Este documento describe cuatro escalas para ordenar y valorar valores. La primera escala es bipolar, con sólo un polo positivo y uno negativo. La segunda considera múltiples valores positivos y negativos entre los dos polos. La tercera da mayor peso a un valor intermedio, representado por una curva de Gauss. La cuarta no tiene valores negativos, sólo positivos que van desde cero hacia arriba.
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Este documento describe cuatro escalas para ordenar y valorar valores. La primera escala es bipolar, con sólo un polo positivo y uno negativo. La segunda considera múltiples valores positivos y negativos entre los dos polos. La tercera da mayor peso a un valor intermedio, representado por una curva de Gauss. La cuarta no tiene valores negativos, sólo positivos que van desde cero hacia arriba.
Este documento describe cuatro escalas para ordenar y valorar valores. La primera escala es bipolar, con sólo un polo positivo y uno negativo. La segunda considera múltiples valores positivos y negativos entre los dos polos. La tercera da mayor peso a un valor intermedio, representado por una curva de Gauss. La cuarta no tiene valores negativos, sólo positivos que van desde cero hacia arriba.
Este documento describe cuatro escalas para ordenar y valorar valores. La primera escala es bipolar, con sólo un polo positivo y uno negativo. La segunda considera múltiples valores positivos y negativos entre los dos polos. La tercera da mayor peso a un valor intermedio, representado por una curva de Gauss. La cuarta no tiene valores negativos, sólo positivos que van desde cero hacia arriba.
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INTRODUCCIN A LA TICA
LA PREFERIBILIDAD DE LOS VALORES
Captulo XIV
LA BIPOLARIDAD DE LOS VALORES
Cuando hablamos de valores podemos denotar una caracterstica peculiar: siempre los consideramos por pares, siempre se trata de binomios, como por ejemplo: belleza y fealdad, verdad y falsedad, bondad y maldad. Ahora bien, esta peculiaridad axiolgica se puede estructurar de diversas maneras, es decir, podemos detectar varias escalas que utiliza la mente humana para referirse al tema de los valores, aun cuando siempre van desde un polo superior hasta otro polo inferior y viceversa. En el fondo estamos vislumbrando diversas estructuras noticas con las cuales catalogamos y damos peso a esos dos polos y, adems, ordenamos los valores intermedios entre los dos puntos extremos. Distinguiremos por lo menos cuatro escalas diferentes, cuatro modos de ordenar y sopesar los valores que se nos presentan. Por su analoga con escalas numricas, a pesar de que los valores se perciben sobre todo en un terreno cualitativo, las vamos a denominar: 1. Escala bipolar, slo hay un polo positivo y un polo negativo. 2. Escala de mltiples valores positivos y negativos. 3. Escala de la normalidad central, en la cual se da mayor peso a un valor intermedio. 4. Escala del cero absoluto, en la cual no hay valores negativos.
Existen valores que utilizan de preferencia la primera escala (verdad y falsedad), otros se expresan mejor dentro de la segunda (calificaciones escolares); las virtudes tal como son definidas por Aristteles se expresan mejor en la tercera escala (el justo medio), la teora del mal como privacin del bien se expresa mejor en la cuarta escala. Algunos valores pueden utilizar varias escalas. Hay casos en los que la utilizacin de cierta escala resulta ridcula para el tipo de valor que se est tratando. Veremos las ventajas y las INTRODUCCIN A LA TICA
deficiencias de cada una de estas cuatro maneras de ordenar y sopesar los valores.
Conviene aclarar que el uso de estas escalas originalmente es de tipo numrico, pero la mente puede aplicarlas en forma analgica en temas cualitativos. En algunos casos conviene utilizar nmeros, en otros casos resulta ridculo cuantificar ciertos valores. 1. LA ESCALA BIPOLAR. La primera escala es la ms sencilla de todas. Es exclusivamente bipolar, es decir, slo considera dos calificativos, dos extremos opuestos: uno positivo y otro negativo, por ejemplo: verdadero y falso, vida y muerte, aceptado, no aceptado (en una solicitud de trabajo), aprobado o reprobado (en el dictamen de un examen), no hay puntos intermedios y en algunos casos es imposible encontrarlo. Se trata de dos polos y nada ms, el caso ms claro es la verdad y la falsedad de una proposicin, en Lgica hemos visto ya el Principio del Tercero Excluso (aun cuando tambin puede recordarse la posibilidad de la Lgica polivalente). De la misma manera, algunas personas califican a la gente como buena o como mala, sin ningn punto intermedio. Esta escala en algunos casos es demasiado simple e ineficaz: la gente advierte con facilidades que entre el blanco y el negro existe una enorme variedad de tonos grises. Sin embargo, popularmente se sigue utilizando, as es como se califica a una persona como inteligente o tonta, rica o pobre, guapa o fea, buen o mal partido. Los nios siguen preguntando si el personaje de la televisin es de los buenos o de los malos. La ausencia de matices para calificar la diversidad de valores que entraa un objeto dado es una caracterstica de esta escala. En algunos casos se requiere esta bipolaridad exclusiva y no podra ser de otra manera: Miguel es til o intil para el servicio militar, Manuel est aceptado o rechazado en determinado trabajo, Juan es culpable o, Antonio est aprobado o reprobado en el examen de Matemticas. Algunos dictmenes en medicina, en la universidad y en los LA PREFERIBILIDAD DE LOS VALORES
tribunales, slo utilizan estos dos polos y as es como conviene para la eficiencia del asunto tratado. En cambio, esta escala resulta inoperante y deficiente cuando se requiere expresar el matiz, la graduacin, los puntos intermedios entre los dos polos. Las calificaciones en la escuela suelen utilizar una amplia escala: del cero al diez, del cero al cien, (en algunos casos tan slo se utilizan 3, 4 o 5 niveles), los precios de las mercancas se expresan en monedas y fracciones, los grados de inteligencia tambin se expresan en escalas que abarcan varios dgitos. Sera ridculo utilizar en estos casos una escala de tan slo dos calificaciones. En la actualidad suele utilizarse el vocablo maniquesmo para designar la postura que slo considera, en el terreno moral, dos polos opuestos y sin puntos intermedios. Tambin se utiliza este trmino para designar a la mentalidad que da demasiado peso al polo negativo. Se da el nombre de maniquesmo a la postura que descalifica con facilidad a una nacin, a un partido, a un grupo social o a una persona, tachndolos como "los malos" desde el momento en que no llenan ciertos requisitos considerados como buenos y deja sin valorar otras cualidades que posee dicha entidad, burdamente descalificada. Recurdese que en la antigedad el maniquesmo era una hereja condenada por la Iglesia catlica pues sostena la existencia de dos principios absolutos: el principio del Bien y el principio del Mal, que se asociaban con dos deidades persas: Ormuz y Ahrimn. San Agustn profes en un tiempo el maniquesmo y despus lo abandon, pero sus escritos no dejan de reflejar las huellas de esa mentalidad que en el fondo es una estructura mental que utiliza el hombre para juzgar y valorar las cosas. 2. LA ESCALA DE MLTIPLES VALORES POSITIVOS Y NEGATIVOS. La segunda escala considera los dos polos opuestos pero tambin la posibilidad de matices entre los dos extremos. Se puede comparar a la escala algebraica que utiliza el cero y a partir del cual se dan nmeros positivos hacia arriba y nmeros negativos hacia abajo. El termmetro con escala Celsius es el ejemplo ms sencillo de esta escala, aun cuando tambin podemos mencionar casos en los cuales, sin necesidad de nmeros, concebimos los valores de mayor a menor en una amplia gama que incluye valores positivos y valores negativos. INTRODUCCIN A LA TICA
