Maitri Sandra - La Dimension Espiritual Del Eneagrama

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Sandra Maitri
LA DIMENSIN
ESPIRITUAL DEL
ENEAGRAMA
LOS NUEVE ROSTROS DEL ALMA

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Ttulo original
The Spiritual Dimension of the
Enneagram
Primera edicin
Mayo 2004
2000 Sandra Maitri
2004 para la edicin en
castellano
La Liebre de Marzo, S.L.
De la traduccin
Pilar Alba
Diseo grfico
Mauro Bianco

Imagen portada
Flame Nebula, Regin de
formacin de estrellas en
Orion
Atlas Image obtained as part of
the Two Micron All Sky
Survey (2 MASS),
a joint project of the University
of Massachusetts and the
Infrared Processing and
Analysis Center/California
Institute of Technology, funded
by the National Aeronautics
and Space Administration and
the National Science
Foundation.

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

A
OSCAR ICHAZO,
EL MAESTRO TRAS
LA PUERTA
CLAUDIO NARANJO,
QUE LA ABRI
Y
HAMEED ALI (A. H.
ALMAAS),
QUE ME ENSE A
. ATRAVESARLA

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

PRLOGO ........................................................................................... 10
INTRODUCCIN ................................................................................ 16
C A P T U L O...................................................................................... 1
43
E L T R I N G U L O I N T E R I O R Y L A C A D A ............ 43
C A P I T U L O 2................................................................................. 66
ENEATIPO NUEVE ........................................................................ 66
EGO-INDOLENCIA ........................................................................ 66
C A P I T U L O 3................................................................................. 95
ENEATIPO SEIS ............................................................................. 95
EGO-COBARDA ............................................................................ 95
C A P T U L O 4............................................................................... 122
ENEATIPO TRES ......................................................................... 122
EGO-VANIDAD............................................................................. 122
C A P I T U L O 5............................................................................... 149
ENEATIPO UNO .......................................................................... 149
EGO-RESENTIMIENTO............................................................. 149
C A P T U L O 6............................................................................... 176
ENEATIPO CUATRO ................................................................ 176
EGO-MELANCOLA ................................................................. 176
C A P T U L O 7............................................................................... 202
ENEATIPO DOS .......................................................................... 202
EGO-ADULACIN ..................................................................... 202
C A P T U L O 8............................................................................... 231
ENEATIPO OCHO ....................................................................... 231
5

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EGO-VENGANZA ........................................................................ 231


C A P T U L O 9 ............................................................................... 257
ENEATIPO CINCO ...................................................................... 257
EGO-TACAERA ....................................................................... 257
C A P T U L O 10 ............................................................................. 283
ENEATIPO SIETE ....................................................................... 283
EGO-PLANIFICACIN ............................................................. 283
C A P T U L O 11 ............................................................................. 310
E L F L U J O I N T E R N O Y E L N I O I N T E R I O R .. 310
EL NIO DEL ALMA DEL ENEATIPO NUEVE .................. 319
EL NIO DEL ALMA DEL ENEATIPO TRES ................... 320
EL NIO DEL ALMA DEL ENEATIPO SEIS ..................... 321
EL NIO DEL ALMA DEL ENEATIPO UNO ....................... 322
EL NIO DEL ALMA DEL ENEATIPO SIETE .................... 323
EL NIO DEL ALMA DEL ENEATIPO CINCO ................. 325
EL NIO DEL ALMA DEL ENEATIPO OCHO .................. 326
EL NIO DEL ALMA DEL ENEATIPO DOS ...................... 327
EL NIO DEL ALMA DEL ENEATIPO CUATRO ............. 328
C A P I T U L O 12 ............................................................................. 331
LOS SUBTIPOS ............................................................................. 331
C A P I T U L O 13 ............................................................................. 346
LAS ALAS ...................................................................................... 346
EPLOGO ........................................................................................... 353
A P N D I C E .................................................................................... A
356
LA DETERMINACIN DE TU ENEATIPO ........................ 356
A P N D I C E .................................................................................... B
370
DIAGRAMAS ................................................................................. 370
6

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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APNDICE C .................................................................................... 373


LECTURAS RECOMENDADAS ............................................... 373
AGRADECIMIENTOS ...................................................................... 376

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DIAGRAMAS

DIAGRAMA 1 LOS ENEAGRAMAS OBJETIVOS


DIAGRAMA 2 EL ENEAGRAMA DE LA PERSONALIDAD

DIAGRAMA 3 LOS ENEATIPOS


DIAGRAMA 4 EL TRINGULO INTERIOR
DIAGRAMA 5 EL FLUJO INTERNO
DIAGRAMA 6 LOS SUBTIPOS DE AUTOPRESERVACIN

DIAGRAMA 7 LOS SUBTIPOS SOCIALES


DIAGRAMA 8 LOS SUBTIPOS SEXUALES
DIAGRAMA 9 EL ENEAGRAMA DE LAS TRAMPAS
DIAGRAMA 10 EL ENEAGRAMA DE LAS EVITACIONES
DIAGRAMA 11 EL ENEAGRAMA DE LAS ACCIONES
CONTRA UNO MISMO
DIAGRAMA 12 EL ENEAGRAMA DE LAS MENTIRAS

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Sandra Maitri

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

PRLOGO
Antes de leer el brillante libro de Sandra Maitri, haba odo hablar
del eneagrama durante un par de aos, pero tena prevencin con
relacin a los sistemas que parecan tipificar, clasificar o juzgar. La
astrologa, por ejemplo, me haba frustrado desde que descubr por
primera vez que cuando comunicaba mi signo a la gente -Virgo- se
alejaban de mi acongojados, suponiendo que era quisquillosa o
frgida, y se pasaban el resto de la tarde con los signos ms en la
onda, como Acuarios y Leos. Cuando supe que en realidad era
Libra, segn la astrologa vdica, ello me permiti ampliar un poco
la verdad susurrando vdica una o dos veces, tras la palabra
Libra, si alguien me preguntaba el signo.
Hace diez aos, mi amiga Bess me anunci que la astrologa
estaba pasada de moda y lo que estaba en el ajo era el eneagrama.
Me coment que tena todos los signos de un Cuatro, lo que no
era muy bueno. Cuando le pregunte porqu, contest: Los Cuatro
son oscuros, trgicos, dramticos y muy sufridores. Antes de que
pudiera recuperarme de estas malas noticias, Bess ech ms lea al
fuego: Adems los Cuatro siempre desean lo que no tienen. No
suelen ser felices.
Hoje un par de libros sobre el eneagrama en la librera,
encontr descripciones de los Cuatro que parecan familiares, pero
bsicamente mi respuesta fue Y ahora qu? Ya saba estas
cosas... Exista un cierto grado de tranquilidad al darme cuenta de
que no estaba sola en mis peculiaridades de comportamiento, pero
la tranquilidad no eliminaba dichas peculiaridades. Entonces
intent identificar el tipo de mi marido, dicindome a mi misma que
ello sera til en nuestras relaciones, pero nunca pude decidir cual
era, y en consecuencia le acusaba en nuestras peleas de ser un
tpico Tres; o quizs un Siete, lo que no nos acercaba mucho.
Cuando Sandra me dijo que estaba escribiendo este libro, le
solicit el privilegio de ir leyendo los captulos a medida que los
escriba. Saba que estaba escribiendo sobre el eneagrama; conoca
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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el sistema con claridad y precisin, as como su importancia para el


viaje interior. Tena tambin la esperanza de descubrir que ser un
Cuatro fuera tal vez un peln mejor que se otro de los tipos, aunque
no se lo mencion a Sandra.
Como antigua discpula convertida en amiga, haba tenido
muchas experiencias de su notable habilidad para tramar complejos
constructos metafsicos y darles una forma que tuviera sentido. Un
sentido personal, importante y emocionante. De vez en cuando,
entraba en sus clases confundida o desbordada, y me marchaba con
la sensacin de que un fragmento de verde y exuberante mundo,
cuya existencia desconoca, cobraba vida de repente. Como
discpula suya y discpula del Enfoque del Diamante, aprend de
primera mano que la transformacin era posible. Realmente
posible.
Tal vez parezcan viejas noticias, pero para mi fue una revelacin
sorprendente. Haba estado veinte aos en psicoterapia, me haba
comprometido con la prctica de la meditacin, haba ido a un
montn de talleres y retiros, pero interiormente segua sintindome
alarmantemente igual, segua viendo el mundo con los mismos
lentes de carencia de amor que definan mi infancia, por ejemplo:
Siempre estar separada de lo que ms deseo...; La gente
siempre me deja...; Solo que tuviera las piernas ms largas y un
pelo ms bonito, sera feliz... Creencias optimistas de esta clase.
No importaba que situacin objetiva se presentase, pareca llegar a
las mismas conclusiones sobre m misma y el mundo que me
rodeaba.
La mayora de nosotros hacemos lo mismo -y lo llamamos
realidad- hasta ser lo bastante afortunados como para encontrar a
una persona, enseanza o libro que despierta el anhelo de ms. Ms
espacio para desplegar nuestra vida, de modo que no tengamos que
comprimir nuestros grandes y estrellados corazones en la psique de
un nio de dos, tres u ocho aos. La dimensin espiritual del
eneagrama es uno de estos libros, la mente de Sandra debera ser
un tesoro nacional. En lugar de observar la personalidad desde
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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dentro de uno mismo y ver lo que podemos mejorar para sentirnos


mejor con nosotros mismos, Sandra escribe desde la base del Ser.
No hay un eneatipo mejor, lo que son malas noticias.
El tesoro de La dimensin espiritual del eneagrama es el hecho
de que nos ofrece un modo de atravesar la separacin. Es como si
Sandra eliminara la capa superior de nuestras vidas y nos explicara
el secreto que hemos pero permitidme que os muestre que (y quien)
hay realmente debajo de estas creencias. Permitidme que os
muestre vuestras preciosas posibilidades. Nos presenta una visin
de quien somos bajo la coraza de las autoimgenes y patrones que
llamamos nuestras vidas. Lo que resulta mucho ms amplio y
emocionante que cualquier cosa que hayamos credo ser.
Tras cinco aos de trabajar con las prcticas que Sandra ha
estado enseando y muestra en este libro -presencia e indagacinsucede algo ms milagroso que despertar con unas piernas ms
largas o un bonito pelo. La persona que cree que necesita esto para
ser querida, el nio que se siente separado de lo que ms quiere, no
son los que creen ser. Los modos bsicos en que me reconozco a mi
misma -mediante la desesperacin, la carencia y el anhelo de dirigir
la vida de alguien- se ven reemplazados por instante tras instante de
apertura y satisfaccin. El proceso que Sandra ensea me ha
proporcionado mi vida.
Smate a su Trabajo. Recibe el regalo de este libro. Permite que
tu gran y estrellado corazn se abra, para que pueda empezar a
desplegarse tu tesoro.
GENEEN ROTH

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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INTRODUCCIN
El maestro suf, recientemente fallecido, Idries Shah explicaba una
parbola que suelo utilizar cuando introduzco el eneagrama. Nos habla
de un herrero que es encarcelado injustamente y que, al parecer de un
modo milagroso, logra fugarse. Muchos aos despus cuando se le
pregunta como lo hizo, contesta que su mujer, una tejedora, haba
tejido el diseo de la cerradura de su celda en la alfombra de plegarias
sobre la que oraba cinco veces al da. Al darse cuenta de que la
alfombra de plegarias contena el diseo de la cerradura de su celda,
hizo un trato con sus carceleros para conseguir herramientas con las
que hacer pequeos objetos, los cuales luego stos podan vender con
beneficio. Mientras tanto, tambin utiliz las herramientas para
hacerse una llave, y un da se fug. La moraleja de la historia es que
comprender el diseo de la cerradura que nos mantiene presos puede
ayudarnos a confeccionar la llave que puede abrirla.
Como todas las historias de enseanza suf, se trata de una
metfora. Describe la condicin de la mayora de la humanidad:
encarcelada en el laberinto de nuestras propias estructuras del ego. La
mayora de nosotros vivimos nuestras vidas dentro de los estrechos
mrgenes de aquello que consideramos somos nosotros y el mundo
que nos rodea, que, desde la perspectiva de los que no estn tan
encarcelados, es una pequea parte de lo que realmente tenemos a
nuestra disposicin. Patrones y sentimientos concretos, y ms
abiertamente, situaciones, se repiten una y otra vez en nuestras vidas,
dando a nuestra experiencia interior un sentido de identidad. Bajo
estos patrones repetitivos, encontramos convicciones fijas sobre lo que
somos y el modo en que es el mundo que habitamos. Estas creencias
se conformaron durante los primeros aos de vida a medida que
nuestra autodefinicin se desarroll en respuesta a nuestros encuentros
con el entorno y aquellos que contena, en combinacin con nuestras
predisposiciones innatas. Llegando a formar nuestros patrones de
pensamiento y nuestras reacciones emocionales, proporcionndonos
una experiencia interior consistente de nosotros mismos. El mundo
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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que la mayora de nosotros habitamos, interior y exterior, por lo tanto,


es en gran medida un producto de nuestro pasado; por difcil que sea
reconocerlo. Las trampas externas tal vez sean ms sofisticadas y
corrientes que las de la temprana infancia, pero el ncleo interior de lo
que consideramos ser contiene los asombrosos trazos de nosotros
mismos cuando tenamos dos o tres aos. El elenco de personajes con
los que nos encontramos en nuestras vidas puede variar, pero el modo
en que nos relacionamos e interactuamos con ellos, como nos sentimos con ellos e incluso el modo en que los experimentamos,
permanece ms o menos constante y posee el rancio sabor de la
familiaridad. Aunque no veamos barras y muros constrindonos,
como le suceda al herrero en la parbola de Shah, estamos realmente
en la crcel de la realidad hologrfica mediante la que filtramos el
mundo que nos rodea y las experiencias reales de nosotros mismos.
A menudo no reconocemos lo limitada que es nuestra experiencia de
la realidad; el hecho de que habitamos un mundo que nos confina de
un modo innecesario. Podemos sentir simplemente una vaga
insatisfaccin, una tenue sensacin de vida apagada, y una falta de
sentido y plenitud, a pesar de nuestros mejores esfuerzos para estar
satisfechos con lo que la sociedad nos ha dicho que nos har felices;
ya sea dinero, posesiones, posicin, poder, fama o relaciones. En el
caso de otras personas, la sensacin de llevar una vida restringida
puede ser ms abierta, manifestndose en forma de una dolorosa y
persistente sensacin de ineptitud, carencia, vaco o inutilidad. Las
pocas de crisis pueden llevar estas sensaciones cerca de la superficie,
proporcionndonos un atisbo de nuestro confinamiento.
Dichos atisbos son el inicio de nuestra posible escapatoria, puesto
que saber que estamos en una especie de prisin puede dar paso a la
posibilidad de otra alternativa. El trabajo espiritual a lo largo del
tiempo nos ha dicho que la vida es algo ms de lo que creemos, que
nos espera un mundo ms all del que est encerrado por nuestras
restricciones internas. Las distintas tradiciones espirituales no solo han
expresado la amplitud de nuestra cautividad y sus puntos de vista
sobre las dimensiones de la realidad que hay ms all de las anteojeras
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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del ego, sino que tambin nos han mostrado muchos modos de
escapar. La historia del herrero nos habla de uno de estos mtodos
para conseguir la libertad: comprender el diseo de lo que nos
mantiene encerrados en nuestras celdas. Sin nada parecido a la
alfombra de plegarias del herrero para mostrarnos el funcionamiento
interno de nuestra realidad hologrfica -la cerradura que nos mantiene
cautivos- a menudo tenemos pocas posibilidades de escapar.
Mientras que cierto nmero de mapas espirituales y psicolgicos
delinean el mbito del ego, ninguno que haya conocido es tan
poderoso como el eneagrama, con el que he trabajado y enseado
durante prcticamente tres dcadas. El eneagrama de la personalidad
describe nueve personalidades o egotipos distintos, cada uno de ellos
con patrones mentales, emocionales y de comportamiento
caractersticos. Tambin describe, si se comprende adecuadamente,
cmo y porqu dichos patrones surgen cuando perdemos contacto con
nuestras profundidades espirituales en la temprana infancia. Adems,
describe las transformaciones afectivas y de comportamiento que debe
experimentar cada uno de los tipos si se compromete en un trabajo
espiritual serio que tiene como resultado el volver a comunicar,
paulatinamente, con dichas profundidades. Ms adelante hablaremos
ms afondo sobre dichas dimensiones del eneagrama, puesto que
forman una parte integral del verdadero uso del eneagrama tal como
se concibi: como herramienta para la transformacin espiritual que
puede ayudarnos a ir ms all de los laberintos de la realidad egoica
que describe.
La divulgacin actual del eneagrama se ha centrado casi
exclusivamente en los rasgos y patrones psicolgicos de los tipos, por
lo que es lo que la mayora de la gente conoce del eneagrama. En
particular, los escritos de Helen Palmer y Don Riso han introducido el
eneagrama a gran cantidad de personas. Artculos sobre el eneagrama
han aparecido en los medios de comunicacin, y actualmente existen
boletines y sociedades basadas en l. Est empezando a utilizarse en
los negocios para tomar decisiones personales, y tambin empieza a
utilizarse como un mtodo de encontrar la pareja adecuada. Mientras
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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que la atencin se ha puesto bsicamente en la psicologa de los nueve


tipos, todo este inters ha creado idealmente un pblico que puede ser
receptivo tambin a sus otras dimensiones. El uso ms profundo del
eneagrama es sealar el camino a lo que somos ms all del nivel de la
personalidad, una dimensin de nosotros mismos que es infinitamente
ms profunda, ms interesante, ms satisfactoria y ms real. Este libro
se ha escrito con este propsito.
Los orgenes del smbolo de las nueve facetas del eneagrama estn
envueltos en el misterio, probablemente porque hasta nuestra
generacin, las enseanzas sobre l parecen haberse transmitido slo
oralmente. El eneagrama apareci por primera vez en Occidente a
principios del Siglo XX en la obra del mstico armenio, George
Ivanovitch Gurdjieff, que dijo haberlo aprendido en la Hermandad
Sarmoung, una orden mstica de Asia Central. El bigrafo de
Gurdjieff, James Moore plantea la cuestin de si Sarmoung existi en
realidad, y la respuesta a esta pregunta sigue estando en el aire.1 Al
intentar aclarar los orgenes del eneagrama, el cronista gurdjieffano
James Webb no pudo encontrar trazas definitivas del smbolo del
eneagrama, tal como la conocemos, antes de Gurdjieff.2 nicamente
encontr vagas referencias que pudieran pertenecerle en la antigedad,
y aunque seala que un smbolo de nueve caras aparece en el
frontispicio de un texto jesuita de 1665, estaba compuesto de tres
tringulos equilteros y no se trata del smbolo del eneagrama que
utilizamos actualmente.
Gurdjieff nos dice bastantes cosas interesantes sobre el eneagrama,
que citar con cierta amplitud puesto que tienen mucho que ver con el
modo en que consideramos muchas interpretaciones y formas en que
el eneagrama puede utilizarse y se utiliza hoy:
Hablando en general debemos comprender que el eneagrama es
un smbolo universal. Todo conocimiento puede incluirse en el
eneagrama y puede interpretarse con la ayuda de ste. En relacin
con ello solo lo que un hombre es capaz de incluir en el eneagrama
1 Ver James Moore. Gurdjieff: The Anatomy o f a Myth (Rockport, Mass.: Element, Inc., 1991).
2 Ver James Webb, The Harmonious Circle: The Lives and Work o f G.I. Gurdjieff, PD. Ouspensky, and Their Followers (New York: G .P. Putnam's sons, 1980).

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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es lo que realmente sabe, o sea, comprende. No entiende lo que no


puede incluir en el eneagrama. Para el hombre que es capaz de
utilizarlo, el eneagrama hace ftiles los libros y las bibliotecas.
Todas las cosas pueden incluirse y leerse en el eneagrama. Un
hombre puede estar completamente solo en el desierto, trazar el
eneagrama en la arena y leer en l las leyes eternas del universo. Y
cada vez puede aprender algo nuevo, algo que antes desconoca...
El eneagrama es el jeroglfico fundamental de un lenguaje
universal que tiene tantos significados distintos como niveles de
hombres existen... El eneagrama es un diagrama esquemtico de
movimiento continuo, o sea una mquina de movimiento perpetuo.
Pero evidentemente es necesario saber como leer dicho diagrama.
La comprensin de este smbolo y la habilidad de utilizarlo le
proporciona mucho poder al hombre. Se trata del movimiento
contino y tambin de la Piedra filosofal de los alquimistas.3
Con el fin de apreciar la evolucin de la comprensin sobre el
eneagrama y las divergencias de puntos de vista sobre lo que
representa, es necesario en primer lugar darse cuenta de que, como
dice Gurdjieff, no existe nicamente un conjunto de significados o un
nivel de realidad que sea cartografiado por el smbolo del eneagrama.
Esto es importante puesto que explica el hecho de que diferentes
escuelas psicolgicas, religiosas y espirituales utilicen este smbolo
para explicar fenmenos radicalmente distintos -aunque tienden a
acusarse unas a otras de no utilizarlo de un modo adecuado si se
produce una divergencia entre fenmeno y contenido- y tambin
explica el hecho de que sean posibles diferentes niveles de
interpretacin del mismo fenmeno. Como dice de l Gurdjieff, en la
cita anterior, el eneagrama: tiene tantos significados distintos como
niveles hay de hombres. Al ser un smbolo arquetpico, puede
utilizarse para describir procesos y principios tanto fsicos, como
psicolgicos, as como espirituales, de lo que se sigue que existen

3 Cita de P.D. Ouspensky, In Search of the Miraculous (New York: Harcourt Brace & Co., 1949), pg.294.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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eneagramas que se refieren a, y explican, muchos niveles de cosas,


incluyendo los das de la semana y los planetas del sistema solar.
El mismo Gurdjieff utilizaba el eneagrama como modelo para su
comprensin del funcionamiento del universo, y solo participando en
los ejercicios en movimiento que el dise, tena la sensacin de que
el eneagrama poda ser comprendido. No parece haberlo utilizado
como mapa de la experiencia interior, como el mstico boliviano
Oscar Ichazo hizo cuando introdujo el eneagrama a un pequeo grupo
de seguidores en Arica, Chile, a principios de los aos setenta.
Uno de los discpulos de Ichazo, que result ser fundamental en la
historia reciente del eneagrama, fue el psiquiatra chileno Claudio
Naranjo. Fui introducida en el eneagrama por Naranjo en 1971 en segn creo- el primer grupo espiritual en el que ste fue enseado en
los Estados Unidos. Antes de conocer a Ichazo, Naranjo haba
estudiado y trabajado ampliamente con muchas tradiciones
espirituales Orientales y escuelas psicolgicas Occidentales. Empez a
ensear el eneagrama cuando regres a los Estados Unidos,
incorporando la teora que haba aprendido con Ichazo a sus propias
intuiciones psicolgicas basadas en sus conocimientos clnicos y en su
trabajo con la terapia Gestalt de Fritz Perls y la autopsicologa de
Karen Horney. El eneagrama era la herramienta psicolgica central en
el grupo que Claudio fund en Berkeley, California, en el que yo
participaba. Este fue el primero de los grupos que denomin SAT, que
significa verdad en snscrito y es el anagrama de Seekers after
Truth (Buscadores de la Verdad), el mismo nombre que Gurdjieff
haba utilizado para denominar a su primer grupo de seguidores. A. H.
Almaas, fundador del camino espiritual contemporneo conocido
como Enfoque del Diamante a la Realizacin interior, era tambin
miembro de este grupo.
A lo largo de los cuatro aos que dur el grupo, se nos ensearon
perspectivas y prcticas espirituales de la mayora de las tradiciones y
se nos introdujo en el budismo theravada y tibetano, el hinduismo, el
sufismo, el confucianismo as como a distintos maestros del cuarto
camino (aquellos que exponan el trabajo espiritual en el contexto de
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

la vida ordinaria). La orientacin bsica del grupo, sin embargo, tena


un caracterstico sabor gurdjieffiano, acentuando la superacin de lo
que Gurdjieff denominaba la personalidad -el sentido condicionado de
un s mismo separado compuesto de constructos mentales basados en
el pasado4- con el fin de conectar con nuestras profundidades
espirituales. Con dicha finalidad, el enfoque de Naranjo constitua la
integracin del trabajo psicolgico y el espiritual, lo que en dicha
poca era una innovacin notable. Fue a partir de estas races que
trabajamos con el eneagrama.
Vivamos y respirbamos el eneagrama, descubriendo y dando
dimensin a su teora en nuestra propia experiencia. La comprensin
de Naranjo de este poderoso mapa sorte radicalmente nuestras
defensas frente a ver y experimentar el funcionamiento de nuestras
personalidades. Nos condujo a nuestros infiernos personales; nuestras
experiencias individuales de carencia en el corazn de nuestra
personalidad, que constituyen el resultado inevitable de la prdida de
contacto con nuestra Verdadera Naturaleza. Las carencias del ego -que
probablemente sean muy familiares para muchos lectores- pueden
experimentarse como un vaco interior, falta de sentido, falta de
direccin, inutilidad; una sensacin de falta de substancialidad, valor,
estima; una sensacin de ineptitud o carencia. Estos son solo unos
pocos sabores de este desagradable estado. Desprovistos de nuestros
antiguos modos de eludir este estado de deficiencia del ego, ste
persiste para la mayora, por no decir para todos nosotros, a pesar de
la pltora de prcticas espirituales que hagamos y todas las
experiencias sublimes y emocionantes que tengamos en el grupo. Los
grupos SAT se disolvieron tras cuatro aos, y sus distintos miembros
se dispersaron, encontrando otros maestros espirituales o psicolgicos,
o dejando lo que llambamos, al estilo de Gurdjieff, el Trabajo.
Los eneagramas con los que la mayora de la gente se ha
familiarizado son los que emanan de las enseanzas de Ichazo, tal
como las elabor Naranjo, que se relacionan con la experiencia interna
4 Gurdjieff utilizaba el trmino personalidad para designar esta parte nuestra que abarca, aunque es una estructura mucha mayor , la presentacin externa o personal de cada uno, el significado comn
de la personalidad. En psicologa, la palabra ego indica la conciencia del yo (en contraste con la inconsciencia), as como una serie de funciones bsicas del comportamiento humano, c omo la
memoria, la cognicin, el habla y las funciones defensivas, por nombrar unas cuantas. Debido a estos diferentes significados de la palabra ego, prefiero utilizar el trmino personalidad para
referirme al estado condicionado del yo.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

de la psique humana. Los eneagramas que ellos presentaron entran en


dos categoras bsicas, la primera de las cuales se relaciona con la
experiencia egoica -la de la personalidad- y la segunda con la
experiencia esencial; la que est ms all del s mismo condicionado,
y que tambin denominamos espiritual. Estos dos conjuntos de
eneagramas se consideraba que estaban inextricablemente vinculados,
pero la conexin no estaba clara. Se nos ense que lo que se denominan las Ideas Santas en el lenguaje del eneagrama representan
nuevas perspectivas, diferentes y objetivas, o iluminadas, sobre la
realidad. Se deca que su prdida conduca a distorsiones cognitivas
fijas de la realidad, denominadas fijaciones, que forman el ncleo de
los nueve tipos de personalidad. Cmo se traduca esto vivencialmente
y porqu suceda era algo que quedaba bastante confuso. Sin
comprender esto, se vuelve imposible utilizar el eneagrama como
mapa que nos sea de utilidad para volver a trazar nuestros pasos y
conectar de nuevo con el mbito perdido de lo espiritual, y todo lo que
podemos hacer es intentar trascender o erradicar nuestras personalidades para experimentar el mbito del Ser. Esta tarea pendiente,
de darle cuerpo al proceso real, qued en manos de mi viejo amigo,
Almaas, de la poca del SAT.
Regresando por unos instantes a Gurdjieff, ste ense que lo que
llevamos al eneagrama determina nuestra comprensin de este ltimo.
Por s mismo el eneagrama es simplemente un mapa arquetpico, y
nuestra orientacin filosfica y espiritual influye totalmente en como
lo interpretamos. Dicho de otro modo, lo que leemos en l, depende de
nuestra comprensin del territorio que cartografa. Puesto que el
territorio que cartografa este libro es el de la personalidad y su
relacin con sus profundidades espirituales, es importante tener un
sentido de mi perspectiva y de mi enfoque.
La comprensin del eneagrama que se presenta en este libro se basa
en la percepcin de que la naturaleza definitiva de toda existencia -sus
profundidades espirituales- es aquello a lo que me refiero como Ser, la
Verdadera Naturaleza definitiva de todas las cosas. Nuestra
consciencia individual es lo que denomino nuestra alma, y la
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

considero como una manifestacin individual de nuestra naturaleza


divina, Ser. Cada uno de nosotros, por lo tanto, es un nico producto
del Ser. Cuando experimentamos el Ser dentro de nosotros, estamos
experimentando la esencia de lo que somos -lo que queda cuando
todos los constructos de la personalidad se disuelven- y de este modo
estamos en contacto con nuestra naturaleza esencial. Lo que denomino
Esencia es, por lo tanto, el Ser experimentado mediante nuestra alma
individual.
Nuestras almas son maleables, reciben la impronta y se ven
conformadas por aquello que encontramos en la vida, lo que reza
especialmente para el caso de nuestros aos formativos antes de que
solidifiquen nuestras estructuras defensivas. En dicha poca,
desarrollamos una personalidad, un sentido fijo o estructurado de
nosotros mismos y de la realidad, que forma la capa externa de
nuestras almas y que con el tiempo nos separa de lo divino interior, a
medida que progresivamente nos identificamos con ello. El modo en
que esto sucede constituye una compleja y fascinante historia, que
explicaremos a medida que exploremos en el captulo 1 los tres puntos
del eneagrama que forman su tringulo interior.
El trabajo del desarrollo espiritual, tal como yo lo veo, es volver a
conectar con las profundidades espirituales de nuestro ser; nuestra
naturaleza esencial. La esencia no constituye un estado o experiencia
extticos, sino que puede surgir en nuestra consciencia como una
cualidad distinta, como pueda ser la compasin, la paz, la claridad, la
aceptacin, la impecabilidad, la espaciosidad y la inteligencia, por
citar unos pocos ejemplos, cada una de ellas con un tono y una
cualidad de presencia caractersticos; incluso con su propio sabor y
olor. Estas diversas manifestaciones o rasgos de nuestra Esencia o
Verdadera Naturaleza se denominan los Aspectos Esenciales.
Como aplicamos o utilizamos dicha informacin sobre nuestra
personalidad y nuestra naturaleza esencial cartografiada por el
eneagrama depende de nuestra metodologa. En resumen, el enfoque
que da forma a este libro consiste simplemente en aprender a cmo
estar plenamente presentes en nuestros cuerpos, nuestras emociones y
24

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

nuestros pensamientos, as como a explorar e investigar


vivencialmente lo que encontramos. Presencia e indagacin, por lo
tanto son sus piedras angulares. La indagacin nicamente mental no
producir visiones interiores que iluminen y revelen el funcionamiento
interno de nuestras almas, por lo que este viaje interior debe ser hondamente vivencial. Al estar presentes en nuestra experiencia de
instante en instante, mediante una actitud de exploracin y curiosidad,
sin dar por sentado, o como algo dado, nada de lo que encontremos en
nuestro mundo interior, los contenidos de nuestra alma se revelan por
si mismos. Normalmente, de entrada, nos volvemos conscientes y
tomamos contacto con las capas ms externas de nuestra personalidad,
en concreto con nuestro crtico interno, el superego. A medida que
avanza nuestro viaje, emergen, poco a poco, capas ms profundas de
nuestra estructura, y con el tiempo se van haciendo ms y ms
transparentes. Paulatinamente los distintos Aspectos Esenciales de
nuestra naturaleza primordial se van desvelando a s mismos.
Expresndolo de un modo algo distinto, cuando exploramos
vivencialmente el mundo de la personalidad, en lugar de tomarlo
como realidad, comprobamos que constituye un universo hologrfico
mediante el que filtramos nuestras experiencias internas y externas. Es
nuestra propia pelcula casera, cuyo guin est formado por las
conclusiones a las que llegamos sobre la naturaleza de la realidad
basndonos en nuestras tempranas experiencias infantiles. Todo lo que
experimentamos se filtra -y por lo tanto distorsiona- mediante esta
eterna, y a menudo inconsciente, pelcula, que incluye a los que
encontramos a lo largo de nuestras vidas, que por lo tanto tienen el
desagradable hbito de ocupar los papeles y personajes de personas
importantes de los primeros aos de nuestra vida. La trama, la atmsfera emocional, y el modo en que respondemos en esta pelcula lleva
la impronta indeleble de nuestro tipo eneagramtico.
Si lo investigamos de cerca, esta realidad interior demuestra ser una
ilusin tan insustancial como las imgenes generadas por un
ordenador que produce una realidad virtual. La fsica moderna de
partculas nos ha mos trado que la materia, cuando se contempla con
25

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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una gran ampliacin, se revela a si misma como prcticamente


formada por espacio vaco, por lo que su solidez es una ilusin de la
percepcin. Lo mismo sucede con nuestro mundo interior: lo que
parece tan real en la consciencia habitual resulta no ser tan slido,
despus de todo, cuando lo observamos a fondo. Al desarrollar la
capacidad de estar continuamente presentes y conectar a fondo con
nuestra experiencia, y tener curiosidad por sus contenidos, podemos
empezar a ver la realidad sin la distorsin de nuestra pelcula interna.
De esta forma pueden revelarse por s mismos niveles cada vez ms
profundos de realidad que no forman parte de este drama,
ponindonos progresivamente cada vez ms en contacto con lo que
hay ms all, y es ms bsico que el filtro del ego: la realidad, con R
mayscula, o nuestra naturaleza definitiva y la naturaleza de todas las
cosas.
Desde esta perspectiva, el trabajo psicolgico es inseparable del
desarrollo espiritual que realmente transforma el alma. El proseguir el
trabajo espiritual sin trabajar en nuestra personalidad normalmente
produce una falta de resolucin de los temas muy asentados y una
falta de una verdadera integracin de nuestra espiritualidad, una
situacin que ha limitado e incluso hecho fracasar a muchos maestros
y tradiciones espirituales. A la inversa, gran parte del trabajo
psicolgico est demasiado enraizado en la creencia de que el mbito
de la personalidad es en ltima instancia real. Cuando se presentan
estados esenciales, el psicoterapeuta, por regla general, no sintoniza
con ellos ni es consciente de que dichos estados deben pasar a un
primer plano. Aunque la verdadera visin interior psicolgica solo se
produce en los instantes en los que tenemos un destello de comprensin que alcanza hondamente nuestra alma, la nocin de estar
presentes a nuestra experiencia no aparece en la teora
psicoteraputica. Como podremos ver, esta perspectiva puede
transformar en gran medida nuestra comprensin del territorio que
cartografa el eneagrama, de forma que ste ltimo pueda convertirse
realmente en una herramienta para la autntica transformacin
espiritual.
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Centrndonos en el mismo eneagrama, en los diagramas que inician


esta seccin podemos ver dos categoras de eneagramas; aquellos que
se relacionan con la experiencia objetiva (como opuesta a la
experiencia subjetiva de la personalidad) descritos en el Diagrama 1, y
los que se relacionan con la experiencia egoica (que se conocen
colectivamente como el eneagrama de la personalidad) reflejados en el
Diagrama 2. Nos referiremos una y otra vez, a lo largo del libro, a la
informacin que aportan estos diagramas, por lo que no necesitamos
absorberlos de golpe. Acercndonos en primer lugar al diagrama del
eneagrama de la personalidad, en seguida nos damos cuenta de que la
imagen sobre la que estn superpuestos los eneagramas est cabeza
abajo. Esto ilustra las condiciones egoicas del hombre, que en algunas
tradiciones se conocen como un estado de sueo; de estar en la
oscuridad, la ignorancia o la ilusin; o de ver las cosas boca abajo.
Esta metfora del hombre invertido que se refiere a la condicin
egoica puede apreciarse en la carta del Ahorcado del Tarot.5
Empezaremos explorando a que hacen referencia las Ideas Santas,
puesto que forman la piedra angular de nuestra comprensin de las
dimensiones espirituales del eneagrama. Las nueve Ideas Santas son
nueve percepciones directas distintas y de la realidad, cuando sta es
percibida sin el filtro de la personalidad, por lo que constituyen nueve
percepciones iluminadas diferentes. El uso de la palabra idea puede
llevar a confusin, puesto que solemos pensar en las ideas como
conceptos mentales. En el lenguaje del eneagrama, sin embargo, idea
hace referencia a una percepcin particular de la realidad, un punto de
vista privilegiado por la que sta es contemplada, experimentada y
comprendida. Es importante entender con claridad que las ideas
Santas no son experiencias espirituales o estados de consciencia particulares, sino ms bien visiones de la realidad libres de los prejuicios
de la personalidad. Tienen que ver tambin, por lo tanto, con el
significado derivado de la experiencia y la percepcin del hilo oculto
que vincula diversas experiencias. Puesto que hacen referencia a las
distintas percepciones de la realidad que no se ven oscurecidas,
5 Naranjo ense que el eneagrama y el Tarot provenan de la misma tradicin y que el Tarot es fundamentalmente un diagrama de estados en el camino de la realizacin, una enseanza que nos ha
sido transmitida a travs de los discpulos de Ichazo.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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podemos ver a las nueve Ideas Santas en la parte superior de la figura


del Diagrama 1.
Alguna de las Ideas Santas, como veremos, se centran ms en
distintas generalidades sobre la realidad como un todo, mientras que
otras se centran en el lugar del hombre en el universo. Es
probablemente ms fcil comunicar un sentido de las Ideas Santas
dilucidando cada una de ellas. Algunas pueden parecer inaccesibles,
mientras que otras pueden parecer extraas e incomprensibles, y es
importante que recordemos que las perspectivas de la realidad que
describen son muy profundas, el tema de grandes tradiciones
espirituales a lo largo de siglos, y estn mucho ms all de nuestra
visin convencional de las cosas.
Empezando con la Idea Santa del Punto Nueve en la parte superior
del eneagrama, cuando vemos la realidad desde el punto privilegiado
del Amor Santo, vemos que la naturaleza definitiva de todo lo que
existe es beneficiosa y amorosa, y que todos estamos hechos de, y
somos, una expresin de dicho amor. Si avanzamos en el sentido de
las agujas del reloj por el eneagrama, si percibimos la realidad desde
el punto privilegiado de la Idea Santa del Punto Uno, que se conoce
como Santa Perfeccin, contemplamos que la naturaleza fundamental
de todas las cosas, incluyndonos a nosotros mismos, es
inherentemente perfecta, buena y positiva. Cuando lo experimentamos
mediante el punto de vista privilegiado de la Idea Santa del Punto
Dos, la Santa Voluntad, veremos que el despliegue del universo tiene
su propia direccin e impulso, y que lo que sucede a cada uno de
nosotros y a nuestras vidas forma parte de la voluntad divina. Desde el
punto de vista de la Santa Ley, la Idea Santa del Punto Tres, vemos
que todas las cosas que suceden forman parte del patrn cambiante del
universo, y que nada, ni nadie, funciona aparte del movimiento de la
totalidad. Cuando experimentamos la realidad desde el ngulo de la
Idea Santa del Punto Cuatro, conocida como Santo Origen, vemos que
la Naturaleza Verdadera es la fuente de toda manifestacin,
incluyndonos a nosotros mismos, y que todas las cosas son
inseparables de ello.
28

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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Desde la perspectiva de la Idea Santa del Punto Cinco, Santa


Omnisciencia, comprobamos que cada uno de nosotros constituye una
parte inseparable de la estructura de la realidad, y que las fronteras
que nos distinguen no son definitivas. Cuando experimentamos desde
el punto de vista de la Santa Fe, la Idea Santa del Punto Seis,
comprobamos con absoluta certeza que nuestra naturaleza interna es
Esencia, lo que nos sostiene y nos proporciona confianza en nosotros
mismos y en la realidad como un todo. Desde el ngulo del Plan
Santo, la Idea Santa del Punto Siete, comprobamos que existe una
lgica inherente y una progresin en el despliegue del alma humana incluyendo la nuestra- cuyo movimiento natural es hacia la autorrealizacin, del mismo modo que una oruga se convierte en una
mariposa. Mediante la Santa Verdad, la Idea Santa del Punto Ocho
conformando nuestra percepcin, vemos que el Ser es la naturaleza
definitiva de todo lo que existe y que todas las cosas estn hechas de
l, por lo que todas las dualidades como Dios y el mundo, Espritu y
materia, incluso ego y Esencia son bsicamente ilusorias.
Aunque podemos experimentar la realidad mediante el ngulo de
todas las Ideas Santas, existe una orientacin ms convincente: la de la
Idea Santa de nuestro punto particular del eneagrama. Segn la teora
original ensea da por Ichazo, hemos nacido con todas las Ideas
Santas a nuestra disposicin, pero somos sensibles o estamos
particularmente sintonizados con una en concreto. Al igual que un
nervio sensible, parecemos llegar al planeta vulnerables y susceptibles
alrededor de esta forma de comprender la vida. Lo que transpira afecta
nuestro contacto con dicha comprensin, y el acontecimiento
universal que sucede a todo el mundo en los primeros aos de vida, lo
constituye la prdida de contacto con nuestra naturaleza esencial de un
modo ms o menos completo a medida que desarrollamos la estructura
de la personalidad. A medida que perdemos contacto con la Esencia,
tambin perdemos contacto con la verdad concreta representada por
nuestra Idea Santa.
Acabamos percibiendo una realidad desprovista de su dimensin
profunda, y, debido a que nuestra percepcin de la realidad es
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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incompleta, carecemos de una comprensin crucial de ella; la


representada por nuestra Idea Santa. El modo en que interpretamos
este punto de vista limitado cristaliza en una rgida y fija creencia
sobre la realidad-una ilusin especfica de nuestro punto del
eneagrama- que se conoce como nuestra fijacin. Esta ilusin acerca
de la realidad y de la naturaleza humana es, por lo tanto, una comprensin que sustituye a la de la Idea Santa, y por dicha razn vemos
las fijaciones en la parte superior del Diagrama 2. Nuestra fijacin
forma la base y da pie a un estilo completo de personalidad, con
peculiaridades mentales especficas, reacciones emocionales y
patrones de conducta. Por ejemplo, si nuestro tipo es el del Punto Uno
en el eneagrama, cuya Idea Santa est relacionada con la percepcin
de la perfeccin fundamental, la bondad y lo que es correcto, la
prdida de contacto con nuestra naturaleza esencial en la temprana
infancia la experimentaremos como una prdida de contacto con lo
que nos hace a nosotros y a todas las cosas perfectos. Lo que dar a
pie a una profunda conviccin interior de que hay algo que
bsicamente anda mal en relacin a nosotros y al resto de la realidad;
la fijacin que se conoce como resentimiento en el diagrama, que a su
vez da pie a una atmsfera emocional interna de ira acerca de todo lo
que est equivocado, y un patrn de comportamiento que intenta
arreglar las cosas y ponerlas en orden.
En esta nocin de que hemos nacido sensibles a una Idea Santa
concreta est implcito su correlato: de que hemos nacido
predispuestos a desarrollar un tipo de personalidad. Segn la teora del
eneagrama, por lo tanto, no somos totalmente los productos de nuestro
condicionamiento, sino que ms bien llegamos predispuestos a
interpretar dicho condicionamiento de un modo particular. En el
pensamiento psicolgico, el pndulo ha oscilado desde la creencia de
que nuestra dotacin natural determina el carcter que desarrollamos,
a la creencia de que el modo en que somos tratados en la temprana
infancia determina nuestro carcter; y ahora est oscilando de nuevo a
atribuir el carcter a nuestra dotacin gentica. Desde la perspectiva
de la teora del eneagrama, la naturaleza (la sensibilidad que
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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alcanzamos cuando estamos cerca de una Idea Santa) y la crianza (los


efectos de nuestro condicionamiento) van de la mano a la hora de
conformar la personalidad que desarrollamos.
Cada uno de nosotros, por lo tanto, esta sintonizado con la realidad
mediante un ngulo particular, el que corresponde a nuestro punto del
eneagrama, ya estemos funcionando en el mbito de la personalidad o
de la Esencia. Por dicha razn parece ms adecuado hablar de tipos
eneagramticos o eneatipos, utilizando el trmino recientemente
acuado por Naranjo6, en lugar que de ego-tipos o fijaciones como
originalmente se les llamaba, que solo se refieren a la personalidad.
Dicho de otro modo, incluso si estuviramos totalmente iluminados,
furamos totalmente libres de las sombras de nuestro
condicionamiento, seguiramos siendo sensibles a la realidad de
acuerdo a la Idea Santa de nuestro punto en el eneagrama, y
experimentaramos y manifestaramos en mayor medida el estado
afectivo iluminado -denominado la virtud- de este punto que de
cualquier otro. Nuestro tipo, despiertos o dormidos, sigue siendo el
mismo.
En eneagrama de la personalidad es un mapa de cmo el ego o la
personalidad funciona completamente. Por lo tanto, aunque todos
hemos nacido sensibles a una Idea Santa particular, y por ello estamos
predispuestos a un eneatipo, todos contenemos los nueve eneatipos. A
causa de esto, la mayora de las personas puede comprender enseguida
las dinmicas de todos los tipos y relacionarse con ellos. Todos los
tipos, por lo tanto, estn presentes dentro de nosotros, pero uno de
ellos est ms pronunciado, y la ilusin fundamental sobre la
naturaleza de la realidad que le corresponde forma el ncleo de
nuestra estructura.
Volviendo de nuevo a nuestros diagramas del eneagrama de la
personalidad y a los eneagramas objetivos, en el Diagrama 2 podemos
ver las fijaciones, las ideas fijas o ilusiones sobre la realidad que
forman el ncleo de cada eneatipo, como se muestra en la regin
superior. Aunque las descripciones que se muestran en la
6 Claudio Naranjo, M.D., Ennea-type Structures: Self-Analysis for the Seeker (Nevada City, Calif.: Gateways/IDHHB, Inc., 1990).

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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circunferencia de este eneagrama no se correlacionan exactamente con


mis descripciones en el texto, en beneficio de la posteridad utilizo aqu
las que originalmente proporcion Ichazo.7
El Eneagrama de las Pasiones mostrado en el Diagrama 2, en el rea
del corazn, hace referencia a las atmsferas afectivas o emocionales
tpicas de cada uno de los tipos, que son el resultado de las
preconcepciones fundamentales sobre la realidad que constituyen las
fijaciones. Esas cualidades emocionales estn cargadas, y son
compulsivas y reactivas. Forman una especie de trasfondo de los
estados emocionales, un tono sensible continuo y compulsivo que
tipifica cada tipo.
El correspondiente Eneagrama de las Virtudes en el Diagrama 1
representa los estados afectivos producidos por la integracin de las
perspectivas de las Ideas Santas. Ms objetivos nos volvemos -dicho
de otro modo, cuanto en mayor medida experimentamos ms all de
nuestra pelcula subjetiva- ms virtudes se manifiestan en nuestra
experiencia y actos en forma de tono o sentimiento afectivo,
remplazando a la reactividad de las pasiones. En un nivel ms
profundo, la virtud asociada con nuestro punto en el eneagrama es la
autntica cualidad que necesitamos con el fin de experimentarnos a
nosotros mismos objetivamente tal como somos. Por lo tanto, ms nos
experimentamos ntimamente de un modo verdadero, ms se desarrolla nuestra virtud. Analizar como se desarrolla esto, ms a fondo,
en los captulos de cada uno de los eneatipos.
Los eneagramas de los instintos, no distorsionados y distorsionados
respectivamente en los Diagramas 1 y 2 aportan cierta explicacin. La
teora que ense Naranjo es la de que existen tres instintos: de
conservacin o supervivencia, social y sexual, y que cada uno de
nosotros posee uno que es ms apasionado, o una preocupacin ms
bsica. La pasin asociada con nuestro eneatipo se muestra con mayor
contundencia en esta zona particular de la vida. Un instinto de
conservacin pronunciado hace referencia a la preocupacin por la
seguridad y la supervivencia. Un instinto social pronunciado se refiere
7 Ibd., pg.333.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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a la preocupacin por el estatus social, por la amistad y la pertenencia.


Un instinto sexual pronunciado se refiere a la preocupacin por las
relaciones ntimas. Cada eneatipo posee tres subtipos, cada uno de
ellos centrado en un instinto y cada uno con un estilo y nfasis
caractersticos en relacin a su personalidad. En realidad, existen, por
lo tanto, tres versiones o variaciones de cada tipo, que exploraremos
en el captulo sobre los subtipos. Los correspondientes eneagramas en
el Diagrama 1 se etiquetan simplemente como Instintos Nodistorsionados, lo que significa que ms trabajamos mediante la
identificacin con la personalidad como un todo, ms funcionamos de
un modo objetivo en dichas reas de la vida, respondiendo a la
realidad actual en lugar de a nuestro pasado.
Este libro se inicia explorando lo que est representado por el
tringulo formado por los Puntos Nueve, Seis y Tres, que forma lo que
se denomina el tringulo interior del eneagrama. Este tringulo interno
representa el proceso arquetpico de perder contacto con la Verdadera
Naturaleza o Ser y el desarrollo de una estructura de ego o
personalidad, y forma la base para el resto de los tipos. Luego
exploraremos cada uno de los nueve eneatipos, descritos en el
Diagrama 3, presentando la Idea Santa asociada a ellos y
comprobando como cada uno de los patrones de la personalidad se
desarrolla mediante su prdida8. Aclararemos sus caractersticas
concomitantes cognitivas, emocionales y de comportamiento y sus
peculiaridades psicodinmicas. Lo que espero comunicar es una
comprensin del proceso que subyace todos estos rasgos, empezando
con el giro perceptual primario que forma un pliegue en el alma y
conduce a las manifestaciones de cada eneatipo. Las manifestaciones
de la personalidad poseen su propia lgica, y el descifrarlas
proporciona la base para dar sentido a los propios rasgos de la
personalidad.
Aquellos que tengan dudas sobre su propio eneatipo tal vez deseen
dirigirse al Apndice A, en el que se exploran algunos modos de
8 Mientras que la comprensin de la manera en que la prdida de cada Idea Santa da lugar a un tipo completo de personalidad es esencia l para este trabajo, no lo es el estudio profundo de cada Idea
Santa. Almaas se centra en las Ideas Santas en su libro Facets o f Unity: The Enneagram o f Holy Ideas (Berkeley: Diamond Books, 1999), que puede considerarse un complemento de este libro.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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determinar nuestro tipo. El determinar nuestro tipo es ms bien un


arte, que exige una comprensin completa del eneagrama y una gran
familiaridad con la gente cuyo tipo es algo incierto. Algunas de las
cosas que he aprendido a la hora de ayudar a la gente a tipificarse a s
misma pueden ser beneficiosas en dicho proceso.
El orden en el que presentar los tipos es el del movimiento
dinmico entre los puntos, conocido como flujo interno en el lenguaje
del eneagrama, que vemos descrito en el Diagrama 5 y del que
trataremos a fondo en el captulo 11. Aunque el lector est tentado a
saltar o a leer solo el captulo dedicado a su eneatipo, recomiendo
encarecidamente leer los tipos en el orden que son presentados. La
razn para ello es que cada tipo se construye sobre -y constituye una
respuesta a- los dilemas y situaciones del tipo presentado antes, y por
lo tanto una comprensin de esta interrelacin es necesaria para tener
una imagen completa.
Aquellos que estn familiarizados con otros libros sobre el
eneagrama se darn cuenta de que mis descripciones de los tipos no
incluyen a fondo los valores de cada tipo o sus grados de
funcionalidad. Los autores que describen manifestaciones ya sean
sanas o no saludables de cada tipo estn describiendo funciones
superiores de estructuras del ego as como otras inferiores o
disfuncionales. Aunque son distinciones vlidas y tiles desde una
perspectiva psicolgica, no debemos perder de vista el hecho de que el
eneagrama de la personalidad describe el diseo de la estructura
egoica. Las variaciones en los muros de la prisiones no las hacen
menos reclusivas, y mi orientacin apunta a ayudar a los lectores a ir
ms all de estos obstculos, en lugar de hacer a los lectores ms
complacientes en relacin a su cautividad.
Igualmente, algunos de los distintos rasgos, estados emocionales y
comportamientos de cada uno de los tipos pueden aparecer en
ocasiones exagerados y en el lmite de lo normal. Mi experiencia es
que incluso en aquellos ms cuerdos, hay presentes algunos espacios
de locura, y nos hacemos ms conscientes de ellos cuanto ms hondo
buceamos en nuestras almas. El predominio relativo de dichos
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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extremos es un barmetro del grado de salud psicolgica; ya sea


nuestra estructura de la personalidad ms contina, ms rgida y por lo
tanto frgil. Sin embargo, los contenidos de la conciencia de cada tipo
tienen la misma forma y manifestaciones.
Se produce a menudo una discrepancia entre como se comportan
exteriormente los tipos y su experiencia interna real. Por ejemplo, los
Cuatro pueden parecer solitarios y superiores, mientras que
internamente temen la exclusin y son socialmente inseguros. Un
Ocho puede parecer chulo y pendenciero, mientras que internamente
tema ser dbil, impotente e indefenso. He intentado comunicar
algunas de las experiencias internas de cada tipo, as como el modo en
que aparecen a los ojos de los dems, y dicha disparidad puede dejar a
algunos lectores con la sensacin de sentirse incomprendidos y tal vez
criticados. No es esta mi intencin, sino la de presentar una
descripcin completa de cada tipo.
Mi ocasional ligereza y el tratamiento humorstico de alguna de las
actitudes y comportamientos de los distintos tipos pueden resultar
hirientes para algunos, lo que tampoco es mi intencin. Existe una
tenue lnea entre tomarse la personalidad demasiado en serio y
alimentar por lo tanto inadvertidamente nuestra identificacin con
ella, y no tomarla en cuenta o ser insensibles a sus manifestaciones.
He intentado caminar por esta lnea con un cario y una compasin
que espero haber transmitido.
Algunos libros sobre el eneagrama nos hablan de la infancia y de los
padres caractersticos de cada tipo, por lo tanto me gustara clarificar
mi perspectiva sobre este tema de la psicodinmica. Me parece ms
apropiado describir los distintos puntos de vista de los eneatipos sobre
sus padres y lo que sucedi en su niez, ms que afirmar que
realmente sucedi tal y tal cosa. Puesto que cada tipo experimenta la
vida mediante un filtro cognitivo particular, de ello solo se sigue que
lo que una vez estuvo en primer plano y lo que permanece en primer
plano en la memoria son aquellas cualidades paternas y experiencias
de la niez que coinciden con dicho filtro. Una familia puede tener
nios de distintos eneatipos, y cada uno de ellos puede poseer distintos
35

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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lentes con los que experimenta los mismos padres; un Cuatro puede
experimentar a su madre como una persona vergonzosa y que abandona, un Cinco la experimentar como invasora e histrica, un Seis la
experimentar como inconsistente, y as sucesivamente mientras
damos la vuelta al eneagrama. La personalidad tiene una identidad o
igualdad caractersticas, as que aunque cada nio experimente los
mismos padres a diferentes edades, dichos padres fundamentalmente
no cambiarn ni se volvern personas radicalmente distintas a medida
que nace cada hijo. Afirmar que la madre de cada tipo tiene un
conjunto particular de caractersticas y formas de relacionarse, y
que ciertas situaciones especificas se producen en el tipo de cada
nio, es por lo tanto una proposicin dudosa. Es mucho ms apropiado hablar de la interpretacin o asuncin a cargo de cada tipo de
los acontecimientos maternos, paternos, los relacionados con
hermanos o de la infancia. Cada nio se centrar en las
caractersticas particulares de los padres y sus relaciones con l, as
como en las experiencias concretas que se produzcan por su
predisposicin sensible. Se puede argir que cada nio pone en
marcha aspectos concretos de la personalidad de los padres, as
como modos de interaccin, y por lo tanto los padres son en cierto
modo personas distintas para cada nio. En el mejor de los casos,
este modo de ver las cosas significa que las predisposiciones y
sensibilidades del nio determinan en cierto grado el estilo paterno,
y por lo tanto el modo en que se comporta el padre no dicta
totalmente la personalidad o eneatipo del nio.
Para comunicar al lector la sensacin de algunas de las cualidades
y el sentimiento general de cada uno de los tipos, he utilizado
ejemplos de gente muy conocida. Deseo incluir la advertencia de
que debido a que no los conozco personalmente no puede saber con
certeza que pertenecen a un tipo concreto, y baso mis suposiciones
en su persona pblica.
He incluido en mis descripciones de cada tipo eneagramas
subsidiarios, que pueden encontrarse en el Apndice B. A medida
que me refiera a estos eneagramas subsidiarios, los lectores tal vez
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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encuentren de utilidad remitir se a estos diagramas. Las trampas,


que aparecen en el Diagrama 9, son nociones especficas sobre las
que se fija cada uno de los tipos como solucin a sus problemas, y
en realidad es lo que usan para despistar. Las evasiones, que
pueden verse en el Diagrama 10, son estados de sentimiento particulares que elude de forma enftica cada uno de los tipos. Los
actos contra s mismo, que aparecen en el Diagrama 11, son las
formas en que cada tipo socava y se vuelve en contra de su propia
alma. Las mentiras, que aparecen en el Diagrama 12, son las
actitudes caractersticas y orientaciones con los que cada tipo se
engaa a s mismo y a los dems acerca de la realidad. Todo esto lo
aprend de Naranjo, excepto las Trampas del Eneagrama que
provienen de Ichazo. 9
Tambin exploraremos lo que Almaas ha denominado el Aspecto
Idealizado de cada uno de los eneatipos. Aunque tal vez haya
cientos de cualidades de Ser -Aspectos Esenciales- uno en
particular es tomado e idealizado por cada uno de los eneatipos.
Esta cualidad particular del Ser se aparece a cada tipo como el
antidoto a su sufrimiento y a su sensacin de carencia. Aunque
dicha cualidad es una cualidad real de la Esencia, la personalidad
crea su propia imitacin de ella. Cada eneatipo, por lo tanto, emula
las caractersticas de su propio aspecto idealizado, creando un
facsmil de l en comportamiento, metas y orientacin general.
Cada tipo busca tambin cosas que parecen encarnar externamente
las cualidades de este Aspecto idealizado. Pero la imitacin de la
personalidad de esta cualidad de la Esencia fracasa inevitablemente
a la hora de resolver la sensacin interna de deficiencia que
caracteriza cada uno de los tipos. A causa de que algo externo
nunca puede llenar una sensacin de carencia interna, el adquirir
cosas que encarnan dicha cualidad de la Esencia, de igual modo, no
resuelve los dilemas internos de cada tipo.
Por ejemplo, para un enatipo Seis, cuyo sufrimiento principal es
un continuo estado de miedo y duda, el apoyo interno tiene el
9 John C. Lilly and Joseph E. Hart, The Arica Training, en Transpersonal Psychologies, ed. Charles T. Tart (New York: Harper & Row, 1975), pg.334.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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aspecto de lo que se necesita. Este Aspecto se ve idealizado: sus


caractersticas parecen ser cualidades tanto para adquirir como para
emular. Los Seis, por lo tanto, luchan por experimentar la solidez
interna, la confianza y el valor que necesitan; se asustan con ellos
mismos acerca de no sentir una base interna; y a menudo actan de
un modo con el que tratan demostrar que poseen dichas cualidades
en lugar del miedo y la duda que est realmente presente. El
comprenderlo nos ayuda a ver que la caracterstica actitud
defensiva y de rebelin de los Seis constituyen intentos de
demostrar que tienen el aguante del que, sin embargo, en el fondo
sienten que carecen. No se trata de que intentar adquirir los rasgos
particulares de nuestro Aspecto idealizado sea algo malo, pero no
nos proporcionar la satisfaccin que anhelamos. No importa
cuantos actos hericos lleve a cabo el Seis, la incertidumbre interna
y el miedo no desaparecern. El comprender como nuestros
intentos de capturar nuestro Aspecto idealizado conforma nuestras
vidas y consciencia nos ayudar a comprender y finalmente a estar
en contacto con lo que realmente nos satisface: el comunicar con
las profundidades de lo que somos.
Aadiendo otra dimensin a esta nocin del Aspecto idealizado,
existe una relacin directa entre este Aspecto idealizado y la Idea
Santa de cada eneatipo. Como hemos comentado anteriormente, la
Idea Santa constituye una comprensin particular sobre la realidad
y el alma humana con la que hemos perdido contacto mediante el
proceso de condicionamiento en la temprana infancia. No se trata,
como hemos sealado ya, de un estado de consciencia. El Aspecto
idealizado de cada tipo, sin embargo, que constituye un estado de
consciencia, parece encarnar la perspectiva sobre la realidad de la Idea
Santa de dicho tipo. Cada eneatipo, por lo tanto, intenta volver a
conectar con su comprensin perdida sobre la realidad
experimentando su Aspecto idealizado. La lgica interna parece ser
que si posee tales y tales cualidades -ser dulce, brillante o fuerte, por
ejemplo- entonces se sentir pleno.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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Utilizar el ejemplo anterior puede ayudarnos a comprender este


vinculo complejo. La percepcin sobre la realidad de la que carece el
Seis (la Idea Santa) es que el Ser constituye nuestra base interior y
nuestro autntico apoyo. Sin esta percepcin, la realidad le parece al
Seis una suerte de temerosa lucha por la supervivencia en la que los
dems aparecen como desafos potenciales. Si supiramos que
poseemos esta base interior, experimentaramos un sentido de apoyo,
confianza y valor; las cualidades del Aspecto idealizado. Por lo tanto,
el intento de los Seis de sentirse valientes y carecer de miedo es un
intento de encarnar de un modo vivencia] aquello a lo que se refiere la
Idea Santa del Punto Seis: el hecho de que el Ser es lo que sostiene
nuestra existencia.
Al final de cada captulo sobre cada eneatipo, discutir algunas fases
del trabajo interior y los temas que cada tipo debe afrontar, y el modo
en que las virtudes asociadas constituyen tanto una gua, en trminos
de orientacin interna hacia el propio proceso, as como una cualidad
que se vuelve ms fuerte cuanto ms trabajamos en nosotros mismos.
Siguiendo a los captulos sobre los tipos, cubrir y ampliar la teora
original de Naranjo sobre el flujo interno, mencionado anteriormente;
la relacin dinmica entre puntos conectados del eneagrama. Nuestro
estudio de este ltimo incorporar las enseanzas de Almaas
relacionadas con una de las estructuras primitivas del alma -la imagen
interna de nosotros como nio muy pequeo- y sus relaciones con el
Aspecto idealizado. El trabajar y digerir este material completa el
cuadro de los temas nucleares que afronta cada tipo en el curso de un
trabajo interno verdaderamente transformador y amplia el material
presentado al fin de cada captulo de los tipos.
Redondeando nuestra comprensin del eneagrama, en los captulos
finales describir los subtipos instintivos mencionados antes, y
analizar el trabajo con las alas, los dos puntos a cada lado de los
eneatipos. Las des cripciones incluidas en dichos captulos no son ni
exhaustivas ni definitivas, sino que ms bien pretenden ser umbrales a
la exploracin personal y una comprensin ms profunda de dichas
facetas del eneagrama.
39

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Unas palabras sobre el gnero. En nuestro idioma es difcil utilizar


la tercera persona del singular de modo que incluya ambos gneros. El
antiguo uso de el, ellos o ello resulta ofensivo para muchas mujeres, y
el uso de el o ella o ellos o ellas afea la lectura. La solucin que he
considerado en este libro es la de alternar los gneros de los
pronombres en tercera persona al describir los eneatipos. La mayora
de hombres parecen pertenecer a ciertos tipos, mientras que la
mayora de las mujeres a otros, y por lo tanto he utilizado dichos
gneros en los captulos dedicados a dichos tipos. Lo que no
representa ningn indicativo de que, por ejemplo, solo las mujeres
sean Dos y Cuatro y solo los hombres sean Seis y Ocho. En los
captulos sobre el fluir interno, los subtipos, y las alas, simplemente
alterno el genero de los pronombres. El ir alternando gneros al
utilizar los pronombres no constituye una solucin totalmente
satisfactoria para un problema complejo.
Antes de volver al material mismo, permitidme unas palabras
de advertencia: el material que aqu se presenta es muy poderoso y
debe tratarse con mucho tacto. Puede aumentar mucho la consciencia
y al mismo tiempo puede producir heridas profundas, por lo tanto el
modo en que nos aproximemos y lo utilicemos necesita una
consideracin detenida. El eneagrama lleva a la consciencia aspectos
de nosotros mismos y de los dems que las defensas de nuestra
personalidad trabajan constantemente por ocultar. Lo que puede
producir un sentimiento encontrado, dndonos a la vez una sensacin
de alivio a causa de que lo oculto se ha revelado, pero tambin puede
darnos una profunda sensacin de incomodidad. Entender realmente
hasta tal extremo que lo que creemos ser, e incluso el modo en que
nos hemos experimentado a nosotros mismos, se basa en una
distorsin conceptual bsica puede ser muy desconcertante. Atrapar
realmente de un modo vivencial las Ideas Santas nos confronta con lo
lejos que estamos de vivir alineados con nuestras perspectivas,
mostrando la dimensin plena de nuestro alejamiento de nuestras

N. de la T.: Hemos seguido el consejo de la autora en algunos casos, aunque no siempre cuando ello dificulta la comprensin.

40

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

profundidades. El verdadero cambio, sin embargo, es imposible sin


esta clase de confrontacin.
Idealmente el material que viene a continuacin nos ayudar a comprender como creemos ser y de este modo empezar a aflojar estos
nudos de identificacin. Tambin puede sernos til para dar sentido a
cmo y porqu se comportan, sienten y piensan los dems, lo que
puede abrir nuestros corazones a una comprensin compasiva.
Mientras que la informacin pretende apoyar la consciencia y el
desarrollo, puede, sin embargo, utilizarse fcilmente por la
personalidad para apoyarse a s misma de dos formas que debemos
comprender. Un modo es utilizando el material como base para
juzgarnos a nosotros mismos y a los dems, y por lo tanto utilizndolo
como apoyo a posiciones internas sobre lo justo y lo injusto. Es de la
mayor importancia no poner juicios de valor y autovaloraciones por
encima del material presentado, por difcil que ello sea. El material en
s mismo es neutral: lo que hagamos con l puede no serlo. Otro modo
es utilizar nuestra identificacin con un eneatipo particular para crear
una nueva y mejorada identidad; algo as como poner el vino viejo en
nuevos odres. En cualquiera de los casos, nada se desarrolla excepto el
refuerzo de nuestra personalidad. Es probable que bsicamente, por
dichas razones, el eneagrama se enseara solo de forma oral en
escuelas mistricas hasta la actualidad.
El enfoque al eneagrama de la personalidad que se presenta en este
libro, aunque incluye amplificaciones de Almaas y mas, sigue siendo
fiel al espritu original que me ense Naranjo. Mi intencin al
escribir este libro es comunicar el espritu que en gran medida se ha
perdido en la popularizacin de este material, honrar a mi antiguo
maestro y la sabidura impartida por l, as como presentar el
eneagrama como herramienta espiritual ms que como instrumento
meramente psicolgico. Tal vez el inters generado por la reciente
popularizacin del aspecto psicolgico de este material ha despertado
la curiosidad sobre sus dimensiones ms profundas, y tal vez dicho
inters es un indicativo de que colectivamente estamos en un punto en

41

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

que la humanidad puede beneficiarse de una difusin ms amplia de la


sabidura del eneagrama.
Tengo la esperanza de que lo que viene a continuacin sea utilizado
con el espritu en que fue escrito: para sustentar de un modo
compasivo la verdad de lo que definitivamente somos. Permitmonos,
por lo tanto, explorar las cerraduras de nuestra cautividad, y que la
comprensin revelada empiece a liberarnos.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

CAPTULO 1
EL TRINGULO INTERIOR Y LA CADA
La figura del eneagrama est compuesta por un tringulo interior
que une los Puntos Nueve, Seis y Tres, y una forma externa
constituida por la unin de los Puntos Uno, Cuatro, Dos, Ocho,
Cinco y Siete. Estas dos formas no se interseccionan, como puede
verse a continuacin en el Diagrama 4, y por eso el tringulo
interior es una entidad independiente de tipos. En el nivel del
eneagrama de la personalidad, el tringulo interno representa los
factores responsables y los estadios de los procesos arquetpicos:
aquellos en los que se pierde el contacto con nuestra naturaleza
bsica o esencial y en los que simultneamente se produce el
desarrollo de una estructura de ego. Nuestra naturaleza esencial es
lo que somos cuando estamos libres de la experiencia del pasado;
es nuestra naturaleza innata y un estado de conciencia no
condicionado. Es nuestro estado de la niez, y coexiste con las
caractersticas particulares de nuestra alma, tales como la ternura,
la claridad, la fortaleza y otras. Cuando somos bebs, sin embargo,
no tenemos la capacidad de saber que sta es nuestra experiencia,
porque todava no hemos desarrollado la capacidad de reflexionar.
El proceso de perder el contacto con nuestra naturaleza esencial
es universal: todos los que desarrollan un ego tienen que pasar por
ello. Lo que significa, evidentemente, todos los seres humanos del
planeta, a menos que uno nazca santo o loco, es decir, que nunca
desarrolle una estructura de ego. Puede considerarse que cada uno
de los eneatipos del tringulo interior se especializa o se forma
alrededor de uno de los tres factores arquetpicos de esta prdida.
Tambin puede interpretarse que cada uno de estos tipos est
centrado en las tres fases correspondientes del proceso del desarrollo del ego. Por el contrario, los otros puntos del eneagrama,
pueden verse como elaboraciones posteriores de este proceso. La
43

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

comprensin del proceso representado por el tringulo interno no slo


nos ayuda a entender el eneagrama de la personalidad, sino que
tambin nos ayuda a darnos cuenta de que necesitamos confrontarnos
con nosotros mismos para reconectar con nuestra naturaleza esencial.
Como estoy describiendo las fases de un proceso universal, ms que
los propios eneatipos, me referir a los Puntos Nueve, Seis y Tres, en
vez de utilizar los nombres de los eneatipos correspondientes.

El Punto Nueve, como indica su posicin en la parte superior del


eneagrama, representa el principio bsico que inicia el desarrollo del
ego: la perdida del contacto con nuestra Naturaleza Verdadera. En el
trabajo espiritual, a menudo se hace referencia a esta prdida como el
quedarse dormido, entrando en un estado de ignorancia y oscuridad.
El proceso de perder el contacto con lo innato y no condicionado se
produce de forma gradual durante los primeros aos de vida y, al
llegar a los cuatro aos, la percepcin de la esencia se ha perdido casi
por completo. Esta prdida de conciencia de nuestra naturaleza
esencial inicia el desarrollo del armazn que constituye la estructura
del ego.
El desarrollo de esta estructura es un requisito previo al desarrollo
espiritual, ya que parte del logro del ego es la conciencia
introspectiva. Sin ella, no podramos darnos cuenta de nuestra propia
conciencia. Las diferentes tradiciones explican de diversos modos la
razn de esta prdida aparentemente inevitable y lamentable. En
definitiva, sigue siendo un misterio, y nuestras creencias acerca del
44

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

propsito de la prdida son irrelevantes. Se trata simplemente de algo


que ocurre, y podemos enfrentarnos a esta separacin o bien
permanecer dormidos ante ella.
Hay una serie de factores que conducen a esta prdida de contacto
con la Esencia, y la primera es la identificacin con nuestros cuerpos,
a los que adjudicamos quines somos y qu somos. Para Heinz
Hartmann, considerado el padre de la psicologa del ego y uno de los
psicoanalistas postfreudianos ms importantes, una de las
caractersticas de nuestra conciencia como recin nacidos es que se
trata de una matriz no diferenciada en la cual las estructuras
psicolgicas que surgen ms tarde -como el ego, el superego y los
impulsos instintivos- no se encuentran definidas ni se distinguen unas
de otras. Ren Spitz, ms o menos contemporneo de Hartmann y
precursor de la investigacin analtica de la relacin materno-filial,
ampla este concepto al de no diferenciacin, en el cual, en nuestra
conciencia, no existe ningn tipo de discriminacin entre lo interno y
lo externo, el yo y los otros, la psique y el soma, y por lo tanto,
tampoco hay cognicin.
Lo que sabemos, basndonos en la experiencia de aquellos que han
ahondado en las capas ms profundas de la estructura de su
personalidad y en los recuerdos contenidos en ellas, el nio se
encuentra en un estado de unicidad constituido por sensaciones
corporales, emociones y estados de la esencia. Todo el contenido de la
conciencia est mezclado en una especie de sopa elemental. Es
probable que a pesar de que un nio ve las diferencias entre las cosas,
en realidad no sepa que estn separadas. Puede sentir el calor del
pecho de la madre, por ejemplo, y ver el color rojo de su pelota, y
sentir las punzadas de hambre en su vientre, pero seguramente no
concibe estas experiencias como diferentes entre s. Calor, rojo y
hambre son partes de la unidad de su experiencia.
El comienzo de la cognicin se origina con la diferenciacin entre
las sensaciones agradables y desagradables, y cualquier rastro de
memoria de estas impresiones se registra gradualmente en nuestro
sistema nervioso central desarrollado. A travs de la repeticin de
45

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

estas impresiones, la memoria empieza a formarse. El hecho de que


nuestra primera diferenciacin sea entre el placer y el dolor significa
que el principio freudiano de esforzarse por alcanzar el placer y evitar
el dolor es el principio ms fundamental que subyace a la estructura
del ego.
Poco a poco empieza crearse una mayor diferenciacin: el
sentido de que lo interior frente a lo exterior comienza a tomar
forma. El conjunto de sensaciones procedentes del interior del
cuerpo se registran como un rudimentario sentido interior de la
identidad, que constituye la base de un progresivo sentido del yo. A
travs de las experiencias repetidas de ser tocado por la persona que
acta como madre, el conjunto de sensaciones de la periferia del
cuerpo se aglutinan como una sensacin de los lmites del cuerpo.
Todos los cuerpos de los seres humanos estn separados de los
cuerpos de los otros seres humanos, y por ello, el contacto repetido
del entorno con nuestra piel nos lleva a una sensacin preliminar de
ser una entidad separada y distinta. Esta sensacin de separacin de definirnos como algo que tiene contornos y lmites
incuestionables- constituye otra creencia fundamental y
caracterstica de la estructura del ego.
El comienzo de la conciencia introspectiva se inicia entonces
con las impresiones fsicas, y por tanto nuestra sensacin de
quines y qu somos acaba identificndose con el cuerpo. Como
deca Freud, el ego es primero y antes que nada es un ego
corporal1. Esta identificacin con el cuerpo y, en consecuencia,
con el hecho de que su diferencia define quines y qu somos, nos
desconecta de la conciencia de nuestra temprana niez en la cual
todo se experimentaba como la totalidad, que es la misma unicidad
de las profundas experiencias referidas por los msticos de todas
pocas. En los momentos en que se suspende esta presuposicin de
nuestra separacin inherente, lo que vemos es que nuestra
naturaleza elemental y la naturaleza de todo lo que existe son la
misma cosa. Cuando nos identificamos con nuestros cuerpos y por
1

46

Sigmund Freud, The Ego and the Id, Standard Edition of the Complete Psychological Works of Sigmund Freud, ed. James Strachey (London: Hogarth Press and the
Institute of Psycho-Analysis, 1953-74), vol. 19, pg.26.

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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tanto con nuestra separacin, en vez de experimentarnos como


manifestaciones nicas de una cosa, o como clulas diferentes del
cuerpo nico del universo, llegamos a experimentarnos como
fundamentalmente independientes, y por tanto desconectados y
apartados del resto de la realidad.
El segundo factor de la prdida del contacto con nuestra
naturaleza esencial tiene que ver con las inconveniencias del
entorno del nio. Tales inconveniencias incluyen abusos y falta de
sensibilidad y de respuesta ante las necesidades del pequeo por
parte del entorno, en especial de la persona que acta como madre.
Como los nios no pueden comunicar verbalmente sus necesidades,
esta falta de sensibilidad es para la mayora inevitable; la madre
slo puede suponer que el nio tiene hambre, que le duele el vientre
o que ha defecado. El sufrimiento, que en principio es fsico, hace
que el nio reaccione en un intento por aliviarlo. La ansiedad de la
supervivencia patea con fuerza, y el nio entra en alerta roja para
intentar protegerse del dolor y eliminar su causa. Esta reaccin lo
desconecta de su estado de no diferenciacin, en el cual, su
conciencia est totalmente unificada con la Esencia. Cuando el
dolor desaparece, la conciencia del nio vuelve a fundirse en la no
diferenciacin.
Este ciclo de reaccin y relajacin se repite una y otra vez,
dependiendo del entorno. Si existe violencia u otros impactos
fuertes, la reactividad se vuelve ms o menos constante. Incluso en
ausencia de traumas serios, el entorno es registrado por todos los
neurticos normales como algo ms o menos inconstante a la hora
de ofrecer su apoyo, y por lo tanto crecemos ms o menos
desconectados de nuestra naturaleza esencial. A continuacin,
Almaas describe de qu manera la prdida de una respuesta
sensible constante -el apoyo, en trminos psicolgicos 2- conduce a
la desconfianza en el entorno, lo que su vez conduce a la
reactividad en el ncleo del desarrollo del ego:

Ver el trabajo de D.W. Winnicott y Almaas, Facets of Unity: The Enneagram of Holy Ideas, para una informacin ms detallada del concepto de entorno de apoyo.
47

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Al tener que reaccionar a la prdida del apoyo, el nio ya no


puede simplemente ser, y el florecimiento natural del alma queda
interrumpido. Si esta reactividad se vuelve predominante, el
desarrollo del nio se basar en esa reactividad ms que en la
continuidad del Ser. Si su desarrollo se basa en la reactividad ante
un ambiente inseguro, se desarrollar desconectado del Ser y, por
lo tanto, lo que ms se potenciar ser su ego. Si su desarrollo se
origina a partir de la continuidad del SER, la conciencia del nio
permanecer centrada en su naturaleza esencial y su desarrollo
ser la maduracin y la expresin de esa naturaleza.
Cuanto menos apoyo ofrezca el entorno, ms se basar el
desarrollo del nio en esta reactividad, la cual es bsicamente un
intento de hacer frente a un entorno poco fiable. El nio
desarrollar mecanismos para enfrentarse a un ambiente en el que
no puede confiar, y estos mecanismos forman la base del desarrollo
del sentido del yo, o ego. Este desarrollo de la conciencia del nio
se fundamenta pues en la desconfianza, y por eso la desconfianza es
parte del principio del desarrollo del ego. La conciencia del nio su alma- interioriza el entorno en el que crece, y despus proyecta
este entorno sobre el mundo.
En el ego existe de forma implcita una desconfianza bsica de la
realidad. La falta de apoyo del entorno conduce a la ausencia de la
confianza esencial, lo que despus se convierte es una desconexin
del Ser, que lleva a la reactividad, la actividad del ego. 3
La desconexin de nuestro estado original no diferenciado crea
una divisin o dualidad entre nosotros y la Esencia, la cual, junto
con la identificacin que hacemos con nuestro cuerpo, da lugar a la
creencia de nuestra separacin inherente. Este es el origen de la
ilusin de la dualidad, el problema espiritual por excelencia, por el
cual nos experimentamos a nosotros mismos y al ser como dos
cosas distintas.

48

Ibd., pgs. 43-44.

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

El tercer factor que contribuye a la prdida de contacto con el


Ser es la falta de sensibilidad de los padres con respecto a nuestra
profundidad. El hecho de que nos cuiden padres que se creen
entidades definitivamente sepa radas (a menos que se haya nacido
de padres totalmente iluminados) configura intensamente nuestra
conciencia. Debido a su falta de sensibilidad a su propia naturaleza
esencial, nuestros padres no pueden percibir, valorar ni reflejar
nuestra verdadera profundidad. Como nuestra conciencia durante
los primeros meses de vida est fundida con la de nuestra madre, lo
que ella experimenta de nosotros se convierte en lo que nosotros
experimentamos de nosotros mismos. Como dice Margaret Mahler:
La interrelacin en la fase simbitica crea una configuracin que
se imprime de forma indeleble -el patrn complejo- que se
convierte en el leitmotiv de que el nio se convierta en el hijo de su
madre concreta4, lo cual significa que nos convertimos en lo que
nuestra madre percibe que somos. No se trata slo de la sociedad y
la cultura que nos trasmiten nuestros padres, sino de toda la visin
del mundo sobre la que se apoyan. Esta visin del mundo que
absorbemos con la leche de nuestra madre es la de la personalidad,
en la cual lo fsico se experimenta como la nica dimensin de la
realidad que es real. Debido a que la profunda dimensin de la
realidad -la de nuestra naturaleza esencial- no es sustentada ni
reflejada, poco a poco tambin nosotros perdemos el contacto con
ella.
Como se menciona en la Introduccin, la Esencia, la naturaleza
de nuestra conciencia o alma, tiene muchas cualidades diferentes,
que se llaman Aspectos Esenciales. La Compasin, la Fuerza, la
Inteligencia, la Alegra, la Paz, la Honestidad y la Capacidad de
Sustentar son algunos de estos Aspectos. De manera que aunque la
Naturaleza Verdadera de nuestra alma es nica, las caractersticas
que manifiesta se transforman, o bien cambian las cualidades con
las que estamos ms en contacto en un momento dado. La cualidad
de la Esencia que se manifiesta depende de la situacin externa en
4

Margaret Mahler, On Human Symbiosis and Vicissitudes of Individuation, Journal of the American Psychoanalytic Association 15: 740-63. (1967), pg. 750. Destacado
en cursiva en el original.
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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la que nos encontramos o de lo que est surgiendo en nuestro


proceso interior. Por ejemplo, podemos descubrir que la compasin
surge dentro de nosotros en presencia de un amigo que est
sufriendo, o podemos encontrarnos con una sensacin de apoyo
interno cuando experimentemos una falta de confianza interior.
Como en el cuento Suf de los mullas que tocaban diferentes partes
de un elefante en la oscuridad y cada uno tena una sensacin
diferente de lo que era un elefante, cada Aspecto representa una
cualidad diferente de nuestra Naturaleza Verdadera, pero todos son
partes de una sola cosa. Aunque la cara que presenta la Esencia
puede variar, sigue no obstante siendo una.
Si bien parece ser que el nio experimenta muchas cualidades
diferentes de la Esencia, algunas de ellas se vuelven predominantes
en las fases especficas del desarrollo. Por ejemplo, durante la fase
que Mahler llama simbiosis, que dura desde los dos a los seis
meses, el aspecto ms destacable es el del amor exttico,
caracterizado por una dulce sensacin de estar fundido y unido a
todo. Es durante esta fase que el nio y la madre se siente
fusionados entre s, y es esta dichosa sensacin de unin la que los
adultos buscan recuperar a travs del enamoramiento. Cuando el
nio comienza a separarse fsicamente de la madre, al empezar a
gatear, hacia los seis o siete meses, tambin empieza a desarrollar
una sentido interno por el que discrimina entre l y la madre, como
si saliese del huevo de la rbita simbitica. El Aspecto que
corresponde a esta subfase de diferenciacin se caracteriza por una
expansin energtica, una sensacin de fuerza y de capacidad.
Cuando el nio empieza a explorar su mundo, encantado con su
capacidad de tocar, probar y manipular todos los objetos y personas
fascinantes que hay en l, otro aspecto se vuelve predominante. Se
caracteriza por una sensacin de deleite y una curiosidad sin lmites
y sin propsito acerca de todo lo que encuentra.
A medida que el nio avanza en cada etapa del desarrollo del
ego, en cada momento destaca ms un determinado Aspecto.
Cualquier fractura o trauma que se produzca durante esa etapa del
50

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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desarrollo -de las que incluso los mejor adaptados tienen muchasafecta nuestra relacin con el Aspecto Esencial asociado,
debilitando nuestro contacto con l. Estas fracturas se vuelven parte
de la historia que se almacena en nuestros cuerpos y en nuestras
almas.
La prdida de contacto con nuestras profundidades es lo que
algunas escuelas espirituales llaman la cada. No ocurre de golpe,
como parecen sugerir algunas enseanzas, sino que se produce
gradualmente durante los primeros cuatro aos de la infancia, a
medida que avanzamos por las etapas en las que dominan Aspectos
particulares. Las fracturas y la falta de reflejos de estos Aspectos,
como se ha mencionado previamente, provocan que uno a uno se
vayan perdiendo de nuestra conciencia, algunos de forma gradual y
otros bruscamente. Al final se alcanza una especie de masa crtica,
en la cual la totalidad del mundo esencial se desvanece de nuestra
conciencia. Debido a que la Esencia es la naturaleza del alma, la
cada no es una verdadera prdida de la Esencia; por el contrario,
simplemente perdemos el contacto con ella. Esta es una distincin
importante, porque significa que el mundo esencial est presente en
todo momento; solamente lo hemos olvidado o borrado de
nuestra conciencia. Est aqu en todo momento y es inseparable de
quines somos y de lo que somos, pero se ha quedado en nuestro
inconsciente. Tal comprensin es la base de algunas enseanzas
espirituales que dicen que ya estamos iluminados. Sin embargo,
para la mayora, existe poco consuelo en ello, ya que el mundo
esencial no emerge en la conciencia slo porque mentalmente
sepamos que est all.
Una manera por tanto de contemplar el desarrollo espiritual
consiste en hacer consciente lo inconsciente. En la conciencia
normal, el mundo esencial esta cubierto por el estrato ms profundo
de la personalidad, que incluye contenidos que han sido reprimidos
de la conciencia as como otros que nunca la han alcanzado, como
los impulsos instintivos y los recuerdos y fantasas relacionados
con ellos. Freud, que desarroll la idea del inconsciente, percibi
51

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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que contena ciertas funciones del ego y del superego de las que no
se tena conciencia, as como lo que l llamo el id o ello. Su
concepcin del id era lo que contena todo lo heredado, lo que est
presente en el nacimiento, en la base de cada constitucin; sobre
todo, por tanto, los instintos, que se originan a partir de
organizaciones somticas y que encuentran una primera expresin
aqu [en el id] en formas que desconocemos 5. El mundo esencial,
que est presente en el nacimiento, estara, lo que resulta
interesante, incluido en la propia definicin del id de Freud, aunque
ste no teoriz ni escribi sobre la dimensin espiritual. 6
Como cada uno de los Aspectos de la Esencia se va sumergiendo
en el caldero del inconsciente como parte del id, poco a poco
vamos perdiendo el contacto con esta parte preciosa de nosotros; de
hecho lo que nos hace real mente dignos de ser apreciados. Esto es
lo que Almaas formul como la teora de los agujeros, por razones
que enseguida se entendern. Con cada Aspecto que se pierde,
sentimos que falta algo y experimentamos una sensacin de
carencia que interpretamos como deficiencia: Hay algo que falta
en m y por tanto hay algo incorrecto en m. Es como si hubiera
agujeros en nuestra conciencia donde debera haber algo que los
integrase, y esta sensacin de lugares vacos puede experimentarse
de una forma bastante literal. Podemos incluso sentir que existen
agujeros en diferentes partes de nuestro cuerpo, aunque sabemos
que fsicamente estn llenas. A medida que se forman estos
agujeros, a resultas de la prdida de estos Aspectos Esenciales, el
equilibrio se inclina hacia una sensacin general de vaco y
deficiencia, que despus forma el ncleo de la experiencia interna
de la mayora de las personas, sean o no conscientes. Este estado de
deficiencia del ego, que puede experimentarse como una sensacin
de carecer de valor, de no merecer, de ser pequeo, dbil, de
sentirse completamente incapaz, impotente, inadecuado, intil y sin
ningn apoyo, forma la capa ms profunda y por tanto la ms honda
5
6

52

Freud, An Outline of Psycho-Analysis (1940), Standard Edition of the Complete Psychological Works o f Sigmund Freud, 23: 144-207, pg.145.
Algunos creen que Freud trabaj con las enseanzas cabalsticas y que en efecto tena una comprensin de las esferas espirituales, pero no hay nada en sus escritos
que apoye tal afirmacin de una manera definitiva.

