Descargue como PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 122
UNIVERSIDAD DE NAVARRA
FACULTAD ECLESISTICA DE FILOSOFA
JOS MARTNEZ COLN L A L E Y S E G N P L A T N Extracto de la Tesis Doctoral presentada en la Facultad Eclesistica de Filosofa de la Universidad de Navarra P A MP L ON A 1 9 9 6 Ad normam Statutorum Facultatis Philosophiae Universitatis Navarrensis perlegimus et adprobavimus Pampilonae, die 16 mensis octobris anni 1995 Dr. Ioseph Aloisius FER N NDEZ Dr. Modestus SANTO S Coram tribunali, die 15 mensis martii anni 1995, hanc dissertationem ad Lauream Candidatus palam defendit Secretarius Facultatis Dr. Ioseph Emmanuel Z UMAQ UER O Excerpta e Dissertationibus in Philosophia V oi. V I, n. 6 PRESENTACIN Es considerable el resurgimiento que ha tenido el inters por el pen- samiento de Platn en los ltimos aos. En parte se ha debido a la influen- cia que ha supuesto el esfuerzo de grandes investigadores, como los de la Escuela de Tubi nga Si se han retomado los ms diversos temas de la filo- sofa platnica, no lo ha sido menos el dedicado al campo de su filosofa poltica. Y dentro de ella, la ley es un tema central, que adquiere especial inters al ser un punto clave para explicar y ubicar ordenadamente los dife- rentes mbitos que constituyen para Platn tanto el rgimen poltico, como la sociedad misma. La teora de la ley es para Platn una parte integrante de su filosofa general, y ayuda a comprender e iluminar todo el corpus platnico; es sig- nificativo que Platn haya dedicado los ltimos aos de su vida a escribir sobre la ley su dilogo ms extenso, Las Leyes ms de un quinto de su obra, y que junto a La Repblica y El Poltico, constituyan un pilar de su pensamiento. Como en todo gran pensador que ha tenido una comprensin clarifi- cadora de la realidad, sus postulados cobran actualidad al responder a varios interrogantes que plantea la sociedad contempornea. Incluso pareciera que la etapa histrica de Platn se repitiera y pudieran verse a los viejos sofis- tas reencarnados: un Trasmaco en un Hobbes o un Calicles en un Nietzche. En efecto, la situacin de crisis, sobre todo poltica y moral, a la que se enfrent Platn es semejante a la contempornea, de aqu que su respuesta vuelva a adquirir valor y sentido. El objetivo del presente trabajo de investigacin es precisamente estudiar y analizar la nocin platnica de la ley, para establecer el lugar que ocupa dentro de su filosofa poltica y poder as valorar su importancia y validez. La ley, en tanto que rige el obrar del ciudadano, viene a ser un ele- mento de su vida poltica del cual no puede prescindir; ocupa un lugar pri- vilegiado en el conjunto de factores que acompaan la vida humana y que, para Platn, se reclaman y explican recprocamente: el derecho, la tica, la educacin, etc. Por ello se eligi considerar la ley tanto en s misma su 420 JO S MAR TNEZ CO LN origen, definicin, fundamento, finalidad, propiedades, etc., como las relaciones tan estrechas que guarda con esas otras realidades externas; stas no se comprenden independientes, aunque tal vez, en la actualidad, algunas de ellas no se conciban tan ntimamente unidas a la ley, tales como la fami- lia, la educacin o las virtudes. Se sigui un anlisis directo de la obra completa de Platn, reco- giendo las numerosas ideas sobre la ley que se hallan diseminadas a travs de los dilogos, poniendo una especial atencin en los tres dilogos polti- cos por excelencia: La Repblica, El Poltico y Las Leyes; con una particu- lar dedicacin en este ltimo, pues se considera que Platn escribi en l su pensamiento ms maduro, reflexivo y decisivo. Adems se tuvieron en cuenta diferentes interpretaciones que han hecho algunos de los principales estudiosos del tema, pretendiendo dar algunas luces sobre la direccin que sus teoras han tomado. Slo me resta agradecer a todos los que han hecho posible este estu- dio, en especial al Profesor Dr. D. Jos Luis Fernndez que ha tenido la amabilidad de dirigir esta Tesis de Doctorado y cuya inestimable crtica y orientacin la hicieron posible; al Profesor Dr. D. Carlos Kramsky por su gran ayuda y enseanzas; tambin a la Fundacin R od que me facilit los medios necesarios para la realizacin de estos estudios y, por ltimo, al Decano de la Facultad Eclesistica de Filosofa Dr. D. Mariano Artigas por las facilidades y el apoyo que me ha brindado para el desarrollo de este tra- bajo de investigacin. NDI CE D E L A TES I S INTR O DUCCIN 1 CAPTULO I CO NCEPTO DE LEY Y SU FINALIDAD 11 A) Nocin de nomos 12 1) Significado de nomos 12 2) Definicin platnica de ley 22 B) Finalidad de la ley 29 1) La ley en vistas a la arete humana 30 2) La virtud, conductora a la eudemona 38 3) El bien comn 48 CAPTULO n FUNDAMENTO DE LA LEY 53 A) La razn, fuente prxima de la ley 54 1) La razn mide y es medida 54 2) El conocimiento, medida de la razn 60 3) Criterio de verdad 65 B) El legislador 71 1) El legislador-filsofo 71 2) El legislador, filsofo y virtuoso 79 3) Finalidad del legislador 84 C) La divinidad, fuente y fundamento ltimo de la ley 87 1) La divinidad, medida del legislador 87 2) Inmutabilidad de la divinidad y la ley 102 3) La impiedad, enemiga de la ley 110 422 JO S MAR TNEZ CO LN CAPTULO III NATUR ALEZ A DE LA LEY 127 A) La ley, medida de la libertad 128 1) Persia o la libertad insuficiente 131 2) tica o la libertad excesiva 134 B) Carcter tico de la ley 137 C) La ley, instrumento de unidad 143 1) O rigen de la unidad en la humanidad 146 2) La poltica, arte de unir 150 3) Unidad en el hombre y en la ciudad 153 4) Causas de desunin 160 I a ) El enriquecimiento ilcito 160 2 a ) Las guerras y sediciones 162 3 a ) Las injusticias 164 D) Alcance de la ley 166 1) Generalidad de la ley 167 2) Necesidad de la ley escrita 171 E) La transgresin de la ley 174 1) Justificacin de la ley penal 176 2) Finalidad de la ley penal 180 3) Las ley penal, partcipe de la belleza 184 F) Promulgacin de la ley 191 1) R edaccin de la ley, la persuasin 192 2) Lenguaje preciso y adecuado 196 CAPTULO IV PR ESUPUESTO S ANTR O PO LGICO S DE LA LEY 201 A) La naturaleza humana, presupuesto de la ley 202 1) La ley natural en Platn 203 2) Jerarqua de valores en la ley 206 3) Igualdad del hombre y la mujer ante la ley 214 LA LEY SEGN PLATN 4 2 3 B) Extensin de las virtudes humanas a la polis 2 1 8 1 ) La phrnesis 2 2 4 2 ) La fortaleza 2 2 7 3 ) La sophrosyne 2 3 0 4 ) La ley, una forma de justicia 2 3 5 C) Condiciones favorables para la virtud 2 5 1 1 ) Bienes espirituales 2 5 3 2 ) Bienes para el cuerpo 2 5 9 3 ) Condiciones ambientales 2 6 4 CAPTULO V LA FAMILIA Y LA EDUCACIN EN LA LEY 2 6 9 A) La leyes y el matrimonio 2 7 0 1) O rigen y fin del matrimonio 2 7 1 2 ) La vida matrimonial en la ley 2 7 7 3 ) Deberes en las relaciones familiares 2 9 0 B) Legislacin sobre la paideia 2 9 3 1) La paideia en la familia 2 9 6 2 ) Legislacin sobre un plan educativo 3 0 3 a) Letras 3 0 5 b) Msica y gimnasia 3 0 8 c) Matemticas 3 1 5 d) La educacin superior, la dialctica 3 2 0 3 ) Principios generales de la paideia 3 3 1 4 ) Carcter educativo de las leyes 3 4 2 CAPTULO V I LA LEY Y EL PO DER PO LTICO 3 4 7 A) La autoridad 3 4 8 1 ) Necesidad y tipos de autoridad 3 4 8 2 ) Distribucin de la autoridad 3 5 3 B) La ley y la poltica 3 5 6 424 JOS MARTNEZ COLN 1) La poltica como una forma de justicia 357 2) La justa medida, criterio del poltico 360 3) Los gobernantes, rectores de la ley 367 C) La ley y el rgimen poltico 373 1) El rgimen subordinado a la ley 374 2) Tipos de rgimen 378 3) Eleccin del mejor rgimen 385 4) La decadencia en el rgimen poltico 390 5) V iabilidad o utopa? 392 CO NCLUSIO NES 399 BIBLIO GP^FA 427 I) Fuentes 4 2 7 II) Bibliografa principal 428 III) Bibliografa secundaria 439 BIBLIOGRAFA DE LA TESIS I) FUENTES PLATN, uvres compltes, textes tabili et traduit, "Les Belles Lettres", Paris, 1975. PLATN, Platonis Opera, anotacin crtica por Ioannes Burnet, 5 voli., O xonii, 1900-1907. PLATN, El Poltico, introduccin, texto crtico, traduccin y notas de Antonio Garca Laso, Instituto de Estudios Polticos, Madrid, 1955. PLATN, La Repblica, introduccin, texto crtico, traduccin y notas de J.M. Pabn y M. Fernndez Galiano, Instituto de Estudios Polticos, Madrid, 1969. PLATN, Las Leyes, introduccin, texto crtico, traduccin y notas de J.M. Pabn y M. Fernndez Galiano, Instituto de Estudios Polticos, Madrid, 1960. PLATN, La Repblica (Platonos Politela), V ersin, notas e intro- duccin de Antonio Gmez R obledo, (Bibliotheca Scriptorum Graecorum et R omanorum Mexicana), Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Mxico, 1971. PLATN, Dilogos, Gredos, Madrid, 1982. II) Bibliografa principal ALDER ISIO , F., // Nomos di Pindaro nel Gorghas e nei Nmoi de Platone, "R assegna di Scienze Filosofiche", 13 (1960)22-46. ALV I R A, R ., La nocin de finalidad, Eunsa, Pamplona, 1978. AR ISTTELES, Poltica, Instituto de Estudios Polticos, Madrid, 1951. BAR R ER , E., The Politicai Thought of Plato and Aristotle, Dover Publications, New York, 1959. 426 JOS MARTNEZ COLN BURNET, J., Greek philosophy: Thales to Plato, Macmillan, London, 1960. BURNET, J., Platonism, Berkeley, 1928. CAIRNS, H., The collected dialogues of Plato including the Letters, Princeton University Press, Princeton, 1989. CAIRNS, H., Legal philosophy from Plato to Hegel, Johns Hopkins Press, Baltimore, 1967. CAMASSA, G., La codificazione delle leggi nella Grecia Arcaica, "Filosofia Politica", 2 (1991) 259-269. CECI , G. , L'ideale politico di Platone, Tipog. Ficcadendi, San Benedetto del Tronto, 1971. CO LLI , G., LO sviluppo del pensiero politico di Platone, "Nuova R ivista Storica", 23 (1939) 161-192 y 449-476. CORNFORD, F., Antes y despus de Scrates, Ariel, Barcelona, 1980. CORNFORD, F., De la religion a la filosofia, Ariel, Barcelona, 1984. CORNFORD, F., La filosofia no esenta y otros ensayos, Ariel, Barcelona, 1974. CORNFORD, F., Lo sviluppo del pensiero politico di Platone, "Nuova R ivista Storica", 23 (1939) 161-192 y 449-476. COTTA, S., // concepto di legge nella Summa Theologigiae di S. Tommaso d'Aquino, Giappichelli, Torino, 1956. CROMBIE, I. M., Anlisis de las Doctrinas de Platon, Alianza Universidad, Londres, 1962. CRUZ V ELEZ , D., Platon entre la filosofia y la politica, "Dilogos", R io Piedras, Puerto R ico, 35 (1980) 7-26. DE VOGEL, C. J., Ripensando Platone e il Platonismo, V ita e Pensiero, 1990. DEMO S, R ., The Philosophy of Plato, Scribner, New York, 1948. ELLUL, J., The Theological foundation of law, Transl. by Marguerite Wieser, S. C. M. Press, London, 1961. FAUCCI, D., Morale e politica in Platone, "Giornale Critico della Filosofia Italiana", 2 (1952) 129-161. LA LEY SEGN PLATN 427 FER GUSO N, Mariage Regulations in the Republic, "Classica! Q uarterly", 10 (1910) 177-199. FlELD, G. C, Plato's Politicai Thought and his Value Today, "Philosophy", 16 (1941) 227-241. FO UILLE, A., La filosofia de Platon, La Espaa Moderna, Madrid, 1888. FR IEDL NDER , P., Plato, I: An Introduction, Pantheon Library, New York, 1958. FR IEDL NDER , P., Plato, II: The Dialogues, First period, Pantheon Library, New York, 1965. FR IEDL NDER , P., Plato, III: The Dialogues, Second and Third Periods, Princeton University Press, Princeton, 1968. FR IEDL NDER , P., Platon, verdad del ser y realidad de la vida, Tecnos, Madrid, 1989. GADAMER , H. G., The idea of the good in platonic-aristotelian phi- losophy, Yale University Press, New Haven (Conn.) and London, 1986. GAISER, K., La Metafisica della storia in Platone, Centro di R icerche di Metafisica dell'Universit Cattolica del Sacro Cuore, V ita e Pensiero, Milano, 1992. GAISER , K., Platone come scrittore filosofico, Bibliopolis, Napoli, 1984. GALLI , U., Platone e ti NOMOS, casa editrice Guiseppe Gambino S.A., Torino, 1937. GAR C A MYNES, E., Tesis del 'Criton' sobre el deber de obedien- cia a las leyes del estado y las sentencias de sus jueces, "Dianoia", Mxico, 1974. GAR C A MAYNES, E., Teoras sobre la justicia en los dilogos de Platn: Eutifrn, Apologa, Critn, Trasimaco, Protgoras y Gorgias, UNAM, Mxico, 1981. GAR C A MYNEZ , E., Teoras sobre la justicia en los Dilogos de Platn, Instituto de Investigaciones Filolgicas, UNAM, Mxico, 1987. GENTI LE, M., La politica di Platone, Padova, 1940. GIGANTE, M., Nomos basileus, Napoli, 1953. GMEZ R O BLEDO , A., Platn, los seis grandes temas de su filosofa, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1974. 428 JO S MAR TNEZ CO LN GR UBE, G. M. A., El pensamiento de Platn, Gredos, Madrid, 1987. GR UBE, G. M. A., Marriage Laws in Plato's Republic, "Classical Q uarterly", 21 (1927) 95-99. GUADALUPE MO R ENO , B., tica y poltica en Platn, "Logos", Mxico, 30 (1982) 49-74. GUAR DINI, R ., El mesianismo en el mito, la revelacin y la poltica, ediciones R ialp, Madrid, 1956. GUTHR I E, W. K. C., Historia de la Filosofa Griega, Gredos, Madrid, 1984. GUTHR I E, W. K. C., Los filsofos griegos de Tales a Aristteles, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1967. GUTHR I E, W. K. C, The Greeks and their Gods, London, 1935. ISNAR DI PAR ENTE, M., Filosofia e politica nelle Lettere di Platone, Guida, Napoli, 1970. ISNAR DI PAR ENTE, M., Nomos e basilea nell'Academia antica, "La Parola del Passato", 11 (1957) 401-438. JAEGER , W., Aristteles, bases para la historia de su desarrollo inte- lectual, ediciones Fondo de Cultura Econmica Espaa, S.A., Mxico- Madrid-Buenos Aires, 1984. JAEGER , W., Paideia: Los Ideales de la Cultura Griega, Fondo de Cultura Econmica, Mxico-Buenos Aires, 1981. JAEGER , W., Alabanza de la Ley: los orgenes de la filosofa del derecho y los griegos, Instituto de Estudios Polticos, Madrid, 1953. JAEGER , W., Cristianismo primitivo y paideia griega, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1965. JAEGER , Vi., Humanismo y Teologa, ediciones R ialp, Madrid, 1964. JAEGER , W., La Teologa de los primeros filsofos griegos, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1952. JASPER S, K. , Plato and Augustine, Edited by Hannah Arendt, Harcourt Brace & Company, New York, 1962. KLO SKO , G., Rational persuasin in Plato's politicai theory, "History of Politicai Thought", 7 (1986) 15-31. KLO SKO , G., The development of Plato's politicai theory, Methuen Inc., New York, 1986. LA LEY SEGN PLATN 429 KOYRE, A., Introduccin a la lectura de Platn, Alianza Editorial, Madrid, 1966. KRAMER, H. J., Dialettica e definizione del Bene in Platone: inter- pretazione e commentario storico-filosofico di "Repubblica" VI 534 B3- D2, V ita e Pensiero, Milano, 1989. KR MER , H. J., La nuova immagine di Platone, Lezioni della Scuola di Studi Superiori in Napoli, Istituto italiano per gli studi filosofici, Bibliopolis, Napoli, 1987. KRMER, H. J., Platone e i fondamenti della metafisica, Pubbli- cazioni della Universit Cattolica del Sacro Cuore, V ita e Pensiero, Milano, 1982. KRAMSKY STEINPR EIS, C. DE J., Perennidad de la Filosofia Politica de Platn, Tesis doctoral en Filosofa por la Universidad de Navarra, Mxico-Pamplona, 1992. LISI, F. L., Fundamentacin de la ley en El Poltico y Las Leyes de Platn, "Ethos", Buenos Aires, 8 (1980) 139-53. LODGE, R . C, Plato's theory on education, R ussell & R ussell, New York, 1970. MONDOLFO, R ., Momenti del pensiero greco e cristiano, A. Morano, Napoli, 1964. MORROW, G. R ., Plato and the Law of Nature, Essays G. M. Sabine, Ithaca, (1948) 17-44. MORROW, G. R ., Plato's Cretan City: A Historical Interpretation of the Laws, Princeton University Press, Princeton, 1960. MORROW, G. R ., The Nocturnal Council in Plato's Laws, Archiv fiir Geschichte der Philosophic, Berlin, 1960. NETTLESHIP, R . L., La educacin del hombre segn Platn, "Atlntida", Buenos Aires, 1946. NETTLESHIP, R . L., La teoria dell'educazione nella Repubblica de Platone, (Educatori antichi e moderni, 249), "La Nuova Italia", Firenze, 1970. PlEPER, J., Sobre los mitos platnicos, Herder, Barcelona, 1984. PLANINO, Z ., Plato's political philosophy. Prudence in the Republic and the laws, The University of Missouri Press, Columbia (Mo.), 1991. 430 JO S MAR TNEZ CO LN R EALE, G. - ANTI SER I , D., Historia del Pensamiento Filosfico y Cientfico, Ed. Herder, Barcelona, tomo I, 1988. R EALE, G., / problemi del pensiero antico dalle origini ad Aristotlele, (Scienze umane, 5-1), Celuc, V ol. I, Milano, 1973. R EALE, G., / tre paradigmi storici nel'interpretazione de Platone e i fundamenti del nuevo paradigma, Instituto Suor O rsola Benincasa, aples, 1991. R EALE, G., Platone: per una nuova interpretazione di Platone. Rilettura della metafisica dei grandi dialoghi alla luce delle dottrine non scritte, pubblicazioni della Universit del Sacro Cuore, V ita e Pensiero, Milano, 1993. R EALE, G., Per una rilettura e una nuova interpretazione di Platone, Cusl, Milano, 1984. R EALE, G., Storia della Filosofa Antica, pubblicazioni della Universit Cattolica, V ita e Pensiero, Milano, V olumen n, 1992. R ITTER , K, Platon: II, Mnchen, 1923. R ITTER , K. , The Essence of Plato's Philosophy, Clarendon P., O xford, 1969. R O BI N, L., Platon, Les Grands Penseurs, P. U. F., Paris, 1968. R O BI N, L., Platon et la science sociale, "R evue de Mtaphysique et de Morale", 18 (1913) 211-255. R O GGER O NE, G. A., Studi Platonici, Universit degli studi di Lecce, Edizioni Milella, Lecce, 1992. R O SS, D. , Aristteles, Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1957. SANTO TO MS de AQ UINO , Prefacio a "La Poltica", Editorial Tradicin, Mxico, 1976. SANTO TO MS de AQ UINO , Suma Teolgica, l-U, q. 90-97, Editoris Eq. Petri Marietti, Taurini, Italia, 1915. SAUNDER S, T. J. , Bibliography on Plato's Laws 1920-1970, with additional citations through May 1975, Arno Press, 1975. SAUNDER S, T. J., Notes on the Laws of Plato, Institute of Classical Studies, Bulletin Supp. n. 28, University of London, London, 1972. SAUNDER S, T. J., The Socratic paradoxes In Plato's Laws. A com- mentary on 859c-864b, Hermes, Weisbaden, 1968. LA LEY SEGN PLATN 431 SHO R EY, P., Plato's Laws and th Unity of Plato's Thought, "Clasical Philology", 9 (1914) 345-369. SHO R EY, P., The Unity of Plato's Thought, University of Chicago Press, Chicago, 1960. SHO R EY, P., What Plato said, University of Chicago Press, Chicago, 1957. SO LMSEN, F., Some passages in Plato's Laws (TV and V), "Illinois Classical Studies", 5 (1985) 44-8. STR AUSS, L., The argument and the action of plato's Laws, University of Chicago Press, Chicago, 1975. STR AUSS, L., On a new Interpretation of Plato Political Philosophy, "Social R esearch", 13 (1946) 326-367. SZ LEZ K, TH. A., Come leggere Platone, R usconi, Milano, 1991. TAYLO R , A. E., El pensamiento de Scrates, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1961. TAYLO R , A. E., Plato: The man and his work, Methuen, London, 1963. TSATSO S, C , Plato's political philosophy. Some comments by R. Demos replied by Const. Tsatsos, "Philosophia", 1 (1973) 206-207. V lLLEY, M., El pensamiento jus-filosfico de Aristteles y de Santo Toms, Ghersi editor, Buenos Aires, 1981. V LASTO S, G., The Theory of Social Justice in the Polis in Plato's Republic, edited by Helen F. North, Mnemosyne, Bibliotheca Classica Batava, Supplementum 50, Leiden, 1977. V LASTO S, G, Plato, Anchor Book, Garden City, New York, 1971. V O EGELIN, E., Ordine e storia, la filosofia politica di Platone, Il Mulino, Bologna, 1986. V O EGELIN, E., Plato, Louisiana State University Press, Baton R ouge, 1966. WILAMO WITZ , M.-MO ELLENDO R FF, Platon, Nachdruck der 3, Aufl., Weimann, Dublin, 1969. Z ELLER , E., La filosofia dei greci nel suo sviluppo storico, Parte seconda, a cura di Marghrita Isnardi Parente, La Nuova Italia, Firenze, 1974. 432 JO S MAR TNEZ CO LN III) Bibliografa secundaria A A . V V ., A guide to the political classics. Plato to Rosseau, edited by Murray Forsyth and Maurice Keens-Soper, O xford University Press, O xford, 1988. A A . V V ., Convenio Internationale Verso una nuova immagine de Platone, aples, O ctubre, 1991. A A . V V ., European political theory. Plato to Machiavelle, Edited by Michael A. Soupios, University Press of America, Lanham, Md., 1986. A A . V V ., Justice, law and method in Plato and Aristotle, Edited by Spiro Panagiotou, Academic Printing and publishing, Edmonton (Alberta), 1987. A A . W . , Plato. A collection of critical essays, vol. II: Ethics, poli- tics., Ed. by Gregory V lastos, Doubleday, Anchor Books, New York, 1971. A A . V V ., Plato, Popper, and Politics: Some contributions to a modern controversy, Ed. by R enford Bambrough, Cambridge, W. Heffer, 1967. ADAM, A. M., Platn: Sus Ideales Morales y Polticos, Editorial Saturnino Calleja, Madrid, 1922. ADKI NS, A. W. H., Theoria versus praxis in the Nicomachean Ethics and the Republic, "Classical Philology", 73 (1978) 297-313. ADO R NO , F., // Pensiero Politico de Platone (antologa), Ed. Loescherr, Torino, 1957. AHUJ A, R . L., The Aims and Bases of Education (from Plato to Gandhi), Ambala V antt, Indian Press, India, 1962. ALV I R A, R ., Reivindicacin de la voluntad, Eunsa, Pamplona, 1988. ALLEN, R . E., Law and Justice in Plato's Crlto, Symposium: Plato on the lenguage of justice, The Journal of Philosophy, New York, 1972. AMI T, M., Plato, Republic 566e, ' The Classical R eview", 1 (1969) 4-6. AR NHAR T, L., Political questions. Political Philosophy from Plato to Rawls, Macmillan pub. Co., New York, 1987. BALABAN, O ., The Myth of Protagoras and Plato's Theory of Measurement, "History of Philosophy Q uarterly", 4 (1987) 371-84. LA LEY SEGN PLATN 433 BAR GELIO TES, L. C, Beyond Plato and Aristotles. Pletho's concep- tion of justice and law, "Energeia", 1 (1986) 44-49. BAR KER , E., Greek Political Theory. Plato and his Predecessors, Methuen & Co. LTD., Londres, 1917. BAR R O W, R ., Plato and education, Students Library od Education, R outledge & Kegan Paul, London, 1976. BATTEGAZ Z O R E, A. M. , La dimensione deontologica nella Repubblica plqtonica, II Pensiero Politico, Firenze, 1975. BAUTAIN, L., Filosofia de las leyes bajo el punto de vista cristiano, Imprenta del Heredero de D. Pablo R iera, Barcelona, 1865. BAYLES, MI CHAEL D., Principles of law. A normative analysis, Law and Philosophy Library, D. R eidel pub. Co., Dordrecht, 1987. BAYO NAS, A. C, Lgislation et dialectique d'aprs La Rpublique de Platon .' "Filosofia", Athens, 1971. BAYO NAS, A. C, The Idea of Legislation in the earlier Platonic Dialogues, Athens, 1966. BEATTY, JO SEPH, Why should Plato's philosopher be moral and, hence, rule?, The Personalist, Los Angeles, 1975. BEATTY, J., Plato's happy philosopher and politics, R eview of Politics, Notre Dame, Ind., 1976. BEDU- ADDO , J. T., A theory of mental development. Plato's Republic, "PLATO N", 28 (1976) 288-301. BEGI N, R . F., Natural law and positive law, The Catholic University of American Press., Washington, 1959. BELFIO R E, E., Wine and catharsis of the emotions in Plato Laws, "Classical Q uarterly", 80 (1986) 421-437. BER TMAN, M. , A Hobbes' science of politics and Plato's Laws (in the writings of Leo Strauss), "Independent Journal of Philosophy", 2 (1978) 47-53. BEST, J., What is law? The Minos reconsidered, "Interpretation", New York, 2-3 (1979) 102-113. BO BO NICH, C , Persuasion, Compulsion and Feedom in Plato's Laws, "Classical Q uartierly", 2 (1991) 365-388. BO DUS, R ., Pourquoi Platon a-t-il compos les Lois?, "Les tudes Classiques", 53 (1985) 367-375. 434 JO S MAR TNEZ CO LN BO ECKH, A., In Platonis qui vulgo fertum Minoem, Halis Saxonum, 1806. BO NAGUR A, P., Exterioridad e Interioridad: la tensin filosofico- educativa de algunas pginas platnicas, Eunsa, Pamplona, 1991. BO UR Q UE, V . J., A millenium of Christian Platonism: Augustine, Anselm and Ficino, Proceedings of the PMR Conference, V illano va, 10 (1985) 1-22. BR EMER , J., On Plato's politicy, Institute of Philosophy, Houston, 1984. BR O CHAR D, V ., La Thorie des idees dans les Lois de Platon, "Ane Philosophic", 13 (1902) 1-17. BR O CHAR D, V ., Estudios sobre Scrates y Platn, Ed. Lusada, Buenos Aires, 1945. BR O WN, R ., The nature of social laws, Machiavelli to Mill, Cambridge University Press, London, New York, 1986. BR UN, J., Platon y la Academia, Ed. Universitaria de Buenos Aires, 1969. BR YANT, J. M., Enlightenment psychology and political reaction in Plato's social philosophy. An ideological contradiction?, "History of Political Thought", 3 (1990) 377-395. CACO ULLO S, A. R ., Philosophy and politics: some notes of the para- doxes of the philosopher-king, "Diotima", Athnes, 1975. CAR DO NE, D. A., La politica dei filosofi per una morale giuridica universale, IV Congreso nazionale di Filosofia del Diritto, "R ivista Internazionale di Filosofia del Diritto", Milano, 1962. CESAR INI SFO R Z A, W. , La crisi dellalegge, "R ivista Internazionale, di Filosofia del Diritto", Milano, 1954. CLAR CK, M., Platonic Justice in Aristotle and Augustine, The Downside R eview Bath., 1964. COBB, W. S., The religious and the just in Plato's Euthyphro, "Ancient Philosophy", 5 (1985) 41-46. CO HEN, B. , Introduccin al pensamiento educativo: Platn, Rousseau, Frbel, Dewey, Cultural, Mxico, 1976. LA LEY SEGN PLATN 435 CO LEMAN, W. R ., Knowledge and freedom in the political philo- sophy of Plato, "Ethics", 1960. CO O PER , J. M., Platos's Theory of Human good in the Philebus, American Philosophical Association, Symposium: The Philosophy of Plato, "The Journal of Philosophy", 11 (1977) 714-30. CO R NFO R D, F., Plato: The Republic of Plato, O xford University Press, London, 1981. CO R NFO R D, F., Platon y Parmnides, V isor, Madrid, 1989. CO R NFO R D, F., Principium Sapientiae: los origines del pensamiento filosofico, V isor, Madrid, 1987. CO SENZ A, P., L'incommensurabile nell'evoluzione filosofica di Platone, Studi Filosofici, "Il Tripode", Napoli, 1977. CO TTA, S., Itinerarios humanos del derecho, Eunsa, Pamplona, 1974. CHANCE, R ., Until philosophers are kings. A study of political the- ory of Plato and Aristotle in relation to the modern state. With a foreword by H. J. Laski, Kennikat Press, Port Washington (New York), 1968. CHANTEUR , J., La loi chez Platon, "Archives de Philosophie du Droit", 25 (1980) 137-46. CHASE GR EENE, W., The Paradoxes of the Republic, Harvard Studies, "Classical Philology", 63 (1958) 199-216. CHASE, J. A. H., The Influence of Athenians Institution upon the Laws of Plato, Harvard Studies, "Classical Philology", 44 (1933) 131-192. CHENO T, B., Des ides de Platon, Institut de France, Acadmie des sciences morales et politiques, Paris, 1983. CHR O UST, A. H., A second (and doser) look at Plato's political phi- losophy, Archiv fr R echts- und Sozialphilosophie, Berna, 1962. DAV I D, E., The Spartan syssitia and Plato's Laws, "The American Journal of Philology", 99 (1978) 486-95. DAV I TT, T. E., The basic values In law, Ann Arbor (Mich.), London, University Microfilms International, 1978. D E STEFANO , R ., Legge etica e legge giuridica, Giuffr, Milano, 1955. DECLEV A CAIZ Z I, F., Hysteron proteron. La nature et la loi selon Antiphon et Platon, "R evue de Mtaphysique et de Morale", 91 (1986) 219- 310. 436 JO S MAR TNEZ CO LN DEL V ECHI O , G. , El concepto de naturaleza y el principio del dere- cho, Ed. Hijos de R eus, Madrid, 1916. DES PLACES, E., Les Lois de Platon et la Prparation vanglique d'Eusbe de Cesaree, Aegyptus, 1952. DES PLACES, E., Un thme platonicien dans la tradition patristique: le juste crucifi (Platon Rpublique 361e4-362a2), Studia patristica IX, Ed. F.L. Cross, Akademie-V erlag, 1966. DESPLAND, M., Lgitimation et dlgitimation de la loi. Rflexions partir de Platon, Calvin et Hegel, "Laval Thologique et Philosophique", 39 (1983) 55-67. DESPLAND, M., The education of desire. Plato ant the philosphy of religion, University of Toronto Press, Toronto, 1985. DESPO TO PO ULO S, C , Un grave malentendu sur la doctrine politique de Platon, "R evue Philosophique de la France et de l' tranger", Paris, 1975. Di LEO NAR DO , G. , // problema dello Stato presso i Sofisti, Platone, Aristotele, U. Manfredi, Palermo, 1962. DlLLER , A., Petrach's Greek codex of Plato, "Classical Philology", Chicago, 1964. DR UAT, T., Un sommaire du sommaire farabien des Lois de Platon, "Buletin de Philosophie Mdivale", 19 (1977) 43-45. DUPO NT, F., Le plaisir et la loi. Du Banquet de Platon au Satiricon, Textes l' appui, Histoire classique, F. Maspero, Paris, 1977. DYSO N, M., The structure of the laws' speech in Plato's Crito, "Classical Q uarterly", 72 (1978) 427-36. STR YCKER , E. DE, La distinction entre l'entendement (Dianoia) et l'intellect (Nous) dans la Republique de Platon, in: AA. V V . Estudios de Historia de la Filosofa en homenaje al prof. R . Mondolfo, vol. I, Tucumn, (1957) 209-226. EBESTEIN, W., Great political thinkers. Plato to the present, R inehart & Winston, New York, 1969. EGGER S, C, Platon: Los dilogos tardos, R ecopilacin de las Actas del Symposium Platonicum, Universidad Nacional Autonoma de Mxico, 1986. ESTEBAN, O ., Platn. Paideia y Sistema, "Helmntica", Salamanca, 89 (1978) 145-159. LA LEY SEGN PLATN 437 FALKE, R ., Thomas More -imo, velut Plato, Bulletin Assoc. G. Bude, 1956. FASS , G. , Legge naturalstica e legge pratica, Stud. Parmensi, Milano, 1955. FEHL, N. E., A guide to the study of Plato's Republic;and the Euthyphro, Apology and Laws X (Philosophy of life ser. 1), Hong Kong, Chung Chi college, Ma Liu Shui, N. T., 1962. FER R AR I, L., The origin of the state according to Plato, "Laval Thologique et Philosophique", Q uebec, 1956. FIELD, G. C, The Phylosophy of Plato, Cumberlege, London, 1949. FIR EMAN, P., Justice in Plato's Republic, Philosophical Library, New York, 1957. FO DER AR O , S., // concetto di legge, Bocca, Milano, 1948. FO STER , M. B., Masters of political thought. Vol. I: Plato to Machiavelli, Houghton Mifflin Co., Boston, 1961. FO STER , M. B., The political philosophies of Plato and Hegel, R ussell & R ussell, New York, 1965. Fox, A., Plato and the Christians, Philosophical Library, New York, 1957. FR AISSE, J . C, Mesure, loi et longueur de temps selon Platon, "R eveu de Mtaphisique et de Morale", 93 (1988) 435-446. FR EUND, J., La esencia de lo politico, Editora Nacional, Madrid, 1968. FR IEDR ICH, C. J., The philosophy of law in historical perspective, University of Chicago Press, Chicago, 1963. GADAMER , H. G. , Verit e Metodo, Milano, 1985. GAISER , K., Philodems Academica: die Berichte ber Platon und die Alte Academie in zwei herculanensischen papyri, Frommann-Holzboog, Stuttgart, 1988. GALLINAR I, L., Platone. Politica ed educazione. Governo dei Migliori, I. S. C. , R oma, 1986. GASTALDI, S., Educazione e consenso nelle Leggi di Platone, "R ivista di Storia della Filosofia", 39 (1984) 419-52. 438 JO S MAR TNEZ CO LN GASTALDI, S., Legge e retorica. I proemi delle Leggi di Platone, "Q uaderni di Storia", 20 (1984) 69-109. GlORGlNI, G., La filosofia della polis e l'attuale dibattito filosofi- co-politico, Convegno su ' La filosofia della polis' , Napoli, 5-7 maggio 1987, "Elenchos", 9 (1988) 239-252. GO LDSCHMIDT, V ., La Theorie platonicienne de la denunciation, "R eveu de Mtaphisique et de Morale", 58 (1953) 352-375. GO LDSCHMIDT, V ., Les dialogues de Platon, structure et methode dialectique, P. U. F., V endme, Paris, 1947. GRGEMANNS, H., Beitrge zur Interpretation von Platon Nomoi (Zeternata. H. 25), Beck, Mnchen, 1960. GO R O SPE, V . R Plato's natural-law theory in the Republic, The Modern Schoolman, St. Louis, Missouri, 1965-1966. GO ULDNER , A. W. , Enter Plato. Classical Greece and the origins of social theory, R outledge & Kegan Paul, London, 1967. GREGORY, J., Cicero and Plato on democracy, Latomus, Bruxelles, 3(1991)639-644. GR ENE, D. , Man in his Pride, A study in the Political Philosophy of Thucydides and Plato, University of Chicago Press, Chicago, 1950. GR O SS, B., The Great Thinkers on Plato, Putnam, New York, 1968. GUAR DINI, R ., La morte de Socrate: interpretation des dialogues philosophiques Euihiphron, Apologie, Criton, Phedon, Sevil, Paris, 1956. GULLEY, N., The interpretation of "no one does wrong willingly" in dialogues, "Phronesis", A Journal for Ancient Philosophy , V an Gorcum, Assen., 1965. GUMNEL, J. G, Political philosophy and time. Plato and the origins of political vision, University of Chicago Press, Chicago 1987. HACKFO R TH, The Authorship of the Platonic Epistles, Manchester, 1913. HALL, R . W. , Justice and the individual in The Republic, "Phronesis", A Journal for Ancient Philosophy , V an Gorcum, Assen., 1959. HALL, J., Plato's Legal Philosophy, "Indiana Law Journal", 1 (1956) 171-206. LA LEY SEGN PLATN 439 HAR MO N, M. J., Political thought: from Plato to the present, Mc Graw-Hill Book Co., New York, 1964. HAR T, H. L. A., The concept of law, Clarendon law series, O xford University Press, London-New York, 1976. HAR T, H. L. A. - HO NO R , T., Causation in the law, O xford University Press, London-New York, 1985. HATHAWAY, R. F., Law and the moral paradox in Plato's Apology, "Journal of the History of Philosophy", Berkeley, 1970. HAVELOCK, E. A., The Greek concept of justice. From its shadow in Homer to its substance in Plato, Cambridge (Mass.), Harvard University Press, 1978. HAVELOCK, E. A., Preface to Plato, Backwell, O xford, 1963. HEINIMANN, Nomos undPhysis, "Basel", 24 (1945) 119. HENLE, R .J., Saint Thomas' methodology in the treatment of 'posi- tiones' with particular reference to 'positiones platonicae', Gregorianum, 1955. HENLE, R .J., Saint Thomas and Platonism: A Study of the Plato and Platonici texts in the writings of Saint Thomas, Nijhoff, The Hague, 1956. HER NANDEZ Rui z, S., Antologia pedaggica de Platon, ed. Fernandez, Mexico, 1965. HESS, CH. R., Aquino's organic synthesis of Plato and Aristotle, Angelicum, R oma, 58 (1981) 339-350. HlTTINGER , R ., A critique of the new natural law theory, Ed. University of Notre Dame Press, Notre dame (Indiana), 1987. HO UR ANI, G. F., The education of the third Class in Plato's Republic, "Classical Q uarterly", 1949. HuiSMAN, B.