada por el favor divino, con

193
una participacin ms copiosa de los sufragios
comunes, y aun de los particulares que se hagan por otros. Procuremos, pues, al presente, este
divino favor para no desearlo intilmente, cuando no tendremos ya ms tiempo en la otra vida.
PUNTO III.
En el mundo se obra ms por imitacin que
por principios, y el ejemplo es la razn ms
influente en las acciones de los hombres, bi,
pues, nosotros hubisemos dejado en la tierra eiemplos de una verdadera devocion para con e
Purgatorio, habr otros que nos o m i t e n en tal
i
T piedad: ms si hubiramos dado el escndalo
de una fria indiferencia y de un cruel olvido,
no seremos acaso olvidados y descuidados
tambin nosotros? Aprovecha dejar misas y
otros piadosos sufragios los herederos, para que los hagan celebrar despues de la muerte- pero los herederos sern como fuimos nosotros, puntuales y exactos en cumplirlos,
negligentes injustos en omitirlos. De nuestra conducta, por tanto, depende todo, asi el
prepararnos un fruto de piedad en el otro
mundo, como procurarnos el favor divino, y
i
granjearnos una generosa correspondencia de
los fieles. Quin querr defraudarse si
mismo de tanto bien?
ORACION.
Ah! nosotros no queremos defraudarnos, oh
Seor! del beneficio de la piedad de los dems,
y de vuestra misericordia: ntes bien, nos en25

comendamos en gran manera las entraas de


vuestra infinita bondad, y las obras de caridad
de nuestros hermanos. En el otro mundo no se
puede recibir bien alguno, si no emana de tan
preciosas fuentes. Todo lo dems nos faltar; pero todo lo tendremos si vos, oh gran Dios, nos asists con vuestra clemencia, si los piadosos fieles nos socorren con sus sufragios. Y para empear vuestra bondad y la caridad de nuestros
hermanos en socorrernos, quereis vos que nos
granjiemos para ello el mrito en la presente vida. Nosotros prometemos hacerlo con todo empeo; cmo podrmo8 salir con ello sin vuestra ayuda? Vos sois el que dais el poder y el querer:
vos sois quien sembris en nuestras almas la
semilla de una generosa piedad. Ah! derramad en abundancia esta tan divina semilla, que
ser nuestro mayor empeo corresponder plenamente vuestra gracia.
EJEMPLO.
Cierta doncella llamada Gertrudis educada
en la escuela de la caridad, se habia acostumbrado desde los primeros aos ofrecer eu sufragio de las almas del Purgatorio, la parte satisfactoria de todas las buenas obras que hacia.
Era tan agradable, tan devota prctica al Purgatorio y al cielo, que no raras veces se complaci el Seor en indicarle las almas ms necesitadas las cuales debia aplicarla, y las
mismas almas que por su medio eran libradas
de las penas, se le dejaban ver al subir la

gloria dndole gracias, y prometindole una


grata correspondencia en el cielo. En tan santo ejercicio habia pasado ella casi todo el curso de su vida, y llena de confianza se acercaba la muerte, cuando el enemigo infernal
que de todo saca pretextos para tentar los
mortales, comenz representarle en la imagi-,
nacin que ella se hallaba despojada de la parte satisfactoria de toda obra humana, y que
prxima dejar la vida; caera en el Purgatorio per muchsimo tiempo para purificarse en
l de sus faltas. Estas angustias de espritu
le habian de tai modo penetrado el corazon y
sumergdola en una desolacin tal, que vino
consolarla su celestial esposo Jess, el cual y
porqu, la dijo, oh Gertrudis, ests as pensativa y triste, t que siempre habas gozado
de la ms alegre serenidad? Ah Seor, respondi ella, cun triste as mi situacin! Cercana la muerte me encuentro privada de la
satisfaccin de mis obras que apliqu los difuntos; y ahora con qu pagar la divina
justicia las deudas de las culpas que he cometido? Entnces el amoroso Salvador, no temas,
replic, oh querida esposa mia, pues que por
eso mismo acrecentaste el capital de tus mritos, y no slo llegaste satisfacer la deuda de
tus ligeras faltas, sino que adquiriste tambin
altsimos grados de gloria en la eterna bienaventuranza. A s remunera mi clemencia con
premio tan generoso la caridad para con los di-

196
funtos, y t presto vendrs recibirlo en el
Paraso. Dicho esto desapareci, y desapareci tambin toda angustia del corazon de Gertrudis, y se sinti animada ms que nunca de
un gran fervor de sufragar las almas de los
difuntos. La declaracin hecha por el Salvador esta virgen, es instruccin y estmulo
para nosotros. Animmonos, pues, del mayor
fervor para socorrer las almas del Purgatorio, pues ser abundante inmensa la merced
con que seremos retribuidos en el cielo.B.
Dionisio Cartu. en el trat. de Nov. cit. por el
P. Martin de Roa de Estat. anim. c. 20.
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la pasin de
nuestro seor Jesucristo, en sufragio de los fieles difuntos, suplicando al Eterno Padre, que
se apiade de sus almas, por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la
siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre
de Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave
Mara y Rquiem.
Aadirmos un Padre nuestro y Ave Mara, por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Non desis plorantibus in consolatione
Non te pigcat visitare infirmum. Eccle. 7. 39.
La piadosa visita de los encarcelados y de los

197
enfermos, acarrea refrigerio y consuelo las
almas del Purgatorio.
Ninguna clase de gentes nos representan mejor en este mundo el estado de las almas pacientes, que los presos, los cuales estn en las
crceles privados de libertad, y los enfermos
que sufren en el lecho los ardores de la fiebre
y la incomodidad del mal. Muchos devotos de
las almas del Purgatorio se han dedicado muy
especialmente visitar con una caridad cristiana los unos y los otros, como para socorrer ms sensiblemente en ellos, aquellas
infelices almas que penan de continuo. Y nuestro ejercicio en este dia sea una imitacin fiel
de su piedad: dediqumonos visitar los enfermos y los encarcelados, llevndoles algn
socorro, no slo con palabras de consuelo, sino
tambin con ofrendas de generosa beneficencia,
tanto en su auxilio, como en sufragio de las almas
del Purgatorio, pues esta doble caridad nos aprovechar muchsimo en la otra vida.
Deprofundis etc.. y conclusin, como en lap. 26.
No abandones en su suerte
Al que enfermo afligido,
En la crcel sumergido
Gusta amargo padecer.
Consulalo en sus dolores,
Consulalo en su quebranto,
Y as enjugars el llanto
De los que penando estn.

_ 198

^ j a treinta,
MEDITACION.
Empeo de las almas del Purgatorio, para conseguir la salvacin eterna sus bienhechores.
PUNTO I .

Si mucho ruegan por nosotros, si nos obtienen muchas gracias mintras son infelices prisioneras las almas del Purgatorio, cunto ms
eficaz ser su intercesin, cuando lleguen ser
gloriosas reinas en el Paraso? No sern ellas
como el ingrato copero de Faran, que vuelto
de la crcel la corte, olvid en su prosperidad al afligido intrprete de su sueo, Jos.
El sentimiento de su gratitud se aumenta en
proporcion que se proporciona y se sublima su
estado, y estando en el cielo ms prximas
Dios, y animadas de una caridad ms perfecta
para con nosotros, no cesan de rogar hasta haber alcanzado las ms especiales gracias temporales y espirituales sus devotos". Quin, pues,
no querr esforzarse por enviar al cielo el mayor
nmero posible de intercesores tan eficaces?
PUNTO IR.

. L a Pernera gracia que apnas entradas al


cielo pedirn como embajadoras nuestras aquellas almas bienaventuradas, ser la salvacin
eterna de sus bienhechores. Gran Dios, dirn
ellas postradas ante el trono del Altsimo, tened misericordia de aquellos que tuvieron piedad de nosotras. Ellos nos libraron de las abragadas cadenas del Purgatorio, libradles tam-

199
bien vos de las duras cadenas del pecado. Ellos nos abrieron las dichosas puertas del P a raso, abridles tambin vos las puertas y el camino para llegar vos. Sern excluidos de
este reino los que tanto se empearon por aceleradnos su posesion? Sern privados de vuesi tra visin beatfica, los que nos hicieron prontamente volar deleitarnos en vuestro seno?
No se salvarn aquellos que nos salvaron?
Ah! no, dad; oh dulcsimo Seor! nosotras
que somos vuestras hijas y vuestras esposas,
I ya que tanto os complacis en nosotras, dad1
nos aquellas almas por quienes nuestra gratitud os ruega con el mayor fervor. Por lo
cual, es comn sentir de los santos Padres y
Doctores, que quien se empea en sufragar
las almas del Purgatorio, no podr perecer jams. Oh dichosa suerte! Oh seguridad envidiable! Seguridad y suerte digna de adquirirse si necesario fuese, con cuanto poseemos.
PUNTO I I I .

Con vuestpos bienes de fortuna, decia nuestro Seor Jesucristo, haccos h tiempo de ami gos, que cuando faltreis os reciban en los eternos tabernculos. Estos amigos son los pobres;
pero no todos los pobres de la tierra llegan
los eternos tabernculos.. Las alias del Purgatorio s, que siendo las ms pobres, estn seguras de entrar en aquella gloria, y si llegan
ella merced nuestros sufragios, oh! cun an; ciosas y solcitas estarn por recibirnos en su

compaa gozar de Dios eternamente. Nos


saldrn al encuentro con la milicia celestial,
sern nuestra compaa y nuestra corona, y
nos conducirn como en triunfo ante el trono
del Eterno, recibir el galardn de nuestra
generosa caridad. Quin hay que no sienta conmovrsele el corazon en vista de un tan dichoso fin? Quin hay que no quiera ejercitarse
de todos los modos posibles, en uDa devocion
tan piadosa como ventajosa? Ah, s! mantengmosla siempre, no la abandonemos jams,
que demasiado grande es el inters que debe
empear nuestro corazon.
ORACION.
Un inters universal, oh Seor!, empean
nuestros corazones en la devocion de las almas del Purgatorio: un inters en la tierra
que nos libra de casi todos los males, nos colma de casi todos los bienes, y hace venturosos los dias de nuestra vida; un inters en el
Purgatorio que nos hace acreedores de la gratitud de aquellas almas, nos dispone al goce
de muchos sufragios, y nos libra de la prolongacin de aquellas acervsimas penas, un inters en el cielo que nos adquiere poderosos patronos, mueve piedad hcia nosotros vuestro corazon, y asegura el importantsimo negocio de nuestra eterna salvacin. Pues si tal
y tan grande es el inters que nos mueve,
cul deber ser el empeo con que debamos
procurarlo? Muy grande queremos ponerlo.

