Libro Colectivo 1 El Arbitraje en El Peru y El Mundo
Libro Colectivo 1 El Arbitraje en El Peru y El Mundo
Libro Colectivo 1 El Arbitraje en El Peru y El Mundo
CONTENIDO
CONTENIDO
Presentacin .....................................................................................
XI
ARBITRAJE NACIONAL
Comentarios a la Ley General de Arbitraje del Per Ley N 26572
CARLOS ALBERTO SOTO COAGUILA (Per) ........................................................
33
75
87
91
DE
99
107
VI
CONTENIDO
117
Es un arbitraje un juicio?
A LFREDO BULLARD GONZLEZ (Per) ............................................................
145
ARBITRAJE INTERNACIONAL
When to arbitrate rather than litigate
CAROLYN B. LAMM (Estados Unidos)
ECKHARD R. HELLBECK (Estados Unidos) ......................................................
157
173
183
201
DE
209
225
249
El plazo en el arbitraje
HCTOR ALEGRA (Argentina) .....................................................................
281
303
VII
CONTENIDO
311
323
333
343
Arbitrajes complejos
FERNANDO
DEL
361
Arbitraje y procedimiento
CSAR CORONEL JONES (Ecuador) ................................................................
365
375
381
421
435
439
VIII
CONTENIDO
461
531
539
573
585
609
623
637
649
661
687
IX
CONTENIDO
DEL
695
711
745
757
767
ARBITRAJE DE INVERSIN
Arbitrando la Inversin
FERNANDO
DE
783
801
809
819
831
CONTENIDO
839
851
867
879
899
923
935
951
XI
CONTENIDO
P R E S E N TA C I N
El auge del arbitraje en el Per y el rol del INSTITUTO
PERUANO DE ARBITRAJE (IPA)
on absoluta conviccin afirmamos que en el Per de hoy el arbitraje constituye el sistema privado de solucin de controversias
comerciales por excelencia, preferido por inversionistas, empresarios, pequeas y medianas empresas.
Este hecho se constata de la lectura de las estadsticas de los Centros de Arbitraje de la Cmara de Comercio de Lima, de AmCham Per, del Consejo Superior de Contrataciones y Adquisiciones del Estado Consucode, de la Universidad Catlica, entre otros. Estas cifras, qu duda cabe, no son fruto de la casualidad sino de la confiabilidad que el arbitraje est brindando a los particulares, tanto por su
especializacin como por su celeridad y seriedad. A esto se suma la
ventaja de contar con una moderna Ley General de Arbitraje (Ley N
26572, promulgada el 05 de enero de 1996), al profesionalismo de
prestigiosos rbitros peruanos, a la enseanza del arbitraje en las facultades de derecho y a la publicacin de importantes libros(1) sobre
(1)
Las principales obras sistemticas sobre la Ley General de Arbitraje son: Fernando
CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, Fondo Editorial de la
UPC, Lima, 2007; Fernando CANTUARIAS SALAVERRY y Manuel Diego ARAMBUR YZAGA , El arbitraje en el Per: desarrollo actual y perspectivas futuras, Fundacin M. J. Bustamente de la Fuente, Lima, 1994; Gonzalo GARCA-CALDERN MOREYRA, El arbitraje
internacional en la seccin segunda de la Ley N 26572, Lima, 2004; Fernando VIDAL
RAMREZ, Manual de Derecho Arbitral, Gaceta Jurdica, Lima, 2003.
XII
PRESENTACIN
Integrado por los doctores Jorge Santistevan de Noriega, Fernando Cantuarias Salaverry, Franz Kundmller Caminiti, Paolo del Aguila Ruiz de Somocurcio y por quien
dirige la presente obra.
(3)
(4)
Sentencias recadas en el Expediente N 6167-2005-HC/TC (Caso Cantuarias Salaverry), en el Expediente N 1567-2006-PA/TC (Caso Algamarca), en el Expediente N
4972-2006-PA/TC (Caso Corporacin Meier), en el Expediente N 7532-2006-PA/TC
(Caso Lider Group), entre otras.
(5)
PRESENTACIN
XIII
seminarios, forums, desayunos y, en general, eventos de diversa ndole, con la finalidad de debatir diversos aspectos del arbitraje interno e
internacional. En este contexto, debemos mencionar la reciente creacin del Captulo Peruano del Club Espaol del Arbitraje(6) el 29 de
enero de este ao, bajo el auspicio del Club Espaol del Arbitraje, con
sede en Madrid.
Dentro de este escenario nace el INSTITUTO PERUANO DE ARBI(IPA), con el objetivo fundamental de promover y difundir el
arbitraje interno e internacional mediante la publicacin de obras especializadas, organizacin de rigurosos eventos acadmicos, desayunos profesionales y reuniones de trabajo entre rbitros, magistrados,
abogados corporativos y profesionales interesados. El IPA es una institucin acadmica y profesional cuyas puertas estarn permanentemente abiertas a todos los interesados que compartan su inters por el
estudio del arbitraje.
TRAJE
Fiel a sus objetivos, el IPA inaugura sus actividades con la coorganizacin del 2do. Congreso Peruano Internacional de Arbitraje
y la publicacin de la coleccin jurdica Arbitraje Comercial y Arbitraje de Inversin, cuyo primer volumen hoy se publica y tiene por
objetivo principal brindar a sus lectores un panorama amplio del
arbitraje comercial y del arbitraje de inversin. El primer volumen
cuenta con la participacin de cincuenta y nueve (59) expertos nacionales y extranjeros que analizan diferentes temas del arbitraje interno, del arbitraje comercial internacional y del arbitraje de inversin, con enfoques dogmticos actuales e innovadores. Es deseo del
IPA que esta obra genere un espacio de dilogo en el medio peruano
y en el internacional.
XIV
PRESENTACIN
Agradecimientos y compromiso
El IPA desea agradecer a todas las personas e instituciones que
han hecho posible la publicacin de su primer volumen de la
coleccinArbitraje Comercial y Arbitraje de Inversin.
PRESENTACIN
XV
Nuestro agradecimiento:
A cada uno de los integrantes del Instituto Peruano de Arbitraje-IPA por el trabajo en la edicin y correccin de los
textos.
Arbitraje
Nacional
COMENT
ARIOS A LLA
A LEY GENERAL
COMENTARIOS
DE ARBITRAJE DEL PER - LEY N 26572
1.
( *)
Profesor de Derecho Civil en la Universidad de Lima y Derecho Civil y Arbitraje en la Universidad San
Ignacio de Loyola. Jefe del rea de Arbitraje Internacional del Estudio Muiz, Ramrez, Prez-Taiman &
Luna-Victoria Abogados. Director Ejecutivo de la Revista Peruana de Arbitraje. Presidente del Instituto
Peruano de Arbitraje - IPA. Miembro del Club Espaol de Arbitraje.
(1)
(2)
Segn el derogado artculo 1906 del Cdigo Civil, por la clusula compromisoria las partes podan obligarse,
mediante un pacto principal o una estipulacin accesoria, a celebrar en el futuro un compromiso arbitral.
(3)
El compromiso arbitral, conforme al derogado artculo 1909 del Cdigo Civil, era el compromiso mediante
el cual las partes convenan que una determinada controversia, materia o no de un juicio, sea resuelta por
un tercero o terceros a quienes designaban y a cuya jurisdiccin y decisin se sometan expresamente.
(4)
El Cdigo de Procedimientos Civiles fue derogado por la primera disposicin derogatoria del Cdigo Procesal Civil, promulgado por Decreto Legislativo N 768 de fecha 2 de marzo de 1992 y cuyo Texto nico
Ordenado, fue aprobado por R.M. N 010-93-JUS, publicada el 23 de abril de 1993.
(5)
De conformidad con lo establecido en el artculo 548 del derogado Cdigo de Procedimientos Civiles, por
medio del juicio arbitral se poda solucionar toda controversia, sea o no materia de un juicio, sometindola
a la decisin de uno o ms rbitros. El nmero de rbitros deba ser impar.
(6)
DE TRAZEGNIES G., Fernando, Los conceptos y las cosas: vicisitudes peruanas de la clusula compromisoria y del compromiso arbitral, en: El Arbitraje en el Derecho Latinoamericano y Espaol, University of
Ottawa, Cultural Cuzco S.A. Editores, Lima, 1989, p. 549.
(7)
La nueva Ley General de Arbitraje ya no distingue entre clusula compromisoria y compromiso arbitral,
y regula exclusivamente al convenio arbitral como nico contrato que deben celebrar las partes para
someter sus controversias a la jurisdiccin arbitral. La Primera Disposicin Complementaria y Transitoria de la vigente Ley General Arbitraje ha eliminado tal distincin y ha establecido que toda referencia
legal o contractual a la clusula compromisoria o al compromiso arbitral se debe entender como referida
al convenio arbitral.
(8)
La UNCITRAL (United Nations Commission on Internacional Trade Law) o CNUDMI (Comisin de las
Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional) fue creada por la Asamblea General de
las Naciones Unidas mediante resolucin 2205 (XXI) de 17 de diciembre de 1966. Este importante
organismo est encargado de promover la armonizacin y modernizacin progresiva del Derecho
del Comercio Internacional, mediante la preparacin y el fomento de la utilizacin y adopcin de
instrumentos legislativos y no legislativos en diversos temas claves del Derecho Mercantil. Para mayor
informacin, visite http://www.uncitral.org.
(9)
SANTISTEVAN DE NORIEGA, Jorge, Arbitraje y Jurisdiccin desde la perspectiva del Tribunal Constitucional
del Per, en: Revista Peruana de Arbitraje, Grijley, Lima, 2005, N 2, p. 17; ABANTO TORRES, Jaime David,
El Arbitraje en las sentencias del Tribunal Constitucional y la procedencia del Amparo contra laudos arbitrales, en: Revista Peruana de Arbitraje, Grijley, Lima, 2006, N 3, p. 144; S OTO C OAGUILA , Carlos A.
Al arbitraje se le respeta, en: Revista Legal Columnas, Lima, Muiz, Ramrez, Prez-Taiman & LunaVictoria Abogados, Mayo-Junio, 2007, N 147, pp. 22-23.
3.
b)
Aquellas sobre las que ha recado resolucin judicial firme, salvo las consecuencias patrimoniales que surjan de
su ejecucin, en cuanto conciernan exclusivamente a las partes del proceso.
c)
d)
(10)
el proyecto modificatorio), el cual establece que: (...) los rbitros podrn decidir sobre la controversia sometida a su
conocimiento, la que podr versar, inclusive, sobre la inexistencia, rescisin,
resolucin, nulidad y anulabilidad, ineficacia o invalidez total o parcial del
contrato o acto jurdico que contiene un
convenio arbitral (...).
Orden pblico transnacional: Se trata de un concepto relativamente reciente. Comprende las normas fundamentales de la ley natural, los principios de justicia universal ius cogens en el derecho internacional
pblico y los principios generales
de moralidad aceptados por las naciones civilizadas.
ARBITRAJE DE DERECHO Y
ARBITRAJE DE CONCIENCIA
La LGA reconoce dos clases de arbitraje: el arbitraje de derecho, encargado a abogados, los que debern fallar tomando en cuenta el ordenamiento jurdico vigente, y el arbitraje de conciencia,
confiado al leal saber y entender de los
rbitros, quienes pueden ser abogados o
no. A falta de pacto entre las partes, se
Comisin present un Proyecto de Modificaciones Parciales a la Ley General de Arbitraje, proyecto que
todava no se ha convertido en Ley y que puede consultarse en: www.minjus.gob.pe/Proyectos/
leyarbitraje.htm.
(11)
LVAREZ , Henri, Guiado por una mano invisible. El orden pblico al amparo del captulo II del Tratado
de Libre Comercio de Amrica del Norte (TLCAN), en: Revista Peruana de Arbitraje, N 1, Grijley,
Lima, 2005, pp. 13-70.
es de conciencia cuando, dentro de los lmites del orden pblico, resuelven conforme a sus conocimientos sobre la materia y su sentido de equidad (...).
Consideramos que al incluir la referencia al orden pblico como lmite a
la competencia de los rbitros, se est
zanjando la discusin respecto de si en
este tipo de arbitraje se pueden contravenir normas legales imperativas. Recordemos que la LGA seala en su artculo
1 que no se pueden someter a arbitraje
las controversias que interesan al orden
pblico; por ende, tampoco se podra
laudar en contra de ste.
En un arbitraje de conciencia, el tribunal arbitral no est compelido a aplicar
el derecho vigente, sino que goza de un
mayor campo de accin, teniendo mayor
flexibilidad para dar solucin a la controversia que se le plantea.
Es conveniente precisar que, conforme a la actual LGA, las partes al someter
sus controversias a arbitraje pueden elegir el tipo de arbitraje que utilizarn para
dar solucin a sus futuros conflictos. Empero, si stas no estipulan expresamente
el tipo de arbitraje al cual desean someter
sus conflictos, tratndose de un arbitraje
domstico se entender que se someten a
un arbitraje de conciencia(13). Solucin
distinta se presenta en caso de un arbitraje
(12)
El Proyecto Modificatorio de la Ley General de Arbitraje propone algunos cambios respecto a las definiciones de las clases de arbitraje y las presunciones, como veremos ms adelante (www.minjus.gob.pe/Proyectos/leyarbitraje.htm.)
(13)
Artculo 3 de la LGA:
Artculo 3.- Arbitraje de derecho o de conciencia.- El arbitraje puede ser de derecho o de conciencia.
Es de derecho cuando los rbitros resuelven la cuestin controvertida con arreglo al derecho aplicable. Es
de conciencia cuando resuelven conforme a sus conocimientos y leal saber y entender.
Salvo que las partes hayan pactado expresamente que el arbitraje ser de derecho, el arbitraje se entender de conciencia.
5.
Los rbitros tendrn en cuenta, de tratarse de asuntos de carcter comercial, los usos mercantiles
aplicables al caso.
(14)
10
administracin del arbitraje. No se involucra, por tanto, a ninguna institucin arbitral como facilitadora de las
partes y rbitros para la resolucin de
la controversia; siendo, en ese sentido, la administracin y organizacin
aludidos de cargo de tales actores(15).
El arbitraje ad-hoc tambin es conocido como arbitraje personalizado(16), debido a que la designacin de los rbitros
supone el encargo de una obligacin intuito personae. Ello implica que las personas fsicas que ejercen la funcin de
rbitros son las que asumirn directamente
la responsabilidad del arbitraje(17). Por lo
tanto, la solucin del conflicto en este tipo
de arbitraje no puede delegarse(18).
Las partes en el arbitraje ad-hoc cuentan con todas las facultades para regular el
procedimiento arbitral. Pueden crear reglas
especficamente aplicables a la solucin
de su controversia. Debido a la libertad y
flexibilidad en el desarrollo del arbitraje,
la doctrina lo califica como un arbitraje
libre o arbitraje flexible(19).
5.2. Arbitraje institucional o administrado
En el arbitraje institucional o administrado, las partes eligen una organiza-
(15)
DEL AGUILA RUIZ DE SOMOCURCIO, Paolo, Arbitraje Institucional o Arbitraje Ad-Hoc He ah el dilema?, en:
Revista Peruana de Arbitraje, N 2, Grijley, Lima, 2005, p. 237.
(16)
Guillermo LOHMANN , prefiere denominar a esta clase de arbitraje: arbitraje personalizado, pues el trmino
arbitraje ad-hoc, invita a pensar que los rbitros han sido designados especialmente lo cual siempre ha
de suceder y que no necesariamente tienen por cometido habitual dedicarse a estas labores. (LOHMANN
LUCA DE TENA , Juan Guillermo, Arbitraje, Lima, Fondo Editorial de la PUCP, 1987, pp. 74-75).
(17)
Loc. cit.
(18)
MUNN CATARINA, Frederic, La administracin del arbitraje: Instituciones arbitrales y procedimiento arbitral,
Navarra, Aranzadi, 2002, p. 22.
(19)
DEL AGUILA RUIZ DE SOMOCURCIO, Arbitraje Institucional o Arbitraje Ad-Hoc (...), cit., p. 237.
(20)
Loc. cit.
11
CONVENIO ARBITRAL
(21)
Tal es el caso de la Clusula Arbitral Modelo que propone el Centro de Conciliacin y Arbitraje de la
Cmara de Comercio de Lima, la misma que seala lo siguiente: Todo litigio o controversia, derivados o
relacionados con este acto jurdico, ser resuelto mediante arbitraje, de conformidad con los Reglamentos
Arbitrales del Centro de Arbitraje de la Cmara de Comercio de Lima, a cuyas normas, administracin y
decisin se someten las partes en forma incondicional, declarando conocerlas y aceptarlas en su integridad. Ello no implica que no debamos ser cuidadosos al pactar clusulas arbitrales, a fin de no incurrir en
clusulas patolgicas que afecten el desarrollo del procedimiento arbitral. Precisamente acerca de este
tema hablaremos en el punto 6 del presente artculo.
(22)
DEL AGUILA RUIZ DE SOMOCURCIO, Arbitraje Institucional o Arbitraje Ad-Hoc (...), cit., p. 237.
(23)
Puede consultarse el Reglamento del Centro de Arbitraje de la Cmara de Comercio de Lima en: http://
www.camaralima.org.pe/arbitraje/descargas/ReglamentoProcesaldeArbitraje.doc. Tambin puede revisarse
el Reglamento del Centro de Arbitraje de la Cmara Peruana Americana Amcham en: http://
www.amcham.org.pe/arbitraje/frame.htm.
12
(24)
Cfr. CREMADES, Bernardo, Regulacin nacional del arbitraje y la Convencin de Nueva York, en: Revista
Peruana de Arbitraje, N 2, Grijley, Lima, 2005, p. 185.
(25)
Artculo 12 de la LGA:
Artculo 12.- Arbitraje Estatutario.- Constituyen convenio arbitral vlido las estipulaciones contenidas en
los estatutos o normas equivalentes de sociedades civiles o mercantiles, asociaciones civiles y dems
personas jurdicas, que establecen arbitraje obligatorio para las controversias que pudieran tener con sus
miembros, socios o asociados; las que surjan entre stos respecto de sus derechos; las relativas a cumplimiento de los estatutos o validez de acuerdos, y para las dems que versen sobre materia relacionada
con las correspondientes actividades, fin u objeto social.
En el convenio arbitral, las partes pueden estipular sanciones y garantas. Sanciones (penalidades) para la parte que incumpla algn acto necesario a fin de darle
al convenio arbitral la eficacia necesaria y
garantas con el fin de asegurar el cumplimiento del laudo arbitral.
Asimismo, en el convenio arbitral se
pueden otorgar facultades especiales a los
rbitros para que exijan la ejecucin del
laudo arbitral a la parte del procedimiento arbitral que se encuentre en rebelda.
El convenio arbitral, por regla general, debe celebrarse por escrito bajo sancin de nulidad(26). Por lo tanto, la LGA
exige una formalidad ad solemnitatem para
la celebracin del convenio arbitral(27).
El convenio arbitral puede constar
en instrumento pblico o privado; sin embargo, el artculo 10 de LGA admite la
existencia de convenio arbitral en los siguientes supuestos:
a)
(26)
Artculo 10 de la LGA:
13
Artculo 10.- Forma del convenio arbitral.- El convenio arbitral se celebra por escrito, bajo sancin de
nulidad. Podr adoptar la forma de una clusula incluida en un contrato o la forma de un acuerdo
independiente.
Se entiende que el convenio arbitral se ha formalizado por escrito no solamente cuando est contenido en
documento nico suscrito por las partes, sino tambin cuando resulta del intercambio de cartas o de
cualquier otro medio de comunicacin o correspondencia que inequvocamente deje constancia documental de la voluntad de las partes de someterse a arbitraje.
Se entiende adems que el convenio arbitral se ha formalizado por escrito cuando a pesar de no existir
acuerdo previo, por iniciativa de una de las partes involucradas se somete una controversia a la decisin
de uno o ms rbitros que aceptan resolver el conflicto, mediando asentimiento posterior de la otra u otras
partes a dicho sometimiento.
Se entender que hay asentimiento cuando, notificada la parte contraria de la iniciativa de quien promovi
la intervencin de el o los rbitros, se apersona al procedimiento arbitral sin objetar dicha intervencin.
(27)
Dicha formalidad es cuestionada por un sector de la doctrina. La Asamblea General de las Naciones
Unidas ratific la aprobacin que otorg a la UNCITRAL para dictar las nuevas disposiciones sobre
arbitraje comercial internacional. Dichas disposiciones constituyen la primera reforma a la Ley Modelo
de la UNCITRAL y precisamente, tienen entre sus tpicos, a la forma escrita del convenio arbitral.
14
(28)
Segn lo prescribe el artculo 1392 del Cdigo Civil, las clusulas generales de contratacin son un conjunto de clusulas o condiciones redactadas de forma previa y unilateral por una persona, natural o jurdica, con la finalidad de fijar el contenido normativo de una serie indefinida de futuros contratos particulares,
con elementos propios de ellos. Se caracterizan por: a) la predisposicin o preformulacin; b) la generalidad; c) la uniformidad; d) la abstraccin; y, e) la inmutabilidad (SOTO COAGUILA, Carlos Alberto, Transformacin del Derecho de Contratos, Grijley, Lima, 2005, p. 49-50).
(29)
Los contratos por adhesin son aquellos en los que una parte contratante, colocada en la alternativa de
aceptar o rechazar la celebracin de un contrato, acepta ntegramente las condiciones fijadas por la otra
parte. Se caracterizan por: a) la unilateralidad, pues slo una de las partes establece las estipulaciones
del contrato; y, b) la adhesin en bloque, que coloca a la otra parte en la alternativa inmodificable de la
aceptacin o el rechazo ntegro de la oferta (SOTO COAGUILA , Transformacin del Derecho de Contratos,
cit., pp. 48-49).
(30)
El artculo 11 de la LGA, establece que se presumir, sin admitir prueba en contrario, que el convenio
arbitral era conocible si cumple con alguno de los siguientes supuestos:
1. Fue puesto a conocimiento del pblico mediante adecuada publicidad.
2. Si las condiciones generales que incluyen el convenio arbitral se hallan insertas en el cuerpo del
contrato principal y este ltimo es por escrito y est firmada por ambas partes.
3. Si las condiciones generales, a pesar de no estar reproducidas en el cuerpo del contrato principal,
estn reproducidas en el reverso del documento y se hace referencia al arbitraje en el cuerpo del
contrato principal y ste es por escrito y firmado por la otra parte.
4. Si el convenio arbitral se encuentra incluido en condiciones estndares separadas del documento
principal, pero se hace referencia en el cuerpo del contrato principal a la existencia del arbitraje y este
es por escrito y firmado por la otra parte.
(31)
SOTO COAGUILA, Carlos A., Clusulas arbitrales patolgicas: no al copy-paste, en: Revista Legal Columnas,
Lima, Muiz, Ramrez, Prez-Taiman & Luna-Victoria Abogados, Julio-Agosto 2007, N 148, pp. 26-27.
7.
RBITROS
15
(32)
SOTO C OAGUILA , Carlos A., El arbitraje vale lo que valen los rbitros, en: Revista Legal Columnas,
Lima, Muiz, Ramrez, Prez-Taiman & Luna-Victoria Abogados, Setiembre-Octubre 2007,
N 149, pp. 26-27.
(33)
ALONSO, Jos Mara, La independencia e imparcialidad de los rbitros, en: Revista Peruana de Arbitraje,
N 2, Grijley, Lima, 2005, p. 98.
Es conveniente precisar que los rbitros no representan los intereses de ninguna de las partes, an cuando sean designados por ellas. Como mencionamos
lneas arriba, los rbitros deben ejercer el
16
(34)
Cuando las partes no consigan ponerse de acuerdo sobre la designacin del rbitro nico o los rbitros.
17
nados como rbitros, bajo sancin de nulidad del nombramiento y del laudo:
b)
c)
d)
e)
18
b)
Cuando estn incursos en alguna causal de recusacin prevista en el reglamento arbitral al que se hayan sometido las partes.
c)
La recusacin debe formularse dentro de los cinco (5) das de notificada la instalacin del tribunal arbitral
o de conocida la causal, justificando
debidamente las razones en que se
basa y presentando los documentos
correspondientes.
Si la otra parte conviene con la recusacin o el rbitro renuncia, se procede a la designacin del rbitro sustituto en la misma forma en la que
corresponda designar al rbitro recusado, salvo que haya designado
previamente un rbitro suplente.
un tribunal arbitral, los dems rbitros resuelven la recusacin por mayora absoluta, sin contar con el voto
del recusado, pero si hay empate resuelve el presidente del tribunal (que
no haya sido recusado) o la institucin arbitral que lo hubiese designado o la Cmara de Comercio del
lugar del arbitraje o del lugar de celebracin del convenio arbitral. Finalmente, si se recusa por la misma
causa a ms de un rbitro, incluido
el presidente, resuelve la Cmara de
Comercio correspondiente; pero resuelve el presidente del tribunal arbitral si es que no se encuentra entre los recusados.
El trmite de recusacin no interrumpe el proceso arbitral. Por lo tanto, un rbitro recusado puede seguir adelante con
las actuaciones del procedimiento hasta
que se resuelva sobre su recusacin. El
proyecto modificatorio propone que la
resolucin que resuelve la recusacin sea
definitiva e inimpugnable; y que, si no
prosperase la recusacin conforme al
procedimiento acordado por las partes,
al reglamento arbitral aplicable o al establecido en el artculo 31 de la LGA, la
parte recusante slo podra cuestionar lo
decidido mediante el recurso de anulacin contra el laudo.
8.
Si las partes no han llegado a un acuerdo, el rbitro o los rbitros designados pueden decidir el lugar y las reglas del procedimiento del modo que consideren ms conveniente para ellas, debiendo notificarles
dicha decisin. El proyecto modificatorio
precisa que esta decisin de los rbitros debe
darse con sujecin a la LGA, por lo que se
deber analizar primero de qu clase de
arbitraje se trata para luego determinar si
est sujeto a normas imperativas especficas o a todo el ordenamiento jurdico.
En doctrina nacional existe un debate en torno a si es factible la aplicacin
supletoria del cdigo procesal civil en
presencia de vacos en la LGA. Nosotros
consideramos que en caso de no existir
pacto entre las partes o regla prevista por
los rbitros, se deber aplicar supletoriamente lo previsto por la LGA. En este sentido, debemos desterrar el mito que refiere que el cdigo procesal civil y las reglas
del proceso judicial se aplican de manera
supletoria al procedimiento arbitral. Por
consiguiente, el arbitraje deber estar sujeto a las siguientes fuentes:, i) la voluntad de las partes; ii) la LGA; y, iii) la decisin de los rbitros.
Los rbitros, dentro del procedimiento arbitral, cuentan con las siguientes facultades:
Establecer la admisibilidad, pertinencia y valor de las pruebas que presenten las partes.
PROCEDIMIENTO ARBITRAL
19
20
Dar por vencidos los plazos de etapas ya cumplidas por las partes.
(35)
(36)
Este principio originariamente fue entendido como aqul por el cual los rbitros eran los nicos competentes para dirimir las controversias que pudieran surgir relativas a su propia competencia. Actualmente, se entiende que la justicia arbitral tiene prioridad temporal respecto de la justicia estatal para dirimir
dichos conflictos (SILVA ROMERO , Eduardo, Breves observaciones sobre el Principio Kompetenz-Kompetenz, en: El Contrato de Arbitraje, Legis Editores, Bogot, 2005, p. 580).
21
decisin podr ser impugnada como recurso de reposicin, sin perjuicio del recurso de anulacin contra el laudo final.
En cambio, si los rbitros las amparan slo
respecto de determinadas materias, las
actuaciones arbitrales continuarn respecto de las dems y la decisin slo podr
ser impugnada mediante recurso de anulacin luego de expedirse el laudo final.
A continuacin presentamos un esquema bsico del procedimiento arbitral
regulado por la LGA:
PROCEDIMIENTO ARBITRAL
9.
Instalacin
del
Tribunal Arbitral
Presentacin de la
demanda y ofrecimiento
de pruebas
Cuestiones previas o
tachas a medios
probatorios
Audiencia
de Pruebas
Audiencia de
conciliacin y
fijacin de
puntos
controvertido
Contestacin y/o
reconvencin de
la demanda y
ofrecimiento
de pruebas
Presentacin
de alegatos
Audiencia de
Informes orales
Emisin del
Laudo Arbitral
LAUDO ARBITRAL
Para Fernando VIDAL es el convenio arbitral el que autoriza a los rbitros a laudar pero el laudo es
absolutamente independiente del convenio, al extremo que si el laudo es impugnado, la impugnacin no
afecta en absoluto el convenio arbitral, el cual, por lo, dems, es preservado por el recurso de anulacin
que puede hacer valer contra el laudo (VIDAL RAMREZ, Fernando, Manual de Derecho Arbitral, Gaceta
Jurdica, Lima, 2003, p. 124).
22
b)
c)
d)
e)
f)
La decisin.
(38)
Artculo 34 de la LGA:
Artculo 34.- Salvo disposicin distinta de las partes o de los rbitros, el procedimiento arbitral se sujetar
a las siguientes reglas:
1. La parte que formula su pretensin ante los rbitros deber hacerlo dentro de los ocho (8) das
de notificada de la instalacin del tribunal arbitral, debiendo ofrecer al mismo tiempo las pruebas que
la sustenten.
Luego de recibida la pretensin, se citar al demandado para que en el plazo de ocho (8) das manifieste lo que convenga a su derecho y ofrezca las pruebas correspondientes. Si se formula reconvencin,
los rbitros corrern traslado a la otra parte por igual plazo.
(39)
En el caso del arbitraje internacional, el plazo para laudar ser designado por las partes.
a)
b)
c)
d)
e)
(40)
23
El inciso 5 del artculo 73 de la LGA establece la posibilidad de anulacin del laudo por haberse expedido
fuera del plazo establecido, siempre que quien invoque la causal hubiera manifestado, ante el tribunal
arbitral antes de ser notificado con la decisin. La consecuencia de la anulacin del laudo por dicha causal
es que el Poder Judicial retoma la competencia para conocer sobre el fondo de la materia sometida a
arbitraje, conforme a lo establecido en el inciso 5 del artculo 78 de la LGA.
24
f)
invoque esta causal lo hubiera manifestado por escrito a los rbitros antes de ser notificada con el laudo).
(41)
25
b)
c)
La presentacin de la notificacin
del laudo arbitral y, en su caso, de
sus correcciones, integracin o
aclaraciones.
d)
26
La anulacin parcial del laudo arbitral solamente proceder si la parte anulada es separable del conjunto del laudo.
Cuando el laudo arbitral hubiera sido
anulado total o parcialmente, de acuerdo
a lo resuelto por la sala superior, slo se
podr interponer recurso de casacin.
A fin de asegurar el cumplimiento del
laudo arbitral y para asegurar los bienes
materia del proceso, las partes podrn
hacer uso de las medidas cautelares, tanto en sede judicial como en sede arbitral.
En sede judicial, sern de aplicacin las
reglas del proceso cautelar contenidas en
el cdigo procesal civil. En sede arbitral,
el rbitro o los rbitros podrn, a pedido
de parte, conceder las medidas cautelares
necesarias a fin de asegurar el proceso.
El laudo arbitral consentido o ejecutoriado, tiene valor equivalente al de una
sentencia judicial definitiva y es eficaz y
obligatorio para las partes una vez notificadas con el mismo.
Si la parte obligada con el laudo no
cumpliera, el interesado podr solicitar la
ejecucin forzosa del laudo ante el juez
especializado en lo civil del lugar de la
sede del arbitraje que corresponda en la
fecha de la solicitud(42).
Las partes de un arbitraje internacional podrn solicitar ante el tribunal arbitral, con anterioridad o durante el transcurso del proceso, las medidas cautelares
provisionales que consideren necesarias.
(42)
(43)
(44)
(45)
GARCA-CALDERN MOREYRA, Gonzalo, Existe una gasificacin del arbitraje?, en: Libro Homenaje
a Jos Len Barandiarn - Temas de Derecho, Fondo Editorial del Congreso de la Repblica del Per,
T. III, Lima, 2000, p. 1036.
(46)
27
El artculo 274 del Reglamento de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado establece que si
las partes no cumplen con incorporar el convenio arbitral correspondiente para desarrollar un arbitraje
ad hoc, se considerar incorporado de pleno derecho el siguiente texto:
Todos los conflictos que se deriven de la ejecucin e interpretacin del presente contrato, incluidos los
que se refieren a su nulidad e invalidez, sern resueltos de manera definitiva e inapelable mediante
arbitraje de derecho, de conformidad con lo establecido en la normativa de contrataciones y adquisiciones del Estado (...)
28
b)
(47)
(48)
Para un anlisis ms detallado: CANTUARIAS S ALAVERRY , Fernando, Cundo estamos ante un arbitraje
nacional o internacional conforme a la LGA?, en: Revista Peruana de Arbitraje, N 1, Grijley, Lima,
2005, pp. 207-229; y, CANTUARIAS S ALAVERRY, Fernando, Arbitraje Comercial y de las Inversiones, Lima,
Fondo Editorial de la UPC, 2007, pp. 109-155.
Una de las partes en el convenio arbitral estaba afectada por alguna incapacidad, o que dicho convenio no
es vlido en virtud de la ley a que las
partes lo han sometido o, si nada se
hubiera indicado a este respecto, en
virtud de las leyes de la repblica;
b)
c)
d)
(49)
29
El Per ratific la Convencin de Panam el 2 de mayo de 1989, pero sta no le fue vinculante hasta la
fecha de depsito del instrumento, hecho que ocurri el 22 de mayo del mismo ao.
30
convencin sobre reconocimiento y ejecucin de las sentencias arbitrales extranjeras (convencin de nueva york de 1958)(50)
o cualquier otro tratado sobre reconocimiento y ejecucin de laudos arbitrales de
los cuales el Per sea parte, tambin sern
de aplicacin para efectos del reconocimiento y la ejecucin de los laudos arbitrales dictados fuera del territorio nacional.
a)
b)
Simplicidad y Flexibilidad: El arbitraje no est plagado de los formalismos propios del proceso judicial,
sin que ello implique una desatencin
al debido proceso. As, las partes tienen la libertad de establecer las reglas
del procedimiento arbitral en su convenio arbitral o someterse a los reglamentos de una institucin arbitral.
c)
d)
e)
(50)
El Per ratific la Convencin de Nueva York el 7 de julio de 1988, pero ste no le fue vinculante hasta la
fecha de depsito del instrumento, hecho que ocurri el 5 de octubre del mismo ao. El Per no realiz
ninguna reserva al firmar el Convenio de Nueva York.
31
32
33
( *)
Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). Es autor del
Libro Arbitraje Comercial y de las Inversiones (UPC, Lima, 2007) y de ms de 50 artculos sobre su
especialidad.
34
Los principales trabajos acerca de la LGA son: CANTUARIAS S ALAVERRY, Fernando, Arbitraje comercial y
de las inversiones, Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), Lima, 2007; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando / ARAMBUR YZAGA, Manuel Diego, El arbitraje en el Per: desarrollo actual y perspectivas
futuras, Fundacin M. J. Bustamante De la Fuente, Lima, 1994; CAIVANO, Roque J., Negociacin, conciliacin y arbitraje, Asociacin Peruana de Negociacin, Arbitraje y Conciliacin (Apenac), Lima, 1998;
CALDERN M OREYRA, Gonzalo Garca, El arbitraje internacional en la seccin segunda de la Ley N 26572,
Lima, 2004; VIDAL RAMREZ, Fernando, Manual de Derecho Arbitral, Gaceta Jurdica S.A., Lima, 2003;
CANTUARIAS S ALAVERRY, Fernando, Cundo estamos ante un arbitraje nacional o internacional conforme a la Ley General de Arbitraje?, en: Revista Peruana de Arbitraje, N 1, Lima, 2005, pp. 207-229;
CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, La anulacin de un laudo arbitral por la causal de exceso en la resolucin de la materia sometida a arbitraje, en: Ius Et Veritas, Revista de Derecho, N 30, Lima, 2005, pp.
203-209; CANTUARIAS S ALAVERRY, Fernando, Cuestiones generales aplicables a las causales de anulacin de laudos arbitrales dictados en el foro y a las causales para no reconocer y ejecutar laudos
arbitrales dictados en el extranjero, en: Themis, Revista de Derecho, N 50, Lima, 2005, pp. 87-95;
CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Reconocimiento y ejecucin de laudos arbitrales extranjeros: la Convencin de Nueva York vs. La Ley General de Arbitraje, en: Normas Legales, T. 348, Lima, 2005, pp.
121-131; CANTUARIAS S ALAVERRY, Fernando, Anulacin de un laudo arbitral por la causal de violacin del
pacto de las partes respecto a la composicin del tribunal arbitral y del procedimiento, en: Normas
Legales, T. 346, Lima, 2005, pp. 137-141; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Es necesaria la regulacin
del arbitraje nacional e internacional en la LGA?, en: Revista de Economa y Derecho, Vol. 1, N 4,
Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), Lima, 2004; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Anulacin de un laudo arbitral por la causal de violacin del debido proceso y el derecho de defensa, en:
Arbitraje on Line, Centro de Conciliacin y Arbitraje Nacional e Internacional de la Cmara de Comercio
de Lima, www.camaralima.org.pe/arbitraje/boletin/voz_arbitro2.htm; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando,
Consecuencias de la anulacin de un laudo arbitral, en: Actualidad Jurdica, Gaceta Jurdica, T. 128,
Lima, 2004, pp. 9-16; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, El Per: lugar conveniente en Sudamrica para
el desarrollo del arbitraje internacional, en: Laudo, Revista del Centro de Arbitraje AMCHAM Per, N 1,
Lima, 2003; CANTUARIAS S ALAVERRY, Fernando, Anulacin de un laudo arbitral por la causal de nulidad
del convenio arbitral, en: Cuadernos Jurisprudenciales, suplemento mensual de Dilogo con la Jurisprudencia, Gaceta Jurdica, N 17, Lima, 2002; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Ley General de Arbitraje del Per, en: Revista Jurdica del Per, N 18, Lima, 2001; CANTUARIAS S ALAVERRY, Fernando,
Arbitraje, en: Gua legal de negocios. Invirtiendo en el Per, 3 ed., Beatriz Boza (editora), PromPer,
Lima, 1998, pp. 783-796; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, La Nueva Ley General de Arbitraje, Ley N
26572, en: Gaceta Jurdica, T. 25, Lima, 1996; CANTUARIAS S ALAVERRY, Fernando, Nueva Ley General
de Arbitraje Peruana, Ley N 26572, en: Jurisprudencia Argentina, N 5998, Buenos Aires, 1996; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Nuevo marco normativo aplicable al arbitraje en nuestro pas. Ley General de Arbitraje, Ley N 26572, en: Scribas, Revista de Derecho, N 2, Arequipa, 1996; CANTUARIAS
SALAVERRY, Fernando, El convenio arbitral en la Ley General de Arbitraje, Ley N 26572, en: Derecho,
Revista de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Catlica del Per, N 49, Lima, 1995;
ARRARTE ARISNABARRETA , Ana Mara, Apuntes sobre la ejecucin de laudos arbitrales y su eficacia a
propsito de la intervencin judicial, en: Revista Peruana de Derecho de la Empresa, N 56, Lima, ao
XVIII, 2003; ARRARTE ARISNABARRETA, Ana Mara, Sobre el deber de motivacin y su aplicacin en los
arbitrajes de conciencia, en: Themis, Revista de Derecho, N 43, Lima, 2001; DE TRAZEGNIES G RANDA,
Fernando, Arbitraje de derecho y arbitraje de consciencia, en: Ius Et Veritas, Revista de Derecho, N 12,
Lima, 1996; LEDESMA N ARVEZ, Marianella, Laudos arbitrales y medios impugnatorios, en: Cuadernos
Jurisprudenciales, suplemento mensual de Dilogo con la Jurisprudencia, Gaceta Jurdica, N 17, 2002;
LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo, Ms sobre necesidad de modificaciones a la Ley General de Arbitraje (arbitraje nacional), en: Derecho & Sociedad, N 25, Lima, 2005; LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo,
35
Este trabajo tiene por exclusiva finalidad el describir de manera general el nuevo marco normativo dentro del cual se desarrolla la prctica del arbitraje en el Per.
1.
domicilien en el Per, pero el cumplimiento de una parte sustancial de las obligaciones emanadas de la relacin jurdica se ejecutar en otro Estado (por ejemplo, dos empresas domiciliadas en el Per que ejecutarn una obra en Chile).
De esta manera, cuando un arbitraje
con sede en el Per se realice entre dos
partes domiciliadas en ms de un pas (diversidad de domicilios al momento de la
celebracin del convenio arbitral), entre
dos partes domiciliadas en un mismo Estado pero distinto al Per, o entre dos domiciliados en el Per pero condicionado
a que el cumplimiento de una parte sustancial de la relacin jurdica se ejecute
fuera del pas, las normas aplicables a dicho arbitraje sern las contenidas en la
seccin segunda de la LGA.
En cambio, un arbitraje con sede en el
Per ser nacional y, por lo tanto, se le aplicarn las disposiciones de la seccin primera de la LGA, cuando ambas partes domicilien en el Per y el cumplimiento de una parte sustancial de las obligaciones emanadas
de la relacin jurdica se ejecute en el pas(2).
Como el Per es una Repblica unitaria, la LGA se aplica en todo el pas, a
todo conflicto civil y comercial(3).
Interferencia judicial en los arbitrajes, en: Revista Peruana de Arbitraje, N 1, Lima, 2005; MADRID
HORNA, Vctor, Sobre la intervencin de los rganos jurisdiccionales en los procesos arbitrales: el caso
de las medidas cautelares reguladas por la Ley General de Arbitraje, en: Revista Peruana de Derecho
de la Empresa, N 56, ao XVIII, Lima, 2003; MONTOYA ALBERTI, Ulises, Per, en: Kluwer Law International, www.kluwerarbitration.com/arbitration/arb/home/ipn/defaulT.asp?ipn=12612; OSTERLING PARODI, Felipe, Per, en: International Arbitration in Latin America, Nigel Blackaby, David Lindsey y Alessandro
Spinillo (editores), Kluwer Law International, La Haya, 2002; PASTOR BEBIN , Reynaldo, The Legislative
Framework for Arbitration in Peru, en: ICSID Review -Foreign Investment Law Journal, Vol. 14, N 2,
1999; RUBIO GUERRERO , Roger, Desarrollo y posibilidades del arbitraje institucional en el Per, tesis
para optar por el grado de abogado, Pontificia Universidad Catlica del Per, Facultad de Derecho,
Lima, 2002; y VIDAL R AMREZ, Fernando, El Tribunal Arbitral, en: Revista Peruana de Derecho de la
Empresa, N 56, ao XVIII, Lima, 2003.
(2)
(3)
La LGA ha eliminado el trmino comercial contenido en la Ley Modelo de UNCITRAL, por tratarse de una
potencial fuente de discusin acerca del mbito de aplicacin de las normas sobre arbitraje internacional.
CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 183-185.
36
Por otro lado, cuando la sede del arbitraje est localizada fuera del Per (independientemente de cualquier otro factor de
conexin, como podra ser la nacionalidad
o el domicilio de las partes o la materia controvertida), este arbitraje ser considerado
por la LGA como un arbitraje extranjero(4).
En este caso, la LGA dispone de un
captulo especial referido al reconocimiento y la ejecucin de los laudos arbitrales
extranjeros (captulo octavo de la seccin
segunda de la LGA). Las normas contenidas
del artculo 127 al 131 de la LGA solo establecen el trmite de reconocimiento y ejecucin de los laudos arbitrales extranjeros, ya
que las cuestiones sustantivas se encuentran
reguladas en la Convencin sobre Reconocimiento y Ejecucin de las Sentencias Arbitrales Extranjeras, ms conocida como la
Convencin de Nueva York de 1958(5).
2.
(4)
(5)
El Per ha ratificado este tratado, mediante Resolucin Legislativa N 24924, publicada en el diario oficial
El Peruano el 10 de noviembre de 1988. CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Reconocimiento y ejecucin de
laudos arbitrales internacionales, en: Themis, Revista de Derecho, N 21, Lima, 1992; MONTOYA ALBERTI,
Ulises, La Convencin de Nueva York de 1958 sobre reconocimiento y ejecucin de sentencias arbitrales
extranjeras, en: Revista del Foro, N 1, Colegio de Abogados de Lima, 1989; y BOZA DIBS, Beatriz, Reconocimiento y ejecucin en el Per de laudos arbitrales extranjeros, en: Themis, Revista de Derecho, N
16, Lima, 1990; CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 42-64, pp. 421-456.
(6)
Las estadsticas, la clusula modelo de arbitraje, el Estatuto del Centro, el Cdigo de tica, el Reglamento
Procesal de Arbitraje y el Reglamento de Aranceles se ubican en: http://200.37.9.27/CCL/ccl_arbitraje/es/
ccl_arbitraje.aspx.
(7)
OSTERLING PARODI, Per, cit., p. 197. The Peruvian mining, hydrocarbon, banking, and insurance sectors
are using arbitration most frequently. In these sectors, the magnitude of investment dictates that both
national and foreign investors are using arbitration instead of submitting their disputes to the national
judicial system.
(8)
(9)
37
EL CONVENIO ARBITRAL
(10)
(11)
(12)
(13)
The ICC International Court of Arbitration Bulletin, Vol. 15, N 1, 2004, p. 10; The ICC International Court of
Arbitration Bulletin, Vol. 14, N 1, 2003, p. 10; The ICC International Court of Arbitration Bulletin, Vol. 13, N 1,
2002, p. 9; The ICC International Court of Arbitration Bulletin, Vol. 12, N 1, 2001, p. 9; The ICC International
Court of Arbitration Bulletin, Vol. 11, N 1, 2000, p. 6; The ICC International Court of Arbitration Bulletin, Vol. 10,
N 1, 1999, p. 6; The ICC International Court of Arbitration Bulletin, Vol. 9, N 1, 1998, p. 6, The ICC International Court of Arbitration Bulletin, Vol. 8, N 1, 1997, p. 5; The ICC International Court of Arbitration Bulletin, Vol.
7, N 1, 1996, p. 5; y The ICC International Court of Arbitration Bulletin, Vol. 6, N 1, 1995, p. 5.
(14)
38
(15)
DE TRAZEGNIES GRANDA, Fernando, Los conceptos y las cosas. Vicisitudes peruanas de la clusula compromisoria y del compromiso arbitral, en: El arbitraje en el Derecho latinoamericano y espaol. Libro
homenaje a Ludwick Kos Rabcewitz, Cultural Cuzco, Lima, 1989; CAIVANO, Roque J., Arbitraje: su eficacia
como sistema alternativo de resolucin de conflictos, Ad-Hoc, Buenos Aires, 1993, pp. 134-135; y CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Reflexiones acerca de la clusula compromisoria y el compromiso arbitral: Y
despus nos preguntamos por qu el arbitraje funciona recin desde 1996, en: Arbitraje on Line, Centro
de Conciliacin y Arbitraje Nacional e Internacional de la Cmara de Comercio de Lima,
www.camaralima.org.pe/arbitraje/boletin/voz_arbitro2.htm.
(16)
Para una descripcin general de la derogada LGA, leer a: CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Arbitraje. En:
Invirtiendo en el Per. Gua legal de negocios, Beatriz Boza (editora), Apoyo, Lima, 1994.
(17)
Para un anlisis preciso de los errores cometidos por la anterior LGA, recomendamos leer : CANTUARIAS
SALAVERRY / ARAMBUR YZAGA, El arbitraje en el Per: desarrollo actual y perspectivas futuras, cit., pp. 158177; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Clusula compromisoria y compromiso arbitral vs. convenio arbitral, en: Adsum, Revista Jurdica, N 8, Lima, 1993, pp. 87-103; y CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, El
convenio arbitral: se encuentra presente en las disposiciones sobre arbitraje domstico de la Ley General de Arbitraje?, en: Libro homenaje a Manuel de la Puente y Lavalle: nuevas tendencias del Derecho
Contractual, T. I, Grupo Peruano de la Asociacin Henri Capitant, Lima, 1994, pp. 379-402.
39
Este y muchos otros errores detectados en la anterior LGA motivaron la necesidad de proceder a la reforma integral
de la legislacin arbitral, a pocos aos de
dictada la Ley 25935(18).
La actual LGA no cae en el grave
error de la anterior legislacin, al definir
correctamente al convenio arbitral en sus
artculos 9 y 98, como aquel acuerdo por
el que las partes deciden someter a arbitraje las controversias que hayan surgido o
puedan surgir entre ellas respecto a una
determinada elacin jurdica contractual o
no contractual. De esta manera, independientemente del momento en que se suscriba el acuerdo de arbitraje (antes o despus de que surja la controversia), solo
existir un contrato: el convenio arbitral(19).
De la definicin que da la LGA, se
desprenden los nicos dos requisitos esenciales del convenio arbitral: 1) la decisin
de las partes de pactar el arbitraje(20); y 2)
la determinacin de la relacin jurdica
respecto de la cual se arbitrarn los actuales o potenciales conflictos(21).
Verifiquemos que estos dos nicos
requisitos esenciales se encuentran presen-
(18)
CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Algunas modificaciones que deben hacerse con urgencia a las disposiciones sobre arbitraje domstico contenidas en la Ley General de Arbitraje, en: Themis, Revista de Derecho, N 31, Lima, 1995; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Algunas modificaciones que deben hacerse con
urgencia a las disposiciones sobre arbitraje internacional contenidas en la Ley General de Arbitraje, en:
Scribas, Revista de Derecho, N 1, Arequipa, 1996; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Comentario acerca
de algunas disposiciones sobre arbitraje internacional contenidas en la Ley General de Arbitraje, en: Ius
Et Veritas, Revista de Derecho, N 8, Lima, 1994.
(19)
CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, El convenio arbitral en la Ley General de Arbitraje, Ley N 26572, cit.
(20)
PARK, William W., Arbitration of International Contract Disputes, en: The Business Lawyer, Vol. 39, 1984,
p. 1785. Essential to a binding arbitration clause is, of course, an unambiguous and unequivocal reference
to arbitration (...).
(21)
Ibdem, p. 1785. PARK seala correctamente que la fijacin de la relacin jurdica respecto de la cual se
arbitrarn los conflictos no debe implicar la determinacin exacta de los trminos de la controversia, ya
que ello se har ante los rbitros.
(22)
(23)
40
inequvocamente deje constancia documental de la voluntad de las partes de someterse al arbitraje. Esta exigencia est
de acuerdo con la moderna corriente legislativa que postula reducir al mximo
las formalidades del convenio arbitral(24).
trate de cuestiones que interesan al orden pblico (delitos o faltas, otorgamiento de derechos monoplicos por parte del
Estado como patentes y marcas, cuestiones referidas al Estado o a la capacidad
civil de las personas, etc.)(26).
La LGA tambin considera que existe un convenio arbitral por escrito, cuando las partes participan voluntariamente
en un proceso arbitral sin objetar la competencia de los rbitros. En este caso, el
solo intercambio de demanda y contestacin es sinnimo de convenio arbitral,
salvo que alguna de las partes objete la
competencia de los rbitros, afirmando
la inexistencia de un convenio arbitral
por escrito(25).
(24)
VRADY, Tibor/ BARCEL, John J., / VON MEHREN, Arthur T., International Commercial Arbitration, West Group,
ST. Paul, Minnesota, 1999, pp. 150-152; W. Laurence Craig, William W. Park & Jan Paulsson, International
Chamber of Commerce Arbitration, 3 ed. , Oceana Publications/ICC Publishing, 2000, pp. 53-58; CANTUARIAS SALAVERRY / ARAMBUR YZAGA, El arbitraje (), cit.
(25)
BORN, Gary B., International Commercial Arbitration in the United States, Kluwer Law and Taxation Publishers, Deventon & Boston, 1994, p. 190. Numerous authorities have relied on a partys commencement of
arbitral proceedings, or its participation without protest in such proceedings, as evidence of a valid arbitration agreement.
(26)
CANTUARIAS SALAVERRY / ARAMBUR YZAGA , El arbitraje en el Per: desarrollo actual y perspectivas futuras,
cit., pp. 137-143.
(27)
Ver infrapunto N V.
(28)
Respecto de este tema que resulta fundamental para el buen desarrollo de la prctica arbitral en el Per,
recomendamos leer: CANTUARIAS SALAVERRY / ARAMBUR YZAGA, El arbitraje en el Per: desarrollo actual y
perspectivas futuras, cit., pp. 148-157.
41
determinen la materia controvertida(31). En caso no se designe al tribunal arbitral en ese momento, ser
de aplicacin el siguiente apartado.
Una vez instalado el tribunal arbitral,
la materia controvertida ser determinada ante los rbitros, si es que no
fue previamente acordada por las
partes en su convenio arbitral.
c)
b)
(29)
Para estos efectos, las partes pueden acordar el texto de su convenio arbitral o, mejor an, apelar a las
clusulas arbitrales tipo o modelo que recomiendan cada una de las instituciones arbitrales. As, por
ejemplo, el Centro de Arbitraje de la Cmara de Comercio de Lima, sugiere el siguiente pacto arbitral:
Todo litigio, controversia, desavenencia o reclamacin resultante, relacionada o derivada de este acto
jurdico o que guarde relacin con l, incluidas las relativas a su validez, eficacia o terminacin incluso
las del convenio arbitral, sern resueltas mediante arbitraje, cuyo laudo ser definitivo e inapelable, de
conformidad con los reglamentos y el Estatuto del Centro de Conciliacin y Arbitraje Nacional e Internacional de la Cmara de Comercio de Lima a cuyas normas, administracin y decisin se someten las
partes en forma incondicional, declarando conocerlas y aceptarlas en su integridad. BORN , Gary B.,
International Arbitration and Forum Selection Agreements: Planning, Drafting and Enforcing, Kluwer Law
International, La Haya, 1999, p. 53. [I]t is wise to rely on the relevant institutions model clause (...) Of
course, this should not inhibit parties from supplementing model clauses by addressing issues such as
the arbitral situs, the number of arbitrators, the language of the arbitration, and the choice of applicable
substantive law.
(30)
Artculo 6 de la LGA.- La organizacin y desarrollo del arbitraje pueden ser encomendadas a una Institucin Arbitral, la cual necesariamente deber constituirse como Persona Jurdica. En tal caso, la institucin arbitral estar facultada para nombrar a los rbitros, as como para establecer el procedimiento y
las dems reglas a las que se someter el arbitraje, de conformidad con su reglamento arbitral. Esta
facultad tambin se encuentra prevista en los incisos 3) y 4) del artculo 93 de la LGA, aplicable al
arbitraje internacional.
(31)
Es recomendable que designen a los rbitros, porque ello evitar potenciales demoras mientras que, en
aplicacin del acuerdo de las partes o, en su defecto, de las disposiciones supletorias de la LGA, se
proceda al nombramiento de los rbitros. En todo caso, como las partes estn pactando recin en este
momento el acceso al arbitraje (cuando ya son conscientes de la existencia de una controversia), es de
esperar que como desean acudir al arbitraje, colaborarn en la designacin de los rbitros. Tambin es
recomendable que las partes determinen de comn acuerdo la materia controvertida, por cuanto ello
evitar que ms adelante (sea ante los rbitros o ante el Poder Judicial cuando se interponga el recurso
de anulacin contra el laudo arbitral), alguna de ellas impugne la competencia de los rbitros, aduciendo que tal o cual materia no ha sido sometida al arbitraje. GRIGERA N AN, Horacio, Arbitration in Latin
America: Overcoming Traditional Hostility, en: Arbitration International, Vol. 5, N 2, 1989, p. 148.
42
partes incumpla con hacerlo (artculos 20 y 101 de la LGA)(32), situacin que evitar la intervencin judicial(33); o 2) que no exista entidad
nominadora de rbitros, situacin en
la que las partes tendrn que designar a sus rbitros de conformidad
con el procedimiento pactado(34) o,
en su defecto, de acuerdo con el trmite supletorio dispuesto por la
LGA (artculos 21 y 102 de la
LGA)(35). En este supuesto, si todos
los rbitros no son designados, en
el arbitraje nacional habr que acudir al juez (artculo 23 de la LGA),
mientras que en el arbitraje internacional corresponder solicitar el
apoyo correspondiente a cualquiera de las instituciones arbitrales
que operan en el lugar del arbitraje o en la ciudad de Lima, a eleccin del interesado (artculos 102
y 103 de la LGA).
Una vez completado el tribunal arbitral, sea directamente por las partes, por
la entidad nominadora contractualmente
dispuesta o por la entidad nominadora
residual establecida por la LGA (Poder
Judicial o institucin arbitral, segn corresponda), el proceso arbitral se regir por
las normas acordadas por las partes o, en
su defecto, por lo que dispongan los rbitros (siempre dentro del marco de la LGA).
Ser dentro de este proceso arbitral que se
proceder a determinar la controversia, si
es que no fue previamente definida por las
partes en su convenio arbitral.
(32)
Artculo 20 de la LGA.- Los rbitros ser n designados por las partes o por un tercero, quien puede ser una
persona natural o jurdica, incluida una institucin arbitral.
(33)
CREMADES , Bernardo Mara, Espaa estrena Nueva Ley de Arbitraje, en: Revista de la Corte Espaola de
Arbitraje, Vol. V, Civitas, Madrid, 1988-1989, p. 37: Al contrario que en el arbitraje institucional, donde
existe un organismo competente (...) que a solicitud de una de las partes, cumple una serie de funciones
como la designacin de rbitros cuando la otra parte no lo hace, las reglas ad hoc establecen una
autoridad designadora, que puede ser una institucin o persona dispuesta a actuar como tal.
Generalmente las partes nombrarn para cumplir este encargo a una institucin arbitral o a una entidad
gremial que puede ser, por ejemplo, un colegio profesional. La entidad nominadora ejercer su funcin
conforme al acuerdo de las partes. En ese sentido, son las partes las que pueden decidir, por ejemplo, que
los tres rbitros sean designados por el tercero, o que cada parte nombre a un rbitro y el tercero nominador solo designe al presidente del tribunal arbitral, o que el tercero solo acte en caso alguna de las partes
incumpla con designar a uno de los rbitros, etc.
(34)
Los artculos 21 y 101 de la LGA expresamente establecen que las partes podrn determinar libremente el
procedimiento de designacin de los rbitros. Esta libertad tiene como nico lmite que se respete el
principio de igualdad de las partes. En otras palabras, cualquiera sea el sistema dispuesto por las partes,
este no podr autorizar a que una de ellas designe a todos o a la mayora de los rbitros. Caso contrario,
esta estipulacin ser nula, conforme a lo dispuesto en el ltimo prrafo del artculo 14 de la LGA. Esta
condicin se denomina en doctrina posicin predominante de una de las partes. C.C.A. Voskuil y Judith
Ann Freeberg-Swartzburg, Composition of the Arbitral Tribunal. En: Essays on International Commercial
Arbitration, Petar Sarcevic (editor), Graham & Trotman, Londres, 1989, pp. 74-75; y LOHMANN LUCA DE TENA ,
Juan G., El arbitraje, Para Leer el Cdigo Civil, Vol. V, 2 ed., Pontificia Universidad Catlica del Per, Lima,
1988, p. 136.
(35)
Si las partes de un arbitraje ad hoc no han pactado el procedimiento de designacin de rbitros, los
artculos 21 y 102 de la LGA establecen un sistema supletorio, mediante el cual cada parte nombrar a un
rbitro y los dos rbitros as designados nombrarn al tercero, quien presidir el tribunal arbitral.
4.
43
trato principal que lo contiene, bastara
atacar la validez del contrato principal
ante el Poder Judicial para que las partes
tuvieran que esperar el fallo definitivo
sobre la validez del contrato principal (y
accesoriamente del pacto arbitral) para
poder iniciar o proseguir el arbitraje(38).
Es pues gracias a esta ficcin legal que
cualquier controversia referida a la
inexistencia, ineficacia, invalidez u otro
vicio del contrato que contiene el convenio arbitral, deber, en principio, ser de
conocimiento del tribunal arbitral.
Por su parte, los artculos (39) y 106
de la LGA expresamente facultan a los
(36)
John J. BARCELO III, Who Decides the Arbitrators Jurisdiction? Separability and Competence-Competence
in Transnational Perspective, en: Vanderdilt Journal of Transnational Law, Vol. 36, 2003, p. 1116. Separability and competence-competence (...) are different, but often linked, because they share a common goal:
to prevent early judicial intervention from obstructing the arbitration process.
(37)
GARRO, Alejandro M., El arbitraje en la ley modelo propuesta por la Comisin de las Naciones Unidas para
el Derecho Mercantil Internacional y en la nueva legislacin espaola de arbitraje privado: un modelo para
la reforma del arbitraje comercial en Amrica Central, en: Arbitraje comercial y laboral en Amrica Central,
Alejandro M. Garro (editor), Transnational Juris Publications, Nueva York, 1990, p. 41. Por lo general, el
acuerdo de arbitraje consiste en una clusula incorporada al contrato principal del que forma parte.
(38)
GRIGERA NAN, Horacio, The Scope of the Separability of the Arbitration Agreement under Argentine Law,
en: The American Review of International Arbitration, Vol. 1, N 2, 1990, p. 263. If challenging the validity
or existence of the contract were to annul the arbitration clause, arbitration proceedings would have to be
suspended until a court decided the challenge. Meanwhile, the arbitrators would be deprived of jurisdiction
to arbitrate. CAIVANO, Roque J., Arbitraje: su eficacia como sistema alternativo de resolucin de conflictos,
cit., pp. 156-157. Si el desplazamiento de la jurisdiccin arbitral es permitido con el solo planteo de incompetencia fundado en la falta de validez del contrato, o si se condiciona la actuacin de los rbitros a una
decisin judicial previa sobre esa validez, se podra impedir con facilidad su intervencin, burlndose la
originaria intencin comn de las partes de que el conflicto sea resuelto mediante arbitraje.
(39)
BORN, International Commercial Arbitration in the United States, cit., p. 216. [W]ithout the KompetenzKompetenz doctrine, it would always be open to a party to an agreement containing an arbitration clause to
vitiate its arbitration obligation by the simple expedient of declaring the agreement void. HERRERA PETRUS,
Christian, Spanish Perspectives on the Doctrines of Kompetenz-Kompetenz and Separability: A Comparative Analysis of Spains 1988 Arbitration Act, en: The American Review of International Arbitration, Vol. 11,
N 3, 2000, p. 398. Requiring the intervention of courts to determine whether an agreement is effective for
the sole purpose of establishing that the designated arbitral tribunal has jurisdictional authority to resolve
disputes arising under that same agreement, seems in practice, at least to some extent, inconvenienT. It
promotes delaying tactics by parties either unwilling to go to arbitration or certain that they will lose their
case, involving unnecessary time and cost expenditures. It narrows significantly the direct effectiveness of
arbitration agreements by limiting them to claims that do not question the existence, validity or actuality of
the parties agreemenT. And last but not least, it hinders the goal of establishing arbitration as a solid,
autonomous means of solving disputes and runs contrary to the widespread view that arbitrators have a
truly jurisdictional function, being empowered to determine the rights and obligations of the parties. GROSS,
44
tes para conocer y fallar acerca de cualquier vicio del propio convenio arbitral,
as como acerca de si la materia controvertida sometida a su conocimiento es legal y contractualmente arbitrable(40), correspondiendo al Poder Judicial la ltima
palabra recin en la etapa de anulacin del
laudo arbitral(41).
La LGA autoriza a que el tribunal
arbitral resuelva la oposicin a su competencia como cuestin previa o hasta el
momento de emitir el respectivo laudo
arbitral final(42). Contra la decisin del tribunal arbitral no cabe impugnacin alguna, sin perjuicio del recurso de anulacin
Peter, Competence of Competence. An English View, en: Arbitration International, Vol. 8, N 2, 1992, p.
206. The practical need is that an arbitration should not automatically come to a halt merely because one
of the parties challenges the jurisdiction of the arbitrator, otherwise there would be a premium on unmeritorious challenges.
(40)
GAILLARD, Emmanuel, Validity and Scope of Arbitration Agreement, en: New York Law Journal, 4 de agosto de 1998, p. 1; REDFERN , Alan / HUNTER, Martin, Law and Practice of International Commercial Arbitration,
2 ed. , Sweet & Maxwell, Londres, 1991, p. 177; PARK , William W., Determining Arbitral Jurisdiction: Allocation of Tasks between Courts and Arbitrators, en: The American Review of International Arbitration, Vol. 8,
N 2, 1997, p. 143.
(41)
GARRO, Alejandro M., El arbitraje en la ley modelo propuesta por la Comisin de las Naciones Unidas para
el Derecho Mercantil Internacional y en la nueva legislacin espaola de arbitraje privado: un modelo para
la reforma del arbitraje comercial en Amrica Central, cit., p. 38. Con la finalidad de establecer un balance
adecuado entre la eventual necesidad de una temprana intervencin judicial en esta etapa preliminar del
procedimiento y la deseable celeridad del procedimiento arbitral, la mayora de las convenciones multilaterales de arbitraje comercial, como as tambin la doctrina prevaleciente en aquellos pases con regmenes arbitrales modernos(...) consagran expresamente la facultad del tribunal arbitral para decidir acerca
de su propia competencia (...) [siendo en definitiva] un tribunal ordinario el que decida [luego de que lo
haga el tribunal arbitral] si una clusula arbitral es vlida o no y, por lo tanto, si el tribunal arbitral tiene
competencia para dirimir la cuestin.
(42)
GARRO, Alejandro M., The UNCITRAL Model Law and the 1988 Spanish Arbitration Act: Models for Reform
in Central America, en: The American Review of International Arbitration, Vol. 1, N 2, 1990, p. 221. In
order to avoid possible waste of time and additional expense, jurisdictional questions are usually examined
and ruled upon before a consideration of the merits. However, in cases where jurisdictional issues are
intertwined with the substantive issues, it may be appropriate for the arbitral tribunal to decide the jurisdictional question together with the merits of the case. REDFERN, Alan / HUNTER , Martin, Law and Practice of
International Commercial Arbitration, Sweet & Maxwell, Londres, 1986, pp. 218-219. Usually the correct
course for an arbitral tribunal is to issue an interim award on jurisdiction, if asked to do so. This enables the
parties to know where they stand at an early stage; and it may well save them spending time and money on
arbitral proceedings which prove to be invalid. However, it is not always possible or desirable for an arbitral
tribunal to take this course. First (...) if the facts on which the challenge to jurisdiction are based are virtually
inseparable from the merits, the arbitral tribunal should continue with the hearings and make a final award
which deals with both issues at the same time. Secondly, if the respondent, having raised the issue of
jurisdiction, fails or refuses to take part in the arbitral proceedings, the arbitral tribunal may consider it
appropriate in the interest of justice to proceed with the case and deal with the issue of jurisdiction at the
same time as it deals with the merits.
EXCEPCIN DE CONVENIO
ARBITRAL
Cuando una de las partes del convenio arbitral, en violacin de dicho pacto,
promueve una demanda judicial relativa
a una materia reservada al arbitraje, la otra
parte puede invocar excepcin de convenio arbitral dentro de los plazos dispuestos para cada proceso en el Cdigo Procesal Civil(44), con la finalidad de que el
Poder Judicial se abstenga de seguir co-
45
nociendo dicha materia (artculos 16 y 99
de la LGA)(45).
Deducida la excepcin de convenio
arbitral, en el arbitraje nacional si el procedimiento arbitral ya se encuentra en trmite, el juez deber declarar fundada la
excepcin. Si el arbitraje todava no se ha
iniciado, el magistrado deber amparar la
excepcin, salvo que la materia sea manifiestamente no arbitrable de conformidad
con la LGA(46). En todo caso, mientras se
encuentre en trmite esta excepcin, el
arbitraje podr iniciarse e inclusive dictarse el laudo correspondiente.
(43)
El Tribunal Constitucional peruano, en sentencia de 28 de febrero de 2006, en el Expediente N 61672005-PHC/TC LIMA CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, ha establecido como fundamento jurdico vinculante: 11. Es por tal motivo que este Tribunal considera conveniente reiterar la plena vigencia del principio de
la kompetenz-kompetenz previsto en el artculo 39 de la Ley General de Arbitraje Ley 26572, que faculta
a los rbitros ha decidir acerca de las materias de su competencia(...) incluida las pretensiones vinculadas
a la validez y eficacia del convenio. Este Colegiado resalta la suma importancia prctica que reviste dicho
principio, a efectos de evitar que una de las partes, que no desea someterse al pacto de arbitraje, mediante
un cuestionamiento de las decisiones arbitrales y/o la competencia de los rbitros sobre determinada
controversia, pretenda convocar la participacin de jueces ordinarios, mediante la interposicin de cualquier accin de naturaleza civil y/o penal, y desplazar la disputa al terreno judicial. Este importante fallo se
puede ubicar en: www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2006/06167-2005.HC.html.
(44)
De conformidad con el artculo 478 del Cdigo Procesal Civil (CPC), el demandado en un proceso de
conocimiento debe interponer la excepcin de convenio arbitral dentro del plazo de diez das, contado
desde la notificacin de la demanda o reconvencin. Por su parte, el artculo 491 del mismo Cdigo otorga
nicamente cinco das para tal trmite tratndose de procedimientos abreviados. En lo que respecta a los
procesos sumarsimos, el artculo 552 del CPC establece que la excepcin de convenio arbitral se interpone al contestarse la demanda. Tratndose de los procesos de ejecucin, el artculo 700 del CPC permite
deducir las excepciones dentro de los cinco das de notificado el mandato de ejecucin respectivo.
(45)
Cuando el arbitraje no tenga como sede el Per, la parte interesada deber deducir la excepcin de convenio arbitral dentro de los plazos dispuestos en el CPC. Sin embargo, el juez deber resolver tal articulacin de conformidad con lo dispuesto en el artculo II.3 de la Convencin de Nueva York de 1958: El
Tribunal de uno de los Estados Contratantes al que se someta un litigio respecto del cual las partes hayan
concluido un acuerdo en el sentido del presente artculo, remitir a las partes al arbitraje, a instancia de
una de ellas, a menos que compruebe que dicho acuerdo es nulo, ineficaz o inaplicable. VAN DEN BERG,
Albert Jan, New York Convention of 1958: Consolidated Commentary, Cases Reported in Volumes
XIII(1988)- XIV(1989), en: Yearbook Commercial Arbitration, Vol. XIV, 1989, p. 555. The Convention does
not specify which arbitration agreements qualify for referral to arbitration pursuant to Article II (3). For
solving this omission (...) it would be consistent to interpret Article II (3) in conformity with Article. I which
provides for the Conventions field of application in respect of the arbitral award. Art. I is mainly based on an
award made in another State. Accordingly, Art. II(3) can be deemed applicable to an agreement providing
for arbitration in another State. This interpretation is generally followed by the courts in the Contracting
States. Tom Carbonneau, Cases and Materials on Commercial Arbitration, Vol. I, Juris Publishing, Nueva
York, 1997, p. 423; BORN, International Commercial Arbitration in the United States, cit., pp. 285-359; VRADY
/ BARCEL / VON MEHREN , International Commercial Arbitration, cit., p. 609.
(46)
El juez solo puede negarse a amparar la excepcin de convenio arbitral cuando la LGA as lo establezca, en aplicacin de los principios de competencia de los rbitros y de separabilidad del convenio arbitral, ya mencionados.
46
nar el nmero de rbitros que deseen (incluso en nmero par). A falta de acuerdo,
los rbitros tambin sern tres (artculo
101 de la LGA)(50).
6.2. Requisitos
6.1. Nmero
En el arbitraje nacional, la LGA establece que no pueden actuar como rbitros algunas personalidades: el presidente de la Repblica, los parlamentarios, los
jueces, entre otros (incompatibilidad, artculo 26 de la LGA)(51). Cuando el arbitraje es de conciencia, podr actuar como
rbitro cualquier persona natural, nacional o extranjera, mayor de edad, que se
encuentre en pleno ejercicio de sus derechos civiles. En cambio, cuando el arbitraje es de derecho, se requiere, adems,
que la persona sea abogada (artculo 25
de la LGA)(52).
6.
RBITROS
(47)
VAN DEN BERG, The New York Convention 1958: Consolidated Commentary, Cases Reported in Volumes
XIII(1988)-XIV(1989), cit., p. 564; GAILLARD , Validity and Scope of Arbitration Agreement, cit., pp. 3-5; y
TOVAR GIL, Mara del Carmen / TOVAR GIL , Javier, Derecho Internacional Privado, Fundacin M. J. Bustamante De la Fuente, Lima, 1987, p. 211.
(48)
La nulidad del convenio arbitral se analiza considerando la ley pactada por las partes o, en defecto de
acuerdo, apelando a la ley del lugar de celebracin del acuerdo de arbitraje. Sin embargo, el artculo 99 de
la LGA dispone que si el convenio arbitral cumple con las formalidades y requisitos dispuestos en esta
Seccin, no podr denegarse la excepcin por dicha causal.
(49)
MONTOYA ALBERTI, Ulises, Per, cit., p. 5. In a domestic arbitration with an even number of arbitrators, the
arbitrators appointed shall then appoint an additional arbitrator who shall act as the President of the Arbitral
Tribunal (Article 24).
(50)
(51)
CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Requisitos para ser rbitro, en: Revista Peruana de Arbitraje, N 2,
Lima, 2006, pp. 87-94.
(52)
47
acerca de cualquier circunstancia que pudiera dar lugar a una recusacin (artculos 29 y 104 de la LGA)(56). Si no revelan
algn hecho significativo, ello puede motivar una recusacin(57).
Las causales para recusar a un rbitro esencialmente estn referidas a la
falta de requisitos legales o contractuales para asumir el encargo, como a circunstancias que den lugar a dudas justificadas(58) respecto de su imparcialidad e independencia (artculos 28 y 104
de la LGA)(59).
En el arbitraje nacional, promovida
la recusacin, si el arbitraje es institucional, conocer de la solicitud la institucin
(53)
(54)
(55)
CANTUARIAS SALAVERRY, / ARAMBUR YZAGA, El arbitraje en el Per: desarrollo actual y perspectivas futuras,
cit., pp. 266-271; OSTERLING PARODI, Per, cit., pp. 203-204.
(56)
MANTILLA-SERRANO, Fernando, Ley de Arbitraje, Iustel, Madrid, 2005, p. 117. Lo esencial de la obligacin
de revelacin es poner a todas las partes en conocimiento de causa para que estas puedan asumir una
posicin respecto de la circunstancia revelada. ROMERO SEGUEL, Alejandro, La independencia e imparcialidad en la justicia arbitral, en: www.camsantiago.com/articulos/Recusacin_Arbitros_Alejandro_
Romero.doc, p. 8. Dentro de los mecanismos que ayudan a una observancia plena de la independencia e
imparcialidad en el arbitraje est el deber de informacin. Esto se materializa en declaraciones escritas
acerca de posibles conflictos de inters, que puestas en conocimiento de las partes determinan el rechazo
o la aceptacin de la designacin del rbitro, permitiendo controlar los elementos bsicos para ejercer su
derecho a la recusacin.
(57)
CRAIG, Laurence, PARK , William & PAULSSON , Jan, International Chamber of Commerce Arbitration, 2 ed.,
ICC Publications, Pars, 1990, p. 225. It may be argued that the failure of an arbitrator to disclose pertinent
facts about his relationship to a dispute or to a party is in and of itself sufficient grounds for challenge even
though such facts -if disclosed in timely fashion- would not necessarily have been found by the ICC Court
to justify disqualification. Such failure of disclosure may be said to constitute evidence of partiality.
(58)
OKEKEIFERE, Andrew I., Appointment and Challenge of Arbitrators under the UNCITRAL Model Law: Part 2:
Challenge, en: International Arbitration Law Review, Vol. 3, N 1, 2000, p. 13. Doubt in this context are
reasonable doubts, not foolish or imaginary doubts. Therefore, circumstances that cannot give rise to
reasonable doubts need not be disclosed.
(59)
CANTUARIAS SALAVERRY, / ARAMBUR YZAGA, El arbitraje en el Per: desarrollo actual y perspectivas futuras,
cit., pp. 304-313; TUPMAN, W. Michael, Challenge and Disqualification of Arbitrators in International Commercial Arbitration, en: International and Comparative Law Quarterly, Vol. 38, 1989, pp. 26-50; AGUILAR
ALVAREZ, Guillermo, The Challenge of Arbitrators, en: Arbitration International, Vol. 6, N 3, 1990, pp. 214221; NARIMAN, Fali S., Standard of Behaviour of Arbitrators, en: Arbitration International, Vol. 4, N 4, 1988,
p. 315; DONAHEY, M. Scott, The Independence and Neutrality of Arbitrators, en: Journal of International
Arbitration, Vol. 9, N 4, pp. 31-41; GRIGERA NAN, Horacio A., Factors to Consider in Choosing an Efficient
Arbitrator, en: ICCA Congress series, N 9, Paris, 1999, pp. 287-298; y HASCHER, Dominique T., ICC
Practice in Relation to the Appointment, Confirmation, Challenge and Replacement of Arbitrators, en: The
ICC International Court of Arbitration Bulletin, Vol. 6, N 2, 1995, p. 7.
48
(60)
(61)
Cantuarias Salaverry, Fernando / ARAMBUR YZAGA , Manuel Diego, El arbitraje en el Per: desarrollo actual
y perspectivas futuras, cit., pp. 316-318.
(62)
LOHMANN LUCA DE TENA , Juan G., Ley General de Arbitraje: unas glosas de urgencia, en: Informativo Legal
Rodrigo, N 80, Lima, 1993, p. 2.50. Explica el autor que la norma responde a la finalidad de impedir que
decaiga el arbitraje entero (a veces por maliciosas medidas dilatorias de una parte) por el transcurso del
plazo (...).
(63)
(64)
FOUCHARD, Philippe, Relationship between the Arbitrator and the Parties and the Arbitral Institution, en:
The ICC International Court of Arbitration Bulletin -The Status of the Arbitrator, Special Supplement, 1995,
pp. 17-19; VRADY, Tibor/ BARCEL, John J., III / VON MEHREN, Arthur T., International Commercial Arbitration,
cit., pp. 312-313; y PLATTE, Martin, An Arbitrators Duty to Render Enforceable Awards, en: Journal of
International Arbitration, Vol. 29, N 3, 2003, p. 312.
(65)
FOUCHARD, Relationship between the Arbitrator and the Parties and the Arbitral Institution, cit., p. 18. [T]he
arbitrator must carry out his task until its completion, in other words until the final award is rendered. In
consequence, from the moment that he accepts his task, in principle, he can no longer divest himself of it
in other words resign at least, not without good reason. [(...)]
49
tual (67) , ms especficamente del
contrato de rbitro entre las partes y
el rbitro(68).
Este contrato entre el rbitro y las
partes es, como bien afirma Lohmann(69),
(...) the main aim of the rule is to combat a tendency towards delay which is not uncommon; an arbitrator
feeling that he is in the minority in the tribunal resigns in the aim of preventing it from delivering an award
that is unfavourable to the party who nominated him.
(66)
Si bien la LGA no exige expresamente el deber de confidencialidad, Fernando Vidal Ramrez, Manual de
Derecho Arbitral, cit., p. 84, entiende que [l]os rbitros (...) deben observar confidencialidad a partir de su
nombramiento y a mantenerla con posterioridad a la conclusin del proceso. D E TRAZEGNIES GRANDA ,
Fernando, La publicidad del arbitraje, en: Arbitraje on Line, Centro de Conciliacin y Arbitraje Nacional e
Internacional de la Cmara de Comercio de Lima, www.camaralima.org.pe/arbitraje/boletin/edic-ant/5/
voz_arbitro1.htm, p. 1, en general se acepta entre los rbitros peruanos, como una verdad de principio,
que el laudo no puede ser revelado(...) Las sanciones por la violacin de esta regla, en los casos de los
arbitrajes institucionales, son ciertamente muy severas porque pueden llevar hasta la separacin del infractor de la lista de rbitros ofrecidos por la institucin arbitral. Sobre este particular, leer a: BERTRAND,
douard, The Confidentiality of Arbitration: Evolution or Mutation Following Esso/BHP vs. Plowman, en:
Revue de Droit des Affaires Internationales, N 2, 1996, pp. 172-176; BROWN, Alexis C., Presumption
Meets Reality: An Exploration of the Confidentiality Obligation in International Commercial Arbitration, en:
American University International Law Review, 2001, pp. 970-1023; ICC C OMMISSION ON INTERNATIONAL ARBITRATION, Report on Confidentiality as a Purported Obligation of the Parties in Arbitration, en: Document
420/20-009 Rev, 2002, pp. 1-26; SMIT, Hans, Breach of Confidentiality as a Ground for Avoidance of the
Arbitration Agreement, en: The American Review of International Arbitration, Vol. 11, 2000, pp. 567-582;
KOURIS, Steven, Confidentiality: Is International Arbitration Losing One of Its Major Benefits?, en: Journal
of International Arbitration, Vol. 22, N 2, 2005, pp. 127-135; y CANTUARIAS S ALAVERRY, Arbitraje comercial y
de las inversiones, cit., pp. 7-12.
(67)
Existen algunas legislaciones que entienden, en cambio, que la responsabilidad de los rbitros deriva de
un estatus similar al de los jueces. Martin Platte, An Arbitrators Duty to Render Enforceable Awards, cit.,
p. 307. [S]chool of thought emphasizes the status approach. Another theory prefers the idea that the
arbitrators rights and duties obligations are derived from contract. Sobre este particular, leer a: FRANCK,
Susan D., The Liability of International Arbitrators: A Comparative Analysis and Proposal for Qualified
Immunity, en: New York Law Journal of International & Comparative Law, Vol. 20, 2000, pp. 2-58; y SORIEUL,
Renaud, Update on Recent Developments and Future Work by UNCITRAL in the Field of International
Commercial Arbitration, en: Journal of International Arbitration, Vol. 17, N 3, 2000, p. 170.
(68)
MANTILLA-SERRANO, Ley de Arbitraje, cit., p. 133. [H]oy en da [es] aceptado por la ms autorizada doctrina
internacional (...) [que el] convenio arbitral, como tal, genera una relacin contractual solo entre las partes.
Es decir, en s mismo no genera vnculo contractual alguno con los rbitros(...) quienes ni son parte original de dicho convenio ni se adhieren a l por el hecho de la aceptacin del encargo. Por ello (...) la
responsabilidad de [los] rbitros (...) deriva de las reglas del derecho comn (...) [y] cualquier reclamacin
(...) [acerca de] dicha responsabilidad (...) [deriva] de los contratos que (...) [los] vinculan (...).
(69)
LOHMANN LUCA DE TENA , El arbitraje, cit., p. 132. CRDENAS Q UIRS, Carlos, Clusula compromisoria y compromiso arbitral, en: Cdigo Civil, Exposicin de Motivos y Comentarios, T. VI, REVOREDO, Delia (compiladora), Lima, 1985, p. 645. [R]esulta posible concluir que el contrato de dacin y recepcin de rbitros
constituye una modalidad de la locacin de servicios. Al respecto, es preciso recordar que pueden ser
materia de este contrato toda clase de servicios materiales e intelectuales, segn lo establece el artculo 1765 del Cdigo Civil. FOUCHARD, Relationship between the Arbitrator and the Parties and the Arbitral
Institution, cit., p. 16. The contract for hire of services (or work by contract agreement in the oldfashioned terminology of the French Civil Code) is certainly closer to the contract binding the arbitrator to
the parties, because its aim is wider than that of agency. In fact, it is possible to analyze the arbitrators
task as the provision of a whole set of services of an intellectual nature, that he carries out in the interest
of the parties, independently, in consideration of a fee. The arbitrator, like other legal professionals, or
50
funcionario (artculo 395). Si bien es cierto que se tratan de figuras delictivas que
suelen estar presentes en las legislaciones
de algunos pocos Estados(71), no es menos cierto que, como bien puntualiza Mantilla-Serrano(72), su sancin se hace sobre la base de la errnea y hoy superada
creencia de que el rbitro ejerce una funcin pblica, equipara[ndo] a los rbitros
con los funcionarios pblicos.
7.
PROCEDIMIENTO ARBITRAL
specialists in particular techniques, undertakes to provide the parties with the benefit of his experience
and knowledge, and to carry out certain tasks: investigation of the case, hearing of the parties, etc (...),
within a certain time limit. There is no doubt that these are services, which the arbitrator has contractually undertaken to provide.
(70)
(71)
Ibdem, appendices II, 1996, p. 4. From an examination of the substantive law, it is clear that few states
have legislated on the question of the arbitrators criminal liability.
It seems that essentially they have been concerned to censure the most serious wrongdoing (corruption,
collusion with one of the parties) by specific criminal provisions. These criminal offenses are aimed at
people in public office, including judges and arbitrators.
The German Penal Code lays down criminal sanctions of arbitrators who are guilty of passive corruption
(ArT. 331(2), active corruption (ArT. 332(2) and partiality (ArT. 336). In Norway and Switzerland corruption
by the arbitrator is sanctioned by the criminal law (ArT. 114 Norwegian Penal Code; ArT. 315 and 316 of the
Swiss Penal Code). In Argentina too, corruption by the arbitrator is an offense (...).
(72)
(73)
La referencia puede ser directa (en Lima, Per), o indirecta (al someter el caso, por ejemplo, al Centro de
Arbitraje Amcham Per, que tiene como sede Lima-Per y cuyo artculo 68 del Reglamento de Arbitraje,
dispone: La sede del arbitraje ser en el domicilio del Centro. El lugar del arbitraje ser la ciudad de Lima,
Per (...). En caso se pacte el sometimiento ante un centro de arbitraje que administra arbitrajes en varios
pases, el lugar del arbitraje ser determinado de conformidad con los reglamentos de la institucin arbitral
respectiva. Este es el caso, por ejemplo, de la Cmara de Comercio Internacional (CCI), cuyo artculo
14(1) del Reglamento de Arbitraje establece: La sede del arbitraje ser fijada por la Corte a menos que las
partes la hayan convenido.
51
(74)
Como bien seala MANTILLA-SERRANO , Fernando, Ley de Arbitraje, cit., pp. 159-160, el poder del rbitro
para designar el lugar del arbitraje a falta de acuerdo de las partes no es absoluto. El rbitro est as
obligado a tener en cuenta todas las circunstancias del caso y la conveniencia de las partes. Dicha
conveniencia no es un mero elemento circunstancial, sino una condicin que exige la atencin particular del rbitro (...).
(75)
(76)
Par. 2 del artculo 109 de la LGA peruana, aplicable al arbitraje internacional. No existe una norma similar
en la seccin referente al arbitraje nacional. Sin embargo, como directores del proceso arbitral (artculo 33
de la LGA), los rbitros se encuentran habilitados, salvo pacto en contrario de las partes.
(77)
Artculos 33 y 107 de la LGA. C ANTUARIAS S ALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit.,
pp. 298-304.
(78)
Obviamente esta amplia libertad tendr como lmite las pocas disposiciones de orden pblico de la LGA,
que se aplica como la lex arbitri o la ley del lugar del arbitraje. BORN, Gary B., International Commercial
Arbitration in the United States, cit., pp. 25-26. The law governing the arbitral proceedings is referred to as
the curial law, the lex arbitri of the loi de larbitrage. In virtually all cases, the curial law will be the law at the
arbitral situs -the place where the parties have agreed that the arbitration will be held.
(79)
La LGA ha hecho suyo lo dispuesto en el artculo 19 de la Ley Modelo de UNCITRAL, disposicin que,
como se conoce, es considerada la carta magna del procedimiento arbitral. United States Commission
on International Trade Law, Analytical Commentary on Draft Text of a Model Law on International Commercial Arbitration, A/CN.9/264, 25 de marzo de 1985, p. 44. Magna Carta of Arbitral Procedure
1. Article 19 may be regarded as the most important provision of the model law. It goes a long way towards
establishing procedural autonomy by recognizing the parties freedom to lay down the rules of procedure(...) and by granting the arbitral tribunal, failing agreement of the parties, wide discretion as to how to
conduct the proceedings(...) both subject to fundamental principles of fairness(...) Taken together with the
other provisions on arbitral procedure, a liberal framework is provided to suit the great variety of needs and
circumstances of international cases, unimpeded by local peculiarities and traditional standards which may
be found in the existing domestic law of the place. Sobre este particular, leer a: HERRMANN, Gerold, The
UNCITRAL Model Law -its Background, Salient Features and Purposes, en: International Arbitration, Vol.
52
1, N 1, 1989, p. 21; y L. Yves Fortier, The Minimum Requirement of Due Process in Taking Measures
against Dilatory Tactics: Arbitral Discretion in International Commercial Arbitration -A Few Plain Rules and
a Few Strong Instincts, en: ICCA Congress series, N 9, Pars, 1999, pp. 396-397.
(80)
BERNAL GUTIRREZ, Rafael, El arbitraje en Guatemala, apoyo a la justicia, Centro de Arbitraje y Conciliacin
(Cenac), Guatemala, 2000, p. 121. [L]a primera regla aplicable a este respecto establece la plena libertad
de las partes para convenir el procedimiento a que se haya de ajustar el Tribunal arbitral en sus actuaciones. Esta determinacin, no es absolutamente ilimitada sino que el legislador permite que las partes, para
su caso concreto, diseen la forma como desean llevarlo a cabo, en tanto se le d a cada una de ellas,
dentro de dicho trmite, un trato equitativo y que, en todo momento, tengan la oportunidad de hacer valer
sus derechos, conforme a los principios de audiencia, contradiccin e igualdad de las partes (...)
Quiere lo anterior significar que, en tanto estos principios mnimos sean respetados, con lo cual el legislador entiende que est surtido el debido proceso y que se ha dado garanta plena al derecho de defensa,
las partes pueden disear su propio procedimiento.
(81)
BORN, Gary B., International Commercial Arbitration in the United States, cit., p. 48. Under most national
laws (...) and institutional rules, the arbitral tribunal has very substantial discretion to establish the arbitral
procedures in the absence of agreement between the parties. HAUSMANINGER , Christian, Rights and Obligations of the Arbitrator with Regard to the Parties and the Arbitral Institution -A Civil Law Viewpoint, en:
The ICC International Court of Arbitration Bulletin -The Status of the Arbitrator, Special Supplement, 1995,
p. 41. In general, arbitration statutes and rules of arbitral institutions give the parties and arbitrators broad
discretion in structuring the procedural conduct of the arbitration.
(82)
Como bien seala MANTILLA-SERRANO, Ley de Arbitraje, cit., pp. 150-151, al referirse a la reciente ley espaola de arbitraje, [e]l primer apartado de este artculo [24] consagra las reglas del debido proceso que se
desdoblan por una parte, en el respeto a la igualdad de las partes y, por otra, en el derecho de audiencia
(o debate contradictorio). Obviamente, el respeto al debido proceso no exige de manera alguna la aplicacin directa ni indirecta de un derecho procesal nacional a menos que las partes as lo hayan expresamente acordado. Este comentario resulta plenamente aplicable al Per.
(83)
Aunque, como bien indica KARRER, Pierre A., Freedom of an Arbitral Tribunal to Conduct Proceedings, en:
The ICC International Court of Arbitration Bulletin, Vol. 10, N 1, 1999, p. 17, en la generalidad de los casos
los reglamentos de los centros de arbitraje otorgan amplias facultades al tribunal arbitral: When the parties refer to arbitration rules, they may think that they have said something about the procedure. This is
often an illusion because arbitration rules typically do little more than repeat what the lex arbitri has already
said, namely that the parties may set the procedure, and if they have not set the procedure, then the arbitral
tribunal may set iT. The scope left to the arbitral tribunal is then just as wide as if the parties had said
nothing. This may surprise and frustrate the parties, but is no disaster.
(84)
Ibidem, p. 17. It is rare that the parties design their own arbitral procedure in their arbitration agreement in
full detail. Not an easy task since the procedure should be adjusted to the dispute and the disputants,
neither of which are known at the time of the making of the arbitration agreement.
(85)
53
En caso fuera necesario contar con
el auxilio de las Cortes de Justicia para la
actuacin de alguna prueba(86), el tribunal arbitral o cualquiera de las partes con
la aprobacin del tribunal arbitral podr
recurrir al Poder Judicial (artculos 40 y
116 de la LGA).
Esta posibilidad de poder acceder a
las Cortes nacionales se explica en que,
si bien es cierto que los rbitros ante la
negativa de una de las partes de producir evidencia suelen aplicar lo que se denomina inferencia negativa(87), no es
La manera en que se conducir el procedimiento y se ofrecern y actuarn los medios probatorios, depender muchas veces del sistema legal al que pertenezcan las partes y, especialmente, los rbitros, ya
que tradicionalmente el derecho civil es ms inquisitorial, mientras que el derecho anglosajn es ms
adversial. CRAIG, / PARK, / PAULSSON, International Chamber of Commerce Arbitration, cit., p. 427. The
continental civil-law system of proof is dominated by the exchange of documents between the parties.
Hearings serve principally as an occasion for arguments based on facts revealed in written evidence
already submitted. The common-law system, on the other hand, uses hearings to develop facts and to
introduce documents into evidence.
Sin embargo, gracias a la flexibilidad con la que cuentan los rbitros en un gran nmero de pases que
ofrecen legislaciones arbitrales modernas (como es el caso del Per), ellos suelen combinar las prcticas
de ambos sistemas legales. CRAIG, / PARK, / PAULSSON , International Chamber of Commerce Arbitration,
cit., p. 423. [T]he civil-law custom of exchanging documents and written arguments before a hearing is
frequently combined with the common-law practice of affording the opportunity to examine and crossexamine witnesses at the hearing. WEBSTER, Thomas H., Obtaining Documents from Adverse Parties in
International Arbitration, en: Arbitration International, Vol. 17, N 1, 2001, p. 41. There is a consensus
among practitioners in England and Continental Europe that civil and common law procedures are converging in international arbitration. An excellent illustration of what is acceptable is found in the 1999 IBA Rules
on Evidence that set out a hybrid approach to evidence in general, and to documentary production in
particular, for international arbitration. Sobre este particular, leer a: LEW , Julian D.M. / SHORE, Laurence,
International Commercial Arbitration: Harmonizing Cultural Differences, en: Dispute Resolution Journal,
Vol. 54, N 3, 1999, pp. 32-38; CREMADES, Bernardo M., Managing Discovery in Transnational Arbitration,
documento presentado en la conferencia El Arbitraje Comercial Internacional en Amrica Latina: la Perspectiva de ICC, Corte Internacional de Arbitraje de ICC, Miami, 2003, pp. 1-8; CREMADES, Bernardo M.,
Powers of the arbitrators to decide on the admissibility of evidence and to organize the production of
evidence, en: The ICC International Court of Arbitration Bulletin, Vol. 10, N 1, 1999, pp. 49-54; STRAUB,
Peter, Discovery: How to Live without It, documento presentado en el First Annual Miami International
Arbitration Conference, ICDR International Centre for Dispute Resolution y Stell Hector Davis International,
Miami, 2003, pp. 3-9; y FOUCHARD, Gaillard, Goldman on International Commercial Arbitration, GAILLARD ,
Emmanuel / SAVAGE, John (editores), Kluwer Law International, 1999, p. 705.
(86)
LOHMANN LUCA DE TENA, El arbitraje, cit., p. 161. [L]os rbitros carecen de poder de imperio (...) [es] decir no
disponen de facultad ejecutoria de sus propias decisiones. CRAIG / PARK / PAULSSON, International Chamber of Commerce Arbitration, cit., p. 435. Arbitrators possess no authority of compulsion, nor any other
power of imperium which are reserved to the State.
(87)
GAMBOA, Nicols, Asistencia judicial en tribunales arbitrales. en: Revista Iberoamericana de Arbitraje,
www.servilex.com.pe/arbitraje/congresopanama/b-05.html, p. 2. Explica el autor que cuando una de las
partes se niega a cumplir una orden del rbitro referida a una prueba, este ltimo cuenta con un poderoso
componente coercitivo, como que en caso de incumplimiento podr deducir conclusiones adversas para
la parte incumplida. Es por ello, como expresan CRAIG/ PARK / PAULSSON en su obra clsica Arbitraje de la
54
Cmara de Comercio Internacional, que: Las partes por lo general no tratan irrespetuosamente las rdenes procesales emitidas por los rbitros al tenor de poderes otorgados contractualmente. Hacerlo as
aparejara el riesgo de incurrir en prdida de la benevolencia del tribunal y arrojara dudas sobre la buena
fe de la parte.
(88)
WEBSTER, Obtaining Documents from Adverse Parties in International Arbitration, cit., p. 42. [P]ractitioners
have sought to avoid the problem with enforcement of documentary orders by reference to adverse inferences (...) For non-essential documents, those solutions may be reasonably effective (although this tends to
lead to a watering-down of the orders and the tribunals authority). But for critical documents that solution
is not adequate (...).CRAIG / PARK / PAULSSON, International Chamber of Commerce Arbitration, cit., 3a ed.,
p. 451. The effect of possibility to draw adverse inferences is not without limit (...) There must be a logical
nexus between the probable nature of the documents withheld and the inference derived therefrom. The
arbitrators are not entitled to punish a recalcitrant party for poor procedural behavior by making adverse
substantive findings in the award based only on such conduct.
(89)
JOS Rosell / PRAGER, Harvey, Illicit Commissions and International Arbitration: The Question of Proof,
en: Arbitration International, Vol. 15, N 4, 1999, p. 335. A general rule would seem to be well established in international arbitrations that the claimant bears the burden of proof with respect to the facts it
alleges and the defendant carries the burden of proof with respect to its defenses. Acerca de las dificultades para obtener evidencia de terceros que no participan en un arbitraje, leer a: WEBSTER, Thomas H.,
Obtaining Evidence from Third Parties in International Arbitration, en: Arbitration International, Vol. 17,
N 2, 2001, pp. 143-158.
(90)
Como bien explica WEBSTER, Obtaining Documents from Adverse Parties in International Arbitration, cit.,
p. 41, [i]nternational arbitrations are by definition cross-border in nature; they involve parties in different
countries. Usually, an arbitral tribunal will be issuing orders in one country that are directed to parties that
are based in two or more other countries.
(91)
Ibdem, pp. 53-54. El autor cita el caso de una compaa norteamericana que haba celebrado un contrato
de licencia con una empresa australiana, pactando el sometimiento de sus conflictos a un arbitraje en la
Asociacin Americana de Arbitraje (AAA) en los Estados Unidos. Iniciado el arbitraje, los rbitros ordenaron a la parte australiana la produccin de pruebas. Ante la negativa de esa parte, el demandante intent
la ejecucin de la orden de los rbitros en las Cortes australianas al amparo de la Convencin de Nueva
York. Sin embargo: The Australian court declined to enforce the measure on two grounds. First, it held that
an award that may be enforced must be an award that is final and binding on the parties. An interlocutory
order which may be rescinded, suspended, varied or re-opened by the tribunal which pronounced it, is not
final and binding on the parties. Secondly, the court would have refused enforcement under Article V(2)(b)
of the Convention or under its discretion due to the lack of undertakings as to damages, the vexatious
nature of some of the orders and the practical difficulties in interpretation and enforcement.
(92)
CRAIG / PARK / PAULSSON, International Chamber of Commerce Arbitration, cit., p. 490. In practice the letters
rogatory procedure is cumbersome and is infrequently used in support of arbitral proceedings. Arbitrators
rightly are seldom convinced that recourse to such a procedure is appropriate or required. The authors are
aware of one unusual case where the defendant party persuaded an ICC arbitral tribunal sitting in Geneva
to request the cantonal court to issue letters rogatory to an Austrian court for the purpose of obtaining the
evidence of a former co-manager of the defendant party, but who was allegedly no longer under the employment or control of the defendant and was hence a third party. The Swiss court granted the requesT. As
predicted, the procedure was time consuming.
(93)
Son parte de este tratado Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Espaa,
Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Mxico, Panam, Paraguay, el Per, Uruguay y Venezuela.
55
(94)
Se han adherido a este tratado Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala,
Mxico, Panam, Paraguay, el Per, Uruguay y Venezuela.
(95)
(96)
Las partes de este tratado son Argentina, Bolivia, Colombia, Paraguay, el Per y Uruguay.
(97)
Como explican SMIT , Robert H. / SHAW, Nicholas J., The Center for Public Resources Rules for NonAdministered Arbitration of International Disputes: A Critical and Comparative Commentary, en: The American Review of International Arbitration, Vol. 8, Ns. 3/4, 1997, p. 303, es en este momento en que todava
no se ha constituido el tribunal arbitral, que el acceso al Poder Judicial es indispensable: Indeed, recourse
to a national court may be the only means of obtaining effective interim relief prior to the constitution of the
Tribunal(...).
(98)
CAIVANO, Arbitraje: su eficacia como sistema alternativo de resolucin de conflictos, cit., p. 213. Si tienen
[los rbitros] competencia para resolver sobre el fondo de la disputa, tambin debe reconocrseles para
determinar si se dan las condiciones que justifiquen la adopcin de una medida cautelar. DONOVAN, Donald Francis, Powers of the Arbitrators to Issue Procedural Orders, Including Interim Measures of Protection, and the Obligation of Parties to Abide by Such Orders, en: The ICC International Court of Arbitration
Bulletin, Vol. 10, N 1, 1999, pp. 64-65. It follows from the arbitrators authority to issue a final and binding
award on the subject matter submitted to them, from the inception of the proceedings, they must have the
authority to enter such orders conservatory measures, provisional measures, interim measures of protection, or however else characterized as are necessary to preserve their capacity to render a fair and
effective award.
(99)
Si bien es cierto, como afirmamos seguidamente, que en los arbitrajes internacionales algunas veces es
necesario recurrir al juez cuando lo que se pretende es ejecutar una medida cautelar en un tercer Estado,
56
no es menos cierto que tambin en arbitrajes nacionales en algunas oportunidades podra resultar conveniente solicitar al Poder Judicial la adopcin de medidas cautelares.
Por ello, creemos que aqu la LGA debe ser corregida a la brevedad posible, a efectos de posibilitar que
tanto en arbitrajes nacionales como en arbitrajes internacionales se pueda recurrir al Poder Judicial.
Para estos efectos, recomendamos seguir lo dispuesto en la seccin 44 de la Ley de Arbitraje de Inglaterra (1996). DONOVAN, Donald Francis, Powers of the Arbitrators to Issue Procedural Orders, Including
Interim Measures of Protection, and the Obligation of Parties to Abide by Such Orders, cit., p. 69.
Section 44 of the English 1996 Act both confirms the authority of a court to order provisional measures
in aid of arbitration and sets forth the limits to that authority. The section provides that the courts power
should be exercised only in cases of urgency or, if the case is not one of urgency, with the permission of
the tribunal or the agreement in writing of the parties. The section also provides that the court shall act
only if or to the extent sets forth a rule of restraint that well balances the authority of an arbitral tribunal
with its intrinsic limitations.
(100)
CRAIG / PARK / PAULSSON, International Chamber of Commerce Arbitration, cit., pp. 465-466. Recognition
and enforcement under the New York Convention of what is essentially an interlocutory order, modifiable by
the arbitral tribunal in accordance with changes of circumstances but rendered in the form of awards must
remain doubtful. There is a certain flaw in attempting to use the New York Convention, which was designed
to ensure enforcement of decision which put an end to a dispute between arbitrating parties, or at least part
of a dispute, to secure enforcement of a decision which might, for instance, seek to preserve the status quo
until a final arbitration award can be rendered. This flaw was precisely recognized in a much commented
Australian case, Resort Condominiums v. Bolwell where enforcement was denied to an arbitral award
rendered in the United States in order to preserve the status quo between a United States licensor and an
Australian licensee not to enter into any competing arrangements and to require the deposit into an escrow
account of all revenues received as a consequence of the license agreemenT. In refusing to enforce the
award, Mr. Justice Lee of the Supreme Court of Queensland came to the conclusion that the so-called
award was clearly of an interlocutory and procedural nature and did not finally put an end to any arbitral
dispute or to establish the legal rights of the parties. According to the decision, the award was not enforceable under the New York Convention and indeed was not a final order subject to judicial review. Sobre este
particular, leer a: DI PIETRO, Domenico y PLATTE, Martin, Enforcement of International Arbitration Awards:
The New York Convention of 1958, Cameron May, Londres, 2001, pp. 45-47; William Wang, International
Arbitration: The Need for Uniform Interim Measures of Relief. En: Brooklyn Journal of International Law,
Vol. 28, 2003, pp. 1081-1083; y V AN DEN BERG, Albert Jan, Some Recent Problems in the Practice of
Enforcement under the New York and ICSID Conventions, en: ICSID Review- Foreign Investment Law
Journal, Vol. 2, N 2, 1987, pp. 451-453.
(101)
(102)
57
Montevideo de 1940 (103) y el Protocolo Adicional a la Convencin Interamericana sobre Exhortos o Cartas Rogatorias (Montevideo, 1979) (104) . Sin
embargo, como ya hemos indicado, estos tratados son de muy poca importancia y de dudosa eficacia (105) .
Otra posibilidad ms eficiente ser
recurrir directamente al Poder Judicial del
lugar en el que se quiera hacer efectiva una
medida para que se adopte una medida cautelar en apoyo a un arbitraje forneo. Sin
embargo, hasta la fecha son muy pocos los
Estados que expresamente autorizan a sus
jueces a desarrollar este tipo de actividad
a favor de un arbitraje extranjero(106).
(103)
Artculos 12 y 13.
(104)
(105)
(106)
En efecto, hasta donde tenemos conocimiento, nicamente las legislaciones arbitrales de Alemania y de
Espaa autorizan este proceder. DI PIETRO, Domenico / PLATTE, Martin, Enforcement of International Arbitration Awards: The New York Convention of 1958, cit., p. 44. If an arbitrator orders interim relief, it is (with
the exception of German Law (...) at best only enforceable at the seat of arbitration. The effect of the
provisional remedies is therefore rather limited. DEZ -HOCHLEITNER , Javier, La Nueva Ley Espaola de
Arbitraje, documento presentado en el Second Annual Conference International Commercial Arbitration
in Latin America: The ICC Perspective, International Chamber of Commerce, Miami, 2004, p. 30. A tenor
del artculo 1.2 de la NLA, el rgimen de medidas cautelares vigente para los arbitrajes que se celebren
dentro del territorio nacional es tambin aplicable para aquellos cuyo lugar est situado en el extranjero.
(107)
Si el arbitraje es nacional, ser de aplicacin el artculo 285 del texto nico ordenado de la Ley Orgnica
del Poder Judicial, Decreto Supremo N 017-93-JUS, que exige que el patrocinante sea abogado inscrito
en el Colegio de Abogados respectivo.
(108)
Esta disposicin es por dems pertinente, ya que como explica WERNER, Jacques, Should the New York
Convention be Revised to Provide for Court Intervention in Arbitral Proceedings?, en: Journal of International Arbitration, Vol. 6, N 3, 1989, p. 117, la creciente internalizacin del comercio lleva aparejada la posibilidad de que el arbitraje se desarrolle en muchos Estados, cuya sede se define por consideraciones de
conveniencia geogrfica, costos, etc. En este escenario, si las partes de un arbitraje no pueden estar
representadas por abogados de su conveniencia, sean estos locales o extranjeros, pues simplemente
ellas acordarn arbitrar en otro lugar ms amigable. HERRMAN, Gerold, Does the World Need Additional
Uniform Legislation on Arbitration? -The 1998 Freshfields Lecture, en: Arbitration International, Vol. 15, N
3, 1999, p. 225. When advising legislators I have often encountered great sympathies for such prohibition,
motivated, of course, by the desire to protect the interest of the local bar. What a superficial reasoning,
apart from its being anathema to true international arbitration! The prohibition simply leads foreign users to
take their arbitrations elsewhere unless commercial necessity requires otherwise. A rule permitting foreign
representation, at least in cases involving foreign law, attracts international arbitrations and may well lead
to retaining at least one local counsel; it thus serves local bar interests clearly better than a prohibition. Por
esta razn, la gran mayora de Estados que se consideran amigables para la prctica del arbitraje internacional, permiten que las partes elijan libremente a sus asesores legales. VRADY / BARCEL / VON MEHREN ,
International Commercial Arbitration, cit., p. 471. With exceedingly insignificant exceptions (...) the whole
58
8.
LAUDO ARBITRAL
world has accepted the right for parties in international arbitrations to be represented by advocates without
subjecting them to any formal or material requirements as to their competence (...).
Acerca de lo que sucede en otros Estados latinoamericanos, leer a: MANTILLA-SERRANO, Fernando, Colombia, en: International Arbitration in Latin America, Nigel Blackaby, David Lindsey y Alessandro Spinillo
(editores), Kluwer Law International, La Haya, 2002, p. 124; SALAZAR C ORDERO , Ramiro, Ecuador, en:
International Arbitration in Latin America, Nigel Blackaby, David Lindsey y Alessandro Spinillo (editores), Kluwer Law International, La Haya, 2002, p. 144; VON W OBESER , Claus, Mxico, en: International Arbitration in Latin America, Nigel Blackaby, David Lindsey y Alessandro Spinillo (editores), Kluwer
Law International, La Haya, 2002, p. 170, y CANTUARIAS SALAVERRY , Fernando, Representacin o asesora de abogados forneos en arbitrajes en Amrica Latina, en: Revista Peruana de Arbitraje, N 5,
Lima, 2007, pp. 91-108.
(109)
Como explica FOUCHARD, GAILLARD, Goldman on International Commercial Arbitration, cit., p. 735, estos
tipos de laudos arbitrales han sido y son objeto de considerable debate. The concept of the arbitral award
has been the subject of considerable debate. The same is true of attempts to define the various types of
award that exist. Awards are described as being final, preliminary, interim, interlocutory, or partial, but these
terms are often used without sufficient precision.
(110)
Ibidem, p. 736. An arbitral award can be defined as a final decision by the arbitrators on all or part of the
dispute submitted to them, whether it concerns the merits of the dispute, jurisdiction, or a procedural issue
leading them to end the proceedings.
(111)
VIDAL RAMREZ, Fernando, Manual de Derecho Arbitral, cit., pp. 125-126. [E]l proceso arbitral puede tener
vicisitudes que determinen la expedicin de un laudo atendiendo a la situacin procesal que lo genera. As,
puede darse el caso de un allanamiento respecto a una o ms de las pretensiones, pero no a todas, lo que
determina que los rbitros dicten un laudo preliminar y reserven el laudo definitivo. Puede tambin presentarse el caso en que las partes concilien sus pretensiones y les pidan a los rbitros la expedicin de un laudo en
los trminos que han convenido, por lo que corresponde un laudo interlocutorio. Pueden las partes haber
convenido en una transaccin y solicitar a los rbitros que la aprueben mediante laudo. Puede ocurrir, por
ltimo, que se presenten las circunstancias que determinan la conclusin anticipada del proceso (...) y que los
rbitros emitan un laudo para formalizar la conclusin y darle la fuerza de una res iudicata. Ver infrapunto N 8.
(112)
VRADY / BARCEL / VON MEHREN , International Commercial Arbitration, cit., p. 508. CANTUARIAS SALAVERRY,
Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 293-298.
59
consolidar la figura del presidente del tribunal arbitral(113), las normas citadas optan
por otorgarle al presidente del tribunal arbitral voto dirimente en caso de empate o
cuando no exista acuerdo mayoritario, salvo que las partes dispongan lo contrario.
Por otro lado, apelando a una prctica que es plenamente aceptada por las legislaciones arbitrales de Latinoamrica(117), un rbitro puede emitir una opinin disidente(118).
(113)
WETTER, J. Gillis, The Conduct of the Arbitration, en: Journal of International Arbitration, Vol. 2, N 2, 1985,
p. 26. The majority rule is a serious drawback which often hampers the efficiency of the proceedings and
exposes the chairman to the unenviable dilemma of choosing between compromising justice and abandoning the proceedings by reaching a non liquet.
(114)
Par. 2, del artculo 47 (aplicable al arbitraje nacional y al arbitraje internacional, de conformidad a lo dispuesto en el artculo 89 de la LGA): En todos los casos en que sea necesario designar a un rbitro
dirimente, se seguir el mismo procedimiento utilizado para la designacin del tercer rbitro, salvo que las
reglas particulares establecidas por las partes o por el reglamento arbitral al que se hubiesen sometido
establezcan un procedimiento distinto. El rbitro dirimente deber expedir su resolucin dentro del plazo
de veinte (20) das, gozando de las facultades reconocidas al rbitro presidente en el prrafo anterior.
CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 304-307.
(115)
BARRAGN ARANGO , Luis Alfredo, El laudo arbitral, en: El contrato de arbitraje, SILVA ROMERO, Eduardo /
MANTILLA E SPINOSA, Fabricio (coordinadores), Lexis, Bogot, 2005, p. 660. Por regla general, las legislaciones arbitrales establecen que los laudos deben constar por escrito, sin que las partes puedan realizar
pacto en contrario. Es decir, esta disposicin constituye una norma de orden pblico.
(116)
La regla bajo comentario es acertada, ya que resuelve el eterno problema suscitado con algunos malos
rbitros que sintindose ms abogados de las partes que los designaron que rbitros, se niegan a suscribir el laudo arbitral cuando es contrario a los intereses de su patrocinado y, adems, no presentan un
voto particular, tratando as de bloquear la decisin. CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las
inversiones, cit., pp. 308-314.
(117)
(118)
Las opiniones disidentes no son laudo ni forman parte de l. Se tratan simplemente de opiniones, valga la
redundancia, que carecen de efectos jurdicos, ya que la decisin (el laudo arbitral propiamente dicho) se
toma en base al acuerdo de la mayora o del presidente del tribunal arbitral, segn sea el caso. DONOVAN,
Francis Patrick, Dissenting opinions, en: The ICC International Court Arbitration Bulletin, Vol. 7, N 2,
1996, p. 76. [A] dissenting opinion is not an award, nor endeed part of an award. CANTUARIAS SALAVERRY,
Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 308-314.
60
(119)
Ver CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 129-130.
(120)
El artculo 50 de la LGA dispone que el laudo arbitral de derecho deber contener: a) el lugar y la fecha de
expedicin; b) el nombre de las partes y de los rbitros; c) la cuestin sometida a arbitraje y una sumaria
referencia de las alegaciones y conclusiones de las partes; d) la valoracin de las pruebas en que se
sustente la decisin; e) los fundamentos de hecho y de derecho; y f) la decisin. Por su parte, si el laudo
es de conciencia, solo ser necesario cumplir con los requisitos a), b), c) y f), requirindose adems una
motivacin razonada.
(121)
Por lo dems, esta facultad de poder renunciar a la motivacin del laudo arbitral es reconocida en muchas
legislaciones arbitrales, entre las que destacamos: Mxico (artculo 1448), Venezuela (artculo 30), Bolivia
(artculo 53(II), Alemania (artculo 1954(2), Canad (artculo 31(2), Guatemala (artculo 40(2), Paraguay
(artculo 36), Chile (artculo 31(2), la India (artculo 31(3) y Malasia (artculo 33(2). CANTUARIAS SALAVERRY,
Fernando, La motivacin del laudo arbitral, en: Revista de Economa y Derecho, Vol. 3, N 11, Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), Lima, 2006, pp. 67-75; y CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 315-329.
(122)
VIDAL RAMREZ, Manual de Derecho Arbitral, cit., p. 130. Si el arbitraje es nacional resultara obvio que las
partes se decidieran por la aplicacin de la legislacin peruana pero nada obsta para que se remitan a una
legislacin extranjera.
(123)
OSTERLING P ARODI , Per, cit., pp. 211-212. The law applicable to the dispute itself will be in accordance
with the provisions concerning of laws contained in Article 2095 of the Civil Code. This article provides
that for obligations of a contractual nature, the applicable law will be the law elected by the parties and,
failing such election, the law of the place of performance of the contract. Where performance is in different jurisdictions, the dispute shall be regulated by the law of the place where the contracts principal
obligations were to be performed. Where this can not be determined, the law of the place in which the
contract was made shall apply.
Respecto de la ley aplicable al fondo de la controversia(124), las partes pueden pactar libremente(125) las normas de
derecho aplicables(126) y, a falta de acuerdo, corresponder a los rbitros aplicar
61
directamente la ley que estimen conveniente(127). Es de esperar que, en una futura modificacin, la LGA autorice a los
rbitros a aplicar normas de derecho,
al igual que lo hacen, por ejemplo, las
(124)
Se entender que toda indicacin del derecho u ordenamiento jurdico se refiere, a menos que se
exprese lo contrario, al derecho sustantivo de un determinado Estado y no a sus normas de conflicto de
leyes. BLESSING , Marc, Regulations in Arbitration Rules on Choice of Law, en: ICCA XII International
Arbitration Congress, Viena, 1994, p. 167.
(125)
THROPE, Jessica, A Question of Intent: Choice of Law and the International Arbitration Agreement, en:
Dispute Resolution Journal, Vol. 54, N 4, 1999, p. 18. It is a generally recognized principle of law that
parties to an international contract have the freedom to choose the law applicable to their agreement (...)
As such, party autonomy provides contracting parties with a mechanism to avoid the application of an
unfavorable law to an international dispute.
(126)
Como bien seala BLESSING, Marc, Choice of Substantive Law in International Arbitration. en: Journal of
International Arbitration, Vol. 14, N 2, 1997, p. 56, el trmino reglas de derecho denota una nocin ms
amplia que ley aplicable, ya que no solo se refiere a una ley nacional sino, adems, a los principios
generales del derecho, la lex mercatoria, el derecho transnacional, entre otros: [T]he term rules of law
denotes a wider notion. It may not only mean a particular national law, but may, instead, mean general
principles of law, lex mercatoria, any transnational concepts of law, principles and notions reflected in
international conventions, or other principles of law such as those established by UNIDROIT in 1994".
Sobre este tema, leer a: FOUCHARD, GAILLARD, Goldman on International Commercial Arbitration, cit., pp.
785-838; WASSERSTEIN FASSBERG, Celia, The Empirical and Theoretical Underpinnings of the Law Merchant: Lex Mercatoria -Hoist with Its Own Petard?. en: Chicago Journal of International Law, Vol. 5,
2004, pp. 67-70; G AILLARD, Emmanuel, Transnational Law: A Legal System or a Method of Decision
Making?, en: Arbitration International, Vol. 17, N 1, 2001, pp. 60-71; LOWENFELD, Andreas F., Lex Mercatoria: An Arbitrators View, en: Lex Mercatoria and Arbitration, Thomas E. Carbonneau (editor), Juris
Publishing, 1998, pp. 75-87; y MANIRUZZAMAN , Abul F.M., The Lex Mercatoria and International Contracts: A Challenge for International Commercial Arbitration?, en: American University International Law
Review, Vol. 14, 1999, pp. 658-714.
(127)
La LGA peruana, al igual que algunas pocas legislaciones, como las de Francia, Holanda, Suiza, Alemania, Mxico y Espaa, autorizan a que el rbitro identifique de manera directa la ley aplicable, sin tener
que recurrir a alguno de los mtodos indirectos a partir de reglas de conflicto de leyes que tradicionalmente se utilizan para arribar a la ley aplicable. En ese sentido, BLESSING, Marc, Regulations in Arbitration Rules on Choice of Law, cit., pp. 180-181, precisa que: The so-called voie directe avoids the
passage through any system of conflict of laws and avoids the determination of one or more particular
rules of conflict of laws for making a determination of the law (or rules of law) applicable to the substance
of the dispute(...) the direct method will, in most cases, consist of the arbitrators making a tacit (respectively: not further motivated) choice regarding the most relevant connecting factors for reaching their
conclusion regarding the law or rules of law to be applied. One may, therefore, reasonably conclude that
arbitrators, even when applying the direct method, will in some way determine the closest connection or
the center of gravity of the particular contractual relationship. Sobre los mtodos indirectos y su problemtica, leer a: CRAIG / PARK / PAULSSON, International Chamber of Commerce Arbitration, cit., pp. 321324; ENGLE , Rachel, Party Autonomy in International Arbitration: Where Uniformity Gives May to Predictability, en: Transnational Lawyer, Vol. 15, 2002, pp. 326-355; FOUCHARD , Gaillard, Goldman on International Commercial Arbitration, cit., pp. 865-878; y GARRO, Alejandro M., The contribution of the UNIDROIT Principles to the Advancement of International Commercial Arbitration, en: Tulane Journal of
International and Comparative Law, Vol. 3, N 1/2, 1995, p. 118. This cumbersome method for determining the law applicable to a contract has been improved upon by what might be considered as an emerging (or at least progressive) trend which, without any reference to any conflicts system, allows the
arbitrators to select either the substantive laws most closely connected to the dispute(...).
62
(128)
FOUCHARD, Gaillard, Goldman on International Commercial Arbitration, cit., p. 877. Article 1496 of the
French New Code of Civil Procedure uses the expression rules of law rather than the word law with
respect to the subject matter of the arbitrators choice. Thus, in the absence of an express choice by the
parties, the arbitrators are given the same freedom as the parties to consider a wide variety of sources
when determining the applicable law.
(129)
MANTILLA-SERRANO, Ley de Arbitraje, cit., p.192. [L]a Ley de Arbitraje va ms all que la Ley Modelo y, a
diferencia de esta que utiliza la expresin ley aplicable cuando se trata de los rbitros (lo cual puede
interpretarse como obligndolos a seleccionar un derecho nacional), la Ley de Arbitraje confiere a los
rbitros la misma amplitud de que gozan las partes para, en defecto de seleccin por estas, decidir aplicar
normas jurdicas no necesariamente originadas en un derecho nacional.
(130)
DRAHOZAL, Christopher R., Commercial Norms, Commercial Codes, and International Commercial Arbitration, en: Vanderbilt Journal of Transnational Law, Vol. 33, N 1, 2000, pp. 119-120. El autor se refiere a las
siguientes legislaciones arbitrales que identifican a los usos mercantiles: Francia, Holanda, Rumania,
China, Canad, Chipre, Nigeria, Australia, Escocia, el Per, Bermuda, Bulgaria, Mxico, Federacin Rusa,
Tnez, Bahrain, Egipto, Hungra, Singapur, Ucrania, Kenia, India, Malta, Nueva Zelanda, Zimbabwe, Hong
Kong, Alemania e Irlanda.
(131)
Este es un derecho a favor de las instituciones arbitrales y los rbitros y, por lo tanto, una obligacin de las
partes que, como sealan CHILLN MEDINA , Jos / MERINO MERCHN, Jos, Tratado de Arbitraje Privado
Interno e Internacional, Civitas, Madrid, 1978, p. 185, es oportuno porque supone una presuncin general
a favor de la profesionalidad arbitral, al tiempo que una prestacin justa en reciprocidad con los deberes y
obligaciones que asume el rbitro [y la institucin arbitral] en el ejercicio de sus funciones.
(132)
CAIVANO, Roque J., Un ponderable criterio sobre honorarios en el arbitraje, en: Jurisprudencia Argentina,
N 5856, Buenos Aires, 1993, p. 19. Resulta necesario aclarar que la forma de resolver la cuestin
variar segn se trate de un arbitraje ad hoc o de un arbitraje institucionalizado, pues en este ltimo caso
resulta habitual que junto con la clusula compromisoria en virtud de la cual acuerdan someter el diferendo
al arbitraje de una determinada institucin, las partes convengan tambin en someterse a los reglamentos
de esa misma institucin, cuyas normas resultan as convencionalmente incorporadas a la relacin jurdica que une a las partes. Y los reglamentos de arbitraje de la mayora de las entidades contienen previsiones expresas sobre el particular, de manera que en tales supuestos debe estarse a lo que dichas normas
dispongan. FOUCHARD, Relationship between the Arbitrator and the Parties and the Arbitral Institution, cit.,
p. 19, Most institutional rules of arbitration lay down a scale of fees, which takes into account the commercial amount in dispute, and possibly, the difficulty of the case and the time spent by the arbitrators in
deciding iT. Such scales, as well as the decisions taken for applying them by the centres administrative
structures, are obviously contractual in character.
el laudo arbitral sobre los costos del arbitraje(133), teniendo presente, de ser el caso,
el pacto de las partes(134).
Los costos del arbitraje se dividen en
dos: en primer lugar, los costos del procedimiento arbitral, que incluyen esencialmente los honorarios y gastos de los rbitros, los costos administrativos de la institucin arbitral que administre el arbitraje o los honorarios del secretario en caso
de un arbitraje ad hoc, los costos de la
entidad nominadora de rbitros, si la hubiera, y los costos de los peritos y expertos designados de oficio por el tribunal
arbitral. En segundo trmino, existen los
costos legales de las partes, que incluyen
los honorarios de sus abogados, de sus
63
expertos y peritos, y los costos de sus testigos, principalmente(135).
Para la asignacin de los costos, la
LGA dispone que los rbitros tendrn en
cuenta el resultado o sentido del laudo arbitral(136). Se trata de un punto de partida para
la asignacin de los costos del arbitraje, sin
perjuicio de que los rbitros puedan considerar a partir de los hechos de cada caso
arbitral en concreto otros factores que bien
podran llevarlos a tomar otra decisin(137).
8.7. Plazo para dictar el laudo arbitral
y su notificacin a las partes
En el arbitraje nacional, el laudo arbitral final deber pronunciarse dentro de
(133)
Como bien seala CONEJERO ROOS , Cristian, Los costos en el arbitraje internacional, en: El contrato de
arbitraje, SILVA R OMERO, Eduardo / MANTILLA E SPINOSA, Fabricio (coordinadores), Lexis, Bogot, 2005, p.
737, citando para el efecto a Berger, la intencin de las partes de recibir un laudo susceptible de ejecucin
sobre los costos del arbitraje debe ser considerado como un elemento implcito del acuerdo arbitral celebrado entre las mismas. Del hecho de que los costos del arbitraje sean un elemento implcito en todo
acuerdo arbitral, se sigue que la decisin de los rbitros en cuanto a los costos sea, por tanto, una parte
integral de la decisin en cuanto al fondo de la disputa.
(134)
Lo primero que debe analizar un rbitro es si las partes han pactado alguna regla en relacin con los
costos. Si es as, el tribunal arbitral debe respetar el acuerdo de las partes, ya que, como bien explica
YUKIO GOTANDA, John, Awarding Costs and Attorneys Fees in International Commercial Arbitrations, en:
Michigan Journal of International Law, Vol. 21, 1999, pp. 28-29, las partes en un arbitraje tienen el poder de
definir todo lo relativo a su proceso arbitral, como, por ejemplo, el lugar del arbitraje, la materia controvertida, la ley aplicable a su contrato y las disposiciones sobre el procedimiento, por lo que, obviamente, ellas
tienen tambin facultad para establecer las reglas en cuanto a los costos del arbitraje. Sobre este tema,
como de las posibles excepciones a esta regla, leer a: SMITH, Murray L., Costs of International Commercial
Arbitration, en: Dispute Resolution Journal, Vol. 56, N 1, 2001, p. 33; y BHLER , Micha, Awarding Costs in
International Commercial Arbitration: An Overview, en: ASA Bulletin, Vol. 22, N 2, 2004, pp. 28-30.
(135)
YUKIO GOTANDA, Awarding Costs and Attorneys Fees in International Commercial Arbitrations, cit., p. 8.
BHLER, Awarding Costs in International Commercial Arbitration: An Overview, cit., p. 249.
(136)
La LGA no exige que se aplique exclusivamente la regla el costo sigue al evento o el perdedor paga.
BHLER, Awarding Costs in International Commercial Arbitration: An Overview, cit., p. 249. [T]he rule of
costs follow the event or loser-pays rule states, in essence, that the losing party is to compensate the
winner for its costs (...).
(137)
BHLER, Awarding Costs in International Commercial Arbitration: An Overview, cit., p. 264. In those arbitration laws and rules, which expressly provide that costs follow the event, this principle is by no means
made absolute. It is invariably subject to the broad exception that the arbitrator, in the exercise of his discretion, may depart from the presumption if the circumstances of the case so require. Entre los factores a
considerar, identificamos, entre otros: si las pretensiones de las partes o sus medios de defensa han sido
frvolos y si han impactado en los costos del arbitraje; la conducta procesal de las partes; y la buena fe en la
posicin jurdica o de hecho de las partes. Sobre este particular, leer a: SMITH, Costs of International Commercial Arbitration, cit., pp. 33-34; BHLER, Awarding Costs in International Commercial Arbitration: An Overview, cit., pp. 261-266; y CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 329-342.
64
(138)
Que pueden estar contenidas en el reglamento de la institucin arbitral administradora del arbitraje o en
las reglas del proceso arbitral dispuestas por los rbitros al momento de instalarse.
(139)
Ver CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 520-524.
(140)
(141)
VAN HOUTTE, Hans, The Delivery of Awards to the Parties, en: Arbitration International, Vol. 21, N 2, 2005,
p. 177.
(142)
En estos casos, el laudo arbitral no requerir ser motivado. Ver CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial
y de las inversiones, cit., pp. 350-359.
(143)
SANDERS , Pieter, Procedures and Practices under the UNCITRAL Rules, en: The American Journal of
Comparative Law, Vol. 27, Ns 2-3, 1979, pp. 465-466. An award on agreed terms (...) may be useful since
the recorded settlement may be enforced like any other arbitral award. Adems, existe consenso en la
doctrina que este laudo podr ser reconocido y ejecutado en un tercer Estado al amparo de la Convencin
de Nueva York. CRAIG / PARK / PAULSSON, International Chamber of Commercial Arbitration, cit., p. 320. [A]
consent award would be granted recognition and be enforced as any other award. The enforcement proce-
65
Los rbitros debern aceptar la solicitud de las partes, a menos que la conciliacin o transaccin viole de manera flagrante disposiciones de orden pblico(144).
Si la conciliacin o transaccin fueran
parciales, continuar el proceso respecto de
los dems puntos controvertidos(145).
Por otro lado, cabe destacar que la LGA
autoriza a los rbitros a que promuevan acuerdos conciliatorios en todo momento(146).
8.9. Correccin, aclaracin e integracin del laudo arbitral
La LGA reconoce en los rbitros la
facultad de corregir errores formales, aclarar algn punto del fallo o integrar un laudo
arbitral cuando no se hubiera resuelto alguna materia sometida a su consideracin(147).
La rectificacin o correccin de un
laudo arbitral procede nicamente cuando se han cometido errores materiales,
numricos, de clculo, tipogrficos y de
naturaleza similar. No cabe utilizar este
remedio para alterar el contenido de la
decisin(148).
La aclaracin tiene como propsito
que se aclare, valga la redundancia, el laudo arbitral, a efectos de permitir su correcta ejecucin; por ejemplo, cuando en
la parte resolutiva parece que existen rdenes contradictorias. Por lo tanto, no
cabe que las partes apelen a este remedio
para pretender que los rbitros les expliquen la parte considerativa del laudo y
menos para que reformulen su razonamiento, ya que la aclaracin no es sinnimo de reconsideracin(149).
dures under the New York Convention and other bilateral and multilateral treaties make it easier for the
parties to enforce an award than to bring suit in a national court under a settlement agreement.
(144)
FOUCHARD, Gaillard, Goldman on International Commercial Arbitration, cit., p. 744. The first question that
arises here is whether the arbitrators are obliged to make a consent award where the parties so request.
Most modern arbitration laws, which promote the principle of party autonomy, will require them to do so.
MANTILLA-SERRANO, Fernando, Ley de Arbitraje, cit., p. 199. En la medida en que se solicita el concurso de
los rbitros para convertir la transaccin en laudo y teniendo en cuenta que, por un lado, al prestar su
concurso, de una u otra forma, participan de dicha transaccin, y, por otro lado, no son mandatarios de las
partes, se permite a estos oponerse a dictar dicho laudo. La facultad de objetar que se concede al rbitro
debe, en todo caso, ejercerse con suma restriccin y de manera razonable y justificada, pues est destinada a permitir al rbitro rehusar prestar su concurso si la transaccin alcanzada por las partes, por ejemplo,
conlleva una violacin al orden pblico o compromete su responsabilidad.
(145)
Ver CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 350-359.
(146)
Artculo 41 de la LGA.- Los rbitros son competentes para promover conciliacin en todo momento.
CAIVANO, Roque J., Arbitraje, 2 ed, Ad-Hoc, Buenos Aires, 2000, p. 227. Nadie mejor que el propio rbitro
puede evaluar la oportunidad de una conciliacin. Su contacto permanente con las partes, su conocimiento del caso y de las personalidades le permitir evaluar cundo la conciliacin es posible y cundo deviene
en un intento estril. De forma tal que la mejor regla a este respecto es la de dar al rbitro plena libertad
para citar o no citar formalmente a las partes a audiencia de conciliacin, y de determinar por s el momento y el modo ms adecuado para hacerlo.
(147)
Artculos 54-55 y 122 de la LGA. Los rbitros pueden corregir e integrar un laudo arbitral de oficio o a
pedido de parte. La aclaracin solo procede a pedido de parte.
(148)
WILLIAMS, David A.R. / BUCHANAN, Amy, Correction and Interpretation of Awards under Article 33 of the
Model Law, en: International Arbitration Law Review, Vol. 4, N 4, 2001, p. 121. Correction cannot be used
to alter the meaning of an arbitral award.
(149)
DALY, Brooks W. Correction and Interpretation of Arbitral Awards under the ICC Rules of Arbitration, en:
The ICC International Court of Arbitration Bulletin, Vol. 13, N 1, 2002, pp. 63-64. A request for interpretation
66
is properly made when the terms of an award are so vague or confusing that a party has a genuine doubt
about how the award should be executed. WOLFGANG KAHN , Rectification and Interpretation of Arbitral
Awards, en: The ICC International Court Arbitration Bulletin, Vol. 7, N 2, 1996, p. 79. [I]nterpreting is
not judging. Interpreting is seeking the meaning of the impact of an unclear or ambiguous judgmenT. In
the face of problems in enforcing an award, resulting from the fact that the award is unclearly worded,
parties may thus be led to request the arbitral tribunal to remove a doubt, explain a word or an expression, and/or clarify a ground that is too concisely worded, but without ever undermining the awards res
judicata authority.
(150)
(151)
FOUCHARD , Gaillard, Goldman on International Commercial Arbitration, cit., p. 777. In some cases, the
arbitral tribunal fails to decide one of the heads of claim. This situation is not to be confused with that where
the tribunal does not respond to all the allegations, or even all the arguments put forward by the parties.
(152)
(153)
La LGA (artculo 52, ltimo prrafo) establece que los rbitros no podrn cobrar honorarios adicionales por
la correccin, integracin o aclaracin del laudo arbitral. Sobre esta materia, leer a: CANTUARIAS SALAVERRY,
Fernando, Correccin, aclaracin e integracin del laudo arbitral, en: Normas Legales, T. 357, Lima,
2006, pp. 3-9; y CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 359-368.
67
(154)
VRADY / BARCEL / V ON MEHREN, International Commercial Arbitration, cit., p. 521. In some countries it is
still necessary to deposit the award with a court at the place of arbitration. Como es el caso de Blgica,
Holanda y Egipto, entre otros.
(155)
MONTOYA ALBERTI, Per, cit., p. 10. Appeal to a second arbitral instance is permitted by the law (...) if the
parties have so agreed, both in international and domestic arbitration (ArT. 89 and 62).
(156)
Ver CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 393-396.
(157)
Se trata de un recurso de orden pblico que, como explica REISMAN, W. Michael, Systems of Control in
International Adjudication & Arbitration -Breakdown and Repair, Duke University Press, 1992, pp. 1-6, se
constituye en un mecanismo de control que pretende evitar el exceso de poder de los rbitros: Arbitration
is a delegated and restricted power to make certain types of decisions in certain prescribed ways. Any
restricted delegation of power must have some system of control (...).
Without it, whatever an arbitrator did, no matter how inconsistent it might have been with his instructions,
would have produced a binding award. The arbitrator would become an absolute decision-maker and
arbitration would lose its character of restrictive delegation. Excs de pouvoir is the conceptual foundation
of control for arbitration. CANTUARIAS S ALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 373-379.
(158)
En el arbitraje nacional, si las partes pactaron apelacin ante el Poder Judicial y una de ellas lo invoca, ya
no proceder la interposicin del recurso de anulacin (artculo 70 de la LGA).
68
(159)
OSTERLING PARODI, Peru, cit., p. 217. Article 124 of the GLA provides that the procedure governing the
annulment of international arbitration awards shall be the same as that governing domestic arbitrations.
Ver CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 379-386
(160)
DAWSON, Frank Griffith, El rol del Poder Judicial en el proceso de arbitraje: asistencia o intervencin, en:
Ius Et Veritas, Revista de Derecho, N 15, Lima, 1997, p. 208. La legislacin Peruana de Arbitraje estipula
una solucin ms equilibrada que la de Blgica, previa a una ltima reforma] cuando ninguna de las partes
es peruana, no est domiciliada o reside habitualmente en el Per. En dichos casos, las partes pueden
acordar en la clusula de arbitraje de su contrato, o, en adelante, renunciar al derecho de solicitar la
anulacin, o restringir el ejercicio de dicho derecho a solo uno o ms de los fundamentos para anulacin
estipulados en la ley. La inspiracin legislativa para esta clusula fue claramente la Legislacin de Arbitraje
Suiza que incluye una disposicin anloga. CANTUARIAS S ALAVERRY, Comentario acerca de algunas disposiciones sobre arbitraje internacional contenidas en la Ley General de Arbitraje, cit., p. 73. Ver CANTUARIAS
SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 386-392.
(161)
(162)
CANTUARIAS S ALAVERRY, Fernando, Ejecucin de laudos arbitrales dictados en el Per, en: Derecho &
Sociedad, N 25, Lima, 2005.
En caso sea necesario recurrir al apoyo del Poder Judicial, sern de aplicacin
del artculo 83 al 86 de la LGA(163) y del
713 al 718 del Cdigo Procesal Civil, estos ltimos en todo lo que no contravengan a la LGA(164).
Ser competente para conocer de la
ejecucin el juez especializado en lo civil
del lugar de la sede del arbitraje, que corresponda en la fecha de la solicitud(165).
La solicitud de ejecucin deber estar
acompaada de una copia del convenio y
del laudo arbitral. Adems, si existi una
segunda instancia arbitral, habr que adjuntar copia del laudo respectivo. En caso
se hubiere interpuesto recurso de anulacin ante el Poder Judicial, corresponder acompaar a la solicitud una copia del
fallo judicial correspondiente (artculo 85
de la LGA)(166).
Cabe destacar que, a la fecha, una
comisin creada por el Ministerio de Justicia ha propuesto la reforma de las reglas
sobre ejecucin de laudos arbitrales, a efectos de que la interposicin y pendencia del
recurso de anulacin no suspenda la ejecucin de un laudo arbitral, salvo cuando
69
el juez que conoce de esa causa dicte una
medida cautelar de suspensin de la ejecucin, en cuyo caso deber ordenar el otorgamiento de las garantas respectivas(167).
11. RECONOCIMIENTO Y EJECUCIN DE LAUDOS ARBITRALES EXTRANJEROS
Conforme al artculo 128 de la LGA,
el reconocimiento y la ejecucin de laudos arbitrales forneos se regir por lo
dispuesto por la Convencin de Nueva
York de 1958, la Convencin Interamericana sobre Arbitraje Comercial Internacional (ms conocida como la Convencin
de Panam, 1975) o por cualquier otro tratado sobre reconocimiento y ejecucin de
laudos arbitrales del cual el Per sea parte.
El tratado a ser aplicado, salvo que las partes hayan acordado otra cosa, ser el ms
favorable a la parte que pida el reconocimiento y la ejecucin del laudo arbitral(168).
A la fecha, el tratado ms favorable a
la parte que pida el reconocimiento y la ejecucin de un laudo arbitral extranjero en el
Per es la Convencin de Nueva York(169).
(163)
Si el laudo es internacional, sern aplicables, adems, los artculos 125, 127, Par. 2, y 131 de la LGA.
(164)
ARRARTE ARISNABARRETA, Ana Mara, Apuntes sobre la ejecucin de laudos arbitrales y su eficacia a propsito de la intervencin judicial, cit., pp. 136-139.
(165)
En el caso de un laudo internacional, el artculo 125 de la LGA identifica como competente al juez especializado en lo civil del domicilio del demandado o, si el demandado no domicilia dentro del territorio peruano,
del lugar donde este tenga sus bienes.
(166)
Conforme al artculo 125 de la LGA, si el laudo o el convenio arbitral no estuvieran redactados en castellano, la parte deber presentar una traduccin a ese idioma de dichos documentos.
(167)
La propuesta sigue de cerca lo dispuesto en el artculo 45(1) y (2) de la Nueva Ley de Arbitraje de Espaa.
STAMPA, Gonzalo, The 2003 Spanish Arbitration Act, en: ASA Bulletin, Vol. 22, N 4, 2004, p. 692. Ver
CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 416-419.
(168)
CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Arbitraje nacional, internacional y extranjero en la Ley General de Arbitraje, en: Gaceta Jurdica. Actualidad Jurdica, T. 117, Lima, 2003, pp. 15-29; y CANTUARIAS S ALAVERRY,
Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 424-432.
(169)
CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Convencin de Nueva York vs. Convencin de Panam sobre reconocimiento y ejecucin de laudos arbitrales, en: Laudo, Revista del Centro de Arbitraje AMCHAM Per, N 2,
Lima, 2004, pp. 1-3; y CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 424-432.
70
Los documentos que debern presentarse son aquellos dispuestos por el artculo IV de la Convencin de Nueva York(174).
(170)
(171)
(172)
CANTUARIAS SALAVERRY, Cuestiones generales aplicables a las causales de anulacin de laudos arbitrales
dictados en el foro y a las causales para no reconocer y ejecutar laudos arbitrales dictados en el extranjero, cit.; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Reconocimiento y ejecucin de laudos arbitrales anulados en el
lugar del arbitraje, en: Derecho, N 56, revista de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad
Catlica del Per, Lima, 2003, pp. 583-613; y CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 474-535.
(173)
Las normas aplicables sern los artculos 749-762 y 837-840 del Cdigo Procesal Civil, en todo lo que no
se oponga a los artculos 127 y 130 de la LGA. Ver CANTUARIAS S ALAVERRY, Arbitraje comercial y de las
inversiones, cit., pp. 446-456.
(174)
El artculo 127 de la LGA dispone que si el convenio o el laudo arbitral no estuvieran redactados en
castellano, deber presentarse una traduccin a ese idioma. Por su parte, el artculo 96 de la LGA regula
lo concerniente a la legalizacin y autenticacin de documentos.
(175)
(176)
Sobre las disposiciones de las Constituciones de 1933, 1979 y 1993, acerca de la participacin del Estado
peruano en arbitrajes, ver: CANTUARIAS SALAVERRY / ARAMBUR YZAGA, El arbitraje en el Per: desarrollo
actual y perspectivas futuras, cit., pp. 461-468.
71
El nico requisito adicional que exige la LGA, que creemos es razonable, es
el de imponer que el arbitraje deber realizarse ante una institucin arbitral de reconocido prestigio, cuando se traten de arbitrajes internacionales o extranjeros(177).
En caso cualquiera de los organismos
y empresas del Estado adquieran bienes o
contraten servicios u obras, ser de aplicacin la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado(178), la cual dispone
que cualquier controversia que se presente en la interpretacin o ejecucin de los
contratos, necesariamente deber someterse a un arbitraje de derecho en el pas(179).
12.2. Arbitraje en materia de inversiones
El artculo 62 del actual texto constitucional establece que mediante contratos-ley, el Estado puede establecer garantas y otorgar seguridades. No pueden
ser modificados legislativamente...(180).
(177)
CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Participacin del Estado peruano en arbitrajes comerciales, en: Revista Advocatus, N 7, Lima, 2002, pp. 178-193.
(178)
(179)
El artculo 23 de la Ley N 27785, Ley Orgnica del Sistema Nacional de Control y de la Contralora
General de la Repblica, excluye del conocimiento de los rbitros las controversias referidas a la ejecucin y pago de presupuestos adicionales de obra y la aprobacin de mayores gastos de supervisin,
cuando, conforme a ley, deba de intervenir la Contralora General de la Repblica. Sobre una crtica a esta
disposicin, leer a: CANTUARIAS S ALAVERRY, Fernando, El arbitraje frente a la Ley Orgnica del Sistema
Nacional de Control y de la Contralora General de la Repblica, en: Derecho & Sociedad, N 21, Lima,
2003. Se puede acceder a mayor informacin en: www.consucode.gob.pe/htmls/consultas/laudos_arbitrales.
(180)
RUBIO CORREA, Marcial, Estudio de la Constitucin Poltica de 1993, T. III, Pontificia Universidad Catlica
del Per, Lima, 1999, pp. 294-295. Los contratos ley tienen esta denominacin, precisamente, porque
una vez acordados y aprobados por el Estado, son inmodificables por el plazo que en ellos se establezca.
Su finalidad consiste en dar garantas a los contratantes con el Estado, de que las condiciones pactadas
se mantendrn al margen de los cambios legislativos que se establezcan. De esta manera, los inversionistas pueden hacer un clculo de costos e inversin para el largo plazo. Por ello, estos contratos se llevan a
cabo, principalmente, para obras de larga maduracin o de alta inversin para explotacin duradera (tpicamente, contratos de explotacin minera). Sentencia del Tribunal Constitucional de 3 de octubre de
2003, en el Expediente N 005-2003-AI/TC, accin de inconstitucionalidad iniciada por 64 congresistas de
la Repblica contra diversas leyes que permitieron al Estado peruano suscribir con la empresa Telefnica
del Per S.A.A. un contrato-ley de concesin y adems se pretenda que se declarara inconstitucional
dicho contrato-ley: [M]ediante [los] contratos-ley, el Estado, en ejercicio de su ius imperium, crea garantas y
72
BUSTAMANTE, Pablo / COM COM, Mnica / DE LA CRUZ, Ricardo, Impacto econmico de la inversin asociada
a los convenios de estabilidad jurdica en el Per, en: Revista de Economa y Derecho, Vol. 1, N 1,
Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), Lima, 2004, p. 64. Para un anlisis ms exhaustivo
acerca del marco legal aplicable a los contratos-ley y a otros contratos sobre inversiones y la celebracin de
pactos arbitrales, leer a: CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, La utilizacin de la va arbitral en la solucin de
conflictos entre el Estado peruano y los inversionistas, en: Themis, Revista de Derecho, N 48, Lima, 2004,
pp. 174-186; y CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 832-881.
(182)
Cantuarias Salaverry / ARAMBUR YZAGA, El arbitraje en el Per: desarrollo actual y perspectivas futuras,
cit., pp. 484-501; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Necesidad de que el Per suscriba la Convencin de
Washington (CIADI), en: Ius Et Veritas, Revista de Derecho, N 2, Lima, 1991; CANTUARIAS SALAVERRY,
Fernando, Algunos apuntes acerca del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), en: Revista Peruana de Derecho de la Empresa, N 56, ao XVIII, Lima, 2003; CANTUARIAS
SALAVERRY, Fernando, Condiciones para acceder al CIADI: a propsito del Caso Lucchetti, en: Revista de
Economa y Derecho, Vol. 1, N 1, Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), Lima, 2004; CANTUARIAS S ALAVERRY, Fernando, Recursos contra los laudos arbitrales y reconocimiento y ejecucin de laudos
arbitrales CIADI, en: Revista Advocatus, N 11, Lima, 2005, pp. 112-122; y CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje
comercial y de las inversiones, cit., pp. 601-621.
(183)
Publicada en el diario oficial El Peruano el 10 de julio de 1993 y en vigencia desde el 8 de setiembre de 1993.
(184)
Sobre este particular, leer a CANTUARIAS SALAVERRY, La utilizacin de la va arbitral en la solucin de conflictos entre el Estado peruano y los inversionistas, cit., pp. 167-174, en el que se analizan los pactos arbitrales contenidos en 414 convenios de estabilidad jurdica celebrados con inversionistas y 178 con empresas
receptoras de la inversin, celebrados de 1993 a mayo de 2004 al amparo de los decretos legislativos 662
y 757. Ver adems, CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 832-841.
Por otro lado, el Per ha suscrito hasta la fecha 31 Tratados Bilaterales de Promocin y Proteccin Recproca de Inversiones (BITs) con los siguientes Estados:
Reino de Tailandia, Confederacin Suiza,
Repblica de Corea, Repblica de Bolivia,
Reino Unido de Gran Bretaa e Irlanda del
Norte, Repblica de Francia, Repblica de
Paraguay, Repblica Checa, Repblica de
Colombia, Reino de Suecia, Repblica de
Italia, Repblica de Rumania, Repblica
Popular China, Reino de Espaa, Repblica de Portugal, Repblica Argentina,
Reino de Dinamarca, Reino de los Pases
Bajos, Repblica de Alemania, Reino de
Noruega, Repblica de Finlandia, Malasia, Repblica de Australia, Repblica de
El Salvador, Repblica de Venezuela, Re-
73
pblica de Chile, Repblica de Cuba,
Repblica del Ecuador, Repblica de Singapur, la Unin Econmica Belgo-Luxemburguesa y la Repblica de Canad(185).
Adems, se encuentra en etapa de implementacin un Tratado de Libre Comercio
con los Estados Unidos.
Todos estos tratados habilitan el sometimiento de los conflictos a arbitraje,
preferentemente al CIADI(186).
Por ltimo, el Per es parte del Convenio Constitutivo del Organismo Multilateral de Garanta de Inversiones (ms
conocido como el MIGA) y del OPIC
(Overseas Private Investment Corporation), que tambin habilitan la va arbitral
en la solucin de controversias(187).
(185)
(186)
CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Los Tratados Bilaterales de Promocin y Proteccin Recproca de Inversiones y el Acceso al Arbitraje, en: Revista de Economa y Derecho, Vol. 1, N 2, Universidad Peruana
de Ciencias Aplicadas (UPC), Lima, 2004, pp. 29-50; y CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las
inversiones, cit., pp. 601-621.
(187)
CANTUARIAS SALAVERRY / ARAMBUR YZAGA , El arbitraje en el Per: desarrollo actual y perspectivas futuras,
cit., pp. 505-508; y CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 886-891.
74
75
SOL
UCIN DE CONTRO
VERSIAS EN ARBITRAJE
SOLUCIN
CONTROVERSIAS
O EN EL PODER JUDICIAL? MECANISMOS PPARA
ARA
INTEGRARL
AS EN UNA SOL
A JURISDICCIN
INTEGRARLAS
SOLA
( *)
Profesor de Derecho Civil de la Pontificia Universidad Catlica del Per. Presidente de la Academia
Peruana de Derecho. Socio del Estudio Osterling.
76
La primera, referida a los lineamientos para establecer cundo una controversia debe discutirse en arbitraje o cundo, no obstante la existencia de un convenio arbitral, dicha
controversia deba ser llevada al Poder Judicial debido a su naturaleza
no arbitrable.
(1)
LOHMANN LUCA DE TENA , Guillermo, El Arbitraje, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Catlica del
Per, Lima, 1993, p. 41.
77
Que versan sobre el estado o capacidad civil de las personas, ni sobre los
bienes o derechos de incapaces.
(ii) Asimismo, tampoco pueden someterse a arbitraje, las materias controvertidas que hayan sido objeto de un
proceso judicial en el cual exista una
resolucin judicial firme. Esta prohibicin est referida a la excepcin
de cosa juzgada que podra hacerse
valer vlidamente en caso de iniciar
un arbitraje sobre una materia que ha
merecido el pronunciamiento del
Poder Judicial.
(iii) En tercer orden, tampoco pueden
someterse a arbitraje las controversias cuyas pretensiones interesan al
orden pblico o que versan sobre
delitos o faltas.
(2)
CANTUARIAS, Fernando / ARAMBUR, Manuel Diego, El Arbitraje en el Per, Desarrollo actual y perspectivas,
Fundacin M.J. Bustamante, Lima, 1994, p. 191.
(3)
MONTERO AROCA, Juan, et. al. Derecho Jurisdiccional, Enmarce, Lima, 1999, p. 166.
78
(4)
RUBIO, Marcial, Ttulo Preliminar, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Catlica del Per, Lima, 2001, p. 95.
(5)
la suma importancia prctica que reviste dicho principio, a efectos de evitar que una de las partes, que no desea
someterse al pacto de arbitraje, mediante un cuestionamiento de las decisiones arbitrales y/o la competencia de
los rbitros sobre determinada controversia, pretenda convocar la participacin de jueces ordinarios, mediante la
interposicin de cualquier accin de
naturaleza civil y/o penal, y desplazar
la disputa al terreno judicial.
Cabe destacar que para el Tribunal
Constitucional la competencia del rbitro
alcanza la posibilidad de que excluya el
conocimiento de la controversia por la jurisdiccin ordinaria cuando algunos de los
sujetos involucrados hubiese optado por
acudir a ella. Bajo este criterio, considero que un tribunal arbitral tiene facultades suficientes para rechazar cualquier intento del Poder Judicial de dejar sin efecto el arbitraje, pero adicionalmente, dicho
tribunal arbitral se encuentra facultado
para atraer a cualquier sujeto que hubiese
iniciado acciones ante el Poder Judicial en
tanto la materia objeto de dicho proceso
resulte arbitrable. Este aspecto es analizado en la segunda parte.
Hasta aqu lo relativo a la competencia del tribunal arbitral.
Ahora bien, habindose establecido
los lineamientos para definir cundo una
controversia debe discutirse en arbitraje,
cabe sealar que a menudo proliferan los
argumentos por los cuales se cuestiona la
competencia de un tribunal arbitral. Recientemente me ha llamado la atencin el
argumento aducido por una parte poten-
(6)
79
MONROY GLVEZ, Juan, Partes, Acumulacin, Litisconsorcio, Intervencin de Terceros y Sucesin Procesal
en el Cdigo Procesal Civil, en: Ius et Veritas, Ao IV, N 6, p. 42.
80
(7)
Loc. cit.
El reconocimiento de la jurisdiccin
arbitral comporta la aplicacin a los
tribunales arbitrales de las normas
constitucionales y, en particular, de
las prescripciones del artculo 139 de
la Constitucin, relacionadas a los
principios y derechos de la funcin
jurisdiccional.
(8)
81
Dicho precepto reconoce de manera expresa la jurisdiccin arbitral, en los trminos que transcribimos a
continuacin:
Artculo 139. Son principios y derechos de la funcin jurisdiccional:
1. La unidad y exclusividad de la funcin jurisdiccional.
No existe ni puede establecerse jurisdiccin alguna independiente, con excepcin de la militar y la arbitral
(...).
82
a fin de que puedan alegar lo concerniente a sus derechos. Solo en este caso el laudo arbitral podr ser vinculante para ellas.
Bajo esta premisa, la intervencin de
las dems partes en un arbitraje resulta
viable, habida cuenta que todas mantendran relacin con la decisin que se expida respecto a la materia controvertida.
Ahora bien, es posible que cada una de
las partes presente pretensiones particulares con relacin a la materia arbitrable,
habida cuenta que por sus propias caractersticas, dicha materia podra generar
repercusiones diferentes en cada una. Sin
embargo, aun frente a pretensiones diferentes, es innegable que la materia controvertida en todos los reclamos mantiene elementos comunes a todas ellas.
Bajo estas consideraciones, la atraccin de las partes al arbitraje no solamente resulta posible, sino deseable y hasta
necesaria, habida cuenta que el anlisis
que practique el tribunal arbitral sobre la
materia controvertida recaer sobre sus intereses, aun cuando solo sea vinculante
para las partes que participen de manera
efectiva en el proceso. Asimismo, no debe
escapar a nuestra comprensin que si cada
una de las partes iniciase un arbitraje independiente, existe un riesgo muy elevado de que los diversos laudos que se expidan adopten diferentes posiciones e, inclusive, lleguen a ser contradictorios. Tal
supuesto resultara sumamente inequitativo, habida cuenta que, como consecuencia de los distintos pronunciamientos se
tendra que dar tratamiento diferenciado
a las partes en cumplimiento de los diferentes laudos que se expidieran, no obstante encontrarse frente a la misma materia.
(9)
As opina CHIOVENDA, citado por MONROY GLVEZ, Partes, Acumulacin, Litisconsorcio, Intervencin de
Terceros (...), cit., p. 55.
b)
c)
Que el tribunal arbitral debe notificar a las dems partes con las pretensiones controvertidas y disponer
su incorporacin al arbitraje.
Ahora bien, a fin de salvar la eventualidad de que el tribunal arbitral desestime el pedido de intervencin de las
dems partes involucradas, el sujeto interesado podra motu proprio configurar
una nueva relacin procesal que integre
a todos los sujetos.
El mecanismo procesal para este
efecto sera formular reconvencin con los
sujetos reticentes a iniciar un arbitraje teniendo como pretensin principal que el
tribunal arbitral se pronuncie sobre la materia controvertida. Dicha reconvencin se
formulara al amparo del convenio arbitral existente entre las partes e incluira a
todos los sujetos como demandados, bajo
el argumento de que la relacin jurdica
material los involucra a todos por tratarse
de la misma materia.
83
84
85
86
87
LA SUPLETORIED
AD DE LLAS
AS LEYES DE ARBITRAJE
SUPLETORIEDAD
( *)
88
normativa de los individuos. Es as
como impregna los cuerpos legales de
normas imperativas.
Pero tambin la ley mide el margen
de la libertad individual para la regulacin de sus propios intereses, pero, como
no puede dejar de cumplir su funcin ordenadora de la vida social, dota a los
cuerpos legales de normas supletorias,
para que operen en ausencia de la voluntad normativa, la suplan, cuando ella ha
dejado vacos para la regulacin de las
relaciones jurdicas. Es as, como las
normas supletorias cumplen una funcin
integradora de los vacos que pueda dejar
la voluntad normativa.
La coexistencia de normas imperativas y normas supletorias tiene contenido
en las leyes de arbitraje. Pero estas leyes
se caracterizan por su supletoriedad, determinada, bsicamente, por el acuerdo de
arbitraje, denominacin usada por la Ley
Modelo aprobada desde el 21 de junio
de 1985 por la Comisin de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI), o por el convenio arbitral, que es el nomen iuris utilizado por la Ley General de Arbitraje peruana (en adelante, LGA), promulgada
mediante la Ley N 26572, vigente desde
el 5 de enero de 1996.
El acuerdo de arbitraje o convenio
arbitral han resumido la dualidad de lo
que antiguamente se denominaba clusula compromisoria y compromiso arbitral,
que eran dos actos jurdicos distintos, pero
complementarios. La clusula compromisoria era una estipulacin contractual en
virtud de la cual los contratantes se comprometan a someter a arbitraje los conflictos de intereses que pudieran surgir
entre ellos con la finalidad de sustraerlos
del conocimiento de la jurisdiccin del
89
me, salvo las consecuencias patrimoniales que surjan de su ejecucin y slo si
conciernen exclusivamente a las partes del
proceso. Tampoco pueden ser materia de
arbitraje las materias que interesan al orden pblico o que versen sobre delitos o
faltas, salvo lo relativo a la cuanta de la
reparacin civil y siempre que no haya
sido fijada por resolucin judicial firme.
Por ltimos no son arbitrables las funciones o atribuciones concernientes al ius imperium del Estado o de las entidades del
Estado dotadas de ius imperium.
Determinado el objeto del arbitraje,
la autonoma de la voluntad le da plena
vigencia a la voluntad normativa. Las partes pueden decidir si el arbitraje ser nacional o internacional, si de derecho o de
conciencia y si se someten o no a una institucin arbitral. Pueden proceder a la designacin de los rbitros, si sern colegiados o nico, y conferirles las facultades
que tengan por conveniente, as como su
remuneracin. Pueden designar la sede del
tribunal arbitral, el idioma del arbitraje,
las normas de procedimiento, la manera
como debe funcionar el tribunal arbitral y
si puede resolver por mayora o requiere
de unanimidad, los plazos, particularmente el que debe observarse para la emisin
del laudo, y si ste ser apelable o no.
Pueden decidir hasta la legislacin aplicable a la solucin de su conflicto.
Como puede apreciarse, pues, la
autonoma de la voluntad tiene un margen sumamente amplio para normar el
proceso arbitral, incluso pudiendo delegar en los rbitros la integracin de
los vacos que puedan generar, postergando as la aplicacin de las normas
supletorias, las que tendrn participacin en el proceso por decisin misma
de las partes o de los rbitros.
90
Las normas imperativas no quedan
relegadas, sino reservadas para aspectos
muy especficos, uno de ellos, y el ms
importante, el relativo a la interposicin
del recurso de anulacin, cuya admisibilidad y procedencia es de orden pblico,
por las causales taxativamente previstas.
Sin embargo, la autonoma de la voluntad
puede interferir su interposicin y admisin al promover el acuerdo entre las partes, que debe ser expreso, en el sentido de
91
Existen diversos criterios de clasificacin del arbitraje, uno de ellos est referido a la forma de organizacin de este
importante mecanismo alternativo de resolucin de conflictos y a saber, distingue entre el arbitraje institucional o administrado y el ad hoc o libre. Aunque la
tendencia mundial actual del arbitraje moderno est orientada hacia el desarrollo
del arbitraje institucional, lo que por cierto compartimos dadas las garantas y las
ventajas de ste frente al ad hoc; a diferencia de lo que sucede en otras latitudes,
en el Per y en especial, tratndose del
arbitraje nacional o domstico, al que nos
referiremos fundamentalmente en esta exposicin, tenemos una marcada preferencia por el arbitraje ad hoc. Las razones trataremos de esbozarlas ms adelante.
En efecto, si bien no existen en nuestro pas estadsticas confiables que nos
permitan determinar con exactitud el nmero de arbitrajes ad hoc que se han lle-
( *)
vado adelante en los ltimos aos, conversaciones sostenidas durante los ltimos
seis meses con los rbitros ms destacados de nuestro medio y de algunas ciudades del interior del pas, nos llevan a concluir, sin temor a equivocarnos, que el arbitraje ad hoc representa hoy en da, no
menos del sesenta y cinco por ciento del
total de arbitrajes del mercado peruano.
Estoy seguro que muchos de los asistentes a este Congreso, en especial nuestros
amigos del extranjero, se sorprendern
con esta realidad.
No podemos dejar de reconocer sin
embargo, el importante desarrollo que ha
tenido en la ltima dcada el arbitraje administrado en el Per, destacando dentro
de las instituciones arbitrales de mayor
prestigio, el Centro de Arbitraje de la Cmara de Comercio de Lima, que alguna
vez me toc dirigir. Ello se debe sin lugar
a dudas al hecho de contar con una Ley
General de Arbitraje, la Ley N 26572,
Presidente de Marc Per. Profesor de las Facultades de Derecho de la Universidad Peruana de Ciencias
Aplicadas - UPC y de la Universidad de Lima.
