Audiolibros DOCENTES
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PENSAR
HABLAR
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LECTURAS
GRABADAS
DOCENTES : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : :
EMOCIONARSE
DIALOGAR
ESCUCHAR
ENTENDER
PRESIDENTA DE LA NACIN
Cristina Fernndez de Kirchner
MINISTRO DE EDUCACIN
Alberto Sileoni
SECRETARIO DE EDUCACIN
Jaime Perczyk
PENSAR
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ESCRIBIR
JEFE DE GABINETE
Pablo Urquiza
SUBSECRETARIO DE EQUIDAD Y CALIDAD EDUCATIVA
Gabriel Brener
EMOCIONARSE
Ministerio de Educacin de la Nacin
Secretara de Educacin
Plan Nacional de Lectura
Pizzurno 935 (C1020ACA)
Ciudad de Buenos Aires
Tel: (011) 4129-1075 / 1127
[email protected] - www.planlectura.educ.ar
Repblica Argentina, enero de 2015
DIALOGAR
ESCUCHAR
Responsable de contenidos
Roxana Levinsky
Subsecretara de Equidad y Calidad Educativa
Graciela Favilli
Victoria Engels
Plan Nacional de Lectura
Revisin y organizacin de contenidos: Jssica Presman
Coordinacin diseo editorial: Natalia Volpe
Diseo grfico: Elizabeth Snchez
Portal Educ.ar:
Contenidos digitales: Martina Sominson
Programacin: Pablo Wainberg
Se trata de 33 relatos de autores argentinos y latinoamericanos especialmente seleccionados que llegarn a las escuelas tanto en audio como
en papel, de manera tal que la lectura complemente el seguimiento de la
escucha. Los textos escogidos pertenecen a autores como Roberto Arlt,
Julio Cortzar, Juan Jos Manauta, Abelardo Castillo, Enrique Anderson
Imbert, Jorge Luis Borges, por mencionar slo algunos. Asimismo, se ha
confeccionado un cuadernillo destinado a nuestros compaeros docentes
en el que presentamos la propuesta pedaggica y el material, a fin de que
puedan familiarizarse con l y considerarlo como una lnea de trabajo entre
las actividades ulicas. Por ltimo, la tarea tiene un complemento virtual
para trabajar desde las netbooks, ya que Educ.ar est desarrollando un
Alberto Sileoni
ministro de Educacin de la Nacin
Estimados Docentes:
Llegamos nuevamente a los docentes de todo el pas con el objetivo de
acercarles prcticas pedaggicas que les den carnadura a los enunciados
que constituyen los lineamientos polticos y estratgicos de la Educacin
Secundaria Obligatoria (Resolucin 84/09 y 93/09) y al Plan Nacional de
Educacin Obligatoria y Formacin Docente (2012-2016).
Recuperar la visibilidad del alumno como sujeto, construir trayectorias
escolares relevantes, romper el vnculo de exterioridad con el conocimiento,
construir saberes que partan de sus propios enigmas e interrogantes, afirmar que el fracaso escolar no es un problema individual, que la distancia
entre lo esperado y lo logrado no depende solo de razones extraescolares
(como la procedencia social), que el modelo pedaggico es producto de una
construccin histrica y que es oportuno y necesario poner en cuestin este
modelo que define un tipo de vnculo entre docentes, alumnos y conocimiento
y que se desarrolla en tiempo y espacios estables y homogneos, escuchar
voces que expresan distintas perspectivas, que suman en la diferencia, que
construyen en la adversidad, hacer foco en las deudas histricas del sistema,
mejorar situaciones de enseanza y aprendizajes, profundizar el sistema de
formacin docente y jerarquizar sus condiciones de trabajo, en suma, ir a
fondo con las polticas de inclusin real que permitan el ingreso, y ampliar y
mejorar las condiciones y formas de acceso, permanencia y egreso, son algunos de los postulados de los documentos elaborados por el Consejo Federal
de Educacin para la universalidad de la educacin secundaria.
Y en este marco, la enseanza de la Lengua y la Literatura, la comprensin de textos y la prctica de la lectura y la escritura son una preocupacin
central de este Ministerio. La lengua es el atributo humano por excelencia,
fundante de la subjetividad y del ser social. Ampliar derechos ciudadanos es
ampliar lenguaje, cultura, imaginacin, comprensin, pensamiento, es ser
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Emilia Ferreiro. Pasado y presente de los verbos leer y escribir. Fondo de Cultura Econmica, Buenos Aires, 2008.