201

oh Seor! y perseverante en todo tiempo,


tanto para borrar toda mancha de injusticia
de desconocimiento que en lo pasado hyamos
usado con aquellas almas, cuanto para corresponder en lo venidero los deberes generales
y especiales, con los cuales la naturaleza, la
religion, la patria, la sangre, la amistad y los
beneficios nos ligan al Purgatorio. Para lo
cual no habr miramiento que nos distraiga,
ni dificultad que nos desaliente, ni tdio que
nos resfrie, ni otro motivo alguno que nos retraiga. La devocion hcia el Purgatorio ser
el alma de nuestra f, el objeto ms tierno de
nuestra caridad, la prctica ms constante de
nuestra vida. Tal es el firme propsito que
hacemos la conclusion de este santo ejercicio. Bienaventurados y santos del cielo, Virgen Santsima y Redentor Nuestro Jesucristo,
que tanto os gozis en la libertad de las almas del Purgatorio', impetradnos vos, y concedednos virtud y fuerza para mantenerlo siempre constante con el uso de todos los eficacsimos medios de gracia y de justicia que nos suministra la religion y la Iglesia. La Iglesia del
cielo coadyuve y corresponde la de la tierra,
en socorrer la purgante, la cual Dios Nuestro Seor, si bien lo desea sobremanera, no
suele socorrer directamente en su presente
providencia, y que no puede ayudarse s
misma. Alivese aquella infeliz Iglesia que
bien lo merece, por su santidad, por su largo
26

202

penar, y por su herica resignacin; alviese


de tan acerbas penas de dao, del gusano, del
fuego, y en suma, del infelicsimo estado del
Purgatorio, al cual la razn y la f nos representan con los ms negros colores. El cielo,
el Purgatorio, y la tierra, os ruegan por la desolacin d l a s almas que padecen; escuchad
sus voces, y haced bienaventuradas para siempre en vuestra gloria, aquellas infelices.
As sea.
EJEMPLO.
El ltimo trance de la muerte, es el tiempo
ms peligroso para el cristiano, porque entnces todos los enemigos infernales concurren para perderle. TJn personage que habia pasado
sus aos en la prctica de las virtudes, la de
la caridad para con las almas del Purgatorio,
como hubiese llegado al ltimo perodo de la
vida, se vi tanto ms horriblemente asaltado
del mnstruo infernal, cunto ms fundadamente tema l no poderlo ganar ya en adelante.
Pareca que todo el abismo se habia desencadenado contra l, y lo asaltaba y estrechaba
por todas partes. Fuerte resistencia opona el
moribundo que sudaba y se afliga ms por
las angustias del nimo, que por la muerte del
cuerpo. Lo que tenia su favor era que con
los muchos sufragios hechos en vida, habia enviado del Purgatorio al cielo un crecido nmero de almas, las cuales, mirando su bienhechor en tanto apuro, no slo pidieron al Al-

203
tsimo le concediese una muy abundante copia
de gracias para hacerlo triunfar, sino que alcanzaron tambin el poderle socorrer y asistir
con su presencia y eficacia en aquel decisivo
conflicto. Y descendiendo desde luego del cielo cual valerosos guerreros, algunas se arrojaron contra aquel infernal enemigo para auyentarle, otras rodearon el lecho del moribundo
para defenderle, y otras finalmente se dirigieron l de la misma manera para confortarlo.
Entnces exhalando l del pecho un profundo
suspiro, y lleno de una inexplicable confianza:
Quin sois vosotras, les dijo, que as me socorris? Somos nosotras, respondieron ellas, moradoras del cielo hechas felices por vuestros
sufragios, y somos venidas aqu pagaros
vuestra piedacl y conduciros de la muerte
la vida, del combate al triunfo, de este lugar
de angustias la posesion de la eterna felicidad. Sonrise el enfermo tan fausto anuncio, y ms sobrecogido de alegra que de abatimiento, cerr los ojos, la luz del da respirando su semblante un aire suavsimo y celestial. Su alma, cndida como una paloma, presentndose al divino acatamiento, hall tantos
protectores y abogados, cuantos eran aquellos
celestiales espritus que lo acompaaban; de
modo que declarada que fu digna de la gloria eterna, entr ella como en triunfo en medio de las bendiciones de aquellas reconocidas
almas, que no sabian saciarse de ensalzar su

204
piedad. Una eosa semejante suceder con nosotros, si la perseverancia y el empeo de sufragar las almas del Purgatorio, duran en
nosotros hasta la muerte. Vinet. de Est. Animun. Cap. 1.
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Maras y Rquiem, en memoria de la Pasin de
Nuestro Seor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
sus almas, por la sangre que derram su divino Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
JACULATORIA.
Eterno Padre, por la preciossima sangre de
Jess, misericordia. Padre nuestro, Ave Mara y Rquiem.
Aadiremos un Padre Nuestro y Ave Mara por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO.
Socritatem habemus adinvicen, el sanquisJesuchristi iilii ejus emundat nos ab omni peccato. 1. Joan. 1. 17. Para purificar ms pronto
de sus defectos en virtud de la sangre de Jesucristo, las almas del Purgatorio, formemos
entre nosotros una santa sociedad para recoger hasta donde sea posible, copiosos sufragios
en su provecho.
La V. Madre Francisca del .Smo. Sacramento, Carmelita descalza, manifest tanto
empeo por el Purgatorio, que lleg establecer una sociedad de muchas devociones y de

205
piadosos ejercicios con sus correligiosas y ot.ras piadosas personas que la visitaban, fin
de rescatar de sus penas el mayor nmero posible de aquellas desoladsimas almas. Hoy
es el trigsimo dia del mes, y va concluirse
el ejercicio de esta santa.devocion. Pero no
cese en nosotros el cuidado y el empeo por
el Purgatorio, sino ntes bien, imitacin de
aquella fervorossima devota, formemos tambin nosotros en nuestras familias una alianza
voluntaria y una santa sociedad de sufragios
en el curso del ao beneficio de nuestros difuntos, y estimulndonos con una santa emulacin de espritu en una obra de tanto mrito, hagamos sentir al Purgatorio sus felices efectos, como si se continuase siempre el devoto ejercicio del mes de Noviembre que ya ha
terminado en sufragio de aquellas benditas almas. Fr. Joaqun de Sta. M* Crm. Desc. en
la vid. de la V. Franca, del Smo. Sacram.
lib. 2.
De pro funds etc., y conclusin, como en lap. 26.
Como una falange unida
Con vigorosa esperanza,
Hagamos todos pujanza
Armados de caridad:
Y una dulce fuerza al cielo
Hagmosle, y al instante,
El Purgatorio triunfante
Por nosotros quedar.

206

VOTO D E CESION
que ae suele hacer por algunos fieles, de todas las obras satisfactorias de la vida
favor de las benditas almas
del Purgatorio.
Por bula de Su Santidad Gregorio X V de
santa memoria, que comienza Pastoris 'Eterni,
se aprob el instituto de la Asociacin de Hermanos, fundado por el P. Domingo de Jess
M, Carmelita Descalzo, en el cual entre otros
piadosos ejercicios en favor de los difuntos, est el de ofrecer y consagrar su sufragio, la
parte satisfactoria de las propias obras, cuya
devota prctica derivada del grande ardor de
la caridad ya para con el prjimo, al cual se
cede aquella parte de las obras para librarle
lo ms presto de sus gravsimas penas, ya para con Dios, para cuya mayor gloria se acelera la bienaventuranza de las almas del Purgatorio que le bendicen en el cielo; est tan lejos de ser en detrimento de los intereses espirituales de los vivos, que por el contrario acrecienta el mrito de todas sus obras, les
adquiere mayores grados de gloria en el cielo,
y con el acto de esta generosa ofrenda, proporcionndoles una condigna satisfaccin, si
los priva de las satisfacciones particulares de
cada una de sus acciones; pero la acumula y
rene al valor de tan alto precio de aquella

207
nica que, por decirlo as, las contiene todas espiritualmente. Por tanto, es digno de
la mayor alabanza el voto con que la piedad
de los fieles suele socorrer al Purgatorio, cediendo en beneficio de aquellas almas las obras satisfactorias de su vida, por lo cual ilustres personages y santos de insigne mrito lo
consideran como una sublime especulacin de
bienes, en la cual la ganancia est en proporcion del capital, y al decir del sbio, se hace uno ms rico de los bienes espirituales,
cunto es ms generoso en hacer otros participantes de sus propias obras. Alii dividunt
propria et diiiores fiunt. (*) Yo estuve tan
persuadido de tan poderosas razones, (predicaba su pueblo el Emo. Arzobisp. de Benevento. Vicente M- Orcini,) que un ao reanunci de esta ctedra, todas las pobrsimas
obras penitenciales, que habia yo hecho y
con la divina gracia hiciese, en favor de aquel l a s benditas almas; y ahora ratifico plensimamente la misma renuncia, traslacin y
donacion de cuanto hiciere que pudiese ser
del agrado del Seor, contentndome de buena gana con ser privado de ellas de la misma
manera solemne con que me despoj de todo
patrimonio y de toda voluntad propia en mi solemne profesion religiosa, y suplico al Seor
acepte, este mi pobre afectuossimo obsequio.
(*) Prov. 11. 24.

208

(*) Este piadossimo Arzobispo, elevado despues la suprema Ctedra de S. Pedro con
el nombre de Benedicto X I I I , no slo aprob
el sobre-dicho voto con su autoridad apostlica, sino que tambin enriqueci con singularsimos privilegios indulgencias aquellos
fieles que quisieren hacerlo y ponerlo en prctica, como consta de su decreto de 23 de Agosto de 1728, confirmado despues por la S.
de Pi V I el 12 de Diciembre de 1788, y renovado ltimamente por el sumo P. Reinante
Pi I X el 30 de Setiembre de 1852. Y por
que muchos devotos del Purgatorio me han alentado agregar este mi librito una suscinta frmula del sobredicho voto para aquellos
que movidos de las acerbsimas penas de aquellas almas, y del mrito y excelencia de esta donacion, sintiesen de corazon la generosidad
de hacerlo, lo que me he prestado muy gustoso, aadiendo la siguiente.
FORMULA D E L VOTO.
Yo N. N. cedo y renuncio en favor de las
benditas almas del Purgatorio la parte satisfactoria de todas las buenas obras que hiciere
de hoy en adelante, para que se distribuya por
las manos de Mara Santsima, segn fuere de
su agrado.
(*) Segundo Trig. de los Serm. sob. el
Pug. Serm. 2 nm. 18.