92
en vigencia desde el da 6 de enero del
ao 1996, que es una de las ms modernas del mundo y que tiene normas que
favorecen el desarrollo del arbitraje institucional en el Per.
Ahora bien, cabe preguntarse por cul
optar, arbitraje ad hoc o administrado?
La opcin depender del pacto al que arriben las partes, claro est que para ello es
conveniente contar con un adecuado asesoramiento previo, que parta del anlisis
del caso concreto, lo que permitir determinar la conveniencia de uno u otro. La
decisin es de suma importancia, pues podr afectar de manera significativa el desarrollo del arbitraje que se promueva en
la oportunidad en que surja el conflicto.
En la generalidad de los casos, la
opcin se toma en la oportunidad de la
celebracin del convenio arbitral o de la
inclusin de la clusula arbitral en un contrato determinado. En ese momento la relacin entre las partes se encuentra en su
mejor nivel. Sin embargo, la opcin puede tambin tomarse con posterioridad, ya
que la inclusin o no de la clase de arbitraje no constituye un elemento esencial
para la existencia y validez del convenio
arbitral. Se deber tener en cuenta que,
una vez surgido el conflicto entre las partes, resultar muy difcil ponerse de acuerdo. En todo caso, resultar siempre preferible como lo sealan algunos, pactar un
arbitraje administrado y, si las partes luego consideran que es mejor para sus intereses el desarrollo de uno ad hoc, ser ms
fcil hacer el cambio hacia ste.
La diferencia entre el arbitraje administrado o institucional y el arbitraje ad
hoc o libre, est dada por el hecho de que
mientras en el primero existe una institucin arbitral que se encarga de la organizacin y administracin del arbitraje, con-
tando con reglamentos que regulan la actividad de los rbitros y las partes, la que
en el caso peruano deber ser constituida
como una persona jurdica, pudiendo ser
con o sin fines de lucro, privado o pblico o en su caso mixta, ello se desprende
de lo sealado expresamente en el artculo 6 de la Ley General de Arbitraje, Ley
N 26572. En el ad hoc, son las propias
partes o en defecto de stas los rbitros,
los que establecen las reglas para que el
arbitraje se pueda desarrollar de manera
adecuada y se encargan de la organizacin y administracin. A decir verdad, en
la prctica muy pocos son los casos en los
que las propias partes se ocupan del tema,
tarea que termina casi siempre en manos
de los rbitros que se encargarn de resolver la controversia.
La doctrina ha considerado como
principales ventajas del arbitraje administrado a las siguientes:
La existencia de una institucin especializada que respalda el arbitraje, es tal vez la mayor de las ventajas. En efecto, las instituciones arbitrales cuentan o deben contar con los
medios humanos y materiales necesarios para brindar un adecuado servicio de organizacin y administracin del arbitraje.
93
Por otro lado, las instituciones arbitrales ejercen tambin una importante actividad de control respecto
del procedimiento y de los rbitros.
En algunos casos, como por ejemplo los arbitrajes de la Cmara de
Comercio Internacional (CCI), la
actividad de control se ejerce incluso respecto de los aspectos formales del laudo arbitral, lo que contribuye a evitar los procesos de anulacin de los mismos.
94
95
96
cin en defecto del pacto de las partes se deriva a las Cmaras de Comercio, aunque nosotros hubisemos
preferido se mencionen simplemente a las instituciones arbitrales.
97
Luego de haber esbozado las ventajas y desventajas del arbitraje administrado y del ad hoc, es indudable que en la
actualidad la tendencia mundial es la de
favorecer el desarrollo del primero de los
nombrados, pues son mayores sus ventajas que sus desventajas y contribuyen a la
buena prctica del arbitraje. Sin embargo, cabe preguntarnos, porqu en el Per
se prefiere al arbitraje ad hoc?
Consideramos que la respuesta a dicha interrogante est estrechamente vinculada a la percepcin que tienen los
usuarios del arbitraje administrado en
nuestro pas, as como a la falta de liderazgo de la mayora de las instituciones
arbitrales de nuestro medio, las que a
pesar de la opcin tomada por la Ley
General de Arbitraje, que con acierto favorece e impulsa su desarrollo, no han
estado en nuestro concepto a la altura de
las circunstancias.
Los usuarios perciben que las tarifas
que cobran la mayora de instituciones arbitrales de nuestro medio, son excesivamente elevadas en contraposicin a la calidad de los servicios que estas brindan.
Por otro lado, consideramos que las instituciones arbitrales no han logrado generar en los posibles usuarios, la confianza
necesaria, lo cual puede estar relacionado con el hecho de que algunas de ellas
estaran vinculadas a determinados sectores de la actividad econmica o profesional. Finalmente, otro de los factores a
considerar est relacionado con el hecho
de que varias de las instituciones arbitrales locales tienen deficientes reglamentos,
los que en muchos casos son copias imperfectas de otros que en la actualidad han
quedado superados, lo cual en algunos
casos genera demora en la tramitacin de
los procesos arbitrales.
98
Frente a ese panorama, cul es el
rol que le toca cumplir a las instituciones
arbitrales en nuestro pas? Al respecto,
consideramos que deben constituirse en
verdaderos promotores de la cultura arbitral, asumiendo con responsabilidad el liderazgo que la Ley General de Arbitraje
ha puesto en sus manos. Para ello, debern preocuparse fundamentalmente por
generar confianza en los posibles usuarios.
Una forma de lograrlo es, sin lugar a dudas, mostrarse como entidades confiables,
lo que implica asumir el rol que les corresponde, en especial el de control del
procedimiento y de los rbitros que lo tienen bastante descuidado, as como la adecuacin de sus reglamentos a los nuevos
99
EL AFORISMO IUR
A NO
VIT CURIA
IURA
NOVIT
Y SU POSIBLE APLICA
CIN EN L AUDOS ARBITRALES
APLICACIN
1.
ORIGEN Y CONCEPTO
( *)
Socio del Estudio Rodrigo, Elias & Medrano Abogados. Profesor de la Facultad de Derecho de la Pontificia
Universidad Catlica del Per.
(1)
SENTIS MELENDO, Santiago, El Juez y el Derecho (Iura Novit Curia), Ediciones Jurdicas Europa - Amrica,
Buenos Aires, 1957, p. 20.
(2)
Segn MONROY GLVEZ, el origen del aforismo se ubica histricamente en los siglos XIII y XIV. MONROY
GLVEZ, Juan, El Aforismo Iura Novit Curia y el Artculo VII del Ttulo Preliminar del Cdigo Civil de 1984, en:
Temas de Proceso Civil, Lima, Librera Studium Ediciones, 1984, p. 210. Por su parte, OBANDO B LANCO,
Vctor, seala que dicha institucin surgi mucho antes. Resulta inexacto ubicar el origen del principio
materia de la investigacin, en los siglos XIII y XIV, debiendo por tanto aportarse elementos de ms
antigua data. Histricamente lo encontramos implcito en la mayora de sistemas jurdicos, y slo en el
presente siglo ha encontrado su formulacin legislativa. En: OBANDO B LANCO, Vctor, Estudios de Derecho
Procesal Civil, Editorial San Marcos, Lima, 1997, p. 149.
100
Hay jurisprudencia consolidada sobre este tema y cito dos como botones
de muestra:
2.
SUPUESTOS DE APLICACIN
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
MONROY GLVEZ, Juan, EL Aforismo Iura Novit Curia y el Artculo VII del Ttulo Preliminar del Cdigo Civil de
1984, cit., p. 215.
101
El Artculo VII del Ttulo Preliminar del Cdigo Procesal Civil establece la facultad del Juez para que
aplique la norma jurdica que corresponda a la situacin concreta cuando las partes la hayan invocado errneamente, y bajo el concepto de que
al tener el Juez mejor conocimiento
del derecho que las partes est en
aptitud de decidir cul es la norma
aplicable al caso(9).
3.
LMITES DE SU APLICACIN
(...) El Juez est sujeto a dos restricciones, slo puede tomar en cuenta los hechos alegados por las partes, aun cuando l pudiera tener otro
conocimiento, y slo puede referirse
a la prueba actuada, sea por iniciativa
de las partes o de oficio(12).
(8)
(...) el artculo VII no solamente obliga al Juez a intervenir en caso que la norma no haya sido invocada en
la demanda, sino tambin cuando la invocacin es errnea o insuficiente. Si el Juez puede aplicar la ley
aun cuando no haya sido invocada, con mayor razn puede completar la que ha sido invocada insuficientemente o en su caso corregir la que se ha sealado en forma errnea porque quien puede lo ms tambin
puede lo menos (...) En: TORRES VSQUEZ, Anbal, Derecho Civil. Parte General. Introduccin al Derecho y
Ttulo Preliminar. Aplicacin Judicial de las normas jurdicas. El principio Iura Novit Curia, Cultural Cuzco
S.A. Editores, 1991, Lima, p. 577.
(9)
(10)
Principio de imparcialidad refiere a que el rgano jurisdiccional debe estar inclume respecto a lo que es
materia de del conflicto de intereses y respecto a las partes. Este principio est ntimamente ligado al
principio de igualdad, consistente en que a ambas partes se les debe tratar de la misma forma respecto a
todos los actos procesales.
(11)
Principio de contradiccin (o principio de bilateralidad) refiere no solamente a que todos los actos del proceso
deben realizarse con conocimiento de las partes sino que aquellos deben ocurrir con la informacin previa y
oportuna a la parte contraria. En ese sentido, en un proceso no se podr expedir una decisin que afecte a
las partes sin que aquellas hayan tenido siquiera la oportunidad de expresar su posicin al respecto.
(12)
102
La vulneracin de este lmite infringe los postulados bsicos de imparcialidad, contradiccin y consecuentemente al
derecho al debido proceso.
(...) la Sentencia de Vista deviene
en nula no slo por no sujetarse sus
fundamentos al mrito de lo actuado, sino tambin por cuanto al pronunciarse respecto de un hecho que
no ha sido alegado por el demandante
y menos por el demandado se est
atentando contra el derecho del recurrente a un debido proceso consagrado en el inciso tercero del artculo ciento treinta y nueve de la Constitucin Poltica del Per(13).
Luego de establecidos los hechos, el
Juez procede a su valoracin jurdica a fin
ubicarlos dentro de los supuestos normativos que les sean aplicables. Dicha actividad es conocida como subsuncin(14).
3.2. El objeto de la pretensin
Una pretensin tiene como elementos el petitum (efecto jurdico especfico que se desea) y la causa petendi (hechos que fundamentan la pretensin, que deben ser amparables en
el ordenamiento jurdico). Este efecto
es el objeto de la pretensin, a lo que
debe ceirse el Juez.
(13)
Casacin N 531-02 CAJAMARCA del 25 de junio de 2004. Publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3
de enero de 2005.
(14)
La aplicacin del Derecho a los hechos, en el silogismo que contiene la sentencia, se denomina subsuncin. En: Casacin N 1713-96 LIMA. Publicada en el Diario Oficial El Peruano el 15 de agosto de 1998.
(15)
De esta manera tambin se pronuncia DE LOS SANTOS: si no se respetaran los trminos de la pretensin,
excediendo su objeto, involucrando en la litis a quien no ha sido parte o introduciendo hechos que no han
sido materia de debate (y defensa) podra conculcase la referida garanta tan cara al debido proceso
adjetivo. En: DE L OS SANTOS , Mabel, Postulacin y Flexibilizacin de la congruencia (Su anlisis con
relacin al Cdigo Procesal Civil peruano), en: Revista Peruana de Derecho Procesal, Lima, Palestra
Editores, 2005, p. 93.
derecho a un debido proceso en virtud del cual debe existir una correspondencia entre el petitorio y los fundamentos de hecho de la demanda
(causa pretendi) con lo que resuelve
le Juez en la sentencia, no pudiendo
pronunciarse ms all del petitorio
ni sustentarse en hechos no alegados
por las partes conforme lo establece
el segundo prrafo del artculo stimo del Ttulo Preliminar del Cdigo
Procesal Civil(16).
4.
103
(16)
Casacin N 2292-03 ICA del 12 de octubre de 2004. Publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30 de
mayo de 2005.
(17)
(18)
(19)
(20)
104
fecha de expedicin; ii) nombre de las partes y de los rbitros; iii) la cuestin sometida a arbitraje y una sumaria referencia
de las alegaciones y conclusiones de las
partes; iv) valoracin de las pruebas en
que se sustenta la decisin; v) fundamentos de hecho y de derecho para admitir o
rechazar las respectivas pretensiones y defensas; vi) La decisin.
Si bien el arbitraje se caracteriza por
ser un proceso flexible(21) en el que las
partes pueden establecer las reglas consiguientes, actualmente se encuentra en
amplio debate si cabe la exigencia de
aplicar unas reglas inderogables de las
que no se puede prescindir. Nos referimos a las reglas que conciernen al debido proceso(22) (23).
Cuando hablamos de debido proceso, salen a la luz los principios de impar-
cialidad, defensa, contradictorio e incongruencia, principios que suelen ser vulnerados con la aplicacin indebida de la institucin del iura novit curia. A continuacin veremos si la aplicacin de esta institucin es viable en el mbito arbitral, ms
especficamente en el laudo.
Supongamos que A y B se someten a un arbitraje donde A demanda la
pretensin X y los fundamentos jurdicos que utiliza para ello son [a], [b] y
[c]. A lo largo del proceso arbitral, las
partes discuten sobre dicha pretensin
y B se encarga de desvirtuar los fundamentos de la demanda.
En el laudo arbitral, los rbitros, en
aplicacin de la institucin iura novit curia declaran fundada la demanda utilizando como fundamentos jurdicos [d], [e] y
[f]. Como se observa, el tribunal arbitral
(21)
As es catalogado el arbitraje en el ordenamiento mundial. Sobre este tema, CAIVANO seala: una de las
caractersticas del procedimiento arbitral es su mayor informalidad con relacin a los procedimientos aplicables en sede judicial. La flexibilidad e instrumentalidad que se presentan como norma en materia de
arbitraje, han sido sealadas precisamente como una de las mayores ventajas que este instituto reporta,
en tanto permite a las partes, como una consecuencia natural, obtener un pronunciamiento ms rpido y
ms consustanciado con las cuestiones de fondo que en artificios formales, en: CAIVANO, Roque, Negociacin, Conciliacin y Arbitraje, Lima: APENAC, 1998, p. 267.
(22)
(23)
Sobre este tema, hay defensores y opositores. Dentro de los primeros encontramos a ARRARTE ARISNABARRETA, Ana Maria: (...) es claro que cuando las partes se someten a la decisin de un Tribunal Arbitral
ms all de su naturaleza, sea de derecho o de conciencia, ello no implica renuncia alguna a su derecho
fundamental a un debido proceso, del que gozan simplemente por ser sujetos de derecho. Aceptar lo
contrario implicara afirmar que al arbitraje se encuentra fuera del Estado de Derecho, lo que resulta
inconcebible en cualquier sociedad que se tilde de civilizada, en: ARRARTE ARISNABARRETA, Ana Mara, de la
Interrelacin a la Interferencia del Poder Judicial en los Procesos Arbitrales: Lmites de su Actuacin en:
THEMIS Revista de Derecho, Lima, N 53: Publicacin editada por alumnos de la Facultad de Derecho de
la Pontificia Universidad Catlica del Per, 2007, p.101. Por el lado de los opositores, encontramos a
SANTISTEVAN D E N ORIEGA, Jorge: (...) en el arbitraje han de observarse todas las garantas que componen
el derecho al debido proceso. Sin embargo, se admite que en el arbitraje la voluntad de las partes prevalece sobre cualquier otra consideracin, pues, por naturaleza y definicin legal, stas se someten a la
jurisdiccin excepcional, de carcter privado destinada a resolver conflictos de inters con flexibilidad y
sobre la base de reglas predeterminadas que ellas mismas establecen. En: SANTISTEVAN D E N ORIEGA,
Jorge, Arbitraje y Jurisdiccin desde la Perspectiva del Tribunal Constitucional del Per, en: Revista
Peruana de Arbitraje, N 2, Grijley, Lima, 2006, p. 54.
105
1)
2)
En el numeral 4 de la sentencia se
expone que el objeto de la anulacin
de la laudo es que () el tribunal
arbitral ha adoptado una argumentacin jurdica enteramente nueva
que no ha sido debatida en el procedimiento. El derecho de las partes
de ser odas en procedimiento contradictorio garantizado [por las normas suizas] ha sido violado.
El numeral 5 de la sentencia desarrolla lo relativo al derecho de contradiccin como parte del derecho al
debido proceso. Precisa que este derecho tambin incluye el de poder
ejercer contradiccin en fundamentos jurdicos. Seala los alcances de
este derecho y expone que no fue
respetado en el caso analizado, en el
que el laudo aplic consideraciones
de abuso y de fuerza mayor no discutidos. Se seala expresamente que
ningn medio de hecho o de derecho
puede ser planteado de oficio por los
rbitros, sin que a continuacin puedan las partes ejercer su derecho de
contradiccin al respecto.
El Tribunal Federal suizo analiza el
concepto iura novit curia citando
106
(24)
107
SOL
UCIN DE CONTRO
VERSIAS SOCIET
ARIAS
SOLUCIN
CONTROVERSIAS
SOCIETARIAS
A TRA
VS DEL ARBITRAJE
TRAVS
4.
5.
2.
( *)
Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima. Socio del Estudio Sparrow, Hundskopf
& Villanueva.
108
Modificacin de la denominacin o
razn social igual o semejante a otra
(artculo 9).
Determinacin judicial del plazo y forma de pago para el reembolso del valor
de las acciones de los accionistas que
se separan de la sociedad (artculo 200).
a.Procesos no contenciosos
Son cuatro (4) los casos, a saber:
b.Procesos de ejecucin
Son igualmente cuatro (4) los casos:
109
Responsabilidad de los socios, representantes y administradores de las sociedades irregulares (artculo 424).
110
e. Procesos de conocimiento
Son solamente dos (2) casos:
2.
3.
4.
Deja en libertad a los socios fundadores estipular en el Estatuto si el arbitraje es institucional o ad-hoc.
5.
Estadsticamente, y en trminos
aproximados, son una minora las
sociedades constituidas a partir de
enero de 1998 que no han incluido
la clusula estatutaria de arbitraje
obligatorio.
111
112
individuales de responsabilidad limitada, las pequeas y medianas empresas y las empresas unipersonales
de responsabilidad limitada. Sin embargo, como ya lo he mencionado, si
existe en el Estatuto el convenio arbitral previsto en el artculo 48 de la
LGS, tales pretensiones en principio
se deben resolver a travs de arbitraje.
Las pretensiones derivadas de la contratacin mercantil, entre otros, comisin mercantil, prenda mercantil,
leasing, factoring, franquicia, know
how, edicin, distribucin, concesin
comercial, auspicio o patrocinio, riesgo compartido, agencia, y contratos
derivados de operaciones con el exterior, salvo que en el clausulado de
los contratos exista clusula arbitraje.
arbitral frente al judicial, ya no pueda hacerse tan fcilmente. En este sentido, sin
cuestionar las virtudes del arbitraje, debemos plantearnos si ste es el camino
ms idneo para resolver todas las controversias en materia societaria. Ciertamente, no se pueden dejar de reconocer
las ventajas de los procedimientos judiciales, en especial en lo referente a la actuacin de medios probatorios, y a su valoracin, a la doble instancia, y fundamentalmente a los aspectos relacionados
con la ejecucin de sentencias.
Lo antes expuesto, tiene especial relevancia en el mbito del derecho societario, donde de acuerdo al artculo 48 de
la LGS, no procede interponer las acciones judiciales contempladas en la misma
o en las de aplicacin supletoria a esta,
cuando exista convenio arbitral obligatorio en el Estatuto.
Como se explicar ms adelante, hay
acciones o pretensiones societarias, que
por su simplicidad y va procedimental
designada no justifican el arbitraje, en
tanto que para temas de mayor relevancia y complejidad, este sigue siendo una
opcin recomendable.
As tenemos por ejemplo que en los
casos en los que la LGS seala puntualmente como va, el proceso no contencioso, no hay discrepancia, no hay controversia, no hay litigio. Por esta razn, aun
cuando exista una clusula de arbitraje
obligatorio en el Estatuto, en nuestra opinin, se puede seguir este proceso, en el
cual el Juez, reemplaza o sustituye al rgano social competente. Sera muy lento,
oneroso e innecesario, iniciar un proceso
arbitral, para por ejemplo, convocar a una
Junta General de Accionistas.
A partir de la creacin de los Juzgados y Salas Comerciales, se ha generado
113
114
Sin embargo, y en busca de la objetividad y el equilibrio en la toma de decisiones, tambin existen diferentes razones
para optar por la va judicial especializada,
entre las que se encuentran las siguientes:
En atencin a las razones expuestas, existiendo el convenio arbitral estatutario, en principio los procesos sumarsimos, abreviados y de conocimiento se
deberan ventilar en sede arbitral. Pero a
diferencia del arbitraje, que es plano, y
unvoco en el sentido que es de una sola
va la misma que se sustenta en las reglas procesales de la institucin, o en las
reglas especiales aprobadas por las partes, en el caso de arbitrajes ad-hoc, en
algunos procesos contenciosos hay diferentes vas de tramitacin, ms una doble instancia y una eventual casacin. Por
ello, frente a cada caso, considero que
actualmente es pertinente y a la vez prudente, hacer una evaluacin comparativa para luego de ella tomar una decisin
reflexiva. Como ejemplos concretos que
requieren de esta evaluacin, me referir nicamente a dos, y que son las impugnaciones de acuerdos de juntas de accionistas, y lo casos que implican el levantamiento del velo societario.
As pues, respecto del primero, si se
opta por el arbitraje, el proceso se tramita
en una sola va, siguiendo las reglas procesales acordadas previamente por las
partes. En cambio, si se opta por la opcin judicial, en aplicacin de la LGS, hay
tres diferentes vas dependiendo de su naturaleza segn lo siguiente:
1.
115
3.
116
117
EL ALMA DIVIDID
A DEL ARB
ITRAJE:
DIVIDIDA
ARBITRAJE:
SOL
UCIN AL
TERNA
TIV
A PPARA
ARA LLOS
OS USUARIOS
ALTERNA
TERNATIV
TIVA
SOLUCIN
O FUENTE AL
TERNA
TIV
A DE HONORARIOS PPARA
ARA
ALTERNA
TERNATIV
TIVA
ABOGADOS? CMO AP
ACIGUAR Y CONCILIAR
APA
EL CORAZN CONSIGO MISMO
( *)
Presidente de Panel en CIADI. Miembro y uno de los Distinguished Neutrals listados del International
Institute for Conflict Prevention and Resolution. N.Y.N.Y; U.S.A (CPR).; Reconocido en el Whos Who in
International Business Arbitration (2005, 2006 y 2007) y en el Whos Who in Public International Law
(2007). Ex-Presidente del Panel arbitral que dirimi la diferencia sealada como pre-requisito para la
negociacin del TLC con los EE.UU.
118
Cuando a una hora de gran congestin vehicular tomamos una ruta alternativa para llegar a nuestra oficina o de regreso a casa aunque represente un recorrido ms largo, nuestra eleccin obedece
al menor tiempo que nos toma a pesar de
la mayor distancia. Si, en lugar de hacer
el viaje a una hora de gran congestin de
vehculos, lo hacemos a muy altas horas
de la noche a la que transitan muy pocos
vehculos, al tomar otra opcin la razn
probablemente sea que la ruta que optamos ofrece mayor seguridad por su mejor iluminacin o mayor vigilancia policial. Por ltimo, si un da de descanso
tomamos una ruta diferente a la usual, la
razn podra ser el paisaje ms bonito o
pintoresco que nos relaja y alegra. Por
lo general, toda opcin alternativa tiene
una razn de ser y una mejora con relacin a otra opcin, que se mide de acuerdo a ventajas comparativas y a un balance costo-beneficio en el resultado final e
impacto definitivo.
Y esto mismo que nos dicta el sentido comn, se aplica para el caso del arbitraje como una opcin alternativa entre un mazo de otras opciones para escoger; incluyendo entre ellas, al sistema oficial de Justicia.
De esta manera, al analizar si el arbitraje es mejor, igual o peor opcin, debemos tambin determinar si lo es con relacin a qu otra opcin de una lista que
aparece en constituciones, cdigos y leyes. Pero todo ciudadano, empresario o
dirigente sindical, por citar ejemplos al
azar, debe tambin tomar en cuenta, si es
Literalmente, no hay una sola minscula partcula de sensacin, emocin, sentimiento, idea o pensamiento por mnimos e insignificantes que ellos puedan ser
o parecer que se logre filtrar dentro de
nosotros, sino es a travs de alguno o varios de nuestros sentidos fsicos corporales. Y aunque es verdad que se ha reportado algunas contadas experiencias de
percepciones extra-sensoriales, telepticas o parapsicolgicas, todava no se
conoce de ellas lo suficiente, ni con el
rigor que se exige para derivar de ellas
conclusiones que puedan ser confiables
y podamos depender.
Sin embargo, y paradjicamente,
aunque todo ingresa dentro de nosotros a
travs de los sentidos, ninguno de ellos
puede realmente ver, or, oler, degustar
o palpar por s mismos, porque ninguno
tiene la capacidad para hacerlo. Son slo
una especie de mesa de partes individual,
un canal o conducto trasmisor, un correo
electrnico, que traducen todos los eventos del mundo exterior al cerebro, que es
el que los registra; es decir, quien, propiamente, ve. oye, huele, degusta y siente fsicamente. Luego de haberlos registrado los distribuye inmediatamente a los miembros o partes del cuerpo que corresponde activar y a los que
119
enrgica e imperiosamente exige ponerse
en accin con los movimientos nerviosos,
musculares, fisiolgicos, o cualquiera otro
que corresponda segn el caso requiera.
Pero, an as, el cerebro no tiene contacto
directo con la realidad inmediata y no la
conoce ni tiene la ltima palabra en el
asunto; y slo puede limitarse a tener percepciones de esa realidad contigua, que
nos parece tan prxima, pero que est tan
distante sensorialmente, en la remota e imperfecta percepcin que tenemos de ella
inicialmente. El viejo dicho popular encierra y confirma la respuesta conocida
pero que muy fcilmente olvidamos al
cambiar contextos familiares con otros inesperados; en la solucin de conflictos,
por ejemplo: Las apariencias engaan
Es un dicho viejsimo, y sin embargo las
apariencias nos engaan y nos continan
engaando, sin desmayo cvico, sin que
hayamos podido hacer algo al respecto.
Porque, para comenzar, esas percepciones tan inmediatas y cercanas nos engaan al producirnos la sensacin de una
certeza incontrovertible, a pesar de que
estn interferidas, transformadas y deformadas de mil y una formas, por los propios sentidos que las transmiten al cerebro, y adems por todas las otras imperfecciones y defectos de los conductos que
llevan las rdenes que imparte el cerebro
a las diversas partes del cuerpo humano.
Por ejemplo, decimos comnmente: La
sorpresa me dej mudo, o Qued paralizado por el pnico, como reflejo de una
sabidura subconsciente que no aprovechamos, slo porque no reflexionamos
sobre ella, fuera del contexto verbal que
nos encierra y encadena, a pesar que las
cadenas estn sueltas y la puerta de la celda abierta de par en par, aunque no queramos aceptarlo. Una hiptesis de trabajo
que puede servir al propsito de este tema,
es que no queremos aceptar la realidad de
120
nuestra libertad, por que nos da miedo ser
libres. Y la explicacin de esta aparente
paradoja por la que nos da miedo algo que
debera darnos alegra, es que la nica
razn de nuestro pnico a la libertad, es
la inseguridad que llevamos oculta, y debemos declarar al cruzar la aduana que
separa la frontera tica que separa el autoritarismo de la libertad interior, y en la
que debemos pagar el arancel muy modesto de nuestra vanidad sin sentido
como Flat rate comn.
Exploremos ms, por este camino,
que nos llevar a un arbitraje de mejor
calidad y mayor eficiencia social. Si, para
no alargar demasiado la extensin de este
acpite, limitamos nuestro examen en detalle al sentido de la vista como ilustracin de lo que se puede repetir, adecundolo, a todos los otros sentidos los ojos
estn limitados a slo percibir con su mirada una visin circunscrita a no ms de
180 de amplitud en todas direcciones. Ni
siquiera podemos mirar nuestra propia
nuca sin algn tipo de ayuda artificial.
Pero, tambin nuestros mismos ojos pueden tener casi una infinidad de imperfecciones que reducen o distorsionan nuestra visin, y que tambin la pueden anular
por completo. Un prsbita, por ejemplo,
puede adems ser daltnico, no ver bien
en la oscuridad o deslumbrase excesivamente con la luz normal del da. Y an
con todas estas interferencias normales,
como promedio, la vista nunca ve todo lo
que mira. En un nmero determinado de
personas asomadas al mismo balcn para
mirar a una misma plaza, a la misma hora
del da o de la noche cada una de ellas.
Ve algo diferente de lo mismo que todos Miran, porque por lo general, cada
uno tiene la vista fija en un punto determinado, del total que todos observan, que
es diferente para cada persona; diferente
tambin de la visin total que ofrece a todos la plaza y que est a disposicin de
todos los que la miran, y en la que cada
uno escoge lo que prefiere o le lleva el
rgano visual a pesar suyo. Pero, tampoco acaba ah el cuento. Porque lo que cada
uno ve siempre est alterado o deformado individualmente por el efecto que en
cada uno produce la hora del da o de la
noche, el cansancio, el estado de nimo,
la salud o malestar momentneos, la incomodidad, los vnculos particulares, asociaciones emocionales y recuerdos o proyectos que cada mente o cada alma en particular asocia con ese punto especfico y
diferente que resuena en cada interior de
modo diferente en cada uno que ve diferentes objetos de lo mismo que todos miran. Todo ello da lugar a que cada testigo
presencial de un evento, que transcurre
delante de sus propias narices, que lo
ha visto con sus propios ojos, no slo
lo relata de manera y secuencia diferentes (Por ejemplo, cada uno de los evangelistas cristianos) sino que cada uno lo examina, analiza, vincula, relaciona, coteja,
contrasta, opone, le aade o suprime involuntaria e inconscientemente, algo que
el evento no tuvo, u otras cosas que efectivamente tuvo y ocurrieron delante de
sus propias narices y mir con sus propios ojos (Como en la pelcula Rashomon de Akira Kurosawa), pero que con
total honestidad vi o no vi.
Pero, todava falta revisar otras interferencias ms, que son de tipo diferente y alteran de otra manera el proceso administrativo interior, de la percepcin que
nos proporciona la visin de lo que cada
uno mira. Un enorme y llamativo titular
periodstico sobre algo comparativamente irrelevante, por ejemplo, puede distraer
nuestra atencin y alejarla de algo mucho
ms importante que est arrinconado en
121
vantes o no de acuerdo a su criterio que
selecciona, interpreta y determina, y de
acuerdo a sus propias experiencias anteriores que son las que van construyendo y
determinando honestamente, su opinin
personal de lo que vi en el total que
mir, y finalmente envi a la redaccin
del diario. Debemos tambin tener en
cuenta que lo que l envi despus de haber corregido el primer borrador si las
condiciones lo permiten de la nota que
escribi en el mismo lugar para guardar
fresco el registro, ha sido posteriormente
corregido en el mismo diario, a base de
las experiencias de anteriores percepciones que ha tenido el jefe de redaccin,
durante muchos aos de ejercicio del periodismo, que, a su vez, condicionan y
determinan la percepcin que ste va a
recibir de la nota escrita por el reportero,
la que muchas veces modificar, para convertir en noticia la narracin aburrida
de un novato testigo presencial de los hechos. Finalmente, antes de llegar al director responsable del diario, o conjuntamente, segn la premura, quien arma la pgina, y quien dirige a grandes rasgos la
orientacin general y lnea de opinin y
estndares del diario, transforman con sus
respectivas percepciones, todas las anteriores y sucesivas percepciones que han
intervenido cada una con su carga de interferencias propias desde quien en un
ngulo del balcn de una plaza a una hora
determinada y con sus caracterstica e inclinaciones personales presenci un evento hasta llegar a quien lee la noticia en el
diario, quien tiene tambin slo una percepcin de lo que lee y que no es necesariamente lo que ha ledo, sino muchas
veces lo que el lector quisiera leer en lo
que ha ledo, que trasmite y comenta a
otras personas aadiendo o suprimiendo
con sinceridad, inocencia y honestidad,
122
pero sin el entrenamiento y capacitacin
perceptivos ni tampoco debidamente educado en cualquier orden de prioridades
tico, pero que sea abierto y no escondido. El refrn de la cancin popular que
dice: Me lo dijo Adela, puede haber sido
interferido por una tormenta de interferencias perceptivas que requieren para
enfrentar profesionalmente, de una cuidadosa capacitacin y entrenamiento que tienen carcter y cualidades de muy alto profesionalismo especializado, y que debe
ponerse continuamente a prueba para
mantener un plantel de juzgadores de calidad aceptable para cualquier tipo de prevencin o solucin de conflictos. Lamentablemente, esta es una carencia generalizada y tpica en especial en todas
las culturas que son herencia de autoritarismos y dictaduras que han desalentado estas habilidades y destrezas necesarias y, por lo contrario, han estimulado
la confusin arbitraria y la deformacin
de los hechos, con argumentos secretos
semejantes a esto puede causar un grave dao al pas y a las inversiones, podra interpretarse de manera tal que aliente el terrorismo, o subvierta el orden legal; es sumamente inconveniente que
en los actuales momentos se decida de
esta manera, y otros semejantes. Porque
todo debe decirse en voz baja y discretamente, slo entre nosotros que somos
ciudadanos responsables y conscientes.
Todo lo descrito en este ejemplo del
sentido de la vista, presume que se trata
de un diario de excelente calidad, muy serio, irreprochablemente profesional, muy
responsable cvicamente, absolutamente
transparente, e irreprochablemente honesto. Lo que igualmente se puede aplicar a
todas las dems publicaciones, a los canales de televisin y emisoras radiales que
renan esas calidades. Pero no siempre es
se el caso. Y por eso, cuando una persona honesta y decente, afirma con seguridad irracionalmente categrica que algo
es cierto porque lo ley en tal diario respetable, o se lo dijo tal o cual persona respetable y autorizada en la materia, esta
afirmacin tiene la misma estabilidad que
un nido frgil de golondrinas, cobijado
en ramas precarias de un arbusto dbil y
pequeo en medio de un vendaval. Y an
as, nos seguimos sintiendo empecinada
y suicidamente seguros de algo que vemos Con nuestros propios ojos y ante
nuestras propias narices, confirmado
por la respetabilidad genuina de Lo he
ledo en el diario de hoy, y en la primera
plana Mralo t mismo para que te convenzas, si no crees!.
Por eso nuestros jueces y funcionarios huyen hasta hoy de este tipo de entrenamientos, capacitacin y educacin, a favor de una educacin jurdica honesta y
decente, pero ms convencional e inocentemente cmplice que apaa con respetabilidad tolerante las debilidades, flaquezas, vulnerabilidad y deficiencias de una
formacin profesional enferma de memorismos ineficientes, de su inevitable secuela de tramitar en vez de resolver problemas, la consecuencia inevitable de perderse desorientados en laberintos procesales propiciados por Minotauros corruptos
y autoritarios; lo que como es perfectamente predecible, desemboca y se refleja en
las, desde hace dcadas, bajsimas evaluaciones en los sondeos de opinin ciudadana sobre la justicia y las leyes.
Tampoco los maestros del pas quisieron ser evaluados, pero el ministerio del
ramo, con el respaldo total de la opinin
pblica, oblig a los maestros a someterse
a esta prueba. Lo que ocurre con el Ministerio de Justicia, tanto desde quien ejerza
123
nuestro alrededor, la animalidad de las especias lo contrasta con otros que lo ayudan a explicarlos. Con ellos, lo comparan, relacionan, cotejan, oponen; y colectivamente lo organizan para sensorialmente interpretarlo y darle un sentido sensorial cauto y prudente. La civilizacin griega llam a esta cautela prudente: una hiptesis, en este caso sensorial. Y si esta
hiptesis sensorial se pone a prueba del
fuego y de los vientos, puede convertirse
en lo que tambin los griegos llamaron:
una tesis, que ms tarde puede beatificarse como teora; y finalmente canonizarse o coronarse como una conclusin momentnea, y nada ms. Porque an
lo que es cierto y determinante, es as slo
para un momento y lugar determinados.
En aos muy recientes, un grupo voluntario de abogados en los EEUU ha iniciado un trabajo vinculado con lo que he
mencionado en los prrafos precedentes,
al que han denominado: Project Innocence que hasta el mes de Noviembre segn me fue posible verificar en Texas
haba logrado liberar, en todo los Estados
Unidos, a 32 condenados como culpables,
a diversas penas de prisin, slo debido a
deficiencias en lo que acabo de mencionar, tan increbles como comunes, pero
que sirvi como nico sustento de prueba
a sus condenas respectivas. La suerte, acaba de poner en mis manos un caso igual a
esos, pero en el Per, y en que el declarado culpable est cumpliendo condena, en
este momento, por causas iguales. Sin
embargo lo ms grave y preocupante de
todo esto es que no pienso en absoluto
que los juzgadores hayan sido corruptos,
malvados o ignorantes, por lo menos no en
este caso particular. Sino que portan, sin
saberlo, y sin siquiera tener la oportunidad
de enterarse de todo el dao que inocentemente causan a su alrededor, las turbaciones
124
que, por razones sobre las que no quieren
or y hablar, sufren diariamente sus sentidos corporales en la inseguridad personal
de su percepcin normal de hechos totalmente cotidianos y sin importancia alguna, pero por las que un hombre inocente
est sufriendo pena de crcel en este momento en el Per, en 2007.
La estupenda y magnfica noticia en
todo esto que he mencionado, y tiene tintes optimistas y de aliento es que no se
trata, sin embargo, en la mayora de casos, de una incapacidad incorregible o de
una deshonestidad ciega o cmplice; sino
con muchsima ms frecuencia, de algo
muchsimo peor. Porque la causa y origen est flotando en el aire y nadie lo
percibe. Es una cultura ya subconsciente
e inocente que, sin darnos cuenta de ello,
nos ha llevado gradualmente y sin mucho ruido, a leer, or, oler, palpar o degustar lo que, ya inconscientemente, nos
han enseado, obligado, o tambin ya
cmplices de irresponsabilidad queremos percibir, hasta que finalmente lo
percibimos contra viento y marea, y contra la misma realidad que nos incomoda
porque no sabemos ni hemos sido entrenados de alguna forma adecuada para
percibir, administrar, y organizar con sensatez y criterio comn.
An, los adelantos de la tecnologa,
o la espiritualidad ms sublime, no cambian un pice de esta verdad que debemos aceptar como punto de partida para
la prevencin y resolucin de cualquier
conflicto. Y en especial, para el ejercicio
de la funcin de rbitro y de la jurisdiccin arbitral en su conjunto; porque el sistema integral oficial de Justicia, del cual
somos partes lateral, no demuestra siquiera curiosidad por enterarse o inters en desarrollar las destrezas y habilidades, por
125
3.
LA ARBITRARIA CULTURA
QUE VIOLENTAMENTE MUTILA, DESFIGURA PARA SIEMPRE, MARCA DE CICATRICES,
YCONVIERTE EN MINUSVLIDO,
DISCAPACITADO, O EXCEPCIONAL, A LO JURDICO
126
esta notoria carencia o deficiencia perjudicial, en las culturas jurdicas del autoritarismo, que tratan de compensar sus debilidades, pero no con el desarrollo natural de otras habilidades que las compensen, sino con ciruga esttica y el implante de siliconas normativas que producen
el crecimiento patolgico de una especie
de macrocefalia o hidropesa legal, fanticas y obsesivas, que desarrollan paranoicamente la dimensin de lo jurdico,
hasta volverlo fantasmal y provocar pesadillas en las multitudes. Para poder mantener la pureza inmaculada de las normas,
la doctrina y la jurisprudencia - mutilan o
decapitan despiadadamente la doctrina y
las estructura lgica normativa de las leyes del Congreso y de las sentencias judiciales y con ello se llevan de encuentro
por delante toda posibilidad de una reforma seria y eficiente como en algunos
pueblos en el Islam mutilan los genitales
de las mujeres pberes para que no caigan en tentacin de pecado. Con este criterio nadie podr en las normas lgicas e
inmortales, identificar los restos mortales
de la opinin pblica, ni de los hechos,
hechos, y ms hechos, que le sirven normalmente de sustento, pero que son inmolados como vctimas de un sacrificio
que es tributo sagrado de obediencia y
servicio al ttem de la autoridad poltica
o jurdica sagrada, suprimiendo toda referencia a sus sucios y asquerosos componentes de hecho que vinculan a la autoridad con la realidad de los intereses e instintos en que tienen su raz y que se manifiestan a travs de la opinin pblica de cada
tiempo y comunidad, y es, por eso, particular a cada comunidad, e intransferible.
El objetivo de ignorar los hechos y
las realidades, se cumple en las democracias que son todava nicamente externas,
con tcnicas y formas modernas diversas:
una de ellas es simplemente la total ignorancia de los hechos en todas las culturas
autoritarias; como si no hubieran existido
nunca debajo del cielo y no existieran ya
en la actualidad en otras palabras miran a
la realidad como si fuera una especie de
unicornios. Una segunda modalidad, mas
sofisticada y para juristas avanzados, consiste en borrar todos los hechos innegables, indeseados e incmodos, de la pizarra frente a nosotros, y en la que slo ellos
pueden escribir, slo ellos tienen la tiza,
y nadie ms tiene la oportunidad real y
practica de escribir un signo o borrarlo,
con el fcil recurso de recin usar entonces slo a veces, y cuando el camino es
de bajada su poder discrecional, o su
criterio de consciencia para eliminarlos
a todos, descartndolos como no relevantes al caso, sin otro fundamento razonado o ms explicacin; porque consideran
culturalmente que el principio de Derechos Humanos que establece como un
principio que es garanta de la Justicia, la
obligacin tambin Constitucional por
el que todas las sentencias, otros fallos, y
tambin laudos arbitrales, por supuesto,
deben ser propiamente motivados. En el
sistema oficial de justicia en la actualidad,
se entiende, como siempre se ha entendido en la prctica, que esa motivacin obligatoria se refiere solo a la fraccin coercitiva de la norma pero no a la administracin, organizacin e interpretacin de
los hechos que la sustentan y sirven de
base. Algo equivalente ocurre con la elaboracin de normas en cuyos fundamentos sobresalen nicamente sus facciones
conceptuales y sus rasgos coercitivos, que
no son completos y no permiten identificar
la real identidad individual, y las huellas
digitales de las normas promulgadas.
Por lo pronto, la limpia pureza conceptual de la pirmide de Kelsen, ha su-
frido la mutilacin de los pies que le sirven de sustento y apoyo a su equilibrio como algunas de las momias de la
antigua civilizacin mochica, o moche, en
el norte del Per, a las que se cortaba los
pies para que no abandonen al cacique o
jefe junto a quienes eran sepultados a su
servicio, en ultratumba. Porque el hecho
es, que la conformacin, balance y equilibrio de esa pirmide supuestamente slo
formal, est condicionada sobre dos elementos que son los que determinan su credibilidad, solidez y permanencia. El primero de ellos, es el Grundnorm o condiciones y situacin total de hecho, que
define la identidad real y prctica de esa
pirmide. Pirmide que no es un fantasma conceptual, como el fantasma del padre de Hamlet indeciso, en la tragedia de
Shakespeare; ni como el futbolista que
nunca se anima ni quiere entrar con la pelota al rea penal y finalmente patear al
arco; o el corredor de fondo que se esfuerza durante horas en el largo recorrido
de decenas de kilmetros bajo el sol inclemente, y luego se detiene para tomar
un refresco y agradecer los aplausos con
que lo reciben a su triunfal entrada al estadio olmpico, y pierde!. Y el segundo,
constituido por su postulado claro e inequvoco, que la norma es slo un marco
de posibilidades, y no una prisin o mscara de hierro que tortura o asfixia al sentido comn y la sensatez informal de los
hechos. Bastante de eso hay en la disputa
entre el sofismo helnico absorbido por
la escuela jurdica dialctica de los fariseos, y la argumentacin que hace al respecto Jess de Nazaret, e ilustra en la parbola figurada del Buen Samaritano, en
el evangelio de Lucas; y que su apstol
Pablo confirma en su carta a los Hebreos
10, 1, con las palabras La Ley es slo
una sombra [...] y no la realidad.
127
Si nos entregamos violentamente, a
los rigores de la lgica jurdica formal y
matemtica por ejemplo la lgica ya clsica de Ulrich Klug la formula simblica y no lingstica de la estructura lgica
de una norma se expresa lgicamente en:
Si S entonces P. S, es el supuesto de hecho, cuya ocurrencia en la geografa y la
historia tridimensional debe transcurrir
para que, recin entonces, se pueda desencadenar la consecuencia coercitiva que
desata la actividad coercitiva y obligatoria de P. En rigor causativo, la coercin
de una ley es slo un apndice que es consecuencia de uno o varios hechos. En una
comida en un restaurante el pago de la
cuenta es slo una consecuencia de la
comida que hemos ordenado e ingerido
libremente. Y es un disparate sobredimensionar la importancia del precio y
desdear la comida; porque es slo en
funcin de la comida que el precio puede justificarse en todo sentido. O dicho
con otras palabras: plata en mano chivato en pampa. No puede haber uno sin
el otro. Slo el atrabiliario personaje literario Don Quijote de la Mancha se atreva a amar a un ser imaginario como
Dulcinea, y al mismo tiempo descuidar irresponsablemente a su sobrina menor de edad, literariamente real, como l,
y que haban dejado a su cuidado (!) y a
quien repetidamente abandonaba sin aviso
previo o anunciar siquiera cundo regresaba. Esta misma es la gran debilidad, carencia y vulnerabilidad de los jueces, legisladores, juristas y abogados reales del mundo autoritario en desarrollo, quienes s, verdaderamente, parecen muchas veces, ser
atrabiliarios, descuidados e irresponsables
Don Quijotes de la Mancha, en su prepotente menosprecio por los hechos y la
realidad. Pero, la pregunta es: Tienen que
ser as tambin los rbitros?
128
Las estadsticas que muestran estas
deficiencias (que el sistema oficial de justicia, y el legislativo, obstinadamente no
quieren ver, y estimulan con su aislamiento autista, su fantica dependencia adictiva y obsesiva a normas de toda clase, y su
distante lejana de la comunidad) no son
por lo comn, rasgos necesarios tpicos
de la personalidad de los rbitros que viven profesionalmente de la competitividad implcita en la calidad del servicio que
ofrecen, abiertamente, en un mercado libre y transparente; y en infinidad de otras
razones que ya salen fuera del mbito de
este ensayo. Pero, este es un factor importante para tomar en cuenta, y considerar, en la primera oportunidad que se presente, para llevar a cabo la plenitud de
increbles posibilidades de las que est
preada la jurisdiccin arbitral, pero que
primeriza no sabe o no ha querido todava dar a luz a su primera hija o hijo.
Nadie o nada le impiden, sin embargo,
perder su miedo y calmar los nervios naturales que todos sentimos con la ayuda de otros indicadores distintos que no
quieren usar los jueces, de mtodos ms
agresivos y audaces, para medir los impactos que la eficiencia y eficacia de su
trabajo produce, y que los jueces y magistrados del sistema oficial de justicia
todava evitan, innecesariamente, por su
timidez y rubor adolescentes ante la desnudez de un desafo de hechos indomables que tienen an que aprender a montar al pelo, y sin otras riendas que lo alerta de sus sentidos, la verificacin y contraste de sus percepciones, su instinto disciplinado y un claro orden valorativo para
sus prioridades. Con eso, basta. Cualquier
domador de caballos salvajes les puede
confiar, sin reserva o secreto profesional
al respecto, que a los caballos ms bravos
se les doma con paciencia, mucho amor,
a. Los sueos ms frecuentes repetidos y los deseos reprimidos que representan su subconsciente cultural (El
Super Ego o Yo).
129
Una cultura, que en la inmensa mayora de los pobladores ha llegado a encontrarse en la situacin repetida de soar con insistencia, que Eva la del Paraso es culpable, que Job es paciente en
lugar de obstinado en su persistente bsqueda de la justicia, que Jess de Nazaret es manso antes que lcido, valiente,
lleno de aventura y claridades; que el personaje literario Don Quijote de la Mancha es justo y smbolo universal de la Justicia, y que el personaje Lus Enrique del
vals inmortal de Pinglo, tiene una percepcin equilibrada y desprejuiciada sobre la realidad y sentido de las leyes y
de la Justicia, es una comunidad capaz
de tragarse cualquier anzuelo poltico,
comulgar con una rueda de molino cvica cualquiera por gigante que sea, creer
en cualquier cosa que le digan con grandes titulares y afiches de colores, y hacerlo as slo porque casi se lo ordena
alguien cualquiera con pretextos y excusas que son engaos. Esa tambin, es
una cultura que, tpicamente, y como es
perfectamente predecible ofrece a la vista el siguiente paisaje respecto a su justicia y sus leyes.
b. La realidad que es irreconciliable con sus sueos, y que por eso no quiere ver ni admitir, y mucho menos ante
los dems, porque cree que quedara mal
(El Ego o Yo)
Al ao 2005, y luego de una sucesin de aos consecutivos de crecimiento
econmico sin precedente, y en plena democracia externa, las cifras oficiales, privadas nacionales, y las internacionales
coinciden, en nmeros redondos, en lo siguientes resultados ilustrativos y tiles
para explicar el por qu de la necesidad
de tener que tomar una opcin inevitable,
finalmente, y ahora. Cualquiera que sea,
130
Hace muy corto tiempo que una conocida firma internacional ha tenido que cerrar sus concesiones y retirarse del Per, derrotada por la informalidad legal que compiti ventajosamente con ella, y la venci
mediante el permanente incumplimiento de leyes obligatorias dictadas por el Congreso de la Repblica, promulgadas solemnemente por
el Gobierno, publicadas en el Diario Oficial El Peruano y que el
Sistema Nacional de Justicia no
est en aptitud o condiciones de
combatir y suprimir, sino en una
proporcin muy modesta, que no es
suficiente para el tamao colosal
del problema.
131
la cscara de una nuez, y ser, an as, rey
del espacio infinito.
d. Proclamacin revolucionaria
sobre las clasificaciones, categoras, divisiones, y nomenclaturas Jurdicas que
son las superestructuras artificiales, debajo de las cuales existe la infraestructura
real de la Justicia que nace de los hechos
que son los instintos, mutados en las civilizaciones por legtimos intereses transparentes, y estos en opinin pblica libre
desde el siglo XVIII, hasta el siglo XXI,
en colectividades libres y democrtica, a
travs de cada usuario, si ste quiere:
Manifiesto ideolgico de diagnstico para el tratamiento que se recomienda
al paciente que padece de este delicado
trauma cultural muy comn en culturas
autoritarias ya arraigadas a lo ancho y largo de todo el espectro poltico del mundo
en desarrollo, y alcanzar su cura pronta:
Para sanar y corregir este trauma se
puede tomar dos opciones sin dejar de ser
honesto con los dems, y diciendo las cosas de manera directa y al grano. Una de
ellas, es escoger un aspecto tcnico cualquiera y refugiarnos en l, con total intensidad, que absorba completamente nuestra atencin, nos hipnotice, literalmente,
y no nos deje espacio en la mente, ni tiempo libre para pensar en ninguna otra cosa
ms. Esa es la ventaja de escoger cualquiera de los muchos aspectos que podramos llamar especializados, tcnicos, o
tambin denominamos muchas veces jurdicos, para distanciarlos de cualquier
indicador referencial que los ponga en
contacto y los contamine de realidad contagiosa y epidmica. Hablamos al tratar
de ese modo, con un lenguaje estrictamente profesional, escueto, tcnico, jurdico, serio y vamos directamente al grano
del asunto especfico, y sin mirar a los
132
costados o muy lejos. En su limpieza conceptual y su perfeccin razonada es inevitable pensar, con altas posibilidades de dar
en lo cierto, que les ha servido de modelo
para esta aproximacin el razonamiento
exacto de las matemticas puras.
Dentro de algunos contextos reales,
esta aproximacin puede resultar til
como pedagoga para el aprendizaje de
cmo ajustar mejor una tuerca o aceitar
una pieza para hacer funcionar una mquina de manera ms prctica, eficiente,
econmica, til y con mejor resultado en
relacin a su propsito. Pero, en cierta
forma esa forma de aproximacin nos limita y circunscribe el anlisis y la consideracin de posibles soluciones, porque
sin siquiera darnos cuenta estamos prisioneros de la existencia de esa mquina y
de su propio funcionamiento que son ya
fatdicos e inevitables; que toda posibilidad de solucin esta encerrada en la mquina misma y que, en cierta forma somos prisioneros de la mquina, de su funcionamiento, turcas y tornillos que delimitan todas las posibilidades de nuestra
existencia porque son un fin en s. Es el
mecanismo como a travs de las edades y
de las civilizaciones ciertos objetos o imgenes evolucionan hacia un ttem, a dolos, y en este sentido se transforman en
iconos, y llegan a ser Sagrados. No hay
nada de malo o de bueno en ellos, hasta
pueden ser tiles o prcticos en s mismos, muchas veces. Pero sin percibirlo y
darnos cuenta, este modo de mirarlos
transforma cualquier cosa de la vida corriente en algo completamente distinto de
lo que es y le da un sentido diferente. Y
en ciertos contextos particulares, puede
constituir una deformacin que distorsiona, y convertirse tambin en un refugio
o escondite que sirve de pretexto y excusa, que no se hacen explcitos ni se acla-
133
distribuyen para discernir entre obiter
dictum y ratio decidendi que es la nica parte del fallo sujeta a stare decisis,
o fuerza obligatoria vinculante a otros
casos. Las sentencias no tienen que aclarar, como entre nosotros el TC, qu parte
es vinculante o no, sino que ya es una destreza implcita como el saber leer o distinguir los colores bsicos. En el Per, la
cultura judicial, y los atoros por la innecesaria carga judicial que se causa a s
misma esa cerrada cultura en su despacho, hace estas frases incomprensibles a
los jueces ordinarios. Pero, afortunadamente, ese no es el caso de los rbitros
que tienen en promedio otras caractersticas y no tienen tantas tentaciones de
ser autoritarios porque no estn sometidos a tantos halagos, tantos tratos reverentes y falsos, ni tantas palabras halagadoras; y sufren el espejismo que son un
monopolio y no tienen que competir con
otras fuerzas invisibles pero mortales.
La inhabilidad para reconocer y administrar los hechos ms claros y fundamentales, es causa alrededor del mundo,
de un fenmeno que es muchsimo ms
acentuado y grave en el mundo autoritario en desarrollo: la frivolidad procesal
que enturbia, confunde, desorienta, y a
veces enloquece a los jueces con los rostros ms fieros y los lomos ms fuertes.
La numerosa familia procesal frvola, incluye entre sus miembros a la conocida y
frvola penalizacin de procesos comerciales, a la frvola prole de amparos, excepciones, etc. que no se puede suprimir
con leyes y ms leyes. No es posible prohibir el ingreso a un lugar de nada que
tenga color verde, si el encargado de
controlar la entrada nunca ha visto, no
conoce, no puede ver el color verde o lo
confunde porque es daltnico: No hay
ley que pueda hacerle entender a esa
134
persona qu cosa es el color verde, aunque eleven esa norma a rango constitucional y la aprueben por medio de un
referndum popular!
Pero, si hay muchsimos remedios
mucho ms rpidos, breves y menos costosos para solucionar la dificultad sin tener que sacar de su cargo al que controla
la entrada. Y uno de ellos, con dinero o
sin dinero, es darle otra forma de entrenamiento y capacitacin ms adecuadas
al propsito, y que les da tanto miedo a
los jueces recibir. No tenemos esa dificultad obstinada en el arbitraje, porque
si la tuviramos nos quedaramos sin trabajo y nadie nos invitara otra vez a participar en el baile.
Pero, tampoco las leyes pueden asegurar, en ningn caso, la correcta evaluacin y examen de las pruebas. Porque un
recurso muy comn en el mundo en desarrollo es abdicar a favor de los peritos o
expertos la decisin sobre cuestiones de
hecho. En un tribunal que presid fuera
del Per, y entre partes ajenas al Per, un
reclamo por ms de dos mil millones de
dlares era exclusivamente sobre hechos,
y se refera a la destruccin de un nmero
de aviones y a la perdida de un almacn
completo de repuestos. La valoracin de
todo, por supuesto, se encomend a una
prestigiosa firma internacional especializada. Pero los peritos al recibir el encargo se reunieron por varios das y a tiempo
completo, para exponer a los miembros,
aclarar los diferentes tipos de dilemas y
los diversos rdenes de prioridades que
nosotros tenamos que decidir, primero,
para recin drselos luego como una instruccin. Pero no termin ah tampoco
nuestra conversacin que se prolong a
todo lo largo del proceso, en cada bifurcacin de posibilidades y cada apertura
del abanico de posibilidades. No se trat
135
Cmara de los Lores duran por lo comn
entre cinco o diez das a horario completo. En nuestro caso los informes orales
duraron por tres das, casi completos el
ltimo de ellos, el beneficio para los rbitros, y las partes, es que todos quedan con
la sensacin que dijeron, se examin, y se
discuti hasta el agotamiento del tema, de
la certeza comn, o de la respetable divergencia seria y sostenible en cualquier
parte y la frente alta, hasta el mnimo punto
que quisieron decir o les preocup. Es
innecesario decir, que esto no fue resultado del trabajo de los rbitros, sino principalmente de los abogados de las partes, y
de sus representados y tcnicos que asistieron a todas las audiencias, y del secretario tcnico del tribunal de cuyo trabajo
confiable y organizado depende muchsimo ms de lo que aparece en un laudo.
Finalmente, en la propia redaccin
del laudo, se tom particular empeo en
razonar y motivar cada razonamiento y la
evaluacin de cada hecho en particular,
con el mayor detalle y minuciosidad posible. Las mayores diferencias y el mayor
trabajo en esta tarea fueron con relacin a
la minuciosidad que preocupaba a cada
rbitro sobre un hecho u otro. Si los laudos a diferencia de los juicios pblicos
no fueran confidenciales y reservados creo que todos los que participamos
de alguna manera nos sentiramos justamente orgullosos de haber participado de
esta experiencia que, para m represent
lo mejor de lo que tiene por ofrecer el arbitraje como posibilidad. Que no es necesariamente siempre el caso, ni todos los
abogados son necesariamente del mismo
nivel y la misma transparencia eficiente y
competitiva, ni todos los dems participantes. No siempre es el caso, pero es
siempre una posibilidad que est latente y
que podemos fortalecer y llevar adelante.
136
El primer punto debe quedar en claro, es: Cmo medimos el xito, relativos
avances, estancamiento, o retroceso del
arbitraje como opcin efectiva y cul es
su importancia y valor social actual? Tomando las medidas de referencia con relacin a lo que fue en el pasado, con relacin al presente, o con lo que va a ser en
el futuro? El pasado ya no lo podemos
cambiar, aunque si podemos rescatar lo
mejor y til que tuvo, para utilizarlo con
ventajas en el presente que vivimos en este
instante; y en cuanto al futuro tambin lo
estamos fabricando recin en este momento
exacto del presente. En este sentido, siempre vivimos y debemos vivir para siempre en el presente, sin caer en la tentacin
de escapar hacia ninguno de los dos, que
son trampas culturales favoritas para distraernos, y huir de la responsabilidad de
concentrarnos obsesivamente en los desafos del presente. Slo as es que podemos mantener la atencin, empecinadamente fija, en los problemas que nuestra
cultura mantiene vivos cuando ya su vida
no tiene sentido, propsito o dignidad,
sino la cscara de una forma vaca. Parte
integrante del presente es la gratitud que
guardamos hacia el pasado, cualquiera que
ste haya sido, porque en el peor y ms
doloroso de los casos posibles, nos acerc ms a la verdad; y la responsabilidad
hacia el futuro es tambin parte esencial
del presente, porque es la nica herencia
que podemos dejar a la vida como agradecimiento por haber nacido y bebido
siquiera una gota minscula de ella; pero
las dos se viven siempre en el presente que
es el nico que tenemos siempre y realmente en nuestras manos, y del que nos queremos escapar sin darnos cuenta que es lo
nico que tenemos: Ahora y Aqu.
Conceptualmente, por supuesto que
hay distancias galcticas entre la rigidez
de la Clusula Calvo y el CIADI. Pero,
porcentualmente el nmero de pobladores urbanos sin acceso a un sistema satisfactorio legal oficial o alternativo y confiable que est realmente insertado y conectado a la comunidad en total, ha ido
en aumento. La ilegalidad pacfica y ordenada ha ganado muchedumbre de adeptos, ms que cualquier partido poltico y
que cualquier ideologa o moda. Y en el
campo, lejos de los asentamientos y centros urbanos, la violencia ha sido una opcin y la otra opcin alternativa ha sido la
otra violencia organizada por el bando
137
mi exposicin en un evento sobre arbitraje,
y sobre el cual me haban buscado, y consultaron en busca de opinin y consejo.
Podra ser que, a lo mejor, el problema no se refiere ni nos afecta a nosotros,
sino a ms o menos el resto de la poblacin, que representa alrededor del 70 % ,
que, al parecer, no es nosotros, segn
nos indican llamativamente las estadsticas provenientes de fuentes distintas oficiales y privadas, nacionales y extranjeras que convergen en resultados llamativos y uniformes; cuyas cifras no se borran simplemente por la ignorancia pasiva de los pocos ni por la hasta ahora
pacfica y ordenada desobediencia de los
muchos, o la indiferencia de los casi todos, por extraordinariamente preparados
y exitosos que todos ellos sean, o seamos
en nuestros empeos respectivos. Por
ah, es que va la cuestin y el dilema,
que pueden llegar a ser muy incmodos
en el mejor de los casos, o tambin trgicos si los ignoramos por completo y pasamos de largo ante ellos, sin echarles siquiera una mirada al paso.
Hagamos la prueba y veamos si as
funciona, y se borran para siempre de
nuestra mente ptica y fsica, tan fcil:
Los resultados del anlisis que revel en nuestro sistema jurdico sobre la deficiencia de inmunidad adquirida por
nuestro sistema integral de justicia, nos
hace sumamente vulnerables, poltica y
socialmente, y la adquirimos como siempre es el caso por contagio cultural de
todos en la comunidad, al habernos convertido en adictos dependientes de normas y leyes y vivir en funcin de ellas
aunque la realidad nos diga violentamente lo contrario. Y es que, al no tener los
lentes culturales con medida adecuada a
nuestros ojos, no logramos distinguir con
138
claridad la ostensible diferencia que existe entre El Imperio de la Ley, y El Imperialismo de las Leyes sobre la Opinin
Pblica. Si andamos en la oscuridad sin
los lentes adecuados nos puede ocurrir un
grave accidente. Eso fue, exactamente, lo
que ocurri de 1980 al ao 2000 en el
Per. Dejamos ir las cosas muy lejos, sin
necesidad y por no saber escuchar o saber decir las cosas. Martin Luther King
dijo en una ocasin solemne que mucho
ms dao causan lo que no hacen o no
dicen las buenas personas, que todos los
crmenes de las malas personas juntas).
Y no es que haya nada de malo con
las leyes en s. Las leyes son en realidad
como nuestros padres o para ser ms
exactos como las palabras que nos dicen
nuestros padres. Debemos guardarles obediencia, respeto, tolerancia, cario y comprensin mientras somos nios, pero si al
llegar a ser ciudadanos nos mandan cosas
que son insensatas o dainas para otros o
para ellos mismos, ya no debemos obedecerlos, ni depender de ellos aunque los
necesitemos hasta que mueran. Ms an
cuando descubramos como todos los ciudadanos libres lo descubrimos como requisito a nuestra ciudadana que las leyes no han sido nuestros verdaderos madres y padres naturales, sino que fuimos
adoptados por ellos cuando nuestros verdaderos padres que somos todos lo que
formamos la opinin pblica responsable,
los tuvimos que entregar en adopcin a la
autoridad coercitiva de las leyes por falta
de recursos materiales y fsicos. El nuestro fue un gesto de amor responsable al
no poder ni tener los recursos para mantenerlos, y el amor de las leyes fue un amor
del bueno si lo recibieron y adoptaron de
las propia manos de la opinin pblica y
de no de traficantes tirnicos que la deforman, que es un poco el caso, hablando
139
el pleamar; o con una ola que revienta
contra la orilla y la resaca que la sucede);
diagnosticamos, correctamente, que es un
problema ms serio en la crnea o en el
nervio ptico que requiere un tratamiento
especializado para esas dolencias especficas (O para el caso de los marinos reconocer con las tcnicas y mtodos ms
modernos que tienen hoy a su disposicin,
que no se trata de una subida o bajada de
marea rutinarias, sino de un cicln, tifn,
o de un huracn, que requieren de otras
pericias y habilidades distintas a las de un
prctico de puertos por muy experimentado, capaz, impecable, y exitoso que sea
y haya sido en toda su vida. Se trata de
otra cosa distinta que rechazamos ver y
no queremos aceptar: no hemos recibido
el entrenamiento adecuado para este enfrentamiento, porque nadie lo supo ver ni
crey que era necesario o importante verlo).
Es algo parecido lo que enfrentamos
hoy en el arbitraje, y que, implcitamente
hemos decidido hasta ahora no darle importancia, porque en tal o cual otro pas
muy adelantado no se la dan; aunque no
conocemos todas las circunstancias que
pueden o no haber llevado en ese pas en
particular a no drsela. Pero digan lo que
digan, y dadas las cifras y circunstancia
actuales en el Per, basta estar sobrio y
despierto para percibir que el tremendo
poder del arbitraje est toscamente subutilizado, lamentablemente mal usado, y
en cierta forma muy respetuosa y con
admiracin por sus innegables logros a la
fecha lastimosamente desperdiciado
cuando lo miramos a contraluz del paisaje panormico total que le sirve de fondo,
en el que vivimos y desempeamos nuestro oficio arbitral, como si lo hiciramos
a desgano, y como en la frase popular, casi
amarrando el macho al arbitrar. Y es,
precisamente, para este momento exacto
140
que, como mencion anteriormente, es
indispensable vivir por dentro la integridad del problema en su dimensin macrojurdica, y eliminar lo que nos impide percibirlo y mirarlo completo en su dimensin grave y urgente, sin que todava haya
llegado a ser alarmante y cuando todava
no hay necesidad de causar pnico entre
los pasajeros de la nave en que viajamos
algunos trabajando y otros en viaje de placer, sin contar uno que otro polizonte de
rutina, todos los que disfrutan del viaje
en su dimensin microjurdica de su
traslado geogrfico, sin pensar por un instante, en la absurda posibilidad de un gigante tmpano de hielo a la deriva.
El cuadro ante nuestra vista jurdica,
con claridad irrebatible, es que hay un grupo numeroso y mayoritario de la poblacin en el Per que por diversas causas
que no debemos detenernos aqu a analizar por el momento vive, trabaja y prospera, en desobediencia pacfica y ordenada a leyes peruanas obligatorias, y que en
consecuencia slo tiene acceso real que
no tiene que ver, necesariamente, con idiomas, caminos, o rampas a la proteccin
de nuestro sistema oficial nacional de justicia, sino en problemas muy circunscritos
y limitados. Esa inmensa poblacin, ese
enorme mercado desatendido de usuarios desprotegidos, est a merced de los
vientos en el descampado de la justicia.
Los medios alternativos a los que tienen
acceso real para solucionar sus conflictos
son tan inestables y variados, tan poco
confiables y mudables como el clima en
algunas regiones del pas. Y esa poblacin
est a la busca esperanzada de alguien
que puede, literalmente, ser cualquier alguien que se presente inesperado ofreciendo una esperanza cualquiera que presente la imagen adecuada de ser eficiente, y eficaz aunque realmente no lo sea.
sesin mensual de los Gerentes Generales de los Bancos en el pas, pero slo
como uno de los muchos temas que era
posible explorar en su viabilidad prctica
a travs de futuros dilogos participativos
que pusieran a prueba su utilidad prctica
efectiva, eficiente y eficaz, para segn el
examen conjunto proseguir o descartarla
como opcin. Hay muchsimas buenas
ideas flotando en el aire; y el peligro est
cuando alguien con poder o influencias las
logra poner en vigencia como un adorno
ms en su hoja de vida pero sin la debida transparencia en discusiones confrontadas con otras perspectivas y otras soluciones. De hecho, eso es lo que produce
los alarmantes porcentajes de informalidad ordenada y pacfica, que son el reflejo indudable de la ineficiencia social que
padecen nuestras leyes, y nuestro sistema
oficial de justicia. La mejoras reales que
comienzan a aparecer espordicamente,
no se deben a ms leyes sino a otras visiones y perspectivas de lo mismo de siempre. De ah la insistencia de formular esta
propuesta como un tema de discusin, y
no como el proyecto definitivo de una sola
persona, o de un slo grupo homogneo.
Desde los automviles Ford a comienzos del Siglo XX, hasta Microsoft, y
en el Per el xito de los Supermercados
Wong, y de otras empresas competitivas
que son exitosas, han logrado lo que han
logrado porque atienden una necesidad
numrica concreta y la satisfacen; y una
de las razones ms importantes de los
mercados regionales integrados y de zonas de libre comercio, es la reduccin de
costos en una economa de mayor escala.
Un gran mercado puede reducir los costos al usuario sin reducir las ganancias
para el inversionista en un mercado selecto y reducido al que sirve pero con
impacto comunitario de otro tipo y en
141
otras circunstancias que las actuales. Y no
hay razn que pueda haber detectado por
el mundo por la que no pueda ser aplicado a un sistema arbitral que est preparado a servir a un mercado diferente y gigante. No se trata de una idea que brot
de mi cabeza por combustin espontnea,
ni mucho menos de un rapto de inspiracin fugaz y brillante. Se trat de algo
mucho ms prosaico; de la informacin
que al respecto le en varias revistas de
arbitraje, luego convers en eventos internacionales en que particip como expositor con otros que vivan y viven esta
experiencia diaria que comprob, y que
ya he mencionado en repetidas oportunidades, sin despertar siquiera la menor curiosidad en alguien. (Por ejemplo, en el
ensayo sobre arbitraje de mi libro Una
justicia para el habitante comn) Los
casos de esta modalidad que se me quedaron grabados mejor fueron ejemplos en
disputas laborales o de carcter bancario.
En todos los casos de los que me enter,
esto funcion al amparo de una entidad
sombrilla que les brind prestigio, les
gan credibilidad entre los potenciales
clientes y funciona muy bien hasta donde
he mantenido al da mi informacin. CIADI no est muy lejos de esa idea, aunque
dado su carcter particular especializado
si tiene un costo alto y una organizacin
que ocasionalmente se pone a prueba.
Pero hay otros ejemplos similares y no hay
razn alguna, tampoco, para que como
otros lo han hecho, un gremio especfico
de comerciantes exija como requisito para
entrar en operaciones con ellos el sometimiento a una entidad neutral de arbitraje.
En algunos casos puede resultar inicialmente contraproducente cuando la entidad que propone el arbitraje de esta manera no ha logrado reclutar a todo el gremio para este propsito, y el sometimiento
arbitral puede ser atacado como una arma
142
competitiva en un mercado reacio a hacerlo. La Cmara de Comercio de Lima,
no ha dado la menor muestra de inters
en asumir ese papel; y cuando lo suger
como tema de una exposicin al ser invitado a participar en un evento organizado
por ellos, lo rechazaron de plano sin siquiera dejarme la oportunidad de explicar mejor sus alcances. Pero, an as, la
Cmara de Comercio de Lima seguira
siendo la entidad que podra estar ms
calificada o adecuada sin desmedro de
ninguna otra para intentar este ensayo
que no tiene porqu originar ningn costo hasta que se pueda sostener con sus
propios ingresos. Se tratara, en un comienzo, de una empresa conjunta de la
Cmara y sus rbitros, organizados en un
sistema privado paralelo al sistema oficial; pero con mucho ms agresividad
competitiva y con una cultura empresarial que los jueces del sistema oficial carecen y se resisten, con timidez, a asumir
como si se tratara de acercarse ms al borde de un precipicio oscuro al que no podemos ver el fondo. Hay muchsimo ms que
decir y que exponer a este respecto, pero
deliberadamente me abstengo de explayarme por cautela ante la indiferencia que he
encontrado otras veces frente a este planteamiento. Como si estuviera cometiendo
una falta de urbanidad o diciendo una grosera, y todo lo que expuse fue en base a
una experiencia no muy comn, para sugerir una idea y formular, gratis, un planteamiento profesional serio.
El siguiente interrogante que salta a
la mente ante la formulacin de esta propuesta, es la de los indicadores estadsticos sobre el mayor nmero de disputas que
dado el requerimiento de ejecucin coercitiva tienen, inevitablemente, que ser ejecutados por un juez del sistema oficial.
En el nico tipo de juicios que llegamos a
143
saludables para tener hijos, de buenos sentimientos que viven fuera de la ley slo
porque nadie les pregunt nunca lo que
ellas pensaban, antes de promulgarlas y,
por esa razn tampoco tienen, prcticamente, acceso real a nuestro sistema oficial de Justicia. Por eso tambin estn sentadas, avergonzadas, sin que nadie las saque a bailar en la fiesta nacional de la justicia. Las sacamos a bailar, o vamos a
cometer la misma falta de educacin y
grosera de dejar, como los otros que ya
saben, que se queden planchando toda
la noche que dura el baile? Como ciudadanos de bien, vamos a permitir que se aparezca por ah un vividor cualquiera de
los que andan sueltos, las engae, les haga
un hijo y las prostituya como a tantas otras
pobres mujeres? Dirigir los comentarios,
sugerencias y respuestas que pudieran tener sobre el particular a los organizadores
de este evento y publicacin. Nuestra opcin podra resultar siendo no slo ms
eficiente, y econmica para las grandes mayoras, sino resultar rentable, accesible, y con
mayor impacto sobre la comunidad que la
necesita y no tienen dnde recurrir en busca
de justicia para la solucin de sus conflictos y otros problemas de este tipo.
144
145
ES UN ARBITRAJE UN JUICIO?
ES UN ARBITRAJE UN JUICIO?
1.
INTRODUCCIN
( *)
Profesor de la Pontificia Universidad Catlica del Per y de la Universidad de Ciencias Aplicadas - UPC.
Socio del Estudio Bullard / Falla / Ezcurra Abogados, Ex Presidente de la Sala de la Competencia del
Tribunal del INDECOPI.
146
Los rbitros reaccionan distinto de
los jueces, al menos en la mayora de casos. Tienden a ir a los hechos antes que a
los argumentos legales, y prefieren ir al
fondo antes que quedarse en la forma.
Por qu actan as?
Quizs la explicacin est en la historia, Cmo era el arbitraje originalmente? El arbitraje, para desilusin de muchos de los abogados, est muy lejos de
haber nacido como una institucin jurdica. Inicialmente fue una institucin
prctica, una institucin de comerciantes y estaba bastante alejado de lo que
hoy da llamaramos un juicio.
Los comerciantes iban a las Cmaras o a los gremios a pedir que les resolvieran un conflicto; y, quien lo resolva
era otro comerciante (no un abogado),
analizando los hechos antes que las leyes, y lo haca en base a prcticas comerciales y en base a principios que rigen el comercio. Esto dio origen a una
rama hoy conocida por todos como el
derecho mercantil (lex mercatoria), que
no fue creado por los abogados, sino bsicamente por los rbitros comerciales
que no eran abogados.
La forma de ejecutar las decisiones
de estos rbitros, estaba muy lejos de la
forma como hoy da los abogados discutimos cmo se ejecuta un laudo. La ejecucin de un laudo era ms simple y no se
realizaba a travs de un juez ni usando los
mecanismos legales que hoy conocemos.
La sancin no era un embargo o la ejecucin forzada. La sancin era el ostracismo: si alguien no cumpla el laudo, lo
sacaban de la Cmara y nadie comerciaba con el incumplidor. Quedaba fuera del
crculo en el que se hacan negocios y
nadie comerciaba con l.
Era una solucin muy prctica, orientada a los hechos y a resolver el problema
prctico antes que centrndose en la discusin legal sobre las instituciones jurdicas. El resultado fue un arbitraje bastante fctico, concentrado en los hechos
ms que en las leyes y centrado en la aplicacin de principios derivados de los usos
comerciales. La costumbre mercantil, antes que la ley, era la fuente del derecho.
En poco se pareca a un proceso civil. El
arbitraje era informal, flexible, pragmtico y libre de ataduras doctrinarias y modelos conceptuales, orientndose a un tratamiento justo y equitativo a las partes.
Y las cifras no mienten: donde el arbitraje ha sido abonado con flexibilidad,
pragmatismos y simplicidad, por leyes
adecuadas, est florecido, asfixiando al
pesado y retrico derecho procesal incapaz de lidiar con controversias comerciales. Y hara lo mismo en otras reas si la
ley liberara su fuerza competitiva. Hoy en
el Per, es difcil imaginar conflictos de
contratos comerciales importantes que
sean ventilados en el Poder Judicial. Virtualmente todo va a arbitraje.
Pero los dinosaurios procesales se
resisten a perder vigencia, y a falta de
habilidades competitivas propias para
capturar las preferencias de los comerciantes, recurren a la ley para protegerse. Entonces pretenden que las leyes fuercen a que el proceso civil entre a debilitar el arbitraje y reforzar la oportunidad
de supervivencia de lo procesal en el
campo comercial.
Como bien relata Benson, cuando en
los aos 20 en Estados Unidos se aprobaron leyes que permitan la ejecucin
y revisin judicial de los laudos por las
cortes ordinarias, procesalizando el
ES UN ARBITRAJE UN JUICIO?
147
de su verdadero propsito, neutralizando
sus ventajas. Y los reconoceremos porque
el lenguaje y las ideas sonarn extraas,
complejas y ajenas para quien est acostumbrado a arbitrar.(3)
Para ello utilizan justamente un lenguaje propio de los sistemas legales formales. Se amparan en un derecho de defensa entendido en su concepcin excesivamente formalista (en la que es la forma
y no la garanta real de un trato equitativo
sustantivo) y en la necesidad del cumplimiento de una funcin nomofilctica
que en el arbitraje no es necesario porque
como vimos, la naturaleza competitiva del
mismo cumple dicho rol.
Esto condujo a un cambio en el arbitraje: se hizo ms legal, y de alguna manera se judicializ. Sin embargo, en los
ltimos aos, principalmente por el desarrollo del arbitraje internacional y por el
arbitraje de inversiones, estamos en un
proceso inverso, en el cual, si bien se
mantiene la participacin de abogados,
estos intervienen de una manera distinta,
ms fctica y resolviendo en base de principios antes que en base de leyes.
Litigar en un juicio no es igual que
litigar en un arbitraje. Cada vez ms no
son las reas procesales de las firmas
de abogados las que litigan en arbitraje.
Son reas especiales, con otro perfil de
abogado y con otra forma de enfrentar
los problemas.
(1)
(2)
Ibidem, p. 170.
(3)
Un buen ejemplo es un artculo recientemente publicado en Legal Express (MATHEUS L OPEZ, Carlos
Alberto, Apostillas al Proyecto de Reforma de la Ley de Arbitraje, en: Legal Express, N 67, Ao 6, Julio
2006, p. 15). Su perspectiva parte de una concepcin procesaloide del arbitraje y por tanto de ignorar
su verdadera naturaleza y ventajas. Es fruto, sin duda, de impericia arbitral.
148
LA SELECCIN DE RBITROS
ES UN ARBITRAJE UN JUICIO?
149
deben ser las cosas. Una vez que tiene una
idea de cul es el sentido del fallo, derivado de este feeling, lo segundo que hace
es recurrir al derecho a fin de sustentar su
posicin desde el punto de vista jurdico.
As la decisin se formaliza legalmente
luego que ha sido preliminarmente tomada en base a los hechos.
Ello explica porqu en arbitraje ms
importante son los principios que las leyes. No olvidemos que as naci y se consolid la Ley Mercatoria que le sirve de
base. Se cre un conjunto de principios de
los que se derivaron obligaciones. El principio estuvo y se aplic antes que la ley.
Puede ser que el sentido inicial que
visualiza el rbitro en su primera impresin no encuentra sustento en las normas
y el rbitro cambie su posicin. Pero si
uno ya logr conviccin en los rbitros
sobre hechos, tiene ms de medio arbitraje ganado. Es ms fcil que un rbitro
fuerce el derecho al interpretarlo para
sustentar su posicin inicial que desfigure
o fuerce los hechos para ajustarlos a la
ley. Por ello la discusin fctica es tan
importante. En ese sentido un arbitraje
se parece ms a un proceso en el common law en el que la fuerza del precedente se asienta ms en los hechos del
caso concreto que en el derecho.
A pesar de eso, muchos de los abogados que litigan arbitralmente cometen el
error de creer que las cosas son al revs.
Piensan que el uso de argumentos legales
persuasivos, sin recurrir a los hechos y a
los elementos emocionales que los hechos
invocan, es irrelevante, cuando en mi opinin en un arbitraje los hechos son ms
importantes que una buena teora legal.
El perfil tpico del rbitro, es un abogado privado, usualmente dedicado
150
profesionalmente al derecho mercantil o
al derecho civil. En consecuencia, suele
ser un abogado vinculado a negocios que
absuelve consultas concretas sobre contratos o relaciones mercantiles. Su prctica consiste es conocer los problemas que
generan litigios detrs de bambalinas.
Sabe cmo se negocia un contrato entre
las partes y sabe cmo se ejecuta usualmente sus obligaciones ms all del texto
del contrato. En otras palabras, conoce la
prctica y costumbres comerciales.
En contraste, el paradigma del juez
tpico, es una persona que entra a la carrera judicial relativamente joven, usualmente con muy poca experiencia en asesora privada, y en consecuencia no conoce bien que pasa tras bambalinas en el
mundo real. Eso explica, en buena parte,
que los rbitros son ms fcticos porque
viven los hechos todos los das; por el
contrario, los jueces son ms legalistas
porque desde que entraron a ejercer como
jueces les han planteado bsicamente discusiones legales y no conocen al detalle
qu hay detrs de bambalinas. En buena
parte el xito del arbitraje se asiente en
este hecho: las partes quieren que alguien
que entiende de negocios resuelva sobre
sus negocios. Esto significa que, a diferencia de un procesalista que tiene que
tratar de convencer a un juez usando principalmente argumentos legales, en un arbitraje tienen que entrar a conocer al rbitro, desde el punto de vista de lo que el
rbitro tiene detrs de su experiencia prctica en la asesora de negocios y que sabe
que los negocios funcionan de cierta manera y en consecuencia litigar implica una
forma distinta de razonar para venderle la
idea de que yo tengo la razn.
Esto es como el ftbol: no es igual
tener un rbitro del partido que ha sido
jugador de ftbol a uno que no. El rbitro que ha sido jugador va a ser mucho
ms permeable a las circunstancias que
los jugadores enfrentan porque ha estado en la cancha, sabe qu se siente estar
en ese lugar, sabe cmo funciona, sabe
qu siente el jugador, sabe que a veces
se altera; en consecuencia, se puede ir
de manos o de boca. Quizs sea ms o
menos comprensivo en base en su experiencia. En cambio, un rbitro que nunca
ha jugado ftbol posiblemente no tendr
todas esas cosas en mente y se pegar al
reglamento. Los jueces tienden a pegarse al reglamento y los rbitros tienden a
entender que las reglas son un medio y
no un fin en s mismo.
Entonces, la diferencia entre un rbitro y un juez es que el rbitro es ms
prctico, ve el problema ms all de la ley,
sabe cmo funcionan las cosas, los hechos,
el tipo de negocio, en consecuencia es ms
difcil engaarlo o contarle una historia
de algo que no ocurri. Es de alguna manera adems de rbitro, perito de negocios, pues sabe cmo funcionan estos y le
gusta ser directo, como la gente de negocios. Por el contrario, no le gusta que le
den muchas vueltas, no le gusta que hablen de ideologa, le gusta que le hablen
de historia y ms concretamente de la historia del caso que tiene al frente. Basta
ver las cosas que preguntan los rbitros
en los informes orales para advertir esto.
4.
ES UN ARBITRAJE UN JUICIO?
arbitraje lo que tratan es hacer es una pelcula de lo que pas. Evidentemente las
partes utilizan libretos distintos para armar su pelcula: cada quien quiere una pelcula favorable a su posicin.
En ese sentido, las habilidades de un
abogado litigante en arbitraje tienen que
estar muy orientadas a poder contar un
muy buen cuento, no en el sentido de una
mentira, sino una historia bien contada.
As no uso la palabra cuento en el sentido peyorativo, sino en sentido de historia convincente, atractiva y que finalmente puede convencer a los rbitros.
Los abogados solemos cometer el
error de pensar que el derecho que estudiamos, nuestro conocimiento, proviene
de la filosofa. Si uno entiende como funciona el derecho y sobre todo la actividad
de los abogados, realmente proviene de
la retrica, proviene ms de la literatura,
de la capacidad de contar historias.
Esto, que es cierto en toda la actividad legal de litigio, es especialmente
cierto en el arbitraje que da todas las
herramientas que se necesitan para armar una buena pelcula. Uno tiene
mayor flexibilidad probatoria, ms espacio y tiempo. Una mayor oralidad. Un
mayor informalismo.
Si uno quiere armar una buena historia, si uno quiere armar una buena defensa, tiene que tener una historia creble.
Si una pelcula hace que el espectador deje
de ser conciente que esa historia puede
pasar o que en todo caso vive la historia
como si no estuviera pasando, tiene una
mala pelcula. El abogado tiene que recrear la historia y hacerla pasar en el momento de la audiencia, como si la historia
estuviera ocurriendo, tiene que hacerla
entretenida, atractiva, no aburrida, tiene
151
que ser conmovedora en trminos de generar emociones, las emociones necesarias para que el rbitro se enfoque en los
temas que yo quiero que se enfoquen. Y,
sobretodo, tienen que darles a los rbitros
la posibilidad de escribir un final feliz el
nuestro, es decir tenemos que colocar un
final feliz a mi historia. A veces es difcil
porque parece que el final feliz lo tiene el
otro y uno tiene que encontrar la forma de
armar su historia para crear su propio final feliz.
En todo arbitraje hay tres realidades:
la del demandante, la del demandado y la
de los rbitros. La nica que realmente
importa es la realidad de los rbitros, la
cual se construye durante el arbitraje.
Realmente quien gane el arbitraje es la
parte que consigui que su realidad se
parezca lo ms posible a la realidad que
el rbitro ha creado en su mente. El rbitro nunca podr vivir los hechos, el rbitro tendr que guiarse por lo que le presentan y en consecuencia est tremendamente limitado. Por ello es tan importante hacerle revivir la historia lo ms vividamente posible. Por ello es importante
ser visual, ser grfico, ser didctico.
Para construir la historia en un arbitraje, uno tiene que concentrarse en dos
o tres ideas. No tratar, como hacen algunos abogados, de contar todos los detalles y todas las aristas. El arbitraje no
puede parecerse a esas pelculas plagadas de hechos que solo confunden y hacen perder la ilacin de la historia. Lo
recomendable es concentrarse en dos o
tres ideas, las realmente importantes que
son relevantes y convenientes en tu historia. Cuando el rbitro quiera detalles,
l mismo preguntar y, eso s, hay que
estar preparados para drselos. Hay que
conocer los detalles, pero hay que evitar
152
que los rbitros se distraigan con detalles
sin importancia.
Suele ganar el que cuente la historia
ms simple, pero a su vez convincente y
esto significa que armar un buen litigio
arbitral es como colocar antorchas en una
caverna oscura: en la caverna siempre hay
partes de la historia que no conviene y hay
partes que s. No hay historia en la que
todo favorezca a una sola parte. La habilidad est en dnde colocar las antorchas.
No coloquen muchas antorchas porque
distraen el fondo del tema y pueden hacer
visible las partes menos convenientes de
la historia. Pero a su vez uno debe estar
preparado porque la otra parte colocar
antorchas en lugares dnde no te conviene. Por ello contar una buena historia no
quiere decir evadir los argumentos fuertes de tu contraparte, los temas que tu contrincante va a utilizar. Por ello el tema lgido hay que ponerlo en la mesa antes que
la otra parte, enfrentndolo y sin callarlo
o comportndose como si no existiera.
Hay que dar una buena explicacin y si tu
parte cometi errores hay que reconocerlos, pero en un contexto en el que el balance favorece a tu defendido.
153
ES UN ARBITRAJE UN JUICIO?
CONCLUSIN
154
ES UN ARBITRAJE UN JUICIO?
Arbitraje
Internacional
155
156
157
WHEN TO ARBITRA
TE RA
THER THAN LITIGA
TE ( *)
ARBITRATE
RATHER
LITIGATE
( *)
Published as Chapter 13 in International Litigation Strategies and Practice (B. Legum, ed., American Bar
Association, International Practitioners Deskbook Series, 2005). The authors are grateful to Christopher F.
Smith and Audrey Bhatoo for their valuable assistance in preparing this chapter.
(**)
Member of White & Case and the American Arbitration Association Executive Committee and Board.
(***)
(1)
For the purposes of this chapter, a cross-border transaction includes any contract made by parties residing in different countries.
(2)
See, e.g., W OOD , Diane, Transnational Litigation in 2004: Is the Glass Half Full or Half Empty?, in
Intl Lit. News, June 2004, at 6 (noting an increasing tide of international cases in national
courts around the world).
(3)
See, e.g., 2003 Statistical Report of the International Court of Arbitration of the International Chamber of
Commerce, in 15 ICC INTL CT. ARB. B ULL., at 7 (2004) (noting the record number of arbitrators from more
countries than ever before who took up their duties in 2003); ICSID Annual Report 2003 at 3 (noting that in
2003 ICSIDs caseload grew at a record-breaking pace); SCC Institute Annual Report 2003 at 1 (With a
record-breaking 169 requests for arbitration, 2003 has been a year of inspiration); United Nations Conference on Trade and Development (UNCTAD), Occasional Note: International Investment Disputes on the
Rise, Doc. N UNCTAD/WEB/ITE/IIT/2004/2 (Nov. 29, 2004), available at http://www.unctad.org/sections/
dite/iia/docs/webiteiit20042_en.pdf.
158
Procedure
Discovery
Confidentiality
(4)
This chapter does not provide a comprehensive discussion of arbitration and litigation. It also assumes a
general knowledge on the part of the readers of both forms of dispute resolution. With respect to international arbitration, it would be beyond the scope of this chapter to discuss the relative merits of institutional and
ad hoc arbitration, or to offer a comparison of the various arbitral institutions. Furthermore, this chapter
does not suggest strategies for drafting arbitration clauses. With respect to international litigation, this
chapter does not discuss the advantages and disadvantages of bringing suit in different jurisdictions, which
is the topic of Chapter 7 in this book.
(5)
1.
JURISDICTION
159
entities consent to international arbitration
also may be contained in the foreign
investment laws of that country or a bilateral or multilateral investment treaty(8).
Before choosing between arbitration
and litigation, counsel must consider
which judicial system(s) would potentially
exercise jurisdiction over the case in the
event litigation were chosen, and the
comfort level he or she has with that particular jurisdiction. Typically, each of the
parties to a cross-border transaction will
favor its own hometown jurisdiction. A
compromise solution whereby the parties
agree to confer jurisdiction on the courts
of a third country that both parties
perceive as being a neutral forum may not
be advisable unless the parties are familiar with the laws and procedures of that
forum. If, however, using its greater bargaining power, a party has the possibility
of negotiating a choice of forum clause
conferring hometown jurisdiction,
litigation might appear preferable to that
party over international arbitration(9).
(6)
(7)
International Centre for Settlement of Investment Disputes (ICSID), Convention on the Settlement of Investment Disputes between States and Nationals of Other States, Mar. 18, 1965 (ICSID Convention), 17
U.S.T. 1270; TIAS 6090; 575 U.N.T.S. 159; available at http://www.worldbank.org/icsid/basicdoc/
basicdoc.htm.
(8)
LAMM, Carolyn B., Jurisdiction of the International Centre for Settlement of Investment Disputes, 6 ICSID
REV . -Foreign Inv. L.J. 462, 466 (1991).
(9)
In the United States, it is necessary to keep in mind the constitutional limitations on the exercise by courts
of long-arm jurisdiction over foreign parties. See CME Media Enterprises B.V. v. Zelezny, N 01 CIV. 1733
(DC), 2001 WL 1035138 at *4-5 (S.D.N.Y., Sept. 10, 2001) (personal jurisdiction over respondent not required; quasi in rem jurisdiction sufficient to hear case to confirm arbitral award to the extent assets exist within
the forum jurisdiction; order of attachment granted, to the extent of $0.05); Glencore Grain Rotterdam B.V.
v. Shivnath Rai Harnarain Co., 284 F.3d 1114, 1128 (9th Cir. 2002) (personal jurisdiction based on the
defendants person or property required); Dardana Limited v. A.O. Yuganskneftegaz and Yukos Oil Co.,
317 F.3d 202, 209 (2nd Cir. 2003) (remanding to district court for discovery, appropriate findings and conclusions of law on petitions claims of personal jurisdiction); Base Metal Trading Ltd. v. OJSC Novokuznetsky Aluminum Factory, 283 F.3d 208, 212-13 (4th Cir.) (requiring petitioner to establish personal jurisdiction and finding that the presence of property alone will not support jurisdiction), cert. denied, 537 U.S.
822, 123 S.Ct. 101, 154 l.Ed.2d 30 (2002); Base Metal Trading Ltd. v. OJSC Novokuznetsky Aluminum
Factory, 47 Fed. Appx. 73, 77 (3rd Cir. 2002) (same); see also Carolyn B. Lamm and Eckhard R. Hellbeck,
Action to Confirm Foreign Arbitral Award Dismissed for Lack of Personal Jurisdiction, International Bar
Association, Committee D News, Vol. 8 no.1 at 62 ,2003, (commenting on Base Metal, supra).
160
PROCEDURE
(10)
See generally LAMM, Carolyn B., Assertion of Jurisdiciton over Non-U.S. Defendants, in PLI, International
Business Litigation & Arbitration 2000 at 57 et seq. (2000).
(11)
Many of these converging practices are ccdified in the International Bar Associations Rules on the Taking
of Evidence in International Commercial Arbitration [hereinafter IBA Rules of Evidence], available at http://
www.ibanet.org/images/downloads/IBA%20rules%20on%20the%20taking%20of%20Evidence.pdf.
161
(12)
See generally ELSING, Siegfried H. / TOWNSEND, John M., Bridging the Common Law-Civil Law Divide in
Arbitration, 18 ARB. INTL 59, 2002.
(13)
For example, in 1996, Japan amended its laws to clarify that attorneys not licensed to practice in Japan
were permitted to participate as counsel in international arbitrations conducted in Japan. JCA NEWSLETTER
N 2, 1997, available at http://www.jcaa.or.jp/e/arbitration-e/syuppan-e/newslet/news2.html. In August 2004,
Singapore amended its Legal Profession Act to allow attorneys not licensed to practice in Singapore to
participate in Singapore arbitrations as arbitrator or counsel. Information available at http://www.siac.org.sg/
whatsnew.htm.
(14)
Most recently, for example, following the landmark decision of the U.S. Supreme Court in Mitsubishi Motors
Corp. v. Soler Chrysler-Plymouth, Inc., 473 U.S. 614, 629, 105 S.Ct. 3346, 87 L.Ed.2d 444, 1985, the U.S.
Court of Appeals for the Second Circuit has found the scope of an arbitration agreement to include claims
under the Sherman Act and state antitrust laws. JLM Industries, Inc. v. Stolt Nielsen SA, 387 F.3d 163, 182
(2d Cir. 2004).
(15)
United Steelworkers of America v. Warrior & Gulf Nav. Co., 363 U.S. 574, 582-83 (1960).
(16)
See, e.g., New York Convention, article V(2); Inter-American Convention on International Commercial Arbitration, done at Panama, January, 30, 1975, article 5(2)(b), reprinted in International Handbook on Commercial Arbitration, Suppl. 2 (J. Paulsson, ed., Aug. 1984).
162
DISCOVERY
(17)
In Green Tree Financial Corp. v. Bazzle, the United States Supreme Court recently held that it was for the
arbitrator, not the court, to decide whether an arbitration agreement forbids class arbitration. 539 U.S. 444,
452-53 (2003). Within the same year, the American Arbitration Association (AAA) made available new
Supplementary Rules for Class Arbitrations, available at http://www.adr.org/index2.1.jsp?JSPssid=
15747&JSPsrc=upload\LIVESITE\Rules_Procedures\National_International\..\Topics_Interest\AAAClassaction.htm.
At this time, the AAAs class arbitration docket contains over 40 caseshttp://www.adr.org/index2.1.jsp?
JSPssid=15747&JSPsrc=upload\LIVESITE\Rules_Procedures\National_International\..\Topics_Interest\nocases.htm
(last visited Nov. 29, 2004).
(18)
The November 2004 United States model bilateral investment protection treaty breaks new ground by
providing for mandatory consolidation of investment claims under certain circumstances. 2004 Model BIT,
artculo 33, available at http://www.state.gov/documents/organization/38710.pdf.
(19)
(20)
163
RULES OF EVIDENCE
a.
Admissibility
(21)
Loc. cit.
(22)
Loc. cit.
(23)
Loc. cit.
(24)
Loc. cit.
(25)
(26)
Loc. cit.
(27)
Bin Cheng, General Principles of Law as Applied by International Courts and Tribunals 334 (reprint 1987);
SANDIFER, Durward, Evidence Before International Tribunals 92-93 (reprint 1971); Mojtaba Kazazi, Burden
of Proof and Related Issues 378 (1996).
164
Expert testimony
Sources of authority
(28)
(29)
(30)
(31)
Loc. cit.
(32)
See IBA Rules of Evidence, supra note 11, article 5. (A Party may rely on a Party-Appointed Expert as a
means of evidence on specific issues); see also Ibidem, article 6.1 (The Arbitral Tribunal, after having
consulted with the Parties, may appoint one or more independent Tribunal-Appointed Experts to report to it
on specific issues designated by the Arbitral Tribunal).
(33)
See Ibidem, article 5.3 (The Arbitral Tribunal in its discretion may order that any Party-Appointed Experts
who have submitted Expert Reports on the same or related issues meet and confer on such issues. At such
meeting, the Party-Appointed Experts shall attempt to reach agreement on those issues as to which they
had differences of opinion in their Expert Reports, and they shall record in writing any such issues on which
they reach agreement).
(34)
165
PRELIMINARY REMEDIES,
JUDICIAL REVIEW, AND
ENFORCEMENT
Preliminary remedies
a. International conventions, whether general or particular, establishing rules expressly recognized by the
contesting states;
b. International custom, as evidence of a general practice accepted as law;
c. The general principles of law recognized by civilized nations;
d. Subject to the provisions of Article 59, judicial decisions and the teachings of the most highly qualified
publicists of the various nations, as subsidiary means for the determination of rules of law.
Statute of the International Court of Justice, June 26, 1945, 59 Stat. 1055, T.S. N 993, 3 Bevans 1179.
(35)
(36)
See, e.g., ACE/Cleardefense, Inc. v. Clear Defense, Inc., 47 Fed. Appx. 582 (D.C. Cir. 2002), cert. denied, 538
U.S. 925 (2003) (enforcing a preliminary injunction issued by an arbitral tribunal to prevent use of a trademark during the pendency of an arbitration).
(37)
See Report of the Working Group on Arbitration and Conciliation on the Work of its Forty-First Session
(Vienna, 13-17 September 2004), United Nations Commission on International Trade Law (UNCITRAL),
Doc. A/CN.9/569 (Oct.4,2004), http://odsddsny.un.org/doc/UNDOC/GEN/V04/580/40/PDF/
V0458040.pdf?OpenElement(reflecting the current work within UNCITRAL on the power of an arbitral tribunal
to grant interim measures of protection, and on the recognition and enforcement of such measures).
166
(38)
It is important to note that, while arbitration rules generally confer jurisdiction on the arbitral tribunal to issue
provisional measures, its authority to do so ultimately must conform to the intentions of the parties. Failing
a clear understanding of such intentions, one must refer to national law in order to determine the extent of
an arbitrators jurisdictional authority. Fouchard, GAILLARD, Goldman on International Arbitration 717 fn. 38
(E. Gaillard & J. Savage, eds. 1999).
(39)
UNCITRAL Model Law on International Commercial Arbitration (1985), artculo 17, available at http://
www.uncitral.org/en-index.htm.
(40)
Fouchard, Goldman on International Arbitration 717 fn. 38 , supra note 38, at 718.
(41)
Ibidem at 720.
(42)
See LAMM , Carolyn B. / HELLBECK, Eckhard R., The Enforcement of Foreign Arbitral Awards Under the New
York Convention: Recent Developments, 5 INTL ARB. L. REV . 137 (2002) (highlighting the difference between challenges to enforcement under New York Convention artculo V and annulment under national law
standards at the place or law of the arbitral award).
167
country or if recognition/enforcement of
the award is contrary to the host countrys
public policy(46) Most Contracting States
interpret the public policy defense
narrowly in order to preserve a neutral
forum for international dispute resolution,
which, of course, represents a fundamental goal of arbitration(47). In particular,
U.S. courts have permitted the public
policy defense only in those instances
where its most basic notions of morality
and justice have been violated(48).
In addition, the issue of whether or
not the New York Convention requires a
host country to uphold a seats decision to
set aside an arbitral award has been hotly
debated(49). The New York Convention provides that recognition and enforcement of
the award may be refused(50) in the event
that the seat overturns an arbitral decision. Taking into account the relative roles under the New York Convention of
(43)
Convention on the Recognition and Enforcement of Foreign Arbitral Awards, done at New York, June 10,
1958, 21 U.S.T. 2517, T.I.A.S. N 6997, 330 U.N.T.S. 38. As of April 16, 2004, 134 States are parties to the
New York Convention. UNCITRAL, Status of Conventions and Model Laws, available at http://
www.uncitral.org/en-index.htm.
(44)
(45)
(46)
(47)
William W. Park, The International Currency of Arbitral Awards, in PLI, International Business Litigation and
Arbitration 2004, at 519, 534-35, 2004.
(48)
See, e.g., Parsons & Whittemore Overseas Co., Inc. v. Socit Gnrale de lIndustrie du Papier
(RAKTA), 508 F.2d 969, 974 (2d Cir. 1974) (dismissing public policy defense based on United States
falling out with Egypt).
(49)
See, e.g., Chromalloy Aeroservices v. Arab Republic of Egypt, 939 F.Supp. 907, 913 (D.D.C. 1996) (confirming arbitration award rendered in Egypt that had been set aside by Egyptian court); Baker Marine (Nig.)
Ltd. v. Chevron (Nig.) Ltd., 191 F.3d 194, 197 (2a Cir. 2000) (declining to enforce award annulled in Nigeria);
Spier v. Calzaturificio Tecnica, S.p.A., 71 F.Supp.2d 279, 288, motion for reargument denied, 77 F.Supp.2d
405 (S.D.N.Y. 1999) (declining to enforce award annulled in Italy); W. Michael Reisman, Systems of Control
in International Adjudication and Arbitration 114 (1992) (once an award has been set aside in a primary
jurisdiction, it is not supposed to be enforceable anywhere else); VAN DEN BERG , Albert Jan, New York
Arbitration Convention of 1958 Consolidated Commentary, 19 YB. C OM. ARB. 475, 590-91 (1994) (The
setting-aside of an award has extra-territorial effect as it precludes enforcement in the other Contracting
States by virtue of ground e of Artculo V(1) of the Convention).
(50)
168
the seat jurisdiction as the primary jurisdiction and the enforcement jurisdiction
as the secondary jurisdiction, U.S. courts generally have refused to enforce an
annulled award(51).
Notwithstanding the above, given
that the general purpose of the New York
Convention is to further and facilitate the
enforcement of foreign arbitral awards,
courts will tend to decide in favor of enforcement absent very limited circumstances.
Besides the New York Convention,
there are several regional conventions
with very similar provisions, such as the
so - called Geneva Convention(52), the
Panama Convention(53), and the Amman
Convention(54).
On the basis of this widespread
network of treaty law seeking to further
the recognition and enforcement of foreign
arbitral awards, it is not surprising that
national courts around the world are more
(51)
LAMM , Carolyn B. / HELLBECK, Eckhard R., The Enforcement of Foreign Arbitral Awards Under the New York
Convention: Recent Developments, 5 INTL ARB. L. REV . 137, 142 (2002) (United States courts generally in
accord with international practice not to enforce annulled award); William W. Park, The International Currency of Arbitral Awards, in PLI, International Business Litigation and Arbitration 2004, at 519, 548 (2004).
(52)
European Convention on International Commercial Arbitration, done at Geneva, April 21, 1961, 484 U.N.T.S.
364, reprinted in Gary A. Born, International Commercial Arbitration in the United States 865 (1994).
(53)
Inter-American Convention on International Commercial Arbitration, done at Panama, January, 30, 1975,
reprinted in International Handbook on Commercial Arbitration, Suppl. 2 (J. Paulsson, ed., Aug. 1984).
(54)
Arab Convention on Commercial Arbitration, done at Amman, April 14, 1987, reprinted in International
Handbook on Commercial Arbitration, Suppl. 11 (J. Paulsson, ed., Jan. 1990).
(55)
Negotiations held for over ten years at the Hague Conference on Private International Law on a convention
governing the recognition and enforcement of foreign judgments have stalled. This has resulted in a more
limited attempt to negotiate a convention on the use of choice of forum clauses. Hague Conference on
Private International Law (HCCH), Preliminary Draft Convention on Exclusive Choice of Court Agreements,
Draft Report (Masato Dogauchi and Trevor C. Hartley, rep.), Preliminary Doc. N 26 (August 2004), available at http://hcch.e-vision.nl/upload/wop/jdgm_pd26e.pdf, at 6. See William W. Park, The International
Currency of Arbitral Awards, in PLI, International Business Litigation and Arbitration 2004, at 519, 555
(2004) (with further references).
(56)
PARK, William W., The International Currency of Arbitral Awards, in PLI, International Business Litigation
and Arbitration 2004, at 519, 555, 2004.
(57)
For a discussion of other countries recognition and enforcement practices, see Committee on Foreign and
Comparative Law, Association of the Bar of the City of New York, Survey on Foreign Recognition of U.S.
Money Judgments (July 2001), cited in SILBERMAN, Linda J., Enforcement and Recognition of Foreign Country
Judgments in the United States, in PLI, International Business Litigation & Arbitration 2004, at 365, 410, 2004.
169
and enforcement of foreign country judgments are not subject to the U.S. constitutional protection of the Full Faith and Credit Clause, nor are they governed by U.S.
federal law.(58) Instead, state law governs
recognition and enforcement of foreign
judgments in the United States. Furthermore, state laws generally recognize a number of mandatory, discretionary and jurisdictional grounds for non-recognition(59).
In sum, there is no uniform procedure in
the United States for recognition and enforcement of foreign judgments.
In contrast, most European countries
are parties to treaties that obligate enforcement of foreign court judgments(60).
Thus, the member States of the European
Union are parties to the Brussels Convention, which recently has been replaced by
European Union law(61), and the member
States of the European Free Trade Association are parties to the so-called Lugano Convention(62). Given that these con-
CONFIDENTIALITY
(58)
LAMM, Carolyn B., Enforcement of Judgments, in Business and Commercial Litigation in Federal Courts 41
(Robert L. Haig, ed. 1998). Under the auspices of the International Jurisdiction and Judgments Project, the
American Law Institute is currently considering a draft of a proposed federal statute governing the recognition and enforcement of foreign judgments, at http://www.ali.org.
(59)
See Chapter 12 in this book. See also Carolyn B. Lamm, Enforcement of Judgments, in Business and
Commercial Litigation in Federal Courts 46 et seq. (Robert L. Haig, ed. 1998); SILBERMAN, Linda J., Enforcement and Recognition of Foreign Country Judgments in the United States, in PLI, International Business
Litigation & Arbitration 2004, at 365, 374 et seq., 2004.
(60)
PARK, William W., The International Currency of Arbitral Awards, in PLI, International Business Litigation
and Arbitration 2004, at 519, 554, 2004.
(61)
Convention on Jurisdiction and Judgments in Civil and Commercial Matters, done at Brussels, Sept. 27,
1968, O.J. C 027 (Jan. 26, 1998), replaced effective March 1, 2002 by Council Regulation (EC) N 44/2001
of 22 December 2000 on Jurisdiction and the Recognition and Enforcement of Judgments in Civil and
Commercial Matters, O.J. L 012 (Jan. 16, 2001), available at http://europa.eu.int/eur lex/pri/en/oj/dat/2001/
l_012/l_01220010116en00010023.pdf.
(62)
Convention on Jurisdiction and the Enforcement of Judgments in Civil and Commercial Matters, done at
Lugano, Sept. 16, 1988, available at http://www.curia.eu.int/common/recdoc/convention/en/c-textes/lugidx.htm.
(63)
In the limited area of investor-state arbitration (as distinguished from commercial arbitration), a discussion
has emerged about the possibility of creating an appeals facility. See ICSID, Possible Improvements of the
Framework for ICSID Arbitration, Discussion Paper (Oct. 22, 2004), available at http://www.worldbank.org/
icsid/improve-arb.pdf; Mark Kantor, The New Draft Model U.S. BIT: Noteworthy Developments, 21 J. INTL
ARB. 383, 391, 2004.
170
The time required for resolving a dispute, as well as the monetary and non-monetary costs incurred in doing so, are important business considerations. Arbitration, generally, is less time-consuming and
less costly than litigation.
Moreover, parties have far more time
to present their evidence and legal arguments to arbitral tribunals than to courts
that have very limited time for argument
(e.g., at most 20 minutes for an appellate
argument). Nevertheless, arbitration is not
necessarily a quick process; indeed, some
proceedings take years to resolve.
Furthermore, the costs of arbitration
can be significant, but in most instances
will be lower than the costs of litigation.
Therefore, the relative time and expense
of arbitration and litigation must be examined carefully. Ultimately, which form
of dispute of resolution is cheaper and less
(64)
The rules on publicity of court records, however, vary greatly from one country to the next. Whereas, for
example, court records in the United States generally are accessible to the general public, access in other
countries may require a special showing of legitimate interest.
(65)
In the area of investor-State arbitration, there has been a recent trend to achieve some measure of transparency given that governments are involved in such proceedings. Thus, e.g., the States parties to the
North American Free Trade Agreement (NAFTA) have adopted a practice of publishing the written pleadings filed in arbitration proceedings conducted under NAFTA, Chapter 11. In certain cases, public interest
groups have been allowed to file amicus briefs. In other cases, hearings have been opened to the public.
Practice has not been uniform, however, and it is not likely that these developments will affect commercial
arbitration proceedings not involving State parties.
(66)
FOUCHARD, Goldman on International Arbitration 717 fn. 38, supra note 38, at 686.
(67)
Ibidem, at 684.
8.
CONCLUSION
(68)
171
to be addressed already at the stage of
drafting and negotiating the contracts.
Understandably, there is no easy
answer to this question, in particular if the
kind of dispute that may arise years into
the deal is difficult to anticipate. Taking into
account the various factors discussed in this
chapter may help making informed decisions
when drafting and negotiating dispute settlement clauses for international contracts.
LAMM, Carolyn B. / SMUTNY , Abby Cohen, The International Centre for Settlement of Investment Disputes: Responses to Problems and Changing Requirements, 12 Mealeys Intl Arb. Rep. 20, 22, fn. 32
(Nov. 1997).
172
173
NEGOTIA
TING AND DRAFTING AN INTERNA
TIONAL
NEGOTIATING
INTERNATIONAL
(
)
ARBITRA
TION CL
AUSE *
ARBITRATION
CLAUSE
1.
INTRODUCTION
KEY POINTS
( *)
This paper is protected by copyright. Material appearing herein may not be reproduced or translated without
permission. Due to space limitations and the general nature of its content, this paper is not intended to be
and should not be regarded as legal advice.
(**)
174
STEPHEN R. BOND
B.
Administered or non-administered
arbitration?
175
3.Finally settled
These words help to preclude any
resort to national courts on the merits of
the dispute and may also be seen by the
courts in certain (but not all) countries as
creating an exclusion agreement which
limits the scope of review of an arbitral
award by a court (see below).
176
STEPHEN R. BOND
177
178
STEPHEN R. BOND
3.
179
Multi-party/multi-contract
arbitration
180
STEPHEN R. BOND
Negotiations, conciliation or
mediation as a precondition to
commencing arbitration
CONCLUSION
All disputes arising out of or in connection with the present contract shall be
finally settled under the Rules of Arbitration of the International Chamber of Commerce by one or more arbitrators appointed in accordance with the said Rules.
181
Rules, which Rules are deemed to be incorporated by reference into this clause.
182
STEPHEN R. BOND
183
1.
INTRODUCTION
( *)
Barrister in London and Professor of International Dispute Resolution at Nottingham Trent University.
(**)
Legal Officer at the Ministry of Foreign Affairs of the Republic of Belaurs. He studied International Law and
Commercial Arbitration at the Buarusiam State University, the Agger Instituut and the University of Luden.
184
tries. This feature accounts for, as examples, the inclusion of Chapter 11 in the
North American Free Trade Agreement
(the NAFTA), and the remarkable growth
in the number of bilateral investment treaties (BITs) that governments on both sides
of the so-called although no longer accurately North-South divide have entered
into in recent times(2). Furthermore, the
investors are, in the main, corporate entities and as such are obliged by law to look
after the interests of their shareholders.
They need to have an element of legal
investor protection to insert into the risk/
reward balance sheet when deploying their
shareholders money.
Sadly, the dispute resolution system
appears to be creaking at the seams. Frequent concerns have been expressed about
inconsistent decisions of arbitral tribunals
established under the NAFTA and BITs,
as well as criticism that excessive sums
have been awarded in favour of foreign
investors by way of damages for loss of
expected future returns under concessions and similar long- term agreements.
Such criticism makes a particular impact
where, as is not uncommon, the definition
of an investment in the BIT in question
includes a formulation along the lines of
any contract having a monetary value,
(1)
Previously published studies on the topic include: Scope and Definition, UNCTAD Series on issues in
international investment agreements, Vol. 2 (UNCTAD/ITE/IIT/11(Vol.II), 1999) (http://www.unctad.org/Templates/webflyer.asp?docid=189&intItemID=2322&lang=1)[URLs mentioned herein are correct as of March
2005.]; JUILLARD, P., Freedom of Establishment, Freedom of Capital Movements, and Freedom of Investment, 2000, 15 ICSID Rev. 322; SORNARAJAH, M., The International Law on Foreign Investment (Cambridge: Cambridge University Press, 1994); V ANDEVELDE, K.J., Arbitration Provisions in the BITs and the Energy
Charter Treaty in WLDE, T.W., ed., The Energy Charter Treaty: An East-West Gateway for Investment and
Trade (The Hague: Kluwer Law International, 1996); BLIESENER, D.H., La comptence du CIRDI dans la
pratique arbitrale (1991) 68 Revue de droit international et compar 95; M.M. Moore, International Arbitration Between States and Foreign Investorsthe World Bank Organization (1966) 18 Stanford Law Review
1369 at 1362; N. Rubins, The Notion of Investment in International Investment Arbitration in N. Horn, ed.,
Arbitrating Foreign Investment Disputes (The Hague: Kluwer Law International, 2004) at 283-324. The
present authors have endeavoured to update, rather than repeat, the valuable work of these distinguished
practitioners and scholars.
(2)
The number of BITs increased from 385 in 1989 to 2265 in 2003 <www.unctadxi.org/templates>.
185
TREATY DEFINITIONS
(3)
(4)
These terms seem equally hard to define - are they not both simply money?
(5)
(6)
186
(7)
Washington Convention, First Draft, article 30, in ICSID, Convention on the Settlement of Investment Disputes Between States and Nationals of Other States. Part I. Analysis of Documents Concerning the Origin
and Formulation of the Convention (New York: Dobbs Ferry, 1970) at 116.
(8)
DELAUME , G.R., Convention on the Settlement of Investment Disputes Between States and Nationals of
Other States, 1966, 1 Intl Lawyer 64 at 70.
187
c)
d)
e)
a)
b)
(9)
Report of the Executive Directors of the World Bank on the ICSID Convention, 6 August 1964, (1965) 4
I.L.M. 524, <www.worldbank.org/icsid/basicdoc/partB-section05>.
(10)
S CHREUER , C.H., The ICSID Convention: A Commentary (Cambridge: Cambridge University Press,
2001) at 140.
(11)
(12)
Free Trade Area of the Americas, 3d draft, 23 November 2003, Chap. XVII <www.ftaa-alca.org/ FTAADraft03/ChapterXVII_e.asp>.
188
and having a management role in the business enterprise in which they have a clear
stake(13). At that time assets considered
to be investments included real estate,
direct property rights, any form of
participation in a company, claims to
payment or performance, intellectual
property, other intangibles, and concession
agreements. These somewhat basic
examples of investments have been
adopted, over the years, in national
legislation. For example, the Albanian
Law N 7764 of 2 November 1993(14)
defines foreign investment as:
Every kind of investment in the territory of the Republic of Albania owned directly or indirectly by a foreign
investor, consisting of:
a) moveable and immoveable, tangible and intangible property and
any other property rights;
b) a company, shares in stock of a
company and any form of participation in a company;
c) loans, claim to money or claim to
performance having economic value; (handwritten addition: and
related with an investment)
d) intellectual property, including literary and artistic works, sound recordings, inventions, industrial designs, semiconductor mask works,
know how, trademarks, service
marks and trade names; and
(13)
(14)
Cited in Tradex Hellas S.A. v. Republic of Albania, Decision on Jurisdiction of 24 December 1996, ICSID
case ARB/94/2, (1999) 14 ICSID Rev. 159 at 172.
(15)
(16)
189
a) an enterprise;
b) shares, stock, and other forms of
equity participation in an
enterprise;
c) bonds, debentures, other debt
instruments, and loans;
d) futures, options, and other
derivatives;
e) turnkey, construction, management,
production, concession, revenuesharing, and other similar
contracts;
f) intellectual property rights;
g) licenses, authorizations, permits,
and similar rights conferred
pursuant to applicable domestic
law; and
h) other tangible or intangible,
movable or immovable property,
(17)
190
(18)
(19)
(20)
Treaty between USA and the Argentine Republic concerning the Reciprocal Encouragement and Protection of Investment, Article 1 <www.sice.oas.org/bits/usaarge1.asp>. Emphasis added.
PUBLISHED AWARDS
191
trade and investment activities. These
regimes envisage separate dispute
resolution procedures, and different levels
of substantive protection.
In Pope & Talbot v. Canada(22) the
claimant was a US corporation engaged
in the production and export softwood
lumber from Canada to the USA. In order
to fulfil its obligations under the Softwood
Lumber Agreement (SLA) entered into
between the Canadian and US
Governments, Canada had introduced an
export control regulation. According to this
regulation, exporters of softwood lumber
from several Canadian regions obtained
export permits and paid special fees.
The Canadian Minister of Foreign
Affairs exempted several exporters from
paying the full fee amount subject to the
quota established in the SLA. Pope &
Talbot claimed that this practice violated
the NAFTA provisions concerning
discrimination, fair and equitable
treatment, performance requirements and
expropriation. Canada asked the Tribunal to dismiss the claim, stating that the
export regulation did not relate to
investments because softwood lumber
fell within the regime established for
goods in the NAFTA. However, the
Tribunal determined as follows:
There is no provision to the express
effect that investment and trade in
goods are to be treated as wholly
divorced from each other. (...) where
a quota allocation system is involved
(21)
Treaty with the Czech and Slovak Federal Republic Concerning the Reciprocal Encouragement and Protection of Investment of 22 October, 1991, Article 1, <www.cefta.org/memberstates/czech/czbusiness/
czustreaty.htm>. Emphasis added.
(22)
Pope & Talbot, Inc. v. Government of Canada; award of 26 January 2000 on Canadas preliminary motion
to dismiss; <www.naftalaw.org>.
192
(23)
(24)
S.D. Myers, Inc. v. Government of Canada, partial award of 13 November 2000 <www.naftalaw.org>.
(25)
Tallmadge was only a short distance from the Canadian/US border, near to the southern shore of Lake
Michigan.
193
financial and technical documentation,
undertake technical and commercial studies
and, generally, to participate in the tender
in a credible manner. In the event, the
Government of Sri Lanka refused to sign
the construction contract. Mihaly started an
ICSID arbitration. The ICSID tribunal
determined that there was no investment
by Mihaly within the territory of Sri Lanka,
stating that:
It is an undoubted feature of modern
day commercial activity that huge
sums of money may need to be
expended in the process of preparing
the stage for a final contract.
However, the question whether an
expenditure
constitutes
an
investment or not is hardly to be
governed by whether or not the
expenditure is large or small.
Ultimately, it is always a matter for
the parties to determine at what point
in their negotiations they wish to
engage the provisions of the
Convention by entering into an
investment (...) The Respondent
clearly signalled, in the various
documents which are relied upon
by the Claimant, that it was not
until the execution of a contract that
it was willing to accept that contractual relations had been entered
into and that an investment had
been made (28).
One member of the arbitral tribunal,
David Suratgar, in a separate concurring
opinion, stated that he had signed the
(26)
(27)
Mihaly International Corporation v. Sri Lanka; award of 15 March 2002, ICSID Case ARB/00/2, (2002) 17
ICSID Rev. 142 at 156; (2002) 41 I.L.M. 867 at 875.
(28)
194
(29)
Individual Concurring Opinion by Mr. SURATGAR, David, (2002) 17 ICSID Rev. 161 at 165; HORNICK, R.N.,
The Mihaly Arbitration Pre-Investment Expenditure as a Basis for ICSID Jurisdiction 2003) 20 J. Int.
Arb. 189 at 191.
(30)
Ibidem at 193.
(31)
()
33. (...) the Tribunal concludes on
this point that it does not have
jurisdiction over measures of general economic policy adopted by the
Republic of Argentina and cannot
pass judgment on whether they are
right or wrong. The Tribunal also
concludes, however, that it has
jurisdiction to examine whether
specific measures affecting the
Claimants investment or measures
of general economic policy having
a direct bearing on such investment
have been adopted in violation of
legally binding commitments made
to the investor in treaties, legislation
or contracts(32).
This Tribunals finding is reasonable.
It respects the sovereign right of States
independently to conduct national policy
as well as the right of investors to
protection under existing multilateral and
bilateral instruments.
Much has been written about the
extraordinary story of the privatised Czech
television broadcasting industry, which
resulted in several arbitrations initiated by
the business interests of a US investor. The
full, and complex, story is not repeated
here. But the twin arbitrations Lauder v.
Czech Republic and CME v. Czech
195
Republic(33) deserve mention because
strikingly different results emerged from
claims arising from a single set of broadly
uncontested facts.
Central European Television 21
(CET 21) was a Czech company that in
1993 obtained a broadcasting licence for
a period of twelve years from the relevant
Czech authority. During the process of
obtaining the license, CET 21 worked
closely with a German corporation, Central European Development Corporation
GmbH (CEDC), which was substantially
owned by the interests of a US citizen,
Mr Lauder. CET 21 rapidly became a popular TV channel in the Czech Republic
and gained more than 50 per cent of the
local TV market.
The Czech Media Council originally
approved CEDCs direct investment in
CET 21, but later in 1993 it required the
companies to establish a joint venture in
order to operate the licence. Thus, CNTS
was founded. CEDC was to contribute 75
per cent of the share capital of CNTS. In
return CEDC received a 66 per cent
ownership interest. CET 21 contributed
the right to use the Licence
unconditionally, unequivocally and on an
exclusive basis(34)34 in return for 12 per
cent. Under the terms of CET 21s licence,
the Memorandum of Association of CNTS
and the Investment Agreement between
(32)
Ibidem
(33)
(34)
CME Czech Republic B.V. v. Czech Republic, Partial Award of 13 September 2001, para. 12, <ita.law.uvic.ca/
documents/CME-2001PartialAward.pdf>.
196
(35)
(36)
197
claimant had entered into contracts,
including an Energy Sales Contract (the
ESC), with the Indonesian State electricity
corporation PT. (Persero) Perusahaan
Listruik Negara (PLN) to explore and
develop geothermal resources in
Indonesia. These contracts provided for
the construction of a power plant by the
US corporation and the sale of the
electricity produced to PLN. In 1997 an
economic crisis struck South East Asia and
PLN failed to purchase the electricity
produced by the plant.
Himpurna started an arbitration
under the dispute resolution provisions in
the ESC, seeking an award of US$ 2.3
billion. The Tribunal found that PLN had
breached the contract in a number of
respects, including wrongful purported
termination of the ESC, failure to issue
standby letters of credit and/or pay
invoices, and preventing Himpurna from
finishing the construction of some
additional units.
The tribunal awarded damages for
wasted costs and lost profits, but only to
the extent of about 10 per cent of the sums
claimed, stating as follows:
318. (...) it strikes the Arbitral Tribunal as unacceptable to assess lost
profits as though the claimant had an
unfettered right to create everincreasing losses for the State of
Indonesia (and its people) by
generating energy without any regard
to whether or not PLN had any use
Himpurna California Energy Ltd. v. PT. (Persero) Perusahaan Listruik Negara, Final Award of4 May 1999,
(1999) 14:12 Mealeys International Arbitration Report A-1A-58. The case became famous for the alleged
kidnapping of a member of the tribunal. This remarkable story is recounted in the Himpurna California
Energy Ltd. v. Republic of Indonesia, interim award of 26 September1999 and final award of 16 October
1999, respectively (2000) 15:1 Mealeys International ArbitrationReport B-1B-38 and (2000) 15:2 Mealeys
International Arbitration Report A-1A-20.
198
CONCLUSIONS
(37)
Loc. cit.
(38)
e.g. Article 25(1) of the Washington Convention; Article 1139 of the NAFTA; Article 1 of the Agreement
among the Government of Brunei Darussalam, Republic of Indonesia, Malaysia, Republic of the Philippines, Republic of Singapore, and the Kingdom of Thailand for the Promotion and Protection of Investments,
signed 15 December 1987 (ASEAN Investment Agreement); Article 1 of the US Model BIT, and the provisions mentioned supra notes 20 and 21.
199
the legitimate expectations of both parties
at the time the transaction was made.
At the time of writing it seems that
some governments, disillusioned by arbitral
awards against them under the investor
protection provisions of international
treaties, have been considering the option
of eliminating provisions conferring direct
rights of action on private investors. If
implemented, this would presumably
involve reverting to the traditional
government-to-government processes,
under which the private investor must first
take the complaint to his or her own
government, which will pursue it through
diplomatic channels. It would be
unfortunate if this were to happen,
because it would certainly discourage
private investment into the worlds
poorest countries. Indeed, it might even
destroy the best source of hope that the
world may find ways to feed its
population adequately in the second half
of the twenty-first century.
200
201
( *)
Socio de Marval, OFarrell & Mairal. Director de Procedimientos del Centro de Mediacin y Arbitraje Comercial
de la Cmara Argentina de Comercio (CEMARC). Director del Comit Argentino de Arbitraje Nacional y
Transnacional (CARAT).
202
algunos elementos ms si lo consideramos
necesario, tales como: (vi) el idioma, (vii)
la sede, (viii) la nacionalidad de los rbitros, (ix) alguna regla sobre el modo de
soportar las costas, y (x) si es un contrato
internacional, la eleccin del derecho aplicable al fondo del asunto.
Insertado un texto similar en un contrato podemos detectar varios efectos.
Vamos a pasar revista someramente a los
principales y luego referiremos a las tendencias en cuanto a las posibles directivas de interpretacin en el caso de clusulas oscuras o incompletas o cuya vigencia, validez, o alcance se encuentra controvertida por una de las partes. Veremos
que la clusula o convenio de arbitraje tiene notas tipificantes que la hace distinta a
cualquier otra clusula contractual.
En el presente trabajo analizaremos
una clusula arbitral vlida, es decir, partimos de un supuesto en el que las cuestiones de capacidad, forma, consentimiento, y validez legal del pacto que delega la
jurisdiccin de los tribunales competentes a favor de un tribunal arbitral se encuentran resueltas a favor de la validez de
la clusula o convenio de arbitraje, o no han
sido cuestionadas por una de las partes.
1. El acuerdo de arbitraje es una
convencin de contenido procesal y por
ello despierta tanta confusin. Las partes
que pactan un acuerdo arbitral delegan vlidamente la jurisdiccin que la ley establece para un juez a favor de un juez privado e independiente llamado rbitro.
Normalmente los contratos y las clusulas contractuales generan derechos y
obligaciones de contenido patrimonial, al
punto que algn autor consideraba hace
unos aos que si el acuerdo careca de
contenido patrimonial no perteneca a la
FERNANDO AGUILAR
sentencia, y sin necesidad de homologacin por un tribunal. Por ello se considera que el rbitro es un juez, y hay quien
exagera el parecido y lo considera un funcionario en ejercicio, provisorio o temporal, pero un funcionario pblico, con las
responsabilidades que se derivan de esta
funcin. Pero creo que dos partes privadas no pueden ungir un funcionario pblico. Este s que sera un efecto rarsimo
para un acuerdo entre partes privadas.
2. En cuanto a los efectos en el
tiempo, salta a la vista que la clusula arbitral se extiende ms all de la rescisin
del contrato que la contiene. Este es un
efecto sorprendente. Terminado el contrato, se extinguen todos los derechos emanados del mismo salvo el derecho a solucionar ante un rbitro las diferencias surgidas entre las partes con motivo de dicha
terminacin, incluyendo los perjuicios sufridos luego de la rescisin pero que guardan relacin con el contrato. Esta sobrevivencia inercial ha sido y es cuestionada
cada tanto, y los tribunales han sostenido
su vigencia. Se argumenta que lo accesorio sigue la suerte del principal, y que extinguido el contrato ninguna de sus partes
mantiene fuerza vinculante, sin embargo
la clusula sobrevive y conservas su fuerza vinculante an extinguido el contrato.
Pero la rareza de la clusula es an
ms notable si se considera que la clusula arbitral ser aplicada a los hechos
ocurridos antes de la firma del contrato
que la contiene. Es decir, claramente,
efectos retroactivos. Tambin en este
caso, naturalmente, se trata de la solucin de discrepancias surgidas durante la
negociacin del contrato y que guarden
estrecha relacin con l.
Vemos entonces que existe una separacin o una independencia de la
203
clusula respecto de la existencia del contrato que la contiene, ya que su poder vinculante se extiende, es decir obliga a las
partes an cuando su discrepancia se origine en hechos anteriores a su existencia
o posteriores a su rescisin, siempre que
se trate de litigios que guarden relacin o
que emerjan del contrato que lleva inserta la clusula arbitral.
3. En cuanto a las personas sujetas a la obligacin de comparecer al arbitraje, el principio tan severo y estricto en
cuanto a que los terceros son inmunes al
contrato, conocido como res inter alios
acta, respecto del arbitraje sufre severas
excepciones, ya que puede ingresar al arbitraje una persona, en especial una sociedad, que no es la firmante de la clusula si se dan ciertas condiciones, como la
de pertenecer al mismo grupo que la controlante firmante, o si se trata de relaciones que supusieron la existencia del arbitraje entre personas estrechamente relacionadas entre s.
Ahora, si nuestro asombro admite
an otra sorpresa, debemos mencionar que
la clusula ha sido aplicada a otro contrato distinto del contrato que la contiene.
Caso tpico es el de los subcontratistas en
grandes obras, que pueden demandar al
dueo de la obra directamente, o el caso
de contratos entramados con el contrato
que la contiene, o cuando el contrato enva a las partes mediante una referencia, a
la clusula contenida en otro contrato.
Es decir, tenemos el caso de un contrato que no contiene la clusula pero que
incluye por referencia a otro contrato que
s la contiene, y entonces tambin aplica
al primero. Por lo dems, es frecuente en
el trfico internacional que no exista un
nico omnicomprensivo contrato sino que
un proyecto se estructura dentro de una
204
constelacin de contratos que valen nicamente por su relacin con los restantes contratos. En tal caso es posible que
la clusula no se encuentre pactada en
todos ellos y sin embargo los rbitros
aceptarn su jurisdiccin.
Recapitulando, los efectos de la
clusula se extienden en el tiempo, antes
y despus del contrato, se extienden a las
personas relacionadas con el contrato que
no lo han firmado, se extienden a otros
contratos relacionados con el contrato
que la contiene, y all no se detiene esta
clusula tan curiosa.
4. El pacto de arbitraje tambin regir las relaciones jurdicas no originadas
en el contrato sino en la ley, con tal que la
responsabilidad nacida de la ley o extracontractual sobre la que se basa el conflicto guarde suficiente relacin con las
prestaciones y las conductas de las partes
debidas bajo el contrato. En tal sentido,
la indemnizacin de daos y perjuicios nacida de una responsabilidad legal puede
reclamarse mediante arbitraje, si el hecho
causante del dao guarda relacin con las
prestaciones cumplidas o prometidas por
las partes bajo el contrato.
5. En cuanto a la ley aplicable a la
clusula, se acepta que podra ser distinta
que la ley aplicable al contrato. Supongamos un contrato internacional, en el que
las partes han elegido el derecho aplicable a las obligaciones y derechos recprocos emergentes del contrato, es decir al
fondo. Digamos un peruano y un venezolano que convienen que su contrato ser
regido conforme a la Ley de Nueva York
y firman su contrato en Punta del Este,
Uruguay. Si una de las partes cuestiona la
validez de su clusula arbitral, diciendo
por ejemplo, que no es admisible el arbitraje para solucionar la controversia bajo
FERNANDO AGUILAR
205
206
ante el juez la decisin del tribunal arbitral en cuanto a su competencia en el caso
que el Tribunal arbitral afirme su competencia. A la inversa, el Reglamento CCI
autoriza el requerimiento ante el juez estatal cuando la Corte se declara incompetente. En realidad, creo que es mejor el sistema de la CCI, porque no permite la coexistencia de dos procedimientos que, en
cambio, resulta posible bajo la Ley Modelo.
7. Y llegado a este punto pasamos
a comentar la interpretacin de la clusula arbitral. Quin debe ser el intrprete?
En principio pueden serlo el rbitro o el
juez, ya que la impugnacin de la existencia, validez, vigencia, o alcance de la
clusula puede ser reclamada, por una de
las partes ante el tribunal que hubiera sido
competente de no mediar clusula arbitral, o pude ser opuesta por la demandada
dentro del arbitraje. Ante los tribunales
existen tres oportunidades tpicas en los
que un juez puede ser llamado a interpretar la clusula. En primer lugar si una parte inicia demanda ante el tribunal argumentando la nulidad de la clusula arbitral, y; en segundo lugar, la demandada
en sede judicial puede oponer la excepcin de incompetencia cuando recibe el
traslado de la demanda. En tercer lugar,
al final, cuando el laudo pretende ser ejecutado judicialmente, y la parte condenada hace esos planteos ante el juez de la
ejecucin. Finalmente existe una cuarta
oportunidad, que podra combinarse con
las restantes tres si una parte comparece
ante un tribunal judicial solicitando una
media cautelar y la otra parte impugna la
clusula de arbitraje.
Existe una polmica internacional
entre los partidarios de la interpretacin
restrictiva y los fanticos de la interpretacin amplia o extensiva.
FERNANDO AGUILAR
En Argentina, existe una enorme cantidad de jurisprudencia judicial que afirma dos cosas, en primer lugar, que la clusula de arbitraje es una renuncia al derecho de acudir ante los tribunales, y por
consiguiente, observando el principio general de interpretacin restricta de la renuncia de derechos, debe ser interpretada
restrictivamente. La segunda apoyatura
lgica es aquella que establece que la excepcin a una regla general debe ser interpretada restrictivamente, y siendo la
regla general el derecho que todos los ciudadanos tienen de acudir a la justicia, la
clusula arbitral por ser excepcional debe
ser interpretada restrictivamente.
Estos dos argumentos, el de la excepcin a la regla general, y el de la renuncia de derechos, son sencillamente falsos, dogmticos y desprovistos de sustancia lgica. Veremos por qu decimos esto, y
nos situamos en pugna con reiterada y numerossimos fallos que desde hace muchos
aos sentencian exactamente lo contrario.
En primer lugar, la clusula arbitral
no implica renuncia a derecho alguno.
Esto debe quedar claro. No implica renuncia a un derecho sustancial o creditorio
porque su objeto es estructurar un procedimiento de solucin de diferencias patrimoniales pero, en s no es una transaccin, ni es renuncia a crdito alguno. Ahora, los jueces se refieren al principio general de acceso a la justicia. Esto es un despropsito, porque nadie puede renunciar a
acudir a la justicia en abstracto y en general, porque si lo hace, sera una convencin
violatoria de la Constitucin Nacional, del
orden pblico y de defensa en juicio. Estaramos fuera del mbito de los derechos que
pueden ser sometidos a arbitraje.
Todos los sistemas jurdicos nacionales, sin excepciones, admiten que exista
207
208
razn metodolgica. Los procesalistas
comentan los cdigos de procedimientos.
Y resulta que no existen reglas en los cdigos procesales referidas a la clusula
arbitral. Los cdigos parten como lo hice
yo hoy, del supuesto de la existencia de
una clusula arbitral vlida y vinculante,
y entonces establecen reglas para el procedimiento de arbitraje.
Sin embargo, existen algunas obras aisladas que estudian la clusula arbitral o la
convencin de arbitraje como una unidad,
y recientemente bajo la direccin de Eduardo Silva Romero ha salido un libro El contrato de arbitraje, que por fin enfoca el
acuerdo como otro contrato tpico.
Ello autoriza a utilizar las directivas
propias a los contratos para interpretar el
acuerdo arbitral. En particular las reglas referidas a la verdadera voluntad de las partes, a la buena fe, a la interpretacin contra
proferentem, a la interpretacin a favor de
la validez, a la ausencia de contradiccin
con los actos propios, son todas aplicables.
FERNANDO AGUILAR
Pero existe una directiva que no resulta aplicable, y es el famoso favor debitoris. La regla que favorece la liberacin
del deudor es inaplicable porque ambas
partes tienen simultneamente el derecho
y la obligacin de dirimir sus controversias bajo arbitraje. Ambas son deudoras y
acreedoras al arbitraje.
Finalmente, existe un principio de
congruencia intranormativa que debe ser
respetado. Si los estados han adherido
a la Convencin de N York de 1958, pertenecen a las Naciones Unidas cuya comisin UNCITRAL ha recomendado la
conveniencia del arbitraje, son parte en
convenios multilaterales o bilaterales
que incluyen el arbitraje, no cabe sostener que las personas tienen ms y mejores derechos cuando son partes en una
relacin jurdica internacional, que
cuando son partes en una relacin puramente domstica. En ambos casos el derecho al arbitraje tiene categora de garanta constitucional.
209
LA NUEV
A FORMA DEL A
CUERDO ARBITRAL:
NUEVA
ACUERDO
OTRA VICTORIA DEL CONSENSUALISMO
1.
INTRODUCCIN
( *)
Socio de Gonzlez de Cosso Abogados, S.C., Mxico. Profesor de Arbitraje y Derecho Econmico
(incluyendo Mercantil y Competencia Econmica) Universidad Iberoamericana.
(1)
(2)
Elaborada por la Comisin de Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (United Nations
Commission on International Trade Law UNCITRAL) adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 11 de diciembre de 1985 y adoptada por Mxico el 22 de julio de 1993 (la Ley Modelo).
(3)
210
Es decir, hoy por hoy, el acuerdo arbitral es un acto formal. Todo parece indicar que dejar de serlo.
En fechas recientes la UNCITRAL
elabor un texto que modifica el requisito formal del acuerdo arbitral. En este estudio se comentar dicho desarrollo y se
sugerir una respuesta al legislador mexicano. Para ello, se realizar una pequea
digresin terica e histrica sobre la forma (II), para luego analizar la forma del
acuerdo arbitral (III), poniendo en relieve los problemas que la misma ha generado (IV), analizando las soluciones que se
han considerado (V), para comentar el
nuevo rgimen (VI), sus efectos en la ejecucin del laudo arbitral (VII), para finalizar con un comentario conclusivo y una
recomendacin (VIII).
2.
LA FORMA
2.1. Antecedentes
La forma es la manera en que la
voluntad debe exteriorizarse para producir los efectos jurdicos deseados. Todo
negocio jurdico est basado en la voluntad de su autor. Para que dicha voluntad
tenga efectos legales debe ser manifestada de alguna manera especfica, misma
que depende del acto jurdico deseado. Es
decir, no basta con que el sujeto quiera
internamente alcanzar un fin para que
pueda jurdicamente obtenerse; debe de
externar su voluntad de cierta manera
para que sea conocida objetivamente. Entendido lo anterior, la forma es el aspecto objetivo o externo de la voluntad del
autor del negocio jurdico, lo cual lo
(4)
Artculo 1832 del Cdigo Civil Federal y Cdigo Civil para el Distrito Federal. Artculo 78 del Cdigo
de Comercio.
3.
211
Hoy en da, la forma del acuerdo arbitral involucra, como regla general, un
doble requisito: (i) que sea por escrito; y
(ii) firmado por las partes. Dicho requisito proviene tanto de derecho arbitral nacional(9) como internacional(10). Vale la
pena comentar el antecedente de cada uno.
3.1. La Convencin de Nueva York
El primer origen del derecho actual
constituye el artculo II(2) de la Convencin de Nueva York. Los redactores de
dicho instrumento analizaron la posibilidad de que el acuerdo arbitral fuera consensual. Sin embargo, se opt por incluir
un ingrediente de formalidad.
Los trabajos preparatorios de la Convencin de Nueva York revelan que existieron dos motivos detrs de dicha decisin(11): (a) asegurarse que las partes estn conscientes de estar consintiendo al
arbitraje; y (b) definir qu constituye un
acuerdo por escrito.
Si bien no existe mucho anlisis o
comentario sobre porqu se opt por darle cierta formalidad al acuerdo arbitral
(pues el foco de atencin fue reemplazar
las divergencias legislativas estatales
sobre dicho requisito por una regla de
(5)
(6)
(7)
La prctica mercantil medieval (la lex mercatoria) consideraba vlidos y eficaces todos los pactos, aunque
carecieran de forma.
(8)
El derecho cannico consider como pecado cualquier falta a la palabra dada. El declarante no poda
excusar su cumplimiento arguyendo que no estaba realizada solemnemente.
(9)
(10)
(11)
UN DOC E/CONF.26/SR.22.
212
PROBLEMAS DERIVADOS DE
LOS REQUISITOS DE FORMA
DEL ACUERDO ARBITRAL
En un principio, la necesidad de
que el acuerdo arbitral conste por escrito buscaba lograr un objetivo que es per
se intachable: que la renuncia a la justicia estatal que del mismo resulta tenga
un elemento de formalidad. Ello para lograr dos fines: que la parte que la realiza est consciente del paso jurdico que
est tomando, y evitar que se determine
la existencia de dicha renuncia en
casos en los que no es la intencin de
las partes realizarla.
Dicha ratio legis, si bien no ha perdido validez, ha perdido actualidad. Hoy
en da existen prcticas que, dada la forma con la que se realizan, no dejan una
constancia que rene los requisitos en
cuestin, no obstante que la intencin de
las partes s es contar con el arbitraje como
el mecanismo de solucin de controversias aplicable.
Dicho de otra manera, la realidad ha
rebasado el derecho. Por consiguiente, era
hora de actualizarlo.
Como ejemplos de las circunstancias
a las que se alude pueden citarse los
siguientes:
(12)
VAN DEN BERG, Albert Jan, The New York Arbitration Convention of 1958, Kluwer Law and Taxation Publishers, 1981, p. 173.
(13)
Lo que la doctrina francesa conoce como una de las consecuencias negativas del acuerdo arbitral.
(14)
HOLTZMANN , Howard M. / NEUHAUS, Joseph E., A Guide To The Uncitral Model Law On International Commercial Arbitration, Kluwer Law and Taxation Publishers, T.M.C. Asser Instituut, p. 260.
(15)
Como podan ser requerir que el acuerdo arbitral constar en escritura pblica o que debiera registrarse.
(16)
Aunque en tiempos recientes esta problemtica se ha abordado mediante la Ley Modelo de la UNCITRAL
sobre comercio electrnico y la Ley Modelo de la UNCITRAL sobre firmas electrnicas. Las legislaciones
que hayan adoptado dichos instrumentos habrn resuelto la problemtica apuntada mediante el principio
de equivalencia funcional entre los documentos por escrito y los documentos incluidos en Mensajes de
Datos (es decir, comunicaciones por medios electrnicos). Mxico adopt porciones de estas leyes modelo (publicadas en el Diario Oficial de la Federacin el 29 de agosto de 2003) por lo que, de conformidad con
los artculo 89bis, 93 y 96 del Cdigo de Comercio, la incgnita ha sido solucionada para Mxico.
213
no se firma (sea por causas contemporneas o porque surge de eventos posteriores) y es el que contempla la obligacin
cuyo incumplimiento motiva la reclamacin que se desea someter al arbitraje. An
otro ejemplo es el del certificado de embarque emitido por un porteador, que no
es firmado por el cargador, y que el mismo contiene un acuerdo arbitral.
Como puede observarse, dichas situaciones no cumpliran ad litera la prueba de cido de validez del acuerdo arbitral(17). Pero no son las nicas. La UNCITRAL ha detectado an ms(18).
(17)
Estos escenarios ponen en relieve lo que se conoce doctrinalmente como el otro lado de la moneda del
principio de separabilidad del acuerdo arbitral: es porque el acuerdo arbitral es independiente del contrato
principal que, de no reunir los requisitos de forma, ser invlido an si el contrato principal s es vlido
bajo los requisitos de forma de su derecho aplicable.
(18)
Las siguientes:
(a) A contract containing an arbitration clause is formed by one party sending written terms to the other,
which performs its bargain under the contract without returning or making any other exchange in
writing in relation to the terms of the contract;
(b) A contract containing an arbitration clause is formed on the basis of the contract text proposed by one
party, which is not explicitly accepted in writing by the other party, but the other party refers in writing to
that contract in subsequent correspondence, invoice or letter of credit by mentioning, for example, its
date or contract number;
(c) A contract is concluded through a broker who issues the text evidencing what the parties have agreed
upon, including the arbitration clause, without there being any direct written communications between
the parties;
(d) Reference in an oral agreement to a written set of terms, which may be in standard form, that contain an
arbitration agreement;
(e) Bills of lading which incorporate the terms of the underlying charterparty by reference;
(f) A series of contracts entered into between the same parties in a course of dealing, where previous
contracts have included valid arbitration agreements but the contract in question has not been evidenced by a signed writing or there has been no exchange of writings for the contract;
(g) The original contract contains a validly concluded arbitration clause, but there is no arbitration clause in
an addendum to the contract, an extension of the contract, a contract novation or a settlement agreement relating to the contract (such a further contract may have been concluded orally or in writing);
(h) A bill of lading containing an arbitration clause that is not signed by the shipper or the subsequent
holder;
(i) Third party rights and obligations under arbitration agreements in contracts which bestow benefits on
third party beneficiaries or stipulation in favour of a third party (stipulation pour autrui);
(j) Third party rights and obligations under arbitration agreements following the assignment or novation of
the underlying contract to the third party;
(k) Third party rights and obligations under arbitration agreements where the third party exercises subrogated rights;
214
Y la preocupacin no es nueva. Ya
desde 1981 el Dr. Albert Jan Van Den Berg
se preguntaba si dichos requisitos de
forma eran congruentes con las prcticas
ms actuales del comercio internacional(19).
La jurisprudencia ha ido salvando
problemas que lo anterior ha presentado
mediante interpretaciones flexibles; sin
embargo, no siempre en forma favorable.
El resultado de ello es incertidumbre.
Y aunque pudiera ponerse en tela de
juicio la seriedad de la preocupacin dada
la proporcin de ocasiones en que las
prcticas anteriormente aludidas generan
el resultado indeseado, existe una circunstancia que pone en manifiesto lo anacrnico del requisito: se exigen ms requisitos de forma para la determinacin de
existencia del acuerdo arbitral que para
los aspectos medulares de la mayora de
los actos jurdicos que la contienen. Por
ejemplo, es jurdicamente posible realizar un contrato por millones de dlares,
pero si se desea que cualquier problema
que surja del mismo se arbitre, tendrn que
seguirse formalidades adicionales.
Declaracin interpretativa de la
Convencin de Nueva York: Realizar un instrumento interpretativo
del artculo II de la Convencin de
Nueva York que abarque las hiptesis deseadas.
Declaracin interpretativa de la
Convencin de Nueva York: genera dos problemas: (i) dado que la
(l) Rights and obligations under arbitration agreements where interests in contracts are asserted by successors to parties, following the merger or demerger of companies, so that the corporate entity is no
longer the same;
(m) Where a claimant seeks to initiate an arbitration against an entity not originally party to the arbitration
agreement, or where an entity not originally party to the arbitration agreement seeks to rely on it to
initiate an arbitration, for example, by relying on the group of companies theory.
(19)
VAN DEN BERG, Albert Jan, The New York Arbitration Convention of 1958, Kluwer Law and Taxation Publishers, 1981, p. 229.
interpretacin no es vinculatoria, es
dudoso que tuviera algn efecto prctico; y (ii) dicha interpretacin era
ms una modificacin ya que rebasa el texto en el que se fundamenta.
6.
215
EL NUEVO PARADIGMA
(20)
Por ejemplo, en Francia, Blgica, Suecia, Suiza, los Pases Bajos e Italia se ha eliminado el requisito de
por escrito al no establecer ninguna exigencia formal del acuerdo arbitral.
(21)
Por ejemplo, en Inglaterra, por escrito abarca acuerdos orales, (ver, Zambia Steel v. James Clark,
Court of Appeal ,1986, 2 Lloyds Rep. 225, seguido por Abdullah M. Fahem v. Mareb Yemen Insurance
and Tomen, Queens Bench Reports [1997] 2 Lloyds Rep, 738, Yearbook of Commercial Arbitration,
1998, p. 789.
(22)
Documento A/CN.9/WG.II/WP.136. El texto anterior es el resultado de tres aos de debates en la UNCITRAL. Desde 2000, la UNCITRAL cre un grupo de trabajo con la finalidad de examinar tres temas que se
consider que tenan que revisitarse en cuanto a su regulacin en la Ley Modelo, uno de los cuales fue los
requisitos de forma del acuerdo arbitral. Las posturas que en respuesta a ello se generaron fueron mltiples; y oscilaron desde consensualistas hasta formalistas. En forma interesante, el 15 de febrero de 2005
Mxico propuso que, en lugar de reglamentar en forma adicional los registros formales del acuerdo arbitral, simplemente se liberara el registro de forma. Es cierto que el texto aqu contemplado no es el final. La
versin final ser aprobada en 2006.
216
(23)
Arbitration agreement is an agreement by the parties to submit to arbitration all or certain disputes
which have arisen or which may arise between them in respect of a defined legal relationship, whether
contractual or not. An arbitration agreement may be in the form of an arbitration clause in a contract or
in the form of a separate agreement.
(2)
The arbitration agreement shall be in writing. Writing means any form, including, without limitation, a
data message, that provides a record of the arbitration agreement or is otherwise accessible so as to
be useable for subsequent reference.
(3)
Data message means information generated, sent, received or stored by electronic, optical or similar
means, including, but not limited to, electronic data interchange (EDI), electronic mail, telegram, telex
or telecopy.
(4)
(5)
For the avoidance of doubt, the reference in a contract or a separate arbitration agreement to a writing
containing an arbitration clause constitutes an arbitration agreement in writing, provided that the reference is such as to make that clause part of the contract or the separate arbitration agreement, notwithstanding that the contract or the separate arbitration agreement has been concluded orally, by
conduct or by other means not in writing. In such a case, the writing containing the arbitration clause
constitutes the arbitration agreement for the purposes of article 35.
217
(24)
(25)
Ibidem.
(26)
Se recordar que no existe una definicin de firma, aunque el Cdigo Civil la mencione (artculo 1834).
La Ley del Notariado del Distrito Federal hace alusin a la firma y a la rbrica, mas no las define ni
diferencia. No obstante ello, puede entenderse por firma algn rasgo escrito en puo y letra del autor del
negocio jurdico, y por rbrica media firma.
(27)
Requerir el consentimiento como elemento de existencia de un acto jurdico (artculos 1794 y 2224 del
Cdigo Civil) equivale a equiparar la esencia con la existencia.
218
a.Consentimiento expreso
El consentimiento es expreso cuando se manifiesta verbalmente, por escrito
o por signos inequvocos(28).
En relacin con la manifestacin verbal, no obstante que diversos actos jurdicos podran ser existentes y vlidos como
resultado de una manifestacin verbal de
consentimiento, si incluan un acuerdo arbitral, ste carecera de validez aunque
fuera realizada ante diversos testigos (inclusive fedatarios!)(29).
Tambin puede ser manifestado el
consentimiento por signos inequvocos.
No sera difcil pensar en operaciones diversas cuya anuencia es expresada, sea por
razones prcticas, o simplemente por que
as tuvo lugar, mediante un signo o conducta que resulta claro a la contraparte.
De nuevo, bajo el rgimen anterior, si el
acto jurdico contena un acuerdo arbitral,
ste carecera de validez. Gracias al nuevo
rgimen, desaparece esta incongruencia.
b.Consentimiento tcito
El consentimiento tcito es aqul que
resulta de hechos o actos que presupongan o que autoricen a presumirlo(30). Exis-
(28)
(29)
De nuevo, como resultado del otro lado de la moneda del principio de separabilidad del acuerdo arbitral.
(30)
(31)
Artculo 2234 del Cdigo Civil, que establece El cumplimiento voluntario por medio de pago, novacin o
por cualquier otro modo, se tiene por ratificacin tcita y extingue la accin de nulidad. (nfasis aadido)
(32)
(33)
Lo que en otras jurisdicciones se conoce como estoppel (tambin conocido como la teora de la congruencia). Dicha teora sostiene, en esencia, que una parte no puede beneficiarse de sus propias contradicciones y en detrimento de su contraparte. Tomando prestadas las palabras de un caso antiguo y famoso
(Cave v. Mills (1862) (7H&N 913, p. 927): las exigencias de la buena fe prohben a una parte soplar fro por
un lado y caliente por otro; afirmar por un lado y negar por otro. Podra argumentarse que dicha teora no
tiene cabida en nuestro sistema jurdico. Contestara que casos importantes han cimentado la existencia
de dicho deber en el precepto que establece que los contratos deben cumplirse de buena fe (equivalente
a nuestro artculo 1796 del Cdigo Civil). El caso que tengo en mente es Amco v. Indonesia (Amco Asia
219
Corporation, Pan American Development Limited and P.T. Amco Indonesia v. Republic of Indonesia), (ICSID ARB/81/01). Laudo sobre competencia del 25 de Septiembre de 1983.
(34)
(35)
Sea que se trate de un contrato entre presentes, entre ausentes, la concordancia o discordancia entre la
oferta y la aceptacin, el ejercicio del derecho de retractacin, el consentimiento expreso o tcito, la existencia de vicios del consentimiento y sus (variantes) consecuencias.
(36)
(37)
(38)
Es decir, una forma de frustracin del consentimiento consistente en que quien lleve a cabo la oferta la
retire, siempre que no est obligado a sostenerla. Ello es ms factible entre ausentes pues entre presentes
se requiere que la aceptacin sea inmediata (artculo 1805 del Cdigo Civil) a menos que se haya fijado
plazo (artculo 1804 del Cdigo Civil). Al no existir un concepto de inmediato, existe cierto margen de
discrecin judicial o arbitral.
(39)
Artculo 1811 del Cdigo Civil, segn reforma del 25 de mayo de 2000.
(40)
Es decir, si el oferente se inform de la aceptacin (artculo 1807 del Cdigo Civil y 80 del Cdigo de
Comercio).
(41)
(42)
El tema del derecho aplicable al acuerdo arbitral es un tema relativamente complejo que no ser abordado
en este contexto. Slo se resumir la regla conflictual aplicable; misma que es doble: (i) la autonoma de la
voluntad; y (ii) el derecho de la sede del procedimiento arbitral (artculo V(1)(a) de la Convencin de Nueva
York y artculos 1457(I)(a) y 1462(I)(a) del Cdigo de Comercio). En caso de desear abundar al respecto,
puede acudirse a GONZLEZ DE COSSO, Francisco, Arbitraje, Porra, Mxico, D.F., 2004, Captulo III.
220
en verificar si existe un documento firmado. El fin prevalecer sobre el mtodo: saber si existe consentimiento.
Manejar la exigencia formal como un
elemento de conviccin (de prueba) en vez
de un elemento de existencia o validez(43)
del mismo, no slo parece ms tcnicamente adecuado, sino ms acorde con la
realidad. Y el efecto se ver de inmediato:
se abarcarn prcticas comerciales nacionales e internacionales que de otra manera
se veran desplazadas por un requisito legal que no es acorde con las mismas.
7.
EFECTOS EN LA EJECUCIN
DEL LAUDO ARBITRAL
(43)
Existe margen de discusin para considerarlo como un requisito de existencia, puesto que el resultado
jurdico, en la forma en que est contemplado en la Ley Modelo, parece ser la inexistencia, no slo invalidez, del acuerdo arbitral. Considero que, si se tuviera que encajonar en la teora de las nulidades en la
forma en que estn contempladas en el Cdigo Civil (algo en s cuestionable pues se trata de normas
generales que pueden ser modificadas por una lex specialis, como el derecho arbitral) se tratara de una
nulidad relativa (o, ms propiamente, anulabilidad, pues coincido con la categorizacin de PLANIOL) puesto
que: (a) produce efectos mientras no sea declarada; (b) es convalidable (algo imposible en la inexistencia
y la nulidad absoluta); y (c) en mi opinin, no obstante la falta de claridad provocada por el artculo 2227 del
Cdigo Civil, la nica nulidad absoluta es aquella que se presenta cuando se est en presencia de una
ilicitud en el objeto motivo o fin del acto (artculos 1794 III y 2225 del Cdigo Civil). La discusin parece
ms terica que prctica, y as parece ser la tendencia de nuestros tribunales (ver tesis de la primera sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nacin: Nulidad e Inexistencia. Sus diferencias son meramente
tericas. (Apndice al Semanario Judicial de la Federacin, 1917-1985, Cuarta Parte, 3 Sala, tesis 197,
p. 590) aunque confiere Actos Inexistentes (Amparo Civil Directo 3466/31, 27 de mayo de 1933) en
donde la Corte describe (y acepta) la inexistencia.
(44)
2.
3.
La expresin acuerdo por escrito denotar una clusula compromisoria incluida en un contrato o un compromiso, firmados por
las partes o contenidos en un canje de cartas o telegramas.
El tribunal de uno de los Estados Contratantes al que se someta un litigio respecto del cual las
partes hayan concluido un acuerdo en el sentido del presente artculo, remitir a las partes al arbitraje, a instancia de una de ellas,
a menos que compruebe que dicho acuerdo es nulo, ineficaz o
inaplicable.
El artculo II de la Convencin de
Nueva York regula la ejecucin del acuerdo, no del laudo, arbitral. Para ello, se ha
establecido, como requisito de derecho
uniforme, que los jueces estatales ante los
cuales se someta una controversia amparada por un acuerdo arbitral remitan a las
partes al arbitraje.
No se abordar la forma en que dicho deber es implementado(45). Lo relevante para este anlisis es entender que el
propsito del artculo II no es establecer
el rgimen general de validez del acuerdo arbitral sino enunciar los requisitos que
deben cumplirse para que se detone la
obligacin de un juez nacional de dejar
de conocer de un caso que est amparado
por un acuerdo arbitral.
Ello no quiere decir que los requisitos bajo el artculo II sean ipso iure aplicables a la causal de no ejecucin contemplada en el artculo V(1)(a) de la Convencin de Nueva York, como a continuacin se explicar.
(45)
221
222
(46)
Pues el laudo se tiene por dictado en la sede (artculo 1448 del Cdigo de Comercio).
8.
CONCLUSIN Y RECOMENDACIN
(47)
223
Podra argumentarse que no es la primera vez, que las revisiones a la Convencin de Pars para la Proteccin de la Propiedad Industrial del 20 de marzo de 1883 son un antecedente (las revisiones que han tenido
lugar son las de Bruselas en 1900, Washington en 1911, La Haya en 1925, Londres en 1934, Lisboa en
1958, Estocolmo en 1967 y la ltima de 1979). A su vez, los protocolos a los tratados para evitar la doble
tributacin e impedir la evasin fiscal en materia del impuesto sobre la renta son otro. Disentira. Considero
que no son esfuerzos comparables. Estos ltimos son el resultado de negociaciones entre los Estados
Parte. En cambio, la modificacin de la UNCITRAL proviene de un rgano totalmente independiente. Tiene
ms semejanza con un rgano legislativo internacional (mas descentralizado).
224
225
LA EV
OL
UCIN JURISPRUDENCIAL
EVOL
OLUCIN
DE LLA
A ARBITRABILID
AD
ARBITRABILIDAD
(*)
226
1.
MARCO INTRODUCTORIO
En la contratacin internacional, el
arbitraje es el mecanismo por excelencia para la solucin de controversias(1).
Cuando las partes acuden al arbitraje, renuncian a ventilar los mritos de sus diferencias ante la justicia ordinaria del
Estado. Se considera que el arbitraje es
un mecanismo para la solucin de controversias, en el cual las partes pueden
esperar una decisin ms rpida y especializada que aquella proveniente de la
justicia ordinaria. Los laudos arbitrales
tienen un carcter final y obligatorio. Ello
constituye una de las principales caractersticas del mecanismo, al posibilitar la
resolucin pronta y definitiva de las diferencias, originadas generalmente en
una relacin contractual.
Adems, existen diferentes aspectos
del arbitraje internacional, tales como la
(1)
CARBONNEAU, Thomas, Arbitral adjudication: a comparative assessment of its remedial and substantive
status in transnational commerce, in: 19 Texas International Law Journal, 1984, p. 34.
