Vitriolvm 37
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TEMAS
18
torno a la Estrella Polar? Recibi mltiples respues-
tas, pero todas coincidan de alguna manera en que
ese punto era la Morada del GADU. Si conectra-
mos imaginariamente una Plomada entre la Estrella
Polar y la superficie de la tierra estaramos estable-
ciendo una conexin directa entre el Gran Arquitec-
to y el hombre. Al estar colgada de la Estrella Polar
la Plomada debera permanecer inmvil por todo el
tiempo. La Masonera acogi esta idea y la transfor-
m en uno de sus smbolos principales. Es por ello
que la Plomada colgada de la Estrella Polar simb-
lica, luz roja central del Templo, simboliza el eje del
mundo, el axis mundi, y establece una conexin sim-
blica con lo trascendental, caracterstica central del
trabajo masnico. J orge Francisco Ferro autor de la
obra La Masonera Operativa nos recuerda que en
tiempos pasados, del centro del techo de la logia
colgaba una lmpara encendida, azul donde se re-
unan los Masones de la Escuadra (SquareMasons),
y roja donde se reunan los Masones del Arco
(ArchMasons). De dicha lmpara penda una estre-
lla de cinco puntas que, simblicamente, represen-
taba a la Estrella Polar y de dicha estrella colgaba
una plomada que representaba el eje del mundo en
torno al cual giraba el mundo manifestado.
La Plomada seala la vertical y garantiza la es-
tabilidad de la construccin porque los ladrillos que-
dan uno encima de otro sobre la lnea de accin de
la gravedad. As, la Plomada solo puede ser utiliza-
da dentro del Templo en construccin, porque re-
quiere de muchas piedras talladas para ubicarlas for-
mando una pared vertical estable. Simboliza la rec-
titud de vida y acciones y la J usticia. Siempre se
encontrar a plomo sealando la lnea de accin de
la fuerza gravitatoria. Adicionalmente la plomada
tiene una propiedad fsica que fue utilizada para sim-
bolizar el comportamiento del masn y que se re-
presenta en la marcha del Compaero Masn.
La Plomada siempre se encuentra en equilibrio
estable. Quiere decir que si se desva de su posicin
de equilibrio inmediatamente aparecen fuerzas
restauradoras que intentan llevarla nuevamente a su
posicin de equilibrio. As debe ser el masn. Su
condicin de ser humano lo hace desviar permanen-
temente de las caractersticas propias del Hombre
Libre y de Buenas Costumbres, pero debe estar en
capacidad de advertirlo y generar las fuerzas
restauradoras para que corrijan su comportamiento.
J orge E. Sanguinetti en su obra Espiritualidad y
Masonera seala: Es la persistencia en el bien,
porque no basta ser correcto aqu y no all, o ahora y
no luego, o asolas y no con los dems; la rectitud,
sinceridad, franqueza, fuerza, honestidad y sencillez
de conciencia deben serlo siempre, y con la tozudez
de la plomada, que por pequeo que haya sido el
desvo, siempre retorna al lugar del que por algn
exceso tuvo que salir.
William Preston, un antiguo escritor masnico,
cincel la expresin de que los masones nos en-
contramos en la Escuadra, marchamos sobre el Ni-
vel y actuamos por la Plomada.
Tiempo Esotrico
La segunda variable dinmica del modelo de
Universo es el tiempo. Su transcurrir se da en inter-
valos de duracin diferente para los mismos even-
tos de la Ten?. Por ello no se expresan explcita-
mente, pero estn presentes en todo momento. El
encargado de observar el tiempo es el Segundo Vi-
gilante. Su ubicacin es el Sur de la Logia justo de-
bajo de la lnea del Medio Da, trayectoria que sigue
el Sol en su viaje de Oriente a Occidente, cuando se
encuentra en la parte ms alta o el cenit. En los ri-
tuales el Venerable Maestro le pregunta al Segundo
Vigilante la hora cuando va a cerrar los trabajos: Q
H Seg Vig qu hora es?, pero no lo hace en
la apertura, a excepcin de la Ten Fnebre. Esta
pregunta debera ser la misma en todos los rituales
por ser el Seg Vig quien observa esotricamente
el tiempo. Adems, el Seg Vig est frente a la
Estrella Polar, luz roja en el centro del Templo, lo
que le permite observar el tiempo a cualquier otra
hora. Por consiguiente, cada vez que el Maestro de
Ceremonias circunvala el Templo, pues siempre lo
har en nmero entero de vueltas, el tiempo que se
demora es de un da esotrico, teniendo en cuenta
que realiza una vuelta entera alrededor de la Estrella
Polar. Pero en esa misma vuelta visita las constela-
ciones del zodaco que se encuentran detrs de l,
partiendo de la constelacin de Libra en Occidente
y regresando a la misma constelacin en una vuelta
completa. La duracin esotrica de esa vuelta es de
un ao.
Para los Masones el tiempo es una variable fun-
damental. Somos conscientes de la finitud de la vida
y que cualquier proyecto que emprendamos requie-
re de seres humanos vivos para sacarlos adelante.
En todo momento registramos el tiempo para recor-
dar que la vida es finita. La edad de tres, cinco, siete
aos, etc. Nos recuerda que el tiempo va pasando.
Cada vez que el Maestro de Ceremonias circunvala
el Templo pasa un ao esotrico.
Finalmente, la presencia de la Plomada en el
centro del Templo, colgando de la Estrella Polar
coadyuva al proceso de construccin simblica de
un Universo real que siempre ha estado ah pero que
necesitamos compenetrarnos con l.
Fuente: http://www.reflexionespitagoricas.co
TEMAS
19
TEMAS
Desde muy temprano en nuestra educacin pro-
fana recibimos, una gran informacin sobre la tie-
rra, el aire, el agua y el fuego, (hasta en propaganda
publicitaria desde una conocida marca de champ,
hasta un agua mineral). Conocemos sus propieda-
des qumicas y fsicas, nos preocupa a nivel mun-
dial la contaminacin producida por el hombre, los
cambios en los ecosistemas, conocemos sus propie-
dades que ayudan al hombre en su vida cotidiana,
como a la vez los efectos de destruccin que estos
elementos producen, cuando la madre Naturaleza se
irrita (incendios, tornados, terremotos, inundaciones,
etc.).
Actualmente los cientficos pueden predecir es-
tos fenmenos atmosfricos, estudian la composi-
cin de cada uno de los elementos, llegan hasta des-
cubrir vestigios de agua en otros planetas, hoy en
da manejamos la ciencia y la tecnologa, conoce-
mos los ltimos adelantos, pero como dice J ung
toda la energa que, el hombre moderno invierte
hoy en la ciencia y en la tcnica, era la misma que el
hombre antiguo consagraba a su mitologa.
Podemos con un poco de facilidad imaginarnos
lo que sera de la vida de los primeros seres huma-
nos sobre la Tierra, sus primeros alimentos, el ms
elemental instinto de conservacin, fueron hierbas,
frutos silvestres y races; su vivienda o mejor dicho
su primer refugio; su primera arma; su instinto de
comunicacin.
Wittington Cox [1], nos dice: Antes que el hom-
bre pudiera hablar y razonar inteligentemente, la ma-
sonera le enseaba los misterios de la vida por me-
dio de smbolos, el lenguaje ms antiguo de todos.
Ellos, en su cultura primitiva, notaron una gran
influencia poco menos que decisivas en las fuerzas
de la Naturaleza, y as en las sucesivas culturas pos-
teriores es el estado espiritual el que determina las
decisiones humanas. Y gracias a esa adaptacin de
las fuerzas naturales, el hombre llega a un mayor
conocimiento de las mismas, dando surgimiento a
una espiritualidad a esas fuerzas naturales.
El hombre entra en conocimiento de lo sagra-
do porque se manifiesta, porque se muestra como
algo diferente por completo de lo profano [2].
La Constitucin de Anderson remonta el origen
de la Masonera al inicio de la Humanidad desde
Adn y Eva [3]; otros autores le dan diferentes or-
genes, pero todos reconocen a la Masonera como
un peculiar sistema de moralidad, velado en la ale
gora e inculcado e ilustrado por medio de smbo-
los.
Existen cuatro elementos que pueden revestir un
aspecto sagrado, en funcin de la fe de un pueblo
determinado y de su mentalidad hereditaria.
Los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego,
que constituyen los modos fundamentales de la ma-
nifestacin sensible, estn casi en todas partes
excepto en el mundo moderno y racionalista im-
pregnados de una cualidad sagrada. Desde este pun-
to de vista, la tierra es ilimitada, el aire es inasible,
el fuego es por naturaleza de una pureza inviolable,
el agua como elemento de purificacin por su lim-
pieza y claridad.
Aqu se imponen algunas observaciones, stos
no tienen evidentemente nada que ver con lo que se
designa con el mismo trmino en la qumica moder-
na; los elementos, en el sentido tradicional repre-
sentan los modos de manifestacin, con los que la
substancia de la que el mundo est rodeado, se co-
munica con nuestros cinco sentidos; son respectiva-
mente los modos slido, lquido, voltil e gneo.