N. B. La distribucin de las obras se ha


puesto en las manos de Mara Santsima, porque Ella es la graciosa Reina y la Madre afectuossima no solamente nuestra, sino tambin
de las almas del Purgatorio, la cual conoce mejor quines tengan mayor necesidad y ms las
merezcan, entre aquellas infelices, mejor puede avalorarlas con su eficacsima mediacin
cerca de su Hijo, y mejor, en fin. nos har sentir sus ventajas en esta y en la otra vida.

P R I V I L E G I O S E INDULGENCIAS
concedidos por los Sumos Pontfices los que
hicieren el anterior voto
de cesin.

1? Los sacerdotes en todos los das del afo pueden gozar del indulto personal de altar
privilegiado en donde quiera que celebren el
Santo Sacrificio de la misa.
2? Adems, los seculares de uno y otro
sexo en cualquier dia que comulgaren, como
tambin en todos los lnes del ao, oyendo la
6anta misa, pueden ganar indulgencia plenaria
aplicable solamente los difuntos, aadiendo
la visita de alguna iglesia oratorio pblico
27

208

(*) Este piadossimo Arzobispo, elevado despues la suprema Ctedra de S. Pedro con
el nombre de Benedicto X I I I , no slo aprob
el sobre-dicho voto con su autoridad apostlica, sino que tambin enriqueci con singularsimos privilegios indulgencias aquellos
fieles que quisieren hacerlo y ponerlo en prctica, como consta de su decreto de 23 de Agosto de 1728, confirmado despues por la S.
de Pi V I el 12 de Diciembre de 1788, y renovado ltimamente por el sumo P. Reinante
Pi I X el 30 de Setiembre de 1852. Y por
que muchos devotos del Purgatorio rae han alentado agregar este mi librito una suscinta frmula del sobredicho voto para aquellos
que movidos de las acerbsimas penas de aquellas almas, y del mrito y excelencia de esta donacion, sintiesen de corazon la generosidad
de hacerlo, lo que me he prestado muy gustoso, aadiendo la siguiente.
FORMULA D E L VOTO.
Yo N. N. cedo y renuncio en favor de las
benditas almas del Purgatorio la parte satisfactoria de todas las buenas obras que hiciere
de hoy en adelante, para que se distribuya por
las manos de Mara Santsima, segn fuere de
su agrado.
(*) Segundo Trig. de los Serm. sob. el
Pug. Serm. 2 nm. 18.

N. B. La distribucin de las obras se ha


puesto en las manos de Mara Santsima, porque Ella es la graciosa Reina y la Madre afectuossima no solamente nuestra, sino tambin
de las almas del Purgatorio, la cual conoce mejor quines tengan mayor necesidad y ms las
merezcan, entre aquellas infelices, mejor puede avalorarlas con su eficacsima mediacin
cerca de su Hijo, y mejor, en fin. nos har sentir sus ventajas en esta y en la otra vida.

P R I V I L E G I O S E INDULGENCIAS
concedidos por los Sumos Pontfices los que
hicieren el anterior voto
do cedon.

1? Los sacerdotes en todos los das del afo pueden gozar del indulto personal de altar
privilegiado en donde quiera que celebren el
Santo Sacrificio de la misa.
2? Adems, los seculares de uno y otro
sexo en cualquier dia que comulgaren, como
tambin en todos los lnes del ao, oyendo la
6anta misa, pueden ganar indulgencia plenaria
aplicable solamente los difuntos, aadiendo
la visita de alguna iglesia oratorio pblico
27

en el cual oren algn tiempo segn la intencin


del Sumo Pontfice.
3 Tambin unos y otros ha sido conceddo aplicar en sufragio de las almas del Purgatorio todas y cada una de las indulgencias que
ganaren en cualquiera forma que hayan sido
concedidas.
49 Estos privilegios indulgencias son extensivos todas partes del Orbe Catlico, y
valen perfectamente sin necesitarse la expedicin de un nuevo Breve.

.jtj
-i '

INDICE.
Dias.
Pags.
Dedicatoria
4
Prlogo
6
Introduccin
14
Corona de los difuntos
15
l p Existencia del Purgatorio
21
2 Estado del Purgatorio
31
3 Pena de sentido
37
4 Atrocidad del fuego
42
5 Modo oon el cual el fuego del Purgatorio atormenta las almas
47
6 Divina Justicia vindicativa
58
7 Pena del gusano sea del remordimiento
59
8 Pena de dao
65
9 Intensidad de la pena de dao
YO
10 Resignacin de las almas del Purgatorio
76
11 Consuelo y tormento de la esperanza.
81
12 Santidad de las almas del Purgatorio.
87
13 Incapacidad de merecer de las almas
del Purgatorio
93
14 Dios segn la presente providencia no
suele socorrer las almas del Purgatorio
99

en el cual oren algn tiempo segn la intencin


del Sumo Pontfice.
3 Tambin unos y otros ha sido conceddo aplicar en sufragio de las almas del Purgatorio todas y cada una de las indulgencias que
ganaren en cualquiera forma que hayan sido
concedidas.
49 Estos privilegios indulgencias son extensivos todas partes del Orbe Catlico, y
valen perfectamente sin necesitarse la expedicin de un nuevo Breve.

.jtj
-i '

INDICE.
Dias.
PagsDedicatoria
4
Prlogo
6
Introduccin
14
Corona de los difuntos
15
l p Existencia del Purgatorio
21
2 Estado del Purgatorio
31
3 Pena de sentido
37
4 Atrocidad del fuego
42
5 Modo oon el cual el fuego del Purgatorio atormenta las almas
47
6 Divina Justicia vindicativa
58
7 Pena del gusano sea del remordimiento
59
8 Pena de dao
65
9 Intensidad de la pena de dao
YO
10 Resignacin de las almas del Purgatorio
76
11 Consuelo y tormento de la esperanza.
81
12 Santidad de las almas del Purgatorio.
87
13 Incapacidad de merecer de las almas
del Purgatorio
93
14 Dios segn la presente providencia no
suele socorrer las almas del Purgatorio
99

15 Ricproca comunion de auxilios entre


las tres iglesias
16 Modo de sufragar las almas del Purgatorio por via de gracia
17 Modo de socorrer las almas del Purgatorio por via de justicia
18 Con las santas indulgencias se sufraga las almas del Purgatorio...
19 Desea Dios que hagamos copiosos
sufragios por las almas del Purgatorio
20 Con los sufragios hechos por las almas de los difuntos se imita y se completa la Redencin del Salvador...
21 Gloria que se acrecienta al cielo con
los sufragios por el Purgatorio
22 El sufragar las almas del Purgatorio es una de las obras ms excelentes d e la fe
23 El sufragar las almas del Purgatorio es uno de los actos ms hericos d e caridad
24 Razones generales que obligan suf r a g a r las almas del Purgatorio...
25 Razones especiales que obligan suf r a g a r las almas del Purgatorio..
26 Deberes de justicia para con el Purgatorio
27 Ingratitud de la tierra para con el
Purgatorio
28 Gratitud de las almas del Purgatorio

213
para con sus bienhechores
185
29 Sufragios que podrn prometerse en
el Purgatorio los bienhechores de aquellas benditas almas
.. 191
30 Empeo de las almas del Purgatorio
para alcanzar sus bienhechores la
salvacin eterna
Voto de cesin que suelen hacer algunos
floles de todas las obras satisfactorias de la vida, en favor de las almas santas del Purgatorio
205
Privilegios indulgencias concedidas por
los Sumos Pontfices los que hicieren el voto de cesin
209

F I N D E L INDICE.

INSTRUCCION I N T E R E S A N T E
sobre las sagradas indulgencias y las condici<
oes que se requieren para
conseguirlas.
Dos frutos amargusimos produce el pecado
en nuestras almas: la culpa, que nos priva de
la gracia y amistad de Dios, y la pena que nos
priva de gozara en el paraso. Esta pena se
divide en dos: la una temporal, y la otra eterna; la culpa y la pena eterna, se nos perdonan
enteramente en el santo sacramento de la penitencia, siempre que nos acercamos recibirlo con las debidas disposiciones; mas la pena
temporal, no se perdona rogularmente toda en
dicho sacramento, con esto nos queda que satisfacer mucha parte, en esta vida con penitencias y obras buenas, en la otra con el fuego del purgatorio, y quin puede penetrar los
secretos juicios de Dios? Quin jams podr
saber todo lo ique la justicia divina exige en
la presento vida, en pago de nuestras deudas,
si ia satisfaccin fu suficiente para que se
nos perdonara en el todo, en solo una parte la
pena temporal de que somos deudores Dios?
y quin podr dar conocer lo tormentoso
del fuego del purgatorio, en que se ha de dar
la satisfaccin en la otra vida? Mas sea para
siempre bendita y alabada la clemencia y la
piedad de nuestro divino Redentor Jesucristo!

215
Y a desde el nacimiento de la santa Iglesia catlica, le confiri la potestad de comunicar, y
nosotros la capacidad de poder participar el
tesoro de las sagradas indulgencias, en virtud
de las cuales, con un ligersimo trabajo nuestro, podemos satisfacer, aun totalmente, lo que
debamos por nuestros pecados perdonados ya,
en cuanto la culpa y en cuanto la pena eterna. Este tesoro compuesto de los mritos
y satisfacciones de Jesucristo, de ios de la Sand s i m a Virgen Mara y de los Santos, ms
. bien, del valor de la satisfaccin del Divino Redentor; que fueron superabundantes infinitas,
y de las de Mara Santsima y de los mrtires
que no las hubieron menester para expiar sus
"propias culpas: este tesoro, repito, persevera
de continuo ante el acatamiento de Dios. La
misma doctrina, sobre las indulgencias que el
Concilio de Trento llama tesoros celestiales, es
la que ense Clemente V I , de santa memoria, cuando dice: que Jesucristo con la superabundancia de su pasin, dej aqu en la tierra la Iglesia militante un tesoro infinito, no
envuelto en un sudario, ni escondido en un
campo, sino recomendado con las llaves del cielo San Pedro y todos los vicarios de Jesucristo en la tierra, sucesores suyos, para que
lo dispensasen saludablemente los fieles. Al
cmulo de este tesoro, se allega los mritos de
J la Santsima Madre de Dios y de todos los es,
cogidos, desde el primero hasta el ltimo de