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

experiencia de la personalidad. No puede ser de otro modo, puesto


que la personalidad es una sensacin del yo carente de su fundamento -la Esencia- y por tanto slo podemos sentirnos
deficientes.
La primera fase, la prdida del contacto con la naturaleza
esencial de uno mismo que inicia la formacin de la personalidad o
estructura del ego y provoca el estado de vaco deficiente en su
ncleo, est representada por el Punto Nueve en el tringulo
interior. An a riesgo de confundir al lector aadiendo un nuevo
nivel de complejidad, es interesante apreciar que los tres factores
que he descrito como mediadores de la prdida de contacto con
nuestra Esencia -la identificacin con el cuerpo, la reactividad y
prdida de confianza en el entorno y la ausencia de reflejo del
mundo esencial- corresponden a las tres esquinas del tringulo
interior, de modo que tenemos un tringulo dentro de un tringulo.
La identificacin con el cuerpo se relaciona con el Punto Nueve; el
estado de alarma reactiva que se produce cuando nuestras
necesidades no son totalmente cubiertas por nuestros primeros cuidadores se relaciona con el Punto Seis, y la falta de contacto con
nuestro mundo esencial y de su reflejo por parte de nuestros padres
se relaciona con el Punto Tres. A continuacin veremos por qu he
hecho estas correlaciones.
En el Diagrama 3, el Punto Nueve y los puntos contiguos a l, el
Ocho y el Uno, forman la esquina de la indolencia del
eneagrama, lo cual significa que todos estos tipos -Ego-Indolencia
(9), Ego-Venganza (8) y Ego-Resentimiento (1)- tienen una
conexin subyacente en el quedarse dormidos: la prdida de
contacto con la Esencia y la orientacin subsiguiente hacia el
exterior. La idea es que estar dormido a nuestra Naturaleza
Verdadera y no hacer nada para despertarse del sueo de la
inconsciencia es pereza: no hacemos lo que es necesario hacer.
Siguiendo la direccin del movimiento dentro del tringulo, la
siguiente etapa en el desarrollo de la personalidad est representada
por el Punto Seis. Esta esquina del eneagrama, el Punto Seis (Ego53

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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Cobarda) y sus puntos contiguos -Siete (Ego-Planificacin) y Cinco


(Ego-Avaricia)- es la esquina del miedo, y representa el miedo que
se produce dentro del alma como resultado de las fracturas en el
entorno de apoyo que provocan el alejamiento de la Esencia y, de
forma circular, el miedo que surge debido a la prdida de este
contacto.
El vaco deficiente que queda como secuela de la formacin de
agujeros es demasiado doloroso como para que lo pueda tolerar la
conciencia del nio, y desencadena el miedo de si podr sobrevivir a
esta prdida. Este miedo de dejar de existir, si se experimenta la
prdida, forma una capa de tensin y constriccin alrededor de
cualquier orificio, y en conjunto se experimenta como un anillo de
terror en la base de la estructura de la personalidad. Este anillo es un
nivel de miedo en el cual nos sentimos desconectados, perdidos y en
el seno de un profundo riesgo, y puede describirse ms exactamente
como terror primordial. Es una contraccin del alma, y se expresa en
un patrn de tensin o acorazamiento en el cuerpo. Toda la estructura
de la personalidad es en definitiva una gran contraccin -un soporte
rgido que es sinnimo de este miedo primordial cristalizado en el
alma.
Esta capa de miedo se vuelve especialmente evidente en el proceso
de recuperar el contacto con la Esencia, en el momento en que nos
alejamos del estrato ms externo de la personalidad y empezamos a
acercarnos a los estados subyacentes de vaco deficiente. Esta capa de
miedo es el arquetipo de la ansiedad de alarma, una sensacin de
peligro inminente que sentimos cuando algo que est guardado en el
inconsciente empieza a abrirse paso hacia la conciencia, y que
moviliza los sistemas de defensa del ego para mantener su contenido
apartado de la conciencia. La ansiedad de alarma, pues, es una
manifestacin superficial de esta capa primordial de miedo.
Paradjicamente, como se ha mencionado antes, es el mismo miedo
que nos impuls a perder el contacto con la Esencia por primera vez,
ya que, como hemos visto, las fracturas en el entorno de apoyo
desencadenan la reactividad que nos desconecta de la morada del Ser.
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Volveremos a la esquina del miedo cuando comentemos el proceso de


reconectar con nuestra naturaleza esencial.
Ante el miedo de no sobrevivir, el nio intenta restablecer un cierto
equilibrio en su emergente economa psquica; y al avanzar en este
proceso de desarrollo del ego, nos encontramos con lo que representa
el Punto Tres. Para enfrentarse con lo que experimenta como un
miedo de algo que amenaza su vida, el nio tapa los agujeros
perdiendo la conciencia de ellos y del miedo que los acompaa. Una
vez pierde la conciencia de estos lugares vacos en su psique, tambin
empieza a intentar llenarlos, ya que, aunque estn reprimidos, su alma
sabe que an estn all. Intenta llenarlos buscando algo del exterior
que se parezca a lo que falta, un proceso que se vuelve ms elaborado
y refinado a medida que se hace mayor. Inicialmente, por ejemplo,
una bolsa de agua caliente o una mantita puede sustituir la prdida
de un tierno contacto amoroso. En la edad adulta, llenar estos agujeros
puede adoptar la forma de buscar el xito en el mundo para llenar el
vaco de la impotencia, buscar el reconocimiento o acumular objetos
valiosos para llenar el vaco de la insuficiencia, hacer algo que se
considere socialmente importante para llenar el vaco de la inutilidad,
escalar montaas para llenar el vaco de la debilidad, buscar una
pareja para llenar el vaco de no sentirse digno de amor, etc.
A la vez, se van desarrollando sectores de la personalidad que
corresponden a cada agujero. Los rastros de recuerdos que
describimos antes se aglutinan en autoimgenes, en representaciones
internas de nosotros mismos. Estas autoimgenes contienen el
recuerdo de la prdida del contacto con cada Aspecto, las creencias
sobre nosotros mismos a las que da lugar la prdida y las emociones
que surgen como parte de esta sensacin del yo. En su momento, estas
representaciones de uno mismo forman parte de una autoimagen
general, un retrato interno de nosotros mismos, la mayor parte del cual
permanece inconsciente. Creemos ser alguien dbil o que no merece
amor o que carece de perseverancia o de esplendor o de cualquier otra
cualidad de nuestro interior con la que hemos perdido el contacto.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

La persona externa que presentamos al mundo, que a menudo se


considera la autoimagen, es slo la manifestacin ms externa de este
retrato interno de nosotros. A todos los eneatipos en la esquina de la
imagen, que se llaman, como se ve en el Diagrama 3, EgoAdulacin (Punto Dos), Ego-Vanidad (Punto Tres) y Ego-Melancola
(Punto Cuatro), les preocupa la imagen, tanto en cuanto a lo que se
presenta externamente como a la imagen que se forma internamente.
Esta es una manifestacin superficial de un proceso ms profundo de
identificacin con imgenes internas de nosotros mismos: nuestra
autoimagen.
Con el tiempo, esta autoimagen se vuelve coherente -somos una
persona as y as que tiene estas y aquellas cualidades,
caractersticas y habilidades-, determinada principalmente por los
agujeros concretos y las caractersticas inherentes que forman
nuestra sensacin de quines somos. Esta sensacin del yo, como
explican los psiclogos de las relaciones objetales, se desarrolla
conjuntamente con una sensacin del otro. Las impresiones y las
experiencias repetidas que se registran como recuerdos en la
conciencia en desarrollo del nio se funden al final en una
sensacin de lo que somos y lo que no somos a partir de otro,
originalmente la madre o nuestro principal cuidador en la infancia.
Esta imagen interna o concepto original del otro, nuestra imagenobjeto, que lleva por siempre la huella de nuestra madre, forma una
plantilla a travs de la cual experimentamos todo el mundo externo.
As que al igual que el desarrollo de nuestra autoimagen est
estrechamente ligado a lo que nuestros padres percibieron y
reflejaron de nosotros, nuestra sensacin de los dems reproduce a
aquellos que nos reflejaron en un principio. Por eso, nuestros
amigos y amantes tienen el hbito peculiar de recordarnos a
nuestros padres, e incluso nuestro concepto ms profundo de lo
Divino tiene frecuentemente la dolorosa caracterstica de
recordarnos al de nuestra madre.
Estas estructuras mentales del yo y las imgenes-objeto, que
definen quines somos en relacin con el mundo que nos rodea,
56

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

actan como filtros que mantienen nuestra conciencia centrada en


la superficie de quines somos e identificada con ella, en vez de
hacerlo con nuestra profundidad. Esta identificacin con la
superficie est estrechamente relacionada con la falta de percepcin
de nuestra naturaleza ms profunda por parte de nuestros padres,
que se ha comentado antes como uno de los factores responsables
de la desconexin de la Esencia, representada aqu por el Punto
Tres. Como dice Almaas:
Llegar un momento en que no existir ninguna esencia en
la experiencia consciente de la persona. En vez de
experiencia o de ser, existirn muchos agujeros: todo tipo de
deficiencias y carencias profundas. Sin embargo, por lo
general, la persona no ser consciente de este estado vaciado.
Por el contrario, normalmente es consciente del relleno que
tapa la conciencia de estas deficiencias, lo cual toma por su
personalidad. Por eso esta personalidad es considerada una
falsa personalidad por las personas conscientes de la esencia.
La persona no consciente, sin embargo, cree honestamente ser
consciente de s mismo, sin saber que eso es slo un relleno,
capas de velos que tapan la experiencia original de la
prdida. Lo que habitualmente queda de la experiencia de la
esencia y de su prdida es un sentimiento vago de no estar
completo, una sensacin desgarradora de carencia, que se
incrementa y se hace ms profunda con la edad. 7
Cuando la sensacin de ser incompleto y de carencia que
describe Almaas nos lleva a preguntarnos si hay algo ms en la vida
que esta falta de sentido y vaco interno que experimentamos,
cuando finalmente agota mos las esperanzas de que las respuestas a
nuestros problemas vendrn de soluciones externas, cuando
dejamos de intentar ser de un modo concreto para obtener lo que
creemos que nos proporcionar la satisfaccin, y cuando dejamos
7

A. H. Almaas, Essence: The Diamond Approach to Inner Realization (York Beach, Me.: Samuel Weiser, 1986), pgs. 97-98.
57

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

de intentar llenar nuestro vaco interno o de evitar enfrentarlo,


podemos por fin empezar la gran inversin de la rueda de la vida:
mirar directamente y de forma sincera hacia nuestro mundo interior
y nuestra conciencia, que es lo que realmente determina nuestra
experiencia.
Si entendemos que nuestra sensacin de nos ser completos es el
resultado de haber perdido el contacto con nuestras profundidades y
que este contacto est oculto por capas de estructuras psicolgicas,
resulta que todo lo que tenemos que hacer para volver a conectar
con nuestras races espirituales es volver hacia atrs, a travs de
estas estructuras, hasta llegar a lo que se encuentra tras ellas. Como
estas estructuras que forman la personalidad se desarrollan en
respuesta a los agujeros, imitan las cualidades del Ser que se han
perdido de la conciencia. Por lo tanto, lo que debemos hacer para
recuperar el contacto con nuestras profundidades es recorrer hacia
atrs nuestras etapas del desarrollo. Esto supone estar presente en
nuestra experiencia inmediata, lo que quiere decir contactar y sentir
totalmente nuestras sensaciones corporales, nuestras emociones y
pensamientos, y ser curiosos e inquisitivos sobre lo que
encontramos. Cualquier cosa basada en una construccin mental que es lo que son nuestro yo y las imgenes-objeto- se disolver
bajo la investigacin de la experiencia, y finalmente revelar el
agujero de la Esencia que llena esta invencin. Cualquier cosa que
sea intrnsecamente real se expandir y se volver ms
sobresaliente en nuestra conciencia.
Si abandonamos nuestras defensas de autoengao, negacin y
evitacin, al comienzo del trabajo interior descubrimos que quien
creemos ser slo es una falsa personalidad, la cual, como hemos
visto, llena el agujero total de la prdida de contacto con nuestra
Naturaleza Verdadera. Por tanto, empezamos el Viaje en el Punto
Tres, que aqu representa la identificacin con nuestra superficie, la
personalidad. Tambin representa todos los apoyos de la personalidad: todo lo que buscamos del exterior para llenarnos,
incluidas las relaciones, riqueza, poder, estatus, conocimiento, etc.
58

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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Hablando en general, simboliza el relleno de nuestros agujeros, ya


sea a travs de construcciones mentales o de atavos externos, que
slo sirven para desconectarnos an ms completamente de las
profundidades y que pueden ofrecer un verdadero sustento a nuestra
superficie y a nuestras vidas, en las que estn implcitas.
La personalidad se caracteriza por una serie de cualidades que la
distinguen claramente de nuestra naturaleza esencial. Una de sus
principales caractersticas es que es rgida y esttica, de modo que
nuestro progresivo sentido del yo vara poco de un momento a otro,
y respondemos a lo que la vida nos presenta basndonos en nuestro
sentido subjetivo del yo ms que en lo que la situacin pide.
Nuestra experiencia del momento presente est filtrada por las
capas de imgenes antes comentadas sobre quines somos y lo que
es el mundo que nos rodea -nuestra pelcula interna- reunidas a
partir de los elementos de nuestro lejano pasado. Estas capas amortiguan lo que est ocurriendo, distorsionndolo y haciendo que
interpretemos incorrectamente lo que percibimos, de manera que en
realidad respondemos al pasado y no al presente. Esto puede
manifestarse de las maneras ms simples, como cuando, por
ejemplo, nos enfrentamos a una situacin en la que necesitamos ser
asertivos acerca de nuestras necesidades, pero no lo expresamos
porque nos sentimos como alguien que no puede y no debe hacerlo.
Esta rigidez surge de manera ms intensa en las relaciones ntimas,
cuando no creemos que la otra persona nos quiera de verdad, o
cuando pensamos que no debe ser realmente tan maravillosa si nos
damos cuenta de que en verdad nos quiere. Otro ejemplo comn es
cuando recibimos un ascenso importante o un gran reconocimiento
por nuestros logros, y pensamos que debe haber algn error.
Uno de los rasgos comunes de todos estos ejemplos es que
confirman una autoimagen basada en la carencia, reflejando la
deficiencia que conforma la capa ms profunda de la personalidad.
Por eso, cuando obtenemos lo que ms desebamos -lo que
pensamos que de verdad llenar el agujero-, si no hemos
encontrado todava nada errneo en ello o no nos hemos con59

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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vencido de que en realidad no podemos tenerlo, en el mejor de los


casos la satisfaccin ser efmera.
Es importante comprender que la autoimagen ha estructurado de
tal manera nuestra conciencia, que no estamos tratando con algo
voluntario, sino ms bien con algo incuestionable, convicciones
bsicamente inconscientes acerca de quines y qu somos y de
quines y qu son los otros y el mundo que nos rodea. Las personas
pueden entrar y salir de nuestras vidas, pero los papeles que les
asignamos en nuestra pelcula interna varan slo ligeramente, y la
mayora son elaboraciones de las personas significativas de nuestra
infancia. Las situaciones de la vida en las que nos encontramos
tiene el diablico hbito de repetirse. Cuando empezamos de veras
a comprender la situacin dentro de nuestra identificacin con el
mundo de la personalidad, comenzamos a apreciar la magnitud del
confinamiento de nuestra autoimagen.
Llevando la conciencia a nuestros cuerpos, experimentando y
aceptando totalmente cualquier sensacin, emocin y pensamientos
que surjan dentro de nuestra conciencia, avanzamos en profundidad
dentro de nosotros mismos y comenzamos a sentirnos ms en
contacto con nosotros. Esta cambio del enfoque, desde la
orientacin exterior hacia la exploracin interior, va haciendo
disminuir la fuerza de la personalidad. Al empezar a explorar el
espacio interior, una de las cosas que solemos descubrir son
nuestros deberas internos, que vienen de nuestro crtico interior,
el superego. Esta voz, que es la interiorizacin de figuras de
autoridad de la infancia, fue la ltima capa de la personalidad que
se desarroll, y por tanto es la primera que encontramos. Tal como
indica el nombre en alemn que le dio Freud -ber-Ich-, su funcin
es vigilar al Ich, nuestro sentido del yo. Conserva el status quo
de la personalidad a travs de sus preceptos y amonestaciones,
dicindonos lo que debemos hacer y cmo debemos ser, aquello
que es correcto en nosotros y aquello que no lo es. Evala nuestra
experiencia en trminos de bueno y malo, correcto e incorrecto,
aceptable y no aceptable, etc. Mantiene viva la esperanza de que si
60

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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nos volvemos mejores, obtendremos la satisfaccin que buscamos.


Debido a esto, nuestro superego bloquea el desmantelamiento de la
estructura de la personalidad que favorece la investigacin de la
experiencia que he descrito, ya que dicta lo que debera y no
debera ocurrir dentro de nosotros.
Una de las primeras tareas de nuestro viaje interior, por tanto, es
aprender a defendernos del superego. Esto consiste bsicamente en
sentir el sufrimiento que nos infligimos con los juicios y la crtica,
y al mismo tiempo reconocer que mirarnos de esta manera es
totalmente contraproducente. Precisamos ver que el medio -la
crtica y los juicios sobre nosotros mismos-determina el fin: la
perpetuacin de una sensacin interna de deficiencia.8 El superego de
cada eneatipo tiene una cualidad particular, y tambin una relacin
especial con lo que experimentamos como nosotros mismos. Exploraremos y comentaremos esto en cada uno de los tipos.
A medida que aprendemos a defendernos del superego, aceptando
el contenido de nuestra conciencia, sea lo que sea lo que surja, las
cosas se vuelven ms fciles. Seguir el rastro de un problema, la
reaccin o la con traccin fsica nos conducir a las estructuras
psicolgicas relacionadas y a su historia en relacin al agujero de
nuestra conciencia donde falta el contacto con la cualidad asociada de
la Esencia. Para entender mejor este proceso podemos utilizar un
ejemplo.
Pongamos que tienes un problema relacionado con el sustento
material. Da la sensacin de que nunca tienes dinero suficiente para
cubrir tus necesidades, y te sientes enfadado y celoso cuando ves que
las personas que te rodean pueden hacer vacaciones caras, comprarse
casas y otras cosas. Emocionalmente te sientes desvalido y necesitado
cuando experimentas el estado que este problema origina. Te das
cuenta de que parece que siempre te has sentido as, y pueden surgir
muchos recuerdos de la infancia, quiz cuando veas que otros nios
reciban cosas de sus padres que t no recibas. Puede que recuerdes
8

Para conocer ms sobre el superego, ver el libro de Byron Byrwn, Soul Without Shame: A Guide to Liberating Yourself from the Judge Within (Boston
and London: Shambhala Publications, 1999).
61

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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simplemente que tu madre no estaba para ti, que no cubra tus


necesidades emocionales o materiales.
Surge un dolor profundo, y te das cuenta de que proviene de una
contraccin en la base de tu vientre. Cuando aceptas el dolor, puedes
vislumbrar un vaco que parece centrarse all, y surge el miedo de
sentir esto plenamente. El quedarse con el miedo e intentar entender lo
que parece tan pavoroso hace surgir recuerdos de miedos abrumadores
acerca de no sobrevivir porque nuestra madre no era sensible a lo que
necesitbamos, y te das cuenta de que tenas alrededor de un ao de
edad. Ves que no podas tolerar este agujero cuando eras tan pequeo,
pero te das cuenta de que ahora eres un adulto y que estar bien sentir
eso. A medida que sientes el agujero, la contraccin de tu vientre se
relaja, aunque el vaco sigue pareciendo terrible. Parece que va a durar
siempre, y tu mente te dice que es intil seguir con esto. Te das cuenta
de que el agujero ha estado all desde que recuerdas y que se siente
como algo muy familiar, parte de tu sensacin de quin eres, aunque
ha estado bsicamente en el trasfondo. Te das cuenta de que creas que
era intil experimentarlo de verdad, y por eso lo has amurallado y
apartado de la vista.
Al enfrentarlo ahora, parece como si hubiera desaparecido la base
en la que te apoyas, y que te hundirs sin remedio si entras en ello. Al
apreciar esta impresin, la cuestionas con la experiencia y te
encuentras en el centro del agujero. De repente, te das cuenta de que
en vez de hundirte ests flotando, y que parece como si algo te
sostuviera. Cuando investigas qu te est sosteniendo, notas una fuerte
sensacin de presencia que se experimenta como sustentadora y
estable. Al principio parece algo fuera de ti, pero al permanecer en la
experiencia, te das cuenta de que la presencia est en realidad dentro
de ti. De hecho, sientes la presencia de este sostn en tu vientre;
exactamente donde antes estaba el vaco.
Este es un ejemplo hipottico de cmo penetrar en el agujero del
sostn esencial. De este modo, podemos ver cmo un problema de
nuestra vida cotidiana, especialmente uno que surge una y otra vez, es
la manifestacin de la falta de contacto con una de las cualidades de
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

nuestra naturaleza esencial. Las perturbaciones en la superficie tienen


una conexin directa con lo que est pasando en las profundidades, y
al final, slo el contacto con estas profundidades cambiar de forma
sustancial la superficie. Tambin podemos ver en este ejemplo que el
investigar con una actitud abierta en nuestra experiencia puede
conducirnos hacia y a travs del agujero hasta la raz de la turbulencia
de la superficie.
Cada agujero, como el del ejemplo, est rodeado de miedo; y
siguiendo el mapa del tringulo interior, cuando lo afrontamos, nos
encontramos en el Punto Seis. Como hemos mencionado
anteriormente, esta capa de miedo es tanto el temor de experimentar el
agujero como la alarma reactiva del alma que en un principio cre el
agujero. Inevitablemente, en el miedo existe la conviccin implcita de
que ser insoportable sentir totalmente el agujero. Esto puede
manifestarse en forma de miedo a volverse loco, a desgarrarse, a
desintegrarse, a romperse, a desaparecer o a morir. Cuanto ms
fundamental sea el agujero para la estructura de la personalidad, ms
miedo habr. Lo que desaparecer, se disolver, se desintegrar, o lo
que sea que temamos, es la parte de la personalidad que forma la capa
que cubre al miedo. Dicho de otro modo, iremos ms all de la
personalidad cuando vayamos ms all del miedo, y aunque
afirmemos que esto es lo que queremos, tambin es lo que nos
produce ms temor, porque hemos llegado a creer que somos la
personalidad y que sta constituye todo lo que somos. Implcito en el
miedo est la contraccin del agujero y, paradjicamente, esta
sensacin es lo que hace que el agujero se sienta como una
deficiencia.
Mientras lo rechacemos, lo experimentaremos como algo malo.
En cuanto lo aceptemos y nos abramos a l, sentiremos que la
carencia se convierte en un espacio impregnado por la propia
Esencia que pareca perdida. Siguiendo nuestro mapa del tringulo
interior, este movimiento de avanzar ms all del miedo, hasta el
vaco que se experimenta como deficiencia y ms all del vaco

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

hasta el espacio de la Esencia, es moverse a travs del Punto


Nueve.
Este proceso de moverse a travs de las estructuras de la
personalidad representadas por el Punto Tres, a travs de la capa de
miedo que rodea cada agujero en el Punto Seis, y a travs del vaco
deficiente hasta la Esencia representada por el Punto Nueve, tendr
que realizarse muchas veces para que se produzca una
desidentificacin sustancial con la personalidad. Del mismo modo
que en la primera infancia una masa crtica de agujeros inclin el
equilibrio interno desde la identificacin con la Esencia hacia la
identificacin con la personalidad, tambin debe alcanzarse una
masa crtica en el Viaje de regreso. Las experiencias repetidas de
moverse a travs de los agujeros y contactar con nuestra naturaleza
esencial al final desplazarn nuestra identificacin con la
personalidad hacia la Esencia. El tiempo necesario para ello
depende totalmente de cada individuo, y pueden influir muchos
factores, como la gravedad del trauma de la infancia y el grado de
motivacin interior para atravesar lo que haga falta con el objetivo
de llegar a la verdad de quines somos.
Este trabajo de volver a conectar con nuestra naturaleza esencial
no es fcil ni rpido. Pero para aqullos que estn impulsados por el
fuego interno hacia el descubrimiento de sus propias
profundidades, es una necesidad. Dicho con las palabras del poeta
mstico del siglo XIII, Jelaluddin Rumi:

Has tenido miedo


de ser absorbido por la tierra,
o arrastrado por el aire.
Ahora, tu gota de agua se desprende
y cae en el ocano,
de donde vino.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Ya no tiene la forma que tena,


pero todava es agua.
La esencia es la misma.
Este rendirse no es un arrepentimiento.
Es honrarte profundamente a ti mismo. 9

The Essential Rumi, trad. por Coleman Barks (HarperSanFrancisco, 1995), pg. 153.
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

CAPITULO2
ENEATIPO NUEVE
EGO-INDOLENCIA
El eneatipo Nueve es la madre de todos los eneatipos, utilizando
la expresin del infame Ocho, Sadam Hussein. Como vimos en el
captulo 1, el Punto Nueve representa el principio de perder
contacto con nuestra naturaleza esencial y, debido a que esta
separacin de nuestra Naturaleza Verdadera es comn a todos los
egos, los otros tipos pueden verse como diferenciaciones de este
arquetipo fundamental de la personalidad. Por decirlo de otro
modo, este tipo de personalidad es el que est ms puramente
anclado en cuestiones que tienen que ver con el olvido de nuestro
verdadero ser -el estar dormidos respecto a nuestra naturaleza
profunda- y los otros tipos son variaciones o formas de adornar este
principio bsico en el ncleo de nuestro ego.
Resumiendo brevemente las caractersticas de este eneatipo, los
Nueve evitan llevar su propia atencin a ellos mismos. No dan la
impresin de ser grandes personalidades, sino que ms bien parecen
mediocres y grises. Colocan a los dems por delante de ellos, y les
cuesta mucho ocupar un lugar relevante para ellos mismos y de cara
a la atencin de los dems. Prefieren ceder la luz de los focos a los
otros y considerarse menos importantes que ellos, tendiendo a
confundirse con el fondo. En raras ocasiones son asertivos,
prefieren que las cosas se mantengan armoniosas y agradables, y
tienen dificultades en decir o hacer cualquier cosa que los dems
puedan encontrar ofensiva, incmoda o discutible. Por ello, evitan
las confrontaciones, raras veces expresan opiniones o sentimientos
negativos y se centran en lo positivo. Son excelentes mediadores,
capaces de ver los puntos de vista de todo el mundo, pero a menudo
tienen dificultades para discernir y expresar su propia visin. Les
cuesta entender lo que es esencial para ellos y prestarle atencin.
Esto puede abarcar desde descuidar su vida interior a ignorar sus
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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sentimientos y pensamientos o no cuidar de lo que necesitan en su


vida. Al estar orientados hacia el exterior, pueden ser muy activos o
bien inclinarse a la pereza, pero en cualquier caso siempre dejan
sus necesidades personales de lado. Tienden a perderse en los
detalles de la vida, y tienen problemas para discriminar qu
necesitan realmente atender. Como se inclinan a la inercia, tienen
dificultades para ponerse en movimiento y, cuando estn en
movimiento, les resulta difcil cambiar de direccin y detenerse.
Tienden al desorden y pueden ser un poco caticos, pero de una
forma agradable e inofensiva. Los sentimientos internos de no
valer, de no ser importantes o de no ser adecuados constituyen la
sensacin bsica de su deficiencia, y se tranquilizan a s mismos
con comodidades y diversiones que tapen estos dolorosos
sentimientos. Energticamente los Nueve son slidos y estables,
responsables y amables.
Del mismo modo que la orientacin bsica del tipo de
personalidad asociada al Punto Nueve -olvidarse de ellos mismoses lo ms fundamental, lo mismo ocurre con la Idea Santa de este
punto. La Idea Santa de cada punto, tal como comentamos en la
Introduccin, es la forma particular en qu percibimos la realidad
cuando todos los velos subjetivos de la personalidad estn ausentes.
Cada Idea Santa es una forma de ver la naturaleza de la realidad
desde un punto estratgico ligeramente diferente, siendo todas ellas
visiones iluminadas e igualmente ciertas. Cada eneatipo es sensible
a la Idea Santa asociada con l, lo que significa que esta idea es la
ms inestable para ellos. Cuando cada tipo pierde contacto con el
Ser, tambin lo pierde con su Idea Santa. Como exploraremos al
tratar cada tipo, la prdida de su Idea Santa crea un punto ciego
bsico para cada tipo.
La perspectiva particular de la realidad -la Idea Santa- para la
cual el eneatipo Nueve es especialmente sensible se llama Amor
Santo. El Amor Santo es la percepcin de que la realidad, cuando
se ve sin el filtro del ego, es inherentemente amorosa y amable,
capaz de deleitar y deleitable, placentera y agradable, maravillosa y
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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llena de prodigios. El Amor Santo apunta al hecho de que el Ser es


tanto la fuente del amor como el amor mismo, y que todo en la
existencia es la manifestacin y la encarnacin de ese amor. El
Amor Santo no se refiere al sentimiento de amor en s, sino ms
bien a la percepcin de que el Ser -o la Naturaleza Verdadera- es
inherentemente positivo y nos afecta de forma favorable. Almaas
llama a esta caracterstica positividad no conceptual, y tal como
l dice, es difcil expresarlo en palabras, ya que es algo que est
ms all de nuestras habituales ideas comparativas de lo positivo
frente a lo negativo, o de lo bueno frente a lo malo. No implica que
todo lo que ocurre sea positivo, sino que la naturaleza fundamental
de toda la creacin es beneficiosa y favorable. El hinduismo se
refiere a esta caracterstica de la realidad como ananda, o
bienaventuranza, y es la base del bhakti, o camino espiritual
devocional, que invoca y cultiva esta enaltecedora caracterstica
del Ser.
El Amor Santo, por tanto, no es una emocin ni tampoco un
estado esencial. Puede ser difcil entenderlo, pero quedar ms
claro con la siguiente cita de Almaas, donde describe el Amor
Santo en varios Aspectos Esenciales o estados de la conciencia:
El Amor Santo es una cualidad clara y nica de la propia
sustancia y conciencia de cada aspecto esencial. Se ve en los
afectos y efectos positivos, enaltecedores y dichosos de cada
aspecto. Es la dulzura y la sua vidad del Amor. Es la ligereza y el
regocijo juguetn de la Alegra. Es la exquisitez y la belleza de la
Inteligencia. Es la pureza y la confianza de la Voluntad. Es la
viveza, la excitacin y el encanto del aspecto Rojo o de Fuerza. Es
el misterio y la delicadeza del aspecto Negro o de Paz. Es la
totalidad o la integridad de la Esencia Personal o Perla. Es la
frescura y la originalidad del Espacio. Es la profundidad, el calor
profundo y la satisfactoria realidad de la Verdad. 1

68

Almaas, Facets of Unity, pgs. 211-12.

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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El Amor Santo es la percepcin de que nuestra naturaleza


esencial, sin que importe las cualidades que sobresalen en cada
momento, es innatamente bella y de que la experiencia de ella es
siempre positiva. Del mismo modo, en el nivel personal, ya que
nuestra naturaleza esencial forma el ncleo de lo que somos, el
Amor Santo nos dice que somos por tanto fundamentalmente bellos
y dignos de amor, y la imposibilidad de estar separados del Ser es
lo que nos confiere esto. Dicho de otro modo, la Naturaleza
Verdadera insufla nuestras almas y nuestros cuerpos con belleza y
amor, y eso es lo que nos hace bellos y merecedores de todo amor.
Cuando experimentamos al Ser directamente, sin el filtro de
nuestra mente conceptual, el efecto que tiene sobre nosotros es una
sensacin de propsito, de vala, de utilidad, de satisfaccin.
Nuestras almas se relajan, nuestros corazones se abren y
experimentamos una sensacin de bienestar en todo momento.
Respondemos a la caracterstica inherente de la realidad que el
Amor Santo describe: su positividad pura. Segn dice Almaas:
Cuando captas la realidad objetivamente... slo puedes tener
sentimientos positivos hacia ella. En esta experiencia, no existen
las categoras positivas ni negativas en las que tu mente divide las
cosas. No exis te polaridad; esta polaridad no conceptual est
ms all de todas las polaridades. La naturaleza de la realidad es
de tal modo que cuanto ms toca tu corazn, ms feliz y lleno se
siente ste, sin importar tus juicios mentales sobre el bien y el
mal.2
Por tanto, cuanto ms cerca estamos de nuestras profundidades,
ms equilibrio y armona sentimos. La razn de esto es que el Ser,
desde el punto de vista del Amor Santo, es fundamentalmente
positivo y nos afecta de ese modo. Esto explica por qu cuando
estamos en contacto con la verdad de nuestra experiencia y nos
revelamos tal como somos, nos sentimos bien, incluso aunque
2

Ibd., pg. 210.


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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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aquello con lo que estemos en contacto o estemos expresando sea


algo que no nos guste ver o descubrir acerca de nosotros. Nos
adentramos en nosotros mismos, y por ello nuestras almas estn
ms cerca y ms impregnadas de las bondades de la Naturaleza
Verdadera. Estar ms profundamente en contacto con nosotros
mismos hace que nos sintamos mejor que cuando no existe ese
contacto. Sin esta caracterstica del Amor Santo, no nos sentimos
motivados a recorrer el camino espiritual. El contacto con el Ser
nos afecta de una forma agradable, benfica y constructiva,
haciendo que las luchas y las dificultades para volverse ms
consciente valgan nuestro tiempo, energa y dedicacin.
En el trabajo con nosotros mismos, llega un momento en que
aprendemos que cuando nos encontramos en nuestra superficie, es
decir, cuando nos identificamos con nuestro caparazn -nuestra
personalidad- y actuamos desde l, sufrimos. Cuanto ms dormidos
estamos a la realidad que hay bajo nuestro caparazn, menos
sentimos que la vida est llena de sentido, de satisfaccin y de
placer. O, segn el lenguaje del eneagrama, cuanto mayor es
nuestra fijacin, menos participamos de la naturaleza amorosa de la
realidad; pues hemos perdido nuestra conexin con el Amor Santo.
Nuestro sufrimiento no es el resultado de estar solos o de estar en
una relacin equivocada, de no tener dinero o de tener demasiado, o
de cualquier otra cosa por el estilo. No es debido a que nuestra
superficie externa no sea tan hermosa como creemos que debera
ser o a que nuestra personalidad no sea tan agradable como
pensamos que podramos ser. Sufrimos porque vivimos lejos de
nuestras profundidades: as de simple. Cuanto ms impregnadas del
Ser estn nuestras almas, mejor nos sentimos y mejor nos parece la
vida, no importa lo que ocurra en nuestras circunstancias externas.
Esto nos conduce a otro matiz en nuestra comprensin del Amor
Santo, que tiene que ver con la universalidad. La bondad inherente
de la realidad no se sita en ninguna parte; est implcita en el
tejido de toda existencia. No es un producto que existe en algn
sitio, esperando que contactemos con l. No reside en ninguna
70

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

persona en particular, ni depende de ninguna situacin concreta. No


es algo separado que est fuera de nosotros. Es la naturaleza de
todo lo que existe, y no nos damos cuenta de esto mientras
experimentamos la vida a travs del velo de nuestra personalidad.
Puede parecer que las bondades o beneficios de la realidad sean
algo que viene y se va, algo que tenemos en un momento pero
perdemos en el siguiente, que slo podemos acceder a ello en
determinadas situaciones y que, por tanto, tiene que ver con esas
circunstancias. Por ejemplo, puede parecer que slo sentimos las
bondades de la vida cuando alguien nos ama y nos dedica atencin,
o cuando obtenemos un trabajo mejor o nos suben el sueldo. O
bien, en las primeras etapas del viaje espiritual, podemos estar en
contacto con nuestra naturaleza esencial y experimentarnos como
maravillosos y dignos de amor solamente cuando estamos
meditando o en la presencia de nuestro maestro, y en consecuencia
la positividad de nuestra naturaleza parece algo efmero. Esto es
slo una etapa; al final llegamos a ver que la belleza y las
maravillas del Ser no son algo que reside en otra persona, ni
siquiera algo que se encuentra en alguna parte dentro de nosotros,
sino que es la naturaleza de todo y por tanto es todo. Desde este
punto de vista, vemos que de hecho no existe nada excepto el Ser:
no es algo que necesitemos adquirir ni tampoco algo con lo que
hasta cierto punto necesitemos conectar. El Viaje, entonces, cuando
ya no existe la sensacin del mismo como un movimiento de aqu
para all, y cuando reconocemos la bondad y el esplendor del Ser y
habitamos en l se transforma en otra cosa.
Sin esta percepcin, si bien podemos apreciar que existe
benevolencia en el universo, no vemos que sta es la naturaleza de
todo, incluidos nosotros mismos. Cuando perdemos el contacto con
el Amor Santo, perdemos el contacto con su extensin sin lmites, y
nos parece que la bondad de la realidad puede estar en un lugar
pero no en otro. De este modo, lo positivo se vuelve condicionado y
huidizo: slo surge en determinadas situaciones y est aqu ahora,

71

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

pero en el siguiente minuto ha desaparecido. Del mismo modo, una


persona puede perecer digna de amor y otra no.
Este sentido de la restriccin y la condicionalidad de la bondad de
la vida hace posible la ilusin del eneatipo Nueve, que es la prdida
de la percepcin del estar hecho de amor y por tanto ser
inherentemente digno de amor. Un Nueve, ve a los dems como
merecedores de amor y le parece que participan de la benevolencia
de la vida. Mientras que el no se ve as. Esta es la distorsin
perceptiva fundamental del eneatipo Nueve, sobre la cual se basan
todas las caractersticas del eneatipo. Es una distorsin que puede
ser difcil de ver como tal, puesto que es bsica en todos los tipos
de personalidades. Si consideramos, sin embargo, que la propia
substancia de nuestros cuerpos y nuestra conciencia es la expresin
y la encarnacin del Ser, cuya caracterstica central es Su
positividad, cmo podemos ser algo que no sea de forma innata
digno de amor? Cmo va a depender nuestro merecimiento de
amor del aspecto de nuestro cuerpo, de quin nos ama o de lo que
tenemos?
Junto con la prdida del contacto con la Esencia, que como
hemos visto tiene lugar en etapas graduales a lo largo de los tres o
cuatro primeros aos de vida, el eneatipo Nueve pierde la
percepcin del Amor Santo. Para un Nueve, el proceso de perder
contacto con su naturaleza esencial deriva en la creencia -la
percepcin cognitiva fijada o fijacin- de que no es inherentemente
digno de amor, valioso, importante, poseedor de un propsito y de
mritos. Por tanto, la perdida de contacto con la Esencia o el
alejamiento de sta es tambin una desconexin del experimentarse
a s mismo como un ser precioso y merecedor de todo lo positivo
que la vida puede ofrecer. El Nueve se experimenta a s mismo
como alejado de la bondad de la vida y no como una parte
integrante de su trama. La creencia fija bsica es el pilar en el que
se apoyan todas las estructuras mentales, los afectos emocionales y
los patrones de comportamiento resultantes de este tipo.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Desde la perspectiva de las fuerzas en las primeras etapas de la


vida que modelan la psique de un Nueve, su psicodinmica, la falta
de apoyo y de reflejo de su Naturaleza Verdadera en la infancia es
interpretada por l como que bsicamente no merece compaa ni
atencin. Esta deduccin -aunque en su origen no sea conceptualsurge de nuestro conocimiento inherente de que el alma es
inseparable de ese ncleo: Si el Ser, que es lo que somos
fundamentalmente, no es apoyado ni valorado, interpretamos que
no somos valiosos ni dignos de amor, ni merecemos que estn con
nosotros, etc. A travs de la ceguera del Nueve con relacin al
Amor Santo, la percepcin -y por tanto la experiencia- de su
infancia es la de no haber recibido mucho amor incondicional,
cuidados y atenciones. Tanto si fue fsica o emocionalmente
abandonado como si no, la impresin de no haber sido cuidado
personalmente est en las almas de todos los Nueve, pues no se ha
prestado atencin a aquello que es lo ms real: su naturaleza
esencial. Algo que es casi completamente universal -la falta de
sintona con la Naturaleza Verdadera- es asumido como algo muy
personal por los Nueve. Aunque casi nunca llega a expresarse en
palabras, llegan a la conclusin de que: Como mis padres no son
sensibles a mis profundidades, que es lo que yo soy, no debo ser
importante y por lo tanto est claro que debo ser bsicamente
insignificante.
Los Nueve abandonan sus profundidades interiores, apartando su
conciencia del Ser, como hicieron los que les cuidaron al comienzo
de su vida. Es importante advertir que el Ser no se va, simplemente
se desliza hacia la inconsciencia. Como el Ser es quienes somos y
lo que somos, no es posible apartarse del Ser sin apartarse de uno
mismo, de manera que los Nueve empiezan poco a poco a volverse
sordos para ellos mismos y a esperar que el mundo tambin lo haga.
Curiosamente, el odo es una parte del cuerpo asociada con este
tipo, y una caracterstica de ellos es que no slo no se escuchan a s
mismos sino que tambin, a menudo, se desconectan de las cosas y
no se enteran de lo que se dice.
73

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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La sordera del Nueve es en esencia una prdida de sensibilidad


hacia el mundo de la Esencia, como ya hemos visto. As que, al
igual que creen que pueden ser, en diferentes grados,
insignificantes y que merecen ser olvidados, tambin, con la
prdida de contacto con la Esencia se han olvidado de ellos
mismos. Este olvido, que es el sello de este eneatipo, se manifiesta
desde las profundidades hasta la superficie ms externa de la
personalidad: desde olvidar la Esencia hasta el simple olvido del
funcionamiento cotidiano. El olvido de s mismo define
bsicamente las relaciones del Nueve consigo mismo. Por esta
razn, en el Eneagrama de las Acciones contra uno mismo, que se
muestra en el Apndice B, el olvido de s mismo aparece en el
Punto Nueve. Este eneagrama se refiere a la relacin caracterstica
de cada eneatipo con lo que experimentamos como el yo -el almatal como se comenta en la introduccin.
Al olvidar las profundidades, la actitud subyacente de Para qu
prestar atencin a m mismo? De todas formas no hay nada que
valga la pena en m, impregna todo el comportamiento,
pensamientos y sentimientos de los Nueve. Acaban sintiendo que
no son nada especial y que no hay en ellos nada que valga la pena
resaltar. El interior es abandonado y olvidado, y parece que slo
merece la pena prestar atencin a lo exterior. La expresin y la
experiencia exterior parecen mucho ms importantes que lo que pasa
internamente, que en comparacin parece insignificante e irrelevante.
Se orientan ms hacia el exterior que hacia el interior, sintonizando
con las necesidades del entorno y de los otros y respondiendo a ellas
en vez de responder a los dictados interiores. Las necesidades de los
otros sofocan las propias, que en comparacin se perciben como
menos importantes y de una prioridad muy inferior. La importancia
personal a su vez se basa en responder y servir a los dems ms que a
ellos mismos.
En este proceso, el mundo espiritual, que da sentido y significado a
nuestra expresin y funcionamiento exterior, se pierde; de modo que
la cscara externa de la vida se convierte en una concha hueca e
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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inanimada. Esta prdida de contacto con la dimensin espiritual de


nosotros mismos, nuestra naturaleza esencial, es desde luego la
situacin de aqullos que se identifican con la personalidad, y esto
significa al menos el 99 por ciento de la humanidad. Vivir una vida
que sea algo ms que una concha vaca est ms all de la concepcin
de la mayora de la gente, de manera que vivir la cscara de la vida y
olvidar que hay algo ms es un hecho cultural. De modo que,
convertirse en un ser humano civilizado implica el proceso de convertirse en alguien como todo el mundo: la prdida de contacto con
nuestras profundidades. Este proceso de adaptacin humana, que
desde el punto de vista espiritual se considera quedarse dormido y
olvidarse del ser, se ve ejemplificado en este eneatipo.
Cuando no sentimos el apoyo y el reflejo de nuestra Naturaleza
Verdadera, no slo nos apartamos de ella, imitando la manera en que
otros se relacionan con nosotros, tal como hemos visto, sino que
adems aadimos las interpretaciones de por qu ocurre esto. Estas
ideas no son conscientes o ni siquiera conceptuales en el momento en
que se crean, pues se forman antes de que tengamos la capacidad de
pensar, pero sin embargo impregnan y dan color a la totalidad de la
relacin con nosotros mismos. Las actitudes y creencias ms
cognitivas sobre nosotros y el mundo que habitamos, que se
desarrollan ms tarde, se basan en estas interpretaciones
preconceptuales. Para los Nueve, la experiencia de que su naturaleza
ms profunda no reciba el apoyo del entorno no slo se interpreta
como que aquello que son en esencia no merece el contacto y no es
inherentemente valioso y digno de amor, es decir, que es algo de lo
que uno puede olvidarse, sino que adems deriva en la sensacin de
que les falta algo fundamental. Este sentimiento tan doloroso de
carencia lleva consigo la sensacin de que algo se ha perdido, algo no
se ha formado o desarrollado, de que existe algn defecto o hay algo
embrionario que ha sido distorsionado o deformado. Para el Nueve,
sta es la sensacin del s mismo que rodea al agujero donde se ha
perdido el contacto con la Naturaleza Verdadera, y constituye su
sensacin bsica de deficiencia. Cada eneatipo tiene un estado
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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deficiente caracterstico sobre el que se construye la personalidad,


pero todos son variaciones de la del Punto Nueve: la sensacin interna
bsica de que falta algo o de que hay algo no adecuado en uno.
En todos los tipos, esta sensacin de deficiencia es a menudo la base
inconsciente de la imagen interna de nosotros mismos -nuestra
autoimagen-, que a su vez determina la experiencia de nosotros
mismos. Un Nueve se ve y experimenta a s mismo como alguien que
fundamentalmente carece de algunas partes, que no alcanza a tener
todo lo que se necesita, que carece de algo esencial, que se encuentra
atrofiado o deformado, como si algo bsico no se hubiera desarrollado
totalmente o en absoluto, o quiz ni siquiera existi nunca. Puede
incluso tener la sensacin de que su alma no naci o que muri.
Obviamente, esta sensacin de deficiencia profundamente dolorosa es
un reflejo de la verdad de que realmente la falta algo elemental: el
contacto con lo que en verdad es, ms all de su autoimagen basada en
la insuficiencia.
Nuestra autoimagen no surge aislada, como vimos en el captulo 1.
Nuestro sentido del yo, que se forma en la infancia y est enraizado en
el cuerpo, se basa no slo en las sensaciones internas sino que adems
se desarrolla a travs del contacto con el entorno en la superficie de
nuestra piel. De modo que nuestra sensacin de quienes somos
siempre surge en relacin con lo que no somos, es decir, lo que est
ms all de los lmites de nuestro cuerpo. Nuestra autoimagen, por
tanto, existe en contraposicin a una imagen-objeto, una imagen
conceptual del otro. Para el Nueve, el otro parece tener lo que l no
tiene: los otros conservan todas sus partes intactas y son
inherentemente dignos de amor y valiosos. En comparacin con los
dems, el Nueve se siente claramente inferior: no tan bueno, ni tan
completo, ni tan valioso. Esta sensacin puede haberse desarrollado
por tener un progenitor que al Nueve le pareciera especial y con algn
don, o simplemente alguien que ocup demasiado espacio fsico por
ser enormemente emotivo, mentalmente inestable o muy expansivo.
En relacin con ese progenitor, l se que-daba en el fondo, actuando
en ltimo trmino. Como ya dijimos en la Introduccin, es
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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importante recordar que sta no tiene por qu haber sido la


caracterstica principal de ese progenitor o ni siquiera una
caracterstica importante en l o ella; pero debido a la especial
sensibilidad del Nueve, sta sera la caracterstica que l detectara
y a la que respondera.
Otra posibilidad comn es haber tenido un hermano que
pareciera ms importante en la dinmica familiar, alguien que fuese
ms asertivo o tuviese cualidades especiales o problemas
especiales. En ocasiones, se debe a haber crecido entre mucha
gente: tener muchos hermanos o vivir en una casa con muchos
parientes, de manera que el Nueve acaba sintindose perdido en
todo aquel barullo. Puede haberle parecido que lo nico importante
era su papel o su funcin en la familia y, por tanto, cualquier cosa
estrictamente personal le parecera irrelevante o desdeable. De
cualquier manera que se originase la sensacin del yo, esta primera
relacin cre el molde para todas las experiencias posteriores del
yo y de los otros. En pocas palabras, respecto a los dems, un
Nueve se siente no slo inferior sino tambin insignificante.
A partir de aqu, un Nueve desarrolla una sensacin de
invisibilidad y una profunda resignacin respecto a no estar nunca
en el centro del escenario ni ser amado o valorado en la justa
medida -tanto por los dems como dentro de su propia conciencia-,
lo que conduce a una constante abnegacin. Da por sentado que no
obtendr amor y atencin, y que por tanto que no los merece, pues
ha perdido su sentido innato de la vala y mrito. Esta humillacin
resignada se manifiesta de muchas maneras: tiene grandes
dificultades para dirigir la atencin hacia s mismo, para ocupar su
propio espacio y el tiempo de los dems, para pedir que se le vea o
se le oiga, an ms para que se le ame, y tiende a evitar cualquier
cosa que pudiera hacerle destacar o llamar la atencin. Se funde
con el fondo, expresndose raramente si est en un grupo. Como la
realidad tiene una forma peculiar de adaptarse a nuestras creencias
sobre ella, incluso cuando se atreve a hablar, su convencimiento de
que no se le escuchar a menudo es confirmado, y se ve ignorado.
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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Es como si generase un campo a su alrededor que dijera: No me


prestis atencin, no soy importante. En consecuencia, a menudo
no se le ve y no se le tiene en cuenta; esto refleja y refuerza su
suposicin bsica sobre s mismo. Curiosamente, muchos Nueves
son fsicamente imponentes, mesomrficos en cuanto al tipo
corporal: grandes, redondos y robustos.
Cada eneatipo tiene una defensa para no experimentar su
principal estado deficiente, pues es increblemente doloroso y
parece ser el problema fundamental: la verdad ltima e inalterable
sobre uno mismo. Esta creencia de que algo bsico falta o es
errneo en nosotros, como todas las convicciones que dan forma a
nuestra personalidad, tampoco es slo una idea intelectual, sino una
experiencia sentida, y por ello parece ser verdad. Se siente tan
cierta que parece ridculo incluso sugerir que es simplemente una
suposicin. Como parece ser la realidad, la energa de la
personalidad se orienta a alejar la conciencia de este sentimiento
doloroso de deficiencia, y todas las defensas que uno utiliza
parecen necesarias y justificadas. Uno tiene la impresin de que si
experimenta esto slo conseguir confirmarlo, y cmo iba a
cuestionarse algo que parece indiscutiblemente cierto? Todas las
estrategias defensivas y los mecanismos de defensa de la
personalidad estn bsicamente dirigidos en contra de esta
experiencia deficiente del yo.
El Nueve se defiende de su sensacin fundamental de ser
deficiente e indigno de amor de una forma muy sencilla:
simplemente la aparta de la conciencia. Aturdir o ensordecer la
conciencia de lo interior y desplazar la con ciencia desde dentro
hacia fuera parecen ser las mejores maneras de mitigar el dolor
interior. Este adormecimiento psquico es el mecanismo de defensa
del Punto Nueve, que se conoce como narcotizacin.
Desafortunadamente, no podemos elegir a qu aspectos de la
experiencia interna queremos volvernos inconscientes y cules
queremos conservar; de modo que el resultado es que la mayor
parte, sino toda la vida interna del Nueve se desvanece en la
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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inconsciencia. La narcotizacin del yo puede manifestarse de forma


visible: los ojos de un Nueve puede parecer que carezcan de brillo,
muertos o velados. En el comportamiento se manifiesta en preferir
distracciones que aparten su conciencia de s mismo. Conozco una
Nueve que necesita tener todo el tiempo encendida la radio o el
televisor, incluso cuando se queda dormida por la noche, y siempre
que sale a dar un paseo va con un walkman. Evadirse con
crucigramas, juegos como el Trivial Pursuit, debates televisivos,
peridicos o novelas tontas son otras formas de distraccin que
podra usar un Nueve.
El resultado de esto es una experiencia interna caracterstica de
estar en un estado de confusin densamente brumoso, en cual nada
est claramente definido ni diferenciado y todo parece lbrego y
difuso. Todo est saturado de una falta de vitalidad y dinamismo,
as como de una sensacin de entumecimiento, aburrimiento, falta
de vida, letargo y pesadez. Naranjo describe a las mujeres Nueve
como las reinas de la cinaga, lo cual describe muy
acertadamente la sensacin de este paisaje interior: lnguido y
estancado. Tambin conlleva la tonalidad emocional que es la
pasin de este eneatipo: la indolencia, como podemos ver en el
Eneagrama de las Pasiones del Diagrama 2. La caracterstica de
este terreno interior empantanado es la indolencia, una cualidad de
la pereza y el estancamiento que ejerce para este tipo una especie
de atraccin gravitacional inexorable. Puede adoptar la forma de
aplazamiento de la accin y de letargo, con dificultades para
realizar el trabajo que se debe hacer, o bien de hacer cualquier cosa,
excepto lo que realmente necesita hacerse.
Parte de este estado neblinoso del terreno interior del Nueve se
debe a menudo a la incapacidad de saber en qu direccin moverse
o qu accin es preciso emprender. Es como andar dando tumbos
en la oscuridad, siguien do de forma vacilante la direccin de
menor resistencia, en vez de percibir claramente el curso adecuado
que debe seguirse. Una sensacin interior de caos y desorden, que
puede reflejarse exteriormente en desbarajuste y desorganizacin,
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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es la manifestacin ms superficial de este estado interno. Lo que a


vistas de los dems puede parecer postergar la accin, puede ser
una necesidad del Nueve de ordenar lo que percibe como el caos
que le envuelve y de procurar ms claridad a su entorno antes de
poder emprender las tareas pendientes, en un intento de hacer frente
a su caos interior. La gua y orientacin que slo podra
proporcionarle el contacto con el Ser no es posible; el conocimiento
interior del Nueve no puede llegar a la superficie de la conciencia,
o si llega, es ignorado.
La atmsfera indolente, que tambin podra describirse como
pereza y dejadez, tiene muchos niveles y matices, como vemos.
Puede expresarse en forma de descuidar lo que necesita atencin o
accin, o si existe la sensacin de que es preciso hacer algo, como
una falta de discriminacin o una dificultad para decidir qu
exactamente; una dificultad para valorar las prioridades y/o una
prdida de su propsito y del contacto consigo mismo al
concentrarse en los detalles de la tarea, o bien la sustitucin
inadvertida de una cosa por otra. Un Nueve que se enfrenta a la
fecha tope de terminacin de un proyecto, por ejemplo, puede
ponerse a limpiar la casa entera o bien a ordenar todos los archivos
con la idea de que necesita hacer esto primero para poder
concentrarse realmente en la tarea, y despus quedarse tan
absorbida por aquello que encuentra que puede llegar a olvidarse
totalmente del proyecto y no llegar a tiempo. Su dificultad para
establecer prioridades respecto a lo que necesita hacerse refleja su
problema caracterstico con la discriminacin y la organizacin;
tiene dificultades para discernir qu hay que hacer y en qu orden.
Si est claro lo que hay que hacer, la indolencia puede mostrarse
como una falta de energa que lleva a no hacerlo.
Exteriormente, en los Nueve, la indolencia suele manifestarse
como un descuido de la apariencia, la dieta y el ejercicio fsico (con
la tendencia resultante hacia el sobrepeso), as como en otras
formas de dejadez. Al no tener claridad sobre sus lmites fsicos y
psquicos, algunos Nueve se esfuerzan en exceso, sobre todo para
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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satisfacer las necesidades de los dems, hasta el punto de quedar


agotados. Otros no se esfuerzan lo ms mnimo, pues prefieren la
comodidad y la complacencia a tener que moverse. O tambin, el
Nueve puede concentrarse, o incluso obsesionarse, con un
determinado aspecto de su salud, como por ejemplo, los
suplementos de la dieta, mientras que al mismo tiempo elige de
forma negligente lo que come y se olvida de hacer ejercicio.
Pueden dedicar mucha atencin a un sntoma sin prestrsela a la
causa: preocuparse, por ejemplo, del dolor de un tobillo sin asociar
el problema a un exceso de peso o a unos zapatos no adecuados.
En el fondo, sin embargo, el tema principal de la indolencia del
Nueve no es la accin externa ni la negligencia fsica. Esto es algo
que interesa enormemente entender, pues explica la razn de que
algunos Nueve sean adictos al trabajo mientras que otros parecen
hacer muy poco con su tiempo. Lo que es ms relevante a nivel
personal es aquello que ms descuida el Nueve, y que consiste en
definitiva en su pereza a la hora de atender y cultivar el contacto
con lo que es ms real dentro de s: esta pereza consiste
fundamentalmente en permanecer inconsciente a su naturaleza
esencial.
Como ya se ha mencionado anteriormente, una caracterstica del
olvido del Nueve no slo se manifiesta como su ceguera ante su
profundidad -su Naturaleza Verdadera-, sino que tambin puede
manifestarse como un olvido ms superficial. Los Nueve tienden a
ser despistados. No recuerdan las cosas, se les va de la cabeza lo
que tienen que hacer y pierden el hilo de lo que estn haciendo al
distraerse fcilmente con cosas irrelevantes. Para el Nueve el
olvido es bsicamente un intento de abstraerse de su sensacin
interior de no merecer amor ni atencin y de no ser valioso; de
modo que, aunque puede parecer un problema, en definitiva es una
defensa contra lo que se siente como algo intolerable de
experimentar. El olvido exagera la sensacin de desorientacin, de
prdida dentro de su cinaga interior y, en consecuencia, tambin

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aumenta la sensacin de estar estancado o paralizado acerca de lo


cual el Nueve se siente tan impotente.
Este estancamiento, que puede experimentarse como tener los pies
dentro de cemento hmedo, o bien como estar dentro de arenas
movedizas, est conectado con la inercia caracterstica de los Nueve.
En fsica, la inercia se define como la tendencia de un cuerpo a
resistirse a la aceleracin; la tendencia de un cuerpo inmvil a
permanecer inmvil o la tendencia de un cuerpo en movimiento a
permanecer en movimiento en una lnea recta a menos que sea
alterado por una fuerza externa3. La inercia no es nicamente
dominio de los Nueve; es fundamental para el mantenimiento de la
personalidad, sea cual sea el tipo. Es la forma de conservar nuestros
patrones
condicionados
de
pensamiento,
sentimiento
y
comportamiento; la preservacin de los surcos que se encuentran
impresos en el alma por las experiencias de nuestro pasado distante.
Estos patrones forman el tejido de la personalidad, y la inercia que los
mantiene puede experimentarse como una pesadez cuando se toma
contacto con ella a travs de la experiencia, aplastndonos y
embotando nuestros sentidos.
En los Nueve, esta inercia suele aparecer como una gran dificultad
para iniciar la accin o para cambiar de direccin, una vez se est en
movimiento. Al igual que el elefante, el animal asociado al Punto
Nueve, estas personas son lentas para moverse y, cuando estn en
movimiento, les cuesta mucho detenerse. Dicho de otro modo, una vez
se ha establecido un curso de accin o se ha adquirido una rutina,
estos patrones no se alteran fcilmente y los Nueve se adhieren a ellos
de forma obstinada. Pueden ser enormemente testarudos,
mantenindose en sus trece y negndose a cambiar de opinin o de
comportamiento. Esto se-manifiesta patticamente en la manera en que
los Nueve se aferran a su sensacin profunda de ser inferiores y
deficientes: a menudo, ninguna evidencia de lo contrario parece capaz
de desplazar esta arraigada creencia.

82

The American Heritage Dictionary, Second College Edition, Boston: Houghton Miffin Co., 1985.

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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Su superego apoya esta sensacin de deficiencia. Como muchas


cosas en el mundo interior del Nueve, se trata a menudo de algo
amorfo y no de una voz crtica y juzgadora claramente diferenciada.
En un principio puede notarse como un tono depresivo y
despreciativo, como un intento asertivo, aunque pasivo, de
permanecer invisible y no ocupar mucho espacio. El superego se har
evidente en la vergenza que siente acerca de tener necesidades y
dificultades, como si no debieran existir, y por manifestar cualquier ira
o agresividad. Su superego exige, de una forma vaga y no demasiado
explcita, que se responsabilice de mantener el entorno feliz y seguro,
y le empuja a cuidar a los dems. En la infancia, poda sentirse
impulsado a simpatizar con el nuevo alumno de la clase o con aquel
enfermo al que los otros dejaban de lado. A menudo esto es una forma
de reducir el dolor de otro para no recordar su propia sensacin de no
ser amado ni merecer amor. Su superego le obliga a no molestar a
nadie, a mantenerse en una posicin moderada, de manera que incluso
como adolescente rebelde procuraba que todos se sintieran bien con
l.
Las transiciones son difciles y amenazantes, de manera que los
Nueve tienden a evitar cualquier cambio en las relaciones, el trabajo,
el rumbo de la vida, etc. La caracterstica comn a todos los tipos de
personalidad de aferrarse a lo conocido encuentra aqu un claro
ejemplo. Les gusta la estabilidad y conservar las cosas tal como estn,
se resisten a los cambios y a la innovacin. El mantenimiento del
Sistema -del orden sociopoltico imperante- es el dominio de los
Nueve. En general, tienden a ser conservadores y ortodoxos,
polticamente y en otros aspectos, atrincherados en las tradiciones,
vinculados a las costumbres y reticentes a los cambios. No quiere
decir esto que los Nueve no sean nunca revolucionarios, pero cuando
lo son, son muy doctrinarios, respaldando y siendo fieles a su nuevo
Sistema, convirtindose en la prctica en conservadores radicales.
A menudo, les resulta difcil discernir cules son los valores que
realmente apoyan, pues siguen la lnea del mnimo esfuerzo para
adaptarse a aquellos valores de su cultura o subcultura. Por eso, el
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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conformismo mecnico/consideracin aparece en el Punto Nueve del


Eneagrama de las Mentiras, donde se muestran las formas
caractersticas con que cada eneatipo renuncia a su propia verdad, y
que puede consultarse en el Apndice B. La mentira del Nueve se
encuentra en ser considerado con los dems pero no consigo mismo,
como ya se ha comentado, y en adaptarse de forma mecnica a las
corrientes imperantes. Debido a esta tendencia, la manera de ser de los
Nueve se asocia al comportamiento burocrtico y robtico o a
instituciones donde el movimiento se lleva a cabo con poca
implicacin de las personas. Para no llamar la atencin, los Nueve se
adaptan, aceptando el papel que se les asigna y siguiendo el programa
al pie de la letra.
Se convierten en parte de una rueda y silencian cualquier chirrido
desconectndose de la conciencia y ocupando su puesto sin rechistar.
Insensibles a su mundo interior y atrapados en el funcionamiento del
exterior sin cuestionarlo, la vida puede convertirse para un Nueve en
algo institucionalizado, mecnico y robtico. Esta cualidad se refleja
en el estereotipo del burcrata annimo y sin cara, enfrascado en las
normas y absorto en los pape-les, empeado en seguir el protocolo
incluso cuando no tiene ningn sentido; sin que llegue a hacerse nada
real o importante. El Servicio de Correos y el de Departamento de
Hacienda de EEUU suelen considerarse lugares donde se encuentran
personas de este tipo. A primera vista, esta tendencia robtica puede
parecer que se contradice con la pereza y la desorganizacin
mencionadas antes como caractersticas del Nueve. Pero en un
examen ms detallado, vemos que un Nueve puede tener un rea de su
vida en la que es exageradamente detallista y cumplidor al mximo,
mientras que el resto de su vida puede encontrarse en un estado de
abandono o simplemente ni existir. Cualquier cosa personal o
individual puede descuidarse o despreciarse como irrelevante. Las
versiones del comunismo encarnadas por la antigua Unin Sovitica y
por China (dos culturas asociadas con el Punto Nueve) son ejemplos
de esta rutinaria forma de vivir, en la cual los valores del individuo se
miden por cuan discretamente puede actuar dentro de la mquina
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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general del estado y cmo sus deseos y opiniones personales son


integrados en las necesidades de la colectividad.4
Mentalmente, la inercia de un Nueve se manifiesta siguiendo
obstinadamente aquello que le es familiar y conocido, y en una
tendencia a ser dogmtico y terco en sus opiniones. Una vez instalado
en el surco de una idea, su mente se vuelve cerrada y resistente a las
influencias. Su pereza mental se revela en una forma de pensar y
actuar rutinaria, considerando las cosas por su apariencia en vez de ser
sensibles a lo sutil. Tambin pierden la conciencia de la idea que hay
detrs de la accin, del procedimiento o de una poltica, y
simplemente funcionan de forma automtica.
Anclados en sus costumbres, obstinados e inflexibles, los Nueve
suelen ser percibidos por los dems como blandos, aburridos o poco
dinmicos, pero su otra cara es que tambin se les ve como muy
slidos y firmes: fiables, implacables, persistentes y coherentes. Los
Nueve, raramente volubles o explosivos, son ms estables que los
otros eneatipos, y da la impresin de que siempre puede contarse con
ellos, y de hecho as es. Ya que su equilibrio y responsabilidad es el
resultado de eliminarse a ellos mismos de las prioridades y de obtener
su sentido del valor a travs de la actividad externa, estas cualidades,
en el mejor de los casos, aportan a un Nueve beneficios y ventajas.
Estrechamente conectada con la inercia de los Nueve, est el eludir
la incomodidad. La comodidad es muy importante para ellos, e
invierten gran cantidad de su tiempo y energa para sentirse emocional
y fsicamente cmodos. Su mecanismo de defensa de narcotizacin,
comentado anteriormente, es un intento psicolgico de estar cmodos.
En su comportamiento tienden a acaparar cosas que hagan sus vidas
superficialmente ms agradables, devorando los catlogos de venta de
artilugios que podran hacer su vida ms fcil y placentera. Camas de
agua, piscinas de agua caliente, hoteles, controles remotos y jacuzzis
son ejemplos del tipo de cosas que encantan a los Nueve, ya que
reducen el esfuerzo fsico y por tanto la incomodidad. Los aparatos y
dispositivos que ofrecen comodidad forman parte de la bsqueda de
4

La cultura sovitica tiende ms hacia el ala Ocho del Nueve; y la China, hacia el ala Uno; pero en ambos casos la ideologa es de estilo Nueve, en sentido de
subordinar la individualidad al funcionamiento del estado.
85

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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distracciones caracterstica de ellos, al igual que su tpica aficin por


los entretenimientos, placeres, trivialidades y minucias. En definitiva,
todos los entretenimientos y artilugios son maneras de distraerse de su
doloroso sentido de deficiencia y de no merecer ser amados. ste es el
dolor que debe aliviarse y anestesiarse a base de diversiones y
comodidades.
Como en general no hacen nada que perturbe la armona e intentan
que los dems se sientan tan confortables como a ellos les gustara
estar, suele ser muy agradable estar en su compaa, aunque al final
pueden entrarte ganas de cuestionar algo o de emprender algo, y
preguntarte: aqu cuando pasa alguna cosa? Parecen pacficos,
tranquilos e inalterables. Son fiables, amistosos, cordiales y afables, y
la mayor parte del tiempo suelen ser agradable estar con ellos.
Mientras no descubras lo que est ocurriendo en realidad en su
interior, te sentirs cuidado y tranquilo en su presencia. Un ejemplo de
esto es Ed McMahon, que en el programa Tonight Show cumpla esta
funcin en contraposicin con el temperamento ms vivaz de su
colega Johnny Carson. Walter Cronkite fue durante dcadas una
presencia serena en los hogares americanos, informando en los
telenoticias de la noche de la CBS de los turbulentos acontecimientos
de los sesenta y los setenta. Hoy en da, tenemos a Rosie O'Donnell, la
actriz y presentadora de televisin apodada la reina de la simpata
en los programas de la tarde. Aunque puede parecer que estos dos
personajes se oponen a la imagen de los Nueve perezosos, es
importante recordar que la indolencia de un Nueve es algo mucho ms
profundo que la cuestin de si llegan o no a realizar alguna tarea
externa.
Lo ms incmodo para los Nueve es el conflicto, y por ello lo
evitan a toda costa, como vemos en el Eneagrama de las Evitaciones
que se encuentra en el Apndice B. Alterar el curso de las cosas podra
ser incmodo, y por ello es algo que se rehuye al mximo. En vez de
enfrentarse a los dems, apaciguan y calman. Tienen dificultades con
la confrontacin, especial-mente cuando se trata de reclamar que no
han sido vistos, considerados o escuchados, y a menudo tratarn de
86

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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disuadirse a s mismos de que se sienten ofendidos o simplemente


se distraern para no sentirse heridos en vez de arriesgarse a entrar
en disputa con otros por plantear problemas. En cuanto a esto,
puede recordarse el caso de Lady Bird Johnson, en contraste con su
voltil marido, LBJ, un Ocho. Edith Bunker, el personaje televisivo
de la serie All in the Family, desempeaba el mismo papel
apaciguador con su marido, el ofensivo e intolerante Archie,
tambin un Ocho.
Como para ellos es tan importante mantener la paz, son buenos
mediadores y pacificadores, hbiles para encontrar maneras de
suavizar las cosas, lo que puede llevar a solventar los conflictos.
Adems de la motivacin de mantener la armona, son buenos
mediadores porque pueden ver las cosas desde muchos ngulos y
son capaces de entender los puntos de vista de todos. Dwight D.
Eisenhower, comandante supremo de los ejrcitos aliados durante
la Segunda Guerra Mundial y presidente de los EEUU durante dos
mandatos, es un ejemplo de esta cualidad de los Nueve, como
puede verse en el siguiente fragmento de su biografa:
El rpido avance de Eisenhower, despus de una larga
carrera en el ejrcito pasada en una relativa oscuridad, se debi
no slo a su conocimiento de la estrategia militar y a su talento
para la organizacin, sino tambin a su capacidad para
persuadir, mediar y agradar. Hombres de diferentes orgenes y
nacionalidades, impresionados por su cordialidad, humildad y
persistente optimismo, le ofrecieron su afecto y confianza. 5
Se dice que los Nueve tienen la percepcin ms objetiva de
todos los tipos, capaces de dejar de lado cualquier prejuicio
personal y ver claramente lo que est sucediendo. De nuevo es una
sospechosa virtud, ya que est basada en su tendencia al
autoolvido: Para ellos, lo difcil es saber dnde estn y qu sienten,
ya que su tendencia es ser sensible al exterior y no al interior.
5

Eisenhower, Dwight D. Britannica. CD 99 Standard Edition Encyclopaedia Britannica, Inc.


87

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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Manteniendo sus percepciones vagas y confusas -especialmente las


que resultan crticas hacia los dems- garantizan que no ofendern a
nadie, pues suponen que si fuesen agudos y claros s lo haran.
Incluso aunque estn en contacto con lo que sienten y piensan,
raramente exponen sus sentimientos y pensamientos ante el riesgo
que representa. Psicodinmicamente, esta evitacin del conflicto
puede tener sus races en no querer molestar o enfrentarse a un
progenitor desatento por temor a perder el poco amor y atencin
que parecen recibir. La relajada y tranquila cultura polinesia es una
muestra de este aspecto del eneatipo Nueve de buscar la comodidad
y evitar el conflicto.
Como se ha comentado en la Introduccin, la estructura de la
personalidad y los patrones de comportamiento imitan una
determinada cualidad del Ser, o un estado de conciencia, que se
denomina su Aspecto idealizado. Esta imitacin puede considerarse
como un intento del alma de manifestarse en una encarnacin de la
Idea Santa perdida. Como el alma ha perdido el contacto con sus
races esenciales, esta encarnacin es por fuerza una falsificacin.
A travs de esta simulacin, el alma intenta alcanzar de nuevo la
Idea Santa, que en el caso del eneatipo Nueve, es la percepcin de
que el universo es inherente amoroso y que, al ser una
manifestacin suya, l es inherentemente digno de amor. La
cualidad del Ser que emula el eneatipo Nueve dentro del Enfoque
del Diamante se llama Vivo Amanecer. Se llama as porque eso es
lo que uno siente cuando est en contacto con esta presencia particular: la luz clida y vivificante del sol. Nos sentimos sostenidos
por una dulce y agradable presencia que es totalmente amorosa,
benefactora y bien dispuesta hacia nosotros. Sentimos que podemos
relajarnos y soltarnos, y que seremos sostenidos y apoyados por un
universo que est infundido de bondad y que es inherentemente
amable y favorecedor de la vida. sta es la presencia amable y
amorosa que impregna y mantiene toda la creacin, a la cual en
algunas tradiciones se llama Amor Csmico o Divino, y que en las
tradiciones testas es lo que significa el concepto de Dios.
88

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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La simulacin del Vivo Amanecer puede vislumbrarse en todos


los rasgos de la personalidad del eneatipo Nueve. En general, la
forma cognitiva, emocional y de comportamiento de este tipo es un
intento de ser una persona amorosa, que nutre y apoya; amable y
dulce de una forma que resulte discreta y modesta. Las
caractersticas habituales de este tipo, la estabilidad y la solidez, la
imparcialidad y la simpata, el nfasis en la comodidad y la
armona son simulaciones en el nivel de la personalidad de esta
dimensin de la realidad. Como el Vivo Amanecer es la experiencia
de Ser como la tierra sobre la que uno se apoya, la actitud del
Nueve en la vida de permanecer discretamente en las sombras es
una parte importante de esta emulacin.
La personalidad no slo intenta imitar el Aspecto idealizado,
sino que esta cualidad del Ser tambin es idealizada en el sentido
de que parece la solucin de las dificultades y deficiencias de uno.
Cada eneatipo, en consecuencia, puede verse como un intento de
tener el Aspecto idealizado y tambin como un intento de
convertirse en ese Aspecto. Se buscar ese estado particular de la
conciencia, bien directamente o bien a travs de manifestaciones que
parecen encarnarlo, ya sea en la forma de otra persona o en la forma
de un objeto. Por tanto, los Nueve no slo intentan parecer o
adoptar la forma de una reproduccin del Vivo Amanecer, sino que
tambin creen que si fueran amados y apoyados, y si fueran tratados
como una parte implcita del todo (sea lo que sea lo que ellos creen
que es eso), sus problemas se resolveran. Puede parecerles que el
amor y el apoyo, as como la sensacin de inclusin que buscan, se
encuentra en las relaciones sociales o ntimas, en tener una vida
cmoda y fcil, o en los placeres y diversiones.
La verdadera solucin, sin embargo, no se encontrar en estas
cosas, sino en atravesar la identificacin con el mundo de la
personalidad y volver a conectar con el mundo del Ser. Para un
Nueve, esto requerir cultivar la virtud asociada a este punto, la
accin, que encontramos en el Diagrama 1 dentro del eneagrama
situado en la zona del ncleo de la figura. Como se mencion en la
89

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Introduccin, la virtud no slo se manifiesta cuanto ms nos liberamos


de la identificacin con la personalidad, sino tambin es lo que se
necesita para que ocurra la desidentificacin. Ichazo define la virtud
de la accin de esta manera:
Es el movimiento esencial sin interferencias de la mente, que
surge naturalmente de la necesidad del cuerpo de funcionar en
armona con su entorno. La accin es la actitud normal de un ser
en sintona con su energa y con la energa del planeta. 6
La accin verdadera, por tanto, basada en una autntica armona y
en una sensibilidad tanto al exterior como al interior, necesita que un
Nueve haga un cambio radical en su enfoque. Ante todo, implica
hacerse consciente de lo que est ocurriendo en el interior. Significa
cambiar el foco y la orientacin de sus acciones e interacciones
desplazndolo al origen del que surge el funcionamiento: la
conciencia o el alma. Cuanto ms conscientes nos hacemos del estado
de nuestra alma, que es nuestra experiencia interior, y cuanto ms
investigamos en lo que la conforma, ms transparente se hace la
cscara de la personalidad. Al final se vuelve tan fina que podemos
experimentar los mundos del Ser a travs de ella. Esto es pasar del
sueo a la conciencia, y recordar las profundidades del interior que el
Nueve ha olvidado. Esto constituye la verdadera accin, la accin que
resulta esencial, en los dos sentidos de la palabra.
La accin, en el sentido que se utiliza aqu, es lo opuesto a la pasin
de la indolencia. De modo que en vez de embarcarse en actividades no
esenciales -hacer cosas que son distracciones o innecesarias- o no
hacer nada, la accin real es la capacidad de discriminar lo que
realmente se precisa hacer y hacerlo. Cuanto ms libre de la
identificacin con la personalidad sea un Nueve, ms capaz ser de
hacer lo que es realmente importante. Esto puede significar
simplemente prestar atencin a sus necesidades fsicas o emocionales,

90

sta y siguientes definiciones de las virtudes realizadas por Oscar Ichazo provienen de un documento indito del Instituto Arica.

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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o en un nivel ms profundo, hacer lo que haga falta para llevar el


inconsciente -que incluye el mundo esencial- a la conciencia.
El elefante, el animal asociado con este punto, como se mencion
anteriormente, es interesante a la hora de apreciar la conexin con la
virtud de la accin. En la iconografa del budismo, el Bodhisattva
Samantabhadra (en snscrito) o Fugen (en japons), que representa la
prctica espiritual como compasin, est sentado sobre el trono de un
elefante. Esto significa que la verdadera bondad hacia uno mismo se
encuentra en la estabilidad, la solidez, la paciencia y el poder interior como un elefante- para trabajar sobre uno mismo de una forma
comprometida y decidida.
Para un Nueve, este cambio de enfoque radical -desde el exterior
hacia el interior- es un paso enorme y es la clave de su desarrollo. Dar
este paso requiere cuestionarse algunas de sus creencias bsicas sobre
s mismo, sobre todo respecto a la idea de que l no merece
consideracin ni atencin. Para un Nueve, descuidarse de s mismo y
seguir el flujo imperante de los deseos, preferencias y acciones de la
gente es una reaccin automtica. A travs del trabajo personal, esta
tendencia de ausentarse de s y olvidarse de uno mismo surgir de
formas an ms sutiles, y ser necesario que se advierta repetidas
veces y uno se pregunte qu est haciendo.
Hacer este cambio interno -que en realidad es emprender una accin
para invertir la inercia de la personalidad de mantener la conciencia
apartada de la vida interior- requerir enfrentarse a su tendencia a
distraerse. Pueden producirse crisis interminables en su vida o
exigencias incesantes en el trabajo que parecern reclamarlo, de
manera que tenga que hacer juegos malabares con un montn de
asuntos y no pueda prestar atencin a s mismo. Har falta que est
dispuesto a dejar caer todos esos asuntos que mantiene como platos en
equilibrio dando vueltas sobre su cabeza, para que pueda darse a s
mismo prioridad en su conciencia. Deber darse cuenta de que culpar
a los otros y ala vida en general por sus dificultades e intentar obtener
satisfaccin de las cosas externas es una distraccin. Tendr que
enfrentarse a su tendencia a buscar la gratificacin y a buscar las
91

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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respuestas fuera de s, una tendencia que se representa como el


buscador en el Eneagrama de las Trampas, que encontramos en
el Apndice B. Las trampas son las formas caractersticas en que
cada tipo aparta su atencin de lo que realmente hay. Tendr que
mirar qu es lo que ocurre dentro, en vez de mantenerse centrado
en lo que ocurre fuera, por muy seductores que le parezcan todos
esos juegos malabares.
El vigilante superego quiere evitar que se produzca este cambio
de la atencin; por lo tanto, el Nueve deber defenderse de sus
ataques para poder conservar este espacio de atencin hacia el
interior. Su superego quiere protegerlo a toda costa de que entre en
conflicto con los dems, lo que parece un resultado inevitable si la
persona presta atencin a sus propios deseos, sentimientos e
impulsos interiores. Le reprender y le dir que sea bueno y no
cause problemas, que siga el flujo externo imperante, le prevendr
de que no se d demasiada importancia y le avisar que ocupar
demasiado espacio puede ser peligroso. Para defenderse de estos
ataques, su deseo de saber qu hay ms all de su cscara de
indolencia tendr que hacerse ms fuerte que su deseo de
comodidad. ste es un proceso recproco, pues cuanto ms entre en
contacto con su ser esencial, ms fuerza obtendr para proteger su
alma. Descubrir que el verdadero confort se encuentra en el Ser y
no en el olvido indolente de s mismo.
Al vencer su tendencia habitual a ignorarse y descuidarse, y al
defenderse de su superego, el Nueve se encontrar rpidamente con
su profunda sensacin de inutilidad, de no valer ni merecer amor. A
mayor profundidad encontrar una sensacin de que le falta algo
fundamental y de que es inadecuado; el estado de deficiencia del
ncleo de la personalidad. Tendr que desentraar, examinar e
inquirir por qu cree esto sobre s mismo y por qu esta creencia se
ha convertido en la base de su sentido del ser. A medida que se
permita sentir esta dolorossima sensacin de incapacidad e
inferioridad, los recuerdos conceptuales y preconceptuales que
dieron lugar y apoyaron estos sentimientos surgirn a la superficie
92

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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y necesitarn ser digeridos. Las relaciones objetales resultantes -su


sensacin interior de s mismo y de los dems- tendrn que verse en
el funcionamiento externo, y estas estructuras internas debern
llevarse a la conciencia.
De forma simultnea, asumir una accin real significar conectar
con su cuerpo y habitarlo totalmente. En vez de pasar por alto o
quitar valor a sus sensaciones internas, tendr que volverse sensible
a ellas y prestarles atencin. Al tomar un contacto profundo con su
cuerpo a travs de la experiencia, se presentarn todos los aos en
que estuvo descuidado y probablemente experimentar mucho
dolor. Cuanto ms habite su cuerpo y centre su atencin en l, ms
estar en contacto y al mismo tiempo apoyando la sensacin interna
de vala y de merecimiento inherentes. Adems, cuanta ms
atencin preste a su cuerpo, ms notar y escuchar sus emociones,
y ms clara y penetrante se volver su mente. Cada vez se sentir
ms vivo y ms como una parte de la vida. Al final, si contina
centrando su conciencia en su interior, lo que sienta proceder
totalmente de su alma.
Cuanto ms presente se vuelve, ms consciente se hace de su falta
de contacto con su naturaleza esencial, que puede sentir como un
gran agujero dentro de su alma. En cuanto se permita sentir este
agujero y experimentar curiosidad acerca de l, en vez de escaparse
mediante el sueo o las distracciones, descubrir que aquello que
haba sentido como un vaco deficiente cambia. A la que se abra
progresivamente a ello y explore como se siente realmente, la
negatividad y los sentimientos de carencia se transformarn. El
vaco se convertir en espaciosidad, y con el tiempo todas las cualidades del Ser surgirn poco a poco en su conciencia a medida que
prosiga en este descenso. Durante mucho tiempo, le parecer que el
Ser viene y va, hasta que se alcance una especie de masa crtica en
su alma, y su identidad cambiar de la personalidad al Ser. Sentir
a ste como el fundamento de su experiencia, y se dar cuenta de
que era l mismo y no el Ser quien que iba y vena, adquiriendo y
perdiendo la conciencia de lo que siempre estuvo all.
93

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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Al final, la cscara de su personalidad se har ms y ms


transparente al Ser, y cuando esto ocurra, descubrir que est
experimentando, encarnando y manifestando la cualidad del Ser
que haba intentado imitar, con el Vivo Amanecer. Su experiencia
interna cambiar poco a poco desde su sentido de deficiencia, falta
de amor, inutilidad e insignificancia a un sentimiento de estar
apoyado y cuidado por un universo benefactor, lleno de amor y
bondades, y de ser inseparable de l. Cuando esto ocurra, al fin
sabr totalmente que en verdad l es la manifestacin y la
encarnacin del amor Divino.

94

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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CAPITULO3
ENEATIPO SEIS
EGO-COBARDA
Los de este eneatipo se caracterizan por el miedo. Aunque el miedo
puede presentarse en cualquier eneatipo, en este caso es el factor
central que los caracteriza. Los Seis dudan de sus percepciones, se
cuestionan y vacilan una vez han decidido, son suspicaces, carecen de
seguridad y confianza, y la mayor parte de su energa la gastan en
enfrentar su ansiedad. Son los paranoicos del eneagrama,
convencidos, de forma consciente o inconsciente, de que los dems
van a atacarlos, a destruirlos, o bien que representan una amenaza.
Aunque la dinmica interna subyacente es la misma, existen dos tipos
de Seis: los que son abiertamente miedosos y los contrafbicos, que
intentan demostrar que no tienen miedo. Mientras que algunos Seis
pueden ser fbicos en algunas reas de su vida y contrafbicos en
otras, generalmente hay un estilo predominante que se manifiesta en
su forma de ser.
En los Seis fbicos, el miedo y la inseguridad son obvios. Tienden
a actuar con sigilo, a ser obsequiosos con las figuras de autoridad y
con los que consideran ms poderosos, les cuesta tomar decisiones y
ser decididos en sus acciones, piden a los dems que les aconsejen y
orienten y pueden ser ciegamente leales a una doctrina, causa o un
lder. Siempre hay un estilo vacilante en sus acciones -un pie delante y
otro detrs- y tambin en la forma en que hablan. Los Seis
contrafbicos, por el contrario, enmascaran su miedo intentando
comportarse como si lo tuvieran superado, o bien se demuestran a
ellos mismos y a los dems que en realidad no son inseguros. Asumen
riesgos y son temerarios, buscando situaciones que representen un
reto, y ponen a prueba su valor para demostrar su fuerza y confianza.
Los Seis han perdido el contacto con la visin concreta de la
realidad -la Idea Santa- que les aliviara de su miedo y de sus dudas.
95

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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Esta visin concreta de la realidad para la cual el eneatipo Seis es ms


sensible tiene dos nombres, debido a su doble significado. El
primero es la Fuerza Santa. La Fuerza Santa es la percepcin de
que la naturaleza de nuestra alma es la Esencia. Es el
reconocimiento de que no somos nuestro cuerpo o nuestros
pensamientos o nuestras emociones, sino una presencia o un Ser
que tiene muchas cualidades y dimensiones, en las que uno puede
adentrarse cada vez ms profundamente. Esta presencia puede
considerarse como el fundamento del alma, y por tanto le da fuerza
y al mismo tiempo es su fuerza.
Sin el reconocimiento de la Esencia como la naturaleza interior
de lo que somos como humanos, nos experimentamos como si nos
faltara la base, y nos sentimos dbiles y desvalidos. Nos
mantenemos identificados con nuestros cuerpos y nuestros
instintos, y nos sentimos esencialmente como animales sin pelo con
unos grandes cerebros como nica proteccin. El cuerpo est
sometido a las enfermedades y a la muerte, y si consideramos que
somos nuestro cuerpo, realmente nos encontramos en una situacin
muy precaria. Sin reconocer al Ser, nuestras vidas son efmeras y
fugaces, y carecemos del sentido de perdurabilidad. Cuanto ms
estemos en contacto con el Ser y lo percibamos desde la
perspectiva del Fuerza Santa, ms sabremos que nuestra naturaleza
es indestructible e imperecedera, inmune a las vicisitudes del
cuerpo. Aunque podemos experimentar el sufrimiento fsico, si
estamos enraizados en el reconocimiento de nuestras profundidades, incluso eso puede ser soportable. La percepcin de nuestra
naturaleza esencial nos puede dar la fortaleza para resistir lo que de
otro modo sera insoportable.
Cuanto ms percibimos nuestra naturaleza esencial, ms
sabemos que en definitiva somos la encarnacin y la expresin de
lo Divino. Aunque esto es verdad para todo lo que se manifiesta en
el mundo, slo los humanos tenemos la capacidad de reconocer
nuestra naturaleza profunda. Esto nos coloca en un lugar nico en

96

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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la creacin y es otro aspecto de nuestra fuerza y por tanto otro


matiz de lo que significa la Fuerza Santa.
El efecto que este reconocimiento tiene sobre nosotros es lo que
representa la segunda Idea Santa de este punto. El reconocimiento
de que nuestra naturaleza interior es Esencia nos da fe. El uso de la
palabra fe en este contexto necesita explicarse un poco si queremos
entender de verdad esta Idea Santa, pues el sentido que se le asigna
difiere del que solemos darle. Normalmente, fe significa que
creemos que algo es probablemente cierto aunque no lo hayamos
experimentado de forma directa y no tengamos una prueba real de
su existencia. Nuestra fe, por tanto, es intelectual o intuitiva ms
que experimental. Tambin utilizamos la palabra fe en el sentido de
ser creyentes, de ser fieles a Dios -lo que consideramos nuestro
deber- o a otra persona. En este caso, como Idea Santa, fe significa
que sabemos que nuestra naturaleza interna es la Esencia por
nuestro contacto directo con ella y por la integracin del alma a
travs de ese contacto. La fe no es el resultado de creer que esto es
verdad a travs de la experiencia de otro o de una doctrina religiosa
o espiritual.
El conocimiento experimental da lugar a una certeza
incuestionable de que la Esencia es nuestra naturaleza, tanto si nos
sentimos en contacto con estas profundidades como si no lo
estamos en un determinado momento. Simplemente sabemos, de
una manera que no puede negarse, -visceralmente, podramos decirque nuestra naturaleza interior es el Ser. En el momento en que
percibimos de forma incuestionable que somos Esencia, nuestras
almas han sufrido una transformacin radical. La manera en que
nos percibimos a nosotros mismos y al mundo es radicalmente
diferente de cmo era antes de este cambio de la conciencia. Ya no
somos creyentes ni buscadores sino que hemos llegados a
identificarnos con el Ser como lo que somos. sta es una forma
particular de concebir la iluminacin desde la perspectiva del Punto
Seis. La visin iluminada de la realidad sobre la que se centran la
Fuerza Santa y la Fe Santa es que la naturaleza de nuestras almas 97

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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lo que somos- es el Ser. Cuando nos experimentamos de forma


objetiva, sin los velos de la personalidad, sabemos que esto es
cierto.
Mucha gente se embarca en el trabajo espiritual y recorre con
dificultades durante mucho tiempo el Camino sin sentir que se haya
producido un cambio fundamental. Para que ocurra la verdadera
transformacin, lo que significa un cambio en el centro de gravedad
de nuestra alma desde la personalidad a la Esencia, necesitamos
saber que somos Esencia ms all de toda duda. Toda la fe que
tengamos en cualquier maestro espiritual o en cualquier enseanza
no es suficiente para cambiar de forma radical la sensacin de
quines somos, ni tampoco son suficientes todos nuestros
conceptos mentales sobre lo que parece la realidad objetiva para
cambiar nuestra orientacin. Nuestra alma se transforma slo a
travs de la experiencia directa.
Tampoco basta experimentar directamente a otro como Esencia
o ni siquiera a todo el universo como la encarnacin del Ser para
que se produzca un cambio fundamental en nuestro sentido de lo
que somos. Debemos experimentar directamente que nuestra propia
alma es Esencia para que podamos integrar de verdad la Fe Santa.
Como dice Almaas:
Aqu establecemos la distincin entre una experiencia de la
Esencia que no se percibe como t, que se siente como algo
extrao o algo impuesto sobre ti o inducido o transmitido por
otro, y la experiencia de la Esencia como tu propia realidad
interior. Hay una enorme diferencia. Muchas personas
experimentan su Esencia y creen que slo est experimentando a
su maestro espiritual o que han sido hipnotizadas, y esto implica
la falta de reconocimiento de la Esencia como su naturaleza. 1
Si est presente, este conocimiento directo de la Esencia nos
sirve como un fundamento slido para el alma. Si est ausente, que
1

98

Almaas, Facets of Unity. pg. 235

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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es la situacin que existe cuando los Seis estn identificados con la


personalidad, la carencia de este fundamento crea todo tipo de
inseguridades y miedos. Conjuntamente con la prdida de contacto
con la Esencia en la primera infancia, los Seis perdieron el
conocimiento de que sta existe como su naturaleza interior y que
es lo que les sustenta. Esta prdida de contacto y de conocimiento
de la Esencia puede parecer la misma cosa, pero no lo es: puedes
experimentarte a ti mismo como desconectado de la dimensin
profunda y sin embargo tener la certeza de que existe. Aunque en el
presente no tengas la experiencia de la Esencia, an recuerdas y
sabes que has tenido esta experiencia en el pasado. Sin esta Idea
Santa, el conocimiento ha desaparecido. Estas experiencias dan la
sensacin de que nunca hubieran ocurrido o como si te las hubieras
inventado. Te experimentas a ti mismo y al mundo como vacos de
Esencia y por tanto vacos de todo lo que hace que la humanidad
sea capaz de elevarse sobre el egocentrismo, y sobre las
preocupaciones acerca de la supervivencia, para convertirse en
seres amorosos, altruistas, generosos y nobles. La humanidad,
incluido t mismo, se experimenta sin estos impulsos y valores
superiores, y por tanto la ves funcionando por motivos puramente
instintivos y similares a los de los animales. Llevndolo al extremo,
el mundo parece una selva darwiniana, en la cual todos luchan
simplemente por sobrevivir, y en la cual el ms fuerte triunfa sobre
el ms dbil y lo destruye. El amor y la ayuda son efmeros, y la
vida es bsicamente una cuestin de supervivencia.
Esto, por tanto, es una interpretacin de la inevitable falta de un
apoyo total en la infancia debida a nuestra sensibilidad hacia las
Ideas Santa de Fuerza Santa y Fe Santa. El alma de un Seis parece
cubierta y congelada en una alarma reactiva ante sus primeras
necesidades fsicas no satisfechas, ante el abuso o ante un ambiente
de peligro fsico. Este estado de aprensiva prevencin, en
anticipacin al siguiente trauma, para el cual el Seis no se siente en
absoluto preparado, impregna todo. El entorno se percibe como
algo en lo que no se puede confiar o bien como algo imprevisible, y
99

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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los padres del pequeo Seis son vistos a travs de esta lente
inestable. El Seis puede haber tenido un padre alcohlico cuyo
comportamiento pareca cambiar aparentemente sin razn alguna; o
un progenitor sometido a imprevisibles accesos de ira,
desencadenados a menudo por algo insignificante. Uno de los dos
padres puede haber presentado exageradas fluctuaciones del estado
de nimo o quiz haber mostrado grandes variaciones en la forma
en que le proporcionaba cuidados al nio. El progenitor que haya
desempeado el papel ms importante en el cuidado quiz se senta
inseguro sobre cmo sostener el cuerpo del pequeo o cmo
satisfacer sus necesidades, o simplemente puede haber tenido una
personalidad tmida. Uno de los padres puede haberse comportado
como una severa figura autoritaria, exigiendo absoluta obediencia e
intimidando permanentemente al pequeo Seis. No importa cual
haya sido la realidad de los padres, stos fueron los factores que
destacaban y que quedaron impresos debido a la sensibilidad del
Seis hacia la Santa Fe y la Santa Fuerza. La interpretacin
realizada por la conciencia del nio que se estaba desarrollando fue
que uno o ambos progenitores, o bien el ambiente en general, no
podan satisfacer de forma constante sus necesidades, lo cual es
sentido por un nio pequeo, totalmente dependiente, como una
amenaza para la vida. El alma, entonces, se queda fijada alrededor
de la ansiedad por la supervivencia y del miedo a la muerte fsica.
La incapacidad e imposibilidad de satisfacer sus necesidades, junto
con la percepcin de los dems como no fiables, queda impresa y
forma el ncleo de la sensacin del yo de este eneatipo.
Esta realidad percibida, que se solidifica en los primeros aos de
la infancia, conforma el alma de un Seis y crece transformndose
en una visin del mundo que Almaas describe como cnica. Sin la
Santa Fe, existe de hecho un tipo de fe, pero es la conviccin de
que el universo est bsicamente desprovisto de amor y de la
capacidad de proporcionar sustento, y que los seres humanos son en
definitiva egostas y vanidosos, y les importan muy poco las
consecuencias que sus acciones puedan tener sobre los dems. Es
100

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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un mundo donde slo gana el ms fuerte, y tanto si el Seis se crece


intentando demostrar que l es uno de los fuertes de la lucha, como
si se considera abiertamente como uno de los dbiles, ste es el
aspecto que la realidad tiene para l. A pesar de sus fluctuaciones
entre la esperanza y la duda, este cinismo -la creencia de que la
conducta humana es inherentemente egosta y basada en el inters
personal-, de forma consciente o inconsciente, llega a asentarse
firmemente en su alma. En un mundo semejante, poco puede uno
confiar en la naturaleza humana, exceptuando la confianza que
puedan darte los dems siempre que satisfagas sus deseos.
Sin la percepcin de un fundamento propio -la Esencia- tampoco
puede confiarse en la propia naturaleza, y de este modo, el Seis no
encuentra nada en que apoyarse e inevitablemente se siente incapaz
en la lucha de la vida.
Contando slo con su ingenio como arma de supervivencia en un
mundo amenazante y sin percibir, y mucho menos contactar, en su
interior nada que pueda proporcionarle un sustento real, esta
sensacin interna de insuficiencia es el nico resultado posible. La
sensacin de no tener lo que se necesita en la escaramuza por la
vida -el desamparo ante otros que son imprevisibles e indignos de
confianza- es el estado deficiente del Seis, y como se ha comentado
antes, forma el ncleo de la sensacin del yo. Uno se siente, ya sea
consciente o inconscientemente, como alguien en peligro de no
sobrevivir: el ms pequeo de la camada, el dbil, el que no est
bien preparado, el indefenso, el inepto, el enfermizo, el enclenque.
Los dems parecen ms fuertes, poderosos, resistentes, inteligentes,
ingeniosos, habilidosos, capaces y definitivamente ms seguros de
ellos mismos.
Esta percepcin cnica del mundo y la sensacin de inadecuacin
del yo en relacin con l forman la actitud fijada -la fijacin- del
eneatipo Seis, representada como Cobarda en el Diagrama 2. A
partir de esto, como veremos, surgen todos los patrones cognitivos,
emocionales y de comportamiento caractersticos de este tipo.