Estos cuatro elementos son los modos ms
simples de la materia en el orden csmico. Trans-
puestos al microcosmo humano, son tambin la ima-
gen ms simple de nuestra alma, que, como tal es
inaprensible.
LOS CUATRO ELEMENTOS INICITICOS
EN LA CEREMONIA DE INICIACIN
Q H EDGARDO ATILIO RAMINI, M M
R L Ro de la Plata
Or de San J os, Gran Logia del Uruguay.*
TIERRA, AIRE, AGUA, FUEGO
20
TEMAS
Entre los aos 493-434 a. de EV,
Empdocles llega a la conclusin filosfica que la
Naturaleza tiene en total cuatro elementos o ra-
ces, y las llamo tierra, aire, fuego y agua, J ung de-
nomina Inconsciente Colectivo a aquellos smbolos
que se hacen como referencia a elementos psqui-
cos: esa Magna Mater del que ha salido nuestro ego
o yo consciente, a modo de isla en el ocano, isla
que a lo largo de la vida tiene que asentarse firme-
mente, como en el mito de Letona, con cuatro gran-
des pilares, que son los cuatro elementos (tierra, aire,
fuego y agua), o por decirlo en trminos psicolgi-
cos, las cuatro formas bsicas de desarrollo de una
consciencia plena, (las funciones psquicas de in-
tuir, percibir, pensar y sentir) que, en su punto ideal,
deben estar usndose al mismo tiempo y dndoles
conscientemente el mismo valor, lo cual es muy di-
fcil de realizar cotidianamente.
Podemos realizar una interpretacin hermtica
de algunos trminos utilizados en la Masonera; el
Azufre, responde al Venerable; Mercurio al Primer
Vigilante, la Sal al Segundo Vigilante, el Fuego al
Orador; el Aire, al Secretario, el Agua al Hospitala-
rio y la Tierra al Tesorero. Se encuentran aqu los
tres principios y los cuatro elementos de los alqui-
mistas.
La Masonera como institucin simblica y eso-
trica, ha incorporado para s, las doctrinas y tradi-
ciones iniciticas y msticas de origen o descenden-
cia diferente; por ello si profundizamos en el origen
de la Ceremonia de Iniciacin, se puede notar en el
mismo una mezcla de ritos comunes a otras tradi-
ciones, como motivos mitolgicos y ciencias anti-
guas.
La Ceremonia de Iniciacin, para su estudio la
podemos esquematizar en cuatro partes diferencia-
das de un todo:
1) El Cuarto de Reflexiones
2) Los Viajes
3) Las Purificaciones
4) Los J uramentos
1) El Cuarto de Reflexiones. Viaje al Centro de
la Tierra.
En el Ritual del Primer Grado Simblico de la
Gran Logia del Uruguay (5), se nos indica que a El
profano propuesto y aceptado para la iniciacin
masnica ser conducido a la Logia, con los ojos
vendados, media hora antes de empezar los trabajos
y entregado al Hermano Experto, lo conducir al
Gabinete de Reflexiones, cuarto separado del Tem-
plo, tapizado de negro, arreglado con huesos y cala-
veras humanas pintados sobre la tapicera. Mximas
morales, adecuadas a la iniciacin masnica estarn
escritas en las paredes.
En este Gabinete no habr ms muebles que un
taburete y una mesita con los tiles para escribir,
una buja encendida; un pan y un vaso de agua.
El Hermano Experto al introducir al profano en
el Gabinete de Reflexiones, y luego de quitarle la
venda, le entregar un documento...
El Venerable Maestro dice: El Gabinete de Re-
flexiones donde habis estado, apartado de la luz
del da, simboliza el viaje al centro de la Tierra, a
donde se desciende para el reposo eterno, pero don-
de se refugian tambin las fuerzas de la naturaleza y
desde donde se surge a la plenitud de la vida.
El punto central, misterioso y remoto es que para
llegar a l se impone un descenso que bien podra
interpretarse como un regreso a la madre tierra o a
los infiernos.
Bien podemos considerar a este descenso como
un viaje inicitico, este mito del viaje hacia el inte-
rior de la Tierra, es utilizado por muchas civiliza-
ciones en un pasado muy lejano, el relato ms anti-
guo que se conoce es el de la diosa sumeria Lananna
[6], ms o menos hace seis mil aos. Lananna des-
ciende a los infiernos en busca del grano de trigo
perdido, este mito pasa a Grecia donde se transfor-
ma en Demeter y luego inevitablemente nos lleva a
los misterios de Eleusis.
No solo en la Masonera encontramos este pro-
ceso, los rabes eligieron como smbolo de la ini-
ciacin al cielo y al infierno, del que volvan con
experiencias renovadoras msticas.
Orfeo tambin desciende al Hades, pero en bus-
ca de su amada Eurdice.
Descender a la tierra nos invita a reflexionar
sobre cul es nuestro inexorable destino, no pode-
mos dejar de pasar a una relacin ms moderna, en
el Credo Cristiano dice y en J esucristo, su nico
Hijo... descendi a los infiernos.... Segn las anti-
guas tradiciones gnsticas J esucristo trata de resca-
tar el alma de Adn, el hombre primordial, la semi-
lla.
Otro smbolo que suele referirse a la tierra es la
caverna, Rene Guenon [7] dice: ...Estas ideas se
21
TEMAS
refieren al centro, en cuanto punto ms interior, al
secreto, el lugar donde se realiza la iniciacin.
Muerte y resurreccin, nacimiento virginal, na-
cimiento desde uno mismo. Ese es sin duda el tema,
recordemos el orfismo: nuestra parte de tierra debe
decrecer para que nuestra parte celeste aumente.
El elemento o raz Tierra, es la imagen primor-
dial de la Madre. Esta imagen Madre-Tierra se en-
cuentra por todas las civilizaciones, bajo formas y
variantes innumerables. Es la Terra Mater o la Tellus
Mater de las religiones mediterrneas, que da vida a
todos seres.
En el himno
homrico, est le canta
a la Tierra, madre uni-
versal de slidos ci-
mientos, abuela vene-
rable que nutre sobre su
suelo todo lo que exis-
te... a ti te corresponde
dar vida a los mortales,
as como quitrse-
las....
Esquilo, glorifica a
la tierra que pare a to-
dos los seres, los nutre
y despus recibe de
nuevo al germen fecun-
do.
De este elemento
slido, la tierra, la Ma-
sonera lo toma como
un elemento de re-
flexin, donde el can-
didato a la iniciacin
muere, simblicamen-
te, para la vida material,
para as poder ascender
a la vida espiritual eter-
na, y pode decir con
conviccin, la muerte
no es un fin. [8]
Esta prueba est muy ntimamente ligada con la
persona, este se ha transformado, la preocupacin
principal de esta prueba es demostrar que el hombre
tiene un camino certero para su destino, que es la
reintegracin de s mismo a una bsqueda de distin-
tas formas, de romper con los lazos y dogmas del
pasado, y as su estructura del pensamiento comien-
za a encontrarse a s mismo. Paracelso afirmaba: el
candidato a la iniciacin se sita antes de su naci-
miento biolgico en la noche csmica, a fin de par-
ticipar de su segundo nacimiento [9].
El profano ha pasado la prueba, ha descendido
al fondo de la Tierra, se ha rencontrado consigo mis-
mo, ya ha levantado una punta del velo inicitico,
ahora es un nefito. El nefito que proviene del grie-
go neophutos; que significa propiamente dicho re-
cin nacido.
El nefito, ahora comienza a traspasar las puer-
tas del Templo, no hablaremos de los simbolismos
que todo esto conlleva, pero nos referiremos, al acto
de purificacin que se realiza en cada Viaje, para as
ser Iniciado como Aprendiz Masn.
La purificacin, aplicada a la humanidad tiene
una doble acepcin; empleada con respecto al cuer-
po y con respecto al alma. [10]
En la religin grie-
ga la nocin de pureza
e impureza es previa al
pensamiento moral y
filosfico. Este fen-
meno no era exclusivo
de los griegos, sino de
todas las civilizaciones
antiguas.
En el Antiguo Tes-
tamento leemos que
Moiss debe quitarse
las sandalias para acer-
carse a la zarza de
Horeb, porque el lugar
es sagrado y no debe
ser contaminado, as
mismo se dice que las
mujeres eran conside-
radas impuras durante
su perodo.
En Eleusis, por
ejemplo, las
purificaciones eran va-
rias, pero la que nos in-
teresa ms era la que
consista en pasar de
las tinieblas a la Luz.
Habitualmente lo
impuro proviene de la
tierra, lo opuesto a
Dios. En la Masonera el fuego purifica nuestro es-
pritu y el agua nuestro cuerpo. No olvidemos que
antes de recibir las purificaciones pasamos por la
tierra, donde tuvimos contacto con la muerte.
2. Los Viajes.
Primer Viaje: Purificacin por el Aire
Simblicamente se considera el aire y el fuego
activos y masculinos, mientras que el agua y la tie-
rra, pasivos y femeninos.
El aire es asociado fundamentalmente con tres
factores; el hlito vital, creador y, en consecuencia,
la palabra (recordemos que al Secretario de la Logia
se le representa con el aire); el viento de la tempes-
tad, ligado en muchas mitologas a la idea de la crea-
22
cin y al espacio como mbito de movimiento y
de produccin de procesos vitales (11).