La presente estrategia ancla en la implementacin de espacios de lectura literaria compartida entre docentes y estudiantes. Esta prctica se
apoya en el contacto con la cultura escrita pero fundamentalmente, es una
La voz de la literatura
en la Escuela
y en la Formacin Docente
Lecturas Grabadas
La presente experiencia se enmarca en el valor decisivo, poderoso y
necesario de la palabra en la escuela. La propuesta es leer, escuchar, reflexionar y conversar para poner las palabras en movimiento; prestar la voz
para dar cuerpo y vida a la letra escrita.
Literatura y Lengua
los chicos deberan entender que la ortografa, la historia, la fsica no son materias que deben saberse para
tener una nota sino que son conquistas de la inteligencia
humana en contra del autoritarismo y de la tirana y deben
poder desplazar esa creencia de que el acceso al conocimiento es sufrimiento y no gozo y libertad.2
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Philippe Meirieu, La opcin de educar y la responsabilidad pedaggica. Conferencia Ministerio de Educacin de la
Repblica Argentina. 30/10/13.
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la realiza, por lo que no hay que pensarla desde la accin sino desde la
pasin, desde una reflexin del sujeto sobre s mismo, de una vuelta sobre
s que lo modifique. Existencia y experiencia van juntas pues sta manifiesta la imposibilidad de definicin, objetivacin y universalizacin porque es
subjetiva, provisional, de carne y hueso, como la vida misma. Es absurdo
querer explicarla, aprisionarla en un concepto general, justamente porque
es algo que al igual que las vivencias existenciales ocurre en la singularidad, en la interioridad de cada uno. No se cosifica, no se clasifica. Hay que
resistirse a la pregunta qu es?, y preguntarse por lo que acontece, no
desde una ontologa del ser sino desde una lgica del acontecimiento. No
insistir tanto en lo que es, sino en lo que pasa, en lo que nos pasa, por
qu pasa, y viceversa. Subraya su carcter ntimo pues la experiencia es
subjetividad, incertidumbre, provisionalidad, fugacidad, y es esa receptividad, apertura, disponibilidad, ese principio de pasin, lo que hace que se
descubra la propia fragilidad, la propia vulnerabilidad, la propia ignorancia,
la propia impotencia, lo que una y otra vez escapa a nuestro saber, a nuestro poder y a nuestra voluntad. Con esta nocin nos corremos del lugar de
lo necesario, lo previsto, lo seguro, para ir al terreno de lo contingente, lo
riesgoso, al sobrevenir del mundo y la existencia y la reaccin creativa que
nos provoca. Por eso cuando queremos saber algo de la vida de alguien
que nos interesa no le decimos que nos la explique, desde una verdad
abstracta, sino que nos la cuente segn su verdad existencial, que nos
exprese lo que sinti y lo que pens con lo que le pas, con lo que fue encontrando y con lo que le fue ocurriendo mientras viva. Cmo la fue creando. Y es intransferible, nadie debe aceptar dogmticamente la experiencia
de otro. Nadie vive la vida de otro.
Estos aspectos complejos que entran en juego en torno a la experiencia
son claves para pensar la docencia. El punto esencial es hacer de la educacin experiencia, una vivencia, un fenmeno vital, personal, incierto,
sujeto a variaciones, a la inventiva, que ancle en su existencia, para que
la transmisin y la formacin sean posibles.
Ahora bien, cmo contar una experiencia pedaggica como la que queremos divulgar? Cmo transmitirla? Podrn otros docentes tomar algo de
ella y probarla en el aula? Qu queda de esta experiencia en la que nos
pasan tantas cosas con los chicos y los textos, tan rica en acontecimientos,
cuando por fuerza debe atenerse a las limitaciones de un escrito que intenta aproximar, ordenar, orientar? Cmo precisar y aclarar para otros, si justamente se trata de ensayar, experimentar lo que parece intransferible?
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Lo que queremos compartir con los docentes es una puesta entre parntesis de ciertos mtodos y didcticas usuales y ensayar otros modos
de leer y abordar la literatura, la lengua y la cultura en la escuela. Y en este
sentido, nos sirve establecer una relacin con otra idea que Larrosa despliega en El Ensayo y la Escritura Acadmica contraponiendo la escritura
de la academia (tesis, monografas, investigaciones, etc.) con el ensayo
como lengua de la experiencia. En la produccin acadmica, dice, el mtodo
ya est dado, es el camino del que sabe previamente a dnde va, los lineamientos estn preestablecidos. El ensayo, en cambio, sera una figura del
camino sinuoso5 una exploracin en la que, ms que buscar objetivos predefinidos, todo lo que nos sale al encuentro es objeto de curiosidad, donde
nada se desecha para propsitos formativos, en la que todo est provisto
de una plasticidad que permite desvos, rodeos, descubrir, demorarse, en la
que se avanza envolviendo en un todo de sentido lo que experimentamos.