Las habilidades deportivas, manuales, artsticas, por ejemplo, admiten una gama en la cual se pueden concebir personas ms valiosas que otras en lo que respecta a una misma cualidad, aun sin necesidad de introducir nmeros. Lo mismo se dice en el caso de los juicios que elaboramos cuando calificamos la belleza y otras cualidades en una pelcula, en la eficacia de un profesor, en la aptitud de un ingeniero, en la bondad de una madre, etc. Una caracterstica de esta escala es que promueve siempre el nivel positivo, ms y ms cualidades, ms riqueza, ms-belleza, ms bondad, mejores calificaciones, mayores sueldos. En la siguiente escala que explicaremos se promueve un centro normal entre dos extremos opuestos, tal como explicaremos en la seccin que sigue. La ventaja enorme de esta escala con respecto a la primera que hemos explicado consiste en que ahora s se admiten los matices, lo cual proporciona a la mente una facilidad para emitir sus juicios de valor y se sale del encasillamiento de la bipolaridad pura. La desventaja que podemos detectar consiste en que la aplicacin de los nmeros puede ser inapropiada y hasta ridcula en ciertos casos como el amor, la bondad, la belleza. Por tanto, se trata de una escala que slo en forma analgica utiliza los matices entre los dos polos, es decir, no se pretende que los matices sean expresados exclusivamente por medio de nmeros; en algunos casos es adecuado, pero en otros no. 3. LA ESCALA DE LA NORMALIDAD CENTRAL. Esta escala es un poco ms sofisticada. Los valores se conciben tambin como polos opuestos y con matices, pero el peso axiolgico lo tiene el centro de la escala, no el extremo positivo. Esto se expresa en forma sencilla por medio de la famosa Campana de Gauss tan utilizada en Estadstica. En efecto, se trata de una curva parecida a la parbola y que en el extremo superior marca el mejor valor, enseguida baja hacia la derecha y hacia la izquierda y all se expresan los valores positivos y negativos, respectivamente. De esta manera se concibe lo normal como un valor en el centro y lo anormal como valores hacia la derecha y hacia la izquierda. Los ejemplos son claros: Normalmente mueren al ao varios miles de personas en un pas dado. Si aumenta ese nmero nos salimos de lo normal, si decrece ese LA PREFERIBILIDAD DE LOS VALORES
nmero tambin nos salimos de lo normal. Lo mismo se puede decir cuando se habla de nacimientos, accidentes, siniestros, ilcitos, etc. Las estadsticas proporcionan datos muy tiles aun cuando no se asocien con el mundo axiolgico que aqu estamos explicando. Veamos ahora la analoga con los valores. El caso ms famoso para esta estructuracin de los valores est en Aristteles cuando explica uno de sus principios morales: "La virtud est en medio de dos extremos viciosos". Efectivamente: una persona puede ser ahorrativa, esto es una virtud, pero puede ser demasiado ahorrativa y en ese caso cae en el vicio de la avaricia, o puede ahorrar muy poco y en ese caso cae en el despilfarro. Lo mismo se puede decir de muchos casos similares: la valenta es una virtud, y est en el trmino medio entre la cobarda por un lado y la osada por el otro. Una madre cuida a su hijo pequeo, pero puede caer en el sobre proteccionismo por un lado o en el descuido por el otro. En todos estos casos se puede notar que el valor que se promueve est entre dos extremos viciosos. No siempre es posible aplicar esta escala, pero los ejemplos dados son suficientes para darle un lugar aparte. Hay un dicho popular lo expresa con claridad: "Ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre". Esta idea nos indica que en ciertas cualidades y actitudes existe la posibilidad de excederse y en ese momento caer en el vicio. Es bueno ser piadoso, pero no es bueno pasarse todo el da en la iglesia; es bueno ser trabajador, pero no tanto como para descuidar el hogar; es bueno comer, pero no tanto como para caer en la gula, etctera. Tambin aqu cabe la aclaracin proporcionada ms arriba: en el caso de los valores no se trata propiamente de nmeros, esta escala es una simple analoga, pero muestra con claridad de qu manera se conciben algunos valores. En algunos casos la aplicacin de los nmeros puede ser muy til, por ejemplo, la medicin del coeficiente intelectual, pero en otros casos resulta ridcula, por ejemplo, si pretendiramos la asignacin de nmeros para medir el amor de una madre a sus hijos. INTRODUCCIN A LA TICA
4. LA ESCALA DEL CERO ABSOLUTO. La cuarta escala es la ms difcil de captar y de aceptar, es la de la Filosofa escolstica, y es comparable a la escala termomtrica de Kelvin que considera el cero absoluto en el punto inferior: (-273 grados centgrados equivalen a cero grados Kelvin) de tal manera que toda graduacin de temperaturas se da siempre con nmeros positivos. As, por ejemplo, el punto de congelacin del agua est a 273 grados Kelvin. En esta escala no hay valores negativos, y sta es precisamente la tesis que sostiene esta Filosofa, tesis que normalmente produce un fuerte rechazo cuando se oye por primera vez. A la gente le cuesta entender que alguien sostenga la no existencia de valores negativos / la inexistencia del mal. Para la Filosofa escolstica el mal es una privacin, es decir, la ausencia de algo que debera existir. Sin embargo, si se apta la analoga de estas tesis con la escala del cero absoluto, perfectamente cientfica, ra captarse su utilidad al referirse a cierto tipo de valores, como explicamos a continuacin.
El caso ms importante se da en los trascendentales del ser, que (de acuerdo con la filosofa tomista) son la unidad, la verdad, la bondad y la belleza (esta ltima no se considera en algunas escuelas). Todo ente, por el hecho de existir posee esas propiedades, que por eso se llaman trascendentales. La conclusin es obvia: no existen cosas malas ni feas. Pero la mente humana requiere una cierta educacin para saber descubrir la belleza y la bondad de algunas cosas o situaciones que normalmente se califican con valor negativo. Es as como explican que slo algunas personas captan la unidad, la verdad y la bondad de objetos o personas que normalmente son tratados como adefesios, monstruosos o desquiciados. El tomismo insiste en que hasta la persona ms desquiciada o criminal, de todas maneras conserva en su ser aunque sea una brizna de bondad.