(2)
Artculo 2 de la Ley 315 de 1996 de Colombia; artculo 28(1) de la Ley Modelo de la Comisin de las
Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI-UNCITRAL); artculo 1700 del Cdigo
Judicial de Blgica; seccin 46(1) del English Arbitration Act; artculo 1496 del Cdigo de Procedimiento
Civil francs; artculo 117 de la Ley General de Arbitraje de Per; artculo 17(1) del Reglamento de Arbitraje
de la Cmara de Comercio Internacional (CCI) y artculo 22 del Reglamento de Arbitraje de la Corte Internacional de Arbitraje de Londres (LCIA); entre otros.
(3)
Por ejemplo, la normatividad aplicable al procedimiento arbitral se debe ceir a las normas procesales
imperativas del lugar o sede del arbitraje: FOUCHARD, GAILLARD & G OLDMAN, International Commercial Arbitration, Kluwer Law International, La Haya, 1999, pp. 633 y 645; REDFERN, Alan & HUNTER, Martn, Law and
Practice of International Commercial Arbitration, Sweet & Maxwell, 3 ed., London, 1999, p. 84; GOODE,
Roy, The Role of the Lex Loci Arbitri in International Commercial Arbitration, in: 17 Arbitration International
1, 2001, p. 30; BOND , Stephen, How to draft an arbitration clause, in: 6 Journal of International Arbitration
(1989), p. 72. ORDWAY, Eric, The Importance of the Seat of Arbitration, in: 25 The Advocate-State Bar
Litigation Section Report-Texas, 2004, p. 17.
(4)
227
cuestin de capacidad legal: SILVA R OMERO, Eduardo, El Contrato de Arbitraje, Legis y Universidad del
Rosario. Bogot, 2005. Introduccin. Tambin se ha sostenido que la capacidad es una institucin concebida para la proteccin de determinados individuos, situacin que no sera aplicable a los Estados, los
cuales deben administrar los asuntos pblicos con responsabilidad y eficiencia: CRDENAS, Juan Pablo,
Las causales para negar el reconocimiento de un laudo que pueden ser declaradas de oficio, Bogot,
abril de 2005, Congreso Internacional de Arbitraje.
(5)
REDFERN & HUNTER , Law and Practice of International Commercial Arbitration, cit., p. 148.
(6)
FOUCHARD, GAILLARD y GOLDMAN, International Commercial Arbitration, cit., pp. 339-341. El Cdigo de Procedimiento Civil alemn, por ejemplo, consagra en su artculo 1030(1) que el arbitraje puede versar sobre
cualesquiera reclamaciones que involucren un inters econmico (vermgensrechtlicher Anspruch).
228
bitrable, simplemente deben aplicar el principio general del derecho, segn el cual,
las disposiciones prohibitivas o limitativas
son de interpretacin restrictiva.
Hechas las anteriores precisiones sobre los caracteres de la arbitrabilidad objetiva, es importante sealar la manera
como se ha producido la evolucin de dicha figura. Ello se puede ilustrar histricamente a partir de la jurisprudencia de
las cortes estatales, tal como pasamos a
exponerlo a continuacin, partiendo de la
experiencia francesa.
3.
DESARROLLO HISTRICO DE
LA NOCIN DE LA ARBITRABILIDAD OBJETIVA
El derecho francs ha experimentado tres fases para abordar la arbitrabilidad objetiva. Esta experiencia, de una u
otra manera, se ha presentado en otras jurisdicciones distintas. El orden cronolgico de las referidas fases, se puede ilustrar brevemente as(9):
3.1. Fase 1: Una materia es arbitrable,
si no recae en asuntos o consideraciones de orden pblico
Esta posicin prevaleci en Francia
y, en general, en el plano internacional,
hasta mediados del siglo XX. La transitoriedad de la funcin arbitral, as como la
(7)
SUESCN, Jorge, De las facultades de los rbitros para interpretar y aplicar normas de orden pblico, en:
El Contrato de Arbitraje, Legis y Universidad del Rosario, Bogot, 2005, pp. 256-257.
(8)
Por ejemplo, la Ley General de Arbitraje de Per, en su artculo 1(1), seala que pueden () someterse
a arbitraje las controversias determinadas o determinables sobre las cuales las partes tengan libre disposicin (). A rengln seguido, la misma ley establece materias especficas donde no cabe la posibilidad
del arbitraje. De manera similar, el Cdigo de Procedimiento Civil alemn, en su artculo 1030(2)(3), seala
asuntos especficamente excluidos del arbitraje.
(9)
229
la imposibilidad de someter la respectiva diferencia al arbitraje segn la ley del
Estado donde se tramita el reconocimiento y ejecucin del laudo, y (ii) la violacin del orden pblico de dicho Estado.
Es evidente entonces que la arbitrabilidad objetiva de una controversia se considera como un asunto distinto del orden
pblico, amn de la relacin existente
entre uno y otro aspecto en determinadas circunstancias.
3.2. Fase 2: Una materia relativa al
orden pblico es arbitrable, salvo
que se haya violado una norma de
orden pblico en el caso concreto
En esta segunda fase, se aceptaba que
los rbitros podan aplicar normas de orden pblico. Sin embargo, la arbitrabilidad objetiva de la respectiva controversia quedaba sin efecto, dado el caso de
que el tribunal de arbitramento considerara que se haba violado el orden pblico en el caso concreto(11). Se buscaba prevenir que los tribunales arbitrales ignorasen la incidencia o relevancia de las normas de orden pblico violadas.
Esta segunda fase result quizs ms
perjudicial que la anterior. Por una parte,
esta aproximacin confunda el anlisis de
arbitrabilidad con el anlisis del fondo del
(10)
Ver Acta Final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Arbitraje Comercial Internacional. Nueva
York, 20 de mayo - 10 de junio de 1958, Doc. E/CONF.26/8. Este instrumento internacional, propende a
la eficacia del arbitraje comercial internacional, al contener disposiciones normativas llamadas a proteger, dentro de lmites razonables, la fuerza obligatoria y ejecutoria de los laudos arbitrales y tambin la
de los pactos arbitrales. Como lgica consecuencia de su acogida en el plano internacional, se ha
sostenido que la Convencin es el instrumento ms eficaz de la legislacin internacional en la historia
entera del derecho comercial: LORD MUSTILL, Arbitration: History and Background, in: 6 Journal of International Arbitrationn 43 (1989).
(11)
Corte de Casacin francesa. Sentencia del 29 de noviembre de 1950, Tissot v. Neff. En dos fallos del
famoso caso de Impex v. P.A.Z Produzione Lavorazione, proferidos el 18 de mayo de 1971, la misma
corporacin sostuvo que los rbitros podan declarar el incumplimiento de contratos, sin poder establecer
su nulidad. La Corte de Apelaciones de Pars se pronunci en sentido similar en diferentes fallos.
230
(12)
Conforme a la doctrina de la separacin del pacto arbitral, este ltimo constituye un contrato diferente del
contrato principal del cual forma parte o al cual se refiere. En ltimas, la doctrina de la separacin es una
ficcin jurdica, que busca deslindar los problemas de validez del contrato principal frente a la suerte que
corra el pacto arbitral. El resultado lgico de lo anterior es que la doctrina le permite al tribunal de arbitramento dirimir el fondo del asunto, independientemente de que el laudo determine la nulidad e incluso la
inexistencia del contrato principal entre las partes. Este postulado cardinal del derecho arbitral, se encuentra previsto en la inmensa mayora de las legislaciones y reglamentos arbitrales: Ver, por ejemplo, artculo
16 de la Ley Modelo de UNCITRAL; artculo 7 del English Arbitration Act; artculo 178(3) del Cdigo Federal de Derecho Internacional Privado de Suiza; artculo 1697(2) del Cdigo Judicial de Blgica; artculo
1040(1) del del Cdigo de Procedimiento Civil alemn; artculo 1053 del Cdigo de Procedimiento Civil de
Holanda; artculo 106 de la Ley General de Arbitraje de Per; artculo 118 del Decreto 1818 de 1998 de
Colombia; Artculo 6(2) y 6(4) de las Reglas de Arbitraje de la Cmara de Comercio Internacional (CCI) y
artculo 23(1) de las Reglas de Arbitraje de la Corte Internacional de Arbitraje de Londres (LCIA), entre otros.
(13)
Corte de Apelaciones de Pars. Sentencia del 29 de marzo de 1991, Ganz v. SNCFT. Otros casos, fallados
por la misma corporacin, tuvieron similares lineamientos. Ver, por ejemplo, la sentencia del 19 de
marzo de 1993, del caso de Labinal v. Mors, donde se seal que los tribunales arbitrales podan
231
decretar violaciones a las normas de libre competencia de la unin europea que son de orden pblico
econmico, pese a no poder ejercer algunas prerrogativas que, sobre esta materia, estaban radicadas
exclusivamente en otras autoridades administrativas y judiciales. Este caso tambin se conoce en el plano
internacional, como el caso de Westland Aerospace.
(14)
Seccin 2 del Federal Arbitration Act. All se seala que los pactos arbitrales son vlidos, irrevocables y
ejecutables, salvo que se presente alguna causal que genere la revocacin de dicho acuerdo de voluntades.
(15)
En el fallo del caso American Sugar Refining Co. v. The Anaconda, 138 F.2d 765 (5th Cir. 1943), una corte
de circuito sostuvo que antes de la puesta en vigencia de la legislacin arbitral federal, no era factible
reconocer al pacto arbitral un efecto vinculante, pues se consideraba que este acuerdo privado entre las
partes no deba derogar la competencia de los jueces estatales. En este fallo, se reconoci que la promulgacin del Federal Arbitration Act permiti dar cabida a los pactos arbitrales, sin que ello implicara derogar
ntegramente la jurisdiccin de los jueces estatales.
(16)
(17)
Esta normatividad se promulg con ocasin de la depresin de los aos 30 en los Estados Unidos, pues
se quiso establecer un marco jurdico adecuado que le confiriera a los inversionistas unas garantas de
232
proteccin suficientes, las cuales serviran como mecanismos preventivos frente a una nueva crisis econmica: KERR, JOHN J., Arbitrability of Securities Claims in Common Law Nations, in: 12 Arbitration International 2, 1995, p. 172.
(18)
MCLAUGHLIN, Arbitrability: current trends in the United States, in: 12 Arbitration International 2, 1996, p. 114.
(19)
233
y antepuso las consideraciones de respeto y deferencia internacionales por las decisiones de otros tribunales judiciales o
arbitrales, sobre consideraciones de orden
pblico econmico local.
4.2.2. La doctrina de la segunda
revisin: El precio impuesto a la arbitrabilidad
El fallo de Mitsubishi ampli el rango de la arbitrabilidad para hacerla extensiva a las materias sobre libre competencia econmica. Sin embargo, la Corte Suprema sostuvo que la posicin favorable
a la arbitrabilidad de esta clase de materias, no sera bice para que las cortes de
los Estados Unidos, al tramitar el reconocimiento y ejecucin de los laudos arbitrales bajo la Convencin de Nueva York,
revisaran los laudos arbitrales sobre aspectos de libre competencia, con el fin de
establecer si los rbitros haban cumplido
con las normas de orden pblico de los
Estados Unidos.
Este precio impuesto a la favorabilidad en materia de arbitrabilidad, se
conoce en el plano internacional como
la Second Look Doctrine (21). El siguiente es el aparte pertinente de esta
doctrina polmica:
() las cortes de los Estados Unidos tendrn la oportunidad en la fase
de ejecucin del laudo arbitral para
asegurar que el legtimo inters en
la aplicacin de las normas sobre
libre competencia haya sido tenido
en cuenta. La Convencin de Nueva
(20)
(21)
ROGERS Q C., cit., p. 266; PARK, William, National Law and Commercial Justice: Safeguarding Procedural Integrity in International Arbitration, in: 63 Tulane Law Review (1989), p. 669, citado por ROGERS ,
cit., p. 267.
234
York confiere a cada pas signatario la potestad para negar la ejecucin de un laudo arbitral cuando el
reconocimiento y ejecucin del laudo sea contrario al orden pblico
de dicho pas. Aun cuando la efectividad del proceso arbitral requiere que una revisin sustancial en la
fase de ejecucin del laudo resulte
mnima, no se requiere una indagacin intrusiva para establecer que
el tribunal tuvo en consideracin
los aspectos de libre competencia y
efectivamente los decidi. (la traduccin es del autor)
Como se puede advertir, el punto
polmico de la Second Look Doctrine radica en su falta de claridad
frente al tipo de examen que las cortes de los Estados Unidos deben hacer con respecto al cumplimiento,
por parte de los tribunales de arbitramento internacionales, de las normas de orden pblico de los Estados
Unidos en materia de libre competencia econmica. En otras palabras, el aparte del fallo no determina si el anlisis judicial en un trmite para el reconocimiento y ejecucin de un laudo arbitral extranjero, ha de ser exhaustivo o mecnico. Como bien lo seala el profesor
(22)
PARK, William, National Law and Commercial Justice: Safeguarding Procedural Integrity in International
Arbitration, in: 63 Tulane Law Review (1989), p. 669, citado por ROGERS, cit., p. 267. La traduccin de la
cita al espaol, es del autor.
(23)
(24)
En el referido fallo, tambin se dijo que la causal procedera si el caso versare sobre una ley bien definida,
explcita y claramente aplicable al caso. La Corte Suprema de los Estados Unidos, en el reciente fallo de
septiembre de 2006, en el caso de John Hancock Life Insurance Co. v. Patten, (publicado en http://
www.citizen.org/documents/pattenopp.pdf) aclar que el elemento comn de esta causal, es la deliberada
renuencia de un rbitro para aplicar la ley, teniendo un claro conocimiento de la misma. Desde un punto de
vista de tcnica procesal, tambin se ha dicho que la causal de manifest disregard of law es una importante modalidad de extralimitacin de funciones por parte de los tribunales de arbitramento: Kyocera Corp.
v. Prudential-Bache Trade Servs. 341 F. 3d. 987, 1002-03 (9th. Circ. 2003).
235
En principio, los tribunales arbitrales deben propender a contar con un laudo cuya validez no sea cuestionada ante
la justicia ordinaria de la sede del arbitraje. Por el contrario, el reconocimiento y
ejecucin de un laudo arbitral extranjero
es un asunto que se puede realizar en diferentes jurisdicciones, mas no necesariamente en los Estados Unidos. Por ende,
los rbitros no deberan partir de la premisa de la ejecucin del laudo en los Estados Unidos, pues no les es dable adivinar cules sern las jurisdicciones dentro de las cuales se tramite el reconocimiento y ejecucin de sus laudos arbitrales(25). Adicionalmente, un sector de la
doctrina tambin ha dicho que el rbitro
no acta como un juez del Estado en el
mbito del arbitraje internacional, razn
por la cual, su misin principal es la de
darle primaca, en lo posible, a la autonoma de las partes(26). Al no actuar como
jueces de un Estado, los rbitros, a diferencia de las autoridades judiciales, no tienen el deber de aplicar las normas de orden pblico de un Estado vinculado con
las partes o el negocio, cuando la ley de
ese Estado no se ha establecido como aplicable al contrato(27). Se afirma, en consecuencia, que los rbitros, como jueces del
comercio internacional, slo deben aplicar la norma de orden pblico de ese Estado (i.e. Estados Unidos), si esa norma
se considera como una norma de orden
pblico internacional(28).
(25)
KIRRY, Arbitrability in Europe, in: 12 Arbitration International 4, 1996, p. 381; BLESSING, Marc, Arbitrability
of Intellectual Property Disputes, in: 12 Arbitration International 2, 1996, p. 206.
(26)
HANOTIAU , Bernard, What law governs the issue of arbitrability?, in: 12 Arbitration International 4,
1996, p. 397.
(27)
FOUCHARD, GAILLARD
(28)
El orden pblico internacional ha sido definido de diferentes maneras por la doctrina y jurisprudencia
internacionales. En la prctica, el concepto tiene un alcance restrictivo, lo que favorece el reconocimiento
y ejecucin de un laudo arbitral que se analice conforme al orden pblico de los Estados. Por ejemplo, se
236
ha sostenido que el (...) orden pblico internacional de cada Estado incluye: (i) principios fundamentales,
relativos a la justicia o moralidad, que el Estado desee proteger aun cuando no lo ataan directamente; (ii)
normas diseadas para servir a los intereses polticos, sociales o econmicos fundamentales del Estado,
siendo estas conocidas como lois de police o normas de orden pblico y (iii) el deber del Estado de
respetar sus obligaciones con otros Estados u organizaciones internacionales: MAYER , Pierre / SHEPPARD,
Audley, Informe final de la Asociacin de Derecho Internacional acerca del orden pblico como una prohibicn para la ejecucin de los laudos arbitrales, en: Revista Internacional de Arbitraje, Vol I, Legis y
Universidad Sergio Arboleda, Bogot, 2004, p. 220. Tambin se ha sostenido que el concepto de orden
pblico internacional responde a los () estndares fundamentales de la comunidad internacional, incluyendo los principios del intercambio comercial y otros criterios de carcter humanitario, los cuales se
desarrollan a partir de los estndares comunes de las polticas nacionales y de los conceptos fundamentales contenidos en las convenciones internacionales y en otros instrumentos internacionales. LEW , Julian, Contemporary Problems in International Arbitration. Captulo 7. Determination of arbitratorsjurisdiction
and the public policy limitations on that jurisdiction. CCLS, London, 1986, p. 83. Un tribunal de los Estados
Unidos, defini el orden pblico internacional como () los conceptos ms bsicos de moralidad y justicia
del Estado. Parson & Whittemore Overseas Co. Inc. v. Societ Gnrale de lIndustrie du Papier Rakta
and Bank of America 508 F.2d 969 (2 Cir., 1974). La jurisprudencia suiza, a su turno, ha sealado que la
nocin de orden pblico internacional se configura, en la medida en que se violen principios jurdicos
fundamentales, de tal manera que la violacin no sea conciliable con el orden jurdico y con el sistema de
valores imperante. CRDENAS, Juan Pablo, Las causales para negar el reconocimiento de un laudo que
pueden ser declaradas de oficio, Bogot, abril de 2005, Congreso Internacional de Arbitraje, citando un
fallo proferido el 30 de diciembre de 1994.
(29)
No en vano, disposiciones como el artculo 35 y el artculo 32(2) de las Reglas de Arbitraje de la CCI y de
LCIA respectivamente, establecen el deber en cabeza del tribunal, consistente en hacer todo lo posible
para proferir un laudo arbitral ejecutable.
ceir razonablemente a las pautas estipuladas por las partes. Por esa razn, el artculo V.1.c. de la Convencin de Nueva
York contempla la omisin o la extralimitacin de la competencia de los rbitros
como una causal para impedir la ejecucin de un laudo arbitral. Por otra parte,
la Convencin de Nueva York reconoce
el principio jurisdiccional de la territorialidad, lo cual se ve reflejado en el artculo
V.2.b., el cual le permite a las cortes dejar
sin efecto un laudo arbitral que contradiga las normas de orden pblico del Estado dentro del cual se busque la ejecucin
de dicho laudo arbitral.
Si el fallo de Mitsubishi ratific la
promocin del arbitraje internacional
como una norma de orden pblico de los
Estados Unidos y si aqul se refiri a los
principios de respeto y deferencia internacionales respecto de las decisiones de
los tribunales de arbitramento, es evidente que el propio fallo decidi limitar la
aplicabilidad de una visin estricta de la
territorialidad en beneficio de la autonoma de la voluntad de las partes, de la autonoma del arbitraje y de la finalidad de
los laudos. Esto significa que las cortes
de los Estados Unidos no han renunciado
a ejercer su autoridad dentro de los lmites de su jurisdiccin, pero han optado por
no indagar a fondo en el razonamiento de
los rbitros, ya que eso desconocera los
principios que el propio fallo de Mitsubishi dijo proteger.
Resulta fundamental determinar si
los alcances restrictivos que se le pueden atribuir a la Second Look Doctrine,
constituyen o no la ltima palabra en la
237
jurisprudencia de los Estados Unidos. De
lo contrario, los intervinientes en el arbitraje internacional estaran sujetos a
una justicia selectiva e impredecible en
el marco de un trmite para el reconocimiento y ejecucin de un laudo arbitral
extranjero en dicho pas.
4.3. El fallo del caso de Shearson/American Express v. McMahon (1987) (30)
El fallo proferido por la Corte Suprema de Justicia en el caso de Shearson
v. McMahon, constituy un avance crucial en materia de arbitrabilidad.
En este caso, los clientes de una firma de corretaje registrada ante la Securities Exchange Commission, acudieron a
una corte de los Estados Unidos, alegando la comisin de conductas fraudulentas
y contrarias a la buena fe, por parte de
dicha firma de corretaje. En particular,
alegaron la violacin de normas del Securities Exchange Act de 1934 y del Racketeer Influenced and Corrupt Organizations Act. El contrato tena una clusula arbitral. Los clientes hicieron caso
omiso del pacto arbitral, dado que el contrato tena un carcter adhesivo y era un
negocio tpicamente local, lo que contrastaba con los precedentes de Scherck v.
Alberto Culver y de Mitsubishi v. SolerChrysler Plymouth.
Cuando el expediente lleg a la Corte Suprema de Justicia, dicha corporacin
respald la arbitrabilidad de los asuntos
sujetos al Securities Act. Se aplic la
doctrina conocida como el congressional intent test(31). De acuerdo con esta
(30)
(31)
Esta doctrina haba sido esbozada en el fallo de Mitsubishi, pero fue efectivamente implementada en
Shearson/American Express v. McMahon.
238
(32)
Como bien lo anota el juez ROGERS, cit., p. 264, en la prctica es raro encontrar una legislacin o una
exposicin de motivos donde se desestime el arbitraje, razn por la cual, la doctrina del congressional
intent constituye una herramienta efectiva para ampliar la nocin de la arbitrabilidad.
(33)
239
de la libre competencia. Por lo dems y,
en consonancia con las tendencias internacionales en la materia, probablemente
se sostendr que los tribunales arbitrales
pueden y deben aplicar postulados de orden pblico, esta vez, en el mbito local.
En cuanto al rgimen de Securities,
es indudable que la arbitrabilidad se predica tanto de los contratos domsticos
como de los contratos internacionales. Sin
embargo, existen situaciones donde la
posibilidad de acudir al arbitraje est sujeta a ciertos filtros(35).
De otra parte, las diferencias emanadas de los contratos con consumidores,
por regla general, se consideran arbitrables en los Estados Unidos, a pesar de la
tradicional disparidad en el poder de negociacin que se atribuye a la relacin
entre los consumidores y las empresas proveedoras de bienes o servicios(36).
La tendencia universal es la de reconocer validez a los pactos arbitrales entre
dichas empresas y los consumidores, pese
al carcter adhesivo de muchos pactos
(34)
En el fallo del caso de Kotam Electronics v. JBL Consumer Products, una corte determin la imposibilidad
de arbitrar conflictos sobre libre competencia en el plano domstico. [11th Circuit Court, 59 F.3d. 1155
(1995)]. Sin embargo, los fallos de dos cortes en los casos de Coors Brewing v. Molson Breweries [10th
Circuit, 51 F.3d. 1511 (1995)] y de Nghiem v. NEC [25 F.3d. 1437 (1993)], establecen lo contrario. Casos
citados por MCLAUGHLIN, Arbitrability: current trends in the United States, cit., p. 133.
(35)
Por ejemplo, en algunas asociaciones comerciales, como el Commodities Futures Trading Association,
existe la obligacin de aceptar el ingreso de clientes an si stos se rehsan a suscribir el pacto arbitral
standard que traen consigo los contratos de dichas organizaciones. Ver VAN H OUTTE, HANS. Arbitration
involving Securities Transactions in: 12 Arbitration International 4 (1996), pp. 408-409.
(36)
Quizs, el precedente jurisprudencial ms importante sobre esta materia en Estados Unidos, es el fallo de
la Corte Suprema en el caso de Allied-Bruce Terminix Companies v. Dobson,115 S.Ct. 834 (1995). En ese
caso, el problema jurdico radicaba en determinar si la legislacin federal arbitral era aplicable o no a un
contrato que, en criterio de una de las partes, no afectara el comercio inter-estatal, requisito ste necesario para la aplicabilidad de la referida normatividad. Al resolver el problema jurdico, la Corte Suprema
sostuvo que el contrato, en el caso concreto, afectaba el comercio inter-estatal. Pero lo verdaderamente
relevante respecto a la arbitrabilidad de controversias entre consumidores y empresas proveedoras, es
que la corte, retomando los alcances de la seccin 2 del Federal Arbitration Act, sostuvo que los pactos
arbitrales, en estos contratos, son vlidos, ejecutables e irrevocables, como lo son otro tipo de contratos.
Por lo tanto, segn la corte, si un estado considera como vlidos los contratos comerciales con los consumidores, tambin debe considerar como vlidos los pactos arbitrales relacionados con estos contratos.
240
(37)
Por ejemplo, la Ley McCarran-Fergusson faculta a los estados para establecer limitaciones y restricciones
a la arbitrabilidad de los contratos de seguros.
(38)
(39)
(40)
Ibidem Por ejemplo, la divisin de apelaciones de la Corte Suprema de Nueva York, en el fallo del caso de
Broker v. Gateway 2000, proferido el da 13 de agosto de 1998, sostuvo que los costos excesivos de un
arbitraje en Chicago, sujeto al reglamento arbitral de la CCI, haran ineficaz el pacto arbitral existente entre
la empresa y el respectivo consumidor. En dicho caso, los costos del arbitraje excedan el monto de la
mercanca comprada por el usuario, situacin sta que fue considerada por la corte como un motivo
razonable para no reconocerle efectos al pacto arbitral entre la empresa y el consumidor. Fallo tomado de
http://www.kentlaw.edu/classes/rwarner/legalaspects/tony_brower.htm. En lo que respecta a la escogencia de una sede arbitral distante del consumidor, existen pases, como Colombia, donde se considera
como clusula abusiva, por ejemplo, aquella que confiera a una empresa prestadora de servicios pblicos
domiciliarios la facultad de elegir el lugar o sede del arbitraje con un usuario del servicio: Ley 142 de 1994,
artculo 133, numeral 11.
241
(41)
(42)
242
(43)
En Inglaterra, por ejemplo, la jurisprudencia ha llegado a esta conclusin: English High Court. Comercial
Division. ET Plus SA v. Welters, sentencia del 7 de noviembre de 2005.
(44)
Ver, por ejemplo, el fallo de la Corte Europea de Justicia, en el caso 126-97 de Eco Swiss China Time Ltd
v. Benetton International NV. La doctrina internacional tiene numerosos escritos al respecto: KIRRY, Arbitrability in Europe, cit., p. 386; DALHUISSEN, The Arbitrability of Competition Issues, in: 11 Arbitration International 151 (1995), pp. 151-162; BEECHEY, Arbitrability of Antitrust/Competition Issues, in: 12 Arbitration
International 2, 1996, p. 181; LEW , Julian, Applicable Law in International Commercial Arbitration, Oceana,
London, 1978, pp. 425-427; LEW, Julian, Contemporary Problems in International Arbitration, Captulo 7.
Determination of arbitrators jurisdiction and the public policy limitations on that jurisdiction, CCLS, Londres, 1986, p. 79; BLESSING, MARC, Introduction to Arbitration - Swiss and International Perspectives, Helbing & Lichtenhahn. Basilea, 1999, pp. 182-183. Para una crtica sobre la arbitrabilidad de asuntos sobre
libre competencia: WERNER , Application of Competition Law by Arbitrators - the step too far, in: Journal of
International Arbitration 21, 1995.
(45)
(46)
As lo determin la Corte Europea de Justicia en el Caso Nordsee Deutsche v. Reederei Mond 102/81 ECR
1095 (1982). El Tratado de Roma confiere a las cortes de los pases miembros la posibilidad de dirigirse a
la Corte Europea de Justicia con el fin de obtener una interpretacin que garantice un cierto margen de
uniformidad en los pases miembros respecto de la aplicacin de algunas disposiciones sobre libre competencia. Los rbitros no pueden acudir a este mecanismo, ya que no son equiparados a las cortes de
dichos pases en este aspecto. Con todo, s pueden solicitar a una corte estatal que eleve la respectiva
solicitud ante la Corte Europea de Justicia.
243
(47)
Corte Suprema Federal de Suiza, Sentencia del 28 de abril de 1992, Citada por BLESSING, Introduction to
Arbitration - Swiss and International Perspectives, cit., p. 247.
(48)
HOCHSTRASSER, Daniel, Choice of Law and foreign mandatory rules in International Arbitration, in: 11 Journal
of International Arbitration, 1994, pp. 73-75; DALHUISSEN, The Arbitrability of Competition Issues, cit., p. 161.
(49)
Loc. cit.
(50)
244
intelectual. Sin embargo, cuando el derecho correspondiente est sujeto a registro, la decisin arbitral reviste, por lo
general, un efecto inter partes, pues se
le confiere primaca a las autoridades
competentes para decidir si hay lugar o
no a la revocacin del derecho de propiedad intelectual del que se trate. Si el
derecho respectivo no se encuentra sujeto a registro, entonces no hay lugar, por
regla general, a limitar la arbitrabilidad
de la materia. En ltimas, los asuntos de
propiedad intelectual resultan arbitrables,
pero existen diferencias respecto del alcance de los laudos arbitrales, dependiendo del tipo de materia involucrada en el
caso concreto.
5.3. Arbitrabilidad de controversias de
derecho laboral
En Europa, en contraste con los Estados Unidos, no se puede decir que se
acepta plenamente la arbitrabilidad de las
controversias relativas al derecho laboral(55). Con todo, la Corte de Apelaciones
de Grenoble, Francia, ha proferido fallos
en los cuales ha refrendado la arbitrabilidad de controversias en materia laboral.
En un primer pronunciamento, dicha corporacin refrend la arbitrabilidad en materia laboral, basndose en el retiro, por
parte de Francia, de la reserva de comercialidad contenida en el artculo 1(3) de
(51)
Dentro de las primeras, se pueden mencionar, entre otras, a las patentes y a las marcas, mientras
que en la segunda categora se pueden mencionar los derechos de autor, el know-how y los secretos
industriales, entre otras.
(52)
(53)
Loc. cit.
(54)
(55)
Por ejemplo, el artculo 1678(2) del Cdigo Judicial de Blgica establece que todo pacto arbitral que sea
suscrito con antelacin al surgimiento de un conflicto entre las partes, es nulo ipso jure si la controversia
respectiva cae bajo el espectro de la competencia del Tribunal Laboral. Por su parte, el artculo 806 del
Cdigo de Procedimiento Civil de Holanda, consagra una solucin similar.
245
rias en uno u otro escenario. En este sentido, la presencia de la Comisin Europea, con sus consiguientes facultades para
supervisar el cumplimiento de las normas
comunitarias sobre libre competencia econmica, genera una limitacin en cabeza
de los rbitros, pues stos no pueden tomar ciertas decisiones que competen exclusivamente a la Comisin.
6.
CONCLUSIONES Y PERSPECTIVAS
(56)
Corte de Apelaciones de Grenoble. Compagnie Francaise Technique dEtanchit v. Dechavanne, 13 de septiembre de 1993, citada por FOUCHARD, GAILLARD y GOLDMAN, International Commercial Arbitration, cit., p. 342.
(57)
Corte de Apelaciones de Grenoble, sentencia del 7 de diciembre de 1994, citada por KIRRY, Arbitrability in
Europe, cit., p. 388.
246
En el mbito latinoamericano, es preciso alertar sobre el riesgo de una indebida interpretacin judicial de
aquellas normas arbitrales que niegan la arbitrabilidad de materias que
interesan al orden pblico(58). La correcta interpretacin de estas normas,
radica en impedir la arbitrabilidad de
este tipo de materias, en el entendido de que el legislador, por razones
de inters pblico o social, las haya
asignado a la competencia exclusiva
de los jueces estatales. De lo contrario, los tribunales arbitrales denegaran justicia y quedaran sin efecto
otras normas y principios bsicos de
(58)
Por ejemplo, la Ley General de Arbitraje de Per, en su artculo 1(3), seala como no arbitrables las
materias que interesan al orden pblico.
247
(59)
(60)
En este punto, resultan ilustrativos los artculos 177(2) del Cdigo Federal de Derecho Internacional Privado de Suiza y 2(2) de la Ley 60 de 2003 de Arbitraje de Espaa. En ambas disposiciones se consagra la
prohibicin de que el Estado, al acudir a un arbitraje internacional, alegue su incapacidad o el carcter no
arbitrable de la controversia, a la luz de su propio derecho.
248
249
( *)
Profesor Titular de Derecho Civil en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Socio
fundador de Julio Csar Rivera Abogados.
250
Unidroit. 16.4.4. Otros casos de aplicacin de los principios Unidroit. 17. Derecho argentino. 17.1. Proyecto de Reformas al Cdigo
Civil de la comisin designada por Decreto 468/92. V. Lmites a la
eleccin de la ley. 18. Planteo del tema. 19. Distintos supuestos.
19.1. Insuficiencia de la ley elegida. 19.2. Interpretacin extensiva de
los usos del comercio internacional. 19.3. Orden pblico, normas imperativas y normas de polica. 19.3.1. Algunas imprecisiones terminolgicas. 19.3.2. Aplicacin por los jueces de reglas imperativas. 19.3.3. Los rbitros y las leyes imperativas. 19.3.4. Aplicacin
de normas de polica de sistema legal distinto a la lex contractus.
19.3.5. Conclusiones sobre las normas de polica de un sistema legal
ajeno a la lex contractus. VI. Otras cuestiones. 20. Las estipulaciones
del contrato y los usos comerciales pertinentes. 21. Actuacin del
Tribunal como amigable componedor.
I.
INTRODUCCIN. PRINCIPIOS
GENERALES
1.
Explicacin de la problemtica
(1)
procedimiento y es lo que nos impone darle un espacio importante a esta altura del
discurso.
II. ELECCIN DE LA LEY POR
LAS PARTES DEL CONTRATO
2.
WEINBERG , Ins M., Derecho Internacional Privado, 3. ed., Buenos Aires, Lexis Nexis, 2004, p. 255.
251
bin tomar en cuenta los principios generales del derecho comercial internacional aceptado por organismos internacionales. Como veremos ms adelante, del
art. 9 trascripto resulta que el contrato
puede no estar enmarcado en un ordenamiento jurdico determinado, sino en la
costumbre comercial internacional; el artculo 10 de la misma convencin dispone consecuentemente que se aplicarn,
cuando corresponda, las normas, las costumbres y los principios del derecho comercial internacional, as como los usos
y prcticas comerciales de general aceptacin con la finalidad de realizar las exigencias impuestas por la justicia y la equidad en la solucin del caso concreto(4).
En el mbito propio del arbitraje,
consagran el principio la Convencin Europea de 1961 (art. VII), la resolucin
adoptada por el internacional Law Institute el 12.9.89 en Santiago de Compostela(5) y la ley modelo UNCITRAL se expresa en su artculo 28, Normas aplicables al fondo del litigio, en el que en lo
pertinente dispone:
El tribunal arbitral decidir el litigio de conformidad con las normas
de derecho elegidas por las partes
como aplicables al fondo del litigio. Se entender que toda indicacin del derecho u ordenamiento jurdico de un Estado de-
(2)
Artculo 3.1. Los contratos se regirn por la ley elegida por las partes. Esta eleccin deber ser expresa o
resultar de manera segura de los trminos del contrato o de sus circunstancias; aunque la eleccin no es
librrima, pues conforme al 3.3. La eleccin por las partes de una ley extranjera, acompaada o no de la
de un tribunal extranjero, no podr afectar, cuando todos los dems elementos de la situacin estn
localizados en el momento de esta eleccin en un solo pas, a las disposiciones que la ley de ese pas no
permita excluir por contrato, denominadas en lo sucesivo disposiciones imperativas .
(3)
(4)
(5)
Artculo 6: Las partes tienen completa autonoma para determinar las reglas procesales y sustantivas y
los principios aplicables en el arbitraje.
252
(6)
En cambio algunos autores creen que ese escrutinio sera necesario de acuerdo a la ley suiza de derecho
internacional privado (artculo 187).
(7)
3.
253
Por lo dems, las partes pueden elegir ms de una ley nacional para regir distintos aspectos del contrato, lo que se conoce como depeage; as, pueden haber
optado por una ley estatal para regir la
celebracin e interpretacin del contrato,
pero haber omitido hacerlo para la validez, el cumplimiento y la extincin del
mismo(9) (sobre el depeage v. infra n 8 B)
4.
(8)
Usan esa expresin tambin los reglamentos AAA, LCIA y OMPI: v. DERAINS, Yves y SCHWARTZ , Eric A., El
Nuevo Reglamento de Arbitraje de la Cmara de Comercio Internacional. Gua de arbitraje comercial
internacional, trad. De MARTNEZ V ALDS, Fernando, Oxford, Mxico, 2001, p. 267. Tambin la Ley Modelo
UNCITRAL que hemos transcripto antes.
(9)
Tal fue el caso que se plante en el arbitraje ICC identificado como Westinghouse vs. Republic of
Philippines; en el que los rbitros decidieron conforme a la ley suiza de derecho internacional privado
cul era la ley aplicable: v. CRAIG, Lawrence W. / PARK , William W. / PAULSSON, Jan, International Chamber
of Commerce Arbitration, 3 ed., Oceana ICC, 2000, N 17.02, pp. 324-325.
(10)
BOGGIANO, Antonio, Curso de Derecho Internacional Privado, 4 ed., Buenos Aires, 2004, LexisNexis,
p. 658 y ss.
254
cul es el rol de las normas de polica de un ordenamiento no elegido por las partes pero que guarda
una estrecha conexin objetiva con
el contrato.
en el artculo 1197 del Cdigo Civil argentino que dispone que los contratos obligan
a las partes como la ley misma, consagrando as la libertad contractual que comprende incluye la libertad de configurar el contrato, dentro de lo cual se inserta la determinacin de la ley aplicable.
Sobre el punto ensea Goldsmichdt
que la aceptacin de la autonoma interna lleva implcita la aceptacin de la autonoma conflictual(13). El proyecto de reformas al cdigo civil elaborado por la
comisin designada por decreto 468/92
prevea expresamente que El contrato
se rige por el derecho elegido por las partes
(art. 947)(14).
Ello impone determinar qu se entiende por contrato internacional para lo
cual hay que discernir las fuentes internas
de las fuentes convencionales.
6.2. Contrato internacional
Para el cdigo civil, contrato internacional es aqul en el cual el lugar de
celebracin y el lugar de ejecucin estn
en distintos Estados(15). Por ello, en defecto de eleccin el contrato celebrado en
el extranjero se sujeta a la ley del lugar de
celebracin, y el celebrado en la repblica para ser cumplido dentro o fuera de
ella a la ley del lugar de cumplimiento
(arts. 1209 y 1210 cd. civil).
(11)
Opinin que sostiene BOGGIANO, Curso de Derecho Internacional Privado, cit., a partir de p. 664.
(12)
Conf. CN Com., sala E, 20.10.81, Banco de Ro Negro y Neuqun c/ Independencia Transportes Internacionales, ED 97-604; MALBRN, Manuel E., Autonoma contractual y ley subsidiaria en el derecho argentino, ED 98-865; no hay posibilidad de elegir una ley extranjera en el caso del contrato absolutamente
interno: BOGGIANO, Curso de Derecho Internacional Privado, cit., pp. 658 y ss.
(13)
(14)
Reformas al Cdigo Civil. Proyecto y notas de la Comisin designada por Decreto 468/92, Astrea, Buenos
Aires, 1993.
(15)
255
Ya hemos visto que el acuerdo Mercosur dispone que Las partes podrn elegir el derecho que se aplicar para solucionar la controversia en base al derecho
internacional privado y sus principios, as
como al derecho del comercio internacional. Si las partes nada dispusieren en esta
materia, los rbitros decidirn conforme
a las mismas fuentes (art. 10).
Sin embargo el principio de autonoma en la eleccin del derecho aplicable
al contrato no es uniformemente aceptado en los Estados miembros.
El profesor oriental Siegbert Rippe ha
estudiado el tema(17) e informa coincidiendo con lo que hemos dicho que en Argentina no hay inconveniente en que las partes
elijan el derecho aplicable; ello enraiza en
el principio de la autonoma de la voluntad;
en los usos prcticas y costumbres consagrados por su habitual aceptacin en la
vida real; y en la ratificacin de las convenciones internacionales que aceptan este
principio (Viena y La Haya, citadas).
En cambio en Uruguay la tendencia
es francamente opuesta. Los tribunales
uruguayos en particular rechazan la autonoma de la voluntad en esta materia
(16)
(17)
RIPPE, Siegbert, Problemas de derecho internacional privado en materia de contratos comerciales internacionales con especial referencia a la aplicabilidad imperativa de los Principios del Proyecto Unidroit en los
Estados partes del Mercosur, en: Principi per i contratti commerciali internazionali e il sistema giuridico
latinoamericano, a cura di JOACHIM BONELL, M. / SCHIPANI, Sandro, Padova, 1996, p. 51.
256
(18)
WALD, Arnoldo y GARCA DE FONSECA , Arbitration in 24 jurisdictions worldwide, in: Global Arbitration
Review, 2006, N 6, p. 35.
(19)
CRETELLA NETO, Jos, Comentrios lei de arbitragem brasileira, Editora Forense, Rio do Janeiro, 2004,
N 9, pp. 42-43.
(20)
FERREIRA L EMES , Selma, A Arbitragem no Brasil, conferencia dictada en el I Seminario UADE sobre
Arbitraje Comercial Internacional, Buenos Aires, septiembre 2005.
257
(21)
En esta orientacin aun hoy estn los Estados Unidos; v. Restatement (Second) of Conflicts of Laws,
# 187 (1971), citado por FOUCHARD , GAILLARD y GOLDMAN , On International Commercial Arbitration, cit.,
N 1435, p. 793.
(22)
(23)
Ibidem, informan que el laudo arbitral ICC N 1598 (1971) acept la eleccin del derecho suizo en un caso
entre una parte danesa contra partes blgara y etope.
(24)
El segundo prrafo del artculo 3.1 de la Convencin de Roma dice: Para esta eleccin las partes podrn
designar la ley aplicable a la totalidad o solamente a una parte del contrato. V. tambin las Reglas AAA,
artculo 28.1; Reglas LCIA, artculo 22.3; Reglas SCC, artculo 24.1.
(25)
El artculo 947 de ese Proyecto prevea: Las partes pueden elegir la ley aplicable a la totalidad o a una
parte separable del contrato reconociendo en la nota que tal atribucin est reconocida en el derecho
internacional privado de los Estados Unidos.
(26)
258
que en definitiva persiguen el mismo resultado, al establecer que el derecho estatal tendr un rol meramente subsidiario o
que en caso de conflicto entre la ley y el
contrato prevalecer este ltimo(27).
Cabe comenzar sealando que en la
materia ha regido durante mucho tiempo
el criterio sentado por la corte internacional de justicia, segn el cual todo contrato que no es un contrato entre Estados
en tanto que sujetos del derecho internacional, tiene su fundamento en una ley
nacional(28); conclusin reproducida por
la casacin francesa muchos aos despus en otra clebre sentencia (29). De lo
cual resulta que el contrato no puede existir sin el socorro de un sistema jurdico
que, de una parte, preside el establecimiento de la relacin obligatoria y que,
por otro lado, confiere a cada contratante el poder de constreir a la otra parte a
cumplir sus obligaciones(30).
Sin embargo la cuestin no es tan
clara en el momento actual, pues alguna parte de la doctrina acepta que la au-
259
(27)
FOUCHARD, GAILLARD y GOLDMAN, On International Commercial Arbitration, cit., N 1440, p. 799 y nota 68
en p. 798, informan sobre casos resueltos sobre las siguientes clusulas: (i) la que estableca que el contrato se rega por el derecho francs, sujeto a las explcitas excepciones contenidas en este contrato; (ii) o
aquella en que se elega un derecho estatal en la medida en que no sea contrario a las estipulaciones de
este contrato (casos ICC 6257 y 6136).
(28)
Corte Internacional de Justicia, 12.7.29, Emprunts serbes et brsiliens, citado por Gannag, Lna, Le
contrat sans loi en droit internacional priv tatique, Rapport gnral, 17me congrs de lAcadmie internationale de droit compar.
(29)
Cour de Cassation, 21.6.50, Messageries Maritimes, Grands arrts de la jurisprudence franaise de droit
international priv, 4eme ed., Paris, Dalloz, 2001, N 22, p. 199.
(30)
(31)
En su Segunda Versin el Prrafo Cuarto del Prembulo de los Principios Unidroit, a los que nos referiremos con mayor extensin ms adelante, disponen que Estos principios pueden ser aplicados cuando las
partes no han elegido ninguna ley para gobernar su contrato; y la doctrina suele reconocer la aplicabilidad
de la lex mercatoria a los contratos comerciales internacionales en caso de exclusin por las partes de
cualquier derecho nacional (negative choice); pero como veremos la posibilidad de que el contrato est
regido por reglas de derecho no estatales es una hiptesis distinta y diferenciada del contrato que no est
regido ms que por s mismo.
(32)
GOLDSCHMIDT, Werner, Derecho Internacional Privado, 8va. Ed., Depalma, Buenos Aires, 1992, N 179, p. 195.
260
(33)
SYMEONIDES, informe de los Estados Unidos; Moss, informe noruego, ambos al XVII congreso de la Academia Internacional de Derecho Comparado.
(34)
FOUCHARD, GAILLARD y G OLDMAN, On International Commercial Arbitration, cit., N 1440, pp. 800/801. En
esta orientacin puede mencionarse un laudo rendido en el ao 2001 en el cual el contrato no haca
referencia a ninguna ley nacional, las partes no haban podido acordar en la aplicacin de ninguna ley
nacional e indicaban que el texto del contrato destacaba su naturaleza comercial y que estara gobernado
por sus propias clusulas. Adems, en sus escritos las partes se haban referido a los usos comerciales, costumbres en los mercados internacionales, usos del comercio internacional, costumbres del
comercio internacional, costumbres bsicas del comercio y la lex mercatoria internacional. En ese caso
el tribunal arbitral resolvi aplicar las estipulaciones estrictas del contrato, y cuando fuera necesario las
usos del comercio aplicables a los contratos internacionales con el mismo alcance que el contrato y los
principios generales del derecho de los contratos expresados en lo que es conocido como lex mercatoria
y aplicados como tales por tribunales arbitrales en casos comerciales internacionales (caso ICC N 10076),
citado por GRIGERA NAN, Horacio, Choice-of-Law Problems in International Commercial Arbitration, in:
Recueil des Cours, Acadmie de Droit Internacional, Vol. 289, 2001, nota 257, pp. 242-243.
(35)
Por ejemplo: las partes eligen la Convencin Internacional de Mercaderas de Viena de 1980 que no sera
aplicable por ejemplo porque una de las partes tiene establecimiento en un pas no signatario.
261
sino en la costumbre comercial internacional; el artculo 10 de la misma Convencin dispone consecuentemente que
se aplicarn, cuando corresponda, las
normas, las costumbres y los principios
del derecho comercial internacional, as
como los usos y prcticas comerciales de
general aceptacin con la finalidad de
realizar las exigencias impuestas por la
justicia y la equidad en la solucin del
caso concreto(37).
Sobre esta convencin se argumenta
que si ella misma remite, para cierto casos, a las costumbres y principios del derecho comercial internacional, no puede
sino concluirse que las partes han de tener la libertad de elegir esos principios
para regir su contrato, pues sera absurdo
que estos principios pudieran regir el contrato en caso de ausencia de eleccin y no
cuando las partes los hubiesen individualizado especficamente para regir su relacin jurdica(38).
Por su lado la Comisin Europea ha
publicado la proposicin del reglamento
del Parlamento Europeo y del Consejo
sobre la ley aplicable a las obligaciones
contractuales que abre incontestablemente
la puerta a la admisibilidad del contrato
sin ley estatal (aun delante de los tribunales estatales), en tanto propone modificar
la versin actual del artculo 3 de la Convencin de Roma de 1980 autorizando a
las partes a elegir como ley aplicable los
principios y reglas de derecho material de
los contratos, reconocidos a nivel internacional o comunitario.
(36)
(37)
(38)
262
(39)
Entre los que postulan que la expresin de la Ley Modelo autoriza la eleccin de reglas de derecho
trasnacionales como la lex mercatoria o los usos del comercio internacional: FOUCHARD, GAILLARD y GOLDMAN,
On International Commercial Arbitration, cit., N 1444, pp. 802/803.
(40)
La fuente es el artculo 1496 del NCP, incorporado en 1981, que alude a reglas de derecho y que unnimemente interpretado en el sentido de que autoriza a las partes y a los rbitros en defecto de eleccin por aqullas, a
seleccionar reglas transnacionales: FOUCHARD, GAILLARD y GOLDMAN, On International Commercial Arbitration, cit., N 1444, p. 802; en el mismo sentido Cour dAppel Paris, 25.6.93, Revue dArbitrage 1993-685.
(41)
La ley suiza de derecho internacional privado dispone en el artculo 187 que las partes pueden elegir
reglas de derecho, lo que se interpreta como que pueden determinar la aplicacin de la lex mercatoria.
(42)
Segn la doctrina la Arbitration Act (1996) autoriza la eleccin de la lex mercatoria en el artculo 46.1.b),
que dice que si las partes lo acuerdan el tribunal arbitral decidir la disputa in accordance with such other
263
considerations as are agreed by them or determined by the tribunal. V.: REYMOND , Claude, LArbitration
Act 1996. Convergence et originalit, Revue de lArbitrage 1997-45.
(43)
(44)
BONELL, Joachim, The Unidroit Principles and Transnational Law, in: Revue de Droit Uniforme, 2000-2199, en particular N II.1, p. 201.
(45)
(46)
264
14. Introduccin
Si las partes no han elegido la ley aplicable, porque simplemente lo han omitido
o porque no se pusieron de acuerdo sobre el
punto, los ordenamientos jurdicos suplen
tal omisin determinando mecanismos para
hacerlo a travs de las normas de conflicto.
Ahora bien; el funcionamiento de tales mecanismos no es el mismo segn que
la disputa deba ser resuelta por jueces o
por rbitros; lo cual en alguna medida reproduce la dicotoma a que hemos aludido
cuando se trata de autorizar a las partes a
elegir un ordenamiento jurdico no estatal.
Por ello, hemos de estudiar el tema
segn la determinacin de la ley aplicable quede en manos de los jueces o de
los rbitros.
(47)
265
(48)
Usan esa expresin tambin los reglamentos AAA, LCIA y OMPI: v. DERAINS-S CHWARTZ, El Nuevo Reglamento de Arbitraje de la Cmara de Comercio Internacional. Gua de arbitraje comercial internacional,
cit., p. 267. Tambin la ley modelo UNCITRAL que hemos transcripto antes.
(49)
CRAIG, P ARK y PAULSSON, International Chamber of Commerce Arbitration, cit., N 17.01, p. 319; DERAINS
y SCHWARTZ , El Nuevo Reglamento de Arbitraje de la Cmara de Comercio Internacional. Gua de arbitraje comercial internacional, cit., p. 268.
(50)
CRAIG, P ARK y PAULSSON, International Chamber of Commerce Arbitration, cit., N 17.02, p. 323.
(51)
Ibidem, p. 329.
(52)
266
b.
c.
d.
e.
(53)
Se reconocen diversas frmulas que implican elegir la lex mercatoria; por ejemplo: principios generales
del derecho comercial internacional, principios transnacionales de derecho, principios de derecho internacional, reglas o usos del comercio internacional, etc.
(54)
RUIZ, Abou-Nigm, cit., cita artculo 1496 del Cdigo de Procedimiento Civil de Francia; artculo 1054 del
Cdigo de Procedimiento de los Pases Bajos; y artculo 834 del Cdigo de Procedimientos de Italia; nota
52 en pgina 107.
(55)
RUIZ, Abou-Nigm, cit., N IX, pp. 109/110; muchos de estos casos han sido tomados de la jurisprudencia
arbitral; v. tambin GRIGERA N AN, cit.
De todos modos la misma autora seala que por regla general la lex mercatoria constituye un complemento del derecho nacional aplicable al caso y un valioso instrumento de adaptacin de ese derecho nacional a las necesidades del comercio internacional.
Y con extrema prudencia Grigera
Nan apunta que aun ante un texto tan
permisivo como el artculo 17.1 del Reglamento ICC, los rbitros deben actuar
con suma cautela antes de concluir que el
contrato est regido por la lex mercatoria
en ausencia de una estipulacin explcita
o implcita de las partes en este sentido; y
en realidad deberan adoptar esta conclusin solo excepcionalmente pues no mediando una estipulacin en tal sentido las
partes podran ser sorprendidas por el hecho de que su contrato aparezca regido
por reglas o principios que no estaban claramente establecidos y que fueron elegidas por los rbitros lo que podra no haber sido anticipado por las partes cuando
acordaron el arbitraje(56).
Por ello los casos en que los tribunales arbitrales han hecho aplicacin de reglas de derecho no estatales parten en primer lugar de la eleccin de las partes.
16.4.2. Casos resueltos por aplicacin de reglas de derecho no estatales
Siguiendo la exposicin de Grigera
Nan(57) encontramos:
267
(56)
(57)
268
En otro caso las partes una francesa, la otra inglesa haban establecido en el Acta de Misin que el derecho aplicable al fondo del litigio
est constituido por los principios
comunes al derecho ingls y francs
y en ausencia de tales principios comunes, a los principios generales del
derecho del comercio internacional
tal como son aplicados por los tribunales nacionales e internacionales
(caso ICC 7547, 1993).
(58)
(59)
En un caso el tribunal arbitral despus de advertir que en muchos precedentes bajo las reglas ICC actuando como amigables componedores los rbitros haban hecho aplicacin de la lex mercatoria, estableci:
Que si este principio no implica que los rbitros actuando como amigables componedores tienen la
obligacin de referirse a reglas transnacionales () ello es particularmente adaptado en caso de
dispersin de los elementos de vinculacin de suerte que el contrato es plenamente internacional
() por lo que el tribunal decidir en cuanto al fondo de acuerdo a los principios generales del
derecho internacional (1996, Pars, caso ICC 8655); En 1998, caso ICC 9669 el tribunal arbitral que
actuaba como amigable componedor, lisa y llanamente resolvi que el rbitro aplicar los trminos
del contrato entre las partes y los principios generales del derecho comercial internacional a la luz de
las especficas circunstancias del caso (ambos citados por Grigera Nan, Choice-of-Law Problems
in International Commercial Arbitration, y lug. cit.
(60)
Eran una compaa inglesa y una agencia gubernamental del Oriente Medio; el laudo parcial se identifica
por el caso ICC N 7110.
las que no fueran amigablemente resueltas lo seran according to natural justice, por arbitraje (sin indicar
lugar ni reglas) (contrato 7);
Las partes decidieron someter el conflicto a un arbitraje ICC en La Haya. Obviamente plantearon posiciones sustancialmente diferentes respecto del derecho
aplicable al caso.
La demandante sostuvo que no habiendo eleccin de la ley ni explcita ni
implcita, pretenda la aplicacin de lugar
269
270
Tercera: el hecho de que el contrato
est redactado en ingls no quiere decir
que deba ser interpretado conforme a un
derecho nacional en el que el ingls sea
el lenguaje; es que el ingls es una herramienta de los contratos internacionales aun cuando las partes no provengan
de un pas anglfono; y con relacin a la
expresin natural justice no tiene significado en todos los pases del common
law, por ejemplo es desconocida en los
Estados Unidos; y mucho menos la tiene
en el caso cuando el contrato no est regido por el derecho ingls y cuando al
menos una de las partes no proviene de
un pas del common law.
las partes han fortalecido esa neutralidad conviniendo que las disputas
seran resueltas por arbitraje comercial internacional, aunque sin otorgar al tribunal la posibilidad de resolver ex aequo et bono o como amigable componedor;
271
272
(61)
JOLIVET, Emmanuel, The UNIDROIT Principles in ICC Arbitration, en: UNIDROIT Principles: New Developments and Applications, 2005 Special Supplement ICC International Court of Arbitration Bulletin, ICC,
Paris, 2005, p. 64, N 2, p. 66.
(62)
Se afirma en doctrina que las reglas establecidas en los Principios UNIDROIT gozan de la presuncin de
hacer parte de la lex mercatoria: SERAGLINI, Christophe, Du bon usage des Principes Unidroit dans larbitrage
international, in: Revue de lArbitrage 2003-1101, N 19, p. 1120; pero es una presuncin relativa y admite
prueba en contrario.
(63)
JOLIVET, The UNIDROIT Principles in ICC Arbitration, en: UNIDROIT Principles: New Developments and
Applications, 2005 Special Supplement ICC International Court of Arbitration Bulletin, ICC, cit., otros casos
pueden verse en el mismo trabajo y en: Marrella, Fabrizio, Glinas y Fabien, Les Principes dUnidroit
273
relatifs aux contrats du commerce international dans larbitrage de la CCI, Bulletin de la Cour Internationale
dArbitrage CCI, Vol. 10/2, ICC, Pars, 1999, p. 26; Marrella, Fabrizio, Les Principes dUnidroit relatifs aux
contrats du commerce international dans larbitrage de la CCI, 1999-2001, Bulletin de la Cour Internationale dArbitrage CCI, Vol. 12/2, ICC, Paris, 2001, p. 52.
(64)
(65)
274
V.
LMITES A LA ELECCIN DE
LA LEY
(66)
Los casos paradigmticos son: Petroleum Development c/ The Sheikh of Abu Dhabi, en el cual el rbitro
nico consider que la ley de Abu Dhabi, elegida por las partes para regir el contrato no era suficientemente sofisticada para regir el contrato y la sustituy por la ley inglesa en cuanto reflejo de principios universales de derecho; Aramco, en el cual se dijo que los vacos de la ley de Arabia Saudita seran completados
con los principios resultantes de la costumbre universal y prctica en la industria del petrleo y de ser
necesario por insuficiencia de estos principios el tribunal tomara en cuenta las soluciones reconocidas por
la jurisprudencia y doctrina; y SPP donde tambin se aleg que la ley egipcia no era suficientemente
desarrollada como para regir la cuestin por lo que la sustituyeron por principios del derecho internacional
pblico. Citados y comentados por FOUCHARD, GAILLARD y G OLDMAN, On International Commercial Arbitration, cit., N 1512, a partir de p. 842.
(67)
Los sistemas legales tienen un sistema de fuentes que permite superar las lagunas de las regulaciones
concretas; en otras palabras el ordenamiento persigue su integridad; puede haber lagunas de la ley pero
no del ordenamiento. En el derecho argentino se expresa diciendo que los jueces no pueden dejar de fallar
so pretexto de oscuridad, silencio o insuficiencia de la ley (artculo 15, Cdigo civil). De donde la solucin
que da el mismo Cdigo es que si una cuestin civil no puede resolverse, ni por las palabras, ni por el
espritu de la ley, se atender a los principios de leyes anlogas; y si an la cuestin fuere dudosa, se
resolver por los principios generales del derecho, teniendo en consideracin las circunstancias del caso
(artculo16, Cdigo civil).
(68)
(69)
275
Hemos dicho antes que, siguiendo al profesor espaol BELTRN, Miguel, que:
el juez que prefiere su propia teora al sistema de fuentes, incurre en terrorismo judicial;no hay nada
tan peligroso para el ordenamiento jurdico (en concreto para la seguridad jurdica garantizada por las
decisiones judiciales) como un juez que aplica una teora prescindiendo de los cnones interpretativos
y del mtodo legalmente establecido (en particular del sistema de fuentes). Es irrelevante cul sea el
resultado en trminos de justicia o injusticia de tal apartamiento; una sentencia justa dictada al
margen del procedimiento legalmente establecido (procedimiento cuyo fin es precisamente la garanta del Estado de Derecho) sencillamente no es de recibo, y ni siquiera es de recibo si por justa se
entiende ajustada a derecho: V., RIVERA , Julio Csar, Lmites de las facultades judiciales (en el
rgimen de divisin de poderes y en el sistema de fuentes del derecho privado argentino), en: LL
1999-D.-1299; publicado tambin en: Revista Crtica de Derecho Privado (Montevideo Uruguay)
N 1, ao 2004, p. 167; BELTRN , Miguel, Originalismo e interpretacin, Dworkin vs. Bork: una polmica constitucional, Madrid, Civitas, 1989.
276
En primer lugar porque deberan distinguirse adecuadamente las normas imperativas de las normas de polica, tambin
llamadas de aplicacin inmediata, normas
rgidas, normas perentorias, etc.(70).
El criterio de distincin propiciado
por Boggiano es que la expresin norma
de polica se aplica a casos internacionales tpicos; norma coactiva o imperativa
se aplica a casos internos.
En esta orientacin, la norma de polica presenta la estructura de una norma
de conflicto unilateral inderogable, que
remite al derecho propio exclusiva e inflexiblemente, no habiendo lugar para el
derecho extranjero ni para la autonoma
de las partes(71). Sus mbitos son la proteccin de la competencia, la tutela de la
parte ms dbil del contrato, ciertas normas de polica econmica como las reglas
aduaneras o de control de cambios.
19.3.2. Aplicacin por los jueces de
reglas imperativas
Es en general aceptado que los jueces deben aplicar las reglas imperativas del
foro, las normas imperativas de la ley elegida por las partes en tanto no sean contrarias al orden pblico internacional; y en
principio tambin deberan tener en cuenta las normas imperativas de otros derechos
que un contacto prximo con la disputa.
As qued plasmado en el art. 7 de la
Convencin de Roma de 1980 en tanto
establece que: 1. Al aplicar, en virtud del
presente Convenio, la ley de un pas determinado, podr darse efecto a las disposiciones imperativas de la ley de otro
pas con el que la situacin tenga una conexin, si y en la medida en que, tales disposiciones, segn el derecho de este ltimo pas, son aplicables cualquiera que sea
la ley que rija el contrato. Para decidir si
se debe dar efecto a estas disposiciones
imperativas, se tendr en cuenta su naturaleza y su objeto, as como las consecuencias que se derivaran de su aplicacin o
de su inaplicacin. 2. Las disposiciones
del presente Convenio no podrn afectar
a la aplicacin de las normas de la ley del
pas del juez que rijan imperativamente
la situacin, cualquiera que sea la ley aplicable al contrato(72).
(70)
BOGGIANO, Curso de Derecho Internacional Privado, cit., pp. 277 y 278, hace una larga enumeracin de
denominaciones que se utilizan para identificar esta categora de normas.
(71)
Ibidem, p. 278.
(72)
Debe tenerse en cuenta que Alemania, Luxemburgo y el Reino Unido han hecho reserva excluyendo la
aplicacin de las reglas imperativas extranjeras. Entre nosotros el Proyecto de Reformas al Cdigo Civil
elaborado por la Comisin designada por decreto 468/92 propona en el artculo 8: El ejercicio de la
autonoma privada y el funcionamiento de las normas de conflicto quedan excluidos por las normas locales internacionalmente imperativas. Las disposiciones internacionalmente imperativas pertenecientes a
un derecho extranjero pueden ser tomadas en consideracin si la relacin presenta una relacin estrecha
con aquel derecho. A tales efectos se tendr en cuenta la finalidad de tal disposicin, las consecuencias
que se derivaran de su aplicacin, su compatibilidad con los principios de la legislacin argentina y la
razonable previsin de las partes. La nota a ese artculo cita como fuentes al artculo 7 de la Convencin
de Roma de 1980, a la ley suiza de derecho internacional privado (artculo 18 y 19) y al Cdigo Civil de
Qubec. Y explicaba: La propuesta () distingue tal como es generalmente aceptado en doctrina, en las
legislaciones extranjeras y convenciones de la ltima dcada las normas internacionalmente imperativas
locales (llamadas tambin normas de polica, normas de aplicacin inmediata, etc.), que en razn de su
objetivo particular deben ser aplicadas por voluntad del legislador cualquiera sea el derecho que normalmente rija la relacin de que se trate, y cuya presencia excluye a priori toda otra solucin, de las normas
277
El problema que provoca un profundo debate acadmico es si deben o no aplicar las normas de polica de un sistema
legal(75) distinto del elegido por las partes
Sin embargo ello no parece ser la tesis que goza de general aceptacin y por
ello se distingue entre las reglas imperativas de un sistema legal y aqullas que
(74)
RACINE , Jean Baptiste, Rflexions sur lautonomie de larbitrage commercial international, en: Revue de
larbitrage 2005-305, a partir del N 24, p. 323 y conclusiones en el N 27, p. 326.
(75)
Se usa sistema legal y no ley, porque las normas de polica pueden provenir de un Estado o de tratados o
convenciones supranacionales. As, los casos que ms frecuentemente se han planteado en la realidad
son relativos a la aplicacin de reglas europeas anti-trust; y podra darse con las convenciones internacionales sobre trfico de drogas, corrupcin, etc.
(76)
RACINE , Rflexions sur lautonomie de larbitrage commercial international, cit., a partir del N 24, p. 323 y
conclusiones en el N 27, p. 326.
278
(77)
Como en muchos otros casos las confusiones son ms terminolgicas que de otra naturaleza; F OUCHARD,
GAILLARD y GOLDMAN , sealan que corrupcin, contrabando, violacin de embargos y afectacin de leyes
antitrust son mostrados como casos de reglas imperativas y de orden pblico internacional, On International Commercial Arbitration, cit., N 1521 y N 1522, p. 851.
(78)
FOUCHARD , GAILLARD y G OLDMAN, On International Commercial Arbitration, cit, N 1533, p. 861; argumentan
los autores sobre la base del artculoV 2.b) de la Convencin de New York que autoriza a rechazar el
reconocimiento y ejecucin del laudo cuando ello sea contrario al orden pblico del pas en que se pretende tal reconocimiento o ejecucin.
(79)
Ibidem, N 1526 y 1527, a partir de p. 856, aunque tambin sealan algunos casos en que los tribunales
arbitrales aplicaron normas imperativas provenientes de un sistema lgal extrao a la lex contractus.
(80)
279
(81)
Cour dAppel Paris, 18.11.04, Socit Thals Defence c/ GIE Euromissile et EADS, JCP 2005-II-10038,
note Chabot.
(82)
La expresin proviene de RADICATI DI BROZOLO, Luca, Lillicit qui crve les yeux: Critre de contrle au
regard de lordre public international ( propos de larrt Thals de la Cour dAppel de Paris), en: Revue de
larbitrage 2005-529, N 17, p. 545, quien la toma de la sentencia de la Corte de los Estados Unidos en la
causa Mitsubishi, en la cual el mximo tribunal estadounidense dijo que era suficiente que el juez de
control compruebe que el tribunal arbitral tom conocimiento de los reclamos basados en la ley de polica
y decidi efectivamente sobre ellos, lo que no requerira una intrusive inquiry contraria al principio de que
la revisin sustancial sobre el laudo es mnima.
(83)
RADICATI DI BROZOLO, Lillicit qui crve les yeux: Critre de contrle au regard de lordre public international ( propos de larrt Thals de la Cour dAppel de Paris), cit.; justamente este autor cita una sentencia de la Corte de Apelaciones de La Haya, 24.3.05, indita, en la que el tribunal judicial se comport como
si estuviera analizando una apelacin, pues nunca se detuvo en la cuestin del alcance de su control,
limitndose a una referencia a la sentencia del caso Eco Swiss a sostener que las reglas de derecho de la
competencia son de orden pblico; N 6, p. 536.
(84)
RADICATI DI BROZOLO, Lillicit qui crve les yeux: Critre de contrle au regard de lordre public international ( propos de larrt Thals de la Cour dAppel de Paris), cit., N 18, pp. 546-547.
(85)
280
(86)
(87)
CRAIG, PARK y PAULSSON, International Chamber of Commerce Arbitration, cit., N 17.03, p. 330/1 aclaran
que la precedencia de los trminos del contrato es sobre los principles of statutory or case law.
(88)
RIVERA, Julio Csar, Instituciones, cit., T. I, N 105. La nocin que brindamos aparece en el derecho
privado argentino, pues el artculo 218 del Cdigo de Comercio dice: Siendo necesario interpretar la
clusula de un contrato, servirn para la interpretacin las bases siguientes: 6) el uso y prctica generalmente observados en el comercio, en casos de igual naturaleza, y especialmente la costumbre del
lugar donde debe ejecutarse el contrato, prevalecern sobre cualquier inteligencia en contrario que se
pretenda dar a las palabras. Y el artculo 219 del mismo Cdigo de Comercio remite a los usos del
trfico para la integracin del contrato, cuanto las partes hubieren omitido alguna previsin para su
ejecucin. Se advierte entonces, que nuestro Cdigo de Comercio distingue lo que es la costumbre de
lo que es el uso convencional o del trfico.
(89)
Salvo en el derecho argentino en el cual si nada se dice se presume que el arbitraje es de equidad
(90)
Cour dAppel Paris, 4.2.96, Revue darbitrage 1966-27, 1966 o 1996; ibidem, 28.2.80, Revue darbitrage
1980-538; ibidem, 11.12.97, Revue darbitrage 1997-380.
(91)
281
EL PL
AZO EN EL ARBITRAJE
PLAZO
1.
La conveniencia de resaltar la funcin del plazo en el arbitraje me fue sugerida por la lectura de un reciente fallo
( *)
Acadmico de Nmero de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires. Socio
fundador del estudio Alegria, Buey Fernandez, Fissore & Montamerlo.
(1)
Corte de Pars, 29 de junio 2006, Caburol c/Moyrand, y su antecedente del 7 de noviembre de 2002, de
la 2 Cmara Civil de la Corte de Casacin Francesa; ver LOQUIN, Eric, Note: Tribunaux de commerce et
arbitrage, en: Revue Trimestrielle de Droit Commercial et de Droit conomique, en adelante citada como
RTD com, N 4, octubre-diciembre 2006, Dalloz, Pars, 2006, pp. 760-774; y tambin del mismo autor:
Note. Cour de cassation (2e Ch. Civile), 7 noviembre 2002, en: Revue de larbitrage, 2003.
282
HCTOR ALEGRA
(2)
En el caso de la Corte de Apelacin de Pars del 29 de junio de 2006, citado en nota 1, se trataba de un
supuesto en el que se haba conferido al tribunal arbitral la facultad de prorrogar el plazo por un tiempo
determinado, pues el acta de misin prevea, como es frecuente, que por derogacin de la clusula compromisoria, las partes dan a los rbitros la posibilidad de prorrogar su misin por un plazo de seis meses suplementarios, renovable por una vez, y que usarn, en su caso, despus de haber informado a las partes.
(3)
LOQUIN, Note: Tribunaux de commerce et arbitrage, en: Revue Trimestrielle de Droit Commercial et de
Droit conomique, cit. en nota 1, p. 671. En favor de la decisin de la Corte de Casacin citada en nota 1:
MOREAU, Bertrand, A propos de la prorogation de la dure de larbitrage par le tribunal arbitral, en: Les
Cahiers de larbitrage, Vol. II, p. 92.
(4)
Ver comentario de DUBARRY, Jean-Claude / LOQUIN , Eric, del fallo de la Corte de Dijn, del 17 de enero de
1994, en St Cobra / St Saga et autres, indito, en: RTD com N 2, 1996, p. 246, y las citas de antecedentes all referenciadas. El artculo 1456 del Nuevo Cdigo de Procedimiento Civil (en adelante NCPC)
dice: Si la convencin de arbitraje no fija el plazo, la misin de los rbitros slo dura seis meses a contar
del da en que el ltimo de ellos ha aceptado. El plazo legal o convencional puede ser prorrogado sea por
acuerdo de partes, sea a peticin de una de ellas o del tribunal arbitral, por el presidente del tribunal de
gran instancia o en el caso del artculo 1444, segunda parte, por el presidente del tribunal de Comercio.
(5)
Que en adelante llamaremos, indistintamente, Reglamento, Reglamento Arbitral o Reglamentos Arbitrales. Una visin muy completa de las legislaciones y reglamentos de los diferentes pases puede consultarse en International Council For Commercial Arbitration, Iinternational Handbook on commercial arbitration, editores generales VAN DER BERG, Albert Jan / SANDERS, Pieter, Kluwer, Deventer- Boston, en tres
tomos con actualizaciones peridicas.
(6)
El disfavor respecto del arbitraje se not claramente hacia mitad del siglo anterior y posteriormente en
Amrica Latina: CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Breve descripcin de la situacin del arbitraje internacional de Amrica Latina, en: Laudo, Centro de Arbitraje, Amcham, Per, mayo de 2004, que puede leerse
en http://www.amcham.org.pe/arbitraje/PUBLICACIONES/LAUDO/2004/numero3.htm.; PIAGGI, Ana I., Evoluciones recientes del arbitraje comercial internacional en Latinoamrica, en: Revista de Derecho del
MERCOSUR, N 6, diciembre de 2000, p. 148 y tambin en PIAGGI, Ana Isabel y ESTOUP, Luis Alejandro,
Derecho Mercantil Contemporneo, La Ley, Buenos Aires, 2001, pp. 81 y ss.; GRIGERA N AN, Horacio,
Arbitration in Latin America: Overcoming tradicional hostility, en: Arbitration Internacional, Vol. 5, N 2,
1989. Comprese MORELLO , Augusto Mario, El arbitraje. Sus desafos. Lajouane, Buenos Aires, 2005,
especialmente su Cap. 1, llamado Ideologas, dificultades, realidades, pp. 21 y ss. CHILLN M EDINA, Jos
283
EL PLAZO EN EL ARBITRAJE
laudo o para el dictado de ste) no importa la inexistencia del arbitraje, ni tampoco la invalidez tanto del proceso como de
la sentencia arbitral.
Veremos en el desarrollo posterior que
puede faltar uno o ambos sin afectar la eficacia del proceso. Adems, la determinacin
de estos plazos, tiene caracteres particulares segn el cuerpo legal que regule el caso
concreto. En muchos de ellos se identifica
al plazo como un requisito contingente del
compromiso o de la clusula arbitral(8).
Mara / MERINO M ERCHN, Jos Fernando, Tratado de arbitraje interno e internacional, Civitas, Madrid,
1978, p. 58, enuncian razones por las cuales Espaa marchaba hace unas dcadas a la zaga en esa
materia lo cual, a su vez, se manifestaba por la escasa aportacin doctrinal, casi de penuria, que ofreca
esta figura. Vase tambin la 3ed. de la misma obra, con su nuevo ttulo Tratado de Derecho Arbitral,
Thomson Civitas, Navarra, 2006, p. 60 y pp. 131 y ss. MORENO RODRGUEZ, Jos Antonio, Temas de contratacin internacional, inversiones y arbitraje, Ediciones Jurdicas Catena S.A., Asuncin, 2006, p. 299 donde dice () son pocos los casos de arbitrajes registrados en tiempos recientes en el pas, y existe la
percepcin, por parte de los principales referentes locales en la materia, que ello se debe a que estos
procesos son llevados con una celeridad no muy distinta a la de los casos judiciales (); BUENO, Silvia /
DE ALMEIDA, Lise, La evolucin del arbitraje en Brasil y su aceptacin por el poder judicial, en: Revista
Peruana de Arbitraje, N 3, Grijley, Lima, 2006, pp. 289 y ss., AGUILAR, Fernando, Notas sobre la interpretacin de la convencin arbitral, en: Jurisprudencia Argentina (en adelante JA), nmero especial 2007-I,
del 28 de marzo de 2007, pp. 3 y ss., donde destaca la estrictez de la interpretacin judicial de la clusula
arbitral, con citas de numerosos precedentes; ANAYA, Jaime L., Recursos contra los laudos arbitrales, El
Derecho (ED), T. 61, pp. 515 y ss., relata en el Cap. 7 que incluso un antiguo maestro del derecho comercial, SEGOVIA, Lisandro, reputaba inconstitucional el arbitraje.
(7)
(8)
Que, en consecuencia, puede existir o no existir. Ver infra, Cap. II, numeral 2.4.
284
HCTOR ALEGRA
traciones en funcin jurisdiccional), pueden ocurrir supuestos en los que el vencimiento de plazos determine la prdida de
jurisdiccin del rgano encomendado para
su resolucin. As, por ejemplo, en ciertos cdigos procesales o en reglas de procedimiento administrativo se determina la
caducidad del trmite o de la potestad de
juzgar por el vencimiento de ciertos plazos, ya sea automticamente o previa solicitud de parte interesada o por decisin
de un rgano superior. Lo mismo ocurre
si quien se desempea en el rgano jurisdiccional pblico ha dejado de ejercer
vlidamente su funcin (por renuncia, remocin, recusacin o, incluso, por vencimiento del trmino de su gestin(12)).
Como consecuencia de lo expuesto,
la precariedad de la funcin arbitral no
est ligada a las consideraciones generales sobre el plazo en el arbitraje, tanto que
en los tribunales permanentes de arbitraje no se puede hablar de precariedad ni
de especificidad para un caso. Incluso, en
los tribunales arbitrales institucionales, es
decir, los que se desarrollan dentro de los
reglamentos de una institucin nominadora o administradora del arbitraje, se ha
afirmado que la ausencia de plazos o la
facultad concedida a la institucin respectiva para su prrroga, no est sometida a
las limitaciones y eventuales tachas de
(9)
(10)
(11)
(12)
EL PLAZO EN EL ARBITRAJE
285
En este supuesto, en las legislaciones latinas la limitacin convencional para deducir un trmite arbitral
no puede importar un pacto de reduccin de la prescripcin, segn algunas legislaciones(16). Por lo tanto,
resultara tambin impropio calificarlo como un supuesto de caducidad
del derecho a reclamar(17).
(ii) An pactndose un plazo para deducir
la demanda arbitral, vencido tal plazo
podra admitrsela si, deducida, la otra
parte no resiste el procedimiento.
(iii) De todas maneras, podra acudirse a
la jurisdiccin ordinaria, dentro del
plazo de prescripcin.
Finalmente, es claro que en general
la posibilidad de recurrir al arbitraje est
sometida a los plazos de prescripcin que
corresponda a la naturaleza del derecho
invocado (y a las causales de suspensin
e interrupcin de prescripcin que corresponda segn el derecho de fondo).
b. Distintos plazos procesales de
tramitacin
(i)
(13)
Ver fallo de la Corte de Pars, del 29 de junio de 2006, cit. en la nota 1, Caburol c/ Moyrand, donde el autor
de la mencionada nota (LOQUIN) explica que la jurisprudencia nunca ha dudado en considerar validamente indeterminada la duracin de los arbitrajes institucionales, citando el fallo de la Cmara de Apelaciones
de Pars del 17 de Mayo de 1983, Revue de larbitrage, 1987, p. 309.
(14)
Obviamente son dos posiciones bien diferenciables, cuyo punto de contacto est ligado a la consideracin
de los efectos del dictado del laudo fuera del plazo considerado.
(15)
Ver en el derecho ingls MUSTILL, Sir Michael / BOYD, Stew The Law and Practice of Commercial Arbitration
in England, Butterworths, Londres, 1989, Cap. 16, Lapse of times, con su referencia a la Limitation Act,
1980, pp. 193 y ss.
(16)
BUERES, Alberto J. / H IGHTON , Elena I., Cdigo Civil y Normas Complementarias. Anlisis doctrinario y
jurisprudencial, Hammurabi, Buenos Aires, 2001, T. 6B, pp. 573 y ss. En relacin, fallo Alaniz, Juan c/ Cia.
Aseguradora Argentina, CCom., en pleno, 27.11.59, LL, 96-174.
(17)
286
HCTOR ALEGRA
(18)
(19)
Como novedad la reforma del Reglamento de arbitraje de la Cmara de Comercio Internacional, (Pars)
(en adelante Reglamento CCI), vigente a partir del 1 de enero de 1998, introdujo en el artculo 18.4 la
redaccin de un documento separado del Acta de Misin, por el cual se establezca un calendario provisional que pretenda seguir en la conduccin del proceso arbitral, y lo comunicar tanto a la Corte como a las
partes. Cualquier modificacin posterior de dicho calendario deber ser comunicada a la Corte y a las
partes. Recordamos que el mismo Reglamento establece en el artculo 15 El procedimiento ante el
Tribunal Arbitral se regir por el Reglamento y, en caso de silencio de ste, por las normas que las partes
o, en su defecto, el Tribunal Arbitral determinen ya sea con referencia o no a un derecho procesal nacional
aplicable al arbitraje. Vase DERAINS, Yves / SCHWARTZ, Eric A., A guide to the new ICC rules of arbitration,
Kluwer, La Haya Londres Boston, 1998, pp. 235 y ss. y 246 y ss.; en la traduccin espaola de
MARTNEZ VALDS, Fernando, El nuevo Reglamento de Arbitraje de la Cmara de Comercio Internacional.
Gua de arbitraje comercial internacional, Oxford University Press, Mxico, 2001, pp. 255 y 301.
(20)
Como es sabido, se trata de supuestos en los que el proceso se detiene no registrando actividad impulsoria
durante cierto tiempo, lo que produce la prdida de la instancia (no del derecho ejercido, que eventualmente
puede hacerse valer en otro proceso). PALACIO, Lino Enrique, Derecho Procesal Civil, T. IX, Abeledo-Perrot,
Buenos Aires, 2001, p. 71, estima que lo dispuesto en el artculo 748, inciso 3) del CPCCN, que establece que
si durante tres meses las partes o los rbitros no hubiesen realizado ningn acto tendiente a impulsar el
procedimiento, ste se extingue, importa el mismo fundamento que el de la caducidad de instancia y
sus principios son analgicamente aplicables. Adems cita un fallo publicado en La Ley, T. 153, p. 155.
(21)
Un caso interesante surge de la interpretacin, bajo el Reglamento CCI, que si las partes manifiestan no
tener inters en el arbitraje, la Corte no prorroga el plazo a su vencimiento: DERAINS, Yves y SCHWARTZ, Eric
A., A guide to the new ICC rules of arbitration, cit., en nota 19, p. 284, lo que tiene efectos de caducidad del
procedimiento; sobre las diferencias entre plazo lmite fijado por la CCI, el fijado por reglas procesales
locales y la perencin de instancia, estos autores remiten, en la nota 644 de la p. 283, al laudo en el Caso
2730 de la CCI de 1982 (JARVIN, Sigvard y DERAINS , Yves,Collection of ICC Arbitral Awards- Recueil des
sentences arbitrales de la CCI, ICC y Kluwer, Paris y ot., 1990, pp. 490 y ss., en la que el Tribunal resolvi
que, aunque se aplicara supletoriamente el Cdigo procesal francs y ste admitiera la perencin de
instancia, era doctrina reiterada que la institucin no se aplicaba a los arbitrajes. Sobre la caducidad de
instancia en el procedimiento judicial y su pertinencia en el arbitraje: BETTO, Jean-Georges, nota a las
decisiones de la Corte de Casacin francesa (Cmara Civil), de 8 de marzo de 2001, 18 de octubre de
2001 y 4 de abril de 2002 y de la Corte de Paris del 17 de enero de 2002, en Revue de l arbitrage, 2002,
p. 909, quien entiende intil echar mano a ese remedio, recordando que el plazo fatal puede ser visto
como uno de los ltimos actos de desconfianza contra el rbitro y que, en su caso, la caducidad de la
instancia arbitral slo provocar la iniciacin de un nuevo arbitraje, alargando el perodo en el cual el litigio
ser resuelto.
EL PLAZO EN EL ARBITRAJE
287
que en ciertos casos, el Reglamento Arbitral (de fuente legislativa, institucional
o convencional) puede no prever los plazos y tramitacin de los recursos o de la
ejecucin de los laudos, los que entonces son regidos por la legislacin procesal aplicable(23).
e. La suspensin o interrupcin de
los plazos en el procedimiento arbitral
Los plazos en el procedimiento arbitral son susceptibles de suspensin o interrupcin. Los distintos ordenamientos
regulatorios, en general, establecen algunos supuestos en que ocurren tales fenmenos. As por ejemplo, es frecuente referirse a la suspensin en hiptesis de reemplazo de uno o ms rbitros (por cualquier
causa(24)), por la actuacin de rganos de
la justicia que lleven a interrupcin del
(22)
Artculo 31 de la ley de Arbitraje y Conciliacin de Bolivia N 1770, que al referirse a las facultades de los
rbitros dice: Son facultades de los rbitros: 1- impulsar el procedimiento, disponiendo de oficio las medidas que sean necesarias a tal efecto (); artculo 54 de la seccin Cdigo de tica de los rbitros del
Reglamento del Centro de Conciliacin y Arbitraje de Panam, el que reza: Los rbitros desarrollarn sus
poderes de impulso del procedimiento para asegurar plenamente el principio pro arbitrato, cumpliendo y
haciendo cumplir lo pactado por las partes (). Vase en relacin las reglas de la Federation of oil, seed
and fats Ltd. (Fosfa), las que disponen que si un rbitro retarda indebidamente el desarrollo del proceso,
podr ser convocado para explicar las razones de dicho comportamiento. El Reglamento CCI establece
que El tribunal instruir la causa en el plazo ms breve posible por todos los medios apropiados (Artculo
20.1): vase su comentario en DERAINS , Yves y SCWARTZ, Eric, A guide to the new ICC rules of arbitration,
cit., en nota 19, pp. 252 y ss. PINSOLLE, Philippe, KREINDLER, Richard H., Les limites du rle de la volont
des parties dans la conduite de linstance arbitrale, en: Revue de larbitrage, N 1, 2003, p. 45, donde
mencionan el debate sobre el poder de disposicin de las partes y el deber del rbitro de continuar hasta
finalizar el procedimiento an contra la voluntad de las partes, recordando el tratamiento del problema en
la reunin ICCA (Internacional Council for Commercial Arbitration Congress) organizada en Londres, en el
ao 2002, en la que se escucharon ponencias en uno y otro sentido y tambin propiciando un equilibrio en
ambas concepciones. Los autores sealan que el tema de debate en tal Congreso estaba enunciado
como The parties, not the arbitrators, control the arbitration (nota 6). En el texto recuerdan tambin la
frase de Ren David, quien en 1932 afirm que el rbitro no es un valet de las partes.
(23)
En general, para los recursos se aplicar el rgimen procesal del lugar de emisin del laudo y para la
ejecucin el del lugar en que la ejecucin deba ser llevada a cabo (que puede ser distinta a la jurisdiccin
de emisin del laudo).
(24)
Como ejemplo vase el artculo 42 de la Ley General de Arbitraje de Per N 26.572 (1996), y en
relacin, CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Arbitraje comercial y de las inversiones, UPC, Lima, 2007,
p. 126 y sus notas respectivas. Asimismo, el Reglamento de la OMPI, en su artculo 33, lo admite salvo
acuerdo en contrario de las partes; artculo 747 del Cdigo Procesal Civil y Comercial de la Nacin
(Argentina) y el artculo 137 del Decreto 1818/98 de Colombia. Vase AYLWIN AZOCAR, Patricio, El juicio
arbitral, cit. en nota 7, pp. 464 y ss., sobre suspensin y prrroga de plazos.
288
HCTOR ALEGRA
(25)
Artculo 752 del Cdigo Procesal Civil y Comercial de la Nacin (Argentina); artculo 819 bis del Cdigo de
Procedimiento Civil Italiano.
(26)
Cdigo de Procedimiento Civil italiano, artculo 816, que termina expresando que si despus del vencimiento ninguna de las partes activa la actuacin de los rbitros para proseguir el juicio, los rbitros pueden renunciar al encargo; Vase RUBINO-SAMMARTANO, Mauro, Il Diritto DellArbitrato, 5ed., CEDAM, Padua, 2006, p. 454. En ciertos arbitrajes institucionales, y en especial en los de la CCI, la falta de depsito
de la suma para gastos del arbitraje puede causar la suspensin del procedimiento (artculo 30.4); vase
RAINER , Andreas, Le rglement darbitrage de la CCI, versin 1998, en: Revue de larbitrage, 1998, pp. 44
y ss., especialmente puntos 6, parte final y 8 (pp. 44-52).
(27)
Decreto Legislativo italiano del 2 de febrero de 2006, que modific el artculo 820 del Cdigo de Procedimiento Civil, que dice: ()si las partes no dispusieran de otra forma, el trmino es prorrogado por 180 das en los
casos siguientes y no ms de una vez en el mbito de cada uno de ellos: a) si deben ser sustanciados medios
de prueba; b) si se ha dispuesto una pericia tcnica de oficio; c) si se ha pronunciado un laudo no definitivo
o un laudo parcial; d) si se ha modificado la composicin del colegio arbitral o ha sido sustituido el rbitro
nico. El trmino para el pronunciamiento del laudo se suspende durante la suspensin del procedimiento.
En todo caso, despus de la reanudacin del procedimiento el trmino residual no ser inferior a 90 das.
(28)
PALACIO, Lino Enrique, Derecho Procesal Civil, T. IX, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2001, p. 117, expresa
que las partes no podran suspender el procedimiento sin conformidad de los rbitros, solucin con la que
no concordamos. Ver tambin artculo 496.1 del Cdigo General de Procedimientos de Uruguay y artculo
52 de la Ley de Arbitraje y Conciliacin de Bolivia N 1770 (1997), entre otros.
(29)
As se decidi por aplicacin del artculo L. 621-40 del Cdigo de Comercio francs, anulando el procedimiento y declarndolo extinguido: Corte de Casacin, Cmara Comercial, Arret N 873 del 2 de Junio de
2004, Caso Gaussin SA et autres c/ Alstom Power Turbomachines SA. La incidencia de los procesos
concursales, ya sean preventivos o liquidatorios, han motivado distintas soluciones en los regmenes
jurdicos. Ver: BONSIGNORI, Angelo, Arbitrati e Fallimento, CEDAM, Padua, 1995; VINCRE, Simonetta, Arbitrato rituale e fallimento, CEDAM, Padua, 1996. En Italia, el artculo 69 del Decreto Legislativo del 9 de enero
de 2006, N 5, Riforma organica della disciplina delle procedure concorsuali, incorpor el artculo 83 bis
al Real Decreto del 16 de marzo de 1942 N 267, que ahora dice: Clusula Arbitral. Si el contrato que
contiene una clusula compromisoria se resuelve por una disposicin de la presente seccin, el procedimiento arbitral no puede ser proseguido. CAIVANO, Roque J., Arbitraje, 2ed. actualizada y ampliada, AdHoc, Buenos Aires, 2000, pp. 117-118 y sus remisiones a casos jurisprudenciales y al trabajo del autor
junto con TRUFFAT, Edgardo Daniel, El arbitraje pericial y los procesos concursales, en: El Derecho, en
adelante ED, 183-247. En la ley espaola se toma como va de impugnacin del convenio arbitral o del
mismo laudo, el caso que quien sea demandado caiga en concurso. Vase al respecto MERINO MERCHN ,
Jos F. / CHILLN M EDINA, Jos Ma., Tratado de arbitraje interno e internacional, cit. en nota 6, p. 743. El
tema ha sido planteado reiteradamente en la doctrina y la jurisprudencia argentina con motivo del artculo
134 de la Ley de Concursos y Quiebras: vase SEGAL, Rubn, El arbitraje con relacin a los procesos
concursales, La Ley, 1980-D-140; RIVERA, Julio / ROITMAN, Horacio / VITOLO, Daniel Roque, Ley de concursos y quiebras, 3ed., Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, Sta. Fe, 2005, T. II, pp. 134 y ss. La Corte Suprema
EL PLAZO EN EL ARBITRAJE
289
que las partes determinen concretamente
el que se aplique al caso, ya sea en la clusula arbitral, o en el Acta de Misin o compromiso, o en un acto posterior. En ese
supuesto se aplicar lo convenido, sin perjuicio de hacerle extensivos los criterios
generales y supletorios del reglamento arbitral de que se trate, en tanto no sea derogado por el mismo acuerdo de partes
(por ejemplo, cmputo de los plazos das
hbiles o inhbiles, comienzo y fin, facultades para la prrroga de los plazos,
suspensiones, etc.).
Un interesante precepto surge del
actual artculo 32.1 del Reglamento CCI,
refirindose al llamado fast track: admite
que las partes puedan acordar reducir los
diferentes plazos previstos en el reglamento pero que si ello ocurre despus de la
constitucin del tribunal arbitral, debe requerirse la previa aprobacin de ste(32).
La norma es lgica por cuanto los rbitros pueden haber aceptado bajo ciertas
pautas temporales que, al ser reducidas,
alteran la ptica bajo la cual aceptaron,
de Justicia de la Nacin (Argentina) resolvi un caso interesante en Bear Service S.A. c/ Cervecera
Modelo S.A. de C. V., el 5 de abril de 2005, admitiendo la perduracin de la clusula arbitral an despus
de la resolucin del contrato y sealando que no corresponda aplicar el fuero de atraccin en el concurso
preventivo de la parte actora, y la nota de RIVERA, Julio Csar, Dos cuestiones sobre arbitraje en una
sentencia de la Corte Suprema Argentina, disponible en www.rivera.com.ar.
(30)
Vase CAIVANO, R., Arbitraje, cit. en nota anterior, pp. 118 a 123, y del mismo autor El arbitraje y el fuero
de atraccin del sucesorio, en: ED, 16/6/99.
(31)
A modo de ejemplo: artculo 24 del Reglamento CCI; artculo 81 del Reglamento de Arbitraje del MERCOSUR; artculo 22 de la Ley de Arbitraje Comercial de Venezuela; artculo 33 del Reglamento de
Arbitraje de Panam, entre otros.
(32)
CRAIG, W. Laurence / PARK , William W. / PAULSSON, Jan, Internacional Chamber of Commerce Arbitration,
Oceana, EE.UU., 1997, pp. 146 y ss.; REDFERN, Alan / HUNTER , Martn / BLACKABY , Nigel / PARTASIDES, Constantine, Law and Practice of International Commercial Arbitration, Sweet & Maxwell, 2004, punto 6-43,
Cap. 6; primera disposicin complementaria del Reglamento de Arbitraje de la Cmara de Comercio de
Lima; artculo 36 del Reglamento de Arbitraje de la Cmara Nacional de Comercio de la Ciudad de Mxico.
RUBINO-SAMMARTANO, Mauro, Il Diritto DellArbitrato, cit. en nota 26, pp. 791 y ss., quien trata no slo el fast
track de EE.UU., sino la diferenciacin entre arbitraje acelerado, arbitraje veloz y arbitraje superveloz. Vase como otro ejemplo de esta modalidad de arbitrajes expeditivos o abreviados, el regulado en
las Commercial Rules de la American Arbitration Association, tratado en los apartados E-1 a E-10.
DERAINS, Yves y SCHWARTZ, Eric A., A guide to the new ICC rules of arbitration, cit. en nota 19, p. 345, indican
que el artculo 32 del Reglamento ICC permite a la Corte salvar el procedimiento de fast track.
290
HCTOR ALEGRA
ya sea porque a su juicio se hace imposible la tramitacin razonable del procedimiento o porque les resulte incompatible
por sus otras ocupaciones(33).
b.Las normas supletorias en la determinacin del plazo
El Reglamento Arbitral aplicable al
proceso suele traer, en caso de requerir
la fijacin de un plazo para el entero procedimiento, las pautas que se aplicarn
para su determinacin en la hiptesis de
no haberlo establecido las partes de otra
manera(34). Se critica que la fijacin de
tales pautas opere como un cartabn nico, que pueda resultar estrecho para buena parte de los casos y en algunos, por el
contrario, ser excesivo(35).
En general cuando se trata de trminos expresados en meses, el cmputo se realiza desde el da del comienzo
del plazo hasta el mismo da del mes de
vencimiento(36).
No existe una regla genrica sobre si
el cmputo de das se efecta slo de das
hbiles o tambin contando los inhbiles(37). De todas formas, y salvo la facultad del tribunal de habilitar das inhbiles
a los fines de actos del procedimiento, stos deben efectuarse en das hbiles del
(33)
BLESSING, Marc, La procdure darbitrage selon le nouveau rglement de la CCI Analyse des changements, in: Bulletin de la Cour Internationale dArbitrage de la CCI, Vol. 8, N 2, Diciembre 1997, p. 35.
Vase tambin REINER, cit., en nota 26, pp. 68/9 quien relata que ordinariamente es difcil encontrar rbitros
dispuestos a tomar el encargo, cuando las partes han reducido excesivamente el plazo del procedimiento.
(34)
Son ejemplos salientes donde se establece un plazo supletorio para el dictado del laudo: Artculo 126 del
Decreto 1818 (1998) de Colombia, donde se dispone el plazo supletorio de 6 meses; artculo 25 del
Decreto-Ley N 5 (1999) de Panam, donde se dispone un plazo de 6 meses desde la aceptacin del
ltimo rbitro. Con igual criterio, el artculo 58 del Decreto 161 (2000) de Honduras y el artculo 49 del
Decreto 914 (2002) de El Salvador. El artculo 23 de la Ley 9307 (1996) de Brasil establece un plazo de 6
meses desde la instalacin del arbitraje; el artculo 22 de la Ley de Arbitraje Comercial de 1998 de Venezuela (Gaceta Oficial 36.430) tambin 6 meses a partir de la constitucin del Tribunal Arbitral y el artculo
48 de la Ley 26.572 (1996) de Per, en relacin a los arbitrajes nacionales, 20 das de vencida la etapa de
prueba. En el caso de Espaa, el artculo 37 (2) de la Ley 60 (2003) establece un plazo de 6 meses desde
el vencimiento del plazo para contestar demanda.
(35)
El tema se debati con motivo de la reforma del Reglamento CCI, optndose por mantener el plazo de seis
meses y aceptar la reduccin por convenio de partes (artculo 32, punto 1) o su prrroga (artculo 32, punto
2) BRUNA, Sierk, Le controle des dlais par la cour internationale darbitrage, en: Bulletin de la Cour
Internationale dArbitrage de la CCI, Vol. 7, N 2, diciembre 1996, pp. 74 y ss.; BLESSING, Marc, La procdure darbitrage selon le nouveau rglement de la CCI Analyse des changements, en: Bulletin de la Cour
Internationale dArbitrage de la CCI, Vol. 8, N 2, diciembre 1997, p. 32 ; DERAINS, Yves, en La rvision du
rglement darbitrage de la CCI. Mthodes et objectives, en: Bulletin de la Cour Internationale
darbitrage de la CCI, Vol. 8, N 2, diciembre 1997, pp. 10 y ss.
(36)
A tal efecto carece de relevancia que los meses tengan distinta cantidad de das. En general dentro de ese
cmputo se tienen en cuenta tambin meses en los cuales existan das feriados o, incluso, pocas de
feriados judiciales o administrativos prolongados (incluso perodos de vacaciones). Las partes pueden
pactar otra frmula de cmputo de los plazos en meses. De todas formas si el da de vencimiento ocurre
en un da inhbil en el lugar del arbitraje, se computa hasta el da siguiente hbil.
(37)
Incluyen los das inhbiles el Reglamento CCI (artculo 3.4); el Reglamento de la LCIA (artculo 4,6); el
Reglamento de la OMPI (artculo 4e), entre otros. Consideran los das hbiles el Reglamento del Centro de
Conciliacin y Arbitraje de Panam (artculo 9); el Reglamento de Arbitraje de la Cmara de Comercio de
Lima (artculo 9b), salvo que se indiquen das calendarios.
291
EL PLAZO EN EL ARBITRAJE
(38)
Ver nota 34. En un caso en que actuamos como rbitros, bajo el Reglamento CCI, se haba establecido
en la clusula arbitral que el laudo se dictara dentro de los 60 das de la demanda. Ese plazo estaba
prcticamente consumido para el procedimiento previo cuando se entreg el expediente al Tribunal
(artculo 13 del Reglamento CCI). Los rbitros hicieron saber la cuestin a la Corte, invocando la posibilidad de la utilizacin del artculo 32, pero sta seal que el Tribunal deba interpretar el compromiso
con relacin a ese plazo, lo que motiv, a su vez, que el Tribunal indicara que en ese caso particular, el
plazo deba aplicarse solamente a partir desde que se cerrara la instruccin de la causa (artculo 22 del
Reglamento). En definitiva la tesis subyacente consista en conceptuar que los plazos del arbitraje
deben tener relacin til con el objeto del proceso y con la tutela de los derechos de las partes a exponer
y probar su caso con amplitud.
(39)
(40)
DERAINS, Yves y SCHWARTZ, Eric A., A guide to the new ICC rules of arbitration, cit. en nota 19, p. 282.
(41)
El artculo 25.3 del Reglamento CCI dice: El laudo se considerar pronunciado en el lugar de la sede del
arbitraje y en la fecha que en l se mencione. Parece, por lo tanto, cerrar toda discusin sobre la sinceridad
de lugar y fecha.
292
HCTOR ALEGRA
Este tema es motivado en largos debates en la doctrina y en la jurisprudencia, en parte por las distintas normas contenidas en cada Reglamento Arbitral.
Como portada general podemos
recordar que las vicisitudes del proceso arbitral pueden ser de muy variado
origen y valoracin, as ser indicada
la necesidad de sustituir un rbitro por
cualquiera de las causales en que hubiera cesado el anterior (muerte, incapacidad, causa justificada de renuncia,
remocin, etc); dilacin provocada por
una de las partes al cuestionar permanentemente la imparcialidad o correccin en el desempeo de los rbitros,
demoras procesales al provocar incidencias que lleven a la postergacin de
audiencias y pruebas, deliberadas o accidentales, intervenciones de los rganos
judiciales en el juicio de arbitraje, como
tambin la necesidad de utilizar tiempos
adicionales para la debida sustanciacin
de la causa(44).
En general, se admite en los Reglamentos que las partes requieran aclaratoria, dentro de un plazo posterior
a la notificacin del laudo y se interpreta que esa aclaratoria puede ser
vlidamente dictada aun vencido el
plazo originario fijado para emitir la
sentencia arbitral(43).
(42)
(43)
Vase PALACIO, Lino Enrique, Derecho Procesal Civil, T. IX, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2001, pp. 156157. Naturalmente la aclaratoria podr corregir errores materiales o completar aspectos derivados de la
decisin, pero no podr variarla en su esencia. Vase, por ejemplo: Reglamento CCI, artculo 29; RIVERA,
Julio Csar, Recursos contra laudos arbitrales, en: JA, nmero especial, 2007-I, pp. 71 y 76.
(44)
LOQUIN, Eric, Tribunaux de commerce et arbitrage, nota sobre el caso Corte de Pars, 29 de junio de
2006 Caburol c/Moyrand. RTDcom, N 4, Octubre-Diciembre 2006, Dalloz, Pars, 2006, pp. 763-764,
quien dice: Es frecuente que la necesidad de prorrogar el plazo del arbitraje encuentre sus causas en el
comportamiento de las partes y ms frecuentemente en una sola de ellas, que por razones dilatorias se
ingenia para de todas formas causar que la sentencia se dicte ms all del plazo. Los medios utilizados
son numerosos y ameritan ser descritos ms completamente en un sombro catlogo: ausencia de actuacin de un abogado, no respuesta a las convocaciones de los rbitros, contestaciones sistemticas a la
independencia de los rbitros para justificar una poltica de silla vaca sin por ello recurrir al procedimiento
293
EL PLAZO EN EL ARBITRAJE
prorrogar el plazo para la tramitacin y laudo. Como tambin hemos sealado, cierta parte de la
doctrina y de la jurisprudencia
francesa se inclinan por esta solucin ante la redaccin del artculo
1456 del CMPC (46).
Singularmente la ley de Brasil N 9307 de 1996, establece en su artculo 23, pargrafo nico, que: las
partes y los rbitros, por mutuo consentimiento, pueden extender el perodo estipulado. La Ley boliviana
N 1770 de 1997, prev en su artculo 55, inciso I, prrafo final, que: durante la vigencia del plazo originariamente pactado, dicho plazo podr ser prorrogado por un mximo de sesenta (60) das. RODRGUEZ
MENDOZA , Fernando, Procedimiento Arbitral, El Pas, Santa Cruz de la Sierra, 2004, pp. 107 y ss., vincula
ese precepto con el del artculo 41 y concluye que la prrroga puede ser, en primer lugar, solicitada
convencionalmente por ambas partes y slo en su defecto, decidida por los rbitros por sesenta das ms.
En el mismo sentido se enrolan las legislaciones de Panam, Honduras y El Salvador.
(46)
Ver trabajos y jurisprudencia citados en nota 1; id: GRANDJEAN, Philippe, La dure de la mission des arbitres, en: Revue de larbitrage, 1995, p. 45-6.b, Quid dune prorogation dcide par les arbitres?, donde
hace referencia a los casos Brynzeel, Degrmont y AAA c/Editions Mondiales en el sentido de la
impropiedad de delegar a los rbitros la prrroga del plazo y Alexander Films del 12 de noviembre de
1993 de la Corte de Apelaciones de Pars, en la que el autor seala que el Tribunal parece admitir sin
reservas la validez de una delegacin otorgada a los rbitros sin lmite de tiempo, lo que no es mayoritario
en el derecho francs. LOQUIN, en nota en Revue de l arbitrage, 2003, citada en nota 1, dice que el
derecho francs, a diferencia de ciertas legislaciones extranjeras, prohbe de manera cierta a los rbitros
decidir la prrroga del plazo del arbitraje, en igual sentido, BETTO, Jean-Georges, nota a las decisiones de
la Corte de Casacin francesa (Cmara Civil), de 8 de marzo de 2001, 18 de octubre de 2001 y 4 de abril de
2002 y de la Corte de Paris del 17 de enero de 2002, en Revue de l arbitrage, 2002, p. 908, con examen de
diversas legislaciones. Tambin Corte de Casacin, Cmara Civil II, con la presidencia de Marc ANCEL,
sentencia del 7 de Noviembre de 2002 (caso 01-10351), donde se expresa, anulando la sentencia de la Corte
de Bourdeaux, que no est en el poder de los rbitros prorrogar el plazo en el cual deben dictar su decisin.
(47)
Ver citas de la nota anterior y Ley peruana N 26172 de 1996, artculo 48, que permite que los rbitros
establezcan un plazo adicional de 15 das para dictar el laudo; ley espaola N 60/2003 del 23 de diciembre de 2003, artculo 37, inc. 2, que contempla un plazo mximo de prrroga por los rbitros de dos meses;
ley de Bolivia N 1770/97, del 10 de marzo de 1997, que en el artculo 41, otorga la posibilidad a los rbitros
de prorrogar el plazo de 180 das en que debe ser dictado el laudo, por 60 das ms.
294
HCTOR ALEGRA
(48)
(49)
RUBINO-SAMMARTANO, Mauro, International Arbitration Law, Kluwer, DeventerBoston, 1990, p. 34. (Hay una
edicin posterior de este libro). CAIVANO, Roque J., Arbitraje, cit. en nota 30, p. 67; BERLINGUER, Aldo, en
BRIGUGLIO, Antonio y SALVANESCHI, Laura, Regolamento di Arbitrato della Camera di Commercio Internazionale, Giuffr, Miln, 2005, pp. 5 y ss.; RELDSTEIN DE CRDENAS, Sara L. y LEONARDI DE HERBN, Hebe M., El
Arbitraje, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1998, p. 15, UZAL, Mara Elsa, Solucin de controversias en el
Comercio Internacional, Ad-Hoc SRL, Buenos Aires, 1992, p. 57, BORTOLOTTI, Fabio Diritto dei contratti
internacionali. Manuale di diritto commerciale internazionale, Cedam, Padua, 1977, pp. 499 y ss., punto
9.3 Los arbitrajes institucionales o administrados.
(50)
RUBINO-SAMMARTANO , Mauro, Il Diritto DellArbitrato, cit. en la nota anterior, pp. 419 y ss. en la que menciona diferentes reglas de instituciones de arbitraje y legislaciones de distintos pases. A modo de ejemplo: Rules of the Arbitration Institute of the Stockholm Chamber of Commerce, Rules of the Netherlands
Arbitration Institute, Commercial Rules of the American Arbitration Association, Rules of the Italian Society for Arbitration. La doctrina y la jurisprudencia son conformes en que las instituciones arbitrales no
son cortes jurisdiccionales y que en consecuencia no deben fundar expresamente las decisiones concediendo prrrogas: vase Corte de Apelaciones de Pars, 1. Cmara, 17 de Mayo de 1983, Techni
Import Proffessionnel c/ Electro Scintific Industries, y nota de GRANDJEAN, Philippe, La dure de la mission des arbitres, cit., en nota 46.
(51)
Corte de Apelaciones de Pars (Primera Cmara Civil), 6 de marzo de 2003, en AIC-El Amiouny International Contracting et Trading c/ Skanska, publicado en RTDC 2003, p. 479, afirm que al prorrogar el plazo
la Corte habra procedido por cuenta de las partes y en consecuencia las notificaciones del plazo deben
ser remitidas al Tribunal Arbitral. Advirtase que se trataba de una prrroga emanada de un organismo de
carcter institucional y no de un caso decidido por el propio Tribunal Arbitral. Esta es tambin la costumbre
de la Corte de la CCI: vase DERAINS, Yves y SCHWARTZ , Eric A., A guide to the new ICC rules of arbitration,
cit. en nota 19, p. 283, en idntico sentido, BORTOLOTTI, Fabio, Diritto dei contratti internacionali. Manuale di
diritto commerciale internazionale, cit. en nota 49, p. 499 y nota 54, en la que cita un fallo de la Corte De
Paris (Bin Saud Bin Abdel Aziz c. Crdit Industriel et comerciale de Paris, del 24 de marzo de 1955) y otro
de la Corte Federal Alemana (S.p.a. Ghezzi c. Jacob Boss Shne del 14 de abril de 1988). En este ltimo
esa Corte defini que no viola el derecho de defensa que una parte no haya intervenido en la decisin de
prrroga. BRUNA, Sierk, Le contrle, de dlais par la Cour International darbitrage, en: Bulletin de la Cour
EL PLAZO EN EL ARBITRAJE
295
(v) Consentimiento expreso o tcito a
la continuacin de la labor de los rbitros
En algn Reglamento Arbitral y en
la generalidad de la doctrina y jurisprudencia (aun la ms estricta) se admite que
ante actos de las partes que visiblemente
consienten la continuacin de la actuacin
del tribunal arbitral(55) el laudo dictado en
esas condiciones y aun vencido el plazo
que hubiera sido fijado, es un laudo vlido
pues, en ese caso, debe entenderse expresa
o tcitamente prorrogado ese plazo.
(vi) Manifestacin previa al laudo,
una vez vencido el trmino
En un interesante antecedente, la Ley
italiana, modificada en 2006, establece en
Internationale darbitrage de la CCI, Vol. 7, N 2, diciembre de 1996, p. 76, tambin se refiere a una
decisin de la Corte de la CCI de 1989.
Nos parece que, aun cuando la prrroga no requiera notificacin para su eficacia, de todas maneras
resultara conveniente tal notificacin para que las partes puedan conocer la evolucin del proceso.
(52)
El artculo dice: La Corte puede, en virtud de solicitud motivada del Tribunal Arbitral, o si lo estima necesario, de oficio, prorrogar dicho plazo. Este precepto coordina con lo dispuesto por el artculo 32.2 del
mismo Reglamento.
(53)
DANOVI, Filippo, Termine per emettere il lodo, Comentario al artculo 24 del Reglamento de Arbitraje de la
CCI en: Regolamento di Arbitrato della Camera di Commercio Internazionale, dirigido por BRIGUGLIO, Antonio y SALVANESCHI, Laura, Giuffr, Miln, 2005, pp. 452 y ss., especialmente p. 456, donde cita en ese
sentido un fallo de las tres instancias en Francia en el caso St Appareils Dragon c. Costruimort, tambin mencionado por PRUJINER , Alain, La gestion des arbitrages commerciaux internationaux: lexemple
de la Cour darbitrage de la CCI, en: Journal du Droit International, 1988, pp. 704 y ss. DERAINS, Yves y
SCHWARTZ, Eric A., A guide to the new ICC rules of arbitration, cit., en nota 19, p. 283. Ver nota 50, parte final.
(54)
En Francia el artculo 1456, ya citado en la nota 4; en Italia, la reforma al Cdigo Procesal Civil de 2006,
artculo 820, admite la prrroga dispuesta por el Presidente del Tribunal Judicial, por pedido motivado de
una de las partes o de los rbitros, propuesto antes del vencimiento del plazo. La Ley uruguaya N 15982,
de 1989, establece un plazo de 90 das hbiles, salvo que las partes acordaren la suspensin del procedimiento (artculo 9496.1), sin prever la circunstancia de una prrroga.
(55)
En relacin, artculo 821 del Cdigo Procesal Civil Italiano y artculo 95 de la Ley 26572 de Per. Vase
RUBINO-S AMMARTANO, Mauro, Il Diritto DellArbitrato, cit. en nota 26, p. 835; Jean-Georges, Betto, nota a las
decisiones de la Corte de Casacin francesa (Cmara Civil), de 8 de marzo de 2001, 18 de octubre de
2001 y 4 de abril de 2002 y de la Corte de Pars del 17 de enero de 2002, cit., nota 46, pp. 911 y ss., donde
trata la prrroga tcita, con remisin a casos jurisprudenciales y doctrina. Este ltimo trabajo tambin
estudia el caso de renuncia de las partes a prevalerse de impugnar el laudo por haber sido dictado fuera
de trmino, punto II, a, pp. 915 y ss. En igual sentido, por ejemplo, la jurisprudencia chilena: Corte Suprema Famae c/ Surimex, del 28 de septiembre de 1982 y Corte de Apelaciones de Santiago Romero
Almedo, Eduardo y Otro c/ Arbitro arbitrador Rojas Habed, Nayo, del 1 de diciembre de 1999, que se leen en
www.camsantiago.com/html/jurisprudencia. AYLWIN AZOCAR, Patricio, en: El juicio arbitral, 4 ed., Santiago,
Chile, 1982, pp. 471 y ss., seala la doctrina chilena y de otros pases en la misma direccin.
296
HCTOR ALEGRA
el artculo 821 un procedimiento particular: que la eventual nulidad del laudo por
vencimiento del plazo no puede invocarse si la parte no ha notificado a la otra
parte y a los rbitros que har valer el vencimiento del plazo(56).
una causal de nulidad, tal como lo entiende la doctrina continental (es decir, inconfirmable y atentatoria del orden pblico)
sino, y en algunos casos, podra considerarse que se trata de una situacin de anulabilidad(58) (y, por tanto, confirmable).
La doctrina tambin ha entendido aplicable este principio, aun ante la inexistencia de un precepto similar, en otros ordenamientos legales extendiendo el concepto de consentimiento o prrroga tcita(57).
(56)
Artculo 821 del Cdigo Procesal Civil Italiano, que dice: (Relevancia del transcurso del trmino). El
transcurso del trmino indicado en el artculo anterior no puede ser hecho valer como causa de nulidad
del laudo si la parte, antes de la deliberacin del laudo resultante del acto suscripto por la mayora de los
rbitros, no haba notificado a las otras partes y a los rbitros que entiende hacer valer la decadencia. Si
la parte hace valer la decadencia de los rbitros, stos, verificado el decurso del trmino declaran
extinto el procedimiento. Vase RUBINO -SAMMARTANO, Mauro, Il Diritto DellArbitrato, cit. en nota 26, pp.
995-997, quien recuerda autores (Vecchione y Satta) que estiman necesaria que esa notificacin tenga
la forma de un acto de oficial judicial, mientras que Andrioli estima suficientes medios menos formales;
tambin analiza si el mecanismo puede ser activado solo por la parte o tambin por su letrado, indicando fallos que se inclinan por la primera solucin. El artculo 63 de la Ley 1170 (1997) de Bolivia dice, en
la parte pertinente: La parte recurrente que durante el procedimiento arbitral omitiere plantear una
protesta respecto de las causales sealadas, no podr invocar la misma causal en el recurso de anulacin. Ver: CAIVANO, Roque, Bolivia sancion una nueva ley de Arbitraje, en: LL 1998-A, pp. 909 y ss.;
RODRGUEZ MENDOZA, Fernando, Procedimiento Arbitral, cit., en nota 7, p. 211.
(57)
CAIVANO, Roque J., Arbitraje, cit., en nota 30, pp. 292-293 con interesantes argumentos; CANTUARIAS
SALAVERRY, Fernando, Breve descripcin de la situacin del arbitraje internacional de Amrica Latina, en:
Laudo, cit., en nota 24, pp. 522 y sus notas.
(58)
CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Breve descripcin de la situacin del arbitraje internacional de Amrica
Latina, en: Laudo, cit., en nota 24, pp. 398 y ss., con sus notas. El autor sostiene que la causal por
extemporaneidad no reviste caractersticas de orden pblico, por lo que las partes debern deducirla
expresamente en un procedimiento de anulacin del laudo.
(59)
En este sentido es destacable el artculo R41 de Commercial Arbitration Rules and Mediation Procedures
(Including Procedures for Large, Complex Commercial Disputes) de la American Arbitrarion Asociation,
297
EL PLAZO EN EL ARBITRAJE
que dice: Plazo para el laudo. El laudo (award) debe ser realizado prontamente por el arbitrador y salvo
que otra cosa haya sido convenida por las partes o especificada por la ley no ms tarde de los treinta
das de la fecha de cierre de la audiencia, o si las audiencias orales fueron omitidas, desde el da de la
transmisin por la AAA de los alegatos finales y la prueba al arbitrador.
(60)
Artculo 24.2 del Reglamento de la Cmara de Comercio Internacional; artculo 8.2 del Reglamento del
MERCOSUR; artculo 60 del Reglamento de la Cmara de Comercio de Lima. RUBINO-SAMMARTANO, Mauro,
Il Diritto DellArbitrato, cit., en nota 49, pp. 420-421, menciona los siguientes reglamentos: artculo 18 ICC
Rules of Conciliation and Arbitration; artculo 33 Rules of Arbitration Institute of The Stockholm Chamber of
Commerce; artculo 23.10 Rules of Conciliation, Arbitration and Expertise of the Euro-Arab Chambers of
Commerce; artculo 24 Rules of the Italian Society for Arbitration, entre otros.
(61)
Ob. cit., en nota 32; vase BRUNA, Sierk, Le contrle, de dlais par la Cour International darbitrage, en:
Bulletin de la Cour Internationale darbitrage de la CCI, Vol. 7, N 2, diciembre de 1996, p. 74 donde dice:
Por otra parte la rapidez no debe considerarse como un fin en si. Un buen punto de partida, y despus de
mi experiencia es lo que entiendo que es considerado como primordial por la Corte, es un justo equilibrio
entre, de una parte, una buena solucin y, por otra, una buena calidad del procedimiento. En ese trabajo
analiza el Reglamento en su redaccin anterior y afirma reiteradamente que en la mayora de los casos el
plazo de seis meses no puede ser respetado y, en consecuencia, debe ser prorrogado ms de una vez y
concluye diciendo A mi entender una aproximacin (approche) pragmtica es una buena aproximacin.
Una aproximacin ms formal y de principio no respetar suficientemente el hecho que las partes han
298
HCTOR ALEGRA
elegido el arbitraje y que su voluntad debe ser prioritaria. Los arbitrajes sufrirn sensiblemente si se adopta
una posicin ms rigorista (p. 76). MANTILLA SERRANO, Fernando, Ley de Arbitraje. Una perspectiva internacional, en: Iustel, Madrid, 2005, p. 203, expresa Es cierto que puede haber un riesgo en dar total
libertad al rbitro para decidir sobre el plazo para laudar o su prrroga, sin embargo, la forma correcta
de remediar a dicho abuso que, en todo caso, sera excepcional no est en limitar o eliminar esa
facultad, sino en exigir la responsabilidad contractual del rbitro
(62)
El Reglamento de la Corte de Arbitraje Internacional de Londres no establece plazo para laudar, como as
tampoco la Ley Modelo de UNCITRAL. En el mismo sentido, las legislaciones de Chile, Costa Rica, Per,
Guatemala y Paraguay. Tampoco lo contiene el Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del
Mercosur, suscripto en Buenos Aires, el 23 de Julio de 1998 (idntico al que los pases del Mercosur
firmaron con Bolivia y Chile en la misma fecha): NOODT TAQUELA , Mara Blanca, Arbitraje Internacional
en el Mercosur, Ciudad Argentina, Buenos Aires, 1999, p. 131, an cuando la autora hace suya las
crticas de ZAPIOLA PREZ, Horacio, Arbitraje en el Mercosur, en: Revista de Derecho del Mercosur, ao 2,
N 1, pp. 40-49, en el que se recomienda adoptar un plazo que no exceda de 9 meses desde que quede
conformado el Tribunal, computndose slo los das corridos (pp. 110-112).
299
EL PLAZO EN EL ARBITRAJE
(63)
PALACIO, Lino Enrique, Derecho Procesal Civil, cit. en nota 43, p. 114, quien dice: Los mencionados plazos,
revisten como regla, carcter perentorio, de manera que en el caso de no mediar su suspensin, interrupcin o prrroga, los rbitros pierden potestad jurisdiccional y, en consecuencia, la posibilidad de
laudar vlidamente.
(64)
COLOMBO, Carlos y KIPER, Claudio, Cdigo Procesal Civil y Comercial de la Nacin. Anotado y Comentado,
T. VI, La Ley, Buenos Aires, 2006, p. 704; en igual sentido, PALACIO, Derecho Procesal Civil, cit., en nota 43, p. 72.
(65)
En la doctrina se suele aludir a las decisiones judiciales tendientes a salvar la validez de los laudos
arbitrales. En definitiva se tratara de una aplicacin ms de la teora de la conservacin del negocio
jurdico. PELLERIN, Jacques, Linstance au fond devant la Cour dappel aprs annullation de la sentence,
en: Revue de larbitrage, 1993, N 2, p. 201 dice: El tiempo de rivalidad entre el orden estatal y el orden
arbitral ha pasado. El juez estatal ha devenido en ambulancia del arbitraje, salvando arbitrajes en peligro
y desbloqueando los procedimientos atascados.
300
HCTOR ALEGRA
La anulacin del laudo extemporneo produce ciertos efectos que conviene sintetizar:
(66)
El artculo 748 del CPCCN argentino expresa que la extincin del compromiso, que importa la cesacin
de sus efectos, se produce por el transcurso del plazo sealado en el compromiso o del legal en su
defecto, lo que parece conducir a dos posibles consecuencias: a) que se pueda afirmar que el plazo es
perentorio y que el laudo fuera de plazo fuera invlido por nulidad absoluta (lo que ya hemos descartado);
b) que la clusula arbitral permanece vigente. Vase tambin SILVA R OMERO, Eduardo y DAZ RAMREZ ,
Enrique, La extincin del contrato de arbitraje, dirigido por SILVA ROMERO , Eduardo y coordinado por
MANTILLA ESPINOSA, Fabricio, Legis, Bogot, 2005, pp. 755 y ss.
(67)
NCPC francs, artculo 1485, que dice: Despus que la jurisdiccin a consecuencia de un recurso de
anulacin anula la sentencia arbitral, ella misma se pronuncia sobre el fondo dentro de los lmites de la
misin del rbitro, salvo voluntad contraria de todas las partes. Esta atribucin judicial para fallar la causa
arbitral ha sido motivo de gran desarrollo en la doctrina y jurisprudencia francesa que denominan el fenmeno como la judicializacin del arbitraje. Un interesante desarrollo de los temas que suscita esta norma
puede verse en PELLERIN, Linstance au fond devant la Cour dappel aprs annullation de la sentence en
Revue de larbitrage, cit., en nota 65. En Italia, el Cdigo Procesal, reformado en 2006, establece en el
artculo 830, 2 parte: Si el laudo es anulado por los motivos mencionado en el artculo 829, 1 prrafo,
nmeros 5, 6 (este inciso se refiere a la nulidad por haberse dictado el laudo fuera del trmino), 7, 8, 9, 11
12 (), la Corte de Apelacin decide la controversia sobre el mrito salvo que las partes no hayan
establecido otra cosa en la convencin de arbitraje o por acuerdo sucesivo. Sin embargo, si una de las
partes, a la fecha de la suscripcin de la convencin de arbitraje, reside o tiene su sede efectiva en el
exterior, la Corte de Apelacin decide la controversia sobre mrito slo si las partes lo han establecido as
en la convencin de arbitraje o lo piden en conjunto. Cuando la Corte de Apelacin no decide sobre el
mrito, se aplica a la controversia la convencin de arbitraje, salvo que la nulidad dependa de la invalidez
o ineficacia de sta. CASSANO, Giuseppe / NISATI, Maximiliano, La reforma dellarbitrato. Monografa ragionata sulla riforma del proceso arbitrale, Giuffr, Miln, 2006, pp. 118 y ss.
Lo mismo ocurre, segn el CPCCN de Argentina, cuyo artculo 761, tercer prrafo, dice: Si el proceso se
hubiese sustanciado regularmente y la nulidad fuese nicamente del laudo, a peticin de partes, el juez
pronunciar sentencia, que ser recurrible por aplicacin de las normas comunes. La doctrina seala que
esa remisin debe entenderse realizada al juez de Primera Instancia: RIVERA, Julio Csar, Recursos contra laudos arbitrales, cit., en nota 43, pp. 67 y ss.; PALACIO, Lino Enrique, Derecho Procesal Civil, cit. en
nota 43, p. 172; especialmente pp. 77/8, quien dice que para que intervenga el juez estatal, es menester
contar con la conformidad de ambas partes, pues de lo contrario debera formarse un nuevo tribunal
arbitral. (Naturalmente existen circunstancias en las que no proceder recurrir a un nuevo tribunal arbitral,
por ejemplo si se hubiere juzgado que la cuestin no era arbitrable o que la clusula arbitral era nula o
inaplicable, pero ambos supuestos son ajenos a la nulidad por vencimiento del plazo). ROJAS, Jorge, Vas
de impugnacin del laudo arbitral, ED 20-836, se refiere en el Cap. IV a La llamada judicializacin del
arbitraje, y cita supuestos en que ello puede ocurrir.
EL PLAZO EN EL ARBITRAJE
4.
301
nuestro juicio deben flexibilizar su posicin frente a la rigurosidad o sacralidad
con que se trata la determinacin, el cumplimiento, la prrroga y el eventual exceso del plazo de los rbitros.
Como antes tambin dijimos, compartimos plenamente el objetivo de rapidez y eficiencia de la justicia que se instala debajo de los plazos breves. Este objetivo no puede llevar a su propia destruccin: por un lado, no se puede sacrificar
el ideal de justicia y equidad en un altar
cartabnico de plazos imaginados genricamente e inaplicables a casos concretos y, por otro, solucionar el problema
anulando el proceso y obligando a reproducirlo, total o parcialmente, en otro proceso arbitral o judicial.
Podemos concluir nuestra exposicin
permitindonos reproducir un prrafo que
entendemos casi cannico:
En las ltimas dos dcadas del siglo
veinte, el retraso y la interrupcin
comenzaron a tener importancia en
(68)
CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Breve descripcin de la situacin del arbitraje internacional de Amrica
Latina, cit. en nota 24, pp. 397 y ss.; PELLERIN, Jacques, cit., en nota 65 y fallo de la Corte de Colmar, Ch.
de Morn c/ G. Morn, del 2 de septiembre de 1993, en: Revue de larbitrage, 1994 -2, p. 349, con nota de
Daniel Cohen; la nueva ley espaola modific la posicin que haba tomado el artculo 30 (1) de la ley de
1988, segn la cual transcurrido el plazo quedar sin efecto el convenio arbitral y expedita la va judicial
para plantear la controversia, mientras que, la ley de 2003, en su artculo 37 (2) dice: La expiracin del
plazo sin que se haya dictado laudo definitivo determinar la terminacin de las actuaciones arbitrales y el
cese de los rbitros. No obstante no afectar a la eficacia del convenio arbitral, sin perjuicio de la responsabilidad en que hayan podido incurrir los rbitros. Vase VERDERA Y TUELLS , Evelio, La ley de arbitraje
espaola: entre la tradicin y la innovacin, en: Revista Internacional de Arbitraje, N 5, Legis, Colombia,
julio-diciembre, 2006, pp. 150 y ss.
(69)
Por ejemplo, si el vencimiento del plazo se produjo antes de ciertos actos procesales y pruebas que
tambin resultan impugnados, en cuyo caso no podr dictarse una sentencia inmediata. PELLERIN, Jacques, Linstance au fond devant la cour dappel apres annulation de la sentence, cit. en nota 65, p. 199,
donde explica que en el caso de Francia si se trata de un arbitraje internacional la anulacin de la sentencia no somete la cuestin al tribunal estatal, sino que las partes deberan deducir un nuevo arbitraje o
decidir la manera de proceder en ese caso. La Corte de Casacin francesa, en fallo del 18 de mayo de
1989, publicado en Revue de larbitrage, 1990, p. 913, revisando su jurisprudencia anterior, admite que en
un arbitraje caduco por haberse laudado fuera de trmino, los actos de procedimiento (y por consiguiente, tambin las pruebas) realizados antes del vencimiento del trmino son vlidos. GRANDJEAN, Philippe, La
dure de la mission des arbitres, cit., en nota 46, p. 50, en la que remite a la sentencia referenciada.
302
HCTOR ALEGRA
(70)
REDFERN, Alan / HUNTER, Martn / BLACKABY , Nigel / PARTASIDES, Constantine, Law and Practice of International Commercial Arbitration, cit., en nota 32, Cap. 6: The conduct of the proceedings, pto. 3 d).
303
EL ARBITRAJE INTERNA
CIONAL: COSTO Y DURA
CIN
INTERNACIONAL:
DURACIN
( *)
Abogado de la Barra de Pars. Socio SCP Derains & Associs - Pars. Vice Presidente del Instituto de
Derecho Mercantil Mundial de la ICC. Ex Secretario General de la Corte Internacional de Arbitraje de la ICC.
304
YVES DERAINS
tipos de procedimiento, sino al considerar lo que tendran que ser una duracin y
costos objetivamente apropiados para un
procedimiento arbitral internacional. Estas inquietudes justificaron un anlisis de
parte de un Task Force de la Comisin de
Arbitraje la CCI cuyas conclusiones fueron adoptadas a finales de 2006(1). Aunque ms modesta, lo que sigue constituye
una reflexin personal sobre el origen de
los plazos y costos del arbitraje internacional (I) y de los medios para reducirlos (II).
1.
Los gastos de las partes, que incluyen los honorarios de abogados, absorben pues la gran mayora de los costos.
Una suma elevada de honorarios de abogados y de gastos relativos a la presentacin de la prueba refleja a menudo un
procedimiento largo y complicado. Es
esta complicacin creciente del procedimiento que est al origen de la duracin
y del costo excesivo de numerosos procesos de arbitraje internacional y no los
(1)
Ver: el ICC Document Tecniques for Controlling Time and Costs in Arbitration.
(2)
Esos gastos incluyen inter alia, los honorarios y gastos de los abogados, los gastos relativos a prueba
testifical y pericial, gastos incurridos por las empresas para reunir la prueba documental, etc.
305
2.
3.
Todos los documentos o informaciones que una parte suministre al tribunal arbitral los deber comunicar simultneamente a la otra parte.
306
YVES DERAINS
7. Es el principio de la paradoja
de la cual se hizo mencin ms arriba. Las
mismas partes que, en el abstracto, se quejan de la duracin y del costo de los procedimientos de arbitraje internacional, no
hacen nada para reducirlos cuando se encuentran en un procedimiento concreto,
aunque lo podran. Es muy frecuente que
cuando los rbitros proponen a las partes
(3)
MUSTILL and BOYD, The law and Practice of Commercial Arbitration in England, 2 ed., 1989, CAAP. 4, nota
185, p. 282.
(4)
Ver: MAYER , P., Le Pouvoir des Arbitres de Rgler la Procdure, Une Analyse Comparative des Systmes
de Civil Law et de Common Law, en: Revista Arbitraje, 1995, p. 163; BCKSTIEGEL , K-H, Major Criteria for
International Arbitrators in Shaping an Efficient Procedue, en: Boletn de la Corte de la CCI, Arbitration in
the next decade, en: Special Suplement, 1999, p. 49 atp. 50; KAUFMANN-KOHLER , Qui contle larbitrage?
Autonomie des parties, pouvoirs des arbitrs et principe defficacit, en: Liber Amicorum Claude Reymond, 2004, p. 152; JARROSSON, Notas sobre Cour de cassation francesa (8 de diciembre de 1988), en:
Revista Arbitraje, 1989, p. 482; sobre Cour dappel de Paris (24 de abril de 1992), en: Revista Arbitraje,
1992, p. 601, donde se pretende que el tribunal arbitral goce de poderes inherentes en cuanto a la organizacin del procedimiento arbitral superiores al acuerdo de las partes.
plazos para la presentacin de sus memorias, estas consideren esos plazos demasiado cortos y se acuerden para prolongarlos. Igualmente, en vez de concentrase en los hechos esenciales, las partes no
dudan en presentar todos los elementos
fcticos que tengan una relacin con el litigio, sin preguntarse si los rbitros necesitan conocerlos para resolver la disputa.
Es usual tambin que presenten testigos,
no para probar hechos negados por la parte
contraria, sino para confirmar el contenido de documentos que cada uno puede
leer o para repetir la historia de la relacin entre las partes, sin distincin de lo
controvertido y de lo aceptado. Las partes tambin suelen inundar a los rbitros
de documentos sin que sean necesarios
para probar su caso y que nunca sern
utilizados durante el procedimiento ni
referidos en el laudo. Argumentos jurdicos que no tienen la ms remota posibilidad de ser aceptados son elaborados
al lado de argumentos convincentes que
hubieran sido suficientes. Sin hablar de
aquellas audiencias que, a peticin de las
partes duran dos semanas cuando dos
das bastaran. Este lujo procesal intil
tiene su precio, es causa de la duracin
excesiva de los procedimientos y contribuye a complicar la deliberacin de los
rbitros y la redaccin de los laudos.
8. Sin embargo, la paradoja no resulta solo de la conducta de las partes. No
sera posible sin la pasividad de muchos
de los rbitros. No se trata de tomar parte
en el debate terico sobre quien de las
partes o de los rbitros tiene la palabra
final en cuanto al control de procedimiento. Es muy raro que se plantee en la prctica. Si las partes estn generalmente de
acuerdo para gozar de la ms extensa latitud en presentacin de su respectivo
caso, no lo estn en las modalidades de
307
ejercicio de esta misma libertad. Cada una
de las partes tiene su propia agenda porque sus respectivos intereses son contradictorios. Adems, es frecuente que las
partes o sus abogados pertenezcan a tradiciones jurdicas diversas y que cada uno
insista para implementar medios procesales tpicos de su tradicin jurdica. Es decir que, frente a esos desacuerdos, toca a
los rbitros tomar la decisin final. Muy
lamentablemente, muchos de ellos lo hacen en lo abstracto.
9. Es el efecto de lo que se puede
llamar la standardizacin del procedimiento arbitral. Cuando los rbitros deciden de la organizacin del procedimiento en un arbitraje internacional, mas all
del ndole de las cuestiones en disputa, toman en cuenta antes de todo la pertenencia de los actores del procedimiento a tal
o tal tradicin jurdica. Ms que las propias partes, estos actores son antes de todo
sus abogados. Como son muchos los arbitrajes donde partes o abogados de Common Law y Derecho Civil se encuentran
opuestos, la preocupacin de los rbitros
internacionales de demostrar su neutralidad cultural ha contribuido al desarrollo
de un procedimiento Standard que tiene rasgos que, despus de haber sido bastante edulcorados, provienen tanto de la
tradicin de los pases de Derecho Civil
como de los pases de Common Law. Sin
embargo, este sincretismo entre las prcticas de las dos ms importantes familias
de derechos resulta una yuxtaposicin de
las dos tradiciones, la una sobre todo escrita, la otra principalmente oral.
10. La pesadez de la mayora de los
procedimientos se explica porque, negndose a elegir, los rbitros internacionales
adoptaron los puntos fuertes de cada una
de las tradiciones procesales, a costa de
308
numerosas repeticiones. Un procedimiento estndar empieza por un intercambio
de escritos y de documentos que consiste
en una demanda, una respuesta, una rplica y una dplica, segn la tradicin de
Derecho Civil. Es usual que se combine
con una disclosure of documents, segn la tradicin de Common Law. Eso
puede durar cerca de un ao. Despus se
organiza una audiencia de testigos de al
menos una semana, y a menudo de dos o
tres, cuya preparacin es larga y costosa
(tradicin de Common law). Es excepcional que el papel de los testigos sometidos a
interrogatorio, contra-interrogatorio, y reinterrogatorio sea el de probar hechos controvertidos. A travs de las declaraciones
de los testigos, los abogados procuran llamar la atencin de los rbitros sobre el contenido de los documentos presentados y las
contradicciones de la contraparte, lo que
ya ha sido hecho en los escritos.
11. Otra causa de la duracin excesiva de muchos arbitrajes es la falta de disponibilidad de algunos rbitros. Que sea
el caso de un solo miembro de un tribunal
de tres, y el procedimiento puede padecer
retrasos injustificables. Es casi imposible
encontrar una fecha para las audiencias y
reuniones de deliberacin. Adems, la superocupacin de algunos rbitros puede tener consecuencias que, a pesar de ser menos visibles son muy daosas. Al rbitro
que le falta el tiempo de estudiar el expediente antes de la fecha de la audiencia
no podr dirigirla con eficacia. Es posible tambin que demandas de prrroga de
plazos sean otorgadas o denegadas no en
base a consideraciones objetivas, sino a
la luz de sus efectos posibles sobre el calendario personal del rbitro. Sin hablar
de la dificultad para tal rbitro de encontrar tiempo para redactar el laudo.
YVES DERAINS
309
ta que las partes hayan expuesto completamente, aunque de modo preliminar, su
posicin y ofrecido sus pruebas. En la reunin de gestin del caso interviene un
primer debate sobre el fondo del asunto
destinado a organizar la continuacin del
procedimiento. En esta ocasin, los rbitros ya pueden informar a las partes, con
todas reservas, de los puntos que les parecen especialmente importantes y para
los cuales consideran que la prueba, documentaria, testifical o pericial ya aportada o ofrecida no parece suficiente. Las
partes pueden entonces, con total conocimiento de causa, valorar la necesidad de
pedir una disclosure de documentos,
definir la duracin de la audiencia de testigos, con funcin ms probatoria que narratoria, lo que luego permite a los rbitros establecer el calendario de las fases
siguientes del procedimiento de un modo
que corresponda objetivamente a las caractersticas del litigio.
16. La disclosure de documentos
contribuye tambin mucho a la duracin
y a los costos del arbitraje. Sin embargo,
es uno de los rasgos del procedimiento arbitral internacional que se ha desarrollado rpidamente durante los 10 ltimos
aos, incluso cuando todas las partes
pertenecen a pases de tradicin jurdica
civilista(5). Por consecuencia, se puede
reducir la duracin y los costos del arbitraje al limitar la disclosure de documentos a aquellos que una parte realmente necesita para probar su caso. Eso implica una gestin eficaz del procedimiento por los rbitros. Una vez ms, no lo
pueden conseguir si no estudian el fondo
SACHS , K., Use of documents and documents discovery: Fishing expeditions versus transparency and
burden of proof, en: Zeitschrift fur Scheidsverfarhen, Schieds VZ5/2003, p. 193, KAUFMANN-KOHLER ,
Gabrielle, The Globalization of the arbitral procedure, en: The Vanderbilt Journal of Transnational Law,
2003, Vol. 36, p. 1325.
310
del caso cuando reciben las primeras memorias de las partes.
17. Cuando los rbitros no tienen un
conocimiento suficiente del fondo del litigio al momento de recibir una peticin
de disclosure de documentos, la decisin que toman al respecto es generalmente errnea. Algunos, a menudo civilistas
tienen la tendencia de rechazar la peticin,
por que no entienden su significacin en
cuanto a la carga de la prueba que pesa
sobre la parte que la presenta; otros, la
aceptan en su totalidad por la misma razn. Para pronunciarse de modo apropiado sobre peticiones de disclosure de
documentos, los rbitros no deben contentarse con la lectura de las memorias
presentadas sino tambin hacer una valoracin preliminar de la prueba aportada
para saber si la parte que pide los documentos los necesita para probar lo que
pretende. Para facilitar este ejercicio, es
recomendable ordenar a las partes que indiquen precisa y sistemticamente en sus
memorias la prueba que justifica sus alegaciones. Eso permitir limitar la produccin de documentos que no tengan esa
funcin. Se recomienda tambin prever
que las peticiones de disclosure de documentos se presenten en lo que es conocido en el mundo del arbitraje internacional como un Redfern Schedule, un documento inventado por el gran rbitro ingls, Alan Redfern y dividido en las siguientes cuatro columnas:
YVES DERAINS
311
EL TRA
TO IGUAL Y LLA
A PLENA OPORTUNID
AD
TRATO
OPORTUNIDAD
DE HA
CER V
ALER LLOS
OS DERECHOS:
HACER
VALER
REGL
A FUND
AMENT
AL EN EL ARBITRAJE ( *)
REGLA
FUNDAMENT
AMENTAL
1.
INTRODUCCIN
la regla de trato igual y plena oportunidad de hacer valer los derechos, prevista
en el artculo 1434 del Cdigo de Comercio, evita cualquier arbitrariedad durante
el procedimiento y garantiza el derecho
de debido proceso.
( *)
Este trabajo fue presentado en el Congreso de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados celebrado en
febrero de 2007. Vase FLORES RUEDA, Cecilia, El trato igual y la plena oportunidad de hacer valer los
derechos: Regla fundamental en el arbitraje, en: Seguridad Jurdica: Diagnstico y Propuestas, Thmis,
Mxico, 2007, Coleccin Foro de la Barra Mexicana.
(**)
312
NECESIDAD DE TOMAR EN
CONSIDERACIN LA REGLA
DE TRATO IGUAL Y PLENA
OPORTUNIDAD DE HACER
VALER LOS DERECHOS
ANLISIS DE LA REGLA
(1)
Algunos doctrinarios que han cuestionado las facultades de los rbitros para conducir el procedimiento son: (i) PARK , William M. en el discurso titulado The 2002 Freshfields Lecture - Arbitrations Protean
Nature: The Value of Rules and the Risks of Discretion, que pronunci el 4 de diciembre de 2002, en
la sesin anual de Freshfields Bruckhaus Deringer, publicado en: 19 Arb. Intl 279, 2003; y (ii) UFF ,
John, Predictability in International Arbitration, en: International Commercial Arbitration: Practical
Perspectives, 2001, p. 151.
(2)
Amparo en revisin 759/2003, quejoso Telfonos de Mxico, S.A. de C.V. El asunto fue resuelto por la
Suprema Corte de Justicia de la Nacin mediante sentencia fechada el 30 de junio de 2004.
(3)
313
limitaciones impuestas por las leyes locales(4). Asimismo, proporciona un medio para solucionar cuestiones de carcter procesal no previstas en el acuerdo
de arbitraje o en las reglas de arbitraje
pactadas y permite al tribunal arbitral
determinar la admisibilidad, pertinencia
y valor de las pruebas. As, cuando en un
arbitraje llega a presentarse alguna cuestin no regulada, el tribunal arbitral escuchando a las partes, toma la decisin
que considera ms conveniente, sin recurrir a otras disposiciones(5).
3.2. La regla de trato igual y plena oportunidad de hacer valer los derechos
La flexibilidad del arbitraje es amplia, pero no irrestricta, ya que se encuentra limitada por la regla de trato igual y
plena oportunidad de hacer valer los derechos. De esta forma, el arbitraje puede
conducirse de la forma que ms convenga en cada caso, siempre que se respeten
esos derechos de las partes.
La regla, garantiza los derechos
elementales de las partes y proporciona
el marco jurdico para la sustanciacin
equitativa y eficaz de las actuaciones arbitrales, por lo que se considera equivalente a la garanta de debido proceso, incorporada en la mayora de los sistemas
constitucionales respecto de la imparticin de justicia. Incluso en los trabajos
preparatorios de la Ley Modelo de la
CNUDMI sobre Arbitraje Comercial
(4)
Las leyes locales resultan inadecuadas para la conduccin del procedimiento arbitral, ya que estn
diseadas para procedimientos judiciales que no tienen las caractersticas del arbitraje, entre ellas, la
de la flexibilidad.
(5)
Vase GRAHAM TAPIA, Luis Enrique, El arbitraje comercial, Thmis, Mxico, 2000, p. 175, nota al pie de
pgina nmero 11. Vase tambin LEW, Julian D. M. / MISTELIS, Loukas A. / KRLI, Stefan M., Comparative
International Commercial Arbitration, Kluwer Law International, The Netherlands, 2003, pp. 523-524.
314
(6)
HOLTZMAN, Howard M. / NEUHAUS, Joseph E., A Guide to the UNCITRAL Model Law on International Commercial
Arbitration: Legislative History and Commentary, Kluwer Law and Taxation Publishers, Deventer, The
Netherlands, 1989, p. 550.
(7)
La Ley Modelo tiene como principal objetivo ayudar a los Estados a reformar y modernizar sus leyes sobre
procedimiento arbitral. Regula desde el acuerdo de arbitraje, hasta el reconocimiento y la ejecucin del
laudo, basndose en los principios ms importantes de la prctica del arbitraje, como el de la igualdad y el
de la plena oportunidad de hacer valer los derechos. Fue aprobada por UNCITRAL el 21 de junio de 1985
y a partir de entonces ha sido adoptada como legislacin vigente en numerosos Estados, ya que es
considerada como un instrumento de armonizacin y perfeccionamiento legislativo. La lista de los Estados
que ha promulgado leyes basadas en la Ley Modelo se puede encontrar en la pgina www.uncitral.org.
(8)
La legislacin suiza sobre arbitraje est prevista en el Captulo 12 del Acta sobre Derecho Internacional
Privado de 1987 (Traduccin de la autora).
Legislacin inglesa:
Seccin 33. Deber general del
tribunal
(1) El tribunal deber (...)
(a) actuar de manera equitativa e
imparcial de frente a las partes, dando a cada parte oportunidad razonable para presentar
su caso y para defenderse de su
oponente, y
(b) adoptar procedimientos adecuados a las circunstancias del caso
en particular, evitando retraso o
gasto innecesario, para procurar un medio justo para la solucin de las cuestiones que no
puedan ser determinadas.
(2) El tribunal deber cumplir con
ese deber general de conducir el
arbitraje, en sus decisiones sobre
cuestiones de procedimiento y
pruebas y en el ejercicio de todas
las dems facultades conferidas
en l (9) .
315
Artculo 15
(9)
La legislacin inglesa sobre arbitraje est prevista en el Acta de Arbitraje 1996 (traduccin de la autora).
(10)
Este Reglamento contiene normas de procedimiento que las partes pueden utilizar para la sustanciacin
de las actuaciones arbitrales atinentes a sus relaciones comerciales y prev expresamente los derechos
de trato igual y plena oportunidad de hacer valer los derechos. Desde su aprobacin por la Asamblea
General de las Naciones Unidas en 1976, es comnmente utilizado en arbitrajes ad hoc y ha sido tomado
como modelo por diversas instituciones arbitrales.
316
partes que enfoquen sus presentaciones sobre puntos cuya decisin podra influir en todo o
parte del caso.
4. Los documentos o informacin
provistos al tribunal por una de
las partes sern comunicados simultneamente por dicha parte a
la(s) otra(s) parte o partes.
Reglamento de Arbitraje de la Cmara
de Comercio Internacional (CCI):
Artculo 15
Normas aplicables al procedimiento
1. El procedimiento ante el Tribunal Arbitral se regir por el Reglamento y, en caso de silencio
de ste, por las normas que las
partes o, en su defecto, el Tribunal Arbitral determinen ya sea
con referencia o no a un derecho procesal nacional aplicable
al arbitraje.
2. En todos los casos, el Tribunal
Arbitral deber actuar justa e imparcialmente y asegurarse que
cada parte tenga la oportunidad
suficiente para exponer su caso.
3.3. Los trminos igualdad y plena
oportunidad de hacer valer los
derechos
Los trminos igualdad y plena
oportunidad de hacer valer los derechos
no estn definidos. Durante los trabajos
preparatorios de la Ley Modelo, el grupo
(11)
de trabajo que la redact decidi no hacerlo por considerarlo innecesario, ya que son
trminos bien entendidos en todos los sistemas jurdicos y la definicin que se hubiera podido dar, tal vez no hubiera abarcado todos los supuestos que llegaran a presentarse. As, el grupo de trabajo consider que estos trminos deben ser interpretados de forma razonable, al considerar los
aspectos procesales de un arbitraje.
Las leyes y reglamentos de arbitraje
emplean trminos distintos para referirse
a la forma en que el tribunal debe tratar a
las partes y a la oportunidad que debe darles para hacer valer sus derechos. Por lo
que hace a la forma en que debe tratarse a
las partes, se emplean los trminos igualdad, imparcial, equitativa e imparcial, as como justa e imparcialmente.
El trmino igualdad se encuentra en las
leyes y reglamentos que adoptaron o que
se basaron en la Ley Modelo o en el Reglamento de Arbitraje de la CNUDMI. Los
dems trminos se emplean por considerar
que la igualdad entre las partes, no siempre asegura que sern tratadas de manera
justa(11). Sin embargo, como se seal, el
trmino igualdad no debe interpretarse
en un sentido que d lugar a injusticias, sino
de forma razonable.
En cuanto a la oportunidad que el tribunal arbitral debe dar a las partes para
hacer valer sus derechos o para presentar
su caso, se emplean los trminos plena,
razonable, suficiente o hasta el grado que sea necesario. El trmino plena es usado en las leyes y reglamentos
que adoptaron o que se basaron en la Ley
Modelo o en el Reglamento de Arbitraje
Vase DERAINS, Yves y SCHWARTZ, Eric A., El nuevo Reglamento de Arbitraje de la Cmara de Comercio
Internacional, Oxford University Press, Mxico, 2001, p. 261.
317
(12)
Ibidem, p. 262.
(13)
(14)
El artculo 1437 del Cdigo de Comercio establece que las actuaciones arbitrales se inician en la fecha en
que el demandado recibe el requerimiento de someter la controversia al arbitraje, salvo que se haya
convenido otra cosa.
(15)
El derecho de las partes a presentar pruebas no limita la facultad del tribunal arbitral de determinar su
admisibilidad, pertinencia y valor probatorio, de acuerdo con lo previsto en el artculo 1435 del Cdigo de
Comercio. Al respecto vanse los casos 457 (Alemania: Hanseatisches Oberlandesgericht Hamburg;
1 Sch 2/99; 14 de mayo de 1999) y 371 (Alemania: Hanseatitisches Oberlandesgericht Bremen, 2) Sch
4/99; 30 de septiembre de 1999) de CLOUT en www.uncitral.org.
318
(16)
(17)
(18)
319
(19)
Socits BKMI et Siemens vs. socit Dutco Construction. Cour de cassation, 7 de enero de 1992, en Rev.
Arb., 1992, p. 470.
(20)
(21)
En algunos sistemas de arbitraje nacional, como por ejemplo en Estados Unidos, se permite que los
rbitros designados por las partes no sean neutrales.
(22)
(23)
320
(24)
(25)
Cabe aclarar que este derecho se refiere al derecho general de las partes a la celebracin de audiencias
como una opcin a la sustanciacin de las actuaciones sobre la base de documentos y dems pruebas,
pero no se refiere a aspectos tales como la duracin, el nmero o el momento de las audiencias, que son
determinados por el tribunal arbitral dependiendo de las caractersticas de cada caso.
(26)
(27)
321
(28)
(29)
(30)
Vase DEVOLVE, Jean-Louis / R OUCHE, Jean / POINTON , Gerald H., French Arbitration Law and Practice,
Kluwer Law International, The Hague, The Netherlands, 2003, pp. 122-124.
322
CONCLUSIN
El arbitraje y los procedimientos judiciales son, en esencia, distintos. El arbitraje es una forma de solucionar controversias, mientras que los procedimientos judiciales son una forma de impartir
justicia(32). No obstante, por ser una figura procesal, el arbitraje comparte ciertos
principios propios de los procedimientos
judiciales, como lo es el debido proceso,
que en el arbitraje se traduce como la regla de trato igual y plena oportunidad de
(31)
Traduccin de la autora.
(32)
Sobre la naturaleza del arbitraje vase la tesis Arbitraje. poca: Quinta. Instancia: Tercera Sala. Fuente:
Semanario Judicial de la Federacin, Parte XXXVII, p. 800.
(33)
(34)
Incluso la Suprema Corte de Justicia de la Nacin fue ms all de la Regla y mediante sentencia
fechada el 30 de junio de 2004, dictada en el amparo en revisin 759/2003, interpuesto por Telfonos
de Mxico, S.A. de C.V., declar que la facultad del tribunal arbitral de dirigir el procedimiento del
modo que considere adecuado, no es una facultad absoluta, ni omnmoda, sino que se encuentra
acotada por las disposiciones del Ttulo Cuarto del Libro Quinto del Cdigo de Comercio, que establece las formalidades esenciales del procedimiento.
323
EL DEBER DE REVEL
A CIN DEL RBITRO
REVELA
1.
EL DEBER DE REVELACIN
DEL RBITRO
Hoy en da, en el mbito del arbitraje comercial internacional, es un principio comnmente aceptado que el rbitro
debe reunir una serie de cualidades. La
ms importante es que el rbitro sea y permanezca independiente e imparcial.
A pesar de los distintos matices que
puedan apreciarse en las definiciones que las
legislaciones nacionales o los reglamentos de
las principales instituciones arbitrales hacen
de tales trminos, no hay diferencias sustanciales o de fondo respecto del citado principio de independencia e imparcialidad.
( *)
Socio Director de Garrigues, Abogados y Asesores Tributarios, donde dirige el equipo de Arbitraje Internacional. Presidente del Club Espaol de Arbitraje. Miembro de la Comisin de Arbitraje de la Cmara de
Comercio Internacional. Abogado lder en litigios segn Whos Who Legal (2004).
324
325
326
dependencia e imparcialidad del rbitro,
realiza esfuerzos constantes por lograr un
consenso en la materia.
Entre dichos esfuerzos, deben destacarse las Directrices o Guidelines sobre
conflictos de intereses en el arbitraje Comercial Internacional de la International
Bar Association, tambin conocidas como
las IBA Rules, cuyo Consejo aprob el 22
de mayo de 2004 y el Code of Ethics for
Arbitrators in Commercial Disputes elaborador por la ABA/AAA.
3.2. Las IBA rules
En la elaboracin de estas directrices intervinieron diecinueve expertos
provenientes de catorce pases distintos
y de diferentes tradiciones jurdicas. Dichos expertos analizaron los estndares
contenidos en las legislaciones nacionales de arbitraje y en los reglamentos de
las instituciones arbitrales, as como la
aplicacin prctica de los mismos y han
tratado de armonizarlos.
No tienen vocacin alguna de sustituir o imponerse a las legislaciones nacionales de arbitraje, ni a los reglamentos de
las instituciones arbitrales. Simplemente
pretenden servir de orientacin a las partes y, especialmente, a los rbitros, en la
difcil cuestin del deber de revelacin.
Establecen los principios de independencia e imparcialidad y el deber de revelacin del rbitro, indicando expresamente que sern de aplicacin por igual a
todos los rbitros, ya sean rbitros nicos,
presidentes de un tribunal arbitral o rbitros designados por una de las partes.
Adems de consagrar los principios
unnimemente aceptados sobre el deber
de revelacin, dan un paso ms un paso
327
328
329
EJEMPLOS DEL VALOR LIMITADO DE LAS LISTAS CONTENIDAS EN LAS IBA RULES
330
Ejemplo 3
Veamos un ltimo ejemplo tambin
relacionado con los posibles vnculos familiares o de amistad entre los rbitros y
las partes o sus abogados, pero no expresamente contempladas en las IBA rules:
A es designado rbitro por B que
est asesorado por C que pertenece al
despacho D.
A y C no se conocen pero el despacho para que el trabaja C representa a un
tercero que acta contra F un familiar de
A en un tema de gran relevancia para F.
5.
331
rbitro, a mi juicio, debe ser considerado
por el mismo a la hora de tomar su decisin de aceptar o no una designacin: el
rbitro debe valorar si dispone del tiempo necesario para el correcto estudio y resolucin de la controversia.
Las partes se encuentran cada vez
con mayor frecuencia con procedimientos arbitrales que se alargan excepcionalmente en el tiempo por razones ajenas a
ellas y a la propia controversia.
Soy consciente de que la duracin
excesiva de un procedimiento arbitral no
tiene nada que ver con la independencia e
imparcialidad del rbitro, pero s influye
en la correccin del ejercicio de la funcin arbitral que no est integrada nicamente por el principio de independencia
e imparcialidad.
Aunque ninguna ley, ni nacional, ni
internacional, ni los reglamentos arbitrales ms importantes hacen referencia a
esta cuestin, existe en la comunidad arbitral internacional una enorme preocupacin por este hecho pues pone en entredicho la rapidez que tradicionalmente se
ha predicado como ventaja del arbitraje.
Tan slo, y con muy buen criterio,
la CCI, en la declaracin de aceptacin
e independencia que los rbitros que son
designados bajo sus reglas han de rellenar, establece en uno de sus puntos que
quien lo suscribe se encuentra disponible para actuar como rbitro. Por su parte, el code of ethics de la AAA en su Canon I dispone que el rbitro slo deber
aceptar su designacin si es (i) imparcial,
(ii) independiente, (iii) competente y (iv)
dispone del tiempo necesario para dedicarle al arbitraje.
La confianza sobre la que se basa
la relacin ente las partes y los rbitros,
332
CONCLUSIN
El exceso de revelacin puede desencadenar problemas (confidencialidad, posibilidad de las partes de dilatar el proceso,
crear dudas sobre la independencia e imparcialidad del rbitro cuando no la haba, etc).
Tanto el exceso como el defecto en el
ejercicio del deber de revelacin pueden provocar efectos negativos. El rbitro deber
encontrar el justo equilibrio caso por caso.
Las personas que reciben una designacin como rbitros afronten su deber de
revelacin con rigor y sin miedo a que las
circunstancias que revelen puedan provocar su falta de confirmacin. La prctica
pone de manifiesto que la revelacin de
circunstancias por los rbitros no determina en absoluto que una recusacin formulada por una parte sobre la base de alguna de esas circunstancias tenga necesariamente que prosperar.
Debemos asumir la imposibilidad de
cerrar definitivamente la cuestin del deber de revelacin, la delimitacin total de
su alcance es imposible. Las listas contenidas en las IBA rules han supuesto sin
duda una enorme ayuda pero su valor desgraciadamente es limitado.
Finalmente, el rbitro no debe olvidar que la funcin arbitral no slo est integrada por el principio de imparcialidad e
independencia y el deber de revelacin.
333
1.
INTRODUCCIN
La independencia y la imparcialidad
son atributos esenciales de la justicia. No
en balde a la Diosa Iustitia se le representa con una venda sobre los ojos desde tiempo inmemorial.
El sistema judicial de cualquier estado de derecho digno de ese nombre est
diseado para asegurar que los jueces
puedan administrar justicia libres,
sobre todo, de interferencias polticas
( *)
Socio Director de L. C. Rodrigo Abogados, Madrid. Miembro de la International Bar Association (IBA).
Miembro del Club Espaol de Arbitraje.
(**)
Socio Administrador de L. C. Rodrigo Abogados, Madrid. Miembro del Club Espaol del Arbitraje.
(1)
De acuerdo con el artculo 117 de la Constitucin de 1978 la justicia se administra por jueces () inamovibles (), no pudiendo ser separados, suspendidos, trasladados ni jubilados sino por alguna de las
causas y con las garantas previstas en la ley.
334
(2)
Bastante dao ha causado la extendida idea, no siempre infundada, de que las decisiones se toman
salomnicamente (el anglosajn split the baby).
335
Sin remontarnos a tiempos remotos(3), ya la Ley de Arbitraje de 22 de diciembre de 1953 aluda en su artculo 23
a que los rbitros no podan tener con las
partes o con la controversia algunas de las
relaciones que establecen la posibilidad
de abstencin y recusacin de un juez,
aadiendo que, si las partes, conociendo
esa circunstancia, la dispensaban expresamente, el laudo no podra ser impugnado por ese motivo. Equipar, pues, en esta
materia la posicin del rbitro a la del juez.
2.
Aun cuando, como es lgico, el catlogo de causas de recusacin de los jueces ha sufrido diversas modificaciones legales, parece de inters consignar las vigentes causas de recusacin, reguladas en
el artculo 219 de la Ley Orgnica del Poder Judicial (Ley Orgnica 6/1985, de 1
de Julio), con el objeto de ofrecernos una
idea del alcance de la nocin de independencia que las mencionadas normas de
arbitraje establecan. Se establecen como
causas de recusacin las siguientes:
1.
(3)
La Constitucin de Cdiz de 1812, en su artculo 280, prescriba que no se podra privar a ningn espaol
del derecho de terminar sus diferencias por medio de jueces rbitros, elegidos por ambas partes.
(4)
Nos referimos a la Ley Modelo de la Comisin de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI o UNCITRAL en sus siglas inglesas), aprobada el 21 de junio de 1985. No obstante, cabe
observar que la Exposicin de Motivos de la Ley de Arbitraje de 1988 no la menciona en ningn momento.
336
2.
3.
4.
Estar o haber sido denunciado o acusado por alguna de las partes como
responsable de algn delito o falta,
siempre que la denuncia o acusacin
hubieran dado lugar a la incoacin
de procedimiento penal y ste no hubiera terminado por sentencia absolutoria o auto de sobreseimiento.
5.
Haber sido sancionado disciplinariamente en virtud de expediente incoado por denuncia o a iniciativa de alguna de las partes.
6.
7.
8.
9.
inconveniente de su limitado mbito o alcance por lo que se dejaba fuera de control una serie de situaciones que en el
mundo de los negocios podran generar
duda sobre la imparcialidad del rbitro.
En este sentido, podra citarse la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de
Madrid, de fecha 24 de Septiembre de
2002 (JUR 2003\22969), en la que se analiza la recusacin planteada por una de las
partes que alega la causa de recusacin
basada en la amistad ntima entre la otra
parte y uno de los rbitros (causa 9 de las
antes mencionadas). En concreto, se alegaba que el padre de una de las partes era
amigo ntimo de uno de los rbitros. El
tribunal entiende que no resulta probada
la mencionada amistad, pero matiza, y
esto es lo que merece ser destacado, que
aun cuando esto hubiera resultado probado, tampoco sera causa de recusacin,
ya que la misma se circunscribe exclusivamente a la amistad del rbitro con la
parte y no del rbitro con el padre de la
parte. Esta aproximacin del tribunal,
correcta desde el punto de vista legal por
el sistema tasado de causas de recusacin, pone de manifiesto, cuando menos,
la parte ms negativa de este sistema que
deja fuera del anlisis sobre la independencia del rbitro situaciones tan dudosas como la descrita.