Nos gusta la imagen del docente como ensayista, que trasciende lo
que sabe para descubrir lo que no sabe, o para descubrir que no sabe, y
a su vez aprender mientras ensea. Esta figura del ensayista que pone a
disposicin Larrosa no fracciona la realidad, no la estrecha para precisarla y
dominarla (los conceptos determinan lo real) sino que hace una experiencia
con el lenguaje (las palabras abren lo real). El lenguaje de la experiencia no
es el normalizado, estereotipado, catalogado, previsible, artificial; se cifra
en la bsqueda del propio modo de decir, de la voz propia. La narracin, el
ensayo, la crnica, seala Larrosa, y agregamos, especialmente, la poesa,
la escritura potica de las buenas ficciones literarias, la lengua cotidiana, la
regional, los idiolectos incluso, todos los vehculos verbales que nos ponen
en contacto con la realidad viva, nos la participan, hacen sentido con uno,
son lenguajes que se cuentan, que se ensayan. Y lectura y escritura son
modos de la experiencia. Por eso es necesario pensar tambin la formacin docente alrededor de la lectura de buenos ensayos, ficciones, de la
escritura, de conversaciones sobre lo ledo y escrito, y as vernos en marcos culturales ms vastos, como ensayistas que practican su oficio ligado
a la vida y a cierta alegra de existir. No se trata simplemente de adquirir
una tcnica pedaggica. Es esencial incorporar la dimensin poltica en
los modos de hacer docencia. Los docentes tenemos que saber sobre los
grandes hechos de la historia, los grandes interrogantes de la filosofa, qu
se discute hoy y por qu. Y tener una visin del mundo, propia, personal,
para conocerlo y tal vez as intentar transformarlo.
Larrosa dice algo capital: el sujeto de la formacin no es el sujeto de la
educacin o del aprendizaje sino el sujeto de la experiencia y si las experiencias no se elaboran, si no adquieren un sentido, sea el que sea, con
relacin a la vida propia, no pueden llamarse, estrictamente, experiencias. Y,
desde luego, no pueden transmitirse. Creemos que la educacin es mucho
ms que atiborrar a los chicos de competencias para incrustarse en la vida
social, es adems y esencialmente, una experiencia de sentido, ubicarse en
el lugar en que est parado y vislumbrar adnde quiere ir, comprender por
qu, qu y cmo es eso que ya est hecho, para contestarse qu hace con
eso que le dan hecho, para conjeturar un mundo que an debe hacerse. Es
verdad que prevalece entre nuestros estudiantes la idea de que la intervencin individual sobre lo dado es imposible; sin embargo tambin es cierto
que un indicio de disconformidad debe ser ledo (e incitado a leer) como una
esperanza de transformacin.
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El ensayo sin embargo sera una figura del camino sinuoso, de ese camino que se adapta a la tierra, a los accidentes
del terreno. El camino recto es el camino del que sabe previamente a dnde va y traza entre l y su objetivo la lnea
ms corta, aunque para realizarla tenga que pasar por encima de montaas y de ros. El mtodo tiene la forma de una
carretera o de una va frrea que ignora la tierra. Por el contrario, el ensayista prefiere el camino sinuoso, el que se
adapta a los accidentes del terreno. Y, a veces, el ensayo es tambin, una figura del desvo, del rodeo, de la divagacin
o de la extravagancia. Por eso su trazado se adapta al humor del caminante, a su curiosidad, a su dejarse llevar por
lo que le sale a su encuentro. Y el ensayo es tambin, sin duda, una figura del camino de la exploracin, del camino
que se abre al tiempo que se camina. Digamos que el ensayista no sabe bien lo que busca, lo que quiere, adnde va,
que va descubriendo todo eso al tiempo que le sale al paso. Por eso el ensayista es el que ensaya, aqul para quien
el camino mismo, el mtodo mismo, es propiamente ensayo. el ensayo no adopta la lgica del principio y del final,
ni empieza por los principios, los fundamentos, las hiptesis, ni termina con las conclusiones, o con el final, o con la
tesis, o con la pretensin de haber agotado el tema. El ensayista empieza en el medio y acaba en el medio
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Cmo hacer para que los chicos sean sujetos de formacin, o sea,
de experiencia? Cmo hacer para que los docentes hagamos experiencia
como educadores al interrogarnos sobre cmo lograr un nuevo lazo humano? Cmo colocar este tema en el centro de nuestras preocupaciones
pedaggicas? Cmo hacer para recuperar el idioma en toda su abundancia? Cmo hacer para que la escuela tenga que ver con nosotros? Cmo
hacer para que la educacin formal deje de ser un dispositivo que apague
la experiencia?