De la misma manera: un psiclogo rogeriano insiste en que el ncleo personal de cualquier sujeto, aunque sea un criminal, es bueno en s, y gracias a esa bondad puede llegar a regenerarse. Cuando el psiclogo expresa a dicho LA PREFERIBILIDAD DE LOS VALORES
criminal que lo acepta, que tiene fe en su bondad interior, que es posible salir de ese estado de criminalidad, entonces se puede iniciar un verdadero proceso de rehabilitacin de dicha persona. He aqu uno de los beneficios de la escala del cero absoluto: creer y aprender a descubrir la bondad de todo cuanto existe, tan slo por el hecho de que existe.
Por otro lado, esta escala del cero absoluto rechaza la actitud exagerada de la gente catastrofista y de la gente hipocondriaca, que exageran las enfermedades, que slo ven lo malo, el peligro, la inminente llegada de la peor noticia: la cada del peso frente al dlar, el fin del mundo, el peligro del accidente, la exageracin de los sntomas y las enfermedades. En todo ven una seal de un mal inminente. En estos casos es la inversin de la escala del cero absoluto: todo es malo, el hombre es malo por naturaleza, espera siempre la peor noticia, si existe la posibilidad de que algo pueda salir mal, no dudes que saldr mal.
En Pedagoga se explica la tesis de "la profeca que se cumple a s misma". Esto tiene mucho que ver con lo que estamos explicando: Si un profesor tiene bajas expectativas de sus alumnos y as se los da a entender, el promedio de calificaciones bajar; en cambio, si tiene fe en sus alumnos y as se los hace notar, ese promedio subir. Infinidad de experimentos y de vivencias casuales han demostrado la verdad de esa tesis. De aqu se infiere que no est de ms sopesar la utilidad prctica de esta escala, adems de su profundidad metafsica. Tambin cabe la aclaracin que aqu esta escala slo una analoga para captar las tesis metafsicas d la Filosofa escolstica., por lo q no es conveniente tomarla al pie de la letra. En la Filosofa tomista se explican los siguientes conceptos: Privacin es la ausencia de algo que debera existir, por propia naturaleza. Negacin es la simple ausencia de algo. Por ejemplo: un nio nace sin brazos, se dice que adolece de una privacin, o sea, no tiene algo que debera tener por propia naturaleza. En cambio, un pez no tiene brazos, se dice entonces que adolece de una simple negacin. Pues bien, el valor negativo corresponde a la privacin, y no a la simple negacin. No porque un pez o un rbol carezcan de manos, se les va a valorizar negativamente. En cambio, el nio que nace sin brazos tiene efectivamente un INTRODUCCIN A LA TICA
valor negativo. La naturaleza de cada ente es la que sirve para determinar si una cualidad fltame se debe calificar como privacin o como negacin. Otro ejemplo: un nio de tres aos no sabe leer y escribir, tiene una negacin. Pero un adulto que no sabe leer tiene una privacin. Un abogado no sabe construir una casa, tiene una negacin. Pero un ingeniero constructor que adolece de la misma ignorancia tiene una privacin o valor negativo en sus conocimientos profesionales. La existencia es una perfeccin y, por tanto, es un bien, es un valor positivo. Todo lo que efectivamente existe es un valor positivo en el orden metafsico. Pero puede suceder que eso que realmente existe, adolezca (como ya hemos visto) de una privacin en el orden moral o en otro aspecto. En ese momento, recibe el nombre de valor negativo, y, ntese bien, no por lo que efectivamente es, sino por lo que le falta, por lo que no existe debiendo existir, o, mejor dicho, por lo que est privado. Subsisten, pues, las dos proposiciones: "el mal no existe", puesto que es una privacin, pero es cierto que "hay males en el mundo", puesto que no todos los seres existen en la medida de las perfecciones que les corresponde por propia naturaleza. As pues: "No existe el mal, pero existen cosas malas". Concretamente, esto se aplica en el orden moral de la siguiente manera: la persona que acta conforme a su naturaleza, o mejor, que adeca su conducta a las leyes inscritas en la misma naturaleza humana, esa persona tiene un valor positivo moralmente hablando; en cambio, quien no realiza dicha adecuacin con las leyes que le corresponden como ser humano, adolece de una privacin o valor negativo, es decir, est actuando mal en el orden moral. La maldad moral es, pues, la privacin de la correspondiente adecuacin a las leyes naturales. La bipolaridad, en resumen, es la caracterstica por la cual los valores se dan por pares, uno positivo y otro negativo; pero la mente humana posee por lo menos cuatro tipos de estructuras noticas o escalas para captar y ordenar los valores: en una primera escala nada ms concibe los dos polos opuestos, en la segunda concibe una serie de matices entre los dos polos opuestos, en la tercera da peso axiolgico al centro de la serie considerada, y en la cuarta slo concibe una gradacin siempre creciente sin que se pueda hablar propiamente de valores negativos.
LA PREFERIBILIDAD DE LOS VALORES
Captulo XV
LA PREFERIBILIDAD DE LOS VALORES
1. Los VALORES ATRAPAN LA ATENCIN DEL HOMBRE. Con esta propiedad estamos en el corazn mismo del valor. Consiste en esa particularidad por la cual los valores atraen o inclinan hacia s mismos la atencin, las facultades y, en especial, la voluntad del hombre que los capta. Enfrente de las cosas, el hombre prefiere las que encierran un valor. En efecto, un objeto o una persona valiosa, inmediatamente nos inclina hacia ella. El hombre tiene una tendencia natural para dirigirse hacia lo valioso. Cuando una persona no ha captado un valor, queda indiferente hacia l, su nimo no se inclina en pro o en contra. Pero basta atisbar el valor contenido en una persona o en un objeto, para que entre en funcin toda nuestra capacidad de apropiacin. Quien ha captado la belleza trata de conservarla para l, e inclusive crearla. As se explica que un nio pequeo sea indiferente hacia una novela de Vctor Hugo; ordinariamente, todava no ha tenido oportunidad de captar su belleza. Desde la pubertad y a lo largo de la adolescencia, suele asomarse a una gama muy diversa de valores y quedar fuertemente impresionado por ellos: la valenta del militar y del conquistador, la nobleza del amor y la fidelidad en la amistad. Entonces es la edad del entusiasmo, del herosmo, del sacrificio; todo se entrega en pos del valor (o ideal) que da sentido a la vida entera. Luego vendr la decepcin. Pero siempre ser valor una especie de imn que polariza la energa humana.