Consciente el legislador de esta limitacin, la Ley 60/2003 de arbitraje del
23 de diciembre, que entr en vigor en
marzo de 2004, derog la Ley de 1988 y
se apart de la orientacin hasta entonces
vigente en materia de incompatibilidades
de los rbitros, adoptando los criterios
de la Ley Modelo. En efecto, la Exposicin de Motivos indica que se elimina
el reenvo a los motivos de abstencin y
recusacin de jueces y magistrados, por
337
considerar que no siempre son adecuados en materia de arbitraje ni cubren todos los supuestos, y se prefiere una clusula general. En lo sucesivo nos referiremos a la actual Ley de Arbitraje como a
la Ley de 2003, para distinguirla, en su
caso, de la Ley de 1988 y la de 1953.
3.
338
cualquier circunstancia sobrevenida. En cualquier momento del arbitraje cualquiera de las partes podr pedir a los rbitros la aclaracin de sus relaciones con alguna
de las partes.
3. Un rbitro slo podr ser recusado si concurren en l circunstancias que den lugar a dudas justificadas sobre su imparcialidad o
independencia, o si no posee las
cualificaciones convenidas por las
partes. Una parte slo podr recusar al rbitro nombrado por ella,
o en cuyo nombramiento haya
participado, por causas de las que
haya tenido conocimiento despus
de la designacin.
Siguiendo a la Ley Modelo, la Ley
de 2003 cita expresamente, por primera
vez, las caractersticas de independencia
e imparcialidad y las configura como un
deber de los rbitros, prescindiendo de
quin los haya nombrado (una parte, ambas o una institucin). Lo anterior tiene
especial relevancia respecto de los conocidos como rbitros de parte. Efectivamente, la Ley de 2003 contempla la posibilidad de que en un arbitraje de tres rbitros cada parte nombre a uno de ellos y el
tercero sea nombrado por stos. Estamos
de acuerdo con el profesor Garber Llobregat(5) cuando sostiene que, en estos
casos, es posible que la parte trate de nombrar a rbitros con los que tenga una cierta relacin de confianza o amistad. La Ley
(5)
(6)
Cuestin que no resuelve del todo la Ley de 2003 y que puede ser trascendente es la de desde cuando y
hasta cuando (aunque diga durante el arbitraje) se debe ser y permanecer independiente. Las Guidelines
on Conflicts of Interest in International Arbitration aprobadas por la International Bar Association (IBA) el 22
de Mayo de 2004 ofrecen criterios y supuestos tiles para resolver casos dudosos.
(7)
El cumplimiento por el rbitro de estas obligaciones, ofrece a las partes la informacin necesaria para que, si lo estiman pertinente, puedan ejercer su derecho de recusacin frente al referido rbitro. Sin embargo, este derecho no es absoluto, pues la Ley de 2003 lo limita expresamente, respecto del rbitro que la
parte haya nombrado o en cuyo nombramiento haya intervenido, a las circunstancias conocidas con posterioridad al nombramiento. La limitacin al derecho de
recusacin es absolutamente coherente
con el principio de autonoma de la voluntad que rige el arbitraje, pues si la parte, conociendo circunstancias o relaciones del rbitro que pueden originar dudas
justificadas sobre su independencia e imparcialidad, decide nombrarlo o participa
en su nombramiento, carece de todo sentido que tenga derecho a recusarlo.
El sistema de recusacin se ha modificado por completo en la Ley de 2003.
Frente al sistema de causas tasadas que
impona por referencia la Ley de 1988, la
Ley de 2003 siguiendo a la Ley Modelo,
ha optado por el sistema contrapuesto, esto
es, ha establecido una causa general que
concreta en las circunstancias que den lugar a dudas justificadas sobre su independencia e imparcialidad. Seala la profesora Silvia Barona(8) que para efectuar el
anlisis, caso por caso, de las mencionadas circunstancias deberemos tener presente que el concepto dudas justificadas
339
debe entenderse, de una parte, en el sentido de que las dudas no deben ser subjetivas de la parte, sino que han de tener carcter objetivo, aunque la perspectiva de
la parte debe tenerse en cuenta por el rbitro cuando sopese si debe declarar dichas
circunstancias o no. Por ello, aun cuando
es obvio que con la Ley de 2003 han dejado de ser aplicables directamente las causas de recusacin de jueces y magistrados
enumeradas en el artculo 219 de la Ley
Orgnica del Poder Judicial, antes citado,
no debe desconocerse que esas causas pueden ser utilizadas como criterios vlidos
de lo que debe entenderse por duda objetiva(9). De otra, el referido concepto debe
entenderse en el sentido de que esas dudas
deben responder a hechos probados.
Sin embargo, el cambio en el sistema de recusacin tambin genera un cambio del alcance de la obligacin de declaracin que la Ley de 2003 impone al rbitro. Seala acertadamente Jos Mara Alonso(10) que, con la Ley de 1988, esta obligacin de revelacin por parte de la persona que hubiese sido propuesta como
rbitro, o ya estuviese actuando como tal,
poda ser constatada de forma autnoma
por ella misma, sin ms que hacer un repaso de cada uno de los tasados motivos
de recusacin de jueces y magistrados previstos en la Ley. Bajo la Ley de 2003, sin
embargo, el rbitro deber revelar a las
partes, no ya las causas que la Ley reconoce como causas de recusacin de un
(8)
(9)
No conocemos sentencias dictadas a partir de marzo de 2004 en procesos de anulacin de laudos bajo la
Ley de 2003 que hayan interpretado especficamente el deber de independencia e imparcialidad, pero no
descartamos que los tribunales puedan tambin encontrar referencias en las guas publicadas por algunas organizaciones jurdicas internacionales, sealadamente el ya citado Cdigo de Etica publicado por la
ABA y la AAA y las tambin citadas Guidelines on Conflicts of Interest in International Arbitration de la IBA.
(10)
Comentarios a la nueva Ley de Arbitraje 60/2003, coordinado por GONZLEZ SORIA, Julio, Comentarios al
artculo 17, Editorial Thomson-Aranzadi, 2004.
340
juez, sino todas aquellas otras previsiblemente ms numerosas que puedan dar
lugar a dudas justificadas sobre su imparcialidad o independencia.
Por lo expuesto, coincidimos con el
mencionado autor en sealar que los rbitros deben asumir su obligacin de revelacin teniendo en consideracin que en
algunos casos para las partes la apariencia de imparcialidad e independencia del
rbitro suele ser tan importante como la
realidad misma de estas cualidades. Por
ello, quizs lo ms conveniente es que el
rbitro revele aquello que entienda que
debe revelar y, adems, aquellas circunstancias de las que dude si est obligado o
no a revelar. En la duda, pues, se impone
que el rbitro se incline por declarar.
Este comportamiento de los rbitros
resulta recomendable, no slo porque garantiza de forma escrupulosa el cumplimiento de la obligacin que la Ley les impone, sino adems porque desecha la posibilidad de que el Laudo sea ulteriormente anulado y, sobre todo y lo ms importante, porque genera la confianza necesaria en las partes para percibir que la decisin, sea del tenor que sea, responde al
leal saber y entender de uno o varios rbitros independientes e imparciales.
4.
VALORACIN DE LA LEY
DE 2003
(11)
Un tema conexo y de enorme importancia es el de la responsabilidad del rbitro, que nos limitamos a
apuntar ya que escapa a este breve trabajo. Nos referimos a la amplitud de la responsabilidad en el
plano de la imputacin. Contrariamente a la Ley de 1988 que en su artculo 16 hablaba genricamente
de dolo o culpa, la Ley de 2003 la limita en su artculo 21 a los supuestos de mala fe, temeridad o dolo,
lo que nos parece criticable.
obligar a extremar las precauciones cuando se ponga sobre el tapete el nombramiento del tercer rbitro porque se temer que pueda caer en la rbita de influencia del otro rbitro. Ambas partes desconfiarn de la persona propuesta por la otra
y se sucedern una y otra vez ternas con
distintos nombres, para terminar en muchos casos con un nombramiento judicial.
Y claro est, la desconfianza aumentar
cuanto ms grande e importante sea el adversario ya que mayor ser su capacidad
de influencia presente y futura.
El hecho de que los rbitros, a diferencia de los jueces, pueden tener otras
muchas actividades no facilita la superacin de estos hbitos y quiz mejor decir,
mentalidad. Un ejemplo destacado es el
caso del desempeo de la funcin de rbitros por abogados en ejercicio en despachos particulares que atienden en otras
reas del derecho, lo que parece problemtico desde un doble punto de vista: por
un lado, no se puede ignorar que las expectativas de negocio que puede generar
ese cliente en el futuro para el despacho
en cuestin puede hacer mella en la independencia e imparcialidad del rbitro; y
por otro, la cada vez mayor dificultad que
tienen los propios profesionales debido a
341
342
343
INDEPENDENCIA DE LLOS
OS RBITROS
1.
DE LA INDEPENDENCIA E
IMPARCIALIDAD DE LOS
JUECES COMO GARANTAS
CIUDADANAS
( *)
Profesor de Procedimiento Civil de la Universidad de San Francisco de Quito, Ecuador. Socio de Prez
Bustamante & Ponce Quito, Ecuador.
(1)
SHAPIRO, Martn, Courts a Comparative and Political Analysis, The University of Chicago Press, 1981, p. 1.
344
(2)
Ibidem, p. 65.
(3)
Ver, Artculo 10 de la Declaracin Universal de los Derechos del Hombre; Artculo 8 de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos (CADH); Artculo 6 de la Convencin Europea de Derechos Humanos.
(4)
DORM , Roberto, Los jueces, es la justicia un tercio del poder?, Ediciones Ciudad Argentina, Buenos Aires,
1992, p. 46.
(5)
Recomiendo el estudio que hace SHAPIRO, Martn, sobre las Cortes Inglesas y la independencia judicial
en el libro antes citado; sobre la independencia de la funcin judicial el estudio del Profesor ROMERO
SEGUEL , Alejandro, contenido en el artculo publicado en el Internet bajo el ttulo la independencia e
imparcialidad en la justicia arbitral.
(6)
Citado por ROMERO SEGUEL , Alejandro, contenido en el artculo publicado en el Internet bajo el ttulo La
independencia e imparcialidad en la justicia arbitral.
345
2.
(7)
Sobre el contrato entre los rbitros y las partes, ver: FOUCHARD, GAILLARD y G OLDMAR, On International
Commercial Arbitration, edited by Emmanuel Gaillard and John Savage, Kluwer Law, The existence of a
contract between the Arbitrators and the Parites, pp. 600 y ss.
(8)
Sobre la confianza como fundamento de los medios alternativos de solucin de controversias. Ver, EGEA
HERNANDO, Javier, El tercero de confianza.
(9)
En doctrina se ha criticado que las partes puedan renunciar a inhabilitar a un rbitro marcado por una
situacin de parcialidad conocida, calificando tal circunstancia como una hipervaloracin del principio de
la autonoma de la voluntad. Segn esta tesis: si el arbitraje pretende ser una alternativa real a la jurisdiccin deben preservarse absolutamente todas sus garantas procesales. El planteamiento anterior se puede objetar por varias razones. En primer lugar, la renuncia se da en un mbito absolutamente privado, en
el cual la voluntad de las partes juega un rol preponderante. En este punto la diferencia con la jurisdiccin
ordinaria es radical, al extremo que algn autor ha sealado que la imparcialidad del juez es una condicin
346
Es perfectamente lcito que una parte, una vez informada, no objete la presencia de un rbitro inmerso en una situacin que podra afectarla. No creo vlida,
sin embargo, la aceptacin de un rbitro
dirimente imparcial. La imparcialidad es
una conducta que se revela durante el
proceso y, probablemente, slo se har evidente al tiempo de la expedicin del laudo.
En mi opinin tampoco sera vlida
una clusula arbitral en la que las partes
renuncien, al tiempo de contratar, a su
derecho a recusar en el futuro a rbitros
dependientes o parciales(10).
Es un principio fundamental del arbitraje internacional, aceptado universalmente, que los rbitros sean
imparciales e independientes de las
partes y que mantengan esa condicin a lo largo del proceso(11).
Pero ms all de que la independencia de los rbitros es una obligacin derivada de la naturaleza de la funcin de adjudicacin y que est implcita en el con-
tan esencial a la actuacin jurisdiccional del Derecho, que sin su clara manifestacin bien pudiera decirse
que no existe proceso o, cuando menos, que este no es jurisdiccional. En el arbitraje, en cambio, la
autoridad del rbitro proviene del acuerdo de las partes, y, en virtud de ello, es vlida la designacin de un
rbitro sobre el que pesan causales de inhabilitacin que son conocidas por las partes. En segundo lugar,
la conocida parcialidad del rbitro puede ser compensada por otras razones. La confianza en el rbitro, su
conocido sentido de la justicia, su rectitud y cualificacin profesional, pueden ser motivos ms que suficientes para que las partes nombren un rbitro afectado por una situacin de inhabilidad, aminorando el
riesgo que ello implica. En este punto se hace patente que la recusacin (en sentido lato) en materia
arbitral no mira al inters pblico, sino que las causales slo protegen el inters individual de las partes.
(10)
La cualidad de independencia del rbitro de las partes se considera imperativa e irrenunciable. GONZLEZ DE COSSIO , Francisco, Independencia, imparcialidad y apariencia de imparcialidad de los arbitros,
p. 15, cita a Pierre Lavile, Jean-Francois Poudret, Claude Raymond, Le droit de larbitrage interne et
international en suisse, Editions Payot Lausanne, 1989, pp. 338-339.
(11)
LEW , Julian D.M., MISTELIS , Loukas A., KROLL , Stefan M., Comparative International Commercial Arbitration, Kluwer Law International, p. 256.
(12)
LANDES, William M. & POSNER , Richard A., Adjudication as a private good, en: 8 J. Legal Stud., 1979,
pp. 235-40, citado por Christopher R. Drahozal.
A.
La independencia e imparcialidad de
los rbitros est consagrada, expresa o
347
tcitamente, en casi todas las reglas y leyes de arbitraje y su aplicacin es celosamente cuidada por las instituciones que
administran arbitrajes.
Sin embargo, y con alguna excepcin(14), las leyes y reglas de arbitraje no
definen los conceptos de independencia e
imparcialidad ni incluyen una casustica
de circunstancias en las que pueda presumirse su falta(15).
Los autores coinciden en que no es
fcil y, quizs, tampoco es necesario distinguir independencia e imparcialidad.
El diccionario de la Lengua Espaola de la Real Academia Espaola, se
(13)
SANDERS, Pieter, Quo vadis arbitration? Sixto Years of Arbitration Practive, Kluwer Law Internacional, The
Hague, Netherlands, 1999, p. 224, citado por GONZLEZ DE COSSIO, Francisco, Independencia, Imparcialidad y apariencia de imparcialidad de los rbitros.
(14)
La Ley de Arbitraje Sueca, en su Seccin 8 contiene una lista de circunstancias en las que se presume que
no hay imparcialidad. Ver LEW , Julian D. M., MISTELIS, Loukas A., KROLL, Stefan M., Comparative International Commercial Arbitration, Kluwer Law International, p. 257.
(15)
La Ley de Arbitraje y Mediacin de la Repblica del Ecuador, se remite a las causales de recusacin de
jueces establecidas en el Cdigo de Procedimiento Civil que contiene un determinado nmero de circunstancias en las que se puede entender que falta independencia o imparcialidad del juez. Ver, el Artculo 18 de la
Ley de Arbitraje y Mediacin del Ecuador y su remisin al Artculo 856 del Cdigo de Procedimiento Civil. Las
causas de recusacin previstas en el Cdigo de Procedimiento Civil del Ecuador: 1. Ser cnyuge o conviviente en unin de hecho o pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad de alguna
de las partes, o de su representante legal, o de su mandatario, o de su abogado defensor; 2. Ser acreedor,
deudor o garante de alguna de las partes, salvo cuando lo fuere de las entidades del sector pblico, de las
instituciones del sistema financiero, o cooperativas. Habr lugar a la excusa o recusacin establecida en este
nmero slo cuando conste el crdito por documento pblico o por documento privado reconocido o inscrito,
con fecha anterior al juicio; 3. Tener l o su cnyuge, o sus parientes dentro de los grados expresados en el
nmero 1, juicio con alguna de las partes o haberlo tenido dentro de los dos aos precedentes, si el juicio
hubiese sido civil, y de los cinco, si hubiese sido penal; No sern motivos de excusa ni de recusacin la
demanda civil o la querella que no sean anteriores al juicio; 4. Tener inters personal en la causa por
tratarse de sus negocios, o de su cnyuge, o de sus parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad
o segundo de afinidad; 5. Ser asignatario, donatario, empleador, o socio de alguna de las partes; 6. Haber
fallado en otra instancia y en el mismo juicio la cuestin que se ventila u otra conexa con ella; 7. Haber
intervenido en el juicio, como parte, representante legal, apoderado, defensor, agente del ministerio pblico, perito o testigo;8. Haber sido penado, multado o condenado en costas en la causa que conoca, en
caso de que la sancin le hubiese impuesto otro juez o tribunal; 9. Haber dado opinin o consejo sobre el
juicio que conste por escrito; y, 10. No sustanciar el proceso en el triple del tiempo sealado por la ley.
Uno de los ms interesantes esfuerzos para hacer una casustica de las circunstancias que afectan o
pueden afectar la independencia o imparcialidad de los rbitros est contenido en los Guidelines on
Conflicts of Interests in Internacional Arbitration, de la Internacional Bar Asociation, aprobadas ell 22 de
Mayo de 2004 por el Council of the Internacional Bar Association. Adjunto como documento de referencia.
348
refiere a la independencia como la cualidad de aquel que sostiene sus derechos u opiniones sin admitir intervencin ajena(16); a la imparcialidad como
la falta de designio anticipado o de
prevencin a favor o en contra de alguien o algo, que permite juzgar o proceder con rectitud(17) ; y, finalmente,
define la neutralidad como la facultad
de aquel que no participa de ninguna
de las opciones en conflicto(18).
La independencia vendra a ser la
posibilidad del rbitro de decidir por
si mismo sin injerencia de terceros; la
imparcialidad consistira en no tener un
criterio anticipado que impida juzgar;
y la neutralidad en no tener inters en
el conflicto.
Si bien la doctrina y la jurisprudencia arbitral han elaborado distinciones entre los conceptos de independencia e imparcialidad, es preciso sealar que con frecuencia se utilizan los dos conceptos indistintamente como cuando las cortes francesas utilizan el concepto de una mente
independiente(19).
La independencia requiere que no
exista ni haya existido una relacin
de dependencia entre las partes y los
(16)
Diccionario de la Lengua Espaola, Real Academia Espaola, Vigsimo Segunda Edicin, 2001,
T. II, p. 1266.
(17)
Ibidem, p. 1252.
(18)
Ibidem, p. 1579.
(19)
FOUCHARD, GAILLARD y GOLDMAR, On International Commercial Arbitration, edited by Emmanuel Gaillard and
John Savage, Kluwer Law Internacional, 1999, p. 564.
(20)
LEW, Julian D.M., MISTELIS, Loukas A., KROLL, Stefan M., Comparative International Commercial Arbitration, Kluwer Law International p. 261.
(21)
FOUCHARD, GAILLARD y GOLDMAR, On International Commercial Arbitration, edited by Emmanuel Gaillard and
John Savage, Kluwer Law Internacional, 1999, p. 565.
(22)
LEW , Julian D.M., MISTELIS, Loukas A., KROLL , Stefan M., Comparative International Commercial Arbitration, Kluwer Law International, p. 258.
En la prctica, la apreciacin de la
independencia, definida como la falta de
una relacin prxima entre el rbitro y las
partes, se hace con criterio objetivo, es
decir que se analizan los hechos en que se
sustenta la relacin de dependencia.
Por el contrario la imparcialidad
debe ser apreciada con criterio subjetivo;
se debe analizar si su forma de proceder
durante el proceso ha sido intencionalmente favorable a una de las partes.
Y precisamente, por lo difcil que es
probar la imparcialidad los rbitros, se exige que estos sean, por lo menos, independientes con lo que, en principio, se garantiza su libertad de juicio.
La experiencia arbitral demuestra que
tiene ms posibilidades de xito el cuestionamiento de un rbitro por falta de independencia que por falta de imparcialidad.
La relacin entre la independencia y
la imparcialidad ha sido motivo de debate acadmico y legislativo. As por ejemplo, en la reforma de las reglas de la CCI,
no se incluy el requerimiento de imparcialidad en el artculo 7 por considerar que
el trmino independencia se conceba
como un medio para llegar a un fin: ningn rbitro que haya tenido relacin de
tal naturaleza que afecte su libertad de
decisin puede ser considerado como un
rbitro independiente(23).
349
La segunda consideracin por la que
no se incluy el trmino imparcialidad en
el artculo 7 (1) de las reglas de la CCI
fue porque al ser un criterio subjetivo con
el que debe juzgarse la imparcialidad que
puede ser imposible de determinar al tiempo de la confirmacin del rbitro(24).
Lo anterior no significa que las reglas de la CCI no requieran la imparcialidad del rbitro, basta con revisar la disposicin del Artculo 15(2) que dice:
Artculo 15 (2).- En todos los casos, el Tribunal Arbitral deber actuar justa e imparcialmente y asegurarse que cada parte tenga la
oportunidad suficiente para exponer su caso.
Al analizar el tema, Julian D M Lew,
Loukas A. Mistelis, Stefan M Kroll(25), refieren que la mayora de las leyes y reglas
de arbitraje exigen que los rbitros sean
independientes e imparciales y sealan
que son pocos los casos en que las leyes
omiten uno de los dos requerimientos. A
modo de ejemplo refieren el caso de Suiza y el, ya comentado, caso del artculo
7(1) de las reglas de CCI que exigen independencia pero no imparcialidad. De
otro lado, analizan el caso de leyes como
la Ley Inglesa de Arbitraje de 1996 y la
Ley de Arbitraje Sueca que exigen nicamente el requisito de imparcialidad. La
(23)
Informe presentado ante el Congreso de la CCI en Madrid el17 de Junio de 1975 por R OBERT, Jean,
rapporteur de la Comisin redactora de las Reglas de la CCI de 1975, cita efectuada por GONZLEZ
DE COSIO , Francisco, Independencia, Imparcialidad y apariencia de imparcialidad de los arbitros,
tomado del Internet, p. 5.
(24)
One of the reasons given for not modifying the Rules to provide, at the outset, that an arbitrator must be
independent and impartial was the argument that lack of independence was an objective status, subject to
factual determination, whereas, partiality was most frequently revealed by conduct. CRAIG, PARK & PAULSONS,
Annotated guide to the 1998, Arbitration rules with commentary, Oceana PublicatioNS INC, 1998.
(25)
LEW / MISTELIS / KROLL , Comparative International Commercial Arbitration, cit., p. 257 y notas 8, 9, 10,
11, 12 y 13.
350
Neutralidad
(26)
LEW , MISTELIS y KROLL, Comparative International Commercial Arbitration, cit., p. 257, Nota 11.
(27)
CRAIG, P ARK y PAULSON , International Chamber of Commerce Arbitration, Third Edition, Oceana Publications / Dobbs Ferry, NY, 2000, p. 208, nota 16, referencia al Report on the arbitration bill, Section
104 (1996).
(28)
(29)
ROMERO SEGUEL, Alejandro, contenido en el artculo publicado en el Internet bajo el ttulo. La independencia e imparcialidad en la justicia arbitral.
351
4.
A.
(30)
DRAZOHAL, Christopher R., Commercial arbitration: cases and problems, Lexis Nexis, pp. 363 y ss. hace un
prolijo recuento de esta decisin. No es un caso fcil de analizar por tratarse de una decisin dividida de la
Corte Suprema de Justicia en la que el criterio de jueces que concurren para formar la de mayora difiere
en cuanto a la aplicacin asimilacin de estndares para rbitros y jueces. Los jueces White y Marshall
que concurren en la opinin de mayora no admiten la asimilacin de estndares de independencia e
imparcialidad entre jueces y rbitros.
(31)
Merit Insurance co. vs. Leatherby Insurance Co. United States Court of Appeals for the Seventh Circuit 714
F. 1983, 2d 673, citado por DRAZOHAL, Christopher R., Commercial Arbitration: cases and problems, NEXIS,
Lexis pp. 363 y ss.
(32)
CRAIG, PARK and PAULSON, International Chamber of Commerce Arbitrtion, Third Edition, Oceana Publications / Dobbs Ferry, NY, pp. 208.
(33)
MONROY C ABRA, Marco Gerardo, Arbitraje comercial nacional e internacional, Legis, 1998, p. 81.
(34)
Esta pareca ser la situacin en Ecuador, sin embargo el tema fue resuelto de manera diferente por la
Corte Superior de Quito que determin que los rbitros no estn sujetos al rgimen legal aplicable a los
jueces. El caso que dio origen a la resolucin fue el siguiente: un litigante que se sinti afectado por un
laudo dictado por un tribunal arbitral administrado por la Cmara de Comercio de Quito, demand a los
352
An si llegamos a la conclusin de
que los estndares impuestos a los jueces son aplicables a los rbitros no podramos concluir, sin embargo, que stos estn sometidos a todas las normas
con las que el Estado busca garantizar la
independencia e imparcialidad de los jueces. Parece evidente, por ejemplo, que
prohibiciones como la de de participar
en poltica o ejercer la profesin no pueden aplicarse a los rbitros.
Yo creo que no hay respuesta absoluta a la pregunta planteada. An en
aquellos casos en la que la legislacin
expresamente seale que las normas
impuestas a los jueces aplican a los rbitros habr que excluir aquellas que
sean contrarias a la naturaleza de la
prctica arbitral.
En materia de recusacin, sin embargo, en el derecho continental, la pauta
general es aplicar a los rbitros las mismas causales que las leyes nacionales
rbitros fundado en la Seccin 31 del Cdigo de Procedimiento Civil, Juicio sobre indemnizacin de
daos y perjuicios contra los magistrados, jueces y funcionarios y empleados de la funcin judicial. Sostuvo el litigante que los rbitros forman parte de la funcin judicial por la disposicin del Artculo 3 de la Ley
Orgnica de la Funcin Judicial. Visto que los jueces tienen fuero de Corte Superior, la demanda se
present ante la Corte Superior de Quito. La Corte se inhibi de conocer la demanda por falta de competencia al considerar los rbitros no tienen fuero de Corte.
(35)
(36)
CAIVANO, Roque, El arbitraje, citado por Ernesto SALCEDO, El arbitraje, la justicia alternativa, Editorial
Jurdica Mosquera, Quito, 2001, p. 98.
(37)
La posicin adoptada por la Ley Modelo de la Uncitral fue una frmula genrica ms que un listado casustico de circunstancias que afectaran la independencia o imparcialidad del rbitro.
(38)
353
(39)
CAIVANO, Roque, sugiere que no se debera llamar rbitro de parte sino rbitro designado por una de las
partes, CAIVANO, Roque J., Arbitraje, Ad-Hoc SRL, 2000, p. 175.
(40)
Caso Occidental vs. Repblica del Ecuador, Uncitral N UN 3467, 1 de junio, 2004.
(41)
Ver, la presentacin de GRIGERA, Horacio A., Party apointed arbitrators: A latin american perspective, en:
IBA Arbitration Day Presentation - Sao Paulo, Brazil, February, 2004.
(42)
CRAIG, PARK and PAULSON, International Chamber of Commerce Arbitration, Third Edition, Oceana Publications / Dobbs Ferry, NY 2000, p. 212.
354
(43)
(44)
Citas de varias reglas aplicables al arbitraje internacional que mantiente el mismo criterio se encuentran
en Fouchard, Gaillard, Goldmar on International Commercial Arbitration, edited by Emmanuel Gaillard and John Savage, Kluwer Law, The status of arbitrators, pp. 573-574.
(45)
(46)
BISHOP, Doak, Toward A., Harmonized Approach to Advocacy in International Arbitration, in: The Art Of
Advocacy In International Arbitration, Juris Publishing, 2004.
355
C.
(47)
CRAIG, PARKER and PAULSON, International Chamber Of Commerce Arbitration, Oceana Publications,
Inc., Dobbs Ferry, NY, 2000, p. 211.
356
D.
(48)
Vasconi, el Cdigo de Procedimiento Civil Ecuatoriano recoge el principio de trascendencia de las nulidades en su artculo 1014 que dice: La violacin del trmite correspondiente a la naturaleza del asunto o al
de la causa que se est juzgando anula el proceso; y los juzgados y tribunales declararn la nulidad de
oficio o a peticin de parte, siempre que dicha violacin hubiese influido o pudiere influir en la decisin de
la causa, observando, en lo dems las reglas generales y especialmente lo dispuesto en los Artculos.
355, 356 y 357. De una manera algo diferente el Cdigo Modelo para Amrica Latina recoge el principio
de trascendencia en el Tercer inciso de su artculo 104 que dice: Artculo 104. (Especificidad y trascendencia de la nulidad) () La anulacin no procede, aun en los casos establecidos precedentemente, si el acto,
aunque irregular, ha logrado el fin al que estaba destinado, salvo que se hubiese provocado indefensin.
(49)
Fertilizar of India et al. V IDI Management Inc. 517 F. Sup. 948 (S.D. Ohio, 1981); extracts in VII Yearbook
382 (1982), citado por CRAIG, P ARK y PAULSON, International Chamber Of Commerce, Third Edition, Oceana Publications, Inc. / Dobbs Ferry, NY, 2000 pp. 209 y ss. En este caso se discuti, ante una Corte
Federal de los Estados Unidos, si las Reglas de Arbitraje de 1955, exigan la independencia del rbitro
designado por las partes. La Corte lleg a la conclusin de que la designacin de un rbitro independiente y su obligacin de revelar han sido siempre aplicables a los arbitrajes ICC. Ver, p. 210.
(50)
DRAZOHAL, Christopher R., Commercial Arbitration: Cases And Problems, Lexis Nexis, p. 366, Voto Salvado
de los Magistrados Fortas y Harlan.
357
Lo primero que debe hacer una persona cuando recibe la propuesta de actuar
como rbitro es analizar si cumple con los
requisitos bsicos de independencia e imparcialidad. Si no los cumple debe rechazar la propuesta.
Cmo juzga el rbitro si las relaciones que tiene con una de las partes o si su
criterio sobre la materia en disputa puede
afectar su independencia e imparcialidad?
Las reglas arbitrales le proporcionan
algunos parmetros para hacer ese juicio:
Las reglas de la CCI, por ejemplo,
le dicen que debe hacer la apreciacin desde el punto de vista de las
partes y no, nicamente, desde el
suyo propio (53).
Otras reglas sealan que la obligacin se refiere a la revelacin se refiere a
hechos que puedan generar duda razonable(54) sobre la independencia y la imparcialidad del rbitro. En consecuencia
el rbitro debe apreciar las circunstancias de manera muy amplia y revelar
(51)
En Merit Insurance Co. Vs. Letherby Insurance Co., no se anul un laudo unnime; si se lo hizo en
cambio en SCHMITZ V. ZILVETI United States Court of Appeal for the Ninth Cicuit 20 F.3d. 1043 (1993).
Los dos casos estn citados en D RAZOHAL , Christopher R., Commercial Arbitration: Cases And
Problems, Lexis Nexis, pp. 367-375.
(52)
Ver, en este punto CRAIG, PARK and PAULSON , International Chamber Of Commerce Arbitrtion, Third Edition,
Oceana Publications / Dobbs Ferry, NY, 2000, p. 265.
(53)
ICC Corte Internacional De Arbitraje, artculo 7, Disposiciones Generales: 1. Todo rbitro debe ser y permanecer independiente de las partes. 2. Antes de su nombramiento o confirmacin, la persona propuesta
como rbitro debe suscribir una declaracin de independencia y dar a conocer por escrito a la Secretaria
cualesquiera hechos o circunstancias susceptibles, desde el punto de vista de las partes, de poner en
duda su independencia. La Secretaria deber comunicar por escrito dicha informacin a las partes y fijar
un plazo para que stas manifiesten sus comentarios.
(54)
Ley Modelo De La CNUDMI (Comision De Las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional,)
Sobre Arbitraje Comercial Internacional. Artculo 12. Motivos de Recusacin. 1. La persona a quien se
comunique su posible nombramiento como rbitro deber revelar todas las circunstancias que puedan dar
lugar a dudas justificadas sobre su imparcialidad o independencia. El rbitro, desde el momento de su
nombramiento y durante todas las actuaciones arbitrales, revelar sin demora tales circunstancias de las
partes, a menos que ya les haya informado a ellas.
358
cualquier situacin que, a criterio a una
persona razonable, pueda producir la impresin de parcialidad o dependencia.
Estas imposiciones se deben a que,
como dijimos antes, dada la naturaleza del
arbitraje, no es suficiente que el rbitro sea
independiente e imparcial sino que esa sea
la percepcin que de l tengan las partes y
la comunidad arbitral. Precisamente por la
importancia de la apariencia de imparcialidad Francisco Gonzles de Cosso inicia su trabajo sobre la independencia de
los rbitros con la cita a Nicols Maquiavelo: La mujer del prncipe no solo debe
ser casta y pura () debe aparentarlo.
A diferencia de las leyes nacionales
en las que con frecuencia se establece de
manera casustica las circunstancias que
deben concurrir para que se entienda que
el juez no est en una posicin de imparcialidad o independencia, las reglas arbitrales, normalmente, hacen una referencia
genrica y abierta sobre la imparcialidad del
rbitro. Quedar al buen criterio del rbitro
analizar y resolver cuales son los hechos
sobre los que debe informar a las partes.
El riesgo de esta aproximacin al
deber de revelacin es que la responsabilidad del rbitro es mayor. Es l y no la
ley quien debe juzgar, en el caso en particular, si existen o no hechos o relaciones
sobre las que debe informar.
De otro lado, la obligacin de informar de cualquier hecho que pueda afectar
la independencia, imparcialidad o percepcin de imparcialidad de un rbitro no est
limitada al tiempo de la aceptacin del
encargo. Si en el decurso del proceso arbitral el rbitro llega a conocer cualquier
circunstancia que pueda afectar su independencia o imparcialidad debe hacerlo.
359
(55)
6.
CONCLUSIN
Concluyo esta presentacin afirmando que la independencia e imparcialidad del rbitro son garantas fundamentales de cualquier sistema de resolucin
de conflictos.
Salvo casos excepcionales, las leyes
y normas arbitrales imponen a los rbitros la obligacin de ser y parecer independientes e imparciales; y, la consiguiente necesidad de informar a las partes de
cualquier circunstancia que pueda generar dudas razonables sobre las mismas.
Que el debido cumplimiento de los
rbitros sobre su obligacin de revelar es
una garanta para la validez del laudo y
su ejecucin e inmuniza al rbitro de posibles reclamos en su contra.
Que la internacionalizacin de la
justicia determina que rbitros de diferentes nacionalidades y enfoques tengamos, sustancialmente, las mismas obligaciones ticas por lo que el conocimiento de cdigos de conducta y guas
aprobadas por organizaciones internacionales serias nos ayudar a cumplir
adecuadamente nuestra misin.
(56)
ALONSO, Jos Mara, Los rbitros: seleccin, recusacin y reemplazo, Miami, 2005, p. 4.
360
361
ARBITRAJES COMPLEJOS
ARBITRAJES COMPLEJOS
Todos los das, se llevan a cabo miles de transacciones comerciales, las cuales en ocasiones dan origen a alguna disputa. Gran parte de estas disputas son resueltas mediante el arbitraje puesto que
su eficacia ha sido comprobada.
1.
ARBITRAJES COMPLEJOS
( *)
Jefe del rea de litigio civil y mercantil, arbitraje y ADRs del despacho Santamarina y Steta, Mxico.
Miembro del Comit Consultivo de la Comisin de Arbitraje de la Cmara Nacional de Comercio de la
Ciudad de Mxico (CANACO), del Comit Arbitral del Centro de Arbitraje de Mxico (CAM) y de la
Comisin de Arbitraje de la Cmara de Comercio Internacional (CCI).
(1)
362
En este tipo de arbitrajes pueden presentarse algunas dificultades, ya sean relativas al acuerdo de arbitraje, a la integracin del tribunal arbitral o al pago de
los costos del arbitraje, entre otras.
mandantes y las demandadas(4), sin embargo, puede darse el caso de que se llame al arbitraje a una parte que no haya
sido claramente identificada ni como
demandante ni como demandada.
En los arbitrajes que involucran varios contratos, puede presentarse una sola
solicitud de inicio de arbitraje para todos los contratos, o pueden presentarse
varias solicitudes. De presentarse una
sola, deben cumplirse los siguientes requisitos: (i) todos los contratos deben
haber sido firmados por las mismas partes, excepto cuando sea claro que las
partes pertenecen a dos grupos de empresas; (ii) todos los contratos deben estar relacionados con la misma transaccin comercial; (iii) las clusulas de solucin de controversias previstas en todos los contratos deben ser compatibles.
Por otro lado, en arbitrajes multiparte, el pago de los costos del arbitraje
en ocasiones puede presentar dificultades. El Reglamento de Arbitraje de la
CCI prev que la provisin para gastos
del arbitraje fijada por la Corte debe ser
pagada en partes iguales por las de-
(2)
(3)
Artculos 9 y 10.
(4)
Artculo 30.3.
363
ARBITRAJES COMPLEJOS
(5)
Artculo 4.6.
364
De esta manera, en funcin al volumen y da la clase de documentos que hayan de presentarse, se recomienda: (i)
presentar los documentos en carpetas, si
no es que de por si se requiera presentar
discos informticos; (ii) usar separadores que permitan diferenciar fcilmente
los documentos; (iii) identificar los documentos por ttulo y fecha; (iv) numerarlos consecutivamente; e (v) indicar a
qu parte pertenecen.
2.4. Audiencias
Antes de la celebracin de la audiencia, resulta conveniente llevar a cabo
una reunin preparatoria para organizar
cuestiones como: (i) lugar en que se llevar a cabo; (ii) nmero de asistentes;
(iii) nmero de testigos y peritos que
habrn de ser interrogados; y (iv) duracin de la audiencia.
Asimismo, con el propsito de dar
una introduccin, conviene que al principio de la audiencia, cada una de las partes
presente una breve sntesis de la controversia, asimismo, conviene que al final de
la audiencia presenten un resumen de los
argumentos expuestos durante la misma.
En todo momento, el tribunal arbitral habr de conducir la audiencia de manera eficiente, estableciendo horarios que
hayan de cumplirse, de modo que la audiencia cumpla con el ritmo previsto.
2.5. Tribunal arbitral
En gran medida la eficacia del procedimiento arbitral depende del tribunal
arbitral. Para asegurar el mejor desarrollo del procedimiento, en los casos complejos conviene que sean tres rbitros los
que resuelvan la controversia.
3.
COSTOS
365
ARBITRAJE Y PROCEDIMIENTO
ARBITRAJE Y PROCEDIMIENTO
1.
INTRODUCCIN
( *)
Socio fundador de Coronel & Prez Abogados, Ecuador. Miembro de la Corte de Arbitraje de la Cmara de
Comercio Internacional (CCI). rbitro de la Corte Internacional de Arbitraje de Londres. Miembro del Panel
de Conciliadores del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI).
366
determinante en el proceso de administracin de justicia. Cualquier litigante conoce que las cuestiones de procedimiento
son de importancia decisiva al momento
de ventilar y resolver las controversias,
que sus postulados no siempre son slo
adjetivos, sino que de hecho poseen una
profunda vinculacin, a menudo inseparable, con el derecho sustantivo.
2.
ARBITRAJE Y PROCEDIMIENTO
Este trabajo pretende: esbozar algunas de las notas ms salientes en la relacin entre arbitraje y procedimiento y dar
un panorama del enfoque predominante
sobre dicha relacin en la doctrina y la
legislacin de varios pases latinoamericanos el cual no necesariamente se refleja en la cultura y la prctica arbitral
latinoamericana.
Parece doctrina pacfica y generalmente admitida en estos primeros aos del
siglo XXI que el arbitraje debido a su origen contractual, posee la amplia flexibilidad de facultar a las partes que ellas mismas determinen las reglas de procedimiento a que se deba sujetar la resolucin de
los conflictos sometidos a este mtodo.
Tambin fluye del principio contractualista y del enorme poder de la autonoma
de la voluntad de las partes contratantes,
que slo encuentra su lmite en razones
de orden pblico, el que las partes puedan escoger que las normas de procedimiento sean las de una determinada institucin o centro arbitral, como las Cmaras de Comercio u otras entidades especializadas, las que suelen competir en el
mercado arbitral, justamente proponiendo reglas y usos de probada eficacia y flexibilidad, en las que procuran lograr un
adecuado balance de certidumbre y segu-
ridad sobre cuestiones esenciales, sin sacrificar la flexibilidad y agilidad proverbialmente enunciadas como ventajas del
sistema arbitral.
Pero debe tenerse presente, que si
bien es de origen contractual, el arbitraje
posee una innegable trascendencia procesal, pues en ltimo trmino se trata de un
proceso en el cual se deducen y debaten
pretensiones, se producen y valoran pruebas y se adjudican o resuelven disputas
sobre hechos y derechos. Y como proceso, an siendo dirigido y sustanciado por
jueces privados y reglas distintas, no puede escapar a esa tica comn a todo proceso que obliga a respetar garantas fundamentales como el derecho de defensa,
la igualdad procesal o el principio de contradiccin. Por ello, lejos de prescindir del
derecho procesal, los rbitros y las partes
deben conocerlo y aplicar sus principios
an ms que en el curso de un juicio ante
tribunales ordinarios.
Naturalmente, derecho procesal no
equivale a rito ni formalismo, como tampoco flexibilidad procesal equivale a anarqua.
La flexibilidad procesal es una de las
caractersticas salientes de la institucin
y permite que la estructura del proceso,
se adapte, como un guante, a las caractersticas del proceso y al particular inters
de las partes en funcin de la naturaleza,
cuanta o complejidad de la controversia.
As, se ha dicho por ejemplo (...) la institucin arbitral descansa en la voluntad
de las partes. En materia de procedimiento, este principio tiene, quizs, su mayor
reconocimiento en cuanto las partes se encuentran en la ms absoluta libertad de
elegir las normas a travs de las cuales el
tribunal arbitral debe conducir y substanciar el procedimiento.() Ahora bien, en
367
ARBITRAJE Y PROCEDIMIENTO
el caso de que las partes no hayan acordado las normas de procedimiento, la responsabilidad de dirigir el procedimiento
pasar al tribunal arbitral, quien para estos efectos podr cumplir su misin del
modo que estime ms apropiado, teniendo siempre en consideracin los principios y normas de la ley ()(1). En efecto, es precisamente en la posibilidad de
escoger con amplia libertad las normas de
procedimiento, donde se percibe con
ms evidencia el amplio campo de accin que se reconoce a la libertad individual de las partes para autorregular directamente o por delegacin, la manera
como ellas estiman adecuado se ventilen sus controversias actuales o potenciales. Y esto tiene mucho sentido si se
recuerda el carcter de mtodo alternativo que posee el arbitraje como medio
de resolver conflictos, pues permite que
las partes diseen un traje a la medida, balanceando los mltiples factores
a considerar ante una potencial controversia: calidad de los rbitros, costos,
tiempo de duracin del proceso, grado
de profundidad en la presentacin y anlisis de pruebas y argumentos, etc.
Una segunda nota que ha sido destacada con motivo de la flexibilidad del procedimiento arbitral, es que precisamente
ella explica la enorme proliferacin en el
mundo del arbitraje comercial internacional de reglas e instituciones, las cuales
varan significativamente entre las diversas entidades, ofreciendo amplias oportunidades a las partes para que seleccio-
(1)
PICAND, Albnico, Arbitraje Comercial Internacional, T. I, Editorial Jurdica Chile, Chile 2005, p. 324.
(2)
MICHAEL W., Resiman, en: International Commercial Arbitration, The Foundation Press Inc. New York,
1997, p. 236.
(3)
SANTOS BELANDRO , Rubn, Arbitraje Comercial Internacional, Editorial Oxford University Press, Mxico,
2000, p. 292.
368
rarse de que cada parte tenga la oportunidad suficiente para exponer su caso, esto
es, ejercer su derecho a la defensa.
Por su parte, el artculo 14 del Reglamento de la Corte de Arbitraje Internacional de Londres reitera el principio
de libertad contractual en la materia, enfatiza la necesidad de un trato equitativo
e imparcial de las partes, concedindole a
cada una la oportunidad de or y ser oda
y faculta al tribunal a acordar procedimientos que se adapten a las circunstancias del arbitraje, evitando retrasos o gastos innecesarios a fin de procurar una equitativa y eficiente resolucin definitiva de
la controversia(6).
Asimismo la Ley Modelo de la
CNUDMI Comisin de las Naciones
Unidas para el Derecho Mercantil Internacional), en su artculo 19 seala las
pautas fundamentales sobre procedimiento reiterando el principio de libertad contractual para que las partes lo determinen e indicando que a falta de acuerdo,
el tribunal podr dirigir el arbitraje del
modo que considere apropiado aclarando despus que esta facultad incluye determinar la admisibilidad, la pertinencia
y el valor de las pruebas.
Varios de los pases latinoamericanos han recogido en su legislacin interna estos principios relativos a la libertad
de las partes para escoger el procedimiento. As por ejemplo, el Cdigo de Comercio de Mxico, en su artculo 1435, seala que con sujecin a las disposiciones
del presente Ttulo, las partes tendrn
(4)
REDFERN, Alan y HUNTER , Martin, Law and Practice of International Commercial Arbitration, Sweet &
Maxwell. London, 1999, p. 278.
(5)
(6)
ARBITRAJE Y PROCEDIMIENTO
369
en el caso de Panam, el Decreto Ley N
5, luego de sentar el principio de que el
procedimiento se ajustar a lo determinado por las partes, al Reglamento aplicable y en su defecto a lo que determine el
tribunal arbitral (artculo 18), se ocupa en
el artculo 23 de sealar que el tribunal
practicar pruebas con sujecin al principio de contradiccin y audiencia.
Similarmente, la legislacin peruana
determina en el artculo 33 de la Ley N
26572 de 1996 titulado libertad de regulacin del proceso, la facultad de las
partes de determinar las reglas aplicables
y establecer un procedimiento supletorio
para el caso de que las partes o los rbitros no hubieren establecido uno distinto.
Por su parte en Venezuela, la legislacin
establece dos clases de arbitraje: a) Institucional, en el cual el procedimiento se
regir de acuerdo a lo establecido por el
reglamento del centro de arbitraje al que
las partes se hayan sometido y; b) Independiente, que es aquel regulado por las
partes; y, provee tambin de reglas supletorias que podrn ser aplicadas salvo disposicin contraria de las partes. La legislacin argentina dispone que las partes
podrn convenir el procedimiento aplicable y que si no hubieren fijado el procedimiento, los rbitros debern observar aquel
del juicio ordinario o sumario, segn convenga (artculos 741,1 y 751 del Cdigo
Procesal Civil y Comercial de la Nacin).
En el caso de la legislacin colombiana, la Ley determina que en el arbitraje independiente, las partes acuerdan autnomamente las reglas de procedimiento aplicables en la solucin de su conflicto, mientras que en el institucional, se so-
El texto de esta Ley fue encontrado en Internet en ingls. Los artculos citados corresponden a una traduccin libre al espaol.
370
LMITES A LA FLEXIBILIDAD
PROCESAL
(8)
(9)
371
ARBITRAJE Y PROCEDIMIENTO
vechan las ventajas de contar con un procedimiento flexible. En la Cmara de Comercio de Guayaquil, que administra la
mayora de casos arbitrales en esa plaza,
se acaba de expedir un nuevo Reglamento de Arbitraje, el 29 de Enero de 2007,
en el cual se introducen importantes
novedades, a saber:
a)
b)
c)
d)
DE LA TEORA A LA PRCTICA
372
entender que el tribunal ha sido delegado para determinar el procedimiento, por el solo hecho de haber
convenido las partes el arbitraje.
Algunas de las medidas que han venido adoptando ltimamente los tribunales de arbitraje en Guayaquil, hacen lucir
los procesos arbitrales mas giles, simples y directos que los procesos judiciales. As por ejemplo, se ha hecho uso de
la facultad de disponer pruebas por propia iniciativa del tribunal, ordenando inclusive declaraciones de testigos lo que
es prohibido en el procedimiento civil ordinario; se admiten preguntas y repreguntas a los testigos o confesantes no solo
por escrito, sino oralmente en la misma
audiencia, al estilo de la cross examination del common law; se celebran reuniones preliminares para acordar calendarios
de actuaciones; se hace uso del Internet
para coordinar actividades, sin perjuicio
de enviar notificaciones escritas. En
definitiva, paulatinamente, se empieza a
(10)
En el texto denominado Concepto, Ubicacin y Clasificacin [del Arbitraje], integrante del material didctico preparado en el ao 2002 por el Centro de Arbitraje y Conciliacin de la Cmara de Comercio de
Bogot como parte del Curso Secretara de Tribunal de Arbitramento, se lee:
La norma que venimos comentando [artculo 13 (3) de la Ley 270 de 1996] fue declarada exequible sin
mayor comentario, en tanto, como se indic, se limit a reiterar el texto mismo de la Constitucin. No
obstante, en las cortas apreciaciones que sobre ella se hicieron vino la Corte a sembrar confusin donde
el texto no la trae y a dar pie, nuevamente, a la postura arbitral rgida y reglada que la norma trataba a toda
costa de modificar y poner nuestra legislacin a tono con lo que es una constante a nivel mundial: permitir
el libre juego de la autonoma de la voluntad en el sealamiento de las reglas procesales.
Al respecto en un muy infortunado prrafo, dijo la Corte: Resta agregar que en estas situaciones (arbitraje
y conciliacin, se nota) los particulares, en aquellos casos no previstos por el legislador, pueden fijar sus
propias reglas para el ejercicio de su labor de impartir justicia, siempre y cuando se ajusten a los parmetros establecidos en la Constitucin y en la ley (resalto).
La simple confrontacin del texto de la ley con el agregado de la Corte, muestra a las claras que el texto
dice todo lo contrario de lo que esta venerable institucin afirma. Sin esfuerzo podra afirmarse que si el
fallo de la Corte fuese un decreto reglamentario, sera abiertamente ilegal y si una ley, sera inconstitucional, por exceder el texto objeto de su comentario y anlisis. En efecto, mientras la ley afirma (sin perjuicio)
la prevalencia de la voluntad de las partes y el carcter supletorio de la ley, la Corte modifica el texto para
hacerle decir todo lo contrario sin razn ni justificacin alguna. (nfasis en el original). Tomado de:
GAMBOA M ORALES, Nicols, Adaptacin de la Conferencia preparada con motivo del XIX Congreso Nacional
de Derecho Comercial celebrado en Medelln en Octubre 2003.
ARBITRAJE Y PROCEDIMIENTO
5.
CONCLUSIN
(11)
(12)
373
Es indudable que los principios del derecho procesal constituyen garantas fundamentales para el respeto de los derechos subjetivos y el arbitraje slo puede mantener vigencia y prestigio como mtodo de resolucin de conflictos en la medida que honre
tales principios. De hecho, esa es la experiencia mayoritaria en el arbitraje internacional(12). Pero tambin se puede observar an
una tendencia en muchos operadores jurdicos de los pases latinoamericanos, a continuar utilizando en el arbitraje las mismas
normas del procedimiento civil ordinario, inclusive con la carga de aquellas prcticas y
usos repletos de ritualismo, muchas veces
insustanciales, importando del proceso civil, en forma indiscriminada, el apego al rito
que privilegia la forma sobre la sustancia.
Una vez ms, esta es una demostracin de que los procesos de cambio social
requieren mucho ms que reformas legales. Mientras no se produzca un cambio
cultural entre los operadores jurdicos latinoamericanos, las grandes ventajas que
puede representar el arbitraje gracias a la
flexibilidad del procedimiento, quedarn
poco aprovechadas.
374
375
ICC ARBITRA
TION AND ADR A BRIEF OF RESUME
ARBITRATION
( *)
Vice-Chairman, ICC International Court of Arbitration. Currently President, Bar Arbitration of India and
Senior Advocate.
(1)
See ICC International Court of Arbitration Bulletin, Spring 2003, Vol. 14, N 1, pp. 19-22.
(2)
The Secretary General is ably assisted by the Deputy Secretary General, Eduardo Silva Romero, and
General Counsel, Emmanuel Jolivet. The Secretariat has over 50 members on its staff, belonging 22
different nationalities. And the personnel of the Secretariat are able to converse in and handle communications
in 18 different languages!
(3)
I suggest that ICC India should utilize more frequently the vast-range of advisory services offered by the
ICC Secretariat in Paris.
376
F. S. NARIMAN
(4)
541 new ICC cases were filed in the year 2000: with 1398 parties who hailed from 120 different countries
566 new ICC cases were filed in the year 2001, with 1492 parties hailing from 116 different countries.
(5)
Article 27of the ICC Rules (Scrutiny of the Award by the Court) provides: Before signing any Award, the
Arbitral Tribunal shall submit it in draft form to the Court. The Court may lay down modifications as to the
form of the Award and, without affecting the Arbitral Tribunals liberty of decision, may also draw its attention
to points of substance. No Award shall be rendered by the Arbitral Tribunal until it has been approved by the
Court as to its form.
(6)
Article 35 of the ICC Rules reads: General Rule In all matters not expressly provided for in these Rules,
the Court and the Arbitral Tribunal shall act in the spirit of these Rules and shall make every effort to make
sure that the Award is enforceable at law.
377
(i)
(7)
http://www.iccwbo.org/court/english/arbitration/small_claims/guidelines.asp
(8)
The guidelines do not define a small claim. The notion of small depends very much on the parties and their
circumstances. For a large multinational enterprise, a small claim may mean anything under a few million
US dollars. For a smaller trader entering the international marketplace for the first time, that same claim
may represent a very substantial part of its business. On the other hand, a small claim is not necessarily an
unimportant claim. A dispute over a relatively small monetary amount may have far-reaching repercussions, or may in fact be a test case for a number of similar disputes. In some cases, a small claim will be met
with a far larger counter-claim. It is up to the parties to determine in light of their own situation whether the
claim is small and whether to follow one or more of the suggestions contained in these guidelines. Many of
these suggestions can in fact be used by any parties who seek to reduce the cost and time required for an
arbitration, even in large claims.
378
F. S. NARIMAN
(9)
But the supervision of the entire arbitration and the initial scrutiny of the award does not begin in the Court:
it begins in the Secretariat itself:
(i)
Under article 18(4) of the ICC Rules the arbitral tribunal must establish (soon after drawing up the
terms of reference) a provisional time table as to the conduct of the Arbitration and communicate it to
the Secretariat and the parties.
(ii)
Since the time limit within which the arbitral tribunal must ordinarily render its award is 6 months
(article 24), the Secretariat closely follows the procedural time-table set up under article 18(4) of the
Rules in order to ensure to the extent possible that the time schedule is complied with by Arbitrators.
(iii)
The Secretariat regularly reports the progress achieved by the arbitral tribunal to the Court at its
monthly session (and to Committees of the Court which meet at least three times every month) when
extension of deadlines are required.
379
(I quote from the actual words of Counsel
for one of the parties):
Of the rules we investigated the rules and procedures of the ICC Court
provided the combination of flexibility and structure that we believed
most likely to accommodate fast
track arbitration.
And so the ICC Rules were chosen,
and a multi million dollar arbitration was
over one day before the expiry of the
agreed time limit, the award being duly
implemented by the parties: with the long
term contract still left in place and continuing to govern relations between them.
The need for prompt decision making was satisfied with a final award rendered ahead of time and immediately
implemented.
(iv) Through e-mail, fax and telephone to the arbitrators, the Counsel in-charge of the file in the Secretariat
stresses the need to comply with the time schedule and deadlines.
(v)
Upon a receipt of a draft award the Secretariat (Counsel in-charge of the file) ensures that no pages
of any part of award are missing, and checks the language, grammar, and structure of the award.
(vi) Typical defects of form that do occur (after all, to err is human!) are: e.g. absence of precise quotation
of the arbitration clause, improper identification of parties (e.g. incomplete name or address) of their
counsel, miscalculation of sums claimed and awarded or of interest computation, also nature of interest
component, (pre arbitration, pending arbitration, post arbitral Award and whether simple or compound;
absence of clear motivation i.e. lack of reasons given for a decision or inconsistency in the reasoning
or an incomplete dis-positif.
(vii) After scrutiny of the draft award for these defects and requesting a tribunal to make suitable alterations
if it is thought necessary, the draft award is put up to the Court for its scrutiny under article 27.
(viii) In most cases at meetings of the court where the draft award is put up for approval by Court as to its
form, a Court member is appointed as a Rapporteur to make a report to the members of the Court as
to whether any further modifications are to be made as to the form of the award or whether it is
necessary to invite the arbitral tribunals attention to any particular point of substance (without effecting
the Arbitral Tribunals liberty of decision).
(ix) The primary consideration in all scrutiny proceedings is to ensure compliance of article 35 viz. that
the arbitral tribunal has acted in the spirit of rules and that the award would be enforceable at law.
(article 35).
(10)
380
F. S. NARIMAN
(11)
(12)
That at no time did any party seek an extension of time to make submissions;
(2)
That submissions of both parties were detailed, but to the point demonstrating a high level of advocacy,
and of right focus;
(3)
That the entire procedure essentially worked on the basis of telefax, and international courier service:
the Chairman of the Tribunal (Prof. Hans Smit) himself took the award to the office of the courier service
at Kennedy Airport in New York (the place of arbitration) for transmission to Paris (the seat of the Court)
simply because he had no staff to help him do this, it being the Christmas week-end!;
(4)
That all deadlines were faithfully respected by the parties and their counsel; but the respective
parties position on the merits of the matter were aggressively fought. No one wanted to risk the
consequences of not meeting the deadline, but the Arbitral Tribunal ensured that due process
requirements were respected.
(5)
Aggressive management by the Secretariat of the ICC of the entire procedure at each stage ensured
that the deadline was met.
During the 2002 Freshfields Lecture Arbitrations Protean Nature: The Value of Rules and the Risks of
Discretion, since published, in: The LCIA Arbitration International, Volume 19 Number 3 (2003).
381
COMENT
ARIOS AL PROCESO ARBITRAL DE LLA
A CMARA DE
COMENTARIOS
COMERCIO INTERNA
CIONAL (ICC), PARS-FRANCIA
INTERNACIONAL
1.
A MANERA DE PREFACIO
( *)
382
del tercer milenio, contemplamos con
asombro los enormes cambios e innovaciones tecnolgicas y comerciales que experimenta el mundo que tenemos ante
nuestros ojos. Un extraordinario futurlogo, profesor de Economa del Instituto
Tecnolgico de Massachussets (MIT),
Lester Thurow, en su obra, La Guerra
del Siglo XXI escribe sobre lo que est
contemplando y viendo venir en las prximas dcadas de este siglo que recin comienza: Las reglas actuales del juego
econmico internacional, el GATT
(Acuerdo General de Aranceles y Comercio -GATT-); el sistema de <Brettn Woods>, fueron formulados despus de la
Segunda Guerra Mundial, y construidas
de acuerdo con las realidades existentes
entonces. Se las concibi de manera que
ayudasen a la mayor parte del mundo industrial a realizar un proceso de reconstruccin despus de la destruccin provocada por la Segunda Guerra Mundial,
y a ponerse a la altura de Estados Unidos. Lo consigui, pero su xito modific
el carcter del sistema. Las normas, los
procedimientos, y las instituciones diseadas con vistas a un mundo unipolar,
no funcionan en un mundo multipolar.
En consecuencia, el sistema que gobern la economa mundial durante la primera mitad del siglo XX, no ser el sistema que gobierne la economa mundial
en la primera mitad del siglo XXI. Surgir un nuevo sistema de bloques de
intercambio que comerciarn entre s de
manera coordinada.
La imperiosa necesidad de acceder
a una justicia expeditiva, libre de subterfugios, dilaciones y formalismos procesales, que le son propios al derecho interno de los pases; que le otorgue una efectiva vigencia a aquellos derechos procesales internacionales consagrados en
383
384
Dentro del sistema que estamos analizando, el laudo arbitral deber contener
unas formalidades sustanciales de imperativo cumplimiento, con la finalidad de
que sea considerado desde el punto de vista tcnico, como un laudo final y definitivo. En tal virtud, el laudo deber ser dictado dentro del plazo de seis (6) meses
contados a partir de la fecha de ltima firma, bien de los miembros del tribunal arbitral, bien de cualquiera de las partes, en
el Acta de Misin, salvo que una de ellas
se hubiese negado a la redaccin, cumplimiento o a la firma del Acta; y si este fuere el caso, deber remitirse la mencionada Acta a la Corte Internacional de Arbitraje, para que sta, por solicitud motivada del tribunal arbitral, decida si se prorroga el plazo inicial de seis meses.
An cuando no haya habido ningn
incumplimiento o falta de firma en el Acta
de Misin, la Corte Internacional de Arbitraje, conforme con el artculo 24.2 del
Reglamento de Arbitraje de la CCI, podr prorrogar el plazo inicial estipulado
para dictar el laudo, en virtud de solicitud
motivada del tribunal arbitral.
El laudo deber ser dictado y firmado por mayora, cuando el tribunal arbitral est integrado por ms de un rbitro.
En el caso que el laudo no consiguiere
mayora del tribunal, el presidente de ste,
por si solo, dictar el laudo.
El laudo deber ser pronunciado (o
as se considerar), en el lugar destinado
como la sede del arbitraje y en la fecha
que se mencione en dicho laudo.
Siempre que el tribunal est de
acuerdo y las partes as lo hayan solicitado, despus que el expediente arbitral
haya sido remitido al Tribunal , y antes
de dictar el fallo final y definitivo, se puede dictar un laudo por acuerdo de arreglo entre las partes.
El laudo arbitral, deber ser aprobado previamente, en cuanto a su forma, por
la Corte Internacional de Arbitraje, requisito de formalidad sustancial indispensable para la validez del referido laudo.
Una vez dictado el laudo arbitral,
que haya cumplido con todos los requisitos formales precedentes, y que hayan
sido ntegramente pagados los gastos del
3.
385
386
Internacional, por uno o ms rbitros nombrados conforme a este Reglamento. Los trmites de dicho arbitraje se cumplirn con arreglo a
las disposiciones del Cdigo de Procedimiento Civil (venezolano o de la
nacionalidad elegida) en lo que sean
pertinentes y compatibles con el procedimiento de arbitraje de la CCI;
se elige como sede del arbitraje a la
ciudad de (); el derecho sustantivo (de la nacionalidad escogida)
para resolver el fondo de la controversia, y se elige el idioma (espaol)
para el proceso arbitral. La decisin
arbitral ser definitiva, vinculante y
ejecutoriable.
relacin con ste, sern resueltas definitivamente de acuerdo con el Reglamento de Arbitraje de la Cmara
de Comercio Internacional, por uno
o ms rbitros nombrados conforme
a este Reglamento.
Es obvio que esta clusula de arbitraje debe ser expresamente aceptada por
las partes, y que pueden aadirse o agregarse a la misma, algunas reglas particulares contentivas de los aspectos complementarios para asegurar que el proceso
arbitral se desarrolle con toda prontitud y
en perfecta armona con el citado Reglamento y con los requerimientos especficos de las partes involucradas. La legislacin venezolana por su parte (Cdigo de
Procedimiento Civil, artculo 6I8, pargrafo primero) establece que las partes pueden indicar a los rbitros de derecho, las
formas y reglas de procedimiento que deban seguir, e igualmente someter a los arbitradores a algunas reglas de procedimiento. Ahora bien, es necesario que con
base en estos aspectos que acabamos de
sealar, y tomando particularmente en
cuenta la clusula modelo diseada especialmente por la Cmara de Comercio Internacional para el sistema de arbitraje de
la CCI, ensayemos una definicin de clusula de arbitraje o clusula compromisoria, que incluya todos los aspectos ideales que debe contener dicha clusula:
Es aquella en que las partes involucradas e interesadas convienen expresamente en someter cualquier
disputa, desavenencia, diferencia o
controversia relacionada con la interpretacin, cumplimiento o incumplimiento del presente contrato, para
que sean resueltas definitivamente de
acuerdo con el Reglamento de Arbitraje de la Cmara de Comercio
b)
c)
d)
e)
2)
Cuando las partes han acordado recurrir al arbitraje segn el Reglamento, se someten, por ese solo hecho,
al Reglamento vigente a la fecha de
inicio del proceso arbitral, a menos
que hayan acordado (dentro del
acuerdo arbitral), someterse al Reglamento vigente para la fecha en que
se suscribi dicho acuerdo. (Ello sigue el principio general del derecho,
de que solo es aplicable a cualquier
situacin, la norma legal, sublegal o
reglamentaria que se encuentre vigente para el momento de su aplicacin).
Cuando el demandado no conteste la
demanda arbitral, de acuerdo a lo
previsto en el Reglamento; o si alguna de las partes formula una o varias
excepciones relativas a la existencia,
validez o alcance del acuerdo de arbitraje, la Corte Internacional de Arbitraje de la Cmara de Comercio
Internacional si estuviere convencida prima facie, de la posible existencia de un acuerdo de arbitraje de conformidad con el Reglamento, podr
decidir, sin perjuicio de la admisibilidad o el fundamento de dichas excepciones, que prosiga el arbitraje.
En este caso, corresponder al tribunal arbitral tomar toda decisin sobre su propia competencia. Si la Corte no estuviere convencida de dicha
posible existencia, se notificar a las
partes que el arbitraje no puede proseguir. En este caso, las partes con-
387
Efecto de la persistencia de la competencia, definida en el acuerdo arbitral; para el caso de que alguna de
las partes rehusare o se abstuviere de
participar en el arbitraje o en cualquier etapa de ese proceso arbitral,
el arbitraje proceder no obstante
dicha negativa o abstencin.
4)
388
4.
LA CORTE INTERNACIONAL
DE ARBITRAJE Y EL TRIBUNAL ARBITRAL
389
390
Internacional de Arbitraje, que es necesario sealar, sobre todo para deslindar los
campos de incumbencias de la Corte y los
del tribunal de arbitraje.
Las actividades de la Corte tienen
carcter confidencial. A las sesiones de la
Corte, ya sean plenarias o en comit, solo
podrn asistir sus miembros y el personal
de Secretara, pero no obstante ello, excepcionalmente el Presidente de la Corte
podr invitar a otras personas para asistir a
las sesiones, siempre que stas respeten el
carcter confidencial de dichas sesiones.
Los documentos sometidos a la Corte Internacional de Arbitraje, o que emanen de ella en la administracin de los procesos arbitrales, sern comunicados exclusivamente a los miembros de la Corte y
de la Secretara General y a aquellas personas autorizadas por el Presidente para
asistir a las sesiones.
Existe una facultad muy importante
desde el punto de vista cientfico y acadmico de la CCI, y es la de que el Reglamento autoriza al Presidente o al Secretario General de la Corte, para dar a conocer a los investigadores que efecten trabajos de naturaleza cientfica en materia
de Derecho Mercantil Internacional, los
laudos y otros documentos de inters general dentro del marco de los procesos
arbitrales patrocinados por la Corte. Particular importancia tiene esta actividad de
esencial naturaleza y carcter cientfico,
por cuanto ella permite que se difunda y
se conozca a travs del trabajo de investigacin, como opera el sistema de arbitraje de la CCI, y la doctrina y tendencia
orientadora que se va conformando mediante los innumerables fallos arbitrales,
y el celoso manejo de la Corte Internacional de Arbitraje, en cuanto a asegurar
que se cumplan con las formas sustancia-
391
nera definitiva, la independencia, la objetividad y el fiel cumplimiento de la altruista misin del tribunal arbitral: dirimir la
controversia, buscando implantar la justicia a travs del procedimiento de arbitraje.
Tanto el rbitro nico como el designado presidente del tribunal arbitral,
ser de nacionalidad distinta a la de las
partes, salvo que stas dispensen expresamente al rbitro de tal exigencia, y ste
pueda ser del pas del cual alguna de las
partes sea nacional. Cuando la Corte deba
designar un rbitro nico o al presidente
del tribunal arbitral colegiado, deber
efectuar el nombramiento con base a una
propuesta que deber solicitar de alguno
de los muchos comits nacionales que integran la Cmara de Comercio Internacional, que la Corte considere idneo, oportuno y apropiado al caso que va a ser sometido a arbitraje.
En cuanto a la recusacin de los rbitros, se observar el procedimiento que
estipula el artculo 11 del Reglamento de
Arbitraje de la CCI; a saber, la demanda
de recusacin de un rbitro, fundada en el
alegato de falta de independencia o de
cualquier otro motivo a juicio del recusante, entre los cuales pudiese estar el de
falta de idoneidad, deber presentarse por
ante la Secretara de la Corte, mediante
un escrito en el cual se precisen los hechos y circunstancias de la recusacin, y
por supuesto sus fundamentos; la recusacin deber ser presentada por la parte
interesada dentro de los treinta (30) das
siguientes a la notificacin que se le hubiere hecho a sta, acerca de su designacin o nombramiento, cualquiera fuere el
caso. La Corte de manera simultnea, deber pronunciarse sobre la admisibilidad
de la recusacin, y sobre el fondo de la
misma, una vez que la Secretara General
392
le haya otorgado tanto al rbitro cuestionado como a la parte que lo hubiese designado, si fuere el caso, la oportunidad
de presentar sus comentarios al respecto
(escrito de descargos); todo ello dentro de
un plazo adecuado para que se puedan
cumplir dichas actividades, e incluso para
que los dems rbitros miembros del tribunal, presenten tambin los comentarios
que quisieren formular sobre la recusacin;
y todos los comentarios y escritos presentados con motivo de dicha recusacin, debern ser comunicados a las partes y a los
rbitros que integren el tribunal arbitral.
En relacin a la sustitucin de los
rbitros; la Corte aceptar la sustitucin,
por fallecimiento del rbitro sustituido,
por la renuncia del rbitro, y cuando la
recusacin fuese declarada procedente por
la propia Corte o cuando todas las partes
lo soliciten expresamente. Podr tambin
ser sustituido un rbitro a iniciativa de la
Corte, cuando sta decida que existe un
impedimento de derecho o de hecho en el
referido rbitro para el cumplimiento de
sus funciones, o cuando stos no cumplan
con las estipulaciones del Reglamento de
Arbitraje. En caso de la sustitucin de un
rbitro, la Corte decidir de manera discrecional si se sigue o no el procedimiento
original de designacin de los rbitros. Una
vez reconstituido el tribunal arbitral, ste
resolver lo conducente con audiencia de
las partes y tomando particularmente en
cuenta sus observaciones y comentarios.
Una vez cerrada la instruccin de la
causa, en lugar de sustituir al rbitro fallecido o destituido segn sea el caso, la
Corte podr decidir, oda la opinin de las
partes y de los rbitros restantes, que stos ltimos continen con el arbitraje. El
tribunal arbitral, una vez constituido, recibir el expediente correspondiente de la
EL DERECHO APLICABLE
393
que el tribunal considere apropiado y conducente para aplicarlo a la controversia que se ventila. Es obvio, que el tribunal tendr en cuenta de manera particular, segn sea el caso, la compatibilidad con el Reglamento y sistema arbitral de la CCI.
b)
394
SUPLETORIEDAD DE LAS
NORMAS PROCESALES CON
RESPECTO AL REGLAMENTO
DE ARBITRAJE DE LA CCI
EL TRIBUNAL ARBITRAL
COMO DIRECTOR DEL
PROCESO
Lgica, por cuanto la inevitable consecuencia de la designacin o nombramiento del tribunal, hace que ste
tenga la funcionalidad independiente y objetiva sobre las partes controversiales, para dirimir las disputas
que le han sido sometidas a su consideracin a travs de este especialsimo proceso.
395
396
MEDIDAS CAUTELARES
397
398
deber ser notificada sin dilacin a la Secretara de la Corte Internacional de Arbitraje, quien igualmente deber informar
al tribunal arbitral de esa circunstancia.
Esta notificacin adquiere una inusitada
importancia para el proceso arbitral, porque como una consecuencia inmediata y
directa de este paralelismo procesal, podran presentarse problemas insalvables
en cuanto a la ejecucin del laudo arbitral que recaiga en la disputa o controversia sometida al arbitraje, e incluso en
relacin al cualquier laudo provisional o
interlocutorio que se dicte en el proceso,
y que a la postre resulte incompatible o
que deje ciertamente ilusoria tal providencia judicial, la decisin arbitral definitiva, en virtud a que han actuado de forma paralela, una autoridad judicial de jurisdiccin ordinaria de un pas determinado; y un tribunal arbitral perfectamente habilitado y con competencia
plena para resolver la controversia, por
la expresa e irrevocable delegacin de
las partes involucradas, y mediante un
mecanismo especial y preferente, de resolucin alternativa del conflicto, especficamente determinado en un
acuerdo de arbitraje.
El carcter prejudicial de alguna medida ordenada por una autoridad judicial
ordinaria, puede prevalecer como una consecuencia irreversible o irreparable para
el proceso arbitral, en desmedro y menoscabo de ste ltimo que debe mantener el
carcter preferente. Es por ello, que una
practica sana en el alcance y significacin
del acuerdo de arbitraje, implica que las
partes convengan expresamente y de manera exclusiva y excluyente, en someter
cualquier disputa, conflicto o controversia relacionada con la interpretacin, cumplimiento o incumplimiento del contrato
que las vincula comercialmente, as como
399
400
a)
b)
c)
d)
reciba de la Secretara de la Corte Internacional de Arbitraje, el expediente correspondiente, y con base a todos los documentos que haya recibido o que las partes tengan a bien presentarle, con sus ltimas alegaciones.
Este documento o Acta de Misin, deber contener particularmente lo siguiente:
(i)
(ii) Direccin de las partes donde se puedan efectuar validamente las notificaciones o comunicaciones durante
el arbitraje (estas direcciones ya deben estar especificadas tanto en la
demanda como en su contestacin).
(iii) Una exposicin sumaria de las pretensiones de las partes, preferiblemente con la indicacin de las sumas
reclamadas en la demanda principal
y en la reconvencin y demandas adicionales si las hubiere (esta exposicin sumaria, no es otra cosa que un
adelanto de la parte narrativa del laudo arbitral, en la cual se establecen los
hechos en que se basa la demanda arbitral y su contestacin o reconvencin
formulada por el demandado, que
como en el proceso ordinario, consiste en una sntesis clara, precisa y lacnica de los trminos en que ha quedado planteada la controversia).
(iv) Una lista de los puntos litigiosos por
resolver, salvo que el tribunal arbitral lo considerare inadecuado, y la
omitiere (este aspecto debe ser considerado con la debida prudencia o
401
402
ofrecieren mayor compatibilidad con
las normas del Reglamento de Arbitraje, las normas procesales del pas donde se suscribi o donde se materializ
el objeto contractual.
El Acta de Misin deber estar suscrita (firmada) por las partes en primer
lugar y por el tribunal arbitral, quien deber remitir a la Corte internacional de
Arbitraje dicha Acta de Misin. La Corte
puede, por solicitud motivada del tribunal, o de oficio si lo considera necesario,
prorrogar el mencionado plazo. Si una de
las partes no participa en su redaccin o
no la firma, el Acta de Misin deber remitirse en todo caso a la Corte para su
aprobacin, y tan pronto sta lo haga, el
arbitraje continuar su curso normal y estipulado de conformidad con el Reglamento. El tribunal arbitral, en la oportunidad
de preparar el Acta de Misin, deber establecer en documento separado, el calendario del arbitraje, esto es, el calendario
provisional que pretende seguir en la conduccin del arbitraje, previa consulta con
las partes, y deber comunicar de ello tanto a las partes como al la Corte Internacional de Arbitraje.
Es muy importante destacar, que una
vez suscrita el Acta de Misin o aprobada
por la Corte, si fuere el caso, ninguna de
las partes podr formular nuevas demandas principales o demandas reconvencionales, que estn fuera de los lmites fijados en el Acta de Misin, salvo que lo
autorice expresamente el tribunal arbitral,
el cual deber tener en cuenta al decidir
al respecto de esas demandas o reconvenciones adicionales, la naturaleza de ellas,
la etapa en que se encuentre el proceso
arbitral y las dems circunstancias que
sean pertinentes. Aqu se sigue un principio general de Derecho Procesal, que se
conoce como la concentracin procesal, mediante la cual se evita la acumulacin de acciones que se excluyan mutuamente en razn a su naturaleza jurdica, en lo que fuere posible, y evitando
igualmente que se dicten fallos que pudieren resultar contradictorios o contrapuestos en la resolucin definitiva del problema o controversia debatida con ocasin de la demanda, contestacin o reconvencin originales.
Si escudriamos, por as decirlo de
alguna manera, en la teora general del
proceso, para buscar una figura semejante o equivalente a el Acta de Misin en el
procedimiento arbitral, posiblemente encontremos como figura que ms pudiere
asemejrsele, al denominado Auto de Proceder; solo que por su naturaleza jurdica, el Acta de Misin viene a constituir
un auto de proceder mucho ms amplio y
participativo de todos los actores procesales. El auto de proceder, como se concibe en el proceso ordinario, es el decreto
de la autoridad judicial, que con total independencia de las partes, y como una
actividad propia y privativa de esa autoridad mediante la cual se reafirman los conceptos de competencia y jurisdiccin, le
hace saber a las partes y a los interesados,
la iniciacin del proceso.
El Acta de Misin, dentro de una
concepcin ms amplia en cuanto a la actividad a desarrollar, establece una relacin escrita en la cual tanto las partes involucradas como el tribunal arbitral, consignan el resultado de sus acuerdos, la especificacin de sus reciprocas pretensiones, el derecho aplicable a la controversia y las normas de procedimiento por las
cuales se va a desarrollar el proceso arbitral, o dicho en otras palabras quizs ms
coloquiales, la relacin completa de los
lineamientos procesales dentro de los cuales deber plantearse el debate de arbitraje. Aqu las partes juegan un papel preponderante en su confeccin y en cuanto
a toda la informacin que se le va a ofrecer al desarrollo armnico del proceso
arbitral. Procesalmente hablando, el
Acta de Misin es una verdadera anticipacin procesal a los trminos, condiciones, pretensiones y marco jurdico de
referencias como ha quedado planteada
la litis definitiva dentro del arbitraje; y
en esta anticipacin procesal cumplen
las partes, sin duda alguna, una tarea y
una labor fundamental, sobre todo en lo
que se refiere a lo que se denomina,
como ms adelante veremos, el thema
decidemdum del proceso arbitral. El
Acta de Misin, incluso, va a constituir
la base de sustentacin fundamental para
el desarrollo de la instruccin de la causa, y con ella, para la propia decisin
contenida en el laudo arbitral.
El principio de especialidad procedimental, segn el cual, los procedimientos y las normas procesales especiales fijadas por las partes en el
acuerdo de arbitraje, as como las del
En el Acta de Misin estaran implcitos varios de los principios generales que informan el llamado proceso ordinario; a saber:
403
404
Reglamento de Arbitraje, se aplicarn de manera preferente a las generales que sealen las mismas, en todo
aquello que constituya la especialidad, sin que por ello dejen de aplicarse o de observarse las dems disposiciones y normas generales de
procedimiento que sean aplicables a
la controversia dentro del proceso
arbitral. Se sigue aqu el viejo aforismo romano: Generalia specialibus non derogat (la generalidad no
deroga la especialidad).
El principio de confidencialidad de
los actos, siendo este principio privativo del proceso arbitral, y opuesto o contrapuesto, al principio de
publicidad de los actos procesales,
que informa al llamado proceso ordinario. Por la naturaleza del sistema de arbitraje de la CCI, y del Estatuto que rige las funciones de la
Corte Internacional de Arbitraje, sus
actividades son de carcter confidencial, y los actos, notificaciones, escritos y acuerdos de las partes y del
tribunal arbitral, solo sern del conocimiento de stos; establecindose incluso, la facultad del tribunal
arbitral para dictar medidas tendientes o destinadas a salvaguardar y proteger los secretos de carcter comercial o industrial que se encuentren
envueltos dentro de la controversia
de arbitraje, y cualquier otra informacin que revista un especial carcter o naturaleza confidencial.
proceso: la celeridad procesal; este principio es precisamente de la naturaleza intrnseca del arbitraje, a diferencia de lo
que ocurre en los procesos llevados a travs de la jurisdiccin ordinaria, donde el
rigorismo y la multiplicidad de las formas
sustanciales del proceso, provocan la inusitada y prolongada duracin de los mismos; los engorrosos trmites en la sustanciacin de la causa, lo que conlleva a su
vez a uno de los ms graves vicios procesales: la dilacin de la causa. De aqu deriva aquel viejo axioma del proceso: justicia tarda es la peor de las injusticias.
En base a este importante principio
de la celeridad procesal, el sistema de arbitraje de la CCI, inicia la instruccin de
la causa estableciendo en el Reglamento,
que el tribunal arbitral instruir la causa
en el ms breve plazo que le fuere posible
a travs de cualquiera de los medios apropiados para tal finalidad. Una vez que se
hubieren examinados los escritos y documentos que hayan sido presentados por las
partes, el tribunal arbitral abrir el debate
procesal para que las partes puedan exponer de manera contradictoria todos sus
alegatos, si ello fuere solicitado por stas; o bien de oficio, por iniciativa del tribunal arbitral.
En virtud de la instruccin de la causa, el Tribunal Arbitral podr:
(i)
peritos o expertos que juzgare oportuno y pertinente, fijndoles su misin y posteriormente recabando de
stos los dictmenes y apreciaciones
de carcter pericial. Las partes podrn
igualmente interrogar a estos expertos o peritos sobre tales aspectos.
(iii) Durante la instruccin de la causa,
el tribunal arbitral podr solicitarle
a cualquiera de las partes que presenten o aporten pruebas adicionales sobre cualquier aspecto que el tribunal considere necesario que se ample la prueba, tendiente a demostrar
de una manera cabal algunos aspectos que desee dilucidar.
(iv) El tribunal arbitral, durante la instruccin de la causa podr tomar medidas para resguardar la confidencialidad comercial e industrial de aspectos de la controversia.
(v) El tribunal arbitral, precisamente
para la mejor y ms completa instruccin de la causa, convocar a las partes a objeto de que concurran a las
audiencias que a bien tenga efectuar
en el da, hora y lugar que determine; hecho esto con la debida y suficiente antelacin, pero en caso de que
cualquiera de las partes no compareciere, el tribunal a todo evento celebrar la audiencia que tuviere programada. Estas audiencias, por el especifico carcter confidencial y privado que tienen las actividades o
actos del proceso arbitral, estarn
nicamente destinadas a la presencia de las partes y no de personas ajenas o extraas a este proceso.
(vi) El tribunal arbitral podr cerrar la
instruccin de la causa, cuando
considere que el caso se encuentra
405
406
peccin de la naturaleza racional que contenga o pueda derivarse de ese orden legal. La autoridad de la ley, en la praxis
forense, depende de que sea razonable en
relacin a su justicia como valor supremo
del derecho; la legitimidad de una decisin (laudo) arbitral depende de que sea
conforme a derecho; que la legalidad de
esa decisin, depende de su concordancia plena con las leyes positivas que las
partes les fijaron para resolver o dirimir
el fondo del problema debatido.
En el proceso arbitral, el derecho sustantivo escogido o seleccionado por las
partes para resolver el fondo de la controversia sometida a arbitraje internacional,
constituye por as decirlo, un sistema de
valores que se consideran como preferencias subjetivas en base a su aplicacin y a
su aplicabilidad (condicin y aptitud), y
que dependen igualmente de la concordancia que presenten los titulares o sujetos
de la autoridad, la legalidad y la legitimidad (rbitros y partes).
La legalidad es una cuestin de ley
positiva, en concreto, de derecho sustantivo, si tal derecho sustantivo existe de una
manera particularizada para los efectos del
arbitraje predeterminado, vale decir, si las
partes a travs del acuerdo de arbitraje o
de la clusula compromisoria, han acordado libre y especficamente, aquellas normas jurdicas que el tribunal arbitral deber aplicar para resolver el fondo de la
controversia; y si tal derecho sustantivo
no existe de manera particularizada, bien
por falta de acuerdo unnime de las partes, bien porque stas no hayan hecho la
escogencia o fijacin determinada, o bien
porque a falta de acuerdo de las partes o
en defecto de aquellas, el tribunal arbitral
se vea precisado a la aplicacin de normas jurdicas supletorias, que el propio
tribunal considere pertinentes para resolver el fondo de la controversia (siguiendo el criterio de seleccin como la de escoger la normativa jurdica de cualquier
pas que tenga un comit nacional representado en la Cmara de Comercio Internacional), podrn presentarse objeciones
de fondo relativas a esa legalidad que
le fuere proporcionada a las partes en conflicto por el propio tribunal arbitral que
ellas mismas designaron.
La legitimidad, que est conectada
en la proporcionalidad con la cual se desenvuelva la legalidad, es una cuestin de
derecho y de justicia; valores stos que
las partes buscan con la premura y la diafanidad que supone el proceso de arbitraje; y la autoridad, que es materia de razn, es decir, de la capacidad que se tenga para comprender las ideas, los valores, los conceptos jurdicos y las interpretaciones de ese sistema de valores que se
consideran como preferencias subjetivas
de las partes en cuanto a su aplicacin y a
su aplicabilidad.
Dentro del sistema virtualmente armonizado que supone el arbitraje diseado por el Reglamento de la CCI, se establece que siempre y en todos los casos (en
todas las consideraciones de su decisin),
el tribunal arbitral deber tomar en cuenta las estipulaciones del contrato y los
usos comerciales pertinentes, teniendo
presente que las estipulaciones contractuales, son ley entre las partes, y que los
usos comerciales, constitutivos de costumbres jurdicas, son fuentes de derecho;
ambas tambin conforman el derecho sustantivo aplicable para resolver el fondo de
la controversia.
Para que este sistema de valores
que se consideran como de preferencias
subjetivas, como el que ha diseado el
407
13. EL T H E M A D E C I D E M D U M
DEL LAUDO ARBITRAL
El material de decisin y los lmites
dentro de los cuales debe manejarse el tribunal arbitral para dictar su laudo definitivo, estn profundamente penetrados por
el principio de autonoma de la voluntad
de las partes. De all podra afirmarse que
son las partes las encargadas de fijar los
lmites del thema decidemdum arbitral,
cuando eligen un sistema de valores jurdicos para cada caso que vaya a ser resuelto, tomando particularmente en cuenta, de manera fundamental, las preferencias subjetivas que estas mismas partes
definen a travs del acuerdo de arbitraje; y precisamente estas preferencias actan como cortapisas para definir la verdad procesal en un sentido objetivo, que
es la labor de inquisicin de esa verdad objetiva que deben buscar los rbitros en su afanosa tarea de complacencia de las partes en resolver el problema
debatido en el arbitraje.
Toda decisin arbitral ha de menester un punto de apoyo, un marco de referencias esencialmente objetivo para
que se pueda administrar con idoneidad
lo que se denomina justicia distributiva, que viene a ser la verdadera justicia
arbitral. La proposicin de las partes en
el acuerdo de arbitraje, es el modo de
expresin del juicio, como concepto
equivalente al proceso. Cuando las proposiciones son demasiados generales,
las definiciones inexactas, los axiomas
falsos o ambiguos, y el marco de referencias jurdicas est penetrado de un
fuerte sentido subjetivo, todo ello deriva en fuente de percepciones equivocadas e incompletas y de juicios de valor
errados en la apreciacin, percepcin y
definicin que ofrezcan los rbitros.
408
Las definiciones inexactas que las
partes le suministran muchas veces al material de decisin del arbitraje, viene conformado por lo general por las proposiciones demasiados genricas que puedan
hacer las partes. Por ejemplo, en el proceso arbitral definido por el sistema de arbitraje de la CCI, no rige, como es natural
que no lo sea para ningn proceso de arbitramento, el principio que rige para el
procedimiento de la jurisdiccin ordinaria: Iura Novit Curia (del derecho conoce
el Juez), sino que este derecho viene
escogido y seleccionado por las partes,
para que sea interpretado y aplicado por
el tribunal arbitral al resolver el fondo de
la controversia planteada; pero que sin
embargo, vienen a ser las partes involucradas, quienes le suministran al material
de decisin sus propias visiones, sus exgesis, sus puntos de vista, sus juicios de
valor, y los axiomas que subjetivamente ellas hubieren creado dentro de los conceptos jurdicos contenidos en las normas
escogidas para resolver el fondo de la disputa. Estos rbitros que reciben esta informacin, que en un sentido general
posee diferente nacionalidad, y cuyos conocimientos jurdicos estn intrnseca y
subjetivamente sujetos a su idiosincrasia y
a la visin del pas del cual sean nacionales, se vern influenciados de manera objetiva en la visin y la ptica de apreciacin de todos estos conceptos jurdicos.
El Acta de Misin, que constituye la
base de sustanciacin para el inicio y la
sustanciacin del proceso arbitral, va tambin a significar el marco de referencias
jurdicas que le servir al tribunal arbitral
como marco de adecuacin para preparar
a su vez, no solo la instruccin de la causa, sino los elementos formales del laudo
arbitral (la identificacin plena de las partes y de los apoderados de stas, la expo-
la funcin de juzgar que tiene el rbitro dentro del proceso de arbitraje, est delimitada o atemperada por
el marco de referencias jurdicas elegido por las partes, que le permite
aplicar tantas y solo cuantas normas
jurdicas las partes les sealen, que
constituye por decirlo de alguna manera, el nico derecho que el tribunal arbitral podr aplicar para resolver la controversia, por cuanto
409
410
Dentro de ese orden de ideas, es perfectamente factible para el proceso arbitral, que en la valoracin de los hechos y
de las pruebas que forman parte del material de decisin, se integren como criterios valorativos que operen como verdaderas mximas o reglas de experiencia,
algunos adagios de naturaleza jurdica,
que nos vienen en inveterada tradicin
411
Odiosa sunt restrigenda (las disposiciones odiosas deben ser restrictivamente interpretadas).
Confirmatio nil dat novi (la confirmacin no agrega ningn elemento nuevo).
412
(comnmente tres rbitros integran el tribunal, segn el Reglamento), y cuando
no consiga la mayora o a falta de sta,
el Presidente dictar el laudo con su solo
voto; (ii) el laudo deber ser motivado,
esto es, que contendr los motivos de
hecho y de derecho en que se funde la
decisin arbitral; y, (iii) el laudo ser dictado y suscrito en el lugar designado
como sede del arbitraje y en la fecha que
en el mismo se mencione.
13.1. Extensin de su competencia
Dentro del limitado mbito de competencia del tribunal arbitral, cuyo marco
de referencias fcticas y jurdicas ya ha
sido previamente definido por las partes
en el acuerdo de arbitraje, los rbitros
debern aplicar todo el derecho sustantivo que les fuere suministrado para resolver el fondo de la contienda plateada;
y es interesante observar, que conforme a
lo dispuesto en el artculo 17, ordinal 2
del Reglamento de Arbitraje de la CCI,
en una especie de competencia ampliada
y con carcter imperativo, se establece
que: ....el Tribunal Arbitral deber tener en cuenta las estipulaciones del contrato y los usos comerciales pertinentes.
Este mandato de la norma reglamentaria, encuentra su razn de ser y su base
de sustentacin jurdica, en que ambos son
fuentes formales del Derecho Mercantil;
y que el uso o la costumbre mercantil
deriva fundamentalmente de el contrato
comercial (Lex Mercatoria), en base a
aquella premisa de que la costumbre en
el mbito del comercio, y de acuerdo a
las caractersticas de la practica, asiduidad y periodicidad de las relaciones mercantiles fundadas en las estipulaciones
contractuales de carcter comercial, se
hace ley, y como tal forma parte de todo
del uso). Ciertas clusulas se convierten de esta manera, en usuales asiduas y frecuentes sobre todo en la
contratacin de las grandes empresas trasnacionales, y en general en la
contratacin en masa, caracterstica
del Derecho Mercantil (contratos
bancarios o financieros entre entes
internacionales; contratos burstiles;
plizas de seguros y de transporte,
etc); no se considera desde el punto
de vista tcnico, que podamos hablar
de uso, en las determinaciones precedentes, ya que la clusula est expresa en el contrato.
b)
c)
413
b)
Contrariamente a lo establecido en
el artculo 17, ordinal 2 del Reglamento
de Arbitraje de la CCI, que dimos en llamar una especie de competencia ampliada, mediante el cual el tribunal arbitral,
adems de las normas jurdicas aplicables,
deber tomar en cuenta para el material
de decisin, las estipulaciones del contrato y los usos y costumbres mercantiles
que deriven bsicamente del contrato;
414
el mismo tribunal arbitral, podr basar o
fundamentar su decisin, solamente o tan
solo, en los documentos (entindase escritos de alegatos y pretensiones, demandas, anexos, memorandos, soportes minutas, etc) que sea presentados o aportados
por las partes, lo que equivale a establecer como base de sustentacin de la decisin arbitral, el aspecto esencialmente documental; y, podramos denominar este limitado aspecto del thema decidendum,
como competencia restringida; y ello nos
plantea algunas interrogantes en cuanto a
la extensin del mbito discrecional que
posee el tribunal arbitral.
De atenerse solamente a los documentos aportados por las partes, estar
cumpliendo el tribunal arbitral con toda
la exhaustividad que le impone su oficio,
conforme con lo prefijado por las partes
en el acuerdo de arbitraje?
Cuando el tribunal decide el fondo
de la controversia, tan solo con base a los
documentos aportados por las partes, est
cumpliendo objetivamente con los lmites de su oficio, por cuanto est sujetando
su mbito de incumbencia al marco de referencias objetivas dentro del cual se plantea la controversia: Los documentos aportados y presentados por las partes, en cuya
concepcin y amplitud, estar comprendido todo el material instrumental de decisin del problema debatido, vale decir,
que el tribunal contar con todos los elementos de conocimiento que existan en
los autos, (demandas, contestacin, reconvencin, declaraciones testimoniales, periciales, soportes, notas, memorandos, minutas y lo que es esencial e indispensable, las normas y alegatos jurdicos especficos que contienen los escritos), para
proclamar el veredicto final en el laudo
arbitral, dentro de los lmites de su oficio,
y que ste estar acorde, al menos formalmente, con lo alegado y probado por las
partes, segn lo prev el principio dispositivo que informa tambin al proceso de
arbitraje: Secundum allegatta et probatta
partium iudicare debet; y con el principio de legalidad en materia de arbitraje,
segn el cual los rbitros no tendrn ms
facultades que las sealadas y otorgadas
por las partes a travs del acuerdo arbitral; y, que sus actos sern vlidos en la
medida en que se funden en las normas
de derecho que las partes les hubieren fijado. Se habr cumplido as y de esta
manera, con la exhaustividad necesaria
para resolver la controversia dentro del
peculiar proceso de arbitraje.
13.2. Competencia residual
Dentro del proceso arbitral se le otorga al acuerdo de arbitraje un aspecto esencialmente preponderante, an a pesar de
la rebelda, contumacia o negativa que
pudiere existir en alguna de las partes para
someterse al arbitraje. De conformidad
con el Reglamento de Arbitraje de la CCI,
si alguna de las partes rehsa o se abstiene de participar en el arbitraje o en cualquier etapa de ste, el arbitraje proseguir no obstante dicha negativa o abstencin.
Se establece en el sistema de arbitraje de la CCI, una competencia que podramos calificar de competencia residual,
que consiste fundamentalmente en que el
tribunal arbitral conservar su competencia sobrevenida, an en caso de la inexistencia o la nulidad del contrato, para que
pudiese determinar, no obstante tales circunstancias, los respectivos derechos de
las partes y pronunciarse sobre sus pretensiones y alegatos de stas, salvo estipulacin en contrario y siempre y cuando
se encuentre inclume la validez del
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416
lineamientos y los parmetros establecidos en el sistema de arbitramento de la
Cmara. Esa funcin contralora viene
conformada por el examen previo que la
Corte realiza sobre el proyecto de laudo
arbitral, para resguardar el estricto cumplimiento de esas normas reglamentarias,
que tienen una relacin causal inmediata
y directa con las formas sustanciales del
proceso arbitral. Por ello, la Corte Internacional de Arbitraje, adems de asegurar el cumplimiento del Reglamento de Arbitraje, asegura tambin el cumplimiento
del Reglamento de Conciliacin, ambos
de la Cmara de Comercio Internacional,
para resguardar la pureza de esas formas,
cualquiera sea el tipo de arbitraje que en
definitiva se adopte. De all deriva el principio o regla general, que ya hemos esbozado con anterioridad, de que an en aquellos casos no previstos en las normas reglamentarias, la Corte Internacional de
Arbitraje y el tribunal arbitral en cada
caso, en el cual est especialmente constituido, procedern segn el espritu de
esas normas, y las aplicarn con ese sentido, para asegurar el cabal cumplimiento
del laudo, y que el mismo sea susceptible
de ejecucin legal. La Corte acta como
uniformadora del criterio o de los criterios de interpretacin formal y sustancial
del laudo arbitral, pero lo hace siempre y
en cada caso, in limini litis, vale decir,
desde el mismo umbral del proceso arbitral, para asegurarse que se cumplan a
cabalidad los criterios formales que ella
evala y determina en todos y cada uno
de los casos que son sometidos al anlisis
previo de la Corte.
En virtud precisamente de esta funcin uniformadora, la Corte asegura por
imperativo del Reglamento, la facultad de
prorrogar de oficio cualquier plazo que
est previsto o establecido en el propio
417
418
clusiva y excluyente del tribunal, eventualmente, podra la Corte inmiscuirse o descender al fondo de la controversia, al advertir que no se cumplieron requisitos de
forma, o simplemente formas sustanciales de un acto en relacin a la verificacin o a la fijacin de algunos hechos contenidos en el proyecto de laudo arbitral;
por aquello de que todo examen, apreciacin o verificacin de fondo que se realiza en cada controversia, supone una formalidad, o una consideracin de forma
sustancial que deba cumplirse para tal
apreciacin o verificacin.
En el artculo 6 del Reglamento Interno de la Corte Internacional de Arbitraje, se estatuye una norma que podra
significar la consagracin de la facultad
de la Corte, para realizar verificaciones
de fondo de la controversia, en una eventual contradiccin con las normas del Reglamento de Arbitraje que establecen la
prohibicin a descender a las consideraciones del mrito de la causa. La norma
aludida estatuye: Al examinar los proyectos de laudos de conformidad con el
artculo 27 del Reglamento (el examen
previo del laudo por la Corte), la Corte,
en la medida de lo posible, tomar en
cuenta las exigencias de las normas imperativas de la sede del arbitraje. Definitivamente, esta norma reglamentaria interna, que regula el funcionamiento intrnseco de la Corte Internacional de Arbitraje, pudiese tener, y de hecho tiene, implicaciones ciertamente polmicas en relacin al llamado mrito de la causa contenido en la decisin arbitral.
En tal sentido cabra preguntarse: se
inmiscuye la Corte Internacional de Arbitraje, en las consideraciones de fondo de
la controversia arbitral?, qu significa,
que en lo posible tomar en cuenta las
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421
EL EST
ADO Y EL JUICIO DE ARBITRAJE
ESTADO
SEGN LLA
A LEGISL
A CIN ECUA
TORIANA
LEGISLA
ECUATORIANA
( *)
En este artculo destaco algunos elementos resultantes de un anlisis descriptivo de los inconvenientes generados por
dicha ley, con especial referencia a los casos en que una entidad de derecho pblico ha estado sometida a la jurisdiccin
convencional ejercida por rbitros. Tales
elementos analticos son el fruto de mis
reflexiones como abogado en ejercicio en
el mbito del derecho pblico y como
Doctor en Jurisprudencia y abogado de los Tribunales de Justicia de la Repblica del Ecuador. Catedrtico
de la Pontificia Universidad Catlica del Ecuador. Socio de la firma Gallegos, Valarezo & Neira. rbitro
de la Cmara de Comercio de Quito.
422
ANTECEDENTES HISTRICOS
REQUISITOS DE VALIDEZ
PROCESAL CUANDO EL ESTADO ECUATORIANO ES PARTE
DE UN JUICIO ARBITRAL
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categoras: los requisitos de carcter material y los de orden formal. Los primeros
se refieren al objeto de la controversia y
al fundamento de la decisin de los rbitros; y los segundos a la clusula compromisoria como tal.
Entre los requisitos materiales estn
la transigibilidad del derecho discutido en
juicio, la naturaleza contractual de la controversia y la resolucin fundada en derecho. Entre los requisitos formales estn
los que mandan que la clusula de compromiso arbitral sea anterior a la controversia, que se seale la forma en que se
designarn los rbitros y que est suscrita
por la persona autorizada para contratar a
nombre de la entidad pblica.
En razn de que estos requisitos inciden en la validez del proceso arbitral, a unos
y otros los he catalogado como requisitos
de validez procesal puesto que el incumplimiento de stos provocara la nulidad del
proceso de arbitraje segn las consideraciones que se explican ms adelante.
El tribunal arbitral deber establecer
si la sujecin de la persona de derecho
pblico a la jurisdiccin ejercida por rbitros es o no conforme a las reglas del
derecho ecuatoriano, porque si se incumpliere alguno de los requisitos materiales
o formales que han sido enunciados, ese
tribunal vendr obligado a pronunciarse
al respecto al momento de resolver sobre
su competencia, sin perjuicio de que lo
haga en cualquier estado del juicio en que
advierta que se ha producido el incumplimiento de un requisito.
Por tanto, al momento de resolver
sobre su competencia el tribunal arbitral
est obligado a examinar no solamente la
existencia del convenio arbitral sino que
hayan concurrido los requisitos materiales
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425
Cuando el tribunal arbitral se declar competente para conocer de la controversia, seal que dicha competencia le
alcanzaba para establecer si hubo o no violacin del contrato de concesin y ruptura de la ecuacin econmico financiera,
pero no acept la competencia en lo relacionado con los aspectos de legalidad de
las resoluciones administrativas tambin
impugnadas en la demanda(2).
(1)
Es el caso de GARCA DE ENTERRA, Eduardo y RAMN F ERNNDEZ, Toms, Curso de Derecho Administrativo,
T. I, Thomson Civitas, p. 704 y ss.; PAREJO ALONSO , Luciano, Derecho Administrativo, Ariel Derecho,
Barcelona, 2003, p. 964; PARRA GUTIRREZ , William Ren, Los Contratos Estatales, Ediciones Librera
del Profesional, Bogot 1999, pp. 43 y ss.
(2)
No identifico a las partes procesales de este caso, por la confidencialidad de la controversia. Al momento
que escribo estas lneas el caso an no ha sido resuelto. Sin embargo, los conceptos discutidos en este
426
tema. La primera, que la clusula compromisoria no prevea si el laudo que pronuncien los rbitros ser en equidad o en derecho; y la segunda que la clusula compromisoria contradiga el artculo 11 antes mencionado y establezca que el laudo
ser en equidad.
El primer caso podra generar cierta confusin porque la LAM prev que
cuando las partes hubieren omitido en el
convenio sealar si el laudo ser en derecho o en equidad, el fallo ser en equidad (artculo 3). Si el Estado es parte en
el proceso arbitral, el artculo 3 de la
LAM no sera aplicable debido a que el
mandato del artculo 11 de la Ley Orgnica de la Procuradura General del Estado (que tiene un rango normativo superior al de la LAM), impone que toda
controversia con una parte estatal sea
resuelta en derecho. Una disposicin
imperativa como sta suple las omisiones en que hubieren incurrido las partes
al estipular el compromiso arbitral.
Es de insistir que el requisito de que
la controversia arbitral con parte estatal
se resuelva en derecho, no es condicin
de validez del convenio arbitral. Se trata
de una exigencia relativa al alcance del
pronunciamiento de los rbitros en el laudo que expidan para poner fin al litigio
arbitral. Esta exigencia les impone a los
rbitros decidir con aplicacin estricta de
normas y principios de derecho. No se trata de un requisito que la Ley Orgnica de
la Procuradura hubiera impuesto a las
partes al momento de redactar la clusula
compromisoria. Por tanto, cualquier omisin sobre el tema en la clusula quedar
subsanada por el mandato del artculo 11
juicio resultan interesantes para fijar el alcance de la jurisdiccin convencional que ejercemos los rbitros en una relacin jurdica que involucra, simultneamente, conflictos contractuales y de derecho
constitucional o de administrativo.
427
venios que hubieren previsto que el arbitraje en que el Estado sea parte, sea resuelto en equidad. En este ltimo caso, la
correccin del error privilegia el respeto
a la voluntad de las partes de someterse al
juicio de rbitros, pero enmienda esa voluntad en el sentido de que los rbitros
debern resolver, no sobre criterios de
equidad, sino fundamentados en normas
y principios de derecho. Esta posicin
vuelve compatible el inters pblico con
el principio pro arbitraje que consagra
nuestra legislacin.
2.4. Clusula compromisoria anterior
a la controversia
El convenio arbitral deber ser acordado con anterioridad al surgimiento de la
controversia. As manda el artculo 4 literal a) de la Ley de Arbitraje y Mediacin.
Varias dificultades surgen a partir de
esta norma de la LAM. La primera es el
alcance de la palabra controversia. Se
refiere sta a la simple divergencia en la
interpretacin del contrato o exige la previa presentacin de una demanda y que la
parte demandada la haya negado en su
contestacin? y la palabra controversia
podra comprender la solicitud de mediacin que una parte hubiere presentado
para resolver diferencias surgidas con
ocasin del contrato?
En mi opinin la norma se refiere a
todas las posibilidades anteriores, porque
incluye cualquier gnero de discrepancia
formalmente planteada por una de las partes contractuales respecto de la otra que
contradice, aunque no se hubiere presentado demanda.
Si la clusula compromisoria integra el texto del contrato suscrito por las
partes, no hay dificultad en advertir que
428
Surgida la controversia, los organismos y entidades del sector pblico pueden someterse a arbitraje de
derecho o mediacin, de conformidad con las leyes pertinentes.
429
partes, por estrategia procesal o por negligencia, se abstiene de hacer tal designacin. En este caso, considero que el requisito del artculo 4 literal c) est cumplido, es decir que el convenio s ha indicado la forma de seleccin de los rbitros, pero al no haberse efectuado la designacin por omisin de una parte procesal, debera aplicarse el artculo 16 de
la LAM que siempre tendr carcter supletorio cuando la forma de seleccin convenida en la clusula compromisoria resultare insuficiente.
2.6. Renuncia de la jurisdiccin ordinaria y firma del representante de
la entidad de Derecho Pblico
El artculo 4 literal d) de la LAM incluye otra exigencia de forma, relacionada con la clusula compromisoria o el convenio arbitral.
El convenio arbitral, por medio del
cual la institucin del sector pblico renuncia a la jurisdiccin ordinaria, deber
ser firmado por la persona autorizada para
contratar a nombre de dicha institucin.
En primer lugar, la norma de la ley no
precisa si la renuncia a la jurisdiccin ordinaria deba ser expresa o tcita. En consecuencia, ser admisible la renuncia tcita, y aunque no aparezca expresada en el
texto de la clusula compromisoria de que
se trate, la voluntad inequvoca de someter
la controversia al juicio de rbitros ser la
que lleve a la conviccin de un tribunal
arbitral de que las partes renunciaron tcitamente a la justicia ordinaria y cumplieron
con la exigencia de la LAM.
Ntese la diferencia entre el requisito
formal de la designacin de rbitros y ste
de la renuncia a la jurisdiccin ordinaria.
430
Mientras que el primero es de carcter positivo porque exige una previsin expresa
en el convenio arbitral, el segundo tiene
carcter negativo, por la propia naturaleza del concepto renuncia, y determina
que la voluntad de las partes est implcita en la clusula compromisoria.
Por otro lado, es necesario que el
convenio arbitral sea firmado por la persona autorizada para contratar a nombre
de la institucin. Es decir, por las mximas autoridades de una determinada entidad cuando stas ejercen la representacin
legal o por funcionarios que tuvieren delegacin. En la administracin pblica
central, el Presidente de la Repblica y
los Ministros de Estado en sus respectivas carteras; en el rgimen seccional autnomo los Alcaldes y Procuradores sndicos para municipios, y los Prefectos Provinciales para los Consejos Provinciales;
y en las entidades autnomas con personalidad jurdica, sus mximos personeros,
es decir aquellos a los que la ley asigna la
representacin legal.
2.7. Los dems requisitos legales
Estos requisitos que aparecen mencionados en el artculo 4 de la LAM, ms
bien de carcter general, estn relacionados con las dems exigencias que establecen las leyes, incluida la propia Ley de
Arbitraje y Mediacin. Algunos de esos
requisitos ya han sido analizados en este
artculo: que el arbitraje sea en derecho
(Ley Orgnica de la Procuradura General del Estado, artculo 11), que exista un
documento escrito (Ley de Arbitraje y
Mediacin, artculo 5), capacidad, objeto
y causa lcita (Cdigo Civil, artculo
1461), que el objeto controvertido tenga
carcter transigible (Ley de Arbitraje y
Mediacin, artculo 1), requisito implcito
431
432
3.2. Debilidad en el patrocinio pblico
En los primeros tiempos de vigencia de la Ley de Arbitraje y Mediacin,
la falta de conocimiento respecto de las
instituciones reguladas en ella fue un fenmeno lamentablemente muy extendido en el sector pblico. Sin embargo, hoy
en da se aprecia una notable disminucin del problema. Entidades como la
Procuradura General del Estado o ciertas empresas pblicas que han debido
enfrentar juicios arbitrales, cuentan con
un cuerpo de profesionales con amplios
conocimientos en el procedimiento arbitral. En todo caso, todava se espera que
estos avances se extiendan an ms a todas las entidades estatales.
Otros aspectos inquietantes son las limitaciones consustanciales a la organizacin y funcionamiento de las entidades pblicas, que les impide dar respuestas oportunas en el trmite de un proceso caracterizado por la celeridad. Por ejemplo, en la
reglamentacin de varios centros de arbitraje en el Ecuador, la solicitud de una prueba pericial exige que la parte interesada
consigne previamente los honorarios del
perito en un trmino de tres das desde que
hizo saber el costo de su informe, bajo prevencin de que al no pagar la solicitud de
prueba quedar sin efecto. En muchas
ocasiones, la entidad pblica que litiga no
logra que su departamento financiero emita
un cheque para el pago de los honorarios
periciales en el trmino de tres das y, en
ms de una ocasin esa entidad del Estado
pierde una prueba que podra ser fundamental en el caso concreto, ms all de la obligacin que tendran los rbitros de practicarla para el esclarecimiento de los hechos
controvertidos (artculo 23 de la LAM).
Esta situacin exige que las entidades pblicas adopten correctivos institu-
433
del Estado desconocieron la validez y ejecutividad de laudos arbitrales y recomendaron a las entidades pblicas no cumplir
con los fallos arbitrales bajo amenaza de
que se generara una responsabilidad civil del funcionario pblico si es que se ordena el cumplimiento.
Este tipo de pronunciamientos formulados en auditoras gubernamentales
y en exmenes especiales practicados
por la Contralora General, amenazan al
sistema arbitral ecuatoriano, principalmente a la credibilidad y confianza en
los juicios arbitrales en que el Estado
es parte procesal. Adems, han constituido la razn que explica porqu cuando un laudo arbitral es adverso al Estado, ste interpone acciones de nulidad
aun cuando no hubiere mrito argumental o fctico para hacerlo.
4.
CONCLUSIONES
434
Es de la esencia del juicio arbitral con
entes de derecho pblico como partes procesales, que la controversia sea de naturaleza contractual, que sea resuelta en derecho y no en equidad; que el convenio
arbitral haya establecido la forma de seleccin de los rbitros y que haya sido
anterior a la controversia. Si fuere posterior a sta ser necesario el dictamen del
Procurador General del Estado.
No solamente los aspectos de orden
normativo aportan en la comprensin de
este tema. Es necesario examinar algunas
de las dificultades que ms frecuentemente
se han presentado en la prctica del sistema arbitral ecuatoriano, cuando el Estado interviene como parte en juicio. Este
anlisis nos revela algunos de los eventos
crticos que deberan corregirse para consolidar la confianza en el sistema arbitral.
Tales eventos son los siguientes: insufi-
435
AL
TERNA
TIVE DISPUTE RESOL
UTION ALTERNA
TERNATIVE
RESOLUTION
THE OPTIONS FOR CEO
S
CEOS
CFOS
S AND CFO
MEDIATION
436
DER HURLEY
ARBITRATION
4.
437
IDEAL ARBITRATORS
438
DER HURLEY
439
PL
ANNING FOR COMMERCIAL DISPUTE
PLANNING
RESOL
UTION IN MAINL
AND CHINA
RESOLUTION
MAINLAND
( *)
Shareholder in Heller Ehrman LLP and Managing Shareholder of the firms New York office. Chairman of
the Executive Committee and a member of the Board of Directors of the International Institute for Conflict
Prevention and Resolution (CPR Institute).
(**)
Special Counsel at Heller Ehrman in New York. Member of CPR Institute. Senior Vice President and has
authored numerous publications in the ADR field, including the Drafters Deskbook for Dispute Resolution
Clauses (CPR Institute, 2002) and Mediators Deskbook (CPR Institute, 1999).
(***)
Associate at Heller Ehrman and a graduate of Harvard Law School and Fudan University Law School
(Shanghai, China), practicing corporate law and international arbitration in the firms New York office.
The authors wish to express their appreciation to Bradley Gibbs and Josh Selig, former Heller Ehrman
associates who assisted in the preparation of this article.
440
1.
(1)
T H E L O N G S TA N D I N G I N FLUENCE OF MEDIATION IN
RESOLVING DISPUTES IN
CHINA
2.1. Overview
Deeply rooted within Chinese culture
is the importance of compromise as a
means to resolve disputes and preserve
harmony. The ancient Chinese
philosopher Confucius observed that Li
(natural hierarchy) is on a higher plain than
Fa (rule of law) and this view cuts across
all relationships, including business ones.
Within the Chinese business community,
the conventional wisdom is that respect
and compromise generate business.
Because of this respect for harmony, the
concept and use of conciliationi.e.,
mediationwithin China are deeply
engrained. Nonetheless, when business
disputes arise between Chinese parties
and U.S. parties, the use of conciliation
(surprisingly) is not particularly welldeveloped(1).
For business disputes between a
Chinese entity and a U.S. company (or its
FIE counterpart), there are three basic
conciliation options within China: (1)
private mediation administrated under the
auspices of an institutional provider; (2)
PEERENBOOM, Randall & SCANLON, Kathleen, An Untapped Dispute Resolution Option: Mediation Offers
Companies Distinct Advantages in Certain Cases, en: 32 The China Bus. Rev. 4, 36, (2005).
441
(2)
WENYING, Wang, The Role of Conciliation in Resolving Disputes: A P.R.C. Perspective, 20 Ohio St. J. on
Disp. Resol. 421, 2005.
(3)
(4)
See, e.g., Anhui Mediation Center; Capital Mediation Center; Changchun Mediation Center; Chongqing
Mediation Center; Dalian Mediation Center; Fujian Mediation Center; Gansu Mediation Center; Guangdong
Mediation Center; Guangxi Mediation Center; Hainan Mediation Center; Hangzhou Mediation Center; Harbin
Mediation Center; Hebi Mediation Center; Heihe Mediation Center; Heilongjiang Mediation Center; Henan
Mediation Center; Hubei Mediation Center; Hunan Mediation Center; Inner Mongolia Mediation Center;
Jiangsu Mediation Center Secretariat; Jilin Mediation Center; Liaoning & Shenyang Mediation Center; Nanjing
Mediation Center; Ningbo Mediation Center; Pudong Mediation Center; Qingdao Mediation Center; Shanghai
Mediation Center; Sichuan Mediation Center; Shangdong Mediation Center; Shantou Mediation Center;
Shanxi Mediation Center; Shenzhen Mediation Center; Tianjin Mediation Center; Wenzhou Mediation Center;
Wuhan Mediation Center; Xiamen Mediation Center; Xinjiang Mediation Center; Yunnan Mediation Center;
Zhejiang Mediation Center; Zhuhai Mediation Center.
(5)
(6)
Loc. cit.
(7)
(8)
442
(9)
(10)
See, CCPIT/CCOIC Mediation Rules, artculo 16 (effective 2005) (Unless the parties agree otherwise, the
parties shall select a mediator from the Mediation Centers Panel of Mediators).
(11)
See, CCPIT/CCOIC Mediation Center Code of Conduct for Mediators (effective 2005) (on file with authors).
(12)
Ibidem, artculo 2.
(13)
Ibidem, artculo 9.
(14)
See, www.cpradr.org or http://adr.ccpit.org. See also, MELNITZER, J., U.S. Lawyers Launch New Center in
China, Corp. Legal Times 29 (2004). For disputes involving less than $500,000, a $2,000 administrative fee
is charged and an $8,000 deposit is required towards the mediators fee. For disputes involving $500,000
or more, a $4,000 administrative fee is charged and a $16,000 deposit is required towards the mediators
fees. The party initiating the claim is responsible for submitting one-half of the applicable amount (i.e.,
$5,000 or $10,000). See, The U.S.-China Business Mediation Center brochure (2004) (on file with authors).
(15)
In China, the U.S.-China Business Mediation Center is accessible through the CCPIT in Beijing and in the
U.S., the Center is accessible through the CPR Institute in New York, NY.
443
(16)
(17)
SAVAGE, John, Legal Developments China: Courting Investment, Legal Wk. Globe, 2004.
(18)
(19)
(20)
444
(21)
Ibidem at 421.
(22)
Cietac Arbitration Rules, adopted by China Chamber of International Commerce, effective May 1, 2005
(hereinafter 2005 Cietac Arbitration Rules), artculo 40.
(23)
Loc. cit.
(24)
(25)
(26)
(27)
A summary of the debates on the advantages of a combination of arbitration with conciliation can be found
in UNCITRAL Working Reports, A/CN.9/460 (April 6, 1999), A/CN.9/468 (April 10, 2000) and A/CN/WG.II/
WP.110 (September 22, 2000).
445
ADJUDICATIVE PROCESSES
3.1. Arbitration
3.1.1. Advantages of arbitration
In the context of a commercial dispute between a Chinese company and a
U.S. company, arbitration has many
features that are advantageous for U.S.
companies in comparison to Chinese court
proceedings, including:
(28)
(29)
Civil Procedure Law of the Peoples Republic of China (hereinafter Civil Procedure Law), Artculo 89.
(30)
446
intent to arbitrate;
identification of an arbitration
commission.
Confidentiality Arbitration is a
private proceeding in contrast to
public court proceedings, which
often can be associated with criminal matters.
(31)
TAN , Johnson, A look at CIETAC: Is it Fair and Efficient? China Law & Practice, available at http://
www.chinalawandpractice.com. The survey found that 75 percent of respondents considered Chinese
arbitration to be fairer and more efficient, or about the same in terms of fairness and efficiency, compared
with similar institutions outside China.
(32)
2005 CIETAC Arbitration Rules, Artculo 16, (Chinese and foreign nationals may accept the engagement
(of clients) and act as representatives in the arbitration).
(33)
On August 31, 1994, the National Peoples Congress enacted the Arbitration Law of the Peoples Republic
of China, which contained major revisions to the domestic and international arbitration systems, (hereinafter
the Arbitration Law). The Arbitration Law became effective as of September 1, 1995.
(34)
447
Domestic Arbitration
International Arbitration
Definition
Governing
Law
Standard of
Judicial
Review
Limited: Courts cannot refuse to enforce award based on insufficient evidence or incorrect application of law.
Courts can refuse to enforce an award
if it violates the public interest of the
society (39) .
(35)
(36)
For example, on its website, the ICC states that (a) though there is some uncertainty as to whether foreign
arbitration institutions qualify as arbitration commissions within the meaning of the law, it would in any case
be prudent for parties wishing to have an ICC arbitration in Mainland China to include in their arbitration
clause an explicit reference to the arbitration institution of their choice. See, www.iccwbo.org.
(37)
A foreign-related element means: (i) one or more parties to the contract are foreign companies or foreign
citizens; (ii) legal relationship is created in a foreign country; or (iii) subject matter of the dispute is located
in a foreign country. See, Opinions on the Implementation of the General Principles of Civil Law of the PRC,
issued by the Supreme Peoples Court on January 26, 1988, p. 178.
(38)
(39)
448
(40)
MOSER , Michael, Crossing Borders: The Role of Arbitration in Resolving Disputes between International
Firms and Their Chinese Business Partners, Corporate Counsel, 2005.
(41)
(42)
(43)
MOSER, supra note 40; Jeremy Cohen, International Commercial Arbitration in China, conference speech at American Foreign Law Association (AFLA) meeting in New York City on January 13, 2005 (on file
with authors).
(44)
(45)
449
(46)
(47)
(48)
Civil Ruling of the Supreme Peoples Court, (2002) Min Si Zhong Zi N 29 [not published]. For facts and
comments, see Paul Donovan Reynolds & Song Yue, The PRC Supreme Peoples Court on the Validity of
an Arbitration Clause, 142 J. of the Chartered Institute of Arbitrators 70, 2004.
(49)
Civil Ruling of the Supreme Peoples Court, (2002) Min Si Zhong Zi N 29 [not published]. For facts and
comments, see Reynolds & Song Yue, supra note 48.
450
(50)
See, China National Metal Products Import/Export Company v. Apex Digital, Inc., 379 F.3d 796, 2004.
(51)
(52)
Ibidem, p. 798.
451
(53)
Loc. cit.
(54)
(55)
Currently, CIETAC has eight panels of arbitratorsthe International Panel, the Domestic Panel and six
specialized panels that handle domestic disputes in various industries. The International (Foreign-related)
Disputes Panel of Arbitrators is the largest panel, with over 600 arbitrators, including foreign arbitrators.
See CIETAC website at www.cietac.org.cn/shiw/zhongcaishiwu.asp; MOSER, supra note 40.
(56)
CIETAC Arbitration Rules, adopted by China Chamber of International Commerce, effective October 1,
2000, artculo 24 Each of the parties shall appoint one arbitrator from among the Panel of Arbitrators of the
Arbitration Commission or entrust the Chairman of the Arbitration Commission to make such appointment.
(57)
(58)
452
(59)
(60)
Loc. cit.
(61)
Ibidem, artculo 27. The 2005 CIETAC Arbitration Rules also allow the Chairman of CIETAC to replace
an arbitrator if he/she is prevented de jure or de facto from fulfilling his/her functions, or he/she fails
to fulfill his/her functions in accordance with the requirements of the rules. In the event of a replacement, the substitute arbitrator shall be appointed following the same procedure as used to appoint the
original arbitrator.
(62)
See, Arbitration Law, artculo 20 (Providing that if a party challenges the validity of the arbitration agreement, he may request the arbitration commission to make a decision or the Peoples Court to give a ruling.
If one party requests the arbitration commission to make a decision and the other party requests the Peoples
Court for a ruling, the Peoples Court shall rule.).
(63)
Loc. cit.
(64)
REDFERN, Alan & HUNTER , Martin, Law and Practice of International Commercial Arbitration, pp. 5-42, 2004.
(65)
453
(66)
(67)
(68)
(69)
(70)
(71)
454
(72)
Loc. cit.
(73)
(74)
(75)
(76)
CIETAC Code of Ethics for Arbitrators, adopted by CIETAC, artculo 13, 1993.
(77)
455
(78)
(79)
In a 2001 survey by the American Chamber of Commerce of U.S. companies with arbitration experience in
China, the majority view of respondents who had actual arbitration experience in China was that arbitrations are less costly, more efficient and no less fair when compared to arbitrations in other international
arbitration centers. See Tan, supra note 31.
(80)
PAULSSON , Jan, The freshfields guide to arbitration and ADR, clauses in international contracts,
Appendix 5, 1999.
(81)
Arbitration Law, artculo 70; Civil Practice Law, artculo 260 (1).
(82)
(83)
Notice of the Supreme Peoples Court on the Issues Concerning the Treatment of Foreign-Related Arbitration and Foreign Arbitration by the Peoples Courts, issued by the Supreme Peoples Court on August 28,
1995; Notice of the Supreme Peoples Court on the Issues Concerning the Invalidation of Foreign-Related
Arbitral Awards by the Peoples Courts, issued by the Supreme Peoples Court on April 23, 1998.
(84)
DEJUN, Cheng / MOSER, Michael / SHENGCHANG, Wang, International Arbitration in the Peoples Republic of
China 135, 1995.
(85)
PEERENBOOM, Randall, Seek Truth from Facts: An Empirical Study of Enforcement of Arbitral Awards in the
PRC, 49 Am. J. Comp. L. 249, 2001.
456
(86)
Ibidem, p. 254.
(87)
(88)
Hong Kong Arbitration Ordinance, Ch. 341 of the Law of Hong Kong.
(89)
The Arrangement Concerning Mutual Enforcement of Arbitral Awards Between the Mainland and Hong
Kong Special Administrative Region, issued by the Supreme Peoples Court on June 18, 1999.
(90)
Ibidem, similarly, an arbitral award rendered in Hong Kong may be enforced in China in essentially the
same way as a New York Convention award. Currently, under the Arrangement, all arbitration awards
rendered in Hong Kong, whether ad hoc or under the rules of the ICC, LCIA or any other body, will be
enforceable in China. However, a 2003 draft Supreme Peoples Court opinion exists, which some commentators contend, if adopted, would render ad hoc awards rendered in Hong Kong involving a Chinese party
unenforceable in China. See, The Resolution of China Disputes through Arbitration, 37, 2004.
(91)
See, www.hkiac.org/en_statistics.htlm.
457
(92)
COHEN, Jeremy, Dispute Resolution in China: Putting the House in Order, China Law & Practice, available
at http://www.chinalawandpractice.com/includes/print.asp?SID=2626.
(93)
The litigation solution is the least desirable for the parties. As Confucius said, To handle lawsuits, I am
resolved to eliminate lawsuits. In China, litigation filings may well end up in a special folder entitled Wait
for the gods to handle. Yang Jiang, A World of Difference When Doing Business in China, a Little Understanding Goes a Long Way, 61 Or. St. B. Bull. 19, 2001.
(94)
The Civil Procedure Law provides that for a contractual dispute, the court with jurisdiction is the court where
the (i) defendant resides; (ii) contract is to be performed or executed, or (iii) subject matter is located. Civil
Procedure Law, artculo 23.
(95)
Some limitations exist. For example, disputes arising from a Sino-foreign joint venture contract or from a
natural resources project must be governed by the law of the Peoples Republic of China. See, Contract
Law of the Peoples Republic of China, artculo 126; Civil Procedure Law, artculo 246.
458
CONCLUSION
(96)
For the statistics of employment and labor disputes, see, China Employment Dispute Resolution Web at
http://www.mslv.net/ldzc/index.asp.
(97)
Employment Law of the Peoples Republic of China, adopted by the Standing Committee of the National
Peoples Congress on July 5, 1994, (hereinafter Employment Law), artculo 79.
(98)
(99)
For the statistics of employment and labor disputes, see, China Employment Dispute Resolution Web,
supra note 96.
459
460
461
PRO
VISIONAL RELIEF IN ARBITRA
TION:
PROVISIONAL
ARBITRATION:
HOW THINGS ST
AND IN THE UNITED ST
ATES (*)
STAND
STA
( *)
An earlier version of this article was prepared as the national report for the United States in connection
with the Congress of the International Association of Procedural Law, held in Paris and Dijon in
September 2004.
(**)
Burg Family Professor of Law The University of Texas at Austin School of Law, EE.UU.
462
3.3. Arbitral orders that one party should turn over certain records.
3.4. Arbitral declaration of liability alone without an award of damages in bifurcated proceedings. 3.5. Consequences of a valid partial
or interim award. 3.6. Distinguishing reviewable interim awards
from interlocutory orders. a. Interlocutory orders are not subject to
immediate judicial review b. Vacatur for failing to make a final award.
(1)
MERRILL LYNCH, Pierce, Fenner & Smith, Inc. v. Bradley, 756 E2d 1048, 1985.
(2)
Ibidem.
(3)
(4)
Ibidem, II.
(5)
Ibidem, III.
(6)
The Uniform Arbitration Act was adopted by the National Conference of the Cornmissioners on Uniform
State Laws in 1955, and is now in force with minor variations in 30 states. More recently, in 2000, the
Conference promulgated the Revised Uniform Arbitration Act, which has so far been enacted in only
eight states.
463
(7)
(8)
For this rather curious episode in American law, see, SCOTT RAU, Alan, The UNCITRAL Model Law in State
and Federal Courts: The Case of Waiver 9, 6 Am. Rev. Intl Arb. 223 (1995); Heather A. Purcell, State
International Arbitration Statutes: Why They Matter, 32 Tex. Intl L.J. 525, 1997.
(9)
For this rather curious episode in American law, see SCOTT RAU, Alan, The UNCITRAL Model Law in State
and Federal Courts: The Case of Waiver9', 6 Am. Rev. Intl Arb. 223 (1995); Heather A. Purcell, State
International Arbitration Statutes: Why They Matter, 32 Tex. Intl L.J. 525, 1997.
(10)
U.N. Doc. A/40/17, Annex I, adopted by the United Nations Commission on International Trade Law on
June 21,1985, reprinted in 24 I.L.M. 1302, 1985.
(11)
Emphasis added. See, e.g., CAL.CODE CIV. PROC. pp.1297.91, 1297.92, 1297.93, 1297.171 (Cal.); Tex.Civ.
(12)
See Commission Report, A/40/17, August 21, 1985, para. 168, quoted in Holtzman & Neuhaus, supra note
11, at 547; see also Seventh Secretariat Note, A/CN.9/264, March 25, 1984, artculo 9, para. 4, quoted in
Holtzman & Neuhaus Supra note 11, at 343 (the range of interim measures of protection covered by article
9 of the Model Law governing interim measures ordered by a court] is considerably wider than that under
article [17]). The restricted scope of the Model Law i.e., that the interim measure must relate to the
subject-matter of the dispute and the order may be addressed only to a party- was apparently justified on
the grounds that the arbitral tribunal derives its jurisdiction from the arbitration agreement (Seventh
Secretariat Note, A/CN.9/264, at artculo 18. para 3, quoted in Holtzman & Neuhaus supra note 11, at 543).
Such a justification, however, is at best a non sequitur. Any of the interim measures discussed throughout
this article would presumably come within the scope of a broad arbitration clause, and thus with the aid
of the usual presumption of arbitrability applied by courts in the United States would survive a challenge
464
on the grounds of excess of power. As for the effect of arbitral orders on third parties, see infra Section
II.D.4 (subpoenas issued by arbitrators to third parties for the presentation of evidence).
(13)
RUBINS, Noah, In God We Trust, All Others Pay Cash: Security Costs in International Commercial Arbitration,
en: 11 Am. Rev. Intl Arb. 306, 344, 2000, (referring to UNCITRAL Rules); see, also D. Alan Redfern, Arbitration
and the Courts: Interim Measures of Protection: Is the Tide About to Turn?, 30 Tex. Intl. L.J. 71, 80, 1995, (to
the extent that the measures contemplated by the UNCITRAL Rules relate to the preservation or sale of
goods rather than, for instance, to preventing the flight of assets, they fall far short of the kind of interim
measures that might well be needed in the modern world of international commerce). Cf: Stewart A. BAKER &
Mark D. DAVIS, Arbitral Proceedings under the UNCITRAL Rules: The Experience of the Iran-United States
Claim Tribunal, en: 23 Geo. Wash J. Intl L. & Econ. 267, pp. 331-32, 1989, (although the list in artculo 26 of
the UNCITRAL Rules is clearly exemplary rather than exclusive, where the relief requested has deviated
from the conservation of goods model, the Tribunal has seemed unsure of its authority to act under article 26").
(14)
See, FRY, Jason, Interim Measures of Protection: Recent Developments and the Way Ahead, en: Intl Arb.
L.Rev. 149, pp. 157-58, 2003, which describes a recent arbitration in which a contractor brought a claim
against the owner of a construction project for additional costs. The tribunal, at the contractors request,
issued an injunction prohibiting the owner from drawing down on performance bonds issued by financial
institutions until a determination of the merits of the dispute had been made. While the ability of the tribunal
to issue such an injunction under artculo 26 of the UNCITRAL Rules was challenged, the tribunal did go to
the effort of attempting to characterize the situation in relation to the subject matter of the dispute and
concluded that the financing of the construction project was intertwined with any dispute over completion
costs and damages arising from delay.
(15)
Cf: Charles Construction Co., Inc. v. Derderian, 586 N.E.2d 992 (Mass. 1992) (AAA Construction Industry
Rules, as then in effect, authorized arbitrators to issue interim orders as may be deemed necessary to
safeguard the property that is the subject matter of the arbitration. The arbitrators interim award directed
respondent to furnish a U.S.$l million irrevocable letter of credit as security for the payment of any ultimate
award against him. While the court agreed that in general, in the absence of an agreement or statute to the
contrary, an arbitrator has inherent authority to order a party to provide security while the arbitration is
continuing - an authority that would reasonably be implied from the agreement to arbitrate itself - in this
case, the AAA Rules were thought to restrict this authority; held, award vacated).
(16)
The language restricting relief to the subject-matter of the dispute is deleted from the current revision
draft. See Report of the Working Group on Arbitration, U.N. A/CN.9/547, March 19, 2004, par. 87 (which
strengthens the inference that the revision is probably broad enough to encompass antisuit injunctions);
see, generally infra note 156.
(17)
The Uniform Arbitration Act contains no provision on this subject. Nor does the most important American
statute, the Federal Arbitration Act, which dates from 1925 and which is now codified as 9 U.S.C., p.p 1-307.
465
(18)
SCOTT R AU, Alan, Integrity in Private Judging, 38 S.T EX . L. R. 485, 487, 1997; see, also generally,
SCOTT R AU, Alan & PDAMON, Catherine, La contractualisation de larbitrage: le modle amricain, Rev.
Arb. p. 451 (2001).
(19)
See, e.g., Banco de Seguros del Estado v. Mutual Marine Office, Inc., 344 F.3d 255,262 (2d Cir. 2003) (The
arbitration panel granted the claimants motion to require respondent to post pre-hearing security pending
a final determination and held that where an arbitration clause is broad, as here, arbitrators have the
discretion to order remedies they determine appropriate, so long as they do not exceed the power granted
to them by the contract itself () it is not the role of the courts to undermine the comprehensive grant of
authority to arbitrators by prohibiting an arbitral security award that ensures a meaningful final award.)
(20)
SCOTT RAU, Alan, Contracting Out of the Arbitration Act, en: 8 Am. Rev. Intl Arb., pp. 225-259-260 (1997).
466
b. Institutional rules
Nevertheless, the most common contractual source of arbitral authority
remains the arbitration rules of the various
administering institutions, incorporated
into the agreement by reference.
The American Arbitration Association
(AAA) Commercial Arbitration Rules
provide that:
(T)he arbitrator may take whatever
interim measures he or she deems
necessary, including injunctive relief
and measures for the protection or
conservation of property and
disposition of perishable goods(21).
The AAAs International Arbitration
Rules which provide the default regime
for cross-border contracts wherever the
AAA is chosen as the administering
body(22) are virtually identical(23).
Another possibility is reliance on
Rule 43(a) of the AAAs Commercial
Arbitration Rules, under which:
The arbitrator may grant any remedy
or relief that the arbitrator deems just
and equitable and within the scope
of the agreement of the parties,
(21)
American Arbitration Association Commercial Arbitration Rules, July 1, 2003, r. 34(a), available at
<www.adr.org> (hereinafter AAA Commercial Arbitration Rules).
(22)
Where parties have agreed in writing to arbitrate disputes under these International Arbitration Rules or
have provided for arbitration of an international dispute by the International Centre for Dispute Resolution
or the American Arbitration Association without designating particular rules, the arbitration shall take place
in accordance with these rules, as in effect at the date of commencement of the arbitration, subject to
whatever modifications the parties may adopt in writing. American Arbitration Association International
Arbitration Rules, artculo l(1) (italics added) (hereinafter AAA International Arbitration Rules).
(23)
(24)
Island Creek Coal Sales Co. v. City of Gainerville, 729 E2d 1046, 1984.
(25)
Loc. cit.,
(26)
American Arbitration Association Optional Rules for Emergency Measures of Protection, 1999, pp. O-1.
(27)
467
(28)
(29)
Loc. cit.
(30)
(31)
International Chamber of Commerce Rules for a Pre-arbitral Referee Procedure, Jan. 1, 1990, available at
<www.iccwbo.org/court/enghsh/arbitration/rules.asp> (hereinafter ICC Pre-arbitral Referee Rules).
(32)
Under the ICC Pre-arbitral Referee Rules, after a request is made for the appointment of a referee the other
party must answer within eight days, following which, the ICC will appoint a referee in the shortest time
possible. Id. artculo 4(2). The referee must make any order within 30 days from the date on which the file
was transmitted to him, unless an extension is granted. Id. artculo 6(2).
(33)
See, DERAINS, Yves / SCHWARTZ , Eric A., A Guide to the New ICC Rules of Arbitration 275, 1998. According
to these authors there has been little support for a proposal to incorporate the ICC Pre-arbitral Referee
Rules into the arbitration rules, primarily because of the general perception that the pre-arbitral rules have
not generated a following.
(34)
But see, Court of Arbitration for Sport, Code of Sports-Related Arbitration at r. 37, 2004, (In case of utmost
urgency, the President of the relevant Division, prior to the transfer of the file to the Panel, or thereafter the
President of the Panel may issue an order upon mere presentation of the application, provided that the
opponent is heard subsequently).
The availability of exparte interim relief has been the most fraught aspect of the ongoing discussions
concerning the revision of artculo 17 of the UNCITRAL Model Law. See, Report of the Working Group on
Arbitration, A/CN.9/547, March 19,2004, 77,120 (there remained strongly opposing opinions on the question of including a provision granting the arbitral tribunal the power to grant exparte measures as well as
on the question of whether such relief should be available to the parties on an opt-in or an opt-out basis).
Artculo 17(7) of the current revision goes further than most institutional rules in providing that the arbitral
tribunal may order ex parte relief, without the opportunity for prior notice or hearing, if there is an urgent
need for it. Such a provision has obvious dangers - since unlike the state judge, the arbitrator is nothing but
the contractual agent of both parties. However, it also carries obvious advantages - since assets can now
be made to disappear h m a jurisdiction by a few computer key strokes at the slightest warning. Establishing a balance between these two considerations suggests that any power of the arbitral tribunal to grant
ex parte interim relief should be closely cabined (for example, as in one variant, by requiring that the object
of the order be given immediate notice of the measure and an opportunity to present its case before the
arbitral tribunal within 48 hours of the notice).
468
(35)
Swift Industries, Inc. v. Botany Industries, Inc., 466 E2d 1125, 1972.
(36)
Ibidem, See also Recyclers Ins. Group, Ltd. v. Ins. Co. of North America, 1992, WL 150662 (E.D. Pa.)
(following Swift Industries; although the reinsured was required by the contract to provide its insured with
collateral to secure its obligations, nowhere in the Agreement, in the arbitration clause or elsewhere, is it
stated that the arbitration panel has the authority to require a party to post security as a condition to having
its claims resolved by the panel; an award that required the reinsured to post collateral without first
conducting a hearing on the merits of the dispute must be vacated).
(37)
See, e.g., Charles Construction, 586 N.E.2d 992 (Mass. 1992); Certain Underwriters at Lloyds, London v.
Argonaut Ins. Co., 264 F.Supp.2d 926, 937 (N.D. Cal. 2003) (There is no question that an arbitration panel
has the authority to require escrow to serve as security for an ultimate award; that authority may be either
derived explicitly from the arbitration agreement or implicitly from the panels power to ensure the parties
receive the benefit of their bargain); Konkar Maritime Enterprises, S.A. v. Compagnie Belge dAffretement,
668 F.Supp. 267, 271 n.3 (S.D.N.Y. 1987) (The issue of security () was implicit in the submission of the
main dispute to the Panel).
(38)
Cf: Meadows Indemnity Co., Ltd. v.Arkwright Mutual Ins. Co., 1996 WL 557513 (E.D. Pa.) (order that the
respondent obtain an irrevocable letter of credit in favor of the claimant as prehearing security; held, the
arbitrators were empowered to award relief in any reasonable form or at any stage in the proceeding; the
agreement grants the arbitrators broad powers without limiting those powers in any way, even though [it]
easily could have done so, and neither expressly authorizes the arbitrators to impose pre-hearing security
measures nor prevents them from doing so).
(39)
See, Charles Construction, 586 N.E.2d 992 (Mass. 1992) (No property was the subject matter of the
arbitration. The arbitration was not a dispute over specific property but rather concerned claims of breach
of contract); see also RUBINS, supra note 13, at 343-44, 347-49 (UNCITRAL Arbitration Rules may not
permit an arbitral order requiring security for costs, since it could be argued that costs are not part of the
subject matter in dispute).
469
(40)
RUBINS, supra note 13, pp. 315, 319 (orders that the plaintiff provide security for costs differ from other
interim measures in that [they] can be implemented directly, without state assistance in enforcement, since
the standard enforcement tool is the stay of arbitral proceedings, rather than the seizure of assets or
compulsion to take some action).
(41)
(42)
470
What follows is a highly abbreviated treatment of these complex subjects; the reader who wishes to avoid
dealing with them and proceed directly
to a discussion of interim measures of
protection may treat this as a digression
and proceed to Section 2.2.
2.1.1. What law is to apply?
a. The federal statute
A federal statute, the Federal
Arbitration Act (FAA)(43) applies to all
cases involving interstate or foreign
commerce. The statute as originally
enacted in 1925 now constitutes Chapter
1 of the FAA, though there have been
some minor amendments since that date.
Chapter 2 of the FAA sections 201
through 208 was added in 1970 in order
to implement the New York Convention;
Chapter 3 sections 301 through 307
was added in 1990 in order to implement
the Panama Convention. Chapter 1 is
not, however, limited to purely domestic
arbitration, since it will have a residual
application in Convention cases also to
the extent that [it] is not in conflict with
(43)
(44)
(45)
(46)
See, Wickard v. Filburn, 317 U.S. 111, 1942, (upholding the application of the Agricultural Adjustment Act to
the growing of wheat within a single state for home consumption).
(47)
471
agreements or attributing to them less force or validity than other contracts. Where
state law is preempted, state as well as
federal courts are expected to apply the
federal statute.
The leading case is Southland Corp.
v. Keating(49). A California statute enacted
for the protection of franchisees was
interpreted by state courts to make
p r e-dispute arbitration agreements
unenforceable and thus to require judicial consideration of any claims brought
by franchisees; the state courts therefore
refused to enforce a provision in a franchise
agreement to arbitrate such claims. The
Supreme Court held that the state statute
violated the Supremacy Clause of the U.S.
Constitution. In the FAA (section 2 of
which makes arbitration agreements valid,
irrevocable, and enforceable), Congress
had declared a national policy favoring
arbitration and withdrew the power of the
states to require a judicial forum for the
resolution of claims which the contracting
parties agreed to resolve by arbitration.
Federal policy therefore required that
arbitration agreements be placed upon
the same footing as other contracts(50).
Other cases have confirmed this limitation
on state power(51).
(48)
It is inevitable that there will be occasional state decisions that demonstrate that there are at least some
limits that are thought to be imposed by the FAAs requirement that a transaction involve interstate
commerce. In Porter & Clements, L.L.P. v. Stone, 935 S.W.2d 217 (Tex. App. 1996), two Texas residents
hired a Texas law firm to represent them in a suit brought in Texas against Sams Wholesale Clubs, a
Delaware corporation with headquarters in Arkansas. The suit concerned the plaintiffs right to operate hot
dog carts at Sams locations throughout the country. The suit failed, and the plaintiffs later brought a claim
against the law firm, alleging that the firm had misrepresented to them the potential for recovery in the suit
against Sams, leading them to reject a settlement offer. Although the fee agreement between the firm and
the clients contained an arbitration clause, the court held that the case did not come within the FAA. Even
if correctly decided - which is itself a dubious proposition - Porter G. Clements is at best a limiting case.
(49)
(50)
Loc. cit.
(51)
See, e.g., Perry v. Thomas, 482 U.S. 483, 1987, (state statute barring arbitration of employee claims for
payment of wages is invalid); Allied-Bruce Terminix Cos., Inc. v. Dobson, 513 U.S. 265, 1995, (state statute
472
making all predispute arbitration agreements unenforceable is invalid); Doctors Associates, Inc. v. Casarotto,
517 U.S. 681, 1996, (state statute requiring prominent notice on the first page of every contract subject to
arbitration is invalid); see, also Securities Industry Assn. v. Connolly, 883 F.2d 1114 (1st Cir. 1989) (state
regulations prohibited securities firms from requiring customers to sign a predispute arbitration agreement
as a condition to opening an account; held, regulations are patently inhospitable to arbitration and are
thus invalid); Saturn Distribution Corp. v. Williams, 905 F.2d719 (4th Cir. 1990) (state statute barred
nonnegotiable arbitration provisions in contracts between automobile manufacturers and dealers; held,
statute prohibiting such agreements places greater restrictions upon arbitration than the state places
upon other contractual terms and is thus invalid).
(52)
See, e.g., Ferro Corp. v. Garrison Industries, Inc., 142 F.3d 926,936 (6th Cir. 1998) (applying the federal
rule of separability despite a choice-of-law clause calling for the application of Ohio law; since the relevant provisions of state law and the FAA appear to conflict, the state law is pre-empted; only if the choiceof-law clause had constituted an unequivocal inclusion of the state rule which it did not could the
issue have been preserved for judicial determination); In re L&L Kempwood Associates, 9 S.W.3d 125 (Tex.
1999) (arbitration clause provided that the contract was to be governed by the law of the place where the
Project is located; held, since the clause did not specifically exclude the application of federal law, it would
not be read to have that effect: Houston, where the apartment renovation project was located, is subject to
federal law as well as Texas law).The notion that state arbitration law which is at odds with the dictates of
the FAA can be reintroduced through the device of a choice-of-law clause has been steadily eroding, and is
being increasingly ignored. Alan Scott Rau, Does State Arbitration Law Matter at All?, in ADR and the Law
199,207 (15th ed. 1998). In short, the strong default presumption is that the FAA, not state law, supplies
the rules for arbitration, Sovak v. Chugai Pharmaceutical Co., 280 F.3d 1266, 1269 (9th Cir. 2002).
A decision that is apparently to the contrary is Security Ins. Co. of Hartford v. TIG Ins. Co., 360 F.3d 322 (2d
Cir. 2004). In the most wooden and conceptualistic opinion imaginable, the Second Circuit acknowledged
that it too had routinely rejected the argument that a general choice-of-law provision without more evidences
the parties intent to incorporate [state] decisional law on the allocation of powers between the court and the
arbitrator.
Nevertheless it concluded that a California statute, which permits a court to stay a pending arbitration
where one of the parties is also a party to pending litigation arising out of the same transaction, was
captured by a contractual choice of- law provision since the state statute does not limit the rights of the
parties to arbitrate particular issues or the arbitrators power to resolve the dispute.
(53)
See, e.g., Ford v. NYLCare Health Plans of the Gulf Coast, Inc., 141 F.3d 243, 250 n.7 (5th Cir. 1998).
473
(54)
Rosenthal v. Great Western Financial Securities Corp., 926 P2d 1061 (Cal. 1996) (the provisions of 4 of
the FAA calling for a jury trial on the issue of the existence of an arbitration agreement, do not apply in state
courts, even in a case governed substantively by the FAA).
(55)
Batton v. Green, 801 S.W.2d 923 (Tex. App. 1990); see also Jack B. Anglin Co., Inc. v.Tipps, 842 S.W.2d
266 (Tex. 1992); Weston Securities Corp. v. Aykanian, 703 N.E.2d 1185 (Mass. App. 1998) (There is no
reason to suppose that the timing of the exercise of the right of appeal from an order compelling arbitration
is other than a procedural matter which does not alter the substantive rights of either party - the right of
[claimant] not to be bound by an illegal award, and the right of the defendants to enforce a binding agreement
to arbitrate).
474
(56)
See, e.g.,Texas International Commercial Arbitration and Conciliation Act,Tex. Civ. Prac. & Rem. Code,
pp. 172.145(b) (1)(B).
(57)
See, e.g., New England Energy Inc. v. Keystone Shipping Col, 855 F.2d 1 (1st Cir. 1988) (state statute
provided that a party aggrieved by the failure or refusal of another to agree to consolidate one arbitration
proceeding with another or others, for which the method of appointment of the arbitrator or arbitrators is the
same () may apply to the superior court for an order for such consolidation); held, consent is not a
prerequisite to application of the [state] consolidation statute, which is not preempted by federal law);
Revised Uniform Arbitration Act. 10 (court may order consolidation of separate arbitration proceedings
unless the agreement prohibits consolidation).
(58)
(59)
15 U.S.C., p. 1012(b).
475
(60)
Munich American Reinsurance Co. v. Crawford, 141 F.3d 585 (5th Cir. 1998) (Oklahoma has formulated a
complex and comprehensive scheme of insurance regulation that contains the Uniform Insurers Liquidation
Act and that vests state district courts with exclusive original jurisdiction over all delinquency proceedings
involving insolvent insurance companies; held, petition to compel arbitration was properly dismissed).
(61)
(62)
(63)
More accurately, where the parties are (1) citizens of different States; (2) citizens of a State and citizens or
subjects of a foreign state; (3) citizens of different States and in which citizens or subjects of a foreign state
are additional parties; and (4) a foreign state as plaintiff and citizens of a State or of different States. Note
that diversity jurisdiction is not present where a suit is exclusively between foreign nationals. Nor is it
present where one American citizen has been joined in a suit with aliens on each side, i.e., Alien A v.
Minnesota citizen and Alien B. However, federal jurisdiction will be present in a suit in the form Alien A and
Delaware citizen v.Alien B and Minnesota citizen.
(64)
476
(65)
Moses H. Cone Memorial Hosp. v. Mercury Const. Corp., 460 US. 1.25 n.32 (1983). Section 4 of the FAA
(which mandates courts to compel arbitration) explicitly states that a request for an order to compel may be
made to any United States district court which, save for [the arbitration] agreement, would have jurisdiction,
in a civil action or in admiralty of the subject matter of a suit arising out of the controversy between the
parties. (emphasis added). Section 3 (which mandates a stay of a pending lawsuit in favor of arbitration)
also necessarily presupposes that there must have been some jurisdictional basis for the pending action.
13B Federal Practice and Procedure: Jurisdiction 3569, at 171 (C.A.Wright,A. Miller, & E. Cooper eds., 2d
ed. 1984).And the prevailing view seems to be that independent jurisdictional grounds must also be present
before federal courts may grant orders under 9 (confirming arbitral awards) or 10 of the Act (vacating
arbitral awards). Id. See also Wis. Commissioner of Ins. v. Cal. Reinsurance Management Corp., 819
F.Supp. 797 (E..D.Wis. 1993) ( 9 of the FAA does not create subject matter jurisdiction in federal courts for
motions to confirm arbitration awards); Garrett v. Merrill Lynch, Pierce, Fenner & Smith, Inc., 7 F.3d 882 (9th
Cir. 1993) ( 10 does not confer federal jurisdiction); Kasap v. Folger Nolan Fleming & Douglas, Inc., 166
F.3d 1243,1246-477 (D.C. Cir. 1999) (the argument that 10 confers federal jurisdiction for motions to
vacate awards has been uniformly rejected); Baltin v. Alaron Trading Corp., 128 F.3d 1466 (I lth Cir. 1997)
(collecting cases).
(66)
Commercial Metals Co. v. Bafour, Guthrie, & Co., Ltd., 577 F.2d 264 (5th Cir. 1978).
(67)
Doctors Associates, Inc. v. Distajo, 66 F.3d 438 (2d Cir. 1995) (a district court should not consider the
citizenship of strangers to the arbitration contract).
(68)
U.S.C., p. 1441.
477
(69)
13B Federal Practice and Procedure: Jurisdiction, supra note 65, 3569, at 173. See, also 14A id. At, p. 3712
(Interest and Costs).
(70)
See, Doctors Associates, Inc. v. Hollingworth, 949 F.Supp. 77, 82 (D. Conn.1996) (petition to compel
arbitration under 4); CIGNA Healthcare of St. Louis, Inc. v. Kaiser, 181 F.Supp.2d 914, 923 (N.D. Ill. 2002)
(we can look at what [claimants] stand to win in an arbitration, what [respondent] stands to lose in an
arbitration or a combination thereof); Americas Moneyline, Inc. v. Coleman, 360 F. 3d 782 (7th Cir. 2004)
(the appropriate focus is the stakes of the underlying arbitration dispute; the court rejected the contention
of the party seeking to compel arbitration that the value of the litigation was the value of enforcing the
Arbitration [clause] and thereby avoiding having to finance an expensive class action in state court).
A somewhat broader view of the stakes- beyond the quantum of a possible award - is suggested in Judge
Keetons opinion in Richard C.Young & Co., Ltd. v. Leventhal, 298 F.Supp.2d 160 (D. Mass. 2003). Here,
the claimant had instituted an arbitration against the respondent in California; the respondent sought to
enjoin the California arbitration and to compel arbitration in Massachusetts pursuant to an alleged forumselection clause in the contract.
The court defined the amount in controversy to include (a) the amount in dispute in the underlying
arbitration (which was U.S.$59,703), plus (b) the costs to the respondent, including lost revenue, of arbitrating
in California, minus (c) the costs that the respondent would in any event have to incur in order to arbitrate
in Massachusetts. The court could not conclude to a legal certainty that the amount in controversy would
not total more than U.S.$75,000, and so concluded that it had jurisdiction.Where the subject of the suit is
not the location of the arbitration, but the very obligation to arbitrate in the first place, the author is not aware
of any court that has attempted to quantify the respective costs of arbitration and litigation.
(71)
132 F.3d 1203 (7th Cir. 1998). See, also In the Matter of the Arbitration between Marcy Lee Mfg. Co. &
Cortley Fabrics Co., Inc., 354 F.2d 42 (2d Cir. 1965) (the arbitrators would not have to respect the rule
disallowing legal expenses incurred in enforcing indemnity claims).
(72)
In class actions it is the amount per plaintiff that matters, rather than the aggregate stakes for all plaintiffs:
Many small claims cannot be aggregated to reach the U.S.$75,000 threshold. However, if the stakes had
exceeded U.S.$75,000 for at least one franchisee, then others might have been brought into federal court
under the supplemental jurisdiction of 28 U.S.C., 1367 (in any civil action of which the district courts have
original jurisdiction, the district courts shall have supplemental jurisdiction over all other claims that are so
related to claims in the action within such original jurisdiction that they form part of the same case or
controversy).
478
(73)
Lindland v. United States of Am.Wresthng Assoc., Inc., 230 F.3d 1036 (7th Cir. 2000). From this perspective
an unusual and, I think, incorrectly decided case is Fidelity Warranty Services, Inc. v. Kidd, 45 F.Supp.2d
1284 (N.D. Ala.), affd, 196 F.3d 1262 (11th Cir. 1999). The court here held that there was no subject matter
jurisdiction when the defendant in a pending state court suit came into federal court seeking to compel
arbitration of the claim against it. The court looked at the matter from the plaintiffs viewpoint alone - and
found it no more than wishful jurisdictional thinking to say that the plaintiffs right to have the claim against
it decided by an arbitrator - rather than by a court and jury was worth more than U.S.$75,000; it may be
that an arbitrator would give [the original claimant] more than $75,000 less than a court and jury would give
him, but how can anybody know?
(74)
See, Baltin v. Alaron Trading Corp., 128 F.3d 1466 (11th Cir. 1997) (in these circumstances, diversity
jurisdiction did not exist because it was a legal certainty that the amount in controversy was less than the
jurisdictional amount; the maximum remedy sought by [respondents] was the vacatur of the arbitration
award of $36,284.69).
(75)
See, Luong v. Circuit City Stores, Inc., 356 F.3d 1188 (9th Cir. 2004) (no federal jurisdiction to hear a
challenge to an arbitration award of zero dollars; jurisdiction should not turn on contingencies [sic] such
as the position of the party moving to vacate or the potential for rehearing with a larger recovery; there
is merit to a rule that is clear and applicable across the board); see also Goodman V. CIBC Oppenheimer
& Co., 131 F.Supp.2d 1180 (C.D. Cal. 2001) (claimant originally sought U.S.$3 million in damages but
arbitration panel awarded him only U.S. $74,000; held, claimants motion to vacate denied; the amount in
controversy is equal to the arbitration award regardless of the amount sought in the underlying arbitration).
A much more sensible opinion, by contrast, is that of Judge Posner in Sirotzky v. NewYork Stock Exchange,
347 F.3d 985 (7th Cir. 2003). Here, the claimant had sued to vacate an adverse arbitral award; the respondent
had removed to federal court but the case was later remanded. The claimant requested an award of the
attorneys fees that she had incurred in getting the case remanded to state court, but the Seventh Circuit
held that these fees had been properly denied: Not only had she behaved frivolously - justifymg a denial
of attorneys fees otherwise presumptively available - but in addition, the remand itself was improper in the
first place, so that the claimant cannot get to first base with her claim for an award of fees. This alternative
holding is the key to the discussion here: When the claimant sought to set aside the arbitral award in the
respondents favor, the natural assumption after all was that she was doing so so that she could get
another shot at the $242,000 that she claimed were the damages caused her by (respondents) alleged
breach of contract; why did she also ask the state court to vacate the arbitral award () unless she
wanted another crack at (the respondent)?
479
Federal jurisdiction also appears to exist where the total amount at stake in an arbitration exceeds U.S.
$75,000, but the proceedings are bifurcated, and a partial award is made in a lesser amount. If enforcement
proceedings are brought as to the partial award, the amount in controversy will be measured by the amount
at stake in the entire arbitration since any other rule would impose a penalty () on the use of procedural
devices such as bifurcation, devices meant only to simple and expedite proceedings. Bull HN Information
Systems, Inc. v. Hutson, 229 F.3d 321 (1st Cir. 2000).
(76)
(77)
43 U.S.C., p. 1349(b)(1).
(78)
CJ: Rocket Jewelry Box, Inc. v. Noble Gift Packaging, Inc., 986 F.Supp. 231 (S.D.N.Y. 1997), vacated in part
and affirmed in part, 157 F.3d 174 (2d Cir. 1998) (district court had supplemental jurisdiction to confirm
arbitral award arising out of license agreement, because a patent infringement action between the parties
was still pending before the court, and the two claims are so tightly interwoven that the patent infringement
claims cannot be resolved without also considering claims arising under the license agreement).
(79)
Prudential-Bache Securities, Inc. v. Fitch, 966 F.2d 981 (5th Cir. 1992).To the same effect, see Westmoreland
Capital Corp. v. Findlay, 100 F.3d 263 (2d Cir. 1996) (investors initiated arbitration proceeding against
480
b.International cases
i) New York and Panama Conventions.
It is important to note that the
situation with respect to federal
jurisdiction is dramatically different in
cases governed by the New York
Convention or by the Panama
Convention(83). Such cases are always
deemed to arise under federal law. In
consequence, federal courts will always
have subject matter jurisdiction in such
cases without regard to any diversity of
citizenship or the amount in
controversy(84). Defendants in state court
are given the right to remove cases falling
under the New York Convention to federal
court(85). And on the assumption that
investment advisor, alleging violations of the Exchange Act, and the investment advisor sought an order
enjoining the arbitration; held, federal question jurisdiction is lacking; the FAA does not confer such jurisdiction
where the claim of jurisdiction is based merely on the federal character of the underlying dispute in
arbitration). See also Gibraltar, PR., Inc. v. Otoki Group, Inc., 104 F.3d 616 (4th Cir. 1997) (dispute between
two parties to a joint venture agreement over the ownership of certain trademarks; held, court lacked
jurisdiction over a motion to compel arbitration; the Lanham Act does not confer jurisdiction simply because
the subject in dispute is a trademark. In essence, this case is a contract dispute between the two companies
over the ownership of property).
(80)
Greenberg v. Bear, Stearns & Co., 220 F.3d 22 (2d Cir. 2000) (federal courts have a strong interest in
ensuring that arbitrators interpret and apply federal law properly, and this interest seems to be far greater
than the federal interest implicated by a petition to compel arbitration under, 4).
(81)
See, e.g., Halligan v. Piper Jaffay, Inc., 148 F.3d 197 (2d Cir. 1998) (arbitrators denied claim for violation of
the Age Discrimination in Employment Act without any explanation or rationale; held, in view of the strong
evidence that (claimant) was fired because of his age and the agreement of the parties that the arbitrators
were correctly advised of the applicable legal principles, we are inclined to hold that they ignored the law or
the evidence or both); cf. Westerbee Corp. v. Daihatsu Motor Co., Ltd., 304 F.3d 200 (2d Cir. 2002) (in
reviewing arbitral award, district court should have analyzed whether (New York cases) clearly and explicitly
foreclose an award of expectancy damages as a remedy for the breach of a duty to refrain h m thwarting the
occurrence of a condition precedent; after lengthy discussion, the Second Circuit concludes that they do
not).
(82)
See, SCOTT RAU, Alan, The New York Convention in American Courts, en: 7 Am. Rev. Intl Arb., pp. 213237-239 (1996) (manifest disregard of the law is an empty category; vacatur on this ground will hardly
ever happen in our lifetimes). In most federal courts it should be sufficient simply to note that the allegations
of the party seeking vacatur cannot possibly satisfy the rigid requirements of this ground of attack. Luong
v. Circuit City Stores, Inc., supra note 75,356 F.3d at 1195.
(83)
Inter-American Convention on International Commercial Arbitration, Jan. 30, 1975, ORG. AM ST. T.S. 42
(entered into force Jun. 16, 1976) (hereinafter Panama Convention).
(84)
(85)
9 U.S.C. p. 205. Federal law, which will govern the question of party status for this purpose, generally holds
that the plaintiff for the purposes of removal is the party who has asked for judicial intervention and not
481
the party which initiated arbitration, see Certain Underwriters at Lloyds v. Bristol-Myers Squibb Co., 51
ESupp.2d 756 (E.D. Tex. 1999).