216

loa justos. Tales riquezas, como que son infinitas, jams se disminuyen, sino que permanecen en un ser, al modo de un inmenso Ocano que no se agota por ms que se le saque.
Es, pues, cierto, que los cristianos no estn
en libertad para valerse su arbitrio de este
tesoro, sino slo, cuando, del modo y en la
cantidad que determina la santa Iglesia y el
romano Pontfice. Comunmente las indulgencias se dividen en dos clases, llamndose unas
parciales; esto es, de algunos dias, de algunas
cuarentenas, de un ao, de muchos aos, etc:
otras se llaman plenarias en forma de jubileo.
Por medio de la indulgencia parcial, sea de
dias, sea de cuarentenas, etc., se perdona
quien las recibe, otro tanto de aquella pena
temporal que habia de padecer en esta en la
otra vida, cuanto se le hubiera descontado si
por igual tiempo practicara las penitencias que
imponian los antiguos cnones de la Iglesia,
llamados penitenciales. E n cuanto al efecto
de perdonarse toda la pena temporal de que
somos deudores Dios, aun despues de perdonados nuestros pecados, todas las indulgencias plenarias son iguales; mas slo en la plenaria, concedida en forma de jubileo, se da facultad los confesores para poder absolver de
casos reservados, y de dispensar conmutar
voto3 simples, etc. De suerte, que como dicen uniformemente los telogos: si despues de
ganar una indulgencia planaria nos tocase la

217
suerte de morir, iramos derechamente al cielo:
lo mismo se dice respecto las almas del
purgatorio luego que ganada por nosotros
una indulgencia, (si es aplicable) se aplica
por modo de sufragio alguna de ellas5, sale de
sus penas y entra en la gloria, si la justicia
divina se digna aceptarla.
De todo lo dicho, se infiere ya, cristiano lector, de cunto precio son las sagradas indulgencias, cunto su valor y cun grande el aprovechamiento espiritual que traen los fieles cristianos. Indulgeniiarum usum christiano
populo maxim saltarem esse, dice el Sagrado
Concilio de Trento. Por eso cada cristiano debe tener un santo empeo en ganar las ms
que se puedan, para aprovecharse ms s
mismo, y para sufragio de los fieles difuntos.
Las condiciones que para ganar las sagradas
indulgencias se requieren, son las siguientes:
En primer lugar: que el que las pretende ganar, se halle en estado de gracia, esto es,
en la gracia de Dios, porque el que es reo de
la culpa, y de la pena eterna ante su divina
Majestad, es incapaz de recibir la remisin de
la pena temporal. Antes pues, de ejecutar las obras que se piden paraganarlas, debe confesarse,
y no pudiendo hacerlo, excitarse, por lomnos,
un acto de verdadera contricin para recobrar
la gracia si acaso le ha perdido.
En segundo lugar: como la Iglesia al abrir
al tesoro de las sagradas Indulgencias, ha im28

puesto siempro los fieles cristianos la obligacin


de ejecutar ciertas obras ligadas aciertas circunstancias de tiempo, de lugar y otras semejantes,
se requiere que as cumplamos personalmente
todas las asignadas, tanto en el tiempo como
en el modo; y en el fin, para poderlas gaDar,
v. cr. de rodillas, en pi, al son de la campana,
tal har, en tal dia, contritos, confesados, comulgados, etc. Y si alguna de las obras asignadas en el todo, en parte notable, se omitiere, ya sea por ignorancia, ya por negligencia, ya tambin por impotencia: si alguna de
las condiciones prescritas de tiempo, de lugar,
etc., sea por el motivo que fuere, no se observan, tampoco 60 gana la indulgencia.
Aqu debemos quedar advertidos de tres
decretos generales de la Sagrada Congregacin
de Indulgencias, relativos la confesion, comunin y oracion, como obras casi siempre asignadas en la concesion de las indulgencias.
I. En cuanto la confesion. Las personas
que tienen la laudable costumbre de practicarla, lo mnos una vez cada semana, aunque
no estn legtimamente impedidas-, basta aquella confesion para que puedan lograr las indulgencias que hubiere concedidas para cada dia,
sin necesidad de confesarse por cada una de ella8, con tal que cumplan con las otras diligencias y obras asignadas, no ser que se reconozcan reos de culpa mortal cometida despues
de la ltima confesion. Se exceptan tambin

las indulgencias del jubileo, sea ordinario extraordinario, y las que se dicen concedidas en
forma de jubileo, porque para lograr estas,
ms de las obras asignadas, debe hacerse tambien la confesion en el tiempo establecido en
el Breve de su concesion, como consta del
Decreto de la Sagrada Congregacin de Indulgencias, de 9 de Diciembre de 1763,. aprobado por Clemente X I I I .
II. En cuanto la comunion, debe hacerse
en los das mismos que se manda, para ganar
la indulgencia plenaria especialmente; no obstante, cuando en una festividad comienza la indulgencia, desde las primeras vsperas, puede
la comunion hacerse en la vigilia, sea en el
dia ntes de la dicha festividad, segn la declaracin de la misma Sagrada Congregacin
con decreto de 12 de Junio de 1822, confirmado por Po VII.
I I I . En cuanto las oraciones que se asignan para ganar las indulgencias, se pueden rezar alternadamente, esto es, con otras personas, como el rosario, las letanas, el Angelus
Domini, el de profundis y semejantes, segn la
declaracin de Pi V I I con decreto de la Sagrada Congregacin sobredicha, de 29 de Febrero de 1820.
Por ltimo; se requiere en tercer lugar, para ganar la indulgencia plenaria y remisin de
todos los pecados, aun veniales, que se detesten los dichos pecados veniales, y se deponga

221

tambin todo afecto todos y cada uno de ellos. Dios con su divina gracia haga que se hallen tales disposiciones en todos los cristianos
que estn deseosos de ganar las indulgencias:
los cuales sepan tambin, que aunque con todo
empeo procuren ganar indulgencias, no por eso estn excusados de hacer frutos dignos de
penitencia, y de dar la justicia divina alguna satisfaccin por medio de las obras saludables penales, de piedad y de devocion, por las
culpas cometidas.
Aunque las indulgencias que los vivos ganan por s por los difuntos, tienen cierto efecto, y las acepta Nuestro Seor infaliblemente por los unos y por los otros; pero porque no
estamos ciertos 6 de nuestra parte cumplimos
las diligencias necesarias, como se requiere para conseguir la indulgencia por los difuntos, se
deben ganar todas las que se pudieren, porque
unas cumplan lo que falt en las obras, y lo dems que restare de satisfaccin, aproveche
otros quien nosotros se la aplicamos.
Lo mismo, y con ms razn, debemos hacer
en los dems sufragios de misas, oraciones, limosnas, ayunos, etc., los cuales debemos siempre repetir y multiplicar, porque no sabemos
cunto llegue la deuda de los difuntos, si falt la disposicin que de nuestra parte se requiere para que les sean de provecho, y es mejor, como dice el glorioso Dr. San Agustn,
que ebre la satisfaccin, porque ya no la han

menester, ntes que falte los qne la han menester. Por esta causa se instituyen aniversarios,
capellanas, memorias pas, cuyos sufragios se
aplican los que las establecieron hasta que
salen por ellos del purgatorio; y cuando ellos
estn libres, aprovechan sus descendientes
las almas del purgatorio, quien aplicaron
su intencin cuando las fundaroa, porque no
habindola determinado, entnces se quedan en
el tesoro de la Iglesia, de donde se reparten
las indulgencias.
ORACIONES
y piadosos ejercicios que se podrn practicar
en cada uno de los dias de este mes, anexas
las indulgencias que le estn concedidas por los
Sumos Pontfices, aplicables en sufragio de las
benditas almas del Purgatorio, sacadas de la coleccin de oraciones y piadosos ejercicios, obra
aprobada y mandada publicar por la Sagrada
Congregacin de Indulgencias
el ao de 1821.
TRISAGIO A LA SANTISIMA
TRINIDAD.
Clemente X I V con decreto de la Sagrada
Congregacin de indulgencias de 26 de Junio
de 1770, confirmando de nuevo perptuameote la indulgencia concedida por su predecesor
Clemente XIII. concede cien dias por una vez

222

al dia, quien con corazon contrito adorando


la Santsima Trinidad, rezare devotamente
el sobredicho Trisagio, y que se pueda conseguir tres veces en los domingos, y en la fiesta
infraoctava de la Santsima Trinidad.
Concedi adems, perptuamente, indulgenca plenaria una vez al mes ( quien en el discurso de l U hubiere rezado diariamente) en
un dia, al arbitrio, si confesando y comulgando
hiciere oracion por las necesidades de la Iglesia etc.
Tres Gloria Patri en accin de gracias.
Pio V I I , con Rescripto de la Sagrada Congregacin de indulgencias de 11 de Julio de
1815, ooncede perptuamente todos los fieles
trescientos dias de indulgencia, rezando por
la maana, al medio dia y en la tarde tres Gloria Patri, etc., en hacimiento de gracias la
Santsima Trinidad por las gracias y privilegios concedidos Mara Santsima; y cien dias
de indulgencia por cada vez que los digan: y |
adems plenaria una vez al mes los que con-
fesados y comulgados en un dia, al arbitrio,
despues de haber hecho dicho ejercicio tres
ocasiones diariamente en los treinta dias
anteriores.
O F R E C I M I E N T O S A LA S A N T I SIMA TRINIDAD.
I. Ofrezcamos la Sma. Trinidad los m-

22o
ritos de Jesui-risto, en accin de gracias por
la sangre que derram en el huerto por nosotros, y por estos mismos mritos, supliquemos
FU Divina Majestad, nos conceda el perdn
de nuestros pecados.
Padre Ntro., Ave Mara y Gloria etc.
II. Ofrezcamos la Sma. Trinidad los mritos de Jesucristo, en accin de gracias por
su preciossima muerte, Bufrida en la cruz por
nosotros; y por estos mismos mritos supliquemos Su Divina Majestad nos perdone
las penas debidas por nuestros pecados.
Padre Ntro., Ave Mara y Gloria etc.
I I I . Ofrezcamos la Sma. Trinidad los mritos de Jesucristo, en accin de gracias, por
la inefable caridad con que baj del Cielo la
tierra tomar carne humana y padecer y morir por nosotros en una cruz: y por estos mritos
pidamos su Divina Majestad se sirva conducir nuestra alma despues de la muerte la
gloria celestial.
Padre Ntro., Ave Mara y Gloria etc.
Len X I I con Rescripto de su propio puo
de 2 1 de Octubre de 1822, concede perpetuamente todos los cristianos, cien dias de indulgencia por cada vez que devotamente rezaren estos tres ofrecimientos, para obtener una
buena muerte, y los que habindolos rezado
diariamente por un mes, si confesados y comulgados hacen oracion segn la intencin de S .

