Tristezas Del Subjuntivo

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 1

Tristezas del subjuntivo

() Por Cecilia Absatz


La gente que ama el idioma -somos una raza- es la que sufre cuando ve una esdrjula sin acento,
un adjetivo abusado o el maltrato general al subjuntivo. Por encima de las frases que comienzan
con un inexplicable verbo en infinitivo, los vulgarismos y las redundancias, el esfuerzo mayor para
nosotros, el verdadero desafo, es contemplar sin prejuicios la aparicin del nuevo lenguaje
generado por la revolucin cultural de la tecnologa. Este nuevo lenguaje incluye en principio una
dramtica reduccin de las palabras a su mnima expresin, como hace la escritura del hebreo
cuando suprime todo y se queda con las consonantes.
Prosperan las siglas, que se utilizan en calidad de contraseas, o para abreviar frases enteras que a
los extranjeros nos cuesta desentraar. Quedan navegando en el aire letras sueltas, que estn ah
para reemplazar artculos y conjunciones, incluso las copulativas. Las preposiciones desaparecen.
Como no puede darse el lujo de transmitir matices -por razones de espacio- el idioma se vale del
candor de la onomatopeya. Un ja, o incluso un jaj, equivalen a una sonrisa. Hay una gama muy
rica de expresiones faciales generadas con puntos, comas, guiones y parntesis: sonrisas,
psames, ironas y hasta corazones de amor armados arteramente con el signo menos adherido a
un 3. El idioma se expande. Los signos de admiracin y de pregunta son cruciales: usados a
destajo, modulan la intensidad y el humor de lo que se est diciendo.
Una de las zonas crticas del idioma es el nuevo cdigo de maysculas y minsculas. En primer
lugar desaparecen las maysculas como letras capitales. (). Pero hoy reina la minscula, como
una especie de declaracin poltica que parece sugerir "ac todos somos iguales", o bien "no tengo
tiempo", o "todava no sabemos qu es importante y qu no". En medio de esta romntica
redistribucin de la riqueza simblica, es decir, todo con minscula, la mayscula es un grito.
Porque no se la usa con el sistema clsico de letra capital para los nombres propios, sino como una
tipografa de alta tensin: un mensaje escrito todo con mayscula est cerca de la trompada en la
mandbula.
Esta revolucin no slo genera un idioma: cambia radicalmente el sistema de comunicaciones
entre las personas. Antes la gente se hablaba, ahora por lo general se escribe. Casi todos los
nuevos telfonos y dems equipos traen de hecho un teclado para escribir. Y la gente escribe, en
otro idioma, tal vez, pero se comunica como se haca antes de la aparicin del telfono, por carta,
esquela (). Ahora se usa el celular, el correo o las redes y se mantienen conversaciones llenas de
misterios casi cirlicos, fragmentos grabados y fotos enmarcadas. Es un cambio tan profundo que
obliga a reconocerlo con toda humildad.
Mucha gente lo encuentra feo y ofensivo: una reaccin frecuente en quien se siente amenazado.
Es cierto que el nuevo idioma tiene un aspecto diferente, sus propias leyes e insondables secretos;
es cierto que cambia y crece con vertiginosa libertad. Pero tiene una gran ventaja: no es
obligatorio. El mundo podr desentenderse de la gramtica y nadar en la abreviatura, pero nadie
va preso por escribir las palabras completas, recuperar la q y usar oraciones con sujeto, verbo y
predicado. Se llama coexistencia pacfica y requiere alguna templanza de carcter.

También podría gustarte