(86)
Caringal v. Karteria Shipping, Ltd., 108 F.Supp.2d 651,654 (E.D. La. 2000).
(87)
Thus: In most removal cases all properly joined defendants must timely file for, or at least consent to, a
notice of removal; by contrast, it is not necessary in Convention c ases under 205 that all defendants
consent to removal: Foreign businesses who understand that their access to federal courts can be denied
by one local party defendant are likely to think carefully before contracting with an American business.
Acosta v. Master Maintenance & Construction, Inc., 52 F.Supp.2d 699 (M.D. La. 1999).
In most cases a proceeding can be removed by defendants to federal court only within 30 days of receiving
the initial pleading; by contrast, under 205 a case under the Convention can be removed at any time
before the trial, although even before trial some notions of timeliness may still come into play, and removal
may be disallowed if a defendant is held to have waived his right to removal by engaging in substantial
litigation in state court proceedings; see Certain Undewriters at Lloyds, supra note 85 (although 205
may have been enacted to facilitate removal of cases coming under the Convention, it certainly was not
designed to enable parties to invoke the jurisdiction of the state court and willingly proceed with discovery
and trial only to remove when the first bite of what appears to be a ripe apple turns out in fact to be
extremely sour).
The right to remove cases from state to federal court may also as a general matter be waived in
predispute agreements: Parties to contracts are given considerable freedom in agreeing in advance as
to where they will litigate, and in the usual case, alleged waivers in predispute agreements are interpreted
using the usual benchmarks of contract construction. By contrast, however, it has been held in Convention
cases that a contractual predispute waiver of the right to remove to federal court is not favored and so
to be effective, such a waiver must be express and explicit, clear and unambiguous. McDermott
Intl, Inc. v. Lloyds Underwriters of London, 944 F.2d 1199 (5th Cir. 1991); Suter v. Munich Reinsurance
Co., 223 F.3d 150 (3d Cir. 2000) (Given the historical hostility of state courts to arbitration, it can be
argued that doubts concerning waiver of removal rights under the Convention Act should be resolved in
favor of the federal forum).
(88)
See, e.g., Bergesen v. Joseph Muller Corp., 710 E2d 928 (2d Cir. 1983) (charterparty between Norwegian
shipowner and Swiss charterer involved transportation of chemicals between the United States and Europe,
and called for arbitration in New York); Trans Chemical Ltd. v. China Natl Machinery Import & Export Corp.,
978 F.Supp. 266, 292-97 (S.D.Tex. 1997), affd, 161 F.3d 314 (5th Cir. 1998) (contract between Pakistani
corporation and Chinese corporation for construction of plant in Pakistan; arbitration took place and award
rendered in Texas).
482
(89)
(90)
See, Lander Co., Inc. v. MMP Investments, Inc., 107 F.3d 476 (7th Cir. 1997) (agreement between two
American companies by which one was to become the exclusive distributor of the others products in
Poland); Fuller Co. v. Compagnie des Bauxites de Guinee, 421 F.Supp. 938 (W.D.Pa.1976) (contract between
two American companies for the design and installation of a plant in Guinea).
(91)
Foreign states is defined to include an agency or instrumentality of a foreign state. 28 U.S.C., 1330(a).
Personal jurisdiction also exists whenever there is subject matter jurisdiction under this section, as long as
proper service of process has been made. 1330(b).
(92)
(93)
See, Seetransport Wiking Trader Schiffarhtsgesellschaft MBH & Co. v. Navimpex Centrala Navala, 989
F.2d 572,578-79 (2d Cir. 1993) (reviewing authority).
(94)
See, Restatement,Third, Foreign Relations Law of the United States 456 comment d (the question is still
open under international law () whether an agreement to arbitrate waives immunity from the jurisdiction
of the courts only at the place chosen as the arbitration site, or is worldwide); Creighton Ltd. v. Govt. of the
State of Qatar, 181 F.3d 118 (D.C. Cir. 1999) (agreement to arbitrate in France did not constitute an implicit
waiver of sovereign immunity, but U.S. court had subject matter jurisdiction under 1988 amendments even
though they were added to the statute after the contract was signed).
483
(95)
(96)
Trans Chemical Ltd. v. China Natl Machinery Import & Export Corp., 978 F.Supp. 266, 291 (S.D. Tex.
1997), affd per curiam, 161 F.3d 314 (5th Cir. 1998); International Ins. Co. v. Caja Nacional de Ahorro y
Seguro, 293 F.3d 392, 397 (7th Cir. 2002) (By agreeing to a contract designating Chicago, Illinois as the
site of arbitration, even if it is a foreign instrumentality, Caja waived its immunity in a proceeding to confirm
the arbitral award).
(97)
Monegasque de Reassurances S.A.M. v. Nak Naftogas of Ukraine, 311 F.3d 488, 497 (2d Cir. 2002).
484
(98)
Gulf Oil Corp. v. Gilbert, 330 U.S. 501, 508 (1947).Where the more convenient forum is another federal
district court, mention should also be made of the federal change of venue statute, 28 U.S.C. 1404(a): As
an alternative to dismissal, a federal court may transfer any action to any other district where it might have
been brought for the convenience of parties and witnesses, in the interest of justice. This statute is in a
sense a codification of the doctrine doctrine of forum non conveniens; to say that the alternative tribunal
must be one where the action might have been brought, is to say that the plaintiff would have had the right
to bring the action there, the venue being otherwise proper and personal jurisdiction being present.
(99)
(100)
Ibidem.
(101)
(102)
(103)
See, also Great Prize, S.A. v. Mariner Shipping Pty., Ltd., 967 F.2d 157 (5th Cir. 1992) (creditor obtained writ
of attachment and garnishment, and court dismissed on forum non conveniens grounds after requiring the
parties to agree to submit to the jurisdiction of Australian courts; held, affirmed; this countrys only nexus
with the litigation is the fortuity of a vessels temporary location within its boundaries).While the opinion in
Great Prize is not as clear as might be desired, the time charter in that case may have provided for arbitration
485
in England; see Linea Naviera de Cabotaje, C.A. v. Mar Caribe de Navegacion, C.A., 169 F.Supp.2d 1341,
1351 (M.D. Fla. 2001).
(104)
Monegasque de Reassurances S.A.M. v. Nak Naftogas of Ukraine, 311 F.3d 488 (2d Cir. 2002).
(105)
Cf. Melton v. Oy Nautor AB, 1998WL 613798 (9th Cir.) at 2 (Tashima, J., dissenting) (The Gulf Oil analysis
simply does not apply to proceedings to enforce an arbitration award; [i]n most cases, petitions to confirm
arbitration awards are routinely handled as motions on the motions calendar).
(106)
(107)
(108)
See, e.g., Texas General Arbitration Act, Tex. Civ. Prac. & Rem. Code 171.081.
486
(109)
See, e.g., L.R. Foy Const. Co., Inc. v. Dean L. Dauley & Waldorf Associates, 547 F.Supp. 166 (D. Kan.
1982) (action to compel arbitration; while the contract does not state specifically that arbitration is to be
held in Kansas, it does provide that arbitration is to be in accordance with the Construction Industry Arbitration
Rules of the AAA, and such rules provide that the determination of the location of arbitration, when the
location is in dispute, shall be made by the AAA).
(110)
Cf: State ex rel. Tri-City Const. Co. v. Marsh, 668 S.W.2d 148 (Mo. App. 1984) (parties made an agreement
in Kansas to arbitrate under the provisions of the Kansas Arbitration Act but did not specify the actual
location of their arbitration; they later appeared and participated in arbitration in Missouri; held, the
jurisdiction [to confirm the award] should lie in the Missouri courts where the parties by common assent
undertook to arbitrate).
Where a contract does explicitly provide for arbitration to take place in one state, but the parties choose
instead to arbitrate in another, the situation remains rather murky. In one complex litigation, the parties
agreement had provided for arbitration in Indiana, but - for the convenience of the three Chicago attorneys
named as arbitrators the parties later agreed to conduct the proceedings in 1llinois.The lower courts of
Illinois happened to be the first to rule on the validity of the award. See Northern Indiana Commuter Transp.
Dist, v. Chicago Southshore & South Bend R.R., 685 N.E.2d 680,695-96 (Ind. 1997) (deferring to the Illinois
confirmation, but suggesting that it might still have had concurrent jurisdiction to confirm or vacate the
award had it been asked to do so earlier). Cf. Chicago Southshore & South Bend R.R. v. Northern Indiana
Commuter Transp. Dist., 703 N.E. 7, 10 (Ill. 1998) (same case; held, no subject matter jurisdiction in Illinois
courts; seeming to assume that the jurisdiction of one state necessarily excluded the jurisdiction of another,
the court noted that although the parties had in practice consented to arbitration in Illinois, their agreement
to confer jurisdiction on Indiana had never been formally modified).
(111)
In Artrip v. Sarnons Constr., Inc., 54 S.W.3d 169 (Ky. App. 2001), a Kentucky court had stayed litigation in
favor of arbitration; while the contract said nothing at all about the place of arbitration the parties, for
purposes of convenience, chose to arbitrate in Ohio. It was held that the courts of Kentucky did not have
jurisdiction to enforce the award. But cf. K.P. Meiring Construction, Inc. v. Northbay I & E, Inc., 761 So.2d
1221 (Fla. App. 2000) (contract provided that it would be governed by Florida law but that if the parties can
not agree on a forum, the forum shall be Indianapolis, Indiana; held, the claimants obstinate refusal to
agree to any forum violates the duty of good faith and fair dealing in performance and enforcement of
contracts, and so the clause requiring arbitration in Indianapolis is a nullity and is severable; a stay
pending arbitration should be entered under Florida law).
(112)
See, e.g., Texas International Arbitration & Conciliation Act, Tex. Civ. Prac. & Rem. Code 172.001(b)
(with the two following exceptions, Act applies only to arbitration in this state), 172.174 (stay of pendmg
judicial proceedings), 172.175 (interim measures of protection before or during an arbitration).
487
(113)
For example, the Revised Uniform Arbitration Act provides in 8 that before an arbitrator is appointed and
is authorized and able to act, the court, upon motion of a party to an arbitration proceeding and for good
cause shown, may enter an order for provisional remedies to protect the effectiveness of the arbitration
proceeding to the same extent and under the same conditions as if the controversy were the subject of a
civil action. See also Texas General Arbitration Act, Tex. Civ. Prac. & Rem. Code 171.086; California
International Commercial Arbitration & Conciliation Act, Cal. Code Civ. Pro. pp. 1297.91-.93, 1297.171.
(114)
See, e.g., Langston v. National Media Corp., 617 A.2d 354 (Pa. Super. 1992) (preliminary injunction directing respondents to deposit in escrow that portion of the petitioners salary to which she would be entitled
under her employment agreement, and to pay their share of the arbitration administrative fees).
(115)
Merrill Lynch, Pierce, Fenner & Smith, Inc. v. McCollum, 469 U.S. 1127 (White, J., dissenting from denial of
certiorari).
(116)
Merrill Lynch, Pierce, Fenner & Smith, Inc. v. Bradley, 756 F.2d 1048 (4th Cir. 1985); see also Merrill Lynch,
Pierce, Fenner & Smith, Inc. v. Salvano, 999 F.2d 211, 214 (7th Cir. 1993). See, e.g.,Teradyne, Inc. v.
Mostek Corp.,797 F.2d 43 (1st Cir. 1986) (order which has the attributes of both an attachment and an
injunction, preventing debtor from disposing of U.S.$4 million of its assets and directing it to set the amount
aside in an interest-bearing account to satisfy any arbitration award).
(117)
Cf: S & R Co. of Kingston v. Latona Trucking, Inc., 159 F.3d 80, 85 (2d Cir. 1998) (AAAs Commercial
Arbitration Rules provide that [n]o judicial proceeding by a party relating to the subject matter of the arbitration
shall be deemed a waiver of the partys right to arbitrate; held, this rule applies only to provisional remedies
such as attachment and injunctions in aid of arbitration, and does not allow a party to switch course after
actively participating in protracted litigation of an arbitrable dispute).
488
(118)
See, e.g., Merrill Lynch, Pierce, Fenner & Smith, Inc. v. Hovey, 726 F.2d 1286 (8th Cir. 1984) (injunction
against former employees to prevent them from using Merrill Lynchs records and from soliciting Merrill
Lynch clients denied); Pruco Securities Corp. v. Montgomery, 264 F.Supp.2d (D.N.D. 2003) (similar injunction
denied; the parties expect that an arbitration hearing will be held shortly, and it constitutes an abuse of
discretion on the part of a district court to grant injunctive relief when the matter is pending before an
arbitration panel; although the great weight of federal circuit court authority favors consideration of injunctive
relief, the law in the Eighth Circuit Court of Appeals does not); Galtney v. Underwood Neuhaus & Co., 700
S.W.2d 602 (Tex. App. 1985) (a stay is the only permissible action the trial court may take in a transaction
governed by the FAA, and all judicial proceedings relating to the arbitrable dispute must cease).
(119)
Manion v. Nagin, 255 F.3d 535 (8th Cir. 2001) (emphasis added).
(120)
RGI, Inc. v.Tucker & Associates, Inc., 858 F.2d 227 (5th Cir. 1988) (subcontract provided that in the event of
arbitration, this Subcontract shall continue in full force and effect until [the arbitrators] decision is rendered;
held, [t]his bargained-for provision clearly contemplates that the status quo is to continue pending arbitration;
preliminary injunction reinstating the subcontract pending arbitration was justified); Peabody Coalsales
Co. v. Tampa Electric Co., 36 F.3d 46 (8th Cir. 1994) (agreement provided that performance () shall be
continued in full by the parties during the dispute resolution process; held, an order under 4 of the FAA
compelling arbitration in accordance with the terms of the agreement must necessarily include an order
requiring continued performance; arbitration will not be delayed and the courts decision wi1lnot impact
the ultimate resolution of the underlying dispute because the court need only read the contract and order
arbitration according to its permissions).
(121)
Guiness-Harp Corp. v. Jos. Schlitz Brewing Co., 613 E2d 468 (2d Cir. 1980).
489
(122)
As noted above, the federal statute as originally enacted in 1925 now constitutes Chapter 1 of the FAA.
See text accompanying note 43 supra. Section 3 of this original statute provides that when a suit is brought
upon any issue referable to arbitration, the court in which such suit is pending must stay the trial of the
action until such arbitration has been had in accordance with the terms of the agreement. (emphasis
added). Section 4 provides in the converse case for a claimants remedy: a party who is aggrieved by the
alleged failure, neglect, or refusal of another to arbitrate under a written agreement for arbitration may
petition a court for an order directing that such arbitration proceed in the manner provided for in such
agreement.
(123)
442 N.E.2d 1239, 1242-43 (N.Y. 1982); see also McCreary Tire & Rubber Co. v. CEAT S.p.A., 501 F.2d
1032 (3rd Cir. 1974) (pre-arbitration attachment is not available in Convention cases because it seeks to
bypass the agreed upon method of settling disputes).
(124)
See, also Contichem LPG v. Parsons Shipping Co., Ltd., 229 F.3d 426 (2d Cir. 2000) (New York statute,
which permits an order of attachment or a preliminary injunction in connection with an arbitrable controversy,
is available only for domestic arbitrations; although the statute was enacted after Cooper, it was not
intended to eviscerate Cooper); Drexel Burnham Lambert Inc. v. Ruebsamen, 531 N.Y.S.2d 547 (A.D.
1988) (despite New York statute, Cooper is dispositive here, since New York Convention applies; prearbitration attachment is therefore not available). For the New York statute in question, see infra note 179.
490
(125)
BORN, Gary B., International Commercial Arbitration, 945 (2d ed. 2001). In Cooper, the defendant had
demanded arbitration in Switzerland pursuant to the agreement between the parties, and the plaintiff
while its application for a stay of the arbitration was pending began an action for a money judgment; in
aid of this action, he procured an ex parte attachment of a debt owed by a third party to the respondent. The
attachment was vacated. See also Borden, Inc., v. Meiji Milk Prods. Co., Ltd., 919 F.2d 822, 826 (2d Cir.
1990) (distinguishing the Cooper line of cases; in the instant case, far from trying to bypass arbitration,
Borden sought to have the court compel arbitration).
(126)
See, eg., Drexel Burnham Lambert Inc. v. Ruebsamen, 531 N.Y.S.2d 547 (A.D. 1988) (the claimant sought
an order of attachment pending arbitration to provide security for its claim against the respondent; held, all
the requirements for activating the U.N. Convention are present here, and therefore the court is constrained by [Cooper] to find that prearbitration attachment is not available to the claimant); Metropolitan World
Tanker Corp. v. PN. Pertambangan Minjakdangas Bumi Nasional, 427 F.Supp. 2 (S.D.N.Y. 1975) (both
plaintiffs and defendants seem clearly amenable to the commencement of arbitration and have asked this
court to make an order to that effect; to allow a resort to attachment before such proceedings would seem
to put an unnecessary and counterproductive pressure on a situation which could otherwise be settled
expeditiously and knowledgeably in an arbitration context).
(127)
CRAIG, W. Laurence, et al., International Chamber of Commerce Arbitration N 27.04, at 483-484 (3d ed.
2000); Van Den Berg, A., The New York Arbitration Convention of 1958: Towards a Uniform Judicial Interpretation 143 (1981) (there is almost no [national] law which does not permit that a court be requested to
order attachment as a provisional remedy in aid of arbitration).
(128)
The circuits divide into an ambiguous three-way split: (1) The First, Third, Fourth, Eighth and Tenth Circuits
are either in or leaning towards [the Cooper and McCreary cases]; (2) the Fifth, Sixth and Ninth Circuits
either adhere or are sympathetic to [the contrary position]; and (3) the Second and Seventh Circuits have,
arguably, articulated conflicting understandings of the law. The Eleventh and D.C. Circuits present clean
slates, not having considered the issue. Charles H. Brower, 11, What I Tell You Three Times is True: U. S.
Courts and Re-Award Interim Measures under the New York Convention, 35 Va. J. Intl L. 971,997 (1995).
491
(129)
However, the court ultimately dismissed the application for a preliminary injunction on forum non conveniens
grounds, adding, however, that the plaintiff might reapply for the preliminary injunction in federal court if
the Japanese court does not decide [its] application [for such relief] within 60 days after it is submitted.
Borden v. Meiji Milk Products Co., Ltd., 919 F.2d 822 (2d Cir. 1990).
(130)
China Natl Metal Prods. Import/Export Co. v. Apex Digital, Inc., 155 F.Supp.2d 1174 (C.D. Cal. 2001) (agreement provided for arbitration in China; Article II(3) of the Convention does not deprive the court of subject
matter jurisdiction over this action and particularly to order provisional relief, e.g., a pre-arbitral award writ of
attachment pending reference to arbitration and pending the conclusion of the arbitration proceedings); see
also Tampimex Oil Ltd. v. Latina Trading Corp., 558 F.Supp. 1201 (S.D.N.Y. 1983) (attachment of defendants
property held in New York bank account in aid of London arbitration); cf: Atlas Chartering Services, Inc. v.
World Trade Group, Inc., 453 F.Supp. 861 (S.D.N.Y. 1978) (maritime attachment; a London arbitration can
proceed in an orderly fashion even though the defendants assets have been attached in New York as security
for any award rendered by the London panel); Venconsul N.V v. TIM Intl N.V., 2003 WL 21804833 (S.D.N.Y.)
(power to grant provisional remedies in aid of arbitration exists even where the request for remedies does not
accompany a motion to compel arbitration or to confirm an award).
See, also the current draft of a new artculo 17 ter to the UNCITRAL Model Law on International Comercial
Arbitration, A/CN.9/WGII/WP.125(October 2, 2003), 41 (General support was expressed in favour of a
provision that would give a court power to issue interim measures of protection, irrespective of the country
where the arbitration took place); compare text accompanying note 107 supra and text accompanying
note 134 inza (state statutes, modeled after the UNCITRAL Model Law, expressly make an exception to the
rule on territoriality in order to permit courts to issue interim measures of protection in aid of arbitrations
taking place in other jurisdictions).
(131)
(132)
I readily admits that I may be somewhat naive in my belief that a common law system is, over time, regularly
able to arrive at sensible results by gradually shedding obsolete or aberrant doctrine. Cf. TOM CARBONNEAU.
Le Tournoi of Academic Commentary on Kaplan:A Reply to Professor Rau, INTL ARB. REP. 1, 5 (April 1997)
492
(Rau draws considerable comfort and self-satisfaction from his faith in temperate and clever lawyerly
distinctions).
(133)
When asked to enforce the order of a foreign court in aid of arbitration, American courts would presumably
engage in some sort of process that would balance their desire to extend comity to foreign tribunals, the
policies represented by the local arbitration statute (for example, the need to withhold relief once an arbitral
panel is in place, out of deference to the decision makers chosen by the parties); and the administrative
difficulties of enforcement. In an attempt to reconcile these various policies the foreign-country decree may
be modified in the course of enforcement; cf. Cardenas v. Solis, 570 So.2d 996 (Fla. App. 1990) (in
Guatemalan divorce proceeding, a Guatemalan court entered an ex parte injunction freezing the husbands
bank accounts in Florida; the Florida court enforced the Guatemala decree at the wifes request, after
modifying it so as to freeze one half of the funds in the subject bank accounts the amount to which the
wife had laid claim in the Guatemalan Family Court). But compare Pilkington Brothers P.L.C. v. APG Industries
Inc., 581 F.Supp. 1039 (D. Del. 1984). Here, an English licensor had obtained from an English court an
interim injunctive order against its American licensee, prohibiting the licensee from copying or disclosing to
any third party any technical information or know-how obtained under the license. The licensor did not, in
the strict sense of the term, attempt to enforce this injunction in the United States, but it did seek a
preliminary injunction from a federal district court that wou1dexactly track the wording of the interim injunctive
order issued by the English court. This request was denied: The American court would wish to avoid being
put in the position of having to interpret and apply an injunction that had been drafted by a foreign court,
leading to inconsistent interpretations and inconsistent enforcement and a possible race to the courthouse;
in addition, requests by one of the parties to modify the continuing injunction would lead to confusion and
procedural tangles in the other jurisdiction.
See, generally Restatement, Second, of Conflicts, 102 (Existing authority does not warrant the making of any
definite statement as to the enforcement [in the United States of valid foreign nation decrees] that order the
doing of other kinds of acts [other than the payment of money] or that enjoin the doing of an act). It is also
extremely unclear whether the Hague Evidence Convention will have any application to requests by foreign
judicial authorities for assistance in obtaining evidence for use in an arbitration: The English text of artculo 1,
2 of the Convention (A Letter [of Request] shall not be used to obtain evidence which is not intended for use
in judicial proceedings, commenced or contemplated) would seem to exclude this possibility - although it has
been suggested that the Convention could possibly be used to obtain evidence located abroad for this
purpose; see Hague Conference on Private International Law, Special Commission Report on the Operation
of the Hague Service Convention and the Hague Evidence Convention, 28 I.L.M. 1556,1566-67 (1989).
(134)
California International Commercial Arbitration & Conciliation Act, Cal. Code Civ. Pro. 1297.91-.93, 1297.171.
See also Texas General Arbitration Act, Tex. Civ. Prac. & Rem. Code 171.086 (a)(3), which provides that a
court may restrain or enjoin the destruction of all or an essential part of the subject matter of the controversy;
or the destruction or alteration of books, records, documents, or other evidence needed for the arbitration.
(ii) that the threatened injury to him outweighs whatever damages the proposed injunction may cause the opposing party;
(iii) that it is substantially likely that he
will eventually prevail on the merits
of the dispute, and
493
(135)
(136)
(137)
Rogers, Burgun, Shahine & Deschler, Inc. v. Dongsan Construction Co., 598 ESupp. 754 (S.D.N.Y. 1984).
(138)
Haulage Enterprises Corp. v. Hempstead Resources Recovery Corp., 426 N.Y.S.2d 52 (A.D. 1980) (the
gravamen in this action is the respondents allegedly improper termination of the agreement between the
parties; held, it was error for the lower court to grant injunctive relief pending arbitration, preventing the
494
respondent from entering into any alternative agreement with a third party, since the claimant has failed to
establish irreparable injury and inadequacy of a legal remedy); see also Foxboro Co. v. Arabian American
Oil Co., 805 E2d 34 (1st Cir. 1986) (court refused a preliminary injunction to prevent the honoring of an
international letter of credit; the principal legally cognizable injury to [the plaintiff] is that it will have to seek
recovery of these sums through the contractually agreed upon forum. We do not find irreparable injury
where only money is at stake and where the plaintiff-has a satisfactory remedy at law to recover the money
at issue; international arbitration provides [the plaintiff an adequate remedy).
(139)
See, generally Douglas Laycock, The Death of the Irreparable Injury Rule 42-48,73-98 (1991). But cf.
Pritchard v. Dent Wizard Intl Corp., 275 F.Supp.2d 903, 919 (S.D. Ohio 2003) (claimant requested a
preliminary injunction enjoining the arbitration; held, although being compelled to participate in an arbitration
that is later determined to be unenforceable may be unfortunate, it does not constitute irreparable harm).
(140)
See, eg., Merrill Lynch, Pierce, Fenner & Smith v. Patinkin, 1991 WL 83163 (N.D. Ill.). In addition, in this
case the employee had been given a bonus when he joined (his new employer).
(141)
Merrill Lynch, Pierce, Fenner & Smith, Inc. v. McCollum, 666 S.W.2d 604, 609 (Tex. App. 1984) (held, under
FAA, trial court lacked authority to grant preliminary injunction pending arbitration). See Revised Uniform
Arbitration Act, 8, comment 2 (a determination as to the probability of success on the merits [flies] in the
face of the underlying philosophy of arbitration that the parties have chosen arbitrators to decide the merits
of their disputes).
495
(142)
Teradyne, Inc. v. Mostek Corp., 797 F.2d 43 (1st Cir. 1986); Kowalski v. Chicago Tribune Co., 854 F.2d 168,
171 (7th Cir. 1988) (The merits of the contract claim seem threadbare); cf. Tampimex Oil Ltd. v. Latina
Trading Corp., 558 F.Supp. 1201 (S.D.N.Y. 1983) (plains has demonstrated probability of success on the
merits; defendant appears to be in breach).
(143)
Hull Municipal Lighting Plant v. Massachusetts Municipal Wholesale Electric Co., 506 N.E.2d 140 (Mass.
1987); cf: James M. Wicks & Jennifer M. Mone, Courts Differ on Standard Applicable When Parties in
Arbitration Cases Seek Provisional Remedies, N.Y. State Bar 35 (September 2000) (the inquiry into the
merits for purposes of deciding a motion for provisional relief is merely a preliminary screening, which
would not intrude on the arbitrators authority).
(144)
See, Dominion Video Satellite, Inc. v. Echostar Satellite Corp., 2003 WL 21638227 (D. Colo.). Cf: Hamrna
v. Gradco Systems, Inc., 1992 WL 336740 (D. Conn.) (grant of a preliminary injunction requires a showing
of irreparable harm and either the likelihood of success on the merits, or sufficiently serious question going
to the merits to make them fair ground for litigation and a balance of hardships tipping decidedly towards
the party requesting relief).
(145)
(146)
See, Texas International Arbitration & Conciliation Act, Tex. Civ. Prac. & Rem. Code 172. 175(d).
496
(147)
(148)
Cf: 11A Federal Practice and Procedure, supra note 65, 2948.4 (courts have denied preliminary injunctions
against the enforcement of statutes or government regulations [such as Treasury regulations, postal
regulations, antipollution ordinances or ordinances imposing height limitations on construction] when the
public interest would be adversely affected; conversely, a federal statute prohibiting the threatened acts
that are the subject matter of the litigation has been considered a strong factor in favor of granting a
preliminary injunction).
(149)
See, e.g., Pritchard v. Dent Wizard, supra note 139,275 ESupp.2d at 920.
(150)
See, e.g., Mississippi Womens Medical Clinic v. McMillan, 866 F.2d 788 (5th Cir. 1989) (preliminary injunction
against protestors picketing abortion clinic; injunction should only be granted if the movant has clearly
carried the burden of persuasion on all four () prerequisites); Lakeshore Hills, Inc. v. Adcox, 413 N.E.2d
548 (Ill. App. 1980) (preliminary injunction compelling removal of defendants pet, a 12-year old, 575pound Canadian blackbear, from his property - a lot in the subdivision; the party seeking the injunction
must prove by a preponderance of the evidence four points).
(151)
(152)
Ibidem, See, also Golden v. Kelsey-Hayes Co., 73 F.3d 648,657 (6th Cir. 1996) (a court balances four
factors in assessing whether it should issue a preliminary injunction. The degree of proof necessary for
497
each factor depends on the strength of the plaintiffs case on the other factors). For the converse case, cf.
SCOTT RAU, Alan, Fifth Circuit Symposium: Intellectual Property, en: 16 Texas Tech L. REV. 355, 393 (1985)
(the four prerequisites cannot be independent obstacles to injunctive relief; such a rule, by calling for
the automatic denial of preliminary relief to a plaintiff who is almost certain to win at trial but who is competing for the same limited market as the defendant has the potential for serious injustice).
See, generally LAYCOCK, supra note 139, pp. 118-23 (reviewing various formulations of the test and noting
that while it is helpful in focus[ing] attention on the point of the balancing process, it also at the same time
greatly oversimplifies the variables that go into the balance: The probability, severity, and degree of
irreparability of harm are continuous variables, partly independent, and an equation to model them would
require at least calculus).
(153)
See, e.g., Benda v. Grand Lodge of the Intl Assn of Machinists &Aerospace Workers, 584 P2d 308, 315
(9th Cir. 1978) (The critical element in determining the test to be applied is the relative hardship to the
parties. If the balance of harm tips decidedly toward the plaintiff, then the plaintiff need not show as robust
a likelihood of success on the merits as when the balance tips less decidedly (...) The irreducible minimum
has been described by one court as a fair chance of success on the merits).
(154)
(155)
Ortho Pharmaceutical Corp. v. Arngen, Inc., 882 F.2d 806,813 (3rd Cir. 1989).
(156)
See, Note by the Secretariat, Settlement of Commercial Disputes: Interim Measures of Protection, A/CN.9/
WG.II/WP.128 (January 29,2004).This revised draft is in turn based on the United States proposal for the
amendment of artculo 17, A/CN.9/WGII/WP.121 (September 24, 2002). This revision is not likely to have
any impact on American law, but it raises nevertheless a number of interpretive questions.
The conjunctive language in artculo 17(3)(a) and (b) (irreparable harm will result if the measure is not
ordered, and such harm substantially outweighs the harm that will result to the party affected by the
measure if the measure is granted; and there is a reasonable possibility that the requesting party will
succeed on the merits) may be read to suggest that the grant of provisional relief is conditional upon a
showing that all three criteria have been satisfied & noted, however, it seems preferable not to treat each
of these criteria as independent obstacles to injunctive relief- but rather, to adopt some sort of balancing
test or sliding scale.
In particular, the language of artculo 17(3)(b) now talks about the reasonable possibility of the claimants
success, rather than the substantial possibility as required in an earlier draft, see CN.9/WGII/W.l23, 16
(April 3,2003). (The usual American standard, by contrast, goes even further, to require a likelihood of
success.) This latest formulation, by narrowly limiting the inquiry, will undoubtedly reduce the plaintiffs
burden to an even greater degree and at the same time minimize the likelihood that the arbitrators may
be led to prejudge the merits at an early stage of the proceedings. Nevertheless, the appropriate model
should not involve the search for some precise and satisfactory verbal formula; it should rather involve a
recognition that the showing required of the plaintiff should vary, depending on the strength of the showing
the plaintiff has made as to the other criteria for relief.
The further proviso that any such determination shall not affect the discretion of the arbitral tribunal in
making any subsequent determinations is well-meaning and may indeed serve to provide arbitrators with
the necessary level of comfort. Report of the Working Group on Arbitration, A/CN.9/545 32 (December 8,
2003) - but it is largely hortatory. The practical effect of such a proviso is likely to be minimal, since it is after
498
all an admonition to the same decision-maker the arbitral tribunal who has made both the preliminary
assessment and, later, the final determination.
Note, finally, that the current revision to artculo 17 imposes in 3 precisely the same standard for the
granting of all types of measures of interim relief. This seems right, as it would be impracticable and not
even particularly desirable to attempt in statutory language to draw distinctions between, say, preliminary
injunctions under, 2(a) or (b) and orders of attachment under 5 2(c). But see Report of the Working Group
on Arbitration, A/CN.9/547, 100 (March 19, 2004) (taking note of the concern that it may not be appropriate
to require in all circumstances that a party applying simply for an interim measure to preserve evidence
under paragraph (2) (d) should necessarily demonstrate that exceptional harm would be caused if the
interim measure was not ordered).
In some circumstances an attachment may be a particularly intrusive remedy, in that it may deprive the
respondent of the actual use of his personal property. See, Rogers, Burgun, Shahine & Deschler, Inc. v.
Dongsan Construction Co., 598 F.Supp. 754.759 n.10 (S.D.N.Y. 1984) (preliminary injunction enjoined a
contractor from calling a Letter of Guarantee; while there is some question about the adability of prejudgment
attachment under the Convention, the relief sought here is not an attachment. [The respondent] is in no
way restricted in its use or possession of it s assets, but only in its power to gather more assets from [the
claimant] leaving [the claimant] with only the recourse of recovery in Korea) (emphasis added). But cf.
Brower, II, supra note 128, at 1000 (There simply is no operational difference between the two. Only a
lawyer could understand the distinction between not being able to dispose of assets because of an order
against the assets as opposed to an order against their owner or custodian). But in any event, considerations
of this kind can readily be taken into account by arbitrators in the course of applying the statutory criteria of
irreparable harm and balance of the equities.
(157)
See, e.g., Southern Seas Navigation Ltd. of Monrovia v. Petroleos Mexicanos of Mexico City, 606
F.Supp. 692 (S.D.N.Y. 1985) (charterer filed a Notice of Claim of Lien on vessel in the amount of
U.S.$2 million; finding that the charterers claims in excess of U.S.$35O,OOO were not colorable,
the arbitrators - noting that the request presented a situation similar to that a court faces with a motion
for a preliminary injunction- issued an interim award ordering a reduction in the Notice of Claim to
that amount; held, award confirmed).
(158)
499
(159)
(160)
(161)
Blumenthal v. Merrill Lynch, Pierce, Fenner & Smith, Inc., 910 F.2d 1049, 1054 (2d Cir. 1990).
(162)
Ibidem, at 1055. See, also Note by the Secretariat: Interim Measures of Protection - Liability Regime,
A/CN.9/WG.II/WP. 127, 29-35 (January 27, 2004).
500
(163)
Grupo Mexicano de Desarrollo, S.A. v. Alliance Bond Fund, Inc., 527 U.S. 308, 314-15 (1999).
(164)
Hull Municipal Lighting Plant v. Massachusetts Municipal Wholesale Electric Co., 506 N.E.2d 140 (Mass. 1987).
(165)
See, also Marsellis-Warner Corp., supra note 154, 51 F.Supp.2d at 519 (Irrespective of any statutory grant
of authority, a Federal court may, in the exercise of its inherent equity powers, enjoin actionable conduct).
(166)
(167)
The common law reader may forgive me for reminding others that classifying a remedy as legal or equitable
is largely an exercise in historical analysis one asks whether the relief would have been issued by the
common law courts or the chancellor prior to the merger of law and equity, and in this connection whether
the remedy relies on the execution process for enforcement (in which case it will be deemed legal), or
whether it issues in personam, backed by the contempt power (in which case it will be deemed equitable).
Wasserman, Equity Renewed: Preliminary Injunctions to Secure Potential Money Judgments, 67 Wash. L.
Rev. 257, 262 n. 10 (1992).
(168)
501
Grupo Mexicano, supra note 163, 527 US. 328-29. For the Mareva injunction, see Mareva Compania
Naviera S.A. v. International Bulkcarriers S.A. [1975] 2 Lloyds L. Rep. 509 (C.A. 1975) (court has jurisdiction
in a proper case to grant an interlocutory judgment so a to prevent [a debtor] fium disposing of assets, if there
is a danger that the debtor may dispose of his assets so as to defeat [the debt] before judgment; the creditor
may obtain such relief even before he has established his right by getting judgment for [the debt]) (Denning,
M.R.); Wasserman, supra note 165, at 337 (Mareva revolutionized English practice).
Cf. text accompanying notes 163-165 supra: It is important to bear in mind that despite Grupo Mexicano, a
preliminary injunction still remains appropriate to grant intermediate relief of the same character as that
which may be granted finally: So, for example, Grupo Mexicano does not bar preliminary injunctive relief
which freezes a judgment obtained by the defendant-debtor, which the defendant-debtor is said to have
fraudulently conveyed to a shell company; such order is rooted in the ultimate equitable relief to which [the
creditor] is entitled under Debtor and Creditor Law. Trafalgar Power, Inc. v. Aetna Life Ins. Co., 131 F.Supp.2d
341 (N.D.N.Y. 2001); see also Newby v. Enron Corp., 188 ESupp.2d 684 (S.D.Tex. 2002) (order against
former officers and directors of Enron freezing the proceeds h m their sales of Enron securities after they
allegedly concealed adverse financial information from the investing public; such an order is not barred by
Grupo Mexicano since the shareholders had asserted claims for restitution, constructive trust, equitable
accounting, and disgorgement of profits from abuse of fiduciary positions, which claims have a sufficient
nexus to the assets sought to be enjoined; when the plaintiff creditor asserts a cognizable claim to specific
assets of the defendant or seeks a remedy involving those assets, a court may in the interim invoke equity
to preserve the status quo pending judgment); Federal Savings & Loan Ins. Corp. v. Dixon, 835 F.2d 554
(5th Cir. 1987) (in suing for a constructive trust, an accounting, and restitution of funds milked from [a
savings and loan company] in violation of fiduciary duties, [the receiver] is pursuing equitable remedies
and an asset freeze by preliminary injunction is an appropriate method to assure the meaningful, final
equitable relief sought).
(169)
See, e.g., Contichem LPG v. Parsons Shipping Co. Ltd., 229 F.3d 426,430 (2d Cir. 2000); Trafix, Inc. v. Talk.
Com Holding Corp., 2001 WL 123724 (S.D.N.Y.).
(170)
(171)
See, Michael C. Gilleran, Massachusetts Prejudgment Security Dwices: Attachment, Trustee Process, and
Reach and Apply, 69 MASS. L. R EV. 156, 159 (1984): The plaintiff maintains security throughout the litigation
502
authorize the sheriff to find and physically seize other property. (The defendant
is usually permitted to post a bond or provide other security, such as a bank letter
of credit, to take the place of the assets
attached, and thus to obtain a release of
the attachment)(172). In Grupo Mexicano,
the Supreme Court bolstered its holding
with the warning that the preliminary injunction remedy could render [Rule 64]
a virtual irrelevance. The court posed the
question: Why go through the trouble of
complying with local attachment and garnishment statutes when this all-purpose
prejudgment injunction is available?(173)
The court thus suggested that Rule 64 governing attachment, and its reference to
state law remedies, might more appropriately control the case before it(174).
It has frequently been noted that the
distinction between a preliminary
injunction (of the sort involved in Grupo
Mexicano), and an attachment issued
under Rule 64, is blurry at best(175).
because the lien remains in effect and permits the plaintiff, upon judgment, to seize and sell in satisfaction
of the judgment the property held by the lien () [The defendant-owner may continue the physical use of
the property () However, since the attachment is an encumbrance or cloud on title, it limits the defendants
ability to sell or mortgage the property at full value.
(172)
In turn the trial court has the discretion to require the claimant to post security for the respondents costs,
which may include bank fees, or premiums for a bond, obtained to release an attachment; see Rolls Royce
Industrial Power (India) V. M/N Fratzis, 1996WL 185689 (S.D.N.Y.) (and in such a case the respondent is
not required to make a showing of economic necessity or a need for security as the result of plaintiffs
financial instability).
(173)
(174)
11A Federal Practice & Procedure, supra note 65, 2932 (2003 Supp.). Cases can occasionally be found in
which state courts have issued freeze orders that enjoin the disbursement of funds on facts arguably
similar to Grupo Mexicano. In one case a nonprofit organization, alleging that its president had no authority
to enter into a contract naming the defendant as the exclusive promoter of the Boston Marathon, sought an
order preliminarily enjoining the defendant from using or in any way alienating any of the funds received
from sponsors of the Marathon:
The court granted the order, noting that the risk to the BAA is far greater than the risk to [the defendant] (...)
If the injunction were denied, if the BAA were to prevail, and if the money were spent by [defendant], the
BAA would be put to the time-consuming and sometimes difficult task of trying to exact its damages.
Boston Athletic Assn v. Intl Marathons, Inc., 467 N.E.2d 58 (Mass. 1984).The court did not discuss any
possible property interest that the plaintiff might have had in any sums that had been paid to the defendant
under sponsorship or endorsement contracts.
But here too, the predominant tendency in state courts is to view such orders as inconsistent with (and so
preempted by) the general state attachment statute. See, e.g., St. Lawrence Co., N.V v. Alkow Realty, Inc.,
453 So.2d 514 (Fla. App. 1984) (in dispute over real estate brokers commission, preliminary equitable
relief was not justified simply on the grounds that the complaint alleges uncertainty of collectibility of a
judgment if a fund of money is permitted to be disbursed; either prejudgment attachment or garnishment,
with attendant safeguards, may be available to [the plaintiff under these circumstances; injunctive relief is
not); Carriage Way Apartments v. Pojman, 527 N.E.2d 89 (Ill. App. 1988) (withdrawing partners sought
injunction to restrain partnership from disbursing proceeds of sale of partnership property; since the order
did not identify specific funds to be deposited in escrow, it cannot be said that the funds which were
ordered deposited were related to the case; the order was therefore a de facto attachment and invalid
because not in compliance with state attachment statute); cf. Seci, Inc. v. Chafitz, Inc., 493A.2d 1100 (Md.
App. 1985) (it has long been the law that, ordinarily, injunctive relief should not be granted to enforce or
enhance a monetary claim of a general creditor prior to the entry of judgment on his claim, this rule is a
necessary complement to the more basic system we have of establishing the priorities among general
creditors in the property of a debtor in terms of the entry and recording of judgments) (dictum).
(175)
Brooks Drug, Inc. v. Repice, 2001 WL, 95705 (N.D. N.Y.); see also Teradyne, Inc. v. Mostek Corp., supra
note142 (district court enjoined respondent from disposing of or encumbering U.S.$4 million of its assets
503
and directed it to set that amount aside in an interest-bearing account to satisfy any arbitration award
obtained by the claimant; this order has the attributes of both an attachment and an injunction).
(176)
11A Federal Practice & Procedure, supra note 65, 2932, at 12-13.
(177)
Cf. id. 2945 (Although there is no doubt that if the court has personal jurisdiction over the parties, it has
the power to order each of them to act in any fashion or in any place, various considerations may induce it
to refrain from exercising this power in certain contexts; a court, for example, will be extremely reluctant to
issue injunctions affecting foreign land).
(178)
(179)
Bridgestone/Firestone, Inc. v. Recovery Credit Services, Inc., 147 F.R.D. 66, 68 (S.D.N.Y. 1993) (plaintiff
has demonstrated irreparable injury inasmuch as assets it seeks are likely to disappear unless the application
is granted, and probability of success on the merits); cf. General Textile Printing & Processing Corp. v.
Expromtorg Intl Corp., 862 F.Supp.1070 (S.D.N.Y. 1994) (attachment for security purposes is a harsh
remedy, and should be granted only upon a showing that drastic action is required; held, order of attachment
denied because plaintiff has failed to show that defendant has disposed or is about to dispose of any
property in order to frustrate a potential judgment, or to flee the jurisdiction of the Court).
A New York statute, NYCPLR 7502(c), provides that a court may entertain an application for an order of
attachment or for a preliminary injunction in connection with an arbitrable controversy, but only upon the
grounds that the award to which the applicant may be entitled may be rendered ineffectual without such
provisional relief: The provisions [of New York procedural law governing attachments and preliminary
injunctions] shall apply to the application () except that the sole ground for the granting of the remedy
shall be as stated above. (emphasis added). This statute seems to impose an identical test to govern the
504
grant of both preliminary injunctions and attachments. In addition, it has been suggested that requiring
applicants to show only that an arbitral award could be rendered ineffectual without the provisional remedy
is a far more lenient test than the canonical requirements of irreparable harm, likelihood of success on the
merits, and a balance of equities favoring the applicant. James M. Wicks & Jennifer M. Mone, Courts Differ
on Standard Applicable When Parties in Arbitration Cases Seek Provisional Remedies,. N.Y. STATE BAR J.
35 (September 2000); Eric J. Wallach, Litigating Raiding Cases, 1166 PLI/CORP. 285, 299 (2000) (In New
York State () the standard for granting temporary or preliminary injunctive relief in aid of arbitration is a
significantly less onerous standard than the normal elements). However, New York jurisprudence has in
fact been characterized by considerable confusion, and the latter proposition in particular is doubtful; in
most cases in fact the traditional test seems to have survived. See, eg., SG Cowen Securities Corp. v.
Messih, 224 F.3d 79 (2d Cir. 2000) (preliminary injunction against former employee to enjoin violation of
noncompetition clause; after reviewing authority the court concluded that the statutory language should be
read as indicating that relief can be denied under the traditional standards and granted only if those
standards and the rendered ineffectual test are met; a contrary conclusion would compel the granting of
preliminary injunctive relief (or an attachment) even in circumstances where the applicant had no chance of
success and the harm done to the enjoined party would be substantial and irreparable); 50-09 2nd Street
LLC v. Ianvil Associates, Inc., 2002 WL 1769973 (N.Y. Sup. Ct.) (when considering a request for a preliminary
injunction under 7502(c), the court applied the usual three pronged test of likelihood of success on the
merits, irreparable harm, and a balance of the equities; the court enjoined the respondent, pending the
outcome of the arbitration, from transferring to a third party certain real property that was the subject of an
agreement between the parties).
(180)
Hasbro, Inc. v. Serafino, 958 F.Supp. 19, 23 (D. Mass. 1997) (when seeking an injunction, a plaintiff must
typically demonstrate not only a reasonable likelihood of success on the merits of the claim, as in attachment proceedings, but a court must also evaluate the potential that the plaintiff will suffer irreparable harm
if the injunction is not granted; and whether the defendant will suffer greater harm if it is granted. In Massachusetts, then, in order to obtain an attachment a plaintiff need only demonstrate that there is a reasonable likelihood that he will recover a judgment in an amount equal to or greater than the amount of the
attachment, over and above any available liability insurance. So it follows that a plaintiff can be granted an
attachment even without demonstrating that he needs the attachment without showing, for example,
that there is a risk the defendant will dissipate, conceal, or damage the property to be attached unless he
is seeking a remedy ex parte. See, GILLERAN, supra note 171, at 161, 163; see also Johnson v. Koplovsky
Foods, Inc., 5 F.Supp.2d 48 (D. Mass. 1998) (the central question on the motion for approval of attachment
is whether plaintiff are likely to prevail on the merits and obtain damages in the necessary amount; no
mention of any additional requirements such as irreparable harm); Dartmouth Co. v. Days, Inc., 419 A.2d
366, 367 n.1 (Me. 1980) (under similar statute, trial judge has no discretion to deny motion for attachment
if likelihood of success is shown; there is no requirement of need).
(181)
Lyom Hollis Associates, supra note 178, 278 ESupp.2d at 246-47. In addition, probable cause was defied
for these purposes in a way that seems considerably more lenient than the likelihood of success criterion
usually applied to requests for preliminary injunctions: The legal idea of probable cause is a bona fide
belief in the existence of the facts essential under the law for the action and such as would warrant a man
of ordinary caution, prudence and judgment, under the circumstances, in entertaining it; the test does not
demand that a belief be (...) more likely true than false. Id. at 245.
505
(182)
Typical is the Georgia statute, under which attachment is permitted only where the defendant absconds;
conceals himself; resists legal arrest; or is causing his property to be removed beyond the limits of the
state. Ga. Code pp. 18-31; see also Ill. Code Civ. Pro. pp. 4-101 (adding the case where the debt sued
for was fraudulently contracted on the part of the debtor). In addition, both the Georgia and Illinois
statutes permit attachment merely on the grounds that the defendant is a nonresident of the state, although
today this is of dubious constitutional validity. See, LAYCOCK, Douglas, Modern American Remedies 89394 (3d ed. 2002).
(183)
Connecticut v. Doehr, 501 US. 1, 18 (1991) (even the temporary or partial impairments to property rights
that attachments, liens, and similar encumbrances entail are sufficient to merit due process protection; in
the absence of any claim that the debtor was about to transfer or encumber his real estate or take any
other action while the suit is pending that would render his real estate unavailable to satisfy a judgment,
the interests of an ex parte attachment are too minimal).
(184)
But cf. Result Shipping Co., Ltd. v. Ferruzzi Trading USA Inc., 56 F.3d 394,402 (2d Cir. 1995) (because only
a plurality of the Justices addressed this issue in Doehr, this Circuit has continued to adhere to our previously
established position that a security bond need not be posted in connection with a prejudgment attachment
in order to satisfy the requirements of due process).
(185)
28 U.S.C. 1610(d).
(186)
See, Intl Ins. Co. v. Caja Nacional de Ahorro y Seguro, 293 F.3d 392 (7th Cir. 2002) (by signing the New
York Convention and Panama Conventions, Argentina has waived the immunity protections of the FSIA for
506
[its] instrumentalities); cf. Banco de Seguros del Estado v. Mutual Marine Office, Inc., 344 F.3d 255 (2d
Cir. 2003) (judicial enforcement of interim arbitral order requiring prehearing security; assuming dubitante that the FSIA applies to commercial arbitration, the posting of security constituted the functional
equivalent of a prejudgment attachment, but here it was the arbitration clause itself that satisfied the
explicit waiver requirement of 1610(d); the contractual provision that the arbitrators are relieved of all
judicial formalities and may abstain b m following the strict rules of law conferred power on them to
award prehearing security).
(187)
Newbridge Acquisition I, L.L.C. v. Grupo Corvi, S.A., 2003 WL 42007 (S.D.N.Y.). See also Curtis, Mallet Prevost, Colt & Mosle, LLP v. Garza-Modes, 762 N.Y.S.2d 607 (A.D. 2003) (former partner subject to New
York arbitration clause brought suit against firm in Mexico, asserting statutory claims that were not subject
to arbitration under Mexican law; held, injunction against further prosecution of the Mexican proceeding
was warranted; New Yorks policy favoring arbitration should always be given primacy over a foreign
countrys policy disfavoring arbitration where, as here, the parties relationship was centered in NewYork,
the parties have expressly agreed to arbitrate all disputes in New York, and the dispute involves only
private parties); Northwest Airlines, Inc. v. R&S Co. S.A., 176 F.Supp.2d 935 (D. Minn. 2001) (court compelled Minnesota arbitration and enjoined Lebanese proceeding brought by respondent; the business decision to choose arbitration over litigation would be undermined unless the Court invokes its injunctive
power; failure to do so will also subject the p1aintiffto the risk of simultaneous litigation in Lebanon, and
the corresponding risk and uncertainty of inconsistent results).
(188)
A court order to direct or compel arbitration - a rather unusual feature of American arbitration law - is
provided for by Federal Arbitration Act 4, and, in Convention Cases, by FAA, p. 206.
(189)
See, e.g., Srnith/Enron Cogeneration Limited Partnership, Inc. v. Smith Cogeneration Intl, Inc., 198 F.3d
88, 99 (2d Cir. 1999).
(190)
Grad v. Wetherholt Galleries, 660 A.2d 903, 908 (D.C.App. 1995) (state law).
(191)
Socit Genrale de Surveillance S.A. v. Raytheon European Management & Systems Co., 643 F.2d 863,
868 (1st Cir. 1981); see also Painewebber Inc. v. Fowler, 791 F.Supp. 821 (D. Kans. 1992) (two arbitrations
507
on different claims are to proceed in two different forums as contemplated by the contract between the
parties; the plaintiffs claim for sexual harassment is to be arbitrated before the NYSE, and the parties
claims referring to promissory notes are to be arbitrated before the NASD so the plaintiff is enjoined
from seeking any relief from her obligation under the promissory notes in the NYSE proceeding). cf.
General Electric Co. v. Deutz AG, 270 F.3d 144 (3d Cir. 2001). Here, the claimant had filed suit in
Pennsylvania; the respondent in turn instituted arbitration proceedings before an ICC panel in London
and (unsuccessfully) asked the English courts to enjoin the claimant from further proceedings in the
United States. After a Pennsylvania jury found that there was no enforceable agreement to arbitrate, the
federal district court enjoined the respondent from making any further appeal to the English courts, or
from taking any other action in furtherance of its prosecution of the ICC arbitration - fearing that such
proceedings threatened the Courts jurisdiction over the matter at handl. This injunction was reversed
by the appellate court, on the ground of comity. But such a result was made considerably easier by the
fact that the ICC panel itself had already found that no valid arbitration agreement had ever existed
that decision colors our ruling, 270 F.3d at 162.
(192)
GAILLARD, Emmanuel, Il est interdit dinterdire: rflexions sur lutilisation des anti-suit injunctions dans
larbitrage commercial international, en: Rev. de larb., 47, 51 (2004) (it should be enough, I think, to
recognize, initially, the autonomy of arbitral procedure vis--vis the competing claims of national courts);
60-61 (the principle of comptence/comptence should govern situations where national courts may
be tempted to resort to the technique of the antisuit injunction; antisuit injunctions ignore the principle
that gives arbitrators the power to determine their own jurisdiction and that requires parties, at least
initially, to submit any grounds for the invalidity of the arbitration clause to the arbitrators themselves)
(my translation). But cf. Scott Rau, Alan, The Arbitrability Question Itself 10 Am. Rev. Intl Arb. 287,307
n. 55 (1999) (At the end of the day nothing obligates us to find the European terminology particularly
relevant to American procedure).
(193)
Karaha Bodas, Co., L.L.C. v. Perusahaan Pertambangan Minyak Dan Gas Bumi Negara, 335 F.3d 357 (5th
Cir. 2003).
(194)
This would be true even if Indonesian law were indeed the law under which the arbitration took place: The
Indonesian annulment only has an effect here to the extent that our courts [choose] to recognize it. 335
F.3d at 370. See, e.g., the celebrated case of Chrornalloy Aeroservices v. Arab Republic of Egypt, 939
F.Supp. 907 (D.D.C.1996) (enforcing an arbitral award made in Egypt despite annulment of the award by
Egyptian courts). But more fundamental1y: The proposition that vacatur in Indonesia has no effect whatever
on confirmation in the United States is fortiori true once it appears that the true lex arbitri was in any event
not the law of Indonesia, but the law of Switzerland. When it overturned the antisuit injunction in 2003, the
Fifth Circuit surely knew it did not have to look very far ahead that Swiss procedural law would ultimately
be held to govern the arbitration. See Karaha Bodas Co., L.L.C. v. Perusahaan Pertambangan Minyak Dan
Gas Bumi Negara, 2003 HKCU Lexis 378 (High Court Hong Kong) at 8 (Had they intended the lex arbitri to
508
be Indonesian law, they would have simply arbitrated in Indonesia); Karaha Bodas Co., L.L.C. v. Perusahaan
Pertambangan Minyak Dan Gas Bumi Negara, 364 F.3d 274, 310 (5th Cir. 2004) (The Award was made in
Switzerland and was made under Swiss procedural law; therefore Switzerland had primary jurisdiction
over the award, and so the Indonesian courts annulment ruling is not a defense to enforcement under the
New York Convention). I cannot imagine given the strong presumptions that must surely arise out of the
contractual stipulation that the site of the arbitration shall be Geneva why Professor Gaillard terms this
rationale questionable. Gaillard, supra note 192, at 59 n 29.
(195)
See, e.g., Fernandez v. Clear Channel Broadcasting, Inc., 268 F. Supp.2d 1365 (S.D. Fla. 2003) (agreement provided that each party shall have the right to take up to three depositions unless the arbitrator, on
a showing of good cause, approves additional depositions, and that each party also shall have the right to
require the production of relevant documents from the other party).
(196)
509
(197)
See, Natl Broadcasting Co., Inc. v. Bear Stearns & Co., Inc., 165 F.3d 184, 187 (2d Cir. 1999) ( 7 explicitly
confers authority only upon arbitrators; by necessary implication, the parties to an arbitration may not
employ this provision to subpoena documents or witnesses).
(198)
See, generally TUPMAN, Discovery and Evidence in U S Arbitration: 7he Prevailing Views, en: 44 Arb. J. 27
(March 1989). Cf. Hunt v. Mobil Oil Corp., 654 F.Supp. 1487, 1512 (S.D.N.Y. 1987) (arbitrators rehearsed
to issue a broadcast subpoena demanding all documents of various kinds; such a request is not
uncommon in litigation [but] is precisely the type of production demand that is the exception rather than
the rule in arbitration).
(199)
See, Thompson v. Zavin, 607 F. Supp. 780 (C.D.Cal. 1984) (if the court were to become involved, such
involvement would duplicate the effort of the arbitrators, since they have already considered who should
be subpoenaed). See also Harleysville Mutual Casualty Co. v. Adair, 218 A.2d 791 (Pa. 1966) (arbitrator
ruled that the claimant was not required to answer interrogatories; court refused respondents request to
enjoin arbitration).
(200)
See, Fitigues, Inc. v.Varat, 1993WL 312888 (7th Cir.) (arbitrators refusal to sign subpoena did not constitute
misbehavior justifying vacatur of award; the arbitrator possessed the discretion to determine that the
documents [claimant] sought to subpoena were not relevant). An unusual case to the contrary is Chevron
Transport Corp. v. AstroVencedor Compania Naviera, S.A., 300 F.Supp. 179 (S.D.N.Y. 1969) (arbitrators
refusal to order shipowner to produce the ships logs, perhaps the most important items of documentary
evidence in any maritime controversy, may be grounds to overturn the award where the other party can
show prejudice as a result).
510
[considering the sheer number of documents addressed by the subpoena (...) this
scenario seems quite fantastic and practically unreasonable(201).
(201)
Meadows Indemnity Co., Ltd. v. Nutmeg Ins. Co., 157 F.R.D. 42 (M.D.Tenn.1994). See also Jas. W Glover
Ltd. v. Derrick Concrete Cutting & Construction, Ltd., 2003 WL 22970975 (Hawaii) (arbitrator may compel
production of documents from third parties before a hearing on the merits. A constrictive reading of the
statute would limit the ability of the arbitration panel to deal effectively with large and complex cases);
Amgen Inc. v. Kidney Center of Delaware County, Ltd., 879 F.Supp. 878,880 (N.D.Ill.1995), dismissed, no
subject matter jurisdiction, 101 F.3d 110 (7th Cir. 1996) (subpoena issued to nonparty; implicit in the power
to compel testimony and documents for purpose of a hearing is the lesser power to compel such testimony
and documents for purposes prior to hearing); Brazell v. American Color Graphics, Inc., 2000 WL 364997
(S.D.N.Y.) (the case law... supports the arbitrators authority to provide for prehearing production of
documents from third parties).
(202)
(203)
Hay Group, Inc. v. E.B.S. Acquisition Corp., 360 F.3d 404, 407 (3d Cir. 2004). While Hay Group involved
only an arbitral subpoena issued to a nonparty to the arbitration, the language of 7 itself, of course, makes
no such distinction.
(204)
Ibidem, p. 408.
(205)
Ibidem, p. 410.
(206)
Ibidem, p. 413.
(207)
PIRSIG, Some Comments on Arbitration Legislation and the Uniform Act 10 Vand, en: L. Rev. 685, 701
(1957). See Uniform Arbitration Act, 7(b). Some state statutes, by contrast, go further. Section 171.050(a)(2)
of th Texas Arbitration Act is unusual in that it authorizes a deposition of an adverse witness for discovery
511
or evidentiary purposes; while under the Uniform Arbitration Act, depositions are to be taken in the manner
and upon the terms designated by the arbitrators, the Texas statute provides that all depositions are to be
taken in the manner provided by law for a deposition in a civil action pending in a district court. It does not
appear, however, that the possibilities for discovery presented by the Act have in practice been extensively
exploited either by counsel or by arbitrators. The new Revised Uniform Arbitration Act also provides broadly
that an arbitrator may permit such discovery as the arbitrator decides is appropriate under the circumstances,
taking into account the needs of the parties to the arbitration proceeding and other affected persons and the
desirability of making the proceeding fair, expeditious, and cost effective. 17(c).The Official Comments to
the statute warn that while discretion whether and to what extent to allow discovery rests with the arbitrators,
the default standard of 17(c) is meant to discourage most forms of discovery.
(208)
Integrity Ins. Co. v. American Centennial Ins. Co., 885 F.Supp. 69 (S.D.N.Y. 1995) (Documents are only
produced once, whether it is at the arbitration or prior to it () depositions, however, are quite different. The
nonparty may be required to appear twice once for the deposition and again at the hearing).
(209)
FAA, 7.
(210)
Security Life Ins. Co. of America v. Duncanson & Holt, Inc., 228 F.3d 865,871 (8th Cir. 2000).
(211)
See, Revised Uniform Arbitration Act, 18, comment 1. See also Hull Municipal Lighting Plant v. Mass.
Municipal Wholesale Elec. Co., 609 N.E.2d 460 (Mass. 1993) (arbitrator ordered the production of documents
held by a state agency, conditional on the execution of a confidentiality agreement, but the agency refused
to comply, on the grounds that the documents were protected by the attorney/client privilege; held, records
and documents held by public officials are subject to mandatory disclosure under the state public records
law, but the arbitrator does not have the power to determine the scope of that statute; only the supervisor
of public records () or this court is authorized to make such decisions); Minerals & Chemicals Philipp
Corp. v. Panamerican Commodities, S.A., 224 N.Y.S.2d 763 (A.D. 1962) (subpoena issued to third party,
resisted on the grounds that the materials requested contained confidential information relating to customers
and the details of their purchases which was entitled to protection as a trade secret; held, not having
consented to be bound by the procedures of this private forum, nor having taken part in its hearings, [the
third party] is entitled, in the first instance, to a judicial determination of the propriety of the subpoena
without advance disclosure to the arbitrators; a referee appointed by the court, working in cooperation
either with the parties or with the arbitrators, can insure that only essential data is disclosed). Granted, the
legitimacy of arbitration as a creature of contract is at its weakest when the interests of third parties are
involved. But given the dramatic expansion in recent years of the presumed competence of arbitrators to
decide even statutory and regulatory matters and the Supreme Courts virtual abolition of the public
policy exception to arbitrability the continuing validity of such cases may be doubtful.
512
(212)
See, e.g., Hay Group, Inc. v. E.B.S. Acquisition Corp., 2003 WL 21293861 (E.D. Pa.), revd on other grounds,
360 F.3d 404, 407 (3d Cir. 2004) (there is no likelihood of competitive injury to the defendants from
enforcing arbitral subpoena because the court, in an earlier order, safeguarded sensitive information by
narrowly tailor[ing] the information to be given to the plaintiff and requir[ing] a confidentiality order to govern all material given); cf. Lufman v. Anpol Contracting, Inc., 1995 WL 360015 (S.D.N.Y.) (the court directed production of a disputed file for an in camera inspection by the arbitrator).
In Laufman the court noted that the presiding arbitrator is an experienced person well versed in evaluating
the alleged claims... that some files contain classified security information involving national defense or plant
security, personal health records and other similar confidential data. All of this should be screened from the
file, except where the arbitrator determines it to be relevant evidence in the dispute. Even in the latter instances,
proper safeguards should be ordered, such as sealing the record or limiting its access to counsel only, so that
no necessary harm or prejudice or unnecessary embarrassment may be caused to anyone.
(213)
FAA 7.
(214)
(215)
Legion Ins. Co. v. John Hancock Mutual Life Ins. Co., 2002 WL 537652 (3d Cir.). But see Security Life Ins.
Co. of America v. Duncanson & Holt, Inc., 228 F.3d 865 (8th Cir. 2000) (whether or not [respondent] is
correct in insisting that a subpoena for witness testimony must comply with Rule 45, we do not believe an
order for the production of documents requires compliance with Rule 45(b)(2)s territorial limit. This is
because the burden of producing documents need not increase appreciably with an increase in the distance
those documents must travel).
(216)
Amgen, Inc., supra note 201,879 Supp. at 882 (although the Act allows the arbitrator to subpoena anyone,
it also provides that this court may enforce the arbitrators subpoena only in the same manner that it would
compel attendance before the court).
(217)
Under the Federal Rules of Civil Procedure r. 45(a)(3)(B), an attorney authorized to practice in the court in
which a proceeding is pending, can himself issue a subpoena as officer of the court on behalf of any
court in the nation in which the witness lives or resides.
(218)
Most cases, however, are considerably more restrictive in granting pre-arbitration discovery; the vast majority of
courts that have considered the matter have
concluded that allowing discovery on the
merits of a case prior to arbitration is inconsistent with the aims of arbitration(220).
Therefore, in most cases where courts are
asked to authorize discovery in aid of arbitration, there is a clear tendency to require
a showing that such discovery is necessary for a party to present a proper case
to the arbitrators, or even that extraordinary circumstances are present.
513
(219)
See, eg., Drulcrest Pty. Ltd. v. Jamar Productions, Inc., 1986 WL 4547 (S.D.N.Y.) (permitting limited discovery
should not unduly delay the arbitration proceedings); Bigge Crane & Rigging co. v. Docutel Corp., 371
F.Supp. 240 (E.D.N.Y. 1973) (subcontractor asserted that it had been given no explanation why it had not
been paid by the general contractor for work performed, and sought to take depositions of the general
contractors employees and to obtain inspection of job records, contracts, and other documents; held,
discovery proceedings in the court action can go forward while the selection of arbitrators and scheduling
of a hearing is under way (...) without delaying the arbitration).
(220)
Mississippi Power Co. v. Peabody Coal Co., 69 F.R.D. 558, 567 (S.D.Miss. 1976) (discovery should not
proceed any further; since the FAA permits arbitrators to issue subpoenas, there should be no necessity
for double-barrelled discovery, proceeding simultaneously under the supervision of the court and the
arbitrator); Recognition Equipment, Inc. v. NCR Corp., 532 F.Supp. 271 (N.D.Tex. 1981) (discovery under
the Federal Rules should not proceed pending arbitration).
(221)
514
(222)
See, also Ferro Union Corp. v. SS Ionic Coast, 43 F.R.D. 11 (S.D.Tex. 1967) (foreign flag vessel with foreign
crew was about to leave American port; in view of exceptional situation and to allow gathering of facts
which might otherwise be lost, the court ordered immediate discovery in the form of depositions of master
and crew and inspection of vessel and cargo). By contrast, for a case where such extraordinary
circumstances are absent, see Harry F. Ortlip Co. v. George Hyman Construction Co., 126 F.R.D. 494
(E.D.Pa. 1989) (staying discovery in lawsuit until after conclusion of arbitration between two of the parties
on a related matter; depositions were being sought in order to obtain testimony to be used in the forthcoming
arbitration and [t]his [plaintiff] may not do; extraordinary circumstances do not include an inability or a
failure to obtain discovery for an arbitration proceeding).
(223)
See, also Sagot Jennings & Sigrnond v. Sagot, 2003WL 1873298 (Pa. Com. Pl.) (departing partner of law
firm removed files containing client records from the firm premises; court ordered the defendant to maintain
all files as well as a comprehensive and accurate list of those files; if not enjoined, defendant may act in
such a way that the [information contained in the files], which is essential to an arbitrators decision, ()
could be disposed of in part or in whole when the case comes before arbitration).
(224)
In re Application of Technostroyexport, 853 F.Supp. 695 (S.D.N.Y. 1994). See, also Suarez-Valdez v. Shearson
Lehmad/American Express, Inc., 858 F.2d 648, 650 (11th Cir. 1988) (Tjoflat, J., concurring) (trial court
acted beyond its authority in allowing discovery to continue during the course of arbitration; the parties to
this action will almost certainly have squabbles over discovery, but since the judge will not be involved in
the development of the issues as the case proceeds through the arbitration process, he will lack a basis
upon which to make informed rulings on discovery matters); Transwestern Pipeline Co. v. Blackburn, 831
S.W.2d 72 (Tex.App.Amarillo 1992) (state law; once arbitration begins, court-supervised discovery is
unavailable since it would allow the court to unnecessarily interfere with the arbitration process; for these
purposes, arbitration is deemed to begin not when evidence is first introduced at the arbitration proceeding,
but as soon as the first arbitrator is selected).
515
(225)
Republic of Kazakhstan v. Biedermann Intl, 168 F.3d 880 (5th Cir. 1999). See also Natl Broadcasting Co.,
Inc. v. Bear Steams & Co., Inc., 165 F.3d 184 (2d Cir. 1999) ( 1782 is intended to cover governmental or
intergovernmental arbitral tribunals and conventional courts and other state-sponsored adjudicatory bodies).
The supreme courts recent decision in Intel Corp. v. Advanced Micro Devices, Inc., 124 S. Ct 2466 (2004)
(European Commission, to the extent that it acts as a first-instance decision maker, is within the ambit 1,8,
1782) might possibly, however, herald a most generous approach.
(226)
Insurity, Inc. v. Mutual Group, Ltd., 260 F.Supp.2d 486 (D. Conn. 2003). But cf. Oriental Commercial &
Shipping Co., Ltd. v. Rosseel, N.V, 125 F.R.D. 398 (S.D.N.Y. 1989) (plaintiff sought discovery to determine
the location of defendants assets in order to ensure its ability to enforce any ultimate award; discovery
denied; plaintiff is not seeking any evidence for presentation to the arbitrators or concerning the subject
matter of the suit; in addition, the situation in this instance is clearly one of convenience rather than
necessity).
(227)
Danieli & C. Officine Meccaniche S.p.A. v. Morgan Construction Co., 290 F.Supp. 2d 148 (D. Mass. 2002).
516
(228)
Ibidem, p. 155.
(229)
Ortho Pharmaceutical Corp. v. Amgen, Inc., 882 F.2d 806, 814 (3rd Cir. 1989). (Ortho involved a joint
marketing arrangement for medical technology; the district court had ordered the licensor, pending arbitration,
to submit a joint application to the U.S. Food & Drug Administration including the licensees data and
identifying the licensee as a distributor, and to communicate and cooperate with the licensee in connection
with the process of seeking FDA approval).
(230)
Hughley v. Rocky Mountain Health Maintenance Org., Inc., 927 P.2d 1325 (Colo. 1996) (the claimants life
expectancy and probability of ultimate survival diminished with each passing day, and in the absence of
injunctive relief, the evidence before the Court suggests that she may not be alive when this case reaches
some determination on the merits).
(231)
Ferry Morse Seed Co. v. Food Com, Inc., 729 F.2d 589 (8th Cir. 1984) (license agreement gave distributor
the sole right to market the respondents new strain of food corn; district court entered a preliminary injunction
in aid of arbitration, ordering the respondent not only to refrain from marketing the seed corn to any other
party but also to promptly deliver seed corn to plaintiff as required by the exclusive license agreement;
held, affirmed; we cannot conclude that the district court abused its discretion in restoring the earlier
relationship by requiring the respondent to turn over the seed corn).
(232)
RUAA 8 (b)(2). See, e.g., Simula, Inc. v. Autoliv, Inc., 175 F.3d 716 (9th Cir. 1999) (district court correctly
denied request for preliminary injunction since provisional relief is available [under ICC rules] fiom the
Swiss Arbitral Tribunal); Prudential Securities Inc. v. Schrimsher, 179 F.Supp.2d 1306 (N.D.Ala. 2001)
(court exercised its discretion to refuse to grant a preliminary injunction enjoining a former employee h m
soliciting the claimants clients; the court should defer to the arbitral tribunal since the claimant has
conceded that it can obtain the same relief from the arbitrators that it can obtain from this court).
See, also Noah Carolina St., pp.1-567.39 (international arbitration; a party may seek interim relief directly
from the court where the arbitrator has not been appointed or is unavailable, but in all other cases a
party shall seek interim measures from the arbitral tribunal and shall have no right to seek interim relief
517
from the superior court, except that a party to an arbitration governed by this Article may request from the
superior court enforcement of an order of an arbitral tribunal granting interim measures); cf. Arbitration Act
1996 5 44(5) (court shall act only if or to the extent the arbitral tribunal has no power or is unable for the
time being to act effectively) (England).
(233)
Comment 2.
(234)
In Ever-Gotesco Resources & Holdings, Inc. v. Pricesmart, Inc., 192 F.Supp.2d 1040 (S.D. Cal. 2002), for
example, the court denied provisional relief on the grounds that the arbitral tribunal has the power to grant
it - and at the same time rejected the argument that in fact no existing body had the power to grant such
relief because no arbitral tribunal has yet been constituted. In the circumstances this rationale is clearly
overbroad, and the decision may be explained by a kind of estoppe1: The court noted that the plaintiffs
position was disingenuous since the plaintiff himself had elected to commence rigorous litigation in
the Philippines rather than follow the unambiguous terms of the Agreement calling for arbitration in Australia;
he had therefore consciously avoid[ed] taking steps that would give the arbitrator the ability to act. He
would not after all have been without recourse in the arbitral tribunal, which [under the UNCITRAL Rules]
retains injunctive powers.
(235)
(236)
In some cases, however, the particular drafting of the arbitration clause itself may lead to somewhat different
results. Cf. American Express Financial Advisors Inc v. Thorley, 147 F.3d 229 (2d Cir. 1998), in which the
contract explicitly stated that the plaintiff was entitled to seek a temporary injunction pending arbitration:
The district court refused an injunction on the grounds that the claimant could just as quickly obtain the
same temporary equitable relief from the arbitrator as from a court but this was held on appeal to be
in error. See also Koob v. IDS Financial Services, Inc., 629 N.Y.S.2d 426 (A.D. 1995) (The stipulation, in
the contract, that [claimant] is entitled to an injunction from a court of competent jurisdiction to keep you
from violating these restrictions while the arbitration is pending removes the matter from the authority of
the arbitrator).
518
(237)
Merrill Lynch, Pierce, Fenner & Smith, Inc. v. Dutton, 844 F.2d 726 (10th Cir. 1988) (preliminary injunction
preventing former employee from removing customer lists and soliciting former clients).
(238)
See, e.g., Sauer-Getriebe KG v. White Hydraulics, Inc., 715 F.2d 348 (7th Cir. 1983) (district court was
ordered to enjoin a manufacturer from repudiating a license agreement, and from transferring any of the
licensees contractual manufacturing rights to a third party, until the arbitration requested by [the licensee]
is completed and this lawsuit (including any appeals) is terminated).
(239)
Shay v. 746 Broadway Corp., 409 N.Y.S.2d 69 (Sup. Ct. 1978); see also Performance Unlimited, Inc. v.
Questar Publishers, Inc., 52 F.3d 1373 (6th Cir. 1995) (license agreement; court should issue preliminary
injunction requiring licensee to pay only that amount of royalties necessary to ensure that [licensor] is not
driven out of business prior to the time the arbitration proceeds; once the arbitration begins, it is for the
arbitrators to decide how to maintain the status quo during the pendency of the arbitration process); Merrill
Lynch, Pierce, Fenner & Smith, Inc. v. Salvano, 999 F.2d 211 (7th Cir. 1993) (authority to grant injunctive
relief does not extend ad infinitum but only until the arbitration panel is able to address whether the TRO
should remain in effect).
(240)
See, Revised Uniform Arbitration Act 8, comment 6; Blumenthal v. Merrill Lynch, Pierce, Fenner & Smith,
Inc., text accompanying note 161 supra. See, also SCHWARTZ, Eric, Provisional Remedies in International
Arbitration: Perspectives from the ICC and Germany, 6 World Arb. & Med. Rep. 52, 54 (March 1995). Here,
519
Eric Schwartz describes a ICC case in which, after the file had been transmitted to the arbitrators, the
claimant had obtained orders from a court attaching assets of the defendant. The arbitrators concluded that
the circumstances leading the claimant to seek the attachment orders at that time were not exceptional
within the meaning of former artculo 8.5 of the ICC Rules. Since the claimant had thus not been entitled to
apply to the court for relief, the arbitral tribunal ordered that the claimant should take steps to have the
attachment orders removed by the courts that had issued them, at the same time directing the respondent
to provide replacement security in the form of a bank guarantee. Schwartz concludes that whether or not
the tribunal would have taken the same decision had the judicial remedies been obtained before the arbitrators
had received the file is another matter - but surely the arbitrators would have been entitled to do so. Cf.
Report of the Working Group on Arbitration, U.N. A/CN.9/547, pp. 112-13 (March 19,2004) (noting that
some support was expressed for the view that there could be good reasons for allowing the tribunal,
once constituted, to modify interim measures ordered by a court, but concluding that this issue should not
be dealt with in the Model Law).
(241)
Result Shipping Co., Ltd. v. Ferruzzi Trading USA Inc., 56 F.3d 394, 400 (2d Cir. 1995).
(242)
Fedmet Corp. v. M/V Buyalyk, 194 F.3d 674, 677 (5th Cir. 1999).
(243)
See, Federal Rules of Civil Procedure; Supplemental Rules for Certain Admiralty and Maritime Claims,
Rule C (Actions in Rem; arrest of the vessel or other property that is the subject of the action).
(244)
(245)
See, West of England Ship Owners Mutual Ins. Assoc. v. McAllister Brothers, Inc., 829 F. Supp. 125 (E.D.
Pa.1993) (a pending arbitration does not preclude a plaintiff from utilizing the remedy of admiralty attachment
as a means of providing security for the satisfaction of any award in the plaintiffs favor); see, also Atlas
Chartering Services, Inc. v. World Trade Group, Inc., 453 F.Supp. 861 (S.D.N.Y. 1978) (attachment under
Rule B; a London arbitration can proceed in an orderly fashion even though the defendants assets have
been attached in New York as security for any award rendered by the London panel).
(246)
A states assertion of personal jurisdiction over nonresident defendants is subject to control under the
Federal Constitution, on the grounds of due process a defendant must have certain minimum contacts
with the state such that the maintenance of the suit does not offend traditional notions of fair play and
520
ENFORCEMENT OR
CONFIRMATION OF PARTIAL
OR INTERIM AWARDS
substantial justice. International Shoe Co. v. Washington, 326 U.S. 310, 316 (1945). In Shaffer v. Heitner,
433 U.S. 186 (1977), the Supreme Court virtually abolished on constitutional grounds the long-standing
practice of quasi-in rem jurisdiction, under which courts could assert their jurisdiction merely on the basis
of seizure of the defendants property prior to judgment, even if the cause of action was totally unrelated to
ownership of the property itself.
(247)
Winter Storm Shipping Ltd. v. TPI, 310 F.3d 263, 271 (2d Cir. 2002) (funds in hands of intermediary bank
during implementation of electronic funds transfer were property subject to maritime attachment in aid of
arbitration in London).
(248)
E.A.S.T., Inc. of Stamford, Connecticut V. M/V Alaia, 876 F.2d 1168, 1173 (5th Cir. 1989) (prejudgment
attachment under Section 8 as an aid to arbitration is manifestly not inconsistent with the aims of the
Convention). The proposition in the text should hold true even in those few courts where the Cooper
doctrine making interim relief generally unavailable in Convention cases - still survives; see text
accompanying notes pp. 122-127 supra; Castelan v. M/V Mercantil Parati, 1991 WL 83129 (D.N.J.) (refusing
to extend McCreary Tire G. Rubber Co., supra note 123, to pre-arbitration vessel arrests; [because the
Convention does not forbid pre-arbitration remedies in maritime cases, such remedies continue to be valid
under the FAA; the court gave the parties three days to demand arbitration in London pursuant to their
contract, warning that if none of the parties demands arbitration within that period, the Court will entertain
a renewed motion to vacate the arrest).
(249)
See, Valero Refining, Inc. v. M/T Lauberhorn, 813 F.2d 60 (5th Cir. 1987).
(250)
See, Note by Secretariat, International Commercial Arbitration: Possible Future Work in the Area of International
Commercial Arbitration, A/CN.9/460,118 (April 6,1999) (in order to avoid responsibility for costs caused by
the failure to implement the measure, or because they are reluctant to displease the arbitral tribunal).
(251)
(252)
Eurolines Shipping Co., S.A. v. Metal Transport Corp., 491 E.Supp. 590 (S.D.N.Y. 1980).
521
(253)
Cf. Rolf Tritanann, When Should Arbitrators Issue Interim or Partial Awards and/or Procedural Orders?, 20
J. Intl Arb. 255, 256, 258-60 (N 3,2003), who notes that while in legal systems other than Germany these
terms seem to be used interchangeably, the distinction between partial and interim awards is a
particularly important distinction in practical terms. I did diligently attempt to grasp this distinction, but
confess to having failed dismally. Compare id. at 259 (examples of interim awards include decisions as
to the law governing the dispute) with id. at 260 (examples of partial awards include matters regarding
. the applicable law).
(254)
See, e.g.,Texas International Arbitration & Conciliation Act, Tex. Civ. Prac. & Rem. Code 172.143 (arbitration
tribunal may, at any time during the arbitration, make an interim arbitration award on a matter with respect
to which it may make a final award, and such an award is enforceable in the same manner as a final
award).
(255)
522
(256)
Yonir Technologies, Inc. v. Duration Systems (1992) Ltd., 244 F.Supp.2d 195 (S.D.N.Y. 2002). Similar cases
include Pacific Reinsurance Management Corp. v. Ohio Reinsurance Corp., 935 F.2d 1019 (9th Cir. 1991)
(interim order required the members of a reinsurance pool to contribute to an escrow account during the
pendency of the arbitration as security for any final award; held, court enforcement of the award is not an
undue intrusion upon the arbitral process, but is essential to preserve the integrity of that process); Banco
de Seguros del Estado v. Mutual Marine Offices, Inc., 230 F.Supp.2d 362 (S.D.N.Y. 2002) (panels interim
order that reinsurer post, as prejudgment security, irrevocable letter of credit constituted reviewable arbitral award under Panama Convention); Island Creek Coal Sales Co. v. City of Gainesville, 729 F.2d 1046
(6th Cir. 1984) (interim award required claimant to continue performance of a coal purchase contract until
panel rendered a final award; held, award disposed of one separate, discrete, independent, severable
issue, namely, whether the [claimant] is required to perform the contract during the pendency of the
arbitration proceedings.
(257)
(258)
523
See, Home Ins. Co. v. RHA/Pennsylvania Nursing Homes, Inc., 127 F.Supp.2d 482 (S.D.N.Y. 2001) (insurance company requested an interim arbitral award that would direct the policyholder to pay all undisputed
premiums; the arbitration panel found that respondent had conceded that it owed the claimant U.S.$408,000,
and ordered it to pay that sum without further delay; held, award confirmed). See also Metallgesellschafi
A.G. v. M/V Capitan Constante, 790 F.2d 280 (2d Cir. 1986) (in dispute arising out of a charterparty for the
carriage of fuel oil, the arbitrators made a partial final award in favor of the shipowner for the freight
admittedly due and owing, even though the charterer had asserted still-pending counterclaims for alleged
short delivery and fuel contamination; held, award should be enforced, since under the contract and the
applicable law the owners claim for &eight was an independent obligation payable regardless of any
[other] claims, which were thus legally irrelevant); Compania Chilena de Navegacion Interoceanica, S.A.
v. Norton, Lilly & Co., Inc., 652 F. Supp. 1512 (S.D.N.Y. 1987) (dispute arising out of agency agreement;
respondents final accounting showed that respondent owed claimant U.S.$48,010 from debts collected for
the claimant, although the claimant asserted that more was due; arbitrators made a partial award of
U.S.$48,010 plus interest, based primarily on defendants accounting, and indicated that they would resolve the remainder of plaintifi claims at a later date; held, partial award confirmed, since it was separate
from plaintiffs other claims, which will require the consideration of more extensive evidentiary sources).
While many of the functions of the French juge des rfrs are performed by state or federal courts in the
United States when they are asked to order interim relief, some measures commonly ordered under the
rfrs procedure are extremely unlikely to be ordered by U.S. courts in the presence of an arbitration
clause. Notable examples are rfrs order to make a payment (provision) in cases where the existence of
the obligation to pay is not seriously in doubt (nest pas srieusement contestable), or his appointment of
a technical expert. It is virtually certain that in the United States any judicial action of this sort would be seen
as an impermissible interference with the discretion of the arbitral tribunal: Both the appointment of an
expert, and the payment of amounts undoubtedly due, can be expected to have a serious impact on
arbitral procedure and on the tribunals direct appreciation of the merits. On the rfr-provision, see Hlne
Gaudemet-Tallon, Note, Rev. de LArb.. 637,639 (1990) (it is striking that very often, the judge will allow a
provision equal to 100% of the claim... In reality then the action of the juge de rfrs can be analyzed as
an actual decision on the merits of the case).
(259)
In such cases it would be error for the arbitral tribunal to deprive respondent of possession of the funds,
thereby substantially chang[ing] the position of the parties from the outset of arbitration. See, TIG Ins. Co.
v. Security Ins. Co. of Hartford, 2003 WL 22289273 (D. Conn.) (award vacated; if the agreement is found
to have been rescinded, then there necessarily is no obligation to pay pursuant to the same; [t]he issues of
rescission and obligation to pay therefore are dependent, the resolution of the former affecting awards of
damages for the latter). But cf. text accompany, note 257 supra.
(260)
Cf. Puerto Rico Maritime Shipping Authority v. Star Lines Ltd., 454 F.Supp. 368 (S.D.N.Y. 1978). Here the
respondent, as agent for the claimant/shipowner, collected freight payments from shippers who shipped
goods on the shipowners vessel. There were a number of claims and counterclaims between the parties,
among them the shipowners claim that the respondent was in possession of U.S.$550,000 in freight monies
belonging to it. In response to this claim the agent admitted that it had collected U.S.$180,000 in freight
which was due to the respondent. As an interim determination, the arbitrators directed the respondent to
pay U.S.$180,000 and also to pay over to [claimant ] such other freight monies as or are may come into its
possession. The court vacated the award: It conceded that if the arbitrators had only ordered the payment
of the U.S.$180,000 - or if the arbitrators had fully determined [the respondents] freight money claim -
524
then the award might have been confirmed. However, the latter part of the award was quite simply, an
insufficient and unconfirmable resolution of the freight monies dispute, which leaves the question of the
amount of money owing unanswered and the possibility of further disputes between the parties open. An
award that fails to lay any one issue to rest is not final and thus not confirmable; the two portions of the
freight monies claim were not separable.
(261)
Publicis Communication v. True North Communications, Inc., 206 F.3d 725 (7th Cir. 2000).
(262)
525
(263)
See, also Andrea Doreen, Ltd. v. Building Material Local Union 282, 350 F.Supp.2d 107 (E.D.N.Y. 2003)
(the parties agreed during the arbitration hearing to bifurcate liability from remedy, and there is nothing in
the record that even remotely suggests that the parties and the arbitrator believed that the arbitrators
decision on liability would be anything less than final; held, the liability award can be confirmed
notwithstanding the absence of an award that finally disposes of the remedy submitted to arbitration).
(264)
See, e.g., Gulf Petro Trading Co., Inc. v. Nigerian Natl Petroleum Corp., 2003 WL 22429699 (N.D. Tex.).In
this dispute arising out of a joint venture between the claimant (a Texas corporation) and the respondent (a
Nigerian state-owned company), an arbitration was held in Geneva. The tribunal issued a partial award in
favor of the claimant to the effect that the respondent had breached the contract, and deferred ruling on the
question of quantum until a later date. Subsequently, however, the tribunal rendered a final award holding
that the claimant did not after all h525ave standing or capacity to assert its claims. The claimant
unsuccessfully sought to have this final award vacated in the Swiss courts. Only afterwards did it seek to
have a U.S. court confirm and enforce the partial award. The court understandably refused to do so: Because
the issue has already been decided by the Swiss court, a review of that issue by this court would violate
principles of res judicata and international comity; the Swiss court, in sustaining the final award to the
effect that the claimant had no capacity to maintain any of its claims, had followed civilized procedural
rules and had given all parties the opportunity to be heard. Query what would have happened had the
partial award been presented first for confirmation in the United States?
(265)
526
(266)
If there is an arbitral award, it may of course be vacated on the grounds that the arbitrators lacked jurisdiction to decide the dispute, FAA 10(a)(4). The current formulation of the proposed artculo 17 bis of the
UNCITRAL Model Law under which a court may refuse to enforce an order for interim relief if it is merely
satisfied that there is a substantial question relating to the jurisdiction of the tribunal is an unwieldy
attempt to accommodate notions of comptence/competence; as such it is simply irrelevant to American
jurisprudence. See Report of the Working Group on Arbitration, A/CN.9/547 21,27-28 (March 19,2004)
(current draft refers to the grounds for refusal of enforcement of awards listed in the Model Law, artculo
36(a)(i) and (a)(iii); 33 (it is crucial that the power of the arbitral tribunal to decide its own jurisdiction should
be preserved and that courts should not preempt determination by the arbitral tribunal of its competence in
the first instance).
(267)
FAA., 13.
(268)
For example, where the arbitrators have awarded upon a matter not submitted to them and the award may
be corrected without affecting the merits of the decision upon the issues submitted. Uniform Arbitration Act.
13(a). FAA., 11 permits a court to modify an award where the arbitrators have awarded upon a matter not
submitted to them, unless it is a matter not affecting the merits of the decision upon the matter submitted:
The syntax here seems garbled, but the meaning is certainly the same as the UAA provision and for that
matter, the same as the New York Convention, artculoV(l)(c).
(269)
See, Wright v. Land Developers Construction Co., Inc., 564 So.2d 1000 (Ala. 1989) (interim award ordered
contractors to repair damage to homeowners residence and to complete unfinished items specified by the
tribunals expert; a later final award chose to grant damages to the homeowners in lieu of performance
because performance would exceed that intended or contemplated by the parties when they entered into
the contract; held, final award confirmed; the arbitrators clearly indicated that the interim order was not
intended to be final, and the later order handled new issues that arose after the interim order).
(270)
RUAA., 18.The stated rationale is that since courts are very hesitant to review interlocutory orders,
such orders must thus be enforced by courts unless the standard for vacatur is satisfied. Comment 1
( 18 is currently the law in almost all jurisdictions). But this grossly distorts the state of current law,
which although the comment betrays no recognition of the fact attempts to distinguish between (a)
those arbitral orders reviewable under statutory standards, and (b) those that may neither be vacated
nor enforced at all. At least the formal procedure of a party request to incorporate the ruling into an
award does serve, in Lon Fullers terminology, a signaling function that of indicating to a court just
what the intent of the arbitrators was with respect to finality although the comment does not actually
attempt to justify 18 in this way.
527
(271)
The formulations used in the Convention do not seem to have been chosen with any eye to the particular
problem of interim awards. cf. ALBERT JAN VAN DEN BERG, The New York Convention of 1958: Towards a
Uniform Judicial Interpretation 333-46 (1981) (The Working Party agreed that the award should not be
enforced if under the applicable arbitral rules it was still subject to an appeal which had a suspensive effect,
but at the same time felt it would be unrealistic to delay the enforcement of an award until all the time limits
provided for by the statutes of limi- tations had expired or until all possible means of recourse have ()
been exhausted and the award had become final ).
(272)
The UNCITRAL Secretariat has in fact suggested that the prevailing view, confirmed also by case law in
some States, appears to be that the Convention does not apply to interim awards. Note by the Secretariat,
International Commercial Arbitration: Possible Future Work in the Area of International Commercial Arbitration,
A/CN.9/ 460, 121 (April 6,1999); see also Report of the Working Group on Arbitration, A/CN.9/524, 47 (June
2, 2003) (In the view of various delegations, strictly speaking, no interim measure should be regarded as
an arbitral award, since it was ephemeral in nature and did not attempt to solve definitively all or part of the
dispute). To the same effect, see, LEW , Julian D.M., et al, Comparative International Commercial Arbitration
635- 36 (2003) (while some courts have enforced interim awards under the New York Convention like any
other awards (citing U.S. authority), the prevailing position is that interim awards are not enforceable
under the Convention (citing Australian and Austrian authority to the effect that unlike a partial award, an
interim award cannot be challenged independently from the final award, nor can it be enforced). It seems
extremely unlikely that any universally acceptable formula can be devised to reverse this result.
(273)
(274)
See, e.g., infra note 280 (abitral ruling that claim has been timely filed).
(275)
Sperry Intl Trade, Inc. v. Government of Israel, supra note 255, 532 F.Supp. at 906. See also Home Ins.
Co., supra note 258,127 F.Supp.2d at 487-88 (the award in question here certainly is final in a very important
respect it has determined that [claimant] is entitled to possession of the $408,000 during the pendency
of the arbitration).
528
(ii)
(276)
Yonir Technologies, Inc. v. Duration Systems (1992) Ltd., 244 F.Supp.2d 195 (S.D.N.Y. 2002) (this order
does not dispose of any separable claim contained in the parties arbitration demands, and is too attenuated
from asset preservation to be considered an award for interim equitable relief ). It is instructive to compare
Yonir Technologies with Publicis Communication, discussed supra note 261. In Publicis the claimant had
urged and the arbitral tribunal appeared to accept that its need for the tax records in question was
extremely urgent so that it would be able to comply with governmental regulations. While a mere
unreviewable discovery order would involve compiling information as an early step in moving toward
the end result, by contrast the claimants entitlement to the records in Publicis was thought to be at least
one of the very issue[s] that the claimant wanted arbitrated.
(277)
See, Mobil Oil Indonesia Inc. v. Asamera (Indonesia) Ltd., 372 N.E.2d 21 (N.Y. 1977) (there is no authority
for this court () to intervene at this state of the progression of the arbitration proceeding; for the court to
entertain review of intermediary arbitration decisions involving procedure or any other interlocutory matter,
would disjoint and unduly delay the proceedings).
(278)
Aerojet General Corp. v. American Arbitration Assn, 478 F.2d 248 (9th Cir. 1973) (judicial review of such a
ruling prior to the rendition of a final arbitration award should be indulged, if at all, only in the most extreme
cases). In Aerojet the parties had never agreed on the location of the arbitration, and so pursuant to its
rules, the AAA itself was to make the initial determination. (See, the current version of the Commercial
Arbitration Rules, r. 10:The parties may mutually agree on the locale where the arbitration is to be held... If
a party objects to the locale requested by the other party, the AAA shall have the power to determine the
locale, and its decision shall be final and binding.). Compare Richard C. Young & Co., Ltd., v. Leventhal,
298 F.Supp.2d 160 (D. Mass. 2003). Here, the agreement did say something that any dispute will be
submitted for arbitration to the AAA in Boston, Massachusetts. The claimant instituted an arbitration in
California, and over the respondents objection, the AAA agreed that the arbitration should proceed there;
the respondent then moved to enjoin the pending California arbitration and to compel arbitration in
Massachusetts. The federal district court first determined (1) that the arbitration clause was ambiguous.
(2) Since the determination on venue had not been made by the actual arbitrator, but only by the AAA, the
court was not preempted by an arbitrators decision; if, on the contrary, the ruling had been made by the
arbitrator himself, the court could review it only in very narrow circumstances. (3) Instead, it was now the
court that had the authority to () interpret the clause. And (4) the court ultimately determined that the
clause was not really a forum-selection clause it merely required that requests for arbitration be submitted
to the AAAs Boston office, with no obligation to conduct the actual proceedings there.
All this is surprisingly incoherent. Note that the decision is not at all conceived in terms of review, but
instead as both an initial and final determination by a court as to a matter within its exclusive authority. But
of course, if the court is indeed the appropriate decisionmaker, then it should not matter in the slightest
whether or not the arbitrator has gone first and made a ruling: His decision would be entitled to the usual
deference only $the parties had originally entrusted him with the contractual authority to make it and if
they did, this deference would be due both prospectively and after the fact. See First Options of Chicago,
Inc. v. Kaplan, 514 U.S. 938 (1995) (because the Kaplans did not clearly agree to submit the question of
arbitrability to arbitration, the Court of Appeals was correct in finding that the arbitrability of the Kaplan/First
Options dispute was subject to independent review by the courts). In addition, since the only question that
remains is the scope of consent, the author cannot see why it matters whether the determination as to the
site of the arbitration was made by the AAA pursuant to its rules or by the arbitrators themselves, nor
why it should matter whether the agreement contains a provision that requires construction, or whether (as
in Aerojet) it is instead totally silent. It is in fact the former case that the author thinks particularly calls for
deference to the supposed expert ability of arbitrators. Curiously, the court in Richard C. Young showed no
awareness of the Supreme Courts earlier decision in Pacificare Health Systems, Inc. v. Book, 2003 WL
1791225 (U.S.) (did a contractual provision that punitive damages shall not be awarded bar an arbitral
529
award of treble damages under Rico? Since the terms of the agreement were ambiguous and the intent of
the parties uncertain, the courts should not take upon themselves the authority to decide the antecedent
question of how the ambiguity is to be resolved, and the arbitrators must first be called on to tell us just
what the agreement means). See ALAN SCOTT RAU, Everything You Really Need to Know About Separability
in Seventeen Simple Propositions, 14 AM. Rev. Intl Arb.1, 103 - 4 (2003).
(279)
Yasuda Fire & Marine Ins. Co. of Europe Ltd. v. Continental Casualty Co., 840 E Supp. 578 (N.D. Ill. 1993)
(gag order was a wholly procedural and largely... discovery-oriented ruling and therefore not an award).
(280)
Ligon Nationwide, Inc. v. Bean, 761 F.Supp. 633 (S.D. Ind. 1991) (not a final award but purely procedural
and precursory to a final arbitration). Such determinations are now clearly within the virtually non reviewable
discretion of the arbitral tribunal under Howsam, see, RAU, supra note 278, at 101-3; of course, they can still
be tested on a motion to vacate.
(281)
(282)
Michaels v. Mariforum Shpping, S.A., supra note 265, 624 F.2d at 414.
530
(283)
Cofinco, Inc. v. Bakrie & Bros., N.V, 395 F.Supp. 613 (S.D.N.Y. 1975) (the goal of the proceedings was, and
remains, a money award).
(284)
Pyrarmd, Inc. v. Nat. Telefilm Assoc. Inc., 243 N.Y.S.2d 170 (N.Y.Cty.Sup.Ct. 1963) (arbitral award directed
an accounting, subject to audit by a national firm of independent certified public accountants, who, if they
found the accounting unfair, were directed themselves to prepare an accounting which would be binding;
held, award was not final because the arbitrator had delegated to the accountants his power to decide the
amount due). See also Puerto Rico Maritime Shipping Authority v. Star Lines Ltd., supra note 260; Chaco
Energy Co. v. Thercol Energy Co., 637 P.2d 558 (N.M. 1981) (award was incomplete because the arbitrators
failed to decide an issue specifically submitted to them, i.e., the date for performance; held, arbitrators do
not have authority under Uniform Arbitration Act to amend decision in order to fix such a date). But cf.
University Mednet v. Blue Cross & Blue Shield of Ohio, 710 N.E.2d 279 (Ohio App. 1997) (billing dispute
between physicians association and health insurer; the fact that the award instructs the parties to provide
each other with additional information so that such award can be carried out does not render the award
indefinite; the arbitrators could not be expected to provide specific monetary figures when the information
necessary to determine such figure was not provided to them).
(285)
Cf.3 Federal Arbitration Law, 37.6.1.3 (Ian Macneil et al. eds., 1994) (Courts should not draw too fine a line
between these statutory grounds for vacating a purported award and using the same factors of mutuality,
finality, and definiteness to determine whether any award has been made at all).
531
1.
INTRODUCCIN
Una de las caractersticas principales del sistema de arbitraje en materia comercial internacional hoy en da es la limitada intervencin judicial. Esta intervencin tiene principalmente dos funciones. La primera es la de apoyar el arbitraje antes (por ejemplo, la obligacin del
juez de referir las partes a instancia de
una de ellas a arbitraje ante la existencia
de una clusula arbitral), durante (por
ejemplo, con la ejecucin de medidas
cautelares o con el nombramiento de rbitros) y despus (con la ejecucin del
laudo) del procedimiento. La segunda es
( *)
Consejera Especial en Carey y Ca., Santiago de Chile. Ex Directora para Amrica Latina de la Corte
Internacional de Arbitraje de la CCI.
(1)
Ver artculo 5 de la Ley Modelo de la CNUDMI. En Per, artculo 123 de la Ley General de Arbitraje de Per
(en adelante, LGA).
(2)
532
varias disposiciones que siguen esta tendencia: el artculo 101 permite que los rbitros sean de cualquier nacionalidad(4),
el artculo 108 le da la libertad a las partes para que sean representadas por abogados de cualquier nacionalidad y en el
artculo 111 se estipula la libertad en cuanto al idioma del arbitraje. Por otro lado,
en los artculos sobre anulacin y ejecucin del laudo (99 y 129 respectivamente), se habla no de orden pblico como
lo estipula la Ley Modelo, sino de orden
pblico internacional.
Las disposiciones relativas al idioma del arbitraje(5) y a la nacionalidad de
los rbitros son tan comunes y necesarias que se nos olvida que son de tendencia deslocalizadora. Hablar de orden pblico internacional significa un paso
hacia la transnacionalizacin mencionada, aunque siempre la cuestin de orden
pblico nacional o internacional queda
sujeta a interpretaciones. Pero hay una
disposicin adicional en la LGA que es
tremendamente deslocalizadora y que
llama poderosamente la atencin:
(3)
Ver, por ejemplo, PAULSSON, Jan, Enforcing Arbitral Awards Notwithstanding a Local Standard Annulment,
en: ICC ICArb Bulletin, Vol. 9, N 1, 1998, p. 29. As, alguna jurisprudencia francesa: Hilmarton Ltd. V.
Omnium de traitement et de valorisation (OTV) del 23 de marzo de 1984, Pabalk Ticaret Sirketi v. Norsolor
S.A. del 9 de octubre de 1984 y Ministry of Public Works of Tunisia v. Socit Bec Frres del 24 de febrero
de 1994. Ver tambin, GAILLARD, Emmanuel / EDELSTEIN, Jenny, Baker Marine and Spier Strike a Blow to
the Enforceability in the United States of Awards Set Aside at the Seat, en: International Arbitration Law
Review (2000) 37-43. Ver tambin JIMNEZ F IGUERES, Dyal, La madurez del arbitraje internacional: de
laudos extranjeros a laudos internacionales, en: Revista Internacional de Arbitraje, N 4, 2006, p. 179 (la
autora admite que hay grados de internacionalidad). En contra, VAN DEN B ERG, Albert Jan, The New
York Arbitration Convention of 1958, en: Kluwer Law and Taxation Publishers, pp. 81-120 y SAMPLINER,
G.H., Enforcement of Foreign Arbitral Awards After their Annulment in their Country of Origin, in: MeaLey
Ns International Arbitration Report (1996), pp. 22-30. Estos autores plantean que el sistema actual no
permite la deslocalizacin, sin necesariamente estar en contra de ella para un futuro (de lege ferenda).
(4)
(5)
En Brasil, para arbitrajes relacionados con asociaciones pblico-privadas (esquema utilizado sobre
todo para obras pblicas), el idioma debe ser portugus y el derecho aplicable es el brasileo, segn la
Ley N 11079, de diciembre de 2004. Esta es una excepcin a la regla plasmada en la Ley brasilea de
Arbitraje de 1996.
Para abordar este tema, primero analizar los alcances de esta disposicin (2)
y despus mencionar la experiencia comparada (3).
2.
533
ALCANCES DE LA RENUNCIA
AL RECURSO DE ANULACIN
CONTRA EL LAUDO EN EL
PER
534
(6)
Artculo II de la Convencin de Nueva York, artculo 7(2) de la Ley Modelo sobre Arbitraje Comercial
Internacional de la CNUDMI, artculos 10 (arbitraje nacional) y 98 (arbitraje internacional) de la LGA.
(7)
Es de notar que el Reglamento del LCIA es a primera vista ser ms limitativo que la misma LGA, al
mencionar cualesquiera vas de recurso de apelacin o revisin. Pareciera que en este punto la debilidad nace de la traduccin al espaol de la misma disposicin en ingls: appeal, review or recourse.
Segn el LCIA, la versin oficial es la inglesa, por lo que podemos afirmar que ambas, la LGA y el reglamento de la LCIA, se refieren a la renuncia al recurso de anulacin.
(8)
(9)
(10)
535
LEGISLACIN COMPARADA
Como se ver ms adelante, stos son Blgica, Panam, Suecia, Suiza y Tnez.
Segn sentencia del Tribunal Constitucional del Per del 28 de febrero de 2006, en dictum:
() es un hecho incontrovertible que existe la posibilidad de cuestionar, por la va del proceso constitucional, una resolucin arbitral. Esta, por tanto, debe ser considerada como la nica opcin vlida constitucionalmente, habida cuenta de que bajo determinados supuestos procede el proceso constitucional contra
resoluciones provenientes tanto del Poder Judicial como de un Tribunal Militar (artculo 4 del Cdigo Procesal Constitucional). En esa medida, no existe respaldo constitucional que impida recurrir al proceso
constitucional frente a la jurisdiccin arbitral.
Sin embargo, es de notar que esta opinin se dio en la decisin que deneg el recurso de habeas corpus
solicitado por un rbitro en el contexto de un arbitraje nacional. En Espaa, por el contrario, en la sentencia
del Tribunal Constitucional (Sala Primera) N 9/2005 del 17 de enero se confirm lo que jurisprudencia
reiterada vena estableciendo, y es que un laudo arbitral no puede ser objeto de impugnacin por medio
del recurso de amparo.
(11)
Para un interesante anlisis sobre la constitucionalizacin del arbitraje, ver DE JESS O., Alfredo, La Sala
Constitucional y el Arbitraje Comercial, en: Revista Peruana de Arbitraje, N 3, 2006, p. 63. Para analizar
el tema sobre los recursos contra el laudo en el arbitraje nacional en el Per, ver ABANTO TORRES, Jaime
David, El Arbitraje en las Sentencias del Tribunal Constitucional y la Procedencia del Amparo contra
Laudos Arbitrales, en: Revista Peruana de Arbitraje, N 3, 2006, p. 149 y LOHMANN, Juan Guillermo, Interferencia Judicial en los Arbitrajes, en: Revista Peruana de Arbitraje, N 1, 2005, p. 279.
536
institucional). Lamentablemente, cualquier anlisis de esta norma carece de sentido, debido a que ella fue declarada inconstitucional por la Corte Suprema de
Justicia en su fallo del 7 de octubre de
2005. En esa decisin, la Corte Suprema
consider que dicha disposicin violaba
el artculo 32 de la Constitucin panamea consagrado al debido proceso. Manifest que () una norma con jerarqua
legal que permita a las partes renunciar
anticipadamente y en abstracto al ejercicio de un medio de impugnacin es contraria a la garanta fundamental del debido proceso. Es de notar que estas razones son similares, si no idnticas, a las razones por las cuales en ciertas jurisdicciones se prohiba el pacto arbitral y se requera el compromiso hace algunas dcadas.
Por otro lado, el caso belga es interesante, ya que en la ley de arbitraje de
1985 haba una presuncin de renuncia
cuando las partes eran extranjeras; sin
embargo, en 1998 se modific la norma
para agregar el requisito de la expresin
de la voluntad de las partes:
Article 1717(4) Code Judiciaire:
Les parties peuvent, par une
dclaration expresse dans la convention darbitrage ou par une
convention ultrieure, exclure
tout recours en annulation dune
sentence arbitrale lorsque aucune
delle ne soit une personne physique ayant la nationalit belge ou
une rsidence en Belgique, sois
une personne morale ayant en Belgique son principal tablissement
ou y ayant une succursale.
Esta renuncia expresa tambin la exigen las leyes sueca, suiza y tunisina. En
CONCLUSIN
sobre todo tomando en cuenta que la legislacin panamea ni siquiera la restringe a extranjeros, cuando las dems, incluyendo la peruana, s lo hace. Lo que s se
puede afirmar es que eliminar el recurso
de anulacin del laudo es un paso hacia la
deslocalizacin del arbitraje, lo que, a su
vez, fortalece la Convencin de Nueva
York y la deja como el instrumento nico
de control de los laudos.
537
El Dr. Lohman bien dijo que el arbitraje va all donde quieren las partes(12)
y ste es un perfecto ejemplo de ello. El
laudo internacional es as empujado por las
partes hacia el vaco, pero con la red protectora de la Convencin de Nueva York(13).
Esto, claro est, siempre que las legislaciones locales as lo permitan y slo en la
medida en que lo hagan. En ese sentido, la
LGA da muestras de ser futurista.
(12)
(13)
538
539
IMPUGNA
CIN JUDICIAL DE LLAUDOS
AUDOS ARBITRALES
IMPUGNACIN
ARBITRALES..
EL CASO CARTELL
ONE - UN LLAMENT
AMENT
ABLE RETROCESO
CARTELLONE
AMENTABLE
1.
EL FALLO CARTELLONE.
INTRODUCCIN
( *)
(1)
Meller Comunicaciones S.A. U.T.E. c/ Empresa Nacional de Telecomunicaciones fallado el 5 de noviembre de 2002. La cartula correcta del expediente en el que se expidi la Corte es Recurso de Hecho
deducido por la demandada en la causa Meller Comunicaciones S.A. U.T.E (M.681.XXXV).
(2)
Jos Cartellone Construcciones Civiles S.A. C/ Hidroelctrica Norpatagnica S.A. c/Hidronor S.A. s/
Proceso de Conocimiento, sentencia del 1 de junio de 2004.
540
HCTOR MNDEZ
ese caso fue una de las causales del juzgamiento poltico de los magistrados de
la C.S.J.N., sentando tambin as, en
este ultimo aspecto, un peligrossimo
precedente, que de aqu en ms permitir juzgar las conductas de los jueces
por el contenido de sus fallos(3).
(3)
Junto a una indita reprimenda pblica del titular del Poder Ejecutivo al entonces presidente de la C.S.J.N., Dr. Julio
Nazareno, el 4 de julio de 2003, pidiendo
su juicio poltico(4), el Congreso impuls
Desde que hace 200 aos, en que el Senado de los EE.UU., cuya constitucin fuera fuente directa de la
argentina de 1853, rechazo el juicio poltico promovido al Juez de la Corte Suprema CHASE, Samuel,
acusado por la Cmara de Representantes, que consider sus sentencias como arbitrarias, opresivas e
injustas por su espritu de persecucin e injusticia, en una decisin en la que se pretendi salvaguardar la
independencia del Poder Judicial, no se discute que la conducta de los jueces no puede ser juzgada por el
contenido de sus sentencias, sin perjuicio de la frecuente tentacin de los gobernantes de contar con
Cortes adictas o al menos permisivas conferencia, GONZLEZ CAMPAA , German, Juicio Poltico a los
Jueces de la Corte Suprema por el contenido de sus sentencias: Hacia una casacin poltica de los
criterios jurdicos?, en: L.L., Sup. de Derecho Constitucional, 20 de febrero de 2004, pp. 60 y ss.
Ese principio tiene adems, validez universal. En tal sentido cabe recordar por ejemplo que el artculo
15.2. del Estatuto de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, aprobado mediante Resolucin N
448 adoptada por la Asamblea General de la OEA en su noveno periodo de sesiones, celebrado en La
Paz, Bolivia, octubre de 1979, establece que no podr exigrseles (a los Jueces de esa Corte) en ningn
tiempo responsabilidad por votos y opiniones emitidos o actos realizados en el ejercicio de sus funciones.
(4)
Un titular del Diario La Nacin, de ese mismo da 4 de julio de 2.003, anunciaba Los cambios en la justicia:
ponen en la mira a otro juez de la llamada mayora automtica de la Corte. Comenz el enjuiciamiento
poltico a Moline, p. 6.
este mecanismo contra cada uno de los ministros acusados de integrar la llamada
mayora automtica, que haban votado en el mismo sentido en Meller, esto es
por el rechazo del R.E.F. deducido. Ello
provoc hasta el momento una purga sin
precedentes del mximo tribunal judicial
argentino, con la renuncia de tres de sus
integrantes Dres. Nazareno; Lpez y Vzquez, y la destitucin de Moline
OConnor, que decidi afrontar los cargos sometindose a ese juicio poltico(5).
A ello se suma, la reciente decisin de
541
(5)
Debe recordarse tambin la inicial y decorosa renuncia del Dr. Bossert, Gustavo, en el ao 2002, cuando
se comenz a analizar la posibilidad de iniciar juicio poltico a todos los miembros de la Corte acusados de
integrar la mayora automtica.
(6)
Se produce as otra fractura de lo que fuera un pilar bsico en materia de control poltico de la actividad de
los jueces de la C.S.J.N. Siempre se ha entendido, como se vio en nota 3, que su remocin no se puede
basar en el contenido (justicia o injusticia) de sus fallos, porque para ello estn los recursos previstos por
el rgimen constitucional y legal vigente. Salvo que constituyeran un instrumento para la comisin de
algn ilcito en el ejercicio de sus funciones, como prevaricato, cohecho, etc. Pero si ello no se demuestra
no existe rgano alguno en la estructura constitucional argentina, que pueda considerarse por encima de
las decisiones jurisdiccionales del mximo tribunal, para juzgar si lo resuelto en un caso determinado,
resulta justo, equitativo, legitimo o constitucional.
Tampoco pueden ser motivo de mal desempeo determinante del juicio que prev el artculo 53 de la
Constitucin, las sentencias dictadas a favor o en contra de ciertas posiciones doctrinarias o precedentes
jurisprudenciales, siempre discutibles segn pocas y circunstancias, porque ello afectara la independencia de los jueces. Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales. Documento del 24 de julio de
2.003 La Corte Suprema de Justicia, ED. 2 de setiembre. 2003, N 10.829.
La cuestin es gravsima porque que si el Congreso de la Nacin se considera con facultades para juzgar
a los jueces tomando como causa el contenido de sus fallos o sentencias, habr comenzado una practica
o sentado un precedente que bien podra repetirse en otras oportunidades y por otras integraciones polticas del mismo, contra otros jueces, con lo cual la independencia del poder judicial, engranaje esencial de
todo gobierno democrtico, desaparecera.
Se ha dicho, en tal sentido que juzgar polticamente a los jueces, por el contenido de sus sentencias, es
transmitir hacia el futuro una debilidad congnita al resto de los jueces. El juicio poltico ya no ser entonces un elemento republicano de control del desempeo, sino una instancia revisora de las sentencias. Una
suerte de Corte Suprema fuera del poder judicial. BIANCHI , Alberto B., Los jueces juzgados por sus
fallos, en: Diario La Nacin, 27 de julio de 2003.
Cabe recordar que de acuerdo a esa hasta Meller indiscutida doctrina, la C.S.J.N., ha rechazado los
pedidos de juicio polticos a magistrados basados en el contenido de sus sentencias.
As en el caso Weide y Compaa s/Pedido de Juicio Poltico al Sr. Juez Nacional en lo comercial Dr.
Alegra, Hctor, resuelto el 31 de julio de 1968 (Fallos 271:175), al rechazar esa denuncia, destac que:
Con prescindencia del juicio que pueda merecer lo decidido respecto de su acierto, es obvio que el
posible error de las resoluciones cuestionadas en materia opinable, no puede conducir al enjuiciamiento
del magistrado.
En el mismo sentido, en el caso: Arigos, Dr. Carlos R. (Juez de Instruccin) se solicita su enjuiciamiento,
resuelto el 15 de setiembre de 1969 (Fallos 274:415), se rechazo dicho pedido, sealando entre
otros argumentos:
542
HCTOR MNDEZ
que en ese fallo, al convalidar una decisin arbitral que hizo lugar al cuantioso reclamo dinerario de esa firma contratista
de la ex Entel, pese a las objeciones de la
SIGEN y de la Procuradura General, no
solo se haban perjudicado los intereses del
Estado sino que se haba legitimado judicialmente un proceso administrativo fraudulento. Esa causal fue fundamental en la
destitucin del Dr. Moline Connor(7).
Tan grave ha sido entendida la decisin tomada en ese caso, que precisamente los tres magistrados que votaron en disidencia (Fayt; Petracchi y Belluscio), son
los nicos que hasta el momento han
quedado al margen del enjuiciamiento
poltico por mal desempeo.
Que el principio de la independencia del Poder Judicial es uno de los pilares bsicos de nuestra organizacin institucional. Por ello, los constituyentes, se preocuparon de asegurar la inamovilidad de los jueces,
creando la garanta de que conservaran sus empleos mientras dure su buena conducta considerando 1.
Que el fin ultimo de la independencia de los jueces es lograr una administracin imparcial de justicia, fin
que no se realizara si los jueces carecieran de plena libertad de deliberacin y decisin en los casos que
se someten a su conocimiento. considerando 2.
Que es obvio que este presupuesto necesario de la funcin de juzgar resultara afectado si los jueces
estuvieran expuestos al riesgo de ser removidos por el solo hecho de que las consideraciones vertidas en
sus sentencias puedan ser objetables, en tanto y en cuanto por supuesto ellas no constituyan delitos
reprimidos por las Ley Nes o traduzcan ineptitud moral o intelectual que inhabilite para el desempeo del
cargo. considerando 3.
Que es obvio, asimismo, que en el ejercicio de su delicada funcin, una de las virtudes del juez debe ser
la prudencia, la circunspeccin, la mesura y la estimacin respetuosa y comedida de todos los integrantes
de la sociedad que de un modo u otro, cumplen su misin dentro de un orden republicano. considerando 4.
En el mismo sentido, luego de la reforma constitucional de 1.994, el Jurado de Enjuiciamiento que trat el
Jury promovido al Juez Bustos Fierro, Ricardo, aplicando la norma reglamentaria de ese consejo que
establece que queda asegurada la garanta de independencia de los jueces en materia de contenido de
las sentencias (artculo 14 inc. b de la Ley N 24.939), rechaz la acusacin de ignorancia manifiesta del
derecho del Juez, por haber autorizado al ex presidente MENEM, Carlos a postularse interinamente a un
tercer mandato presidencial.
Dijo el Jury, en esa oportunidad, que las decisiones jurdicas que adoptan en sus sentencias o el criterio
que informa a las mismas entran dentro de una zona de reserva de los jueces y que la independencia
judicial abarca tambin la independencia de criterio del magistrado, con la finalidad de garantizar la inamovilidad funcional mientras dure su buena conducta considerando 3 y 5.
(7)
As lo entendi el Senado de la Nacin, en el fallo del 3 de diciembre de 2003, al destituir al Dr. OCONNOR ,
Molin. Se consider tambin que lo votado en este caso implic negar al Estado la va judicial de revisin
de una resolucin administrativa que ilegtimamente lo perjudica en centenares de millones de pesos,
omitiendo el tratamiento de los serios planteos del recurso, las disidencias judiciales y la existencia del
proceso penal, lo que, hace presumir ante lo manifiesto de las irregularidades y arbitrariedad del caso, que
no obr como juez sino por otros intereses y haber abdicado de manera arbitraria constitucionalidad en
los trminos del artculo 14 de la Ley N 48, artculo 59 de la Constitucin Nacional.
543
(8)
Es que en este importante tema debemos actuar con objetividad y razonabilidad, tratando de adoptar
decisiones jurdicas que se acompasen con la necesaria y paulatina reinsercin de nuestro pas en el
concierto mundial, recobrando el crdito internacional, sin el cual difcilmente se pueda salir de la difcil
situacin en que se encuentra.
(9)
No nos atrevemos a pensar que el fallo Cartellone est preparando el camino para una eventual postura
argentina frente a laudos arbitrales adversos en los organismos arbitrales internacionales en los que se
544
2.
HCTOR MNDEZ
(10)
E.D., T. 204, p. 312, con nota de PALACIO, Lino E., El Arbitraje Voluntario y el Recurso Extraordinario
Federal (el caso Meller), L.L. t. 2003-B, pp. 905 y ss. con nota de COLERIO, Juan Pedro, La Revisin del
Laudo Arbitral por el Recurso Extraordinario.
Antecedentes del caso: Segn las constancias del dictamen del Sr. Procurador General y de la sentencia,
surge que en 1986, Meller S.A. en U.T.E. con GTE Directories Corporation, y Entel celebraron un contrato
para la confeccin y distribucin de seis ediciones de guas telefnicas. Entel concedi a las citadas
empresas el derecho exclusivo de publicacin de las guas telefnicas de la Ciudad de Buenos Aires y
alrededores, a cambio de un precio fijo y un porcentaje variable (entre el 8% y el 25% segn la edicin), de
las ganancias que estas obtuvieran de la publicidad vendida a los interesados que publicaran avisos en
dichas guas.
Las empresas se encargaban de conseguir y contratar con los avisadores, el precio y dems condiciones
de la publicidad, comunicando a Entel los importes convenidos con aquellos, a cuyo efecto le hacia entrega de una cinta magntica que la empresa estatal incorporaba a su sistema informativo y los inclua en las
facturas emitidas peridicamente a los abonados, importe que perciba junto con el abono telefnico, en
nombre y representacin de Meller S.A..
Sobre la base de la informacin recibida de Entel S.A. por los importes facturados a los abonados, Meller
S.A. emita un estado o resumen de cuenta, que la empresa estatal deba abonar dentro de los 10 das de
revisada y aprobada la liquidacin respectiva.
Una vez finalizada la facturacin correspondiente a cada edicin anual, las partes deban formular la
rendicin final de cuentas respectiva.
El 28 de junio de 1995, Meller S.A. solicit a Entel (e.l), que le entregara toda la informacin relativa a los
deudores por avisos publicados en las guas editadas en los aos 1988, 1989 y 1990, a la vez que le
requiri la rendicin final de cuentas del contrato.
Ante la informacin de Entel de que en sus archivos no tenia la documentacin respaldatoria relativa a
quienes adeudaban a Meller S.A. la publicidad incluida en las guas editadas en esos aos, esta ultima
formul su propia liquidacin final de cuentas sobre la base de su propia contabilidad por la suma de $
43.664.253,01 (a valores al 31 de agosto de 1994), a la vez que solicit la apertura a prueba de las
actuaciones administrativas y la designacin del perito contador que propuso.
Habindose ordenado la apertura a prueba de las actuaciones administrativas, producindose la ofrecida
por las partes, y los dictmenes legales, informe pericial de contador publico, e informe de auditores. Entel
(e/l), formul su propia liquidacin final de las cuentas del contrato, del que resultaba un crdito a favor de
Meller S.A. por $ 28.942.839.
Luego de producido el dictamen de la Gerencia de Asuntos Legales, el 8 de noviembre de 1996, la representante del Estado Nacional y liquidadora, dict la resolucin 146/96 en la que dispuso ordenar el pago
de la suma antes indicada en Bonos de Consolidacin de la Deuda Publica, suscribindose los respectivos formularios de requerimiento de pago de la deuda consolidada.
Remitido el expediente a la Sindicatura General de la Nacin, esta puso en duda la razonabilidad del
mecanismo de ajuste aplicado para calcular el importe de la liquidacin final, aconsejando su pase al
Ministerio de Economa de la Nacin. La Direccin de Asuntos Jurdicos advirti que Meller S.A., ya
habra percibido el saldo de liquidacin final del contrato y renunciado a todo reclamo relacionado con la
publicidad de las guas telefnicas editadas en los aos 1988, 1989 y 1990, en ocasin de reconocrsele en Exp. 8946/94 el reclamo por la liquidacin final de la publicidad correspondiente a la edicin
telefnica del ao 1990.
Meller S.A. discrep con esa opinin, respecto al alcance de esa renuncia, expresando que haba renunciado a reclamar las diferencias de liquidacin relacionadas con los avisos publicados en las guas telefnicas de esos aos, pero no al derecho de formular la liquidacin final del contrato y reclamar todas las
diferencias dejadas de percibir por razones imputables a Entel.
545
Remitidas las actuaciones a la Procuracin del Tesoro de la Nacin, su titular dictamin que la Resolucin
146/96, era nula de nulidad absoluta e insanable y que por tratarse de un acto irregular deba ser inmediatamente revocada en sede administrativa segn lo prescripto por el artculo 17 de la Ley N 19549.
Ante esa objecin la liquidadora de Entel dict la Resolucin 18-98 por la que se suspendieron los efectos
de la Resolucin 146/96.
(11)
Contra la Resolucin 18/96 Meller S.A. (U.T.E.), interpuso recurso de apelacin ante el tribunal arbitral
de Obras Publicas, que fue resuelto en el inicial laudo 2813 (del 7-VII-1999), hizo lugar a la apelacin,
estimando que la suspensin ordenada por aquella Resolucin se hallaba extinguida por haberse satisfecho la condicin a la que se haba subordinado su cumplimiento, esto es a la opinin favorable de
estacados juristas.
Meller S.A. (U.T.E.), present recurso aclaratoria ante el citado tribunal arbitral, entendiendo que este
haba resuelto lo solicitado solo en forma implcita.
Ello motivo el dictado del segundo laudo 2814 (del 4-VIII-1999), en el que el tribunal arbitral afirm que
resulta obvio que la resolucin 146-96 ha recobrado su fuerza ejecutoria (...) por lo que en las actuales
circunstancias (...) debe ser cumplido.
(12)
La apelante solicit la apertura del remedio federal sobre la base de argumentos que pueden resumirse
as: a) que se halla abierta la va recursiva del artculo 14 de la Ley N 48 para Entel (e.l.) parte que se vio
forzada a la va jurisdiccional administrativa puesta en marcha por el contratista, el laudo emanado de la
instancia administrativa debe tener control judicial suficiente, mxime en el supuesto de grosera arbitrariedad, b) que el fallo carece de fundamento pues resuelve por va de una llamada aclaratoria que la
resolucin 146-96 debe ser cumplida, con total omisin de los motivos determinantes de la nulidad que
fueron destacados en el dictamen 14-98 de la Procuracin del Tesoro de la Nacin, c) que el laudo incurre
en el absurdo de ordenar el cumplimiento de un acto administrativo nulo sin expedirse sobre el fondo de la
discusin, esto es, sobre las razones fcticas y jurdicas que justifican semejante sancin.
(13)
Los fundamentos del dictamen del Procurador General Dr. Becerra, Nicols E., para propiciar el rechazo
de la queja por denegacin del R.E.F., se circunscribieron a los siguientes conceptos:
546
HCTOR MNDEZ
ii)
Desde el precedente de Fallos: 252:109 reiterado en Fallos: 261:27, 308:116 y 322:298, la C.S.J.N. estim, con arreglo a lo prescripto por los artculos 7 de la Ley N 12910, 6, 7 y 8 del Decreto 11511-47, su
aclaratorio 4517-66 y en el Decreto 1098-56, que no cabe recurso judicial alguno respecto de las decisiones del tribunal arbitral de Obras Pblicas.
Ello se fundamenta en la naturaleza optativa del rgimen en cuestin, en cuyo mbito puntualiz la eleccin del proceso administrativo importa la renuncia del judicial, incluso del recurso extraordinario (Fallos:
252: 109 y 308:116), y en la falta de legitimacin del Estado Nacional para plantear la invalidez constitucional de las previsiones por l mismo dictadas planteo que V.E. juzg implcito en la pretensin estatal de
acceder a esta instancia extraordinaria pese a lo previsto en las normas citadas (v. Fallos: 322:298).
El artculo 6 del Anexo C del decreto 1496-91, al precisar la responsabilidad primaria del tribunal arbitral
de Obras Pblicas a saber: Ejercer la funcin jurisdiccional que le encomiendan las Ley Nes de Obras
Pblicas 13064, decretos 11511-47, 1978-64 y 772-64, de Consultora 22-460 y de Concesin de Obra
Pblica 17-520 enumera entre las acciones del rgano la de (...) resolver con fuerza de verdad legal las
cuestiones que los particulares le sometan a su jurisdiccin, sobre los temas de su competencia(...) (
ap. 4 del artculo 6).
(14)
Fallos: 322:298
(15)
(16)
Se reitero la doctrina de Fallos: 122:73, 132:101, 134:37, 284:218, 296:723 -considerando 4- doctrina de
Fallos: 303:1.039 y 307:630 y 311:1.237.
(17)
547
i)
iii) Aade tambin que segn la doctrina de ese tribunal, la jurisdiccin arbitral consentida excluye la que normalmente corresponde a los jueces
sin que resulten admisibles en aquella hiptesis, otros recursos que los
que consagran las leyes procesales,
por cuyo medio ha de buscarse reparar los agravios ocasionados por
el laudo respectivo(20). Con la salvedad de aquellos casos en que el
tribunal arbitral se constituy en instancia originaria de la Corte y sta
efectu la revisin por va de accin
(autnoma) de nulidad(21) cons. 8.
ii)
Aclara que si bien de un rpido repaso de la jurisprudencia de la Corte, surge que sta ha procedido a la
revisin de laudos arbitrales, que lo
hizo por la va del R.E.F. deducido
contra pronunciamientos (judiciales)
de las instancias ordinarias que decidieron las apelaciones que contra
aqullos autoriza el ordenamiento
procesal (y no directamente contra
(18)
Se trata del caso Servente y Magliola fallado el 12-III-1962. En esa oportunidad dijo la C.S.N. que con
arreglo a la normativa regulatoria del funcionamiento del TADOP, respecto de las decisiones de la Comisin Arbitral Ley N 12910, no cabe recurso judicial alguno. Tratndose de un rgimen optativo, la
eleccin del proceso administrativo importa la renuncia del judicial, incluso del R.E.F. (Fallos: 189: 156,
237:392, 241:203).
(19)
(20)
(21)
(22)
Cita como ejemplos los Fallos 1: segunda serie, p.180 en que ese Tribunal declar nulo un fallo del Juez
Seccional por considerar que el laudo de peritos arbitradores debe contener la mencin expresa de las
disposiciones del Cdigo que se aplican, y ser signada por escribano pblico. Tambin Fallos: 290:458
que al tratar un R.E.F. revoc la sentencia de la cmara y, en uso del artculo 16, segunda parte de la Ley
N 48, dej sin efecto el laudo, haciendo lugar al recurso de nulidad interpuesto. En otras ocasiones se
rechazaron R.E.F. deducidos contra sentencias que denegaron o declararon admisible el recurso de nulidad contra el laudo, porque las cuestiones tradas a su conocimiento, remitan a un punto de derecho
comn y procesal y no haba arbitrariedad en lo resuelto (Fallos: 214:202, 244:203, 255:13, 262:398,
301:198, 305:1365). Tambin dej sin efecto, sentencias que se apartaron de su anterior pronunciamiento
548
HCTOR MNDEZ
Se precisa tambin que, en otro precedente, se admiti una revisin restringida contra el fallo del juez de seccin,
por vicios en la forma o errores de procedimiento y no de la injusticia que se atribuya al laudo respecto del fondo(23). En
el mismo sentido aade lo hizo por va
de R.E.F. en ciertos casos(24), mientras que
en otros revis por la va de excepcin
decisiones de jueces ordinarios que haban
que haba dejado sin efecto un laudo de amigables componedores (Fallos: 295:597) y, adems, se expidi
sobre el alcance de las facultades de los rbitros (Fallos: 196:562) y sobre la constitucin del tribunal
arbitral (Fallos: 298:123)
(23)
Fallos 16:60, segunda serie (con cita de Fallos: 3:322. primera serie, 7:36, segunda serie, contra el fallo
del juez de seccin, 8:240 segunda serie, 9:91, segunda serie, 13:371, segunda serie).
(24)
(25)
(26)
(27)
Se trata del precedente Color S.A. C/ Max Factor Suc. Argentina S/Laudo Arbitral S/ Pedido de Nulidad del
Laudo, fallado el 17 de noviembre de 1994.
Se trat de un R.E.F. por arbitrariedad deducido contra la sentencia de la Sala D de la Cam. Nac. de
Apel, en lo Comerc., que por mayora haba rechazado el recurso de nulidad deducido contra el laudo
de un tribunal arbitral (juicio de rbitros) denunciando faltas esenciales de procedimiento, y extralimitacin de los puntos propuestos en el compromiso, fue declarado inadmisible mediante la aplicacin del
artculo 280 del C.P.C.
El Dr. Boggiano, en su disidencia, consider que corresponda declarar parcialmente admisible el R.E.F. y
dejar sin efecto la sentencia apelada.
Al fundar su voto el magistrado realiz importantes consideraciones en punto al tema, que para evitar su
desvirtuacin interpretativa, se transcriben:
Que en primer lugar cabe hacer una sucinta consideracin sobre la posibilidad de revisar la sentencia
apelada, en tanto que se pronunci acerca de la validez de un laudo arbitral. Para ello, debe tenerse
presente que el arbitraje importa la prorroga o la sustraccin voluntaria de la jurisdiccin que ordinariamente tendran los tribunales del poder judicial, que es transferida a jueces particulares que sustanciarn
y decidirn las contiendas que se sometan a su consideracin.
En el subjudice, los contratantes advirtieron y sacaron provecho de las mltiples ventajas que este procedimiento supone -celeridad, economa, informalidad, conocimientos tcnicos de los juzgadores, la menor
animadversin al cumplimiento de lo resuelto, entre otras cosas-, y libremente convinieron el sometimiento de sus controversias a la autoridad de los rbitros que ellos mismos seleccionaron. Sin embargo, y sin
negar el respeto que merece la voluntad de las partes, esta administracin privada de justicia no es ajena
a cierto control judicial, el cual no es susceptible de ser suprimido totalmente. Ello as, en razn de una
exigencia que surge de objetivos constitucionalmente asumidos, como el de promover la justicia, y tambin de las garantas de la defensa en juicio y de la propiedad y de la ejecutoriedad equivalente a la de una
sentencia judicial que el Estado dispensa, cumpliendo ciertos recaudos, a los laudos arbitrales. La mayor
o menor amplitud de aquel control depende de la misma voluntad que dio origen al arbitraje: de mxima
extensin, si las partes cuentan con el recurso de apelacin por no haber renunciado a l en oportunidad
de pactar el arbitraje, en cuyo caso el tribunal interviniente tendr jurisdiccin para volver sobre el fondo de
la cuestin, o limitado a ciertos mbitos eminentemente formales, en el supuesto de que, con el objeto de
optimizar la rapidez y eficacia en la solucin de sus conflictos, los contratantes hayan renunciado a aquella
apelacin y solo dispongan del recurso de nulidad del laudo arbitral, el cual suele circunscribirse a errores
sobre el control judicial de los laudos arbitrales. Ello obedece a una exigencia que
surge de objetivos constitucionalmente
asumidos, como el de promover la justicia y tambin de las garantas de la defensa en juicio, de la propiedad y de la
ejecutoriedad equivalente a la de una sentencia judicial que el Estado dispensa,
cumplidos ciertos recaudos, a los laudos
arbitrales. La mayor o menor amplitud de
aquel control depende de la misma volun-
549
tad que dio origen al arbitraje: de mxima extensin, si las partes cuentan con el
recurso de apelacin por no haber renunciado a l en oportunidad de pactar el arbitraje, en cuyo caso el tribunal interviniente tendr jurisdiccin para volver sobre el fondo de la cuestin; o limitado a
ciertos mbitos eminentemente formales,
en el supuesto de que, con el objeto de
optimizar la rapidez y eficacia en la solucin de sus conflictos, los contratantes
550
HCTOR MNDEZ
(28)
Fallos: 306:2172. Se trata del caso Sergio O. Quiroga v. Alberto Quiroga, en el que la Corte hizo lugar al
R.E.F., revocando la decisin que haba rechazado una demanda de nulidad de laudo arbitral de amigables componedores por comprobarse que la decisin de la Cmara no consider que los amigables componedores haban decidido con apartamiento de lo alegado por las partes, implico una seria lesin a los
derechos de defensa y propiedad.
(29)
Cit. nota 17
(30)
(31)
Es necesario efectuar ciertas aclaraciones trascendentes, para evitar que la conclusin de este considerando 11 que entendemos no muy feliz, pueda sacar de contexto lo resuelto, o al interprete.
Si bien es cierto que en el fallo Aion, S.A.I.C.y A. y Natelco S.A.I.C. c/ Empresa Nacional de Telecomunicaciones la Corte se remiti a lo resuelto en Fallos: 322:298 (Pirelli Cables C/ Entel), de la lectura de
aquel fallo (AION), surge que solo se remiti lisa y llanamente a lo resuelto en este caso, (donde a su vez
se remiti a los mismos precedentes citados en el considerando 7 de Meller), sin efectuar precisin alguna
de los alcances de dichos precedentes.
En Aion, con intervencin de los mismos 9 jueces de la llamada Corte ampliada, al rechazarse una queja
deducida por denegatoria de un R.E.F., considerando que las cuestiones debatidas son sustancialmente
anlogas a las resueltas en Fallos: 322:298, la Corte se remiti a los fundamentos de este fallo, en razn
de brevedad toda vez que no se advierte arbitrariedad en la resolucin apelada que justifique la intervencin de esta Corte.
De all que la no deteccin de arbitrariedad, no se refiere por cierto a la resolucin del tribunal arbitral, sino
a la resolucin del Tribunal Judicial que denegara el R.E.F. que fuera apelada en va extraordinaria, lo cual
es muy distinto.
551
Se dijo adems que tratndose de asuntos disponibles para ellas, las partes pueden
llegar hasta la renuncia de un derecho, si
esta alternativa conviene a sus intereses. Y
si pueden abdicar de un derecho de modo
directo, nada impide que lo sometan al azar
acudiendo al vestido arbitral, que puede ser
de un juego, apuesta o un echar suertes de
modo que las partes disponen tambin renunciar a los recursos judiciales an pactando duras penas de multa para quien quisiera abandonar aquel camino cons. 12,
cuarto prrafo, primera parte.
ii)
La renuncia a todo recurso judicial posterior, establecida por el rgimen regulatorio del TADOP no
puede tener un alcance mayor que
la renuncia a interponer recursos
judiciales, prevista en el artculo
760 del C.P.C.y C.N, para los supuestos de arbitraje propiamente
dicho, voluntariamente estipulada
por las partes al celebrar el respectivo compromiso arbitral. Por ello,
tal renuncia nunca implica la imposibilidad absoluta de impugnar
552
HCTOR MNDEZ
(32)
En tal sentido, se trae la cita de COLMO , El rbitro no representa a quien lo nombra, sino a la justicia del
derecho de ste, no es un representante, sino un funcionario y un juez (J.A. 19-200). En el mismo sentido,
ROCCO afirmaba que la funcin de los rbitros es pblica o de Estado, y la institucin de los rbitros
mismos es uno de los casos en que a un particular se le reconoce la facultad de ejercitar funciones pblicas,
o en general, servicios pblicos (ROCCO, Ugo, Derecho Procesal Civil (trad. de TIENA , Felipe), Editorial
Porra Hnos. & Ca. Mxico, 1944, p. 89). Por tal razn consideraba que las sentencias dictadas por los
tribunales arbitrales en grado de apelacin eran susceptibles del recurso extraordinario de casacin.
(33)
Se seala que para ello, deber tenerse en cuenta que arbitraje es la institucin por la cual un tercero,
resuelve las diferencias que enfrentan a dos o ms partes, en ejercicio de la funcin jurisdiccional que le
ha sido confiada por ellos mismos (conforme JARROSSON, Charles, La Notion DArbitrage, Librarie Generale de Droit et de Jurisprudence, Pars, 1987).
En tal sentido se ha dicho que la contrapartida a la admisin de la renuncia de las partes al derecho
constitucional a obtener la tutela jurisdiccional pblica (artculo 24.1 Constitucin Espaola) es la ms
amplia garanta de que aqullas se encuentran en una situacin de absoluta igualdad respecto de la
designacin de los rbitros (REGLERO CAMPOS, L. Fernando, El Arbitraje (El convenio arbitral y las causas
de nulidad del laudo en la Ley de 5 de diciembre de 1988), Editorial Montecorvo S.A., Madrid, 1991) y en
cuanto a la importancia de la imparcialidad, basta con sealar que el artculo 24 ap. a de la Arbitration Act
de 1996 de Inglaterra, autoriza al juez a remover a un rbitro cuando existan circunstancias que den lugar
a justificables dudas acerca de su imparcialidad (RUTHERFORD, Margareth / SIMS , John, Arbitration Act
1996: a practicar guide, en: FT Law and Tax, London) y que el artculo 9.3 de la Ley N 36/1988 de
arbitraje de Espaa sanciona con la nulidad al convenio arbitral que coloque a una de las partes en
cualquier situacin de privilegio con respecto a la designacin de los rbitros.
(34)
Cita en apoyo de lo afirmado a BALLERSTER PASTOR, Mara Amparo, El arbitraje laboral, editorial Centro de
Publicaciones, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Madrid 1993, p. 22 ap. c, punto 8).
Como afirma esa autora, doctrinalmente resulta unnime la atribucin de naturaleza administrativa al
arbitraje obligatorio con cita, entre otros, de GARCA , Alonso, La solucin de los conflictos colectivos del
553
trabajo, MONTOYA MELGAR El arbitraje en los conflictos colectivos de trabajo y MATIA y otros, Huelga,
cierre patronal y conflicto colectivo, segn obra ya citada, pgina 23, ap. 11 y nota (25). Por ltimo, para
Ph. FOUCHARD, aquello que llaman arbitraje obligatorio, o arbitraje forzoso (...) no es un verdadero arbitraje, porque no descansa sobre una base convencional La nature juridique de larbitrage du Tribunal des
differends iranoamricains, en: Cahiers du Cedin, ler. Journ dactualit intemationale, 19/4/84).
(35)
(36)
(37)
(38)
(39)
554
HCTOR MNDEZ
(40)
Ver cita de este fallo en nota 17 y muy especialmente aclaracin de su correcto sentido en nota 31.
(41)
Doctrina de Fallos: 302:545, cfr., adems GUAITA, Aurelio, El Proceso Administrativo de Lesividad, Bosch
Casa Editorial, Barcelona, 1953, esp. pp. 67 y 112.
(42)
Que demostrasen cunto haba percibido en virtud del contrato, el mtodo de actualizacin del saldo de la
liquidacin final: lo dispuesto en el artculo 73 del Cdigo de Comercio con respecto a qu parte del
negocio le corresponde probar la inexactitud de los estados de cuenta y en qu trmino, lo expuesto en
el dictamen del Procurador del Tesoro de la Nacin con respecto a que Meller S.A. ya haba percibido y
renunciado a percibir los conceptos reclamados al percibir el importe que la Liquidadora haba ordenado pagarle mediante la resolucin 60/95 (dictada en el expediente Exp. Entel 8946/94), la circunstancia
de que por tratarse de una empresa privatizada varios aos atrs dudosamente cabra aplicarle lo dispuesto en el tercer Par del artculo 63 del Cdigo de Comercio, con respecto al valor que cabe asignar
a la ausencia de asientos contables, as como el sinnmero de irregularidades con que tramitaron las
actuaciones administrativas.
verificadas en el procedimiento
administrativo que precedi al dictado de ella (artculo 17 de la ley
19.549)(43), cons. 31.
Por todo ello, se propici dejar sin
efecto las decisiones (as llama a los
laudos, para denotar su carcter administrativo) 2813 y 2814 y devolver las actuaciones al TADOP, a fin
de que dicho organismo, debidamente integrado y teniendo a la vista todos las actuaciones administrativas y elementos relacionados con
el asunto (incluso el expediente Exp.
Entel 8946/94), se pronuncie nuevamente sobre la procedencia o no
del reclamo planteado por Meller
S.A. cons. 32.
2.2.2. La disidencia del Dr. Belluscio, por su parte, luego de resear los antecedentes del caso en los considerandos
1 al 6, entiende que:
i)
ii)
555
iii) El sometimiento voluntario o forzoso a la instancia administrativa arbitral no puede comportar una sujecin
absoluta a toda decisin de jueces administrativos, cualquiera que sea el
acto emitido, incluso cuando comprometa gravemente la defensa en
juicio cons. 8.
iv) Al dictar los laudos 2813 y 2814, el
tribunal arbitral omiti pronunciarse
sobre la procedencia sustancial del
reclamo de Meller S.A. y la regularidad o irregularidad de la resolucin
(43)
Destaca el voto disidente que en el procedimiento administrativo no fueron acompaados los estados de
cuenta y recibos emitidos por Meller S.A., ni fueron calculados los pagos parciales percibidos por la contratista, ni explicada la razn por la cual el saldo de 1.621.312,47 pesos, a valores de 1989 y 1990, pudo
transformarse en 57.650.463,07, a septiembre de 1996, segn lo informado por el perito contador FLORINI,
Dante, ni las similares desproporciones resultantes de los restantes informes de los auditores contables y
de la liquidacin formulada por los funcionarios de la propia empresa estatal en liquidacin.
(44)
Ver cita del fallo en nota 17 y muy especialmente aclaracin de su correcto sentido en nota 31.
556
HCTOR MNDEZ
das de la causa, por lo que se impone su descalificacin como acto jurisdiccional, hacer lugar a la queja,
declarar procedente el recurso extraordinario y dejar sin efecto las Decisiones 2813 y 2814 cons. 9, segundo prrafo.
3.
v)
(45)
El fallo ha sido publicado y comentado en varios medios: E.D. sup. Derecho Administrativo, 30 de junio de
2004, p. 11 y ss., J.A. fascculo N 7, del 18 de agosto de 2004, 2004-III, p. 10 con nota de MORILLO,
Augusto Mario El Arbitraje en la encrucijada, p. 14 y ss, GIL D OMNGUEZ, Andrs, El caso Cartellone c/
Hidronor. La Corte Suprema Establece un nuevo escenario en el control de constitucionalidad de los
laudos arbitrales, en: L.L. del 23 de agosto de 2004, p. 3 y ss, PALACIO, Lino E., Un disparo fatal contra el
arbitraje, en: E.D. 17 de agosto de 2004, p. 1 y ss, BOSCH , Juan, Apuntes sobre el control judicial del
arbitraje (a propsito de la sentencia Cartellone c/Hidronor), en: E.D 24 de agosto de 2004, MARCHESINI,
Gualtiero Martin, Arbitraje y Recurso Extraordinario, en: L.L. del 28 de septiembre 2004.
(46)
Antecedentes de la causa: Del anlisis del fallo de segunda instancia del 28 de agosto de 2001, y de los
considerando s del pronunciamiento de la C.S.J.N. surge que la firma Jos Cartellone S.A. celebr con
Hidroelctrica Norpatagnica S.A. (luego Hidronor S.A. en liquid.) un contrato administrativo de obra
pblica (N 532 Reubicacin de la ruta nacional N 237), por licitacin que fue adjudicada a esa firma.
Finalizada la obra quedaron pendientes algunos puntos de controversia, que las partes sometieron a
arbitraje de acuerdo a lo comprometido en el acta del 23 de junio de 1988.
En el contrato de Obra Publica se previ la sumisin a juicio arbitral de cualquier divergencia o controversia entre el comitente y el contratista, previa interposicin de un reclamo en sede administrativa. Tambin
se estableci que la sentencia arbitral sera definitiva e inapelable (clusula 65.I, Vol. II del pliego de
condiciones del contrato,) considerando 1.
Debido a reclamos recprocos entre las partes que no hallaron solucin en sede administrativa, estas
sometieron a arbitraje varias cuestiones respecto de las que tenan conflicto. En el compromiso respectivo
se volvi a pactar la inapelabilidad del laudo Tambin se acord que, en caso de discrepancia entre los
rbitros de las partes, el rbitro tercero dictara el laudo total y definitivo considerando 2.
Cartellone interpuso demanda arbitral a fin de que se le abonaran los mayores costos efectivamente
devengados y no reconocidos por irrepresentatividad sobreviniente del sistema de reajuste de precios y
la diferencia entre los montos que se le abonaron por la ejecucin de ciertos tems y trabajos, del contrato
de obra publica que vinculaba a las partes. Tambin solicit que a las sumas reclamadas se adicionaran
intereses a la tasa fijada por el Banco de la Nacin Argentina para los documentos sobre certificados de
obra para operaciones a 30 das considerando 3.
557
El laudo arbitral, por mayora de votos resolvi hacer lugar a la demanda entablada por CARTELLONE,
contra Hidronor S.A. (en. liq.), y se conden sta a abonarle a la actora la suma de $ 32.799.583, actualizada desde enero de 1985, a valores enunciados al 1 de abril de 1991. La parte demandada Hidronor
S.A.(en liq.) interpuso recurso de nulidad ante la alzada (artculos 760, 761 del C.P.C.y C.N.)
(47)
La Cmara bas su razonamiento, segn los siguientes fundamentos que se extraen de los considerandos del fallo:
En virtud de sus limitados alcances, el recurso interpuesto solo puede fundarse en: falta esencial del procedimiento, en haber fallado los rbitros fuera del plazo, o sobre puntos no comprometidos cons II, 1 Par.
Tiene resuelto desde antiguo la C.S.J.N., que no son viables para fundar este recurso las razones que
tienen a demostrar la injusticia del laudo (Fallos, 45:78), lo cual no parece que pueda ser de otra manera,
si se atiende a que tales razones solo pueden encontrar acogida por va del recurso de apelacin, que ha
sido renunciado en el propio compromiso considerando II, Par 2.
No corresponde entonces que ese Tribunal aprecie la justicia o equidad del laudo impugnado aspecto
sobre el cual, aclar, no abre juicio y teniendo en cuenta el muy limitado mbito del recurso interpuesto,
consider que procede desestimar sin otra consideracin las argumentaciones vertidas en tal sentido
en el escrito de apelacin, ya que han sido esgrimidas con el nico fin de demostrar los errores en que
habra incurrido el arbitro y la injusticia que de ellos deriva considerando II, Par 3.
En tal sentido consider que solo procede examinar, aquellos otros argumentos que sobre la base de una
pretendida extralimitacin de las facultades decisorias del rbitro, llevan a la recurrente a concluir que al
haberse pronunciado el laudo mas all del punto comprometido, se incurri en una incongruencia y contradiccin, producindose una decisin ultra petita configurndose la causal de nulidad prevista por el
artculo 760 del C.P.C. y C.N. considerando III, Par 1.
El agravio de la recurrente sostiene que en el laudo se determin que la actualizacin de los reclamos debe
efectuarse desde enero de 1985, cuando en el compromiso arbitral se estableci que el reclamo dinerario
deba ser actualizado desde febrero de 1985 (punto 3 del acta compromisoria) considerando III, Par 2.
El sentido de esta clusula, atento su naturaleza contractual debe ser interpretado dentro del contexto de
que forma parte, como un acto nico y no un conjunto de actos independientes cuyas clusulas puedan
ser analizadas separadamente. De acuerdo a los principios aplicables en materia contractual, tiene
558
HCTOR MNDEZ
importancia el que autoriza a establecer el alcance de las clusulas debatidas atendiendo a los actos
subsiguientes de las partes que guarden vinculacin con el problema controvertido considerando III,
3 y Par 9.
Dicha clusula, establece en su parte pertinente que las cuestiones que se someten al presente juicio
arbitral, por parte de la actora, son las que se consignan especficamente en la carta documento del 22 de
octubre de 1.985, con precios actualizados a febrero de 1.985, que son las siguientes reclamaciones, a
saber(...) considerando III, Par 4.
Destaca adems que la actora previ en el compromiso, la posibilidad de mejorar los fundamentos en el
escrito de demanda. Adems, la Cmara estim que para determinar el sentido de la misma y el alcance
de sus trminos, no corresponde atenerse a criterios estrictos de interpretacin, sobremanera si se atiende al que la actora y demandada otorgaron al rbitro amplias facultades para resolver toda la materia de
las cuestiones planteadas, de las que fueran meramente accesorias y de aquellas cuya consideracin
hubiera quedado consentida segn lo dispuesto por el artculo 754 in fine del C.P.C. y C.N., que presta
apoyo normativo a una interpretacin amplia. considerando III, Par 5.
Lo que estaba vedado modificar en los escritos de demanda y contestacin eran las fundamentales cuestiones concretamente especificadas en el acta compromiso (en el que bien pudo omitirse la breve fundamentacin y la estimacin en cifras de los crditos invocados por las partes) y que tal prohibicin por no
llevar en definitiva a una modificacin de las clusulas de compromiso no alcanza a los aspectos dependientes y accesorios, como lo era en el caso la determinacin precisa del monto de cada uno de los
reclamos, aun en lo relativo al mecanismo de reajuste. considerando III, Par 6.
Por ende si la parte actora pudo validamente plantear el procedimiento de reajuste en la forma efectuada en
su escrito de demanda, fluye como consecuencia natural que l arbitro pudo pronunciar la condena tomando
ese mecanismo, sin que ello importara laudar las all de lo comprometido. considerando III, Par 7.
Aclara que el tema del mecanismo de actualizacin y desde cuando debe comenzar fue introducido por la
actora en el acta compromisoria, luego fue concretada y precisada en el escrito de demanda, contestada
por la accionada en su responde y resuelto por el rbitro, ya que formaba parte de la cuestin a decidir.
Pero no puede requerir invalidacin de lo decidido por el rbitro, con el argumento de que lo resuelto sobre
el punto no le satisface o es errneo. considerando III, Par 8.
Siendo as concluy la alzada, no resulta dudoso que las sumas consignadas en el compromiso eran
solo estimativas e indicativas, por lo que su determinacin corresponda al tribunal arbitral, incluyendo ello
el hecho de que dichas sumas no constituan precios actualizados al mes de febrero de 1985, sino a
valores de enero de 1985. considerando III, Par 10.
En consecuencia, finaliza reconociendo que lo resuelto por el arbitro no constituy laudar mas all de lo
comprometido y no fall ultra petita, como sostiene el recurrente, estando vedado a este Tribunal, dada la
naturaleza restrictiva y de excepcin de esta va recursiva, expedirse acerca de la justicia o equidad de la
decisin adoptada por el rbitro considerando III Par 11.
Por todo ello, se rechaz el recurso de nulidad interpuesto por Hidronor S.A.(en liq.) contra el laudo
arbitral dictado, con costas a cargo del recurrente.
559
560
HCTOR MNDEZ
(48)
Advirtase que en este caso, la Corte creemos que utilizando los trminos precisos, no habla en este
aspecto de anulacin del laudo por vicios de su estructuracin cuestiones propias del recurso de nulidad,
sino de su revocacin por error en el mrito o fondo de la cuestin resuelta temas propios del recurso de
apelacin, aunque luego al resolver anula parcialmente el fallo, por ambas cuestiones por igual.
(49)
(50)
3.
4.
La aplicacin del mecanismo de actualizacin basada en el empleo del mtodo bancario de capitalizacin de intereses (del Banco Nacin), constituye un despojo del deudor, cuya obligacin no puede exceder del crdito
actualizado con un inters que no trascienda los limites de la moral y las buenas costumbres(52), en cuya observancia est interesado el orden publico,
que ha sido as vulnerado por la decisin arbitral en cuanto decidi la aplicacin al caso de las referidas tasas de
inters cons. 17 segundo prrafo.
5.
Pero adems, asumiendo competencia positiva y resolviendo la apelacin ordinaria en tercera instancia como si sta
hubiera estado abierta, a su vez, por una
previa e inexistente apelacin ordinaria en
561
segunda instancia, no solo anul esta parte del laudo, sino que tambin resolvi definitivamente el fondo, estableciendo que
con el fin de adoptar una pauta razonable
de actualizacin e intereses a adicionar a
las sumas reclamadas(53), cabe aplicar las
previsiones originarias del contrato celebrado entre las partes(54).
Por ello, orden que conforme a las
pautas de esta sentencia, en la etapa de
ejecucin deber practicarse nueva liquidacin de los montos adeudados, en la
que consider que adems podr plantearse, en su caso, la aplicacin de la
Ley N 24.283.
4.
(51)
La cita de Fallos 292:223 corresponde a la sentencia del 7 de julio de 1975, dictada en autos Cooperativa
Elctrica y Anexos de General Acha Ltda s/ Expediente Administrativo N 12.663/67 del Ministerio de
Trabajo, que ser motivo de anlisis infra nota
(52)
(53)
Que debern ser determinadas a febrero de 1985 conforme a lo expuesto en los considerando s 10 a 13
considerando 19 primera parte.
(54)
Es decir, (sic) aadi la Corte un ajuste sobre la base del ndice de precios al por mayor no agropecuarios
total, ms un 5% anual en concepto de intereses (clusula 58.6, fs. 442) que debern ser determinadas a
febrero de 1985 conforme a lo expuesto en los considerandos 10 al 13 considerando 19 segunda parte.
562
divergencias entre el compromiso arbitral
y lo demandado y resuelto (artculo 754
primera parte del C.P.C. y C.), aplicando
tal vez un criterio mas restringido o estricto que el habitual, lo cierto es que la
C.S.J.N. se encontr habilitada y con jurisdiccin para decidir, como lo hizo.
En efecto, si bien se puede decir que
el fallo se ha desentendido de la voluntad
de las partes, en tanto ambas, en el compromiso dejaron abierta la posibilidad de
que en la demanda se expresaran en forma circunstanciada los reclamos, lo cual
hubiera admitido su consideracin por los
rbitros por tratarse de una cuestin tanto
accesoria, como de sustanciacin ante los
rbitros, consentida por las partes, segn
lo establecido en el artculo 754 segundo
prrafo del C.P.C.y C.N., no podr dudarse que en lo formal se encontr habilitada para resolver esta cuestin, como
lo hizo, al existir un vicio de la decisin
arbitral ultra petita. Ello as, por va
del irrenunciable recurso de nulidad ante
la alzada previsto en el artculo 761 segundo prrafo del cdigo cit, primero,
y luego mediante el recurso ordinario de
nulidad ante la Corte Suprema, previsto
en el artculo 254 del mismo cdigo.
En suma, en este aspecto la resolucin puede ser no compartida, pero pareciera no resultar pasible de achaques de
falta de jurisdiccin para resolver.
4.2. La revocacin por ilegitimidad
El otro aspecto, que nos suscita dudas y cierta perplejidad, se relaciona con
la revisin de la tasa de inters (del Banco Nacin) aplicada en el laudo, (verdadero vicio intrnseco) con relacin a
las sumas adeudadas hasta el 1 de abril
de 1991, que como se vio primero (tal
HCTOR MNDEZ
563
travs de un recurso ordinario de apelacin ante ese rgano del artculo 254 del
C.P.C. y C.N., que constituye un tercer
grado de conocimiento pleno del asunto
debatido(55), la cuestin en cuanto a la
validez de la renuncia no varia.
En primer trmino porque conforme a la esencia del arbitraje y la doctrina legal fijada la C.S.J.N., el sometimiento al arbitraje, cuando es voluntario e incondicionado, es excluyente
de la intervencin judicial que culmina
con la de la Corte.
En esa senda, el mximo tribunal ha
venido sealando reiteradamente como
regla bsica en el tema, que la jurisdiccin arbitral libremente pactada, es excluyente de la intervencin judicial que culmina con la de esta Corte y no admite
otros recursos que los consagrados por
las leyes procesales, en las cuales ha de
buscarse remedio a los agravios que el
laudo hubiese podido ocasionar(56).
La doctrina mas calificada, acompaa tambin esa postura, considerando que
la prorroga de la jurisdiccin judicial a
favor de rganos privados (rbitros o tribunales arbitrales), que implica el arbitraje, cuando es libremente pactada, no solo
es irrevocable(57), sino que tiene como
efecto, en principio, la exclusin de la
(55)
Se trata de un recurso originariamente instituido por la Ley N 4055, y luego modificado por Ley es posteriores, que prev la posibilidad de interposicin de este recurso contra las sentencias definitivas dictadas
por las Cmaras Nacionales de Apelacin, entre otros casos: Causas en que la Nacin, directa o indirectamente, sea parte, cuando el valor disputado en ultimo trmino, sin sus accesorios, sea superior a una
suma determinada Conf. P ALACIO-ALVARADO VELLOSO, Cdigo Procesal Civil y Comercial de la Nacin, Ed.
Rubinzal Culzoni, T. 6, 264.1, pp. 211 y ss. Ver in extenso en TRIBIO, Carlos R., El Recurso ordinario de
apelacin ante la Corte Suprema, Fundacin de Derecho Constitucional Jos Manuel Estrada, ed. Abaco
de Rodolfo Depalma, Junio 2004, pp. 47 y ss.
(56)
Fallos 118: 247, 237:392, 250:408, 255:13, 274:323, 250:408, 296:230, 306:455 entre otros.
(57)
La palabra irrevocable, integra tambin como elemento esencial la definicin conceptual del arbitraje, en
tanto en nuestra opinin ha de ser concebido como la prorroga convencional (o legal) e irrevocable de
la jurisdiccin judicial estatal, a favor de rganos jurisdiccionales privados (o no estatales).
564
HCTOR MNDEZ
(58)
En sentido similar se expida la doctrina ms calificada. Conf. MORILLO , A.M., El Recurso Extraordinario, Ed.
Platense, 1987, p. 99. Cita como ejemplo de ello, lo resuelto en el caso de haberse propuesto R.E.F. contra
el fallo del Tribunal de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. caso Echenique y Sanches Galarce S.A. c/
TIETAR S.A., sent. del 22/5/84, Fallos 306:455, GUASTAVINO, E. P., destaca que la razn en que se asienta
ese principio aade es que en los laudos no existe proceso judicial, dndose en su contra recursos ante
los jueces ordinarios, Recurso Extraordinario de Inconstitucionalidad, Editorial La Rocca, 1992, T. I, *142
p. 226, PALACIO , L., por su parte, con su habitual y sencilla claridad, recuerda la sumisin voluntaria al
arbitraje implica la renuncia a la jurisdiccin que ejercen los rganos del poder judicial y culmina con la de
la C.S.J.N.. Aunque aclara que dicha sumisin aade debe resultar de la libre determinacin de los
litigantes, con prescindencia del carcter circunstancial o permanente del tribunal arbitral, El Recurso
Extraordinario Federal, Teora y Tcnica, editorial Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1992, * 6.2, p. 58, LUGONES , Narciso., recuerda tambin coincidiendo con las opiniones de los autores antes citados que la
C.S.J.N. ha dicho que la jurisdiccin arbitral libremente pactada por los interesados, es excluyente de la
intervencin judicial, que culmina con la Corte Suprema y no permite otros recursos que los consagrados
por las Leyes procesales. Trae como ejemplo de esto a las disposiciones del C.P.N. que admiten, en el
juicio arbitral, los recursos propios de una sentencia aunque acepta la renuncia a la apelacin, no a la
aclaratoria ni a la nulidad, mientras que respecto de los amigables componedores su decisin es inapelable, aunque cabe el recurso de nulidad. Recurso Extraordinario, segunda edicin actualizada, Lexis
Nexis, Depalma. Buenos Aires, 2002, pp. 43-44.