S., concede su indulgencia plenaria en un dia


al arbitrio.
ACTOS D E FE, E S P E R A N Z A
Y CARIDAD.
Creo en Dios Padre, creo en Dios Hijo,
creo en Dios Espritu Santo, creo en el misterio de la Sma. Trinidad, Padre, Hijo, Espritu Santo, tres personas distintas y un solo
Dios verdadero, creo que la segunda persona
de la Sma. Trinidad que es el Hijo, se hizo
hombre en las pursimas entraas de Mara
Santsima siendo esta seora Virgen Pursima ntes del parto, en el parto y despues del
parto, y siempre Virgen; creo todo aquello
que cree y confiesa Nuestra Madre la Iglesia
catlica, apostlica romana, y en esta fe y
creencia quiero vivir y protesto morir.
Espero en Dios Padre, espero en Dios Hijo,
espero en Dios Espritu Santo, espero en mi
Dios que por los mritos de mi Seor Jesucristo, por la intercesin de la Santsima Virgen y de mis buenas obras, me ha de perdonar mis pecados, me ha de dar su gracia y despues su gloria.
Amo Dios Padre, amo Dios Hijo, amo
Dios Espritu Santo, amo mi Dios y quisiera amarle con aquel amor con que le aman
JOS ngeles y Santos; amo mi Dios y quisiera amarle con aquel amor con que le ama

225
Mara Santsima; amo mi Dios y quisiera amarle si posible fuera con el mismo amor con
que este Seor se ama s mismo; amo mi
Dios, amo mi Dios, amo mi Dios, y de no
haberle amado y de haberle ofendido, en el alma me pesa, pequ, Seor, habed misericordia
de m.
Benedicto X I V con decreto de la Sagrada
Congregacin de Indulgencias de 28 de Enero
de 1756, dejando en su vigor las indulgencias
concedidas por Benedicto X I I I , desde 15 de
Enero de 1728, de nuevo concede todos los
que devotamente rezaren estos actos, siete aos y siete cuarentenas de indulgencia, y los
que los rezaron diariamente por espacio de ua
mes, indulgencia plenaria si confesados y comulgados hicieren oracion por las necesidades
de la Iglesia segn la intencin de 6U Santidad.
Adems, en el artculo de muerte concede
igualmente indulgencia plenaria los que diariamente hubieren rezado estos actos.
NOTA.Pnese aqu una frmula de actos
ms comn aunque como declara el mismo
Benedicto X I V en el citado decreto, para ganar las indulgencias, no es necesaria una determinada frmula de palabras, sino que cada
uno puede usar la que quiera con tal que en
ella se expresen y expliquen los particulares
motivos de cada una de las tres virtudes
teologales.

INVOCAR EL SMO. NOMBRE


DE JESUS.
Alabado sea Jesucristo. Se responder: por
siempre sea alabado.
Sixto
deseando que los fieles cristianos
terigan con frecuencia en la boca y en el cora
zon el Smo. nombre de Jess junto con el de
Mara para tenerlo tambin despues en la
muerte, en su Bula Reddituri de 15 de Julio
de 1587, concede para siempre cien das de indulgencia por cada vez que de este otro modo invoquemos el Smo. ( nombre de Jess.
JACULATORIAS A J E S U S ,
MARIA Y J O S E .
Jess, Jos y Mara, yo os doy mi corazon
y el alma mia. Jess, Jos y Mara, asistidme en la ltima agona. Jess, Jos y Mara,
Balga con vos en paz el alma mia.
Pi V I I , con Decreto Urbis et Orbis, de la |
Sagrada Congregacin de indulgencias, de 28 '
de Abril de 1807, concede indulgencia perpetua de trescientos dias, por cada vez que lo
mnos con corazon contrito se rezaren estas
tres jaculatorias, y cien dias por cada una de
las tres.
ORACION DE SAN AGUSTIN.
Seor mo Jesucristo, que por redimir al
mundo de la esclavitud del infierno, quisiste

227
nacer pasible y mortal entre nosotros: ser circuncidado, reprobado y perseguido por los judos, entregado por tu discpulo Judas con un
saorlego sculo, y como corderito manso
inocente, atado con cordeles ignominiosamente llevado Ans, Caifsy Herodes, ser acusado con falsos testigos, despedazado con azotes, coronado de espiuas, herido con bofetadas,
insultado con esputos, cubierto por escarnio
vuestro rostro, y de mil maneras vilipendiado,
ultrajado y saciado de oprobios ignominias;
y por ltimo, quisiste ser despojado de vuestros vestidos, enclavado y levantado en una
cruz entre dos infames ladrones, amargado con
hil y vinagre y traspasado con una lanza,
hasta consumar la obra de nuestra redencin.
;Oh piadossimo Redentor mi! por estas tan
grandes y tan atroces penas sufridas por mi
amor, que yo aunque indignsimo, voy considerando, y por la santa cruz y vuestra muerte amargusima, libradme de las penas del infierno (y este vuestro siervo agonizante) [*]
y dignaos acojerme en el paraso, donde conduciste al arrepentido ladrn crucificado con
voz, Oh Jess mi! que con el Padre y el
Espritu Santo vives y reinas por todos los siglos y de los siglos. Amen.
Cinco Padre Nuestros, Ave Maras y Gloria Patri, etc.
[*] Si se dice por algn agonizante.

228

Con decreto de la Sagrada Congregacin de


Indulgencias, de 25 de Agosto de 1820 Pi i
V I I , concede perpetuamente, todos los fieles
cristianos que con corazon contrito rezaren esta oracion de San Agustn con cinco Padre
Nuestros, Ave Maras y Gloria, en memoria
de la pasin y muerte de Nuestro Seor Jesucristo, trescientos dias de indulgencia por una
vez al dia, indulgencia plenaria al que habindola rezado por un mes entero confesado
y comulgado haga oracion segn la intencin
de Su Santidad.
ORACION D E L A N T E D E ALGUN
CRUCIFIJO.
Miradme oh mi amado y buen Jess! postrado en vuestra santsima presencia; os ruego y suplico con el ms vivo fervor, imprimas
en mi corazon los sentimientos de fe, esperanza
y caridad, dolor de mis pecados y propsito
firmsimo de jams ofenderos: mintras yo con
todo el amor y compasion de que soy capaz,
voy considerando vuestras cinco llagas comenzando por aquello que de vos dijo oh buen Jess! el santo Profeta David: Han taladrado
mis manos y mis pis, y se pueden contar todos mis huesos.
Clemente y Benedicto X I V , conceden perptuamente indulgencia plenaria al que confesado y comulgado rezare devotamente esta
oracion delante de alguna imgen de Jesucris-

to crucificado rogando por las necesidades de


la Iglesia, confirmado despues por Pi VII
con decreto rbis et Orbis, de la Sagrada Congregacin de Indulgencias, dado en 10 de Abril de 1821.
ORACION-A LA P R E C I O S I S I M A
SANGRE D E J E S U S .
Oh sangre preciossima de vida eterna, precio y rescate del Universo todo, bebida y lavatorio de nuestras almas, que protejeis de continuo la causa de los hombres aute el trono de
la suprema misericordia! Ah! yo os adoro profundamente, y quisiera en todo lo posible recompensar las injurias y desprecios que recibs continuamente de las hnmanas criaturas, y
especialmente de aquellas que os blasfeman temerariamente. Quin no llenar de bendiciones esta sangre de valor infinito? Quin no se
sentir inflamado de afecto hcia Jess que la
derrama? Qu fuera de m si no hubiera sido
comprado con esta sangre divina? Y quin,
Seor, os la ha sacado de las venas? Ah! esta
ha sido nicamente obra do tu amor. Oh amor inmenso, que nos has dado este blsamo
saludable! Oh inestimable blsamo salido de
la fuente de un inmenso amor! Oh! haced que
todos los corazones, todas las lenguas te podamos alabar, celebrar y dar gracias, ahora y
siempre hasta el dia de la eternidad. Amen.
V. Redimstenos, Seor, con tu sangre.
R. Y nos hiciste un reino para Dios.

231
Alabemos, pues, noche y dia,
La sangre de Jess con alegra.

OREMOS.
Omnipotente y sempiterno Dios, que cons.
tituiste Redentor del mundo tu Hijo Unignito, y quisiste ser aplacado con su sangre:
te rogamos nos concedas el venerar de tal
suerte el precio de nuestra salud, y ser defendidos de los males de la presente vida en la
tierra, que nos alegremos con su fruto en los
cielos: que contigo vive y reina en unidad del
Esp ritu Santo por los siglos de los siglos. Amen.
Pi V I I con Rescripto de 18 de Octubre
de 1815, concede perpetuamente trescientos
dias de indulgencia los que con corazon contrito rezaren esta oracion la preciosa sangre,
como tambin cien dias los que rezaren las
siguientes jaculatorias:
Su sangre ha derramado por mi bien,
Viva, viva Jess por siempre Amen.
En !>u sangre, Jess, puso mi vida,
Su infinita bondad sea bendecida.
Este licor precioso sea alabado,
Que del infierno, al mundo ha rescatado.
La sangre de Jess aplaca la ira
Del Padre, y de la muerte nos retira.
Si la sangre de Abel clama venganza,
La de Jess total perdn alcanza.
Si nuestro corazon su sangre riega,
El exterminador l no se llega.
Si de Jess se alaba el precio eterno,
El cielo se recrea, tiembla el infierno.

Len X I I , con su propio rescripto de 25 de


Octubre de 1823, concede perptuamente todos los fieles, cien dias de indulgencia por cada vez que devotamente rezaren el siguiente
ofrecimiento de la preciossima sangre de Nuestro Seor Jesucristo al Eterno Padre, con un
Padre Nuestro, Ave Mara y Gloria Patri la
Santsima Trinidad, en agradecimiento de todos los beneficios recibidos: indulgencia plenaria los que la hubieren rezado por un mes,
si confesados y comulgados en un dia al arbitrio hiciesen oracion por las necesidades de la
Iglesia segn la intencin del Sumo Pontfice,
OFRECIMIENTO AL ETERNO PADRE.
i

Eterno Padre, os ofrecemos la sangre preciossima de Jess, derramada por nosotros


con tanto amor y dolor de la llaga de su ma. no diestra: y os suplicamos, que por su virtud
y mritos, nos conceda vuestra divina Majestad la santa bendicin, para que en virtud ds
ella podamos ser defendidos de nuestros enemigos, y ser libres de todos los males diciendo: La bendicin de Dios Padre Omnipotente, y del Hijo y del Espritu Santo sea sobre
nosotros, y permanezca siempre. Amen.
Pi V I I , con Rescripto firmado de su propia mano, 29 de Marzo de 1817, couceda

232 - cien dias de indulgencia los que devotamen- I


te rezaren la siguiente:
JACULATORIA U O F R E C I M I E N T O AL
ETERNO PADRE.
Eterno Padre, yo os ofrezco la sangre preciossima de Jesucristo, en satisfaccin de mis
pecados, y por las necesidades de la Santa
Iglesia.
Pi V I I , con Rescripto de la Secretara de
los Memoriales, dado 22 de Setiembre de
1817, concede todos los fieles perptuamente trescientos dias de indulgencia por cada vez
que con corazon contrito rezaren los siguientes ofrecimientos de la sangre preciosa de Jess su Eterno Padre con siete Gloria Patri
y Jaculatoria, haciendo intencin de recompensar todos los ultrajes que recibe en su preciosa sangre, precio y rescate nuestro, y rezndolos diariamente por un mes, concede indulgencia plenaria en un dia al arbitrio en que
confesados y comulgados hicieren oracion segua la intencin del Sumo Pontfice.