-RlBES, F., Les philosophes et le droit. Les grands tex- tes philosophiques sur le droit, Srie dirige par Jean Card, Bordas, Paris, 1988. ISNARDI PAR ENTE, M., La VII Epistola e Platone esoterico, "R ivista Critica di Storia della Filosofia", 24 (1969) 416-431. ISNARDI PAR ENTE, M., Per l'interpretazione della dottrina delle idee nell'Academia antica, "Annali Istituto Italiano Studi Storici", I (1967) 9-33. 440 JOS MARTNEZ COLN I SNARD I P ARENTE, M., Recensione a H. Kreimer e i fondamenti della metafisica, "Gnomon", 57 (1985) 120127. I SNARD I P ARENTE, M., Studi e discussioni recenti sul Platone esote rico, l'Accademia antica, il Neoplatonismo, "D e Homine", 22/23 (1967) 217240. I SNARD I P ARENTE, M., Tedine: Momenti del pensiero greco da Platone ad Epicuro, "Nuova I talia", 1966. JASP ERS, K., Los grandes filsofos, Ed. Sur, Buenos Aires, 1968. J ENOF ONTE, La Repblica de los Lacedemonios, I nstituto de Estudios P olticos, Madrid, 1951. J ONES, N. F ., The organisation of the Kretan city in Plato's Laws, "Classical World", 83 (19891990) 473492. J ONES, The Law and Legal Theory of the Greeks, Oxford, 1956. JOSHI , NlRMAL, Political Ideals of Plato, . . Manaktala & Sons, Bombay, 1965. KALLA, S., Plato's political thought. A critique of Popper's inter pretations, "Journal of I ndian Council of P hilosophical Research", 2 (1984 1985) 7788. KAU F MANN, A., Stato della legge e Stato di diritto, "Rivista I nternazionale di filosofia del D iritto", Milano, 1964. KLI BANSKY , R., The continuity of the Platonic tradition during the Middle Ages, Warburg I nst. Mnchen, Kraus I nternational P ubi., 1981. KLOSKO, G., The Straussian interpretation of Plato's Republic, "History of P olitical Thought", 7 (1986) 275293. KNOCH, W., Die Stafbestimmungen in Piatons NOMOI, Klassisch P hilolog. Studien, 23, Wiesbaden, Harassowitz, 1960. KRAMM, L., 77ie notion oftecne in Plato, "P hilosophical Studies", 31 (19861987) 148174. KR MER, H. J . , Mutamento di paradigma nelle ricerche su Platone, "Rivista di F ilosofia NeoScolastica", 78 (1986) 342352. KRAU T, R., Reason and justice in Plato's Republic, in Exegesis and argument, Studies in Greek philosophy presented to Gregory Vlastos, Edited by E. Lee, "P hronesis", supplementary volume (1973). KU HN, H., El Estado, una exposicin filosfica, Ediciones Rialp, Madrid, 1979. LA LEY SEGN PLATN 441 LACHI Z E- R EY, P., Les Idees morales, sociales et politiques de Platon, Paris, V rin, 1 9 5 1 . LAER CI O , D. , Vida, opiniones y sentencias de los filsofos ms ilus- tres, Bigrafos Griegos, Ed. Aguilar, Madrid, 1 9 6 4 . LANZ A, D. , La critica aristotelica a Platone e i due piani della 'Politica', Athenaeum, Pavia, 1 9 7 1 . LASSO D E LA V EGA, J., Ideales de la formacin griega, Ediciones R ialp, Madrid, 1 9 6 6 . LGI DO LPEZ , M., El problema de Dios en Platon, Instituto "Antonio de Nebrija", Colegio Trilinge de la Universidad, 1 9 6 3 . LEMPER EUR , A., Law: from foundation to argumentation. Trans, form the French by Michel van Strijthem, "Communication & Cognition", 2 4 ( 1 9 9 1 ) 9 7 - 1 1 0 . LI NZ , M., The philosophy of law, Livraria Freitas Bastos s/a, R io de Janeiro, 1 9 7 1 . LI R A, O . , Ontologia de la ley: ley eterna, ley natural, ley humana, Conquista, Santiago de Chile, 1 9 86 . Lisi, F. L., El 'nomos' como principio regulativo en la Carta VIII de Platn, ponencia presentada al V I Simposio Nacional de Estudios Clsicos, Universidad Nacional de Mar de Plata, 1 5 - 2 0 Septiembre de 1 9 80 . LO MBA F, J., Ethos, techny Kalon en Platn, "Anuario Filosfico", X X / 2 ( 1 9 8 7 ) 2 3 - 7 0 . LPEZ SALGADO , C, Platn: Filosofa y Poltica, Sapientia, La Plata, 1 9 7 7 . LUTO SLAWSKI, W., Plato's Change of mind, Proceedings of the Tenth International Congress of Philosophy, Edited by E.W. Beth, H. Pos, H. Hollak, Amsterdam, Agosto, 1 9 4 8 . LYCO S, K., Plato on justice and power. Reading Book I of Plato's Republic, The Macmillan Press, London, 1 9 8 7 . LYNCH, R . M., One Theory of Politics. (Anthology of quotations from Plato to John F. Kennedy), The Exposition Press, Jericho (New York), 1 9 6 8. LLAMB AS D E AZ EV EDO , J., El Pensamiento del Derecho y del Estado en la Antigedad. Desde Homero hasta Platn, Librera Jurdica, V alerio Abeledo, Buenos Aires, 1 9 5 6 . 442 JOS MARTNEZ COLN LLAMBfAS D E AZEVEDO, J. , Platon. La Teoria del Estado Justo, "Dianoia", Mexico, 1957. MACDONALD, C, Plato, Laws 704 a- 707 c and Thucydides II, 35- 46, "Classical R eview", London, 1959. MAGUIRE, Plato's Theory of Natural Law, "Yale Classical Studies", 10(1947) 151-178. MASTANDREA, D., / / concetto di educazione nelle opere platoniche dela Repubblica e delle Leggi, Mercato S. Severino, Linotip. B. Moriniello, 1970. MAZZARELLl, C, Bibliografia medioplatonica, "R ivista di Filosofia Neo-Scolastica", 72 (1980) 108-144. MCMI NN, J . B., Plato as philosophical theologian, "Phronesis", Assen., 1960. MEATTI NI , V ., L'orizzonte etico e politico di Platone, Lito- Tipografia V igo Cursi, Pisa, 1984. MELLI NG, D. J. , Understanding Plato, O xford University Press, O xford, 1987. MENN, S., Aristotle and Plato on God as nous and as the good, "R eview of Metaphysics", 3 (1991-1992) 543-573. MERLAN, Ph., Dal Platonismo al Neoplatonismo, V ita e Pensiero, 1990. MlGlORI, M., // recupero della trascendenza platonica ed il nuovo paradigma, "R ivista di Filosofia Neo-Scolastica", 79 (1987) 351-381. MOHR, R ., Plato's final thoughts on evil: Laws X, 899-905, in Plato II, G. V lastos, "Mind", 87 (1978) 572-575. MO MEYER , R . W., Socrates on obedience and disobedience of the law, "Philosophy R esearch Archives", 8 (1982) 21-53. MOREAU, J. , Le platonisme dans la Somme thologique, in Tommaso d'Aquino nella storia del pensiero, Edizione Domenicane Italiane, Napoli, 1975. MORERA DE GUIJARRO, J . I., Filosofia y mundo de valores en Platon, "R evista de Filosofia", 8 (1985) 205-221. MO R R I S, C, Western Political Thought, I: Plato to Augustine, Basic Books, New York, 1967. LA LEY SEGN PLATN 443 MORROW, G. R ., Popular Courts in Plato's Laws, Scientia, 1951. MORROW, G. R ., Plato's law of Slavery in its relation to Greek Law, Arno Press, New York, 1975. MORROW, G. R ., Aristotle's comments on Plato's Laws, in "Aristotle and Plato in the Mid-Fourth Century", Gtemborg, 1 (1960) 145- 162. MORROW, G. R ., Plato and the Rule of the Law, "Philosophical R eview", 50(1941) 105-126. MORROW, G. R ., The Demiurge in Politics: The Timaeus and The Laws, "Proceeding American Philosophical Ass.", 27 (1954) 5-23. MLLER, GERHARD, Studien zu den Platonischen Nomoi (Zetemata, 3) 2., durchges. Aufl. mit e. Nachw., Mnchen, Beck, 1968. MURPHY, N. R ., The Interpretation of Plato's Republic, O xford Univ. Press., New York, 1951. NATALI , C , // Politico di Piatone e la natura del sapere pratico in Aristotele, "Elechos", 2 (1981) 109-146. NELSO N, B. R ., Western Political Thought: from Socrates to the age of ideology, Prentice-Hall, Englewood Cliffs (N. J.), 1982. NETTLESHIP, R . L., Lectures on the Republic of Plato, London, 1927. NEUMANN, H., Goethe's Faust and Plato's Glaucon: the political necessity for philosophy, Studium Generale, Berlin, 1966. NEUMANN, H., Plato's Republic: utopia or dystopia?, The Modern schoolman, Saint louis, 1966-1967. NUSSBAUM, M. C, Shame, separateness, and political unity. Aristotle's criticism of Plato, in Essay on Aristotle's ethics, University of California Press, (1980) 395-435 O ' MEAR A, J . J. , The Platonist Augustiniam inheritance of St Thomas, "Irish Theological Q uarterly", Maynooth, 1974. O LGIATI, F., El concepto de juridicidad en Santo Toms de Aquino, Baraain, Ed. Universidad de Navarra, 1977. ORTEGA ESTEBAN, J . , Platn. Eros, Poltica y Educacin, Universidad de Salamanca, Salamanca, 1981. OSGNIACH, A. J., The philosophic roots of law and order, The 444 JO S MAR TNEZ CO LN Exposition Press, Jericho (New York), 1970. OSTWALD, M., Plato on law and nature, in Interpretations of Plato, edited by Helen F. North, "Mnemosyne", Bibliotheca Classica Batava, Supplementum 50, E. J. Brill, Leiden, 1977. PARESCE, E., La Problematica storica della Filosofa del Diritto, Ed. Ferrare, Messina, 1949. PENNO CK, J. R . -CHAPMAN, J. W. , Religion, Morality on the Law, (Outgrowth of a meeting of the American Society for Political and Legal Philosophy held in conjunction with the Assn. of American Law Schools in New Orleans (La.) Jan. 1986), ("Nomos", 30), New York University Press, New York, 1988. PERLMAN, P., Plato Laws 833c-834d and the bears of Brauron, "Greek, R oman and Byzantine Studies", 24 (1984) 115-30. PESCE, D., Alcune Recenti Interpretazioni della "Repubblica plato- nica", Atene e R oma, 1956. PHILLIPS, C , En torno a la estructura social y de poder en los pro- yectos polticos de Platn y Aristteles, "Cuadernos Americanos", 39 (1980)90-113. PIEPER , J., Entusiasmo y delirio divino: Sobre el dialogo platnico "Fedro", Ediciones R ialp, Madrid, 1965. PIEPER , J., Muerte e inmortalidad, Herder, Barcelona, 1970. PLANELLA GUI LLE, J., Los sistemas de Platn y Aristteles, Editorial Iberia, Barcelona, s.d. P O S T , L., The Preludes to Plato's Laws, "Trans. American. Philolo- gical Association", 60 (1929) 5-24. PO PPER , K. R ., 77ie Open Society'and its Enemies, The Spell of Plato, Princeton University Press, Princeton, 1971. PO PPER , K. R ., Plato, International Encyclopedia of the Social Sciences, Londres y New York, 1968. POUND, R ., Ideal element in law (tagore law lectures 1948), Univ. of Calcutta, Calcutta, 1958. Q UAR TA, C , L'utopia platonica. Il progetto politico di un grande filosofo, Franco Angeli, Milano, 1984. QuiNTON, A., Filosofia Politica, Fondo de Cultura Econmica, LA LEY SEGN PLATN 445 Mxico, 1979. REEVE, C. D. C, Philospher-kings. The argument of Plato's Repu- blic, Princeton University Press, Princeton (N. J.), 1988. R EINHAR DT, K. , Parmenides und die Geschicte die geschichte der griechischen philosophic, Frankfurt, 1959. REYES, A., La Filosofa Helenstica, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1959. RlCCATl, C, La imagen de Platn en Toms de Aquino, I-Il, "R evista de Filosofia", 19 (1986) 481-500; 20 (1987) 6-27. RICO, M., La esencia del derecho. La justicia. La ley. Gramtica filosfica del derecho, Biblioteca de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales, Buenos Aires, 1970. RICH, A., The Platonic Ideas as Thoughts of God, "Mnemosyne", (1954) 123-133. R I CHAR D, M. D., L'enseignement oral de Platon, Paris, 1986. R ICHAR DSO N, W. J., Heidegger and Plato, "The Heythrop Journal", O xford, 1963. R O BER TS, J., Plato on the causes of wrongdoing in the Laws, "Ancient Philosphy", 17 (1987) 23-37. ROBIN, L., El pensamiento griego y los orgenes del espritu cient- fico, Ed. Cervantes, Barcelona, 1926. R O BI N, L., La morale antique, P. U. F., Paris, 1963. R O DR GUEZ ADR ADO S, F., La interpretacin de Platn en el s. XX, Actas del II Congreso Espaol de Estudios Clsicos, Madrid, 1964. R O DR GUEZ ADR ADO S, F., El hroe trgico y el filsofo platnico, Taurus, Madrid, 1961. R O DR GUEZ ADR ADO S, F., Ilustracin y poltica en la Grecia Clsica, Ediciones de la R evista de O ccidente, Madrid, 1966. R O GGER O NE, G. A., La funzione del "Poltico" nella dottrina plato- nica dello Stato, "Sophia", 1950. R O GGER O NE, G. A., La Natura Pedagogica del diritto in Platone, R assegna di Pedagogia, 1950. Ross, D., Plato's Theory of ideas, Clarendon Press, O xford, 1966. R O SSETTI, L., Elements d'une morale juridique dans les Lois de 446 JO S MAR TNEZ CO LN Platon, "Archives de Philosophic du Droit", 33 (1988) 229-242. R O SSETTI, L. , // Symposium Platonicum di Citt del Messico (luglio 1986), 16(1987)425-427. R UBI O CAR R ACEDO , J., La utopia tica del estado justo. De Platon a Rawls, Ediciones R ubio Esteban, V alencia, 1982. R UI PER EZ , M. S. , Historia de QEMIS en Homero, "Emrita", XXV III (1960) 99-125. R USSELL, B., El Filsofo y la Ley, V ersion de Alonso Campos, Cultura Universitaria, 1961. SALAZ AR MALLN, R ., Desarrollo histrico del pensamiento politi- co, IL, UNAM, Mexico, 1981. SANTO NASTASO , G., / / pensiero politico de Platone ed Aristotele, O rientamenti Filosofici e Pedagogici, Italia, 1963. SAR TO R I US, R ., Fallacy and political radicalism in Plato's Republic, "Canadian Journal of Philosophy", Alberta, 1973-1974. SAUNDER S, T. J., Plato's penal code. Tradition, controversy, and reform in Greek penology, Clarendon Press: O xford University Press, O xford, 1991. SAUNDER S, T. J., Penology and Eschatology in Plato's Tlmaeus and Laws, "Classical Q uarterly", (1973) 232-244. SAUNDER S, T. J., The Structure of the soul and the state in Plato's Laws, "Eranos", (1962) 37-55. SAUNDER S, T. J., The Alleged Double Version in the Sixth Boole of Plat's Laws, "Classical Q uarterly", (1970) 232-236. SAUNDER S, T J., On Plato, Laws 850a b., "Philologus", 1962. SAUNDER S, T. J., Two passages In Plato's Laws: 794a-c , 848a, "Classical R eview", (1961) 101-117. SAUNDER S, T. J., The Property classes and the value of the 'clews' in Plato's Laws, "Eranos", Goteborg, 1961. SCHAER ER , R ., L'itineraire dialectique des Lois de Platon et su sig- nification philosophique, "R evue Philosophique", 143 (1953) 379-412. SCHLEIER MACHER , F., Opere scelte, Paideia, Brescia, 1985. SCHLEIER MACHER , F., Introduction to the Dialogues of Plato, Arno Press, New York, 1973. LA LEY SEGN PLATN 447 SCHMITZ , H.-G., Physis versus Nomos. Piatons politiktheoretische Auseinandersetzung mit Kallikles, Thrasymachos und Protagoras, "Z eitschrift fr Philosophische Forschung", Schlehdorf a. Kochelsee, Meisenheim/Glan., 42 (1988) 570-96. SCHUCHMAN, P., Comments on the criminal code of Plato's Laws, "Journal of the History of Ideas", New York, 1963. SCHUHL, P., Sur le mythe du Politique , "R evue de Methaphysique et de Morale", XXXIX (1932) 47. SEMER AR I, G., La Repubblica di Piatone e l'ordinepolitico dell'Alto Medioevo, "R ivista Internazionale di Filosofa del Diritto", 1953 SENGUPTA, Evolution of Law, 2d ed., Calcutta, Eastern Law, 1951. SHAPER E, D., Descartes and Plato, "Journal of the History of Ideas", New York, 1963. SHIELL, T. C, The Unity of Plato's Political Thought, "History of Political Thought", 3 (1991) 377-390. SlDER, D. , The apolitical life. Plato, Hippias maior, 218c, L' Antiquit classique, Bruxelles, 1977. SiSON, A. G., La virtud: sntesis de tiempo y eternidad, Eunsa, Pamplona, 1992. SlLVERTHORNE, M. J., Militarism in the Laws? (Laws 942 a 5-943 a 3, Symbolae O sloenses, O slo, 1973. SINCLAIR, TH., A History of Greek Political Thought, London, 1951. SINCLAIR , TH., // Pensiero Politico Clasico, Laterza, R oma, 1973. SMITH, N. D., An argument for the definition of justice in Plato's Republic (433 e 6-434 a 1), "Philosophical Studies", Dordrecht, 35 (1979) 373-83. SMITH, N. D., Socrates on trial, Clarendon Press, O xford, 1990. SMITH, J.M., A critical estimate of Plato's and Dewey's educational philosophies, Educational Theory, 1959. SOLIGNAC, A.-AUBENQUE, P., Une nouvelle dimension du Platonisme. La docttrine <non crite> de Platon, "Archives de philosop- hie", 28(1965)251-265. SPAR SHO TT, F., Aristotle's Ethics and Plato's Republic. A Structural comparison, "Dialogue", 21 (1982) 483- 499. 448 JO S MAR TNEZ CO LN STALLEY, R . F., An introdution to Plato's Laws., Hackett Publishing Company, Indianapolis (Ind.), 1983. STEINER , P.- KUHN, H., Nomoi X, Ed. Akademie-V erlag, Serie: Collegia Philosophische texte, Berlin, 1992. STENZ EL, J., Platone educatore, Biblioteca di Cultura Moderna, Laterza, Bari, 1966. STHEPHENS, J., Socrates on the rule of law, "History of Philosophy Q uarterly", 2 (1985) 3-10. STO CKHAMMER , M., Plato Dictionary, Philosophical Library, New York, 1963. STR AUSS, L., HOW Farabi read Plato's Laws (Extr. Mi L. Massignon), Adrien-Maisonneuve, Paris, 1959. STR AUSS, L., History of political philosophy, Edited by Leo Strauss and Joseph Cropsey, University of Chicago, Chicago (111.), 1987. STR AUSS, L., gwe es Filosofia Politica?, Ediciones Guadarrama, Madrid, 1970. STR AUSS, L., An introduction to political philosophy: ten essays, Wayne State University Press, Detroit, 1989. SZ LEZ AK, Th. A., Platone e la scrittura della filosofia, V ita e Pensiero, Milano, 1988. TATE, J., On Plato: Laws X 899 c d, "Classical Q uarterly", (1936) 48-54. TAYLO R , A. E., Plato and the authorship of Epinomis, Haskell House, New York, 1975. TAYLO R , A. E., Scrates, London, 1933. THAYER , H. S., Models of moral concepts and Plato's Republic, "Journal of the History of Philosophy", Berkeley, 1969. THO MAS, Y., Politique et Doit chez Platon. La nature du juste, Archives de Philosophie du Droit, 1971. THO MSO N, W. E., 77ie demes in Plato's Laws, "Eranos", Gteborg, 1965. TO O LEY, M., The nature of laws, "Canadian Journal of Philosophy", 7(1977) 667-698. LA LEY SEGN PLATN 449 UCASTECU, J, Fundamentos ticos del estado platnico, "R evista de Estudios Polfticos", 193 (1974). V ALLET D E GO YTISO LO , J., Metodologia de las ley es, Edersa, Madrid, 1991. V ANHO UTTE, M., La philosophie politique de Platon dans Les Lois, Louvain, 1954. V ANHO UTTE, M., La Ralisation d'un plan politique selon Platon, in Actes du Xl e Congrs International de Philosophie, XII, Bruxelles, 1953. V EL SQ UEZ , O ., La teologia de las Leyes X de Platon, "R evista de Filosofia", 1-2 (1978) 69-93. V ER NEAUX, R ., Asemejarse a Dios. Libre comentario de Platon, "Anuario Filosofico", 1 (1978) 149-167. VlLLEY, M., Questions de Saint Thomas sur le droit et la politique, Presse Univeritaires de France, Paris, 1987. V LASTO S, G., Self-predication in Plato's later period, "The Philosophical R eview", Ithaca, 1969. V LASTO S, G , Plato: a collection of critical essays, University of Notre Dame Press, Notre Dame (Indiana), 1978. V LASTO S, G., Platonic studies, Princeton University Press, Princeton, New Jersey, 1981. V O EGELIN, E., Nueva ciencia de la politica, Ediciones R ialp, Madrid, 1968. WAR E, K. , NOUS and noesis in Plato, Aristotle and Evagrius of Pontus, Diotima, "Athnes", 13 (1985) 158-163. WATSO N, G., The early history of natural law, "Irish Theological Q uarterly", Maynooth, 1966. WEBB, R ., 77!e Nomoi of Gemistos Plthon in the light of Plato's Laws, "Journal of the Warburg and Courtauld Institutes", 52 (1989) 214- 219. WEINBER GER , O , Law, institution and legal politics, fundamental problems of legal theory and social philosophy, Law and philosophy library 14, Dordrecht, Boston, London, Kluwer, 1991. WEI NGAR TNER , R . H., Vulgar justice and Platonic justice, Philosophy and Phenomenological R esearch, Buffalo, 1964-1965. 450 JO S MAR TNEZ CO LN WI LD, J., Plato's Modern Enemies and the Theory of Natural Law, University of Chicago Press, Chicago, 1953. WO O D, E. M. - WO O D, N., Class ideology and ancient political the- ory: Socrates, Plato Aristotle in social context, Blackwell' s classical stu- dies, Basil Blackwell, O xford, 1978. WO O Z LEY, A. D. , Law and obedience. The arguments of Plato's Crito, Chapel Hill (N. C) , University of N. C. at Chapel Hill Press, 1979. Z ANNO NI , G. , La Repubblica di Platone (Qadrao sonnotico), Faenza, Tipografia Lega, 1950. L A L E Y S E G N P LATN INTR O DUCCIN Si bien los griegos vivan de hecho bajo un gobierno de leyes y cos- tumbres, sin embargo no haban logrado captar el profundo sentido y fun- damento que tena dicha ley. En tiempos de Platn la palabra nomos serva para designar la ley. Sin embargo, no siempre fue as. Homero, por ejem- plo, usaba la palabra themis para referirse a la prctica judicial que descan- saba ntegramente en la autoridad de la costumbre y en la tradicin oral 1 ; Hesodo, por su parte, prefiere la nocin de dik para sealar a la justicia como el bien supremo de la vida: la justicia es el fundamento de la socie- dad humana y del orden divino del universo 2 . Algunos como Pndaro, Sfocles o Herclito la haban exaltado al intuir su valor. Desde el momento en que el procedimiento para administrar la jus- ticia se racionaliz, y se codific la costumbre de las ciudades por sabios legisladores designados por el pueblo, se origin el concepto de ley. De aqu vino que "nomos sirviera para designar la forma escrita que a la cos- tumbre se diera, surgiendo de esta manera el nuevo concepto de Ley" 3 . Los sofistas, por su parte, llegaron incluso a ensear el desprecio por la ley; sostenan que el nomos era contrario a la naturaleza, y que surga solamente del arbitrio del hombre, su nico legislador. Con ello la ley que- daba sujeta al capricho y opinin de cualquier legislador. Este enfrenta- miento se manifest tambin en la literatura griega como se puede observar en obras de Esqui l o 4 o Sfocles 5 . Para los sofistas la ley, como la religin, era algo especficamente humano: el hombre crea la ley y el Estado se emancipa de la naturaleza y triunfa sobre el imperio del caos 6 . En palabras de Calicles, Platn nos muestra claramente la posicin sofista: "Por lo gene- ral son estas contrarias entre s, naturaleza y ley... en mi opinin, son los hombres dbiles y la masa los que establecen las leyes. Para s mismos, para su propia utilidad" 7 , pues la finalidad buscada consiste en atemorizar a los que son ms fuertes. Protgoras, si bien no es considerado un sofista que contrapone absolutamente la ley a la naturaleza dado su relativismo, s llega a definir a la ley como un tirano de los hombres que opone su coac- cin a la naturaleza, y postula, no obstante, a la ley como base de su civili- zacin, como el pedagogo de las polis & . Su proposicin fundamental es el 452 JO S MAR TNEZ CO LN axioma en que dice que "el hombre es la medida de todas las cosas, de aque- llas que son por lo que son, y de aquellas que no son por lo que no son" 9 . Entendiendo por medida la norma de juicio. Este axioma viene a ser cele- brrimo y considerado casi como carta magna del relativismo occidental. Con el principio del hombre-medida, Protgoras intentaba negar que exis- tiera un criterio absoluto que discriminara el ser del no ser, lo verdadero de lo falso y, en general, todos los valores entre s: el criterio es solamente rela- tivo, es el hombre, el hombre individual, quien lo sust ent a 1 0 . El tiempo en que Platn escribi sus obras era crtico. Una crisis que abarcaba diversos mbitos de la sociedad griega: poltico, moral, filosfico, econmico, social, etc. El poder y la estima de la polis decaa a grandes pas os 1 1 . La concepcin que se tena de la ley como una mera convencin originaba un estado de inseguridad tanto del rgimen de turno como de los ciudadanos. Al haber una ruptura de la relacin entre la ley y la naturaleza, el fin de la ley consistira solamente en imponerle unos lmites arbitrarios a la naturaleza humana que de suyo hara lo que le place, sera limitar sim- plemente una guerra de todos contra todos; la ley sera impuesta, forzando a la naturaleza y, por tanto, sera contra naturam. La teora poltica de Platn no slo no violenta el estado de la natu- raleza, sino que la ley encuentra su fundamento prximo precisamente en la misma naturaleza, en la physis. Para Platn, el hombre naturalmente vive en sociedad, naturalmente erige autoridades, y stas, observando y conociendo la misma naturaleza humana dictan las leyes humanas que sirven al hombre para guiar su dbil naturaleza a vivir conforme le corresponde. La ley, por tanto, no es arbitraria. Al estar la ley conforme con la misma naturaleza se puede decir que es una ley natural, pues sigue las propias inclinaciones naturales del hombre. Es notorio el inters explcito de Platn en cuidar y poner como condicin de viabilidad en sus prescripciones el ajustarse a la naturaleza. Con ello Platn deja asentada la necesidad de basar su filosofa poltica en una antropologa filosfica. Si ha habido alguien que se enfren- tara a la concepcin sofista de la ley, si hubo un "filsofo que plante el problema de la justicia y el derecho en todas sus dimensiones y volvi a considerarlo en conexin con el conjunto del problema de la naturaleza de la realidad como tal, fue Pl at n" 1 2 . La filosofa de Platn no es un "simple producto de una sntesis abstracta de dos o ms filsofos anteriores... antes bien, procede directamente de aquella gran tradicin del pensamiento jur- dico que haba plasmado en la primitiva literatura griega y sobre todo en la herencia poltica del Estado-ciudad gr i ego" 1 3 . Platn considerar qu finalidad persigue la ley y cules son los medios idneos para alcanzarla, como se desarrolla a continuacin. LA LEY SEGN PLATN 453 I) LA EUDEMONA, F I N DEL HOMBRE Y DE LA LEY Cuando Platn considera en Las Leyes cul sera la legislacin ideal para una nueva ciudad, empieza por cuestionarse la finalidad de las leyes y qu bien habrn de al canzar 1 4 . Y puesto que las leyes estn hechas para el hombre, imprescindible ser considerar tambin el fin del hombre. 1) El bien, fin general de la ley Platn presenta primeramente de un modo general que el fin de la ley es el bien. El legislador debe promulgar leyes hermosas que proporcio- nen un bien, tanto a la ciudad como al hombre, pues "las cuestiones relati- vas a las leyes y las profesiones, si son hermosas, no lo son independiente- mente de lo dicho; es decir, de la utilidad o del placer, o de ambas cosas jun- t as " 1 5 . Para ello el legislador debe tener en cuenta y garantizar por medio de leyes el orden que guardan entre s los diferentes tipos de bienes con que puede contar el ciudadano: conocer, fomentar y conservar una verdadera escala de valores. En varios dilogos se encuentra una clasificacin de los diversos bienes, y se observa que persiste la coherencia: siempre postula la superioridad de los bienes espirituales, los del alma, sobre los materiales o del cuer po 1 6 . Platn en el Gorgias concluye frente a los sofistas Calicles y Polo quienes se lo conceden que todo debe hacerse con la mira puesta en el bien. Un paso se ha dado al poner el bien como fin de todos nuestros actos, y que no puede subordinarse a nada, ni al propio pl acer 1 7 . De la alegora del mito de la caverna, Platn sostiene que a partir de la Idea de Bien, una vez percibida, hay que colegir "que ella es la causa de todo lo recto y lo bello que hay en todas las cosas... y que tiene que verla quien quiera proceder sabiamente en su vida privada y pbl i ca" 1 8 . Ser labor de los fundadores de una ciudad obligar a los mejores que sern los futuros gobernantes, a percibir la Idea de Bien, no sin gran esfuerzo y mediante un proceso de aprendizaje. Una vez gozado de esa visin, com- partirn ese saber entre los ciudadanos buscando que toda la ciudad, y no slo una clase particular, consigan la felicidad 1 9 . Al buscar en qu consiste especficamente ese Bien y participar de l, Platn alude en La Repblica a la medida suprema y exactsima 1 , pero sin explicitarla 2 1 ; es despus, en Las Leyes, donde Platn proporciona indi- cios sobre el fin de la ciudad y de la ley; aqu se analiza la situacin que viva de hecho la ciudad en su poca, y postula su teora sobre lo que debe- ra constituir su objetivo. Sostiene Morrow que el dilogo de Las Leyes es fundamental para entender realmente el pensamiento poltico de Pl at n 2 2 . 454 JO S MAR TNEZ CO LN En Las Leyes Platn presenta el pensamiento espartano personifica- do en Clinias, quien propone que la finalidad de la ley es prepararse para la guerra. Platn razona que la finalidad no puede ser esa, pues se legisla en razn de lo mejor y "lo mejor no es la guerra ni la sedicin... sino la paz recproca acompaada de la buena concordi a" 2 3 ; la guerra ms importante es otra "y en esta guerra... el vencerse uno a s mismo es la primera y la mejor de todas las victorias; y el ser derrotado uno por s mismo, el peor y ms vergonzoso de los mal es" 2 4 . Para Platn todo legislador "no dar nunca leyes sino puesta la vista precisamente en la mayor virtud... que podramos llamar justicia perfect a" 2 5 . Y esa justicia perfecta debe constituirse prime- ramente en el hombre y despus en la ciudad. El orden de las leyes deber tener "la vista puesta en la virtud del rgimen... sin tener como la multitud por lo ms honroso para los hombres el salvarse y existir, sino el hacerse mejores en la medida posible y continuar sindolo mientras exi st an" 2 6 . Pero al cuestionarse Platn en qu clase de bienes se incluye la vir- tud responde que "en la de las cosas que si se quiere ser feliz, hay que amar tanto por s mismas como por lo que de ellas resul t a" 2 7 . Platn subordina el obrar justo a la felicidad, a la eudemona 28 . Si cada hombre debe buscar ser virtuoso es porque as llega a un estado de feliz prosperidad. La tesis de Platn es clara al respecto y lo dice frecuentemente en sus escritos: "el hom- bre de bien, siendo templado y justo, es feliz y di choso" 2 9 , no importando su salud, hermosura, riqueza u otros dones, incluyendo la misma inmortali- dad 3 0 . En cambio "si es injusto es desdichado y vive en la mi seri a" 3 1 . Y as, no es el vivir lo que ha de ser estimado en el ms alto grado, sino el vivir bien, esto es, vivir justa y honest ament e 3 2 . El fin que la ley pretende alcanzar es el mismo fin que el hombre y la ciudad persiguen, que no es otra cosa que la felicidad misma. Y el medio de conseguirla es, para Platn, a travs de la virtud, como se desarrolla a continuacin. 2) La virtud, conductora a la eudemona La virtud produce que los dones realmente sean bienes; si un hom- bre no tiene la virtud, aun los bienes que pareciera que tiene se le convier- ten en males. Basta considerar el mal que resulta cuando un malvado, no obstante contar con algunos bienes, como podran ser una gran riqueza y poder, puede hacer mucho mal a la ciudad si no es virtuoso, pues "los lla- mados males son buenos para los injustos y males para los justos, y los lla- mados bienes son bienes en realidad para los justos y males para los injus- t os " 3 3 . Cualquier obra ha de ir acompaada de la virtud, ya que sin ella toda LA LEY SEGN PLATN 455 actividad y riqueza no son ms que vergenza y vi ci o 3 4 . Incluso la inmor- talidad, que podra parecer un bien en s, en el caso del hombre vicioso se vuelve intolerable, pues no habra felicidad; ms que desear no morir, se debe perseguir la virtud y la gl ori a 3 5 . Clinias, en Las Leyes, se resiste a aceptar que se establezca siempre la tesis del ateniense su interlocutor en el dilogo, sobre la relacin esencial entre la virtud y la felicidad; no ve claro que el malvado viva mal en este mundo 3 6 . Su punto de vista es la anttesis del ateniense, y represen- ta lo que comnmente el pueblo cree y lo que han afirmado muchos poetas. Esta discordia no slo se presenta en el dilogo de Las Leyes; se puede deducir que para Platn es un punto de capital importancia resaltar la ver- dad de la relacin que hay entre el ser justo y ser feliz, pues en ella se deci- de la utilidad y finalidad de la ley y, por ende, la conveniencia de seguirla. Si el hombre virtuoso no alcanzara la felicidad, de nada servira educarlo bajo la norma de la ley, y los sofistas, a su vez, tendran razn en su nocin opresora de la ley sobre la naturaleza 3 7 . Platn trata de demostrar que este principio es vlido para cualquier tipo de hombre, desde el supremo gobernante hasta un simple ciudadano. Y que igualmente resulta cierta su aplicacin en sentido contrario: el hombre ms perverso es tambin el ms desgraciado e infeliz 3 8 . As como el hom- bre que se deja esclavizar por sus pasiones es el ms desdichado, si se apli- ca a la ciudad este principio, se encuentra que la ciudad tiranizada es tam- bin la ms infeliz. De esta manera, se establece una relacin directa entre el tipo de rgimen con la felicidad. Si por un lado, el tirano y la ciudad son las ms infelices, por otro lado, el rey y su reino resultan ser los ms feli- c e s 3 9 . R esulta lgica la postura platnica, pues si el hombre virtuoso, al cumplir la ley no fuera feliz, vano sera cumplir la ley y vano el mismo legislar. La felicidad es lo que mueve al hombre a actuar, pues "el razona- miento que no separa lo grato de lo justo, lo bueno y lo decoroso... sirve para mover a uno a la voluntad de vivir vida piadosa y j us t a" 4 0 . Y los medios que tienen los hombres para ser buenos, piadosos, jus- tos y moderados, en una palabra, virtuosos, son la ley y la j ust i ci a 4 1 . Q uien posea estas virtudes y cualidades necesariamente ser dichoso y afortuna- do. Este es el objetivo que se debe buscar durante toda la vida y, por ende, tambin para las leyes, para cada uno y para la ciudad entera: obrar de modo que la justicia y la moderacin asistan al que quiere ser feliz, frenando sus deseos desordenados. La virtud es el medio que conduce al ciudadano a su felicidad. El hombre que vive atenido a la justicia y busca ser modesto y templado est 456 JO S MAR TNEZ CO LN destinado a la felicidad: "todo hombre virtuoso y toda mujer virtuosa son felices y, por el contrario, los injustos y malvados son desgraci ados" 4 2 . Esta es una tesis que no sufre alteracin a travs de los dilogos y que se man- tiene incluso en los discpulos de la Academi a 4 3 . II) PRESUPUESTOS ANTROPOLGICOS DE LA LEY Puesto que la ley dirige al hombre hacia su felicidad 4 4 , hacia lo que ms le corresponde, mediante la virtud, y sta conduce al hombre a ordenar sus diversas facultades bajo el dominio de la razn, se requiere precisar entonces, cmo entiende Platn la naturaleza humana. A partir del estable- cimiento de lo esencial para el hombre y de aquello que le conviene, se desarrollarn los diversos contenidos de la ley. Por ello el desarrollo de las virtudes ocupa para Platn un lugar especial, son medio imprescindible para el perfeccionamiento de la naturaleza humana, y que, por extensin, se pro- paga a la ciudad. La ley propiciar las condiciones apropiadas para facilitar la obtencin de dichas virtudes. 