La escuela es el lugar para entender que lo ms propio, aquello de lo que
hay que apropiarse para aprehender este mundo y desenvolverse en l, es
el idioma. Velocidad, atropello, vaco, superficialidad se trasladan dramticamente al habla, a la lengua, a la lectura, a la escritura, al imaginario, al
pensamiento, a la vida emotiva. No est en juego en esta banalizacin la
amistad, el amor, el cuerpo, la sexualidad, el respeto, la responsabilidad, la
solidaridad, la autenticidad? Por eso, conmover, desnaturalizar, extraar y
enriquecer los modos de conocer, sentir, pensar, mirar el mundo e interrogarse sobre las grandes cuestiones que aparecen hoy como definitivas e
irrevocables debera ser el centro de lo que entendemos por educar.
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En el sentido que lo presenta Larrosa cuando refiere al ensayo frente al lenguaje institucionalizado de los gneros
acadmicos.
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distincin entre placer y goce. Pues bien, el problema que tenemos es previo
a las refinadas observaciones de Barthes, porque la literatura no entra por lo
general en el crculo de intereses de los chicos, es algo que no capta su radar
cultural, que reciben, por lo general, con indiferencia y animosidad.
El placer del lector se identifica con el dejarse llevar por la fruicin de
la ilusin narrativa, donde la imaginera y las significaciones resultantes
lo absorben y a su vez lo acercan a la inteligibilidad de lo real contado. El
goce es la lectura del desafo, ms pulsional, arrebatada, ms ligada a
emergentes incmodos del inconsciente, inconfortable, en ruptura con los
contextos de comprensin, que le exige al texto excedencias de sentido e
imaginacin, siempre insatisfecha. El primero sera un placer social, compartible en el dilogo, el comentario. El segundo es asocial, de una singularidad extrema, intransmisible, inconforme, que se cierra sobre s misma.
Nos ha pasado ver a los chicos serenamente absorbidos mientras escuchaban la lectura de un cuento como La pelota de Felisberto Hernndez,
y solo cuando se hizo el silencio final y levantaron la vista del texto, cuando
la voz grabada dej de leer, reaccionaron con enojo por haberle dedicado
su atencin a un cuento tan estpido y con un final tan tonto. Es interesante lo ocurrido: mientras lo escuchaban leyendo se los vea plcidamente
sosegados, conectados, pero gracias al inters que producen los buenos
textos (aunque an no lo sepan) pudieron enojarse con l y rechazarlo. De
lo contrario ni se hubieran enterado. No se trata de darles a los chicos una
literatura (generalmente de enigmas y misterio) que los haga disfrutar de un
modo pasatista, sino que en esa experiencia primeriza y directa de lector
puedan comprender qu los enoj de ese relato y por qu lo escucharon con
tanta atencin. Tal vez (aunque an no lo sepan) fue su primer contacto con
una trama que pone ms el acento en el clima y la ternura que en la historia
y los conflictos, tal vez haya sido su primera experiencia como lectores de
un final que parece que no termina ni resuelve nada.
resumirlo, sintetizarlo, e incluso, clasificarlo. Antes de esto, que se memoriza pero se olvida fcilmente, se necesita lenguaje, experiencia lectora,
cultura. As no lo olvidarn ms.
El texto con el que inicialmente hemos llevado adelante esta experiencia es Fahrenheit 451, la proftica novela de Ray Bradbury. Una historia
de enorme actualidad en la que los hombres experimentan la opresin, la
violencia, el miedo, la alienacin, el consumo, la futilidad, el individualismo, la masividad, la oquedad, el vaco, la deshumanizacin, la rebelin y la
libertad, solo por mencionar algunas zonas de este drama.
Se suele generalizar diciendo que los chicos no pueden atender ms
que un momento, que se dispersan, que solo los videojuegos, internet, la
televisin los mantiene despiertos y atentos. Y no es necesariamente as.
Cuando descubren algo nuevo, algo que eclipsa la inmediatez en que se
pierden, intuyen que deben abrir los ojos y escuchar.