OFRECIMIENTOS AL E T E R N O PADRE.
I. Eterno Padre: yo os ofrezco los mritos
da la preciossima sangre de vuestro querido
Hijo Jess, mi Divino Redentor, por la propagacin y exaltacin de mi amada madre la Santa Iglesia, por la conservacin y prosperidad

de su cabeza visible el Sumo Pontfice romano. por los cardenales, obispos y pastores
de? almas; y por todos los ministros del
Santuario.
Aqu se dice un Gloria Patri y despues la
Jaculatoria.
Bendigamos y demos gracias Jess.
Que con su sangre nos lav en la cruz.
II. Eterno Padre: Yo os ofrezco los mritos de la preciossima sangre de vuestro querido Hijo Jess, mi Redentor divino, por la
paz y concordia de los reyes y prncipes catlicos, por la humillacin de los enemigos de
la santa Iglesia, y por la felicidad del pueblo
catlico.
Un Gloria Patri.Bendigamos etc.
I I I . Eterno Padre: Yo os ofrezco los mritos do la preciossima sangre de vuestro querido Hijo Jess, mi Redentor divino, por la iluminacin de los incrdulos, por la extirpacin
de todas las herejas, y por la conversin de
todos los pecadores.
Un Gloria Patri.Bendigamos etc.
I V . Eterno Padre: Yo os ofrezco los mritos de la preciossima sangre de Jess vuestro
querido Hijo y mi Redentor divino, por todos
mis parientes, amigos y enemigos, por los necesitados, enfermos y atribulados, y por todos
aquellos por quienes sabis que debo pediros
y quereis que os pida.
Un Gloria Patri.Bendigamos etc.

234
V. Eterno Padre: Yo os ofrezco ios mritos de la preciossima sangre de Jesus vuestro
querido Hijo y mi Redeutor divino, por todos
aquellos que en este tiempo pasaren la otra
vida, para que los libris de las penas del infierno, y los admitais cuanto ntes la posesin de vuestra gloria.
Un Gloria Patri.Bendigamos etc.
V I . Eterno Padre: Yo os ofrezco los mrites de la preciossima sangre de Jesus vuestro
querido Hijo y mi Redentor divino, por todos
aquellos que son amantes de tan gran tesoro, por aquellos que estn unidos conmigo adorndola y honrndola; y ltimamente por aquellos que trabajan en la propagacin de esta
devocion.
Un Gloria Patri.Bendigamos etc.
VII. Eterno Padre: Yo os ofrezco los mritos de la preciossima sangre de Jesus vuestro
querido Hijo y mi Redentor divino, por todas
mis necesidades espirituales y temporales, y
en sufragio de las benditas nimas del Purgatorio, especialmente por las que han sido ms
devotas del precio de nuestra redencin y de
los dolores y penas de nuestra amada Madre Mara Santsima.
Un Gloria Patri.Bendigamos etc.
Viva la sangre de Jesus, ahora y siempre
y por todos los siglos de los siglos. Amen.
Gregorio X I I I en su constitucin ad Exitandum, concede perptuamente los fieles un j

ao de indulgencia por cada vez que al son de


la campana, en seal de la elevacin del Santsimo Sacramento de la misa cantada conventual parroquial, en donde quiera que se hallen, adoren hincados de rodillas con alguna oracion Jesucristo sacramentado, y dos aos si
esto mismo se practica en la iglesia donde se
hace la elevacin del Sacramento.
Visita al Santsimo Sacramento en el circular de cuarenta horas.
Paulo V. con su Breve Cum felicis recordatimis de 10 de Mayo de 1606, concede indulgencia plenaria les confesados y comulgados
rogando por las necesidades de la Iglesia
hicieren esta visita, y diez aos y otras tantas
cuarentenas de indulgencias por cada vez que
se haga dicha visita con firme propsito de enmendarse.
Pi V I con Rescripto de la Secretara de
los Memoriales, de 24 de Mayo de 1776, concede cien dias de indulgencia todos los fieles
que contritos de corazon por lo mnos, rezaren
una vez al dia en alabanza al Santsimo Sacramento la siguiente jaculatoria.
Sea alabado y dense gracias en todo momento.
Al Santsimo y Divinsimo Sacramento.
Pi V I I con Rescripto de 21 de Enero de
1815, concedi doscientos dias de indulgencia
los que con contricin de sus pecados, devotamente rezaren el siguiente desagravio honroso Jess Sacramentado, confirmado por Leon

XIICOD Rescripto de su mano de 13 de Agosto de 1818.


D E S A G R A V I O A J E S U S SACRAMENTADO.
Con el profundsimo respeto, que la misma
fe me inspira, Oh mi Dios y Salvador Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre! yo
os adoro y os amo con todo el corazon, ah
oculto en ese augustsimo sacramento del altar, en compensacin de todas las irreverencias, profanaciones y sacrilegios que yo por mi
desgracia haya podido cometer hasta aqu: como tambin por todos aquellos que os han hecho y puedan haceros en adelante. Os adoro,
pues, oh Dios mi! no cuan digno sois, ni cuanto debo, pero lo mnos, cuanto puedo y
soy capaz de adoraros; y quisiera poderlo hacer con aquella perfeccin de que son capaces
todas las criaturas racionales. Entretanto, yo
quiero adoraros ahora y siempre, no slo por
aquellos catlicos que no os adoran y no os aman, sino tambin en suplemento suyo, y por
la conversin de los herejes, cismticos, impos,
ateos, blasfemos, envenenadores, mahometanos,
judos idlatras. Ah! s Jess mo; seis conocido de todos, adorado, amado, y ensalzado en
todo momento en el Santsimo y Divinsimo
Sacramento. Amen.
Pi V I con Rescripto de 7 de Noviembre
de 1787, concede cien dias de indulgencia por

una vez al dia, los fieles que devotamente rezaren la siguiente oraciou al Santsimo Sacramento y al Sagrado Corazon de Jess.
ORACION AL AMABILISIMO CORAZON
DE JESUS.
Ya veo hasta dnde ha llegado vuestra excesiva caridad, oh Jess mi Amantsimo! De
vuestra misma carne y de vuestra sangre preciossima, me habis preparado una mesa divina. para daros todo entero m. Qu cosa os hizo l l e g a r hasta ese trasporte de amor? Ninguna
otra cosa ciertamente sino vuestro corazon amorossimo. Oh Corazon adorable de mi Jess!
Hoguera encendidsima de amor divino, recibid
en vuestra llaga sacratsima el alma mia, para
que en esta escuela de caridad, aprenda yo
corresponder aquel Dios que me di una
orueba tan admirable de su amor. Amen.
O F E R T A AL SANTISIMO CORAZON
DE JESUS.
Con Rescriptos de 9 de Junio de 1807, y de
26 de Setiembre de 1819, Pi VII, concede perpetuamente cien dias de indulgencia por cada
vez que con corazon contrito se haga esta oferta, indulgencia plenaria si habindola practicado diariamente por un mes, confesados y comulgados la hicieren, rogando segn la intencin del Sumo Pontfice.
Yo N. N., para ser agradecido vos, y para
reparar mi infidelidad; os doy mi corazon, y

XIICOD Rescripto de su mano de 13 de Agosto de 1818.


D E S A G R A V I O A J E S U S SACRAMENTADO.
Con el profundsimo respeto, que la misma
fe me inspira, Oh mi Dios y Salvador Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre! yo
os adoro y os amo con todo el corazon, ah
oculto en ese augustsimo sacramento del altar, en compensacin de todas las irreverencias, profanaciones y sacrilegios que yo por mi
desgracia haya podido cometer hasta aqu: como tambin por todos aquellos que os han hecho y puedan haceros en adelante. Os adoro,
pues, oh Dios mi! no cuan digno sois, ni cuanto debo, pero lo mnos, cuanto puedo y
soy capaz de adoraros; y quisiera poderlo hacer con aquella perfeccin de que son capaces
todas las criaturas racionales. Entretanto, yo
quiero adoraros ahora y siempre, no slo por
aquellos catlicos que no os adoran y no os aman, sino tambin en suplemento suyo, y por
la conversin de los herejes, cismticos, impos,
ateos, blasfemos, envenenadores, mahometanos,
judos idlatras. Ah! s Jess mo; seis conocido de todos, adorado, amado, y ensalzado en
todo momento en el Santsimo y Divinsimo
Sacramento. Amen.
Po V I con Rescripto de 7 de Noviembre
de 1787, concede cien dias de indulgencia por

una vez al dia, los fieles que devotamente rezaren la siguiente oraciou al Santsimo Sacramento y al Sagrado Corazon de Jess.
ORACION AL AMABILISIMO CORAZON
DE JESUS.
Ya veo hasta dnde ha llegado vuestra excesiva caridad, oh Jess mo Amantsimo! De
vuestra misma carne y de vuestra sangre preciossima, me habis preparado una mesa divina. para daros todo entero m. Qu cosa os hizo l l e g a r hasta ese trasporte de amor? Ninguna
otra cosa ciertamente sino vuestro corazon amorossimo. Oh Corazon adorable de mi Jess!
Hoguera encendidsima de amor divino, recibid
en vuestra llaga sacratsima el alma mia, para
que en esta escuela de caridad, aprenda yo
corresponder aquel Dios que me di una
orueba tan admirable de su amor. Amen.
O F E R T A AL SANTISIMO CORAZON
DE JESUS.
Con Rescriptos de 9 de Junio de 1807, y de
26 de Setiembre de 1819, Po VII, concede perpetuamente cien dias de indulgencia por cada
vez que con corazon contrito se haga esta oferta, indulgencia plenaria si habindola practicado diariamente por un mes, confesados y comulgados la hicieren, rogando segn la intencin del Sumo Pontfice.
Yo N. N., para ser agradecido vos, y para
reparar mi infidelidad; os doy mi corazon, y