1) La naturaleza humana, presupuesto de la ley Para Platn todos los hombres lo que buscan a lo largo de la vida entera es gozar ms y sufrir menos, pero es necesario dirigir esos placeres y deseos slo hacia lo que es debido; y ello ocurre "si en un caso existe con- cordancia con nuestra naturaleza" 4 5 . El legislador se ocupar de establecer como ley el gnero de vida que sea ms conveniente, ms connatural, para que el hombre elija lo deseable y pueda vivir de la manera ms di chosa 4 6 . El.fundamento prximo e inmediato del obrar humano, que se mani- fiesta reflejado en la ley, viene a ser la propia naturaleza humana. Aunque Platn no mencione explcitamente esta ley con el nombre de ley natural, bien se la podra calificar con esta terminologa, pues expresa la coherencia y correspondencia que debe existir entre nomos y physis. Por ello, Platn analiza en Las Leyes diversos aspectos de la vida, a fin de encontrar dnde se encuentra lo ms natural. Concluye que una vida templada, sensata, valerosa y sana supera en placer a sus opuestas tanto en magnitud, como en nmero y frecuencia. Una vida virtuosa resulta ms bella y de buena reputacin, que una viciosa, la cual suele venir por "igno- rancia o incontinencia, o ambas cosas a la vez... En una palabra, que la vida que se atenga a la virtud en cuanto al cuerpo o tambin en cuanto al alma es ms placentera que la vida que se atenga a la mal dad" 4 7 . LA LEY SEGN PLATN 457 El legislador ser tanto ms hbil, en tanto que sepa conjugar los pla- ceres que deben ser permitidos con los dolores que se han de evi t ar 4 8 . El placer debe estar orientado al bien y no al revs. El bien de cada cosa lo es en virtud de un orden, de una medida o un arte, y no se da por azar 4 9 . Se puede afirmar con Cairns que si Platn estaba convencido "de que el fin de la ley era el producir hombres que fueran completamente buenos; eso pudo ser hecho porque, como los idealistas institucionales del siglo XIX afirmaban tambin, la naturaleza humana era capaz de modificaciones de forma i l i mi t ada" 5 0 . En esto radica el optimismo platnico, en desarrollar todo un sistema educativo para lograr la felicidad humana. Entre los saberes que deben poseer los legisladores y quienes gobier- nan, hay uno que ocupa un lugar primordial: el conocimiento racional sobre la existencia y el poder de los dioses. ste se adquiere como culminacin y fruto del esfuerzo en el estudio y la educaci n 5 1 . Platn insiste en que no es difcil contar con dicho saber, pues es asequible a cualquiera, ya que "una de las cosas ms hermosas es que el hombre est capacitado para conocer, hasta cierto grado, las cosas di vi nas" 5 2 . Junto al saber sobre la eminencia de la divinidad, se encuentra otro no menos til: el conocimiento sobre la naturaleza del hombre. Ambos harn que el legislador regule adecuadamente las relaciones del ciudadano con la divinidad. Estas dos realidades constituyen los pilares en los que se asentarn los contenidos de las diversas leyes y costumbres de la ciudad. El conocimiento de la naturaleza humana marca el rumbo al legisla- dor: el carcter inmortal del alma coloca a sta muy por encima del cuerpo, contribuyendo a que la ley mire en primer lugar el bien del alma y slo en un segundo lugar, pero sin ignorarlo, considere al cuer po 5 3 . Las pasiones, por su parte, dan origen a las diversas virtudes o vicios. Siendo la virtud un objetivo de la ley, se precisa un conocimiento que las regule, pues estos agentes como nombra Platn a las pasiones "tuercen muchas veces en direccin contraria al hombre que va siguiendo su propia vol unt ad" 5 4 y lo llevan hacia el mal. 2) Igualdad del hombre y la mujer ante la ley A Platn le interesa tambin dejar asentada si la distincin de sexo altera o no la legislacin. La ley debe estar de acuerdo con la naturaleza; por ello, al observar que sus diferencias slo son corporales y dirigidas a la pro- creacin, concluye que siendo la distincin de sexos accidental, ambos pue- den ocuparse de cualquier actividad relacionada con la administracin de la 458 JO S MAR TNEZ CO LN ci udad 5 5 . Esto es posible gracias a que "las dotes naturales estn disemina- das indistintamente en unos y otros seres, de modo que la mujer tiene acce- so por su naturaleza a todas las labores y el hombre tambin a t odas" 5 6 . Y subrayando la igualdad de derechos para ambos sexos, afirma Platn que "tambin con respecto a las hembras mi legislacin prescribira todo lo mismo que en relacin con los varones" 5 7 . Ms vale incorporar a la mujer en cualquier actividad fecunda que dejarlas en el ocio y la molicie. Su actividad no se reducir a las acciones serviles o a la sola administracin domstica y del telar como era el caso de la sociedad griega en tiempos de Platn, sino que se les educar en la msica y la gimnasia incluyendo las artes marciales; incluso pueden ocupar cargos superiores como el de inspectoras o magi st radas 5 8 . Comenta Jaeger que este programa educativo no slo es posible para la naturaleza femeni- na, sino que es conveniente en grado sumo, pues al establecer una unidad completa entre la cultura del hombre y la de la mujer se fortalece la unidad del Est ado 5 9 . Se puede concluir que Platn, como comenta V illey, defien- de su programa de legislacin "audazmente feminista afirmando que en lo esencial (razn, corazn, estructura del alma) hombres y mujeres tienen la misma nat ural eza" 6 0 . 3) Extensin de las virtudes humanas a la polis Si se llevan a cabo las condiciones favorables para que se desarro- llen las virtudes en el hombre, estas cualidades tambin se obtendrn en la ciudad. Conociendo las virtudes humanas es ms fcil llevarlas a la ciudad. El cuerpo humano tiene sus virtudes: el orden y buenas proporciones reci- ben el nombre de salud y fuerza; para el alma corresponden, en cambio, la ley y normas de j ust i ci a 6 1 . Platn establece una relacin entre la ley y el alma: la ley debe tender a conformarse con el conocimiento de lo verdade- ro, y entre los posibles objetos de conocimiento, cobra especial relieve el descubrimiento de la buena proporcin que debe llegar a tener el alma. Esa buena proporcin viene a ser la justicia misma, virtud esencial de todo buen gobierno. De manera similar sucede con las otras virtudes humanas. Si en el hombre hay una parte que lo gobierna a saber, la racional, y otra parte que es por naturaleza subdita su parte irascible, de igual modo en la ciudad habr quien gobierne por tener la ciencia y la sabidura los gober- nantes, y quien deba ser mandado por carecer de este conocimiento los ciudadanos. LA LEY SEGN PLATN 459 El alma debe regir sobre el cuerpo. Ello es debido a sus caractersti- cas divinas: inmortalidad, inteligibilidad, uniformidad, indisolubilidad e i dent i dad 6 2 . De igual manera, la ciudad tiene la necesidad de contar con un alma que la rija, con un filsofo que la gobierne, por quien conozca mejor su naturaleza; en cambio, si se deja gobernar por su parte irracional, como lo es su parte irascible o concupiscible, sta le conducira al desorden, a las guerras y revoluciones, pues intenta adquirir los deseos del cuerpo, tales como las riquezas o los placeres corporal es 6 3 . El filsofo, quien ha llegado a conocer el divino conocimiento, facilitar a los dems ciudadanos la manera de asimilarse a la divinidad. Si la ciudad sigue las pautas marcadas por la naturaleza humana, alcanzar las exigencias que le marque esa misma naturaleza, logrando el bien de cada ciudadano, pues "la ciudad fundada conforme a naturaleza podr ser toda entera prudent e" 6 4 . En la Repblica aparece enunciada y desarrollada de forma sistemtica, por primera vez en la filosofa, la doctri- na de las cuatro virtudes llamadas posteriormente cardinales 65 . En Las Leyes, a su vez, jerarquiza las virtudes proponiendo como primera y gua de todas las dems a la razn o phrnesis, siguindole la templanza, luego la justicia y por ltimo el valor o fortaleza 6 6 . Siguiendo un paralelismo entre el estudio del alma humana y el de la ciudad, Platn traslada los actos de aqulla sobre toda la polis 61 , y considera que para determinar la naturaleza y el valor de la justicia principio sobre el cual es fundada la polis, se hace necesario delimitar las otras tres virtudes, sabiendo que el hombre per- fecto, como el Estado perfecto, debern poseer por completo las cuatro. Especial importancia adquiere la determinacin de lo justo. En donde Platn lo acomete con ms detenimiento es en La Repblica; lo hace a partir del concepto de salud corporal, el cual lo aplica al de la j ust i ci a 6 8 . Platn recuerda cmo Hipcrates conceba el orden y equilibrio del univer- so en su medi ci na 6 9 . Hipcrates entendi la nocin de salud como la buena proporcin y buena mezcla de los componentes del cuerpo humano, siendo la enfermedad, en cambio, un exceso de alguno de ellos, ya que "el produ- cir salud es disponer los elementos que hay en el cuerpo de modo que domi- nen o sean dominados entre s conforme a naturaleza; y el producir enfer- medad es hacer que se manden u obedezcan unos a otros contra naturale- za" 7 0 . El mdico es, segn Platn, el hombre que por conocer la naturaleza del hombre sano conoce tambin lo contrario de ste, es decir, al hombre enfermo; y puede, a partir de ese conocimiento, encontrar los medios y los caminos para restituirlo a su estado normal. A este ejemplo se atiene Platn para trazar su imagen del filsofo legislador, llamado a hacer otro tanto con el alma del hombre y su salud. Platn establece una semejanza entre su 460 JO S MAR TNEZ CO LN ciencia, la teraputica del alma, y la ciencia del mdico, la teraputica del cuer po 7 1 . Como comenta Jaeger, lo que las hace posibles y fecundas, es algo que ambas comparten en comn: su saber se deriva del "conocimiento objetivo de la naturaleza misma, el mdico de su conocimiento de la natu- raleza del cuerpo, el filsofo de su comprensin de la naturaleza del alma... El mdico da a esta norma de la existencia fsica el nombre de salud y ste es precisamente el aspecto bajo el cual abordan la tica y la poltica plat- nicas el alma del hombr e" 7 2 . Platn, teniendo en cuenta esta observacin, partir de ella para defi- nir casi idnticamente su concepcin de justicia, entendiendo por ella "el disponer los elementos del alma para que dominen o sean dominados entre s conforme a naturaleza; y el producir injusticia, el hacer que se manden u obedezcan unos a otros contra naturaleza" 7 3 . A la justicia le corresponde que cada parte del alma haga aquello que le es pr opi o 7 4 . El concepto de armona implica el imperio de la razn sobre los apetitos, tanto en el alma individual como en la ciudad. Platn, "en una poca de creciente subjetivismo, restableci la idea griega tradicional de que la justicia es la expresin de la norma inherente a la naturaleza mi sma" 7 5 . Si el alma toda sigue al elemento filosfico, no tiene ninguna se- dicin y entonces sucede que cada una de las partes del alma hace lo que le es propio y tiene la virtud de la j ust i ci a 7 6 . En la ciudad, a su vez, si cada ciu- dadano se dedica a aquella actividad que le es propia, viviendo la justicia en la polis, favorecer adems a la unidad. Al estar cada uno ocupado en su propio trabajo se evitarn los conflictos y sediciones entre los ci udadanos 7 7 . La justicia cobra con Platn un sentido nuevo y distinto, por decirlo de alguna manera, un sentido ms interior. Ya lo justo no ser el simple sometimiento a las leyes del Estado, sino que es ms profundo, pues como dice Jaeger, "el concepto platnico de lo justo est por encima de todas las normas humanas y se remonta a su origen en el alma misma. Es la natura- leza ms ntima de sta donde debe tener su fundamento lo que el filsofo llama lo j us t o" 7 9 . A fin de cuentas, concluye Platn, no importa si el Estado perfecto ha existido o existir en alguna parte, pues el hombre justo actua- r slo en esa ciudad interior^ 0 . Por otra parte, estara incompleta la nocin platnica de justicia si no se considerara la justicia retributiva despus de la muerte, la cual Platn cree que existe y trata de demostrarla. El hombre justo es retribuido con la felicidad en esta tierra, sin embargo, puesto que el alma es inmortal, esa recompensa se contina despus de la muerte. Si bien, para sealar expre- samente algunas verdades en aspectos que trascienden el mbito puramen- LA LEY SEGN PLATN 461 te terrenal, lo hace en forma de relatos mticos, con ello tal vez pretenda dejar como inmutable y fuera de discusin tales realidades, o tambin lo considere como una preparacin al filosofar 81 . Tal es el caso, por ejemplo, de cuando afirma el destino de los hombres justos y piadosos despus de su muerte a la isla de los bienaventurados, a disfrutar de su felicidad, mientras que los hombres injustos e impos son dirigidos a la crcel de castigo, lla- mada Trtaro^-. El mito en Platn no se puede considerar falso en su totalidad, "tanto en el Gorgias como en La Repblica el mito escatolgico se emplea como el argumento supremo y decisivo, despus que la pura especulacin racio- nal ha llegado a su lmite pr opi o" 8 3 . Y, siguiendo a Pieper, se puede decir que "Platn atribuye siempre a los relatos mticos en sentido estricto una verdad incomparablemente vlida, singularsima e intangible que est por encima de toda duda" 8 4 . 4) Condiciones favorables para la virtud Adems de que para Platn las leyes tienen en consideracin la natu- raleza del hombre y las virtudes que la perfeccionan, le interesa tambin que se consideren las circunstancias que rodean al hombre, a fin de que, en unin con los otros conocimientos, coadyuven a conseguir su fin. Una de las maneras de educar a la ciudad, indica Platn, es sealar- le precisamente el orden que guardan los bienes entre s. Siendo el alma lo que constituye lo ms excelente para el hombre, se ha de procurar propor- cionarle con prioridad sus necesidades, pues "de todos los bienes que uno tiene, el alma es, si se exceptan los dioses, lo ms divino que hay, y ello porque es tambin lo ms personal " 8 5 . En la adquisicin de dinero y de bienes materiales sucede algo simi- lar que en las virtudes: su exceso produce males y vicios tales como la ene- mistad, la divisin y la discordia; a su vez, su defecto trae consigo la servi- dumbre. Tanto la riqueza como la indigencia conducen a vicios, ya que la una trae la molicie, la ociosidad y el prurito de novedades, y la otra la vile- za y el mal obr ar 8 6 . Si se obtienen riquezas con medios injustos se deja de ser bueno y "si no son buenos tampoco di chosos" 8 7 . Platn considera que los hombres verdaderamente ricos "no lo son en oro, sino en lo que hay que poseer en abundancia para ser feliz: una vida buena y j ui ci osa" 8 8 . Tampoco es conveniente acumular la riqueza por causa de los hijos, pues no es lo que ms les favorece. Lo ms conveniente es dejarles un "patrimonio que no atraiga aduladores ni haga carecer de lo indispensable... A los nios lo que hay que legarles no es dinero, sino un gran sentido del r espet o" 8 9 . 462 JO S MAR TNEZ CO LN Las prescripciones que seala Platn, en La Repblica, sobre la comunidad de bienes las propone solo a una pequea parte de la sociedad, a la clase rect ora 9 0 . No obstante, la ciudad en que todos consideren las mis- mas cosas como propias, es decir, que todos posean a la vez las mismas cosas, ser aquella que tendr mejor gobierno, pues favorecer la unidad entre t odos 9 1 . Desde la fundacin de una ciudad se contemplarn las condiciones favorables para ejercitarlas. Platn concreta este requisito con un ejemplo: para decidir sobre su situacin geogrfica se observar que no conviene situar la ciudad demasiado cerca del mar ni que los terrenos sean demasia- dos frtiles, ya que al generar demasiada riqueza, sta trae peores males, pues "se llenara a su vez de moneda de oro y plata, que, en resumidas cuen- tas, es el mayor mal que entre todos puede ocurrirle a una ciudad en lo que respecta a la adquisicin de hbitos justos y generosos" 9 2 . El tamao de la polis debe tambin asegurar la participacin de los ciudadanos en la vida pol t i ca 9 3 . Estas condiciones para la adquisicin de la virtud inciden directa- mente en el ciudadano a travs de la educacin recibida, primeramente, en el ncleo familiar y, despus, en la suministrada por la ciudad. Si la legis- lacin desea ser completa, tambin abarcar estos campos, como se desa- rrolla a continuacin. III) LA FAMI LI A Y LA EDUCACI N EN LA LEY El marco ms ntimo que circunda a cada hombre, su familia, viene a ocupar para Platn un lugar preponderante dentro de la polis. Y muy unida a este mbito se encuentra la educacin que, abarcando toda la esfera fami- liar, la sobrepasa incidiendo en toda la vida social del individuo. Al ser stos unos mbitos que inciden de un modo tan radical e ntimo en el ciu- dadano, Platn propone legislar sobre los fines y los modos de llevarlos a cabo. El espritu de las leyes que Platn desea informar a los ciudadanos se logra en primer lugar dentro de la familia. Esa educacin familiar se conti- na y complementa por la que imparte la polis. 1) La leyes y la familia Platn al comenzar a legislar sobre la familia se remite al origen y los fines del matrimonio, pues le interesa consolidarlo desde su inicio para proponer, a partir de ah, todo un programa educativo que lleve a los ciuda- danos a la obtencin de la virtud total. LA LEY SEGN PLATN 463 Para Platn una polis se forma por la unin de familias, no es una coleccin de ciudadanos sueltos. El papel esencial de la familia en el Estado platnico es evidente en muchos puntos de su legislacin. Platn dedica gran extensin de sus leyes en tratar todo lo relacionado al matrimonio: su origen, formacin, integrantes, disciplina, etc. Dada la importancia del matrimonio, propone unas leyes que considera como fundamentales para la buena armona de la ciudad; es difcil saber si realmente haba rectificado todas las establecidas en La Repblica, mas lo cierto es que en el Timeo, el Poltico y en su ltimo dilogo, cambia algunas, otras ya no las menciona y, en cambio, dicta unas medidas que resultan ms acordes con una digna mor al 9 4 . a) Origen y fin del matrimonio Platn considera con particular atencin la formacin de los nuevos mat ri moni os 9 5 . Las festividades religiosas servirn para que se conozcan entre s los ciudadanos y las familias que en un futuro establecern paren- tesco. Se busca principalmente conjugar dos fines: uno subjetivo, que con- siste en encontrar "en cualquier familia algo que agrade a su esp ri t u" 9 6 , un rasgo que simpatice y que logre que los cnyuges congenien y les sea fcil convivir; y otro objetivo, que consiste en el servicio que se hace a la ciudad con vistas a la procreacin de la prole, pues es "imprescindible que cada cual contraiga las nupcias que vayan a convenir a la ciudad, no las ms pla- centeras para sf' 9 7 , ya que el matrimonio es una colaboracin con los dio- ses al dejarles una cadena incesante de hijos que le si rvan 9 8 . Cabe observar la jerarquizacin de valores que Platn halla en sus prescripciones: la prioridad la tiene el sentido religioso del matrimonio; le sigue la obediencia al consejo de los padres; en tercer lugar se encuentra el servicio que se presta a la ciudad, insistiendo en que no se buscar el pro- vecho propio. Y, en ltimo lugar, mas no olvidado, la armona y simpata entre los pretendientes. Platn descarta las causas econmicas como un motivo digno para casarse 9 9 , y propone los consejos que un padre le dara a su hijo: "no rehu- yas las bodas con pobres, ni tampoco persigas preferentemente el casarte con ricas, sino que, habiendo igualdad en lo dems, prefieras lo ms humil- d e " 1 0 0 ; e incluso son benficas las uniones matrimoniales entre clases dife- rentes, en cuanto a lo econmico, para favorecer el equilibrio y la unidad de la soci edad 1 0 1 . Platn considera tambin la posibilidad de la ruptura del matrimo- nio. Cuando no ha habido prole, se puede llegar a la separacin conyugal 464 JOS MARTNEZ COLN "previa deliberacin en comn con los parientes y con las mujeres magis- tradas acerca de lo que ms convenga a uno y al ot r o" 1 0 2 . No obstante, los guardianes de la ley se ocuparn de prestar atencin ante cualquier discre- pancia o desavenencia entre los miembros de una familia procurando arre- glarla antes de llegar a una ruptura. Es de desear, sin embargo, que para mantener unida la familia, haya esos lazos humanos que son los hijos. De aqu el inters de Platn en considerar lo relativo a la procreacin y dejar asentado sus principios en las leyes, como se ver a continuacin. b) La vida matrimonial en la ley Adems de legislar segn un orden natural en las condiciones para fomentar el noviazgo y las bodas, Platn procede a tratar sobre la procrea- cin. Para Platn el hombre necesita ser educado desde el mismo inicio de su vida y se le debe procurar lo mejor desde su misma procreacin. Si ya se ha observado la necesidad de que en los convites se observe la templanza y se evite la embriaguez, con mayor razn los novios estn obligados a ello. Y no slo porque necesitan estar en todos sus cabales durante el cambio tan significativo que hacen en sus vidas, "sino tambin para que lo que en cada caso haya de nacer lo haga por obra de personas dueas en el mayor grado posible de sus sentidos; y es cosa enteramente incierta la de cul ser la noche o el da en que se haya de concebir con la ayuda de la di vi ni dad" 1 0 3 . Si bien en Las Leyes Platn muestra inters en la seriedad que conlleva lo relacionado con la procreacin, en el Banquete enfatiza que la procreacin es propiamente la accin del amor, adjudicndole un carcter divino e i nmor t al 1 0 4 . Por ello la procreacin participa tambin de la belleza, pues algo slo es bello si est en armona con lo divino. De igual manera cuida- rn todo lo relativo al perodo que comprende desde la procreacin hasta el nacimiento del hijo, pues es deber de los esposos dar "a la ciudad los hijos ms bellos y mejores que est en su mano el t ener " 1 0 5 . Ya que los cuidados con el hijo debern comenzar desde el primer momento de su procreacin, se puede deducir que para Platn el inicio de la vida no empieza con el naci- miento, sino con su procreacin. Las prescripciones sobre los nacimientos poseen un carcter religio- so y van acompaados de sacrificios y pl egar i as 1 0 6 . No obstante, al obser- var Platn la facilidad con que se descuida el orden debido en lo relativo a la procreacin, dicta unas leyes que refuercen y fomenten la virtud corres- pondiente: la castidad matrimonial. LA LEY SEGN PLATN 465 En Las Leyes Platn quiere impedir la pederasta y los desrdenes sexuales, y para ello propone, primeramente, favorecer la templanza evi- tando el enriquecimiento excesivo; y, en segundo lugar, procurar que los magistrados tengan un continuo cuidado en el cumplimiento de las l eyes 1 0 7 . Si la ley que protege la castidad y que debe guardar cualquier ciudadano, "alcanza permanencia y vigor, encierra en s multitud de bi enes " 1 0 8 . Entre stos bienes est el vivir conforme a la naturaleza y fortalecer la amistad entre el marido y la mujer; adems es ya un bien evitar la rabia, los adulte- rios y las destemplanzas de este tipo. No hay en la antigedad seguramen- te, comenta don Antonio Gmez R obledo, otra exposicin tan amplia y tan clara de la ms elevada moral s exual 1 0 9 . Los principios que custodian la castidad matrimonial, y que deben ser observados por la legislacin, descubren, por una parte, un aspecto del pensamiento platnico que muchas veces queda ignorado por los estudiosos sobre Platn que resaltan ms algunas normas establecidas en La Repblica. Pero es vlido pensar que lo dicho en Las Leyes adquiere ms valor al ser un dilogo posterior y que, por tanto, ha habido la posibilidad de rectificacin. Y una vez dejado asentados los principios sobre cmo fundar el matrimonio y conducirlo por el orden, Platn procede a dictar lo relativo a la educacin. 2) Legislacin sobre la paideia Slo al que es poltico y buen l egi sl ador 1 1 0 le corresponde la facul- tad de educar segn la opinin realmente cierta y segura que existe sobre lo bello, lo justo, lo bueno y sus contrarios. El legislador ocupa un lugar espe- cial en la educacin, al ser el artfice de las prescripciones que han de regir- l a 1 1 1 . Platn trata de realizar el Bien en la ciudad, pero no slo de cubrir con l toda la estructura del Estado, sino de realizarlo en el alma de todos y cada uno de los ci udadanos 1 1 2 ; estas verdades ayudan a las almas a perfeccio- narse: a un alma enrgica, la dulcifica; a un temperamento moderado lo hace realmente ecunime e i nt el i gent e 1 1 3 . Gracias a la ley se consigue la divina atadura que une a los ciudadanos con su polis. De esta manera se puede afirmar con Bar ker 1 1 4 y Mor r ow 1 1 5 que para Platn la ley es un esp- ritu que transmitir y el legislador se vuelve un educador que transmite ese espritu a las almas; si bien, es una gran contribucin de Platn encontrar que la razn, por medio de la disciplina filosfica, pretenda a travs de la ley obtener la virtud y la felicidad para la ciudad continua Morrow, el genio de Platn descansa en hacer que esa autoridad sea efectiva a travs de 466 JOS MARTNEZ COLN una educacin comn que produzca la eunoma en las almas de los ciuda- da nos 1 1 6 . a) La paideia en la familia Platn presenta un plan educativo para cada etapa del desarrollo humano comenzando con los primeros momentos que se viven en la fami- lia. Una gran parte de la educacin, y la primera, se da con la familia en el hogar. Esa educacin se encamina a lograr la virtud y la gloria para los hi j os 1 1 7 . Los hijos aprenden observando a sus padres; y stos, as como ensean a hablar griego a sus hijos, as tambin son quienes mejor les ense- an su propio of i ci o 1 1 8 . Con el proceso educativo propuesto para el ciuda- dano desde la infancia, Platn proporciona una solucin profunda, sobre todo respecto a la adquisicin de una moral, que Scrates haba dejado sin r esol ver 1 1 9 . En el primer periodo de vida del hombre que va de la gestacin al nacimiento, Platn parece reivindicar el papel del cuerpo, pues prescribe cuidados que se le deben procurar desde su mismo origen, es decir, cuando an est desarrollndose dentro de su madre, pues slo as se consigue que obtengan un recto crecimiento. El comportamiento de los padres influye en los hijos, y sobre todo en los primeros momentos de su vida. La madre, par- ticularmente en el perodo de gestacin de su hijo, debe esforzarse en ser templada en placeres y dol or es 1 2 0 . En Las Leyes se mencionan numerosas e interesantes citas de costumbres de pueblos extranjeros y hace un estudio lo bastante extenso de las nomina helnicas y brbaras para luego poder establecer un estudio comparativo con las verdaderas l eyes 1 2 1 . b) Legislacin sobre un plan educativo Platn prescribe algunas leyes que se encarguen directamente de la educacin y de establecer las bases para llevarla a cabo, y disea un plan de estudios que est conforme a la edad y constitucin del educando, enco- mendndole al Estado su elaboracin. Jaeger comenta que el paso revolu- cionario dado por Platn en Las Leyes, "que constituye su ltima palabra sobre el estado y la educacin, consiste en instituir una verdadera educacin popular a cargo del es t ado" 1 2 2 . La educacin debe seguir la tradicin de largos siglos. En cuanto que el hombre tiene dos constitutivos, la educacin tiene que dirigirse a cada uno de ellos. La educacin recta, objetivo de la legislacin, es aquella "capaz de dar la mxima belleza y excelencia posibles a los cuerpos y a las LA LEY SEGN PLATN 467 al mas " 1 2 3 . Se cuenta con dos ciencias para cada campo: mientras que para su cuerpo le sirve la medicina, para el alma cuenta con la pol t i ca 1 2 4 . La poltica comprender, a su vez, la legislacin, que se asemeja a la gimnasia, y la justicia, que es similar a la medicina: as como la gimnasia proporcio- na a los hombres belleza y fuerza para sus cuerpos, la legislacin provee al alma de la fuerza y belleza de sus virtudes; y as como la medicina le ayuda a sanar en caso de enfermedad y mantener la debida proporcin corporal, la verdadera poltica, por su parte, mantiene y fomenta la salud de la ciudad, armonizando a los diversos ciudadanos para lograr su bien en una ciudad equilibrada. Platn menciona en el Gorgias que dichos saberes se corrom- pen cuando se pierde el verdadero objetivo, cambiando el mejor bien por el pl acer 1 2 5 . Teniendo ello en cuenta, Platn marca los mbitos principales que debe observar el plan de estudios impuesto por la magistratura: primera- mente est el estudio referido a las letras, buscando la calidad del conteni- do estudiado. Por ello, ya no ser necesario que los jvenes se aprendan hasta la saciedad a poetas enteros, as como largos trozos de sus obras, pues vale ms que slo aprendan lo principal y mej or 1 2 6 . La segunda ley afirma- r la cualidad veraz de la divinidad en palabras y obras, as como su carc- ter inmutable. De esta forma se refutan los pasajes de los poetas, no impor- tando quienes sean los autores, en donde presentan a los dioses de manera indigna y contraria a estas l eyes 1 2 7 . R especto al contenido de la letra que acompaa a la msica se imponen tambin las mismas normas ticas que para las narraci ones 1 2 8 . En el siguiente mbito educativo se hallan la msica y la gimna- s i a 1 2 9 . Pero Platn considera que las necesidades del adolescente deben ser satisfechas teniendo unos motivos superiores que le muevan a ser educado. Por ello prescribe que los ejercicios debern llevarse a cabo en vistas al ser- vicio de la ciudad y no slo como un medio de favorecerse uno mismo obte- niendo belleza y fuerza; en concreto, por ejemplo, el entrenamiento en gim- nasia estar ms directamente inspirado por un espritu cvico que por el simple deseo de alcanzar un cuerpo hermoso; ms que un ejercicio para for- talecer los msculos, son un medio para el fortalecimiento de la moral: se trata de que el maestro coopere con el joven en su esfuerzo en conseguir un autodominio en vistas al servicio de la ci udad 1 3 0 . El arte coral es en el mbito musical un factor educativo primor- di a l 1 3 1 . As como el danzar no es algo postizo al hombre, tampoco lo es el c a nt o 1 3 2 . Estos movimientos rtmicos y armnicos son tambin una mane- ra de manifestar la al egr a 1 3 3 . La msica busca someter las almas a un orden mediante la ley del ritmo. Aprender a tener un instinto musical ayuda tam- 468 JO S MAR TNEZ CO LN bien a ejercitar el arte de la i mi t aci n 1 3 4 , pero cuidando de que los modelos a imitar sean siempre dignos; se imitarn caracteres valerosos, sensatos, piadosos, magnnimos y otros semejantes; en cambio, las acciones innobles no deben ni hacerlas ni r emedar l as 1 3 5 . El arte tiene una funcin educativa lo mismo que la poltica. Y as como "todo el sistema poltico consiste en una imitacin de la ms hermosa y excelente vi da " 1 3 6 prescrita en la ley, de igual manera, los cantos y las danzas deben imitar a los nicos modelos prescritos sin permitir ninguna alteracin o innovacin. Un canto supera a otro, no en cuanto al placer o desagrado que causen, sino "en el hacer que cada uno de los educados, conforme a ella, sea mej or " 1 3 7 . Platn busca legislar atendiendo sobre todo a su conformidad con la nat ural eza 1 3 8 . En el canto habra que considerar, adems de lo ya prescrito su carcter tico, su sentido religioso. Todo debe quedar consagrado y pro- gramado para celebrarse en las diversas festividades r el i gi osas 1 3 9 . Segn Platn, slo la divinidad merece ser tomada en serio y el hombre en aque- llo que tiene de divino. No obstante, si los juegos del hombre incluyen sacrificios, cantos, danzas, a la vez que se juega, se es propicio a los dioses y se entrena, a la vez, para la guer r a 1 4 0 . No se puede olvidar el lugar que ocupa el hombre, pues "la divinidad es por naturaleza digna de toda clase de bienaventurada seriedad, mientras que el hombre no es ms que un juguete inventado por la di vi ni dad" 1 4 1 . Se llega as a comprender que ambas enseanzas, msica y gimna- sia, forman conjuntamente al ciudadano. Platn lo expresa magistralmente por medio de la imagen de la lira: es preciso saber tocar el conjunto de ellas, pues si se toca una sola resulta una insoportable meloda, en cambio, si se tocan todas bien producirn una bella ar mon a 1 4 2 ; y as, "el que mejor sepa combinar gimnasia y msica y aplicarlas a su alma con arreglo a la ms justa proporcin, se ser el hombre a quien podamos considerar como el ms perfecto y armonioso msico, con mucha ms razn que a quien no hace otra cosa que armonizar entre s las cuerdas de un i nst rument o" 1 4 3 . O tro campo educativo es el de las matemticas, que incluye, entre otras ciencias, el clculo, la geometra, la astronoma y la ar mon a 1 4 4 . Este saber se halla en una posicin intermedia entre el saber prctico los fen- menos sensibles, las artes y el saber filosfico alcanzado por la dialcti- c a 1 4 5 . La ciencia de las matemticas cobra ms valor para Platn al basar- se en medidas exactas que la r i gen 1 4 6 ; gracias al nmero se logra precisar la medida j us t a 1 4 7 . Tambin en la funcin poltica y de gobierno es til la ciencia matemtica, sobre todo para lograr la organizacin ms justa de la ciudad. Las matemticas logran la armona en las cosas al facilitar la equi- dad y as, gracias a esta ciencia, se evitan disensiones en la soci edad 1 4 8 . LA LEY SEGN PLATN 469 Dentro de las matemticas se debe fomentar la investigacin astro- nmica sin temor a contrariar a los di os es 1 4 9 . Y es que para entender a Dios y a la Bondad se debe aprender a entender los cielos, a entender la mente que mueve las estrellas y su razn de ser; se debe aprender a ver la msica en su compaa y usar todo lo que se tiene comprendido en una total con- cordancia; y en virtud del control de esta concordanci a 1 5 0 . Las matemticas representan, para Platn, un papel importantsimo en el proceso de la educacin, pues "no hay ni una sola disciplina educado- ra de nios que tenga tan gran influjo como la que se ocupa de los nme- r o s " 1 5 1 . Gracias a esta ciencia la propia naturaleza se puede superar, tenien- do siempre presente que no basta con desarrollar las potencias de la memo- ria y la inteligencia, sino que es necesario acompaarlas de la vi r t ud 1 5 2 . Platn busca la mxima medida, el mejor modelo, que puede alcan- zar a tener la educacin para que, a partir de ah, se desarrolle un programa educativo que tienda y participe de ese ideal. Por ello las matemticas no son el mximo conocimiento posible, sino slo una preparacin para llegar al conocimiento del Bien en s, lo cual le corresponde a la di al ct i ca 1 5 3 . Esta ltima etapa proporciona el conocimiento supremo. Para alcan- zarlo, Platn seala un recorrido por diferentes grados de conocimiento por los cuales se asciende: partiendo del conocimiento de lo sensible se ha de llegar al de las realidades inmutables y eternas. Este largo recorrido, que va de lo sensible a lo suprasensible, de lo corruptible a lo incorruptible, es lo que Platn llama segunda navegacin 154 . Se trata de formar mentes filos- ficas que dirijan hacia arriba su visin, que indebidamente suele estar mirando hacia abajo. Por la ciencia suprema de la di al ct i ca 1 5 5 , y con la preparacin de las disciplinas matemticas que proporcionan imgenes y representaciones, se llegan a percibir las ideas u objetos inteligibles en toda su realidad y pureza. Es una doble va la propuesta por Platn para llegar al conocimien- to supremo: una va generalizadora, en la cual se pasa del particular a lo gener al 1 5 6 ; y la segunda va consiste en seguir el procedimiento metodol- gico de las matemticas que se desarrolla descomponiendo el objeto trata- do en partes cada vez ms elementales hasta alcanzar la estructura elemen- tal. En consecuencia, para Platn, los Primeros Principios Supremos se configuran al mismo tiempo como los gneros supremos, los ms universa- les y ms simples, y a la vez, como los elementos pr i mar i os 1 5 7 . Con el mtodo dialctico se llega al principio mismo para obtener la nocin de la esencia de cada c os a 1 5 8 . 