Ante este peso gravitacional o poder de atraccin que poseen los valores tambin podemos detectar otra cualidad, pero ya no en el valor mismo sino en la persona humana: el hombre tiene por naturaleza la capacidad de detectar, apreciar y sentirse impulsado hacia el valor. Esto en realidad no es precisamente una cualidad, es el reflejo de una carencia de la naturaleza humana. Se trata de la necesidad que tiene todo hombre, en su desarrollo personal, de INTRODUCCIN A LA TICA
complementarse con otros objetos, otros entes que de alguna manera llenan o satisfacen su hambre de desarrollo y de plenitud! Estamos de nuevo ante la imperfeccin que de hecho muestra el ser humano. Nace incompleto, lleno de necesidades y de carencias. Requiere forzosamente el alimento, el cario, el cuidado, el calor humano y, ms adelante, el conocimiento, la cultura, la satisfaccin sexual y otros muchos satisfactores que va a buscar, solicitar y, en ocasiones, exigir. A partir de esta polarizacin: el atractivo de los valores por un lado y la precariedad humana por el otro, surge una reflexin: hasta qu punto el valor es ese pinculo de la excelencia humana? En realidad el valor es el satisfactor normal de la naturaleza humana imperfecta y necesitada. El valor es el alimento del ser humano como tal, es el ente que se adeca a la naturaleza humana dada su calidad de ente en desarrollo y evolucin. Captar valores es lo mismo que reconocer el alimento adecuado a la propia naturaleza, a las propias facultades necesitadas de algn complemento que las satisfagan. As pues, la verdad es el complemento de la inteligencia, la bondad es el complemento de la voluntad, la belleza es el complemento de la facultad esttica. La justicia es el complemento de la necesidad de equidad, la virtud es el resultado de la actuacin correcta de las facultades humanas. De acuerdo con Max Scheler, la esencia del valor reside en la preferibilidad que presentan algunos objetos. Es como un ncleo especialmente jugoso que muestran algunas cosas y personas. El valor es tan preciso por su aptitud para relacionarse armnicamente con el ser humano. Un objeto es valioso (y en tal caso recibe el nombre de "bien") en la medida en que funciona como un complemento humano. Por esto es posible sostener que los valores son objetivos, porque sus caractersticas existen intrnsecamente en las cosas y en funcin de ellas el hombre encuentra all el complemento que busca y que requiere para su propio desarrollo y maduracin. El hombre no crea esos valores (adems tambin puede crear otros), simplemente los encuentra, los atisba en medio de su bsqueda interminable a lo largo de la vida. La falla que podemos detectar consiste en un cierto estancamiento dentro de un crculo estrecho de LA PREFERIBILIDAD DE LOS VALORES
valores, el sujeto cree que con ellos puede darse completamente por satisfecho y da por terminada su bsqueda.
2. LA CEGUERA AXIOLGICA. Esta situacin precaria en la naturaleza humana da lugar a otro aspecto un tanto extrao y aparentemente contradictorio, a saber, el hombre requiere un desarrollo especial para poder captar cierto tipo de valores. Cuando nace tiene instintos y necesidades, como el hambre, la sed, respirar, dormir y sentirse acariciado, y por lo mismo busca instintivamente los bienes que lo satisfacen, pero con el tiempo se va desarrollando y empieza a encontrar y apreciar poco a poco otros valores, que antes le eran indiferentes. Con la educacin y la cultura, un individuo rende a reconocer y apreciar valores cada vez ms refinados. Existe, pues, el fenmeno de la ceguera axiolgica, es decir, la incapacidad para constatar por s mismo cierto tipo de valores. Por ejemplo: hay quienes no captan la belleza artstica, ya sea en la msica, en la pintura o en la literatura. Esos casos son entes en los medios donde la cultura todava no se ha extendido. Lo ms corriente es que la educacin, las circunstancias concretas de la vida e incluso la propia estructura anatmico psicolgica, determinen una cierta orientacin o preferencia hacia un sector de valores que va dejando en la sombra el cultivo de los restantes. Esto es normal. No se le puede pedir a todo el mundo que cultive por igual todo tipo de valores. Es ms, la propia vocacin profesional no es otra cosa sino la aptitud para realizar determinado tipo de valores, sin perjuicio del cultivo de los dems en la medida de las posibilidades y necesidades. Pero lo peor es la ceguera axiolgica en el terreno de la moral. El adulto que no sabe captar y apreciar el valor de la virtud, el que no encuentra diferencia entre lo bueno y lo malo, el que ha endurecido su corazn con la prctica de una conducta anormal, es tal que adolece (usando los trminos ya explicados) de una verdadera privacin y no de una simple negacin. As pues, el valor se entrega al hombre, es un imn que atrae la voluntad humana, es el correlato de las facultades apetitivas del ser humano, es lo que INTRODUCCIN A LA TICA
perfecciona al hombre en sus distintos aspectos; pero al mismo tiempo, el hombre requiere una capacidad para descubrir el valor que lo va a satisfacer. 3. LA EDUCACIN AXIOLGICA. En vista de esta situacin humana se infiere que es necesaria una educacin en el tema del valor. El desarrollo normal de un nio requiere de un ambiente en donde pueda asomarse a los valores que le van a proporcionar la satisfaccin de una naturaleza normalmente en crecimiento y en busca de plenitud. Ahora bien, la educacin que normalmente recibe el ser humano adolece de algunas fallas, la ms importante es el ambiente de excesiva presin, amenaza, coercin y castigo que de manera usual rodea al pequeo cuando es "educado" en el terna axiolgico. En estas circunstancias el educando consigue efectivamente una introyeccin de los valores recibidos, pero de una manera tan absurda que el mismo educando, en cuanto puede, tiende a desprenderse de dichos valores. Uno de los mximos fracasos de los padres con respecto a sus hijos consiste en que la "educacin" impartida parece eficaz en un primer momento, pero cuando el nio crece y se asoma a otros ambientes, tiende a desembarazarse de todas esas ideas, normas, principios y dems rdenes que ahora califica como patraas, abusos, ideas pasadas de moda, slo dignas de ser echadas al basurero. sta es la paradoja de la educacin realizada en funcin de coerciones y motivaciones extrnsecas (recurdese el lema "la letra con sangre entra"): el resultado obtenido no deja de ser engaoso, aparentemente es eficaz (el nio golpeado no tiene ms remedio que obedecer) pero en el fondo lo que se ha conseguido es una serie de normas odiosas y que slo seguirn funcionando desde el inconsciente del educando. Por fortuna existen algunas excepciones. En los ltimos tiempos se ha diseminad la idea de una educacin propiamente axiolgica, en la cual se presentan los valores si imponerlos, muchos padres y escuelas recurren a mtodos especiales de dilogo, presentaciones audiovisuales, el ejercicio de la empata, el trabajo en equipo, tareas hechas en la escuela, actividades extra escolares, organizacin de grupos de encuentro, estmulos para crear un LA PREFERIBILIDAD DE LOS VALORES
