El documento discute la necesidad de estudiar la ética cristiana en la sociedad y la iglesia. Describe cómo la sociedad moderna carece de principios éticos y morales claros, y cómo incluso la iglesia ha sido afectada por un relativismo moral similar. Ilustra esto con varios ejemplos de líderes cristianos que han cometido faltas éticas. Concluye que es responsabilidad de los cristianos evangélicos definir lo que es correcto e incorrecto y ser un ejemplo de santidad y pureza para el mundo.
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El documento discute la necesidad de estudiar la ética cristiana en la sociedad y la iglesia. Describe cómo la sociedad moderna carece de principios éticos y morales claros, y cómo incluso la iglesia ha sido afectada por un relativismo moral similar. Ilustra esto con varios ejemplos de líderes cristianos que han cometido faltas éticas. Concluye que es responsabilidad de los cristianos evangélicos definir lo que es correcto e incorrecto y ser un ejemplo de santidad y pureza para el mundo.
El documento discute la necesidad de estudiar la ética cristiana en la sociedad y la iglesia. Describe cómo la sociedad moderna carece de principios éticos y morales claros, y cómo incluso la iglesia ha sido afectada por un relativismo moral similar. Ilustra esto con varios ejemplos de líderes cristianos que han cometido faltas éticas. Concluye que es responsabilidad de los cristianos evangélicos definir lo que es correcto e incorrecto y ser un ejemplo de santidad y pureza para el mundo.
El documento discute la necesidad de estudiar la ética cristiana en la sociedad y la iglesia. Describe cómo la sociedad moderna carece de principios éticos y morales claros, y cómo incluso la iglesia ha sido afectada por un relativismo moral similar. Ilustra esto con varios ejemplos de líderes cristianos que han cometido faltas éticas. Concluye que es responsabilidad de los cristianos evangélicos definir lo que es correcto e incorrecto y ser un ejemplo de santidad y pureza para el mundo.
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LA ETI CA DE LA CONDUCTA DEL CRI STI ANO
La palabra tica viene de un vocablo griego que se define como carcter.
tica es la parte de la filosofa que trata la valorizacin moral de los actos humanos, y es un conjunto de principios y normas que regulan las actividades humanas. "Es la ciencia de la moralidad", entendindose por moralidad el conjunto de juicios que la gente hace referente a lo que es correcto o incorrecto, bueno o malo, en las relaciones interiores o entre individuos. La palabra tica viene de un vocablo griego que se define como carcter. tica es la parte de la filosofa que trata la valorizacin moral de los actos humanos, y es un conjunto de principios y normas que regulan las actividades humanas. "Es la ciencia de la moralidad", entendindose por moralidad el conjunto de juicios que la gente hace referente a lo que es correcto o incorrecto, bueno o malo, en las relaciones interiores o entre individuos. Concluimos diciendo que la tica tiene como objectivo orientar a las personas a fin de que sepan cmo deben proceder para que su vida sea correcta, especialmente en relacin con el bien y el mal. DEFINICIONES 1.La tica cristiana En cambio la tica cristiana "es la ciencia de la conducta humana, tal como est determinada por la conducta de Dios". Cuando hablamos de tica cristiana, estamos pensando en la conducta que debe observar el cristiano en todo momento y en toda circunstancia. El apstol Pedro escribe: "Como hijos obedientes, no os conformis a los deseos que antes tenais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llam es santo, sed tambin vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito est: Sed santos, porque yo soy santo" (1 P 1.14-16). La tica cristiana nos desafa a mejorar nuestra manera de vivir porque demanda que vivamos segn las normas de santidad que Cristo vivi. El apstol Juan escribe: "El que dice que permanece en l debe andar como l anduvo" (1 Jn 2.6). La tica cristiana slo puede vivirla plenamente el cristiano, ya que solo l puede alcanzar ese nivel de conducta como resultado del poder del Espritu Santo obrando en su vida. En Romanos 8.5-6, el apstol Pablo