470 JO S MAR TNEZ CO LN Platn postula un principio cognoscitivo que sustente todo el apren- dizaje anterior: consiste en ser capaces de poder sintetizar la multiplicidad de cosas que se ven en una idea general; es decir, la aprehensin de la uni- dad conduce y hace dirigirse hacia la contemplacin del s e r 1 5 9 . Slo al que salga airoso de las pruebas se le constituir en gobernante y guardin de la ci udad 1 6 0 . Slo con la madurez de los aos se est en condiciones de contem- plar el Bien "y cuando hayan visto el bien en s se servirn de l como modelo durante el resto de su vida, en que gobernarn, cada cual en su da, tanto a la ciudad y a los particulares como a s mi s mos " 1 6 1 . La dialctica es para Platn, apunta R eale, el saber fundado sobre la intuicin intelectual, del mundo ideal, de su estructura, del lugar que cada Idea ocupa en relacin con las otras y sta es la Verdad 162 . La belleza est muy relacionada con el bi e n 1 6 3 , ambas se implican mutuamente. Puesto que la ley procura el mayor bien para la ciudad, cuida- r especialmente lo referido a la belleza. La ley evitar que los dems artis- tas escultores, pintores, arquitectos, etc. copien la maldad, intempe- rancia, vileza o fealdad, "para que no crezcan nuestros guardianes rodeados de imgenes del vicio, alimentndose... con una mala hierba que recogieran y pacieran da tras da... con lo cual introduciran, sin darse plena cuenta de ello, una enorme fuente de corrupcin en sus al mas " 1 6 4 . Al contrario, la ley procurar la mejor educacin, buscando que los artistas sean guas hacia lo bello y agraciado, para que as los jvenes vivan en lugar sano que "les indujera insensiblemente desde su niez a imitar, amar y obrar de acuerdo con la idea de bel l eza" 1 6 5 . Una persona as educada estar ms capacitada para percibir las deficiencias, fealdad y defectos en la confeccin o natura- leza de un objeto, para recibir y alabar lo bueno, para reconocer las formas de la templanza, valenta y de las dems vi r t udes 1 6 6 . En plena concordan- cia con el objetivo de las leyes, la educacin persigue, en ltima instancia, "que los guardianes sean piadosos y que su naturaleza se aproxime a la divi- na, todo cuanto le est permitido a un ser humano" 1 6 7 . c) Principios generales de la paideia Del sistema educativo de Platn se pueden hallar unos principios que no slo rigen dicho proceso, sino tambin a la legislacin. Para Platn la educacin proporciona el conocimiento necesario para poder proceder sabiamente en la vida pblica y pr i vada 1 6 8 , y es mediante la paideia como se obtienen los elementos necesarios para decidir y obrar adecuadamente, consiguiendo, en ltimo trmino, la felicidad deseada. Como seala aceita- LA LEY SEGN PLATN 471 damente Jaeger, con Platn "la paideia basada en la justicia se erige por vez primera en pauta para juzgar la vida y la obra de un gobernante y se expre- sa la idea fundamental de la educacin de los pr nci pes" 1 6 9 . El mito de la caverna 1 ^ 0 ha sido visto por los estudiosos de' Platn desde varios ngulos, ya sea como un smbolo de la metafsica platnica, de su gnoseologa y dialctica, o tambin de su tica y mstica; pero tambin simboliza su poltica y educaci n 1 7 1 . Ah muestra el estado en que se encuentra el hombre respecto a su educaci n 1 7 2 . En este mito concluye Platn que la educacin es el mtodo por el cual se le facilita al hombre poder mirar y contemplar la realidad y en especial la Idea de Bien; la cual se concibe como el paradigma que debe llevar en su alma el regente y fil- sofo. Platn seala cuidadosamente, adems, que debe haber un retorno a la caverna del que se haba liberado de las cadenas. Ese retorno es precisa- mente el regreso del filsofo-poltico, el cual, si hiciera lo que desea, se quedara contemplando la verdad, pero debe bajar para salvar a los dems gobernndolos y educndolos, a pesar de sus deseos part i cul ares 1 7 3 . El sistema platnico de educacin y su relacin con la legislacin no se puede comprender completamente sin mirar detalladamente Las Leyes^ 4 . En este dilogo Platn sabe enlazar estos dos mbitos de tal forma que se implican mutuamente. Primeramente, Platn anuncia de modo expl- cito que la educacin es un camino para alcanzar la divinidad, as, "en rela- cin con nuestro argumento debemos definir primero qu cosa es la educa- cin y cul es su eficacia, pues por ella, decimos, ha de caminar el discur- so que tenemos entre manos hasta llegar al di os " 1 7 5 . El carcter religioso se halla ntimamente relacionado con la educacin. Se puede decir con Jaeger que para Platn la paideia consiste precisamente "en la direccin de la vida humana bajo el hilo del logos, manejado por la mano de Di os " 1 7 6 . Platn establece una relacin muy estrecha entre la educacin pai- deia, la ley nomos y la virtud arete; no se puede concebir la una sin las otras dos, y es el amor lo que inspira al educador los discursos de cmo debe ser el hombre perfecto y lo que ste debe ej erci t ar 1 7 7 . Esta nociones las concreta Platn en cuatro caractersticas fundamentales que debe alcanzar toda educacin: I a ) La educacin es necesaria para alcanzar la excelencia en algn aspecto. Su plan infantil de enseanza constituye el principio educacional fundamental que Platn suministra para el comienzo del largo proceso edu- cacional del hombre y una de sus grandes i nnovaci ones 1 7 8 . Por ejemplo, concreta Platn que el que "ha de ser buen labrador o arquitecto: el uno debe jugar a la construccin de casas de juguete y el otro a labrar la tie- 472 JO S MAR TNEZ CO LN r r a " 1 7 9 . La educacin es diferente segn esos gustos y aficiones, es indivi- dualizada, pues se dirige a llevar a su perfeccin las potencias y predispo- siciones con que cuenta cada persona en particular. Esta peculiaridad de la educacin en Platn es coherente con su doctrina de la especializacin en una sola profesin u oficio que favorece la unidad en la ciudad. De la cone- xin ntima que guardan la educacin con la niez, Platn establece la defi- nicin de aquella, al llamar "educacin a la virtud que s da primeramente en los ni os " 1 8 0 . 2 a ) Cualquier conocimiento o disciplina si no est acompaada de virtud es "indigna de ser llamada educacin en absol ut o" 1 8 1 . Tanto para gobernar como para ser gobernado se requieren diversas virtudes; en el pri- mer caso, se requiere especialmente prudencia, valor y sabidura; para el segundo, obediencia, templanza y lealtad. Y como la ley es un modo de educar, tambin debe participar de ese carcter tico. 3 a ) La educacin pretende dirigir las almas hacia el conocimiento de lo verdadero y consigue su objetivo, cuando ha formado verdaderos filso- fos. Una de las cualidades principales que ha de poseer el filsofo es la veracidad, el amor a la verdad y el odio a la ment i r a 1 8 2 . La educacin est dirigida a formar la inteligencia del educando en la verdad, a considerarla como un bien supremo. Ello le permitir poseer la ciencia y tener los mode- los correctos a imitar, ya que "pensar que las cosas son como son, es pose- er la ver dad" 1 8 3 . La educacin dirige a los hombres para "que se hallen en condiciones de afrontar la contemplacin del ser, e incluso de la parte ms brillante del ser, que es aquello a lo que llamamos bi e n" 1 8 4 . A esa tarea de descubrir cul es la manera ms fcil y eficaz para que el hombre se vuel- va hacia donde debe, hacia lo verdadero, es lo que Platn entiende por edu- caci n 1 8 5 . 4 a ) La disciplina en la educacin no est enfocada ni nica ni princi- palmente a la adquisicin de conocimientos, sino que se dirige tambin a fomentar el afecto hacia aquello que se tiene gusto y aptitud, es decir, diri- ge a la facultad de la voluntad a amar lo conveniente. La educacin estar sobre todo en inculcarle al nio un fin noble: ser perfecto ciudadano, y hacer que lo desee y se apasione por l 1 8 6 . Si entonces, debido a la edad de los educandos, resulta difcil tratar de explicarle los principios para su comportamiento a los nios, no por ello resulta imposible la conduccin recta de sus gustos y afectos. A falta del logos en el educando, lo suple el logos del educador, y una vez que crece el nio comenzar a razonar y a reconocer las costumbres ya adquiridas por los hbitos inculcados, y "esa armona es la virtud compl et a" 1 8 7 . El amor y LA LEY SEGN PLATN 473 el odio, pasiones humanas, no son para Platn de suyo buenas o malas, sino que requieren ser conducidas al fin preciso, a que miren siempre el bien. Interesante resulta que Platn dirija la educacin no slo a la pose- sin de la verdad, sino que en primer lugar lo que haga sea inculcar el amor hacia e l l a 1 8 8 . La relacin entre el afecto y el conocimiento en la doctrina platnica estn ntimamente relacionadas: si bien es necesario el conoci- miento del bien para la perfeccin propia y para educar a los dems, se requiere adems que el amor a ese bien sea de tal forma que conduzca a diri- gir todos los esfuerzos en conseguirlo y conservarlo. d) Carcter educativo de las leyes Despus de una primera educacin recibida por los padres y en la escuela, Platn indica que ser la ciudad quien eduque a sus ciudadanos por medio de las leyes forzndolos a aprenderlas y a conformar su vida con ellas. Cuando la ley seala una disposicin, educa a los ciudadanos en sus opiniones, les dirige sus miradas hacia aquella norma. Es clebre la perso- nificacin que hace Platn en el Critn de las leyes, donde stas le recuer- dan a Scrates cmo han estado presentes toda su vida dndole una educa- cin: desde el casamiento de sus padres hasta los momentos en que se dis- pone a mor i r 1 8 9 . La ciudad, del mismo modo que un maestro traza las letras que debern ser imitadas por sus alumnos, les trazar las. leyes, que son obra de legisladores buenos y antiguos, obligando a que conformen a ellas su obrar, tanto los que mandan como los que obedecen. En este sentido la ley es un modo de educar y el legislador un educador 1 9 0 . Platn no se limita a formular preceptos, sino que induce a los hombres a una actuacin debida que sea conforme con su pensar. Se puede afirmar con Jaeger que para Platn "toda accin legislati- va es educacin y la ley su i nst rument o" 1 9 1 . R esulta lgico sigue Jaeger, que Platn acabase su carrera como legislador, si tenemos en cuenta que su filosofa era desde el principio hasta el fin una obra de edu- cacin y que este concepto adquira para l su sentido ms pr of undo 1 9 2 . Toda esta educacin, dada su importancia para la ciudad, correspon- de ser elevada a la categora de ley. El poder poltico ha de ser el responsa- ble de llevar a cabo la tarea educativa, como a continuacin se presenta. IV) LA LEY Y LA POLTICA Al cuestionarse Platn si basta la prescripcin de la ley para la adquisicin de la virtud, concluye que no es suficiente la sola ley para que 474 JO S MAR TNEZ CO LN el hombre la cumpla. Platn establece una relacin muy ntima entre la autoridad y el ciudadano, en donde ste es dirigido por medio de la educa- cin por la correspondiente autoridad. Despus de considerar la necesidad de la autoridad, se ver cmo sta debe estar guiada por un criterio de ver- dad y de servicio. 1) Necesidad de la autoridad El ciudadano necesita de un gua en sus actividades. Precisamente cuando no hay jefe o stos son ignorantes o viciosos, la comunidad en cues- tin no alcanza su cometido, pues "en las uniones y sociedades para cual- quier clase de negocios est bien que cada cual tenga su j e f e " 1 9 3 . Hay ciertamente la necesidad de una autoridad que sepa dirigir, pues el ciudadano por s mismo es propenso a seguir las tensiones que no lo conducen a su bien. La autoridad mantendr su relacin con el individuo guindolo mediante leyes. Platn considera que el hombre no prospera en un estado de aislamiento, sino en un mundo que sea adecuado a su ser y a su destino: "el Estado es necesario para que pueda existir una educacin; necesario no slo como autoridad legislativa, sino tambin como el medio ambiente, como la atmsfera que respira el i ndi vi duo" 1 9 4 . De la necesidad de la autoridad se deduce tambin la de la ley. Se establece dicha necesidad a partir de la incapacidad de los hombres para reconocer lo mejor para su vida, y aun cuando lo llegaran a conocer, no siempre pueden o escogen lo mej or 1 9 5 . La autoridad viene a ser la respues- ta a un orden natural en la convivencia humana, y en una sociedad gober- nada radicar en la poltica.. 2) La justa medida, criterio del poltico La poltica ser una tarea propia de filsofos, quienes, sin descuidar la filosofa, se dedicarn a impartir j ust i ci a 1 9 6 . En El Poltico sostiene Platn que para tener criterio cierto acerca del exceso o el defecto de una cosa no es suficiente la mutua relacin entre los extremos, entre lo grande y lo pequeo, entre lo demasiado y lo demasiado poco, sino que es necesa- rio su referencia a la justa medida 191 . La sustancia de cualquier producto artstico debe ser modelada por la Idea de Bien: el arte debe ser la exhibi- cin de ese principio y, por tanto, poner de manifiesto la unidad, el bien y la bel l eza 1 9 8 . Al varn poltico y real le corresponde tomar las riendas y conducir a la polis, pues es quien posee la ciencia adecuada, es l quien sabe qu LA LEY SEGN PLATN 475 medidas se deben t omar 1 9 9 . La nocin de medida adquiere en Platn un sig- nificado especial. Usa este trmino para establecer relaciones entre las diversas realidades que acompaan la nocin de ley 200 . El arte regio, como llama Platn a la poltica, debe ser la causa de prosperidad en el Estado si gobierna y dirige todo a fin de que toda obra sea t i l 2 0 1 . Este saber poltico se encuentra ubicado por Platn, entre el saber prctico y el saber terico, es un paso adelante en el s aber 2 0 2 . Para Platn hay una medida natural a la cual han de hacer referencia los actos humanos y "que viene a ser esencialmente aquello en que entre nosotros se distinguen los malos y los buenos " 2 0 3 . En este caso el medir, ms que ser una simple comparacin, hace referencia a cierto informar de conocimiento al hombre, en que a partir de ah, dirige su obrar prctico. La poltica es definida entonces como la capacidad de ligar de manera justa y equilibrada, sobre la base del conocimiento de la norma y de la medida suprema, las fuerzas del alma que se contraponen entre s 2 0 4 . Gracias a esa medida el alma puede estar cerca de la verdad; medi- da que se traduce en las normas y leyes de la vida que le dan al hombre el criterio para actuar; las leyes se imponen al ser una imitacin de la verdad, en contraposicin con el simple arte imitativo que, al no contar con conoci- miento, se aleja de la verdad y cae en exageraciones en el obr ar 2 0 5 . El gobierno de la ley debe intentar ser una imitacin de la nica constitucin verdaderamente buena, la que se fundamenta sobre la directa actuacin del poder del verdadero conocimiento, o sea, del conocimiento filosfico. El gobierno de aqul que tiene el verdadero conocimiento debe comportarse, frente a la constitucin existente, como una divinidad frente a la humani- d a d 2 0 6 . Por ello, se llega a la misma conclusin antes vista: al filsofo le compete la posicin directiva y determinante en la actividad poltica prcti- ca, pues slo l posee el verdadero saber poltico y tiene bajo su cuidado las normas supr emas 2 0 7 . Una imitacin sin conocimiento nunca podr ocupar el lugar de una l e y 2 0 8 . Se puede concluir, siguiendo a R eale, diciendo que "en general, la nocin de justa medida se halla presente desde el principio hasta el final de Las Leyes. Platn revela expresamente cul es su fundamento, de una gran finura teolgica, cuando afirma que para nosotros los hombres Dios es la medida de todas las cos as " 2 0 9 . 3) Los gobernantes, al servicio del ciudadano y de la ley Para que haya armona en la ciudad, el gobernante debe tener como propios los mismos objetivos que tuvo el legislador al redactar sus leyes, 476 JO S MAR TNEZ CO LN pues slo si tiene el mismo criterio podr aplicar en su verdadero sentido el espritu de la ley. El gobernante podr asumir esos mismos objetivos si se educa como filsofo, siguiendo todas las etapas que lo conducen al conoci- miento de lo ver dader o 2 1 0 . Hasta ahora, los gobernantes dice Platn en el Gorgias, slo han procurado, en el mejor de los casos, el proporcionar placer a sus ciudadanos, pero no hacerlos lo mejor posible; han actuado como un cocinero que slo procura que sus alimentos causen placer sin observar si son sal udabl es 2 1 1 . De hecho, hoy en da contina Platn, el nico que tiene su mente puesta en el verdadero arte poltico y el nico que ejerce la verdadera poltica es Scrates, quien en sus discursos no pretende proporcionar el mayor placer o halagar, sino de procurar el mayor bien aun a costa de su misma seguridad: si algo se ha de temer no es la muerte, sino obrar injustamente en contra de los hombres o de los di os es 2 1 2 . A diferencia de Iscrates, quien vea como misin del Estado lograr el bienestar de la polis y hacerla ms grande y f uer t e 2 1 3 como lo crean tambin los grandes polticos de Atenas, un Temstocles o un Pericles, Platn la centra, en cambio, en la educacin del ciudadano y en el perfec- cionamiento personal y comn de todos en la polis. Las magistraturas, a su vez, guardarn para Platn un equilibrio frente a la legislacin, "ambas son correlativas y recprocas: ninguna es viable sin la ot r a " 2 1 4 . El Estado, as como se haba visto respecto a las leyes y la autoridad, es necesario para asegurar la mejor moral de los ciudadanos y esto no slo en un aspecto, sino en todos. Por ello el legislador debe tener una clara concepcin de la virtud ent er a 2 1 5 . Mientras que Platn en La Repblica haba encarnado la razn en el Estado, haciendo con ello ms un Estado modelo que realizable, en el Poltico y en Las Leyes, en cambio, se acerca ms a un Estado realizable al someterlo a la ley. Al terminar su vida esforzndose por llevarlo a cabo, se puede decir con Wilamowitz, que la vocacin poltica de Platn ha sido la tragedia de su vi da 2 1 6 . R eale afirma que la componente "poltica" del pla- tonismo ha sido comprendida en toda su relevancia y en todo su alcance, solamente en nuestro siglo, en gran parte debido a la reivindicacin de la autenticidad de la Carta VII en la cual Platn dice expresamente que la pol- tica fue la pasin dominante de su vida 2il . Por su parte, Jaeger va ms lejos diciendo, y tratando de demostrar, que el problema poltico constituye no slo el inters central de Platn como hombre, sino que es la sustancia y la esencia de la misma filosofa pl at ni ca 2 1 8 . Para Platn la ley debe estar por encima de cualquier rgimen que gobierne, pues el fin de la ley no se orienta a proteger dicho gobierno, sino que su mira est en alcanzar la justicia, pudindose valer para ello de diver- LA LEY SEGN PLATN 477 sos tipos de gobierno; sin embargo, para Platn no deja de ser cierto que hay algunos regmenes que facilitan la obtencin de la justicia mejor que otros. Mientras que en La Repblica el Estado estaba gobernado por el rey- filsofo que ha conocido el Bien, en Las Leyes propone Platn un gobierno absoluto de la ley. Ello es debido a la imposibilidad de encontrar a ese fil- sofo ideal que pueda gobernar sin leyes escritas. El Poltico se halla en cier- to modo en el intermedio entre los otros dilogos, no slo cronolgicamen- te, sino en cuanto a esas dos posturas. De aqu que la figura del legislador vaya cobrando mayor fuerza en los ltimos dilogos de Platn, y le dedique una gran parte de extensin en su obra a la eleccin y formacin del legis- lador mediante una educacin conveni ent e 2 1 9 . El saber lleva implcito el poder mandar; pero dicha autoridad no es un bien en s, sino slo un medio de servicio a la ci udad 2 2 0 . El coloquio amoroso que tiene el gobernante con el Bien, se debe transferir a la relacin que debe haber entre los gobernantes y los subordi nados 2 2 1 . La autoridad debe estar subordinada a la ley y al servicio de ella. Esta relacin de subor- dinacin evitar que se caiga en arbitrariedades 2 2 2 . Platn sostiene conti- nuamente un principio e las leyes: buscar servir a la ciudad y procurar que los ciudadanos sean mejores para que alcancen la felicidad. Es precisamen- te a travs del trabajo como se sirve mejor, pues se es til, y por tanto buen ciudadano; la nocin de utilidad para Platn, est tambin ntimamente unida a la de bien. Platn pone como ejemplo al comerciante, quien es un gran bienhechor de la ciudad al repartir de manera uniforme y simtrica lo que se encontraba de forma desigual y asi mt ri ca 2 2 3 ; siendo til a los dems, es un buen comerciante y, por ende, un buen ciudadano. Y en parti- cular se refiere Platn a los dedicados a la poltica, a las cosas de la ciudad en general, quienes procurarn no apartarse nunca de la intencin de servir, pues "el que no ha servido no puede llegar a ser digno de alabanza como superior, y es preciso que se presuma, ms que de haber mandado bien, de haber servido bien, en primer lugar a las leyes, en la idea de que ste es un servicio que se presta a los di os es " 2 2 4 . 4) La transgresin de la ley Los rectores de la ciudad cuentan con las leyes penales no slo como un medio de coarcin para el ciudadano, sino principalmente como un medio educativo. De aqu el inters de Platn por justificar tales leyes y de sealar con claridad los fines que se propone con ellas. Contando con el conocimiento sobre la bondad o maldad de las acciones, y teniendo bajo su responsabilidad el bien comn, Platn considera cmo la ley tiene la auto- 478 JO S MAR TNEZ CO LN ridad suficiente para castigar las transgresiones que se pudieran cometer contra ella. No obstante los motivos poderosos que hay para obedecer a la ley, el hombre, ser libre, puede transgredirla. Platn encuentra que el mal siem- pre est rondando la naturaleza mortal del hombre y hay que enfrentarse a l, ayudndose de la inteligencia para alcanzar la santidad 215 . Platn se enfrenta a este hecho comenzando de una forma acostumbrada: acude a una comparacin entre la ciudad y el hombre; la ciudad se comporta de manera anloga a la constitucin del hombre. As como para la buena educacin del hombre hace falta atender tanto a su alma como a su cuerpo, y ste se per- fecciona mediante la gimnasia y se cura de sus dolencias o previene enfer- medades mediante la medicina; de modo semejante, la poltica en la ciudad se perfecciona mediante la legislacin y se cura aplicando la justicia mediante las leyes penales. Como dice Jaeger, para Platn la misin del legislador "ms importante no consiste precisamente en castigar los desa- fueros cometidos, sino en prevenir que se cometan desafueros. Platn sigue, al decir esto, el ejemplo de la ciencia mdi ca" 2 2 6 . Si se tiene como un mal para el hombre la enfermedad corporal, con mayor razn lo ser el que afec- te al alma que es superior al cuerpo. El mal del alma es la injusticia y su remedio es el castigo apropiado, pues "el castigo justamente impuesto enmienda a los hombres, los hace ms justos y es una medicina de la mal- da d" 2 2 7 . Platn presenta una imagen grfica al comparar la aplicacin de las leyes al ejercicio de un mdico: mediante la ciencia mdica se aplican cura- ciones "cortando, quemando o produciendo alguna otra clase de dol or " 2 2 8 . De modo semejante, aplicando la ciencia poltica, en ocasiones se procede a producir tambin dolor al desterrar, golpear o condenar a muerte; sin embargo, tambin se busca la curacin del paciente, en este caso, tanto del delincuente como del ciudadano y su ci udad 2 2 9 . Platn considera que con la ley penal se pueden conseguir cuatro fines principales. El primero es el fin preventivo, con el que se trata de evi- tar que se llegue a cometer el mal teniendo presente el castigo que se mere- cera suf r i r 2 3 0 . Tambin tiene un fin educativo: las leyes, al mostrar las fal- tas y los grados de castigo que conllevan, ensean un rango de valores en donde se muestra la gravedad que cada transgresin t i ene 2 3 1 . Un tercer fin es el punitivo, es decir, el castigo proporci onado 2 3 2 . El ltimo fin es el correctivo, con el que se intenta regresar a la situacin anterior a la ejecu- cin del mal cometido. Aunque similar al fin punitivo, se diferencia en que el fin anterior miraba al castigo por aplicar, mientras que ahora, en cambio, este fin correctivo se interesa ms por la curacin de los implicados, "por- LA LEY SEGN PLATN 479 que, en efecto, ninguna pena se impone por ley para mal, sino que o se mejora al que la sufre o lo hace menos mi ser abl e" 2 3 3 . Habiendo establecido la finalidad y las relaciones que guarda la ley en el entorno social, llega el momento de considerar la naturaleza y funda- mento de dicha ley. V) NATURALEZA DE LA LEY Considerando a la ley en s misma, Platn subraya algunas propie- dades esenciales que deben ser tomadas en cuenta por los legisladores. Primeramente, en tanto que la ley dirige la libertad de los hombres, supone en dicha ley una carcter tico; de esta caracterstica tratar el legislador de hacer partcipes a las realidades que involucra, tales como la familia, la edu- cacin o el mismo gobierno. O tra caracterstica de la ley es causar un efec- to al que Platn pone particular atencin: la unidad. Tarea del poltico con- sistir en lograrla y constituir una armnica ciudad. Y una vez que hayan sido concretadas las leyes, habrn de darse a conocer por su promulgacin; inters especial muestra Platn en cuidar mucho la forma de redactarlas, a fin de conciliar el carcter obligatorio de la ley con la obediencia libre del ciudadano. 1) Carcter tico de la ley Las leyes dirigen la libertad del ciudadano, y lo pueden hacer hacia el fin adecuado o no. Tarea del legislador es saber hacia dnde debe orien- tar sus leyes. Si una ley no se ordena a lo que es en s, a lo bello en s o a la verdad en s, sino a la multiplicidad de las cosas particulares, entonces deja de ser fi l osfi ca 2 3 4 . Y tal ley, falsa, lo que hace no es sino corromper la ciu- dad. En tanto que la ley dirija al bien adecuado, ser ticamente bue na 2 3 5 . Todo este mundo de la virtud en el que Platn construye su nuevo orden se fundamenta en que el ciudadano puede tener autodeterminacin moral en base al conocimiento del bien. Y aqu choca frontalmente su pen- samiento con el mundo en que reinaba el destino, la moi r a 2 3 6 . Platn hace un gran esfuerzo por implantar su tica en la ciudad aplicando a su vez la tica individual de Scr at es 2 3 7 . Para Platn la divinidad no determina fatal- mente al hombre, por lo que pueden ser vigentes una tica, una educacin y, por tanto, una legislacin. Adems, la ley se puede tomar como un criterio de discernimiento tico para la ciudad. Gracias a ella, la poblacin tiene un punto de referen- 480 JO S MAR TNEZ CO LN cia para su obrar. Si el hombre puede alcanzar por s mismo, a travs de la razn, el conocimiento verdadero para obrar convenientemente, la ciudad cuenta tambin con dicha razn, expresada a travs de ley, con la que puede discernir entre lo bueno y lo malo, ticamente hablando. La nocin de ley implica un mbito de carcter tico, "as, la maldad y la virtud estaran mejor diferenciadas para nosotros; y al hacerse ello ms claro, tambin la educacin y las otras prcticas se harn quiz ms per spi cuas" 2 3 8 . En fin, las leyes para la ciudad constituyen la ver dad 2 3 9 . Como muestra, ejemplifica Platn su importancia en las artes: si es agradable el cantar bien, es mejor cantar cosas buenas 2 4 0 . Aqu se encuen- tra la diferencia entre el educado y el que no lo est. El mejor educado ser quien dominando el arte, participa tambin del valor del bien: educado es quien canta bien y baila bien, pero que adems lo hace con buenas cancio- nes y buenos bailes, ticamente hablando. Existe una unin inseparable entre lo estticamente bello y lo ticamente bueno. No slo el legislador debe ser virtuoso, sino el contenido de la ley debe llevar, implcito o expl- cito, el carcter tico. Taylor sostiene que no puede distinguirse si La Repblica es una contribucin a la tica o a la poltica, si su objeto es la justicia o el Estado ideal, puesto que prcticamente no hay distincin entre la moral y la polti- ca: las leyes del derecho son las mismas tanto para las clases sociales, como para la ciudad, as como para los i ndi vi duos 2 4 1 . Pero se debe aadir que estas leyes son sobre todo leyes de moral personal; la poltica est fundada sobre la tica y no la tica sobre la pol t i ca 2 4 2 . Formar el verdadero Estado, para Platn, significa formar al verdadero hombr e 2 4 3 . R esulta ms comprensible la postura platnica si no se compara su Estado y sociedad con los actuales, pues en la Grecia clsica no haba una autoridad moral que diera plena satisfaccin a las necesidades de la socie- dad, sobre todo las morales; en cambio, en nuestra civilizacin occidental, derivada de una cultura cristiana, hay la posibilidad de corroborar las nor- mas morales dictadas por la recta razn con una institucin ajena al Estado, por ejemplo con la Iglesia. Platn ve la necesidad de fundar esa autoridad moral y la establece en quien pueda sustentarla sobre toda la ciudad: slo la encuentra en el Estado, que es quien puede lograr la unin de todos los habi- tantes de la ciudad; y el rgano que tiene para conseguirlo es precisamente mediante la ley. Esto nos lleva a considerar a continuacin cmo la ley favorece y consigue la unidad de la ciudad. LA LEY SEGN PLATN 481 2) La ley, instrumento de unidad Platn considera que de la misma manera que la justicia es inheren- te a la nocin de ley, as tambin la unidad en la ciudad viene a ser un efec- to necesario que se obtiene al acatar y obedecer las prescripciones de los legisladores. La unidad es indispensable y un factor determinante para la prosperidad de la ciudad. De modo semejante a como los filsofos anterio- res a Platn haban postulado una sustancia material como base del mundo fsico, ahora, del ejemplo de esa unidad de la naturaleza, viene la necesidad de la polis como una condicin de la unidad humana 2 4 4 . La unidad se con- sigue, cuando todos los ciudadanos tienen los mismos objetivos en comn, una voluntad comn para aunar fuerzas y vencer obstculos. Es el bien que se busca el que hace posible la unidad y permanecer en e l l a 2 4 5 . Y cuando no existe esta unin y se quiere seguir gobernando, se transforma el rgi- men en una tirana y los ciudadanos se transforman en servidumbre; tal fue el caso, comenta Platn, del reino de Per s i a 2 4 6 . La ley interviene para coor- dinar y armonizar las diferentes partes de que consta una ciudad. El legis- lador debe tener en cuenta que el mayor bien para una ciudad es aquel que logra agruparla y unirla como un t odo 2 4 7 , y en cambio, el mal mayor es aquel que la disgrega, que la hace ml t i pl e 2 4 8 . a) Medios para lograr la unidad En uno de los primeros dilogos, el Lisis, establece Platn que lo que une a los seres humanos unos con otros es la norma y la ley de un bien supremo impreso en el al ma 2 4 9 . Platn sugiere dos modos para lograr unir la ciudad: se tratara de unir la parte eterna del hombre con hilos divinos y la parte animal con hilos humanos 250 . Los lazos divinos son aquellos que se refieren al elemento divino que hay de comn todos los hombres. Se les califica de divinos porque enlazan "con divina atadura la parte inmortal que hay en sus a l ma s " 2 5 1 . Esta hilaza se logra engendrando en el alma el conocimiento sobre lo bello, lo justo y lo bueno. Las leyes intervienen al producir la atadura en esos caracteres nobles por origen, al educarlos segn su propia nat ural eza 2 5 2 . Un elemen- to primordial de esa educacin es saber llegar a una comprensin de la uni- dad a partir de la mul t i pl i ci dad 2 5 3 . En particular, el poltico debe tener la capacidad de comprender cmo es que a partir de la multiplicidad de cosas se llega a entenderla como una sola. Por ejemplo, saber cmo la justicia, la prudencia, el valor y la templanza tienen algo en comn que les hace ser parte de una virtud totafi 5 *. Por su parte, los lazos humanos corresponden a las relaciones "que nacen de los matrimonios e intercambios de nios entre ciudades, as como 482 JO S MAR TNEZ CO LN aquellos que se refieren a promesas de casamientos y enlaces entre particu- l ar es " 2 5 5 . Para lograr que haya un buen entramado en la ciudad habr que cuidar que esas uniones no miren slo el bien particular buscando la rique- za, sino que debern mirar lo honesto procurando combinar los caracteres contrarios para conseguir "un tejido flexible, y, como se dice, bien trabado, para as confiarles siempre en comn las magistraturas en las ci udades" 2 5 6 . La poltica ser quien tenga la tarea de lograr que estos lazos de unin se fortalezcan y perduren en la ciudad. b) La poltica, arte de unir La tarea de dar unidad a la ciudad se expone de un modo ms deta- llado y explcito en el dilogo El Poltico, cuando Platn intenta describir la funcin propia del poltico. Ah se desarrolla la descripcin de lo que debe ser la real accin coordinadora 2 - 51 del poltico. Para ello se sirve del arte de tejer como paradigma, pues as como el tejedor va confeccionando telas y ropas uniendo y entrelazando diferentes tipos de hilos para producir un tejido, de modo semejante sa es tambin la tarea del poltico, que debe entrelazar las diferentes actividades de los hombres y coordinar las dife- rentes ciencias para producir una ciudad unida, armnica y feliz. A la pol- tica le corresponde la tarea de llevar a cabo esa unidad que persiguen las leyes. Esa real accin coordinadora tiene como funcin criar y educar con- forme a la l e y 2 5 8 , su tarea es cuidar "de las leyes y de todos los asuntos de la polis, y todo lo entreteje con exactitud ext r ema" 2 5 9 . Las leyes ofrecen una organizacin poltica fuerte y firme en la que se apoyarn los dems rdenes de la vida social. Y para obtener como resul- tado esta firmeza del tejido, se precisa saber coordinar los elementos fuer- tes con los dbi l es 2 6 0 . Por este hecho se sigue "que es necesario que los hombres se den leyes y que vivan conforme a ellas o que, de lo contrario, en nada se diferenciarn de los animales ms f er oces" 2 6 1 . Platn designa a la virtud de la obediencia como un factor muy pro- vechoso y eficaz para dar la unidad necesaria a la polis. Por ello, jams habr nadie que no est mandado. Se vivir siempre mirando y siguiendo al jefe y dejndose gobernar por l hasta en detalles m ni mos 2 6 2 . Se invita, as, a obedecer "pblica y privadamente a cuanto hay en nosotros de inmortal, dando nombre de ley a lo dispuesto por la r azn" 2 6 3 . c) Unidad en el hombre y en la ciudad Adems de buscar la unidad en la ciudad, se debe tener cuidado de no dividirse a s mismo; ello se debe manifestar en su obrar exterior al prac- LA LEY SEGN PLATN 483 ticar slo una actividad o profesin. Y en tanto que la ocupacin individual de cada ciudadano es el medio por el cual le es ms accesible adquirir su perfeccionamiento, la ley tambin habr de dictar al respecto algunas direc- trices a seguir. La razn de la importancia en dedicarse a una actividad pro- pia y nica reside en la prioridad que guarda para Platn la virtud de la uni- d a d 2 6 4 . De esta manera, la arete del alma consistir en la adquisicin de la mayor unidad que le es posible, fundada en el Bien y el Uno, en una pala- bra, en estar uni-formizada 265 . Ya en el Filebo mostraba Platn que el justo medio es, en cada caso, ser bueno y cognoscible en la ms grande medi- da 266 . En el Crmides describe Platn la importancia que hay en conside- rar al hombre como un todo: los mdicos tienen que considerar al enfermo todo entero si quieren curar una parte enferma; y lo mismo ocurre si se quie- re curar al cuerpo, en que se necesita considerarlo unido al a l ma 2 6 7 . Para Platn todo en la ciudad debe favorecer la unidad. Al exponer la ciudad modelo, Platn resalta el papel de la ley como causa de la felici- dad de la ciudad mediante la unidad de la mi s ma 2 6 8 . Incluso cuando piensa sobre la extensin conveniente para la polis, lo hace teniendo cuidado de que contine siempre siendo una. La unidad fsica reflejar que la ciudad es una y ayudar a que se comporte como tal. La ley no debe permitir que la ciudad crezca tanto en extensin que se lleguen a constituir varias ciuda- des. Platn lo concreta con un ejemplo muy grfico y significativo: un pro- yecto arquitectnico sobre la construccin de la ciudad. Se prescriben nor- mas para que se construyeran las casas una despus de otra, pues de este modo se logra que en su conjunto la ciudad entera tenga el aspecto de una sola casa. As se logra, a la vez, que la unidad fsica le sirva a la ciudad como proteccin, pues sus paredes haran las veces de murallas contra los enemigos de f uer a 2 6 9 . 