Las Comidas de Jesus

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LAS COMIDAS DE JESS




Las comidas de Jess ocupan un lugar considerable en la tradicin evanglica. Comer
con otras personas fue para Jess una forma privilegiada de dar a conocer el proyecto de
Dios. A Jess le encontramos dando de comer a una gran multitud, sentado a la mesa de
quienes le invitaban, o en la ltima cena con sus discpulos. Las comidas fueron tan
importantes en su vida, que cuando resucit sus discpulos le reconocieron con frecuencia
al compartir la mesa con l. Su vida no se entiende sin estas comidas, y tampoco su
muerte, porque en cierto modo Jess muri por la forma en que coma. No es extrao que
la forma de comer fuera una cuestin muy importante para sus discpulos tambin. Basta
con recordar el episodio del encuentro entre Pedro y Cornelio que cuenta el libro de los
Hechos de los Apstoles (Hch 10,1-11,18), o leer despacio las recomendaciones de la
Asamblea de Jerusaln (Hch 15,1-35) para darnos cuenta que las comidas siguieron
siendo muy importantes para los cristianos.
Nos interesa en este momento slo un grupo de estas comidas, aquellas en las
que Jess comparte la mesa con personas que entonces no gozaban de buena
reputacin. Los evangelios narran con cierto detalle algunas de ellas. Marcos, por
ejemplo, cuenta como Jess se sent a la mesa con un grupo de recaudadores de
impuestos en casa de Lev (Mc 2,14-17). Lucas cuenta cmo Jess acept la
hospitalidad de Zaqueo y fue a hospedarse en su casa (Lc 19,1-10). Y no slo lo
haca l, sino que cuando envi a sus discpulos a anunciar la buena noticia de la
llegada del Reinado de Dios, les recomend: quedaos en la casa que os reciba,
comed y bebed de lo suyo (Lc 10,7).
Esta forma de actuar suscit importantes crticas contra l. Los fariseos se
quejaron a sus discpulos: Vuestro maestro come con publicanos y pecadores
(Mc 2,16), y el mismo Jess se hizo eco de estas acusaciones cuando dijo Viene
el Hijo del hombre, que come y bebe, y decs: Ah tenis a un comiln y a un
borracho, amigo de publicanos y pecadores (Lc 7,34). Esta acusacin revela que
tanto para Jess como para sus adversarios, las comidas con los pecadores eran
un asunto capital.
Es interesante observar las respuestas que Jess da a esta acusacin. Todas
ellas tienen que ver con la oferta de la salvacin para todos. Es representativa la
que encontramos despus de que los fariseos recriminen a sus discpulos esta
forma de actuar. Jess les responde diciendo: No tienen necesidad de mdico los
sanos, sino los enfermos; no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores
(Mc 2,17). Esto significa que sus comidas, y en concreto sus comidas con los
pecadores y publicanos estaban relacionadas con su misin.

Lo mismo que en caso de los exorcismos, a los lectores actuales nos llama
poderosamente la atencin la reaccin social que desencadenaron las comidas de Jess.
Para comprender el significado de estas comidas y de las reacciones que suscitaron
tenemos que situarlas en el contexto social de aquella poca.
La antropologa cultural ha mostrado que en todas las sociedades las comidas
poseen un enorme valor simblico. En ellas se reproduce a escala reducida el
sistema social y su organizacin jerrquica. Basta observar cmo nos colocamos
todava hoy en la mesa y el orden en el que se sirven los alimentos, o incluso el
hecho de que a las personas de mayor dignidad en la casa se les reserven ciertos
alimentos, para darnos cuenta de que todava hoy las comidas son un medio para

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reforzar la estructura de un grupo. Esto ocurre en las comidas privadas, pero sobre
todo en los banquetes pblicos.
Las comidas sirven, al mismo tiempo, para unir a los que las comparten y
separarlos de los dems, y por eso son muy eficaces para reforzar las lneas
divisorias entre los grupos. Estas fronteras se refuerzan de varias formas. La ms
importante es la comunin de mesa, es decir, la comida nos une a aquellos con los
que comemos y nos separa de aquellos con quien nos est prohibido comer. Estas
lneas de separacin pueden trazarse tambin delimitando qu alimentos est
permitido comer y cules no. Con este mismo objetivo se establecen das en los
que los miembros de un grupo celebran comidas especiales, y tambin das en los
que dichos grupos se privan de la comida (ayuno).
El Judasmo haba acentuado todos estos elementos confiriendo a las comidas un
significado poltico-religioso, y asignndoles al funcin de delimitar las fronteras
entre los que pertenecan al pueblo de Israel y los que no. Haba personas con las
que no se poda compartir la mesa, porque su forma de actuar (publicanos y
pecadores) o su condicin social (ciegos, cojos, etc) los exclua de la comunin
con los miembros del pueblo elegido. Tambin eran muy rgidas las normas acerca
de los alimentos puros e impuros, y sobre los das en que se deba ayunar.

Las comidas de Jess tenan un enorme significado porque violaban casi todas estas
normas. Jess coma con personas con las que un buen judo no deba compartir la
mesa. Adems declaraba que todos los alimentos eran puros, y para colmo no observaba
el ayuno ni quera que sus discpulos lo hicieran (Mc 2,18-22). Tenemos que preguntarnos
por qu Jess se comport de una forma tan provocadora.

-Si las comidas son un microcosmos del sistema social, una forma de comer distinta de la
habitual puede ser una forma de poner en crisis dicho sistema social. La sociedad en que
Jess naci estaba determinada por un rgido sistema de pureza, que divida a los seres
humanos segn su sexo, su condicin social y su pertenencia tnica. Al romper estos
esquemas, Jess quiere romper estas fronteras que separan a los puros de los impuros.
El sistema social que aparece en sus comidas es el de una familia en la que todos son
iguales.
Por otro lado, al admitir en su compaa a los publicanos y a otros pecadores
pblicos, Jess pona en prctica una estrategia de reintegracin social, que
tambin mand practicar a sus discpulos. Esta estrategia es muy semejante a la
que hemos descubierto en el caso de las sanaciones y los exorcismos. Los
publicanos, los pecadores, los enfermos y los endemoniados tenan en comn
algo muy importante: todos ellos haban sido marginados por la sociedad en la que
vivan. La forma de actuar de Jess termina con esta situacin de marginacin.
Finalmente la comidas de Jess tienen mucho que ver con la llegada del reinado
de Dios. Esta relacin aparece en sus parbolas y en su predicacin. Ya los
profetas haban relacionado las comidas con el cumplimiento de las promesas de
Dios (Is 2). Jess asume y ampla esta relacin. El reino es un gran banquete en el
que los puestos de honor se organizan de otra manera; un banquete al que hay
que invitar sobre todo a los ciegos, cojos, lisiados, indigentes, etc (Lc 14). Jess
no renunci a este comportamiento contracultural, porque sus comidas
expresaban y hacan presente el Reinado de Dios que anunciaba en su
predicacin.

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