Segn Nietzsche, el aire es una especie de
materia superada, adelgazada, como la ma-teria
misma de nuestra libertad. El Nefito que acaba
de subir de las profundidades donde su espritu se
encontr en pre-sencia de s mismo, recibe la pri-
mera purificacin, la del Aire, es recibir luego de
su muerte inicitica el soplo vital para volver a
nacer, durante su viaje ha pasado por las tempes-
tades, el granizo y se hace un silencio profundo
cuando se lo purifica.
Es un emblema de la vida humana, aquel que
vino desde el interior de la tierra escala hacia el
cielo, y desde all est preparado para una nueva
purificacin.
El nefito recibe el hlito
vital, la creacin y su nuevo
lugar dentro de la escala
inicitica, para prepararse a
nuevas purificaciones.
Segundo Viaje: Purifi-
cacin por el Agua.
Si bien la imagen del
agua en el relato bblico, la
encontramos cuando la tierra
an vaca y estril y, en con-
traposicin con ella, el agua
fuente de vida, ya el espritu
de dios sobrevolaba el agua,
hasta que las expandi y as
fue como creo el cielo y el
agua (Gnesis).
No solo encontramos a
este elemento en la Biblia,
sino tambin en varias leyen-
das de la humanidad, como smbolo, en el lengua-
je jeroglfico egipcio, se la asignaba una forma
ondu-lada de pequeas crestas, segn la tradicin
hermtica, el dios Nou fue la sustancia de la que
surgieron todos los dioses de la primera enada,
los chinos han hecho de las aguas la residencia
especfica, a causa de que todo lo viviente proce-
de de la misma.
Un mito, o leyenda, encontrada en muchas ci-
vilizaciones, nos habla del Diluvio, en la bi-blia,
como en leyendas, tales como la de Gilgamesh,
en el cual se relata como el dios Bel (seor de la
Tierra), solicita para los hombres un terrible dilu-
vio, pero EA, el dios del mar, avisa al rey Ut, y ese
se salva en una gran barca, este relato babilonio,
casi similar al hebreo, se puede presumir que el
gran diluvio es la representacin de la muerte a la
que ningn hom-bre puede sustraerse.
Sera demasiado largo enumerar todos los mi-
tos, leyendas, costumbres en los que el agua apa-
rece como una imagen o reflejo del alma. La idea
de que el alma pueda puede reconocerse a s misma
contemplando el agua, encontrando en su juego la
animacin de la vida, en su inmovilidad un alivio y
en su transparencia la pureza.
Las cosas han nacido del agua, la vida se ha for-
mado en ella; tambin del fuego, del aire y de la
tierra, de los animales y de las piedras puede ella
proceder, pero sobre los tres antiguos elementos, se
aventaja el agua en el concepto mitolgico del uni-
verso, pues es ella el ele-mento productor, creador y
fecundo.
Ser purificados por el agua, es el retorno a lo
pre formal, con su doble sentido de muerte y disolu-
cin, pero tambin de renacimiento y nueva circula-
cin en la vida, en esta purificacin el hombre nue-
vo aparece, limpio de su viaje, en su forma exterior
e interior. (En cuerpo y
en alma).
Tercer Viaje: Pu-
rificado por el Fuego.
Al finalizar este via-
je, el nefito es purifica-
do por el Fuego, este ele-
mento tambin proviene
su simbolismo desde los
ms remotos tiempos, el
hombre al descubrir el
Fuego, pudo ahuyentar a
los malos espritus de
su hbitat, ya comenz a
calentar su cuerpo y su
comida.
Los chinos utilizan
una tableta de jade rojo,
Chang, que se emplea en
los ritos solares y simbo-
liza al Fuego; en los jeroglficos egipcios el fuego
est asociado a la idea de vida y salud (calor en el
cuerpo), los alquimistas lo consideran como un
agente de transformacin pues todas las cosas
nacen del fuego y a l vuelven.
Para los pueblos primitivos el fuego es un
demiurgo y procede del sol, es su representacin
sobre la tierra, por esto se relaciona con el rayo y el
relmpago.
Varios autores, relacionan muchos ritos en que
las antorchas, hogueras, ascuas y aun cenizas, como
magia imitativa destinada a asegurar la provisin de
luz y calor, y adems como finalidad purificadora y
destructiva de las fuerzas del mal. [12]
El fuego como agente destructivo y de renova-
cin se lo encuentra en varias literaturas des-de los
Puranas de la India al Apocalipsis, para los alqui-
mistas es un elemento que acta en el centro de toda
cosa, Paracelso estableca la igualdad del fuego y de
la vida, ambos para ali-mentarse, necesitan comer
vidas ajenas.
TEMAS
23
La Constitucin
de Anderson
remonta el origen
de la Masonera al
inicio de la
Humanidad desde
Adn y Eva; otros
autores le dan
diferentes
orgenes, pero
todos reconocen a
la Masonera
como un peculiar
sistema de
moralidad, velado
en la alegora.
TEMAS
Es el gran purificador, no hay ninguna impure-
za que le resista. En el simbolismo masnico el Fue-
go tiene como finalidad hacer que se manifieste en
el nefito la Voz de la Conciencia profunda [13] que
nos censura toda falta al Deber, que destruye en no-
sotros todo lo que se opone al Bien, al Ideal; que
toma la forma del remordimiento que nos quema y
tortura, y luego se transforma en el Arrepentimien-
to, que nos purifica, ayudndonos a expiar. Es el ins-
tinto del todopoderoso que puede tornarnos en un
servidor de la evolucin, un constructor, un iniciado
en el Templo del Amor y de la Sabidura.
Ya es el final, fuimos probados y purificados por
los cuatro elementos, ahora ya somos Iniciados, he-
mos pasado las pruebas que la masonera nos ha en-
tregado, para ser Masones; ahora queda en nuestras
manos continuar el camino con nuestras propias
pruebas y purificaciones en la bsqueda de la Ver-
dad y as encontrar la Luz que nos inspire a com-
prender los formidables misterios de la tradicin
Inicitica.
Notas
1. Cox Learche W. La Regularidad masnica en
una nueva luz pg. 29.
2. Eliade, Mircea. Lo sagrado y lo profano Ed.
Labor.
3. Pain Sr, Cesar Aspectos Filosficos-Evolutivos
de la Francmasonera.
4. Lavagnini, Aldo Manual del Aprendiz.
5. Ritual del Primer Grado Simblico (Aprendiz)
1998, Cap VI.
6. Echeverria Daniel. Origen de la Ceremona de
Iniciacin R..L.. Sensatez N 427 G L Arg.
7. Guenn Ren. Smbolos fundamentales de la
ciencia Sagrada.
8. Castellani, J os. Maconaria e Astrologia Edit
Madras SP.
9. Salem, J orge. Por qu pasamos por la Cmara
de Reflexin? R L N427 G L Arg.
10. Frau Abrines, Lorenzo. Diccionario Enciclo-
pdico de la Masonera
11. Cirlot, J uan-Eduardo. Diccionario de Smbo-
los.
12. Idem.
13. Aslan, Nicola. Comentarios ao Ritual de Apren-
diz.
*Trabajo Presentado en la Tenida conjunta de las
RR LL SS Ro de la Plata y Dupla Alianza, G.
L. de la Masonera del Uruguay.
24
TEMAS
I. UNA SOCIEDAD DE TRADICIN INICITICA
Debe concebirse la Francmasonera como una
de las formas de expresin de la tradicin
judeocristiana; sus diversos ritos y los contenidos
de su cuerpo doctrinal as lo evidencian. El origen
de stos, como el de la propia masonera -sociedad
de tradicin inicitica- son oscuros, pero no porque
sus miembros hayan ocultado sus actividades como
malhechores que conspiran en la sombra, sino por-
que nada puede nacer fuera de una envoltura; por-
que la Verdad no puede sernos descubierta, sino re-
velada y, finalmente, porque no hay amor sin pu-
dor (El Mensaje Reencontrado, prlogo. Louis
Cattiaux, Ed. Sirio, Mlaga, 1987).
A fin de no destruir el cuesco y disecar la al-
mendra, todas las autnticas organizaciones
Iniciticas se han protegido cuidadosamente de la
profanacin (clave de su supervivencia), al menos
mientras se han desarrollado en sociedades y cultu-
ras tradicionales. Por eso se dice que los masones
trabajan a cubierto, en la logia, al abrigo de las
miradas profanas, y donde el silencio reina.
De las mltiples herencias conservadas o recu-
peradas y transmitidas por la Orden, cabe destacar,
adems de los elementos judeocristianos, los anti-
guos misterios del mundo clsico, el pitagorismo, la
alquimia y la cbala hebrea, de la que nos ocupare-
mos en este trabajo. Sealemos, antes de continuar,
que la Masonera no posee un cuerpo doctrinal ce-
rrado y dogmtico, sino que a lo largo de su existen-
cia ha ido incorporando elementos de pocas y es-
cuelas diversas. De esa herencia mltiple surgieron
los diferentes ritos y sistemas masnicos, los cuales
evocaban, mediante la prctica del ritual, un saber
que, si bien no todos comprendan, a todos cautiva-
ba. Y si es cierto que la orden no haca iniciados,
sino masones, stos podan considerarse como sm-
bolos de la verdadera iniciacin y disponer, adems,
de un contexto apropiado para la realizacin espiri-
tual. Las otras actividades propias de los afiliados a
instituciones de ese tipo eran la prctica de un oficio
de hombre libre, la filantropa, la beneficencia, etc.