3) Promulgacin y redaccin de la ley Dentro de las caractersticas propias de la ley, est la necesidad de ser promulgada. Platn no se conforma con que las leyes simplemente se conozcan, pues no busca el cumplimiento por el cumplimiento, sino que al tener siempre en la mira la felicidad de la sociedad y sus integrantes, busca la manera de que la ley sea tambin asimilada, comprendida, por cada uno; slo as cada ciudadano puede desarrollar realmente las virtudes y dirigir sus actos hacia el mismo fin que la ley persigue. Este inters le hace a Platn detenerse en buscar la mejor formulacin de las leyes; considera que para que las indicaciones del legislador produzcan alguna eficacia tendrn 484 JO S MAR TNEZ CO LN que orse con humildad y buen nimo. Esta disposicin en el ciudadano se puede conseguir, si se le da a conocer la ley de una manera apropiada. La forma de redactarlas ayuda a tener eficacia en su observancia. La ley para Platn tiene una concepcin ms amplia y completa que la que se tuvo tiempo despus. Propone que las leyes deben ser cumplidas no por los castigos, sino por el convencimiento que proporciona la educa- cin, deben ser como una llamada que hace el legislador y a la cual pueden responder libremente los legislados. Platn desea que la ley venga, ms que con la fuerza de una orden, con una voz persuasiva que entre en lo ms pro- fundo del a l ma 2 7 0 . Si el legislador exhorta o persuade a los sometidos redactando sus leyes de una manera agradable en que explica la razones que hay para cum- plirlas, el ciudadano conocer el aspecto positivo de las leyes y podr amar- las y respet arl as 2 7 1 . A semejanza de los nomos del canto con ctaras, que contienen pre- ludios, o como los discursos que cuentan con un exordio, Platn indica que en los nomos verdaderos, en los que se denominan leyes de la ciudad, tam- bin ser necesario que el legislador les prescriba, tanto en su conjunto, como "a cada una de ellas sin dejarlas nunca privadas del preludio que ha de pr eceder l as" 2 7 2 . Sobre la base de los preludios o proemios se logra ins- truir al ciudadano alcanzando ste su educacin en la medida de su capaci- dad. De esta forma el proemio viene a ser como el puente que enlaza la razn filosfica con la ley, es el lazo de unin para que el Estado no sea al ciudadano como algo intolerablemente r i do 2 7 3 . Platn mismo aconseja que su cdigo fuera estudiado como un libro de t e xt o 2 7 4 . Parece como si Platn intentase mostrar, de una manera expl- cita, mediante la misma redaccin de sus obras, el cuidado que hay que prestar en la forma l i t erari a 2 7 5 . Se puede concluir con Cairas que "Platn en realidad no est legislando; de hecho su pretensin es asimismo ensear. La ley para Platn es una forma de literatura, y la responsabilidad del legisla- dor es mayor que la del poet a" 2 7 6 . V I) FUNDAMENTO DE LA LEY Despus de haber establecido algunas de las propiedades que tiene la ley y su papel en la educacin del ciudadano, a travs de la autoridad, para alcanzar su finalidad, se precisa ahora fundamentar y determinar las causas que la constituyen. LA LEY SEGN PLATN 485 En la formulacin de la ley intervienen esencialmente tres realida- des: la razn, el legislador y la divinidad. Si bien las tres realidades estn profundamente relacionadas para dar origen a la ley, sin embargo, intervie- nen de distinto modo: la ley es promulgada por el legislador que, mediante su razn, ha logrado comprender el modelo divino que mide todas las cosas. La divinidad ser, finalmente, el fundamento ltimo que sustente la ley. A continuacin se tratar de distinguir y explicar el alcance de esas tres cau- sas que intervienen en la constitucin de la ley y la relacin que guardan entre s. 1) La razn, fuente prxima de la ley La razn ocupa un lugar esencial en la nocin de la ley. En la defi- nicin platnica de la ley, aparece sta como un juicio que se hace decreto general en la ci udad 2 7 7 . Este juicio es formulado por la razn para dirigir las tendencias y afecciones hacia su bien, "en efecto, la razn nos dice que debemos seguir constantemente una sola de aquellas tensiones... y que esa tensin es la conduccin del raciocinio urea y sagrada, que se llama ley general de la ci udad" 2 7 8 . a) La razn mide y es medida La razn y la ley mantienen una relacin estrecha y directamente proporcional: si algo se aleja de la razn, se aleja igualmente de la ley y del or de n 2 7 9 . Esa relacin es una relacin de causalidad: la razn es quien da a luz a la ley, viniendo as a ser su causa prxima. Ahora bien, la razn, a su vez, ha de ser conformada, ha de ser medi- da, pues no es absolutamente independiente o autnoma, sino que depende del conocimiento por el cual es informada. Este es un punto crucial en la doctrina platnica que la distingue de la corriente sofstica. Para clarificar- lo, Platn hace una analoga entre el conocimiento y la alimentacin fsica: el alma que no tiene conocimientos, que est en la ignorancia, es como quien est falto de alimento; y as como quien se alimenta llena el vaco del hambre, la inteligencia puede llenar el vaco de la ignorancia si toma para s el conocimiento de lo que tiene realidad, de lo que es ms verdadero. Es preciso, por tanto, distinguir qu es lo ms verdadero, lo ms real, para que la razn sea medida adecuadamente y, a partir de ah, pueda el hombre diri- girse correctamente. Platn gusta hacer un juego de palabras entre la razn (uov') y la ley {vfio") para relacionarlas incluso etimolgicamente, al decir que las obras 486 JO S MAR TNEZ CO LN escritas que hacen mejor al estudiante son aquellas que versan sobre las leyes, "si no vano sera que tuviera un nombre parecido al del entendi- miento esa nuestra divina y maravillosa l e y" 2 8 0 . Se puede decir entonces que en la raz de toda la doctrina platnica de la legislacin se encuentra la idea de que el legislador es capaz, slo por medio de la razn, de formular un conjunto de leyes adecuadas a la comu- ni dad 2 8 1 . Esta idea ser desarrollada ms tarde por los defensores de la ley natural 282 , seguida inmediatamente por su discpulo Ari st t el es 2 8 3 , y poco ms tarde por los est oi cos 2 8 4 . Siglos ms tarde Santo Toms de Aquino nada ms empezar su tratado sobre la ley en general propone que la ley, al ser regla y medida, se halla en el sujeto "como principio activo que regula y mide; y como el medir y regular pertenece a la razn, sigese que la ley pertenece solamente a la r azn" 2 8 5 . x En La Repblica se acude a la ayuda de la razn como buena con- ductora de los deseos del hombre, a fin de no desviarse ni dirigirse en con- tra de la l e y 2 8 6 . Pero slo ms adelante se precisa en qu consiste lo ms real y verdadero 28 ^. La gua de la razn es la verdad. sta viene a ser su alimento saludable, pues la parte del alma "con que comprendemos, a todo el mundo le resulta claro que siempre tiende toda ella a conocer la verdad tal cual e s " 2 8 8 . Es preciso que el alma siga al elemento filosfico, la razn, pues de esta manera cada parte de ella "disfruta de sus peculiares placeres, que son los mejores y, en la medida de lo posible, los ms ver dader os" 2 8 9 . Al seguir lo ordenado por la razn, si ha sido ya medida anteriormente por lo ms ver- dadero y por consiguiente en lo ms conveniente del alma, se consigue medir las leyes y alcanzar la felicidad y el mayor pl acer 2 9 0 . b) La verdad, medida de la razn La razn debe cuidarse de no tomar como ms verdadero lo aparen- t e 2 9 1 . Ese verdadero saber consiste en captar lo que es en s, pues "el saber se dirige por naturaleza a lo que existe para conocer lo que es el s e r " 2 9 2 . En Platn existe la conviccin radical de una correspondencia estructuralmen- te perfecta entre el conocer y el s e r 2 9 3 : los razonamientos tienen un paren- tesco con los mismos objetos que explican, y hay la misma relacin entre el ser y el devenir, que entre la verdad y la opi ni n 2 9 4 . La opinin, en cambio, est en un lugar intermedio entre el saber y la i gnoranci a 2 9 5 . La transicin se hace fundando la opinin con un razonamiento causal, esto es, fijarla con el conocimiento de la causa, de la Idea 296 , volvindose as en ciencia. Para LA LEY SEGN PLATN 487 Platn la razn debe ser capaz de llegar al grado mximo en el conocer, lo cual equivale a conocer el mximo grado de s e r 2 9 7 . Por ello le interesa a Platn sealar el itinerario que la razn habr de seguir para llegar a tener los ms sublimes conocimientos y ser medida por ellos; ese itinerario le per- mite adems distinguir los diferentes tipos de conocimiento. Platn divide en cuatro los estadios del conocimiento: comenzando por la imaginacin, en segundo lugar coloca la creencia; a ambas le corresponde ser un tipo de opinin, y su objeto es lo sensible, lo natural. Le siguen la dianoia para el tercer lugar y para el cuarto y mximo nivel de conocimiento, la inteligen- c i a 2 9 8 , los cuales son ya conocimiento cientfico teniendo como objeto lo sobre-natural. Suele caracterizarse la dianoia 1 " como el pensamiento dis- cursivo o razonamiento que va de las premisas a la conclusin y que se corresponde al conocimiento utilizado en la ciencia de lo matemtico-geo- mtrico; mientras que por noesis se entiende la intuicin directa o aprehen- sin del objeto, propio de la dialctica y fi l osof a 3 0 0 . La noesis es la apre- hensin pura de la Idea y del principio supremo y absoluto, esto es, de la Idea del Bien. Slo el filsofo es quien alcanza este grado de s aber 3 0 1 . De hecho, lo que se ha de buscar y pedir siempre, no es que se cum- pla la propia voluntad, "sino que esa voluntad se acomode an en mayor grado a la propia razn; esto es lo que debe pedir y solicitar con afn la ciu- dad y tambin cada uno de nosotros: ser r azonabl es" 3 0 2 . c) Criterio de verdad En el mbito objetivo, es decir, desde las cosas mismas, an faltara especificar cul es el fundamento ontolgico para Platn en base al cual son verdaderas las cosas y pueden stas medir la razn que mide, a su vez, la ley. Platn analiza la problemtica: al ver el mundo sensible observa el movimiento; las cosas que cambian no pueden fundamentarse ni por s mis- mas, ni entre s, sino que requieren algo que sea constante a fin de poder tomarlo como medida. La razn no puede tomar como medida algo que cambie continuamente, sino que debe estar "atenida a lo que es siempre igual, inmortal y ver dader o" 3 0 3 . A su vez, para que la ley sea lo ms digna posible debe someter lo ms humano a lo inmutable y di vi no 3 0 4 . La refe- rencia a lo inmutable haba sido tratada por filsofos anteriores a Platn, al relacionar la ley y el cosmos, y hacan derivar los principios de la vida humana de los principios del cosmos que eran eternamente vl i dos 3 0 5 . Ahora Platn asignar como un atributo propio y divino aquella cualidad que permite mantenerse siempre igual y const ant e 3 0 6 . Por este carcter sagrado de las leyes, aquellos decretos que se refieren directamente a la 488 JOS MARTNEZ COLN divinidad, como lo podran ser las erecciones de los templos o los sacrifi- cios y cultos que se rinden a los dioses, son considerados como "las ms grandes, los ms hermosos y primeros de todos los estatutos l egal es" 3 0 7 . El mximo conocimiento que puede obtener la razn tambin tiene un carcter divino. Platn no se detiene y precisa este conocimiento. Propone como el ms sublime objeto de conocimiento la Idea de Bien y sin el cual "aunque conociramos con toda la perfeccin posible todo lo dems, excepto esto, no nos servira para nada" 3 0 8 . La mayora de la gente cree que esta Idea de Bien es el placer; en cambio, es "para los ms ilustrados, el conoci mi ent o" 3 0 9 . El conocimiento de la Idea de Bien es la que hace tiles a las virtudes y a todo otro saber o posesi n 3 1 0 . As como el sol da a los objetos sensibles la posibilidad de ser vistos, de su generacin, crecimiento y alimentacin, sin que el sol sea la misma generacin o crecimiento, as la Idea de Bien "proporciona la verdad a los objetos del conocimiento y la facultad de conocer al que conoce" 3 1 1 . La Idea de Bien es fuente de cono- cimiento, de ciencia, y de verdad: "a las cosas inteligibles no slo les advie- ne por obra del bien su cualidad de inteligibles, sino tambin se les aaden, por obra tambin de aqul, el ser y la esenci a" 3 1 2 . Esa mxima Idea, la Idea de Bien, se obtiene a travs de la dialctica, y por eso al filsofo se le deno- mina tambin como el dialctico 3 1 3 . Desarrollar la idea platnica de Bien, as como su doctrina sobre las ideas, llevara lejos del objetivo del presente escrito, pero lo que s interesa considerar es la necesidad que tiene el filsofo, o quien haya de regir la polis, de contemplar ese Bien y, a partir de este conocimiento, dar origen a las l eyes 3 1 4 . La bondad del ser consiste en que cada uno, teniendo una fun- cin especfica posea la capacidad para real i zarl a 3 1 5 . Al aplicarlo al campo poltico, la razn legisladora captar esa conformidad, quedar medida por ese conocimiento y lo expresar en forma de ley para lograr el fin de la sociedad, que es la participacin en la j ust i ci a 3 1 6 . Se ha escrito mucho sobre si Platn dejo de acudir a la teora de las ideas en el dilogo de Las Leyes. Con respecto a la ley, parece acertada la postura de Margherita Isnardi, que seala que, para descubrir la ley natural, segn el Platn de Las Leyes, no hace falta remontarse a las Ideas, sino que se puede encontrar en el cosmos, que tiene inmanente un orden racional suficiente para descubrir la ley nat ur al 3 1 7 . 2) El legislador, causa prxima de la ley. Para Platn es evidente que al hablar de una razn legisladora se est refiriendo propiamente al legislador. Por ello le interesa perfilar y deli- LA LEY SEGN PLATN 489 mitar el papel del regidor y del legislador en la elaboracin de las leyes y en la conduccin de la ciudad a su fin 318 . a) El legislador-filsofo. Para el legislador es necesario conocer las verdades primeras, pero como slo los filsofos son capaces de poder alcanzar lo que siempre se mantiene igual a s mi s mo 3 1 9 , entonces necesita ser fi l sofo 3 2 0 . Aqu tiene su origen el valor primordial atribuido a la funcin filosfica por Platn. Q uien conoce la verdad tiene un poder eficaz, pues slo el sabio es verda- deramente til y bue no 3 2 1 . En La Repblica se halla la famosa disyuntiva platnica para solu- cionar de raz los problemas que aquejan a las ciudades: para lograr una ciu- dad perfecta es necesario que se ocupen de ella los filsofos, o que los que ya ocupan los cargos tengan un verdadero amor a la verdadera filosofa 322 . La filosofa lleva a lo divino, y este convivir con lo ordenado y divino hace al filsofo "todo lo ordenado y divino que puede serlo un hombr e" 3 2 3 . Pero este conocimiento de las cosas de arriba no slo son para su beneficio per- sonal, sino de toda la ciudad. Adems de moldear su alma, debe intentar implantarlo en la vida privada y pblica de los de m s 3 2 4 . Esa es la nica posibilidad que tiene una ciudad para ser feliz: "que sus lneas generales sean trazadas por los dibujantes que copian de un modelo di vi no" 3 2 5 . Estos dibujantes son propiamente los legisladores que ejercen tambin una labor educativa; adems de medir los rasgos de la ciudad e intentar por sus leyes conformarla, no deja de ser menos cierto que ellos, a su vez, son tambin medidos por ese modelo divino. Platn relata cmo debern de trazar ese dibujo: dirigiendo frecuentes miradas a lo naturalmente justo, bello, tempe- rante, y en fin, a todas las virtudes perfectas, a fin de ir trazando "los carac- teres que sean agradables a los dioses en el mayor grado que cabe s er l o" 3 2 6 . Las leyes han de ser una imitacin de las diversas verdades que el legisla- dor ha podido comprenderl as 3 2 7 . La medida, para ser tal, no puede apartar- se, por poco que sea, de la verdad, pues dejara de ser el patrn de referen- c i a 3 2 8 . El legislador har leyes tanto ms verdaderas, cuanto se mantenga fiel a la imitacin del modelo divino. De esta manera, se puede afirmar que "el legislador es el filsofo en accin; Es el hombre que ha visto la realidad de lo justo, la belleza y lo bue no" 3 2 9 y lo plasma en las leyes. Y as, de la misma forma que alguien llega a ser un buen artista en la medida que imita fidedignamente el modelo de su arte, de forma seme- 490 JO S MAR TNEZ CO LN jante alguien llega a ser mejor ciudadano en la medida en que obedezca ms fielmente la ley. Platn haba expuesto en el Timeo cmo el demiurgo divino trans- form el mundo de las eternas ideas en el mundo de los fenmenos; ahora, de manera similar, el filsofo y legislador se convierte en una especie de demiurgo del cosmos de la colectividad humana, en donde "el imperio de Dios se realiza mediante la aplicacin consciente del logos divino por el hombre como ser r aci onal " 3 3 0 . Pero para alcanzar este conocimiento supe- rior, el legislador-filsofo debe poseer las condiciones necesarias que no slo se refieren al intelecto en s, sino a sus virtudes, a su persona; a conti- nuacin se muestra esta condicin. b) El legislador, filsofo y virtuoso Segn Platn el legislador precisa ser, adems de filsofo, virtuoso. Las buenas cualidades de cada cosa le advienen en virtud de un orden que le es innato. Una cosa es mejor que otra en tanto que posee el orden que le es propio. El hombre puede conocer ese orden; sa es una primera condi- cin, indispensable para poder obrar bien. Ese orden lo aprende con el conocimiento del Bien, el cual le da fundamento para poner dicho orden en s mismo y en los dems. El conocimiento del Bien es entonces el funda- mento de sus virtudes, del a r e e 3 3 1 . Una vez que posee en su alma este orden, ser consecuentemente moderado y bue no 3 3 2 . En el caso del legislador, adems de haber alcanzado el saber, ha de ser capaz de medir su obrar mismo a partir de ese saber. La virtud es una cualidad que debe poseer el legislador antes de procurarla en la ciudad, pues toda ciencia separada de la justicia y de las dems virtudes es ms bien un engao y no sabi dur a 3 3 3 . Es en Las Leyes donde aparece claramente el legislador como el filsofo; ah Platn afirma que el papel fundamental para el filsofo y para la filosofa poltica es siguiendo a Kramsky, "ocu- parse de la Politea y la Legislacin entendida en sentido amplio, no como mera o simple formulacin de nor mas " 3 3 4 . El conocimiento adquirido le permite al legislador tener un criterio cierto para juzgar las diversas situaciones y obrar beneficiosamente. Habr de obrar como el timonel que "velando siempre por el bien de su nave y sus marinos, sin fijar normas escritas, sino haciendo de su arte ley, conserva la vida a sus compaeros de navegaci n" 3 3 5 . La posible dificultad de obrar sin normas escritas es aparente, pues, si quien posee la verdad es quien escribe esas leyes, no parece necesario acudir a leyes escritas poseyendo ya el cri- LA LEY SEGN PLATN 491 terio cierto para resolver un caso concreto. R esulta grfico el ejemplo del timonel, en tanto que el barco se ve sometido a mltiples factores, algunos imprevistos, en los que hay que saber emitir un juicio certero y a la vez hacerlo ejecutar; los problemas a los que se ve sometido el barco son muy concretos y no se ha legislado sobre todos ellos, por lo cual es ms impor- tante que quien dirige contenga en s el criterio adecuado para aplicarlo en el caso especfico. De igual manera, en los problemas que se presenten en la ciudad, al nico hombre que le corresponde juzgar es al que tiene el cono- cimiento que puede iluminar cada caso concreto, al que conoce la Verdad y el Bien: el filsofo. Ese contacto con la Verdad, adems de permitirle al legislador engendrar las virtudes verdaderas, le proporciona tambin poder contemplar la Belleza en s 3 3 6 . c) Finalidad del legislador La excelencia de cada cosa radica en que se cumpla aquello para lo cual naci o fue creada. Q uien conoce el fin de cada cosa ser quien haga mejor uso de ellas, y por este motivo puede proporcionar al fabricante o cre- ador las cualidades de aquello que usa. Platn acude al ejemplo del flautis- ta que "informa al fabricante de flautas acerca de las que sirven para tocar y le ordena cmo debe hacer l as" 3 3 7 . La finalidad de los que hacen las leyes son para la ciudad un bien supremo e indispensable para mantener el orden en el Estado. Si el legisla- dor fracasa en su bsqueda del bien, fracasa tambin en la realizacin de las l eyes 3 3 8 . Segn Platn, la intencin del legislador no debe identificarse con la de la mayora. El comn de las gentes piensan que el objetivo es hacer la ciudad lo ms grande y rica posible con grandes reservas de tesoros y domi- nar todo un imperio; el legislador, en cambio, ha de buscar "que la ciudad sea lo mejor posible y lo ms dichosa posi bl e" 3 3 9 . Y, como se detall ante- riormente, slo se es feliz y dichoso si se es bue no 3 4 0 . Como el legislador ya pudo conocer el Bien, podr medir adecuadamente la ciudad sobre la base de ese modelo divino 341 . 3) La divinidad, fuente y fundamento ltimo de la ley Una vez que se ha visto cmo el legislador para prescribir las leyes mediante su razn, tuvo que conocer el modelo divino, a continuacin se presenta el papel esencial que representa ese modelo divino en la configu- 492 JO S MAR TNEZ CO LN racin de la ley, as como su relacin con el legislador, con Dios y con el Bien. a) La divinidad, medida del legislador La ley promulgada no ha surgido de la razn independiente del legis- lador, ni tampoco del conocimiento adquirido de las cosas sensibles. Se ha visto que para Platn la razn es medida por el conocimiento, y que en el caso de la ley ese conocimiento es el ms sublime, la Verdad en s. Si las leyes son medidas por el legislador, y ste a su vez ha sido medido, se sigue que la medida del legislador es el fundamento superior de las leyes. Y si ms all de ese fundamento no hay otro, entonces ser el fundamento lti- mo. Si el pas ha de vivir felizmente, el legislador se debe atener a la ver- dad y saber coordinar los factores que inciden en la convivencia humana: en primer lugar se encuentra la presencia de la divinidad, pues "Dios lo es todo, y con Dios, la fortuna y la ocasin gobiernan todos los asuntos huma- n o s " 3 4 2 . Aqu se llega al ncleo de todo el planteamiento expuesto sobre la ley. Platn postula su fundamento ltimo de manera explcita: Dios es la medida de todas las cosas. No slo del saber del hombre sino de la verdad de las cosas mismas. Las leyes son medidas tambin, pues "Dios, cierta- mente, ha de ser nuestra medida de todas las cosas; mucho mejor que el hombre, como por ah suelen deci r " 3 4 3 . Es as que Dios es el centro y fuente de toda legislacin "al tener en sus manos el principio, el fin y el medio de todas las c os a s " 3 4 4 . La ley es, entonces, la expresin, por medio de la razn del legislador, de la verdad que funda las cosas; verdad a las cual habrn de conformar su conducta los ci udadanos 3 4 5 . Por lo que se puede decir con Jaeger que "el legislador es, en ltima instancia, Dios mismo. Sus Leyes reciben de l su autoridad. Tal era la base sobre la que haba erigido su legislacin la antigua polis griega. Platn restaura este principio, pero su idea de Dios es nueva y el espritu de la nueva idea informa la totalidad de sus l eyes " 3 4 6 . Lo divino viene a ser para Platn la norma por excelencia, la medi- da de la vida misma. El objetivo que persigue el hombre y en especial quien ocupa cargos de direccin, como el legislador, es conformarse con la divi- nidad, y tratar de conformar a los dems, a travs de la misma ley encon- trada por la razn. La ley no le adviene al hombre como algo aadido a su ser, sino que le corresponde a su naturaleza, es "lo que ms se le acorn- LA LEY SEGN PLATN 493 d a " 3 4 7 . Platn "al vincular, tan ntimamente como lo hace, la ley y la reli- gin, no slo satisfaca su profunda creencia en la universalidad del orden divino, sino que intentaba dar a la imposicin o coaccin de la ley un acre- centamiento de eficacia con la autoridad propia de lo sagr ado" 3 4 8 . Cumpliendo con dicha norma le debe corresponder lgicamente la mxima felicidad asequible. Siguiendo a Kramsky se puede decir que para Platn "la condicin humana se esclarece slo en funcin de lo divino, el ' misterio' del hombre slo se vislumbra por el ' misterio' de Di os " 3 4 9 . Conformarse, medirse, con respecto a cualquier otra cosa, le hara al hom- bre limitar la posibilidad de perfeccionarse y, por tanto, de beneficiarse. Q ueda as establecida una relacin de Dios con el hombre a travs del legislador quien le promulga las leyes. R eale identifica a este Dios con el Demiurgo o Dmon que es quien conoce y realiza la medida en modo per- fecto y, en cuanto tal, se impone como modelo supremo, al cual el hombre debe de asimilarse lo ms pos i bl e 3 5 0 . Por el contrario, parece ms acertada la postura que, como Jaeger, sostiene que el conocimiento de la causa lti- ma del universo, el principio de todo, anunciado en La Repblica como el Bien, y que es el fundamento de todo lo que hay de bueno en el mundo, es la misma divinidad; y "no existe, aparte del modo de expresarse, ninguna diferencia entre este principio y la tesis fundamental de Las Leyes segn la cual Dios es la medida de todas las c os a s " 3 5 1 . Precisamente la prueba fun- damental de la dignidad divina que Platn le asigna al Bien reside, argu- menta Jaeger, en el hecho de que se imprima al concepto de Dios su carc- ter de medida; si Dios es la medida de todas las cosas es porque es el Bien, ya que ese Bien guarda una ntima relacin con el arte exacto de la medida, que es como el puente entre la Idea de Bien de La Repblica y el Dios de Las Leyes^ 52 . El Estado de Las Leyes es un Estado tenomo, pero no por oposicin al Estado de La Repblica, sino por el contrario, a imagen y semejanza de l 3 5 3 . Por su parte Gaiser concluye que, sin identificar a Dios con el Bien, efectivamente Las Leyes de Platn demuestran en general que la legislacin se funda sobre el Divino y la validez de las leyes se fundan en Dios como medida de todas las cos as 3 5 4 . Se puede observar cierta simi- litud con el carcter mensurable que tiene la ley humana para Santo Toms cuando dice que "la ley humana tiene ambas condiciones: es algo ordenado a un fin y es tambin una cierta regla y medida regulada y mensurada, a su vez, por otra medida superior. Esta medida superior es doble: la ley divina y la ley nat ur al " 3 5 5 . Si en La Repblica la polis se funda sobre la filosofa que se encar- na en el legislador que conoce el Bien, en cambio, en Las Leyes no slo no se niega esta tesis, sino que se trasciende al fundarla en la divinidad que 494 JO S MAR TNEZ CO LN mide al legislador y todo, en fundar la polis en la r el i gi n 3 5 6 . En Las Leyes es donde se exponen de manera explcita el fundamento divino de la polti- ca platnica y cobran sentido muchas ideas que haban sido descritas vela- damente en su obra anterior. Se puede concluir con Tovar diciendo que "no se comprender en modo alguno la poltica platnica si se la seculariza y desliga por completo de sus fundamentos religiosos... Toda ciudad antigua, en cuanto tal, era una ciudad santa, fundada, como sobre cimientos, sobre la potencia de divinidades prot ect oras" 3 5 7 . Comenta M. Isnardi que si por una parte La Repblica representa la culminacin del ideal terico, es decir, el conocimiento intelectivo del Bien; por otra parte, Las Leyes constituyen, a su vez, la culminacin del ideal prctico, al querer llevar a cabo la realizacin de ese bi e n 3 5 8 . Se forma as con estos dos dilogos una sntesis que explican el pensamiento poltico de Platn y que da respuesta al valor supremo de la polis, es decir, el ideal grie- go de la cul t ur a 3 5 9 . Pero el legislador no slo es medido por la divinidad, sino que Platn sugiere una relacin que va ms all de una relacin gnoseolgica: postula una relacin personal de amistad. Se apoya en una cita de Homero para apuntar un principio sobre el origen de las relaciones entre los seres: "siem- pre un dios empuja lo semejante hacia lo semej ant e" 3 6 0 . Es necesaria cier- ta semejanza, cierto parentesco de naturaleza, para que se produzca el amor y la ami st ad 3 6 1 . Pero no basta esta cierta connaturalidad, para Platn la amistad requiere, para ser verdadera, que una de las dos partes de la rela- cin tenga cierta imperfeccin, cierta carencia, que la otra parte pueda r emedi ar l a 3 6 2 . Estos dos requisitos se cumplen entre la divinidad y el hom- bre: por una parte, la connaturalidad de la divinidad con el hombre provie- ne de la inmortalidad del alma humana. Y, por otra parte, el conocimiento verdadero de lo que es en s e inmutable, propio de la divinidad, es el cono- cimiento buscado y deseado principalmente por todo filsofo. Platn desig- na ese deseo, en el Teeteto, con los trminos de huida del mundo, en que "esa huida de que hablamos no es otra cosa que una asimilacin de la natu- raleza divina en cuanto a nosotros nos sea posible; asimilacin, sobre todo, si se alcanza la justicia y la santidad con el ejercicio de la i nt el i genci a" 3 6 3 . El legislador, adems de ser un hombre poltico ocupado de las cosas de la ciudad, que procura obedecer y hacer que se obedezcan las leyes, ha de ser un hombre piadoso, es decir, que fomenta su relacin, y la de los ciu- dadanos, con la divinidad. Debido a ello, entre sus funciones est exhortar continuamente a sus conciudadanos a "disponerse a ser de los que sigan al di os " 3 6 4 . LA LEY SEGN PLATN 495 La relacin del legislador con la divinidad es posible establecerla y convertirla en una relacin de amistad si se aumenta la semejanza entre ambos. Por parte de la divinidad no cabra ningn cambio para incrementar la semejanza, pero por parte del hombre s le correspondera minimizar la diferencia, pues "el que haya de ser amado por este dios, es necesario que se haga a s mismo, hasta donde alcancen sus fuerzas, semejante a l " 3 6 5 . Al afirmar Platn la posibilidad que tiene el hombre de ser amado por la divinidad, si consigue alcanzar la mxima