ambiente de serenidad, silencio y reflexin, as como oportunidades para que el educando presente sus sugerencias, sus objetivos y sus preferencias personales. Estos mtodos no son fciles de aplicar, encuentran la resistencia de las personas demasiado estructuradas dentro de los paradigmas antiguos y, por tanto, avanzan con excesiva lentitud. Pero aun as, se ha logrado bastante. Tomemos en cuenta que la educacin no es lo mismo que la instruccin. Esta ltima consiste en la trasmisin de conocimientos. En cambio, la educacin est ms en el terreno de las estructuras noticas que ya hemos explicado. No se trata, por tanto, de aprender de memoria ciertos principios y reglas, se trata de que el educando asimile ciertas perspectivas, modos de enjuiciar las cosas, una cosmovisin que le sirva como base para percibir, valorar y organizar los datos y las situaciones de su vida. Cuando esta educacin penetra en el educando por propia iniciativa, con gusto, sin el sabor de la amenaza y la coercin, entonces es cuando logra sus mejores frutos. Una de las grandes frustraciones de un educador consiste en que su accin sobre el educando no es suficiente para garantizar la conducta honesta de este ltimo. En cualquier individuo se conjugan mltiples factores para determinar su conducta: hemos detectado ya la influencia de los instintos, la presin social, la ley, el inconsciente. Y de hecho, lo que se palpa es que un gran porcentaje de personas que han recibido una educacin axiolgica eligen caminos equivocados, completamente opuestos a los valores asimilados. La tentacin de todo educador (padre de familia, maestro, sacerdote) en estos casos es la de imponer sus valores y presionar para que el educando acte siempre en conformidad con dichos valores. En ocasiones esta presin externa logra buenos resultados, es decir, el educando acta conforme a los valores de sus educadores. Objetivamente hablando, el educando procedi en forma correcta. Sin embargo, cabe la pregunta acerca del valor moral propiamente dicho en ese educando, cabe preguntarse qu vale ms, si la eleccin totalmente libre del sujeto aun cuando no se adapte a los valores del educador, o es preferible la accin objetivamente correcta aun cuando la libertad haya sido coartada por las presiones del educador. Desde mi punto de vista, considero que la regla general es el fomento y el respeto de la libertad del educando, pero tambin convengo en que hay muchas excepciones en donde es indispensable forzar materialmente al individuo para que se oriente en determinada direccin. Sobre esto volveremos ms adelante. Y por ltimo, sera absurdo querer forzar a los educadores para que respeten siempre la libertad de sus educandos. 4. EL MUNDO AXIOLGICO DE UNA PERSONA. Uno de los resultados de la educacin recibida por un sujeto es la formacin de su mundo axiolgico. Cada uno INTRODUCCIN A LA TICA
tiene su propio repertorio de valores asimilados y no asimilados. Evidentemente, los que aqu proponemos son los valores que se han podido asimilar y que, por tanto, pueden influir en las decisiones morales de esa persona. No es lo mismo repetir de memoria la definicin de un valor, que asimilar y apreciar dicho valor. Esta asimilacin implica una apropiacin, una profundizacin, una cierta identificacin del sujeto con esa cualidad valiosa que ha percibido de manera especial y que da lugar a un aprecio y a una capacitacin motivadora. Desde el punto de vista de la Teora del Conocimiento, interesa explicitar que se trata de un conocimiento holstico, desestructurado (propio de la Vernunft). No es posible exagerar las enormes ventajas de este tipo de conocimiento en el terreno de los valores. Gracias a esta involucracin del sujeto con el dato recibido, es factible hablar de una motivacin intrnseca, una autonoma del sujeto cuando se decide en funcin de esos valores previamente asimilados. Ahora bien, a lo largo de la vida una persona puede acumular vivencias y valores asimilados. Ese conjunto de valores van a influir notablemente en sus decisiones morales. Estos valores no constituyen una garanta del valor moral de un individuo, pero s conforman la condicin de posibilidad para que se d el valor moral en esa persona. Sin esos valores no hay propiamente libertad ni valor moral. Gracias al propio mundo axiolgico una persona tiene la posibilidad de ejecutar actos propiamente libres, gracias a ese mundo una persona puede elevar las miras, los horizontes, los niveles de su conducta. Insistimos en que, gracias a estos valores asimilados, slo puede actuar, no necesariamente ha de actuar conforme a ellos, sa es precisamente la libertad de la persona, no hay determinismo, pero s apertura de un nuevo factor que lo saca del determinismo de los otros factores: condicionamientos, represiones, instintos, coerciones, emociones compulsivas... El mundo axiolgico de una persona es, pues, el conjunto de valores previamente asimilados que estn a su disposicin y con los cuales puede orientar su vida en niveles superiores. Ahora bien, cada persona determina su propio mundo axiolgico de una manera muy diferente a la de los dems. Es muy difcil encontrar dos personas que coincidan en todos su valores. En LA PREFERIBILIDAD DE LOS VALORES
algunas ocasiones se dan similitudes, coincidencias parciales, y con eso es suficiente para organizarse entre s. El mundo axiolgico es la condicin de posibilidad del acto humano moralmente valioso. Sin embargo, ese mismo mundo axiolgico es condicin necesaria, pero no suficiente. Todava es necesario otro conjunto de condiciones para que se d el acto moralmente valioso, como veremos ms adelante. 5. LA MOTIVACIN AXIOLGICA. La influencia ms importante de los valores en el ser humano reside en la motivacin. El hombre acta a lo largo de su vida movido por varios tipos de influencias. Ya hemos detectado, desde un captulo inicial, que la conducta humana est orientada por varios tipos de criterios. Al principio, en su niez, el hombre es movido casi exclusivamente por los instintos y el placer; posteriormente es movido tambin por el Sper Yo, es decir, por el influjo de las rdenes introyectadas en su inconsciente; despus el hombre es movilizado tambin por la presin social; ms adelante es el influjo de la ley lo que tiende a motivarlo, j por fin, es la presin de los valores interiorizados lo que puede llegar a acaparar la motivacin de una persona. Es importante aclarar que estos cinco tipos de motivacin i no son excluyentes, pueden actuar simultneamente. El problema de la libertad queda resuelto con esta postura que ahora estamos explicando, es decir, una persona en un momento determinado puede actuar influido por los valores que ha asimilado sin perjuicio de las presiones que est recibiendo a partir de su inconsciente, de la presin social, del influjo de la ley y de la fuerza de sus instintos. Lo que nos interesa en este momento es el anlisis de este influjo de los valores en la motivacin humana. Los valores asimilados por una persona ejercen sobre ella una presin en el momento en que decide actuar de determinada manera. Aqu tenemos otra vertiente de esta preferibilidad que ahora estamos explicando. No se trata slo de que el hombre se siente atrado por los valores para poseerlos, sino que tambin y sobre todo, siente el influjo de ellos para actuar conforme a los mismos. Ahora bien, este influjo es completamente interno, intrnseco, surgido de INTRODUCCIN A LA TICA
