El Duelo y Las Experiencias de Perdida
El Duelo y Las Experiencias de Perdida
El Duelo y Las Experiencias de Perdida
20
El duelo y las experiencias de prdida
JORGE TIZN GARCA
El Sr. Rubianes haba acudido tan slo ocasionalmente a su mdico de familia, situado en un
municipio semiurbano del norte de Espaa.
Cuando se present en esta ocasin, contaba 62
aos, pero al doctor y a la enfermera les pareci que
haba envejecido ms de cinco desde la anterior
visita, un ao antes, para la vacunacin por la
gripe. Se sent a distancia, con una expresin entre
distante, hiertica y resignada en el rostro.
Comenz toda una letana de quejas somticas,
principalmente de cefaleas, entonada con un autntico
tono de letana. El mdico observ que no le
miraba nunca a la cara y que haba perdido espontaneidad, alegra y capacidad de contacto...
Entonces record que unos seis u ocho aos antes
haba padecido una fase depresiva, cuyo tratamiento haba sido rpido y, al parecer, sin recadas.
Sr. Rubianes, le veo algo, no s, como desanimado, como si hubiera perdido la ilusin o algo
as. Muy diferente de las otras veces apunt el
doctor... y aguant el largo y tenso silencio
siguiente a su intento de facilitacin.
Recuerdo que antes me hablaba bien directamente, y tena muchas cosas que decirme y preguntarme siempre. Algo debe haber pasado, porque
le encuentro muy cambiado de carcter y estado
de nimo...
Y cmo quiere usted que est, doctor? En unos
meses lo he perdido todo. Bueno: todo no. Me queda
una pensin y una casa, pero la tienda la tuve que
cerrar. Ya sabe usted: los supermercados arrasan
con todo y, al final, me han hundido bien hundido.
A partir de ah, el Sr. Rubianes y su mdico de
cabecera pudieron reconducir la visita y la orientacin teraputica: era evidente que el duelo por la
prdida del trabajo, la pequea tienda de ultramarinos que haba mantenido durante ms de
treinta aos, haba sumido al Sr. Rubianes en un
duelo patolgico que haba dado paso a una franca y
severa depresin, como pudo explorarse despus.
Segn el punto de vista de la psicologa de la relacin6, los procesos de duelo, como procesos bsicamente mentales que son, pueden o no pueden dar
lugar a conductas expresivas de tal situacin intrapersonal. As, ante la prdida de, por ejemplo, un ser
querido, hay quien la exterioriza en el luto y los
rituales sociales ante la prdida. Tambin hay personas (y culturas) en las que se tiende ms bien a no
exteriorizar en comportamientos el sufrimiento
interno por la prdida. Pero ello no obsta para que
todas esas prdidas o frustraciones, si van acompaadas por su representacin mental, si son percibidas
a nivel consciente o inconsciente como prdidas,
despierten toda una serie de emociones y sentimientos
que van desde la tristeza y el dolor a la rabia y
FUNDAMENTACION DE LA IMPORTANCIA
BIOGRFICA Y SANITARIA DE LOS PROCESOS
DE DUELO
Perspectiva psicolgica
Toda la vida humana e incluso cualquier avance o
desarrollo en cualquier campo se halla jalonado por
prdidas. En este sentido, la vida humana y el crecimiento o desarrollo psicolgico pueden entenderse
como un conjunto de procesos de duelo escalonados e
imbrincados. No es posible evitar los duelos; ahora
bien, puede reaccionarse ante ellos de forma manaca,
negando el dolor y la prdida; de forma melanclica;
de forma paranoide... Tambin, somatizando el
sufrimiento mental (enfermedades "psicosomticas") o de otras formas14'19.
Naturalmente, el inicio de los primeros duelos acaece
en el infante de das o meses cada vez que la madre
deseada o los aspectos deseados de la madre
ibjetos parciales) no acuden a subvenir sus necesida3S. Por tanto, las primeras situaciones de prdida de i
amado se dan ya desde los primeros momentos de L
vida y de ah tambin el papel crucial que desem-3a
la madre como el otro externo primordial del ser
umano en formacin, como objeto de las pulsiones y
ecesidades del beb. Es la madre o substitua, junto
>n el medio que ayuda en la contencin emocional de
sta, la que ha de ayudar a elaborar la compleja serie e
sentimientos que sus desapariciones momentneas
rovocan. Es la madre o persona sustitutiva (y, en
=neral, el tringulo primordial madre-padre-capaciades del hijo) la que proporcionar los apoyos fundalentales para soportar la prdida, el dolor... De ah
imbin que las prdidas importantes en la vida sue-in
acercar a los individuos que las sufren nueva-lente al
hogar familiar o a su recuerdo20. Esas perdas en la
relacin entre el nio y los objetos familiares 3 reiteran
hasta que el nio logra hacerse una repre-ntacin
(una fantasa) de la permanencia del objeto, pesar de
que externamente el objeto se haya alejado. a.