238
me consagro enteramente vos, amable Jess
mi; y con vuestra ayuda propongo no pecar
ms. Amen.
Rdzar el santo Rosario.
Benedicto X I I I con breve, Sanctssimus, de
13 de Abril de 1736, concede todos los fieles cristianos, que lo mnos, con corazon contrito, rezaren el Rosario entero, esto es, de quince misterios, lo mnos, una tercera parte,
esto es, cinco misterios, cien dias de indulgencia por cada Padre nuestro y por cada Ave Mara. Y si por un ao entero rezaren, lo mnos, la tercera parte del Rosario, y en un dia
su arbitrio, se confesaren y comulgaren, les
concede indulgencia plenaria.
L E T A N I A DE LA SANTISIMA VIRGEN.

blica, y bagan oracicn segn la intencin del


sumo Pontfice.
AL TOQUE D E ORACIONES.
Benedicto XIII, con breve universal y perpetuo, injuncta nolis, de 14 de Setiembre de
1724, todos los cristianos, que al toque de
la campana, bien sea en la maana, al medio
dia, en la tarde, ya metido el sol, rezaren hincados de rodillas el Angel del Seor anunci
Mara etc., con tres Ave Maras, y la oraciou,
Rogrnoste, Seor, infundas tu gracia, etc., concede cien dias de indulgencia, por cada vez que
arrepentidos de sus pecados lo rezaren; indulgencia plenaria y remisin de todos los pecados, una vez al mes, en un dia, que confesados
y comulgados hagan oracion por la santa Iglesia.
JACULATORIA A L A INMACULADA

Sixto V; en 11 de Julio de 1587. Redituri,


concede doscientos dias de indulgencia, los
que devotamente rezaren dicha letana. Y Pi
V I I , con decreto Urbis et Orbis de la S. O. de
30 de Setiembre de 1817 laextendi trescientos dias de indulgencia, concediendo adems
perpetuamente, los que la rezaren todos los
dias, indulgencia plenaria, en las cinco fiestas
de precepto de la Santsima Virgen, esto es,
la Concepcin, la Natividad, la Anunciacin, la
Purificacin y la Asuncin, con tal que en estas fiestas, verdaderamente arrepentidos, confesados y comulgados, visiten una iglesia p-

CONCEPCION D E MARIA.
Con Rescripto de 21 de Noviembre de 1793,
Pi VI, concede perpetuamente, cien dias de
indulgencia, por cada vez que con corazon
contrito, rezaren devotamente una de las siguientes jaculatorias.
Bendita sea la Santa Inmaculada Concep.
cion de la Bienaventurada Virgen Mara.
En tu Concepcin, oh Virgen Mara! fuiste inmaculada: ruega por nosotros al Padre,
cuyo hijo Jess, concebido por obra del Espritu Santo diste luz.
Pi V I I , ccn Rescripto de 26 de Setiembre

240
de 1817, concede perpetuamente, sesenta dias,
por una vez al dia, quien devotamente reza- >
re la siguiente oracion, al sagrado Corazon de
Mara, con la alabanza los santsimos corazones de Jess y Mara; indulgencia plenaria en una de las tres fiestas de Mara santsima, la de su Natividad, la de la Asuncin,
y la de su sagrado Corazon, con tal que ha- ,
biendo confesado y comulgado, visite una
iglesia un altar dedicado la B. V., y all
baga oracion segn la intencin del Sumo
Pontfice.
ORACION AL SAGRADO CORAZON
D E MARIA SANTISIMA.
Oh Corazon de Mara, madre de Dios y madre nuestra! Corazon amabilsimo, objeto de
las complacencias de la adorable Trinidad, y
digno de toda la veneracin y ternura de los
ngeles, y de los hombres: Corazon lleno de
bondad, y tan compasivo de nuestras miserias,
dignaos de deshacer el hielo de nuestros corazones, y haced que seamcs unidos enteramente
al del Divino Salvador. Infundid en ellos el
amor de vuestras virtudes, inflamadlos en a- :
quel dichoso fuego de que est abrasado continuamente: encerrad en vos la Santa Iglesia,
custodiadla, y sed siempre su dulce asilo y su
castillo inexpugnable contra todo acometimiento de sus enemigos. Sed nuestro camino para
ir Jess, y el conducto por quien recibamos j

todas las gracias necesarias para salvarnos.


Sed nuestro socorro en las necesidades, nuestro alivio en las aflicciones, nuestro consejo en
las tentaciones, nuestro refugio en las persecuciones, nuestra ayuda en todos los peligros,
y ms especialmente en el ltimo combate de
nuestra vida, al tiempo de nuestra muerte,
cuando todo el infierno se desencadenar contra nosotros para arrebatar nuestras almas, anaquel punto terrible de que pende nuestra eternidad. Ah! s, entnces, oh Virgen piadossima! hacednos sentir la dulzura de vuestro
corazon maternal, y la fuerza de vuestro poder para con Jess, abrindonos en la fuente
misma de la misericordia, un seguro refugio,
donde podamos juntarnos bendecirlo con vos
en el Paraso, por todos los siglos de los siglos.
Amen.
ALABANZA A LOS SAGRADOS CORAZONES DE J E S U S Y DE MARIA.
Conocido, alabado, bendito, amado, servido
y glorificado sea siempre y en todas partes, el
divinsimo Corazon de Jess, y el pursimo
corazon de Mara. Amen.
Con decreto, Urbia et Orbis, de la S. C. de
Indulgencias de 11 de Agosto de 1824, Len
XII, ms de haber confirmado perpetuamente los cien dias de indulgencia concedidos por
Pi VII en 3 804, cualquiera de los fieles
que con corazon contrito hubiese rezado en ho31

242
or de Mara Santsima la siguiente oracion
con tres Ave Maras: con nuevo rescripto de
dicha S. C. de 10 de Mayo de 1828, aade
otros cien dias de indulgencia rezando di
cha oracion.
ORACION.
Virgen Santsima, Madre del Verbo encarnado, tesorera de las gracias y refugio de los
miserables pecadores: nosotros ocurrimos
vuestro maternal amor con fe viva; y os pedimos la gracia de hacer siempre la voluntad de
Dios y la vuestra, y ponemos nuestro corazon
en vuestras santsimas manos, pidindoos la
salud del alma y la del cuerpo; y esperamos
de cierto, que vos, Madre nuestra amorossima, nos oiris, y por eso, con fe viva decimos:
Ave Mara.
Aqu se rezan las tres Ave Maras, y
despues:
Te rogamos, Seor, preserves tus siervos
de toda fragilidad, por la intercesin de la
Bienaventurada virgen Mara, y postrados, de
todo corazon te pedimos, nos defiendas propicio de las acechanzas da nuestros enemigos,
por Jesucristo nuestro seor. Amen.
Len X I I , con su propio Rescripto de 21
de Octubre de 1823, concede perpetuamente
todos los fieles, cien dias de indulgencia, por
cada vez que rezaren las breves oraciones siguientes, con tres Ave Maras la Beatsima
Virgen, pidindole su proteccin para el ejer-

cicio de las virtudes, y especialmente la de la


castidad. A quienes la hubieren rezado diariamente por espacio da un mes, al fin del
mismo, concede indulgencia plenaria en un dia,
su arbitrio, que confesados y comulgados,
hagan oracion segn la intencin del Sumo
Pontfice.
I. Os venero con todo el corazon, Virgen
Santsima, que so3 sobre todos los ngeles y
Santos del Paraso, como Hija del Eterno Padre, y os consagro el alma ma con todas sus
potencias. Ave Mara, etc.
II. Os venero con todo el corazon, Virgen
Santsima, que sois sobre todos los ngeles y
Santos del Paraso, como Madre del Unignito
Hijo; y os consagro mi cuerpo ccn todos sus
sentidos. Ave Mara, etc.
I I I . Os venero con todo el corazon, Virgen
Santsima, que sois sobre todoB los ngeles y
Santos del Paraso, como Esposa querida del
Espritu Santo; y os consagro mi corazon con
todos sua afectos; pidoos me alcancis de la
Santsima Trinidad los medios para salvarme.
Ave Mara, etc.
Con Rescripto de la S. C. de Indulgencias,
de 10 de Enero de 1815, Pi V I I , concede
perpetuamente, cien dias de indulgencia todos los fieles, por cada vez, que lo mnos,
JOV corazon contrito, rezaren devotamente la
siguiente oracion, en honor de la Beatsima
Vreen Mara y de Seora Santa Ana, su ma-

244
dre. Y quieu por un mes la rezare, lo mnos, diez oraciones, concede indulgencia plena
ria en la fiesta ds Seora Santa Ana, si verdaderamente arrepentido, confesado y comulgado, en ese dia, visitare devotamente una iglesia, y rogare Dios segn la intencin del Sumo Pontfice.
ORACION.
Dios te salve llena de gracia: el Seor es
contigo, tu gracia sea conmigo: bendita seas
entre las mujeres, y bendita sea Santa Ana tu
madre, de la cual naciste t, oh Virgen Mara, sin mancha ni pecado! y de t naci Jesucristo, Hijo de Dios vivo. Amen.
E L HIMNO STABAT MATER.
Inocencio X I , con su breve, Commissae Nobit de
de Setiembre de 1681, concede perpetuamente cien dias de indulgencia los fieles cristianos, por cada vez que en honor de
la Beatsima Virgen de los Dolores, devotamente rezaren el himno Stabat Mater.
Una hora de oracion en el ao.
Clemente X I I , con decreto Urbis et Orbis de la S. C. de indulgencias, de 4 de Febrero de 1736, concedi indulgencia plenaria una
vez al ao, todos los fieles, que en dia, su
arbitrio, y confesados y comulgados, hicieren
una hora de oracion, en honor de Mara Santsima de los Dolores, considerando sus dolo-

res, rezando BU corona, otras preces adaptadas esta devocion.


. , . Bbs.
Siete Ave Maras, con la jaculatoria, Raeg0

p l v l con breve universal y perpetuo de


1? de Diciembre de 1815, concede t r e s c i e n ^
dias de indulgencia, los que con corno contrito, rezaren siete Ave Maras, anadiendo des
pues de cada una el verso.
Ruegoos Santa Madre que nagas,
Que esculpidas estas llagas,
Queden en mi corazon.
A los que en todo el mes hubieren practicado devotamente tan piadoso ejercicio, concede
en cada mes indulgencia pleoana y remisin
de todos los pecados, que se conseguir en un
dia al arbitrio, en que confesados y comulgados, oren por la Iglesia, etc.
Pi VI, con breve perpetuo de 2 de Octubre de 1795, concede cien dias de indulgencia
por cada vez que con corazon lo mnos contrito, rezaren la siguiente oracion al Angel de
la guarda. Despuee, Pi V I I , con decreto TJrbit et Orbis, de la S. C. de indulgencias, concede perpetuamente, los fieles, que lo mnos una vez al dia, hubieren rezado dicha oracion, por el espacio de un mes, indulgencia pienaria, en cualquier dia, su arbitrio, en que
verdaderamente arrepentidos, confesados y comulgados visiten alguna iglesia, y all hagan
oracion por la canta Iglesia.