(59)
CARNELUTTI, F., Instituciones del Proceso Civil, trad. Santiago Sentis Melendo, Ejea, Buenos Aires, 1959,
Vol. I, pp. 115 y ss.
(60)
Caso Echenique y Sanches Galarce S.A. c/TIETAR S.A., sent. del 22/5/84, Fallos: 306:455, Fallos: 237:392,
255:13, 274:323, 250:408, entre otros.
orden pblico, ni afectaron esos actos, habida cuenta que lo trascendente en este
supuesto, es si la cuestin o cuestiones sometidas a arbitraje, eran o no renunciables, por tratarse o no de aspectos de libre disposicin por las partes.
Respecto al orden pblico (interno)
en relacin con el contenido del laudo, que
pareciera ser el tema al que se apunta, sin
perjuicio de que se trata de un concepto
no siempre preciso a tal extremo que ha
sido considerado como confuso, enigmtico y cambiante(61) no existe previsin
legal que prevea la posibilidad de revisin del fondo del asunto, sobre la base
del eventual sentido del laudo, contrario
al mismo, y en todo caso, la facultad judicial revisora (artculo 953 C. Civil), necesita que el rgano judicial tenga jurisdiccin para ello, en la medida de una
impugnacin validamente deducida.
Frente a las dos acepciones del trmino orden pblico como impedimento a
la aplicacin de la ley extranjera (internacional), o como un lmite al principio de
la autonoma de la voluntad (interno), segn estndares o principios considerados
de inters general, estimamos que en el
caso, el fallo se pretende referir a esta ultima, razn por la cual, en materia de arbitraje pareciera que la cuestin estara ligada, en principio, a las materias o cuestiones que no pueden ser objeto de arbitraje, por no resultar de libre disposicin
de las partes, las que tampoco podran ser
(61)
565
tratadas por los fallos, en sentido contrario a las leyes o normas que se consideran
de orden pblico.
La misma Corte, viene sostenido en
tal sentido desde precedentes de vieja data
que ningn principio de orden pblico se
opone a que la institucin del arbitraje sea
practicada por el Estado como persona
jurdica a los fines de dirimir sus controversias con los particulares. Y establecida
esa institucin por la ley e incorporada a
un contrato, debe producir los efectos que
en trminos generales establece el artculo
1197 C. Civil, toda vez que las obligaciones creadas por convenciones bilaterales
no pueden modificarse, ni extinguirse por
voluntad de una sola de las partes(62).
Mientras que, del lado de la decisin
arbitral, se ha reconocido tambin que las
sentencias que deciden cuestiones con respecto a la nulidad de laudos arbitrales,
resuelven extremos de hecho y de derecho comn, carcter este al que no obstara tratarse de la interpretacin de preceptos de orden pblico(63).
Por todo ello, entendemos que no
resulta razonable la conclusin a la que
se arriba en el cons. 15, de que no obstante la doble renuncia a la apelacin (sumada a la renuncia a la jurisdiccin que presupone el pacto de arbitraje), no constituye bice para que esta Corte revoque lo
dispuesto en el laudo en cuanto a la aplicacin de los intereses.
PARDO, Juan Alberto, prlogo al libro, El Orden Pblico, RUCHELLI, Humberto F. y Horacio FERRER , Carlos,
Editorial Abeledo Perrot, 10 de octubre de 2001.
Sealan los autores que al variar su contenido en el tiempo y en el espacio y conjugndose ambos elementos
en el momento de realizacin del acto, su aplicacin resulta discrecional en manos de los jueces, p. 10.
(62)
Fallos 133:61.
(63)
Fallos: 255:31, 276:321 y las citas de ambos, L.L. T.110 p. 699, Rep. L.L. XXXI, p. 1653, sum. 251, L.L. T. 1978-B,
p. 423, en: Revista Aceros Ohler S.A., sent. del 11 de octubre de 1977.
566
HCTOR MNDEZ
b.
(64)
HARO, Ricardo, La Competencia Federal, Editorial Depalma, Buenos Aires, 1989, p. 19.91/92, Fallos: 242:292
y 494, 241:407, 247:414, 255:341, 294:62, 286:203, 258:116, 269:431
(65)
GONDRA, Jorge M., Jurisdiccin Federal, Editorial J.A., Buenos Aires, 1944, pp. 143 y ss.
(66)
(67)
Fallos 160:133.
567
Corte dijo efectivamente que la clusula compromisoria no deja inerme al legitimado contra abusos en que pudiera incurrir el rgano arbitral, porque dgalo o
no la respectiva clusula, el ejercicio que
en cada caso se haga de la jurisdiccin
arbitral no comporta mas atribucin que
la de juzgar legal y razonablemente dentro de los trminos del conflicto, y que si
bien la apreciacin de los hechos y la
aplicacin regular del derecho es funcin
del arbitro, no excluye que pueda ser impugnada judicialmente la inconstitucionalidad, la ilegalidad o la irrazonabilidad en que hubiese incurrido al laudar
(conf. 787 y 788 Cod. Proc.).
Pero consideramos que ese caso difiere sustancialmente de Cartellone, impidiendo la aplicacin de la doctrina de
lo resuelto como precedente, porque se
trata de situaciones muy distintas que as
lo impiden. En efecto, el fallo citado se
trat de un R.E.F. interpuesto con relacin
a un pronunciamiento de un Tribunal Paritario Nacional que constituy un explcito supuesto de arbitraje obligatorio(70),
(68)
(69)
Cooperativa Elctrica y Anexos de General Acha Ltda s/ Expediente administrativo N 12.663/67 del
Ministerio de Trabajo.
(70)
Se trato de una denuncia efectuada ante el Departamento Provincial de Trabajo de Santa Rosa (La Pampa) por el Sindicato de Luz y Fuerza de Baha Blanca, contra la Cooperativa Elctrica y Anexos de General
Acha Ltda, por negarse sta a reconocer un trabajador la asignacin que le correspondera en virtud de
reemplazos efectuados en otra categora que la suya.
La cuestin fue llevada y resuelta por el Tribunal Paritario Nacional para Trabajadores de Luz y Fuerza,
segn lo previsto en la Ley N 14.250 y en Convencin Colectiva de Trabajo respectiva, el que se pronunci en la Resolucin 3/69 haciendo lugar al reclamo efectuado por el sindicato. La decisin fue apelada
ante el Secretario de Estado y Trabajo, que desestimo el recurso y confirm la decisin del Tribunal Paritario Nacional, decisin esta contra la que la Cooperativa dedujo R.E.F. que previa denegaron y queja fue
declarado procedente por la C.S.J.N.
La C.S.J.N., aclar que se trataba de un compromiso de carcter obligatorio para los trabajadores y entidades empresarias que participaran en el convenio colectivo del que forman parte, a lo que aadi que el
rgano arbitral es tambin general y preestablecido por todos los casos que se suscitan considerando 5.
Puntualiz adems que se trato de una controversia planteada exclusivamente sobre el artculo 13 de la Convencin Colectiva de Trabajo, tratndose de una situacin respecto de la cual los intereses en disputa solo
pueden encontrar sustento normativo en las disposiciones creadas por el propio Convenio. considerando 7.
568
HCTOR MNDEZ
en el que, como se vio supra, la jurisprudencia de la Corte siempre ha considerado que se encontraba excluido de irrecurribilidad por va del R.E.F., lo cual dio
lugar a que la Corte, aplicara la citada
doctrina, que no resulta aplicable a los
supuestos de arbitraje voluntario en el que,
rige el principio opuesto de la inimpugnabilidad judicial por errores in judicando.
Conforme a la resuelto reiteradamente por la Corte, esta limitacin como
cualquier otra limitacin a la revisin judicial de los laudos arbitrales solo rige
con relacin a los casos en que la jurisdiccin a favor de los rganos arbitrales han
sido libremente pactada y proviene de la
libre determinacin de los interesados(71),
y no cuando se trata de competencia arbitral obligatoria por haber sido instituida por
la ley (arbitraje obligatorio legal), en que
siempre se encuentra abierta la posibilidad
de revisin judicial.
Como una consecuencia de ello, destaca Palacio(72) la C.S.J.N. ha entendido
que procede el R.E.F. contra las decisiones o laudos de los tribunales arbitrales,
si la competencia arbitral es obligatoria,
por haber sido instituida por la ley (arbi-
Como as tambin que se trato de un compromiso arbitral incluido dentro del contenido licito y posible de
un convenio laboral, referido a los conflictos colectivos o individuales, motivados por las reclamaciones
que se formulen sobre la aplicacin del propio convenio en que se lo instituye, con el mismo carcter
obligatorio que es propio de la naturaleza del acto del cual emana considerando 8.
La C.S.J.N., finalmente, confirmo la Resolucin de la Secretaria de Estado de Trabajo, a su vez confirmatoria de la decisin del Tribunal Paritario Nacional.
(71)
(72)
PALACIO, Lino E., El Recurso Extraordinario Federal, Abeledo Perrot, 1992, pp. 58-59.
(73)
(74)
(75)
(76)
PALACIO, Lino, Arbitraje. control de Constitucionalidad y Recurso Extraordinario, L.L. t. 2003. F. Sec.
doctrina pp. 1184 y ss., Otra vez sobre el Arbitraje y el control de constitucionalidad, L.L. sup. Derecho
Constitucional 24-V-2004, M ORILLO, Augusto M., Pueden los rbitros declarar la inconstitucionalidad de
las Leyes, en: E.D., pp. 198-464.
569
(77)
Fallos 173:221
(78)
YACIRETA demanda ante la Justicia Federal en lo Contencioso Administrativo a ERIDAY para que dicha UTE
concurra a formalizar el texto del Acta Misin que incluya las postulaciones de la actora, en los trminos
del artculo 742, 3 Par del C.P.C. y C.N., y a los rbitros designados, en los trminos del artculo 747 del
mismo Cdigo, para que se aparten del proceso arbitral. En ese marco, y como medida cautelar, solicita el
dictado de una medida de no innovar, para que el Tribunal Arbitral con jurisdiccin abierta se abstenga
de proseguir las actuaciones a las que refiere esa litis y se disponga la suspensin de los procedimiento en
el proceso arbitral, en los trminos del artculo 747 in fine del mismo Cdigo, hasta tanto se resuelva la
recusacin de los citados rbitros considerando 1 y 2 del fallo.
570
HCTOR MNDEZ
En esos autos, ante una demanda promovida por la citada entidad binacional
(tambin de carcter pblico y estatal), se
decret una medida cautelar de no innovar, respecto de la aprobacin del Acta de
Misin y de los actos posteriores correspondientes a un proceso arbitral de derecho en pleno tramite ante el tribunal de
arbitraje de la Cmara de Comercio Internacional (CCI-Paris), promovido por la
empresa ERIDAY, funcionando con sede
del caso, en Buenos Aires, segn las normas procesales acordadas y el Reglamento Arbitral de esa entidad, a la que se haban sometido voluntariamente esa entidad binacional y empresa citada, habindose aprobado el compromiso arbitral y
designado los rbitros, que luego fueron
recusados por la primera(79).
En el compromiso arbitral se estableci la competencia de la Justicia Federal
de la Capital Federal, frente al posible recurso de nulidad a deducir contra el laudo definitivo.
En los fundamentos de la decisin
judicial ordenatoria de la cautelar, con
nuevamente con expresa y errnea cita del
antes referido caso de Fallos 292:223
(Cooperativa Elctrica v. Anexos de
General Acha Limitada), que como se vio
infra, se refiere a un supuesto de arbitraje
obligatorio y no voluntario como el que
nos ocupa, se dice que el ejercicio que en
cada caso se haga de la jurisdiccin arbitral no importa mas atribucin que la de
juzgar legal y razonablemente dentro de los
trminos del conflicto. Adems, que, se
aade que, aunque sea funcin de los r-
(79)
De los antecedentes del fallo surge que trata de un proceso arbitral identificado como Caso CCI N 11.841/
KGA. promovido por Empresas Reunidas Impregillo Dumez y Asociadas para Yacireta Erida Y Ute
(Eriday) reclamando el cobro de diferencias (o mayores costos) surgidos como consecuencia de la ejecucin de la obra de Yacireta, por una millonaria suma en dlares.
Solo nos resta observar que el criterio fijado por la Corte, en tanto pueda ser
entendido fuera del expreso marco de la
causa, y con los alcances antes indicados,
se encuentra en las antpodas del camino
que siguen las ms modernas corrientes
en la materia, en tanto como principio general, no prevn instancia recursiva judicial alguna frente a la justicia o injusticia
del laudo arbitral sea de rbitros de derecho y de amigables componedores, sino
tan solo una demanda autnoma de nulidad ante la justicia competente, nicamente por expresas y concretas causales, que
hacen fundamentalmente a defectos de
procedimiento, pero nunca con relacin a
la cuestin de fondo resuelta.
La Ley Modelo de la CNUDMI sobre Arbitraje Comercial Internacional
(Ley Uncitral), aprobada por la Comisin
de las Naciones Unidas para el Derecho
Mercantil Internacional el 21 de junio de
1985(80), establece como principio general, en el artculo 5, que en los asuntos
que se rijan por la presente ley, no intervendr ningn tribunal, salvo en los casos en que esta ley as lo disponga.
Es por ello que, en materia de impugnacin del laudo, se establece que
contra un laudo arbitral solo podr recurrirse ante un Tribunal (judicial), mediante una peticin (o demanda judicial) de
nulidad en las causas que taxativamente
(80)
571
determina, fundamentalmente relacionadas con la incapacidad de las partes, invalidez del acuerdo segn la ley, graves
errores de procedimiento, exceso decisorio respecto de una controversia no prevista, cuestiones no susceptibles de arbitraje o laudo contrario al orden pblico
del Estado -artculo 3.
Y luego de ella, lo han hecho todas
las leyes que siguieron sus lineamientos,
en la mayora de los pases del mundo.
Cabe destacar en tal sentido, que la
reciente Ley espaola 60 del 23 de diciembre de 2003, reitera, como principio general una limitadsima y excepcional intervencin judicial, disponindose que en
los asuntos que se rijan por dicha ley, no
intervendr ningn tribunal, salvo los casos en que sta as lo disponga (artculo 7).
Mientras que respecto de la anulacin del laudo, se establece que contra un
laudo definitivo solo podr ejercitarse la
accin (judicial) de anulacin (artculo 40)
en los casos expresamente previstos en el
artculo 41, relacionados con vicios graves de procedimiento, con la resolucin
de cuestiones no sometidas a arbitraje.
En la exposicin de motivos de la
norma (ap. VIII), se destaca que respecto de la anulacin del laudo, se evita la
expresin recurso, por resultar tcnicamente incorrecta. Lo que se inicia con la
accin de anulacin es un proceso de
impugnacin de la validez del laudo. Se
sigue partiendo de la base de que los motivos de la anulacin del laudo han de ser
tasados y no han de permitir, como regla
general, una revisin del fondo de la decisin de los rbitros.
572
HCTOR MNDEZ
CONCLUSIONES
573
LA RESPONSABILID
AD INTERNA
CIONAL DEL EST
ADO
RESPONSABILIDAD
INTERNACIONAL
ESTADO
POR INCUMPLIMIENTO DE SU OBLIGA
CIN DE
OBLIGACIN
EJECUT
AR UN LLAUDO
AUDO EXTRANJERO
EJECUTAR
( *)
Miembro de la Law Society (Foreign Lawyer) de Londres. Miembro del Consejo del Instituto de Derecho
Internacional de los Negocios de la Cmara de Comercio Internacional. Miembro fundador del despacho
Castaldi, Mourre & Asociados, Pars y Miln.
574
ALEXIS MOURRE
2. Se plantea por lo tanto la cuestin de saber cuales son las consecuencias de un incumplimiento de dichas obligaciones del Estado. La respuesta parece
deber ser que, en dicha hiptesis, el Estado compromete su responsabilidad internacional. Hay, sin embargo, que distinguir
entre varias posibles situaciones.
A.
5. Esto es lo que consider por primera vez un tribunal arbitral del CIADI
en un laudo del 21 de marzo de 2007(1).
El caso consista en un litigio entre una
sociedad italiana (Saipem) y una sociedad
pblica de Bangladesh (Petrobangla), en
relacin con un contrato de construccin
de un pipe-line. El contrato prevea una
clusula de arbitraje CCI, y la sede del
arbitraje estaba situada en Dhaka en Bangladesh. Durante el procedimiento, Petrobangla tom la iniciativa de acudir a la
jurisdiccin de Bangladesh por diversos
motivos; primero, para solicitar la revocacin de los rbitros; segundo, para aplazar el procedimiento arbitral, y finalmente para obtener una anti-suit injuction. El
24 de noviembre de 1997, la Corte Suprema de Bangladesh orden a Saipem el
suspender el arbitraje. Posteriormente, el
5 de abril de 2000, el tribunal de Dhaka
revoc el tribunal arbitral, quien, no obstante, continu con sus operaciones, estimando que la recusacin de los rbitros
era de la competencia exclusiva de la
Corte Internacional de Arbitraje de la CCI.
Luego, la corte de Bangladesh orden a
Saipem, una vez ms, poner fin al arbitraje. El tribunal arbitral, no obstante, decidi proferir su laudo reconociendo las pretensiones de Saipem. Petrobangla acude
LAUDOS PRIVADOS
(1)
International Centre for Settlement of Investment Dispute, ICSID Case N ARB/05/07. Asunto: Saipem
S.p.A v. The peoples Republic of Bangldesh.
575
(2)
ICSID Case N ARB/05/07, N 36: (...) it was misconceived and incompetent inasmuch as there is no
Award in the eye of the law, which can be set aside.
(3)
(4)
576
ALEXIS MOURRE
(6)
(7)
(8)
Y considera:
In the Tribunals opinion, Article 5
(1) (1) in fine cannot be understood
as creating immunity in favour of the
judiciary power. This provision merely affirms the principle that, in
order to escape being considered an
internationally wrongful act, a State
measure limiting or excluding an
investors rights of ownership, control or enjoyment can only be considered legal if it has been adopted by
law or by a judicial decision(7).
12. Finalmente, el tribunal estim,
con una motivacin muy importante, que
las eventuales violaciones de la Convencin de New York cometidas por el Estado de Bangladesh no eran exclusivamente relevantes en las relaciones contractuales entre Saipem y Petrobanga,
sino que tambin podan comprometer
la misma responsabilidad internacional
del Estado:
In the Tribunals view, the essence of Saipems case is that the
courts of Bangladesh acted in violation of the New York Convention
and in an illegal, arbitrary and
idiosyncratic manner amounting
to a violation of the protection
afforded to foreign investor under
Article 5 of the BIT. Saipem does
not request relief under the contract;
it does not raise contract claims
over which the Tribunal would
have no jurisdiction (8).
577
13. A este respecto, el tribunal estim que el arbitraje CIADI no poda ser
considerado como una va indirecta para
obtener la ejecucin de laudo arbitral y
convertirse en un procedimiento abusivo,
tal y como se deduce de los considerndoos 155 a 158 del laudo arbitral:
(9)
(10)
(11)
(12)
578
ALEXIS MOURRE
(13)
(14)
(15)
(16)
Whether the requirement of exhaustion of local remedies may be applicable by analogy to an expropriation
by the acts of a court and whether, in
the affirmative, the available remedies were effective are question to be
addressed with the merits of the dispute. The relevant test for jurisdictional purposes requires that the facts
alleged may constitute a breach of article 5 of the BIT. Saipems contention that the courts of Bangladesh expropriated its investment and the
available remedies were futile meets
this test. If they were proven, they
may constitute breaches of article 5
of the BIT(17).
16. Las conclusiones que pueden
ser deducidas de sta decisin son entonces claras: la violacin manifiesta por un
Estado de sus obligaciones consagradas
en la Convencin de New York o en cualquier otra convencin internacional relativa al reconocimiento o ejecucin de laudos arbtrales es susceptible de comprometer su responsabilidad internacional y
dar lugar al pago de una indemnizacin
en favor de la parte acreedora. Es necesario, sin embargo, para esto, que la operacin con ocasin de la cual el litigio naci pueda ser calificada de inversin en
el sentido del tratado bilateral aplicable y
579
(17)
(18)
Tal hiptesis es ciertamente excepcional, pero hay por lo menos un ejemplo de esto: Tribunal de Djakarta,
27 de agosto de 2002, KBC c. Pertamina, citado por E. Gaillard en: Anti-suit injuctions et reconnaissance
des sentences annulles au sige: une volution remarquable de la jurosprudence amricaine: JDI 2003,
1009. Vase tambin, el caso de una decisin de incompetencia proferida por una corte americana ante la
cual una parte peda la anulacin de un laudo proferido en el extranjero: Internacional Standard Electric v.
Bridas Petrolera, YBK 1992, 639.
(19)
Vase por ejemplo, el caso de la anulacin de un laudo porque los rbitros haban decidido, de conformidad con la practica internacional, interrogar los testigos sin hacerlos prestar juramento: Corte de
apelacin de Dubai, 8 de junio de 2003, Bechtel c. Direccin General de la Aviacin Civil de Dubai,
Stockholm International Arbitration Review, 2005:3, 172. En este caso se trataba, sin embargo, de un
laudo proferido en Dubai.
580
ALEXIS MOURRE
LAUDOS CIADI
(20)
TGI Paris, 23 de diciembre de 1980, Benvenuti c. Congo, JDI 1981, 365; Corte de apelacin de Paris, 13
de enero de 1981, JDI, 1981, 843.
nales internos. Que la ejecucin del laudo sea imposible debido al ejercicio de
su inmunidad de ejecucin constituye, no
obstante, una violacin de la obligacin
del Estado de cumplir al laudo, tal y como
dicha obligacin es prevista por el artculo 53 del la Convencin CIADI(21). Como
fall el Comit Ad Hoc en el asunto Mine
c. Guinea: State immunity may well
afford a legal defense to forcible execution, but it provides neither argument nor
excuse for failing to comply with an
award. (...) Non compliance by a State
constitutes a violation by that State of its
international obligations and will attract
its own sanctions(22).
22. Entonces, cuales seran las vas
o acciones con las que contara el interesado en la ejecucin para satisfacer las
acreencias que le fueron reconocidas en
el laudo arbitral? La va sera la proteccin diplomtica o la promocin de una
reclamacin internacional contra el Estado recalcitrante. As est concebido en el
artculo 27 numeral 1 de la Convencin
CIADI, segn el cual:
Ningn Estado Contratante conceder proteccin diplomtica ni
promover reclamacin internacional respecto de cualquier diferencia que uno de sus nacionales y otro
Estado Contratante hayan consentido en someter o hayan sometido
a arbitraje conforme a este Convenio, salvo que este ltimo Estado
Contratante no haya acatado el laudo dictado en tal diferencia o haya
dejado de cumplirlo.
581
23. Este artculo debe ser interpretado en el sentido que el inversionista retomara su derecho de acudir a la proteccin diplomtica en el caso de imposibilidad de ejecucin de un laudo CIADI debido al ejercicio de la inmunidad de ejecucin del Estado. La proteccin diplomtica es una institucin del derecho internacional consuetudinario que permite
a un Estado hacer suya la reclamacin de
uno de sus nacionales contra otro Estado.
Esta institucin, que se ha desarrollado en
una poca en la cual todava no exista
acceso directo para los privados a la justicia arbitral internacional para arreglar
disputas con Estados, supone una serie de
condiciones para su ejercicio. Primero se
debe establecer la nacionalidad del solicitante cuyo lazo de nacionalidad debe
existir continuamente desde el momento
de la comisin del dao hasta la resolucin de la reclamacin. Segundo, la reclamacin debe basarse en un acto injusto a la luz del derecho internacional. Tercero, presupone el agotamiento de todos
recursos internos en el Estado autor del
acto injusto. No obstante el cumplimiento de las mencionadas condiciones, el inversionista no goza automticamente de
la proteccin diplomtica, toda vez que
sta depende de la discrecionalidad poltica de su gobierno, quien podr decidir
no adelantar ninguna reclamacin internacional, suspenderla, renunciar o llegar
a un acuerdo para terminarla(23).
24. Como consecuencia del ejercicio de la proteccin diplomtica, el Estado del inversionista podra plantear una
demanda ante la Corte Internacional de
(21)
(22)
Orden provisional N 1 en la solicitud de suspensin de la ejecucin del laudo del 12 de agosto 1988; 4
CIADI Reports 115/6.
(23)
582
ALEXIS MOURRE
(24)
GIARDINA , Andrea, L excution des sentences du Centre international pour le rglement des diffrends
relatifs aux investissements, en: Revue critique de droit international priv, 1982, p. 293.
(25)
(26)
BALDWIN , Edward / KANTOR , Mark y NOLAN , Michael, Limits to enforcement of ICSID Award; Journal of
International Arbitration, Vol. 23, N 1, february 2006, p. 22.
(27)
una suma suficiente para asegurar los pagos debidos ordenados en los laudos proferidos por el tribunal. Los Estados Unidos han presentado ya dos reclamaciones
ante el tribunal con el fin que sea ordenado a Irn el restablecimiento del equilibrio en la mencionada cuenta. En un primer caso (NA/28), como la cuenta no
estaba por debajo del monto previsto, el
tribunal no orden su restablecimiento
pero manifest que esperaba que llegado
el caso Irn cumplira con dicha obligacin(28). En un segundo caso (NA/33)
nuevamente los Estados Unidos presentaron reclamacin, y el tribunal concluy
que Iran es obligado a cumplir con su
compromiso de restablecer el equilibrio
en la cuenta de seguridad tal y como le
fue determinado por el tribunal en su decisin en el caso N A/28(29).
28. Al prever que los Estados se comprometen a ejecutar los laudos, los Acuerdos de Argel pueden ser interpretados, en
583
(28)
(29)
(30)
(31)
584
ALEXIS MOURRE
585
EL RECONOCIMIENTO INTERNA
CIONAL
INTERNACIONAL
DE LLAUDOS
AUDOS ANUL
ADOS
ANULADOS
Socio de Zuleta & Partners Legal Group Colombia. El autor agradece la invaluable colaboracin de Rafael
Rincn Ordez en la elaboracin de este artculo.
586
EDUARDO ZULETA
(1)
(2)
Esta segunda hiptesis se refiere al evento en que una corte tenga jurisdiccin para anular un laudo
proferido por fuera del territorio del Estado de esa corte, por ejemplo, porque en el arbitraje respectivo se
aplic su lex arbitri. Por razones prcticas las legislaciones modernas de arbitraje limitan la jurisdiccin del
juez de anulacin a los casos de laudos proferidos dentro de su territorio, a fin de evitar decisiones contradictorias de jueces correspondientes a foros diferentes, frente a un mismo laudo.
(3)
Pese a que en el Proyecto de Convencin preparado por la CCI se haca referencia a laudo arbitral
internacional, buscando una desvinculacin del laudo de toda legislacin nacional, en el texto final se
587
En sntesis, el juez del Estado requerido deber determinar si el laudo fue proferido fuera del territorio de ese Estado y
en caso afirmativo, tendr que aplicar el
primero de los criterios sealados. Si el
laudo fue proferido en el mismo Estado
La doctrina ms autorizada est dividida entre quienes estiman que es posible el reconocimiento en una jurisdiccin
de un laudo anulado en otra y quienes estiman que la anulacin en una jurisdiccin
debe respetarse en todas las dems(6).
Aunque no es materia de este anlisis, los criterios antes mencionados unidos al texto del artculo V de la Convencin de Nueva York, sugieren que el carcter de laudo de una providencia emitida por un tribunal arbitral debe definirse a la luz de la ley convenida por las partes o, en su defecto, la ley del pas en el
que se profiri el laudo(5).
2.
adopt la referencia a sentencia arbitral extranjera. Debe tenerse en cuenta que, bajo este criterio finalmente adoptado por la Convencin de Nueva York, el carcter nacional o internacional del arbitraje que dio origen
al laudo no tendra incidencia alguna en la aplicacin de la Convencin; lo que prevalece es el lugar en que
se profiri el laudo. Por ende, un laudo arbitral proferido en un determinado pas dentro de un arbitraje
puramente domstico podra hacerse efectivo en otro pas al amparo de la Convencin de Nueva York. El
arbitraje sera nacional pero el laudo, para efectos de la Convencin de Nueva York, sera extranjero.
(4)
Corte de Apelaciones del Decimoprimero Distrito; Yearbook Comm. Arb. XXIV (1999), p. 823.
(5)
En este sentido, resultara equivocado anlisis de la Corte Suprema de Justicia de Colombia en providencias de 26 de enero y 1 de marzo de 1999 en las que concluye que la calificacin para determinar si una
providencia es o no un laudo debe hacerse atendiendo nicamente a la ley del Estado requerido (Corte
Suprema de Justicia, Sala de Casacin Civil, expediente N 7474).
(6)
Vase, por ejemplo, PAULSSON, Jan, Enforcing Arbitral Awards Notwithstaning a Local Standard Annulment
(LSA), ICC ICARB. BULL.14 (Nov. 1998); PAULSSON, Jan, The case for disregarding local standard annul-
588
EDUARDO ZULETA
ron denegados por la Corte de Apelaciones de Pars con fundamento en el artculo V(1)(e) de la Convencin de Nueva
York, la Corte de Casacin Francesa revoc la decisin de la Corte de Apelaciones. En su decisin, la Corte de Casacin,
con fundamento en el artculo VII de la
Convencin de Nueva York, consider que
las disposiciones de la citada Convencin
representan las obligaciones mnimas que
adquieren los Estados en materia de reconocimiento y ejecucin de laudos extranjeros y que en consecuencia no impiden
el reconocimiento y ejecucin de un laudo extranjero bajo las reglas francesas que
fueren ms favorables.
La Corte Suprema de Austria, a su
vez, revoc la decisin de anulacin inicialmente tomada por la Corte de Apelaciones de Viena, por lo que el laudo
qued en firme y termin la discusin
al menos a nivel judicial por sustraccin de materia.
En 1993 la Corte de Casacin Francesa en el caso Polish Ocean Line(8) confirm la decisin tomada por la Corte de
Apelaciones de Douai en el sentido de
otorgar el reconocimiento y ejecucin de
un laudo que haba sido suspendido en
Polonia. En esa decisin la Corte de Casacin sostuvo que, a la luz de la normatividad vigente, las cortes francesas no podan negar el reconocimiento y ejecucin
de laudos extranjeros con fundamento en
el artculo V (1)(e) de la Convencin de
Nueva York. Dijo la Corte de Casacin
ments under the New York Convention, 7 Amer. Rev. Intl Arb. 99 (1996); VAN DEN BERG, Albert Jan, Enforcement of Annulled Awards?, ICC ICARB. BULL. 15 (Nov. 1998). VAN DEN BERG, Albert Jan, The New York
Arbitration Convention of 1958 (1981); GHARAVI, Hamid,The International Effectiveness of Annuled Awards,
Kluwer, 2002
(7)
(8)
Societ Polish Ocean Line v. Societ Jolasry, Yearbook Comm. Arb. , 1994, p. 662.
(9)
589
590
EDUARDO ZULETA
(10)
(11)
(12)
591
592
EDUARDO ZULETA
(13)
Chromalloy Aeroservices, Inc. v. Repblica rabe de Egipto, Corte de Apelaciones, enero 14 de 1997.
Traduccin libre del autor.
(14)
(15)
593
the competent authority where the recognition and enforcement is sought, proof
that (...))
De la lectura del texto referido concluy la Corte de distrito en la referida
decisin de julio 31 de 1996 que:
Bajo la Convencin, El reconocimiento y ejecucin del laudo podr
ser denegado si Egipto presenta ante
esta corte prueba de que () el laudo () ha sido anulado 8 ()) por
una autoridad competente del pas en
que o confirme a cuya ley ha sido proferido Convencin, artculo V81) &
V (1) (nfasis aadido), 9U.S.C. nota
201. En el presente caso, el laudo fue
proferido en Egipto, bajo las leyes de
Egipto, y ha sido anulado por la corte
designada por Egipto para revisar laudos arbitrales. Por lo tanto, la Corte
podr, a su discrecin, negarse a ejecutar el laudo(15).
(ii) Aplicacin del artculo VII de
la Convencin de Nueva York
Al igual que la Corte de Casacin
francesa, la Corte de distrito aplic el artculo VII de la Convencin de Nueva
York para conceder el reconocimiento y
ejecucin del laudo anulado. Seal que
al ser posible interpretar dicho artculo en
forma similar al principio de la nacin ms
favorecida, y dado que la anulacin de un
laudo no estaba prevista como causal de
denegacin del reconocimiento y ejecucin del mismo en la el Federal Arbitration Act (FAA), dichos reconocimiento y
ejecucin deban otorgarse.
594
EDUARDO ZULETA
(16)
(17)
Bajo los precedentes judiciales de Estados Unidos (case law) era posible anular un laudo si el mismo fuera
expedido con manifest disregard of the law (tmino que podra traducirse como manifiesto desprecio de la
ley), evento que se presentara si los rbitros identificaron y determinaron correctamente la ley y la entendieron, pero procedieron a ignorarla.
595
(18)
(19)
The decision of the arbitrators shall be final and binding and cannot be made to any appeal or other
recourse (Traduccin del autor)
(20)
596
EDUARDO ZULETA
(22)
(23)
597
598
EDUARDO ZULETA
(24)
(25)
bajo el artculo VII, esta puede invocar la ley arbitral nacional de este
pas, no obstante la accin de la corte nigeriana.
Nosotros rechazamos el argumento
de Baker Marine. Es suficiente respuesta que las partes contrataron en
Nigeria que sus controversias seran
arbitradas bajo la ley de Nigeria.
Los contratos no hacen referencia
alguna a la ley domstica arbitral de
los Estados Unidos para regir las
controversias. Nada sugiere que las
partes tuvieran la intencin de que
la ley domstica arbitral de los Estados Unidos rigiera sus controversias. El propsito primario del FAA
es asegurar que los acuerdos privados se ejecuten de acuerdo con
sus trminos(24).
Con respecto al razonamiento que se
haba presentado en el caso Chromalloy
en el sentido de que el artculo V (1) (e)
de la Convencin, la Corte de Apelaciones seal:
Baker Marine argumenta que este
uso del permisivo podr, contrario a un trmino obligatorio, implica
que la corte podra haber ejecutado
los laudos a pesar de su anulacin por
las cortes nigerianas. Es suficiente
respuesta que Baker Marine no ha
mostrado una razn adecuada para
rechazar las decisiones proferidas
por la corte nigeriana(25).
Finalmente, la Corte de Apelaciones hace referencia al pacto arbitral y,
599
reconocer o no el correspondiente laudo. Finalmente, con su referencia al pacto arbitral parecera haber llegado a la
misma conclusin de Chromalloy en el
sentido de que una estipulacin en el
pacto arbitral que seale que el laudo es
final y no sujeto a recurso, impedira la
presentacin de un recurso de anulacin
y permitira al juez de reconocimiento y
ejecucin desconocer una decisin de
anulacin del laudo.
2.7. El caso Termoro(27)
El caso Termoro se enmarca a partir
del debate que han generado los pronunciamientos del Consejo de Estado colombiano y la Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia.
Este caso tiene origen en un contrato de compra de energa (PPA) suscrito
en 1979 entre Termoro S.A. E.S.P. (Termoro) y Electrificadora del Atlntico
S.A. E.S.P. (Electranta), ambas sociedades colombianas.
Con posterioridad a la celebracin
del contrato las partes acordaron mediante un otros suscrito en 1998, que las diferencias que se presentaran entre ellas en
relacin con el contrato se someteran a
arbitraje, bajo las reglas de la CCI. Adicionalmente pactaron la aplicacin de la
ley sustancial colombiana y a Barranquilla, Colombia, como sede del Tribunal.
Alegando incumplimiento del contrato por parte de Electranta, Termoro convoc un tribunal de arbitramento bajo las
reglas de la CCI. Los rbitros designados
(26)
(27)
United States District Court,District of Columbia. TERMORIO S.A. E.S.P., et al., Plaintiffs, v. ELECTRIFICADORA DEL ATLANTICO S.A. E.S.P., et al., Defendants. No. Civ.A. 03-2587 (PLF). March 17, 2006.
600
EDUARDO ZULETA
eran de nacionalidad colombiana. Se trat entonces de un arbitraje entre dos sociedades colombianas que tenan su domicilio o lugar principal de negocios en
Colombia. La sede del arbitraje era una
ciudad colombiana como era colombiana
la ley aplicable y colombianos los rbitros.
El laudo final conden a Electranta
a pagar aproximadamente US$ 60.3 millones a Termoro. Electranta interpuso el
recurso de anulacin y despus de varias
vicisitudes, el Consejo de Estado anul el
laudo por considerar que el pacto arbitral
suscrito en 1998 estaba viciado de nulidad absoluta. El mximo tribunal de lo
contencioso administrativo colombiano,
seal que el pacto tena un objeto ilcito,
ya que las partes haban pactado un procedimiento arbitral contrario al permitido por las leyes procesales colombianas.
Dos de los razonamientos del Consejo de Estado merecen destacarse por
cuanto fueron parte del debate al intentarse posteriormente el reconocimiento y
ejecucin del laudo en las cortes de los
Estados Unidos.
En primer lugar, el Consejo de Estado consider que si bien las causales de
anulacin invocadas por Electranta no
estaban consagradas en la ley como causales de anulacin de laudos proferidos
en arbitramentos que involucraran con-
(28)
tratos estatales como es el caso del laudo en cuestin el juez, tiene la obligacin legal de verificar la validez del pacto arbitral y en consecuencia declarar de
oficio su nulidad si llegare a establecer
la misma(28).
Respecto de este punto el Consejo
de Estado manifest:
En consecuencia, como quiera que
se trata de una facultad legal permanente del juez administrativo, ste no
solo puede, sino que debe ejercerla,
en todos aquellos eventos en los que
estn acreditados a cabalidad los dos
presupuestos antes relacionados,
cualquiera que sea el proceso, instancia o trmite procesal en que sea
advertida la existencia de la nulidad
absoluta del contrato, aun en el trmite del recurso de anulacin de laudos arbitrales, como ya lo ha precisado la Sala en oportunidades anteriores, con ocasin de estudiar y decidir la validez del pacto arbitral,
habida cuenta de la naturaleza contractual que reviste dicho acuerdo
entre las partes del contrato.
Ahora bien, en materia de contratos
estatales, como ya se indic, si bien
la nulidad del pacto arbitral por objeto o causa ilcita no est legalmente prevista como causal o motivo de
601
(29)
Vase Consejo de Estado Colombia, Sala de lo Contencioso Administrativo, Seccin Tercera, sentencia
de agosto 1 de 2002.
(30)
De conformidad con el artculo 1 de la Ley N 315 de 1996 Ser Internacional el arbitraje cuando las
partes as lo hubieren pactado, siempre que adems se cumpla con cualquiera de los siguientes eventos:
1.Que las partes al momento de la celebracin del pacto arbitral, tengan su domicilio en Estados diferentes. 2.Que el lugar de cumplimiento de aquella parte sustancial de las obligaciones directamente vinculada
con el objeto del litigio, se encuentre situada fuera del Estado en el cual las partes tienen su domicilio
principal. 3. Cuando el lugar del arbitraje se encuentra fuera del Estado en que las partes tienen sus
domicilios, siempre que se hubiere pactado tal eventualidad en el pacto arbitral. 4. Cuando el asunto
objeto del pacto arbitral, vincule claramente los intereses de ms de un Estado y las Partes as lo hayan
convenido expresamente. 5. Cuando la controversia sometida a decisin arbitral, afecte directamente e
inequvocamente los intereses del comercio internacional.
602
arbitraje surgira a partir del literal e) del
artculo 1 de la Ley N 315 (segn el cual
el arbitraje es internacional cuando la
controversia sometida a decisin arbitral,
afecte directamente e inequvocamente los
intereses del comercio internacional). Al
respecto cabe sealar que, hasta donde
conocemos, la jurisprudencia colombiana, contrario a la jurisprudencia francesa, no se ha pronunciado respecto de la
interpretacin del literal mencionado, y
por ende no existe un criterio definido
para establecer el tipo de controversias
que afecten directa e inequvocamente los
intereses del comercio internacional. Sin
embargo, es procedente anotar que la disposicin colombiana es ms exigente que
la francesa en cuanto no basta que se
afecten los intereses del comercio internacional, sino que esa afectacin debe
ser, segn las voces de la Ley N 315,
directa e inequvoca.
En este caso particular, en donde actan dos partes de nacionalidad colombiana y domiciliadas en Colombia, en ejecucin de un contrato en territorio colombiano y bajo ley sustancial colombiana, y
de donde surge una controversia referida
al incumplimiento de dicho contrato que
las partes someten a un arbitraje con sede
en Colombia y con rbitros colombianos,
y en el que no aparecen elementos que
permitan concluir que existe una afectacin directa e inequvoca a los intereses
del comercio internacional, sera difcil
sostener que el arbitraje era internacional.
Sin embrago, este anlisis escapa al objetivo del presente artculo, y ser materia
de otros estudios.
Respecto del procedimiento que poda o no pactar las partes dentro del arbitraje, el Consejo de Estado ha elaborado uno de los razonamientos que mayor
EDUARDO ZULETA
controversia ha generado durante los ltimos aos en la materia que nos ocupa.
En efecto, para el Consejo de Estado, las
partes debieron pactar un procedimiento
consagrado en la ley procesal colombiana, y al alejarse de dicho procedimiento,
surge un objeto ilcito que vicia de nulidad el pacto. Al respecto el Consejo de
Estado sentenci:
Por consiguiente, el convenio por
ellas celebrado en tales condiciones,
resulta violatorio de la normatividad
que estaban obligadas a respetar,
dado que no podan, por convenio,
derogar las normas procesales legalmente preestablecidas, situacin que
pone en evidencia la clara e insanable violacin de los preceptos contenidos en los artculos 6, 16, 1519 y
1523 del Cdigo Civil y 6 del Cdigo de Procedimiento Civil, dado que
aquellas disposiciones de orden procesal del decreto N 2279 de 1989 y
de la ley 23 de 1991 son de orden
pblico, en cuanto corresponden a
reglas de procedimiento judicial, reguladoras precisamente de la habilitacin a particulares para que cumplan la funcin pblica de administrar justicia, investidura y actuacin
que, en manera alguna, por expreso
mandato constitucional, puede ejercerse por fuera de los trminos sealados en la ley (artculo 116).
En otros trminos, ni los particulares, como tampoco las entidades estatales, pueden vlidamente investir
de funcin jurisdiccional a particulares en la condicin de rbitros por
fuera de los lmites y exigencias que
para tal fin establecen la Constitucin
y la ley, toda vez que, ni aqullos ni
ellas pueden abolir por convencin
603
(31)
El argumento de que no era posible en arbitraje que las partes pactaran su propio reglamento, que haba
hecho carrera en las altas cortes colombianas, fue controvertido por la jurisprudencia de la Corte Constitucional en la Sentencia SU-174 de 2007, con ponencia del Magistrado Manuel Jos Cepeda. Dicho pronunciamiento reconoci la facultad de las partes de pactar su propio procedimiento.
(32)
United States District Court,District of Columbia.TERMORIO S.A. E.S.P., et al., Plaintiffs v ELECTRIFICADORA DEL ATLANTICO S.A. E.S.P., et al., Defendants., No. Civ.A. 03-2587(PLF). Marzo 17, 2006, F.Supp.2d,
2006 WL 695832 (D.D.C.).
604
EDUARDO ZULETA
(33)
cucin de laudos anulados a la luz del orden pblico de los Estados Unidos de
Amrica.
La Corte parece sustentar su decisin
en el hecho que Lease Co y Termoro no
sustentaron debidamente sus proposiciones en cuanto a la violacin del orden
pblico de los Estados Unidos. Sin embargo, cabe sealar que la Corte reconoci que, a la luz de los tratados suscritos
por los Estados Unidos, existe una poltica pblica encaminada a que se reconozcan y ejecuten laudos arbitrales internacionales en los Estados Unidos.
Cabra preguntarse entonces, si con
base en esta poltica, Lease Co y Termoro podran haber argumentado que este
laudo deba ser reconocido y ejecutado ya
que la decisin de anularlo se fund en
una causal que no estaba consagrada en
la lex arbitri aplicable. En otras palabras,
se podra plantear el argumento de que al
haber anulado el laudo con base en una
causal no invocada por el recurrente y no
establecida como causal de anulacin por
la ley aplicable, el Consejo de Estado habra contrariado y desconocido su propia
ley, dejando sin efectos un laudo que reconoce los derechos de una persona jurdica constituida bajo las leyes de los Estados Unidos, con lo cual se estara contrariando el orden pblico de los Estados
Unidos. As, la Corte de Distrito habra
realizado un anlisis en cuanto a si el reconocimiento y ejecucin del laudo salvaguarda esos intereses y por ende fortalece el comercio internacional. La salvaguarda de dichas polticas podra haber
sido mrito suficiente para reconocer y
ejecutar el laudo.
Pese a sus frases crticas a Chromalloy, de la decisin de la Corte de Circuito en el caso Termoro se pueden extraer
tres puntos que hacen pensar que el camino para el reconocimiento de laudos anulados sigue abierto y que la decisin Termoro no es la muerte de las tesis sostenidas en Chromalloy.
El primero, la Corte de Circuito mantuvo la interpretacin de que el artculo V
(1) (e) de la Convencin de Nueva York
es potestativo y en consecuencia el juez
no est en la obligacin de negar el reconocimiento de un laudo por el solo hecho
de haber sido anulado por una corte extranjera. Si la decisin de anulacin viola el orden pblico de los Estados Unidos de acuerdo con los parmetros fijados en la decisin que se comenta el juez
de reconocimiento puede otorgar el reconocimiento al laudo anulado.
El segundo, sugiere la decisin que
otro podra haber sido el resultado si las
partes hubieren pactado una clusula en
la que hubieren acordado que el laudo era
obligatorio, final y no sujeto a algn tipo
de recurso. En tal caso, la interposicin
del recurso de anulacin podra considerarse por el juez de los Estados Unidos
como violatoria de su orden pblico.
El tercero y ltimo, bajo el raciocinio de la Corte de Circuito, el hecho de
que se presente el laudo para reconocimiento antes de que se solicite su anulacin puede ser un factor determinante para
que el juez de reconocimiento considere,
sumados los dems factores, la posibilidad de reconocer un laudo anulado.
El debate sigue entonces abierto y la
sola negativa de la Corte de Circuito a
ejecutar el laudo de Termoro cuyos hechos y circunstancias originarias eran di-
605
LA ANULACIN DE UN LAUDO
EN UN ESTADO NO IMPIDE
NECESARIAMENTE SU RECONOCIMIENTO Y EJECUCIN
EN OTRO ESTADO
606
EDUARDO ZULETA
(34)
(35)
Salvo bajo la tesis del Consejo de Estado colombiano en el sentido de que se trata de una apelacin
restringida. Cfr. Consejo de Estado, Seccin Tercera, 7 de Febrero de 2002, rad. 20467. Consejero Ponente: CARRILLO BALLESTEROS, Jess Maria. Entre otras consideraciones, el Consejo de Estado seal: El
recurso de anulacin, ni es ordinario, ni es extraordinario, segn el artculo 166 del Decreto N 1818 de
1999, pero contra la decisin que profiera el Consejo de Estado al resolver el recurso de anulacin, procede el recurso extraordinario de revisin. Teniendo en cuenta la normatividad precitada y los controles y
efectos establecidos para la providencia que decide el recurso de anulacin, se hace notorio que ste por
607
nal para otorgar o negar el reconocimiento y ejecucin del laudo, segn las premisas ya vistas; y, (iii) en los pases que no
tengan la anulacin del laudo dentro de
las causales para negar su reconocimiento y ejecucin y adopten la interpretacin
del artculo VII de la Convencin de Nueva York tantas veces mencionada. Por la
otra, existe la tendencia cada vez ms marcada en los estatutos arbitrales y en las decisiones de las cortes a evitar que se prive
a un laudo de su eficacia en otros Estados
con fundamento en causales que no sean
aceptables internacionalmente, o con fundamento en particularidades propias de la
idiosincrasia del pas o de las minucias de
los estatutos procesales locales.
Los casos que hemos mencionado
fueron el comienzo de una serie de disertaciones y de construccin de una teora
del reconocimiento de laudos anulados,
segn la cual a los tribunales de cada pas
ya no les es suficiente sustentar la anulacin a la luz de las particularidades de la
norma local. Por el contrario, y como se
vio en los diversos pronunciamientos citados, tienen que preguntarse si esa anulacin es o no internacionalmente efectiva, si la causal invocada y el fundamento
de la anulacin es aceptable por las cortes en las que se puede hacer efectivo el
laudo por corresponder a situaciones internacionalmente aceptadas como eventos en los que se debe anular el laudo.
El omitir dichos cuestionamientos
llevar a que los laudos que han anulado
por simples consideraciones locales resuciten y cobren vida en otro Estado ante
la impotencia de quienes se han empeado en anularlos.
608
EDUARDO ZULETA
609
LA INTERVENCIN DE AUTORID
AD
AUTORIDAD
JUDICIAL ESP
AOL
A EN CONTRO
VERSIAS
ESPAOL
AOLA
CONTROVERSIAS
SOMETID
AS A ARBITRAJE
SOMETIDAS
1.
INTRODUCCIN
En la actualidad, la resolucin de
controversias por medios distintos a los
judiciales, es una prctica cada vez ms
habitual en el comercio internacional. El
auge del arbitraje internacional es debido fundamentalmente al creciente aumento de los intercambios comerciales
en un escenario global que busca desvincularse de legislaciones y jurisdicciones estatales. Las ventajas son innegables puesto que como se seala en la Ley
( *)
(1)
610
na(2),
En Espaa recientemente se ha
aprobado la Ley 60/2003(4) que modifica
(2)
(3)
Una interesante visin se encuentra en ORTEGO PREZ, F., Las medidas cautelares en el arbitraje (reflexiones
sobre la postestad cautelar de los rbitros), en: Revista de la Corte Espaola de Arbitraje, 2005, pp. 203 y ss.
(4)
(5)
(6)
Para una visin general, STAMPA, G., La evolucin del arbitraje en Espaa: La Ley 60/2003 de 23 de
diciembre, de arbitraje, en: Revista de la Corte Espaola de Arbitraje, 2005, pp. 233-265.
611
2.
3.
4.
612
6.
LA ADOPCIN DE MEDIDAS
CAUTELARES EN CONTRATOS
CON CLUSULA ARBITRAL
613
(7)
La Ley de Arbitraje de 1953 no estableca esta previsin y en la Ley 36/1988 de se preceptuaba la adopcin de medidas cautelares de carcter judicial en la fase de impugnacin del laudo, a travs del recurso
de anulacin ante la Audiencia Provincial, en los siguientes trminos: Recurrido e laudo, la parte a quien
interese podr solicitar del Juez de Primera Instancia que fuere competente para la ejecucin las medidas
cautelares conducentes a asegurar la plena efectividad de aqul una vez que alcanzare firmeza.
(8)
CREMADES B., El convenio arbitral, en: La Ley, 2003, D-2-80, p. 1597 y, Vid. tambin los comentarios a
este respecto de ORTEGO PREZ, Las medidas cautelares (...), cit., pp. 209 y ss.
(9)
614
Tercero, su provisionalidad en el
tiempo por respecto al principio de
seguridad jurdica.
No obstante, la adopcin de medidas cautelares puede suponer un perjuicio para el patrimonio del demandado, por
lo que es bastante frecuente que el juez
establezca una caucin como garanta. En
este sentido podemos citar la sentencia de
la audiencia provincial de Madrid, de 26
de julio de 2004 (rec. 202/2004)(10) en el
que de nuevo se solicitan medidas cautelares contra los demandados vendedores
con el fin de asegurar el resultado del procedimiento arbitral. El tribunal seal que
en este proceso, el juez deba abstenerse
de enjuiciar el fondo del asunto, bastando
para la adopcin de estas medidas la formacin de un juicio provisional e indiciario favorable. Pero en este asunto se
estim en parte el recurso, al determinar
la elevacin de la cuanta de la caucin
(10)
615
En relacin a ley aplicable y en defecto de compromiso arbitral por las partes, resultara de aplicacin el convenio de
Roma de 1980 relativo a las obligaciones
contractuales, que prximamente con
(11)
(12)
ESPINOSA C ALABUIG, R., Contratos de transporte: Los contratos internacionales de transporte martimo, en:
Derecho del Comercio internacional, Valencia, Tirant lo Blanch, pp. 303-320.
616
En trminos generales, las partes tienen libertad para elegir tanto las clusulas de eleccin de derecho como la de
eleccin de foro. Tambin est previsto
que las partes designen distintas leyes para
regular distintas partes del contrato, siempre que la coherencia del contrato as lo
permita. En defecto de eleccin se presume que el contrato presenta los vnculos
ms estrechos con el pas donde la parte
que tengan realizar la prestacin caracterstica tenga en el momento de la celebracin del contrato, su residencia habitual o
si se trata de persona jurdica se vincula a
su administracin central. Ahora bien, las
peculiaridades del contrato de transporte
obligaron a establecer un rgimen especfico, dado que este lugar podra estar desconectado del lugar de la carga y descarga. De este modo el convenio de Roma
en el art. 4.4 establece que en el supuesto
de que el transportista tenga su establecimiento principal en el momento de la cele-
5.
ANLISIS DE LA SENTENCIA
DEL TRIBUNAL SUPREMO,
SALA 1, NM. 401/2006 DE 19
DE ABRIL DE 2006
617
(13)
El texto de la clusula se detalla en el Antecedente de Hecho segundo de la Sentencia con el siguiente tenor
literal () todas las disputas que en su caso surjan de este contrato sern, excepto si las partes acuerdan
que sea un solo rbitro, sometidas al arbitraje final de dos rbitros comerciantes en Londres, los cuales sern
miembros de la Baltic Exchange, e involucrados en el trfico martimo y/o en el trfico de granos siendo
nombrado uno por cada parte, con facultad tales rbitros para nombrar un tercero impar ().
(14)
Sentencia del Tribunal Supremo, Sala 1 de 9 de mayo de 2003, Ref. El Derecho 2003/17177.
618
(15)
Sentencia de la Audiencia Provincial de Asturias, Seccin 4., de 11 de abril de 1995. Ref. La Ley 4422/1995.
(16)
Destaca del trmite de prueba el mal estado de la mar en la zona indicada a lo largo de la travesa segn
se indic desde Meteorologa, sealando que si la duracin del viaje inicialmente prevista era de 7 das,
podra duplicarse por el mal tiempo.
(17)
RECALDE CASTELLS, A., El conocimiento de embarque y otros documentos del transporte. Funcin representativa, Madrid, Civitas, 1992.
(18)
619
la medida cautelar acordada, porque supondra entrar a valorar el fondo del asunto
en una cuestin vetada al rgano judicial una
vez establecido el acuerdo arbitral.
5.3. Casacin ante el Tribunal Supremo
Se interpone recurso de casacin por
Volgo, alegando que la audiencia provincial dej sin efecto el embargo preventivo, pero que no se reconoci el derecho a
la indemnizacin por los daos y perjuicios sufridos como consecuencia de la
inmovilizacin del buque, lo que estimaban contrario al artculo 1 de la Ley 2/
1967 de 8 de abril sobre embargo preventivo de buques extranjeros por crditos
martimos(18). El segundo motivo de casacin que se formul fue al amparo del
artculo 1412 y 1413 de la LEC de 1881,
puesto que entendan que la resolucin judicial firme que dejaba sin efecto el embargo, deba haber condenado al actor embargante en todas las costas y, a la indemnizacin de daos y perjuicios al demandado por el embargo. Resultaba incoherente que el juez que se haba considerado competente para decretar el embargo, exigir fianza suficiente al actor embargante y, decretar el levantamiento del
mismo, no pudiera resolver sobre los
daos y perjuicios ocasionados cuando
la medida cautelar quedara sin efecto, incidindose en el carcter autnomo de
dicha medida con respecto al procedimiento principal sometido a arbitraje.
La sala estima el recurso y analiza
los motivos de casacin. En cuanto al primero de ellos, en el fundamento tercero
de la sentencia, en relacin con el rgimen del embargo preventivo de buques
620
CONSIDERACIONES FINALES
(19)
Nota RODRGUEZ GAYN, E.M., Embargo preventivo de buques, en: AEDIPr, 2004, pp. 702-703 y Transporte martimo internacional en rgimen de conocimiento de embarque, en: AEDIPr, 2004, pp. 766-769.
Tambin cfr. nota ALVREZ RUBIO, J.J., Embargo preventivo de buques, en: AEDIPr, 2003, pp. 775 y ss.
(20)
La regla VII del Convenio de 1952, establece que en el caso de buques extranjeros, con independencia
de que el peticionario tenga residencia habitual o establecimiento principal en Espaa, resultarn de
aplicacin las normas del citado Convenio, con las especialidades previstas en la Ley 2/1967, y, subsidiariamente la LEC.
621
pesar de que se le requiri por providencia, las partes haban convenido que todas las disputas que surgieran del contrato seran sometidas al arbitraje final de dos
rbitros comerciantes en Londres.
En el caso objeto de anlisis entiendo que la adopcin de medidas cautelares
judiciales, cuando existen indicios de ausencia de fumus boni iuris por la parte solicitante, debe aplicarse de manera ms restrictiva y, con una caucin adecuada y ejecutiva que restablezca los daos y perjuicios que el embargo pueda ocasionar en el
patrimonio del demandado, porque en caso
contrario se podra producir un abuso de
derecho por una de las partes y la quiebra
del principio de igualdad de las mismas en
el proceso. Adems en el supuesto de referencia, el otorgamiento de la peticin supuso un privilegio para la parte actora,
dado que en primera instancia se dict
sentencia en 1998 estimando la excepcin
de sometimiento previo de la cuestin litigiosa a arbitraje internacional (en el que
tambin se pueden acordar dichas medidas) y, ordenando a la firmeza de la citada sentencia el levantamiento de las medidas de orden cautelar y, hasta el ao
2006 no hubo un pronunciamiento del tribunal supremo ordenando la devolucin
los autos al juzgado de primera instancia
para que se pronunciase sobre la peticin
de daos y perjuicios por el alzamiento
del embargo preventivo del buque.
622
623
NOT
AS SOBRE LLA
A ADOPCIN DE MEDID
AS
NOTAS
MEDIDAS
CAUTEL
ARES POR RBITROS EN ESP
AA
CAUTELARES
ESPAA
1.
PLANTEAMIENTO
Esta comunicacin se enmarca dentro del tema general arbitraje e intervencin jurisdiccional y tiene por objeto el
estudio de algunas de las cuestiones que
plantean la adopcin y ejecucin de medidas cautelares en el procedimiento arbitral.
En los distintos ordenamientos jurdicos, esta materia constituye uno de los
principales campos de la intervencin jurisdiccional en el arbitraje(1), no slo con
carcter previo a la constitucin del tri-
(*)
(1)
CREMADES, B.M., El arbitraje comercial internacional en una economa globalizada, en: Diario La Ley,
1998, ref. D-233, T. 5.
(2)
SIQUEIROS , J. L., La CNUDMI modifica su Ley Modelo sobre Arbitraje Comercial Internacional, en:
www.coparmex.org.mx/contenidos/internacional/newsletter/resumen/ago06/6.doc.
624
(3)
Para conocer las discusiones en el Grupo de Trabajo sobre Arbitraje Internacional de la Comisin de
Naciones Unidas para el derecho Mercantil Internacional, relativas a la posibilidad de ejecutar medidas
cautelares por los rbitros, emitidas incluso sin audiencia de la contraparte (o medidas ex-parte), Ver
www.servilex.com.pe/arbitraje/colaboraciones/notaunicitral.html, MONDRAGN LPEZ, O. Medidas cautelares ex parte en Arbitraje Internacional: la reforma del artculo 17 de la Ley Modelo UNCITRAL, p. 5.
(4)
Sobre tutela cautelar, GMEZ COLOMER, J. L., El novsimo procedimiento cautelar civil, en: Justicia: Revista de Derecho Procesal, N 1/2001 (octubre 2001); RAMOS ROMEU, F., Los presupuestos procesales y la
tutela cautelar, en: Diario La Ley N 6538, 2 agosto 2006, ref D-184, pp. 1-17.
625
inters actual, tanto terico como prctico, que el mismo despierta, lo que exigira un tratamiento profundo y extenso del
tema; sin embargo, razones de espacio nos
obligan a limitar este trabajo a un mero
apunte de algunas de las cuestiones jurdicas que plantea, en la prctica arbitral,
la ampliacin de las facultades de los rbitros en la adopcin y, en su caso, ejecucin de medidas cautelares y, en concreto,
en la prohibicin de disponer.
2.
IMPLICACIONES TERMINOLGICAS
Y, en tercer lugar, y con ello entroncamos con el ttulo de la presente comunicacin, no debemos perder de vista que
la mayora de los ordenamientos jurdicos tienen configurado su rgimen legal
de medidas cautelares sobre la base de que
la competencia para otorgarlas y ejecutarlas le corresponde a los jueces y, en
consecuencia, las disposiciones relativas
a la regulacin de cada una de las medidas cautelares no hacen referencia a la
intervencin de los rbitros.
De este modo, si el legislador optara por ampliar las facultades de los rbitros en materia cautelar, debera no slo
reconocer dicha ampliacin de forma genrica, por va legal o jurisprudencial,
sino tambin reconocer, en la concreta
regulacin de cada medida cautelar, las
facultades de los rbitros.
626
OBJETO
El mbito espacial lo hemos reducido a los supuestos en los que el procedimiento arbitral se rige por la Ley espaola, bien porque se trate de un arbitraje
nacional desarrollado en Espaa, o bien
porque tratndose de un arbitraje internacional la Ley elegida por las partes haya
sido la Ley espaola, o porque, en defecto de cualquier indicacin de las partes
sobre la ley reguladora del procedimiento arbitral, el lugar donde se desarrolle el
arbitraje sea Espaa(5).
No obstante, conviene tener en
cuenta que, determinados preceptos de
la Ley de Arbitraje espaola, como el relativo a la potestad de los rbitros de
adoptar medidas cautelares, tambin se
aplica a arbitrajes desarrollados en el
extranjero que, de alguna forma, despliegan su eficacia en Espaa(6).
En cuanto al mbito temporal, lo hemos determinado en funcin de la entrada
en vigor de la Ley 60/2003, de 23 de diciembre, de arbitraje, en marzo de 2003 (disposicin final tercera), en la que se regula
expresamente la potestad de los rbitros para
adoptar medidas cautelares (artculo 23.1 ley
de arbitraje)(7), lo que constituye una de
las principales novedades de la ley.
4.
METODOLOGA
(5)
CALVO CARAVACA, A. L., Medidas cautelares y Arbitraje Privado Internacional, en: Diario La Ley N 6128,
Ao XXV, 16 noviembre 2004, ref. D-232, p. 5.
(6)
CORDN MORENO, F., El Arbitraje de Derecho Privado, Estudio breve de la Ley N 60/2003 de 23 de diciembre de Arbitraje, Thomson-Civitas, Pamplona, 2005, p. 61.
(7)
Para conocer la inseguridad jurdica creada en esta materia por la Ley espaola de Arbitraje de 1988,
STAMPA CASAS, G., Motivos y propuestas para la reforma de la Ley de Arbitraje, en: Diario La Ley N 5785,
ao XXIV, 21 mayo 2003, ref D-120.
A.
Interpretacin sistemtica
Perspectiva internacional
En segundo lugar, resulta de particular inters el estudio de esta cuestin desde una perspectiva internacional ya que
una visin parcial de la misma que sera
en este caso la visin nacional, nos puede lleva a introducir disfuncionalidades en
la prctica arbitral.
En efecto, Espaa ha optado por incorporar la Ley Modelo de CNUDMI/
UNCITRAL de arbitraje comercial internacional, adecundola en algunos aspectos, con la finalidad de contribuir a la consolidacin global del comercio internacional a travs de la armonizacin de los sistemas legales que regulan el arbitraje,
como cauce adecuado para resolver las
controversias surgidas en aqul.
La ley responde al sistema monista
en el que no se establecen dos regulaciones diferenciadas para el arbitraje nacional e internacional, sino que las mismas
normas rigen ambos tipos de arbitrajes.
627
628
(8)
Perspectiva prctica
LPEZ DE ARGUMEDO PIEIRO, A., Medidas cautelares en arbitraje internacional y nacional, en: Diario La
Ley, 2000, ref. D-105, T. 3, pp. 1-18.
Ciertamente esta afirmacin puede resultar superflua puesto que la ciencia jurdica tiene un marcado carcter prctico en
todas sus reas; sin embargo, a nuestro juicio, no est de ms resaltar la importancia de un tratamiento metodolgico que
combine adecuadamente teora y prctica
ya que nos parece que, por la novedad de
la materia y el vaco normativa de algunas de sus previsiones, se puede tender a
elucubrar en sede acadmica sobre supuestos bien estructurados tericamente
pero que nunca se planteen en la prctica
lo que supone una prdida de energas
cientficas que podran ser correctamente
aprovechadas si se enfocaran hacia problemas planteados en la prctica que estn necesitados de luz acadmica.
Por este motivo es por lo que hemos
centrado nuestro trabajo en un supuesto
real recientemente resuelto por la direccin general de registros y del notariado.
5.
629
La Ley Modelo
La ley modelo, a diferencia de algunas leyes nacionales, faculta al tribunal arbitral, salvo acuerdo en contrario
de las partes y a peticin de una de ellas,
a ordenar a cualquiera de las partes que
adopte medidas provisionales cautelares
respecto del objeto del litigio (artculo
17)(11). El artculo no prev la ejecucin
de esas medidas, por lo que sern los
Estados que adopten la ley modelo los
que podrn disponer acerca de la asistencia judicial a esos efectos(12).
B.
(9)
GARRO, Alejandro M., El arbitraje en la ley modelo propuesta por la Comisin de las Naciones Unidas para
el derecho mercantil internacional y en la nueva legislacin espaola de arbitraje privado: Un modelo para
la reforma del arbitraje comercial en Amrica Central, en: Revista JUS, N 41, pp. 6-50.
(10)
(11)
La Ley Modelo tambin ha sido incorporada en Chile, Guatemala, Mxico, Per, Nicaragua, Paraguay.
(12)
Nota explicativa de la Secretaria de la CNUDMI, a efectos puramente informativos, sobre la Ley Modelo de
la CNUDMI sobre Arbitraje Comercial Internacional.
630
y judicial en materia cautelar son alternativas y concurrentes, sin perjuicio del juego de la buena fe procesal.
La ausencia de regulacin legal del
rgimen de medidas cautelares en la ley
de arbitraje espaola, salvo en lo relativo a la previsin de que se aplicarn a las
decisiones arbitrales las normas sobre
anulacin y ejecucin forzosa de laudos
(artculo 23. 2 LA), da lugar a mltiples
interrogantes como, por ejemplo, los relativos a qu medidas cautelares pueden
adoptar los rbitros; qu presupuestos
deben concurrir para que las mismas puedan ser adoptadas o, si los jueces en el
ejercicio de sus facultades de control, previa peticin de parte, pueden revisar el
fondo de la decisin arbitral.
Estos interrogantes debern ir resolvindose con la prctica arbitral y con la
doctrina jurisprudencial que se dicte en
la resolucin de los recursos de anulacin
planteados frente a decisiones arbitrales
en las que se adopten medidas cautelares.
En cualquier caso, sera muy recomendable que los rbitros utilicen efectivamente su potestad de dictar medidas cautelares, sin que la inseguridad jurdica en la
que se encuentra la regulacin de la misma, les retraigan de llevar a la prctica su
operatividad jurdica.
Por contraste con la situacin descrita, conviene poner de manifiesto que
(13)
Ver sntesis del rgimen legal, en CORDN MORENO, F. El Arbitraje de Derecho Privado, cit., pp. 305 y ss.
(14)
Otras legislaciones iberoamericanas tambin reconocen la potestad arbitral en materia cautelar, como es
el caso de, al menos, Brasil (Lei N 9.307 de Dispe sobre a Arbitragem de 23 de setembro de 1996),
Bolivia (artculo 35 Ley N 1770 de Arbitraje y Conciliacin del 10 de marzo de 1997), Colombia (artculo
152 Decreto N 1818 de 1998 (setiembre 7), Ecuador (artculo 9 Ley N 000. RO/145), Panam (artculo
24 Decreto Ley N? 5, de 8 de julio de 1999), Per (Ley General de Arbitraje N 26572) y Paraguay (Ley N
1337, del 4 de noviembre de 1988. Libro V, que establece el Cdigo Procesal Civil).
(15)
Una crtica a esta imprevisin legal, COBOS GAVALA, R., Algunas observaciones sobre la nueva Ley de
Arbitraje, en: Diario La Ley N 6165, ao XXVI, 11 enero 2005, ref. D-7, p. 5.
POTESTAD ARBITRAL EN LA
ACTIVIDAD CAUTELAR Y
PROTECCIN REGISTRAL
A.
(16)
631
La regulacin de esta cuestin en las legislaciones sobre arbitraje de los Estados Iberoamericanos firmantes y ratificantes que integran el rea de Libre Comercio de las Amricas (ALCA), puede verse en http://
www.ftaa-alca.org/busfac/canal_s.asp.
632
633
634
Crtica a la interpretacin de la
RDGRN
(17)
Artculo 26.1 Reglamento de Arbitraje de la Comisin de Naciones Unidas y Artculo 21.1 de las Reglas de
Arbitraje Internacional de la Asociacin Americana de Arbitraje.
635
(18)
Sobre las tendencias actuales de integracin jurdica latinoamericana a la luz de la creciente globalizacin
del comercio internacional, GARRO, Alejandro M., Armonizacin y Unificacin del derecho privado en Amrica Latina: esfuerzos, tendencias y realidades, en: Jurdica. Anuario del Departamento de Derecho de la
Universidad Iberoamericana, N 22,1993, p. 62.
(19)
Artculo 26 LH. Las prohibiciones de disponer o enajenar se harn constar en el Registro de la Propiedad
y producirn efecto con arreglo a las siguientes normas: 1 Las establecidas por la ley que, sin expresa
declaracin judicial o administrativa, tengan plena eficacia jurdica, no necesitarn inscripcin separada y
especial, y surtirn sus efectos como limitaciones legales del dominio. 2 Las que deban su origen inmediato a alguna resolucin judicial o administrativa sern objeto de anotacin preventiva. 3 Las impuestas por
el testador o donante en actos o disposiciones de ltima voluntad, capitulaciones matrimoniales, donativos
y dems actos a ttulo gratuito, sern inscribibles siempre que la legislacin vigente reconozca su validez
636
637
(*)
Professor, University of Paris XII. Partner at Shearman & Sterling LLP, Pars.
(1)
In English law, the seminal case was Cohen v. Rothfield [1919] 1 K.B. 410, in which the Court of Appeal
ordered a party to withdraw an action commenced in Scotland. Originally designed to prevent foreign
litigation that was oppressive or vexatious, this practice has become a method for enforcing the English
view of the most convenient forum. The criteria for the granting of such an injunction were laid out by the
Privy Council in the Aerospatiale case [1987] 1 A.C. 871. In the United States, the practice was intended to
avoid an irreparable miscarriage of justice. See, e.g., Laker Airways Ltd. v. Sabena Belgian World Airlines,
731 F. 2d 909, 927 (D.C. Cir. 1984). On the evolution of the criteria applied in common law systems, see,
e.g., J. Arkins, Borderline Legal: Anti-Suit Injunctions in Common Law Jurisdictions, 2000 J. Intl. Arb. 603;
H. Muir-Watt, note under House of Lords, 13 December 2001, 2003 Rev. Crit. DIP 116.
(2)
Examples of anti-suit injunctions can be found in the following civil law jurisdictions: for Quebec, see Superior Court of Quebec, Civil Chamber, July 9, 1999 and Court of Appeal of Quebec, November 29, 1999 in
the matter of Lac dAmiante du Canada Lte et 2858-0702 Quebec Inc. v. Lac damiante du Qubec Lte,
discussed by S.R. Shackleton in 3 Intl Arb. L. Rev. N-6 (Jan. 2000). For Germany, see M. Lenenbach,
Antisuit Injunctions in England, Germany and the United States: Their Treatment Under European Civil
Procedure and The Hague Convention, 20 Loy. L.A. Intl & Comp. L.J. 257 (1998). For France, see Cass.
1e civ., November 19, 2002, Banque Worms v. Epoux Brachot et autres, which upheld, in the context of an
international bankruptcy, the decision of a French judge to order a creditor to stop a real property seizure
proceeding brought in Spain against the debtors building, 2003 Dalloz 797, note by G. Kairallah; GAZ. PAL.,
June 25-26, 2003, at 29, note by M.-L. Niboyet. For Brazil, see Curitiba Court of First Instance, June 3,
2003, Companhia Paranaense de Energia (COPEL) v. UEG Arancaria Ltda, 21 Revista de Direito Bancrio
638
EMMANUEL GAILLARD
e de Mercado de Arbitragem 421 (2003). More generally, for Latin American countries, see GRIGERA NAN,
H. A., Competing Orders Between Courts of Law and Arbitral Tribunals: Latin American Experiences, in
Global Reflections on International Law, Commerce and Dispute Resolution. Liber Amicorum in honour of
Robert Briner, ICC Publication 335 (2005).
(3)
GAILLARD , E., Introduction, in: IAI Series on International Arbitration N 2, Anti-Suit Injunctions in
International Arbitration 1 (E. Gaillard ed., JurisPublishing, 2005); see also GAILLARD, E., Il est interdit
dinterdire: Rflexions sur lutilisation des anti-suit injunctions dans larbitrage commercial international, in: 2004 Rev. Arb. 47.
(4)
For anti-suit injunctions in favor of international arbitration, see BAUM, A., Anti-Suit Injunctions Issued
by National Courts To Permit Arbitration Proceedings, in: IAI Series on International Arbitration N 2,
Anti-Suit Injunctions in International Arbitration, supra note 3, at 19. See also the discussion below
on KBC v. Pertamina.
(5)
LEW, J., Anti-Suit Injunctions Issued by National Courts To Prevent Arbitration Proceedings, in: IAI Series
on International Arbitration N 2, Anti-Suit Injunctions in International Arbitration, supra note 3, at 25; De
BOISSSON, M. Anti-Suit Injunctions Issued by National Courts at the Seat of the Arbitration or Elsewhere,
Ibidem, at 65; FERNNDEZ R OZAS , J.C., Anti-Suit Injunctions Issued by National Courts. Measures
Addressed to the Parties or the Arbitrators, Ibidem, at 73.
639
(6)
For other examples, see the Interim Award of May 14, 2001 in ICC Case N 8307, reported in IAI Series on
International Arbitration N 2, Anti-Suit Injunctions in International Arbitration, supra note 3, at 307; see also
the cases discussed in the articles cited at footnote 5; the report of the Four Seasons/Consorcio Barr case
in H.A. GRIGERA NAN, Competing Orders Between Courts of Law and Arbitral Tribunals: Latin American
Experiences, supra note 2, at 337 et seq.
(7)
See the transcript of the judgment of the Supreme Court of Pakistan published in 16 ARB. INTL 439 (2000).
The dispute is reported to have subsequently settled, see L. BARRINGTON, Hubco v. WAPDA: Pakistan Top
Court Rejects Modern Arbitration, 11 AM. Rev. Intl Arb. 385 (2000).
(8)
SGS () is hereby restrained from taking any step, action or measure to pursue or participate or to
continue to pursue or participate in the ICSID arbitration. (para. 77). The decision was published in 19 ARB.
INTL 179 (2003) with a commentary by M. Lau, Note on Socit Gnrale de Surveillance SA v. Pakistan,
through Secretary, Ministry of Finance.
640
EMMANUEL GAILLARD
(9)
SGS Socit Gnrale de Surveillance S.A. v. Islamic Republic of Pakistan (ICSID Case N. ARB/01/13),
Procedural Order N 2 dated October 16, 2002, published in IAI Series on International Arbitration N 2,
Anti-Suit Injunctions in International Arbitration, supra note 3, at 213.
(10)
Salini Costruttori S.p.A. v. The Federal Democratic Republic of Ethiopia, Addis Ababa Water and Sewerage
Authority (hereinafter Salini), Award regarding the Suspension of the Proceedings and Jurisdiction dated
December 7, 2001, excerpts in 21 ASA Bull. 59 (2003) and full text in 20-3 Intl Arb. Rep. A1 (March 2005)
with a commentary by BACHAND,F., Must An ICC Tribunal Comply With An Anti-Suit Injunction Issued By The
Courts Of The Seat Of Arbitration?, at 47; see also MOHTASHAMI, R., In Defense of Injunctions Issued By
The Courts of the Place of Arbitration: A Brief Reply to Professor Bachands Commentary on Salini Costruttori S.p.a. v. Ethiopia, in: 20-5 Intl Arb. Rep. 44 (May 2005); see also the full text of the Salini award in IAI
Series on International Arbitration N 2, Anti-Suit Injunctions in International Arbitration, supra note 3, at 227.
(11)
For another example of an injunction against the members of the tribunal by the courts of Venezuela,
resulting in the resignation of the Venezuelan member of the tribunal so as to avoid being held in contempt
of court, see the report of the Four Seasons/Consorcio Barr case in H.A. GRIGERA NAN, Competing Orders
Between Courts of Law and Arbitral Tribunals: Latin American Experiences, supra note 2, at 339.
(12)
(13)
Ibidem, at para. 83. In its submissions, the Respondent threatened that, under the provisions of the Ethiopian Code of Civil Procedure, a court could attach the property of, or sentence for contempt of court, any
person breaching a temporary injunction, Ibidem, at para. 78. It also submitted that the Arbitral Tribunal was
under the obligation to comply with the injunction and that, if it did not, the arbitrators would be in contempt
of court and would then be unwilling to travel to Ethiopia [the seat of the arbitration], preventing them from
fulfilling their functions under the ICC Rules and necessitating their replacement., Ibidem, at para. 81.
(14)
641
(15)
(16)
Ibidem, at paras. 142-143. For a critical view of this decision, see SCHWARTZ, E., Do International Arbitrators Have a Duty to Obey the Orders of Courts at the Place of the Arbitration? Reflections on the Role of the
Lex Loci Arbitri in the Light of a Recent ICC Award, in: Global Reflections on International Law, Commerce
and Dispute Resolution. Liber Amicorum in honour of Robert Briner, supra note 2, at 795.
(17)
Karaha Bodas Co. LLC (KBC) v. Perusahaan Pertambangan Minyak Dan Gas Bumi Negara (Pertamina)
and PT, PLN (Persero), Decision of December 18, 2000, 16 Intl Arb. Rep. C-2 (March 2001).
642
EMMANUEL GAILLARD
(18)
In the matter of an arbitration between Karaha Bodas Co. LLC (KBC) v. Perusahaan Pertambangan Minyak
Dan Gas Bumi Negara (Pertamina), 190 F. Supp. 2d 936 (S.D. Tex. 2001).
(19)
The Jakarta courts decision of August 27, 2002 is available on http://www.mealeysonline.com (document
#05-021125-013Z). In a positive development, the Indonesian Supreme Court overturned the Jakarta Courts
decision on November 23, 2004, finding that the lower court had no authority to examine and adjudicate
on the dispute between the companies. Unfortunately, it appears that the text of the Courts decision is not
available, although it was reported in the media.
(20)
See Karaha Bodas Co. LLC (KBC) v. Perusahaan Pertambangan Minyak Dan Gas Bumi Negara (Pertamina), 335 F.3d 357, 360-63 (5th Cir. 2003). For the decision on appeal, see below, II.
(21)
little effect in Indonesia where it is probable that it would not have been recognized or enforced, in the same way as
the Indonesian injunction had little
effect in the US(22).
In light of these examples and the
variety and complexity of the
circumstances in which anti-suit
injunctions are requested and issued by
national courts, the recurrently debated
question is whether and to what extent
anti-suit injunctions should be permitted
in international arbitration, even if they are
ordered in support of international
arbitration. In this respect, the Pertamina
case is of particular interest as it reflects
both the doctrine of judicial intervention
(as viewed by both the Indonesian Courts
whose decisions were hostile to
international arbitration and to the
resulting award, and by the U.S. District
Court whose decisions were aimed at
preserving the enforceability of the award)
and that of judicial self-restraint (as
viewed, on appeal, by the U.S. Fifth
Circuit Court of Appeals). The latter
doctrine, as will now be discussed, could
persuasively be set as the applicable standard in relation to the parties increasing
temptation to have recourse to anti-suit
injunctions in international arbitration.
2.
643
(22)
On this decision in general, see GAILLARD, E., The Misuse of Anti-Suit Injunctions, N.Y.L.J., August 1, 2002.
(23)
FOUCHARD, Ph., Anti-Suit Injunctions in International Arbitration What Remedies?, in: IAI Series on International Arbitration N 2, Anti-Suit Injunctions in International Arbitration, supra note 3, at 153. For another
example of conflicting injunctions, see the report of the Four Seasons/Consorcio Barr case in G RIGERA
NAN , H.A., Competing Orders Between Courts of Law and Arbitral Tribunals: Latin American Experiences, supra note 2, at 337.
(24)
Karaha Bodas Co. LLC (KBC) v. Perusahaan Pertambangan Minyak Dan Gas Bumi Negara (Pertamina),
335 F.3d 357 (5th Cir. 2003).
644
EMMANUEL GAILLARD
(25)
On these aspects of the decision, see E. Gaillard, KBC v. Pertamina: Landmark Decision on Anti-Suit
Injunctions, N.Y.L.J., October 2, 2003. See also E. Gaillard, Anti-suit injunctions et reconnaissance des
sentences annules au sige: une volution remarquable de la jurisprudence amricaine, 130 Journal du
Droit International 1105 (2003).
(26)
See, for example, in favor of the enforcement of awards annulled in their country of origin, D. RIVKIN, The
Enforcement of Awards Nullified in the Country of Origin: The American Experience, in ICCA Congress
Series N 9, Improving the Efficiency of Arbitration Agreements and Awards: 40 Years of Application of the
New York Convention 528 (1999). For a critical view, see E. SCHWARTZ, A Comment on Chromalloy: Hilmarton lamricaine, 1997 J. INTL ARB. 25; D. Freyer, H. Gharavi, Finality and Enforceability of Foreign Arbitral
Awards: From Double Exequatur to the Enforcement of Annulled Awards: A Suggested Path to Uniformity
Amidst Diversity, 13 ICSID REV. 101 (1998). On the position taken by the courts of other countries, see, e.g.
E. GAILLARD, The Enforcement of Awards Set Aside in the Country of Origin, 14 ICSID Rev. 16 (1999).
(27)
Chromalloy Aeroservices v. Arab Republic of Egypt, 939 F. Supp. 907 (D.D.C. 1996) (enforcing in the
United States an award annulled in Egypt). The French courts took the same action in a related case: Paris
Court of Appeals, 14 January 1997, Rpublique arabe dEgypte v. Socit Chromalloy Aero Services, 1997
Rev. Arb. 385.
(28)
Pertamina, 335 F.3d at 367. This is also what the Hong Kong Courts did in the Pertamina case (see Karaha
Bodas Co. LLC v. Perusahaan Pertambangan Minyak Dan Gas Bumi Negara, High Court of the Hong Kong
Special Administrative Region, 27 March 2003, 2003 HKCU Lexis 378. The decision is based on the debatable ground that the Indonesian Courts did not have jurisdiction to annul the award, although the outcome
is justified). More recently, on December 9, 2004, the Court of Queens Bench of Alberta also recognized
the December 2000 award (see 20.1 Intl Arb. Rep. 6 (January 2005).
(29)
(30)
Ibidem at 371.
645
(31)
Ibidem at 372.
(32)
Ibidem at 375-76.
(33)
On this issue, see, e.g., GRIGERA NAN, H.A., Competing Orders Between Courts of Law and Arbitral Tribunals: Latin American Experiences, cit., supra note 2, at 339-340; see also the Award in Salini, supra note
10 and accompanying text.
(34)
See, e.g., the Interim Award of May 14, 2001 in ICC Case N 8307, supra note 6, at 313: () the agreement to arbitrate implies that the parties have renounced to submit to judicial courts the disputes envisaged
by the arbitral clause. If a party despite this commences a judicial action when an arbitration is pending, it
not only violates the rule according to which a dispute between the same parties over the same subject can
be decided by one judge only, but also the binding arbitration clause. In such a case, according to Artculo
II 3 of the New York Convention which has been ratified by [country X], the judicial court has the obligation
to refer the matter to the arbitral tribunal. It is not contested that an arbitrator has the power to order the
parties to comply with their contractual commitments. The agreement to arbitrate being one of them, its
violation must be dealt with in the same manner when it is patent that the action initiated in a state court is
646
EMMANUEL GAILLARD
a party requests that a court issues an antisuit injunction to prevent an arbitral tribunal from hearing a claim or to obstruct
the enforcement of an arbitral award, it
too may be said to fail to honor its
commitment to be bound by the
arbitration agreement.
At the stage of the enforcement of
an arbitral award, each legal system is
equally entitled to sovereign rights and to
the discretion to recognize and enforce
foreign arbitral awards on the basis of its
own standards of review. The temptation
to use anti-suit injunctions cannot be
justified by the fact that it is issued in favor of the arbitral process. By definition,
each measure is restricted in the scope of
its effects to the legal system in which it
is issued. As a result, the only viable
alternative ensuring the efficiency of
international arbitration is that each legal
system should decide for itself and on the
basis of its own standards of public policy
whether or not to recognize and enforce
foreign arbitral awards.
By the same token, at the stage of the
arbitral proceeding, judicial self-restraint
is the most appropriate standard in light
of the arbitral tribunals jurisdiction to rule
on its own jurisdiction, i.e. the bedrock
principle of competence-competence. It is
indeed critical that the jurisdiction of the
arbitral tribunal to determine its own
jurisdiction be safeguarded and that the
courts of any given legal system do not
encroach on the jurisdiction of an arbitral
tribunal. In other words, until such time
as the award is rendered, the courts of
outside the jurisdiction of such court and is therefore abusive. This is also a guarantee of the efficiency and
credibility of international arbitration.
(35)
See also LVY, L., Anti-Suit Injunctions Issued by Arbitrators, in: IAI Series on International Arbitration N
2, Anti-Suit Injunctions in International Arbitration, supra note 3, at 115.
(36)
647
On the arbitral tribunals power of first determination of its jurisdiction, see GAILLARD, E., Prima Facie Review of Existence, Validity of Arbitration Agreement, N.Y.L.J., December 1, 2005; GAILLARD, E., La reconnaissance, en droit suisse, de la seconde moiti du principe deffet ngatif de la comptence-comptence , in: Global Reflections on International Law, Commerce and Dispute Resolution. Liber Amicorum in
honour of Robert Briner, supra note 2, at 311.
648
EMMANUEL GAILLARD
649
SE A
CAB EL ARBITRAJE EN AMRICA LA
TINA?
ACAB
LATINA?
LA EV
OL
UCIN DEL ARBITRAJE EN EL PER
EVOL
OLUCIN
Y EN AMRICA LA
TINA
LATINA
(*)
Socio del Grupo de Arbitraje Internacional del estudio White & Case LLP, radicado en la ciudad de Washington, DC.
El autor agradece la asistencia de Mnica Fernndez Fonseca y Maire Uran Bidegain en la realizacin de
este artculo.
(1)
En 1996, el Per haba ratificado tratados bilaterales de proteccin de inversiones con: Argentina (1996),
Bolivia (1995), China (1995), Repblica Checa (1995), Dinamarca (1995), El Salvador (1996), Finlandia
(1996), Francia (1996), Italia (1995), Repblica de Corea (1994), Malasia (1995), Pases Bajos (1996),
Noruega (1995), Paraguay (1994), Portugal (1995), Rumania (1995), Espaa (1996), Suecia (1994), Tailandia (1991) y Reino Unido (1994).
(2)
El Per ratific el Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de Otros Estados el 9 de agosto de 1993.
(3)
HAMILTON, Jonathan C., International Arbitration as a Component of Latin American Reforms: The Case
of Peru, 1997.
650
JONATHAN C. HAMILTON
aos, el tema principal en las conferencias de arbitraje era como ste haba marcado la muerte de la famosa Doctrina
Calvo. Pero en los ltimos aos, las polticas de arbitraje y decisiones judiciales
emitidas por varias cortes nacionales han
hecho pensar en el riesgo del, [r]egreso
de la Doctrina Calvo en Latinoamrica(4).
Este artculo analiza el arbitraje en Amrica Latina en este contexto; cmo ha
evolucionado?, dnde se encuentra ahora?, y hacia dnde va?
Parte I de este artculo provee un
panorama de la evolucin del arbitraje en
Amrica Latina. En primer lugar, se analiza la antipata tradicional que rein en
Amrica Latina hacia el arbitraje. En segundo lugar, se analizan los cambios en
el marco jurdico aplicable que se alejan
de esa actitud de hostilidad y han hecho
del arbitraje una realidad legal en los pases de la regin. Parte II examina diferentes argumentos sobre el retorno de la
Doctrina Calvo al arbitraje en Latinoamrica. En primer lugar, se analiza la posicin de diferentes Estados frente al arbitraje de inversin. Despus, se analiza la
actitud que han adoptado diferentes cortes nacionales en la regin frente a las
cuestiones relacionadas con el arbitraje,
tanto comercial como de inversin. Por
ltimo, parte III examina el caso concreto del arbitraje en el Per.
1.
A.
La Doctrina Calvo
(4)
CREMADES, Bernardo M., The Resurgence of the Calvo Doctrine in Latin America, Transnational Dispute
Management, Vol. 2, Issue 5 ,2005.
(5)
(6)
ROGERS, Wiliam D., Of Missionaries, Fanatics and Lawyers: Some Thoughts on Investment Disputes in the
Americas, in: Am. J. Inl L., 72 (1978) 1, and SZASZ, Paul C., The Investment Disputes Convention and
Latin America, in: V. J. Intl L., 11 (1971) 256.
(7)
Ver por ejemplo, CREMADES, Bernardo M., The Resurgence of the Calvo Doctrine in Latin America, cit., nota
3, GARIBALDI, O.M., Carlos Calvo Redivivus: The Rediscovery of the Calvo Doctrine in the Era of Investment Treaties, 3 Transnational Dispute Management (2006); and SCHREUER, Christopher, Calvos Grandchildren: The Return of Local Remedies in Investment Arbitration, en: 4 The Law and Practice of
Interntaional Courts and Tribunals, (2005).
651
ros y gobiernos fue evidente desde incluso las primeras etapas de formulacin
del Convenio del CIADI (11). En una junta del Banco Mundial/Fondo Monetario
Internacional celebrada en 1964, en la
que se discuti el Convenio de CIADI,
el Gobernador chileno del Banco reiter su adhesin a la Doctrina Calvo en
los siguientes trminos:
El inversionista extranjero [bajo
el CIADI], por el hecho de ser extranjero, [se le otorga] el derecho
de demandar a un Estado soberano
fuera de su territorio nacional, prescindiendo de los tribunales de justicia. Esta disposicin es contraria
a los principios aceptados por nuestros pases [en Amrica Latina] y,
de hecho, le conferira un privilegio al inversionista extranjero, posicionando a los respectivos nacionales del pas en una posicin de
inferioridad(12).
En 1978, la reconocida revista
American Journal of International
(8)
Ver por ejemplo; GRIGERA NAN, Horacio A., Arbitration in Latin America: Overcoming Traditional Hostility,
(An Update) en: 22 Inter-Am. L. Rev. 203 (1991).
(9)
(10)
El Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de otros
Estados entr en vigor para: Argentina el 18 de noviembre de 1994; Bolivia el 23 de julio de 1995; Chile el
24 de octubre de 1991; Colombia el 14 de agosto de 1997; Costa Rica el 27 de mayo de 1993; Ecuador el
14 de febrero de 1986; El Salvador el 5 de abril de 1984; Guatemala el 20 de febrero de 2003; Honduras el
16 de marzo de 1989; Nicaragua el 19 de abril de 1995; Panam el 8 de mayo de 1996; Paraguay el 6 de
febrero de 1983; Per el 8 de septiembre de 1993; Uruguay el 8 de septiembre de 2000; y Venezuela el 1
de junio de 1995.
(11)
SZASZ, Paul C., The Investment Disputes Convention and Latin America, cit., nota 5 p. 256.
(12)
Representante del Gobierno Chileno, Reunin del Banco Mundial, Tokio, 1964.
652
JONATHAN C. HAMILTON
B.
(13)
ROGERS, Wiliam D., Of Missionaries, Fanatics, and Lawyers: Some Thoughts on Investment Disputes in
the Americas, cit., nota 5, p. 72.
(14)
(15)
(16)
Convencin Interamericana sobre Eficacia Extraterritorial de las Sentencias y Laudos Arbitrales Extranjeros suscrita el 8 de mayo de 1979 en Montevideo, Uruguay.
(17)
Ver a manera de ejemplo, Bolivia: Ley de Arbitraje y Mediacin, Ley N 1770 del 10 de marzo de 1997;
Brasil: Ley Federal de Brasil, N 9.307 del 23 de septiembre de 1996; Chile: Ley N 19.971 del 2004;
Ecuador: Ley de Arbitraje y Mediacin N 000. RO/145 del 4 de septiembre de 1997, modificada el 25
febrero del 2005; Venezuela: Ley N 36.430 Ley de Arbitraje Comercial del 7 de abril de 1998.
(18)
Los siguientes pases en Amrica Latina han promulgado leyes de arbitraje siguiendo la Ley Modelo de
la CNUDMI sobre arbitraje comercial internacional de 1985: Chile, Guatemala, Mxico, Nicaragua,
Paraguay y Per.
(19)
Supra nota 8.
653
(20)
(21)
Supra nota 9.
(22)
Para una lista comprehensiva de los tratados bilaterales de proteccin y promocin de inversiones en
vigor en Latinoamrica, ver http://www.unctadxi.org/templates/DocSearch.aspx?id=779, visitada por ltima vez el 9 de mayo de 2007.
(23)
(24)
(25)
(26)
Ver ICC Bulletin, Vol. 12, N 1, p. 7, 2001, and Vol. 17, N 1, p. 6, 2006.
654
JONATHAN C. HAMILTON
(27)
Porcentajes obtenidos de acuerdo a la informacin de la Pgina web del CIADI, disponible en http://
www.worldbank.org/icsid/cases/cases.htm, visitada por ltima vez el 19 de Julio del 2007.
(28)
Globovisin.com, AFP, Ministro Ramirez present a la A[samblea] N[acional] nuevo modela de empresa
mixta petrolera. Nota publicada el 23 de Marzo del 2006, disponible en http://www.globovision.com/
news.php?nid=24079 visitada por ltima vez el 19 de Julio del 2007.
(29)
Vannessa Ventures Ltd. c. Repblica Bolivariana de Venezuela (Caso CIADI N ARB(AF)/04/6); I&I Beheer
B.V. c. Repblica Bolivariana de Venezuela (Caso CIADI N ARB/05/4); Vestey Group Ltd c. Repblica
Bolivariana de Venezuela (Caso CIADI N ARB/06/4); y Eni Dacin B.V. c. Repblica Bolivariana de Venezuela (Caso CIADI N ARB/07/4).
655
(30)
Artculo 71 del Convenio del CIADI Todo Estado Contratante podr denunciar este Convenio mediante
notificacin escrita dirigida al depositario del mismo, La denuncia producir efecto seis meses despus del
recibo de dicha notificacin; y artculo 72 del Convenio del CIADI Las notificaciones de un Estado Contratante hechas al amparo de los artculos 70 y 71 no afectarn a los derechos y obligaciones, conforme a
este Convenio, de dicho Estado, sus subdivisiones polticas u organismos pblicos, o de los nacionales de
dicho Estado nacidos del consentimiento a la jurisdiccin del Centro dado por alguno de ellos con anterioridad al recibo de dicha notificacin por el depositario.
(31)
(32)
Entrevista realizada al Procurador del Estado del Ecuador Jos Javier Garaicoa el 23 de marzo de 2007,
disponible en http://www.hoy.com.ec/notidinero.asp?row_id=262204 (ltima visita: 10 de mayo de 2007).
(33)
El BIT entre Ecuador y Estados Unidos entr en vigor el 11 de mayo de 1997 y llego al trmino de 10 aos
el 11 de mayo del 2007.
656
B.
JONATHAN C. HAMILTON
(34)
Contradiccin 51/2005, Primera sala de la Corte, 11 de enero de 2006. (Tesis Jurisprudencial 25/2006,
Contradiccin de tesis 51/2005-PS entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Sexto y Dcimo,
ambos en Materia Civil del Primer Circuito. Mayora de tres votos. Ponente: Juan N. Silva Meza.) Las
implicaciones de este caso a largo plazo son actualmente difciles de establecer.
(35)
Venezolana de Televisin C.A. c. Elettronica Industriales S.P.A., April 5, 2006, Tribunal Supremo de Justicia - Sala Poltico Administrativa. Las consecuencias de dicho caso sobre el marco jurdico aplicable al
arbitraje en Venezuela deber ser el objeto de un anlisis ms exhaustivo.
(36)
Por ejemplo, en un caso involucrando a U.S. Energy c. Nukem, una corte federal de primera instancia
(Federal District Court,) se sustituy al tribunal arbitral y decidi el fondo de un asunto previamente sometido a arbitraje en el cual el tribunal ya haba rendido un laudo arbitral. Despus de siete aos de litigio y
tres apelaciones al Tenth Circuit Court of Appeals, esta corte orden la reconstitucin de un tribunal arbitral
encargado nuevamente de dirimir el conflicto. U.S. Energy Corp. v. Nukem Inc., Ns. 03-1444, 03-1451,
2005 (10th Cir. 24, Feb.del 2005). Posteriormente, el tribunal arbitral fue constituido bajo las reglas de la
American Arbitration Association y rindi una sentencia a favor del demandado.
657
(37)
Companhia Estadual de Energia Electrica (CEEE) c. AES Uruguaiana. Corte Federal Suprema de Justicia 25 de Octubre del 2005.
(38)
Emilio Francisco Casares Loret de Mola et al, Corte Suprema de Justicia de Mxico, Decisin del 28 de
Abril del 2004.
(39)
PINELO, Adalberto J. The Multinational Corporation as a Force in Latin American Politics: A Case Study of
the International Petroleum Company in Peru, Praeger Publishers NY, 1973.
(40)
Convencin Interamericana sobre la Eficacia Extraterritorial de las Sentencias y Laudos Arbitrales Extranjeros, Convencin de Montevideo, entr en vigor para el Per el 15 de Mayo de 1980.
(41)
Per ratific la Convencin de Nueva York sobre el Reconocimiento y Ejecucin de las Sentencias Arbitrales Extranjeras, el 5 de Octubre de 1988.
(42)
La Convencin Interamericana sobre Arbitraje Comercial Internacional entr en vigor el 22 de Mayo de 1989.
(43)
El Convenio sobre el Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones Entre Estados y Nacionales de otros
Estados, entr en vigor para Per el 3 de Septiembre de 1993.
658
JONATHAN C. HAMILTON
participado en cinco casos ante el CIADI(44) y continua defendindose contundentemente en todos estos casos, tras haber logrado un acuerdo con el demandante en su primera disputa(45) y una victoria
importante en el segundo caso(46).
Asimismo, cuenta con una ley de arbitraje moderna(47), cuyos principios se encuentran constitucionalmente protegidos(48), la cual est siendo revisada con el
propsito de equiparar de manera ms
precisa algunas de sus disposiciones a lo
estipulado en la Ley Modelo de Arbitraje
de la CNUDMI(49).
Por ltimo, cabe destacar la importante implantacin de este mecanismo en
la resolucin de disputas comerciales nacionales. El Centro de Arbitraje de la Cmara de Comercio de Lima, reporta un
total de 1227 solicitudes de arbitrajes presentadas entre diciembre de 1993 y diciembre del 2006. La participacin de
Per en arbitrajes comerciales administrados por instituciones internacionales es
(44)
Compagnie Minire Internationale Or S.A. v. Republic of Peru (ICSID Case N ARB/98/6); Empresas Lucchetti, S.A. and Lucchetti Peru, S.A. v. Republic of Peru (ICSID Case N ARB/03/4) Duke Energy International
Peru Investments N 1 Ltd v. Republic of Peru (ICSID Case N ARB/03/28); Aguaytia Energy, LLC v. Republic
of Peru (ICSID Case N ARB/06/13); Tza Yap Shum v. Republic of Peru (ICSID Case N ARB/07/6).
(45)
(46)
Empresas Lucchetti, S.A. and Lucchetti Peru, S.A. v. Republic of Peru (ICSID Case N ARB/03/4).
(47)
Ley General de Arbitraje, Ley N 26572, promulgada el 3 de enero de 1996. La ley entr en vigor el 6 de
enero de 1996.
(48)
El artculo 139 de la Constitucin Poltica del Per reconoce la legitimidad del fuero arbitral. Por su parte,
el artculo 63 del mismo texto, reconoce la capacidad del Estado y las dems personas de derecho pblico
a someter las controversias derivadas de relaciones contractuales a arbitraje nacional o internacional.
(49)
(50)
(51)
(52)
(53)
659
CONCLUSIN
(54)
(55)
Loc. cit.
(56)
Mota & Companhia S.A.,Transportes Lei S. A. y Engil Sociedade de Construcao Civil S.A v. T & T Ingeniera y Construccin S.A. and others, Corte Superior de Justicia de Lima, 2 de Agosto del 2004,
segundo considerando.
(57)
Repsol Comercial S.A.C. v. Compaa Minera e Industrial Sagitario S.A, Sala Comercial, Corte Suprema
de Justicia de Lima, 15 de Noviembre del 2005, primer considerando.
(58)
Ver por ejemplo; GRIGERA NAN, Horacio A., Arbitration in Latin America: Overcoming Traditional Hostility
(An Update), en: 22 Inter-Am. L. Rev. 203 (1991); and GRIGERA NAN, Horacio A., Recent Trends Regarding Commercial Arbitration in Latin America, in Enforcement of Arbitration Agreements in Latin America 95
(CREMADES, Bernardo M. ed. 1999).
660
JONATHAN C. HAMILTON
El arbitraje se ha consolidado en el
marco jurdico vigente gracias a los cambios importantes que se han ido produciendo en todos los pases de Amrica
Latina y a los cambios que se han dado en
la manera como se resuelven las controversias entre particulares y Estados o entidades estatales. Actualmente en Amri-
(59)
La prueba de esa realidad es la fuerza y el alcance del presente Congreso llevado a cabo en el Per, en el
marco del cual present las ideas aqu contenidas. ste no hubiera sido posible hace apenas diez aos.
661
(*)
Profesor Titular de Derecho Comercial. Doctor en Derecho por la Universidad de Buenos Aires y
Doctor en Ciencias Jurdicas de la Universidad Catlica Argentina.
662
II.
(1)
El Parlamento del Mercosur, el Protocolo respectivo se suscribi por los Estados Partes, el 9 de diciembre de 2005,
en Montevideo. Su antecedente es la Comisin Parlamentaria Conjunta, que ahora se disuelve. Esta nueva norma del Mercosur se vincula necesariamente al Observatorio Democrtico (OD) del Mercosur.
El Parlamento tendr cuatro etapas para
su instalacin definitiva.
En Asuncin del Paraguay, funciona
el tribunal arbitral Permanente de Revisin
de Mercosur, otro rgano de la mayor importancia, que se integra e interacta con
los dems y puede dar las llamadas(1).
El sistema normativo del Mercosur
no est compuesto por reglas jurdicas
supranacionales. Solo hay leyes comunitarias en el sentido nter estadual. Por ello,
cada norma aprobada colectivamente necesita en la mayora de los casos, ingresar al derecho nacional de cada Estado
Parte mediante una incorporacin legal de
cada una de las Cmaras Legislativas de
las naciones que lo integran.
En el Protocolo de Ouro Preto se establece el orden normativo del Mercosur, en
los artculos 41 y 42. Transcribimos su texto:
Artculo 41: Las fuentes jurdicas del
Mercosur son:
I. El Tratado de Asuncin, sus protocolos y los instrumentos adicionales o complementarios;
II. Los Acuerdos celebrados en el
marco del Tratado de Asuncin y sus
protocolos;
Ver un interesante trabajo sobre este Tribunal y su primera consulta interpretativa, de Diego P. FERNNDEZ ARROYO, titulado La respuesta del Tribunal Permanente del Mercosur a la primera consulta interpretativa, cit., pp. 3 y ss.
663
664
est Espaa, uno de los pases de crecimiento ms avanzados de Europa y de
mejor calidad de vida.
No ha sido casual que el 18 de octubre de 2005 se firmara la Declaracin de
Salamanca, que ratific la totalidad del
acervo iberoamericano integrado a los
valores, principios y acuerdos celebrados
en anteriores Cumbres.
La Cumbre de Salamanca fue la XV
y en ella se reunieron los Jefes de Estado
y de Gobierno de la Comunidad Iberoamericana de Naciones. All se comprometieron a apoyar los propsitos y principios
consagrados en la Carta de las Naciones
Unidas, al derecho internacional, la profundizacin de la democracia, el desarrollo, la promocin y proteccin universal
de los derechos humanos, el fortalecimiento del multilateralismo y de las relaciones
de cooperacin entre todos los pueblos y
naciones y el rechazo a la aplicacin de
medidas coercitivas unilaterales contrarias
al Derecho Internacional.
La Declaracin de Salamanca incorpor a Andorra como nuevo miembro y
se decidi crear la Secretara General Iberoamericana como rgano permanente de
apoyo para la institucionalizacin de la
Conferencia Iberoamericana.
Los propsitos de esa Conferencia
fueron fortalecer la cooperacin iberoamericana, la cohesin interna y la proyeccin internacional de la Comunidad
Iberoamericana de Naciones, materializado en diversos programas de trabajo.
Pero varios de los objetivos, tales
como dar realidad y vigencia al derecho
al trabajo y a producir, el respaldo de iniciativas contra el hambre y la pobreza, el
incremento de las inversiones, la expan-
665
a)
b)
c)
(2)
GARCA BELSUNCE, Horacio A., La crisis institucional, en: El Derecho del 22 de diciembre de 2005.
(3)
LUCCHINI GUASTELLA, Emanuele, Seguridad jurdica y sistema econmico, en: La Ley Actualidad del 2 de
marzo de 2006, Cita las publicaciones italianas ms recientes: Entre ellas, seala: GIANFORMAGGIO, voz
Certezza del diritto, en: Digesto IV, Discipline privatistiche (sezione civile), II, Utet, Torino, 1988, 274 ss;
CORSALE, voz Certezza del diritto I) Profili teorici, en: Enc.giur. Treccani, VI, Treccani, Roma, 1988, 1 ss;
PIZZO RUSSO, voz Certezza del diritto I) Profili applicativi, en: Enc. Giur. Treccani, Roma, 1988, 1 ss;
GIARDINA, La lex mercatoria e la certezza del diritto nei commerci e negli investimenti internazionale, en:
Riv. dir. Internaz privato e proc., 1992, 461 ss; AA.VV., la certezza del diritto Un valore da ritrovare (Atti del
CONVEGNO, Firenze, 2-3 ottobre 1992), Giuffr, Milano, 1994; FARALLI, Certezza del diritto o diritto alla certezza?, en: Materiali storia cultura giur., 1997, 89; CASTORINA, Certezza del diritto e ordinamento europeo:
riflexxioni intorno ad un principio comune, en: Riv. it. Dir. Pubbl. Comunitario, 1998, 1177 ss; LUZZATI,
Linterprete e il legislatore - Saggio sulla certezza del diritto, Giuffr, Milano, 2000; BERTEA, La certezza del
diritto nel dibattito teorico-giurdico contemporaneo, en: Materiali storia cultura giur., 2001, p. 131.
(4)
VANOSSI, Jorge R., La seguridad jurdica y el Estado de Derecho en una democracia constitucional: las
condiciones y los condicionamientos, en: ED del 25 de octubre de 2005, N 11370.
666
d)
e)
f)
g)
h)
La interdiccin de la arbitrariedad.
a)
La supresin de la incertidumbre y
de la sorpresa en el obrar estatal.
b)
c)
El consentimiento en la formacin de
la ley.
(5)
VANOSSI, Jorge R., La seguridad jurdica y el Estado de Derecho en una democracia constitucional: las
condiciones y los condicionamientos, en: ED del 25 de octubre de 2005, N 11370.
(6)
Loc. cit.
(7)
667
podran quedar en condiciones de ingresar en el sistema arbitral general del Mercosur utilizando sus tribunales ad hoc con
sus reglas y la eventualidad del tribunal
permanente de revisin. Pero ello no ofrecera la agilidad necesaria e inmanente en
todo proceso arbitral.
Si se admitiera el sistema institucional del Mercosur para las empresas privadas, habra que interpretar que, aparecido un conflicto entre los empresarios,
stos deberan presentarlo como uno proyectado a los estados partes; a partir de
ah, se aplicara lo dispuesto por el Protocolo de Olivos, el cual indica como comienzo, la apertura de negociaciones diplomticas entre los Estados involucrados,
Y si no se obtuviesen resultados, se someteran las diferencias a los rganos del
Mercosur, pudiendo concluir el proceso,
con un arbitraje ad hoc que finalmente
definira la cuestin.
El sistema Mercosur reseado, permiti crecer en poder y funciones a la
Comisin de Comercio del Mercosur, porque ella asumi la bsqueda de la solucin de los problemas que plantearon los
empresarios, afectados en sus negocios
por alguna decisin de un Estado Parte
contraria a los acuerdos de integracin.
Resulta claro que esta es una va interpretativa pero no constituye una solucin directa y eficaz para las empresas.
No hay dudas que no hay un recurso
directo y de procedimiento sencillo para
que un empresario reclame, la aplicacin
directa de cualquier norma comunitaria
por sobre normas estaduales o provinciales y an municipales, dictadas en cada
Estado integrante del sistema.
Yendo a los problemas entre empresarios, est disponible un rgimen legal
668
(8)
Es un neologismo que significa aceptar por parte de un Congreso soberano de un Estado Parte, una
norma creada por los rganos del Mercosur. Para la Argentina, ello se admiti mediante la ley 25.223.
(9)
Ley de Organizacin y Atribuciones de 1875, citada por VZQUEZ PALMA, Mara Fernanda, Arbitrabilidad
objetiva: un acercamiento a su delimitacin e importancia, en cuyo trabajo cita a BIGGS, G. El proceso
hacia el arbitraje comercial en Chile, en: Ponencia del Seminario Arbitral e Internacional / Papers of the
Internacional Commercial Arbitration Association, Conference Am Cham, Chile 29 y 30 de julio de 1998 y
Nueva York 1999, en Foro de Derecho Mercantil, Legis, Bogot abril-junio de 2007, p. 89, nota 34.
(10)
MEREMINSKAYA, Elina, Validez y ejecutabilidad del acuerdo de arbitraje comercial internacional, en: Foro
de Derecho Mercantil, Legis, Bogot, N 12 julio 2006, p. 92.
(11)
669
(12)
(13)
BATISTA MARTINS, Pedro, Observaciones sobre el texto del Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del Mercosur , en: Revista Internacional Foro de Derecho Mercantil, cit., p. 7, Brasil impuso una
reserva al artculo 10 sometiendo a la aprobacin del Congreso Nacional cualquier acto que d lugar a la
revisin del aludido AAM o que ocasione encargos o compromisos gravosos al patrimonio nacional, en los
trminos del inciso I del artculo 49 de la Constitucin Federal de Brasil
(14)
BATISTA MARTINS, Observaciones sobre el texto del Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del
Mercosur , cit., p. 8.
(15)
GRIGERA N AN , Horacio A., El Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del Mercosur: un Anlisis Crtico, en: Revista Brasilera de Arbitragem, Nmero especial de lanzamiento, Ed. Sntese, Brasil,
2003, p. 17.
670
responde a un examen autnomo o independiente de lo dispuesto en dicho artculo. Nos inclinamos por la segunda alternativa, que se concilia con una interpretacin amplia y flexible de esta normativa.
Pareciera limitada la referencia base,
cualquiera sea la interpretacin que se le
de a la expresin; hablar solamente de
contratos comerciales internacionales
implica reducir campos arbitrables, corriente contraria a lo que modernamente
se est haciendo en el mundo. Y la arbitrabilidad no puede pasar solamente por
el sistema contractual de los pases, sino
abarcar un marco ms amplio, el de los
actos o negocios jurdicos.
Hoy no slo son arbitrables los
institutos del sistema del derecho privado patrimonial, sino que ya se estn admitiendo soluciones de arbitraje para amplios sectores del derecho no disponible.
Hoy se trabaja en concretas soluciones
de derecho de familia, patrimonial y
otros, antes inimaginables, como ciertas
cuestiones penales(16).
Es perfectamente conocido que cualquier arbitraje siempre implica algn grado de interferencia estatal; ningn arbitraje comercial internacional est a salvo
de las interferencias estatales(17). Es el Estado el que permite que en su territorio
aparezca esta forma extrajudicial de resolver los conflictos. Para el AAM, el alcance
es regional, de modo que los distintos poderes legislativos pueden aceptar la actividad arbitral en diversos grados.
(16)
Respecto de la arbitrabilidad de ciertas cuestiones penales, se han realizado en mayo de 2007 unas
Jornadas de estudio organizadas por el CIAM, centro argentino para el arbitraje nacional e internacional.
(17)
Para KESSEDJIAN, cita FERNNDEZ ARROYO, desde que el arbitraje se vuelve cada vez ms procedure-oriented, tales interferencias son inevitables - KESSEDJIAN, C. Court decisions on enforcement of arbitration
agreements and awards, en: JIA, 2001, p.11. Sin embargo, vase la opinin de GAILLARD, E., Interference
of national courts in the international arbitral process, en: NYIJ, feb. 1, 2001.
671
(18)
MAYER, P. The trends towards delocalisation in the last 100 years, en: HUNTER, M., MARRIOTT, A. y VEEDER,
V.V. (ed), The Internationalisation of International Arbitration, Graham & Trotman; Martinus Nijhoff, Londres
y otras, 1995, pp. 37-46.
(19)
FERNNDEZ ARROYO, Diego P., La ejecucin del laudo arbitral dictado contra el Estado, en: Revista Internacional Foro de Derecho Mercantil, Lexis Nexis, N 13, Octubre-Diciembre de 2006, Argentina, pp. 133 y 134.
(20)
Ibidem, p. 134.
(21)
OPPETIT, B., Les tats et Iarbitrage international: esquisse de systmatisation, en: Rev. Arb., 1985,
pp. 493-496.
(22)
FERNNDEZ ARROYO, Derecho Internacional Privado de los Estados del Mercosur, en: Id. (coord.), Zavala,
Buenos Aires, 2003, pp. 59 y ss.
(23)
CASSESE, S., La crisis del Estado (trad.), Lexis Nexis-Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2003, esp., pp. 63-92.
(24)
FERNNDEZ ARROYO, sugiere comparar el artculo citado en la nota 4 con BURDEAU, G., Nouvelles perspectives pour Larbitrage dans le contentieux conomique intressant les Etats, en: Rev. Arb., 1995, pp. 15-17 y
con LEBOULANGER, Ph., Rapport introductif, en: Les tats dans le Contentieux conomique International,
coloquio, Rev. Arb., 2003, pp. 617-626.
672
(25)
Ver nuestro, Derecho Comercial y Econmico, Formas Jurdicas de organizacin de la Empresa, Astrea,
Buenos Aires, 1989, pp. 233 y ss.
(26)
BATISTA MARTINS, Observaciones sobre el texto del Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del
Mercosur , cit., pp. 8 y 9.
(27)
Recuerda el autor brasileo que seguimos, que a pesar de que existe alguna crtica a esta afirmacin, se
debe tener en cuenta que el artculo 173 de la Constitucin Federal brasilea no deja duda cuando a la
capacidad que tienen esas empresas de someterse a las reglas de arbitraje contenidas en el acuerdo. El
inciso 2 del pargrafo 1 de ese texto seala: La ley establecer el estatuto jurdico de la empresa
pblica, de la sociedad de economa mixta y de sus subsidiarias que exploten actividad econmica de
produccin o comercializacin de bienes o de prestacin de servicios, disponiendo sobre: su sumisin al
rgimen jurdico propio de las empresas privadas, incluso cuanto a los derechos y obligaciones civiles,
comerciales, laboristas y tributarios.
(28)
673
b)
c)
d)
e)
f)
g)
h)
i)
La nacionalidad correspondiente a la
sede de la institucin arbitral, si existe
(29)
El artculo 8 de la Declaracin Universal de los Derechos Humanos, dice Toda persona tiene derecho a un
recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales reconocidos por la constitucin o por la ley.
(30)
(31)
Como ya lo hicimos notar en nuestro libro Derecho Comercial y Econmico. Contratos. Parte Especial
2, p. 31, la Convencin no define cuando un contrato es internacional sino en qu supuestos es aplicable la misma.
674
dad de la nulidad o alguna forma de irregularidad de ese pacto, merece se le asigne el concepto de internacional. En ese
sentido, resultaba muy interesante la definicin del documento 8 de Unidroit, que
luego no fue incorporado al texto definitivo: A contract is internacional whenever it involves a choice between the laws
of different countries
En el Mercosur, donde su estatuto
de creacin, el Tratado de Asuncin, no
es nada parecido a una unin nacional,
el negocio sera internacional si es susceptible de ser abarcado por la legislacin de ms de uno de los Estados Parte; no olvidemos que desean ingresar
como miembros plenos tambin ahora,
Bolivia y Venezuela.
No obstante lo dicho, algunos de estos criterios han perdido proyeccin frente al moderno elemento econmico orientador de las relaciones negociales. A diferencia de las bases generalmente utilizadas para la definicin de arbitraje comercial internacional y de alguna preferencia
contempornea hacia el objetivo econmico de sus elementos, el AAM fue ms
all al admitir tanto el criterio jurdico
como el econmico, verbalizado en forma
bastante amplia.
Una visin puramente jurdica, abstracta, del carcter internacional, ha sido
sustituida por un anlisis ms pragmtico y tangible, de sustrato eminentemente econmico. Esta corriente ha ganado
(32)
FOUCHARD, PH.; GAILLARD, E. y GOLDMAN, B., International commercial arbitration, Kluwer, Netherlands,
1999, pp. 46 y 47.
(33)
ETCHEVERRY, Ral A., Derecho Comercial y Econmico. Contratos. Parte Especial, T. 2, pargrafo 269,
pp. 27 y ss.
(34)
CORDON MORENO, Faustino, El arbitraje en el derecho espaol: interno e internacional, Aranzadi, Pamplona,
1995, pp. 156 y ss. ETCHEVERRY, Ral A., El arbitraje internacional y su incidencia en el comercio internacional, cit., p. 60.
(35)
675
GRIGERA NAN, Horacio A., El Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del Mercosur: un Anlisis Crtico,
en: Revista Brasilera de Arbitragem, Nmero especial de lanzamiento, Ed. Sntese, Brasil, 2003, p. 17.
676
(36)
GRIGERA NAN, El Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del Mercosur: un Anlisis Crtico,
cit., p. 21.
(37)
Ver, por ejemplo, Convencin de Roma. Acerca del Derecho Aplicable a las Obligaciones Contractuales
del 19 de junio de 1980, artculo 9 (1).
(38)
(39)
GRIGERA NAN, El Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del Mercosur: un Anlisis Crtico, cit.,
pp. 21 y 22.
sigue Batista Martins: La reserva formulada por Brasil busca asegurar los efectos
de la autonoma de la voluntad en el momento de la manifestacin, por los contratantes, de la ley aplicable al objeto del
arbitraje. Para Brasil, la libertad de eleccin en el mbito del AAM es amplia e
irrestricta, y solamente encuentra su lmite en el orden pblico internacional.
En los trminos exactos del artculo 1
del Decreto Federal 4719 del 2003, el
AAM ser ejecutado y cumplido como
se encuentra establecido en el artculo 10,
que debe ser interpretado en el sentido
de permitir a las partes elegir, libremente, las reglas de derecho aplicables a la
materia a que se refiere el dispositivo en
cuestin derecho aplicable a la controversia por el tribunal arbitral respetando el orden pblico internacional(40).
Personalmente, estamos de acuerdo con
la posicin brasilea, que permite una
mayor autonoma a la voluntad de las
partes. Despus de todo, se trata de un
conflicto privado que atae solo a ellas.
Critica Grigera Nan cmo se resuelve el tema del derecho aplicable: El
artculo 10 del acuerdo en materia de derecho aplicable por los rbitros al fondo
de la controversia no se compadece, tampoco, con las actuales tendencias en la
materia, reflejadas tanto a travs de legislaciones nacionales sobre arbitraje internacional, como de los reglamentos arbitrales de las instituciones internacionales especializadas generalmente recono-
677
cidas. Al limitar la autonoma de las partes a la eleccin de un derecho, el artculo 10 del Acuerdo parece excluir la
posibilidad de que aqullas se inclinen
por elegir normas especialmente creadas
por ellas, o usos, prcticas o principios
generales, que pueden no conformar un
derecho, expresin normalmente reservada para designar derechos nacionales
que constituyen necesariamente un conjunto sistematizado y autnomo de normas y principios. Por ese motivo, y por
ejemplo, el artculo 17(1) del reglamento de arbitraje de la Cmara de Comercio Internacional alude a normas jurdicas, y no a derecho al referirse al
principio de la autonoma de la voluntad
para la determinacin del rgimen jurdico aplicable al fondo de la controversia. No es otra la solucin de Ley Modelo de la Comisin de las Naciones Unidas para la Unificacin del Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI) (la ley
Modelo) cuando se trata de una eleccin
expresa de dicho rgimen jurdico operada por las partes (artculo 28 (1)(41).
El AAM tambin indica la forma escrita o similar (telex, correo electrnico)
en el artculo 6 incisos 1 y 3 y esa validez
formal debe coincidir con la prevista en
el derecho del lugar de celebracin(42).
Desde otro ngulo se ampla su
aplicacin: al no imponer discriminacin
alguna entre los criterios jurdico y econmico, mediante el mbito material y
(40)
BATISTA MARTINS, Observaciones sobre el texto del Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del
Mercosur , cit., pp. 24 y 25.
(41)
GRIGERA NAN, El Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del Mercosur: un Anlisis Crtico, cit.,
pp. 22 y 23.
(42)
Ver el artculo 178(1), Ley Federal Suiza de Derecho Internacional Privado: As regards its form, an arbitration agreement shall be valid if made in writing, by telegram, telex, telecopier or any other jeans of communication which permits it to be evidenced by a text.
678
espacial de aplicacin del AAM el legislador quiso atraer el mayor nmero posible de conflictos. En otras palabras, pretendi, de manera espontnea, alejar la intervencin judicial, en beneficio de la va
arbitral. Esa premisa debe ser tomada en
consideracin por el intrprete y por el
juzgador al momento en que se confronten con la definicin del alcance y efectos
de la convencin arbitral; en el anlisis
de esas cuestiones de derecho se debe
considerar la mens legis(43).
El arbitraje de derecho privado, se
origina en una relacin jurdica entre sujetos, que generalmente es un contrato de
cambio y que ha fallado en su ejecucin.
La relacin jurdica es la relacin intersubjetiva prevista por la norma, que surge de uno o ms hechos. Los supuestos jurdicos estn constituidos por una descripcin normativa, que tambin establece efectos jurdicos (Tatbestand del derecho alemn y fattispecie del derecho italiano).
Si el supuesto jurdico es confirmado
en un hecho o en un acto, se produce la:
adquisicin, modificacin, transferencia o
extincin(44) de derechos u obligaciones.
Dice Soto(45), que uno de los principios contractuales esenciales, es el principio contractual de la autonoma priva-
b)
(43)
BATISTA MARTINS, Observaciones sobre el texto del Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del
Mercosur , cit., p. 10.
(44)
La normativa alude a la extincin (artculo 896 del Cdigo Civil) pero tambin puede hablarse de prdida,
que es otro concepto.
(45)
SOTO COAGUILA, Carlos A., La autonoma privada y la buena fe como fundamento de la fuerza obligatoria
del contrato ver en: SOTO COAGUILA, Carlos Alberto, trabajo publicado en Internet, donde cita a DE TRAZEGNIES, Fernando, En el pas de las colinas de arena, cit. p. 246.
(46)
SOTO C OAGUILA, Carlos A., Transformacin del contrato: del contrato negociado al contrato predispuesto, en: Instituciones de derecho privado, dirigida por Alterini, De Los Mozos y Soto, cit., pp. 369438; y, La contratacin masiva y la crisis de la teora clsica del contrato, en: Gaceta Jurdica, cit.,
pp. 27-54.
(47)
La libertad de contratar es un derecho fundamental de la persona que se encuentra consagrado en nuestra Constitucin al igual que en muchas otras de Amrica, como la del Per en el inciso 14) del
artculo 2. Esta norma seala que toda
persona tiene derecho a: contratar con
fines lcitos siempre que no se contravengan leyes de orden pblico.
Por otro lado, las partes dentro de su
libertad y autonoma, pueden crear el contrato, siempre y cuando no se aparten del
orden legal. La licitud es el principal y
primero valladar para todos los actos jurdicos. Pero adems, las partes, en el
campo de normas disponibles de los contratos de cambio o en la mas restringida
rea de los negocios de organizacin,
pueden determinar el contenido y alcance del contrato, por medio de normas autorregulatorias, normas privadas que permite el ordenamiento.
Esta libertad est correctamente plasmada en el artculo 1354 del Cdigo Civil peruano, que seala: Las partes pueden determinar libremente el contenido
del contrato, siempre que no sea contrario a norma legal de carcter imperativo.
En el sistema legal argentino, la libertad de contratar surge de la Constitucin, que se refiere genricamente a la libertad de trabajar y ejercer toda industria
lcita () navegar y comerciar () y asociarse con fines tiles (artculo 14 de la
Constitucin Nacional). Entre las atribuciones del Congreso, son destacables las
previstas en el artculo 75 inciso 18, proveyendo a la prosperidad del pas y al
bienestar de todas las provincias ()
679
promoviendo la industria () la introduccin y establecimiento de nuevas industrias () y el inciso 19 del mismo artculo, que indica una accin concreta del Congreso para el desarrollo humano, el progreso econmico con justicia social, la productividad de la economa nacional, la generacin de empleo, la formacin profesional de los trabajadores, la defensa del
valor de la moneda, la investigacin y desarrollo cientfico y tecnolgico, su difusin y aprovechamiento.
El Cdigo Civil seala que lo que las
partes pacten dentro de su esfera de libertad y autonoma, debe respetarse como
si fuese la ley misma (artculo 1197).
La autonoma privada y la autonoma
negocial son conceptos a veces diferenciables. Que una persona pueda dictar sus propias reglas de resolucin de conflicto en
materia de derecho privado, unilateral o
bilateralmente, es decir, la autonoma, es
la mdula del negocio jurdico(48).
A todo ello debemos agregar el fundamental principio de la buena fe, receptado en la Convencin de Viena para la Compraventa Internacional de Mercaderas, en
los Principios para los Contratos Internacionales elaborados por Unidroit y en el
derecho argentino, explcitamente en el
artculo 1198 del Cdigo Civil, extensible a todo el orden legal argentino.
En otro trabajo(49) hemos postulado ampliar la base conceptual de los negocios que entran en el dominio de la
autonoma de la voluntad, recurriendo
a la expresin negocios jurdicos, que
equivale en nuestro derecho al acto jurdico;
(48)
(49)
680
(50)
Como hemos visto antes, ste es el camino que tambin est recorriendo Uncitral en su reforma.
(51)
Artculo 953 del Cdigo Civil: El objeto de los actos jurdicos deben ser cosas que estn en el comercio, o
que por un motivo especial no se hubiese prohibido que sean objeto de algn acto jurdico, o hechos que
no sean imposibles, ilcitos, contrarios a las buenas costumbres o prohibidos por las leyes, o que se
opongan a la libertad de las acciones o de la conciencia, o que perjudiquen los derechos de un tercero. Los
actos jurdicos que no sean conformes a esta disposicin, son nulos como si no tuviesen objeto.
prefijado o el pacto para someter la cuestin a rbitros ad hoc, que debern ser
elegidos por las partes.
A veces, no resulta comn que las
reglas del contrato sean claras y de simple interpretacin. Los que han participado en arbitrajes ad hoc lo saben; a veces, las normas contractuales no son suficientemente especficas; omiten temas
o establecen ciertos presupuestos que
hacen necesario desentraar su sentido
en el curso del propio proceso arbitral.
Y en ocasiones, hasta se puede observar
clusulas contradictorias u opuestas. De
ah la importancia de una redaccin contractual impecable.
Debe tenerse en cuenta la ley y los
usos y prcticas de ambas partes y si hay
un lugar tercero designado, tambin las
de ese lugar.
Respecto de la arbitrabilidad objetiva, debemos citar a Batista Martins, que
explica una particularidad del Brasil:
existe una cuestin importante relacionada con la arbitrabilidad objetiva, la cual
es capaz de viciar la convencin arbitral(52). Aunque el AAM remite su solucin al derecho del pas anfitrin, en caso
de que este considere vlido el objeto de
la convencin, el acreedor podr enfrentar un obstculo en el momento de su ejecucin en Brasil. Esto por cuanto el inciso I del artculo 39 de la Ley de Arbitraje
brasilea seala: [Tambin] ser denegada la homologacin para reconocimiento o ejecucin de la sentencia arbitral extranjera, si el Supremo Tribunal Federal
681
(52)
El presente acuerdo no restringir las disposiciones de las convenciones vigentes sobre la misma materia
entre los Estados partes, desde que no lo contradigan AAM, artculo 26 (2).
(53)
BATISTA MARTINS, Observaciones sobre el texto del Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del
Mercosur , cit., p. 20.
(54)
Ibidem, p. 21.
682
(55)
(56)
Singapore International Arbitration Centre, 6 de febrero de 1998; SIAC Arb. N. 6 de 1996, original en ingles.
ETCHEVERRY, El arbitraje internacional y su incidencia en el comercio internacional cit., pp. 64 y 65.
(57)
BATISTA MARTINS, Observaciones sobre el texto del Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del
Mercosur , cit., p. 10.
683
684
(58)
Comparar con el artculo 23(1), Reglamento de Arbitraje de la Cmara de Comercio Internacional; artculo
21 (2), International Arbitration Rules del International Centre for Dispute Resolution de la American Arbitration Association, similares en este aspecto a las Reglas de Procedimiento de la Comisin Interamericana de Arbitraje Comercial.
(59)
GRIGERA NAN, ICC Arbitration and Courts of Law; Practical Experiences in Latin America, en: Liber
Amicorum Karl - Heinz Bckstiegel, R. Briner, Y. Fortier, K.P. Berger y J. Bredow Eds., pp. 231 y ss.,
esp. pp. 235-236 (2001).
(60)
685
GRIGERA NAN, El Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del Mercosur: un Anlisis Crtico, cit.,
pp. 28 y 29.
686
687
EL ARBITRAJE EN AMRICA LA
TINA
A EXPERIENCIA RECIENTE
LATINA
TINA:: LLA
DE LLA
A CORTE INTERNA
CIONAL DE ARBITRAJE DE LLA
A CCI
INTERNACIONAL
1.
En los ltimos aos hemos sido testigos de un inters creciente por Amrica
Latina. Este inters se ha visto reflejado
en distintos sectores, no slo el econmico sino tambin el cultural, artstico. Uno
de los factores determinantes de este inters ha sido sin duda la apertura de nuestros mercados nacionales a la economa
mundial, la cual ha llevado al conocimiento de toda la riqueza cultural y econmica
de esta amplia regin del mundo.
En lo que respecta al mundo del derecho y del arbitraje en particular, Amrica Latina es sin duda, hoy en da, uno de
(*)
688
Un movimiento de reforma y de modernizacin legislativa del arbitraje se inici en Amrica Latina hace aproximadamente quince aos. En los ltimos aos
una gran mayora de pases latinoamericanos han reformado sus leyes de arbitraje adaptndolas a las tendencias del arbitraje internacional. Este movimiento de
reforma legislativa a nivel nacional estuvo tambin acompaado de la ratificacin
de importantes tratados y convenciones
internacionales que promovan el uso del
arbitraje internacional.
Cul fue la causa de esta evolucin
tan rpida? Varios factores se presentaron
al mismo tiempo. Por un lado, como ha
sido mencionado anteriormente, la globalizacin fue un factor determinante. Al
mismo tiempo, muchos autores concuerdan en afirmar que el motivo principal que
llev a los pases latinoamericanos a utilizar el arbitraje fue la crisis o las deficiencias del sistema judicial. As, los empresarios, abogados e inclusive los mismos Estados toman conciencia de la necesidad de reconocer el arbitraje como un
mtodo eficaz y vlido para resolver disputas de carcter internacional y de esta
forma atraer la inversin extranjera. La
mayora de los Estados latinoamericanos
suscriben tratados bilaterales de inversiones con pases de distintas partes del mundo en los cuales se convena el arbitraje
internacional como mtodo de resolucin
de las controversias que pudieran surgir
de la ejecucin de dicho Tratado.
Esta evolucin no ha sido nicamente terica. En la prctica, dicha evolucin se refleja en el nmero creciente de
casos de arbitrajes con partes latinoamericanas. Las estadsticas de la Corte Internacional de Arbitraje de la CCI (en
adelante la Corte) lo demuestran de
manera sorprendente. En el ao 1993, los
casos con partes latinoamericanas sometidos a la CCI representaron un porcentaje de 3.1%; mientras que en el ao 2006
representaron un 12.6%. Este porcentaje puede compararse con el de casos provenientes de partes de Amrica del Norte durante este mismo perodo: en el ao
1993 un total de 11,9% y en el ao 2006
se mantuvo el mismo porcentaje.
En el ao 2006, la Corte registr un
total de 593 casos provenientes de partes
de 125 pases distintos. Un 12.6% de esos
casos involucraban partes latinoamericanas y en 30 casos se design una ciudad
latinoamericana como sede del arbitraje.
Con el propsito de responder adecuadamente a este crecimiento y evolucin del
arbitraje en Amrica Latina, la Corte incorpor a su Secretara en Pars, hace ms
de diez aos, un equipo de abogados latinoamericanos para manejar los casos provenientes de esta regin.
2.
EXPERIENCIA RECIENTE DE LA
CORTE INTERNACIONAL DE
ARBITRAJE EN LA ADMINISTRACIN DE ARBITRAJES CON
PARTES LATINOAMERICANAS
689
WHITESELL / SILVA ROMERO, Multiparty and Multicontract Arbitration: Recent ICC Experience, en: ICC International Court of Arbitration Bulletin, Complex Arbitrations - Special Supplement 2003.
690
contratos hayan sido firmados por las mismas partes(2); (ii) que los contratos se refieran a una misma transaccin econmica; y (iii) que los acuerdos arbitrales contenidos en todos los contratos sean compatibles. En cuanto a este ltimo requisito, la Corte ha considerado que acuerdos
arbitrales no son compatibles cuando por
ejemplo un acuerdo arbitral se refiere al
Reglamento de Arbitraje de la CCI y los
dems contratos le otorgan jurisdiccin
a un tribunal estatal. Otro ejemplo de incompatibilidad de clusulas arbitrales
puede ser la referencia de distintas sedes
de arbitraje o distintos mtodos de constitucin del tribunal arbitral. La filosofa
que fundamente esta prctica de la Corte
es la de asegurar que se respete el acuerdo inicial de las partes contenido en dichas clusulas arbitrales.
Un caso interesante se present recientemente entre partes extranjeras y brasileas, en la cual las partes extranjeras
pretendan consolidar disputas originadas
de diversos contratos en un solo procedimiento arbitral. En dicho caso la Corte decidi que el arbitraje no poda proseguir
sobre la base de que: (i) las partes de los
contratos eran distintos las partes del
primer contrato (partes A y B) eran las controladoras de las partes del segundo contrato (partes C y D); (ii) los contratos
parecan referirse a distintas transacciones econmicas (pactos de accionistas ejecutados con varios aos de diferencia y
relativos a la construccin de una planta
de energa ubicada en regiones distintas de
Brasil) y, sobretodo, (iii) las clusulas aunque idnticas eran incompatibles pues es-
(2)
Excepcionalmente se ha permitido que prosiga un caso sobre la base de mltiples contratos firmados por
partes distintas considerando que no caba duda que las partes signatarias pertenecan a un dos grupos
de sociedades cfr. supra, WHITESELL / SILVA ROMERO, Multiparty and Multicontract Arbitration: Recent ICC
Experience, cit., p. 15.
691
(3)
SILVA ROMERO, Eduardo, ICC Arbitration and State Contracts, en: ICC Internacional Court of Arbitration
Bulletin, Vol. 13, N 1, Spring 2002.
(4)
Cfr. Fallo del Tribunal de Apelaciones del Estado de Paran del 26 de junio de 2003, Des. L USTOSA,
Leonardo, relator.
692
En lo que respecta al examen del fondo del laudo, la Corte puede llamar la atencin de los rbitros, sobre aquellos aspectos que le parezcan confusos, inconsistentes o contrarios a las provisiones de
la ley aplicable al fondo del litigio o a
los principios generales de justicia. No
existe lmite en cuanto a este examen, la
Corte puede llamar la atencin de los
rbitros sobre cualquier aspecto que ella
estime conveniente relacionado con el
fondo del laudo.
El requisito de que el laudo sea motivado est contemplado en el Reglamento de Arbitraje de la CCI. En el caso de
arbitrajes con sede en Brasil, la Corte es
particularmente cautelosa puesto que la
ley brasilea de arbitraje exige que todo
laudo sea razonado. En un caso reciente
en el cual la sede del arbitraje era Brasil,
el tribunal arbitral no daba razones en su
laudo para la aplicacin de la responsabilidad solidaria entre las partes demandantes a quienes se les condenaba al pago. La
Corte exigi que se incluyese un razonamiento. El tribunal arbitral, despus de
haber analizado la solicitud de la Corte,
modific el laudo prefiriendo aplicar una
responsabilidad individual o simplemente conjunta. En otro caso, tambin involucrando partes brasileas y en el cual el
tribunal arbitral se declaraba incompetente
sobre la base de una falsificacin, la Corte llam la atencin de los rbitros sobre:
(i) el hecho de que ninguna de las partes
haba presentado una objecin sobre la
base de este argumento y (ii) el tribunal
arbitral no haba invitado al demandante
a pronunciarse sobre este punto. Teniendo en cuenta las observaciones de la Corte, el tribunal arbitral modific el razonamiento de su laudo evitando toda referencia a la falsificacin.
693
694
en eventos organizados por diversas Universidades latinoamericanas en Mxico,
Chile, Brasil, Buenos Aires y ahora en
Per. Tambin se han organizado en los
ltimos aos reuniones, coloquios en la
regin con jueces estatales con el propsito de intercambiar ideas acerca de la
experiencia de los jueces en la administracin de arbitrajes internacionales.
Frente a este panorama tan amplio
que hemos recorrido, podemos concluir
695
LA GL
OBALIZA
CIN NORMA
TIV
A DEL ARBITRAJE COMERCIAL
GLOBALIZA
OBALIZACIN
NORMATIV
TIVA
INTERNA
CIONAL: LLA
A LLABOR
ABOR DE LLA
A CNUDMI/UNCITRAL ( * )
INTERNACIONAL:
1.
INTRODUCCIN
(*)
El texto de este trabajo se corresponde con una conferencia impartida el 13 de marzo de 2007 en la
Academia de Jurisprudencia y Legislacin (Madrid), organizado por el Departamento de Derecho Mercantil de la Universidad Complutense de Madrid.
(**)
Catedrtica de Derecho Mercantil. Miembro del Instituto de Iniciativas Empresariales y Empresa Familiar.
Delegada de Espaa ante la Comisin de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional
(CNUDMI-UNCITRAL).
696
(1)
En la doctrina espaola, vase CREMADES, Bernardo / CAIROS, David, El arbitraje en la encrucijada entre la
globalizacin y sus detractores, en: LL, 2002, D-123, diario 5538, 7 mayo 2002, pp.1628-1646; GONZALO
QUIROGA, Marta, Orden pblico y arbitraje internacional en el marco de la globalizacin comercial (Arbitrabilidad y derecho aplicable al fondo de la controversia internacional), Madrid, Universidad Rey Juan
Carlos, Servicio de Publicaciones, y Dykinson, 2003.
2.
LA INFLUENCIA DE LA LEY
MODELO EN ESPAA
697
La mnima injerencia del poder judicial en el arbitraje(2). El poder judicial apoyar, en su caso, al arbitraje, pero no lo obstaculizar.
La consagracin de principios clsicos del arbitraje como el del Kompetenz-Kompetenz (artculo 22.1
LA), favor arbitris, el de autonoma
o independencia del convenio arbitral respecto del contrato principal
(2)
Artculo 7 LA. Intervencin judicial. En los asuntos que se rijan por esta ley no intervendr ningn tribunal,
salvo en los casos en que sta as lo disponga. Auto TS, 21 febrero 2006 (RA 146267).
698
LA MODIFICACIN DE LA LEY
MODELO APROBADA EN 2006
(3)
PERALES VISCASILLAS, Pilar, Place of Arbitration (Article 16) and Language of Proceedings (Article 17) in the
UNCITRAL Arbitration Rules: some Proposals for a Revision, en: Croatian Arbitration Yearbook, 2006,
Vol. 13, pp. 205-222.
(4)
Vide en relacin con las legislaciones de arbitraje en Amrica Latina: CONEJERO ROOS, Cristian, El impacto
de la Ley de la CNUDMI sobre arbitraje comercial internacional en Amrica Latina: un anlisis comparativo. Revista de la Corte Espaola de Arbitraje, 2004, pp. 255-289, que la LMA ha influenciado prcticamente todas las legislaciones modernas de arbitraje en Amrica Latina. Es ms el Reglamento de Arbitraje
CNUDMI est tambin presente de forma directa o indirecta en los pases latinoamericanos. Vide PERALES
VISCASILLAS, Pilar, The influence of the 1976 UNCITRAL Arbitration Rules in Spain and Latin America, en:
30 Years of Uncitral Arbitration Rules. Impact of the Rules on International Commercial Arbitration History,
Practices and Future. Joint Conference organized by UNCITRAL and the Kuala Lumpur Regional Centre
of Arbitration (KLRCA), 21-23rd November 2007. Kuala Lumpur, Malaysia (de prxima publicacin). Todo
ello induce a que entendamos que los pases iberoamericanos deben optar por incorporar en sus legislaciones las nuevas disposiciones modelo.
(5)
Mayores detalles en PERALES VISCOSILLAS, Pilar, Forma escrita del convenio arbitral?: Nuevas disposiciones de la CNUDMI/UNCITRAL, en: Derecho de los Negocios, febrero 2007, N 197, pp. 5-18.
699
(6)
La expresin acuerdo por escrito denotar una clusula compromisoria incluida en un contrato o un
compromiso, firmados por las partes o contenidos en un canje de cartas o telegramas. Ntese que el
Cdigo de Comercio (CCo) de 1885 en la redaccin original del artculo 54 relativo a la perfeccin de los
contratos a distancia ya se refera a esos medios de comunicacin.
(7)
Tngase en cuenta que la referencia al artculo II del CNY que se realiza en el artculo V.1 a) del mismo
texto legal se ha mostrado perturbadora, puesto que el precepto si bien deja a las partes libertad para
determinar la ley aplicable al acuerdo de arbitraje, lo cierto es que cuando se ha aplicado este motivo de
denegacin del exequtur lo ha sido en el sentido de sealar que el acuerdo de arbitraje no cumpla con el
requisito de forma escrita del artculo II. Esto es, la cuestin de la validez formal del acuerdo de arbitraje se
ha examinado a la luz del artculo II CNY. Frente a esta interpretacin, se ha entendido que la validez
formal se determine conforme a la ley elegida por las partes o, en su defecto, por la ley del lugar del
arbitraje, de tal forma que la referencia al artculo II se ha considerado una superflua descripcin adicional
del acuerdo de arbitraje, y, en consecuencia, que el artculo II es nicamente considerado como un estndar de mximo para el legislador nacional, pero sin impedir la aplicacin de normas ms flexibles.
(8)
(9)
1) Por ejemplo, en relacin con el requisito del canje se ha entendido que bastara con una mera referencia a la clusula o al acuerdo de arbitraje en una correspondencia posterior.
2) Aplicacin del principio del venire contra factum propium, por ejemplo, si se participa en el arbitraje sin
objeciones. En relacin a si el estoppel puede ser invocado como un motivo para superar el requisito de
escrito del artculo II(2) CNY existen diferentes soluciones, propugnando la mejor doctrina que como
muestra del principio de buena fe contenido en la Convencin, el estoppel puede aplicarse por encima
del requisito de escrito del artculo II(2) (VAN D EN B ERG, Albert Jan, The New York Arbitration Convention
of 1958. Towards a Uniform Judicial Interpretation, Deventer, Boston, Kluwer Law and Taxation Publishers, 1981, 1994 reprint, p. 185).
3) Aplicando los principios generales de los contratos: las reglas sobre oferta y aceptacin.
4) Admitiendo la validez de la incorporacin por referencia pese a que el CNY no se refiere a ello. Algunos
tribunales han considerado valida la referencia siempre que el convenio figurase en el contrato principal
700
2)
Que el rgimen del CNY no es autosuficiente y que por lo tanto aplicando el artculo VII.1 CNY se podr
acudir a las disposiciones ms favorables del derecho nacional en relacin a la forma del convenio, y al
CNY para el rgimen del exequtur.
3)
(en el reverso, por ejemplo). Incluso, aunque no figurase ste en el contrato principal, se ha entendido que
el convenio sera valido si la parte contra la que se invoca conociera el contenido del documento cuando
concluy el contrato y aceptara la incorporacin del documento en el contrato.
(10)
Otra de las interpretaciones que intenta superar la interpretacin rgida del CNY llegara al mismo resultado recin descrito, esto es, aplicando las disposiciones nacionales, pero sin referirse al artculo VII CNY.
Por ejemplo, podra alegarse que la fragmentacin del Convenio es posible atendiendo a la presuncin
favorable al reconocimiento de los laudos que se deriva de los artculos IV y V del CNY (vase considerando que existe dicha presuncin: Auto Tribunal Supremo, 5 mayo 1998 (RA 4296).
En el caso de que se d entrada al derecho nacional, otro problema de interpretacin que se ha generado
es el de determinar cundo se aplica. Se ha entendido, por ejemplo, que se aplica tanto a la validez formal
como a la sustantiva, o solo a la segunda (aplicando el artculo V.1 a) CNY y por tanto remitindose a las
leyes nacionales), aplicando el artculo II.2 CNY a la primera.
701
1)
2)
(11)
(12)
Bajo la Opcin II el artculo 7. Definicin del acuerdo de arbitraje indica que: El acuerdo de arbitraje es
un acuerdo por el que las partes deciden someter a arbitraje todas las controversias o ciertas controversias que hayan surgido o puedan surgir entre ellas respecto de una determinada relacin jurdica, contractual o no.
702
(13)
En materia de condiciones generales, la LMA guarda silencio, pero se ha incluido una norma especfica en
el artculo 9.2 LA que indica que si el convenio arbitral est contenido en un contrato de adhesin, la
validez de dicho convenio y su interpretacin se regirn por lo dispuesto en las normas aplicables a este
tipo de contrato. Este precepto nicamente se aplica a los arbitrajes nacionales celebrados en Espaa, si
el arbitraje es internacional, se aplica el artculo 9.6 LA, y por lo tanto la validez del convenio podr derivarse de las normas jurdicas elegidas por las partes para regir el convenio arbitral, por las normas jurdicas
aplicables al fondo de la controversia o por el derecho espaol.
En relacin con las condiciones generales y el arbitraje cobra relevancia la Ley General para la Defensa
de los Consumidores y Usuarios de 1984 (LGDCU) que considera clusula abusiva (DA 1 V.26) la sumisin a arbitrajes distintos del de consumo, salvo que se trate de rganos de arbitraje institucionales creados por normas legales para un sector o un supuesto especfico. Vide declarando la nulidad del laudo por
no cumplirse con dicha disposicin: SAP Madrid, 8 octubre 2004 (RA 300093); y SAP Madrid, 12 julio 2005
(seccin 19), considerando al empresario como consumidor bajo la LGDCU, y SAP Barcelona, 29 julio 2004
(RA 283137), aunque en este caso no se trataba de un consumidor sino de una SRL, puesto que la sociedad
adquiri las mercancas (telfonos mviles) como destinataria final y, en consecuencia, califica a la sociedad
como un consumidor. En un mbito ms general y no por lo tanto restringido a las clusulas abusivas La Ley
N 44/2006 de 29 de diciembre de proteccin de los consumidores y usuarios aade un nuevo prrafo 4 al
artculo31 por el que los convenios arbitrales distintos del arbitraje de consumo sern nulos a menos que se
pacten una vez surgido el conflicto material o controversia entre las partes del contrato.
(14)
En mi opinin esta es preferible porque no violenta ni desvirta el concepto de escrito, se sita al convenio
arbitral en paridad con los restantes contratos en materia de perfeccin contractual y porque adems se
evita la confusin que existe bajo el CNY y la LMA (versin original y Opcin I) entre la forma y la formacin
del convenio.
703
(15)
(16)
En la actualidad las medidas cautelares se pueden solicitar desde el momento en que se ha procedido a
la peticin de cualquiera de las partes al tribunal competente para el nombramiento de los rbitros (artculo15); y en el caso de arbitrajes ad hoc, desde el momento en que el demandado haya recibido el requerimiento de someter la controversia a arbitraje (artculo27) (Evelio VERDERA / TUELLS, La Ley N 60/2003, de
23 de diciembre, de arbitraje entre la tradicin y la innovacin, Madrid, Real Academia de Jurisprudencia
y Legislacin, 2005, p. 107).
(17)
El rgano competente para la ejecucin de las medidas cautelares es el juzgado de primera instancia o el
juzgado de lo Mercantil del lugar donde hayan sido dictadas las medidas cautelares. Para la adopcin
judicial de las medidas cautelares ser competente el tribunal del lugar en que el laudo deba ser ejecutado
y, en su defecto, el del lugar donde las medidas deban producir su eficacia. Vide respectivamente artculo8.4 en relacin con el artculo 86 ter 2 g) LOPJ, y 8.3 LA.
704
funcional: la medida cautelar tiende a evitar que se frustre la efectividad del laudo
final, mientras que la orden preliminar
tiende a evitar que se frustre la efectividad de la medida cautelar, por lo que es
una institucin de marcado carcter restrictivo y excepcional en comparacin con
la medida cautelar.
La recin creada institucin responde al compromiso al que se tuvo que llegar dentro del grupo de trabajo II sobre
arbitraje comercial internacional de la
CNUDMI como forma de reconciliar dos
posiciones antagnicas: la de aquellos que
deseaban otorgar al tribunal arbitral la facultad de conceder medidas cautelares
inaudita altera parte o, como las denominan los anglosajones, medidas cautelares ex parte, frente a la posicin de aquellos que estimaban que no deba concederse dicho poder a los rbitros.
Se trata, sin lugar a dudas, del compromiso ms arduo, difcil y complejo del
grupo de trabajo; compromiso que se evidencia no slo en la creacin de la orden
preliminar, diferente en su mbito objetivo de aplicacin de la propia medida
cautelar, y su estricto rgimen jurdico,
sino, sobre todo, en el alto peaje a pa(18)
En la jurisprudencia puede verse: Supreme Court of Queensland (Australia), 29 Octubre 1993, Resort
Condominiums International Inc. v. Resort Condominiums (Australasia). El tribunal se refiere al concepto
de interim award y de si puede ser reconocido y ejecutado al amparo del CNY. El laudo arbitral en
cuestin recibi el nombre de Interim Arbitration Order and Award, y versaba sobre una medida cautelar.
El tribunal entendi que:
Las rdenes dadas por un tribunal extranjero en apoyo de un arbitraje internacional no entran dentro
del concepto de laudo arbitral del artculoI(2) CNY, y, en consecuencia, no pueden considerarse como
laudos arbitrales extranjeros.
Las Interlocutory or procedural directions no entran dentro del trmino diferencias, puesto que no
resuelven la disputa. En consecuencia, el trmino diferencias debe entenderse en relacin con disputas que resuelvan finalmente el objeto de la controversia.
Los Interim awards podran considerarse en el mbito del CNY siempre que determinen de forma
final y vinculante para las partes del acuerdo al menos algunos de los conflictos entre las partes. El
tribunal consider que en el caso en cuestin una interlocutory order que puede ser rescindida,
suspendida, o modificada por el tribunal arbitral que la dict, no puede considerarse final y binding
para las partes.
caucin potestativa.
(19)
705
pletoriedad de la LEC para paliar el parco rgimen del artculo 23 LA. Y sin duda
alguna poder contar con un rgimen propio y especfico para la medida cautelar
dictada por rbitros mejora sustancialmente de la aplicacin supletoria de la LEC.
Pinsese en el requisito de la urgencia, que
se aplica a la medida cautelar inaudita altera parte en la LEC, pero que no existe
en el nuevo rgimen de la LMA, puesto
que la urgencia se entiende no es caracterstica de la misma. O en la caucin que
es obligatoria en la LEC, pero no bajo el
artculo 23 LA ni tampoco en el nuevo rgimen de la LMA excepcin hecha de las
rdenes preliminares.
En este sentido, desde nuestro punto
de vista, puesto que las rdenes preliminares y las medidas cautelares inaudita
altera parte resultan compatibles con el
orden pblico procesal interno, incluso
permitidas las ltimas bajo la LA espaola, podra el legislador espaol cuestionarse hasta que punto es necesario seguir
la solucin descafeinada de la Ley Modelo. Solucin que, recurdese, consiste
en admitir slo la orden preliminar inaudita altera parte, pero no una medida cautelar, ya que sta en el rgimen de la Ley
Modelo se adopta siempre con audiencia
Sin embargo, bajo el nuevo rgimen para la medida cautelar, sta se desvincula del objeto del litigio, por lo
que se consideraran como medidas cautelares algunas medidas que bajo el artculo17 LMA en su
versin original no se entendan comprendidas como las medidas cautelares dirigidas a mantener la
confidencialidad del proceso, las medidas anti-proceso (anti-suit injunctions) y las garantas relativas a
los costes del arbitraje (security for costs).
Lo mismo sucede en relacin con la concepcin mayoritaria de la doctrina procesalista espaola en torno
a la naturaleza jurdica de la medida cautelar como medida instrumental respecto del proceso principal
dirigida a garantizar la efectividad del proceso, esto es, de la futura sentencia, por lo que esos otros tipos
de medidas no encajaran en esa concepcin de la funcin cautelar predominante en nuestra doctrina
(vase BARONA VILAR , Silvia, Medidas cautelares en el arbitraje. Estudios sobre arbitraje, Navarra:
Thomson, Civitas, 2006, pp. 84 y ss, en particular resaltando que las medidas asegurativas de las
pruebas no responden a los rasgos de las medidas cautelares sino que son meros instrumentos de
garanta o de aseguramiento). En realidad, puede decirse que la UNCITRAL se despoja de toda concepcin dogmtica y atendiendo a la prctica arbitral conceptua la medida cautelar de forma muy amplia.
Estara de acuerdo tambin con esta opinin BARONA VILAR, Medidas cautelares, cit., p. 93: A la postre,
est extendiendo el significado real de lo que la cautelar comporta.
706
ta su origen internacional y la
necesidad de promover la uniformidad de su aplicacin y la observancia de la buena fe.
2.
Las cuestiones relativas a las materias que se rigen por la presente Ley
que no estn expresamente resueltas
en ella se dirimirn de conformidad
con los principios generales en que
se basa la presente Ley.
1.
(20)
Sobre el mismo puede verse: ILLESCAS ORTIZ, Rafael / PILAR PERALES VISCASILLAS, Derecho Mercantil Internacional. El Derecho Uniforme, Madrid, Cerasa, 2003, pp. 115 y ss; y MARTNEZ CANELLAS, Anselmo, La
interpretacin y la integracin de la Convencin de Viena sobre la compraventa internacional de mercaderas, de 11 de abril de 1980. Granada: Comares, 2004.
(21)
707
Denegando el exequtur por no entregar el original o copia del acuerdo de arbitraje: Auto TS, 26 octubre
2004 (RA 307519).
708
(23)
Vide A/61/17, Ns. 182 a 187. No obstante el tema ya se haba sugerido con anterioridad, en concreto en
los perodos de sesiones 36 (A/58/17, N 204), 37 (A/59/17, N 60) y 38 (A/60/17, N 178). Id. 31
perodo de sesiones: A/53/17, N 235.
(24)
SANDERS, Pieter, Has the Moment Come to Revise the Arbitration Rules of UNCITRAL?, en: Arbitration
International, 2004, Vol. 20, N 3, pp. 243 y ss. El Prof. SANDERS se muestra partidario de una revisin
general del Reglamento (id., p. 268).
(25)
(26)
PAULSSON, Jan / PETROCHILOS, Georgios, Report on the Revision of the UNCITRAL Arbitration Rules, 2006,
disponible en: http://www.uncitral.org.
(27)
A/61/17, N 184.
(28)
(29)
Vide adems la Ley de Arbitraje y Conciliacin de Nigeria donde se contienen como anexos tanto el
Reglamento de Arbitraje como el de Conciliacin de la CNUDMI.
709
de arbitrajes entre Estados e inversionistas. Aunque inicialmente el GT sobre arbitraje ha decidido concentrar sus esfuerzos en modificar el reglamento teniendo
en cuenta el arbitraje mercantil en general(32), referencias constantes se estn realizando al arbitraje de inversiones(33). Y
as no sorprendera que tras la revisin de
las reglas desde esa perspectiva general,
el grupo decida acometer la labor de redactar reglas especficas para el arbitraje
de inversiones.
La importancia del reglamento y el
tiempo transcurrido desde su aprobacin
justifica que en la actualidad ms de 2/3
de los artculos del reglamento de arbitraje de 1976 estn siendo objeto de un exhaustivo anlisis por parte del grupo de
arbitraje con el objetivo de adecuar esta
importantsima pieza del arbitraje comercial internacional a los postulados modernos de la institucin.
(30)
SANDERS, Has the moment, cit., p. 243: Many of the provisions of the MAL (1985) are based on the Rules
of 1976. However, there are differences in formulation. In my opinion these differences should be eliminated. The Rules should be in harmony with the MAL.
(31)
Si bien se entendi que la armonizacin con la LMA no deba ser automtica (A/CN.9/614, N 21).
(32)
A/CN.9/614, N 18.
(33)
710
711
1.
INTRODUCCIN
En vinculaciones mercantiles
transfronterizas campea al menos en
gran parte del mundo civilizado el
principio de la autonoma de la voluntad o libertad de las partes para elegir
el derecho que regir sus contratos y
(*)
712
a la delimitacin del contenido del principio y a los criterios que han de determinar su aplicacin a un caso dado (5).
Ello debido a que el orden pblico ha
llegado a convertirse de hecho en una
nocin totalizadora (catch-all notion) (6), o una abstraccin que evoca al
camalen (chameleon-like) (7) , utilizada en una infinitud de contextos con
variedad de propsitos (8).
El arbitraje ha sido terreno frtil para
el desarrollo y refinamiento reciente de
la compleja nocin del orden pblico.
Dicho medio de resolucin de conflictos
seduce a tericos y prcticos por la cantidad de disciplinas que en l se entrecruzan, pues envuelve cuestiones de orden procesal, contractual, internacional
privado y pblico y de derecho comparado, entre otras, amn de encontrarse
en el centro de las controversias y debates filosficos, desde que, como bien lo
destaca Oppetit, se presentan aqu los
problemas fundamentales del derecho: la
justicia, sus formas y finalidades, la juridicidad, sus fuentes y su naturaleza, la
(1)
KAHN-FREUND, O., General Problems of Private International Law, A.W. Sijthoff - Leyden, 1974, p. 29.
(2)
RUBINO-SAMMARTANO, Mauro y MORSE, C.G.J., Public Policy in Transnational Relationships, Kluwer Law and
Taxation Publishers, Deventer, Boston, 1991, p. 5 (prefacio).
(3)
Ver crticas a la terminologa por las confusiones que genera en ALVAREZ, Henri, Guiado por una mano
invisible. El orden pblico al amparo del captulo 11 del Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte,
en: Revista Peruana de Arbitraje, N 1, Grijley, Lima, 2005, p. 15.
(4)
LALIVE, Pierre, Transnational (or Truly International) Public Order and International Arbitration, Commentary Full Section, en: ICCA Congress Series, N 3, New York, 1986, despus de nota 3.
(5)
MORSE, C. G. J., ENGLAND, en RUBINO-SAMMARTANO, Mauro y MORSE, C. G. J., Public Policy in Transnational
Relationships, Kluwer Law and Taxation Publishers, Deventer, Boston, 1991, p. 9.
(6)
VAN HOUTTE, Hans, From a National to a European Public Policy, en: Justice in a Multistate World,
Essays in Honor of VON MEHREN, Arthur T., Transnational Publishers Inc., New York, 2002, p. 841.
(7)
CRAIG, Laurence / PARK, William / PAULSSON, Jan, International Chamber of Commerce Arbitration, Third
Edition, Oceana Publications, 2000, p. 504.
(8)
Nadie expresa JUENGER ha sido capaz de definir esta concepcin vaga y escurridiza; como la pornografa, uno solo la conoce cuando la ve (JUENGER, Friedrich K., General Course on Private International Law
(1983), Recueil Des Cours, Collected Courses of the Hague Academy of International Law, 1985, IV, Tome
193 de la collection, Martinus Nijhoff Publishers, 1986, p. 200).
713
(9)
OPPETIT, Bruno, Teora del Arbitraje, traducido por: SILVA ROMERO, Eduardo / MANTILLA ESPINOZA, Fabricio /
CAICEDO DEMOULIN, Jos Joaqun, Legis Editores, Bogot, 2006, p. 248.
(10)
Ver DEZALAY, Yves / GARTH, Briant G., Dealing in Virtue, en: International Commercial Arbitration and the
Construction of a Trasnational Legal Order, The University of Chicago Press, Chicago, London, 1996, p. 75.
(11)
LALIVE, Transnational (or Truly International) Public Order and International Arbitration, despus de la nota 37.
(12)
(13)
714
la Cmara Nacional de Comercio de Uruguay, Centro de Conciliacin y Arbitraje, Centro de Arbitraje Internacional para el MERCOSUR, Montevideo, 2000.