permanencia del objeto, para los bebs de nuestra
altura, se logra entre los 3 y 9 meses de forma estaLe. Pero el proceso est jalonado de prdidas y reenaentros7'9'21-23. Esas prdidas se concretan y drama-zan,
adems, en una situacin tpica de duelo: el estete,
es decir, la prdida del pecho materno (o la ardida
del bibern y los cambios de alimentacin).
Posteriormente, las prdidas van a ser frecuentes
variadas y no hay forma de evitarlas. Todo ello,
aturalmente, si no perdemos antes el nico objeto
aya prdida nunca se puede elaborar suficientelente: la propia vida.
En general, desde el punto de vista psicolgico se
ibe que la no elaboracin de un duelo importante
redispone hacia dificultades con otros duelos. Un
uelo o un conjunto de duelos mal elaborados puede unificarse en cualquiera de las formas de la psicopa)loga; tambin puede hacer recaer al individuo en su
sicopatologa, desequilibrando sus sistemas de conyicra2'6'24. Los sistemas para la contencin del desemlibrio emocional van a ser bsicamente los mismos
ue los sistemas para la elaboracin del duelo: 1) el
mndo interno y los objetos internos; 2) el yo y los sisimas y capacidades yoicas; 3) el cuerpo y el self cororal; 4) la familia; 5) las redes no profesionalizadas e
asistencia y 6) las redes profesionalizadas24. Si esos
sistemas y medios de contencin del dolor
sufrimiento emocional son lo suficientemente
ceptivos y flexibles, un duelo elaborado puede
aponer un aumento de la creatividad del individuo. 1
contrario, existe suficiente evidencia, tanto clnica
jmo de estudios observacionales, correlacinales y
stadsticos acerca de cmo un duelo insuficientelente elaborado lleva a una cronificacin del sufriliento psicolgico, a trastornos psicosociales y a la
plosin de diversos tipos de psicopatologa8>9>22>25-27.
Perspectiva psicosocial
La forma de elaborar los duelos y transiciones
psicosociales es un componente fundamental de
nuestra adaptacin al entorno. Tambin de nuestras
adaptaciones y dificultades en la relacin social. De
ah que los procesos de duelo posean una tan importante repercusin en la vida social del individuo, tal
como esquematiza la figura 1.
Si bien lo que desencadena un duelo en una persona es siempre idiosincrsico de la misma, existen
situaciones que prcticamente en todos los seres
humanos desencadenan duelos de cierta importancia.
Son las situaciones que denominamos transiciones o
crisis psicosociales28 y que, a nivel sanitario, implican
factores de riesgo situacionales y pueden entenderse
como situaciones de riesgo (tablas I y II). En tal
sentido, un elemento bsico de cada cultura son una
serie de costumbres y normas sociales con respecto a
esas transiciones psicosociales caractersticas de la
misma: orfandad, separaciones, entrada en la edad
adulta, etc. (tabla I). La mayora de las culturas
incluirn entre sus elementos ms indelebles y
centrales los ritos con respecto a la enfermedad, la
prdida, la muerte, el luto...
TABLA!. TRANSICIONES
PSICOSOCIALES FUNDAMENTALES*
1. En la infancia
a) Ruptura matrimonial.
b) Embarazo (especialmente el primero).
c) Aborto (ms si es repetido, 21 31).
d) Nacimiento de un nio disminuido.
e) Prdida del trabajo.
f) Prdida de un progenitor.
g) Emigracin.
4. En los adultos y ancianos
a) Jubilacin.
b) Prdida de las funciones fsicas.
c) Duelo por familiares o allegados.
d) Prdida del ambiente familiar, por ejemplo, al
ingresar en residencias de ancianos.
e) Enfermedad o incapacidad en miembros prximos de
la familia.
* Tomada de RCGP (1981) y de Ciurana y Tizn (1993).
1. Factores situacionales
2. Factores de vulnerabilidad
c) Desempleo.
de radiografas en la que ninguno de los dos confiaba... y con una nueva frustracin.
En esa visita pero no en las siguientes al Dr.
Glvez le "faltaron los reflejos" (emocionales) de
los que en otras ocasiones s dispone. Y sin
embargo cuntas pistas haba dado la Sra. Mara,
ya de entrada!: su luto riguroso (duelo reciente,
duelos encadenados, depresin...?), su sentirse
"rabiosa", su dificultad para pensar, estar sola, su
dificultad tal vez de ponerse en contacto con la
prdida (en el sof, en la cama...).
