Esclusivo Mundo de Las Plantas Epifitas
Esclusivo Mundo de Las Plantas Epifitas
Esclusivo Mundo de Las Plantas Epifitas
Si usted había pensado algo parecido ó por el contrario, ni siquiera había percibido
su existencia, a continuación podrá aclarar algunas de sus dudas si sigue la
siguiente descripción acerca de las plantas epífitas.
Plantas Epífitas
Son aquellas que crecen sobre (epi) otras plantas (fito), e incluso objetos (rocas,
cuerdas, recipientes, tejas, etc.) a los que se enraízan como mecanismo de soporte,
por esta razón, no se sujetan al suelo y tampoco son parásitas. La posibilidad de
crecer arriba de otras plantas les ofrece una mayor disponibilidad de luz solar,
disminuyendo su competencia por este recurso, sin embargo, esto acarrea
desventajas a la hora de competir por otros requerimientos como agua y nutrientes.
A pesar de la gran cantidad de estudios que se han realizado teniendo como base
este grupo de vegetales, los índices de diversidad para las epífitas en el planeta, aún
no son claros. Y así como ocurre en otros grupos taxonómicos, es probable que aún
no se conozca la más mínima parte del total de especies epífitas que habitan los
biomas de La Tierra.
Las mayores dificultades que enfrentan las plantas epífitas se relacionan con la falta
de agua y nutrientes, esto se debe en gran parte a que no se desarrollan sobre un
suelo como tal. La cantidad de agua disponible está dada por la humedad
atmosférica (humedad relativa), que a su vez depende de la dirección e intensidad
de los vientos y de la cantidad de precipitación pluvial (humedad líquida) en la zona.
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Mesoclima: influencia de las condiciones meterológicas sobre una zona que puede cubrir hasta 100
metros cuadrados.
Microclima: influencia de las condiciones meterológicas sobre una zona de pocos centímetros
cuadrados.
Para afrontar con éxito el “problema” del agua, muchas epífitas tienen adaptaciones
similares a las que poseen las plantas en el desierto, lo que les permite absorber de
forma rápida y eficiente una gran cantidad de agua que se retiene durante un tiempo
considerable, para impedir su pérdida y salirle al paso a las épocas de escasez.
Entre dichas adaptaciones se encuentra por ejemplo, que muchas epífitas poseen
una capa cerosa en su superficie externa, lo que les ayuda a retener agua. Los
musgos y líquenes epífitos se encogen y dejan de crecer cuando escasea el agua, al
presentarse las lluvias, son capaces de absorber rápidamente el líquido para
continuar su crecimiento.
Otros organismos poseen determinadas áreas “carnosas” que sirven para acumular
el líquido. Algunas bromelias forman entre sus hojas una especie de recipiente
(embudo ó tanque) donde el agua junto con el detritus se acumulan durante algún
tiempo, para su posterior absorción. Las Bromeliáceas por lo general poseen
también una estructura foliar de células muertas o indumento, el cual retiene el agua
de escorrentía de las hojas. En la mayoría de las orquídeas existe un dispositivo
similar en las raíces, el cual recibe el nombre de velamen. El rocío, la humedad del
aire y la lluvia que corre por las ramas y troncos de los árboles, son consideradas
como las mejores fuentes de agua para estas plantas.
Las epífitas a menudo tienen flores muy coloridas (llamativas) y bellas para atraer a
sus polinizadores, entre ellos insectos, murciélagos y colibríes. Muchas de las
orquídeas que son epífitas, guardan relaciones muy específicas con su
polinizador(es); para lo cual tienen una estructura y aroma determinados que tienen
como tarea, atraer específicamente ciertos insectos como abejas y/o moscas.
Las orquídeas producen miles de semillas pequeñas y finas, las cuales son
transportadas por el viento a considerables distancias. La propagación asexual se da
por la formación de rizomas y/o raíces adventicias (extensiones del tallo), estructuras
que permiten a una sola planta, colonizar la totalidad de un árbol. Por otra parte,
durante las tormentas y en especial cuando hay fuertes vientos, se pueden
desprender fragmentos de la planta que por lo regular son llevados por el viento ó
por algunas aves que las utilizan para hacer sus nidos, una vez en estos lugares, los
fragmentos pueden desarrollarse y establecerse definitivamente allí.