(14)
Acuerdo y Sentencia N 285 del 25 de mayo de 2006, dictado en el juicio: Accin de Inconstitucionalidad
en el juicio: Gunder ICSA c/ KIA Motors Corporation s/ indemnizacin de daos y perjuicios. Expediente
ao 2004 - N 3804.
(15)
(16)
Directiva 86/653/CEE del Consejo, de 18 de diciembre de 1986, cuya finalidad es proteger a aquellas
personas que, a tenor de sus disposiciones, tienen la condicin de agente comercial.
(17)
Ingmar GB Ltd contra Eaton Leonard Technologies Inc. del Tribunal de Justicia de 2000 (asunto. C-381/98).
(18)
(19)
En Europa, por ejemplo, ello ha sido fuertemente cuestionado y el fallo Ingmar del TJCE ha sufrido duros
embates.
APROXIMACIN A LA IDEA
DEL ORDEN PBLICO
De manera preliminar podemos caracterizar a los principios de orden pblico como aquellos que inspiran un
ordenamiento jurdico determinado, reflejando los valores esenciales de una sociedad en un momento dado. La idea general observa Carbonnier responde a
una supremaca de la sociedad sobre el
individuo, y el orden pblico traduce la
voluntad comunitaria, amenazada por de-
715
(20)
CARBONNIER, Jean, Derecho Civil, T. II, Vol. II, traduccin por ZORRILLA RUZ, Manuel M., Bosch, Barcelona, 1971, p. 266. CAIVANO lo entiende como el conjunto, no de normas, sino de principios fundamentales
sobre los que se asienta el ordenamiento jurdico del foro, los denominados principios de moralidad y
justicia, de justicia universal o de natural justice, inspiradores de ese ordenamiento. Se trata de
normas imperativas locales, que no pueden dejarse de lado o derogarse por la voluntad de las partes
(CAIVANO, Roque J., Reconocimiento y Ejecucin de Laudos Arbitrales Extranjeros, en: PUCCI, Adriana
Noem (Coordinadora), Arbitragem Comercial Internacional, LTr, Sao Paulo, 1998, p. 156.
(21)
Como se ha dicho, los intereses estatales de control de los procesos econmicos internacionales deben
ser objeto de fiscalizacin y seguimiento por parte de los Estados. Y debe resguardarse los intereses
estatales de defensa de ordenacin bsica de economa nacional y de ciertos grupos sociales necesitados de proteccin por ser dbiles (CALVO CARAVACA, Alfonso-Luis / CARRASCOSA GONZLEZ, Javier, El Convenio de Roma sobre la Ley Aplicable a las Obligaciones Contractuales de 19 de junio de 1980, en: CALVO
CARAVACA, Alfonso L. / FERNNDEZ DE LA GNDARA, Luis (Directores), BLANCO-MORALES LIMONES, Pilar (Coordinadora), Contratos Internacionales, Tecnos, Madrid, 1997, cit., p. 42.
(22)
Conforme lo resalta Blessing (ver Marc Blessing, Choice of substantive law in international arbitration
(Kluwer CD), despus de la nota 15).
716
EL ORDEN PBLICO EN EL
DERECHO INTERNACIONAL
PRIVADO
(23)
VAN HOUTTE, From a National to a European Public Policy, en: Justice in a Multistate World, Essays in
Honor of VON MEHREN, Arthur T., p. 842.
(24)
ENNECCERUS, Ludwig y otros, Derecho Civil, Parte General, Vol. II, p. 53.
(25)
Esto fue recogido por el Cdigo Civil Italiano de 1865 y luego por el Cdigo Civil Espaol, en lnea con
MANCINI: no obstante lo dispuesto en este artculo y en el anterior, las leyes prohibitivas concernientes a
las personas, sus actos o sus bienes, y las que tienen por objeto el orden pblico y las buenas costumbres,
De modo que la nocin del orden pblico pasa a constituir una de las tcnicas
del Derecho internacional privado para
hacer operativo el sistema conflictualista.
Como lo seala Lagarde(26), un camino directo como el del mejor derecho al que
aludan Aldricus, los canonistas, y modernamente Leflar y Juenger, permite arribar
directamente al derecho aplicable sin recurrirse a las tcnicas del conflictualismo
y elimina el crculo. Aqu no encuentra cabida la nocin del orden pblico.
S la tiene dentro del otro enfoque,
enraizado en la doctrina de Manzini(27),
consistente en asumir que ciertas normas
o principios del foro resultan fundamentales y deben ser aplicados siempre dentro de su jurisdiccin. El orden pblico es
tratado as como un factor directo para la
determinacin del derecho aplicable(28) en
igualdad con la nacionalidad, la libertad
de contratacin, etctera. Constituye un
factor positivo y no la excepcin a que se
aplique el derecho que hubiera resultado
normalmente aplicable. No es el orden
pblico que objeta la aplicacin del derecho extranjero, sino que ste se muestra
incapaz de expulsar las reglas del foro.
Actualmente, conforme se ver, la doc-
717
no quedarn sin efecto por leyes o sentencias dictadas, ni por disposiciones o convenciones acordadas en
pas extranjero, como as tambin por el artculo 14 del Cdigo Civil Argentino (KEGEL, Gerhard, International Enciclopedia of Comparative Law, Chapter 3, Fundamental Approaches, J. C. B. Mohr (Paul Siebeck)
/ Tbingen / and Martinus Nijhoff Publishers / Dordrecht / Boston / Lancaster, 1986, p. 8).
(26)
Cuyo enfoque seguimos en esta parte (ver LAGARDE, Paul, Public Policy, in: International Encyclopedia of
Comparative Law, Vol. 3, Cap. 11, J. C. B. Mohr (SIEBECK, Paul) / Tbingen / and Martinus Nijhoff Publishers
/ Dordrecht / Boston / Lancaster, 1994, pp. 3-5).
(27)
Y en consecuencia del Cdigo Civil italiano de 1865, espaol (artculo 11, inc c) y argentino (artculo 14).
(28)
(29)
Sobre el juego entre los distintos sistemas conflictualistas, multilaterales o unilaterales, y el rol del
orden pblico y las normas imperativas en ellos, ver MUIR WATT, Horatia, New Challenges in Public
and Private International Legal Theory: Can Comparative Scholarship Help?, en: V AN HOECKE, Mark
(Editor), Epistemology and Methodology of Comparative Law, Hart Publishing, Oxford and Portland
Oregon, 2004, pp. 278-280.
718
4.
(30)
Est visto que en derecho internacional privado se emplean sin homogeneidad las expresiones orden
pblico, orden pblico internacional, normas imperativas, de polica, de aplicacin inmediata y otras.
(31)
La coactividad del derecho internacional privado ha tenido oportunidad de manifestarse por mltiples
canales, por lo que sera mejor imaginar la figura de un prisma que permita fragmentar el concepto de
imperatividad propio del derecho en numerosos destellos de luz (SANTOS, Rubn B., El Derecho Aplicable
a los Contratos Internacionales, Editorial Fundacin de Cultura Universitaria, 2 ed., Rosario, 1998, p. 148).
(32)
GUTTERIDGE, H.C., Comparative Law, An Introduction to the Comparative Method of Legal Study & Research, Second Edition, Camdridge University Press, 1949, p. 161.
(33)
(34)
Ibidem, p. 258. KEGEL distingue entre justicia substantiva y conflictual y hace notar que por sobre este
segundo supuesto opera el orden pblico que excluye reglas forneas (KEGEL, International Enciclopedia
of Comparative Law, cit., p. 15). Tratndose de justicia conflictual, el objetivo del Derecho internacional
privado ser simplemente elegir el Estado que proveer el derecho aplicable sin atender al contenido y la
calidad sustantiva de la solucin a la que se arriba. En tanto que en la justicia sustantiva se buscar la
mejor solucin de fondo a un caso multiestatal. En este dilema entre la justicia conflictual y la justicia
material o substantiva los juzgadores suelen recurrir frecuentemente a lo que los anglosajones denominan
escape devices, o mecanismos de escape de la rigidez conflictualista, manipulndose cuestiones como
las relativas a calificacin, reenvo, orden pblico internacional, fraude a la ley, etctera (Ver SYMEONIDES,
Symeon C., Material Justice and Conflicts Justice in Choice of Law, en: International Conflict of Laws for
the Third Millenium, Essays in Honor of JUENGER, Friedrich K., Transnational Publishers Inc., New York,
719
2001, p. 125). La opcin del juez de optar por otras alternativas a las soluciones conflictualistas clsicas
constituye la lnea de las normas narrativas de Jayme, de la doctrina de las clusulas de excepcin y la
teora alemana Zweistufentheorie, que toma en cuenta la regulacin establecida en un ordenamiento no
reclamado por la norma de atribucin, pero s estrechamente vinculado con el asunto, al objetivo de
adaptar la solucin confictual legislativamente prevista a los propios objetivos de justicia del foro (ESPINAR VICENTE, Jos Mara, Ensayos sobre Teora General del Derecho Internacional Privado, Civitas S.A.,
Madrid, 1997, p. 88).
(35)
VISHER, Frank, General Course on Private International Law, Recueil Des Cours, in: Collected Courses of the Hague Academy of International Law, 1992, I, Tome 232 de la collection, Martinus Nijhoff
Publishers, 1993, p. 106.
(36)
En Europa observa REIMANN la tendencia en la segunda mitad del siglo XX ha sido mover el modelo
decimonnico obsesionado con la nacin Estado y mirar a intereses privados, reglas ms flexibles, y
criterios ms abiertos a polticas substantivas (Ver REIMANN, Mathias, Domestic and International Conflicts
Law in the United States and Western Europe, en: International Conflict of Laws for the Third Millennium,
Essays in Honor of Friedrich K. Juenger, Transnational Publishers Inc., New York 2001, p. 114). Tal constituye un cambio de soluciones formales, a otras menos mecnicas y que por ende atienden la sustancia
de los problemas presentados en materia privada internacional (Gralf-Peter Callies, Coherence and Consistency in European Consumer Contract Law: a Progress Report, The European Commisions Action Plan
COM (2003) 68 final and the Green Paper on the Modernisation of the 1980 Rome Convention COM (2002)
654 final, en German Law Journal, www.glj-pdf.de, p. 333).
(37)
En este sentido, la ley suiza de Derecho internacional privado prev en su artculo 15 una clusula de
escape para el caso atpico. Dice la norma: El derecho designado por la presente ley excepcionalmente
no es aplicable si, a la vista del conjunto de circunstancias, es evidente que la causa no tiene un vnculo
bien determinado con ese derecho y que se encuentra en una relacin mucho ms estrecha con otro
derecho. Esta clusula de escape tambin est prevista en el artculo 6 de la nueva ley alemana de
Derecho internacional privado y en el artculo 8 pargrafo 3 de la convencin sobre ley aplicable a los
contratos de compraventa de 1987. El Restatement norteamericano resulta ms amplio con la frmula:
salvo que exista una relacin ms significativa con otro Estado como vlvula de escape al resultado que
produzca el mecanismo conflictual.
(38)
AUDIT, Bernard, Le Caractre Fonctionnel de la Rgle de Conflit (sur la crise des conflits des lois), Recueil
Des Cours, Collected Courses of the Hague Academy of International Law, 1984, III, Tome 186 de la
collection, Martinus Nijhoff Publishers, 1985, pp. 349-350.
(39)
Se dijo all textualmente: () a very unruly horse, and when once you get astride it you never know where
it will carry you. It may lead you from sound law. It is never argued at all, but when other points fail
(International Law Association, London Conference (2000), Committee on International Commercial Arbitration, Interim Report on Public Policy as a Bar to Enforcement of International Arbitral Awards (www.ilahq-org), p. 35).
(40)
Expres textualmente Lord DENNING, With a good man in the saddle, the unruly horse can be kept in
control, en: ILA Interim Report, 2000, p. 35.
720
(41)
Como lo dice KAHN-FREUND, uno de los factores claves para el rol creativo de los tribunales es el principio
del orden pblico que existe en todos lados, est o no expreso en un cdigo (KAHN-FREUND, General
Problems of Private International Law, cit., p. 110).
(42)
Lo que implica que, al fin de cuentas que los tribunales estn finalmente en control de la lnea que separa
una poltica de armona internacional de una poltica de conciencia interna (KAHN-FREUND, General Problems of Private International Law, cit., p. 111).
(43)
Como bien se ha dicho, los intereses, tanto pblicos como privados, requieren de soluciones estables,
eficaces e invariables que brinden seguridad jurdica (CARAVACA, Calvo / GONZLEZ, Carrascosa, El Convenio de Roma sobre la Ley Aplicable a las Obligaciones Contractuales de 19 de junio de 1980, p. 42).
(44)
RUBINO-SAMMARTANO, Mauro, Italy, en: RUBINO-SAMMARTANO, Mauro / MORSE, C.G.J., Public Policy in Transnational Relationships, Kluwer Law and Taxation Publishers, Deventer, Boston, 1991, p. 13.
(45)
VAN HOUTTE, From a National to a European Public Policy, en: Justice in a Multistate World, Essays in
Honor of VON MEHREN, Arthur, T., pp. 845-846.
721
(46)
VAN HOUTTE, From a National to a European Public Policy, en: Justice in a Multistate World, Essays
in Honor of VON M EHREN, Arthur T., p. 842.
(47)
Ver Libro verde sobre la transformacin del Convenio de Roma de 1980 sobre la ley aplicable a las obligaciones contractuales en instrumento comunitario y sobre su actualizacin (COM/2002/0654) (http://
europa.eu.int/eurlex/lex/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=CELEX:52002DC0654:ES:HTML).
(48)
LALIVE , Transnational (or Truly International) Public Order and International Arbitration, cit., despus de
la nota 7.
(49)
722
(50)
LALIVE, Transnational (or Truly International) Public Order and International Arbitration, despus de la nota
57. Otros casos ms recientes as lo confirman (Shearson/American Express, Inc. v. McMahon (1997);
Rodrguez de Quijas v. Shearson/American Express, Inc. (1989). Ver: ILA Interim Report (2000), p. 13.
(51)
LALIVE, Transnational (or Truly International) Public Order and International Arbitration, despus de las
notas 58 y 59.
(52)
Sobre el problema en Paraguay relacionado a este tema, puede profundizarse en el artculo MORENO
RODRGUEZ, Jos A., Derecho aplicable, orden pblico y el rgimen arbitral paraguayo, en: Revista
Brasileira de Arbitragem, N 3, Coedicin de IDB Thompson y el Comit Brasileiro de Arbitragem, Sao
Paulo (2004).
(53)
Algunas legislaciones hablan tambin de orden pblico y moral (Japn, Libia, Oman Quatar, Emiratos
rabes Unidos y Yemen, ILA Interim Report, (2000), pp. 11-12).
(54)
Otros tribunales adoptan una posicin restrictiva, entre ellos los de Dinamarca, Holanda, Noruega, Espaa
y Suecia (ILA Interim Report (2000), p. 13).
723
grimirse con respecto a la convencin interamericana sobre arbitraje comercial internacional de 1975 (artculo 5.2.b). Por
su parte, todas las convenciones de La Haya
luego de la Segunda Guerra Mundial incluyen la clusula de orden pblico. Ahora, en tanto la de venta de 1955 hablaba en
su artculo 6 slo del orden pblico, ulteriores convenciones de La Haya incorporan la palabra manifiesta(58) (para aludir
a la contravencin del orden pblico), con
lo que implcitamente acogen la terminologa de orden pblico internacional(59).
La palabra manifiesta ha sido incorporada tambin a instrumentos convencionales interamericanos. As lo hace la
convencin interamericana sobre eficacia
extraterritorial de las sentencias y laudos
arbitrales extranjeros (artculo 2.h), la
convencin interamericana sobre exhortos o cartas rogatorias (artculo 17), la
convencin interamericana sobre normas
generales de derecho internacional privado(60), la convencin de Mxico de
1994 sobre el derecho aplicable a la contratacin internacional(61) y en el mbito
(55)
(56)
El reporte de la ILA expresa que en Inglaterra parecera existir una concepcin restrictiva del orden pblico
(ver fallos citados en el ILA Interim Report (2000), p. 14 al pie).
(57)
CAIVANO, Roque J., Reconocimiento y Ejecucin de Laudos Arbitrales Extranjeros, cit., p. 157.
(58)
Resalta Jayme que la frmula restrictiva utilizada por La Haya es la de manifiestamente incompatible con
el orden pblico (JAYME, Erik, Identit Culturelle et Intgration: Le Droit International Priv Postmoderne, Cours gnral de droit international priv, Recueil Des Cours, Collected Courses of the Hague Academy of International Law, 1995, IV, Tome 251 de la collection, Martinus Nijhoff Publishers, 1996, p. 229).
(59)
(60)
(61)
Que dispone en su artculo 18: El derecho designado por esta Convencin slo podr ser excluido cuando sea manifiestamente contrario al orden pblico del foro. Puede profundizarse al respecto en el artculo:
MORENO RODRGUEZ, Jos A., La Convencin de Mxico sobre el Derecho Aplicable a la Contratacin
Internacional, publicacin de la Organizacin de Estados Americanos, en: Publicacin de la Organizacin
de Estados Americanos, Washington, 2006.
724
(62)
(63)
As, el artculo 34 de este reglamento prev en su inciso 1) que las decisiones extranjeras no se reconocern si el reconocimiento fuere manifiestamente contrario al orden pblico del Estado miembro requerido.
(64)
(65)
Tanto en el Reporte Final (ver ILA Interim Report (2000), como en la Resolucin 2/2002, dictada en
consecuencia.
(66)
(67)
(68)
Ibidem, p. 139.
(69)
Esto se enlaza con un tema muy debatido en doctrina de si el Derecho internacional privado es interno o
internacional. Por ejemplo, expresan LOUSSOUARN, Bourel / VAREILLES-SOMMIRES que el Derecho internacional privado es interno por sus fuentes, pero internacional por su objeto, en que existen manifestaciones
725
de solidaridad internacional (YVON LOUSSOUARN, Pierre Borrel / DE VAREILLES-SOMMIRES, Pascal, Droit international priv, 8e dition, ditions Dalloz, 2004, pp. 58-60).
(70)
(71)
VAN HOUTTE, From a National to a European Public Policy, cit., p. 844 y fallos citados.
(72)
(73)
(74)
(75)
VISHER, General Course on Private International Law, cit., p. 101. De all lo criticable de la frmula de la
Convencin Interamericana sobre Normas Generales de Derecho Internacional Privado pues, como lo
726
De modo que en el mbito internacional, el orden pblico debe ser apreciado en concreto en los casos que en particular se presenten. Ello, obviamente, salvo que existan supuestos extremos chocantes en relacin con el contenido abstracto de la regla fornea, como en lo relativo a discriminacin racial en los pases que adoptan normativa de proteccin
a los derechos humanos(76). De esto ltimo hay varios precedentes en Inglaterra,
como el caso Oppenheimer v. Cattermole
(1976), relativo a la confiscacin de propiedades nazi tomadas en infraccin a
derechos humanos, o supuestos relacionados a decretos confiscatorios que ofendan estndares de derechos humanos
(Williams & Humbert Ltd. V. W. & H.
Trademarks (Jersey) Ltd. (1986); The Playa Larga (1983). Settebello Ltd. V. Banco Totta and Acores (1985)(77).
Sin embargo seala el ingls Briggs, normalmente las circunstancias son
contextuales: debe analizarse el conjunto
de los hechos para determinar si existe una
conexin suficiente con la norma imperativa que se pretende aplicar. Por ejemplo,
una ley fornea que establezca prohibiciones para el casamiento con determinado grado de parentesco con una sobrina, puede no considerarla un juez ingls
expresa LAGARDE, ella da pie a que se declare en abstracto que una ley fornea es contraria al orden
pblico, lo que como regla debera ocurrir slo en su aplicacin el caso particular (LAGARDE, Public Policy,
cit., p. 7, nota al pie).
(76)
Otra forma de expresar la idea es que la primera categora se aplica sea cual sea la conexin de la ley
aplicable a Inglaterra, en tanto que la segunda solo si Inglaterra es un pas en que la cuestin tiene una
real y sustancial conexin (BRIGGS, obra citada, p. 45).
(77)
(78)
Otra forma de expresar la idea es que la primera categora se aplica sea cual sea la conexin de la ley
aplicable a Inglaterra, en tanto que la segunda solo si Inglaterra es un pas en que la cuestin tiene una
real y sustancial conexin (BRIGGS, obra citada, p. 45).
(79)
(80)
(81)
JAYME, Identit Culturelle et Intgration: Le Droit International Priv Postmoderne, cit., p. 228.
727
EFECTOS
(82)
(83)
(84)
(85)
(86)
(87)
Un particular problema se presenta en los contratos con el Estado, cuando ste cambia el derecho durante
la vigencia del contrato y altera as su contenido. Existen precedentes arbitrales en que no se ha aceptado
dichos cambios que unilateralmente afectan el contrato, invocndose el orden pblico internacional (Caso
CCI 1803/1972, Socit des Grands Travaux de Marseille y East Pakistan Industrial Development Corporation, orden presidencial de Bangladesh que quera extinguir obligaciones contractuales de compaa
estatal. Caso 723 del Netherlands Arbitration Institute, Setenave v. Settebello. Tambin caso Aminoil v.
Kuwait). Como alternativa se puede prever en el contrato un congelamiento del derecho del Estado contratante, que se compromete as a no efectuar cambios regulatorios durante la vigencia del acuerdo. As
tamibn, contratos sofisticados de largo alcance normalmente admiten la posiblidad de cambios legislativos y definen consecuencias financieras para las partes. Se puede aceptar la mutacin del derecho del
Estado contratante, pero solo en tanto est de acuerdo con el derecho del co-contratante. Una variante es
aceptar el cambio del derecho, en tanto est de acuerdo con reglas no nacionales, como principios generales, equidad, etctera, tal cual se hizo en los casos de nacionalizacin de las concesiones de petrleo de
Libia (BP Award, Texaco-Calasiatic Award, LIAMCO Award, de los aos setenta).
(88)
728
(89)
(90)
(91)
(92)
JUENGER, General Course on Private International Law, cit., pp. 133-134. La expresin homeward trend se
atribuye a Nussbaum (Kahn-Freund, General Problems of Private International Law, cit., p. 280.
(93)
En la nota 33. KAHN-FREUND, General Problems of Private International Law, cit., p. 309.
(94)
DALHUISEN, Jan H., International Commercial, Financial and Trade Law, Hart Publishing, Prtland and Oregon, 2000, p. 93.
(95)
Menciona LAGARDE tres pasos para dar expresin concreta al orden pblico: Uno, considerar la ley extranjera en cuestin. Dos, las circunstancias del caso que revelen la naturaleza relativa del orden pblico. Y
tres, relacionar el resultado a un sistema jurdico que sirve como base para la comparacin. El tercero
presenta un problema con el crecimiento de un orden pblico que se asienta en el derecho internacional o
transnacional como fuente (LAGARDE, Public Policy, cit., p. 44).
(96)
Puede profundizarse sobre temas relativos a la lex mercatoria recurrindose a los siguientes artculos:
MORENO RODRGUEZ, Jos A., Nueva Lex Mercatoria: Fantasma creado por profesores de La Sorbona?,
en: Revista de Derecho Mercantil Internacional, Editorial Legis, Colombia, 2003, MORENO RODRGUEZ, Jos
A., Los Principios Contractuales de UNIDROIT: Un Mero Ejercicio Acadmico de Juristas Notables?, en:
Revista Foro de Derecho Mercantil, Legis, Bogot, 2005.
(97)
729
(98)
VAN HOUTTE, From a National to a European Public Policy, cit., en la nota 131, pp. 845-846.
(99)
(100)
LAGARDE, Public Policy, cit., p. 59. Ver tambin FELDSTEIN DE CRDENAS, Sara L., El orden pblico internacional: una mirada desde el Derecho internacional privado contemporneo, en: Derecho privado, libro homenaje a Alberto J. Bueres, Hammurabi, Buenos Aires, 2001, p. 112.
(101)
En la misma lnea, en 1993 la Corte de Apelaciones de Pars sostuvo que la buena fe es un principio
general de orden pblico internacional (Republique de Cote dIvoire v. Norbert Beyrard (1993).
(102)
730
(103)
(104)
(105)
(106)
(107)
Ibidem, p. 51.
(108)
ALVAREZ, Jos A., Guiado por una mano invisible. El orden pblico al amparo del captulo 11 del Tratado de
Libre Comercio de Amrica del Norte, cit., p. 31.
(109)
(110)
Loc. cit.
(111)
Loc. cit.
(112)
Loc. cit.
731
732
sar de que varias organizaciones no estatales son reconocidas como sujeto del
derecho internacional(116), incluso con
capacidad legisferante, como ocurre en la
Unin Europea. Pues bien, si la potestad
regulatoria no se encuentra exclusivamente en cabeza de las naciones-Estados, sino
se halla distribuida en diversos niveles,
como el comunitario, resulta difcil entender por qu las reglas de conflicto deberan siempre referirse al derecho privado
de un Estado(117), y por qu la nocin del
orden pblico debera limitarse a ser extraida de los derechos locales.
En esta lnea seala Jayme que el
orden pblico tambin puede ser concebido a partir de valores trasnacionales
compartidos. En Europa, los jueces estn
obligados a tener en cuenta la convencin
europea de derechos del hombre, de cuyos preceptos se desprende un orden pblico europeo o comunitario(118), y as se
ha expresado el Tribunal de Justicia de las
Comunidades Europeas (TJCE), por
ejemplo, en el muy citado caso Krombach (C-7/98) del ao 2000. Se dijo all que
entre las manifestaciones del orden pblico comunitario se encuentran las indica-
(113)
DALHUISEN, Jan H., International Commercial, Financial and Trade Law, Hart Publishing, Portland and
Oregon, 2000, p. 66.
(114)
OPPETIT, Bruno, Teora del Arbitraje, Traducido por: SILVA ROMERO, Eduardo / MANTILLA ESPINOZA, Fabricio /
CAICEDO DEMOULIN, Jos Joaqun, Legis Editores, Bogot, 2006, pp. 199-201, quien destaca aqu el modesto papel que ello ha tenido, sin embargo, en la jurisprudencia de la Corte de La Haya.
(115)
Ello tiene argumentos a favor y en contra (FERNNDEZ ARROYO, Diego P., El Derecho Internacional Privado
en el MERCOSUR: Hacia un Sistema Institucional, en: El Derecho Internacional Privado Interamericano
en el Umbral del Siglo XXI?, Sextas Jornadas de Profesores de Derecho Internacional Privado, Segovia,
1995, Departamento de Derecho Internacional Pblico y de Derecho Internacional Privado, EurolexSL,
Madrid, 1997, pp. 180-183).
(116)
BASEDOW, Jrgen, The Effects of Globalization on Private International Law, en: Legal Aspects of Globalization, Conflict of Laws, Internet, Capital Markets and Insolvency in a Global Economy, Edited by BASEDOW, Jrgen / TOSHIYUKI, Kono, Kluwer Law International, The Hague, London, Boston, 2000, p. 4.
(117)
(118)
JAYME, Identit Culturelle et Intgration: Le Droit International Priv Postmoderne, cit., p. 231. Ver tambin
LOUSSOUARN, Bourel y VAREILLES-SOMMIRES, cit., p. 54.
ciones proporcionadas por los instrumentos internacionales relativos a la proteccin de los derechos humanos a cuyo respecto los Estados miembros han cooperado o a los que se han adherido, entre
ellos el convenio europeo para la proteccin de los derechos humanos y de las libertades fundamentales.
Por lo dems, la Unin Europea
constituye una organizacin supranacional cuyo derecho comunitario resulta directamente vinculante para sus Estados
miembros. En cada uno de estos Estados
el derecho comunitario se hizo parte del
sistema jurdico domstico. De existir
conflicto prevalece el derecho europeo
sobre el autctono. Reglas bsicas del
derecho comunitario europeo, como el libre movimiento de bienes y personas o la
libre competencia han sido hechas partes
del orden pblico de los Estados miembros de la Unin Europea, lo que lleva a
que el orden pblico nacional se vaya diluyendo cada vez ms(119).
A este respecto ha marcado su fuerte
sello el pronunciamiento del TJCE en el caso
Eco Swiss China Time v. Benetton (1999),
en el que se dej sentado que la norma de
defensa de la competencia del artculo 85
del Tratado de Roma constituye una disposicin fundamental para el funcionamiento
del mercado interior de la Unin Europea.
Como consecuencia, dijo el tribunal:
en la medida en que un rgano jurisdiccional nacional deba, en apli-
733
cacin de sus normas procesales internas, estimar un recurso de anulacin de un laudo arbitral basado en
la inobservancia de normas nacionales de orden pblico, tambin debe
estimar tal recurso basado en la inobservancia de la prohibicin impuesta en el apartado 1 del artculo
85 del tratado.
Del caso Ingmar GB Ltd contra Eaton Leonard Technologies Inc. del tribunal de justicia de 2000 (asunto. C-381/98)
surge que determinadas disposiciones del
derecho comunitario, pueden presentar,
ellas tambin, carcter imperativo, como
ocurre con la directiva que establece proteccin especial a los agentes en sus vinculaciones internacionales. Ello implica
que las disposiciones de proteccin mnima establecidas en esta directiva deben
considerarse de orden pblico europeo y,
por tanto, prevalecern por sobre un resultado en contrario al que lleven las normas de conflicto.
Este orden pblico europeo ha sido
citado tambin en casos arbitrales, como en
los pronunciamientos de la Cmara de Comercio 6197 de 1995 y 4132 de 1983(120).
Se cuestiona si no se est, en el fondo, ante un orden pblico nacional. En
1998 la Corte Suprema Austriaca concluy en dos casos que la norma de derecho
comunitario europeo directamente aplicable a los Estados miembros es, segn su
(119)
(120)
Es llamativo el caso Thales Air Defence c/ G.I.E. Euromissile y La S.A. EADS France, 1994, Corte de
Apelacin de Pars. En este caso, los rbitros decidieron no aplicar una norma imperativa europea sobre
el derecho de la competencia. La corte de apelacin llevando al mximo la visin transnacional dijo simplemente que no poda analizar ese punto bajo la denuncia de orden pblico porque eso significara
meterse en el fondo del asunto.
734
(121)
De modo que un laudo arbitral en conflicto podra ser invalidado (Ver ILA Interim Report (2000), casos
citados en la p. 20).
(122)
ALVAREZ, Guiado por una mano invisible. El orden pblico al amparo del captulo 11 del Tratado de Libre
Comercio de Amrica del Norte, cit., p. 34.
(123)
GONZALO QUIROGA , Orden Pblico y Arbitraje Internacional en el Marco de la Globalizacin Comercial, cit., p. 39.
(124)
(125)
Ver, por ejemplo, FERNNDEZ ARROYO , Diego P., El Derecho Internacional Privado en el MERCOSUR:
Hacia un Sistema Institucional, en: El Derecho Internacional Privado Interamericano en el Umbral
del Siglo XXI?, Sextas Jornadas de Profesores de Derecho Internacional Privado, Segovia, 1995,
Departamento de Derecho Internacional Pblico y de Derecho Internacional Privado, EurolexSL,
Madrid, 1997, 180-183.
(126)
735
cin luego de que el mecanismo conflictual determin aplicable una ley extranjera(129). Se trata de regulaciones concretas
aplicables al caso, y no principios generales extrados del sistema, como lo son
los del orden pblico como factor correctivo de las normas de conflicto(130). La expresin ha tomado arraigo en el derecho
europeo. As, el libro verde alude a la ley
de polica como un concepto de derecho
internacional privado que designa las normas a las que un Estado concede tal importancia que exige su aplicacin en cuanto la situacin jurdica presenta un vnculo con su territorio, cualquiera que sea,
por otra parte, la ley aplicable a la situacin. Contrariamente al mecanismo de la
excepcin de orden pblico internacional,
el juez no descarta la ley designada por
sus normas de conflicto por ser contraria
al orden pblico, sino que aplica de oficio sus propias normas(131).
Hace notar Audit que el desarrollo
de la doctrina de las leyes imperativas o
(127)
En el contexto del Convenio de Roma, pero el comentario se hace extensivo a otros mb itos.
(128)
(129)
Dice GRIGERA que la tcnica de la ley de polica no se basa en la localizacin frecuentemente artificial
en el espacio de la cuestin litigiosa ni en reparar en el fenmeno de la frontera. Se trata mas bien de
determinar la proximidad ideal entre las cuestiones regladas en la norma sustantiva y el punto litigioso
para concluir si tal norma habr de aplicarse directamente es decir, sin la intermediacin de una norma de
conflicto o no (GRIGERA NAN, Horacio, Los rbitros internacionales: pueden o deben aplicar leyes de
polica?, en: Avances del Derecho Internacional Privado en Amrica Latina, Liber Amicorum Jrgen Samtleben, Coordinadores: KLEINHEISTERKAMP, Jan / LORENZO IDIARTE, Gonzalo A., Editorial Fundacin de Cultura
Universitaria, Montevideo, 2002, p. 600).
(130)
GRIGERA NAN, Horacio, Public Policy and International Commercial Arbitration: The Argentine Perspectiva,
(Kluwer CD), despus de la nota 14. Entiende GRIGERA que los rbitros pueden aplicar leyes de polica que
no sean del derecho aplicable al contrato sin que el laudo pueda ser impugnado. Ello bajo ciertas condiciones, como que las partes las invoquen y no sean aplicables meramente de oficio, o el contraste con el
orden pblico internacional para determinar si es o no exorbitante, etctera (GRIGERA NAN, Horacio, Los
rbitros internacionales: pueden o deben aplicar leyes de polica?, pp. 612-615).
(131)
Se propone en el Libro Verde que El futuro instrumento Roma I podra, pues, proponer una definicin del
concepto de leyes de polica, definicin que podra inspirarse en la jurisprudencia Arblade del Tribunal de
Justicia [TJCE, 23.11.1999, asuntos C-369/96 y C-374/96], segn la cual la ley de polica es una disposicin nacional cuya observancia se ha considerado crucial para la salvaguardia de la organizacin poltica,
social o econmica del Estado miembro de que se trate, hasta el punto de hacerlas obligatorias para toda
persona que se encuentre en el territorio nacional de ese Estado miembro o con respecto a toda relacin
jurdica localizada en l.
736
de policia, otra evolucin del conflictualismo, es una consecuencia de la implicacin creciente del derecho pblico de las
situaciones de derecho internacional privado(132). Las leyes de polica guardan
relacin con regulaciones de derecho pblico o econmico, pero tambin con otras
de resguardo a partes dbiles en la contratacin(133), es decir, se corresponden con
la ya mencionada distincin entre orden
pblico de direccin y de proteccin(134).
Las reglas imperativas han tenido un
avance al ser incluidas en distintas codificaciones del siglo XIX, a pesar de que entonces la visin econmica laseferista atenu su impacto(135). El mayor avance se ha
producido durante el siglo XX. Con ellas
renace el viejo enfoque de comitas que las
ideas de Savigny intentaron evitar, puesto
que las disposiciones imperativas estn
destinadas a aplicarse al caso que corresponda segn la discrecin del juzgador, y
(132)
AUDIT, Le Caractre Fonctionnel de la Rgle de Conflit (sur la crise des conflits des lois), cit., p. 365.
(133)
(134)
Seala, sin embargo, el Libro Verde que como reaccin a la jurisprudencia Ingmar GB Ltd contra Eaton
Leonard Technologies Inc. del Tribunal de Justicia [TJCE, 9.11.2000, asunto. C-381/98], algunos propusieron en Europa que en la futura regulacin comunitaria debe preverse que no puede tratarse de ley de
polica si la norma contempla nicamente la proteccin de intereses puramente privados, por oposicin a
las leyes que protegen el orden poltico, econmico o social de un Estado.
(135)
La nacionalizacin del derecho mercantil del siglo XIX demostr sus efectos intervencionistas plenamente
en el siglo XX, y ha conducido recientemente hacia la privatizacin de las fuentes en el derecho transnacional entre profesionales (DALHUISEN, cit., pp. 57-60).
(136)
DALHUISEN, cit., p. 86. En la Unin Europea el efecto de las reglas imperativas domsticas que no se
reducen a polticas pblicas, seguridad o salud ha sido grandamente reducida si atentan contra el libre
movimiento de bienes y servicios y el derecho de establecerse en otra jurdicccin (artculo 43, 46(2) y 49).
Luego del caso del TSCE Europea siguiendo a Dassonville y Casis de Dijon, se ha enfatizado la importancia del libre movimiento de bienes y servicios y el derecho del establecimiento por sobre regulaciones
domsticas, excepto si se justifica por el bienestar general. Esto ha impactado en industrias tradicionalmente reguladas, como servicios financieros.
(137)
VISHER, Frank, General Course on Private International Law, Recueil Des Cours, Collected Courses of the
Hague Academy of International Law, 1992, I, Tome 232 de la collection, Martinus Nijhoff Publishers, 1993,
pp. 154-155.
(138)
(139)
MORSE, p. 17.
(140)
(141)
Loc. cit.
737
(142)
Su aplicacin directa no est tan clara en determinados casos. GRIGERA cita como ejemplo el artculo 14
del Cdigo Civil Argentino, el cual prev que la aplicacin del derecho argentino prevalece si conflicta
con la ley fornea menos favorable a validez del acto, lo cual sugiere que primeramente debe determinarse la ley aplicable a la transaccin a travs del mtodo conflictualista, y solo luego aplicar la ley
fornea sustantiva, la cual ser dejada de lado si resulta menos farovable que el derecho argentino a la
validez del acto, porque ste prevalecer necesariamente a travs de una poltica legislativa sustantiva
de favorecer la validez de las trasnsacciones internacionales que tengan algn contacto con la Argentina (GRIGERA NAN, Public Policy and International Commercial Arbitration: The Argentine Perspectiva
cit., despus de la nota 17).
(143)
Las races se encuentran en la doctrina de SAVIGNY (VISHER, General Course on Private International Law,
cit., p. 153) cuando hablaba de leyes estrictamente positivas (JUENGER, General Course on Private International Law, cit., p. 201).
(144)
(145)
738
mitativas en las leyes, norme autolimitate, reglas internas espacialmente condicionadas, leyes localizadas(148), norme di
applicazione necesaria (149) y normas legales que no pueden ser derogadas por
contrato o normas obligatorias(150). Todas se corresponden con este aspecto positivo del orden pblico, equivalente a
normas imperativas.
15. APLICACIN DE LEYES IMPERATIVAS EXTRANJERAS
Se plantea el debate si el juzgador
debe tomar en cuenta tambin las leyes
de polica de otro sistema jurdico, que
no se encuentre referido por la regla de
conflicto. Esta facultad la confieren algunos cuerpos normativos, como el artculo
7, pragrafo 1, del Convenio de Roma
de 1980 sobre derecho aplicable a las obligaciones contractuales, vigente en la
Unin Europea(151). Suele citarse como
antecedente a esta norma una decisin de
la Cmara de los Lores de 1958 (Caso Ragazzoni/Sethia), en la que se tuvo en cuenta el derecho imperativo indica que prohiba la exportacin de yute a Sudfrica
en un contrato regido por el derecho
(146)
(147)
GRIGERA NAN, Horacio, Orden Pblico y Arbitraje, en: Adriana N. PUCCI (Coordinadora), Arbitragem Comercial Internacional, Editora Ltr, Sao Paulo, 1998, pp. 84-88.
(148)
(149)
(150)
(151)
Al respecto, refieren DEZ-PICAZO / ROCA TRAS / MORALES que la Convencin de Roma implcitamente parece distinguir entre normas imperativas ordinarias y las que se pueden llamar normas fuertemente imperativas por razones de polica, tanto del pas en cuyo mbito deban cumplirse las obligaciones contractuales,
como aquellas otras que correspondan a reglas imperativas adoptadas en forma general en el derecho
internacional (DEZ-PICAZO, Luis / ROCA TRAS, E. / MORALES, A.M., Los Principios del Derecho Europeo de
Contratos, Civitas Ediciones S.L., Madrid, 2002, p. 148). De modo que conforme a esta convencin las
normas de aplicacin inmediata del foro se aplican ineludiblemente. Y tambin las de igual carcter del
derecho aplicable al contrato, salvo que fueran manifiestamente incompatibles con el orden pblico internacional del foro. El resto de normas de polica se podr aplicar, sometidas al juicio de su oportunidad
(SANTOS BELANDRO, cit., p. 151).
739
(152)
A pesar de que dice el Libro Verde que no parece tratarse de una resolucin en la que el juzgador ingls
haya efectivamente recurrido al concepto de ley de polica extranjera, ya que el supuesto se sita en un
contexto muy anterior a la entrada en vigor del Convenio de Roma, pero se trata precisamente de una
situacin como la contemplada en el apartado 1 del artculo 7.
(153)
(154)
Ver Libro Verde. En los Estados Unidos, en el famoso caso The Bremen v. Zapata Offshore Co. De 1972 la
Corte Suprema resolvi que solo tendra un control posterior a los fallos que afecten el orden pblico
(public policy). El dictum del fallo sugiere que ahora se entiende que los rbitros internacionales tienen no
solo el derecho sino la obligacin de examinar el efecto de la legislacin imperativa fornea a la ley elegida
por las partes y la ley del lugar del arbitraje (CRAIG / PARK / PAULSSON, International Chamber of Commerce
Arbitration, cit., p. 343).
(155)
MAYER, Pierre / HEUZ, Vincent, Droit International Priv, 7 ed., Editorial Montchrestien, Paris, 2001, p.
86. Al respecto, dice HAYS: que el Convenio de Roma tiene por objetivo por un lado asegurar la proteccin
de expectativas de las partes; y por el otro, resguardar intereses que puedan tener los Estados en proteger
a partes dbiles, como el consumidor y el empleado. Estos intereses pueden ser del foro o de un tercer
Estado (Peter Hay, Flexibility Versus Predictability and Uniformity in Choice of Law, Reflections on Current
European and United States Conflicts Law, Recueil Des Cours, Collected Courses of the Hague Academy
of International Law, 1991, IV, Tome 226 de la collection, Martinus Nijhoff Publishers, 1992, p. 396).
(156)
VISCHER, Frank, New Tendencies in European Conflict of Laws and the Influence of the U.S. Doctrine
a Short Survey, en: Law and Justice in a Multistate World, Essays in Honor of Arthur T. Von Mehren,
Transnational Publishers Inc., New York, 2002,Vischer, p. 462.
(157)
740
(158)
DERAINS, Yves, Public Policy and the Law Applicable to the Dispute in International Arbitration, Kluwer
CD, N 10.
(159)
Ver Laudo CCI 3267 de 1980, citado por LAGARDE, Public Policy, cit., p. 51.
(160)
(161)
741
foro apropiado (proper forum) para el procedimiento. Ello por varias razones, ante
un contrato de reaseguro en el que el predisponente haba obrado abusivamente
(con engao misrepresentation y ocultamiento de informacin non-disclosure). En Alemania, en un caso de 2005 del
Bundesgerichtshof (Corte Federal Alemana)(162) se decidi que el derecho a la
determinacin final de la validez de
acuerdos de arbitraje estaba reservado a
tribunales estatales, y que su competencia en dichas materias no puede ser derogada por acuerdo de partes. Ello en un
contrato con clusulas presdispuestas
para una Managed Account que contena
una clusula arbitral.
(162)
(163)
Este voto fue en mayora. El voto en disidencia se inclin por hacer prevalecer lo pactado por las partes,
esto es, extender la jurisdiccin a Corea.
742
quedaba evidente que se estaba intentando evadir fraudulentamente la ley imperativa aplicable. Aqu corresponde precisar que si bien se habla en derecho internacional privado del fraude a la ley, corresponde destacar que la nocin del orden pblico la ha devorado sistemticamente. Como lo sealan Fernndez Rozas y Snchez Lorenzo, no existe ningn
precedente claro en que el fraude a la ley
haya operado aisladamente del orden pblico, aunque haya alusiones jurisprudenciales al fraude en las relaciones del trfico privado externo(164). En Latinoamrica se destaca la posicin de Parra-Aranguren, contraria a consagrar legislativamente la figura del fraude a la ley, en la
que subyace este pensamiento(165).
Como sea, ya a nivel comunitario, en
Europa el ya mencionado pronunciamiento del TJCE impidi que se evadiera fraudulentamente una disposicin imperativa
recurrindose a otro derecho aplicable.
Ello con respecto a la directiva 86/653/
CEE del consejo, de 18 de diciembre de
1986. Entre otras cosas, se dijo en el pronunciamiento que los artculos 17 a 19 de
la directiva tienen como finalidad proteger al agente comercial, una vez que se
haya extinguido el contrato. El carcter
imperativo de los citados artculos se ve
confirmado por el hecho de que, segn el
artculo 19 de la directiva, las partes no
pueden pactar clusulas contrarias a ella
en perjuicio del agente comercial, antes
del vencimiento del contrato. Se dijo adems en el pronunciamiento que las medidas de armonizacin establecidas en la di-
(164)
(165)
cin, porque all la ley belga de 1961 presume como lo hace ley paraguaya arriba
referida una voluntad no libre del distribuidor. Consecuentemente, dicha normativa impone responsabilidades legales al
principal del extranjero en caso de ruptura injustificada de la vinculacin. Adems,
el artculo 4 de la ley del 27 de julio de
1961 dispone que el distribuidor local
puede demandar al principal, en Blgica,
en caso de terminacin injustificada de la
vinculacin contractual ejecutada en ese
pas. Por su parte, el artculo 6 establece
que las disposiciones de la ley son aplicables pese a la existencia de cualquier clusula en contrario que haya sido pactada
antes del fin de la concesin. La interpretacin prevaleciente seala Horsmans
es permitir el arbitraje siempre que los
rbitros vayan a aplicar la ley belga(166).
Y as lo entendi la Corte de Casacin
Belga en un muy importante pronunciamiento del ao 2004. La corte fall que
si la clusula de arbitraje somete este
tipo de contiendas a un derecho extranjero, la autoridad judicial belga puede
excluir la posiblidad del arbitraje cuando permitirlo sera una violacin de su
derecho y orden jurdico. Ello fue reafirmado en un fallo del ao 2006(167).
El paralelismo con el fallo de la Corte
Suprema de Paraguay es evidente.
Cabe traer a colacin lo expuesto
muy recientemente por la mayora de los
integrantes del tribunal permanente de
revisin del Mercosur en la opinin consultiva N 1 de 2007. Se seal all que
las normas imperativas corresponden
743
(166)
GUY H ORSMANS , Actualit et volution du droit belge de larbitrage, en: Revue de larbitrage,
1990 - N 4, pp. 797-834.
(167)
Decisiones N JC04AF2 del ao 2004 y N JC06BG5_1 de 2006. Ya la Corte de Casacin Belga, Seccin
Francesa, Primera Cmara, se haba expedido en 1979 en un caso sobre distribucin, prohibindose de
que pudiera ser resuelto aplicndose una ley extranjera en burla a la norma imperativa belga.
744
ciones imperativas de resguardo o proteccin cuya aplicacin resulte ineludible en relaciones contractuales de determinadas caractersticas.
Lo ideal sera que estas normas de
tinte imperativo estn armonizadas lo ms
posible, y en mucho contribuir seguramente para ello la creciente sofisticacin
de la doctrina del orden pblico sumada a
los procesos mundiales y regionales de homogeneizacin normativa. Pero esto ya es
harina de otro costal. En el nterin, el arbitraje no debe ser subvertido para evadir
normas que gusten o no resulten imperativamente aplicables al caso dado. En caso
contrario, flaco favor se est haciendo a
este noble instrumento que se viene consolidando en tiempos recientes y cuyo
xito depende de un prudente y apropiado manejo que se haga de l, del derecho
aplicable y del orden pblico.
Un pretendido libertinaje en la utilizacin del arbitraje puede causarle mucho dao. Pero la buena noticia es que el
arbitraje goza de buena salud. Los pases lo vienen reconociendo cada vez con
mayor apertura y, de lo expuesto, slo
nos queda por concluir que los lmites
que le han marcado los pronunciamientos aqu mencionados slo contribuirn
a fortalecerlo como noble instrumento
coadyuvante al recto desenvolvimiento
del comercio exterior.
745
HA
CIA UNA VERD
ADERA JUSTICIA ARBITRAL
HACIA
VERDADERA
TRANSNA
CIONAL DEL SIGL
O 21
TRANSNACIONAL
SIGLO
1.
INTRODUCCIN
Desde hace muchos aos varios autores han defendido el carcter transnacional del arbitraje(1), que consiste en un vnculo menor cada da respecto de los derechos nacionales. No es un planteamiento
fcil tcnicamente y menos an ideolgicamente ya que existe an hoy en da una
desaprensin del derecho internacional a
favor de los derechos nacionales. Sin embargo, la idea ha progresado en los aspec-
(*)
Profesor Titular de Carrera de la Universidad Nacional de Mxico - UNAM y Asesor externo del Bufete
Dvalos y Asociados, S.A. de C.V., Mxico, D.F.
(**)
(1)
(2)
Por ejemplo, vase: BAUM, International Arbitration: The Path toward Uniform Procedures, Mlanges
Briner, CCI, 2005; MANTILLA -SERRANO, Towards a Transnacional Procedural Public Policy, en: Arbitration International, 2004, p. 333.
746
muchos otros elementos que podran mencionarse. Por otro lado, el arbitraje es un
procedimiento muy importante para los
pases latinoamericanos especialmente
para transacciones internacionales por la
deficiencia en los sistemas judiciales(3),
que dan la impresin de seguir a la letra
lo que el emperador chino Kank-hsi orden hace ms de 200 aos:
Los procesos judiciales aumentaran dramticamente si no se atemoriza a los individuos en relacin con
los tribunales. Deseo por lo tanto
que aquellos que tienen la posibilidad de acudir a los tribunales sin
ninguna contemplacin y de tal manera que temern la ley y se aterraran de comparecer ante un magistrado. De esta manera los buenos
ciudadanos que puedan tener dificultades entre ellos mismos, las resolvern como hermanos envindolas al arbitramento de algunos ancianos o del lder de la comunidad.
Para aquellas que sean problemticas, obstinadas o discutibles, que se
arruinen en las cortes de ley(4).
En un trabajo anterior(5) mencionamos, que uno de los principales obstculos para la transnacionalizacin del ar-
(3)
GRIGERA NAN, Arbitration and Latin America: Progress and Setbacks: 2004 Freshfields Lectura, en: Arbitration International, 2005, p. 127; ZULETA JARAMILLO, El regreso a los caoneras y Calvo?: hacia donde va
el arbitraje entre inversionistas y Estados, en: Revista Internacional de Arbitraje, 2005, p. 155.
(4)
PARK, Naturaleza cambiante del arbitraje: El valor de las reglas y los riesgos de la discrecionalidad, en:
Revista Internacional de Arbitraje, 2005, pp. 11, 12.
(5)
La muerte programada del Estado sede del arbitraje?, Liber amiricum Patricio Aylwin Azcar, Santiago
de Chile, 2006; en: Revista Latinoamericana de Mediacin y Arbitraje, 2006, p. 197, www.med-arb.net.
(6)
Efectivamente, la realidad muestra hoy en da que los contactos entre tribunal y partes en el procedimiento
es por va telefnica, de fax, e-mail, etc. y slo se renen personalmente con motivo de la audiencia de
desahogo de pruebas y en ocasiones, esta audiencia se lleva a cabo, por acuerdo de las partes, en un
lugar distinto del lugar sede del arbitraje.
(7)
Soc. Procds de fabrication pour le bton c. Libye, 28/10/97, Rev. arb., 1998, p. 399, Leurent.
747
(8)
KAUFMANN-KOHLER, Le lieu de larbitrage laube de la mondialisation, en: Rev. arb., 1998, pp. 517, 536;
RIVIER, cit., p. 125.
(9)
Sin embargo, es menester sealar que por un ratio decidendi de principio, la Corte de apelacin de Paris
estableci que la deslocalizacin del laudo en el derecho francs de arbitraje internacional no se opone a
que sea previsto un acuerdo de eleccin de forum en otra jurisdiccin para el recurso de nulidad del laudo
distinto a la de la sede del arbitraje (PEREZNIETO & GRAHAM, La muerte programada del Estado sede del
arbitraje?, en: Revista Latinoamericana de Mediacin y Arbitraje, 2006, #28, www.med-arb.net).
(10)
(11)
(12)
CCI (GAILLARD / BERNARDINI / BUNNI), Salini Construttori v. Etiopia, Laudo sobre jurisdiccin, 7/12/2001, en:
Revista Latinoamericana de Mediacin y Arbitraje, 2003, p. 159; comentado por GAILLARD, Linterfrence
des jurisdictions du sige dans le droulement de larbitrage, in: Liber amicorum Raymond, Paris, Litec,
2004, p. 83; y por SCHWARTZ, Do international arbitrators have a duty to obey the orders of courts at the
place of the arbitration?, in: Liber amicorum Briner, Pars, ICC, 2005, p. 795.
(13)
748
(14)
# 124 sq.
(15)
# 128.
(16)
# 143.
(17)
The trend towards delocalization in the last 100 years, in: Internationalisation of international arbitration,
Graham / Trotman / Nijhoff, 1993, p. 37.
749
(18)
Infra.
(19)
(20)
GRAHAM, Grundlegung y lex contractus en los contratos estatales, RLMA, 2001, p. 18; Contra: MAYER, Le
mythe de l ordre juridique de base (ou Grundlegung), Mlanges Goldmann, Pars, 1987, p. 199.
(21)
(22)
HEUZ, La rglementation franaise des contrats franais, Pars, 1990, #115 sq.
(23)
750
(24)
(25)
(26)
(27)
Al menos de considerar que los ordenes jurdicos derivan de un derecho natural establecido por un poder
superior a los hombres pero esto es un otro debate.
(28)
Segn HOBBES, en el estado de naturaleza nadie es per se sometido a la autoridad de prjimo y cada tiene
un derecho sobre todo - natura dedit omnia omnibus (De Cive, I 10). Sin embargo, el teorema de la razn
hace comprender a los individuos de no hacer cualquier cosa que dae a su vida (Lviathan, XIV). De esto
se deduce un calculo pragmtico que conduce los individuos a celebrar entre ellos un convenio previendo
que cada traspasa su derecho sobre todo para fundir una sociedad civil representada por el Estado (vase: Angoulvent, Hobbes et la morale politique, Pars, 1999, N 2867; Derath, Rousseau et la science
politique de son temps, 2 d., Pars, 1995) y consecuentemente por su orden jurdico. Este convenio
inicial se basa sobre el pacta sunt servanda y la auto-limitacin es respectada por una necesidad social.
Es as tambin para la hiptesis del contrato sin derecho.
(29)
La regla 17, dos primeros prrafos de las reglas CCI sobre arbitraje es elocuente sobre este punto ya que
establece que a falta de acuerdo entre las partes para designar el derecho aplicable, el tribunal arbitral
aplicar las normas jurdicas que considere apropiadas y que en todos los casos, independientemente de
si se ha designado un derecho aplicable o no, el Tribunal Arbitral deber tener en cuenta las estipulaciones del contrato y los usos comerciales pertinentes.
por Batiffol(30), nada impide a un contrato prever de manera detallada varias hiptesis, y que las hiptesis que falten sern resueltas por va de interpretacin.
Por cierto, como subrayaron los profesores Daillier et Pellet, todas las dificultades no pueden ser previstas (31),
pero podremos decir que el cdigo civil por ejemplo a pesar de sus tres mil
setenta y cuatro artculos ha previsto todas las dificultades susceptibles de presentarse en materia contractual? Seguramente que no! Y es por interpretacin
de las disposiciones existentes que el juez
va a buscar la solucin. Por qu no pensar en el mismo mtodo en el contrato
sin derecho aplicable? Como lo subraya el profesor Mayer, las reglas son
tiles, pero cuando de todas maneras se
debe inventarlas, es indiferente que sea
en el nombre de un orden jurdico o de
manera autnoma(32).
No obstante lo anterior, parece que
los rbitros en el fallo Salini Construttori no estaban listos para ir tan lejos porque insisten en:
Of course, this is not to say that a
contract, including an arbitration
agreement, has a validity that is independent of any legal order. Indeed,
a contract derives its binding force
from its recognition by one or more
legal orders. However, an agreement
to submit disputes to international
(30)
Ibidem, p. 33.
(31)
P. 1048.
(32)
(33)
P. 129.
(34)
(35)
751
752
3.
(36)
Civ, 20/12/93, JDI, 1994, p. 432, GAILLARD; Rev.crit., 1994, p. 663, MAYER. Tambin vase: Civ1, Omenex,
25/10/2005, R.arb., 2006, p. 103, Racine.
(37)
(38)
(39)
(40)
VAN HOUTTE, La loi belge du 27 mars 1985 sur larbitrage international, en: R. arb., 1986, pp. 29, 36.
753
(41)
KEUTGEN, La nouvelle loi sur larbitrage, en: Journal des tribunaux, 1998, p. 761, N 77 y la bibliografa citada.
(42)
Les parties peuvent, par une dclaration expresse dans la convention darbitrage ou par une convention ultrieure, exclure tout recours en annulation dune sentence arbitrale lorsque aucune delle nest
soit une personne physique ayant la nationalit belge ou une rsidence en Belgique, soit une personne
morale ayant en Belgique son principal tablissement ou y ayant une succursale.
(43)
X. Renonciation au recours:
1) Si deux parties nont ni domicile, ni rsidence habituelle, ni tablissement en Suisse, elles peuvent, par
une dclaration expresse dans la convention darbitrage ou un accord crit ultrieur, exclure tout recours contre les sentences du tribunal arbitral; elles peuvent aussi nexclure le recours que pour lun ou
lautre des motifs numrs lartculo 190, al. 2.
2) Lorsque les parties ont exclu tout recours contre les sentences et que celles-ci doivent tre excutes
en Suisse, la convention de New York du 10 juin 1958 pour la reconnaissance et lexcution des
sentences arbitrales trangres sapplique par analogie.
(44)
Uniform Dispute Resolution Policy que norma los conflictos entre los nombres de dominio y las marcas
(GRAHAM, El derecho internacional privado del comercio internacional, Mxico, Themis, 2003, #48 sq).
(45)
Loc. cit.
(46)
Ibidem, p. 53.
(47)
Ibidem, p. 46.
754
EL RECONOCIMIENTO DE
LAUDOS ANULADOS EN EL
EXTRANJERO
(48)
Venezuela etc.
(49)
Vase por ejemplo: Pars, Unichips Finanziaria c. Gesnoin, R. arb. 1993, p. 255 (3me espce).
(50)
Civ, Norsolor, 9/10/84, R.arb., 1985, p. 431, Goldman; Journal of International Arbitration, 1985, p. 68, Thompson.
(51)
(52)
Pars, 1re C, 29/9/2005, N RG 2004/07635; vase tambin: Pars, Bargues Agro Industries, 0/6/2004,
R.arb. 2006, p. 154.
755
EL RECURSO DE EJECUCIN
DEL LAUDO
(53)
(54)
Pars, 14/1/97.
756
(55)
CONCLUSIN
757
APRO
XIMA
CIN A LLA
A SOL
UCIN DE CONTRO
VERSIAS EN EL
APROXIMA
XIMACIN
SOLUCIN
CONTROVERSIAS
SECTOR DE TELECOMUNICA
CIONES EN LA
TINO
TELECOMUNICACIONES
LATINO
TINOAMRICA
AMRICA (*)
1.
(*)
Este artculo refleja las experiencias vividas en los ltimos aos en ms de quince ciudades Iberoamericanas. Una versin anterior muy similar a este artculo fue publicado por la revista De Cita en Crdoba,
Argentina a finales de 2006.
(**)
758
HERNANY VEYTIA
b)
(1)
Ejemplo respecto al contrato celebrado entre Cruz Alta Ltda. Y CTI Compaa De Telfonos Del Interior
S.A. Y CTI PCS S.A.
(2)
Testimonio de GONZLEZ, Juan A., abogado de Megacable Comunicaciones de Mxico, S.A. de C.V. en
contra de Telmex.
Cfr.http://www.ustr.gov/assets/Trade_Sectors/Telecom-E-commerce/Section_1377/2005_Comments_
on_Review_of_Compliance_with_Telecom_Trade_Agreements/asset_upload_file324_7029.pdf
d)
e)
f)
759
No todo ha sido fcil en el desarrollo de las telecomunicaciones en Latinoamrica. Es una historia de obstculos
sobrepasados, de riesgos mitigados, de
bastantes contratiempos y en muchos casos costosos fracasos. Se suele decir que
la historia la relatan los vencedores, pero
lo curioso es que las crnicas de los arbitrajes son la excepcin. La mayora de
las reglas de arbitraje incluye la confidencialidad como obligacin de las partes y del tribunal en el procedimiento, sin
embargo en algunos casos se ha dado demasiada publicidad a casos no muy ortodoxos. Una pena para el desarrollo del
arbitraje en la regin(8).
(3)
(4)
Telecom Italia Mobile (TIM) adquiri parte de la telefona movil brasilea despus de la privatizacin. http:/
/userpage.fu-berlin.de/~jmueller/its/conf/porto05/papers/Maciel_Whalley_vanderMeer.pdf
(5)
Por lo que toca al tema de competencia econmica, Telemex en Mxico ha sufrido varias denuncias. En
Venezuela recientemente el 27 de octubre de 2005 se prohibi la fusin de Digitel con Movilnet, un asunto
que representaba 450 millones de dlares y que implicaba adicionar un milln doscientos mil suscriptores
a Digitel (TIM Internacional). Esta solicitud se tramit ante el superintendente de Precompetencia, Milton
Landera el 1 de diciembre de 2004. El fundamento fue que no se quera que el pas incurriera en duopolio,
con solo dos proveedores de telefona celular.
(6)
http://userpage.fu-berlin.de/~jmueller/its/conf/porto05/papers/Maciel_Whalley_vanderMeer.pdf
(7)
Sobre el tema se recomienda: TAVEIRA TRRES, Heleno, en: Direito Tributrio das Telecomunicaes, Thomson, So Paulo, Brasil 2005.
(8)
Nuevamente se pide al lector cautela al leer los hechos que a continuacin se relatan, pues han sido
obtenidos de diversas fuentes, particularmente por conocimiento directo de algunos de los hechos, conversaciones con los abogados o partes que intervinieron en los asuntos y por la prensa.
760
El primer caso es mexicano, la transaccin que le dio origen fue una alianza
estratgica dada a conocer en julio de
1998 donde TV Azteca se comprometa a
darle servicios a un nuevo canal que naca por iniciativa de uno de los accionistas de TV Azteca quien haba conseguido
la concesin para operar en televisin
abierta un canal cultural, con contenido
de buen nivel para contribuir a la educcin del pas. Para ello TV Azteca se comprometi a prestar servicios de programacin, promocin y comercializacin. El
contrato celebrado hablaba de 49% acciones para TV Azteca y una opcin para
adquirir el 51% restante pasado un plazo
si se cumplan las condiciones, entre ellas
que la Secretaria de Comunicaciones y
Transporte diera su autorizacin (que no
dio en 2000). TV Azteca reclama 34 millones de dlares por concepto de dao
al dueo de CNI Canal 40 (Televisora del
Valle de Mxico), quien renuncia a ser
accionista de TV Azteca y se compromete
a mantener viva la seal de su canal CNI
Canal 40. Las partes se reclaman prestaciones mutuas, dada la dificultad para interpretar el acuerdo de 1998, en 2001 una
juez local dicta la medida precautoria de
que el 51% de las acciones se entreguen
a un fideicomiso.
Las partes acuden, segn lo pactado,
al arbitraje. Fue un procedimiento seguido conforme a las reglas de la CCI con un
tribunal integrado por tres rbitros sin
mucha experiencia en este tipo de procedimientos, los abogados que intervinieron
hicieron uso de todos los recursos que su
experiencia de litigantes en tribunales les
haba dejado. El procedimiento fue muy
irregular, hubo dificultades desde la integracin del tribunal. Poco tiempo despus
de dado a conocer el laudo de la CCI TV
Azteca, en una muy parcial interpretacin
HERNANY VEYTIA
que haba sido retenida a algunos prestadores de servicio y durante tres meses no
se pag esos impuestos al fisco. Ante este
escenario al dueo de Canal 40, uno de
los pocos defensores de la libertad de expresin en el pas, no le qued ms que
salir de vacaciones a la fecha en que este
documento se entrega, apareci en la prensa mexicana(9) que Javier Moreno Valle,
el idealista empresario que a pesar de presiones no censur noticieros que evidenciaban rasgos de abuso de poder, trafico
de influencias y corrupcin por parte de
la esposa del presidente de la Repblica
haba sido detenido justo un minuto despus de la expiracin de su visa. Si es deportado ya no ser necesario seguir un procedimiento de extradicin conforme a los
tratados internacionales. Por lo que se ve
no basta contar con el marco legal necesario para que opere la tecnologa, si no
va garantizado a la libertad de expresin
y otros derechos humanos reconocidos
constitucionalmente.
Otro caso mexicano es el de la controversia de Grupo Radio Centro contra
Infored, donde tambin lamentablemente
por as desearlo una de las partes se ventil ampliamente el procedimiento en los
medios de comunicacin. Una vez emitido el laudo en marzo de 2004 este fue
impugnado ante tribunales judiciales. El
laudo arbitral conden a Radio Centro a
pagar 21 millones de dlares a Infored.
Adems de esa cantidad Infored sufri
perdidas en el ejercicio de 2003 por 24
761
(9)
(10)
762
HERNANY VEYTIA
Una de las clusulas del contrato sealaba, por ejemplo que Nortel debera
construir e instalar varias lneas telefnicas que seran vendidas y operadas por
la empresa colombina Telecom. Un porcentaje de las utilidades por la venta de
las lneas servira para pagar la inversin
efectuada por Nortel. Uno de los convenios modificatorios sealaba que si al
cabo del quinto ao Nortel no reciba las
cantidades que se haban presupuestado
segn el anexo financiero, entonces la
empresa colombiana debera pagar a
Nortel la diferencia entre el monto previsto y el monto pagado.
(11)
Pasaron los cinco aos y Nortel exigi el pago de US$ 95 millones y Telcom
contest diciendo que no deba. El asunto
se someti a un arbitraje y lo gan Nortel.
Segn el representante de Nortel y
de Siemens, la principal dificultad para
llegar a un acuerdo era de ndole poltica,
tendra que ser un acuerdo que proporcionara beneficios al gobierno colombiano.
En Colombia, como en muchos otros pases, el llegar a un convenio entre las partes no es fcil. Hace tres o cuatro aos
hubo un escndalo de corrupcin relativo a una transaccin entre una empresa
privada y el Ministerio de Transporte. El
pueblo colombiano estaba muy escptico relativa a estos convenios. As que
aunque existiera acuerdo sera mucho
ms fcil si fuera un laudo final. Pero por
lo menos uno de los tribunales arbtrales
rindi en abril de 2001 un laudo a favor
Se agradece al Prof. OVIEDO, Jorge haberme proporcionado copia del laudo arbitral.
de Nortel obligando a la empresa colombiana a pagar US$ 70 millones ms intereses como medida precautoria relativa
a un contrato.
Telecom busc anular el laudo por
dos razones, primero argumentando que
haba expirado el termino en que el rbitro debera rendir su laudo y segundo que
se le haba otorgado a Nortel ms de lo
que haba solicitado pues los rbitros cometieron un error aritmtico al calcular las
utilidades derivadas del quinto ao(12).
Nortel tena otras tres controversias.
La empresa de telecomunicaciones colombiana present un recurso de anulacin
ante el Consejo de Estado Colombiano(13).
Posteriormente el Consejo de Estado
confirma la validez del laudo en trminos de la ley 80 de 1993 y seala que no
existen elementos para la anulacin del
laudo y por lo tanto se condena a la empresa colombiana a pagar.
(12)
763
De acuerdo al artculo 38 del Decreto 2279 de 1989, Causales de anulacin. Son causales de anulacin
del laudo las siguientes:
1. La nulidad absoluta del pacto arbitral proveniente de objeto o causa ilcita. Los dems motivos de
nulidad absoluta o relativa slo podrn invocarse cuando hayan sido alegados en el proceso arbitral y
no se hayan saneado o convalidado en el transcurso del mismo.
2. No haberse constituido el tribunal de arbitramento en forma legal, siempre que esta causal haya sido
alegada de modo expreso en la primera audiencia de trmite.
3. Derogado. L. 446/98, artculo 167.
4. Cuando sin fundamento legal se dejaren decretar pruebas oportunamente solicitadas o se hayan dejado de practicar las diligencias necesarias para evacuarlas, siempre que tales omisiones tengan incidencia en la decisin y el interesado las hubiere reclamado en la forma y tiempo debidos.
5. Haberse proferido el laudo despus del vencimiento del trmino fijado para el proceso arbitral o su
prrroga.
6. Haberse fallado en conciencia debiendo ser en derecho, siempre que esta circunstancia aparezca
manifiesta en el laudo.
7. Contener la parte resolutiva del laudo errores aritmticos o disposiciones contradictorias, siempre que
se hayan alegado oportunamente ante el tribunal de arbitramento.
8. Haber recado el laudo sobre puntos no sujetos a la decisin de los rbitros o haberse concedido ms
de lo pedido.
9. No haberse decidido sobre cuestiones sujetas al arbitramento.
(13)
Tratndose de contratos estatales, el artculo 128 del Cdigo Contencioso Administrativo, reformado por el
numeral 5 del artculo 36 de la ley N 446 de 1998, y por el artculo 72 de la Ley 80 de 1993 (estatuto de
contratacin administrativa), del recurso de anulacin del laudo arbitral, conoce el Consejo de Estado.
764
HERNANY VEYTIA
El tiempo puede ser visto como medida del movimiento, del cambio, Time is
(14)
Money o simplemente puede ser el fortuito transcurso de acontecimientos que parecieran no estar concatenados.
Los ltimos veinticinco aos han sido
una lucha por la especializacin y la subespecializacin. Ya no se habla de derecho comercial, sino la fragmentacin en
derecho de la competencia econmica, de
la propiedad intelectual, de fusiones y adquisiciones, etc. ha hecho que los abogados que intervienen en la redaccin de los
instrumentos en materia de telecomunicaciones hayan perdido la ptica integral
integral view(14).
El sector de las telecomunicaciones,
el bancario y otros que estn fuertemente
regulados por considerarse reas estratgicas del pas, se involucran en su da a
da cuestiones polticas que no se pueden
prever al momento de redaccin de los
contratos. Segn las estadsticas de la
Cmara de Comercio Internacional de
Paris, el promedio entre el tiempo de redaccin del instrumento y cuando se presenta la demanda de arbitraje es de cinco
aos. Cuando por lo general las circunstancias han cambiando, cuando las personas que lo negociaron posiblemente ya no
ejercen el mismo cargo (en contratos de
tipo administrativo esto es frecuente ya
que las personas cambian de acuerdo al
partido que haya ganado las elecciones).
En Latinoamrica las alianzas estratgicas han sido no solo previsibles sino
en muchos casos necesarias, ya que aunque una empresa en el pas fuera grande
no podra alcanzar los mismos costos de
Sobre la acuacin del termino integral view y de la nova La Nova lex negotii la autora remite al lector a
otros artculos recientes sobre el tema, particularmente se recomienda la visita a www.performancesoft.com
y a que se trata de un software que la autora ha utilizado como plataforma para desarrollar una herramienta que permita visualizar oportunamente los riesgos en las empresas sin escatimar la calidad y eficiencia
que brinda la especializacin.
(15)
765
CONSIDERACIONES FINALES
SULL, Donald N. / ESCOBARI, Martin E., Sucesso Made in Brasil. Os segredos das empresas brasileiras que
do certo, Ro de Janeiro, 2004, p. 211.
766
del mercado local y al mismo tiempo no
siempre en el mercado local se encuentra
la eficiencia y especialidad que tienen los
estudios legales globales. No solo se han
globalizado las telecomunicaciones, sino
tambin cada vez ms los servicios legales. Basta ver el nombre de los despachos
norteamericanos que estn participando en
las grandes transacciones de telecomunicaciones en Latinoamrica.
Para mal de muchos contadores, ingenieros de sistemas, elctricos, electrnicos y mecatrnicos y bien de pocos abogados y consultores en riesgos intangibles,
auguro la mejor de las suertes al desarrollo del arbitraje en la regin. Pero no porque marchen mal las telecomunicaciones,
HERNANY VEYTIA
sino porque hay un muy fuerte crecimiento del sector. Posiblemente de cien contratos uno presente problemas y estos se compliquen y hagan gran ruido, pero solo a un
extraterrestre se le ocurrira describir la
especie humana por la descripcin de una
sala de terapia intensiva de un hospital.
Lo humano es perfectible, nunca perfecto. La imperfeccin, el no llegar nunca
a alcanzar aquel estado que la fantasa y
el deseo ponen siempre ms adelante que
la ms lograda de las realizacin, lo que
da a la vida vivida su humanidad: el sabor
de la aventura, el incentivo del riesgo, la
incertidumbre es lo que condimenta el
placer de ser abogado de las Telecomunicaciones en Latinoamrica.
767
EL RBITRO Y LLA
A LLUCHA
UCHA CONTRA LLA
A CORRUPCIN
EN EL COMERCIO INTERNA
CIONAL (*)
INTERNACIONAL
Tanto es as que, muy a menudo, la clusula compromisoria es una verdadera condicin para la celebracin del contrato(2).
ste es un verdadero lugar comn que no
merece mayor comentario.
El segundo es la agresiva competencia de las empresas por la conquista de
los mercados, competencia que ha desencadenado la proliferacin de convenciones celebradas con intermediarios para
(*)
Este breve ensayo est basado en las conferencias que present en Lima, en el Primer Congreso Peruano
Internacional de Arbitraje, durante el mes de abril de 2007 y en Pars, en enero del mismo ao, a los
estudiantes de derecho de la Universidad Pars 1 (Panthon-Sorbonne), como invitado a la Chaire des
Amriques. Una primera versin de este artculo saldr publicada en la Revista Internacional de Arbitraje,
Julio-diciembre 2007, T. 7, Editorial Legis.
(**)
(1)
Verdadero y falso es lo que los hombres dicen; y los hombres concuerdan en el lenguaje. sta no es una
concordancia de opiniones sino de forma de vida. Wittgenstein, Ludwig. Investigaciones filosficas. Trad.
Alfonso Garca Surez y Ulises Moulines. Ed. Crtica, Barcelona, 1988, p. 217, proposicin 241.
(2)
Vase al respecto: CLAY, Thomas, El rbitro y el orden pblico transnacional. Conferencia dictada durante
el Congreso La proteccin y promocin del comercio en inversin hispano-rabe, Madrid, noviembre de
2006, Indita.
768
nacional; sin embargo, esta ltima se niega a pagarle sus honorarios y 2) la empresa hace un anticipo al intermediario,
pero ste no cumple con las gestiones a
las cuales se haba comprometido. Una
de las partes demanda entonces la conformacin del tribunal arbitral para que
zanje la controversia.
Con este caso hipottico podemos
ver ms fcilmente el alcance del tema que
desarrollar a continuacin. Antes de comenzar, quiero precisar que limitar mis
comentarios a los casos comerciales propiamente dichos, es decir que dejar por
fuera de este anlisis el arbitraje de inversin, el cual, en jurisdicciones como la del
CIADI, obedece ms a los principios del
derecho internacional pblico que a las
reglas del derecho privado (i)(6); tampoco
tratar la eventual demanda de indemnizacin de perjuicios de la empresa competidora que pierde en la licitacin como
consecuencia de la prctica de corrupcin de la multinacional. Esta empresa
competidora sera un tercero respecto
del acuerdo arbitral y, por ende, slo
podra acceder al arbitraje mediante un
(3)
Una completa explicacin al respecto en: El Kosheri, Ahmed et Leboulanger, Philippe, Larbitrage face la
corruption et au trafic dinfluences, en: Rev. Arb. 1984, pp. 3-18.
(4)
De forma ilustrativa, transcribo dos breves apartes de artculos publicados el 29 de mayo de 2007 en el
diario argentino El Cronista Comercial (edicin impresa):
1) El nuevo escndalo que salpica a Lula [Luiz Incio Lula da Silva, actual presidente del Brasil] se suma
a la renuncia, la semana pasada, del ministro de Minas y Energa, Silas Rondeau, acusado de recibir
sobornos por unos US $ 50.000 de la constructora de Gautama para favorecerla en licitaciones de
obras pblicas. El Cronista Comercial, 29/05/07, p. 12.
2) Las empresas no estn preparadas para investigar el fraude con rapidez y efectividad, sobre todo si el
hecho delictivo ocurre en un pas distinto al de la casa matriz [] El caso reciente ms que revelante
de esta situacin es el de la empresa Skanska [en la Argentina], que a partir de una denuncia de la
AFIP sobre utilizacin de facturas apcrifas realiz una auditora interna que detect casos de corrupcin en la lnea gerencial, El Cronista Comercial, 29/05/07, p. 10.
(5)
No hay nada, en general, como una imagen para explicar los significados de las palabras []. Wittgenstein, Ludwig. Lecciones y conversaciones sobre esttica, psicologa y creencia religiosa. Trad. Isidoro
Reguera. Ed. Paids, Barcelona, 1999, p. 140.
(6)
Consltese al respecto: CREMADES, Bernardo, Corrupcin y arbitraje de inversin, en: Revista internacional de arbitraje, Julio-diciembre 2005, T. 3, Bogot, pp. 51-75.
compromiso posterior, lo cual no resulta muy comn en la prctica (ii) (7) ; finalmente, dejar de lado los rarsimos
casos en los cuales el rbitro mismo fue
corrupto (iii) (8) .
As las cosas, veremos las armas de
las cuales dispone el rbitro internacional
en esta lucha contra la corrupcin (I), para
luego precisar que tales armas no suelen
tener mucho filo (II).
1.
769
(7)
Sobre esta hiptesis particular, vase un excelente anlisis en: Court de Fontmichel, Alexandre.
Larbitre, le juge et les pratiques illicites du commerce international. Ed. Panthon-Assas / Thses,
Paris, 2004, pp. 305-319.
(8)
El caso ms emblemtico al respecto fue ventilado en la Corte de Apelaciones de Nueva York, AAOT v/
IDTS. Intl. Arb. Rep. 03/1998, p-j-1.
Sobre la responsabilidad del rbitro, en general, vase un brillante anlisis en: CLAY, Thomas, De la
responsabilit de larbitre. In SILVA ROMERO, Eduardo y MANTILLA ESPINOSA, Fabricio, El contrato de arbitraje.
Ed. Legis / Universidad del Rosario, Bogot, 2005, pp. 543-578.
(9)
(10)
770
(11)
http://www.transparency.org/activities/ip_annex-a.html
(12)
Este pacto es un acuerdo escrito entre un Estado (el que encarga la obra), representado por una
agencia estatal que organiza el proceso de invitacin a hacer ofertas y, por otra parte, los destinatarios
de esta invitacin, es decir, las empresas privadas. Se trata entonces de un instrumento jurdico que
crea derechos y obligaciones contractuales y que vincula a una parte estatal y a unos sujetos de derecho interno. As las cosas, este pacto hace parte de la gran familia de los contrats dtat. Court de
Fontmichel, Alexandre, cit., pp. 93 y 94.
La expresin contrats dtat, acuada por la doctrina francesa, sirve para designar aquellos contratos
celebrados por un Estado como agente del comercio internacional. Estas convenciones han venido sustrayndose del campo de aplicacin de buena parte de las prerrogativas que aqul ejerce frente a los
administrados. Consltese al respecto: SILVA ROMERO, Eduardo, La distincin entre Estado y administracin y el arbitraje resultante de los contratos de Estado, en: Revista internacional de arbitraje, juniodiciembre, 2004, T. 1, Bogot, pp. 155-187, y LEMAIRE , Sophie, Les contrats internationaux de
ladministration, en: Ed. LGDJ, Pars, 2005.
(13)
En el derecho internacional privado, se entiende, normalmente, por leyes de polica, aquellas normas cuyo
cumplimiento es necesario para salvaguardar la organizacin poltica, social o econmica de un pas. Su aplicacin se considera necesaria, ya que, aun cuando el ordenamiento jurdico al cual pertenece la ley de polica no
sea el designado por la regla de conflicto, aqulla podra ser aplicada por un Estado cuando considere que ello
resulta indispensable, respecto de situaciones que presenten un vnculo estrecho con dicho ordenamiento.
Sobre la nocin de leyes de polica, en general, y sobre la aplicacin de las leyes de polica extranjeras, en
particular, consltese: MAYER, Pierre et HEUZ, Vincent, Droit international priv, Ed. Montchrestien, Pars,
2001, pp. 82-90, MAYER, Pierre, Les lois de police trangres, en: JDI, Pars, 1981, pp. 277-345.
(14)
El orden pblico realmente internacional comprendera [] aquellos principios universalmente reconocidos que, en ningn caso, podran ser derogados por las partes en un contrato internacional []. El orden
pblico realmente internacional reunira los principios fundamentales comunes a una comunidad de derechos nacionales y provendra de la comunidad internacional. SILVA ROMERO, Eduardo, Las normas jurdicas aplicables al arbitraje comercial internacional. Revista de Derecho privado N 28, Universidad de Los
Andes, Bogot, 2002, p. 14.
Sobre la vaguedad y la ambigedad de la expresin principios generales del derecho internacional,
vase: OPPETIT, Bruno, Lascension des principes gnraux : lexemple du droit international priv, in:
Droit et modernit, en: PUF, Pars, 1998, pp. 83-92.
(15)
Sobre la dificultad real para anular los contratos de corrupcin por objeto o causa ilcitos, consltese:
MANTILLA ESPINOSA, Fabricio, La causa del contrato de arbitraje. Mecanismo de control del orden pblico y
las buenas costumbres, en: SILVA ROMERO, Eduardo y MANTILLA ESPINOSA, Fabricio, cit., pp. 507-520.
771
(16)
En el campo del derecho civil, los contratos que tienden a la corrupcin o al trfico de influencias son
anulados por inmoralidad o ilicitud de la causa o del objeto (art. 1133 C. civ.), y [] dan lugar a la aplicacin
del adagio nemo auditur, [], la aplicacin de este adagio est encaminada a evitar la ejecucin de un
contrato inmoral o ilcito, privando as de toda seguridad a la parte que ejecut primero, C.A. Pars, 1993.
Rev. Arb. 1994, note Bureau.
(17)
Sobre el clebre caso Hilmarton, que se lleg a ventilar en las altas cortes suizas y francesas, consltese:
C.A. Versailles, 29 de juin 1995. RTD com. 1995, pp. 758-764, note Dubarry, Jean-Claude et Loquin, Eric,
C. Cass. 1 Ch. civ. 23 mars 1994. Rev. crit. dr. internat. priv, 1995, pp. 356-362, Rev. Arb. 1994. http: //
127.0.0.1:8080/data/data/ipn16333.html. Note Jarrosson, JDI, 1993, pp. 701-710, note Gaillard, RTD com.
1994, pp. 702 y 703. Note Dubarry, Jean-Claude et Loquin, Eric, y Heuz, Vincent, La morale, larbitre et
le juge, Rev. Arb. 1993. http: //127.0.0.1:8080/data/data/ipn15997.html.
(18)
[] [E]n la medida en que las partes, mediante la delimitacin de su misin [la del rbitro], pretendan
constreirlo para que profiera un laudo afectado por la misma inmoralidad que el contrato, ellas tornaran
el compromiso mismo contrario a las buenas costumbres y, por consiguiente, nulo, MAYER, Pierre, La
rgle morale dans larbitrage international, tudes Offertes Pierre Bellet, Ed. Litec, 1991, p. 402.
(19)
El pacto arbitral, como estipulacin contractual o como contrato autnomo que es, segn se trate de
clusula compromisoria o de compromiso, puede carecer de validez si se ha incurrido en alguno de aquellos vicios que destruyen cualquier acto jurdico conforme a las normas generales de la teora de las
obligaciones, en cuyo caso pierde toda efectividad, abrindose por consiguiente la puerta de la justicia
estatal para decidir los conflictos a los cuales poda aplicarse el convenio arbitral invlido, BENETTI SALGAR,
Julio, El arbitraje en el derecho colombiano, Temis, Bogot, 2001, p. 122.
772
cin misma de arbitraje (B) y por una realidad social de tolerancia (C).
Ahora bien, este control de los contratos de corrupcin por parte del rbitro
internacional ha operado en la prctica de
forma excepcional, y la mayor parte de
los casos permanece oculta por las sombras de la impunidad.
2.
(20)
Despus de haber sopesado todos los elementos de prueba, estoy convencido de que un litigio tal, que
implica groseras violaciones a las buenas costumbres y al orden pblico internacional, no puede ser
sancionado por ninguna jurisdiccin, ni en Argentina, ni en Francia, ni, para el caso en cuestin, en ningn
pas civilizado, ni siquiera por un tribunal arbitral. En consecuencia, la competencia (del tribunal arbitral)
debe ser declinada []. Extracto de la decisin del caso CCI N 1110, tomado de El Kosheri, Ahmed et
Leboulanger, Philippe, cit., p. 11.
(21)
OPPETIT, Bruno, Le paradoxe de la corruption lpreuve du droit du commerce international, en: JDI,
1987, pp. 5-21.
(22)
(23)
Como sucedi en el caso CCI N 1110, en donde el rbitro Lagergren argument: [] Durante el rgimen
peronista, cualquier persona que quisiera realizar negocios en Argentina deba enfrentarse al problema de
los sobornos; la prctica de las comisiones que se pagaban a personas que estaban en posicin de influir
o de decidir sobre la adjudicacin de contratos pblicos parece haber sido aceptada, en mayor o menor
medida, o, por lo menos, tolerada en la Argentina de aquella poca. El Kosheri, Ahmed et Leboulanger,
Philippe, cit., p. 9.
DE
Tambin es importante tener en cuenta los estados financieros de las empresas que contratan intermediarios internacionales. La primera etapa de la corrupcin es la constitucin de una caja negra, con el objeto
de tener siempre disponibles sumas de dinero, por fuera de los registros contables, que servirn para el
pago disimulado de comisiones ocultas, Court de Fontmichel, Alexandre, cit., p. 85.
(24)
773
Sobre los niveles de corrupcin en Colombia, hay un brillante anlisis estadstico-filosfico que, infortunadamente, permanece indito: Anzola, Marcela y Botero, Juan Jos. Elementos para pensar una tica del
servicio pblico. Universidad del Rosario, Aportes 350 aos, Bogot, 2003.
Adicionalmente resultan muy reveladoras las alarmantes cifras arrojadas por la encuesta Probidad III.
Encuesta de percepcin empresarial sobre corrupcin. Confecmaras. Foro anticorrupcin, Cmara de
Comercio de Bogot, 4 de Mayo de 2004.
[] [E]n algunos casos la corrupcin es comn y reconocida por las autoridades y la sociedad como algo
normal. Cuando esto sucede, y las mismas entidades encargadas de investigar, juzgar y sancionar los
actos de corrupcin han sido afectadas por el problema, se dice que la corrupcin es sistemtica. En esta
medida, la corrupcin al interior de la justicia es uno de los tipos ms perjudiciales y peligrosos de corrupcin sistemtica. SALCEDO-ALBARN, Eduardo, et. al., Corrupcin, cerebro y sentimientos. Una indagacin
neuropsicolgica en torno a la corrupcin. Ed. Mtodo, Bogot, 2007, p. 45.
(25)
VALENCIA ZEA, Arturo y ORTIZ MONSALVE, lvaro, Derecho civil, T. III. De las obligaciones, Temis, Bogot,
2004, pp. 97 y 98.
En un importante fallo, la Corte de Casacin francesa modific su posicin y comenz a aceptar la nulidad
del contrato cuando slo una de las partes fue determinada por motivos inmorales o ilcitos. Vase: Cour
Cass. 1re Ch. civile, 7 oct. 1998. Dfrenois, 1998, 1408. Obs. Denis Mazeaud.
Sobre la evolucin de la teora de la causa en Francia, consltese: MAZEAUD, Denis, La notion de cause
dorigine franaise In: MANTILLA ESPINOSA, Fabricio y TERNERA BARRIOS, Francisco, Los contratos en el
derecho privado, Legis, Universidad del Rosario, Bogot, 2007, pp. 121-136.
(26)
MANTILLA ESPINOSA, Fabricio, Arbitraje internacional y corrupcin, en: Revista de derecho, Universidad
Catlica de la Santsima Concepcin, N 12, 2004, Talcahuano, Chile, pp. 77-88.
(27)
(28)
Ibidem, p. 5.
774
(29)
Loc. cit.
(30)
(31)
Los principios constitutivos del orden pblico realmente internacional provienen de la mera constatacin
de prcticas generalizadas o, en el mejor de los casos, de la coincidencia de legislaciones de diferentes
pases. Lo cual no les confiere ninguna superioridad anloga a aquella que tiene el derecho internacional,
que proviene de fuente internacional, en un sentido mucho ms fuerte, ya que emana de la comunidad de
Estados. [] Dado que la superioridad de la lex mercatoria no est demostrada, el pretender aplicar, para
favorecer a sus reglas, el mecanismo del orden pblico en virtud de esta pretendida superioridad, constituye una violacin al principio de la libre eleccin, por las partes, de la ley aplicable, cit., pp. 391 y 392.
(32)
OPPETIT, Bruno, Le paradoxe de la corruption lpreuve du droit du commerce international, pp. 5-16, El
Kosheri, Ahmed et Leboulanger, Philippe, cit., pp. 10-13, y HEUZ, Vincent, cit., p. 3.
(33)
Pero el rbitro, a diferencia del juez, no tiene plenitud de jurisdiccin. l se encuentra circunscrito a la
misin que le fue encomendada. Si las partes le solicitaron dejar de lado toda cuestin relacionada con
atentados a las buenas costumbres, l no tiene derecho a tomar en cuenta las buenas costumbres para
fallar de fondo. De igual manera, si las partes le solicitaron, en el contrato que lo une a ellas, establecer la
conformidad con las buenas costumbres segn los criterios de una legislacin determinada, el rbitro no
podra decidir de forma distinta. Es por esta razn que, en contra de la opinin de la mayora de los
autores, nosotros aprobamos el laudo proferido en 1963 por el rbitro sueco Lagergren, quien no quiso
invalidar un contrato de comisin que tena por objeto la corrupcin en Argentina, ya que, en esta hiptesis, las partes haban, expresamente, dejado en las sombras la naturaleza de la misin del intermediario,
y el rbitro slo haba podido descubrirla indagando por su cuenta, MAYER, Pierre, La rgle morale dans
larbitrage international, cit., p. 401.
775
tos que prueben la realizacin de dicha misin, siempre y cuando la intervencin del intermediario le haya
permitido a la empresa la celebracin de nuevos contratos con colectividades con las cuales no haba
contratado anteriormente (36) .
Consejo de Estado francs, sentencia de 11 de julio de 1983(37):
El carcter ilcito de un pago no es
bice para su deduccin de impuestos.
Consejo de Estado francs, sentencia de 30 de octubre de 1991(38):
Las comisiones pagadas para la
obtencin de contratos pblicos son
deducibles de impuestos cuando stas permitieron a la empresa aumentar sus negocios de exportacin(39).
Hay un caso emblemtico que vale
la pena mencionar: una empresa multinacional contrat a un intermediario con el
(34)
(35)
(36)
El enfoque econmico centra el anlisis en el individuo y se olvida de las consideraciones morales relacionadas con las personas perjudicadas por la corrupcin. Esta forma de estudiar la corrupcin asume
que los individuos tratan de maximizar sus ganancias sin tener en cuenta la prdida del bienestar de los
dems; por lo tanto la teora econmica asume que los corruptos son egostas perfectos. Comnmente,
los corruptos no ven a sus vctimas y por lo tanto no las incluyen en sus evaluaciones de costo/beneficio.
Salcedo-Albarn, Eduardo. Et Al. cit., p. 43.
El problema ms grave se presenta cuando la corrupcin se institucionaliza a nivel internacional como
poltica de Estado externalizando, por lo menos a corto plazo, sus costos tanto de orden moral, como
econmico, porque su prctica se realiza fuera de las fronteras nacionales, lo cual permite maximizar sus
beneficios.
(37)
(38)
(39)
Si bien es cierto que el derecho tributario no tiene por vocacin instaurar un orden tico, ni moralizar los
negocios, no podemos pasar por alto, sin embargo, que a partir del momento en que ste tolera e incluso
acepta deliberadamente reconocerle consecuencias jurdicas a tales prcticas, introduce en el ordenamiento jurdico al cual pertenece una contradiccin de normas que rompe la coherencia e impide interpretar globalmente este sistema jurdico como un ordenamiento que condena pura y simplemente la corrupcin, OPPETIT, Le paradoxe de la corruption lpreuve du droit du commerce international, cit., p. 15.
776
(40)
T.F. 27 de noviembre de 1973. J.T. 1974, pp. 634 y ss. Citada por OPPETIT, Bruno, Le paradoxe de la
corruption lpreuve du droit du commerce international, cit., p. 13.
(41)
777
Algo similar a golpear un rbol sucede con los delitos de corrupcin pblica. En la mayora de estos
delitos, dado que se le da mal uso a los recursos pblicos, se dice que se est daando a toda la sociedad
y dado que toda la sociedad no es el nombre propio de una persona o de un sistema fsico intencional
concreto e identificable, entonces es poco probable que daar a toda la sociedad, como argumento, genere sentimientos de arrepentimiento o aversin. [] Cuando se quiere convencer a una persona de que no
cometa actos de corrupcin pblica porque esos actos afectan a la sociedad en general, es necesario que
el sujeto de convencimiento reflexione para establecer el vnculo causal mediante el cual el acto presente
de corrupcin daa o afecta personas concretas o identificables, que se encuentran alejadas en el tiempo
o en el espacio [] Solamente la incorporacin de prcticas orientadas al cumplimiento generalizado de la
ley y al reconocimiento de la corrupcin como una infraccin, permite que una sociedad disminuya de
manera estructural los niveles de corrupcin, SALCEDO-ALBARN, cit., pp. 105, 117 y 47.
(42)
(43)
Las leyes deben ser efectivas y eficaces. La funcin de las leyes no es la de declarar simplemente
principios morales o de justicia. Las leyes tienen funciones directivas y deben conseguir los objetivos que
pretenden, en ese caso son efectivas. [] [C]uando se habla de eficacia se hace referencia a si la norma
es obedecida y/o aplicada. Ahora bien, una norma puede ser eficaz es decir, obedecida y, sin embargo,
no alcanzar el objetivo que pretenda. En este caso la norma est mal diseada porque es eficaz pero
inefectiva, CALSAMIGLIA, Albert, Racionalidad y eficiencia del derecho, Ed. Fontamara, Col. BFDP, Mxico, 1997, p. 62.
Sobre la efectividad de las normas, vase: CARBONNIER, Jean, Leffectivit et lineffectivit de la rgle de
droit, en: Flexible droit, LGDJ, Pars, 1998, pp. 140-152.
(44)
Con las expresiones derecho internacional flexible o soft law se suelen designar aquellas normas no
constrictivas que carecen de sancin jurisdiccional, y cuyo control se ejerce, exclusivamente, en el
plano poltico y diplomtico. Sobre el soft law, consltese: CARREAU, Dominique, Droit international,
Coll. tudes internationales, Pdone, Pars, 2001, pp. 202-216.
778
CONCLUSIN
(45)
(46)
(47)
(48)
Sobre la convencin de rbitro, vase el excelente estudio realizado en: CLAY, Thomas, Larbitre, Dalloz,
Pars, 2001, pp. 499-808.
(49)
MAYER, Pierre, Linsertion de la sentence arbitrale dans lordre juridique franais, in: Le droit et la pratique
de larbitrage international en France, Feduci, 1984, pp. 81-84.
(50)
M AYER , Pierre, La sentence contraire lordre public au fond, in: Revue darbitrage, Pars,
1994, pp. 615-652.
(51)
Una norma es efectiva si consigue el objetivo que pretende. Una norma es eficiente si consigue este
objetivo con el mnimo coste posible, CALSAMIGLIA, cit., p. 66.
(52)
779
un contrato y no sobre su validez, en relacin con la cual prefieren dejar la situacin en las sombras. Otra posibilidad sera argumentar, como lo plantea el profesor Mayer(53), que, antes que una obligacin, el rbitro tendra un imperativo tcnico(54) de proferir, en estas hiptesis, un
laudo efectivo. Ahora, este imperativo no
podra provenir de la convencin de rbitro: cmo sostener que la misma convencin le impone la obligacin de decidir sobre la ejecucin de un contrato y,
al tiempo, establece el imperativo tcnico de invalidarlo?
Sobre el rbitro parece pesar, ms
bien, una verdadera carga(55) que debe
formularse de manera negativa, hipottica(56) y universal(57):
(53)
MAYER, Pierre, Larbitre et la loi, in: Mlanges Catala, Litec, Pars, 2001, pp. 228 y 229.
(54)
Lo cual parece bastante contradictorio si tenemos en cuenta que los imperativos tcnicos no pertenecen al
deber ser, sino al ser. Las normas tcnicas, son aquellas que [] indican un medio para alcanzar un
fin. Las normas tcnicas no estn destinadas a gobernar la voluntad de los sujetos a los cuales van
dirigidas, sino que lo que ellas indican se halla condicionado a esa voluntad. Por lo tanto, ellas presuponen
fines de la accin humana y condiciones necesarias entre los fines y los actos que sirven como medios
para alcanzarlos. MENDONCA, Daniel, Las claves del derecho, Gedisa, Barcelona, 2000, p. 46.
Las reglas tcnicas se sitan fuera del discurso normativo: son proposiciones en sentido lgico, es decir,
entidades de las cuales puede predicarse verdad o falsedad. El enunciado Debes calentar el agua a cien
grados si quieres hacerla hervir, a pesar de que incluya el verbo deber, tiene un significado puramente
descriptivo y puede reformularse simplemente as: El agua hierve a cien grados. GUASTINI, Riccardo,
Obligacin, en: Distinguiendo, Trad. Jordi Ferrer i Beltrn, Gedisa, Barcelona, 1999, pp. 114 y 115.
(55)
Las cargas, a diferencia de los imperativos tcnicos, s pertenecen al deber ser. La diferencia puede ser
aclarada diciendo que la reglas tcnicas describen conexiones empricas (preexistentes) entre una condicin y una consecuencia, en tanto que las normas instrumentales prescriben, o mejor, instituyen conexiones normativas. Respecto de una conexin emprica [] el lenguaje slo puede discurrir. En cambio, una
conexin normativa [] es, por as decirlo, creada por el lenguaje. [] En fin, una norma instrumental es
un enunciado que, lejos de describir, prescribe que cierto comportamiento sea tomado como condicin
para la obtencin de un determinado resultado. [] Lo que la norma prescribe, es ms, constituye, es
precisamente la relacin condicional entre ste y aqul. El destinatario de la norma, entonces, no tiene la
obligacin de realizar ese comportamiento (ni mucho menos la obligacin de perseguir ese fin): tiene la
obligacin condicionada de comportarse de ese modo si, y slo si, desea obtener ese resultado. Esa
obligacin condicionada es lo que comnmente se llama carga. dem.
(56)
[H]ay una clase de conclusin imperativa que puede ser implicada por un conjunto de premisas puramente indicativas. Se trata del llamado imperativo hipottico. HARE, Richard Mervyn, El lenguaje de la moral,
Trad. Genaro Carri y Eduardo Rabossi, UNAM, Mxico, 1975, p. 41.
(57)
Si tenemos que querer nuestras mximas como leyes universales, tenemos que querer que sean respetadas en todas las situaciones que se parezcan entre s segn las caractersticas universales especificadas en la mxima. HARE, Richard Mervyn, Ordenando la tica. Una clasificacin de las teoras ticas.
Trad. Joan Vergs Gifra, Ariel Filosofa, Barcelona, 1999, p. 145.
780
(58)
El lenguaje moral es frecuentemente emotivo, por la simple razn de que las situaciones en que es
tpicamente usado son situaciones que a menudo nos conciernen profundamente, HARE, El lenguaje de la
moral, cit., p. 140.
(59)
Para argumentar sobre cuestiones morales, [p]rimero tenemos que considerar las consecuencias de
adoptar una poltica u otra, y luego encontrar pautas que, en caso de ser en general respetadas, conduzcan a los mejores cursos de accin. Y los mejores cursos de accin son aquellos cursos que, considerndolo todo, favorecen ms a la gente de la sociedad, contando que cada uno vale por uno y que nadie vale
ms que uno; es decir, tratando a cada individuo como un fin, HARE, Ordenando la tica, Una clasificacin
de las teoras ticas, cit., p. 159.
(60)
Utilizo la palabra juez para designar a aquel tercero que administra justicia, en principio, zanjando un
conflicto, y no al funcionario de la rama judicial del poder pblico. En este sentido, precisamente, el rbitro
es un juez; sin embargo, como no administra justicia en nombre de ningn Estado soberano y sus poderes los deriva de su contrato con las partes, no dispone de los mismos instrumentos jurdicos fundamentalmente del imperium que el juez judicial para cumplir con sus funciones.
(61)
Tales demandas expresan la conciencia moral de una sociedad. Esta conciencia no es uniforme. Vara
de un individuo a otro y cambia a lo largo de la historia. Los primeros motores del cambio son generalmente algunos individuos excepcionales, tales como los fundadores y reformadores de una religin, los filsofos de la moral o jueces experimentados y prestigiosos. Puede decirse que estos individuos moldean las nociones de la justicia y de la moralidad que llegan a prevalecer en una sociedad. Su papel como moldeadores los coloca a la cabeza de los desarrollos y, a veces, en un conflicto trgico con la conciencia moral de la mayora de sus contemporneos. VON WRIGHT, Georg Henrik.
Ser y deber ser, in: Aarnio, Aulis, GARZN V ALDS, Ernesto y U USITALO , Jyrki, La normatividad del
derecho, Gedisa, Barcelona, 1997, pp. 108.
Arbitraje
de Inversin
781
782
HERNANY VEYTIA
783
ARBITRANDO LLA
A INVERSIN
1.
LAAPARICIN DELARBITRAJE
DE INVERSIN
Profesor Principal de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Catlica del Per. Miembro
de Nmero de la Academia Peruana de Derecho. Socio del Estudio Fernando de Trazegnies Granda
Abogados.
784
Luego se cre una diferenciacin
adicional entre el arbitraje nacional y el
arbitraje internacional (me estoy refiriendo al arbitraje comercial o de negocios y
no al arbitraje poltico entre Estados por
razones de fronteras u otras de derecho
pblico que, obviamente, es bastante antiguo). Esta divisin se encuentra acorde
con la extraordinaria evolucin del comercio mundial de los ltimos cien aos.
Pero a fines del S. XX aparece una
nueva categora llamada arbitraje de inversin que, mantenindose dentro del
campo del arbitraje internacional en materia de negocios, se separa del arbitraje
puramente comercial y se constituye as
como un tipo independiente.
En realidad, si bien los arbitrajes internacionales existen desde hace mucho
tiempo tanto en cuestiones de derecho
pblico como en cuestiones de derecho
privado el arbitraje de inversin no se
conoca en el S. XIX, probablemente porque no era necesario. Durante esa poca
de apogeo imperialista, las potencias internacionales invertan particularmente en
sus propias colonias; motivo por el cual
los conflictos eran resueltos con el derecho de la metrpoli. Adems, esta relacin de metrpoli y colonia no daba cabida al conflicto que hoy llamamos propiamente de inversin entre un inversionista extranjero y un Estado receptor,
distinto del Estado al cual pertenece el
inversionista. Cuando la inversin se produca excepcionalmente en un pas independiente que no era colonia del pas del
inversionista o cuando se suscitaban problemas comerciales con las colonias de
otro pas, las potencias entre s, en defensa de sus inversionistas, planteaban
reclamaciones diplomticas de Estado a
ARBITRANDO LA INVERSIN
785
Naciente y el Presidente del Per nada menos que al Zar de todas las Rusias(1).
DE TRAZEGNIES, F ERNANDO, En el pas de las Colinas de Arena. Reflexiones sobre la inmigracin china
en el Per del S. XIX, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Catlica del Per, Lima, 1994. T. II,
pp. 626-634.
786
(2)
CREMADES, BERNARDO M., Recent Developments in Investment Arbitrations: Claims under Investment
Treaties for Conducts that also involves Contracts with Governments or Government-attributed Entities,
en: Transnational Dispute Management, Vol. 1, issue 3, Julio 2004.
(3)
ARBITRANDO LA INVERSIN
(4)
787
nes y, finalmente, si el caso lo justificaba,
la accin armada. En cambio, a travs del
CIADI y otros mecanismos, se instituy
un procedimiento privado, en el plano netamente jurdico, para tratar de conciliar o
de resolver por arbitraje el conflicto.
Este tipo de derecho de la inversin
y la consecuente modalidad de arbitraje no se ocupa de los problemas del inversionista extranjero con sus proveedores locales ni con ningn otro elemento
privado vinculado a su operacin. El campo exclusivo al cual me estoy refiriendo
como propio de esta nueva rama del arbitraje son las relaciones entre ese inversionista extranjero y el Estado receptor, en
tanto que ste, a travs de su ius imperium, puede perturbar la operacin econmica normal del inversionista. Cabe la
posibilidad de que el Estado receptor, actuando como Estado, ponga dificultades
anormales para dar la autorizacin a la
actividad materia de la inversin o que
discrimine entre los inversionistas nacionales y extranjeros o que afecte, directa o
indirectamente, la propiedad, las ganancias y, en general, los derechos del inversionista sin un motivo legtimo.
La posibilidad de un arbitraje internacional independiente, a cargo de expertos y no de polticos ni de personas vinculadas a la actividad econmica ni del
pas inversionista ni del pas que recibe la
inversin, es sin duda un paso adelante
para facilitar las inversiones ms all de
las fronteras en todas partes del mundo.
De esta forma, el Estado receptor se cuidar particularmente de no incurrir en accin alguna que afecte su imagen en el
mercado de capitales, ya que le interesa
DE TRAZEGNIES, Fernando, Lex mercatoria rediviva? Primera Parte: De la Edad Media a la Postmodernidad, en: Revista Peruana de Arbitraje, N 3, Grijley, Lima, 2006.
788
hay que darle un medio de defensa a travs de un juicio imparcial mediante rbitros. En ese sentido, como dice el Prof.
Waelde, la aparente asimetra del arbitraje
de inversin es una forma de equilibrar la
asimetra constitutiva de la relacin en la
que el Estado tiene todos los poderes frente al inversionista. As esa aparente asimetra arbitral es el otro lado del espejo de la
asimetra que existe en la realidad(5).
(5)
WAELDE, Thomas W., International Investment Law: An Overview of Key Concepts and Methodology, en:
Report of the 2004 Research Seminar on International Investment Law, Hague Academy of International
Law, 2005, p. 14.
(6)
ARBITRANDO LA INVERSIN
789
Por el momento, hay suscritos ya ms
de 2,500 BITs. El Per ha suscrito alrededor de 30 BITs, con pases de todas
partes del mundo. No hay duda de que
estos acuerdos, en aquello que tienen de
comn y es mucho han ido formando
una cierta consciencia de lo que la comunidad jurdica internacional piensa sobre
las condiciones justas del tratamiento a la
inversin extranjera. Cuando el Per suscriba el Tratado de Libre Comercio con
los Estados Unidos de Norteamrica, ste
funcionar como un BIT(8).
Otra fuente jurdica importante en
esta materia son algunos tratados multilaterales que establecen tambin sistemas de proteccin al inversionista.
Quiz el ms caracterstico es el North
American Free Trade Agreement (conocido como NAFTA), que agrupa a Mxico,
Estados Unidos y Canad.
Sin embargo, una de las fuentes jurdicas ms importantes en esta materia es
la jurisprudencia que, si bien no es vinculante, va estableciendo las bases de una
doctrina generalmente admitida y de un
derecho consuetudinario internacional.
Como seala Tomas W. Waelde, si bien
los tratados bilaterales, los multilaterales
y los convenios de estabilidad jurdica
proporcionan un importante soporte al
derecho de la inversin, no cabe duda que
el impulso creativo de principios e interpretaciones en esta materia est dado por
los tribunales arbitrales que conocen casos de inversin(9).
(7)
(8)
(9)
WAELDE, Thomas W., International Investment Law: An Overview of Key Concepts and Methodology, en:
Report of the 2004 Research Seminar on International Investment Law, Hague Academy of International
Law, 2005, p. 4.
790
entonces, estos casos no son ms frecuentes. Y responde que ello obedece no a que
el BIT no sea aplicable sino a que en las
relaciones financieras se pacta generalmente que los conflictos que resulten de
ellos sern resueltos por los Tribunales de
Nueva York o de Londres, lo que hace
inoperativo el BIT en este campo(11). Por
otra parte, los principios y remedios desarrollados por el arbitraje de inversin a
los que me referir ms adelante, tales
como el tratamiento correcto y equitativo, la no discriminacin, la condena a la
expropiacin indirecta y otros, no han sido
pensados en funcin de obligaciones financieras y, por tanto, no se ajustan adecuadamente a este tipo de reclamaciones(12). Sin embargo, el Prof. Waelde considera que, pese a ello, el arbitraje de inversin puede adaptarse perfectamente y
con ventaja a los prstamos vinculados
con el desarrollo econmico.
2.4. El derecho aplicable
Un elemento peculiar del derecho de
la inversin extranjera es tambin la ley
aplicable para la resolucin de conflictos.
A este respecto, la Convencin de
Washington establece que el derecho aplicable en el arbitraje ser el acordado por
las partes. A falta de acuerdo, el tribunal
aplicar la legislacin del Estado que sea
parte en la diferencia, incluyendo sus normas de derecho internacional privado, y
aquellas normas de derecho internacional
que pudieren ser aplicables(13).
(10)
WAELDE, Thomas W., The Serbian Loans Case A Precedent for Investment Treaty Protection of Foreign
Debt?, 2004, pp. 15-16.
(11)
Ibidem, p. 13.
(12)
Ibidem, p. 14.
(13)
ARBITRANDO LA INVERSIN
(15)
(16)
Ibidem, p. 10.
791
en la necesidad de un control independiente
de la conducta de las partes, ya no desde la
perspectiva de la ley de una u otra parte
sino de los standards mnimos del derecho
internacional que aspiran al desarrollo econmico global, la libre circulacin de los
capitales y las facilidades para la inversin
entre los pases, todos ellos objetivos de la
Convencin de Washington.
Un caso en el que se afirm este criterio fue el de SPP v. Egipto, donde se discuta si se aplicaba la ley nacional egipcia
por presuncin o si, conforme a la alternativa del artculo 42, se aplicaba sta y adems el derecho internacional. Y el tribunal
declar que este desacuerdo no tena ningn sentido, por cuando la ley internacional es aplicable siempre, afirmando que,
aun cuando fuera cierto que exista un
acuerdo tcito para la aplicacin de la ley
egipcia, este acuerdo no poda excluir totalmente la directa aplicacin de la ley internacional en ciertas situaciones(15).
Y el jurista Guido Santiago Tawil
agrega que la exclusin total del derecho
internacional como consecuencia de una
eleccin de ley aplicable por las partes
que contiene slo derecho domstico, llevara a consecuencias indeseables. Esto
significara que un inversionista extranjero, al consentir en una opcin de ley
aplicable, estara renunciando al standard
mnimo de proteccin al extranjero y a
sus propiedades, desarrollado por el derecho internacional consuetudinario. Esta
solucin sera, dice siempre Tawil, contraria al estmulo inversor que se busca a
travs de la creacin de un clima favorable
para la inversin(16).
792
(17)
Loc. cit.
(18)
Loc. cit.
(19)
(20)
Ibidem, p. 586.
(21)
Ibidem, p. 591.
ARBITRANDO LA INVERSIN
del Estado que sea parte en la diferencia (incluyendo sus normas de derecho
internacional privado), y aquellas normas de Derecho Internacional que pudieren ser aplicables. Asimismo, aun si
se sostuviera que corresponde aplicar la
legislacin del Per a la interpretacin
del CEJ con DEI Bermuda, este tribunal tiene la facultad y el deber de someter la legislacin del Per al control del
derecho internacional(22)(23).
2.5. Una nueva forma de razonamiento
jurdico
Pero quiz la caracterstica ms interesante de este derecho de la inversin
extranjera es la preponderancia de los
principios tanto sobre el incipiente derecho positivo internacional como tambin
sobre las legislaciones nacionales.
En esta nueva rea del Derecho Internacional nos sacudimos del positivismo para ingresar al mundo de los principios que estn en permanente creacin y
desarrollo. Como deca Ulpiano respecto
del derecho romano: non ex regular summatur, sed ex iure quod est regula fiat;
esto es, el derecho no se forma con la suma
de las normas positivas sino con los principios que son los que dan origen a las
normas positivas. Por consiguiente, no son
los BITs que dan origen a los principios
sino los principios que dan origen a los
BITs. El BIT da cuenta de este nacimiento y se convierte en la partida registral del
nuevo principio internacional.
793
Y de dnde salen estos principios?
Pues de la misma fuente que inspir el
derecho romano y todas las grandes construcciones jurdicas: nacen de un anlisis
racional y equilibrado de las situaciones.
Los romanos comparaban casos y de esta
manera iban extrayendo ciertos principios;
las normas positivas no eran sino la coagulacin de estos principios, que poda
darse como no darse. De la misma forma,
el actual derecho internacional surge del
anlisis terico de la forma como se van
resolviendo los casos por distintos tribunales y de ellos infiere ciertos principios.
A su vez, estos principios servirn de base
para la redaccin de los BITs. Pero no son
los BITs que estn antes que los principios sino que son los principios que estn
antes y que dan forma a los BITs.
Como lo deca ya Ignacio Joseph de
Ortega en el S. XVIII, en su obra sobre la
interpretacin de los tratados, las palabras deben servir a la intencin; no la intencin a las palabras(24). Y Alberico
Gentil sostena que en los contratos de
los Prncipes, hay que interpretar mirando la verdad, a quien venera el derecho de Gentes, y con la que procede la
buena fe. Agrega que a veces la mala fe
puede estar en la intencin y sta se esconde con palabras en el texto cubriendo la malicia con la literal expresin de
las palabras, de manera de burlar la inteligencia, que regule el contrato con justicia y equidad. Y advierte que con razn exclama Marco Tulio y Erasmo, diciendo que cuando supersticiosamente se
(22)
Caso N ARB (AF)/97/2 del CIADI, Laudo del 1 de noviembre 1999, Par. 86. DOCSMTL: 1776784\6.
(23)
Caso N ARB /03/28 del CIADI, Duke Energy International Per Investments N 1, LTD v. La Repblica del
Per, Decisin sobre competencia, 1 Febrero 2006, prr. 162.
(24)
794
estriba en las palabras, es cuando principalmente se intenta apartar de la equidad(25). Y frente a algunos que pretenderan afirmar que la mejor manera de
evitar la mala fe es eliminando toda interpretacin y tomando las palabras en
su sentido literal, Ortega disiente afirmando que de los pactos se debe separar toda interpretacin dolosa, cavilosa
y circunscrita(26); y que una de las reglas fundamentales de la interpretacin
de los tratados y contratos es que el pacto se debe regular e interpretar segn la
naturaleza del acto, sobre que recae; y
as todas las limitaciones, condiciones y
restricciones que por su naturaleza, en
justicia, equidad o legtima costumbre
padezca el acto prometido, debern sufrirse en el cumplimiento del pacto(27);
de manera que un contrato se entiende
que abraza todas las circunstancias y cualidades de l, sujetndose a todas las condiciones que sean naturales del contrato,
aunque no se expresen(28) .
3.
(25)
DE ORTEGA, Ignacio Joseph, Questiones de Derecho Pblico en interpretacin de Tratados de Paces, cit., p. 4.
(26)
Ibidem, p. 8.
(27)
Ibidem, p. 10.
(28)
Ibidem, p. 10.
(29)
Caso CIADI N ARB (AF)/002/. Tcnicas Medioambientales Tecmed S.A. v. Los Estados Unidos Mexicanos. Laudo de 29 de Mayo de 2003, p. 154, y Eureko B.V. v. Poland. Arbitraje ad hoc. Laudo de 19 de
Agosto de 2005, p. 235.
(30)
ARBITRANDO LA INVERSIN
795
La falta de transparencia () es incompatible con el () compromiso
de asegurarle al inversionista un trato correcto y equitativo(33).
En ese sentido, se ha establecido jurisprudencialmente que constituyen faltas de transparencia las respuestas que
d el Estado a las preguntas que le formula el inversionista a fin de decidir su
inversin, si stas son insatisfactorias y
totalmente vagas(34).
Otro principio derivado de las legtimas expectativas y a su vez del
tratamiento correcto y equitativo y,
por ltimo, de la buena fe, es el de la
estabilidad.
Este concepto implica que la situacin legal de la inversin no debe ser cambiada, sin un propsito acorde con la buena fe; y, particularmente, el cambio no
debe obedecer a una intencin de sabotear el negocio de los inversionistas extranjeros, en favor de los inversionistas
domsticos. Esto es frecuente que suceda
cuando hay cambios de gobiernos que
aportan polticas distintas respecto de la
inversin extranjera. Pero uno de los laudos seala de manera muy grfica que no
se puede eviscerar los acuerdos en los
que un inversionista extranjero bas su
inversin debido a cambios de gobiernos
y de polticas(35).
(31)
Caso Corte Permanente de Arbitraje (UNCITRAL): Saluka Investments B.V. v. Repblica Checa. Laudo
parcial sobre el fondo del asunto. 17 de Marzo de 2006, p. 302.
(32)
Caso CIADI N ARB (AF)/002/. Tcnicas Medioambientales TECMED S.A. v. Los Estados Unidos Mexicanos. Laudo de 29 de Mayo de 2003, p. 154.
(33)
Caso CIADI N ARB /97/7: Emilio Agustn Maffezini v. El Reino de Espaa. Laudo de 13 de Noviembre de
2000, p. 83.
(34)
London Court of International Arbitration (Case N UNCITRAL 3467): Occidental Exploration and Production Company v. The Republic of Ecuador. Laudo de 1 de Julio de 2004, p. 184.
(35)
London Court of International Arbitration (Case N UNCITRAL): Central European Media Enterprises (CME)
v. Repblica Checa, Laudo parcial de 12 de Septiembre de 2001, pp. 133 y 611.
796
Es interesante destacar que la jurisprudencia ha establecido que esta estabilidad que forma parte del principio que
obliga a respetar las expectativas legtimas, no puede ser modificada aduciendo
un cambio en las circunstancias. Como es
conocido, Argentina, hace unos aos,
modific las tarifas que podan cobrar las
empresas inversionistas a los usuarios locales por la prestacin de ciertos servicios pblicos, a pesar que esas tarifas haban sido garantizadas como condicin de
la inversin. Sin embargo, no caba duda
que se haba producido un cambio importante en las circunstancias dada la profunda crisis econmica de entonces. Pese a
ello, un tribunal arbitral de CIADI estableci que un cambio en las circunstancias no justificaba un incumplimiento del
contrato, excluyendo as la aplicacin del
principio rebus sic stantibus, a fin de proporcionar la seguridad y estabilidad que
requiere la inversin(36).
Otro de los principios derivados de
los antes mencionados es la consistencia
en la aplicacin de la ley nacional por el
Estado receptor.
En el fondo, nos encontramos aqu
con la versin internacional de la teora
de los actos propios, tambin llamada estoppel en el mundo anglosajn. En pocas
palabras, esta teora se resume como que
el Estado no puede beneficiarse con su
propia inconsistencia: en todo momento,
se supone que el Estado est actuando de
acuerdo con la ley nacional; y, por consi-
guiente, aquello que diga el Estado receptor debe ser entendido como una representacin vlida del ordenamiento vigente en el pas de la inversin, de manera
que el inversionista puede confiar en las
afirmaciones de los funcionarios(37). Claro est que puede suceder que tal representacin en el inversionista resulte del
hecho de que alguna dependencia estatal
acta en forma no concordante con las
leyes. En este caso, es evidente que esa
conducta de la dependencia administrativa no puede modificar la ley. Pero en la
medida de que esta representacin fue razonablemente considerada como verdadera por el inversionista extranjero, el Estado est obligado a pagar los daos y perjuicios al inversionista que resulten de esta
falsa representacin producida por la conducta del Estado a travs de las mltiples
formas como el Estado acta.
La jurisprudencia ha consagrado
tambin este principio al establecer que
constituye una falta contra el tratamiento
justo y equitativo el hecho de que el Estado receptor incumpla las representaciones
que hizo al inversionista y en las que ste
confi razonablemente. Este principio ha
sido ratificado sucesivamente en el sentido de que el tratamiento de la inversin
por el Estado receptor no puede afectar
las expectativas bsicas que fueron tomadas en cuenta por el inversionista extranjero para decidir la inversin(38).
Y el principio es tan amplio que la
doctrina y la jurisprudencia consideran
(36)
Caso ICSID N ARB/01/8: CMS Gas Transmission Company v. La Repblica Argentina. Laudo de 12 de
Mayo de 2005. p. 317.
(37)
Caso ICSID N ARB (AF)/97/8: Metalclad Corporation v. Estados Unidos Mexicanos. Laudo de 30 de Agosto de 2000. p. 89.
(38)
Caso CIADI N ARB (AF)/002/: Tcnicas Medioambientales TECMED S.A. v. Los Estados Unidos Mexicanos. Laudo de 29 de Mayo de 2003, p. 154.
ARBITRANDO LA INVERSIN
797
Un elemento ms que es de la mayor importancia dentro del derecho de inversin es la proteccin contra la arbitrariedad manifiesta, dentro de la que se
incluyen los actos claramente inequitativos, los basados en una idea poltica y
otros similares.
En el S. XVIII, deca Ortega que un
acto es arbitrario cuando no puede ser
Este principio consiste fundamentalmente en que los derechos del inversionista sean respetados no slo frente a intervenciones directas y arbitrarias del Estado que pretendan afectarlos sino tambin frente a ataques indirectos.
El derecho es, en el fondo, un sistema de titularizaciones sobre bienes y sobre obligaciones. Quiz la ms importante de ellas es la propiedad, pero no es la
nica. El derecho Internacional se rige por
el principio del respeto pleno de estos ttulos privados, de manera que no puedan
ser desconocidos. Obviamente, cabe la expropiacin como una excepcin; pero sta,
para ser admisible, requiere una fundamentacin en el inters pblico, un procedimiento objetivo y un pago previo del
valor del bien.
En cambio, constituye una infraccin
a ese principio no solamente la confiscacin pura y directa sino tambin lo que se
conoce como expropiacin insidiosa o
rastrera (creeping expropiation), esto es,
(39)
WAELDE, Thomas W., en comunicacin personal, comentando Eureko B.V. v. Poland. Arbitraje ad hoc.
Laudo de 19 de Agosto de 2005.
(40)
Caso CIADI N ARB/01/7: MTD Equity Sdn. Bhd. y MTD Chile S.A. v. Chile. Laudo de 25 de Mayo de
2004. p. 165.
(41)
(42)
DE ORTEGA, Ignacio Joseph, Questiones de Derecho Pblico en interpretacin de Tratados de Paces, cit., p. 4.
798
CONCLUSIONES
Frente a este panorama tan rico, novedoso y complejo, podemos concluir que
estamos ante un nuevo tipo de arbitraje
con caractersticas propias.
Estas caractersticas no estn todava perfectamente definidas y posiblemente nunca lo estn, porque el derecho es
799
ARBITRANDO LA INVERSIN
es el jurdico, no parece haber mejor mtodo que un arbitraje verdaderamente internacional. Nadie puede negar que, en
este plano, el inversionista extranjero estara en desventaja si tiene que acudir a
la justicia local.
Paradjicamente, en un pas eminentemente inversionista como es los Estados Unidos ha surgido recientemente una
oposicin fuerte contra el arbitraje de inversin, desde que se constituy el North
American Free Trade Agreement (NAFTA); porque, a partir de entonces, el gobierno norteamericano pudo ser demandado a su vez por los inversionistas extranjeros en territorio norteamericano que
son miembros del NAFTA, es decir, por
Mxico y Canad. Y, si bien no se han
presentado casos de inversionistas mexicanos en Estados Unidos, s los hay de
inversionistas norteamericanos en Canad y de canadienses en los Estados Unidos. Cuando estos dos Estados han comenzado a recibir demandas de particulares esto es, de los inversionistas de uno
y otro pas han comenzado a producirse
quejas y reflexiones crticas sobre el sistema, al punto que los grupos ambientalistas, las organizaciones de consumidores, la prensa y el congreso plantearon en
los Estados Unidos que el arbitraje de inversin socava las medidas regulatorias
del gobierno, recorta la capacidad legislativa del congreso y entrega temas muy
delicados de la economa a manos de rbitros individuales que ignoran las
(43)
C. Frederick R. Fucci: Hardship and Changed Circumstances as Grounds for Adjustment or Non-Performance of Contracts. Practical Considerations in International Infrastructure Investment and Finance. Transnational Dispute Management. January 2007.
(44)
Oxam Briefing Paper: Signing Away the Future. How trade and investments agreements between rich and
poor countries undermine development. http://www.oxfam.org/en/files/bp101_regional_trade_ agreements_0703/download
(45)
http://zmagsite.zmag.org/Dec2003/choudry1203.html
800
razones profundas de ciertas medidas gubernativas que el inversionista extranjero considera lesivas a sus derechos(46).
Sin embargo, a pesar de todas las
crticas, dada la falta de confianza recproca entre pases inversores y pases
(46)
AGUILAR ALVAREZ, Guillermo / PARK, William W., The New Face of Investment Arbitration: NAFTA Chapter
11, en: Lima Arbitration, N 1, 2006, p. 21.
801
1.
INTRODUCCIN
(*)
(1)
Tambin existi la llamada diplomacia de los caones. Ver, Foreign Investment Disputes: Cases, Materials and Commentary, DOAK BISHOP, R. James Crawford and W. Michel Reisman, Kluwer Law International, p. 3, The investors goverments, if they were inclined to help their nationals, responded either with a
show of military force (so-called gunboat diplomacy) or by providing diplomatic protection.
802
LVARO GALINDO C.
EL CONSENTIMIENTO
(2)
El artculo 27 del Convenio establece que: Ningn Estado Contratante conceder proteccin diplomtica ni promover reclamacin internacional respecto de cualquier diferencia que uno de sus nacionales
y otro Estado Contratante hayan consentido en someter o hayan sometido a arbitraje conforme a ste
Convenio, salvo que este ltimo Estado Contratante no haya acatado el laudo dictado en tal diferencia
o haya dejado de cumplirlo.
(3)
Informe de los Directores Ejecutivos Acerca del Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de otros Estados, Banco de Reconstruccin y Fomento, 18 de marzo
de 1964, CIADI/15, Abril de 2006. Sitio web http://www.worldbank.org/icsid/basicdoc/basicdoc.htm.
El Informe de los Directores Ejecutivos declara que: El consentimiento de las partes es la piedra angular
en que descansa la jurisdiccin del Centro. El consentimiento a la jurisdiccin debe darse por escrito y una
vez dado no puede ser revocado unilateralmente artculo 25(1).
(4)
Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de otros Estados, CIADI/15, Abril de 2006. Sitio web http:// http://www.worldbank.org/icsid/basicdoc/basicdoc.htm. En el
prembulo: Reconociendo que el consentimiento mutuo de las partes en someter dichas diferencias a
() arbitraje a travs de dichos medios constituye un acuerdo obligatorio ().
(5)
Ibidem. Declarando que la mera ratificacin, aceptacin o aprobacin de este Convenio por parte del
Estado Contratante, no se reputar que constituye una obligacin de someter ninguna diferencia determinada a conciliacin o arbitraje, a no ser que medie el consentimiento de dicho Estado.
contrato, o en compromiso entre las partes respecto a una diferencia que haya
surgido. El convenio tampoco exige que
el consentimiento de ambas partes se
haga constar en un mismo instrumento.
As, un Estado receptor pudiera ofrecer
en su legislacin sobre promocin de inversiones, que se sometern a la jurisdiccin del Centro las diferencias producidas con motivo de ciertas clases de
inversiones, y el inversionista puede
prestar su consentimiento mediante
aceptacin por escrito de la oferta(6).
Sin embargo, el mero consentimiento no es suficiente para someter una diferencia a la jurisdiccin del CIADI. En
concordancia con la finalidad del convenio, la jurisdiccin del Centro resulta adems limitada por la naturaleza de la diferencia y de las partes, temas que estn ms
all del alcance del presente trabajo.
Existen tres formas, en la prctica,
para la formacin del consentimiento.
803
(6)
(7)
Ver, e.g., la siguiente clusula: El [Gobierno] / [nombre de la subdivisin poltica u organismo pblico] de
nombre del Estado Contratante (en adelante denominado el Estado Receptor) y nombre del inversionista
(en adelante denominado el Inversionista) convienen por la presente en someter al Centro Internacional
de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (en adelante denominado el Centro) toda diferencia que
surja de este acuerdo o se relacione con el mismo, para su arreglo mediante [conciliacin]/[arbitraje] /[conciliacin seguida de arbitraje si la diferencia permanece sin resolverse dentro de plazo despus de comunicado el informe de la Comisin de Conciliacin a las partes] de conformidad con el Convenio sobre Arreglo de
Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de Otros Estados (en adelante denominado el Convenio). Sitio web http://www.worldbank.org/icsid/model-clauses-spa/7.htm#nota6#nota6.
(8)
SPP v. Egypt, Decision on Jurisdiction I, 27 November 1985, 3 ICSID Reports, 131. Las disputas de
inversiones en relacin a la aplicacin de las disposiciones de la presente Ley debern ser resueltas de
la forma en que se acuerde con el inversionista o en el marco de los Tratados vigentes entre Egipto y el
Estado del inversionista o en el marco del CIADI, vigente para Egipto desde 1971. La traduccin es del
autor. La Demandante soportaba su argumento sobre la base del Artculo 8 de la Ley de Inversiones de
Egipto de 1974.
De acuerdo al tribunal. Egipto sostuvo que esta clusula requera un consentimiento de implementacin
por separado con el inversionista. Que el sentido de esta disposicin era informar a potenciales inversionistas que el CIADI era uno de los variados mtodos de solucin de controversias que podan ser
negociados con autoridades egipcias, bajo las circunstancias apropiadas. El tribunal concluy que no
exista nada en la disposicin analizada que requiriera una posterior manifestacin de consentimiento
para la jurisdiccin del Centro, ms all de la aceptacin por parte del inversionista de la oferta otorgada
por el Estado en su legislacin.
804
LVARO GALINDO C.
3.
Es importante sealar que esta oferta de arbitraje otorgada por los Estados
en tratados internacionales, que hoy es
la fuente ms usual del consentimiento
en los arbitrajes bajo el Convenio CIADI, no est contemplada de manera expresa ni en el Convenio ni en el Informe
de los Directores Ejecutivos(11). Sin embargo, esto no debe llevar a una equivocada conclusin. Al momento de la redaccin del Convenio CIADI y su posterior aprobacin, los Tratados Bilaterales
de Inversin estaban empezando a ser
utilizados por los Estados.
(9)
Ver, Tratado entre la Repblica del Ecuador y los Estados Unidos de Amrica para la Promocin y Proteccin Recproca de Inversiones, vigente a partir del 11 de mayo de 1997. Artculo VI (4): Cada una de las
Partes consiente en someter cualquier diferencia en materia de inversin al arbitraje obligatorio para su
solucin, de conformidad con la opcin especificada en el consentimiento por escrito del nacional o la
sociedad (...). El resaltado es del autor. El texto liga el consentimiento del Estado (que se otorga en este
Prrafo) con la opcin que escoja el inversionista. En otros trminos, lo que dice es que si el inversionista
escoge la opcin del arbitraje UNCITRAL, a ello consiente el Estado. Si el inversionista escoge la opcin
de un arbitraje CIADI, tambin consiente en ello el Estado.
(10)
En el Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte, el consentimiento se encuentra en el artculo 1120.
En la Carta Europea de la Energa el consentimiento se encuentra en el artculo 26.
(11)
El Informe de los Directores Ejecutivos menciona la posibilidad de una oferta unilateral de arbitraje por
parte del Estado receptor de la inversin, a travs de su legislacin domstica y la aceptacin de tal oferta
por parte del inversionista. Informe de los Directores Ejecutivos, Par 24.
(12)
AAPL v. Sri Lanka, Award, 27 June 1990, 4 ICSID Reports 250: The present case is the first instance in
which the Centre has been seized by an arbitration request exclusively based on a treaty provision and not
in implementation of a freely negotiated arbitration agreement directly concluded between the Parties among
whom the dispute has arisen.
805
En algunos casos, las ofertas de arbitraje que se encuentran en las legislaciones de los Estados son bastante amplias
y cubren todas las controversias que pudieran surgir y que estn vinculadas a la
inversin extranjera(18). En otros casos, el
alcance es menos extenso, como cuando
los trminos utilizados son limitados en
cuanto a la materia(19).
(13)
SCHREUER, Christoph H., The ICSID Convention: A Commentary, Cambridge University Press, 2001, p. 249.
(14)
Tradex v. Albania, Decision on Jurisdiction, 24 December 1996, 5 ICSID Reports 47: [i]n case of doubt the 1993
Law should rather be interpreted in favour of investor protection and in favour of ICSID jurisdiction in particular.
(15)
Amco c. Indonesia, Decisin sobre Jurisdiccin, 25 de septiembre de 1983, 1 ICSID Reports 398. Ante la
afirmacin de la demandada, de que siendo el consentimiento al arbitraje una limitacin a sus facultades
soberanas, este deba ser interpretado de forma restrictiva, el Tribunal consider que (...) like any other
conventions, a convention to arbitrate is not to be construed restrictively, nor, as a matter of fact, broadly or
liberally. It is to be construed in a way which leads to find out and to respect the common will of the parties:
such a method of interpretation is but the application of the fundamental principle pacta sunt servanda, a
principle common, indeed, to all systems of internal law and to international law.
(16)
SPP c. Egipto, Decisin sobre Jurisdiccin, 14 de abril de 1988, 3 ICSID Reports 143.
(17)
Ver, en este sentido, los siguientes casos: AAPL v. Sri Lanka, Award, 27 June 1990. AMT v. Zaire, Award,
21 February 1997. SGS v. Philippines, Decision on Jurisdiction, 29 January 2004. Generation Ukraine v.
Ukraine, Award, 16 September 2003. Tokios Tokels v. Ukraine, Decision on Jurisdiction, 29 April 2004.
(18)
Ver, Convenio entre el Gobierno de la Repblica del Ecuador y el Gobierno de la Repblica del Per sobre
Promocin y Proteccin Recproca de Inversiones, vigente a partir del 10 de diciembre de 1999, artculo 8:
1. Las controversias que surgieren entre una de las Partes Contratantes y un inversionista de la otra Parte
Contratante en relacin con las inversiones realizadas de conformidad con el presente Convenio debern,
en lo posible, ser amigablemente dirimidas por las partes en la controversia, 2. Si una controversia en el
sentido del Par (1) no pudiera ser resuelta dentro del plazo de seis meses, contado desde la fecha en que
una de las Partes en la controversia la haya notificado a la otra, ser sometida a: (arbitraje CIADI).
(19)
Ver, Tradex c. Abania, Decision on Jurisdiction, 24 December 1996, 5 ICSID Reports 124. La oferta dada
por Albania en su legislacin domstica estaba limitada: [S]i la disputa surge o est relacionada con
806
LVARO GALINDO C.
Es un criterio establecido por los precedentes que este tipo de redaccin contiene asuntos que van ms all de la mera
interpretacin o aplicacin del tratado y
que incluyen o que estn relacionadas con
las disputas que surjan de los contratos
en conexin con una inversin.
SGS v. Pakistan, Decision on Jurisdiction, 6 August 2003. El tribunal consider que no tena jurisdiccin en
relacin a los reclamos contractuales que no constituyeran a su vez un incumplimiento de los estndares
sustantivos del tratado.
(21)
SGS v. Philippines, Decision on Jurisdiction, 29 January 2004. El tribunal consider que la disposicin
en cuestin era completamente general permitiendo el sometimiento a arbitraje de toda disputa en
materia de inversin.
(22)
(23)
Salini Costruttori SpA et Italstrade SpA c/Royaume du Maroc, Decision on Jurisdiction, 23 July 2001, 6
ICSID Reports 400.
(24)
Compaa de Aguas del Aconquija, S.A. & Vivendi Universal v. Argentine Republic, Decision on Annulment,
3 July 2002, 6 ICSID Reports 340. It is those disputes which may be submitted, at the investors option,
either to national or international adjudication. Article 8 does not use a narrower formulation, requiring that
the investors claim allege a breach of the BIT itself. Read literally, the requirements for arbitral jurisdiction
in Article 8 do not necessitate that the Claimant allege a breach of the BIT itself: it is sufficient that the
dispute relate to an investment made under the BIT.
(25)
807
5.
La gran mayora de TBIs incorporan en la disposicin de solucin de controversias, una etapa previa de negociacin o tambin llamado perodo de enfriamiento. Con esto se busca que las
partes tengan la oportunidad de resolver
la diferencia de manera directa y sin necesidad de recurrir a un procedimiento de
carcter internacional.
En recientes casos, se puede apreciar
que los tribunales se inclinan por interpretar
este requerimiento como procedimental y
no como un requisito de jurisdiccin(26).
Sin embargo, un tribunal consider
que este requisito deba cumplirse para
(26)
Ver, en este sentido, el caso SGS c. Pakistn: Tribunals have generally tended to treat consultation periods as directory and procedural rather than as mandatory and jurisdictional in nature. Compliance with
such a requirement is, accordingly, not seen as amounting to a condition precedent for the vesting of
jurisdiction []
(27)
Ver, en este sentido, el caso Enron c. Argentina: [T]he conclusion reached is not because the six-month
negotiation period could be a procedural and not a jurisdictional requirement as has been argued by the
Claimants and affirmed by other tribunals. Such requirement is in the view of the Tribunal very much a
jurisdictional one. A failure to comply with that requirement would result in a determination of lack of
jurisdiction.
(28)
SCHREUER, Christoph H., Consent to Arbitration, en: Transnational Dispute Management, Vol. 2, November 2005. La estructura del presente trabajo se basa, en gran parte, en la propuesta del Profesor SCHREUER
recogida en este artculo.
808
LVARO GALINDO C.
Esta condicin al consentimiento tiene un efecto opuesto a la condicin del agotamiento de los recursos internos. Una gran
cantidad de TBIs incorporan en sus disposiciones de solucin de controversias,
una oferta al inversionista, el que debe escoger entre la posibilidad de recurrir a las
cortes locales o al arbitraje internacional.
El efecto de recurrir a uno u otro procedimiento es que, una vez escogida una
va, la otra precluye. La opcin escogi-
CONCLUSIN
(29)
Ver, e.g., la siguiente clusula: Antes de que una de las partes del presente instrumento inicie un procedimiento de arbitraje al amparo del Convenio con relacin a una diferencia determinada, dicha parte deber
haber tomado todas las medidas necesarias a fin de agotar los recursos administrativos y judiciales disponibles con arreglo a la legislacin del Estado Receptor respecto de esa diferencia lista de los recursos que
deben agotarse, a menos que la otra parte renuncie por escrito a esa condicin.
(30)
Ver, en este sentido, el artculo VI(3)(a) del TBI entre la Repblica del Ecuador y los Estados Unidos de
Amrica: Siempre y cuando la sociedad o el nacional interesado no haya sometido la diferencia, para su
solucin, segn lo previsto por el inciso a) (entindase cortes locales) o el inciso b) (entindase otro
procedimiento previamente pactado) del Par 2 y hayan transcurrido seis meses desde la fecha en que
surgi la diferencia, la sociedad o el nacional interesado podr optar con consentir por escrito a someter la
diferencia, para su solucin, al arbitraje obligatorio ().
(31)
Este principio ha sido recogido por un gran nmero de tribunales. A manera de ejemplo, en el caso Occidental c. Repblica del Ecuador (IVA Petrolero), el tribunal consider que las acciones iniciadas por la
compaa en las cortes locales tenan una causa de accin distinta a aquellas invocadas en el arbitraje
bajo el TBI aplicable al caso. Occidental c. Ecuador, Laudo de 1 de julio de 2004, Par 38-63.
809
(*)
(1)
810
PAULO FOHLIN
(2)
Article 8.1 of that treaty provides: All disputes between one Contracting Party and an investor of the other
Contracting Party concerning an investment of the latter shall, if possible, be settled amicably. Article 8.2
provides: Each contracting Party hereby consents to submit a dispute referred to in paragraph (1) of this
Article, to an arbitral tribunal, if the dispute has not been settled amicably within a period of six months from
the date either party to the dispute requested amicable settlement.
811
(3)
Article 8 (1) of that treaty provides: Disputes between an investor of one Contracting Party and the other
Contracting Party concerning an obligation of the latter under Articles 2 (3), 4, 5 and 6 of this Agreement in
relation to an investment of the former which have not been amicably settled shall, after a period of four
months from written notification of a claim, be submitted to arbitration under paragraph (2) below if either
party to the dispute so wishes.
(4)
Article 7 (1) of this treaty provides: Any dispute between one of the Contracting Parties and an investor of
the other Contracting Party concerning the interpretation or application of this Agreement shall, if possible,
be settled amicably. Article 7 (2) runs: If the dispute cannot thus be settled within six months following the
date on which the dispute has been raised by either party, it shall at the request of either party be submitted
to arbitration for a definitive settlement.
(5)
(6)
Cf. Article V 1 (c) of the Convention on the Recognition and Enforcement of Foreign Arbitral Awards, the
New York Convention, which Sweden has ratified, and Article 34 (2) (iii) of the UNCITRAL Model Law on
International Commercial Arbitration, the Model Law.
812
PAULO FOHLIN
(7)
(8)
Case RH 2003:55, decided in 2003 (where I acted as one of the counsel for CME).
813
814
PAULO FOHLIN
Case N 2113-06.
815
(11)
(12)
KRLL, Stefan, Recourse against Negative Decisions on Jurisdiction, en: Arbitration International,
Vol. 20, N 1, 2004, pp. 55-72.
816
PAULO FOHLIN
(13)
According to this provision an award may be set aside if the award deals with a dispute not contemplated
by or not falling within the terms of the submission to arbitration, or contains decisions on matters beyond
the scope of the submission to arbitration, cf. Article V 1 (c) of the New York Convention.
(14)
(15)
Case III ZB 44/01 of 6 June 2002 - Section 1059 (2) (1.c) ZPO, which corresponds to Article 34 (2) (iii) of
the Model Law.
817
(16)
(17)
Refers to the UNCITRAL Arbitration Rules and the ICSID Arbitration Rules.
(18)
(19)
818
PAULO FOHLIN
(20)
Provides that one of the following procedures shall apply: Regulations of Arbitration Court under the Chamber of Industry and Commerce of the Kyrgyz Republic, ICSID Arbitration Rules, ICSID Additional Facility
Rules or UNCITRAL Arbitration Rules.
(21)
However, in the case Compania de Aguas del Aconquija SA and Vivendi Universal v. Argentine Republic
(Decision on Annulment, Case N ARB/97/3, 18 June 2002) an ad hoc Committee held that it is settled that
an ICSID arbitral tribunal commits an excess of powers not only if it exercises a jurisdiction it does not have,
but also if it fails to exercise a jurisdiction it possesses, cf. Dr. Stefan Krll, Stefan, Recourse against
Negative Decisions on Jurisdiction, Arbitration International, supra.
819
LA DISTINCTION TREA
TREA
TY CL
AIMS CONTRA
CT CL
AIMS
TREATY
CLAIMS
CONTRACT
CLAIMS
ET LLA
A COMPTENCE DE LLARBITRE
ARBITRE CIRDI:
FAISONSNOUS FFAUSSE
AUSSE ROUTE? ( * )
tion exclusive dune autre instance, tatique ou arbitrale. La situation est trs
courante, en raison des innombrables traits bilatraux en vigueur ce jour(1), de
luniversalit croissante de la Convention
de Washington, et de ce que, le plus
souvent, les rclamations de linvestisseur
sont relatives un contrat.
2. La notion dinvestissement est
aujourdhui si large que toute opration
conomique impliquant une certaine dure ralise dans un pays est ligible la
Convention de Washington. Entreprise de
(*)
Cet article est tir dune communication au colloque organis le 3 mai 2004 par lInstitut des Hautes
Etudes Internationales sur les Nouveaux dveloppements dans le contentieux arbitral transnational
relatif linvestissement international. Il paratra dans les travaux de ce colloque. This article was published in November 2005 in Global Reflections on International Law, Commerce and Dispute Resolution - Liber Amicorum in honour of Robert Briner, ICC Publication 693, International Chamber of Commerce (ICC), available from www.iccbooks.com.
Les sentences cites sont rcapitules, avec leurs rfrences, en fin darticle.
(**)
(1)
820
IBRAHIM FADLALLAH
APERU
(2)
YALA, V. F., Notion dinvestissement, in: Investissements internationaux et arbitrage, Les Cahiers de
lArbitrage (supplment de la Gazette du Palais), 2003, n 2, 2nde partie, p. 9 et suiv., commentaires des
dcisions Salini Costruttori et Italstrade SpA c/ Royaume du Maroc (ARB/OO/4), 23 juillet 2001, et Mihaly
International Corp. c/ Rpublique Socialiste et Dmocratique du Sri Lanka (ARB/00/2), 15 mars 2002.
(3)
AAPL c/ Sri Lanka (ARB/87/3, 27 juin 1990, ILM 1991, p. 577); Lanco International, Inc c/ Argentine, dcision du 8 dcembre 1998 (ICSID Case N ARB/97/6).
(4)
PAULSSON, Jan, Arbitration without Privity, en: ICSID Review - Foreign Investment Law Journal, Vol. 10(2),
1995, pp. 232-257.
(5)
(6)
Compania de Aguas del Aconquija & Vivendi Universal c/ Argentine (ARBI/97/3), Sentence, 21 novembre 2000.
821
(7)
CMS Gaz Transmission Company c. Argentine (ARB/01/8), Dcision sur la comptence, 17 juillet 2003.
(8)
SGS Socit Gnrale de Surveillance SA c. Rpublique islamique du Pakistan (ARB/01/13), Dcision sur
la comptence, 6 aot 2003.
(9)
SGS Socit Gnrale de Surveillance S.A. c. Philippines (ARB/02/6), Dcision sur la comptence, 29
janvier 2004.
(10)
Generation Ukraine c. Ukraine (ARB/00/9), sentence, 16 septembre 2003; Azurix Corp. c. Argentine (ARB/
01/12), Dcision sur la comptence, 8 dcembre 2003; Enron Corp. And Ponderosa Assets, L.P. c. Argentine (ARB/01/3), Dcisions sur la comptence, 14 janvier 2004 et 2 aot 2004; Siemens A.G. c. Argentine
(ARB/02/8), Dcision sur la comptence, 3 aot 2004.
(11)
Consortium RFCC c. Maroc (ARB/00/6), Dcision sur la comptence, 16 juillet 2001, sentence, 22
dcembre 2003.
822
IBRAHIM FADLALLAH
Le Tribunal CIRDI a d ordonner une mesure provisoire (Procedural Order n 2 du 16 octobre 2002)
recommandant la suspension de larbitrage local jusqu ce quil ait statu sur sa comptence. SGS
avait aussi agi Genve contre le Pakistan mais sa demande a t carte en raison de la clause
darbitrage (Tribunal de premire instance) puis de limmunit de juridiction de lEtat tranger (Cour
dappel et Tribunal fdral).
823
COMMENTAIRE
(13)
SGS c/ Philippines, du 29 janvier 2004, (Case N ARB/02/6) Decision of the Tribunal on Objections to
Jurisdiction. (dj cite note 9).
(14)
Occidental Exploration and production company c. Equateur, London court of international arbitration (Case
N UN3467), sentence finale, 1er juillet 2004.
824
IBRAHIM FADLALLAH
(15)
V. AAPL c/ Sri Lanka (ARB/87/3), Sentence, 27 juin 1990; Lanco c/ Argentine (ARB/97/6), Dcision sur la
comptence, 8 dcembre 1998; Azurix Corp. c. Argentine (ARB/01/12), Dcision sur la comptence, 8
dcembre 2003 ; Alex Genin et autres c. Estonie (ARB/99/2), Sentence, 25 juin 2001; Tradex Hellas S.A. c.
Albanie (ARB/94/2), Dcision sur la comptence, 24 dcembre 1996. On ajoutera la sentence Azinian c/
Mexique (ARB(AF)/97/2), 1er novembre 1999, rendue sur le fondement de lALENA, selon le mcanisme
supplmentaire.
(16)
(17)
825
Dcision sur la comptence Salini c. Maroc, Dcision dannulation Vivendi c. Argentine, Dcision sur la
comptence SGS c/ Philippines.
826
IBRAHIM FADLALLAH
(18)
Certains arbitres se dclarent incomptents au motif quil ny a pas violation du trait: SGS c/ Philippines
sur lexpropriation, Joy Mining c/ Egypte, ARB/03/11 ( rapprocher de PSEG c/ Turquie, ARB/02/05). Mais
lon est la limite de la distinction de la comptence et du fond.
(19)
Cette clause, dite dpuisement des recours internes, est moins commune. La tendance actuelle est de
labandonner, depuis le Trait US-Argentine du 14 novembre 1991. Elle est de nature retarder considrablement la solution internationale du litige. Elle simpose dautant moins que la Convention de Washington
(qui lautorise nanmoins: article 26 in fine) a entendu tablir une galit procdurale entre les parties et
que, sur le fond, le respect des rgles de lEtat daccueil est indiffrent lapprciation de son comportement au regard des normes internationales. Cette clause prsente en outre linconvnient que la discussion se limite ensuite lapprciation des dcisions nationales au regard des normes internationales (V. la
sentence Azinian c/ Mexique o les faits taient, il est vrai, accablants pour les demandeurs). Il convient de
rappeler que les conditions de la comptence CIRDI chappent aux juridictions nationales, dont les dcisions ne lient pas le Tribunal international (Azinian, 100 o le Tribunal considre que si les dcisions
827
nationales dclarant nul le contrat ne sont pas contestes, il ny a plus de contrat susceptible dexpropriation.
La sentence examine cependant le bien-fond des dcisions mexicaines).
(20)
Ngociation pralable, saisine pralable des juridictions nationales, selon les cas.
(21)
Lon nexamine pas ici la validit in se de cette renonciation (v. Azurix c/ Argentine); peutelle, en outre,
intervenir avant la naissance du litige et donc avant que ne souvre le choix effectif prvu par le trait.
(22)
828
IBRAHIM FADLALLAH
loption, tant que le choix nest pas effectivement puis par lexercice de lune des
voies de recours prvues.
B.
(23)
Rapprocher PSEG et autres c/Turquie, 4 juin 2004, qui tablit un lien entre la reconnaissance de la qualit
dinvestisseur et le consentement larbitrage.
(24)
(25)
829
Sentences prcites: Vivendi c/ Argentine; SGS c/ Pakistan; Siemens AG c/ Argentine; Enron c/ Argentine;
Occidental Exploration and production company c. Equateur; Generation Ukraine c/ Ukraine.
830
IBRAHIM FADLALLAH
831
CONSTITUCIONALID
AD DE LLOS
OS ARBITRAJES COMO
CONSTITUCIONALIDAD
RESUL
OS ACUERDOS DE PROMOCIN
RESULTTADO DE LLOS
Y PROTECCIN A LLAS
AS INVERSIONES?
(*)
832
(1)
Bolivia ha sido sometida a arbitraje internacional por supuestas violaciones a Acuerdos de Proteccin y
Promocin a las Inversiones en una instancia anterior como resultado de la fallida concesin de agua y
saneamiento bsico otorgada en favor de Aguas del Tunari S.A., sin embargo, ese arbitraje no lleg a un
laudo sobre el fondo ya que el gobierno de Bolivia y los inversores extranjeros en Aguas del Tunari S.A.,
subsidiarios de la empresa Americana Bechtel Engineering y la espaola Abengoa S.A., llegaron a una
transaccin despus de la emisin de un laudo de jurisdiccin que neg la excepcin de incompetencia
interpuesta por la Repblica de Bolivia. (Aguas del Tunari S.A. v. Repblica de Bolivia, Laudo de Competencia del 21 de octubre de 2005 CIADI caso N ARB/02/3).
833
(2)
Constitucin Poltica del Estado boliviano, artculo 135 (Se consideran Nacionales Todas las Empresas):
Todas las empresas establecidas para explotaciones, aprovechamiento o negocios en el pas se considerarn nacionales y estarn sometidas a la soberana, a las leyes y a las autoridades de la Republica.
(3)
Constitucin Poltica del Estado boliviano, artculo 116 (Ejercicio del Poder Judicial):
El Poder Judicial se ejerce por la Corte Suprema de Justicia de la Nacin, el Tribunal Constitucional, las
Cortes Superiores de Distrito, los tribunales y jueces de Instancia y dems tribunales y juzgados que
establece la Ley. La Ley determina la organizacin y atribuciones de los tribunales y juzgados de la Repblica. El Consejo de la Judicatura forma parte del Poder Judicial.
No pueden establecer tribunales o juzgados de excepcin.
834
(4)
Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de otros Estados firmado el 18 de marzo de 1965 en Washington D.C. por los Estados miembros del Banco Internacional de Reconstruccin y Fomento, al cual Bolivia se adhiri el 3 de mayo de 1991.
(5)
Convencin de Viena sobre el derecho de los tratados, adoptada y abierta a la firma el 23 de mayo de
1969, en vigencia el 27 de enero de 1980 (1155) Series 331 de tratados de las Naciones Unidas firmado
por Bolivia el 23 de mayo de 1969, pero an no ha sido ratificado. Encontramos la referencia a la Convencin de Viena en la decisin del Tribunal Constitucional de Bolivia muy interesante dado que Bolivia no ha
ratificado la Convencin de Viena. Una referencia tan especfica de la Convencin de Viena, en una decisin del Tribunal Constitucional de Bolivia parecera indicar que Bolivia acepta los principios establecidos
en dicha convencin como una expresin de principios de derecho internacional.
835
836
(6)
837
838
839
SOBRE LLOS
OS TRA
TRATTADOS DE INVERSIN EXTRANJERA Y SU
CONTRIBUCIN AL ARBITRAJE TRANSNA
CIONAL
TRANSNACIONAL
1.
(*)
Especialista en Derecho Internacional Privado y Grado de Master en Derecho Internacional, con especializacin en Derecho de las Relaciones Econmicas Internacionales, por la Universidad Pars II. Doctoranda en Derecho Internacional por la Universidad Pars II.
(1)
Compaa Universal del Canal de Suez c./ Vice-rey de Egipto, sentencia del 21 de abril de 1864, in: La
Fontaine Pasicrisie internationale (1794-1900), The Hague, Martines Nijhoff Publishers, reedicin en
1997, pp. 122-129.
840
aplicados los principios generales contemplados por el artculo 38.1 del estatuto de la corte internacional de justicia, sino
el derecho internacional pblico en general, tal y como lo reflejan las sentencias
Texaco c./ el Gobierno de Libia (1977) y
Aminoil c./ Koweit (1982)(4).
Adems de las clusulas compromisorias, dichos contratos llamados por
la doctrina contratos de Estado,
acuerdos de desarrollo econmico o
incluso contratos internacionalizados,
para diferenciarlos de los simples contratos administrativos, van a ir introduciendo clusulas de eleccin del derecho aplicable que van a hacer referencia directa a los principios del derecho
internacional o del derecho del Estado
receptor de la inversin pero estabilizado por reglas de estabilizacin o incluso de intangibilidad del derecho(5).
En ambos casos, el Estado se ve imposibilitado de utilizar sus prerrogativas
de derecho interno para escapar a su responsabilidad contractual.
(2)
Recordemos que para recurrir a la proteccin diplomtica del Estado nacional, el inversionista debe haber
agotado previamente todas las vas de recursos internos, adems, el litigio no le pertenece, es su Estado
quien se encarga de dar seguimiento a la reclamacin frente al otro Estado donde se ha realizado la
inversin.
(3)
Lena Goldfields c./ Unin sovitica, 2 de septiembre de 1930, Cornell law Quarterly, 1950-1951, pp. 42-53,
Petroleum Developments Ltd c./ Ruler of Abu Dhab, ICLQ, 1952, pp. 247-261, Ruler of Qatar c./ International Marine Oil Company Ltd, IRL, 1953, p. 545, ARAMCO c./ Saoudi Arabia, 23 de agosto de 1958, RCDIP,
1963, pp. 272-363, Sapphire International Petroleum Ltd c./ Nacional Oil Company, 15 de marzo de 1963,
Ann. Suisse de DI, 1963, pp. 273-302.
(4)
Texaco, Sentencia del 19 de enero de 1977, JDI, 1977, pp. 350-389, ver especialmente el Par 35 de la
sentencia, Aminoil, Sentencia del 24 de marzo de 1982, ver comentarios de Lalive, especialmente Par 6 y
7 de la sentencia, RCADI, 1983.III, pp. 147 y ss.
(5)
Sobre dichas reglas que tienen por finalidad estabilizar el derecho aplicable e igualar en este sentido las
relaciones entre el Estado y el inversionista: Chatterjee, (S), The Stabilisation clause myth in investment
agreements, JIA, 1988, p. 97, David (N), Les clauses de stabilit dans les contrats ptroliers, questions
dun practicien, JDI, 1986, p. 79, GARCIA, Amador, (F), State responsability in case of stabilization clauses,
Journal of transnacional law and policy, 1993, Vol. 2, N 1, p. 23, Paasivirta, (E), Internationalization and
stabilization of contractus versus state sovereignty, BYBIL, 1989, p. 315, WEIL, (P), Les clauses de stabilisation ou dintangibilit insres dans les accords de dveloppement conomique, in Mlanges offerts
Charles Rousseau, Paris, Pedone, 1974, WAELDE, (TH), / George NDI, Stabilizing international investment
commitments: international law versus contract interpretation, Texas ILJ, 1996, p. 215.
841
como Estados Unidos que tiende a imponer el arbitraje transnacional en los Tratados de Libre Comercio (TLC) que negocia. A estos tratados se suman unos
cuantos Tratados multilaterales (TMI) que
se han visto consecuentemente influenciados por la red de TBI: Tratado de Libre
Comercio de Norteamrica (NAFTA), el
Tratado sobre la Carta de la energa, el
Protocolo de Colonia para la promocin
y proteccin recproca de las inversiones
dentro del cuadro del MERCOSUR(8).
Todos estos tratados contienen en lo
esencial, disposiciones sobre a) la recepcin de las inversiones, b) el tratamiento
de las inversiones una vez constituidas,
c) la proteccin y garanta de estas inversiones, d) la solucin de controversias
entre los Estados partes al tratado y entre
el Estado receptor de la inversin y el propio inversionista.
2.1. Sobre la recepcin de las inversiones
La gran mayora de tratados deja a
la iniciativa del Estado receptor de la inversin, la libertad de definir sus condiciones, limitndose a sealar que cada una
de las partes se compromete a mantener
un clima favorable sobre su territorio para
las inversiones de los nacionales y de las
sociedades de la otra Parte, permitiendo
la constitucin y adquisicin de estas inversiones en trminos y condiciones que
acuerden un tratamiento no menos favo-
(6)
El artculo 42.1 de la Convencin prev que: El tribunal debe resolver sobre el litigio conforme a las reglas
de derecho adoptadas por las partes. A falta de acuerdo entre las partes, el Tribunal aplica el derecho del
Estado contratante parte al litigio, comprendiendo las reglas relativas a los conflictos de Ley es, as como
los principios de derecho internacional en la materia.
(7)
Fuente publicada por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo (CNUCED),
www.unctad.org.
(8)
Sobre los tratados multilaterales: WAELDE, TH, Multilateral investments agreements (MITs) in the Year
2000, in: Souverainet tatique et marches internationaux la fin du 20me sicle. Mlanges en lhonneur
de Ph. Kahn, Litec, 2000, pp. 389-431.
842
(9)
Sobre el AMI y su fracaso: BHMER, A., The struggle for a Multilateral Agreement on Investment An
assessment of the negocietions process in the OCDE, GYIL, 1998, Vol. 41, pp. 267-298, DATTU, R., et
BOSCARIOL, J., A quick primer on the Multilateral Agreement on Investment, Int Bus. Lawyer, 1999, pp.
50-53, FATOURUS, A., Towards an international agreement on foreign investment, in: ICSID Rev. FILJ,
1995, Vol. 10, N 2, pp. 191-207, FATOURUS, A., Vers un accord international sur linvestissement direct
tranger?, in: Vers des rgles multilaterals sur linvestissement, Documents OCDE, 1996, p. 61, JOHNSTON, D., LAccord multilateral sur linvestissement: ami ou ennemi?, in: Politique trangre, 1998, N 2,
pp. 359-376, JUILLARD, P., A propos du dcs de lAMI, in: AFDI, 1998, pp. 595-612, JUILLARD, P., LAccord
multilatral sur linvestissement: un accord de troisime type, in: Un accord multilatral sur
linvestissement: dun forum de ngociation lautre? SFDI, Paris, Pedone, 1999, p. 47, KODAMA, Y.,
Dispute settlement under the draft Multilateral Agreement on Investment, the quest for an effective
investment dispute settlement mechanism and its failure, in: JIA, 1999, N 3, pp. 45-87, LANG, J., LAMI,
cest lennemi, in: Le Monde, 10 fvrier 1998, MALANCZUK , P., State-State and investor-State dispute
settlement in the OECD draft Multilateral investment agreement, in: JIEL, 210, p. 417, MUCHLINSKI, P.,
Towards a Multilateral Investment Agreement (MAI): the OECD and WTO, models and sustainable development, in: International economic law with a human face, sous la direction de DENTERS, DE WARRT
et WEISS, Kluwer, 1999, p. 429, MUCHLINSKI, P., The rise and fall of the Multilateral Agreement on Investment: where now?, in: Int. Lawyer, 2000, Vol. 34, N 3, pp. 1033-1053, ROWAN, D., Investissements, Cet
AMI qui inquite les Europens, Courrier International, N 381, 1998, p. 17, SCHITTECATTE, C., The
politics of the MAI, on the social opposition of the MAI and its role in the demise of the negociations, in:
JWI, 2000, pp. 329-356, SMALL, D., Rglement des diffrends entre investisseurs et Etats daccueil dans
un Accord multilatral sur linvestissement, in: Un accord multilatral sur linvestissement: dun forum
de ngociation lautre?, SFDI, Paris, Pedone, 1999, p. 79, STEN, B., International economic relations
and the MAI dispute settlement, in: JIA, 1999, N 2, pp. 118-128, VADCAR, C., Le projet dAccord multilatral sur linvestissement: problmatique de ladhsion des pays du Sud, in: JDI, 1998, pp. 9-44,
WALLACE -BRUCE, N., The Multilateral Agreement on Investment, an incident proposal and not learning
the lessons of history, in: JWI, 2001, pp. 53-85, WIMMER, A., The impact of the General Agreement on
Trade in Services on the OECD Multilateral Agreement on Investment, in: World Competition, 1996, p. 109.