Perspectiva biolgica
interesantes resultados. En el captulo de los cambios endocrinos, desde la postulacin del sndrome
general de adaptacin por Selye en 1950 hasta hoy,
se ha investigado en repetidas ocasiones su desencadenamiento en diversos tipos de duelos y prdidas. El resultado es que, en general, se han puesto de
relieve complejas interacciones psico-neuro-endocrino-inmunitarias. Parece hoy generalizadamente
asumido que los efectos y el sustrato biolgico de las
reacciones de duelo tienen que ver con alteraciones e
inestabilidad en el eje hipotlamo-hipfisis-suprarrenales y la mediacin del sistema nervioso simptico
y el cortisol...31-35.
Segn la intensidad, gravedad y momentos de los
duelos, se han hallado cambios en la produccin
endocrina del timo y un aumento de la sntesis de
reactantes de fase aguda; cambios en el ACTH que
se correlacionan con las alteraciones de los linfocitos
totales33 y de la epinefrina, correlacionando con los
CD4 y la tasa CD4/CD8; de los niveles de norepinefrina con los linfocitos totales, los CD3, CD4 y las
clulas NK...si-35.
En general, se postula que los duelos graves tienden a cursar con linfocitopenia en los animales
investigados y con descensos de CD4 y CD831. Como
consecuencia, con un aumento a la susceptibilidad a
1. Transtornos de la "personalidad".
7. Otros.
I. Impacto, crisis.
III. Desesperanza.
Depresin
Prdida
Ms lejana, inconsciente,
repetida o no proporcionada al
estado afectivo del sujeto.
Duelo
Motivaciones
Apata.
Cogniciones
Biologa
Afectos depresivos.
Sentimiento de vaco.
Ira, resentimiento.
Ansiedades "depresivas" y
persecutorias entremezcladas.
Vergenza.
Culpa (persecutoria).
Se afecta la capacidad de
concentracin.
Ideacin negativa acerca
del
pasado,
presente,
futuro, del s mismo y/o
del mundo.
Trastornos del sueo.
Tr. del apetito.
Cambios hormonales.
Cambios en los
neurotransmisores.
Cambios inmunolgicos.
iables antropolgicas
ay prdidas que suelen desencadenar, en la yora
de los miembros de nuestra sociedad, pros de
duelo de gran complejidad y extremada-nte
dolorosos (por ejemplo, la muerte de la dre). En el
caso del nio de menos de 11 aos, s prdidas o
abandonos suponen serios y graves ;ores de riesgo.
Tambin, en cualquier edad, ndo la relacin
sujeto-objeto era de intensa bivalencia (amor-odio)
o si el sujeto dependa psi-)gica o socialmente del
muerto. Adems, los proas de duelo suelen afectar
especialmente y, por lo to, son ms difciles de
elaborar, cuando las ertes se producen "contra la
secuencia natural de ida" (por ejemplo, en los
jvenes):
Desde que muri su nico hijo, la Sra. Aurora w
ha logrado reponerse por completo. Tiene 65 ios
y la prdida le sobrevino a los 60, cuando su lijo
contaba 36 aos y "me haba dado ya dos /izeos.
Pobres nios, qu harn ahora sin su ladre1?. Es
verdad que Celia es una buena mujer, tero sin l...".
Al ao de la muerte fue tratada de una supuesta
depresin por un servicio de psiquia-ra. Se le
administraron antidepresivos a dosis titas
durante ms de dos aos... con lo cual laya lifcil
elaboracin qued casi por completo "congelada".
Despus, a pesar de los ATD, comenz a '.xtenderse
un cuadro somatomorfo complejo, probablemente
a base de "equivalentes depresi->os". Cuando el
Dr. Rubio, su mdico de cabecera, harto de
tratamientos crnicos cuya justificacin estaba
cada da menos clara, le retir progresivamente
los ATD, volvi a padecer un estado de tristeza
intensa con sntomas depresi-)os, as como
momentos de "inundacin" por 'epresentaciones y,
sobre todo, sueos, en los que ipareca su hijo, su
hijo enfermo, su hijo o sus lietos mutilados... El
mdico comprendi entonces por qu en el
servicio de psiquiatra no se kaban decidido a
bajar las dosis de ATD. La angustia de la Sra.
Aurora ante tales sueos y 'antasas adquira
caractersticas totalmente persecutorias: "Haga lo
que quiera conmigo, doc-lor. Pero quteme esos
sueos y esas cosas que ne vienen a la cabeza!".