nos explica: "Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espritu, en las cosas del Espritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espintu es vida y paz". Cuando el apstol Pablo escribe sus cartas explica el cambio de vida que debe experimentar toda persona despus de aceptar a Cristo como salvador (Ef 4.17-32). Declara que los que estn en Cristo son una nueva criatura y que las cosas viejas, las formas de vida, y aun las motivaciones deben ser hechas nuevas (2 Co 5.17). El cristiano debe ser un ejemplo de vida para el mundo sin Cristo, tanto en su conducta personal como en su relacin con la familia, la sociedad y las autoridades (Ef 5.21, 6.9). 2.La tica ministerial Es el conjunto de normas escriturales que rigen los ministros cristianos tanto en la esfera de las motivaciones como en la de sus acciones y que determinan su conducta en relacin con Dios, la sociedad, su familia, su iglesia, la denominacin a la que pertenece y las instituciones cristianas. Es importante notar que llamamos ministro a todo cristiano que desarrolla un ministerio de liderazgo dentro de la iglesia, en su denominacin, o dirigiendo un ministerio o entidad de servicio. LA NECESIDAD DE ESTE ESTUDIO Somos parte de una sociedad sin Dios que est gobernada por un relativismo moral alarmante. Hay una falta total de ejemplos de tica en todas las esferas. En el peridico La Nacin, sali un artculo titulado "El fracaso moral de la civilizacin", en el cual se expresa: "Desde el Declogo de Moiss a travs de toda la poderosa influencia moral del cristianismo, la civilizacin occidental haba mantenido tenazmente un conjunto de reglas morales y de principios ticos que constituan la base misma de la educacin y de la conducta civilizada. El reconocimiento de esos grandes principios morales llegaban a conformar una manera de distinguir fcilmente entre lo que era el bien y lo que era el mal. Lo que ha ocurrido desde la Primera Guerra Mundial equivale a una inmensa hecatombe moral de nuestra civilizacin. Se ha ido estableciendo tenazmente un divorcio entre los principios ticos y las realidades de la vida social, con inmensas consecuencias destructivas del ideal mismo de una civilizacin digna de ese nombre". Lo grave es que ese relativismo moral y la filosofa hedonista de nuestra decadente sociedad ha ingresado a las iglesias. 1.La sociedad Todos conocemos la situacin moral de nuestros pases latinoamericanos. Nuestros dirigentes no son un modelo de conducta tica. La mentira, la vida ostentosa, el fraude, la corrupcin, la impunidad, la falta de justicia y de seguridad y un nivel de transgresin generalizado han creado un ambiente de libertinaje. Los medios masivos presentan, adems, como smmun de felicidad, el tener cosas, el ser exitoso, aunque no virtuoso. Propone disfrutar de la vida, pero sin responsabilidad. Por otro lado las mafias de la droga y la pornografa as como los grandes emporios de la diversin, han abierto las puertas a todo tipo de posibilidades de placeres sin pensar en el dao que hacen. Pareciera que el apstol describe nuestra sociedad moderna cuando dice: "Estando atestado de toda injusticia, fornicacin, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaos y malignidades.... quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no slo las hacen, sino que tambin se complacen con los que las practican" (Ro 1.29-32; vase 1 Ti 3.1-5). Frente a estas situaciones nos preguntamos: Qu es correcto hoy? Quin lo determina? Nuestra sociedad no puede. Sabemos que como cristianos evanglicos esa es nuestra responsabilidad, pero tenemos la capacidad y la disposicin para hacerlo? Jess dijo que somos la sal de la tierra, pero que si la sal pierde sus propiedades y no cumple su funcin "no sirve ms para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres" (Mt 5.13).Estaremos perdiendo nuestra capacidad de ser sal? 2.La iglesia Al analizar la conducta de muchos lderes y congregaciones evanglicas, nos asombra encontrar un relativismo moral similar al que rige a nuestra sociedad sin Dios. Pero peor aun es descubrir en nuestras iglesias y en ministerios cristianos los mismos pecados, las mismas situaciones censurables que encontramos en nuestra sociedad