Una de las relaciones más estrechas que tienen las epífitas en sus ambientes, es sin
duda, la que guardan con las plantas que las hospedan (forofitos). En este sentido,
es lógico pensar que algunas epífitas generalistas, no tengan problema en conseguir
varios hospederos, aunque actualmente se habla mucho acerca de la existencia de
relaciones específicas que ciertas especies epífitas guardan con sus “anfitriones”.
Zotz & Andrade (2002) defienden esta posibilidad de especificidad, lo mismo que
otros autores como por ejemplo Benzing (1990), quien propone que si se tiene un
área geográfica con limites definidos, dentro de ella es posible encontrar
determinadas epífitas con marcados “gustos” por grupos de árboles específicos, los
cuales satisfacen plenamente sus requerimientos y determinan su presencia en los
ambientes.
Según Engwald et al. (2000), uno de los factores que más influye en la relación
epífita – árbol hospedero (forofito), está vinculado a la edad del árbol, es decir, entre
más viejo el hospedero, existe mayor posibilidad de que las comunidades epifíticas
sean más numerosas y estables. Esto es posible gracias a que un largo y contínuo
proceso de convivencia, ha generado eventos de adaptabilidad tanto para huésped
como para hospedero. Así mismo, si los árboles de una misma región geográfica
son heterogéneos en su arquitectura, posibilitan la existencia de diversas especies
tanto animales como vegetales, donde la variedad de nichos, da pie a una elevada
diversidad de epífitas (Oldeman, 1983). Entre los aspectos más relevantes en el
diseño de un árbol, se encuentra el ángulo de inclinación de sus ramas. Esta es una
característica que incide de forma directa en la disponibilidad de agua de escorrentía
y acumulación de materia orgánica y detritus para las epífitas (Rudolph et al., 1998 y
Callaway et al., 2002). Debido a esto, es coherente afirmar que la inclinación
también está relacionada con altos índices de riqueza y diversidad de epífitas para
las zonas donde exista más almacenamiento de estos recursos.
Otra condición importante para que las epífitas prosperen en un hospedero, tiene
que ver con la textura de la corteza en éste, característica que según Gullison &
Nissan (1999) ayuda ó no a establecer una condición de porosidad adecuada para
la retención del sustrato, el agua y los nutrientes. Así mismo, proporciona un espacio
adecuado o inadecuado para el enraízamiento de la epífita. Aquellos árboles que
tienen cortezas con grandes, marcadas y profundas fisuras posibilitan la llegada,
instalación, germinación y desarrollo de las semillas epífitas (Steege & Cornelissen,
1989), mientras que en otros casos donde los árboles tienen cortezas lisas, estas se
caen con facilidad e impiden la proliferación de las epífitas.
La corteza también puede ser un medio difícil, en donde se presentan altos índices
de desecamiento, ocasionados por los vientos que producen la evapotranspiración y
el consecuente empobrecimiento en la cantidad de nutrientes disponibles (que
también pueden ser arrastrados por el agua lluvia que escurre por las cortezas). La
corteza es resguardo para un sinnúmero de insectos que se alimentan de estas
plantas, y es considerada una zona de constante insolación, ocurrida como
consecuencia de que las hojas de los árboles se caen y permiten el paso de
cantidades excesivas de luz solar (Gullison & Nissan 1999).
Por otro lado, las epífitas guardan fuertes relaciones con varias especies de
insectos y reptiles (pequeñas ranas y lagartijas), debido a que algunos las utilizan
como alimento, mientras que otros se sirven de ellas para habitarlas. Así mismo, son
parte fundamental en la dieta de grandes animales como el úrsido oso de anteojos
Tremarctos ornatus, el cual trepa en los árboles para hacerse a algunas
bromeliáceas de las que se alimenta comiendo su parte más jugosa y dulce.
Es muy probable también, que el ser humano dé múltiples usos (ecológico, anímico,
científico, etc.) a estos organismos. Sin embargo, las utilidades que prestan son aún
desconocidas en su gran parte, debido a la ausencia de investigación en este
campo.
Literatura citada
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