II. LOS LUGARES COMUNES DE LA TRADI-
CIN EUROPEA
Aunque es difcil precisar en qu momento his-
trico y a partir de qu canales la cbala hebraica
fue introducida en la Masonera, s podemos afir-
mar, de acuerdo con la historiogrfica actual, que
por lo menos desde la Baja Edad Media esas influen-
cias son comprobables. As, a pesar de las muchas
lagunas existentes, los intercambios y las simbiosis,
puede afirmarse que se llevan cabo en un contexto
muy preciso, al cual podramos llamar el espacio
esotrico europeo de la poca. All confluyen a lo
largo de siglos un nmero siempre importante de
clrigos imbuidos de judasmo talmdico (muchos
de ellos masones), LA ORDEN DEL TEMPLE, las
corporaciones de constructores con sus logias -edi-
ficaban dos templos, el interior y el exterior-, todos
ellos en estrecha relacin con los crculos cabalsticos
de Praga, msterdam, Narbona, Toledo, Gerona
Conviene recordar asimismo que, hasta el siglo
XVIII, es relativamente comn que en los monaste-
rios benedictinos y en otras rdenes catlicas exista
una logia, de la que el Venerable Maestro es el pro-
pio abad.
En cuanto a la iniciacin de judos en las logias, s-
tos no fueron admitidos abiertamente hasta bien en-
PRESENCIA
DE LA TRADICIN HEBREA
EN LA MASONERA
PERE SNCHEZ FERR
Texto publicado en La Puerta: Cbala
Obelisco, Barcelona-Espaa, 1989
Fuente: http://www.fenixnews.com
25
TEMAS
trado el siglo XVIII, aunque siempre de forma mi-
noritaria. Por otra parte, debe tenerse en cuenta que
los judos no fueron jurdicamente libres hasta la
Revolucin Francesa y, a mediados del siglo XIX,
muchas logias europeas se negaban a admitirlos en
su seno. As pues, es errneo y tendencioso afirmar,
como lo ha hecho la literatura antimasnica (que es
tambin antisemita y tradicionalista, pero raras ve-
ces tradicional) que la Masonera cay en manos
del judasmo internacional con el fin de dominar
el mundo. La mentalidad complotista es muy vieja
y el conspiracionismo -que es un concepto polica-
co de la historia- ha formado parte del mobiliario
intelectual de las clases medias y de la burguesa
desde el siglo XVIII. Todo ello nada tiene que ver
con el concepto tradicional de historia ni con la es-
piritualidad viva de Occidente y no merece, pues,
que le prestemos ms atencin.
III. LA TRADICIN HEBREA EN LA MASONE-
RA
Algunos autores han sugerido que una de las mi-
siones que se habra impuesto la Orden
Francmasnica sera la de unir los dos testamentos
en una sola carne, por decir-
lo con palabras de San Pablo.
J ean Tourniac apunta que la
Masonera, con su constante
melkisedeciana, habra de cum-
plir una funcin abrahmica y,
en ese sentido, Noaquita, pues
en ella podran confluir las tres
grandes religiones monotestas:
la hebrea, la cristiana y la
islmica.
Sea como fuere, lo cierto
es que la cbala hebraica est
presente en la mayora de ritua-
les y catecismos de instruccin
masnicos. Es en esa clave,
creemos, que deben
interpretarse muchos de sus
smbolos y enseanzas.
El esquema que siguen to-
dos los sistemas masnicos est
basado en dos templos; el pri-
mero es de madera, el Arca de
No y el segundo, de piedra, el Templo de Salomn;
No e Hiram: dos constructores que nos remiten a
dos alianzas, porque en Masonera edificar y deifi-
car son sinnimos. Los manuscritos masnicos ms
antiguos que se conocen, como el llamado Regius
(1390 aprox.) y el de Cook (1410) estn basados en
temas del Antiguo Testamento, centrados en las fi-
guras de Adn y No. En la mayora de rituales pos-
teriores es comn el empleo de palabras como Hejal,
Debhir, Shadai, Elohim, J akin, Boaz, el Tetragrama,
as como las referencias a la Shejin, al Altar de los
Perfumes, y a los Profetas.
En los grados superiores del Rito Escocs Anti-
guo y Aceptado, el soporte simblico e histrico de
los rituales est tomado en gran parte del Nuevo Tes-
tamento. Tenemos as una masonera Noaquita, de
origen medieval, un segundo estadio salomoniano y
zorobabeliano y un tercero, que es tambin el de ms
reciente aparicin (siglo XVIII), caballeresco,
neotestamentario y crtico -el Escocismo-, la versin
inglesa del cual es el Knights Templar, los Caballe-
ros del Santo Sepulcro o los de San J uan Evangelis-
ta, entre otros. Como sea que el tema es tan extenso
como complejo y estas pginas pretenden ser slo
una primera aproximacin, nos ocuparemos nica-
mente de algunos temas puntuales que considera-
mos de particular inters.
IV. LOS MASONES
Sealemos en primer lugar que la Masonera
utiliza el calendario tradicional hebreo, con el nom-
bre de los meses en esa lengua y su era es la de la
verdadera luz, separada de la cronologa profana.
Anotemos tambin que las palabras desempean un
papel axial en todos los ri-
tos y ceremonias y la gran
mayora de ellas -nos refe-
rimos a las llamadas pa-
labras sagradas y de
paso- son tambin de fi-
liacin hebrea.
Uno de los nombres
con que los masones se de-
signan a s mismos es hi-
jos de la Viuda, lo cual
est tomado de I Reyes
XVII, 17 a 24, donde Elas
resucita al hijo de la viuda
de Sarepta; Hiram tambin
es hijo de una viuda de la
tribu Neftal (1 Reyes VII,
13-14) y en el Nuevo Tes-
tamento (Lucas VII, 11-16)
J ess resucita el hijo de la
viuda de Naim. Es de inte-
rs sealar que viudez
tambin significa en he-
breo ser despojado, abandono, desolacin y puede
asimilarse a nuestra condicin en este tiempo de
exilio. Tambin est relacionado con mutismo,
incapacidad para articular palabras.
Es as como el trmino hijos de la viuda co-
bra su significado: los masones son aquellos que,
mudos y despojados en este mundo de exilio, espe-
ran ser rescatados por el Profeta (1). En el ritual del
primer grado, el aprendiz declara que no sabe leer,
ni escribir, refirindose obviamente al Nombre
26
TEMAS
completo e impronunciable y no a cualquier nom-
bre (2). La nocin de palabra de paso est tomada
del pasaje bblico donde se relata que, en los vados
del J ordn, los galaaditas obligaban a los de Efram
a decir la palabra Shibolet para permitirles cruzar el
ro, pero como no la pronunciaban correctamente
eran degollados (J ueces XII, 4-6).
No es en modo alguno casual que la primera de
las palabras de paso en el Rito Escocs (grado 2,
porque en el del 1 an no la hay) sea precisamente
Shibolet, que significa espiga o prolijo como la es-
piga, segn el Tuileur de Vuillaume. Tambin est
relacionado con torrente y multiplicacin. En los ri-
tos de Eleusis la espiga simboliza la luz sembrada
en el hombre desde su nacimiento y que produce
todos sus frutos gracias a la iniciacin (3).
En un texto ingls de 1745, The Testament of a
free maon, comentado por J . P. Lasalle (4), la pa-
labra de aprendiz es Shajar, que significa aurora y
tambin oscuridad. Dice el Zohar, comentando el
Bereshit, que cuando resplandezca para Israel el sol
de la liberacin, sobrevendrn desgracias sobre des-
gracias, tinieblas sobre tinieblas, aludiendo al doble
sentido que tiene en hebreo la palabra aurora y de lo
que ella es smbolo: luz para unos y tinieblas para
otros (5).
V. LA LOGIA, TEMPLO MASNICO
La etimologa de la palabra logia es de raz
sncrita (loka) y se asimila a universo. Est orienta-
da en sentido este- oeste y la sostienen tres pilares,
cuyos nombres estn tomados del rbol sefirtico:
Fuerza (Gebur), Belleza (Tifret ), Sabidura
(J ojm). Ello supone, segn J ules Boucher, la exis-
tencia, aunque invisible, de una cuarta columna; la
Inteligencia (Bin) (6). En el grado tercero del
Escocismo la logia se divide en dos partes, el Hejal,
que es propiamente el templo, donde se lleva a cabo
la ceremonia, y el Debhir (el Sancta Sanctorum),
separado por un velo. Cuando ste es corrido apare-
ce, resplandeciente, Hiram (vida elevada) resuci-
tado. Anotemos que Debhir puede significar tam-
bin palabra o cosa, lo cual est estrechamente
vinculado al misterio de la palabra perdida, de la
que luego hablaremos (7).