semejanza, es coherente con el constante inters que muestra por lograr la obtencin de la virtud, pues el medio ms adecuado de hacerse semejante con la divinidad es precisamen- te siendo virtuoso. Adems, la virtud humana es una cualidad muy relacio- nada con la divinidad, pues si por una parte, la virtud es obrar de acuerdo al modelo divino, ya que es en donde se encuentra la bondad en s, por otra parte, es ella misma un don divino, una participacin de esa bondad 3 6 6 . Si la relacin de amistad con la divinidad proviene de tener semejanza con ella, para lograrlo se requiere conformarse con el modelo divino que con- tiene la virtud en grado sublime. Esa amistad, que es una forma de amor, es lo que establece la unin con la divinidad. En el Banquete, seala Platn que el encargado de hacer dicha unin es Eros, personificacin del amor: Platn introduce una fuerza intermediaria entre la divinidad y el hombre, entre lo sensible y lo meta-sensible, una fuerza que lo eleva a la Belleza en s. El Eros se constituye para Platn una fuerza y va de acceso, diferente a la cognoscitiva, que eleva al hombre al Bien en s, a la Belleza en s i 3 6 7 . Dado que el amor es lo que da armona a todo, dice Platn, tambin un amor moderado debe regir las relaciones con los di os es 3 6 8 . En cierta manera, este tipo de relaciones favorecera la suposicin de que el Dios presentado por Platn fuera personal, pues aunque cabe la aspiracin humana a las perfec- ciones divinas, parece difcil que se llegara a dar tal relacin de amistad y amor entre el hombre y una simple idea abst ract a 3 6 9 . La relacin que el hombre puede establecer con la divinidad, no slo le es provechosa en grado mximo, sino que incluso es la que ms le corres- ponde como hombre; es decir, la misma naturaleza humana se perfecciona de la mejor manera alcanzando su felicidad, cuanto ms se intensifica su relacin con la di vi ni dad 3 7 0 . Tan necesario es para el hombre asemejarse con la divinidad por medio de la virtud, como relacionarse con ella. Estas relaciones se pueden llevar a cabo por medio de ritos o de cualquier otro tipo de cultos, pues para "el hombre de bien el sacrificar y asistir constan- temente a los dioses con invocaciones, con ofrendas y con toda clase de culto divino, es lo ms decoroso, lo mejor, lo ms eficaz para la felicidad de su vida y, al mismo tiempo, lo que ms particularmente se le acomoda" 3 7 1 . Si ya es notoria la importancia dada por Platn a las virtudes, ahora desta- 496 JO S MAR TNEZ CO LN ca con razn entre ellas la pi edad 3 7 2 . Platn propone, en el Banquete, como va para alcanzar la contemplacin de lo bello en s, amar la belleza moral, la sabidura moral, que encuentra su expresin en el cumplimiento de dichas normas y l eyes 3 7 3 . De aqu se deriva que si la obediencia a las leyes es un acto justo con respecto a los ciudadanos, al tener un carcter divino, es, en ltima instan- cia, un acto de pi edad 3 7 4 . Platn le concedi mucho valor a la obediencia a las leyes al considerar que el hombre cuyas victorias alcanzan esa forma sobre sus conciudadanos tiene la mejor llave para gober nar 3 7 5 . Sin embar- go, Platn no se queda en ese plano simplemente civil, sino que va ms lejos. Ya en el Scrates presentado por Platn en sus escritos se puede observar que un rasgo caracterstico de su obrar es su obediencia rendida a las leyes. Cuando Critn, en el dilogo homnimo, le propone escapar, Scrates le invita a reflexionar, pues escapar de prisin significa destruir la ciudad y sus leyes, ya que la ley manda obedecer las sentencias judiciales; el hecho de que la ciudad no decida el caso correctamente es irrelevante, porque Scrates est totalmente de acuerdo con las leyes en seguir las deci- siones que la ciudad pueda mandar 3 7 6 , "porque yo, no slo ahora, sino siempre, he sido un hombre dispuesto a obedecer, entre todo lo que se me alcanza, a la razn que en mis meditaciones se me muestra como lo mej or " 3 7 7 . De hecho, en la Carta VIII de Platn, cuando se describe un plan de gobierno, se insiste en la sumisin a la divinidad. Es una sumisin que no esclaviza, pues es de acuerdo con el ser del hombre; resultara ser como la sumisin debida a un padre. Y as como para las personas que no se dejan guiar por la razn, su ley es el placer, para las personas sensatas la ley es la di vi ni dad 3 7 8 . b) Inmutabilidad de la divinidad y de la ley Platn sostiene la superioridad absoluta de la divinidad: es ptima en todos los aspectos, es perfecta tanto en bondad como en belleza, y por ello es inmutable. Si hubiera algn cambio en ella no podra venir de fuera, sino que tendra que ser de su voluntad; pero un cambio no podra suponer una mejora, dado que ya lo es en sumo grado, sino que lo sera para empeorar; y por tanto es imposible, pues no hay nadie "dios u hombre, que empeore voluntariamente en cualquier aspecto... antes bien, creo que todos y cada uno de ellos son los seres ms hermosos y excelentes que pueden darse y, por ende, permanecen invariable y simplemente en la forma que les es pro- pi a " 3 7 9 . Mientras que a la naturaleza corporal le corresponde el movimien- LA LEY SEGN PLATN 497 to y el cambio, "el mantenerse perpetuamente en la misma situacin e idn- tico modo, as como ser siempre el mismo, es cosa que corresponde exclu- sivamente a los ms divinos entre todos los s er es " 3 8 0 . Segn Platn, las leyes participan tanto del carcter divino como del huma no 3 8 1 . Ello hace que el objetivo del legislador sea lograr que esas leyes sean lo ms inmutable posible y acercarse cada vez ms a esas verda- des en s invariables. Platn muestra tambin que del carcter inmutable de la divinidad resulta que sta no acta por capricho o gusto; no puede cam- biar las leyes a pl acer 3 8 2 . Sin embargo, es difcil alcanzar la perfeccin en la ley, y, por tanto, su inmutabilidad. Si bien, se debe procurar partir de un postulado lo ms cercano posible al modelo divino, siempre ser posible acercarse ms en tanto que el legislador no ha alcanzado la virtud perfecta. Platn hace un smil con la ocupacin de los artistas respecto a su obra de arte en que pare- ce no tener fin, pues siempre tratan, no slo de conservarla, sino de embe- llecerla cada vez ms; de modo semejante sucede respecto a las leyes; aun- que las leyes se redacten "con la mayor perfeccin y minuciosidad de que sea capaz... es inevitable que se omitan infinidad de cosas de ese orden, y que hay que seguir atendiendo a ellos y haciendo retoques para que nunca se vuelva peor, sino mej or " 3 8 3 . La manera de lograr que se dejen intactas las costumbres es darles un carcter s agr ado 3 8 4 . En Egipto, por ejemplo, su organizacin religiosa ha permitido reglamentar lo relativo a las danzas y a los cantos impidiendo cualquier innovacin: "quede, pues, como dogma, decimos, esa cosa extra- a de que los cantos se nos han convertido en l eyes " 3 8 5 . Siendo la ley el medio por el cual el ciudadano puede medir su obrar, si se atenta contra el fundamento de la ley, es decir, contra la divinidad, se estar yendo contra las bases mismas de cualquier obrar humano y de la ciu- dad misma, peligrando su sostenimiento. Uno de los ataques ms dainos contra los cimientos de la ciudad es negar la existencia de la divinidad o introducir un error sobre su relacin con los hombres y la ciudad. Cobran importancia estas posturas en cuanto que afectan a la justicia buscada por la ley. sta es la causa por la que Platn se interesa en refutar ampliamente algunas posturas i mp as 3 8 6 . Comenta Jaeger que, cuando Platn y Aristteles, siguiendo los pasos de Scrates, restablecieron la certeza de Dios como el principio supremo del mundo natural y social, no quisieron con ello volver a la edad mitolgica, sino revelar el meollo indestructible de la realidad que la reli- gin en su estado mtico haba simbolizado en forma mtica. Se acercaron 498 JO S MAR TNEZ CO LN por medio de la razn a aquella realidad que la religin llam theos, obte- niendo como resultado de este esfuerzo intelectual lo que se llam theolo- g/ a 3 8 7 ; y el hombre que acu esta palabra y estableci el nuevo concepto como el centro de todo pensamiento filosfico fue Pl at n 3 8 8 . Platn deja clara su afirmacin sobre el carcter divino de las reali- dades sobrenaturales y de las ideas, y deja entrever la existencia de un Dios personal; no obstante, no es tan explcito en dilucidar quin es este Dios personal, cules son sus caracterstica principales y su relacin con las ideas, en particular con la Idea de Bien. La teologa platnica es otro campo de inters y muy basto que da pie a otras investigaciones espec fi cas 3 8 9 . R especto a su relacin con la ley s que interesa concluir que ese Dios al ser medida de la ley, constituye su fundamento ltimo, a partir del cual el legis- lador podr educar con verdadero conocimiento a los ciudadanos para con- ducirlos a su fel i ci dad 3 9 0 . Esta felicidad, aunque Platn no afirma explcitamente sus caracte- rsticas, seala que pertenece a una dimensin divina. Por tanto, si quien recibe la felicidad es el alma del hombre, que es precisamente su cualidad divina, es natural que le corresponda algo semejante. Esta consecuencia se observa cuando se objeta en varios dilogos sobre la falta de justicia para los hombres injustos. Si la solucin no suele encontrarse es porque dicho problema no se ha mirado desde una perspectiva total. Los hombres al com- ponerse "de alma y cuerpo, una vez nacidos, forman algo que es indestruc- t i bl e" 3 9 1 , y la divinidad dispuso dnde debera quedar cada hombre para "que venza la virtud y sea derrotada la maldad en t odo" 3 9 2 . Cada alma tiene la causa de sus cambios en s misma, sea para bien o para mal. Y depen- diendo de ese cambio se movern segn la norma del Hado a un lugar mejor o peor: "Q ue el que se ha hecho peor vaya a unirse a las almas peores, y el mejor que vaya hacia las mej or es" 3 9 3 . De esta manera se llega al punto de partida, la felicidad como fin de la ley: para Platn Dios es la medida del hombre, y si el destino del hombre es ser feliz y amado por la divinidad que es l misma que le ha marcado ese fin, se muestra que esta divinidad ama y cuida del hombre virtuoso; confir- mndose as la relacin estrecha que existe entre ambos. Si por una parte la divinidad meda el comportamiento del hombre, sirvindose para ello de la ley, por otra parte, tambin mide la felicidad que tiene reservada al ciuda- dano que se conduzca de modo virtuoso siguiendo esa ley. LA LEY SEGN PLATN 499 c) V iabilidad o ut op a? Al final del libro IX de La Repblica, Platn parece ya desechar la posibilidad de fundar una ciudad material y terrena, o mejor dicho, ya no le interesa preguntarse si existi o existir, sino que su inters lo pone en la importancia de que el filsofo sepa gobernarse a s mi s mo 3 9 4 . Y ello s que es realizable, pues depender absolutamente de l, no de la situacin polti- ca del pas y, as, "actuar, e intensamente, en su ciudad interior, pero no de cierto en la ciudad patria, a menos que se presente alguna ocasin de origen di vi no" 3 9 5 . Esa ciudad interior podr ser configurada de acuerdo a una ciu- dad ideal, pues quiz, dice Platn, "haya en el cielo un modelo de ella para el que quiera mirarlo y fundar conforme a l su ciudad i nt eri or" 3 9 6 . Ante estas dificultades expuestas en La Repblica, y dada la altura de su ideal, en El Poltico y en Las Leyes Platn propone una segunda ciu- dad que, mirando al ideal propuesto, se conforme con no tenerlo realizado en s, pero s como modelo hacia donde dirigir la mirada. A la ley soberana la puede sustituir alguna ley concreta menos perfecta, una segunda ley de compr omi so 3 9 7 . Platn justifica su investigacin sosteniendo que no es del todo in- til una reflexin sobre el mejor rgimen y las mejores leyes, pues de modo semejante a como se investig lo que era la justicia en s, para que el ciu- dadano se ajustara a ella en el mayor grado posible, de igual manera se pro- pone establecer un ideal de ciudad con sus leyes ideales, para que sirvan de modelo a las otras ci udades 3 9 8 . Platn propone un smil: as como no se puede reprochar de menor mrito al pintor que, pintando un hombre de la mayor hermosura, produzca con la mayor perfeccin su cuadro, aunque no exista tal hombre, tampoco se puede considerar intil establecer una ciudad con sus leyes ptimas. Para Platn no es necesario que en la prctica no pueda darse exactamente el modelo propuesto, sino que basta con que se acerque lo ms posible. Ese es un logro que para Platn justifica toda su investigacin, por lo que termina diciendo en boca de Scrates: "O acaso no te vas a contentar con conseguir esto? Yo, por mi parte, ya me dara por sat i sfecho" 3 9 9 . Y aunque la doctrina jurdica de Platn no fue un pensamiento legal sistematizado, como lo ser a partir del ltimo siglo de la R epblica R omana, dej, no obstante, sentir su influencia sobre las teoras de la ley tanto en sus aspectos tericos como prcticos. De hecho, los juristas roma- nos han tomado muchas ideas de Platn, como dice el estudioso Cuj as 4 0 0 ; su influencia en la ley helenstica y, a travs de su prctica, en la ley romana, y por tanto directa e indirectamente en muchas de las leyes de tiempos modernos, no ha sido todava completamente apr eci ada" 4 0 1 . 500 JO S MAR TNEZ CO LN V oegelin seala que hoy en da, a diferencia de Platn, no es fre- cuente perseguir un problema terico hasta el punto en que los principios de la poltica se unan con los principios de una filosofa de la historia. Sin embargo, "tal proceder no debe considerarse como una innovacin en la ciencia poltica; se trata ms bien de una restauracin, si se tiene en cuenta que ambos campos, que hoy se cultivan separadamente, estuvieron insepa- rablemente unidos cuando la ciencia poltica fue fundada por Pl at n" 4 0 2 . Precisamente la ltima consideracin tratada en Las Leyes es la difi- cultad que resultara poner por obra lo relativo a la educacin especial para los integrantes del Consejo nocturno que son los encargados de custodiar las leyes. Platn comenta lo difcil que resulta precisar el contenido y duracin de esa formacin, pues es la primera vez en la historia que se pre- senta algo por el estilo. Sin embargo, dada su importancia, el ateniense se ofrece como colaborador para fundar la ci udad 4 0 3 . Clinias y Megilo acep- tan entusiasmados el ofrecimiento haciendo todo lo posible por no dejarlo ir y poder as fundar la ciudad con sus l e ye s 4 0 4 . Con este ltimo deseo expresado por el ateniense, culmina el dilo- go de Las Leyes y toda la obra escrita de Platn, dejando entrever en estas proposiciones finales, implcitamente, los deseos mismos de Platn de poder contribuir a la constitucin de una ciudad con sus leyes, si no en vida, s con sus nobles ideas. CO NCLUSI O NES No slo es necesario obedecer pblicamente, sino incluso dentro del fuero interno, pues se debe obedecer a Dios que es dueo de todas las cosas. El argumento platnico es contundente: la sumisin a la divinidad es acep- tada por todos; ahora bien, al ser la ley un producto de la razn, y sta es, a su vez, medida por la divinidad, la ley viene a ser una expresin divina: obe- decer a la ley es en ltima instancia obedecer a la divinidad, es un acto pia- doso. El cumplir la ley viene a ser, pues, de capital importancia para la ciu- dad, y el medio nico y eficaz para alcanzar la unidad, el bienestar y la feli- cidad. En las diversas promulgaciones propuestas por Platn es posible apreciar una msica de fondo: es la que se refiere a la prioridad que tiene la divinidad sobre todo lo dems. Esta idea acompaa a Platn en toda su obra y, en particular, al tratar sobre la ley. Se observa en detalles concretos, por ejemplo, al legislar sobre el diseo arquitectnico de la ciudad, primero se contemplan sus templos y luego las dems casas; al hablar sobre la msica, LA LEY SEGN PLATN 501 primero se debe buscar la que honre a los dioses, y as tambin con los poe- mas, las fiestas, la distribucin del calendario, o respecto al momento de redactar las leyes penales; stas toman en cuenta en primer lugar aquellas faltas y sacrilegios cometidos contra la divinidad, imponindoles las mxi- mas penas. Incluso los inspectores, responsables del cumplimiento de la ley, deben ser todos ellos sacerdotes. Esta referencia a la divinidad es un hilo conductor que va enlazando cada tpico a lo largo de su obra. Para Platn es de tal importancia tomar la divinidad como punto de partida que presenta en varias ocasiones afirmaciones y demostraciones de su existen- cia. Pero, adems de referirse a Dios como de modelo, medida de las cosas, principio del movimiento o inventor del hombre, se habla de un Dios que da finalidad: todas las cosas estn destinadas a ser amadas por la divi- nidad. Adems de marcarles este fin, procura tener la providencia necesaria para que lo alcancen, mostrando la solicitud que les guarda. Y el modo de ascender al absoluto no es slo mediante va cognoscitiva, sino tambin mediante el amor, a travs del eros. Es una intuicin de la relacin que guar- da la divinidad con el hombre que supera la concepcin que tenan los pen- sadores de su poca. Es extraa la poca referencia que se hace en la actua- lidad a este Dios de Platn, pues considero que esa nocin intuida ha teni- do un gran influjo, an no valorado completamente. De hecho, esta refe- rencia divina le da al pensamiento platnico una fuerte coherencia y unidad, en especial en lo que ha versado el presente escrito, en lo relacionado a la nocin de ley y sus diversas implicaciones. A partir de la divinidad, se pueden establecer varias relaciones que fijan el orden y la jerarquizacin entre los diferentes y principales elemen- tos que comprende una realidad social en torno a la ley. Estas relaciones podran sintetizarse en las siguientes: DIO S FELICIDAD FELICIDAD CIUDADANO CIUDADANO AUTO R IDAD AUTO R IDAD LEY LEY LEGISLADO R LEGISLADO R DIO S Logrando ahondar en ellas es posible comprender el porqu de muchas afirmaciones y referencias que pareceran inocuas o superficiales 502 JO S MAR TNEZ CO LN en un principio. Estas relaciones se podran representar como el movimien- to circular ordenado e inteligente, pues es un ciclo en el que su punto de par- tida resulta ser tambin su llegada. Estas relaciones las enmarca Platn en la sociedad de una clsica polis griega. Con la frase categrica de que Dios mide todas las cosas, las diver- sas realidades cobran sentido, pues son dependientes y hechas con un fin. Para llegar a l, el hombre debe establecer todo un sistema que le facilite comprenderlo y asumirlo, para despus recorrer el camino que lo conduzca a ese fin. La primera relacin se origina entre la divinidad y la felicidad. sta es medida por Dios, quien ha dispuesto premiar con ella a quien se lo merezca. Aunque Platn no identifica esa felicidad con la divinidad ni tampoco la niega, la coloca en un plano divino pues est relacionada pre- cisamente con lo que de divino tiene el hombre, su alma. Al afirmar un lugar trascendente para el hombre como destino despus de la muerte, Platn adopta una postura clara a favor de la inmortalidad del alma. A continuacin est la relacin de la felicidad con el ciudadano: el fin de todos los hombres es la felicidad. Y sta es alcanzada mediante una vida virtuosa. Ese obrar virtuoso es el que le corresponde al ciudadano pro- piamente como hombre. Pero la virtud se adquiere mediante esfuerzo y una adecuada educacin. Aqu aparece la relacin del ciudadano y la autoridad: su familia, en conjuncin con el Estado, son los encargados y responsables de propiciar a cada ciudadano una educacin para que logre desarrollar sus virtudes. Y aqu surge la ley. Ella es la que seala los principios y normas con las que han de ser educados todos los ciudadanos. Todo tipo de autoridad y los ciudadanos se encuentran sometidos por la ley, pues es el elemento racional de la ciudad. La ley mide el obrar de los ciudadanos. Pero dicha ley no debe surgir del comn sentir de la mayora, pues sta muchas veces se deja guiar ms por el placer que por el verdadero bien. La ley debe pro- venir de quien conoce la verdad, de un legislador que sea a la vez filsofo. El legislador, a su vez, tampoco es autnomo, es medido por la ver- dad que conoce. Al ser quien conoce mejor la verdad sobre la naturaleza humana, es el ms indicado para decirle al ciudadano el modo de compor- tarse. El legislador ha podido llegar a contemplar la Idea de Bien, y ser medida su razn por esa idea, que es tambin divina. La unin de Dios con la humanidad se hace a travs del legislador. Por medio de ste se expresa la divinidad. LA LEY SEGN PLATN 503 La ley es determinada, expresada y promulgada por el legislador mediante su razn, la cual tiene rasgos divinos. Segn Platn, el legislador virtuoso y filsofo, gracias a la afinidad que tiene con la divinidad, es quien conoce mejor la medida respectiva de la realidad, es decir, conoce la ver- dadera esencia de las cosas. Esta capacidad no es innata, sino que la ha adquirido al asemejarse a la divinidad cultivando las virtudes a travs de su educacin. La ley tiene su fundamento prximo en el legislador, pero su causa ltima se halla en la divinidad. Por tanto, la ley aunque es medida por el legislador, tiene un sentido y origen teocntrico. Se podra resumir, a manera de metfora platnica, lo dicho sobre las relaciones de la ley a fin de sintetizarlo e ilustrarlo: ya que la ley acom- paa al hombre durante su vida, se la podra comparar con la estrella polar puesta o medida por Dios que orienta y gua a los marineros los ciu- dadanos que hacen su travesa la vida para alcanzar el puerto su felicidad inmortal. Para llegar a puerto se necesita no slo navegar, sino hacerlo bien, y aqu es donde entra en escena la necesidad de ser dirigidos por un buen capitn la autoridad (la familia y el Estado) a base de una verdadera educacin, que ser aquella que dir cmo hacerlo: slo se nave- ga de manera adecuada cuando se adquiere la virtud. Si acaso se navega mal el resultado irremediable es el naufragio, pero si se hace de una manera ade- cuada al mar y a la nave a su naturaleza y al rgimen el marinero lle- gar rpidamente a puerto donde encontrar slo a aquellos marineros que tambin navegaron adecuadamente, alcanzando as su felicidad. Por ltimo, estaa incompleta una valoracin final si no se tuviera en cuenta la influencia del maestro de Platn, quien, despus de haber defendido y enseado durante su vida el respeto hacia la ley, dej su leccin postuma al beber la cicuta. No fue en balde. Platn recibe y asimila la lec- cin dndole a la ley un sentido, un valor y una fundamentacin no logra- do hasta entonces. La ley fue un elemento muy importante en la vida de Scrates, y as lo fue tambin para su discpulo. Ello se observa no slo en su obra escrita, sino que sus intentos prcticos de integrarse en la vida pbli- ca de su tiempo confirman el predominio de la poltica en su misma vida. Platn comprende de tal modo y profundidad el valor de la ley y su relacin ntima con todo el cosmos y, sobre todo, con el hombre y su creador, que hace honor a su maestro al encontrar un fundamento slido, estable y uni- versal para la ley, independientemente de las circunstancias de cada ciudad. Su punto de mira es muy profundo: encuentra que la ley, si bien tiene en cuenta las costumbres, est basada esencialmente en la razn; y el logos por excelencia proviene de Dios, quien es, valga la insistencia, la medida de 504 JO S MAR TNEZ CO LN todas las cosas. Al considerar Platn estos horizontes tan amplios, consti- tuye la filosofa poltica en una parte fundamental e integradora de su Filosofa, la cul ilumina a quien pretenda adentrarse en el rico legado de este genio del pensamiento. CITAS BIBLIOGRFICAS 1. El trmino OeuT designaba tambin a la diosa de la justicia. "Los monar- cas reciban su cetro, y con l las themistes, de su prototipo celestial, Zeus, rey de los dioses, considerado por Homero como fuente divina de toda jus- ticia terrena" (cfr. JAEGER, W., Alabanza de la Ley: los orgenes de lafdo- sofa del derecho y los griegos, Instituto de Estudios Polticos, Madrid, 1953, p. 19; cfr. RuiPEREZ, M.S., Historia de QEMIS en Homero, "Emrita", XXVIII (1960) 99-125). 2. En el siglo VIII a. C. Hesodo se separa de Homero y crea nuevos dioses. Designa a Themis como esposa de Zeus y les da como hijas, adems de las Moiras, "las grandes entidades del destino que envan bien y mal a los hombres morales, a las tres Horas, en cuyos nombres de Eunoma, Dik e Irene, est expresada la ley de los hombres, de la sociedad urbana" (FR IEDLNDER , P., Platn, verdad del ser y realidad de la vida, Tecnos, Madrid, 1989, p. 27). Esos nuevos dioses designaban diferentes aspectos de un orden social que se viva conforme a las leyes. Se comenzaba a vis- lumbrar un inters hacia los fundamentos de la sociedad: una buena legis- lacin, el derecho y la paz (cfr. JAEGER, W, Op. cit., pp. 20-22; HESO DO , Trabajo y los das, 276-280). 3. JAEGER, W, Op. cit., pp. 26-32. Soln, alejndose del ingenuo realismo de la fe religiosa de Homero y Hesodo, ve la aplicacin de la justicia divina en todas las variedades del mal social que sufre una ciudad. 4. Por ejemplo, en sus Eumnidas, Esquilo incita a mantener siempre viva en el corazn de los ciudadanos el temor a la ley. Y en su ltima obra, la Orestiada, pone de relieve la alta estima que tena sobre la polis; presenta el conflicto que se da entre lo dictado por la tradicin y lo escrito por la ley encarnado en el personaje de Orestes. 5. En su famosa obra trgica Antgona aparece el problema que se presenta cuando se opone la autoridad del Estado a la ley no escrita sobre una tra- dicin religiosa. 6. Cfr. Teeteto, 161 b-162 a. 7. Gorgias, 383 b. 8. Protgoras, 337 b. 9. SEXTO EMPRICO, Contra los matemticos, VII, 60; Cfr. DIGENES LAERCIO, IX, 51. 506 JO S MAR TNEZ CO LN 10. Observa Reale que este principio del hombre-medida aplicado rigurosa- mente, conduce al escepticismo ms radical, a un inmoralismo y a un agnosticismo que deriva en un atesmo (cfr. R EALE, G., /problemi del pen- siero antico dalle origini ad Aristotele, pp. 234-242). 11. En parte fue debido a la derrota ateniense frente a Esparta en la guerra del Peloponeso (431-404) y se haba desarrollado una crisis interna de la auto- ridad moral del Estado y el derecho. 12. JAEGER, W Alabanza de la Ley, p. 66. 13. Op. cit., p. 58. 14. La bsqueda del bien, y en especial del bien humano, es un tema recurrente en la obra platnica. 15. Gorgias, 474 e. 16. Cfr. Eutidemo 279 c; Filebo 66 a; Hipias Mayor, 298 c-302 e; Leyes, 631 b-697 b. Tambin Aristteles hace una jerarquizacin similar (cfr. Etica Nicomaquea, 1098 b). F. Lisi subraya la importancia del primer libro de Las Leyes al poner de manifiesto por un lado "la fundamentacin del orden inteligente impuesto por las leyes; por otro, nos muestra la relacin de las leyes con el nous y una escala de valores" (cfr. LISI, F. L., Fundamentacin de la ley en El Poltico y Las Leyes de Platn, p. 150). 17. Cfr. Gorgias, 500 b. 18. Repblica, 517 c. 19. Cfr. Repblica, 519 e. 20. Cfr. Repblica, 504 b. 21. La Escuela de Tubinga aduce como insuficientes, hasta ahora, las diferen- tes interpretaciones de Platn que no han sabido encontrar solucin satis- factoria a varias interrogantes que se hallan en los dilogos; y entre ellas menciona la de no explicar la funcin causal y fundadora del Bien, ni cmo es que el Bien sea fundamento de la justicia y de la virtud. Y aunque afir- ma Platn que el Bien es causa del ser y de la esencia, es decir, como supremo fundamento ontolgico y gnoseologico, no da la razn de ello. Se propone como solucin, en esta llamada Doctrina no escrita, que la esen- cia del Bien es el Uno, el cual es la suprema medida, pudindose de esta forma resolver los interrogantes de una manera ms adecuada. Entre la bibliografa ms expositiva de la doctrina se encuentran, entre otros: KRMER, H. J., Platone e i fondamenti della metafisica, Vita e Pensiero, Milano, 1982; KRMER, H. J., Dialettica e definizione del Bene in Platone: interpretazione e commentario storico-filosofico di "Repubblica " VI 534 B3-D2, Vita e Pensiero, Milano, 1989 en especial el primer captulo y la introduccin de G. Reale; R EALE, G., Per una nuova interpretazione di Platone. Rilettura della metafisica dei grandi dialoghi alla luce delle dot- trine non scritte, Vita e Pensiero, Milano, 1993. Una bibliografa sobre la CITAS BIBLIOGRFICAS 507 temtica de la Historia en Platn, cfr. GAISER, K La Metafsica della sto- ria in Platone, Vita e Pensiero, Milano, 1992. 22. Morrow hace todo un estudio comparativo de Las Leyes de Platn con las instituciones histricas, con las cuales Platn y sus lectores contempor- neos estaban familiarizados. El ideal poltico de Platn afirma no es una creacin irrelevante de la imaginacin filosfica, sino que est enrai- zado en la historia griega (cfr. MORROW, G. R., Plato 's Crean City: A Historical Interpretation of the Laws, Princeton University Press, Princeton, 1960, pp. 591-592). 23. Leyes, 628 e. 24. Leyes, 626 e. Comenta Dis la importancia de esta postura. La idea de que las ms bellas victorias olmpicas son menos gloriosas que la victoria sobre uno mismo y particularmente sobre las pasiones del amor, que es expuesta tanto en Las Leyes como en el Fedn, es la expresin espontnea del mismo espritu del platonismo (cfr. DIS, A., en PLATN, Les Lois, p. LXIX). 25. Leyes, 630 c. 26. Leyes, 707 d. 27. Repblica, 358 a; Platn tambin le asigna a las leyes un carcter til y provechoso (cfr. Teeteto, 177 d). 28. Antes de Platn se entenda como eudemona cuando el hombre gozaba del bienestar exterior. Etimolgicamente surgi de querer significar que se tena un buen demon que le proporcionaba riquezas y felicidad; es decir, llevaba implcito un sentido religioso, la idea de un especial favor divino, como lo hace notar Platn (cfr. Crmides, 157 d). Adems, Platn al des- plazar la eudemona "a la misma naturaleza interior del alma y a su salud, representa, al mismo tiempo, ... el grado supremo de objetivacin y de independencia interior de que es capaz la aspiracin del hombre hacia la dicha" (JAEGER, W., Paideia, p. 755). 29. Leyes, 660 e; cfr. Banquete, 203 a; Eutidemo, 278 c. 30. Comenta Jaeger que Aristteles reconoce que para Platn el bien y la dicha sean una misma cosa (cfr. JAEGER, W., Aristteles, bases para la historia de su desarrollo intelectual, Fondo de Cultura Econmica, Madrid, 1984, p. 127). 31. Leyes, 660 e; cfr. Gorgias, 508 d. 32. Cfr. Critn, 48 c; Filebo, 11 d; 20 e. 33. Leyes, 661 d. 34. Cfr. Menxeno, 246 c. 35. Cfr. Menxeno, 247 a. 36. Cfr. Leyes, 662 a. 508 JO S MAR TNEZ CO LN 37. Tambin en el Banquete Platn defiende que la felicidad se adquiere con el bien, y que ste es un deseo del que participan todos los hombres: lo que todos los hombres aman y desean poseer para siempre es el bien (cfr. Banquete, 203 a). 38. Cfr. Repblica, 576 b. 39. Cfr. Repblica, 576 c. 40. Leyes, 663 b. 41. Cfr. Gorgias, 505 a; Repblica, 587 a-588 a. Aqu Platn relaciona el rgi- men poltico con el grado de placer y felicidad. 42. Gorgias, 471 a; cfr. Gorgias 524 a -527 c; Leyes, 716 a. Platn aftade al amor como una condicin para alcanzar la virtud y la felicidad (cfr. Banquete, 179 e). 43. En el dilogo Epinomis, uno de los dilogos de autenticidad dudosa y que la mayora de los estudiosos se la atribuyen a Filipo de Opunte (380-330 a. C) , un discpulo de la Academia, se afirma que "el hombre privado de razn jams llegar a ser sabio, y aquel a quien no le ha tocado en suerte la sabidura, elemento capital de toda virtud, jams ser, en el futuro, per- fectamente bueno ni, por ello mismo, feliz" (Epinomis, 977 d). 44. Cfr. Repblica, 358 a; 580 c; Critn, 48 c; Menxeno, 246 c-247 a; Gorgias, 505 a. 45. Leyes, 733 a. 46. Cfr. Leyes, 733 d. 47. Leyes, 734 b-d. 48. Cfr. Leyes, 636 d. 49. Cairns comenta que el principio encontrado por Platn an perdura y se contempla siempre que se hace una filosofa poltica; en Platn el placer y el dolor son "el material con el que el legislador tiene que trabajar; eso tena que ser controlado por medio de hbitos creados por la legislacin. Resulta casi innecesario establecer que la idea de principio en la confec- cin de un cdigo, tan extensamente revisada por Platn, an se mantiene en los reales de la piedra de los filsofos" (CAIRNS, H., Platn como juris- ta, p. 276). 50. Aunque faltara matizar, pues no se puede afirmar que los presupuestos platnicos coincidan con los filsofos del siglo pasado sin ms; importa, en cambio, apreciar el carcter modificable que tiene el hombre y que da lugar a la educacin (CAIRNS, H., Op. cit., p. 270). 51. Cfr. Leyes, 716 c. 52. Leyes, 966 c. 53. Cornford seala que tanto la inmortalidad del alma, como la teora de las Formas constituyen los dos pilares de la filosofa de Platn, que se encuen- CITAS BIBLIO GR FICAS 509 tran expuestos con claridad a partir del Menn y del Fedro (cfr. CORN- FORD, F., Platn: The Republic of Plato, Oxford University Press, London, 1981, p. XXVII). 54. Leyes, 863 e. 55. Cfr. Repblica, 454 b-456 c. Y en un tono irnico aade Platn que la dife- rencia entre hombre y mujer es semejante a la que hay entre los calvos y los melenudos. 56. Cfr. Repblica, 453 a; 540 b-c; Crinas, 110 b. Platn seala ocupaciones que siendo ms propias de las mujeres, tales como la tejedura o el cuida- do de los guisos, son excepciones sin importancia. 57. Leyes, 804"d; Aristteles se separa en este punto de su maestro y partien- do de la consideracin sobre los animales la extiende al gnero humano, considerando a la mujer inferior al hombre: "Asimismo, tratndose de la relacin entre macho y hembra, el primero es superior y la segunda infe- rior por naturaleza, el primero la rige, la segunda es regida. Lo mismo tiene que ocurrir necesariamente entre todos los hombres" (ARISTTELES, Poltica, 1254 b). 58. Cfr. Leyes, 784 a; 784 b; 785 b. 59. Cfr. JAEGER, W., Paideia, p. 642. 60. VlLLEY, M., El pensamiento jus-filosfico de Aristteles y de Santo Toms, p. 167; cfr. Repblica, 454 b. 61. Cfr. Gorgias, 305 a. 62. Cfr. Fedn, 79 e-82 e. 63. Cfr. Fedn, 65 a-66 b. 64. Repblica, 428 e. 65. Cfr. Repblica, 427 e. Aunque bien pudiera tratarse de la opinin comn en tiempos de Platn, an no haba sido ni escrita, ni ordenada y profun- dizada de tal forma. 