ORACION AL ANGEL DE LA GUARDA.


Angei de Dios, que eres mi custodia, y
quien estoy encomendado por a soberana piedad, ilumname; defindeme, dirigeme y gobirname. Amen.
Pi VI, con Rescripto de 28 de Julio de
1778, concede perpetuamente, los fieles cristianos, cien dias ue indulgencia, si 'lo menos, contritos, rezaren la siguiente oracion,
los Santos Apstoles Pedro y Pablo con un Padre nuestro, Ave Mara y Gloria; indulgencia plenaria, si en la fiesta de dichos Sanios,
en uno de los nueve dias precedentes ella,
en uno de I03 de la infraoctava confesados
y comulgados, devotamente visitaren alguna
iglesia, un altar dedicado dichos Santos
Apstoles, y all rezaren la siguiente oracion, etc., pidiendo Dios por la santa
Iglesia, etc.
ORACION A LOS SANTOS APOSTOLES
P E D R O Y PABLO.
Oh Santos Apstoles, Pedro y Pablo! Yo.
N. N., os elijo desde hoy para siempre, por
mis especiales protectores y abogados; y me
alegro humildemente, tanto con vos, oh santsimo Pedro, Prncipe de los Apstoles! Porque sois aquella piedra, sobre la cual Dios edific su Iglesia: como cou vos, oh santsimo
Pablo! escojido de Dios, vaso de eleccin y

247
predicador de la verdad en todo ei mundo.
Alcanzad me, os ruego, fe viva, esperanza firme, caridad perfecta, un total desacimiento da
m mismo, desprecio del mundo, paciencia en
las adversidades y humildad en la prosperidad: atencin en la oracion, pureza de corazon.
recta intencin en el obrar, diligencia en el
cumplir las obligaciones de mi propio estado,
constancia en los propsitos, resignacin en la
voluntad de Dios, y perseverancia en la divina gracia hasta la muerte, para que medianto
vuestra intercesin y vuestros gloriosos mritos, vencidas las tentaciones del mundo, demonio y carne, me haga digno de llegar gozar eternamente de la presencia del supremo
y eterno pastor de las almas, Jesucristo, que
con el Padre y el Espritu Santo, vive y reina
por los siglos de los siglos. Amen.
P O R LOS F I E L E S A G O N I Z A N T E S .
Tres Padre nuestros la agona de Jesucristo, y tres Ave Maras los dolores de la Santsima Virgen.
Po V I I , con Rescripto y suces^o decroto
de 18 de Abril de 1809, concede trescientos
dias de indulgencia, por cada vez que rogando
por los fieles agonizantes, con corazon contrito, devotamente rezaren tres Padre nuestros,
en memoria de la pasin y agona de Jesucris
to, y tres Ave Maras en memoria de los acerbos dolores sufridos por Mara San t * i na, pro

248
eenciando la agona e su querido Hijo Jesucristo, y los que por un mes entero hubieren
practicado tan piadoso ejercicio, lo mnos una vez al dia, concede indulgencia plenaria y
remisin de todos los pecados, que se conseguir una vez al mes en un dia su arbitrio, en
que confesados y comulgados hagan oracion segn la piadosa mente del Sumo Pontfice.
Pi V I I con decreto Urbis et Orbis de la Sagrada Congregacin de Indulgencias de 19 de
Marzo de 1818, concede perpetuamente todos los fieles que con corazon contrito devotamente rezaren la siguiente Jaculatoria de resignacin en la voluntad de Dios por una vez
al dia, cien dias de indulgencia; y los que la
rezaren diariamente, concede indulgencia plenaria una vez al ao, en un dia su arbitrio
en que confesados y comulgados, hicieren oracion segn la intencin del Sumo Pontfice.
JACULATORIA.
Hgase, sea alabada y eternamente ensalzada la justsima, altsima y amabilsima voluntad de Dios en todas las cosas.
Pi V I I con breve universal y perpetuo de
7 de Febrero de 1817, concede trescientos
dias de indulgencia todos los cristianos que
con corazon le mnos contrito, considerando
devotamente la pasin de Nuestro Seor Jesucristo rezaren en sufragio de los fieles difuntos cinco veces el Padre Nuestro y Ave Ma-

ra con el verso: Eterno Padre: os rogamos


por las nimas de vuestros siervos, que redimisteis con la sangre de Jess. Y el Requiera oternam etc. A los que por un mes entero practicaren diariamente este piadoso ejercicio, concede indulgencia plenaria en un da
del mes en que confesados y comulgados hagan oracion por la Santa Iglesia.
Po V I I , confirma perpetuamente las siguientes indulgencias ya ntes concedidas,
quien da de comer tres pobres, en memoria y para honrar de un modo particular Jess, Mara y Jos.
I. Por cada vez que esto haga con corazon
arrepentido de sus propias culpas, siete aos
y siete cuarentenas de indulgencia.
II. Indulgencia plenaria si en el mismo dia,
confesado y comulgado, hiciere oracion segn
la intencin del Sumo Pontfice.

INDICE

Gobierno Eclesistico de
Zacatecas.Zaca9
tecas, Junio l de'1885.Siendo bien conocido el devocionario titulado Mes de nimas
escrito por Vitali, este Gobierno Eclesistico
tiene bien conceder su licencia para que se
Teimprima, pudiendo los fieles ganar cuarenta
dias de indulgencia, siempre que bien dispuestos rezaren el ejercicio que corresponde cada dia del mes.Asi el Sr. Provisor y Gobernador de la Mitra lo decret y firm.Armas.
Baudelio B. Guerra, Prosecretario.

DE LAS MATERIAS QUE CONTIENE ESTE TOMO.


PAOS
Indic8 del mes de Noviembre.
211
Instruccin sobre las indulgencias
214
Oraciones que se pueden hacer en el mes
de las nimas
221
Trisagio la Santsima Trinidad
221
Tres Gloria Patri en accin de gracias.... 222
Ofrecimientos la Santsima Trinidad
222
Actos de F, Esperanza y Caridad
224
Invocar el Santsimo nombre de Jess... 226
Jaculatorias Jess, Mara y Jos
226
Oracin de San Agustn
226
Oracin delante de algn crucifijo
228
Oracin la preciosa sangre de Jess.... 229
Ofrecimiento al Eterno Padre
231
Jaculatoria ofrecimiento al Eterno
Padre
232
Ofrecimiento al Eterno Padre
232
Visita al Santsimo Sacramento, en la circular de 40 horas
235
Sea alabado y dnse gracias
235
Desagravio Jess Sacramentado
236
Oracin al amabilsimo Corazon de Jess. 237
Oferta al santsimo Corazon de J e s s . . . . 237
Letana de la Santsima Virgen
238
Al toque de oraciones
... 239
Jaculatoria la Inmaculada Concepcin
de Mara
239

Oracin al sagrado corazon de Mara santsima


Alabanza los sagrados corazones de Jess y de Mara
Oracin
El himno Stabat Mater
Una hora de oracion en el ao
Siete Ave Maras con la jaculatoria
Oracion al Angel de la guarda
Idem los santos apstoles Pedro y
Pablo
.
P o r los fieles agonizantes
Jaculatoria

240
241
242
244
244
245
246
246
247
248

Personas que contribuyeron, y la cuota que


dieroD, para la reimpresin del presente devocionario: siendo el valor dla reimpresin$150.
D. Cayetano Lpez
$ 10.00 cvs.
Juan L. Lpez
10.00
Margarito Robles
10.00
Jos de Jess Mendoza
10.00
Antonio Felguerez
5.00
Jos Isaac Rojas
5.00'
Simn Guerrero
5.00
Manuel Alegra
2.00 >
D? Mara Felguerez
10.00
Flix Barrientos
10.00
Trinidad Trujillo
10.00
Petra Muoz
8.00
Pragedis Robles
5.00

TABLA D E LAS ERRATAS


MAS NOTABLES.
Pgs. Lins. Lase.
17 multum.
14
las de la gloria.
22
23
5 espere.
27
7 en su mano.
27
9 y l es el que le redimir.
27
4 Ps. 131.15.
35
27 Haut.
36
41
5 Eceli.
41
25 y llamado.
2 Frat.
42
45
31 Ave Maras.
46
14 Emulandum provocem,
28 con ellos.
49
51
24 de los fieles difuntos.
52
7 cum.
56
26 judicet.
57
19 en la de los Men.
58
5 remissio aulem 6. 15.
64
6 qua gaudium.
65
20 y mil.
65
26 lo est.
66
2 dominados.
66
.23 de ver.
69
20 populi mei.
69
21 afflicim eo.

73
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92
98
93
94
95
97
97
98
99
"100
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profundsimo.
Ninguno.
Exeaudiet.
imaginemos.
de este mundo.
con los actos.
Pellegrimo.
Pellegrimo.
consiliis.
deshora.
hacen.
tiernsimamente.
gradualmente,
de los fieles difuntos.
Magis.
en el noviciado.
6.4.n.5.
y en la militante,
y socorre,
en todo el dia.
no dejemos de practicarla.
Colina.
Rainandus.
por va de gracia y por va de
justicia, por va de gracia cuando la Iglesia,
un grande,
en cuerpo,
le invocare,
s u deuda,
y en alegra sino.

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30
21

las almas santas del Purgatorio.


grangearles la felicidad de la
gloria.
cuanto el afecto.
porque son.
ofrecemos.
su propia voluntad.
atormentador.
porrige manum.
propiatio.
dicindole.
enfervoreceis.
las almas.
Fatricio.
Mara.
placalilem.
consolarer.
amada hija mia.
se festeja.
perderse.
cuanta devocion.
cuanto de ms feliz.
un trono.
Jesucristo.
presente.
hcia ellas.
las almas del Purgatorio.
este sentimiento.
de una puerta.
este es un.
Pancm.

i72
178
185
168
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193
193
193
J95

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5

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204
204
208
208

4
20
20
3
7

rogaseD.
vincti.
estando en el seno,
hcia Dios.
lo que sucede.
imiten.
hubiramos.
el procurarnos.
buena.
se perfecciona y aumenta.
colores. Escuchad! oh Seor,
las voces de todo el Universo.
El cielo, el Purgatorio.
Anim.
Societatem invicem.
sanguis.
solamente.'
perpetuamente.

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