Un tema comn a todos los Ritos es el de las
dos columnas del templo salomnico, J akin y Boaz,
situadas a la entrada de la logia y de las que hay una
descripcin en varios pasajes bblicos (1 Reyes VII,
21; II Reyes XXV, 13-17; J eremas LII, 20-23 y II
Crn. III, 15-17), adems de la que nos ha dejado el
historiador judo Flavio J osefo (siglo I d. de Cristo)
en sus Antigedades judaicas. De las citadas colum-
nas dice el Zohar (III, 58a) que los dos ros secun-
darios que tienen su origen en el ro principal, (ro
Vida) se bifurcan en dos direcciones, que son los
nombres de las dos columnas del Templo erigido a
Salomn: J akn y Boaz. Todos esos ros circulan
en un mismo grado, llamado elJ usto, como est
escrito: Y el J usto es la base del mundo.
J akn aparece en el Antiguo Testamento como
hijo de Simen, el cual es a su vez hijo de J acob
(Gn. XLVI, 10), mientras que Boaz es el marido de
Rut, ancestro de David (Rut IV, 13 a 22). Segn cier-
tas versiones masnicas, estas columnas son las des-
tinadas a unir de nuevo la tierra y el cielo (8). El
significado de J akn es fundamento, erigir, del ver-
bo consolidar, y el de Boaz es la Fuerza o en la
Fuerza. Se han hecho muchas interpretaciones de
las dos columnas, algunas de las cuales son fruto de
versiones muy personales. El Rito Francs o Mo-
derno, que ha expurgado y simplificado el
Escocismo, ha invertido la situacin de las colum-
nas, de manera que J akn es emplazada a la izquier-
da y Boaz, a la derecha.
Dicha innovacin no est basada en la tradicin,
cuya fuente en este caso es el Antiguo Testamento.
Por otra parte, en hebreo, la izquierda es siempre el
norte y la derecha, el sur, lo que implica inequvoca-
mente que la orientacin se toma, como su nombre
indica, volvindose hacia oriente, hacia el este.
En los rituales, tanto medievales como moder-
nos, figuran tambin otras dos columnas
antediluvianas. La tradicin masnica registrada en
el manuscrito de Cook (9) -ya citado- dice que los
hijos de Lamec, J abel, J ubal, Tubal-Can y Noem
(Gn. IV, 19-22) grabaron todas las ciencias en di-
chas columnas, a fin de que fueran salvadas del di-
luvio. J abel es el primognito y, de acuerdo con este
ritual, es el inventor de la geometra y el creador de
la Masonera. Su nombre, en hebreo, significa car-
nero pero tambin se le asimila al signo de Aries,
al cuerno de carnero, a la trompeta y al jubileo.
27
TEMAS
Tubal-Can, padre de la forja, encarna el aspec-
to negativo. El Tuileur de Villaume dice de Tubalcain
que significa possessio mundana, es decir, el que
posee y disfruta de/en este mundo. El Filsofo Her-
mtico Ireneo Filaleteo afirma que las artes y herra-
mientas de la estirpe de Can son opuestas a las de
Set, porque la utilizacin de los metales de forma y
con objetivos profanos es una actividad asesina y
fratricida.
De la hermana de Tubal-Can dice el Zohar (1,
55a) que a Noem (dulzura) se la llama as en las
Escrituras para indicar que su cometido es seducir
a los hombres y los espritus, lo cual ocurrir hasta
que el Santo Bendito Sea purifique el mundo de
los espritus impuros.
Volviendo a las dos colum-
nas, el manuscrito Grand
Lodge nm.1 (1583) precisa
que una de ellas era de mrmol
para que no fuera quemada
por ningn fuego, y la otra
de ladrillo, para que no fuera
anegada por ninguna agua.
Tambin aqu se dice que
Hermes, Padre de la Sabidura,
anteriormente llamado
Hermarines, hall una de las
dos columnas (10). En el ma-
nuscrito Dumfries (1710
aprox.) volvemos a encontrar
el mismo tema, que sin duda
pertenece a la Masonera
operativa medieval.
VI . LA MASONER A
NOAQUITA
Nos referimos a continua-
cin a los rituales Noaquita, de
origen medieval, donde los
protagonistas son No, sus hijos Sem, Cam y J afet,
el Arca, el diluvio, el monte Ararat, la paloma y cierta
piedra mstica, entre otros elementos. Muchos de
ellos se conservan actualmente en el grado 13 y 21
del Rito Escocs y tambin en el Royal Arch ingls.
En los trabajos de este ltimo no figuran las Escritu-
ras porque en la poca de No se afirma- stas an
no existan, aunque se lee el libro de Isaas.
En el grado 21 del Escocismo la palabra de paso
es Faleg, que en hebreo significa divisin, y se pro-
nuncia tres veces en tono lgubre. La palabra sagra-
da es triple: Sem, Cam y J afet (11); los trabajos se
llevan a cabo en luna llena y su luz es la nica que
debe iluminar la logia, por medio de una nica ven-
tana, a imagen de la que Dios hace abrir a No en el
Arca. Las Escrituras ensean que cuando nace No,
su padre Lamec dice de l: ste nos procurar el
descanso (Gn. V, 29). El Midrash Rabb comenta
este pasaje como sigue: cuando pec el hombre,
() el buey y el asno no obedecan al campesino y
el surco tampoco. Cuando se levant No descansa-
ron. Y en xodo XXIII, 12, se dice: durante seis
das hars tu trabajo y el sptimo descansars, a fin
de que tu buey y tu asno tengan descanso Por su
parte, el Zohar (1, 58b) dice que No es el anagrama
de Gracia. As pues, no hay bendicin sin descanso,
lo cual est, adems estrechamente unido al miste-
rio de la Natividad (12).
En cuanto al Arca, imagen del atanor entre los
alquimistas, tambin significa cofre, caja y palabra
escrita. En un comentario sobre el Arca contenido
en el Zohar (1, 59b) se dice que para salvar el mun-
do, No ha debido encerrar-
se en una arca aqu abajo,
de igual manera que ocurre
en el misterio de all arri-
ba. Contina el texto afir-
mando que No fue un
hombre justo; pues era la
imagen de Aquel que es
arriba, que tambin es lla-
mado el J usto, del que la
Escritura dice: Y el J usto es
la base del mundo. Se le de-
nomina as porque es la co-
lumna sobre la que se sos-
tiene el mundo.
Esa columna es llama-
da el J usto; No tambin
es llamado el justo de aqu
abajo. No, que naci cir-
cunciso, se salva -contina
el Zohar- porque ha estado
escondido, a cubierto. Y
gracias a su invisibilidad
durante el diluvio, Elohim
no se acord de No, porque los bienes que el hom-
bre esconde a ojos del mundo son colmados de ben-
diciones celestes, pues todo lugar descubierto es
accesible al demonio (1, 64b).
VII. EL ESCOCISMO. LA MASONERA CABA-
LLERESCA
Nos referiremos finalmente al grado 18 del
Escocismo, llamado Soberano Prncipe Rosa-Cruz
o tambin del guila y del Pelcano. Dicho grado,
en el que culmina la Masonera capitular o roja, con-
tiene algunos elementos bsicos de la cbala, como
la bsqueda de la Palabra Perdida, cuya mitad el
hombre arrastr en su cada (13). La cmara para
trabajar en este grado, en la versin del Rito de
Kilwinning -uno de los ms antiguos-, cuenta, entre
otros elementos, con una piedra cbica, sobre la cual
se deposita una rosa marchita; una estrella flamgera
con un buey a la izquierda y un asno a la derecha,
28
TEMAS
los dos con la cabeza vuelta hacia dicha estrella. La
primera palabra de paso es Immanuel, Dios en no-
sotros, y la segunda, Zorobabel, que el Tuileur de
Villaume traduce por dispersio confusionis.
Zorobabel es el rey de Israel.
La palabra particular es I.N.R.I., o bien yod,
mem, yod; la palabra general es Rafadn, derivada
de Rafidim. Este vocablo proviene del verbo raf,
curar, socorrer, reparar, restablecer. Rafidim es el lu-
gar donde acamparon los israelitas en su huida de
Egipto, en el que Moiss hizo manar agua de la roca
(Exodo XVII, 1-7). Tambin se emplean otras pala-
bras hebreas, como Salatiel, Moabon, Hiram y
J ehovah (14).
En la dramatizacin del ritual (con algunas va-
riantes segn los diferen-
tes sistemas) los caballe-
ros se lamentan de que el
Templo ha sido destrui-
do. Posteriormente, lle-
gan a un lugar desierto,
desolado y oscuro, en
busca de la Palabra per-
dida. Desean una nueva
patria (15), pasan por las
tres virtudes teologales
(fe, esperanza y caridad,
que tambin desempe-
an un papel muy impor-
tante en el ritual), reco-
rren los cuatro puntos
cardinales y se despojan
de toda impureza hasta
que, abatidos y desani-
mados, en medio del ani-
quilamiento, la agona y
la muerte, escuchan una
voz misteriosa en lo
ms hondo de sus cora-
zones. La ceremonia termina con la divisa de la
Compaa de J ess, A mayor gloria de Dios (16).
