Cabecear Una Cuerda
Cabecear Una Cuerda
Cabecear Una Cuerda
Las cuerdas que empleamos los scouts para realizar nuestras construcciones en
campamento, y para una multitud de empleos más, están elaboradas por pequeños hilos de
algodón en la mayoría de los casos, o en su defecto, por pequeños hilos de algún material
similar. Sin embargo, cuando compramos las cuerdas, éstas habitualmente son trozadas de una
cuerda muchísimo más grande, de unos 100 metros aproximadamente. De allí nosotros
obtenemos las cuerdas que necesitamos, cuya medida óptima varía entre los 3 metros y los
3,20 metros. El problema que surge inmediatamente a la hora que adquirimos las cuerdas, es
que en sus extremos el deshilachamiento es rápido, perjudicando su estética, su funcionalidad
y además la longitud de la cuerda (pues o la vas cortando en la medida que se deshilacha, o si
no la cabeceas rápido se puede perder un buen trozo debido a lo que ya se ha deshilachado).
Una cuerda deshilachada en sus extremos, aparte de verse mal, entorpece el trabajo de quien
la utiliza haciendo nudos o realizando construcciones, por ejemplo.
Para evitar aquello, existen varias técnicas útiles que permiten cabecear la cuerda (o sea
realizar una intervención en los extremos de la cuerda a modo de evitar el deshilachamiento) y
evitar que nuestras cuerdas sean poco útiles. Existen varias técnicas como dijimos, sin embargo
existe una que es la más importante, y la que todo scout debería conocer y aplicar en sus
cuerdas, que es la que explicamos en último lugar. De todas formas explicaremos las técnicas
más importantes.
¾ Cinta adhesiva
Una técnica tan sencilla como la anterior es la consistente en poner
en los extremos de las cuerdas trozos de cinta adhesiva (particularmente
útil en este sentido es la huincha hiladora), de forma medianamente
apretada, pues sólo así podrá cumplir su objetivo, que es que la cuerda no
se deshilache. Al igual que el método anterior, es insuficiente a la hora de
evitar el deshilachamiento. Además adolece del problema que si la cuerda
se humedece, o si el pegamento afloja, la cinta se despegará de la cuerda.
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Documento elaborado por Waldo Antoine, Sub-Jefe de la Tropa Kilahuancü.
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¾ Laca o cola fría
Ya sea con pintura o con cola fría, los extremos de la cuerda se pueden cabecear de
forma algo más eficaz que los métodos anteriores, aunque a la hora de aplicar esta técnica, el
proceso es irreversible. La pintura más útil para cabecear es la laca, y si utilizas pintura, puedes
emplear los colores de tu patrulla para de esta forma identificar de forma mucho más fácil tus
cuerdas.
Cuando cabeceas con pintura laca o cola fría, el proceso es el siguiente: Antes que
todo, recorta los bordes de la cuerda, cosa que no hayan hilachas muy grandes que
entorpezcan el cabeceo. Tras esto, tomas el extremo de la cuerda y la untas en la pintura o en
la cola fría, sólo la parte a cabecear (dos o tres centímetros de cuerda). Luego retiras la cuerda
y con tus dedos (si usas pintura, procura tener parafina cerca para luego limpiarte las manos y
que no se te dañen con la pintura) vas apretando la zona con pintura, hasta que notes que el
borde está bien cohesionado. Cuando hayas hecho esto en los dos extremos de la cuerda, ya
sea en un gancho para colgar ropa o en un palo horizontal, cuelga las cuerdas para que se
seque la pintura. Tras un día la pintura debería estar seca, y cuando ello ocurra, tu cuerda ya
puede ser utilizada.
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¾ Envuelve el hilo alrededor de la cuerda y sobre el
lazo, con esmero (sin que las vueltas que hagas con
el hilo pasen unas encima de las otras), corriendo tu
dedo pulgar hacia atrás poco a poco, para mantener
el lazo en su lugar. Cuando tengas cerca de dos
centímetros de vueltas con el hilo, introduce el
extremo del hilo (C) con el que diste las vueltas, en el
lazo (A), manteniendo el resto del hilo siempre tenso.