s mismo, y no es lo mismo que la presin externa ejercida por la sociedad y sus coerciones. Estamos tocando el punto clave de la conducta libre y la conducta moral. Los valores actan desde el interior de la persona, el hombre ha asimilado los valores de tal manera que stos se confunden con su propia personalidad e inclusive tocan los estratos profundos de su persona. 1 Por tanto, el hombre se puede decir autnomo en el momento en que acta influido por los ores que verdaderamente ha asimilado. En cambio, ese mismo hombre es heternomo cuando acta principalmente por la influencia de la presin recibida desde el exterior. Por ejemplo: Antonio es un mdico que ha captado el valor de la veracidad (tambin llamada honradez intelectual), es decir, ha asimilado y apreciado esa cualidad de la gente que opta por decir la verdad siempre aun cuando se perciba en ese momento alguna consecuencia no muy agradable para el mismo sujeto. En vista de esa preferibilidad asimilada, Antonio se muestra siempre veraz, la gente ya lo conoce, puede confiar en l, sabe que su diagnstico es verdadero, normalmente su dictamen es ms confiable que el de otras personas. Un paciente confa ms en el diagnstico de Antonio que en el de otros mdicos igualmente especializados en el mismo ramo. Antonio es capaz de diagnosticar que no hay necesidad de una operacin en el paciente X aun ando eso signifique un ingreso menos en su bolsillo. Por lo contrario, la gente detecta que Pedro es un mdico que se inclina a la intervencin quirrgica en todos los casos que le consultan. He aqu un caso en donde el sujeto recibe varias presiones y se decide por el influjo del valor que ha asimilado. Antonio prefiere ser veraz que aumentar su cuenta bancaria. El meollo de la conducta libre reside en este influjo de los valores. Actuar libremente no significa actuar sin causa, sin motivo, sin presin alguna, sin influjos o influencias. Ahora bien, esos influjos pueden ser exteriores a la persona como es el caso de una amenaza recibida o pueden ser internos a la misma persona como es el caso del influjo de los valores que ahora estamos esclareciendo. Este es el punto crucial en nuestro criterio para juzgar la conducta humana. Los valores morales de un individuo van a depender en primersimo lugar de este influjo de los valores que l ha asimilado. En el momento en que una persona LA PREFERIBILIDAD DE LOS VALORES
toma las riendas de su conducta influido por una serie de valores que ha descubierto y asimilado, en ese mismo momento salta al nivel propio de la conducta moral positiva. De all en adelante es probable que el sello de cuanto decida y ejecute est coloreado por su mundo axiolgico; la relevancia de su vida va a ofrecer el magnfico espectculo que admiramos en las personalidades famosas por sus decisiones que en ocasiones llegan a ser heroicas. Las personas con valores morales no necesariamente descuellan en forma pblica, pero de todas maneras, quienes las rodean alcanzan a percibir en ellas ese halo propio del mundo axiolgico, y son respetadas, admiradas y propuestas como ejemplo de conducta altamente valiosa. Ahora bien, el panorama que se suele presentar a nuestros ojos, la noticia que inunda los medios informativos es, por desgracia, todo lo contrario: la corrupcin de funcionarios, la estafa de cuello blanco, la venta de influencias, el falso testimonio, el cinismo de las bandas de secuestradores, la crueldad de ciertos criminales, la bsqueda indiscriminada del placer, el abandono en el xtasis de las drogas, el protagonismo de los personajes pblicos. Tal parece que la conducta moral, la que est motivada por el influjo de los valores interiorizados en la propia persona, es una quimera. El hecho es triste pero es la realidad. La conducta moral positiva no es la que se lleva la palma en cuanto a frecuencia. Adems, el ser humano es motivado reiteradamente por factores tales como el placer, la fama y el poder. Ahora bien, tambin estos tres factores constituyen sendos valores, lo importante ahora sera detectar si esos fines se persiguen con los medios adecuados. Perseguir el placer, la fama y el poder no es malo en s mismo, puesto que se trata de valores positivos, lo que es criticable es el tipo de artimaas que utiliza la gente para obtener esos valores. Cuando el poderse obtiene a base de engaos, cuando la fama se obtiene en funcin de intercambios sexuales, cuando el placer se obtiene por medios altamente dainos para el organismo humano, entonces es cuando podemos afirmar la decadencia moral de una sociedad. INTRODUCCIN A LA TICA
Vase en otro captulo de este libro el tema del fin y los medios, el sofisma del maquiavelismo que consiste en justificar cualquier medio con tal de obtener un fin positivo. 6. LA CREACIN DE VALORES. Hemos visto ya que los valores son objetivos, se dan en las cosas, el hombre los encuentra y con ellos se complementa a s mismo. Pero adems, y sin contradecir lo anterior, el hombre tambin tiene la facultad para crear valores. Esto es uno de los temas ms apasionantes de la Antropologa filosfica. El ser humano tiene la facultad de crear su cultura. Gracias a esta creacin el hombre goza con nuevos valores originados en l mismo. La msica, la literatura, el cine, el teatro, la arquitectura, la escultura y dems bellas artes son el mejor ejemplo de esta creacin humana en el terreno de los valores. Pero adems, la ciencia, la Filosofa, la Teologa, la Ingeniera, la Arquitectura, la Medicina, la Artesana y muchas profesiones ms, encierran esta veta de creatividad tan propia del ser humano. Los tratados de Esttica explican el proceso con todo detalle. Aqu nos interesa especialmente la vertiente que se refiere a la tica. Ntese desde esta perspectiva el enorme valor moral que encierra la creatividad en el terreno de las bellas artes y en todas las dems profesiones que hemos mencionado. Adems del producto terminado, el artista est creando nuevas virtudes en s mismo, es decir, adquiere habilidades especiales que perfeccionan el modo como operan sus facultades humanas. He aqu el meollo de la moralidad de la creacin cultural, el artista se perfecciona a s mismo, se desarrolla y se hace cada vez ms humano. La moralidad de la creacin del artista no est tanto en la obra visible que ha dado a luz (pintura, msica, cine) sino en el propio desarrollo que lo coloca en un nivel especial de acabamiento de su propia naturaleza. Es muy importante distinguir la gama de valores morales que toca el artista a lo largo de su vida creativa. El valor moral de su creatividad artstica es el dato que nos interesa principalmente, pero adems de este valor, una persona est cultivando, en forma simultnea, otros valores, que pueden ser positivos o LA PREFERIBILIDAD DE LOS VALORES
negativos, segn el caso. No es extrao que un artista, en medio de su xito, se deje llevar por otras motivaciones completamente ajenas a su acabamiento como persona en el terreno artstico. Han sido famosos los casos de artistas que se han inmiscuido con el vicio del alcohol, la drogadiccin, el sexo, la estafa y el homicidio. Pero esto sucede tambin a los que no son artistas. En ellos la noticia es ms escandalosa, pero esto no significa que su arte tenga que estar mezclado con estas lacras. Tambin se da el caso de artistas filntropos, fundadores de sociedades pro-minusvlidos, polticos y aficionados a otras ramas de la cultura.