contempornea. En esas congregaciones no se viven la santidad, la pureza, el amor, la verdad, la humildad y el respeto o temor a Dios. Algunos lderes obran como si fueran dueos de las congregaciones, de los ministerios y de los recursos, cayendo en los mismos excesos y pecados que condenan en los lderes que no son cristianos. Bien se expres Cipriano cuando dijo: "Los pecados de los cristianos han debilitado el poder de la iglesia". Mencionar algunos casos reales: Despus de abandonar a su familia, un hombre fue a otra ciudad en la cual fue designado evangelista y enviado a otro pueblo para iniciar una iglesia. En una iglesia un lder llevaba a las mujeres jvenes a un saln aparte para liberarlas de "espritus inmundos de sexo"; les haca sacar prendas ntimas y las manoseaba mientras pretenda reprender a los demonios. Un pastor design a un matrimonio joven como misioneros a otro pueblo, y les pidi que vendieran su casa y que le entregaran el dinero. Cuando regresaron se encontraron sin su casa y estafados por su pastor que haba usado el dinero para otros fines. Un pastor recibi la propiedad de unos ancianos como ofrenda, a cambio de que la iglesia les permita usarla y les brindaran atencin ya que no tenan familiares. Poco despus, comenz a tener problemas para brindarles la debida atencin. Los envi a un geritrico y se qued con la propiedad. Un pastor se ufanaba de que los vecinos le vendan sus casas a l a muy poco precio. La razn era que ya no se poda vivir en las cercanas del templo por el ruido que hacan en las reuniones. Los dueos se las vendan a un valor muy inferior con tal de irse del barrio. Un pastor se ofreci a cooperar con ocho pastores del interior del pas para que ellos cobraran la asignacin familiar que otorga el gobierno. Les hizo firmar un poder autorizndole a cobrar por ellos. Durante tres aos este pastor cobr mensualmente el dinero de sus colegas y a quienes jams se los remiti. Cuando el organismo estatal le requiri la documentacin correspondiente, la fragu falsificando firmas de sus colegas y dando gracias a Dios porque no haba sido descubierto. 3. El relativismo moral que est invadiendo nuestras iglesias. En un curso de tica ministerial que dictaba solicit una lista con faltas de tica ms comunes el ministerio. Estos son algunos de resultados: Falta de integridad, tanto en la enseanza como en el trato con los dems. Falta de un verdadero espritu de servicio. Marcado inters por lo material. En muchos casos, se anuncia que el Seor castigar a quienes no ponen sus diezmos y ofrendas. El dar el diezmo se transforma en una especie de seguro contra la pobreza. Falta de respeto por otros ministros y ministerios. No ser personas de palabra. Prometer y no cumplir. lmpuntuales crnicos. Falta de inters por aprender o capacitarse para ser mejores ministros. Hacer acepcin de personas, especialmente cuando tienen dinero. Terminaremos mencionando las ms obvias categoras del relativismo moral de la sociedad contempornea y su influencia en la iglesia. a)Orgullo y ostentacin Algunos lderes viven y se comportan como si fueran magnates del evangelio. Sus casas, sus autos, su vestuario y la suntuosidad de sus templos (y ministerios) contrasta totalmente con el estilo de Jess y con la pobreza de los miembros de sus iglesias. Visten y actan como estrellas del cine o de la televisin. Hacen de cada culto un "show" para demostrar todo lo que pueden hacer o cunta "uncin" o " poder" tienen. La idea de que todo cristiano debe vivir en prosperidad no es una enseanza bblica. Los ministros que viven en lujos y sin privarse de nada, mal usando las ofrendas que dan con amor al Seor cristianos que no tienen casi para comer, es un pecado que Dios condena. b) Abuso de poder El poder que tenemos por causa de nuestra posicin en el ministerio nos corromper si no lo usamos en sujecin al Seor, sirviendo a la iglesia. Aprovechndose de las estructuras administrativas de su denominacin, hay lderes que se rodean de personas que los adulan, los secundan y los protegen de la gente. Hay pastores que condicionan a los miembros de su iglesia para que ofrenden, asistan y cooperen con las actividades y lo hacen no por amor, sino por temor. Otros ministros son duros con los