843
(10)
LEBEN, Ch., Lvolution du droit international des investissements, in: SFDI, Un accord multilatral sur
linvestissement: dun forum de ngociation lautre?, Paris, Pedone 1999, pp. 7-32.
(11)
Sobre la AMGI: JOS (E.), Lagence multilatrale de garantie des investissements : une contribution positive
mais insuffisante pour promouvoir les investissements utiles aux pays en dveloppement, RGDIP, 1994,
pp. 387-413, SHIHATA, (I), MIGA and foreign investment: origines, operations, policies and basic documents
of the Multilateral investment guarantee agency, Kluwer, 1988. Il convient de noter que la BIRD sintressait
au problme de lassurance des investissements depuis longtemps. En effet, au dbut des annes 1960,
la BIRD avait dj envisag la cration dun programme multilatral crant une institution dassurance
multilatrale des investissements, en tant qulment stimulant des investissements privs trangers. Le
rapport a t publi en mars 1962, BIRD, Multilateral investment insurance, Washington D.C., p. 51.
844
pectivos a la interpretacin del propio tratado que puedan surgir entre ambos Estados y que por lo tanto tiene un carcter
interestatal. El primero de los casos corresponde al arbitraje transnacional o mixto, donde es clara la importancia relevante que va a obtener el CIADI, en su calidad de Centro especializado para la resolucin de diferencias relativas a inversiones; no obstante, muchos tratados incluso
a finales de los aos 1980 van a continuar
nombrando a otros centros como la CCI,
la Cmara de Comercio de Estocolmo o
incluso al reglamento de arbitraje de la
CNUDMI para resolver dichas diferencias(12). El segundo de los casos no es ms
que el arbitraje interestatal (normalmente
de carcter ad hoc pero que tambin puede llevarse a cabo delante de la Corte Permanente de Arbitraje) entre los Estados
Partes al tratado de inversin, con el fin
de resolver una controversia sobre la aplicacin o interpretacin del mismo.
No es sino a mediados de los aos
1990 cuando ms Estados, sobre todo
Estados latinoamericanos van a ir poco a
poco adhirindose a la Convencin de
Washington de 1965 (Chile, el 24/09/91;
Colombia, el 15/07/97; Costa Rica, el 27/
04/93; Nicaragua, el 20/03/95; Panam,
el 08/04/96; Per, el 09/08/93; Repblica
Dominicana, el 27/05/94, Uruguay, el 09/
08/00; Venezuela, el 02/05/95), suceso
que marca en cierta forma el abandono
de la clusula Calvo segn la cual todo
litigio entre un Estado y un inversionista
extranjero es de la sola competencia de
los tribunales internos y debe ser juzga-
do por el derecho interno del Estado receptor de la inversin, sin siquiera internacionalizar el litigio mediante la proteccin diplomtica.
Sin lugar a dudas, la multiplicidad
de opciones con las que va a contar el
inversionista extranjero es una de las caractersticas que va a marcar el nuevo
derecho de las inversiones internacionales. En efecto, mientras que de manera
general el forum shopping, provocado
por el liberalismo econmico aplicado al
arbitraje, no es bien visto, en materia de
inversiones va a favorecerse, a fin de que
el inversionista pueda escoger la mxima proteccin posible(13).
En cuanto al arreglo de diferencias
entre las Partes contratantes, relativo a la
aplicacin o interpretacin del TBI o del
TMI, cabe precisar que si bien no se descarta se la posibilidad de que el caso sea
resuelto ante un tribunal de arbitraje, lo
normal es que el asunto sea resuelto por
la va diplomtica a travs de las negociaciones entre las partes.
3.
(12)
Sobre las distintas previsiones en los TBI y en los TMI, ver PARRA, (A), Provisions on the settlement of
investment disputes in modern investment laws, bilateral investment treaties and multilateral instruments
on investments, ICSID revue, 1997.
(13)
GAILLARD, E., Larbitrage sur le fondement des traits de protection des investissements, in: Revue de
larbitrage 2003, p. 863. El autor hace referencia en este caso a un forum shopping in favores.
845
(14)
Sobre la neutralizacin del poder normativo del Estado, (P), MAYER, La neutralisation du pouvoir normatif
de lEtat en matire de contrats dEtat, JDI, 1986, pp. 5-78.
(15)
En este sentido, LEBEN, (CH), Lvolution du droit international des investissements, cit., pp. 18 y ss.
(16)
WEIL, P., Problmes relatifs aux contrats passs entre un Etat et un particulier, RCADI, 1969, p. 130.
(17)
MANN, F., State contract and State responsability, AJIL, 1960, p. 572.
846
(18)
Trmino utilizado por PAULSSON , (J), , Arbitration without privity, ICSID Revieu, 1995, Vol. 10, p. 232, in
The Energy charter treaty, London, Kluwer, 1996.
(19)
Southern Pacific Properties (Middle East) Limited c./ Repblica rabe de Egipto, ILM, 1993, p. 933.
ante la CCI, siendo el objeto de una sentencia que posteriormente es anulada por
la Corte de Apelaciones de Pars(20).
Una vez determinada la competencia
del CIADI, la cuestin fundamental ante
el arbitraje SPP fue evidentemente la determinacin del derecho aplicable (artculo 42.1 de la Convencin). Al respecto, el
acuerdo entre el gobierno de Egipto y la
SPP no contena ninguna clusula especial
de derecho aplicable, pero su prembulo
precisaba que dicho acuerdo haba sido
concluido conforme a las diversas leyes de
Egipto, incluyendo la Ley N 43 de 1974
sobre inversiones. Apoyndose sobre estas referencias al derecho de Egipto, el
gobierno sostena que deba aplicarse de
manera exclusiva; para la SPP, las referencias en causa no excluan la aplicacin de
los principios de derecho internacional.
Para el tribunal arbitral, el acuerdo entre
las partes no excluye el recurso del derecho internacional, con motivo a que todo
sistema nacional no es completo ni exhaustivo, por lo que toda laguna debe ser completada por el derecho internacional.
En el fondo, tambin encontramos
diferencias entre la sentencia SPP CCI y
la sentencia SPP CIADI. En efecto, mientras que la primera decide que los intereses deben empezar a contarse desde la
introduccin de la instancia y hasta la fecha de pago, la segunda decide al contra-
847
(20)
Sentencia del 16 de febrero de 1983, Rev. De larbitrage, 1986, p. 105, anulada por Paris, 12 de julio de
1984, Rev. De larbitrage, 1986, p. 75, ver LEBOULANGER, Etat, Politique et arbitrage, laffaire du Plateau
des Pyramides, Rev. De larbitrage, 1986, p. 3.
(21)
Ver el artculo 55 de la Ley N del 20 de julio de 1989 de la Repblica de Egipto, ICSID Rev., 1989, p. 376,
MARCHAIS, B., The new investment law in the Arab Republic of Egypt, en: ICSID Rev., 1989, p. 297,
HORCHANI, F., Le code tunisien dincitations aux investissements, en: JDI, 1998, pp. 67-91, MBILAMPINDO
W., Le code congolais des investissements, illustration dun interventionnisme incitatif de la puissance
publique, in: Recueil Penant, 1997, pp. 78-97.
(22)
PHILIPPE, D., Pacta sunt servanda et rebus sic stantibus, in: Arbitrage commercial international: lapport
de la jurisprudence arbitrale, Sminaire des 7 et 8 avril 1986, Paris, CCI Publishing SA, 1986, pp. 181-259.
848
cacin precisamente en que si bien es cierto dicho principio se aplica al derecho interno, el Estado siempre estar en su derecho de actuar legislativamente, aun
cuando exista una clusula de estabilizacin en el contrato que ha firmado con el
inversionista extranjero, quitndole as
todo efecto til de internacionalizacin.
Otro problema aun no resuelto es el
eventual conflicto en el tiempo que pudiera surgir entre una legislacin nueva
que desplace a otra anterior, para lo cual
habr que aplicar las reglas de conflicto
propias del derecho internacional privado. Esto es sin lugar a dudas diferente al
posible conflicto que pueda existir entre
el derecho interno del Estado receptor de
la inversin y el derecho internacional. En
ambos casos, ser el tribunal arbitral quien
deba encargarse de determinar el derecho
aplicable y resolver los posibles conflictos que se presenten en su aplicacin.
4.2. El consentimiento dentro de los
Tratados Internacionales
Actualmente no existe duda alguna
en que el consentimiento brindado por el
Estado a travs de un tratado internacional (bilateral o multilateral) al arbitraje
transnacional es una reafirmacin sobre
el plano internacional de la posibilidad de
un consentimiento disociado entre las partes(23). Esta fue desde un principio la posicin de los autores del proyecto de la
Convencin de Washington al redactar el
artculo 25.1 sobre la competencia del
(23)
Cf. Artculo 26 del Tratado de la Carta de la Energa, Captulo XI del NAFTA, Seccin D del proyecto del AMI.
(24)
849
(25)
Reporte de los administradores de la Convencin, Vol. III, Documento N 87, pp. 657-658.
(26)
(27)
Sobre la sentencia ver tambin, ROMBAUD, P., Des obligations de lEtat vis--vis de linvestisseur tranger
(Sentence AAPL c./ Sri Lanka), in: AFDI, 1992 p. 501.
(28)
BURDEAU, G., Nouvelles perspectives pour larbitrage dans le contentieux conomique intressant les Etats,
in: Revue de larbitrage, 1995, p. 15.
(29)
BEN HAMIDA, W., Larbitrage transnational unilatral, in: Thse, Paris II, 2003.
850
Otro punto fundamental en la evolucin del arbitraje transnacional, en presencia de un tratado internacional, es el
hecho de que las normas contenidas dentro del tratado son primordialmente aplicables; teniendo en cuenta que el Estado
receptor de la inversin ha dado su consentimiento expreso a dichas normas mediante la ratificacin del tratado, mientras
que el inversionista ha dado su consentimiento implcito, desde el momento en
que antepone la demanda arbitral.
Ms all de las normas introducidas por
el tratado internacional de inversin cabe la
aplicacin del derecho del Estado receptor
de la inversin as como de los principios
de derecho internacional, tal y como lo seala el artculo 42 de la Convencin de
Washington. En el caso de la aplicacin del
NAFTA en ausencia de una clusula compromisoria o compromiso que seale el derecho aplicable, por tomar un ejemplo de
tratado multilateral, se prev la aplicacin
de las disposiciones del propio tratado as
como toda regla pertinente de derecho internacional(31). En este caso, el tratado no
hace referencia al derecho interno de los
Estados Partes precisamente porque el sis-
tema est destinado a garantizar a los inversionistas la aplicacin de prerrogativas internacionales por encima de los derechos
internos. De esta manera, aunque existiera
un contrato regido estrictamente por el derecho interno, un litigio pudiera ser llevado
ante un arbitraje CIADI (bajo las reglas complementarias o bajo el reglamento de la
CNUDCI) sobre la base de una violacin al
tratado de cobertura y en aplicacin a las
normas de derecho internacional.
6.
CONCLUSIN
Como hemos podido observar, los tratados de promocin y proteccin de inversiones, adems de internacionalizar el contrato que eventualmente han podido firmar
el Estado receptor de la inversin y el inversionista extranjero, entran a modificar la dinmica misma del consentimiento al arbitraje transnacional, llegando inclusive a desplazar la necesidad de un contrato de Estado.
Que haya o no un contrato de inversiones firmado entre el Estado receptor de
la inversin y el inversionista extranjero
ha quedado as en un segundo plano, inclusive para la determinacin del derecho
aplicable, ya que toda violacin del tratado entraa la responsabilidad internacional del Estado y por ende la aplicacin de
las normas de derecho internacional.
Por ltimo podemos afirmar que otra
consecuencia de la multiplicacin de los TBI
y TMI es la confirmacin del lugar angular
que tiene el CIADI dentro del derecho internacional de las inversiones, y en un futuro quizs, la elaboracin de un tratado multilateral
sobre inversiones en el que participen todos
los sectores del comercio mundial.
(30)
DERAINS, Y., Limpact des accords de protection des investissements sur l arbitrage, in: Gazette du Palais,
Recueil mai- juin, 2001, pp. 631 y ss.
(31)
CANADAS ACCESSION TO THE ICSID CONVENTION AND THE 2006 / CANADA - PERU (...)
851
CANAD
AS A
CCESSION TO THE ICSID CONVENTION
CANADA
ACCESSION
AND THE 2006 / CANAD
A - PERU BIL
ATERAL INVESTMENT TREA
TY
CANADA
BILA
TREATY
TY::
NEW PROTECTIONS AND OPPORTUNITIES FOR INVESTORS
1.
INTRODUCTION
(*)
(**)
(1)
Convention on the Settlement of Investment Disputes between States and Nationals of Other States, done
at Washington, D.C. on 18 March 1965, in: 575 U.N.T.S. p. 159, 4 I.L.M., 1965, p. 532. Michael Wilson,
Canadas Ambassador to the United States, signed the Convention on behalf of the Government of Canada
on 15 December 2006, at the World Bank Headquarters in Washington, D.C.
852
(2)
The Convention was opened to signature on 18 March 1965 on behalf of all States members of the International Bank for Reconstruction and Development (the World Bank). It entered into force on 14 October
1966, thirty days after the deposit with the Bank of the twentieth instrument of ratification. The list of signatories and Contracting States to the Convention, including the dates of signature, ratification and entry into
force for each country, is available on-line at the web site of the World Bank:
http://www.worldbank.org/icsid/constate/constate.htm. At the time of writing, 155 States had signed the
Convention, 143 States had deposited their instruments of ratification and attained the status of Contracting State by the resulting entry into force of the Convention for such States.
(3)
See Canada, Bill C-53, An Act to implement the Convention on the Settlement of Investment Disputes
between States and Nationals of Other States (Washington Convention), 1st Reading, 39th Parl., 55-56
Elizabeth II, 2006-2007 (in the House of Commons of Canada, March 30, 2007).
(4)
As has been widely noted, the long delay in Canadas accession to the Washington Convention is typically
attributed to Canadas federal system of government, according to which ratification entails the enactment
of implementing legislation not only by the federal Parliament but as well by each of Canadas 13 provincial
and territorial legislatures. At the time of writing, five Canadian provinces and territories Ontario, British
Columbia, Saskatchewan, Newfoundland and Labrador, and Nunavut have enacted legislation implementing the Convention, all based on a concise, 15-clause model Settlement of International Investment
Disputes Act, developed by the Uniform Law Conference of Canada (available online at http://www.ulcc.ca/
en/us/index.cfm?sec=1&sub=1s1).
(5)
Agreement between Canada and the Republic of Peru for the Promotion and Protection of Investments,
done on 14 November 2006 (the Canada-Peru BIT). The Canada-Peru BIT can be found online at: http:/
/www.dfait-maeci.gc.ca/tna-nac/documents/Canada-Peru10nov06-en.pdf.
(6)
Xinhua News Agency, News Release 200611140430 Canada, Peru sign agreement on foreign investment protection (14 November 2006), also published by Peoples Daily online at http: http://
english.people.com.cn.
CANADAS ACCESSION TO THE ICSID CONVENTION AND THE 2006 / CANADA - PERU (...)
853
854
Contracting State, which the parties to the dispute consent in writing to submit to the Centre. When
the parties have given their consent, no party may withdraw its
consent unilaterally.
The Convention thus establishes
three essential criteria for disputes to be
eligible for submission to an international arbitral tribunal in accordance with the
Convention:
(7)
A Contracting State is a State which has ratified the Convention and for which the Convention has entered
into force.
(8)
The legal dispute and investment criteria, as well as the nationality requirement for ICSID jurisdiction,
are all critical subjects worthy of debate and analysis and in respect of which a rich jurisprudence and
doctrine exist. For purposes of this brief paper, however, we focus on the issue of consent and, in particular, on consent to ICSID arbitration as expressed by States in BITs.
CANADAS ACCESSION TO THE ICSID CONVENTION AND THE 2006 / CANADA - PERU (...)
855
(9)
The UNCITRAL Arbitration Rules were prepared by the United Nations Commission on International Trade
Law and adopted by that body on 28 April 1976, they were subsequently adopted by the United Nations
General Assembly on 15 December 1976. Unlike the ICSID, UNCITRAL is not an arbitral institution and the
UNCITRAL Rules do not specify that an arbitration conducted in accordance with those Rules shall be
administered by any such institution.
(10)
United Nations Conference on Trade and Development, Bilateral Investment Treaties 1995-2006 : Trends
in Investment Rulemaking, UNCTAD/ITE/IIT/2006/5, Geneva, 2007.
(11)
Under the ICSID Additional Facility Rules, the Center is authorised to administrate arbitral proceedings
where either the host State or the State of which the foreign investor is a national is not a Contracting State
to the ICSID Convention.
856
2.
4.
PROCEDURAL PROTECTIONS
OFFERED BY THE ICSID CONVENTION
The fact that, upon Canadas ratification of the ICSID Convention, Canadian
and Peruvian investors will have the ability to submit investment claims to international arbitration in accordance with the
Convention, as opposed to currently existing mechanisms such as the ICSID Additional Facility Rules or the UNCITRAL
Arbitration Rules, means that these investors will be afforded not merely a new option, but also a particularly powerful and
effective mechanism for resolving investment disputes.
Arbitration pursuant to the ICSID
Convention and the ICSID Rules of Procedure for Arbitration (ICSID Arbitration
Rules)(13) offers concrete advantages when
compared with the alternatives. Most significantly, by virtue of Section 6 of the
Convention (entitled Recognition and
Enforcement of the Award), Articles 5355, an arbitral award issued under the
Convention is immune from scrutiny by
domestic courts, both at the seat of arbitration and in the State against which the
award is to be enforced. Indeed, the award
is directly enforceable within the territories of Contracting States subject only to
the remedies provided for in the Convention.(14) As any student or practitioner of
international arbitration is aware, this is
(12)
The Commission is a body established by the two States, comprising cabinet-level representatives of the
parties or their designees.
(13)
Under Article 44 of the Convention, Any arbitration proceedings shall be conducted in accordance with the
provisions of this Section [Section 3, Powers and Functions of the Tribunal] and, expect as the parties
otherwise agree, in accordance with the Arbitration Rules ().
(14)
The provisions on the interpretation, revision and annulment of the award are contained in Section 5 of the
Convention (Articles 50-52).
CANADAS ACCESSION TO THE ICSID CONVENTION AND THE 2006 / CANADA - PERU (...)
5.
857
SUBSTANTIVE PROTECTIONS
AND SALIENT FEATURES OF
THE CANADA-PERU BIT
(15)
See: In the Matter of Arbitration Pursuant to Chapter Eleven of the North American Free Trade Agreement
(NAFTA) between Marvin Roy Feldman Karpa and the United Mexican States (Mexico) ICSID Additional
Facility Case (AF)/99/1, Ontario Superior Court of Justice, judicial review of 3 December 2003, Mr. Justice
Chilcott, in: 8 ICSID Rep., 2005, p. 500. See also: United Mexican States v. Marvin Roy Feldman Karpa,
Ontario Court of Appeal, judicial review of 11 January 2005, in: 9 ICSID Rep., 2006, p. 508. See also: United
Mexican States v. Metalclad Corp., ICSID Case N ARB(AF)/97/1, Supreme Court of British Columbia,
Reasons for Judgment of 2 May 2001, Mr Justice Tysoe, in: 2001 BCSC 664, also in: 119 I.L.R., 2002, p.
647, 5 ICSID Rep., 2002, p. 238. See also the Supplementary Reasons for Judgment of 31 October 2001,
in: 2001 BCSC 1529, also in: 6 ICSID Rep., 2004, p. 53.
(16)
Attorney General of Canada v. SD Myers, Inc. [2004] FC 38, FCJ N 29, Federal Court of Canada, judicial
review of 13 January 2004, in: 8 ICSID Rep., 2005, p. 194.
(17)
See: International Thunderbird Gaming Corporation v. United Mexican States, UNICTRAL (NAFTA) arbitration, Judgment of the U.S. District Court for the District of Columbia on petition to set aside award, 14
February 2007, available online at http://ita.law.uvic.ca/documents/Thunderbird-setaside.pdf.
(18)
Canada has entered into BITs with Poland (1990), Argentina (1993), Hungary (1993), Trinidad and Tobago
(1995), Philippines (1995), Latvia (1995), Ukraine (1995), Romania (1996), Egypt (1996), Panama (1996),
Ecuador (1996), Barbados (1996), Venezuela (1996), Armenia (1997), Thailand (1997), Uruguay (1997),
Lebanon (1997), Croatia (1997), Costa Rica (1998) and Peru (2006). BITs have also been entered into with
the USSR (1991, following the dissolution of the USSR, the BIT binds Russia as the continuator State) and
Czechoslovakia (1990, further to the dissolution of Czechoslovakia the BIT is considered as two separate
treaties binding both the Czech Republic and the Slovak Republic). Canada has also signed BITs with El
Salvador and South Africa, though these have not yet entered into force. Canada is currently negotiating
BITs with India and China. The BITs to which Canada is a party and which have entered into force are
available on-line at the website of the Minister of Foreign Affairs and Trade: http://www.dfait-maeci.gc.ca/
tna-nac/fipa_list-en.asp.
(19)
Peru has entered into BITs with Thailand (1991), Switzerland (1993), Republic of Korea (1994), Sweden
(1994), Paraguay (1994), United Kingdom (1994), China (1995), Bolivia (1995), Czech Republic (1995),
Denmark (1995), Norway (1995), Italy (1995), Portugal (1995), Romania (1995), Malaysia (1995), Argentina (1996), Spain (1996), Netherlands (1996), El Salvador (1996), Finland (1996), France (1996), Germany
(1997), Venezuela (1997), Australia (1997), Ecuador (1999), Chile (2001), Cuba (2001), Columbia (2004),
Singapore (2003), and Canada (2006). The BITs to which Peru is a party and which have entered into force
are available on-line at the website of the United Nations Conference of Trade and Development http://
www.unctad.org/Templates/Page.asp?intItemID=2344&lang=1.
858
Each Party shall accord to investors of the other Party treatment no less favourable than
that it accords, in like circumstances, to its own investors with
respect to the establishment, acquisition, expansion, management, conduct, operation and
sale or other disposition of investments in its territory.
2.
(20)
United National Conference on Trade and Development, Bilateral Investment Treaties 1995-2006: Trends
in Investment Rulemaking, UNCTDAD/ITE/IIT/2006/5, Geneva, 2007, at 10.
(21)
Loc. cit.
CANADAS ACCESSION TO THE ICSID CONVENTION AND THE 2006 / CANADA - PERU (...)
859
The concepts of fair and equitable treatment and full protection and security in paragraph 1
do not require treatment in addition to or beyond that which is
required by the customary international law minimum standard
of treatment of aliens.
(22)
Ibidem.
(23)
Waste Management, Inc. v. United Mexican States, ICSID Case N ARB(AF)/98/2, Award of 2 June 2000, at
Par. 98, in: 15 ICSID Review, 2000, p. 214, 40 ILM, 2001, p. 56.
860
3.
In the context of a BIT, the most-favoured-nation (MFN) treatment standard generally entitles investors of one
State to treatment by the other State that
is no less favourable than the treatment
the latter State affords to investors of any
other State with which it has entered into
an agreement. In this way an investor is
guaranteed to receive the best treatment
that each of the State parties to the BIT
offers to any foreign investor. Save for one
Organization for Economic Co-Operation and Development, Fair and Equitable Treatment Standard in
International Investment Law, OECD Directorate for Financial and Enterprise Affairs, Working Papers on
international investment number 2004/3, September 2004 available online at http://www.oecd.org/dataoecd/
22/53/33776498.pdf.
CANADAS ACCESSION TO THE ICSID CONVENTION AND THE 2006 / CANADA - PERU (...)
(25)
1.
Article 4 shall not apply to treatment accorded under all bilateral or multilateral international
agreements in force or signed
prior to the date of entry into
force of this Agreement.
2.
861
aviation;
(ii) fisheries;
(iii) maritime matters, including
salvage.
Critically, Annex III means that the
obligation of MFN treatment under the
Canada-Peru BIT does not encompass the
sort of treatment accorded foreign investors under agreements signed prior to the
entry into force of the Canada-Peru BIT,
Annex III also permits the State parties to
deny or otherwise refrain from providing
MFN treatment to Canadian or Peruvian
investors in the sectors identified in the
Annex. The combined effect of these exceptions is effectively to prevent tribunals
from interpreting the MFN clause as extensively as would otherwise be the case
as, for example, in a recent ICSID decision in which an Argentine investor successfully argued that the MFN clause in
the Argentine-Spain BIT entitled him to
the more beneficial procedural protections available to investors under a separate
BIT entered into by Spain and a third
country(25). Note that Annex B.4 of the
Canada-Peru BIT also provides that MFN
treatment does not encompass dispute
resolution mechanisms () that are provided for in international treaties or trade
agreements, again effectively constraining the scope of the MFN protection.
Emilio Agustn Maffezini v. The Kingdom of Spain, ICSID Case N ARB/97/7, Decision of the Tribunal on
Objections to Jurisdiction, 25 January 2000, in: 40 ILM, 2001, p. 1129, 16 ICSID Review, 2001, p. 1.
862
9.
the expropriated investment immediately before the expropriation took place (date of expropriation), and shall not reflect
any change in value occurring
because the intended expropriation had become known earlier.
Valuation criteria shall include
going concern value, asset value
including declared tax value of
tangible property, and other criteria, as appropriate, to determine fair market value.
3. Compensation shall be paid
without delay and shall be fully
realizable and freely transferable. Compensation shall be payable in a freely convertible currency and shall include interest
at a commercially reasonable
rate for that currency from the
date of expropriation until date
of payment.
4. The investor affected shall have
a right, under the law of the Party making the expropriation, to
prompt review, by a judicial or
other independent authority of
that Party, of its case and of the
valuation of its investment in accordance with the principles set
out in this Article.
[]
These provisions are noteworthy for
their level of detail. Not only do they clarify the standard of compensation required
for a legal expropriation -the fair market
value of the expropriated investment immediately before the expropriation took
place () not reflect[ing] any change in
value occurring because the intended expropriation had become known earlier -
CANADAS ACCESSION TO THE ICSID CONVENTION AND THE 2006 / CANADA - PERU (...)
they further set out a list of valuation criteria to determine fair market value.
The expropriation clause of the Canada-Peru BIT substantially represents the
existing state of international law on expropriation, as elucidated by numerous international tribunals in cases involving a
wide range of BITs and other investment
protection instruments. However, the specificity of Article 13 of the Canada-Peru
BIT constitutes a particularly clear statement of the two States obligations in this
regard and of investors rights as concerns both the criteria for a legal expropriation and investors entitlements in the
event of expropriation.
The Canada-Peru BIT also includes
at Annex B.13(1) a relatively detailed definition of the term indirect expropriation
that includes a method for determining
whether or not conduct by a State constitutes an indirect expropriation for which compensation is owed to an investor:
ANNEX B.13(1)
Expropriation
The Parties confirm their shared understanding that:
(a) Indirect expropriation results
from a measure or series of measures of a Party that has an effect
equivalent to direct expropriation
without formal transfer of title or
outright seizure;
(b) The determination of whether a
measure or series of measures of
a Party constitutes an indirect expropriation requires a case-bycase, fact-based inquiry that considers, among other factors:
863
864
(26)
2004 U.S. Model Bilateral Investment Treaty, available online at the web site of the Office of the United
States Trade Representative: http://www.ustr.gov/Trade_Sectors/Investment/Model_BIT/Section_Index.html.
See: Annex B.
(27)
Canada News-wire, News Release 200701290307, EDC and Perus COFIDE sign agreement to increase trade (29 January 2007), also published by the Government of Canada online at http://news.gc.ca/
cfmx/view/en/index.jsp?articleid=271789.
(28)
Ibidem.
(29)
United Nations Economic Commission for Latin America and the Caribbean, Canadas Trade and Investment with Latin America and the Caribbean U.N. Doc. LC/WAS/L.61 (29 January 2003).
(30)
Canada News-wire, News Release 200701290307, EDC and Perus COFIDE sign agreement to increase trade (29 January 2007), also published by the Government of Canada online at http://news.gc.ca/
cfmx/view/en/index.jsp?articleid=271789.
CANADAS ACCESSION TO THE ICSID CONVENTION AND THE 2006 / CANADA - PERU (...)
national legal framework for the protection of foreign investors and investments
is an essential component of efforts to promote international investment and economic development. Central to this effort are,
first, the recognition of investors rights
and of the obligations owed to foreign investors by the States in which they invest,
and second, the establishment of an effective, impartial international method for the
settlement of disputes between foreign investors and host States. The attainment of
these twin objectives is greatly enhanced,
on the one hand, through the negotiation
and implementation of BITs and other investment agreements between States, and
on the other hand, by States signature and
ratification of the ICSID Convention.
865
866
867
1.
INTRODUCCIN
La relacin entre tribunales estatales y tribunales arbitrales es, a todas luces, una relacin compleja. Ahora bien,
es particularmente en el contexto del arbitraje de inversin en el cual el juego y
la tensin entre los tribunales estatales y
arbitrales cobra toda su complejidad y alcanza su punto lgido.
La razn es bien sencilla. El poder
judicial del Estado es, a la vez que r-
(*)
Los autores son abogados del bufete Debevoise & Plimpton LLP, en sus oficinas de Pars y Nueva York,
respectivamente. Los autores desean poner de manifiesto que el bufete asesor a la parte demandante
en Occidental c. Ecuador y a la parte demandada en Ecuador c. Occidental, ambos casos discutidos en
esta contribucin.
868
local cobre especial relevancia como elemento factual de la reclamacin bajo el TBI.
Escenario tercero. Cuando a los tribunales estatales les compete asegurar la efectividad del laudo arbitral
en el arbitraje de inversin.
2.
al tribunal TBI exclusivamente en lo relativo a las diferencias de inversiones que supongan una violacin del tratado bilateral.
Estos TBIs limitan por tanto claramente su
jurisdiccin a conocer de violaciones de tratados, y las relaciones con los tribunales estatales estn, al menos desde el punto de vista
de la jurisdiccin de unos y otros, claras.
Hay sin embargo otros TBIs que definen su jurisdiccin de forma ms amplia.
A priori, formulaciones amplias de clusulas jurisdiccionales en los tratados de
inversin a favor de los tribunales arbitrales tales como todas las disputas relativas a una inversin o todas las disputas
con respecto a una inversin parecen
otorgarles jurisdiccin no solamente sobre
reivindicaciones que derivan del tratado
sino tambin sobre reclamaciones de derecho contractual local, an cuando stas ltimas no impliquen una violacin del tratado bilateral de inversin en cuestin.
En Vivendi c. Argentina(1), el comit
ad hoc fue llamado a interpretar, en el contexto de una clusula fork in the road o
electa la va, la provisin del TBI que
otorgaba jurisdiccin al tribunal arbitral
sobre todas las diferencias relativas a inversiones. El comit entendi que dicha
provisin no precisa que la demandante
alegue un incumplimiento del TBI mismo: es suficiente que la diferencia guarde
relacin con una inversin efectuada bajo
869
(1)
Compaa de Aguas del Aconquija S.A. y Vivendi Universal c. Repblica Argentina (Caso CIADI N ARB/
97/3), Decisin sobre la anulacin del Comit ad hoc de 3 de julio de 2002.
(2)
(3)
SGS Socit Gnrale de Surveillance S.A. c. Repblica de Filipinas (Caso CIADI N ARB/02/6), Decisin
sobre Excepciones de Jurisdiccin de 29 de enero de 2004.
(4)
(5)
SGS Socit Gnrale de Surveillance S.A. c. Repblica Islmica de Pakistn (Caso CIADI N ARB/01/
13), Decisin sobre Excepciones de Jurisdiccin de 6 de agosto de 2003.
(6)
870
(7)
El Paso Energy International Company c. la Repblica de Argentina (Caso CIADI N ARB/03/15), Decisin
sobre Competencia de 27 de abril de 2006.
(8)
(9)
(10)
Eureko B.V. c. Repblica de Polonia, Arbitraje ad hoc, Laudo Parcial de 19 de agosto de 2005.
(11)
Literalmente, en ingls, a state shall observe any obligations it may have entered into, Eureko c. Polonia,
Par. 246.
(12)
(13)
LG&E Energy Copr., LG&E Capital Corp., LG&E Internacional Inc. c. la Repblica de Argentina, (Caso
CIADI N ARB/02/01), Decisin de 3 octubre 2006, Par. 170.
871
(14)
(15)
(16)
(17)
CMS c. la Repblica de Argentina (Caso CIADI N ARB/01/8), Laudo de 12 mayo de 2005, Par. 299-303.
(18)
Vanse por ejemplo los artculos VI 2.b. y VI 3. del Tratado entre la Repblica del Ecuador y los Estados
Unidos de Amrica sobre promocin y la proteccin de inversiones, firmado el 27 de agosto de 1993,
entrada en vigor el 11 de mayo de 1997.
872
curso a los tribunales estatales por incumplimiento contractual imposibilita el recurso a los tribunales arbitrales en cuestiones de derecho internacional.
Los tribunales arbitrales han venido
aplicando un test de triple identidad:
identidad de las partes, identidad de objeto o base factual e identidad de causas
de pedir. En CMS c. Argentina y Azurix c.
Argentina, el tribunal dict que la clusula electa una va del BIT entre Estados
Unidos y Argentina no impeda recurrir
al tribunal arbitral una vez que se haba
recurrido al tribunal estatal porque la causa de pedir en ambos procedimientos en
el estatal, incumplimiento contractual; en
el arbitral, incumplimiento del BIT no
eran idnticas(21).
Igualmente, en Occidental c. Ecuador, la previa reclamacin basada puramente en la legislacin fiscal ecuatoriana
ante los tribunales fiscales de Quito entre
las mismas partes, y con idntico objeto
no despojaba al tribunal arbitral de jurisdiccin para conocer de una causa de pedir basada en el tratado(22). Como el tribunal Vivendi explic, una causa de pedir bajo un tratado no es lo mismo que
una causa de pedir bajo un contrato; requiere una demostracin clara de conducta
que en las circunstancias es contraria a la
norma relevante del tratado(23).
La interpretacin restrictiva de estas
clusulas hace por tanto que sea relativa-
(19)
(20)
(21)
CMS c. Argentina, Par. 80, y Azurix Corp c. Repblica Argentina (Caso CIADI N ARB/01/12), Decisin
sobre Jurisdiccin de 8 de diciembre de 2003, Par. 86-92.
(22)
Occidental Exploration and Production Co. c Repblica de Ecuador (Caso CNUDCI N UN3467), Laudo de
1 de julio de 2004, Par. 52-58.
(23)
873
(24)
International Thunderbird Gaming Corp. c. Mexico, Laudo arbitral CNUCDI de 26 de enero de 2006,
Par. 125.
(25)
Occidental c. Ecuador, Par. 58 y 137. Vase tambin Marvin Feldman c. Mexico (Caso CIADI N ARB(AF)/
99/1), Laudo de 16 de diciembre de 2002, Par. 84.
(26)
874
3.
ESCENARIO
SEGUNDO:
CUANDO LOS TRIBUNALES
ESTATALES SE CONVIERTEN
EN PROTAGONISTAS DE LA
DISPUTA
(27)
The Loewen Group, Inc. y Raymond L. Loewen c. Estados Unidos de Amrica (CIADI N ARB(AF)/98/3),
Decisin de 26 de junio de 2003, Par. 123.
(28)
Vase por ejemplo, el Third Restatement on the Law of Foreign Relations of the United States, seccin
712, segn el cual un estado es responsable en derecho internacional por los daos resultantes de la
repudiacin o el incumplimiento de un contrato con el nacional de otro estado, cuando dicha repudiacin o
incumplimiento son discriminatorios o donde no se pone a disposicin del nacional de otro estado un foro
adecuado en el que determinar la controversia derivada de la repudiacin o el incumplimiento.
(29)
Waste Management, Inc. c. Mexico (Caso CIADI N ARB00/3), Laudo de 30 de abril de 2004, Par. 115.
(30)
EnCana Co. C. Repblica de Ecuador (Caso CNUDCI N UN3481), Laudo de 3 de febrero de 2006, Par. 194.
(31)
(32)
Robert Azinian, Kenneth Davitian y Ellen Baca c. Los Estados Unidos Mexicanos (Caso CIADI N ARB(AF)/
97/2), Laudo arbitral de 1 de noviembre de 1999, Par. 102 y 103.
cana el tribunal consider que los tribunales estatales estuvieran cerrados a los
demandantes o hubiesen actuado de manera evidentemente parcial o injusta(33).
El tribunal TBI que ms se acerc al
reconocimiento de la existencia de denegacin de justicia es el de Loewen c.
EE.UU.. Loewen demand a Estados Unidos alegando que el Estado haba incumplido sus obligaciones TLCAN al haber
incurrido los tribunales de Mississipi,
EE.UU., en denegacin de justicia. Los
tribunales estatales haban, en un proceso
plagado de irregularidades, incluyendo
numerosos comentarios racistas y xenfobos contra el inversor extranjero, condenado a Loewen, una funeraria canadiense, a pagar unos quinientos millones de dlares en indemnizacin por daos emocionales y punitivos, una suma extremadamente alta por un contrato cuya cuanta era muy
inferior. El tribunal se detuvo a examinar
los requisitos de la denegacin de justicia,
afirmando varios puntos de inters.
Loewen ilustra primero que una decisin judicial emanada de un jurado en
un litigio contractual entre dos partes privadas constituye una accin de gobierno contra la cual el TLCAN concede al
inversor extranjeros proteccin. El tribunal Loewen afirm adems que hay violacin del principio de derecho consuetudinario de denegacin de justicia y de la
clusula de trato justo y equitativo cuando la decisin es claramente impropia y
875
(33)
(34)
Loewen c. EE.UU., Par. 133 (citando Mondev c. United States (Caso CIADI N ARB (AF)/99/2), Decisin de
11 de octubre de 2002) y 137.
(35)
(36)
(37)
Saipem S.p.A. c. Repblica de Bangladesh (Caso CIADI N ARB/05/07), Decisin sobre Jurisdiccin y
Recomendacin de Medidas Cautelares de 21 de marzo de 2007.
876
previo arbitraje ICC, negando as al inversor su derecho contractual al arbitraje(38). Saipem aleg que las actuaciones
judiciales, que frustraron el laudo ICC a
favor del inversor, fueron constitutivas de
una expropiacin(39).
El tribunal arbitral, en su decisin
sobre jurisdiccin, estim que, si bien la
determinacin de si hubo o no incumplimiento del TBI corresponde a la decisin
sobre el fondo, el tribunal tiene jurisdiccin para conocer de un acto del poder
judicial que pueda resultar en una expropiacin(40). El laudo sobre jurisdiccin
deja adems abiertas cuestiones interesantes, como la de saber si el requerimiento de agotamiento de los recursos
internos se aplicara a un caso como
ste(41). Quedamos a la espera de la decisin sobre el fondo.
4.
ESCENARIO TERCERO: CUANDO A LOS TRIBUNALES ESTATALES LES COMPETE ASEGURAR LA EFECTIVIDAD DEL
LAUDO ARBITRAL EN EL ARBITRAJE DE INVERSIN
(38)
(39)
(40)
(41)
(42)
Republic of Ecuador v. Occidental Exploration & Production Company, [2005] EWHC 774 (Comm) y Republic of Ecuador v. Occidental Exploration & Production Company, [2005] EWCA Civ 1116.
877
la presencia o el consentimiento de su
Estado(47). En esas circunstancias, la doctrina de la no justiciabilidad no impide a
los tribunales ingleses el poder adjudicar
sobre el recurso de Ecuador.
Por lo tanto, los tribunales ingleses
estn facultados para conocer de los recursos contra laudos arbitrales TBI incluso cuando la adjudicacin de un tal recurso requiera la interpretacin por un juez
ingls de un tratado internacional del cual
el Reino Unido no sea parte contratante.
La decisin de los tribunales ingleses y
su razonamiento puede tener mayor repercusin que este caso concreto, en la medida en la que se pueda hacer un argumento parecido al de la no justiciabilidad inglesa en otras jurisdicciones. En estos casos, es probable que los abogados de las
partes demandantes y demandadas discutan largamente acerca de la idoneidad del
principio sentado por las cortes inglesas.
5.
CONCLUSIN
(43)
(44)
(45)
(46)
Ecuador c. Occidental, 2005, EWCA Civ 1116, Par. 31. Vase tambin Ecuador c. Occidental, [2005] EWHC
774 (Comm), Par. 75.
(47)
878
les TBI. Pero, como en muchos matrimonios, la frontera entre lo que pertenece a
uno y al otro puede quedar espectacularmente difuminada.
Los tribunales estatales pueden adems incurrir en denegacin de justicia,
violando el TBI, y correspondiendo a los
tribunales TBI el juicio de la responsabilidad del Estado por la actuacin de sus
tribunales estatales. Ahora bien, hasta el
momento ningn tribunal TBI ha sancionado una denegacin de justicia. Ni siquiera la desgraciada actuacin judicial
de los tribunales estales en Loewen dio
879
1.
LA CLUSULA DE LA NACIN
MAS FAVORECIDA EN LOS
TRATADOS DE PROMOCIN Y
PROTECCIN DE INVERSIONES (TPPI)
(*)
(1)
Recientemente, UNCTAD, Latest Developments in Investor-State Dispute Settlement, Ginebra, 2005, disponible en: http://www.unctad.org. Ya en Mayo de 2003, en la reunin celebrada en Madrid por el Instituto
de Derecho Comercial Internacional de la Cmara de Comercio Internacional se mostr un gran inters
por el incremento constante de los casos de arbitraje para resolver los pleitos surgidos en materia de
inversiones extranjeras, organizndose un coloquio sobre dicho tema, cuyo informe titulado Arbitraje
internacional y proteccin de las inversiones fue publicado por la Secretara del Comit espaol de la
CCI en el Anuario de Justicia Alternativa, N 4, 2003, pp. 267-273. En este informe ya se apuntaba que
880
estamos ante una notoria evolucin que vislumbra una tercera va entre el arbitraje comercial puro y el
arbitraje entre Estados del derecho internacional pblico, un animal nuevo que deber concretarse en el
futuro con los casos que surjan de ahora en adelante, cit., p. 273.
(2)
Sobre estos TPPI y el nivel de proteccin otorgado por stos puede consultarse, GARCA RODRGUEZ, I., La
proteccin de las inversiones exteriores. Los acuerdos de promocin y proteccin recproca de inversiones celebrados por Espaa, Valencia, Tirant lo Blanch, 2005, MAURO, M.R., Gli accordi bilaterali sulla
promozione e la protezione degli investimenti, Turin, Giappichelli, 2003, DOLZER, R. / STEVENS, M., Bilateral
Investment Treaties, Dordrecht, Kluwer, 1995, MIGLIORINO, L., Gli Accordi internazionali sugli investimenti,
Miln, Giuffr, 1989, LAVIEC, J-P., Protection et promotion des investissements, Pars, PUF, 1985.
(3)
DAINO, R., antiguo Secretario General del CIADI, en su discurso inagural del Simposium Making the Most
of International Investment Agreements: A Common Agenda, organizado conjuntamente por la UNCTAD,
el CIADI y la OCDE, Pars, 12 de diciembre de 2005, pone de manifiesto la interrelacin existente en el
cada vez mayor nmero de TPPI bilaterales y multilaterales existentes y el incremento de la litigiosidad,
mediante la puesta en prctica de los mecanismos de solucin de controversias previstos en dichos Convenios, en especial, mediante el arbitraje internacional. En general sobre esta cuestin, BEN HAMIDA, W.,
Larbitrage Etat-investisseur tranger: regards sur les traits et projets rcentes, Journ.dr.int., N 2, 2004,
pp. 419-441, BCKSTIEGEL, K-H., General Introduction to Investment Treaty Arbitration, en: Investment
treaties and arbitration, ed. Kaufmann-Kohler, G. / STUCKI, B., Basilea, ASA, 2002, pp. 1-7, DERAINS, Y.,
Limpact des accords de protection des investissements sur larbitrage, en: Gaz.Pal., Vol. 121, N 3,
2001, pp. 631-635, GAILLARD, E., Larbitrage sur le fondement des traits de protection des investissements, en: Rev.arb., N 3, 2003, pp. 853-875, OBADIA, E., ICSID, Investment Treaties and Arbitration:
Current and Emerging Issues, en: News from ICSID, Vol. 18, N 2, 2001, pp. 4 y ss, VON MEHREN, G.M. /
SALOMON, C.T. y PAROUTSAS, A.A., Navigating through Investor - State Arbitrations - An Overwiew of Bilateral Investment Treaty Claims, en: Dispute Resolution Journal, Vol. 59, N 1, 2004, pp. 69-77.
(4)
Los datos suministrados por el Centro de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones CIADI en sus
ltimos informes anuales son claros al respecto. As, por ejemplo, en el Informe anual del ao 2004 se
refleja que de los treinta nuevos casos iniciados ante el Centro, veinticuatro de los mismos han sido
presentados conforme a clusulas de arbitraje CIADI incluidas en Tratados de proteccin y promocin de
inversiones. El CIADI es una institucin arbitral que fue establecida por el Convenio de Washington, de 18
de marzo de 1965, sobre arreglo de diferencias relativas a inversiones entre Estados y nacionales de otros
Estados (BOE N 219, de 13 de septiembre de 1994). El arbitraje CIADI es el ms utilizado en el mbito de
las inversiones internacionales debido a sus caractersticas especficas en relacin con el resto de arbitrajes internacionales, en especial, por sus caracteres de autonoma e independencia respecto de los tribunales nacionales y su rgimen de reconocimiento y ejecucin de laudos arbitrales. Vide sobre este procedimiento arbitral, BROCHES, A., Convention on the Settlement of Investment Disputes between States and
Nationals of Other States, Explanatory Notes and Survey of its Application, Y.B.Com.Arb., Vol. 18, 1993,
pp. 627 y ss, FERNNDEZ MASA, E., Arbitraje en inversiones extranjeras: el procedimiento arbitral en el
CIADI, Valencia, Tirant lo Blanch, 2004, HIRSCH, M., The Arbitration Mechanism of the International Center for the Settlement of Investment Disputes, Dordrecht, Martinus Nijhoff, 1993, SCHREUER, C., The ICSID
Convention: A Commentary, Cambridge, Cambridge University Press, 2001, VIVES CHILLIDA, J.A., El Centro
Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI), Madrid, McGrawHill, 1998.
(5)
Sobre estas cuestiones, entre otros, AA.VV., International Investment Law and Arbitration, Todd Weiler
(ed.), Londres, Cameron May, 2005, BISHOP, R.D., CRAWFORD, J. y REISMAN, W.M., Foreign Investment
881
Disputes, The Hague, Kluwer, 2005, AA.VV., Le contentieux arbitral transnational relatif linvestissement,
Louvaine la Neuve, Anthemis, 2006, KINSELLA, N.S. y RUBINS, N.D., International Investment, Political Risk
and Dispute Resolution, Nueva York, Oceana, 2005.
(6)
En relacin al origen de esta clusula, OCDE, Most-Favoured-Nation Treatment in International Investment Law, Septiembre, 2004, disponible en: http://www.oecd.org.
(7)
En 1978 la Comisin de Derecho Internacional en su proyecto de artculos sobre las clusulas de la nacin
ms favorecida, ha definido el tratamiento basado en esta clusula en su artculo 5, sealando que Mostfavoured-nation treatment is treatment accorded by the granting State to the beneficiary State, or to persons or things in a determined relationship with that State, not less favourable than treatment extended by
the granting State to a third State or to persons or things in the same relationship with that third State. Este
proyecto puede encontrarse en: http://www.un.org/law/ilc/texts/mfnfra.htm. La definicin de qu debe entenderse por Tratado bsico y Tratado con una tercera parte, haba sido ya claramente establecida por el
Tribunal Internacional de Justicia en el caso de la Compaa Petrolera Anglo-Iran, Reports, 1952, pp. 109
y ss., ya que segn este Tribunal, el tratado bsico en el que se poda sustentar la pretensin del demandante era el que contiene la clusula de la nacin ms favorecida, aadiendo que es este Tratado el que
establece el nexo jurdico entre el Reino Unido y un tratado con un tercer pas y que confiere a ese Estado
los derechos de que goza el tercero. Un tratado con un tercero, independiente y aislado del tratado bsico,
no produce efecto jurdico alguno entre Reino Unido e Irn: es res inter alios acta.
(8)
(9)
El principio ejusdem generis significa que la clusula de la nacin ms favorecida slo puede tener aplicacin respecto de la misma materia y no puede hacerse extensiva a cuestiones distintas de las previstas en
el tratado bsico. Este principio es confirmado por la decisin de la Comisin de Arbitraje establecida para
la demanda de Ambatielos entre Grecia y Reino Unido, de 6 de marzo de 1956, Naciones Unidas, Reports
of International Awards, Vol. XII, 1963, pp. 91 y ss., en donde se declara que la clusula de la nacin ms
favorecida slo puede comprender materias pertenecientes a la misma categora de asuntos que aquel al
que se refiere la propia clusula aadiendo, en relacin con el alcance de dicha clusula en este asunto
concreto, que es cierto que la administracin de justicia, considerada en forma aislada, es una materia
diferente del comercio y navegacin, pero ello no es necesariamente as cuando se le aprecia en el
contexto de la proteccin de los derechos de los comerciantes. La proteccin de los derechos de los
comerciantes naturalmente se incluye entre las materias que son objeto de tratados de comercio y navegacin. Por consiguiente, no puede sostenerse que la administracin de justicia, en la medida en que se
refiera a la proteccin de estos derechos, debe necesariamente ser excluida del campo de aplicacin de la
clusula de la nacin ms favorecida cuando esta ltima incluye todas las materias relacionadas con el
882
LA APLICACIN DE LA CLUSULA A LOS MTODOS DE RESOLUCIN DE CONTROVERSIAS: UNA RESPUESTA AFIRMATIVA EN LOS CASOS MAFEZZINI C. ESPAA, SIEMENS
C. ARGENTINA Y GAS NATURAL C. ARGENTINA
veniente definir cuales son las consecuencias que se pueden derivar de que se adopte una u otra posicin al respecto, dadas
las mltiples y variadas formas de clusulas de resolucin de controversias existentes en la actualidad en los TPPI. Aunque de forma mayoritaria, las posibilidades ofertadas en estos tratados al inversor
privado para resolver el litigio planteado
son bsicamente tres, una vez agotado el
plazo previo para conseguir un arreglo
amistoso: a) acudir a los tribunales nacionales del Estado receptor de la inversin,
b) instar un arbitraje CIADI o c) iniciar
un arbitraje internacional basado en el
reglamento de la CNUDMI, el grado de
interrelacin entre estos mecanismos de
solucin de controversias e incluso su alcance material(10), invita a hacerse distintas preguntas: Qu ocurre en aquellas
ocasiones en donde el TPPI de base no
contemple ningn mecanismo de solucin
de controversias o nicamente la posibilidad de acudir a sus tribunales internos,
ser posible acudir al arbitraje internacional previsto en otro TPPI invocando la
clusula de la nacin ms favorecida? Si
el Tratado de base incluye un obligado
comercio y la navegacin. El problema slo puede resolverse de conformidad con la intencin que hayan
tenido las Partes Contratantes segn se deduzca de una interpretacin razonable del Tratado, cit., p.107.
En el citado proyecto de artculos sobre la clusula de la nacin ms favorecida, la CDI seal en el
artculo 8.2 y 9 cual deba considerarse su mbito de aplicacin: Artculo 8.2. The most-favoured-nation
treatment to which the beneficiary State, for itself or for the benefit of persons or things in a determined
relationship with it, is entitled under a clause referred to in paragraph 1 is determined by the treatment
extended by the granting State to a third State or to persons or things in the same relationship with that third
State, Artculo 9.1. Under a most-favoured-nation clause the beneficiary State acquires, for itself or for the
benefit of persons or things in a determined relationship with it, only those rights which fall within the limits
of the subject-matter of the clause.
(10)
Sobre las divergencias que presentan los TPPI en esta materia y la amplia variedad de mecanismos de
arreglos de controversias Estado-inversor previstos en los mismos, BEN HAMIDA, W., Larbitrage transnational face a un desordre procedural: la concurrence des procedures et les conflits des jurisdictions, TDM,
N 2, april, 2006, CREMADES, B., Arbitration in Investment Treaties: Public Offer of Arbitration in Investment
Protection Treaties, en: Law of Internacional Business and Dispute Settlement in the 21st Century. Liber
Amicorum K-H. Bckstiegel, Colonia, Carl Heymanns, 2001, pp. 149-164, SCHREUER, C., Travelling the BIT
Route Of Waiting Periods, Umbrella Clauses and Forks in the Road, en: Journal of World Trade &
Investment, Vol. 5, N 2, 2004, pp. 231-256, FERNNDEZ MASA, E., Arbitraje en inversiones extranjeras: el
procedimiento arbitral en el CIADI, ob. cit., pp. 137-146 y 151-159.
883
(11)
Sobre esta cuestin, ACCONCI, P., The Most-Favoured-Nation Treatment and International Law on Foreign
Investment, en: TDM, Vol. 2, N 5, 2005, pp. 19-31, FIETTA, S., Most Favoured Nation Treatment and
Dispute Resolution under Bilateral Investment Treaties: A Turning Point?, en: International Arbitration Law
Review, N 4, 2005, pp.131-138, FREYER, D.H. y HERLIHY, Most-Favored-Nation Treatment and Dispute
Settlement in Investment Arbitration: Just How Favored is Most-Favored?, en: ICSID Review-FILJ,
Vol. 20, 2005, pp.63-81, TEITELBAUM, R., Whos Afraid of Maffezini? Recent Developments in the Interpretation of Most Favored Nation Clauses, en: Journal of International Arbitration, Vol. 22, N 3, pp. 225238, LIBERTI, L., Arbitrato ICSID, clausola della nazione pi favorita e problemi di attribuzione, en:
Rivista dellarbitrato, N 3, 2004, pp. 561-589, APPLETON, B., MFN and International Investment Treaty
Arbitration: Have We Lost Sight of the Forest through the Trees?, en: Appletons International Investment Law & Arbitration News, Vol. 1, N 2, 2005, pp. 10-24, Hsu, L., MFN and Dispute Settlement: When
the Twain Meet, en: Journal of World Trade & Investment, Vol. 7, N 1, 2006, pp. 25-37.
(12)
(13)
Decisin sobre competencia de 25 de enero de 2000, ICSID Review-FILJ, Vol. 16, 2001, pp. 212 y ss.
Sobre dicha decisin, ORREGO VICUA, F., Bilateral Investment Treaties and the Most-Favored-Nation Clause:
Implications for Arbitration in the Light of a Recent ICSID Case, en: Investment Treaties and Arbitration,
ed. G. Kaufmann-Kohler y B. Stucki, Basilea, ASA, 2002, pp. 133-158.
(14)
TPPI entre Espaa y Argentina, hecho en Buenos Aires el 3 de octubre de 1991, BOE N 277, de 18 de
noviembre de 1991.
884
(15)
Artculo 10 del TPPI entre Argentina y Espaa: 1. Las controversias que surgieren entre una de las Partes
y un inversor de la otra Parte en relacin con las inversiones en el sentido del presente Acuerdo debern,
en lo posible, ser amigablemente dirimidas entre las partes en la controversia.
(16)
En concreto, este tribunal declar que () A este respecto cabe observar que el prrafo 2 ,dispone que la
controversia ser sometida a los tribunales competentes del Estado Parte en cuyo territorio se haya
realizado la inversin, y que el prrafo 3(a) establece enseguida que la controversia podr ser sometida
a un tribunal arbitral internacional a peticin de una de las partes en la controversia en las siguientes
circunstancias: cuando no exista decisin de un tribunal nacional sobre el fondo despus de transcurridos
dieciocho meses o cuando existiendo tal decisin subsista la controversia () Esta redaccin sugiere que
las Partes Contratantes del ABI Argentina y Espaa quisieron dar a sus respectivos tribunales la oportunidad, dentro del plazo sealado de dieciocho meses, de solucionar la controversia antes de que sta
pudiera ser sometida al arbitraje internacionalSi este hubiera sido el nico argumento del Demandante
sobre esta materia, el Tribunal habra tenido que concluir que, en vista de que el Demandante no ha
sometido el caso a los tribunales espaoles como lo exige el Artculo X(2) del ABI, el Centro careca de
jurisdiccin y el Tribunal no era competente para considerar el caso, Decisin sobre competencia, cit.,
considerando 34 a 36.
(17)
Artculo 4.2 En todas las materias regidas por el presente Acuerdo, este tratamiento no ser menos
favorable que el otorgado por cada Parte a las inversiones realizadas en su territorio por inversores de un
tercer pas.
(18)
885
(19)
La representacin espaola haba defendido, por el contrario, que de acuerdo con el principio ejusdem
generis, la referencia a materias que se incluye en el TPPI entre Espaa y Argentina slo poda entenderse como referida a materias de fondo o aspectos sustantivos del tratamiento otorgado a los inversores y no
a cuestiones de procedimiento o de jurisdiccin, Decisin sobre competencia, cit., cdo. 41. Sobre la posicin del Estado espaol mantenida en este caso, LEON CAVERO, R. A., El Estado ante el arbitraje internacional, en: Aranzadi civil TSJ y AP, N 18, 2000, pp. 24-26.
(20)
Decisin sobre competencia, cit., cdos. 54 y ss., KUNTZ, J. critica respecto a esta afirmacin del tribunal,
que los miembros del mismo asumieron sin dar ninguna justificacin que el acceso a los tribunales espaoles en el periodo estipulado de dieciocho meses era un tratamiento menos favorable que el acudir
directamente a un procedimiento arbitral. Esta forma de ver las cosas parece reflejar una creencia epistemolgica en la superioridad del arbitraje internacional en inversiones extranjeras, The Delicate Extension
of Most-Favoured-Nation Treatment to Foreign Investors: Maffezini v. Kingdom of Spain, en International
Investment Law and Arbitration, cit., p. 547. Esta crtica esta en consonancia con lo alegado por la representacin procesal del Estado espaol que haba manifestado que tendra que probarse que el someter la
controversia a los tribunales espaoles es menos ventajoso para el inversor que recurrir al arbitraje del
CIADI, Decisin sobre competencia, cit., cdo. 42.
(21)
Caso N ARB/02/8, Decisin sobre competencia de 3 de agosto de 2004, disponible en: http: //www.asil.org/
ilib/Siemens_Argentina.pdf. Sobre esta decisin, NEWMARK, C. y POULTON, E., Most Favoured Nation Clause: Is The Siemens v. Argentina Decision The High-Water Mark?, en: MeaLey Ns Intl Arb.Rep., Enero,
2005, pp. 39 y ss. Tngase en cuenta que tambin en la decisin sobre competencia en el asunto Camuzzi
International c. Argentina, Caso N ARB/03/2, se aplic la clusula de la nacin ms favorecida, que haba
sido invocada por el demandante para beneficiarse de los mecanismos de solucin de controversias
previstos en el TPPI entre Estados Unidos y Argentina y evitar de esta forma, el acudir previamente a los
tribunales nacionales, tal y como prev el Tratado bsico entre Argentina y la Unin Econmica BelgoLuxemburguesa. Sin embargo, en este caso, el tribunal no tuvo que motivar su decisin pues no se objet
por Argentina dicha pretensin. Dicha decisin puede consultarse en la direccin electrnica: http://
www.worldbank.org/icsid/cases/awards.htm
886
(22)
Artculo 3.2 del TPPI entre Argentina y Repblica Federal Alemana: Ninguna de las Partes Contratantes
someter en su territorio a los nacionales o sociedades de la otra Parte Contratante, en cuanto se refiere
a sus actividades relacionadas con las inversiones, a un trato menos favorable que a sus propios nacionales y sociedades o a los nacionales y sociedades de terceros Estados.
(23)
Entre los argumentos del gobierno argentino, el ms importante fue el de que si se quera hacer valer la
clusula de la nacin ms favorecida para importar los mecanismos de solucin de controversias previstos en el TPPI entre Chile y Argentina, no slo deberan de tomarse en consideracin aquellos aspectos de
los mismos que fueran favorables para el demandante, sino que deberan de considerarse todo el conjunto, incluyendo aquellos aspectos tambin desfavorables. En concreto, y dado que el TPPI citado inclua
una clusula fork in the road, sta debera tener aplicacin, por lo que si en el caso concreto, ya se haba
acudido a los tribunales argentinos, la va arbitral estara cerrada. Decisin sobre competencia, cit., cdos.
111 a 115. Esta pretensin fue rechazada por el tribunal arbitral, declarando que
La operacin de la CNMF entendida de este modo contradira el resultado que se pretenda con la clusula que es el de armonizar los beneficios acordados con una parte con aquellos que son considerados
ms favorables para otra parte. Obligara a la parte que reclama un beneficio en virtud de un tratado a
considerar las ventajas y desventajas de ese tratado en su totalidad y no slo los beneficios, Decisin
sobre competencia, cit., cdo.120. En relacin a esta cuestin, FIETTA, S., seala que el tribunal arbitral
permite entonces al demandante escoger aquellas ventajas que se pudieran derivar del TPPI entre Argentina y Chile sin considerar las desventajas que pueden haber sido incluidas como compensacin de aquellas, lo que conduce de manera directa a permitir que los demandantes pudieran disear de la manera que
consideren adecuada el modelo de solucin de controversias mediante una infinita variedad de cambios y
combinaciones, Most Favoured Nation (), artculo cit., p. 135.
(24)
Hemos de sealar que en este caso, la redaccin de la clusula era diferente que en el asunto Maffezini.
Si bien en este ltimo caso la clusula haca referencia a todas las materias, en el asunto Siemens slo
se hace referencia a actividades relacionadas con las inversiones, lo que parece conducir a un alcance
ms limitado de la misma. Sin embargo, el tribunal, aun consciente de esta diferencia, seal que el
trmino trato y la frase actividades relacionadas con las inversiones eran suficientemente amplios como
para incluir el arreglo de controversias, Decisin, cit., cdo. 103. Muy crtico al respecto se manifiesta
FIETTA, S., Most Favoured Nation Treatment(), artculo, cit., p. 134, pues los diferentes trminos utilizados en esta clusula permiten dudar que el tribunal en el caso Siemens haya sido coherente con el principio ejusdem generis, ya que no parece existir ninguna pista para afirmar que el juego de dicha clusula
pueda extenderse a los mecanismos de solucin de controversias.
(25)
el caso CIADI Gas Natural c. Argentina(26), solucin que era fcilmente previsible, tal y como tendremos ocasin de
comprobar seguidamente. En este supuesto, Gas Natural empresa con sede en
Barcelonademand a Argentina ante el
CIADI porque consideraba que las medidas tomadas por el gobierno de dicho pas
con ocasin de la crisis econmica en los
aos 2001-2002, haban daado sus inversiones y que stas se encontraban protegidas bajo el TPPI entre Espaa y Argentina(27). En concreto, el inversor espaol
fundament la competencia del tribunal
arbitral en la clusula de solucin de controversias prevista en el TPPI entre Estados Unidos y Argentina, que permite acudir directamente al arbitraje internacional
tras un periodo de seis meses de bsqueda de un acuerdo amistoso entre las par-
887
tes(28), mediante la utilizacin de la clusula de la nacin ms favorecida contemplada en el TPPI entre Espaa y Argentina, con el fin de evitar la necesidad prevista en este ltimo Acuerdo de acudir
previamente a los tribunales internos de
cada parte contratante y agotar un periodo mnimo de dieciocho meses, antes de
poder interponer una demanda ante un
tribunal arbitral internacional. En consecuencia, la situacin fctica era idntica
a la planteada en el caso Mafezzini, pero
en este caso, se intercambiaban los papeles, pues mientras que en el primer
caso, las partes eran un inversor argentino y el Estado espaol, en este concreto
caso, las partes eran un inversor espaol
y el Estado argentino.
El tribunal arbitral en su decisin(29),
lleg a la misma conclusin a la que ya se
(26)
Caso N ARB/03/10.
(27)
Este es un ejemplo ms de lo que est ocurriendo en la actualidad donde existen ms de cuarenta procedimientos iniciados contra Argentina en el CIADI como consecuencia de las medidas legislativas de urgencia adoptadas por el gobierno de dicha nacin en la crisis econmica de 2001, entre ellas, la devaluacin
del peso argentino y la eliminacin de la paridad de dicha moneda con el dlar. La gran mayora de estos
casos se refieren a la prdidas sufridas en las concesiones por parte de empresas extranjeras en los
sectores de servicios pblicos, energticos y de telecomunicaciones, y se han fundamentado en las clusulas de resolucin de controversias previstas en los TPPI celebrados por Argentina en la dcada de los
90 del siglo pasado. El primer laudo que ha sido dictado en relacin a estas cuestiones ha sido en el caso
CMS Gas Transmission Company c. Argentina, el 12 de mayo de 2005, en donde el tribunal ha sealado
que las medidas adoptadas por Argentina no pueden considerarse como una medida expropiatoria, pero
en todo caso ha condenado a este pas por violar la obligacin de otorgar un trato justo y equitativo a un
pago de ciento treinta y tres millones de dlares ms intereses. Este laudo ha sido recurrido en anulacin
el 8 de septiembre de 2005 por Argentina por falta de motivacin y porque el tribunal ha excedido manifiestamente sus atribuciones. La cascada esperada de futuros laudos y la hipottica posibilidad de decisiones
contradictorias sobre circunstancias y hechos muy similares es un peligro latente. Ante estas circunstancias, el gobierno argentino, en un primer momento, opt por vas alternativas a los propios procedimientos
arbitrales para mitigar las consecuencias de los posibles laudos condenatorios. As, se presentaron proyectos de ley que prevean, por un lado, la imposibilidad de que el Estado o sus organismos pudieran
someterse en un futuro a arbitraje internacional, y por otro, a que los laudos arbitrales pudieran ser sometidos a revisin por parte de los tribunales argentinos. En la actualidad, sin embargo, la estrategia parece
estar cambiando, al comps de la salida del gobierno del anterior ministro de Justicia ROSSATTI, Horacio y
su sustitucin por GUGLIELMINO. La idea ahora es agotar los cauces previstos en el sistema CIADI, a travs
del recurso de anulacin, y al mismo tiempo, intentar en ese periodo, una renegociacin de los contratos
de concesin para lograr un acuerdo amistoso con los inversores extranjeros, a fin de terminar con los
procedimientos arbitrales pendientes. Sobre estas cuestiones, RODRIGUEZ SAA , Argentina Latest Policy
Evolution with respect to ICSID Cases, en: TDM, Vol. 2, N 5, 2005.
(28)
(29)
888
(30)
889
3.
(31)
(32)
(33)
DOLZER, R. y MYERS, T., After Tecmed: Most-Favored-Nation Clauses in Investment Protection Agreements,
en: ICSID Review-FILJ, Vol. 19, N 1, 2004, pp. 54 y ss., LIBERTI, L., Arbitrato ICSID, clausola della (),
artculocit., pp. 580-581.
(34)
890
Entre estas consideraciones de poltica pblica, el tribunal enumer las siguientes: En primer lugar, si una parte
contratante ha condicionado su consentimiento para el arbitraje al agotamiento de
los recursos internos, condicin que est
permitida por el Convenio del CIADI, no
podra prescindirse de esta exigencia invocando la clusula de la nacin ms favorecida en relacin a un acuerdo con terceros que no contenga este elemento, debido a que la condicin estipulada refleja
una regla fundamental de derecho internacional. Segundo, si las partes han acordado un mecanismo de solucin de controversias que incluya la llamada bifurcacin del camino, esto es, la opcin de
someterse a los tribunales nacionales o
bien al arbitraje internacional, pero en que
una vez tomada la decisin sta es definitiva e irrevocable, esta estipulacin no
puede ignorarse mediante la invocacin
de la clusula. Esta conclusin es imperativa cuando se considera que de otro modo
se alterara el carcter definitivo de los
arreglos pactados que muchos pases estiman importantes como cuestin de poltica pblica. En tercer lugar, si el acuerdo escoge un mecanismo determinado
para el arbitraje, como por ejemplo el
CIADI, esta opcin no se puede cambiar
(35)
Decisin sobre competencia, cit., cdo. 63. Para DOLZER, R. / MYERS, T., estas excepciones reflejan una
especfica intencin comn de las partes de incluir dichos mecanismos de solucin de controversias en su
Acuerdo, por lo que en tal caso nunca una norma general como es la clusula de la nacin ms favorecida
importada desde otro TPPI podra ser aplicada invalidando las estipulaciones especficas pactadas por las
partes, After Tecmed: Most-Favored-Nation (), artculo cit., p. 54. Ms crtico al respecto se manifiesta
KURTZ, J., para quin estas limitaciones al juego de la clusula de la nacin ms favorecida no tienen
fundamento alguno y parecen inventadas, The MFN Standard and Foreign Investment- An Uneasy Fit?,
Journal of World Trade & Investment, Vol. 5, N 6, 2004, p. 880.
(36)
Caso N ARB/02/13. Sobre este caso, GAFFNEY, J., Case Summary- Salini Costruttori SpA and Italstrade
SpA v. The Hashemite Kingdom of Jordan, TDM, Vol. 2, N 1, 2005. Vide con anterioridad, rechazando la
aplicacin de una clusula de este tipo en relacin a la cuestin de la aplicacin en el tiempo de las
disposiciones contempladas en un TPPI, el laudo de 29 de mayo de 2003, en el caso Tecmed c. Mjico,
ICSID Review-FILJ, Vol. 19, 2004, pp. 158 y ss. Sobre este asunto, DOLZER, R. y MYERS, T., After Tecmed:
Most-Favored-Nation (), artculo, cit., pp. 49-60.
891
(37)
Decisin sobre competencia de 29 de noviembre de 2004, Journ.dr.int., N 1, 2005, pp. 182-206. En concreto, se seala que The Arbitral Tribunal in the Maffezini case was probably aware of the risks entailed by
such an extension because the Tribunal itself stated clearly that the beneficiary of the Most-FavouredNation clause should not be able to override public policy considerations that the contracting parties might
have envisaged as fundamental conditions for their acceptance of the agreement. The Tribunal added that
a distinction has to be made between the legitimate extension of rights and benefits by means of the
operation of the clause, on the one hand, and disruptive treaty shopping that would play havoc with the
policy objectives of underlying specific treaty provisions, on the other hand The current Tribunal shares
the concerns that have been expressed in numerous quarters with regard to the solution adopted in the
Maffezini case. Its fear is that the precautions taken by authors of the award may in practice prove difficult
to apply, thereby adding more uncertainties to the risk of treaty shopping, cdos. 114 y 115.
(38)
Artculo 3 del TPPI entre Italia y Jordania: 1. Both Contracting Parties, within the bounds of their own
territory, shall grant investments effected by, and the income accruing to, investors of the other Contracting Party, no less favourable treatment than that accorded to investments effected by, and income
accruing to, its own nationals or investors of Third States.
(39)
(40)
Decisin sobre competencia, cit., cdos. 116 a 118. Para ello, ser de gran utilidad observar la prctica
estatal, cuestin que, por otra parte, fue lo que hiz el tribunal arbitral en el asunto Mafezzini, tal y como
nos recuerda esta decisin al declarar que In other treaties, the MFN clause does not contain such a
provision, but refers to all rights contained in the agreement, or to all matters subject to the agreement.
892
This was the situation in the Ambatielos and Maffezini cases. As a consequence, in Ambatielos, the Commission of Arbitration sought to ascertain the common intention of the Parties. It found that the intention
was that the trade and navigation of each country be placed, in all respects, by the other on the footing of
the most-favoured-nation() and concluded for this finding that the effect of the most-favoured-nation
clause () can be extended to the system of administration of justice. Similarly, in the Maffezini case,
the Tribunal carefully examined the practice followed by Spain and Argentina and relying not only on the
text of the BITs, but also on the legal policy adopted by Spain with regard to the treatment of its own
investors abroad, concluded that the Claimant had the right to submit the dispute to arbitration without
first accessing the Spanish courts. En contraposicin al caso Maffezini, el tribunal estima que el demandante no haba aportado ninguna prueba de que existiese una intencin comn de las partes contratantes de extender el juego de la clusula de la nacin ms favorecida a los mecanismos de solucin de
controversias, ni tampoco en relacin a una prctica estatal que demostrase la existencia de aquella.
(41)
(42)
Artculo 3 del TPPI entre Chipre y Bulgaria: 1. Each Contracting Party shall apply to the investments in its
territory by investors of the other Contracting Party a treatment which is not less favourable than that
accorded to investments by investors of third states.
(43)
(44)
En concreto, este tribunal fue muy crtico con la decisin en el caso Maffezini, pues tras sealar que el
tribunal en este caso parti de un fundamento errneo para su anlisis, lo que directamente conduce a una
situacin catica en el mbito de los metdos de resolucin de controversias que no concuerda en nada
con la intencin comn de las partes contratantes, afirma que no llega a comprender el origen y la justificacin de las excepciones de poltica pblica que fueron enumeradas en dicha decisin, Decisin sobre
competencia, cit., cdos. 218 a 222.
893
11. Tras el examen de la jurisprudencia arbitral existente, dos posturas parecen enfrentadas: mientras que una primera serie de decisiones arbitrales no tienen dudas en admitir la aplicacin de la
clusula de la nacin ms favorecida a los
mecanismos de resolucin de controversias Estado - inversor, admitiendo que tales mtodos forman parte de la proteccin
otorgada por el Tratado de la que pueden
valerse los beneficiarios de dicha clusula, otro conjunto de decisiones han mantenido una posicin ms matizada sobre
esta cuestin.
12. Estas ltimas decisiones nos
muestran que es preciso que un tribunal
arbitral, cuando se enfrenta ante una cuestin como la planteada de la que depende
de forma directa su propia competencia,
ha de ponderar el significado preciso de
la clusula de la nacin ms favorecida
en cuestin, tomando en consideracin la
redaccin concreta de la misma en el tratado bsico (48). Esta conclusin nos parece ms coherente con la existencia de
(45)
(46)
(47)
(48)
FREYER, D.H. y HERLIHY, D., opinan en relacin con esta cuestin que as a matter of treaty interpretation,
the foregoing cases can be rationalized around the unifying principle that the issue whether an MFN clause
applies to dispute settlement procedures depends, in the first instance, on the wording of the MFN clause
in the basic treaty, Most-Favored-Nation Treatment (), article, cit., p. 82.
894
(49)
Sobre esta diferente tipologa, ver ejemplos en OCDE, Most-Favoured-Nation, cit., pp. 3-8, ACCONCI, P.,
The Most-Favoured-Nation (), artculo, cit., pp. 6-16.
(50)
Aunque para ser exactos realmente en el extremo opuesto por completo se sitan todos aquellos recientes Acuerdos de Libre comercio y TPPI en donde no se incluye expresamente una clusula de la nacin
ms favorecida. Ejemplos los encontramos en el Acuerdo de Libre comercio entre Jordania y Singapur o
los Acuerdos de Libre comercio entre la EFTA y Lbano y Tnez. R. TEITELBAUM alude a esta posibilidad al final
de su trabajo, de eliminar dicha clusula en el hipottico caso de que se lograse un gran acuerdo multilateral
sobre inversiones del tipo del fracasado AMI, suponemos-, y se reemplazase por un estndar o modelo
nico y universal de tratamiento de los inversores, Whos Afraid of Maffezini? (...), artculo, cit., p. 238.
(51)
Artculo 4 del TPPI modelo de Estados Unidos de 2004, disponible en: http://www.state.gov/documents/
organization/38710.pdf. Una disposicin similar se encuentra en el TPPI modelo de Canad de 2003 y
se repite tambin en los ltimos Tratados de Libre comercio celebrados por Estados Unidos: ChileEstados Unidos (artculo 10.3), Singapur-Estados Unidos (artculo 15.4) y Marruecos-Estados Estados
Unidos (artculo 10.4).
895
ptulo, y que por ende no pueda llevar razonablemente a una conclusin similar a
la del caso Maffezini(52).
15. Los mayores problemas, en consecuencia, los van a seguir planteando en
la prctica aquellos TPPI que incluyen
clusulas redactadas de forma muy general en donde no queda claro cual es el
mbito de aplicacin de las mismas y si
se puede o no entender que las mismas
comprenden tambin a los mecanismos de
solucin de controversias. Una redaccin
de la mismas de forma amplia del tipo todas las materias o todas las cuestiones
merece, en principio, un juicio favorable
para entender que dicha clusula comprende la posibilidad de hacer valer los mtodos de resolucin de controversias(53). Sin
embargo, dadas las importantes consecuencias que se derivan, una conclusin
definitiva slo puede darse una vez que
se haya clarificado cual era la intencin
comn de las partes contratantes cuando
decidieron incluir tanto una clusula de
este tipo en su Acuerdo como unos concretos mecanismos de solucin de controversias en el mismo(54), para lo cual, ser
(52)
Tercer borrador del ALCA, de 21 de noviembre de 2003, Captulo XVII: Inversin, disponible en http:// http:/
/www.ftaa-alca.org/FTAADraft03/Index_s.asp. Una disposicin interpretativa similar se incluy tambin en
el proyecto final del US-CAFTA-DR de enero de 2004, resultante de las negociaciones realizadas en
diciembre de 2003, segn seala la OCDE, Most-Favoured-Nation (), cit., p. 19. Finalmente, aunque se
lleg al acuerdo de suprimir esta nota interpretativa del texto final del Acuerdo, las partes contratantes
acordaron que esta nota reflejaba la intencin comn de las partes en relacin con la inclusin de la
clusula de la nacin ms favorecida en el Tratado.
(53)
As lo entiende GAILLARD, E., Establishing Jurisdiction Through a Most-Favored-Nation Clause, en: New
York Law Journal, 2 de junio de 2005, p. 8.
(54)
Una posicin similar a la aqu manifestada ha sido mantenida por FIETTA, S., que al comentar la decisin en
el asunto Plama llega a la conclusin de que () it reasserted the overriding importance of ascertaining
the intention of the parties whenever examining the scope of any MFN clause, with primary reference to the
wording of the clause itself as opposed to the broader object and purpose of BITs generally (which had
been so important to the decision in Maffezini). It is submitted that the approach adopted by the tribunal in
the Plama case must be preferred, particularly where (as is normally the case) claimants seek to rely upon
MFN clauses as a means of incorporating provisions that are plainly inconsistent with the dispute resolution provisions that have been specifically negotiated in the basic treaty concerned, Most Favoured Nation (), artculocit., p. 136. En este mismo sentido, KURTZ, J., The Delicate Extension (), cit., p. 553,
896
declara como (...) much greater attention needs to be given to rigorous textual and teleological interpretations of individual MFN clauses.
(55)
Buscando un hilo conductor entre las diferentes decisiones adoptadas, FREYER, D.H. y HERLIHY, D. argumentan que mediante un anlisis de los efectos de stas, la lnea divisoria que permite invocar la clusula de la nacin ms favorecida sera la marcada por el propsito que se tiene al hacerlo. As, en los casos
en donde se ha aceptado su aplicacin, el fin buscado era evitar tener que acudir a los tribunales internos
previamente durante un periodo de tiempo estipulado generalmente dieciocho meses antes de poder
presentar la demanda de arbitraje internacional, esto es, un requisito de admisibilidad temporal de la
demanda arbitral. Por lo tanto, la utilizacin de la clusula en estos supuestos nicamente consigue que el
tribunal arbitral conozca con anterioridad de un litigio, que en todo caso, posteriormente tambin se le
podra haber sometido. Sin embargo, en los casos en que se rechaz, se buscaba lograr que los tribunales
arbitrales se declarasen competentes en supuestos en donde el arbitraje internacional no se contemplaba
como un mtodo de resolucin de controversias en el Tratado bsico, por lo que, parece coherente rechazar el juego de la clusula de la nacin ms favorecida en supuestos en donde no conjugaba en nada
con la expresa intencin de las partes contratantes, Most-Favored-Nation Treatment (), artculo, cit.,
pp. 86-87. Una apreciacin en sentido similar se puede encontrar en la decisin sobre competencia en el
asunto Plama c. Bulgaria, donde el tribunal a la hora de enjuiciar la decisin del caso Maffezini declara que
The decision in Maffezini is perhaps understandable. The case concerned a curious requirement that
during the first 18 months the dispute be tried in the local courts. The present Tribunal sympathizes with a
tribunal that attempts to neutralize such a provision that is nonsensical from a practical point of view.
However, such exceptional circumstances should not be treated as a statement of general principle guiding
future tribunals in other cases where exceptional circumstances are not present, cit., cdo. 224.
(56)
Artculos 31 y 32: Artculo 31. Regla general de interpretacin. 1. Un tratado deber interpretarse de
buena fe conforme al sentido corriente que haya de atribuirse a los trminos del tratado en el contexto de
estos y teniendo en cuenta su objeto y fin. 2. Para los efectos de la interpretacin de un tratado, el contexto
comprender, adems del texto, incluidos su prembulo y anexos: a) todo acuerdo que se refiera al tratado y haya sido concertado entre todas las partes con motivo de la celebracin del tratado, b) todo instrumento formulado por una o ms partes con motivo de la celebracin del tratado y aceptado por las dems
como instrumento referente al tratado, 3. Juntamente con el contexto, habr de tenerse en cuenta: a) todo
acuerdo ulterior entre las partes acerca de la interpretacin del tratado o de la aplicacin de sus disposiciones, b) toda prctica ulteriormente seguida en la aplicacin del tratado por la cual conste el acuerdo de las
partes acerca de la interpretacin del tratado, c) toda forma pertinente de derecho internacional aplicable
en las relaciones entre las partes. 4. Se dar a un trmino un sentido especial si consta que tal fue la
intencin de las partes. Artculo 32. Medios de interpretacin complementarios. Se podrn acudir a medios
de interpretacin complementarios, en particular a los trabajos preparatorios del tratado y a las circunstancias de su celebracin, para confirmar el sentido resultante de la aplicacin del artculo 31, o para determinar el sentido cuando la interpretacin dada de conformidad con el artculo 31, a) deje ambiguo u oscuro
el sentido, o b) conduzca a un resultado manifiestamente absurdo o irrazonable.
(57)
As, la decisin sobre competencia en el caso Siemens c. Argentina seala que Ambas partes han basado sus argumentos en la interpretacin del Tratado de acuerdo con el Artculo 31(1) de la Convencin de
Viena sobre el Derecho de los Tratados. Este Artculo dispone que un tratado deber interpretarse de
buena fe conforme al sentido corriente que haya de atribuirse a los trminos del tratado en el contexto de
estos y teniendo en cuenta su objeto y fin. El Tribunal se adherir a esas reglas de interpretacin para
considerar las disposiciones del Tratado (...), cit., cdo.80, la decisin sobre competencia en el caso Salini
c. Jordania declara que ()The Parties are first in disagreement over the application of Article 9(2) of the
BIT in the present case. The Tribunal shall proceed to the interpretation of this Article in conformity with
Articles 31 to 33 of the Vienna Convention on the Law of Treaties which reflect customary international law
(), cit., cdo.75, por ltimo, la decisin sobre competencia en el caso Plama c. Bulgaria declara que
Whilst the Claimant and the Respondent agree that this provision is to be interpreted pursuant to Articles
31 and 32 of the Vienna Convention of 1969 (), they reach opposite conclusions, cit., cdo.188.
897
VALORACION FINAL
(58)
Sobre dicha excepcin, FORNER I DELAYGUA, J-J., La clasula de la nacin ms favorecida, La excepcin de
las uniones aduaneras, de las zonas de libre cambio y de la uniones econmicas, Madrid, Civitas, 1988.
En algunos TPPI incluso se llega a limitar expresamente el juego de la nacin ms favorecida para los
supuestos especficos del tratamiento de las rentas obtenidas y la existencia de convenios bilaterales con
terceros pases relativos a la doble imposicin internacional, ejemplos de estas limitaciones, OCDE, MostFavoured-Nation (), cit., pp. 6-7.
(59)
As, por ejemplo, Artculo 3.3. del TPPI modelo de la Repblica Federal Alemana: Such treatment shall
not relate to privileges which either Contracting State accords to investors of third States on account of
its membership of, or association with, a customs or economic union, a common market or free trade
area, Artculo 3.3 del TPPI modelo de Holanda: If a contracting Party has accorded special advantages
to nationals of any third State by vitue of agreements establishing customs unions, economic unions,
monetary unions or similar institutions, or on the basis of interim agreements leading to such unions or
institutions, that Contracting Party shall not be obliged to accord such advantages to nationals of the
other Contracting Party.
(60)
Tal y como seala DIEZ-HOCHLEITNER, J., Proteccin diplomtica v. arbitraje de inversiones, en: El Derecho
Internacional: Normas, Hechos y Valores. Liber Amicorum Jos Antonio Pastor Ridruejo, Madrid, Universidad Complutense, 2005, p.485, donde se pone el ejemplo del TPPI entre Espaa y Mjico, declarndose
que tal excepcin encuentra reflejo en trminos ms o menos similares en todos los otros APPRIs
celebrados por Espaa con los pases latinoamericanos.
(61)
898
mtodos de resolucin de controversias
inversor - Estado.
Los tribunales arbitrales, tal y como
hemos analizado, no han seguido un sentido rectilneo en dicha interpretacin.
Ms aun dos posturas jurisprudenciales
parecen enfrentadas. La solucin correcta, sin embargo, parece encontrar un mejor acomodo en mantener una posicin
flexible y de cierta precaucin con la idea
de una excesiva extensin de los efectos
de la clusula a las disposiciones procesales de los Tratados. El tenor literal de
899
ARBITRAJE Y CONTRA
TOS DE CONCESIN:
CONTRATOS
APLICA
CIN DEL TRA
TO JUSTO Y EQUIT
ATIV
O COMO
APLICACIN
TRATO
EQUITA
TIVO
GARANTA DE LLAS
AS INVERSIONES A LLA
A LLUZ
UZ DE LLA
A RECIENTE
JURISPRUDENCIA DE LLOS
OS TRIBUNALES CIADI
1.
EL TEMA A DESARROLLAR
(*)
Fundador del Estudio Santistevan de Noriega Abogados, Lima. Profesor del curso Regulacin de las Inversiones en la Maestra de Derecho Internacional Econmico de la Pontificia Universidad Catlica del Per
(PUCP), del Seminario de Inversin Extranjera en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).
(**)
Abogado del Estudio Santistevan de Noriega Abogados, Lima. Profesor del Seminario de Inversin
Extranjera en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).
900
(1)
Artculo 58 de la Constitucin.- La iniciativa privada es libre. Se ejerce en una economa social de mercado. Bajo este rgimen, el Estado orienta el desarrollo del pas, y acta principalmente en las reas de
promocin de empleo, salud, educacin, seguridad, servicios pblicos e infraestructura.
Artculo 63 de la Constitucin.- La inversin nacional y la extranjera se sujetan a las mismas condiciones.
La produccin de bienes y servicios y el comercio exterior son libres. Si otro pas o pases adoptan medidas proteccionistas o discriminatorias que perjudiquen el inters nacional, el Estado puede, en defensa de
ste, adoptar medidas anlogas.
En todo contrato del Estado y de las personas de derecho pblico con extranjeros domiciliados consta el
sometimiento de stos a las leyes y rganos jurisdiccionales de la Repblica y su renuncia a toda reclamacin diplomtica. Pueden ser exceptuados de la jurisdiccin nacional los contratos de carcter financiero.
El Estado y las dems personas de derecho pblico pueden someter las controversias derivadas de relacin contractual a tribunales constituidos en virtud de tratados en vigor. Pueden tambin someterlas a
arbitraje nacional o internacional, en la forma en que lo disponga la ley.
(2)
Texto nico Ordenado de las normas con rango de ley que regulan la entrega en concesin al sector
privado de las obras pblicas de infraestructura y de servicios pblicos.
(3)
Definidos por Linares, citando a Dromi, como actos administrativos en los que () la administracin
confiere a un particular un poder o un derecho, otorgndole un estatus jurdico determinado, como por un
contrato en donde el derecho nace por el traspaso de poderes al concesionario, relacionados a un servicio
u obra pblica y que implica una posicin de privilegio aparejada por controles de la administracin.
DROMI, Roberto. Instituciones de Derecho Administrativo, cit. LINARES, Mario, El Contrato Estatal, Lima,
Grijley, 2002, p. 23.
901
(4)
Vide SANTISTEVAN DE NORIEGA, Jorge / LOREDO ROMERO, lvaro. Regulacin constitucional de las inversiones: igualdad de condiciones y reciprocidad? A propsito de la sentencia del Tribunal Constitucional que
declara la inconstitucionalidad del segundo prrafo del artculo 24 de la Ley de Radio y Televisin. En:
Gaceta Constitucional N 1. (en prensa); y SANTISTEVAN DE NORIEGA, Jorge / LOREDO ROMERO, lvaro. Arbitraje de Inversiones: Algunas consecuencias del abandono de la Clusula Calvo, a propsito de la interpretacin del artculo 42(1) de la Convencin de Washington. En: Revista Athina N 3, Ao 2, Setiembre
2007, pp. 237-279.
(5)
La nica referencia que tangencialmente toca el tema es el principio de trato justo e igualitario que est
consagrado en la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado. Aunque los trminos se parecen su
contenido difiere de lo que en el Derecho de Proteccin a las Inversiones como veremos constituye el
trato justo y equitativo. Veamos: Artculo 3 del Decreto Supremo N 059-96-PCM.- Los procesos de
contratacin y adquisicin regulados por esta Ley y su Reglamento se rigen por los siguientes principios;
():
8. Principio de Trato Justo e Igualitario: Todo postor de bienes, servicios o ejecucin de obras debe tener
participacin y acceso para contratar con las Entidades en condiciones semejantes a la de los dems,
estando prohibida la existencia de privilegios, ventajas o prerrogativas, salvo las excepciones de ley.
().
902
2.
EL ARBITRAJE NACIONAL O
INTERNACIONAL COMO MTODO DE SOLUCIN DE
CONTROVERSIAS DE INVERSIN EN LOS CONTRATOS DE
CONCESIN
Artculo 62 de la Constitucin.- La libertad de contratar garantiza que las partes pueden pactar vlidamente segn las normas vigentes al tiempo del contrato. Los trminos contractuales no pueden ser modificados por leyes u otras disposiciones de cualquier clase. Los conflictos derivados de la relacin contractual slo se solucionan en la va arbitral o en la judicial, segn los mecanismos de proteccin previstos en
el contrato o contemplados en la ley.
Mediante contratos-ley, el Estado puede establecer garantas y otorgar seguridades. No pueden ser modificados legislativamente, sin perjuicio de la proteccin a que se refiere el prrafo precedente.
Vide SANTISTEVAN DE NORIEGA, Jorge, Constitucin, privatizacin y servicios pblicos. El blindaje jurdico
que protege a los contratos-ley en el Per. En: Homenaje a Jorge Avendao. Tomo I. Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Catlica del Per, 2004, pp. 577-626; PINILLA CISNEROS, Antonio, Los contratos-ley
en la legislacin peruana, Lima, Fondo de Desarrollo Editorial de la Universidad de Lima, 1999; ZEGARRA
VALDIVIA, Diego. El contrato ley, Lima, Gaceta Jurdica, 1997.
(7)
(8)
903
(9)
El antecedente a esta norma constitucional se encuentra en el artculo 16 del Decreto Legislativo N 662
que seala que el Estado puede someter las controversias que se deriven de la ejecucin o interpretacin
de los convenios de estabilidad jurdica u otros contratos que ste suscriba a tribunales arbitrales que
pueden estar constituidos en virtud de tratados internacionales de los cuales el Per es parte.
(10)
Asimismo, fue promulgado el Decreto Supremo N 162-92-EF - Reglamento de los Regmenes de Garanta a la Inversin Privada (Decretos Legislativo N 662 y 757).
(11)
Los convenios de estabilidad jurdica estn regulados adems por la Ley N 27342 Ley que regula los
Convenios de Estabilidad Jurdica al amparo de los Decretos Legislativos N 662 y 757, publicada con
fecha 06 de setiembre 2000, a travs de la cual se fija cual es el marco que estabilizan dichos convenios,
los requisitos mnimos de inversin y sobre quien recae la titularidad de los mismos.
(12)
Al respecto, la Disposicin Final nica de la Ley N 27342 dispone textualmente que () la suscripcin de
un contrato-ley, de acuerdo con las normas legales sobre la materia, constituye el nico medio por el cual
se otorgar estabilidad a las normas legales aplicables a un particular, incluyendo tributarias.
(13)
Artculo 39 del Decreto Legislativo N 757.- Los convenios de estabilidad jurdica se celebran al amparo
del artculo 1357 del Cdigo Civil y tienen la calidad de contratos con fuerza de Ley, de manera que no
pueden ser modificados o dejados sin efecto unilateralmente por el Estado. Tales contratos tienen carcter
civil y no administrativo, y slo podrn modificarse o dejarse sin efecto por acuerdo entre las partes.
Asimismo, para el Tribunal Constitucional en la Sentencia recada en el Expediente N 005-2003-AI/TC de
fecha 03 de octubre de 2003 sobre Accin de inconstitucionalidad interpuesta por sesenta y cuatro Congresistas de la Repblica, representados por el Congresista Jonhy Lescano Ancieta, contra los artculos 1,
2, 3, y la Primera y Segunda Disposicin Final y Transitoria de la Ley N 26285, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 14 de enero de 1994. Acumulativamente, solicitan que se declare inconstitucional el
contratoley de concesin celebrado entre la Compaa Peruana de Telfonos, hoy Telefnica del Per
S.A.A., y el Estado peruano, ha reconocido en su Considerando 16 que () el contrato-ley es un acuerdo
de voluntades entre dos partes, que rige para un caso concreto, slo que est revestido de una proteccin
especial, a fin de que no pueda ser modificado o dejado sin efecto unilateralmente por el Estado (...). El
blindaje del contrato-ley de manera alguna lo convierte en ley (...); nicamente obliga a las partes que lo
acordaron, en ejercicio de su libertad contractual, y dentro de su relacin jurdico patrimonial.
904
3.
(14)
Artculo 48 del Decreto Legislativo N 757.- En sus relaciones con particulares el Estado, sus dependencias, el Gobierno Central, los Gobiernos Regionales y Municipales y otras personas de derecho pblico,
as como las empresa comprendidas en la actividad empresarial del Estado, podrn someter a arbitraje
nacional o internacional, de acuerdo a la legislacin nacional e internacional, de los cuales el Per es
parte, toda controversia referida a sus bienes y obligaciones, siempre que deriven de una relacin jurdica
patrimonial de derecho privado o de naturaleza contractual.
(15)
Como parte de estas polticas de promocin y atraccin de inversiones, durante los ltimos quince aos
los pases latinoamericanos han concluido cerca de 400 TBI con la finalidad de generar un clima amigable
a las inversiones.
(16)
BLACKABY, Nigel, El arbitraje segn los tratados bilaterales de inversin y tratados de libre comercio en
Amrica Latina, en: Revista Internacional de Arbitraje N 1, Junio Diciembre 2004, p. 24. Agrega adems
que () estos instrumentos (los TBI) tienen como propsito promover un ambiente favorable para las
inversiones, ya que el inversionista extranjero tendr que tener en cuenta la existencia de este tipo de
tratados al valorar los riesgos polticos y jurdicos de los posibles negocios que pretenda realizar en la
regin. cit. pp. 17-18.
suelva toda posible controversia o conflicto que pudiera surgir con el inversionista privado extranjero ante tribunales
arbitrales constituidos bajo la jurisdiccin del Centro Internacional de Arreglo
de Diferencias Relativas a Inversiones
(CIADI)(17). En otras palabras, luego de
un perodo de negociacin (que supone
una suerte de agotamiento de la va previa, sin serlo y que normalmente se encuentra recogido dentro de los TBI como
mecanismo alternativo de solucin de
controversias previo al arbitraje), queda en manos del inversionista extranjero la posibilidad de activar la clusula
arbitral de forma directa frente a aquel
Estado que no cumpla con respetar sus
derechos para que sea un tercero independiente y especializado quien se encargue de resolver la diferencia o controversia existente.
905
Esta garanta que el Estado receptor de la inversin renuncie a su inmunidad de jurisdiccin interna y se someta a
un proceso arbitral ante una institucin
independiente y especializada como el
CIADI llevado por el inversionista extranjero conlleva como un beneficio adicional: la posibilidad de que el laudo que se
obtenga sea automticamente reconocido
por el Estado receptor y, en consecuencia, pueda ser plenamente ejecutado al
amparo de las normas de ejecucin de laudos que rija en dicho pas, tal y como lo
ha consagrado la mencionada Convencin
de Washington(18), aplicada en conjunto
con las Convenciones de New York(19) y
de Panam(20) sobre la ejecucin de laudos emitidos en el exterior.
Otras de las garantas que normalmente otorgan los Estados receptores de
(17)
Este sometimiento a la jurisdiccin CIADI implica que el inversionista extranjero puede reclamar sus pretensiones directamente ante el Estado receptor, va un proceso arbitral, sin tener que acudir a la proteccin
diplomtica de sus respectivos Estados para que, a travs de ellos, el Estado infractor atienda lo que el
inversionista le reclama, mecanismo que ha vuelto obsoleta a la denominada Doctrina Calvo que propugnaba que en caso de surgir dificultades o conflictos en la interpretacin o ejecucin de un contrato suscrito
entre un inversionista extranjero y el Estado receptor, aqul deba renunciar expresamente a la reclamacin diplomtica ante su gobierno y comprometerse a someter todas las reclamaciones a las leyes, autoridades y jurisdiccin del pas receptor.
(18)
Efectivamente, el numeral (1) del Artculo 54 de la Convencin de Washington establece que Todo Estado
Contratante reconocer al laudo dictado conforme a este Convenio carcter obligatorio y har ejecutar
dentro de sus territorios las obligaciones pecuniarias impuestas por el laudo como si se tratare de una
sentencia firme dictada por un tribunal existente en dicho Estado. El Estado Contratante que se rija por una
constitucin federal podr hacer que se ejecuten los laudos a travs de sus tribunales federales y podr
disponer que dichos tribunales reconozcan al laudo la misma eficacia que a las sentencias firmes dictadas
por los tribunales de cualquiera de los estados que lo integran. Asimismo, es del caso sealar la denominada triple conexin de las Convenciones de Washington (1965), New York (1958) y Panam (1975) en las
cuales se reconocen plenamente los laudos arbitrales que se emitan bajo sus normas, hacindolos ejecutables directamente en el pas receptor, sin posibilidad de que sean revisados por los tribunales del pas en
el que los laudos se ejecutan. No podemos dejar de mencionar que todos estos tratados deben ser interpretados bajo los alcances de la Convencin de Viena sobre el derecho de los tratados (1969).
(19)
El texto completo de la Convencin de Nueva York, de fecha de 10 de junio de 1958, Convencin sobre el
Reconocimiento y Ejecucin de las Sentencias Arbitrales Extranjeras puede encontrarse en: http://
www.sice.oas.org/dispute/comarb/
(20)
El texto completo de la Convencin de Panam, de fecha 30 de enero de 1975, Convencin Interamericana sobre Arbitraje Comercial Internacional tambin puede ser encontrado en la siguiente direccin electrnica: http://www.sice.oas.org/dispute/comarb/
906
(21)
4.
LA CLUSULA ARBITRAL EN
LOS CONTRATOS DE CONCESIN DE OBRAS DE INFRAESTRUCTURA Y SERVICIOS PBLICOS
4.1. Promocin de la inversin privada y clusulas contractuales de solucin de conflictos en los contratos de concesin
La doctrina establece algunos criterios mnimos para enmarcar las actividades promocionales y de fomento de la inversin privada que realiza el Estado, que
buscan convocar el involucramiento de los
particulares en la satisfaccin de necesidades de carcter pblico a travs de la
entrega en concesin de determinados servicios pblicos y obras de infraestructura. A juicio de Ario Ortiz, dichos criterios
mnimos suponen siempre respetar cuatro
principios esenciales en la materia:
(i)
ARIO ORTIZ, Gaspar, Principios de Derecho Pblico Econmico. Lima: ARA Editores y Ario y Asociados,
2004, pp. 377-387.
A travs de los contratos de concesin de obras de infraestructura y servicios pblicos, el Estado delega en un privado una actividad que le es propia, en
concreto la construccin de una obra de
infraestructura o la prestacin de un determinado servicio pblico(22). La suscripcin de dichos contratos de concesin encuentra su sustento en el artculo
73 de la Constitucin que establece la posibilidad de que el Estado pueda ceder a
un privado los bienes de uso pblico a
travs de la suscripcin de contratos de
concesin(23).
Los contratos de concesin de obras
de infraestructura y servicios pblicos
celebrados entre el Estado y los privados constituyen un acto jurdico bilateral de derecho pblico a travs del cual
se crean deberes y derechos a cargo del
concesionario, por un tiempo determinado(24). En el caso peruano, los contratos
de concesin se suscriben al amparo del
Decreto Supremo N 059-96-PCM y de
su Reglamento, Decreto Supremo N
060-96-PCM. Este tipo de contratos de
concesin se caracterizan fundamentalmente porque en ellos:
(i)
907
(22)
ARIO ORTIZ, Gaspar, lo sustenta en estos trminos, A travs de la figura de la concesin, el Estado delega
en un tercero (en este caso un privado) un cometido que le es propio: la prestacin de un servicio pblico
o de una funcin pblica. Dicha figura contractual resulta indispensable para la vida social, toda vez que
dichas funciones no pueden ser adecuadamente atendidas por el Estado y, en consecuencia, ste debe
promocionar y fomentar la entrega de su gestin y explotacin en manos de privados. ARIO ORTIZ, Gaspar, cit., pp. 377-387. Por su parte, a propsito de la concesin, SARMIENTO GARCA, Jorge, indica que ()
es el contrato en la funcin administrativa en virtud del cual un ente estatal encomienda o delega a una
persona, temporalmente, la ejecucin de un servicio pblico, otorgndole el ejercicio de cierta potestad
pblica para asegurar su funcionamiento, efectundose la explotacin a costa y riesgo del concesionario,
bajo la vigilancia y control del ente concedente. SARMIENTO GARCA, Jorge, Concesin de Servicios Pblicos, Buenos Aires: Ediciones Ciudad Argentina, 1999, pp. 83.
(23)
Artculo 73 de la Constitucin.- Los bienes de dominio pblico son inalienables e imprescriptibles. Los
bienes de uso pblico pueden ser concedidos a particulares conforme a ley, para su aprovechamiento
econmico (nfasis aadido).
(24)
El artculo 3 del Decreto Supremo N 060-96-PCM define la concesin como aquel () acto administrativo o el contrato por el cual el Estado otorga a personas jurdicas nacionales o extranjeras la ejecucin y
explotacin de determinadas obras pblicas de infraestructura o la prestacin de determinados servicios
pblicos (...) por un plazo establecido.
908
(25)
Artculo 3 del Decreto Supremo N 059-96-PCM.- Las normas contenidas en el presente Texto nico
Ordenado promueven la inversin privada en obras de infraestructura y/o de servicios pblicos, y regulan
su explotacin, para cuyo efecto se podr otorgar concesiones a personas jurdicas, nacionales o extranjeras, para la construccin, reparacin, conservacin y explotacin de obras pblicas de infraestructura y
de servicios pblicos. La concesin de la obra implica la explotacin del servicio.
(26)
Artculo 12 del Decreto Supremo N 060-96-PCM.- Los concesionarios que efecten inversiones en obras
de infraestructura o en servicios pblicos por los montos indicados en el Artculo 11 del Decreto Legislativo
N 662, podrn acogerse al rgimen de estabilidad jurdica contemplado en el Ttulo II de dicho Decreto, en
el Captulo Primero del Ttulo V del Decreto Legislativo N 757, Ley Marco para el Crecimiento de la
Inversin Privada, y en su correspondiente Reglamento.
En consecuencia, el Estado podr celebrar con los concesionarios convenios de estabilidad jurdica para
otorgarles determinadas seguridades y garantas respecto de las inversiones que efecten en obras de
infraestructura o en servicios pblicos. En estos casos, el Estado estar representado por los organismos
o entidades sealados en dichas normas.
(27)
Artculo 17 del Decreto Supremo N 059-96-PCM.- Los contratos de concesin podrn contener clusulas
que estipulen la indemnizacin a la cual tendr derecho el concesionario en caso que el Estado suspenda,
deje sin efecto o modifique la concesin por causal no establecida en los Artculos 38 y 39 del presente
909
Texto nico Ordenado. Dichas clusulas indemnizatorias sern garantizadas mediante contrato celebrado entre el Estado y el concesionario, a solicitud de este ltimo.
El Estado podr someter las controversias de carcter patrimonial derivadas de las concesiones a las que
se refiere el presente Texto nico Ordenado a arbitraje nacional o internacional, de acuerdo con lo establecido en el Artculo 63 de la Constitucin Poltica del Per, aunque no se hubiera celebrado el contrato al
que se refiere el prrafo anterior.
(28)
A manera de ejemplo, el contrato de concesin del Aeropuerto Internacional Jorge Chvez suscrito entre
el Estado Peruano con Lima Airport Partners S.R.L. contiene la siguiente clusula para la solucin de
controversias: () Las Controversias No-Tcnicas en las que el monto involucrado sea igual o menor a
Cinco Millones de Dlares (US $ 5000,000) o su equivalente en Nuevos Soles, sern resueltas mediante
arbitraje de derecho a travs de un procedimiento tramitado de conformidad con los Reglamentos de
Conciliacin y Arbitraje del Centro de Arbitraje Nacional e Internacional de la Cmara de Comercio de
Lima, a cuyas normas las partes se someten incondicionalmente, siendo de aplicacin supletoria la Ley N
26752, Ley General de Arbitraje. El arbitraje se llevar a cabo en la ciudad de Lima, Per, y ser conducido
en idioma castellano, y el laudo arbitral se emitir en un plazo de sesenta (60) Das tiles contados a partir
de la fecha en que el tribunal arbitral se instale. (). El texto completo del contrato puede ser descargado
desde: http://www.ositran.gob.pe
(29)
Utilizando el mismo ejemplo que en la cita anterior, el contrato de concesin del Aeropuerto Internacional
Jorge Chvez suscrito entre el Estado Peruano con Lima Airport Partners S.R.L. contiene la siguiente
clusula para la solucin de controversias: () Las Controversias No Tcnicas en las que (a) el monto
involucrado sea superior a Cinco Millones de Dlares (US $ 5000,000) o su equivalente en Nuevos Soles;
(b) que no puedan ser cuantificadas o apreciables en dinero; o (c) aquellas en las que las Partes no
estuvieran de acuerdo sobre la cuanta de la materia controvertida, sern resueltas mediante arbitraje
internacional de derecho a travs de un procedimiento tramitado de conformidad con las Reglas de Conciliacin y Arbitraje del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (el CIADI)
establecidas en el Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de otros Estados () a cuyas normas las Partes se someten incondicionalmente (). El texto
completo del contrato puede ser descargado desde: http://www.ositran.gob.pe
910
(30)
Efectivamente, la doctrina internacional que ha desarrollado el tema ha reconocido el carcter controversial que tiene este tema cuando seala, Another issue, which is by far one of the most topical and controversial issues of the Convention, is the actual definition and role which international law must be given in
adjudicating disputes falling under the provisions of Article 42(1) second sentence. DI PIETRO, Domenico.
Applicable Law under Article 42(1) of the ICSID Convention The Case of Amco V. Indonesia. En: International Investment Law and Arbitration: Leading Cases from the ICSID, NAFTA, Bilateral Treaties and Customary International Law. (Edited by Todd Weiler). Londres: Cameron May, 2005, p. 249.
911
(31)
Traduccin libre de la Decisin sobre Competencia emitida en el Caso Arbitral CIADI N ARB/03/28: Duke
Energy International Peru Investments N 1 Ltd. contra la Repblica del Per. Considerando 162. Respondent argues that the Tribunal must apply Peruvian law to resolve this dispute. In fact, the question of the
applicable law to the merits of this case is somewhat more complicated. The () LSA contains no specific
provision regarding the applicable substantive law. In such circumstances, Article 42(1) of the ICSID Convention requires the Tribunal to apply the law of the Contracting State party to the dispute (including its
rules on conflicts of laws) and such rules of international law as may be applicable. Furthermore, even if
the law of Peru were held to apply to the interpretation of the () LSA, this Tribunal has the authority and
duty to subject Peruvian law to the supervening control of international law. El texto completo en ingls de
dicha Decisin sobre Competencia CIADI puede ser descargado desde: http://www.investmentclaims.com/
(32)
Traduccin libre del Laudo, de fecha 29 de diciembre de 2004, emitido en el Caso Arbitral CIADI N ARB/
97/4: Ceskoslovensk Obchodn Banka A.S. contra la Repblica de Eslovaquia. Considerando 63. Pur-
912
suant to Article 42(1) of the ICSID Convention, The Tribunal shall decide the dispute in accordance with
such rules of law as may be agreed by the parties. Implied submission to international law can be seen in
Article 7(4) CA where it is stated that the CA shall be governed by the BIT, in addition to the laws of the
Czech Republic (). Esta suerte de marginacin tambin ha sido recogida en el ya citado Laudo emitido
en el Caso Arbitral CIADI N ARB/87/3: Asian Agricultural Products Ltd. contra la Repblica de Sri Lanka.
Considerando 24. () since both Parties agreed during their respective pleading to invoke primarily the
Sri Lanka/U.K. Bilateral Investment Treaty as lex specialis, and to apply, within the limits required, the
international or domestic legal relevant rules referred to as a supplementary source (). Los textos completos en ingls de ambos laudos pueden ser descargado desde: http://www.investmentclaims.com/
(33)
Resulta preciso indicar que la nocin del principio del trato justo y equitativo se encuentra en pleno proceso de formacin como lo veremos ms adelante en el presente trabajo. Tan es as, que a modo de ilustracin nos permitimos citar el artculo 10.5 del Tratado de Libre Comercio suscrito entre el Per y los Estados
Unidos donde el trato justo y equitativo es recogido en los siguientes trminos:
1. Cada Parte conceder a las inversiones cubiertas un trato acorde con el derecho internacional consuetudinario, incluido el trato justo y equitativo, as como proteccin y seguridad plenas.
2. Para mayor certeza, el prrafo 1 prescribe que el nivel mnimo de trato a los extranjeros, segn el
derecho internacional consuetudinario, es el nivel mnimo de trato que pueda ser proporcionado a las
inversiones cubiertas. Los conceptos de trato justo y equitativo y proteccin y seguridad plenas no
requieren un trato adicional o ms all del requerido por ese estndar y no crean derechos adicionales
significativos. La obligacin en el prrafo 1 de proveer:
(a) trato justo y equitativo incluye la obligacin de no denegar justicia en procedimientos criminales,
civiles o contencioso administrativos, de acuerdo con el principio del debido proceso incorporado en
los principales sistemas legales del mundo; y
(b) proteccin y seguridad plenas exige a cada Parte proveer el nivel de proteccin policial que es exigido
por el derecho internacional consuetudinario.
913
manera coherente, justa, razonable, imparcial, previsible, transparente, sin ambigedades y no errnea.
El trato justo y equitativo importa
que el estado receptor de la inversin privada deba otorgar al inversionista extranjero un nivel mnimo de trato de acuerdo
a los estndares que establece el derecho
internacional consuetudinario. La observancia al trato justo y equitativo es la plasmacin en un determinado caso de una
serie de normas bsicas universales en el
tratamiento que un Estado est obligado
a brindarle a todo inversionista extranjero que se encuentre protegido por un TBI
suscrito por dicho Estado con el Estado
del cual es nacional el inversionista.
Ello supone que el Estado receptor
de la inversin debe otorgar al inversionista extranjero un mnimo estndar de
tratamiento impuesto por el derecho internacional consuetudinario y que, segn
la doctrina internacional(35) y la jurispru-
Mientras que el artculo 1105 del Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte en trminos distintos a
los antes citados incorpora al principio del trato justo y equitativo de la siguiente manera:
1. Each Party shall accord to investments of investors of another Party treatment in accordance with
international law, including fair and equitable treatment and full protection and security.
2. Without prejudice to paragraph 1 and notwithstanding Article 1108 (8) (b), each Party shall accord to
investors of another Party, and to investments of investors of another Party, non-discriminatory treatment
with respect to measures it maintains or adopts relating to losses suffered by investments in its territory
owing to armed conflict or civil strife.
3. Paragraph 2 shall not apply to existing measures related to subsidies or grants that are inconsistent with
Article 1102.
(34)
Los casos paradigmticos en esta materia han dado lugar a los laudos Tecmed contra Mxico, Waste
Management contra Mxico y MTD Equity contra Chile que ponen de manifiesto que por trato justo y
equitativo se entiende la oportunidad de garantizar las legtimas expectativas del inversionista que radic
una inversin en el pas.
(35)
Para el profesor Sornarajah () the fair and equitable standard was no more than the international minimum standard of customary international law. SORNARAJAH, Muthucumaraswamy. The international law on
foreign investment. Cambridge: University Press, 2004, p. 236. Asimismo, para el profesor Weiler existen
tres conceptos o nociones que emanan del estndar mnimo de tratamiento que debe observar el Estado
receptor First, the State must honour the specific representations made by its officials to investors and
their investments, who have reasonably releed upon them in good faith. Second, the State must provide a
transparent and (accordingly) predictable regulatory regime to investors and their investments. Third, the
914
officials of a State must execute their public functions in good faith with respect to their treatment of investors and investments. WEILER, Todd. Good Faith and Regulatory Transparency: The story of Metalclad v.
Mexico. En: International Investment Law and Arbitration: Leading Cases from the ICSID, NAFTA, Bilateral
Treaties and Customary International Law. (Edited by Todd Weiler). Londres: Cameron May, 2005, p. 719.
(36)
Laudo Arbitral CIADI, de fecha 15 de mayo de 2004, Caso N ARB/01/7/ entre MTD Equity Sdn. Bhd. y MTD
Chile S.A. contra la Repblica de Chile; Laudo Arbitral CIADI, de fecha 30 de abril de 2004, Caso N
ARB(AF)/3 entre Waste Management, Inc. contra Estados Unidos Mexicanos; y, Laudo Arbitral CIADI, de
fecha 29 de mayo de 2003, Caso N ARB(AF)/00/2 entre Tcnicas Medioambientales Tecmed, S.A. contra
Estados Unidos Mexicanos. El texto completo de dichos laudos puede ser descargado desde: http://
www.investmentclaims.com
(37)
Considerando N 109 del Laudo Arbitral CIADI MTD Equity Sdn. Bhd. y MTD Chile S.A. contra la Repblica
de Chile. A mayor abundamiento, segn el criterio del Juez Schwebel, el trato justo y equitativo importa un
() broad and widely-accepted standard encompassing such fundamental standards as good faith, due
process, non discrimination, and proportionality. Citando nuevamente el Fundamento N 109 del Laudo
Arbitral CIADI recado en la controversia MTD Equity contra Chile el Juez Schwebel refiere que () that
meaning of what is fair and equitable treatment is defined when the standard is applied to a set specifc
facts. En esta misma lnea se encuentra el jurista argentino TEMPONE para quien el trato justo y equitativo
() depende de un juicio de valor que se emite en el caso concreto, por las propias partes en consulta o
por un tercero encargado de dirimir un conflicto. TEMPONE, Rubn Eduardo, Proteccin de Inversiones
Extranjeras, Buenos Aires Madrid, Editorial Ciudad Argentina, 2003, p. 55.
(38)
Considerando N 98 del Laudo Arbitral CIADI Waste Management, Inc. contra Estados Unidos Mexicanos.
(39)
Considerando N 154 del Laudo Arbitral CIADI Tcnicas Medioambientales Tecmed, S.A. contra Estados
Unidos Mexicanos.
915
(40)
Lamentablemente no se han publicado los varios laudos arbitrales que se han emitido en materia de
contratos de concesin y de convenios de estabilidad jurdica en el Per, la mayora de los cuales resultan
a nuestro juicio laudos que resuelven controversias en materia de inversin. En ellos se ha aplicado el
principio de la buena fe as como los criterios de razonabilidad y proporcionalidad a la conducta de las
partes (incluido el Estado concedente) pero no es posible utilizarlos por el momento como fuente pues se
mantienen en reserva.
(41)
Artculo 1362 del Cdigo Civil.- Los contratos deben negociarse, celebrarse y ejecutarse segn las reglas
de la buena fe y la comn intencin de las partes.
(42)
(43)
(44)
PREZ GALLARDO, Leonardo B., Buena Fe y Comn Intencin de las Partes, Artculo 1362, en: Cdigo Civil
Comentado por los 100 Mejores especialistas. T. VII, Lima, Gaceta Jurdica, 2004, p. 132.
916
(45)
PEREZ GALLARDO, Buena Fe y Comn Intencin de las Partes, Artculo 1362, en: Cdigo Civil Comentado
por los 100 Mejores especialistas, cit., p.140.
(46)
(47)
MORN URBINA, Juan Carlos, Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo General, Lima, Gaceta Jurdica, 2003, pp. 37-38.
(48)
917
En nuestro criterio, junto con la buena fe va de la mano el principio de interdiccin de la arbitrariedad que, sin estar
explcitamente reconocido en la Constitucin, ha sido plenamente identificado
por el Tribunal Constitucional del Per(48).
El jurista Marcial Rubio Correa(49), luego
de analizar los casos en los que el Tribunal Constitucional ha aplicado el principio de interdiccin de la arbitrariedad(50),
llega a la conclusin de que ste:
() consiste en que los rganos del
Estado debe vedar la conducta del
poder estatal que acte con arbitrariedad (). Arbitrariedad es lo contrario a la justicia, al derecho, a una
fundamentacin objetiva y a la congruencia con la realidad. El poder del
Estado debe actuar en todo momento con respeto por sus atribuciones y
sin exceder el poder, sin utilizarlo para
afectar los derechos de las personas y
sin arrogarse atribuciones de las que
carece. Si lo hiciera, el principio establece que la accin ser ilegal.
El Tribunal Constitucional ha dicho no
slo que la fundamentacin es indispensable sino adems que no darla es ejercicio
arbitrario del poder que hay que impedir(51)
desde el punto de vista constitucional:
Vide Artculo 9 de la Constitucin de Espaa de 1978.- 1. Los ciudadanos y los poderes pblicos estn
sujetos a la Constitucin y al resto del ordenamiento jurdico. ()
3. La Constitucin garantiza el principio de legalidad, la jerarqua normativa, la publicidad de las normas,
la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales, la seguridad jurdica, la responsabilidad y la interdiccin de la arbitrariedad de los poderes pblicos
(nfasis aadido).
(49)
RUBIO CORREA, Marcial, La Interpretacin de la Constitucin segn el Tribunal Constitucional, Lima, Pontificia Universidad Catlica del Per, 2005. p. 170.
(50)
(51)
Sentencia del Tribunal Constitucional, de fecha 05 de julio del 2004, en el Expediente N 0090-2004-AA-TC
sobre accin de amparo interpuesta por don Juan Carlos Callegari Herazo contra el Ministerio de Defensa.
918
Por su parte, en sede arbitral internacional, sobre la base de la jurisprudencia de los tribunales arbitrales CIADI que
hemos citado, se observa claramente que
la conducta del Estado receptor de la inversin que no respete o vulnere los estndares de tratamiento fijados por el principio al trato justo y equitativo, no solo
incumplirn los acuerdos bilaterales que
suscriban, sino que la casustica internacional establece indemnizaciones sumamente onerosas. Debemos esperar el mismo estndar pactado en los TBIs a la resolucin de conflictos por medio de arbitraje internacional que surge de un
contrato nacional regido por la ley nacional que no contiene dicho principio?
A la luz del desarrollo maximalista que
viene producindose en los laudos de los
tribunales arbitrales CIADI tendramos
que responder positivamente, a no ser
que se establezca en los convenios arbitrales o en reglas especficas dentro
de los procesos arbitrales la aplicacin
de la legislacin nacional y que ello sea
admitido por ambas partes.
La pregunta obvia en esta materia es:
debe garantizarse dicho estndar mnimo de tratamiento justo y equitativo a todo
inversionista por el solo mrito de un TBI?
Pierden, por el compromiso internacional asumido por el Estado Peruano, las
autoridades concedentes sus atribuciones
contractuales o inclusive las facultades
que el rgimen nacional les confiere para
ejercer su autoridad por la amenaza de un
litigio indemnizatorio ante el CIADI? No
lo creemos. Por el contrario, interpretamos que la proteccin a las inversiones
como est concebida en los TBI suscritos
por el Per, e inclusive como est diseada en la legislacin interna que tambin
beneficia a los inversionistas privados,
beneficia al inversionista cumplidor de sus
919
5.
A MANERA DE CONCLUSIONES
920
921
ido perfilando como aquel nivel mnimo de comportamiento que se sustenta en la buena fe, y que adems
evita todo trato que no sea coherente, que irrespete el debido procedimiento, que sea ambiguo, que sea
injusto, discriminatorio y que no responda al criterio de razonabilidad;
(c) En sede nacional el principio del trato justo y equitativo se ve reflejado
en el principio de la buena fe (como
est previsto en el artculo 1362 del
Cdigo Civil) que convoca a ponderar la lealtad de las partes con el
contrato de concesin y la coherencia de sus actos con el cumplimiento de los fines pblicos del contrato; de la mano con el principio de
interdiccin de la arbitrariedad que
tiene amplio reconocimiento doctrinal y jurisprudencial constitucional.
Este ltimo, aunque no ha sido expresamente recogido por la Constitucin, ha sido considerado por el
Tribunal Constitucional como principio rector que inspira el orden
constitucional rechazando lo que
pueda identificarse como arbitrario,
ajeno de fundamento, lejano al respeto del debido proceso y carente
de los criterios de razonabilidad y
proporcionalidad que deben inspirar las decisiones que puedan tomar
las partes en la ejecucin de los contratos de concesin.
922
923
LA SOL
UCIN DE CONTRO
VERSIAS EN EL
SOLUCIN
CONTROVERSIAS
A CUERDO DE PROMOCIN COMERCIAL
CON LLOS
OS EST
ADOS UNIDOS DE AMRICA
ESTADOS
1.
INTRODUCCIN
el APC no estar exento de dudas o impases acerca de la interpretacin y aplicacin de su texto, las que tienen vas de
solucin en el propio Acuerdo.
Al respecto, el APC contiene tres
secciones dedicadas a regular la resolucin de conflictos. Las dos primeras estn desarrolladas en el Captulo Vigsimo Primero: la seccin A se refiere a la
solucin de controversias entre las partes,
es decir los Estados firmantes, los Estados
(*)
Abogado por la Pontificia Universidad Catlica del Per. Profesor en las Facultades de Derecho de la
Pontificia Universidad Catlica del Per - PUCP y de la Universidad de Lima, y Profesor del Executive MBA
de la Universidad San Ignacio de Loyola. Secretario General del Centro de Arbitraje de la Cmara de
Comercio de Lima.
(**)
Abogado por la Pontificia Universidad Catlica del Per. Secretario Arbitral del Centro de Arbitraje de la
Cmara de Comercio de Lima.
(1)
En todo el proceso de negociacin, este acuerdo fue denominado Tratado de Libre Comercio TLC.
Dejando de lado las nomenclaturas, el contenido de los captulos que researemos es el mismo.
924
b)
Una de las partes se vea o pueda verse afectada por una medida ejecutada por otra parte (medida vigente) o
que an no se ha ejecutado, pero es
factible que se lleve a cabo (medida
en proyecto) y que sea o pudiera ser
inconsistente con las obligaciones
contenidas en el APC(2).
c)
Una medida realizada por otra parte, que no es contraria al APC, pueda anular o menoscabar el beneficio
que la parte recurrente pudiera haber esperado recibir razonablemente respecto a los captulos Segundo
(Trato Nacional y Acceso al Mercado de Bienes), cuarto (Reglas de
Origen y Procedimientos de Origen),
Noveno (Compras Pblicas), Undcimo (Servicios Transfronterizos) y
Decimosexto (Propiedad Intelectual), salvo que la medida est sujeta
a una excepcin en el caso de los ltimos dos captulos indicados.
2.
(2)
El Captulo Uno relativo a Disposiciones Iniciales y Definiciones Generales, seala que el trmino medida
incluye cualquier ley, reglamento, procedimiento, requisito o prctica. Asimismo, el numeral 6 del artculo
21.6 seala que no se podr establecer un Panel para revisar una medida en proyecto.
925
b)
c)
a)
(3)
La Comisin de Libre Comercio es el rgano integrado por representantes de cada parte del TLC, a nivel
ministerial, que tiene como funcin primordial supervisar la implementacin y ulterior desarrollo del APC.
Como parte del cumplimiento de esta funcin, la Comisin buscar resolver las controversias que pudiesen surgir respecto de la interpretacin o aplicacin del TLC.
926
En principio, las partes podrn designar libremente a los panelistas que resolvern la controversia siempre y cuando sean personas independientes y no tengan ninguna vinculacin con las partes.
Adems, a falta de nombramiento de un
panelista, su eleccin podr ser efectuada
mediante sorteo sobre una lista indicativa
preestablecida por las propias partes de
comn acuerdo.
Por ello, la eficacia de esta etapa final del procedimiento depender en gran
medida de la calidad de los individuos que
lleguen a conformar el Panel, quienes, si
bien no emitirn un dictamen vinculante,
s efectuarn un pronunciamiento que puede poner fin a la disputa. En este sentido,
la designacin de los panelistas, deber ser
precedida por una labor de las partes destinada a que tal designacin responda a los
requerimientos de la controversia, evitando
de esa manera que la decisin del Panel no
se ajuste a las expectativas de las partes.
Con relacin a esta materia, es recomendable que se tenga en cuenta aspectos tales como la especialidad del panelista, su experiencia sobre controversias
de naturaleza similar, la nacionalidad y la
vinculacin previa que pueda haber tenido con alguna de las partes, sobre todo,
en estos ltimos dos casos, si se trata del
nombramiento del presidente del Panel.
(4)
A la fecha de elaboracin de este artculo las partes todava no han establecido las Reglas Modelo de
Procedimiento. Estas Reglas de Procedimiento a la luz del texto del APC deben contemplar el derecho de
las partes a tener al menos una audiencia pblica ante el Panel y la oportunidad de las partes de presentar
un alegato inicial y una rplica por escrito.
(5)
927
menoscabo en el sentido del artculo 21.2, la solucin ser, siempre que sea posible, eliminar la no conformidad o la anulacin o menoscabo
(6)
928
Es pertinente recalcar que las decisiones de un Panel, a diferencia de aquellas tomadas por un Tribunal Arbitral en
un laudo, al no tener carcter vinculante,
no pueden ser materia de ejecucin ante
ningn fuero jurisdiccional ni algn tipo
de organismo, quedando su cumplimiento nicamente en la esfera de la voluntad
de las partes.
Como se aprecia, este mecanismo no
pretende generar sanciones a las partes
frente a la afectacin del APC, sino que
busca establecer criterios que permitan
seguir con el flujo comercial luego de
ocurridas situaciones concretas que puedan afectar un mbito concreto de la relacin de las partes, sin que el resto de tales
relaciones se vean perjudicadas.
con las obligaciones derivadas de este Acuerdo, o que haya sido causa de anulacin o menoscabo en
el sentido del Artculo 21.2; y
b) si la Parte reclamante considera que no es factible ni eficaz suspender beneficios en el mismo sector
o sectores, sta podr suspender beneficios en otros sectores.
6. La Parte reclamante no podr suspender beneficios si, dentro de los 30 das a partir de la notificacin
por escrito de su intencin de suspender beneficios o, si el panel ha sido reconstituido bajo el prrafo 3,
dentro de los 20 das a partir de los cuales el panel presenta su determinacin; la Parte demandada
proporciona una notificacin por escrito a la Parte reclamante que pagar una contribucin pecuniaria
anual. Las Partes consultarn a ms tardar dentro de los 10 das despus de que la Parte demandada
proporciona notificacin, con miras a lograr un acuerdo respecto a la cantidad a pagar. Si las Partes no
logran llegar a un acuerdo dentro de los 30 das despus de iniciadas las consultas, el monto de dicha
contribucin monetaria se fijar en dlares de Estados Unidos y en un nivel correspondiente al 50 por
ciento del nivel de los beneficios que el panel, conforme al prrafo 3, haya determinado ser de efecto
equivalente o, si el panel no ha determinado el nivel, en un 50 por ciento del nivel que la Parte reclamante
pretende suspender conforme al prrafo 2.
7. Salvo que la Comisin decida algo distinto, la contribucin monetaria se pagar a la Parte reclamante en
dlares de Estados Unidos, o en un monto equivalente en moneda de la Parte demandada, en cuotas
trimestrales iguales, a partir de los 60 das posteriores a la fecha en que la Parte demandada notifique su
intencin de pagar dicha contribucin monetaria. Cuando lo ameriten las circunstancias, la Comisin podr decidir que la contribucin monetaria se pague a un fondo que ella misma establecer y que se utilizar, bajo su direccin, en iniciativas apropiadas para facilitar el comercio entre las Partes, incluyendo iniciativas orientadas a una mayor reduccin de obstculos injustificados al comercio o a ayudar a una Parte
contendiente a cumplir sus obligaciones conforme a este Acuerdo.
8. Si la Parte demandada no paga la contribucin monetaria, la Parte reclamante podr suspender beneficios a la Parte demandada de acuerdo con el prrafo 4.
9. Este Artculo no aplicar a los asuntos sealados en el Artculo 21.17.1.
10. La compensacin, el pago de una contribucin monetaria y la suspensin de beneficios son entendidos como medidas transitorias aplicables hasta que se elimine cualquier disconformidad o la anulacin o
menoscabo que el panel haya determinado.
(7)
929
laudos que se expidan. Asimismo, se entiende que esta obligacin se ha cumplido si es que la parte se ajusta al Convenio de Naciones Unidas sobre el Reconocimiento y Ejecucin de Sentencias
Arbitrales Extranjeras (Convencin de
Nueva York de 1958) o a la Convencin
Interamericana de Arbitraje Comercial
Internacional (Convencin de Panam
de 1975(8)).
En el caso peruano no slo se han
ratificado las Convenciones de Nueva
York y Panam, sino que se cuenta con
una Ley General de Arbitraje(9) que se
ajusta en gran medida a la Ley Modelo
propuesta por la Comisin de Naciones
Unidas para el Derecho Mercantil
(8)
El Estado Peruano se adhiri a la Convencin de Nueva York el 7 de julio de 1988 mientras que la Convencin de Panam fue ratificada el 21 de abril de 1988. Asimismo, Estados Unidos se adhiri a la Convencin
de Nueva York el 30 de setiembre de 1970 efectuando reservas, en este sentido, este Estado slo aplicar
la Convencin al reconocimiento y la ejecucin de laudos dictados en el territorio de otro Estado Contratante y aplicar la Convencin slo a las controversias derivadas de relaciones jurdicas, sean o no contractuales, consideradas como mercantiles por el derecho interno. Del mismo modo, Estados Unidos ratific la Convencin Interamericana el 11 de octubre de 1986 efectuando las siguientes reservas: (a) Al
menos que entre las partes en un acuerdo sobre arbitraje exista un compromiso expreso en contrario,
cuando se cumplan los requisitos para la aplicacin tanto de la Convencin Interamericana sobre Arbitraje
Comercial Internacional como de la Convencin sobre el Reconocimiento y la Ejecucin de Sentencias
Arbitrales Extranjeras, si la mayora de dichas partes son ciudadanos de un Estado o Estados que han
ratificado o hayan adherido a dicha Convencin y sean Estados miembros de la Organizacin de los
Estados Americanos, se aplicar la Convencin Interamericana. En todos los dems casos se aplicar la
Convencin sobre el Reconocimiento y la Ejecucin de las Sentencias Arbitrales Extranjeras. (b) Los
Estados Unidos de Amrica aplicarn las reglas de procedimiento de la Comisin Interamericana de Arbitraje Comercial que estn vigentes en la fecha en que depositen el instrumento de ratificacin, al menos
que con posterioridad los Estados Unidos de Amrica tomen una decisin oficial de adoptar y aplicar las
modificaciones ulteriores de dichas reglas. (c) Los Estados Unidos de Amrica aplicarn la Convencin
sobre la base de reciprocidad, slo para el reconocimiento y ejecucin de las sentencias dictadas en el
territorio de otro Estado Contratante.
(9)
La Ley General de Arbitraje peruana, Ley N 26572, entr en vigencia el 6 de enero de 1996.
930
Del mismo modo, en la ltima dcada se ha generado un desarrollo exponencial del arbitraje domstico en el Per, lo
que ha permitido el afianzamiento de varias instituciones arbitrales(10) as como el
aumento de especialistas en la materia.
3.
Para someter a arbitraje una reclamacin en materia de inversiones se exige dos requisitos:
a)
b)
(10)
Entre las principales instituciones arbitrales que operan en el Per se encuentran el Centro de Arbitraje de
la Cmara de Comercio de Lima, que en promedio administra 140 casos al ao, el Centro de Arbitraje de
AMCHAM Per, el Centro de Arbitraje del Consejo Superior de Contrataciones y Adquisiciones del Estado
CONSUCODE; y el Centro de Arbitraje de la Pontificia Universidad Catlica del Per.
(11)
El artculo 10.28 seala que inversionista de una Parte significa: una Parte o una empresa del estado de
la misma, o un nacional o empresa de la Parte, que intenta realizar, a travs de acciones concretas, est
realizando o ha realizado una inversin en el territorio de otra Parte, considerando, sin embargo, que una
persona natural que tiene doble nacionalidad se considerar exclusivamente un nacional del Estado de su
nacionalidad dominante y efectiva.
(12)
El artculo 10.28 seala que inversin significa todo activo de propiedad de un inversionista o controlado
por el mismo, directa o indirectamente, que tenga las caractersticas de una inversin, incluyendo caractersticas tales como el compromiso de capitales u otros recursos, la expectativa de obtener ganancias o
utilidades, o la asuncin de riesgo. Las formas que puede adoptar una inversin incluyen: (a) una empresa; (b) acciones, capital, y otras formas de participacin en el patrimonio de una empresa; (c) bonos,
obligaciones, otros instrumentos de deuda y prstamos; (d) futuros, opciones y otros derivados; (e) contratos de llave en mano, de construccin, de gestin, de produccin de concesin, de participacin en los
ingresos y otros contratos similares; (f) derechos de propiedad intelectual; (g) licencias, autorizaciones,
permisos y derechos similares otorgados de conformidad con la legislacin interna; y (h) otros derechos
de propiedad tangibles o intangibles, muebles o inmuebles y los derechos relacionados con la propiedad,
tales como arrendamientos, hipotecas, gravmenes y garantas en prenda.
931
(13)
Un ao si se alega que la violacin la cometi un pas andino, segn el texto del Anexo 10-E.
(14)
Estados Unidos y el Per ratificaron el Convenio CIADI el 10 de junio de 1966 y el 9 de agosto de 1993,
respectivamente. Al respecto, el artculo 25 del Convenio del CIADI establece:
(1) La jurisdiccin del Centro se extender a las diferencias de naturaleza jurdica que surjan directamente de una inversin entre un Estado Contratante (o cualquier subdivisin poltica u organismo pblico de un
Estado Contratante acreditados ante el Centro por dicho Estado) y el nacional de otro Estado Contratante
y que las partes hayan consentido por escrito en someter al Centro. El consentimiento dado por las partes
no podr ser unilateralmente retirado.
(2) Se entender como nacional de otro Estado Contratante: (a) toda persona natural que tenga, en la
fecha en que las partes consintieron someter la diferencia a conciliacin o arbitraje y en la fecha en que fue
registrada la solicitud prevista en el apartado (3) del Artculo 28 o en el apartado (3) del Artculo 36, la
nacionalidad de un Estado Contratante distinto del Estado parte en la diferencia; pero en ningn caso
comprender las personas que, en cualquiera de ambas fechas, tambin tena la nacionalidad del estado
parte en la diferencia; y (b) toda persona jurdica que, en la fecha en que las partes prestaron su consentimiento a la jurisdiccin del Centro para la diferencia en cuestin, tenga la nacionalidad de un Estado
Contratante distinto del Estado parte en la diferencia, y las personas jurdicas que, teniendo en la referida
fecha la nacionalidad del Estado parte en la diferencia, las partes hubieran acordado atribuirle tal carcter,
a los efectos de este Convenio, por estar sometidas a control extranjero.
(3) El consentimiento de una subdivisin poltica u organismo pblico de un Estado Contratante requerir
la aprobacin de dicho Estado, salvo que ste notifique al Centro que tal aprobacin no es necesaria.
(4) Los Estados Contratantes podrn, al ratificar, aceptar o aprobar este Convenio o en cualquier momento
ulterior, notificar al Centro la clase o clases de diferencias que aceptaran someter, o no, a su jurisdiccin. El
Secretario General transmitir inmediatamente dicha notificacin a todos los Estados Contratantes. Esta
notificacin no se entender que constituye el consentimiento a que se refiere el apartado (1) anterior.
(15)
El segundo prrafo de la introduccin de este Mecanismo Complementario seala que El Consejo Administrativo del Centro adopt el Reglamento del Mecanismo Complementario autorizando al Secretario del
CIADI a administrar cierta categora de procedimientos entre Estados y nacionales de otros Estados que
estn fuera del mbito de aplicacin del Convenio CIADI. Estos son: (i) procedimientos de comprobacin
de hechos; (ii) procedimientos de conciliacin o arbitraje para el arreglo de diferencias relativas a inversiones que surjan entre partes, una de las cuales no sea un Estado Contratante o un nacional de un Estado
Contratante; y (iii) procedimientos de conciliacin o arbitraje entre partes, de las cuales al menos una sea
un Estado Contratante, para el arreglo de diferencias que no surjan directamente de una inversin, a
condicin que la transaccin en cuestin no sea una transaccin comercial ordinaria.
(16)
932
previo acuerdo de las partes, ante cualquier otra institucin de arbitraje o reglas de arbitraje.
Al respecto, el artculo 10.17 del
APC contiene el consentimiento de cada
parte del Tratado (Per y Estados Unidos)
en someter una reclamacin al arbitraje.
Adems, el sometimiento de la reclamacin a arbitraje deber cumplir con el
Captulo II del Convenio del CIADI y las
Reglas del Mecanismo Complementario
del CIADI que exige el acuerdo por escrito de las partes de la controversia; el
artculo II de la Convencin de Nueva
York(17) que requiere un acuerdo por escrito y el artculo I de la Convencin Interamericana(18) que requiere un acuerdo.
4.
CONCLUSIN
se resolvern de conformidad con el presente Reglamento, con sujecin a las modificaciones que las
partes pudieran acordar por escrito.
2. Este Reglamento regir el arbitraje, excepto cuando una de sus normas est en conflicto con una
disposicin del derecho aplicable al arbitraje que las partes no puedan derogar, en cuyo caso prevalecer esa disposicin.
(17)
(18)
933
934
935
NOT
AS SOBRE EL ALCANCE DE LLA
A CLUSUL
A DE
NOTAS
CLUSULA
CONFORMID
AD CON LLAS
AS LEYES DEL PPAS
AS RECEPTOR DE LLA
A
CONFORMIDAD
INVERSIN DESPUS DEL CASO FRAPORT V
V.. FILIPINAS
1.
INTRODUCCIN
(*)
(1)
Fraport AG. Frankfurt Airport Services Worldwide v. Repblica de Filipinas. Decisin de jurisdiccin. Caso
ICSID N ARB/03/25, 16 de agosto de 2007.
936
TALO CARRANO
(2)
Salini Construttori S.P.A. e Italstrade S.P.A. v. Reino de Marruecos. Decisin de jurisdiccin. Caso ICSID N
ARB/00/4, 23 de julio de 2001.
(3)
Tokio Tokels v. Ucrania. Decisin de jurisdiccin. Caso ICSID N ARB/02/18, 29 de abril de 2004.
(4)
(5)
Aguas del Turnari v. Repblica de Bolivia. Decisin sobre las excepciones en materia de jurisdiccin opuestas
por el demandado. Caso ICSID N ARB/02/3, 21 de octubre de 2005.
(6)
Saluka Investments BV v. Repblica Checa. Laudo parcial. Arbitraje bajo Reglas UNCITRAL 1976, 17 de
marzo de 2006.
(7)
Bayindir Insaat Turizm Ticaret Ve Sanayi A.S. A.S. v. Repblica Islmica de Pakistn. Decisin de jurisdiccin. Caso ICSID N ARB/03/29, 14 de noviembre de 2005
(8)
Inceysa Vallisoletana S.L. v. Repblica de El Salvador. Caso ICSID N ARB. 03/26, 2 de agosto de 2006.
(9)
Como veremos ms adelante, las primeras crticas pueden encontrarse e el voto singular del rbitro CREMADES. Ver: Fraport v. Filipinas. Voto singular, Par. 37. Similares dudas formula BORRIS, C. / HANNECKE, R. in:
937
inversin se haya efectuado de conformidad con las leyes y reglamentos de la Parte Contratante en cuyo territorio se realiz la inversin ()).
Fraport A.G. Frankfurt Services Worldwide v. Republic of Philippines Compliance with national laws: A
jurisdictional requirement under BITs?, p. 1, in: Transnational Dispute Management, Volumen 4, Nmero
5, Setiembre 2007.
(10)
Tokio Tokels v. Ucrania, Par. 84. A similares conclusiones llega el tribunal del caso Kardassopoulos v.
Georgia, Par. 147. Por su parte, DOLZER / STEVENS sealan que: As noted above, BITs generally do not
include any specific requirements that an investor must follow other than it must be done in accordance
with the law (). DOLZER, Rudolf / STEVENS, Margrete, Bilateral Investment Treaties, Martinus Nijhoff Publishers, La Haya, 1995, p. 54.
938
TALO CARRANO
EL CASO FRAPORT
2.1. Antecedentes
a. Este caso se origina en la inversin realizada por Fraport en Filipinas
para la construccin y desarrollo del terminal 3 del aeropuerto Ninoy AquiN Para
el desarrollo del proyecto, el 12 de julio
de 1997 se suscribi el contrato de concesin entre la sociedad Philippine International Air Terminals Co. Inc (PIATCO)
y Filipinas. El contrato otorgaba a PIATCO la explotacin exclusiva del terminal
3 por 25 aos renovables.
Originalmente, Fraport no particip
del proyecto. Su entrada a PIATCO se
produjo en 1999 y fue aumentando hasta
lograr (a travs de participacin directa e
indirecta) el 61.44% de PIATCO entre los
aos 2001 y 2002. Este aumento en la
participacin se encontr acompaado,
adems, por un acuerdo de accionistas que
otorgaba control a Fraport respecto a la
(11)
(12)
939
940
TALO CARRANO
Para efectos de su anlisis, el tribunal analiza el articulado del BIT Alemania Filipinas que se refiere a la
Clusula. A continuacin, citamos los textos usados por el tribunal.
El Artculo 1 (1) del BIT Alemania Filipinas que contiene la definicin de inversin seala: The term
investment shall mean any kind of assets accepted in accordance with the respecive laws and regulations or either Contracting State () (el subrayado es agregado).
De otro lado, el artculo 2(1) (referido a la proteccin y admisin de las inversiones) dispone: Each Contracting State shall promote as far as possible investments in its territory by investors of the other Contracting State and admit such investments in accordance with its Constitution, laws and regulations as reflected
in article 1, paragraph 1 (el subrayado es agregado).
Finalmente, el tribunal se refiere a la declaracin de ratificacin del BIT emitida por Filipinas. En ese
documento se seala: Whereas, the Agreement provides that the investment shall be in the areas allowed
by and in accordance with the Constitutions, laws and regulations of each of the Contracting Parties (el
subrayado es agregado).
941
Sobre el primer punto, el rbitro Cremades consider que las preguntas referidas a la legalidad de la conducta del inversionista deban ser examinadas cuando se analice el fondo de la controversia
(y no en la etapa jurisdiccional). Ello se
debe a que la exigencia de legalidad en el
artculo 1(1) del BIT slo se refiere a la
calificacin de la inversin realizada y no
a la evaluacin de la conducta del inversionista. En ese sentido, la Clusula slo
debe evaluar si la inversin se encuentra
permitida (formalmente) en la legislacin
del estado receptor y, en ningn caso, debe
permitir analizar la conducta del inversor.
Esa materia se tratara en los mritos del
arbitraje. En las propias palabras del rbitro Cremades: As a matter of principle, therefore, the legality of the investors
conduct is a merits issue. The inquiry at
the jurisdictional phase required by the
phrase in accordance with the laws and
regulations of the Host State is limited
to determining whether the type of asset
(14)
(15)
942
TALO CARRANO
3.
(16)
(17)
(18)
(19)
Tambin es recogida en doctrina. In many investment treaties the definition of investment includes a
requirement that the categories of assets admitted as investments must be made in accordance with the
943
laws and regulations of the said party. The plain meaning of this phrase is that investments which would be
illegal upon the territory of the host State are disqualified from the protection of the BIT. MCLACHLAN, Campbell/ SHORE, Laurence/ WEINIGER, Matthew, International Investment Arbitration. Substantive Principles.
Oxford, Oxford University Press, 2007, p. 181.
(20)
Salini v. Marruecos, Par. 46. En la misma lnea se encuentran Tokio Tokeles v. Ucrania, Par. 84 y Bayindir
v. Pakistn, Par. 109.
(21)
(22)
(23)
Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de Otros Estados.
(24)
La jurisdiccin del Centro se extender a las diferencias de naturaleza jurdica que surjan directamente de
una inversin entre un Estado Contratante (o cualquiera subdivisin poltica u organismo pblico de un
Estado Contratante acreditados ante el Centro por dicho Estado) y el nacional de otro Estado Contratante
y que las partes hayan consentido por escrito en someter al Centro. El consentimiento dado por las partes
no podr ser unilateralmente retirado.
944
TALO CARRANO
(25)
(26)
BORRIS / HANNECKE, Fraport A.G. Frankfurt Services Worldwide v. Republic of Philippines Compliance
with national laws: A jurisdictional requirement under BITs?, cit., p. 13.
945
(27)
Una opinin similar puede encontrarse en KNAHR, C. Investments in accordance with host state law, en:
Transnational Dispute Management, Vol. 5, N 5, Septiembre de 2007, Par. 17.
(28)
(29)
946
TALO CARRANO
(30)
(31)
(32)
947
(33)
SORNARAJAH , M., International Law on Foreign Investment, Cambridge University Press, Cambridge,
2004, Par. 225.
(34)
Fraport v. Filipinas, Par. 396 (When the question is whether the investment is in accordance with the law of
the host state, considerable arguments may be made in favour of construing jurisdiction ratione materiae in
a more liberal way which is generous to the investor. In some circumstances, the law in question of the host
state may not be entirely clear and mistakes may be made in good faith. An indicator of a good faith error
would be the failure of a competent local counsels legal due diligence report to flag that issue. Another
indicator that should work in favour of an investor that had run afoul of a prohibition in local law would be
that the offending arrangement was not central to the profitability of the investment, such that the investor
might have made the investment in ways that accorded with local law without any loss of projected profitability. This would indicate the good faith of the investor).
(35)
El artculo 1(1) del BIT Lituania Ucrania define una inversin como: Every kind of asset invested by an
investor of one Contracting Party in the territory of other Contracting Party in accordance with the laws and
regulations of ht latter ().
Un anlisis similar se sigue en Inceysa v. El Salvador. Ver Par. 230-244.
(36)
La demandada seala que el nombre de la subsidiaria (The Lithuanian subisidiary private Enterprise The
Publishing, Informational and Advertising Agency Taki Spravy) es incorrecto debido a que subsidiary enterprise (y no subisidiary private enterprise) es la forma societaria reconocida por las leyes ucranianas.
948
TALO CARRANO
(37)
(38)
(39)
que el referido BIT no protega las inversiones realizadas de manera contradictoria a las regulaciones del pas receptor.
Georgia alegaba que la entidad que celebr el contrato de concesin a nombre del
pas receptor no tena la autorizacin suficiente para otorgar la concesin correspondiente. Debido a ello, el contrato suscrito
con el inversionista era nulo y la inversin
no poda encontrarse protegida debido a
que no se haba realizado (correctamente)
conforme a las regulaciones de Georgia.
El tribunal de este caso rechaz las
alegaciones de Georgia sobre la base del
principio de la buena fe (y la creacin de
expectativas legtimas sobre la validez al
inversionista). Georgia desde el inicio
conoci la situacin de la inversin realizada sin haber efectuado ninguna objecin
a la misma, por lo que no poda ampararse en la Clusula para negar la proteccin
derivada del BIT: The Tribunal further
observes that in the years following the
execution of the JVA and the Concession
by SakNavtobi and Transneft [entidades
estatales de Georgia], respectively, Georgia never protested nor claimed that these agreements were illegal under Georgian law. In light of all of the above circumstances, the Tribunal is of the view
that Respondent created a legitimate expectation for Claimant that his investment
was, indeed, made in accordance with
Georgian law and, in the event of breach,
would be entitled to treaty protection(40).
(40)
949
(41)
(42)
950
TALO CARRANO
El tribunal del caso Inceysa v. El Salvador rechaz la subordinacin de la determinacin de la legalidad de la inversin
a lo sealado por las cortes locales. Para el
tribunal, Sostener un criterio diverso al
antes descrito, implicara dar a los estados
signatarios del acuerdos de proteccin recproca de inversiones en los que se incluya la clusula de conformidad con la legislacin la facultad de retirar su consentimiento de manera unilateral, (al determinar ellos mismo si una inversin fue hecha
de acuerdo con su legislacin), una vez
haya surgido una diferencia ()(43).
4.
COMENTARIOS FINALES
(43)
(44)
SCHREUER, C. Calvos grandchildren. The return of local remedies in investment arbitration, en: The
Law and Practice of International Courts and Tribunals, N 4, Ao 2005, Par. 1.
951
NDICE GENERAL
NDICE GENERAL
Contenido .........................................................................................................................
Presentacin .....................................................................................................................
XI
ARBITRAJE NACIONAL
COMENTARIOS A LA LEY GENERAL
DE ARBITRAJE DEL PER - LEY N 26572
CARLOS ALBERTO SOTO COAGUILA
(Per)
1.
2.
3.
4.
10
6.
11
7.
rbitros ....................................................................................................................
15
8.
19
9.
21
5.
952
NDICE GENERAL
22
22
23
26
27
30
35
2.
36
3.
37
38
39
40
40
43
5.
45
6.
rbitros ....................................................................................................................
46
46
46
47
47
48
48
4.
NDICE GENERAL
7.
953
50
50
51
52
55
55
55
57
57
58
58
58
8.3. Forma del laudo arbitral, firma de los rbitros y opiniones disidentes ..........
59
59
60
62
8.7. Plazo para dictar el laudo arbitral y su notificacin a las partes ....................
63
64
65
67
67
67
67
68
69
70
70
71
8.
9.
954
NDICE GENERAL
75
87
91
99
2.
100
100
100
101
101
102
103
3.
4.
955
NDICE GENERAL
107
118
2.
119
125
128
132
136
3.
4.
5.
6.
ES UN ARBITRAJE UN JUICIO?
ALFREDO BULLARD GONZLEZ
(Per)
1.
Introduccin .............................................................................................................
145
2.
148
3.
149
956
NDICE GENERAL
4.
150
5.
Conclusin ...............................................................................................................
153
ARBITRAJE INTERNACIONAL
WHEN TO ARBITRATE RATHER THAN LITIGATE
CAROLYN B. LAMM / ECKHARD R. HELLBECK
(Estados Unidos)
1.
Jurisdiction ..............................................................................................................
159
2.
Procedure .................................................................................................................
160
3.
Discovery .................................................................................................................
162
4.
163
a.
Admissibility ..................................................................................................
163
b.
163
c.
164
d.
164
165
a.
165
b.
166
6.
Confidentiality .........................................................................................................
169
7.
170
8.
Conclusion ...............................................................................................................
171
5.
Introduction .............................................................................................................
173
2.
173
A.
173
957
NDICE GENERAL
B.
174
C.
174
D.
174
E.
174
F.
174
G.
175
1.
175
175
175
176
1.
176
2.
176
3.
176
4.
177
5.
177
6.
177
7.
177
8.
Discovery ...............................................................................................
178
9.
178
10.
178
11.
178
12.
179
13.
179
179
A.
179
B.
179
C.
180
Conclusion ...............................................................................................................
180
2.
3.
H.
3.
4.
958
NDICE GENERAL
Introduction .............................................................................................................
183
2.
185
3.
191
4.
Conclusions .............................................................................................................
198
201
Introduccin .............................................................................................................
209
2.
La forma ...................................................................................................................
210
210
211
211
211
212
4.
212
5.
214
214
215
215
3.
6.
959
NDICE GENERAL
7.
8.
217
217
a.
218
b.
218
c.
Convalidacin ........................................................................................
218
d.
Formacin .............................................................................................
219
219
220
220
221
222
223
LA EVOLUCIN JURISPRUDENCIAL
DE LA ARBITRABILIDAD
SANTIAGO TALERO RUEDA
(Colombia)
1.
226
2.
227
3.
228
228
229
230
231
231
232
4.
960
5.
6.
NDICE GENERAL
232
233
237
238
238
241
242
243
244
245
245
II.
250
1.
250
250
2.
El principio bsico: Autonoma de las partes para elegir la ley aplicable ......
250
250
251
252
252
3.
253
4.
253
5.
253
6.
254
NDICE GENERAL
961
254
254
255
256
256
257
257
258
7.
8.
IV.
9.
258
10.
258
11.
258
12.
260
13.
261
261
262
264
14.
Introduccin ...................................................................................................
264
15.
264
16.
264
264
264
265
266
273
273
274
18.
274
19.
274
274
17.
V.
962
NDICE GENERAL
275
275
279
20.
279
21.
280
EL PLAZO EN EL ARBITRAJE
HCTOR ALEGRA
(Argentina)
1.
281
2.
285
285
a.
285
b.
285
c.
286
d. Plazos y trmites para los recursos y la ejecucin forzosa del laudo ....
287
e.
3.
4.
287
2.2. Plazo global para el trmite hasta el dictado del laudo ..................................
289
289
290
c.
290
292
e.
292
296
296
297
298
299
300
301
963
NDICE GENERAL
EL ARBITRAJE INTERNACIONAL:
COSTO Y DURACIN
YVES DERAINS
(Francia)
1.
304
2.
Los medios de reducir los plazos y costos del arbitraje internacional ....................
308
Introduccin .............................................................................................................
311
2.
312
312
313
3.2. La regla de trato igual y plena oportunidad de hacer valer los derechos .......
313
3.3. Los trminos igualdad y plena oportunidad de hacer valer los derechos .......
316
317
318
3.
a.
4.
318
b.
318
c.
319
d.
319
e.
320
f.
320
320
321
Conclusin ...............................................................................................................
322
964
NDICE GENERAL
323
2.
324
3.
325
325
326
326
327
327
328
328
329
4.
Ejemplos del valor limitado de las listas contenidas en las IBA rules .....................
329
5.
330
6.
331
7.
Conclusin ...............................................................................................................
332
Introduccin .............................................................................................................
333
2.
335
3.
337
4.
340
965
NDICE GENERAL
343
2.
345
3.
347
A.
347
B.
Neutralidad .....................................................................................................
350
351
A.
351
B.
La situacin del rbitro designado por cada una de las partes .......................
352
C.
355
D.
356
5.
357
6.
Conclusin ...............................................................................................................
359
4.
ARBITRAJES COMPLEJOS
FERNANDO DEL CASTILLO ELORZA
(Mxico)
1.
2.
361
361
362
363
363
363
363
363
364
364
966
NDICE GENERAL
3.
364
4.
Costos ......................................................................................................................
364
ARBITRAJE Y PROCEDIMIENTO
CSAR CORONEL JONES
(Ecuador)
1.
Introduccin .............................................................................................................
365
2.
366
3.
370
4.
371
5.
Conclusin ...............................................................................................................
373
375
381
2.
384
3.
385
4.
389
5.
392
6.
394
7.
394
8.
396
9.
399
400
967
NDICE GENERAL
404
405
407
412
414
415
415
417
b.
418
422
2.
423
424
424
426
427
428
429
430
Dificultades que derivan del juicio arbitral en que el Estado es parte procesal ......
430
430
432
432
433
Conclusiones ............................................................................................................
433
3.
4.
968
NDICE GENERAL
Mediation .................................................................................................................
435
2.
Arbitration ...............................................................................................................
436
3.
436
4.
437
5.
438
440
2.
440
440
441
443
443
445
445
445
3.
3.1.1.
445
3.1.2.
446
3.1.3.
447
448
3.1.5.
448
3.1.6.
449
451
3.1.4.
3.1.7.
969
NDICE GENERAL
3.1.8.
452
3.1.9.
452
453
453
3.1.12
Confidentiality ..................................................................................
454
454
456
456
4.
458
5.
Conclusion ...............................................................................................................
458
2.
462
463
464
465
b.
466
c.
467
468
e.
469
469
469
470
475
483
485
487
489
492
970
3.
NDICE GENERAL
493
501
506
508
515
2.5. Timing and duration of interim relief: deferring to the arbitrators .................
516
519
520
521
522
3.3. Arbitral orders that one party should turn over certain records .....................
524
524
526
527
RENUNCIA AL RECURSO DE
ANULACIN CONTRA EL LAUDO:
ALCANCES Y ANLISIS COMPARATIVO
DYAL JIMNEZ FIGUERES
(Chile)
1.
Introduccin .............................................................................................................
531
2.
533
3.
535
4.
Conclusin ...............................................................................................................
536
539
2.
544
971
NDICE GENERAL
545
546
551
556
558
559
559
561
561
562
562
569
6.
571
7.
Conclusiones ............................................................................................................
572
3.
4.
5.
574
B.
580
C.
582
EL RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL
DE LAUDOS ANULADOS
EDUARDO ZULETA
(Colombia)
1.
2.
586
587
972
NDICE GENERAL
588
589
591
a.
3.
Francia ...................................................................................................
592
592
595
596
597
599
605
Introduccin .............................................................................................................
609
2.
610
3.
612
4.
614
5.
616
616
617
619
620
6.
Planteamiento ..........................................................................................................
623
NDICE GENERAL
973
2.
625
3.
Objeto ......................................................................................................................
626
4.
Metodologa .............................................................................................................
626
A.
627
B.
627
C.
628
629
A.
629
B.
629
631
A.
631
B.
631
634
5.
6.
C.
638
2.
643
2.
650
A.
650
B.
652
654
A.
654
974
NDICE GENERAL
B.
656
3.
657
4.
Conclusin ...............................................................................................................
659
684
687
2.
688
689
691
693
3.
LA GLOBALIZACIN NORMATIVA
DEL ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL:
LA LABOR DE LA CNUDMI/UNCITRAL
MARA DEL PILAR PERALES VISCASILLAS
(Espaa)
1.
Introduccin .............................................................................................................
695
2.
697
3.
698
698
975
NDICE GENERAL
4.
703
706
706
707
707
Introduccin .............................................................................................................
711
2.
715
3.
716
4.
718
5.
720
6.
724
7.
725
8.
Efectos .....................................................................................................................
727
9.
728
730
732
734
734
737
738
739
741
743
976
NDICE GENERAL
Introduccin .............................................................................................................
745
2.
749
3.
752
4.
754
5.
755
6.
Conclusin ...............................................................................................................
756
APROXIMACIN A LA SOLUCIN
DE CONTROVERSIAS EN EL SECTOR DE
TELECOMUNICACIONES EN LATINOAMRICA
HERNANY VEYTIA
(Italia)
1.
2.
3.
4.
757
759
764
765
769
2.
772
3.
Conclusin ...............................................................................................................
778
977
NDICE GENERAL
ARBITRAJE DE INVERSIN
ARBITRANDO LA INVERSIN
FERNANDO DE TRAZEGNIES GRANDA
(Per)
1.
783
2.
786
786
788
790
790
793
794
Conclusiones ............................................................................................................
798
3.
4.
Introduccin .............................................................................................................
801
2.
El consentimiento ....................................................................................................
802
3.
804
4.
805
5.
807
6.
Conclusin ...............................................................................................................
808
809
978
NDICE GENERAL
Aperu ......................................................................................................................
820
2.
Commentaire ............................................................................................................
823
A.
824
B.
828
828
C.
831
839
2.
841
841
842
843
843
3.
844
4.
845
NDICE GENERAL
5.
6.
979
846
848
850
Conclusin ...............................................................................................................
850
Introduction .............................................................................................................
851
2.
853
3.
854
4.
856
5.
857
6.
858
7.
859
8.
860
9.
862
10. Conclusion: Further Opportunities for Canada-Peru Trade and Investment ...........
864
Introduccin .............................................................................................................
867
2.
868
868
980
3.
4.
5.
NDICE GENERAL
868
872
873
874
876
Conclusin ...............................................................................................................
877
879
882
3.
889
4.
893
897
2.
5.
899
2.
902
NDICE GENERAL
3.
4.
5.
981
904
906
906
909
912
915
919
LA SOLUCIN DE CONTROVERSIAS EN EL
ACUERDO DE PROMOCIN COMERCIAL
CON LOS ESTADOS UNIDOS DE AMRICA
PAOLO DEL AGUILA RUIZ DE SOMOCURCIO / LVARO GUSTAVO AGUILAR OJEDA
(Per)
1.
Introduccin .............................................................................................................
923
2.
924
924
928
3.
930
4.
Conclusin ...............................................................................................................
932
Introduccin .............................................................................................................
935
2.
938
982
NDICE GENERAL
938
939
940
941
942
942
945
946
948
949
950
951
3.
4.
983
NDICE GENERAL