7. LA TRASCENDENCIA DE LOS VALORES. sta consiste en que los valores se dan de un modo perfecto slo en su esencia; pero cuando se encarnan en los seres materiales, existen de un modo imperfecto. Trascender significa estar ms all; por tanto, el trmino mismo nos indica que los valores slo se dan con perfeccin ms all de este mundo, no aqu. Efectivamente, y sin necesidad de caer en un fcil platonismo, a cada momento se puede constatar que las perfecciones y valores que encontramos encarnados en las cosas y en las personas estn afectados de una graduacin muy diversa; pero siempre se nota que falta algo para la perfeccin de ese valor, tal como se concibe en su esencia. Por ejemplo, la justicia de hecho deja mucho que desear en comparacin con la esencia pura de justicia, lo mismo se puede decir de la democracia, la honestidad intelectual, as como el respeto a la mujer, a las diferentes razas humanas, etctera. La importancia de esta propiedad axiolgica es de orden vivencial. El adolescente suele concebir los valores en toda su perfeccin, y no faltan ocasiones en las que sufre una grave desilusin cuando se percata de que la realidad de la vida no est a la altura de su concepcin. La justicia, el amor, la fidelidad, la honradez, la bondad en general, siempre estn en un nivel inferior al ideal que les corresponde. Lo peor acontece cuando la decepcin crea un resentimiento, el sujeto llega a renegar de todos los valores. Porque no encuentra la libertad perfecta, reniega de la libertad y dice que no existe; no encuentra la justicia, la verdad, el amor perfectos, y reniega de ellos y acta INTRODUCCIN A LA TICA
como si no existieran. Esto hay que delatarlo, porque lejos de ser una actitud aceptable, es simplemente un acto de cobarda y debilidad. Los valores no estn encarnados con perfeccin, pero es el hombre el encargado de encarnarlos con su esfuerzo y su perseverancia. Los valores proporcionan grandes satisfacciones al hombre, pero antes hay que conquistarlos.
Captulo XVI
LA JERARQUIZACIN DE VALORES
Existe una cantidad enorme de valores, pero pueden ser ordenados dentro de una jerarqua que muestra la mayor o menor calidad de dichos valores comparados entre s. Es claro que no es igualmente valioso lo material que lo espiritual, lo animal o lo intelectual, lo humano o lo divino, lo esttico o lo moral. Siendo el hombre el punto de referencia (no ste o aquel hombre determinado, sino la naturaleza humana), cabe la ordenacin de los valores por su capacidad para perfeccionar al hombre. Un valor ser tanto ms importante, ocupar una categora ms elevada, en cuanto perfeccione al hombre en un estrato cada vez ms ntimamente humano. De acuerdo con este criterio, podemos hacer una clasificacin de los valores en cuatro categoras, como sigue: 1. VALORES INFRAHUMANOS. Son aquellos que perfeccionan al hombre en sus estratos inferiores, en lo que tiene en comn con los otros seres, como los animales, por ejemplo. Aqu se encuentran valores tales como el placer, la fuerza, la agilidad, la salud, etc. Todos estos pueden ser posedos (y a veces con mayor intensidad) por las mismas bestias. Es importante aclarar que el placer sensible es ciertamente un valor, es un bien positivo que perfecciona al hombre; por supuesto, dentro de un nivel todava no netamente humano, pero al fin y al cabo es valor, y como tal hay que apreciarlo. Esta aclaracin es una crtica contra los dos extremos que se suelen tomar respecto de la valoracin del placer. Algunos lo rechazan como malo o pecaminoso; tal parecera que slo puede aceptarse como ltimo recurso, cuando fuera ya imposible rechazarlo. Tal es la posicin del puritanismo. Por otro lado est el hedonismo, doctrina que coloca al placer sensible como centro de todos los valores. En la prctica abunda mucho esta actitud, mucho ms que en teora. INTRODUCCIN A LA TICA
Y, en contra de los dos extremos descritos, se coloca la tesis de esta jerarqua del valor: el placer es ciertamente un valor, pero ocupa la categora inferior dentro de toda la escala de valores. Lo mismo se diga de la fuerza y de la agilidad y la destreza. Son ciertamente valores que perfeccionan al hombre, sin embargo, no ocupan, ni mucho menos, el primer puesto. Tambin aqu hay que saber guardar en la vida prctica una correcta jerarqua de valores. Ni despreciar al atleta que cultiva estos valores, ni sobrevaluarlo hasta llegar a descuidar los valores realmente superiores. 2. VALORES HUMANOS INFRAMORALES. En una segunda categora de nivel superior se pueden colocar todos los valores humanos, es decir, aquellos que son exclusivos del hombre, que perfeccionan los estratos que slo posee un ser humano, como los siguientes: a) Valores econmicos, como la riqueza, el xito y todo lo que expansione la propia personalidad (valores eudemnicos). b) Valores noticos. Son los valores referentes al conocimiento, como la verdad, la inteligencia, la ciencia. c) Valores estticos, como la belleza, la gracia, el arte, el buen gusto. d) Valores sociales, como la cooperacin y cohesin social, la prosperidad, el poder de la nacin, el prestigio, la autoridad, etctera. 3. VALORES MORALES. En tercer lugar, siempre ascendiendo, estn los valores morales, como las virtudes: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Aqu es importante destacar la superioridad de estos valores morales con respecto a los valores humanos de la segunda categora y que, por esto, los hemos llamado humanos inframorales; los cuales muestran dos diferencias fundamentales: a) Los valores morales dependen exclusivamente del libre albedro. Cada sujeto va forjando sus propias virtudes y es responsable de su conducta moral. En cambio, los valores de la segunda categora no dependen slo del libre LAJERARQUIZACIN DE VALORES
