La Experiencia de Dios en El Pueblo Elegido
La Experiencia de Dios en El Pueblo Elegido
La Experiencia de Dios en El Pueblo Elegido
Cfr. FESTORAZZI
testamento, a.c. p.37.
2
F.,
Experiencia
espiritual
bblica:
antiguo
capaz de dar alegra a Dios; una alegra semejante a la alegra ms plena y gratificante
que puede darse a nivel humano: "la alegra que encuentra el marido con su esposa, la
encontrar tu Dios contigo" (Is 62,5). El profetismo es una de los fenmenos ms
originales de la experiencia religiosa del pueblo elegido8. Es precisamente en los
escritos profticos donde nos encontramos la mayor intensificacin de la experiencia de
Dios en el A.T.
Lneas esenciales de la experiencia de Dios en el A.T.
Franco Festarozzi nos ha ofrecido una acertada visin de las lneas esenciales
que se dan en la experiencia de Dios en el AT: el hombre, la historia y Dios9. Ellas
encuentran su expresin en la plegaria de Israel en la que aparece continuamente reledo
el recorrido del hombre con Dios por la historia y el cosmos, donde la historia se sita y
se hace tangible.
Experiencia humana
La experiencia espiritual del pueblo elegido es una experiencia autnticamente
humana pues toca a la esencia misma del ser humano, llega a su intimidad, y es
"filtrada" por la conciencia del hombre a quien se denomina como quien tiene un
"corazn sabio". A esto hay que aadir que en dicha experiencia se manifiesta una
comprensin global del hombre que responde y resuelve sus preguntas y exigencias ms
profundas, contemplndolo como "imagen de Dios". Una experiencia de Dios propia de
la existencia humana que se siente profundamente arraigada en el cosmos, el lugar
histrico de esa experiencia.
Experiencia histrica vivida en dilogo con otros pueblos e interpretada desde
la fe
La experiencia de Dios en el pueblo elegido toma toda su densidad de la historia
en la que l vive. Se trata de un pueblo que est radicalmente enraizado en un ambiente
vital. Esta radicacin le lleva a asimilar las experiencia propias de ese ambiente y,
consecuentemente, a establecer un dilogo con los otros pueblos. Por otra parte, es en la
historia, en los hechos histricos salvficos, donde este pueblo ha vivido una
experiencia espiritual original. Su presente histrico salvfico, encuentra su base en el
acontecimiento salvfico del pasado y es vivido como una historia en tensin hacia un
futuro anhelado como cumplimiento definitivo de la historia.
La fe de Israel conoce solamente al hombre histrico, el cual vive la tensin
entre el polo de Dios y el de los dolos: "Seguir a Yahv" o "seguir a los dioses
extranjeros", expresa una realidad constante en la experiencia espiritual del A.T.
Experiencia progresiva hacia Dios como Misterio de comunin
El pueblo de Israel experimenta un Dios histrico, un Dios que ha entrado y se
ha manifestado en su propia historia y en ella se descubre, como antes lo apuntbamos.
8
La historia es vivida por este pueblo como experiencia de Dios. Sin embargo, la entrada
de Dios en su historia, respeta el proceso y las leyes de la misma; respeta el tiempo del
hombre. Por ello, la historia es una discreta y progresiva epifana de Dios, que se
manifiesta como salvfica para quien la interpreta desde la fe; esto hace que la
experiencia histrica sea vivida como experiencia espiritual. De acuerdo con esta
progresiva manifestacin de Dios, Israel profundiza en el conocimiento y experiencia de
Dios, solamente de una forma progresiva, no sin oscilaciones y retrocesos, hasta llegar a
la madurez espiritual que por ejemplo, nos muestra el libro de la Sabidura.
