Imagenes y Cuadros de Grecia y Roma

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 25

Romulo y remo

El rapto de las sabinas

Duelo entre horacios y curiacios por el dominio de Alba Longa

Brutus y otros
familiares de Lucrecia se conjuran, ante su cadver, para acabar con la tirana
de Tarquinio

Vestimenta tpica de patricios (izquierda) y plebeyos romanos

Humillados. Los romanos son obligados a pasar bajo el yugo de las lanzas
enemigas, en una de sus derrotas frente a los pueblos samnitas, al Sur de
Roma.

La Primera Guerra Pnica tiene un fuerte componente de guerra naval, donde los
cartagineses llevaron inicialmente la ventaja, por su mayor experiencia.

Anbal atravesando los Alpes con su ejrcito

MAPAS DE LA SEGUNDA GUERRA PNICA

Situacin de partida
Durante los aos que siguieron a la primera confrontacin, los pnicos haban extendido su
dominio por la pennsula Ibrica, para poder pagar a Roma las cuantiosas indemnizaciones
de guerra y para gozar de una zona de expansin lejos de su rival, sin peligro de colisionar
con sus intereses. Les haba ido tan bien, que Cartago volva a ser fuerte.
El tratado del Ebro. Roma contemplaba la recuperacin de los pnicos con creciente
preocupacin. El ao 226 una embajada romana se entrevist con los Barca (no
directamente con Cartago sino con los jefes militares en la Pennsula Ibrica) obligandoles
a fijar un lmite a su expansin en la barrera del ro Ebro. Los Barca estaban todava lejos
de esa lnea y no opusieron demasiada resistencia.

Roma exiga a Cartago mantenerse apartado de cualquier escenario cercano a sus intereses.
Si los pnicos se extendan demasiado hacia el Norte, adems de afectar a las colonias
griegas dominadas por Massilia (aliada de Roma), podan llegar a conectar con las tribus
galas del Norte de Italia, tradicional amenaza de Roma, que haban sido recientemente
sometidas. Y Roma no estaba dispuesta a asumir ese riesgo.

Desarrollo del conflicto

1. Sagunto, el casus belli (218)


Roma buscaba la guerra como nico modo de frenar la peligrosa recuperacin de Cartago.
Firmando un pacto con la ciudad de Sagunto, desafiaba a Cartago con una clara
provocacin, pues supona una clara violacin del tratado del Ebro.
Anbal (hijo de Amlcar Barca y jefe del pujante ejrcito pnico en la Pennsula) no estaba
dispuesto a someterse indefinidamente a las exigencias crecientes de Roma, que acabaran
animando a las tribus iberas a la rebelin, y puso sitio a Sagunto el 219.
Roma no ayud a su aliado, sino que dej que Sagunto cayera (ao 218) y slo entonces
declar la guerra a Cartago.

2. El plan de Roma: doble invasin


Al contrario que en la primera Guerra Pnica, Roma era ahora ms fuerte por mar, y planea
un doble desembarco: en Africa y en Iberia. Fiel a su estilo directo y agresivo, Roma busca
decidir la guerra de modo fulminante, asestando una golpe decisivo en los dos puntos
neurlgicos del enemigo.

Uno de los cnsules, Publio Cornelio Escipin, desembarcar en Massilia


con dos legiones (20.000 hombres), para enfrentarse a Anbal en Iberia.

El otro cnsul, Sempronio Longo, viajar a Sicilia con otras dos legiones,
para preparar el desembarco en Africa.

Una quinta legin, al mando del pretor Manlio, se desplazar al valle del
Po, para supervisar la lealtad de las belicosas tribus galas.

3. Reaccin fulgurante de Anbal


Nada ms conocer la declaracin de guerra, Anbal se pone en movimiento, decidido a
ganar por la mano a los romanos. Tiene que evitar a toda costa la guerra en Iberia, pues la
presencia de Roma en la pennsula fomentara la rebelin de muchas tribus, poniendo en
peligro todo lo realizado en esos aos. Para ello, debe llevar la contienda a suelo italiano.
Pero cmo llegar hasta all con un ejrcito? Una vez eliminadas las bases pnicas en
Sicilia y Crcega, Italia no est a tiro para una gran flota de galeras. Adems, el podero
naval pnico haba menguado mucho. De modo que decide invadir Italia por tierra,
atravesando los Alpes: una de las acciones militares ms audaces y brillantes de toda la
Historia.
Al frente de un gran ejrcito, parte hacia el Norte a lo largo de la costa. En Jun 218 cruza el
Ebro. Tiene duros enfrentamientos con las tribus asentadas en la actual costa catalana, pero
finalmente se abre paso hasta los Pirineos.