albedro (aun cuando la libertad tambin tenga parte en la consecucin de ellos), puesto que la riqueza puede heredarse y lo mismo se diga del grado de inteligencia y el buen gusto. Las virtudes, en cambio, nunca se heredan, sino que se consiguen a base de esfuerzo y constancia. Los valores morales estn colocados en un nivel ms ntimo dentro de la personalidad humana; son superiores porque se obtienen a base de mritos, por el funcionamiento del hombre en cuanto hombre; el hombre es sujeto activo, no pasivo, con respecto a los valores morales. Esto no quita que un mismo acto humano pueda proporcionarnos los dos tipos de valores, como sucede en el siguiente ejemplo: Dos estudiantes aprenden su leccin, pero uno lo tiene que hacer con gran esfuerzo debido a sus circunstancias familiares, y el otro no. El resultado obtenido es el mismo, dos han incrementado el valor ciencia en el mismo grado, pero el primero ha obtenido adems un incremento en su valor moral debido a su tenacidad y fortaleza, por el mrito de haber sobrellevado las dificultades familiares o econmicas que padeca. b) La segunda razn por la cual son superiores los valores morales es definitiva. Estos perfeccionan al hombre de tal modo que lo hacen ms hombre. En cambio, los de la segunda categora perfeccionan al hombre en cierto aspecto, exclusivo del hombre, pero no en su ncleo propiamente personal, o sea, como profesionista, como sabio, como artista, como gobernante. Por ejemplo, la virtud de la justicia hace al hombre ms noble, de mayor dignidad personal, de mayor calidad en su persona misma; en cambio la ciencia o la riqueza perfeccionan al hombre en un cierto aspecto, pero no en su misma persona. Esta diferencia se utiliza en las valoraciones cotidianas y as , por ejemplo, se dice de Juan: "como profesionista es excelente, pero como persona humana no tanto". O de Pedro: "como sabio y rico es muy valioso, pero como hombre, en el fondo de su persona, hay defectos de mezquindad que no me gustan". En resumen, los valores morales hacen al hombre ms persona y dependen exclusivamente del uso del libre albedro. En cambio, los valores humanos inframorales perfeccionan al hombre, exclusivamente, pero no lo hacen en su estrato propiamente personal, y adems no dependen exclusivamente del libre INTRODUCCIN A LA TICA
albedro, sino que el hombre los puede recibir pasivamente, sin ningn mrito para l. 4. VALORES RELIGIOSOS. Ocupando la cumbre de esta jerarqua estn los valores sobre humanos, sobrenaturales, o ms fcilmente, los valores religiosos. Son una participacin de Dios que est en un nivel superior a las potencias naturales del hombre. Son la santidad, la amistad divina (gracia), la caridad y, en general, las virtudes teologales. Estos valores, como se puede notar, perfeccionan al hombre de un modo superior, ya no digamos en lo que tiene de ms ntimo como persona, sino en un plano que no est dentro de los moldes naturales de lo humano. Aqu se deja la puerta abierta a todo lo sobrenatural que provenga de Dios. Su estudio corresponde ms bien a la Teologa. 5. LA JERARQUA DE MAX SCHELER. En general, cuando se estudian las jerarquas de valores de los principales axilogos, se nota un cierto paralelismo dentro de sus diferentes categoras. Un ejemplo tpico es la jerarqua propuesta por Max Scheler:
a) Valores de lo agradable y lo desagradable. b) Valores de lo noble y de lo vulgar. c) Valores espirituales. d) Valores de lo santo. La importancia de una correcta jerarqua de valores reside, sobre todo, en la facilidad que puede proporcionar para una eficaz orientacin de la vida entera. Quien no tiene clara la jerarqua de valores, a menudo se encuentra perplejo frente a una decisin por tomar. Cuando habl del libre albedro hice referencia a este tema. La experiencia ensea que, en la prctica, muchos problemas de la libertad van aparejados a la mayor o menor conciencia respecto del valor e importancia de ciertos hechos de la vida. Es tesis de algunos psicoanalistas (como Igor Caruso) que la tergiversacin en el orden de la jerarqua de valores (es decir, la sacralizacin de lo profano y la degradacin de lo sagrado, por ejemplo) puede caer dentro de la etiologa de una neurosis. En efecto, un hombre que no sepa valorar lo netamente humano, corre el riesgo de no alcanzar las metas que le corresponden como ser humano y quedarse LAJERARQUIZACIN DE VALORES
estancados dentro de niveles inferiores y anormales para su esencia y estructura racional. 6. Los CRITERIOS PARA ORDENAR UNA JERARQUA DE VALORES. Max Scheler ha proporcionado algunas ideas que pueden utilizarse como criterios para ordenar los diferentes valores. Entre esas ideas sobresalen las siguientes: a) Duracin. Es superior un valor que dure ms que otro. Esto no se refiere a la duracin del bien en donde est encarnado un valor, un bien puede perecer rpidamente en tanto que el valor all encarnado puede subsistir por mucho tiempo. Por ejemplo, un libro puede quemarse, pero el poema o el tratado cientfico que encarna puede perdurar. b) Divisibilidad. Es superior un valor cuanto menos pueda dividirse. Una obra de arte no se puede dividir, en cambio los alimentos s. c) Fundamentacin. Es superior el valor fundamentalmente con respecto al valor fundamentado. Por ejemplo: la inteligencia fundamenta el conocimiento cientfico. d) Satisfaccin. Es superior el valor que satisface ms. No debe confundirse satisfaccin y placer, la satisfaccin puede ser de orden intelectual y espiritual. (Tmese en cuenta que algunos autores tambin hablan de placeres espirituales, con lo cual la palabra placer ya no se refiere exclusivamente al plano sensible y material.) e) Relatividad. Es superior el valor que se relaciona con los niveles superiores del objeto o la persona que est complementando. A partir de dichos criterios cada persona puede organizar su propia jerarqua de valores. El mximo inconveniente en este asunto consiste en la facilidad de ese orden. Una cosa es lo que un sujeto dice acerca de su jerarqua de valores y otra cosa es lo que de hecho realiza a lo largo de su vida. Continuamente estamos detectando incongruencias axiolgicas. Da la impresin de que la gente est al garete con respecto a sus valores; realiza o persigue aquellos que de pronto se presentan como urgentes, como exigitivos, como imprescindibles o como altamente placenteros. De esta manera, no es extrao que una persona se deje llevar por el narcisismo, el hedonismo, el qu dirn, la fama, el prestigio, el cultivo del ego, el protagonismo, el dinero, el placer sexual, y deje a un lado INTRODUCCIN A LA TICA
los otros valores que "en teora" suele colocar en un puesto superior dentro de su propia jerarqua axiolgica.
Bibliografa
Gutirrez Saenz, Ral (2005). Introduccin a la tica. Mxico: Esfinge. Pgs. 122 139.