Tras la interconsulta con un equipo de salud
nental de orientacin psicodinmica, lo que el
ioctor Rubio se decidi a hacer fue, precisamente, ayudarle a que expresara esos sueos y
c
antasas. Su objetivo (y su esperanza): tener
mfrente a un otro que no se aterroriza tanto :omo
ella, tal vez pudiera ayudarla a soportar ?se tipo
de fantasas y sentimientos y, con ello,
Variables psicosociales
Es de conocimiento comn que las condiciones de
vida precarias dificultan la elaboracin de los
duelos y son una de las causas ms frecuentes de
la salida "somatizada", "psicosomtica" y/o
paranoide de los mismos11-14. El aislamiento
social, la falta de intimidad, la existencia de
prcticas sociales que dificultan el duelo, el
entremezclamiento del duelo con
problemas sanitarios, la forma de comunicar la prdida41, etc., son circunstancias psicosociales del
sujeto que afectan a los procesos de duelo.
Variables intrapersonales
Pero todas las circunstancias que influyen en la elaboracin del duelo son mediadas por la
personalidad del sujeto en duelo. No podemos
extendernos aqu acerca de cmo los diversos tipos
de personalidad influyen en la elaboracin o no
elaboracin del duelo. En el apartado acerca de las
formas del duelo patolgico diremos unos breves
apuntes al respecto, pero en la tabla VII el lector
puede encontrar algunas circunstancias que tienden
a dificultar la elaboracin del duelo y, por lo tanto,
facilitan el desarrollo de "duelos patolgicos" o de
"salidas psicopatolgicas del duelo".
TABLA VIL
PERSONALIDAD Y VIVENCIAS BSICAS DEL SUJETO ESPECIALMENTE
Sin embargo, probablemente la va de comprensin del tema ms accesible desde la APS sea la
que aparece en la tabla IX: diversas formas de
presentarse el paciente en el cual la evolucin del
duelo se ha detenido, ha derivado hacia
estructuras de relacin psicopatolgicas o ha
potenciado estructuras psicopatolgicas previas.
En las tablas X y XI intentamos proporcionar
algunos indicadores de tales procesos de "duelo
patolgico".
En ocasiones, las prdidas estimulan las ansiedades paranoides que pueden llevar a una tenden-
Sntomas
Experiencias intensas, repetidas o prolongadas pueden]
llevar a la manifestacin de sntomas de esa fase mediante
las siguientes vas:
>
Suceso, prdida.
>
I. Impacto:
>
Horror, pena, afliccin, ira, protesta...
II. Afliccin y pena/protesta, resentimiento.
>
III. Negacin:
V. Elaboracin:
>
Duelo "normal"
Afliccin: pena-tristeza-protesta.
Tristeza y momentos de euforia reactiva.
Desesperanza reversible.
Aceptacin y reorganizacin final.
Pero
La desesperanza irreversible
o
los sntomas de "desapego" con respecto a la vida,
la relacin social o el disfrute
deben hacer pensar en la evolucin hacia un duelo
patolgico, que puede tomar formas diversas:
TABLA XI.
ASPECTOS A MONITORIZAR o ATENDER EN UN
"PROCESO DE DUELO"o ADAPTATIVO
1. Aceptacin de la prdida.
2. Vivencia de pena y sufrimiento.
3. Adaptacin al medio (contando con la ausencia del
fallecido, de lo perdido).
4. Expresin de dudas, culpa, protesta, crticas,
etc., acerca del fallecido y de la relacin con l. Pueden
ser muestras de:
Un duelo patolgico.
O bien de
Confianza en el profesional.
Elaboracin de la relacin con el muerto: relacin
no idealizada.
5. Reorientacin de la comunicacin y los intereses
emocionales hacia nuevas relaciones.
Duelo y depresin
Sin embargo, como ya vimos, posiblemente la
manifestacin psicopatolgica ms tpica de las dificultades de elaborar el duelo sea la depresin.
Como en todas las dems elaboraciones
dificultadas del duelo, en el depresivo influyen
para esas reacciones los factores situacionales,
ambientales, de vulnerabilidad y de personalidad
sealados anteriormente, pero, sobre todo, la
relacin que ligaba al sujeto a lo perdido6.
En el duelo del melanclico es sumamente
visible al exterior la depreciacin que realiza del
mundo, de los otros y de s mismo: por eso
solemos hablar del
cesos y manejar una serie de conocimientos y tcnij cas para ayudar a la elaboracin del duelo24'28.39'40, j
Ello le llevar, seguramente, a intentar ayudar en]
los duelos no patolgicos, en los cuales le solicitan
sai ayuda, y a intentar "desviar" posibles
evolucione]
patolgicas
de
otros.