4. Problemas de Roma con los galos


Frente a la rapidez pnica, Roma se enfrasca sofocando la rebelin de los galos del valle
del Po (alentados probablemente por la diplomacia pnica). La legin de Manlio es
destruida y Escipin, que estaba en Pisa preparando el embarque hacia Massilia, debe
enviar una de sus dos legiones. El peligro es conjurado, pero se pierde un tiempo precioso.
Cuando Escipin llega finalmente a Massilia, se entera de que Anbal ha cruzado ya los
Pirineos.

5. Anbal se escapa y cruza los Alpes


Escipin dirige sus legiones hasta el Rdano, para intentar frenar all a Anbal.
Anbal consigue alcanzar el Rdano sin necesidad de librar batallas contra las tribus
autctonas, gracias a una actividad diplomtica basada en regalos y amenazas. Para
esquivar cualquier encuentro con los romanos, atraviesa el ro lejos de su desembocadura, a
unos 120 Km de la costa. Cuando Escipin se da cuenta, intenta perseguirle ro arriba,
pero Anbal se le escapa, de modo que decide prepararse para enfentarse a l al otro lado de
los Alpes.
Anbal atraviesa los Alpes a comienzos de noviembre de 218, con varias docenas de
elefantes y hostigado por las tribus galas, episodio que ha inflamado siempre la
imaginacin popular.

6. Roma readapta su estrategia


Escipin debe ajustar su estrategia:

Por un lado mantiene el plan original de entrar en Iberia, confiando el


mando de su ejrcito a su hermano Cneo.
Mientras l se encamina al Valle del Po, para tomar el mando de la
legin all asentada, y pide refuerzos al Senado para hacer frente a
Anbal.

En lugar de ordenar nuevas levas, el Senado decide posponer la invasin de Africa y


enviar al Po como refuerzo las dos legiones de Sempronio, instaladas en Sicilia.

7. Primer encuentro: Tesino


Sin esperar la llegada de los refuerzos de Sempronio, Escipin va al encuentro del ejrcito
de Anbal. Instala el campamento en la orilla oriental del ro Tesino, afluente septentrional
del Po, y cruza el ro para realizar labores de reconocimiento. De improviso se encuentra
con la avanzadilla pnica y se libra una pequea escaramuza. La batalla, de poca entidad,
tiene gran valor simblico: es la primera victoria de Anbal, que se gana la confianza de los
galos, y el propio cnsul, Escipin, resulta malherido.

8. Primera batalla campal: Trebia (dic. 218)


Los romanos se retiran al sur del Po, y acampan en la orilla oriental del Trebia. Sempronio
se une al ejrcito de Escipin en diciembre. Impaciente por combatir, Sempronio desestima
el consejo de Escipin (an convaleciente) de pedir nuevos refuerzos y se deja atraer por
Anbal al terreno que ste haba preparado, en la orilla pnica del ro, sufriendo una gran
derrota.
Las victorias de Tesino y Trebia alientan la rebelin de los galos, que se pasan en gran
nmero al bando de Anbal.
Hasta aqu, todo ha ocurrido en menos de un ao. Llega el invierno y los restos del ejrcito
romano se retiran a las colonias romanas de Placentia y Cremona, mientras Anbal se retira
entre los galos. (Durante el invierno, mueren todos los elefantes de Anbal, menos uno).

9. La campaa de 217: estrategia defensiva


Los nuevos cnsules romanos para 217 son Flaminio y Servilio, ambos destinados a
contener a Anbal con sendos ejrcitos. Escipin es enviado a Hispania como procnsul,
unindose a su hermano Cneo.
Otros importantes escenarios de guerra donde Roma enva legiones ese ao son: Sicilia,
Cerdea y la propia ciudad de Roma (lgicamente, fuera del pomerium, el lmite sagrado e
inviolable de la ciudad).
En todas partes, se trata de una estrategia defensiva, excepto en Hispania, donde los
Escipiones no han renunciado a hostigar al enemigo en su propio territorio.

10. Intentando contener a Anbal


Anbal poda penetrar en el interior de la pennsula por dos vas: las que discurren a ambos
lados de los Apeninos. Los dos cnsules se dividen para taponar ambas vas:

Flaminio, con sus dos legiones, se sita en Lucca, para defender las vas
de Etruria
Servilio, con otras dos legiones, en Ariminum, para proteger la via
Flaminia.