En la medida en la que se va avanzando en la experiencia de Dios, ste aparece
cada vez ms misterioso; sus caminos son misteriosos y el significado ms profundo del
misterio de Dios es su relacin de amor para con el hombre. Cuanto ms avanza la
revelacin, tanto ms misterioso se hace Dios. Su relacin de amor con el hombre
apunta a que ste viva una experiencia de comunin con l, la cual se expresa en cierto
modo con la categora de la alianza. Dios comunin es el punto de partida y el
significado ltimo de la experiencia espiritual del pueblo elegido. La comunin de Dios
con el hombre alcanzar su ms plena realidad en el N.T. cuando se descubra la
comunin trinitaria envolviendo en su misterio de amor al hombre mismo, en una
comunin que camina hacia la comunin definitiva que, ya en esta tierra, el creyente
comienza a experimentar.
Experiencia de Dios en su ocultamiento
El ocultamiento de Dios forma parte de la experiencia religiosa bblica10. La
experiencia de Dios no resuelve el enigma que se da en el ser y actuar de Dios, en
nosotros y en nuestra relacin con l. Jess nos habla del misterio del reino en trminos
de escondimiento: es como un tesoro escondido y est dentro de los que le escuchan; lo
compara a la semilla que cae en el surco, a la levadura que escondidamente fermenta la
gran masa de harina...etc.
El ocultamiento de Dios constituye un dato original bblico. A l hace referencia
Pablo cuando afirma un "saber de Dios en el misterio" (1 Cor 2,7), en un contexto
donde se habla de la sabidura "escondida" que hunde sus races en Dios y que, por
tanto, es divina, nica, profunda, misteriosa (cfr.1 Cor 2,7). El apstol la presenta en
trminos antitticos: es revelacin de Dios, pero en lo oculto. Lo cual viene a decirnos
que el Dios que se revela y se descubre a nosotros, lo hace sin dejar de permanecer
oculto en medio de su misma revelacin. Todo ello deriva del mismo ser de Dios y es
que, cuanto ms se acerca al hombre con su amor, tanto ms se manifiesta
paradjicamente la enorme distancia, la gran desemejanza, la maior dissimilitudo que le
separa del hombre11. Un Dios que no se oculta, es un Dios que no se revela. El Dios
10
Cfr. LADARIA L., El Dios vivo y verdadero, Salamanca 1998, pp. 425427. BALTHASAR U.H. von, El camino de acceso a la realidad de Dios,, en
14
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16
temporal de la misma17. Creer es entrar en contacto religioso con ese misterio del Dios
vivo que, al revelarse no puede menos de permanecer oculto en su alteridad. Segn O.H.
Pesch, "Dios se revela en cuanto se encubre, y se encubre en cuanto revela"; es por ello
porque "slo la revelacin encubierta puede invitar a la fe"18. Esta fe invitada por la
revelacin desde el escondimiento, es la que puede descifrar la presencia divina e
interpretar el "rengln torcido" que segn Cullmann, caracteriza a la Historia de la
salvacin que, de forma "derecha", escribe Dios19.
Ejemplos bblicos:20
- La pregunta de Dios a Adn: "dnde ests?" (Gn 3,9) nos revela que es Dios
quien, desde su escondimiento, busca comunicarse con el hombre; pero es el hombre
quien, en realidad, se esconde de Dios (Gn 3,10). La perspectiva bblica es la de un
Dios que busca al hombre, no la del hombre que busca a Dios. Dios se encuentra all
donde el hombre escucha su palabra y descubre que es llevado por l para ser de este
modo verdadero hombre y tomar conciencia de su frgil grandeza.
- En Gn 32, 23-33, Jacob se convierte en Israel por medio de una experiencia
de oscuridad y de revelacin en la que Dios se hace presente en el silencio; se
manifiesta, pero tambin se esconde y se hace encontrar por Jacob en la lucha.