101

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Si nos centramos en lo que hemos visto acerca de cmo la


orientacin del Seis hacia la realidad se construye alrededor de la
alarma reactiva y de la ansiedad por la supervivencia, podemos ver
qu es lo que se vuelve preponderante en el nivel del instinto fsico
puro, en la parte animal del alma humana. Este nivel, que forma el
fundamento de la personalidad en todos los eneatipos, como vimos
en el captulo 1, es la preocupacin concreta de los Seis. Al
centrarse en esto, se oscurece lo que se encuentra detrs de ello -si
se concibe la conciencia de forma topogrfica-, que es el dominio
del Ser. A partir de esta base de instintos animales surge no slo la
orientacin vanidosa y egosta que el Seis percibe en los dems
como amenazante, sino tambin el impulso del Seis por sobrevivir a
esta amenaza. El nivel instintivo, en consecuencia, se convierte
tanto en el enemigo como en el salvador, y dentro de esta
contradiccin yace el ncleo del conflicto y la incertidumbre que
forman la base del paisaje del Seis.
Es un crculo vicioso: los sentimientos internos, los impulsos y
las percepciones que podran ser constructivos, y proporcionar un
sustento, son cuestionados e invalidados, ya que podran surgir de
la parte peligrosa del interior: lo instintivo y lo animal. Por tanto, la
sombra de la duda bloquea todo impulso, haciendo de ello algo que
cuestionar, en vez de algo sobre lo que basar la accin. Mientras
que los Seis a menudo actan de forma impulsiva y reactiva, a
causa del miedo, cualquier contenido espontneo del interior es
sometido a la sospecha, desechado por la mente y privado de vida.
El resultado de todo este comportamiento -que en el fondo
persigue la autoproteccin- es que irnicamente el Seis queda
desconectado de la base que puede sustentarle. Es una forma de
autocastracin, que psicolgicamente significa volverse impotente
o privarse de la vitalidad. Esta autocastracin psicolgica, que se
manifiesta en todos los rasgos autodespreciativos de la
personalidad, tambin sabotea el contacto del Seis con la dimensin
espiritual. La invalidacin de la experiencia interna y la inhibicin
del impulso socava la capacidad del Seis de dar credibilidad a su
102

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

propio proceso, que es la nica manera en que puede profundizar y


finalmente reconectar con la dimensin espiritual subyacente.
Vemos que esta autoinhibicin aparece en el Punto Seis del
Eneagrama de las Acciones contra uno mismo, en el Diagrama 11,
y refleja de qu manera al cortar los impulsos sabotea el desarrollo
de su alma.
Este debilitamiento interno del Ser es la base del complejo de
castracin, definido por Freud, que se encuentra tpicamente en este
tipo: el temor generalmente inconsciente al dao fsico o a la
prdida de poder en manos de una figura autoritaria. Segn la
interpretacin psicolgica, si la ansiedad de la castracin es
extrema, se manifestar como una sobreestimacin narcisista del
pene en ambos sexos. La parte del cuerpo asociada con el Punto
Seis es, naturalmente, los genitales, y a menudo se tiene la
sensacin de que los Seis alternan entre defender y mostrar sus
genitales a travs de sus acciones. Aqu vemos un desplazamiento
fsico obvio de la sensibilidad psquica.
Aunque es un fenmeno universal, lo que el Enfoque del
Diamante define como el hueco genital es particularmente
importante aqu y puede decirse que es una especialidad del Punto
Seis. El hueco o agujero genital es la sensacin de una ausencia en
donde sabemos que deberan estar los genitales. Es una de las
primeras formas en que las personas suelen experimentar, en un
nivel fsico, su falta de contacto con la Esencia. Quedarse en la sensacin de hueco nos conducir a una experiencia de amplitud, como si
uno estuviera en el espacio intergalctico. Este espacio es la base a
partir de la cual surgen todos los Aspectos de la Esencia. Esta
comprensin proporciona otro nivel de significado a la castracin, ya
que sin el contacto con la dimensin espiritual, nos experimentamos
realmente como si no tuviramos genitales.2
Sin percibir el fundamento del Ser y rechazando al mismo tiempo
el primitivo mundo instintivo, a pesar de estar enraizado en l, el
mundo se percibe como un lugar incierto que carece de un verdadero
2

Para ms informacin sobre el hueco genital, ver Almaas, The Void-A Psychodynamic Investigation of the Relationship between Mind and Space (Berkeley:
Diamond Book, 1987).
103

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

fundamento. Las cosas son inherentemente inestables o inseguras.


Bajo la lente del cinismo, no es posible confiar en los dems ni contar
con ellos. Aunque exteriormente pueden perecer amables, amorosos y
dispuestos a darnos su apoyo, los Seis esperan suspicazmente que les
caiga otra y se descubra el verdadero estado de las cosas. La
incertidumbre ms insidiosa, sin embargo, es interna. Como dentro no
hay mucho en lo que confiar, un Seis vive -en mayor o menor grado,
segn su nivel de fijacin- no solamente en un estado de
incertidumbre, sino tambin con la dificultad de tener seguridad acerca de cualquier cosa. Esto incluye lo que siente, quiere, experimenta o
piensa. La duda lo impregna todo, manifestndose en vacilacin,
indecisin, titubeo, indefinicin, irresolucin, dilema o escepticismo.
Como no estn seguros acerca de dnde se encuentran ni de lo que
sienten, la toma de decisiones puede convertirse en algo obsesivo y
causar una gran tensin ante el miedo de realizar la eleccin
incorrecta. Titubean -a veces expresndolo en tartamudeos- y se
bloquean, de manera que resulta difcil que la accin fluya sin el
impedimento de esta autoduda. Inevitablemente, resulta muy difcil
para los Seis realizar acciones de manera decisiva e inequvoca.
Cuando llegan a una conclusin y actan de acuerdo con ella, vuelven
a cuestionar su decisin y a preocuparse de haber elegido mal y
precipitadamente. Su movimiento -ya sea fsica o slo
metafricamente- es por tanto espasmdico, como el animal asociado
a este punto, el conejo.
El permanente estado afectivo interno, la pasin del eneatipo Seis, es
el miedo, como vemos en el Eneagrama de las Pasiones en el
Diagrama 2. En el lenguaje psicolgico, el miedo se define como una
respuesta consciente a un peligro externo real, mientras que la
ansiedad se define como una respuesta a un peligro cuyo origen es
interno o inconsciente. Para la mayora de los Seis, los dos estados
parecen sinnimos, ya que las amenazas internas se experimentan
como externas, a travs del mecanismo de defensa de la proyeccin,
que comentaremos brevemente. El miedo y la ansiedad, que el Seis
experimenta como un ambiente emocional permanente, son antici104

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

pados por aquello que podra ocurrir interna o externamente. De


hecho, los Seis raramente tienen miedo en las situaciones reales que
les asustan, y por tanto su miedo se basa claramente en la
imaginacin.
De nuevo Freud resulta interesante en este caso para comprender la
naturaleza de la ansiedad de este eneatipo. El hecho de que muchas de
las teoras de Freud sean tan aplicables a la psicologa de los Seis
puede deber se a que l mismo fuese uno de ellos.3 La ltima teora de
Freud sobre la ansiedad diferenciaba dos tipos: el primero, que llam
ansiedad automtica, surge de lo que l llamaba situaciones
traumticas, en las cuales la psique es inundada por una estimulacin
excesiva que no puede abordar y que experimenta como abrumadora.
Este tipo de ansiedad surge principalmente en la primera infancia,
antes de que la estructura del ego haya empezado a cristalizar. En la
siguiente cita, Charles Brenner, psicoanalista y ex-director de la
American Psychoanalytic Association, nos explica, parafraseando a
Freud, este tipo de ansiedad:
Un nio pequeo depende de su madre, no slo para
satisfacer la mayora de sus necesidades ms bsicas, sino
tambin para las gratificaciones instintivas, que al menos en los
tres primeros meses de vida los nios experimentan
principalmente en relacin con las satisfacciones corporales. As,
por ejemplo, cuando un nio es amamantado, no slo se sacia su
hambre. Tambin experimenta de forma simultnea el placer
instintivo asociado con la estimulacin oral, as como el placer
de ser sostenido en brazos, arropado y tratado con cario. Hasta
una cierta edad, un nio no puede lograr estos placeres, es decir,
estas gratificaciones instintivas, por s mismo. Necesita que su
madre lo haga. Si cuando la madre est ausente el nio
experimenta una necesidad instintiva que slo puede satisfacer
ella, se desarrolla una situacin traumtica para el nio en el
3

Existe una disputa respecto a si era un Cinco o un Seis. Como la atencin de un Cinco se centra en el conocimiento, la inteligencia penetrante con la que Freud
ampli nuestra comprensin del funcionamiento de la psique apoya la hiptesis de que fuese un Cinco, aunque el contenido de sus descubrimientos habla de temas
que se relacionan directamente con el Seis, como por ejemplo, su atencin en los impulsos instintivos, el complejo de Edipo y su comprensin de la ansiedad.
105

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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sentido que Freud usa esta palabra. El ego del nio no est
suficientemente desarrollado para posponer la gratificacin,
conteniendo los deseos impulsivos a la espera de que puedan
satisfacerse y, por el contrario, la psique del nio se ve
abrumada por la afluencia de un estmulo. Como no puede
manejar ni liberarse adecuadamente de este estmulo, desarrolla
ansiedad.4
El segundo tipo de ansiedad, ms aplicable a los adultos, es la
ansiedad de alarma, que tratamos brevemente en el captulo 1 al
comentar el Punto Seis. En este caso, la ansiedad surge anticipndose
a una situacin traum tica ms que como resultado de ella e inicia la
movilizacin de las funciones defensivas de la personalidad para que
la situacin no llegue a ser traumtica. El peligro externo objetivo
desencadenar esta ansiedad anticipada y provocar que llevemos a
cabo acciones defensivas, mientras que las situaciones de los
conflictos psquicos que se experimenten como peligrosas provocarn
maniobras defensivas del ego para evitar el impulso o la sensacin que
amenaza con presentarse en la conciencia. Usando el ejemplo anterior,
la ansiedad de alarma surgira en una etapa posterior, cuando el nio
teme que la madre pueda abandonarle, porque asociara su marcha con
un posible trauma como el descrito anteriormente.
Freud tambin defini una serie de situaciones peligrosas para la
estructura del ego en el desarrollo del nio, todas ellas relativas a
determinadas fases de este desarrollo, y todas, como veremos,
especialmente aplicables a la psicologa del Seis. La primera situacin
peligrosa es la prdida de la figura materna que proporciona cuidados
al nio y es objeto de su amor. Ms tarde, el peligro se convierte en el
temor de perder su amor, seguido despus del temor a la castracin.
Por ltimo, el miedo en el perodo de latencia -entre los seis y los doce
aos de edad- es el del castigo a cargo de una figura paterna
internalizada, el superego. La ansiedad asociada con cada uno de estos
peligros en las fases especficas puede persistir, y de hecho lo hace, en
4

Charles Brenner, M.D., An Elementary Textbook of Psychonalysis (New York: Anchor Book, 1974), pg. 72.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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las fases posteriores. Esto incluye la edad adulta, en la cual los miedos
y preocupaciones aparentemente adultos son una falsificacin de estas
ansiedades primitivas enterradas profundamente en el inconsciente.
Para los Seis, cualquiera de estas situaciones peligrosas parece actual,
aunque slo en el inconsciente. La cualidad del miedo y de la ansiedad
en un Seis puede variar desde un estado progresivo de agitacin
interna y preocupacin al puro terror, segn el grado de neurosis, pero
sea cual el alcance de esta identificacin con la personalidad, el miedo
estar siempre presente.
La pasin del miedo est irresolublemente ligada al mecanismo de
defensa de la proyeccin del Seis mencionado antes. Se define como
un proceso mental a travs del cual un impulso o una idea
personalmente inaceptable es atribuido al mundo externo. Como
consecuencia de este proceso defensivo, los intereses y deseos
personales son percibidos como si pertenecieran a los otros. O una
experiencia mental propia puede ser tomada errneamente por la
realidad unnimemente aceptada5. Debido a esta defensa, con
frecuencia es difcil que un Seis discierna entre lo que est pasando
objetivamente a los dems y lo que su propia conciencia est experimentando que le sucede a los dems.
Muy a menudo, los sentimientos e impulsos hostiles y agresivos
son proyectados por el Seis, y a su vez alimentan su miedo de un
mundo malvolo. La crtica, los juicios y el rechazo, aunque menos
agresivos abierta mente, son unas de las proyecciones destructivas
preferidas por los Seis. El razonamiento inconsciente del alma para
proyectar la agresividad es que en una etapa temprana fue
experimentada como amenazante, y por tanto, tenerla dentro de uno
significa tener dentro algo peligroso. Por consiguiente, la manera en
que el Seis se deshace de esta amenaza interna es rechazarla a travs
de una proyeccin. Adems, experimentarse a s mismo como
agresivo significara cuestionar la identidad nucleica del Seis como ser
dbil y temeroso; y aunque esta sensacin del yo es dolorosa, no
obstante es familiar, y por tanto, irnicamente, un territorio seguro.
5

Burness E. Moore, M.D. and Bernard D. Fine, M.D., Psychoanalytic Terms and Concepts (New Haven and London: The American Psychoanalytic Association and
Yale University Press, 1990), pg. 149.
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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Los sentimientos de amor y atraccin sexual no permitidos, tales


como la homosexualidad o la atraccin por alguien comprometido,
inalcanzable o que no muestre inters, a menudo sufren una
transformacin a travs del proceso de proyeccin. As, el objeto de
amor parece odioso y cruel, da la sensacin de que atormenta y
desprecia al Seis, y este se siente entonces conscientemente odiado y
siente miedo del objeto deseado de forma inconsciente, defendindose
as con xito de sus intolerables deseos. Otra variante tpica de este
mecanismo en los Seis es el sometimiento al poder y a la autoridad de
otra persona idealizada, para la cual el Seis es totalmente leal y
devoto, y que entonces puede percibirse como alguien malvolo,
hostigador y castrador. Exploraremos este tipo de proyeccin ms
detalladamente cuando nos centremos en la relacin del Seis con la
autoridad, un tema especialmente complicado para este eneatipo.
La defensa de la proyeccin, por tanto, protege al Seis de
sentimientos, pensamientos e impulsos interiores inaceptables que
amenazan con volverse conscientes, as como de la ansiedad que
acompaara su emergencia en la conciencia. Esta ansiedad se
transforma en miedo a travs de la proyeccin, un miedo hacia otra
persona o hacia el mundo en general. Los impulsos inaceptables del
ello (lo verdaderamente inconsciente) -los instintos y otros impulsos
inconscientes- son experimentados fuera de s mismo, lo cual apoya y
refuerza la distorsin cognitiva fundamental del Seis que pro- dujo la
prdida de contacto con la Idea Santa: que el mundo es un lugar
peligroso lleno de animales egostas mal disfrazados. La proyeccin,
por tanto, es bsica para conformar la experiencia de los otros y del
mundo del Seis. La sensacin interna de no tener un terreno slido y
estable sobre el que apoyarse, que tiene su origen en la prdida de la
Fuerza Santa y la Fe Santa, conduce, como hemos visto, a una
arraigada sensacin interna de incertidumbre e inseguridad. A travs
de la proyeccin, esto se desplaza a los dems y al mundo en general,
que entonces se ven como indignos de confianza. El mundo para un
Seis es aterrador y precario, tanto a causa de sus proyecciones como

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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por las impresiones de su temprana infancia. Es imposible determinar


dnde empiezan unas y terminan las otras.
A su vez, las proyecciones nos conducen al tema de la paranoia,
muy importante en la psicologa de este eneatipo. La paranoia, segn
la define el diccionario Webster, es una tendencia por parte de un
individuo o de un grupo hacia una suspicacia o una desconfianza hacia
los dems excesivas e irracionales basadas no en una realidad objetiva
sino en una necesidad de defender el ego frente a los impulsos
inconscientes, que utiliza la proyeccin como mecanismo de defensa y
que a menudo crea una megalomana compensatoria6. En su extremo,
la paranoia es una forma de psicosis en la que crees que alguien en
particular, un grupo o el mundo entero, te persigue, te ha escogido
para hacerte dao, te ha calumniado o incluso intenta envenenarte.
Aunque los neurticos Seis normales pueden a veces tener esos sentimientos, es ms apropiado hablar de una actitud paranoide cuando se
describe a los Seis que no estn en el extremo disfuncional de la
escala de la salud mental. Esta actitud paranoide consiste en una
hipervigilancia y una hipersensibilidad ante nimiedades y ataques, en
suspicacia y en una sensacin general de desconfianza. Almaas se
refiere a la cualidad paranoide de los Seis como suspicacia
defensiva.
La actitud paranoide del Seis no slo le conduce a sentirse como una
vctima, perseguido e intimidado, sino que tambin le lleva a tratar a
los dems de esta forma para utilizarlos como chivos expiatorios. Los
Seis pueden ver a personas o a grupos de personas como fuentes de
sus problemas, en particular de su sensacin de debilidad e
impotencia. Esto es claro en las dos culturas asociadas con el Punto
Seis, Alemania y Sudfrica. El surgimiento del nazismo en Alemania
puede considerarse como la respuesta de un pas debilitado y
derrotado tras las consecuencias de la Primera Guerra Mundial, que se
expres privando del poder e intentando destruir a aquelos que
parecan ms prsperos y poderosos, simbolizados por la inteligencia
juda. En Sudfrica, la minora blanca consigui su fuerza al relegar
6

Webster's Third New International Dictionary, s.v. paranoia.


109

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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oficialmente a los negros y a los mestizos a un estatus inferior, en el


que tericamente eran iguales a pesar de estar separados, pero que en
la realidad no tenan ningn poder poltico en su propio pas.
Implcita en la paranoia, existe una actitud de duda, que en s misma
es el efecto del miedo de la mente. Cuando domina la paranoia, el Seis
se cuestiona todo bajo la lente de la duda. Este cuestionar no
constituye un exa men abierto, una verdadera indecisin, ni un sopesar
cuidadosamente los hechos de una situacin, sino una visin parcial.
Existe un escepticismo, una predisposicin a la incredulidad, a la
sospecha. Este prejuicio, desde luego, se basa en el punto de vista
cnico de que el mundo es un lugar peligroso lleno de personas
egostas que tan pronto te apoyarn como te abandonarn, y de que
ste es el aspecto fundamental de la realidad. David Shapiro, en su
descripcin del tipo paranoide, que define bien el extremo del
eneatipo Seis, describe este pensamiento suspicaz sosegado:
Una persona suspicaz es alguien que tiene una idea
preconcebida. Mira al mundo con una expectativa fija y
preocupada, lo sondea repetidas veces, slo para confirmar sus
temores. No se le podr persuadir de que abandone su sospecha o
su plan de accin basado en ella. Por el contrario, no prestar
ninguna atencin a los argumentos racionales excepto para
encontrar en ellos algn aspecto o caracterstica que realmente
confirme su visin original. Cualquiera que intente influir o
persuadir en una persona suspicaz no slo fracasar, sino que
tambin, a menos que sea suficientemente sensible como para
abandonar sus esfuerzos a tiempo, se convertir en objeto de la
idea suspicaz original.7
Como apunta Shapiro, las personas paranoides sondean implacablemente toda la informacin disponible para confirmar lo que
sospechan, afirmando, e incluso creyendo, que simplemente intentan
llegar a la verdad de la situacin. Son muy observadores, pero con la
7

David Shapiro, Neurotic Styles (New York: Basic Books, Inc. 1965), pg. 56.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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idea subyacente de encontrar una pista que confirme sus sospechas.


Lo que observan, por lo tanto, es interpretado errneamente para que
encaje en la imagen que ya tienen acerca de cmo son las cosas. Por
ejemplo, un Seis que est convencido de que no le gustas, a pesar de
que le asegures lo contrario, estar hiperalerta a cualquier accin de tu
parte que pueda interpretarse como un rechazo e indudablemente,
con el tiempo, encontrar una confirmacin a sus temores. Por
debajo de este estado de alerta extrema, est su deseo de sentirse
seguro para poder relajarse y abandonar su vigilancia aunque sea
momentneamente.
Aunque las dinmicas internas son las mismas, como se
mencion al comienzo de este captulo, existen dos estilos de
comportamiento de los Seis muy diferentes. Un Seis puede
manifestar estos dos estilos de comporta miento en ciertos
momentos y en determinadas situaciones de la vida, movindose
hacia detrs y hacia adelante entre ambos. Sin embargo, uno de los
dos estilos suele ser dominante en su personalidad. El primero es el
tipo fbico: un Seis que siente su miedo de forma aguda y se queda
paralizado por l, como un ciervo sorprendido por los focos de un
coche. Este Seis es tmido, indeciso, vacilante, sumiso, inseguro y
trata constantemente de mantenerse a salvo y lejos del peligro.
Diane Keaton, probablemente un Seis, a menudo representa papeles
que ilustran esta cara insegura e indecisa del Seis, mientras que su
amigo Woody Allen transforma en comedia, en sus pelculas, el
aspecto neurtico y paranoide de este tipo. Los Seis fbicos
parecen y actan asustados, sus almas estn congeladas por el
miedo.
El segundo tipo es el contrafbico: un Seis que intenta actuar
como si no tuviese miedo. Este tipo de Seis busca activamente
situaciones arriesgadas para demostrar que no est asustado o que
no es dbil. Es la persona teme raria que camina por una cuerda
floja situada entre dos rascacielos o que coloca su cabeza en la boca
de un len, que escala un pico imposible o persigue a un criminal
violento, envanecindose y tomando decisiones en un abrir y cerrar
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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de ojos que pueden implicar especular con grandes sumas de


dinero, volar en un avin experimental en una peligrosa misin de
guerra o saltar esquiando sobre un precipicio. Sylvester Stallone y
Arnold Schwarzenegger ejemplifican en sus pelculas la versin
culturista del Seis contrafbico, mientras que Harrison Ford,
Willem Dafoe y Clint Eastwood a menudo encarnan a los
aventureros y hroes que se enfrentan y escapan a duras penas de
apuradas y peligrosas situaciones. Linda Hamilton, en sus papeles
de Terminator, es la versin femenina. Los Seis contrafbicos
pueden ser megalomanacos, obsesionados con parecer hericos,
magnficos y omnipotentes: los Napoleones y los Hitlers del
mundo. A pesar de todos los intentos de un Seis contrafbico de
demostrar que no tiene miedo -o quizs a causa de ello- su obsesin
con el miedo destaca como su impulso motivador. El superego de
estas variedades de Seis tiene una caracterstica ligera mente
diferente. En ambos casos es autoritario -imperioso y desptico- y
exige una total conformidad. Refuerza el sentimiento bsico sobre
s mismo de ser deficiente y de no tener en absoluto lo que hace
falta en el juego de la vida. En los Seis fbicos, el dominante y
tirano crtico interior le reprende por ser tan miedoso, tan dbil y
por no tener determinacin. En los Seis contrafbicos, su superego
se proyecta en los dems, a quienes experimenta como juzgadores y
crticos, destructivos y amenazantes. Su superego le exige que sea
duro y fuerte y, como al Seis fbico, lo castiga por su miedo. La
relacin del Seis con su superego, como veremos, refleja su
relacin con las figuras de autoridad.
Respecto a las figuras de autoridad, estos dos estilos se
comportan de forma diferente en lo superficial, y sin embargo, sus
comportamientos provienen en lo ms profundo del mismo lugar.
Ambos son hipersensibles ante los que tienen poder, rango,
autoridad o influencia y ante quienes no lo tienen, ante el jefe y el
empleado, en otras palabras. Al tener una deficiente sensacin
interior de fuerza, poder y orientacin, los Seis proyectan la autoridad fuera de ellos mismos. Debido a su inseguridad y a la falta de
112

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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una base interna, por un lado ven la autoridad que les falta en el
exterior en la forma de un individuo, una organizacin o un sistema
de creencias. El tipo fbico es devoto, cumplidor y servil respecto a
cualquiera o cualquier cosa que considere una autoridad externa.
Son adoradores y seguidores devotos de figuras idealizadas. El
estereotipo del adulador servil y del criado fiel y obsequioso, para
los cuales sera impensable y aterrador salirse de sus papeles, son
ejemplos de este tipo de Seis. Quieren que la autoridad externa les
proporcione la certidumbre y la decisin que a ellos les falta;
quieren que alguien les diga lo que tienen que hacer y lo que es
correcto e incorrecto; quieren un credo, una causa o una religin en
la que puedan creer incondcional y fielmente; quieren un pilar que
les d una sensacin de fuerza y solidez y que infunda a sus vidas
un significado, la sensacin de que viven para algo mayor y ms
importante que uno mismo; quieren algo o alguien a quien puedan
seguir devota y sumisamente. En resumen, un Seis contrafbico
quiere a alguien o algo que le proporcione seguridad, y esto es tanto
lo que le atrae como lo que le causa dolor, como vemos el
Eneagrama de las Trampas, en el Diagrama 9.
Por otro lado, esta idealizacin pone al Seis en una posicin de
subordinacin y sumisin, al haber entregado todo su juicio, gua y
poder interior a esta autoridad, y a la vez la siente como una
castracin. En realidad, se ha castrado a s mimo, pero de nuevo, por
el mecanismo de defensa de la proyeccin, le parece que es una
vctima perseguida por la autoridad. Por lo tanto, como con todo lo
dems, incluso la relacin de un Seis fbico con la autoridad es
ambivalente.
Esto nos lleva a la relacin del Seis contrafbico con la autoridad.
El tipo contrafbico es rebelde, desafiante y obsesionado con
mantenerse independiente, hasta el punto de no reconocer ni aceptar la
autoridad externa. Aqu vemos el arquetipo del rebelde sin causa, que
se resiste a la autoridad para protegerse de una posible castracin
destructiva real o imaginada. Si avanzamos un poco ms en esta
escala, un Seis contrafbico puede llegar a retratarse a s mismo como
113

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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la autoridad, queriendo que los dems lo sigan y lo idealicen, como


comentamos en los ejemplos de Adolf Hitler y Napolen Bonaparte.
Lderes venerados como Jim Jones son un ejemplo de este extremo
contrafbico. Esto es un intento del Seis de reclamar su autoridad
interna demostrndose a s mismo que la posee porque ostenta un gran
poder e influencia sobre los dems. Intenta encontrar la seguridad -su
trampa, como vimos antes- a travs de ser venerado, temido y seguido
por sus leales devotos.
El Seis fbico necesita seguir ciegamente algo o alguien que
percibe mayor que l mismo y a quien puede subordinarse, y la
necesidad del Seis contrafbico de rebelarse contra la autoridad o
convertirse en ella refleja la palabra idealizacin del Punto Seis del
Eneagrama de las Mentiras, en el Diagrama 2. En todas estas
relaciones con la autoridad, vemos la proyeccin de las cualidades de
verdadera fuerza de un Seis -la Esencia- sobre tal figura. Necesita que
algo, o alguien, sea ensalzado y visto como ideal, fuerte y poderoso; y
otro tiene que ser inferior, temeroso y fiel a este ideal. Esta es la
relacin objetal de un Seis, sin que importe con que lado se
identifique.
Tanto las relaciones del fbico como las del contrafbico con la
autoridad estn representadas por la Alemania Nazi. Hitler, el
paranoide contrafbico que exiga total lealtad y obediencia; la recibi
de una cultura que muchos perciben como histricamente buscadora
de lderes fuertes a los que seguir a ciegas. Ursula Hegi explica el
comportamiento alemn de la era Nazi en su novela Las Piedras del
Ro:
Slo unas cuantas personas en Burgdorf haban ledo Mein
Kampf, y muchos pensaban que todo este discurso sobre la
Rassenreinheit -la pureza de la raza- era absurdo e imposible de
aplicar. Sin embargo, el largo entrenamiento de obediencia a los
mayores, a los gobiernos y a la iglesia hacan difcil -incluso para
los que consideraban deshonrosos los puntos de vista Nazismanifestar sus recelos. Y por eso se quedaron callados, cediendo
ante cada nuevo ultraje mientras esperaban que desapareciesen
114

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

los Nazis y sus ideas; pero con cada sumisin renunciaban ms a


ellos mismos, debilitando la estructura de la comunidad mientras
creca el poder del los Nazis. 8
Incluso el tipo fbico del Seis, tan conformista y respetuoso
superficialmente, posee una oculta tendencia disidente que puede ser
sutil o evidente. Puede manifestarse como una agresividad pasiva, por
ejemplo, diciendo que va a hacer algo y luego no hacindolo. Tambin
puede adquirir la forma de pedir consejo a todo el mundo sobre algo, y
despus rechazar todas las opiniones rebelndose por ser
coaccionado por los dems. No es fcil para el Seis hacer frente a
esta tendencia. Incluso un Seis rebelde evita a toda costa
experimentarse a s mismo como alguien que es desleal o que abandona lo que percibe como su deber. Puede pertenecer a una banda de
delincuentes o estar implicado en actividades que el resto de la
sociedad estime como delitos, pero se considerar fiel a sus
camaradas.
En lo profundo, como los Seis no pueden estar siempre
completamente de acuerdo con aqullos que consideran figuras de
autoridad -no pueden ser totalmente fieles- se sienten infractores y
delincuentes, y creen que esto es un defecto de ellos. Su devocin
sustituye su carencia subyacente de una autntica fe, como expres de
forma elocuente el telogo cristiano de mediados del Siglo XX
Remhold Niebuhr: La ortodoxia fantica nunca se basa en la fe sino
en la duda. Cuando no estamos seguros estamos doblemente
seguros.9 Existe una vergenza profunda por no estar totalmente en
conformidad con quienquiera o lo que quiera que consideremos una
autoridad, y por tanto, los Seis evitan esta sensacin interior como si
fuese la peste. La sensacin de ser diferente, de estar fuera de la
norma, de ser desleal o de no cumplir con el deber es casi insoportable
para un Seis. Por esta razn, la disidencia/infraccin aparece en el
Punto Seis del Eneagrama de las Evitaciones, del Diagrama 10, pues
stas son las experiencias que ms desea evitar un Seis.
8
9

Ursula Hegi, Stones from River (New York: Simon & Schuster, 1994), pg. 207
Cita de George Stephanopoulos, All Too Human: A Political Education (Boston, New York, and London: Little, Brown & Company, 1999) pg. 69.
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

El gran maestro espiritual Jiddu Krishnamurti, que probablemente


era un Seis, centr su trabajo y desarroll toda su enseanza espiritual
alrededor de la relacin con la autoridad. Ense acerca del rechazo a
todas las autoridades externas y a cualquier prctica definida, incluida
la meditacin formal. Educado para convertirse en un mesas para el
mundo por la tesofa Annie Besant durante los primeros aos del
Siglo XX, abandon este papel, renunciando a ser proclamado una
figura que pudieran seguir unos discpulos. Su declaracin de
disolucin de la orden de la cual l deba ser la cabeza deca que la
verdad es una tierra sin caminos y no puedes encontrarla a travs de
ningn tipo de senda, mediante ninguna religin ni ninguna secta. La
verdad, al no tener lmites, al no ser condicionada ni alcanzable por
ningn camino, no puede ser organizada; tampoco debera formarse
ninguna organizacin que condujera o coaccionase a las personas a
seguir un camino particular.10
En ningn sitio es ms obvia la cualidad idealizada de la Esencia
de los Seis -el Aspecto idealizado de este eneatipo- que en la relacin
de un Seis con la autoridad. Para un Seis, la cualidad del Ser que
parece faltarles y que buscan como respuesta a sus problemas es la
que se caracteriza como estabilidad, solidez, certeza, definicin,
concrecin, perseverancia, resolucin, determinacin, fortaleza y
sustentacin. ste es el Aspecto esencial que se denomina Blanco o
Voluntad en el Enfoque del Diamante. Es uno de los lataif, los centros
sutiles descritos en el sufismo, que son puertas al mundo esencial. Los
lataif tambin incluyen el Aspecto Rojo o Fuerza, que comentaremos
cuando exploremos el eneatipo Ocho; el Aspecto Amarillo o Dicha,
que abordaremos cuanto comentemos el eneatipo Siete; el Aspecto
Verde o Compasin, y el Aspecto Negro o Poder.
La experiencia de la Voluntad es el sentimiento de la presencia del
Ser como un apoyo interior estable e inmutable. Puede experimentarse
como si estuvisemos sobre una montaa inmensa e inamovible o
como si fusemos ella misma, y cuando la experimentamos, sabemos
que nuestra naturaleza esencial est siempre presente y es de por s
10

116

Cita de The Core of the Teachings de la Web de Krishnamurti Foundation.

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

inquebrantable. Como la personalidad es una estructura mental,


cuando estamos identificados con ella nuestra alma no tiene ningn
fundamento ni ninguna base. A diferencia del Ser, la personalidad
necesita ser apuntalada y reforzada constantemente; necesitamos que
los dems nos den apoyo emocional y aprobacin para mantener
nuestra sensacin de quienes somos. El Ser, por el contrario, es lo que
est presente cuando estamos totalmente relajados y dejamos de intentar que las cosas ocurran, y cuando abandonamos todas nuestras
creencias y posturas. La presencia de la Voluntad nos da una
sensacin de confianza en nosotros mismos y en nuestra capacidad de
perseverar en cualquier empresa que iniciemos. Fundamentalmente, es
nuestra capacidad de perseverar en el descubrimiento de nuestras
verdades profundas, de viajar por nuestro territorio interior con
resolucin y de descubrir de una forma directa quines y qu somos
realmente.11
En el caso del Seis fbico, la autoridad externa parece ser la
encarnacin de la Voluntad, mientras que un Seis contrafbico intenta
l mismo convertirse en ella. La devocin, fidelidad, dedicacin,
fiabilidad y constancia del Seis fbico siempre se relacionan con otro
que parece su ancla, su soporte y su base: la encarnacin de la
Voluntad, en resumen. El herosmo y la intrepidez del Seis
contrafbico son intentos de actuar como si l fuese la manifestacin
de la Voluntad. En cualquiera de los casos, la personalidad se
configura de tal forma que imita las caractersticas de la Voluntad verdadera.
La confianza y la seguridad de la Voluntad son las principales
caractersticas que la personalidad Seis intenta reproducir y encarnar,
pero esta solucin requiere una tensin mental, emocional y fsica
para ser mantenida. Para poder contactar y encarnar estas cualidades
plenamente de una forma real, de manera que el alma pueda relajarse
y desplegarse del todo con una sensacin de seguridad, un Seis debe
realizar contactos prolongados con sus profundidades interiores. Para
ello, necesita la virtud asociada con este punto, el valor, como vemos
11

Para ms informacin sobre el Aspecto de la voluntad, ver A. H. Almaas, The Pearl Beyond Price -Integration o f Personality into Being: An Object Relations
Approach (Berkeley: Diamond Books, 1988), pg. 299-308.
117

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

en el Eneagrama de las Virtudes del Diagrama 1. Cuanto ms se


enfrenta a su realidad interior sin ser apartado por el miedo y sin dudar
de su experiencia, ms valor desarrolla. El valor es realmente lo que
necesita para poder hacer frente a los recuerdos y a las partes de s
mismo que siente como aterradoras y amenazadoras, y a la vez, a
medida que haga esto, su valor aumentar. Los Seis confunden el
valor con los actos externos de valenta, mientras que la manifestacin
ms profunda del valor es ser capaz de enfrentar y cuestionar los
conceptos fundamentales de yo y otro grabados en la textura del alma.
Ichazo define la virtud del valor como el reconocimiento de la
responsabilidad individual de nuestra propia existencia. En la posicin
del valor, el cuerpo se mueve naturalmente para preservar la vida. En
contra de la tendencia del Seis a buscar la seguridad fuera de s mismo
en la forma de una persona, de una causa o de un credo al que pueda
entregarse -o si es el contrafbico, utilizando su energa en rebelarse
contra alguien o convirtindose l mismo en alguien a quien otros
puedan seguir y apoyar-, lo que necesita es cambiar de direccin para
buscar en primer lugar la confianza dentro de s mismo. Para que
ocurra en l una verdadera transformacin, es preciso que suelte todo
aquello a lo que se agarra para sentir seguridad, y que est dispuesto
a mirarse con valenta tal como es. A continuacin se exponen
algunas claves importantes que el Seis necesita tener en cuenta en su
viaje interior.
En la liza espiritual y psicolgica, enfrentarse a s mismo
significar reconocer e intentar entender sus necesidades de tragarse
las enseanzas a las que se ha adherido sin cuestionarlas y de
adaptarse irreflexivamente a ellas. Descubrir que esta tendencia se
basa ms en la duda que en la certeza: su propia duda de poseer algo
ms que una personalidad. A pesar de esta tremenda lealtad y
dedicacin a su maestro o a su enseanza, en realidad no cree que su
naturaleza sea Esencia. Siente que el contacto ms cercano que puede
lograr con la Naturaleza Verdadera es la proximidad con aqullos que
parecen encarnarla. Basndose en su propia experiencia, no tiene una
fe verdadera en el mundo esencial, como comentamos en relacin
118

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

con las Ideas Santas, sino que debido al miedo sigue con una fe ciega
lo que otro dice. El valor, por tanto, significa antes que nada
enfrentar con decisin esta realidad sobre s mismo. Al hacer esto,
enseguida tomar contacto con lo poco que conoce con certeza acerca
de s y de los dems, y con su tendencia mental hacia la sospecha y la
duda. Ver que esta predisposicin est muy arraigada y cargada de
miedo, y que surge de esa sensacin de ser pequeo, dbil e
indefenso. Incluso si es un contrafbico que ha hecho grandes
hazaas para demostrar lo fuerte que es y que carece de miedo, si es
realmente honesto, ver que se ha estado defendiendo de esta
aterradora capa ms profunda.
Entrar en contacto con su falta de fe en sus propias percepciones,
con su duda y su desconfianza de s mismo. Aqu necesitar explorar
qu acontecimientos de su infancia contribuyeron a esta falta de
confianza. Puede encontrar una figura parental autoritaria e
invalidadora o bien una figura insegura y carente de confianza. Puede
que le hayan dicho muchas veces que no sabe nada y que no era
posible fiarse de l. Puede descubrir que las situaciones aterradoras
que tuvo que enfrentar en su primera infancia eran tan temibles para
l que no poda confiar en sus percepciones. Para algunos Seis, la
dependencia en su primera infancia de personas a quienes teman,
pero que sin embargo necesitaban, les cre una gran ambivalencia y
dudas interiores, una incertidumbre sobre lo que era verdaderamente
la realidad.
A medida que explore esto, es seguro que surgir su miedo.
Necesitar ponerse en contacto con esta sensacin del yo y del otro
que origina este terror: su visin de s mismo como dbil, el peor de
la camada, incapacita do e indefenso ante un mundo amenazador
poblado de otras personas brutales y malvadas. Necesitar
experimentar y entender cmo se instaur esta manera de juzgar las
cosas y comprender por qu se siente tan incapaz. Puede descubrir, si
es del tipo fbico, que en su historia no era bueno que manifestase su
fuerza y que fue necesario que se mostrase sumiso y maleable. O, si
es un contrafbico, que tuvo que ser mucho ms fuerte de lo que en
119

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

realidad se senta y que en su situacin no estaba bien que expresase


el miedo. En cualquiera de los casos, es improbable que su miedo
fuese realmente atendido en su primera infancia, y para transformarlo
de verdad, se dar cuenta de que ahora es l quien tiene que aceptarlo
y cuestionar su razn, preguntndose si realmente necesita tener tanto
miedo.
Tendr que hacer frente a sus impulsos, a su agresividad y a su
fuerza, y descubrir si son partes que realmente hay que temer en uno
mismo y en los dems. Al entrar en contacto con esto, acceder a su
capacidad para ser fuerte y a no encogerse frente al peligro, y a la vez
har surgir su miedo de perder a alguien en el exterior con quien
puede relacionarse de forma servil, rebelde o como una autoridad. En
resumen, se enfrentar a su soledad a medida que vaya permitiendo
que se disuelvan estas relaciones objetales interiores y empiece a
experimentar su alma sin estos velos. Su miedo de los dems lo ha
mantenido en una relacin con ellos, aunque slo fuera en su propia
mente, y tanto si estas relaciones eran problemticas y ambivalentes
como si no, le han impedido que se enfrentase totalmente a s mismo.
Su superego intentar evitar que llegue a este nivel de indagacin,
amenazndole con la prdida de toda su seguridad.
Entrar en contacto con su miedo e investigarlo le llevar hasta su
ncleo: el miedo de no ser ms que un cascarn sin una realidad ms
profunda para l. Esto le conducir hasta su falta de contacto con su
naturaleza esencial, y ver que este miedo forma un anillo alrededor
de los lugares de su alma donde esta falta de contacto se siente como
un hueco o una brecha. Enfrentarse al vaco de estos agujeros
requerir todo el coraje que sea capaz de reunir, y finalmente ver
que lo ms aterrador no es el vaco, sino la prevencin -el miedo en
s- sobre lo que pueda o no pueda haber all. Llegar un momento en
que ser capaz de adentrarse valerosamente en estos lugares vacos
del alma y encontrar que en lugar de los abismos mortales y
devoradores que haba temido, al permitir totalmente el vaco, se
convierte en espaciosidad. Al experimentar esto, su alma empezar

120

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

a relajarse y ver que en realidad no haba nada en su interior a lo


que temer, lo cual era la raz de su miedo.
Al descender repetidamente a su mundo interior, a partir de la
espaciosidad surgirn toda una variedad de cualidades de su
Naturaleza Verdadera. Cuanto ms valor tenga para hacer estas
incursiones interiores, ms contactar con la base que lo sustenta,
que a su vez le dar una sensacin de seguridad y confianza en s
mismo. Poco a poco, recuperar sus profundidades y encontrar el
fundamento en su interior. En vez de ser un creyente o un seguidor,
conocer directamente la Esencia, y a travs de este contacto
experimental consigo mismo, sabr que l es del todo inquebrantable e indestructible. En vez de ser uno de los fieles, sabr que la
Esencia es su fuerza y ver que eso es algo que no necesita
preservar ni proteger, ni temer que pueda perderse. Su fe, al final,
ser autntica.

121

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

CAPTULO4
ENEATIPO TRES
EGO-VANIDAD
El Tres, el tipo de la imagen por excelencia, se caracteriza por una
preocupacin dominante sobre la manera en que se muestra, sobre
su aspecto y sobre el impacto que produce en los dems. Es el
tpico hombre o mujer que se ha hecho a s mismo, que ha
progresado y ganado una posicin gracias a sus esfuerzos. Los Tres
son camalenicos, pues adoptan los colores que sean necesarios
para causar una impresin positiva. A menudo, es difcil discernir
lo que sienten de verdad o incluso quines son realmente, pues
parecen ser lo que haga falta para dar la imagen con la que puedan
lograr el resultado que desean. Tienden a cambiar la forma en que
se presentan de acuerdo a la situacin y a las personas con quienes
estn, de modo que a menudo los dems tienen experiencias e
impresiones muy diferentes de la misma persona.
Tienen empuje y actan orientados hacia un objetivo, y valoran
el xito en el terreno particular en el que hayan decidido invertir
ms. Lograr lo que se han propuesto hacer es prioritario por encima
de cualquier problema, ya se trate de restricciones fsicas, debidas
al origen econmico o de clase, o relacionadas con lo sentimientos
de los dems o de ellos mismos. A menudo se esfuerzan sin piedad
en la persecucin de una meta, y pueden ser percibidos por los
dems como implacables, calculadores y con una determinacin
inflexible. Los Tres son pragmticos y prcticos, hacen lo que sea
preciso para realizar una tarea, incluso recurrir a la manipulacin y
al engao. Aunque a veces son conscientemente tramposos, a
menudo no saben lo es que realmente cierto para ellos, pues con
frecuencia sienten las emociones o adoptan las actitudes que les
parecen apropiadas para la situacin.

122

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Los Tres son personas de accin, y la perspectiva de la realidad


a la que son sensibles -su Idea Santa- tiene que ver con la actividad.
Como con el Punto Seis, hay ms de un nombre para la Idea Santa
asociada con el Punto Tres del eneagrama. Dos de ellos, la Ley
Santa y la Armona Santa, son percepciones sobre la realidad; y la
tercera, la Esperanza Santa, se refiere al efecto sobre el alma
cuando se integran estas comprensiones de la realidad. Los tres
aspectos de esta Idea Santa se relacionan con el aspecto dinmico
del Ser, con el hecho de que no es algo esttico sino algo que se
transforma constantemente, y este esplendor es el universo del cual
formamos parte. Esta dimensin del Ser en el Enfoque del
Diamante se llama Logos. As que esta Idea se asocia al
funcionamiento de la realidad y su significado tiene muchos
matices -muchos ms que los de otros puntos- que describir brevemente. En pocas palabras, esta Idea nos habla de la realidad
como un todo unificado que se desarrolla constantemente y de que
las acciones, cambios y movimientos de cada uno de nosotros son
inseparables de los movimientos de la totalidad. Si participamos de
forma consciente en este desarrollo incesante, lo cual significa que
si nuestras fijaciones, que vuelven rgida el alma, se relajan, nuestra
conciencia se adentrar naturalmente cada vez ms en nuestras
profundidades, en nuestra esencia natural; y experimentaremos ms
armona, interior y exterior. Este movimiento progresivo para
acercarse a la verdad ltima de nuestra naturaleza constituye la
potencialidad del alma humana.
Vamos a examinar cada una de las caractersticas de esta Idea en
ms detalle. La Ley Santa es la comprensin de que el Universo es
una entidad completa y unificada que est constantemente en un
estado de cambio. Las percepciones de que toda manifestacin es
una unidad y que todos nosotros somos, en definitiva, clulas
diferentes de un cuerpo del universo se centran en las Ideas Santas
de los Puntos Ocho y Cinco, la Verdad Santa y la Omnisciencia
Santa, respectivamente. Aqu, en el Punto Tres, entendemos que
esta unidad est siempre en movimiento y no se mantiene quieta.
123

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Toda la sustancia de la realidad, en todas sus dimensiones, est


perpetuamente fluyendo, como un gran ocano cuya superficie est
hecha de muchas olas diferentes y cuyas profundidades estn
constituidas por muchas corrientes. Todos los desplazamientos y
movimientos de las distintas formas son parte del desarrollo del
todo.
Para la mayora de las personas, es difcil entender esta
percepcin, pues desafa algunas de nuestras creencias
fundamentales sobre nosotros mismos, cualquiera que sea nuestro
eneatipo. En primer lugar, desafa nuestras ideas de causa y efecto,
ya que desde el punto de vista libre de la Ley Santa, vemos que
nadie ni nada es afectado ni puede hacer nada de manera independiente. Cualquier cosa que ocurre forma parte del tejido del
universo que se est revelando a s mismo. De forma que nada
ocurre aisladamente del todo de este tejido, y nadie inicia una
accin por su propia voluntad, ni hacemos que ocurran las cosas
independientemente del impulso de este todo. Es ms fcil entender
que somos inseparables de la unidad del universo, que entender que
en realidad no hacemos nada de forma aislada del dinamismo de la
totalidad de la realidad. Volveremos a comentar esto un poco ms
adelante.
Percibir el dinamismo del Ser -el hecho de que se trata de una
presencia en un constante fluir- tambin desafa nuestra idea del
tiempo, algo que trataremos en ms detalle en el captulo 10,
cuando exploremos el Plan Santo, que tiene que ver con el patrn
de este dinamismo. La comprensin de la Ley Santa tambin pone
en cuestin cualquiera de nuestras ideas de Dios como una entidad
fuera del tejido del universo, ya que esto claramente no es posible.
Tambin nos muestra que no tiene ningn sentido concebir a esta
entidad separada, Dios, como alguien que en algn momento de un
pasado distante cre el mundo. Cuando vemos que el universo es
una nica cosa que continuamente est produciendo, vemos que la
creacin ocurre todo el tiempo. Esto es algo que comentaremos ms
a fondo en el captulo 10. Si comprendemos la Ley Santa, nuestras
124

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Ideas sobre la vida y la muerte cambian, como vemos en la


siguiente cita de Almaas:
Comprender que la totalidad del universo est constantemente
renovndose a s misma cambia de forma radical nuestra idea de
la muerte. La muerte personal es simplemente el Ser
manifestndose en un momento en una persona concreta como
parte del paisaje, y en el momento siguiente sin esa persona.
Desde esta perspectiva, todo lo que tiene que ver con la muerte
cambia de carcter. La muerte desaparece en el flujo continuo
del desarrollo, en el cambio que se origina a s mismo. 1
De modo que todo lo que existe es una manifestacin del Ser,
formas que surgen del misterio del Absoluto y vuelven a l. A
partir de la nada, surge algo. sta es la creatividad del Ser,
expresndose a S Mismo en todas las formas del mundo, incluidos
nuestros cuerpos y nuestras almas. El Ser no slo se manifiesta a S
Mismo en todos nosotros y en todo lo que nos rodea, sino que
adems la Ley Santa nos dice que tambin se revela a S Mismo. Toda
las maravillas del mundo fsico; todas las estrellas, las galaxias y
planetas, todas las bellezas de la naturaleza y todas las criaturas de la
tierra -incluidos nosotros mismos- son el Ser revelndose a s mismo
en toda su magnificencia. Su naturaleza interior se despliega a s
misma en toda su grandeza en el mundo de la forma. El mundo de la
manifestacin, por tanto, es la expresin de esta creatividad del Ser
que constantemente se autorrevela.
Cuando percibimos la relacin armoniosa entre todo lo que se
manifiesta, estamos en contacto con la Armona Santa, el siguiente
matiz de esta Idea. Segn ella, lo que pueden parecer conflictos e
incongruencias entre las distintas partes del todo, que constituye el
universo, slo tienen este aspecto cuando se miran desde la superficie.
Como el desarrollo del universo es el movimiento y el dinamismo de

Almaas, Facets of Unity, pg. 265.


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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

una unidad, ninguna de sus partes puede estar fundamentalmente en


desacuerdo con otra. Todas son partes del mismo flujo armonioso.
Tambin se refiere a la comprensin de que existe una atraccin
magntica sobre el alma humana que, si no se obstaculiza, nos
arrastrar hacia las profundidades en las cuales este funcionamiento de
unidad, y por tanto armonioso, es evidente. Si se da apoyo al alma
para que se despliegue y se revele, ser atrada de forma natural hacia
su Esencia, que es su verdadera naturaleza. El desarrollo espiritual,
por tanto, es en realidad una cuestin de no hacer y de eliminar los
obstculos y obstrucciones que impiden el fluir de nuestras almas. La
mayora de las personas experimenta el movimiento y el cambio, pero
generalmente se mantiene dentro de unos lmites ms o menos
estrechos, como comentamos en la Introduccin, lo que da a nuestras
vidas una sensacin de vetustez, de monotona y de estancamiento. La
expansin de nuestras conciencias, por tanto, cuando la vemos desde
el ngulo del Punto Tres, es una cuestin de incrementar el
movimiento o el flujo de nuestras almas de manera que
experimentemos en mayor medida las diversas dimensiones del
universo. El objetivo final del trabajo espiritual, entonces, no es un
estado particular sino una capacidad de moverse, libre y fcilmente,
desde un estado a otro. Esto nos da una sensacin de impulso y
dinamismo, reflejando el del Ser cuando somos sensibles a l.
Cuanto ms nos abrimos al fluir de nuestras almas, ms
experimentamos nuestras conciencia y a su vez ms armoniosas se
vuelven nuestras vidas. Esto nos conduce a la Esperanza Santa, que
describe el efecto que tiene sobre nosotros integrar la Ley Santa y la
Armona Santa. Cuanto ms nos adentramos en nuestras
profundidades, ms alineados nos sentimos con el universo,
funcionando de forma armoniosa dentro de su patrn de desarrollo.
Esta proximidad con nuestra verdad ms profunda es un deleite para
nuestro corazn, pues as respondemos a su llamada para conectar con
su ms supremo amor. Como un amante que es atrado de forma
irresistible, el alma humana es conducida como un imn hasta su

126

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Amado, el Ser. Al acercarnos a l, el mundo que habitamos se


convierte en un mundo de belleza, gracia y armona.
Otro significado de la Esperanza Santa es que el impulso innato de
volver a conectar con nuestra Naturaleza Verdadera y comprenderla es
el potencial ms profundo de la humanidad y a la vez su salvacin.
Cuanto ms estemos en contacto con nuestras profundidades, ms
entenderemos que funcionamos como partes de un cuerpo mayor, y
esto nos afecta dando a nuestras almas una sensacin de optimismo
acerca de nosotros mismos, del mundo y de todo el universo.
Al retomar la prdida de la Idea Santa, volveremos a la Ley Santa.
La mayor consecuencia de la Ley Santa es que nada en el universo
ocurre de forma aislada y que las acciones de una parte afectada estn
relacionadas con las acciones de todas las partes del conjunto. Por lo
tanto, nada ni nadie puede funcionar independientemente del cuerpo
del universo, y tampoco es posible que haya leyes que se apliquen
slo a una parte. Como los eneatipos Tres son sensibles a esta Idea
Santa, cuando pierden el contacto con el Ser tambin pierden esta
comprensin, y llegan a sentirse como entidades separadas e
independientes que actan de forma autnoma, sin tener relacin con
el funcionamiento de todo y de todos los dems. Llegan a creer que
ellos son las leyes para ellos mismos, ms all de la moral, las
restricciones y los principios que gobiernan a los dems. Esta
sensacin fundamental de que pueden funcionar con independencia
del todo es la creencia fijada y bsica sobre la realidad, la fijacin de
este eneatipo, y se describe con la palabra vanidad en el Eneagrama de
las Fijaciones, en el Diagrama 2. (El trmino secundario ir de Ichazo
se refiere a la caracterstica de los Tres de estar siempre ocupados:
yendo.)
Con la prdida de la percepcin de la Armona Santa, los eneatipos
Tres, que se experimentan a s mismos como jugadores aislados en la
vida, segn hemos visto, pueden ser inconscientes de las
ramificaciones y los efectos de sus acciones sobre los dems o sobre el
mundo en general. Hoy en da vemos esto en la actitud que desprecia
las consecuencias medioambientales mientras se logren ganancias
127

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

personales, perdiendo de vista el hecho de que si los ecosistemas se


degeneran, no habr nada ms que explotar ni ningn lugar para
disfrutar de lo que uno ha ganado. Quiz esto pueda verse ms
claramente en la actitud de la persona que apoya las buenas causas
y al mismo tiempo se comporta de forma despiadada con sus socios
ms prximos, sintindose virtuosa, aunque en lo personal acte de
forma deshonesta. Este tipo de pensamiento limitado, caracterstico de
los Tres, aunque no exclusivo de ellos, slo es posible con la prdida
del conocimiento de que uno es parte de un gran todo, en el cual las
acciones de cada parte afectan a la totalidad. Trepar hasta la cima de la
montaa a expensas de los dems puede experimentarse como un
triunfo personal -algo comn en un Tres-, pero difcilmente puede
considerarse como un xito si se tiene en cuenta a todo el sistema.
Esta definicin del xito egosta, tpica del Tres, al final no tiene
mucho sentido: una parte del todo se beneficia a costa de otra parte de
s mismo.
Sin la sensacin de que formas parte del desarrollo de la trama de
toda la realidad y de que tu naturaleza interna est constituida por la
misma presencia que todo y que todos los dems, puedes verte como
Atlas, sosteniendo tu propio pequeo mundo separado. Esto es una
realidad para el Tres. Ests solo, sin relacionarte esencialmente con
nadie y con nada, e incluso superando a Atlas, depende de ti crear y
mantener tu propio universo. No hay actividad, revelacin o desarrollo
si t no haces que ocurra. Si no te generas a ti mismo y a tu vida -antes
de que no ocurra nada-, t y tu mundo se derrumbaran. Por lo tanto,
tienes que estar constantemente activo, incesantemente ocupado, tanto
interna como externamente, y de ah el apodo de este tipo: Ego-Ir. Sea
lo que sea lo que ocurra en tu vida, depende de ti, no hay ningn
sustento ms all de lo que t impulses, y no hay ninguna salvacin
ms all de ti mismo. Dicho de otro modo, no hay Esperanza Santa. El
yo que hace todo esto es el alma identificada con la personalidad,
desconectada de la conciencia del Ser. Para un Tres que se identifica
con la personalidad, no existe nada ms profundo, y la personalidad es
la nica base desde la que puede funcionar.
128

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

He asociado la sensacin de autocreacin, con una funcin cognitiva


interna y con la sensacin del Tres de que le instigan los
acontecimientos externos, y lo que esta relacin implica conduce a
mirar ms profunda mente. Si pensamos en la accin externa resulta
fcil entender la creencia de un Tres de que si no hace que ocurran las
cosas, nada ocurrir. La mayora de nosotros, como estamos
identificados con la personalidad, damos por sentado que nosotros
hacemos que ocurran las cosas, que nuestras acciones determinan lo
que sucede en nuestras vidas, y que en este sentido somos dueos de
nuestro destino. Sin embargo, si nos apartamos de la perspectiva de la
personalidad, vemos que esto no es as. El Ser acta a travs de
nosotros. sta es una de las cosas ms difciles de entender para la
mayora de las personas. Quiz, utilizando nuestra anterior metfora,
nos resultar ms fcil comprenderlo: cada uno de nosotros es una
manifestacin individual del Ser, olas que surgen y desaparecen en la
superficie del ocano. El movimiento de cada ola individual no se
autogenera ni se decide independientemente; es parte del movimiento
de todo el ocano. De la misma manera, todo lo que ocurre es parte
del movimiento de una trama mayor de la realidad. Desde este punto
de vista, la diferenciacin entre el hacer interno y externo -una
diferenciacin basada en si la accin se manifiesta de manera fsica o
no- se pierde. Una de las implicaciones de esto es que nuestros
pensamientos y emociones forman parte de este movimiento
exactamente igual que las acciones, una comprensin que se refleja en
la a menudo mal entendida idea del karma.
Cuando nos identificamos con la personalidad, la accin externa
est siempre impulsada por la accin interna. La accin interna de la
personalidad es lo que, en el lenguaje espiritual, se llama actividad del
ego. Es la generacin incesante de contenido psicolgico, que se basa
en nuestra identificacin con una persona determinada, y a la vez
tambin favorece la identificacin. Es decir, apoya nuestro sentido de
quines somos, y es lo que yo defino como autogeneracin o
autocreacin. A veces de forma consciente, pero ms a menudo de
forma inconsciente, generamos continuamente imgenes internas de
129

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

nosotros mismos que han sido modeladas por nuestra historia. Estas
imgenes, como comentamos en la Introduccin, son como
hologramas, estn compuestas por las tonalidades de los sentimientos,
la textura afectiva, los patrones de tensiones fsicas y otras
sensaciones, y se basan en nuestras creencias. Podemos
experimentarnos como alguien que no es comprendido, o como
alguien que no gusta a los dems, alguien que nunca hace nada bien o
alguien a quien le cuesta iniciar la accin; o de forma ms positiva,
como alguien que es ms brillante que los dems, alguien que es muy
amable o alguien que es fuerte. Tambin, como se ha comentado
antes, estas imgenes, que forman las representaciones que hacemos
de nosotros mismos, surgen en contraposicin a nuestra sensacin
de lo que no somos, formando las relaciones objetales que
constituyen los elementos bsicos de la personalidad. Como ya
dijimos, asociado a la dinmica de producir estas relaciones
objetales y como responsable de ellas, est el impulso fundamental
que subyace a la actividad del ego de evitar el dolor y experimentar
el placer.
En la personalidad la actividad del ego es incesante, y mientras
no experimentemos momentos en que sta se detenga, poco
sabremos lo agotadora que puede llegar a ser. Incluso cuando
dormimos, nuestro inconsciente est ocupado procesando las
experiencias del da y anticipando las del da siguiente en forma de
sueos. Slo en el sueo profundo se detiene esta actividad en una
persona normal y, como han demostrado los experimentos de
privacin del sueo, sin este respiro, se llega al derrumbe
psicolgico. Esta interrupcin de la actividad del ego es el objetivo
de muchos tipos de trabajo espiritual, lo que se conoce como
experiencias de iluminacin, pues slo cuando nos percibimos sin
esta actividad, nos experimentamos totalmente ms all de la
personalidad. En tales momentos, conocemos nuestra naturaleza de
forma pura, sin cualquier filtro del pasado, y nos experimentamos
como Ser.

130

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Una vez sabemos que el Ser es nuestra naturaleza fundamental, la


siguiente etapa es darse cuenta de que la sensacin del yo que
nuestra actividad egoica ha estado tan ocupada en crear y apoyar ya
no es necesaria para que funcionemos. Como nuestro sentido del yo
se desarrolla de forma simultnea con nuestra capacidad de
funcionar, las dos se han vuelto inseparables en la mayora de las
mentes de las personas. Al final, si proseguimos en el desarrollo
espiritual, vemos que podemos funcionar sin producir imgenes
interiores de nosotros mismos. Descubrimos que no tenemos que
recordarnos quines somos para conducir un coche ni para pagar
nuestros impuestos, por ejemplo. Al abandonar nuestro yo
histrico, junto con la pelcula hologrfica cuyo argumento es una
vida vivida dentro de las relaciones objetales, contactamos
directamente con la realidad, respondiendo al presente en vez de al
pasado. Nos sentimos sencillos y vacos de una forma positiva,
libres de preconcepciones y reacciones emocionales. Entonces
podemos empezar a vivir una vida en contacto con el Ser e
inspirados por El, sabiendo conscientemente que somos sus
manifestaciones individuales. Nos experimentamos como olas del
gran ocano, siendo uno con l. Nuestro lugar y nuestra funcin en
el cuerpo de la humanidad son evidentes, y vivimos nuestras vidas
de forma armoniosa. ste es el desarrollo del Aspecto Esencial llamado la Perla en el Enfoque del Diamante. Es el estado de encarnar
y vivir una vida inspirados por el Ser. Se trata de un nivel muy
profundo del desarrollo, pues no slo significa haber trascendido la
personalidad. Significa haber atravesado totalmente la
identificacin con nuestra psicologa y no identificarse ms, ni
consciente ni inconscientemente, con la personalidad que define
quines somos y qu somos. 2 Obviamente esto no es una tarea
sencilla y constituye un nivel de desarrollo que muy pocos
alcanzan.
Esta cualidad del Ser -la Perla- es la nica que este tipo de
personalidad imita e idealiza, y por eso es su Aspecto idealizado.
2

Para ms informacin sobre la perla, ver Almaas, The Pearl Beyond Price.
131

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Vamos a desmenuzar esta idea. La actividad del ego y la imagen


interna del yo que genera, as como las acciones internas motivadas
por ella, son, como hemos visto, esenciales en la psicologa de los
eneatipos Tres. Esta actividad es un reflejo y una imitacin de las
caractersticas creativas y dinmicas del Ser. Por lo tanto, en su
intento por reconectar con la Idea Santa perdida de la Ley Santa,
que tiene que ver con esta funcin generativa del Ser, los Tres
intentan adaptarse o moldearse dentro de una persona. En vez de
generar todo el universo, como hace el Ser, aqu la actividad
produce una personalidad basada en la autoimagen. Los Tres se
identifican profundamente con esta imagen interna del yo
producida por su actividad del ego, as como por la actividad
externa dirigida por este yo. En vez de experimentarse a s mismos como una manifestacin y una expresin individual del Ser,
que es la experiencia de la Perla, el Tres siente este yo como
supremo. Este yo es una imitacin de la Perla, una falsa
encarnacin de Dios, por decirlo de algn modo, y eso constituye
exactamente el ego s mismo.
Los Tres actan como si fueran el principio generador, es decir,
el aspecto creativo de Dios, ya que en su propio universo,
aparentemente separado, as parece. Los Tres, por tanto, intentan
ocupar el lugar de Dios, crendo se a s mismos y a sus vidas segn
sus propios dictados internos. sta es la vanidad consumada, en el
sentido ideolgico: relacionarse con el yo separado como si fuese
lo mximo. Mirndola desde un ngulo ligeramente distinto, la
personalidad, la superficie externa de lo que somos, se convierte en
lo esencial. La cscara, la corteza de nosotros mismos, es todo lo
que queda, con todo ese vaco en el centro que esta imagen evoca, y
lo que se experimenta principalmente es esta cscara. Le ha
usurpado el lugar y la funcin -y tambin el funcionamiento- al Ser.
Desde el punto de vista psicodinmico, la prdida de la Idea
Santa, como ya hemos visto, deja al Tres con la sensacin de que l
no es parte del tejido del Todo sino un actor separado que debe crear
una realidad y una vida. Desde una estratgica perspectiva histrica,
132

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

ha reaccionado a la falta de apoyo de su temprano entorno con la


actitud de lo har yo solo. La sensibilidad de los Tres ante el hecho
de que su esencia natural no fuese vista ni reflejada por el entorno,
filtrada a travs de la prdida de la Idea Santa, cre la interpretacin
de que ellos deben hacer para sobrevivir y ser amados; de que su
valor se basa en la actividad del ego y surge de su papel y de sus
logros. De manera que lo que aprendieron en su infancia es que su
supervivencia dependa de ellos y que eran amados por sus logros y no
por ellos mismos. A veces, en el pasado del Tres, hay privaciones
fsicas, o bien tuvo que cuidar de s mismo y de otros hermanos a una
edad muy temprana, debido a un progenitor ausente, demasiado
ocupado o simplemente despreocupado. Este tipo de antecedentes,
filtrados a travs de la prdida de la Ley Santa, conducen al tpico self
f-made man, que es claramente el arquetipo del Tres, representado por
alguien con un humilde pasado que lucha por sus propios medios
hasta alcanzar una enorme fama y riqueza. A veces, la privacin que
ha experimentado el Tres no es fsica; por supuesto, muchos Tres han
nacido en familias ricas e influyentes. En estos casos, la carencia tiene
que ver ms con el apoyo emocional, de manera que lo nico que
pareca recibir atencin era adaptarse a los ideales de la familia as
como los logros conseguidos. Una niera o una cariosa abuela
pueden haber reemplazado a la madre, que probablemente tendra
otras cosas ms importantes que hacer. El mensaje que se filtra a
travs de la sensibilidad del Tres es que l es una pieza valorada
nicamente por el papel que desempea. Cualquiera que fuesen las
circunstancias de la infancia, el mensaje que reciben los Tres es que su
supervivencia y su valor se basa en su actuacin y sus logros, y su
personalidad va a centrarse en la imagen y en la accin.
Como indica el nombre de este eneatipo -ego-vanidad-, la cuestin
de la vanidad es nuclear para la psicologa de los Tres. La palabra
vano se define como sin ningn valor real, sentido o fundamento,3 y
esto describe grficamente el alma desconectada de la conciencia del
Ser, en la cual la cscara de la personalidad se experimenta como lo
3

Webster's Third New International Dictionary of the English Language Unabridged, s.v. vain.
133

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

sublime. De hecho, el fundamento real -lo que slo puede conferir una
verdadera sensacin de sentido y valor de la vida- se ha perdido. ste
es el nivel ms profundo de la vanidad de los Tres. La vanidad
tambin se define como un orgullo inflado de uno mismo o de la
propia apariencia, logros, actuaciones, posesiones o xitos; anhelo de
elogios y admiracin; la ostentacin de la moda, la riqueza o el poder
consideradas como una ocasin para el orgullo vaco o el
exhibicionismo banal.4 Existen ms manifestaciones superficiales de
la vanidad fundamental de los Tres, de la personalidad que usurpa el
lugar del Ser, y las exploraremos en detalle.
Lo superficial en s mismo -la superficie, lo que se ve, lo que se
muestra- es de mxima importancia para los Tres. Dicho de otro
modo, la apariencia lo es todo. El aspecto de la cscara y sus
funciones es lo que importa profundamente, pues tener la imagen
perfecta y actuar de forma intachable es lo que valora el Tres. La
presentacin es ms importante que lo que hay detrs; la imagen que
uno ofrece es el fin en s mismo. Aqu, la forma importa ms que el
contenido. Traducido a trminos personales, lo que le importa a un
Tres es qu aspecto tiene, que ha logrado y qu tiene. El animal
asociado con este eneatipo es el pavo, que como un Tres, exhibe su
bello plumaje y presume de l para causar impresin. La sensacin del
yo y del valor personal para los Tres est inseparablemente ligada a su
imagen, y para ellos es difcil verse o experimentarse como algo
separado de esto. Para un Tres, lo que muestra es lo que es. De modo
que su preocupacin principal es alcanzar la perfecta imagen. Esta
conformacin del alma dentro de una imagen se refleja en el
Eneagrama de las Acciones contra uno mismo como la autoimagen
que aparece en el Punto Tres, como vemos en el Diagrama 11. Esto se
aprecia visualmente: a menudo hay algo que recuerda a una mscara
en el rostro de los Tres, que con frecuencia tienen una expresin
indefinida, neutra o incluso como plastificada.
Para valorar tanto tu imagen, debes verte a ti mismo con los ojos de
los dems. La preocupacin por la imagen, por tanto, implica las
4

Ibd., s.v. vanity.

134

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

relaciones: tu aspecto, tus logros y lo que tienes siempre tiene que ver
con los dems. La imagen que los Tres intentan adoptar a la
perfeccin se basa en lo que los otros valoran e idealizan. Esta imagen
no es una imagen personal que surge de los valores e ideales internos aunque stos se adoptan como parte de la imagen-, sino que surge de
los valores o las ideas de la familia o la cultura. Los Tres intentan
convertirse en este ideal, al menos en la superficie, y el grado en que
logren esto determinar su grado de xito, visto con sus ojos. La
imagen hipermoldeable de los Tres cambia a medida que cambia su
entorno, y se ajusta para lograr sus objetivos y ser aceptados por
determinadas personas. En este sentido, son como camaleones, que
adoptan los colores de su entorno, de manera que cuesta verlos como
nicos, creativos y originales. Como personificaciones de los ideales
colectivos, a menudo los Tres son muy carismticos, encantadores y
cautivadores. Un ejemplo notable de esto fue el Presidente John E
Kennedy.
En la terminologa psicolgica, lo que acabo de describir es el
proceso de identificacin, y es el mecanismo de defensa de este
eneatipo. En la identificacin, se integran diversas actitudes,
funciones y valores de los dems dentro de una identidad cohesiva y
eficaz, y se convierten en partes totalmente funcionales del yo
compatibles con otras partes.5 Aquello con lo que se identifican los
Tres es lo que creen ser.
La belleza fsica, la riqueza y el poder es lo que en general los Tres
consideran importante, pues es lo que la mayora de las personas
considera importante. Los concursos de belleza, los desfiles de moda,
el ambiente del cine, salas de juntas de ejecutivos, grupos de
inversiones de capital-riesgo, negocios de bonos basura, la industria
publicitaria e incluso la prensa amarilla son tpicos lugares de
encuentro de los Tres. El mundo del espectculo est lleno de
personalidades tipo Tres. Entre las estrellas de la ltimas dcadas que
probablemente son Tres se encuentran Richard Chamberlam, Farrah
Fawcett, Cheryl Ladd, Robert Wagner, Don Johnson, Diana Ross y
5

Moore and Fine, Psychoanalytic Terms and Concepts, pg. 103.


135

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Tom Selleck. Ms recientemente tenemos a Cindy Crawford, George


Clooney, Pamela Anderson, Leonardo DiCaprio, Whitney Huston y
quiz Holly Hunter. Kristy Yamaguchi, la patinadora olmpica,
probablemente sea tambin un Tres. Las animadoras en los
espectculos deportivos americanos, las cheerleaders y pom-pom
girls, los de clase preferente y los reyes y reinas locales, la tpica
chica californiana, la supermodelo y la estrella de cine, el presidente
de una corporacin, el hbil negociante de Wall Street y, quiz, de
forma ms grfica, el ejecutivo de publicidad son Tres. La conciencia
de la imagen es el envase y el marketing de uno mismo, y el venderse
a uno mismo como a un producto. El popular vendedor de panaceas y
el comerciante de coches usados son arquetipos del Tres menos
refinados.
Hay muchas variaciones respecto a la imagen que adopta un Tres,
dependiendo de su medio social. Si est rodeado por un ambiente
religioso conservador, intentar parecer y actuar como devoto y celoso
cumplidor. En la poltica, un Tres intentar mostrar la cara ms
polticamente correcta; ayudados por los farsantes, los maestros de la
manipulacin de la imagen, en s mismos un fenmeno Tres. Si est
implicado en el trabajo espiritual, un Tres intentar manifestar a la
perfeccin el ideal espiritual de su tradicin. Y en este terreno, la
conciencia de la imagen se convierte en algo ms problemtico, pues
las experiencias de la Esencia y la Naturaleza Verdadera slo sirven
para exhibir y resaltar la falsedad de la fachada del Tres. Durante un
tiempo, pueden tener xito mostrando una apariencia espiritualmente
correcta, pero llegar un momento en que la realidad deber descubrir
la impostura para que pueda producirse la verdadera transformacin.
Un ejemplo que viene al caso es Werner Erhard, el fundador de est,
que fue apodado el supervendedor de la conciencia. Cre un popular
imperio espiritual e hizo una fortuna ofreciendo cursos de fin de
semana que prometan llegar!, es decir, iluminarse. Aunque predicaba
insistiendo sobre la verdad y la reconciliacin familiar, su cada se
precipit al descubrirse que maltrataba a su esposa, y en el curso de

136

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

las investigaciones al respecto, tambin sali a la luz sus sospechosos


negocios.
Adems de adaptarse a un ideal cultural, la conciencia de la imagen
tambin funciona a nivel ms sutil en los Tres. Son muy conscientes
de la impresin que causan en los dems, y modificarn lo que ofrecen
para causar el impacto y lograr el resultado que quieren. Los Tres
suprimirn sentimientos, pensamientos e incluso sensaciones que no
parecen adecuadas a la situacin, con el objetivo de dar la imagen
correcta. Debido a esta tendencia, quienes los conocen pueden
considerarlos de formas muy diferentes, pues los Tres presentan a los
dems aquello que pueda agradarles. Con alguien que valore
compartir lo personal, se mostrarn emocionalmente extrovertidos,
mientras que con alguien que valore la aptitud para los negocios, sern
meticulosos y astutos. Al convertirse en todas las cosas para todas las
personas, a menudo los Tres sienten que en realidad nadie los conoce.
Con frecuencia, los tres dan una sensacin impersonal. Hay en ellos
una falta de emocionalidad, algo mecnico que se entrev incluso
detrs de una exhibicin de emociones. Esto es debido a que sus
emociones son las de la imagen -las que creen que deben sentir- y no
las que provienen de una fuente interior ms profunda. Tambin hay
algo fro en ellos, una especie de belleza, pero con una fachada
intocable e impenetrable. Tienes la sensacin de que no se relacionan
personalmente contigo sino que se relacionan con la imagen que t te
formas de ellos. Les resulta muy difcil tolerar ser vistos por los dems
bajo una luz desfavorable. Llegarn hasta el extremo de deshacer una
imagen negativa que otro se haya formado de ellos, aunque esto
implique mentiras y falsedades, un tema que exploraremos enseguida.
Parecen perpetuamente adolescentes y jvenes, los hombres con
aspecto de muchachos y las mujeres con una encantadora ingenuidad.
Esto puede verse en casos como los de Tom Cruise, Robert Redford,
Brooke Shields y Christie Brinkley. Suelen tener un temperamento
alegre, mostrndose seguros de s mismos, animosos y confiados. Pero
esta cara positiva no se basa en un verdadero optimismo sobre la vida
o en una confianza en la bondad de la humanidad o de la realidad, sino
137

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

que se fundamenta ms bien en una propensin anticipada hacia el


xito personal. No hay nada idealista en su conducta vivaz, pues tras
ella se oculta la conviccin de que no hay esperanza ni ayuda ms all
de ellos mismo y de sus propios esfuerzos. Son pragmticos,
prcticos, hbiles, fros a la hora de enfrentarse a la realidad sin
reacciones emocionales complicadas ni remordimientos morales, de
manera que pueden acoger y dominar de forma oportuna los desafos
que les presenta la vida.
El xito -una palabra muy importante para los Tres- se define aqu
por el xito que logra tu imagen, por lo impecable que es tu actuacin
y por lo que has conseguido con ella, as como por las personas a las
que has impresionado. Alcanzar tus objetivos es mucho ms
importante que tus relaciones personales; a menos que sean el objeto
de la conquista (como conseguir a aquella persona
famosa/rica/poderosa) o sean escalones para conseguir algo. Existe un
impulso en los Tres que a menudo los lleva a excederse en sus
esfuerzos, con frecuencia descuidando sus necesidades fsicas y
emocionales para lograr algo. Subordinarn el comer, el dormir y
cualquier emocin que pueda surgir a la tarea que tienen entre manos.
Para un Tres, es muy difcil no ser activo. Relajarse -a menos que se
convierta en un proyecto en s mismo y por s mismo- no es fcil para
ellos. Lograr cosas les da una sensacin de vala y sentido, y no
hacerlo significa perderlo. Tambin significa que su mundo puede
desmoronarse y poner en riesgo su supervivencia. ste es el tpico
sndrome del adicto al trabajo, aunque es importante recordar que,
aunque sea tpico de ellos, el trabajar en exceso no es un asunto
exclusivo de los Tres. Es importante advertir que no todos los Tres
tienen xito, pero s que todos lo intentan.
El impulso de un Tres en su origen es un intento de compensar y
evitar su estado de deficiencia bsico, que generalmente se encuentra
enterrado en su inconsciente: el sentimiento de fracaso. Existen varias
razones por las que los Tres sienten que han fracasado. En primer
lugar, creen fundamentalmente que su nico valor surge de la imagen
que ofrecen y de sus logros, lo que significa que sienten que lo que
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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ellos son no tiene valor alguno. Su alma sabe que su mscara exterior
y sus actividades son slo lo externo, y por ello hay un sentimiento
profundo de fracaso personal respecto a que nada ms en ellos parece
tener valor. Esto puede manifestarse como la creencia de que no
lograron obtener el amor de su madre simplemente por lo que eran,
sino por lo que podan hacer. Por lo tanto el fracaso puede experimentarse en forma de no haber sido suficiente, como persona, para
recibir el aprecio de la madre. Ms profundamente an, en esta
sensacin de fracaso vemos implcito un sentimiento de incapacidad
que para el Tres resulta insoportable: es la sensacin de no haber sido
capaces de nios de lograr que el ambiente los acogiese y de no haber
sido capaces de lograr que se reflejase su naturaleza esencial. Esta
sensacin de impotencia slo puede formarse al creer que podramos
haber influido en estas cosas, sobre las cuales, de hecho, nadie tiene
control. Detrs de esto hay una sensacin an ms profunda de
impotencia y fracaso, al no haber logrado mantenerse conectados con
su profundidad. Para el alma de un Tres, creyendo como creen que
todo depende de ellos, ste es su mayor desastre, y todos sus logros
externos son en definitiva un intento de anular esta sensacin primordial de fracaso.
El sentimiento de impotencia o de fracaso, o no conseguir alcanzar
un objetivo, se evita a toda costa, aunque signifique mentirse a uno
mismo y a los dems, un tema sobre el que volveremos. Esto lo vemos
reflejado en el Eneagrama de las Evitaciones en el Diagrama 10, que
se encuentra en el Apndice B, en el cual el fracaso aparece en el
Punto Tres. Por otro lado, ningn xito parece nunca real o suficiente,
pues es la imagen la que es responsable de l. Por tanto contina
impeliendo a alcanzar cada vez triunfos mayores, ninguno de los
cuales logra nunca proporcionar una sensacin de satisfaccin al alma
del Tres.
En su anhelo por el xito, los tres pueden ser implacables y
desconsiderados. A menudo no les importa a quien utilizan ni a quien
pisotean para llegar adonde quieren ir, pues el objetivo es mucho ms
importante para ellos que cualquier otra persona. Son perfectamente
139

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

conscientes de quien posee ms belleza, riqueza, poder y xito; y son


descaradamente competitivos para lograr superar a su rival y llegar a
la cima. Indudablemente son ambiciosos y no toleran los obstculos,
ni internos ni externos, a la hora de realizar sus aspiraciones. No hay
nada como una buena competicin o desafo para estimularlos. Pueden
ser calculadores, despiadados, astutos y crueles, mostrando una
determinacin inflexible para obtener lo que quieten. En la pelcula
Wall Street el personaje Gordon Gekko, interpretado por Michael
Douglas, es un retrato tpico. Otro ejemplo es la interpretacin del
demonio que hace Al Pacino como astuto ejecutivo en El Abogado
del Diablo. Para acabar con esto, pueden insultar a los dems de
formas sutiles y no tan sutiles, apartando astutamente a sus
competidores. No es que sean crueles ni vengativos, sino que su
objetivo es ganar y triunfar, y no permitirn que nadie ni nada se
interponga en su camino, movidos por su imperativa necesidad
interior de evitar el fracaso.
El superego del Tres los exhorta para que hagan ms y ms, para
que sean ms eficaces y rpidos de lo que son, y sobre todo, para que
logren sus ambiciones. Su superego utiliza la amenaza del fracaso,
convencindoles de que si trabajan menos, con seguridad fracasarn.
Empujndolos e impulsndolos a seguir, su superego es mucho ms
cruel e inflexible con ellos mismos que lo que pueden ser ellos con
cualquier otro. El cansancio fsico y emocional no son cosas que su
superego tenga en cuenta como razones adecuadas para detener su
incesante actividad, y mucho menos la simple necesidad humana de
tener un tiempo no programado. Al crtico interior sus sentimientos no
le importan, slo le importa lo que logre, imitando el mensaje que
interioriz de sus padres. Su superego les ataca tambin perversamente por ser falsos, embusteros, insustanciales y aburridos. As que
aunque por un lado insiste en que debe adaptarse a la imagen que
puede agradar y ser aprobado por los dems, por otro se censura a s
mismo por su superficialidad. Atrapado en este callejn sin salida, el
enfoque en la actividad se ve reforzado.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Su superego contribuye a la actitud de los negocios ante todo y


basta de tonteras, centrado en el producto ms que en el proceso. La
calidad est subordinada a la cantidad, el efecto tiene preferencia
sobre el afecto. En gran parte, la sensacin del valor personal del Tres
se mide por lo efectivos, competentes y productivos que son, y juzgan
a los dems con el mismo criterio. La eficiencia es una trampa de los
Tres, como vemos en el Eneagrama de las Trampas, en el Diagrama 9
del Apndice B. A menudo, proyectan ineficacia en los dems,
creyendo que ellos pueden hacer las cosas mejor y ms deprisa que
nadie y sin confiar en que los dems hagan su trabajo. De modo que al
final acaban hacindolo todo ellos, sea cual sea la tarea en la que se
encuentren. Les cuesta imaginar que alguien pueda ayudarles,
creyendo que todo depende de ellos. Tratan de hacerlo todo rpido,
intentando que se haga lo mximo posible, realizando con frecuencia
muchas cosas a la vez. De este modo, las cosas se hacen
precipitadamente, en muchas ocasiones sin acabarlas del todo, y
sacrificando la calidad.
La vida moderna, que progresivamente est adquiriendo
caractersticas de tipo Tres, est repleta de cosas creadas para
aumentar nuestra eficacia. Los restaurantes de comida rpida, donde
puedes pedir lo que quieres y comrtelo sin ni siquiera salir del coche,
se estn extendiendo por todo el planeta. Las comidas preparadas y
envasadas, versiones modernas de los alimentos congelados de los
aos cincuenta, constituyen el alimento bsico en la vida de muchas
personas. Las cafeteras de las empresas y los establecimientos de
comidas para llevar satisfacen nuestras necesidades sin que tengamos
que parar. Tenemos telfonos mviles para llevarlos a todas partes, de
manera que siempre podamos contactar con los dems y que los
dems puedan contactar con nosotros, y hasta pueden encontrarse
televisores y ordenadores incorporados en los coches para que no nos
perdamos nada de lo que est pasando. La proliferacin de la
tecnologa, que nos mantiene constantemente en contacto con el resto
del mundo, es una reproduccin interesante de la conexin interna que
le falta a la conciencia del Tres.
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Las casas prefabricadas, utilitarias y funcionales, pueden instalarse


rpidamente, creando barrios instantneos. Los centros comerciales y
supermercados permiten comprar infinidad de cosas diferentes de
forma rpida y eficaz. Y las autopistas nos llevan a toda prisa adonde
queramos ir, sacrificando la calidad del viaje a cambio de la
velocidad. Muchas de estas innovaciones de la vida contempornea
son americanas, pues nuestra cultura es una complicada mezcla de la
tica moral y puritana del Uno junto con la eficacia amoral y la
ambicin personal del Tres. El resto del mundo imita, y a menudo
supera, nuestro fervor por la imagen y nuestra precipitada carrera
hacia el xito. La ropa y los zapatos con las etiquetas de sus
diseadores claramente visibles llevan el mensaje del Tres de que eres
lo que llevas. El envoltorio sustituye al contenido, la superficie a la
profundidad. Las flores de seda y los animales de peluche imitan y
sustituyen a la vida. Los karaokes te hacen creer que ests realmente
cantando.
Pretensin, falsedad y superficialidad son palabras que a menudo
surgen para describir el sentimiento de un Tres, y esto nos conduce a
explorar la pasin de este eneatipo, como vemos en el Eneagrama de
las Pasiones en el Diagrama 2. La mentira ms profunda que se dice
un Tres a s mismo es que la personalidad es lo ms importante; y al
apoyar esto, se engaa a s mismo y a los dems respecto a lo que es
verdaderamente real: real sobre s mismo y real sobre la naturaleza de
la realidad. Este tipo de engao desde luego es comn en todos los que
se identifican con la personalidad, que es la mayora de la humanidad.
sta es la forma ms peligrosa de engao, pues lo creemos
firmemente.
Aunque mentirse a s mismo acerca de quin es en realidad, es la
mentira ms profunda, hay muchos otros tipos de mentiras que son
tpicas del eneatipo Tres. Hay mentiras claras que un Tres se dice
conscientemente: sobre sus sentimientos, su pasado, su motivacin,
sobre lo que ocurri realmente, sobre lo que se dijo y por quien fue
dicho, etc. Estas mentiras tiene que ver con conseguir realizar un
trabajo, obtener lo que desea e impresionar a los dems, as como con
142

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

evitar la derrota o ser percibido como fracasado, descuidado, ineficaz


o inepto. Tambin estn las mentirijillas que forman parte de la vida
cotidiana, como no me dijeron que habas llamado o tienes un
aspecto estupendo, cuando esto no es lo que ocurri ni lo que siente
el Tres. A veces se agranda, deforma o disfraza la realidad para darle
un aspecto diferente. Son las exageraciones, fanfarroneras y adornos
de la realidad. Se fabrican y se inventan cosas para crear una
impresin o una imagen determinada. Algunos aspectos de la realidad
pueden resaltarse, inflarse o agrandarse, distorsionando la impresin
general. Toda esta gama de mentiras le sirve al Tres para crear y
conservar una imagen concreta sobre s mismo y sobre los dems que
siente que debe dar, y la mayor parte de esta tergiversacin es
inconsciente: a menudo cree que lo que dice es la verdad en ese
momento.
ste es otro aspecto que hace que el trabajo interior sea muy
resbaladizo para un Tres. Con frecuencia no saben dnde acaba la
verdad y dnde empieza la mentira. El mayor engao es el autoengao
sobre la realidad interior, y por eso el autoengao ocupa el Punto Tres
en el Eneagrama de las Mentiras, en el Diagrama 12. A veces es difcil
para los Tres separar lo que piensan que deben sentir, pensar o creer, y
lo que es realmente cierto para ellos. La identificacin con su papel o
funcin puede ser tan completa que no hay ningn espacio interior
para las disparidades. A diferencia de los otros dos tipos de la imagen,
el eneatipo Dos y el eneatipo Cuatro, la identificacin de un Tres con
su imagen es tan total que cree ser ella. Podemos decir de los Tres lo
que dice de Holly Golightly su manager en Breakfast at Tiffany's: Es
una verdadera farsante. Como permanentes actores del mtodo que
nunca abandonan el escenario, los Tres se convierten en el personaje
que interpretan, olvidando que es slo una actuacin y creyendo que
son ellos. Este inextricable vnculo entre el yo y la imagen y entre el
yo y la funcin es otra clase de mentira. Un Tres puede lograr convencer con tanto xito a los dems de que es profundamente religioso
o de que est espiritualmente iluminado, reuniendo a su alrededor a
numerosos devotos seguidores, que llega a crerselo l mismo y
143

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

empieza a pensar que est ms all de la moral y las restricciones que


pueden aplicarse a los dems. Si su medio son los negocios, puede
alcanzar tanta influencia y veneracin que llegue a traspasar el lmite
de la ley, mezclndose en asuntos y enredndose en aventuras que
honestamente cree que no tendrn consecuencias personales.
La parte del cuerpo asociada con el Punto Tres es la glndula del
timo, y si entendemos su significado puede ayudarnos a comprender
algo que es necesario para la evolucin espiritual de un Tres. El timo
es un rgano del sistema linftico situado justo detrs del esternn.
Aunque se sabe poco sobre el funcionamiento real del timo, es muy
importante para el sistema inmunitario humano y es necesario que un
nio lo tenga cuando nace para poder estar sano. Es ms activo en el
embarazo y en la infancia; y como parte del sistema inmunitario,
ayuda a distinguir lo ajeno o los tejidos extraos y a atacar las
clulas malignas, las infecciones de hongos, vricas y bacterianas.
Traducido en trminos de conciencia, esto nos dice que discriminar
entre lo que se es y lo que no se es resulta bsico para el desarrollo del
Tres. Un Tres, antes que nada, debe volverse hacia dentro, tarea que
no es fcil para alguien cuya sensacin del yo reside en su reflejo en
los ojos de los otros y que subordina la experiencia interior a los
logros externos. Necesita detenerse lo suficiente como para empezar a
mirar su verdad interior -l mismo tal como es- y aqu es donde la
virtud del Punto Tres, la veracidad, entra en juego. Esto lo
encontramos en el Eneagrama de las Virtudes, en el Diagrama 1. La
definicin de Ichazo de veracidad es la siguiente: Un cuerpo sano
slo puede expresar su propio ser; no puede mentir porque no puede
ser nada distinto de lo que es. La palabra veracidad tiene algunos
significados diferentes, todos ellos interesantes para la transformacin
y el desarrollo de un Tres. Significa devocin hacia la verdad, el poder
de comunicar o percibir la verdad; precisin en el sentido de
conformidad con la verdad o la realidad, o algo verdadero. A
continuacin, comentaremos algunos de los aspectos ms destacables
del viaje interior de un Tres para convertirse en una personificacin de
la verdad.
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Para que un Tres llegue a ser veraz en el sentido de devoto de la


verdad, que es una de las definiciones del trabajo espiritual, tendr que
darse cuenta de cmo se miente a s mismo. ste es el comienzo de ser
sincero. El primer nivel de mentiras al que tendr que enfrentarse es
su creencia de que l es lo que hace. Slo cuando entienda cmo su
autoestima depende de lo que hace podr seriamente empezar a salir
del escenario y a tratar con su vida interior. Esto significar darse
cuenta de qu poco se valora a s mismo si no est logrando algo, que
a su vez revelar lo que mantiene esta actitud: los factores formativos
de su primera infancia que le crearon la conviccin de que no posea
ningn valor inherente nicamente como persona. Probablemente
tendr que volver a experimentar qu poco contacto y amor verdadero
tocaron su alma siendo nio, y cmo la mayor parte de la atencin que
recibi fue debida a sus logros, y no por lo que estaba sintiendo o ni
siquiera pensando. Ver que al igual que su vida interior no recibi
ningn inters ni valoracin por parte de sus padres, tambin l dej
de prestar atencin a su mundo interior. Es probable que el indagar
sobre esto haga surgir gran cantidad de dolor y sufrimiento por haber
rechazado totalmente su alma.
Cuanto ms atencin se dedique a s mismo, ms empezar a
percibir el alcance de su identificacin con su imagen. Descubrir qu
poco tiene que ver la cara que presenta con cualquier cosa que est
pasando en su interior. ste es un momento especialmente doloroso
para un Tres. Saldrn a la luz sus sentimientos de superficialidad y
frivolidad, lo que ser un terreno frtil para que su superego se lo haga
pasar mal. Puede que esta fuese la primera razn por la que dej de
mirarse a s mismo. Ahora, le atacar por ser tan insustancial y vaco.
Si logra defenderse de sus ataques y perseverar en la exploracin de s
mismo, ver qu enorme ha sido su identificacin con los ideales
familiares y culturales. Ver cuan profundamente se ha moldeado a s
mismo para adquirir la forma de esos ideales, hasta el extremo de que
apenas queda nada de l fuera de esa forma. Puede descubrir que en
realidad no sabe lo que quiere o siente, aparte de lo que cree que

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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debera querer o sentir, y lo ms difcil, que ni siquiera sabe cmo


empezar a hacerse estas preguntas.
El grado de vaco interior que surgir al enfrentarse a su extrema
identificacin con la imagen es profundo. Debido a que gran parte de
su psique y de su energa vital ha estado invertida en la imagen, ha
quedado muy poco de su alma para volverse hacia s misma. De modo
que se encontrar con un inmenso abismo cuando su alma empiece a
abandonar lo que ha invertido en esta fachada. Por ello, los Tres
pueden tener el viaje interior objetivamente ms doloroso de todos los
eneatipos. Si la imagen es una mentira, qu otra cosa hay en l? Esta
es una confrontacin interior muy difcil. Tampoco siente que pueda
confiar en s mismo en esta parte de su terreno interior, debido a que
su sensacin de lo que es real y lo que es verdad es tan variable y tan
poco fiable. ste es un problema que le acompaa en todo el recorrido
de su viaje interior: discernir lo que es verdad para l y cul es el giro
que ha dado a las cosas. De modo que, al igual que en su infancia
sinti su entorno como profundamente carente de apoyo y esto le
caus la creencia de que el nico apoyo que recibira sera el que l se
diera, en este momento tampoco se encuentra a s mismo como digno
de confianza.
El otro problema que le persigue en su proceso es su tendencia
refleja a querer ver los resultados inmediatamente. Quiere que lo que
est descubriendo de s mismo sea til; quiere que su desarrollo le
ayude en su trabajo en el mundo y en las relaciones. Tiende a intentar
envolverlo y venderlo para poder sacar algn provecho de l, ya sea
material o en la forma de elogios por ser tan evolucionado
espiritualmente. Sobre todo, quiere alguna recompensa, en vez de
tener que enfrentarse al precipicio de su vaco interior, que sin duda
no parece nada gratificante.
El vaco destapa los temidos sentimientos de derrota, la sensacin de
que a pesar de sus mejores esfuerzos, no podr moldearse para
convertirse en Dios. ste es el ncleo de su vanidad como hemos
visto: su creencia de que con sus esfuerzos podr alcanzar toda la
plenitud y satisfaccin del Ser. A primera vista, esto puede sonar
146

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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como una expectativa ridcula. Pero para un Tres no lo es. As es


como se siente en el fondo -el origen de sus sentimientos de fracaso e
impotencia- ya sea de forma consciente o no. En algn lugar en su
viaje interior, esta imposible demanda hacia s mismo tendr que
emerger a la conciencia y ser vista como la absurdidad que es. Ver
como todo su incesante hacer tiene sus races en este vano intento, en
los dos sentidos de la palabra.
Tambin ver que su intento de reproducir a Dios ha sido una
defensa, para evitar tener que hacer frente a su desconexin del Ser.
Su interminable actividad ha sido realmente una huida del enorme
lugar vaco que siente como la totalidad de su alma, resultado del
distanciamiento de sus profundidades. Ver que ha confundido el
vaco de haber perdido el contacto con su Esencia para ser quien es, y
por eso senta que no tena otra opcin que huir de s y hacer todo lo
posible para reproducir lo que haba perdido. La compasin por s
mismo surgir gradualmente, a medida que comprenda esto, y su
corazn empezar a formar parte de su autorretrato. A medida que su
corazn se abra a s mismo, el vaco dejar de sentirse como imposible
de soportar y aterrador. Al enfrentarse a esta verdad y permitirse experimentarla totalmente, se transformar en una amplitud
tremendamente tranquila y pacfica. Con el tiempo, los radiantes
colores y cualidades de su naturaleza esencial surgirn de este espacio
interior y se revelarn en todo su esplendor, como un pavo real
csmico al que su personalidad ha imitado con tanto esfuerzo.
En el proceso, a medida que realice repetidas incursiones a su
realidad interior, se sentir progresivamente ms real y en menor
medida como falso. En vez de estar slo consciente de la superficie
del alma y sentir que no hay nada ms en ella, poco a poco empezar a
sentirse ms sustancial y autntico. Progresivamente dejar de vivir a
travs de las imgenes proyectadas y experimentadas de s mismo. De
forma gradual se distanciar de las imgenes e ideales familiares,
sociales y culturales, sabiendo dnde acaban estas y dnde empieza l.
La sensacin interna de ser un farsante, un invento, la imitacin de
una persona, dar paso a una sensacin de simplicidad, naturalidad y
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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autenticidad. Su alma se volver ms y ms transparente a las


profundidades de su interior, y sus acciones expresarn y respondern
a la inspiracin de la realidad objetiva: su naturaleza esencial. Con el
tiempo descubrir que no es alguien que experimenta la Esencia sino
que es la propia Esencia. Y poco a poco se encontrar sintiendo que
forma parte del universo, una bella forma dentro de l, hasta que
finalmente se sentir en armona con la verdad. Se convertir ms y
ms en una persona real, una manifestacin o una encarnacin
consciente del Ser, y por ltimo ser realmente lo que dice ser, convirtindose en una Perla Inestimable.