En un ritual francs de 1887 se dice que, una
vez restituida la Palabra perdida, el hombre recobra
los derechos de su primitivo origen y la naturaleza
se yergue Vemos pues, que la presencia de la tra-
dicin cabalstica hebrea en la Masonera es tan evi-
dente como importante. Nos parece fuera de duda
que los primeros creadores de las doctrinas y ritua-
les eran poseedores de un autntico saber tradicio-
nal y en modo alguno estaban guiados por caprichos
innovadores u opiniones personales. Asimismo, po-
demos afirmar que los llamados trabajos de ritual no
consistan en una simple transmisin formal, sino
que consista el soporte de otra cosa. Conocemos la
importancia de las palabras en la Masonera, pero
cuando entendemos que, en realidad, esas palabras
son nombres -como afirma J . F. Var (17)- entonces
empezamos a vislumbrar el hecho de que los maso-
nes de tradicin hacan algo muy importante en sus
rituales y se transmitan una cosa relacionada con
nombres.
VIII. LOS EPGONOS
Con el advenimiento de la contemporaneidad y
la subsiguiente destruccin progresiva y sistemtica
de todos los valores y las estructuras tradicionales,
tambin la Masonera sufri sus consecuencias,
cuando no fueron los propios masones (dirigentes
de la Orden en Espaa, Italia, Blgica o Francia,
modelo de todos ellos) quienes ocuparon las prime-
ras filas de la profanacin (18). Tambin entre los
judos europeos penetr el racionalismo materialis-
ta de las luces del
siglo. A ello con-
tribuy decidida-
mente la prolife-
racin de anuarios
y publicaciones
como Haskal -
Ilustracin-, con-
tinuadora de Ha-
Me assef (1785-
1797), enfrenta-
dos abiertamente
a la tradicin
talmdica, a la c-
bala y al pretendi-
do oscurantismo
jasdico.
Por lo que a la
Masonera se re-
fiere, lo sorpren-
dente no es que
existieran organi-
z a c i o n e s
iniciticas en Eu-
ropa, sino lo que de ellas hicieron, a partir del siglo
XVIII, muchos y destacados masones. Ms atentos
a las sirenas del materialismo, de las revoluciones y
despus del positivismo, que no de aquella voz mis-
teriosa que deban buscar dentro y no fuera de s
mismos, participaron eufricos en la subversin ge-
neral, tal vez con la vana esperanza de que transfor-
mando el mundo se transformaran a s mismos, de
manera que una sociedad nueva producira tam-
bin un hombre nuevo. As se abrieron las puertas
a todas las utopas polticas versiones mltiples del
milenarismo secularizado- y a todos los extravos
de la modernidad anti tradicional. Los gemetras se
convirtieron en moralistas, los misterios sacros de-
generaron en teatro para entretener burgueses, las
danzas sagradas en ballet y bailes de saln; los him-
nos religiosos en canciones y tonadillas de iglesia,
29
TEMAS
el poder mgico en esttica y arte creador, los mitos
sagrados y los libros revelados en literatura y la his-
toria dej de explicar las relaciones entre lo que es
en el cielo y lo que acontece en la tierra.
A lo largo del siglo XIX, una mayora de maso-
nes asistan o tomaban parte con entusiasmo en el
penltimo asalto contra sus propios orgenes. Esa
es una historia conocida. Como colofn, la
historiografa positivista se dedic con precisin y
esmero a historiarlo todo: historia de la tierra, del
hombre -el darwinismo-, de las religiones, de J esu-
cristo, etc. Historiar la revelacin, hacer la crnica
de la eternidad era -al menos eso crean- una forma
segura (puesto que era cientfica) de minar la base
en que se asentaba el pensamiento religioso y la tra-
dicin espiritual de Occiden-
te. Pero no todo ocurri como
los paladines del materialismo
esperaban.
NOTAS
1. En latn la palabra viuda
expresa igualmente el sentido
de vaco y privacin. En este
sentido, se dice que ni Israel
ni J ud son viudos porque
no estn privados de su Dios.
Para otras versiones del tema
vase J . Boucher, La
Symbolique Maonnique,
Dervy-Livres, pgs. 280-283.
2. En la versin griega de la II
Epstola a Timoteo podemos
leer (II, 15): Procura cuida-
dosamente presentarte ante
Dios () como obrero ()
que traza bien la Palabra de
verdad. Deletrear, grabar, tra-
zar, son trminos que la Ma-
sonera utiliza para designar lo
referido a la escritura y la cien-
cia de las letras, lo cual est
relacionado con la Palabra
perdida y, segn Ren Gunon, con el arte de la
alquimia. Este excepcional erudito de la tradicin
perteneci a la Masonera. Estuvo afiliado a la logia
Thbah, de la Gran Logia de Francia, y en 1908 in-
gres en la logia parisina Humanidad, que traba-
jaba en el Rito Nacional Espaol (en realidad es de
Memphis y Misraim), cuya obediencia -la Gran Lo-
gia de Espaa-auspiciaba por entonces dos logias
en Barcelona. Vase sobre Masonera sus obras
Aperus sur linitiation y Etudes sur la
Francmaonnerie et le compagnonnage, 2 vols.
3. Ver V Magnien, Les Mystres dEleusis, Ed.
Payot, Pars, 1950, pg. 235. Manuel maonnique
ou Tuileur des divers rites de Maonnerie, Paris,
1830, reeditado por Dervy-Livres en 1983. Obra an-
nima de gran inters, en la que se aclaran o corrigen
errores que ya por entonces contenan muchos ritua-
les.
4.The testament of a free maon o Le testament
du Chevalier Graaf, comentado por J . P. Lasalle en
Les sources judo-chrtiennes du noachisme
maonnique, en los Travaux de la Loge Nationale
de recherches Villard de Honnecourt, nm. 15,
1987, pgs. 188-192.
5. La palabra de compaero (2 grado) es Tzahoraim
medioda-, y la del 3 grado (maestro) es
Hakalkallah, que, segn el ritual, significa laberin-
to, tal vez porque, en hebreo, hakalkalot -aade
Lasalle- se refiere a
deformar la ley y
hay un juego de pa-
labras entre sta y
Ekel, trenzar una
trama. L. Cattiaux
(en El Mensaje
Reencontrado, V,
94-94) nos habla
as de estas
dualidades: La
ciencia de Dios se
reviste de una ms-
cara aterradora a
fin de alejar a los
hombres pusilni-
mes. Bajo el hedor
de la muerte se
oculta el perfume
de la rosa.
6. J ules Boucher,
op. cit., pgs. 98-
102.
7. Sobre el Hejal,
dice el Zohar (I
94b) que esta pala-
bra significa all
est todo; que es
el ms alto de todos los grados y que es el taber-
nculo quien hace la unin de todo. Vase tam-
bin La Puerta, Simbolismo, 1988, pgs. 75-77.
8. Le symbolisme, I, nm. 1, octubre de 1912, pg.
68; L. Cattiaux se refiere a ellas con estas palabras:
Buscamos las dos columnas del Templo y las tene-
mos ante nuestros ojos y bajo nuestras manos, pero
nuestros corazones estn oscurecidos (El Men-
saje Reencontrado,XXI, 19).
9. Existe una traduccin francesa de este manuscri-
to, realizada por Andr Crpin: Les manuscrits
Regius et Cooke, Travaux Villard de Honnecourt,
nm. 6, 1983, pgs. 92 y 55. En el de Cook se alude
30
repetidamente a Euclides y a Isidoro de Sevilla y
sus Etimologas, as como a Hermes y Pitgoras,
los cuales -dice el manuscrito- encontraron las dos
columnas antidiluvianas y ensearon las ciencias
que en ellas se encontraban escritas. Tambin se
dice que los hijos de Israel aprendieron el arte de la
Masonera -construccin- en Egipto.
10. Mazet, Edmond, Le manuscrit Grand Lodge
nm. 13 (1583), Travaux Villard de Honnecourt,
nm. 10, 1985.
11. Tuileur de Vuillaume, pg. 160. Sem se traduce
por nombre, Cam, caliente o tambin, segn el
Tuileur, negro, tenebroso (niger). J afet es traducido
como bello (pulcher), aunque tambin se le puede
relacionar con hacer espacio, ensanchar (en hebreo),
como se indica en Gn. IX, 27. La Vulgata, casi siem-
pre fiel al original hebreo, traduce el fragmento como
sigue:
Dilatet (ensanche) Deus Iapheth, et habitet in
tabernaculis Sem. Los tres nombres pueden
interpretarse tambin como las tres partes de que est
compuesto el ser humano.
12. Vase al respecto El descanso del buey y del
asno, en La Puerta, nm. 9, 1982-1983, pgs. 34-
37, y Observaciones sobre el asno filosfico, La
Puerta, Simbolismo, 1988, pgs. 20-24.
13. Para la versin griega del tema, vase Zeus in-
fernal, La Puerta, nm. 21,1985-86, pgs. 13-19
y el cuento Riquete del Copete, con una introduc-
cin de E. H., La Puerta, nm. 13, 1983-84, pgs.
28-50.
14. Tuileur de Villaume, p. 147.
15. Una nueva patria (ver Gn. XXXI, 13) debe
interpretarse aqu como una nueva filiacin, puesto
que la etimologa de esta palabra nos remite a padre,
pater.