- Tambin Moiss, la gran prefiguracin de Jess en el A.T., vivi la experiencia
del ocultamiento de Dios. l disfrutaba de un trato ntimo y personal con Dios,
hablando con l "cara a cara", de tal forma que se convirti en el mediador de la
presencia divina en medio de su pueblo (Ex 34, 29-35). Sin embargo, la tarea de
conducir al pueblo de Dios por el desierto, le est resultando sumamente difcil y se
dirige a Dios siempre que surgen problemas en el cumplimiento de la misin que le ha
sido encargada. Son momentos de lucha en los que parece que Dios se ha ocultado y le
ha dejado slo.
En cinco ocasiones, en un tono de confianza familiar, se desahoga con libertad
presentando sus quejas a Dios. En la primera de ellas, ante la reaccin del Faran,
Moiss pregunta a Dios, por qu maltrata a su pueblo y por qu le ha enviado a l a
hablar con el Faran en su nombre (Ex 5, 22-23). Ms tarde, cuando surge el problema
de la falta de agua y tiene que enfrentarse con el pueblo, se siente slo y necesitado de
experimentar la respuesta de Dios (Ex 15, 25; 17, 4). En otra ocasin, Moiss se expresa
en una oracin intensa y resentida, formulando una especie de querella con Dios, en la
que le presenta el problema que se le plantea: va a seguir el Seor acompaando a su
pueblo hasta la tierra prometida, o es tan grande el delito del pueblo que no va a poder
contar con Dios?. El profeta pide a Dios que le acompae (Ex 33, 12-13).
17
20
Por ltimo, nos encontramos con texto en el c. XI del libro de los Nmeros, que
es el ms entraable y significativo; el pueblo se ha amotinado pues est harto y
aburrido de la comida del man. Moiss se queja a Dios sintindose maltratado,
abrumado por tener que cargar l solo con todo el pueblo que l no ha dado a luz. Se
siente impotente y clama en su oracin diciendo: "Si me vas a tratar as, ms vale que
me hagas morir; concdeme este favor y no tendr que pasar tales penas" (vv. 14.15).
Moiss, el hombre con quien el Seor hablaba "cara a cara" como un hombre habla con
su amigo (Ex 33, 11), en no pocas ocasiones, tambin experiment a Dios ocultndole
su rostro21.
- La experiencia de Elas en el monte Horeb (1 Re 19, 9 s.) es altamente
significativa. Su viaje desde el Carmelo huyendo de sus enemigos es particularmente
dramtico. Ha pedido a Dios morir, pero debe continuar su viaje hasta el Horeb. All se
le manda que se ponga delante de Dios pues iba a pasar ante Elas. Pas un viento
fuerte, sigui despues un terremoto y tambin apareci el fuego; tres fenmenos
naturales tradicionalmente teofnicos. Pero Dios no estaba en ninguno de ellos. A
continuacin, el profeta escucha la voz de Dios en el silencio de una suave brisa que
provoca en l la respuesta adecuada a la misin que Dios le haba encomendado.
- Dentro de los escritos sapienciales, el libro de Job nos muestra la experiencia
dramtica del ocultamiento del Dios de la retribucin, que caracteriza los
planteamientos tradicionales del pueblo elegido acerca de la recompensa a los buenos y
el castigo a los malos. Job cuestiona las soluciones de la tradicin e intenta buscar
nuevos caminos. Para l, Dios ha quedado ocultado por el Dios percibido como un
poder arbitrario, que le ha maltratado y abandonado, al igual que abandona al mundo y a
la historia en manos del mal. Por ello, afirma que Dios "oculta" su Sabidura "a los ojos
de todo ser viviente" (28,21). Sin embargo, en medio de su desconcierto y rebelda, Job
busca sinceramente al verdadero Dios oculto y le pregunta: "por qu ocultas tu rostro y
me tienes por enemigo tuyo?" (13,24).
- En numerosos salmos se habla del ocultamiento de Dios, pero en la certeza de
su revelacin y su presencia como se ve claramente en el salmo 22, 3 .25. Entre ellos, el
salmo 88 (87), es una splica angustiosa; quizs la ms desconsolada de todo el salterio.