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CAPITULO5
ENEATIPO UNO
EGO-RESENTIMIENTO
Los Uno son los perfeccionistas del eneagrama. A menudo tienen un
aspecto brillante y resplandeciente, con una cualidad de limpieza y
claridad, a la vez que comunican la sensacin de ser rectos y piadosos.
Los Uno se experimentan a s mismos como buenas personas, que
intentan hacer lo correcto, lo justo y lo moral, aunque con frecuencia
inconscientemente se ven como defectuosos o bsicamente
inadecuados. Al darle gran importancia a a moral, sus antenas estn
atentas a lo que perciben como imperfecciones o incorrecciones, lo
cual desencadena su resentimiento e ira, pues en su mente esto no
debera ser as. Tolerar algo que sienten como no correcto es casi
imposible para ellos, y por tanto desean arreglarlo y corregirlo. En
particular, el comportamiento de los dems suele ser el blanco de sus
intentos de enmendar las cosas. Estn aliados con su superego, y
tienden a enjuiciar y a ser crticos, tanto con ellos mismos como con
los dems.
Muchas veces los Uno se ven agobiados por su agudo sentido crtico
y su intolerancia frente a la imperfeccin, pero se sienten incapaces de
remediarlo. Para ellos, la solucin es comportarse correctamente o que
las cosas funcionen de forma ptima segn su punto de vista. Pueden
ser muy controladores, intentando que los dems hagan las cosas de
forma correcta, aunque en sus propias mentes simplemente estn
intentando hacer las cosas bien. Tambin son autocontrolados,
reprimidos y evitan tener comportamientos, pensamientos y
sentimientos que consideran incorrectos, inmorales o pecaminosos.
Esta autocontencin limita su espontaneidad y su vitalidad, que a
veces dejan escapar desahogndose en distintos tipos de conductas, ya
sea sexualmente, abusando de sustancias o en accesos de ira.
La Idea Santa con la que el Uno ha perdido el contacto es la
Perfeccin Santa. Cuando vemos la realidad desde esta perspectiva,
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percibimos en ella una correccin fundamental inherente. En el


momento en que nos permitimos ver ms all de las anteojeras de la
personalidad, nos damos cuenta de que en todo lo que existe se
encuentran implcitas dimensiones de progresiva profundidad, de
las cuales la fsica es la ms externa y lo Absoluto, un estado por
encima de cualquier manifestacin, presencia e incluso conciencia,
es la ms esencial; esto significa bsicamente reconocer la
existencia de las dimensiones espirituales que existen en todo. O
dicho de otro modo, ver que todo est hecho de la Naturaleza
Verdadera y es por tanto inseparable de ella. Tras esta percepcin
de las mltiples dimensiones del universo, podemos ver en l su
perfeccin desde el punto de vista de la Perfeccin Santa. Vemos
que todo lo que existe posee una rectitud fundamental y que todo lo
que ocurre es correcto y perfecto.
Esta Idea Santa es una de las cosas ms difciles de entender,
porque incluso el sentido en el que se utiliza la palabra perfeccin
est bastante en desacuerdo con la idea egoica de la realidad.
Cuando decimos que algo es perfecto, lo que solemos hacer es
medir esa cosa con nuestro criterio interno de lo que creemos que
es ideal, y determinamos que se aproxima al modelo. Es difcil
concebir un sentido de la perfeccin que no est basado en
comparar una cosa con otra y en juzgar cul se acerca ms a nuestra
norma interna de excelencia y por tanto parece mejor. Esta
sensacin de perfeccin determinada por el juicio comparativo se
basa en las normas subjetivas que han sido configuradas por nuestra
cultura, valores familiares, preferencias personales e historia, y es
la nica perfeccin conocida en el dominio de la personalidad.
Sin el filtro del yo subjetivo, vemos que todo lo que tiene
existencia puede calificarse como completo, entero y sin tacha,
simplemente porque es. Esta sensacin de perfeccin que
experimentamos cuando la realidad se ve a travs de la lente de la
Perfeccin Santa quiz pueda transmitirse de forma ms exacta
mediante las expresiones tomadas de las tradiciones orientales:
mismidad y talidad. En el budismo Zen, esta visin de las
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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cosas se llama kono-mama, que podra traducirse talidad de esto,


o sonomana, la talidad de aquello; en snscrito el trmino es
tathata, o tali-dad; en chino existe el chic-mo o shih-mo.1 Percibir
esta talidad de las cosas es percibir su naturaleza fundamental.
Dicho de otro modo, si vemos las cosas tal como son, lo que vemos
es la naturaleza interior as como su forma exterior. Cada
manifestacin del universo, ya sea un planeta, un rbol o una
persona, se ve aqu como algo continuo e inseparable de la
naturaleza fundamental comn a todas las formas, y esta naturaleza
fundamental se ve absolutamente correcta. La forma externa de una
flor puede ser ms elegante que la de aquella otra que est a su
lado, pero eso no tienen nada que ver con la perfeccin inherente de
cada flor siendo tal como es, pues ambas son manifestaciones del
Ser. Desde este punto de vista, decir que una flor es ms perfecta
que otra no tiene sentido.
Es difcil entender cmo podemos decir que la realidad es
perfecta cuando existe tanto sufrimiento en el planeta ocasionado
por desastres naturales, enfermedades y por las flaquezas humanas.
Quizs mediante una comparacin, tomada de Almaas, resulte ms
fcil explicar la perspectiva desde la cual la realidad tiene este
aspecto: sabemos por la fsica que los tomos son elementos
bsicos que constituyen toda la materia, y a su vez estn
constituidos por partculas subatmicas como electrones y fotones,
y an menores, como los quarks y los gluones. Todos los tomos
son completos, enteros y perfectos a menos que sean alterados, que
es lo que ocurre cuando se crea una explosin nuclear. En este nivel
atmico, tanto si los tomos constituyen una esmeralda o un
excremento, la realidad de cada tomo siegue siendo perfecta.
La Perfeccin Santa slo puede vislumbrarse cuando no estamos
viviendo en la superficie de nuestra experiencia y de nuestras vidas.
Creo que esta es una Idea Santa muy difcil de comprender porque
la mayora de la gente vive en este nivel superficial. Quiz la
siguiente cita de Almaas permita entenderla con mayor claridad:
1

D.T. Suzuki, A Few Statements about Zen, en The World of Zen: An EastWest Anthology, ed. Nancy Wilson Ross (New York: Random House, 1960), pg. 30.
151

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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La manera en que normalmente vemos el mundo no es tal


como realmente es, porque lo vemos desde el punto de vista de
los juicios y las preferencias, de lo que nos gusta y nos
desagrada, de nuestros temo res y nuestras ideas acerca de cmo
deberan ser las cosas. De modo que para ver las cosas como son
realmente, es decir, para ver las cosas objetivamente, tenemos
que dejar stos a un lado, o sea, tenemos que soltar nuestras
mentes. Ver las cosas objetivamente significa que no importa si
pensamos que lo que estamos mirando es bueno o malo, significa
verlo tal como es. Si un cientfico esta realizando un
experimento, no dice: No me gusta esto, por lo tanto voy a
ignorarlo. Puede que no le gusten los resultados porque no
confirman su teora, pero ciencia pura significa ver las cosas tal
como son en realidad. Si dice que no va a prestar atencin al
experimento porque no le gusta, eso no es ciencia. Sin embargo,
as es como la mayora nos relacionamos con la realidad, tanto
interna como externamente. 2
No tiene ningn sentido pensar en mejorar o aadir algo a los
tomos, y del mismo modo, la naturaleza fundamental de la
realidad no es enmendable y no puede ser mejor de lo que es.
Cuando estamos en contacto con todas las dimensiones de la
realidad -cuando estamos en contacto con la naturaleza bsica de
las cosas- es difcil decir que lo que ocurre, incluso aunque
provoque dolor fsico o emocional, debera ser diferente o es
incorrecto.
La mayor parte del sufrimiento humano es el resultado de que la
gente experimenta y vive sus vidas sin estar en sincrona con su
profundidad interior donde la Perfeccin Santa es obvia. Para los
que se atrincheran firme mente en la realidad egoica, la superficie
de sus vidas y su experiencia es una distorsin de la perfeccin
fundamental de sus profundidades. A este nivel, la gente se
2

Almaas, Facets of Unity, pg. 141.

152

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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comporta de maneras que son dainas o desconsideradas con los


dems, como poco, pero esto no significa que fundamentalmente
sean imperfectos o errneos. Incluso aunque la conciencia de una
persona est llena de odio y codicia, su alma est constituida por su
profundidad y es inseparable de ella, por lo cual es inherentemente
perfecta. Cuando la dimensin profunda es parte de la experiencia
de la conciencia de una persona, no es posible que hiera o cause
dolor intencionadamente a otra sin sentir sufrimiento al instante.
Desde esta perspectiva, podemos ver que nadie es
fundamentalmente malo, y que lo que llamamos mal se basa solamente en los juicios que hacemos en el nivel egoico.
Es importante entender que no estoy eximiendo los maltratos
que la humanidad se inflige a s misma, ni sugiriendo que los que
tratan de forma daina a los dems deban quedar impunes.
Simplemente digo que tal com portamiento es slo posible cuando
vivimos nuestras vidas sin armona y sin contacto con la totalidad
de lo que somos, ya que tales acciones no reflejan nuestra
naturaleza fundamental. Tambin sugiero que nuestras interpretaciones y juicios sobre lo que tiene lugar tanto dentro como
fuera de nosotros estn teidos por nuestras actitudes y creencias
subjetivas, que a menudo impiden que podamos percibir una
perspectiva ms amplia de lo que sucede.
Cuando nuestra visin se hace suficientemente profunda, podemos
ver la perfeccin incluso en cosas que parecen trgicas en la
superficie, tales como un gran incendio forestal que limpia la tierra
para un nuevo creci miento; o un accidente que deja paraltico a
alguien, como el de Christopher Reeve, que ha inspirado a millones
de personas con su nimo y voluntad de vivir. Incluso el terrible
sufrimiento de los tibetanos en manos de los chinos puede haber
servido para el propsito ms profundo de llevar la sabidura del
budismo tibetano al resto del mundo. En vez de decidir que algo es
malo, nuestra respuesta se transforma en la de la compasin con el
sufrimiento que vemos, apoyando as la vida, en vez de rechazar lo
que nos parece errneo, lo cual no ayuda en absoluto.
153

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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En lo que tiene que ver con la experiencia de nosotros mismos, la


Perfeccin Santa significa que lo que somos es inherente e
implcitamente perfecto, que somos correctos tal cual somos, que
no necesitamos que nos aadan ni nos quiten nada. Integrar esta
comprensin puede cambiar totalmente nuestro enfoque del trabajo
interior, pues desde esta visin vemos que no precisamos hacernos
mejores, que no necesitamos ser diferentes y que no hay nada
fundamentalmente errneo en nosotros. Lo nico que necesitamos
realmente es conectar con nuestra perfeccin inherente y darnos
cuenta de ella. Desde el punto de vista iluminado del Punto Uno, el
trabajo sobre uno mismo es slo para esto y acerca de esto.
Cuando integramos la visin de la realidad desde la perspectiva
de la Perfeccin Santa y nos hacemos conscientes de la perfeccin
inherente de todo, nuestra experiencia interna, y como resultado,
nuestras vidas, se armonizan con ese nivel de la realidad y lo
expresan. Dicho de otro modo, si estamos en contacto con la
Perfeccin Santa, nuestras vidas adquieren una cualidad de algo
extraordinario y sublime, y sentimos que lo que nos ocurre es lo
correcto, justo lo que es necesario y adecuado para nosotros
mismos y para los dems. Esto representa un cambio real, mucho
ms radical e importante que la mejora personal. Ms adelante, al
final de este captulo, comentaremos algo ms sobre cmo esto
tiene lugar en el caso de los Uno cuando exploran la virtud de este
punto.
Para un eneatipo Uno, perder el contacto con su naturaleza
esencial crea el sentimiento de perder el contacto con la perfeccin
inherente de todo lo que existe y con su propia perfeccin
intrnseca. Para la joven alma de un Uno, el contacto con la Esencia
se experimentaba como la mxima perfeccin, una sensacin de
dicha, de paraso terrenal, un estado donde el alma estaba
totalmente relajada y satisfecha, en el cual no necesitaba hacer nada
y poda descansar instalada en sus profundidades. Cuando pierde el
contacto directo con esta sensacin profunda de perfeccin, el
resultado es un hondo sentimiento de angustia por no estar ya
154

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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habitando esta perfeccin y de no poder estar en contacto con ella.


Pierde la sensacin de que l y la realidad son fundamentalmente
correctos, enteros y completos; y esta ausencia se siente como si
hubiera algo no correcto, como un error. Llega a sentir que es
imperfecto, y puede parecerle que la propia sustancia de su alma
tiene un defecto fundamental, una maldad esencial o alguna cosa
errnea. De aqu surge la fijacin mental o subyacente y la
omnipresente creencia de que l y la realidad que percibe son
esencialmente
imperfectos,
no
suficientemente
buenos.
Encontramos esta fijacin representada por la palabra resentimiento
en el Diagrama 2. Lo realmente malo es que ha perdido el contacto
con su profundidad, pero esta prdida le parece, o la interpreta,
como si l fuese algo bsicamente defectuoso. Es decir, un Uno
percibe la experiencia sentida interiormente, derivada de la no
percepcin de la Esencia, como si en l hubiera un error. A partir
de aqu, llega a desarrollar la conviccin interna de que es corrupto
y malo; la sensacin de que tiene un defecto fatal y no est hecho
de la sustancia adecuada. Esta es la distorsin cognitiva que
subyace a todas las otras caractersticas de este eneatipo, y es lo
que se ha expresado como no ser correcto en el Eneagrama de las
Evitaciones, en el Diagrama 10 del Apndice B: su dolorosa
sensacin nuclear de deficiencia, que le resulta tan intolerable
experimentar totalmente.
Esta sensacin de imperfeccin bsica pudo surgir en una
temprana infancia en la cual se le comunicase internamente, ya sea
de forma directa o indirecta, el mensaje de que no era lo
suficientemente bueno o que no era correcto. Esto puede haberse
producido porque sus necesidades biolgicas fuesen sutil o
abiertamente juzgadas y rechazadas, conduciendo a una sensacin
de que eran errneas, o por haber tenido un progenitor excesivamente crtico o emocionalmente inexpresivo que impusiera un
listn tan alto que al joven Uno le resultase imposible alcanzar.
Uno o ambos progenitores pueden haber tenido a su vez tendencias
del tipo Uno, como un fuerte juicio moral o creencias religiosas
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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estrictas. A veces, la situacin de los primeros aos de su vida


puede haberle hecho sentirse considerado por los padres como
alguien que deba cubrir unas necesidades imposibles de satisfacer,
como reemplazar a un ser querido, por ejemplo, provocndole una
sensacin de no ser suficientemente bueno o de no tener lo
necesario para cumplir la funcin.
Sea cual sea la causa, el Uno se qued con la sensacin de no ser
lo que se necesitaba o se quera en su entorno, as como de ser
incorrecto. Para poder retornar a su estado previo de dicha, necesita
imaginar, formar y crear una idea de lo que es la perfeccin. Intenta
averiguar qu es lo que quiere mam, que ser lo que devolver la
sensacin de armona y de nuevo permitir a su alma relajarse y
conectar otra vez con la perfeccin perdida. De modo que su
impulso instintivo de restablecer la homeostasis se dirige a intentar
ser bueno, lograr la perfeccin y hacer feliz a mam. Al final, su
energa se queda totalmente atrapada en esta lucha por la
perfeccin, y con el tiempo esta bsqueda se vuelve en contra de su
propia energa instintiva. En definitiva, la perfeccin que busca es
la profundidad el mundo -del Ser con el cual ha perdido contacto, y
el recuerdo de cuando exista conduce a esbozos distorsionados de
ideales que utiliza como su criterio subjetivo. La realidad, ya sea
interna o externa, se juzga de acuerdo con estas imgenes y
creencias de cmo deben ser las cosas, y se calcula la distancia
relativa a la perfeccin. Inevitablemente, la realidad siempre se
queda corta respecto a sus normas, y l parece incapaz de percibir
nada como perfecto, en especial respecto a s mismo. ste es el
origen de su intensa autocrtica, por la cual constantemente se juzga
y se censura por sus imperfecciones.
Esta evaluacin de la proximidad al ideal no es en absoluto
neutral, sino que va ms all, lo que convierte al eneatipo Uno en
un perfeccionista: todo lo que no es perfecto se considera malo.
Tolerar lo que l determina como malo significara tolerar su
distanciamiento del Ser, que en las profundidades de su alma es

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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intolerable, y por eso lo malo resulta inaceptable. De este modo, se


aleja y se defiende de experimentar la prdida del Ser.
Los juicios de un Uno sobre lo que es bueno y lo que es malo son
relativos, y estn determinados por sus propias tendencias. De
modo que estar sexualmente liberado para una Uno feminista puede
ser bueno, mientras que para un cristiano radical probablemente
sera malo. Tanto si es conservador como liberal, sin embargo, el
Uno tiende a la ortodoxia en cualquier punto de vista que
mantenga. Para ellos es importante ser polticamente correctos -y
en los crculos espirituales, tambin espiritualmente- y defender de
forma tenaz lo que consideran la lnea correcta.
Con estas determinaciones fijas de lo bueno y lo malo, es obvio
lo que debe hacer: intentar mejorarse a s mismo y a los dems para
que sean buenos y por tanto aceptables. Esto se convierte en una
tendencia interior y en una manera de relacionarse con la vida tanto
interna como externamente, con la intencin de mejorar las cosas.
Impulsados por este profundo sentimiento de incorreccin, los Uno
intentan constantemente corregir las cosas, y se inquietan y se ponen
ansiosos por como son, pues segn ellos no es as como deberan ser.
La bsqueda de la perfeccin, por tanto, es su trampa, como vemos en
el Diagrama 9.
Esta orientacin hacia la perfeccin se hace evidente en la extrema
necesidad de los Uno de ser vistos como buenos y, en oposicin, en la
extrema dificultad que tienen cuando consideran que se les imputa un
defecto o una imperfeccin. La reaccin se traduce al instante
internamente en crtica, que pueden rechazar defendindose,
obviamente en un intento por volver a recuperar una apreciacin
interna de ser buenos. Cuando se enfrentan a un problema psicolgico
o a una capacidad no desarrollada, creen que ya deberan haber
superado esa dificultad, se juzgan severamente, y despus asumen que
como no la han resuelto todava, nunca lo harn. Se siente sin
esperanza para ellos mismos, dando por sentado que hay algo errneo
en ellos, lo que confirma su sensacin subyacente de incorreccin.
Cuando se relacionan con ellos mismos de esta manera, como si ya
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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debieran haberse iluminado, est claro que queda poco espacio para el
crecimiento y poca tolerancia para el desarrollo del mundo interior de
un Uno. Por otro lado, a veces los Uno buscan la crtica de los dems
como una manera de orientarse para saber lo que es correcto y por
tanto lo que es preciso arreglar y cmo hacerlo.
Otra manifestacin de esta necesidad de que las cosas sean buenas
es una intolerancia hacia las emociones negativas. Para un Uno es
muy difcil tolerar la queja, la tristeza y la hostilidad, tanto en ellos
mismos como en los dems. Tienden a intentar que todo sea positivo y
dan consejos como: Anmate, piensa en todo lo que debes
agradecer, Como puedes sentirte infeliz, con la suerte que tienes,
hasta el punto de decirle a los dems que en realidad nos estn tristes
o enfermos. O bien, intentando arreglar las cosas, un Uno puede dar
consejos como: Haz esto y vers como todo ir bien. Permitir lo
negativo es una amenaza de que surja su insoportable sensacin de
incorreccin.
Se esfuerzan por intentar -y estn orgullosos de esforzarse ms que
los dems- corregir y mejorar las cosas. Tienen una sensacin de
superioridad moral, impulsados por una brjula interior de lo que es
bueno y lo que es malo. Predican, aconsejan, hacen cruzadas e
intentan ayudar a los dems para que se conviertan en lo que ellos
creen que deben ser, con la sensacin de tener la misin de lograr la
perfeccin aunque esto signifique atormentar a los que les rodean. Un
ejemplo de esto se vio en la actitud de la responsabilidad del hombre
blanco de llevar la civilizacin a las razas menos desarrolladas,
creyendo que el cristianismo y la cultura occidental salvaran las
almas de los que consideraban paganos. Los Uno son gramticos,
moralistas y expertos en lo que es adecuado y en cmo hacer las cosas
correctamente. Se me ocurren, como representantes de este eneatipo,
Miss Perfecta, y tambin Martha Stewart, con sus explicaciones sobre
cmo hacer las cosas perfectamente en nuestras casas; su revista
Martha Stewart: Living dedica una seccin a las cosas buenas.
El Uno, consagrado a lo que le parece correcto, no concibe que
pueda haber ms de una manera correcta de hacer las cosas, y por lo
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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tanto en su mente queda poco lugar para el desacuerdo con su opinin.


En su bsqueda de hacer las cosas perfectas tiene poca consideracin
y respeto por los lmites y los deseos de los dems, pues lo que es
correcto, en su opinin, invalida todas las preferencias personales.
Para los Uno hacer el mundo perfecto es una causa justa y noble de la
cual son los defensores. Son buenos policas que patrullan el mundo.
Orgullosos de su propio autocontrol, a menudo tambin son muy
controladores con los dems. Lo que t haces les incumbe a ellos, y te
hacen saber cuando te pasas de la raya.
Mientras que estos rasgos perfeccionistas pueden ser difciles para
los dems y con frecuencia dolorosos para ellos mismos, se sienten
obligados a hacer lo que perciben como correcto; es una obligacin
basada en su amor y lealtad hacia la sensacin de perdida de la
perfeccin. Este esfuerzo continuo para perfeccionar a los dems y al
mundo que los rodea llega a idealizarse, y es parte de lo que ellos
creen que los hace buenos. Esto funciona de manera que aunque ellos
sienten que son bsicamente malos, como intentan ser mejores, tiene
alguna posibilidad de ser redimidos. De hecho, dejar de intentar
mejorar las cosas significa para los Uno perder el nico vestigio de
bondad que sienten queda en ellos y perder la nica esperanza de
encontrar su sensacin perdida de la preciosa perfeccin. Abandonar
este intento sera equivalente a sucumbir a su separacin de la
Naturaleza Verdadera y realmente quedarse sin ninguna posibilidad de
salvacin. Intentar cambiar las cosas llega a verse como algo noble, y
por tanto se convierten en catequistas, fanticos del bien. El objeto
de su atencin se va desplazando desde su sensacin interna de
imperfeccin -que a menudo se encuentra enterrada en su
inconsciente- a todas las faltas que ven en los dems y en el mundo. El
esfuerzo de hacer que la realidad se adapte a sus ideales se convierte
en una especie de cruzada, que a veces los enaltece y a veces es
causa de resentimiento por sentirse obligados a participar en ella.
Volveremos a este resentimiento que da su nombre a este eneatipo
cuando discutamos la pasin.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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Las Cruzadas de la Edad Media son un ejemplo a gran escala de


lo que representa ser un Uno. Los cristianos europeos crean tener
la obligacin moral de salvar la Tierra Santa de los infieles y
tambin crean que el esfuerzo los ennoblecera, incluso aunque
fracasasen. Desde un punto de vista psicolgico, todos los Uno se
identifican con su superego, luchando en una campaa contra su
infiel interior, que para l reside en el hirviente caldero de los
impulsos instintivos que es el ello. Las imgenes internas de cmo
deberan ser se oponen de forma rgida e inquietante a la oscuridad
de los impulsos prohibidos del yo instintivo. Para un Uno, el yo
instintivo se ve como un enemigo, como lo que es incorrecto en
ellos mismos y en los dems. Esto se debe a que el yo instintivo
est bsicamente centrado en s mismo e impulsado por el placer,
sin importarle los dems excepto como fuentes de gratificacin, sin
interesarse por nada que no sea el placer fsico, y a causa de que es
codicioso, inmoral e incivilizado. Lo siente como algo animal,
aunque los animales nunca son tan primarios y brutos como esta
parte de los seres humanos.
Hay una pizca de verdad en esta creencia de que el yo instintivo
es el problema. Hemos visto que la reaccin frente a los abusos y
las necesidades fsicas no satisfechas en la primera infancia es lo
que, poco a poco, corta la conexin del alma con el Ser, como
explicamos en el captulo 1. Llegamos a identificarnos con el
cuerpo y sus impulsos instintivos, y el paraso de unidad con el Ser
se convierte en un sueo lejano. El eneatipo Uno se enfrenta a esta
parte -la cual, es importante recordar, todos tenemos- identificndose con lo que considera sus partes buenas: las que son virtuosas,
abnegadas, compasivas y benvolas. A travs de su superego,
intenta controlar y reformar las partes instintivas malas y as
llega a identificarse con el lado bueno. En la rectitud de su lucha
interior por el bien, no se da cuenta de que su rechazo de los
aspectos primitivos no los transforma, sino que por el contrario les
da ms poder en el inconsciente, provocando que se escapen de una
forma u otra en su comportamiento. Esto lo hemos visto a menudo
160

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

en los fanticos religiosos que predican la moral y condenan el


pecado, y despus son descubiertos en srdidos escndalos sexuales
o malversando enormes sumas de dinero de sus rebaos de devotos
seguidores.
Tambin ignoran el hecho de que gran parte de su agresividad,
alimentada por el yo instintivo, rechazado y ocultado, la invierten
en su campaa por hacer las cosas bien y correctamente. Debido a
que esta agresividad no es aceptada en su forma cruda y por tanto
es bloqueada, ya no se trata de un impulso instintivo puro sino de
una distorsin de ste. La distorsin adquiere la forma de ira, la
pasin de este eneatipo, como vemos en el Eneagrama de las
Pasiones del Diagrama 2. En pocas palabras, est enfadado con el
mal, y su enfado es un intento de cambiarlo y al mismo tiempo de
distanciarse de l.
Ichazo, segn Naranjo, define la ira como un oponerse a la
realidad3, y quizs esta sensacin de estar en desacuerdo con lo
que son las cosas describe ms puramente esta pasin. Los Uno ven
la realidad con ideas preconcebidas/falsas aseveraciones, frase que
aparece en el Punto Uno del Eneagrama de las Mentiras, en el
Diagrama 12. Utilizando como brjula su sentido de cmo deben
ser las cosas, el Uno se enfrenta a s mismo e intenta cambiar lo que
encuentra dentro y fuera de l. Nunca nada es suficientemente
correcto, y por esto nunca est satisfecho. Al sentirse responsable
de arreglar lo que percibe como malo, acaba sintindose frustrado y
resentido.
Esta hostilidad perpetua hacia la realidad, que es la pasin de la
ira, es en el fondo un rencor contra s mismo: est resentido,
insatisfecho e indignado con su propia alma, como vemos en el
Eneagrama de las Acciones contra uno mismo, en el Diagrama 11.
Su ira tiene muchos matices. Abarca todo un espectro que va desde
un resentimiento subyacente disfrazado ligeramente con un barniz
de cortesa hasta violentos ataques de pura ira. Junto con su
sensacin de ser incorrecto, experimentar directamente su ira es una
3

Naranjo, Character and Neurosis, pg. 40.


161

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

de las experiencias ms evitadas en el Uno, y por eso la ira aparece


en el Eneagrama de las Evitaciones, en el Diagrama 10. La mayora
de los Uno reprimen su ira a menos que estn convencidos de que
es objetiva, y entonces se sienten justificados para darle rienda
suelta. Algunos Uno parecen perpetuamente enfadados,
malhumorados e irritados con todo y todos, mientras que otros tienen accesos de justa indignacin que les parece totalmente
fundamentada por la maldad, vileza o indignidad obvias del otro.
Algunos son como ollas a presin, conteniendo dentro su rabia
hasta que alcanza una masa crtica que hace saltar la vlvula.
Pueden parecer tranquilos o serenos la mayor parte del tiempo, pero
en la intimidad de sus hogares, con aquellos con quienes se sienten
cmodos, explotan en diatribas crticas o violentos ataques de ira
que incluyen tirar platos, dar bruscos portazos e incluso la violencia
fsica.
La ira puede manifestarse como una actitud general de buscar
faltas, realizar crticas, ser quisquilloso con los detalles o exigente,
transmitiendo el mensaje de que las cosas no estn a la altura
necesaria; o tambin, el Uno puede indicarte todos tus defectos y
ofrecerte la supuesta ayuda con su crtica constructiva, dndote
la mejor de las razones -tu propio bien-, y sin embargo resultando
profundamente hiriente. Pueden estar corrigiendo constantemente
tu lenguaje, o hacindote notar de forma dolorosamente clara qu
regla tcita ests transgrediendo. Tienden a ser sermoneadores y a
asumir el papel de profesor o de ejemplo. Pueden ofrecerte
consejos sin que se los pidas -lo que tambin sienten que es por tu
propio bien-, y as te comunican el hecho evidente, bajo su punto
de vista, de que ellos saben lo que es correcto y t claramente no lo
sabes y ests errando en algn aspecto. Los Unos puede no
reconocer que sus crticas y sus consejos se dan de forma abusiva y
beligerante, pero el dolor y la ira que desencadenan en aquellos que
los reciben no dejan lugar a dudas de la agresividad subyacente y a
menudo inconsciente del Uno.

162

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Para un Uno, es fcil reconocer y aceptar su ira si la considera


justificada, es decir, si siente que es correcta y adecuada, o si su ira
puede invertirse en alguna causa en la cual Dios o el bien puedan
parecer de su lado. Le resulta relativamente fcil reconocer su rabia
cuando lo incorrecto parece residir claramente fuera de l, como le
ocurre a un Uno que ha hecho poco trabajo interior e introspeccin.
Internamente, las partes malas de s mismo son rechazadas, y por
eso siempre le parecen fuera del yo bueno que cree ser; su
agresividad es dirigida entonces tan despiadadamente contra estas
partes malas como hacia la maldad que ve en los dems. Cuanto
ms consciente se vuelve un Uno, sin embargo, ms ver que su
subyacente actitud crtica y airada es en s el problema. La
evaluacin y la crtica compulsivas y el rencor hacia s mismo se
convierten en una enorme fuente de angustia para el Uno. Su yo
crtico interno y su incansable autoculpabilizacin, que se hacen
obvios cuando desplaza su atencin del exterior hacia lo que est
pasando dentro de l, llegarn a experimentarse como brutales e
hirientes, y quiz l se de cuenta de que tampoco le hacen ningn
servicio al bien.
Del mismo modo que el impulso agresivo del yo instintivo llega a
distorsionarse en diferentes formas de ira, el impulso de la libido
tambin surge deformado: la sexualidad es un tema altamente
conflictivo para el Uno. Se la ve como algo escabroso, o incluso
directamente malo e inmoral, pues implica mucha energa instintiva
desenfrenada y poco control. Si puede justificarse que el sexo
cumpla algn propsito superior al puro placer mutuo, como
hacerlo para procrear por el bien de la patria o de la religin,
entonces es tolerable, siempre que no se disfrute demasiado.
El placer fsico es subversivo y sospechoso para la mayora de los
Uno, y sobre todos para los de las generaciones precedentes a las
actuales. Los Uno contemporneos tienden a ser ms liberales
sexualmente, sin embargo an tienen dificultades y a menudo
sentimientos de culpa respecto a permitirse totalmente el placer.
Divertirse, ser despreocupado y -Dios no lo quiera!- hedonista
163

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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suena como ser amoral para muchos Uno, y por lo tanto es


territorio prohibido. Permitirse plenamente sentirse saturado de
placer les parece un pecado. Bajo este juicio est el miedo-de que
su superego los juzgue duramente, de la enorme culpa y de perder
el control- y por tanto no se lo permiten. Es como si permitirse el
placer significase abrir la caja de Pandora y convertirse en esclavos
de sus instintos animales y volverse perpetuamente desenfrenados.
En la inhibicin y restriccin sexual del Uno, hay una
autonegacin, o una condena y castigo hacia s mismo, as como
una actitud de arrepentimiento. Como consecuencia, la sexualidad
del Uno permanece en gran parte no integrada, en estado bruto, sin
refinar, juvenil y a veces bastante torpe. En muchas ocasiones
conservan el sentimiento de un colegial o colegiala haciendo algo
muy impdico y obsceno con lo que no se siente familiarizados
pero que al mismo tiempo les atrae.
Los impulsos sexuales despreciados y suprimidos a veces se
abren paso en los Uno a travs de los episodios de descontrolada
expresin que se mencionaron antes. De forma extrema, es lo que
sucede en los feroces ataques de rabia comentados, y en los
escndalos que salen a la superficie de tanto en tanto cuando algn
miembro destacado del Congreso de Estados Unidos o del
Parlamento Britnico, por ejemplo, resulta ser aficionado a
frecuentar prostitutas y travestis para satisfacer sus gustos sexuales
pervertidos; o cuando se descubre que un cura ha mantenido
relaciones con sus feligresas, en especial las casadas, o que ha
estado acosando a los nios del coro; cuando el defensor fantico
del programa de los doce pasos desaparece durante das a una hora
determinada para coger borracheras de las que luego no recuerda
nada; o cuando el activista pacifista resulta tener una larga historia
de abusos hacia su mujer. En los casos menos extremos, los
impulsos suprimidos del Uno, pueden aparecer en sueos libertinos,
en fantasas de obscenas orgas, en leer romnticas novelas erticas
o en mirar pelculas pornogrficas, a la vez que manifiesta que
deplora la inmoralidad.
164

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Los Uno tienen lo que clnicamente se denomina carcter


obsesivo. Son metdicos, organizados, tranquilos, productivos y
trabajadores. Tienden a ser compulsivamente aseados y ordenados,
deseando que todo est limpio y en su sitio. Esto puede llegar a
extremos verdaderamente obsesivos, en los que la persona se ve
impulsada por una exagerada necesidad de orden, y se vuelve
absoluta y mezquinamente inflexible, como el personaje de Melvin
Edall es la pelcula As Good As It Gets. Algunos Uno estn tan
obsesionados con hacer las cosas de una manera tan perfecta y
meticulosa, que nunca llegan a acabar algo, mientras que otros
hacen las cosas de forma precipitada debido a la ansiedad respecto
a su capacidad de hacer el trabajo bien y por las ganas de
descargarse de una vez de la responsabilidad. Esta misma
inseguridad puede surgir respecto a tomar decisiones: temiendo
realizar la eleccin incorrecta, a menudo prefieren retrasar el
momento de decidir. Todas estas caractersticas son, desde el punto
de vista clnico, del tipo obsesivo-compulsivo, y son
manifestaciones del superego profundo y de los conflictos del ello,
que comentamos antes. Vistas as, las tendencias obsesivas de un
Uno son intentos de limpiarse y de ser puro, as como medios de
expiar su profunda culpa interior por sus imperfecciones.
Esta preocupacin por la limpieza revela un intento de erradicar
una sensacin interna de no estar limpio, del mismo modo que la
preocupacin por el orden habla de una forma de defenderse del
caos interno resultante de las energas instintivas no integradas.
Este intento de mantener encerrado en el inconsciente cualquier
estado o emocin que provoque ansiedad, mediante la exageracin
de su opuesto, ilustra el mecanismo de defensa de este eneatipo,
que se llama formacin de reaccin. En la formacin de reaccin,
cualquier emocin o pensamiento que parezca peligroso sentir o
expresar es apartado de la conciencia y reemplazado por una
emocin opuesta y aceptable. Si sentir odio es tab, por ejemplo,
podemos defendernos de la amenaza interna de sentirlo
experimentando en vez de ello el amor. Por otro lado, si nos da
165

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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miedo el amor, podemos sustituirlo por rechazo, indiferencia u


odio. La formacin de reaccin subyace al mecanismo bsico de los
Uno, por el cual la sensacin de ser malo es evitada mediante la
identificacin con el superego, de manera que puedan verse a s
mismos como buenos y a los dems como malos. Tambin se
encuentra tras el continuo rechazo de las tentaciones del instinto
con sus ataques morales. Como dijo Charles Brenner acerca de la
formacin de reaccin:
Una consecuencia de nuestro conocimiento del funcionamiento
del mecanismo defensivo es que siempre que observamos una
actitud de este tipo que sea no realista o excesiva, nos
preguntamos si no puede haber sido una exageracin como
defensa contra su opuesto. Por lo tanto, deberamos esperar que
un devoto pacifista o alguien que se oponga a la investigacin con
animales, por ejemplo, tengan fantasas inconscientes de crueldad
y odio que a su ego le parecen especialmente peligrosas. 4
En definitiva, los Uno se defienden de una profunda sensacin
interna de incorreccin imitando la pureza y la bondad.
Mantener a raya los anhelos prohibidos y las percepciones de los
defectos prohibidos requiere de los Uno una gran disciplina interna
y autocontrol. Los intentos de controlar a los dems y al entorno
son un ejemplo de su vigilancia, represin y contencin de ellos
mismos. El resultado es una rigidez caracterstica y una falta de
espontaneidad. Esto puede hacer que parezcan afectados en sus
movimientos, modales y manera de hablar, pues se refrenan y se
controlan deliberadamente. Su pensamiento puede reflejar esta
tendencia, haciendo que se mantengan adheridos a las ideas
conocidas y aceptadas sin aventurarse hacia nada ms creativo. Sus
ideas tienden a volverse rgidas y fijas, con poco lugar para la
innovacin o la experimentacin. Lo que no coincide claramente
con su concepto de lo que es correcto, es amenazador, y por lo
4

Brenner, An Elementary Textbook of Psychoanalysis, pg. 85.

166

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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tanto, jugar con ideas que no han sido an clasificadas como


correctas o incorrectas, buenas o malas, tiende a provocarles
ansiedad. Cuando surge una idea o una intuicin nueva, se
convierte en una nueva norma, lo que refleja su tendencia a
establecer leyes sobre la verdad. Actan como raseros para seguir
las reglas y las normas de forma dogmtica, sin tener en cuenta las
caractersticas peculiares de una situacin determinada. Para ellos,
hay una cierta seguridad en seguir metdicamente las normas
preestablecidas, y cuando se cuestionan los principios subyacentes,
surge la correspondiente inseguridad.
Energtica y emocionalmente, el autocontrol de los Uno conduce
a un tipo particular de rigidez y contraccin. Mientras que algunos
Uno no experimentan ni expresan emociones negativas como el
dolor o el miedo, incluso en aquellos que lo hacen, hay una
caracterstica falta de comodidad, relajacin, flexibilidad,
vulnerabilidad y suavidad, una sensacin de que siempre estn en
guardia. Tienden a apretar las mandbulas y los labios, lo que se
relaciona con refrenar sus deseos y contener la expresin de su ira,
que junto con la tendencia a dar consejos y a sermonear, delata que
la boca es la parte del cuerpo asociada a este tipo. En su extremo,
suelen parecer chupados de cara, severos, austeros, escrupulosos,
formales, sin sentido del humor, prosaicos y estirados. El
presidente Jimmy Carter, durante su presidencia, fue un ejemplo de
estas caractersticas del Uno; y Hillary Rodhan Clinton a veces
tambin ha causado esta impresin. Otros ejemplo, algo menos
rgidos pero que probablemente pertenecieron o pertenecen al
eneatipo Unos son: Jimmy Stewart y Katherine Hepburn y, ms
recientemente, Anthony Adwards, Barbra Streisand, Nicole
Kidman y Cybill Shepherd. La interpretacin Church Lady de Dana
Carvey es una gran caricatura de un Uno.
Los Uno tienden a ser inflexibles e imposibles de convencer
cuando creen que tienen razn. Con ellos, las discusiones y
desacuerdos tienen pocas posibilidades, una vez se forman una idea
sobre alguna cosa, y si deciden algo lo mantienen tenazmente.
167

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Quiz, por esta razn el animal asociado con este tipo es el perro,
que se aferrar a un hueso sin que sea posible arrancrselo de la
boca. Los perros son absolutamente leales, como los Uno, a lo que
ellos consideran correcto.
Los Uno, por tanto, dan la imagen de ser personas buenas,
honrados y amables, con una hostilidad y frustracin latentes. Son
compulsivamente honestos, los George Washingtons que no pueden
decir una mentira, incluso aunque la verdad pueda herir. Son
responsables, fiables y trabajadores, como corresponde a su
rectitud. Son serios y con cara de buenas personas, hasta el extremo
dula llaneza que se representa en la pareja de granjeros de la
famosa pintura American Gothic. Son personas impulsadas por las
buenas intenciones -aunque t no desees su caridad- y por altos
preceptos morales, hasta el punto de convertirse en puritanos.
El puritanismo es en s un fenmeno de tipo Uno. Los Puritanos
Americanos del siglo XVII se escindieron de la Iglesia Anglicana,
que era demasiado liberal para ellos, y llevaron su fervor religioso
al Nuevo Mundo. Segn sus creencias, Dios es un soberano
absoluto, el hombre es totalmente depravado y dependiente de la
redencin de que Dios. Creyndose los elegidos de Dios y con la
misin de defender Su Voluntad en la naciente agrupacin de
estados, dictaron la poltica colonial hasta que su influencia declin
en el siglo XVIII. Estos Peregrinos, los Padres Fundadores de los
Estados Unidos, son el origen de la actual tendencia al eneatipo
Uno de la cultura americana: nuestro fuerte sentido de la moralidad,
de hacer lo que est bien, lo que es correcto y justo, as como
nuestra tendencia a actuar como los defensores de la moral en el
mundo. El actual inters y control excesivos de la conducta sexual
del presidente, lo que es inconcebible y absurdo para los europeos,
por ejemplo, quienes no tienen una historia semejante de
pretensiones morales, refleja esta tensin de tipo Uno en la cultura.
El idealismo y el nfasis en ser buenos, tpicos de los americanos,
coexisten de forma conflictiva con otras corrientes dominantes de
la cultura, como nuestra bsqueda del xito y del triunfo
168

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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caracterstica del Tres, con su egosta amoralidad, como se


mencion en el captulo anterior.
El comportamiento tipo Uno est asociado con el victorianismo,
que tom el nombre de la reina Victoria, aunque en realidad fue el
prncipe Alberto el responsable de la mojigatera y la austeridad
asociadas con la poca. Impuso un estricto decoro en la corte
inglesa e inculc la decencia y la severa formalidad en las
costumbres culturales britnicas. La cultura inglesa parece una
mezcla de las tendencias del Uno y del Cuatro; su nfasis en los
convencionalismos sociales y en el decoro, y sus inclinaciones estticas provienen del ltimo, mientras que la actual reina, Isabel, y
quizs Isabel I tambin, parecen eneatipos Uno.
Ms recientemente, vemos este fenmeno de tendencias tipo Uno
en el movimiento antiabortista, cuya defensa de la vida
paradjicamente no impide a los extremistas asesinar a mdicos que
realizan abortos o poner bombas en centros de planificacin
familiar. Un ejemplo ms extendido seran los abogados de la
reforma social que tienen muy poca consideracin por las personas
reales. Podemos encontrar esto en cualquier grupo que crea tener la
razn y a Dios de su lado y se oponga a cualquier otro grupo que
considere como malo o incorrecto. Quiz Bertolt Brecht resumi la
filosofa del tipo Uno al escribir: Los que desebamos un mundo
basado en la amabilidad tal vez no seamos realmente amables.
Hemos visto que los rasgos de la personalidad de cada tipo imitan
e intentan reproducir un estado espiritual particular, como si el
alma tratase de reconectar con la Idea Santa adoptando la forma de
la copia de un estado que parece encarnar la idea perdida. En el
caso del eneatipo Uno, este estado -el Aspecto idealizado- se llama
Brillantez en la terminologa del Enfoque del Diamante. La
Brillantez es la inteligencia del Ser. Es una presencia particular que
se parece a un relmpago o al centelleo del sol en el ocano. Se
asocia con el brillo, la cualidad de iluminar, el resplandor, la
claridad, la agudeza. Es el Ser penetrando con su inteligencia, y
discerniendo, entendiendo y sintetizando lo que encuentra.
169

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Normalmente creemos que la inteligencia y la brillantez son


cualidades puramente mentales, pero aqu vemos que la verdadera
inteligencia es mucho ms que eso. Es la inteligencia de nuestras
almas cuando somos de verdad, cuando estamos presentes totalmente.
Estar totalmente presente significa que estamos integrados con el
cuerpo y abiertos emocionalmente a aquello con lo que nuestra
conciencia entra en contacto, y cuando nuestra inteligencia penetra lo
que encontramos experimentamos esta brillante presencia.
El estado de Brillantez tambin tienen las cualidades de pureza,
atemporalidad y refinamiento. Como el puro resplandor de un destello
de discernimiento, la Brillantez ilumina el alma con la comprensin de
manera limpia, clara y precisa. Una de sus caractersticas bsicas es su
capacidad sinttica, por la cual todos los elementos de una situacin
forman una unidad con la mente, todos los hilos de un asunto se
combinan en un solo entendimiento. La brillantez es la fuente de la
capacidad humana para sintetizar, es lo que experimentamos cuando
todos los elementos de una situacin se agrupan y forman un todo
dentro de nosotros. Tambin es la fuente de la verdadera sabidura. La
pureza de la Brillantez abre el corazn de un Uno. El deseo de su
corazn es ver de forma pura y completa y experimentarse a s mismo
puro y completo. La Brillantez conlleva la promesa de conectarle con
su sensacin perdida de perfeccin. Es el Aspecto Esencial o el estado
de conciencia que se siente como la encarnacin de la Perfeccin
Santa.
La imitacin de la Brillantez adquiere la forma de tener que poseer
las respuestas correctas y de necesitar tener razn, o de ser un
sabelotodo que piensa de una manera disociada del contacto
experimental. Este conocimiento es intelectual, slo de la mente, y
tiene poco que ver con la situacin que se tiene delante. Cuando
somos falsamente brillantes, estamos convencidos de que nuestro
punto de vista es el correcto, de que as como vemos las cosas as son
stas. Tomamos la actitud de afirmar nuestra identidad como alguien
que tiene el conocimiento correcto. Estas ideas preconcebidas slo
pueden basarse en la opinin o en el pasado, y este alguien que cre170

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

emos ser inevitablemente es una construccin mental, y por tanto no


algo inmediato.
Visto desde este ngulo, el eneatipo Uno se parece a una copia de la
Brillantez. La dominante preocupacin acerca de tener la razn y de
ser bueno, que presupone una sola respuesta o una sola manera
correcta de ser que hay que descubrir y cumplir, as como la
caracterstica aceptar la vida con unas normas preconcebidas, es un
ejemplo de esto. Estos rasgos centrales de los Uno son distorsiones del
conocimiento directo que surge cuando contactamos con el momento
presente de una forma directa y a travs de la experiencia, con una
frescura desprovista de ideas preconcebidas. El impulso del Uno de
ser puro es una imitacin de la pureza inherente en la experiencia de
Brillantez. Su tendencia a imponer sus valores y normas a los dems
es una imitacin de la calidad de nuestra verdadera inteligencia, que
no conoce lmites y puede penetrar cualquier cosa que deseemos
entender. Esta severidad, ya sea en las maneras o en la crtica, imita la
agudeza y la precisin de la Brillantez. Curiosamente, muchos Uno,
como Hillary Rodhamm Clinton, tienen una apariencia brillante,
impecable y limpia, que refleja la luminosidad de esta cualidad
esencial que intentan encarnar.
Para transformar su conciencia, el eneatipo Uno necesita acercarse a
su proceso interno as como a su vida externa con una actitud de serenidad, la virtud de este punto, como vemos en el Eneagrama de las
Virtudes, en el Diagrama 1. Qu significa serenidad en este contexto?
Principalmente significa no mantener esta tendencia caracterstica de
la personalidad a reaccionar contra lo que experimentamos. Cuando
nos identificamos con nuestra personalidad, en vez de simplemente
permitir la experiencia y estar con ella, intentamos hacer algo con ella,
sobre ella o para ella. No podemos slo dejarla ser y estar abiertos
para tocarla directamente con nuestra conciencia, para que pueda
surgir la comprensin. Esta es la oposicin a la realidad que, como
hemos visto, es la definicin que hace Ichazo de la ira, la pasin de
este eneatipo. Cuando nos oponemos a nuestra experiencia, estamos

171

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

reforzando el yo que reacciona. Dicho de otro modo, estamos fortaleciendo nuestra personalidad y nuestra identificacin con ella.
Aunque todos los tipos de personalidad tienen en comn esta
reactividad, para los Uno es ms nuclear, as como el principal
obstculo en su trabajo interior. Para ellos es muy difcil relacionarse
con las experiencias interiores o con las percepciones sobre ellos
mismos sin evaluarlas inmediatamente, es decir, intentando averiguar
si son buenas o malas, de acuerdo con juicios y evaluaciones basados
en el pasado. Esta es una reaccin refleja para los Uno, un movimiento
interno compulsivo y central en ellos, y les resulta difcil responder a
su experiencia de otra manera. Si un Uno decide que lo que
experimenta es malo, intenta cambiarlo para que sea bueno. Si decide
que una percepcin de s mismo es mala, se pone a la defensiva contra
ella. En ningn caso puede dejar la experiencia tal cual, aceptndola
como es, sin una actitud hacia ella. Aunque la atencin sigue centrada
principalmente en lo que no es correcto sobre su experiencia, a veces
decide que lo que encuentra es bueno, al menos momentneamente.
En tal caso, intenta retener la experiencia, y este aferramiento le hace
separarse de ella. Cualquier reaccin a la experiencia, ya sea moverse
hacia ella, alejarse de ella o intentar cambiarla, crea una contraccin
en el alma y bloquea nuestra capacidad de aprender de ella. Nuestra
Brillantez no puede funcionar y no podemos entendernos
profundamente, lo cual es necesario para que nuestra conciencia
crezca y cambie.
La ira nos ciega a la verdad. Cuando nos posee, nos estamos defendiendo contra aquello hacia lo que reaccionamos. Intentamos apartarlo
o forzarlo a cambiar, y nos quedamos atrapados en nuestra realidad
subjetiva. Estamos apoyando aquello que creemos ser, y damos la
razn y defendemos a nuestras identificaciones. En vez de intentar
entender qu botn se ha activado dentro de nuestra psique, nos
ponemos en contra del objeto de nuestra clera.
Si somos serios en el descubrimiento de la verdad de quin somos, es
necesaria una actitud de serenidad hacia nuestra experiencia.
Serenidad significa recibir el momento con apertura de corazn y de
172

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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mente -aceptar cualquier cosa que surja dentro o fuera- y no


reaccionar contra ello. En vez de juzgar o evaluar nuestra experiencia
de la manera habitual, simplemente nos abrimos, permitindonos ser
tocados por lo que hay. Esto implica permitirnos no saber, lo que a su
vez significa defendernos contra la exigencia de certeza de nuestro
ego. Tambin significa abandonar nuestras creencias de lo que debera
y lo que no debera estar ocurriendo, y sobre lo que es bueno o malo.
Significa no protegernos de lo que consideramos malo, desagradable o
incmodo. Significa dejar que nuestra conciencia acoja totalmente
nuestra experiencia para que podamos conocer de manera directa con
qu estamos contactando. Al hacer esto, nos abrimos a la verdad del
momento, y as nuestra conciencia puede ser afectada por ella. En vez
de intentar mantener una sensacin positiva del yo, nos vemos como
realmente somos. Sin nuestros juicios, encontramos simplemente lo
que es, sin que quede oculto por los velos de nuestro pasado.
De modo que para un Uno, la actitud serena hacia s mismo inicia
etapas especficas de la transformacin interior. Estas etapas
comienzan con la percepcin de su identificacin con el superego,
viendo de forma destacada el patrn de juicios y normas, las
arbitrariedades, y el sufrimiento, dolor y tormento que causan.
Necesita entender por qu es tan fuerte su necesidad de normas, lo que
significar darse cuenta de que es una defensa contra la sensacin de
experimentarse a s mismo como malo y contra las capas ms
profundas de su personalidad, y que funciona como la esperanza de
recuperar la dicha perdida de la perfeccin. Tambin es necesario
entender y asimilar la psicodinmica: la influencia de su historia en la
creacin de este patrn. Tambin debe percibirse y entenderse su
actitud defensiva habitual hacia lo que experimenta como crtica y
hacia lo que experimenta como inadecuado en l. Finalmente, esto
conducir a relajar la necesidad de evaluar su experiencia y ponerse en
contra de ella. Poco a poco, al volverse ms abierto y no reactivo, es
decir, ms sereno, empezaran a mostrarse las partes que desaprobaba y
contra las que se defenda. Surgirn los estados emocionales que haba
considerado negativos y aprender cada vez ms a tolerarlos y a
173

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

sentirlos totalmente, al tiempo que empezarn a transformarse. Cuanto


ms abrace y acepte estos aspectos de s mismo, ms se relajar su
alma, y su actividad del ego se calmar con la sensacin de que no hay
nada que hacer ni nada que arreglar en su interior.
La definicin de Ichazo de la virtud de la serenidad podra ser de
utilidad: Es la calma emocional, expresada por un cuerpo que se
siente cmodo con l mismo y receptivo a la energa del Kath (el
centro del vientre). La serenidad no es una actitud mental sino la
expresin natural de la totalidad en un ser humano seguro de sus
capacidades y totalmente autnomo. De modo que en vez de intentar
ser perfecto, experimenta su integridad, y de este modo est sereno. El
contacto con el centro del vientre se produce al integrar la capa
instintiva. Esta capa, origen de muchos de sus impulsos y
sentimientos, saldr a la superficie y necesitar ser asimilada a travs
de la conciencia y de la comprensin. Al hacer esto, esos impulsos
profundos de los que se haba defendido con tanto esfuerzo se
volvern cada vez ms puros y menos compulsivos.
Bajo estas relaciones objetales y estas partes del alma que recuerdan
a los animales, se encuentra lugares vacos que inicialmente el Uno
interpreta como malos o no suficientemente buenos. En tanto que no
reaccione a esto agujeros, su conciencia podr investigarlos y penetrar
en ellos. Surge entonces una espaciosidad para la cual las etiquetas
bueno o malo no tienen ninguna relevancia. Ms all de las
estructuras eclipsadoras que nublan su conciencia, la vibracin y la
vitalidad del Ser se transparentar poco a poco. Integrar estos aspectos
le permitir sentir que tanto l como su vida son cada vez ms ricos,
reales, tridimensionales, plenos, espontneos, imprevisibles y
maravillosos.
Este proceso no es lineal ni rpido, y aunque el viaje de cada
individuo Uno a travs de este territorio tendr sus variaciones
particulares, stas son las lneas generales bsicas. En cada etapa sern
precisas la receptividad y la apertura hacia la experiencia interior, que
son las actitudes de la serenidad. Al mismo tiempo, la serenidad se
convertir cada vez ms en un estado interior a medida que progrese el
174

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

trabajo interno del Uno. La raz latina de la palabra sereno significa:


claro, despejado, tranquilo. En esto se convierte el Uno a medida
que deja de reaccionar a su experiencia. El que est detrs de las nubes
de la personalidad -de los velos de su yo histrico- se ve cada vez con
ms claridad y l puede apreciar la realidad de forma cada vez ms
objetiva, tal como es. En el proceso, su conciencia se calma, y l cada
vez se irrita con menos facilidad. Su corazn se abre, su mente se relaja y su percepcin se vuelve ms transparente, verdaderamente
brillante. Al percibir las cosas con amor y deleite en vez de con
juicios, puede instalarse en el momento y simplemente ser. De forma
cada vez ms constante, habita en una profunda quietud interior y est
en paz consigo mismo y con el mundo. Al fin puede conocer su
perfeccin.

175

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

CAPTULO6
ENEATIPO CUATRO
EGO-MELANCOLA
Los Cuatro son dramticos, emotivos, romnticos, y parecen sufrir
ms que los otros tipos. A menudo hay algo trgico en ellos que
surge de una desesperanza interior de poder llegar a estar alguna vez
verdaderamente satisfechos. Es como si estuvieran eternamente
llorando por una conexin perdida que han echado de menos desde
que estn vivos, y su sufrimiento interior parece inconsolable e
inmutable. En algunos Cuatro esta melancola es obvia, mientras que
otros parecen muy animados y exultantes. Sin embargo, el
entusiasmo con que estos ltimos se esfuerzan por parecer
ilusionados y optimistas delata la desesperacin que se oculta tras
esta fachada.
Los Cuatro quieren que se les vea como nicos, originales,
estticos y creativos; y al ser uno de los eneatipos de la imagen -junto
con el Tres y el Dos- se muestran de esta manera. Valoran su gusto
refinado y su sensibilidad, que normalmente les parece ms arraigada
y profunda que en los dems. Aunque a menudo dan la impresin de
sentirse superiores o endiosados, por dentro se sienten socialmente
inseguros, temerosos de no ser amados y aceptados. Tienden a
sentirse solos y abandonados, discriminados y no accesibles a los
dems. Su principal centro de atencin normalmente son las
relaciones, que muy a menudo son tensas e incluyen problemas y
frustraciones. Anhelan la conexin con los dems, pero las relaciones
satisfactorias siempre parecen eludirles. Da la sensacin de que los
dems tuvieran vidas y relaciones ms satisfactorias que ellos, y por
ello experimentan mucha envidia. La situacin de ellos respecto a la
de los dems nunca es justa, y anhelan que las cosas sean diferentes.
El lugar ideal perdido desde donde observar la realidad -la Idea
Santa que resulta esencial en este tipo es el Origen Santo. Segn el
grado de con-ciencia, podemos entender esta Idea Santa de diferentes
176

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

maneras. Si creemos ser nuestros cuerpos y por ello nos identificamos


principalmente con nuestra realidad fsica, el Origen Santo nos dice
que toda vida se origina a partir de una fuente comn y obedece a las
mismas leyes naturales. Respecto a un origen comn en el nivel fsico,
la teora del big bang postula que todo el universo se gener en una
gigantesca explosin csmica, y por ello todo lo que existe tiene su
origen en este momento de la creacin. Los principios universales que
gobiernan toda vida se reflejan en la astrofsica y en la fsica
subatmica, en la biologa y en las ciencias que tienen que ver
concretamente con los seres humanos: sociologa, antropologa,
psicologa, etc. Los fenmenos espaciales en las galaxias lejanas
tambin obedecen a las mismas leyes de la fsica que nuestro propio
sistema solar y nuestro planeta. La vida en la Tierra actualmente se
entiende como originada a partir de una chispa comn que se prendi
en el caldo primordial, de modo que en el nivel fsico, toda la
naturaleza parece tener un comienzo comn. Todos los seres humanos
nacen y se desarrollan fsicamente de la misma manera, no importa su
raza o cultura, y todos estn sometidos a las mismas leyes genticas y
biolgicas. Aunque nuestras caras y cuerpos son ligeramente
diferentes y por tanto nicos, el hipermaleable molde fsico es el
mismo. As que, desde la mayora de los fenmenos fsicos
universales hasta nuestros propios cuerpos, toda la materia est unida
por los mismos principios.
En otro nivel de conciencia, cuando sabemos que somos algo ms
que una forma fsica y reconocemos que es nuestra alma la que habita
y anima nuestro cuerpo, entendemos el Origen Santo como el hecho
de que todos los seres humanos compartimos esta caracterstica. Saber
que somos algo ms que lo fsico, es reconocer el dominio Espiritual
como parte de nuestra existencia. As, el reconocimiento de nuestra
alma como nuestra naturaleza nos conduce al Espritu del cual nuestra
alma forma parte. Vemos por tanto, en este nivel de comprensin del
Origen Santo, que el Ser es la Fuente de la cual surgen todas las
almas. De modo que, aunque cada uno de nosotros es un alma nica,
todos tenemos como fundamento el dominio de la Naturaleza
177

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Verdadera. A este nivel, no slo se ve al Ser o a la Naturaleza


Verdadera como el origen del alma humana sino tambin como la
fuente de toda manifestacin. Todo, por tanto, se ve originado a partir
del Ser, al cual volver cuando esa manifestacin termine. A este
nivel, nos consideramos como entidades separadas cuya naturaleza
interior surge de una Fuente comn a todo lo que existe.
Ms all de esta comprensin del Origen Santo, existe otra basada
en darse cuenta de que toda manifestacin no slo surge del Ser sino
que de hecho es parte de l. En esta etapa de percepcin y
comprensin, todo lo que existe se experimenta como diferenciaciones
del propio Ser, y por ello la forma y la Fuente son indistinguibles.
Otra manera de decir esto es que toda manifestacin se ve como olas
en la superficie de un mar, y nosotros sabemos que somos
inseparables de l. Aqu no nos experimentamos como originados a
partir del Ser, sino ms bien como el propio Ser. No estamos
conectados con el Ser, somos el Ser. Somos el Origen. Por tanto, a
este nivel, nuestra identificacin es con el propio Ser, no con una
encarnacin o una manifestacin separada de l.
Del mismo modo que nuestra comprensin del Origen Santo va
alcanzando niveles ms y ms inclusivos, nuestra comprensin del Ser
se va volviendo progresivamente ms profunda. Nuestra experiencia
del Ser comienza con la experiencia de la Esencia, nuestra naturaleza
interior, y culmina experimentndolo como lo Absoluto, un estado que
est ms all de la conceptualizacin e incluso de la conciencia.
Cuando experimentamos todo como el Ser en el nivel de lo Absoluto,
encontramos una enorme paradoja que la mente no puede resolver: lo
que surge y lo que no surge es indistinguible. Se vuelve imposible
hablar sobre un Origen a partir del cual surgen las formas, pues la
manifestacin y la no manifestacin son la misma cosa en este nivel.
Percibir las cosas en esta honda dimensin significa estar en contacto
con un profundo misterio.
Como ya hemos comentado, las Ideas Santas no son estados de
conciencia o experiencias especficas, sino ms bien diferentes
perspectivas o dimensiones de la compresin derivadas de la
178

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

experiencia directa. Sin embargo, unos tipos especficos de


experiencias dan lugar a estas nueve formas de entender la realidad.
Estos tipos de experiencias son los del Aspecto idealizado. Esto puede
sonar complicado, pero si lo entendemos en relacin con el Punto
Cuatro, lo veremos claro. A travs de la experiencia, contactamos con
la percepcin de la realidad representada por el Origen Santo, que
surge de estar centrado dentro de uno mismo. Cuando nos sentimos
centrados en nosotros mismos, nos sentimos conectados y en contacto
con lo que consideramos nuestra fuente. Del mismo modo que nuestro
entendimiento del Origen Santo alcanza niveles cada vez ms
profundos, nuestra sensacin de lo que es esta fuente variar a medida
que profundicemos en nuestra sensacin de lo que es este yo.
Inicialmente, podemos sentirnos unidos con nosotros mismos si
estamos en contacto con nuestros cuerpos, sintindonos totalmente
dentro de ellos, profundamente en contacto con nuestras
sensaciones fsicas e inmersos en ellas. Esta sensacin de contacto
cono nosotros mismos basada en el cuerpo es lo que impulsa a
mucha gente a diferentes actividades fsicas, que van desde
participar en enrgicos deportes hasta ir a entrenarse a un gimnasio,
y muchas personas no se sienten ellos mismos si no lo hacen.
Adems de las razones psicolgicas, como la liberacin de
endorfinas, el ejercicio nos saca de nuestros pensamientos y nos
pone ms en contacto con nuestra experiencia inmediata, y por ello
nos sentimos ms en contacto con nosotros mismos. No obstante,
este nivel de acceso a nosotros mismos est limitado por el tiempo
y por la salud; la enfermedad o la incapacidad fsica y el inevitable
envejecimiento limitan en gran medida esta forma fsicamente
dependiente de entrar en contacto con nosotros mismos.
Otras personas se sienten en contacto con ellas mismas cuando
estn experimentando sus emociones. La catarsis emocional puede
conducir a una sensacin de conexin interior, especialmente en los
que tienen dificultades de acceder y/o expresar sus emociones. Tal
liberacin emocional es muy til y necesaria en determinadas
etapas del trabajo interior, cuando tratamos con la represin y la
179

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

inhibicin emocional, pero una vez hemos tenido acceso a nuestros


sentimientos y hemos podido expresarlos fcilmente, la catarsis
continua puede ser improductiva. Muchas personas se vuelven
adictas al desahogo emocional porque les proporciona un estmulo
rpido y les hace sentirse conectados con ellos mismos. Como las
emociones son los sentimientos de la personalidad -en el Ser no
experimentamos los estados emocionales como normalmente
creemos que son-, con el tiempo esta dependencia de la expresin y
la descarga emocional slo sirve para apoyar nuestra identificacin
con la personalidad. Como las emociones parecen ser la clave para
poder contactar con nosotros mismos a este nivel, tambin las
tomamos como algo definitivo y no cuestionamos nuestras
reacciones, y as nos mantenemos apegados a ellas. Por otro lado,
adentrarnos en nuestras emociones y atravesarlas sin quedarnos en
ellas puede conducirnos ms all de la personalidad hasta el
dominio del Ser, y esto es parte de la razn por la cual el contacto
emocional es necesario para nuestro desarrollo espiritual. Esto
tambin es necesario si vamos a hacer el duro trabajo de digerir
totalmente y transformar la personalidad, en lugar de simplemente
pasar por encima de ella.
A medida que progresa nuestro desarrollo, sentirnos
verdaderamente en contacto con nosotros mismos significa estar en
contacto con el Ser. Antes de eso, cuando nos sentimos abrumados
por las sensaciones fsicas debido al dolor o a la enfermedad, y no
podemos ir ms all, no nos sentimos en contacto con nosotros
mismos. Cuando nos encontramos dentro de una sacudida
emocional, no nos sentimos en contacto con nosotros mismos. Slo
cuando estamos profundamente en el momento y nuestra conciencia
est anclada en sus profundidades, sentimos que hemos llegado a
nuestro centro. En esta fase, sabemos que somos el Ser.
Esta experiencia de nosotros mismos como el Ser se llama el
Punto o el Yo Esencial en el lenguaje del Enfoque del Diamante, y
es el Aspecto idealizado del Punto Cuatro. Es el nivel de contacto
con nosotros que se ha descrito antes, en el cual sabemos que
180

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

somos el Ser. En vez de identificarnos con nuestro cuerpo o nuestra


personalidad y nuestras emociones o reacciones, sabemos que lo
que realmente somos es la Naturaleza Verdadera. Esta experiencia
es lo que se conoce en la literatura espiritual como autorrealizacin,
despertar o iluminacin, que son diferentes maneras de describir la
experiencia de adquirir la conciencia de quienes realmente somos 1.
El estilo de personalidad del eneatipo Cuatro es un intento de
reproducir esto; es la copia que hace la personalidad de ello.
Volveremos a este tema cuando exploremos la psicodinmica de
este tipo.
Para un eneatipo Cuatro, la prdida de contacto con el Ser en
la primera infancia es sinnimo de la prdida de la percepcin y la
experimentacin de s mismo como algo inseparable del Ser y
proveniente de l. El resultado es una profunda sensacin interior
de desconexin de lo Divino, que es la creencia o fijacin
omnipresente en este tipo, y se describe como melancola en el
Diagrama 2. Para experimentarnos desconectados de algo, debemos
creer que somos algo independiente que ha perdido su conexin
con otra cosa independiente, la aparentemente inevitable identificacin con el cuerpo, que es la identificacin ms profunda que
hace un ser humano establecido en la personalidad, conduce a la
conviccin de nuestra separacin esencial en todos los eneatipos.
Dicho de otro modo, como cada uno de nuestros cuerpos es distinto
de todo lo dems, llegamos a creer que somos en definitiva
entidades independientes. Aunque es comn a todos los eneatipos,
esta creencia es la base sobre la cual fundamentan todas las presuposiciones y caractersticas resultantes del eneatipo Cuatro,
debido a su particular sensibilidad respecto al Origen Santo.
Como un barco que se ha soltado de su amarre, la experiencia
interna de un Cuatro es la de ser alguien separado que ha sido
arrancado del Ser y est a la deriva. Existe una intensa sensacin
interior de desconexin y alejamiento de los dems, pero sobre todo, y
lo que es ms importante, de las profundidades internas. Esta prdida
1

Integrar y vivir esta comprensin es otra cuestin, relacionada ms directamente con la Perla, o Esencia Personal, comentada en el captulo 4.
181

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

de contacto con el Ser es experimentada por el Cuatro como haber


sido abandonado, o como si el Ser se hubiera retirado u ocultado. En
un principio, el Cuatro siente como si su madre o su familia se
hubieran alejado de l, pero la raz de esto es la prdida del contacto
con el Ser. Lo que queda es una sensacin de carencia y de prdida,
que se siente como si le faltase su propia esencia. Existe un gran anhelo de reconexin, de anclarse de nuevo a aquello que se ha perdido.
Esta sensacin de abandono y este deseo de restablecer el vnculo
con el Ser, aunque inconsciente, es importantsima en la psicologa de
un Cuatro. Es tan importante que toda la sensacin del yo de un
Cuatro est construida alrededor de esto, hasta el punto que el anhelo
se convierte en algo ms relevante que el logro, y las personas o las
situaciones que ofrecen constancia y posibilidad de conexin a
menudo son despreciadas o rechazas de forma inconsciente. Sin darse
cuenta, los Cuatro se adhieren a la experiencia de estar desamparados,
perpetuando esta profunda sensacin.
Como una de las tendencias de la psicologa humana es
experimentar a la persona que acta como madre durante la infancia
como una encarnacin del Ser, para un Cuatro las inevitables rupturas
del contacto con ella se convierten en sinnimos de la desconexin
con la fuente, el Ser. Filtrada a travs de la sensibilidad del Cuatro, la
madre, que es la fuente de la nutricin y la supervivencia en la
infancia, se experimenta como separada, alejada o totalmente ausente.
Puede desde luego haber ocurrido un abandono real, desatencin,
renuncia de responsabilidades, no haber proporcionado los cuidados
adecuados o un rechazo sutil o evidente por parte de la madre. Tales
experiencias no estn limitadas a los Cuatro, desde luego, pero debido
a su sensibilidad hacia la desconexin de la Fuente, para ellos son centrales y conducen a su predisposicin de ver a los dems como alguien
que los abandonar inevitablemente.
El principal estado de nimo interior de los Cuatro es la tristeza y
una pesada sensacin de carencia, un sentimiento de estar abandonado
y un inconsolable e insaciable anhelo, como si estuvieran en perpetuo
duelo por la conexin que se perdi. De aqu que Ichazo diera a este
182

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

tipo el nombre de Ego Melancola. Esta sensacin de carencia puede


experimentarse como una sensacin de escasez, de privacin, de
miseria, de pobreza interior, de quejumbrosa necesidad. Un Cuatro
puede no saber ni ser capaz de decir exactamente qu es lo que le
falta, pero est convencido definitivamente de que algo ha perdido. En
el fondo, hay una profunda desesperacin de que nunca volver a
reconectarse o a ser incluido en el amor de Dios. Siempre estar fuera
y nunca sabr cmo entrar. Todos los dems tienen el secreto, pero a
l se le ha negado. Le resulta peligroso experimentar el dolor de su
prdida: podra provocarle la desesperacin o hacer que se sintiera
vulgar. Volveremos a esto ms tarde. Por tanto, en el Eneagrama de la
Evitaciones, en el Diagrama 10, la desesperacin (prdida)/simple
tristeza aparece en el Punto Cuatro.
Acompaando a este sentimiento de privacin, est la creencia,
consciente o inconsciente, de que es culpa suya que la conexin con el
paraso perdido -comoquiera que se conciba ste- se interrumpiese.
Puede sentir que sus propias necesidades y deseos de conexin fueron
el problema, o la sensacin de deficiencia puede conllevar la creencia
de ser malo, insuficiente, inadecuado o de poseer algn defecto fatal,
que para algunos Cuatro alcanza el extremo de sentir que hay algo
inherentemente malvado o perverso en ellos. Existe una sensacin
trgica y absoluta de irrevocabilidad, como si fuese irreparable y no
pudiera decirse ni hacerse nada para liberarse de esta maldad.
La sensacin de prdida puede experimentarse como una
desorientacin, una sensacin de no saber realmente dnde est o
cmo ha llegado hasta all, una sensacin de no estar realmente
conectado a nada ni a nadie, pero especialmente la sensacin de estar
desconectado de s mismo. Parece como si, en comparacin con los
dems, viviera en la periferia de la vida, sin ningn sentido de la
orientacin. Algunos Cuatro parecen perpetuamente ausentes,
aturdidos, narcotizados o no totalmente en el presente. Algunos no
tienen el sentido fsico de la orientacin y se pierden, aunque hayan
ido muchas veces a un mismo lugar. Algunos tropiezan constante-

183

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

mente con cosas o personas, porque les falta la percepcin fsica del
espacio que incluye todos los objetos.
La reconexin, la ansiada reparacin de la escasez interior, se
busca externamente. Para un Cuatro, es como si todo lo positivo
estuviese fuera de l. Este anhelo de llenarse con los dems o con lo
que ofrece el mundo exterior no es un deseo pasivo ni tranquilo, es
una exigencia, aunque sea expresada de forma tcita. Es como si el
Cuatro estuviera diciendo: Siento que debera tenerlo y por lo tanto
debera tenerlo. Aunque la sensacin de tener este derecho no se
limita a este eneatipo, todos los Cuatro la tienen en relacin con algn
aspecto de sus vidas. Parece como si creyeran que, a menos que
insistan en lo que ellos quieren, no lo recibirn. Tambin, con esta
creencia de tener un derecho que reclamar, transmiten la sensacin de
que como han tenido tantas carencias y han sufrido tanto, el mundo
est en deuda con ellos y por ello debe satisfacer sus deseos. En lo
ms hondo, esta creencia es una manera de no experimentar su
insoportable sensacin de escasez.
Una vez sus deseos han sido satisfechos, sin embargo, el objeto
deseado empieza a perder su atractivo y su inters se desplaza a otra
parte. Buscar fuera de s mismo la satisfaccin inherentemente ofrece
slo una gratificacin limitada, pues lo nico que resolvera la
sensacin de carencia del Cuatro es la reconexin con sus
profundidades. Nada ni nadie puede llenar nunca completamente su
deficiencia interior, y por ello, el Cuatro est en un perpetuo estado de
insatisfaccin. No obstante, para una Cuatro, el problema suele
encontrarse en el objeto deseado. No es que Este anhelo no pueda
colmarse externamente y por eso no es extrao que no me sienta
satisfecha, sino ms bien que Hay algn error en la persona o la
cosa que deseo, o quiz no es eso exactamente lo que yo quiero.
Los Cuatro culpan al objeto de su deseo, encontrando defectos e
imperfecciones que justifican su falta de satisfaccin, y el objeto es
rechazado. O bien, una vez obtenido el objeto deseado, la atencin del
Cuatro se desplaza a cualquier otro aspecto de su vida que no sea
adecuado o a cualquier otra cosa que pueda necesitar. Insatisfecho,
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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disgustado, descontento, nunca nada es suficientemente adecuado para


un Cuatro. Lo que tiene o consigue siempre acaba perdiendo su brillo,
y su anhelo se desplaza hacia aquello que est fuera de su alcance. Las
cosas podran ser siempre algo diferentes, mejores, ms esto o ms
aquello, y quiz, slo quiz, l podra por fin estar contento. Pero para
un Cuatro la felicidad es efmera, inevitablemente algo la echa a
perder, y el deseo de satisfaccin empieza de nuevo. Este patrn
revela el deseo manifiesto de felicidad, y lo que vemos bajo la
superficie es que lo que un Cuatro quiere realmente es mantener su
identidad de alguien que desea y no obtiene.
Este encontrar pegas a todo y anhelar perpetuamente, hace que los
Cuatros mantengan su mirada centrada en el exterior y de ese modo se
protegen de su sensacin interna de deficiencia. Si nada los colma,
deben seguir buscando la cosa perfecta que les contentar, y as nunca
tienen que hacer frente a la verdad de que lo externo no puede
proporcionarles la satisfaccin que desean. Si se enfrenta a esta
verdad, la actitud interior de anhelar y desear tendr que abandonarse,
y debern sentirse emociones internas muy dolorosas.
El anhelo les conecta con el Amado perdido de la infancia: el Ser
que filtran a travs de la madre. En los profundos rincones de su alma,
abandonar el anhelo significara soltar a este Amado, y esto
significara estar verdaderamente perdido, a la deriva, y sin esperanza
de redencin. De modo que la adiccin a desear y a anhelar lo que est
ms all de su alcance mantiene al Cuatro en contacto con este
Amado. Tambin hace que los Cuatro sean romnticos incurables, que
se encumbran por encima de la vida ordinaria a travs del idealismo y
la nobleza de su bsqueda, al menos dentro de su propia psique. As
permanecen leales al Amado perdido, y con esta retorcida estrategia
intentan mantenerse conectados con el Ser.
Del mismo modo que los Cuatro se sienten abandonados por los
dems, tambin ellos abandonan a los otros a travs de esta frustrante,
y al mismo tiempo incansable, bsqueda eterna de satisfaccin. Con la
conviccin interna de su inherente maldad, o como mnimo,
insuficiencia, anhelan la intimidad y la cercana de los dems y, sin
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

embargo, les resulta difcil permitrselo. Estar realmente abiertos y


vulnerables significara revelar su sensacin interior de carencia o de
maldad, y creen que entonces sin duda seran abandonados, repitiendo
la intolerable herida inicial. De modo que aunque los Cuatro profesan
un ansia por la cercana, tienden a mantenerse a cierta distancia de los
dems. Es mucho ms seguro desear desde la distancia y sentir la
dulce tristeza de un amor no correspondido que arriesgarse a
exponerse de verdad. En consecuencia, para una Cuatro las relaciones
son difciles, una fuente de penosos sentimientos y la inevitable
sensacin de que el amor les es negado. No obstante, y quiz por eso,
las relaciones son el centro de atencin principal para los Cuatro, y
cuanto ms tormentosa sea una relacin, ms atractiva les resulta. El
tpico patrn de relacin para un Cuatro es sentirse atrado hacia
alguien que no est disponible emocionalmente o sino, intensos
encuentros, rupturas repentinas, anhelos, reconciliaciones, slo para
repetir el ciclo una y otra vez.
Lo que no tienen les parece a los Cuatro mejor que lo que tienen.
Lo que tienen los dems les parece mejor que lo que tienen ellos. Lo
que son los dems creen que es mejor que lo que son ellos. A sus ojos,
los otros tienen lo que ellos no tienen, ya sean posesiones reales o
atributos personales: la hierba siempre crece ms verde en la casa del
vecino. La pasin, por tanto, es la envidia, como vemos en el
Eneagrama de las Pasiones, en el Diagrama 2. La pasin de la envidia
recorre toda una gama de matices, desde simplemente querer tener
algo que tiene otro hasta un odio malicioso hacia el objeto de deseo.
Si veo a otra rubia, la voy a matar, dijo una vez una amiga ma
Cuatro, que tiene el cabello oscuro, para caracterizar el odio de su
envidia. En un nivel ms sutil, la envidia se manifiesta como un deseo
de experimentar internamente algo diferente, algo que parece mejor y
ms deseable que lo que est sucediendo en el momento.
A travs de las formulaciones tericas, la psicoanalista Melanie
Klein, que probablemente tambin fuera un Cuatro, confiere a la
envidia un papel de importancia central en la comprensin de la
psicopatologa y en el trabajo con los pacientes psicoanalticos ms
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

intratables, aquellos que parecen no sacar ningn provecho de la


experiencia. A la manera tpica de los Cuatro, su trabajo provoc un
cisma en la Sociedad Psicoanaltica Britnica, que hasta el momento
an no se ha resuelto; segn las palabras de Jay Greenberg y Stephen
Mitchell: En medio del torbellino de las controversias y de las
antipatas generadas alrededor de las aportaciones de Klein, hay
comprensiblemente poco acuerdo respecto a la naturaleza precisa de
sus puntos de vista o de su lugar dentro de la historia de las ideas psicoanalticas2. Es difcil saber si las descripciones fantasmagricas
que hizo Klein del mundo interior destructivo y vengativo del nio
son exactas, o si son las capas sobrepuestas de la conciencia de un
adulto con un claro sesgo de tipo Cuatro. Sin importar lo precisas que
sean sus percepciones en un sentido genrico dentro del terreno de la
psicologa del desarrollo, sus ideas nos permiten comprender este
eneatipo.
De nuevo, segn Greenberg y Mitchell, Klein sugiere que la
envidia primaria y primitiva representa una forma particularmente
maligna y desastrosa de agresividad innata. Todas las otras formas de
odio en el nio estn dirigidas hacia los objetos malos... La envidia,
por el contrario, es odio dirigido hacia los objetos buenos. El nio
experimenta la bondad y la cualidad nutricia que le proporciona la
madre, pero siente que es insuficiente y est resentido por cmo
controla la madre esta cuestin. El pecho da leche en cantidades
limitadas y despus desaparece. En la fantasa del nio, sugiere Klein,
se siente que el pecho atesora la leche para su propio provecho...
Como consecuencia de la envidia, el nio destruye los objetos buenos,
sin que se haga la disociacin, y se da el subsiguiente incremento de la
ansiedad y el terror persecutorios. La envidia destruye la posibilidad
de esperanza.3. Volveremos al tema de la esperanza y desesperanza
ms tarde, pues es especialmente importante para entender la
psicologa de los Cuatro. Lo que falta en la comprensin de Klein de
la envidia del nio es el elemento interpersonal -que el nio, cuya
identidad an est fundida con la de la madre, responde en la manera
2
3

Jay.R. Greenberg and Stephen A.Mitchell, Object Relations in Pshychoanalytic Theory (Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1983), pg. 121.
Ibd. Pg.s 128-29.
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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en que los Cuatro experimentan a la madre de forma odiosa y


vengativa. La experiencia de la infancia de un Cuatro a menudo es la
de que su madre no la dejaba destacar u ocupar un lugar de
importancia, y que era competitiva y la envidiaba.
Implcita en la envidia, hay un alejamiento o rechazo de lo que los
Cuatro tienen o experimentan. Esto tiene su origen en el tipo particular
de superego que caracteriza a los Cuatro. Tienen un perverso superego
que constantemente los compara con una imagen idealizada de cmo y
qu deberan ser, y los atormenta por no dar la talla. Naranjo ha
observado que como tipo de imagen, que ocupa la esquina del
eneagrama caracterizada por su excesiva preocupacin por el aspecto,
los individuos de eneatipo IV se identifican con esa parte de la
psique que fracasa en alcanzar la imagen idealizada, y siempre est
luchando para lograr lo inalcanzable 4. Identificados como estn con
la parte de ellos mismos que no coincide con la imagen idealizada de
cmo y qu deberan ser, estn continuamente a merced de los
reproches y sarcasmos de su acusador interior. A diferencia del
superego de los Uno, la cuestin aqu, como dice Naranjo, es ms
esttica que tica5 en el sentido de que es el aspecto lo que cuenta: el
superego de un Cuatro no lo castiga por ser bsicamente una mala
persona sino por ser de algn modo incorrecto y por tanto no mostrar
la imagen ideal. Nada de lo que hacen o sienten parece
suficientemente bueno o correcto para su juez interior, que es mordaz,
despreciativo, acusador e inevitablemente hipercrtico. El grado de
maldad y veneno que los Cuatro pueden dirigir a los dems es mnimo
en comparacin con lo que guardan para ellos. Este patrn proviene de
que se consideran responsables de su sensacin de desconexin y por
ello se atacan salvajemente. Su agresin por tanto es asumida por sus
superegos y dirigida contra ellos mismos. Llevado al extremo, esto
puede conducir a un profundo y permanente odio contra ellos mismos
que surge de la inalterable conviccin de que son un fracaso de
persona.
4
5

Naranjo, Character and Neurosis, pg. 97.