16. En un ritual ingls fechado en 1722 se dice que
los Misterios de la Masonera son los mismos de la
Religin Cristiana, escondidos bajo emblemas o por
medio de alegoras. Ms adelante se asimila la es-
cuadra y el comps al Antiguo y al Nuevo Testa-
mento.
17. Ver J ean-Francois, Ahiman Rezon et la Grande
Loge des Anciens, en los Travaux Villard de
Honnec9ourt, nm. 15, 1987, pg. 145.
18. Sobre las sociedades secretas afirma L. Cattiaux:
muchos conocen la tonada, pero pocas tienen la
cancin En su origen, esas sociedades estaban for-
madas por Adeptos, que transmitan ritos y smbo-
los susceptibles de poner a un sucesor sobre el ca-
mino, La Puerta, nm. 10, 1983, pgs. 42-44,
y tambin El Mensaje Reencontrado, XXI, 29:
Los profanos se han infiltrado en todas partes y
ahora mandan en el mundo, en las iglesias y en las
sociedades iniciticas.
TEMAS
31
TEMAS
32
En las pruebas simblicas de admisin en la ma-
sonera, el Candidato al salir del Cuarto de Reflexio-
nes, adems de ir ataviado con el traje de recipien-
dario va con los ojos vendados con una postura
que denota una ceguera temporal. Esta venda o
velo como se le califica en otros ritos masnicos
y ceremonias colocada en los ojos del Iniciado
simboliza oscuridad e ignorancia. Cuando sta se
le retira y al ver la Luz representa el renacer a una
vida de esclarecimientos que le aporta la Iniciacin.
Recibir la luz es, pues, el equivalente de recibir la
iniciacin masnica.
Esta prueba, que forma parte del Ritual de Ini-
ciacin, tambin se le conoce como pasaje bajo la
venda y su simbolismo radica en pasar de un mun-
do a otro, es decir, de lo profano a lo sagrado en ese
palpitante viaje por los antiguos misterios. Quienes
desconocen los secretos de la francmasonera, po-
dran percibir esta prueba como algo fantasmal, de
un sincretismo pseudo religioso o de magia, pero la
venda es algo ms porque el Candidato se va des-
prendiendo mentalmente de lo que significa el mun-
do profano tras meditar en la Cmara de Reflexio-
nes.
Esa experiencia es como un dilogo consigo
mismo, donde el candidato exterioriza su humildad
y razona que esa venda encubre su propio espejo
para deshacerse del pasado. El candidato acepta que
dicha venda es su primer smbolo del trabajo en el
Taller al recibir y descubrir la Luz Masnica.
Barboza de la Torre dice que el recipiendario
en lo ntimo de su alma luchan la voluntad de se-
guir y la duda. Quiere sumarse a los hombres que
con tanto orgullo hablan de su Masonera. El Can-
didato todava no puede andar solo y el Experto lo
conduce para que pueda avanzar. Al respecto,
Barboza puntualiza: Aquella venda es el smbolo
de la ignorancia. As camina una parte de la Huma-
nidad, sin la luz del saber. Son pasos inciertos, im-
precisos, como los de un nio. Despus oir la ex-
plicacin de que este grado representa al nio (170).
Hay otro aspecto a tomar en cuenta. La venda o
velo que cubre los ojos al recipiendario no es una
mscara, una careta o un antifaz, porque una ms-
cara como la refiere Albert De Paco, es una cober-
tura de la cara usada con objeto de investirse con
una identidad diferente de la propia (312). Como
expresaba el poeta mexicano Octavio Paz, una ms-
cara es la mirada que no mira y mira. Una msca-
ra o antifaz es otra cara y este no es el caso del Can-
didato cuando va con los ojos vendados, porque la
venda simboliza la renuncia a la vida anterior y re-
presenta el germen de la luz, la oscuridad tras la que
se vislumbra el conocimiento, la iluminacin espi-
ritual (Id. 366).
Mackey define la venda que se le coloca al Can-
didato como el smbolo de la discrecin, del silen-
cio y de la oscuridad en la que los misterios de nues-
tro arte deberan apartarse de las miradas profanas
del ignorante (1579). Asimismo, existe en la ven-
da una representacin de la oscuridad mstica que
siempre precede a los ritos de las iniciaciones anti-
guas. De igual forma, Frau Abrines dice que la ven-
da u otro objeto con que se cubren los ojos al reci-
piendario en el acto de iniciacin del primer grado y
en algunos otros llamados masnicos tambin. La
venda es el emblema de la ceguera y las tinieblas
en que se haya envuelto el mortal que no ha tenido
la dicha de recibir la luz de la ciencia y de la verdad,
y que no reconoce, por consiguiente, la senda por
donde debe encaminar sus pasos para no tropezar
con los escollos que siembran constantemente a su
CON LOS OJOS VENDADOS
Q H NGEL R. MEDINA, M M
R L Leonardo Da Vinci N 244
Or de Maracay, Aragua, Venezuela.
LECTURAS
33
paso los vicios y los errores y reocupaciones de su
primera educacin (1924).
El Candidato como lo instituye el Ritual
entra vendado al Templo y slo escucha una voz que
dice: A las puertas del Templo tocan profanamente.
Esa voz es la del Guarda Templo Interior quien se lo
comunica al Primer Vigilante y ste a su vez al Ve-
nerable Maestro. El Venerable Maestro expresa:
Hermanos mos, armaos con vuestros aceros, un
Profano se encuentra a las puertas del Templo. El
Venerable Maestro persuade al Primer Vigilante y le
dice: quin es el temerario que osa turbar as nues-
tros trabajos?. El Querido Hermano Guarda Tem-
plo Interior se lo pregunta al Hermano Experto y
seguidamente le dice al Primer Vigilante: Es el
Querido Hermano Experto que conduce a un profa-
no. El Venerable Maestro inquiere: Y el Querido
Hermano Experto, por qu se presenta aqu con un
profano, qu quiere?, qu pide?. El Primer Vigi-
lante se lo pregunta al Guarda Templo Interior y lue-
go ste le dice al Venerable Maestro: Pide el favor
de ser iniciado en nuestro augustos misterios. El
Venerable Maestro pregunta: Y cmo ha osado lle-
gar hasta aqu? El Primer Vigilante le responde: Por-
que es libre de y de buenas costumbres (Ritual y
catecismo del grado de Aprendiz 16-17).
El Candidato ingresa con los ojos vendados al
Templo por la puerta estrecha e inmediatamente
recibe como si fuesen disparos de salva el mpetu
alimentador de las preguntas del Ritual. El Candi-
dato medita sus respuestas y por su mente, quizs,
lo abruma el deseo libre de devolverse o seguir y
entonces recuerda a Shakespeare con aquello de ser
o no ser. Aunque se siente angustiado, tiene la sa-
tisfaccin de que ha respondido satisfactoriamente
las preguntas. Medita nuevamente el porqu de los
ojos vendados y reflexiona sobre lo visible e invisi-
ble, de las tinieblas y el deslumbramiento final por
ver la luz.
Segn Frdric Du Portal (citado en Laban 68)
el hombre que abandona las tinieblas pasa del esta-
do profano al de iniciado, de puro. Laban expresa
que el simbolismo de la venda es uno de los ms
profundos de la masonera. Efectivamente, la venda
representa al hombre profano que no ha podido al-
canzar la luz y cuando se le quita la venda vive la
experiencia iluminadora objeto de la iniciacin
(181). Igualmente escribe que la venda no podemos
quitrnosla nosotros mismos y sta es uno de los
sentidos de la iniciacin al grado de aprendiz.
La luz, es el smbolo universal relacionado con
el origen y la generacin de la vida. Segn Ferro, en
los textos evanglicos del Volumen de la Ley Sagra-
da, aparece integrando el ternario Verbum-Lux-Vita.
Opina, igualmente, que en la Francmasonera, la luz
posee, desde el punto de vista simblico, un lugar
central. Al respecto, Ferro subraya:
Como toda iniciacin, implica culminar una vida
y comenzar otra; este nuevo nacimiento hace que
el candidato vea la luz, lo cual retrotrae nuevamente
al simbolismo evanglico en el cual la vibracin del
Verbo genera la Luz, Fiat Lux, ya que la Luz es el
germen de la Vida y la Vida es la luz de los hom-
bres De aqu se pueden discernir los profundos
orgenes iniciticos del nombre Hijos de la Luz
(142-143).
Trabajos citados
Albert De Paco, J os Mara. Diccionario de smbo-
los. Barcelona: Editorial ptima, 2003.
Barboza de la Torre, Pedro A. Manual del aprendiz.
Maracaibo: Fondo Editorial Moral y Luces, s. f. .
Battistini, Matilde. Astrologa, magia, alquimia.
Barcelona: Editorial Electa, 2005.
Ferro, J os Francisco. Entre columnas. Diccionario
masnico. Mxico: Lumen, 2007.
Frau Abrines, Lorenzo. Diccionario enciclopdico
de la masonera. Mxico: Editorial del Valle de
Mxico, 2006.
Gallatin Mackey, Albert. Enciclopedia de la maso-
nera. Mxico: Grijalbo, 1981.