El orante se enfrenta ante una situacin de muerte, vivida en toda su tragedia y
negatividad. Lo tremendo de este salmo es que no se atisba ninguna respuesta por parte
de Dios. El salmista no niega la presencia de Dios, ni hace de su silencio una prueba de
su ausencia; sin embargo, para l, esta presencia est envuelta en la oscuridad y el
silencio. El misterio del mal y del dolor se muestra con toda su fuerza y se queda sin
respuesta. Slo le mantiene una firme esperanza de que Dios acte; a l le llama: el Dios
"de mi salvacin" (v. 2); ella es la que sostiene a este hombre desesperado. Por eso, su
pregunta: "por qu me rechazas, Seor, y ocultas tu rostro?" (v. 15), la sita en relacin
con Dios, iniciando un camino de salvacin que corresponder a Dios llevarlo a
cumplimiento22.
21
Conciencia filial
Jess dice: "Yo conozco al Padre" (Jn 7,29; 8,55). Al ver Jess cmo vivan los
hombres de su tiempo, pudo darse cuenta ya desde su infancia, que su relacin con Dios
era distinta de la de ellos. Desde nio viva una experiencia singular de Dios como su
Padre; tan singular, que le llevaba a invocarle como "Abb"; una palabra propia del
lenguaje infantil, que resultaba extraa en el oracional judo y que Jess la pronunciaba
con respeto, expresando as su ntima experiencia de Dios como su Padre. Resulta la
palabra ms densa de todo el NT, pues en ella se nos revela el misterio ltimo de Jess
como Hijo de Dios. Nadie en Israel haba conocido a Dios de esa manera ni le haba
invocado de esa forma nueva.
La conciencia que Jess tuvo de su condicin filial derivaba de su experiencia de
Dios como su Padre. Cuando afirma: "Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie
conoce al Hijo sino el Padre y nadie conoce al Padre sino el Hijo" (Mt 11,27), Jess
quiere revelarnos que Dios le conoce como Hijo suyo y l conoce a Dios como su
Padre. Pero este ttulo de Hijo, propio de la relacin que Jess viva con su Padre, era
muy distinto de lo que este ttulo designaba entre los judos. El conocimiento que Jess
tiene del Padre no consiste en un conjunto de ideas sobre l, sino en el conocimiento
propio de una "conciencia filial" que es una experiencia ntima, una comunin de
conocimiento con Dios su Padre.
Las palabras y obras de Jess derivan de la experiencia filial de un Hijo que lo
recibe todo de su Padre. Todo procede en l de su misterio filial, hasta tal punto de que
Jess no habla ni puede actuar ms que por Aquel que lo engendra. En el divino
engendramiento como Hijo, el Padre le concede ser uno con l (Jn 10,30; 17,22), hablar
y obrar desde l. Jess vive por el Padre (Jn 6,57) vive en el Padre (Jn 1,18; 8,38;
10,38; 14,11.20; 17,21), vive desde el Padre, de tal forma que nada puede hacer por su
cuenta, pues "hace nicamente lo que ve hacer al Padre" (Jn 5,19).
Cuando Jess proclama que como Hijo conoce al Padre, est hablando desde su
conciencia filial, referida a ese conocimiento de Dios que, segn la Escritura, es la
experiencia de una accin comunicativa que l recibe de Dios y que le lleva a entrar en
una relacin personal con l, contemplndolo y dejndose invadir por su amor. Es un
conocimiento que Jess ha recibido de su Padre y que tal como se da en l, es
incomunicable aunque lo comparta en cierto modo con los suyos. El Padre ha
comunicado todo a su Hijo. Jess conoce al Padre y por ello sabe que el Padre le conoce
a l. Vive absolutamente de este conocimiento mutuo, y su experiencia de Dios como
Padre se expresa en una existencia filial que se autoposee y se realiza enteramente desde
el Padre. Vive del Padre (Jn 6,57), busca solamente su gloria (Jn 8,54; 12,28; 17,4) y el
cumplimiento de su voluntad (Jn 4,34; 5,30; 6,38; Mc 14,36).