11. Anbal cruza los Apeninos


Como siempre, Anbal hace lo imprevisible: atraviesa los Apeninos y entra en Etruria por
Faesulae (junto a la actual Florencia). En las zonas pantanosas en torno al Arno, Anbal
contrae una oftalma, que le har perder la visin del ojo izquierdo.
En Faesulae enva exploradores. Al enterarse de que el ejrcito de Flaminio se encuentra en
Arretium, decide prepararle a una emboscada: se encamina a marchas forzadas hacia Roma,

sobrepasando la posicin de Flaminio, para obligarle a perseguirle. Eso le permitir escoger


un terreno favorable para el choque, y evitar que se le una el ejrcito de Servilio.

12. La batalla de Trasimeno


Los romanos creen que los pnicos estn huyendo de ellos y, llenos de euforia, se dejan
coger en una trampa. Flaminio penetra con todo su ejrcito por un estrecho pasillo entre las
colinas y la orilla del lago Trasimeno, por donde Anbal haba pasado el da anterior.
Durante la noche, Anbal haba dispuesto a su ejrcito a lo largo del pasillo, escondido tras
las colinas, y las legiones de Flaminio son masacradas.
Mientras los romanos supervivientes son apresados, Anbal permite a los aliados de Roma
regresar a sus hogares: quiere presentarse en Italia como hombre clemente, liberador de la
opresin romana.
Las noticias de la gran derrota siembran el pnico en Roma (VER RELATO), que toma una
medida excepcional para resistir a Anbal: concentrar todo el poder en un solo hombre.
Nombran dictador por 6 meses a Fabio Mximo, y lugarteniente suyo a Minucio Rufo.

13. Anbal no marcha contra Roma


A diferencia de lo ocurrido entre los galos del Norte, la proclama de libertad de Anbal no
triunfa en Italia central. Sea por temor a sus legiones o por estar satisfechas del dominio
romano, las ciudades del centro de Italia permanecen fieles a Roma.
La estrategia de Anbal nunca busc atacar Roma directamente, sino cegar la fuente de
donde extraa su inagotable fuerza: su gigantesca red de alianzas por toda Italia.
Fracasado su intento en la zona central, decide probar en el Sur de la pennsula, de
colonizacin ms reciente. Pero primero se dirige al Adritico para dar descanso a sus
tropas, debilitadas y enfermas por las largas marchas y los combates.

14. La estrategia de Fabio, el prudente


Escarmentado por las tres derrotas romanas contra Anbal, Fabio concibio una estrategia de
mxima prudencia: mantener a Anbal siempre vigilado, acampar junto a l en zonas
elevadas, donde el pnico no se atrevera a atacarle, pero no aceptar batallas en campo
abierto. Fabio acosaba a Anbal en espera de un descuido, dificultaba sus movimientos,
atacaba a los destacamentos que salan en busca de abastecimiento...
Era una estrategia paciente, de medio plazo, poco coherente con el espritu tradicional de
Roma, que le vali el sobrenombre de Cunctator, el vacilante.
Fabio acompaa la marcha de Anbal hasta Apulia, y luego a travs de las montaas del
Samnio hacia la frtil llanura de Campania, en los alrededores de Capua.

15. Anbal atrapado, consigue escapar


Anbal tena que mover continuamente a su ejrcito para poder alimentarlo: necesitaba
saquear las ciudades por donde pasaba para conseguir grano y ganado... y botn para
mantener la moral de las tropas. Buscando una base segura para pasar el invierno, decide
volver al Adritico, pero las vas para salir de Campania son montaosas.
Fabio ve la oportunidad y hace una jugada maestra: enva a Minucio con 4.000 hombres
para cerrar el paso de montaa que deba atravesar Anbal, mientras l, con el resto del
ejrcito, acampa a media ladera. Anbal queda encerrado en el pequeo valle.
Pero el pnico consigue escapar de la ratonera mediante una brillante maniobra de engao.
Por la noche, enva 2.000 bueyes colina arriba, con antorchas atadas a los cuernos. Minucio
piensa que el ejrcito pnico se pone en movimiento para escapar de la trampa cruzando la
montaa, y sale a encontrarse con l. As, deja el paso libre por donde Anbal pasa
tranquilamente con su ejrcito y todo el botn.

16. Roma decide enfrentarse a Anbal


Descontenta con la estrategia de Fabio Mximo, Roma escoge para el nuevo ao (216) dos
cnsules ms decididos, Emilio Paulo y Terencio Varrn, y les confa el ejrcito ms grande
que jams haba puesto en pie de guerra: 4 legiones a cada uno, unos 75.000 hombres. Esta
vez, habra batalla campal.
Los cnsules marchan a encontrar a Anbal en Apulia (a 400 km. de Roma), donde otro
ejrcito vigilaba todos sus movimientos. Anbal acababa de tomar la fortaleza en ruinas de
Cannas, situada en una pequea colina. A sus pies se extiende una amplia llanura, recorrida
por el ro Aufido.