El
conocimiento de las situ ciones que en nuestra
cultura suelen desencader procesos de duelo es de
suma utilidad, aunque, corno! ya hemos visto
anteriormente, lo que pone en mar-1 cha un duelo
puede variar enormemente de un indi-1 viduo a
otro, incluso dentro de nuestra propia cul-| tura.
Sin embargo, el valor asistencial de atender a ] las
transiciones psicosociales (tablas I y II) viene i
dado por la realidad de que, en la mayora de los i
individuos, tales transiciones tienden a poner en
marcha procesos de duelo.
Lo anterior no significa, desde luego, que el
mdico y la enfermera tengan la obligacin de intervenir en cada una de esas situaciones en cada uno
de sus pacientes. En mi opinin, tal intento sera
imposible de realizar. Al contrario, tal vez el
mdico y la enfermera de APS puedan y deban
concentrar sus atenciones en este campo en:
1. Acompaar el duelo de los pacientes que lo
comuniquen o pidan nuestra ayuda al respecto.
2. Atender a la desviacin patolgica del duelo e
intentar intervenir para prevenirla si es previsible;
o reencauzarla, si ello es posible.
3. Atender especialmente a una serie de situaciones en las que es ms frecuente la evolucin
patolgica del duelo.
4. Poder valorar adecuadamente la posible aparicin de psicopatologa que precise de la ayuda
especializada de los equipos de salud mental.
Para abordar los dos primeros grupos de situaciones (prevencin primaria y secundaria), el EAP
debera tener en cuenta al menos los elementos y
cuidados que fueron ampliados en una revisin
anterior sobre el tema39'40: una actitud asistencial
general, unos cuidados especficos del encuadre
para poder intervenir en el caso de duelos
graves, unos campos de informacin a valorar
en cada duelo, los aspectos a monitorizar
durante el desarrollo del mismo (tablas X, XI y
XII), los cuidados especficos en el caso de que
estn involucrados los nios (tablas XIII y XIV),
etctera. Para ayudar a que los EAP puedan abordar
el conjunto de actuaciones ante el duelo en esos
cuatro apartados, existen una serie de
recomendaciones y cuidados ya suficientemente
experimentados. Algunos de tales cuidados sern
desarrollados en el captulo de este libro dedicado
al programa de actividades preventivas y de
promocin de la salud mental desde la atencin
primaria de la Sociedad Espaola
TABLA XII.
CCONTENIDO DE LAS ENTREVISTAS ANTE LOS PROCESOS DE DUELO*
Primeras entrevistas
Escucha emptica. Si hay dificultades o alteraciones incipientes (tablas anteriores), puede intentar abrirse el campo con
algunas frases hechas una vez que el profesional sienta que empatiza con la situacin del consultante, no como meras frases
hechas. Por ejemplo: "Aveces la vida es dura", "En ocasiones se sufre mucho en la vida", "A veces sentimos que es una
injusticia...", "Duele ms de lo que se suele decir..."
Citar dentro de los primeros 2 meses en las siguientes circunstancias:
Cuando existieron duelos complicados previamente.
En presencia de psicopatologa previa diagnosticada.
En presencia de los factores de riesgo de duelo patolgico (tablas).
Hasta los 6-12 meses:
Atender el duelo y, si no existen factores de riesgo ni psicopatologa clara, efectuar una labor de acompaamiento.
Si aparecen sentimientos de culpa intensos o trastornos en la elaboracin del duelo, tener especial cuidado con
las orientaciones o consejos.
A partir de los 6-12 meses:
Ayudar a la elaboracin. Pueden tocarse temas como las fotografas, las ropas, los rituales con respecto al fallecido, las
visitas al cementerio y su periodicidad, la duracin del luto... Cuando alguno de estos hbitos son demasiado rgidos o
duraderos: pensar en la posibilidad de un duelo patolgico (tabla).
Favorecer la expresin de aquello que se "hubiera querido decir al fallecido" y no se pudo. El consultante puede
hacerlo verbalmente o por escrito.
Explorar aspectos de la organizacin de la vida cotidiana y atender a la narracin de diversiones, fantasas, sueos...
* Reformada a partir de las tablas del Programa de Actividades de Prevencin y Promocin de la Salud (mental) desde la APS del PAPPS y la SEMFyC
(1996).
Lactantes y reescolares
(0-2 aos)
Escolares
(6-10 aos)
Preadolescente
s (11-13 aos)
Adolescentes
(14-18 aos)