66. Cfr. Leyes, 631 a. 67. Repblica, 441 a; Platn muestra que el amor participa de las cuatro vir- tudes: sabidura, justicia, templanza y el valor (cfr. Banquete , 196 a). 68. Comenta M. Isnardi que el parangn para Platn no es jams slo un ins- trumento, sino que cada comparacin en Platn tiene un significado lgi- co-ontolgico, se refiere a una identificacin de estructura; es una analo- ga fundada en la <f>oi objetiva de las cosas (cfr. Z ELLER , E. , La filosofa dei greci nel suo sviluppo storico, p. 581). 69. Jaeger desarrolla una completa consideracin de la medicina tomada como paideia, y es un antecedente a tener en cuenta en la filosofa socrtica, pla- tnica y aristotlica. Comenta que "de todas las ciencias humanas enton- ces conocidas, incluyendo la matemtica y la fsica, la medicina es la ms afn a la ciencia tica de Scrates" (JAEGER, W., Paideia, p. 783). 510 JO S MAR TNEZ CO LN 70. Repblica, 444 d; cfr. Fedro, 267 a. 71. Cfr. Sofista, 228 a. En este dilogo establece Platn dos clases de maldad en el alma: primero, la deformidad, que es una falta de medida, una feal- dad; y segundo, la enfermedad, que consiste en la corrupcin de lo que es por naturaleza afn. 72. JAEGER, W., Paideia, p. 1023. 73. Repblica, 444 d. 74. Cfr. Repblica, 441 d. 75. JAEGER, W., Alabanza de la ley, p. 69. La justicia en tiempos de Platn no era slo una institucin humana, sino tambin el instrumento adecuado para la realizacin de la voluntad divina sobre la tierra, que, en caso de vio- larse, obligaba a una compensacin. En una visin histrica general se puede considerar a Hesodo como el portavoz de la justicia, entendida sta como fundamento de la sociedad humana y del orden divino del universo (cfr. JAEGER, W., Op. cit., pp. 25-27). 76. Cfr. Repblica, 441 d; 586 e; Gorgias, 507 a; Filebo, 25 e. 77. Cfr. BARRER, E., The Political Thought of Plato and Aristotle, p. 93 78. Precisamente ste es uno de los puntos que se le critican a Platn, no sin cierta razn, al sealar que no distingui con precisin la moral del dere- cho. Michel Villey atribuye a Aristteles el mrito de conquistar la auto- noma de la ciencia del derecho de la moral (cfr. V ILLEY, M., El pensa- miento jus-filosfico de Aristteles y de Santo Toms, Ghersi editor, Buenos Aires, 1981, p. 25). 79. JAEGER, W., Paideia, p. 594. 80. Repblica, 418 b. 81. Cfr. Crmides, 157 b. Friedlander comenta que "igual que para Aristteles el mito es una especie de grado previo del filosofar (Metafsica, 982 b 18), as tampoco aqu es algo sin valor" (FRIEDLANDER, P., Platn, verdad del ser y realidad de la vida, p. 176). 82. Cfr. Gorgias, 523 e. Platn presenta a Zeus como dador de leyes en el mito de la creacin del hombre (cfr. Protgoras, 320 b). Y en la Carta VII reco- mienda creer verdaderamente en las antiguas y santas tradiciones que revelan la inmortalidad del alma, y la existencia de juicios y de terribles castigos que experimentar el alma cuando se vea libre del cuerpo (cfr. Carta VII, 335 a). Cuando Dante habla sobre las interpretaciones de su Commedia, hace referencia a Platn diciendo que "muchas cosas, pues, vemos a travs del intelecto para las que faltan signos voclicos. Y esto lo insina bastante Platn en sus obras mediante la aceptacin de elementos metafricos. En efecto, mediante una luz intelectual vio muchas cosas que no puede expresar con palabras adecuadas" (DANTE, Carta al Gran Can della Scala, citado en FRIEDLANDER, P., Platn, verdad del ser y realidad de la vida, p. 203). CITAS BIBLIO GR FICAS 511 83. PIEPER, J., Sobre los mitos platnicos, Herder, Barcelona, 1984, p. 67. Reale comenta que el mito del que hace uso Platn es diferente esencial- mente del mito pre-filosfico que no conoca an el logos: es un mito que estimula el logos y lo fecunda y que, por tanto, logra alcanzarlo. Es un mito que a la vez que viene creado, viene des-mitificado, es decir, es des- pojado de sus elementos fantsticos para mantener solamente su poder intuitivo (Cfr. REALE, G., / problemi del pensiero antico dalle origini ad Aristotele, p. 403). De modo semejante T. Szlezk dedicndose a valorar las formas literarias utilizadas por Platn, comenta que difcilmente podra haberle dedicado Platn a los mitos tanto espacio en su obra si no los con- siderara como importantes y necesarios para tener otro camino de acceso a la realidad (cfr. SZLEZK, T. A., Come leggere Platone, Rusconi, Milano, 1991, pp. 140-143). 84. PIEPER, J Op. cit., p. 19. 85. Leyes, 726 a. 86. Cfr. Repblica, 422 a. 87. Leyes, 743 a. Platn considera que si todos gastaran igual, no habra posi- bilidad de enriquecerse. Y no seria lcito utilizar cuantos medios se desee, ya que se buscara un provecho personal en detrimento del bien de los dems. 88. Repblica, 521 a. Aristteles atacar, al igual que Platn, la crematstica comercial al ser sta un afn ilimitado de riqueza y placer, aadiendo que incluso los hombres que llegan a poseer abundantes riquezas, pueden morir de hambre como aquel famoso Midas; en cambio la verdadera eco- noma busca como fin no el dinero, sino bienes limitados y necesarios (cfr. ARISTTELES, Poltica, 1257 a-1258 b). 89. Leyes, 729 a-b. Respecto a las posesiones, la idea de eunoma, lo mismo que la de nomos se encontraba unida a la de una correcta distribucin de los bienes. "En Platn encuentra expresin en la teora de la justicia geo- mtrica en oposicin a la artimtica (cfr. Leyes, 756 e-758 a)" (LISI, F. L., Fundamentacin de la ley en El Poltico y Las Leyes de Platn, p. 149; cfr. HARVER, F. D., Two kind ofEquality, "Classical et Mediaeval", 16(1965) 101-146). 90. Cfr. Repblica, 462 c. Distinguindose en mucho a un comunismo, sobre todo si se compara al practicado en el presente siglo por varios pases. 91. Cabra observar el matiz que seala Platn. Hay dos posturas: una es con- siderar todo como comn, en donde nada sera propio; la otra, en cambio, es que todos consideren todo como propio, es decir, se posee todo; esta ltima parecer ser la postura platnica. La oracin fnebre de Pericles, menciona la isonoma como fundamento de la democracia, que era la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley (cfr. Tucdides, II, 37, 1). No significa, comenta Jaeger, la igual distribucin de la propiedad como crea Hirzel (cfr. HlRZEL, R., Themis, Dike und Verwantes, Leipzig, 1907; JAEGER, W Alabanza de la Ley: los orgenes de la filosofa del derecho y los griegos, p. 19). 512 JOS MARTNEZ COLN 92. Leyes, 705 b. Para Platn el enriquecimiento ilcito es causa de desunin. 93. Klosko aade que para Platn la legislacin sobre la extensin se deba a dos motivos: permitir una unidad moral, y conservar, a la vez, su autono- ma (cfr. KLO SKO , G. , The development of Plato'spolitical theory, pp. 6- 12). 94. Por ejemplo, sobre el destino de los nios frgiles mencionado en La Repblica: "los escondern, como es debido, en un lugar secreto y ocul- to"(460 c); en el Timeo, en cambio, propone destinarlos a una clase infe- rior, y en Las Leyes ya no habla para nada al respecto (cfr. FERGUSON, Mariage Regulations in the Republic, "Classical Quarterly", 10 (1910) 177-199; citado en ZELLER, E., La filosofa dei greci nel suo sviluppo sto- rico, p. 626; cfr. Timeo, 19 a). 95. Leyes, 771 d-e. 96. Leyes, 772 d. 97. Leyes, 773 b. 98. Jaeger afirma que Platn consideraba el gnero humano como una unidad, como una cadena jams rota ni interrumpida de las generaciones a travs de los tiempos (cfr. JAEGER, W., Paideia, p. 1054). Esto vendra a reforzar el postulado del Uno como principio de todo en la doctrina no-escrita. Especial importancia se vislumbra al considerar la unidad como caracte- rstica del matrimonio. 99. Cfr. Poltico, 310 b; Leyes, 773 d-e; Banquete, 183 d; 184 b. 100. Leyes, 773 a. 101. Poltico, 310 e. Los lazos humanos conseguan la unidad mediante matri- monios bien formados. De la misma manera en la eleccin del mejor magistrado la distincin de caracteres obliga a elegir como magistrados a varios; en cambio, se elegira a un solo magistrado si poseyera ste la com- binacin de todos los caracteres (cfr. Poltico, 310 e-311 c). 102. Leyes, 784 b. 103. Leyes, 775 c. 104. Para Platn este amor de los hombres tambin es hacia su inmortalidad, pues la naturaleza lo que busca es existir siempre; al buscar su inmortali- dad los hombres, mientras que unos lo llevarn a cabo mediante la procre- acin de hijos carnales, otros lo harn procreando en el alma de los dems virtudes y sabidura moral. Precisamente contina Platn, la ms bella forma de procrear la sabidura moral en los dems es mediante el ordenamiento de las ciudades, el de educarlos en la justicia y moderacin; como ejemplos Platn pone a Licurgo y Soln quienes dieron vida a las leyes, procreando los hijos ms bellos. Se puede decir que Platn mismo alcanz este ideal si se observa la gran extensin de espacio que le dedic para escribir su filosofa poltica, a fin de educar en esajusticia y modera- cin que propona (cfr. Banquete, 205 e). CITAS BIBLIO GR FICAS 513 105. Leyes, 783 e. 106. Cfr. Repblica, 461 a. 107. Como argumento recurre Platn al que proporciona "la naturaleza de los animales, mostrando que el macho no se sirve del macho para ese fin, por no estar ello dentro de lo natural... Nuestros ciudadanos no deben ser infe- riores a las aves y otros muchos animales que nacidos en grandes manadas viven hasta la edad de procrear, vrgenes, puros y abstinentes de toda unin matrimonial" (Leyes, 836 c-840 d). Es inadmisible llamar matrimo- nio a la unin entre animales. Sin embargo, el ejemplo con el reino animal puede resultar vlido en esta ocasin, no para ilustrar la naturaleza del matrimonio que no es lo que se pretende en este contexto, pero si para resaltar que si los animales siguen el curso natural, con mucha mayor razn los hombres deberan seguirlo al contar con la capacidad de cono- cerlo. De hecho, sugiere M. Villey que esta comparacin a partir de la naturaleza, o al menos de la observacin objetiva de los seres, del mundo exterior, constituye el mtodo de partida de Platn (cfr. VILLEY, M , El pensamiento jus-fllosfico de Aristteles y de Santo Toms, o.c, p. 167). 108. Leyes, 839 a. 109. Cfr. GMEZ ROBLEDO, A. , Platn: Los Seis Grandes Temas de su Filosofa, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1982, p. 596. 110. Cfr. Poltico, 309 d. Platn considera con frecuencia que estas dos funcio- nes recaen sobre una misma persona. 111. Cfr. Repblica, 519 a; 429 c. 112. Este es uno de los puntos, en este caso respecto al mbito educativo, que muestran la gran altura y valor de la doctrina platnica, as como su peren- nidad. 113. E. Barker, al hacer coincidir la idea platnica de Bien con la de Dios, aade que Platn trata de unir todas las cosas en Dios e imbuirlas de El (cfr. BARKER, E., The Political Thought of Plato and Aristotle, p. 127). 114. Cfr. BARKER, E., Op. cit, p. 133. 115. Cfr. MOR R OW, G. R., Plato's Crean City: A Historical Interpretation of The Laws, p. 571. 116. Ibidem. Cfr. Menxeno, 236 d-237 a; Eutidemo, 306 c. 117. Cfr. Protgoras, 327 b-328 a; Menxeno, 247 a. 118. Cfr. Repblica, 467 a; cfr. Sofista, 232 d. Platn presenta en varias oca- siones la natural preocupacin de los padres por darle una educacin ade- cuada a sus hijos (cfr. Eutidemo, 306 a-b; Lisis, 206 b). 119. Cfr. CORNFORD, F., Platn: The Republic of Plato, p. 131. 120. Cfr. Leyes, 792 d. 121. Platn menciona y pone como ejemplos los novmima de los espartanos, los cretenses, los celtas, los iberos, los persas, los cartagineses, los escitas, 514 JO S MAR TNEZ CO LN los tracios, los saurmatas y de muchas otras ciudades y regiones griegas (cfr. JAEGER , W., Paideia, p. 1060). 122. JAEGER, W., Op. cit., p. 1056. 123. Leyes, 788 c; cfr. 795 d; Repblica, 403 a. 124. Gaiser sostiene que Platn coloca la enseanza relacionada con la msica en una posicin intermedia entre aquello que es necesario para la vida artes prctico-productivasy por el otro lado, las que se dirigen a alcan- zar un orden poltico ms riguroso. Esto refuerza la idea contina Gaiser de que Platn era consciente de una evolucin histrica de la cul- tura humana que va ligada al incremento del saber; Gaiser concluye diciendo que en Platn la tendencia ascendente de la evolucin histrica corresponde, en general, a la subdivisin metafsica y al orden jerrquico de la esfera del conocer (cfr. GAISER, K. , La Metafsica della storia in Platone, p. 81-89). 125. Cfr. Gorgias, 464 c; Filebo, 55 a; 64 d. La corrupcin de la medicina da lugar a la cocina, la de la gimnasia conduce a la cosmtica, la de la legis- lacin a la sofstica y la de la justicia a la retrica. En el Fedro se intenta corregir la retrica dirigindola a su verdadera finalidad, que "como Platn reconoce al final no consiste en hablar para complacer a los hombres, sino en agradar a Dios" (cfr. Fedro, 273 e; JAEGER, W., Paideia, p. 996). 126. Platn, al criticar y censurar los poemas, hace todo un giro revolucionario en la educacin que en la actualidad tal vez no lo pareciera tanto; facilita comprenderlo considerar que en la antigua Grecia la autoridad de los poe- tas, a falta de slidos fundamentos racionales, eran los mejores argumen- tos de autoridad, sus palabras eran normas. Platn, al buscar normas supre- mas para el obrar, considera que "los ideales de los poetas anteriores a l son en parte insuficientes y en parte reprobables" (JAEGER, W., Paideia, p. 607). 127. Cfr. Repblica, 381 a-388 d; 377 d. Platn presenta principalmente a Homero y Hesodo como causantes de la difusin de mitos y narraciones falsas. Aunque ya Pitgoras, Jenfanes y Herclito haban condenado esta clase de poesa, el ataque de Platn contra los dioses olmpicos fue quiz el ms grave golpe que recibi el paganismo antes de la era cristiana (cfr. PABN-FERNNDEZ en: PLATN, La Repblica, tomo I, p. 92, nota 2). 128. Cfr. Repblica, 398 c-401 d; Filebo, 64 . 129. El trmino de msica (povoiiajl usado por Platn tiene un sentido ms amplio que el de nuestro lenguaje actual. Bien podra entenderse como la cultura literaria y artstica. De hecho, en el Fedn, Platn seala que Scrates se ocup de la filosofa a instancias del ensueo que lo exhorta- ba a componer msica, entendiendo Scrates que la filosofa es la msica ms excelsa (cfr. Fedn, 60 c-e). En este sentido "la msica es filosfica en su ltima raz... msica y filosofa estn unidas por un inters y esencia comn: la tica, el comportamiento humano" (LOMBA F, J. , Ethos, techn y Kaln en Platn, "Anuario Filosfico", XX/2 (1987) p. 70). 130. Cfr. LO DGE, R. C, Plato 's theory on education, p.205-209. CITAS BIBLIO GR FICAS 515 131. Cfr. Leyes, 654 b. Se considera aqu la msica en un sentido restringido. La ctara y la lira eran los dos instrumentos musicales ms importantes de los helenos. El elemento armnico est determinado por la altura de los diferentes sones; el rtmico por los intervalos temporales existentes entre ellos, y el potico por la letra. La ley deber legislar las diversas facetas que la msica, considerada en sentido restringido, contiene: la melodiosa, la rtmica y la potica. Si bien Platn refiere el origen de las artes musica- les a la divinidad, es posible ver un antecedente ms prximo en la escue- la pitagrica, la cual tambin influy en su inters hacia las matemticas. El inters sobre la msica y de las matemticas se ve motivado al descu- brir sus leyes exactas de orden y de armona. La naturaleza entera, el cos- mos, parecer obedecer a un complejo maravilloso de leyes perfectas y armoniosas. 132. Cfr. Leyes, 653 d; Repblica, 376 e; Lisis, 209 a; Protagoras, 32 c-d. 133. Platn hace ver que el origen etimolgico de la palabra coros kors, al provenir de la palabra alegra kara, nos revela la estrecha unin que existe entre ambas realidades. 134. Se observa que esta educacin es preparatoria para una posterior en que, ya habindose ejercitado en el arte de imitar, se pueda entonces imitar los modelos superiores, los divinos. 135. Cfr. Repblica, 395 c. 136. Leyes, 817 b. 137. Leyes, 802 d; cfr. Filebo, 64 d. 138. Cfr. Leyes, 653 d. 139. Cfr. Leyes, 798 d-802 d. 140. Cfr. Leyes, 803 c; Jaeger comenta que para Platn "es el logos, a travs de cuyo hilo mueve Dios a los hombres. El hombre es, en su forma suprema, un juguete de Dios y la vida a que debe aspirar es la de representar su juego del modo que ms complazca a la divinidad... la vida debiera ser toda ella un continuo servicio divino, con sacrificios, cantos, danzas para ganar la voluntad de Dios" (JAEGER, W., Paideia, p. 1066). 141. Leyes, 803 c. 142. Cfr. JAEGER, W., Paideia, p. 628. 143. Repblica, 412 a; cfr. Repblica, 441 e-442 b. 144. Aqu se encuentra una diferencia importante con Scrates quien las adju- dicaba slo para las necesidades del futuro poltico. 145. Gaiser encuentra tambin una correspondencia: as como los objetos mate- mticos estn entre las Ideas y los fenmenos, as tambin la ciencia mate- mtica est entre la doctrina de las Ideas (la dialctica) y las artes prcti- cas. Resulta significativo que a las matemticas contina Gaiser les competa una posicin intermedia anloga a la que le compete a la activi- 516 JO S MAR TNEZ CO LN dad poltica (cfr. GAISER, K., La Metafsica della storia in Platone, pp. 79- 80). 146. Espinoza, en su Etica, de modo semejante a Platn, distingue entre el cl- culo del comerciante, que se regula segn una frmula dada, y el clculo que se tiene a travs de la intuicin de la esencia (cfr. ESPINOZA, B., Etica, II, prop. 40, esc. 2). 147. Cfr. Filebo, 55 d. 148. Leyes, 746 e. 149. Cfr. Leyes, 821 a. No deja de ser significativo que en el dilogo Epinomis destaque el papel atribuido a la ciencia de los nmeros y en particular a la astronoma como el camino imprescindible para llegar a la divinidad (cfr. Leyes, 821 d). "El postulado de la enseanza matemtica y astronmica en la escuela primaria viene a desembocar directamente a la peculiar teologa de Las Leyes, que encuentra en la contemplacin del eterno cielo matem- tico de los astros una fuente fundamental de su fe en Dios... La funcin teolgica de las 'mathematas' y especialmente de la astronoma es esencial para Platn" (JAEGER, W., Paideia, p. 1072). 150. Aade Barker que sta es la concordancia divina de la cual Nicols de Cusa escribi (cfr. BARKER, E., Greek Political Theory. Plato and his Predecessors, p. 349). 151. Leyes, 747 b. 152. Cfr. Leyes, 747 c. 153. Los estudios matemticos previos consisten en: la aritmtica, la geometra, la estereomtria o geometra de los slidos, la astronoma y la armona musical. Con razn se ha visto en este plan de estudios el origen del Trivium y el Quadrivium de la Edad Media, as como el de gran parte de la enseanza en nuestros das. 154. Cfr. Fedn, 9 b-d. La referencia a la segunda navegacin es una metfora tomada por Platn ligada al lenguaje marinero, y su significado lo da Eustacio al explicar que es aquel esfuerzo que se lleva a cabo cuando, habindose quedado sin viento, se navega con los remos. La primera navegacin correspondera a los naturalistas cuyas velas y viento seran los sentidos y las sensaciones, y en la segunda navegacin los remos corresponden, en el nuevo mtodo, a los razonamientos y los postulados (cfr. EUSTACIO, Commentarii ad Homeri Odysseam, 2 volumen, Leipzig, 1825-1826 (Hildesheim, 1960), p.1453, 20; citado en REALE, G. , Per una nuova interpretazione di Platone, p. 147). 155. Este trmino de dialctica tiene una significacin compleja. En un sentido vulgar significa simplemente el arte de la conversacin, del dilogo o de la discusin y era el objetivo de quienes pretendan dominar en la vida pblica o lucirse en la privada. Pero este sentido sofstico es el que Platn combati. Para Platn el arte del dilogo era el ejercicio adecuado de la razn para el descubrimiento de la verdad, de las ideas y del Bien. CITAS BIBLIO GR FICAS 517 156. Este mtodo tuvo su origen con Scrates y fue Platn quien lo llev a sus ltimas consecuencias. 157. Cfr. KR MER , H. J., Dialettica e deflnizione del bene in Pateme, pp. 2 1 - 23. 158. Cfr. Repblica, 5 34 b. Kramer acepta que el concepto de mtodo dialcti- co entendido correctamente coincide en lo esencial tanto en los dilogos como en la tradicin indirecta la doctrina no escrita, en que partien- do de hiptesis siempre ms altas va avanzando en el conocimiento lle- gando a los principios que son los gneros ms universales (cfr. KR MER , H. J., Platone e ifondamenti della metafsica, pp. 175-176). 159. Cfr. Repblica, 505 a; 525 a; Banquete, 2 1 0 d- 212 c. En esta ltima refe- rencia Platn muestra un proceso educativo progresivo y elevador que conduce a la contemplacin de la belleza en s. Cuando se es capaz de comprender a todas la ciencias como en una sola, entonces se est en con- diciones de percibir la belleza en s, que es "consigo misma especfica- mente nica" (cfr. Banquete, 5 1 1 d). 160. Cfr. Repblica, 4 1 3 d-e. 'Todas estas ideas son perfectamente nuevas en tiempos de Platn... Desde entonces han surgido al mundo escuelas y ex- menes en gran abundancia y, sin embargo, si Platn viviese hoy entre nosotros es muy dudoso que pudiese llegar a la conclusin de que sus pos- tulados se hallaban cumplidos con todos estos requisitos" (cfr. JAEGER, W. , Paideia, p. 716) . 161. Repblica, 540 a; cfr. Cratilo, 389 b. En esta ltima referencia, Platn apunta que el legislador debe ser dirigido por la dialctica, o por un dia- lctico, en el caso de que el mismo legislador no lo sea. 162. Cfr. R EALE, G. , /problemi delpensiero antico dalle origini ad Aristotele, p. 387. 163. Cfr. Filebo, 65 a; Banquete, 201 a. 164. Repblica, 401 c. 165. Repblica, 401 d. 166. En materia educativa seala Lodge la importancia que tiene esta contribu- cin de Platn, pues la atmsfera moral en general, y la actitud hacia el educando logran tener una gran influencia sobre l; estas contribuciones las han tenido en cuenta las corrientes educativas siguientes (cfr. LO DGE, R . C, Plato's theory on education, p. 289) . 167. Repblica, 383 c. 168. Iscrates tambin haba sealado la conveniencia de la educacin respec- to al cumplimiento de las leyes. Su obra Areopagtica, es una oracin en que trata de restablecer en Atenas la forma de gobierno introducida por Soln y Clstenes: "los mal criados osaran violar hasta las ms rigurosas leyes escritas, mientras que los que han recibido buena educacin se pres- taran a observar aun las ms sencillamente establecidas" (cfr. ISCRATES, Areopagtica, 41) . 518 JO S MAR TNEZ CO LN 169. JAEGER, W., Paideia, p. 119. 170. Cfr. Repblica, 514 a-521 a. 171. Cfr. R EALE, G., / problemi del pensiero antico dalle origini adAristotele, p. 432. Seala Reale la importancia tan grande que tiene este este mito de la caverna, pues explica a todo Platn. 172. Cfr. Repblica, 514 a. 173. Cfr. Repblica, 517 c-518 b. Cfr. R EALE, G., /problemi del pensiero anti- co dalle origini ad Aristotele, p. 434. 174. GR UBE, G.M.A., El Pensamiento de Platn, editorial Gredos, 1987, p. 367. 175. Leyes, 643 a. Al respecto comenta M. Villey que este elemento religioso de la doctrina platnica "ser recibido y traspuesto por el cristianismo. Por ejemplo la filosofa del derecho de San Agustn deber mucho a la de Platn. 176. JAEGER, W., Paideia, p. 1031. 177. Cfr. El Banquete, 209 d. 178. Cfr. SOLOMON, F., en: LO DGE, R. C , Plato's theory on education, apndi- ce II, p. 291. 179. Leyes, 643 b. 180. Leyes, 653 b. 181. Leyes, 643 c; cfr. 644 b. 182. Cfr. Repblica, 485 c. 183. Repblica, 413 a. 184. Repblica, 518 c. 185. Curioso y significativo resulta el origen etimolgico que Platn le atribu- ye a la palabra 'hombres' (anthrpoi), pues la hace derivar de anathrn a opp, que significa 'examina lo que ha visto'. Tambin se le haca pro- venir de ano azrein, que significa 'mirar a lo alto' (cfr. Cratilo, 398 d), que es el fin que se propone con la educacin, hacerlo ver hacia arriba. 186. "En Platn, efectivamente, se percibe an ms claramente que en su disc- pulo Aristteles, la interpretacin de la voluntad como deseo. El querer ms alto es, para el filsofo griego, aquel que persigue la adquisicin de la sabidura. Ahora bien, este querer es un deseo... lo que arrastra nuestro deseo es la belleza" (cfr. ALVIR A, R., Reivindicacin de la voluntad, Eunsa, Pamplona, 1988, p. 62). 187. Leyes, 653 b; cfr.653 c. 188. Repblica, 485 d. 189. Cfr. Critn, 50 b. CITAS BIBLIO GR FICAS 519 190. Cfr. Protgoras, 326 d-327 b. Platn les atribuye a los legisladores el haber dado origen a los diversos nombres de las cosas con el fin de instruir de este modo a los hombres; el lenguaje mismo sera un elemento educa- tivo de la ciudad dado por los legisladores (cfr. Cratilo, 416 a). 191. JAEGER, W., Paideia, p. 1053. 192. Cfr. JAEGER, W. , Paideia, pp. 1020. 193. Leyes, 640 a. 194. Cfr. JAEGER, W. , Paideia, p. 623. 195. Cfr. BARKER, E., Greek Political Theory. Plato and his Predecessors, pp. 301-302. Aristteles, siguiendo a Platn dir que "as como el hombre per- fecto es el mejor de los animales, apartado de la ley y de la justicia es el peor de todos... por eso, sin virtud, es el ms impo y salvaje de los ani- males, y el ms lascivo y glotn" (ARISTTELES, Poltica, 1253 a). Santo Toms acude a esta cita en su demostracin sobre la necesidad y utilidad de la legislacin de las leyes humanas (cfr. , SANTO TOMAS DE AQUINO, Suma Teolgica, I-II, q. 95, a. 1, c). 196. Cfr. Repblica, 520 a-e; Poltico, 303 b-c; Gorgias, 520 a. 197. Cfr. Poltico, 284 b. 198. Cfr. BARKER, E., The Political Thought of Plato and Aristotle, Dover Publications, New York, 1959, p. 131. Se puede observar la gran aporta- cin que tuvo para el arte esta concepcin, y cmo se ha venido a corrom- per en algunos sectores artsticos de la actualidad. 199. Cfr. Poltico 266 e. En todo este dilogo se analiza la ciencia poltica; se le atribuye que debe ser, entre otras cosas, autodirectora dentro de las cien- cias tericas. 200. Reale seala que esta medida es precisamente el primer Principio absolu- to, es decir, el Uno, y que apenas se dilucida en el dilogo del Poltico: el Uno es principio y medida, en primer lugar de los nmeros ideales, por tanto, de las Ideas, y en varios niveles, de todo. Cada uno de estos niveles est constituido de la unidad-en la-multiplicidad. Esto se verifica tanto en la vida moral del hombre como en la poltica del Estado. Y es esta capaci- dad de producir la unidad-en-la-multiplicidad lo que le permite al poltico llevar a cabo el gran tejido de la sociedad, mezclando los extremos, y unindolos con vnculos de amistad, de bien y de belleza, o sea, en rela- cin a la justa medida (cfr. R EALE, G., Platone: per una nuova interpreta- zione di Platone. Rilettura della metafsica dei grandi dialoghi alia luce delle dottrine non scritte, pp. 409-416). 201. Cfr. Eutidemo, 290 e. 202. Gaiser considera que Platn ha dividido en tres las ciencias artes, pol- tica, filosofa ya que corresponden anlogamente a las tres esferas del ser cuerpo, alma, ideas y a las tres facultades humanas instintos de las pasiones, volicin y la razn. Este orden le llevara a Gaiser a postu- 520 JO S MAR TNEZ CO LN lar tambin que esa relacin entre las tres esferas del saber tienen un pre- ciso sentido histrico, es decir, indican para Platn una progresiva evolucin del saber humano en el transcurso del tiempo (cfr. GAISER , K. , La Metafisica della storia in Platone, pp. 76-80). 203. Politico, 283 e. 204. Cfr. GAISER , K., La Metafisica della storia in Platone, pp. 73-74. 205. Cfr. Repblica, 602 a-603 d; 604 e-606 a; Leyes, 801 c-d. Platn critica y desprecia agudamente a la poesa imitativa por no alcanzar el conocimien- to verdadero. 206. Cfr. GAISER , K. , La Metafsica della storia in Platone, p.75. 207. Cfr. GAISER, K., p.77. 208. Cfr. Repblica, 603 a 209. R EALE, G. y ANTISERI, D., Historia del Pensamiento Filosfico y Cient- fico, Editorial Herder, Barcelona, 1988, tomo I, p. 152. Ms adelante se desarrolla ampliamente dicho principio. 210. Cfr. Leyes, 967 e-968 a. 211. Cfr. Gorgias, 514 c-519 a. 212. Cfr. Gorgias, 522 b-523 c. 213. ISOCRATES, De pace, n. 19. 214. KRAMSKY S C. DE J., Perennidad de la Filosofia Poltica de Platn, p. 252. 215. Cfr. Leyes, 690 a-c; Repblica, 412 b-413 a; Menxeno, 238 c; BARKER, E., Greek Politicai Theory. Plato and his Predecessors, p. 296. 216. WILAMO WITZ , M.-MO ELLENDO R FF, Platn, Nachdruck der 3, Aufl., Weimann, Dublin, 1969, p. 4, citado en: ZELLER, E., La filosofia dei greci nel sua sviluppo storico, p. 507. 217. Cfr. R EALE, G., / problemi del pensiero antico dalle origini ad Aristotele, p. 421. 218. Cfr. JAEGER, W Paideia, p. 623. Al respecto comenta Faucci que "no se puede dudar del inters poltico de Platn, que su filosofa haya nacido de un problema poltico, de la experiencia vivida y no de la elaboracin de otra teora...pero la poltico no slo es el humus del cual naci su filosofa, la ocasin externa, el ambiente, sino que la poltica es un fin del problema y del ser platnico: "dir que no hay filosofa de Platn sin el problema poltico que es el esencial" (FAUCCI, D., Morale e politica in Platone, "Giornale Critico della Filosofia Italiana", 2 (1952) 157-158). 219. Cfr. KLO SKO , G., The development of Plato'spoliticai theory, pp. 225-234. 220. Cfr. Repblica, 519 d; 409 a; 520 c; Leyes, 734 e-736 e. CITAS BIBLIO GR FICAS 521 221. FAUCCI, D. , Morale e politica in Platone, "Giornale Critico della Filosofia Italiana", 2 (1952) 131. 222. Cfr. Carta VII, 334 c; Fedro, 248 d. 223. Cfr. Leyes, 918 b. 224. Leyes, 762 e; cfr. Gorgias, 514 c. 225. Cfr. Teeteto, 176 b. 226. JAEGER, W., Paideia, p.276. Cfr. Gorgias, 464 a. 227. Gorgias, 479 a. 228. Politico, 293 a-b. 229. Cfr. Politico, 293 a. 230. Cfr. Leyes, 855 a; Cfr. Gorgias, 525 d. Santo Toms dir ms tarde que "la ley induce a sumisin mediante el temor del castigo; por eso el castigar es un efecto propio de la ley" (AQUINO, SANTO TOMAS de, Suma Teolgica, MI, q. 92, a. 2, c). 231. Leyes, 880 e. 232. Leyes, 728 b. 233. Leyes, 854 d; cfr. Sofista, 228 c. 234. Cfr. Repblica, 493. 235. En la libertad humana que escoge el bien o el mal, radica dice Gaiser la ley general de una evolucin histrica que hay en Platn: en la vida pol- tica todo se desarrolla hacia el Bien, hacia la virtud, si el conocimiento racional domina sobra las pasiones; todo se desarrolla, en cambio, hacia el mal, el vicio, si la parte pasional, ligada al cuerpo, domina ella sola las otras partes. Y, aade Gaiser, esto que es vlido en general para el hombre individual, tambin parece serlo tanto para la polis como para el cosmos segn el mito que se relata en el Poltico. La razn es que ambas fuerzas opuestas que se encuentran en el hombre provienen, en ltima instancia, de la oposicin de los Principios que son fundamento de todo ser (cfr. GAISER, K. , La Metafisica della storia in Platone, p.l 19). 236. Cfr. JAEGER, W., Paideia, p. 610. 237. Cfr. ZELLER, E., La filosofia dei greci nel suo sviluppo storico, p. 568. 238. Leyes, 644 c. 239. Cfr. Teeteto, 172 a. 240. Sale a relucir el paralelismo entre el J/O " (canto) y el tratar de cantar con- forme al vpo"(ley). 241. Cfr. TAYLOR, A. E., Plato: The man and his work, pp. 412. 242. Cfr. TAYLOR , A. E., Op.cit., p. 491. 522 JO S MAR TNEZ CO LN 243. Cfr. JAEGER, W., Paideia, p. 129. 244. Comenta E. Barker que Platn adems de considerar la importancia de mantener la misma unidad del cosmos en la polis, utiliza la analoga con los sistemas fsicos para ilustrar sus pensamientos polticos (cfr. BARRER, E., The Politicai Thought of Plato and Aristotle, pp. 12 y 26-27). 245. Reale mantiene que para Platn es precisamente el Bien el que liga y tiene juntas todas las cosas; y ese Bien es la causa primara por la que el Demiurgo o la Inteligencia escoge lo mejor (cfr. R EALE, G., Per una nuova interpretazione di Platone, pp. 506-511). 246. Cfr. Leyes, 698 a. 247. Cfr. Repblica, 462 b. Este es uno de los argumentos que toman los segui- dores de la Escuela de Tubinga para poner como primer principio y fun- damento de todo al Uno. Hans Kramer, uno de los principales creadores y representantes de esta doctrina arguye: la unidad es principio del ser y del conocer. La unidad se manifiesta como norma y medida de cada ser. La unidad en su relacin con el mundo es la suprema medida del ser, de la bondad y de la verdad. El concepto de unidad como medida explica, por tanto, la correlacin entre el primer principio y el ser (cfr. KRMER, H. J., Platone e i fondamenti della metafisica, pp. 165-178). Cabe recordar, sin embargo, la oposicin que hay de esta doctrina a la hiptesis de Schleiermacher quien se atena nica y rigurosamente a lo escrito por Platn. 248. Reale recuerda que de modo similar en el Banquete la dualidad que se halla en el hombre se manifiesta por medio del amor que tiende hacia el Uno, por una cierta nostalgia del Uno. El mal se deriva del otro principio que es la Diada (cfr. R EALE, G, / tre paradigmi storici nel'interpretazio- ne de Platone e ifundamenti del nuevo paradigma, Instituto Suor Orsola Benincasa, aples, 1991, p. 64). Aristteles disiente, sin embargo, en este punto de su maestro, pues considera que la ciudad por naturaleza es una multiplicidad y que "si la ciudad avanza en ese sentido y es cada vez ms unitaria, dejar de ser ciudad" (ARISTTELES, Poltica, 1261 a). 249. Cfr. JAEGER, W., Paideia, p.566. Apunta Jaeger que esta tesis sobre la per- feccin ser la misma que defienda y desarrolle ms tarde en el Banquete. 250. Cfr. Poltico, 309 c. 251. Poltico, 309 c. 252. Cfr. Poltico, 310 a. 253. Cfr. Repblica, 965 d. Este es uno de los principios propuestos por la corriente de la doctrina no escrita de Platn (cfr. KRMER, H. J., Platone e i fondamenti della metafisica, pp. 153-178; R EALE, G, Per una nuova interpretazione di Platone, p. 214-227, 545-582). 254. Cfr. Repblica, 965 d-965 e. 255. Politico, 310 b. CITAS BIBLIOGRFICAS 523 256. Poltico, 310 e. 257. En sentido literal, Ti\v &aoih.tcr)v crupn\oKr)v, supone un paralelismo con la labor que ejerce el tejedor. 258. Cfr. Poltico, 308 e. 259. Poltico, 306 a. 260. Repblica, 734 e. 261. Leyes, 875 a. 262. Cfr. Leyes, 942 a. 263. Leyes, 714 a. 264. Cfr. Repblica, 423 d; 370 a; 374 a; 392 c. Postura que sostiene la Escuela de Tubinga al considerar como mximo bien la unidad: su primer princi- pio es la Unidad coincidente con el Bien; la esencia del Bien viene a con- sistir en la misma Unidad (cfr. R EALE, G., Per una nuova interpretazione di Platone, pp. 214-227, 634-692; KRMER, H. J., Dialettica e definizione del bene in Platone, pp. 56-62; KRMER, H. J., Platone e i fondamenti della metafisica, pp. 214-265). 