Cuando se los conecta con interesantes obras literarias, con las conversaciones y reflexiones que ellas suscitan, cuando estos intercambios
colectivos se bifurcan y derivan en temas cruciales de la contemporaneidad,
de la existencia, de sus vidas o de otras vidas imaginarias pero posibles
de ser vividas por ellos, cuando una idea relumbra, o cuando descubren el
lenguaje como portador de sentido y belleza la escucha se ahonda y casi no
tiene intermitencias. Or atentamente representa un consentimiento, una
participacin activa aunque no se manifieste an en intervencin oral o
escritura singular. El proceso es lento pero sostenido y en un momento,
cuando el alumno intuye que algn saber se consolida, se anima a hablar
y a escribir algo propio, original, que ahonda su comprensin.
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un noticiero les concerna. Simplemente ellos y sus familias se haban apropiado del libro. Conectando con este entusiasmo, trabajamos con el gnero
necrolgicas. Por grupos deban marcar en los artculos entregados algn
hecho de la historia del autor o de su obra para luego mencionarlo o leerlo
en la puesta comn. Lo leyeron con tanta atencin y poniendo el acento en
cuestiones esenciales de la biografa y no en aquellas consabidas y carentes
de inters, que cada grupo iba sealando un hecho significativo con la consigna de no repetirlo, y cuando eso ocurra observaban: eso ya lo dijeron! Se
excitaron al descubrir qu haba inspirado a Bradbury para escribir la novela:
en una plaza vio pasar a un hombre con su esposa y un perro. Ella oa msica
y su marido le hablaba sin que ella lo escuchara. De inmediato hicieron la
relacin con elementos de la novela: la paradoja de que a mayor tecnologa,
a mayor consumo, ms incomunicacin, ms deshumanizacin.
Las clases, no programadas, imprevisibles, deparan sorpresas para los
chicos y para el docente. La lectura en el aula va tomando la forma de paradas y ramificaciones como le ocurre a todo lector. Por ejemplo, una
escena de la novela recuerda a una alumna un libro que haba ledo en la
primaria: Mil grullas, cuyo trasfondo es el momento histrico de la bomba en
Hiroshima. A las pocas clases, se lee este cuento infantil. En otra ocasin
una alumna pregunta si el film La novicia rebelde transcurre tambin durante
la Segunda Guerra Mundial, lo cual puede llevar a ver la pelcula. Otra escena de la novela recuerda a la propia docente un cuento que haba ledo del
mismo autor y los chicos piden leerlo. El caminante ser entonces la siguiente parada. De este modo las clases se van armando colectivamente y los
chicos van tomando cada vez ms protagonismo. Se aluden cuestiones de
poca, cmo era la cultura en los Estados Unidos en 1950, qu pasaba en
otras partes del mundo, cmo era en la Argentina, dnde queda geogrficamente ese pas tan nombrado, cunto del vaticinio de Bradbury ocurre hoy
all y tambin ac. Cuando un lector lee realiza las mismas operaciones: se
detiene, levanta la vista, piensa, se conmueve, recuerda otras lecturas, pelculas, otras experiencias culturales o existenciales, va a otro libro, busca
un dato en una enciclopedia, hace anotaciones en los mrgenes, subraya.
Esto es lo que se hace en clase. Adems de este ir y venir del libro a otros
libros o productos culturales, los chicos van y vienen por el texto, aprendiendo
que nunca se lee linealmente, que la lectura no es una flecha hacia adelante,
que se avanza y se retrocede segn el ritmo dictado por la red de relaciones
que constituyen los elementos de la trama, o las conexiones con la memoria
lectora y personal de cada uno. Estos modos de leer y de trabajar con una
lengua ms abierta, menos esquemtica los lleva a reflexiones inesperadas.
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solo relatos en los que la accin y el suspenso sean el atractivo. La importancia de hablar consigo, pugnar por conocerse, ir tomando conciencia
de s, interrogar su propia identidad, problematizarla. Luego de la escucha
de la lectura grabada, de conversarla, el docente propone dos citas del
texto y los chicos deben interpretarlas apoyndose en palabras y frases del
fragmento pero con sus propios trminos. Un alumno de primer ao que
vena mostrando dificultades en su escritura (o no tena nada que decir an)
escribi sobre la novela:
ir desprendindose de los rtulos del discurso meditico y escolar que reduce la realidad a unos pocos rasgos que cristalizan y generan todo tipo de
estigmatizaciones: pibe chorro, villero, zorra cheta, puto, gato,
violentos
Lo que entiendo es que Rosa est soterrada con la vida, o sea ella
trata de borrar todo lo que le pas con su familia y piensa en otra cosa
para no acordarse de lo soterrada que est. Despus sus recuerdos
malos se los acuerda otra vez y le da tanta tristeza que se convierte en
dolor. Ella tambin piensa a veces en hacerse ella misma, porque se da
cuenta de que lo que le pas la cambi por completo y quiere reparar los
errores. Despus dice Rosa que si al alma de una le fuera bien hacer
veladuras, lo que entend leyendo es que como que si ella quisiera estar
muy vieja para morirse y terminar lo ocurrido. Despus dice que seguro
lo que duele se pondra opaco y no se sufrira ms. Lo que entend
mientras escriba es que Rosa tiene el dolor por lo que recuerda que le
pas antes, como si hubiera pasado por primera vez.*
*Versin no corregida.