miembros pero muy permisivos con sus lderes y familiares. Algunos asumen actitudes de caudillismo, manejando la congregacin como si fuera su feudo y hacindose acompaar por guardaespaldas. Un caso lamentable lo constituye Ditrefes quien "...no contento con estas cosas (criticar al apstol Juan) no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se los prohibe, y los expulsa de la iglesia" (3 Jn 9,10). c)La mentira En nuestras congregaciones e instituciones se miente, exagerando las estadsticas sobre la membresia y la asistencia. Se miente cuando se promete a la gente la solucin inmediata de todos sus males y la provisin divina para cubrir todas las necesidades. Como consecuencia, miles de personas se sienten estafadas y/o defraudadas por los cristianos evanglicos que les prometieron en forma muy definida cosas que no se cumplieron. Una familia conocida tena una anciana internada en un hospital en estado muy grave. Algunos cristianos les aseguraron que para la Navidad la anciana estara sentada con ellos en la mesa compartiendo esa fecha tan especial. Para esa fecha la abuela estaba sepultada y la gente decepcionada con los evanglicos. Ellos nos decan que si no los hubieran ilusionado dndoles tanta certeza de sanidad, no se hubieran sentido tan desanimados y frustrados. d)Pecados sexuales Nuestros jvenes en porcentajes importantes tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio y se casan apurados por un embarazo no deseado. Por otro lado cada vez son ms los lderes y pastores que caen en pecados sexuales. Agrava el problema la falta de disciplina para con algunos lderes que caen en pecados sexuales. Aparte del mal ejemplo que dan, esa falta de disciplina transmite el falso mensaje de que no es tan grave la fornicacin o el adulterio porque si ellos, que son los lderes, caen y no hay sanciones, da la impresin de que se protejen entre s y por lo tanto no se aplican disciplinas. Tienen la sensacin de que los miembros regulares pueden y deben ser amonestados y sancionados pero los pastores no. Por qu no puede pecar un miembro y ser perdonado sin tener disciplina? 4.La necesidad de modelos Es fundamental que los lderes y pastores cristianos evanglicos vivan ticamente, como modelos de conducta cristiana. Esta responsabilidad tiene dos dimensiones, una hacia la iglesia, que necesita ver en sus ministros modelos de vida cristiana, y la otra, hacia la sociedad sin Dios, que necesita desesperadamente ver la posibilidad de cambiar y de alcanzar un estilo de vida que sea mejor. La gente en nuestros das necesita con urgencia encontrar una posibilidad de comenzar de nuevo, de vivir mejor y de vencer la presin de una sociedad enajenante. Nosotros sabemos que el evangelio es esa alternativa porque es "poder de Dios para salvar" (Ro 1.16). Pero la iglesia no ser ejemplo a menos que sus lderes sean modelos que los miembros de las congregaciones puedan seguir. Como el apstol Pablo, debemos estar en condiciones de decir "Sed imitadores de m, as como yo de Cristo." (1 Co 11.1; vase 4.16; Fil 3.17). Escribiendo a los cristianos de Tesalnica, Pablo les recuerda la conducta que l y su equipo. haban tenido en medio de ellos y los insta a imitarlos apartndose de los que vivan desordenadamente. "Ustedes son testigos, y Dios tambin, de que nos hemos portado de una manera santa, recta e irreprochable con ustedes los creyentes; ...les hemos encargado que se porten como deben hacerlo los que son de Dios que los llama a tener parte de su propio reino y gloria." (1 Ts 2.10-12 VP). "Hermanos, les ordenamos en el nombre de nuestro Seor Jesucristo, que se aparten de cualquier hermano que lleve una conducta indisciplinada y no siga la tradiciones que recibieron de nosotros" (2 Ts 3.6-9 VP). Nuestra responsabilIdad es grande y no debemos fallarle ni al Seor quien nos llam al ministerio, ni a la iglesia que espera que no seamos gua viviendo delante de ellos como es digno de un siervo de Dios. Frente a lo expuesto, no podemos menos que concluir declarando que urge estudiar y vivir la tica ministerial para ser ejemplos a nuestras iglesias como lo fue Jess para sus discpulos y para su generacin, y como lo fue el apstol Pablo para las iglesias y lderes de su tiempo.