Gran logia de la Repblica de Venezuela. Ritual y
catecismo del grado de Aprendiz. Texto oficial. Ca-
racas, 2000.
Laban, Ren. Los smbolos masnicos. Barcelona:
Ediciones Obelisco, 2006.
LECTURAS
34
A los 9 aos de edad, se haca llamar Ehrich, el
prncipe del aire, un hbil trapecista con unas cua-
lidades sobrenaturales para el arte circense y del es-
pectculo. Todo el mundo lo recuerda como Harry
Houdini, el gran mago, escapista, ilusionista, psic-
logo profundo, clarividente, teleptico e hipnotiza-
dor, y sus bigrafos afirman que posea facultades
sobre normales y que llev hasta su tumba el secre-
to de la materializacin y desmaterializacin.
Sin embargo, su verdadero hombre era Ehrich
Weiss, de padres judos y nacido en Budapest, Hun-
gra, el 24 de marzo de 1874. Su apellido, Weisz (en
ingls Weiss), se deriva del nombre alemn Weib,
que significa blanco. Emigr con su familia a los
Estados Unidos el 3 de julio de 1878. Las razones
de la salida de la familia permanecen todava oscu-
ras, aunque el antisemitismo jug, sin dudas, un pa-
pel importante ya que su familia era de origen judo.
Su padre, precisamente, fue rabino.
Houdini, fue el antecesor de Mandrake el
Mago, aquel celebrrimo personaje de las tiras c-
micas y de los dibujos animados. A principios del
1900, se hizo famosa aquella frase: esto no lo arre-
gla ni Mandrake el Mago cuando se referan a cues-
tiones y problemas sin solucin. Mandrake, mien-
tras tanto, era un personaje de la fantasa, de la ima-
ginacin, pero Harry Houdini fue para la poca un
ilusionista y escapista en tiempo real. Fue un genio
de la fuga y la evasin y una vez dijo casi descon-
certado a unos periodistas neoyorquinos luego de
una actuacin como escapista: No lo s decir. Yo
mismo no lo s. Y, lo que es ms, siempre tengo
miedo de fracasar y perder la vida. Esa actuacin,
como la mayora de ellas, fue sensacional.
En otro acto, Houdini fue fuertemente atado con
esposas y cadenas, cubierto con candados y nudos
de hierro que ataban sus manos y piernas; esto le
impeda mover la cabeza y hasta respirar. Encerrado
en una especie de biombo y transcurridos algunos
minutos, para el asombro de los espectadores, em-
pezaron a caer como lluvia, las cadenas, candados y
esposas. Para los espectadores, fue algo nunca vis-
to, fuera de lo normal, porque hubo testigos cuando
se le espos y se le amarraron las cadenas.
Otra de las hazaas de Houdini, fue cuando un
grupo de incrdulos del arte del escapismo y el ilu-
ILUSIONISTA, MAGO, ESCAPISTA E HIPNOTIZADOR
EL GRAN HOUDINI: UN MANDRAKE REAL
MAESTRO MASN Y SHRINER
Q H NGEL R. MEDINA
R L Leonardo Da Vinci N 244
Or de Maracay, Venezuela.
LECTURAS
35
sionismo, lo condujeron a la prisin para asesinos
de alta peligrosidad donde estuvo encerrado
Guitteau, el famoso asesino del presidente Garfield.
Para el asombro de todos, en menos de dos minutos
Houdini se encontraba en libertad, no slo del cala-
bozo sino de todo el bloque del edificio de alta se-
guridad. Houdini abri y cerr todas las puertas del
sector de celdas. Muchos no supieron cmo lo hizo,
o si fue un truco, mientras que otros especulaban
que tena una extraa fuerza mental que le permi-
ta actuar de esa manera.
Muchas hazaas como escapista
Un periodista de la Gran Manzana narra en un
escrito que le vio cuando le metieron en una gran
cesta de fibra y fue entretejido o entrecruzado en
ella y se escap para el asombro de los espectado-
res. Otro relato dice que una vez lo introdujeron en
un tonel de cerveza realizado por toneleros expertos
que le hicieron un tonel a su medida y lo amarraron
dentro de ella, donde tambin sali airoso. Asimis-
mo, fue congelado vivo en bloques de hielo y del
mismo modo se escap para sorpresa del auditorio.
Hay otra crnica admirable de una funcin que
hizo en Europa Oriental. En Mosc, fue llevado den-
tro del vagn de un tren construido con paredes de
acero, de esos que utilizaban para llevar prisioneros
polticos a Siberia, y sali caminando como si nada
hubiere ocurrido. Nadie se explicaba cmo se esca-
p de ese laberinto de acero. En Berln, cuentan que
en una oportunidad de burl del fabricante y dueo
del acero Krupp, quien orden hacer en sus fundi-
ciones unas cadenas con aceros especiales. All, se
zaf de sus amarras y dej al fundidor berlins re-
flexionando cmo logr escaparse.
En los Estados Unidos, fue sellado en una gran
bolsa de papel, y en segundos sali de ese cartucho
sin rasgarlo ni arrugarlo. De igual forma, fue intro-
ducido en un saco de correspondencia de esos utili-
zados por la oficina de correos estadounidense, don-
de fue amarrado y cerrada con candados. El Gran
Houdini, sali libremente dejando los candados y el
saco intactos.
Houdini: Maestro Masn
El genial gran Mago Harry Houdini fue inicia-
do masn el 17 de julio de 1923 en la Respetable
Logia St. Cecile N 568 en Nueva York. Fue Maes-
tro Masn del Rito Escocs Antiguo y Aceptado. Se
dice que en 1924 entr en el Consistorio. Siempre
se sinti orgulloso de ser masn y la fraternidad que
vio la Orden. Adems, como artista e ilusionista, hizo
funciones benficas en Nueva York. En la catedral
de esa ciudad, realiz un espectculo que le permi-
ti recaudar a su Logia miles de dlares para obras
de beneficencia.
Antes de su prematura muerte en 1926, Houdini
se convirti en Shriner, la organizacin filantrpica
para masnica. Como deca sus propios Hermanos
masones, haba en realidad dos Houdini: Harry
Houdini, el artista, el ilusionista, el escapista e hip-
notizador como el mundo lo vio como espectador
de su arte, y el Hermano (Bod.) Ehrich (Eric) Weiss,
el hombre y francmasn, una personalidad oculta a
la vista por la persona pblica. Su xito le permiti
como miembro de la masonera ser increblemente
generoso y considerado con sus colegas artistas del
trapecio, los magos jubilados o destituidos o sus fa-
milias. Sus Hermanos masones decan que a menu-
do pagaba el alquiler de sus colegas y les ayudaba
repartiendo ropa en los das del invierno neoyorqui-
no y alimentos a los ms necesitados.
Como si fuera poco, hizo representaciones be-
nficas en hospitales de caridad y orfanatos. Su ge-
LECTURAS
36
nerosidad, que siempre la mantuvo a la sombra o la
reserva, cumpla con sus principios masnicos del
amor fraternal y la caridad, o como decan en su lo-
gia, tal vez fue un poco de ambos.
El Hermano no responde
En Detroit, ciudad donde tena planificada va-
rias actuaciones, se le diagnostic apendicitis agu-
da, pero volvi a insistir en llevar a cabo sus funcio-
nes. Agobiado por una fiebre muy alta, fue llevado
al Grace Hospital, donde un apndice gangrenoso
ruptura se ha retirado, pero desafortunadamente
peritonitis hizo lo suyo a pesar de las predicciones
mdicas de la muerte inminente. Su fuerte voluntad
de vivir era tal que l llev a cabo en casi una sema-
na en estado de gravedad. En la tarde del 31 de octu-
bre de 1926, da de Halloween, a la edad de 52, fi-
nalmente sucumbi. Halloween era tal vez una fe-
cha simblica para su mgico teln final y su ltima
actuacin.
Los servicios fnebres estuvieron a cargo del
rabino Bernard Drachman. La Cofrada Teatral de
Loney Haskell y Henry Chesterfiel de los Artistas
Nacionales Vaudeville le rindieron tambin su ho-
menaje. Igualmente, hubo una ceremonia varita
rota realizada por la Sociedad Americana de Ma-
gos. Pero lo que ms llam la atencin a los concu-
rrentes al sepelio fueron los ritos masnicos en las
honras fnebres de sus Hermanos de la Logia St.
Cecile Lodge N 568 de Nueva York. Fue sepultado
en el Macpela Cemetery, en Brooklyn, un sitio que
Houdini haba seleccionado personalmente.
El Gran Houdini leg su prestigiosa biblioteca
de magia una de las ms valiosas del mundo a
la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.
Entre sus obras se cuenta The Unmasking of Robert-
Houdin (El desenmascaramiento de Robert-Houdin,
1908), Los milagreros y sus mtodos (1920) y Un
mago entre los espritus (1924). En 1954 se public
una seleccin de sus escritos, Houdini on Magic
(Houdini habla sobre la magia).
OBRAS CONSULTADAS
Gran Crnica Ocano del siglo XX. Barcelona:
Ocano, 2000.
Larousse. Diccionario enciclopdico. Bogot: Edi-
ciones Larousse, 2003.