Ibd., pg. 117.

188

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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Este brutal rechazo y odio dirigido a s mismos es parte de lo que


contribuye a la tendencia depresiva que caracteriza a los Cuatro.
Aunque los Cuatro no son los nicos tipos que experimentan
depresin, la inclinacin hacia esta direccin es inexorable debido a
las fuerzas internas que hay en juego. La cualidad de la depresin
caracterstica de los Cuatro es una profunda negrura interior en la cual
la vida parece insoportable, y en la cual el yo parece, utilizando los
trminos de Freud, pobre y vaco6. Todo -en especial ellos mismosparece imposible de solucionar. La agresin se dirige hacia ellos
mismos.
En la teora psicoanaltica, existen una serie de factores implicados
en la depresin, todos ellos importantes para este eneatipo. El primero
es una especie de prdida o fracaso en la relacin con la persona que
ejerci de madre en la primera infancia, un perodo en el cual la
sensacin del yo se est desarrollando y es frgil al mximo. El
segundo es el hipervigilante superego. Volviendo al primer factor,
debido a que la madre y el yo no son totalmente diferenciados en la
conciencia del nio, la prdida de la relacin con la madre se
experimenta tanto como una prdida de ella como de s mismo.
Margaret Mahler cree que la fase concreta del desarrollo que est
implicada en el origen de la depresin es la de acercamiento, desde los
quince meses hasta los dos aos, en la cual el nio est desarrollando
una sensacin independiente del yo y de sus capacidades, pero an
necesita la fusin y el contacto con la madre. Segn Mahler, se
produce un fracaso de la madre respecto a aceptar y a entender los
impulsos opuestos del nio durante este perodo hacia la expansin y
la liberacin de la madre y las necesidades repentinas de renovar el
contacto con ella. Cree que esto ocasiona ambivalencia y agresin
hacia la madre, prdida de la autoestima y finalmente depresin. Esto
tambin conduce a una bsqueda permanente de los dems para
reforzar la autoestima.
Gertrude Blanck y Rubin Blanck explican la teora de Freud sobre
la depresin as: La diferencia esencial entre el duelo normal (dolor)
6

Freud, Mourning and Melancholia, Vol. 14 de la Standard Edition, 1975, pg. 249.
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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y la melancola (depresin) es que, en el primer caso, el objeto ha sido


amado y perdido, y en el segundo, el amor es anulado por la
agresin7. El dolor de la prdida de un objeto no suele implicar
autorrecriminaciones y la prdida del valor de uno mismo. En la
depresin, sin embargo:
La prdida del objeto es equivalente a la prdida de parte de
la autoimagen; la persona deprimida puede identificarse con el
objeto perdido en un intento de recuperar lo que ha perdido. En
ese caso, sus autocrticas provienen de crticas en un principio
dirigidas hacia la persona emocionalmente significativa, ya sea
alguien perdido o alguien conectado con la prdida. La
autocrtica es por tanto la expresin de la ira que fue parte de la
actitud ambivalente original hacia el objeto cuando estaba
presente.8
En la depresin, por tanto, la agresin que en un principio se senta
respecto al objeto perdido se dirige hacia uno mismo en la forma del
superego. Otros factores implicados en la depresin son el fracaso en
vivir de acuerdo con los ideales del ego y una sensacin de impotencia
y desesperanza sobre algo en particular o la vida en general. Aqu de
nuevo vemos las comparaciones del Cuatro frente a imgenes
imposibles interiores de cmo debera ser, as como una sensacin a
menudo simultnea de incapacidad de lograr lo que cree que debera
ser capaz de lograr. La actitud de la envidia est implcita en esto:
desear lo que uno no tiene y lo que no es. Por esta razn, la
simulacin, la imitacin y la proyeccin del aspecto deseado, est en
el Eneagrama de las Mentiras, en el Diagrama 12. La desesperanza
inherente a la depresin no es un abandono de la esperanza sino ms
bien una sensacin de fracaso a la hora de alcanzar o conseguir lo que
uno desea. Si realmente abandonas la esperanza de algo, surge una
sensacin de neutralidad y paz. Cesa la bsqueda y el esfuerzo. Por
7
8

Gertrude Blanck and Rubin Blanck, Ego Psychology: Theory and Practice, Vol. l (New York: Columbia University, 1974), pg. 260.
Moore y Fine, Psychoanalytic Terms and Concepts, p. 53.

190

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

otro lado, cuando sientes desesperanza por algo, te ests apegando


tenazmente a lo que quieres, y sientes desesperacin por no tenerlo.
En el fondo de la desesperanza de un Cuatro se encuentra la
imposibilidad de alcanzar la imagen interior idealizada de cmo o qu
debera ser. Inherente a ello se encuentra la firme conviccin de que
no es adecuado tal como es y que debera parecerse a este ideal. Esto
tambin est alimentado por la esperanza inconsciente de que si se
asemeja a esta imagen interior idealizada, quiz el objeto perdido
volver. No hay un abandono o renuncia de esta imagen de
perfeccin, sino el aferramiento tenaz a ello y la resultante sensacin
de desesperanza por no alcanzarlo. Como consecuencia se produce un
abatimiento que se siente funesto, melanclico y torturador. Esta
desesperacin sombra y punzante es la que tie el estado emocional
de un Cuatro.
Tambin implcito en su apego por el ideal de perfeccin, est el
mecanismo de defensa asociado a este tipo por Naranjo, el de la
introyeccin. La introyeccin se refiere a incorporar algunas
cualidades, actitudes o caractersticas del objeto amado dentro de la
propia psique. En el caso de los Cuatro, lo que incorporan es el ideal
del ego y las resultantes exigencias del superego, los castigos y
recompensas de los padres, especialmente de la madre. Aunque a
primera vista puede parecer increble que un Cuatro pueda
experimentar apego por su perverso e hiriente superego como un
mecanismo de defensa, si vemos esto como una forma de evitar la
total prdida interior del objeto y en consecuencia de la sensacin del
yo, se vuelve ms comprensible. Es por esta razn que Blanck y
Blanck critican la tcnica teraputica que llaman el mtodo de la
gabardina reversible para tratar la depresin, en el cual el paciente es
animado a exteriorizar su agresividad interna. En la persona
deprimida, la economa interna por la cual la agresin se dirige hacia
uno mismo es una forma de mantener el contacto con el objeto, y por
ello exteriorizar la ira y el odio es equivalente para la psique a perder
el objeto amado. Tambin por esta razn, como hemos comentado,
aunque los Cuatro pueden sentirse desgraciados y manifestar su
191

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

anhelo por la felicidad, en realidad estn apegados a su sufrimiento,


pues a travs de l mantienen la conexin con el objeto perdido. Slo
comprendiendo esta dinmica y ponindose en contacto con el amor
subyacente hacia el objeto perdido puede empezar a disolverse este
doloroso patrn.
La introyeccin tambin se manifiesta de otras maneras en los
Cuatro: incorporan partes de aquellos a quienes aman y admiran.
Adquieren o imitan su forma de hablar y giros del lenguaje, su manera
de vestir, de comer, de pensar y de comportarse; adoptan sus formas
de hacer ejercicio -o de no hacerlo- y sus actitudes y modales.
Algunos Cuatro son ms depresivos, mientras que otros parecen
perpetuamente animados con una especie de euforia manaca, como se
mencion al comienzo de este captulo. Otros alternan entre estos dos
tipos de comportamiento. En el lado manaco, los Cuatro se mantienen
muy ocupados intentando encontrar cosas que puedan llenarles para
evitar la melancola interna y proporcionarse estmulos emocionales,
en la forma de relaciones tempestuosas, dramas interpersonales,
diversiones, trabajo, compras, etc. Este tipo de Cuatro parece feliz,
pero su vitalidad es forzada, como si tuvieran que parecer positivos,
vivaces y enrgicos. Ya sea arriba o abajo o movindose entre uno y
otro de estos extremos emocionales, lo comn para todos los Cuatro es
la intensidad emocional. Lo mundano y ordinario se desprecia a favor
de la excitacin y la exageracin emocional. Volveremos a esto ms
tarde.
Debido a la dinmica interior que hemos explorado, la vergenza
aparece con frecuencia en la psicologa de los Cuatro. La vergenza
se refiere a un amplio espectro de estados afectivos dolorosos azoramiento, humillacin, mortificacin y deshonra- que acompaan
al sentimiento de ser rechazado, ridiculizado, puesto en evidencia o no
respetado por los dems9. Ser, expresarse y descubrirse totalmente es
la fuente de la vergenza de los Cuatro, pues lo que son no coincide
con lo que piensan que deberan ser. Esto hace que para ellos sea
extremadamente difcil revelar algo que sienten, piensan o creen y que
9

Ibd., p.181.

192

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

no encaja con su imagen de perfeccin. Temen que el mundo exterior


los humillar, lo cual es una proyeccin de la vergenza que
experimentan internamente en manos de su superego. Para muchos
Cuatro, el temor de ser vistos como inadecuados, incorrectos,
defectuosos o imperfectos constituye una preocupacin constante en
sus relaciones con los dems.
Para evitar esta deshonra y la prdida del autorrespeto resultante
que temen se produzca cuando se muestren a los dems, muchos
Cuatro se retiran, volvindose fros y distantes, y mantenindose
apartados de los dems. A menudo recriminan su alejamiento a
aquellos de los que se aslan, perpetuando as su sensacin de
separacin. Tambin se vuelven poco comunicativos, explicando poca
cosa sobre ellos mismos y presentndose ante los dems como muy
sosegados, reservados y contenidos. En pocas palabras, se vuelven
controlados, como vemos en el Eneagrama de las Acciones contra uno
mismo, en el Diagrama 11. Ponen cuidado en lo que expresan y en
cmo se comportan. Cada movimiento es filtrado a travs del censor
interior, y el resultado son unos modales estudiados, contenidos y a
menudo artificiales. La consecuencia suele ser una sensacin de
formalidad, decoro e incluso esnobismo y afectacin, y la impresin
de estar siempre en una pose. Como el caballo, el animal asociado a
este tipo, dan la imagen de elegancia controlada, de poder reprimido.
Obviamente, hay poco lugar para la espontaneidad en su
comportamiento y, lo que es ms importante, en su vida interior.
A nivel social, el mundo de los protocolos, de los manuales de
comportamiento, las reglas de conducta, las formalidades y los
modales correctos son la especialidad de la Cuatro. Transmitir un
mensaje diplomticamente sin necesidad de decirlo en voz alta,
comunicar de forma indirecta algo que podra ser conflictivo o
considerado inadecuado son las habilidades en las que destaca el
Cuatro. La cultura japonesa, en la cual los protocolos estrictos
gobiernan todos los aspectos de las relaciones, es un ejemplo de esta
caracterstica del Cuatro. Para un japons, traer la vergenza sobre
uno mismo, sobre su familia, clan o pas es una de las ofensas ms
193

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

graves, y ha conducido a la ritualizacin del suicidio como una


manera de reparar la deshonra. Incluso la eleccin de un regalo, el
lugar donde se compra y como se envuelve estn regidos por estrictos
protocolos para la ocasin. Aunque Japn, como el resto del mundo,
est adquiriendo cada vez ms las tendencias del tipo Tres, acelerando
su ritmo de vida y centrando la atencin en los logros personales y en
el envase antes que en el contenido, su tendencia fundamental es la del
Cuatro. El camino espiritual del budismo Zen, con su insistencia en la
espontaneidad y en llevar la mente fresca del principiante a cada
momento, parece haber surgido como un antdoto frente a la cultura
japonesa exageradamente ritualizada y formalizada. Sus formas y
prcticas, sin embargo, an siguen las normas de hace siglos y para
muchos son rituales vacos.
Aunque no es habitual, a veces se encuentran personas de este tipo
cuyo comportamiento parece lo opuesto al estilo ms tpicamente
reservado y refinado del Cuatro. Esta clase de Cuatro concede especial
importancia a actuar de forma espontnea y sin inhibiciones, aunque
se comporten audaz y escandalosamente, o incluso con mala
educacin e impertinencia, sin respeto por la propiedad, las
convenciones o los efectos que produzcan en los dems. En vez de
expresar una ausencia de vergenza, este estilo lo que busca es
desafiarla, lo cual simplemente es una defensa para no experimentarla.
Y, como en el otro caso ms obviamente controlado, no necesariamente est realizando un contacto ms directo con la experiencia,
aunque parezca lo contrario.
Ya sea el estilo ms controlado o el ms exhibicionista, este
eneatipo y el eneatipo Dos, el Ego Adulacin, al que volveremos
momentneamente, son los ms sentimentales del eneagrama, lo ms
hbiles emocionalmente. Esta emocionalidad extrema filtrada a travs
del control se manifiesta como una disposicin para lo dramtico,
pues en vez de expresar espontneamente lo que sienten, los Cuatro
dramatizan sus emociones. En ellos hay una clara teatralidad, la
sensacin de que lo que estn expresando es en parte real y en parte
una representacin. Aqu podemos recordar la actitud afectada de
194

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Oscar Wilde, o a la gran bailarina Isadora Duncan, que en un estilo


tpicamente Cuatro muri estrangulada por su foulard cuando ste
qued atrapado en las ruedas de un descapotable. Las Cuatro son
grandes actrices; Uma Thurman y Gwyneth Paltrow son ejemplos
actuales. En conexin con esta tendencia hacia la teatralidad, est la
parte del cuerpo asociada con el Punto Cuatro, los pulmones. Uno
recuerda grandes quejidos y lamentos, suspiros, desmayos y lloros, y
adems los pulmones estn asociados con la tristeza en algunas de las
medicinas holsticas tradicionales. Lo que se evita, como vemos en el
Eneagrama de las Evitaciones, en el Diagrama 10, es la simple
tristeza.
Los Cuatro pueden ser venenosos, rencorosos y mordaces con los
dems, a menudo expresndose de manera indirecta mediante
agudezas, desdenes o ataques disimulados envueltos en una exhibicin
de amabilidad y educacin. Su intencin inconsciente generalmente es
infligir a los dems la vergenza que ellos evitan experimentar, as
como mantener o establecer la sensacin de su propia impecabilidad.
En la superficie, tienden a culpar a los dems por sus problemas, y
para ellos es muy difcil reconocer su contribucin a un conflicto con
otra persona, pues para evitar los ataques de su desprecio interior
necesitan ver al otro como equivocado.
Como una defensa ms para no experimentar la vergenza que
sienten por ellos mismos, los Cuatro adoptan una actitud superior
respecto a los dems. El sentir y el sufrir intensamente -ms
intensamente que los otros desde su punto de vista, lo que quiz sea
cierto, ya que su atencin est centrada en ello- les confiere una
distincin y una nobleza que los eleva por encima de los dems, a los
que ven como menos sensibles, menos refinados y menos perceptivos
de los matices del alma. Es como si a travs de su nostalgia,
melancola y su extrema inversin en sutilezas emocionales, permaneciesen fieles a la Fuente perdida, y aunque no se sientan en contacto
con ella, conservan una especie de proximidad. Debido a esto,
permanentemente parecen atascados en el lamento y en la congoja por
el contacto y el amor que han perdido, y tienden a aferrarse al dolor y
195

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

a las reacciones emocionales. Por ejemplo, pueden sufrir por un


matrimonio o una relacin que termin hace veinte aos, incapaces
aparentemente de superarlo. A veces parecen estar luchando contra lo
insoportable -la rudeza y la insensibilidad del resto de la humanidad- y
llevando esta carga con una adusta dignidad, si son del tipo exultante,
o con evidentes demostraciones de dolor si son del otro tipo.
A veces, sienten que nadie puede entender verdaderamente la
profundidad y la magnitud emocional que experimentan, y por eso, a
partir de su desconexin de los dems, extraen la sensacin de ser
mejores que ellos. Este retirarse se transforma en una actitud de
altivez y esnobismo desdedonde miran a los dems. Esto puede
alcanzar el extremo de percibir a los otros en general, o a personas
concretas, como despreciables y como el blanco de sus burlas y
ridiculizaciones. Algunos Cuatro simplemente ignoran a aquellos que
sienten que no merecen su atencin. Tienden a ser elitistas,
comportndose como si creyesen ser la crme de la crme,
obviamente como una formacin de reaccin a sentir precisamente lo
opuesto en su interior.
Esta tendencia puede tambin ser una manera de reclamar derechos
como reaccin a la sensacin interna de haber sido abandonados o
maltratados, de manera que el Cuatro siente que se le debe un trato y
unos privilegios especiales. Como dice Naranjo:
Aunque el individuo pueda estar hirviendo de desprecio y odio
hacia s mismo, la actitud hacia el mundo exterior es la de una
prima donna, o al menos la de una persona muy especial.
Cuando este reclamo de singularidad se ve frustrado puede
complicarse con un papel de vctima de genio incomprendido.
Paralelamente, los individuos tambin desarrollan rasgos de
ingenio, conversacin interesante y otros atributos en los cuales
la disposicin natural hacia la imaginacin, el anlisis y la
profundidad emocional, por ejemplo, se ponen secundariamente

196

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

al servicio de las necesidades de contacto y del deseo de despertar la admiracin.10


La sensacin interior de desconexin implcita en la prdida del
Origen Santo conduce a un anhelo por aquello que le hace a uno
sentirse conectado, por aquello que es original, autntico, creativo y
directo. Por esta razn, los Cuatro se sienten atrados hacia las artes y
otras carreras relacionadas con la esttica, ya sea en el lado creativo o
en el de la apreciacin. El sufrimiento y los artistas han estado
perennemente asociados, y parte del apego de un Cuatro hacia sus
estados emocionales es debido a esta relacin. Los estados
emocionales intensos conducen a una sensacin particular de conexin
con uno mismo, como se coment al comienzo de este captulo. Las
profundidades de la emocin nos llevan hasta los lmites de nuestros
huecos, de estos lugares de nuestras almas donde el contacto con la
Esencia se perdi. Experimentamos una sensacin de profundidad y
de sentido; y a partir del sufrimiento, se manifiesta la creatividad. No
hay nada como un trgico romance para agitar los jugos de la
creatividad, como demustrenlas grandes canciones de amor de todas
las pocas, que en los sesenta estuvieron representadas por las trgicas
canciones de Joni Mitchell y Leonard Cohen, probablemente dos
Cuatro.
Las cosas y las personas que son verdaderamente originales y
creativas conectan al Cuatro con estas cualidades, y a travs de la
proximidad participa en ellas. Su valoracin de lo refinado y la
belleza, sin embargo, puede alcanzar un punto de exquisitez, una
exaltacin exagerada de tales cosas, llegando a tratarlas como si
fueran piedras preciosas. Puede, por ejemplo, tratar una obra de arte o
una msica con una reverencia que suele reservarse a lo religioso.
Pero, como dice Naranjo:
Una inclinacin hacia el refinamiento... puede entenderse
como el esfuerzo por parte de la persona para compensar una
10

Naranjo, Character and Neurosis, pgs. 115-16.


197

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

deficiente imagen de s misma (de manera que una autoimagen fea


y un ideal refinado de uno mismo puedan apoyarse mutuamente);
adems, tambin revelan el intento por parte de la persona de ser
algo distinto de lo que es... La falta de originalidad que suponen
tales imitaciones perpeta a su vez una envidia hacia la
originalidad; al igual que los intentos de imitar a personas
originales o el deseo de emular la espontaneidad estn condenados al fracaso.11
La importancia de la originalidad, de la autenticidad y la
espontaneidad para los Cuatro nos conduce de nuevo al Aspecto
idealizado de este tipo que empezamos a tratar al comienzo de este
captulo. Despus de haber explorado los patrones emocionales, de
comportamiento y de creencias de un Cuatro, podemos ahora entender
totalmente cmo este tipo es una imitacin de la cualidad Esencial
llamada el Punto en el lenguaje del Enfoque del Diamante.
Experimentar el Punto es experimentarnos como no estando
determinados en absoluto por nuestras circunstancias o nuestra
historia personal, y por tanto siendo libres y liberados. Es reconocer
nuestra verdadera identidad: expresiones nicas e individuales de lo
Divino, inseparables de ello. Es la experiencia de ser un centro
brillante de luz. Intentar parecerse a alguien que es original, creativo,
autntico, espontneo y especial -adoptando una imagen que encarna
las cualidades del Punto- es el intento del Cuatro de reproducir esta
experiencia. Aunque resulta imposible, esta autenticidad deseada es la
trampa de los Cuatro, como vemos en el Diagrama 9.
La teatralidad y el drama de los Cuatro puede verse como un intento
de proporcionar peso a los sentimientos de esta representacin del yo
o falso yo, as como una imitacin de la experiencia del Punto, la de
ser una estrella, llena de significado, profundidad y sentido. Un Cuatro
contempla esta imagen de s mismo para que le proporcione una
sensacin de realidad, y por ello, las emociones que emanan de este
concepto de s son en mayor o menor grado sacrosantas y reales.
11

198

Ibd., pg.116.

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Por ello, a menudo estn convencidos de la validez de sus reacciones


y estn a la defensiva hacia los dems, como hemos visto. Desde esta
perspectiva, podemos ver que la caracterstica resistencia de los
Cuatro respecto a lo que son las cosas, tanto en el interior como en el
exterior, es un intento de apuntalar la falsa sensacin del yo propia de
la personalidad; la representacin de uno mismo. Este patrn se
origin en una negacin para ayudarnos a discriminar entre nosotros
mismos y la madre en la temprana infancia, y por ello como adultos
apoya la sensacin de ser distintos.
La clave para el desarrollo de un Cuatro es la virtud asociada con
este punto, la ecuanimidad, como vemos en el Eneagrama de las
Virtudes, en el Diagrama 1. La definicin de Ichazo de ecuanimidad
es la siguiente: Es el equilibrio. Un ser completo vive en armona con
su ambiente. Sus movimientos son econmicos y siempre apropiados
para sus circunstancias. No se ve afectado emocionalmente por los
estmulos externos, pero responde a ellos exactamente en la medida
necesaria.
Como hemos comentado, la virtud es tanto lo que se necesita para la
evolucin espiritual de uno como el producto de ella. Para vivir la
vida equilibrada que seala Ichazo, se necesita un equilibrio
emocional y mental, as como una imperturbabilidad, y adems la
aceptacin de lo que es y una capacidad de no exaltarse por los
acontecimientos externos. Bsicamente un Cuatro debe acercarse a la
experiencia sin reaccionar a ella, sin aferrarse a ella y sin necesitar que
sea correcta, dramtica o fuera de lo comn. Slo entonces es posible
que responda a la vida con equilibrio.
Esto implica una serie de cosas respecto al proceso interno. En
primer lugar, significa asentarse plenamente en s mismo y en su
experiencia y no resistirse a ello. No entrar plenamente en su
experiencia es lo que mantiene a los Cuatro en la superficie de ellos
mismos, desconectados de algo ms profundo. El anhelo de que ocurra
algo diferente y la comparacin con otros slo perpeta esta
desconexin, como hemos visto. La ecuanimidad, por tanto, significa
que el comportamiento controlado y controlador del Cuatro necesita
199

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

ser sustituido por una actitud de rendicin y apertura hacia lo que est
ocurriendo, interna o externamente, en vez de luchar contra ello.
Precisa no desear ser diferente o experimentar algo distinto de lo que
est ocurriendo en el momento. A su vez, significa no compararse con
los dems ni con una imagen interior de cmo debera ser.
Para que este cambio de orientacin tenga lugar, los Cuatro deben
reconocer cmo se juzgan, censuran y controlan a ellos mismos
continuamente para aproximarse a su imagen interior de cmo creen
que deberan ser, y adems, cmo se avergenzan a ellos mismos por
no lograrlo. Necesitan ver cmo este no permitirse ser quienes son los
distancia de la experiencia directa y por tanto perpeta la sensacin de
estar desconectados y as es como ellos mismos se abandonan.
Tambin necesitan entender de qu manera este patrn les hace
sentirse desesperanzados, en lo que respecta a ellos, y abandonar la
esperanza de asemejarse a un ideal y aceptarse tal como son. Tambin
significa ponerse en contacto con la agresividad y el odio hacia s
mismos que comporta esta resistencia a ser quienes son, y entender y
sentir realmente que de este modo se infligen sufrimiento.
Los Cuatro necesitan ver que su resistencia a los estados y
emociones negativas slo los perpeta. Necesitan entender que el
trabajo a travs de las reacciones emocionales y las creencias mentales
slo es posible cuando se permiten ser totalmente ellos, porque de otro
modo el entendimiento no puede penetrarlos. La verdadera
desidentificacin, por tanto, que no es un distanciamiento de nuestra
experiencia, slo es posible si nos sumergimos completamente en
nuestra experiencia. De forma paradjica, al menos para la mente,
cuanto ms inmersos estamos en nuestra experiencia, ms nos
desidentificamos de ella. En trminos del proceso, esto significa que
un Cuatro necesita no dramatizar lo que est experimentando, as
como no distanciarse de ello por la vergenza. Aceptar la experiencia
interna con ecuanimidad implica permitirla pero no dejarse abatir por
ella, es decir, experimentarla totalmente.
Cuando un Cuatro sienta plenamente su contenido interior, su
conciencia penetrar en l y revelar lo que lo sostiene, lo que a su vez
200

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

descubrir las profundidades que se encuentran ms all. Este proceso


le conducir a sentirse cada vez ms centrado en s mismo y menos
enfocado hacia el exterior. El esfuerzo hacia lo excepcional, lo
excitante y lo extremo gradualmente es reemplazado por la
apreciacin de la calma y la simplicidad. La necesidad de ser
especiales llega a sustituirse por el reconocimiento de su humanidad lo parecido que es a los dems- lo que con el tiempo llega a ver
como extraordinario en s mismo.
A medida que un Cuatro se va librando de su superego y empieza
a desidentificarse de su actitud de envidia y de su reactividad, el
estado deficiente de prdida y carencia que cubra esto empieza a
salir a la superficie. En vez de intentar llenar este vaco, como todo
lo dems, necesita ser experimentado totalmente. Puede sentirse
como si estuviera perdido en un amplio espacio que parece absurdo
y vaco, pero si se abre a ello, empieza a cambiar en una presencia
que se experimenta espaciosa, libre y pacfica. Al permitir esto
cada vez ms, empieza a encontrarse y a reconocerse, a experimentar su rostro original antes de nacer, parafraseando un koan
Zen. Cuando se desprende de todo, surge una sensacin de
conexin, de reconocimiento de s. Poco a poco empieza a
experimentarse como una brillante estrella en el firmamento, una
estrella verdadera, y no la imitacin que antes intentaba ser.
Experimenta el equilibrio en su interior, el centro en su interior, y
ya no necesita el anhelo por la Fuente de la que se senta separado:
al fin l es la Fuente y lo sabe. Esta experiencia surgir una y otra
vez hasta que su identificacin se desplace de la falsa personalidad
al verdadero yo, el Punto de la existencia. 12

12

Para ms informacin sobre esta transformacin, ver A.H. Almaas, The Point of existence: Transformations of Narcissism in Self-Realization (Berkeley: Diamond
Book, 1996).
201

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

CAPTULO7
ENEATIPO DOS
EGO-ADULACIN
Los Dos, como sus hermanos los Cuatro, son emotivos y dramticos,
y estn preocupados por sus relaciones con los dems. Su necesidad
de amor y aprobacin es extrema -se sienten dependientes de ello- y
para obtenerlo, intentan agradar y actuar de cara al objeto de su
afecto, adulndolos y halagndolos excesivamente. De ah el nombre
de este tipo, Ego-Adulacin. El valor desproporcionado que colocan
en aquellos a quienes admiran y por los que quieren ser amados es
su forma ms profunda de adulacin. Siendo tambin un tipo de la
imagen, los Dos quieren ser vistos como encantadores, generosos,
amables, capaces de ser empticos y, sobre todo, disponibles para
los dems. Su imagen, por tanto, es la de que son adorables, y
llegarn a extremos exagerados para conseguir convencer a los
dems de que realmente los son. Debido a esto, tienen dificultades
para negarse a las peticiones de los dems, y superarn sus propios
lmites y sus restricciones pragmticas para no decepcionar. Los
extremos a los que llegan los Dos para impresionar a los dems
respecto a que son personas maravillosas delatan su sensacin
interna de no merecer amor.
Hacindose amables y tiles, intentan convertirse en
indispensables. En vez de pedir directamente lo que desean especialmente afecto- lo dan ellos, esperando que los dems les
correspondan. Bajo ese dar de los Dos -que pueden ser
extremadamente generosos con su tiempo, recursos e incluso sus
cuerpos- hay condiciones ocultas. Si los dems no satisfacen su
parte en el pacto no expresado, los Dos se convierten en maestros de
la culpabilizacin. Aunque se presentan con una apariencia de falsa
humildad, debajo de esa superficie sufren de un orgulloso
engreimiento, sintindose tan especiales como los Cuatro y con el
derecho de recibir un trato especial. Aunque el orgullo condiciona
202

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

en gran medida el comportamiento de los Dos, es sin embargo


compensatorio de su baja autoestima.
Volviendo a la Idea Santa asociada a este tipo, existen dos nombres
para ella: Voluntad Santa y Libertad Santa. En el captulo 4, cuando
hablamos de la Idea Santa del Punto Tres, exploramos de qu manera
el universo es una presencia viviente consciente en un estado
permanente de movimiento, cambio y desarrollo. Tambin vimos que
su funcionamiento no es aleatorio; su dinmica sigue leyes y
principios orgnicos y naturales. Todo lo que sucede es parte de este
desarrollo continuo, como los patrones cambiantes de un tejido
interminablemente amplio. Vimos que cada uno de nosotros es una
parte de este inmenso tejido, que cada una de nuestras vidas forma un
diseo cambiante dentro de l. O, utilizando la analoga que
empleamos para describir la Ley Santa, cada uno de nosotros es una
gota de agua en un gran ocano, siendo nuestros movimientos
inseparables de las ondulaciones continuas de ese mar enorme e
interminable. La Voluntad Santa lleva un paso ms all esta
comprensin de la dinmica del universo, y se centra en la fuerza que
hay detrs de sus movimientos, que lleva implcita una direccionalidad
y una inteligencia. Dicho de otro modo, existe una voluntad unificada
en el funcionamiento del universo.
Todo lo que ocurre es la expresin de la Voluntad Santa, desde el
nacimiento de una estrella en un rincn lejano de la Va Lctea hasta
el movimiento de tu mano pasando una pgina de este libro. En
trminos testas, todo lo que ocurre es la Voluntad de Dios. La
voluntad de Dios no es algo misterioso o separado de nosotros; se
expresa en lo que est ocurriendo ahora mismo y en lo que ocurrir en
el siguiente momento, en cada rincn del universo. Aunque las
acciones humanas pueden estar fuera de la sincrona del Ser, desde
una perspectiva no dualista, incluso estos acontecimientos son parte de
la voluntad de Dios. Todo lo que ocurre, por tanto, es lo que Dios
quiere que ocurra.
Cualquier pensamiento que pase por tu mente en respuesta a lo que
estoy diciendo, cualquier sentimiento que puedas tener, el impulso de
203

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

ir a buscar un vaso de agua o de mirar por la ventana son


manifestaciones de la Voluntad de Dios a travs de ti en este
momento. Si todo es parte del Ser, todo lo que acontece en todas
partes -incluido dentro de nosotros- debe ser parte de Su revelacin, y
por tanto est inspirado por Su fuerza y por su inteligencia. Puede que
no nos experimentemos como partes indivisibles del Ser, y por ello
puede que no percibamos que todo lo que ocurre dentro de nuestra
psique y de nuestras vidas son partes de la voluntad del Ser, pero eso
no cambia esta verdad fundamental. Lo nico que significa es que
nuestra percepcin est filtrada por la lente separadora de la
personalidad, y en consecuencia nuestras visiones son borrosas y no
podemos distinguir la realidad claramente.
Quiz argumentes que las guerras y los asesinatos y todas las cosas
destructivas que ocurren no pueden ser la Voluntad de Dios, pero si
percibes la realidad desde su nivel ms fundamental, no puede verse
de otro modo: si la naturaleza ltima de todos y de todas las cosas del
universo es el Ser, y todos y todas las cosas estn hechos de l y por
tanto son inseparables de l, es imposible que ocurra algo que no
forme parte del impulso del Ser, es decir, parte de la manifestacin de
la Voluntad de Dios. Los cataclismos y los desastres naturales slo
parecen no formar parte de la Voluntad de Dios si asumimos una
actitud subjetiva sobre ellos y decidimos que no son cosas buenas. El
comportamiento humano que es daino, insensible y negativo puede
parecernos malo, pero sin embargo emana de almas cuya naturaleza
ltima es el Ser, aunque no estn funcionando en armona con l. Por
tanto sus acciones, tambin, slo pueden ser parte de la Voluntad de
Dios. Adems, hay una enorme presuncin en considerar que un
hecho es malo y no debera ocurrir, pues si pudiramos ver una
imagen mayor que abarcase el futuro seramos capaces de apreciar que
el hecho en s tiene un funcin beneficiosa a largo plazo, y que a la
larga puede tener sentido incluso despus de que hallamos muerto.
Esa presuncin deriva del orgullo de la personalidad, un rasgo clave
de este tipo, como veremos.

204

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Al igual que cuando comentamos la Perfeccin Santa, la Idea Santa


del Punto Uno, quiero clarificar que no estoy exculpando o excusando
todo el dao y la maldad con que la humanidad trata a sus semejantes,
ni estoy diciendo que tal comportamiento no deba evitarse ni
castigarse. Cuando nuestra visin est inspirada por la contemplacin
de la vida sin el velo de la personalidad, dicho de otro modo, cuando
vemos las cosas de forma objetiva, vemos que debido a que la mayor
parte de la humanidad vive en la superficie de ellos mismos, sin estar
en contacto con sus profundidades interiores, tal comportamiento debe
contenerse y controlarse. Sin embargo, decir que tales cosas no
deberan pasar no tiene sentido, pues son una consecuencia natural del
alejamiento de la humanidad de su profundidad. Adems, lo que
consideramos un comportamiento malo es simplemente un
comportamiento que proviene de ignorar cmo son las cosas
realmente. En vez de una destructividad que nos aleja de lo Divino, se
trata de una expresin de nuestro alejamiento, que no tiene nada que
ver con la presencia subyacente a esa dimensin de la existencia. La
solucin de la destructividad humana no reside en intentar someterla a
reglamentaciones o erradicarla sino en conectar con una dimensin
dentro de nosotros en la cual tal comportamiento no tiene sentido.
Del mismo modo que hay una inmensa presuncin en suponer que
lo que est sucediendo externamente no debera estar ocurriendo,
tambin la hay en suponer que lo que estamos experimentando no es
lo que se supone que deberamos estar experimentando: que no
deberamos enfadarnos con nuestra pareja o que no deberamos ser
insensibles con nuestros amigos, por ejemplo, o que deberamos ser
ms abiertos e iluminados y no caer en determinados estados
emocionales. A partir de este tipo de valoracin de nuestra experiencia
empezamos a intentar manipularnos a nosotros mismos de manera que
nuestra experiencia resulte de otro modo. Esta propensin a estar
constantemente haciendo chapuzas con lo que nos est pasando es una
de las caractersticas de la personalidad. Desde la perspectiva de la
Voluntad Santa, todo lo que experimentamos y lo que ocurre en
nuestras vidas es lo que debe ocurrir. Como dice Almaas:
205

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Intentas relajarte, intentas aquietar tu mente, intentas sentirte


mejor o sentirte peor. Siempre ests interfiriendo, intentando que
ocurra algo distinto de lo que est ocurriendo realmente. Slo
puedes hacer esto si crees que tienes un mundo propio
independiente y que puedes hacer que en l ocurran las cosas
como t quieres, mientras que en realidad, no depende de ti. Hoy
ests vivo no porque t quieras, sino porque el universo lo
quiere. Si hoy experimentas ira, es porque el universo lo ha elegido as. Si experimentas amor, es porque el universo lo ha
decidido.
Esta eleccin del universo no es lo mismo que la
predestinacin. La predestinacin implica que hay un plan
escrito en alguna parte en donde todo lo que va a ocurrir ya ha
sido determinado. Aqu estamos hablando de un universo que es
inteligente y creativo, en el cual lo que va a ocurrir en el
momento siguiente no puede haber sido planeado porque va a
surgir del momento presente, y no de un plan ya trazado en el
momento de la creacin. De modo que desde esta perspectiva, no
existe la predestinacin, sino que tambin hay libre albedro. 1
Cuando percibimos la realidad desde esta perspectiva, sabemos que
somos partcipes de la Voluntad Santa del Universo. Sabemos que
cada una de nuestras vidas es una expresin de la Voluntad de Dios.
Cuando estamos alineados con esta realidad, sabemos que estamos
siendo movidos en vez de ser los motores. Moverse con la corriente de
lo que est ocurriendo tanto dentro como fuera de nosotros es el otro
nombre de esta Idea Santa, la Libertad Santa. La Libertad Santa es la
comprensin de que slo somos libres cuando no nos resistimos al
flujo de lo que es, cuando no nos resistimos a la Voluntad de Dios. Lo
que llamamos libre albedro es elegir entre estar en armona con lo que
es o resistirnos a ello, y con el tiempo vemos que slo rindindonos a
lo que es somos verdaderamente libres.
1

Almaas, Facets o f Unity, p.121.

206

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

La Santa Libertad, entonces, es la Santa Voluntad percibida desde


nuestra experiencia humana. Santa Libertad significa que tu voluntad
personal y la voluntad del universo son inseparables. En vez de
intentar imponer lo que quieres o de manipular la realidad para que se
adapte a lo que piensas que debera ser, que es el deseo de la
personalidad y la caracterstica central del eneatipo Dos, cuando
percibes a travs de la lente de la Libertad Santa entiendes que la
libertad real es ser capaz de rendirse al flujo de lo que est ocurriendo,
tanto interna como externamente. Al final, cuanto ms percibes la
realidad de forma objetiva, ms claramente ves que la idea de tener tu
propia voluntad personal es una ilusin de la personalidad. Si cada
uno de nosotros es una clula en el cuerpo del universo, y este cuerpo
se est moviendo y cambiando orgnicamente, slo tiene sentido que
cada uno de nosotros sea parte de este desarrollo y de este impulso -la
voluntad- que hay detrs. Nuestro impulso y orientacin personal, y la
del cuerpo mayor del que formamos parte, slo pueden ser
inseparables, no puede ser de otro modo. La libertad no es una clula
que intenta hacer la suya y empujar para que las cosas vayan de la
manera que quiere -de nuevo una caracterstica de los Dos- sino el que
cada clula sepa que est participando del impulso del Todo y
acompaando ese movimiento.
Incluso las expresiones rendirse y acompaar son imprecisas si
entendemos completamente la Libertad Santa, pues implican algo
separado que renuncia a su voluntad y cede al flujo del universo.
Aunque pueda parecer de ese modo bajo los velos de la personalidad,
las cosas no son realmente as: la idea de una voluntad separada es una
ilusin, pues ninguno de nosotros est inherentemente separado de la
unidad del Ser y, por tanto, de la direccin en la que se desarrolla.
Como dice Almaas respecto a la Libertad Santa:
El pretender que las cosas funcionen a tu manera es un
problema importante de la personalidad, y pensar en rendirse a
la voluntad de Dios puede parecer que implica renunciar a la
propia voluntad. Sin embargo, si eres sincero y verdadero
207

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

contigo mismo, y si te quedas con la experiencia sin intentar


cambiarla de ningn modo, encuentras que hacer las cosas
realmente a tu manera es rendirte a tu verdad interior. Tu
manera es seguir el hilo de tu propia experiencia. No es una
cuestin de elegir o no elegir; tu manera es algo que te es dado.
Es el sendero en el que ests caminando, el paisaje por el que
ests viajando. Descubres que es un gran alivio no sentir que el
territorio que ests cruzando debera ser diferente de cmo es
exactamente para ti. 2
Dentro de nuestra perspectiva personal, la Voluntad Santa apunta al
hecho de que, libres de obstculos, nuestras almas estn sometidas a
una atraccin gravitacional inherente que las lleva a contactar con
nuestras profundidades interiores. Esto es lo mismo que decir que el
alma humana anhela conectar de nuevo con los niveles ms profundos
de la realidad y entenderlos. La necesidad de saber, de tener
conocimiento de todo, desde las leyes de la naturaleza hasta el
funcionamiento de nuestros cuerpos y hasta nuestro Espritu ms
profundo, es un impulso irreprimible dentro de nosotros. La
humanidad se ha esforzado desde el comienzo por intentar
comprender qu somos y qu es la vida, y siempre ha tenido un
concepto de trascendencia, de lo Divino, de lo que llamamos Dios.
Dentro de cada uno de nosotros, entonces, existe un impulso de saber
lo que realmente somos. Nuestras almas poseen el impulso de
conectar con la naturaleza ms ntima de lo que somos, de conocerla,
de vivirla. Somos portadores de un impulso innato de realizarnos, de
vivir completamente nuestro potencial humano, que si se le permite
ser nos conduce a los niveles cada vez ms profundos de la realidad
que hay ms all de lo subjetivo, ms all de la personalidad, ms all
del yo separado.
Para alguien que sea un eneatipo Dos, perder el contacto con el Ser
en la temprana infancia significa tambin perder la conciencia de que
es parte del permanente fluir del universo. Se crea una sensacin de
2

Ibd. Pg. 130.

208

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

estar desconecta do de la realidad y de ser algo que puede separarse de


ella, lo cual inicialmente pudo sentir en relacin con la madre o la
familia y ms tarde de forma ms global. En vez de experimentarse
como una clula del cuerpo mayor del universo cuyo funcionamiento
es intrnseco e importante para el funcionamiento del todo, el Dos se
siente en la periferia y carente de importancia. Ha perdido la sensacin
de que tiene un lugar y un propsito en la vida por propio derecho, y
por tanto ha perdido la sensacin de un impulso y una direccin
internos. El desarrollo personal como su potencial humano natural y
su fuerza impulsora queda sustituido por una sensacin de ser
expulsado del universo, de haberse quedado perdido en algn recodo
del camino. sta es su fijacin, su creencia cognitiva fijada acerca de
cmo son las cosas. (En el Diagrama 2, vemos que la expresin que da
Ichazo para la fijacin del eneatipo Dos es adulacin. Esto se refiere a
una solucin del Dos para su sensacin de desconexin de la Voluntad
de Dios: halagar a los dems).
Ha perdido la percepcin de la inteligencia y la direccin que hay
detrs de lo que ocurre, y por tanto siente que no puede confiar en que
las cosas funcionen de manera correcta, y que debe intervenir para que
ocurran del modo que cree que deben ocurrir. No slo ha perdido una
sensacin de direccin y de propsito personal sino que tambin ha
perdido la sensacin de que el universo lo apoya inherentemente.
Desarrolla la conviccin de que es una persona independiente, no
amada y rechaza por el Ser; y al carecer de la sensacin interna de un
propsito inherente y de una conexin con la Voluntad csmica, debe
conducir las cosas con sus propias manos y hacer que ocurran. Dicho
de otro modo, al faltarle la percepcin de ser parte de la Voluntad de
Dios, asume esa funcin y la imita volvindose voluntarioso. Impone
su voluntad individual a la realidad, dentro y fuera, e intenta que se
adapte a lo que piensa que debe ser a travs de la manipulacin.
Fundamentalmente intenta crear una sensacin de direccin, de
impulso, de propsito y de apoyo con la que ha perdido el contacto en
el proceso de desconectarse de su naturaleza esencial. Ha perdido la
confianza y la percepcin de su propia Voluntad esencial, el impulso
209

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

de su alma, y por ello siente que debe manipular a la realidad y a s


mismo para sobrevivir.
Su sensacin interior es de insipidez, de falta de dimensin y de
profundidad. De aqu el apodo de este tipo, Ego-Flat. Es como si
hubiera un techo de vidrio en su interior, un lmite que le impide
contactar con las profundidades internas. Sin la percepcin del apoyo
del Ser y convencido de que su alma no tiene un impulso gravitacional
inherente hacia este dominio del que se ha alejado, la salvacin debe
por tanto venir de los otros. Vuelve la mirada hacia ellos buscando esa
sensacin pedida de fundamento, de soporte, un pilar. La puerta hacia
sus profundidades parece basarse en realizar un contacto ntimo con
los dems, y en esta crucial suposicin podemos ver cmo se
superpone la relacin temprana con la madre, que abordaremos en
breve. Su orientacin interna est enfocada externamente hacia los
dems, a los que trata de agradar, pues se siente dependiente de ellos
para conectar consigo mismo, y sus estados internos suben o bajan en
picado dependiendo de la calidad del contacto que establezca con
ellos. Su dependencia constituye la orientacin psicolgica nuclear de
los Dos.
Esta orientacin dependiente se apoya en la desconexin con su
proceso interno y con la prdida de su valoracin. Rechaza su mundo
interior y su propia experiencia, imitando su sensacin inconsciente de
haber sido rechazado por el universo. Lo que est experimentando no
es lo que se supone que debera estar ocurriendo, y parece mucho
menos importante, vlido e interesante que lo que algn otro al que
valora est experimentando. No tiene la sensacin de que alguna cosa
de su interior pueda impulsarlo hacia un lugar que tenga algn
significado, en realidad no tiene la sensacin de estar siendo
impulsado a ninguna parte en absoluto, y por ello debe adherirse al
impulso de algn otro. En vez de moverse para realizar su potencial,
se ve impelido a conectar con algn otro que sea especial.

N. de la T.: Ego-Fat proviene de Ego-Flattery, que significa Ego-Adulacin, pero en este contexto, flat tambin podra significar plano, en el sentido de
carente de profundidad.
210

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Las vicisitudes de sus primeras interacciones con la madre estn


filtradas por su sensibilidad hacia la Voluntad Santa, y el resultado es
la sensacin de que no se prest atencin a lo que era realmente y de
que sus verdaderas necesidades no fueron satisfechas. Sus necesidades
y deseos parecen subordinados a los deseos de la madre, que da y
retira su atencin nutricia segn su propia programacin del tiempo, y
la inevitablemente falta de completa sensibilidad se traduce en el
lenguaje preconceptual del alma como la sensacin de que la madre
no la ama o rechaza lo que l es. El Dos es agudamente sensible a la
falta de respuesta a tono con lo que necesita, y la impresin que lo que
queda en su alma es que las necesidades de su madre son ms
importantes que las suyas. Lo que desarrolla es la sensacin de no ser
bsicamente importante como persona y que sus necesidades son
secundarias a las de la madre y ms tarde a las de todas las personas
significativas de su vida. Su funcin se convierte en satisfacer las
necesidades de ellos, y pierde el contacto con el potencial para su
propio desarrollo como persona.
Tanto si la madre de un Dos estuvo realmente ms centrada en ella
misma que las madres de otros tipos como si no, la huella dejada en el
alma de un Dos es que su madre estaba absorbida en s misma y no
estuvo total mente presente para l, totalmente disponible o totalmente
dispuesta a amar. El Dos llega a creer que, como no puede recibir el
amor y la atencin de la madre, no es inherentemente digno de amor y
por ello debe ejercer alguna manipulacin para obtenerlo, con lo que
su alma se orienta en esa bsqueda. Desde este punto de vista, los
rasgos subsiguientes de la personalidad del Dos pueden verse como un
esfuerzo para atraer la atencin de la madre y como seducciones para
ganar su amor en un intento de sanar la herida de su alma. Su objetivo,
por tanto, es hacerse digno de ser amado y conseguir el amor.
A menudo, en la historia de un Dos existe la sensacin de haber
crecido en la sombra de un progenitor idealizado que le impuso su
voluntad: un padre que fue el centro de atencin y a quien tubo que
subordinarse y com placer. Puede haber sido la madre, pero con
frecuencia es el padre, y este patrn se repite ms tarde cuando el Dos
211

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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intenta conectarse con una pareja que destaque y tenga prestigio.


Muchas veces en la historia de una Dos hay una sensacin de haber
sido rechazada por la madre y de ser la favorita del padre, pero en
muchos casos existe la sensacin de ser el hijo ms querido de ambos
progenitores. Aqu yace una de las paradojas de los Dos: mientras que
es comn que sean el hijo predilecto de uno o ambos progenitores, sin
embargo se sienten rechazados. Esto probablemente se debe a que
para el alma del Dos, su valor en la familia pareca provenir del papel
que desempeaba, de la imagen que daba, de las cosas que realizaba, y
no de s mismo.
Cualquiera que sean los detalles de su historia, ms que nada lo que
desea un Dos es ser amado. La reconexin con el flujo del universo se
busca a travs de la fusin con el otro. En esto vemos el Aspecto
idealizado de este punto, la cualidad de amor que se denomina Oro
Fundido en el Enfoque del Diamante. ste es el tipo de amor que
sentimos cuando nos enamoramos de alguien: esa sensacin
orgsmica de fundirse en una unin esttica con nuestro ser amado, de
estar envuelto en la dicha de la unidad. Este sentimiento es la base de
las leyendas romnticas: el xtasis de la unidad, una completa
satisfaccin en la que ha desaparecido la separacin y uno se siente
disuelto en el estanque dorado de la felicidad. No hay lmites entre
nosotros y nuestros seres amados, ninguna sensacin de dnde
acabamos noso-tros y dnde empiezan los otros. Estamos
completamente atrapados en este amor exttico, galvanizados y
electrizados por l, subyugados por el jbilo de esta sensacin de
conexin profundamente ntima. Este Aspecto esencial constituye la
base de los caminos espirituales y religiosos devocionales en los que
el objetivo es abandonar la sensacin del yo separado, el ego, para
fundirse con lo divino en una arrobada unin.3
Este estado de estar enamorado evoca nuestro estado interior de la
poca en que tenamos aproximadamente un mes hasta los seis u ocho
meses, cuando nuestra sensacin del yo estaba fundida con nuestra
madre, una fase del desarrollo que Margaret Mahler ha llamado
3

212

En vez de experimentar que toda la existencia est hecha de amor -lo cual es la experiencia de Vivir a la Luz del Da, el Aspecto idealizado del Punto
Nueve- el centro de atencin est aqu en la experiencia de la unin dichosa que disuelve toda sensacin de un yo separado.

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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simbiosis. Durante este perodo, la experiencia predominante del nio


parece que es ser uno con la madre, y constituye un estado de dulzura,
adoracin y felicidad que se parece al enamoramiento. En este tiempo,
la madre a menudo se siente inseparable del hijo y est embelesada
por l. La sensacin de ambos es la de estar en una profunda intimidad
el uno con el otro, en una fusin que se siente como una unin
esttica. El Ser y la madre son indistinguibles durante esos primeros
meses, y por ello esta primera relacin en el alma del Dos se siente
inextricablemente ligada a la unin con sus profundidades. La huella
de esta relacin simbitica deja al Dos con la conviccin de que la
unin con el Ser ocurre a travs de la unin con otra persona.
La psicoanalista Karen Horney, probablemente una Dos, ha escrito
elocuentemente acerca de tres tipos de personalidad que en diferentes
momentos ha llamado los que se mueven hacia los dems, contra los
dems o alejndose de los dems; o bien, los retrados, los expansivos
y los resignados, que corresponden muy ajustadamente a los eneatipos
Dos, Ocho y Cinco respectivamente. Respecto al tipo que se mueve
hacia los dems, que corresponde al eneatipo Dos, dice:
El amor ertico atrae a este tipo como la suprema
satisfaccin. El amor se presenta como un billete para llegar al
paraso, donde termina toda afliccin: ya no hay ms soledad,
ms sentirse perdido, ms culpa ni sentirse sin valor; no hay ms
responsabilidades por el yo; no hay ms lucha en un mundo cruel
para el cual se siente desesperanzadamente falto de recursos.
Por el contrario, el amor parece prometer la proteccin, el
apoyo, el afecto, el estmulo, el consuelo, la comprensin. Le
ofrecer un sentimiento de valor. Dar sentido a su vida. Ser la
salvacin y la redencin. Sin duda, para l las personas se
dividen en ricosy pobres, no en trminos de dinero o de estatus
social, sino de estar (o no estar) casado o tener una relacin
equivalente... Amar, para l, significa perderse, sumergirse en
estados ms o menos extticos, fundirse con otro ser, convertirse
en un solo cuerpo y alma, y en esta fusin encontrar la unidad
213

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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que no puede encontrar en s mismo. Este anhelo de amor est


por tanto alimentado por causas profundas y poderosas: su
anhelo de rendirse y su anhelo por la unidad. 4
El despertar del sueo del ego es por tanto buscado por los Dos a
travs del amor romntico trascendente. Como la Bella Durmiente, la
vida del Dos se siente suspendida hasta que sea rescatado por el amor
de ese Alguien especial. La riqueza, el poder y el xito estn bien,
pero lo que realmente desea -y siente que sin eso no puede estar
totalmente vivo- es el amor apasionado. El cuento de hadas del Dos es
que si recibe suficiente apoyo siendo amado, podr ser totalmente lo
que es. El amor liberar su alma, y en esto vemos un aspecto de la
distorsin que hace la personalidad de la Libertad Santa. Su voluntad
se proyecta en los dems, que pueden dar o retirar el apoyo del amor y
por tanto su libertad. La verdadera libertad es ser uno mismo: ser
plenamente tu yo real, que es lo que est ms all de la personalidad,
del yo histrico. Para un Dos, la libertad se pierde al proyectar su
voluntad y su apoyo en los dems, en vez de buscarlos dentro de s. En
vez de centrarse en s mismo, el Dos se centra en los dems, y as se
vuelve dependiente de ellos, lo cual dista mucho de ser una liberacin
verdadera. La libertad que depende de la cualidad de la relacin con el
otro no es libertad en absoluto, ya que est totalmente condicionada.
En algn lugar profundo de su alma, el Dos sabe esto, y a ello
probablemente se debe su resentimiento hacia aquellos de los que se
siente dependiente, quejndose de que le limitan su libertad. Sentirse
limitado por aquellos de los que se siente dependiente, e intentar
liberarse de ellos en vez liberarse de su dependencia describe la
trampa de la libertad, como vemos en el Diagrama 9.
Los Dos no son globales en su dependencia. Adems de evaluar a
los otros basndose en el estatus de relacin que tienen, como describe
Horney, los Dos, al igual que los Cuatro, dividen a las personas en
aquellos que consideran superiores y en aquellos que consideran
inferiores, la elite y la plebe, los especiales y la chusma. sta es su
4

Karen Horney, M.D., Neurosis and Human Growth: The Struggle toward SelfRealization (New York: W W Norton 6 Co., 1950), pg. 239-40.

214

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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mentira, la falsa evaluacin, como vemos en el Diagrama 12. Los


especiales son los que ocupan la cima en la cultura, subcultura o grupo
social del Dos, y son stos los que leimportan. Puede detectarlos con
su radar interior y se siente atrado hacia ellos como una mosca a la
miel. Como la arquetpica seguidora fantica de las estrellas
musicales, adula a los que considera importantes e intenta seducirlos para que se interesen por l. Su idealizacin de los que
considera importantes es su mxima forma de adulacin, y de ah el
nombre de este tipo, Ego-Adulacin, como se mencion al
comienzo de este captulo. Los que no considera importantes son
insignificantes para l.
Algunos Dos no parecen dependientes, y de hecho se esfuerzan
por demostrar qu poco les importa el afecto y la opinin de los
dems o lo autnomos que son. En vez de ser independientes son
contradependientes. En vez de halagar a alguien destacado,
procuran ganarse a los dems para que los admiren a ellos. Altivos
y convencidos de su importancia personal, estos Dos tienden a
tratar a los dems como subordinados o inferiores. Sin embargo, en
la vida de un Dos contradependiente habr alguien de quien se
sentir dependiente, tanto si lo admite conscientemente como si no.
Y tanto si es dependiente como contradependiente, el referente es
de todas formas el otro.
En consecuencia, su preocupacin principal -incluso su
obsesin- es la bsqueda del amor romntico, y aqu el nfasis est
claramente puesto en la palabra bsqueda. Aunque anhelan que el
objeto de su deseo les corresponda, lo que realmente ocurre en la
vida un Dos contradice esto: nunca funciona en la manera que l lo
prev, y siempre se siente rechazado en mayor o menor grado. Es
difcil, si no imposible, idealizar a alguien y estar obsesionado con
esa persona si mantienes una relacin cotidiana con ella, y por esta
razn los Dos siempre buscan inconscientemente alguien que est
fuera de su alcance. Horney describe y explica el objeto del deseo
en el tipo de relaciones obsesivas a las que tienden los Dos, que ella
denomina morbosamente dependientes:
215

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Las relaciones morbosamente dependientes se inician con la


eleccin desafortunada de una pareja. Para ser ms precisos, no
deberamos hablar de eleccin. La persona retrada en realidad
no elige sino que es hechizada por determinados tipos. De
forma natural, es atrado hacia una persona del mismo sexo o del
sexo opuesto que le impresiona por ser alguien ms fuerte y
superior. Descartando la posibilidad de una pareja saludable,
fcilmente puede enamorarse de una persona sin inters por
comprometerse, siempre que sta tenga algn tipo de atractivo
debido a su riqueza, posicin, reputacin o a un don especial;
dealguien con un extrovertido carcter narcisista y una flamante
seguridad en s mismo similar a la suya; de alguien del tipo
arrogante y vengativo que se atreva a exigir abiertamente sin
importarle ser soberbio u ofensivo. Hay varias razones que se
combinan para que se sienta tan cautivado por estas
personalidades. Se inclina a sobrestimarlos debido a que parecen
poseer atributos que no slo aora amargamente en l sino por
cuya carencia adems se desprecia. Puede ser una cuestin de
independencia, de autosuficiencia, de un convencimiento
invencible de superioridad, de mostrar insolentemente una
ostentosa arrogancia o agresividad. Slo estas personas fuertes o
superiores -tal como l las ve pueden colmar sus necesidades y
tener autoridad para l. 5
Pueden encontrarse retratos grficos de este tipo de relaciones
morbosamente dependientes en la obra de Somerset Maugham,
Servidumbre humana, y en la pelcula sobre la hija de Victor Hugo,
La historia de Adele H. En la ltima, Adele Hugo llegaba a
obsesionarse con un hombre con el que apenas haba intercambiado
dos palabras, y sin que l tuviera conocimiento de ello, lo segua
tenazmente de puerto en puerto. Tales relaciones -o mejor dicho
encandilamientos- slo pueden ser frustrantes, y aunque se declare
5

Ibd., pgs. 243-44.

216

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

lo contrario, es la frustracin y no la gratificacin lo que buscan los


Dos inconscientemente. Al igual que los Cuatro, cuando la
conquista se ha logrado, el valor del objeto cae en picado, como si
dijeran: Nadie que me ame merece tener una relacin conmigo.
Tambin se conoce como el sndrome de Groucho Marx: No sera
nunca miembro de ningn club que me admitiera a m como socio.
Parte de lo que se esconde tras este patrn de frustracin es que
estar en una verdadera intimidad acarrea el riesgo de exponerse a
no ser digno del amor y a ser rechazado. Otro aspecto es que ser
amado verdaderamente, y permitir entrar al amor, significara
renunciar a la sensacin del yo anhelante de ese otro siempre
atractivo y esquivo que resulta tan bsico para la identidad de un
Dos. Adems de estas dos explicaciones anteriores, la necesidad
interior nunca pueden satisfacerse a travs de otra persona, pues lo
que falta es el contacto con el Ser, y por ello, el intento de colmar
esa necesidad a travs de una relacin est condenado al fracaso.
Puede dar la impresin de que los Dos nunca se casan ni forman
relaciones de compromiso, lo cual no es cierto. Algunos famosos
Dos, como Meg Ryan y Alan Alda, parecen, desde fuera, gozar de
buenos matrimonios, mientras que otros, como Shirley Maclaine,
Melanie Griffith, BarbaraWalters y Liz Taylor han encontrado
importantes dificultades en este tema. La cuestin es que tanto si la
relacin es realmente un simple encandilamiento o un matrimonio
duradero, generalmente el Dos siente algn grado de frustracin.
Incluso hasta de una pareja saludable, que Horney descarta en la
cita anterior, el Dos se sentir siempre algo alejado. El marido de una
Dos puede ser distante, o estar preocupado por el trabajo o por otra
mujer, o ser simplemente de alguna manera insensible a sus
necesidades. Parece que un Dos necesita cierto grado de frustracin
para que una relacin se mantenga como desafo.
El principal foco de atencin para un Dos es enamorarse, como
hemos visto, y por ello intenta conseguirlo presentndose como una
persona encantadora, alguien que merece ser amado. Al ser un tipo de
la imagen, intenta mostrarse y actuar de maneras que imiten las
217

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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cualidades del Oro Fundido, cualidades que Horney describe sin


saberlo en la siguiente cita:
La necesidad de satisfacer este anhelo (de amor) es tan
apremiante que todo lo que hace est orientado hacia su
realizacin. En este proceso desarrolla determinadas cualidades
y actitudes que modelan su carcter. Algunas de ellas podran
definirse como cautivadoras: se vuelve sensible a las necesidades
de los dems, dentro del marco de lo que es capaz de entender
emocionalmente. Por ejemplo, aunque es probable que pase por
alto que una persona desapegada quiera mantenerse alejada,
estar alerta a sus necesidades de comprensin, ayuda, aprobacin, etc. Intenta de forma automtica cubrir las expectativas de
los dems, o lo que cree que son sus expectativas, a menudo
hasta el extremo de no tener en cuenta sus propios sentimientos.
Se comporta de modo altruista, sacrificado, poco exigente,
excepto por lo que respecta a su ilimitado deseo de afecto. Se
vuelve complaciente, excesivamente considerado -dentro de los
lmites posibles para l- elogioso, agradecido y generoso de
forma exagerada. No se da cuenta de que en el fondo de su
corazn los dems no le importan demasiado y que suele
considerarlos hipcritas y egostas. 6
Aunque la ltima frase es algo exagerada para la mayora de los
neurticos normales de este eneatipo, la imagen del Dos es la de
alguien altruista, que da sin lmites, que se sacrifica por otro,
desinteresado, complaciente, emptico, sensible y pendiente de las
necesidades de los dems. Se exige a s mismo ser, o al menos mostrar
que es, totalmente compasivo, encantador, considerado, comprensivo
e interesado por el sufrimiento de los dems, y pretende, como
Bodhisattva, anteponer la salvacin de todas las personas del planeta a
su propia salvacin. Adems de esto, debe ser humilde. Naranjo sola
caracterizar el paquete como falsa humildad seductora.
6

218

Karen Horney, M.D., Our Inner Conflicts (New York: W W Norton & Co., 1945), pgs. 51-52.

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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Slo estos atributos amables estn permitidos por el superego del


Dos, que le exige implacablemente que mantenga esta imagen de
santo. El castigo es la culpa, y los Dos son expertos en encontrar
culpas en ellos mismos y en los dems. La culpa por no vivir de
acuerdo con esta imagen forma parte de la atmsfera emocional del
Dos, consciente o inconscientemente. La exigencia interna de
satisfacer esta imagen es imposible porque es una imagen, y por lo
tanto no su realidad. Por un lado, se sienten culpables de no responder
a esta imagen angelical, y por otro lado, se sienten culpables si logran
hacer creer a alguien que ellos son as realmente, pues saben que no es
verdad.
El superego del Dos tambin le exige que adems de ser un santo
sea amado, y si una relacin no funciona, es inevitablemente por su
culpa. Si se hubiera esforzado ms por ser una persona ms amable y
deseable, contina la letana interna, las cosas hubieran funcionado.
Los celos y la envidia estn estrictamente prohibidos, pero la peor
ofensa para un Dos es ser egosta. Pensar en ella antes que en su
pareja, en su familia, en el grupo tnico, etctera, es el delito capital, y
por ello, entre las demandas del superego, figura el sacrificio hasta el
punto de martirio. Debido a esto, el simple hecho de establecer lmites
o decir que no a alguien es casi imposible para un Dos, a no ser que
haya realizado un gran trabajo interior. Alberga un secreto orgullo y
una sensacin de ser especial por sus cualidades entraables y por lo
buena persona que es, pero debido a que el orgullo no encaja en la
imagen humilde que intenta dar, esto tambin queda relegado a los
hondos rincones de su conciencia. Enseguida volveremos al tema del
orgullo, la pasin de este tipo.
Se manipula a s mismo para adaptarse a esta imagen de persona
sumamente encantadora. Est constantemente componiendo su
experiencia interior, comparndola con lo que piensa que debera ser y
forzndose a experimentar algo que se parezca a ello. Las partes del
cuerpo que se asocian al Dos son las manos y los brazos, como
corresponde a alguien que manipula cosas, que toca resortes e intenta
hacer lo que quiere que ocurra para imitar a la Voluntad Santa.
219

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Internamente, intenta hacer esto principalmente a travs de la


represin, el mecanismo de defensa de este tipo, por el cual simplemente aparta de la conciencia cualquier cosa que no se adapte a la
imagen. Las percepciones crticas y los sentimientos negativos sobre
las personas estimadas, los pensamientos e impulsos centrados en s
mismo, as como la necesidad y el sentimiento secreto de ser especial
son eliminados de la conciencia. Pero no desaparecen, a pesar de lo
mucho que pueda desearlo un Dos; si no surgen en la conciencia,
aparecen en sueos, en estados psicosomticos y en sntomas
neurticos, como ansiedad, insomnio y otros. Aunque hace falta una
tremenda energa psquica para mantener el contenido prohibido fuera
de la conciencia, la alternativa es peor: a menudo le provoca una
enorme ansiedad tener que mostrar a otros pensamientos y
sentimientos que no encajan en su idea de ser una persona encantadora
y merecedora de ser amada.
Naranjo inicialmente vio a los Dos como los clsicos histricos
freudianos, pero este trmino psicolgico ha cado en desuso y ha sido
sustituido por el de histrinico. La observacin de Freud acerca de los
histricos es que su sexualidad est profundamente reprimida debido a
conflictos edpicos, y el resultado son sntomas psicosomticos, que el
llam estados de fuga, y otros estados mentales disociativos. Otros
psiclogos posteriores han definido el carcter histrico como una
persona que es histrinicamente exhibicionista, seductora, de
labilidad emocional e inclinado a expresar sus fantasas edpicas,
aunque temeroso de la sexualidad e inhibido en la accin7, una
descripcin precisa de un Dos.
Los Dos reprimen lo que sienten y se anestesian frente a sus
propios impulsos, especialmente los sexuales, y el resultado es una
especie de olla a presin psquica: sus emociones son dramticas y su
sexualidad se trasluce en un comportamiento y una apariencia
seductora. Las mujeres Dos tienden a vestirse de una manera
provocativa, aunque generalmente no son conscientes de ello. A pesar
de su insinuacin no verbal, los Dos se sienten incmodos y nerviosos
7

220

Moore and Fine, Psychonalytic Terms and Concepts, p.90.

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

respecto al propio acto sexual. Lloran con facilidad y exageradamente


-ms a menudo cuando estn con los dems que en soledad, a
diferencia de los Cuatro- y tienen accesos de genio, enojo e impaciencia cuando las cosas no funcionan como ellos quieren. A pesar de
la apariencia de ser muy emocionales, los Dos son histricos en el
sentido de que descargan la emocin sin experimentarla del todo:
tienden a ser emocionalmente expresivos, exagerados y efusivos,
aunque no estn profundamente en contacto con lo que sienten.
Como histricos, la mayora de los Dos no son intelectuales, como
ha dicho Naranjo, pero existe una categora de Dos cuyas mentes estn
muy desarrolladas y coinciden con la descripcin de Wilhelm Reich
de grandes cerebros histricos. Como dice Elsworth Baker,
psiquiatra y terapeuta reichiano, la mujer histrica de este tipo utiliza
su mente de forma defensiva, como un gran falo para defenderse
contra todos los hombres8. Mientras que Reich pensaba que tales
histricos eran slo mujeres, yo he conocido hombres Dos que
tambin utilizan sus mentes de forma defensiva, seduciendo con su
intelecto y al mismo tiempo evitando el contacto real.
La necesidad, comentada anteriormente, merece un lugar especial
entre las experiencias emocionales no permitidas de un Dos. Ocupado
en intuir y satisfacer las necesidades de los dems, consigue matar dos
pjaros de un tiro. En primer lugar, encaja con la imagen de ser una
especie de cuerno de la abundancia humano, rebosante de ayuda y
recursos para los dems; pero lo que es ms importante, consigue
apartar de su conciencia la punzante sensacin interna de necesidad y
desamparo. Su dependencia de los dems es difcil de tolerar; se
censura a s mismo por sentirse dbil y necesitado. Experimentar sus
necesidades, especialmente las de amor y atencin, echa por tierra su
imagen de altruista en la que confa para obtener el afecto que requiere
su supervivencia, y tambin despierta sus primeras carencias de
atencin que son para l recuerdos insoportables. Esta es una de las
experiencias que ms evita, y por ello encontramos la necesidad en el
Punto Dos del Eneagrama de la Evitaciones, en el Diagrama 10.
8

Elsworth EBaker, M.D., Man in the Trap (New York: Collier Books, 1967), pg. 109.
221

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

No puede tolerar el sentimiento de privacin, pues le conducira a


una peligrosa proximidad con su sensacin interna de necesidad.
Debido a esto, los Dos tienen un escaso control de sus impulsos y
tienden a desarrollar todo tipo de patrones adictivos, como atracones
de comida, alcoholismo, consumismo compulsivo y relaciones
amorosas obsesivas. En su imitacin de la Libertad Santa, los Dos
tienen poca tolerancia hacia todo tipo de lmites, restricciones,
regmenes y cosas por el estilo, prefiriendo renunciar a todo tipo de
pragmatismo, sensatez y precaucin en pos de alcanzar una vida
excitante y maravillosa. Un Dos suele mostrarse falsamente opulento,
como comenta Naranjo, aunque su cuenta bancaria est en nmeros
rojos; y le parece que una vida de excesos es la nica forma aceptable
de vivir. El libertinaje, por tanto, ocupa el lugar de la verdadera
libertad en la vida de un Dos y oculta su necesidad subyacente. ste es
otro aspecto de la trampa de la libertad. Como dice Naranjo: El
individuo tierno y afectuoso del eneatipo II puede transformarse en
una furia cuando no se le complace y se le hace sentirse amado con
mimos, como es propio de un nio consentido. 9 Tiene dificultades
para aplazar las gratificaciones, como esperar a comprar ese
precioso vestido o esos elegantes zapatos al mes siguiente, cuando
tenga el dinero para pagarlos, o para no comer el chocolate que
toma cada noche, ya que est intentando perder peso. Obviamente,
por esa tendencia suya a la autocomplacencia, la relacin con su
cuerpo se ve afectada: los Dos a menudo tienen problemas de peso.
Anhelan los placeres, suelen equiparar la comida con el amor y
tienen poco aguante frente a la sensacin de privacin cuando
deben limitar lo que comen. Adems, esto sera ser demasiado
sensatos. Algunos Dos son algo o bastante obesos; algunos -de
nuevo como Liz Taylor- sufren exageradas oscilaciones de peso.
Para la mayora, independientemente de si estn gordos o no, el
tema de la comida y de cualquier otro tipo de consumo es un
problema.

Naranjo, Character and Neurosis, pg. 186.

222

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

La manera en que lo ven los otros -especialmente aquellos a


quienes idealiza y admira- le importa ms que cualquier otra cosa.
Decir que las opiniones de los dems le importan ms que las suyas
no sera acertado, pues a menudo no tiene una opinin propia
debido a lo que llega a depender sta de la opinin los dems. El
valor que se concede a s mimo es frgil, y se basa en gran medida
en si esa otra persona especial le presta atencin o no. Citando a
Horney:
Un tercer rasgo tpico es parte de su dependencia general de
los dems. Esta es una tendencia inconsciente de medirse a s
mismo por lo que piensan los otros de l. Su autoestima sube y
baja con la aprobacin o desaprobacin, con el afecto o la falta
de afecto de los dems. Por ello, cualquier rechazo es
prcticamente una catstrofe para l. Si alguien deja de
devolverle una invitacin puede ser razonable respecto a ello de
forma consciente, pero segn la lgica del mundo interior particular en el que vive, el barmetro de su autoestima desciende a
cero. Dicho de otro modo, cualquier crtica, rechazo o desercin
es un peligro terrible, y puede hacer el esfuerzo ms rastrero
para volver a ganar la consideracin de la persona que le ha
amenazado de esa forma. Su ofrecimiento de la otra mejilla no se
debe a ningn misterioso impulso masoquista sino a que es la
nica cosa lgica que puede hacer de acuerdo con sus premisas
interiores.10
Esta necesidad de gustar, de ser deseado y no rechazado hace
que para un Dos sea difcil tolerar que los dems estn molestos o
enfadados con l, y tambin le hace reprimir sus propios
sentimientos negativos hacia ellos. Los conflictos significan
prdida de amor, y esto sera intolerable. En vez de arriesgarse a
sufrir tal prdida, es comprensivo y flexible, viendo los puntos de
10

Horney, Our Inner Con flicts, pg. 54.

223

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

vista de la otra persona y perdonndola, al menos en la superficie,


aunque interiormente tome nota de la ofensa y no la olvide. Un Dos
puede ofrecer la otra mejilla, pero al final habr que pagar un
precio.
Como su autoestima depende de cmo se sienten los dems
respecto a l y tiene la creencia bsica de que no es digno de ser
amado, necesita constantes confirmaciones de que en realidad s es
amado. Debido a esta sensacin perpetua de no ser adecuado,
precisa el elogio constante. Como un gato, el animal asociado con
este tipo, quiere que le acaricien la espalda, y exige muchos
mismos y una enorme cantidad de atencin. Los Dos son acaparadores de la atencin, y a menudo llevan joyas que tintinean o
zapatos que hacen ruido, y suspiran sonoramente o lloran en
pblico para atraerla. Harn lo que haga falta para ser vistos,
incluso si la atencin que obtienen es negativa y les ocasiona una
mala reputacin. Monica Lewinsky, probablemente una Dos, es un
ejemplo actual de este aspecto.
Al igual que un gato, se te subir encima para conseguir la
atencin que quiere, aunque te costar que reconozca que su
comportamiento est orientado s mismo. En vez de pedir
directamente la atencin y las palmaditas en la espalda, los Dos las
dan para poder tambin recibirlas a cambio. El credo de un Dos
podra ser el precepto de Jess Haz a los dems lo que quieras que
te hagan a ti. Los Dos prodigan su atencin, amor y adulacin
sobre aquellos por los que desean ser amados, con la esperanza de
que aquello que se da ser devuelto de la misma manera. No hay
nada altruista en lo que da un Dos. Esto se vuelve muy obvio si tu
no cumples tu parte del acuerdo tcito: intentar hacerte sentir
culpable y te acusar de aprovecharte de su generosidad y de
utilizarla, y te atacar con su veneno y odio.
Como la tpica madre juda, te colmarn con todo tipo de
zalameras y atenciones tanto si las deseas como si no. Pero esto va
ligado a la obligacin de corresponder y a la culpa asociada en caso
contrario, que podra expresarse como Con todo lo que yo he
224

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

hecho por ti, y t nunca me llamas ni te acuerdas de m, y yo aqu


sacrificndome con toda mi alma. Pero no te preocupes, ya me las
arreglar... , acompaado de un profundo suspiro y limpindose
las lgrimas. O, como dice el chiste: Cuntas abuelas judas
(puedes sustituirlas por Dos) se necesitan para cambiar una bombilla? Ninguna... Me quedar a oscuras. Desde luego, no hace falta
ser judo para ser generoso con la intencin de recibir o para
sentirse una vctima mrtir; en todas las razas y grupos religiosos
hay ejemplos de este comportamiento.
Los Dos, por tanto, manipulan al dar para obtener lo que
quieren. Te alimentan, te alaban, te complacen, te adulan, y cmo
sola decir Naranjo, en contraste con los Seis, que te besan los pies,
los Dos -utilizando una frase vulgar pero acertada- te lamen el culo.
La mayor manipulacin, sin embargo, es ayudar. Te ayudarn en lo
que necesites -tanto si eres consciente de tu necesidad como si noya se trate de ayuda financiera, de hacer algo por ti, de escuchar tus
preocupaciones, de intervenir como casamenteros, de dar consejos,
elogiarte, apoyarte, etc. De esta manera intentan hacerse los
indispensables para cualquiera que necesiten, volvindose tambin
ellos necesarios.
La sexualidad es tambin la moneda de intercambio con la que
negocian los Dos, ofreciendo favores sexuales a cambio de amor.
Con frecuencia equiparan su merecimiento de amor y su atractivo
con el nmero de conquistas sexuales que han hecho, y las mujeres
Dos a menudo coleccionan machos famosos, utilizando una
expresin de los sesenta. El sexo es utilizado por los Dos para
colmar su necesidad de atencin ms que para disfrutar como una
expresin del afecto. Como comentamos antes, aunque a menudo
los Dos proyectan una imagen muy sexual, raramente se relajan y
se abren sexualmente, aunque las apariencias engaen.
Dar para recibir es inherentemente una forma frustrante de
funcionar, pues las verdaderas necesidades del Dos se desconocen
internamente y por tanto no pueden expresarse ni ser gratificadas
desde el exterior. Como utilizan su imagen y representan un papel
225

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

para atraer amor y admiracin, los Dos raramente se siente amados


por lo que son. Utilizar la sexualidad como una manera de hacer
contactos y de ser aceptado es inevitablemente insatisfactorio.
Hemos discutido la frustracin implcita en la bsqueda de amor de
un Dos, y es obvio que esta frustracin y este estado permanente de
insatisfaccin estn fuertemente asociados a la vida y la psique de
un Dos. El origen de ello es apartarse de s mismo y volverse
dependiente de los dems para establecer la conexin, con el
inherente fracaso de su desarrollo personal. Por esta razn, en el
Eneagrama de las Acciones contra uno mismo, en el Diagrama 11,
que describe la relacin de cada tipo con su alma, la autofrustracin
aparece en el Punto Dos.
Los Dos no slo se frustran a ellos mismos sino que tambin
pueden ser profundamente frustrantes para otros. Mientras se
quejan amargamente de lo desgraciados/frustrados/consternados
que estn -y los Dos se quejan mucho- cualquier intento por tu
parte para ofrecerle una solucin generalmente se encontrar con
una razn por la cual tu sugerencia no funcionara. Eric Berne, al
fundador del anlisis transaccional, llama a este tipo de interaccin
el juego de Podras... S, pero... 11 Berne define como juego una
interaccin social repetitiva en la cual el resultado es previsible y
responde a un motivo distinto del que se expresa explcitamente. El
objetivo aqu es demostrar que ninguna sugerencia funcionar, y
como una sutil identificacin proyectiva, este juego hace que el
otro se sienta intil, impotente y frustrado, igual que se siente el
Dos internamente. Si un Dos no encuentra peros a algo, por
ejemplo oponindose a algo, perdera la sensacin de quin es. Por
tanto, para un Dos, es necesario cierto grado de negatividad, de
resistencia, de descontento para poder mantener su sensacin del
yo.
La pasin del eneatipo Dos es el orgullo, como se ha
mencionado antes, y como vemos en el Eneagrama de las pasiones
del Diagrama 2. No es una autoestima real ni una sensacin interna
11

226

Eric Berne, M.D., Games People Play (New York: Ballantine Books, 1964), pgs. 116-22.

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

de vala, sino lo que Horney llama el orgullo neurtico. No se


basa en capacidades ni logros reales, sino en una sensacin inflada
del yo que es compensatoria del sentimiento de no ser digno de
amor ni valioso de por s. Los Dos creen que son especiales, en
cuanto a estar dotados de gracia, talento, amor, generosidad, etc.,
pero tambin creen ser especialmente complicados, neurticos,
turbulentos, vctimas de abusos... Por tanto, su orgulloso
envanecimiento se debe tanto a sus cualidades positivas como a las
negativas. Son excepcionales, diferentes de las personas corrientes.
Tienen ms capacidad. Pueden hacer ms, lograr ms, sentir ms
profundamente, cuidar ms, y as sucesivamente. La otra cara es su
creencia de que son seres humanos especialmente malos, ms
desastrosos, ms despreciables, ms miserables y ms indignos que
los dems. Estn hinchados con su importancia personal y a
menudo se comportan como si fueran de la realeza y los dems
tuvieran que rendirles admiracin y elogios. Su orgullo se basa en
su autoimagen engreda interior, no en quienes son.
Estn orgullosos cuando son indispensables a esos otros
prestigiosos, estn orgullosos cuando son deseados sexualmente;
estn orgullosos cuando alguien que valoran les concede una
atencin especial; estn orgullosos cuando dan a los dems en sus
maneras sobrehumanas y se comportan como verdaderas Santa
Teresas. Cuando su autosacrificio no es reconocido o se da por
sentado, y cuando no se les concede el trato especial que sienten
que merecen, o cuando no son el centro de atencin, los Dos se
sienten profundamente heridos y humillados.
El orgullo de un Dos no siempre es visible. Esto se debe a que
hay dos tipos de Dos: los que manifiestan su orgullo abiertamente
de manera grandiosa, exhibicionista, pomposa y presuntuosa; y los
ms retrados, que se muestran ms humildes, pero con un orgullo
sin embargo que est a flor de piel.
La virtud asociada al Punto Dos es la humildad, como vemos en
el Eneagrama de las virtudes en el Diagrama 1. Ichazo define la
humildad como la aceptacin de los lmites del cuerpo, de sus
227

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

capacidades. El intelecto posee creencias sobre sus poderes que no


son reales. El cuerpo sabe con precisin lo que puede y lo que no
puede hacer. La humildad en un sentido amplio es el conocimiento
de la verdadera situacin humana en la escala csmica. Por tanto,
la clave en el proceso de trabajo de un Dos es llegar a una
sensacin objetiva de s mismo.
Para un Dos desarrollar la humildad significa antes que nada
asentarse en s mismo. En vez de orientarse hacia fuera -intentando
agradar, reaccionando ante los dems y respondiendo a ellosprecisa volver su atencin hacia el interior. Como los Dos parecen
tan exigentes y tan centrados en ellos mismos, puede sonar irnico
que lo que realmente necesitan hacer es orientarse hacia ellos
mismos y dedicarse la atencin que anhelan que les presten los
dems, pero sta es la nica manera en que podrn lograr verdaderamente el contacto que ansan. Centrar su atencin en ellos
conlleva entrar en contacto con lo que est realmente pasando en su
interior bajo el bullicio de las emociones histricas y de los
excitantes acontecimientos y crisis de su vida. En consecuencia,
deben reducir su frenes de actividades y emociones y sentir
profundamente su interior, ponindose en contacto con lo que est
experimentando realmente. Aunque las emociones de un Dos
pueden ser muy dramticas, no las siente profundamente, y para
experimentarlas del todo necesita desarrollar un sentido autntico
del yo. Al mismo tiempo, sentir de verdad su cuerpo y apreciar sus
lmites es enormemente importante para que un Dos desarrolle una
sensacin real de dnde se acaba y dnde empieza su autoimagen
inflada.
Al centrarse en s mismo, ver que constantemente se est
comparando con su autoimagen idealizada de persona amorosa y
generosa, desprecindose cuando no da la talla o engrandecindose
orgullosamente cuando lo consigue. Necesitar reconocer su
orgullo y su sensacin de ser especial, algo queno es fcil para un
Dos. Entrar en contacto con la manera en que su superego rechaza
continuamente su manera de ser, tanto internamente como exter228

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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namente, si no se amolda a la gran imagen que le exige alcanzar.


Necesita ver cmo cambia su autovaloracin dependiendo de si se
siente amado o rechazado por esa persona significativa de su vida,
y que fundamentalmente siente muy poco amor y aceptacin hacia
s mismo. Se dar cuenta de que es muy sensible al rechazo de los
dems porque ste apoya su propio autorrechazo. Y necesita
entender psicodinmicamente cmo su manera de relacionarse
consigo mismo se debe al condicionamiento de su primera infancia.
Se dar cuenta de que esta dinmica interna le hace oponerse a la
realidad, y que este comportamiento obstinado en vez de cambiarlo
o liberarlo le est causando un sufrimiento terrible. Parte de la
clave para decidir protegerse de su superego y empezar a aceptarse
a s mismo se encuentra en experimentar directamente lo dolorosa e
hiriente que resulta esta dinmica.
Cuanto ms escape del control de su superego y se abra a su
realidad interior, ms se dar cuenta de que es un ser humano y que
ni sus capacidades ni sus lmites determinan su valor o la falta del
mismo. Ser capaz de aceptar lo que verdaderamente puede y no
puede hacer, lo que experimenta realmente y lo que le gustara
experimentar, y dejar de sentirse una persona infrahumana que
tiene que compensarlo actuando en formas sobrehumanas. Necesita
entender que es digno de amor simplemente por lo que es, no por lo
que puede hacer por los dems. Esto le conducir a una sensacin
honesta de lo que verdaderamente desea y lo que no desea hacer
por los otros, en vez de sentirse obligado y movido por la culpa si
no est disponible para todo el mundo. Tambin le conducir a
conocer y aceptar que sus lmites son fsicos, energticos,
psicolgicos, y a respetarlos, aprendiendo a sentirse cmodo
cuando tenga que decir no a los dems.
Este proceso tambin conlleva ver que su falta de lmites
internos, que l ha llamado libertad, es simplemente libertinaje, y
de hecho le est aprisionando. Necesita darse cuente de lo esclavo
que es de sus deseos, de sus gustos y aversiones, de lo difcil que le
resulta negarse a satisfacerlos, aunque la satisfaccin suponga un
229

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

riesgo financiero, fsico o emocional. Necesita comprender que ser


realista respecto al dinero que tiene, el estado de saciedad de su
estmago o a si realmente necesita un nuevo traje, no hace la vida
gris, aburrida y privada de romanticismo, sino que en realidad le
proporciona un fundamento sobre el que poder hacer cosas que
sean realmente liberadoras y significativas en su vida.
Humildad significa cuidar de s mismo y prestarse atencin de
manera pragmtica. Y esto, en vez de convertirle en un ser egosta,
como a menudo teme, le har encontrarse cada vez ms y ms
centrado. Cuanto ms asentada en s mismo est, ms podr aceptar su
realidad interna, rendirse a ella y fluir con ella, y ms libre ser de su
yo antiguo y de su dependencia de los dems. Cuanto ms se abra a s
mismo, ms aceptar a los otros y ser ms capaz de recibir y dar de
verdad el amor que tan desesperadamente deseaba. Ser capaz de
relajarse, rindindose de verdad a lo que es, y con ello, llegar a ser
uno con su naturaleza ms profunda. Sabr que constituye la unidad
con el Ser, que es una gota de dulce miel, fundida en una unin
exttica con lo Divino.

230

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

CAPTULO8
ENEATIPO OCHO
EGO-VENGANZA
Los Ocho tienden a ser seguros de s mismos, dominantes,
controladores y sensatos. Son los chicos malos del eneagrama,
dispuestos a degradarse y ensuciarse, a embarullar las cosas.
Prefieren mandar y dirigir el espectculo, dar rdenes antes que
recibirlas. A menudo son grandes y robustos -si no fsicamente energticamente- haciendo que su presencia se sienta y decididos a
lograr su objetivo. Con la creencia fundamental de que la vida los ha
tratado injustamente, tienen que pedir justicia y arreglar las cuentas
exigiendo venganza; de ah el nombre de este eneatipo, EgoVenganza. Su mtodo es el bblico: ojo por ojo; haciendo a los
dems lo que sienten que les han hecho a ellos. Tienen a provocar el
enfrentamiento, siempre buscando algn desafo o lucha, algo a que
oponerse.
Internamente, la debilidad y la necesidad parecen ser la causa de
sus problemas, pero ellos apartan estos sentimientos, muchas veces
incluso negando que puedan tenerlos inconscientemente. Tienen
poca tolerancia con las emociones blandas, como el miedo, la
tristeza y, en especial, la debilidad, y con cualquier otro sentimiento
que sugiera inferioridad, indecisin, necesidad o deficiencia.
Valoran ser duros y fuertes, capaces de recibir los golpes que la vida
da y de devolverlos. Disparan a la primera, diciendo lo que piensan
abiertamente y sin contemplaciones, sin importarles el impacto o las
consecuencias que pueda tener en los dems. Con frecuencia son
mundanos y pasionales, a veces incluso crueles, y son codiciosos
con la vida, pareciendo querer devorar tanto como les sea posible.
Pueden ser duros e insensibles ante los sentimientos de los dems,
pero en ocasiones muestran una apariencia sentimental, y en vez de
presentarse como osos pardos, parecen inofensivos osos de peluche.