Colla: Es la persona del campo del norte, como por ejemplo Bolivia.
A las personas de Cochabamba se las llama collas. Las personas de
Santa Cruz de las Sierras las discriminan, por indios. El colla es de piel
morena, a las personas de Santa Cruz se las llama Cambas porque son
de color blanca de piel. Los cambas no se quisieron admitir bolivianos
por la presidencia de Evo Morales, y cuando el presidente vino a Santa
Cruz lo recibieron mal. Ellos a Evo le dicen indio campesino serrano y
en las elecciones no lo votan. Las personas collas en este cuento son la
abuela Rosa y el pap. Cuando la abuela le cuenta a Rosa sobre el pap
de su padre, que ella queda embarazada de un hombre de piel blanca,
que iba al norte, para Bolivia, para el lado de Santa Cruz, como expliqu, seguro que el abuelo de Rosa sera camba por la piel blanca.
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estar, en apariencia, en el mismo lugar sin correr tras la accin. Van acompaando a Rosa hacia adentro, en el decir lo mismo pero diferente, de otra
forma o con leves variaciones. Van comprendiendo que los adverbios de
negacin antes que adverbios, categoras, representan el despojo, la soledad; que el pronombre demostrativo adems de reemplazar al nombre
puede velar lo que an no se atreve a nombrar, puede ser enigma, como en
el eso utilizado al principio de la novela, o sea al principio del encuentro
con la doctora, refirindose al suicidio del padre. Lectura, voz (en todas
sus modulaciones meldicas de altura, velocidad, nfasis, tono) y sentido.
Puntuacin que da cuenta del vrtigo y la aceleracin y puntuacin que
desacelera y acerca. O el dilogo insustancial o profundo que permite conocerse y aprender del otro y que en novelas como Veladuras y Fahrenheit
451 despliegan todas sus tonalidades.
Y tambin vamos ponindole nombre a la experiencia de los personajes
o a la experiencia propia, vamos abstrayendo hechos y surgen el dilema,
la cultura, el lenguaje como acceso a la conciencia de uno mismo y al conocimiento.
Breves ejemplos ahora sobre el relato Historia sencilla de Atahualpa
Yupanqui, de alumnos de primer ao que muestran una escritura singular
y comprometida.
Encenda el tono de su rostro: Cuando Juana haca su maquillaje con
flores y su piel tomaba un rojo encendido. En cuanto a mi experiencia,
recuerdo a mi madre untndose maquillaje color piel en sus ojeras
por el desvelo.
Consumo: Juana es de baja economa y no puede comprar cosmticos
para maquillarse, usa las plantas para pintarse. Usa la naturaleza. Me
recuerda a mi to que con las plantas haca pintura para dibujar. A l le
encanta pintar y por eso cosecha y planta flores para sus cuadros.
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Varios chicos observaron el tono triste de la frase literaria y el borramiento de ese tono en lo que haban propuesto ellos. Pudieron ver cmo
aminoraba el dolor, la emocin, cmo cambiaba el clima, cmo desapareca
el tono gris, la profundidad, el nfasis, la perspectiva (palabra inusual en
el vocabulario de los alumnos). Se concluy entre todos en que hay como
dos historias en el fragmento literario, y por eso tal vez la perspectiva, una
general que involucra a la lluvia y a la experiencia humana y otra particular
que refiere a la historia especfica de los protagonistas.
Tomemos un contenido central como es el de los verbos y los tiempos
del relato. Esta forma de abordar la lengua y la literatura permite indagar y
comprender los tiempos de la historia particular, del relato, de la historia
general. Los verbos se van trabajando en este marco, sin necesidad de
explicar todas las conjugaciones en clases sucesivas hasta dar el tema
por concluido. Solo se ven los verbos que permiten problematizar sentidos,
comprender mejor ciertas situaciones. Y as se retoman a lo largo del ao
y no en el trimestre indicado en una planificacin.