Existe atrado por el Padre, de tal forma que el Padre es el "lugar de Jess", la
casa donde permanentemente habita, pues el Padre es el mbito de su pensamiento y su
corazn. As por ejemplo, cuando propone la parbola del hijo prdigo, est pensando
profunda exposicin que hace del tema en su ltimo captulo 8, titulado
"La vida filial", pp. 183-238.
25
Jess, haban sido un preludio de su gran oracin pascual en la que todo su ser se
convirti en oracin.
e) Fraternidad
La experiencia filial de Jess le lleva a una existencia radicalmente des-centrada
de s mismo, polarizada ante Dios su Padre y desde el Padre a los hermanos; vive ante l
y, desde l, totalmente para-los-dems. Su experiencia le saca fuera de s hacia los otros
hasta la entrega total. En el corazn del Padre que "am tanto al mundo" hasta
entregarle a su Hijo (Jn 3,16), Jess es inseparable de la multitud. Por eso le ama el
Padre: porque da su vida (Jn 10,17). En Jess, el engendramiento divino va destinado a
todos los hombres; en l Dios es Padre-para-los-hombres. El que tiene sus
complacencias en su Hijo, quiere tambin hacer de los hombres el cielo de su felicidad.
Por eso, la experiencia de Dios en Jess, no solamente es filial, sino tambin fraternal.
El Dios Mayor26
La experiencia que vive Jess de Dios, le hace penetrar en el misterio de su
paternidad divina sobre todos los hombres. Lejos de recluirse en su conciencia filial,
Jess se abre a la humanidad entera con el deseo de comunicarle el inmenso aliento de
su alma. Es su misma conciencia filial la que le lleva a comunicar lo que ha odo a su
Padre (Jn 15,15). Va a comunicar el Dios "mayor" que l experimenta. El Dios mayor
que el Dios de su pueblo, mayor que la Ley, mayor que Israel, mayor que el corazn del
hombre. La Buena nueva que Jess anuncia es la del reino de un Dios que es "exceso",
derramamiento, sobreabundancia en su entrega de amor al mundo.
Esta experiencia filial del Dios mayor, llevaba a Jess a una actitud de apertura a
todos los hombres. Su dilogo con la samaritana, es la expresin de esta apertura
universal, mostrando el lugar donde todo los hombres pueden encontrarse en la
verdadera adoracin. En su apertura a todos la humanidad, Jess profundizaba en los
ms ntimo de s mismo y se suma en la proximidad del Padre; en ella traduca su
vivencia de la paternidad de Dios. Ir a "otros" era para l penetrar ms a fondo en
misterio de Dios como Padre.
Pero esta apertura que surge en Jess de la fidelidad a su experiencia filial, la
vive tambin en fidelidad a la fe de su pueblo. El Dios mayor sigue siendo el Dios
nico, el Dios de Abrahn, de Isaac y de Jacob, el Dios de Moiss y los Profetas. Jess
quiere introducir su mensaje en el seno de su pueblo, pero acaba siendo rechazado. El
amor que surga de su experiencia filial le llev a excederse en su apertura a los "otros".
Por dirigirse a los ms alejados, actualizando as el amor de Dios a todos los hombres,
se convirti en un excluido en el seno de su pueblo y ser entregado a los paganos. Pero,
en el momento en que su pueblo le rechaz y tuvo que vivir la experiencia del justo
abandonado, Jess mostr el verdadero rostro del Dios de Abrahn y de los Profetas. Su
muerte es la gran teofana de la historia, la verdadera aurora del Dios siempre mayor.
Misin filial
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