265. Cfr. KRMER, H. J., Platone e i fondamenti della metafisica, p.190. 266. Cfr. Filebo, 44 a. 267. Cfr. Crmides, 156 c-157 b. 268. Cfr. Leyes, 739 d. 269. Cfr. Leyes, 779 a-b. 270. Cfr. BAR KER , E., The Politicai Thought of Plato and Aristotle, pp. 188- 189. 271. Santo Toms de Aquino deja claro que la promulgacin es un elemento constitutivo de la esencia de la ley, y entre otros argumentos, acude a la autoridad del Decreto de Graciano para argumentar la necesidad de la pro- mulgacin de la ley: "Las leyes quedan instituidas cuando son promulga- das" (SANTO TOMAS DE AQUINO, Suma Teolgica, I-II, q. 90, a. 4, sed con- tra). 272. Leyes, 723 b. 273. Cfr. BARKER, E., Greek Politicai Theory. Plato and his Predecessors, p. 305. 274. Cairns compara en este punto a Platn con Bentham quien tambin sugi- ri que el padre de familia debera ensear el cdigo de Bentham a sus hijos y dar a los preceptos morales privados la fuerza de la moral pblica (cfr. CAIR NS, H. , Op. cit., p. 277). 275. Se ha dicho, sin embargo, que el dilogo de Las Leyes no tiene la forma refinada que tienen los anteriores. Debido precisamente a la estructura que presenta, ha hecho pensar que Platn no tuvo tiempo de darle un ltimo 524 JO S MAR TNEZ CO LN repaso al original por sorprenderle la muerte. Respecto a que el dilogo de Las Leyes fue su ltima obra, no hay controversias. En el cuadro ofrecido por Ritter, diecisis fillogos coinciden en situarlo cronolgicamente en el ltimo lugar (cfr. RITTER, Platn I, Munich, 1910, pp. 230-231). Lo ms probable es que fuera escrito durante varios aos alcanzando al de su muerte. Incluso, Hackforth menciona la posibilidad de que haya sido escri- ta alrededor del ao 354 a.C, sealando como alguna de las razones, que en el dilogo se hace alusin a la necesidad de que el tirano deba ser un joven (Leyes, 704 e), pudiendo ser una alusin a Hiparino, el hijo de Din, su amigo siracusano asesinado en 354 a.C. (cfr. HACKFORTH, The aut- horship of the Platonic Epistles, Manchester, 1913, pp.151-154). No obs- tante, Cicern seala que Platn muri escribiendo (uno et octogsimo anno scribens est mortuus) queriendo indicar que no le falt jams la luci- dez necesaria para proseguir su gran obra (cfr. CICERN, De Sen. V, 13). 276. CAIR NS, H., Platn como jurista, p. 277. 277. Cfr. Leyes, 644 d. 278. Leyes, 644 e. 279. Cfr. Repblica, 587 a. 280. Leyes, 957 c. 281. El logos ya apareca con Herclito no slo como lo universal, sino tambin como lo comn: el logos es lo que es comn a todas las cosas y su rgano es la mente, el vov". Esto haca de l algo afn a la ley del Estado que liga a todos los ciudadanos. Esa es la primera vez que apareca el concepto de ley en el pensamiento filosfico, a la cual se le considera como el objeto de ms alto y ms universal conocimiento; el trmino nomos no slo est utilizado en sentido poltico, sino que se extiende a todo el cosmos, es decir, al conjunto ordenado de toda la realidad. Recordando que Cratilo constituy cierto puente intelectual hasta Platn, se puede pensar en la influencia que pudieron tener las palabras sentenciadas por su maestro Herclito: "justo como una ciudad se hace fuerte con su ley, y mucho ms fuertemente que ella. Pues todas las leyes humanas se nutren de la divina y una, ya que sta impera hasta donde quiere, y se basta a todas, y preva- lece en cada cosa" (HERCLITO, fragmento B. 114 DK: 22 B 114; Cfr. JAEGER, W., La Teologa de los primeros filsofos griegos, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1952, p. 117). 282. CAIR NS, H., Platn como jurista, captulo XV I en: FRIEDLNDER, P., Platn, verdad del ser y realidad de la vida, p. 273. 283. "Es en Grecia donde encontramos los grmenes del derecho natural... Las dos grandes obras, las ms ricas en experiencia de la vida social, las ms clsicas y que han ejercido de hecho la influencia ms directa sobre el mundo del derecho (y principalmente entre los telogos cristianos) son las de Platn y Aristteles" (ViLLEY, M., El pensamiento jus-filosfico de Aristteles y de Santo Toms, Ghersi editor, Buenos Aires, 1981, pp. 146- 147). De hecho, sigue comentando Michel Villey, aos despus tanto los epicreos, como los cnicos y los estoicos, se desentendieron un tanto de CITAS BIBLIO GR FICAS 525 la poltica para ocuparse sobre todo de la moral individual; y Cicern, no obstante que tuvo maestros de la escuela estoica, se inspirar en La Repblica y en Las Leyes. 284. Solmsen indica que en Las Leyes la presencia del concepto de ley natural basado sobre la teologa del alma csmica vendr coherentemente incor- porado en el universo estoico (cfr. ZELLER, E., La filosofa dei greci nel suo sviluppo storico, p. 713). 285. "Sicut in mensurante et regulante. Et quia hoc est propium rationis, ideo per hunc modum lex est in rationi sola" (SANTO TOMAS DE AQUINO, Suma Teolgica, I-II, q. 90, a. 1, ad 1). 286. Cfr. Repblica, 571 b. El adjetivo paranomos, que significara etimolgi- camente lo ilegal, es tomado por Platn frecuentemente en el sentido de nap^vcnu, para calificar lo antinatural, como lo relata ms adelante: es la parte del alma feroz y salvaje que se hace evidente en los sueos (cfr. Repblica, 571 c). 287. Ya anteriormente Herclito haba propuesto al Xyo como la suprema ley, divina, del devenir universal; su accin consciente se explicaba en el Todo, componiendo en una suprema armona los contrastes inmanentes en la vida del ser y de las cosas. ste, sin embargo, no era el sentido idntico al de Platn (cfr. GALLI, U., Platone e il Nomos, p. 25). 288. Repblica, 581 b; cfr. 586 d. Esto resaltaba con Herclito, para quien la ley del universo vena a ser la justicia: la ley es la expresin ms alta del impe- rio de la razn en la vida humana. Pero Herclito no slo concibi el prin- cipio del universo como una ley o una justicia csmica del modo como lo entendi Anaximandro, sino que relacion directamente al hombre con aquel orden divino. Herclito, segn estudios de Olof Gigon y de Werner Jaeger, aparece como el primer filsofo que considera en la nocin del logos un carcter tico, poltico y social, es "el primer pensador que no slo desea conocer la verdad, sino que adems sostiene que este conoci- miento renovar la vida de los hombres" (JAEGER, W., La Teologa de los primeros filsofos griegos, p. 44; cfr. GlGON, O., Untersuchungen zu Heraklit, Leipzig, 1935). 289. Repblica, 586 e. Aade Platn que "el llenarse de las cosas convenientes a la naturaleza es placentero" (Repblica, 585 d); muestra, adems, que obrar de acuerdo a la naturaleza es obrar de acuerdo con lo verdadero, lo cual conlleva placer y felicidad. 290. Leyes, 657 a. Comenta M. Villey que parece "fundado hablar a propsito de Platn de un derecho natural. El mismo Platn no usa demasiado para calificar su propia doctrina esta expresin (nomos kata physin-dikaion physicn) que sin duda le evocaba las tesis de los sofistas, de Calicles o de Gorgias, que l repudiaba resueltamente" (VILLEY, M., El pensamiento jus-filosfico de Aristteles y de Santo Toms, p. 167). 291. En el Teeteto se desarrolla ampliamente una reflexin sobre la diferencia entre el conocimiento cientfico y el aparente. 292. Repblica, All b. 526 JO S MAR TNEZ CO LN 293. Cfr. R EALE, G., Pateme: per una nuova interpretazione di Platone, p. 238. Aade Reale que Platn encuentra para cada determinado grado de cono- cimiento su correspondiente grado de ser. 294. Cfr. Timeo, 29 a; Filebo, 61 b. 295. Platn en el Teeteto mientras que define a la ignorancia como una opinin falsa, dice que la ciencia es la opinin verdadera y la sabidura, a su vez, consiste en el pensamiento verdadero (cfr. Teeteto, 168 b; 189 d). 296. El trmino griego loea y elSo que se traducen generalmente por el trmi- no idea no resulta del todo satisfactorio, pues en el lenguaje moderno por idea se entiende ms un concepto, un pensamiento o representacin men- tal, es decir, algo relacionado con el plano psicolgico; Platn, en cambio, por Idea entenda, en cierto sentido, algo que constituye un objeto espec- fico del pensamiento, aquello por lo cual el pensamiento se vuelve de una manera pura; no es un ente de razn, sino un ser, ms an, es aquel ser que es absolutamente, el verdadero ser (cfr. R EALE, G., Platone: per una nuova interpretazione di Platone, p. 266). 297. Comenta Alvira que "Platn descubre el ser en la pura presencia intelecti- va. As, pensar y ser siguen siendo la misma cosa, como para Parmnides. El alma est hecha de la misma pasta que las ideas. Por eso puede encontrarse en el KOUO I^OTJTS como en su lugar propio, y por eso el saber, aqu abajo, es simple recordar" (ALVIRA, R., La nocin de finalidad, Eunsa, Pamplona, 1978, p. 30). 298. Cfr. Repblica, 5l\ d 299. Platn define a la dianoia como el dilogo consigo mismo (cfr. Sofista, 263 e). 300. Respecto a los trminos traducidos al castellano de estos estadios de cono- cimiento, los mismos traductores reconocen la difcil situacin en que se hallan al no encontrar siempre el mejor trmino para estas nociones. Los traductores J. M. Pabn y M. Fernndez sealan que incluso el mismo Platn no estaba del todo conforme con la nomenclatura existente, y de hecho variar en su utilizacin (cfr. Repblica, Introduccin, p. CX y CXll; Repblica, 5U e). 301. Repblica, 504 d. Aqu se intuye la importancia que tendr una educacin que conduzca al mximo saber, como se vio anteriormente. 302. Leyes, 687 e. En el texto se puede observar que al hablar de la propia razn, Platn prefiere el trmino <f>pvr)oi"y en cambio utiliza el de vo ei para sealar la finalidad que persigue. 303. Repblica, 585 c; cfr. Parmnides, 137 b. 304. Cfr. Repblica, 589 d. Aunque la creencia de que en el hombre hay un ele- mento divino era comn en la antigedad, sin embargo Platn lo viene a enriquecer dndole un carcter racional y un sentido ms profundo. 305. JAEGER, W., Alabanza de la ley, p.37. Incluso los Padres de la Iglesia siguen esta lnea de pensamiento al mostrar, a la manera clsica griega, que concordaban plenamente los principios del cosmos con la ley. Por CITAS BIBLIO GR FICAS 527 ejemplo, San Agustn prueba que el ideal social de la concordia y la paz tambin es principio del que depende la existencia de la naturaleza (cfr. La ciudad de Dios, Libro XIX). 306. Poltico, 269 d; cfr. Parmnides, 134 b; Critn, 54 e. En este ltimo di- logo Platn identifica a Dios con la verdad misma (cfr. 48 a). 307. Repblica, 427 b. 308. Repblica, 505 a. 309. Repblica, 505 b. 310. Cfr. Repblica, 505 a. Platn rechaza explicar en este lugar la Idea de Bien aduciendo que no es capaz de hacerlo; sin embargo prefiere tratar aquello que deriva de esa idea, lo que es 'hijo del Bien': la verdad y el conoci- miento. 311. Repblica, 508 e. 312. Repblica, 509 b; cfr. Parmnides, 130 e. 313. Cfr. Sofista, 253 d-254 a. Esta es la razn, afirma Reale, de que Platn, a partir de La Repblica, trate de profundizar en el concepto de dialctica. Por ello, adems, a los dilogos posteriores a La Repblica reciben el ttu- lo de dialcticos (cfr. R EALE, G., / problemi del pensiero antico dalle ori- gini ad Aristotele, p. 386). 314. Como afirma Aristteles, "es una cuestin difcil y merece ser censura- do quien pretenda resolverlo fcilmente la de saber en qu relacin estn con lo Bueno y lo Bello los elementos y los principios" (ARISTTELES, Metafsica, 1091 a). 315. Cfr. Repblica, 352 b. 316. Aristteles definir en su obra La Poltica que el Bien es la Medida per- fectsima. 317. Cfr. ZELLER, E., La filosofa dei greci nel suo sviluppo storico, p.774. Mller, como dice el propio Zeller, comparte esta opinin, diciendo que en Las Leyes se excluye cualquier trascendencia a las Ideas, pues se identifi- can el nous con el nomos; no slo el espritu se hace ley, sino que la ley misma se hace espritu. A diferencia de esta postura otros han propuesto, como J. Wild que la ley natural est garantizada por Platn al tener preci- samente su paradigma eterno en la Idea de ley (cfr. WILD, J., Plato's Modern Enemies and the Theory of Natural Law, University of Chicago Press, Chicago, 1953, p. 134). 318. Platn parece no querer distinguir siempre entre la funcin de gobernar y la de legislar, hallndose en ocasiones una identificacin entre ambas. De hecho ms adelante seala la conveniencia de que el gobernante (dpxov To) establezca las leyes y las instituciones (cfr. Repblica, 502 b). 319. Cfr. Repblica, 484 b. 528 JO S MAR TNEZ CO LN 320. Cfr. Repblica, 599 a. El desprecio que en ocasiones muestra Platn hacia los poetas les llama fabricantes de apariencias se debe a que estn lejos de conocer estas primeras verdades, ya que componen sobre imita- ciones, y no sobre realidades. En cambio, resalta la labor provechosa que han tenido los legisladores, tales como Licurgo para Lacedemonia, Carandas para Sicilia y Soln para Atenas. 321. Cir.Lisis, 210 d. 322. Cfr. Repblica, 499 c. 323. Repblica, 500 d. Comenta E. Zeller y M. Isnardi que esta necesidad de la unidad de la poltica con la filosofa es la clave de toda la filosofa polti- ca de Platn: la cosa ms importante y esencial para el Estado es el domi- nio del verdadero arte de gobernar, de la filosofa; siendo incluso secun- dario el plasmarlo en una ley o no (cfr. ZELLER, E., La filosofa dei greci nel suo sviluppo storico, pp. 585-588). 324. Recuerda C. Kramsky que para Platn "la filosofa no es slo doctrina, sino un gnero de vida. Los filsofos son capaces de ponerse a practicarlo y hacen vehementes esfuerzos: esta es la prueba manifiesta e infalible de su sinceridad y autenticidad" (KRAMSKY S., C. DE J., Perennidad de la Filosofa Poltica de Platn, Tesis doctoral en Filosofa por la Universidad de Navarra, Mxico-Pamplona, 1992, p. 207). 325. Repblica, 500 e. 326. Repblica, 501 b. Al tratar de demostrar la inmortalidad del alma, expone Platn la existencia de las ideas en s, y cmo las cosas visibles participan de ellas (cfr. Fedn, 98 a). 327. Cfr. Poltico, 300 c; Critias, 107 a. En el Cratilo le designa Platn al legis- lador, quien conoce la naturaleza de las cosas, la tarea de darle nombres a las cosas mediante leyes, pues los nombres para Platn, poseen cier- ta exactitud natural (cfr. Cratilo, 387 b; Crmides, 175 b). 328. Cfr. Repblica, 504 c. 329. CAIR NS, H. , Platn como jurista, captulo XVI en: FRIEDLANDER, P Plato, verdad del ser y realidad de la vida, p. 273. 330. JAEGER, W., Paideia, pp. 314-315. 331. Cfr. KRAMER, H. J., Dialettica e definizione del bene in Platone, pp. 17-18. 332. Cfr. Gorgias, 507 c. 333. Cfr. Laques, 246 c. 334. KRAMSKY S., C. DE J., Perennidad de la Filosofa Poltica de Platn, p. 292. 335. Poltico, 291 a. 336. Repblica, 581 d; cfr. Banquete, 211b. 337. Repblica, 601 d. GITAS BIBLIO GR FICAS 529 338. Cfr. HipiasMayor,2U. 339. Leyes,!'42d. 340. Cfr. Leyes, 742 e. 341. Krmer aduce que as como el Bien tiene un carcter normativo, tambin lo tiene el Uno, siendo que ambos coinciden. El Uno tiene un doble signi- ficado argumenta de criterio y de norma, en el sentido de aquello que es medido y armnico (cfr. KRMER, H. J., Dialettica e definizione del Bene in Piatone: interpretazione e commentario storico-filosofico di "Repubblica" VI534 B3-D2, pp. 56-62). 342. Leyes, 709 b. 343. Leyes, 716 c; cfr. Cratilo, 385 e; Teeteto, 152 a. Alusin clara a Protgoras quien afirmaba que el hombre es la medida de todas las cosas. Platn expresa su principio supremo en ntida contraposicin al de Protgoras (cfr. Eutidemo, 286 a). En la Carta VIH se indaga tambin la relacin del nomos con la divinidad; y el nomos es caracterizado como el dios del hom- bre prudente que se opone a la esclavitud o a la libertad desenfrenada. El anlisis de la Carta VIII se trata con cierto detalle en la ponencia de F. LISI (cfr. AA.VV., El 'nomos' como principio regulativo en la Carta VIH de Platn, VI Simposio Nacional de Estudios Clsicos, Universidad Nacional de Mar de Plata, 15-20 Septiembre de 1980). 344. Leyes, 715 e. 345. Segn Reale el Dios de Platn coincide con la Inteligencia que Anaxgoras ya haba postulado con anterioridad como causa de todo, pero que no supo llevar a feliz trmino en su doctrina, como se encuentra criti- cado por el mismo Platn (cft.Fedn, 97 b-99 b). Esta Inteligencia opera- r en funcin del Bien para encontrar el mejor criterio para medir las cosas. La Inteligencia necesita alcanzar el vrtice de lo inteligible para conocer el Bien y fundar todas las cosas (cfr. R EALE, G., Platone: per una nuova interpretazione di Platone, pp. 497-526). 346. JAEGER, W., Paideia, p. 289. 347. Leyes, 718 a. 348. R O BN, L.: El Pensamiento Griego, UTHEA, Mxico, 1982, p. 222. 349. KRAMSKY S., C. DE J., Perennidad de la Filosofa Poltica de Platn, pp. 59-60. 350. Cfr. R EALE, G., Platone: per una nuova interpretazione di Platone, p. 453. La Doctrina no escrita, comenta Krmer, da una explicacin y fundamen- tacin a la metafsica de Platn acudiendo a la tradicin indirecta, sin embargo, respecto a la filosofa poltica y tica, as como a la cosmologa, parecen encontrarse sus principales planteamientos en su obra escrita, en sus dilogos (cfr. -KRMER, H. J., Platone e ifondamenti della metafsica, 530 JO S MAR TNEZ CO LN pp. 212-213). Esto puede explicar el por qu casi no haya alusiones al pen- samiento poltico de Platn en las obras ligadas a la Escuela de Tubinga. 351. JAEGER, W., Paideia, p. 697. 352. Cfr. Op. cit., pp. 686-687. En otra obra afirma Jaeger que la teora central sobre la idea de bien slo puede enjuiciarse si se la proyecta sobre el fondo religioso. Y aade que Platn es el telogo del mundo clsico. La teologa cristiana de los Padres de la Iglesia trabaj en gran manera, al modo cris- tiano, los conceptos y los mtodos de la teologa platnica: "Ya San Agustn... lo reconoci con acierto, y nadie ms competente que l para reconocerlo. En el libro VIII de su Ciudad de Dios, que erigi consciente- mente para enfrentarlo a la Repblica de Platn, entrega a ste el cetro de toda la teologa anterior al cristianismo" (JAEGER, W., Humanismo y Teologa, Ediciones Rialp, Madrid, 1964, p. 112). 353. Cfr. JAEGER, W., Paideia, p. 697. 354. Cfr. GAISER , K., La Metafisica della storia in Platone, p. 163. 355. AQ UINO , SANTO TOMAS de, Suma Teolgica, I-II, q. 95, a. 3, c. 356. Cfr. ZELLER, E., La fdosofia dei greci nel suo sviluppo storico, p. 779. 357. TO V AR , A., El Verdadero Fin de la Utopa Platnica, "Estudios Clsicos", Madrid, 1950, Tomo I, p. 75. 358. Cfr. Isnardi P., M. en: ZELLER, E., La filosofia dei greci nel suo sviluppo storico, pp. 573-574. 359. Interesante resulta conocer la postura antiplatnica de Kant, comenta D. Cruz, sobre la inconveniencia de que los candidatos a las magistraturas sean filsofos al decir en su escrito, Para la paz perpetua, que "no hay que esperar ni siquiera desear que los reyes se hagan filsofos, ni que los filsofos se conviertan en reyes, porque la posesin del poder echa a per- der inevitablemente el libre uso de la razn" (KANT, Zum ewigen Frieden, Werke, 9, Wiss. Buchgesellsschaft, Darmstadt, 1975, p. 28; citado en: CRUZ V., D., Platn entre la filosofa y la poltica, "Dilogos", Puerto Rico, 15 (1980) 23). Y ms adelante seala D. Cruz al hacer un anlisis en la historia, que mientras Heidegger intent una politizacin del saber, en cambio, Platn aspiraba a que la poltica, se fundara en el saber. 360. Cfr. HO MER O , Odisea, XVII, 218. 361. Cfr. Lisis, 214 a. 362. Hay aqu una concepcin utilitaria de la amistad que es profundamente griega. 363. Teeteto, 176 b; cfr. Repblica, 613 b; Banquete, 187 c; 205 c-d. Platn establece que el amante trata de llevar al amado a una semejanza total con l (cfr. Fedro, 253 b). 364. Leyes, 716 b. CITAS BIBLIO GR FICAS 531 365. Leyes, 7 1 6 d. Cfr. Repblica, 560 e, en donde se afirma tambin cmo los hombres guiados por las buenas doctrinas de la razn son amados por los dioses. 366. Cfr. Gorgias, 100 a. Platn desarrolla desde varias perspectivas la nocin de virtud en todo el dilogo, para terminar concluyendo que la virtud es un favor divino. 367. "E poich il Bello, per il Greco, coincide col Bene, o comunque un aspet- to del Bene, cos Eros e forza che eleva al Bene: l'erotica platonica, lungi dall'essere in contrasto con il misticismo e l'ascetismo platonico, un aspetto fondamentale di esso, un aspetto squisitamente ellenico di esso" (cfr. R EALE, G, / problemi del pensiero antico dalle origini ad Aristotele, pp. 410- 411) . 368. Cfr. Banquete, 187 b; Filebo, 4 0 a. 369. "Eros es un gran dmon, un intermediario entre dios y hombre. l condu- ce al alma humana desde el mundo del devenir hacia arriba, al lugar supra- celeste en donde tienen su morada los dioses y los arquetipos" (FRIEDLNDER, P., Plato, verdad del ser y realidad de la vida, p. 73). 370. Cfr. Banquete, 187 c. Platn deduce que la felicidad consiste en el amor que se manifiesta en la unin del bien, de la moderacin y de la justicia. 371. Leyes, 7 1 6 d; cfr. Banquete, 192 d; Teeteto, 176 b. 372. En el dilogo Epinomis, que se puede suponer como fidedigno al pensa- miento de Platn, se afirma la misma prioridad: "Nadie, en efecto, podr nunca convencernos de que haya virtud ms importante para el gnero humano que la piedad" (Epinomis, 9 8 9 b). 373. Cfr. Banquete, 207 c. 374. En el Eutidemo se intenta llegar a una definicin de la piedad, sin que se llegue a una conclusin definitiva, sin embargo se rechaza todo relativis- mo pernicioso fundado en una falsa divinidad como sera el proveniente de la mitologa. 375. Leyes, 7 1 5 c; 762 e. 376. Cfr. ALLEN, R . E., Law and Justice in Plato's Crito, ' The Journal of Philosophy", New York, 1972, p. 563 377. Critn, 4 8 a; de manera semejante Platn seala que la finalidad del hablar, de la retrica, es "hablar lo que es grato a los dioses y obrar siem- pre segn su voluntad en la medida de lo posible" (cfr. Fedro, 273 d). 378. Cfr. Carta VIII, 355 a; Carta VII, 3 3 4 c. 379. Repblica, 381 b-c. Platn frecuentemente parece nombrar indistintamen- te a la divinidad considerndola en singular o en plural. Muchos estudio- sos han escrito al respecto y existen diversas interpretaciones respecto si Platn era o no monotesta; sin embargo se podra inferir su creencia en la existencia de un solo Dios, llevando hasta sus ltimas consecuencias sus 532 JO S MAR TNEZ CO LN argumentos. Por ejemplo, el de atribuirle a la divinidad la mxima perfec- cin, pues se deduce que el atributo que la hara diferente de otro dios, sera un defecto para los dems, lo cual sera una contradiccin con la sus- tentacin predicha de la posesin de una absoluta perfeccin e inmovili- dad. Tambin se observa una tendencia de Platn a mencionar la divinidad en singular cuando escribe frases culminantes; por ejemplo al decir que "Dios es la medida de todas las cosas" (Leyes, 716 c). Reale defiende el monotesmo platnico, entendiendo por l que todos los dioses depende- rn de uno primero y superior, y en donde esta nueva concepcin dentro del politesmo griego era una revolucin que preparaba el camino a una concepcin de Dios de tipo monotesta (cfr. R EALE, G., Platone: per una nuova interpretazione di Platone, p. 708). Tambin Taylor observa que en el esquema del Timeo (cfr. 41 a-d), la causa eficiente del mundo es el pen- samiento de un Dios sin duda personal, y este creador es en rigor el nico Dios en el sentido que nosotros damos al trmino (cfr. TAYLOR, A. E., Plato: The man and his work, p. 683). 380. Poltico, 269 d. Cfr. Carta VI, 322 e-323 a. 381. Cfr. Critn, 54 c. Anteriormente Herclito tambin le haba dado un carc- ter divino a las leyes, y despus Scrates viene a afirmar que las leyes humanas son hermanas de las leyes del Hades, siendo, por tanto, de ori- gen divino. Con ello se reafirma, comenta Galli, un principio de Justicia absoluta, infalible y eterna; as como un relacin ineludible entre nuestro presente y la otra vida, entre la tierra y el cielo, donde Platn dir en el Fedro que tiene origen nuestra alma (cfr. GALLI, U., Platone e il nomos, pp. 78-82). 382. En el Eutifrn, al tratar de definir lo que es la piedad, Platn enfatiza que no es posible definirla como aquello que agrada a los dioses, pues lo que agradara a unos, a otros les puede desagradar, debiendo haber unas nor- mas fijas de comportamiento. 383. Leyes, 769 d. 384. Como acertadamente seala Klosko, la primera palabra del dilogo de Las Leyes es Dios, y Dios es el principio fundamental a lo largo de todo l. No debe extraar que en muchos aspectos las instituciones, prcticas y legis- laciones que se establecen tengan la rigidez de una teocracia (cfr. KLOSKO, G., The development of Plato 's political theory, Methuen Inc., New York, 1986, p. 232). 385. Leyes, 799 e; Platn establece su comparacin derivada de la palabra nomos tomada en sentido legal y musical. 386. Platn resume los principales errores, reducindolos bsicamente a tres: el primero es no creer en la existencia de los dioses; el segundo se refiere a quien, aun creyendo en los dioses, niegue que la divinidad se ocupe de los hombres. Y por ltimo, est quien juzga que es fcil persuadir o sobornar a la divinidad mediante sacrificios o seducirlos con plegarias. Cobra importancia desechar estos errores dado que implican tambin un ataque a la naturaleza y fundamento de la ley. Platn presenta dos pruebas sobre la CITAS BIBLIO GR FICAS 533 existencia de los dioses que se fundamentan en el orden y belleza que exis- te entre las cosas: una es sobre el orden del universo, pues es evidente que "ah estn la tierra y el sol y las estrellas y el universo entero y las esta- ciones tan hermosamente ordenadas y distribuidas en meses y aos" [Leyes, 886 a). La otra se basa en el comn pensar de los hombres, es "el hecho de que todos los griegos y brbaros piensan que existen dioses" (Ibidem). 387. Jaeger acude a la autoridad de San Agustn (De civitate Dei, VIII, cap. 4) quien elogia a Platn justamente como el verdadero padre de la teologa, y a Meister Eckhart (Plato, der grosse pfaffe, Leipzig, 1857, p. 261) quien llama a Platn el gran telogo (cfr. JAEGER, W., Humanismo y Teologa, Ediciones Rialp, Madrid, 1964, p. 111-112). 388. La palabra teologa aparece por primera vez en la Repblica donde expo- ne para su Estado ideal el plan general de la teologa (cfr. 379 a). 389. Mucha tinta ha corrido para discernir en la teologa de Platn si la divini- dad de la que habla es un ser personal o no. Este discutido y complejo pro- blema no puede ser tratado aqu en todos sus detalles, sino solamente en cuanto afecta al sistema de la ley. Muchos estudiosos coinciden en consi- derar que para Platn haba un Dios personal distinto del mundo ideal; pero en lo que no todos concuerdan es en precisar quin es este Dios per- sonal; una cuestin por dilucidar sera saber si la Idea de Bien coincide con Dios. Reale, por ejemplo, aceptando un Dios personal en Platn, no acep- ta su identificacin con la Idea de Bien; pues siendo sta la mxima idea, sigue siendo otra idea al fin y al cabo; y aunque es divina como las dems ideas, es impersonal. Reale acude a la terminologa mostrando que la Idea de Bien es el Divino (r OeTov), no el Dios ( 6e'), que coincide, en cambio, con la Inteligencia. Para comprenderlo bien, conti- na, es necesario referirse a dos bases de la espiritualidad griega: primero, que para el griego una ley no estaba subordinada a la divinidad; y, segun- da, que Dios no produce el fundamento, sino que lo presupone. Y as, para Platn la Inteligencia suprema y personal, implica como su fundamento el Bien. Reale concluye diciendo que la Idea de Bien no es el Dios personal (cfr. REALE, G.,Iproblemi del pensiero antico dalle origini ad Aristotele, p. 418). Taylor comparte la postura de Reale diciendo adems que con la separacin de Dios y las Ideas queda explicada la actividad de Dios, que como produccin de un mundo similar a las Ideas, es la nica explicacin que Platn ofrece del modo en que se efecta la participacin (cfr. TAYLOR, A. E., Plato: The man and his work, Methuen, London, 1963, p. 683). Entre los autores que tambin niegan que para Platn el principio absoluto del universo sea Dios, coincidiendo con el Bien, estn: Solmsen, P. Bovet, Shorey y Gilson. Sin embargo faltara hacer ms explcita esa separacin tomando las dos premisas de Platn y que han sido aceptadas tambin por Reale: si el Bien es causa de toda ciencia, verdad y del ser de las cosas (Repblica 508 e) y, a la vez, Dios es medida tambin de todas las cosas (Leyes, 716 e), cmo es posible que no coincidan el Bien con Dios? Por otra parte, Reale objeta que siendo Dios personal para Platn, no se puede comparar con una idea que es impersonal; no obstan- 5 3 4 JO S MAR TNEZ CO LN te, no parece que haya una radical contrariedad en considerar que la Idea de Bien pueda identificarse con un Dios personal. 390. Parece ser coherente la postura de Jaeger y Zeller con la obra platnica contraria a la Escuela de Tubinga en este punto preciso de hacer coinci- dir la Idea de Bien con Dios, y propone como vlida dicha identificacin explicando que la posicin solar que Platn atribuye en la Repblica a la Idea de Bien, como rey del mundo inteligible, le confiere una digni- dad divina. Y si Platn no emplea, al parecer deliberadamente, la palabra de Dios era para que no se confundiese con la divinidad de la religin popular: "El Dios que constituye la medida de todas las cosas es idntico a lo uno...y lo uno de Las Leyes es idntico al Bien en s de La Repblica" (JAEGER, W. , Paideia, p. 1076). En esta misma obra, en el captulo dedi- cado a La Repblica, sin descender al detalle, plantea la problemtica de esta cuestin (cfr. Op. cit., pp. 684- 702) . Zeller sostena que una unidad del sistema platnico podra ser defendida solamente admitiendo que Platn no distinguiese, sino ms bien hiciese coincidir la Divinidad con la Idea de Bien, la causa eficiente con la causa formal. 391. Leyes, 9 0 4 b. Parece referirse aqu a la inmortalidad del alma y al ser del hombre, no tanto del compuesto con el cuerpo, segn otros textos al res- pecto. 392. Leyes, 904 b. 393. Leyes, 9 0 4 e. 394. Faucci comenta que en la interpretacin hegeliana de la Repblica se pre- senta el estado platnico no como un estado ideal, sino como real que ha tomado la sustancia del espritu del pueblo griego despojado de la subjeti- vidad. No obstante Hegel considera que Platn se equivoc al considerar la educacin de los individuos, y la necesidad de escogerlos y seleccio- narlos para el gobierno, en donde cada uno se dedicara a su propia tarea particular (cfr. FAUCCI, D Morle e poltica in Platone, "Giornale Critico della Filosofa Italiana", 2 ( 1952) 136). 395. Repblica, 5 9 2 a. 396. Repblica, 5 9 2 b. Pasaje que a dado lugar a diversas interpretaciones debi- do al trmino cielo (opavS); mientras que algunos lo refieren a un mundo trascendente donde se halla la denominada isla de los bienaventurados, otros en cambio lo remiten al mundo de las ideas. 397. Cfr. DES, A., en Platn, Les Lois, p. LXIX. 398. Tsatsos, respondiendo a R. Demos, considera que no es posible rendir plena justicia a Platn, si no se toma en consideracin que su Estado de la La Repblica no fue concebido como un esquema realizable en el mundo de la historia, sino slo como un modelo, ya que hay una imposibilidad de que haya hombres dentro del Estado que encarnen enteramente la razn (cfr. TSATSO S, C, Plato'S political phosophy. Some comments by R. Demos replied by Const. Tsatsos, "Philosophia", Atenas, ( 1973) 206- 207) . CITAS BIBLIO GR FICAS 535 399. Repblica, 473 b. 400. Cfr. Jaques Cujas, Opera Omnia, aples, 1772, p. 666; citado en: CAIR NS, H., Platn como jurista, p. 269. Por ejemplo, en el Digesto se citan instancias de prstamos especificados por Platn. 401. Cfr. CAIR NS, H., Ibidem, p. 269. 402. Voegelin subraya la actualidad del mtodo platnico, ya que una restaura- cin de la ciencia poltica a sus principios se hace necesaria cuando se ha perdido la conciencia de tales principios (cfr. VOEGELIN, E. , Nueva cien- cia de la poltica, Rialp, Madrid, 1968, p. 10-13). 403. Cfr. Leyes, 968 b. 404. Leyes, 969 d. NDICE PR ESENTACIN 419 NDICE DE LA TESIS 421 BIBLIO GR AFA DE LA TESIS 425 LA LEY SEGN PLATN INTR O DUCCIN 451 I) LA EUDEMONA, FIN DEL HO MBR E Y DE LA LEY 453 1) El bien, fin general de la ley 453 2) La virtud, conductora a la eudemonta 454 n) PR ESUPUESTO S ANTR O PO LGICO S DE LA LEY 456 1) La naturaleza humana, presupuesto de la ley 456 2) Igualdad del hombre y la mujer ante la ley 457 3) Extensin de las virtudes humanas a la polis 458 4) Condiciones favorables para la virtud 461 III) LA FAMILIA Y LA EDUCACIN EN LA LEY 462 1) La leyes y la familia 462 a) O rigen y fin del matrimonio 463 b) La vida matrimonial en la ley 464 2) Legislacin sobre la paideia 465 a) La paideia en la familia 466 b) Legislacin sobre un plan educativo 466 c) Principios generales de la paideia 470 d) Carcter educativo de las leyes 473 IV ) LA LEY Y LA PO LTICA 473 1) Necesidad de la autoridad 474 2) La justa medida, criterio del poltico 474 538 JO S MAR TNEZ CO LN 3) Los gobernantes, al servicio del ciudadano y de la ley 475 4) La transgresin de la ley 477 V ) NATUR ALEZ A DE LA LEY 479 1) Carcter tico de la ley 479 2) La ley, instrumento de unidad 481 a) Medios para lograr la unidad 481 b) La poltica, arte de unir 482 c) Unidad en el hombre y en la ciudad 482 3) Promulgacin y redaccin de la ley 483 V I) FUNDAMENTO DE LA LEY 484 1 ) La razn, fuente prxima de la ley 485 a) La razn mide y es medida 485 b) La verdad, medida de la razn 486 c) Criterio de verdad 487 2) El legislador, causa prxima de la ley 488 a) El legislador-fdsofo 489 b) El legislador, fdsofo y virtuoso 490 c) Finalidad del legislador 491 3) La divinidad, fuente y fundamento ltimo de la ley 491 a) La divinidad, medida del legislador 492 b) Inmutabilidad de la divinidad y de la ley 496 c) V iabilidad o utopa? 499 CO NCLUSIO NES 500 CITAS BIBLIO GR FICAS 505
RaimundoLuliojuzgadoporsimismoTextoimpresoconsideracionescrtico Cientfico Comparativassobrevariasdelasdoctrinasqueprofesabaesteiluminadodoctorsegnseleenensusnumerososlibros PDF