La literatura ayuda a comprender los grandes temas que preocupan al
hombre, sin enunciar teoras sino viendo actuar, sentir y pensar a los personajes. Impregnados de la historia, los chicos van desechando la idea de que
hay que encontrar esa respuesta que encaja con la pregunta del cuestionario
y entender que la duda, la vacilacin y el error son valorados como parte de
las operaciones intelectuales y emocionales que posibilitan el aprendizaje.
Fueron capaces (incluso aquellos que apenas leen y escriben) de elaborar
conceptos y definiciones personales sobre cuestiones centrales que surgieron de los textos ledos en clase y luego remitirlas a sus vidas: hombrerebao, alienacin, felicidad, rebelin, pregunta, silencio, conflicto, pensar,
masivo, velocidad, ruido, muerte, perdn, locura, instinto, salvacin.
Trabajar como lo venimos describiendo exige dejar de lado la evaluacin
tradicional o los cuestionarios clsicos en los que responden todos lo mismo
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Philippe Meirieu.
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ENTENDER
PENSAR
HABLAR
ESCRIBIR
RESEAS
Luego de leer Fahrenheit 451 se les pidi a los chicos que definieran en
una lnea la novela. Una alumna dijo: Es la historia en la que nos despojan
de nosotros mismos y nos llenan el vaco. Sorprendente interpretacin de
la novela de Bradbury sobre la dificultad creciente de los seres humanos
para estar solos, tenernos como nica compaa.
La literatura no acta de modo directo, sino sigilosamente, es rodeo.
No nos dice cmo deberan ser las cosas, cmo proceder, como una gua
para triunfar, sino que da a entender que las cosas pueden ser de cierta
manera, pero tambin de otras, y que sea lo que fuere que acontezca, el
hombre, aun sin saberlo o negndolo, es siempre un animal literario, de
ficcin y palabras.
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EMOCIONARSE
DIALOGAR
ESCUCHAR
El leve pedro
Enrique Anderson
2304
Imbert
8002
758
AriStocrAciA
dE bArrio
Roberto Arlt
Una joven entra en estado de shock luego de una tragedia personal. Su familia llevaba una vida tranquila y armoniosa hasta que irrumpe una mujer a la que dan albergue
en su casa y de la cual su padre se enamora. Pero no se
trata de un simple adulterio, sino de la complejidad que
acarrea vivir con otros, armonizar culturas y prohibiciones. Se va recuperando por una suerte de doble terapia:
el relato de su vida y el placer que le despierta el arte
de las veladuras, con sus colores, materiales y formas.
Una tcnica que hace que un objeto nuevo parezca viejo
por la ptina del tiempo simulado. Lo velado, que cubre y
muestra, que se ve mejor porque exige una mirada ms
profunda. Como con el dolor. Rosa reparando objetos y
hablando, se va rehaciendo. Cada cosa en su lugar, un
poco de luz y el alma se va reparando.
Usted a m no me falte el respeto, porque yo soy jubilado, dice el hombre a una pantalonera, dando pie a explorar el rosario de frases tpicas en que incurren las clases
medias a la hora de justificar y ennoblecer sus pequeas
posesiones en su veneracin a las clases altas.
Diatriba cida para un sector social confiado en sus
logros laborales, aferrado a sus seguridades jubilatorias
y aprisionado por sus miedos al pueblo. Improductividad,
mediana, falta de aspiraciones vitales genuinas, derrotados antes de empezar, con slo un magro retiro como
norte.
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El bochN
Una jugada inusual define un partido de bochas: el bochn salta fuera de la cancha pero, en el rebote, vuelve
a entrar. Un rbitro la da por buena y el vencido se retira
furioso.
Al llegar a su casa encuentra a su hijo que ha vuelto al
hogar luego de haberse ido de manera conflictiva.
El padre, que no quiere mostrar debilidad pero que aora
tenerlo nuevamente en la familia, adopta la misma frmula para ganar al hijo. Se inviste de autoridad arbitral y
sentencia: bochn que vuelve, vale.