231

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Estos rasgos de la personalidad provienen de la prdida de una


visin particular de la realidad -la Idea Santa- asociada con el punto
Ocho, que es la Verdad Santa. Hemos comentado algunas
cualidades y caractersticas de la realidad cuando se percibe
objetivamente -sin el filtro de la personalidad al comentar otras
Ideas Santas. Por ejemplo, la Perfeccin Santa revela la identidad
ltima de la realidad, el Amor Santo manifiesta que la realidad esta
hecha de amor y es una expresin del amor, el Origen Santo nos
dice que surgimos del Ser o somos el Ser, la Fe Santa nos dice que
el Ser es lo que nos apoya y nos mantiene a nosotros y a toda vida,
la Ley Santa y la Voluntad Santa describen varios matices del
funcionamiento del Ser. La Verdad Santa apunta directamente a la
existencia del Ser y a su coemergencia con toda la realidad. Es la
percepcin de la realidad en todas sus mltiples decisiones, desde
el mundo fsico hasta la dimensin espiritual ms profunda de lo
Absoluto. Aqu vemos que todas estas dimensiones son reales;
constituyen la verdad a cerca de cmo son las cosas; y vemos
tambin que existen inseparablemente unas de otras. Esta
percepcin contrasta fuertemente con la de la personalidad, por la
cual basamos nuestra sensacin de la realidad en la suposicin de
que el mundo de la materia es todo lo que existe. Incluso si
contemplamos la idea de que puedan existir dimensiones ms
profundas de la realidad, cuando las cosas se ponen difciles, lo
fsico es fundamental para la mayora de la humanidad. Como
nuestros cuerpos fsicos estn separados de los otros objetos, la
creencia de que somos entidades inherentemente separadas est
implcita en la perspectiva materialista de la personalidad.
Desde el punto de vista iluminado del Punto Ocho, vemos que la
forma material es la capa ms externa de una realidad
multidimensional. Esta realidad es una unidad indivisible, de tal
manera que todas sus dimensiones constituyen su totalidad y son
inseparables de ella. sta es una perspectiva no dual en la cual la
realidad se experimenta como una sola cosa. El sentido de la unidad
a menudo es difcil de entender, pues solemos pensar en uno como
232

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

opuesto a dos. Aqu uno significa todos, o dicho de un modo un


poco distinto, todo lo que existe en todas las dimensiones forma
nuestra realidad nica. La materia y el espritu son una sola cosa; el
mundo fsico y el mundo divino son lo mismo. De modo que desde
esta perspectiva no dualista y coemergente, si usamos nuestra
analoga y comparamos la realidad con un ocano, nuestra atencin
puede estar centrada en las olas o bien en el ocano, pero sin
embargo unas y otro son inseparables entre s. Del mismo modo
que podemos experimentar el ocano viendo sus olas, la materia es
una forma de experimentar el espritu. Por tanto, la materia es como
las olas, dando la impresin de que la superficie del ocano lo es
todo.
As, los distintos niveles que van creciendo en profundidad,
desde lo fsico, pasando por la dimensin esencial y las
Dimensiones Ilimitadas, hasta lo Absoluto, estn presentes a la vez
y son inseparables. Son diferentes profundidades de la misma cosa,
cada una con una proximidad mayor a lo Absoluto, y podemos
llamar a esta perspectiva ver la realidad en su verticalidad, aunque
de hecho esta terminologa espacial no es del todo precisa.
Horizontalmente, en el nivel ms superficial, ninguna de las formas
del mundo material es independiente ni est separada de la unidad
de la que forman parte.
Desde la perspectiva del Punto Ocho, la iluminacin consiste en
ver ms all del engao de la dualidad, la sensacin de que existe
esto y aquello, el yo y lo otro, la materia y el Espritu, el ego y la
Esencia, y desper tarse a la realidad de la unidad de las cosas. sta
es la base de todas las enseanzas coemergentes como el Dzogchen,
la prctica budista tibetana que cultiva el hecho de morar en nuestro
estado no dual de prstina conciencia, utilizando su
terminologa. 1 Esto tambin est implcito en la filosofa del
Advaita Vedanta, una rama del hinduismo, en la cual la realidad se
define como uno sin un segundo (a-dvitiya) y la situacin
humana es tal que
1

Ver Sogyal Rimpoche, Dzongchen and Padmasambhava (Berkeley: Rigpa Fellowship, 1089).
233

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

el alma individual est equivocada en lo que respecta a su


carcter verdadero. Se considera a s misma limitada. Pero este
error se desvanece cuando se alcanza la comprensin. El alma
individual (jiva) des cubre entonces que ella misma es el Ser
(atman). La esclavitud por tanto no existe. De hecho, con
relacin a aquello que siempre es libre, los trminos esclavo y
libre son inadecuados. Slo parecen tener sentido durante las
etapas preliminares del aprendizaje espiritual, cuando el
estudiante an tiene que hacer el descubrimiento esencial. El
trmino liberacin es utilizado slo por el guru en un sentido
preliminar, dirigindose a alguien que est en un estado de
esclavitud que nicamente existe en su imaginacin. 2
Desde el interior de nuestra experiencia, la Verdad Santa es el
reconocimiento de nuestra naturaleza bsica como Ser y de Su
inseparabilidad de nuestros cuerpos y nuestras almas. En otras
palabras, tu cuerpo y tu naturaleza ltima constituyen una unidad
que no puede dividirse en partes. Del mismo modo que
normalmente percibes tu cuerpo como una masa slida o, desde la
dimensin subatmica, compuesto mayormente de espacio, las dos
realidades coexisten y son percepciones diferentes del mismo
fenmeno. Decir que una es ms real o ms verdadera no tiene ningn
sentido. Igualmente, desde un punto de vista, somos animales con un
cerebro enormemente desarrollado, y desde otro, somos ventanas al
universo. Ambos son ciertos.
Incluso concebir tu personalidad como algo distinto de tu
naturaleza esencial no tiene ningn sentido cuando la realidad se ve a
travs de la Verdad Santa. Tu personalidad es simplemente una forma
ms o menos fijada que tu alma adquiere, que es el resultado
acumulativo de tu historia personal; es un patrn de creencias,
emociones y
comportamientos
que
defines
como
t.
Independientemente de lo rgida que sea tu conciencia, tu alma es sin
2

Heinrich Zimmer, Philosophies of India (Princeton: Bolligen Foundation, 1951), pg.456.

234

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

embargo inseparable del Ser. Es como una ola que se concibiese algo
esttico e independiente del resto del ocano, mientras que claramente
no es as. Las experiencias elevadas y los momentos de contacto con
el Ser son simplemente vislumbres de nuestro verdadero estado.
De modo que tanto si se percibe desde una perspectiva ms
universal como desde el interior de nuestra experiencia personal, la
Verdad Santa es una comprensin experimental de la realidad de la
que formamos parte como una unidad indivisible y multidimensional.
La prdida de esta comprensin origina la sensacin de dualidad, de
que una cosa puede separarse de otra. Esto a su vez da lugar a varias
nociones dualistas: que estamos constituidos por Espritu y materia,
que son fundamentalmente independientes o de naturalezas diferentes;
que el universo contiene dos fuerzas opuestas, el bien y el mal, y que
lo manifiesto y lo no manifiesto son cosas diferentes.
Mientras que este sentido de la dualidad est implcito en todos los
tipos de personalidad y es una de las piedras angulares de la realidad
egoica, en el eneatipo Ocho es predominante, y en l se apoyan todas
las caractersticas psicolgicas de este tipo. La dualidad fundamental
que se origina en el Ocho conjuntamente con su prdida de contacto
con el Ser en la primera infancia es la de sentirse alguien separado o
desconectado del Ser. Es decir, la prdida de contacto con el Ser le
crea la sensacin de que est desprovisto de l, y por tanto de que as
es en realidad. El Ser no existe para l. Como hemos visto, esto no
puede ser cierto, ya que est constituido por el Ser y es inseparable de
l, pero la orientacin de la personalidad del Ocho hacia la vida se
apoya en esta ilusin.
Aunque no es la norma, algunos Ocho con una inclinacin
espiritual no sienten que hayan perdido nunca el contacto con el Ser, y
para ellos son los otros y el mundo los que parecen desprovistos de l.
Sin embargo, su personalidad se cristaliza alrededor de esta
percepcin de la realidad, y aunque pueda mantener el contacto sus
profundidades, desarrolla una personalidad con la cual se identifica y
forma una armadura alrededor de su alma para proteger sus
profundidades interiores. Al desarrollar una estructura de la
235

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

personalidad viable, el Ocho ha creado una sensacin del yo y de los


dems en la cual en una lado tiene al Espritu o a Dios y en el otro est
desprovisto de l.
La mayora de los Ocho, sin embargo, sienten que han sido
despojados del Ser a una edad muy temprana. Un sentimiento muy
profundo del Ocho es que ha ocurrido algo terrible, aunque en su nivel
preverbal o preconceptual no tiene ni siquiera la idea de prdida de
contacto con sus profundidades. Slo existe la sensacin de que
ocurri algo que no era correcto, que le han hecho algo malo y que su
alma ha sido corrompida o contaminada de alguna manera. Hay una
sensacin vaga de haber perdido un estado primordial o natural, una
sensacin difusa de haber sido apartado del estado de gracia. Lo que
es ms real, la verdad ms profunda y fundamental, se ha borrado de
su conciencia. Su alma sabe que se ha perdido una sensacin de
unidad con lo ms precioso que hay en l, y su ego se construye
alrededor de esto.
A partir de la erradicacin de su sensacin interna de unidad con el
Ser, que produce una sensacin del yo y del otro -la dualidad-, surge
la conviccin de que alguien debe ser responsable de esta terrible
situacin. La culpa es la palabra que aparece ms ampliamente en la
psicologa de un Ocho; descubrir quin es culpable y vengarse del mal
es su preocupacin principal. Por esta razn, este tipo se denomina
Ego-Venganza, como se mencion al comienzo de este captulo, e
Ichazo ha definido la venganza como la fijacin del Ocho, como
vemos en el Diagrama 2. En un plano ms hondo, aunque hace falta
mucho trabajo interior para hacer esto consciente, se considera a s
mismo culpable. Cree que de nio debera haber sido lo suficientemente fuerte como para resistir la fuerza de los
condicionamientos y no haber perdido el contacto con el Ser. O, si no
experimenta haber perdido el contacto, cree que debera haber sido
capaz de hacer que los constituyeron su primer entorno fueran
conscientes del Ser, tanto en ellos mismos como en l. Una exigencia
verdaderamente elevada para un beb, pero que suena admisible e
incluso razonable para un Ocho.
236

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

En cualquier caso, considera que es una mala persona por haber


permitido que esto ocurriese. Esta sensacin de ser una entidad
separada que es responsable de haber perdido el contacto con el Ser es
probablemente el origen de la doctrina cristiana del pecado original.
Como Adn y Eva, ha sido arrojado del Paraso por su maldad. Se
culpa a s mismo, pero esto es muy difcil de tolerar, de modo que en
un movimiento psicolgico decisivo, proyecta su culpa hacia fuera: la
culpa es de los otros. En su mente, sus padres, y el resto de su entorno
en la primera infancia, son responsables de su prdida, y este error
debe ser reparado. Debe vengarse y obtener una compensacin.
Culpando a su primer entorno y permaneciendo estancado en la ira
respecto a su infancia evita odiarse a s mismo, al tiempo que se
protege del recuerdo de esa maravilla que una vez experiment como
l mismo. De este modo, se protege de la bondad de su Naturaleza
Verdadera. ste es su propio jihad3 personal, con el que reinstaura una
sensacin de virtud.
Aunque puede parecer que es demasiado duro con l mismo (si su
culpa es consciente) y rencoroso con las primeras personas que lo
cuidaron, esta postura en realidad le protege de algo que para l es
mucho peor: experimentar su impotencia. Hacer esto significara para
l la capitulacin, una rendicin a las fuerzas de la realidad egoica,
tanto dentro como fuera. Continuar considerando responsables a los
dems e intentar arreglar las cuentas provoca una lucha interna
permanente con la realidad, lo que le impide tener que aceptarla, y
para un Ocho esto es una estrategia psicolgica de supervivencia
necesaria desde la primera infancia. Experimentar totalmente su
impotencia y su indefensin significara rendirse psquicamente, y
quiz podra no haber sobrevivido si lo hubiera hecho. Esto es sobre
todo cierto en los casos de traumas o abusos durante la infancia. Su
impotencia, su desamparo y vulnerabilidad ante las fuerzas del
condicionamiento es lo que es l considera el ncleo de su debilidad, y
sta es su experiencia ms evitada, como vemos en el Eneagrama de
3

La obligacin de la religin mahometana de lanzarse a la guerra santa contra los infieles.


237

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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las Evitaciones, en el Diagrama 10, donde la debilidad aparece en el


Punto Ocho.
Como hemos visto, considera que bsicamente l es responsable de
su cada dentro de la realidad egoica, y desde ese punto de vista, el
resto de la vida puede verse como un intento de solucionar esta
sensacin bsica de culpabilidad. Todo su autocastigo -que con mucho
supera al que inflige en los dems- tiene su origen en esta manera en
que su alma interpreta su prdida de contacto con el Ser. Por esta
razn, en el Eneagrama de las Accionescontra uno mismo, en el
Diagrama 11, que describe la relacin de cada tipo con su alma, el
trmino que aparece en el Punto Ocho es el autocastigo. Si hubiera
sido ms poderoso y ms fuerte, se dice, esto no habra ocurrido. Si se
hubiera mostrado lo suficientemente enrgico y seguro de s mismo,
podra haber conseguido que mam percibiese su profundidad y l
hubiera mantenido el contacto con el Ser. Si se hubiera mantenido ms
firme, hubiera podido resistir a la fuerza de la realidad egoica. Si
hubiera sido ms duro, hubiera podido impedir todos los abusos
grandes y pequeos que recibi; y muchos Ocho tuvieron infancias en
las que se abus de ellos ya sea psquica o sexualmente, o se sintieron
como si esto hubiera ocurrido. La percepcin de su infancia es que fue
humillado, explotado o castigado por razones que tuvieron poco que
ver con l o con su comportamiento. Muchos de ellos tienen la
sensacin de que su madre les neg su amor o no les protegi de un
padre dominante y brutal. En su alma qued una sensacin de
profunda injusticia, y el mundo se presenta ante l en mayor o menor
grado como malvado.
Segn su mentalidad, lo que es un error en ellos es su debilidad y
vulnerabilidad, su apertura y receptividad, pues estas cualidades son
las responsables de que su impresionable alma humana perdiese el
contacto con su verdad interior. La fuerza, por tanto, le parece la
cualidad necesaria, y esto le lleva a desarrolla un estilo de
personalidad que imita a este rasgo ms que a ninguno. Imita la fuerza
esencial -llamada Rojo en el lenguaje de Enfoque del Diamante- y ste
es el aspecto idealizado de este tipo. Se vuelve duro, rudo, enrgico,
238

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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inflexible e inamovible, para que no le jodan otra vez, utilizando el


lenguaje que un Ocho empleara para describir lo que le ha pasado.
Construye una fortaleza alrededor de l, volvindose inexpugnable e
impenetrable. Desarrolla una piel dura, una capa protectora de cuero
para conservar y proteger la sensibilidad de su alma.
A diferencia de la fuerza verdadera de la esencia, la falsa fuerza
que caracteriza al tipo de personalidad Ocho es esttica, rgida e
inflexible. Siempre es fuerte y dura, y utiliza la misma cantidad de
fuerza en todo lo que hace, como si necesitase una antorcha para tostar
un trozo de pan, o una hoguera para dar un poco de calor. El Ocho
est continuamente hacindose el duro, como si la rigidez fuese lo
mismo que la fuerza. De hecho, desde un punto de vista puramente
fsico, un msculo fuerte tiene tono, est relajado, es resistente y capaz
de responder con poder cuando es necesario. La fuerza real es flexible
y se adapta a la situacin que encuentra. Esto lo vemos en los osos, los
animales asociados a este punto, capaces de actuar con una enorme
fuerza cuando buscan una presa o defienden a sus cras, y tambin
pueden relajarse totalmente mientras lamen a sus pequeos de manera
indefensa en los momentos en que la fuerza no es necesaria. Para
nosotros los humanos, la fortaleza real no se mide por la cantidad de
kilos que podemos levantar y por lo duramente que podemos
reprender a alguien. Hace falta una fuerza ms real -el poder de
nuestras almas- para decir nuestra verdad, independientemente de
cmo sea recibida, para abrir nuestros corazones del todo y decirle a
alguien que lo amamos o para bajar nuestras defensas y admitir que
hemos cometido un error o herido a otra persona.
La dureza que el Ocho desarrolla como compensacin por su falta
de contacto con la fuerza real es como una dura armadura que cubre
su alma. Intenta proteger su corazn al rechazar todas las emociones
que considera dbiles: miedo, tristeza, vergenza, remordimientos,
carencia, indefensin, vulnerabilidad, anhelo, etc. Desgraciadamente,
no se puede cerrar el corazn a una serie de emociones sin hacerlo
tambin a todas las dems, de modo que tambin anula su capacidad
de experimentar la alegra inocente, la ternura del amor, el cario, el
239

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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afecto y la compasin, por nombrar algunos de los otros sentimientos


a los que tambin se cierra. Puede endurecer tanto su corazn, que sea
incapaz de experimentar el dichoso estado de enamoramiento, e
inconscientemente ha tomado la decisin de que semejante proteccin
vale pagar este precio. Horney, respecto a los neurticos que
corresponden al eneatipo Ocho, que ella define como personas que se
mueven contra los dems y denomina con nombres que varan entre
tipo agresivo, vengativo o expansivo, dice:
La represin de los sentimientos tiernos, que empez en la
infancia y se describe como el proceso de endurecimiento, es
necesaria debido a las acciones y actitudes de los dems y sirve
para protegerle contra los otros. La necesidad de hacerse
insensible al sufrimiento es en gran medida reforzada por la
vulnerabilidad de su orgullo y llevada a la culminacin por su
orgullo de ser invulnerable. Su deseo de calor y afecto humano
(tanto para dar como para recibir), que en un principio fue
bloqueado por su entorno y despus sacrificado por la necesidad
de triunfo, finalmente queda congelado por el veredicto de su odio
hacia s mismo que lo califica como indigno de amor. As, al
volverse contra los dems no tiene nada valioso que perder... Es
impensable que vayan a quererme; me van a odiar de todas
formas, por lo tanto al menos me temern. Adems, el sano
inters en s mismo, que por otra parte controlara sus impulsos
vengativos, se mantiene a un mnimo a travs de su profunda
desconsideracin por su bienestar personal. E incluso el temor a
los dems, aunque funciona hasta cierto lmite, es reducido por el
orgullo de ser invulnerable e inmune. 4
Este mismo acto de intentar protegerse a s mismo acaba
desconectndolo de s, y en esto se encuentra la irona de la defensa
del Ocho. Endurecindose y rechazando sus emociones blandas
pierde la propia sensibilidad que le permite el acceso y le hace
4

Horney, Neurosis and Human Growth, pgs. 68-69.

240

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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transparente a la naturaleza interior de su alma, la Esencia. Lo que


empez como un intento de proteger su alma acaba clausurando la
conexin con su verdad interior. Pierde el contacto con lo que confiere
vitalidad y nimo a su alma, y se queda con un sentimiento interior
que se asemeja a la muerte.
Como ha embotado su alma, tiene poca empata, sensibilidad o
compasin por los dems, del mismo modo que tiene poca por l
mismo. En el extremo, le importa poco lo que los dems sientan o lo
que piensen sobre l, pues ha llegado a la conclusin, como hemos
visto, de que es indigno de amor. Con esta falta de empata, a menudo
es inconsciente del sufrimiento y de los sentimientos dolorosos de los
dems, y es desconsiderado, pues no advierte el efecto que sus
modales bruscos, rudos o insensibles causan en los dems. Si lo
advierte, en vez de sentir remordimientos, desprecia la vulnerabilidad
que la otra persona le permite ver.
Estrechamente relacionado con esto, se encuentra su falta de
tolerancia con la sutileza. Le gusta que las cosas sean directas, sin
andarse con rodeos. No quiere mirar bajo la superficie de las cosas,
del mismo modo que no quiere mirar bajo su propia superficie por
miedo a experimentar la falta de vida que se ha producido como
consecuencia del endurecimiento de su alma y la culpa que envuelve
su vaco. Lo que puede contactar a travs de sus sentidos fsicos es
real, y lo que no son sensibleras y gilipolleces (una palabra
importante y frecuente en el vocabulario de un Ocho). Obviamente,
esto incluye el mundo emocional y el mundo real. Es muy escptico
de la experiencia religiosa y espiritual, y en gran medida cree que la
religin organizada es simplemente una artimaa para aprovecharse de
los crdulos.
Se acerca a la realidad con una mente fija y cerrada en vez de con
apertura. La rplica de la fuerza que hace su personalidad lleva a su
mente a volverse insensible, inconmovible, inflexible y
profundamente obstinada. Lo que ve es prejuzgado por su opinin
negativa de lo que puede ser, y esto para l es slo ser realista.
Contempla la realidad desde la perspectiva de alguien que puede ser
241

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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estafado, explotado, humillado o sino amenazado, y por tanto, su


prejuicio es buscar el dao posible, el lado ms poderoso, ms oscuro,
ms animal de las cosas. En su mundo interior, las personas son
canallas y aprovechados mientras no se demuestre lo contrario. Sus
ojos -la parte del cuerpo asociada a este tipo- no estn abiertos a las
cosas tal como son, sino que ven la vida a travs del velo del prejuicio.
El personaje Archi Bunker del programa televisivo de los aos setenta
All in the family es un ejemplo de esta intolerante cualidad de los
Ocho. En su etiqueta de realismo, vemos una distorsin de la
Verdad Santa, as como en su conviccin inquebrantable de que lo que
ve a travs de su agria mirada es indiscutiblemente acertado.
As que mientras los Uno estn predispuestos a dar a todo un giro
positivo, los Ocho estn predispuestos a dar a todo un giro ms
siniestro. Por ello, en el Eneagrama de las Mentiras, en el Diagrama
12, que describe los velos a travs de los cuales cada tipo contempla la
realidad, la frase prejuicio/falsa negacin aparece en el Punto Ocho.
Su principal negacin es del lado optimista, alegre y esperanzado de
las cosas, y es su principal mecanismo de defensa. Est impulsado por
una profunda desconfianza hacia los dems y hacia la propia vida,
convencido de que tiene que luchar para eliminar cualquier cosa buena
del mundo. Es como si tuviera miedo de ser engaado al creer en algo
positivo, y por ello es mejor verlo todo desde el lado oscuro que
arriesgarse a ser defraudado nuevamente por la realidad. Como los
Seis, cree en un mundo salvaje darwiniano, en el que slo sobrevive el
ms capacitado, pero a diferencia de los Seis, l se identifica con los
fuertes.
La negacin ms profunda de muchos Ocho es el origen de toda
bondad: el mundo del Ser. En vez de sentir el insoportable dolor de
haber sido desconectados de lo Divino, niegan que el Ser exista. Para
ellos, Dios est muerto. No es que Dios haya existido y ahora ya no
existe, sino que para empezar toda la idea Dios es una gilipollez. Se
convierten en personas pragmticas, que se relacionan belicosamente
con la cscara del mundo: lo que queda cuando se excluye al Ser.

242

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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Su negacin de la multidimensionalidad de la existencia puede ser su


negacin ms profunda, pero el mecanismo de negacin funciona en
mayor o menor grado de forma constante dentro de su personalidad.
Esto evita que entre en su conciencia cualquier cosa que pueda ser
dolorosa para l, por ejemplo, cualquier cosa que pueda poner en
peligro su idea interna de ser fuerte y poderoso. De modo que todo lo
que pueda hacerle sentirse equivocado, dbil, sin capacidad o
necesitado es simplemente rechazado. Esto abarca desde negar
acontecimientos reales hasta pensamientos o emociones internas.
La negacin tambin hace que siempre parezca que el problema
est fuera de l. El enemigo es el otro, que va a por l, que quiere
humillarlo, que le trata injustamente, etc. Siempre parece ser la
vctima inocente que es escogida por razones que l no puede
entender. Rechaza la responsabilidad por como es tratado cuando no
le gusta la manera en que lo hacen, y acusa a la otra persona de
tenrsela jurada. No ve que culpar a los dems por las dificultades que
experimenta y creer que estn contra l es su propia distorsin de la
realidad, que influye en lo que se manifiesta en su vida. La ira y el
rencor que frecuentemente, si no continuamente, siente es una
reactividad inevitable por considerar a la realidad de esta manera.
De modo que mientras que un Ocho puede estar orgulloso de tener
los pies en la tierra, de ser pragmtico y de enfrentar la vida
llanamente sin la falsedad de los sentimentalismos e idealismos, su
realismo excluye toda bondad y slo deja paso al mundo material
como realidad fundamental. Aunque este comportamiento, en su
exagerada franqueza y rotundidad al hablar, es una imitacin de la
Verdad Santa, su versin de la verdad es slo parcial y prejuiciosa. En
la siguiente descripcin de Horney, vemos claramente el intento del
Ocho de reproducir la perdida Verdad Santa:
Su sentimiento sobre l mismo es que es fuerte, honesto y
realista, todo lo cual es cierto si miras a todas las cosas de esta
manera. Segn sus premisas, su apreciacin de l mismo es
estrictamente lgica, pues para l la rudeza es fuerza, la falta de
243

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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consideracin por los dems es honestidad, y la persecucin


insensible de sus objetivos es realismo. Su actitud en la valoracin
de su honestidad proviene en parte de un astuto
desenmascaramiento de las hipocresas. Para l, el entusiasmo
por una causa, los sentimientos filantrpicos y la simpata son
meros fingimientos, y no le resulta difcil descubrir lo que a
menudo son los gestos de conciencia social o de virtud cristiana.
Sus valores estn construidos alrededor de la filosofa de la selva.
La ley del ms fuerte. La humanidad y la compasin no existen.
Homo homini lupus. 5
La frase latina recuerda el memorable papel interpretado por un
actor Ocho, Jack Nicholson, en la pelcula Wolf, donde un
personaje simpln y servil se transforma en un agresivo y autntico
lobo. A propsito de esto, en vez de estar a merced de los dems,
los Ocho se esfuerzan por dominar, controlar y ejercer el poder
sobre los otros. Como dice el refrn: No hay mejor defensa que un
buen ataque. l lucha agresivamente por ocupar el puesto superior
-el ms fuerte y el ms poderoso- para que no pueda ser explotado
ni subordinado. Debido a este miedo de ser dominado, necesita
controlar las cosas. Quiere ser el jefe, mandar y dar las rdenes
antes que recibirlas, ejerciendo su poder sobre los dems para no
tener que someterse a la voluntad de otro. Tiene poca tolerancia
para recibir rdenes y slo las tolera si puede ser de alguna utilidad
para sus objetivos. Nunca quiere estar en una posicin en la que se
sienta dbil, inferior a otro o bajo el control de otro, y llegar a
exagerados extremos para asegurarse de que esto no ocurra. Para
este propsito, intimidar y tiranizar a los dems buscando que se
sometan a l y respeten su autoridad.
Es duro con los otros, forzndoles y exigindoles. Pero del
mismo modo que presiona duramente a los dems, tambin se
presiona a s mismo. Su punitivo superego lo controla y lo castiga,
incitndolo para que sea ms fuerte y ms duro. El ideal que intenta
5

Horney, Our Inner Conflicts, pg. 68-69.

244

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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alcanzar -su ideal del ego- es ser indomable, fuerte y poderoso, y


cuando no se adapta a esto, su superego lo castiga con brutales
ataques. Es exigente e implacable, y lo desprecia por ser dbil y
frgil cuando se siente herido o cansado. No se permite ningn
lmite, ni fsico ni emocional ni de ningn tipo. Del mismo modo
que desprecia a los dems abiertamente e intenta destruirlos con su
invalidacin sarcstica, su superego lo censura y critica con la
misma crueldad. Y al igual que coacciona a los dems para que se
sometan, su superego lo machaca para que se adapte al ideal de
fuerza del ego.
Es impetuoso, agresivo, intimidador, ruidoso y bruto, como su
animal, el oso. Algunos Ocho tienen una cualidad de oso de
peluche, como se ha mencionado al comienzo de este captulo, un
encanto inocente que se filtra a travs de la aspereza, y en l
podemos vislumbrar la parte del alma del Ocho que qued
encerrada a temprana edad, aislada del resto de la personalidad.
Esto se encuentra estupendamente retratado por Dennis Franz en el
personaje de Andy Sipowitz de la serie televisiva NYPD Blue.
Tambin lo vemos en la actriz Roseanne Arnold. Un Ocho ocupa
mucho espacio, exigiendo la atencin y controlando la situacin.
Con frecuencia los Ocho son grandes fsicamente, robustos y
muchas veces gordos. Suelen tener un pecho ancho, que refleja su
proteccin defensiva en la zona del corazn y sus dificultades para
aflojarse y rendirse. Para l, aflojarse es ser dbil y rendirse es
capitular.
A menudo es abiertamente arrogante, despectivo y desdeoso
con los dems, presuponiendo y afirmando su propia superioridad.
No lo retienen sus propios sentimientos, ni los de otros, ni las
convenciones sociales de modestia, cortesa, educacin u otros
refinamientos. No parece sentirse frenado por la culpa o la
conciencia como le ocurre a otros tipos, y llega a hacer cosas que
los dems slo pueden imaginar hacer. Debido a esto, hay tipos ms
inhibidos que con frecuencia lo admiran y desearan parecerse ms
a l. Sin embargo, no es tan libre como parece, como dice Horney:
245

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

El tipo agresivo parece una persona exquisitamente


desinhibida. Puede proclamar sus deseos, dar rdenes, expresar
su ira, defenderse. Pero en realidad no tiene menos inhibiciones
que el tipo sumiso. No confiere mucho mrito a nuestra
civilizacin el hecho de que sus inhibiciones particulares no
suelen considerarse de entrada como tales. Ellos mienten en el
aspecto emocional y dudan de su capacidad para la amistad, el
amor, el cario, la comprensin, y el disfrute desinteresado. Esto
ltimo sera para l una prdida de tiempo. 6
Es vctima de arranques de rabia y comportamiento violento, que
para l son tan compulsivos como reprimidos para otros tipos. La
ira brota en l con ms facilidad que cualquier otra emocin. Tiene
el impulso de pegar y responder atacando y, a menos que haya
trabajado mucho en s mismo, tiene poca libertad para no
reaccionar de esta manera. La ira es una reaccin que
experimentamos frente a algo que nos restringe o nos limita, y
cuando la dejamos salir nos sentimos fuertes, vitales y vivos. Como
stas son precisamente las cualidades que el Ocho anhela sentir, su
emocin preferida es la ira. Cuando se siente herido, se enfada.
Cuando tiene miedo, se enfada. Cuando se siente necesitado, se
enfada. Generalmente estas explosiones de rabia se ven
acompaadas de culpabilizaciones hacia aquellos que les obligan
a sentir esas emociones blandas.
Es una persona prctica y directa. Es obstinado y
desconsiderado. Es el dirigente despiadado y tirano, el perverso jefe
de una banda de criminales, el abogado defensor rencoroso al estilo
F. Lee Bailey. Es el dspota corrupto: los II Amins, los Saddam
Husseins, los Duvaliers y los Augustos Pinochets del mundo. Es la
bestia poltica que no se anda con contemplaciones: Nikita
Khrushchev golpeando con su zapato en la mesa de la Naciones
Unidas, Lyndon Johnson dejando caer las bombas en Vietnam. Es
6

Ibd., pg. 68.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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Enrique VIII, separndose de la Iglesia catlica y creando su propia


religin para poder divorciarse y volver a casarse con la esperanza de
tener un hijo varn, eliminando las abadas y acumulando su inmensa
riqueza para sellar el cisma.
Aunque pueda no parecerlo, dados los ejemplos anteriores, la
justicia es una palabra importante para los Ocho. Al igual que los Uno
estn alertas a cualquier imperfeccin, los Ocho lo estn a las
injusticias. La bsqueda de la justicia, por tanto, es una trampa del
Ocho, como vemos en el Eneagrama de las Trampas, en el Diagrama
9. Para l, el mundo es un lugar injusto -en especial en lo que le toca a
l mismo- y desea ajustar las cuentas. Es el gran defensor de los
desvalidos, convirtindose a menudo en el portavoz de otros ms
dbiles y menos poderosos que l frente a alguna fuerza monoltica.
Por ello tambin es el poltico activista y revolucionario: los Fideles
Castros y los Lech Walesas del mundo.
Su forma de justicia es sin ninguna duda de estilo bblico: ojo por
ojo, diente por diente. Quiere desquitarse. Quiere infligir en los dems
lo que le han infligido a l. Disfruta planeando y fantaseando cmo se
vengar. Su forma de justicia es un ajuste de cuentas personal en el
que los otros sufren de la misma manera que l siente que ha sufrido.
Es Sean Penn, que declar que sus puetazos a unos fotgrafos, sus
agresiones contra los que le abroncaron y su condena por malos tratos
respondan a una muestra de falta de discrecin en los testigos
presentes y calific su comportamiento como totalmente
justificado, segn public el Newsweek.7
Obviamente, la rectitud no entra en su concepto de justicia. Aunque
ve el mundo como injusto, arbitrario y partidista, no tiene inters en
cambiar esto. No le interesa crear un mundo mejor ni un lugar menos
corrupto. Slo quiere recuperar lo suyo, y una vez lo ha hecho,
someter a los perdedores a la humillacin.
La Mafia es un ejemplo de esta tendencia tipo Ocho.
Originariamente creada en Sicilia durante la Edad Media como
ejrcitos privados para defenderse de diferentes invasores, en los
7

Newsweek, Dec.21, 1998, pg. 65.


247

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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siglos dieciocho y diecinueve se volvi contra los propietarios de las


tierras que la haban contratado y se convirti en la ley de facto sobre
la tierra. En Amrica, los mafiosos inmigrantes empezaron
defendiendo a las familias italianas que eran explotadas por jefes y
terratenientes, y acabaron convirtindose en familias criminales
altamente organizadas. El desagravio, la represalia, un estricto cdigo
de lealtad y la renuncia a colaborar con ninguna autoridad legal se
convirtieron en su modus operandi. El retrato de Marlon Brando en la
pelcula El Padrino ilustra de manera excelente un personaje Ocho
interpretado por un actor Ocho en una subcultura Ocho.
Otro aspecto de su bsqueda de justicia o venganza (dependiendo
de cmo quiera mirarse) es su sentido particular del derecho. La
siguiente cita de Horney describe bien esto:
La expresin ms importante de su carcter vengativo hacia
los dems se ve en el tipo de reclamaciones que hace y en la
forma en que las manifiesta. Puede no ser claramente exigente o
no ser del todo consciente de haber reclamado algo, pero de
hecho se siente con el derecho de que sus necesidades neurticas
sean implcitamente respetadas y de que se le permita expresar su
desprecio por las necesidades de los dems. Se cree con derecho,
por ejemplo, de expresar claramente sus observaciones y crticas
desfavorables y tambin se siente con el derecho de no ser nunca
criticado. Tiene el derecho de decidir cuan a menudo o cuan poco
a menudo debe ver a un amigo y qu hacer con el tiempo que
pasen juntos. Inversamente, tambin tiene el derecho de que los
dems no le expresen sus expectativas ni objeciones en cuanto a
sus decisiones.8
Como se ve, la principal orientacin de un Ocho es hacia el exterior.
Por esta razn, hay relativamente pocos Ocho en el trabajo espiritual
si se comparan con otros tipos. Sin embargo, hay unos cuantos
maestros espirituales Ocho que han dejado huellas indelebles. Uno de
8

Horney, Neurosis and Human Growth, pg. 200.

248

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

ellos es Madame Helena Blavatsky, cofundadora de la Sociedad


Teosfica, una secta espiritualista de comienzos del siglo XX.
Declaraba, a pesar de haber tenido dos matrimonios y un hijo, que an
era virgen, como jur en diferentes ocasiones, y a veces fue acogida
como una verdadera maestra y en otras como un autntico fraude.
Otros de ellos fue G.I. Gurdjieff, mencionado en la introduccin, cuyo
estilo de enseanza consista en empujar a sus alumnos ms all de lo
que ellos consideraban sus limites y que fue famoso por las grandsimas comilonas regadas por enormes cantidades de Armagnac. Un
maestroespiritual Ocho ms reciente es Swami Muktananda, fallecido
lder del Siddha Yoga, una forma de hinduismo. Antes que perdonar y
poner la otra mejilla, l crea que la violencia poda sacarse de la gente
a base de golpes; y aunque se supona que su orden era clibe, de vez
en cuando salan a la superficie escndalos sexuales.
A la vista de los apetitos obvios de estos personajes espirituales
puestos como ejemplo, es el momento de hablar de la pasin de este
tipo, la lujuria, como vemos en el Eneagrama de las Pasiones, en el
Diagrama 2. La lujuria, como pasin de los Ocho, no se limita al
terreno sexual, aunque sin duda lo incluye. La lujuria es una actitud,
una orientacin emocional hacia toda la vida. Es una voracidad
apasionada, un deseo amplificado hasta el grado de una avidez
compulsiva. Es animal, brutal y cruel; directa y sin rodeos. Mae West,
Sharon Stone y Bette Midler, mujeres fatales del cine del pasado y del
presente, han mostrado en la pantalla de forma desenfada y explcita
esta cualidad de mujer perversa en el terreno sexual.
La lujuria tie todo el sentir de un Ocho. Se refleja en su efusin,
sus impulsos instintivos, sus alardes, su relacin apasionada con la
vida y ms notablemente en sus apetitos hacia todo lo que pueda
procurarle placer. Es un mpetu vehemente hacia la gratificacin
sensorial y sensual y el placer fsico, asociado desde luego a una
venganza. Uno recuerda aqu las apasionadas y sinceras canciones de
Janis Joplin y su relacin con la vida y el amor, y como su apariencia
dura ocultaba sus carencias. Nada de aperitivos ni de preliminares, el
Ocho quiere que le traigan el entrecot de inmediato y devorarlo
249

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

enseguida. Nada es suficiente para un Ocho; no slo exige la gratificacin de sus deseos sino la exuberancia. Quiere quedar cubierto,
devorado, enterrado y envuelto completamente por los objetos de su
deseo. Un ejemplo de esto es la magnfica pelcula muda de Von
Stroheim, Avaricia, en la cual el personaje interpretado por ZaSu Pitts
vierte un saco de monedas de oro sobre su cama y se acuesta encima
revolcndose literalmente en el oro.
Fritz Perls, el fundador de la terapia Gestalt y consumado Ocho,
empieza su libro Gestalt Therapy Verbatim de la siguiente manera:
Nos ha llevado mucho tiempo echar abajo toda la basura freudiana
...9. Aunque Perls probablemente desaprobara que utilizase las ideas
freudianas en un captulo dedicado a su eneatipo, la lujuria del Ocho
sin embargo es la expresin del impulso biolgico puro y sin refinar,
tal como la defini Freud. El concepto de Trieb de Freud es que los
seres humanos estn dotados de forma innata de dos tipos de impulsos
de naturaleza biolgica o instintiva. Aunque su teora de los impulsos
evolucion y fue modificada con el paso de los aos, en esencia dice
que los humanos tenemos un instinto de la libido, que nos arrastra
hacia la unin y la posesin de lo que amamos y deseamos, y un
impulso agresivo, que nos arrastra a dominar y vencer a los dems. El
grado de orientacin hacia la destruccin del impulso agresivo ha sido
objeto de debate entre los pensadores psicoanalticos, as como la interrelacin exacta entre los dos impulsos. Independientemente de esto,
en la lujuria de un Ocho vemos fundida la libido con la agresividad,
con las implicaciones de resolucin, poder y destruccin de este
ltimo impulso. Parte del placer de la lujuria se encuentra en
arrebatrselo a alguien o a la vida en general. Como dice Naranjo:
Debemos tener en cuenta que la lujuria es ms que el hedonismo. En
la lujuria no slo hay placer, sino tambin placer en reafirmar la
satisfaccin de los impulsos, placer por lo prohibido y,
particularmente, placer de luchar por el placer10.
En la lujuria de un Ocho hay apropiacin y presin, como si
estuviera robando el disfrute, la satisfaccin, la vitalidad y la energa
9

Fritz Perls, M.D., Ph.D., Gestalt Therapy Verbatim (Lafayette: Real People Press, 1969), pg. 1.
Naranjo, Character and Neurosis, pg. 140. Destacado en cursiva en el original.

10

250

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

de la vida que le falta internamente. Su avidez es insaciable, como si


tuviera que llenar un abismo interminable y sin fondo. Al mantener
esta permanente visin sesgada de la realidad, parece como si
estuviera aduendose de las cosas de las que otros pretenden privarle,
como si an estuviera intentando agarrarse al pecho que su madre le
arrebat, forzndolo a darle la leche.
Naranjo seala que en contraste con los otros eneatipos que se
defienden contra el reconocimiento y la expresin de sus pasiones, los
Ocho parecen francos respecto a su lujuria, pero aunque el eneatipo
lujurioso est apasionadamente a favor de su lujuria y de la lujuria en
general como forma de vida, el propio apasionamiento con el que
adopta esta postura denuncia una actitud defensiva, como si necesitara
demostrarse a s mismo y al mundo que lo que todos llaman malo, en
realidad no lo es11. En vez de la maldad percibida en sus objetos del
deseo, en mi opinin se defiende de su creencia fundamental de que l
es malo, carente de espritu y de la bondad de la vida, y por ello sin
derecho a recibirla y disfrutarla.
Mirando la pasin de la lujuria del Ocho desde un punto de vista diferente, podemos entender ms la funcin que cumple en la economa de
su alma. Vimos antes que en el proceso de perder el contacto con sus
profundidades interiores, un Ocho pierde el reconocimiento de que la
materia y el espritu son una misma cosa, y vuelve su atencin hacia el
exterior, lejos de su realidad interior, negando el mundo del Espritu.
Como resultado, tambin vimos que su estado deficiente caracterstico
es una sensacin interior de un vaco que se asemeja a la muerte.
Desde esta perspectiva, podemos ver que la pasin de la lujuria es un
intento de adquirir y devorar lo mximo posible del mundo fsico para
disminuir la sensacin de muerte interior que siente. Sus esfuerzos por
endurecer su alma le han dejado en un estado de insipidez y
embotamiento, que requiere ms y ms experiencias y sensaciones
para que algo pueda tocarle. Con su negacin de la dimensin
espiritual de la realidad, es un alma vaca que intenta llenarse con un
mundo vaco. Esto es inevitable cuando tomamos lo fsico por lo
11

Ibd., pg. 140.


251

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

absoluto: nos convertimos en cscaras vacas y el mundo tambin es


para nosotros una cscara vaca.
Tras explorar las principales caractersticas de la estructura de la
personalidad Ocho, podemos ver ahora otras maneras en las que su
tipo imita la cualidad esencial del Rojo. Como estado, el Rojo infunde
al alma una sensacin de fuerza, como mencionamos antes, pero
tambin tiene muchas otras caractersticas. Nos da una sensacin de
vida, de vitalidad y energa, una relacin apasionada con la vida y la
sensacin de capacidad para enfrentar los desafos internos y externos.
Nos da la sensacin de puedo. Se siente como algo chispeante y
excitante, dinmico y energtico. Llena nuestros corazones con el
coraje para hacernos valer y para adentrarnos en nuevos territorios
dentro y fuera de nosotros.
El fervor, el impulso y el placer con el que el Ocho se relacionan
con la vida y con el mundo imita y encarna hasta cierto punto
(mientras no sean compulsivos) la viveza y la vitalidad que caracteriza
al Rojo. Su falta de res peto por los lmites -respecto a lo que es l y lo
que son los dems- refleja la cualidad del Rojo que tiene que ver con
la expansin del alma, desplazndose ms all de los lmites del alma
como concepto del yo. Su desfachatez y su imperiosidad reflejan la
relacin directa con la vida que el Rojo confiere al alma. Su rebelin y
su intolerancia a someterse ante nadie reflejan la funcin del Rojo de
apoyar nuestra verdadera autonoma de las imgenes parentales que
llevamos dentro de nuestra psique y de separar nuestra sensacin del
yo de las relaciones objetales y de otras construcciones derivadas de
nuestro pasado.
Para que un Ocho est en contacto con las cualidades reales del
Rojo que su estilo de personalidad imita, necesita enfrentar su proceso
con la virtud asociada al Punto Ocho, la inocencia. La encontramos en
el Eneagrama
de las virtudes, en el Diagrama 1. Ichazo define la inocencia del
siguiente modo: El ser inocente responde con frescura en cada
momento, sin recuerdos, juicios o expectativas. En la inocencia uno
experimenta la realidad y la conexin con su flujo. En un nivel ms
252

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

profundo, lo que esto implica es acercarse a cada momento sin


ninguna capa del pasado. Significa experimentar el momento sin los
recuerdos que crean prejuicios en nuestra percepcin. Si nuestras
historias no influyen en nuestra percepcin, nuestras almas son frescas
e inocentes. Lo que experimentamos en el presente afecta y toca
directamente nuestras almas, libre de nuestras asociaciones e ideas
preconcebidas sobre ello.
Esto desde luego precisa de una apertura total hacia lo que estamos
experimentando, lo que a su vez implica que no nos protegemos ni nos
defendemos de alguna amenaza imaginada. Para un Ocho, esto
significa abandonar su relacin objetal primaria: la creencia y la
sensacin de que es alguien que ser atacado o desafiado y que el otro
-los dems y el mundo en general- van a por l. Al disolverse esta
construccin mental, lo que desaparece es la creencia de que las
circunstancias estn en contra suya y que debe luchar contra el mundo
y vengarse de l para sobrevivir. Al final, cesa esta sensacin de que
es una entidad separada para la cual la realidad fsica es fundamental y
que debe esforzarse por mantener juntos el cuerpo y el alma.
Entonces, en vez de afirmar su inocencia frente a la sensacin interna
de culpa, experimenta la verdadera pureza del alma.
Cmo llega un Ocho a este punto? Lo primero que se precisa es la
voluntad de abandonar las armas, al menos momentneamente, y
poner atencin a su mundo interior. Esto significa reorientar su foco
de atencin, apartndolo de todas las injusticias y obstculos que
experimenta en medio de su camino, para poder sentir dentro de l. En
lo que respecta al proceso personal, necesita conectar con su cuerpo y
experimentarlo directamente. Para un tipo activo y orientado hacia lo
fsico, esto puede sonar redundante: por supuesto que un Ocho est
en contacto con su cuerpo! En realidad, esto no es cierto; los Ocho
tienen las mismas dificultades que otros tipos, sino ms, para contactar
directamente con su experiencia visceral. El cuerpo es utilizado -y a
menudo explotado- por los Ocho, pero raramente est totalmente
habitado por sus conciencias. Su orientacin parcial es evidente en su
tendencia hacia la aversin a la experiencia corporal directa y en la
253

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

confianza en su opinin acerca de la misma como sustituto. Contactar


directamente con su experiencia en vez de enredarse en su habitual
lnea histrica, sin que importe lo justificada o csmica que sea, es el
comienzo del desarrollo de la inocencia en un Ocho.
Respecto a la satisfaccin, un Ocho necesita reconocer que sus
amargas quejas y su furia respecto a como le tratan los dems y la vida
es reactividad emocional y que, por tanto, estn originadas por su
personalidad, y que quizs objetivamente no tenga razn. Aunque
puede haber pasado por situaciones duras o abusivas en el pasado o
pueda estar experimentando dificultades en su vida presente, necesita
empezar a preguntarse sobre su actitud respecto a ello. Necesita darse
cuenta de que el problema no es lo que los otros le estn haciendo sino
que la verdadera dificultad la crea su respuesta a lo que ocurre en su
vida. Dicho de otro modo, resolver la situacin externa o vengarse no
ocasionar en l un cambio fundamental; en cambio, desplazar su
atencin hacia la causa real de sus problemas -su visin del mundo y
la orientacin resultante de su proceso- s lo har.
Estar presente en su experiencia a menudo es visto por un Ocho
como resignacin (si no como capitulacin), y no es algo que le
resulte fcil. Es preciso que abandone su postura defensiva y est
dispuesto a que su alma sea tocada directamente. Aunque sus defensas
estn orientadas a mantener lejos lo que considera potencialmente
peligroso para l, ver que permitir que entre lo positivo tampoco le
resulta fcil. Tiene un enorme miedo de ser engaado, si se permite
contactar con algo que experimenta como bueno, de que cuando crea
que hay bondad y amor para l enseguida le ser arrebatado y se le
castigar por haberlo deseado, como experiment en su infancia. Si
permanece aqu, ver que lo que teme realmente es experimentar el
depsito de dolor interno por su pasado lejano que le condujo a crear
la curtida rigidez que mantiene insensible a su alma.
Experimentar este dolor significa tambin comprender que fue
incapaz de hacer nada respecto a esto cuando era nio, lo cual es un
verdadero desafo para un Ocho. l preferira enfadarse y culpar a sus
padres, protestar porque ellos deban haber sido diferentes y deberan
254

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

haberlo tratado de otra manera, por lo ignorantes y locos que eran, etc.
Despus de esto, se culpara y se censurara a s mismo por no haber
sido suficientemente duro para evitar ser herido por las enormes
carencias en las respuestas a sus necesidades o incluso por los abusos
de que fue objeto. Aceptar que sus padres lo hicieron lo mejor que
pudieron dada su falta de sabidura y que l era un nio pequeo
necesitado, maleable y susceptible al entorno que lo sostena es ms
difcil para un Ocho que creer que es culpable y malo por haberse
convertido en un alma condicionada. Esto es as porque rendirse a la
verdad de lo que ocurri le enfrenta con la impotencia, desamparo,
dependencia, necesidad y vulnerabilidad de su infancia: justo las cosas
que cree que son errneas en l.
Al entender y digerir a travs de la experiencia su postura defensiva
y las razones que la provocaron y al permitirse abrirse y ser vulnerable
a lo que le sucede en el momento, entrar en contacto con el vaco
mortal que ha encerrado su defensa. Ver cmo este doloroso estado
es el resultado de intentar proteger la propia sensibilidad de su alma, y
que mientras que esto fue una estrategia de supervivencia viable para
su infancia, ahora perpeta su sufrimiento. Experimentar que la
proteccin de s mismo est basada en la idea de que es alguien
separado que necesita ser protegido de algo que est fuera de l, una
creencia enraizada en la identificacin con su cuerpo. Al ver esto,
experimentar de qu forma esto lo desconecta de la unidad del Ser,
manteniendo su convencimiento de estar separado.
Entrar en contacto directo con su experiencia y permitir que su
proceso interno se desarrolle por s solo le conecta con el flujo del Ser
y destruye su creencia de estar separado. Abrirse al dinamismo de este
proceso, en vez de luchar contra l, disuelve sus conceptos bsicos del
yo y le permite entrar en contacto con la verdad real de quin y qu es:
una manifestacin inseparable e individual de la unidad que es el Ser.
Al abandonar sus estructuras defensivas y vengativas, en vez de
confirmar sus peores temores, ver que la propia sustancia de su alma
es la calidad de la vida y un dinamismo individualizador. Sabr que su
apertura y vulnerabilidad son sus grandes fuerzas, y que la mejor
255

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

defensa y venganza definitiva es la disolucin de su sensacin de


separacin del yo: si eres abierto y transparente, incluso aunque tu
cuerpo sea herido, tu alma sigue siendo una ventana inmaculada a lo
Divino que nada puede daar.

256

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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CAPTULO9
ENEATIPO CINCO
EGO-TACAERA
Los de este eneatipo tienden a ser personas muy reservadas que
valoran su soledad y a menudo se ofenden ante las intrusiones. Los
Cinco tienden a sentirse invisibles y aislados de los dems, muy
solos y apartados, lo cual no parece molestarles demasiado.
Temerosos de ser absorbidos por otros, a menudo parecen
esconderse de la vida y encerrarse en ellos mismos, manteniendo su
propio mundo privado. Aunque la mayor parte del tiempo parecen
observar ms que participar activamente en lo que est pasando a
su alrededor, a veces pueden ser bastante locuaces, a pesar de que
transmiten la sensacin de que viven dentro de su pequeo mundo
particular.
Valoran la autosuficiencia y su autonoma, no quieren sentirse
obligados a satisfacer las expectativas y exigencias de los dems y
prefieren reservarse para ellos mismos. En consecuencia, suelen ser
mezquinos y avaros en lo que respecta a ofrecerse a ellos y a sus
recursos, de ah el nombre de su tipo, Ego-Tacaera.
Condicionados por una sensacin interna de escasez y de vaco, se
comportan como si tuvieran miedo de que se les puedan quitar lo
poco que tienen y por ello necesitan protegerse. Temiendo que nada
les vendr de fuera, actan como si no deseasen nada y adems
como si no les importase, convencindose a ellos mismos de que en
realidad se sienten as, y limitando de esta manera la expresin de
sus deseos.
Muchos Cinco parecen no tener emociones, estar secos y faltos
de vitalidad. Aunque pueden experimentar intensas emociones y
tener mentes muy activas y penetrantes, muestran muy poco de su
mundo interior a los dems. Energticamente pueden parecer
enclenques y a veces incluso frgiles, como si no habitasen
totalmente sus cuerpos. Es como si estuvieran algo apartados,
257

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

negndose a penetrar enteramente en las cosas. Son profundamente


sensibles, a veces como si fueran todo ellos terminaciones
nerviosas, fciles de perturbar y conmover, con una piel fina y
delicada. Utilizan sus mentes para explorar, confiando en su
conocimiento del territorio que tienen delante para entrar en l de
forma segura. Muchos Cinco, sin embargo, viven enteramente en
sus mentes, sustituyendo la experiencia real por sus formulaciones
mentales.
Detrs de estos rasgos de la personalidad se encuentra la Idea
Santa asociada con el Punto Cinco. Para entenderlo, necesitamos
recapitular lo que sabemos del Punto Ocho. En el captulo anterior
comentamos que la Verdad Santa, la Idea Santa del Punto Ocho, es
la percepcin de que todo el cosmos es una sola cosa indivisible y
que todas sus dimensiones son coemergentes e inseparables. Esto
significa que todo el universo, desde las manifestaciones fsicas
hasta lo Absoluto, es una unidad, y por tanto la materia y el
Espritu son partes que se integran mutuamente. Desde este ngulo,
vemos que todas las dualidades son ilusorias: lo Divino y lo mundano, el bien y el mal, el ego y la Esencia, y nosotros y Dios. Slo
son diferentes partes del tejido nico de la realidad. La Idea Santa
del Punto Cinco, que tiene dos nombres, Omnisciencia Santa y
Transparencia Santa, traslada el foco de atencin desde ver este
todo como la totalidad hasta verlo en el seno las diferentes
manifestaciones. Dicho de otro modo, en vez de ver la realidad
como una nica cosa, desde esta perspectiva, el nfasis est puesto
en la interconexin de todas las partes del cosmos y en algunas de
las implicaciones de esta interpretacin. De alguna manera,
podemos considerar que la Verdad Santa se centra en la totalidad
de la realidad y que la Omnisciencia Santa y la Transparencia Santa
se centran en sus partes integrantes.
Almaas utilizaba los trminos unidad y unicidad para diferenciar
estas dos percepciones. La unidad se refiere a percibir la totalidad
de la realidad, y es la perspectiva de la Verdad Santa. La unicidad
se refiere a percibir que todas las manifestaciones independientes
258

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

de la realidad constituyen una nica cosa, y sta es la perspectiva


de la Omnisciencia Santa y la Transparencia Santa. Para aclararlo
ms, utiliza la analoga del cuerpo: mirar el cuerpo desde fuera y
verlo como una nica cosa sera comparable a la Verdad Santa,
mientras que mirarlo desde dentro y ver todas las clulas, rganos y
sistemas que lo constituyen sera comparable a la Omnisciencia
Santa y la Transparencia Santa. O, volviendo a nuestra analoga,
podemos decir que la Verdad Santa es equivalente a percibir un
ocano como toda una masa de agua, mientras que la Omnisciencia
Santa sera equivalente a percibir las diferentes olas y corrientes
que conjuntamente lo forman.
Explorando la idea Santa del Punto Cinco con ms detalle, nos
concentraremos primero en la Transparencia Santa, pues es un poco
ms fcil de entender que la Omnisciencia Santa. La Transparencia
Santa se refiere a la experiencia humana de ser una parte individual
del todo de la realidad. Una de las creencias primordiales de la
personalidad, cualquiera que sea el eneatipo de que se trate, es que
estamos separados definitivamente de todas las personas. Cuando
vemos la realidad objetivamente desde el punto de vista de la
Transparencia Santa, vemos que esto es una ilusin y no una verdad
definitiva. Aunque nuestros cuerpos estn fsicamente separados,
esta separacin no es fundamental para nuestra naturaleza. Y
mientras que cada uno de nosotros es un individuo distinto con una
apariencia, una historia y un carcter nicos, y poseemos
cualidades diferentes de los dems, seguimos formando parte del
cuerpo mayor que constituye toda la humanidad y a la vez el
cosmos. Somos como las distintas clulas del cuerpo, cada con una
estructura y una funcin particular, y sin embargo
indiscutiblemente conectadas entre s e integrando el mismo
organismo.
Ms all de nuestra interconexin como miembros de la
humanidad, como almas individuales somos una expresin y
manifestacin del Ser, vinculadas por nuestra propia naturaleza con
el resto del universo. Nuevamente, del mismo modo que las clulas
259

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

individuales, las paredes divisorias que hay entre nosotros son


porosas y transparentes y no son inherentemente determinantes ni
limitantes. Desde la perspectiva iluminada de la Transparencia
Santa, sabemos que somos manifestaciones o diferenciaciones
individuales de la unicidad de la realidad, que formamos parte de
ella y somos inseparables de ella. Nos percibimos, entonces, como
partes de un Todo mayor, y aqu tambin vemos que la desconexin
con el resto de la humanidad y el resto del cosmos es imposible.
Volviendo a la Omnisciencia Santa, podemos empezar a
introducirnos en su significado preguntndonos por qu la palabra
omnisciencia se utiliza en relacin con la percepcin de la
unicidad, pues omnisciencia significa el estado de ser conocedor de
todo o de tener una comprensin completa. Hay distintas maneras
de entender la utilizacin de este trmino. Quiz el ms simple
tiene que ver con aquello en que consiste el desarrollo espiritual: es
el proceso de un ser humano de volverse progresivamente ms
consciente de su naturaleza interior y de estar cada vez ms en
contacto con ella. La persona sabe literalmente cada vez ms quin
y qu es, y cuando este conocimiento es total, alcanza una
conciencia completa de s misma como expresin individual del Ser.
Esto es lo que suele conocerse en las distintas tradiciones como
iluminacin total: una comprensin completa de uno mismo y de su
propia naturaleza. Como cada uno de nosotros es una manifestacin
inseparable del Todo, un alma individual que participa de la
naturaleza de todas las almas y de todo el cosmos; conocerse
completamente uno mismo implica conocer completamente el Todo
tambin. Por tanto, la Omnisciencia Santa es la perspectiva del alma
humana iluminada: se conoce completamente y, a travs de este
conocimiento, conoce completamente el todo del que forma parte.
Quiz el aspecto ms profundo y difcil de entender de la
Omnisciencia Santa es que cada uno de nosotros es una diferenciacin
de la mente Universal. En el captulo anterior dijimos que el universo
es una inteligencia viva. Observando la realidad de esta manera, cada
uno de nosotros es un pensamiento expresado por esa Inteligencia. O,
260

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

dicho de un modo algo diferente, cada entidad del universo es como


un pensamiento distinto de la Mente de Dios. Por tanto, cada uno de
nosotros es una expresin de Dios o de lo Absoluto, la naturaleza
interior del universo que se manifiesta en su superficie externa.
Esto podra hacer surgir la pregunta de por qu lo Absoluto expresa
cada uno de estos pensamientos que somos, que es lo mismo que
preguntar por qu se produce la manifestacin y qu sentido tiene la
vida humana. Muchas tradiciones espirituales dicen que la funcin de
nuestra existencia es que lo Absoluto pueda conocerse a S Mismo, y
quiz sta sea la respuesta ms factible a esa pregunta. Cada alma,
cada expresin de lo Absoluto, se hace consciente y conocedora de su
Verdadera Naturaleza, lo Absoluto se conoce a S Mismo. Por tanto,
cada uno de nosotros no es slo una diferenciacin de lo Absoluto
sino una manera en que lo Absoluto se conoce a S Mismo.
La Santa Omnisciencia, por tanto, nos dice algo sobre la funcin de
la existencia humana: de manera que Dios pueda conocerse a S
Mismo; nos habla acerca del lugar de la humanidad en el cosmos: de
ventanas transparentes de lo Absoluto; y sobre la naturaleza del
Camino: la comprensin progresiva de nuestra propia naturaleza. La
Transparencia Santa nos dice que mientras nos experimentamos a
nosotros mismos como ventanas transparentes del Ser, sabemos que
somos inseparables del resto de la creacin.
Simultneamente a la prdida de contacto con sus profundidades, un
Cinco tambin pierde estas perspectivas de la realidad. De modo que
no slo pierde su sensacin de conexin con el Ser sino tambin la
sensacin de interconexin con los otros y con el resto de la realidad.
Al identificarse inevitablemente con su cuerpo durante la infancia, sus
lmites se vuelven definitivos para l, confinndolo y
desconectndolo. Desarrolla la conviccin de que est separado de
todo y de todos, aunque obviamente a esta temprana edad tal
conviccin es slo sentida difusamente, y nicamente ms tarde se
convierte en algo conceptual. La separacin como algo fundamental
sustituye a la interconexin, y como consecuencia, crece sin la sen-

261

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

sacin de tener un verdadero lugar o funcin en la sociedad humana y,


ms all, en el universo.
Esta sensacin de estar esencialmente separado es comn en todas
las estructuras del ego, no importa cual sea su tipo. Es una de las
creencias ms profundas de la personalidad y por tanto para la
mayora de la humanidad,
y para la mayor parte de nosotros, esto se vive como una sensacin
indiscutible de que las cosas son realmente as. Slo cuando tenemos
experiencias que nos llevan ms all de los lmites de nuestra
conciencia egoica sentimos que formamos parte del conjunto de la
existencia como algo nico.
Separado de los dems, contenido dentro de los lmites de su cuerpo,
el Cinco experimenta una sensacin profunda de aislamiento. Crece
sintindose apartado de los dems, viviendo en su pequea burbuja, y
raramente siente que forma parte de su familia o de su comunidad.
Filtrada por la prdida de la sensacin de conexin que representa la
Omnisciencia Santa y la Transparencia Santa, la experiencia de su
primera relacin con otro ser -su madre- es no sentirse totalmente
vinculado a ella. El recuerdo de un Cinco de su primera relacin a
menudo est teido por la sensacin de que no se relacionaban
totalmente con l, de que no fue profundamente amado, deseado o
nutrido, una sensacin de haber mamado vanamente de una teta seca.
En su alma queda una sensacin de privacin, de que el contacto o el
apoyo le fue negado. De forma aparentemente paradjica, con
frecuencia ha experimentado a su madre como invasiva, intrusiva,
manipuladora, absorbente y devoradora, alguien que no respetaba sus
lmites o su espacio. Aunque esto pueda sonar como lo contrario de
una madre desentendida, la conexin est en la experiencia de una
madre que no se relacion, ni conect, ni fue sensible a su realidad.
Por el contrario, la madre pareca replegada en s misma y, por tanto,
incapaz de percibir realmente al Cinco o de satisfacer sus necesidades.
El Cinco termina sintindose no visto, no valorado y no entendido, y
esto llega a formar parte de su sensacin permanente del yo. De
modo que en vez de experimentarse como alguien cuyas
262

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

necesidades son evidentes y cuyo proceso interior es comprensible


para otro ser, como ocurre en la Transparencia Santa, se siente
invisible. No slo siente que sus deseos y necesidades no son vistos
por los otros sino que tambin le parece que su mundo interior no
puede ser apreciado por ellos. No cree que los dems puedan llegar
a comprender su trabajo interior ni que puedan ser empticos ni
sentir compasin por l. Se experimenta como diferente a los
dems, como alguien que carece de los rasgos humanos comunes.
Le parece imposible conectar la separacin entre l y los otros y sus
lmites le parecen impenetrables.
Esta sensacin de invisibilidad y aislamiento constituye tanto su
sufrimiento como su defensa contra l. En respuesta a la distancia
de su madre y a sus intrusiones insensibles, se aparta de ella para
no experimentar el dolor devastador de sentirse abandonado.
Tambin es un intento de conservacin, de encerrarse y mantener
una sensacin del yo frente a la experiencia de sentirse no visto.
Este temor de perderse a s mismo surge porque su conciencia no
diferenciada totalmente es incapaz de distinguir claramente entre su
madre y l mismo, y de este modo, si la madre no lo ve, empieza a
perder la sensacin de su propia realidad. La solucin a la que su
alma llega, por tanto, es separarse y aislarse para sobrevivir.
Su alma est congelada en el estado del nio ms all de las
lgrimas y de la rabia, cuando las necesidades son desatendidas y la
resignacin y la apata asumen el mando. En su movimiento de
apartarse, reproduce la experiencia de lejana de su madre y por
extensin la lejana del Ser, y este alejamiento constituye su
estrategia dominante en la vida. Su madre se convierte en los dems
y en la propia vida, y l se retira fsica, emocional y energticamente de todas las formas que su madre asume en su psique.
En resumen, se oculta de la vida, y por ello en el Eneagrama de
las Acciones contra el yo, en el Diagrama 11, encontramos la
ocultacin en el Punto Cinco, que indica que se oculta de los dems
y al final se oculta tam bin de s mismo. Se encierra en l mismo y
prefiere permanecer en la periferia de las cosas, ya se trate de
263

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

reuniones sociales, relaciones ntimas o cualquier otra forma de


implicarse con los dems. Se retira y tiende a ser difcil de acceder
a cualquier nivel, desde ser evasivo cuando se le pregunta dnde ha
estado o no respondiendo al telfono, por ejemplo, hasta actuar de
forma esquiva cuando se intenta llegar a lo que le sucede
interiormente. Quiera controlar la cantidad y la cualidad de sus
interacciones, y protege cuidadosamente su privacidad. Esto lo
vemos ejemplificado en lo poco que sabemos sobre las vidas
personales de algunos Cinco famosos, como Bob Dylan y Georgia
O'Keeffe. La sensacin de autoencierro de Dylan es evidente cuando evita el contacto visual con su audiencia durante los conciertos,
o la de O'Keeffe en la vida aislada que lleva en el desierto de
Nuevo Mjico.
Parte de la ocultacin de un Cinco es su disimulo,
principalmente para esconder sus pensamientos, sentimientos y
deseos internos bajo un manto de indiferencia. Debido a esto, el
disimulo -intentar que no parezca lo que es- est en el Punto Cinco
del Eneagrama de las mentiras, como vemos en el Diagrama 12.
Por ejemplo, si un Cinco siente algn peligro en responder a una
pregunta conflictiva, ser difcil obtener de l una respuesta franca.
En vez de expresarse y arriesgarse a un desafo para el que no se
siente preparado o correr el riesgo de irritar a alguien, oculta para s
lo que le pasa. En las discusiones, estar fcilmente dispuesto a
manifestar su acuerdo con la otra persona, y ms tarde se ver que
mantena una opinin totalmente diferente. Se amolda, dando la
apariencia de coincidir con el otro en sus deseos, aunque
calladamente intente hacer lo que deseaba en secreto desde el
primer momento. Otras veces, se adapta hasta tal punto que pierde
la nocin de su propia intencin. Aunque secretamente anhela ser
visto, apreciado, cuidado y amado, tiene miedo de tomar la
iniciativa y finge indiferencia, esperando pasivamente ser
advertido.
El disimulo de un Cinco le sirve para no meterse en los y le
ayuda a evitar las confrontaciones, pero tambin refuerza su
264

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

desconexin con los dems. Del mismo modo que pierde la


conexin con los dems, tambin pierde una sensacin de conexin
con la propia vida, tanto interna como externamente. Se siente
separado del resto de la realidad, excluido de su dinamismo. Parece
como si su viveza y vitalidad fuesen efmeras y tenues, su energa,
resistencia y vigor limitados, y puede experimentarse a s mismo
incluso como irreal o fantasmagrico. Se siente pequeo, contrado,
encogido, con una presencia delicada, dbil e insustancial, y sus
expresiones
de
exuberancia
y
animacin
aparecen
momentneamente y desaparecen rpido.
En trminos freudianos, su energa instintiva est disminuida.
Sus inversiones de amor y aprecio de los dems estn bloqueadas e
inhibidas, al igual que su libido, su impulso hacia ellos. En vez de
ir hacia lo que quiere, se disuade a s mismo de lo que desea y se
mueve en direccin contraria de lo que quiere. Con la huella en su
alma del fracaso de su madre a la hora de ser sensible y satisfacer
sus necesidades, se resigna desde el comienzo, con- vencido de que
no puede obtener lo que quiere, que no estar disponible, y que sea lo
que sea lo que le den no ser de cualquier forma lo que deseaba. De
modo que para evitar el dolor de no obtener lo que desea y de
reactivar su primera herida, puede experimentar interiormente
profundos anhelos pero bloquear su expresin, pareciendo aptico a
los dems; o en el extremo, llega a dejar absolutamente de desear.
Reprime sus deseos y lo que quiere, y aparentemente, sino realmente,
deja de importarle todo. Como Horney explica al referirse al neurtico
al que se refiere como tipo desapegado:
La persona resignada cree, consciente o inconscientemente,
que es mejor no desear o esperar nada. Esto a veces se ve
acompaado por una consciente visin pesimista de la vida, una
sensacin de que cualquier cosa es intil y de que nada es lo
bastante deseable como para esforzarse por ello. A menudo
muchas cosas parecen deseables de una forma vaga e indolente
pero no logran despertar un deseo vivo y concreto. Si un deseo o
265

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

un inters provocan un entusiasmo suficiente como para atravesar la actitud de no me importa, no tarda mucho en
desvanecerse, y la superficie lisa de nada importa o nada
debera importar se restablece de nuevo. Esta falta de
ausencia de deseos puede afectar tanto a la vida profesional
como a la personal: el deseo de un trabajo diferente o de un
ascenso, de un matrimonio, una casa, un coche o cualquier
posesin. La satisfaccin de los deseos puede verse
principalmente como una carga, y de hecho, saboteara el nico
deseo que s tiene: no ser molestado. 1
Algunos Cinco experimentan profundos anhelos que les afectan,
pero convencidos de que lo que quieren no estar disponible,
disimulan, aparentando que no les importa. Otros, ms convencidos de
la futilidad de los compromisos, pierden el inters por todo. En
cualquier caso, con un impulso tan pequeo hacia las cosas, el Cinco
tiene dificultades para iniciar la accin, y prefiere esperar pasivamente
desde la barrera a que la atencin le llegue, a que sus necesidades se
cumplan o al contacto con los dems. Est retrado, refrenado por su
resistencia a moverse hacia cualquier cosa por temor al rechazo o a la
prdida, y de este modo sus acciones son rgidas y torpes, infundidas
por su cohibicin. A menudo se siente paralizado, incapaz de moverse
en una u otra direccin, y cuando esto ocurre es porque tiene miedo.
De la misma manera, tiene dificultades para comunicar sus
necesidades, hasta el extremo de volverse catatnico, incapaz de
hablar.
En vez de implicarse en la vida, por tanto, y asumir los retos que
comporta, los Cinco se apartan de ella. Interiormente tambin, como
dice Horney, esta persona se retira interiormente y observa:
La expresin directa de la retirada del campo interno de
batalla que lleva a cabo el neurtico es convertirse en espectador
de s mismo y de la vida. He descrito esta actitud como una de las
1

Horney, Neurosis and Human Growth, pg s. 263-64.

266

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

soluciones para aliviar la tensin interna. Puesto que el


desapego es en l una actitud general y sobresaliente, es tambin
un espectador de los dems. Vive como si estuviera sentado en el
patio de butacas, observando el drama que se desarrolla en el
escenario, un drama que, por cierto, no le resulta demasiado
interesante la mayor parte del tiempo. Aunque no es necesariamente un buen observador, puede ser de lo ms astuto. Incluso
desde la primera consulta, con la ayuda de unas cuantas
preguntas pertinentes, es capaz de dar de s mismo una imagen
llena de detalles de franca observacin. Pero, por lo general,
aadir que todo este conocimiento no le ha servido para
cambiar nada. Por supuesto que no, pues ninguno de sus
descubrimientos ha sido una experiencia para l. Ser un
observador de s mismo significa justamente eso: no participar
activamente en la vida y negarse inconscientemente a hacerlo. 2
El Cinco, por tanto, se vuelve un observador de la vida en vez de
ser un participante activo, y sta es su trampa, como vemos en el
Diagrama 9. Su falta de participacin se basa en su miedo a implicarse
o enredarse demasiado. Como vemos, gran parte de su dinmica
interior est basada en el miedo; el eneatipo Cinco es un tipo del
miedo, uno de los dos puntos contiguos al Punto Seis, donde la
atencin principal est puesta en el propio temor existencial. Al igual
que un Seis, en vez de identificarse con los ms capacitados respecto a
lo que siente que se necesita en la lucha por la supervivencia, se
experimenta como uno de los dbiles, y por ello tiene miedo
constantemente. A menudo, con una tipologa corporal ectomrfica delgados y enjutos-, muchos Cinco se sienten poca cosa en
comparacin con los dems, y estn seguros de que en una pelea fsica
perderan. Muchos; aunque no todos los Cinco, se sienten apocados o
patosos, el tpico individuo al que le tiran arena en la cara cuando est
en la playa, algo as como el empolln torpe y desaliado. Muchos
Cinco se sienten incapaces de defenderse fsicamente, y esto
2

Ibd., pgs. 260-61. Destacado en cursiva en el original.


267

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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constituye la base de su dificultad para hacer- se valer. Otros pueden


sentirse fuertes y robustos fsicamente, pero tambin vulnerables e
incapaces de defenderse mental o emocionalmente.
Como vemos, el intento del Cinco de conservar su espacio interior y
la integridad de su alma retirndose de la vida termina irnicamente
aislndolo de s mismo. Se retira de la experiencia directa, de manera
que en vez de experimentar la energa de sus sensaciones corporales y
sus emociones, las observa desde lejos de la misma manera que hace
con las cosas externas. En consecuencia, a menudo se siente
desconectado, narcotizado o bloqueado, viviendo en gran medida en
su mente y su fantasa.
Las piernas son la parte del cuerpo asociada con el eneatipo Cinco.
Las piernas son lo que nos mueve hacia las cosas y nos aleja de ellas,
y la capacidad del Cinco de salir corriendo y esconderse parece
esencial para su seguridad. Tal como describe Horney, podemos ver
fcilmente que el distanciamiento de un Cinco est basado en el miedo
y orientado hacia la supervivencia:
Mientras la persona desapegada pueda mantenerse a distancia,
se siente relativamente segura; si por alguna razn se penetra en
el crculo mgico, su seguridad se ve amenazada. Esta
consideracin nos acerca a la comprensin de por qu la persona
desapegada siente pnico si no puede mantener su distancia
emocional de los dems; y podramos aadir que la razn de que
este pnico sea tan grande es que no posee ninguna tcnica para
enfrentarse con la vida. Slo puede mantenerse alejado y evitar la
vida. Aqu nuevamente la cualidad negativa del desapego confiere
a la imagen un color especial, diferente al de otras tendencias
neurticas. Para ser ms concretos, en una situacin difcil, no
puede conciliar ni luchar, no puede cooperar ni poner
condiciones, no puede amar ni ser cruel. Est tan indefenso como
un animal que slo tiene un medio de tratar con el peligro:
escapar y esconderse. 3
3

Horney, Our Inner Conflicts, pgs. 91-92.

268

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Uno de los principales recursos que utiliza el Cinco para


distanciarse internamente es el mecanismo del aislamiento, que
significa que separa sus sentimientos emocionales de sus recuerdos y
pensamientos. De este modo, puede recordar situaciones dramticas e
incluso traumticas sin experimentarlas realmente como tales, y puede
pensar en una situacin del presente sin que haya ninguna emocin
conectada a ella. Por ejemplo, puede pensar en un amigo o en una
pareja con quien se haya peleado, y no sentir ningu na emocin hacia
esa persona. Puede llegar a la conclusin de que no le importa nada
esa persona y que nunca le ha importado, protegindose as de
cualquier trastorno emocional que pueda causarle la situacin. O
puede hablarte de algn trauma grave de su infancia sin que haya
ningn sentimiento conectado, como un reportero que relata algo que
ha presenciado, con el espritu de la objetividad desde su punto de
vista.
Otra forma que adquiere la defensa del aislamiento, ms prxima al
autoencierro, es separar entre s los pensamientos relacionados,
compartimentndolos, como si no hubiera ninguna relacin causal
entre ellos. Utilizando nuestro ejemplo anterior, puede tener el
pensamiento de que su amigo o pareja dijo algo que hiri sus
sentimientos y otro pensamiento de que no est seguro de si en
realidad esa persona le import alguna vez, sin experimentar ninguna
conexin o relacin causal entre ambos pensamientos. De modo que
sus sentimientos y pensamientos se quedan encapsulados, encerrados
y sin relacionarse entre s, y de este modo forma un microcosmos
interno de sus relaciones con los dems y con el mundo.
Mantiene su conexin con l mismo y con el resto del mundo a
travs de una observacin atenta y a menudo nerviosa. Como un zorro
protegindose en la guarida de su mundo interior, est al acecho,
olfateando en el aire algn posible peligro y observando desde lejos.
Gran parte de su energa se concentra en sus ojos, y los ojos de un
Cinco a menudo son como brillantes carbones incandescentes
mientras observa intensamente lo que est pasando, intentando
269

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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imaginrselo y protegerse. Su objetivo es desarrollar una imagen


conceptual clara de lo que est pasando, tanto dentro como fuera.
Conocer lo que est pasando, y el propio conocimiento de por s, le
parecen las claves para su seguridad as como tambin lo que le
procurar el reconocimiento. Sustituye la comprensin vivida a travs
de la experiencia por el conocimiento conceptual y la informacin. En
esto vemos la copia que hace su personalidad de la perdida
Omnisciencia Santa -intenta saberlo todo- y de su aspecto idealizado,
que ahora trataremos.
Lo que un Cinco siente que le falta y cree que necesita es ms
conocimiento y entendimiento. Esto tiene sentido, ya que si asumes la
postura de ser un observador en la vida, saber lo que est pasando se
convierte en algo bsico para tu sensacin de supervivencia. Para l, el
conocimiento significa seguridad, y por tanto, para sentir ms
seguridad quiere conocer de antemano lo que encontrar y lo que
resultar, as como lo que se espera de l. Con frecuencia, un Cinco
siente que no entendi lo que pasaba a su alrededor en su infancia,
tiene la sensacin de haberse quedado fuera de los acontecimientos de
la vida, y por eso se esfuerza por encontrar sentido en lo que ve.
Explora el entorno, intentando entender lo que sucede.
En algn lugar profundo del alma de un Cinco, el conocimiento se
siente no slo como la clave para la supervivencia sino tambin para
reconectar con el mundo perdido del Ser. Cree que si hubiera sabido
lo que su madre quera, habra sido visto y habra estado conectado
con ella. En algn momento lleg a la conclusin de que fue la falta
de conocimiento lo que caus la desconexin. Como la madre y el Ser
son sinnimos en la infancia, cree que si hubiera sabido ms, no
habra perdido el contacto con el Ser, y que el conocimiento es la
clave para la reconexin. Idealiza la cualidad del Ser que tiene que ver
con el conocimiento directo, que se denomina la Conciencia del
Diamante o la Gua del Diamante en el lenguaje del Enfoque del
Diamante. Como dice Almaas:

270

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Este aspecto de la Esencia es el origen de la verdadera


percepcin, intuicin, conocimientos y comprensin.
Funciona a travs de una capacidad de anlisis y sntesis
simultneos... A diferencia de los otros aspecto del Ser, tiene
la capacidad de utilizar el conocimiento del recuerdo y
sintetizarlo con el conocimiento inmediato del momento,
usando de este modo tanto la mente como el Ser...
La Conciencia del Diamante, en el nivel del Ser, es el
prototipo de la facultad de la comprensin. La facultad
ordinaria para entender es slo un reflejo de esta capacidad.
Cuando un individuo manifiesta una capacidad inusual o
brillante para la sntesis en su manera de entender,
generalmente es un indicativo con un cierto grado de
realizacin de la Conciencia del Diamante. Podemos ver el
funcionamiento de esta capacidad en el trabajo de los
grandes sintetizadores de la humanidad, como Gautama Buda
o Sigmund Freud. 4
Por cierto, Buda y Freud, muy posiblemente fueron eneatipos
Cinco, como el propio Almaas. Los tres abandonaron las
formulaciones conceptuales existentes y desarrollaron nuevos
conjuntos de conocimientos que crecieron a travs de su experiencia y
observaciones directas, y as encarnaron el Aspecto idealizado. Buda
es conocido como el Omnisciente, y aqu vemos la interpretacin de la
Idea Santa y del Aspecto idealizado. Este Aspecto parece estar
simbolizado por el arquetipo del anciano sabio de la psicologa
junguiana y por el arcngel Gabriel, considerado el Mensajero de Dios
en el judasmo y el ngel de la revelacin en el Islam.
En contraste con estos ejemplos, la mayora de los Cinco solamente
imitan la Gua del Diamante a travs de un conocimiento no vivido y
por tanto seco y mental. En cuanto que el Cinco no se experimenta
totalmente a s mismo, esta copia es la nica posibilidad. Respecto a
esta orientacin intelectual, Naranjo dice:
4

Almaas, The Pearl Beyond Price, pgs. 188-89.


271

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Mediante una orientacin predominantemente cognitiva, el


individuo puede buscar una satisfaccin sustitutiva, como
ocurre con la sustitucin de vivir por leer. Pero la sustitucin
simblica de la vida no es la nica forma de expresin de una
intensa actividad de pensamiento: otro aspecto es la
preparacin para la vida, una preparacin intensa hasta el
punto de que el individuo nunca se siente suficientemente preparado. En la elaboracin de las percepciones como
preparacin para la accin (inhibida), es particularmente
notable la actividad de la abstraccin. Los individuos del
eneatipo 5 tienden a la actividad de clasificar y organizar, y
no slo muestran una fuerte atraccin por el proceso de
ordenar la experiencia, sino que tienden a perderse en
abstracciones, evitando al mismo tiempo la concrecin. Este
evitar la concrecin est relacionado a su vez con la
ocultacin propia de este eneatipo: slo ofrece al mundo el
resultado de sus percepciones, pero no la materia prima. 5
En su mundo interior se siente vaco, privado de la savia de la vida.
ste es el estado deficiente propio del ncleo de su personalidad, su
infierno particular, que por todos los medios evitar experimentar. Lo
experimenta como algo seco, rido, consumido, estril y vaco que
llena su alma con una sensacin de privacin y pobreza interior. Como
un inmenso desierto interno sin ningn oasis a la vista, se siente
desolado, sediento y seco. En contraste con los tipos ms mojados ms emocionales-, no hay ningn peligro de que se ahogue en su pena,
sino ms bien de que se evapore por ausencia de cualquier cosa
vivificante. Aqu se siente muy slo e inaccesible, aislado y separado
del resto del mundo, y profundamente avergonzado por su sensacin
interior de escasez. Descubrir esto, tanto en su propia conciencia como
en los dems, le resulta profundamente humillante, pues cree que
debera haber sabido qu hacer respecto a esto. ste es el vaco al que
5

Naranjo, Character and Neurosis, pg. 86.

272

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

se refiere el Punto Cinco del Eneagrama de las Evitaciones, en el


Diagrama 10.
He mencionado antes que su movimiento de alejarse, de retirarse de
la vida, era tanto su defensa como su sufrimiento, y hemos visto cmo
lo utiliza defensivamente para protegerse. Su autoencierro tambin
crea este desolado paisaje interior y tambin perpeta su sensacin de
deficiencia absolutamente seca, formando la base y el ncleo de su
sufrimiento. sta es la inevitable consecuencia de su ilusin
fundamental -su fijacin- de que est definitivamente separado de
cualquier otra entidad; el error cognitivo sobre la realidad resultante
de la prdida de la Idea Santa. Si en tu conciencia creas un lmite
artificial entre t y todo lo dems, tu alma queda encapsulada y
cerrada a la fuente de la vida -el Ser- y, en consecuencia, aparece el
vaco interno. Esto ha sido llamado tacaera por Ichazo, como vemos
en el Eneagrama de las Fijaciones del Diagrama 2, probablemente por
las razones que se exponen a continuacin.
Con este rido vaco en el ncleo, siente que no le queda ninguna
reserva de ningn tipo, y por lo tanto debe retener lo poco que tiene.
Es frugal hasta el extremo de la tacaera con su energa, sus
emociones, su atencin y su comunicacin, de ah, como se ha
mencionado antes, el nombre de este tipo, Ego-Tacaera. Reparte
pequeos pedacitos de s mismo cuando le parece oportuno, y vive
inconscientemente con el temor de que el resto le sea quitado. Este
miedo de perder lo poco que tiene es el quid del terror interno de un
Cinco y la razn por la que a menudo es mezquino y poco generoso.
En vez de ser consciente de que est reteniendo, puede proyectar su
propia reticencia a desear cosas y creer que los dems, como l, no
desean nada.
Es tacao tanto para s mismo como para los dems, teniendo a
menudo pocas posesiones materiales, para tener poco a lo que
apegarse y poco que echar de menos si lo perdiese o le robasen. Sus
necesidades son escasas, incluso las fsicas, y tiende a servirse
pequeas cantidades de comida y bebida, prefiriendo quedarse con el
estmago vaco antes que lleno. Un Cinco que conozco se refiere a
273

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

esta tendencia como vivir ligeramente en la tierra, una expresin


prestada del movimiento ecologista. En vez de depender de nadie, los
Cinco prefieren recurrir a sus propios recursos. Como dice Horney al
respecto:
Se siente particularmente ansioso por no quedarse atado a
nada hasta el extremo de realmente necesitarlo. Nada debera ser
para l tan importante como para no poder prescindir de ello.
Est bien el hecho de que le guste una mujer, un lugar en el
campo o ciertas bebidas, pero uno no debera hacerse dependiente
de esas cosas. Tan pronto se da cuenta de que un lugar, persona o
grupo de gente significa tanto para l que su prdida podra
resultarle dolorosa, tiende a retraer su sentimiento. Ninguna otra
persona debera jams tener la sensacin de resultarle necesaria
o de dar por garantizada la relacin con l. Si sospecha la
existencia de cualquiera de estas actitudes, tender a retirarse.6
No todos los Cinco son tacaos con ellos mismos en cuestiones
materiales, pero muchos s lo son. Si un Cinco se niega cosas a s
mismo de esta manera, lo hace para no tener la experiencia de
apegarse a nada y temer su prdida. La mayora de ellos son frugales y
tienden a ser tacaos con los dems, manteniendo un registro preciso
de lo que dan y de lo que se les debe. A muchos Cinco raramente se
les ocurre ser extravagantes con sus regalos, pues esto les parece
frvolo, derrochador y definitivamente imprudente para ellos.
Este acaparamiento y retencin conduce a la pasin de este tipo, la
avaricia, que vemos en el Punto Cinco del Eneagrama, de las Pasiones,
en el Diagrama 2. Avaricia significa codicia, un poderoso deseo de
adquirir. El impulso de un Cinco es, por tanto, coleccionar, acumular
y ahorrar recursos, basndose en su sensacin interna de vaco
deficiente. Es importante entender que ste es un impulso de tener y
no de consumir. Como dice Naranjo: Se trata de una avaricia
temerosa que implica la fantasa de que dejar escapar algo causara un
6

Horney, Neurosis and Human Growth, pg. 264.

274

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

catastrfico quedarse sin nada. Podemos decir que tras ese impulso de
atesoramiento se esconde una experiencia de empobrecimiento
inminente7. ste es el estado de retencin anal, el alma que retiene
las cosas en vez de dejarlas pasar8. La lgica interna es que si
almacena como una ardilla lo suficiente, ya no se sentir nunca ms
vaco, pero al igual que todos los intentos de llenar los agujeros de
nuestras almas que resultan de la desconexin con el Ser, ninguna
cantidad de reservas ser suficiente nunca para aliviarle la experiencia
interna de escasez.
La ardilla, por cierto, es uno de los animales asociados con el
eneatipo Cinco. El otro animal es la mangosta, un pequeo mamfero
que utiliza su agilidad y velocidad para lanzarse sobre su presa.
Algunos Cinco son avariciosos con lo material, tacaos con el dinero,
gastando poco para acrecentar sus ahorros y poder repasar
detenidamente su cartera de valores y sus fondos de jubilacin en un
esfuerzo por lograr alcanzar una sensacin de seguridad. No todos
los Cinco expresan su avaricia de esta manera. Tanto si son
avariciosos con lo material como si no, la mayora s lo son con el
conocimiento, creyendo que ste los salvar y les servir en gran
medida para sustituir una participacin ms activa en la vida, como
hemos visto. Para un Cinco, la avaricia es en realidad un apego a la
idea de lo que tiene, as que en definitiva lo que acumula es el
conocimiento -conocer lo que tiene- ms que cualquier posesin.
Para aqullos que tienen miedo de tener algo porque podran
quitrselo, lo cual les recordara su dolor fundamental y primario de
la prdida del Ser, la avaricia se manifiesta de una forma ms
energtica: protegen y guardan celosamente la poca vitalidad y
emocionalidad que tienen. Citando a Naranjo de nuevo: Debido
precisamente a una excesiva renuncia al amor y a las personas, hay
un aferramiento a s mismo compensatorio, que puede o no
manifestarse en un aferramiento a las posesiones, pero que

7
8

Ibd., pg. 66.


Los eneatipo Uno tiene un tipo diferente de analidad, que se manifiesta en los tipos de comportamiento obsesivo-compulsivos, como por ejemplo, una exagerada
necesidad de limpieza y orden.
275

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

constituye mucho ms generalmente un apegarse a la propia vida


interior, as como una economa de esfuerzos y de recursos. 9
Es tpico de los Cinco tener miedo de ser engullidos por otro y de
las demandas y expectativas que otros puedan colocar sobre ellos, y
por eso, evitan comprometerse del todo en las relaciones
personales. Para muchos Cinco, estar solo es preferible al riesgo de
perder su sensacin de quines son al ser absorbidos por una pareja
y a arriesgarse a que se les pidan cosas que sienten que no pueden o
no desean dar. Al sentir que tienen tan poco, quieren retenerlo. Por
esta razn, muchos Cinco tienen dificultades para comprometerse
en relaciones ntimas, mientras que otros estn dispuestos a hacerlo
pero a menudo con parejas que les ofrezcan una amplia independencia y autonoma. En el ltimo caso, eligen parejas que les hagan
pocas demandas, ya sean materiales o emocionales en cuestin de
contacto. En tales casos, tener a alguien que se encargue de
comprar la comida y sacar la basura puede a menudo compensar el
riesgo de ser abrumado por la pareja.
En el comienzo del trabajo interior, la avaricia de un Cinco
apenas es consciente. Como hemos visto, esto tambin ocurre con
la mayora de las pasiones de los otros eneatipos. Sentir
conscientemente su codicia, su afn de poseer y su distanciamiento
a base de poner lmites choca de frente con su superego, el crtico
interior. Sentir su avaricia le conducira a sentir su rido y desolado
vaco interior, y su superego intenta que esto no ocurra. Su
superego es burln y desdeoso, arrogante y superior, censurador
con su sensacin interna de empobrecimiento, con su ausencia de
emocin y con su temor a la vida. Ms que estar identificado con su
superego como el eneatipo Uno, l Cinco se encuentra a merced de
su superego, y sus ataques crean y exacerban el sentimiento interior
de ser una autntica mierda.
Su respuesta a las exigencias del superego, al igual que con
cualquier exigencia externa, es a menudo simplemente no
reaccionar. Con frecuencia es incluso ms importante para l no
9

Ibd., pg. 66.