17. El desastre de Cannas (2 ago 216)


Con fuerzas inferiores en nmero y en un terrero escogido por los romanos (entre el ro y la
pendiente), Anbal dirigi la que se ha llamado batalla perfecta, admirada y estudiada por
los militares de todos los tiempos hasta nuestros das. Su tctica consisti en aprovechar la
misma fuerza de ataque del enemigo para utilizarla en su contra.
Cuando los romanos ya haba penetrado suficientemente en sus filas, eufricos al creerse
victoriosos, realiz una maniobra envolvente con tropas de refresco (que haba situado en
dos columnas, detrs de la lnea de choque), que tritur al ejrcito romano.
En los flancos, la caballera pnica puso en fuga a la romana, y luego atac al enemigo por
la retaguardia.

Resultado: 50.000 muertos en el bando romano, entre ellos Emilio Paulo y unos 80
senadores, y ms de 20.000 prisioneros.
Anbal no marcha contra Roma. Despus de Cannas, todos pensaban que Anbal
marchara sobre Roma para conquistarla. Los historiadores han discutido siempre sobre qu
habra ocurrido si Anbal hubiera atacado Roma.
Roma no se rinde. Anbal envi un emisario a Roma para negociar el rescate de los
prisioneros romanos (muchos de ellos hijos de familias influyentes) y quizs la paz. Pero el
Senado le neg la entrada en la ciudad y prohibi el pago de ningn rescate (VER RELATO).
Roma luchara hasta la muerte. Anbal queda sorprendido.

18. Consecuencias de Cannas


Defecciones en masa. La batalla de Cannas consigui por fin la desercin de un gran
nmero de ciudades. Desde Campania hacia el Sur, casi toda la Italia meridional se pasa al
bando de Anbal. El mayor golpe fue la traicin de Capua, la ciudad ms importante de
Italia despus de Roma.
Permanencen fieles: el Lacio, Umbra y Etruria, todo el centro de la Pennsula, que impide
que contacten las dos zonas rebeldes. Roma cuenta adems con varias colonias bien
fortificadas que haba ido estableciendo estratgicamente por todo el territorio. Ahora son
como islotes en territorio hostil. Y tambin haban resistido las ciudades griegas del Sur (la
antigua Magna Grecia), fortificadas y con salida al mar.
Reaccin de Roma. En la ciudad, la conmocin por el desastre es enorme, pero mayor an
la voluntad inquebrantable de seguir luchando. A base de reclutar adolescentes, esclavos,
delincuentes... se ponen en pie de guerra 19 legiones.
Retorno a la prudencia. Cannas mostr la sabidura de la estrategia prudente de Fabio
Mximo, cuyas lneas se siguieron a partir de entonces a rajatabla.
Cambia el tipo de guerra. Contar con aliados y amplios territorios amigos cambi
tambin radicalmente la estrategia de Anbal en Italia, pero eso lo veremos ya en el prximo
captulo.

RELATOS DE LA SEGUNDA GUERRA PNICA


Roma en estado de shock tras la derrota de Trasimeno

Anbal acaba de aniquilar al ejrcito del cnsul Flaminio junto al lago Trasimeno, a pocas
jornadas de Roma. Los supervivientes van llegando a Roma e informan del desastre...
Los supervivientes de la batalla de Cannas
Qu fue de los romanos que cayeron en manos de Anbal y de los que consiguieron huir.
Severidad del Senado romano. Odisea que hubieron de sufrir antes de poder regresar a sus
hogares.

Escipin el Africano

Catn el Viejo

Julio Csar cae asesinado a la entrada de la Curia. Un nutrido grupo de


senadores, con Brutus a la cabeza, se haba conjurado para darle muerte, en
un intento desesperado por salvar la Repblica.

Augusto utiliz profusamente la iconografa para reforzar la legitimidad de su


poder. En esta pieza (llamada "Gemma Augustea", 22 cm. de ancho, tallada
hacia el ao 10 a.C.), aparece representado como Jpiter, sentado junto a la
diosa Roma.

Claudio, descubierto por la guardia pretoriana temblando de miedo tras una


cortina, es proclamado emperador despus del asesinato de Calgula

El arquitecto del Coliseo presenta al emperador Vespasiano una maqueta del


proyecto

El emperador Adriano en actitud reflexiva

El emperador Septimio Severo se incorpora para reprochar a su hijo Caracalla


que intentara asesinarle.

Imagen de los cuatro tetrarcas que gobernaron el Imperio con Diocleciano

También podría gustarte