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Veladuras
PArbolA
dEl truEquE
902
Lenidas Barletta
El lAdrN
AlbErto bArrio
ngel Bonomini
El iNdigNo
1732
33
EmmA ZuNZ
1731
1603
lA mAdrE
dE ErNESto
Abelardo Castillo
1538
El ciElo ENtrE
loS durmiENtES
Humberto Costantini
El PAdrE
1340
lA hormigA
226
PrEmbulo A lAS
iNStruccioNES
PArA dAr cuErdA
Al rEloJ
Julio Cortzar
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Marco Denevi
Un hijo evoca a su padre, a la vuelta de los aos, tratando de comprender quin fue ese hombre que, terminada
la Segunda Guerra, deja la campia italiana y sus rutinas
ancestrales para emigrar a Amrica. En un recuerdo
recurrente, se ve junto a l regresando del trabajo en
bicicleta, a la hora de la cena. All aparece condensada
la forma de quererse. Duro, de una ternura reprimida
difcil de esconder, de pocas palabras, su padre hablaba
por sus actos, por su labor de obrero agrcola, de albail,
por sus habilidades para hacer cualquier trabajo, hasta
para fabricar una flauta. La red tentacular de acciones
y convicciones claras y sencillas de hombre de familia,
el desarraigo mudo, la conquista ardua de esta tierra
extranjera e inhspita son su legado.
35
550
Algo
muY grAVE
VA A SucEdEr
EN EStE PuEblo
Gabriel Garca Mrquez
lA fiEStA AJENA
1539
Liliana Heker
lA PElotA
920
246
YArAr como
mANguErA
Mempo Giardinelli
El ExtrAo
ftbol dE
loS mAYAS
Luis Gruss
36
550
Felisberto Hernndez
El iNocENtE
2220
Rudecindo, alienado mental, un nio que suele acompaar a su madre modista a la casa de una clienta,
tiene un gran poder sobre los animales, incluyendo unos
perros feroces que cuidan una quinta vecina.
Su imagen inexpresiva de Buda aletargado fascina a los
hijos de la duea de casa y es llevado como mascota
para sus juegos y correras. La expedicin preferida por
los hermanos es traspasar la verja de los perros y robar
naranjas. En su inocencia, Rudecindo, es un salvoconducto, una y otra vez, para que la jaura no ataque.
La presencia del deforme es habitual en la casa y constituye con el paso del tiempo un factor de perturbacin. Va
creciendo y adquiere nuevos rasgos.
Lo no dicho de su nueva condicin ser tambin la razn
de su macabro final.
37
lilA Y
lAS lucES
tE rEcuErdo
como ErAS
EN El ltimo
otoo
Un empleado, con todos los vicios del piola debe afrontar uno de los momentos ms vergonzosos de su vida.
Tiene un absceso anal. Las peripecias para explicar su
pedido de licencia en el trabajo, sus dificultades en el
hospital para hacerse entender por secretarias, porteros
y asistentes presentan una galera de situaciones grotescas que ponen de manifiesto los ancestrales pudores
existentes sobre determinadas zonas del cuerpo y las
implicancias de homosexualidad que stas generan.
2304
Bernardo Jobson
YZur
2309
Leopoldo Lugones
38
bitA
1125
156
Guillermo Martnez
lA rANA
quE quErA
SEr uNA rANA
AutNticA
Alcanzar la belleza o la autenticidad a travs de medios forzados y artificiales no resulta. Mucho menos si el empeo
se basa en obtener la aprobacin del entorno social. De
eso parece darse cuenta, aunque tardamente, la rana soada por Monterroso. Los esfuerzos destinados a complacer a los otros al costo de perder la identidad son intiles,
y, a la larga, contraproducentes. Habr que buscar por otro
lado y, sobre todo, no traicionar la esencia.
Augusto Monterroso
39
925
El club dE
loS PErfEctoS
Graciela Montes
lA ESPErA
3323
Daniel Moyano
40
El iluStrE Amor
1248
A lA dEriVA
956
Horacio Quiroga
Sur ViEJo
1706
Dalmiro Senz
Muere un Virrey del Ro de la Plata y se realizan sus funerales. Una recatada solterona de puertas adentro, una
sombra custodiada por persianas entreabiertas espa
el avance del cortejo. Decide incorporarse a la procesin que se dirige a la Catedral. Su llanto desconsolado
contrasta con el fastuoso trmite de un ritual sin emocin. En este juego de formas, jerarquas, solemnidades
y ornatos, en el contrapunto de pompa social y drama
ntimo, esta mujer de labores caseras, que no sabe de
hombres ni guerras, deja el destino de ser nadie por la
luminosa mentira de ser otra.
41
El iNtrPrEtE
820
910
AquEl
PEroNiSmo
dE JuguEtE
Osvaldo Soriano
PEtrlEo
1516
Hctor Tizn
42
ENTENDER
PENSAR
HABLAR
ESCRIBIR
EMOCIONARSE
DIALOGAR
ESCUCHAR
ENTENDER
PENSAR
HABLAR
ESCRIBIR
LECTURAS
GRABADAS
DOCENTES : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : :
EMOCIONARSE
DIALOGAR
ESCUCHAR