276

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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hacer caso, y as conservar una sensacin de independencia, que


hacer cosas que sabe seran para su beneficio. Naranjo dice que los
Cinco en realidad quieren subvertir lo que perciben como
exigencias, ya sean internas o externas, y puede que esto sea lo que
ocurre. Siempre que un Cinco percibe que hay algo que se espera
de l o que debera hacer, tiende a mostrar una callada resistencia.
Se negar a hacer regalos, por ejemplo, slo porque se espera que
los haga, o no limpiar los platos simplemente porque su pareja
quiere que lo haga, o se retrasar en el pago de sus impuestos hasta
que se hayan consumido todas las prrrogas posibles. Puede decir
que tiene la intencin de hacer todas las cosas que se esperan de l,
pero de algn modo no las hace.
La hostilidad de un Cinco, por tanto, se expresa de forma
indirecta en un comportamiento pasivamente agresivo. Con su
apariencia dcil y acomodaticia, estar de acuerdo en hacer cosas y
en adquirir compromisos slo para apaciguar a los dems, sin
ninguna intencin de llevar a cabo lo dicho, Tiende a postergar, a
posponer, a olvidar y a encontrar todo tipo de razones por las que
deber cumplir con sus obligaciones ms tarde. Raramente est en
contacto con esta hostilidad que expresa de esta forma soterrada, y
generalmente le causa gran sorpresa la frustracin y rabia que su
comportamiento provoca en los dems, que simplemente sienten la
rabia que l no expresa directamente y quizs de la cual ni siquiera
es consciente. No siente que pueda decir no directamente porque no
siente que tenga suficiente fuerza como para mantener esta postura.
Como una rama hueca, teme quebrarse. De modo que vacila,
expresando su agresividad en silencio y sin arriesgarse a
enfrentarse con nadie. Raramente se impone, dando la impresin de
adaptarse al flujo del otro, aunque en el fondo sin decir nada hace
lo que le conviene, como vimos antes.
Su hostilidad tambin se expresa con su alejamiento de la vida.
Es un No! que suena muy alto sin ser expresado: un rechazo
silencioso. Su lejana con frecuencia est envuelta de arrogancia,
superioridad y desdn: afirma que no tiene ningn inters en
277

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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implicarse. El mundo es tan imperfecto, por qu iba a participar en


l? Las personas son como animales, por qu iba a relacionarse
con ellas? Las emociones fuertes son caticas, por qu iba a querer
enfangarse con los sentimientos, y mucho menos expresarlos?
Otra razn por la que experimentar su avaricia directamente le
resulta tan difcil es porque se trata de una expresin de su
profundo apego. La avaricia, como hemos visto, es el impulso de
adquirir, de guardar y de acumular, y expresa una preocupacin
extrema por lo que tiene. Se opone totalmente a su intento de
parecer y ser desapegado. El idealiza su independencia, su
autonoma y su desapego porque, si le importasen los dems y las
cosas, significara que si las pierde, se sentir perdido y
aterradoramente vaco. No quiere estar demasiado apegado a nada,
como hemos visto, y esto es lo que se oculta tras su disminucin de
cualquier impulso hacia el exterior, hacia las cosas. De modo que
su energa de la libido se seca, reforzando su aridez interior. Se
desconecta de su entusiasmo, de sus deseos, de sus sentimientos. Se
vuelve fro y desapegado, lejano e indiferente, insensible y sin
inters. Los dems le parecen esclavos de sus deseos, y tiene poca
empata y compasin hacia ellos; slo siente un gran alivio por no
estar atrapado en la misma trampa. No quiere estar confinado,
constreido o aprisionado por nada, y por tanto no quiere estar
sujeto o comprometido con nada de lo que no pueda salir. Aunque
en ocasiones puede sentirse, en cierto, modo como un robot
inhumano, le parece un preci bajo que pagar por la seguridad que
ha obtenido al no estar demasiado apegado.
El desapego de un Cinco no es en absoluto libertad, como a l le
gustara creer. Es algo compulsivo: tiene pocas posibilidades de
responder de otro modo que no sea alejndose. Y est enraizado en
su miedo a implicarse. Alejarse de algo que te da miedo no es en
absoluto libertad; es una reaccin que te mantiene mucho ms
ligado a aquello que te asusta.
Aunque Ichazo utiliza la palabra desapego para describir la
virtud del Punto Cinco, lo que describe podra expresarse mejor con
278

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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la palabra no apego. Esto lo encontramos en el Eneagrama de las


Virtudes, en el Diagrama 1. Respecto a la virtud, l dice: Es la
comprensin precisa de las necesidades del cuerpo; un ser
desapegado toma exactamente lo que necesita y deja todo lo dems.
El desapego es la postura que permite que la energa de la vida
fluya fcilmente a travs del cuerpo. Mientras que Ichazo habla
del desapego en relacin con el cuerpo, podramos con la misma
facilidad y quiz de forma ms reveladora sustituirlo por la palabra
alma. Esto implica una sensacin de permeabilidad que permite que
la plenitud de la Esencia llene el alma de un Cinco y lo conecte de
nuevo con su Naturaleza Verdadera. Cuando esto ocurre, ya no
precisa la avaricia, pues sabe que l es una parte inseparable del
Todo, que participa de su plenitud y su riqueza.
Como la virtud de cada tipo es una cualidad que se desarrolla a
travs del trabajo sobre uno mismo y a la vez es necesaria para
atravesar el propio terreno interior, el camino de un Cinco precisa,
al tiempo que favorece, una actitud interior de no apego. Esto
significa abandonar la necesidad de retener. En primer lugar, y lo
ms importante para un Cinco, significa abandonar su distancia
hacia s mismo. Tendr que estar dispuesto a conectar consigo
mismo a travs de la experiencia, con su mente siguiendo la
experiencia directa y no al revs. Para ello, tendr que confrontar
su apego a saber, antes de conectar de forma directa con la
experiencia a travs del cuerpo y de las emociones. Como hemos
visto, los Cinco exploran el terreno de antemano y tratan de pensar
la manera de atravesarlo, en vez de cruzarlo realmente. En lo que se
refiere a su mundo interior, esto se traduce en intentar imaginarse
mentalmente lo que estn experimentando y adnde puede conducirlos antes de efectuar un contacto real a travs de la
experiencia.
Aunque algunos Cinco intentan hacerlo, la transformacin
interior totalmente expresada y vivida no puede llevarse a cabo slo
a travs de la mente. Ninguna medida de informacin sobre los
posibles estados de con ciencia del alma humana puede sustituir el
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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experimentarlos directamente e integrarlos. Tampoco el


conocimiento sobre el contenido de su conciencia o sobre la
conciencia en general, sobre la naturaleza de la estructura de su ego
o sobre todas las dimensiones del Ser, por muy preciso que sea,
puede sustituir el contacto con su alma. Tal informacin puede
resultar muy til y provechosa como forma de clarificar el terreno a
travs de la comprensin cognitiva, pero ella sola no provocar
ninguna transformacin interior. Esto se debe a que nuestras almas
quedan marcadas con lo que las toca directamente, de modo que al
igual que los acontecimientos de nuestra primera infancia
modelaron nuestras almas para formar las estructuras de nuestra
personalidad, el Ser tambin debe tocarnos directamente para que
nuestras almas reciban Su informacin.
Como la mayora de las personas, al centrarse en s mismo y
empezar a contactar a travs de la experiencia con el estado y el
contenido de su conciencia, lo primero que encontrar el Cinco es
su superego. Para empezar, tendr que defenderse de sus ataques
interiores por ser tan dbil, tan vaco y tan ineficaz en la vida.
Como hemos visto, su superego intenta proteger- lo de experimentar
su vaco interior y se lo pone bastante difcil, lo que impide que lo
experimente directamente y que sea capaz de digerirlo y atravesarlo.
Si un Cinco est haciendo o ha hecho un trabajo psicolgico o espiritual, su superego muy probablemente lo comparar con los modelos
utilizados en estos sistemas. Por lo tanto, tendr que atravesar el
proceso de abandonar las estructuras cognitivas que ha aprendido de
estas metodologas para poder experimentarse a s mismo tal como es.
Muchos Cinco se sienten atrados por el camino de la meditacin,
especialmente aqullos para los cuales el contacto con los dems y
con el mundo es mnimo. Aunque esta falta de relaciones externas
disminuye los estmulos exteriores permitiendo una confrontacin
profunda con uno mismo, tales prcticas pueden ser empleadas
errneamente al servicio de un falso desapego. Para un Cinco, esto
puede ocasionar que aparte todo el contenido interior que no encaje
con la idea espiritual de su superego sobre lo que debe experimentar,
280

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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en vez de trabajar con ello. Al apartar su atencin de la experiencia


directa problemtica, puede trascenderla y volverse muy hbil en la
cuestin del desapego, en vez de avanzar verdaderamente a travs de
l. En las condiciones de mnimos estmulos externos e implicaciones,
puede permanecer en un estado bastante sereno. Sin embargo, esta
dependencia de las condiciones externas que apoyan su estado no es
verdadero desapego, y puede convertirse en un camino espiritual sin
salida.
Para abandonar la necesidad de saber de antemano sobre su
proceso interior y la tendencia a desapegarse de l y trascenderlo, un
Cinco tendr que enfrentarse al miedo que impulsa esta necesidad, al
temor de experimentarse a s mismo tal como es. Ver que lo que le
aterra realmente es experimentar su estado fundamental de
deficiencia, el rido vaco del ncleo de su personalidad. Tiene miedo
de que si lo siente, le engullir y no quedar nada de l, y ste es en
ltima instancia el origen de su miedo a ser engullido. Ha credo que
puede esconder esta sensacin de pobreza interior a los dems y a s
mismo camuflndola, o simplemente no mostrndola, pero tarde o
temprano tendr que hacerle frente directamente.
Al ir gradualmente siendo ms capaz de abandonar la necesidad de
retirarse de este vaco seco, la actitud de no apego le ayudar a
atravesar el enorme agujero de su alma. Cuanto ms lo experimente
directamente, menos apegado estar. Aunque esto puede sonar
paradjico, como hemos comentado antes, retenemos aquello que
tememos experimentar. Perpetuamos el apego a los contenidos de
nuestra conciencia cuando los rechazamos, pues de este modo
permanecemos implicados en ellos, aunque sea de una forma negativa.
Nuestra comprensin y conciencia no pueden penetrar esos lugares de
nuestra alma, y por tanto permanecen encapsulados y sin digerir
dentro de nuestra conciencia.
Cuando ms se permita un Cinco experimentar totalmente su vaco,
ms se dar cuenta de que la nica cosa que pierde es su miedo y su
distancia de l mismo. Al hacer esta confrontacin interior, se sentir
ms en contacto consigo mismo y cada vez ms fuerte y ms vivo.
281

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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Descubrir que cuanto menos retiene ms tiene, pues todo lo que est
soltando son las estructuras mentales y las imgenes internas del yo y
de los dems. El rido desierto interior poco a poco se transformar en
amplitud y en plenitud, revelando los tesoros interiores del mundo del
Ser.
Desde luego, habr muchos ms matices en su proceso: existirn
muchos otros contenidos interiores que necesitar digerir y resolver, y
su alma entrar en contacto con los diversos Aspectos de la Esencia
cuyos problemas aso ciados tendr que superar; pero experimentar y
atravesar su vaco deficiente es fundamental. Probablemente tendr
que acercarse a l y atravesarlo una y otra vez hasta que su alma
abandone su primera identificacin con la personalidad para
identificarse el Ser. Como todos los problemas nucleicos, el vaco
finalmente se volver ms y ms transparente, menos real y definitivo.
Con el tiempo, si contina su viaje interior, su vida tambin se transformar. En vez de una vida vivida desde la distancia, dentro de las
conceptualizaciones y abstracciones, cada vez se ver ms tocado por
la realidad y ms en contacto con ella. Y en vez de acceder a los
dominios de la Naturaleza Verdadera a travs de los pequeos
fragmentos de conocimiento que va coleccionando, la experimentar
directamente, y su alma ser permeable y estar abierta a ella. Poco a
poco, su bsqueda de conocimiento ser remplazada por la
comprensin directa, encarnada e integrada en su conciencia, y la sed
de su alma, de la que puede haber sido slo difusamente consciente, al
fin ser saciada.

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C A P T U L O 10
ENEATIPO SIETE
EGO-PLANIFICACIN
Los Siete son entusiastas, animados, optimistas, curiosos, interesados
en todo, jvenes de espritu y vanguardistas; dan la impresin de estar
siempre un paso ms all de ellos mismos. Aunque aparentemente son
ms despreocupados y positivos que los otros tipos, los Siete utilizan
estas mismas cualidades como su mayor defensa. Necesitan el
estmulo de nuevas ideas, experiencias, entretenimientos y otras
ocupaciones, y se aburren y se sienten insatisfechos rpidamente
cuando las cosas se vuelven repetitivas. Al carecer de la confianza
interior en el desarrollo natural de las cosas, creen que tienen que
deducir cmo funcionan stas, trazar un plan que refleje a donde se
dirigen e intentar que las cosas se adapten a ese plan. Como esta
tendencia a proyectar y planificar es tan esencial para este tipo, se le
ha llamado Ego-Planificacin. Los Siete valoran ser capaces de captar
una imagen general de la situacin, y una vez se han forjado la idea,
les importan poco los detalles. Les gusta sintetizar la informacin,
deduciendo las relaciones existentes y cmo encaja todo. Inclinados
hacia los esquemas generales sobre el funcionamiento de las cosas,
con frecuencia se quedan tan atrapados en la representacin que
pierden de vista el territorio real. Una vez se dan cuenta de cual es el
objetivo, tienen poca paciencia para hacer el trabajo real que hace falta
para llegar hasta all, En consecuencia, los Siete tienen la tendencia a
ser diletantes y a abandonar cuando el camino se pone difcil y se
precisa perseverancia. Adems, como pueden imaginar la meta y
confundir lo que visualizan con la realidad, se censuran por no estar
ya all.
Sobre todo, los Siete se esfuerzan por sentirse bien respecto a todo,
y esto es parte de la razn por la que para ellos es difcil aterrizar
completamente en su experiencia. Al ser eternamente idealistas, se
centran en lo positivo, seguros de que se encuentra a la vuelta de la
283

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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esquina. Tienden a ser tolerantes y de mentalidad abierta, y pueden


llegar a volverse bastante rgidos en su exigencia de que los dems
deberan ser as tambin.
Estos rasgos de la personalidad del Siete derivan de la prdida de
su visin privilegiada de la realidad, la Idea Santa. Hay tres
nombres para la perspectiva iluminada asociada con el Punto Siete:
el Trabajo Santo, el Plan Santo y la Sabidura Santa. Como las
Ideas Santas de los Puntos Dos y Tres, especialmente la Voluntad
Santa y la Ley Santa, respectivamente, el nfasis est puesto aqu
en el aspecto dinmico del Ser: la dimensin de ser responsable de
toda manifestacin. La Ley Santa se concentra en el hecho de este
incesante desarrollo: la realidad de que el universo es un solo
organismo completo que se mueve y cambia y que cada uno de sus
cambios personales es parte de su evolucin continua. La Voluntad
Santa se centra en la fuerza y en la direccionalidad que hay detrs
del dinamismo del universo. El foco de la Idea Santa del Punto
Siete es la naturaleza de este dinamismo, el significado del tiempo
en relacin con l y la manera de vivir la vida y perseguir la
realizacin personal estando en sintona con las caractersticas de
este movimiento del Ser. La Sabidura Santa, nos dice Almaas, es la
sabidura de vivir sin ego, que slo puede alcanzarse a travs de
experimentar directamente las percepciones de la realidad indicadas
por el Trabajo Santo y el Plan Santo.
El Trabajo Santo es la percepcin de que toda manifestacin,
desde las dimensiones ms sutilmente espirituales hasta el mundo
fsico, es la obra del Ser, y por tanto el Trabajo Santo de Dios. Una
manera menos antropomrfica y realista de expresar esto es que
toda la creacin es el fluir del Ser: su manifestacin y su
encarnacin. Cuando exploramos la Verdad Santa, la Idea Santa del
Punto Ocho, vemos que la percepcin iluminada all es que toda la
realidad es el Ser puro, cuya caracterstica esencial es la presencia.
La materialidad y la realidad de esta presencia slo puede
percibirse estando totalmente presentes, habitando por completo
nuestra conciencia y experimentndonos en el ahora. Cuando
284

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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nuestra conciencia est velada por nuestros pensamientos sobre el


pasado o sobre el futuro o cuando nos experimentamos a nosotros
mismos y al mundo que nos rodea a travs de un filtro de
estructuras mentales, no podemos apreciar la presencia que somos.
Pero libres de estas construcciones, nuestras almas son tocadas y
afectadas por la presencia de nuestra Naturaleza Verdadera, y
vemos que una de sus caractersticas es su capacidad de estar en el
ahora. La propia sustancia del
Ser es la inmediatez. Cuando estamos totalmente presentes,
tambin vemos que esta presencia no est esttica sino que cambia,
que este movimiento da lugar a nuestra nocin del tiempo. El
tiempo es la forma en la que medimos el cambio, y es un concepto
que slo tiene sentido si estamos un poco distanciados de morar
totalmente en el momento presente. Cuando estamos totalmente
aqu en el ahora, el tiempo parece detenerse. Tenemos la sensacin
de que nos salimos del tiempo. Nos experimentamos en el eterno
ahora, en el cual tienen lugar los cambios y el movimiento. Muchos
de nosotros hemos sentido esto en momentos cumbres, que pueden
producirse a travs del contacto con otra persona, por una crisis
fsica como un accidente de coche o un incendio o en una
experiencia espiritual profunda. Nuestra habitual orientacin en el
tiempo se interrumpe, y nos sentimos viviendo en un mundo en el
cual ese concepto es irrelevante.
De modo que dentro del ahora, el Ser se desarrolla, y ste es el
desarrollo de nuestro universo. Todos los cambios tienen lugar en
el presente, y este cambio es el continuo surgir de formas que no
obstante siguen siendo fundamentalmente el Ser. Como dice
Almaas: El universo completo es como una fuente, siempre
desarrollndose, siempre manando en diferentes formas, pero
siempre agua, es decir, siempre Ser o presencia 1. Un paso ms all
en esta comprensin es que este flujo de presencia que es el
universo es un constante surgir, un acto continuo de creacin. La
creacin del universo, por tanto, no ocurri en algn momento de
1

Almaas, Facets of Unity, pg. 170.


285

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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un pasado distante, pues el tiempo no es importante a este nivel. La


creacin es un continuo; el universo est siendo constantemente
creado en la inmediatez del ahora. Lo que existi hace un momento
ya no existe. El mundo est originndose de nuevo
interminablemente: El agua que brota de una fuente en un momento no es la misma agua que brota de ella en el momento siguiente
2. sta es una percepcin muy profunda, que puede no tener
ningn sentido a primera vista, pero la menciono porque puede
volverse relevante en algn momento del desarrollo personal. El
movimiento y el cambio tienen lugar en este eterno ahora, en esta
infinidad de presencia, y esto constituye el desarrollo del Ser.
Morar en este flujo del Ser es morar en el tiempo real, y esto nos
lleva a la principal implicacin de esta comprensin del Trabajo
Santo, que es que el trabajo real constituye el esfuerzo de hacernos
conscientes de nuestra Naturaleza Verdadera como Ser. ste es el
trabajo ms santo con el que un ser humano se puede comprometer.
Por esta razn Gurdjieff llam al desarroll espiritual el Trabajo.
Este trabajo de transformacin real tiene lugar cuando vivimos en el
tiempo real, que es otra forma de decir cuando estamos presentes,
existiendo totalmente en el ahora. Gurdlieff titul uno de sus libros La
vida es real slo cuando yo Soy, y como dice Almaas, la edad real
de una persona se mide por cunto tiempo ha pasado en el tiempo real,
pues esto indica la madurez de su alma.
El Plan Santo es la percepcin de que este desarrollo de la realidad
no es arbitrario ni catico, sino que sigue un detallado programa
csmico. El universo tiene una inteligencia fundamental, y por tanto
sus movimientos reflejan eso. Las leyes naturales y el orden estn
trabajando, y todo lo que ocurre y llega a la existencia es el resultado
del trabajo de esta inteligencia. La palabra plan no se utiliza aqu en
el sentido de que las cosas sean planificadas, preordenadas o
predeterminadas, sino en el sentido de que hay un diseo significativo
y una pauta de cmo se desarrollan las cosas. Nuestro cdigo o plan
gentico, por ejemplo, est en nuestro ADN, de modo que cuando se
2

Ibd.

286

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unen un espermatozoide y un vulo humanos, se desarrolla un


embrin que con el tiempo llegar a convertirse en un nio humano,
en vez de en un rbol o una araa. De igual forma, es posible
proyectar las etapas de desarrollo psicolgico, perceptivo y fsico de
un humano debido al orden o plan inherente a nuestro desarrollo. Y es
posible trazar mapas generales del desarrollo espiritual y prever que
ciertos tipos de prcticas conducirn a ciertos resultados. Por ejemplo,
si meditamos centrndonos en un punto o en la respiracin, nuestra
conciencia desarrollar ms concentracin. Si sentimos, con
constancia, nuestro cuerpo, nos sentiremos ms integrados y
presentes.
Estamos reconociendo este orden natural cuando vemos que si nos
comportamos de manera daina o con odio hacia los dems,
probablemente no les gustaremos y tendern a evitarnos. O cuando
advertimos que nuestro corazn se abre a otro, sentimos la presencia
del amor y la compasin en nuestra conciencia, y nuestra relacin con
esa persona la sentimos como armoniosa. Obviamente, la manera en
que ocurren las cosas y se desarrolla toda la realidad no es accidental.
Sigue y revela una lgica y una inteligencia que no son lineales.
La manera en que nuestras almas y el resto de la realidad trabajan
nunca puede predecirse o presuponerse totalmente debido a la
naturaleza de esta inteligencia que opera dentro de ellas. La
inteligencia del universo est viva y responde a sus circunstancias
cambiantes. Como microcosmos del universo, todos los organismos
comparten inherentemente esta inteligencia vital. Las especies se
adaptan, por ejemplo, de maneras que no tienen necesariamente un
sentido lineal, pero estas adaptaciones tienen una especie de lgica
orgnica en ellas cuyo funcionamiento es ayudar a que las especies
sobrevivan. Es posible que muchos de los misterios de nuestro mundo
nunca sean totalmente entendidos por la ciencia. Las paradojas aparentes se revelan cuanto ms profundamente entendemos la fsica de la
materia, como por ejemplo, cuando vemos que la luz es tanto ondas
como partculas. O, en el nivel de las acciones humanas, cuando
ocurre algo, como una enfermedad fatal o una muerte, que
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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inicialmente consideramos algo malo, y al cabo de los aos podemos


reconocer un hecho positivo que no habra sido posible sin que
hubiese ocurrido esa cosa aparentemente negativa. Como lo Absoluto,
a partir de lo cual surge toda la realidad, y que tambin se denomina
Misterio, pues nunca puede ser totalmente entendido por la mente,
tambin el funcionamiento de las cosas probablemente evadir
siempre las formulaciones precisas.
De modo que estamos viendo que hay un orden natural en la
manera en que ocurren las cosas en el universo y que este orden no
puede entenderse, predecirse o representarse de forma definitiva.
Tambin hemos visto cmo todo cambio es el desarrollo del Ser, el
cual, debido a que el Ser es presencia, tiene lugar como una sucesin
de momentos del presente, y que el mundo que habitamos y nosotros
mismos formamos parte de una creacin que surge constantemente en
cada momento. Estas percepciones nos llevan a la Sabidura Santa y a
la pregunta de qu significa vivir sabiamente.
Hay muchas implicaciones contenidas en la comprensin del
Trabajo Santo y del Plan Santo en lo que respecta a cmo podemos
concebir y orientar nuestras vidas. La primera surge de la
comprensin de que el Ser, cuya caracterstica principal es la
presencia, slo puede experimentarse estando en sintona con esa
caracterstica, es decir, estando presente. De modo que si tenemos que
contactar con nuestra naturaleza esencial, con las profundidades de
nuestro interior, slo podemos hacerlo estando totalmente presentes en
cada momento de nuestras vidas. La segunda es que la cantidad de
tiempo que pasamos en el Ser -en el tiempo real- contribuye a la
maduracin de nuestras almas. Como el Ser es un surgir constante,
todo conocimiento previo, incluso los recuerdos de experiencias
esenciales del pasado, deben abandonarse para que esta maduracin
tenga lugar. Debido a que nuestras almas siguen un desarrollo
orgnico, no podemos planear nuestra evolucin ni predecir dnde
vamos. El desarrollo de nuestra alma debe seracogido tal como es,
como un misterio dispuesto a revelarse constantemente. Este
desarrollo ser bloqueado si intentamos pensar nuestro papel en l,
288

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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planendolo y programndolo segn la informacin que tenemos de


las diversas dimensiones y estados del Ser. Si creemos que sabemos a
donde nos dirigimos y cunto tardaremos en llegar all, el verdadero
desarrollo no podr tener lugar. Si intentamos que nuestro proceso se
adapte a un programa detallado sobre el desarrollo interior, perder su
vitalidad y su inmediatez, y la inteligencia de nuestras almas no podr
conducirnos a nuestras profundidades. El Plan Santo de cada una de
nuestras almas slo puede revelarse y realizarse estando
continuamente presente y abierto a sus revelaciones. Estos son, por
tanto, algunos de los matices de la Sabidura Santa.
Cuando un eneatipo Siete pierde el contacto con su naturaleza
esencial a travs de las vicisitudes de su primer entorno sustentador,
tambin pierde la posibilidad de percibir la realidad a travs de esta
Idea Santa. Como se hace evidente cuando madura un Siete, lo que se
pierde es el contacto con la presencia del Ser y la confianza en las
leyes naturales de Su desarrollo. En ausencia del contacto con el Ser,
en el alma de un Siete queda una sensacin profunda de
desorientacin. Tal como lo describe Almaas:
La prdida de orientacin que es la condicin del ego se debe
a la ausencia de un sustento adecuado en la infancia, lo que
interrumpe la continuidad del Ser. Cuando somos nios,
simplemente somos y este Ser nuestro se est desarrollando.
Cuando el entorno sustentador no existe o es inadecuado, uno
siente una prdida del apoyo; y entonces este Ser contina, pero
desconectado de Su desarrollo. Cuando la continuidad de tu Ser
como nio se interrumpe, si experimentas esta prdida a travs
de la sensibilidad de esta Idea Santa tienes la sensacin de estar
perdido. Aqu, la prdida de apoyo es equivalente a la prdida
del conocimiento del Trabajo Santo, de que la realidad se
desarrolla de una manera que sustenta tu presencia y
desarrollo.3

De la copia no publicada de Facets of Unity, de A. H. Almaas.


289

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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Un Siete siente que ha perdido su lugar en el amplio diseo del


desarrollo del universo, y cuando madura, pierde an ms la confianza
en la capacidad de su alma para desarrollarse de forma natural. Con
esta carencia, le parece que la realidad no le apoya para que desarrolle
y realice su potencial de forma natural. Su solucin es conducir l
mismo los asuntos e intentar descubrir cmo funcionan las cosas -cul
es el plan- y tratar que su proceso encaje en l. Por tanto, proyectar y
planificar de cara al futuro es la imitacin que hace su personalidad
del Plan Santo, que utiliza como un sustituto de la implicacin total en
el presente. De ah, como se ha mencionado antes, el nombre que
Ichazo dio a este tipo Ego-Planificacin. Esta orientacin forma una
fijacin, su visin cognitiva fijada en l mismo y en la vida, como
vemos en el Eneagrama de las Fijaciones, en el Diagrama 2.
Desde luego, slo mucho despus de la primera infancia empieza a
manifestarse esta tendencia a planear y esta orientacin futura, y a ello
volveremos ms tarde. Centrndonos en su primera infancia, a travs
del filtro de la sensibilidad de su idea Santa, la experiencia del Siete se
convierte en la del paraso perdido. Puede ser que nunca haya
experimentado realmente la dicha en los primeros meses con su madre
o que hubiera un perodo de contacto satisfactorio y sustentador, que
por alguna razn fue interrumpido ms tarde. Si hubo un perodo
inicial de intimidad, circunstancias como la vuelta al trabajo de la
madre, una enfermedad, el nacimiento de un nuevo hijo o un cambio
repentino en la situacin econmica de la familia pueden haberlo
interrumpido. Si no hubo tal perodo, es probable que su alma
inconscientemente intuyera lo que poda haber existido y por tanto lo
que faltaba. En cualquier caso, lo que queda en el alma de un Siete es
la huella de la prdida del pecho de la madre -ya sea real o metafricay por tanto, la prdida de su fuente de nutricin, amor, calor y
seguridad, como si hubiera perdido la propia savia de la vida.
Esta sensacin de que la fuente de la vida se seca y desaparece crea
en l un territorio interior desolado que se siente insoportable. Como
en el caso de los Cinco, este estado nucleico de deficiencia se siente
seco, rido y vaco, un territorio yermo desprovisto de vida. El vaco,
290

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

la aridez y la ausencia de vida en cualquier forma que asuman, ya sea


fsica, emocional o mental, se convierten en la primera cosa que evita,
pues le recuerdan la prdida inicial de su madre y, a travs de ella, del
Ser. Toda su personalidad se organiza para evitar este dolor seco. El
dolor que se ve en el Punto Siete del Eneagrama de las Evitaciones, en
el Diagrama 10, es esta sensacin nucleica de esterilidad y
desconexin del dinamismo de la vida, que constituye el dolor ms
profundo de un Siete y que su personalidad intenta no experimentar.
Para evitar este desierto interior, imagina un oasis, crendolo en su
mente y trazando un plan para llegar hasta l, un oasis que sabe que
est en alguna parte, donde imagina que le aguarda una exuberancia
de calidez y emocin. La planificacin y la realizacin de proyectos,
sus principales preocupaciones, pueden considerarse desde este punto
de vista como intentos, aunque sean inconscientes, de trazar un plan
para conectarse de nuevo con el Ser, la fuente de la verdadera
satisfaccin. Su orientacin, por tanto, es hacia un futuro que existe
principalmente en su imaginacin, una utopa en la cual todos sus
deseos sern satisfechos. Concebir e imaginar lo que es posible es un
sustituto a enfrentarse al presente y a estar en l. Su mentira, por tanto,
su manera de hacer frente a la realidad, es la falsa imaginacin, como
se ve en el Eneagrama de las Mentiras, en el Diagrama 12. La realidad
nunca se adapta a su plan o a su sensacin imaginada de cmo es la
realizacin, y por tanto siempre est decepcionado.
En su esfuerzo por evitar su dolor nucleico de sequedad y carencia,
los Siete fomentan el sentirse bien con todo. A todo le dan una visin
positiva, mirando el lado brillante de las cosas y evitando ver el lado
oscuro. La mirada interna est dirigida de forma decisiva y tenaz a ver
las cosas con optimismo, pues ver las cosas en su totalidad les
amenaza con hacer surgir la desolacin evitada y la sensacin de estar
inevitablemente desconectados del flujo de la vida. En algunos casos,
esta tendencia a ser positivo fue apoyada en la primera infancia al
recibir la aprobacin cuando se mostraba feliz y positivo, mientras que
cuando mostraba dolor o temor provocaba la desaprobacin o incluso
era abandonado por figuras paternas que tenan poca empata hacia l.
291

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Al mostrarse a los dems, esta orientacin se manifiesta como un


sonrer compulsivo, que a menudo es una forma de tapar el dolor y la
hostilidad. Los Siete parecen alegres y festivos, animados y seguros,
despreocupados y llenos de esperanza. Tienden a tener caras redondas
y con aspecto saludable, con un destello brillante en sus ojos y un
caminar airoso. Parecen llenos de energa y entusiastas, mirando hacia
el futuro y deseosos de afrontarlo.
Para un Siete, mirar la vida desde una visin puramente positiva es
un intento de apoyarse a s mismo y lograr la sensacin interna de
seguridad que le falta. En este idealismo, vemos la estrategia del Siete
para tratar con su miedo. Al igual que los eneatipos Cinco y Seis, es
un eneatipo del miedo, aunque a primera vista puede parecer seguro
de s mismo y despreocupado. Slo cuando empezamos a advertir que
hay una necesidad defensiva y compulsiva de estar tan animado nos
damos cuenta de que la confianza del Siete es una manera de
enmascarar su miedo. Como en los otros tipos del miedo, el mundo es
un lugar aterrador y amenazador, y no siente que exista un universo
que lo ame y lo apoye. Como un nio que debe creer en Pap Noel o
en el hada buena como una forma de evitar las speras y dolorosas
realidades de la vida, se aferra a lo positivo en un intento de
reestructurar la fuente de su miedo y as privarlo de su poder. Por eso
el idealismo es su trampa, como vemos en el Diagrama 9.
Evidentemente se necesita mucha racionalidad y justificacin para
dar a todo una visin positiva, y los Siete son los maestros en explicar
las cosas de maneras que todo parezca perfecto. Experimentar algo
como imperfecto es peligroso, pues les amenaza con hacer surgir su
enterrado dolor interno, y por ello cualquier cosa que pueda parecer
dolorosa o aterradora es apartada por medio del razonamiento. Su
mente, por tanto, se vuelve una herramienta defensiva. Se aparta de su
corazn herido y vive en un mundo animado principalmente por sus
ideas e imgenes de l. Estar totalmente anclado en su cuerpo y
experimentar la gama completa de emociones, no slo las positivas, es
una propuesta aterradora, y por tanto l crea y habita un mundo
interior feliz, excitante y prometedor que es en gran parte una
292

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

construccin mental. De la realidad extrae pequeos fragmentos para


que apoyen su mundo interior de fantasa, y el resto es desechada. En
vez de morar totalmente en su alma, se relaciona con ella a travs de
su mente, y por tanto sta se convierte en una abstraccin, simblica
en vez de real. Por esta razn, la autosimbolizacin aparece en el
Punto Siete del Eneagrama de las Acciones contra el yo, en el
Diagrama 11. Su imagen mental de s mismo reemplaza su
experiencia del alma.
La ira y la agresividad, al igual que el vaco, el dolor y el miedo, no
son emociones aceptables para que un Siete las sienta o las exprese.
Estas emociones negativas amenazan con superar a las positivas: si
siente rabia, sus sentimientos de amor y conexin podran
desaparecer, y tambin podra apartar a dems. Esto a su vez amenaza
con traer a la conciencia la distancia que sinti de la madre y que
actualmente siente del Ser, y por tanto es algo aterrador que debe
evitarse. Para disolver el riesgo potencial que los sentimientos
negativos representan para l, los explica y trata de disuadirse de ellos.
Lo negativo recibe un vuelco positivo. Del mismo modo utiliza su
encanto para disolver la agresividad de los otros, halagndolos y
seducindolos para que se sientan de nuevo bien con l. Tambin le
resulta difcil tolerar que otra persona experimente sentimientos como
la desesperacin, la depresin, el dolor y la tristeza. A esto tambin
tiene que darle un giro positivo, y se propone convencer al otro de que
no hay mal que por bien no venga. De modo que en sus relaciones,
intenta que todas las cosas se mantengan alegres y agradables,
tendiendo a evitar un contacto profundo. Pero sus sentimientos
negativos no desaparecen. Constantemente debe distraerse de ellos. Su
rabia es canalizada por su superego, que se convierte en alguien justo
y bueno que da consejos y ayuda, criticando de forma constructiva,
para su propio bien y el de los dems, de manera muy semejante al
Uno. De este modo, la agresividad de un Siete se convierte en algo
positivo en su mente, pues al conducirla a travs de su superego
protege y apoya su sensacin de actuar bien y por tanto de estar bien.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Una de las dinmicas internas esenciales del Siete es que su


superego le exige que adopte y encarne ya el ideal personal de su ego,
sea cual sea. El ideal de su ego coincidir con el objetivo de su plan
interno dominante, que por ejemplo, puede definir el camino hacia la
salud psicolgica de acuerdo con una escuela determinada de
pensamiento o puede proyectar un camino espiritual particular cuyo
objetivo sea un estado de conciencia determinado. El ideal de su ego
podra ser el xito imaginado de un tipo determinado de industria en la
que trabaje o un estilo de vida hacia el que aspira. Si puede imaginar
el objetivo, su superego espera que ya est all, y le censura con sus
juicios por no haberlo alcanzado ya.
Esto a su vez conduce a la desesperanza y a sentir que no tiene
ningn sentido trabajar hacia el objetivo, y por eso se escapa buscando
el placer. Como un perpetuo adolescente, tiene poca paciencia para los
procesos que requieren tiempo y esfuerzo, deseando estar all ayer, y
por lo tanto tiene dificultades con los compromisos a largo plazo y los
trabajos poco interesantes que se encuentran en las trincheras de la
vida. Es un eterno joven, un puer aeternus, como denominan los
junguianos a esta orientacin, viviendo en sueos gloriosos de lo que
traer el maana y negndose a crecer. Detrs de esta tendencia est el
miedo a decepcionar, especialmente a s mismo.
Los mecanismos que emplea para mantenerse lejos y protegido del
miedo y el dolor son diversos. En un principio, Naranjo habl slo de
la sublimacin como mecanismo de defensa del Siete, pero en sus
escritos recientes tambin incluye la racionalizacin y la idealizacin.
La intelectualizacin, que l no incluye, tambin es otro mecanismo
de defensa que a m me parece incluso ms fundamental que los otros.
Podemos ver por qu este mecanismo es tan importante para los
eneatipos Siete en la siguiente definicin de intelectualizacin:
La conexin psicolgica del impulso instintivo con las
actividades intelectuales, especialmente para ejercer control
sobre la ansiedad y reducir la tensin. Este mecanismo se
produce tpicamente en la ado lescencia y un ejemplo de l son
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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las discusiones abstractas y las especulaciones sobre temas


filosficos y religiosos que tienden a evitar sensaciones
corporales concretas o ideas o sentimientos conflictivos. 4
La racionalizacin, que he mencionado antes, se define como un
proceso por el cual un individuo emplea explicaciones conscientes
subjetivamente razonables para justificar ciertas acciones o
actitudes, mientras que inconscientemente esconde otras motivaciones
no aceptables5.
La sublimacin es una defensa por la cual la energa del impulso
instintivo se canaliza y se transforma en formas socialmente
aceptables. La sexualidad pura se transforma en expresin artstica,
por ejemplo, y la agresividad se transforma en respuestas agudas e
ingeniosas. Como dice Naranjo, la sublimacin es el proceso por el
cual un Siete se vuelve ciego a su necesidad y a su instinto,
permaneciendo slo consciente de su motivacin altruista y
generosa6. Contina diciendo que esto tambin explica la proclividad
del Siete a la fantasa y a la planificacin, pues sus verdaderos
objetivos impulsivos se pierden en esta transformacin.
La idealizacin ciertamente ocupa un lugar en el modus operandi
de un Siete, aunque no tanto, como sugiere Naranjo, como una
funcin del narcisismo por la cual el yo o lo otros se mantienen dentro
de una exagerada estima cin. Tal como yo lo veo, el narcisismo no es
esencial para este eneatipo en concreto, y tampoco lo es la
idealizacin en el sentido estricto en que se utiliza clnicamente.
Cualquier eneatipo puede tener una tendencia narcisista, del mismo
modo que cualquier tipo puede tener una inclinacin predominantemente esquizoide o de trastorno lmite de la personalidad, no importa
lo sano que parezca su ego. Los que tienen tendencias esquizoides
suelen ser tmidos y reservados, y tienden a aislarse del contacto
ntimo mediante lmites distanciadores. Los que tienen tendencias de
trastorno lmite de la personalidad se siente amorfos e indiferenciados,
Moore and Fine, Psychoanalytic Terms and Concepts, pg. 101-2. 5. Ibd., pg. 160.
Ibd., pg. 160.
6 Naranjo, Character and Neurosis, pg. 168. 7. Ibd., pgs. 165-66.
4
5

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tienen dificultades en establecer lmites y suelen derrumbarse bajo


presin. Mientras que los primeros pueden parecer del estilo Cinco y
los ltimos del Nueve, cualquier persona de cualquier eneatipo puede
tener estas orientaciones estructurales. La idealizacin en los Siete
aparece ms globalmente, como una predisposicin a ver las cosas con
una luz positiva y a ser idealistas y optimistas sobre el mundo y la
vida en general.
Con esta tendencia a utilizar su intelecto como su principal
defensa, el Siete vive principalmente desde su mente en vez de desde
sus emociones o de su experiencia directa. Su mente est
incesantemente activa, como un ejemplo de lo que los budistas llaman
la mente del mono -la mente en constante actividad, saltando de una
rama a otra, podramos decir-, muy por encima de la tierra. El mono,
muy acertadamente, es el animal asociado con el Punto Siete.
Para l la cognicin reemplaza a la accin en gran medida, y
constantemente est generando ideas y planes. Estas ideas y planes
superan con mucho cualquier manifestacin concreta. Por cada cosa
que realiza realmente, hay infinidad de otros planes y otras opciones
que continan en su mente. Temeroso de la realidad, encuentra su
mundo intelectual mucho ms seguro. Si algo no funciona, hay
siempre otros planes de contingencia, y siempre es mejor pensarlos y
hablar de ellos que correr el riesgo de que algo no funcione
aceptablemente.
Hemos visto como la planificacin y la elaboracin de proyectos
son el resultado de la prdida de una sensacin del desarrollo natural
del universo del cual l forma parte -una prdida de la percepcin del
Trabajo Santo y de que, en respuesta a su desorientacin respecto a lo
que debe hacer como resultado de esta prdida, cree que puede y debe
planificar y dirigir su vida y su desarrollo. Para la mayora nosotros,
esto tambin puede aplicarse. Hay que dar un gran salto para llegar a
contemplar, sin intentar dirigirlas, nuestras vidas, armonizndonos con
el desarrollo natural del Trabajo Santo, y por tanto, puede ser difcil
darse cuenta de la falacia de la orientacin de un Siete. Quiz se

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

entender mejor si consideramos la manera en que suele funcionar un


Siete en lo que respecta a su desarrollo personal.
En primer lugar intenta entender el plan del modelo psicolgico o
espiritual con el que est trabajando, y se hace una idea del lugar hacia
donde se dirige de acuerdo con este plan. Despus se imagina qu
problemas necesita enfrentar y qu estados de conciencia necesita
provocar y cundo y en qu orden, e intenta que esto se produzca
dentro de su conciencia. Obviamente no ser posible ninguna
transformacin real pues tal desarrollo surge de una construccin
mental y no est en sintona con la manera en que se desarrolla el
alma, que sigue una pauta interna nica e inherente a ella. Esta pauta
no puede preverse ni forzarse para que se adapte a nuestras ideas de
cmo debe ser o de cundo deben tener lugar los cambios. La
verdadera transformacin es slo posible a travs de la sintona con
las leyes del Ser y no con las de nuestra personalidad.
El mundo del intelecto se vuelve tan real para los Siete que dentro
de l las batallas se pierden y se ganan, aunque slo sea en su
imaginacin. Les encanta teorizar y generalizar; les fascinan las
palabras, los smbolos y las analogas; y hablan sobre las cosas en vez
de experimentarlas totalmente. A menudo acaban confundiendo el
mapa con el territorio, y los aspectos interesantes del los smbolos del
mapa con frecuencia llegan a reemplazar lo que representan. Por
ejemplo, al estudiar el eneagrama, un Siete puede enfrascarse tanto en
la teora y en las posibles interconexiones que se olvida de la
experiencia real vivida de cada tipo. O tambin, un Siete puede
convertirse en un comentarista espiritual, criticando el trabajo de otros
y midindolo con su mapa mental de estados de conciencia y de
desarrollo espiritual, y al hacer esto, pierde de vista el modo en que las
cosas se desarrollan realmente en la experiencia, buscando al mismo
tiempo una salida para su agresividad y su hostilidad.
Su dominio es el debate intelectual en el cual la propia charla se
convierte en la actividad, por ejemplo, en los discursos talmdicos
sobre las muchas posibles interpretaciones y matices de las palabras y
las frases bbli cas. Para l las palabras son tan reales como la accin,
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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y muy frecuentemente la reemplazan. En relacin con esto, muchas


veces se describe a los Siete como parlanchines, bocazas, personas
que dicen mucho y hacen poco.
A diferencia de los Uno, que podran asemejarse con los gramticos,
los Sietes son los estudiosos perpetuos, ansiosos de acumular an ms
informacin. Les encanta establecer similitudes entre los conceptos,
sintetizar datos y generar un gran esquema sistematizado de cosas.
Aqu puede recordarse el trabajo de Joseph Campbell, o el de Carl
Jung, el gran psiclogo que se centr en el mundo arquetpico y en los
smbolos que lo representan.
Por su gran habilidad para entretejer la realidad y convertirla en la
historia a la que desea que se adapte, es un gran narrador, con
frecuencia muy entretenido y divertido. Le encanta hablar y le encanta
ser el centro de atencin, dando vida a sus cuentos con la ayuda de la
energa del grupo. El cmico Robin Williams es un excelente ejemplo
de esta capacidad de hablar sobre cualquier cosa y convertirla en algo
enormemente entretenido y chistoso. Por otro lado, los Siete tambin
pueden ser embaucadores, siendo capaces de encantarte y persuadirte
para convencerte de que algo bastante comn y mundano es tu
pasaporte para la felicidad. Por esta razn, y tambin por su tendencia
a convertirse al instante en expertos en cosas de las que saben poco, el
nombre original que Ichazo dio a este tipo fue el de Ego-Charlatn.
Los Siete son proclives a asistir a un taller y volver dispuestos a dar
un curso completo sobre el tema, o a tomar un pedazo de informacin
y ampliarlo hasta convertirlo en todo un discurso. Algunos Siete son
diletantes, como se ha mencionado antes, saben muy poco sobre las
cosas y raramente se quedan con algo el tiempo suficiente como para
dominarlo del todo. Para este tipo de Siete, parte de la dificultad
estriba en cuando las cosas dejan de ser excitantes y tienen que
abordar el trabajo tedioso que se necesita para la maestra en cualquier
materia, se aburren y pierden el inters. La otra razn por la que
tienden a permanecer en la superficie de las cosas es que profundizar
ms es una amenaza de que se pongan en evidencia sus lmites
personales y sus dificultades, y esto a su vez amenaza su sensacin de
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

no ser aptos. Otros Siete s que se implican profundamente en una


cosa, como dominar un instrumento musical o convertirse en un
experto programador informtico, pero adems tienen muchos otros
intereses. No quieren quedarse anclados a esta nica cosa ni ser
definidos por ella, pues con su falta de fe en cmo funcionan las
cosas, algo podra ir mal y ellos estaran atrapados.
En el camino espiritual, esta tendencia a deslizarse sobre la
superficie y tener en mente una alternativa cuando las cosas se ponen
duras es especialmente problemtica, y muchos Siete abandonan justo
cuando el sufrimiento y la sensacin de deficiencia empieza a salir a la
superficie. Hasta este punto, tienden a ir hacia la iluminacin por el
camino ms rpido y suelen sentirse especialmente atrados por los
caminos que enfatizan la trascendencia ms que la transformacin y
que prometen una realizacin rpida con poco trabajo: recibir la
iluminacin a travs de la transmisin directa de un guru, recitar
afirmaciones, visualizar cmo quieres que sea tu vida, cursillos de fin
de semana que prometen la iluminacin, y cosas semejantes.
A los Siete les encanta ser pozos de conocimiento y fuentes de
informacin, y en esto vemos la imitacin que hace la personalidad de
la Sabidura Santa. Muchos Siete tienen una sensacin de superioridad
intelectual y les encanta hacer gala de cunto saben. De modo que
adems de ser perpetuos estudiantes, tambin les gusta educar y
ensear a los dems, exhibiendo su riqueza de informacin. En este
aspecto pueden ser maternales y paternales, generosos y magnnimos
dando consejos y apoyo, pero debajo de esta apariencia de calor y
cariosa benevolencia hay una sensacin de bsqueda de atencin y
un sentimiento de sequedad y distancia emocional.
Como comentario colateral, la curiosa mezcla que se da en el Siete de
sequedad y frialdad emocional, de crtica y frugalidad, junto con la
permisividad, la magnanimidad, el firme individualismo y una actitud
de vive y deja vivir est representada en la cultura holandesa.
Amsterdam, la capital del Holanda, con su aire pacfico y la legalidad
de las drogas y la prostitucin constituye la Meca de los hedonistas y

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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los que quieren evadirse, mientras que la aplicacin de estos placeres


est en realidad gobernada por estrictas normas.
A los Siete les encanta influir y ser muy persuasivos respecto a su
punto de vista. Al fin y al cabo se han persuadido a ellos mismos de
que la vida no es tan aterradora y de que ellos en realidad no sufren. Si
pueden tambin influir en otros y convencerlos de su conocimiento y
maestra, esto apoyar sus intentos de estar bien y atajar el miedo. El
aspecto ms manipulador e interesado de su capacidad persuasiva est
claro en la siguiente cita de Naranjo:
Por supuesto, un charlatn es alguien que es capaz de
persuadir a los dems de la utilidad de lo que vende. Sin
embargo, ms all de la actividad intelectual de la explicacin,
que puede llegar a ser un vicio narcisista en el eneatipo 7, la
persuasin se apoya en la creencia de su propia sabidura,
superioridad, respetabilidad y bondad de intenciones...
Las cualidades de ser un persuasor y una fuente de
conocimiento suelen encontrar expresin en el eneatipo 7 en el
hecho de convertirse a veces en consejeros en un mbito
profesional. A los charlatanes les gusta influir en los dems
mediante el consejo. En la charlatanera podemos ver no slo
una satisfaccin narcisista y la expresin de ser tiles, sino
tambin un inters de manipular a travs de las palabras:
poniendo trampas a la gente y haciendo que lleven a cabo los
proyectos del persuasor. 7
Por otra parte, por muy persuasivos que lleguen a ser para
convencer a los dems de su conocimiento y habilidades, como
confan principalmente en el conocimiento mental ms que en el
conocimiento vivido, nunca se sienten totalmente seguros. Por
definicin, los intentos del Siete por emular la Sabidura Santa no
pueden funcionar, y por eso, de un modo muy hondo, la falta de

Ibd., pgs. 165-66.

300

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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confianza y el temor a ser desenmascarados como fraudes persigue a


muchos Siete.
Del mismo modo, bajo el optimismo y la idealizacin de s mismo,
de los dems y de la vida en general se oculta un gran miedo de un
desastre o ruina que parece acechar tras el horizonte. Muchos Siete
tienen expectativas catastrficas, creyendo en alguna fatalidad
inminente que ellos tienen que ayudar a impedir -como el efecto dos
mil- cuyas mentes hiperactivas extrapolan como enormes
cataclismos generales. Esta tendencia surge en tanto que un Siete tiene
miedo de la vida y por tanto vive dentro de un mundo interior
idealizado que se realizar en algn momento futuro. El temor de su
doloroso y aterrador interior se proyecta en el mundo externo, lo que a
su vez apoya su resolucin de mantener su utopa interior. Lo ms
doloroso y aterrador para l es su conviccin mayormente
inconsciente -su creencia mental fijada- de que est irremediablemente
separado del flujo de la vida, y para ese lugar profundo de su psique,
la catstrofe parece estar a la vuelta de la esquina.
Debido a que el mundo interior de un Siete es principalmente
mental, hay muy poca vida en l. Su sensacin de vitalidad necesita
una realimentacin constante, por eso se estimula a s mismo
permanentemente con nuevas ideas, nuevas impresiones sensoriales y
nuevas experiencias. Esto nos lleva a la pasin de este tipo: la gula,
como vemos en el Eneagrama de las Pasiones, en el Diagrama 2. La
gula tiene una cualidad oral y de codicia. En su uso comn, gula
significa excederse comiendo, pero en el caso del Siete, el exceso no
se limita a lo que come. Su apetito voraz puede ser de ideas, de
historias, de libros, de drogas, de comida, de bebida o de cualquier
cosa que lo estimule. Tambin podra ser de atencin, pues para
algunos es una forma particular de estmulo. Si est comprometido en
el trabajo espiritual, podra manifestarse como una glotonera por las
experiencias buenas y los estados elevados, por saborear de ms
maneras diferentes la Naturaleza Verdadera.
No desea devorar mucho de una sola cosa, especialmente si es una
cosa ordinaria y accesible. Lo que quiere es probar todo tipo de cosas
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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diferentes, y cuanto ms inusuales, novedosas, raras y extraordinarias,


mejor. Es como entrar en una tienda de helados y querer probar cada
uno de los distintos sabores. Desea la excitacin, la novedad de algo
diferente. Como las hiperactivas mentes de mono, los Sietes van
corriendo por la vida instigados por su bsqueda de nuevos y
diferentes estmulos y llevados por un montn de expectativas que
alimentan sus sueos y planes idealistas y exageradamente optimistas.
Energticamente, los Siete estn con frecuencia electrizados -llenos
de excitacin y adrenalina por la vida o, ms exactamente, por su idea
acerca de ella- y como corresponde, las glndulas suprarrenales son la
parte del cuerpo asociada a ellos. Son cohetes lanzados hacia el futuro;
un futuro que parece llevar la promesa de cosas ms y ms
interesantes.
La glotonera en realidad es un apego a consumir. Es una necesidad
de estar constantemente tomando algo, masticando algo o probando
algo, ms que digerir algo totalmente. La falta de estmulos provoca la
ansiedad en un Siete, una ansiedad que anuncia que su hambre interior
amenaza con salir a la conciencia. Detrs del hambre est el dolor y la
angustia de la seca aridez interior, la sensacin de un deficiencia vaca
en el ncleo de la personalidad. Por eso ansa experiencias buenas,
excitantes, trascendentes y dichosas. En el fondo, su gula es un intento
inconsciente de recuperar el paraso perdido del interior: la conexin
con la madre y, ms all de la personificacin de sta, con el Propio
Ser.
Vemos que este Aspecto idealizado se manifiesta ms
pronunciadamente en esta bsqueda de la dicha perdida de su infancia.
El estado de conciencia que intenta emular es el del Amarillo o
Aspecto de la Alegra de la Esencia en el lenguaje del Enfoque del
Diamante. El Amarillo es el estado de alegra del alma que surge del
contacto con lo que amamos. Puede manifestarse como una exaltacin
efervescente o como profundo y sereno deleite. La enseanza del
Amarillo es descubrirnos lo que realmente queremos, lo que nos har
realmente felices. Cuanto ms investiguemos en qu es lo que nos da
alegra escuchando atentamente con nuestros corazones, veremos que
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

la alegra surge cuando ms autnticos somos y cuando ms


enfrentamos nuestra verdad, porque esto nos lleva cada vez ms cerca
de nuestras profundidades. Tambin vemos que la alegra surge
cuando percibimos el desarrollo del Ser -el Trabajo Santo- en todas las
formas que asume en nuestro universo. La comprensin del Amarillo
nos revela que amamos a las personas y a las cosas que amamos
porque manifiestan y nos recuerdan el amor ms profundo de nuestros
corazones, nuestra Naturaleza Verdadera. La alegra es la celebracin
del Ser, la celebracin de participar en Su desarrollo. La Alegra surge
cuanto ms abiertos, espontneos e inquebrantables por el miedo sean
nuestros corazones. La bsqueda de estmulos y experiencias del Siete
es en realidad un intento de encontrar la felicidad que slo puede venir
cuando estamos unidos con el verdadero Amado de nuestros
corazones, la Naturaleza Verdadera.
Muchas enseanzas espirituales nos dicen que el deseo es la raz de
todo sufrimiento. El Amarillo refina esta comprensin y nos ensea
que si deseamos cosas desde el amor hacia ellas, sentimos la alegra
en nuestros corazones y perdemos realmente cualquier apego hacia
ellas. Nuestro deseo entonces, si es totalmente sentido y permitido, se
transforma en amor desinteresado. Experimentamos esto cuando
amamos profundamente a otra persona y perdemos toda referencia
personal en nuestro deseo de lo mejor para esa persona. Si nuestro
deseo surge de la deficiencia y de querer llenar nuestro vaco, slo
sentimos desesperacin. Por eso sera ms acertado decir que s el
sufrimiento es la razn de nuestro deseo, slo encontraremos ms
deseo.
El estilo de personalidad del Siete es una imitacin del Amarillo.
Vemos esto en el nfasis que hace por ser desinhibido y espontneo,
en su necesidad compulsiva de estar contento y evitar el dolor y ms
especialmente en su gula, que en realidad es una copia del anhelo
espiritual de unirse con el Amado. El optimismo casi manaco del
Siete es el intento del alma de conectar con la exuberancia de la
verdadera alegra, el Amarillo.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

A diferencia de los Ocho, cuya lujuria se dirige hacia lo ms


primario y sucio, los Siete quieren divertirse, escaparse, pasar un
buen rato, evitar la realidad y su miedo, dolor y sensacin de
deficiencia. As que en vez de descender, como hacen los Ocho, los
Siete quieren elevarse. El problema de elevarse -ya sea con drogas,
alcohol o simplemente adrenalina- es que tarde o temprano tienes que
bajar, una perspectiva poco feliz para un Siete. Este dilema est
bellamente expresado en el siguiente fragmento citado del original
libro de Ram Dass que apareci a comienzos de los setenta, Estar
Aqu Ahora, en donde describe su decepcin de que todas las
comprensiones que tuvo bajo la influencia del LSD no pudieron evitar
que volviera a su estado ordinario de conciencia:
En estos pocos aos habamos superado el sentimiento de que
con una experiencia te ibas a iluminar para siempre. Vimos que
no iba a ser tan fcil... Y durante cinco aos tuve que enfrentarme
al tema de bajar ... Porque despus del sexto ao, me di cuenta
de que no importaba lo ingeniosos que fuesen mis diseos
experimentales ni lo alto que pudiera elevarme, siempre bajaba...
Y era una experiencia terriblemente frustrante, como si entrases
en el reino de los cielos y vieses como era todo y experimentases
estos nuevos estados de conciencia, y luego te expulsasen otra vez,
y despus de 200 o 300 veces de esto, empezabas a sentir que se
instalaba una extraa depresin: una depresin muy sutil en la
que todo lo que saba an no era su ficiente! 8
El dilema de Ram Dass personifica el movimiento hippie de los
aos sesenta y setenta, que tiene todos los signos de un fenmeno tipo
Siete. Trascendiendo la personalidad con la ayuda qumica de muchas
drogas psiquedlicas, muchos miembros de aquella generacin fruto
del boom de la natalidad tenan los ojos abiertos a sus profundidades.
Lo que vieron fue lo que muchas de las tradiciones espirituales haban
estado enseando durante miles de aos: que nuestra naturaleza bsica
8

Baba Ram Dass, Be Here Now (San Cristobal, N. Mex.: Lama Foundation, 1971), [pg. no numerada].

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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es el amor y que somos parte de la Unidad. El problema fue que


muchas de las verdades a las que los hippies tuvieron acceso cuando
estaban arriba no fueron integradas al bajar. No era suficiente dar
flores a los soldados ni compartir la comida, la casa y el cuerpo. Las
defensas de la personalidad eran esquivadas ms que traspasadas, y
por ello el resultado inevitable fue que los aspectos sombros de la
personalidad no digeridos, como la codicia, el egosmo, el
materialismo, etc., surgan de forma inconsciente.
Los Beatles cantaban que todo lo que necesitas es amor, que
deberas dar una oportunidad a la paz, que el amor que recibes
equivale al amor que das, y dirigidos por John Lennon, que
probablemente era un Siete, expresaron perfectamente el punto de
vista de esa generacin. La paz y el amor se convirtieron en el lema
del movimiento, pero cualquier comportamiento que no encajase con
este axioma era rechazado. El nfasis se pona en la libertad personal
y en la rebelin contra las normas y restricciones culturales, pero la
presin de ser slo pacficos, amorosos y generosos no dejaba espacio
para poner lmites, en la sexualidad o en cualquier otro tema, y se
implant una especie tirana de la bondad y el hippismo. Intentar
vivir de forma iluminada no poda sustituir la verdadera transformacin de una alma. Para mantenerse arriba, se necesitaron mayor
cantidad de drogas y drogas ms duras, la adiccin a la herona se hizo
feroz, y algunos de los msicos ms dotados de la poca, que
representaban las voces de una generacin, murieron prematuramente
por sobredosis. Mientras que algunos hippies dejaron sus ropas
teidas con batik y sus collares de cuentas, se pusieron zapatos y
joyas, y abandonaron los valores hippies, otros siguieron seriamente
con el trabajo espiritual y alcanzaron las profundidades interiores, a
las que las drogas haban abierto la puerta.
Don't worry, be happy resulta ms fcil de decir que de hacer.
La leccin de la poca bien podra ser, en definitiva, que la
Sabidura Santa no puede falsificarse. Para un Siete, vivir una vida
que est en concordancia con el Ser requiere seguir un camino
largo y arduo en el que la fuerza impulsora deje de ser su gula y sea
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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sustituida por la virtud de la sobriedad. Encontramos esto en el


Eneagrama de las Virtudes, en el Diagrama 1. Ichazo dice de la
sobriedad: da al cuerpo su sensacin de la proporcin. Un ser en el
estado de sobriedad est firmemente enraizado en el momento, sin
tomar ms ni menos de lo que necesita, gastando con precisin slo
la energa necesaria.
Existen diversos matices de la palabra sobriedad. Significa antes
que nada estar sobrio. Significa templanza, moderacin, dominio de
uno mismo, seriedad, formalidad y sensatez en el razonamiento y el
juicio.
Significa estar tranquilo y calmado, sin impaciencia y sin prisa,
enfrentar la realidad y no ser fantasioso, adems de no ser
ostentoso. Si la virtud indica una actitud que cada tipo desarrolla en
el transcurso del desarrollo espiritual, as como algo que necesita
cultivar para que tenga lugar su proceso interno de desarrollo, qu
significa entonces para un Siete acercarse a su proceso interno con
una actitud de sobriedad?
Antes que nada, como vemos en la descripcin de Ichazo, la
sobriedad precisa que se est completamente en el presente. Para un
Siete, al igual que para todos los eneatipos, estar plenamente en el
momento significa estar plenamente en el cuerpo. Para que un Siete
pueda hacer eso, debe hacer frente a su orientacin mental y a su
orientacin hacia el futuro y trabajar con ello. Es preciso que vea y
confronte en qu grado vive en su mente y cunta de su actividad
mental dedica a planificar cosas o a planear su camino hacia lo que
ve como su objetivo de acuerdo con su programa. Ser necesario
que se d cuenta de su confusin del smbolo con lo que representa
y del concepto con la realidad a la que se refiere, y necesita
entender que deber atravesar realmente su terreno interior de
forma experimental en vez de simplemente saber sobre ello. Para
entender esto, necesitar ver que toda su informacin no le ha
aportado ms que un mapa completo de s mismo y quizs de la
conciencia en general, pero no le ha procurado ninguna
transformacin personal real. Para la mayora de los Siete, esto no
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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ocurrir hasta que no hayan agotado las numerosas posibilidades de


iluminacin instantnea y se hayan enfrentado con sobriedad al
hecho de que una infinidad de experiencias extraordinarias no ha
dejado ningn impacto permanente en ellos.
A riesgo de simplificar excesivamente, un Siete tendr que
avanzar por el siguiente territorio interior a medida que se
comprometa seriamente en el trabajo de transformacin espiritual,
aunque no necesariamente en este orden. Al considerar la
posibilidad de abandonar su mentalidad futurista y orientada hacia
un objetivo probablemente surgir su miedo a experimentar
directamente lo que est pasando en su interior en el momento.
Tendr que enfrentarse a su miedo al vaco y a la aridez, y estar
dispuesto a ver y experimentar su verdad tal como es y no como
desea que sea. Hacer esto requiere la comprensin de que el
Trabajo es una cuestin de ver la verdad sobre uno mismo, y no de
tener experiencias maravillosas. Hay una historia suf en la cual un
mono agarra una deliciosa cereza que est dentro de una botella
pero no puede sacar la mano a menos que suelte la cereza. (De
hecho, de esta manera se atrapa a los monos.) Del mismo modo,
nuestro mono, el Siete, no puede estar libre sin soltar sus apegos a
algo apetitoso que est fuera de l. Un Siete, por tanto, necesita la
comprensin conceptual de que la excitacin y el aburrimiento, el
estmulo y la vacuidad, lo negativo y lo positivo, deben ser
aceptados de la misma manera.
Tendr que hacer frente a su razonable, racional y sin embargo
profundamente crtico y avergonzador superego para tolerar el
experimentar cosas en su interior que no encajan en su imagen de
estar bien. Y su inte rs por la verdad debe ser mayor que su deseo
de una experiencia positiva de s mismo. Probablemente tendr que
procesar y reconciliarse con gran cantidad de material de su
infancia que aliment su creencia de que necesita estar contento
todo el tiempo, y necesitar ver el origen de su temor de ser
abandonado y no querido si muestra o expresa su dolor y su miedo.
Una sobriedad basada en la realidad respecto a su proceso le
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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mostrar que aunque esto puede haber sido as en el pasado, no es


preciso que se mantenga en el presente. El verdadero problema es
que actualmente l, ms que ninguna otra persona, se abandona y se
rechaza a s mismo cuando no se siente positivo.
Ver que su aversin hacia cualquier contenido interior doloroso
o aterrador no tiene nada que ver con la permisividad, con la actitud
abierta que intenta manifestar. Su inclinacin determinada hacia lo
positivo se revela como algo que le aprisiona tanto como la mano
del mono atrapada en la botella, ya que no es libre para
experimentar nada ms. Con el tiempo ver que est orientacin
est crendole un sufrimiento y un dolor interior an mayor que el
que podra encontrar. Por tanto, enfrentarse a su realidad interior
con sobriedad significar experimentar tanto lo positivo como lo
negativo totalmente, pero sin aumentarlos ni exagerarlos.
Tambin significa ser paciente con l mismo, y no esperar que ya
debera estar en donde puede imaginarse que llega. Hemos visto que
su superego le exige que si puede ver su objetivo, ya debe haberlo
alcanzado, y debe defenderse frente a esta clase de autoataque para
encontrar el espacio de darse cuenta de que la calidad de su viaje
interior es en realidad el propio objetivo. Dicho de otro modo, la
manera en que se relacione con l mismo y con su contenido interior
en cada momento es la transformacin en s. Cuanto ms abierto a
toda su experiencia se vuelva, y cuanto ms tiempo y espacio se
permita para que su desarrollo se manifieste a su propio ritmo -sin ser
empujado, apresurado, definido o anticipado-, encontrar que
experimenta ms satisfaccin verdadera. Se dar cuenta de que la
felicidad y la alegra verdaderas surgen de experimentar su verdad sin
preferencias.
Al profundizar en su contacto experimental con l mismo, tendr
que estar dispuesto a abandonar sus modelos e imgenes de cmo
debera ser su proceso interior y su desarrollo. Esto har aparecer su
falta de confianza en la capacidad inherente de su alma para
desarrollarse de forma natural, sin que la mente la dirija. Se revelar
su conviccin de que est fuera del Plan Santo, y quedarn al
308

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

descubierto su sensacin interna de desolacin y su falta de impulso


espontneo. ste es quiz su dolor ms profundo y lo que ms teme
experimentar.
La sensacin de estar desconectado del Ser y por tanto de Su
dinamismo y perpetuo desarrollo le ha dejado un sentimiento de vaco
y de privacin del movimiento natural interior, y este gran agujero de
su conciencia deber ser sentido gradualmente. Cuanto ms se permita
explorar y moverse a travs de este agujero que representa la falta de
contacto con el Ser, ms experimentar los extraordinarios matices y
sabores del Ser cuando ste se revele a S Mismo dentro de l. Al
integrar estas cualidades del Ser dentro de su sensacin de quien es,
descubrir que el oasis que tanto anhelaba su alma estuvo dentro de l
todo el tiempo. En su momento, encontrar que la alegra que ha
estado buscando es en realidad el resplandor de la verdad que se
revela dentro de su alma.

309

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

C A P T U L O 11
EL FLUJO INTERNO Y EL NIO INTERIOR
El orden en el que he presentado los eneatipos ha sido segn lo que se
conoce como el flujo interno del eneagrama: el movimiento de un
punto al otro, indicado por las flechas del Diagrama 5. El punto que
sigue a otro, siguiendo la direccin de las flechas, es una elaboracin
posterior que es el resultado y la reaccin del original. El flujo interno
sigue lo que quiz pueda describirse mejor como la lgica del alma, en
su evolucin de los diferentes tipos de ego, una lgica que puede ser
evidente si se leen los tipos en el orden presentado. A continuacin se
ofrece un breve resumen del desarrollo de los tipos cuando se sigue el
flujo interior. Comenzando con la prdida de contacto del Punto
Nueve, vemos cmo cada punto es un intento de resolver la difcil
situacin del alma de estar separada de sus profundidades y cmo la
problemtica de cada punto es la consecuencia natural de la solucin a
la que se llega en el tipo precedente. La solucin a la que cada eneatipo llega es inherentemente insatisfactoria, pues esta dificultad no
puede resolverse en el nivel de la personalidad y por eso la bsqueda
de la solucin contina alrededor del eneagrama de la personalidad en
una especie de crculo vicioso.
Vimos al comentar el tringulo interior de qu manera la prdida de
contacto con la Esencia, representada por el Punto Nueve, conduce al
temor existencial del Punto Seis. Sin el fundamento interno del Ser, el
alma se encuentra insegura y atemorizada, lo que a su vez desarrolla
una falsa personalidad -representada por el Punto Tres- para ser
capaces de sobrevivir y funcionar. Con nada ms que nuestros
impulsos y nuestros instintos animales, el mundo es el lugar donde
sobrevive el ms capacitado, en el Punto Seis; y con el movimiento
hacia el Punto Tres, sientes que debes salir adelante con tus propios
esfuerzos, construyndote una sensacin del yo y de la vida, y
convirtindote en realidad en un semidis.

310

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Cuanto ms te crees esta cscara y vives en la superficie de ti


mismo, y cuanto ms te identificas con lo que haces y con lo que
logras, ms apoyas tambin el olvido de tus profundidades, pues el
movimiento del flujo interior nos devuelve al Punto Nueve. Todo lo
queda entonces es buscar la comodidad y distraerse, centrndose en
asuntos sin importancia y sin trascendencia de forma mecnica y
sonmbula.

De modo que en el movimiento de un punto al siguiente a lo largo


del tringulo interior, vemos las capas de desarrollo del alma de una
estructura de la personalidad. Como hemos visto, los eneatipos que
rodean a los que estn en el tringulo pueden considerarse como
elaboraciones o variaciones de este proceso arquetpico. Empezando
con el Punto Uno (lo cual es arbitrario, pues podramos empezar en
cualquier punto del crculo exterior), vemos que en respuesta a la
sensacin de ser imperfecto, de estar herido o tener defectos, el
movimiento natural es hacia el anhelo de un origen perfecto,
representado por el Punto Cuatro. Desde otra perspectiva, el intento
del Punto Uno de hacerse a s mismo y a los dems perfectos -que est
condenado al fracaso, ya que lo que es incorrecto es la prdida de la
visin de la perfeccin inherente del alma- conduce al sentimiento
trgico de desesperada aoranza del Punto Cuatro. O, an desde otro
punto de vista, la sensacin interna de maldad del Punto Uno conduce
al Punto Cuatro, al ser abandonado y expulsado lejos del Ser.
311

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

En el Punto Cuatro, incapaz de conectar con el manantial interior,


el alma se mueve naturalmente hacia fuera, hacia los otros, para
buscar esa conexin, representada por el Punto Dos. Volverse
dependiente del amor de otro para encontrar la plenitud parece la
solucin obvia cuando has decidido que el alejamiento de tus
profundidades es irremediable. En el Punto Dos, da la impresin de
que la solucin es apegarse a alguien que personifique lo que deseas, y
el amor romntico parece conllevar la promesa de la satisfaccin. Pero
despus de tanto adular a los dems y convertirse en un sufrido
halagador en el Punto Dos, el alma ya esta harta de esta clase de
humillacin, y la satisfaccin a travs de las relaciones ya no llena el
vaco interno.
De modo que el siguiente paso en el flujo interno es hacia el Punto
Ocho, optando por el dominio y la venganza a causa de toda la
degradacin que ha sufrido en el Punto Dos. La atencin se centra en
ajustar las cuentas y en ser duro en vez de dbil. En lugar de rendirse a
la voluntad del otro y volverse impotente como en el Punto Dos, estar
al mando parece la repuesta. Ya basta de ser una vctima, no importa
lo inocente que sea, y ya basta de amor, que al fin y al cabo tampoco
resuelve nada. En vez de manipular a los dems para conseguir lo que
quieres y esperar que respondan, lo cual nunca hacen correctamente,
ya es hora de asumir el control y de arrebatar lo que quieres sin
preocuparte por nadie ms.
Cuando esta solucin no logra procurar la satisfaccin deseada, el
siguiente movimiento del alma es retirarse, representado por el
movimiento hacia el Punto Cinco. Recoger tus canicas y marcharte a
casa podra ser el mejor castigo despus de todo, y esas canicas
adems parecen bastante valiosas; por tanto, la atencin se traslada a
guardarlas a una distancia segura de toda interferencia o demanda. La
implicacin apasionada con la vida slo ha dejado el vaco, de modo
que observar desde un lugar seguro parece la mejor solucin en el
Punto Cinco. El conocimiento podra traer la satisfaccin, y a su vez
conduce a escaparse en las abstracciones y esquemas del Punto Siete.
La bsqueda de entretenimientos mentales estimulantes parece mejor
312

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

que el seco vaco que se haba vuelto central en el Punto Cinco.


Programar tu trayectoria hacia la plenitud parece, con el movimiento
del Punto Siete, ms prometedor que permanecer aislado en el Punto
Cinco.
La planificacin y la programacin del Punto Siete conduce a su
vez a tener una sensacin de cmo podran ser las cosas, y aadiendo
la sensacin de que as es como deberan ser, volvemos al Punto Uno.
La necesidad de ser positivo del Punto Siete conduce a una especie de
militancia para hacer el bien en el Punto Uno, apoyada por la
conviccin defensiva de la rectitud. A partir del plan idealizado
desarrollado en el Punto Siete, viene la crtica de todos aquellos que
no se adhieren a l, en el Punto Uno.
El punto que precede al propio en el flujo interno (el que est
directamente antes, movindose hacia atrs en el flujo interior) se
denomina el punto del corazn de cada tipo. Esto es porque es el
corazn del siguiente eneatipo, en el sentido de que
psicodinmicamente forma una capa ms profunda en el alma. Cada
tipo puede verse como una respuesta y una reaccin dentro del alma
hacia su punto del corazn. Enseguida desarrollaremos esta idea en
ms detalle.
El punto que sigue al propio ha sido llamado por algunos autores
que han escrito sobre el eneagrama el punto de estrs. La idea es que
en las situaciones de estrs, nos movemos en la direccin de ese
punto, adquiriendo sus actitudes, tono emocional y su estilo de
comportamiento. Este concepto no formaba parte de las enseanzas
originales de Naranjo, y en mi experiencia no es totalmente preciso.
Moverse con las flechas hacia el punto que sigue al propio podra
considerarse ms correctamente como seguir la lnea de menor
resistencia de la personalidad. Es una posicin defensiva, y por tanto
nos aleja an ms de nuestras profundidades internas. Nuestra
posicin egoica aqu est ms reforzada, y por tanto nos volvemos
ms impermeables a cualquier verdad profunda que se filtre de nuestra
alma. Por tanto, en vez de cuestionar nuestra posicin, nos

313

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

atrincheramos ms cuando nos desplazamos hacia la mentalidad


definida por este punto.
Aunque frecuentemente nos volvemos ms defensivos cuando
estamos bajo estrs, no siempre ocurre esto. Las situaciones que son
extremadamente difciles pueden quebrar nuestras defensas,
acercndonos a nosotros mismos en vez de alejarnos. Para muchos de
nosotros, la muerte de un ser querido, un accidente o una enfermedad
grave pueden representar giros decisivos en nuestras vidas, a partir de
los cuales nos abrimos a algo ms profundo en nuestro interior y nos
acercamos ms a nuestra verdad interna, pues estamos ms abiertos y
transparentes a ella. Mi experiencia personal, as como la observacin
de los dems, es que en momentos de tensin y de angustia, tenemos
ms posibilidades de ir hacia el punto del corazn de nuestro propio
tipo que hacia el punto siguiente. La defensa frente a la apertura a la
exploracin interior parece ser una alternativa, ms que el propio
estrs o un cierto grado de ste. Por ello, es ms exacto referirse a
estos puntos como el punto del corazn y el punto defensivo.
Centrndonos en el punto del corazn, qu significa y cules son
las implicaciones de que ste forme una capa por debajo de nuestro
eneatipo? La comprensin desarrollada por Almaas en el Enfoque del
Diamante es que las caractersticas de nuestro punto del corazn se
correlacionan con una de las estructuras ms problemticas de nuestra
alma, que l ha denominado el nio del alma. Nuestro nio del alma
es parte de nuestra conciencia, cuyo desarrollo detuvimos siendo muy
pequeos, y por tanto, no madur con el resto de nosotros y en
consecuencia lo experimentamos como una parte de nosotros que es
un nio. No se trata simplemente de una versin de nosotros tal como
somos ahora pero ms pequeos; es la parte nuestra que no recibi
atencin, a la que no se le permiti ser totalmente y no fue apoyada.
Sus cualidades -que como veremos son las de nuestro punto del
corazn no fueron aceptables por una razn u otra en el entorno de
nuestra infancia, y por ello aprendimos a suprimir estos aspectos de
nosotros mismos. Nuestra personalidad se desarroll alrededor de esta
parte sellada de nosotros, en gran medida como reaccin a ella.
314

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Debido a que sus caractersticas no fueron aceptadas, desarrollamos


otras -las del punto siguiente si nos movemos en la direccin del flujo
interno del eneagrama- que son las de nuestro eneatipo. Las partes
nuestras que fueron aceptadas por nuestros padres y apoyadas por el
entono maduraron, mientras que el nio del alma qued atrs,
ocultndose cada vez ms de nuestra conciencia.
Nos hacemos conscientes de la presencia de nuestro nio del alma
cuando nuestra parte adulta sabe que necesitamos hacer algo, y nos
descubrimos postergndolo o incluso olvidndolo totalmente. La
advertimos cuando necesitamos perder peso o hacer ms ejercicio, y
en vez de eso nos encontramos comiendo bombones o durmiendo la
siesta. Lo vemos cuando tenemos que pagar nuestros impuestos, y
acabamos esperando hasta el ltimo momento posible, a pesar de
nuestras mejores intenciones. La advertimos, en resumen, cuando
nuestras acciones no corresponden con nuestra percepcin objetiva de
lo que es necesario, y por ello nos sentimos divididos y en desacuerdo
con nosotros mismos. Nos descubrimos realizando las cosas que
constituyen retos en nuestra vida a pesar de nuestro nio del alma, y
gran parte de nuestra energa se invierte en superar la resistencia
frente a nuestras aspiraciones como adulto.
Como todos los nios, el nio del alma se mueve por el principio
de placer, y slo quiere hacer cosas que sean divertidas y
agradables, para un nio. Debido a esto, los placeres de los adultos,
como resolver un problema difcil, asumir una responsabilidad en el
trabajo que pone a prueba nuestra fortaleza, clarificar asuntos con
un amigo de manera que deban decirse cosas difciles, etc., no son
actividades que parezcan muy interesantes para nuestro nio del
alma. De modo que organiza una pataleta en nuestro interior o bien
simplemente se niega a moverse, y nuestra parte adulta acaba
exasperada y sin saber qu hacer respecto a lo que necesitamos
hacer.
Debido a que nuestro nio del alma es una capa ms profunda de
nuestra estructura de la personalidad, se experimenta como si
furamos ms nosotros mismos. Profundamente estamos ms
315

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

identificados con l que con las capas que se desarrollaron a su


alrededor. Esto explica otra situacin en la que nos hacemos ms
conscientes de nuestro nio del alma: cuando hemos logrado algo o
cuando obtenemos reconocimiento por algn talento o habilidad. A
menudo no nos sentimos orgullosos de lo que hemos hecho y no
nos sentimos afectados por el reconocimiento, como si realmente
no furamos nosotros los que lo hicimos. Cuando esto ocurre, es
porque nuestro nio del alma, con el que estamos ms
profundamente identificados, no estuvo implicado. De modo que
los talentos que desarrollamos despus de que nuestro nio del
alma qued separado de nuestra conciencia, muy a menudo dan la
sensacin de no pertenecernos, y nos proporcionan poca
satisfaccin y realizacin verdadera.
Nuestro nio del alma se siente ms vivo y vital que el resto de
nuestra personalidad, pues todava mantiene el acceso a la esencia.
Como todos los nios, este nio interior es una mezcla de
tendencias primitivas y animales y estructuras del ego incipiente,
as como cualidades puras del Ser. Podra ser ms preciso definirlo
como una estructura formada en el alma cuyo ncleo interno es la
Esencia, con otras estructuras de la personalidad madura superpuestas. De modo que cuando penetramos a travs de nuestro nio
del alma en nuestra conciencia, inevitablemente contactamos con
todas las cualidades esenciales que estaban a nuestro alcance
cuando nios: la alegra, la viveza, la curiosidad, la fuerza y el
amor de la vida que sentamos entonces. Una cualidad concreta del
Ser emerger con ms fuerza, el Aspecto idealizado de nuestro
punto del corazn, y a ello volveremos enseguida.
A pesar de que al principio, cuando conectamos con nuestro nio
del alma, tomamos contacto con las cualidades ms infantiles y
negativas del eneatipo que forma nuestro punto del corazn, si este
nio no forma parte de nuestra vida consciente actual, sentimos que
nos falta algo. Puesto que el nio del alma se siente como lo que
somos realmente, cuando no estamos en contacto con l, podemos
ser capaces de hacer todas las cosas que la vida adulta requiere,
316

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

pero sentimos que nuestro corazn no est en ello. Nuestro corazn


se siente desconectado, y nuestro nio del alma se siente como un
obstculo y una barrera. Nuestras vidas parecen montonas y
aburridas, mecnicas y desprovistas de verdadero disfrute y
entusiasmo. Si nuestro trabajo sobre nosotros mismos no implica
hacernos conscientes de nuestro nio del alma e integrarlo, tambin
se convierte en algo soso y frustrante. Entonces, nuestro nio del
alma termina resistindose contra nuestros esfuerzos por
desarrollarnos y puede llegar a ser el mayor impedimento para
nuestro crecimiento. Aunque el nio del alma no se menciona en
las enseanzas espirituales, que yo sepa, sin integrar esta estructura
dentro de nuestra conciencia no podemos hablar realmente de
verdadera transformacin. Sin haberlo trado a la conciencia y
haberlo asimilado, permanecemos identificados con el nio y nunca
maduramos totalmente.
Por otro lado, experimentar nuestro nio del alma a menudo se
experimenta como algo peligroso o amenazador para nuestras
partes adultas. En la curiosa forma infantil de pensamiento mgico
de nuestras almas, frecuentemente creemos que si nos permitimos
hacernos conscientes de nuestro nio del alma, su realidad se
volver repentinamente cierta. Es como si creyramos que
mantenindolo dentro del armario, desconectado de nuestra
conciencia, tambin evitamos que su realidad informe nuestras
vidas. Lo cierto es que es justo al revs: cuanto menos conscientes
somos de nuestro nio del alma, ms dirige nuestra vida,
manifestando todo tipo de comportamientos y motivaciones ocultas
que hacen la vida problemtica de una u otra manera. En vez de
dejarlo de lado o intentar deshacernos de l, nuestro nio del alma,
como todos los nios, necesita ser apoyado y aceptado, ser atendido
y guiado con amor para que pueda crecer y desarrollarse. Necesita
el apoyo que no recibi en la infancia, que ahora slo nosotros
podemos darle de una manera que sea clara para nuestra alma. Esto
no significa que lo consintamos o lo malcriemos, sino que estemos
presentes para l y de este modo lo integremos en nuestra
317

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

conciencia adulta. Nuestro nio del alma no crece realmente; pero


si se le acepta y se le permite ser, esta estructura interna llega a
volverse ms fina y ms difusa en nuestra conciencia, permitindonos
el acceso a las cualidades esenciales de su ncleo. Como todas las
estructuras del alma, que en definitiva son construcciones mentales,
no se trata de que cambie la estructura, sino de que se vuelva ms
permeable y porosa, de modo que lleguemos a estar ms en contacto
con la realidad que ha ocultado.
Nuestro nio del alma tiene las cualidades y las caractersticas del
punto del corazn de nuestro eneatipo, y su ncleo es el Aspecto
idealizado de ese punto. Es decir, las cualidades del aspecto
idealizado del punto del corazn son aqullas que no recibieron
apoyo cuando ramos nios. Debido a que estas cualidades no fueron
permitidas o favorecidas, las suprimimos y desarrollamos nuestro
eneatipo en contraposicin a ellas. Al desarrollar nuestro eneatipo,
intentamos, aunque fuese de un modo inconsciente, encarnar las
caractersticas del Aspecto idealizado de este eneatipo, a pesar de que
las caractersticas del aspecto idealizado de nuestro punto del corazn
estuviesen ms cercanas a nuestro ncleo. Nuestro tipo, por tanto,
funciona de manera que suprime nuestro punto del corazn. Las
caractersticas de nuestro punto del corazn son en realidad las que
crucialmente deben traerse a la conciencia, puesto que son las que
ms nos acercan a nuestra verdad ms profunda. Son tambin las
cualidades que ms aora nuestra alma. Por lo tanto, para cada tipo,
el trabajo que se describe al final de cada uno de los captulos de los
nueve tipos tambin necesita incluir el trabajo sobre el nio del alma
y el punto del corazn. A continuacin, describir brevemente el nio
del alma de cada tipo y el proceso de establecer el Aspecto idealizado
de nuestro punto del corazn como una estacin -un estado que est
continuamente disponible a la conciencia-, y explicar de qu manera
esto transforma el alma.
Cuando al principio tomamos contacto con el nio del alma, es
posible que sea a travs de experimentar las cualidades negativas del
punto del corazn, sobre todo la pasin en su forma ms infantil y
318

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

exagerada. Como el nio del alma es una parte de nosotros que ha


estado oculta en la oscuridad del inconsciente, como cualquier cosa
viva que sea encerrada durante mucho tiempo, se vuelve algo
retorcido. Debido a esto, a menudo no queremos bucear ms
profundamente en nosotros mismos por miedo a encontrar la
negatividad de nuestro nio del alma, que generalmente experimentamos como ms verdadera y tambin ms definitiva e invariable. La
sensacin de ser invariable y no cambiar surge en tanto que hemos
cerrado la puerta a esta parte de nosotros, y por ello realmente no ha
cambiado y en consecuencia deducimos que nunca lo har. Cuanto
ms a la luz de la conciencia se traiga esta parte, ms se enderezaran
sus torceduras y se transformar su negatividad. Nuevamente,
podemos pensar en la parte externa del nio del alma como sus
cualidades ms oscuras y problemticas, y cuanto ms
profundamente penetremos en nuestra conciencia, ms esenciales se
volvern sus cualidades. Finalmente, en su ncleo, experimentaremos
el estado esencial asociado con el punto del corazn de nuestro tipo.
En la exploracin que se presenta a continuacin, nos moveremos
hacia atrs a partir del orden de los tipos que presentamos en los
captulos precedentes, siguiendo el sentido de las flechas hacia el
punto del corazn de cada tipo. Empezaremos como hicimos antes,
con los eneatipos del tringulo interno.
EL NIO DEL ALMA DEL ENEATIPO NUEVE
El punto del corazn del eneatipo Nueve es el Punto Tres, de manera
que el nio del alma de un Nueve se muestra al principio como una
tendencia a engaar y a mentir para dar a otro la imagen que recibir
aprobacin. Como un nio que coge una galleta cuando mam ha
dicho que no lo haga o que para no ir a la escuela se hace el enfermo,
el nio del alma de un Nueve declara que no lo hizo y que de verdad
tena una indigestin. Detrs de la pasin de mentir, dentro de cada
Nueve hay un espacio joven que desea ser visto, que quiere brillar y
quiere ser el centro de atencin. Por lo tanto, hay algo de la
319

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

exhibicin de hacer un nmero y ser aplaudido. Detrs de la


tendencia a la abnegacin del Nueve se oculta un impulso o incluso
un deseo implacable de tener xito, a menudo bien oculto y apartado
de la conciencia. Muchas veces los Nueve tienen miedo de parecer
demasiado ambiciosos y de ocupar demasiado espacio, lo que
representa la sombra de su nio del alma que les asalta la conciencia.
El nfasis en hacer se encuentra bajo la inercia del Nueve, y muchas
veces las personas de este eneatipo temen que si comienzan una
actividad se vern arrastrados y no podrn parar.
Cuando un Nueve se permite ponerse en contacto con esta
estructura interna y con sus cualidades, se experimenta
progresivamente como una persona ms completa. Las tendencias
exhibicionistas se transforman en el reconocimiento sincero de su
persona. Se dar cuenta de que en su infancia no se le apoy para
que fuese una persona con plenos derechos, y por ello se volvi
acomodaticio y e inconsciente de s mismo, para recibir aprobacin. El proclamarse como una persona valiosa y digna de amor le
conducir a la realizacin de s mismo como la personificacin del
Ser, la Perla Que No Tiene Precio, una presencia radiante y
luminosa
independiente
de
las
limitaciones
de
su
condicionamiento. Poco a poco, se liberar de cualquier imagen
propia o construccin mental que lo defina, y podr contactar e
interactuar con el mundo, liberado del sueo de la personalidad.
EL NIO DEL ALMA DEL ENEATIPO TRES
El Seis es el punto del corazn del eneatipo Tres, de modo que tras
la apariencia de eficacia y compostura de un Tres, se oculta un
nio muy asustado. Vergonzoso, tmido, falto de confianza e
inseguro; este nio del alma experimenta el mundo como un lugar
hostil y malvolo. Los otros parecen amenazadores, a veces hasta
el punto de que pueden desarrollar la paranoia de que lo que
buscan es hacerle dao, y no importa todo lo que haya conseguido
realizar o el xito externo que haya logrado alcanzar, profunda320

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

mente an se experimenta como uno de los dbiles en la lucha por


la supervivencia. De hecho, todos los esfuerzos por lograr cosas
que hace un Tres pueden verse como una reaccin de su nio del
alma asustado, un intento de superar y combatir esta parte suya.
Esto explica por qu ninguna cantidad de xitos es nunca
suficiente para l. Sin digerir e integrar su nio del alma, el miedo
interno y la inseguridad no pueden ser resueltos por ningn tipo de
estatus o de poder. Desde la perspectiva del nio del alma, la imagen de un Tres es un intento de camuflar esta parte aterrada e
inmadura.
Asumir a este nio que experimenta el terreno bajo sus pies
como algo que se tambalea inherentemente y que no puede
sostenerlo es necesario para el desarrollo de un Tres. Al reconocer
cada vez ms su miedo y ver cunta fuerza impulsora hay dentro
de su psique, su ansioso nio del alma se sentir apoyado y ms
seguro. El propio hecho de admitirlo lograr con el tiempo
transformar su miedo en confianza, apoyo y relajacin, y el Tres
podr entender que esas mismas cualidades que ya tena siendo
nio no fueron toleradas o apoyadas por su primer entorno. Quiz
las circunstancias familiares cuestionaron y finalmente
erosionaron su manifestacin original de la Voluntad esencial, o
puede que la naturalidad con la que consegua hacer las cosas se
convirtiese en un objeto de envidia por parte de padres o
hermanos, y esto min su confianza en s mismo.
Independientemente de la psicodinmica, cuando el nio del alma
de un Tres est integrado en su conciencia, sentir su terreno
interior ms seguro y slido. A travs de la sensacin de que la
Esencia es su verdadero fundamento, su alma se relajar con el
apoyo del Ser. Su impulsividad, alimentada por su nio del alma
ansioso, se transformar con el tiempo en la calma interior y la
falta de esfuerzo de la verdadera Voluntad.
EL NIO DEL ALMA DEL ENEATIPO SEIS

321

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Dentro de cada Seis hay un pequeo holgazn -muy al estilo


Nueve que slo quiere quedarse debajo de las mantas, sin salir y
enfrentarse al mundo, permaneciendo en la comodidad y dedicado
a sus entretenimientos. Debido a esto, los Seis a menudo tienen
miedo de que si se relajan, se volvern inertes, que nunca ms se
movern; y temen descuidar lo que necesitan hacer en sus vidas.
Esto se debe, por supuesto, a que oculta en la conciencia se
encuentra esta parte joven que no quiere hacer nada excepto
deleitarse con placeres y distracciones. Esta indolencia interna es
realmente el centro del miedo de un Seis; quiz tiene ms miedo
de esta tendencia de s mismo que de cualquier otra cosa, temiendo
que si deja de forzarse con su falsa voluntad, perder toda la
voluntad y se hundir en una cinaga de pereza. Si no hace
esfuerzos, teme que nada ocurra y que su vida sea un desastre.
Cuando un Seis se permite valientemente dejar de esforzarse y
simplemente ser, puede al principio experimentar una inmovilidad
o falta de deseo de hacer nada. Con el tiempo, la inercia y la
indolencia de su nio del alma se transformarn en lo que
pretenden imitar: el soporte amoroso del Ser, una sensacin de ser
sostenido en el abrazo de lo Divino, sabindose hecho de amor y
siendo uno con toda la existencia. La dulzura y la benevolencia del
universo -la dimensin Vivir a la Luz del Da- llegar a forma
parte de su sensacin del yo, y el temor en su alma remitir
gradualmente cuando se d cuenta, cada vez ms, de su
inextricable conexin con el Ser. Al final, la actitud de tener
miedo de los dems desaparecer al reconocer que su naturaleza es
la misma que la de todo lo que existe, y de que toda sensacin
deyo y de otro es ilusoria. Con el Ser constituyendo su fundamento
interior y con la percepcin de su continuidad en todas las formas,
habr encontrado la roca sobre la que verdaderamente puede
apoyarse.
EL NIO DEL ALMA DEL ENEATIPO UNO

322

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Dentro de la postura moralista, justiciera y recta de un Uno hay un


nio al que le importa un bledo ser bueno o hacer las cosas bien. El
slo quiere jugar, divertirse y recibir todas las cosas maravillosas que
la vida tiene para ofrecer: un pequeo Siete. El nio del alma de un
Uno quiere probar cada tableta de chocolate y dar un mordisco a
todas las galletas de los dems nios. Es un pequeo glotn, que
quiere acaparar todas las golosinas apetitosas que estn a su alcance,
y desea realizar tres actividades diferentes a la vez para poder saltar
de una a la otra cuando la vida se vuelve montona. Su glotonera
puede alcanzar niveles hedonistas, en los cuales la cualidad esencial
reprimida del Amarillo, o Alegra, se manifiesta de forma distorsionada como una bsqueda complaciente de placeres. Cuando el
fantico dirigente religioso es atrapado con las manos en la masa en
algn exceso, se trata de su nio del alma sensualista y vividor que se
le escapa por las rendijas.
Cuando un Uno avanza a travs de sus juicios y su autocrtica, y es
capaz de aceptar esta parte juvenil buscadora de placeres, la
manifestacin distorsionada se transformar poco a poco.
Comprender que tras sus condenas de pecados e imperfecciones en
los dems hay un intento de defenderse contra su propio nio del
alma. Se esfuerza tanto por ser bueno, porque tempranamente recibi
el mensaje de que su deseo de divertirse y jugar no era aceptable. El
disfrute por s mismo era algo que pareca un tab, y por tanto la vida
se convirti en un trabajo difcil y una pesada carga que llevar sobre
los hombros. Cuanto ms penetre en los deseos de su nio del alma,
ms se pondr en contacto con el amor y el deleite de la vida que se
esconde tras ellos. La alegra de la creacin, la obra y la
manifestacin del Ser, inundar su corazn, y trasladar su atencin
desde buscar lo errneo de todas las cosas a descubrir lo maravilloso
que es todo.
EL NIO DEL ALMA DEL ENEATIPO SIETE

323

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Dentro del despreocupado y aparentemente magnnimo Siete hay un


nio del alma avaro, contenido y aislado: un pequeo Cinco. Se
aferra tenazmente a todo lo que tiene, guardndose todos los
caramelos y los juguetes para que otros nios no puedan cogerlos y
quitrselos. Impulsado por su miedo a la prdida y una sensacin
interna de escasez, se siente vaco por dentro y temeroso de que no
recibir ms sustento. Contrariamente a la aparente tendencia
gregaria, al optimismo y al inters por la vida que se dan en el Siete,
este lugar joven de su interior quiere esconderse de la vida y conectar
con ella desde lejos. Este nio del alma tambin puede ser un
pequeo sabelotodo que confa antes que en nada en su intelecto. Es
probable que en la infancia de un Siete, sus tendencias de recluirse, a
encerrarse en s mismo y a estar solo no fuesen permitidas, y que
recibiese el mensaje de que necesitaba orientarse ms hacia el
exterior y ser ms animado. Tambin es posible que sus talentos
mentales recibiesen ms apoyo y fuesen ms desarrollados a
expensas de un entendimiento ms innato e intuitivo, convirtindose
en un pequeo intelectual que se senta desconectado de los dems
nios. El carcter risueo del Siete se convirti en una forma de
enmascarar y defenderse de su sensacin interior de escasez y de
aislamiento, de no sentirse parte del grupo o de la familia y de no ser
adecuado.
Es muy difcil para un Siete, con su necesidad de ser alegre,
optimista y entusiasta, reconocer esta parte joven suya que est
apartada, asustada y recluida. Lo ms difcil es aceptar la sensacin
de escasez que impulsa a su nio del alma -el vaco y la aridez
interior- cuyo contacto en un principio parece amenazador para un
Siete. Cuanto menos juzgue y rechace esta parte, ms se
transformarn las tendencias de avaricia y aislamiento. En especial,
se cuestionar esta sensacin suya de ser definitivamente una entidad
separada y por ello alguien desconectado del resto de la existencia.
Sus rarezas, timidez e intelectualidad se transmutarn en un
verdadero conocimiento, en el de la Consciencia del Diamante.
Cuando cuestione su sensacin de estar irremediablemente separado
324

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

del Ser y de los dems, y cuando en su desierto broten todas las flores
de la Esencia, su alma acceder al conocimiento verdadero de forma
directa. Se sentir parte del Todo, comprendiendo a travs de la
experiencia que la separacin es imposible, y su tendencia a
encontrarlo todo bien ser real y no reactiva.
EL NIO DEL ALMA DEL ENEATIPO CINCO
Dentro de cada callado, solitario y encerrado en s mismo Cinco
vive un pequeo nio del alma Ocho que suea con vengarse y
devorar innumerables bolas de helado. Este nio del alma disfruta
tirndose al suelo y en sucindose, revolcndose en el barro con
otros nios y sumergindose lujuriosamente en la vida. Este nio
del alma puede aparecer cuando un cinco insulta a los otros
conductores en la soledad de su coche, cuando grita al rbitro
mirando un partido de ftbol por la tele o cuando califica a todos
los polticos de estafadores al escuchar las noticias. Su nio del
alma puede ser un poco pendenciero y un poco fantico,
convencido de que tiene razn y cerrado a cualquier otra
posibilidad. Puede ser defensivo y negar cualquier debilidad
percibida, reaccionando con agresividad cuando se le desafa.
Puede ser castigador y vengativo, y desear arreglar las cuentas con
los que siente que le han tratado mal.
Para un Cinco, reconocer y aceptar estas tendencias puede ser un
desafo, pues revelan una relacin atrevida y entusiasta con la vida
que puede parecer muy amenazadora. Cuando fue nio, esta
relacin apasionada y efusiva con la vida, por alguna razn, no
recibi apoyo. Su vitalidad y su viveza, su fuerza y su coraje -la
manifestacin del Aspecto Esencial del Rojo- fueron ahogados. Las
tendencias vengativas de su nio del alma pueden muy bien ser la
respuesta de su alma a este ahogo. Como reaccin a la no
aceptacin de su Rojo, el Cinco se retira y se desconecta de su
propia vitalidad. Cuando permita que su nio del alma lujurioso y
dinmico surja a la superficie, el Cinco volver a conectarse poco a
325

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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poco con su viveza, y progresivamente aumentar su sensacin de


formar parte de la vida. Al integrar su nio del alma, su
conocimiento se vuelve ms real y global, pues su corazn y su
vientre tambin se integran en l. Al contactar con el coraje de
enfrentar lo desconocido, su vida se vuelve cada vez ms una
aventura excitante y atractiva en la que se sumerge de forma plena
y apasionada.
EL NIO DEL ALMA DEL ENEATIPO OCHO
Dentro del duro y pragmtico Ocho, que disfruta poniendo a prueba
su resistencia y la de los dems, dominando y controlando la vida y
triunfando sobre la adversidad, se oculta un pequeo nio del alma
al estilo del Dos, necesitado y pegadizo que se siente solo y desea
desesperadamente ser amado y sostenido. El nio del alma de un
Ocho quiere arrimarse a los dems, estar lo ms cerca posible, y
puede ser bastante insistente y exigente al respecto. Debajo de la
apariencia de fuerza del Ocho se encuentra este nio del alma que
est lleno de todas las emociones que considera dbiles: la
necesidad de los dems, el temor al rechazo, la inseguridad y una
profunda sensacin de tristeza y soledad. Debido a la sensacin de
que estas cualidades de contactar y amar no fueron aceptadas en su
infancia, el Ocho reacciona bsicamente diciendo A la mierda!
a todo aquel de quien se siente dependiente, y se empea en
demostrar que no necesita nada ni nadie. Bajo un barniz de dureza,
escondi lo que senta en su vulnerable vientre, y en este proceso
cerr su sinceridad y su receptividad.
Cuando un Ocho toma contacto con la defensa que hay detrs de
su orgullo y con la sensacin de rechazo y necesidad que oculta,
puede sentirse como si todo su mundo se derrumbase. Ha hecho
todo lo posible por no experimentar estos lugares dbiles de su
alma, y a menudo siente que no sobrevivir si deja que emerjan.
Cuando se permite contactar con su debilidad y su dolor, su
corazn puede abrirse de nuevo y su alma puede volverse
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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permeable. De nuevo puede ser tocado por las cosas, y al contactar


con la realidad a travs de una piel cada vez menos gruesa y
defensiva, se sentir gradualmente ms y ms conectado con la
vida. En vez de intentar arrebatarle a la vida lo que necesita,
descubrir que su alma se relaja, se funde y se fusiona con su
naturaleza esencial, cuyo dulce nctar llenar su alma en la forma
de Oro Fundido. En vez de luchar con la realidad, estar unido a
ella; y al rendirse cada vez ms a su Ser, encontrar la plenitud y la
unin amorosa en vez de la sumisin que haba temido.
EL NIO DEL ALMA DEL ENEATIPO DOS
Detrs de la fachada externa cariosa, generosa y servicial del Dos
se esconde un pequeo nio del alma competitivo, celoso y
rencoroso al estilo Cuatro. Los Dos intentan mostrarse dulces y
amables, sacrificados y humildes, todo lo cual puede muy bien
verse como una reaccin a las tendencias ms oscuras de su nio
del alma. Se trata de un nio pequeo que desea gritar Te odio!
a otro nio pequeo que acapar la atencin del profesor o de
mam, desea tirarle del pelo y decirle lo estpido y horrible que es
tambin l. Es muy observador en lo que respecta a cuantas galletas
coge cada uno, intenta quedarse con lo mximo y lo mejor y
reacciona con rencor y veneno si no obtiene lo que quiere. Est
lleno de envidia, creyendo que los otros nios tienen lo que a l le
falta y que son mejores que l, ms guapos y ms dignos de amor.
Puede ser malicioso y criticn, vengativo e irascible.
Para un Dos, la negatividad y la pequeez de su nio del alma
son a menudo difciles de reconocer y tolerar. Amenazan su
pretensin de generosidad e inocencia, pero sobre todo, lo ponen a
l en primer lugar. Esto, de hecho, es algo muy necesario para el
desarrollo de un Dos: ponerse en contacto con l mismo como algo
central. Cuando un Dos contacta con su nio del alma y no lo
rechaza, no lo juzga y no lo aparta, sino que abre su corazn a l,
dentro de su conciencia, l mismo llegar a ser lo primordial. Esto
327

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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resulta un gran tab para un Dos, que aprendi que poner la


atencin en s mismo le privaba de la aprobacin de los padres.
Descubrir que al orientarse ms y ms hacia s mismo, escuchando
y satisfaciendo sus propias necesidades, respondiendo a sus propios
impulsos y adoptando sus propias iniciativas, reconocer sus
limites y los har saber a los dems, volvindose en realidad ms
centrado. Ver que esto no representa aquella negatividad que
tema, que significaba perder el amor y volverse egosta, sino una
puerta de entrada hacia su conexin personal con el Ser. Dicho de
otro modo, cuanto ms cuide de s en vez de los dems, ms
conectar con la chispa divina de su interior, dndose cuenta de que
l es el Punto. En vez de considerar a los dems como el punto
central de su existencia, alrededor del cual gira, descubrir que es
uno con el Ser; en su propio universo una estrella.
EL NIO DEL ALMA DEL ENEATIPO CUATRO
Debajo de la fachada dramtica, intensa y emocional de un Cuatro
hay un pequeo nio del alma mandn y agresivo como un Uno,
que pretende que todos los dems nios se comporten
correctamente: que nadie se pase de la raya, que vistan con
pulcritud y que tengan buenos modales. Este nio del alma es un
quisquilloso, pulcro y ordenado, crtico con todos aquellos que no
sigan sus reglas. Es estricto en lo que respecta a la honestidad y a la
correccin, y se enfada cuando los dems nios son malos. Ellos
son los nios problemticos que necesitan enmendarse, y en esto
vemos la tendencia del Cuatro a culpar a los dems de sus
problemas, as como su impulso defensivo cuando se le seala
alguna imperfeccin.
Aceptar este pequeo nio del alma justiciero y resentido es
difcil para un Cuatro, pues esto le parece el mayor defecto, lo cual
le expone a una tremenda autocrtica y odio dirigido a s mismo. En
vez de hacer estallar su agresividad en contra de s mismo, en la
resolucin de su sufrimiento interior, es vital que traiga a la
328

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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conciencia a su nio del alma. Cuanto ms lo vea, ms reconocer


su tendencia defensiva y su necesidad de estar en lo cierto, y al
hacerlo, su alma ser capaz poco a poco de renunciar al control. Al
comprender su necesidad de controlar a los dems y de obligarlos a
que hagan lo que l quiere, saldr a la luz su dificultad para percibir
la perfeccin de las cosas tal como son, y lo que es ms importante,
su propia perfeccin. Al integrar progresivamente a su nio del
alma, ver que la pureza, luminosidad y el brillo inherente de su
alma no fueron aceptados o reflejados en su infancia. Cuando
perdi el contacto con el Aspecto de la Brillantez, que l encarnaba
de especial manera, se sinti herido, y como reaccin desarroll un
estilo de personalidad basado en la separacin, el abandono y el
deseo de conectar fuera de s. Cuanto ms integre su nio del alma,
ms se transformar el pequeo benefactor en una sensacin resplandeciente de plenitud interior, de perfeccin y de elegancia. En
vez de vivir en funcin de la envidia o del dolor y anhelando desde
lejos el contacto, descubrir que la plenitud que busca est dentro y
que la hierba que crece en su interior es realmente muy brillante.
Estas breves descripciones pretenden sealar hacia dnde debe
dirigirse la exploracin y la elaboracin de la comprensin en lo
que respecta al nio del alma. Es importante recordar que las
cualidades del punto del corazn son aquellas de las cuales ms nos
defendemos y generalmente las que ms juzgamos. Debido a esto,
nuestro nio del alma puede ser una parte de nosotros que no
queremos ver ni reconocer. Esto puede haber provocado que la
informacin precedente haya resultado ms difcil de comprender
que incluso la informacin del propio tipo. En mi experiencia,
hacen falta muchos aos de trabajo consagrado para permitirnos
percibir realmente -y an integrar- a nuestro nio del alma. Los
principales obstculos que encontramos son nuestros juicios y
nuestra autocrtica de estos aspectos, por lo que hace falta
desligarse del superego para poder realizar la exploracin interior.
Aunque esta parte del trabajo sobre nosotros mismos es una difcil

329

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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confrontacin personal, la compensacin es infinita, y nuestro


desarrollo como adultos depende realmente de ello.

330

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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C A P I T U L O 12
LOS SUBTIPOS

Segn la teora del eneagrama, tal como la ensean Ichazo y Naranjo,


cada uno de nosotros tiene un instinto que es una preocupacin ms
bsica que las dems, a la cual se refieren como nuestro subtipo. Hay
tres instintos, que Ichazo llama de conservacin, social y de sintona;
y a los cuales Naranjo denomina de autoconservacin, social y sexual.
Esto lo vemos representado en el Diagrama 2. El instinto de
conservacin o autoconservacin pone su atencin principalmente en
la supervivencia fsica, en el mantenimiento y el apoyo, aunque Ichazo
tambin lo ampla a la satisfaccin de las necesidades emocionales e
intelectuales. El instinto social se centra en nuestras relaciones con los
otros como grupo y con la sociedad como un todo. El instinto sexual o
de sintona tiene que ver con las relaciones ntimas y con nuestra
necesidad de estar en sintona o en armona con los dems. La teora
dice que para cada uno de nosotros una de estas reas de conflicto es
ms importante que las otras. Al igual que nuestro eneatipo, nuestro
subtipo no cambia. Debido a que sta rea de la vida es un punto de
atencin esencial para cada uno de nosotros, nos orientamos
bsicamente hacia su satisfaccin. Podemos decir que somos sensibles
a esta rea de la vida, del mismo modo que somos sensibles a nuestras
Ideas Santas: es un rea sobre la cual nos sentimos vulnerables y de
ah que mucha de nuestra energa se dirija a ella.
Este instinto particular alrededor del cual nos movemos es donde la
pasin asociada con nuestro tipo es ms pronunciada. Es decir, si eres
un Dos Social, por ejemplo, tu orgullo ser ms pronunciado en las
situaciones o en los temas relacionados con el estatus o la posicin
social. Si eres un Tres Social, en esta rea tus mentiras sern ms
acentuadas, y as sucesivamente. sta es una manera de determinar
cul es tu tipo de instinto: advirtiendo donde es ms evidente la pasin
de tu eneatipo en tu vida.
331

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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Como veremos en las siguientes descripciones de cada uno de los


tipos instintivos y en los diagramas que los acompaan, hay una
palabra o frase que describe el estilo o la preocupacin principal de
cada subtipo. La mayor parte de estas descripciones son las que
aprend de Naranjo, aunque en algunos casos utilizo las de Ichazo,
dependiendo de lo que me parece ms adecuado.
Otra capa en la teora enseada por Naranjo es que las
descripciones de los otros dos instintos no dominantes son
intercambiables. Por ejemplo, si eres un Seis Social cuya descripcin
es el deber, tu funcionamiento en las reas de autoconservacin se
caracterizar por la fuerza o la belleza (segn tu sexo), mientras que
en el rea de la relaciones tu funcionamiento se caracterizara por el
calor. Por tanto, si eres un hombre, las situaciones que tienen que ver
con la autoconservacin las enfrentars con machismo, mientras que
en tus relaciones ntimas sers clido y amistoso. No voy a describir
los resultados de estos intercambios para cada subtipo, sino simplemente dar esta informacin como base de exploraciones ms
amplias.
Al igual que los eneatipos pueden verse como diferenciaciones del
primordial, el eneatipo Nueve, cada uno de los subtipos puede verse
tambin en forma de diferenciaciones del Punto Nueve en cada uno de
los eneagramas del instinto. Todos los tipos de autoconservacin, por
ejemplo, pueden verse como variaciones de satisfacer necesidades de
supervivencia, anhelos y apetitos, como se indica con la palabra
apetito en el Punto Nueve.
Vamos a ver, por tanto, los veintisiete subtipos, empezando por los
de autoconservacin.

332

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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9. APETITO
El foco de atencin del Nueve Autoconservacin es la satisfaccin
de sus apetitos y de su hambre. La pereza, en el sentido que la hemos
definido como pasin, se manifiesta aqu, en sustitucin de lo que
realmente necesita, por satisfacciones no esenciales. En el nivel ms
profundo, esto se manifiesta al sustituir las gratificaciones realmente
espirituales por gratificaciones materiales. Un ejemplo en un nivel
ms superficial de esta sustitucin por lo no esencial sera comer
chocolate cuando lo que realmente necesita es una comida nutritiva.
Adems, como sugiere la palabra apetito, los Nueve Autoconservacin
tienden a ser excesivamente complacientes con ellos mismos,
ingiriendo y consumiendo mucho ms de lo que realmente necesitan
debido a su inseguridad en lo que respecta a recibir apoyo.
1. ANSIEDAD
La satisfaccin de sus necesidades bsicas est cargada de ansiedad
en los Uno Autoconservacin. Tienen la creencia subyacente de que
no son suficientemente buenos para merecer que sus necesidades sean
satisfechas, y debido a esto, se preocupan, imaginando
anticipadamente que algo ir mal y que su supervivencia estar en
peligro. Esto se convierte en una profeca que, por creer en ella, puede
llegar a realizarse, provocando que realicen acciones preventivas o
333

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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que hagan las cosas equivocadamente debido a la ansiedad. Su pasin


de la ira se activa aqu, si alguien amenaza su supervivencia, como un
reflejo de su ira ms profunda hacia ellos mismos por no ser perfectos
y por no ser merecedores de la supervivencia.
2. YO PRIMERO
Los Dos Autoconservacin tienen miedo de ser olvidados y de que
sus necesidades no sean satisfechas, de modo que debido a su
ansiedad por la supervivencia, cuidan a los dems para que los dems
los cuiden a ellos.
Tiene una fachada sacrificada: es el tpico sndrome de la madre
juda que parece pensar primero en los dems anteponindolos a ella,
pero de hecho los est manipulando para su propio provecho. La
pasin del orgullo se manifiesta aqu como una sensacin oculta de
tener derechos y privilegios: una conviccin de que los dems deben
cuidarlos en compensacin a sus sacrificios, y que merecen que se les
guarden los mejores bocados para ellos.
3. SEGURIDAD
Los Tres Autoconservacin equiparan la seguridad interior con
tener dinero suficiente y una posicin acreditada en el mundo. Con
este propsito, luchan incansablemente para garantizar su
supervivencia, que sienten en peligro permanentemente. ste es el
subtipo del adicto al trabajo que no puede tomarse un respiro, y de
la persona que ha acumulado una fortuna con el esfuerzo de su
trabajo y siente que su supervivencia es an precaria. La pasin de
mentir surge aqu con el autoengao de que amasar grandes
cantidades de riqueza le proporcionar al alma la seguridad que le
falta. La mentira tambin es utilizada por los Tres
Autoconservacin para lograr lo que creen que les dar la
seguridad que anhelan.
4. INTREPIDEZ

334

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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El trmino dado por Ichazo para los Cuatro Autoconservacin


es la accin defensiva, en oposicin a la intrepidez, que Naranjo
asocia con este subtipo. Ichazo, segn lo citan John Lilly y Joseph
Hart, define la accin defensiva como la proteccin del sueo de
futuro de uno 1. En vez de quedarse limitados por las
circunstancias, se precipitarn en busca de lo que quieren y sienten
que deben tener para sobrevivir. Realizan acciones para
protegerse, pero no consideran las consecuencias, y al final ponen
su supervivencia en peligro. Un Cuatro Autoconservacin puede,
por ejemplo, comprarse todo tipo de cosas bonitas de las que cree
que no puede prescindir, y acaba endeudndose por todas partes.
O, sintindose incapaz de soportar las limitaciones de un trabajo
aburrido, puede de la noche a la maana olvidar todas las
precauciones y comprarse un pasaje para alguna isla extica. La
pasin de la envidia se manifiesta aqu en querer la seguridad y las
gratificaciones materiales que otros parecen poseer, y en luchar
temerariamente para conseguirlas.
5. REFUGIO
En este caso, utilizo el trmino de Ichazo para el subtipo
autoconservacin del Cinco, refugio, ms que el asignado por
Naranjo, hogar, pues creo que transmite mejor lo que busca el
Cinco Autoconservacin. Quieren estar seguros de encontrar un
lugar seguro donde poder retirarse y donde poder aislarse del
mundo. Por ello les preocupa la creacin y vigilancia de un refugio
personal. Protegen su espacio y su privacidad, apartndose de los
dems y del mundo como una forma de cuidar de ellos mismos. En
este subtipo la pasin de la avaricia se manifiesta en esta reclusin
acumulativa de ellos mismos, as como en reservar sus recursos,
especialmente el dinero.
6. CALOR

Lilly and hart, The Arica Training, in Transpersonal Psychologies, pg. 348
335

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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El calor describe el estilo de autoconservacin del Seis. Son


clidos, amistosos, afables, hacindose agradables a los dems
como una forma de asegurar su supervivencia. El trmino que
utiliza Ichazo para este subtipo es afecto, lo que indica que esto es
lo que ellos consideran que es la clave para su conservacin. Al
percibir a los dems como una amenaza para su supervivencia, los
Seis Autoconservacin utilizan su simpata para ofrecer su amistad
y apoyar a los dems y favorecer la posibilidad de que los dems
se comporten del mismo modo con ellos. La pasin del miedo se
manifiesta aqu como esta aprensin respecto a su autoproteccin.
7. FAMILIA
Naranjo utiliz originariamente el trmino familia para el Siete
Autoconservacin. El trmino de Ichazo, defensores, expresa un
matiz diferente del mismo estilo: los Siete Autoconservacin
intentan asegurarse su supervivencia asocindose y cuidando de
aqullos por los que sienten que tienen una afinidad o una
conexin. Se convierten en patriarcas, cuidando de su amplia
familia. Los Siete Autoconservacin comparten la afabilidad de
sus vecinos Seis, mostrndose bondadosos, compasivos y
paternales. La pasin de la glotonera se manifiesta aqu por un
anhelo de probar cualquier cosa que parezca asegurar la
supervivencia, ya sean ideas, teoras, apoyo nutritivo, planes para
hacerse rico enseguida, etc.
8. SATISFACCIN
Los Ocho Autoconservacin se concentran en lo que creen que
les proporcionar la satisfaccin de sus necesidades, y engullen lo
que creen que precisan, a menudo a expensas de satisfacer sus
verdaderas necesidades. De manera que el impulso hacia la
satisfaccin apenas deja espacio para averiguar qu es lo que
realmente requieren. Su inseguridad respecto a la autoconservacin se manifiesta en dominar y controlar los
comportamientos alrededor de lo que ellos consideran su territorio, o
336

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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en lo que respecta al mantenimiento y sostn; por ejemplo, vigilando


qu y cunto se come de la nevera, o cunto dinero exactamente gasta
el cnyuge. La pasin de la lujuria se expresa aqu en la voracidad de
su impulso hacia la satisfaccin.

9. PARTICIPACIN
Los Nueve Sociales desean pertenecer a algn grupo, pues les falta
la certeza de pertenecer realmente a algn lugar. En las situaciones
sociales no se sienten cmodos, debido a su sensibilidad respecto a si
son realmente queridos o no. A menudo sienten que no saben cmo
formar parte del grupo, y en vez de ser ellos mismos, tratan de
adaptarse, imitando las formas de comportamiento y comunicacin
socialmente aceptables. Inevitablemente, esto les deja la sensacin de
que en realidad no estn contactando con nadie, y as se refuerza su
sensacin de ser excluidos. Este intento de participar a travs de las
convenciones sociales es la manera en que se manifiesta la pasin de
la pereza en este caso, y en la tendencia resultante a realizar contactos
superficiales con los dems.
1. INADAPTABILIDAD
Los Uno Sociales expresan su torpeza y su inseguridad social como
rigidez. Tienen ideas rgidas sobre cmo deberan comportarse ellos y
337

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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los dems, y su pasin de la ira surge cuando sus ideas no se cumplen.


En vez de dejarse llevar por el flujo de lo que est ocurriendo en una
reunin social, intentan imponer lo que piensan que debera estar
ocurriendo. Les incomoda la espontaneidad, lo que refleja el miedo
subyacente a que ellos o los dems hagan algo incorrecto o
inapropiado. Se vuelven crticos y censuran a los dems por no
adaptarse a las normas sociales, una reaccin a su sensacin interna de
no ser lo bastante buenos como para ser aceptados.
2. AMBICIN
Los Dos Sociales son escaladores sociales, muy conscientes de las
jerarquas sociales y deseosos de ser aceptados y apreciados por
aqullos que ocupan puestos altos, como una manera de resolver su
sensacin de no pertenencia. Segn con quin se asocian y segn lo
importantes que sean esas personas, obtienen una sensacin de estatus
social. La pasin del orgullo se manifiesta aqu en la autovalidacin y
en la sensacin de merecimiento que se despierta en ellos cuando
logran la posicin y el estatus que buscan. Tambin se aprecia en su
negativa a ser vistos como personas sin importancia o corrientes, en
vez de seres especiales y sobresalientes en cualquiera que sea el grupo
al que pertenezcan o con el que aspiren a conectar.

3. PRESTIGIO
Los Tres Sociales sienten que la manera en que pueden relacionarse
con los dems es teniendo una imagen de prestigio. La descripcin de
este subtipo dada por Ichazo (a travs de Lilly y Hart) es la necesidad
de una buena imagen pblica2. Para los Tres Sociales, por tanto, el
centro de atencin est en cmo son vistos, y cambiarn su imagen
para adaptarse a los valores de un grupo social concreto con el
objetivo de ser bien considera-dos. Al igual que los Dos Sociales,
2

Ibd., pg. 347.

338

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

quieren ser socialmente importantes; pero a diferencia de los Dos,


quieren ser importantes por s mismos ms que a travs de quienes
se relacionan con ellos. La pasin de la mentira se manifiesta aqu
en hacer lo que haga falta para crear su imagen de prestigio. Su
mentira ms profunda es que ellos son esta imagen.
4. VERGENZA
Los Cuatro Sociales tienen la idea de que hay una manera
correcta de ser, y estn permanentemente avergonzados porque
ellos no son as. Tienen una sensacin bsica de no encajar y de no
ser capaces de hacer las cosas adecuadamente para encajar. Los
Cuatro Sociales tienden a ser formales y un poco rgidos, poniendo
mucha atencin en las formas. Comportarse adecuadamente es muy
importante para ellos, pues es un intento de tapar su profunda
sensacin de no ser adecuados socialmente. Los dems, para los
Cuatro Sociales, s parecen encajar en las normas que tienen para
ellos mismos, y de este modo experimentan la pasin de la envidia
hacia estas personas y dirigen su odio hacia ellos mismos en forma
de vergenza.
5. TTEMS
Los Cincos Sociales tienen, como explican Lilly y Hart a partir de
la definicin de Ichazo, hroes a los que imitar 3. Son muy
conscientes de las jerarquas sociales, y como implica la palabra
ttems, quieren ser una de las caras de la escultura de los ttems
venerados. Un ttem es un smbolo o un emblema que representa
una familia o un grupo social, y esto es lo que un Cinco Social vive
en la sombra y tambin desea ser. Es muy consciente de los
arquetipos sociales y desea encarnarlos, convirtindose en un
ejemplo o en una fuente de conocimiento. Puede desarrollar su
maestra en un rea especializada de la que desea ser el sucesor en
el linaje, y quiere ser visto de esta manera. Su pasin de la avaricia
3

Ibd.
339

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

se manifiesta en retener cualquier cosa que considere que le


confiere su posicin social.
6. DEBER
Para un Seis Social, realizar adecuadamente lo que considera
que es su deber social es la nica manera de ser. Intenta resolver su
inseguridad social otorgando autoridad a una creencia, un grupo o
un lder al que considere ms poderoso, y se vuelve fiel, solcito,
complaciente, maleable y obediente. Es leal, devoto e incluso servil
y adulador al llevar a cabo su misin en nombre de la autoridad,
quienquiera que sea que considera que lo es. Su pasin del miedo
aparece en su temor a contrariar a la figura de autoridad o en el
temor a romper las normas y las obligaciones sociales.
7. SACRIFICIO
Los Siete Sociales se caracterizan por la renuncia a su libertad y
aspiracin personales en funcin de los ideales sociales. Tienen una
profunda sensacin de obligacin hacia los dems y sienten que se
deben sacrificar para cumplir lo que ellos consideran sus
responsabilidades. Sus sacrificios estn al servicio de un futuro que
imaginan, y hacen planes para realizarlo; un futuro que promete
darles la sensacin de pertenencia y la aceptacin y posicin
sociales de las que carecen. La pasin de la glotonera se manifiesta
aqu por un ansia de esta sensacin de tranquilidad social y de todas
las cosas que creen que les proporcionarn esto. Ichazo (segn Lilly
y Hart) utiliza la expresin limitaciones sociales para describir a
este subtipo, del cual dice que predetermina sus actividades
sociales4, lo que destaca un matiz diferente del subtipo. Resalta la
tendencia del Siete Social a realizar programas y planes sobre sus
relaciones sociales, con el objetivo de resolver su inseguridad
social.
8. AMISTAD
4

Ibd.

340

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Los Ocho Sociales intentan resolver sus sensacin de no


pertenencia manteniendo amistosas relaciones sociales. Ser un
colega es lo que los Ocho Sociales consideran como la clave para
resolver su inseguridad social. Aqu la amistad en un lazo
profundo, que implica una confianza y una lealtad eternas, una
sensacin de fraternidad y de pertenecer a la misma banda. Las
tendencias dominantes y controladoras de un Ocho se manifiestan
en este caso en el terreno de las relaciones sociales. Las faltas de
fidelidad o de amistad pueden ocasionar venganzas, y son difciles
de olvidar para un Ocho Social. La pasin de la lujuria aparece aqu
en la naturaleza pasional y posesiva de estos lazos con los dems.

9. UNIN
Los Nueve Sexuales estn impulsados por el deseo del amor de
otro y de una unin total, lo que les parece la clave de su felicidad.
La fusin total con otro es vista por los Nueve Sexuales como lo
que necesitan para sentirse completos. Tienden a fundirse
fcilmente con los dems, perdiendo el contacto con ellos mismos
en el proceso. El sustituir aquello con lo que realmente necesitan
fundirse -su naturaleza esencial- por el otro es el ncleo de la
pasin de la pereza de un Nueve Sexual. Como ste es el arquetipo
de todos los tipos sexuales, este intento de llenar el vaco dejado
341

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

por la prdida de contacto con el Ser mediante el amor de otra


persona es compartido por todos los subtipos que siguen.
1. ARDOR/CELOS
Los Uno Sexuales tienen un estilo de comportamiento vivaz,
afectado, hiperanimado y efusivo. Esta sensacin constante de ser
apasionados es la manera en que se trasluce su ardor sexual en
su estilo de personalidad. Temen siempre que aparezca alguien
ms perfecto que ellos y les robe su pareja, si la tienen, y por tanto
siempre estn alerta para detectar los signos de los deseos de su
pareja hacia otro. Si no tienen pareja, en su fuero interno estn
convencidos de que otro, una persona mejor que ellos ser ms
deseable para el objeto de su afecto. Como dice Ichazo; La unin
con otro siempre est amenazada por alguien ms perfecto5.
2. AGRESIN/SEDUCCIN
Ichazo expres la descripcin de este subtipo slo con la
palabra agresividad 6, y Naranjo distingui entre el estilo seductor
de la mujer Dos y el estilo agresivo del hombre Dos. Debido a su
inseguridad respecto al deseo, los Dos Sexuales o bien seducen o
bien fuerzan a los otros en las relaciones, dependiendo del sexo.
Dentro de una relacin, los Dos Sexuales tratan de convencer o de
presionar a su pareja para que haga lo que ellos desean, de nuevo
actuando de una u otra manera segn el sexo. Los Dos Sexuales de
ambos gneros sienten normalmente una atraccin tenaz hacia una
pareja difcil de atrapar. Las mujeres Dos estn obsesionadas con
ser queridas, y los hombres Dos estn obsesionados con superar
los obstculos de la unin. En ambos casos, intentar encontrar su
valor personal a travs del amor. La pasin del orgullo se
manifiesta aqu como una sensibilidad extrema acerca del hecho
de ser deseado, y a veces como un orgullo respecto a la cantidad
de conquistas sexuales realizadas.
5
6

Ibd., pg. 349.


Ibd.

342

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

3. MASCULINIDAD/FEMINIDAD
Para los Tres Sexuales, el atractivo fsico y sexual parece la clave
para ser deseado, y por ello refuerzan las caractersticas de su
sexo. Como norma general, los hombres exageran su virilidad y
masculinidad, y las mujeres intensifican su feminidad. Cuando se
sienten atrados hacia alguien, adquieren los atributos del ideal
interno masculino o femenino de la otra persona; en trminos
junguianos, adoptan la forma del animus o anima del otro. Son
competitivos con los dems respecto a ser vistos como los ms
atractivos, y miden el xito por cmo son deseados. La pasin de
la mentira se manifiesta aqu en engaarse a s mismos en que el
amor es la respuesta, en que deben adoptar la forma del ideal de su
ser querido para ser amados, y en que en definitiva son esa
imagen. Tambin aparece en el uso de la duplicidad para
manipular a sus rivales y conseguir al objeto de su deseo.

4. COMPETENCIA/ODIO
Los Cuatro Sexuales compiten con otras personas de su propio
sexo para intentar encontrar el amor. Su competencia se basa en una
sensacin de que el amor es escaso y por ello es necesario luchar por
l. Intentan con vencer a sus rivales y al objeto de su afecto de que
son los mejores, y su deseo de que desaparezcan sus contrincantes
es una forma de odio. La eleccin del objeto de su deseo depende de
cuntos desean a esa persona, de modo que tambin esto surge de la
competencia. Los Cuatro Sexuales no son slo competitivos en el
terreno de las relaciones -la competencia es su caracterstica de
comportamiento dominante-, pero es ah donde est ms
pronunciada. La pasin de la envidia se manifiesta en querer a
alguien que otro tiene o desea y en el odio subyacente hacia sus
rivales.
5. CONFIANZA
343

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Los Cinco Sexuales carecen de confianza en su atractivo, en su


capacidad de relacionarse y en el desempeo de su sexualidad. Esto
les dificulta dejarse llevar por sus atracciones, a pesar de la falsa
confianza que manifiestan como compensacin de no ser adecuados
ni deseables. Como dice Ichazo, un Cinco Sexual necesita a alguien
con quien se sienta seguro: un refugio7, para poder superar sus
inhibiciones. La pasin de la avaricia se manifiesta aqu en retener el
afecto por temor a ser rechazados y en retener a su objeto de amor en
cuanto pone su mirada en l.
6. FUERZA/BELLEZA
Los Seis Sexuales tienen una actitud subyacente de inseguridad
respecto a su atractivo sexual y su capacidad de provocar deseo.
Bsicamente temen no ser amados, y aqu es donde su pasin del
miedo se muestra con ms fuerza. Tienen miedo de realizar un
contacto ntimo con el otro, e intentan esconder su miedo mediante la
exageracin de su fuerza (en los hombres) y de su belleza (en las
mujeres). Los hombres Seis Sexuales resaltan su machismo,
intentando parecer viriles, masculinos y duros. Emocionalmente
parecen insensibles y arrogantes. Las mujeres Seis Sexuales exageran
su atractivo, utilizando su capacidad de atraer como un medio de
calmar su miedo a conectar realmente con el otro.
7. SUGESTIONABILIDAD
Los Siete Sexuales tienden a fundirse con cualquier idea, plan o
persona con la que contacten. Por tanto son fcilmente influenciables,
sobre todo por su pareja o por alguien por quien se sientan atrados.
La perspectiva de tener una relacin con alguien dispara su tendencia
a planear y programar, y la relacin se ve proyectada fcilmente
hacia el futuro, con infinitas posibilidades asomando sobre el
horizonte. Por tanto son sugestionables en el sentido de ser
fcilmente influidos e impresionados, y en el de verse enseguida
impulsados a crear infinidad de fantasas sobre una relacin. La
7

Ibd.

344

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

pasin de la glotonera aparece aqu en las muchas atracciones que


los Siete sexuales tienden a tener y en su dificultad de establecer un
contacto profundo y a largo plazo con una persona.
8. POSESIN/RENDICIN
Tanto los hombres como las mujeres Ocho Sexuales tienden a
poseer y a controlar a sus parejas. A pesar de que suelen ser
abiertamente dominantes, esto es un intento de tapar su inseguridad
respecto a ser amado y deseado. Tanto los hombres como las mujeres
Ocho Sexuales ven la relacin como una conquista y desean tener el
poder en la relacin para no tener que ser vulnerables y dependientes.
Las mujeres Ocho Sexuales quieren ceder el control a una pareja que
les parezca merecedora de ello, y pueden dar una apariencia
apasionada de rendicin aunque sigan conservando gran parte del
control. La pasin de la lujuria se manifiesta aqu como el deseo de
poseer el cuerpo y el alma del ser amado.

345

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

C A P I T U L O 13
LAS ALAS
Las alas, en el lenguaje del eneagrama, son los dos puntos a cada lado
del eneatipo. La teora, tal como la present originariamente Naranjo,
es que cada eneatipo est en el punto medio entre las alas. De modo
que adems de otras formas de entenderlos, cada eneatipo puede
considerarse como una mezcla de sus dos puntos adyacentes. Entre los
especialistas del eneagrama, Don Riso, sobre todo, ha escrito
ampliamente sobre las alas. En vez de ver el eneatipo como una
mezcla de las alas, l dice que una de las dos alas es ms fuerte que la
otra, y por tanto ha desarrollado un esquema de subtipos basado en el
ala dominante. Su enfoque de las alas, por tanto, utiliza dos puntos en
vez de tres. sta es una forma curiosa de mirar los eneatipos y nos
muestra una vez ms las mltiples dimensiones simblicas de
eneagrama que permiten muchos niveles de interpretacin. Lo que yo
presento es un enfoque diferente, y menciono la interpretacin de Riso
para que el lector no se confunda en cuanto a las diferentes maneras
en que pueden entenderse y describirse las alas.
Contemplar a cada eneatipo como la interaccin de sus alas es una
manera reveladora de comprender parte de nuestra dinmica interna:
el papel de las fuerzas que tiran en un sentido y en otro dentro de
nuestra psi que y dan como resultado creencias, actitudes,
comportamientos y emociones conectadas con nuestro eneatipo. Un
aspecto de la manera en que Naranjo presenta las alas es que el punto
que est detrs de un eneatipo se relaciona con el punto que est
delante de l, movindose alrededor del eneagrama en el sentido de
las agujas del reloj; de modo que, por ejemplo, si eres un Siete, el
Punto Seis se relaciona con el Punto Ocho, y el resultado sera el
eneatipo Siete. Como en el caso de mucha de la informacin sobre las
alas, no elaboraremos ni desarrollaremos esta cuestin, sino que la
dejaremos como una idea que puede ponerse a prueba o experimentarse.
346

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

La comprensin de las alas tambin permite hacer apreciaciones


tiles sobre nuestra psicodinmica: las fuerzas que haba dentro de
nosotros durante los aos en que nos formamos, que moldearon
nuestra alma de una forma particular. Volviendo a tu infancia y
adolescencia, puedes advertir que hubo perodos en los que una de
las alas de tu tipo fue dominante y otros perodos en los que la otra
lo fue ms. Puede incluso parecer que tu tipo era cada una de estas
alas en los diferentes momentos. La experiencia de algunas
personas es que les parece saltar hacia delante y hacia atrs entre
las alas mientras se desarrollan, hasta que su personalidad se
solidifica en un eneatipo. Como adultos, muchas personas an
sienten los empujes de su psique hacia un ala y despus hacia otra.
Las breves descripciones de la interrelacin de las alas de cada
tipo que siguen son intencionadamente esquemticas, pues mi
propsito no es concretar demasiado. Lo que s espero es transmitir
una manera de observar y explorar las alas por uno mismo. Resulta
especialmente frtil mirar cada tipo como el punto medio donde se
encuentran las fijaciones mentales, los estados nucleicos deficientes
y las pasiones. A continuacin, examinaremos las intersecciones de
las distintas facetas y niveles de las alas, y el resultado que
producen en determinadas caractersticas de cada eneatipo. La
consulta del Diagrama 3, que muestra los eneatipos, puede ser til a
medida que nos movemos por el crculo.
LAS ALAS DEL ENEATIPO NUEVE
Con el Ego-Venganza (Ocho) como una de las alas y el EgoResentimiento (Uno) como la otra, el Nueve est atrapado entre el
chico malo del eneagrama, por un lado, y el chico bueno por el
otro. Surgen los fuertes impul sos instintivos del Ocho en
contraposicin con las fuertes prohibiciones del superego del Punto
Uno. Necesariamente, lo que resulta de esto es una amortiguacin
del impulso y una detencin del movimiento. stos son empujes
muy fuertes en dos direcciones opuestas -lo que a menudo se siente
347

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

como un conflicto irresoluble-, y el Nueve se insensibiliza para su


vida interior y se orienta hacia el exterior. Debido a la profunda y
en gran parte inconsciente discordia interior, los Nueve intentan
que las cosas sean armoniosas, evitando los conflictos tanto como
les sea posible.
LAS ALAS DEL ENEATIPO UNO
En el punto medio entre el Ego-Indolencia (Nueve) y el EgoAdulacin (Dos), el Uno tiene una ala que le invita a dormirse en lo
que respecta a su naturaleza esencial por una lado y el orgullo en la
otra. En el lado Nueve, existe una profunda sensacin interna de
inutilidad y de resignacin respecto a uno mismo; y en el lado del
Dos, hay un envanecimiento y pomposidad. De modo que por un
lado hay una sensacin de falta de valoracin y por el otro una
sobrevaloracin del yo. Lo que resulta de esto es una sensacin de
ser bsicamente defectuoso, pero con la amortiguacin del yo y la
orientacin hacia el exterior del Nueve ms el orgullo del Dos, la
maldad se ve proyectado hacia el exterior: los otros son los malos y
necesitan enmendarse.
Adems, atrapados entre las demandas del Nueve de ser amado y
apoyado universalmente y las demandas propias del Dos de ser
alguien que ama a los dems y que es amado por los dems, los
Uno inevitablemente se identifican con su superego e intentan ser
perfectos. Y tambin inevitablemente, deben sentir que en esencia
no son lo bastante buenos como para satisfacer esas enormes
demandas de amor. Esta sensacin de no ser perfecto tambin
proviene de la interseccin de la sensacin de insuficiencia y falta
de valor del Nueve con la sensacin esencial de rechazo del Dos.

LAS ALAS DEL ENEATIPO DOS

348

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Con las alas del Ego-Resentimiento (Uno) por un lado y del


Ego-Vanidad (Tres) por el otro, los Dos tienen una demanda interna
de ser perfectos, sintindose bsicamente defectuosos por un lado y
con la exigencia de dar una imagen perfecta por el otro. Estos
requisitos de ser perfecto dentro y fuera son imposibles de cumplir,
de modo que el Dos se siente desesperado en s mismo y vuelve su
atencin a los otros en busca de la salvacin; de ah que se vuelva
tan dependiente de ellos. Desde otro punto de vista, la alta moralidad del Uno se encuentra con la duplicidad y amoralidad del Tres,
y el resultado es que los Dos se sienten constantemente culpables.
Y desde otra perspectiva, el impulso del Uno de ser una buena
persona ms el impulso del Tres de impresionar a los dems
conduce al patrn del Dos de buscar en los dems la aprobacin y
el reconocimiento como persona digna de amor. Adems, el
impulso del Tres de crearse a s mismo como persona, ms la
necesidad del Uno de ser bueno, dan lugar al impulso del Dos de
presentarse dando la imagen de una persona realmente buena y
digna de amor.
LAS ALAS DEL ENEATIPO TRES
Con el Ego-Vanidad (Dos) en un lado y el Ego-Melancola
(Cuatro) en el otro, los Tres carecen de la sensacin interna de
direccin y de fuerza impulsora, y al mismo tiempo se sienten
desconectados del Ser y abandonados. El resultado es que tienen la
impresin de estar desconectados de cualquier sensacin interna
natural de profundidad y dinamismo, y por ello sienten que deben
vivir la vida en la superficie, en la imagen. Tambin acaban creyendo
que deben convertirse en pequeos dioses, que se crean a s mismos y
a sus vidas y las mantienen. Adems, atrapados entre la dependencia
de los dems propia del Dos y el sentimiento de abandono del Cuatro,
los Tres renuncian a esperar algo de los dems y se experimentan a s
mismos como totalmente autosuficientes e independientes. Desde el
punto de vista emocional, atrapados entre los dos eneatipos ms
349

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

emotivos, ambos con tendencia a la depresin y a la desesperanza,


los Tres se lanzan a la accin y se sumergen en el hacer, perdiendo el
contacto con lo que sienten al centrarse en el logro.
LAS ALAS DEL ENEATIPO CUATRO
Como punto medio entre el Ego-Vanidad (Tres) y el Ego-Tacaera
(Cinco), el Cuatro es el lugar donde la sensacin de ser un creador
independiente de las propias leyes y del universo se encuentra con la
sensacin de ser una entidad irremediablemente separada. El
resultado es una profunda sensacin de distanciamiento del
dinamismo de la vida y de las otras personas. El impulso de los
Cuatro por tanto es conectar, realizar un contacto con algo que sea
autntico tanto en ellos mismos como en los dems. Y el estado
emocional, resultado de la interaccin del seco vaco del Cinco y la
sensacin de la nada del Tres que caracteriza el ncleo de ambos, es
la desesperacin en el aislamiento y la falta de esperanza del Cuatro.
Desde otro ngulo, la orientacin hacia los logros y los objetivos
del Tres, junto con la sensacin de aislamiento y la falta de conexin
del Cinco, da como resultado el esfuerzo del Cuatro de reconectar
con una fuente interna autntica. La imagen del Cuatro, por tanto, se
convierte en la de alguien que anhela lo real.
LAS ALAS DEL ENEATIPO CINCO
Con el Ego-Melancola (Cuatro) en un lado y el Ego-Cobarda
(Seis) en el otro, el Cinco es una mezcla del anhelo de una conexin
autntica con la fuente, por un lado, y el temor, la duda y la
inseguridad por el otro. El resultado es el intento del Cinco de saber,
de explorar el territorio y de conectar con l a travs del
conocimiento, permaneciendo al mismo tiempo a una distancia
segura de todo lo que sea experimental. Adems, con la sensacin del
Cuatro de estar desconectado y abandonado y la ansiedad por la
supervivencia del Seis, el resultado es la avaricia del Cinco: el
350

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

atesorar y retener todo lo que tiene por temor a que le sea arrebatado.
Desde otro punto de vista, la sensacin interna de desesperanza y la
certeza de estar desamparado, propia del Cuatro, junto con el temor a
los dems y al mundo en general del Seis, dan como resultado el
encierro en ellos mismos y el aislamiento de los Cinco.
LAS ALAS DEL ENEATIPO SEIS
Como punto medio entre el Ego-Tacaera (Cinco) y el Ego
Planificacin (Siete), el Seis es la incmoda interseccin del impulso
del Cinco de apartarse de los dems y del mundo, y el movimiento
voraz del Siete hacia ellos. Los Cinco se esconden, mientras que los
Siete son atrados hacia el exterior para probarlo todo en la vida, y los
Seis acaban vacilando y titubeando en la duda, sin saber si moverse
hacia delante o hacia atrs, si avanzar o retirarse. La sensacin
interna de vaco y de esterilidad del Cinco junto con la necesidad de
los Siete de estar y sentirse animados provocan en los Seis una
inseguridad respecto a lo que sienten.
Desde otra visin, la sensacin interna de seco vaco del Cinco,
ms el optimismo del Siete, dan como resultado la relacin objetal
ms importante en la que cae el Seis: la idealizacin de una figura de
autoridad en la cual proyectar elevadas esperanzas desde una
posicin de inferioridad.
LAS ALAS DEL ENEATIPO SIETE
En el Siete, la duda del Ego-Cobarda (Seis) se encuentra con la
lujuria del Ego-Venganza (Ocho). El resultado es el deseo del Siete
de querer probar un poco de todo en la vida pero que, debido al temor
y a la duda, no acaba sumergindose en nada. Al igual que los Ocho,
los Siete se ven estimulados y excitados por todas las cosas del
mundo, pero a causa de su miedo, el contacto es principalmente
mental y por tanto presumiblemente seguro. Los Ocho tienen una
orientacin sensorial, y los Seis dudan de su experiencia, de manera
351

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

que los Siete acaban probando muchas cosas pero cuestionndolas


todas.
Adems, la duda, la falta de confianza y la inseguridad del Seis,
junto con el impulso del Ocho de ser el mandams, de dominar y
triunfar sobre los otros, dan como resultado las caractersticas
visiones y planes grandiosos del Siete respecto a lo que va a lograr,
de lo cual slo se arriesgar a intentar realizar una pequea parte.
LAS ALAS DEL ENEATIPO OCHO
Aqu, la necesidad de estar bien del Ego-Planificacin (Siete) se
encuentra con la amortiguacin interna del Ego-Indolencia
(Nueve). El resultado es la caracterstica negacin del eneatipo
Ocho de todo lo que en su interior suena a debilidad o deficiencia.
Los planes utpicos y los sueos del Siete se encuentran con la
inercia del Nueve, dando como resultado los caractersticos
prejuicios del Ocho hacia todo lo que encuentra. Dicho de otro
modo, ve lo que quiere ver desde una posicin muy protegida.
Adems, con esta visin de cmo deberan ser las cosas,
proveniente del Siete, y con el enfoque hacia el exterior,
proveniente del Nueve, exige que las cosas se adapten a la manera
en que piensa que deben ser, deseando corregir todo lo que ve como
errneo.
Desde otra perspectiva, el anhelo de estmulos del Siete ms la
sensacin de muerte del mundo esencial propia del Nueve
conducen a la lujuria del Ocho por las gratificaciones materiales y a
su orientacin hacia las satisfacciones sensoriales.

352

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

EPLOGO
Que Dios se interponga entre t y el mal
en todos los lugares vacos por los que camines.
ANTIGUA BENDICIN EGIPCIA, CITADA EN LA SERIE
TELEVISIVA BABYLON 5
Como conclusin, me gustara volver a la idea de Gurdjieff
comentada al comienzo de este libro de que el eneagrama es un
smbolo multidimensional, que abarca tantos significados
diferentes como niveles de hombres existen. Me parece importante
reiterar esto, de manera que nadie se quede con la impresin de que
lo que he transmitido en este libro es la ltima palabra sobre sus
diversos matices. Por el contrario, siento que habr logrado mi
objetivo si he proporcionado a los lectores un alimento para pensar
y caminos para investigar profundamente en su comprensin del
eneagrama y de ellos mismos. El eneagrama es un poco como un
cdigo cifrado, y necesitamos vas de entrada para acceder a l y
hacer que se nos abra, de manera que su sabidura nos pueda ser
revelada, y as es como he considerado mi trabajo en este libro.
En segundo lugar, tambin como ense Gurdjieff, el eneagrama
nos concede un gran poder. La informacin que contiene puede
afectarnos en profundidad e incluso perturbarnos, y por eso me
gustara repetir lo que dije al comienzo de la Introduccin de este
libro: ten cuidado en cmo usas esto, tanto en lo que respecta a ti
mismo como a los dems. He visto a muchas personas que se
sentan juzgadas cuando otros opinaban sobre sus caractersticas en
un intento de averiguar el eneatipo que eran. Adems, analizar a
otro sin que te lo pida es algo que puede herir, y llevar a la conciencia de otro algo de lo que no es consciente y que no ha sido
solicitado puede experimentarse como un ataque. Sobre todo,
utilizar el eneagrama como una herramienta para criticar o juzgar a
353

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

otra persona es definitivamente usarlo mal. Contigo mismo,


recuerda que esto no debe ser un alimento para el superego. Su
propsito es ayudarte a entenderte ms profundamente y, a travs
de este entendimiento, abrir tu corazn a la compasin por ti mismo
y por los dems.
En tercer lugar, el eneagrama es slo un mapa. El eneagrama y la
informacin que revela sobre el alma humana y su evolucin no son
una meta en s. No importa lo fascinante que puede parecer todo lo
que se llegue a aprender y descifrar sobre el eneagrama, pues a
menos que esta informacin sea secundaria a nuestra experiencia
directa y cumpla la funcin de favorecer nuestro desarrollo
personal, de poco servir. Por s misma, la informacin contenida
dentro del eneagrama y dentro de este libro no es la panacea: no
resolver nuestros problemas, nuestras dificultades, ni nos conectar con nuestra profundidad. Es slo informacin, cuya funcin es
orientarnos y guiarnos en nuestro trabajo interior, y a menos que se
aplique ese conocimiento, no nos beneficiaremos de l. Si slo es
algo intelectual, puede estimular nuestras mentes y proporcionarnos
una distraccin y un entretenimiento interesantes, pero no debe
confundirse con el verdadero trabajo de transformacin.
Esta tarea no es fcil ni rpida. Las direcciones hacia las que he
sealado respecto al trabajo interior que cada uno de los tipos
necesita realizar para su verdadera transformacin personal se
resumen en unas pocas pginas. Por otro lado, el verdadero trabajo
sobre la personalidad mediante el cual nuestras almas estn cada
vez menos bloqueadas y pueden ser cada vez ms transparentes
requiere muchos aos, no importa lo aplicados que seamos ni el
esfuerzo que pongamos en ello. Tampoco es un trabajo que resulte
fcil realizarlo solo. Como la verdadera transformacin requiere
superar el impulso de la inercia de identificarse con la
personalidad, el apoyo de una escuela espiritual o de un grupo de
trabajo es a menudo necesario. Como hacerse consciente significa
ver aquello a lo que somos ciegos, con frecuencia se necesita la
orientacin de un maestro para que nuestro Viaje tenga xito.
354

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Este Viaje requiere enfrentar aspectos dolorosos y a veces


profundamente aterradores de nosotros mismos, ocultos en los
rincones de nuestras almas. Antes de mejorar, las cosas parecen
empeorar, a medida que nos acercamos ms y ms a los estratos
ms profundos de la personalidad, con abismos y energas
primitivas que a veces parece que acabarn con nosotros. No es un
viaje fcil, y requiere un grado de honestidad con nosotros mismos
que slo es posible si estamos inclinados personalmente hacia
conocer lo que somos realmente y si el contacto con la verdad -no
importa lo incmoda que sea- trae la alegra a nuestros corazones.
Para aquellos que eligen emprenderlo, la recompensa es
definitivamente clara. Todo un universo nos aguarda en nuestro
interior, completo, con una amplitud infinita y con sus paradojas,
sus peculiaridades y su exquisi tez. Aunque a veces encontremos
agujeros negros y bastos espacios vacos, todas la belleza del
cosmos est all para revelrsenos. Y al seguir este Viaje, cada vez
comprendemos ms lo que significa ser humano: convertirse en una
ventana transparente de lo divino, viajando a travs de la belleza
sin lmites de la creacin y viviendo inspirados por el Ser, vidas
llenas de profundidad, de satisfaccin y de una expresin y una
contribucin plena de sentido. Espero sinceramente que este libro
haya iluminado este terreno y que contine apoyando tu Viaje a
Casa.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

APNDICE A
LA DETERMINACIN DE TU ENEATIPO
Descubrir cul es tu eneatipo puede resultar complicado. Algunas
personas reconocen su tipo inmediatamente al leer o escuchar las
descripciones; el tipo de algunas personas resulta obvio, para alguien
que conoce el eneagrama, slo con mirarlas; mientras que con otras
personas les resulta ms difcil asignar un tipo. La razn por la cual el
tipo es claro para algunas personas e indistinguible para otras parece
ser uno de los misterios del eneagrama y del alma. Hay muchas
maneras diferentes de determinar el tipo de alguien: en el
Entrenamiento Arica de Ichazo se utilizan las caractersticas faciales,
pues hay zonas caractersticas en la cara que parecen corresponder a
cada tipo. He encontrado tiles inventarios y cuestionarios, y
probablemente existen una gran cantidad de encuestas y mtodos que
yo no conozco. Como estamos tratando con una gestalt -una
interaccin compleja de creencias, estados emocionales, patrones de
comportamiento y otros factores-, determinar el tipo de una persona
no es tan sencillo como sealar una caracterstica concreta o un
atributo fsico. Asignar el tipo es un arte que requiere que nos
apartemos de nuestra perspectiva subjetiva y contactemos con el
sentimiento del alma de otra persona. Requiere ver al otro con claridad, no como quisiramos que fuese sino como es realmente. Esto
puede ser especialmente difcil para aquellas personas que nos son
prximas. La experiencia con personas cuyo tipo es muy claro puede
agudizar nuestra capacidad para sintonizar con el tipo de alguien
rpidamente.
Mi preferencia personal es ofrecer orientacin a las personas para
que determinen su propio tipo, en vez de imponerles mi opinin, y
creo que siempre ser necesario estar abierto a la posibilidad de
equivocarse sobre el tipo de alguien. Estamos tratando con una
informacin muy poderosa sobre cmo funciona alguien, y es
356

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

importante ser muy sensible a los efectos que puede tener sobre
alguien, tanto si estamos asignando el tipo adecuadamente como si
no. He visto muchos casos de personas que han sido clasificadas
en tipos incorrectos -ya sea por ellas mismas o por otros- y, como
tenemos los nueve eneatipos dentro de nosotros, han acabado
centrndose en lo que se les haba asignado como tipo y pasando
por alto lo que era ms fundamental en su estructura. Tambin he
visto casos de personas a las que se las haba clasificado mal y se
han decepcionado del eneagrama al hallarlo impreciso.
Con esta advertencia, lo que sigue son unas pautas que he
encontrado tiles para asignar el tipo a otros y para ayudar a los
estudiantes a que determinen su propio tipo, y tambin algunas
confusiones frecuentes que he observado se producen al asignar
los tipos.
QU ESQUINA ES DOMINANTE?
Una manera de empezar el proceso de determinar un eneatipo es
averiguar a qu esquina del eneagrama pertenece la persona.
Pertenece a la esquina del miedo, a los tipos a cada lado del
eneatipo Seis, incluido a ste, que estn principalmente motivados
y orientados por el miedo? O es un tipo de la imagen, el eneatipo
Tres o alguna de sus alas, a quienes preocupa principalmente la
manera en que se muestran y el efecto que producen en los otros?
O es el autoolvido y la orientacin hacia el exterior la tendencia
central de la persona, lo cual la situara en el eneatipo Nueve o en
alguna de sus alas?
Hay dos maneras de comenzar contestando esta pregunta, y las
dos provienen de las enseanzas originales de Naranjo. La primera
es mirar el tipo corporal de la persona, utilizando la clasificacin
del somatotipo del psiclogo americano de mediados del siglo
veinte W .H. Sheldon 1. Hablando de forma muy general, los que

W. H. Sheldon and S.S. Stevens, The Varieties of Temperament: A Psychology of Constitutional Differences (New York: Harper & Brothers, 1942).
357

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

pertenecen a la esquina de la indolencia en la parte superior del


eneagrama -los Ocho, Nueve y Uno- tienden a tener un tipo de
cuerpo mesomrfico: firme, musculoso y con tendencia a la
robustez. Los tipos del miedo -Cinco, Seis y Siete- tienden a ser
ectomrficos: delgados, larguiruchos y nervudos. Los tipos de la
imagen -Dos, Tres y Cuatro- tienden a ser endomrficos: con
formas curvadas en sus cuerpos y tobillos, muecas y cinturas
delgadas. La correlacin entre las esquinas y estos cuerpos parece
ser cierta en general, o como promedio, pero existen excepciones a
estos amplios rasgos. Por ello, sera errneo determinar la esquina
de una persona basndose slo en la forma de su cuerpo.
La otra manera de determinar a qu esquina pertenece alguien
tiene que ver con si el autoolvido, el miedo o la imagen dominan
los problemas y el estilo de comportamiento de la persona. La
manera en que Naranjo nos ayud a identificarnos en esta
orientacin central fue a travs de un ejercicio en el cual hicimos
un monlogo del flujo continuo de la conciencia en presencia de
otras dos personas, expresando cualquier cosa que surgiera en
nosotros. Despus, los tres intentbamos valorar si la tendencia
ms fuerte del que haba hablado era tener miedo -hablar y
refrenarse, tener miedo de no hacer lo que se le peda, bloquear sus
impulsos y dudar de lo que estaba diciendo, con sospechas y
sentimientos de persecucin en su contenido-, o si era la
indolencia -perderse en la historia, irse por las ramas y olvidar el
aspecto principal de lo que hablaba, centrarse en detalles
insignificantes del contenido y poner la atencin en los dems y no
en su experiencia interna -o si era la conciencia de la imagen -ser
pretencioso, preocuparse por la impresin que produce o por lo
que piensan los dems de l, dar una imagen o exhibirse, con una
sensacin de falsedad-. Hacer un ejercicio como ste puede no ser
conclusivo, pero puede dar una orientacin general de la
predisposicin hacia una de las esquinas. Una variacin de este
ejercicio sera escribir durante unos veinte minutos sin parar, y

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

despus mirar el contenido y el tono emocional, para ver si domina


una de estas tres tendencias.
EL ASPECTO IDEALIZADO
Una forma de empezar a concretar tu tipo es identificar cul de
los Aspectos idealizados es el que ms intentas imitar, as como el
que parece la respuesta a tus problemas. A continuacin se da una
breve descripcin de cada uno de los Aspectos y algunas maneras
en las que cada eneatipo intenta encarnarlos.
ENEATIPO NUEVE - VIVIR A LA LUZ DEL DA
Vivir a la Luz del Da es la experiencia de que todo en el universo
est hecho de amor. Es el reconocimiento del Ser que sostiene y
apoya toda manifestacin y de que nuestra naturaleza es
inseparable de l. Nos da la sensacin de ser sostenidos por una
presencia clida y benvola y nos conecta con la bondad de la vida
y de nosotros mismos. Los Nueve creen queta con la bondad de la
vida y de nosotros mismos. Los Nueve creen que estas cualidades se
han perdido y que ellos las necesitan. Desean ser incluidos,
advertidos, amados y apreciados por los dems, y contactar con la
bondad de la vida y sentir que estn englobados en su prodigalidad.
Elle imitan esta cualidad dando apoyo, siendo generosos y amando a
los dems Se confunden con el fondo para que no se les vea,
armonizando con lo dems y raramente afirmndose a s mismos.
Evitan el conflicto e intenta que las cosas sean agradables y cmodas
para ellos y para los dems. S foco de atencin est en el exterior, en
los otros, y en los acontecimiento de sus vidas. Son sensibles y
abiertos a las opiniones y puntos de vista d los dems, y por ello, son
buenos mediadores. A la vez, tienen dificultad para saber qu
piensan, qu sienten y creen. Tienden a tener una sensacin confusa,
amorfa o ligeramente desenfocada de ellos mismos.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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ENEATIPO UNO BRILLANTEZ


El estado de Brillantez es el ser completo, la totalidad, la
perfeccin y la, pureza. Los Uno intentan encarnar estas cualidades e
imponerlas a lo dems y al mundo que los rodea. Tienen un sentido
muy claro de lo que consideran correcto e incorrecto, y creen que si
los dems se comportar adecuadamente de acuerdo con estas normas,
todo ir bien. De modo que la cualidad dominante de los Uno es
detectar la imperfeccin, frecuente mente acompaada por la crtica y
la bsqueda de defectos, e intentar que las cosas se adapten a lo que
consideran correcto e incorrecto. Como los Nueve, su atencin se
dirige hacia fuera, pero aqu es con el resentimiento de que las cosas
no sean perfectas y con la pretensin de enmendarlas. Los Uno estn
fuertemente identificados con sus superegos y tienen dificultades en
comprender que sea lo que sea lo que est ocurriendo es correcto.
Para los Uno, el caos y el desorden son difciles de tolerar, y por ello
a menudo son quisquillosos y escrupulosos en lo que respecta a su
aspecto personal y a la forma en que mantienen sus diversos
espacios. Intentan ser lo que consideran bueno, y apartan de su
conciencia lo que no lo es. Energticamente dan la sensacin de ser
cortantes y bruscos, y a menudo presentan una cualidad de pureza y
pulcritud.
ENEATIPO DOS - ORO FUNDIDO
El estado de Oro Fundido es la dicha, la unin exttica. Es la
disolucin de los lmites que separan la personalidad, dando como
resultado una sensacin de unidad con el otro o con el Ser. Es el
estado del enamoramiento, de fundirse y fusionarse en la unidad con
el ser amado. Los Dos anhelan este tipo de unin, creyendo que el
contacto ntimo, ya sea fsico o emocional, es lo que ms necesitan.
Ser amado y estar conectado con otro ser especial es el deseo ms
profundo de un Dos. Los Dos emulan las caractersticas del Oro
Fundido intentando ser alguien a quien los dems amarn y
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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considerarn especial. Son sensibles a los estados emocionales y


necesidades de los dems e intentan ayudarles para que les devuelvan
el amor. Los dos son enormemente sensibles a cualquier sensacin de
rechazo por parte de los dems y llegarn a exagerados extremos para
ser amados y aceptados. Aunque es difcil para ellos pedir la atencin
directamente, pueden llegar a ser exigentes y orgullosos si sienten
que son ignorados u olvidados. A menudo los otros tienen la
sensacin de que los Dos son pegajosos, empalagosos y necesitados,
adems de convencidos, de su importancia personal.
ENEATIPO TRES - LA PERLA
La Perla, o Esencia Personal, es el estado de ser una persona cuya
conciencia, vida e interacciones estn inspiradas por el Ser. Es el
estado de ser verdaderamente autnomo, libre de todas las relaciones
objetales y de las construcciones mentales que definen quin eres, y
por tanto es el estado de la persona real: una encarnacin en un
individuo de la Naturaleza Verdadera. Los Tres quieren satisfacer su
potencial y realizarse totalmente, pero esto es interpretado por la
personalidad como xito cultural, material, y a veces espiritual, ms
que por un desarrollo verdadero. Imitan las caractersticas de la
Esencia Personal creyendo que ellos actan de forman independiente,
mientras que en realidad, estn condicionados por las imgenes
culturales imperantes. Se transforman en la imagen que los otros
quieren ver, y se centran en sus actividades y logros. Su sentido del
valor est determinado por l xito que obtienen sus actos, y por ello
les resulta difcil no estar activos. Terminar el trabajo es lo ms
importante para ellos, y por tanto se exceden y subordinan sus
necesidades fsicas, sentimientos y experiencia interior a este
propsito. Al poner la atencin en cmo se muestran, se engaan a
ellos mismos y a los dems para adaptarse a la imagen que intentan
ofrecer. Los Tres a menudo tienen un aspecto acicalado y pulido,
dando al mismo tiempo la impresin de ser evasivos, no sinceros y a
veces simplemente falsos.
361

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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ENEATIPO CUATRO - EL PUNTO


La experiencia del Punto es la autorrealizacin: el reconocimiento
de que eres la Esencia. La experiencia real es a veces la de ser una
estrella resplandeciente que surge en la inmensa negrura del espacio,
luminosa y radiante, aportando sentido, valor, importancia y
apreciacin de la singularidad individual. Los Cuatro quieren ser
vistos como nicos, originales y autnticos, pues les falta el sentido
de identidad con el Ser. Debido a su distanciamiento del Ser, muchas
veces se sienten solos y desconectados, y anhelan la sensacin de
conexin con los dems. Son agudamente sensibles a ser
abandonados o desatendidos, y tienden a dramatizar sus emociones y
con frecuencia se sienten insatisfechos y melanclicos. Les parece
que los dems tienen lo que a ellos les falta, y lo que tienen y lo que
son nunca les parece suficiente. Tienden a sufrir ms que los dems,
y su anhelo de autenticidad les lleva a controlarse a ellos mismos y a
los dems. Los Cuatro pueden parecer tristes o deprimidos, pero no
siempre es cierto. Algunos parecen bastante felices, aunque de alguna
manera insatisfechos, con un aire ausente a pesar de la aparente
fuerza de sus emociones.
ENEATIPO CINCO - LA GUA DEL DIAMANTE
La experiencia de la Gua del Diamante es entender y saber de una
manera profundamente encarnada y experimental. Es la capacidad de
analizar y sintetizar informacin al instante, del presente y del
pasado, y de comprender algo de una manera global. Los Cinco
sienten que lo que necesitan es conocimiento, e imitan esta
comprensin intuitiva intentando dar sentido a la vida mediante la
observacin a distancia. Sustituyen la objetividad por el desapego, la
implicacin activa en la vida por el conocimiento mental, y tienden a
ser solitarios que pasan mucho tiempo con ellos mismos, ofendidos
por las intrusiones de otros en su soledad. Viven en su propia
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

burbuja, experimentando y manteniendo una sensacin de


aislamiento que les protege de las intromisiones y de las exigencias
que temen. Acosados por una sensacin interna de empobrecimiento
e insustancialidad, los Cinco parecen vacos, secos y dbiles. Con
frecuencia dan la sensacin de ser reservados, estar encerrados en
ellos mismos y negar su vitalidad y su implicacin con los dems y
con la vida en general. Tienden a vivir de manera sencilla y frugal y
raramente desperdician energas o recursos.
ENEATIPO SEIS VOLUNTAD
La Voluntad esencial es la experiencia del apoyo interior, que nos
ofrece la confianza en nuestra capacidad para perseverar y reaccionar
cuando nos enfrentamos a dificultades. La Voluntad nos infunde una
sensacin de tenacidad, determinacin, anclaje, solidez, compromiso,
persistencia e indestructibilidad. Al no estar en contacto con la
Voluntad, los Seis carecen de la fe en su capacidad para defenderse y
protegerse, por lo cual estn asustados e inconscientemente siempre
temen por su supervivencia. Atormentados por las dudas, la
incertidumbre, la indecisin y la inseguridad, los Seis piensan que su
miedo se resolver si pueden encontrar algo o alguien que les d
confianza y que pueda despejar sus dudas. Para resolver su miedo,
los Seis fbicos desean una persona o una causa en la que creer y
hacia la cual poder ser ciegamente fieles, y los Seis contrafbicos
intentan convertirse en esto de cara a los dems. Subordinando su
voluntad o, por el contrario, imponindola a otros, su personalidad
imita la Voluntad real. A vez, sospechan de la autoridad y, ya sea de
forma encubierta o abierta, la desafan como una manera de descubrir
su propia voluntad. Energticamente los Seis son percibidos por los
dems como personas asustadas y suspicaces.
ENEATIPO SIETE - EL AMARILLO

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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El Aspecto Esencial del Amarillo es la experiencia de la alegra, el


deleite, la gratitud, la sencilla felicidad. Es el calor del corazn, que
puede ser exuberante y efervescente o sereno y profundo. Los Siete
prefieren sentir esta dulce felicidad que su vaco interior seco y rido.
Por eso, buscan ideas y cosas estimulantes que los exciten, y se
caracterizan por parecer optimistas, animados, entusiastas y, sobre
todo, por sentirse bien. Intentan trazar un plan para alcanzar
cualquier cosas que les ofrezca la promesa de la alegra, y por eso
proyectar y planear son aspectos esenciales de su proceso. Al
faltarles la confianza en su desarrollo natural, intentan que su
proceso interior se adapte a su mapa mental, que esperan les
conducir al tesoro que finalmente les dar la felicidad. Movidos
por el miedo de cmo pueden resultar las cosas, siempre tienen
planes y mapas de reserva. Por lo general, estn interesados por
muchas cosas y pueden ilusionarse con ellas, perdiendo la
motivacin cuando se vuelven repetitivas y difciles. Los Siete
suelen parecer tensos y mentales, encantadores y charlatanes, pero
a veces te quedas preguntndote dnde est lo esencial.
ENEATIPO OCHO - EL ROJO
El Aspecto Esencial del Rojo nos da una sensacin de vitalidad,
de viveza, de dinamismo, de fuerza y capacidad. Nos da la
iniciativa y el vigor, la audacia y el valor. Los Ocho creen que la
fuerza es la respuesta, y por eso intentan controlar y dominar,
intimidar y arrollar para lograr esta sensacin. Tienen poca
tolerancia hacia lo que consideran debilidad o deficiencia, y por
tanto tienen dificultades con los sentimientos blandos, especialmente el dolor y el miedo, tanto en ellos como en los dems. Al
imitar al Rojo, enfrentan la vida con entusiasmo y pasin,
persiguiendo lo que quieren de manera forzada y agresiva. Por su
necesidad de mandar y dirigir, les cuesta no ser el jefe y estar de
acuerdo con los deseos de otro. Luchan por aquello en lo que
creen, y del mismo modo que el Rojo es el poder de defender lo
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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que es real, los Ocho son feroces defensores de lo que consideran


verdad. Dan la impresin de estar rebosantes de energa, con una
fuerte y poderosa presencia incluso aunque estn callados.
Algunos Ocho parecen estar perpetuamente resentidos, afrontando
la vida con belicosidad y bravuconera. Les cuesta ser vulnerables
y receptivos, tienden a mantener el control y el dominio, y a
menudo se les percibe como energticamente duros.
CONFUSIONES COMUNES
Es habitual que a la gente le cueste distinguir los puntos del
corazn del eneatipo real de un persona. Esto puede ocurrir
especialmente a aquellos que han hecho mucho trabajo interior,
pues pueden haberse hecho ms conscientes de su nio interior y
haberlo integrado ms. Algunas personas pasan ms tiempo en el
punto defensivo, en el ms exterior, y por eso es difcil saber qu
tipo es el ms elemental. En tales casos, hacer preguntas como qu
Idea Santa parece faltar ms en la conciencia de la personalidad o
qu pasin parece la ms usual puede ayudar a clarificar el
eneatipo de la persona. Hay algunos tipos que la gente confunde
con frecuencia, y en las siguientes comparaciones comentar
brevemente el fundamento de la confusin y dar algunas pistas
para ayudar a distinguir los tipos.
NUEVE Y CINCO
La tendencia a confundirse con el fondo, a no atraer la atencin
y a ser reticente a los grupos la presentan tanto los Nueve como
los Cinco. Una de las mejores maneras de distinguir a un Nueve de
un Cinco es mirarles a los ojos: los Nueve tienden a tener una
cualidad mortecina y somnolienta en sus ojos, mientras que los
Cinco tienen en su mirada el brillo y la agudeza, debido a que se
apoyan en la observacin para su seguridad. La forma del cuerpo
tambin suele ser diferente. Los Nueve tienden a ser grandes,
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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pesados y redondeados, mientras que los Cinco suelen ser


delgados y nervudos. Los Nueve sienten que no merecen atencin,
mientras que los Cinco generalmente no la quieren. Los Nueve
tienden a acumular y a coleccionar cosas, mientras que los Cinco
se inclinan hacia la simplicidad y la escasez.
NUEVE Y DOS
El rasgo comn aqu es el comportamiento de autonegacin, de
dar y cuidar a los dems, la tendencia a ser maternal. La principal
diferencia es que los Dos dan para recibir, de manera que si no les
correspondes o reconoces lo que hacen por ti y lo generosos que
son, despertars su ira; y generalmente se siente insuficientemente
o nada reconocidos por los dems. Los Nueve, en cambio, tienden
a turbarse o a sentirse incmodos cuando son reconocidos.
Tambin carecen de la sensacin de ser especiales y del orgullo
que tienen los Dos. Si se ignora o pasa por alto a un Nueve no le
parecer extrao, mientras que el Dos, de una u otra manera,
armar un escndalo por ello.
UNO Y CUATRO
Ambos tipos comparten la tendencia a la crtica y al juicio, ya sea
controlando los comportamientos o esforzndose por ser buenos.
Uno de los factores clave para distinguirlos es que los Uno estn
identificados con su superego, mientras que los Cuatro est a
merced de l. Es decir, los Uno se sientes rectos y justos cuando
sealan a los dems sus imperfecciones y evitan que a ellos se les
seale, mientras que los Cuatro experimentan mucha vergenza y
odio hacia s mismos cuando se consideran malos y que no pueden
alcanzar sus propios criterios perfeccionistas. Los Cuatro suelen ser
ms dramticos emocionalmente, estar ms en contacto con su
dolor, tener ms inclinaciones estticas y desear ms el contacto
con los otros que los Uno.
366

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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UNO Y SEIS
Aqu el foco de atencin comn son las tendencias autoritarias y
la ansiedad. Los Uno tienen mucha claridad respecto a lo que es
correcto e incorrecto, y se sitan como autoridades que intentan que
los dems se adapten a sus normas. Los Seis son devotamente
leales a su doctrina o figura autoritaria escogida y pueden ser
fanticamente sectarios. Tantos los Uno como los Seis son ansiosos
y dubitativos, pero lo que los distingue es la motivacin: los Uno
tienen miedo de equivocarse o de no hacer algo suficientemente
bien, mientras que a los Seis no les importa el perfeccionismo,
solamente dudan y tienen miedo, pues les falta la fe en su
discernimiento interno y sus capacidades.
DOS Y CUATRO
Aqu las tendencias compartidas son la intensidad emocional, el
drama, la envidia, la competencia y la preocupacin por las
relaciones. Una de las principales diferencias entre ambos es que
los Cuatro tienden a aislarse cuando sienten dolor, pues se
avergenzan de sus sentimientos, mientras que los Dos, en tales
momentos, se aproximan a los que tienen cerca. Los Cuatro anhelan
desde lejos el contacto y la intimidad, mientras que los Dos buscan
activamente conseguirlo. La mayora de los Dos son ms espontneos y desvergonzados que los Cuatro, aunque hay algunos Dos
muy reservados y algunos Cuatro muy expresivos. Los Cuatro, por
lo general, obtienen una sensacin de sensibilidad y belleza a partir
de su sufrimiento, mientras que a los Dos no le pasa esto. Los Dos
se centran en lo que pueden ofrecer a los dems y en cmo sern
amados en compensacin, mientras que los Cuatro no estn
orientados bsicamente a dar.
TRES Y SIETE
367

La Dimensin Espiritual del Eneagrama

Sandra Maitri

Los Tres y los Siete a veces se confunden porque ambos son


activos, llenos de energa, animados, optimistas y positivos. La
diferencia es que los Siete tienden a tener una amplia gama de
intereses y campos en los que desarrollan sus habilidades y no les
gusta concretar o definirse en un tema. Los Tres, por el contrario,
se adhieren fcilmente a una sola cosa, y desean llegar en ella al
mximo nivel posible de xito. Para los Siete, los planes sobre lo
que harn son mucho ms interesantes que lo que realmente hacen,
y slo logran realizar una parte de aquello que imaginan o con lo
que fantasean. Los Tres obtienen su sentido del valor a partir de lo
que realmente producen y logran, y sus planes son secundarios al
producto acabado. Los Tres son pragmticos y prcticos; los Siete
son idealistas y visionarios.
CUATRO Y CINCO
A veces es difcil saber si alguien es un Cuatro o un Cinco, pues
ambos tienden a retirarse y a encerrarse. Una de las principales
diferencias es que los Cuatro anhelan el contacto desde su
aislamiento, mientras que los Cinco estn agradecidos por la falta
de intrusin, de interrupciones y de exigencias. Otra diferencia es la
sensiblera emotiva de los Cuatro, en contraste con el seco vaco de
los Cinco. Estos ltimos carecen del sentido de la tragedia,
sufrimiento y melancola de los Cuatro, aunque ambos se sienten
empobrecidos y desvalidos. Los Cinco se vuelven indiferentes,
mientras que los Cuatro se vuelven envidiosos y resentidos en las
situaciones difciles con los dems.
SEIS Y OCHO
A veces resulta difcil distinguir entre un Seis contrafbico y un
Ocho, pues ambos comparten un comportamiento duro y se
empean en demostrar lo fuertes que son. Los dos pueden ser
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La Dimensin Espiritual del Eneagrama

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agresivos y combativos, ms en el aspecto ofensivo que en el


defensivo. Una de las principales diferencias es que el machismo de
los Seis est impulsado por el miedo, que a menudo puede verse en
sus ojos, mientras que los Ocho frecuentemente basan su
compulsin en querer dominar. Los Seis intentan superar su miedo,
mientras que los Ocho intentan superar su debilidad. Los Ocho son
controladores y dominantes en sus relaciones, mientras que los Seis
no lo son.

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama


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APNDICE B
DIAGRAMAS

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La Dimensin Espiritual del Eneagrama


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La Dimensin Espiritual del Eneagrama


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La Dimensin Espiritual del Eneagrama


Sandra Maitri

APNDICE C
LECTURAS RECOMENDADAS
Almaas, A.H. Diamond Heart Books 1-4. Berkeley: Diamond
Books, 1987-97 . The Elixir of Enlightenment. York
Beach, Me.: Samuel Weiser, 1984. . Essence. York Beach,
Me.: Samuel Weiser, 1986.
. Facets o f Unity. Berkeley: Diamond Books, 1998.
(Hay trad. castellana: Facetas de la unidad, La Liebre de
Marzo, 2002.)
. Luminous Night's Journey. Berkeley: Diamond Books,
1995. . The Pearl Beyond Price. Berkeley: Diamond
Book, 1988.
. The Point o f Existence. Berkeley: Diamond Books,
1996. . The Void. Berkeley: Diamond Books, 1986.
Bettelheim, Bruno. Freud and Man's Soul. New York:
Vintage Books, 1982. Brown, Byron. Soul without Shame:
A Guide to Liberating Yourself from the Judge Within.
Boston and London: Shambhala, 1999.
Davis, John. The Diamond Approach: An Introduction to the
Teachings of A.H. Almaas. Boston and London:
Shambhala. 1999. (Hay trad. castellana: El enfoque del
diamante, Gaia, 2000.)
Freud, Anna. The Ego and the Mechanism of Defense. New
York: International Universities Press, Inc., 1966. (Hay
trad. castellana: El Yo y los mecanismos de defensa,
Paids, 1997.)
Freud, Sigmund. The Standard Edition o f the Complete
Works o f Sigmund Freud. New York: W.W. Norton &

373

La Dimensin Espiritual del Eneagrama


Sandra Maitri

Co., 1949. (Hay trad. castellana: Obra Completa,


Biblioteca Nueva, 2002.)
Greenberg Jay R., and Stephen A.Mitchell. Object Relations
in Psychoanalytic Theory. Cambridge, Mass.: Harvard
University Press, 1983.
Horney, Karen. Neurosis and Human Growth. New York: W
.W. Norton & Co., 1950.
. Our Inner Conflict. New York: W.W. Norton & Co.,
1945.
Kaplan, Lousie J. Oneness and Separateness: From Infant to
Individual. New York: Simon & Schuster, 1978.
Mahler, Margaret, Fred Pine, and Anni Bergman. The
Psychological Birth o f the Human In fant. New York:
Basic Books, 1975.
Mitchell, Stephen A., and Margaret J. Black. Freud and
Beyond: A History of Modern Psychoanalytic Thought.
New York: Basic Books, 1995.
Moore, James. Gurdjieff: The Anatomy of a Mith.
Rockport, Mass.: Element, 1991. Naranjo, Claudio.
Character and Neurosis: An Integrative View. Nevada
City, Calif.: Gateways/IDHHB, Inc., 1994. (Hay trad.
castellana: Carcter y neurosis: la visin integrada, La
Llave, 2002.)
Ouspensky, P.D. In Search o f the Miraculous. New York:
Harcourt Brace Jovanovich, Inc.., 1949.
Rumi, Jelaluddin. Diversos ttulos, traducciones de A.J.
Arberry, Coleman Barks, y Reynold Nicholson.
Shah, Idries. The Su fis. New York: Anchor Books. 1964.
. Tales of Dervishes. New York: E.P. Dutton, 1967. (Hay
trad. castellana: Cuentos de las Dervishes, Paids, 1994.)

374

La Dimensin Espiritual del Eneagrama


Sandra Maitri

. Thinkers of the East. New York: Penguin Books, 1971.


(Hay trad. castellana: Pensadores de oriente, Kairs,
1990.)
. Otros ttulos.
Suzuki, Shunryu. Zen Mind, Beginner's Mind. New York y
Tokyo: Weatherhill, 1970. (Hay trad. castellana: Mente
zen, mente de principiante, Troquel, 1987.) Trungpa,
Chgyam. Cutting Through Spiritual Materialism.
Berkeley: Shambhala, 1973. (Hay trad. castellana: Ms
all del materialismo espiritual, Edhasa, 1985.)
Winnicott, D.W. The Maturational Processes and the
Facilitating Environment. New York: International
universities Press, Inc., 1965.
Zimmer, Heinrich. Philosophies of India. Princeton, N.J.:
Bollingen Series/ Princeton University Press, 1951.

375

La Dimensin Espiritual del Eneagrama


Sandra Maitri

AGRADECIMIENTOS
Me gustara expresar mi gratitud antes que nada a Hameed
Ali (A.H. Almaas) por su generosidad con este material,
por el tiempo que me dedic y los consejos que me ofreci
mientras escriba este libro. Mi deuda personal con l, por
el efecto que su trabajo h tenido en mi vida, no tiene precio. Tambin me gustara dar las gracias a Claudio Naranjo
por sus enseanzas, incluyendo las que contiene este libro
relacionadas con el eneagrama, las cuales cambiaron el
curso de mi vida. Aunque no he conocido a Ichazo
personalmente, l es la fuente original de gran parte de este
material, y tambin a l le expreso mi agradecimiento. La
oportunidad que tuve de conocer a Karen Johnson hace ya
tres dcadas me llev a interesarme por el trabajo
espiritual, y aos despus me introdujo en el Enfoque del
Diamante, y tambin a ella le doy las gracias.
Hace muchos aos, Rhodora Mouskos y Renme Moran
me sugirieron que escribiera este libro, y esa fue la semilla
a partir de la cual creci esta obra. Tal vez no hubiera
logrado publicarlo sin el inspirado apoyo de Sherry
Anderson que me ayudo a encontrar a mi maravilloso
agente, Thomas Grady, cuyos consejos infalibles y
generosos han resultado de un incalculable valor. Tambin
estoy agradecida a Sherry por como me anim, por su
cuidadosa lectura del manuscrito y por sus consejos,
sugerencias y comentarios. Geneen Roth ha sido una
estupenda comadrona para este libro, y le estoy
profundamente agradecida por escribir el Prlogo y por su
apoyo entusiasta y constante, por su ilusin por leer cada
376

La Dimensin Espiritual del Eneagrama


Sandra Maitri

captulo y por sus comentarios y consejos a largo de todo


el proceso. Mitch Horowitz, mi editor en Tarcher, me ha
ayudado a dar al libro su forma definitiva, y quiero
expresarle mi agradecimiento por sus muchas preguntas,
que me hicieron buscar ms profundamente y dar
explicaciones ms claras, incluso cuando yo crea que las
cosas eran perfectamente obvias, por su visin y por
creeren la importancia de este proyecto y por su
paciencia y delicadeza con esta autora primeriza.
Tambin le estoy agradecida a Devorah Miller, por su
correccin del texto, por su cuidadosa atencin a todos
los detalles, por sus sugerencias, que han dado ms
consistencia al libro, y por haberlo apreciado. Tambin
me gustara dar las gracias a Tony Schwartz, por
infundirme nimos y orientarme en las primeras etapas
de este proceso, y a Marjorie Nathanson, que me ayud
a situar este proyecto en un contexto y a ubicarlo dentro
de mi propio desarrollo personal.
Las introspecciones y percepciones de mis colegas del
Enfoque del Diamante, basadas en sus propias
experiencias internas y en los aos de trabajo con otros,
estn inextricablemente urdidas en el tejido de este libro.
En particular, me gustara dar las gracias a Marie Ah,
que dirigi junto a m grupos sobre el eneagrama
durante aos y me ayud a desarrollar parte de este
material. Tambin me gustara darle las gracias por sus
apreciaciones y comentarios respecto el captulo sobre
su eneatipo, as como quiero agradecer por lo mismo a
los siguientes amigos y compaeros: Kristina Bear,
Jessica Britt, Byron Byrwn, Janet Green, Jeanne Hay,
Linda Krier, Acott Layton, Deborah Ussery Letofsky,
377

La Dimensin Espiritual del Eneagrama


Sandra Maitri

Morton Letofsky, Joyce Lyke, David Solverstein, Mary


Ellen Stanke y Patty Willis. Me gustara dar las gracias a
Roseanne Annoni, Kristina Bear y Sara Norwood Hurley
por su cuidadosa lectura de todo el manuscrito y por sus
comentarios y sugerencias. Adems quiero expresar mi
aprecio a Paul Rosenblun por su gigantesca ayuda y por
su exaltado apoyo, as como por el que me ofreci
Jeanne Hay.
A todos mis estudiantes, cuya sinceridad y devocin
por la verdad hacen que sea un honor trabajar con ellos,
tambin quiero darles las gracias. Si yo no hubiera sido
testigo y gua de sus exploraciones interiores, el material
de este libro no habra surgido. Las preguntas sobre las
que me cuestionaba acerca de este material siempre
resultaron milagrosamente respondidas por lo que me
fue revelado al explorar juntos su territorio interior,
mientras trabajaba con ellos en los momentos en que no
escriba. De forma indirecta, todos ellos estn presentes
en este libro, y les estoy agradecida por lo que me han
enseado y por su comprensin hacia mis ausencias
ocasionadas por este proyecto.
Aunque no han comprendido totalmente a qu me he
dedicado en todas estas dcadas, los miembros de mi
familia me han apoyado indefectiblemente en el trabajo
que yo senta que deba hacer, y a todos les estoy agradecida por ello.
Por ltimo, me gustara expresar mi inagotable
gratitud a Bob Rosenbush, que se convirti en mi esposo
mientras escriba este libro. Su inicial actitud alentadora
hacia el proyecto fue crucial para comenzar el libro, y su
constante apoyo respecto a la importancia de escribirlo,
378

La Dimensin Espiritual del Eneagrama


Sandra Maitri

su aliento y su incansable disposicin a actuar como una


piedra de toque y a darme consejos y opiniones a lo
largo de todo el trayecto han sido inapreciables para m;
y ms que nada, nuestra relacin ha sido una fuente
continua de revelaciones.

379

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